el suspiro VII-2016 - Centro médico Psicosomático
Transcripción
el suspiro VII-2016 - Centro médico Psicosomático
Artículo mensual del Dr. Álvarez Romero Julio-Agosto 2016 En dos palabras: El Suspiro Me resultaba difícil el diálogo con Elena, una paciente a la que recuerdo perfectamente, en la consulta de aquel día. No lograba hacerme cargo de lo que le sucedía “por dentro” y ella se mostraba empeñada en explicármelo. Al fin, logré concretar mi pregunta enfatizando: - Pero realmente ¿cómo es ese dolor? - ¡Ay Doctor! no es un dolor, dolor, es un... no se como explicarlo! se me pone una losa aquí mismo, en semejante parte,…. Decía ella, con su mano derecha extendida delante del esternón, para continuar. -Y hasta que no cojo aire profundamente y doy un gran suspiro, no se me pasa. Es algo así como una pena muy grande que solo se alivia suspirando". Según el Diccionario “suspiro” procede del latín “suspirum”: Aspiración fuerte y prolongada seguida de una espiración y acompañada, a veces, de un gemido que suele denotar pena, ansia o deseo. Respiramos mediante los pulmones y “pneumo” en griego, significa “espíritu”. Toda la filosofía oriental, basada en la relación mente-cuerpo, así como las múltiples y tan extendidas técnicas o formas de relajación o de meditación, centran su principal herramienta de trabajo en la respiración. Se dice que el alma entra en el cuerpo con la primera inspiración y sale del mismo con el último suspiro, cuando se “expira” (del latín “expirare”) Pero resulta obvio que el suspiro suele mejorar la desazón que se siente, y hemos de preguntarnos el porqué. Reflexionemos un poco. Una de las más extendidas técnicas básicas de la respiración consciente, consiste en inspirar utilizando el descenso del diafragma y relajando la musculatura abdominal para posteriormente espirar el aire suavemente y de forma prolongada, contrayendo la musculatura abdominal a la vez que se procura una progresiva y generalizada distensión muscular. En toda espiración se produce fisiológicamente una relajación muscular y a la vez una eliminación/pérdida, desde el pulmón, de "gases nocivos para el organismo" como lo es el CO 2. Por eso ambos mecanismos sucesivos ayudan a explicar el beneficio fisiológico y psicológico del proceso respiratorio: relajación y desintoxicación. Muy probablemente, cuando suspiramos, de un modo inconsciente o no, percibimos un considerable alivio al eliminar algo que nos estaba haciendo daño. Y a la vez, percibimos el beneficio de la relajación obtenida. ¿Es el suspiro una consecuencia del proceso morboso que se padece, seamos o no conscientes, o se trata, más bien de una solución/alivio inconsciente que se auto provoca para resolverlo? Yo pienso que se trata de lo segundo, aunque, muchas veces, el paciente piense lo contrario. Es como si el enfermo "cogiera aire" por una necesidad de sentirse vivo y renovara su situación eliminando lo nocivo en la siguiente espiración. Algo de misterioso conlleva el suspirar. Muchas técnicas utilizadas en el abordaje de las enfermedades psicosomáticas utilizan la relajación consciente como apoyo: Relajación autógena de Shultz, Sofrología, Biofeed-back, Visualización, Mentalización, Psicoterapia Autógena, Mindfulness, Meditación, practica de los estados de conciencia modificados, etc…. La respiración es “la manifestación de la vida” en si misma. Podríamos preguntárselo a cualquier intensivista al que se le plantee el dilema ético de desconectar un respirador. Y como tal resulta ser, a la vez, consecuencia de buena salud o de patología según los casos. Concluimos afirmando que el conocimiento y manejo adecuado de la respiración consciente resulta ser un instrumento de gran valor terapéutico al que los médicos y terapeutas occidentales le hemos vuelto la espalda de por años. Ojalá sepamos rescatarla del viejo arsenal terapéutico. Es barata y útil. Falta lograr insertarla en nuestra cultura y colocarla en su justo lugar. Dr. Manuel Álvarez Romero Director del Centro Médico Psicosomático de Sevilla. Presidente de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática.