Poder Gris 2.qxp - Campus en línea: Instituto Nacional de Geriatría
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Poder Gris 2.qxp - Campus en línea: Instituto Nacional de Geriatría
Los Cuadernos de la FIAPA: ¿El poder gris? Tomo 2: Influencias económicas y sociales MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES SECRETARIA DE ESTADO DE SERVICIOS SOCIALES, FAMILIAS Y DISCAPACIDAD IMSERSO 3 s o n r e d a u Los C -Acción Búsqueda ecimiento j e v n E l e sobre A P A I F a l de ¢El poder gris? Tomo II: Influencias Económicas y Sociales MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES SECRETARIA DE ESTADO DE SERVICIOS SOCIALES, FAMILIAS Y DISCAPACIDAD IMSERSO Federación Internacional de Asociaciones de Personas Mayores (FIAPA: Fédération Internationale des Associations de Personnes Agées) Los Cuadernos de la FIAPA Investigación - Acción sobre el Envejecimiento ¿El poder gris? VOLUMEN II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES Número 3 - diciembre de 2004 ¿EL PODER GRIS? Federación Internacional de Asociaciones de Personas Mayores (FIAPA: Fédération Internationale des Associations de Personnes Agées) Los Cuadernos de la FIAPA Investigación - Acción sobre el Envejecimiento ¿El poder gris? Volumen II: influencias económicas y sociales Número 3 - diciembre de 2004 El Instituto de Mayores y Servicios Sociales no comparte necesariamente las opiniones y juicios expuestos, y en ningún caso asume responsabilidades derivadas de la autoría de los trabajos que publica. Catálogo general de publicaciones oficiales: http://publicaciones.administracion.es Primera edición, 2006 © Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO) EDITA: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales Secretaría de Estado de Servicios Sociales, Familias y Discapacidad Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO) Avda. de la Ilustración, s/n. 28029 Madrid Tel. 913 638 526 - Fax: 913 638 880 e-mail: [email protected] http://www.seg-social.es/imserso NIPO: BI-216-06-031-6 D.L.: BI-1.791-06 Impresión: GRAFO, S.A. SUMARIO Prólogo 11 Introducción 13 Las nuevas perspectivas del “poder gris” en el espacio público 13 JUAN-PHILIPPE VIRIOT DURANDAL OBERTURA: JUBILADOS Y PERSONAS MAYORES ANTE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN 19 El efecto de los grupos de personas mayores y de los medios de comunicación en la elaboración de las políticas en materia de vejez en Australia 21 ELISABETH OZANNE (traducido del ingés) “El complot de Matusalén”. Frank Schirrmacher, das Metusalem-komplot, Ediciones Blessing, Munich 2004 37 LECTURA CRÍTICA DE STEFAN KRAUSS El peso económico y social de las personas mayores en los Estados Unidos 39 ROBERT N. BUTLER (traducido del inglés) 1. PODER E INFLUENCIA EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN 47 La influencia de los mayores en los medios de comunicación: una relación de reciprocidad 49 JUAN-YVES RUAUX 5 ¿EL PODER GRIS? La prensa para mayores: ¿una potencia sin poder? 65 SERGE GUÉRIN ¡Los “Panteras Grises” y la guerra mediática! El caso del “Media Watch Program” en los Estados Unidos. Entrevista a TIM FULLER 77 POR JUAN-PHILLIPE VIRIOT DURANDAL (traducido del nglés) La revista 50 y Más: los jubilados, a la cabeza del gran mensual italiano 81 LANFRANCO MORGANTI Cómo se comunica la AA.RP. con sus miembros y con el público 83 LEIGH BAILEY Y TOM OTTWELL (traducido del inglés) OK Senior, el magacín fenómeno 85 SERGE GUÉRIN 6 2. PODER E INFLUENCIA SOCIAL DE LOS JUBILADOS 89 Las personas mayores y su influencia en el desarrollo de los servicios gerontológicos: la perspectiva británica 91 NORMA Y RAYNES, HEATHER CLARK, JENNIFER BEECHAM (traducido del inglés) La cara oculta del poder gris o cómo influye en la utilización de los servicios sociales sanitarios 103 MARC-ANDRÉ DELISLE Empowerment y creatividad. Una experiencia en contextos rurales en el Norte de España 111 PILAR RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ La integración social y económica de las personas mayores. Una fuerza nueva 121 ROSITA KORNFELD MATTE El voluntariado de los mayores: una fuerza social y económica a favor de las personas mayores en el medio rural 133 CINDY LOMBARD El poder gris, en cuestión en Hungría ZSUSA SZEMAN (traducido del inglés) Organizar a los mayores para el poder EDWARD M. GERLOCK (traducido del inglés) 141 147 TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES La actividad de utilidad social, el voluntariado de los jubilados y el poder social 151 MONIQUE LEGRAND Participación social e influencia económica: los mayores “jóvenes” en Dinamarca 167 PER H. JENSEN (traducido del inglés) 3. PODER E INFLUENCIA ECONÓMICOS Y FINANCIEROS 177 El peso económico y la influencia de los mayores 179 ANNICK TAMARO-HANS El márketing senior es una evidencia 189 JUAN-PAUL TRÉGUER Poder e influencia en los fondos de pensiones: el caso danés 203 PER H. JENSEN (traducido del inglés) Cómo tomar el control de una sociedad 205 ALBERT MAGARIAN La jubilación: un dato fundamental del poder económico y social de los ancianos 209 MÓNICA FERREIRA (traducido del inglés) El envejecimiento activo: un factor esencial de integración socioeconómica para los mayores 221 ROSY PEREYRA (traducido del inglés) El trabajo y la protección social, dos claves del análisis del poder económico de los mayores: el caso de China 229 DEL PENG (traducido del inglés) Las cooperativas de personas mayores en Ecuador 239 NELSON JURADO (traducido al español por ALINE PEYRIC) Perspectivas... Replantearse el “poder gris” en el espacio público JUAN-PHILIPPE VIRIOT DURANDAL 243 7 Prólogo Hace cuatro años que la FIAPA decidió afrontar un reto de envergadura con el intento de hacer de esta revista una plataforma de encuentro entre el mundo universitario y los grandes protagonistas del ámbito del sector gerontológico en el plano internacional (responsables políticos, responsables de las organizaciones no gubernamentales, profesionales del sector gerontológico, periodistas...) Desde su creación, se ha creado la versión inglesa y hemos ampliado la paleta de contribuidores. Hasta tal punto que los dos últimos números sobre el "Poder Gris" han reunido 50 firmas procedentes de 24 países, lo que representa, en total, más del 50 % de la población mundial. Se han creado nuevas columnas con el fin de alternar los artículos académicos y las demás fuentes de conocimiento. Así pues, en este nuevo número las notas de lectura y los extractos de libros se consignan en la columna "Ex libris". Las informaciones procedentes de distintos sitios de Internet y que presentan ilustraciones especialmente adecuadas de nuestros temas adornarán los artículos en breves encartes titulados "en la Red". Hemos decidido también poner el énfasis en iniciativas de campo apasionantes, desarrolladas en distintos puntos del planeta, en la columna "Focus". Una última innovación, finalmente, para este nuevo número: la introducción de dos "ficciones sociales" que nos sumergirán en ejercicios de anticipación. Otras tantas proyecciones futuristas que facilitan la reflexión sobre las potencialidades, pero también, a veces, sobre los riesgos del "poder gris" a un plazo más o menos breve. El segundo compromiso asumido al principio de este proyecto editorial sobre el poder gris será continuar la reflexión sobre el lugar de los mayores en la sociedad. Por consiguiente, un proyecto tan ambicioso como la revista va a prolongar y a mejorar el trabajo ya comenzado. Un nuevo reto ha nacido y pedimos sin demora a todos los compañeros y patrocinadores potenciales que se asocien a nosotros en la Red de Estudios Internacionales sobre la Edad y la Ciudadanía (REIACT: Réseau d'Etudes Internationales sur l'Age et la CitoyenneTé). Me había comprometido a acompañar a la revista en los dos números. En consecuencia, deseo dar las gracias a todos los colaboradores y compañeros que lo han hecho posible. Jean Philippe VIRIOT DURANDAL Redactor jefe y coordinador del número 11 Introducción Las nuevas perspectivas del “poder gris” en el espacio público JEAN PHILIPPE VIRIOT DURANDAL En Francia, como en un buen número de países ricos, los baby boomers que alcanzarán la edad de la jubilación en los próximos años dispondrán, por término medio, de un capital físico (salud, capacidades funcionales...), económico (ingresos y patrimonio) y social (nivel de educación, afiliación a una asociación...) sensiblemente superior al de sus padres. Además, deberían disfrutar de un horizonte temporal posterior a los 60 años sin precedente. La conjunción de estos factores podría permitir a la futura generación de jubilados inventar nuevos espacios de intervención en la sociedad contemporánea y de implicarse en los ámbitos cívicos y políticos. Tanto más cuanto que dicha generación ya se ha destacado en el pasado por su compromiso activo en los grandes movimientos colectivos de la década de 1970. ¿Va a utilizar sus numerosos recursos cuando se jubile para cercar de nuevo el espacio público e intentar así mantener un dominio sobre los asuntos del mundo, aunque abandone la actividad profesional? La entrada en materia de este nuevo volumen de la revista se inscribe en el contexto de las reformas de las políticas sociales que representan un desafío eminentemente político en la mayor parte de los países desarrollados. Es lo que recuerda Elizabeth Ozanne para el caso australiano. Los recientes enfrentamientos en torno a la evolución de los derechos sociales en Australia, como en Europa, han determinado los debates acerca de las reformas de los sistemas de jubilación y también sobre la evolución del sistema sanitario y la cobertura del riesgo de dependencia para las personas mayores. Son otros tantos desafíos financieros y políticos importantes a los cuales son especialmente sensibles los mayores y las personas de edad avanzada. La Europa continental está sujeta a una exposición especial, como subraya Stefan Krauss a través de su lectura del “Complot de Matusalén”, reciente obra alemana del redactor jefe del Frankfurter Allgemeine Zeitung. Efectivamente, las reformas alemanas en materia de política social han suscitado bastantes controversias en torno a los remedios aplicables para conservar las bases de un sistema de protección social inventado en ese mismo país por el canciller Bismarck más de un siglo antes. Sin olvidar este debate, hemos pedido a Robert 13 ¿EL PODER GRIS? Butler que nos amplíe la reflexión acerca del poder y de la influencia de los mayores más allá de la mera esfera de las políticas públicas. Así pues, ¿qué es ese “poder gris” que analizamos? En este volumen, el “poder gris” se entiende como la expresión concreta de un grupo social mediante la movilización de sus recursos para actuar en su entorno material e inmaterial. No sólo interviene en el campo político, sino también en los ámbitos económicos, sociales y culturales. Los contornos del grupo social al cual remite este poder son bastante borrosos, porque está circunscrito a los estigmas muy subjetivos del tiempo (el poder es “gris”). Convenimos en que los poseedores de este “poder” están definidos por su avanzada edad y por el estatus material o inmaterial que se les ha asignado por ello (jubilados, personas mayores, ancianos...) De este nuevo número se desprenden tres ejes principales. 14 La primera parte prolonga la reflexión del volumen precedente en torno a la esfera política, pero se interesa con mayor amplitud en relación con la acción de los jubilados en el “ágora gerontológica” en general. Esta ágora se entiende aquí en el sentido amplio de un espacio de construcción de las representaciones y de las opiniones en torno a la edad y sus desafíos. Jean-Yves Ruaux, y luego Serge Guérin, como expertos y observadores sagaces de los medios de comunicación, han analizado las relaciones entre la prensa y los lectores mayores. Subrayan la complejidad de las relaciones compuestas de interacciones y de controles mutuos más o menos implícitos. Determinadas organizaciones ejercen presión desde el exterior del microcosmos mediático, mientras que otras se asocian convirtiéndose en verdaderos empresarios. Tim Fuller, en su condición de Director ejecutivo de los Panteras Grises de los Estados Unidos, ha accionado la primera palanca. Su organización ejerce presión sobre los medios de comunicación a través de una célula de vigilancia destinada a reaccionar ante la difusión de estereotipos, de imágenes degradantes o de falsedades relativas a las personas mayores y a la política en materia de vejez. La organización actúa aquí como grupo de presión cuando dirige sus acciones no ya hacia el poder político, sino hacia los protagonistas del mundo mediático. La segunda estrategia consiste en intentar el dominio de los vectores, los canales y los contenidos de la información desde su plataforma de converso en operador de medios de comunicación. Una primera ilustración es la que presenta Lanfranco Morganti con el magacín 50 e Più1. Esta revista está controlada por una asociación de pensionistas transalpinos. En los Estados Unidos, Leigh Bailey y Tom Ottwell recuperan este fenómeno 1 50 y Más [N. del T.]. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES cuando trazan un breve retrato del imperio mediático constituido por la asociación de jubilados AARP. Estos dos casos de figuras demuestran que el poder mediático de las organizaciones de mayores puede igualar a veces la ficción e, incluso, sobrepasarla, como ha sacado a relucir Serge Guérin para el caso francés. En la segunda parte de la revista, analizamos el poder gris a partir del “poder social” de los jubilados y de las personas mayores. Este tipo de poder consiste, para los jubilados, en el ejercicio de una influencia directa sobre las respuestas dadas a sus necesidades mediante su propia acción sobre sus gestiones. El poder de influir en su propia situación reside también en la capacidad de acción sobre la concepción y la organización de los servicios destinados a las personas mayores por los propios mayores. En el Reino Unido, Norma Raynes, Heather Clark y Jennifer Beecham desarrollan una reflexión original en torno a una investigación-acción dirigida a asociar a las personas mayores con sociólogos y economistas en la evaluación y la concepción de los servicios a domicilio. Este dispositivo pone a disposición de los usuarios medios técnicos especializados (sociológicos, económicos, jurídicos) para estudiar sus propuestas y elaborar soluciones operativas que integren las limitaciones institucionales, organizativas y financieras. En Francia, Mehmet Dumangoz recuerda una experiencia de toma de “poder social” por parte de los jubilados. Esta acción atípica, emprendida por personas mayores de Brest con el apoyo de la Fundación de Francia, aspira a crear un debate entre los usuarios de los transportes colectivos de la aglomeración y los responsables de las políticas que rigen esta faceta de la política de la ciudad. Con filmaciones de las dificultades de acceso y con los testimonios de los usuarios, este grupo de mayores ha realizado un documental y ha presentado a los cargos electos y a los habitantes de los distintos barrios de la ciudad un inventario de las dificultades y de las soluciones concretas que hay que procurar. Marc André Delisle y Hector Ouellet también recuerdan el papel de los mayores en la circulación de la información y su influencia, sobre todo en el comportamiento de los miembros de clubes de mayores. Estos grupos constituyen redes formales e informales de usuarios de servicios médicos y sociales que se inscriben en sistemas de información en los cuales son, a la vez, receptores y emisores. Pero la implicación de los mayores en la ciudad no es sólo una cuestión de voluntad y de autoorganización de los grupos que los representan. La experiencia desarrollada en España, en el macizo Cantábrico, en un contexto a priori hostil en el plano de la geografía física y humana, demuestra el papel primordial de la voluntad política. Esta iniciativa descansa en una arquitectura de conjunto de la acción gerontológica que implica una reflexión en torno a las movilidades, las necesidades de los diferentes públicos, las formas de aislamiento y los medios de remediarlos mediante acciones concertadas en un territorio habitado concreto. Es también el método de “investigación-acción-participación” que es preciso saludar aquí en el 15 ¿EL PODER GRIS? 16 balance esbozado por Pilar Rodríguez. El poder de actuar sobre sí mismo y sobre el propio entorno no es evidente, en especial para muchas personas mayores cuyo nivel de capital material y simbólico es escaso. Para Rosita Kornfeld, la sensibilización y la formación constituyen factores clave para la integración de las personas mayores en una dinámica de apropiación de un poder social. La experiencia que ha desarrollado en Chile, en la Universidad de Santiago, va dirigida, precisamente, a motivar, estimular y formar a los mayores que desean dar importancia a la acción gerontológica. En Francia, la asociación de Ayuda a Domicilio en el Medio Rural (ADMR) ha establecido también una política de afiliación y de apoyo al voluntariado. A través de su acción de encargada de misión profesional, Cindy Lombard atestigua la importancia de estos dispositivos de acompañamiento. La institución facilita la acción de los voluntarios, no sólo porque contribuye a la reducción del coste de las prestaciones, sino también, sobre todo, porque participa en la construcción o en la consolidación de un tejido social y relacional en torno a las personas mayores. Envejecer mejor es también contribuir a consolidar este tipo de entorno. El análisis de Zsuzsa Szeman aporta una iluminación suplementaria a través del caso húngaro con respecto a la importancia capital de la función de enlace adoptada por las asociaciones en la acción deficiente del Estado en los países con economía en transición. Este tipo de enfoque constituye una de las palancas posibles, entre otras, para responder a las necesidades crecientes de apoyo destinado a personas mayores dependientes. Pero no puede sustituir permanentemente a una verdadera política estructural en materia de dependencia. En determinados casos, los jubilados y sus organizaciones abandonan el estatus de auxiliar de la acción pública para transformarse directamente en prestadores de servicios. Entonces se convierten en “empresarios” sociales, como ilustra la experiencia comenzada en Filipinas por Edward Gerlock. Pero los jubilados y las personas mayores orientan también su poder social hacia otros públicos distintos de los miembros de su propio grupo. Monique Legrand abre una perspectiva sobre las organizaciones de jubilados cuando pone de relieve cómo sus recursos se expresan también en modelos de “jubilación solidaria” destinados a todas las generaciones. Los jubilados, gracias a su potencial (tiempo disponible, capacidades físicas, experiencia profesional y extraprofesional, nivel de estudios...) disponen de la capacidad de actuar directamente sobre el cambio de su entorno social. Porque el desarrollo de su compromiso en el seno de las organizaciones no gubernamentales representa también una forma de poder en el mundo. La inversión en las asociaciones de apoyo escolar, de reinserción o de ayuda a los países en vías de desarrollo, por ejemplo, ¿no es una forma de recuperación de una capacidad para participar pragmáticamente en los cambios mediante una acción directa sobre los asuntos sociales? Per Jensen examina también el poder social bajo este ángulo, en el caso danés, pero amplía el ángulo de análisis y lo relaciona con el conjunto de las condiciones políticas, económicas y culturales que van unidas a él. La tercera parte aborda el tema del poder y de la influencia económica. En los países ricos, los jubilados disponen de un poder social, económico y financiero no despreciable, fruto de TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES la riqueza económica, pero también de una fuerte voluntad política que ha impuesto la aplicación de sistemas de protección social. Entonces, ¿vamos a asistir al fin del "culto de los valores juveniles" y a una concentración del mercado en las expectativas más próximas a las de los consumidores acomodados mayores de 50 años? Si la supuesta transformación de los valores dominantes de los consumidores senescentes (búsqueda de seguridad, de sosiego, de lazos afectivos con familiares o amigos...) se revelase exacta, ¿influirá en las opciones de los medios de comunicación y de los anunciantes? En definitiva, ¿sellaría el siglo XXI una revolución tranquila de las normas a través de un doble fenómeno: de "feminización" y de "maduración"? En torno a esta faceta hemos consultado a Jean-Paul Treguer, especialista en márketing senior, a Annick Tamaro-Hans, economista, y a Frédéric Serriere, responsable de sitios de informaciones para los mayores. Si bien reconocen el peso económico de los mayores, algunos permanecen todavía escépticos en relación con su influencia real en las decisiones de los agentes económicos... al menos por ahora. El "poder gris", en este ámbito, ¿no sería, al final, más que un mito? Jensen comparte este escepticismo, aunque lo suaviza con la mención de las nuevas formas de movilización del poder económico de los mayores. Menciona la experiencia danesa en materia de control de las inversiones financieras de los fondos de jubilación. Siguiendo sus pasos, Albert Magarian aceptó entregarse a un ejercicio de ficción social para inducirnos a reflexionar en torno al eventual poder de los jubilados y de los mayores en la gobernanza económica. Dadas sus posiciones especiales en el accionariado de las grandes empresas, este poder podría dejar de ser ficticio en la próxima década. Mito o realidad, nos encontramos aquí entre el reconocimiento y el cuestionamiento del futuro de una fuerza potencial a la vez económica, financiera y ética. Por último, las preguntas que planteamos en este nuevo número acerca del "poder gris" se integran en un panorama mundial sumamente contrastado, que conviene recordar. En las economías en transición y, más todavía, en los países en vías de desarrollo, la debilidad de la protección social, incluso su ausencia, recuerda el lazo de dependencia estrecha entre el poder económico y social de las personas mayores y los dispositivos de política pública que les garantizan una seguridad material, sanitaria y social. ¿Cómo entender el poder económico en estas condiciones? Monica Ferreira subraya la importancia de las pensiones de jubilación en África del Sur para fomentar y consolidar el papel social y económico de los mayores en el seno de la familia y de la sociedad. Cuando los sistemas de pensiones son débiles o, incluso, inexistentes, la actividad económica de los mayores se convierte en primordial. Rosy Pereyra, en la República Dominicana, y Del Peng, en el contexto de la China contemporánea, insisten en la necesidad de replantearse el poder económico de los mayores a partir de sus recursos, ya procedan éstos de ingresos de transferencia o de ingresos de actividad. Consciente de los problemas de integración económica, Nelson Jurado ha participado en el desarrollo de cooperativas en Ecuador para facilitar la actividad económica y financiera de los mayores. Esta experiencia, que integra también la consideración de las 17 ¿EL PODER GRIS? necesidades sanitarias y sociales, permite restituir poder a los mayores en los distintos compartimentos de su vida: económico, social, cultural y político. Este volumen termina, por último, con una serie de perspectivas transversales de las formas del poder político, mediático, económico y social de los jubilados y las personas mayores y de los nuevos desafíos planteados a la investigación y a los responsables de las políticas, públicos o privados, para entenderlos. 18 OBERTURA: JUBILADOS Y PERSONAS MAYORES ANTE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN El efecto de los grupos de personas mayores y de los medios de comunicación en la elaboración de las políticas en materia de vejez en Australia DRA. ELISABET OZANNE Profesora. Directora de la Unidad de Investigación sobre el Envejecimiento y la Asistencia de Larga Duración. Universidad de Melbourne En Australia, en el transcurso de las últimas décadas, los asuntos de envejecimiento han abandonado los debates de los expertos para situarse en el centro de las preocupaciones del debate público. Y ello, sobre todo, a causa de los costes crecientes de la sanidad y de la protección social, sin olvidar determinadas inquietudes en cuanto al porvenir del dispositivo actual a partir del año 2040. Esta situación ha dado lugar a numerosas agrupaciones entre las asociaciones de personas mayores, asociaciones que pueden ser la expresión directa de los interesados o la emanación de importantes prestatarios de servicios. En este contexto, asistimos a la formación de nuevas alianzas y a negociaciones de fusión entre algunas de las organizaciones australianas más importantes. El presente artículo analiza cinco cuestiones de actualidad tomadas del contexto australiano. Explora los papeles respectivos del gobierno, de las asociaciones de defensa de las personas mayores y de los medios de comunicación en la orientación del debate político. En estos últimos años, las publicaciones especializadas han emitido numerosas comunicaciones relativas al papel de las organizaciones de personas mayores en la elaboración de las políticas en materia de vejez o en relación a las evoluciones demográficas recientes (Binstock y Pratt, 1997; Hudson, 1999; Walker y Naegele, 1999; Vincent Paterson y Wale, 2001). Este artículo explorará brevemente cinco casos, identificará sus protagonistas principales e intentará conocer si éstos últimos han ejercido un efecto significativo en la conducción de los acontecimientos. En cada uno de estos casos se evocará brevemente el papel de los medios de comunicación. Se abordarán los cinco casos siguientes: 1. El debate relativo a la igualdad entre las generaciones. 2. La financiación de la asistencia de larga duración. 19 ¿EL PODER GRIS? 3. La racionalización de la asistencia sanitaria. 4. El debate en torno al empleo de las personas mayores. 5. El acceso de las personas de edad más avanzada a los servicios de urgencia. Para situar estas cuestiones en su contexto, y como introducción, haremos algunos comentarios breves sobre la demografía y la política en materia de envejecimiento en Australia. El efecto del envejecimiento de las poblaciones en el contexto australiano 20 El 12% de la población australiana tiene 65 o más años. En el transcurso de la última década, los asuntos del envejecimiento han pasado a ocupar un puesto central en el debate político. Esta evolución está vinculada al aumento constante del número de personas mayores o de edad muy avanzada, pero también a la inquietud creciente de los medios gubernamentales en relación con la viabilidad económica de los sistemas de protección social en este contexto. En 1999, el gobierno liberal conservador hizo pública la “National Strategy for an Older Australia” 2, documento en seis volúmenes destinado a preparar al gobierno, a las familias y a los particulares para un cambio de situación. En 2002, el Ministro Federal de Finanzas publicó un informe relativo al efecto social del envejecimiento de la población. Dicho informe se inscribe en una perspectiva intergeneracional que toma como horizonte para sus proyecciones el año 2042. En este contexto, diferentes grupos de personas mayores se han encontrado, en unión con el gobierno, en el núcleo del debate sobre el futuro de una Australia que envejece. Estos grupos han conocido transformaciones rápidas, algunas de ellas orientadas a ampliar su mandato desde una actividad sectorial limitada para encontrarse en una coalición nacional. Otros se habían comprometido en grandes proyectos de fusión con el fin de ampliar la base de sus actividades y ganar influencia en la puesta en marcha de las políticas públicas. La creación reciente de la “National Aged Care Alliance” 3, representante de la mayoría de los grandes prestatarios de servicios del país, ha constituido la expresión de una primera estrategia. Esta coalición ha ejercido una fuerte influencia 2 Estrategia Nacional para una Australia Senil [N. del T.]. Alianza Nacional de Asistencia a las Personas Mayores [N. del T.]. 3 TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES sobre el gobierno, porque permite a los coaligados hablar con una sola voz. La segunda estrategia ha consistido en establecer instancias de diálogo (2002-2003) entre el “Council on the Ageing” 4 australiano, una federación reconocida por el Estado y compuesta por organizaciones que representan a los prestatarios de servicios y a los consumidores, y la “National Seniors” 5, un grupo independiente de jubilados dotado de un gran número de afiliados. La agrupación de estas dos últimas organizaciones tendrá, sin duda, una fuerte influencia sobre el gobierno. EL DEBATE ENTRE LAS GENERACIONES Este debate se ha iniciado desde que el Ministro Federal de Finanzas publicara, en 2002, un informe sobre la estimación del coste de la población de edad avanzada hacia 2042 (Commonwealth of Australia 2002). Este informe ha suscitado muchos comentarios, tanto en los círculos universitarios como en la opinión pública de todo el país. Ha sido objeto de gran cantidad de artículos de prensa debido a que era la primera vez, en el contexto australiano, que los intereses de las generaciones jóvenes se presentaban como opuestos a los intereses de las de edad avanzada en un documento oficial. Este informe ha sacado a la luz el dato de que los gastos del presupuesto federal comenzarían a sobrepasar a los ingresos en alrededor de quince años y generarían hacia 2041-2042 un déficit presupuestario del orden de 87 millardos de dólares (5% del PNB australiano). El informe concluía que, si no se hacía nada, con un nivel de imposición invariable y en un contexto de baja combinada de los índices de natalidad y de mortalidad, las proyecciones sobre productividad, edad de los trabajadores, coste de la sanidad e incidencias presupuestarias de la vejez, incluidos los gastos suplementarios provocados por el empleo de tecnologías médicas y farmacéuticas nuevas, se llegaría inexorablemente a un déficit del presupuesto federal. El informe añadía que, si las políticas de vejez no se modificaban, las nuevas generaciones tendrían que pagar unos impuestos más elevados para hacer frente a un déficit del orden de 87 millardos de dólares. Para responder a esta situación, las estrategias preconizadas en el informe son las siguientes: la continuación de un nivel débil de imposición, la limitación de los gastos del gobierno y la estimulación de la economía para generar más ingresos y promover financiaciones procedentes del sector privado. 4 Consejo sobre el Envejecimiento; más conocido por el acrónimo COTA [N. del T.]. Asociación Nacional de Personas Mayores; el nombre completo es National Seniors Association Ltd., pero se dan a conocer como National Seniors [N. del T.]. 5 21 ¿EL PODER GRIS? Este informe ha sido muy criticado con motivo de su enfoque puramente fiscal. Ha provocado mucho debate en torno a lo que una generación debe a la precedente y qué ventajas o inconvenientes sería legítimo o moral transmitir a la generación siguiente (Thompson, 2003). Dos universitarios (Dowrick y McDonald, 2002) han sido los primeros en impugnar los argumentos de este informe, al que culpan de enfrentar a las generaciones entre sí en lugar de subrayar su interdependencia. También se impugnaba el análisis estadístico y puramente fiscal del informe, así como la ausencia de toda dinámica social susceptible de modificar favorablemente las perspectivas. Se evocaban también en este informe posibles economías realizadas gracias a una mejora de la salud pública, una manera más eficaz de conservar en el trabajo durante más tiempo la mano de obra de edad avanzada y el recurso a nuevas tecnologías. También hubo numerosos debates sobre nuevos enfoques de la política fiscal (McAuley, 2002). Bajo el título “Los expertos impugnan el informe sobre el envejecimiento”, Josh Gordon, periodista económico del Age Newspaper escribía en el Age Saturday de 22 de junio: “El informe intergeneracional del Ministerio Federal de Finanzas, ampliamente utilizado por el gobierno para justificar cortes salvajes en los presupuestos de sanidad y protección social, exagera las previsiones de costes de una población de edad avanzada, estiman los expertos en una crítica de este mismo informe. 22 Según este documento, en 40 años, el gobierno federal acumularía un déficit de 87 millardos de dólares (en dólares australianos actuales) con motivo del aumento de los gastos de la sanidad y de la protección social. Los profesores Peter McDonald y Steve Dowrick de la Australian National University6 han afirmado que el Ministerio había pintado un cuadro particularmente pesimista cuando postulaba que la demografía, la economía, la sanidad y los grandes orientaciones políticas serían similares en 40 años a como son en la actualidad. Los universitarios estiman que el Tesoro ha despreciado el dato de que con una población de edad más avanzada hay menos paro, lo que permite un mejor equilibrio presupuestario. También consideran que el informe ha subestimado notablemente los efectos de la mejora de la salud y de la longevidad sobre la capacidad para trabajar durante más tiempo. Añaden que el informe ha producido estimaciones de los costes futuros de sanidad y de envejecimiento presentadas equivocadamente como certidumbres. 6 Universidad Nacional de Australia [N. del T.]. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES El informe del gobierno indica, además, que el envejecimiento provocaría costes considerables para el presupuesto federal aunque, según el profesor McDonald, las condiciones de vida de los hogares australianos habrán mejorado, incluidas las personas de más edad, así como los ingresos del Estado, que, por su parte, también habrán aumentado sustancialmente. Existe un alto grado de incertidumbre, dicen los críticos, relativo al uso de los medicamentos gracias al PBS7 (Farmaceutical Benefit Scheme)8 y, a este respecto, el informe comunica una impresión de certidumbre engañosa. Peter Costello, Ministro de Finanzas Federales9, ha utilizado a menudo este informe como pretexto para promover su proyecto de aumento del precio de los medicamentos y hacer frente a una explosión del presupuesto en el futuro. Se estima que este proyecto podría costar 4,7 millones de dólares en el presente año fiscal, pero el Tesoro pretende que si los consumidores no pagan más o no disminuyen su consumo de medicamentos, costaría cinco veces más en 2041”. La propia prensa estaba dividida, como indican los dos extractos siguientes, tomados de la Australian Financial Review: “Juventud contra vejez - vuelta del bastón contra los baby boomers”. “Generación dichosa, criada a fuerza de subvenciones y todavía y siempre cebada con subvenciones” (Australian Financial Review - 30 de agosto, Tim Dodd, p. 22). “Una carga superlativa para la generación siguiente”. “Las generaciones jóvenes no sólo deben financiar sus propias jubilaciones, sino que deben financiar las de los baby boomers durante mucho tiempo todavía” (Australian Financial Review. Brian Toohey - 30 de agosto, p. 23.) Basada principalmente en preocupaciones económicas, una de las consecuencias a largo plazo de este informe habría sido suscitar un debate nacional en torno a las relaciones entre las generaciones, las consecuencias del envejecimiento y la necesidad de tomar disposiciones a largo plazo. El informe ha merecido respuestas por parte de los principales grupos de intereses vinculados al envejecimiento, entre los cuales se incluyen “Seniors National Aged Care Alliance” 10, “COTA/National Seniors” y “Aged Care Australia” 11. Estos debates contradictorios han permitido exponer a la opinión públi7 Es un programa gubernamental que financia la puesta a disposición de productos farmacéuticos a un precio inferior al coste real. 8 Plan de prestaciones farmacéuticas [N. del T.]. 9 En el resto del artículo aparece como 'Ministro Federal de Finanzas' [N. del T.]. 10 No consta la existencia, en Australia, de una organización con este nombre; ni a National Aged Care Alliance le precede Seniors; posiblemente se trata de esta última, transcrita erróneamente [N. del T.]. 11 Es posible que se trate de Aged Care Association Australia (Asociación de Asistencia a las Personas Mayores en Australia), también conocida por las siglas ACAA [N. del T.]. 23 ¿EL PODER GRIS? ca los aspectos de viabilidad de los sistemas de jubilación y de protección social. Y ha obligado también a los australianos a pensar en el porvenir de las relaciones entre las generaciones en este ámbito. LA 24 FINANCIACIÓN DE LA ASISTENCIA DE LARGA DURACIÓN Uno de los debates más importantes asociados a la preservación en el tiempo de los sistemas de pensiones y de protección social ha sido el de la financiación de las residencias de ancianos, y ello a continuación de un estudio solicitado por el gobierno y realizado en dos años por el profesor Len Gray (Gray, 2001a). El estudio indicaba que, a largo plazo, lo esencial de este sector carecía de viabilidad financiera y que, por lo tanto, era necesario prever una racionalización y reformas radicales de la financiación. A continuación, en 2002, el Ministro Federal responsable del Envejecimiento, Kevin Andrews, ha lanzado la “Hogan Review” 12 con el fin de investigar en torno a una financiación duradera de las residencias de ancianos y explorar nuevas vías para financiar el alojamiento y la asistencia de las personas mayores (Commonwealth of Australia 2003). La “Hogan Review” ha solicitado las opiniones de las diferentes partes interesadas y ha financiado un determinado número de estudios sobre el estado de las residencias de ancianos, las bases legales de su funcionamiento y un estudio comparativo relativo a cinco países. En este marco, las residencias de ancianos y sus asociaciones representativas han presentado sus contribuciones a la “Hogan Review”. Ha habido debates importantes en los medios de comunicación relativos a la urgencia de encontrar nuevas soluciones. En esta campaña, los grupos más importantes han sido la “National Aged Care Alliance”, “Age Care Australia” 13 y “Victorian Aged and Exten-ded Care Association” 14. Estas asociaciones y sus afiliados han desarrollado una activa campaña mediática con títulos como “Baby boomers, los nuevos reclutas en la batalla de la asistencia a las personas mayores” destinada al público en general, a los futuros baby boomers y a la generación X para la continuidad en el tiempo de un sistema viable de atención a las personas mayores. Un comunicado reciente presentaba las cosas de la manera siguiente: 12 Revisión Hohan, por el nombre del economista Prof. Warren Hogana, que fue el encargado de acometer la revisión [N. del T.]. 13 Debe de tratarse de la ya citada Aged Care Association Australia [N. del T.]. 14 No consta la existencia, en Australia, de una organización con este nombre; puede tratarse de Victorian Association of Health and Extended Care (Asociación de Asistencia Sanitaria y de Larga Duración de Victoria) [N. del T.]. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES “La generación de los baby boomers debe hacer llegar con toda urgencia un mensaje al gobierno federal sobre la cuestión de las residencias de ancianos. Esta generación representa no sólo una fuerza política, sino que constituye también la de los futuros “viejos” australianos. Necesitan movilizarse desde ahora para exigir que el gobierno tome en serio la cuestión de la asistencia a las personas mayores y tenga en cuenta las indicaciones de la “Hogan Review” aparecida en diciembre. Si no se hace nada ahora, en el momento en que los baby boomers sean viejos, el sistema de las residencias de ancianos estará en ruinas y se derrumbará sobre su cabeza” (Victorian Health and Extended Care Association Media Release - 9 de septiembre de 2003). CREAR UN SISTEMA DE ASISTENCIA COMUNITARIA VIABLE. Considerada a menudo como parte integrante de la asistencia de larga duración, la asistencia comunitaria está financiada conjuntamente por el Estado federal y el gobierno local, siendo el Estado el que toma a su cargo lo esencial de la responsabilidad administrativa. Sin embargo, en comparación con Health and Residential Care15, la asistencia comunitaria sigue siendo el pariente pobre en cuanto a gastos federales. Con la tendencia creciente que consiste en mantener a las personas mayores en su domicilio tanto tiempo como sea posible, Australia ha experimentado, desde la década de 1980, una expansión considerable de su programa de asistencia comunitaria. A partir de una serie de informes independientes producidos por diferentes grupos de profesionales que demuestran la necesidad de racionalizar los diferentes programas de asistencia comunitaria impulsados por organismos federales y estatales (en 2002), el Ministro responsable de la asistencia a las personas mayores ha lanzado una importante consulta a este respecto. Algunas de las preguntas más importantes giraban en torno al papel del Estado federal y de los gobiernos de los diferentes estados, a la definición de las necesidades de las personas mayores en comparación con las de las personas con discapacidad (dado que estos dos grupos dependen de los mismos programas) y a una mejor “orientación” de los diferentes niveles de necesidades. El gobierno ha reaccionado con el lanzamiento de un documento nacional de discusión relativo a la asistencia comunitaria, documento que desemboca en la propuesta de un nuevo centro de acceso regional para racionalizar la información y estimar mejor las necesidades. En sus conclusiones, el documento propo15 Asistencia Sanitaria y en Residencias [N. del T.]. 25 ¿EL PODER GRIS? ne tres niveles de asistencias, desde las más complejas hasta las más simples, con el fin de determinar una base equitativa de asignación de los recursos. El gobierno se preocupa de neutralizar los grupos de presión para establecer sus propios grupos de referencias; grupos o individuos independientes de las organizaciones que aconsejen al Ministro acerca de las vías y medios de una reforma. Los servicios de asistencia comunitaria en Australia movilizan a numerosos agentes procedentes de diversas organizaciones. Uno de los problemas es el de conseguir que los diferentes intervinientes hablen con una sola voz. Muchas organizaciones, como “National Careers” 16 y “Alzheimers Australia” se han reunido para ir en el sentido de las reformas necesarias, porque sus afiliados estaban afectados directamente por insuficiencias presupuestarias y carencia de servicios. Al final, una amplia coalición de asociaciones ha presentado aportaciones para una reforma de los servicios de asistencia comunitaria. En esta coalición se encuentran National Aged Care Alliance, COTA/National Seniors, Aged Care Australia, Catholic Health17 y la Fundación Myer. 26 En agosto de 2003, la Fundación Myer (una fundación filantrópica independiente) subvencionó una cumbre nacional de servicios de asistencia comunitaria en la capital nacional para subrayar determinados asuntos y ejercer presiones sobre el gobierno para hacerlo evolucionar en el sentido de las recomendaciones de su propio grupo de reflexión, así como las de grupos comparables. Una carta titulada “desafío a los baby boomers”, que fue enviada a la redacción de “The Age” el 14 de septiembre de 2003 por el Presidente de una asociación que representa los intereses de una gran industria y destinada a ejercer presión sobre el Residential and Community Care Reviews, abordaba la situación de la manera siguiente: “Descubro con interés las opiniones de Peter Costello, Ministro Federal de Finanzas, según las cuales el envejecimiento de la población australiana impone acciones urgentes para 'mantener la prosperidad de la economía y la cohesión de la sociedad y para no imponer una carga demasiado pesada a las generaciones futuras'. La presente generación de personas mayores y sus familias tropiezan ya con numerosas dificultades cuando buscan plazas en las residencias de ancianos. Muchos esperan un año para 16 Vacantes nacionales [N. del T.]. Hay dos organizaciones que incluyen este nombre: Catholic Health Australia (Sanidad Católica en Australia) y Catholic Health Care Services (Servicios Católicos de Asistencia Sanitaria) [N. del T.]. 17 TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES obtener una respuesta de los servicios de asistencia comunitaria, de tres a seis meses para una cama en una residencia de ancianos y tres meses para una hora por semana de asistencia a domicilio. Si este sistema no se reforma inmediatamente, los baby boomers conocerán días difíciles. La asistencia a las personas mayores se habrá degradado considerablemente o habrá desaparecido en el momento en que la necesitan. El Sr. Costello está en lo cierto cuando explica que estos problemas no se solucionarán por sí mismos. Sin embargo, los 5,5 millones de baby boomers australianos pueden ejercer presión gracias a su número y disponen de la influencia política necesaria para actuar de manera que nuestro sistema de asistencia a las personas mayores prospere”. EL DEBATE SOBRE EL EMPLEO Y LAS PERSONAS MAYORES El gobierno federal ha comprendido que la tendencia a la salida anticipada de la actividad profesional de los trabajadores de edad avanzada, en especial los hombres, provocaría una escasez de mano de obra hacia 2010 (Commonwealth of Australia 2000a). A partir de esta constatación, ha puesto en marcha un determinado número de foros que reúnen a empresarios, asesores en recursos humanos y grupos de presión para hablar de la necesidad de mantener en actividad a los trabajadores de edad avanzada. Estos foros han considerado prever condiciones de trabajo más ergonómicas, pero también el establecimiento de leyes y la instauración de medidas antidiscriminatorias. Esta cuestión ha sido revelada en un informe de “Estrategia Nacional para una Australia que envejece. Informe sobre el empleo de los trabajadores de edad avanzada en 1999” (“National Strategy for an Ageing Australia. Reports on Employment of Mature Age Workers”) (Commonwealth of Australia, 1999). En el año 2000, el diputado Brandan Nelson, Presidente de la Comisión de la Cámara de Representantes sobre el empleo en la educación y las relaciones de trabajo, presentó el informe titulado: “Edad: Una encuesta sobre los asuntos específicos del trabajo de las personas mayores” (“Age Counts - An inquiry into issues Specific to Mature-Age Workers”) (Commonwealth of Australia, 2000a). El presidente de la Comisión de los Derechos del Hombre, Chris Sidoti, también se ha ocupado del asunto de las discriminaciones por edad en los lugares de trabajo en un informe titulado “La edad cuenta: Un informe sobre las discriminaciones por edad” (“Age Matters: A report on Age Discrimination”) (Commonwealth of Australia, 2000b). Un informe destinado al gobierno federal ha visto la luz con numerosas propuestas para hacer frente al problema. Se titula: “Informe al Gobierno Federal sobre las consecuencias económicas de una Australia que envejece” (“Access Economics Report to the Federal Government on The Economic Impact of an 27 ¿EL PODER GRIS? Older Australia”) y que se ha terminado en 2001 (Access Economics, 2001). El mantenimiento en el empleo de trabajadores de edad avanzada se ha convertido en un tema importante tratado en el “Informe Intergeneracional” (“Intergenerational Report”) en 2002 (Commonwealth of Australia, 2002). Para un país que hasta la década de 1990 perseguía casi sistemáticamente una política de paso a la jubilación de los trabajadores de edad avanzada, en un mundo laboral en plena reestructuración, la perspectiva de una escasez de mano de obra en los grandes sectores industriales ha actuado como una revelación para el gobierno y para los empresarios. Desde entonces, ha sido necesario reconsiderar la cuestión de la edad de las personas en el trabajo, establecer programas para conservar a los trabajadores de edad avanzada y volver a pensar en un entorno laboral para todas las edades. 28 Entre los primeros grupos implicados en el grupo de presión de los trabajadores de edad avanzada se encontraban: COTA/National Seniors, la Convention on Business, Work and Ageing18, la Human Right Comission19, la Comissión for Equal Oportunity20, importantes empresas regionales de contratación y, más tardíamente, el Australian Council of Trade Unions21 y el Business Council of Australia22, que representan a los sindicatos y a la patronal (Encel, 2003). Los primeros argumentos para justificar el mantenimiento de las personas mayores en el trabajo se han apoyado en prácticas discriminatorias aparecidas con motivo de las reestructuraciones empresariales, pero también en una reflexión relativa a los parados de larga duración despedidos con motivo de importantes reducciones de personal a finales de la década de 1980. En la mayor parte de las sociedades, el empleo está en el origen de derechos políticos, civiles y sociales. El hecho de tener un empleo permite beneficiarse de promociones, formaciones, etc.; en resumen, un empleo permite acceder a derechos ampliamente reconocidos, pero que, por desgracia, se niegan a las personas mayores. Otros argumentos a favor del mantenimiento de las personas mayores en el trabajo se han basado en determinadas proyecciones que han permitido pensar que la sociedad se encaminaba hacia una escasez de mano de obra hacia 2010. Esta reflexión ha conducido a gobiernos y empresarios (con determinados estímulos) a mantener a las personas mayores en el trabajo y a limitar las jubilaciones anticipadas (Taylor 2001, 2002). 18 Convención sobre Negocios, Trabajo y Envejecimiento [N. del T.]. Comisión de Derechos Humanos [N. del T.]. 20 Comisión para la Igualdad de Oportunidades [N. del T.]. 21 Consejo Australiano de Sindicatos [N. del T.]. 22 Consejo Empresarial de Australia [N. del T.]. 19 TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES En 2003, el Ministro Federal responsable del envejecimiento ha decidido la creación de un comité consultivo sobre la población activa (“Age Workforce Advisory Commitee”) y ha inaugurado, en colaboración con COTA / National Seniors, el “Council for the Economic Development of Australia” 23 y el “Business Council of Australia”, un foro nacional sobre: una población activa sin edad: posibilidades de desarrollo (“An Ageless Workforce - Opportunities for Business”) en el transcurso del cual el Primer Ministro, un hombre de 64 años, ha pronunciado una alocución sobre la importancia que tenía, para el porvenir económico de la Australia, frenar el paso a la jubilación de los trabajadores de edad más avanzada (Howard, 2003). Debido a las preocupaciones de un pequeño número de militantes de los Derechos del Hombre, junto con la lucha contra la discriminación por motivos de edad y contra otras causas de discriminación, el mantenimiento de las personas mayores en el trabajo se ha convertido en una prioridad del gobierno y del mundo empresarial. Se trata de estudiar un enfoque más racional de las necesidades de los trabajadores de edad avanzada, todo ello a la luz de una débil natalidad y de una débil mortalidad. Los medios de comunicación disfrutaron con el “cambio de mensaje”; algunos de ellos se preguntaban, incluso, por qué una existencia más larga debería desembocar necesariamente en una vida profesional prolongada. ¿En nombre de qué intereses, decían, se efectuaría dicha reducción de los gastos públicos? Sin embargo, se han escrito artículos más positivos, como atestigua este extracto del Australian Newspaper: “Solución de un viejo problema: los trabajadores de edad avanzada representan una oportunidad, no un inconveniente”. Las poblaciones de las economías más desarrolladas envejecen y, aparte de la excepción japonesa, en el transcurso de los 25 últimos años han experimentado una fuerte disminución de los trabajadores de edad más avanzada. Las inquietudes referentes a los costes crecientes de la inactividad de la población de edad avanzada significan que esta cuestión de la discriminación por motivos de edad y su influencia en el índice de empleo, y el mantenimiento en el trabajo de las personas mayores, forman parte de las preocupaciones de los gobiernos. Las empresas se inquietan porque, cuanto más agotan la reserva, limitada en cantidad, de los trabajadores jóvenes cualificados, más amenazan aumentar los costes del trabajo. 23 Consejo para el Desarrollo Económico de Australia [N. del T.]. 29 ¿EL PODER GRIS? Hasta ahora, algunos gobiernos han dejado hacer, más o menos, a los empresarios que deseaban reducir el número de sus trabajadores de edad avanzada. Pero los tiempos cambian. Los gobiernos de la mayor parte de los países industrializados empiezan a establecer políticas que prevén mantener en el trabajo o contratar de nuevo a los trabajadores de edad avanzada. Existe una voluntad creciente de modificar los sistemas de jubilación en el sentido de una prolongación de la duración de la vida activa y de reducir el número de bajas por jubilación anticipada. Algunos gobiernos, enfrentados a una población que envejece y a una escasez de mano de obra cualificada, intentan resolver el problema de la discriminación por razones de edad en el mercado del trabajo” (Australian Newspaper, miércoles 27 de agosto de 2003, p. 11, Philip Taylor). Los medios de comunicación pueden ser tan “discriminatorios por motivos de edad” como el público en general, y los gobiernos, a menudo, han sido escépticos en cuanto a la necesidad de una revolución cultural que afecte a la manera en que consideramos el trabajo en las últimas partes de la vida activa. UN 30 ACCESO APROPIADO A LA ASISTENCIA SANITARIA En los primeros años de la década de 2000, con la reducción de los medios asignados a la asistencia sanitaria, en especial a las urgencias, el acceso de las personas mayores a estos servicios se ha convertido en objeto de controversia. Estereotipos negativos, que mostraban personas de edad muy avanzada que inmovilizaban camas en las urgencias, han provocado la aparición de políticas nacionales nuevas en todos los estados, para ayudar a las personas mayores a superar con más facilidad el obstáculo de las urgencias. Estas medidas han provocado debates considerables acerca del derecho de los más viejos a acceder a la asistencia y de la necesidad de servicios sanitarios mejor adaptados a sus necesidades. Manifestación de Anna Howe en el Australian Health Review 2003: “Las personas de 65 y más años representan el 12% de la población australiana, el 30% de las admisiones en los hospitales y el 43% de la ocupación de las camas. De los 1.624 millones de personas dadas de alta en cuidados intensivos durante 1997/98, 840.000 tenían entre 65 y 74 años; 606.000 tenían entre 75 y 84 años y 177.000 tenían edades de 85 y más años (Nichol, Lonegan y Mould, 2000). Estos pocos datos estadísticos pueden inducir a pensar que las personas mayores hacen un uso desproporcionado y, a menudo, abusivo de los servicios de urgencia y que esta situación sólo podría agravarse a medida que la población envejezca. La solución del problema reside en el aumento del número de camas en residencias de ancianos atendidas por médicos. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES Como alternativa, los australianos de edad avanzada deberían tener los mismos derechos de acceso que los demás ciudadanos al conjunto de los servicios de Medicare, lo que incluiría los hospitales públicos. Esta concepción de las cosas ha suscitado la búsqueda de medios más vastos para permitir el acceso a la asistencia de urgencia y a otras formas de asistencia que incluyan los servicios de rehabilitación, de convalecencia y de geriatría, teniendo en cuenta las necesidades estimadas. El corolario de dicho cambio es que los responsables de las políticas y los servicios encargados de su puesta en marcha deberían ser informados del volumen y de las características de los diferentes flujos de personas mayores que se dan de alta y de baja en los servicios de urgencia. Sin esta información, es imposible establecer el efecto potencial de las intervenciones necesarias en diferentes puntos de estos flujos (Howe 2003)”. Aunque los hospitales australianos estén financiados a escala federal, son administrados por los estados. Las dificultades de acceso a la asistencia con que tropiezan las personas mayores han aparecido en el “State Councils on Ageing”24 que reúne a estos estados. No obstante, el Gobierno Fderal ha creado un “National Working Group”25 bajo la autoridad del Australian Health Ministers Advisory Council (AHMAC, 2001)26 para analizar dichas dificultades en la “Acute / Community Care Interface”27, pero también para financiar un programa nacional para la innovación de los hospitales (National Hospital Innovation Program) que facilite y acelere las innovaciones de manera que se consigan servicios más eficaces. A escala estatal, se habían dirigido ataques políticos contra los gobiernos cuando las ambulancias tenían que circular de un hospital a otro con motivo de una escasez de camas en las urgencias. Esta situación ha suscitado el establecimiento, en el Estado de Victoria, por 582 millones de dólares, de la estrategia de gestión de la demanda hospitalaria (Hospital Demand Management Strategy) y del programa de riesgo de admisión en hospitales (Hospital Admission Risk Program) con el objetivo de crear una estructura de análisis detallados de los grupos que utilizan con más frecuencia los servicios hospitalarios, y ello con el fin de adaptar mejor las posibilidades del hospital a las diferentes necesidades y de incrementar la eficacia de los servicios. Los medios de comunicación y los grupos de presión han recomendado al gobierno que las personas mayores puedan acceder a las urgencias y han estudiado la posibilidad de un régimen más adecuado a sus necesidades dentro y fuera del hospital. Con gobiernos entorpecidos políticamente por escaseces 24 Consejos Estatales sobre el Envejecimiento [N. del T.]. Grupo Nacional de Trabajo [N. del T.]. 26 Consejo Asesor de los Ministros de Sanidad Australianos [N. del T.]. 27 Interrelación de los Cuidados de los Procesos Agudos / Comunitarios [N. del T.]. 25 31 ¿EL PODER GRIS? continuas en los servicios sanitarios, el derecho a la asistencia de las personas mayores sigue siendo insuficiente, sin un debate permanente bajo el control del público y de las organizaciones de jubilados. Reflexiones en torno al papel de los grupos de presión del envejecimiento y al de los medios de comunicación en el debate político contemporáneo Es difícil saber cómo empezaron las cosas en relación con las reformas en el sector del envejecimiento. ¿Han promovido el gobierno o los altos funcionarios la elaboración de nuevas políticas, o bien los intervinientes afectados han reaccionado a estas solicitudes, o más aún, ha habido grupos importantes, surgidos de la industria del envejecimiento, que han contribuido a definir las necesidades y ejercido las presiones necesarias para llegar a tales reformas? 32 Lo esencial de las campañas antes mencionadas demuestra que el gobierno ha sido relativamente activo, tanto en la promoción de determinados programas como en sus respuestas a las expectativas de los australianos de edad avanzada. Ello ha podido tomar la forma de reacciones a las exigencias de las asociaciones de consumidores o de reacciones a las presiones procedentes de las asociaciones de profesionales. A veces, se trataba de acciones desarrolladas en concertación y, más recientemente, de formas de coaliciones de oposición. El expediente del envejecimiento ha sido muy delicado para cinco ministros sucesivos en el transcurso de los diez últimos años. La complejidad de las políticas existentes ha exigido muchos conocimientos especializados para analizar las necesidades y proponer soluciones. En cada uno de los casos antes expuestos, el gobierno y los grupos de presión han contratado los servicios de asesores exteriores y de centros de estudio para reunir las informaciones necesarias que dieran validez a sus argumentos; sin embargo, es el gobierno el que tenía las mayores posibilidades de estudio y, por último, el poder político para hacer prevalecer sus concepciones. El papel de los medios de comunicación tampoco ha dejado de tener interés. En el transcurso de estos diez últimos años, las encuestas y los artículos relativos a los asuntos del envejecimiento han sido más complejos y especializados. Durante la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento de 2002 y el Año Internacional de las Personas mayores de 1999, el tratamiento, algo ambivalente, de las personas mayores y de los asuntos del envejecimiento por parte de los medios de comunicación ha conducido a un cierto número de publicacio- TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES nes destinadas a mejorar el nivel y el tono de los reportajes (International Longevity Center 2002, Danish Paper 1999). En el transcurso de estas últimas décadas, el envejecimiento no se consideraba atractivo por lo general. La prensa, en su conjunto, se ha sentido afectada de modo creciente por la revolución de la longevidad y las preocupaciones del gobierno en torno al efecto del envejecimiento en el porvenir económico de Australia a corto y largo plazo. Algunos de los diarios nacionales australianos de más difusión han destinado periodistas de calidad a los problemas del envejecimiento. Estos periodistas han desarrollado una considerable especialización en estos temas. Sin embargo, para elaborar sus artículos, estos profesionales (en general, bajo la presión del tiempo) han recurrido muchas veces a investigaciones limitadas, a informaciones procedentes de fuentes limitadas, a comunicados oficiales y a informaciones de algunos grupos de presión. A menudo, en lugar de preocuparse de los detalles, prefieren insistir en lo pintoresco de las situaciones. Pero la consecuencia de ello puede ser individualizar las situaciones en exceso y “hacer sensacionalismo” con los asuntos de interés general. Sin duda, los medios de comunicación actúan como comunicadores, educadores y críticos; también pueden repercutir los prejuicios del público general, así como las concepciones ilustradas de especialistas bien informados. Los medios de comunicación también pueden ser “antiviejos” y estar tan mal informados como el resto de la sociedad, así como polarizar hasta la saciedad el debate en curso acerca de las divergencias entre generaciones. El Gobierno y los grupos de presión vinculados al envejecimiento tratan a los medios de comunicación con una sofisticación creciente. Estos últimos están en general mejor informados que en otro tiempo en torno a los problemas del envejecimiento. Queda por ver qué provecho le sacará el público. Bibliografía (Véase la Bibliografía completa en el sitio: www.fiapa.org) AUSTRALIAN HEALTH MINISTERS ADVISORY COUNCIL (AHMAC) (2001): “Working Group on Care of Older Australians - Agreed Workplan for Examination of Acute/Aged Care Interface Issues”, febrero. BINSTOCK, R.H. (1997a): “The Old Age Lobby in a New Political Era”, en The Future of Age-based Public Policy, ed. HUDSON, R.B., The Johns Hopkins University Press, Baltimore, pp. 56-74. COMMONWEALTH OF AUSTRALIA (2002): “Intergenerational Report 2002-3”, Budget Paper nª. 5, PETER COSTELLO M.P., Treasurer of the Commonwealth of Australia. 33 ¿EL PODER GRIS? DOWRICK, S., y MCDONALD, P. (2002): “Comments on the Intergenerational Report”, en http://acpr.edu.au/ Publications/intergenReport.pdf. HOWE, A. (2003): “Informing Policy and Service Development at Interfaces between Acute and Aged Care”, Australian Health Review, enero. INTERNATIONAL LONGEVITY CENTRE (2002): “Aging on a World Stage - Perspectives for the Media on Longevity”, Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, Madrid, abril 2002, España. MCAULEY, I. (2002): “Death is Inevitable, Why Aren't Taxes?”, the Commonwealth's Intergenerational Report, the Drawing Board: an Australian Review of Public Affairs, School of Economics and Political Science, Universidad de Sydney. TAYLOR, P. (2002): “Public Policy Initiatives for Older Workers”, report to the Joseph Rowntree Foundation, septiembre 2002. THOMPSON, J. (2003): “Intergenerational Equity: Issues of Principle in the Allocation of Social Resources Between this Generation and the Next”. Centre for Applied Philosophy and Public Ethics at Melbourne University. VICTORIAN AGED AND EXTENDED CARE (2003): “Baby Boomers the New Recruits in Aged Care Battle” Media Release, 9 de septiembre, Melbourne. 34 “El complot de Matusalén” Frank Schirrmacher, das Metusalem-komplot, Ediciones Blessing, Munich 2004 LECTURA CRÍTICA DE STEFAN KRAUSS Doctor en Ciencias Políticas, Bruselas Vamos derechos hacia una catástrofe sin ni siquiera darnos cuenta. Frente a una esperanza de vida creciente y un índice de natalidad en caída, se dibuja la emergencia de una “nueva fase en la historia del mundo”, un choque comparable a las grandes guerras mundiales y que nos sumirá en un “estado de urgencia”. A un sistema de pensiones en descomposición y a la inevitable catástrofe social se añadirá la conmoción psicológica de toda una sociedad. No estamos preparados para enfrentarnos a la edad ni al envejecimiento de nuestra sociedad y corremos el riesgo de una “guerra de generaciones”: guerra en el interior de nuestra sociedad, que opondrá un número decreciente de jóvenes a una mayoría de viejos o considerados como tales, estigmatizados por el racismo de la edad; guerra en el exterior, puesto que las viejas sociedades occidentales se opondrán al dinamismo demográfico y a las reivindicaciones violentas de un mundo musulmán dominado por la juventud. Para evitar que, como último recurso, se les pida un día a las personas mayores su propio sacrificio físico en interés de la colectividad, un solo remedio se impone: una revolución que, paradójicamente, será desarrollada por aquellos a quienes se debe el “culto de la juventud”: las generaciones del baby boom. Debido a su número y a su poder adquisitivo, ya durante su juventud revolucionaron nuestros hábitos alimentarios, la moda, las costumbres, la economía, la política, en resumen: la sociedad en su conjunto. Desde ahora, nos obligarán a interesarnos en la edad y en el envejecimiento. La solución será el famoso “complot” insinuado por el título del libro y que, en primer lugar, invita a los futuros “viejos” a pensar en sí mismos de otro modo, a aprender a envejecer con el horizonte de una esperanza de vida prolongada que romperá las concepciones heredadas de la cronología formación-pro- 35 ¿EL PODER GRIS? fesión-jubilación, y después a superar, por instinto de supervivencia, la discriminación y la exclusión y terminar por agruparse. De una dramaturgia escalofriante, el libro quiere ser provocador. Por lo demás, el momento elegido para intervenir no es anodino: después de los años de hartazgo ante lo sustancial del problema demográfico (cf. el credo “los jubilados están seguros” en los años 1982 a 1998), Alemania da a luz con dolor un compromiso de reforma de las pensiones que pretende garantizar la viabilidad del sistema en el futuro. Lo cierto es que esta toma de conciencia tardía se limita al efecto económico del envejecimiento y adolece de la falta de un debate público en torno a la complejidad del asunto con todas sus implicaciones sociales, psicológicas y geopolíticas incluidas en el libro. Quizás sea este vacío de razonamiento lo que explica que el libro se haya encontrado durante varias semanas a la cabeza de las ventas y que su autor, periodista y editor del diario Frankfurter Allgemeine Zeitung, haya sido el preferido en los debates televisados. 36 Ensayo de vulgarización ante todo, el libro se hace eco de los trabajos de investigación recientes relativos al envejecimiento (sobre todo, del norteamericano P.G. Peterson: “Grey dawn”) y revela así, de manera sintomática, hasta qué punto las disciplinas de Europa son tributarias de la evolución en los Estados Unidos; observación tanto más verdadera cuanto que el conflicto geopolítico proyectado por el autor se inscribe fielmente en la trayectoria bien conocida de S. Huntington. ¿Cómo actuará esta nueva mayoría de personas mayores en los planos político y económico? El autor no se propone profundizar en esta pregunta, pero da algunas pistas. La condición de viejo en toda su diversidad y sus matices, que van desde el informático que roza la cuarentena hasta el centenario, ¿bastará para hacer “de los viejos” una fuerza política organizada? Está permitido dudarlo. En cambio, sería juicioso aceptar que se tratará de la primera generación que envejecerá con el dominio de tecnologías que transgreden los obstáculos físicos de la edad y que le permitirán participar, manifestar su presencia y, dado el caso, moverse en la escena política. Por último, el argumento del poder económico de los “baby boomers” en sentido amplio no parece desprovisto de importancia. A pesar de la incertidumbre persistente de la financiación de las jubilaciones en el futuro, las generaciones en cuestión dispondrán de medios financieros considerables y nadie duda de que el mercado se adaptara a sus necesidades. Nacido en 1959, Schirrmacher pertenece también a la generación de la que se nombra defensor y confirma así que el proceso de concienciación que dibuja acaba de ser lanzado. El peso económico y social de las personas mayores en los Estados Unidos ROBERT N. BUTLER Doctor en Medicina, Presidente y Director Gerente del International Longevity Center28, Estados Unidos. Profesor de Geriatría. Copresidente de la Alliance for Health & the Future29 Las características de las personas mayores en los Estados Unidos son tan diversas como la propia nación. Cuanto más aumente la edad de los baby boomers, mayor será la influencia electoral que ejerzan en la puesta en marcha de las políticas sociales. Aunque así sea en determinados ámbitos, la influencia de las personas mayores es más aparente que real. En el ámbito de los medios de comunicación, la existencia de un “poder gris” no es todavía evidente. En realidad, este poder está por demostrar. Pocos periodistas están formados para comprender los muy numerosos aspectos del envejecimiento. Por otra parte, la capacidad del “poder gris” para influir en el legislador y en la opinión pública está sobrestimada. Por todos estos motivos, las organizaciones de fines no lucrativos, como el ILC (International Longevity Center) se han dirigido al gobierno y a las empresas con el fin de que estas cuestiones del envejecimiento puedan ser mejor comprendidas y tenidas en cuenta. Este número de los Cuadernos de la FIAPA sobre el envejecimiento en el mundo analiza la capacidad de las personas mayores para influir en el cuerpo social. Investiga el lugar que ocupa este grupo de edad en un determinado número de ámbitos. En realidad, las personas mayores (en los Estados Unidos, las personas de 65 y más años) no representan un conjunto homogéneo, sino un grupo formado en condiciones históricas, morales, culturales y políticas muy diversas; su composición experimenta cambios continuos, de una generación a otra. En los Estados Unidos, la generación actual de las personas mayores, en especial las de más edad, conservan impresas las marcas de la gran depresión y del New Deal del presidente Roosevelt, sin olvidar la creación de la seguridad social “Social Security”, que instaura un importante contrato intergeneracional 28 Centro Internacional de la Longevidad [N. del T.]. Alianza para la Salud y el Futuro [N. del T.]. 29 37 ¿EL PODER GRIS? gracias al sistema de pensiones. La mayor parte de los responsables políticos norteamericanos hacen una distinción entre las diferentes generaciones que componen los jubilados. Quienes de entre ellos desearían cambiar las políticas públicas no cesan de decir a la cohorte de las personas de edad muy avanzada que los cambios proyectados no van destinados a ellas y que, en definitiva, sólo afectarían a las generaciones futuras. En su juventud, estas personas participaron en la guerra y, luego, en la última parte de su vida, no siempre han aprobado las operaciones militares emprendidas por su país. Conviene subrayar que la mayor oposición a la guerra de Vietnam fue más respaldada por los mayores de 55 años que por los más jóvenes. Otra cohorte más joven se distingue: los baby boomers 38 Los baby boomers norteamericanos nacieron entre 1946 y 1964 y han acreditado una gran influencia en la vida política y económica; una influencia manifestada tanto por su oposición a la guerra de Vietnam como por su poder adquisitivo. En los Estados Unidos, los primeros baby boomers tendrán 65 años en 2011 y esta cohorte alcanzará la cresta de esta ola demográfica concreta alrededor de 2025. Entonces representarán cerca del 20 % de la población. Con importantes variaciones geográficas, étnicas y raciales, las características de esta generación son tan variadas como el propio paisaje político. Además, las personas mayores no actúan solas, sino en conjunto y con sus familias, siempre que tengan una. Las interacciones familiares son complejas y pueden llegar a ser problemáticas con la entrada en una residencia de personas de edad avanzada. La enfermedad de Alzheimer, asuntos financieros y otros problemas que afectan a los más ancianos de entre nosotros no dejan de inquietar a la generación siguiente. Dado que las personas mayores se inscriben en mayor número en las listas electorales y que votan en mayor proporción que otros grupos de edad (esto podría cambiar), constituyen en torno al 30 % del electorado nacional y estarían, pues, en condiciones de ejercer una influencia política considerable, sobre todo sobre los asuntos relativos a la dependencia y la sanidad. En efecto, sus necesidades serán tomadas en consideración tanto mejor cuanto más perdure una determinada democracia social. Además, a menos que ocurra una catástrofe natural o un apocalipsis, el porcentaje de quienes tienen 65 y más años en la población no está próximo a decrecer e, incluso, es probable que se incremente después de 2025. Entonces, en este período, quedará libre el camino para una política de envejeci- TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES miento más activa (el 20 % de la población habrá alcanzado 65 y más años.). En los Estados Unidos, 10 estados reúnen el 50 % de los mayores de 65 años y el 50% de los votos en el momento de la elección presidencial, lo que provoca una importante competencia política entre las fuerzas presentes. En los demás estados, y en determinados distritos, las personas mayores podrán representar también una fuerza considerable. En Arizona, por ejemplo, las personas mayores se han pronunciado contra la financiación de las escuelas públicas. Sin embargo, la influencia política de los mayores de 60 años no se limita al ámbito electoral. Su influencia puede pasar también por su capacidad para llevar el debate público al terreno de sus intereses y a poner por delante determinadas reivindicaciones suyas mediante presiones sobre la opinión pública y sobre los responsables de las políticas. En estas condiciones, el “poder gris” en los medios de comunicación y en otros sectores necesitaría que se le dedicasen análisis serios. Los medios de comunicación Es paradójico que en los Estados Unidos haya tan pocos periodistas (prensa escrita, Internet, etc.) que cubran el campo del envejecimiento y sus numerosos aspectos: políticos, científicos, económicos y culturales. En efecto, pocos de ellos disponen de la formación necesaria para tratar este asunto. Paul Kleyman, de la American Society on Ageing30, ha fundado el Journalist Exchange on Ageing31, al que califica de “Age Beat” 32. El New York Times y el International Longevity Center han establecido un programa destinado a los periodistas, denominado Age Boom Academy33. Este programa está centrado en la salud y en los medios de conservarla, pero también en las políticas sociales (“Social Security”, “Medicare” y “Medicaid” )34. Describe los últimos descubrimientos médicos, las corrientes culturales más recientes y muchos otros temas más. La Age Boom Academy propone un seminario intensivo, de duración semanal, destinado a mejorar la calidad de los reportajes referidos a aspectos esenciales del envejecimiento. Se selecciona a profesionales de las revistas escritas, de la radio, de la televisión y de las publicaciones electrónicas para que vayan a informarse junto a los mejores especia30 Sociedad del Envejecimiento de los Estados Unidos [N. del T.]. Intercambio de Periodistas sobre el Envejecimiento [N. del T.]. Literalmente, 'pulso/latido de la edad' [N. del T.]. 33 Academia del Auge de la Edad [N. del T.]. 34 Medicare y Medicaid son de los programas destinados a cubrir los gastos médicos de los mayores de 65 años y, en una cierta medida, su institucionalización (para los más pobres.) 31 32 39 ¿EL PODER GRIS? listas del envejecimiento, así como economistas, expertos en comunicación, sociólogos, científicos, gerontólogos y numerosos expertos. Subvencionadas por la fundación del New York Times y organizadas por el International Longevity Center-USA (www.ilcusa.org), las sesiones tienen lugar en la sede social del ILCUSA situada en Nueva York. Por su parte, la American Medical Writers Association35 concede un interés creciente al envejecimiento. En relación con el pasado, la cobertura que los medios de comunicación conceden a estas cuestiones está en neta progresión. Sería interesante analizar sus contenidos, ya sean éstos positivos o negativos. Por lo demás, algunos han sido muy negativos. Pienso en particular en una forma casi clásica de “discriminación por motivos de edad” en The New Republic. En 1988, esta publicación había publicado, en lugar destacado, un artículo ¡sobre los... “viejos glotones” o los “viejos vividores ávidos”! (greedy geezer). 40 Dado que esta revolución de la longevidad es uno de los fenómenos más importantes de nuestra época y representa un progreso considerable, podría parecer normal que los medios de comunicación formen periodistas para interesar al mayor número posible de lectores de todas las edades en los asuntos de envejecimiento. Los grupos de personas mayores no son los únicos partícipes implicados en esta vasta tarea; en este sector del envejecimiento, otros protagonistas han tomado también iniciativas similares. El poder de las personas mayores y de sus organizaciones representativas En los Estados Unidos se ha oído hablar mucho de la capacidad del “grupo de presión gris” para influir en el legislador y en la opinión pública. Esta percepción es muy exagerada. La banca, los seguros, la industria del acero y otros sectores económicos tienen mucha más de influencia que el “grupo de presión gris”. La AARP (anteriormente American Association of Retired Persons), cuyos miembros tienen 50 y más años, se ha atribuido la misión de influir en las políticas públicas para preservar, en concreto, instituciones como la “Social Security” y “Medicare”. Esta organización ha conseguido cierto éxito. La AARP milita, por ejemplo, para que “Medicare” cubra también los medicamentos de las consultas externas. Tras el fracaso de la AARP en 1988, en relación con la cobertura de la dependencia, algunos de sus 35 Asociación de Médicos Escritores de los Estados Unidos [N. del T.]. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES “DE LOS JUBILADOS AL NÚCLEO DE LA VIDA ASOCIATIVA: EL CASO DE FRANCIA” “Henri Mendras anunciaba, en los primeros años de la década de 1980, que el peso de los jubilados aumentaría en el voluntariado y contribuiría a animar la vida cívica y asociativa. 'Como tienen sus recursos asegurados, (los jubilados) van a encargarse de las tareas voluntarias de todos los órdenes y contribuir así a desarrollar actividades diversas en el seno de las asociaciones e instituciones más variadas. Los jubilados jóvenes, activos en todos los ámbitos de la vida cívica y cultural, estarán en el centro de toda una trama de vínculos, de informes y de actividades poco organizadas, a veces de corta duración, pero renacientes sin cesar, que se desarrollan al margen de las grandes instituciones' (MENDRAS, 1988, p.203). El análisis de Henri Mendras parece haber sido confirmado, en los primeros años de la década de 1990, por las encuestas sobre la ocupación durante la jubilación de las nuevas cohortes de jubilados. El desarrollo del fenómeno asociativo está detectado en los estudios dirigidos por Hélène Riffault, quien observa una fuerte participación asociativa en el grupo de edad de 65 a 74 años en 1990. Y concluye: 'una nueva generación de jubilados de edad avanzada está en fase de constituirse, que no tiene mucho que ver con los “viejecitos” de otro tiempo y que está llamada a protagonizar un papel creciente en la ciudad. En efecto, ha tenido lugar la “explosión asociativa”. Entre los últimos años de la década de 1970 y los finales de la de 1990, los mayores de 60 años tienen el récord de progresión en materia de afiliación asociativa. Incluso el aumento más espectacular se sitúa entre los septuagenarios. Un resultado que, por lo demás, podría confirmar la idea de un retraso de la edad de abandono, tal como ha constatado ya el equipo de Christian Lalive d'Épinay en Suiza. Con el retroceso de la edad biológica, el retroceso de la vejez física se traduciría por un desplazamiento concomitante del envejecimiento social”. FUENTE: Jean-Philippe VIRIOT DURANDAL en : “Le pouvoir gris. Sociologie des groupes de pression de retraités”, collection le Lien Social, P.U.F., 2003, pp. 127-130. BIBLIOGRAFÍA de referencia: MENDRAS HENRI: “La seconde révolution française”, 1965-1984, París, Gallimard, NRF, 1988, 329 páginas. RIFFAULT HÉLÈNE (Dir.): “Les valeurs des français”, París, Presses Universitaires de France, 1994, 332 páginas. miembros se han rebelado y esta organización ha perdido parte de su potencia. Mientras que la AARP desafiaba a la industria farmacéutica, descuidaba otros objetivos igual de importantes, como las industrias del tabaco o de la alimentación, las residencias de ancianos o las pompas fúnebres. El actual dirigente de la AARP, William Novelli, ha contribuido ampliamente al desarrollo del márketing social en los Estados Unidos. Más allá de los miembros de su asociación, aspira a hacer de la AARP una agencia del cam- 41 ¿EL PODER GRIS? bio social mediante el aprovechamiento del trabajo militante de base para intentar la modificación de las políticas públicas. Sin embargo, la existencia de asociaciones para las personas mayores compuestas por miembros con puntos de vista muy diversos tiene por efecto involuntario el de calmar las opiniones más radicales. Otro grupo, el Nacional Council on Ageing36, es una asociación que agrupa a organizaciones y profesionales. Pretende ser una voz a favor de las políticas públicas para las personas mayores. Su equipo de negociación se encuentra en Washington D.C. En el ámbito local, asociaciones como Friends and Relatives of the Institutionalized Aged in New York (FRIA)37 militan para el establecimiento o la mejora de los procedimientos legales o reglamentarios que gobiernan las residencias de ancianos y las de cuidados personales. Esta estructura suministra también informaciones que permiten la evaluación y elección de un establecimiento, pasando por consejos de financiación. El poder social 42 Los jubilados pueden disponer de tiempo y muchos de ellos gozan de buena salud, por lo que tienen la posibilidad de representar un papel educativo en provecho de las jóvenes generaciones, lo que se inscribe en la filosofía de Maggie Kuhn, fundadora de los Gray Panters [Panteras Grises] (Consultation of Older and Younger Adults for Social Change)38. Esta última estimaba que la colaboración entre las generaciones podría ser la mejor forma de promover el “poder gris”. Pensaba, con razón, que si los jóvenes conocieran mejor los problemas del envejecimiento serían más capaces de hacer frente al envejecimiento en mejores condiciones. Un número creciente de personas mayores están en activo como voluntarios en organizaciones no gubernamentales consagradas al medio ambiente o a actividades de carácter social. Trabajan en numerosas organizaciones locales o nacionales como los Peace Corps39. El Senior Environment Corps40 es un ejemplo de ellas. Se trata de una coalición con fines no lucrativos fundada en 1991 con motivo de un acuerdo entre la US Environmental Protection Agency41 y la American Association of Retired Persons, que 36 Consejo Nacional del Envejecimiento [N. del T.]. Familiares y Amigos de la Edad Institucionalizada en Nueva York [N. del T.]. Asesoramiento de Adultos Mayores y Jóvenes para el Cambio Social [N. del T.]. 39 Cuerpos de Paz [N. del T.]. 40 Cuerpo Medioambiental de Mayores [N. del T.]. 41 Agencia de Protección Medioambiental de los Estados Unidos [N. del T.]. 37 38 TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES reúne a organizaciones de voluntarios preocupados por la protección del medio ambiente y por el envejecimiento. Está presente en los Estados Unidos, en cada uno de sus estados, y en 20 países extranjeros. Esta coalición permite a los adultos de edad avanzada incrementar la posibilidad de representar un papel activo en la protección y la mejora del medio ambiente. A partir de un programa de actividad y de una ética del medio ambiente, de abnegación y una competencia segura, las personas de edad más avanzada se dedican a actividades como cultivar legumbres o flores, cuidar de los niños después del horario escolar, observar la calidad de los arroyos y los ríos e informar a la población sobre las maneras de preservar el agua potable. También pueden facilitar una ayuda preciosa en los parques nacionales. Igual que otros países del mundo, los Estados Unidos se adaptan a las nuevas realidades del envejecimiento y exploran las vías y los medios de una mejor adecuación con las necesidades de su población senescente. Para tranquilizar a quienes temen que un número en aumento de personas mayores (en especial la generación del baby boom, que alcanzará una masa crítica en apenas ocho años) imponga una carga demasiado pesada a la sociedad, se debe precisar que la diversidad de su situación proporcionará nuevas posibilidades, aunque las personas senescentes, debido a su número, cambien un poco la cara de nuestro país. Es posible que la masiva prolongación de la vida de la población aporte más madurez al conjunto del cuerpo social. Tal como dijo Bernard Shaw: "Los hombres no viven bastante tiempo. Cuando se mueren, son simples niños". 43 1 - PODER E INFLUENCIA EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN La influencia de los mayores en los medios de comunicación: una relación de reciprocidad JEAN-YVES RUAUX Redactor jefe de Seniorscopie.com (grupo Bayard) Profesor asociado en la Universidad de Rennes 2 La influencia de los mayores en los medios de comunicación es una relación recíproca. Los medios de comunicación no perdurarían sin el asentimiento que su público les concede y les retira con cada número difundido. Este mismo público no sería identificable como grupo social sin las representaciones que de él ofrecen los medios de comunicación. Son los grandes medios de comunicación generacionales, Notre Temps a la cabeza, los que han “construido la jubilación” porque, a diferencia de los Estados Unidos, la prensa militante a favor de los mayores es muy embrionaria en Francia. De la interacción entre el público y los medios de comunicación resulta, entonces, una tensión permanente a la cual contribuyen también las exigencias de rentabilidad de los grupos de prensa y los desiderata de los publicitarios para que la prensa generacional permanezca “sumergida en el gueto”. Los mayores, paralelamente, se apropian poco a poco de lo neto. Pero falta por medir la incidencia de los medios digitales en el consumo de los medios de comunicación clásicos y el compromiso público de los mayores. Armand Matelart ha observado que, en los siglos XVIII y XIX, los ingenieros civiles, con las redes que habían creado, carreteras, canales, telégrafos... habían contribuido a desarrollar la circulación de los mensajes e intercambios. Los romanos, veinte siglos antes, habían sabido ya usar sus redes para llevar mensajes a los confines de su imperio en los plazos más breves. Y François Falc'hun (1909-1991), profesor de lengua celta, había observado el papel de los puentes y mercados en la propagación de la lengua francesa en Bretaña. La ausencia de puentes retardaba la transmisión, incluso la impedía. Entonces, ¿qué es un medio de comunicación? El medio de comunicación es el soporte técnico, permanente o no, de un mensaje que, por su parte, contiene información y/o un contenido emocional de coeficiente variable. La forma de este contenido suele estar subordinada a la naturaleza del medio de comunicación con motivo, sobre todo, de las limitaciones materiales a las que somete la expresión. 47 ¿EL PODER GRIS? Otra fuente de subordinación: la sanción del público que compra o rechaza, que se abona o deserta. Fuerte poder que ejercen los mayores sin concederle atención. Son los campeones del abono a los diarios, revistas y magacines con una media del 38 % y un pico del 44 % en el caso de los hombres mayores de 65 años. Entonces, ¿influyen precisamente los mayores en los medios de comunicación? ¿En qué sentido? ¿No hay que preguntarse sobre la noción de medios de comunicación y, en especial, de medios de comunicación de mayores, antes de contestar? Por cierto, ¿quiénes son estos mayores?, ¿son baby boomers, papy boomers42, baby boomers en vías de conducir el papy boom43? Y sus medios de comunicación, ¿qué son? ¿”Medios para mayores por su destino”? ¿”Medios para mayores por deslizamiento” que han envejecido con su público? ¿No responden de manera distinta a las expectativas de sus lectores, con los cuales mantienen relaciones diferentes? ¿No hay que distinguir ya entre los medios de comunicación que los consideran como destinatarios terminales y los medios de comunicación que los identifican con prescriptores? -Y los mayores, ¿no son alternativamente prescriptores y clientes, doctores y pacientes? -Buena pregunta, Holmes. Pero, ¿quiere decir que el mismo medio de comunicación puede dirigirse a ellos en actitudes diferentes? ¿Que el público modela su propio diario a través del correo de los lectores, de la evolución de las ventas y del abono? 48 -Como mínimo, Watson, como mínimo. -¿No irá a defender que los periodistas sólo actúan por delegación? -Sí, sin ninguna duda. E incluso... -¿Incluso qué? ¿No pretenderá que los jubilados jueguen a ser periodistas? -Sí, a veces. Todo depende de su cultura. Pero, ¿cree usted que su práctica de los medios de comunicación se queda en los diarios, en los magacines? -¿Por qué? -¿Por qué? Elemental, amigo mío: han comprendido ya las reglas de Internet y lo han domesticado. ¿Cómo se crea un medio de comunicación para mayores? La creación de medios de comunicación destinados a un grupo social concreto constituye de por sí un desafío en la medida en que contribuyen a hacer visible, a 42 Los baby boomers han crecido y ya son padres y hasta abuelos: ahora son papy boomers (papy = papá) y están a punto de jubilarse [N. del T.]. 43 Con el correr de los años, la generación del baby boom se ha convertido en una nueva generación, la de los papy boom; su lema: "¡Jubilados, pero no en retirada!" [N. del T.]. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES representar e, incluso, a anclar una categoría singular en el espacio público. L'Express de Jean-Jacques Servan-Schreiber había “inventado” la categoría socioprofesional de los directivos, porque daba una visibilidad estructurada a sus aspiraciones, con una formulación y referencias visuales. La creación de Notre Temps, en 1968, permitió sacar a la luz una problemática de la jubilación y ha hecho que la sociedad sea consciente de la existencia de los mayores en tanto que cuerpo social dotado de una visibilidad, de asperezas, de especificidades, de reivindicaciones y de apetitos. Robert Baguet, presidente de honor del Instituto Nacional de la Jubilación Activa (INRAC) es reconocido como el cofundador de Notre Temps con Roger Lavialle, en el núcleo de un movimiento de ascendencia cristiana social que abanderaba su concepto, hasta entonces desprovisto de materialización. Describe las circunstancias de la creación del magacín en abril de 1968: “No habíamos surgido directamente de la corporación periodística. Los movimientos de juventud, las corrientes sindicalistas habían sido nuestro universo de militantes preocupados por una sociedad acogedora para todos. Es un proyecto social que fue la razón de ser de este nuevo magacín. No pensábamos ser 'comerciantes de papel', sino promotores de una idea nueva de la que el diario debería ser la expresión y el vehículo. En aquella época, el público de los mayores de 65 años era un público mal situado. No estaba catalogado en los sondeos de Sofres... Hemos sido nosotros quienes, trabajando con este organismo, hemos hecho aparecer nuevas clasificaciones. 65 años era la edad de la jubilación. Con raras excepciones, este público vivía en situación de dependencia el poco tiempo que le quedaba de vida. La mayor parte eran ‘muertos sociales’, según los términos de Anne-Marie Guillemard”44. Notre Temps ha contribuido, por consiguiente –imágenes, textos, exhortaciones de los títulos–, a estructurar el campo de las representaciones sociales. Remite al jubilado-lector una imagen elaborada de sí mismo y a la sociedad la representación valorizada de un cuerpo social. A diferencia del norteamericano AARP The Magazine, Notre Temps no es la herramienta de expresión suscitada por una asociación, un grupo militante. Es el fruto validado de la intuición de empresarios de prensa que habían advertido la demanda latente de un grupo –el de los jubilados– que ha ayudado a construir su representación, que hasta entonces tenían negada. ¿Influyen los mayores en los medios de comunicación? Se impone una respuesta positiva, incluso si es preciso diferenciarla por sectores y preguntarse por la noción misma de medio de comunicación destinado a las personas mayores. 44 Directora de estudios en el Escuela de altos estudios en Ciencias Sociales. Ha publicado, además, L'Age de l'emploi, Armand Colin, 2003. 49 ¿EL PODER GRIS? Positivo: los mayores representan la fuerza del número. Son los más fieles lectores de la prensa diaria (PD). Ahora bien, la cantidad de lectores de la “PD” ha disminuido globalmente del 79 al 73% desde 1989 a 1997, mientras que la de los lectores mayores se ha mantenido en su conjunto (76%). Los consumidores de más diarios son los hombres, con una sola excepción (el lector tipo de La Croix es una mujer comprometida socialmente de 60 años, según Bruno Frappat, director). “Leer todos los días un diario es una actividad que sigue siendo masculina –en este punto, las mujeres no han alcanzado a los hombres– y que cada día parece más característica de los agricultores y de los jubilados”, comenta Olivier Donnat. 50 ¿Influyen los mayores en el contenido o la forma del diario? Sin ninguna duda, en ambas cosas. Para tener en cuenta el envejecimiento de sus lectores, Ouest France, por ejemplo, ha aumentado gradualmente el tamaño de sus caracteres tipográficos de base y armonizado el conjunto de su tipografía, desde el comienzo de la década de 1970. La “superrepresentación” de los mayores entre los lectores le obliga, por lo demás, a dinamizar y a variar su oferta para mantener (o encontrar) el equilibrio demográfico de su cartera de lectura cuando su difusión llega a su límite máximo. Corre el riesgo de convertirse en un “medio para mayores por deslizamiento”, es decir un medio de comunicación que su público hace envejecer, como las revistas de actualidad (Express, Point, Nouvel Observateur), y que se distinguirá de los medios de comunicación destinados a mayores, Notre Temps, Pleine Vie (ex Temps Retrouvé), Vermeil... Intuiciones y estudios45 se respaldan mutuamente en todas las empresas editoras para prevenir y paliar las caídas de difusión. Pero, desde hace más de veinte años, Ouest France se estanca algo por debajo de los 800.000 ejemplares diarios vendidos, a pesar de una evolución demográfica del Ouest France, cuyo saldo permanece positivo. A diferencia de los diarios, la prensa periódica de proximidad no conoce ninguna distorsión demográfica entre sus lectores, ni la marcada preponderancia de una categoría de edad. 45 Prisma Presse, la filial francesa del grupo alemán Bertelsmann, había hecho de los largos estudios de mercado una regla para lanzar un título nuevo. Así obtuvo el éxito de Femme Actuelle, destinado a un público femenino que pasa a ser mayoría, y de Prisma. Uno y otro venden más de un millón de ejemplares. Pero es la intuición la que ha impuesto el giro, al cambiar Voici, pensado inicialmente (1986-1987) como revista "femenina consumista" en "semanario rosa". Mientras que la primera fórmula tocó techo en alrededor de los 200.000 ejemplares, la segunda llegó rápidamente a una difusión triple que desde entonces casi se ha mantenido. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES Dicho esto, la “rectangularización” progresiva de la pirámide de edades, con un acceso cada vez más masivo de las generaciones de edad avanzada, tendrá también su incidencia sobre los lectores de las publicaciones, una influencia que entonces estará vinculada al simple efecto de las cohortes. Un francés de cada cinco tiene en la actualidad más de 60 años, para totalizar unos 12 millones. En treinta años, los mayores de 60 años representarán la tercera parte de la población, mientras que el número y la proporción de los menores de veinte años habrán caído de la cuarta a la quinta parte, lo que no dejará de incidir en el cometido de los editores de prensa (véanse las proyecciones del INSEE). ¿Obedecen el márketing y las redacciones a una misma lógica editorial? No forzosamente. Pero su interacción ayuda a distinguir la influencia de los lectores, mayores o no, en los medios de comunicación. En efecto, la identificación, por parte de los compradores de espacio y los especialistas en márketing, de unos lectores mayores vinculados a una cabecera puede tener un efecto positivo (mercado inmobiliario de gama alta presente en el Express, el Nouvel Observateur y el Figaro Magazine) o negativo (cosméticos, moda, marcas prestigiosas reticentes con la prensa generacional...). Los temas elegidos son objeto de negociaciones constantes entre la redacción y los servicios comerciales de un magacín, sobre todo si es femenino o de mayores. La lógica publicitaria y la editorial no siempre coinciden. Pero después de Interdeco, que populariza el concepto de edad subjetiva, los publicitarios comienzan a centrarse en las personas de 50 a 64 años tras haber concedido toda su atención durante mucho tiempo al ama de casa menor de 50 años. Pero no por ello están menos animados de una visión a veces “segmentadora” de su profesión. La compra de espacios, que son menores que en las revistas de actualidad, por ejemplo, hacen que las facturas publicitarias de los magacines para mayores no estén a la altura que su difusión supone. Una orientación, bastante reductora, que rinde culto a los valores juveniles46 puede conducir a modificar el contenido de la prensa para complacer a los anunciantes y olvidar que la representación que se tiene de sí mismo y la búsqueda de informaciones pueden estar disociadas47, que las “exhortaciones contradictorias” que vive un público mayor hacen coexistir una portada de 46 El término jeuniste carece de equivalente en español, por lo que se utiliza una paráfrasis [N. del T.]. Plus Magazine, el mensual para mayores belga, propone simultáneamente en su número de diciembre de 2003 consejos de belleza, con fotos de jóvenes maniquíes, para "ser bella hasta el final de la noche" (págs. 110-112) y un expediente práctico sobre la hipertensión (págs. 88-90). 47 51 ¿EL PODER GRIS? magacín con un modelo de veinte a treinta años más joven que el destinatario y artículos centrados en los problemas de salud de los mayores (menopausia, osteoporosis, próstata...). Ahora bien, el mensaje no puede circular sin ósmosis entre continente y contenido, sin connivencia entre el medio de comunicación y sus lectores. Y el editor no tiene la capacidad de fijar unilateralmente el contrato de lectura. Esto se hizo patente en el caso del semanario Bonne Soirée, nacido en 1922 en Bélgica antes de publicarse en Francia a partir de 1946, transformado en Côté Femme. En 1999, el intento de rejuvenecer el título, sin tener en cuenta suficientemente algunas aficiones de las lectoras, se saldó con el rechazo de numerosas compradoras de edad avanzada. Ello ha obligado a la dirección del grupo Bayard a poner fin a la misión de los iniciadores de un cambio de fórmula demasiado brutal, demasiado radical48, demasiado alejado de la cultura de la clientela lectora afectada. La cifra de difusión del magacín, después de una fuerte caída, se ha estabilizado después (2000-2003) con la vuelta a la combinación de las tres materias cuya alianza constituía la alquimia del título (cocina práctica, novela de ficción, actualidad televisiva). 52 Los hábitos de lectura no se acomodan por fuerza a las innovaciones editoriales. En 1999, Notre Temps se convirtió temporalmente en Notre Temps Magazine, a favor de una nueva fórmula ensayada porque la difusión de Notre Temps se desmoronaba. Pero Notre Temps Magazine no consiguió imponer a sus lectores el concepto de una publicación con las secciones repartidas en dos cuadernos, de modo que las secciones de ocio y de intercambios o de colecciones quedaban relegadas al segundo fascículo. Los lectores castigaron esta opción, igual que los anunciantes, y la difusión siguió degradándose. Se recuperó cuando el magacín volvió a centrarse, a partir de 2000, en un solo cuaderno, con sus secciones esenciales (derechos, salud, ocio, relaciones). ¿Pueden conciliarse los intereses de dos generaciones de mayores en una misma publicación? La adaptación de la prensa para mayores a las exigencias y, por lo tanto, a los votos de su público, se hace cada vez más compleja, en la actualidad, con dos generaciones de mayores en la jubilación. 48 Tras haber conocido una difusión total vendida de 255.606 ejemplares en 1998, Bonne Soirée convertido en Côté Femme toca techo en 197.855 ejemplares en 2000, o sea, una pérdida de más del 25 % de sus lectores en menos de 18 meses. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES En 1950, la esperanza de vida masculina era de 63,9 años. Las mujeres podían dar por sentado que vivirían hasta los 69 años. Actualmente, esta esperanza de vida es de 83 años para la mujer y de 75 años para el hombre49. Así pues, varias generaciones de mayores se encuentran ahora jubiladas. Los baby boomers sesentaiochistas (generación de Jacques Dutronc y Brigitte Fossey) se codean con los contemporáneos de Brigitte Bardot (la generación del contingente que participó en la guerra de Argelia) y la generación de Giscard d'Estaing y Michèle Morgan, que guarda un vivo recuerdo del sentido del deber impuesto por la educación de antes de la Segunda Guerra Mundial y las privaciones inherentes al conflicto. Sus centros de interés no se identifican y su manera de abordar un medio de comunicación tampoco: las informaciones relativas a los derechos de jubilación interesan sobre todo a las personas de 50 a 64 años, la genealogía a una población de edad más avanzada, en que la salud se convierte progresivamente en la primera preocupación. Se observa, sin embargo, una unificación progresiva de los comportamientos a partir de las generaciones nacidas después de 1936. Unificación cuya consecuencia es hacer difícil la creación –y, por lo tanto, la supervivencia– de magacines generacionales “segmentadores” para mayores50. La extremada segmentación por edad de la prensa joven de Bayard (Popi, Pomme de Api, Okapi, Je lis déjà, J'aime Lire, Je Bouquine, Okapi, Phosphore...) y de las demás marcas de prensa joven (Fleurus, Milan) es obligatoria, porque acompaña a cada fase del despertar a la vida y del desarrollo intelectual, desde la niñez hasta la adolescencia. Impone un ritmo difícil a la vida de los títulos que deben reclutar nuevos lectores cada dos o tres años de promedio, a pesar de los costes económicos crecientes. Por el contrario, una segmentación tan cortada es imposible en lo referente a la prensa para mayores. Un magacín dedicado a la generación de los mayores de edad muy avanzada, que, por consiguiente, haga referencia a un pasado que incluya el período anterior a la guerra, la preeminencia de la moral religiosa en la organización de la vida social, la guerra y las privaciones que la acompañaron, con su moral del esfuerzo, tanto religioso como laico, moriría con la desaparición progresiva de sus lectores, sin haber podido renovar su público con motivo de la diferencia de valores con los baby boomers. 49 Actualización periódica de estas medias en www.insee.fr y www.seniorscopie.com. La creación de Bel Age Magazine (Bayard, 1998-1999), destinado a los mayores de 75 años, había captado a parte del público de Notre Temps cuando su vocación era evitar la desafección por Notre Temps por parte de un público edad avanzada que tenía un enfoque de la vida distinto del de los mayores más jóvenes, núcleo del objetivo del magacín. 50 53 ¿EL PODER GRIS? En cambio, las jubilaciones masivas desde 2006 van a transformarlos en papy boomers51 que conseguirán borrar las diferencias de estilos de vida, no con los mayores, sino con las generaciones siguientes52, lo que paralelamente debería incitar más a los publicitarios a “anunciar” en los magacines para mayores. Entonces, ¿influyen los mayores en los medios de comunicación? Sí, puesto que condicionan la evolución de los lectores y, por lo tanto, la existencia de una publicación; sí, puesto que su asentimiento es necesario para su expansión, sin desconocer que una fidelidad demasiado estrecha a un público generacional puede ser factor de decrepitud de una publicación, incluso de desaparición programada. En cambio, el examen de la influencia de los mayores en los medios de comunicación no se detiene ni en el márketing de prensa, ni en la prensa. Ésta no es el único medio de comunicación, ni mucho menos. 54 ¿No hay que dejar de distinguir entre los medios de comunicación que consideran a los mayores como destinatarios últimos de su mensaje y los medios de comunicación que los identifican como prescriptores? Pero, por cierto, ¿no son alternativamente prescriptores y clientes, doctores y pacientes? Por completo. La prensa profesional se dirige al médico, al farmacéutico, al agente de viajes como prescriptor. Seniorscopie.com y la versión profesional de Agevillage.com se dirigen a trabajadores sociales, economistas, publicitarios, médicos que trabajan en el campo de los mayores, no a los propios mayores. La prensa infantil hace de su lector un prescriptor en relación con los regalos que le hacen sus abuelos. Pero el lector es también prescriptor y destinatario del título que lee. Los grandes medios de comunicación para mayores realizan cada año envíos publicitarios destinados a varios millones de personas para mantener y renovar su difusión, porque un abono conseguido es el fruto raro, a menudo, de varias decenas de contactos por correo. El mayor es, desde luego, prescriptor respecto del título que desea sumarle a su audiencia y después conservarlo en su clientela. El medio de comunicación que quiera conquistar a un mayor, debe 51 En 2006, las figuras de mayo de 1968 se habrán convertido todas en sexagenarios confirmados, Alain Geismar tendrá 67 años, Michel El Bris, 62 años, Serge July, 64 años... 52 La American Association of Retired Persons, tras haber intentado escindir su oferta editorial en dos publicaciones en función de la edad, con My Generation para los baby boomers y Modern Maturity para sus mayores, ha vuelto en 2003 a un solo título, AARP The Magazine, adaptado con especificidades correspondientes a los 50-59 años, 60-69 años, 70+ para quienes las temáticas de trabajo, salud o viajes no representan las mismas formas de identificación. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES adoptar, pues, sus códigos estilísticos (rechazo en Francia, y en todo el arco mediterráneo, de portadas que presenten modelos de madurez) y responder a sus aspiraciones. Luego, deberá conservar desde ahora una programación de temas que tenga en cuenta sus preocupaciones, incluso que las anticipe. Es cierto que existe un efecto del envejecimiento en el perfil de los lectores, en sus expectativas y, por consiguiente, en los temas abordados por la prensa, que se ejerce de forma invisible (mejora de la legibilidad, aumento del tamaño del carácter) y visible. En la actualidad, su difusión (más de un millón de ejemplares mensuales) tiene anclados los dos principales magacines para mayores (Notre Temps y Pleine Vie) en una categoría de mastodontes a veces golpeados por la erosión de sus lectores. Adolece, como la prensa de televisión, del desarrollo de una oferta de masa de suplementos cercanos a la gratuidad (TVMagazine, Versión Fémina) que permite a los diarios hacer su oferta más atractiva, más federalista, a cambio de una aportación módica del comprador53. Los magacines para mayores no pueden hacer abstracción de este contexto competitivo que rebaja el precio de venta de la información. Los dos líderes en este sector ambicionan responder a las expectativas de unos lectores que pretenden organizar su nueva vida, cuando pasen a la jubilación, mediante actividades personales o colectivas, altruistas o de ocio. En el futuro, la clientela de nuevos jubilados estará cada vez más constituida por cohortes de baby boomers. A partir de 2006, las jubilaciones afectarán entonces al menos a 150.000 personas más que el año precedente (o sea, más de 800.000 en total anual), con motivo del famoso boom que siguió al final de la guerra y que ha persistido de forma neta y homogénea hasta 1973 (INED, Población de Francia: Evaluación provisional del 1 de enero de 2003). En el análisis de las formas de influencia en los medios de comunicación, algunos distinguen de manera sutil: – una “influencia externa”, es decir una influencia directa del lector sobre el contenido editorial; – una “influencia interna” que, por su parte, denota que la redacción y los especialistas de márketing editorial han de hacer evolucionar una publicación en función de la desiderata que su intuición y su profesionalismo les hacen percibir en sus lectores. 53 0,15 euros para Ouest France, cuya tarifa pasa de 0,70 euros a 0,85 euros el viernes, día de difusión de TV Magazine. 55 ¿EL PODER GRIS? Los analistas colocan bajo la locución “influencia externa” los datos correspondientes a la capacidad que tienen los mayores y los jubilados para reaccionar ante la prensa a través de las cartas de los lectores que expresan su descontento e influir en las representaciones relativas a la edad, las políticas en materia de vejez y las personas mayores. Es bien difícil distinguir estas influencias en lo que se refiere a identidad. De hecho, si bien difieren por su modo de expresión, tienen un efecto convergente para identificar al destinatario final de una publicación. Todo redactor jefe considera el correo de los lectores como un barómetro, y sabe que las manifestaciones deben ser ponderadas, dada la “superrepresentación” de los “militantes de la pluma” en las tribunas o en las manifestaciones declarativas. La realidad reflejada por las cartas de los lectores se mide menos fácilmente que las tendencias enunciadas en los resultados de estudios cuantitativos o cualitativos de márketing editorial. Sin embargo, el correo representa el papel de una señal que a veces desencadena el lanzamiento de una encuesta54 o la publicación de un expediente. 56 Así pues, los medios de comunicación se enfrentan aquí a un poder reactivo difuso y no organizado de protesta, que emana de lectores o de escritores “electrones libres” cuya cantidad sería interesante estimar. ¿Qué hay de un poder organizado, es decir, una influencia de las organizaciones de jubilados que actúan en tanto que representantes de un grupo social y tienen estructurada una acción de vigilancia mediática? Se citará, como ejemplo, el Media Watch Program55de los Panteras Grises estadounidenses. (Nota de la redacción: véase, a este respecto, la entrevista del director de los Panteras Grises de los Estados Unidos en este volumen.) En Francia, los baby boomers han instaurado, sin referencia generacional, una vigilancia crítica mediática y han creado un observatorio de los medios de comunicación (colocado bajo la responsabilidad de su inspirador en materia de visión de dichos medios, el profesor Armand Matelart) a partir de la corriente altermundialista56 y en el cual Le Monde Diplomatique, sus dirigentes, Bernard Cassen e 54 El magacín de actualidad “60 millions de consommateurs”, que fue lanzado en la década de 1960 por una generación consumista de la que los baby boomers han difundido y banalizado el mensaje con actitud reivindicativa, identificaba posibles sujetos de encuestas a partir del voluminoso correo enviado al Instituto Nacional de Consumo por usuarios insatisfechos y clientes expoliados. 55 Programa del Observatorio de los Medios de Comunicación [N. del T.]. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES Ignacio Ramonet, y su economista de referencia, Bernard Nikonoff, desempeñan un papel de reserva de pensamientos y argumentaciones críticas. Su publicación revitaliza y vuelve a difundir, adaptadas, doctrinas (“althuserianas”57, “bourdieusianas”58, postmarxistas, tercermundistas, trotskistas, ecologistas...) pertenecientes a los arcanos adquiridos en sus años de formación en la militancia, que precedió y siguió a la explosión de 1968. Esta corriente, surgida de un círculo de pensadores baby boomers, irriga hasta la contestación estudiantil actual, que debe a la vulgarización de una parte de sus tesis lo esencial de sus eslóganes. En cambio, las organizaciones de jubilados existentes en Francia, y en especial las que constituyen la Confederación Francesa de Jubilados (CFR), creada bajo la égida de Jean-Louis Mandinaud en 2000, no desarrollan ninguna línea de pensamiento que se abra a una reflexión o una acción social fuerte: su acción con motivo de la canícula homicida del verano de 2003 se ha reducido muchas veces a algunos comunicados sin conexión permanente con la acción pública y con los medios de comunicación. El mensaje que incita al poder público a tomar más en cuenta la suerte de las personas mayores ha sido ya recogido por los responsables médicos o de residencias de ancianos y las revistas comerciales para mayores, cuya audiencia (cerca de 10 millones de lectores) favorece la posición de enlace. Sin embargo, un principio de observatorio de las representaciones de los mayores en los medios de comunicación se constituye progresivamente a través de la asociación Télescopâges ([email protected]), que reúne a profesionales (medios de comunicación, gerontología...) y representantes de asociaciones para las conferenciasdebates en torno a la imagen y la representación de los mayores. En los Estados Unidos, las organizaciones de mayores, y en vanguardia de ellas la AARP, son productoras y vectores de información, mediante sus estudios, sus tomas de posición públicas y su trabajo de presión. La AARP cuenta con 35 millones de afiliados y su principal publicación, AARP The Magazine, se difunde con más de 23 millones de ejemplares, lo que la convierte en el primer periódico norteamericano, delante nada menos que del Reader's Digest o del National Geographic, que han vendido hasta unos 10 millones de ejemplares cada uno en el territorio nacional. 56 Hace referencia al Movimiento Altermundialista, también conocido como Movimiento por la Justicia Global, típico exponente de la denominada 'cultura antiglobalización', contraria al neoliberalismo y a todas las formas de imperialismo [N. del T.]. 57 Término acuñado a partir del apellido de Louis Althusser, filósofo marxista francés (1918-1990) [N. del T.]. 58 Término acuñado a partir del apellido de Pierre Bourdieu, sociólogo francés (1930-2002) [N. del T.]. 57 ¿EL PODER GRIS? Los jubilados franceses, por su parte, no han llegado aún al grado de profesionalización de los estadounidenses o no son lo bastante influyentes para tener peso en los debates públicos al lado de los sindicatos. En cuanto a las publicaciones de las asociaciones francesas de jubilados, quedan reducidas a modestos órganos de enlace. Difunden sus reivindicaciones con más dificultad que los medios de comunicación comerciales, excepto en sus esferas de afiliados, e incluso en ellas, porque es frecuente que esta prensa de periodicidad variable sólo irrigue a los directivos del movimiento. ¿Por qué esta discreción? Por motivos históricos y culturales. La prensa militante, y la tomada por tal, no ha reflejado nunca un verdadero éxito comercial en Francia. En cambio, la agonía de la prensa de opinión, la militante en particular, no ha significado el fin de la circulación de las ideas. Pero muchos medios de comunicación las transmiten. Es un medio de comunicación económicamente próspero –Le Monde Diplomatique– el que más transmite con periodicidad las preocupaciones de los altermundialistas. 58 Queda en pie una cuestión importante: la de la aptitud de la inmensa cohorte de los mayores franceses para convertirse en grupo de presión identificable e identificado, porque una clase de edad no hace un movimiento si no puede federarse con una identidad de aspiraciones. La reivindicación, por parte de la Confederación Francesa de Jubilados, de escaños para los jubilados en el Consejo Económico y Social, puede marcar la institucionalización del movimiento sin darle una identidad, una visibilidad o una influencia mediática más fuertes. Los mayores rurales (FNCAR), con la federación más numerosa (750.000 afiliados), no dejan de considerar su entrada en el Consejo Económico y Social a través de una extensión de su sección agrícola. En cambio, ningún editor responsable olvida que los medios de comunicación están incluidos en un proceso económico, tan enmarcado por contingencias industriales como por la cultura de sus lectores. En 35 años, el volumen de audiencia de la prensa para mayores se ha multiplicado por treinta, puesto que distribuye al menos dos millones de ejemplares al mes, mientras que el primer número de Notre Temps, creador de este segmento de prensa, sólo vendió 70.000 ejemplares en 1968. El éxito de esta prensa depende por completo de su aptitud para responder a las aspiraciones de estos lectores, cuidando de que los más reivindicativos no acaparen su expresión en detrimento del conjunto y de que ni la cultura de sus escritores y periodistas, a menudo más jóvenes que ellos, ni tampoco la de los publicitarios, constituyan una pantalla para la formulación de sus deseos. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES Es una apuesta renovada en cada aparición y ello en un contexto cambiante al mismo tiempo en el universo de la competencia y por causa de la evolución de los soportes. Será interesante medir, en los próximos años, el efecto que Internet ejercerá sobre estos lectores (en Francia y en otras partes) y su interacción con su “modo de consumo” de los medios de comunicación. ¿Cómo se apropian los mayores de los nuevos medios de comunicación? Más pronto de lo que cabe imaginar. De aquí la integración de la cuestión de su apropiación progresiva de los medios de comunicación digitales en la reflexión emprendida. El ordenador puede ser la herramienta de edición de mensajes escritos en una página y después difundidos en diferido, como el diario o el libro. Sitios como www.seniorplanet.fr y www.notretemps.com, los dos creados en 2001, han podido hacer, tras diversos tanteos, un medio de comunicación a la vez informativo y comunitario cuyo público se amplía progresivamente. Un estudio dedicado por Seniorscopie (mayo de 2001) en Internet para mayores relacionaba más de una decena de sitios franceses en los que lo esencial ha desaparecido en los meses siguientes. Lanzado en 2001 como modelo de un sitio accesible mediante pago, www.notretemps.com despega en 2003, abandonando ese modelo. Su frecuentación sobrepasa el millón de páginas vistas al mes en junio de 2003 y dos millones en noviembre59. Su público le manifiesta una adhesión creciente, basada en el rechazo al “todo de pago”. Es un público formado en esencia por mayores más jóvenes (el 16% con menos de 50 años, el 69% con 50 a 64 años, el 15% con más de 65 años, una predominancia femenina60 con el 54% de mujeres, el 46% de hombres, el 40% de personas en actividad) cuya composición modela la respuesta del medio de comunicación a su demanda. LA PRÁCTICA DE INTERNET ¿VA A MODIFICAR LA EXPRESIÓN MILITANTE DE LOS MAYORES? Los estudios, como las informaciones, lo ponen de manifiesto. Internet cumple con los mayores una revolución cuyos principales movimientos ya se han puesto en marcha. Los jóvenes contestatarios franceses llevan a Internet sus 59 La editora de Notretemps.com escribe esto en una nota fechada en julio de 2003: “Más de 200.000 mayores se han conectado al sitio durante el mes y han desencadenado la visualización de 1.105.000 páginas. Desde octubre de 2002, el sitio, que antes sólo era accesible mediante abono previo, ha abierto sus páginas en acceso libre. 60 Encuesta de Ipsos Bayardweb, en noviembre de 2003, tomando como base 1.276 entrevistas. 59 ¿EL PODER GRIS? operaciones contra la publicidad del metro. En Japón, el partido Rojin, “The Old People's Party” 61, es el primer partido virtual japonés. Cristaliza en línea la cólera de los mayores que protestan contra la degradación de las prestaciones de la Seguridad social. Y pretende seguir siendo una piedra en el zapato de los políticos antes que perder sus virtudes 'picapica' por aceptar uno o dos escaños en el Parlamento. Por lo tanto, la web se convierte progresivamente en una herramienta al servicio de las reivindicaciones de los grupos de presión de los mayores. Los ejemplos abundan en el territorio de los Estados Unidos. La Comisión de los asuntos públicos de Nueva York, los Panteras grises, Las Abuelitas furiosas de Seatle... se aprovechan de Internet para establecer repertorios de servicios y crear vínculos con otros grupos. El éxito de las campañas para el transporte de las personas mayores o con discapacidad y la mejora del reembolso de los medicamentos de los mayores con pocos ingresos deben mucho a estas nuevas redes. Simplemente, se han apoyado en las posibilidades que ofrece la herramienta para desarrollar un sentido muy fuerte de la defensa de una comunidad de intereses que bebe en la tradición más antigua de los pioneros norteamericanos. 60 En otras palabras, la irrupción de Internet puede modificar a la vez los comportamientos sociales y la forma de abordar los problemas de las políticas públicas. A menudo se establece una correlación, que es indudable, entre la edad, el nivel de titulación, los ingresos y la práctica de las nuevas tecnologías, entre ellas Internet. Pero esta práctica es también el signo de evoluciones sociales fuertes, incluso transgresoras. En los Estados Unidos, los mayores de 65 años constituyen el primer grupo de crecimiento de la audiencia de Internet (Nielsen//NetRatings, noviembre de 2003). Su frecuentación ha aumentado el 25% en un año. Es decir, que el número de 'mayornautas' ha pasado de 7,5 a cerca de 10 millones durante este período (10-2002/10-2003). Un análisis sutil de los resultados pone de manifiesto que el incremento de la frecuentación es ampliamente femenino y que se caracteriza por un tiempo de conexión superior al de los hombres (+ 2 h. mensuales), con una atracción importante por los sitios de información. El mismo movimiento se manifiesta, con un retraso mensurable, en Francia, donde la edad de 50 a 64 años se ha convertido, sin embargo, en un factor de dinamización del mercado de la informá61 El Partido de las Personas Mayores [N. del T.]. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES tica, porque la posesión de ordenadores progresa en estas edades netamente más deprisa que en el resto de la población francesa, en relación con la cual casi han neutralizado el retraso. El 54,1% de los que tienen entre 50 y 64 años poseen un ordenador, frente al 50,1% de los franceses. El margen de progresión ha sido del 12,5% en los años 2002 y 2003 entre quienes tienen entre 50 y 64 años, frente al 8,4% en el conjunto de la población (Estudio Simm Scanner Interdeco de diciembre de 2003 efectuado con 9.463 individuos representativos de la población de más de 15 años). Los mayores han querido ver antes de actuar y se adhieren, pues, a los conceptos de uso crítico de los medios de comunicación que han estado en el núcleo de los debates de la primera Cumbre Internacional de la Información que tuvo lugar en Ginebra hasta el 12 de diciembre de 2003. Un estudio de Ipsos realizado sobre el público de Notretemps.com (diciembre de 2003, estudio relativo a 1.276 individuos) confirma este entusiasmo crítico que es el hecho por Notretemps.com (sitio líder en Francia con 500.000 visitas y 2.000.000 de páginas vistas por mes; Nielsen//NetRatings, noviembre de 2003) por parte de un público más femenino (54% de mujeres, 46% de hombres) y menos parisiense que la media de los internautas (Île-de-France 21%, provincia 74%), pero muy ávido de informaciones, sobre todo financieras. El estudio revela que se trata de usuarios fieles (59% de consultas al menos una vez por semana). Revela también que los mayores tienen una frecuencia de uso (78% todos los días), pero una duración de utilización de Internet bastante superior a la de la media de los internautas mayores de 15 años (9 horas por semana frente a 6 horas de media). Pero, sobre todo, son campeones en el estudio de informaciones. En efecto, como el 96% de los franceses, utilizan la red para consultar mensajes y enviar correo. Pero el 79% lo emplearán para buscar informaciones y el 78% para efectuar una investigación documental mediante un motor de búsqueda. Este entusiasmo por la información en línea no perjudica en la actualidad a la prensa para mayores. Sólo falta por observar de qué manera actuará sobre su oferta editorial, su extensión y su periodicidad. Los investigadores atentos (sociólogos e historiadores de los medios de comunicación) podrán observar a largo plazo la manera en que un nuevo acceso a una información, que ofrece más interactividad que un periódico, podrá influir en la capacidad de los mayores para decidir y consumir mejor, pero también para comprometerse en acciones de vigilancia y de reivindicación. 61 La prensa para mayores: ¿una potencia sin poder? SERGE GUERIN Profesor asociado en Ciencias de la comunicación, Universidad de Lyon2-Icom La prensa que se destina a los mayores ha conocido un despliegue real desde hace más de diez años, con tiradas que sobrepasan a veces el millón de ejemplares. Falta decir que muy rara vez está dirigida por los protagonistas en cuestión. Raras son las tentativas surgidas de los propios protagonistas, ya estén institucionalizados o no. Si bien la expresión de los jóvenes a través de los medios de comunicación escritos data del siglo XIX y ha conocido un desarrollo paralelo al de la democratización de la enseñanza (Gonnet, 1988, 1995), la expresión directa de los mayores sigue siendo un caso de estudio todavía raro. Si se prosigue la analogía, se observará que el sindicalismo estudiantil que procede de la organización autónoma (al menos en el plano formal) desde la Tercera República ha sabido imponerse en el ruido mediático desde los años de la década de 1950. Por el contrario, la organización de los mayores en fuerza organizada y autónoma (ViriotDurandal, 2003), no ha llegado aún a desarrollar una capacidad de expresión pública a la altura de su peso numérico y social. Esta dificultad de los mayores para adquirir el estatus de agente autónomo (en el sentido, por ejemplo, de Crozier), esta imposibilidad casi ontológica de inscribirse en una lógica de hegemonía cultural (Gramsci, 1937), se encuentra muy lógicamente en el paisaje de la prensa dedicada a los mayores. De cierta forma, los mayores han integrado, en su defensa, un comportamiento de intruso (Becker, 1985) que restringe su capacidad de asediar el campo mediático y de participar en el concierto mediático. Este freno inconsciente es profundamente contradictorio con el peso demográfico y cultural de los mayores en la actualidad y con la aspiración central de cada individuo a expresar su diferencia y su indiferencia (Gauchet, 2003). En primer lugar, la prensa escrita para mayores es una prensa volcada hacia los propios mayores. No inscribe su proyecto editorial en una lógica de encuen- 63 ¿EL PODER GRIS? tro con otras categorías, con otras generaciones. En este sentido, la prensa para mayores participa e integra la regla de la especialización que puede aparecer como consustancial con el desarrollo de las revistas y, en particular, de la prensa femenina, cuyo desarrollo ha tenido lugar en torno a la búsqueda de la mejor traducción editorial posible de corriente sociológica en una perspectiva de encuentro con un mercado publicitario (Balle, 2003, Charon, 1991, 1999). Existen varias categorías de agentes que estructuran la voz de los jubilados y el campo de la prensa especializada en la problemática del envejecimiento cuando se dirigen a un público amplio. 64 En este marco, el grupo de prensa francés Bayard se convierte en innovador con la creación en 1968 de Notre Temps (Guerin, 1998, 2000). Luego, y a medida que el peso demográfico y económico de los mayores se hacía más sensible, aparecieron otros títulos, el principal de ellos Pleine Vie (denominado, en una primera época, Le Temps Retrouvé y sostenido al principio por las cajas de jubilación, antes de haberse integrado en el grupo británico Emap). Se observará el éxito indudable de esta familia de prensa en cuanto a audiencia: Pleine Vie y Notre Temps se cuentan entre las primeras publicaciones mensuales francesas con difusiones respectivas en el período 2002-2003 de 1.083.980 millones de ejemplares y de 1.011.556 millones de ejemplares, según Diffusion Contrôle. La desviación es mucho más sensible en lo que respecta a la audiencia. Según las cifras de la AEPM62, durante el período 2002-2003, Notre Temps, con 4.360.000 lectores, se mantiene a buena distancia de su principal competidora, Pleine Vie, que le sigue con “sólo” 3.292.000 lectores. La diferencia se explica, en gran parte, por el modo de comercialización y la influencia de las mutualidades. Introducida hace muy poco tiempo en el mercado, Vivre Plus, de tirada más modesta, se sitúa como el tercer título del sector con una temática sensiblemente diferente que insiste en diversos aspectos de la cohabitación familiar y trata de ocultar con habilidad la lógica de gueto en provecho de una lógica más intergeneracional. Lyon Génération, un magacín dirigido a quienes tienen entre 55 y 70 años en la aglomeración lionesa, es, por su parte, el primer título regional en querer adaptar el modelo al ámbito local. El título, publicado por primera vez en marzo de 2004, intenta al mismo tiempo desdramatizar el discurso con su insistencia en las relaciones con los hijos y con los nietos. Se observará también que la prensa diaria regional, dada la estructura de su clientela, ha asediado muy lógicamente 62 Siglas de Audiences et études de la presse magazine (Audiencias y estudios de las revistas), filial de la APPM: Association pour la promotion de la presse magazine (Asociación para la promoción de las revistas) [N. del T.]. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES el mundo de los mayores. Varios títulos, como Ouest-France o también Sud-Ouest, publican de forma periódica un suplemento, de grafismo relativamente poco elaborado, dedicado por completo a los mayores. Señalemos también el original Vite Lu, publicación ilustrada de aparición quincenal, construida a partir de una selección de artículos de Ouest-France simplificados que aparecen y se distribuyen en las residencias de ancianos. En cuanto a Le Progrès o Les Dernières Nouvelles d'Alsace, han lanzado una sección de “mayores” dentro de sus ediciones “normales”. Se observará, además, que los nuevos títulos regionales inscriben en sus preocupaciones la temática relacionada con los mayores o la jubilación. Por ejemplo, Le Parisién publica así, en el momento del salón de los mayores de París, un suplemento en asociación con Notre Temps. Esta nueva iniciativa editorial afecta también al sector de la prensa nacional. En particular, Le Monde ha iniciado una sección semanal para mayores, cuyos ángulos están especialmente diversificados. Esta dinámica se explica, en primer lugar, por motivaciones demográficas: el mercado de los mayores aumenta naturalmente y lleva a la prensa a responder al mismo, puesto que este público es más sensible que los demás a lo escrito y a la frecuentación de los medios de comunicación. Así, según Intercedo Expert, los mayores más jóvenes representan el 26% de los lectores de noticias. Más impresionante todavía: forman el 33% de los lectores de la prensa financiera y el 25% de la prensa de decoración. Otro ejemplo: el 44% de los mayores más jóvenes leen la prensa femenina de gran público y son el 47% más que el conjunto de la población que lee los magacines centrados en la jardinería. Pero esta recuperación de interés responde también a consideraciones de otro orden: el mundo publicitario comienza a comprender tímidamente el interés de estos medios de comunicación por llegar a un público con un importante poder adquisitivo (los ingresos de los hogares de personas con más de 50 años son superiores en el 15% a los de los más jóvenes) y que en la actualidad privilegia el consumo sobre el ahorro. Es tanto más sorprendente la paradoja entre esta concienciación y determinadas decisiones tomadas en el sector de la prensa diaria: si se juzga por determinadas modificaciones de fórmula y de maqueta, la idea de rejuvenecer la imagen y el público es siempre la ideología dominante. Pero este tipo de enfoque a menudo tiene el efecto de hacer huir a los mayores, descontentos por fórmulas nuevas poco convincentes y menos legibles, sin convencer a los jóvenes, que esperan de esta prensa que asuma su magisterio y no que se mantenga en equilibrio sobre una moda de duración determinada. 65 ¿EL PODER GRIS? Bajo la influencia del grupo Bayard Presse, o de forma independiente, una gran parte de Europa ha visto también surgir esta prensa, con Choice y 50 Plus en Gran Bretaña, Générations en Suiza, 50 & Piu en Italia, Plus Magazine en Bélgica, Vi Over 60 en Noruega... Recordemos que, históricamente, es la AARP (American Association of Retired Persons) la que está en el origen del primero y más pujante magacín para mayores, Modern Maturity. Transformado ahora en AARP The Magazine, distribuye 22 millones de ejemplares y se edita en tres versiones según la edad del abonado. 66 Al lado de la prensa tradicional, existe otro segmento de prensa surgido de operadores del sector gerontológico que se destina a los mayores: los títulos publicados por las mutualidades o instituciones de previsión (MG actualités, Humanis La revue, Génération 3...). Estos soportes son producidos, bien directamente por los servicios de comunicación de las organizaciones, bien por agencias especializadas (Verbe, Textuel, L'Agence, pero también SPS, un departamento dedicado de Bayard que aprovecha la experiencia adquirida a partir de Notre Temps). También aquí las difusiones pueden alcanzar cimas y pasar de un millón de ejemplares. Conviene señalar también los soportes destinados a los mayores y que emanan de colectividades locales (desde el magacín Bords de Maine, creado en 1996 por la ciudad de Angers, a la carta Lyon Citoyen Seniors, lanzada en febrero de 2004). En estos dos casos, la palabra de los mayores y de los jubilados pasa por el tamiz del periodista o de la agencia de comunicación y ocupa un puesto en una agenda definida por el editor. La expresión es la más solicitada en función de los temas elegidos por la redacción o por un comanditario. La expresión individual sólo puede desarrollarse por intermedio del correo de los lectores o, si existe, a través de los lugares dedicados a la libre opinión (editorial, correo, humor...). En efecto, el análisis de los modos en que los mayores intervienen no podría dejar en la sombra la cuestión del correo de los lectores. Este modo de intervención del receptor es tradicional en la prensa. Antes incluso de los estudios de márketing, para la prensa fue un indicador precioso del sentir de los lectores. Los redactores jefes siempre han concedido gran atención al flujo y contenido de los mensajes, partiendo del principio de que si las personas se tomaban la molestia de intervenir era porque representaban a muchas otras que no habían ido hasta el final de la iniciativa. El correo de los lectores, dinamizado en la actualidad por el fenómeno del correo electrónico, se ha integrado profundamente en la lógica interna de un título como Notre Temps. Esta publicación mensual recibe alrededor de 15.000 TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES cartas cada año, lo que constituye una forma de récord. Aparte de la publicación de determinadas misivas, este flujo suministra materia a los temas y permite a los redactores estar al tanto de las expectativas de los lectores. Pero se observará que esta intervención no institucional, que se expresa de forma privilegiada en Notre Temps, puede leerse como un modo de intervención de los jubilados en el espacio público, en el sentido habermassiano63 del término. En posesión de un tiempo disponible, de una apetencia por lo escrito y de un dominio de los medios de comunicación adquirido a lo largo de años, los mayores son los primeros en escribir a las redacciones o en intervenir por las ondas, en especial en la radio. Las emisoras de radio generalistas multiplican desde hace algunos años en su rejilla los programas “interactivos” en los que los oyentes crean el contenido con sus intervenciones, preguntas o críticas y sugerencias. Se observará, por ejemplo, el éxito y la forma regular de intervención de los mayores en la emisión Le téléphone sonne64 de France Inter. Estas emisoras, en particular France Inter y Europe 1, que realizan sus mejores índices de penetración en las poblaciones con fuerte capital cultural y entre los mayores, suelen ser asediadas regularmente por estos últimos. Lo mismo ocurre en el ámbito de las emisoras de radio de proximidad. Se observará, por otra parte, que existen algunas emisoras generacionales que se dirigen a los mayores a través de su programación musical, comenzando por Nostalgie. Pero ninguna adopta como objetivo dar la palabra a los mayores. Del lado de las televisiones, apenas hay alguna, salvo Tele-Melody, que contemple explícitamente este segmento de mercado. Sin embargo, la parte de audiencia de televisión de los mayores de 50 años representa el 43,1% del total y las emisiones de juego como “La cible”65 son vistas por el 63% de este tramo de edad. La cadena de televisión por cable basa también mucho su existencia en las elecciones musicales y la redifusión de antiguas emisiones. Por lo demás, resulta sorprendente que no se haya reservado ningún proyecto de televisión destinado a los mayores para la futura TNT66. Editores profesionales o editores vinculados a agentes del campo gerontológico, como las mutualidades, no tienen por su parte el proyecto de representar a los mayores, sino de dirigirse a ellos, de responder a sus expectativas. Sólo Notre Temps ha expresado la voluntad de ser una especie de portavoz de los mayores. Lo que ha empezado por traducirse en editoriales extremadamente reivindicativos, en especial los de Germaine Lacorre en la década de 1970, que se 63 Término acuñado a partir del apellido de Jünger Habermass, filósofo alemán nacido en 1929 [N. del T.]. Suena el teléfono [N. del T.]. 65 El punto de mira [N. del T.]. 66 Siglas de Télévision Numérique Terrestre (Televisión Digital Terrestre) [N. del T.]. 64 67 ¿EL PODER GRIS? 68 caracterizaban por un determinado voluntarismo. Así, en octubre de 1977, Germaine Lacorre, escribe que “estar jubilado no quiere decir ser retirado, ser puesto aparte”. Pero esta voluntad se ha realizado también por mediación de campañas lanzadas a favor de la puesta en marcha de reformas favorables a los mayores o a las personas de edad muy avanzada (Guerin, 1998). La más reciente se refiere a la petición de trabajar un día festivo en favor de la asistencia a las personas mayores dependientes (septiembre de 2003). Sin embargo, si el título se autoinviste de portavoz de un grupo social heterogéneo, no podría ser representativo de la diversidad de los mayores, y menos todavía de los jubilados. Por lo demás, este papel de portavoz produce un interrogante: ¿descansa en elementos de representatividad distintos de la difusión y de la audiencia? No se ha efectuado ningún trabajo de reflexión, ni tampoco existe voluntad de agrupar protagonistas para instaurar un diálogo y desembocar en los análisis y las reivindicaciones. Fundamentalmente, este soporte de prensa, al pretender, ante todo, la mayor difusión posible y la posibilidad de captar las crecientes fracciones del mercado publicitario, apenas puede instaurarse al mismo tiempo como un espacio de reivindicación. La confusión de los papeles parece entonces perjudicial para la comprensión del posicionamiento de la cabecera, tanto por parte de los lectores como de los anunciantes. Por lo demás, es evidente que el magacín Notre Temps sigue siendo un título editado por un grupo de prensa y no es ninguna emanación de un grupo de presión. Las lógicas son diferentes y los objetivos también. Sin embargo, importa subrayar que existen otras formas de expresión en el ámbito de la prensa para mayores. Así, y desde 1919, La Voix Du Retraité, pretende mantener alto y fuerte el estandarte de defensa del jubilado. En la actualidad, el magacín pertenece a un pequeño grupo de prensa especializado en la información profesional y tiene una difusión del orden de los 30.000 ejemplares. Persigue un enfoque “consumista” de la cuestión de las pensiones, en que el ángulo práctico y jurídico se trata de forma privilegiada y siempre en un sentido de defensa de los derechos. El conjunto está bastante diversificado, con estudios efectuados sobre la manera de abordar la jubilación en Europa o también temas de derecho y de salud. La publicación mensual propone también una parte de magacín bastante reducida. Una cabecera de audiencia modesta, pero que presta servicios reales a sus lectores. La cabecera responde a una lógica privada mientras mantiene un discurso fuertemente reivindicativo. Se beneficia así de un espacio específico en el paisaje mediático destinado a los mayores. A su manera, y con mucho menos medios y potencia, compite con Notre Temps en la trinchera de la representatividad y la reivindicación. El posicionamiento de la TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES cabecera, en cambio, es más legible con motivo de su voluntad de circunscribir el espacio reivindicativo a la cuestión de los jubilados. Es cierto que, por no entrar en una lógica de integridad, es decir, por no querer ni poder abarcar el conjunto de los asuntos que pueden interesar a los mayores, La Voix Du Retraité reduce sin duda su potencial de audiencia, pero afirma su diferencia. Más ampliamente, para retomar el enfoque de Jacques Derrida, se observará que estos diferentes medios de comunicación garantizan, cada uno según su prisma editorial, un “lugar de visibilidad pública” a diferentes categorías de la opinión pública. Pero este tipo de medio de comunicación de ningún modo es representativo de esta opinión pública. Sin embargo, existen otras tipologías editoriales en el mercado de los lectores mayores. Los mayores experimentan una dificultad real para organizarse de modo colectivo y obtener un reconocimiento institucional (por ejemplo, la reivindicación de estar representados en el Consejo Económico y Social). Esto daña fuertemente su capacidad de elevar una voz pública en el debate democrático. Esta situación se explica por motivos culturales y vinculados al inconsciente colectivo de los mayores, pero también, en gran parte, por el rechazo de las organizaciones sindicales a perder su monopolio de representatividad. También expresa la consecuencia de las divisiones entre las federaciones de jubilados, su falta de profesionalismo y de medios financieros que reducen su capacidad de influencia (Viriot-Durandal, 2003). Por consiguiente, estas organizaciones de empleados proponen, muy lógicamente, soportes de expresión a los mayores a través de las revistas sindicales que se erigen en portavoz de los jubilados. Estas publicaciones se benefician del mismo grado de autonomía y de posicionamiento que los soportes equivalentes dedicados a un público segmentado por su estatus profesional, su pertenencia a un cuerpo profesional o a un convenio colectivo. Tampoco aquí la expresión es autónoma. La tercera forma de expresión de los jubilados en los medios de comunicación escritos proviene de las organizaciones de defensa de los mayores o de las personas de edad muy avanzada. Estos agentes, que se organizan progresivamente para conquistar los instrumentos de una intervención colectiva e institucionalizada, no han sabido desarrollar, hasta la fecha, un medio de comunicación común para producir un discurso colectivo. Ello se deriva de una dificultad real para superar las diferencias culturales e históricas. Sin embargo, las diferentes asociaciones representantes de los mayores disponen cada una de su propio órgano de prensa. Estos soportes, en general, responden más a lógicas internas que a demostrar una capacidad real para interpelar a la opinión pública, y a los mayores en especial. Qué lástima cuando se imagina el peso mediático de un magacín destinado a los dos millones de afiliados de estas organizaciones... 69 ¿EL PODER GRIS? Vivre et agir es la principal cabecera actual. Esta publicación bimestral creada en 1985 se publica, en efecto, con el apoyo del Movimiento de Mayores Rurales, la primera de las organizaciones de mayores (Viriot-Durandal, 2003). Afecta a los jubilados que habitan el medio rural o las ciudades pequeñas y funciona ampliamente como una pasarela entre los afiliados. Actualité Retraite, editada por la Unión Francesa de Jubilados (UFR), intenta inscribirse en una lógica más profesional y juega con las reglas de escritura y de presentación periodística, la introducción de notas de lecturas, una maqueta en color... Sin embargo, la publicación se centra, sobre todo, en la defensa de los derechos de los jubilados. Lo que expresa una lógica fuerte en relación con los objetivos de la UFR. Por su parte, la Federación Nacional de Asociaciones de Jubilados (FNAR) por ahora permanece más en segundo plano en su política de expresión exterior. Pero la llegada de antiguos profesionales de los medios de comunicación parece que deberá acelerar la concienciación relativa a la importancia del “hacer saber” en una iniciativa de influencia en el debate público. 70 Para completar este cuadro, se observará la multiplicación de los soportes de expresión que emanan de asociaciones de jubilados surgidas principalmente de grandes empresas. Algunas de estas publicaciones sobrepasan varias decenas de millares de ejemplares. Señalemos, por ejemplo, el trabajo efectuado por la Asociación de Jubilados de Air France (ARAF), que, tras una fase de consulta a sus 11.000 miembros, que ha suscitado el índice récord de 2.600 respuestas, se compromete en una política de modernización de su publicación, Présence des retraités de Air France. Pero, aparte de estos editores institucionales, es singularmente difícil encontrar en el sistema mediático (Mathien, 1989) magacines creados y difundidos por los propios jubilados. Sin embargo, es crucial el desafío de una intervención autónoma por parte de los jubilados. En el mismo momento en que la realidad demográfica tiene dificultad para encontrar su prolongación en la esfera democrática, la cuestión de la intervención de los mayores aparece como un elemento determinante para el futuro de esta categoría social. Se observará, en este aspecto, el trabajo original y apasionante efectuado por el Conservatorio Francófono de los Diarios de Residentes en residencias de ancianos. Este Conservatorio agrupa varios centenares de diarios ejecutados por los propios residentes. Estos diarios expresan una palabra plural, que hace resurgir las expectativas, las necesidades y los sentimientos de un público muy ampliamente olvidado. Para los residentes, estos diarios son una manera de recordar y afirmar que siguen siendo protagonistas autónomos. Cada dos años, con el TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES apoyo de la Fundación de Francia, el Conservatorio organiza un festival donde se premian los mejores diarios y donde se desarrolla un foro entre investigadores, jubilados y dirigentes de residencias de ancianos. En esta fase, conviene también volver sobre un recién llegado al mercado: Le Temps de Vivre, conocido al principio por los iniciados bajo el vocablo de Antirouille67. En efecto, esta cabecera tiene un lugar especial en esta familia de prensa. Este magacín de difusión modesta, que quiere guiar de modo diferente a los mayores, constituye una tentativa de inscribirse en una lógica de independencia frente a las organizaciones de mayores y los grupos de prensa. Se observará que, para los primeros números, el fundador Michel Bertelier, también una persona mayor, se había asociado con Renate Gossard, por lo demás responsable número 1 de los Panteras Grises franceses, una organización de fuerte resonancia mediática pero con efectivos confidenciales que no trata de protagonizar el papel de representante tradicional e institucional de los jubilados. Esta publicación trimestral se posicionaba entonces como un magacín de proximidad realizado por los propios mayores. Un magacín inofensivo que apenas se tomaba en serio y cuya presentación, estilo de expresión y modo de relación inducido con el lector parecían relativamente alejados de los estándares profesionales. Al elegir este posicionamiento editorial, Antirouille no trataba de jugar el juego institucional: en su primera fórmula, el magacín, trataba de construir, en el fondo y en la forma, un discurso más lúdico e informal que el que podría esperarse vista la edad de los protagonistas. Por lo demás, Antirouille se distinguía de sus colegas por el lugar que se daba a la expresión directa de los agentes. Se encontraban allí tanto asociaciones de defensa de los jubilados como las voces de los residentes en residencias de ancianos. La originalidad de la cabecera consistía, en gran medida, en el tono utilizado y en el hecho de abordar con sencillez temas a veces complejos en torno a los cuales da la palabra a todos y rechaza el consenso flojo. Voluntariamente, la publicación conservaba en la época un aspecto “colegial”, lo que contribuye a inscribirla en un género editorial inaugurado por la prensa joven, a saber: las revistas de aficionados denominadas “fanzines” (Gonnet, 1995). ¿Se puede ver un signo en el hecho de que el primer magacín de vocación nacional destinado a los estudiantes de secundaria (creado, en la década de 1970, por jóvenes independientes) llevara el nombre de Antirouille? El azar semántico no golpea más aleatoriamente que los demás... 67 Antioxidante [N. del T.]. 71 ¿EL PODER GRIS? 72 Sin embargo, en una segunda época, dado el débil rendimiento publicitario y una cartera de abonados demasiado modesta, Michel Bertelier se ha acercado a otro editor, el grupo Hugo Edition, situado en el Sur de Francia y pretende pasar a la velocidad superior con el desarrollo de las ventas a través de abonados y por ejemplares. A causa de ello, la maqueta fue reorganizada y el contexto editorial se centró a lo largo de tres ejes principales: salud / jardinería / gastronomía, turismo / ocio, y canción / música. Por lo demás, se abandonó el título original por otro más normalizado: Le Temps de Vivre. Un título cuyos dos términos son utilizados cada uno a su manera por sus tres grandes predecesores... En resumen, Le Temps de Vivre pretende situarse como un retador de los grandes soportes existentes, aunque su difusión sea de las más modestas, puesto que la tirada inicial fue de 30.000 ejemplares. El título, que había adoptado por objeto abordar múltiples cuestiones vinculadas directamente al lugar de las personas mayores en la sociedad y a sus reivindicaciones, se mueve en lo sucesivo más sobre los dominios del ocio y del hedonismo, con un tratamiento editorial que, sin embargo, se distingue por diferentes testimonios o notas de humor abiertos tanto a los individuos como a las organizaciones. Se observará, en particular, la Chronique des Résidents, que ofrece un espacio para que los habitantes de una residencia de jubilados puedan contar su vida diaria. La intervención autónoma de los mayores recubre realidades polimórficas y todavía poco institucionalizadas. Sin embargo, parece creciente y debería elevarse con la llegada de una población todavía más al tanto de los procedimientos de intervención en el espacio público. En la actualidad, están en boga los proyectos de magacines destinados a los mayores. Los grandes agentes como Hachette, Le Monde o Le Point buscan, miran o desarrollan proyectos. Periodistas independientes o no, brillan por su lado, agencias editoriales, antiguos directivos de prensa estructuran fondos en esta óptica, estrellas mediáticas se interesan en el segmento... Observemos que es la hora de privilegiar títulos de “arte de vivir” más que soportes demasiado identitarios y reivindicativos. Soportes que enfocan más bien esta nueva categoría sociológica que emerge claramente en la actualidad, que va de los 50 a los 65 años y que dispone de un poder adquisitivo globalmente considerable, situada entre los adultos y las personas mayores, que por nuestra parte llamamos Boobos (burgueses bohemios) o nuevos mayores. Es una expresión que define los medios acomodados, eventualmente parisienses, que estuvieron muy implicados en los movimientos contestatarios de estudiantes de izquierda a finales de la década de 1960. Se reprocha a esta categoría de “ex TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES revolucionarios” que luego se han acomodado muy bien al sistema capitalista en su propio provecho. El editor que sepa captar y traducir las expectativas de estos Boobos se beneficiará de una fuerza de atracción excepcional ante los publicitarios. A menos que las organizaciones de jubilados terminen por tomar una decisión y ganen la apuesta... Bibliografía BALLE, FRANCIS (2003): “Média et Société”, Montchrétien. BECKER, HOWARD (1985): “Outsiders”, Métaillé. CHARON, JEAN-MARIE (1991): “La presse en France”, Seuil. CHARON, JEAN-MARIE (1999): “La presse magazine”, La Découverte. DERRIDA, JACQUES, “L'Autre Cap”, Éditions de Minuit. GAUCHET, MARCEL (2003): “La condition historique”. GONNET, JACQUES (1988): “Journaux scolaires et lycéens”, Retz. GONNET, JACQUES (1995): “De l'actualité à l'école”, A Colin. GUÉRIN, SERGE, “L'évolution du magazine Notre Temps”, en Communication & langages, Retz. GUÉRIN, SERGE (1999): “Le Boom des seniors”, Economica, 2000. GUÉRIN, SERGE (2002): “Le Grand retour des seniors”, Eyrolles. MATHIEN (1989): “Le système médiatique. Le journal dans son environnement”, Hachette. VIRIOT-DURANDAL, JEAN-PHILIPPE (2003): “Le Pouvoir gris, Puf ”. 73 Los “Panteras Grises” y la guerra mediática. El caso del “Media Watch Program” en los Estados Unidos ENTREVISTA DE TIM FULLER Director de los “Panteras Grises” POR JEAN-PHILIPPE VIRIOT-DURANDAL. JPVD.: En nuestra entrevista precedente (volumen 1) explicaba usted la importancia de la influencia de los medios de comunicación en la opinión pública. ¿Cuál es la estrategia de los “Panteras Grises” en este ámbito? ¿Puede presentar el programa de vigilancia de los medios de comunicación “Media Watch”? TF: El programa “Media Watch” recoge justamente la idea de que los medios de comunicación forjan las representaciones sociales. Da igual el medio de comunicación que sea, pero esta influencia es particularmente fuerte en el ámbito de la imagen (cine y televisión). Las representaciones de nosotros mismos y los prejuicios colectivos están formados o influidos por modelos de identificación presentes en determinadas imágenes, en la literatura o en los medios de comunicación. Dejan una marca persistente en los espíritus. La publicidad y las diversiones suelen apelar a los sentimientos comunes más elementales de una sociedad, que, a su vez, refuerzan los prejuicios culturales. El programa “Media Watch” ha intentado responsabilizar a los medios de comunicación en las representaciones que ellos transmiten de las personas mayores. Este programa ha permitido tirar de la señal de alarma cuando han aparecido estereotipos o representaciones falseadas, no sólo relativas a las personas mayores, sino también de cualquier otro grupo. Las ondas pertenecen a todo el mundo, no son privadas ni están patentadas, y los ciudadanos tienen la responsabilidad e, incluso, el derecho de pedir cuentas a las grandes empresas mediáticas. JPVD.: ¿Cómo se ha estructurado este programa y quién se ha ocupado de él? TF: Hemos formado equipos que han observado la televisión y las películas. Luego, estos equipos debían elaborar reseñas. Se trataba de un trabajo volunta- 75 ¿EL PODER GRIS? rio coordinado desde una oficina. Esta última tenía la misión de verificar y analizar los datos recogidos; realizaba estudios, informes y comunicados. Nuestras observaciones se apoyaban en ejemplos e iban acompañadas de recomendaciones, propuestas y soluciones alternativas. También hemos realizado estudios cuantitativos para conocer el número de veces que las personas mayores eran presentadas como personas débiles, idiotas, torpes, extrañas, atrasadas o cualquier otro calificativo negativo. También hemos registrado el número de pasos por pantalla de personas negras respecto de otras blancas, etc. Hemos reunido estos datos para hacer una síntesis. En determinados casos, hemos estimado que era necesario actuar cuando denunciábamos públicamente esta o aquella representación discriminatoria. Nos ha ocurrido, incluso, tener que organizar un boicot o desencadenar una acción en los tribunales. Este trabajo ha sido eficaz, pero nunca ha suscitado una adhesión muy fuerte. El programa “Media Watch” se basa en determinados criterios de análisis. Estos últimos se referían a la apariencia, el vestido, la elocución, la personalidad y la descripción. Observar y describir con precisión las apariencias ayuda a preparar la acción. 76 Una de nuestras intervenciones en Nueva York ha permitido poner término a un determinado anuncio publicitario que difundía la cadena de radio WORAM. Se trataba de un anuncio para una tienda de productos dietéticos. Poco más o menos, decía: “la clientela de nuestro almacén estaba compuesta por viejecitas en ropa de tenis. Desde ahora, recibimos jóvenes inteligentes que compran dietética”. Una carta de protesta de “Media Watch” relativa a que las señoras mayores no fueran inteligentes ha conducido al anunciante a hacernos llegar excusas y nunca más hemos oído hablar de este anuncio. JPVD.: Técnicamente, ¿podría inscribirse en este programa cada sección de los “Panteras Grises”? TF: Hemos apelado a voluntarios, hemos seleccionado criterios de observación y luego hemos dejado a las secciones locales que se organizasen. Les incumbía elegir las emisiones y las horas de escucha, los diarios y los magacines. Han sido también las secciones locales las que, en caso de necesidad, tomaban la iniciativa de ponerse en contacto con nuestra sede. Cuando hemos comenzado, se trataba de organizarnos para contestar a una pregunta concreta y apoyarnos en un grupo de voluntarios para conseguirlo. Cuando este programa debutó, en la década de 1980, los medios de comunicación apenas eran objeto de críticas. En la actualidad, es más fácil para cada uno de nosotros hacer estas críticas. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES En nuestros días hay muchos estudios realizados en torno a los prejuicios culturales y su efecto en los medios de comunicación. En la época de su creación, “Media Watch” representaba una verdadera innovación. Nadie más lo hacía y hasta nuestro método era inédito. Un ejemplo: a iniciativa del departamento de comunicación de la Universidad de California, en San Diego, ha comenzado el programa PACE (Public Access Cabletelevision by and for Elders)68. En 1977, San Diego tenía la mayor proporción de personas mayores de los Estados Unidos: alrededor de 300.000 personas mayores de 55 años. El programa PACE debía poner a las personas mayores en relación con los estudiantes para que, juntos, pudieran adquirir las técnicas de vídeo con el fin de poner en marcha una red de comunicación para adultos de edad avanzada en la región de San Diego. De este modo, más de 300 personas mayores de 50 años han recibido formación en la producción de vídeo. El programa PACE ha desarrollado así un sistema de relación entre las generaciones. Desde entonces, se considera como un modelo de televisión comunitario colocado bajo el control de sus propios usuarios. En Wisconsin, el programa de radio “NowandThen”69 trata de mejorar el potencial social, físico y mental de las personas mayores. Les suministra las informaciones que les permiten realizarse con lo mejor de su capacidad con el fin de evolucionar lo mejor posible dentro de su entorno. Maggie Kuhn, la fundadora de los “Panteras Grises”, conoció el éxito porque fue una de las primeras en intentar responsabilizar a los medios de comunicación. Era, por otra parte, una de sus grandes cualidades: había conseguido comprender cómo funcionaban los medios de comunicación y, sobre todo, a ponerlos al servicio de sus ideas. De esta forma ella pudo, como los demás, explotarlos en su beneficio. 68 Televisión por cable de acceso público por y para las personas mayores [N. del T.]. De vez en cuando [N. del T.]. 69 77 La revista 50 y Más: los jubilados, a la cabeza del gran mensual italiano LANFRANCO MORGANTI Presidente de 50 & Più Fenacom Fundado en 1978, este mensual italiano es publicado por la asociación de mayores 50&Plus Fenacom. Esta asociación de personas mayores y pensionistas actúa en favor del compromiso activo de los mayores en la sociedad. Sostiene el compromiso de los mayores en la actividad profesional, pero también su participación política y su papel en la sociedad, sobre todo a través de acciones intergeneracionales. Se compromete también a hacer del envejecimiento un período creativo de la existencia. Con sus 124 páginas mensuales, la revista tiene una tirada media de 360.000 ejemplares, lo que corresponde a alrededor de 1 millón de lectores (el 70% mayores de 64 años). La distribución se hace en los quioscos (a 2 € el ejemplar) y por abono (20€ en Italia; 41,50€ en el extranjero; pero es gratuita para los miembros de la asociación 50&Más Fenacom en Italia y en el mundo). Un suplemento unido a la revista les informa de las iniciativas específicas que se desarrollan en las diferentes regiones. Este magacín de actualidad, de información y cultura, se destina a la tercera edad, con numerosos artículos relativos a temas sociales y culturales. Constituye una aportación concreta a la formación de una nueva cultura social portadora de valores, de experiencias positivas y de compromisos activos a todas las edades. Los artículos, los servicios y las encuestas son realizados por un equipo de periodistas y de expertos externos reconocidos profesionalmente y por la redacción interna del diario. Se encuentran en él todas los secciones ordinarias de la prensa para mayores (ocio, servicios, ofertas de acciones promocionales, convenios y consultas legales, fiscales, médicas, psicológicas, espirituales...), pero también estancias termales, concursos fotográficos, premios de prosa, de poesía y de pintura. 79 ¿EL PODER GRIS? Por último, se publican diferentes secciones específicas, entre las cuales (Cartas a 50&Plus, pequeños anuncios) las hay abiertas a la participación de los lectores. La revista constituye así un medio de comunicación profesional que ha ocupado un lugar merecido en el universo mediático italiano y una fuerza al servicio de los mayores. 80 Cómo se comunica la AARP con sus miembros y con el público LEIGH BAILEY Y TOM OTWELL Relación con los medios de comunicación de la AARP La AARP (American Association of Retired Persons) transmite información dirigida a sus 35 millones de miembros, pero también destinada a los responsables de las políticas y de los medios de comunicación, tanto a escala nacional como internacional. En los Estados Unidos, la AARP representa a personas de 50 y más años, un grupo que compone aproximadamente el 25% de la población total. La mitad aproximada de esta población es miembro de la AARP. Con su preocupación por la autonomía y la dignidad de todos, esta institución trabaja por una mejora global de la calidad de vida y por la educación, pero también lucha para el establecimiento o el mantenimiento de determinadas prestaciones mediante intervenciones ante los diferentes poderes. Con motivo de su gran visibilidad nacional, la AARP posee un servicio muy activo de relaciones públicas con los medios de comunicación. Desde hace tiempo, la AARP constituye una importante fuente de informaciones relativas al conjunto de las cuestiones del envejecimiento. Cuando hace encuestas referentes al envejecimiento, la prensa norteamericana se suele volver hacia ella en la medida en que puede obtener a través de la organización numerosas fuentes de informaciones, estadísticas, opiniones, comentarios y consejos... Desde su creación, en 1958, la AARP publica Modern Maturity, un bimensual (sustituido desde algunos meses por AARP The Magazine). La organización publica también The AARP Bulletin, un mensual destinado a todos sus miembros. Modern Maturity, ahora AARP The Magazine, es el magacín que conoce la mayor difusión en los Estados Unidos. Llega a unos 22 millones de hogares. Sólo Parade Magazine, encartado cada semana en la mayor parte de los diarios dominicales, se beneficia de una circulación más grande. Las diferentes acciones de la AARP hacia los medios de comunicación apoyan y refuerzan sus iniciativas en dirección al Congreso. Estas acciones comprenden 81 ¿EL PODER GRIS? la redacción y la inserción de artículos firmados en diversos medios de prensa; artículos que expresan los puntos de vista de la dirección de la AARP o de miembros de su Consejo de Administración. Se trata de reacciones contradictorias ante determinados editoriales, cartas de puntualización enviadas a los diarios, entrevistas y comunicados. A estas gestiones hay que añadir la realización de vídeos relativos a temas de actualidad, discursos, conferencias, intervenciones en el Congreso y otras actividades de esta naturaleza, dirigidos a los medios de comunicación con objeto de sensibilizar al mayor número posible de personas acerca de nuestros problemas. Para nosotros, se trata de conquistar la simpatía del público y del legislador, sin olvidar, naturalmente, a los líderes de opinión y a los electores. Entre las filiales de la AARP, se encuentra la AARP Services Inc. que controla y organiza los diferentes servicios ofrecidos a nuestros miembros para mejorar su calidad de vida. Los beneficios obtenidos de estas prestaciones son destinados después a la financiación de misiones de la AARP, como la producción de informaciones de calidad o determinadas actividades educativas; esto permite una extensión de servicios e intervenciones adaptadas más directamente al terreno. 82 Las actividades en materia de medios de comunicación de la AARP representan un papel muy importante. Han permitido establecer y dar forma al debate nacional en curso en relación con un posible reembolso de los medicamentos a los beneficiarios de la protección sanitaria “Medicare”. Cada semana, la AARP produce vídeos de numerosos asuntos. Son de producción interna y se distribuyen gratuitamente a las televisiones y agencias de televisión por cable, en todo el territorio de los Estados Unidos. Estos vídeos son utilizados a menudo por los medios de comunicación en el momento de emitir las actualidades. La AARP produce también una emisión de radio semanal titulada “Prime Time” así como “Mature Focus”, un programa de radio que ofrece a sus oyentes una gran variedad de opiniones y de participantes en torno a los temas que interesan a los mayores de 50 años. Estas dos emisiones se distribuyen gratuitamente al conjunto de las emisoras de radio. Las televisiones y emisoras de radio comerciales no son totalmente “libres”. Necesitan los ingresos de la publicidad para financiar sus programas. Por su parte, las emisiones de la AARP cubren cuestiones que no se tratan, o tienen un tratamiento insuficiente, en las emisoras comerciales. Uno de los objetivos de la AARP es actuar de manera que su sitio web (www.aarp.org) suministre información relativa a la autonomía de las personas que envejecen, la salud, el bienestar y la gama de servicios ofrecidos a sus miembros. El sitio de la AARP recibe alrededor de un millón de visitas al mes. OK Senior, el magacín fenómeno SERGE GUERIN Profesor asociado en Ciencias de la Comunicación, Universidad Lyon2-Icom El primer magacín creado por mayores para mayores, OK Senior, acaba de publicar un encuesta de choque realizada entre sus casi seis millones de lectores. Análisis de un fenómeno de sociedad desconocido todavía, pero que anuncia un cambio de perspectiva en la óptica de la elección presidencial de 2007. Abril de 2006, trueno mediático en el cielo sombrío de la vida política y social francesa: el magacín OK Senior acaba de publicar los primeros resultados de una encuesta efectuada entre sus lectores a la vista de las elecciones presidenciales. La enseñanza, que en algunas horas ha circulado por las redacciones, se resume en una cifra: más del 65% de los lectores de la publicación mensual han contestado al cuestionario. Lo que representa cerca de 1.722 millones de respuestas. Nunca tantas personas han expresado sus reivindicaciones de modo tan claro. Muchos han observado, para su sorpresa, que el revolucionario programa informático establecido para tratar tan rápidamente esta enorme masa de informaciones ha sido desarrollado por cuatro informáticos jubilados con una edad media de 67 años; mientras que el cuestionario, por su parte, fue elaborado con la ayuda de dos antiguos profesores de sociología cuyas edades eran 69 y 74 años. En la actualidad, los dos son invitados de la prestigiosa Universidad de Sherbrooke, en Quebec. Cada uno de los principales candidatos potenciales se ha visto obligado a comentar y responder a las reivindicaciones así expresadas por un número inusitadamente elevado de respuestas. Sobre todo, el desafío es esencial para los estados mayores políticos, porque el conjunto de los cuestionarios procede de personas inscritas en las listas electorales y de votantes normales. Por lo tanto, un público capaz de hacer bascular el resultado del próximo plazo que, hasta ahora, se anunciaba como de los más indecisos y apretados. Incluso algunos, en los 83 ¿EL PODER GRIS? equipos presidenciales, se inquietaban por los efectos devastadores que tendría una candidatura posible de uno de los tres editorialistas estrellas del magacín. Es preciso decir que, entre las enseñanzas de esta encuesta a tamaño natural, el conjunto de los analistas políticos ha señalado que los lectores del magacín se pronuncian con una mayoría aplastante (63,7%) a favor de un voto de castigo a propósito de los candidatos que rechazaran comprometerse a crear un Ministerio de pleno ejercicio que agrupe la solidaridad generacional, la intergeneración y la condición de las personas mayores. Este “Ministerio de la edad” podría ser reforzado, incluso, con una Secretaría de Estado de personas mayores y de personas con discapacidad. De hecho, con ocasión de haberse publicado los resultados de esta encuesta excepcional, el gran público y numerosos publicitarios descubrieron la existencia de este magacín extraordinario. 84 Sin embargo, OK Senior creó muy rápidamente un espacio de expresión específico. En sólo tres años, el magacín ha alcanzado una difusión de más de 2.650 millones de ejemplares y desde hace siete meses se ha situado como el primer magacín francés, delante de los grandes títulos femeninos o dedicados a los programas de televisión y a las estrellas de la pequeña pantalla. OK Senior representa, además, una audiencia total de 5.816 millones de personas. Ninguna cabecera de prensa había conseguido nunca una penetración como ésta en tan poco tiempo. Según el Observatorio de Influencia, OK Senior se cuenta entre las 10 entidades o personalidades que ejerce más efecto sobre el devenir de la sociedad francesa. Es preciso decir que el magacín ha sabido obtener, a través de su política editorial y la calidad de su maqueta, un lugar envidiable en el mercado de la prensa y de las ideas. Es el primer medio de comunicación de presión de la historia de la prensa, como han podido observar algunos sociólogos de los medios de comunicación con motivo de un reciente congreso internacional de investigadores en información y comunicación, organizado por la Universidad Lyon 2. Recordemos que, en su origen, OK Senior fue lanzado por la voluntad de los representantes de las principales organizaciones de jubilados de hablar con una voz común y directamente ante el gran público. Se ha beneficiado de un sorprendente movimiento de implicación de varios millares de mayores de toda Francia. Se han constituido en comités locales de difusión de OK Senior. Los jubilados venden el magacín pregonándolo en los mercados, delante de las agencias de viaje o también a la entrada de las estaciones de metro, de autobús o de TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES tranvía. Estos comités locales multiplican también las reuniones públicas y movilizan con gran regularidad a los cerca de 73 miembros de la redacción del magacín. Esta publicación mensual ha tenido que crear un departamento especializado para planificar y organizar este tipo de desplazamientos de la redacción. Los periodistas y, sobre todo, los nueve editorialistas, por su parte, tienen a veces dificultades para responder a la importancia de las peticiones de los comités locales. Pero estos comités desempeñan también un papel importante en la producción de contenido del magacín, puesto que representan más del 60% del volumen del correo de los lectores publicado por OK Senior. Observemos que el conjunto de las contribuciones surgidas directamente de los lectores representa los dos tercios de la superficie de redacción de este magacín, decididamente no como los demás. Para responder a la importancia de este flujo de expresión, el magacín ha creado un foro permanente en la web para permitir que los lectores prosigan sus debates por este medio. No son menos de 38 jubilados voluntarios y formados quienes asumen las funciones de moderadores. Los periodistas también sacan directamente su inspiración de los asuntos abordados por los lectores en sus correos electrónicos o postales y, por lo demás, solicitan muy a menudo a algunos comités locales que efectúen encuestas y recojan datos e informaciones. El director de OK Senior se complace en subrayar, además, que el magacín se beneficia de la redacción más grande de Francia, por delante de la primera cadena de televisión. La cobertura informativa de los resultados de la encuesta publicada por OK Senior ha tenido también efectos sobre la comunidad publicitaria, hasta el punto de que Luciano Bosio, director general de Carat Expert, el “grupo de expertos” (think tank) de la gran central de compra de espacio, ha estimado que la baja inversión publicitaria de OK Senior señalaba “en el mejor de los casos, incompetencia; en el peor, error profesional”. Se une así al comentario de Maurice Levy, presidente del grupo de publicidad Publicis (y considerado, con razón, como la figura principal del mundo de la comunicación), que, en una tribuna libre publicada por Le Monde, subrayaba que el éxito de OK Senior marcaba la aparición de los jubilados como un poder de presión capaz de una expresión política autónoma. Por su parte, los estudiosos de tendencias del euro RSCG habían publicado, hace sólo algunas semanas, una nota que hacía de OK Senior, “la respuesta sensual y concreta de agentes sociales que responden con las armas de la prensa a una comunicación que tiende a virtualizarlos y negarlos”. 85 ¿EL PODER GRIS? Según determinadas fuentes dignas de fe, Jean-Pierre Cotett, nuevo Presidente de France Télévision, se estaría trabajando un proyecto revolucionario de sustitución de France 3 por una cadena denominada OK Seniors TV en asociación con el magacín. Para quien estuvo en el origen del despegue de France 5, la penetración de OK Senior demostraría que, en lo sucesivo, sería imposible que ninguna cadena nacional de televisión dejara de hacerse eco de un fenómeno demográfico y social de gran importancia, que va a influir durante mucho tiempo en la evolución de la sociedad. Las negociaciones con el magacín habrían empezado esta misma mañana. Desde la aparición de esta encuesta sorpresa, la historia se acelera. De nuestro enviado especial en el futuro. 86 2 - PODER E INFLUENCIA SOCIAL DE LOS JUBILADOS Las personas mayores y su influencia en el desarrollo de los servicios gerontológicos: la perspectiva británica NORMA V. RAYNES Profesor de política social, Universidad de Salford (Inglaterra). DRA. HEATER CLARCK Profesora, University College, Chichester DRA. JENNIFER BEECHAM Profesora, investigadora de la Personal Social Services Unit70 de la Universidad de Kent, en Canterbury Este texto presenta una iniciativa nueva destinada a dar a las personas mayores la posibilidad de intervenir en la concepción de las políticas gerontológicas. Se trata de una investigación-acción, financiada por la Fundación Joseph Rowntree, sobre las insuficiencias de la participación de las personas mayores en las decisiones que les conciernen. La iniciativa comenzó en 2003 y fue objeto de un informe en 2005. El presente artículo describe otras experiencias, presentes o pasadas, que también tienen por objeto asociar a las personas mayores a la elaboración de los servicios que les atañen. En un informe sobre la asociación de las personas mayores en la implantación de servicios destinados a ellas (Carter y Beresford, 2000), se observan en el Reino Unido nueve enfoques diferentes. Cada una de estas vías posee puntos fuertes y débiles. Ya sea a escala individual o colectiva, el informe indica que no existe una manera única de hacer oír la opinión de las personas mayores. Los diferentes tipos de implicaciones son los siguientes: ■ Información y presión. ■ Tribunas, foros. ■ Paneles de usuarios o de consumidores. ■ Consultas. ■ Grupos de jubilados / de usuarios consumidores. ■ Servicios dirigidos por los usuarios. ■ Pago directo. ■ Redes. ■ Campañas e intervenciones sobre el terreno. Los autores de este informe estiman que estos enfoques de la participación proceden de una doble lógica, a la vez consumista y democrática. 70 Unidad de Servicios Sociales Personales [N. del T.]. 89 ¿EL PODER GRIS? En el primer caso, los prestatarios de servicios se interesan por las personas mayores en tanto que consumidoras de servicios. La lógica de participación se utiliza entonces para recoger informaciones que permiten iluminar a los prestatarios en relación con las adaptaciones y las evoluciones que se han de prever en el futuro. El enfoque democrático, por otro lado, parte del principio de que cada individuo debe tener algo que decir sobre las decisiones que le afectan. El enfoque consumista no comporta transferencia de poder, al contrario que el enfoque democrático, donde esta idea es fundamental. Carter y Beresford han sacado a la luz el dato de que todas las formas de participación o de implicación (ellos utilizan las dos nociones de modo indiferente) son a la vez políticas y muy complejas. No existen en este ámbito reglas ni certidumbres en cuanto a los resultados. Los dispositivos concebidos para promover la implicación de las personas mayores no son siempre oportunos. Tipos de implicaciones 90 Carter y Beresford afirman que el éxito de un proceso de participación, ya sea individual o colectivo, pasa en primer lugar por un trabajo de información y de representación de los intereses. Pasemos ahora a dar una breve descripción de cada tipo de participación de las personas mayores que, en lo esencial, se ha sacado de los trabajos de Carter y Beresford. ■ Las tribunas, foros y consultas se encuentran muy difundidos por el Reino Unido. Algunos se componen de individuos, otros de organizaciones de personas mayores y otros que son mezcla de los dos casos anteriores. Cualquiera que sea su modo de organización, todos tienen el mismo objetivo: hacer oír la voz de las personas mayores. No todas las autoridades locales estimulan necesariamente las actividades de los foros, pero muchas las apoyan con medios financieros o de otro tipo. Los miembros de los foros intentan inscribir esta participación de las personas mayores en las cuestiones que les afectan sobre una base lo más amplia posible. La asociación Help the Aged71 organiza periódicamente una campaña nacional titulada: “Speaking Up for Our Age”72. Esta campaña ha sido ideada para permitir a las personas mayores hacerse oír sobre los asuntos que les conciernen. Se 71 Ayudad a los Mayores [N. del T.]. Hablar en favor de nuestra Edad [N. del T.]. 72 TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES invisten del papel y dan sus opiniones en el transcurso de los foros. Sus miembros publican una carta mensual titulada “El Foro del Foro”, que permite hacer circular la información en y para los grupos locales. ■ Los paneles de usuarios son convocados y organizados con frecuencia por las autoridades locales para verificar las políticas en curso u oír comentarios y observaciones en torno a eventuales cambios de rumbo. Estos paneles no tienen vocación de ser representativos. Se trata de un medio de hacer participar a las personas que prefieren no intervenir en reuniones públicas. Uno de estos paneles es bien conocido y representativo de esta forma de participación: se trata del panel Fife Scotland, que fue iniciado en Escocia por la asociación Age Concern Scotland. Se compone de siete grupos, cada uno de ellos constituido por ocho miembros. Con motivo de las convocatorias, se les solicita exponer su punto de vista sobre las cuestiones sanitarias o sobre los servicios sociales. Barnes y Bennett han descrito determinados aspectos del trabajo de estos grupos. USUARIOS JUBILADOS COMPROMETIDOS EN LA DEFENSA DEL MARCO DE VIDA Mehmet DUMANGÖZ, Doctorando en Sociología, Universidad Mme Bloch, Estrasburgo En Francia, los mayores se movilizan por los transportes urbanos de su ciudad y crean un DVD con el fin de sensibilizar a los jubilados de los barrios y a los cargos electos locales en torno a este tema... A iniciativa de un colectivo de jubilados bretones (Office des Retraités Brestois - ORB : Oficina de Jubilados de Brest) y con el apoyo de la Fundación de Francia, los mayores se han movilizado en torno a los problemas vinculados a la utilización de los transportes colectivos del núcleo urbano de Brest para las personas mayores y con discapacidad. La experiencia ha durado 4 meses y ha reunido a 25 miembros de la asociación, 6 de ellos a tiempo completo. El equipo ha preguntado a los usuarios y se ha comprometido en una reflexión global sobre la adaptación del sistema de transportes para las personas mayores. También se han estudiado ejemplos de realizaciones en el exterior del núcleo urbano, en ayuntamientos vecinos como St Brieuc, Rennes o Morlaix. Con el valor de los conocimientos debidos a la experiencia y al análisis empírico de los usuarios, esta gestión se apoya en su capacidad de movilizarse para hacer emerger los problemas de la ciudad en el diario. Los jubilados han utilizado el vídeo y realizado un DVD en que se seleccionan entrevistas de usuarios y de responsables de las políticas de transporte. Esta película de 25 minutos ha sido presentada a los jubilados en los diferentes clubes de barrio, pero también a los cargos electos del núcleo urbano con el fin de sensibilizarlos respecto de esta problemática. Aunque esta iniciativa no tiene pretensiones de exhaustividad ni de cientificidad, es más sencilla de acometer que posibles estudios científicos y, a la vez, más fácil de 91 ¿EL PODER GRIS? comunicar. Al optar por este dispositivo, sus iniciadores han buscado permitir al público y a los responsables de las políticas hacerse una idea rápida de los problemas de funcionamiento de los transportes urbanos en su ciudad. Con esta herramienta, los responsables de las políticas públicas (cargos electos, responsables de los transportes...) tienen a su disposición testimonios concretos de usuarios de edad avanzada (autónomos o con discapacidad) que sacan a la luz determinadas disfunciones a través su propia experiencia; por ejemplo: una parada de autobús situada demasiado lejos de las aceras o bien actos de violencia (inseguridad ciudadana) de que son víctimas. Estos testimonios ilustran generalmente problemas clásicos encontrados por las personas mayores. Más allá de la crítica, esta iniciativa se quiere constructiva y esboza algunas pistas de soluciones. Así, una señora mayor recomienda a las autoridades el desplazamiento de una parada de autobús inaccesible a un emplazamiento en que los vehículos de la red de transporte urbano podrían dar mejor servicio. En la actualidad, en Brest como en la mayor parte de las ciudades francesas, los jubilados y las personas mayores constituyen, con los jóvenes escolarizados, el primer grupo de usuarios de los transportes colectivos. En bastantes aspectos, esta experiencia ilustra bien las respuestas posibles al envejecimiento de la población mediante la implicación de los jubilados en el marco de una democracia participativa y activa. Así pues, el “poder social” de los jubilados toma también la forma de una fuerza de propuesta. 92 Las consultas representan una forma de participación utilizada con frecuencia. Son instituidas y controladas por responsables públicos. Pueden adoptar formas diversas: reuniones públicas, cuestionarios o grupos de reflexión en torno a un asunto concreto. ■ En el transcurso de estos diez últimos años se han desarrollado grupos de usuarios, compuestos por personas que utilizan los servicios sociales. La agrupación puede adoptar formas diversas, desde el grupo local al grupo nacional, e incluir a grupos de jubilados. Algunos de estos grupos se han constituido en asociaciones y pueden ayudar a sus miembros a adquirir conocimientos y hacerles aprovechar intercambios surgidos de la colaboración con otras personas afectadas por los mismos problemas. ■ En el transcurso de estos diez últimos años también se han desarrollado servicios dirigidos por usuarios. En este tipo de organización, los usuarios de servicios tienen un papel central en las definiciones y la puesta en marcha de las prestaciones. ■ En adelante, existirán sistemas de pago directo a las personas mayores. Como Clark, Gough y MacFarlane (2004) han demostrado, esta posibilidad es susceptible de revolucionar las políticas sociales. Esta evolución ■ TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES se basa en la sencilla idea de que, para hacer frente a necesidades expresadas de antemano, las personas puedan recibir dinero en lugar de servicios. Esta posibilidad les permite ejercer un control de sus finanzas, comprar lo que necesitan y alquilar servicios a las personas de su elección. Ha hecho falta tiempo para que el gobierno británico acepte esta posibilidad. En bastantes otros países, este tipo de dispositivo existe ya. Al principio, en 1996, gracias a la Community Care Act73 (pago directo), las autoridades locales han podido efectuar pagos en metálico (en lugar de servicios) a personas de las que se habían evaluado de antemano las necesidades de asistencia y de servicios. Pero los mayores de 65 años estaban excluidos de este enfoque alternativo. Ocho años más tarde, en febrero de 2002, nuevas normas ponían fin a esta injusticia. Desde abril de 2003, la reglamentación obliga al conjunto de las autoridades locales a ofrecer pagos directos a todos los que tienen derecho a ellos. La exclusión de los mayores de este tipo de dispositivo parece infundada. Sin embargo, Clark y su colega han subrayado el hecho de que sabemos todavía poca cosa del efecto que este nuevo modo de pago ejerce sobre sus beneficiarios. Esto no tiene nada de sorprendente, puesto que en 2001 y 2002, sólo 1.100 personas mayores recibían pagos directos y únicamente 500 antes de este período. Todas las personas mayores no desean asumir la responsabilidad de estos pagos directos. Numerosos profesionales lo piensan también y estiman que todos no tienen la capacidad de hacerlo. Las autoridades locales deben asegurarse, pues, de que estos desembolsos sean atribuidos a personas demandantes o en situación de asumir esa responsabilidad. Este sistema de financiación de la ayuda es operativo. Clark y sus colegas (2004) describen cómo se aplica en diversas situaciones. Según este estudio, las ventajas resultantes de la gestión directa de los recursos por parte de las personas mayores (para permanecer independientes) superan netamente a los inconvenientes. Es importante que la ayuda así concedida sea creíble y realmente independiente, lo que implica, por ejemplo, que se suministren informaciones relativas a las condiciones de empleo y a la manera de gestionar los fondos puestos a disposición para emplear a una asistenta doméstica. El gobierno actual está en fase de fijar los objetivos que deberán alcanzar las autoridades locales; objetivos cuya realización será controlada. 73 El nombre completo es National Health Service and Community Care Act (Ley nacional de la seguridad social y la asistencia extrahospitalaria) [N. del T.]. 93 ¿EL PODER GRIS? Se han desarrollado redes entre determinados grupos y diferentes categorías de usuarios de servicios. Estos grupos funcionan en el ámbito regional. Permiten crear vínculos entre los usuarios y los prestatarios de servicios. La “Wiltshire and Swindon Users Network” 74 es un buen ejemplo de este enfoque participativo. Esta red une grupos de personas mayores con grupos mejor organizados alrededor de temas de salud mental, así como determinados usuarios. Está financiada por los organismos especializados en el ámbito de la salud y de la asistencia social, así como por fuentes de financiación que apoyan algunos de estos trabajos. ■ Como Carter y Beresford (2000) han puesto de manifiesto, estos grupos a veces organizan campañas de sensibilización o utilizan formas de acción directa para romper la indiferencia de la opinión pública en relación con determinados asuntos; acciones que pueden ser comprometidas por personas ya activas en otros grupos, como los “Pensioners Groups” 75 o los “Senior Citizens Forums” 76. Las asociaciones de jubilados afiliadas a la “National Pension Convention” 77 se pelean por un aumento de las pensiones de Estado. Esta organización hace campaña actualmente contra el gobierno porque rechaza la abolición del “pension book”78 y su sustitución por una tarjeta de pago con un código confidencial. Actualmente, unos cinco millones de personas cobran su jubilación en Correos gracias al “pension book”. El gobierno desearía generalizar este método de pago o el recurso a transferencias bancarias. Por lo demás, en Devon y en Cornualles, los grupos de jubilados hacen campaña contra un aumento importante de los impuestos locales. ■ 94 Sentimiento de participación limitada en las personas mayores A pesar de las numerosas posibilidades de participación, Carter y Beresford nos indican que las personas mayores son marginadas a menudo. La mayor parte de las personas, piensan estos autores, desean participar en la mejora de su existencia y, de manera más altruista, en la de los demás. En el Reino Unido, la participación de las personas mayores en el establecimiento de las políticas que les conciernen ha sido irregular, y ello a pesar de los 74 Red de Usuarios de Wiltshire y Swindon [N. del T.]. Grupos de Pensionistas [N. del T.]. Foros de Ciudadanos Mayores [N. del T.]. 77 Convención Nacional de Pensiones [N. del T.]. 78 Se trata de una libreta, entregada por el Servicio de Pensiones, que contiene 26 cupones. Gracias a estos cupones, los jubilados pueden retirar en Correos, cada semana y en efectivo, el importe de su pensión. 75 76 TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES nuevos desarrollos descritos por Carter y Beresford. Sin duda, uno de los proyectos más determinantes depende de una forma de experimentación social. Este proyecto, titulado “Better Government for Older People” 79 ha sido ideado para explorar vías innovadoras a partir de las cuales las personas mayores podrán colaborar con los responsables políticos y administrativos. Esto les permitirá introducir localmente servicios más adaptados a sus necesidades. La experiencia se ha desarrollado en 28 sectores locales bajo formas diferentes. La financiación central de estos servicios se interrumpió en el año 2000. Hayden y Boaz (2000) han evaluado una serie de programas destinados a medir la participación de las personas mayores en la redefinición de las políticas locales y los servicios. Revelan en su informe que “tenían el sentimiento obsesivo –a pesar de muchos esfuerzos por su parte y por la de los responsables administrativos– de que esto no llevaba a ningún cambio”. Las personas mayores piensan que se dice mucho, pero que se hace poco, habida cuenta del tiempo invertido en estas iniciativas desde el vértice hasta la base. Algunas de las manifestaciones a las que han sido invitadas a participar han traicionado el carácter marginal de la iniciativa. Muchas personas mayores tienen ingresos modestos, carecen de medios de transporte y pueden sufrir enfermedades. A veces dudan de su capacidad para contribuir al debate. Muchas de estas reuniones participativas han omitido tener en cuenta sus necesidades particulares, necesidades que deben ser reconocidas para permitirles que se sientan parte interesada del proceso. Las personas mayores de 70, 80 y más años tienen escasas expectativas y peticiones modestas. Hasta entonces, nunca se les habían pedido sus opiniones sobre los servicios sociales, ni en su calidad de individuos ni como miembros de asociaciones. Bajo un ángulo más positivo, finalmente se han realizado muchos de los proyectos elaborados durante la fase activa de esta experiencia nacional. Un ejemplo: las actuaciones de un grupo de trabajo compuesto por personas mayores de los distritos de Londres, Chelsea y Kensington. Este grupo se encarga de leer las publicaciones de las autoridades locales y de aportar un punto de vista crítico. ¡En consecuencia, estos textos son, desde entonces, inteligibles y legibles! Cómo favorecer la participación de las personas mayores: algunas enseñanzas Se han extraído lecciones relativas a los medios que hay que poner en marcha para incrementar el número de las personas mayores en las órganos de par79 Mejor Gobierno para las Personas Mayores [N. del T.]. 95 ¿EL PODER GRIS? 96 ticipación. Entre estas lecciones, se encuentra la necesidad de contar con personas competentes y un mínimo de confianza y de atención a los aspectos prácticos de las condiciones de participación. Carter y Beresford (2000) estiman que unas buenas condiciones de acceso a la asistencia social son datos previos esenciales para una participación efectiva de las personas mayores. También hay que vigilar el transporte de los participantes y garantizarles unas condiciones de comodidad suficientes, lo que incluye dispositivos de escucha y de información adaptados, así como determinadas posibilidades de elección entre las condiciones de la participación. Los detalles relativos a estas cuestiones importantes de organización son descritos por Raynes (2001), en un estudio sobre la calidad de las residencias de ancianos y los servicios de asistencia a domicilio, y en los trabajos de Carter y Beresford. Es importante encontrar lugares de reunión accesibles y que el transporte esté garantizado, de manera que puedan participar también quienes no dispongan de vehículo y las personas con discapacidad. Unos dispositivos que favorezcan la mejor escucha posible permitirán una buena participación de las personas mayores, sin olvidar la posibilidad de disponer de sillas de ruedas alrededor de la mesa. Raynes y sus colegas consideran que la presencia de alimentos constituye un elemento esencial para la buena marcha de una reunión. Si la participación ha de traducirse en reuniones, hay que prever un acceso verdadero a los debates y no sólo una presencia física. También es importante ofrecer posibilidades de participación distintas de las reuniones (Raynes y col. 2001). Para crear condiciones de confianza, es útil que los organizadores y los prestatarios de servicios (que pueden ser impugnados) reciban toda la ayuda necesaria para conseguir una participación óptima. Hay que saberlo: ¡la escucha de las personas mayores no es siempre un reflejo espontáneo, incluso entre los profesionales bien formados! El concepto de bajo nivel de ayuda El concepto de bajo nivel de ayuda procede de un modelo contable utilizado en el Reino Unido para la distribución de los servicios a las personas mayores. Teniendo en cuenta las recomendaciones gubernamentales, los servicios sociales han concentrado los recursos disponibles en los sectores que, según un estudio, tenían más necesidad de los mismos. Un informe encargado por la asociación Help the Aged (2002) avanzaba que: “Consecuencia general de estas medidas: menos personas han recibido ayuda a domicilio, pero en el caso de quienes reciben una ayuda, ésta ha sido mucho más consecuente” (p. 6), lo que por último ha exigido más recursos. Esa “orientación” se ha alcanzado en detrimento de una mayor difusión de los medios. Es lo que se ha calificado de bajo nivel de TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES ayuda. Se trata de servicios tales como los quehaceres domésticos, la lavandería, la jardinería, el cuidado de la casa, el transporte y otras actividades. Aunque en el Reino Unido el transporte esté bajo la responsabilidad de una administración diferente que la de los servicios sociales, éstos últimos tienen un papel importante que desempeñar para ayudar a mantener a las personas mayores en un buen nivel de independencia con el fin de que puedan seguir ocupándose de sus propios asuntos. Hay pocas ciudades como Londres, donde el transporte es gratuito para las personas mayores de 60 años. Las zonas rurales, en especial, están mal servidas por los transportes públicos. Raynes y col. (2001), Clark, Dyer y Horwood (1998) han evocado la importancia atribuida por las personas mayores que viven en su casa a servicios tales como los quehaceres domésticos. Las personas mayores están interesadas particularmente por estos servicios, considerados por los gestores como ayudas de bajo nivel. Para las personas mayores afectadas (según Raynes y col.) son precisamente estos servicios los que les permiten vivir en condiciones satisfactorias. La posibilidad de salir de casa, unos transportes adaptados y un buen seguimiento médico corresponden, según ellas, a la definición de una buena calidad de vida en el domicilio. Según Clark y col.: “para gran número de personas mayores, el término de ayuda de bajo nivel quizás tiene poco sentido. Se trata de una definición inspirada en los recursos invertidos a favor de las personas mayores. Esta definición está en relación con un modo de selección para el acceso a los servicios. Aquí tenemos un principio puesto a punto para controlar y, en consecuencia, para gestionar los recursos limitados” (p. 9). En estas condiciones, el “bajo nivel” se traduce por “pequeñas necesidades”, “pequeños valores” y “pequeñas prioridades” en materia de recursos asignados. Sin embargo, son estos mismos servicios los que las autoridades locales describen y las personas mayores consideran como muy importantes. Encuesta de las personas mayores sobre las ayudas de bajo nivel La Fundación Joseph Rowntree ha sostenido una nueva tentativa de mejorar la participación de las personas mayores en la definición de las políticas que les conciernen. Esta encuesta, animada por las personas mayores y relativa a las ayudas de bajo nivel, es una iniciativa que atañe a todo el Reino Unido. Se trata de reunir a las personas mayores, a los responsables administrativos, a los prestatarios de servicios y a los universitarios para explorar lo que quiere decir el “bajo nivel de ayuda” y para hacer evolucionar, con las personas mayores, el debate político sobre esta cuestión. 97 ¿EL PODER GRIS? En 1998, el Social Care and Disability Commitee80 de la Fundación Joseph Rowntree consideraba la posibilidad de desarrollar un programa de “personas mayores” (Older People's Programme). Este comité tiene ya una larga historia de trabajo con las personas con discapacidad, los usuarios de servicios sociales y la minoría negra. Estas experiencias han contribuido a hacer progresar las ideas sobre la manera de asociar a los usuarios de servicios a la definición de estos mismos servicios. Tuvo lugar una consulta en la que participaban 25 personas (ocho personas mayores, ocho responsables políticos y directivos administrativos y nueve especialistas en investigación y desarrollo). A partir de esta consulta, se constituyó un comité directivo: el “Older People's Steering Group” 8 1, que podía efectuar estudios para el programa de “personas mayores” (Older’s People's Programme). Este grupo es el que, a finales de 2003, decidió lanzar una encuesta sobre las ayudas de bajo nivel. Esta encuesta se propone: Determinar lo que desean las personas mayores en materia de ayuda e investigar en qué puntos la ayuda clásica a las personas mayores no permitía suministrar una ayuda de bajo nivel. ■ Analizar un determinado número de opciones para desarrollar acciones de ayudas de bajo nivel susceptibles de convenir a un gran número de personas mayores. ■ Actuar de manera que este trabajo pudiera servir de base a un nuevo consenso a la vista de cambios necesarios y útiles para las personas mayores. Ponerse de acuerdo sobre lo que es posible y sobre lo que no lo es en relación con eventuales cambios en las prácticas. Dado el caso, prever un incremento de los recursos para satisfacer las expectativas. Una de los primeras cosas que los participantes en la encuesta deberán hacer es establecer una forma de trabajar a partir de lo que significan las palabras “bajo nivel de ayuda”. Este trabajo sobre la definición (no necesariamente en cuanto al servicio) deberá guiar la encuesta en su estudio de elementos de respuesta. ■ 98 La encuesta va a empezar en seguida, trabajarán en ella 20 miembros, 12 de los cuales serán personas mayores y algunas serán también miembros del “Older People's Steering Group” de la Fundación Joseph Rowntree. Otras serán reclutadas de edades variadas en todo el país. Intentaremos establecer un equi- 80 Comité de Asistencia Social y Discapacidad [N. del T.]. Grupo Directivo de Personas Mayores [N. del T.]. 81 TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES librio entre los sexos y el origen étnico. Intentaremos también incluir en la encuesta una persona, al menos, con una experiencia de trastornos mentales. Sabemos que esta tentativa constituirá un desafío, pero nos encontramos animados al respecto por el trabajo de Bamford y col. (2001), que han descrito los medios por los cuales las personas afectadas de demencia podían participar en debates relativos a los servicios que ellas desearían ver desarrollados. Los demás participantes serán miembros de los servicios oficiales, prestatarios de servicios, políticos y universitarios. En esta encuesta, tenemos por objetivo investigar los elementos de respuesta por el mayor número de vías posible. Consideramos la creación de un sitio de Internet e intentaremos actuar de manera que todos los participantes en la encuesta puedan tener acceso a los datos. Esto significa que la secretaría establecida para la ocasión (tres universitarios, de los que uno será una persona de edad avanzada) deberá responder a las diversas necesidades de los encuestadores. Los responsables de la encuesta deberán terminar su informe en mayo de 2005. Los encuestadores analizarán entonces el material recogido y seleccionarán los mejores modelos. A continuación, el economista del equipo cifrará los costes de esta selección. De ello se deducirán prioridades. Los encuestadores tendrán que explorar la viabilidad de estos modelos en el contexto actual de las políticas y de las posibilidades de las administraciones encargadas de sus aplicaciones. Es probable que algunos de los modelos de bajo nivel de ayuda, mantenidos por los encuestadores, se sitúen fuera de cualquier estructura existente. Esta encuesta abre perspectivas nuevas y sus objetivos son claros. La puesta en marcha de las propuestas que contiene se inspirará parcialmente en experiencias del pasado; experiencias que intentaban favorecer la participación de las personas mayores y estimular a los profesionales a trabajar en relación con estas mismas personas mayores. Habrá mucho que aprender en el camino que lleva a nuestros objetivos: en especial, ¿cómo reunir a las personas mayores, a los políticos, a los administrativos y a los universitarios? Queremos sumar las fuerzas de cada uno de los participantes en la encuesta; participantes que no representan grupos de presión, sino que están allí con el único objeto de analizar los datos. La encuesta permitirá a los universitarios de la secretaría presentar las cosas de manera inteligible y sin paternalismo. Juntos comenzamos esta experiencia. La secretaría espera aprender mucho en el transcurso de este proyecto. Esperamos que nuestros socios produzcan conocimientos para nosotros, como nosotros haremos para ellos, con el fin de poder realizar debates colectivos. Ahora que nuestro sitio de Internet es opera- 99 ¿EL PODER GRIS? cional, nos complacerá compartir nuestras investigaciones con los lectores de los Cuadernos de la FIAPA. Recibiremos con interés las observaciones que tengan a bien hacernos a esta dirección: [email protected]. Bibliografía HELP THE AGED (2002): Nothing Personal: Rationing Social Care for Older People, London, Help the Aged. BAMFORD, C. (2001): “Consulting older people with dementia: the value of different approaches”, en C. MURPHY, J. KILLICK y K. ALLAN (Eds.), Hearing the User’s Voice, Stirling, Dementia Services Development Unit BARNES M., y BENNETT, G. (1998). “Frail bodies, courageous voices: older people influencing community care”, Health and Social Care in the Community, 6(2), 102-111. CARTER, T.,y BERESFORD, P. (2000): Age and change: models of involvement for older people, York: Joseph Rowntree Foundation. CLARCK H.; DYER, S., y HORVOOD, J. (1998). ‘That bit of help’, Bristol, Policy Press. CLARCK, H.; GOUCH, H., y MACFARLANE, A. (2004). ‘It pays dividends’, Bristol, Policy Press. HAYDEN, C., y BOAZ, A. (2000): Making a difference: Better Government for Older People Programme 100 Evaluation Report, Warwick, The University of Warwick, Local Government Centre. RAYNES, N. V. (2001). Quality in Home Care Services, Bristol, Policy Press. (NOTA DEL EDITOR: Téngase en cuenta que la traducción al español se ha realizado en 2006. El texto original en versión francesa apareció los Cuadernos de la FIAPA. Investigación - Acción sobre el Envejecimiento. ¿El poder gris? Vol. II. Influencias Económicas y sociales, n.ª 3. Diciembre de 2004.) La cara oculta del poder gris o cómo influye en la utilización de los servicios sociales y sanitarios MARC-ANDRÉ DELISLE Profesor, Universidad de Sherbrooke En colaboración con Hector Ouellet, Profesor jubilado, Escuela de Servicio Social, Universidad Laval En este artículo, ponemos de manifiesto que el poder gris no sólo es una fuerza política manifiesta, sino también una fuerza latente que influye en diferentes aspectos de la existencia de los mayores, entre ellos la utilización de los servicios sociales y sanitarios. Para hacerlo, recordamos los resultados de un estudio que hemos efectuado en torno a la participación social y el recurso a los servicios para las personas mayores. Los resultados de este estudio corroboran los de otros estudios y ponen en evidencia un aspecto singular del poder gris: el hecho de que opere con una determinada eficacia sin ser dirigido por ningún grupo o individuo en particular. Este fenómeno constituye, de alguna forma, "la cara oculta del poder gris". Es singular y deja a todo el mundo perplejo en cuanto a sus implicaciones sociopolíticas. ¡Poder gris! Este concepto, nacido de reflexiones en torno a la acción sociopolítica de los mayores, toma una pluralidad de significaciones cuando es utilizado por los sociólogos. J.-P. Viriot Durandal (2002, p. 8) lo define como “el conjunto de los medios de que disponen los jubilados y los mayores para proteger y defender sus intereses materiales e inmateriales”. Añade que el poder es una “'probabilidad' de que un agente (individuo o grupo) pueda imponer su voluntad en una relación social” (ibid.). En la obra que ha dedicado a este fenómeno (2003, p. 6), precisa que el campo de acción de los grupos de mayores –y, por lo tanto, la influencia del poder gris– no se limita al ámbito político y que se extiende a las “actividades de carácter cultural, social, económico...” de estos grupos. Dicho de otro modo, el poder gris es más difuso de lo que parece a primera vista. Y entonces, puede ejercerse en todas las esferas de actividades donde estos grupos operen, sobre todo la de la utilización de los servicios sociales y sanitarios. Es lo que indican los resultados de un estudio que efectuamos en 1996, el cual pone de manifiesto que el poder gris no sólo tiene funciones manifiestas de defensa de los derechos, sino también de las funciones latentes de modelado de 101 ¿EL PODER GRIS? los comportamientos individuales82. En este artículo, describimos la forma en que los principales conceptos se han hecho operativos y el modo de agrupación de los datos. Después, resumimos sus principales resultados y determinamos el alcance83. Aspectos teóricos y metodológicos El poder gris puede abordarse a través de la noción de participación social que designa los gestos planteados por los individuos y los grupos en el marco de dinámicas que tienen por objeto crear o mantener vínculos, promover intereses o defenderse contra los grupos hostiles (Argoud, D., 2001; Curtis, J., Baer, D., Grabb, E., Perks, T., 2003). Y entonces, frecuentar un grupo de la tercera edad, ir a la iglesia o hacer voluntariado constituye una forma de participación social de la misma categoría que militar en un partido político. Además, la participación social puede ser nominal (detentar una tarjeta de miembro), activa (seguir regularmente las actividades de un organismo) o intensa (asumir un puesto de gestión dentro de una asociación). Dado el caso, se trata de implicación o compromiso social. 102 En el estudio que hemos efectuado, la participación social se ha hecho operativa mediante las siguientes variables independientes: la pertenencia a grupos de fuerte participación (frecuencia superior a la media general) frente a la pertenencia a grupos de débil participación; la pertenencia a grupos de fuerte cohesión frente a la pertenencia a grupos de débil cohesión84, así como la pertenencia a grupos donde la participación y la cohesión son ambas fuertes frente a la pertenencia a grupos donde son débiles. En el tratamiento de los datos, hemos comparado de dos en dos estos diferentes grupos en relación con las variables de utilización de los servicios y hemos tenido en cuenta las principales variables concomitantes que la literatura científica considera pertinentes. Hemos efectuado análisis de regresión múltiple para medir el efecto neto de las variables de participación-cohesión sociales. El concepto de utilización de los servicios sociales y sanitarios remite a las acciones que hacen las personas para informarse de los recursos disponibles, para consultar a los profesionales de la salud y de los servicios sociales y para 82 Las nociones de funciones manifiestas y latentes están tomadas de R. Merton. Para conocer las definiciones precisas, cf. Akoun, A., Ansart, P. (dir.), 1999, p. 227. 83 Hemos expuesto con detalle los aspectos teóricos y metodológicos del estudio y hemos publicado in extenso sus resultados en diferentes documentos, entre ellos: Delisle, M-A., Ouellet, H., 2001 y 2002. 84 Según una escala de medida de la cohesión de los grupos que hemos adaptado. Cf. Lasnier, F., 1989. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES obtener ayuda de los organismos competentes. Las variables de recurso a los servicios estudiadas han sido: las consultas médicas preventivas, las consultas médicas curativas, el número de organismos de servicios contactados en el transcurso de los seis últimos meses y el conocimiento de los servicios. El estudio ha sido efectuado en 1996 con una muestra parcialmente aleatoria de 360 personas de 50 y más años, que habitaban en su domicilio en la Orilla Sur de Quebec y que participaban en las actividades de un grupo de mayores. El eje central que aquí defendemos es que los grupos de mayores tienen un papel no despreciable en la construcción de actitudes frente al mundo social y, en nuestro caso, en relación con la utilización de los servicios sociales y sanitarios. Principales resultados Los resultados obtenidos ponen de manifiesto que las organizaciones de mayores son medios donde las personas se confían sus problemas, se intercambian informaciones y se ayudan entre sí. Así, las dos terceras partes de las personas interrogadas conversan de sus problemas de salud con las personas que encuentran y cerca del 40% de ellas hablan de sus dificultades personales con sus colegas. Los grupos de la edad de oro informan periódicamente a 103 sus miembros en relación con los servicios disponibles. También, más de la mitad de las personas interrogadas hablan de los profesionales a los que consultan y de los servicios que utilizan. Hay una apreciación cualitativa de los servicios, porque el 31% de estas personas ha recomendado ya un profesional a uno de sus compañeros y el 21% de los sujetos del estudio ha indicado un servicio a un colega. Sin embargo, sólo el 15% ha consultado a un profesional indicado por un miembro de los grupos de mayores y el mismo porcentaje de personas ha utilizado un servicio recomendado por uno de sus compañeros. Por último, el 56% de los encuestados han prestado ayuda a un colega en el transcurso de los seis meses anteriores al estudio y el 44% de los individuos afectados ha recibido ayuda por parte de un miembro de los grupos de mayores durante este período. Entre los servicios intercambiados están el transporte y la referencia a los organismos de ayuda, así como los consejos sobre asuntos personales. Los análisis estadísticos, muy variados, han puesto de manifiesto que la pertenencia a un grupo de fuerte participación y de fuerte cohesión está correlacionada positiva y significativamente con las consultas médicas curativas a pesar de las demás variables consideradas (R2=0,28). Sin embargo, la salud percibida y el ¿EL PODER GRIS? malestar psicológico son los primeros determinantes de este fenómeno. Por último, las consultas médicas preventivas están determinadas principalmente por la circulación de la información en torno a los servicios, la salud percibida y el malestar psicológico (R2=0,11). El número de organismos de servicios consultados es tributario del número de servicios conocidos, del número de problemas encontrados, de la circulación de la información relativa a los servicios, de la salud percibida (negativamente), del número de hijos y de la participación en las comidas de grupo (R2=0,245). Por último, el conocimiento de los servicios depende de la orientación hacia los servicios; después, del número de cuidadores en caso de urgencia, del sexo (mujer), del número de años de residencia en el mismo municipio y de la pertenencia a un grupo de fuerte participación (R2=0,25). Comentarios Este estudio pone de manifiesto que las interacciones que se producen en el marco de las actividades de los grupos de mayores afectan a la dinámica de utilización de los servicios, y ello teniendo en cuenta la salud física y mental de los sujetos. Esta es la constatación más importante de nuestro estudio, que corro104 bora estudios efectuados en psicología social y en sociología de la salud (Mosey, J. M., Havens, B., Wolinsky, F. D., 1989; Musick, M .A., Herzog, R., House, J. S., 1999). Como han puesto de manifiesto los psicólogos sociales, un “campo de fuerzas” se libera de los grupos y modula los comportamientos individuales (Guimond, S., 1994). Y entonces, los grupos no sólo tienen tendencia a imponer su norma a los individuos en lo relativo al recurso a los servicios, sino que, además, remiten a sus miembros a recursos específicos, fenómeno conocido de los sociólogos de la salud y que se reproduce aquí (Logan, J. R., Spitze, G., 1994). La fuerza que se libera de la norma del grupo amplifica o neutraliza entonces la que emana de las necesidades (reales o percibidas) de los sujetos, necesidades que deberían favorecer la utilización de los servicios. Por lo tanto, la participación social está vinculada significativamente a la utilización de los servicios. Ahora bien, la participación social está en el principio mismo del poder gris, porque en una democracia el poder emana de la acción participativa de los grupos e individuos. Este poder actúa de manera manifiesta y latente en el interior y en el exterior de los grupos de mayores. El poder manifiesto interno de estos grupos se refiere a su capacidad para organizarse y mantener su cohesión. El poder manifiesto externo remite a su peso político, es decir a su influencia en su medio y en la sociedad en su conjunto. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES La dimensión manifiesta del poder gris está bien documentada, como atestigua el excelente trabajo de J.-P. Viriot Durandal (2003). Pero la dimensión latente es menos conocida. Nuestro estudio desvela una de sus facetas: su efecto sobre los patrones de utilización de los servicios por parte de los miembros de determinados grupos de la tercera edad. En este caso, se trata de un poder que es ejercido por los mismos grupos, casi siempre a espaldas de sus miembros y de sus líderes. Dicho de otro modo, opera sin ser dirigido por ningún grupo o individuo en particular. Esto es lo que le singulariza y deja a todo el mundo perplejo en cuanto a sus pormenores. En lo interno, la acción participativa transforma a los mayores y orienta sus conductas. En lo externo, les lleva a adoptar gestos análogos hacia los mismos objetos. Aquí reside, quizás, la esencia del poder gris: su capacidad para modelar las actitudes de los sujetos, lo que les predispone a actuar de una manera específica sobre el mundo que les rodea. El poder latente de los grupos de mayores es bien real en lo que se refiere al recurso a los servicios. En nuestro estudio, hemos establecido que la pertenencia a un grupo con fuerte participación y con fuerte cohesión ejerce un efecto sobre las consultas médicas curativas. A falta de cifrarlo con precisión, se puede 105 imaginar lo que podría representar en cuanto a cantidad de servicios y de costes correspondientes si ocurre que se trate de servicios utilizados de forma poco adecuada. Entonces, algunos podrían estar tentados a intervenir ante los grupos de mayores para asegurarse de que sus miembros utilizan mejor los servicios destinados a ellos. Incluso si los líderes de los grupos de mayores intentasen orientar el consumo de servicios de sus miembros, es probable que no lo lograsen. Cuando más, podrían multiplicar las sesiones de información relativas a los problemas de las personas mayores y a los servicios que permiten resolverlos. Otros resultados de nuestro estudio sugieren que esta manera de proceder tendría un cierto efecto sobre el tipo de servicios utilizados, pero que este efecto sería limitado, porque la mayor parte de los mayores frecuentan sus grupos de iguales en principio y, sobre todo, para divertirse. Y después, el modo de utilización de los servicios es tributario de factores distintos de la información transmitida a su propósito por las autoridades competentes. De hecho, parece que la información que circula por las vías informales ejercía más influencia sobre los comportamientos de utilización de los servicios que la procedente de la fuente autorizada. Ahora bien, podemos preguntarnos hasta qué punto sería posible y ético intervenir en las actividades ¿EL PODER GRIS? corrientes de los grupos de mayores85. Éstas son cuestiones que merecen ser planteadas, pero que no podemos debatir aquí. En tanto que investigadores, hemos puesto al día una dinámica cuyas implicaciones en el plano socioeconómico son importantes y que interpelan a varios agentes, incluidos los propios mayores. Corresponde a éstos decidir si se debe modificar esta dinámica y encontrar los medios de conseguirlo, si llega el caso. Porque el informe entre la participación social y el recurso a los servicios es más un informe de influencia que de poder. Ahora bien, la influencia social tiene múltiples fuentes y es difícilmente controlable. El papel del poder gris y de quienes lo encarnan es tomar nota de estos fenómenos. Bibliografía AKOUN, A.; ANSART, P. (dir.), (1999): Dictionnaire de sociologie, París, Le Robert/Seuil. ARGOUD, D. (2001): “La voix des retraités; entre représentation et participation”, en Legrand, M. (dir.), La retraite : une révolution silencieuse, Toulouse, Érès, pp. 307-323. CURTIS, J.; BAER, D.; GRABB, E.; PERKS, T. 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MUSICK, M.A.; HERZOG, R.; HOUSE, J. S. (1999): “Volunteering and Mortality Among Older Adults: Findings from a National Sample”, Journal of Gerontology: Social Sciences, 54B (3), pp. S173-80. VIRIOT-DURANDAL, J.-P. (dir.) (2002): “¿El poder gris? Volumen 1: Poder e influencia política”, Los Cuadernos de la FIAPA, n.ª 2, París, Federación Internacional de Asociaciones de Personas Mayores. VIRIOT-DURANDAL, J.-P. (2003): Le pouvoir gris. Sociologie des groupes de pression de retraités. Paris, PUF. 107 Empowerment y creatividad. Una experiencia en contextos rurales en el Norte de España PILAR RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ Gobierno del Principado de Asturias [email protected] Envejecimiento y ruralidad Las condiciones de vida según el tipo de hábitat configuran circunstancias muy diversas, que es preciso considerar, y acaso de manera muy especial, cuando nos referimos a las personas mayores [1,2,3]. El Norte de España, atravesado por la Cordillera Cantábrica, mantiene núcleos de población con carácteristicas demográficas muy marcadas por el proceso 109 de emigración de las generaciones jóvenes hacia las ciudades que se produjo a lo largo de las últimas décadas, y que ha motivado un alto índice de envejecimiento, como lo muestra el hecho de que en muchos de los municipios rurales del Principado de Asturias el porcentaje de población mayor de 65 años es superior al 45%. Otras características de este tipo de hábitats, que originan consecuencias adversas a sus vecinos, y, de manera especial a las personas mayores son: ■ Dispersión de la población, ya que ésta se distribuye en núcleos muy pequeños y diseminados. ■ Orografía montañosa que dificulta el acceso a los servicios y a los medios de transporte. ■ Escasa e inadecuada oferta de servicios de todo tipo y, de manera especial, de los recursos sociales, debido al modelo predominante que ha determinado diseños que sólo resultan válidos para las zonas urbanas. ■ Disminución de familiares y allegados de siguiente generación para ofrecer apoyo y cuidados a las personas que necesitan ayuda permanente. Estos condicionantes ponen de manifiesto la existencia de factores de riesgo asociados al aislamiento y restricción de las interacciones, así como a la mayor dificultad para el acceso a los servicios públicos y a los bienes sociales y cultu- ¿EL PODER GRIS? rales. Ello produce un retraimiento social y una reducción de las relaciones interpersonales y de los intercambios, así como de la posibilidad de elegir y tomar decisiones, lo que en conjunto determina una aceleración del proceso de desvinculación social. En suma, envejecer en ese medio produce pérdidas muy importantes y una inflexión en la trayectoria vital que amenaza el mantenimiento de la propia identidad y compromete la posibilidad de adquirir nuevos conocimientos y otras facultades que se promueven y se desarrollan mediante las relaciones interpersonales. ROMPIENDO DISTANCIAS, UN PROGRAMA INTEGRAL PARA LAS ZONAS RURALES DE ASTURIAS Se trata de un programa pionero en la búsqueda de soluciones para romper un pernicioso círculo vicioso (aislamiento - falta de servicios y de oportunidades de participación - aislamiento), y se dirige a los principales moradores de estos territorios, que son las personas mayores. En su diseño se han tenido en cuenta diversos estudios realizados en este ámbito territorial [4,5,6]. Rompiendo Distancias se implantó, como experiencia piloto de carécter innovador, en tres territorios rurales del Principado de Asturias, en los que viven 9.427 110 personas de más de 65 años. La metodología planteada para la definición de los proyectos se inspiró en la IAP (Investigación, Acción y Participación). Para la intervención, se definió como eje el trabajo comunitario, la coordinación de recursos de todo tipo y la participación. En cuanto a la evaluación de resultados, se realizó un diseño que combina técnicas cualitativas (grupos de discusión entre los miembros de las comisiones técnicas de seguimiento y protocolos de evaluación) con técnicas cuantitativas (encuestas a usuarios, familias y profesionales, con la aplicación de 684 cuestionarios, cuyos resultados fueron tratados con el paquete estadístico SPSS). Se trata de un programa de carácter integral, cuyas características diferenciadoras aparecen reflejados en el cuadro 1. Como objetivos generales, en el programa marco se fijaron los tres siguientes: 1. Promover el envejecimiento activo y la participación e integración social. 2. Prevenir y atender las situaciones de dependencia a través de la mejora del SAD, del acercamiento de recursos y la creación de nuevos servicios de proximidad. 3. Incrementar las redes sociales y el compromiso social mediante el fomento del voluntariado y la creación de cauces para expresarlo. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES El programa marco no contenía, como resulta obligado por las características enunciadas, actuaciones concretas prefijadas. Pero sí enmarcaba una estructura en la que poder ir encajando después los proyectos específicos. Por eso, la primera actuación que se encomendó a cada uno de los técnicos coordinadores de los tres territorios fue la realización de un estudio que, metodológicamente, se inspiraba en la IAP [7,8,9], técnica que pretende promover la movilización del grupo social objeto de investigación y motivar su participación en el desarrollo de proyectos dirigidos a mejorar su posición social y la resolución de sus necesidades. Tal como se deduce de los contenidos recogidos en el programa marco [10], se trataba de hacer realidad un ambicioso proyecto de carácter integral, que debía desarrollar actuaciones específicas para el cumplimiento de los tres grandes objetivos indicados. El programa Rompiendo Distancias se inició en enero del año 2000 y finalizó, como iniciativa piloto, en diciembre de 2003. Se desarrolló siguiendo el siguiente cronograma. FASE 1ª: Diseño del Programa y selección de Ayuntamientos donde aplicarlo (Enero 2000Septiembre 2000). FASE 2ª: Concreción y diseño inicial de los proyectos a desarrollar en cada zona (Octubre 2000Febrero 2001). FASE 3ª: Puesta en marcha de los proyectos (Marzo 2001 - Diciembre 2003). Investigación de las necesidades de las zonas, detección de recursos a aprovechar y estudio de viabilidad de los subprogramas. Actuaciones Puesta en marcha temporalizada de los diferentes subprogramas incluidos en los proyectos. Evaluaciones anuales de los proyectos de cada zona y evaluación global del programa. Redacción de informes anuales de evaluación. Reuniones y visitas de seguimiento. FASE 4º Evaluación y valoración final del programa (Octubre 2003- Diciembre 2003). Los resultados generales del programa han sido altamente satisfactorios [11]: Participaron en el programa 3.219 personas mayores, 169 familias y 219 voluntarios (cuadro 2). En cada uno de los tres territorios en los que se implantó el programa se han creado nuevos servicios de proximidad (transporte accesible, préstamo de ayudas técnicas, servicio de acompañamiento, comida a domicilio, 111 ¿EL PODER GRIS? biblioteca móvil, podología, edición de periódicos...), que constituyen iniciativas muy innovadoras. Todos los participantes manifestaron un alto grado de satisfacción con las diferentes iniciativas emprendidas y con el desarrollo del Programa en su conjunto (cuadro 3). En este artículo se presentan algunos de los resultados de esta experiencia, restringidos a los relacionados con el objetivo 1 y, dentro de él, los que han supuesto un incremento del empowerment y la creatividad de las personas mayores (autoorganización y promoción del asociacionismo, abuelos-maestros en las escuelas rurales, concursos literarios y edición de libros de poesía, montajes de teatro...). Nuestros resultados sugieren que se ha logrado poner en valor el potencial creativo latente de la personas mayores y su poder de influencia en el resto de la sociedad. Con ello, se ha mejorado su autoestima, su control sobre el medio y la modificación de estereotipos. Actuaciones para la promoción del empowerment entre las personas mayores El empowerment, en la doble dimensión que ofrece a la hora de diseñar las intervenciones (capacitar y dar poder), fue la estrategia seguida en la metodolo112 gía planificada para lograr el cumplimiento del objetivo 1 mencionado. Estas fueron las principales actuaciones desarrolladas: ■ PARA PREVENIR LA DEPENDENCIA Y FOMENTAR LA AUTONOMÍA: – Programas y cursos para fomentar hábitos saludables de vida y procurar el mantenimiento psicofísico. Se han realizado ocho actuaciones anuales: charlas sobre envejecimiento saludable y autocuidados, cursos de dietética y cocina, actividades de gerontogimnasia y talleres de memoria. – Actividades culturales y acceso a las nuevas tecnologías. En la evaluación se contabilizaron nueve actuaciones cada año, unas dirigidas al desarrollo cultural de las personas mayores y otras para facilitar su acceso a las nuevas tecnologías, mediante cursos de informática y navegación por Internet. – Cursos sobre habilidades de participación, autoorganización y apoyo mutuo. Se realizaron en las sedes de Asociaciones (cuando existían) o en las casas de cultura o salones de los ayuntamientos. – Encuentros y dinamización social. Sólo en el año 2002 se realizaron dieciséis actividades en este ámbito. En ellos, se ofrecieron muestras de la capacidad creativa de las personas mayores (artesanía, folklore, teatro, TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES literatura, cocina tradicional...). Mediante estos encuentros se consiguió incrementar la autoestima de los participantes, promover actitudes proactivas en el conjunto de las personas mayores y mostrar al conjunto de la sociedad una imagen positiva y activa de los mayores. ■ PROMOCIÓN DEL ENVEJECIMIENTO ACTIVO Y DEL COMPROMISO SOCIAL: – Creación de Asociaciones y centros sociales. En esta iniciativa, ha sido crucial el impulso de las propias personas mayores, autoorganizadas para gestionar y conseguir lugares donde reunirse para romper su aislamiento y servir de plataforma para el desarrollo de actuaciones dirigidas por ellas mismas. A lo largo de los tres años de desarrollo del proyecto, se han creado nueve Asociaciones: Tres en la Mancomunidad formada por Cangas de Onís, Amieva, Ponga y Onís; cinco en la Comarca de la Sidra, y una en Taramundi. Los centros sociales respectivos, que constituyen su sede, se crearon mediante la rehabilitación de edificios preexistentes (fundamentalmente, escuelas rurales). – Experiencias intergeneracionales. Estas actuaciones han tenido una excelente acogida tanto entre los profesionales de la comunidad educativa rural como de los niños, niñas y jóvenes de las aldeas y pueblos en los que el programa se desarrolla. En cuanto a las personas mayores, des- 113 taca el fuerte impulso de autoafirmación, seguridad personal y autoestima que han significado. La capacidad de magisterio sobre unos saberes que carecían de visibilidad y aprecio social ha sido la nota más destacada de estas iniciativas, que son, según nuestra experiencia, las que más rápidamente producen resultados en el desarrollo del empowerment. Se han realizado diez proyectos durante cada año y han consistido en semanas de magisterio en las aulas escolares y también en salidas intergeneracionales para complementar el aprendizaje. Los temas desarrollados han versado sobre: historia oral, tradiciones culturales, juegos del ayer, rutas de montaña, artesanía, fauna y flora de cada zona... – Voluntariado. Dentro del Programa se estimuló el desarrollo del compromiso social hacia las personas mayores frágiles o en situación de dependencia del vecindario de todas las edades. Esta actuación se consideraba en el programa marco como un eje transversal y se obtuvieron los resultados, en cuanta a participación, que aparece en el cuadro 2. Pero también se pretendió promover el voluntariado entre las propias personas mayores, grupo de población que cuenta con un bien que es escaso en las otras etapas de la vida: el tiempo. Los resultados de la experiencia en este ámbito es que han venido funcionado desde ¿EL PODER GRIS? 2001 cuatro programas estables de voluntariado desarrollado por personas mayores (acompañamiento a personas frágiles, guías turísticos por la comarca, guías de rutas de montaña, elaboración de juguetes para niños de países en desarrollo). Conclusiones Los resultados obtenidos con la aplicación del programa permiten concluir afirmando que se han alcanzado en un grado suficiente los objetivos establecidos. Rompiendo Distancias ha posibilitado la creación y mejora de los servicios de proximidad y de prestaciones básicas para mantener la autonomía de muchas personas mayores y apoyar a las familias (servicio de comidas a domicilio, préstamo de ayudas técnicas, planes de adecuación de viviendas, mejora de la atención domiciliaria coordinada con los servicios sanitarios...). Además, en el área que se ha seleccionado para esta colaboración, se ha conseguido impulsar la participación social y fomentar las relaciones interpersonalers y los intercambios de un grupo de población que estaba aislado y en riesgo de desvinculación social. También ha contribuido a mejorar el capital social del entramado rural mediante el desarrollo del movimiento asociativo, del altruismo y de los inter114 cambios intergeneracionales. Ha venido, en suma, a promover el envejecimiento activo, aspecto al que se concede la máxima relevancia en la literatura científica, que insiste en que las intervenciones con las personas mayores no sólo deben ir dirigidas a satisfacer las demandas de cuidados por las enfermedades que concurran, sino también a mantener sus facultades y a conseguir una vejez saludable [12,13], una de cuyas dimensiones es mantener una vida activa, participando socialmente y decidiendo sobre lo que les concierne. En cuanto a la respuesta de las propias personas mayores, han tenido oportunidad de demostrar sus muchas capacidades y habilidades que, al hacerse visibles y ser reconocidas, han contribuido a mejorar su autoestima y también a modificar estereotipos. Se ha podido resaltar, sobre todo, su capacidad de magisterio y la expresión de una creatividad que pasaba inadvertida. Dan testimonio de ello las iniciativas de voluntariado emprendidas o los programas intergeneracionales, centrados en la figura de abuelos y abuelas maestros. En el campo de la creatividad artística, han conseguido logros como la publicación de libros de poemas [14], la edición de calendarios y libros con recetas de cocina tradicional (Taramundi, 2002), la elaboración de juguetes y marionetas de alta calidad artística (Mancomunidad de Cangas de Onís, Amieva, Ponga y Onís, 2001) o la autoría de obras de teatro con montaje e interpretación incluidos (Venta de Las Ranas - Villaviciosa). TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES Discusión Con las actividades que se han desarrollado en el marco del programa Rompiendo Distancias se ha evidenciado la capacidad de desarrollo del empowerment con un grupo de población mayor cuyos entornos se habían caracterizado siempre por ser altamente “discapacitantes”, debido a los obstáculos objetivos existentes y a la consiguiente dificultad de sus habitantes para expresar sus capacidades al carecer de espacios y de oportunidades que las favorezcan. Por tanto, una virtud del programa descrito, que debe ser considerada a la hora de elaborar estrategias de intervención, es que esta metodología de desarrollo del empowerment se ha realizado precisamente en unos contextos rurales de montaña de gran dispersión poblacional y compleja orografía. Mediante este programa se ha convocado y alentado permanentemente a las personas mayores del medio rural para: ■ Identificar y poner en valor sus saberes (conocimientos y experiencias), así como activar su potencial de magisterio. ■ Desarrollar la confianza sobre su capacidad de aprendizaje de cosas nuevas, como las nuevas tecnologías, el despliegue de capacidades artísticas latentes, etc. ■ Fomentar sentimientos de altruismo para continuar siendo útiles a la 115 sociedad y contribuir al desarrollo comunitario. ■ Promover actitudes de autocontrol sobre la propia vida y de autoorganización con el grupo de pares. ■ Estimular la aparición de iniciativas propias capaces de remover obstáculos y prociar cambios favorables en el entorno. En resumen, esta experiencia sugiere modos de intervenir capaces de promover el desarrollo de toda la potencialidad de un grupo de personas que, aunque de edad avanzada, pueden y deben seguir evolucionando. Puede afirmarse que las personas mayores han respondido a la llamada que les estimulaba a abandonar las actitudes de pasividad, retraimiento y desvinculación impuestas socialmente [15] y se han hecho presentes en la sociedad a través de la expresión de sus conocimientos y sus posibilidades de acción. Con ello también se ha influido en una mejora de la imagen negativa que existe sobre el envejecimiento, contribuyendo así a un mejor conocimiento, respeto y dignificación de esta etapa de la vida. Se sostiene que los estereotipos preponderantes sobre las personas mayores (enfermedad, incapacidad de aprender, consumidores de recursos, etc.) sólo cambiarán cuando muchas de ellas tengan la oportunidad de mostrar que tie- ¿EL PODER GRIS? nen todavía mucho que decir, mucho que hacer y mucho que aportar a la sociedad. Pero para ello, es preciso cooperar en la construcción de contextos que lo posibiliten. Y los hábitats rurales, incuso los de más extremas condiciones de aislamiento, no deben continuar siendo discriminados a la hora de planificar o promover programas de intervención. Referencias bibliográficas 1. PITIÉ, J. (1979): “L'exode rural”. Presses Universitaires de France. París. 2. GARCÍA SANZ, B. (1997): “Envejecimiento en el mundo rural: Problemas y soluciones”. IMSERSO. Colección Servicios Sociales, n.ª 38. Madrid 3. COWART, R.T., y LEE, G. R. (1985): “The elderly in rural society”. Springer. N. York. 4. INE-SADEI (1998): Tendencias demográficas y planificación económica en el Principado de Asturias (1996-2026). Oviedo. 5. CANO, S. (1990): La vejez: integración o exilio. Fundación Pública de Servicios Sociales. Ayuntamiento de Gijón. 116 6. LABRA PÉREZ, J.A. (2001): “Estudio de necesidades y posibilidades de creación de empleo en los servicios de atención a los mayores de la Mancomunidad de la Sidra”, en Revista Cubera, n.ª 35. Villaviciosa. 7. 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De los propios destinatarios del programa (personas mayores y grupos familiares), de los técnicos y responsables de las diferentes administraciones que actúan en cada territorio, de los movimientos sociales organizados y del conjunto de la población. COORDINACIÓN. Elemento clave para la concreción y desarrollo de proyectos a diseñar en cada zona, en colaboración con cuantos agentes actúan en el territorio. La coordinación de recursos y la intervención comunitaria se concibe como la única estrategia válida para ofrecer respuestas eficientes a las necesidades concretas de las personas mayores de las zonas rurales. CORRESPONSABILIDAD. Por parte tanto de las administraciones locales como de las distintas asociaciones y del conjunto de la sociedad en el desarrollo de las diferentes actuaciones. LA INVESTIGACIÓN-ACCIÓN-PARTICIPACIÓN (IAP) COMO MÉTODO. Al combinar la intervención con la investigación y un proceso de evaluación continuo, Rompiendo Distancias pretende avanzar y profundizar tanto en la detección de necesidades singulares de los lugares y de sus habitantes, como en la búsqueda de alternativas flexibles que proporcionen soluciones adecuadas a las diversas situaciones del mundo rural desde un proceso permanente de IAP que, a su vez, se dirija a incrementar el compromiso social en la resolución de los problemas colectivos. CUADRO 2. Participantes en el programa P. mayores Concejo de Taramundi Comarca de la Sidra Manc. Cangas de Onís, Amieva, Ponga y Onís TOTAL 240 1557 1422 3219 F. cuidadoras 11 28 90 129 Voluntariado 72 122 25 219 323 1707 1537 3567 TOTAL CUADRO 3. Satisfacción global del programa Personas usuarias Puntuación media (rango 0-10) Familias Profesionales 8,3 (Dt=0,1) 7,4 (Dt=0,2) 8 (Dt=0,1) 117 La integración social y económica de las personas mayores. Una fuerza nueva ROSITA KORNFELD MATTE Directora del Programa para el Adulto Mayor, Universidad Pontificia Católica de Chile Secretaria del Directorio de la Sociedad Chilena de Geriatría y Gerontología - IAG Las personas mayores de 60 años representan en la actualidad el 10% de la población de Chile, es decir, 1.300.000 personas; un porcentaje que debería alcanzar el 16% en el horizonte de 2025. El 18% de las personas mayores son pobres y, entre ellas, una quinta parte vive por debajo del umbral de pobreza. Este grupo social se enfrenta a dificultades importantes para integrarse activamente en la sociedad, que, por otro lado ejerce una fuerte discriminación hacia él mismo. De aquí la importancia de una política voluntarista que estimule la participación, remunerada o no, de las personas mayores en el mundo productivo. Para ejecutar dicha política, es indispensable ayudarlas a concienciarse de sus capacidades aparentes o potenciales. Porque la realización personal no termina en el momento de la jubilación. Este instante crucial de la vida marca, muy al contrario, el comienzo de una nueva etapa en la que cuentan con una mayor disponibilidad para dedicarse y aprovecharla. Aquí consideramos la noción de “poder gris” en el sentido extenso que le da Jean-Philippe Viriot Durandal. Así pues, nos referimos al conjunto de las capacidades de que disponen los individuos y los grupos de personas mayores para dominar individual y colectivamente su existencia y para mantener así una determinada capacidad para actuar sobre (y en) la sociedad. A la luz de estas consideraciones, la Universidad Pontificia Católica de Chile (P.U.C.Ch) estableció el “Programa para el Adulto Mayor”. La primera edición tuvo lugar en abril de 1989. Hoy en día, 15 años más tarde, podemos afirmar que esta gestión ha dado plenamente sus frutos. En este artículo presentamos algunas de las prioridades que nos hemos fijado para aportar a las personas mayores de Chile una formación que les permita integrarse en la sociedad y transformarse en operadores económicos del país. La creación de espacios para las personas mayores y su transformación en protagonistas del cambio En el caso de la sociedad chilena, la mayor parte de las personas mayores de más de 60 años poseen las condiciones de salud y capacidades para continuar 119 ¿EL PODER GRIS? desempeñando un papel activo en la vida social, profesional y cultural del país. A través de la creación del “Programa para el Adulto Mayor”, la P.U.C.Ch. ha deseado enmarcar y enriquecer un espacio abierto a las personas pertenecientes a este grupo de edad que quieran reemprender el camino de la universidad o ingresar en ella por primera vez. Con este objeto, en 1992 se creó el “Diploma en Gerontología social para personas mayores”, cuyo fin es ayudar a las personas mayores a continuar desempeñando un papel social y económico en el seno de la sociedad. Este diploma desarrolla dos ejes: 1) Una formación que permite a los mayores asumir su propio proceso de envejecimiento en condiciones sanas y participativas y que luego les permite formar redes de apoyo. 2) Enseñanzas relativas a los instrumentos teóricos, metodológicos y prácticos gracias a los cuales estas personas podrán trabajar -voluntariamente o no- con grupos de personas mayores, en especial cuando éstos vivan en la pobreza o sean particularmente vulnerables. 120 El desafío para la universidad consiste en respaldarles con el fin de que puedan prolongar su autonomía, compartir solidariamente sus conocimientos y obtener para algunas una remuneración que sirva de complemento a sus pensiones. Porque el importe de la jubilación en Chile, como en muchos otros países, es a menudo escaso. Estos ingresos contribuyen así a mejorar su situación en el plano económico. En la actualidad, 460 personas procedentes de doce promociones se han diplomado ya, en su mayor parte mujeres jubiladas, en especial enseñantes, pero también asistentes sociales, actrices o abogadas, por ejemplo. A. ESTRUCTURA DEL DIPLOMA: El programa de formación comprende un total de 120 horas académicas y 120 horas de estudio y trabajos, individuales o en grupo. Estas horas están repartidas en 5 cursos, cada uno de ellos de 3 meses de duración. Se incluyen gerontología social y dos cursos complementarios, uno de actividades recreativas y el otro de psicología, y deben realizarse en un período máximo de dos años. Las condiciones requeridas para solicitar este Diploma son las siguientes: tener más de 50 años y ser titular de un certificado de estudios secundarios o su equivalente. El coste por trimestre es de 100 euros, importe asequible para personas con TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES ingresos medios; por lo general, se conceden facilidades de pago, así como becas a las personas mayores que trabajen como voluntarias en instituciones de beneficencia. El equipo de enseñantes es interdisciplinario y se compone de 20 profesores procedentes de diversas disciplinas (geriatra, psiquiatra, médico de familia, psicólogo, enfermera, masajista, profesor de educación física, trabajadores sociales, antropólogo, sociólogo, arquitecto, entre otros). Estos profesores han cursado, en su mayor parte, estudios de tercer ciclo y están especializados en ámbitos muy específicos, como la autonomización de la salud, los programas de prevención, la educación participativa, la alimentación y los antioxidantes, la animación sociocultural, el desarrollo personal, la familia y las relaciones intergeneracionales, la previsión social, la adaptación del alojamiento y del entorno, etc. CONTENIDOS DEL DIPLOMA: Durante el primer trimestre, los estudiantes deben adquirir conocimientos generales relativos al envejecimiento. A través de un curso pluridisciplinar, el exceso de edad deja de ser una presentación exclusivamente centrada 121 en la pérdida y subraya sus principales aspectos positivos. Más allá de la comprensión de los procesos complejos del envejecimiento, los estudiantes desarrollan también competencias metodológicas sólidas con el fin de mejorar su capacidad de presentar en clase sus trabajos de manera sintética y pertinente (enfoque multidisciplinario de una problemática, investigaciones bibliográficas...). El segundo trimestre se dedica al estudio de la salud mental en el transcurso del envejecimiento, a partir de diferentes enfoques, a la vez teóricos y prácticos. Al término de este módulo, los estudiantes deben aumentar su confianza en sí mismos y practicar técnicas de relajación y concentración, lo que permite iniciar determinados trabajos en grupo. El tercer trimestre se desarrolla en torno a la formación pedagógica y a las técnicas de animación: los estudiantes aprenden diferentes técnicas tendentes a presentar los contenidos asociados a la gerontología de forma creativa, agradable y muy participativa. También reciben formación en las técnicas de observación, con objeto de optimizar su capacidad de análisis y de consulta en las organizaciones de jubilados en las que intervienen. Los estudiantes aprenden así a formular un diagnóstico de las fuerzas y debilidades de los grupos y de las acti- ¿EL PODER GRIS? vidades que desarrollan. Luego, estas experiencias son presentadas, analizadas y evaluadas en clase. A lo largo del cuarto trimestre, los estudiantes aprenden las modificaciones orgánicas derivadas del envejecimiento, así como las maneras de prevenir las enfermedades más frecuentes asociadas a ellas. Con la colaboración de profesores tutores, también deben elaborar sus proyectos de capacitación y poner a punto su propio material para desarrollar un programa de formación de 30 horas dirigido a grupos de personas mayores de la comunidad, que podrán aplicar en sus actividades futuras. 122 En el quinto semestre, los estudiantes, organizados en grupos de 4 a 6 personas, realizan su cursillo con grupos de 25 a 60 personas mayores de instituciones privadas o públicas situadas en distintos barrios de la ciudad y, a veces, en zonas rurales relativamente poco alejadas. Cada grupo decide por sí solo los contenidos y materiales utilizados, pero cada uno de ellos deberá desarrollar un proyecto que abarque las facetas siguientes: desarrollo personal y/o espiritualidad, autonomización de la salud, actividad física, memoria, relajación y actividades recreativas. El cursillo es supervisado por los profesores tutores y los profesionales de la institución en cuestión. B. EVALUACIÓN: La evaluación guarda relación con la presentación de los trabajos en grupo e individuales solicitados por los profesores. El índice de absentismo máximo tolerado en el curso es inferior al 20% y el índice de presencia obligatoria durante los estudios es del 100%. Si un estudiante es incapaz de cumplir este criterio, puede seguir el mismo curso en el marco de la promoción siguiente, sin coste suplementario. La ausencia de notas contribuye a crear un clima de seguridad y de confianza que permite a los estudiantes plantear preguntas y repetir un ejercicio, una actividad o un trabajo tantas veces como sea necesario. Esto elimina también toda competencia entre los miembros del grupo, cuya mejor recompensa es el elogio del profesor y la admiración de sus homólogos. C. RESULTADOS: Un estudio comparativo dirigido a un grupo de personas que habían cursado este Diploma y a un grupo testigo (que seguía otros cursos) (R. Kornfeld, 1999) permite concluir que los miembros del primer grupo estiman tener una visión netamente más favorable del envejecimiento y se consideran más efica- TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES ces, han mejorado su estima personal y se sienten más seguros de sus conocimientos y competencias. El 88% de ellos aseguran tener la posibilidad de trabajar con grupos de personas mayores, de participar en equipos de trabajo y de desempeñar el papel de gerontólogo social en el seno de la comunidad. Por otro lado habían adquirido, como resultado de la formación, mejores prácticas de autonomización y se sentían capaces de compartir la enseñanza recibida con su entorno familiar, sus amigos y las personas mayores desamparadas. La mayor parte de ellos estimaban también haber evolucionado favorablemente en términos de salud física y mental, así como en el plano de sus relaciones interpersonales y familiares. Por último, aumenta de año en año el número de diplomados que llegan a integrarse en los municipios, asociaciones de jubilados, fondos de compensación, grupos eclesiales, residencias de jubilados u otros, para trabajar en ellos como voluntarios o asalariados. Los estudiantes dan prueba también de una mayor aptitud para participar en las redes gerontológicas y perfeccionar sus conocimientos a través de seminarios, congresos o cursos organizados en el país. La toma de conciencia de la importancia de la problemática del envejecimiento se traduce en la aparición de nuevas oportunidades de integración para las personas mayores. Este diploma ha contri- 123 buido a su inserción en los sistemas de decisión y de acción a favor de las personas mayores. Efecto en cuanto a la salud, la autovaloración, los conocimientos, las competencias, la vida familiar y la integración de los estudiantes del Diploma 33,3 Vida familiar Salud 66,6 11,1 70,2 63 Habilidades Integración 81,4 22,2 88,9 59,3 Autovaloración 88,9 77,7 Conocimientos 88,9 Diplomados Grupo testigo ¿EL PODER GRIS? Promover los programas y las acciones dirigidas a mejorar la calidad de vida de las personas mayores frente a los desafíos importantes que les plantea el entorno GÉNESIS En 1996, el gobierno de Chile invitó a diferentes instituciones, a través del Fosis (Fondo de Solidaridad y de Inversión Social) a participar en una colaboración denominada “Más vida para tus años”. Esta colaboración integró a los prestatarios de servicios de 10 comunas del país que trabajan para la población de la tercera edad que vive en la indigencia. La Universidad Católica de Chile obtuvo colaboración para el proyecto en la comunidad de Lo Espejo, una de las más pobres de la región metropolitana, en la periferia de Santiago. La comunidad de Lo Espejo fue elegida por los poderes públicos con motivo de los graves problemas de abandono y de maltrato de personas mayores. Correlativamente, se registra en este mismo suburbio un escaso nivel de estudios y un fuerte desconocimiento de los derechos y de las cuestiones relativas al 124 envejecimiento. De donde resulta un acceso insuficiente, incluso inexistente, a los servicios sociales y sanitarios, pero también problemas de alcoholismo, delincuencia y paro. La puesta en marcha del proyecto se ha desarrollado a lo largo de cuatro años y ha permitido dar a 4.500 personas mayores pobres de la comunidad los instrumentos y la formación que les permiten integrarse en la sociedad y encargarse de su propio desarrollo. Así es como nació en este espacio particular una nueva disposición de las fuerzas sociales y económicas. Y ello gracias a la adquisición de recursos intelectuales en tres ejes: la autonomización, el desarrollo de microempresas y la sensibilización a los asuntos jurídicos. A este efecto se han desarrollado siete programas fundamentales: 1. Evaluación de la población objeto (creación de instrumentos y definición de escalas). 2. Selección de la población objeto (definición de criterios). 3. Formación (con la aplicación de una metodología que suscita la participación). 4. Salud (formación de un equipo de trabajo interdisciplinario). TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES 5. Nutrición (en particular, en materia de educación-prevención). 6. Previsión social y asuntos jurídicos (creación de redes de difusión y de atención). 7. Actividades recreativas y trabajo en el seno de organizaciones comunitarias. Cada uno de estos programas se desglosó en varios subprogramas. Con el fin de alcanzar los objetivos de esta intervención, se llevaron a cabo varias actividades de apoyo comunitario, a saber: 1. FORMACIÓN (CON UNA METODOLOGÍA DE EDUCACIÓN PARTICIPATIVA) Personas mayores, profesionales y técnicos de la comunidad participaron en una formación impartida a través de cursos y talleres, cada uno de los cuales correspondía a su ámbito de competencia o a su campo de interés (salud, nutrición, etc.). Efecto en cuanto a la salud, la autovaloración, los conocimientos, las competencias, la vida familiar y la integración de los estudiantes del Diploma Salud 125 33,3 Vida familiar 66,6 11,1 70,2 63 Habilidades Integración 81,4 22,2 88,9 59,3 Autovaloración 88,9 77,7 Conocimientos 88,9 Diplomados 2. SALUD (FORMACIÓN Grupo testigo DE UN EQUIPO DE TRABAJO INTERDISCIPLINARIO) Las personas afectadas fueron atendidas por un médico geriatra y una enfermera geriátrica. ■ Gerontología de base: Se impartió una formación en salud integral a per- ¿EL PODER GRIS? sonas mayores que trabajan con mayores en el marco de organizaciones sociales. Esta formación les permite comprender los procesos de envejecimiento activo y dominar los principios de prevención del envejecimiento. Además, tiene por objeto estimular la asunción de responsabilidades en su comunidad en lo que respecta a las personas de su grupo de edad. 126 ■ Curso de geriatría de base: profesionales del sector de la salud recibieron una formación dirigida a la identificación, gestión y elaboración de un seguimiento de las patologías asociadas al envejecimiento. Una parte del programa consistía también en sensibilizar a los cursillistas en lo referente a una mejor autonomización de los pacientes en la atención de su salud. ■ Talleres de formación en autonomización para personas mayores: el objetivo es enseñar a las personas mayores las maneras de hacerse cargo de sí mismas y de ayudar a las familias, lo que favorece la autonomización de las personas mayores. ■ Refuerzo de programas existentes para combatir enfermedades: se incrementó la asistencia de las personas mayores que sufren hipertensión o diabetes y se reforzaron los programas ya existentes. ■ Asistencia médica: se proporcionó asistencia médica a las personas mayores de la comunidad y se estableció un servicio telefónico para la toma de citas. 3. NUTRICIÓN: PROGRAMAS DE EDUCACIÓN Y DE PREVENCIÓN SANITARIA ■ Taller de formación para monitores en nutrición: dirigido a identificar las necesidades nutricionales de base de las personas mayores, describir y analizar sus prácticas alimentarias y aplicar planes alimentarios a través de un material didáctico. ■ Servicios consultivos a los diferentes clubes: Se aplicó un programa de formación dirigido a estimular las prácticas alimentarias sanas entre los miembros de los clubes de la tercera edad con el fin de reducir los trastornos asociados a las enfermedades crónicas. ■ Coordinación con los dietéticos del dispensario: dirigido a mejorar los cuidados en materia de nutrición a escala de dispensario, garantizar la continuidad del programa mediante la formación del personal del dispensario a cargo de la nutrición. ■ Atención de las personas mayores que presenten un riesgo elevado en cuanto a la nutrición: mejora del estado nutricional de estas personas, coordinación con la familia para responder a las necesidades nutricionales de este grupo de edad. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES 4. PREVISIÓN SOCIAL Y ASUNTOS JURÍDICOS (CREACIÓN DE REDES DE DIFUSIÓN Y DE ASISTENCIA) ■ Una formación en materia de gerontología dirigida a los funcionarios a cargo de las gestiones jurídicas y de las pensiones de tipo asistencial: dirigida a dar a conocer las características de la persona de edad avanzada y coordinar los servicios encargados de las pensiones de tipo asistencial y de la prestación de servicios de asistencia jurídica en la comunidad. ■ Una formación de monitores en previsión social y consejos jurídicos: dirigida a formar voluntarios en las comunas para que puedan guiar y ayudar a las personas mayores en las gestiones que hayan de efectuar y a presentar explicaciones al efecto. Puesta a punto de un fichero constituido por diferentes fichas prácticas relativas a derechos. ■ Un apoyo a los servicios y gestiones: Instalación de una oficina de información donde una asistente social, con la colaboración de los monitores que han recibido la formación, aporta una orientación relativa a las gestiones que hayan de efectuar por las personas mayores. 5. ACTIVIDADES RECREATIVAS Y TRABAJO EN EL SENO DE LAS ORGANIZACIONES COMUNITARIAS ■ Animadores de actividades recreativas para personas mayores: motivación 127 y formación de animadores que pueden colaborar en los programas recreativos desarrollados en distintos ámbitos a los que asisten personas mayores, como su domicilio, los clubes, los centros abiertos, etc. ■ Papel social y autogestión de las actividades de las personas mayores: el aumento de la participación de las personas mayores en el seno de su comunidad les ha permitido concienciarse mejor de su capacidad para desempeñar un papel en la sociedad. La formación permite a las personas mayores un análisis de los recursos de que disponen o que desean adquirir para actuar en su propio entorno. ■ Actividades de monitores formados en el seno de los clubes: puesta en práctica de los conocimientos adquiridos por los monitores al servicio de sus colegas, aumento de su participación en el seno de la comunidad y mejora de la calidad de vida. ■ Actividades a domicilio realizadas por monitores: ayuda a las personas mayores delicadas, con participación de la familia y de la comunidad. ■ Servicios consultivos para las personas mayores de la comunidad: instalación de una oficina que dé consejos en materia de organización y estructuración de las actividades de las personas mayores de la comunidad. ¿EL PODER GRIS? COMENTARIOS RELATIVOS A LA GESTIÓN: La primera actividad fue la formación de un equipo interdisciplinario de profesionales que poseían conocimientos en gerontología y estaban dispuestos a trabajar en barrios populares y en zonas a veces retrasadas y peligrosas. El proyecto comprendía varios elementos clave, a saber: a. Poner en contacto, motivar y coordinar a los distintos agentes formales e informales de la comunidad. El diálogo y los consejos permanentes del equipo profesional de la Universidad ante las autoridades locales han favorecido: ■ La participación activa de las organizaciones de base. ■ El uso más intensivo y racional de los recursos comunales, a menudo limitados. ■ La sensibilización de las autoridades con respecto a las políticas en materia de vejez y a las intervenciones sanitarias y sociales a favor de las personas mayores. b. Estimular la implicación de los individuos y de sus familias en la gestión de los asuntos 128 sanitarios y de solidaridad en el seno de la comunidad. Es lo que ha conducido a que: ■ Las personas, en particular las de edad avanzada, cuiden de sí mismas. ■ Los miembros de las familias y las propias familias se ayuden mutuamente. ■ La comunidad aporte su apoyo a quienes lo necesitan. ■ Los profesionales impartan cuidados más integrales e inciten a la población a prestar su colaboración para conseguir la aplicación de un enfoque sanitario moderno e integral. RESULTADOS: Efecto en las personas mayores Aunque la situación de dependencia no haya variado, el proyecto ha permitido a las personas mayores: Modificar favorablemente su imagen del envejecimiento. ■ Contemplar su propio envejecimiento de manera más positiva y comprometida. ■ Desarrollar su estima personal, su autonomía y sus potencialidades. ■ TOMO II: INFLUENCIAS ■ ■ ■ ■ ■ ■ ECONÓMICAS Y SOCIALES Volver a implicar y diversificar los papeles de las personas mayores en el seno de su grupo familiar. Reforzar su espíritu de solidaridad. Desempeñar un papel activo en el seno de su comunidad, sobre todo para desarrollar acciones a favor de las personas mayores. Elaborar y sacar adelante proyectos de autogestión de interés social. Prevenir situaciones de riesgo y mejorar sus capacidades funcionales. Aprovechar su ocio o su tiempo disponible de manera más creativa. Que el programa les ha ayudado a adoptar una actitud activa frente al envejecimiento, a desarrollar sus potencialidades y a recuperar sus papeles en el seno del grupo familiar. Que sus capacidades funcionales han aumentado, que sacan más partido de su tiempo libre y de su participación en las organizaciones Las personas de edad avanzada perciben Que su estima personal y su creatividad se han incrementado, aunque su situación de dependencia no haya variado Que su papel más activo en el seno de las organizaciones les proporciona una mayor satisfacción personal en la realización de proyectos de interés social que favorecen su autonomía EFECTOS DEL PROYECTO A MEDIO PLAZO 1. A escala municipal, los resultados son los siguientes: ■ Las autoridades han adquirido conciencia de los problemas del envejecimiento. ■ Se ha establecido una red social de apoyo interinstitucional. 129 ¿EL PODER GRIS? Se ha impartido una formación en la materia a los profesionales y a los dirigentes comunales. ■ Se ha elaborado un registro de las instituciones que han colaborado con el equipo de la Universidad Católica. ■ Se ha hecho un registro de todas las organizaciones de personas mayores. ■ La experiencia ha dado buenos resultados y en la actualidad sirve de base para otras organizaciones (ONG Tiempo), que han proseguido y prolongado el trabajo. 2. A escala de los dispensarios: ■ Se ha establecido un sistema de evaluación de los pacientes de edad avanzada y protocolos de su transferencia a los hospitales. ■ Se ha dado formación al personal de los dispensarios. ■ Se han efectuado intervenciones de tipo educativo ante las personas mayores. 3. A escala de las personas mayores: ■ ■ 130 ■ ■ ■ ■ ■ Los dirigentes actuales y los nuevos dirigentes han recibido una formación. Han aprendido a elaborar sus propios proyectos. Se ha promovido la formación de nuevos clubes de personas mayores. Se ha establecido una red entre los clubes de los distintos sectores. Se ha aportado ayuda a la organización comunal de personas mayores. Se han entregado materiales educativos de apoyo (boletines, libros). Este abanico de estrategias ha permitido que las personas mayores de la comunidad que han recibido la formación ayuden a otras personas mayores más desamparadas mediante la creación de una red de apoyo social entre personas mayores, el desarrollo de su fuerza personal y su papel de dirigentes comunales que les permiten integrarse mejor en la sociedad. El voluntariado de los mayores: una fuerza social y económica a favor de las personas mayores en el medio rural CINDY LOMBARD Agente de desarrollo y de soporte técnico a la red asociativa local Federación Departamental de las ADMR de Doubs El compromiso de los jubilados dentro de las asociaciones de carácter social no cesa de desarrollarse. Las asociaciones de servicio a domicilio de las ADMR cuentan con numerosos mayores entre sus voluntarios. Mediante el ejemplo de una federación departamental, intentaremos identificar las principales características de este voluntariado social de las ADMR y el poder que puede ejercer con sus acciones directas de proximidad. Según varias encuestas realizadas por la Fundación de Francia (Jean Jacques Amyot, 1997), Francia contaba en 1997 con más de nueve millones de voluntarios, que representaban unos 820.000 empleos a tiempo completo y un peso eco- 131 nómico global estimado en más de 33 millardos de euros anuales (o sea, 217 millardos de francos en 1997) según un programa comparativo de John Hopkins. Al día siguiente de la Segunda Guerra Mundial, varios militantes se agruparon para luchar contra la degradación de las condiciones de vida en el medio rural y la salida de las mujeres jóvenes hacia la ciudad. De este movimiento nació la ayuda familiar, cuyo objetivo era aportar su apoyo a las familias rurales al mismo tiempo que les procuraban una verdadera profesión a las mujeres jóvenes surgidas en este medio. No fue hasta los años centrales de la década de 1960 (después del informe Laroque sobre la integración de las personas mayores en su medio de vida y la preservación de su autonomía) cuando el movimiento de las Ayudas Familiares Rurales (AFR) se interesó por las personas mayores y después por la asistencia a domicilio. En 1976 se fundaron las asociaciones de Ayudas a Domicilio en el Medio Rural (ADMR). Los calores del verano de 2003, que se saldaron en Francia con 15.000 fallecimientos suplementarios en el mes de agosto –el 80% de ellos, personas mayores–, no ha hecho otra cosa que reavivar el debate relativo a la necesidad de repensar el acompañamiento de estas personas aisladas y dependientes. Estas ¿EL PODER GRIS? asociaciones de servicio a domicilio trabajan en el mantenimiento a domicilio y la integración social de las personas debilitadas. Intervienen con todos los públicos, pero con la débil renovación de las generaciones y el aumento de la esperanza de vida, las personas mayores se han convertido en el público predominante. Agrupadas dentro de federaciones departamentales, estas casi 3.200 asociaciones gestionadas y animadas por 260.000 afiliados, de los que 110.000 son voluntarios activos, ayudan en la actualidad a cerca de 380.000 clientes-afiliados y emplean a unos 55.000 asalariados, la mayor parte a tiempo parcial. Forman la red de servicio de proximidad más importante de Francia. A través de pequeños equipos de voluntarios procedentes de la población local, se desarrolla una acción colectiva creadora de vínculos sociales y de solidaridad. Los papeles y compromisos de los voluntarios son decisivos para ello. En sus visitas a domicilio a las personas, los voluntarios proponen servicios adaptados a las necesidades que han delimitado y evaluado juntos: ayuda a la vida diaria (quehaceres domésticos, planchado, preparación de comidas, compras, aseo personal y asistencia, custodia de hijos y apoyo escolar a las familias, acompañamiento psicológico...), transporte de comidas a domicilio y teleasistencia86. Estos diferentes servicios permiten que las personas mayores, sobre todo, 132 continúen eligiendo por sí mismas la orientación de su vida con el fin de ser autónomas el mayor tiempo posible. El compromiso voluntario no implica sólo la propuesta de servicios, sino también su establecimiento y acompañamiento. Los voluntarios constituyen los expedientes de demanda de cobertura del coste de ayuda a domicilio. Esta última es financiada en parte por la caja de jubilación y también por la persona, según sus ingresos. Contratan y dirigen sus asalariados y garantizan el seguimiento de las prestaciones (renovación de las solicitudes, control de las horas efectuadas y concedidas por las cajas de jubilación, encaminamiento de las facturas y salarios administrados por la federación, gestión de las cuentas). Verdaderos protagonistas de la vida local, los voluntarios proponen también numerosas fiestas y manifestaciones a la población, como meriendas con baile, venta de flores, de calendarios, y así favorecen la cohesión social, el conocimiento de la red y también permiten a determinadas asociaciones financiar, como complemento de subvenciones locales, las “Casas de los Servicios”, lugar donde los voluntarios se reúnen y acogen al público. 86 Aparato electrónico de atención prioritaria que permite avisar las 24 horas del día en caso de problema. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES Las asociaciones están implantadas en el conjunto del territorio. Es el caso, por ejemplo, en un departamento rural del Franco Condado como el Doubs, situado al este de Francia. Polo administrativo y técnico, la federación del Doubs agrupa a 31 asociaciones locales y cuenta con más de 500 voluntarios, 800 asalariados y unas 3.000 personas asistidas de las que el 40% tenía en 2002 entre 70 y 79 años y el 46% tenían más de 80 años. Entre estos voluntarios, más de la mitad están jubilados. La interrupción de la actividad profesional y la desaparición de una parte de la red relacional unida a ella vuelven a poner en duda la identidad social de algunos jubilados que, mediante el voluntariado, intentan encontrar un lugar y una utilidad entregándose al servicio del prójimo. Además, el voluntariado es también una manera de luchar contra su propio envejecimiento y de actuar sobre las representaciones de una sociedad que en la persona de edad avanzada ve un porvenir que le da miedo. En Francia, fue en los años centrales de la década de 1980 cuando los jubilados se concienciaron, en un período en el que el Estado del bienestar estaba en crisis. Es difícil cifrar este compromiso con detalle, dada la implicación más o menos duradera de las personas; sin embargo, se liberan grandes tendencias. Si 133 entre los 500 voluntarios de la federación del Doubs los jubilados ocupan un número importante de funciones, sobre todo los mayores, están lejos de formar un grupo homogéneo. La concienciación asociativa parece intensificarse mucho en el momento de la jubilación y disminuir significativamente después de cumplidos los 75 años, cuando los jubilados expresan su deseo de aprovechar de otro modo su jubilación. Después de 20 años de compromiso, dejan su puesto a los “jóvenes”, sin abandonar por ello la asociación del todo. Entre los voluntarios, jubilados o no, las mujeres ocupan un lugar importante, puesto que representan los dos tercios de las personas comprometidas. Esta tendencia es todavía más fuerte entre los voluntarios no jubilados (se consideran las personas en edad de trabajar menores de 60 años, con o sin actividad profesional), donde se encuentra la mayoría de las mujeres sin actividad profesional. Pero si bien se benefician de más tiempo libre, se implican esencialmente en las familias, al contrario que las mujeres jubiladas, que prefieren con mucho a las personas mayores y con discapacidad, a menudo dejadas de la mano de una sociedad que fija “barreras” vinculadas a la edad, a la discapacidad o a la enfermedad. ¿EL PODER GRIS? Si las mujeres, por lo general, se comprometen en acciones sobre el “terreno”, que favorecen las relaciones, los hombres, por su parte, perciben la jubilación de una manera muy diferente, dando prioridad sobre todo a las responsabilidades y a la fuerte visibilidad social (puestos directivos, presidencia de asociación, miembro del consejo de administración, del órgano directivo, tesorero) o también la tecnicidad a través de la teleasistencia. Estas grandes tendencias permiten distinguir tres tipos de compromisos dominantes: 134 ■ El “compromiso asociativo local” es el que va a integrar al voluntario en el seno de la asociación local mediante una o varias responsabilidades, que suelen caracterizarse por acciones sobre el terreno. ■ El “compromiso federal”, donde el voluntario se implica en la vida federal y participa en la orientación de las opciones políticas de las ADMR. Los miembros del Consejo de Administración de la federación son siempre administradores de una asociación local. Esta obligación está prevista en los estatutos, con el fin de dar a las decisiones y orientaciones adoptadas una pertinencia en relación con las situaciones vividas localmente. ■ El “compromiso pluriorganizativo”, por su parte, va a trascender la red de las ADMR, puesto que el voluntario se adhiere también a otras asociaciones u organizaciones sociales y políticas. Aun cuando su pertenencia política a veces puede ser fuente de conflictos, sigue siendo a menudo un punto fuerte para los voluntarios, sobre todo con ocasión de solicitudes de subvención a las colectividades locales. Con un conocimiento local y una red relacional muy extendidos, sobre todo gracias a sus historiales de vida, los voluntarios siguen anclados firmemente en el ámbito local. A la escucha de la población, son advertidos de las dificultades encontradas de modo momentáneo o duradero, generalmente por las personas de edad muy avanzada. Pero son sobre todo consejeros, confidentes, solicitados por las familias impotentes y desamparadas frente a los problemas de sus mayores. Muy a menudo, los voluntarios están en la instigación de las primeras gestiones administrativas. El Baremo AGGIR (Autonomía Gerontológica de los Grupos Iso-Recursos) es una de las herramientas de que se sirve el voluntario para satisfacer la demanda de atención en las cajas de jubilación. Ideada para medir las discapacidades de la persona según diferentes variables (coherencia, orientación, aseo personal, vestido, alimentación, eliminación, transferencias, desplazamientos en el interior y al exterior y comunicación a distancia), esta rejilla determina seis Grupos Iso-Recursos, clasificados desde la persona más TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES dependiente y con mucha pérdida de autonomía (GIR 1) hasta la persona que no necesita ninguna ayuda específica para realizar los actos discriminatorios de la vida diaria (GIR 6). Utilizada también por profesionales del polo gerontológico de los servicios de acción social, este baremo permite que los mayores de 60 años se beneficien de un Subsidio Departamental Personalizado de Autonomía (ADPA) desde enero de 200287. Con este semiprofesionalismo, los voluntarios expresan cada vez con más frecuencia la necesidad de recibir formación. La Unión Nacional ha creado así su propio organismo de formación destinado a los voluntarios y asalariados, con la propuesta de diversos cursos de formación por jornadas sobre las diferentes funciones de los voluntarios, la vida asociativa, el voluntariado, pero también sobre el derecho del trabajo, la contratación, la formación, la gestión Y SI LOS VOLUNTARIOS LLEGARAN A FALTAR, ¿QUIÉN SE OCUPARÍA DE LAS PERSONAS MAYORES AISLADAS? Australia: Escasez de cuidadores profesionales y voluntarios para los mayores Entre 2001 y 2031, el número de mayores australianos debe aumentar en el 160%, tres veces el crecimiento del número de personas de apoyo, limitado por la demografía al 57%. En 2031, Australia contará con 600.000 personas mayores dependientes, sin familia ni amigos que puedan ocuparse de ellas. ¿Cuál es entonces la causa de la recesión de la mano de obra disponible para la asistencia a las personas mayores? El envejecimiento y la disminución del número de hijos. Según previsiones del Centro Nacional de Estudios Económicos y Sociales de la Universidad de Camberra, Australia se enfrenta a una escasez drástica de cuidadores capaces de asistir al número creciente de personas mayores y con discapacidad que viven en su casa. El estudio de este Centro, titulado “¿Quién va a garantizar la asistencia? Cuidadores voluntarios y población que envejece” (Who's going to care? Informal care and an ageing population), demuestra que la disminución del número de hijos, el incremento del empleo de una mano de obra femenina y el aumento de los divorcios no son los únicos motivos de esta escasez probable de personas de apoyo que garantizan voluntariamente la asistencia a las personas mayores. Su causa es la debilitación de la población que envejece. The Sydney Morning Herald (Future shock: ageing nation faces care crisis [conmoción futura: una nación que envejece se enfrenta a una crisis de asistencia], 11/06/2004) informa de que en 2031 sólo habrá 35 voluntarios a tiempo completo para asistir a 100 mayores enfermos que residen en su domicilio. En 2001 había 57. Incluso si se considera que los mayores tendrán mejor salud en el futuro, los informes del estudio del Centro Nacional no prevén una mejora notable. Fuente: seniorscopie.com www.smh.com.au 87 Establecido por la Ley del 20 de julio de 2001, este subsidio, hasta un máximo de 1.106,76€, está destinado a las personas evaluadas por el equipo médico social en GIR 1, 2, 3 y 4, y financia todos los tipos de ayuda. 135 ¿EL PODER GRIS? y la integración de los asalariados, la comunicación... También se organizan reuniones entre asociaciones y federaciones con el fin de comunicar a los voluntarios nuevos datos técnicos y debatir las diversas situaciones que encuentran. Si bien la federación existe gracias a las asociaciones, los voluntarios tienen necesidad de agruparse con profesionales para ser reconocidos y oídos a una escala más importante. Esta dependencia mutua se manifiesta más como una complementariedad que como un freno, pero, con una población que envejece con una edad cada vez más avanzada y dependiente, las solicitudes afluyen y las asociaciones se convierten en verdaderas empresas. Por lo tanto, ser voluntario no se improvisa, y cuando la investidura asociativa se transforma poco a poco en una segunda profesión, puede conducir al voluntario a un auténtico agotamiento (“burn out”). Solicitados a diario, comprendidas las tardes y los fines de semana, el equilibrio familiar de los voluntarios se hace cada vez más frágil. Desgastado por responsabilidades cada vez más pesadas e importantes, el compromiso se hace a menudo tan pesado que empuja al voluntario a liberarse. 136 Para hacer frente a estas situaciones y responder a los deseos de los voluntarios, se han puesto en marcha funciones intermedias con el fin de mantenerlos en sus diferentes funciones. Por este motivo, y desde hace dos años, agentes de desarrollo y de apoyo técnico a la red asociativa local se han incorporado a los profesionales de la federación del Doubs. Con intervenciones sobre el terreno, ayudan a los voluntarios y participan en la vida asociativa y en las reuniones. Garantizan también servicios permanentes en las asociaciones, con acogida del público, de beneficiarios y de asalariados que desean obtener información. La participación de los voluntarios es esencial. Ha permitido el desarrollo del empleo a través de la profesionalización de una parte de las actividades inicialmente no remuneradas. Las asociaciones actúan así sobre el empleo y la inserción a escala local (es de subrayar que determinadas asociaciones dan empleo hasta a 50 asalariados), tanto más cuanto que el Servicio de Ayuda a Domicilio (ADS), asociación intermediaria del ADMR, trabaja para la inserción profesional de las personas al margen de la sociedad y proponen a las empresas y a los particulares diferentes servicios: quehaceres domésticos, bricolaje, jardinería, mantenimiento del exterior de la casa... TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES Con la reanudación del trabajo de las mujeres y la débil implicación de las personas de 20 a 40 años, los mayores podrían ocupar, de aquí a pocos años, un lugar todavía más importante en el voluntariado social. Sin embargo, si bien su acción directa de proximidad no se limita sólo a una influencia en los sectores sociales, la renovación de las generaciones en el voluntariado no cesa de debilitarse. Cada vez se hace más difícil reclutar voluntarios y conservarlos. Sustituirlos por asalariados podría conducir a una pérdida de informaciones y a una menor disponibilidad relacional, sin contar con el inevitable aumento de las tarifas de ayuda a domicilio que excluirían financieramente a una parte de los beneficiarios actuales, ya muy a menudo ayudados por sus descendientes. El porvenir del poder social de los jubilados dependerá del reconocimiento de la acción asociativa y de la implicación de los voluntarios mediante políticas públicas. Pero también dependerá de los modelos de jubilación que las nuevas generaciones de mayores estén dispuestas a asumir. 137 El poder gris, en cuestión en Hungría ZUZSA SZEMAN Academia de Ciencias de Hungría, jefe de departamento del Instituto de Sociología Este artículo trata de los jubilados de la senescente sociedad húngara y de la manera en que se ha establecido contacto con los responsables de las decisiones políticas y económicas. Se descubrirá también cómo, a través de una organización civil única, representante de las personas mayores a escala local, dichas organizaciones ayudan a las personas mayores y cuál es su influencia en ellas. Este artículo puede leerse también en el sentido de que los individuos han pasado de la noción de “necesidades desconocidas” a la defensa de sus intereses mediante las organizaciones civiles. Grupos objetivos de las organizaciones cívicas La sociedad húngara envejece tanto en el plano biológico como en el de la sociedad global. La proporción de los mayores de 60 años ha pasado del 18,9% en 1990 al 19,7% en 2000. Así pues, el envejecimiento natural de la población húngara y el envejecimiento de la sociedad en su conjunto caracterizan la Hungría contemporánea. Desde el década de 1980, la jubilación marca el comienzo de un proceso de empobrecimiento que margina progresivamente a los jubilados como consecuencia de haberse prolongado la fase de inactividad al final de su carrera profesional. Una parte no despreciable de la población pasa así prematuramente a la categoría de personas mayores. Dado el aumento importante del paso a la prejubilación, la proporción de los jubilados ha aumentado en el espacio de algunos años. Así, en 1990 representaban el 22,9% de la población, después el 30% en 1995, y el 30,9% en 1998. Esta tendencia se prosigue actualmente (Statistical Pocket-book of Hungary 1999, 2000, KSH, 14, Nacional Social Insurance Directorate, Statistical Información, 1881, 97). Las personas mayores están cada día más organizadas como consecuencia de la intensificación de los problemas sociales a los cuales se han visto enfrentadas. 139 ¿EL PODER GRIS? Así, las asociaciones regionales y nacionales se interesan por el ocio, pero se esfuerzan también en resolver los problemas relativos a los medios de existencia de los jubilados y a contribuir a su bienestar. Como su proporción es elevada dentro de la sociedad, los jubilados se han convertido, desde los años centrales de la década de 1990, en un factor político importante. El segundo gobierno (de inspiración socialista) que siguió a la caída del régimen comunista, creó en 1996 un Consejo de Personas Mayores, regulado directamente por el gabinete del Primer Ministro. Entre sus miembros se encuentran representantes de diversas asociaciones de jubilados, tanto regionales como nacionales, alcaldes de colectividades locales, el Ministro de Finanzas, el de Asuntos Sociales, demógrafos del Instituto Nacional de Estadística, expertos del fondo del seguro de vejez e investigadores independientes. Incumbe a este Consejo debatir cuestiones que afectan a las personas mayores. Aunque los jubilados representados en este Consejo hayan visto rechazadas por el Ministerio de Finanzas sus peticiones en materia de reforma de las jubilaciones, la creación de esta estructura ha puesto en marcha en Hungría un proceso que en adelante se podrá frenar en el peor de los casos, pero no detener. Será preciso, pues, tener en cuenta a los jubilados de ahora en adelante. El gobierno formado tras las elecciones de 1998 transfirió la competencia del Consejo de Personas Mayores del gabinete del Primer Ministro al de Asuntos 140 Sociales y Familia. En consecuencia, el Consejo no está ya en contacto directo con el Primer Ministro, pero no por ello está totalmente separado de las decisiones que afectan a las personas mayores. Ante la proximidad de las elecciones de 2002, el gobierno se interesó de nuevo por los problemas de los jubilados. Es así como los jubilados se han encontrado en contacto con responsables de la política económica y social de los países. Al mismo tiempo, se ha observado un desarrollo a escala microsocial. Estos movimientos se entroncan con organizaciones cívicas, cuyo objeto es la mejora de las condiciones de vida y del bienestar de los jubilados. A menudo, son los mismos jubilados quienes han desencadenado el cambio positivo, a través de iniciativas personales que se cursan a las colectividades locales, a otras organizaciones cívicas o a otros agentes a escala nacional, con independencia del ministerio o del gobierno. Una encuesta referida a cuatro ciudades húngaras, destinada a estudiar todas las organizaciones cívicas de estas ciudades, ha determinado que las personas mayores figurarían entre sus principales grupos destinatarios y que iban en su ayuda de diversas maneras a escala local. El ejemplo que sigue permitirá ilustrar la ayuda aportada por este tipo de organización a la población de edad avanzada de un municipio, así como los múltiples efectos de este apoyo. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES En Békés, una ciudad pequeña del Sudeste de Hungría, los jubilados se enfrentaban simultáneamente a varios problemas sociales: – inflación, – privatización, – cierre de fábricas, – hundimiento de las cooperativas agrícolas, – aumento rápido del paro, no sólo en la ciudad, sino también en toda la región. Estos problemas se acumulaban en la vida diaria de los jubilados, porque muchos de ellos pertenecían a familias que tenían otro miembro también en el paro. La pregunta fundamental fue formulada en los términos siguientes: “Mi jubilación me permite ir tirando muy modestamente, pero mi hijo y mi hija han perdido su empleo. ¿De qué van a vivir? ¿Tengo que resignarme a darles el poco dinero que poseo?”. El intento de remediar estos problemas determinó la formación de la Asociación municipal para la defensa de los jubilados en esta ciudad (Békés) en 1993. Esta iniciativa llevó consigo un movimiento mucho más importante de lo pre- 141 visto. La asociación agrupaba en principio a 38 miembros, pero 70 personas estaban ya presentes cuando se hizo la primera reunión. La asociación no disponía de fondos y los documentos administrativos requeridos para su constitución fueron cumplimentados con la ayuda de un jurista voluntario. La asociación ha elegido un consejo de administración de cinco miembros y un comité de supervisión compuesto por tres miembros. Al cabo de los años, el consejo pasó a 7 miembros y el comité de supervisión a 10 miembros. A principios de 2000, la asociación contaba con más de 400 miembros. Experimentó un aumento importante de sus miembros en 1999, en especial cuando las personas tomaron conciencia de la eficacia del trabajo realizado por la asociación. En ese año, 100 nuevos afiliados se sumaron a sus filas. El Consejo se reúne una vez al mes, igual que los miembros. El trabajo voluntario realizado bajo la égida de la asociación es mucho más importante que la reunión en sí. Los representantes de la asociación que abarcan todos los barrios de la ciudad están en contacto diario con las poblaciones locales. Son capaces de hacer circular informaciones y tienen un conocimiento preciso de la situación material real de las personas (los ingresos procedentes de su huerto, sus gastos, su situación familiar, etc.). Los miembros más instruidos de la asociación están al corriente de los derechos y de las ventajas que pueden solicitar los jubilados. Están capacitados, entre otras cosas, para ¿EL PODER GRIS? gestionar los asuntos relativos a los jubilados cuando es posible tener en cuenta circunstancias particulares. Los jubilados que perciben el mínimo vital pueden cursar una solicitud de subsidio complementario a cargo de un presupuesto distinto de la seguridad social, en tanto que haya fondos disponibles a este efecto. La asociación ayuda también a las personas mayores a presentar solicitudes de asistencia social de urgencia ante su colectividad local. La ciudad cuenta con 10 circunscripciones electorales. Gracias a los representantes de estas circunscripciones, la asociación de jubilados dispone de las informaciones más recientes relativas a los problemas de orden social que afectan a las personas mayores. Así pues, está capacitada para preparar una especie de “tarjeta social” informal y, en consecuencia, para solucionar problemas gracias a sus voluntarios. Puede actuar de tres maneras: 1) Al amparo de las posibilidades ofrecidas por la seguridad social, ha empezado a: – Presentar solicitudes de ayuda a la seguridad social por cuenta de las personas mayores cuya jubilación es inferior a 25.000 HUF (unos 104 euros). 142 – Proceder a la verificación de los recursos de los solicitantes en lugar de la seguridad social (la cual carece de personal suficiente). A título de ejemplo, en 1999 la asociación presentó 160 solicitudes, que fueron aceptadas en su totalidad. 2) La asociación ayuda también a la colectividad local en la distribución de las ayudas concedidas cuando se encarga de la verificación de los recursos en lugar de ésta en tres campos: – La asignación de vivienda. – La asistencia social de urgencia. – El subsidio por defunción. Así ha podido obtener ayuda para 40 personas. La preparación de la verificación de los recursos, requerida para la seguridad social y la colectividad local, representa 400 horas de trabajo, una cifra que no incluye la actividad voluntaria de los representantes de las circunscripciones. 3) Sin duda es muy importante evaluar las necesidades sociales y responder a ellas, pero la asociación ha ido más allá de estas medidas de urgencia. Con motivo de las elecciones locales de 1998, concluyó con la alcaldía un acuerdo al término del cual uno de sus delegados participará en los diver- TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES sos comités con voz consultiva. Esto significa que miembros de la asociación de jubilados toman parte en la preparación de las decisiones e, incluso, formulan recomendaciones en determinados casos. Esta clase de relación no funciona todavía a la perfección; por ejemplo, no ha dado fruto todavía en la obtención de medicamentos gratuitos para los jubilados de bajos ingresos. Pero, en conjunto, estas acciones son extremadamente eficaces. Si sólo tenemos en cuenta las solicitudes de ayudas concedidas en 1999, se estima que han mejorado el nivel de vida de 200 jubilados. Los miembros deben pagar una cuota anual que equivale al 1% del importe medio de las pensiones ingresadas cada mes, que pueden pagar incluso los que perciben una jubilación mínima. La asociación sólo recibe de la colectividad local una subvención anual de 50.000 HUF (unos 208 euros). Al mismo tiempo, la asociación que ayuda así a las personas mayores ha reducido considerablemente la carga de trabajo de la colectividad local. Las cifras mencionadas arriba permiten deducir, en parte, la amplitud del trabajo realizado por esta asociación; lo que es menos visible, es la flexibilidad de la asociación, la confianza que el público afectado demuestra al respecto, la manera en que difunde entre las personas mayores menos instruidas las informaciones que les atañen bajo una forma comprensible e 143 informal. No se puede acusar a la colectividad local de no abonar más que una modesta pitanza a las organizaciones cuando se sabe que los 1,8 millones de HUF asignados para ayuda de las organizaciones civiles se han repartido entre 60 organizaciones de carácter social, aunque algunas de ellas hayan sido mucho menos eficaces y sólo se hayan reunido una vez al año a cambio de esta subvención puntual; se estima, por lo general, que algunas de estas organizaciones han recibido más subsidios mediante su “presión” activa. Hace tres años, la asociación de jubilados de Békés creó también una fundación con un capital de 100.000 HUF (unos 417 euros), destinada a ayudar a los más necesitados: en la Navidad de 1998, por ejemplo, entregó 5.000 HUF (unos 21 euros) a dos personas; en 1999, entregó a una persona un regalo de Navidad por valor de 1.500 HUF (unos 6,25 euros). A principios de 2000, ayudó a las víctimas de las inundaciones. El presidente del consejo de administración de la fundación, compuesto por cinco miembros, participa también en las reuniones con la asociación en el transcurso de las cuales se tratan diversos problemas de gestión de las finanzas y de los grupos y capas sociales desfavorecidos que necesitan ayuda, aparte de los jubilados. ¿EL PODER GRIS? De esta manera, la asociación cumple un trabajo doble. No sólo ayuda a los ciudadanos y a las personas mayores (a cumplimentar formularios), sino también a las instituciones, a la colectividad local y a la seguridad social. Al proceder a la verificación de los recursos, aumenta las oportunidades de que se concedan indemnizaciones especiales a los jubilados necesitados, en la medida en que la seguridad social carece de personal para llevar a cabo esta verificación. Al mismo tiempo, protege al ciudadano y presta un servicio a la colectividad local y al Estado. Con ello, “beneficia” a todo el mundo. Gracias a este trabajo de “autoorganización”, el número de los afiliados de la asociación de jubilados se ha decuplicado, pasando de 38 inicialmente a 400. Por lo tanto, se puede entender este proceso bajo el ángulo de valor añadido social. Es así como el número de los “pobres aislados y necesitados” ha disminuido y también se ha iniciado un movimiento entre las personas mayores de esta pequeña ciudad, similar a los que existen en los países de Europa occidental o en los Estados Unidos, a través del movimiento de los “Graue Panther” 88 o de los “Panteras Grises” y donde, en determinados casos extremos, las personas mayores salen a la calle para defender sus propios intereses. 144 88 El equivalente alemán de los Panteras Grises estadounidenses [N. del T.]. Organizar a los mayores para el poder EDWARD M. GERLOCK Miembro de la Coalición de Servicios de Manila. Este artículo presenta un programa destinado a las personas mayores: (Community-Based Program of the Elderly: (CBPE). Existen tres motivos importantes que justifican la creación de este programa en los países en vías de desarrollo: la primera es que durante toda nuestra vida hemos acumulado una sensatez y unas capacidades que no deben dejarse de lado, sino utilizarlas para dar servicio a la sociedad; la segunda, más filosófica, es que la existencia humana debe permitir a los individuos crecer y participar en la vida hasta el final, y la tercera es que es más económico, eficaz y pertinente que sean las personas mayores las que suministren servicios a otras personas mayores en lugar del gobierno. Un periodista del semanario internacional Asia Week ha viajado por los suburbios superpoblados de Pasadena, en la Manila metropolitana, para entrevistar a los miembros de una comunidad que trabaja en un programa en beneficio de las personas mayores, el CBPE. El magacín debía publicar un artículo relativo a “la crisis de la asistencia a las personas mayores”. Los 88 miembros del CBPE de Manila formaban parte de una coalición nacional creada por una organización no gubernamental, la Coalición de Servicios para las Personas Mayores (COSE). Fundada en 1989 con la ayuda de HelpAge International (HAI) (www.helpage.org), esta organización trabaja con 23 personas del CBPE en la “Gran Manila” (el conjunto de las comunidades urbanas pobres) y con asociaciones a través del país. Aling Presing es su presidente. Preguntado acerca de la diferencia aportada por la agrupación, Aling Presing contestó: “Antes, éramos personas mayores con nuestros propios problemas de la vida diaria, pero desde que nuestra comunidad se puso en pie, nos hemos convertido en una verdadera comunidad de personas mayores”. Hace diez años, una organizadora de comunidades hizo una visita a cada barrio de chabolas de Pasadena para trabar conocimiento personalmente con las personas mayores. La primera reunión tuvo lugar en la única casa bastante gran- 145 ¿EL PODER GRIS? de para acoger a todas las personas presentes. “¿Cuáles eran las expectativas de estas personas, es decir, qué esperaban de la creación de un grupo?”. “¿Qué podían hacer como grupo para favorecer la satisfacción de aquellas expectativas?”. Los mayores tenían una larga “lista de deseos”. Eran pobres y tenían muchas necesidades. La organizadora de la comunidad expuso claramente que ella no estaba capacitada para hacer milagros, pero que podía ayudarles a que se ayudaran mutuamente. Las dos prioridades que surgieron de un largo debate fueron la mejora de la salud y de los ingresos. Parecía más fácil de resolver el problema de la salud, con el fin de establecer la confianza y la cooperación en el ámbito económico. ¿De qué recursos disponía la comunidad en materia de asistencia? Algunas mujeres de edad avanzada cultivaban hierbas medicinales útiles, otra mujer conocía técnicas de masaje utilizadas para todos los distintos tipos de enfermedades de Filipinas. Estaban dispuestas a ofrecer sus servicios a los grupos de personas mayores desamparadas. ¿Estaban interesadas otras personas en la idea de adquirir competencias sanitarias para ayudar a estos grupos de mayores desamparados? Voluntarios no faltaban. Un hospital local (St. Luke's) disponía del único centro de geriatría del país. ¿Estaría dispuesto un grupo de voluntarios a reunirse con el médico que era res146 ponsable del mismo con el fin de recibir formación para trabajar en provecho de la comunidad? La organizadora había prometido acompañar a este grupo si los miembros aceptaban hablar de sus casos. Poco acostumbrados a dirigirse directamente a los funcionarios, necesitaron algo de tiempo para prepararse. El médico responsable los acogió con interés y benevolencia y prometió participar en el proyecto por intermedio de la organización no gubernamental COSE. COSE organizó sesiones de formación en torno a los parámetros médicos fundamentales, como la presión sanguínea, el azúcar, los reumatismos, la artritis, así como la nutrición, los ejercicios, en resumen, el bienestar y las enfermedades comunes en las personas mayores. Todos los meses, las personas que trabajan en la salud, que se llaman entre ellas “gerontólogos comunitarios”, se reúnen y debaten los acontecimientos del mes precedente, sus éxitos y sus dificultades. Mensualmente, estos trabajadores sanitarios siguen también otras sesiones de formación sobre diversos aspectos de la salud (reflexología, digitopuntura, cuidados dentales...). Los “gerontólogos comunitarios” están a disposición de las comunidades de personas mayores, en una zona dada, a cualquier hora del día y de la noche. “A veces, las personas mayores vienen a vernos a media noche y tengo una reserva de medicamentos justamente para este tipo de intervención”, informa uno de los “gerontólogos comunitarios”. Los agen- TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES tes sanitarios comunitarios no sustituyen a los médicos, pero saben determinar si una persona de edad avanzada tiene necesidad de un médico o de un dentista, o también si su problema depende de su propia competencia. Así pues, el grupo se ha revelado eficaz en un ámbito particular y ha adquirido una cierta confianza en el concepto mismo de grupo. Una fábrica situada en la vecindad confecciona bolsas para la exportación. ¿Era posible que el grupo interviniese ante su director para recuperar los restos de caucho y hacer con ellos una guarnición para almohadas? Puesto que el médico del hospital había sido sensible a las necesidades de un grupo muy respetado en la sociedad filipina, supusimos que el director de la fábrica sería favorable a la gestión. Se trataba también de demostrar nuestro poder de movilizar un número importante de miembros del grupo. Este director no era un filipino y aproximarse a él exigió tomar precauciones especiales. La atención concedida a las personas mayores se pondría en el haber de esta empresa, a la vez localmente y en el exterior. Rápidamente, la empresa pidió a los miembros del grupo que fueran a buscar periódicamente los desperdicios de la fábrica. Las personas mayores se sientan en círculo, recortan la guarnición y cosen las almohadas. Observemos que el producto se ha hecho completamente competitivo en un 147 mercado. Este proyecto ha necesitado un cierto grado de organización: tareas que había que efectuar, como, por ejemplo, la distribución de las funciones en la realización de las almohadas, responsabilidad del control de la calidad, estudios de mercado, reparto de los beneficios, etc. COSE permite después prestar fondos al grupo para financiar un cierto número de actividades individuales o colectivas, como la venta de productos en el mercado, la cría de un cerdo... El grupo cobra a sus miembros endeudados un interés mínimo del 1% mensual, que se añade a las ganancias colectivas. Aquí aparece también la necesidad de disponer de una organización más compleja (comité de crédito, tesoreros...). En otro aspecto, las personas mayores, como las demás, sufren de soledad, de depresión, de problemas diversos de orden físico o psicológico. De ordinario, las personas recurren a alguien que los escucha y en quien tienen confianza. Pero, ¿qué ocurre con las personas solas aisladas? Los miembros dispuestos a escucharlos y acompañarlos han aceptado recibir una formación en “consejo no directivo”, es decir, en escuchar y ayudar a las personas mayores a superar su sentimiento de rechazo y de soledad. La lista es tan ilimitada como las necesidades humanas. Las personas mayores, cualquiera que sea su origen, son capaces de atender una gran parte de sus ¿EL PODER GRIS? necesidades en tanto que comunidad. A menudo, cuando envejecen, las personas pobres de nuestros barrios se preocupan menos de morir que de la deuda que temen dejar a cargo de su familia y de sus amigos con motivo del coste prohibitivo de los funerales. COSE añade el papel de intermediario entre sus miembros y los directores de las empresas de pompas fúnebres con el fin de permitir a las personas mayores la cobertura de estos gastos. Por una cantidad mensual módica, los miembros pueden beneficiarse de un seguro de exequias. Progresivamente, la concienciación de pertenencia a una comunidad de personas mayores se incrementa y permite la ampliación de los ámbitos de intervención de la asociación. Las leyes que ofrecen reducciones para las personas mayores en los transportes, la asistencia médica y la alimentación están poco desarrolladas. Un grupo de personas mayores puede dirigirse a las personalidades oficiales locales, pero también volverse hacia los legisladores que han ideado las leyes para debatir su puesta en aplicación y su mejora. Repartidos en equipos, los miembros de edad avanzada del CBPE visitan a los miembros del senado que participan a la preparación de la legislación. Ejercen presiones sobre estos legisladores y encarnan la influencia de los mayores, que sin duda se incrementará en el futuro. 148 Una propuesta reciente tiene por objeto la creación de un consejo nacional compuesto por organizaciones gubernamentales y no gubernamentales comprometidas en la ayuda a las personas mayores de Filipinas. Los intereses de la mayoría de los más desfavorecidos están lejos de tener representación en todos los comités nacionales. Sería preferible para ellos asegurarse de que este nuevo consejo represente sus intereses. La elección de los responsables de una organización debe efectuarse después de su creación y no antes. Estos responsables deben ser elegidos en función de su papel, y no de un estatus particular; en función de sus competencias y no de una posición social particular. También es el momento de debatir la paridad: la mayoría de los miembros del CBPE son mujeres, y son ellas quienes demuestran poseer aptitudes para la conducción de las actividades. De aquí la importancia de velar por su presencia en los órganos de decisiones y de representación. La actividad de utilidad social, el voluntariado de los jubilados y el poder social MONIQUE LEGRAND Profesora en Sociología, Universidad de Nancy II Se asiste en Francia y en Europa, desde el principio de la década de 1980, a la aparición y al desarrollo de asociaciones de jubilados atentos a conservar una utilidad social. Este movimiento, todavía poco conocido y poco visible porque se ejerce, principalmente, a una escala microsocial, es difícil de cifrar. Los primeros resultados de nuestro estudio89 indican que más de 20.000 jubilados están ahora inscritos en varias estructuras de este tipo. A esta cifra, convendría añadir la de jubilados afiliados a asociaciones tales como los comedores de beneficencia, a grupos procedentes de cajas de jubilaciones complementarias o, incluso, a colectivos de iniciativa local. Si bien los jubilados afectados por estas actividades no reivindican ningún poder, el análisis revela su capacidad de acción sobre la sociedad. El “poder social”, que las actividades de utilidad social confiere a los jubilados, es complementario, en bastantes aspectos, del “poder político” reivindicado por otras agrupaciones de jubilados, como la Unión Federal de los Jubilados, la Oficina de Enlace de las Organizaciones de Jubilados, etc. En este artículo nos interesaremos por las asociaciones de “jubilación útil” susceptibles de constituir un poder social real; después trataremos de comprender la génesis de este movimiento, tanto en sus aspectos sociales como individuales, y, por último, intentaremos mostrar sus efectos sobre la colectividad. Si bien la reivindicación de un poder político y la manifestación de un poder social no afectan a los propios jubilados en el ámbito sociodemográfico, sin embargo se trata de un mismo movimiento general de aspiración ciudadana y de participación en las decisiones. 89 Monique Legrand, estudio nacional en curso sobre los afiliados a cinco grandes asociaciones de voluntariado económico. 149 ¿EL PODER GRIS? El contexto social y el nacimiento de la jubilación útil y solidaria Es importante subrayar que, hoy más que ayer, el cese definitivo de la actividad profesional constituye un acontecimiento de ruptura problemática que actúa sobre el proceso o el sentimiento del envejecimiento, pero que afecta también a las identidades sociales y plantea la cuestión esencial del sentido que se ha de dar a la existencia. Se trata menos de buscar en qué ocuparse, de pasar el tiempo durante un período corto y, en cambio, más de colmar, de manera enriquecedora y gratificante, un vacío social. Para numerosas personas mayores, el paso a la inactividad profesional no es ni mucho menos un proceso “natural” ni fácil, sino que está hecho de dudas, de titubeos, y se fundamenta en una verdadera búsqueda de identidad que remite al “sentido del envejecer” (Vrancken, 2001). Las actividades nuevas, las conductas sociales, asociativas o políticas, deben interpretarse entonces como otros tantos modos de respuesta a la crisis de las identidades. La adquisición de compromisos en actividades socialmente útiles y la participación activa en la vida de la ciudad dependen de varios elementos vinculados a las políticas públicas, al contexto sociocultural y a los perfiles de los jubilados. 150 EL DEBER DE LA JUBILACIÓN Y EL COMPROMISO SOCIOECONÓMICO La salida definitiva de la actividad se inscribe en un contexto de exclusión más o menos legítimo90. Por una parte, las diversas formas de “prejubilación”, el desempleo definitivo de los trabajadores que envejecen, o los juicios negativos sobre la edad en el trabajo en la segunda parte de la vida activa (Guillemard y otros, 2000), representan una forma de descalificación profesional, incluso personal, que comportan riesgos de precarización y de exclusión social para los individuos cuyos finales de carrera profesional en “campana” suscitan un sentimiento de fracaso. Por otra parte, para los directivos superiores, los ingenieros o los altos funcionarios, la jubilación significa una ruptura brutal, “inconcebible” en un recorrido todavía ascendente y satisfactorio. Estas dos situaciones no dejan de tener una incidencia en la reorganización de la vida de los jubilados. La gran mayoría de ellos vive con dificultad el rechazo de la esfera productiva cuando sus capacidades físicas e intelectuales y sus 90 En Francia, cuatro asalariados de cada diez están todavía en actividad profesional a los 60 años; la proporción de empleo masculino del grupo de edad de los 55 a los 64 años ha pasado en 1971 del 73 % al 38,7 % en 1995.(CCAS, prestación de dependencia, etc.). Se comprende, pues, la aspiración ciudadana y la necesidad de utilidad social (Legrand, 1987) o la reivindicación política analizada por J. P. Viriot Durandal (1999). TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES competencias en el trabajo les parecen todavía pertinentes y útiles. También puede hablarse de vulnerabilidad social en los principios del cese de actividad. Si bien algunos caen en el “síndrome del jubilado”, muchos lo superan, y las nuevas prácticas colectivas constituyen una “reacción contra...”, un rechazo de la inutilidad, de la descalificación social. La acción colectiva debería considerarse como un corolario a la inserción y a la ciudadanía. Hay aquí un parámetro que hace de la necesidad de actuar una condición esencial de la participación activa en la sociedad. Seguir siendo actor, incluso ciudadano, es continuar, cualquiera que sea la situación en el mercado del trabajo, la actuación con los demás, la producción del vínculo, de la utilidad, del sentido. LA CRISIS DE LAS POLÍTICAS EN MATERIA DE VEJEZ Y LA APARICIÓN DE UN “PODER GRIS” La entrada en la nueva edad, es decir, en un nuevo tiempo de transición “entre jubilación y vejez” (Lalive d'Epinay, 1996) no es fácil, por una parte porque el nuevo jubilado se encuentra solo, sin modelo de referencia. Por otra parte, tiene lugar en un contexto de crisis de las políticas en materia de vejez (A.M. Guillemard, 1986). Se sabe que la crisis del empleo y las reestructuraciones industriales han tenido por efecto introducir datos y determinantes económicos en el campo de las políticas en materia de jubilación. El deslizamiento efectua- 151 do por los poderes públicos hacia preocupaciones e intereses en cuanto a la gestión de los empleos en detrimento de las consideraciones sociales y culturales ha detenido la reflexión sobre el sentido del “envejecer” y ha reforzado los juicios sociales negativos con respecto a la edad. La toma en consideración de la dinámica de la trayectoria vital y del envejecimiento no ha encontrado eco en los elegidos y en los que deciden. De igual modo, al principio de la jubilación o de la prejubilación, el individuo encuentra una oferta de servicios y de animación en los ámbitos del ocio (diversos clubes de la tercera edad) o de la cultura permanente (Universidades de Tiempo Libre) inadaptada a sus expectativas, porque estas prestaciones datan de la década de 1970. En este contexto, los jubilados jóvenes con buena salud, preocupados por su libertad, voluntarios para acciones útiles, que desean mantener vínculos sociales con todas las generaciones, rehúsan el modelo de la jubilación gueto (ocio o enseñanza entre personas de la misma clase de edad), procuran crear otras estructuras y se oponen a un sistema político de asistencia en el marco de la ayuda y de la acción sociales. ¿EL PODER GRIS? EL PERFIL SOCIODEMOGRÁFICO Y LAS NUEVAS ASPIRACIONES La transición de la vida activa a la jubilación depende también de las características sociodemográficas de los individuos. Ahora bien, éstas son muy diferentes de las de los jubilados de la década de 1980. Los nuevos jubilados se diferencian de las generaciones precedentes en un gran número de puntos: menor duración del trabajo, entrada más precoz en la inactividad profesional, mejores condiciones de trabajo y de higiene de vida, recursos culturales, sanitarios y financieros superiores, gran esperanza de vida sin incapacidad (unos 25 años), actividad profesional incrementada de las mujeres, círculo familiar extendido a los ascendientes y descendientes (cf. la noción de generación pivote). Las jubilados mayores o jóvenes (entre los 55 y los 75 años) constituyen una generación singular respetada por la guerra y que ha conocido el crecimiento económico, el progreso social, la era del consumo, del ocio y de la educación. Presentan también rasgos ambivalentes y paradójicos (Legrand, Noyer, 2001): más autónomos frente a los poderes organizados mientras que les exigen reconocimiento y valorización, preconizan un individualismo y manifiestan preocupaciones altruistas. A partir de estas características, ¿cuáles son sus deseos? Aspiran, simplemente, a una vida posprofesional equili152 brada que comprenda tiempo para sí mismos, momentos con y para la familia y actividades sociales fuentes de contactos sociales. Simplemente, quieren seguir siendo ciudadanos completos, es decir, trabajadores en activo, reconocidos por sus conocimientos teóricos y prácticos, útiles, y participar en los debates políticos relativos a la jubilación y al envejecimiento. También son numerosos los que rechazan ser definidos a partir del estatus de jubilado y por un criterio de edad. La creación de nuevas asociaciones responde a una voluntad de distinguirse de los jubilados de la “generación antigua”, con rechazo de la asimilación y con rechazo del sistema de asistencia. El análisis de los resultados del cuestionario de Nancy revela la voluntad de “seguir siendo autónomo”, de continuar organizando y “gestionando la vida propia” fuera de la tutela o del control de los poderes organizados: el 70% de los que contestan afirman que desean encargarse de sí mismos. Demos la palabra por un momento a uno de estos nuevos jubilados: “nosotros somos diferentes de los antiguos, no queremos ser asistidos, no queremos más meriendas ni regalos... Tenemos aún cosas que hacer, que dar”. El sentimiento de la diferencia los empuja a adoptar prácticas de distinción basadas en la negación de la ociosidad y de la inutilidad y en el rechazo de la relegación. TOMO II: INFLUENCIAS EL ECONÓMICAS Y SOCIALES CONTEXTO CULTURAL Y LA PARTICIPACIÓN DE LOS JUBILADOS ■ Un poder adquisitivo en progresión La mejora de los recursos, gracias al progreso de la política segurancial91, ha hecho posible una integración real en la vida de la ciudad y refuerza hoy una voluntad de participación social. En el transcurso de los décadas de 1980 y 1990, los ingresos medios de las personas jubiladas se han situado sobre el de los trabajadores en activo (CREDOC , 1999). Mientras que en 1950 era inferior del 20 al 30%, hoy en día es superior, en promedio, del 10 al 20%. En 1993, los ingresos totales medios de las personas de más de 60 años equivalían, antes de impuestos, a 9.000 francos franceses mensuales, o sea, 1.372 euros (Legrand, 1995)92. Pero estas cifras ocultan disparidades importantes en el seno de la población. En contra de las intenciones de los fundadores de la seguridad social, el seguro de vejez no ha suprimido las desigualdades, sino que se ha limitado a atenuarlas. Los jubilados están lejos de formar un bloque homogéneo en el ámbito económico, y el antiguo alto directivo del sector privado percibe por término medio una pensión dos veces superior a la de los demás asalariados del mismo sector. 153 Tampoco conviene olvidar que alrededor del 10% de los mayores de 65 años sólo perciben la pensión mínima de vejez. La titulación, el lugar de residencia (rural / urbana), la generación y el sexo siguen siendo factores discriminatorios. Pero falta por decir que la nueva generación de jubilados se beneficia de un capital económico ampliamente superior al de las generaciones precedentes. ■ Un modo de consumo cercano al de los trabajadores en activo Según el CREDOC, varios indicadores atestiguan evoluciones en los comportamientos de los jubilados: la proporción de posesión de un coche, de un lavavajillas, la práctica televisiva y las salidas de vacaciones. Detallaremos dos de ellos. 91 Neologismo. Adjetivo acuñado a partir de seguranza (seguridad, hoy en desuso). En una sociedad en la que el neoliberalismo ha hecho del riesgo un nuevo paradigma social, el Estado social abandona las protecciones colectivas (como la seguridad social) para establecer una sociedad privada y globalizada en la que los individuos se convierten en “empresarios de sí mismos”, compradores de riesgo desocializados, responsables y, por consiguiente, culpables de sus fracasos, ya que cada uno cotizará según su riesgo personalizado y por lo que pueda pagar por su salud (fondos de pensiones, etc.). Por ello se habla de sociedad/política/cobertura/técnica/solución segurancial. Esta corriente es objeto de fuertes críticas en Francia [N. del T.]. 92 Los ingresos medios eran entonces de 12.000 F (1.830 euros) para las parejas, de 8.000 F (1.220 euros) para los hombres solos y de 6.500 F (990 euros) para las mujeres solas. ¿EL PODER GRIS? En lo que se refiere a la práctica televisiva, el informe del CREDOC muestra que, si en los años 1979-1980 la práctica cotidiana de la televisión aumentaba de modo importante con el avance en edad, en 1999 los jubilados no ven más televisión que las demás clases de edad. Por el contrario, son los menores de 30 años quienes consumen en la actualidad más imágenes televisivas. Por lo demás, la práctica televisiva no remite ya sistemáticamente a una actitud de repliegue sobre sí mismo o a un aislamiento, es cada vez menos exclusiva y, asociada a otros modos de ocupación del tiempo (asociaciones, redes de conocimientos, etc.), se ha convertido en fuente de apertura al mundo y de intercambios en las relaciones. Igualmente, se constata una modificación en las salidas de vacaciones entre las categorías de más edad: la proporción de salidas ha progresado notablemente para las personas comprendidas entre los 60 y los 70 años y permanece estable de un grupo de edad a otro (entre el 65 y el 70%). Sólo a partir de los 70 años se observa una ruptura en materia de hábitos de vacaciones y de viajes. También conviene subrayar una permeabilidad, un incremento de la sensibilidad frene al prójimo y a la degradación del entorno social y económico. Esta preocupación altruista atestigua nuevos valores en el seno de la generación de 154 los jubilados jóvenes y explica, en gran parte, una sociabilidad intensa que pasa por la práctica de solidaridades de proximidad y un compromiso asociativo importante. Los nuevos estilos de vida de los jubilados atestiguan la transición de una sociedad de ocio a una sociedad afectada por las dificultades socioeconómicas. ■ El boom asociativo El fenómeno asociativo francés ha experimentado una expansión considerable desde hace 20 años. La “crisis del Estado del bienestar”, la desconfianza con respecto a los poderes organizados, la búsqueda de una plenitud personal y, probablemente, la caída del compromiso militante (sindicatos, partidos) explican la recuperación de vitalidad de las asociaciones y el “boom asociativo”. Debe de haber alrededor de un millón de asociaciones en actividad, su número está en progresión constante: el número de asociaciones creadas anualmente ha pasado de 23.318 en 1975 a 47.998 en 1995 para alcanzar en 1997 la cifra de 62.646. Tres franceses de cada diez son miembros de una o de varias asociaciones, que pueden contar con el compromiso de más de 9.000.000 de voluntarios TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES (Debbasch y Bourdon, 1999). En el informe del CREDOC (Fourel y Loisiel, 1999), los autores revelan que cerca de ocho franceses de cada diez están implicados, de cerca o de lejos, en la vida asociativa “... si se tiene en cuenta el conjunto de las personas participantes, aunque sea ocasional o financieramente sin afiliarse por ello a las asociaciones, puede considerarse que cerca del 78% de los franceses están implicados en la vida asociativa”. El voluntariado de los jubilados LA JUBILACIÓN Y LA VIDA ASOCIATIVA Las personas de 60 y más años no escapan a estas nuevas conductas sociales. El compromiso asociativo de los jubilados crece más deprisa que el de las demás clases de edad. Se asiste a una “evolución espectacular de los jubilados en materia de sociabilidad” (Chokrane y Hatchuel, 1999). Según el CREDOC, el índice de participación de los quincuagenarios ha subido 14 puntos entre 1979 y 1999 (del 30% al 44%). Se observa una tendencia idéntica entre los mayores de 70 años (del 22% en 1979 al 40% en 1999). La afiliación sólo disminuye a partir de los 80 años. Así pues, más de la mitad de las personas mayores son miembros de una asociación por lo menos (Michaudon, 2000). Por otro lado, si se compara la afiliación de las diferentes clases de edad, se observa que los mayores de 60 años se implican más en las asociaciones que los jóvenes: una cuarta parte de los jubilados dedican más de 20 horas al mes a las asociaciones, en comparación con el 15% de los menores de 25 años. Igualmente, las estadísticas nacionales ponen de manifiesto una disminución de la participación asociativa entre los menores de 40 años y una débil progresión de los comprendidos entre los 40 y los 49 años, mientras que el aumento es relativamente fuerte más allá de los 50 años y considerable para los mayores de 60 años. Dos encuestas realizadas en Nancy (Legrand y Noyer, 2001) entre jubilados de 60 a 75 años revelan resultados idénticos. Los jubilados de Nancy observan el mismo tipo de conductas sociales que sus congéneres del ámbito nacional. Recordemos que, en nuestras encuestas, la asociación se convierte en el espacio exterior privilegiado tras el ocupado por la familia para encontrar un puesto social y establecer contactos con los demás (es el caso del 37% de los encuestados). Para cerca de la mitad de ellos (44%), la asociación se beneficia de una ima- 155 ¿EL PODER GRIS? gen positiva y un jubilado de cada seis declara tener la intención de afiliarse93. Los resultados del sondeo realizado con una cincuentena de asociaciones de la ciudad de Nancy confirman la fuerte presencia de jubilados en las asociaciones: cerca de la mitad de las mismas han sido creadas con el concurso activo de los jubilados y, en el 90% de los casos, éstos desempeñan un papel activo y participan en las oficinas y en los consejos de administración. Así pues, puede considerarse que el jubilado es algo más que “un miembro ordinario”: se convierte en un “miembro implicado”. Es decir, que hay un verdadero deslizamiento, por no hablar de revolución, en el informe relativo a las asociaciones. A una participación consumista se añade una implicación activa que traduce nuevas necesidades, una disponibilidad nueva. LA DIVERSIFICACIÓN DE LA PRÁCTICA ASOCIATIVA La práctica asociativa también se ha diversificado. Si bien el 15% de los mayores de 60 años se afilian a las asociaciones de personas mayores tradicionales, como las asociaciones de antiguos combatientes, las peñas de empresas y los clubes llamados de la tercera edad (INSEE, 1999), una gran mayoría se encuentra en asociaciones abiertas a todas las clases de edad. Lo que se busca 156 entonces no es tanto el contacto con los congéneres como la práctica de actividades concretas. Por lo tanto, las asociaciones que recogen el beneplácito de los jubilados son las mismas que las de las demás categorías de edad, principalmente las que se inscriben en los ámbitos del deporte, el ocio y la cultura. Las asociaciones de ocio y de realización personal son apreciadas por el 8% de los mayores de 60 años. Se observa también una progresión importante de la implicación en asociaciones con finalidad social y humanitaria (6% de los jubilados); las personas con edades de 60 a 69 años están sobrerrepresentadas en ellas, puesto que constituyen ellas solas cerca de la quinta parte de los efectivos. Igualmente, la afiliación al sector de la ayuda al desarrollo económico progresa, pero en menor medida. ¿Existe un retrato tipo de la edad de los afiliados? Éste tendría las características siguientes: tiene menos de 75 años, vive en pareja y tiene un nivel cultural y de formación más elevado que el de los miembros de los clubes de la tercera edad. Si bien las mujeres de edad avanzada se adhieren globalmente menos que los hombres, sin embargo parecen hacerlo un poco más que las de menor edad (INSEE, 1999). Sin duda se encuentran 93 El desfase entre la intención de afiliación y el compromiso efectivo puede comprenderse en relación con varios elementos: una representación negativa (un jubilado de cada diez ve una “trampa” en la asociación), una primera tentativa poco concluyente. Algunos subrayan la escasa acogida que se les hace, una cierta timidez personal vinculada a una ignorancia del universo asociativo. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES menos disponibles que los hombres porque están obligadas a realizar otras tareas, en lo esencial familiares. COMPROMETERSE PARA SER ÚTIL Cuando se comparan los motivos del compromiso en las asociaciones mencionadas por las encuestas nacionales y de Nancy, se observan tendencias idénticas. Por orden decreciente, se trata de estar en contacto con otros (“conservar el gusto del contacto”: 58%) y si es posible con representantes de todas las categorías de edad, y de hacer algo útil. Los motivos vinculados a la necesidad de ocupar el tiempo y a la voluntad de divertirse sólo intervienen en cuarta y quinta posición (24%). Que viene a ser lo contrario de los motivos de frecuentación de los clubes de la tercera edad. El análisis de las respuestas revela también la preocupación por desarrollar actividades fuera de la esfera familiar, aunque el modelo de la jubilación familiar siga siendo predominante: se trata de escapar algún tiempo de la solicitud familiar, que, si bien es gratificante, a veces puede asfixiar, en todo caso “encerrar” al jubilado. Se encuentra también una preocupación altruista real respecto de los más jóvenes, de los más ancianos y de las personas y grupos sociales en situación de pobreza y de exclusión (“ayudar a los demás”: 24%). 157 Por último, el compromiso en la vida asociativa significa la búsqueda de una vida posprofesional equilibrada durante el período de transición que representa el fin de la actividad profesional y la entrada en la vejez biológica: un equilibrio en torno a varios centros de interés: un polo de ocio (la jubilación es, sin duda, el tiempo del ocio, de los viajes, de la plenitud personal); un polo familiar (la jubilación permite una inversión de tiempo más importante y nueva en el seno de la estructura familiar y provoca también expectativas nuevas por parte de los demás miembros de la familia), y un polo de sociabilidad (la jubilación es también un tiempo de contribución a la vida social, un tiempo de utilidad social). La apertura a los demás con la voluntad de poner a su servicio las competencias, los conocimientos y el saber estar adquiridos en todo el transcurso de la vida adulta, no sólo se traduce en la afiliación a las asociaciones, sino también en la creación de asociaciones nuevas en las que implicarse mucho. LAS ASOCIACIONES DE TRABAJO VOLUNTARIO El marco en el cual se inscribe el voluntariado social y económico de los jubilados es muy amplio. Engloba asociaciones específicas y actividades variadas en colaboración con una multitud de socios económicos y sociales. La lista de las ¿EL PODER GRIS? intervenciones sería demasiado tediosa, por lo tanto nos limitaremos también a describir algunos ejemplos y nos detendremos con más detalle en las asociaciones de trabajo voluntario (véanse los anexos, disponibles en el sitio www.fiapa.org) (Legrand, 1987). De modo informal, individualmente o en pequeños grupos, los jubilados colaboran con misiones locales para el empleo, organismos de formación y de ayuda a la inserción en el marco del taller de técnica de búsqueda de empleo y del taller pedagógico personalizado; intervienen en centros multiservicios a favor de las personas mayores dependientes (bricolaje y pequeñas reparaciones); participan en las actividades de asociaciones, como los comedores de beneficencia, los visitadores de enfermos, etcétera. Por otro lado, y de modo más institucional, los jubilados que se preocupan por la difícil situación de los países en vías de desarrollo, de la degradación del entorno económico y del aumento del pauperismo en Francia, han creado solos, o con el apoyo de diferentes organismos, asociaciones de trabajo voluntario, las cuales se presentan bajo dos formas. 158 Los primeras pueden asimilarse a las ANPE94 de trabajo voluntario, que ponen en relación a los demandantes de misiones (pequeñas empresas, artesanos, países en vía de desarrollo, colectividades territoriales, asociaciones, etc.) y a los jubilados voluntarios competentes en diversos ámbitos (técnico, agrícola, informático, contable, etc.). Es el caso, en Francia, de AGIR a,b,c,d.95, ECTI96, EGEE97, PIVOD98 y OTECI99. Estas asociaciones agrupan en la actualidad a unos 10.000 jubilados, principalmente hombres (alrededor del 85%) pertenecientes a las clases medias y superiores (90%). Sus socios son variados, así como sus misiones. Mencionemos algunos ejemplos, a título puramente indicativo: el Estado de 94 Agence Nationale Pour l'Emploi (Agencia Nacional de Empleo) [N. del T.]. El nombre correcto es AGIRabcd: Association Générale des Intervenants Retraités - Actions de Bénévoles pour la Coopération et le Développement (Asociación General de Intermediarios Jubilados - Acciones de Voluntarios para la Cooperación y el Desarrollo) [N. del T.]. 96 El nombre completo es Ecti, Professionnels Seniors Bénévoles (profesionales mayores voluntarios); ECTI son las siglas de Etudes et Consultations Techniques Internationales (Estudios y Consultas Técnicas Internacionales) [N. del T.]. 97 Acrónimo de Entente des Générations pour l'Emploi et l'Entreprise (Acuerdo Generacional para el Empleo y la Empresa) [N. del T.]. 98 Siglas de Prospective Innovation Valorisation Opportunite Disponibilite (Prospectiva Innovación Valorización Oportunidad Disponibilidad) [N. del T.]. 99 Acrónimo de Office Technique d'Études et de Coopération Internationales (Oficina Técnica de Estudios y Cooperación Internacionales) [N. del T.]. 95 TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES Mali pide un informe pericial para ayudar a la estabilización de las orillas del río Níger en cuatro ciudades; una pequeña empresa hortícola de Niza solicita la ayuda de voluntarios para incrementar su actividad; varias Direcciones Departamentales de Trabajo y Empleo requieren la participación de jubilados para garantizar la acogida y el seguimiento de titulares de proyectos y de creadores de empresa; una colectividad local propone a una de estas asociaciones iniciar a personas que tienen Contrato de Empleo Solidaridad en el conocimiento del medio empresarial y en la búsqueda de empleo; una empresa recurre a jubilados expertos para animar una etapa de preparación para la jubilación, etc. Las misiones se refieren a formación, consultoría, dictámenes, consejo, ayuda al montaje del proyecto y seguimiento individualizado. Por último, conviene subrayar que las asociaciones, cuya vocación inicial era la transferencia de competencias hacia el extranjero, al principio de la década de 1990 ampliaron sus intervenciones al territorio francés, a menudo a escala local. Se puede ver aquí no sólo una preocupación en lo referente al entorno próximo, sino también una aspiración ciudadana en el sentido de más participación activa y productiva en la vida de la ciudad. El jubilado podría aspirar, pues, a una “ciudadanía democrática”, es decir, a una ciudadanía por la acción local en el marco de comunidades restringidas. Sería entonces “un buen ciudadano” en la medida en que “el buen ciudadano es el que se implica en la vida asociativa y actúa en el marco de 159 grupos intermediarios que escapan, poco o mucho, a la misión del Estado” (Gresle, 1999). La segunda forma de asociaciones de trabajo voluntario agrupa a los colectivos locales que asumen la función de lugares de producción donde se ejerce un trabajo libre (es el caso, por ejemplo, de los talleres de cerrajería y carpintería de Nilvange, en Lorena) y de las asociaciones o grupos de jubilados nacidos en el feudo de determinadas cajas de jubilación complementaria (citemos, como ejemplo ilustrativo, los grupos de la federación CRI100 y los Relevos CapimmecMalakof). Los talleres de cerrajería y carpintería, compuestos por obreros siderúrgicos cualificados, son un espacio de producción que funciona en autogestión y en el que los jubilados mantienen los conocimientos profesionales y permanecen activos y útiles a la colectividad. Los talleres están abiertos varios días por semana para la población local, que encuentra en ellos una ayuda o consejos para diversos trabajos de reparación de objetos usuales; también son admitidos como organismo 100 Caisse de Retraite Interprofessionnelle (Caja de Jubilación Interprofesional) [N. del T.]. ¿EL PODER GRIS? de formación complementaria dirigido a los jóvenes. De este espacio han surgido otras iniciativas, como la intervención para pequeñas reparaciones en el domicilio de personas con discapacidad o dependientes. Por último, la presencia de prejubilados y jubilados activos y emprendedores en un municipio que cuenta con más del 50% de inactivos senescentes ataja un proceso de envejecimiento moral y contribuye a dinamizar la vida local. En efecto, el grupo de jubilados se ha asociado a jóvenes del municipio para evitar el cierre del bar mediante la creación de reuniones musicales y literarias. Las actividades de los Relevos Capimmec-Malakof son similares a las de los “ANPE de trabajo voluntario”, puesto que se refieren al sector de la economía solidaria, a la ayuda a las empresas y a las personas con dificultades de inserción. Sin embargo, aquí se añaden una dimensión de animación y buena convivencia dirigida a los afiliados y una dimensión social y humanitaria. Los jubilados de los relevos intervienen ante los beneficiarios de la caja de jubilación mediante consejos y ayudas en diversas dificultades financieras y sociales, mediante visitas a domicilio y en hogares de jubilación, etc. Unitilidad y poder social 160 La recreación de redes de sociabilidad y la puesta en marcha de actividades útiles basadas en nuevas solidaridades permiten reconstruir una identidad social vinculada a un “estatus” de productor de servicios (apoyo escolar, ayuda a la inserción profesional, a las empresas en dificultad, intervención ante personas aisladas y/o dependientes, etc.) y constituyen un sustituto del grupo primario de socialización que representaba la empresa o la administración. Sin embargo, el compromiso voluntario no remedia únicamente las dificultades individuales, sino que, además, produce efectos colectivos innovadores. Estas asociaciones han surgido de las transformaciones sociales y económicas; por ello, precisamente, pensamos que son portadoras de cambio y de innovación, dado que se inscriben en un espacio social sin ocupar (Forse, 1984). UNA INTERVENCIÓN EN LA SOCIEDAD Las motivaciones de los jubilados implicados en este tipo de asociaciones surgen legítimamente de necesidades personales y “egoístas”, pero también de consideraciones y preocupaciones más amplias y altruistas basadas en una concepción “solidarista” de la sociedad, es decir, una sociedad en que la interdependencia de los grupos sociales está en el centro del funcionamiento social. ¿Es un efecto de generación? ¿Es la particularidad de una generación nueva, pero todavía heredera de los pensamientos del siglo XIX? TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES Sin poder contestar por ahora a esta pregunta, afirmamos, en relación con nuestros trabajos, que el trabajo voluntario y el “neovoluntariado”, característicos de una fracción de esta generación de jubilados, se inscriben en una concepción social que descansa en la idea de la “donación y contradonación”. No se trata de “devolver” a la sociedad lo que ésta ha invertido, como es el caso del voluntariado norteamericano, sino de continuar una forma de solidaridad mecánica. PRODUCCIÓN DE SERVICIOS Y DE RELACIÓN SOCIAL Las asociaciones de trabajo voluntario tienen dos efectos como mínimo: la producción de relaciones sociales inéditas (entre jubilados voluntarios y jóvenes, parados en dificultad, personas mayores aisladas, fundadores de empresa) y la prestación de nuevos servicios (ayuda, apoyo, tutoría, etc.). Cumplen una función cultural porque producen valores (solidaridad y ayuda mutua) y una concepción distinta de las relaciones sociales entre las generaciones, relaciones hechas de solidaridad activa, intergeneracional y de proximidad. Al hacerlo, plasman lo que J. Donzelot denomina un “social del tercer tipo”, es decir una organización de las solidaridades que recubren las políticas de ayuda social (solidaridad de la nación), las políticas de seguridad social (solidaridad interprofesional 161 e intergeneracional basada en el trabajo), pero también las prácticas locales de ayuda mutua (solidaridad dentro de la sociedad civil). También tienen una función social en la medida en que regulan relaciones interpersonales (convivialidad, intercambios). ROTURACIÓN DE NUEVOS ESPACIOS DE ACTIVIDADES Al intervenir en espacios no garantizados por profesionales (tutoría, intermediación entre los universos de la formación y del trabajo, pequeñas reparaciones y bricolaje que los artesanos no se comprometen a realizar, etc.), los jubilados voluntarios crean nuevas necesidades de actividades de las que puede pensarse que terminarán por profesionalizarse y que, por lo tanto, generarán nuevos empleos, como ocurrió antaño con las ocupaciones de trabajo social (Théry, 1986) ACOMPAÑAMIENTO DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS Se ha escrito que los jubilados están atentos a responder a determinadas urgencias de la sociedad, en especial en el ámbito de la ayuda al desarrollo social (lucha contra las exclusiones) y económico (apoyo al empleo y a la empresa). Al ¿EL PODER GRIS? hacerlo, proponen un proyecto de sociedad y apoyan las acciones de las políticas públicas. Las asociaciones tienen entonces una función política, dado que persiguen objetivos precisos y de tipo técnico y económico porque garantizan la adaptación permanente del sistema a las presiones del entorno. En definitiva, estas asociaciones de jubilados, cuya vocación es simultáneamente cívica, social y solidaria, constituyen “contrapesos al principio democrático” y, en consecuencia, garantizan una democracia local. El sociólogo A. de Tocqueville (1963) ha demostrado bien el papel de contrapoder ejercido por las asociaciones que representan una forma de participación cívica y una descentralización del poder. No existe democracia sin contrapeso. Por lo tanto, las asociaciones son factores de innovación social y se plasman en una democracia de participación más directa, una democracia asociativa. Conclusión El modelo de la jubilación útil y solidaria es interesante por varios motivos. Como ha surgido de una necesidad de participación cívica, presenta una distancia con respecto a las estructuras tradicionales de jubilados (que no es cuestión 162 de criticar, pero cuyo funcionamiento ha de reconocerse más fundamentado en la autarquía, sobre la base de actividades de ocio y en dirección a los de más edad y a los más aislados). Por el hecho de intervenir ante personas y grupos en dificultades sociales o económicas, los jubilados implicados manifiestan nuevas formas de solidaridad. Contribuyen así al surgimiento de otro modelo cultural del envejecimiento. Este último se caracteriza por una preocupación altruista, la solidaridad de proximidad y un compromiso asociativo y ciudadano. En consecuencia, modifica la significación social de la jubilación y la imagen del jubilado: la jubilación no es ni un retiro, ni una ruptura, ni un estado de incapacidad y todavía menos un desentendimiento del problema social, sino una etapa en la continuidad del ciclo de vida individual. El jubilado es un agente social implicado y comprometido, y no sólo un consumidor de bienes y servicios, un ciudadano que es representado y consultado y que sigue siendo un partícipe social de pleno derecho. El jubilado adquiere así otra forma de ciudadanía basada en su implicación y en el reconocimiento de su papel social en la ciudad. Por último, las prácticas voluntarias y solidarias de los jubilados constituyen el vector de una transformación más amplia de la sociedad en la medida en que inician un nuevo modo de vida en la jubilación que se sustenta en otra relación en el trabajo, un trabajo libre. Así, al inventar un nuevo tiempo, el de la utilidad TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES social donde el valor trabajo se sustituye por el de la contribución a la vida social y económica, los jubilados voluntarios demuestran que, en situación de desempleo, es posible estar integrado y participar. Bibliografía CHOKRANE, B., y HATCHUEL, G. (1999): La dynamique sociale des seniors. 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Profesor, Universidad de Aalborg Director de la Escuela Nacional Danesa de Estudios sobre el Estado del Bienestar Con la utilización de la experiencia danesa como punto de partida, el artículo plantea dos preguntas: en primer lugar, ¿en qué medida participan los mayores en las actividades sociales? En segundo lugar, ¿en qué medida los mayores, en su condición de consumidores e inversores (fondos de pensiones de jubilación, etc.) contribuyen a estructurar la economía? El presente artículo es susceptible de hacer estallar el mito según el cual las personas mayores viven una vida de aislamiento económico y social. Por el contrario, pensamos más bien que contribuyen activamente a la organización social y económica de la sociedad. La edad media de jubilarse en Dinamarca era de 62,2 años en 2000 (Jensen, 165 2002). Según los cálculos más recientes, la esperanza de vida media para los sexagenarios es de 21,9 años (estadísticas de Dinamarca, 2003). En otras palabras, cuando los trabajadores en activo abandonan el mercado del trabajo, disponen de muchos años para disfrutar de su jubilación en el marco de una “tercera edad” activa. Esta “tercera edad” se caracteriza por un elevado grado de independencia en la organización de su propia vida. Cuando se menciona la “tercera edad”, los mayores se dividen a menudo en dos grupos: los mayores “más jóvenes”, entre los 60 y los 79 años, que suelen ser trabajadores en activo y en buena salud y los de “edad más avanzada” o “edad muy avanzada”, de 80 y más años, que suelen experimentar problemas de salud y necesitan asistencia. Este artículo trata específicamente de los mayores “más jóvenes”. Los mayores pasan mucho tiempo con su familia, en reuniones entre amigos, participando en actividades de ocio y haciendo voluntariado. Cuando se observan los resultados de estas actividades, se puede hacer una distinción entre ganancias “sociales” y ganancias “de experiencia”. Las ganancias “de experiencia” se refieren a los proyectos que la persona ha podido realizar, aquéllos con los que siempre ha soñado. También se refieren a desafíos de ámbito personal que la persona estima gratificantes e importantes de realizar; por ejemplo, acti- ¿EL PODER GRIS? vidades de orden espiritual, musical y físico. Las ganancias “sociales” se refieren a las actividades que los mayores practican para desarrollarse y para destinar su energía a la sociedad; por ejemplo, a su familia, a su círculo de amigos, a sus redes de relaciones sociales, etc. Una cuestión subsiste, sin embargo; ¿en qué medida participan realmente los mayores en las actividades de orden social? Además, ¿a qué tipos de actividades conceden prioridad los mayores? Una de las condiciones fundamentales para permitir a los mayores “desarrollarse” es el acceso a recursos financieros. Este acceso es decisivo para permitirles actuar en su condición de consumidores, porque el potencial de consumo constituye “la construcción y la reconstrucción permanente de un modo de vida que permite al individuo afirmarse” en la sociedad moderna (Featherstone y Hepworth, 1995). En este contexto, no es inútil mencionar que, en la actualidad, los mayores tienen más recursos a su disposición y están más desahogados financieramente que antes; pero los mayores, ¿son también verdaderamente ricos? Otro asunto es conocer si los mayores acomodados contribuyen a reestructurar determinadas formas de organización de la economía; y ello en dos aspectos, el de su condición de nuevo segmento de consumidores y el de segmento de la población que participa en diversas formas de inversiones financieras. 166 Este artículo trata específicamente de la participación social y de la influencia económica de los mayores más jóvenes. Participación social El envejecimiento remite a menudo a imágenes de soledad y de aislamiento en el plano social; pero la soledad es un concepto ambivalente. Las personas que suelen estar solas no estiman necesariamente que estén aisladas o abandonadas. Además, los sentimientos de soledad no pueden interpretarse automáticamente como indicadores de aislamiento social. Es sorprendente que los sentimientos de soledad entre los mayores “más jóvenes” de Dinamarca no sean sensiblemente diferentes de los que se encuentran entre los tramos de edad inferiores (véase el Cuadro 1). Como se indica en el Cuadro 1, las personas sienten un poco más la soledad a medida que envejecen. Pero en este contexto hay que precisar que la soledad la experimentan, sobre todo, quienes viven solos y existe una relación inversamente proporcional marcada entre la importancia de los ingresos y el sentimiento de soledad (Arendt y otros, 2003). Es poco sorprendente que la parte de personas mayores “más jóvenes” que indica sentirse “aisladas” sea relativamente débil, en la medida en que la estruc- TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES tura familiar en Dinamarca ha conocido cambios profundos. En Dinamarca es sumamente raro que los mayores residan con sus hijos; el Estado del bienestar ha tomado a su cargo una gran proporción de la asistencia y los servicios exigidos por las personas mayores. El 13,4% del grupo de 67 a 79 años y el 49,9% del grupo de 80 y más años se benefician de un servicio de ayuda domiciliaria pagado por el municipio (Jensen, Larsen y Stoltenborg, 2004). Así pues, el municipio está obligado a suministrar un servicio de ayuda a domicilio, es decir, de asistencia y ayuda personal para tareas cotidianas, en el domicilio de las personas que hayan sufrido un debilitamiento de su capacidad funcional (física o mental). Para los mayores que no pueden desenvolverse solos a pesar de una ayuda a domicilio, la única alternativa es el ingreso en un establecimiento especializado o en una residencia de ancianos. En 2001, estos establecimientos especializados y residencias de ancianos contaban con 63.933 residentes, es decir, el 8% de la población con 65 o más años de edad. En Dinamarca, las generaciones cohabitan raras veces; pero esto no significa que falten los contactos entre ellas. En 2000, sólo el 8% de los hombres de 70 a 79 años de edad no habían visto a su(s) hijo(s) en el último mes, mientras que para las mujeres de 70 a 79 años de edad este porcentaje sólo era del 3% (Platz, 2003). Los contactos con los hermanos y las hermanas, los nietos y otros 167 miembros de la familia son también muy frecuentes. Además, los mayores disponen de buenas redes de amigos; en 2000, el 80% de las personas con 60 a 69 años y el 73% de las que tienen entre 70 y 79 años declaraban tener amigos con quienes compartir sus problemas personales (Platz, 2003). El 75% de los que tienen entre 60 y 69 años y el 72% de los que cuentan con 70 a 79 años decían tener amigos con los cuales se ponían en contacto al menos una vez a la semana. Por otro lado, es frecuente que estas amistades daten de su juventud o existan desde hace muchos años (Leeson, 1999a). Los mayores “más jóvenes” se sienten relativamente poco aislados; lo que puede deberse también a su participación muy intensa en un abanico de actividades sociales diversas. Como muestra el Cuadro 2, un porcentaje muy importante de personas mayores practican una actividad física o van a reuniones, conferencias, al teatro, al cine o a los conciertos una vez al mes como mínimo. CUADRO 1: Distribución en porcentaje: frecuencia del sentimiento de soledad y de aislamiento (2000) Se siente solo de 20 a 29 años de 30 a 69 años de 70 a 79 años 80 y más años A menudo o de vez en cuando 26 17 18 26 Rara vez / nunca 74 83 82 74 FUENTE: Platz (2003) ¿EL PODER GRIS? Una proporción muy elevada de daneses están afiliados a una o varias asociaciones. Si se excluyen las organizaciones sindicales y los partidos políticos, el 65% de los daneses y el 59% de las danesas son miembros de una asociación. Por otro lado, es interesante subrayar que la afiliación a asociaciones aumenta con la edad (hasta la de 80 años) y que los mayores son miembros de más asociaciones que los componentes de las generaciones más jóvenes (Larsen, 2003). A la inversa, la frecuencia de participación es más elevada entre los más jóvenes que entre las personas de edad más avanzada. La participación social de los mayores es un recurso para la sociedad. Éste es especialmente el caso cuando los mayores participan en acciones voluntarias. La amplitud del voluntariado en Dinamarca no es inferior a la que se encuentra en muchos otros países de Europa occidental. Como muestra el Cuadro 3, la distribución de este voluntariado varía mucho de un país a otro. Una proporción relativamente importante de la población danesa participa en “otras actividades de voluntariado”. En Dinamarca, este tipo de voluntariado se refiere generalmente a los deportes, la cultura y otras actividades de ocio (Koch-Nielsen y Clausen, 2002). El 31% de los que tienen entre 60 y 64 años y el 29% de quienes tienen entre 70 y 74 años participan en actividades volunta168 rias (Leeson, 1999b). CUADRO 2: Actividades diversas. Porcentaje de personas que participan en las actividades mencionadas al menos una vez al mes (1997) De 60 a 64 años De 70 a 74 años Actividad física 61 44 Reuniones / conferencias 30 40 Cursos / instrucción 25 11 Teatro / cine / conciertos, etc. 41 28 Cafetería / restaurantes / café 29 24 Actividades vinculadas a una asociación 29 28 Partidas de cartas / ajedrez, etc. 27 31 Billar / bingo, etc. 9 11 Práctica religiosa, etc. 15 21 FUENTE: Leeson (1999a) La participación social de los mayores es estimulada por gran número de organismos. La asociación DaneAge (Aeldre sagen) (“La causa de las personas mayores”), fuerte con sus 460.000 miembros, es una organización potente cuyo objeto, entre otros, es trabajar para mejorar de la calidad de vida de los mayores TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES y para una igualdad de trato con las demás clases de edad. Sin embargo, DaneAge no es simplemente una organización de presión ante el poder político; la afiliación a esta asociación permite acceder a un número considerable de ventajas; por ejemplo, tarifas preferenciales para los miembros en la compra de pólizas de seguro, de viajes, de gafas, etc. Los miembros tienen también acceso a servicios jurídicos gratuitos y a entrevistas con trabajadores sociales. Por otro lado, DaneAge suministra también apoyo social y humanitario para los mayores más frágiles; por ejemplo, el establecimiento de redes de carácter social, que pueden compensar, en ciertos casos, la ausencia de familia o de amigos. Igualmente, la Cruz Roja danesa organiza visitas de voluntarios. Sus miembros visitan a los mayores para conversar con ellos en torno a una taza de café, escucharlos o leerles en voz alta el periódico o un libro. La naturaleza de la visita la determinan el voluntario y la persona a la que visita; por ejemplo, leer el periódico, preparar un mensaje de correo, dar un paseo, hacer las compras juntos, jugar a las cartas o simplemente intercambiar y apreciar la compañía del otro. En cambio, un voluntario no se ocupa de tareas prácticas como lavar la ropa, la limpieza, etc.; de lo último se encarga el servicio municipal de ayuda a domicilio. Cuadro 3: ¿Ha participado usted en actividades de voluntariado en el transcurso de los 12 últimos meses en uno de los sectores siguientes? (en porcentaje) Dinamarca Actividades de carácter caritativo Actividades de orden religioso Otras actividades de voluntariado Alemania Reino Unido España Francia 11 9 13 11 32 7 9 13 11 15 22 16 19 10 39 FUENTE: ISP (1998) II. Influencia económica Actualmente, el sistema de pensiones danés descansa en cuatro pilares: ■ Las pensiones de vejez, financiadas por los impuestos, de las que se benefician, en principio, todos los ciudadanos. Una jubilación de base puede percibirse a partir de los 65 años (desde 2004, a partir de los 67 años). ■ La ATP, la jubilación complementaria de los empleados, que se puede considerar parte integrante de las disposiciones públicas, se aplica a todos los asalariados en Dinamarca. ■ Las jubilaciones profesionales, basadas en los convenios colectivos laborales; actualmente, dos tercios de los asalariados disponen de este tipo de jubilación. Están amparadas por convenios colectivos laborales que comprenden diversos sistemas de pensiones 169 ¿EL PODER GRIS? Los sistemas de pensiones individuales totalmente privados (estos sistemas están en parte a cargo del Estado bajo la forma de reducciones de impuestos). En conjunto, estos cuatro pilares forman un todo. Para la gran mayoría de los futuros jubilados, la prestación total de su jubilación comprenderá estos pilares. El sistema mixto de jubilación se ha previsto para responder a dos objetivos principales de la política pública: por una parte, tranquilizar a la población (las jubilaciones no olvidan a nadie) y, por otra parte, mantener unos ingresos estables calculados en función del importe que percibía la persona antes de su paso a la jubilación. ■ En 2001, los ingresos medios de las personas solteras de más de 67 años eran de unas DKK 121.700 (17.385 euros), mientras que una pareja de edad avanzada de más de 67 años dispone de unos ingresos brutos medios de unas DKK 206.000 (29.428 euros). En general, los mayores se benefician de situaciones financieras bastante cercanas a este nivel de ingresos y pocos de ellos pertenecen a los segmentos más pobres de la población. Los mayores que dependen exclusivamente de su jubilación de base son los 170 peor favorecidos. En 1999, el 24% de las personas de más de 67 años vivían en una pareja en que la jubilación de base y la jubilación complementaria representaban globalmente la única fuente de ingresos. En 2001, el 4,7% de la población disponía de unos ingresos inferiores al 50% de los ingresos medios. Alrededor del 1,3% de los mayores forman parte de esta categoría. Sólo 9.000 personas mayores se encuentran en el segmento de población más débil financieramente (el umbral se fija en el 50% de los ingresos medios). Pero cerca de 45.000 personas mayores tienen unos ingresos inferiores al 60% de los ingresos medios (Ministerio de Asuntos sociales, 2003). En cuanto al patrimonio (ahorro e inversiones) de los mayores, la variación es bastante más importante que la variación relativa a los ingresos. Cerca del 20% de las personas solteras y el 40% de las parejas poseen unos ingresos netos superiores a 1 millón de coronas danesas (142.857 euros). El valor neto de la riqueza de los mayores se compone, a partes más o menos iguales, de bienes inmobiliarios y de otros de fácil liquidez. Sin embargo, se ignora cómo gastan los mayores su capital durante su jubilación. La descripción objetiva de los ingresos de los mayores es una cosa. Y otra, el modo en que evalúan su propia situación financiera. Variaciones entre las preferencias y las necesidades determinan que, entre personas que tienen ocasiones TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES idénticas de consumo, algunas se consideren como desahogadas del todo financieramente, mientras que otras, en la misma situación financiera, no comparten la misma percepción de su situación. El Cuadro 4 refleja la subjetividad de los mayores con respecto a su propia situación financiera. La evaluación que los mayores hacen de su situación está influida por sus expectativas, su modo de vida, su capacidad de adaptación, etc. Por lo tanto, hay que ser prudentes antes de sacar conclusiones prematuras sobre la base de evaluaciones subjetivas de las condiciones de vida. Sin embargo, si se combinan los evaluaciones objetivas y subjetivas de las situaciones financieras de los mayores, se observa que la situación financiera de éstos últimos es más bien próspera; en efecto, los mayores representan, de hecho, un segmento de clientela próspero y en aumento. Si se consideran estos factores, es sorprendente descubrir que han sido raras las estrategias de márketing y las campañas publicitarias dirigidas a los mayores acomodados de Dinamarca. Según Froenes y Brusdal (2000), esta actitud estaría vinculada al hecho de que las estrategias de márketing, a causa de su fuerte inclinación a marcar “tendencia”, crean un “sesgo cultural” según el cual son los 171 jóvenes quienes más consumen. La juventud se percibe como el período privilegiado de consumo. Aunque sea exacto que las personas más jóvenes suelen disponer de unos ingresos más elevados que los mayores, éstos últimos tienen sensiblemente menos gastos fijos, en la medida en que, por lo general, han amortizado la hipoteca de su casa y no asumen ya la carga de los hijos. Las empresas comerciales en Dinamarca están relativamente poco sensibilizadas en cuanto a que los mayores representen un segmento de consumidores acomodados. En un estudio piloto efectuado en 22 grandes empresas privadas danesas (Jensen y Larsen, 2002), se ha preguntado a estas empresas “si el segCUADRO 4: ¿Cómo evalúa usted su situación financiera actual? Porcentaje (1997). De 60 a 64 años De 70 a 74 años Muy buena 17 26 Buena 70 62 Ni buena, ni mala 12 9 Pobre 0 3 Muy pobre 0 0 FUENTE: Leeson (2000) ¿EL PODER GRIS? mento de los mayores era interesante para su empresa” y “si este segmento será importante en el futuro para sus ingresos”. Las empresas que han contestado a este estudio eran conscientes de la importancia del segmento de los mayores. El 41% (nueve de las 22 empresas) estaba muy interesado en el segmento de los mayores, mientras que el 23% (cinco empresas) lo estaba menos. Entre las más interesadas figura una gran empresa farmacéutica danesa. Quizás lo más notable es que el 68% de las empresas que han contestado estiman que el segmento de los mayores será importante para sus ingresos en el futuro. Aunque de tamaño limitado, esta muestra indica que estas empresas no han descuidado totalmente este segmento. Sin embargo, podemos preguntarnos si estas empresas han dirigido realmente sus productos y han adaptado su márketing a este segmento. Sólo tres sociedades han adaptado de manera significativa el desarrollo de los productos de su empresa a las necesidades de los mayores, mientras que seis empresas no lo han hecho. Ocho de las 22 sociedades también han adaptado su márketing en función del nuevo segmento de los mayores, pero en menor medida. El interés puesto en este segmento ha influido así en las acciones concretas de las empresas. Desde luego, puede esperarse que, en el futuro, este segmento ejerza una 172 influencia significativa sobre las estrategias de márketing y de desarrollo del producto de las empresas. Los resultados demuestran que las empresas manifiestan poseer conocimientos insuficientes relativos a este segmento. La inferior representación de este segmento importante de clientela en la estrategia de las empresas aparece también en sectores como la prensa. La primera revista danesa dedicada al estilo de vida que se dirigía al público mayor (OPUS) no apareció hasta la primavera de 2003. Contempla más bien a personas mayores de fuerte capital económico y cultural y comprende artículos que tratan de alimentación, buenos vinos, moda, arte, arquitectura, libros, música, anticuarios, restaurantes, etc. La revista organiza recepciones para sus lectores; por ejemplo, degustaciones de vinos y viajes; es así como la primera edición de OPUS incluía una oferta para jugar al golf y hacer un safari en África del Sur. Aunque los cuatro pilares del sistema de jubilación danés sean relativamente robustos, y aunque Dinamarca –en comparación con otros países– se encuentra en una situación totalmente favorable en el aspecto de desafíos demográficos futuros, el debate público, sin embargo, ha presentado a los mayores como una carga económica para el sector público y las generaciones más jóvenes (Jensen, 2002). Este debate ha contribuido a la demarcación de nuevas divisiones entre diferentes grupos en la sociedad. Igual que la noción de clase, la edad pronto TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES podría servir de criterio de distinción; por ejemplo, en el marco de los debates presupuestarios de 2002, la cuestión consistía en saber si el presupuesto favorecía a los “jóvenes” o a los “viejos”. Este debate ha alimentado los argumentos que defienden la abolición de la jubilación de base a cambio de las jubilaciones profesionales. Se trata aquí de una tendencia que podría reabrir el debate sobre la manera en que podrían utilizarse los recursos de los fondos de pensiones de jubilación. Conclusión El Estado del bienestar está fuertemente desarrollado en Dinamarca. En 1997, el 31% del PIB danés estaba destinado a los gastos sociales, cuando la media en la Unión Europea era del 28% (Eurostat, 2000). En cambio, los gastos destinados a las personas mayores son menos elevados que en los demás países de la Unión Europea. El 39% de los gastos sociales daneses estaban destinados a las personas mayores, mientras que la media de la Unión Europea era del 45%. No obstante, ha sido posible construir un sistema de jubilación relativamente igualitario. Muy pocos jubilados están en una situación financiera difícil. La buena situación financiera de muchos jubilados contribuye, como mínimo, a dos aspectos importantes en el plano financiero. En primer lugar, los jubilados poseen un fuerte poder adquisitivo; dicho de otra forma, los mayores constituyen un segmento de clientela acomodada y en aumento. Por consiguiente, las empresas no pueden permitirse descuidarlos a largo plazo. Podría esperarse, entonces, que las empresas incluyeran los intereses de los mayores en el sector de los bienes de consumo. De hecho, en Dinamarca pueden observarse tendencias embrionarias en esa dirección. En segundo lugar, los mayores son codetentadores de un inmenso capital y, por lo tanto, pueden influir en las estrategias de inversión de los fondos de pensiones de jubilación. Así, en Dinamarca se encuentran ejemplos de miembros que han obligado a que sus fondos de pensiones de jubilación respeten preceptos éticos en sus políticas de inversión. Los mayores poseen, pues, una influencia económica, en sus dos condiciones de consumidores e inversores. Se pretende a menudo que un Estado del bienestar omnipresente, que ha asumido responsabilidades sociales considerables, debilitará las comunidades y las redes sociales y terminará por contribuir a la creación de un grado elevado de aislamiento social. La experiencia danesa rechaza esta hipótesis. Los mayores 173 ¿EL PODER GRIS? buscan su implicación activa en la sociedad a través de actividades diversas y extravertidas. Este poder de acción social incluye los potenciales de las personas mayores. Un porcentaje relativamente elevado de ellas participa en actividades de voluntariado. En este campo, los mayores representan hoy un papel considerable en la formación de comunidades sociales. Bibliografía ARENDT, J.N. (2003): Levevilkaar blandt folkepensionister uden supplerende indkomst, Koebenhavn: Socialforskn ingsinsituttet. DANMARKS STATISTIK (20039. Statistisk Aarbog, Koebenhavn. EUROSTAT (2000): Social protection expenditure and receipts. Data 1980-1997. Bruselas. FEATHERSTONE, M., y HEPWORTH, M. (1995): “Images of positive ageing: A case study of retirement choice magazine”, en M. Featherstone y A. Wernick (editores). Images of Agein-Cultural Representations Of Later Life, Londres: Routledge. FROENES, I., y BRUSDAL, R. (2000): Paa sporet av den nye tid. Bergen: Fagbokforlaget ISSP, 1998. JENSEN, P.H. (2002): “Retiring from the labour market - the Danish situation reviewed in a comparative light”, en CASA & Danish Council of Social Welfare: Social Trends. 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Un peso económico insoslayable Con motivo del envejecimiento de la población y de una concentración de 177 los recursos financieros disponibles a su favor, los mayores de 55 años representan un potencial económico influyente. 19 millones en la actualidad, 25 en 2020, con un nivel de vida medio estimado en el 10% superior al del resto de la población y con la posesión de la mitad del conjunto del patrimonio, los mayores representan un mercado estimado de más de 122 millardos de euros (Interdeco Scanner 2000) (véase el cuadro 1). Los mayores han venido aumentando cada vez más con la sociedad de consumo y han acompañado el desarrollo de la distribución y de las marcas. También, su experiencia les incita a comparar y reflexionar más. Por lo tanto, aprecian mucho la publicidad que da informaciones sobre los productos presentados; así son evaluadas las presentaciones de productos de belleza de Nivea Vital o de L'Oréal que asocian imagen y texto. Consumidores en activo, son sensibles a los servicios y a las ventajas que se les ofrecen. Éste es el caso de Sélectour, que nombra a sus clientes personas mayores “embajadores veteranos” y que desea hacerlos participar en la evolución de su oferta. También es el caso de la enseña B&Q en el Reino Unido, que 101 Dauphine Marketing Strategie Prospective (Dauphine Márketing Estrategia Prospectiva) [N. del T.]. ¿EL PODER GRIS? les ofrece precios interesantes los miércoles y que ha contratado vendedores de más de 50 años para aconsejar a esta clientela. Sin embargo, como son consumidores selectivos en sus compras, desean que los productos y servicios respondan a sus necesidades, pero sin que por ello sean “especializados para personas mayores”. La leche enriquecida con calcio y vitamina D, Candia Calcium Plus, no aclara, salvo de manera muy discreta, que “conviene especialmente a las personas de más de 50 años” (véase el cuadro 2). Intercambios intergeneracionales determinantes A través de su estatus económico y social, los mayores están en el núcleo de un sistema de influencia familiar y social. Sus diversos papeles repercuten en su comportamiento de compra y en el de sus allegados. Estos consumidores aspiran a consumir mejor, lo que implica una adaptación de los productos y de los servicios, pero influyen también en la elección de generaciones más jóvenes. La transmisión de valores a los más jóvenes 178 Las personas de 55 a 70 años desempeñan un papel importante, incluso determinante, en la familia; “La generación más solicitada es la que se encuentra situada en el centro de la cadena, entre abuelos e hijos, la de los adultos jóvenes” (Attias-Donfut, 1995). Igualmente, para las personas ya jubiladas o en situación de jubilarse, “estar jubilado” equivale a tener más “tiempo para sí”, pero también a una intensificación de las relaciones familiares (Paillat y col., 1989). Los valores inculcados en la infancia adquieren un papel importante, incluso determinante, en el comportamiento y la integración social de un adulto (Moschis 1987, Roberto y Skogund, 1996; CREDOC / ILC Francia, 1998). Ahora bien, a menudo los abuelos son interlocutores seguros y disponibles para sus nietos; esta relación se caracteriza por una complicidad que se realiza en los juegos y el ocio y a través del consumo. En efecto, el 45% de los mayores lleva a sus nietos a hacer las compras (el 28% muy a menudo) y al 63% se le incita a efectuar compras destinadas a ellos (Simm Scanner, 1998). Los abuelos actuales intervienen, pues, como “fuerzas compensatorias” que explican, por ejemplo, por qué no es útil efectuar esta o aquella compra o, al contrario que los “estimuladores” del consumo, animan al joven a tomar solo una decisión de compra o le hacen participar en la decisión familiar. Además, los abuelos son más propensos a dar su opinión sobre asuntos relativos al trabajo o a los ámbitos financie- TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES CUADRO 1: Nivel de vida de los mayores y estructura de sus ingresos (1) (2) Nivel de vida individual en la familia Ingresos de actividad Jubilados Ingresos del patrimonio Otros ingresos Menos de 50 años 13.000 € 85% 1% 3% 9% 2% Más de 50 años 17.000 € 34% 52% 9% 4% 1% Entre 50 y 59 18.000 € 75% 10% 6% 8% 1% Entre 60 y 69 17.000 € 22% 65% 9% 3% 1% Entre 70 y 79 16.000€ 9% 78% 10% 2% 1% Más de 80 años 15.000 € 5% 81% 12% 3% 0% Edad De los que Otros FUENTE: INSEE, cálculo CREDOC, en Estudio ILC / Credoc, Le pouvoir et le róle économique des plus de 50 ans, 1996. (1) Calculado a partir de ratios establecidos con datos de 1993 para los porcentajes. (2) En euros. ros, mientras que las abuelas intervienen más en relación con las actividades sociales. Debido a su presencia, su propio comportamiento, sus consejos o sus sugerencias, los abuelos pueden influir, por tanto, en esta o aquella adquisición o esti- 179 mular el ahorro. En materia de regalos, los abuelos tienen tendencia a regalar algo útil o educativo. Igualmente, cuando explican los objetivos de la publicidad, por ejemplo, transmiten sus valores de consumo (véase el Cuadro 3). ... pero la influencia es recíproca Esta connivencia permite a los abuelos transmitir sus experiencias y “sacar provecho” de sus nietos pequeños, mientras que los “grandes” les ayudan a comprender y a seguir las evoluciones de la sociedad. La presencia de nietos los obliga a estar al corriente de las últimas modas; lo que por ello mismo les permite estar siempre integrados en la sociedad, incluso de representar en ella un papel muy activo y preponderante. Así pues, podemos preguntarnos por la influencia tácita de los niños en la elección de ciertos productos, tanto más cuanto que “enseñar a un hijo a adaptarse a un mundo cambiante exige de los padres referirse a estas nuevas fuentes de información (medios de comunicación de masas, amigos...)” (Gollety, 1999). Por eso, los abuelos que desean adaptarse a sus nietos, comunicar con ellos y comprenderlos, están atentos a “seguir en el ajo” e, incluso, a “hablar su mismo idioma”. Esta exigencia y esta voluntad explican, en parte, el atractivo que tiene ¿EL PODER GRIS? CUADRO 2: Parte de los mayores de 50 años en el consumo – 60% de las compras de legumbres frescas – 58,4% de las compras de cafés solubles – 56,5% de las compras de carnes frescas – 55,3% de las compras de tés o infusiones – 54,4% de las comidas y sopas preparadas – 52,7% de las aguas (natural y con gas) – 50% de las compras de ayudas culinarias (cubitos de caldo y tabletas para preparación, hierbas y especias) – 48,3% de las compras de chocolate en tabletas – 44,8% de los yogures FUENTE: Les 50 ans et plus, Etude Emap France 2001, sitio emapmedia internet a los ojos de los mayores. Ésta es también la posición de la RATP102 a través de los Jueves de mayores, que proponen a los jubilados “navegar por Internet”... para, sobre todo, dialogar con sus nietos; ésta es también la política de Boulanger103 cuando ofrece cursos de formación para la utilización del orde180 nador (véase el cuadro 4). Un papel importante en materia de intercambios de servicios y de flujos financieros Aunque durante mucho tiempo las generaciones jóvenes ayudaban a sus padres de edad avanzada, ahora los flujos financieros operan desde las personas de edad más avanzada hacia los más jóvenes (Attias-Donfut, 1995). Así, el 55% de los mayores sostiene financieramente a sus hijos (Interdeco, 1998) y en promedio, el 6,3% de sus ingresos “transitan” hacia los más jóvenes; gracias a estas transferencias, el nivel de vida de los que tienen menos de 40 años ha mejorado en un 7% (INSEE, 1996). En la misma lógica, nuevos matrimonios, sobre todo “de edad avanzada”, se han interesado en los productos de seguros de vida y de ahorro-vivienda, a causa de la rentabilidad financiera de dichos productos y de la preocupación por proteger o ayudar a sus allegados (véase el cuadro 5). 102 Régie Autonome des Transports Parisiens (Empresa Autónoma de los Transportes Parisienses) [N. del T.]. Boulanger es un hipermercado especializado en electrodomésticos. 103 TOMO II: INFLUENCIAS CUADRO 3: Retratos de abuelos Abuelos presentes ECONÓMICAS Y SOCIALES Cuando se ocupan de ello, el 65% de los abuelos comparte “un tiempo de ocio” con sus nietos El 23% de los abuelos dedica la mitad de su tiempo libre a sus nietos Abuelos cercanos y cómplices El 49% de los mayores ve a sus nietos al menos una vez al mes El 32% de los mayores se reúne con sus nietos varias veces por semana El 59% se siente muy cercanos a ellos El 43% de los padres jóvenes vive a menos de 9 km de los abuelos (frente al 31% de las parejas sin hijos) El 86% de los abuelos tiene contactos semanales con sus hijos, que a su vez son padres (frente al 77% si éstos no tienen hijos) La generación intermedia expresa más a menudo el deseo de residir más cerca de sus hijos / padres (el 53% desea vivir a menos de 30 minutos, frente al 47% para los demás) Abuelos que conocen bien sus gustos (53%) Abuelos “modernos” El 50% de las abuelas tiene menos de 60 años El 70% de las abuelas encuentra que el teléfono móvil es un medio de comunicación real, pero sólo lo utiliza el 17% de ellas El 10% de los abuelos posee un microordenador y el 17% una consola de juegos FUENTE: Scanner INTERDECO 1998 y 2000; ATIAS-DONFUT C, SEGALEN M 1998. Si bien estas ayudas materiales varían según el ciclo de vida y las necesidades, la importancia de los intercambios depende también de los recursos y de las relaciones afectivas, así como de la cultura familiar de solidaridad o de ayuda mutua (Arrondel y Wolf, 1998). Sin embargo, podemos preguntarnos sobre el alcance de la influencia tácita u oficial de ciertos jubilados sobre la elección de las generaciones más jóvenes en cuanto al estilo de vida, a productos y servicios o a marcas. Consumidores experimentados que ponen sus competencias al servicio de su entorno UNA DELEGACIÓN, POR PARTE DE LOS HIJOS, DE UNA PARTE DE LA BÚSQUEDA DE INFORMACIONES Con la llegada de la jubilación, el tiempo profesional, medido, condicionado y organizado es sustituido por un tiempo cuya gestión y estructuración es libre 181 ¿EL PODER GRIS? (Ecochard, 1987; Guillemard, 1996; Gaullier, 1997). Puesto que el nuevo jubilado no vive ya al “ritmo del tiempo social”, él mismo debe crear el acontecimiento (Cabirol, 1987; Levet-Gautrat y Fontaine, 1987); por lo tanto, tiene que aprender nuevas referencias temporales (levantarse y acostarse, comidas, emisiones de radio o de televisión, visitas de los amigos...), disponer del tiempo diario según las pequeñas actividades para “pasar el tiempo” y aprovechar la ocasión de realizar actividades más gratificantes para marcar los “tiempos fuertes” (Pronovost,1996). CUADRO 4: Cuando los abuelos miman a sus nietos (modo de decisión) Pregunto a sus padres Elijo regalos que no queden anticuados Me informo de lo que está de moda Compro regalos educativos Hago regalos útiles Conjunto De 50 a 64 años 51,9% 15,4% 14,9% 22,1% 32,1% 59,6% 18,8% 16,6% 25,5% 36,9% FUENTE: Simm Scanner Interdeco 2000, en Séniorscopie n.º 45, febrero de 2000. En el marco del consumo, atentos a efectuar compras bien pensadas, “razonables” y “pertinentes”, los jubilados jóvenes utilizan así una parte del tiempo 182 disponible para reflexionar y comparar. El tiempo asignado al consumo y a las actividades vinculadas al mismo aumenta al llegar a la jubilación (Heslop y Marshal, 1990) y muchas personas jubiladas piensan que hacer las compras es una actividad importante para distraerse (Gunter, 1998). Esta propensión a pasar más tiempo en la función de abastecimiento puede conducir a algunos a modificar su proceso de búsqueda de informaciones (Beaty y Smith, 1987) mientras que otros se harán cargo de la fase de “búsqueda de informaciones” por cuenta de los familiares. EN RELACIÓN CON SUS IGUALES La socialización está vinculada a la noción de bienestar y a la satisfacción con respecto a la vida y tiene repercusiones en el ámbito del comportamiento del consumidor (Gunter, 1998). Para muchos jubilados, o personas a punto de serlo, la jubilación es sinónima de enriquecimiento personal/relacional y de actividades valoradas en la sociedad. En este marco, la utilidad social es deseada e, incluso, reivindicada y pasa, en ocasiones, por la implicación en una asociación (Credoc, 1999). Igualmente, cada vez hay más nuevos jubilados que aprovechan su “tiempo libre” para reunirse con los amigos. La parte principal de las estancias fuera del TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS CUADRO 5: Ayudas de los mayores a sus hijos de más de 20 años % conjunto Ayuda a financiar una compra inmobiliaria 13,9 Préstamo de dinero para salir de apuros 32,1 Consejo en la elección de bienes de equipo 9,3 Entrega periódica de dinero 12,1 Ayuda a pagar gastos grandes 23,1 Entrega de dinero en un momento en que lo necesitaban 19,3 Compra material para los hijos 24,4 Ayuda bajo una otra forma 34,3 Y SOCIALES % de 50 a 64 años 15,1 33,7 12,0 13,4 25,4 22,3 28,9 37,9 Sólo se ha preguntado a las personas de más de 40 años. A priori, son las únicas susceptibles de tener hijos de más de 20 años que hayan dejado ya el domicilio. Entre los 50 a 64 años, el 73,7% de ellos tienen hijos de más de 20 años que han abandonado el domicilio familiar FUENTE: Simm Scanner Interdeco 2000, en Séniorscopie n.º 45, febrero de 2000. domicilio de los mayores de 50 años está motivada por una visita a la familia y a los amigos (47,3%) (Observatorio del Turismo, 1997). Ahora bien, la opinión de los iguales sobre tal producto, tal servicio o tal marca representa un papel importante tanto en el aspecto de la recomendación como en el del consumo. Con la asociación desarrollada entre los Mayores 183 Rurales y la Mutualidad Social Agrícola, se ha promovido una acción de sensibilización con respecto al equilibrio alimentario y el uso de los medicamentos, cuya contraseña es “Persona mayor, sea protagonista de su salud”. Igualmente, esta asociación permite adaptar y desarrollar el mantenimiento a domicilio de las personas mayores mediante la Presencia Verde. Los Mayores Rurales intervienen, organizados en relevos, ante las personas mayores en este sistema de teleasistencia y pueden ayudar al nuevo abonado a familiarizarse con esta nueva técnica, mientras que la red Presencia Verde interviene como apoyo y en su función de formadora. Los grupos de pertenencia y de referencia influyen en la elección de los productos consumidos, teniendo en cuenta la necesidad de identificación con dicho grupo (Cox, 1975; Childers y Rao, 1992); cuanto más visibles para los demás sea la posesión y la utilización del producto, tanto más marcada es la tendencia del individuo a adaptarse a los “usos y costumbres” del grupo al que pertenece (De Chernatony y Benco de Melu, 1995). Este comportamiento, que no es específico de los mayores, es utilizado por determinadas empresas que ponen en escena un personaje conocido, incluso emblemático, de toda una generación o de un determinado estilo de vivir. Éste es el caso de la marca Optic 2000, que se asocia con Johnny Haliday para promover su “paquete progresivo”. ¿EL PODER GRIS? “CONQUISTAR EL MERCADO DE LOS MAYORES” Frederic SERRIERE, responsable del sitio de informaciones: www.leMarchedeseniors.com y fundador de SeniorStategic. “La red internacional de agencias de márketing de la que SeniorStrategic forma parte ha lanzado un barómetro, el “Mature Market's Report” (Informe del Mercado Adulto), en cinco países de Europa, en Japón, en Australia, en Canadá y en los Estados Unidos. El objetivo era medir la participación de las empresas en el mercado de los mayores. En Francia, se ha entrevistado a 120 de las empresas más grandes y se han analizado a fondo sus estrategias. Los resultados revelan ricas enseñanzas: de manera general las empresas europeas están atrasadas respecto de las de Japón y los Estados Unidos. En este último país es donde encontramos más investigaciones, estudios y acciones vinculadas al mercado de los mayores y puestas en marcha por las empresas. En Francia, el 82% de las empresas declaran no estar interesadas en los mayores. El 46% quieren evitar totalmente tener una imagen de “vieja”. El pico de consumo, que había alcanzado los 49 años en 1995, se ha desplazado con regularidad para situarse ahora en los 54 años. El 86% de los mayores de 50 años piensan que la publicidad no va dirigida a ellos”. 184 FUENTE: Conquerir le marché des Seniors, Editions “Village Mondial”, octubre de 2003, 180 páginas. Conclusión La población de los mayores de 50 años va a crecer rápidamente en el transcurso de los próximos años. Los industriales y los distribuidores no pueden desconocer este objetivo. Así, este nuevo dato debe tenerse en cuenta, sobre todo, en la búsqueda de nuevos conceptos y de nuevos productos y en las políticas comerciales y de comunicación. Bibliografía ARRONDEL y WOLFF (1998): “ Aides et dons au sein de la famille: faits et perspectives théoriques “, Retraite & Société n.ª° 24/1998. ATTIAS-DONFUT, C. (1995): Les solidarités entre générations, París, Nathan ATTIAS-DONFUT, C.; SEGALEN, M. (1998): Grands-parents. La famille à travers les générations. París, Editions Odile Jacob. BEATTY SE; SMITH, S.M. (1987): “External Search Effort: An Investigation Across Several Categories”, Journal of Consumer Research, 14 (junio), pp. 83-95. CHILDERS TL, RAO AR (1992): “The influence of familial and peer-based reference groups on consumer decisions”, Journal of Consumer Research, 19, pp. 198-211. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES CHOKRANE, B.; HATCHUEL, G. (1999): “La dynamique sociale des seniors. Consommation et Modes de vie”, CREDOC, n.ª° 135. COXE (1975): “Family purchase decision-making and the process of adjustment”, Journal of Marketing, 12 (mayo), pp. 189-195. 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(1996), “Interactions with grandparents and great-grandparents: a compa- 185 rison of activities, influences and relationships”, Journal of Aging and Human Development, 43(2). El márketing senior es una evidencia... JEAN-PAUL TREGUER, PDG Senioragency Agencia internacional especializada en baby boomers y personas mayores. Evidente, sí, y, sin embargo... en 2003, en las grandes cadenas de TV francesas (TF1, F2, F3, F5...), las peticiones de programación hechas por los anunciantes y sus centrales de compra de espacio han sido definitivas: el 97% de estas peticiones se referían a... “el ama de casa de menos de cincuenta años” y a los destinatarios jóvenes. Los mayores de 50 años, que “sólo” cuentan con 20 millones de consumidores que disponen de la mitad del poder adquisitivo disponible, ¡sólo han atraído al 3% de las inversiones en márketing y publicidad de las marcas! Como se lee en la Biblia: “no hay peor ciego que el que no quiere ver...”. 187 Qué es un senior104 En su origen, “senior” hacía referencia a los soldados más veteranos de las legiones romanas. A la larga, la palabra evolucionó de modo diferente según los países. Señor en español y signore en italiano, se convirtió en seigneur en francés. En cuanto al inglés, éste fue sin duda el más fiel a la acepción latina, puesto que la conservó como distinción de madurez y de experiencia. Desde luego, en nuestras profesiones, parecidas a los ejércitos mejicanos, se la coloca en todas las salsas: Account Executive Senior105, Senior Brand Manager106... ¡Senior Vice President!107 Cuántas bellas connotaciones... Hoy en día, la palabra “senior” designa, mayoritariamente, a la población de 50 y más años. ¿Por qué tan joven? Sería muy tranquilizador emparejarla con el con104 Aunque se ha traducido senior por 'mayor' en toda la traducción, en este artículo se respeta el término original y se deja sin traducir debido a las connotaciones terminológicas con que juega el autor. Aunque en español se admite el término sénior, procedente del mismo comparativo latino ('más viejo'), sólo se usa con los sentidos siguientes: (1) pospuesto al nombre propio de una persona para distinguirla de un pariente de menor edad; (2) en el ámbito deportivo, para identificar a un deportista de la categoría superior, por edad o por méritos; (3) referida a un profesional de mayor edad y, por tanto, de mayor experiencia [N. del T.]. 105 Director principal de cuentas [N. del T.]. 106 Gerente principal de marcas [N. del T.]. 107 Vicepresidente principal o adjunto [N. del T.]. ¿EL PODER GRIS? cepto de jubilación. O mejor aún, con la residencia de ancianos (a menudo rebautizada con “seigneurie”108 o “seniorie”109). También podríamos preguntarnos: ¿por qué de tanta edad? Después de todo, los grandes deportistas se jubilan hacia los 30 años. Hay algunas razones objetivas para ello: 188 ■ En primer lugar, para la gente del márketing, 50 años es la edad de la muerte del consumidor. En efecto, cuando se trata de gran público no se habla de “ama de casa de menos de 50 años”. Horrible expresión machista, por otro lado, a la cual los anglosajones prefieren la muy técnica “Principal Responsible of Purchase aged 18 to 49” 110. ■ Después, para los diversos expertos en población, hay una sucesión de acontecimientos importantes que ocurren en la cincuentena y que, claramente, cambian la vida. A los 49 años de media, las mujeres se convierten en abuelas por primera vez. Tres años más tarde, en general, están en plena menopausia y a sus esposos se les advierte que ya es hora de dejar de fumar y de vigilar su alimentación. A los 50 años, los matrimonios terminan de amortizar el préstamo de su residencia principal y, a los 52, sus últimos hijos abandonan el “nido familiar”. Unos años más tarde, sus propios padres fallecerán. A la triste noticia sucede a menudo una herencia no despreciable (hacia los 57 años, en promedio). Así pues, con independencia del extraño vocablo comercial, es evidente que todo impulsa a considerar los 50 años como una edad bisagra. Es la más cómoda para tomar como punto de partida en una estrategia llamada de “márketing senior”. Lo que no es un senior Con Senioragency hemos tenido la ocasión de animar centenares de seminarios en empresas. Nunca hemos presentado a los seniors como un todo. Por el contrario, y aquí insistimos sistemáticamente, es preciso aplicar criterios de segmentación coherentes respecto de las especificidades de la empresa. Hay diversas opciones: ante todo, es necesario comprender que la población senior, propiamente dicha, no existe. En efecto, las personas de 50 y más años representan un 108 Literalmente, 'señorío' (autoridad) o 'señoría' (título) [N. del T.]. Literalmente, 'sénior' [N. del T.]. 110 Responsable principal de compras, de edad comprendida entre los 18 y los 49 años [N. del T.]. 109 TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES grupo demasiado numeroso y diversificado para poder resumirlo, en un estereotipo. Sin llegar hasta el “uno a uno”, ideal lejano del márketing, al menos es preciso perseguir la lógica de la segmentación. El enfoque generacional es una de las opciones. Éste ofrece la ventaja del dinamismo y de la comprensión sociocultural. Así pues, podríamos hablar ahora de las generaciones de mayo del 68 (nacida entre 1945 y 1955), Argelia (nacida entre 1935 y 1945), Liberación (nacida entre 1925 y 1935), Krach (nacida entre 1915 y 1925), Años Locos (nacida entre 1905 y 1915) y Verdún (nacida entre 1895 y 1905). Por lo demás, es una visión de las cosas que, por nuestra parte, defendemos cada día más, sobre todo como factor explicativo de la diferencia de comportamiento entre los nuevos seniors y sus ascendientes. Pero hay de muchas otras formas de segmentar y cada una tiene sus méritos: edad, salud, actividad, tiempo disponible, clase social... Ninguna es del todo perfecta y cada una puede servir para enriquecer a las demás. Por nuestra parte, solemos optar por la edad como base de segmentación. Se trata, sin duda, de un enfoque artificial de las cosas, pero ofrece algunas ventajas no despreciables: ■ La simplicidad. Todo el mundo comprende su principio y su contenido. Lo que no está tan mal sobre un asunto tan desconocido como el de los 189 seniors. Muchos métodos de segmentación más justos y más originales no han encontrado el éxito logrado porque no se comprendían. ■ La aplicabilidad. La edad es una noción que se encuentra en el núcleo de casi todos los estudios de mercado y todas las herramientas de planificación. Es, pues, compatible, por ejemplo, con las herramientas de los medios de comunicación, lo que es fundamental. ■ La universalidad. La edad es una variable cuyo efecto es similar y relativamente objetivo, cualquiera que sea el sector o el país afectado. Participa de modo determinante en los ciclos de la vida e, incluso, en las generaciones. Así pues, es un método de segmentación aproximado, pero menos parcial y a menudo más objetivo que la mayor parte de sus alternativas. ■ La durabilidad. La generación es un concepto seductor y muy dinámico. Pero, evidentemente, como las generaciones están en movimiento, es imposible gestionarlas de modo estable a través el tiempo. Así, una persona de 50 años de hoy es extremadamente diferente, en el plano generacional, de otra persona de la misma edad de hace 20 años. ■ La eficacia. La segmentación por edades se aplica desde hace años en numerosos programas comerciales. Cuando los demás métodos se suce- ¿EL PODER GRIS? dían y se ponían en duda, la edad continuaba imponiéndose en casi todas partes. Entonces, ¿es preciso, realmente, querer reinventar la rueda? Para Senioragency, hemos creado y denominado cuatro segmentos de edad. Éstos son explotados de modo rentable desde hace más de cinco años y es probable que permanezcan invariables algunos años todavía. Son los siguientes: ■ Los Veteranos (personas mayores de 50 a 59 años de edad). ■ Los Liberados (personas mayores de 60 a 74 años de edad). ■ Los Apacibles (personas mayores de 75 a 84 años de edad). ■ Los Muy Mayores (personas mayores de 85 y más años de edad). Una cosa es segura: los seniors, tal y como se los representa en la mayoría de las anuncios, ¡no existen! Sí, hay personas con más de 50 años que son sistemáticamente descuidadas por las políticas comerciales de la inmensa mayoría de las empresas. Sí, hay una población experimentada, más exigente, globalmente acomodada en el aspecto financiero y que a menudo tiene más tiempo libre. Pero no hay un solo grupo numeroso que sería el de “los viejos” y que se dormiría por las buenas en su sofá mientras bebe a sorbitos agua de Seltz. 190 El porqué de tantos frenos 1. La vejez es la antecámara de la muerte. Mirar en esa dirección da siempre miedo, especialmente en la cultura judeocristiana. Además, la mayor parte de quienes deciden en materia de márketing o de publicidad tienen, en gran medida, menos de cincuenta años: la vejez comienza así muy pronto cuando se trata de consumo. “La vejez, está siempre quince años por encima de nuestra edad”. Recuerden la impresión que les causaban los treintañeros cuando eran ustedes adolescentes. Esta regla es universal. Si debiera haber una barrera que marcase el principio de la vejez, estaría de todos modos bastante después de los 50 años. Un estudio internacional, realizado con personas de todas las edades, la había fijado en los 78 años. ¿La influencia de Tintin, “para los jóvenes de 7 a 77 años”? 2. Después de la moda y el deporte, la publicidad quizá sea la profesión donde se es viejo antes. A los 30 años, un creativo se considera en seguida como “desfasado”. Si no llega pronto a ser Director de Creación, o si no se recicla rápidamente en el cine o en la escritura de novelas, está perdido. 3. No hay nadie más responsable que los publicitarios. Está también el peso de un fenómeno demográfico que nos sigue atormentando 35 años des- TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES pués de su desaparición: ¡el “baby boom”! Desde hace 55 años, la juventud moviliza todas las energías. Al principio, era normal. Había que crear guarderías y escuelas, inventar distracciones y motivos de queja. Sólo que, a la larga, la voluntad de creación se ha convertido en parálisis. Se ha caído en la tiranía del siempre joven hasta el absurdo. Y ahora, “todo el mundo se levanta para hacerse un buen estiramiento facial...” 4. Y aquí llega el gran terrorista del pensamiento del márketing: ¡el espectro del rejuvenecimiento! “Todo lo que usted dice sobre los seniors es muy justo, y ciertamente válido en prácticamente todos los casos. Salvo para mi marca. Porque ya sabe, mi marca sufre con la edad de su clientela. Mi marca debe reclutar consumidores jóvenes. Mi marca tiene necesidad de vitalidad. Mi marca se debilita. Mi marca está en peligro de desaparecer...”. Ante este contundente argumento, la razón se adormece. ¿Y si en el fondo la obsesión del rejuvenecimiento fuera un error estratégico? El Márketing Generacional, como se ha visto antes, aporta una respuesta clara: ¡sí, se trata, sin duda, de un error estratégico! Considerar que una marca sólo puede vivir un plazo largo si adquiere nuevos consumidores con edades inferiores a treinta años, es ignorar al mismo tiempo la demografía, los ciclos de vida e, incluso, la biología humana. 191 El márketing senior es una evidencia Todavía hoy, los productos destinados a los seniors se denominan “de nicho”. Menudo nicho, que no contiene menos del tercio de la población francesa. Y de todas las poblaciones de las naciones industrializadas. Si queremos establecer una analogía canina, ¡sería entonces más correcto hablar de “perrera”! Sin embargo, todo el mundo sabe que hay más personas mayores de 50 años que menores de 20 años. Nuestra sociedad está en pleno vaivén y el envejecimiento va a acelerarse más en los próximos años. Antes de 2040, los mayores europeos representarán la mitad de la población (véase el cuadro 1). Entonces sí que nos mereceremos verdaderamente el sobrenombre de “viejo continente”. Tres fenómenos bien conocidos explican este vaivén: la prolongación de la esperanza de vida, la caída de la natalidad y la llegada en masa de los baby boomers a la edad de 50 años. Por la combinación de estos tres fenómenos, el aumento del número de seniors es espectacular. Incluso podría hablarse de un verdadero maremoto sin ¿EL PODER GRIS? precedente en la historia de la humanidad. ¡Realmente sin precedente! Porque en otros tiempos, la esperanza de vida no llegaba ni siquiera hasta los 50 años (45 años de media en 1900). Ésta es probablemente una de las razones clave que explican la falta de conocimiento del objetivo: carecemos de perspectiva. En realidad, ni siquiera sabemos qué es realmente el envejecimiento. Los mismos seniors son los primeros sorprendidos de llegar en buena forma a la sesentena. ¡Y tampoco está preparado el cuerpo médico! Por otra parte, de todas las especialidades, la de geriatría es, con mucho, la menos popular. Una anécdota muy reveladora a este respecto: en una publicación muy seria, un artículo se inquietaba por el aumento de los casos de cáncer de mama en las mujeres. ¿Agujero en la capa de ozono? ¿Contaminación? ¿OGM111? De todas las hipótesis, la más evidente y la más verosímil nunca se ha contemplado. En la actualidad, hay más de casos de cáncer de mama simplemente porque hay una población de mujeres más grande en edad de padecerlo. En tal contexto de ignorancia, ¿cómo sorprenderse de la ceguera de los profesionales del márketing y de la publicidad? CUADRO 1: Proporción de la población europea 192 1962 2000 2010 2020 Menos de 20 años 32% 25,6% 23,8% 22,5% Más de 60 años 17% 20,6% 23,1% 27,3% FUENTE: Ined según Insee con índice de fecundidad en 1,8. “IT'S 112 WHERE THE MONEY IS” El mito de la señora mayor que vive miserablemente de su escasa pensión de viudez tiene la piel dura. Es cierto que, por desgracia, conserva un fondo de verdad. Entre las capas de más edad de la población, raros eran los matrimonios en que ambos cónyuges tenían ocupación profesional y los medios de prepararse un verdadero plan de ahorro-jubilación. Por fortuna, desde la posguerra, la evolución de las mentalidades ha permitido cambiar rápidamente el dato: seguros complementarios, trabajo de las mujeres, acceso a la enseñanza superior... Hoy, gracias a todo ello, la mayoría de los jubilados está constituido por ciudadanos cuya holgura financiera es la mejor. ¿Es sorprendente? Después de todo, han trabajado más de cuarenta años, se han apretado el cinturón muchas 111 Organismes génétiquement modifiés (organismos genéticamente modificados) [N. del T.]. Es donde está el dinero [N. del T.]. 112 TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES veces para poder amortizar su préstamo hipotecario (¡el 70% son propietarios!) y garantizar la educación de sus hijos. También han pagado impuestos, han cotizado a la Seguridad Social, etc. Si todos estos largos esfuerzos no desembocasen en alguna mejora de la situación material, habría que formularse serias preguntas sobre nuestro modelo de sociedad... El cuadro que figura a continuación refleja muy bien el dato de que son los jubilados quienes disfrutan de los ingresos disponibles más elevados. Por otra parte, hasta cumplidos los 50 años no es cuando el índice de ingresos se hace positivo. Lo que significa concretamente que los más jóvenes, objetivo de todos los esfuerzos de márketing, tienen menos dinero, incluso netamente menos dinero, que sus mayores. Y la distancia aumenta. En 2000, los seniors, es decir un tercio de la población, tenían la mitad del poder adquisitivo de los franceses. En 2040, deberían tener los dos tercios. Se puede lamentar el empobrecimiento de los jóvenes, pero ignorar la holgura de los mayores no modificará esta realidad. CUADRO 2: Ingresos disponibles por unidad de consumo según el tramo de edad EDAD Ingresos disponibles por unidad de consumo Menos de 26 años 81,8 De 26 a 30 años 92,5 De 31 a 40 años 97,0 De 41 a 50 años 99,4 De 51 a 60 años 104,9 De 61 a 65 años 107,8 De 66 a 70 años 112,5 Más de 70 años 103,8 FUENTE: CERC e Insee Por otra parte, no olvidemos que los seniors tienen un comportamiento financiero netamente más sano que los jóvenes. No sólo están menos endeudados (¡el 17,5% de los que tienen más de 65 años contra el 78,5% de los que tienen entre 35 y 44!), lo que es normal dado el aumento de sus ingresos disponibles, sino que, además, sus cuentas corrientes están muy rara vez en negativo. Y disponen de reservas financieras serias, invertidas en bolsa, en el mercado del arte, en bienes inmobiliarios... En resumen, globalmente son buenos pagadores. ¿Qué mejor perfil de comprador podría soñar una empresa? 193 ¿EL PODER GRIS? CUADRO 3: Índice de posesión de activos patrimoniales Distribución Conjunto de Conjunto de Obligaciones 113 de las los productos los préstamos o FCP cartillas de ahorro vivienda SICAV 114 Conjunto de acciones Menos de 50 años 51,2% 84,2% 45,5% 2,7% 6,6% 10,3% De 50 a 59 años 15,9% 82,0% 47,6% 5,6% 12,6% 16,7% De 60 a 69 años 13,4% 81,7% 38,4% 7,2% 14,6% 16,4% 70 y más años 19,5% 85,2% 26,3% 9,6% 16,4% 14,4% 48,8% 82,9% 37,4% 7,5% 14,5% 15,8% Total de los que tienen más de 50 años FUENTE: El Marketing Book Seniors - Secodip 2000 Consumen Evidentemente, la holgura financiera no es una garantía de consumo. Muchos son todavía los anunciantes que piensan que los mayores de 50 años conservan su dinero en cuentas bancarias, incluso debajo del colchón. La idea más extendida es que si, efectivamente, las cargas disminuyen con la edad, los gastos también. El senior tipo empieza, pues, por ser previsor. Salvo en lo tocante a su salud, evolucionará irremediablemente hacia un perfil de avaro y, en con194 trapartida, dejará una bonita herencia a sus descendientes. Por lo tanto, un consumidor de edad avanzada tendría pocas necesidades o caprichos y se sentiría satisfecho perpetuamente con el mismo producto, si es posible, el menos caro. Pero los hechos son bien distintos. La holgura financiera se traduce realmente en una voluntad de darse gusto a cualquier edad en su condición de consumidor. Con el aumento en poder de las generaciones de posguerra, mucho menos marcadas por una época de privaciones, los mayores se convierten en los primeros clientes de un gran número de productos y marcas. Así, representan los primeros compradores de vehículos privados, de aguas minerales, de productos lácteos, de cosméticos, de viajes de lujo, de electrodomésticos, de prendas de marca... Las tablas siguientes muestran, además, de modo evidente, que los mayores son consumidores positivos y dinámicos. En cuanto al principio de un consumo prudente, todas las cifras y todos los estudios lo contradicen por completo. Evidentemente, a los 50 años, buen número de bienes de equipo se han comprado ya. Evidentemente, con los años los gustos se forjan y se hacen más difíciles de modificar. El buen sentido indi113 Fonds communs de placement (fondos de colocación comunes) [N. del T.]. Société d'Investissement à Capital Variable (Sociedad de Inversión a Capital Variable) [N. del T.]. 114 TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES CUADRO 4: Consumo de los seniors en comparación con el resto de la población Compra por Conjunto Más de 65 años Necesidad 33% 34% Placer 9% 15% FUENTE: Credoc, Francia, enero de 1995 Sensible al precio 1993 1994 De 18 a 24 años 79% 81,5% 85,3% 84,5% 74,8% 73% 76,7% 65,3% + 5,2 pts + 8,5 pts 65 y más años Sensibilidad de los jóvenes al precio 1995 1996 + 9,4 pts+ 19,2 pts FUENTE: Credoc, Francia, 1998 ca que los seniors, cualquiera que sea su situación financiera, tendrán un comportamiento más racional que los más jóvenes. Pero ello no les impide en absoluto consumir, aunque con más exigencias y discernimiento. DETRÁS DE CADA MAYOR, HAY UN COMPRADOR PARA OTROS Sin volver en detalle a los principios y al funcionamiento del márketing intergeneracional, sin embargo recordemos que los seniors jóvenes están en el centro de las familias. Más del 80% de ellos son padres y abuelos. Igualmente, cerca del 195 70% tienen todavía padres vivos. En el momento en que tienen, por fin, una cierta holgura financiera, se encuentran en la obligación (generalmente aceptada de buen grado) de suministrar una ayuda tangible a las generaciones que les rodean. ¡No es de extrañar que se les globalice a menudo bajo la apelación de “generación sandwich”! Los abuelos son sensibles, en especial, a la educación y a la comodidad de sus nietos. Destinan así hasta un mes de ingresos al año (más de 3 millardos de euros) a regalos diversos, planes de ahorro, compras escolares... Subrayemos, por ejemplo, que los seniors realizan más del 30% de la compra de juguetes infantiles, reunidos todos los sectores. Por todas estas ayudas hacia las generaciones más jóvenes, así como por las dirigidas hacia las generaciones de más edad, los seniors jóvenes constituyen, en realidad, el grupo más importante en materia de consumo. Algunas trampas que hay que evitar Como se ha visto en Francia, el márketing senior está en sus inicios. Adolece todavía de un número incalculable de prejuicios y la inmensa mayoría de los ¿EL PODER GRIS? anunciantes y agencias no conocen prácticamente nada del objetivo. Consecuencia: aunque nuestra sociedad bascula en el “papy boom”, las campañas –demasiado raras– destinadas a los seniors suelen ser inadaptadas, incluso desastrosas. Sin embargo, con un poco de buen sentido y hasta sin ser experto, es posible producir una comunicación válida. He aquí seis trampas que hay que evitar por todos los medios para triunfar en “perforar su caparazón”: PODER GRIS: BABY BOOMERS PRÓSPEROS EN EL REINO UNIDO Trudi DUTIE Ayudante de investigación en los ámbitos sanitario y social MORI, Instituto de Investigaciones en el ámbito social El estudio “Grey Power”115 realizado por Help The Aged y MORI116, ha analizado el modo de vida de los mayores de 50 años en el Reino Unido: desde su poder adquisitivo a sus hábitos de telespectadores. Este estudio ha revelado que hay más personas mayores con mejor salud, más ricas y más activas, en comparación con la generación precedente. Los baby boomers de Gran Bretaña disfrutan de un estatus económico sin comparación con el resto de la sociedad. A finales de 1999, las mujeres y los hombres entre 50 y 64 años disponían de los ingresos más importantes y gastaban más que el resto de la población en bienes de consumo, en alimentación y en ocio. El estudio ha revelado que los más jóvenes entre los más “viejos” no han tenido nunca una vida tan agradable. Por ejemplo: 196 – Las personas entre 50 y 64 años tienen unos ingresos fuera de impuestos de 457 libras por semana, comparados con una media de ingresos semanales de sólo 397 libras. – Este mismo grupo de edad gasta 61 libras por semana en alimentación y en bebidas, comparadas con 55 libras para el conjunto de los hogares (77 libras frente a 67 si se incluye el alcohol). – Las personas de 50 a 64 años gastan 115 libras en desplazamientos en automóvil, en ocio y en servicios, frente a sólo 90 libras para la media semanal de los hogares británicos. Las personas de edad más avanzada forman parte de una generación más tranquila. El estudio ha mostrado que las personas de 65 y más años pasan 36 horas, y más, ante la televisión. El estudio ha revelado también que hay más personas mayores, en comparación con las de otros grupos de edad, implicadas en el voluntariado o en las actividades religiosas. Los “jóvenes viejos” están también entre los más activos políticamente: el 24% de participación en actividades políticas frente al 16% en el resto de la población. Fuentes: MORI /Help The Aged 115 Poder gris [N. del T.]. Market & Opinion Research International (Investigación del mercado y la opinión internacional) [N. del T.]. 116 TOMO II: INFLUENCIAS CONFUNDIR ECONÓMICAS Y SOCIALES MARKETING SENIOR Y VISUALIZACIÓN DE LOS SENIORS Con motivo de una entrevista para un magacín de televisión especializado, el dueño de una gran agencia parisiense, interrogado sobre el marketing senior, barrió el asunto con el dorso de la mano mientras afirmaba que “mostrar a los seniors en publicidad sólo funciona para un pequeño número de productos”. ¡Buen ejemplo de la ceguera general! ¿Quién ha dicho que el marketing senior equivalga a “mostrar a los seniors”? Sin embargo, muchos anunciantes creen que basta con mostrar a algunos viejos con buena salud y utilizar una tipografía más grande para conseguir convencer a los mayores de 50 años. Inútil decir que la mayor parte de las veces este enfoque sólo engendra decepciones. Ser senior es, sobre todo, ser experimentado. Un ciudadano cualquiera de 60 años tiene 60 años de consumo tras de sí. Puede interpretar muy fácilmente las plataformas creativas existentes tras las campañas que se le proponen. ¿Cómo puede imaginarse, en estas condiciones, que la visualización de sus iguales bastará para seducirle? Sin una argumentación válida, capaz de demostrar el verdadero valor añadido del producto, cualquiera que sea su ejecución estará condenada a fracasar. Podrá, incluso, perjudicar a la marca, en la medida en que será vivida a menudo como puro oportunismo. Una frase que vuelve a menudo en 197 nuestras encuestas cualitativas es la siguiente: “Ahora que han terminado de desplumar a los jóvenes, nos toca a nosotros...”. Por otro lado, los seniors han tomado la costumbre de no ser afectados por la publicidad, de manera que, incluso cuando ven a personas de su edad en campañas, si el mensaje no está adaptado de entrada, las consideran como destinadas a los jóvenes. Se ve así una distorsión muy grande entre lo que consideran como simpático, creativamente logrado, y lo que les habla realmente. Así, el ballet acuático de los seniors de Evian, cualquiera que sea su calidad fílmica, no tiene nada que ver con el marketing senior. Lo mismo ocurre con la espléndida campaña de anuncios de Delvaux. Qué lástima, si se piensa que los mayores de 50 años son los primeros clientes de cada una de estas dos marcas. Aquí es preciso poner cuidado en no caer en el exceso opuesto. La utilización de seniors en la publicidad, si se apoya en una verdadera estrategia, puede contribuir seriamente al éxito de una campaña dirigida. En especial, con destino a las personas de edad más avanzada, que podrán así reconocerse y, al mismo tiempo, comprender instantáneamente que el mensaje les está destinado. A este respecto, el testimonio de una personalidad apreciada por su generación es especialmente interesante, porque añade una verdadera base de credibilidad. ¿EL PODER GRIS? Precisemos que en ningún caso se trata de una panacea, sino justamente, una vez más, de una pista posible. IGNORAR LAS CONSECUENCIAS DEL ENVEJECIMIENTO Los directores artísticos son terroristas, como bien se sabe. Sobre todo, por parte de los diseñadores-redactores, que se obstinan en refinar textos destinados a convertirse en ilegibles, inaudibles e invisibles. Si existe una regla del marketing senior que todo el mundo comprende con facilidad es, sin embargo, ésta. El envejecimiento nos llega a todos. Cualquiera que sea nuestra generación de pertenencia y cualquiera que sea nuestra edad. Vista, oído, gusto, tacto, movilidad... todas las funciones de nuestro cuerpo alcanzan su apogeo en la veintena para debilitarse lentamente, hasta el fracaso final. Si se sabe esto, ¿por qué tantos publicitarios se obstinan en hacer sus creaciones inaccesibles? ¿Será que estiman en exceso su profesión? Sin embargo, deberían saber que la publicidad no es siempre más que una forma de contaminación necesaria; en el mejor de los casos, una distracción entre las noticias y el tiempo meteorológico. Los seniors no aman nuestra profesión. Se les han prometido demasiadas cosas que no se han realizado nunca. Y como ahora es rara la vez que alguien se 198 interesa por ellos, cierran su mente. Si no se hace ningún esfuerzo para ir en su dirección, es inútil esperar el menor interés por su parte. Una campaña, incluso estratégicamente justa, no tendrá, pues, ninguna oportunidad de impresionarlos si no comienza con el BA-ba. Un ejercicio divertido: háganse con un magacín para seniors y analícenlo. Se sorprenderán del número de anuncios con tipografías minúsculas, con los cupones demasiado pequeños para poder cumplimentarse, con textos en rosa sobre fondo azul pastel... Hagan el mismo ejercicio delante de su televisor. En la mayoría de los espacios publicitarios que se difunden, la voz está cubierta por la música, el montaje es demasiado rápido, el numero de teléfono es imposible de anotar, etc. ¿Están verdaderamente obligados los anunciantes a aceptar tales errores? UTILIZARLOS COMO OBJETO DE BURLA Los mayores, como es bien sabido, son un excelente asunto de chanza. Presentarlos agriados, ridículos, sobrepasados por los acontecimientos, no data de ayer. Aquí se trata probablemente de un ajuste de cuentas con la edad. La publicidad en particular, en su obsesión por el culto de los valores juveniles, se sirve “una loncha de viejo” en cada ocasión. Es cierto que, en la mayoría de los casos, no utiliza esta clase de proceder para dirigirse a los seniors. ¡Esto sería el TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES colmo! Pero no quiere decir por ello que sean ciegos o insensibles. Son tantos los spots, carteles y anuncios que los han presentados bajo este ángulo negativo, que ahora el vaso está rebosante. No, en verdad, esto no les hace ya gracia. Los más viejos se sienten rechazados de plano. En cuanto a los más jóvenes de ellos, esos quincuagenarios en la cumbre de su vida, en el mejor de los casos no se sienten afectados y, en el peor, tienen la impresión de que la toman con sus padres. PONER EL DEDO EN LA LLAGA En la cincuentena, las consecuencias del envejecimiento son más perceptibles. Menopausia, presbicia, colesterol, fallecimiento de los padres, cercanía de la jubilación... inútil añadir nada. Y, sin embargo, he aquí todavía un juego en que los publicitarios se lucen. El de la culpabilización de la edad. Con o sin burla, se muestran cuerpos hundidos, rendimientos disminuidos, espíritus aminorados... A veces se trata simplemente de hacer tomar conciencia de un problema. Pero, ¿para qué un enfoque negativo? Los seniors no son conductores peligrosos a los que sea necesario recordar que la carretera mata. Cada día combaten el envejecimiento con la mayor energía. Recordarles que este combate está perdido por adelantado quizás no sea el mejor modo de crear simpatía por esta marca o 199 aquélla. Por cierto que la vida, por fortuna, se vive de modo positivo. EQUIVOCARSE DE GENERACIÓN Los errores que consisten en recluir a los seniors en el grupo homogéneo llamado de los “viejos” son relativamente sencillos de identificar. Por ejemplo, se sabe que aunque la comodidad de lectura es importante para los mayores de 50 años, los más jóvenes de entre ellos no tienen ninguna necesidad de comodidad de lectura que llegue hasta una tipografía de tamaño 18. Con el mismo espíritu, cualquiera comprende que mostrar a un abuelo que sube las escaleras sin dificultad no dice absolutamente nada a alguien de 55 años. Un error que, por el contrario, es más difícil de dominar, porque reclama un conocimiento dinámico de la población senior, es la no aplicación de los principios del Márketing Generacional. A veces puede ser sutil, pero en el plano de la adecuación del mensaje, puede marcar toda la diferencia. Como es, por ejemplo, creer que un veterano será sensible a una canción de Edit Piaf, mientras que es fan de los Beatles. Lo es también, en sentido inverso, tratar de federar todas las clases de edad en torno a los valores de los baby boomers. Los Liberados de hoy no formaban parte de los estudiantes de mayo del 68. Y, más de 30 años más tarde, no siempre tienen –y nunca tendrán– la menor nostalgia de la época hippie. ¿EL PODER GRIS? Seguramente la aparición de una nueva generación de seniors va a hacer volar en pedazos numerosas barreras. Pero, sin embargo, las consecuencias de la edad y de los ciclos de vida, igual que las diferencias culturales frente a los más jóvenes, no desaparecerán. Se ve, por lo demás, que hoy aparece una nueva forma de conflicto entre los treintañeros y sus padres, que, sin embargo, se suponen de una generación muy abierta y cómplice. Por ello la revista Technikart pudo afirmar hace dos años: “Los quincuagenarios que querían 'prohibir las prohibiciones' no apoyan ya la idea de rebelarse. Se han hecho tan reaccionarios y suficientes como sus padres” (Patrick Williams, 30 años). Dominar las variables generacionales en su conjunto, saber gestionar los elementos de acercamiento y de diferenciación, anticipar el modo en que los consumidores evolucionan en cada edad de su vida, es, probablemente, lo que fundará el marketing senior del mañana. Pero visto el retraso que lleva en las cuestiones más evidentes, es probable que, para hacerlo, necesite todavía muchos años. 200 Poder e influencia en los fondos de pensiones: el caso danés PER H. JENSEN Profesor, Universidad de Aalborg Director de la Escuela Nacional Danesa de Estudios sobre el Estado del Bienestar En Dinamarca se han creado jubilaciones profesionales, basadas en los convenios colectivos laborales, a finales de la década de 1960. Las cotizaciones de los asalariados se han colocado en fondos controlados por el movimiento sindical y/o por sus miembros. En el transcurso de la década de 1980, el respeto del medio ambiente se incluyó en el orden del día de numerosos fondos de pensiones de jubilación. Los miembros de la DJOEF, la asociación de abogados, economistas, especialistas en ciencias políticas y sociólogos, han estado entre los primeros que exigieron estrategias de inversión de tipo "verde" en sus fondos de 201 pensiones de jubilación. Con motivo de una Asamblea General, en 1990, los miembros exigieron que sus fondos garantizasen un enfoque respetuoso del medio ambiente cuando hayan de realizarse inversiones. A pesar de la oposición del consejo de la asociación, los miembros “verdes” consiguieron hacer aprobar una decisión que obligaba al fondo de pensiones de jubilación a vender sus participaciones en empresas contaminantes, y con ello impedir que sus miembros fueran copropietarios de empresas que perjudicasen el medio ambiente; sin embargo, el Consejo de Administración rechazó plegarse a esta decisión. Esta situación permite subrayar la falta de espíritu democrático en los fondos de pensiones de jubilación. En 1993 se votaron y adoptaron propuestas relativas a una mayor influencia de los miembros. Desde entonces, la DJOEF recurre a principios más éticos en su política de inversión. Los estatutos del fondo de pensiones de jubilación de la asociación estipulan de este modo que la compra de paquetes de acciones de una empresa debe estar vinculada –al menos– a que la empresa respete las condiciones decididas por las autoridades nacionales (referentes al medio ambiente, por ejemplo), así como las condiciones adoptadas por organismos internacionales reconocidos y cuyo respeto ha sido aprobado o recomendado en Dinamarca. La DJOEF concede mucha importancia a que las inversiones potenciales presenten pruebas de una buena gestión empresarial. ¿EL PODER GRIS? También exige que la empresa tome medidas en materia de utilización de los recursos, de las condiciones de trabajo de sus empleados, del efecto sobre el medio ambiente y de la gestión de responsabilidades en materia de ética. La DJOEF insiste en la capacidad de las sociedades para encontrar soluciones innovadoras duraderas en el plano financiero, medioambiental y social. Además, la DJOEF no invierte en empresas especializadas en armamento. Desde entonces, otros fondos de pensiones de jubilación han optado por aplicar estos principios. Los fondos de pensiones de jubilación han adquirido así una cierta importancia en la manera de concebir la evolución de las formas de organización de la economía. 202 Cómo tomar el control de una sociedad ALBERT MAGARIAN Presidente de la FIAPA 25 de mayo de 2006 Brome Incorporated, Sociedad Anónima con capital de 3.000.000 de dólares 212, East Street - Saint Louis, Nuevo México Se invita a los Señores accionistas a la Asamblea General anual que tendrá lugar el 15 de junio de 2006, a las 15:00 horas, en la sede social de la sociedad. EL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN Yo sostenía la invitación en una mano y un vaso de whisky en la otra. Habían transcurrido tres meses desde el fallecimiento de mi mujer Elaine y yo no siempre lograba salir a la superficie si no era a fuerza de whisky. Ella se había jubilado un año antes y su enfermedad se había desencadenado prácticamente a continuación. Toda su vida había estado dedicada a Brome Incorporated, en la cual asumía las funciones de secretaria de dirección en el servicio de Estudios e Investigación. Los médicos habían diagnosticado una intoxicación debida el bromuro. Todas mis gestiones ante la sociedad para que tuviera en cuenta su enfermedad y para la protección de los demás miembros del personal trabajador habían sido vanas. Mi mujer y yo habíamos invertido periódicamente, desde hacía 20 años, todos nuestros ahorros en la sociedad, a la que ella estaba muy vinculada, y entre los dos poseíamos el 3% del capital. Después de abandonar, desde hacía 3 meses, mi despacho de arquitectura, estaba enclaustrado en mi propiedad de Pasadena en Nuevo México y esta invi- 203 ¿EL PODER GRIS? tación hizo germinar en mí una idea y entonces decidí asistir a esta Asamblea General. 15 de junio de 2006, 15:00 h. “Declaro abierta la Asamblea General”, estas fueron las primeras palabras de Mike Rotman, Presidente de Brome Incorporated. La hoja de presencia firmada circuló entre los asistentes y constaté que estaba representado el 27% del capital, cuyos titulares eran principalmente los bancos y los fondos de pensiones. El resto de las acciones estaba repartido en una multitud de pequeños accionistas como yo y entre una buena parte de los miembros del personal de Brome Incorporated, jubilados o no. Se desarrolló la letanía habitual de la Asamblea (informe moral, informe financiero, informe de los interventores de cuentas) sin problema, habida cuenta de la importante cifra de negocios y de los beneficios importantes que Brome obtenía. En el momento de tomar la decisión de asignar los resultados, el Presidente, con el apoyo del Consejo de Administración, propuso asignar el 20% de los 204 beneficios a los miembros del Consejo, de distribuir el 10% entre los accionistas y de trasladar el resto para programas ulteriores de investigación y de inversión sobre el presupuesto futuro de 2007. Pedí entonces la palabra e intervine para tener en cuenta la necesidad de prever un presupuesto destinado a la protección de la salud de los miembros del personal y la asignación de una suma específica a las enfermedades eventuales e indemnizaciones causadas por la intoxicación de bromuro, de la que mi mujer había sido la primera víctima, por lo que yo sabía. Hubo un clamor general contra mi propuesta. Los intervinientes argumentaron precedentes, fantasías, costes financieros prohibitivos y el poco interés que ello representaba para los accionistas presentes. Reprimí mi indignación, no dije palabra y me abstuve en todas las votaciones habituales de aprobaciones estatutarias y de asignaciones de los beneficios. En una suspensión de la sesión que tuvo lugar antes del voto relativo a la renovación de los mandatos de los administradores, aproveché la ocasión para ponerme en contacto con Maria Thompson, colega de mi mujer, a quien conocía desde hacía muchos años, para pedirle que hiciera fotocopia de la hoja de presencia con la lista de los accionistas y sus direcciones. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES La sesión se reanudó y yo me presenté al puesto de administrador. Por descontado, fui derrotado y Mike me dijo: –Debes cambiar de actitud si quieres formar parte de nuestro “brains trust” 117. No dije nada, pero no dejé de pensar en ello. La sesión se levantó a las 19:00 horas. 15 de junio de 2006, 21:00 h. Sentado en el restaurante “Da Lolo”, vi llegar a Maria, a quien había invitado a cenar. Ella traía bajo el brazo una cartera y con una gran sonrisa me sacó la copia de la hoja de presencia de la Asamblea y me la dio mientras añadía: -¿Qué vas a hacer con ella? -No tengo ni idea –le dije–, pero nunca se sabe, prefiero tenerla en mi poder. La reunión se desarrolló muy agradablemente. Maria era una chica deliciosa y la acompañé hasta su casa, saludé a su marido que la esperaba y volví a mi casa. 16 de junio de 2006 Llegué a mi oficina temprano, llamé a mi secretaria y le pedí que escribiera a 205 todos los accionistas jubilados reflejados en la hoja de presencia para saber si se habían manifestado síntomas de intoxicación en su caso o entre amigos antiguos de Brome. De 57 cartas, recibí 4 respuestas positivas y entonces decidí llevar más lejos mi investigación. Maria me facilitó la lista completa de los jubilados y de los asalariados. Una larga y fastidiosa investigación reveló 32 casos de enfermedad o de mortalidad causadas por intoxicación. Eso me bastó y decidí pasar a la acción. Como Elaine, mi mujer, había sido siempre muy estimada por todo el personal, pedí a todos los accionistas jubilados de Brome confiarme sus poderes para la Asamblea General siguiente, les expliqué la situación y les confirmé que actuaría en interés del personal todavía en activo. Recogí así el 11% de los votos. Eran insuficientes para poder actuar y tuve que encontrar uno o dos inversores grandes, siempre ausentes en las Asambleas. 117 Grupo de expertos [N. del T.]. ¿EL PODER GRIS? Por suerte, mi hermano John conocía a uno: un importador de vinos y licores que poseía el 9% de las acciones. Llegábamos así al 23%. Me faltaba aún del 3 al 4%. Hice visitas puerta a puerta a accionistas fuera de Brome y en 6 meses conseguí convencer a una parte de ellos que representaban el 5%. 17 de mayo de 2007 Brome Incorporated, Sociedad Anónima con capital de 3.000.000 de dólares 212, East Street - Saint Louis, Nuevo México Se invita a los Señores accionistas a la Asamblea General anual que tendrá lugar el 14 de junio de 2007, a las 15:00 horas, en la sede social de la sociedad. EL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN. La invitación llevaba las mismas menciones que el año precedente, a excepción de la fecha. 14 de junio de 2007, 15:00 h. 206 Mike declaró abierta la sesión e hizo circular la hoja de presencia. Me las arreglé para ser el último en firmar, lo que me permitió constatar que sólo estaba representado el 26% de las acciones. A mi vez, firmé al margen de mi 28% y se produjo el pánico en la Asamblea. Mike levantó la sesión y solicitó verme. Pretendía una suspensión de la Asamblea, habida cuenta de mi nueva posición y se refirió a una fecha posterior. Rehusé y exigí la continuación de la Asamblea y la discusión de los puntos del orden del día. En el momento de los votos, los administradores salientes fueron derrotados y yo me hice elegir, junto con cuatro amigos jubilados presentes en la Asamblea. Destituí a Mike de su función de Presidente y me presenté en su lugar para poner en marcha una política de prevención de los riesgos a que estaba expuesto el personal e indemnizar a los 32 enfermos cuyos médicos habían diagnosticado los mismos síntomas de envenenamiento. Maria sacó sus conclusiones y me dijo: –Elaine estaría orgullosa de ti hoy. La jubilación: un dato fundamental del poder económico y social de los ancianos MÓNICA FERREIRA Profesora y directora del Instituto Albertina y Walter Sisulu sobre el envejecimiento en África Universidad de El Cabo Sin la pensión mínima de vejez, la gran mayoría de los mayores sudafricanos más pobres seguirían entre los más pobres. Esta pensión permite a las personas mayores, históricamente perjudicadas por el Apartheid, beneficiarse de una protección social; el estatus de jubilado, individual y colectivamente, les confiere también un cierto poder. Los beneficiarios de una pensión no se consideran ya únicamente como personas mayores, ciudadanos o consumidores que disfrutan de derechos, sino que también se identifican con el estatus de jubilado. En Sudáfrica, no existen institucionalmente organizaciones que representen al conjunto de las personas mayores del país118, pero estas últimas, gracias a los medios de comunicación, se benefician involuntariamente de una influencia económica y social no despreciable. El sistema de pensiones en Sudáfrica Sudáfrica se encuentra entre los raros países de África (con Botswana, Mauricio y Namibia) que disponen de un sistema de pensiones no contributivo y universal. Este sistema está financiado por el presupuesto general y no exige ninguna cotización previa. Los criterios de elegibilidad se basan en la edad (65 años para los hombres y 60 años para las mujeres) y en el nivel de ingresos. Los beneficiarios perciben mensualmente el equivalente de 119 dólares norteamericanos. Aunque débil, esta asignación constituye una parte no despreciable de los ingresos medios de los hogares pobres que albergan varias generaciones (Møler y Ferreira, 2003). Sudáfrica es una sociedad multiétnica. Bajo el régimen del apartheid, los grupos étnicos de negros y mestizos estaban privados de derechos sociales y las 118 Existe un cierto número de asociaciones de personas mayores que, históricamente, se han constituido sobre bases raciales. La ARPP (Association of Retired Persons and Pensioners: Asociación de Jubilados y Pensionistas) dispone de 43 secciones en el conjunto del país. Sus miembros son casi en esencia blancos y jubilados. Gryskrag (= poder gris) es una organización similar, pero más pequeña. Representa principalmente a blancos jubilados del trabajo que hablan afrikáans. Está en curso de disolución. Una asociación de pensionistas sociales negros que funcionaba en la región de El Cabo en la década de 1990 también ha sido disuelta. 207 ¿EL PODER GRIS? posibilidades de promoción estaban reservadas únicamente a los blancos. En 2001, los negros representaban el 79% de una población de 44,6 millones de habitantes con el 9% de mestizos, el 10% de blancos y el 2% de indios (Instituto Nacional de Estadística, Sudáfrica, 2003). Excluidos en gran parte del mercado formal del empleo, los negros tenían un acceso limitado a los programas de jubilación pública o privada y muy pocos de ellos percibían jubilación. La mayor parte de los hogares negros son tan pobres que el análisis de los ingresos previo a la atribución de la pensión excluye a muy pocas personas mayores. Según las estimaciones, más del 90% de los negros y más del 80% de los mestizos las perciben. El alto índice de cobertura de estas poblaciones refleja la alta accesibilidad a este tipo de derecho en Sudáfrica. Estos ingresos mínimos se pagan individualmente, pero en los hogares negros compuestos por varias generaciones se comparten en el seno de la familia (Møler y Ferreira, 2003; Sagner y Mtati, 1999; Møler y Sotshongaye, 1996). En las comunidades rurales, los ingresos de las pensiones circulan ampliamente. Permiten reducir la pobreza, apoyar las economías locales y contribuir al desarrollo general (Ardington y Lund, 1995). 208 En el transcurso de los últimos años, este sistema de pensiones ha conocido una expansión considerable y, en algunas de las nueve provincias del país, su crecimiento ha sido tan grande que la administración encargada de efectuar los pagos se ha visto en la imposibilidad de llevar a cabo su misión. Este fenómeno ha engendrado crisis fiscales puntuales con los retrasos de pago, en particular en el este de la provincia de El Cabo (Møler, 1998 y varias encuestas de los medios de comunicación en 2003)119. Por otra parte, este sistema de pensiones es objeto de numerosos fraudes por parte de funcionarios, intermediarios y beneficiarios. El gobierno central delega la distribución de las pensiones a las provincias y las provincias a empresas privadas. Esta organización es bastante deficiente y plantea numerosos problemas logísticos. El Gobierno parece considerar este programa de pensión como: ■ 119 una forma de restitución a las personas mayores perjudicadas históricamente por el apartheid, Después de una crisis en el sistema de pago de las pensiones en el este de la provincia de El Cabo en 1998, se había implantado un procedimiento de racionalización para eliminar el fraude y la corrupción. Los pagos se hicieron todavía más irregulares y hubo muertos en las colas de espera, donde los pensionistas permanecían a veces varios días al frío (Møler 1998). Una nueva crisis sobrevino durante el invierno de 2003 con más fallecimientos aún. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES ■ una red de seguridad contra la pobreza, ■ un mecanismo de redistribución de las riquezas que contribuye al bienestar de las familias, a la plenitud personal y, más generalmente, a la disminución de la pobreza. Por causa de la carga fiscal que representa este programa para el Estado, la perennidad de este sistema está lejos de haberse conseguido. Sin embargo, los representantes de las organizaciones de trabajadores estiman que estas pensiones representan un derecho no negociable para las personas mayores, pobres y meritorias, porque estiman que han sido incapaces de constituirse jubilaciones. Identidad individual y colectiva de los pensionistas Estas pensiones sudafricanas confieren poder y, cuando son las mujeres las detentadoras de este poder, recae sobre toda la familia. La regularidad de estos ingresos, en un contexto donde los recursos de los demás hogares son inciertos, da peso a las decisiones de los beneficiarios en la familia, en especial en los ámbitos de la educación y la salud (Møler y Ferreira, 2003). Los beneficiarios toman decisiones que afectan a los intercambios entre hogares, los hijos y los nietos y, por lo tanto, a la distribución y al consumo de los ingresos120. Por con- 209 siguiente, gracias a estos recursos regulares, los beneficiarios se aseguran un mejor estatus social (HAI, 2003). Respetados y valorados en sus familias, son autosuficientes y disfrutan de la consideración de su entorno. Los beneficiarios de esta pensión revisten una identidad especial. En su condición de pensionistas, desarrollan un sentimiento colectivo de pertenencia a un grupo social. Un artículo de Vrancken (2002, página 63-64) en el volumen 1 de Cuadernos de la FIAPA, observa que la jubilación plantea, en realidad, un marco legal para objetivar la categoría de los “pensionistas”, que son así identificados colectivamente por los poderes públicos. Otro artículo de Argoud (2002, p. 112) indica que la identificación de los jubilados con su grupo social contribuye a hacerlo más homogéneo. En su espíritu, esta categorización vinculada a la creación del derecho a una pensión permite a la persona poner por delante su estatus y su identidad de jubilado, lo que, en el contexto sudafricano, transforma a 120 Møler y Sotshongaye (1996) estiman que el hecho de percibir una pensión aumenta el amor propio de las mujeres de edad avanzada, que disponen así de una autonomía financiera apreciable. Pueden ocuparse de su familia, lo que favorece un sentimiento de utilidad social. Sin embargo, Sagner (2000) afirma que, si bien los pensionistas son financieramente más independientes, el dinero que perciben también agrava su dependencia y refuerza las presiones morales que experimentan por parte de sus familiares para que ayuden a los demás miembros de la familia. ¿EL PODER GRIS? los “viejos” en “pobres meritorios” y, por lo tanto, en pensionistas. Los sudafricanos pobres y mayores están clasificados, en efecto, en la categoría de “pensionistas” y llegan a considerarse únicamente como tales. Por lo demás, es así como también los considera la sociedad. Tomando como base la edad y en una historia común de desigualdades y de apartheid, los pensionistas sudafricanos pertenecen a un grupo social considerado como pobre, viejo y meritorio. En el plano personal, los jubilados han desarrollado un fuerte sentimiento de pertenencia a este grupo social a través del cual forjan, al mismo tiempo, una identidad individual y colectiva. Refuerzan su identidad de jubilados y dejan de lado su estatus de persona de edad avanzada. Se consideran, además, como diferentes de simples beneficiarios de una pensión de vejez cuando afirman su papel en el ámbito social (compra de alimentación para la familia, gastos de gas y de electricidad, gastos de escolaridad de sus nietos) (Møler y Ferreira, 2003). Los pensionistas comparten un cierto descontento con las demás categorías de jubilados, lo que refuerza su pertenencia al cuerpo social, así como un sentimiento de solidaridad con los demás jubilados. Sin embargo, su falta de 210 representatividad institucional como grupo significa que pertenecen a una categoría que Argoud (2002, p. 113) designa como una construcción colectiva levantada desde el exterior: concebida por los poderes públicos, tomada a su cargo por los profesionales y por el público y asumida por los medios de comunicación. Los pensionistas sudafricanos no están ni movilizados en el seno de un grupo específico ni comprometidos en acciones de grupos de presión. Hasta el presente apenas se han expresado sobre su situación, y han dejado al cuidado de los gerontólogos e investigadores la tarea de hacer constar su situación, sus necesidades, su punto de vista y, por último, la defensa de sus intereses. Møler (1991) estima que la investigación ha sido uno de los vehículos que han permitido que los pobres, las personas mayores y los excluidos se hagan oír. Pero cada vez es más corriente que los jubilados se comprometan en el análisis de su situación y estudien los asuntos que les afectan; cada día son más incitados por las organizaciones de defensa de los derechos del hombre a que hablen por sí mismos. Al hacerlo, construyen representaciones simbólicas relativas a los jubilados, a falta de poder representarlos en un marco institucional. Vrancken (2002, p. 64) considera que esta reflexividad es mantenida por los medios de comunicación. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES La influencia de los pensionistas en los medios de comunicación ¿Cómo utilizan los pensionistas este poder para ganar influencia económica y social? Involuntariamente, gracias a los medios de comunicación. Considerados de entrada como viejos, pobres y meritorios, se benefician de una fuerte legitimidad política como categoría social y económicamente dependiente. En segundo lugar, como generación, comparten una historia común de lucha contra el Apartheid, lo que les confiere una legitimidad simbólica121. En tercer lugar, a causa de su contribución, percibida o reivindicada, a los combates contra el apartheid y de su lugar en la historia social, piensan que se merecen el reconocimiento del país mediante su derecho a una pensión, que sería un derecho y no un simple privilegio. Esta concepción individual y colectiva de sí mismos se encuentra reforzada por la opinión de camaradas más jóvenes que, aun habiendo participado también en la lucha, reconocen los méritos de las personas de edad más avanzada y los consideran como las “madres y los padres de la nación”. La identificación de los pensionistas con la vejez y la pobreza resulta de una construcción política y social donde son presentados como pasivos y relativa- 211 mente inactivos. Cuando la política pública identifica a los pensionistas con una categoría dependiente económicamente, justifica la existencia de un sistema de redistribución de ingresos importante, pero al mismo tiempo establece, al hacerlo, una cierta dependencia económica de los beneficiarios de estas pensiones. Esta dependencia colectiva es reforzada por la lentitud del gobierno en reconocer los derechos de las personas mayores a la autonomía y a la plenitud personal, incluso cuando los poderes públicos parecen considerar más bien positivamente el envejecimiento. Y los medios de comunicación nacionales, poco familiarizados con las nociones de “envejecimiento activo” y de “envejecimiento productivo” contribuyen muchas veces a reforzar las imágenes de dependencia de las personas mayores. Los medios de comunicación presentan a los pensionistas como seres vulnerables y sin poder político. La focalización en los datos y gestos de los pensionistas vulnerables y en los grupos de jubilados sin defensa, víctimas de las 121 El 26 de abril de 1994, la mayoría de los mayores sudafricanos votaron por primera vez. En esta primera consulta, auténticamente democrática, los pensionistas se presentaron de forma masiva ante las cabinas. Los medios de comunicación mostraron muchas imágenes de electores de edad avanzada, de pie al sol, en colas interminables, dispuestos a cumplir su deber electoral (cf. Møler, 1995). En la cola, hacían gestos simbólicos del combate por la liberación. ¿EL PODER GRIS? “injusticias” del pasado, refuerza los estereotipos. Los medios de comunicación arrastran así con ellos un amplio apoyo emotivo, político y social. Contribuyen a polarizar las representaciones en los problemas de los pensionistas, como, por ejemplo, en las dificultades de pago de las pensiones. Cuando presentan estos problemas y obstáculos, refuerzan la visión que las personas tienen de los jubilados, a saber, la de seres vulnerables. Este modo de hacer “colectiviza” a los pensionistas como si representasen un bloque homogéneo privado de toda diversidad sociológica. Argoud (2002, p. 113) considera que los pensionistas se convierten en “objetos” más que en protagonistas de su destino. Sin embargo, en la medida en que los pensionistas no se benefician de ninguna representación institucional, los medios de comunicación les ofrecen, a pesar de todo, una forma de mediación. Estos últimos sacan a la luz un cierto número de injusticias en sus columnas y estos relatos contribuyen a algunas evoluciones. Cuando los pensionistas carecen de recursos para influir en los medios de comunicación, éstos constituyen un canal de expresión de sus quejas. Es así como los pensionistas ejercen una forma de influencia. Y es así como la cuestión de las pensiones se ha convertido en un asunto central en el debate sobre las políticas sociales en Sudáfrica, 212 pero también en un asunto político y social sumamente delicado. Consumidores de servicios públicos Curiosamente, en Sudáfrica se ha creado, en la actualidad, un vínculo entre edad, pobreza, población en dificultad y poder con respecto al pasado. Los pensionistas sociales, que se benefician en gran parte de los ingresos de transferencia concedidas por el Estado y que disfrutan de una gran visibilidad, representan también una importante fuerza económica y política. En efecto, estos jubilados disponen de recursos financieros que permiten sostener las economías locales en las zonas rurales pobres. Los problemas de los jubilados generan también importantes cuestiones ideológicas y políticas en el debate electoral. Los pensionistas están en una situación financiera mejor que la de otros grupos o instituciones; los gastos de salud y de educación han disminuido últimamente en los presupuestos sociales de las provincias. Sin embargo, el gobierno debería reconocer los derechos de los pensionistas en su condición de consumidores, lo que incluye el pago de las pensiones de manera honrada y el derecho a participar en sus reivindicaciones. Los pensionistas tienen también necesidad de desarrollar los medios de su propia movilización por el canal de organizaciones representativas para hacer valer sus reivindicaciones y exponerlas. (Gorman, 2002, p. 114.) TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES Al mismo tiempo, los militantes no jubilados impugnan “el trato degradante que reciben los pensionistas negros cuando perciben su pensión”. Los medios de comunicación describen situaciones en que los pensionistas deben madrugar y hacer colas interminables para, finalmente, recibir sus mensualidades. Hace poco tiempo, los partidos de la oposición han fustigado a los gobiernos provinciales dirigidos por el Congreso Nacional Africano (African National Congress) por el caos que reina en los puntos de pago de las pensiones. Estos partidos consideran que el gobierno es insensible a este problema y recuerdan que: “son estas pobres gentes las que han puesto a este gobierno en el poder”. Los pensionistas preguntados por los periodistas en el momento del pago de sus pensiones en el este de la provincia de El Cabo –-una provincia en la que los pagos se retrasaron en junio de 2003– se sentían frustrados y humillados por ese trato y por la mala calidad del servicio. “Me entran ganas de llorar cuando me tratan de una manera tan inhumana”, “apelo a nuestro gobierno a que ponga fin a esta situación”, declaran algunos de ellos. Los medios de comunicación han utilizado a menudo las manifestaciones completamente subjetivas de este o aquel jubilado cuando se representaban los problemas del grupo en su totalidad. Aunque dichas representaciones no tengan nada de institucionales, provocan la 213 simpatía del público hacia los pensionistas. Los medios de comunicación siguen, pues, este camino trillado para contribuir a la mejora de las organizaciones de jubilados y hacer presión sobre los poderes públicos. Resulta de ello que los pensionistas se convierten en los protagonistas involuntarios de su propio combate. Los medios de comunicación llegan, más o menos, a defender los derechos de los pensionistas en su condición de consumidores. Ahí es donde reside una parte de la influencia de los pensionistas en la sociedad sudafricana. Pero ¿de qué manera percibe el gobierno a los pensionistas / consumidores? Aunque sean, ante todo, consumidores de servicios públicos, el gobierno los considera, sobre todo, como asistidos. En consecuencia, no siempre reconoce sus derechos como ciudadanos y como consumidores122. Desde luego, reconoce 122 Está en curso una revisión del sistema de seguridad social sudafricano (Departamento de Desarrollo Social, 2002) y prosiguen los debates con el fin de saber si los pensionistas sociales son verdaderamente “pobres meritorios”. May (2003, p, 37) avanza que en un contexto posterior al Apartheid, no es aceptable la identificación de determinadas personas como “meritorias” opuestas a otras que lo serían menos. Analiza el discurso neoliberal en el cual los pensionistas no se describen ya como ciudadanos pobres y vulnerables con derechos, sino más bien como consumidores, para llegar a la conclusión de que los derechos individuales se han subestimado en el sistema de seguridad social sudafricano (ibid., p. 38). ¿EL PODER GRIS? su derecho a una pensión, pero no los estimula, en su condición de ciudadanos, a que se ocupen de sus propios asuntos. Por ello, con la intervención de determinadas organizaciones no gubernamentales123, los medios de comunicación toman a su cargo la defensa de los proyectos de los pensionistas en su condición de consumidores. Sin embargo, los medios de comunicación no llegan a SUDÁFRICA Las pensiones, factor de retroceso de la pobreza Las pensiones de vejez de los negros de Sudáfrica tienen un importe de 109 USD mensuales (unos 90 €). A pesar de su módico importe, contribuyen a la disminución global de la pobreza. En efecto, se integran en la redistribución de los recursos en el clan familiar. Pero el país tiene dificultad para soportar la carga. 214 En el transcurso de un estudio financiado por el Departamento Británico para el Desarrollo Internacional, los investigadores han constatado que el régimen de las jubilaciones financiadas por el empresario sin cotizaciones individuales reduce la pobreza; pero subrayan que el presupuesto de los países pobres con ingresos limitados no les permite asumir esta carga sin una ayuda exterior. En Sudáfrica, ese tipo de pensiones se ha revelado eficaz para reducir la pobreza. Es realizable financieramente, pero los jubilados lo consideran como un derecho; sin embargo, el informe observa que, más especialmente en las zonas rurales pobres, los jubilados no se benefician siempre del importe íntegro de su pensión. Sudáfrica es uno de los cuatro países africanos –con Namibia, Botswana y la isla Mauricio– que ha instituido este sistema de pensiones a cargo de las empresas. Irinnews (Geting by on an old-age pension124; 02/03/2004) escribe que el sistema de pensiones de Sudáfrica refleja la historia del país. Los Blancos han percibido sus primeras pensiones en 1928, los Negros en 1940. Pero la disparidad de los importes sólo ha desaparecido un año antes de las primeras elecciones democráticas de 1994. El 64% de los jubilados –el 81% en las zonas rurales– declara que el dinero de las pensiones se añade a los ingresos de los demás miembros de la familia debido a la tradición de las familias negras de compartir el dinero recibido, de manera que las pensiones aprovechan a muchas personas. Esta puesta en común de los ingresos permite cubrir los gastos de salud y educación. Aunque comparten su pensión con los demás miembros de la familia, los jubilados más pobres consideran que ello forma parte “de las cosas buenas de la existencia”. Según los investigadores, este sistema de jubilación ha evitado que la pobreza no cause más víctimas aún en las regiones orientales de El Cabo, donde es endémica. FUENTE: Seniorscopie, www.irinnews.org 123 Con el apoyo de asociaciones locales de muchos pensionistas, han ganado su proceso contra los gobiernos provinciales (Cabo del este y KwaZulu-Natal) por el no pago de la pensión (cf. Gorman, 2002, p. 144), éxitos que han sido difundidos ampliamente en los medios de comunicación. 124 Arreglárselas con una pensión de vejez [N. del T.]. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES trascender la identidad del grupo de “pensionistas” hasta representarlos simplemente como ciudadanos iguales a los demás, con los mismos derechos que cualquier otro consumidor. Madres y padres de la nación En 2001, el Ministerio de Desarrollo Social, en respuesta a numerosas inquietudes relativas a los abusos y al maltrato de que eran víctimas las personas mayores, decidió la creación de una comisión encargada de realizar una encuesta sobre la naturaleza y la frecuencia de estos abusos, abandonos y malos tratos. Este comité se desplazó por todo el país para oír testimonios y tomar conocimiento de las aportaciones escritas por un gran número de ciudadanos, pero también por responsables de asociaciones. Los resultados de esta encuesta se han publicado en un informe titulado: “Mothers and fathers of the Nation” (Madres y padres de la nación, 2001). Este informe, comentado ampliamente por los medios de comunicación, ha concluido que los malos tratos experimentados por las personas mayores en los centros de pago de las pensiones estaban entre los más graves. Las colas interminables y las dificultades encontradas en estos centros han eclipsado, en gran 215 medida, los demás problemas. Los pensionistas han sido considerados como vulnerables, no sólo con motivo de los malos tratos sufridos y de los fraudes de que son víctimas por parte de algunos responsables, sino también a causa de las interrupciones de pago de determinadas indemnizaciones con motivo de dificultades administrativas, sin olvidar los prestamistas oscuros que rondan en torno a los centros de pago. Además, los pensionistas con frecuencia son víctimas de agresiones y de robos cuando se alejan de los centros con su dinero. Por último, los pensionistas a menudo son explotados por sus hijos o por otras personas interesadas en su pensión. El Ministerio que ha decidido efectuar esta encuesta es también el Ministerio responsable del pago de las pensiones. Es interesante subrayar que, una vez más, el informe objetiva las situaciones de maltrato o de explotación calificando a las víctimas de viejas, pobres, meritorias y vulnerables. Una más vez, las personas mayores eran calificadas de pensionistas y no de personas mayores o ciudadanos. La movilización de los pensionistas en el seno de un grupo para estar representados ante el gobierno es poco probable. Eso dependerá de fuerzas exteriores. Al mismo tiempo, los mayores sudafricanos tienen necesidad de liberarse de ¿EL PODER GRIS? su identidad de pensionistas a la cual están vinculadas las nociones de dependencia y vulnerabilidad. Para darles un medio de expresión auténtico, una redefinición de esta identidad debería tener en cuenta su pertenencia étnica, sus diferencias socioeconómicas y sus aspiraciones. Una nueva identidad debería reconocer los derechos de las personas mayores como ciudadanos y consumidores, lo que podría ejercer un efecto emancipador sobre estas personas tanto tiempo estigmatizadas y marginadas como “pensionistas”. Los medios de comunicación deberían presentar, desde ahora, una imagen más positiva de los ciudadanos mayores como consumidores con derechos, más que como pensionistas enfermos y vulnerables. También deberían promover en la sociedad sudafricana una nueva identidad para estas personas y también un verdadero debate sobre la ciudadanía. Bibliografía ARDINGTON, E.; LUND, F. (1995): “Pensions and development: social security as complementary to programmes of reconstruction and development”, Development Southern Africa, 12 (4), pp. 557-577. ARGOUD, D. (2002): “El interés de los jubilados: de la defensa de los derechos a la búsqueda de la ciudadanía”, Cuadernos, 1 (2), pp. 104-114 (FIAPA). 216 GORMAN, M. (2002): “La participación y las personas mayores en los países en vías de desarrollo: empoderamiento y toma de decisiones”, Cuadernos, 1 (2), pp. 143-44 (FIAPA). MAY, J. (2003): Chronic poverty and older people in South Africa, sin publicar, Durban, Universidad de Natal, School of Development Studies. MØLLER, V. (1998): “The pensions crisis in the Eastern Cape Province”, Southern African Journal of Gerontology, 7 (1), pp. 32-35. MØLLER, V. (1995): “Voter education and older African firsttime voters in South Africa’s 1994 elections”, Southern African Journal of Gerontology, 4 (1), pp. 3-10. MØLLER, V. (1992): “Social research for empowerment: the case of South African seniors”, Southern African Journal of Gerontology, 1 (1), pp. 9-13. MØLLER, V.; Ferreira, M. (2003): “Getting by: impact of oldage pension income on poorer South African households”, sin publicar, Ciudad del Cabo, Institute of Ageing in Africa, Universidad de Ciudad del Cabo. MØLLER, V.; SOTSHONHAYE, A. 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Volume 1, Pretoria, Government Printer. STATISTICS SOUTH ÁFRICA (2003): Population Census 2001, Pretoria. VRANCKEN, D. (2002): “Cuando el poder gris no es más que una palabra… del conjunto al grupo, pasando por la identidad”, Cuadernos, 1 (2), pp. 58-67 (FIAPA). 217 El envejecimiento activo: un factor esencial de integración socioeconómica para los mayores DRA. ROSY PEREYRA Directora del Centro Internacional de la Longevidad (ILC) República Dominicana Ha sido en el transcurso de la última década cuando los gerontólogos y los partidarios de un envejecimiento armonioso han concebido el término de envejecimiento activo. Esperan disipar la estigmatización de una vejez dependiente que representaría una carga para la sociedad. Este concepto respondía a un temor: que las contribuciones de las personas mayores a la sociedad no hayan sido reconocidas; también que no hayamos constituido los conocimientos útiles para la comprensión de estas contribuciones y, por otro lado, que no hayamos creado las políticas y las prácticas susceptibles de ser puestas de relieve para el conjunto del cuerpo social. El incremento de la duración de vida de la población mundial se considera, 219 en general, como uno de los éxitos del siglo XX. El aumento masivo de la población con 65 y más años tiene, y seguirá teniendo, efectos políticos y económicos importantes. El concepto de envejecimiento activo propone un marco de análisis útil. ¿Cómo definir el envejecimiento activo? Existen varias definiciones, pero nos limitaremos únicamente a desarrollar dos de ellas. El Dr. Butler define el envejecimiento activo como la capacidad de trabajar en la condición de asalariado o la de voluntario en una asociación, de trabajar en la familia y de conservar la autonomía tanto tiempo como sea posible (Butler, R, 1975). La Dra. Helen Kerschner define el envejecimiento activo como un medio de que la sociedad reconozca las posibilidades y las capacidades de la población senescente. Así pues, se trata de promover la participación de los mayores en la vida social y su interés por la vida económica; un interés por sí mismos, por sus familias, por su comunidad y por el resto de la sociedad. La Dra. Kerschner añade en su exposición que “el modelo del envejecimiento activo implica una participación en el trabajo remunerado, en el voluntariado, en la educación, en el ejercicio físico, en las actividades recreativas y en los viajes, en la defensa y en la promoción de determinadas causas, así como en la acción política y en el consumo” (Kerschner, H, 1998). ¿EL PODER GRIS? Como acabamos de ver en estas dos definiciones, cuando hablamos de envejecimiento activo no nos referimos solamente al trabajo asalariado, sino a un gran número de actividades que dan sentido a la vida de las personas mayores. Sin embargo, parece que existiera una relación estrecha entre una vejez lograda y una vejez activa. Todos sabemos que el concepto de envejecimiento armonioso ha variado con el paso de los años. En la actualidad, no refleja sólo la ausencia de enfermedades, sino también una cierta seguridad financiera, la satisfacción de estar activo, de tener un empleo, de ser independiente, de hacer frente a las dificultades de la vida y, por último, de permanecer en relación con los cuidadores y los allegados. El estudio realizado en los Estados Unidos por la fundación MacArthur en torno al envejecimiento pone de manifiesto que posee más aspectos positivos que negativos. Las conclusiones de dicho estudio se publicaron en Successful Aging 125. Los doctores Rowe y Khan nos explican que una vejez feliz no está determinada únicamente por la herencia, sino también por elecciones individuales tales como: un régimen alimentario correcto, ejercicio, prosecución de actividades motivadoras, buen sentido y relaciones constructivas con los demás. 220 Cuando analizan el papel de la sociedad en la promoción de una vejez armoniosa, Rowe y Khan nos dicen: “Las claves de una vejez activa están en nuestras manos. Sin embargo, lo que podemos hacer por nosotros mismos depende, en parte, de las posibilidades y limitaciones a las cuales tenemos que hacer frente. En resumen, las actitudes y las expectativas de los demás hacia las personas mayores y determinadas políticas públicas no dejan de tener influencia” (Rowe, J.W; Khan, R.L, 1999). Deseamos añadir que, para experimentar el éxito de una vejez feliz, es preciso ser activo y viceversa. Ahora vamos a analizar la forma en que las modificaciones de la estructura social, su difusión y el lugar que en ellas ocupan los hombres y las mujeres, son susceptibles de modificar la percepción del público acerca del envejecimiento, así como las diferencias que existen entre los países desarrollados y los países en vías de desarrollo. En efecto, es en éstos últimos donde es más significativa la relación entre desarrollo y personas mayores. Con su experiencia, los mayores representan una baza importante para los países en vías de desarrollo. Una ventaja que, sin embargo, puede perder importancia si las personas mayores son marginadas por leyes discriminatorias o por prejuicios de tipo discriminatorio 125 Envejecimiento con éxito [N. del T.]. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES contra la vejez. Una vejez activa consiste en la producción de bienes y servicios para el beneficio de toda la sociedad. No siempre se trata de actividades directamente lucrativas, sino más bien de actividades dentro de la sociedad, como ocuparse de los niños, efectuar mediaciones o contribuir a orientar los destinos de una comunidad. Dada la gran cantidad de personas mayores en los países con economías en transición, como la República Dominicana, toda mejora económica implica un incremento de la contribución de los trabajadores de edad avanzada. Sus conocimientos deberán aprovecharse y los métodos de trabajo hacerse más flexibles, lo que incluye el recurso al tiempo parcial y la creación de sectores nuevos más adaptados a las personas mayores. En los países desarrollados, se ha considerado con demasiada frecuencia que las personas mayores deberían dejar de trabajar. Este punto de vista se basaba, por una parte, en las reglas de la seguridad social y, por otra, en las leyes que rigen las bajas por jubilación en los contratos de trabajo. Muchas de estas disposiciones se implantaron en un momento en que la esperanza de vida era menos elevada y también se basaron en la decisión de los gobiernos de que los mayores dejaran sus puestos a los más jóvenes. Para algunos, la existencia de sistemas 221 de pensiones eficaces permitiría abandonar el mundo del trabajo sin una pérdida importante de ingresos. Sin embargo, un descenso de la demografía provocado por la disminución de la fertilidad ha conducido, en muchos países desarrollados, a que se pida a los trabajadores de edad avanzada la permanencia en sus empleos. Al principio del siglo XX, el momento de la jubilación sólo era algunos años anterior al del fallecimiento. En la actualidad, bien podría representar un tercio de la vida. Por lo tanto, es evidente que esta mutación no dejará de influir en la decisión de proseguir un trabajo asalariado hasta una determinada edad. En efecto, la disminución del índice de fertilidad en la última parte del siglo XX es susceptible de obligar a los baby boomers a permanecer más tiempo en el trabajo, y ello por la insuficiencia del número de trabajadores jóvenes que cotizan para financiar las pensiones. Con motivo de las proyecciones demográficas, es indispensable contar con los trabajadores de edad avanzada. No sólo será difícil para los países desarrollados el hecho de mantener un tercio de su población adulta en la jubilación, sino que, además, se trata de un despilfarro considerable de capital humano. En un país como España, donde el índice de natalidad es muy bajo, observamos ya la necesidad de recurrir a la inmigración para responder a las demandas de la industria y sostener el nivel de las prestaciones sociales. ¿EL PODER GRIS? A pesar de estas constataciones, hay todavía personas que estiman que la contratación de trabajadores de edad avanzada en nuevos empleos, o su presencia prolongada en su propio puesto, establece una especie de afrenta... Una actitud basada en la idea de que la edad afecta negativamente a los rendimientos. Es evidente que las capacidades decaen con la edad, pero es preciso añadir que la velocidad de esta decadencia varía considerablemente de un individuo a otro. Esto se cumple también entre las funciones y las aptitudes de un individuo. La carrera y el historial personal son factores determinantes de las condiciones del envejecimiento. Sabemos que el envejecimiento conduce a transformaciones físicas y psíquicas. Pero, ¿cuál es la relación entre estas transformaciones y las aptitudes para el trabajo? Varios estudios ponen de manifiesto que la eficacia en el trabajo aumenta, disminuye o no tiene ninguna relación con la edad. El resultado de estos estudios varía también en función de la medida del rendimiento y de la naturaleza del trabajo. En el metaanálisis de 65 estudios realizados por McEvoy y Cascio (Mc Evoy G.M; Cascio W.F, 1989), la edad y el rendimiento en el trabajo no están vinculados. Si partiéramos de que con la edad aparece una cierta lentitud, podríamos ima222 ginar que la velocidad de golpeo de una mecanógrafa de edad avanzada sigue la misma pendiente. Sin embargo, Salthouse llega a una conclusión sorprendente: “los rendimientos no varían con la edad” (Salthouse, TA, 1984). La explicación es que las mecanógrafas experimentadas no pulsan letras aisladas, sino fragmentos de frases o frases enteras, y ello por su gran práctica en las “ventanas visuales”. El estudio concluye que los trabajadores mayores poseen una elevada motivación, están bien organizados, tienen una actitud positiva frente al trabajo y son menos propensos a la competencia; además, sufren menos accidentes laborales que los más jóvenes. En cambio, si se accidentan, su tiempo de recuperación es más largo. Por último, el absentismo y la inestabilidad en el trabajo diminuyen con la edad. El acervo profesional de los trabajadores de edad avanzada puede completarse mediante el aprendizaje de nuevas tecnologías. De esta manera, podrán conservar y asentar mejor sus funciones en el desarrollo económico. La contribución de los mayores es, sin duda, cualitativamente diferente, pero es eficaz. En todos los países, los mayores deberían ser apoyados y estimulados; estimulados a desempeñar un papel activo tanto tiempo como deseen o puedan. En el caso contrario, si no tuvieran ya la posibilidad de atender a sus necesidades mediante una actividad productora, deberían poder beneficiarse de una protección social suficiente. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES Por diversos motivos, casi todos los países disponen de leyes y reglamentos que limitan la posibilidad de los mayores de continuar en una actividad profesional, o de postular por un nuevo empleo. Con frecuencia se trata de una medida discriminatoria que impide el reconocimiento de una posible contribución de las personas mayores a la sociedad. La productividad en el trabajo de las personas mayores se basa en la experiencia, la creatividad y la sagacidad, aunque no siempre lo comprenda todo el mundo. Es frecuente que estas competencias se ejerzan en el trabajo voluntario, en funciones electivas o en el papel más informal de mediador en el seno de una comunidad. Influencia de las poblaciones y de las migraciones en la productividad durante la vejez La urbanización es la tendencia más notable de la segunda mitad del siglo XX. La población urbana de todas las edades se ha más que duplicado entre 1950 y 1975 y se ha incrementado después desde el 55% de 1975 hasta 1990. Al principio de la década de 1990, el 45% de la población mundial, cerca de 2,4 millardos de personas, vivían en zonas urbanas. Casi las tres cuartas partes de la 223 población de los países desarrollados está urbanizada, frente a algo más de la tercera parte en los países en vías de desarrollo. Según las estimaciones del departamento de asuntos económicos y sociales de las Naciones Unidas, en 1995 el porcentaje de personas mayores que vivían en las zonas urbanas de los países desarrollados, que se situaba entre el 25 y el 30%, debería sobrepasar el 50% en 2015. Como la urbanización se debe, en gran parte, a la migración de jóvenes desde el campo a las ciudades en busca de una vida mejor, se ha modificado la media de edad en las regiones de origen y en las regiones de acogida. En los países en vías de desarrollo, las zonas rurales ven aumentar su media de edad de manera desproporcionada. Este desequilibrio demográfico resulta de las migraciones de adultos jóvenes hacia las zonas urbanas y, en determinados casos, de la migración inversa de personas mayores de las zonas urbanas en dirección de las zonas rurales (Pereyra, R.E, 2001). Si estas tendencias hacia la urbanización prosiguieran, entonces los temores de conflictos entre generaciones estarían fundamentados. La urbanización en los países en vías de desarrollo tiene, además, efectos negativos en las posibilidades de empleo en las zonas rurales, sobre todo para los oficios tradicionales. ¿EL PODER GRIS? Cuando un trabajador de edad avanzada pierde su trabajo, le resulta sumamente difícil encontrar otro. Por otro lado, el concepto de jubilación tiene poca importancia para los trabajadores independientes de los sectores rurales (sector agrícola y pequeñas empresas); en las zonas rurales de los países en vías de desarrollo, los mayores tienen tendencia a trabajar durante más tiempo que en cualquier otro sector de la economía. Con motivo de la modificación general de la pirámide de edades en los países en vías de desarrollo (la edad creciente de los propietarios rurales, un aumento de la longevidad en el campo y las migraciones en curso de las personas jóvenes hacia las ciudades), son las capas de edad más avanzada las que representarán un papel activo en el desarrollo rural. El envejecimiento en las zonas rurales de los países en vías de desarrollo es diferente del envejecimiento en las zonas urbanas: 1. En las zonas rurales, los mayores no se jubilan, siguen trabajando hasta el agotamiento de sus fuerzas, aunque la naturaleza de sus actividades pueda variar en función de sus aptitudes físicas. 2. Las personas mayores de las zonas rurales viven en un entorno familiar multigeneracional. Por lo tanto, su suerte está vinculada a la del grupo en 224 su totalidad. 3. En las comunidades rurales se observa una mayor solidaridad que en las zonas urbanas. 4. Una proporción relativamente escasa de la población rural es asalariada. Así pues, la mayor parte de ella no se ve afectada por una edad obligatoria de jubilación, pero no está cubierta por ningún seguro. La situación es diferente en el sector urbano. Hacia 2025, más de la mitad de la población de los países en vías de desarrollo vivirá en las ciudades. La urbanización va acompañada de cambios en la estructura económica y en las relaciones sociales. El concepto de jubilación pasará a ser una realidad en los países en vías de desarrollo para un número creciente de trabajadores de edad avanzada. En los sectores públicos y privados, los trabajadores deberán participar en los planes de pensiones. El sector público, en concreto, ha sido objeto de presiones con el fin de bajar la edad de la jubilación para dejar sitio a nuevos trabajadores. Al mismo tiempo, la economía urbana demanda flexibilidad cada día con más exigencia. La transición hacia una situación de flexibilidad y el trabajo a tiempo parcial abren la posibilidad de que los mayores contribuyan durante más tiempo al desarrollo económico, y ello en condiciones mucho más favorables. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES En las zonas urbanas, hay un gran número de personas mayores que nunca han conocido un salario. Son personas procedentes del medio rural que, a petición de sus hijos, han ido a vivir en zonas urbanas. Las mujeres no han trabajado nunca porque sus maridos se lo prohibían. Estas personas pueden ser productivas en función de su estatus económico. Si proceden de las clases medias o superiores, se dedicarán al voluntariado, mientras que si proceden de las clases populares se emplearán en actividades domésticas, se ocuparán de sus nietos o trabajarán a tiempo parcial. Si se observa un mayor número de hombres de edad avanzada en las zonas rurales, es porque sus hijos prefieren tener a su madre junto a ellos en la ciudad. En efecto, la madre es más susceptible de ayudarlos en los trabajos domésticos y de ocuparse de los hijos mientras ellos trabajan. Sexo y productividad Las mujeres y los hombres de edad avanzada, con diferencias enraizadas en sus papeles tradicionales, pueden contribuir más al progreso social si estos papeles, con sus potencialidades propias, son reconocidos y estimulados. La discriminación contra las mujeres de edad avanzada debe frenarse con ayuda de polí- 225 ticas que tengan en cuenta su pobreza, una pobreza que resulta de desigualdades estructurales. La integración de las mujeres en la economía formal ha constituido en todos los países una de las tendencias fuertes de estos veinte últimos años. Este fenómeno ha representado un cambio importante en la estructura de la población activa en numerosos países en vías de desarrollo. En el pasado, la simple constatación de que no trabajaban en la economía formal habría sido suficiente para marginar la contribución económica de las mujeres de edad avanzada. Sin embargo, en el transcurso de los próximos veinte años, las mujeres que hayan trabajado en esta economía envejecerán a su vez. Como ya no estarán en edad de procrear, las mujeres de edad avanzada podrán convertirse en un elemento importante del desarrollo económico si siguen siendo productivas. Para que esto ocurra, será preciso catalogar sus necesidades esenciales, definir y poner a su disposición los programas de que tengan necesidad para mejorar y completar sus experiencias. Por último, las funciones no remuneradas de las personas mayores, hombres y mujeres, que cuidan de los niños, de los adultos con discapacidad y de los ¿EL PODER GRIS? ancianos, deben ser reconocidas, tratadas en su justo valor y estimuladas mediante ayudas públicas. Las instituciones universitarias, con el apoyo de los gobiernos, deberían efectuar investigaciones para profundizar los conocimientos acerca de las posibilidades económicas y las contribuciones no remuneradas de los hombres y de las mujeres de edad avanzada en beneficio de la economía y de la sociedad en su conjunto. Debemos mantener presente que el envejecimiento y la pobreza constituyen variables asociadas íntimamente. El envejecimiento activo no es sólo una necesidad social, sino también un imperativo económico. “Aun cuando nuestro hombre exterior se va desmoronando, el hombre interior se va renovando de día en día.” (II Corintios 4, 16.) Bibliografía BUTLER, R.N. (2001): Congreso Internacional de Gerontología. KERSCHNER H. (1998): Productive ageing a quality of life Agenda. Jam of Diet Assoc. 98: 1445-1448. MCEVOY. J.W y CASCIO W.F. (1989): “Cumulative Evidence of the relationship between employee, age and job performance”. Journal of Applied Psychology; 74:11-17. 226 PEREYRA R.E (2001): “Growing old in Developing Countries”. Harold Hatch Lecture. NuevaYork. ROWE, J.W., y KHAN, R.L. (1999). Succesful Aging. Nueva York. Pantheon Books. SALTHOUSE, T.A. (1984): Effects of Age and skill in typing. Journal of Experimental Psychology; 113: 345371. El trabajo y la protección social, dos claves del análisis del poder económico de los mayores: el caso de China DELL PENG Profesor en el Instituto de Estudios Demográficos Universidad Renmin, Pekín, China Aunque China haya mejorado su sistema de protección social y ampliado la cobertura de su sistema de pensiones, sólo la cuarta parte de los chinos de edad avanzada percibe una jubilación. La mayoría de las personas mayores es económicamente dependiente de los descendientes; esta situación afecta de manera considerable a la independencia de las personas mayores, que se consideran a menudo como una carga para sus familias. Para evitar esta situación y ser capaces de participar plenamente en la vida social, muchos de los “más jóvenes de los viejos” eligen trabajar el mayor tiempo posible. La mejora de la salud y un fuerte crecimiento económico permiten a las personas de edad más avanzada trabajar durante más tiempo que antes. Esto abre nuevas perspectivas para las condiciones de vida y el “poder” de las personas mayores. La situación económica de las personas de edad más avanzada depende, pues, en gran medida, de su capacidad de trabajar. De ello depende su nivel de recursos, así como su peso financiero en la familia. A finales de 2003, la población china se estimaba en alrededor de 1,3 millardos de personas. Los mayores de 60 años representaban unos 130 millones, o sea el 10,3% de la población. Los más viejos, con edades de 65 y más años, sobrepasaban los 90 millones y representaban en torno al 7% de la población. Estas cifras indican que China tiene la población de edad avanzada más numerosa del mundo y que entra en una nueva era de envejecimiento. Se estima que el número de los mayores de 60 años en China sobrepasará los 357 millones en 2030 y los 439 millones en 2050, ó sea, la cuarta parte de la población total. ¿Por qué preocuparse, en este contexto concreto, de la participación en el trabajo de los cerca de 130 millones de personas mayores? El puesto de los más viejos en el trabajo puede ayudarnos a comprender su papel en el sistema económico y su situación financiera. Intentaremos comprender, en primer lugar, las condiciones de su envejecimiento; si siguen en actividad, por ejemplo. A continuación, intentaremos saber por qué han elegido continuar siendo trabajadores en activo. Por último, abordaremos la cuestión de su papel en la producción. 227 ¿EL PODER GRIS? Cuando se habla del trabajo de las personas de edad más avanzada en China, es preciso tener en cuenta que la sociedad china se basa todavía, en gran medida, en la agricultura, y que más del 75% de las personas de edad más avanzada habitan en las zonas rurales. Una mayoría de estos mayores rurales depende económicamente de sus hijos para su subsistencia diaria y, sobre todo, al final de su vida. ¿Cuántas personas mayores trabajan en China? En China, en comparación con los países desarrollados, la edad de jubilación es relativamente poco elevada. Las mujeres pasan a la jubilación a los 50 años y los hombres a los 60. Así pues, la mayor parte de las personas se jubilan antes de cumplir 60 años. Pero un gran número sigue trabajando hasta una edad muy avanzada. En efecto, como la jubilación no es obligatoria en el sector agrícola, y habida cuenta de la fuerte proporción de la población rural, los chinos intentan prolongar lo más posible su actividad profesional. Por lo tanto, en comparación con otros países, en China hay muchas personas mayores en el trabajo. Según las cifras del censo de 2000, sobre la totalidad de los que tienen 60 y más años, 43 millones estaban todavía en el trabajo, lo que representa el 33% de la población total (Wu y Du, 2003). 228 En la medida en que el sistema de jubilaciones no está generalizado todavía en las zonas rurales, el 43,2% de las personas mayores de 60 y más años estaba todavía en el trabajo en 2000. En cambio, los trabajadores de las ciudades se jubilan entre los 50 y los 60 años. El índice de participación en el trabajo de las personas mayores en las ciudades es bajo (el 10,1% en las ciudades muy grandes y el 19,7% como media en las ciudades en 2000). En este contexto, las personas mayores del campo representan la mayor parte de los trabajadores de edad avanzada y, entre los 43 millones de personas mayores que trabajaban en 2000, el 86,3% procedían de las zonas rurales. Por lo tanto, la proporción de las personas mayores que aún trabajan es mucho más importante en el campo que en las ciudades (véase el cuadro 1) Cuadro 1: Proporción de los trabajadores de edad avanzada que están todavía en el trabajo en China en 2000 (en %). Hombres Mujeres Total Metrópolis 14,8 5,7 10,1 Ciudades 27,4 12,4 19,7 Campo 54,9 31,9 43,2 FUENTE: Oficina del censo (2002). Cuadros de 2000, Censo de la población de la República Popular de China, China Statistical Publishing House, Beijing. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES Los datos de esta tabla ponen de manifiesto que, en 2000, la proporción de las personas mayores en el trabajo en las zonas rurales era al menos tres veces más elevada que en las metrópolis y en las ciudades. Existen considerables disparidades entre hombres y mujeres en todas las regiones: los hombres de edad avanzada que siguen en el trabajo son unas dos veces más numerosos que las mujeres de edad avanzada. Según el censo nacional de 2000, sólo el 4,8% de los trabajadores de edad avanzada de las zonas rurales percibían pensiones, mientras que más de la mitad de los trabajadores de edad avanzada de las ciudades se beneficiaban de ellas. (Wu y Du, 2003). Es evidente que, por las condiciones relativamente atrasadas del modo de producción en el campo, una gran parte de las personas mayores deben atender por sí mismas a sus necesidades. Con el desarrollo económico de China, el número de las personas mayores que aún trabajan podría disminuir, sobre todo en las zonas rurales. El gobierno intenta ampliar la cobertura social a los que todavía están excluidos de la misma. En las zonas rurales del este se ha puesto ya en marcha un sistema de jubilación. En consecuencia, la proporción de jubilados en las zonas rurales está llamada a aumentar en el transcurso de la próxima década. Con mejoras en materia de educación, de salud, y con cambios de las actitudes sociales, algunos jubilados acaso prefieran seguir siendo trabajadores en activo. 229 CHINA FRENTE A SU ENVEJECIMIENTO China se enfrenta a graves dificultades para resolver los problemas vinculados al envejecimiento. Un chino de cada diez tiene más de 60 años y la mayor parte de los mayores viven en el medio rural. Sus ingresos mensuales medios en el medio urbano es de 75 euros y en Pekín un reconocimiento médico anual cuesta unos 132 euros, de los que alrededor del 70 al 80% serán reembolsados. La situación en el campo es preocupante. Mientras que la longevidad, entre 1990 y 2000, ha pasado de 68 a 71 años y las condiciones de vida han mejorado, los mayores constituyen todavía el grupo más desfavorecido de la sociedad china. En el campo, dependen, sobre todo, de la ayuda de su familia o de sus propias habilidades para continuar con el cultivo de la tierra. Los expertos insisten en la urgencia de establecer un sistema de seguridad social que englobe a los mayores del campo. El gobierno se esfuerza actualmente en mejorar el que ampara a los mayores de las ciudades. Los gastos del Estado a favor de las personas mayores se han quintuplicado entre 1982 y 2000. FUENTE: seniorscopie.com www.straitstimes.asia 1.com.sg ¿EL PODER GRIS? En China, las diferencias en el trabajo entre hombres y mujeres, jóvenes y menos jóvenes, no son significativas, porque el Estado ha adoptado una política de igualdad en el empleo y en los salarios. Sin embargo, por muchas razones prácticas, las diferencias entre los sexos se agravan con la edad. Por ejemplo, la diferencia inicial entre hombres y mujeres a la edad del paso a la jubilación hace más difícil una recuperación del empleo para las mujeres a los 60 años, tras haber estado 10 años jubiladas. Es una de las explicaciones del débil índice de participación de las mujeres de edad avanzada en el trabajo. Por otra parte, éstas últimas tienen a menudo responsabilidades familiares, participan en la educación de sus nietos. Les resulta difícil trabajar fuera del hogar. En realidad, aportan un trabajo no remunerado que no figura en las cifras presentadas antes. ¿Por qué las personas mayores trabajan todavía? Para garantizar los recursos de las personas mayores, la República Popular de China ha promulgado una ley de defensa de los derechos y de los intereses de esta categoría de ciudadanos. Esta ley entró en vigor en octubre de 1996. Su artículo 10 estipula que las personas mayores estarán principalmente a cargo de sus familias. El artículo 11 insiste de igual modo en los deberes de las familias hacia 230 sus ascendientes. En este marco, ayudar económicamente a las personas mayores se convierte desde entonces en una responsabilidad legal para las jóvenes generaciones; una obligación que, en definitiva, coincide con una importante tradición cultural en China. Según la encuesta nacional de 2000, los ingresos anuales medios de las personas de edad más avanzada era de 8.496 yuanes (1 euro = 9,59 yuanes) en las ciudades y de 2.232 yuanes en el campo (China Research Center on Ageing126, 2003). Los ingresos de los ciudadanos de edad avanzada son más elevados que los ingresos medios de los demás ciudadanos (6.280 yuanes), mientras que los ingresos de los campesinos de edad avanzada son similares a la media de los ingresos en el campo (2.253 yuanes). Las diferencias entre los ingresos de las ciudades y los del campo –aunque los niveles de ingresos son generalmente más bajos para los campesinos de edad avanzada que para los ciudadanos de edad avanzada– son todavía más importantes entre los ricos y los pobres. Cerca de la mitad de los campesinos de edad avanzada disponían de unos ingresos anuales medios de menos de 126 Centro de Investigación sobre el Envejecimiento de China [N. del T.]. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES 1.000 yuanes, proporción unas tres veces más baja127 que para los ciudadanos de edad avanzada. Los ingresos mensuales de un campesino de edad avanzada era de 186 yuanes en 2000, es decir, un tercio de los de un ciudadano de edad avanzada (708 yuanes). Históricamente, los recursos de los chinos de edad avanzada provienen, a la vez, de su trabajo y de su familia, en especial de sus hijos. Con la industrialización y la urbanización, un número creciente de personas mayores se ha beneficiado de las pensiones. Estas pensiones constituyen desde entonces el principal recurso de los ciudadanos de edad avanzada. Según el censo de 2000, el 58% de las personas mayores viven de su pensión, mientras que sólo el 4,4% en las zonas rurales la perciben. El porcentaje de los jubilados en las zonas rurales permanece casi idéntico desde hace 10 años, mientras que en las zonas urbanas se ha incrementado en el 20%. En estas condiciones, las disparidades de ingresos entre las personas mayores de las ciudades y las del campo se han agravado. El censo de 2000 subraya de nuevo que los hijos representan un papel importante en la atención de los padres. En el conjunto de las personas mayores de 60 y más años, el 43,8% depende, principalmente, del apoyo financiero de sus hijos 231 y de los demás miembros de su familia. En las zonas rurales esta proporción es del 48,9%. Las investigaciones revelan también que las personas mayores dependientes principalmente de sus hijos viven bajo el mismo techo que estos últimos (Du, 2003). Esta situación se aplica, sobre todo, a los campesinos de edad avanzada, en especial a las mujeres. La Figura 1 indica que cuanto más avanzada es la edad de una persona más depende de sus hijos, y ello por dos motivos: cuanto más envejecen las personas, más se debilita su salud y más deben abandonar su trabajo en la agricultura y perder así su única fuente de ingresos. Por otra parte, cuanto más avanzada es la edad de las personas, menos susceptibles son de percibir una pensión, y más han de contar con el apoyo de sus hijos. A largo plazo, como las bases de la economía han cambiado progresivamente y hay más personas que perciben pensiones, las condiciones de vida de los mayores deberían mejorar. Sin embargo, la situación en el campo no es esa aún y es probable que los campesinos mayores sigan dependiendo todavía mucho tiempo de sus hijos. 127 Aunque el texto original indica elevada (élevée), debe tratarse de un error, ya que estaría en contradicción con el resto del párrafo [N. del T.]. ¿EL PODER GRIS? La figura 1 indica también que son los “más jóvenes de los viejos” quienes siguen aún en el trabajo. Este grupo representa una proporción mayor de jubilados, comparada con la generación precedente de los “viejos viejos”. En 2000, entre los 60 y 64 años, el 50% dependía de su trabajo y el 22% consideraba su pensión como su principal ingreso. Si bien en este grupo de edad la proporción de personas dependientes de sus hijos alcanzaba el 26%, se trataba de la proporción más débil, en comparación con los demás grupos de edad más avanzada. Aunque un cierto número de personas mayores continúa trabajando para mantener sus ingresos a un nivel constante, la mayoría de ellas abandona progresivamente el mercado del trabajo. La figura 1 indica que a los 60 años, cerca de la mitad de las personas de edad más avanzada (55,5%) declara que el trabajo representa su principal fuente de ingresos. A los 65 años, esta proporción se ha reducido al 42,5%. A los 70 años, no representa más del 26,9% (Du, 2003). Sólo los “más jóvenes de los viejos” viven gracias a su salario y ello durante un período relativamente corto. Hacia los 65 años, los trabajadores de edad avanzada comienzan a abandonar el mercado de trabajo. 232 ¿Qué hacen los trabajadores de edad avanzada? Según los datos del censo de 2000, un número importante de los trabajadores de más de 60 años se encuentra todavía en actividad. El 91,0% de los trabajadores en activo de más de 60 años trabaja en la agricultura, la ganadería, la pesca y la explotación forestal; el 2,6% trabaja en el comercio, la restauración y la distribución y el 2,4% en la industria (véase el Cuadro 2). El reparto de la población de edad avanzada sigue la curva del desarrollo económico del país. Como China es un país en vías de desarrollo, del conjunto de la población activa en 2000, el 64,4% estaba empleada en el sector agrícola, la actividad forestal, la ganadería y la pesca. El descenso del número de los trabajadores de edad avanzada en este sector es la principal variación observada entre los censos de 1990 y de 2000. Pero, en el mismo período, la proporción de los trabajadores de edad avanzada, con respecto a los jóvenes, aumentaba en este sector. El análisis de los datos del año 2000 que se refieren a las diferencias entre hombres y mujeres revela que las mujeres de edad avanzada que aún trabajan son, sobre todo, del sector agrícola (95,0%). Allí se las encuentra en mayor número que a los hombres. En segundo lugar viene el sector del comercio y de la restauración, que suma el 2,1% de los empleos de las mujeres de más 60 años en actividad. La misma jerarquía se aplica a los hombres. Los datos ponen de TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES manifiesto que ha aumentado el número de hombres de edad más avanzada con un empleo en la agricultura, el comercio y los servicios de mantenimiento, mientras que los efectivos de esta categoría han disminuido en la industria, los servicios y los organismos oficiales. Esta tendencia debe ponerse en relación con la evolución del sistema de pensiones. Además, la proporción de las mujeres de edad avanzada que trabaja en la industria y la agricultura ha disminuido, mientras que se ha incrementado para las mujeres de edad avanzada que trabaja en el comercio (véase el cuadro 3). FIGURA 1: Recursos de las personas mayores en China desglosados por edades 100% 80% Porcentaje 60% 233 40% 20% 86 84 82 78 76 74 72 70 68 66 64 62 60 0% Edad Trabajo Jubilación Trabajo de la familia Otro FUENTE: Du Peng (2003). Posiciones y evolución de los recursos de las personas mayores en China, Estudio de Población, 2003(6) Por último, es preciso subrayar que los campesinos de edad avanzada han marcado fuertemente el mundo del trabajo con su presencia. Y con razón, puesto que representan las tres cuartas partes de la población de edad avanzada y constituyen por ello un grupo mucho más importante que los trabajadores de las ciudades. La mayor parte de los trabajadores de edad avanzada rurales están empleados en el sector agrícola, mientras que los ciudadanos de edad avanzada están presentes especialmente en la industria, el comercio y los servicios socia- ¿EL PODER GRIS? les. El empleo de los trabajadores de edad avanzada está en íntima relación con su nivel de estudios. Entre la población de edad avanzada iletrada, el 95,8% trabaja en la agricultura, las actividades forestales, la ganadería y la pesca. El 60,5% de los titulados universitarios ocupan puestos a diversos niveles en actividades científicas y técnicas. El 12,8% son gestores al servicio de organismos públicos, de partidos, de organizaciones no gubernamentales y de empresas, y el 11,7% ocupan funciones administrativas (Wu y Du, 2003). Conclusión En China, como en otras partes, inscribirse en una actividad social es muy importante para las personas mayores. El trabajo es uno de los medios principales de esta integración social. Entre los 130 millones de personas mayores que viven en China, un tercio de ellas trabajan en el sector agrícola. ¿Se trata de que CUADRO 2: Distribución por actividad de los trabajadores de edad avanzada en China, 2000 Total Actividades 234 Cantidad TOTAL 4.222.028 1. Agricultura I 3.842.489 2. Minería 7.334 3. Manufactura 99.666 4. Electricidad, gas y agua 3.371 5. Construcción 19.678 6. Investigación geológica 1.727 7. Transporte y telecomunicaciones 11.881 8. Comercio II 108.812 9. Financiación y seguros 2.912 10. Gestión de residencias III 2.273 11. Servicios sociales 34.057 12. Sanidad IV 21.273 13. Educación, cultura y arte 26.747 14. Investigación científica y técnica 4.086 15. Organismos del Estado, partidos 32.406 y comités de ONG 16. Otras actividades 3.316 % Hombres de más de 60 años Cantidad % 100 2.666.080 91,01 2.364.083 0,17 6.773 2,36 79.625 0,08 3.142 0,47 18.968 0,04 1.649 0,28 10.953 2,58 76.605 0,07 2.630 0,05 1.988 0,81 26.427 0,50 17.209 0,63 22.798 0,10 3.558 Mujeres de más de 60 años Cantidad % 100 1.555.948 88,67 1.478.406 0,25 561 2,99 20.041 0,12 229 0,71 710 0,06 78 0,41 928 2,87 32.207 0,10 282 0,07 285 0,99 7.630 0,65 4.064 0,86 3.949 0,13 528 100 95,02 0,04 1,29 0,01 0,05 0,01 0,06 2,07 0,02 0,02 0,49 0,26 0,25 0,03 0,77 26.911 1,01 5.495 0,35 0,08 2.761 0,10 555 0,04 I La agricultura integra la ganadería, las actividades forestales y la pesca. II El comercio integra la restauración, los muebles y la difusión y el almacenamiento de mercancías. III La gestión de residencias comprende los inmuebles y los lugares públicos. IV La sanidad integra el deporte y el bienestar social. Nota: estas cifras presentan algunos elementos del censo, y el ratio tipo es del 9,8465% de la población de edad avanzada total. FUENTES: Cálculos establecidos sobre la base de las cifras publicadas por la Oficina del Censo de la Población (2002), Tabulation of the 2000 Population, Census of the People's Republic of China, China Statistical Publishing House, Beijing. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES necesitan una actividad o trabajan por necesidad económica? Podemos interpretar los datos de dos maneras. Por una parte, el incremento de la esperanza de vida con mejor salud permite a un número creciente de chinos trabajar más tiempo y, por otra parte, la falta de cobertura social en las zonas rurales representa un papel no despreciable en el hecho de que los campesinos de edad avanzada mantengan su actividad profesional en China. Se puede pensar razonablemente que, en una o dos décadas, a medida que se extienda la cobertura social, habrá menos trabajadores de edad avanzada. En China, el poder económico de los jubilados, que es lo que aquí estudiamos, depende en alto grado de estas consideraciones. CUADRO 3. Empleos en los cuales se encuentra más a menudo la población de edad avanzada en China, 2000 Ocupación Hombres de más de 60 años Total Cantidades 4.222.028 1. Gestor de organismo público I 18.031 2. Personal científico y técnico de 59.406 diversas categorías 3. Personal de oficina y asimilado 57.353 4. Agentes del comercio y de 148.280 los servicios 5. Trabajadores de la agricultura II 3.847.332 6. Trabajadores de la industria, de 89.550 los transportes y sectores asociados 7. Trabajadores no clasificados 2.076 % Cantidades 100,00 2.666.080 0,43 15.896 Mujeres de más de 60 años % Cantidades 100,00 1.555.948 0,60 2.135 % 1 00,00 0,14 1,41 50.658 1,90 8.748 0,56 1,36 53.258 2,00 4.095 0,26 3,51 105.855 3,97 42.425 2,73 88,75 1.481.186 95,20 91,13 2.366.146 2,12 72.614 2,72 16.936 1,09 0,05 1.653 0,06 423 0,03 I La gestión de organismos públicos comprende los partidos y ONG, Empresas del estado e instituciones. II Los trabajadores de la agricultura integran la explotación forestal, la ganadería y la pesca. Nota: Estas cifras presentan algunos elementos del censo de 2000, el ratio tipo es del 9,8465% de la población de edad avanzada total. FUENTES: CÁLCULOS ESTABLECIDOS SOBRE LA BASE DE LAS CIFRAS PUBLICADAS POR LA OFICINA DEL CENSO DE POBLACIÓN (2002), TABULATION OF THE 2000, POBLATION CENSUS OF TE PEOPLE'S REPUBLIC OF CHINA, CHINA STATISTICAL PUBLISHING HOUSE, BEIJING. BIBLIOGRAFÍA CHINA RESEARCH CENTRE ON AGEING (2003): “Data Analysis of the Sampling of Survey of the Aged Population in China”, China Standard Press. DU PENG (2003): “The Status and Change of the Main living Resources of Older Persons in China”, Population Research (6). POPULATION CENSUS OFFICE (2002): “Tabulation of the 2000 Population Census of the People's Republic of China”, China Statistical Publishing House, Beijing. WU CANGPING Y DU PENG (2003): 2000 Census Report on Chinese Elderly, National Census Office. 235 Las cooperativas de personas mayores en Ecuador NELSON JURADO Psiquiatra Gerontólogo, Miembro del Comité Técnico para el segundo Plan Mundial del Envejecimiento Las cooperativas de personas mayores son asociaciones de personas mayores en las cuales los afiliados agrupan sus ahorros. Estas cooperativas están reguladas por las leyes que rigen el sistema financiero y, por lo tanto, pueden actuar como instituciones financieras. Su composición y sus objetivos son totalmente distintos que los de las asociaciones de jubilados y de personas mayores que están reguladas por el Código Civil y que no tienen fines lucrativos. Estas asociaciones tienen objetivos sociales y políticos y pretenden representar a los mayores en la toma de decisiones de la sociedad. El presente documento analiza algunos de los mecanismos mediante los cuales se organizan estas formas originales de autogestión económica para las personas mayores. La vejez es un proceso irreversible, pero las enfermedades y los trastornos que la suelen acompañar no son inevitables. Las enfermedades cardiovasculares, metabólicas y degenerativas pueden evitarse o limitarse gracias a medidas que impidan o retarden su aparición a edades avanzadas. En este marco es donde son esenciales las prestaciones sanitarias de las cooperativas. La experiencia de Ecuador pone de manifiesto que hay otros modelos alternativos de atender a las personas mayores. Demuestra también que las personas mayores son capaces de participar en una gestión de asistencia y participación social. Contexto En Ecuador, el porcentaje de personas mayores 60 años se ha duplicado en menos de un cuarto de siglo: ha pasado del 3,4% en 1984 al 7% en 2000, es decir, de 350.000 en 1984 y 850.000 en 2001, para una población total de 12.174.628 habitantes (censo de 2001). De esta cifra, 231.000 personas están jubiladas, lo que representa el 27% de la población de edad avanzada y 100.000 reciben un Bono de Solidaridad (que se eleva a unos 11,50 euros mensuales). Se trata de una ayuda económica mensual que se concede a las personas que no 237 ¿EL PODER GRIS? pueden pagar su cotización a la Seguridad Social y que, por consiguiente, no perciben la pensión normal del Sistema General de Jubilación de la Seguridad Social de Ecuador. Los jubilados que se benefician de este régimen perciben unos 120 euros en 14 mensualidades anuales. La suma mínima de supervivencia para una persona sola es de 117 euros mensuales y de 297 euros mensuales para una familia de 5 miembros. El principio de las cooperativas Con motivo del debilitamiento del modelo de Estado del bienestar y de la insuficiencia de este modelo para satisfacer sus necesidades, las personas mayores deben asumir por sí mismas las acciones necesarias para mejorar su calidad de vida. Esto pasa por la participación política a través de sus organizaciones representativas, pero también por mecanismos que incrementan sus ingresos. Al final de un largo proceso de agrupación, las organizaciones de personas mayores han ido obteniendo poder, poco a poco, en la sociedad ecuatoriana. Es este contexto nacieron las Cooperativas de Economía y de Crédito, que 238 tienen por objeto conceder prestaciones económicas y sociales, esencialmente en materia sanitaria. En la actualidad, la Cooperativa de Solidaridad, con sede en Guayaquil (el puerto exportador más importante de Ecuador en el Pacífico), opera a favor de 6.600 jubilados. Esta cooperativa fue reconocida por el Estado en diciembre de 2001. Mencionemos también la Cooperativa “Andalucía” en Quito (capital de Ecuador) que existe desde hace 34 años. Fue fundada en 1970 para promover un envejecimiento activo en la población. En la actualidad cuenta con 36.000 miembros. Organización de las cooperativas La autoridad máxima de las cooperativas es su Asamblea, que reúne a todos los miembros dos veces al año. Esta Asamblea elige un director, que dirige los diversos aspectos administrativos, y un Consejo de Supervisión, responsable de controlar las actividades esencialmente económicas (ingresos, gastos...). Las ventajas de una organización de esta clase no son únicamente las derivadas de la autogestión, sino también las de una cierta toma de poder de sus propios recursos y prestaciones a través de la administración autónoma. Por su parte, el Estado sólo ejerce un papel de controlador y de regulador a escala legal. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES Los objetivos de las cooperativas recogidos en las leyes ecuatorianas son, ante todo, promover la cooperación económica y social entre los afiliados y aplicar los servicios de asistencia. No debe realizarse ninguna actividad con fines lucrativos. Los grandes ejes propuestos por las cooperativas Los proyectos de las cooperativas se articulan en torno a siete grandes ejes: A - Repensar el poder 1) Consolidar los programas existentes, suscitar iniciativas y crear nuevos mecanismos de participación. 2) Trabajar en la elaboración de un consenso para la toma de decisiones. 3) Reforzar el voluntariado mediante la formación y la adquisición de instrumentos dirigidos a ayudar a la comprensión de su entorno y a la toma de decisiones bien informada con respecto a las orientaciones de la Cooperativa. Favorecer un compromiso real de los agentes sociales. 4) Salir de un enfoque exclusivamente sanitario de la persona mayor e integrar el envejecimiento en el marco de concepciones en las cuales se inte- 239 gran, al mismo tiempo, el bienestar del individuo y de su comunidad. B - Repensar el envejecimiento 5) Reforzar el concepto de envejecimiento activo. En ausencia de enfermedad, el acompañamiento de la persona mayor implica acciones de prevención y de animación. 6) Reorientar los sistemas y los servicios en función de las necesidades de las personas mayores. 7) Favorecer la igualdad social y la igualdad entre los dos sexos en las decisiones de política pública. En el seno de la comunidad, la diseminación de los conocimientos referentes al envejecimiento y la difusión de las innovaciones a la mayor profundidad posible incumbe a los proveedores de servicios, que deben actuar con total transparencia. Las prestaciones concedidas a las cooperativas Poner a disposición de los miembros créditos a los tipos del mercado, con limitación de los márgenes bancarios. ¿EL PODER GRIS? Entrega de certificados de aportación (son certificados concedidos a los ahorradores periódicos de la cooperativa y que les da derecho a elegir y a ser elegidos durante las asambleas). En la práctica, estos certificados les permiten dirigir la cooperativa. Esta organización adopta los principios de una Asamblea de Accionistas. ■ Créditos de urgencia deducidos del importe de los activos. ■ Tarifas preferenciales de los servicios médicos, que incluyen visitas de especialistas y a domicilio. ■ Prestación farmacéutica: venta de medicamentos a bajo precio. ■ Ayuda al importe de las exequias para la familia del asociado fallecido. ■ Formación para la creación de microempresas y estímulos a la actividad económica a través de: – Cursos de panadería. – Pintura en lienzo. – Arte floral. – Costura. – Otros. 240 Conclusión La acción de las cooperativas se inscribe en una estrecha relación entre la prevención y la predicción. La predicción se define como la capacidad de las cooperativas para planificar su actividad a fin de mantener un equilibrio social, económico y afectivo frente a los riesgos aleatorios o probables de crisis endémicas en los aspectos financiero, social o sanitario que pueden afectar a los países en vías de desarrollo como Ecuador. En relación con la volatilidad del mercado, las cooperativas son garantes de la estabilidad y del desarrollo sostenible. Ofrecen también un modo de organización democrático, en el cual las poblaciones de edad avanzada están estrechamente asociadas a las decisiones que les conciernen. Perspectivas... Replantearse el “poder gris” en el espacio público JEAN PHILIPPE VIRIOT DURANDAL Profesor en sociología, Universidad del Franco Condado, miembro del GEPECS (Grupo de Estudios para la Europa de la Cultura y la Solidaridad), Paris V, René Descartes-la Sorbona Las miradas cruzadas sobre el “poder gris” intercambiadas desde hace tres años en el ámbito internacional para la elaboración de los dos últimos números de la revista conducen al análisis del poder a partir de los envites políticos. El “poder gris” designa la acción de los jubilados y personas mayores en la vida democrática. Respecto de los múltiples factores analizados, la idea de un “peligro gerontodemocrático”, donde dominarían sin división los grupos de presión vinculados a la edad, está temperada, en gran medida, por las condiciones sociológicas, económicas, políticas e institucionales de la aparición de dicho poder. Pero, más allá, se trata de analizar las interacciones entre la edad y la sociedad en los demás campos, ya sean éstos mediáticos, sociales o económicos. Ateniéndose escrupulosamente al análisis de los fenómenos observados en el transcurso de los dos últimos décadas, parece finalmente que existe un fuerte desfase entre la imagen –a menudo transmitida por los medios de comunicación– de un “poder gris” omnipotente y la realidad de este poder en las dinámicas de fondo que han hecho evolucionar las políticas públicas. En los décadas de 1980 y 1990, las reformas de los sistemas de pensiones se han considerado durante mucho tiempo, en los países desarrollados, como proyectos de muy alto riesgo, hasta parecer “tierra de nadie” política. Al principio de la década de 1990, el Primer Ministro francés, Michel Rocard, estimaba que una tentativa en este asunto podría acabar con varios gobiernos, mientras que, en Washington, el expediente de las pensiones parecía un “tercer carril”. Un carril de alta tensión similar al del metro de Nueva York, que prometía una muerte segura a quien lo tocase. Sin embargo, en menos de una década, casi todos los gobiernos de Europa y de América del Norte han reformado su sistema de pensiones. Hasta tal punto que podemos preguntarnos, con Robert Binstock, si este poder gris no se resumiría, en definitiva, en una “fanfarronada política”. Porque el análisis del supuesto poder de un grupo social impone sobrepasar su perímetro para medir su espesor; y su consistencia está vinculada con su 241 ¿EL PODER GRIS? capacidad de hacer masa y de movilizarse. Remite a la homogeneidad interna y a los recursos efectivos de que dispone este grupo social para influir en las decisiones públicas. Ahora bien, los diferentes grupos de intereses de los jubilados no están libres de las tensiones en el interior de un campo gerontológico compuesto por fuerzas contradictorias y competidoras. Este juego de oposición y de convergencias existe tanto en el interior del grupo (asociaciones, clubes o sindicatos de jubilados) como en el exterior (asociaciones profesionales, gestores públicos, grupos patronales, empresas privadas...). Son otros tantos campos de fuerzas que se ejercen sobre los responsables públicos para influir en las reformas de las políticas sociales. EL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL “Según Casey y otros autores (2003), los gastos dedicados a las personas mayores por los países de la OCDE deberían aumentar en cerca del 7% del PIB en promedio entre 2000 y 2050, mientras que los gastos suplementarios vinculados a la asistencia sanitaria excederían a los vinculadas a las pensiones de vejez. (...) El envejecimiento de las poblaciones podría llevar consigo una tendencia a la baja de la cotización de las acciones en general. 242 La asociación tradicional entre variables demográficas y macroeconómicas sugiere que el aumento previsto del índice de dependencia de las personas mayores, por una parte, y la disminución descontada del número de los trabajadores en activo, por otra parte, podrían implicar una disminución del crecimiento del PIB por habitante, así como un descenso del ahorro y de las inversiones. Por ejemplo, según estas estimaciones, las modificaciones demográficas podrían comportar en los países desarrollados una reducción del crecimiento del PIB real anual por habitante del orden del 0,5% en 2050. Estudios recientes han intentado evaluar el efecto de los factores demográficos sobre los gastos en asistencia sanitaria. Diversas investigaciones realizadas por la OCDE y la Unión Europea indican que los factores demográficos por sí solos van a implicar un aumento de los gastos de sanidad del 2 al 3% entre 2000 y 2050”. FUENTE: FMI, World Economic and Financial Surveys, Chapitre III “The Global demographic transition”, septiembre de 2004. ¿Hacia un peligro democrático? En primer lugar, conviene volver al término que hasta aquí ha servido de hilo conductor para las reflexiones sobre el poder de los jubilados y de las personas mayores. El “poder gris”, en tanto que expresión consagrada por los medios de comunicación, es bastante difícil de traducir como noción académica. Mientras que la palabra “poder” remite a conceptos bastante familiares en ciencias huma- TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES nas, el calificativo “gris” no circunscribe claramente el público al cual se refiere. La noción de poder remite, en primer lugar, a la “probabilidad” de que un agente (individuo o grupo) pueda imponer su voluntad en una “relación social”128. Más allá del enfoque weberiano, Crozier y Friedberg vinculan “el poder” a “una relación de intercambios” y de “negociaciones” en la cual “se comprometen al menos dos personas” (Crozier y Friedberg, 1977, p.56). En la encrucijada de estas tradiciones, el análisis presentado aquí entiende el poder como una capacidad individual o colectiva de actuar en una relación micro o macrosocial para influir en un objeto (la misma decisión) y su entorno (procesos de decisión formales e informales). El entorno remite aquí a los marcos relacionales, es decir, al conjunto de los elementos políticos, económicos, sociales y culturales que condicionan las actividades, las percepciones y las representaciones humanas en torno al objeto. La imagen coloreada de este poder teñido de gris, en referencia a la huella del tiempo, mantiene una cierta opacidad en la definición de los contornos de la población que recubre. Un primer enfoque, más bien restrictivo, limita el grupo a los jubilados únicamente, mientras que una segunda lectura más amplia admite el conjunto de los que, próximos a la edad de la jubilación, se integran en los sistemas de intereses vinculados al envejecimiento. Así, por ejemplo, el grupo de 243 presión más importante de jubilados norteamericanos (AARP) se abrió a afiliados mayores de 50 años cuando la edad legal de la jubilación era de 65 años. Cualquiera que sea la opción elegida en la delimitación del grupo, cuando se evoca el “poder gris” a lo que se hace referencia es a su potencia numérica y a su rápida expansión vinculada al envejecimiento de la población. Así pues, el poder gris expresa aquí, a la vez, el potencial y la acción de un grupo social –definido por lo avanzado de su edad y/o el estatus de sus miembros– cuyos recursos, materiales o simbólicos, se movilizan para la defensa de sus intereses en la elaboración de la política de la vejez. En el análisis del poder de los jubilados sobre las sociedades contemporáneas, el interés de las ciencias sociales y políticas se ha trasladado esencialmente al campo político. Los debates sobre este tema intervienen en un contexto internacional donde las obligaciones de los presupuestos públicos conducen a reconsiderar el papel del Estado del bienestar en materia de política de la vejez. El fenómeno del envejecimiento y sus repercusiones en determinados países, 128 La relación social, según Weber, se entiende como “el comportamiento de varios individuos en tanto que, por su contenido significativo (Sinngehalt), el de unos se ajusta con el de los demás (aufeinander gegenseitig eingestelt) y se orienta en consecuencia” (Weber M., 1971, p.24). ¿EL PODER GRIS? sobre todo los del G8, se considera, en bastantes aspectos, como un dato estratégico en la competencia a la que se entregan las naciones y los grandes polos políticos y económicos mundiales. En esta perspectiva, la parte de la política de la vejez en el presupuesto global de las naciones está presente a menudo como un factor de obligación estructural sobre el presupuesto de los Estados. Como absorbe una parte creciente de la riqueza nacional, los países ricos podrían perder en competitividad frente a los países más jóvenes, menos opulentos pero también menos protectores. Y la sangría creciente de las políticas de la vejez sobre los recursos presupuestarios globales comportaría, por otro lado, una restricción de los márgenes de maniobra de los gobiernos sobre los demás compartimentos de la acción política (reactivación del empleo, del consumo, seguridad nacional, defensa, investigación...). En Francia, desde la creación de la seguridad social, los gastos de protección social no han dejado de crecer en medio siglo, y ha pasado del 12% de la riqueza nacional en 1949 al 28,5% en 2000129. Por sí solo, el riesgo de vejez y supervivencia representaba más del 44% de los gastos de protección social al acabar el último siglo. En apenas cincuenta años, Francia, como la mayor parte de los países europeos, ha construido una nueva arquitectura de los sistemas de solidaridad colectiva que descansa en los impuestos o en las cotizaciones sociales. Los debates públicos sobre las nuevas 244 fronteras del Estado social son numerosos, como últimamente en Alemania (Schirrmacher F., 2004), en Australia (Ozanne E., en Cuadernos de la FIAPA, 2004) o en los Estados Unidos (Peterson P., 2002; Roter, J., 2002; en Cuadernos de la FIAPA 2002). Hasta tal punto que, en Washington, el Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos (Center for Strategic and International Studies), más familiarizado con las cuestiones de relaciones internacionales y de seguridad que con las problemáticas sociales, ha emprendido un programa de estudio sobre las consecuencias mundiales del envejecimiento (Global Aging Initiative130). El jefe de este programa próximo a los conservadores norteamericanos (Hewit P., en Cuadernos de la FIAPA, 2002) ha puesto en guardia a los países desarrollados contra los efectos de un desequilibrio demográfico (que reforzaría el poder político de los mayores) sobre el equilibrio presupuestario por causa de la dinámica de las necesidades sociales vinculadas al envejecimiento. Es olvidar que el crecimiento de los gastos sociales responde a factores más complejos, entre los cuales el envejecimiento es, sin duda, importante, pero no representa –ni de lejos– el único factor explicativo. Porque el incremento de la demanda 129 Fuente: Cuadro de la economía francesa, 2001-2002, INSEE, p. 100. Iniciativa Global del Envejecimiento [N. del T.]. 130 TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES social en materia de salud y de protección social a lo largo de toda la vida no deja de interesar a los demás grupos de edad, ya se trate de los hijos, de la población activa o de toda persona al final de su vida. Por lo demás, la mayor parte de este incremento hasta hoy se ha producido cuando la edad media de la población no pasaba de los 50 años. TABLA 1: Evolución de los efectivos por clases de edad (de 0 a 14 años), (de 15 a 29años ) y 65 y más años en la Unión Europea de 25 países, entre 2000 y 2030 en Europa. De 0 a 14 años De 15 a 29 años 65 y más años Evolución de los efectivos de la clase de edad entre 2000-2015 (en millones) -8,6 Evolución de los efectivos de la clase de edad entre 2000-2015 (en %) - 11% Evolución de los efectivos de la clase de edad entre 2015-2030 (en millones) -4,2 Evolución de los efectivos de la clase de edad entre 2015-2030 (en %) -6% - 11,3 - 12% -8,5 - 11% + 15,7 + 22% + 23,3 + 27% FUENTE: Eurostat 2000 y Fotakis 2004. Sin embargo, conviene no eludir este debate sobre el fondo del asunto e intentar objetivar las repercusiones potenciales de las evoluciones demográficas en los equilibrios políticos. En la mayor parte de los países desarrollados, las tendencias demográficas 245 indican un crecimiento de los mayores de 60 años en la población total. Desde hace casi un cuarto de siglo, su número aumenta en la Europa de los 15. Su proporción ha pasado así del 15,5% en 1960 al 21,4% en 1999, cuando, en el mismo tiempo, los mayores de 20 años descendían del 31,7% al 23,1%. Esta tendencia al envejecimiento se confirma para la Europa ampliada a 25 países. La progresión de los que tienen 65 y más años en la población total será del + 22% entre 2000 y 2015 y del + 27% entre 2015 y 2030, mientras que, al mismo tiempo, las clases de edad más jóvenes (de 0 a14 años y de 15 a 29) no cesarán de debilitarse demográficamente. En los Estados Unidos, según las prospectivas de las Naciones Unidas, 33 millones de estadounidenses sobrepasaban los 65 años al principio de la década de 1990. Deberían ser 70 millones en 2030. Esta clase de edad debería ganar importancia durante varias décadas más. Mecánicamente, en Europa, como en la mayor parte de los países desarrollados que experimentan estas evoluciones demográficas, aumenta la parte de jubilados en el cuerpo electoral. Como recuerda A. Campbel en 1996, cuando los mayores de 65 años constituían el 12.7% de la población total, representaban el 24% de los sufragios expresados para la elección presidencial. (Campbel, 2003, ¿EL PODER GRIS? p. 8). Este potencial político en expansión intriga a los medios de comunicación e inquieta a los elegidos, hasta el punto de que una parte de la prensa anunciaba la llegada de un “poder gris” en las democracias occidentales desde finales del siglo XX. En los Estados Unidos, al final de la década de 1980 y en la de 1990, varios artículos han estigmatizado el efecto del envejecimiento del electorado sobre las elecciones presidenciales de 1988 y de 1992 (Hornblower, 1988, p.35; Crenshaw, 1992). En Francia y en Europa, la influencia del voto de los jubilados también ha suscitado debates con ocasión de diferentes escrutinios (Viriot Durandal 2003ª). TABLA 2: Índice de participación en las elecciones de los Estados Unidos en 1996 y 1998 Presidenciales de 1996 Intermedias de 1998 65 y más años (personas mayores) De 35 a 64 años (edad media) De 18 a 34 años (jóvenes) 84% 73% 77% 59% 57% 30% FUENTE: A. Campbel 2003 & National Election Study. Fuerza y debilidad de los grandes números 246 Las perspectivas demográficas aseguran a los mayores de 60 años un potencial electoral creciente durante casi toda la primera mitad del siglo XXI, en la mayor parte de los países desarrollados. Los jubilados representan, efectivamente, un potencial político tanto más sustancial cuanto que su peso electoral sobrepasa con mucho su peso efectivo. Varios factores intervienen en este exceso de representación. En primer lugar, en los países donde inscribirse en las listas electorales implica una gestión individual y voluntaria, la proporción de inscripción de los mayores de 60 años en las listas electorales es más elevada a menudo que la de los más jóvenes. En Francia, por ejemplo, a mediados de la década de 1990, estaban inscritos tres cuartas partes de los menores de 20 años contra el 95% de los mayores de 45 años. (Heran y Rouault, 1995). En una muestra de más de 100.000 personas, analizada por el INSEE en 1997, el 33,6% de los electores inscritos tenían más de 60 años, lo que representa más que su proporción en la población francesa en edad de votar. Por otro lado, la participación entre los 55 y los 75 años está entre las más fuertes de todas las clases de edad. En los países donde el voto no es obligatorio, la proporción de abstención por cohorte es generalmente más elevado en la juventud y en la cuarta edad, pero tiene su mínimo en la edad madura. Por último, los jubilados, por su número y su propensión a votar, representan una fuerza importante en el cuerpo electoral. En Quebec, Laurent Martel TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES compara la proporción de los que tienen entre 18 y 34 años con los de 65 y más años y concluye que en las dos décadas futuras deberíamos asistir a un “traspaso de poder” en que “por primera vez en la historia, las personas mayores dispondrán de más votos que los jóvenes” (Martel, 1997). En los Estados Unidos, Jil Quadagno constata que, en los primeros años de la década de 1990, los mayores de 65 años votan prácticamente tres veces más que los de 18 a 24 años (Quadagno J., 1991, p.42). En 2003, Andrea Campbel distingue entre el índice de participación de los mayores (más de 65 años), el de las personas de edad mediana (de 35 a 64 años) y de los jóvenes (de 18 a 34 años). Constata un desfase considerable entre los jóvenes y los mayores con - 27 puntos en 1996 y - 43 puntos en las elecciones de mitad de período, respectivamente. Ante la lectura de estos datos, parece que el foso más profundo sea el que separa a los jóvenes del resto de la población. Nada más que entre los jóvenes y sus mayores directos, los dos grupos de edad están separados por 20 puntos en 1996 y por 29 en 1998. Con motivo del último escrutinio presidencial de 2004, la distancia entre las cohortes sigue siendo notable, si bien su intensidad es diferente de las elecciones de mitad de plazo. Francia se enfrenta también a estas tendencias, aunque a menudo estén menos contrastadas. Se han adelantado algunos elementos de explicación. Con frecuencia se ha evocado la relación genera- 247 cional con la política y el civismo, pero también con sus formas de expresión. El vínculo de los jóvenes con la política parece más distendido. Dudan de la capacidad del poder político para influir en la evolución de la sociedad y en sus propios problemas. De manera paralela, en las poblaciones de más edad, sobre todo las que han conocido la guerra, se observa un apego especial a la manifestación de la ciudadanía mediante el voto y un sentimiento todavía muy difundido de que se trata de una obligación cívica (Thomas H., 1996, p. 156-164). En Francia, como probablemente en bastantes otros países, las personas de edad más avanzada permanecen en una lógica de “voto por principio” o de “voto por deber”, mientras que los jóvenes tienen más bien una tendencia a banalizar su relación con este acto político y lo consideran como un simple derecho que se puede utilizar o no. Pierre Bréchon observa incluso que “las personas de edad más avanzada parecen estar dispuestas a votar aunque estén politizadas”, mientras que la debilidad del grado de politización tendría un efecto disuasorio más alto sobre los más jóvenes con edades los 18 a los 44 años en 1999 (Bréchon, 2000, p.112). El temor al peso de los mayores reside, pues, en la debilidad de implicación de los más jóvenes en el voto. Paradójicamente, si la legitimidad democrática se ¿EL PODER GRIS? basa en la participación de los ciudadanos en el voto, es sorprendente inquietarse por el alto índice de participación de una categoría de la población en lugar de deplorar el abstencionismo de otra y de poner en marcha una estrategia eficaz que persiga la (re)conciliación con la política. LA MUERTE CÍVICA O LA DECADENCIA Esta primera paradoja no es anodina, porque anuncia otros desarrollos relativos a las respuestas contempladas frente al envejecimiento del cuerpo electoral y al “exceso de representación” de los mayores en el sufragio. La más radical es, sin duda, la de Douglas J. Stewart, profesor invitado de la Universidad de California, que abogaba en la revista New Republic, “porque toda persona jubilada o que haya llegado a los 70 años, en todos los casos lo antes posible, pierda su derecho a votar” (citado por Vincent y otros, 2001). La posición de Stewart es marginal y no ha sido tomada seriamente por la comunidad universitaria. Pero no por ello es menos interesante en el plano de la sintomática social. Porque otras propuestas –a priori más moderadas, pero inspiradas en principios bastante próximos– aparecen de manera recurrente en la literatura. Recordemos, por ejemplo, las posiciones defendidas por 248 Silvano Möckli, profesor de la Universidad de Saint Gall en Suiza. Introducen una concepción en la cual una representación equitativa del cuerpo social impone una intervención sobre el cuerpo electoral para evitar un fenómeno de dominación de determinados grupos de edad. El proyecto de Möckli consiste en minimizar el voto de las personas de edad más avanzada mediante la atribución de un coeficiente a cada clase de edad. A los 18 años, el multiplicador sería de 2, después se debilitaría en 0,01 por año. Como la importancia del voto disminuye con la edad, la papeleta de una persona de 70 años sólo valdría 1,48. Habida cuenta de la lógica decreciente del sistema de ponderación, ¡es de esperar que los avances científicos no prolonguen demasiado la edad de la vida humana!131. La idea no se limita únicamente al laboratorio de un investigador aislado. Peter Peterson, antiguo ministro de Comercio de los Estados Unidos, director del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, se quejaba un día de la influencia política de los mayores en los Estados Unidos al Ministro de las personas mayores de Singapur. Cuenta la sugerencia que le habría hecho éste último. El ministro Lee Kuan Yew sugería conceder dos 131 Para los adeptos a las prospectivas, apostemos por que el ser humano no alcance nunca la edad de 218 años que marcaría -en este sistema- la edad límite de la existencia política y el principio de la muerte cívica. Más allá, el coeficiente del voto sería... ¡negativo! TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES votos a los trabajadores en activo para contrarrestar la presión y la influencia considerable de los jubilados (Peterson, P., 1999, p. 210). Más sofisticado aún, Möckli propone un segundo dispositivo dirigido a moderar las amenazas del “poder gris” mediante una segunda herramienta correctora. Se trata de dar un derecho de veto a los más jóvenes como grupo minoritario. Los menores de cincuenta años podrían beneficiarse entonces de una capacidad de bloqueo en los proyectos sometidos a votaciones populares. En una entrevista, seis años después de sus primeras propuestas, Möckli baja arbitrariamente el umbral a los 40 años para determinadas elecciones (Möckli, entrevista). ¿HACIA UNA “DEMOCRACIA DE RECTIFICACIÓN”? Sería la que instituyera el voto ponderado por clase de edad. Ya se trate de la introducción de una democracia de rectificación que corrigiera mediante un coeficiente los efectos supuestamente nefastos del voto de edad, ya se trate de la introducción de una ciudadanía con una duración determinada (CDD) a través de la caducidad del poder electoral con la edad, estas propuestas se basan en una discriminación por clase de edad en la representación política que trastorna las concepciones contemporáneas de nuestros sistemas democráticos. Este 249 enfoque introduce, en realidad, una comunitarización del voto, en la cual los grupos de edad se identifican con grupos de intereses antagonistas. Postula también una comunidad de cultura política e ideológica en el interior de estos grupos y una diferencia marcada con respecto a los demás grupos, tanto hacia arriba como hacia abajo en la escala de edades. El principio de ponderación entre los diferentes grupos del cuerpo social y el cuerpo electoral descansa en la idea de una cuenta aproximada entre las características del cuerpo electoral y la importancia de las problemáticas y de los intereses manifestados por grupos dominados demográfica o socialmente. Los dispositivos de ponderación nos llevan, potencialmente, a una serie de otras revisiones fundamentadas en una cierta idea –evidentemente subjetiva– de la “buena representación política” de las diferentes partes del cuerpo social. Este enfoque de la democracia contemporánea comporta otros recortes basados en criterios distintos de la edad, como el sexo, el origen étnico y ¿por qué no la categoría socioprofesional, el tipo de estatus (privado / público), o el nivel de ingresos? La idea de una “democracia de rectificación” basada en correctivos vinculados al conocimiento sociológico de los componentes del electorado y de los problemas sociales que con éstos se relacionan, revela y amplifica, de manera sintomática, la dificultad de las democracias pluralistas contemporáneas para afirmar la igualdad de los derechos polí- ¿EL PODER GRIS? ticos como un principio intangible y socialmente justo. Este debate interviene en un contexto en que las formas legítimas de poder sobre las decisiones colectivas encuentran difícil liberarse de las tensiones identitarias y de las tentaciones de fragmentación por categorías. ¿CÓMO ANALIZAR LOS FUNDAMENTOS QUE INSPIRAN A LOS PARTIDARIOS DE LA “DEMOCRACIA DE RECTIFICACIÓN”? El sistema de justificación de este tipo de enfoque consiste, esencialmente, en asimilar el envejecimiento demográfico a una forma de dominación política contraria al equilibrio entre las clases de edad o los grupos generacionales; un desequilibrio considerado como nocivo para el dinamismo económico y político de las sociedades modernas. Y, sobre todo, de las sociedades más ricas, que han estructurado una parte de su política social en torno a los criterios de edad. Porque, al organizar la solidaridad con las personas de edad más avanzada (jubilación, salud, dependencia...), las políticas públicas han favorecido indirectamente la creación de grupos de intereses sociales considerables (Quadagno y Myles, 1991; Viriot Durandal 1999). La pertenencia a una categoría de interés vinculada a la política de la vejez refuerza el interés político manifestado por estas pos250 turas y la movilización sobre estos temas incluso entre poblaciones de débil capital económico y cultural, por lo general menos inclinadas a comprometerse o a votar (Campbel, 2003). LA MCCA (MEDICARE CATASTROFIC COVERAGE ACT: LEY DE COBERTURA EN CASO DE CATÁSTROFE DE MEDICARE) Este proyecto de extensión de la cobertura médica y de integración de determinados riesgos vinculados a la dependencia para los mayores de 65 años fue considerado, por muchos observadores, como el más importante en la materia desde la creación del programa Medicare*. Pero el modo de financiación propuesto difería radicalmente de los mecanismos ordinarios de solidaridad nacional o de seguridad social, puesto que pedía un esfuerzo contributivo suplementario sólo a los beneficiarios potenciales (los jubilados) y no al conjunto de los contribuyentes. En otras palabras, la financiación de la extensión del derecho a la salud para la población de los mayores de 65 años descansaba en la imposición de un impuesto a esa misma población. La progresividad de este nuevo impuesto habría hecho gravitar una parte considerable de la financiación sobre las clases de edad avanzada más acomodadas, que a menudo disponían ya de seguros complementarios privados financiados por su antigua empresa o por ellos mismos (Medigap). Por el contrario, habrían beneficiado en alto grado a las personas mayores más modestas. * Medicare cubre una parte de los gastos de salud de los mayores de 65 años en Estados Unidos. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES Más allá de estos datos, el temor de ver expresarse estos intereses en las relaciones de fuerza política empuja a algunos analistas a preguntarse acerca de la influencia política de las personas de edad más avanzada en la evolución de las políticas públicas. Los jubilados constituirían, en cierto modo, una comunidad de intereses de cortas miras cuyo objetivo consistiría, principalmente, en conservar en el estado y en institucionalizar un sistema de redistribución que les favorece especialmente, pero cuyo coste amenazaría los equilibrios de medio y largo plazo (Van Parijs P., 1999). Dicho de otro modo, entre las personas de edad más avanzada se desarrollaría una actitud electoral irresponsable de la que algunos grupos de presión o partidos demagógicos podrían sacar provecho en detrimento de las jóvenes generaciones, menos numerosas y peor representadas. Una idea desarrollada a menudo consiste en utilizar la oposición dicotómica entre los intereses de las diferentes generaciones. Peterson relata así un sentimiento compartido por una parte de la opinión estadounidense, según la cual: “En muchos lugares, un número creciente de militantes (de edad avanzada) ejercen presión para que bajen las becas escolares y las inversiones destinadas a los jóvenes” (Peterson, 1999, p. 206). En realidad, la importancia numérica de la categoría de “jubilados y personas 251 mayores” y su expansión demográfica ha hecho nacer representaciones muy aproximadas relativas al poder de este “grupo social” y a su capacidad de influir en las decisiones políticas. Porque el análisis postula a priori la homogeneidad de una categoría que, en definitiva, está muy dividida. El mito del “poder gris” y de la omnipotencia del grupo de presión de los jubilados ha sido sustituido, en gran medida, por los medios de comunicación ante el desconocimiento del desglose de esta población. Los estudios relativos al efecto del envejecimiento sobre los presupuestos sociales, sobre todo las partidas destinadas a los más jóvenes, siguen siendo relativamente contradictorios. Determinados trabajos observan en determinadas configuraciones locales –donde el número de jubilados es especialmente elevado– correlaciones entre la estructura demográfica y el repliegue de los presupuestos públicos para educación (Poterba, 1997). Por el contrario, en otros estudios, incluso en una configuración especialmente favorable para la expresión de los intereses de los jubilados en la vida pública (fuerte concentración de jubilados, índice de participación electoral muy elevado, presencia de grupos de presión de personas mayores), el efecto de la presencia de poblaciones de edad avanzada no ha influido de manera significativa en la orientación presupuestaria de las colectividades locales (Button J., Rosenbaum W., 1990). En todo caso, ¿EL PODER GRIS? parece difícil extrapolar determinados datos locales hasta el ámbito federal, sobre todo en materia de comportamiento electoral o, incluso, de preferencia política. La influencia de los jubilados y de sus organizaciones también es relativizada en este escalón de la decisión política. (Wallace y otros, 1991). Hasta en lo más reñido del debate sobre la influencia del “poder gris” en los Estados Unidos, el voto de las personas mayores está lejos de ser unánime, como confirma el estudio de Laurie Rhodbeck para las elecciones federales de 1972 a 1988 (Rhodbeck, 1993). Los jubilados no constituyen en el electorado un conjunto homogéneo centrado en la defensa exclusiva de sus intereses, y sus sufragios suelen seguir bastante repartidos por el tablero político. La heterogeneidad de los valores políticos y la influencia de factores distintos de la edad (situación socioeconómica, pertenencia a grupos identitarios fuertes...) son factores importantes de división y de diversidad en los sufragios. El estudio de las preferencias políticas de los jubilados nos remite así a las herencias que marcan la experiencia individual y colectiva del mundo social y a su influencia en la identidad y en los valores. El voto suele estar enraizado muy sólidamente en una continuidad vinculada a la historia individual, formada por referencias políticas y por sistemas de valores comprobados en el transcurso de la existencia. Así pues, las construcciones sociales anteriores a la jubilación influyen notablemen252 te en las opciones individuales. Ya que la identidad política y social no desaparece al jubilarse cuando el individuo se integre en sistemas de intereses vinculados a la política de la vejez, como recuerdan en contextos diferentes Didier Vrancken (2002) para Bélgica y Tatiana Kozlova (2002) para Rusia. La cuestión de la homogeneidad no sólo se plantea en el ámbito de la categoría social, sino también en la escala de las organizaciones de defensa de los jubilados, cuya fuerza depende también de su capacidad para hacer masa. En los años de la década de 1990, se han realizado trabajos sobre este asunto a escala nacional, sobre todo por Van Taselet Meyer (1992) en los Estados Unidos, por Vincent, Paterson y Wale en el Reino Unido (Vincent y otros, 2001) o por otros en Francia (Viriot Durandal, 1999 & 2003ª). Estudios comparativos efectuados por Pratt en 1993 (Estados Unidos, Reino Unido, Canadá) y por Alan Walker (1999) a escala europea, subrayan la diversidad de las formas de estructura y de su poder. En ellos aparece que, a causa de su diversidad, las organizaciones no forman masa necesariamente. Porque la representación de los intereses sociales es también un campo de poder con conflictos en los proyectos, los valores y las estrategias. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES Las organizaciones se enfrentan también a adversarios cuyos medios financieros, logísticos o relacionales son, a veces, más importantes, como subraya el jefe de los representantes del mayor grupo de presión de jubilados estadounidenses cuando deplora su lucha desigual entre los intereses sociales y los grandes grupos farmacéuticos (Roter J., 2002). Por último, el poder de un grupo social y de los grupos de presión que le representan depende también de la cultura de movilización de sus miembros. La situación varía muy fuertemente en función de los países. Pero la mejora del nivel sociocultural de los jubilados en los países ricos, su cultura más acentuada de acción política (sobre todo entre los baby boomers) y el tiempo libre de que disponen los jubilados constituyen recursos nada despreciables. La fuerza de un grupo no descansa así únicamente en el número o, incluso, en el nivel de recursos materiales y simbólicos de sus miembros, sino en su capacidad de movilizarlos. También es función de la coherencia identitaria del grupo, de su unidad en torno a proyectos, valores y hombres federativos (Pratt H, 1995). Por último, depende de su aptitud para producir conocimientos, (Beland D. y Viriot Durandal, 2003) pero también de entregar un mensaje claro, informado, profesional y legítimo en el espacio público. El caso de la MCCA (Medicare Catastrofic Coverage Act, véase el recuadro) en los Estados Unidos es bastante sintomático 253 de la dificultad de reunir todas estas condiciones. En 1988, el Congreso norteamericano votó la MCCA y respondió así a las presiones de grandes organizaciones de jubilados y de sus aliados profesionales del sector gerontológico o asociaciones de enfermos. En menos de un año, enfrentamientos considerables rompieron la ley. El miedo a la presión fiscal aparece como el primer motivo de oposición a la reforma (Day C., 1993). El análisis de la posición de los mayores y de sus organizaciones, en el caso de la MCCA, revela que las categorías de intereses materiales y morales en el seno de la categoría social “jubilado” no siempre son homogéneas, incluso, en determinados casos, son francamente antagonistas. Estas divergencias fundamentan, en parte, las oposiciones entre los grupos de presión de jubilados. Determinadas organizaciones han abogado a favor de la ley, mientras que otras la han combatido con su rechazo de la presión fiscal o su rebelión contra el principio de un sistema fiscal discriminatorio. La AARP, que defendía la ley, ha experimentado una doble división, en el exterior y en el interior de su propio campo, a través de los conflictos internos en la organización y los que la opusieron a las demás organizaciones de personas mayores (Crystal S., 1990; Torres-Gil F., 1992). Este episodio de la vida social y política estadounidense confirma que ¿EL PODER GRIS? la divergencia de intereses entre ricos y pobres, o entre los que se benefician de una protección y los que no sacan provecho de ella, puede primar a veces sobre las categorías de edad. En nuestro caso, es forzoso constatar la dispersión del campo de los “jubilados” en diferentes subgrupos de intereses y de opiniones. Además, la adecuación directa e invariable entre los intereses materiales “objetivos” de los beneficiarios de la política social y sus comportamientos electorales es bastante discutible. Las personas mayores no son impermeables a las problemáticas de las demás clases de edad, sobre todo por causa de sus allegados. En Francia, Vincent Drouin anota, al final de un estudio sobre las elecciones presidenciales de 1995 y 2002 y las legislativas de 1997, que las preocupaciones de los jubilados no se distinguen sensiblemente de las de los demás electores (Drouin V., 2002). En 1995, a los mayores de 65 años lo que más les preocupaba era el desempleo, como a los menores de esa edad, aunque ya no estaban afectados directamente por la evolución del mercado del empleo. Las preocupaciones de los jubilados no se rigen sólo por la defensa de sus intereses de clase, sino también por su exposición indirecta a las cuestiones sociales en su condición de padres o abuelos. La conservación de las conquistas sociales ocupa el segundo lugar en 254 las mismas proporciones entre los jubilados y los trabajadores en activo. No es hasta la tercera opción cuando las opciones divergen por fin; los mayores de 65 años prefieren la seguridad a la lucha contra las exclusiones, favorecida por los más jóvenes. La inseguridad física se considera, en general, como una preocupación más fuerte para las personas mayores que para los más jóvenes. Determinados enfoques psicosociológicos ponen por delante los efectos de la edad biológica y el debilitamiento físico y sugieren que reforzarían la búsqueda de protección y la reticencia a las modificaciones de las referencias familiares (conservadurismo). La bajada de la autoestima y del sentimiento de poder influir en su entorno explicaría también esta aspiración a la seguridad e influiría, por tanto, en las actitudes y los comportamientos políticos. Por otro lado, la posición en los ciclos de vida, con la progresiva constitución de un patrimonio y la adquisición de bienes materiales (propiedad inmobiliaria, automóvil...) harían también que el electorado que envejece fuera más sensible al aseguramiento de los bienes adquiridos. Es una hipótesis. Coincide con la idea de un efecto de la edad sobre los temas electorales y sobre el voto. Sin embargo, en 2002, la seguridad ha pasado al primer lugar de las preocupaciones de los franceses en todas las clases de edad. El tema no es, pues, el atributo específico de las personas de edad más avanzada. TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES La adecuación entre categoría social de “jubilado”, interés material y preferencia política, en la cual descansa, en gran medida, el miedo a un “poder gris”, no parece basarse siempre en una percepción racional y científica de los determinantes del voto. ¿UNA DOMINACIÓN CULTURAL? Por el contrario, existe una segunda serie de hipótesis que defiende la idea de una dominación de los mayores (no ya únicamente política, sino también cultural) sobre las demás generaciones y cuyos efectos se traducirían, sobre todo, en una influencia sobre los valores y los proyectos políticos. El argumento consiste en presentar las rupturas intergeneracionales no ya tomando como base los conflictos entre grupos de intereses motores, sino a partir de oposiciones culturales latentes que legitimarían el statu quo en materia de protección social e influiría en la naturaleza misma de los debates políticos. El número impondría las normas dominantes. Por consiguiente, el debilitamiento de la influencia conservadora de los mayores en las sociedades enfrentadas a los desafíos de la modernidad se impondría para evitar un repliegue pernicioso sobre los valores del pasado. Y las naciones podrían preparar entonces, serenamente, su futuro. Rene Knüsel y Dolores Castelli recuerdan la línea defendida a este efecto por su 255 colega Möckli: “Si se tiene en cuenta que el electorado mayor tiene un comportamiento electoral más conservador, sobre el porvenir de la democracia gravitan amenazas reales” (Knusel R. y Castelli D., 1995, p. 151). El voto de las personas mayores, a causa de su fuerza electoral, se presenta como una minoría de bloqueo político, incluso un poder de hipoteca sobre el porvenir. Las propuestas de ponderación reposan, en definitiva, sobre un juicio de valor bastante normativo de la “buena opción política”. Postulan implícitamente que las objeciones a los nuevos proyectos políticos presentados en nombre de los imperativos de la “modernidad” se resumirían en errores fatales de orientación contrarios al interés general y al porvenir de las futuras generaciones. Estas representaciones generan un sistema de discriminación sin averiguar con precisión esos vínculos y sin analizar los fundamentos de la hostilidad a determinadas evoluciones. Parecería que, en contra de la idea recibida, la mayor sensibilidad a las ideas conservadoras no sea imputable exclusivamente a un efecto de la edad. Envejecer no impulsaría inexorablemente al repliegue sobre valores conservadores. El fenómeno es bastante complejo. En el caso francés, por tres motivos como mínimo. Parecería que el posicionamiento derechista de los mayores de 60 años, asimilado hasta ahora al aumento del conservadurismo con la edad, no sea ¿EL PODER GRIS? inmutable porque esté vinculado, en parte, a efectos de estructura y de generación. La estructuración sociológica del electorado de los mayores de 60 años cambia progresivamente en beneficio de las poblaciones más favorables a los partidos de izquierda (menos agricultores, más asalariados, menos católicos practicantes, trabajo de las mujeres, voto femenino menos a la derecha...). Los efectos de la mortalidad diferencial, que jugaban a favor de la derecha, también deberían evolucionar. Las mujeres y las categorías sociales con una esperanza de vida más alta votaban más por los partidos conservadores, pero esta tendencia parece que debe reducirse. Las consideraciones de orden más generacional (aparición de las cohortes del baby boom) poseen la capacidad de hacer evolucionar lo que se consideraba hasta entonces como una invariante del efecto de la edad sobre el posicionamiento político. Si bien es probable que el efecto de la edad exista en esta generación, no es lo bastante potente para compensar su inclinación por los valores de la izquierda. Así pues, la representación del “poder gris” como fuerza masivamente de derecha debe moderarse por la aparición progresiva de los baby boomers en las cohortes de más de 60 años, que deberían mitigar la orientación conservadora del voto. Pero si por conservadurismo se entiende una actitud opuesta a toda forma 256 de cambio y un repliegue sistemático sobre el pasado y lo existente, ¿puede identificarse de veras el giro a la izquierda de los jubilados como un anclaje en actitudes más progresistas? La dicotomía conservadurismo/progresismo, que ha marcado profundamente las divergencias políticas en la generación de los jóvenes activistas de la década de 1970, ¿tiene en la actualidad el mismo sentido y las mismas connotaciones? Los desafíos políticos y sociales del siglo XXI, que pasan sin duda por la reforma del Estado, de sus ámbitos de acción y de sus modos de intervención, pueden implicar la creación de nuevos dispositivos diferentes de los que han conocido las generaciones del baby boom. Las líneas fronterizas entre las responsabilidades individuales, familiares y públicas podrían no parecerse ya al paisaje familiar de la segunda mitad del siglo XX y provocar reacciones hostiles por parte de quienes han sido socializados en este contexto. El conservadurismo “moderno”, ¿no consistiría en el rechazo a proyectarse en nuevas formas de organización de las solidaridades para refugiarse exclusivamente en la defensa de modelos antiguos conocidos y comprobados? Pero, al mismo tiempo, las evoluciones actuales en la arquitectura de las solidaridades públicas, ¿pueden pasar por alto la constatación de la mejora considerable de las condiciones de vida de los jubilados ocurrida en el transcurso de estos 50 últimos años? Son precisamente estas mejoras las que manifiestan hoy una parte de la generación del baby boom. Depositarios de esta memoria social, de la que los TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES más jóvenes no disponen necesariamente, los más comprometidos de los baby boomers temen las evoluciones actuales con respecto a la historia del Estado del bienestar, que ha balizado su existencia (desarrollo de las maternidades, de las guarderías, del sistema escolar y universitario, de la protección social...). Tomando como base esta conciencia, a la vez histórica y política, denuncian una vuelta atrás, con el retroceso (supuesto) de la intervención pública y una puesta en tela de juicio de las conquistas sociales y, por último, la difusión de una inseguridad social similar a la que habían vivido sus padres antes de la guerra. El progresismo ofensivo de la década de 1970, manifestado por una parte de esta generación, ¿haría sitio, en definitiva, a un conservadurismo defensivo hoy en día? En estas condiciones, ¿cuál será la actitud política de los baby boomers en su conjunto, más allá de los más comprometidos, frente a las reformas de las políticas sociales en las cuales la política de la vejez ocupa un puesto central? Son preguntas que abren perspectivas interesantes para el análisis de los sistemas de valores, de las opiniones políticas y de los comportamientos cívicos y electorales en la próxima década. Sin embargo, ¿es preciso rechazar el argumento relativo a los contrastes culturales y al conservadurismo de las personas mayores? La sociología aporta inte257 resantes esclarecimientos sobre este punto. En algunos países, el conservadurismo es efectivamente más fuerte entre los jubilados. En Francia, por ejemplo, Bernard Denni o Vincent Drouin (Denni B., 1995; Drouin V., 1994) han realizado excelentes trabajos sobre la edad y el voto. En los estudios de opinión también se observan contrastes en los sistemas de valores y las representaciones, con una sensibilidad más grande frente al tema del orden y frente a la autoridad y una adhesión mayor a la patria. En este ámbito, la relación con la extranacionalidad (Europa, mundialización, inmigración. ..), es decir, todo lo que trasciende el marco nacional y sus referentes materiales o inmateriales en los cuales las antiguas generaciones se han socializado fuertemente, se observan fuertes contrastes entre las cohortes. En 1997, el 67% de los mayores de 65 años consideraba que había demasiados inmigrantes en Francia, o sea 11 puntos más que el conjunto del electorado y 22 con respecto a los de 18 a 24 años. Lo que no significa, por lo demás, una identificación con la extrema derecha, sino una mayor inclinación hacia los que en la derecha tradicional manifiestan los valores conservadores (Viriot Durandal 2003ª). Esta inclinación concreta remite a diferencias profundas de socialización en las antiguas generaciones. Porque a menudo no han vivido en un contexto donde la infancia, la escolarización y las actividades de juventud estaban marcadas por ¿EL PODER GRIS? tantas ocasiones de reuniones y de vida con personas de origen nacional, étnico, lingüístico y cultural tan diferentes como ahora. La apertura sobre la alteridad está vinculada también con el contexto y las historias de vida. APOYAR EL DESARROLLO DE LOS PROYECTOS DE INVESTIGACIÓN... Estos dos volúmenes sobre “el Poder Gris” han sido realizados por la FIAPA gracias a la colaboración de la Red de Investigación y de Intercambio Internacional “Edad y Ciudadanía” (REIACT). En el transcurso de estos tres últimos años, se han reunido más de 50 artículos y contribuciones editados en 24 países. A través esta plataforma informal única que reúne a universitarios del mundo entero que trabajan en estos temas, numerosos intercambios han permitido avanzar en la reflexión sobre las formas de poder y de influencia de los mayores en las sociedades contemporáneas, tanto en el ámbito político como en el económico, social o cultural. La REIACT desea continuar reuniendo a grandes universidades y agentes de primera línea del ámbito internacional (Estado, representantes de los jubilados y personas mayores, organizaciones no gubernamentales, asociaciones de profesionales, Fundaciones...) en torno a grandes ejes de reflexiones sobre la ciudadanía de los jubilados y de las personas mayores. 258 El objetivo es reforzar desde ahora esta red con la dotación de medios que le permita pasar de la fase de intercambio a la de la creación de estudios e investigaciones comunes a escala internacional. Los centros de competencia y de conocimientos que han contribuido a la revista podrán prolongar así sus trabajos en una perspectiva de comparación internacional a lo largo de los ejes trazados hasta aquí. Los 5 ejes: 1) La influencia política de los jubilados: “¿Puede hablarse verdaderamente de un peligro democrático?”. 2) El poder social de los jubilados. 3 El poder económico. 4) El poder mediático. 5) Los responsables de las decisiones, públicos y privados, frente a los jubilados y a las personas mayores: “¿guerra o paz?”. Igualmente, la Unión europea, que actualmente forma parte del entorno de los jóvenes, transciende un paisaje nacional que ha marcado fuertemente la socialización de los jubilados. Conviene recordar estas diferencias de contexto para entender los contrastes generacionales en relación con su proceso de unión monetaria y política. En este plano, los mayores de 65 años eran, sin duda, más euroescépticos que los más jóvenes. En 1997, sólo el 44% pensaban que Francia TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES se había beneficiado de su pertenencia a la Unión Europea, lejos detrás de los más jóvenes. Pero en junio de 2002, justo seis meses después de la introducción definitiva del euro que borraba las señas pluriseculares de las monedas nacionales, los “nostálgicos del franco francés” eran apenas más numerosos entre los mayores de 65 años, sólo el 53%, frente al 48% en el conjunto de la población132. Este fenómeno de “conversión” enseña que la oposición, incluso a las edades avanzadas, no es irreversible. La opinión de los jubilados ha evolucionado rápidamente gracias al contacto con la realidad y a las acciones pedagógicas efectuadas por los poderes públicos y sus organizaciones de jubilados para preparar a las personas mayores en la transición al euro. Estas observaciones confirman la necesidad de luchar contra la estigmatización de las poblaciones de edad avanzada como elementos intrínsecamente reaccionarios. Sus posiciones de repliegue son también reacciones a la falta de acompañamiento de transición en las mutaciones del mundo contemporáneo. Cuanto más desconocidas, extrañas y lejanas sean las formas que adopten las marcas de la evolución, tanto más serán susceptibles de convertirse en objetos de ensueño y de rechazo, y ello cualquiera que sea la edad de la población. Se plantea entonces la cuestión de la aptitud de las sociedades contemporáneas para evitar excluir de la modernidad, mediante la modernidad, a una parte de la población. 259 MINORACIÓN, ALTERACIÓN, PERIFERIZACIÓN El debate sobre la edad y los derechos políticos remite a lo más profundo de la interrogación sobre las sociedades modernas y su relación con la ciudadanía. También nos informa muy útilmente sobre la integración de las personas mayores en el espacio público. Cuando Stewart condena a los septuagenarios a una forma de “muerte cívica” antes de su desaparición física, consagra, en definitiva, la idea de una “desaparición política” sustentada por el principio de una alienabilidad del voto con la edad. Remite –conscientemente o no– a un cuestionamiento más fundamental relativo a las condiciones de la existencia política y social de los individuos de edad avanzada en la ciudad. La caducidad del derecho de voto no niega, por sí misma, la esencia de un derecho individual (como puede ser el caso en enfoques de tipo racista), pero lo aniquila porque retira a los ciudadanos, por el solo dato de su estado de edad cronológica avanzada, su capacidad para conservar un poder legítimo sobre las decisiones de la colectividad a la cual pertenecen. El ciudadano mayor se convierte entonces en un suje132 Sondeo IFOP para Dimanche Ouest France, con una muestra de 1.005 personas. La pregunta planteada sería ésta: “Seis meses después de la puesta en marcha del euro, ¿echa de menos el franco?”. ¿EL PODER GRIS? to colocado bajo la tutela de los que se sitúan en su ciclo de existencia en un período temporal de “ciudadanía plenaria” justo entre la edad de la mayoría política (18 años en Francia) y el de la vejez institucionalizada por una edad límite. Las raíces de esta forma de sujeción de las personas mayores a una parte del cuerpo social definido por su pertenencia a un grupo de edad remiten a lo que puede definirse como un proceso de minoración por el cual el individuo pasa de un estatus jurídico de “mayor” al de “menor”. El menor –a causa de su edad– se distingue del mayor por una situación de inferioridad asociada a una supuesta ineptitud para asumir determinadas responsabilidades por sí mismo. Esta situación presupone una incapacidad y comporta una dependencia jurídica. Así pues, definimos la minoración como un proceso dirigido a hacer pasar un individuo o un grupo social a un estatus material o moral inferior (minor, en latín) al que era el suyo, hasta el punto de comportar la dependencia con respecto a un tercero (un adulto, un mayor o la sociedad en su conjunto). Este fenómeno se fundamenta, en definitiva, sobre un proceso más general de alteración. La alteración consagra una transformación esencial de los estatus, de los derechos y de los papeles sociales. Caracteriza aquí un cambio de estado y de naturaleza en la definición del individuo y de su relación con la sociedad. Stewart asume 260 claramente esta posición, en la cual el individuo pierde un derecho fundamental por la única causa de su edad. En el caso de Möckli, la alteración existe pero únicamente al final de un lento proceso de regresión. El proceso de regresión define el conjunto de las lógicas de reducción o de limitación de los derechos y de los estatus, pero también de los papeles sociales y de las funciones, aunque sin aniquilarlos en su esencia ni alterarlos en lo fundamental. Este proceso es exactamente el que se pone en marcha en el caso del sistema de ponderación de Möckli, que no suprime el derecho de voto, pero lo limita progresivamente. La ciudadanía, por tanto, no se ve afectada en sí, pero se reduce gradualmente hasta el punto de ponerse finalmente en tela de juicio cuando el coeficiente multiplicador anula el voto. En este caso concreto, nosotros nos situamos en el punto de ruptura, donde el proceso de regresión deja sitio a la alteración en que se fundamenta la minoración en el plano jurídico. Fundamentalmente, en el proceso de alteración, la persona “de edad avanzada” se convierte en un individuo distinto, en “otro” (de alter133), es decir diferente de lo que la definía intrínsecamente antes de haber franqueado el umbral límite de una edad instituida socialmente. La alteridad no sólo inviste de sus cualida133 Alter (el otro) es la raíz latina de alterar (hacer otro). TOMO II: INFLUENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES des y sus capacidades supuestas, sino también su poder sobre sí mismo y sobre los demás. Entonces puede generar fenómenos de distinción y de distanciación respecto de sí (lo que yo era “antes de”) y respecto de los demás, que condicionan a la vez los estatus, los papeles y las funciones en la sociedad. Sin llegar necesariamente hasta aniquilar la totalidad de los derechos o de los estatus, el proceso de alteración puede excluir de manera sectorial y permitir un alejamiento de los centros de gravedad de toma de decisiones en todos los campos, sean éstos políticos, económicos, sociales o culturales. Este alejamiento es lo que puede calificarse de periferización, puesto que su efecto es colocar a los individuos alejados –progresiva o súbitamente– de los circuitos de poder, de decisión de acciones o de influencia en la sociedad por el único motivo de su edad y cualesquiera que sean, por otro lado, sus recursos, sus capacidades, o sus aptitudes objetivas. Por lo tanto, más allá de los derechos políticos o cívicos, los procesos de regresión, de alteración, de minoración y de periferización afectan a otros compartimentos del derecho tan fundamentales como los derechos del hombre y del ciudadano, sobre todo el derecho a la vida y a la salud, pero también los derechos económicos y sociales. A partir de estos procesos es posible volver a analizar la naturaleza de los estatus, de los niveles de poder o de responsabilidad, y también las relaciones entre el derecho formal y su aplicación real. Estos meca- 261 nismos que trascienden los marcos jurídicos descansan en una cultura subyacente de la exclusión por edad, que inspira un conjunto de actitudes y prácticas discriminatorias en las interacciones con las personas mayores en todos los compartimentos de la vida en sociedad. El campo de intervención potencial de las organizaciones de defensa de los jubilados y de las personas mayores cubre pues, teóricamente, el conjunto de las interacciones entre las personas mayores y su entorno. En esta perspectiva, la cuestión de su poder se extiende al conjunto de las esferas en las que están implicados los intereses materiales o morales de sus miembros, ya sean estos intereses económicos, sociales o culturales. 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