Autor: Ballivian, Julio Año: Sucre 2010. Articulo publicado en las

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Autor: Ballivian, Julio Año: Sucre 2010. Articulo publicado en las
Autor:
Ballivian, Julio
Año:
Sucre 2010. Articulo publicado en las memorias de la cuarta versión
de las Jornadas Arqueológicas “Avances de Investigación
Arqueológica en los valles de Bolivia y aéreas de interacción”.
Título:
“EL VALLE DE LA CUENCA ALTA DEL RÍO PILCOMAYO (POTOSÍ) DESDE
LA ARQUEOLOGÍA DEL PAISAJE”
www.saberesbolivianos.com
EL VALLE DE LA CUENCA ALTA DEL RÍO PILCOMAYO (POTOSÍ)
DESDE LA ARQUEOLOGÍA DEL PAISAJE
1
Julio A. Ballivián Torrez
2
Resumen
Se presenta una síntesis de la investigación arqueológica efectuada en la cuenca alta del Río
Pilcomayo, concretamente en el segmento Salinas de Yocalla – Yocalla (Potosí). Se exponen las
alteraciones, modificaciones y componentes culturales del paisaje prehispánico. Los resultados
alcanzados son interpretados a partir del análisis cerámico efectuado y a la etnohistoria. El valle de
la cuenca alta del Río Pilcomayo muestra que los medios de transformación del paisaje como ser
topográficos, hidrológicos, vegetales y edáficos son procesos de larga duración insertos desde los
parámetros de organización social de esta región. La interacción, el intercambio y el ritualismo se
muestran como ejes centrales en el desarrollo del paisaje desde el periodo Arcaico (8.000-2.000
a.C.) hasta el periodo Colonial (1.532-1.800 d.C.).
INTRODUCCIÓN
Gracias a enfoques ecológicos y geográficos se ha hecho posible vislumbrar la
complejidad, distribución, diversidad y dimensión del medioambiente en los Andes (Cf. Dollfus
1991). Se ha propuesto que este escenario geográfico, ha modelado un escenario social y cultural
también complejo (Cf. Bouysse – Cassagne 1986). En los andes bolivianos, esta diversidad
medioambiental y cultural se halla representada por el altiplano y los valles orientales.
La Cordillera Real es considerada como un elemento fisiográfico determinante en el
desarrollo de las poblaciones locales, urbanas y rurales (Montes de Oca 1995), ya que su
distribución define las características de los valles ubicados en su interior en las estribaciones
orientales. La cuenca del Río Pilcomayo es uno de aquellos valles que nace en las faldas de la
cordillera de Asanaques y recorre importantes serranías en los departamentos de Chuquisaca y
Potosí hasta alcanzar las tierras bajas del Chaco tarijeño (Somos Pilcomayo 2007). En el curso del
año 2008 y 2009 efectuamos trabajos de prospección arqueológica en la parte alta de la cuenca
dividiendo el área en dos unidades o transectos: Lagunillas – Cahuayo: 3.300 y 4.500m.s.n.m. y
Salinas de Yocalla - Yocalla: 2.300 y 3.300 m.s.n.m. El proyecto forma parte de la tesis de grado en
la carrera de Arqueología de la Universidad Mayor de San Andrés (Ballivián 2010) y el área a la
cual nos remitiremos en esta presentación es la de Salinas de Yocalla – Yocalla.
El trayecto mencionado es una amplía zona que incluye las microcuencas de varios otros
ríos que son tributarios del Jatun Mayu o Pilcomayo. En este transecto el valle posee un estrecho
1
Articulo publicado en las memorias de la cuarta versión de las Jornadas Arqueológicas “Avances
de Investigación Arqueológica en los valles de Bolivia y aéreas de interacción”. (Sucre 2010).
2
Licenciado en Arqueología UMSA-Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Antropológicas.
[email protected]
fondo delimitado por las serranías inmediatas conformando un valle en forma de “V”. El trabajo de
prospección contempló un área rectangular de 0.5km de ancho por 12.9km de largo, que fue
dividido en categorías de cobertura en base a la clasificación propuesta por Van Damme (2002: 10)
para las cuencas hidrográficas de Bolivia:
a)
Ribera de río, se caracteriza por suelos profundos con una elevación promedio de
1m respecto al nivel del río. Posee un ancho promedio de 50m.
b)
Serranías, compuesto por las montañas que rodean al valle, clasificada en:
b.1) Ladera baja y media (3.500-3.640 m.s.n.m.) caracterizadas por las laderas con poca
pendiente y suelos francos y profundos;
b.2) Ladera alta (4.005-4.200 m.s.n.m.) que se caracteriza por la presencia de vegetación
gramínea y suelos rocosos poco profundos asociados con el pastoreo y la caza; y
c) Meseta (3.900-4760 m.s.n.m.) correspondiente a la cima del cañón del valle del río con
suelos rocosos y vegetación escasa (Figura 1).
El área se caracteriza por valles internos superiores, donde es posible encontrar ríos con
agua permanente y laderas de valle levemente pronunciadas (Navarro y Maldonado 2005). El
escalón ecológico al cual pertenece es Prepuna, cuyo clima es similar al de la Puna, con una leve
variación en las heladas nocturnas que solo ocurren algunos días del año. Las diferencias
altitudinales entre la base y la cima del valle presentan un promedio de 400 metros el cual genera
un clima templado en el fondo del valle con diferencias de hasta 8° centígrados con respecto a la
cima. Esta variación fue utilizada para la ubicación de las áreas agrícolas y el cambio de cultivos.
Valles como éste, situados en las laderas altas de la cordillera Oriental, no reciben
suficientes lluvias para el desarrollo de bosques siempre verdes pero sí para un bosque decíduo
que pierde las hojas durante el invierno. Existe poca vegetación arbórea y especies resistentes al
sobre pastoreo y la quema como las acacias (Acacia macracantha, y A. laevigata). Además se
pueden apreciar en las laderas, como Torora, arbustos de chacotea (Dodonaea viscosa) y tholas
altas (Baccharis dracunculifolia, Eupatorium buniifolium) (Beck 1988). En esta región también
encontramos árboles nativos dispuestos en el camino de Sotoqawichay entre la hacienda Torora y
la estancia Luqe Yapu. Entre estos la Kiswara (Buddleja coriacea) y la Queñua (Polylepis spp.).
En la región de los valles secos se considera que la fauna forma parte de la transición
entre la fauna andina y la fauna amazónica o chaqueña. Sin embargo, la mayoría de esta es de
influencia de la región andina. También se presentan animales como el zorro andino (Canis
culpaeus andinus), la vizcacha de la pampa (Lagidium viscacia), el cuy (Microcavia niata), el gato
andino (Felis jacobita) y una gran variedad de loros que son considerados plagas para los
maizales.
Figura 1Mapa del área de estudio (Composición Google Earth)
Se considera solo a los camélidos (llama glama y llama pacos) y los canes (canis familiaris)
como las especies domésticas, sin embargo es notable la influencia humana en la evolución de la
fauna en los últimos 20.000 años, a partir de la caza a gran escala en los periodos Paleoindio
(20.000 – 10.000 A.P) y Arcaico (10.000-4.000a.C.). Este proceso dio paso a la domesticación de
los camélidos, canes y la utilización de los cuyes (cavia sp.) y algunas especies de aves como el
pato (Sardionis carunculada), flamenco o parihuana (Phoenicopterus andina) así como el ganso
andino o la Wallata (Bernicla melanoptera).
Etnohistóricamente, el área en cuestión formaba parte del señorío preinkaico Qaraqara y
posteriormente formó parte de la provincia Inka de Charkas (siglos XIV y XV). En el siglo XVI
pasaría a formar parte de la encomienda entregada al español Francisco. Las localidades más
importantes son las poblaciones trasladadas primero por los Inka y luego por los españoles a los
3
pueblos de Salinas de Yocalla y Yocalla (ver Espinoza 2003). El ‘Memorial de Charcas’ (1582)
menciona que la provincia Inka de Charkas fue una confederación compuesta por siete naciones:
Chuis, Soras, Charkas, Chichas, Killaqas, Carangas y Qaraqaras, estos últimos como ‘nación’
conformaban la mitad inferior de la confederación con una jefatura (Platt et al. 2006). Esta jefatura
o ayllu mayor se componía por un conjunto de grupos étnicos que practicaban la
complementariedad ecológica dentro y fuera de su territorio (Del Río 1995 a). Los Qaraqara
pertenecían al espacio Urcosuyu compuesto por los pueblos de Macha (capital de arriba) y Chaquí
(capital de abajo) mientras que los Charkas pertenecían al Umasuyo con sus capitales Chayanta y
Sacaca (Del Río 1995 a). El siguiente cuadro resume la composición étnica de los Qaraqara
(Figura 2, tomado de Del Río 1995 a, 15).
Figura 2 Composición étnica de los Qaraqara
Del Río afirma que en Yocalla existía un tambo que pertenecía a los ayllus de Tacobamba
(1995 a, 39) este hecho pudo ser corroborado con las ruinas arquitectónicas del asentamiento y
con los nombres actuales de los Ayllus de Yocalla que hacen referencia a la existencia del tambo:
Potobamba, Tacobamba y Janun Ayllu.
4
3
En el periodo republicano formaron parte de la provincia Tomás Frías del departamento de
Potosí. Esta provincia posee dos secciones de las cuales La villa de Yocalla (Yocalla) es la capital
de sección compuesta de los cantones Salinas de Yocalla, Santa Lucía y Urmiri (Monografía de
Bolivia 1975)
4
Mercedes del Río (1995 b, 55) proporciona un cuadro de población Mitmaqkuna en territorio Qharaqhara y la
explotación de recursos por grupos Killaqa/Asanaqi, Karanka y Pacaxa en la localidad de Tacobamba ubicada
a 40km al noreste de Yocalla. Al respecto, en las ruinas del tambo de Yocalla se evidenció fragmentos de
cerámica estilo Carangas (definido por Michel 2000) y pequeños fragmentos de cerámica estilo Inka-Pacajes
que posiblemente se vinculan con la población Mitmaqkuna.
Según el etnohistoriador Waldemar Espinoza el altiplano meridional y los valles sur andinos
fueron anexados al imperio Inka alrededor del año 1470 por Tupac Yupanqui. La región tiene una
larga trayectoria minera, primero como un centro minero Qaraqara, luego de los Inka y finalmente,
concedida en encomienda a Francisco Pizarro después de la derrota de los “Charcas” en
Cochabamba (la mina de Porco, Espinoza 2003, Platt et al. 2006).
La información etnohistórica es muy reducida respecto a las técnicas de producción
agropecuaria. Algunos datos del repartimiento de Chaquí en Potosí del siglo XVII (Sebill 1989)
describen la cantidad de alimentos que los once ayllus que componían el repartimiento debían
alcanzar anualmente para pagar la Tasa, exigiendo que las familias mantengan las relaciones
productivas y de parentesco Puna – Valles. La producción se logró mantener e incrementar
haciendo uso del ganado nativo disponible y con la incorporación del ganado introducido,
fundamentalmente ovejas y bueyes además de las técnicas para la producción de los cultivos
5
exóticos .
Con respecto a otros recursos explotados según los documentos mencionados por
Espinoza (2003) y Del Río (1995 a), en la parcialidad de Caracara, las estancias de Tocmay y
6
Todos Santos de Quiocalla contaban en 1548 con un total de 25 tributarios. Es decir, 125
habitantes en cuyas tierras se explotaba sal gema en socavones que era intercambiada como
alimento y ritual en los valles (Platt 1996, Lecoq 1985).
Según el mapa de la figura 1.6, Yocalla constituía un antiguo poblado de mitimaes del
periodo preinka e Inka. En este pueblo vivían familias en la forma de ‘colonia multiétnica’ entre los
que se encontraban Qaraqaras, Carangas, Killaqas, Azanaques, Awllaqas-Uruquillas, y “...un
contingente bastante numeroso de haracapis (Espinoza 2003: 47). Similar situación se encuentra
en Turqui y Urmiri, próximos a Salinas de Yocalla (Ibíd.).
5
En el repartimiento de Chaquí la producción de alimentos es la siguiente: papa: 5477 cargas, maíz: 3031
cargas, quinua: 21 cargas y trigo: 40 cargas. Cada carga muestra el equivalente a 40 kilogramos (Sebill 1989,
46, 115 y 116).
6
Quiocalla o Chocalla en el siglo XVI, hoy Yocalla: El nombre actual es una versión Quechua del nombre
antiguo en Aymara.
Figura 3 Mapa de las federaciones Qaraqara y Killaqa del siglo XVI y su dinámica
interecológica. Redibujado a partir de Lecoq y Céspedes 1997, Espinoza 2003y Platt et al. 2006
La actividad económica más importante entre estas poblaciones es la crianza de ganado
camélido y la ‘cosecha’ de leña para uso local (Medinacelli 2008). El manejo de la diversidad de
recursos para la agricultura jugó un papel importante con... “muchas y buenas tierras planas para
cultivar maíz” (Espinoza 2003, 32). Dichas tierras continuaron siendo trabajadas en el periodo
colonial, roturadas con “bueyes y mulos” con los cuales se podría lograr 3.000 fanegas de trigo
7
(Triticum dicoccum) y maíz (Zea mays) anuales .
Análisis de los Componentes Arqueológicos
Sistemas Agrícolas
El Sistema agrícola de Terrazas en Cruz Ukho (3.820 m.s.n.m.)
Se denomina sistema a la relación de interdependencia entre diferentes elementos y sus
atributos. En los sistemas agrícolas esta relación se manifiesta entre energía solar, agua, suelo y
nutrientes para la consiguiente producción vegetal. A estos componentes se asocian los
conocimientos sobre los cultivos, el uso de abonos, la predicción climática y la hidráulica e
ingeniería a gran escala aplicables a las terrazas.
7
Según las unidades de conversión cada fanega representa 2 cargas y cada carga 40 kilogramos
(Sebill 1989).
Una terraza agrícola es una innovación tecnológica prehispánica para los problemas de
poca profundidad de los suelos en las laderas, la escasez de los suelos llanos y la erosión fluvial
(suelifluxión). “Es un tipo de maseta construida por paredes dobles de piedra que son rellenadas
por una capa triple de piedras como base, arena, vegetales y guano, etc., [abono]…ambos
componentes permiten el desagüe [drenaje] y la ventilación de la tierra para remplazar el suelo
local de mala calidad, por lo tanto aseguran […] superficies cultivables en las laderas de las
montañas” (Szabó 2008, 50).
Existían sistemas sin riego que aprovechaban el agua de lluvia mientras que otros
utilizaban riego para contrarrestar la ausencia de la misma. Según el cronista Gracilazo, para hacer
estos andenes (terrazas)
“echaban tres muros de cantería fuerte, uno por delante y dos por los lados, algo
pendientes adentro, como son todas las paredes que labran para que puedan sufrir el peso
de la tierra que les arriman hasta emparejar con lo alto de las paredes. Pasado el primer
andén hacían luego otros menos, y delante de aquel, otro más chico. Y así iban ganando
todo el cerro poco a poco, allanándolo por sus andenes a manera de escalera… los
primeros eran grandes, conforme a la disposición del sitio, anchos y largos de ciento y
doscientas y trescientas más o menos, fanegas de sembradura, y los segundos eran
menores, así iban disminuyéndose” (Gracilazo 1609/1988, II: 48)
Las terrazas son estructuras que “aplanan” parcial o totalmente las superficies inclinadas
para lo cual se construye un muro como barrera de contención. Entre los factores relacionados a
este hecho se considera la expansión de la frontera agrícola acompañada de factores sociales
como la presión demográfica o la respuesta a un cambio climático (Mamani et al. 2008). En la
región de Salinas de Yocalla, a 1km al noreste se encuentra un extenso sistema de terrazas
agrícolas denominadas Cruz Ukho (Figura 3). Estas se extiendes desde la localidad de Yuraj
Khasa hasta la localidad de Torora. Su distribución define su variación morfológica a partir del
rango altitudinal en el que se encuentran (475m). La diferencia entre la cima y la base del río de
este sector se define por:
-
Ladera alta 3.900 – 4.100 (Laguna Murmutani).
-
Ladera media 3.700 – 3.900 (Cruz Ukho).
-
Ladera baja 3.500 – 3.700 (Salinas de Yocalla).
Figura 4 Imagen del área donde se ubican las terrazas Cruz Ukho.
Las terrazas observadas se clasifican en función a dos rasgos constitutivos: i) el armado de
los muros y ii) el emplazamiento en el terreno. La variación en el armado de los muros se clasifica
en:
Variación 1: Muro Suelto (figura 6.2a y b)
-
Piedra cortada en bloques entre 30 y 50cm de largo sin argamasa
-
5º – 10º de inclinación interna
-
Piedras grandes en la cara externa y piedras pequeñas en la cara interna
-
Materia prima obtenida in situ.
Variación 2: Muro Compacto (figura 6.3a y b)
-
Piedras de tamaño regular entre 20 y 30cm de variación con argamasa
-
5º de inclinación interna
-
Distribución regular en el tamaño de las piedras desde el interior hacia el exterior Materia prima
obtenida en la ribera de los ríos
-
Muro mixto. 60% piedra y 40 suelo excavado.
Figura 5a Variación de los muros tipo 1
Figura 5b Gráfica de Variación de los muros tipo 1
Figura 6a Variación de los muros, tipo 2
Figura 6b Gráfica de Variación de los muros tipo 2
El segundo componente de clasificación es la variación en el terreno donde se emplazan y
se relaciona con la forma de las terrazas. Esta variación en Cruz Ukho se resume en:
8
-
Terrazas de contorno con una plataforma y muro de crecimiento lento .
-
Terrazas de contorno corte – terraplén con plataforma plana.
Las terrazas ubicadas en la ribera noreste del asentamiento Salinas de Yocalla se
clasifican como sistemas mixtos: de contorno y de formación lenta. Las terrazas de contorno se
ubican en el fondo de los valles, quebradas y hondonadas cuyos muros continuos siguen el
contorno de la ladera formando una plataforma parcialmente plana (Schulte 1996, Denevan. 2001).
Su principal función es el aprovechamiento del agua de escorrentía irrigándola en las terrazas
(Ibíd.). Los muros que sirven de soporte al suelo son de tamaño irregular, usualmente se hallan
reforzados por vegetación enraizada en el borde y en la cara externa del muro. Este tipo de
terrazas se distinguen por estar relacionadas con pendientes leves y topografía continua (Mamani
et al. 2008, 31).
Variación 1. Terrazas de contorno con crecimiento lento de plataforma y muro
En Cruz Ukho aparecen comúnmente en la ladera alta donde la mayor pendiente resta
menos espacio a la construcción de la plataforma. Sin embargo se ha observado que algunos
sectores de ladera baja aparecen repletos por este tipo de terrazas en las quebradas y
hondonadas (figura 1). El armado de los muros presenta un constante mantenimiento y
rehabilitación sin mucha elaboración (armado de muros tipo 1). Algunas áreas alrededor de Yuraj
Khasa (3.960 m.s.n.m.) presentan este tipo de terrazas.
Los muros en este tipo de terrazas fueron levantados delante del corte de excavación
realizado en el suelo original y el relleno para la plataforma colocado a treinta centímetros por
encima del muro. Se ha observado que este hecho también podría ser efecto de la erosión por
8
Según los actuales propietarios de Cruz Ukho cada 20 a 50 años se incrementa una hilera de
piedras sobre el muro. Pero creemos que esta técnica podría tener variaciones culturales.
escorrentía de lluvias con el suelo desplazándose de plataforma a plataforma. La longitud de estas
plataformas posee un rango entre 10 y 25 metros por un ancho entre 5 y 8 metros. La plataforma
de este tipo de terrazas generalmente presenta un relleno de suelo en el área próxima a la cima del
muro de la siguiente terraza, y la remoción lenta de tierra que proviene de la base del muro
anterior. (Figura 6).
Figura 7 Perfil de Terraza mixta de contorno y formación lenta
Variación 2: Terrazas de contorno corte – terraplén con plataforma plana
Este tipo de terrazas se halla generalmente asociado con los niveles de ladera media y
baja donde la pendiente permite la formación o construcción de plataformas amplias. El armado de
estos muros es mixto, una parte se componen por una estructura de piedras y otra por un corte de
excavación producido en las pendientes entre 3º y 6º de inclinación con suelos profundos (ver perfil
de terraza en la figura 8). El muro de piedra es colocado sobre el corte excavado, el terraplén es
conservado con parte del suelo original. Este tipo de terraza permite un mejor desplazamiento de la
plataforma en sectores abruptos y el empleo de menos piedra para el muro. El segmento excavado
luego es vegetado conservando el resto del muro. Sin embargo de no estar el muro lo
suficientemente cimentado corre el riesgo de colapso total o parcial, dado que se debilita en la
zona de contacto con el suelo.
Debido al corte producido en el suelo original, la plataforma de la terraza se expande casi
horizontal y en algunos espacios como al suroeste de Cruz Ukho, las plataformas se explayan
hasta en una hectárea de terreno.
Figura 8 Terrazas de contorno Corte -Terraplén
Las variaciones en la pendiente de estas plataformas se asocian específicamente al
contorno y a la posibilidad de obtener agua subterránea empleando canales y surcos que permiten
utilizar el agua de escorrentía.
Sistemas agrícolas en la ribera suroeste Salinas de yocalla y Torora
Los sistemas agrícolas observados en la ribera suroeste del Río Pilcomayo en este
transecto son terrazas agrícolas de Banco con sistemas de irrigación a través de canales
excavados en la roca o en el suelo. Dichos sistemas permiten la producción de cultivos en
condiciones templadas y húmedas debido a su proximidad al río y a la profundidad del fondo del
valle.
Sistemas agrícolas en los valles y quebradas en la cima del valle de la cuenca del río
En esta área se observan sistemas de terrazas tipo banco, tipo contorno y tipo corral que se
adaptan a la disponibilidad de agua fluvial, de escorrentía o subterránea. Los suelos se observan
transformados por el uso intensivo de la tierra, acumulados en las partes bajas de las serranías
han permitido mayor profundidad en los campos agrícolas.
Figura 9. Azadas líticas documentadas en las terrazas de Cruz Ukho
Los sistemas agrícolas identificados son bastante homogéneos respecto al uso de la
topografía en las serranías y la ribera. Las combinaciones entre terrazas de contorno y de
formación lenta en las laderas y las terrazas de banco en la ribera muestran un aprovechamiento
de los recursos edáficos, escorrentía de aguas y variación climática.
Es notoria la planificación de la escala en la cual se construyeron y desarrollaron estos
sistemas. El terraceo se muestra como una herramienta para ocupar, transformar, desarrollar y
expandir áreas agrícolas y de asentamiento. La ubicación en las quebradas y los fondos de los
valles parecen ser los centros de origen de los sistemas agrícolas en el periodo Formativo que
paulatinamente se irán consolidando hasta el horizonte tardío.
El transecto presenta variaciones en los tipos de campos y terrazas agrícolas. Por la
asociación superficial con artefactos se puede afirmar que la variación en los sistemas agrícolas de
terrazas tiene un origen i) temporal y cultural ya que varía desde el periodo Formativo hasta el
Colonial y por lo tanto también cultural, y ii) tecnológico, cada uno se adapta a las condiciones
edáficas, hídricas, topográficas locales.
Sistemas Hidráulicos
Todos los sistemas hidráulicos complementan a los sistemas agrícolas. Una topografía
más accidentada hace innecesaria la construcción de acequias o canales para proveer de agua a
las terrazas. Los sistemas hidráulicos de este transecto aprovechan el agua de escorrentía
proveniente de las elevaciones y montañas que circundan la región para encausar el agua
directamente en los campos agrícolas. Estos sistemas están diseñados tanto para captar las aguas
sobrantes como en el caso de la ribera suroeste del río, como para drenar el agua sobrante de
lluvias, como en los canales de Torora y Turis Pujo.
Áreas de Pastoreo
Las áreas de pastoreo se ubican en las partes altas de las serranías y en la meseta que
circunda el río, por encima de los 3.900 metros de elevación, las praderas y matorrales crecen
favorables a las actividades de pastoreo. El área comprendida entre la estancia Luqueta y las
estancias Torora y Cieneguillas (Ver figura 1) muestra el crecimiento de vegetación para ganado
auquénido como Chijis (Muhlenbergia fastigiata, Distichlis humulis), paja (Iru Ichu), y tholas
(Bacharis) Esta área fue recorrida en tres ocasiones y identificando sólo algunos fragmentos de
cerámica dispersos en la superficie. No se existen asentamientos en esta área por lo que
interpretamos que la función forrajera era importante desde el periodo Arcaico (8.000-2.000 a.C.)
hasta el presente.
Sistemas Viales Prehispánicos
En este transecto el camino principal se desplaza paralelo a la ribera oeste del río. Otros senderos
se desplazan cruzando el río y las laderas en distintas direcciones comunicando asentamientos
con zonas de producción. Este camino ingresa desde el norte a la localidad de Salinas de Yocalla
procedente de Yuraj Khasa (3.960 m.s.n.m.). El camino presenta ausencia de vegetación sobre la
vía, ancho promedio de 4m y piedras o vegetación como demarcadores laterales (figuras 6.56, 6.57
y 6.58). Este camino desciende desde la cima del valle (3.900 m.s.n.m.), al norte del asentamiento
de Salinas de Yocalla, a través de una quebrada sinuosa hasta alcanzar la base del valle (3.509
m.s.n.m.). El estado de conservación del camino en este último tramo es bastante malo. Muchas
de las plataformas y muros de contención que se construyeron para sujetar las curvas y pasos se
hallan colapsados o ausentes. Desde el asentamiento de Salinas de Yocalla (3.509 m.s.n.m.) se
traslada por la ribera oeste del río cruzando por sobre algunas terrazas agrícolas hasta alcanzar la
localidad de Torora (3.485 m.s.n.m). Desde este punto se dirige hacia el oeste alcanzando la cima
del valle en la localidad de Luqe Yapu (3.845 m.s.n.m.).
Figura 10 y 11 Camino prehispánico Yuraj Khasa-Salinas de Yocalla
En la ribera suroeste del río la característica principal del camino es una vía con un
promedio de 2m de ancho paralelo a la orilla del río. En algunos sectores ingresa directamente
sobre las terrazas agrícolas para lo cual se dispone de un segmento discontinuo entre las
plataformas. Hasta su arribo a las plataformas de Torora el camino se mantiene cercano al río y en
el siguiente tramo se desvía hacia el oeste debido al encajonamiento del río. El último tramo de
este camino dentro el valle del río recorre de las localidades de Torora, Luqe Yapu y Turqui, ruta en
la cual el camino se halla conservado.
Figuras 12 y 13 Camino Sotoqawichay, tramo Torora-cruce Luqe Yapu.
Santuarios y Adoratorios
Salinas de Yocalla
Un componente arqueológico particular en el del valle del río Pilcomayo es la presencia de
santuarios o adoratorios. Como ya se ha expuesto en otras publicaciones (Bouysse-Cassagne y
Harris 1987, y Harris 1997) la religión andina se expresa a través del paisaje, vivificándolo y
relacionándolo con un conjunto de seres sobrenaturales vinculados a través de servicios recíprocos
con los seres humanos. Según Astvaldsson (2000), Wak’a es un término panandino común a las
dos principales lenguas de los Andes, el quechua y el aymara que designa el poder sagrado mítico
y social incorporado en una roca, un río, manantial o una montaña. En el periodo colonial se lo usó
para describir una variedad de lugares y objetos naturales y de obra humana tales como ídolos,
santuarios y templos edificados para ese propósito y otros como cuevas o sepulcros de
antepasados. Según el mismo autor, el término también se usó para referirse a los antepasados
lejanos y a los objetos y fenómenos insólitos o extraordinarios (Asvaldsson 2000, 54).
La Wak’a de Salinas de Yocalla se encuentra justo detrás de la catedral colonial de San
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Agustín en el asentamiento de Salinas de Yocalla. La Wak’a se muestra como una piedra gris con
forma similar a la de un animal con la cabeza erguida y el cuerpo semisentado. (Figura 13). Recibe
a peregrinos los días de la fiesta patronal (en carnavales) lo cual coincide con el calendario
cristiano y andino.
Figura 14 Wak’a Salinas de Yocalla y las ofrendas depositadas en la base.
Capilla de Salinas de Yocalla
9
Según doña Celestina Thola, la gente del pueblo prefiere que la iglesia colonial se derrumbe por que el día
en que esto suceda la Wak’a, habrá de haber ganado la batalla contra la iglesia. Hecho que podría reflejar
alguna necesidad de emancipación social que muchos grupos andinos manifiestan.
La capilla del pueblo Salinas de Yocalla es un santuario precolombino debido a que se
halla en la cima de una colina desde la cual se tiene visibilidad de algunas montañas (Figura 15).
Se encontró cerámica en las paredes de adobe de la capilla colonial.
Figura 15 Capilla adoratorio, Salinas de Yocalla
Marka Pampa - Torora
En el trayecto de Marka Pampa a Torora en la ribera suroeste existe una parte del río muy
angosto donde la pared rocosa contiene pequeñas hornacinas en las cuales se deposita ofrendas
(Figura 16). Habitantes de Salinas de Yocalla nos comentaron que un kilómetro más al sureste de
Torora existe un lugar que llaman Iglesia. Se trata de una cueva dentro la cual se hallaría un
cóndor de barro con las alas desplegadas. Para la comunidad este lugar comunica con el Ukho
Pacha (mundo de abajo), y por eso evitan el pasar o ingresar a este lugar. Me dirigí hasta este
lugar para intentar comprobar su existencia pero no pude lidiar con el escarpe del río, no existe
camino.
Figura 16 Hornacina de piedra antes de ingresar a Torora
Turqui
Una interesante historia local nos permitió conocer de los poderes mágicos del cerro Kollu
Pata (4.589 m.s.n.m.), antiguo asentamiento precolombino en Turqui. El Sr. Roberto Morales
cuenta que este cerro es usado como adoratorio cuando las lluvias no llegan oportunamente. La
forma en la que se realiza el ritual incluye a las autoridades políticas y religiosas tradicionales que
transportan hasta una hornacina tallada de piedra en la cima, la figura de la virgen de la Candelaria
con dos santos fransicanos al pie para la cual celebran un rito que consiste en quemar ofrendas y
ruegos para el retorno de la lluvia.
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Hasta el momento el rito siempre tuvo el efecto deseado. Esta
virgen fue tomada de la catedral de Salinas de Yocalla por la gente del ayllu Turqui cuando
empezaron los conflictos con el curato de Salinas (Ver supra).
Los Asentamientos
Los asentamientos identificados en este transecto son: Cruz Ukho, Salinas de Yocalla,
Yuraj Khasa, Turqui, y Yocalla respectivamente. Estos se asocian con la proximidad a las zonas de
producción del río. El asentamiento más importante en este transecto durante el periodo Formativo
Tardío (0-300 d.C.) y de Desarrollos Regionales Tempranos (300-900 d.C.) se encuentra en Cruz
Ukho. Posteriormente, en los periodos de Desarrollo Regional Tardío (900-1.450 d.C.) y Horizonte
Tardío (1.450-1.532 d.C.), el asentamiento predominante se halla en Salinas de Yocalla. Este
continuó siendo un asentamiento importante en el periodo colonial y republicano hasta el siglo XIX
debido a la explotación de sal gema.
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Se conoce una sola pintura de la Virgen de la Candelaria que se encuentra en el museo de Charcas-Sucre.
El asentamiento Khollu Pata de Turqui parece marcar un vínculo con grupos de regiones
como Lípez durante el periodo de Desarrollos Regionales Tempranos (300-900 d.C.) hasta el
periodo de Desarrollo Regional Tardío (900-1.450 d.C.) donde este asentamiento es abandonado.
Al parecer su ubicación podría estar relacionada con la interacción entre grupos de los salares y los
grupos de los valles orientales. En la transición entre el Desarrollo Regional Tardío (900-1.450
d.C.) y el Horizonte Tardío (1.450-1.532 d.C.) la población abandonó este asentamiento y se
trasladó a la base de Kollu Pata donde se hallaron restos de cerámica Inka y colonial en las
plataformas de cultivo ubicadas en el lado suroeste del valle.
Yocalla es un asentamiento mayor donde la superficie con restos arquitectónicos es de 4
hectáreas aproximadamente (según foto aérea IGM 1961). El asiento incluye áreas de dormitorio,
almacenaje y corrales (figura 19). El asentamiento fue abandonado en el periodo colonial y en la
actualidad solo permanecen algunos cimientos.
Artefactos Líticos de Yocalla
Gracias a la colaboración del Sr. Hernán Susaño, quien trabaja en la iglesia de Yocalla
para la apertura de un museo arqueológico, pudimos fotografiar algunos líticos que fueron
recolectados por él en los asentamientos de Salinas de Yocalla, Markavi, Paranturí, Yocalla y
Turqui. Entre los artefactos se encuentran una Canopa Inka (zoomorfa), así como un par de
hachas y un conjunto de azadas agrícolas (Figuras 17 y 18).
Figura 17 Hachas y asadas líticas fotografiadas en la iglesia de Yocalla
Interpretaciones y conclusiones
A continuación se propone en orden cronológico las interpretaciones arribadas en la
investigación en el área en cuestión.
Figura 18 Canopa Inka (iglesia de Yocalla)
Figura 19 Mapa de Yocalla y sus principales componentes arqueológicos
Arcaico: 8.000 –2.000 a.C.
Durante este largo periodo el fondo del valle sirvió como un corredor natural de
comunicación entre las tierras de puna y valles de Potosí. En el fondo del valle las aguas del río
proveían de pastos y bosques, lugares ideales para actividades de caza, recolección,
probablemente pesca, y el establecimiento de refugios y campamentos. Hacia la cima, en las
mesetas y valles ubicados en las partes altas del valle pastores, cazadores y recolectores obtenían
materias primas para la confección de sus herramientas así como también refugios. Como en el
presente, este segmento de la cuenca alta del Río Pilcomayo muestra una gran variedad de
recursos explotables por las sociedades de cazadores, recolectores y pescadores. Se establece los
términos de relacionamiento con el medioambiente que impactará a futuro los ecosistemas andinos
partiendo del manejo de su amplia diversidad geográfica, faunística, vegetal y animal. En la Puna,
por encima de los 3.600 m.s.n.m. estas sociedades modificaban las poblaciones animales
mediante la caza y la domesticación, mientras que en los valles por debajo de los 3.600 m.s.n.m.
transformaban las relaciones entre agua y vegetación con el establecimiento de áreas de pastoreo.
Los que observamos hoy en el paisaje es resultado de una selección de las potencialidades
ecológicas y también sociales de aquellos recursos. Las praderas entre Luqueta y Yocalla (15km²)
presentan las formas y especialización vegetal y edáfica de un manejo continuo y ordenado del
medioambiente hasta el presente.
Formativo: 2.000 a.C. – 300 d.C.
Producto de un largo proceso de experimentación agrícola y ganadero experimentado a
finales del periodo Arcaico (4.000-2.000 a.C.) en el periodo Formativo se establecen las primeras
aldeas. Sin embargo, las actividades de este periodo involucran el manejo de extensas áreas de
pastoreo, recolección, caza y agricultura salpicada (utilizando diversos microclimas para diversificar
la producción y por lo tanto la dieta).
En el periodo Formativo Tardío (0-300 d.C.) se desarrolla una tecnología agrícola que
permite la ampliación de las tierras agrícolas. En base a la construcción de terrazas agrícolas en
las laderas del valle. Las plataformas sirven no sólo como nuevas tierras agrícolas sino también
como áreas de asentamiento. En Cruz Ukho, algunas terrazas de periodos posteriores enterraron
parte del antiguo asentamiento.
El intercambio macro regional es un factor que estimula la innovación de la tecnología
además que establece formas de organización social regional reforzadas por el ritual y la religión
vinculados con el medioambiente. En general, en este periodo existe un manejo más intenso del
paisaje en términos agrícolas y por lo tanto en términos edáficos (mejoramiento de suelos), hídricos
(irrigación) y una mejor comprensión de los procesos climáticos que afectan la producción.
Desarrollos Regionales Tempranos: 300 – 900 d.C.
Resultado del crecimiento y organización territorial y por lo tanto política del paisaje desde
el periodo anterior, los Desarrollos Regionales Tempranos muestran la formación de sociedades
agrícolas y pastores con un alto grado de interacción regional. Dicha interacción establece los
términos del intercambio, las formas del ritual en la producción y la especialización ganadera o
agrícola. Tanto Cruz Ukho como Turqui muestran un crecimiento del área de terrazas de Banco y
de Contorno ubicadas en la ribera suroeste, desde Salinas de Yocalla hasta Torora. En el fondo del
valle se observa que el crecimiento de los campos agrícolas viene acompañado por una mayor
demanda de alimentos que se resuelve a través del establecimiento de vínculos de parentesco
entre diferentes grupos sociales que permite un acceso a las tierras del fondo del valle (reflejado en
la cerámica y en la variación tipológica de las terrazas). Se incorpora el manejo de canales de
irrigación que permiten una mejora en la calidad de los productos.
Desarrollos Regionales Tardíos: 900 – 1400 d.C.
Este periodo esta representado por una ocupación más densa y ordenada en el paisaje. Se
utilizaron las laderas, terrazas y los sistemas de irrigación a mayor escala Resultado de la
interacción pan regional del periodo anterior (estilos cerámicos Yura, Uruquilla, Tiwanaku, Puqui)
aparecen nuevos estilos cerámicos procedentes de Salinas de Yocalla, Cruz Ukho, Turqui y Khollu
Pata (Yura Foliáceo, Chaqui, Intersalar, Turqui). Se observa a su vez un vínculo con sociedades
pertenecientes a territorios más grandes como Qaraqara, Charkas, Lípez, Killaqa y Karanqa. El
fondo del valle pasa a pertenecer a sociedades que transforman más rápido y eficientemente el
paisaje, sin embargo se mantiene las relaciones sociales mediadas por el ritual vinculado con el
medioambiente. Turqui se convierte en un asentamiento “vertical” de los Killaqa: Asanaqi o
Awllaga, aunque los elementos cerámicos hallados en el lugar no se vinculan con el estilo Killaqa
descrito por Catacora et al. 2002 (Figura 20).
Figura 20 Mapa de los grupos étnicos preinkaicos según fuentes del siglo XVI
Horizonte Tardío: 1470 – 1532
Como en el caso del primer transecto la aparición de cerámica y arquitectura Inka en la
región es resultado de un proceso de control indirecto. Este periodo se halla representado en los
asentamientos de Salinas de Yocalla y Yocalla, los más grandes de la región. Estos asentamientos
muestran un control de la población reduciéndola en áreas específicas proponiendo un esquema
de manejo del medioambiente más especializado que en periodos anteriores. Los Inka introdujeron
nuevas poblaciones, mitmaqkuna (reconocibles en la cerámica de Yocalla) para el incremento de la
producción agrícola: ampliación de la infraestructura en terrazas e irrigación para mejores y
mayores tierras (en Yocalla). La producción resultante era almacenada en los tambos que fueron
construidos en los asentamientos. En Salinas de Yocalla el tambo inkaico probablemente se ubica
por debajo de la actual iglesia (figura 21).
Figura 20 Distribución de rasgos y arquitectura Colonial de Salinas de Yocalla
Periodo Colonial: 1532 – 1825
En este periodo se constituyeron los pueblos de reducción (reforma Toledana, 1570) en
todo el Tawantinsuyo. Continuando con el periodo anterior, en este sector de la cuenca alta del río
Pilcomayo los principales asentamientos coloniales son Salinas de Yocalla y Yocalla. En Salinas de
Yocalla alrededor del año 1590 se construyó la catedral de San Agustín. Esta iglesia fue centro de
reducción y de adoctrinamiento cristiano para los pobladores de los cuatro centros de la región:
Belén Pampa, K’utiri, Turqui y Yuraj Khasa. (Figuras 21 y22).
Figuras 20 y 21 Catedral de San Agustín y Hacienda Colonial en Salinas de Yocalla
En localidades como Torora (3.5.11 m.s.n.m.) y Ulasana (3.920 m.s.n.m.) se construyeron
molinos de agua en las intersecciones de los ríos para facilitar la molienda de granos locales e
introducidos. Se empedró algunas plataformas de las terrazas de contorno como en el caso de
Ulasana (3.920 m.s.n.m.) y Yuraj Khasa (3.960 m.s.n.m.), para facilitar la trilla del grano. Los
sistemas de terrazas continúan siendo utilizados. A partir de los fragmentos de cerámica en Turis
Pujo, Chullpa Esquina y Alfapu los sistemas agrícolas muestran continuidad en la forma y la escala
de su construcción. Las plataformas de cultivo no fueron modificadas o destruidas por la
introducción del arado de tiro o la introducción de nuevas técnicas de cultivo. Los sistemas
hidráulicos que acompañan a las terrazas tampoco muestran modificaciones y en el caso particular
de Torora el molino de agua utiliza una toma de agua con un precolombino.
En Salinas de Yocalla la casa de hacienda es el edificio más grande con una superficie de
1ha aproximadamente, que fue remodelada a principios del siglo XIX (Figura 6.60).
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