Los cineastas haitianos - Arquitectura Dominicana

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Los cineastas haitianos - Arquitectura Dominicana
Cinemacuteo - Cine Independiente
Los cineastas haitianos
autor Etzel Báez
Friday, 17 de February de 2006
Modificado el Friday, 17 de February de 2006
Diferente a los cineastas dominicanos, los haitianos nos llevan la delantera con un cine hecho con dignidad, propuesta
estética y absolutamente liberador.
Etzel Báez
Diferente a los cineastas dominicanos, los haitianos nos llevan la delantera con un cine hecho con dignidad, propuesta
estética y absolutamente liberador. Raoul Peck es uno de ellos con Hotel Rwanda y Lumumba, dos filmes de
incuestionable calidad. Existen otros menos conocidos como Rassoul Labuchin, Arnold Antonin, Charles Najman y
Aniceto Rocha.
Haití no cuenta con la millonaria cantidad de taquillas que vende el mercado de cine en República Dominicana, pues los
cinéfilos no pasan de cien mil entre los 8 millones de habitantes del país más pobre del hemisferio occidental. Sus
cineastas realizan su arte fuera de su país, y sabemos las razones. Existe poco capital para hacer cine, y son los propios
directores que deben ir de sala en sala con sus películas debajo del brazo.
La diáspora de haitianos que viven en Canadá, Francia y EEUU, se estima en 2 millones (213.000 en el sur de la
Florida e EEUU), está dando muestras de madurez (Jean-Price Mars a Jacques Roumain, René Depestre y Anthony
Phelps, entre otros), y es muy posible que todos esos gestores culturales que caminan por el mundo, hagan un día su
regreso a crear un pais de alto vuelo intelectual; por lo menos esa es la historia tantas veces repetidas de gente que
hace contacto con el mundo y al reintegrarse todos a su comunidad se presenta una fabulosa y excitante diversidad:
Brasil, Perú, Chile y Argentina son ejemplos de esto, como lo fue RD al término de la tiranía trujillista. ¡Que fabulosos
fueron los 60 y los 70!
El cine hecho por los haitianos ha tenido mejor suerte que el que hacemos los dominicanos. Muchas como las de Peck
no son películas haitianas, pero si son filmes hechos por el ojo, el sentir, la conciencia, el talento, y sobre todo las garras
de artistas haitianos, no importa donde hagan su arte, siempre será un arte hecho por el sentir de la cultura de Haití. Y
solo eso es suficiente para reflexionar sobre dónde estamos los cineastas dominicanos, para dónde vamos y qué
queremos.
Probablemente, nuestro camino para –siquiera– igualarnos a los cineastas haitianos está en realizar un cine opuesto a la
experiencia común de las comedias en que hoy invertimos.
Parece mentira que pese a disponer de intuición, sentir la manifestación de nuestro espíritu, no dispongamos de coraje
para comunicar al mundo nuestras experiencias como pueblo.
Decir verdades en documentales manipulados es diferente a plantear verdades, dudas, mentiras de lo que somos hoy
con respecto a nuestro pasado inmediato.
El cine a que deberiamos aspirar –entiendase– es aquel que no ofusque la fuerza histórica de nuestras culturas. El que
ahora tenemos nos lleva por un camino ciego.
Y creo que tendremos un cine el día que comencemos a creer en nosotros. El día que dejemos de descalificarnos a priori.
En el momento que reiniciemos las utopias.
Quienes luchan por un “cine dominicano” deben reflexionar sobre estas cuestiones, pues para ser DOMINICANO primero
tiene que cumplir su misión de cine en esta tierra que lucha por su liberación.
Como lo hace Haití y sus cineastas.
Fuente: Clave Digital
http://arquitectura.do/cinemacuteo/archivo
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Generated: 21 December, 2016, 05:54

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