memoria de la migraciones de aragón
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memoria de la migraciones de aragón
MEMORIA DE LA MIGRACIONES DE ARAGÓN http://www.memoriadelasmigracionesdearagon.com TESTIMONIOS DE MIGRANTES ARAGONESES: Nº: 015 Título: Mis padres murieron en la guerra Entrevistado: Rosario M.G. Resumen: Fuente: FERRÁNDEZ PALACIO, José Vicente (Coord.): La emigración contada por sus protagonistas, Testimonios de inmigrantes en Monzón (Huesca) 1950-2006. Edita Patronato de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Monzón, p. 35-36 Observaciones: La omisión de datos personales del encuestado que presta testimonio ha sido a petición suya. Para la edición en la página Web memoriadelasmigracionesdearagon.com se ha contado con los permisos legales pertinentes. Todo nuevo enlace, o uso de los datos, se debe atener a la legislación vigente. Nací en Teba (Málaga), en la calle Sevilla, número 13. Con dos años me recogieron unos tíos míos que eran pastores porque murieron mis padres, era cuando la guerra. Me llevaron a la casilla de la Llaná que pertenecía al cortijo Paulano. Por circunstancias de la vida, mis dos hermanas y yo nos separamos y no nos volvimos a encontrar hasta que tuve 16 años. En la casilla cuidaba corderos, cogía espárragos, huevos de perdiz, cogollos de palmito, higos chumbos. Así hasta los 13 años. Entonces nos volvimos a Teba y entré a coser en una sastrería, primero de aprendiza y luego de ayudanta. A los 19 años me vine a Monzón 3 o 4 meses a recuperarme, que había estado muy enferma, a casa de una tía, y me gustó y me quedé. Gracias a la meningitis me establecí en Monzón. Empecé a trabajar en casa Boretas, a servir, planchar, coser y ayudar a cocinar. Pasados seis meses, me fui a la aserradora de Campo a trabajar con mi hermana. El día de Santa Águeda en el baile era costumbre sacar al hombre a bailar por la mujer. Yo escogí así a mi marido. El tenía novia para casarse pero la dejó porque yo lo saqué a bailar. Estuvimos nueve meses de novios, en septiembre nos bajamos a mi pueblo para casarnos. Con veinte años y recién casada me quedé por fin en Monzón. Al año tuve a mi primer hijo, Andrés; y al año y medio tuve al segundo, Manuel. Mi marido trabajaba de obrero en la Monsanto, yo hacía mis labores, un trabajo muy duro y mal pagado. Hemos vivido durante cincuenta años en Los Templarios, y ahí seguiremos toda la vida.