british cemetery of las palmas
Transcripción
british cemetery of las palmas
BRITISH CEMETERY OF LAS PALMAS by Betty Burgess La Iglesia Holy Trinity de Las Palmas es responsable del Cementerio Inglés de Las Palmas, que fue fundado en 1834, cuando un grupo de ciudadanos británicos residentes en la Ciudad obtuvo permiso de las Autoridades para establecer el camposanto extramuros, en la zona apartada denominada San José, y así dar cristiana sepultura a las personas que, por no profesar la fe católica, no podían ser inhumadas en los cementerios católicos. Es el ejemplo más antiguo de lo que podríamos llamar el patrimonio de los ingleses en la isla. La primera lápida data del año siguiente y a lo largo de los siglos XIX y XX fueron muchos los que encontraron allí su último descanso: hombres de negocios, misioneros que perecieron camino de África a Europa, soldados retornando de las colonias, marineros, personas que buscaban la salud en la isla; no todos fueron británicos pues también había escandinavos, alemanes, franceses y algunos americanos, entre otros. La mayoría era cristianos protestantes, aunque existen, además, tumbas judías. A partir de 1960 algunos de los residentes procedentes de las colonias británicas, jubilados y turistas encontraron en el cementerio inglés su última morada, pero actualmente son pocos los sepelios. Contiene, sin duda alguna, parte del legado histórico de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Los comerciantes británicos fueron pioneros que impulsaron las industrias agrícolas y portuarias, que traían mercancías y maquinaria hasta entonces nunca vistas y dotaron la ciudad de servicios esenciales, tales como el agua corriente, el teléfono y la electricidad, e importaron los deportes típicos: fútbol, tenis, golf, así como sus costumbres victorianas, clubes recreativos, etc. Hasta su estilo de construcción ha dado lugar a la zona de Las Palmas conocida como "Ciudad Jardín" donde está ubicada nuestra iglesia, también declarada "Bien de Interés Cultural" de Canarias. Entretanto, la ciudad de Las Palmas y sus barrios periféricos han ido creciendo hasta rodear este pequeño enclave con la construcción de casas de pisos hasta el mismo muro. Resentimiento por la proximidad de un cementerio – con el agravante de ser protestante – causo algunos disgustos hasta tiempos recientes. Sin embargo, dos generaciones de una familia local han guardado una llave para permitir la entrada al cementerio a cualquiera que lo solicite. Al notar hace algunos años un creciente interés de parte de colegios y otras entidades culturales locales en la herencia británica, y al recibir mensajes desde el extranjero pidiendo información sobre antepasados presuntamente enterrados aquí, pensamos que hacia falta un plan de acción para mejorar su estado y combatir, además, la percepción del cementerio como un estorbo que debe ser trasladado a otra parte. Se limpió, pintó y reparó la capilla y la entrada, se arrancaron las hierbas que las lluvias siempre dejan en abundancia y repararon los puzzles que quedaban de las lápidas después de los ataques de algunos indeseables que se colaron. Por desgracia, no sabemos reparar las cruces rotas. Algunos vecinos se acercaran para hacernos preguntas, una alegría para nosotros pues nuestras actividades estaban destinadas a recuperar el espíritu de convivencia y colaboración con los vecinos del barrio y hacerles enorgullecerse de tener entre ellos un recinto de tanta historia como es el Cementerio Británico. Al poco tiempo, la Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Las Palmas hizo las gestiones pertinentes para que fuera pintado el muro exterior previa una visita gratuita y guiada a los lugares "británicos", incluyendo el cementerio. Siguieron visitas de colegios y diversos grupos culturales. Ya designado Monumento por el Gobierno de Canarias, en el año 2011 el Cabildo Insular acordó dedicarle dinero para la restauración del cementerio y, terminada la obra, vino nuestro Obispo de la Diócesis en Europa para su rededicación. Desde entonces, hemos recibido numerosos grupos de toda índole. Hoy, voluntarios de nuestra iglesia intentan lograr un mínimo de mantenimiento del cementerio pues nuestros recursos son escasos y no permiten más.