Estrs Policial: Reconocerlo y controlarlo
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Estrs Policial: Reconocerlo y controlarlo
1 ESTRÉS POLICIAL: RECONOCERLO Y CONTROLARLO 2 INDICE: INTRODUCCIÓN. DEFINICIÓN DE ESTRÉS. • Tipos de estrés. • Causas de Estrés. • Consecuencias. ESTRÉS EN EL ÁMBITO POLICIAL. FUENTES DEL ESTRÉS POLICIAL. ESTRÉS ¿ENFREMEDAD PROFESIONAL?. LÍNEAS DE INTERVENCIÓN Y TRATAMIENTO. TÉCNICAS DE RELAJACIÓN Y RESPIRACIÓN. CONCLUSIONES. 3 1. INTRODUCCIÓN En el campo de la salud laboral, el estrés ocupa un lugar importante por cuanto se está mostrando que afecta a gran cantidad de personas y es el responsable de buena parte del absentismo laboral. Es además significativo en la profesión policial, en la cual, por la misma naturaleza del trabajo que desarrolla, se ve directamente influida por este. La profesión de policía está directamente relacionada con el estrés, debido al roce continuo que el desarrollo de su función implica en relación con la sociedad. Esta fue una de las conclusiones que se dedujeron de la Mesa Redonda del primer Grupo de Trabajo del Ministerio del Interior, que bajo el tema "Policía y salud Mental" se celebraron en Madrid en 1.986. El policía desarrolla su labor en un entorno conflictivo, en el límite de la marginalidad y criminalidad. Además su herramienta habitual de trabajo -la defensa y la pistola- tiene un riesgo genérico que se añade como factor de estrés. Pero además de estos factores puramente laborales, existen otros, de carácter organizativo, muy relacionado con las relaciones de los funcionarios entre sí, y con las características de desarrollo del trabajo policial, que inciden en mayor o menor manera en los policías, aumentando su fatiga psíquica, y sometiéndolos a los efectos nocivos del estrés. Intentaremos hoy dar una ligera idea acerca de lo que es el estrés mediante su definición y sus consecuencias en el organismo, intentando que podamos reconocerlo en nosotros mismos si llegamos a sufrirlo. Así mismo profundizaremos en la incidencia del estrés dentro de la profesión policial, viendo la incidencia del mismo dentro de ésta profesión, los factores que lo favorecen y las consecuencias para nuestra salud. Por último trataremos de dar pautas para, no solo reconocer el estrés, sino ser capaces de controlarlo, si bien las técnicas que se expondrán solo son eficaces con su práctica habitual, no está demás conocerlas y saber de su existencia. 4 2. DEFINICIÓN DE ESTRÉS El estrés es una respuesta del organismo ante un estímulo específico. El estrés es siempre una respuesta de carácter fisiológico. Ante un agente estresor, que puede ser externo o interno, se produce una segregación de hormonas que producirán cambios a distancia en diversas partes del organismo. Estas hormonas afectaran el comportamiento de la persona de un modo concreto, variando de un individuo a otro, por lo que el estrés deja de ser un problema únicamente fisiológico para convertirse en un problema también social. A lo largo de la historia se han dado diversas definiciones de lo que es el estrés, pero dos recogen principalmente la verdadera naturaleza de lo que y significa: la O.M.S. define el estrés como "el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara al organismo para la acción". Para Richard Lazarus (1966) sería "el resultado de la relación entre el individuo y el entorno, evaluado por aquél como amenazante, que desborda sus recursos y pone en peligro su bienestar". Por tanto, el estrés puede considerarse como una reacción física y emocional compleja. Podemos distinguir tres fases en el estrés: (1) Se da una reacción de alarma en respuesta a un factor de tensión que activa el sistema nervioso autónomo, es decir, nos activamos ante el estimulo que nos provoca estrés, que nos es amenazante. (2) la fase de resistencia ocurre mientras el cuerpo se aclimata y ajusta al factor de estrés, es decir, mientras convivimos con el estimulo estresor haciéndole frente. Nos adaptamos al esfuerzo requerido. (3) la fase de fatiga, si la tensión persiste por mucho tiempo termina desgastando nuestras fuerzas, y las reacciones que la fase de resistencia produjo en nuestro cuerpo acaban por enfermarnos. Pero el estrés es necesario para movilizar los recursos vitales de nuestro cuerpo, aunque también podemos ser consumidos por la energía desplegada por él. 5 TIPOS DE ESTRÉS. El puesto del estrés en nuestras vidas puede ser por tanto de enemigo o aliado. * Estrés Positivo (Eustrés): Como hemos dicho la palabra estrés, aunque se relaciona normalmente con un estado patológico, no es por definición “malo”. Estrés es la activación necesaria para hacer frente a las distintas exigencias que nos plantea la vida diaria. Es lo que nos permite seguir adelante y funcionar. El estrés actúa como factor de motivación para vencer y superar obstáculos. Puede decirse que es un elemento que nos ayuda a alcanzar el éxito, es el combustible para el logro de nuestras ambiciones. Todos sabemos que nuestro organismo está preparado, tanto física como psíquicamente, para responder a situaciones que supongan para nosotros un reto. Normalmente, si no hay ningún desajuste o disfunción, nos desenvolvemos y hacemos frente a las distintas situaciones de nuestra vida sin mayor problema, con un nivel determinado de activación. Es más, necesitamos de esta activación para responder a las distintas demandas que se nos plantean. En palabras de Goleman, “una cantidad moderada de ansiedad en el ambiente –una leve sensación de urgencia- nos moviliza adecuadamente, mientras que su defecto nos deja apáticos y su exceso nos desborda.” * Estrés Negativo (Distrés): Cuando el estrés supera límites aceptables, es decir, se mantiene por un tiempo prolongado y supera el nivel normal y deseable. La presión autoimpuesta o percibida en nuestro entorno provoca un aumento anormal de los niveles de activación de nuestro organismo, y, en vez de resultarnos útil para afrontar las circunstancias, se genera en nosotros una sensación de malestar interno que puede llegar a angustiarnos e, incluso, a bloquearnos. * Estrés Físico y Estrés Mental: Algunos autores diferencias entre el estrés físico y el estrés mental, mientras que otros combinan ambas definiciones cuando hablan del estrés. Esta diferenciación depende de el origen o causa del estrés, definiendo al estrés físico principalmente como fatiga o cansancio físico. Puede expandirse esta definición para incluir exposición al calor o al frío, al peligro, o a sustancias irritantes. Por otro lado, el origen del estrés mental está en las relaciones interpersonales, frustraciones y apegos, conflictos con nuestra cultura o religión o por la preocupación por alguna enfermedad. 6 * Estrés agudo: El estrés agudo es el producto de una agresión intensa (aún violenta) ya sea física o emocional, limitada en el tiempo pero que supere el umbral del sujeto, da lugar a una respuesta también intensa, rápida y muchas veces violenta. Cuando el estrés agudo se presenta se llega a una respuesta en la que se pueden producir úlceras hemorrágicas de estómago como así también trastornos cardiovasculares. En personas con factores de riesgo altos, pueden tener un infarto ante situaciones de este tipo. * Estrés crónico: Cuando el estrés se presenta en forma crónica, prolongado en el tiempo, continuo, no necesariamente intenso, pero exigiendo adaptación permanente, se llega a sobrepasar el umbral de resistencia del sujeto para provocar las llamadas enfermedades de adaptación. Es decir que cuando el organismo se encuentra sobre estimulado, agotando las normas fisiológicas del individuo, el estrés se convierte en distrés. El estrés crónico puede darse ya sea por una exposición prolongada y continua a factores estresantes externos o por condiciones crónicas o prolongadas de la respuesta al estrés (como en sujetos deprimidos y en el estrés postraumático). Aquí el sujeto se ve expuesto prolongadamente a las llamadas hormonas del estrés (catecolaminas, adrenalina y noradrenalina liberadas por el sistema nervioso simpático; y los glucocorticoides). Algunos autores catalogan como estrés agudo al que ocurre dentro de un período menor a 6 meses, y crónico, de 6 meses o mas. Hemos de entender que no existen respuestas objetivas, todas las respuestas que generamos son de carácter estrictamente particular: la interpretación, emoción y sensación que acompañan al estrés son intransferibles, el estrés es un particular e íntimo mecanismo de defensa que puede transformarse en un medio de autodestrucción. 7 SINDROME GENERAL DE ADAPTACIÓN. El síndrome de estrés depende de varios factores, los principales son: Hace falta un agente estresor, que sea percibido como una amenaza. No poseer los mecanismos necesarios para afrontar la situación de manera efectiva. Dependiendo de estos factores un determinado agente estresor podrá provocar respuestas de placer, incomodidad, ansiedad, miedo ó pánico. Si el estimulo es efectivamente agresor y se mantiene en el tiempo el cuerpo pasará por las fases de alarma, resistencia y agotamiento que comentamos anteriormente. Produciendo en cada caso los efectos negativos que sobre el organismo tiene el exceso de estrés cuando este se mantiene en el tiempo más allá del propio nivel de adaptación. Lo peor es que incluso esto puede llegar a suceder tan lentamente que casi no nos damos cuenta, o incluso lo consideremos normal, yo no noto el esfuerzo ya que todo lo hace el sistema nervioso autónomo por su cuenta. Pero si puedo notar los EFECTOS: • Dolores de cabeza ocasionales, que se repiten poco a poco más a menudo. • Una fatiga crónica que no parece desaparecer con el reposo, antes si lo hacía. • Problemas circulatorios, pesadez en las piernas, varices quizás. • Contracturas musculares en cuello, dorso y zona lumbar, que no ceden descansando. • Pérdida ocasional de memoria, que aumenta y me irrita al principio. • Dolores de estómago, problemas para hacer la digestión, estreñimiento. • Tics nerviosos. • Dificultad para dormir, o descansar. 8 • Aumento de las adicciones, comida, bebida, tabaco. • Falta de concentración. • Pesimismo. • Sensación de fracaso Todos estos son signos de alerta que deben hacernos pensar que podemos estar siendo víctimas de estrés y que debemos tomar una determinación para solucionar el problema antes que los síntomas advertidos se conviertan en una verdadera enfermedad. 9 CONSECUENCIAS Llega un momento en que el cuerpo no puede continuar el esfuerzo, tras la resistencia continua, las energías se acaban, el equilibrio interno después de estar amenazado largo tiempo se rompe, el sistema inmune se ve afectado, la capacidad de resistir a los agentes patógenos de cualquier tipo disminuye y la enfermedad aparece, si el desgaste previo ha sido suficiente incluso la vida corre peligro, en caso contrario el cuerpo tras un descanso suficiente aún se recupera parcialmente aunque con secuelas derivadas del colapso sufrido; derrames cerebrales, hipertensión, úlceras, infarto, cáncer, infecciones, tienen la puerta abierta en un organismo debilitado. Podemos dividir las consecuencias en: Trastornos cardiovasculares pueden mencionarse la hipertensión arterial, la enfermedad coronaria o las taquicardias. El asma bronquial o el síndrome de hiperventilación constituyen trastornos respiratorios. Dentro de los inmunológicos figura la aceleración del desarrollo de los procesos infecciosos. En cuanto a alteraciones del sistema endocrino, las principales son el hipotiroidismo y el hipertiroidismo. La úlcera péptica, la colitis ulcerosa, la aerofagia y el estreñimiento son desequilibrios gastrointestinales. El prurito, la sudoración excesiva, la dermatitis atípica y la alopecia se inscriben dentro de los dermatológicos. Los trastornos musculares más habituales son tics, temblores, contracturas musculares, etc. 10 Como problemas sexuales, pueden mencionarse la impotencia, la eyaculación precoz, el coito doloroso, el vaginismo y las alteraciones del deseo. Los desequilibrios psicopatológicos, como miedos, fobias, depresión, trastornos de la personalidad, consumo de drogas, conductas obsesivas y compulsivas, alteraciones del sueño, etc. Pero en conclusión, cualquier enfermedad oportunista puede aprovechar la debilidad inmunológica que el estrés provoca en nuestro organismo para atacarlo y hacernos enfermar. 11 3. ESTRÉS EN EL ÁMBITO POLICIAL. Una vez que hemos determinado que es el estrés, los tipos, sus fases y sus consecuencias, vamos a concretar y a explicar el impacto del estrés en la salud física y psíquica del policía. Lo primero que tendríamos que preguntarnos es si la profesión de policía es más sensible que otras para padecer estrés, o por el contrario no es mas propensa que cualquier otra… Bien, indagando en las distintas noticias y estudios (los cuales son bastante escasos en nuestro país), en los que se enumeran las profesiones con una mayor probabilidad de padecer estrés, encontramos que un estudio sobre el impacto del estrés en el absentismo laboral señala como profesiones de "alto riesgo" las de maestro, enfermero, policía o médico, y demuestra que las bajas laborales ocasionadas por el estrés están causadas por situaciones inherentes al propio trabajo y no por incidentes estresantes ocasionales. Se trata de un estudio realizado durante 4 años a nivel europeo llamado Stress impact en diversos países europeos (entre los que no se incluye España), cuyos resultados se hicieron públicos en Valencia. Durante la presentación del informe también se puso de manifiesto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) predice que la enfermedad mental (estrés, ansiedad, depresión) será la segunda causa de incapacidad laboral en 2020. Si esto es así, el estrés en el ámbito policial debería preocupar más de lo que lo hace a las esferas organizativas y de mando de los cuerpos policiales. Máxime cuando como hemos dicho, una de las cusas principales son las situaciones inherentes al propio trabajo, esto es, organización, relaciones con mandos y compañeros, turnos de trabajo, imagen de la policía en la sociedad… En otros países, como Estados Unidos, si son mas frecuentes los estudios sobre el estrés, dirigidos únicamente al ámbito policial. Estos son los datos obtenidos por la Universidad de Búffalo tras una década de investigación con policías. La investigación ha mostrado, entre otras cosas, que los policías mayores de 40 años tienen un riesgo mayor de padecer problemas coronarios que la media de la población. El 72% de los policías 12 varones y el 43% de mujeres tienen niveles de colesterol más altos de lo recomendado. Las investigaciones han empleado la medida del cortisol, conocido como “la hormona del estrés” para determinar si éste se encuentra asociado a factores de riesgo fisiológico que lleve a problemas graves de salud, como diabetes y enfermedades cardiovasculares. Los resultados de un estudio sobre los cambios de turno en el que participaron 115 policías al azar, mostraron que los pensamientos suicidas eran más frecuentes en las mujeres que trabajaban en el turno de mañanas y en los hombres que trabajaban en el turno de tarde/noches. Los datos mostraron que el 23% de los hombres y el 25% de las mujeres informaban de más pensamientos suicidas que la población general (13.5%). En un estudio previo, Violanti (autor de estudio) encontró que las tasas de suicidio eran 3 veces mayores entre los policías que entre otros grupos de funcionarios. Según Violanti, “las mujeres policía se encuentran bajo mayor estrés que los hombres. Todavía sigue siendo una profesión masculina y las mujeres pueden sentirse aisladas en el trabajo. Además, la mayoría de las mujeres tienen más responsabilidades domésticas de qué ocuparse, como la casa, los niños, etc.” En este aspecto también coinciden varios estudios, que ponen a la mujer dentro del ámbito laboral en general en el punto de mira del estrés, debido a su doble rol laboral. El policía y el “síndrome del quemado” El “burn-out”, que se traduce literalmente como quemarse, es una fase avanzada de estrés profesional se produce cuando se desequilibran las expectativas en el ámbito profesional y la realidad del trabajo diario. Se suele dar en trabajos sociales que implican el trato con personas e importantes exigencias emocionales en la relación interpersonal (docentes, sanitarios, policías…). 13 Uno de los efectos a largo plazo del estrés en las fuerzas policiales es pues, el agotamiento profesional, y explica su origen apuntando al propio sistema de valores y al compromiso con la profesión de policía, lo que facilita una alta implicación. Las relaciones personales o matrimoniales sufren las consecuencias. En su trabajo, los profesionales de policía experimentan cierto nivel de cansancio emocional. Del policía, que trata con los problemas del público diariamente, se espera que ofrezca una actuación eficaz en la resolución de situaciones altamente estresantes (disputas violentas, accidentes de tráfico, muertes, etc.), a pesar del coste personal que ello pueda suponer. Pero cuando el estrés emocional y psicológico se cronifica, el profesional pierde la habilidad, el deseo o la energía para responder emocionalmente a situaciones conflictivas que implican al usuario. En esta situación el policía empieza a ver, y a tratar, al público de forma diferente. Si el policía sólo entra en contacto con un conflicto tras otro, los ciudadanos se transforman en "objetos sin sentimientos" y los responsables de lo que les ocurre. Además, con frecuencia estos conflictos pueden implicar incluso a las mismas personas. Esto puede propiciar la conclusión de que con sus esfuerzos y su trabajo no consigue nada positivo, nada de lo que hace satisface a nadie. Este sentimiento de baja realización personal puede obviamente ir en detrimento tanto del policía como del público. Este síndrome tiene varias fases que son fáciles de reconocer en el trabajo policial, y que si, los que llevan mas años en el cuerpo, echan la vista atrás, podrán reconocer haber pasado por una o varias de ellas. Fase de entusiasmo: cuando el trabajo inicialmente se experimenta como algo estimulante. Fase de estancamiento: cuando se comienzan a plantear dudas acerca del trabajo, del esfuerzo, de si vale la pena... las expectativas iniciales se oscurecen, los objetivos ya no son tan claros y comenzamos a aislarnos y a interpretar negativamente las propuestas. Aparecen los primeros síntomas (dolores de cabeza, estomacales, aburrimiento). Fase de frustración: aquí las herramientas de la organización y las personales hacen que o bien salvemos positivamente la situación (recobremos la ilusión por nuevos proyectos, las motivaciones, o cambiemos hacia un 14 trabajo con mejores perspectivas...) o se entra en una etapa donde los problemas psicosomáticos se van cronificando, y se va adoptando una actitud irritable, de paso del tiempo, dudas, inadecuación con las tareas. Fase de apatía: o bien se resigna uno a cambiar las cosas, o entra en una etapa de no saber decir que no, de cinismo ante los clientes; comienzan las bajas laborales. Fase de quemado: se produce un colapso físico e intelectual de no poder más, y es donde la enfermedad se manifiesta en sus características más comunes y acentuadas. Existen varios instrumentos de medida del Burn-Out que nos permiten saber en que grado estamos afectados, se trata de test y escalas desarrolladas por diferentes investigadores que arrojan resultados tangibles del grado de estrés padecido por el trabajador. 15 4. FUENTES DEL ESTRÉS POLICIAL. Hemos comentado anteriormente algunas de las causas que convierten a la profesión de policía como una de las que sufren una mayor incidencia de estrés entre sus componentes, pero se pueden determinar de un modo mas concreto las fuentes de ésta enfermedad, dividiéndolas en dos grandes grupos que se subdividen a su vez en otras. • Las relacionadas directamente con el trabajo operativo. • Situaciones inherentes al propio trabajo. Dependiendo de las características de cada persona, se verán mas afectados por una o por otra de las posibles causas, o por un compendio de varias de ellas. Relacionadas directamente con el trabajo operativo. • La mayoría de las veces, el policía desarrolla su profesión y su labor en un entorno conflictivo y arriesgado, sobre todo, cuando debe actuar o intervenir en situaciones de seguridad y atención ciudadana. En otras ocasiones, las intervenciones policiales aparentemente resultan ser inofensivas pero pueden complicarse hasta convertirse en situaciones críticas y peligrosas. • Por otro lado, las herramientas propias del trabajo policial, el arma y la defensa principalmente, generan o añaden un riesgo que puede considerarse como factor de estrés. En el caso de los policías, cuando éstos se ven confrontados con las demandas propias de su trabajo y se perciben a sí mismos como incapaces de manejar esas demandas, el estrés puede ir en aumento. Como señalamos anteriormente, el estrés apunta a un "desequilibrio" percibido entre las demandas y la capacidad o recursos para responder a esas demandas. 16 Para paliar ese desequilibrio es necesario que el agente de policía reúna una serie de requisitos o condiciones que le ayuden a enfrentar con éxito cualquier tipo de situación estresante, crítica o peligrosa que surja o pueda surgir en sus intervenciones policiales. - Mantener una buena condición física. - Disponer de una preparación y formación en tácticas policiales, así como, de una práctica y un entrenamiento adecuados de las mismas. - Poseer una formación técnica de tiro policial y conocimientos sobre el propio arma, además, de que ésta sea lo suficientemente eficaz. - Por último, y no por ello menor importante, conseguir una buena condición psicológica y un adecuado control mental sobre situaciones estresantes. Situaciones inherentes al propio trabajo. Estos factores se pueden dividir en 6 grupos: 1• Inherentes al puesto de trabajo. 2• Derivados de la organización. 3• Asociados al desarrollo de la carrera profesional. 4• Derivados de la estructura y atmósfera del trabajo. 5• Asociados a las relaciones laborales. 6• Exteriores al trabajo. 1. INHERENTES AL PUESTO DE TRABAJO Debemos considerar los siguientes: • La turnicidad laboral. El trabajo a turnos es suficiente motivo, para que con el tiempo, se produzcan cuadros de insomnio, ansiedad, hipertensión y gastropatías. Así mismo el trabajo en turno nocturno conlleva similar penosidad. 17 • El trabajo excesivo o insuficiente. La excesiva carga laboral del policía, puede provocar en este, un aumento en la carga psíquica y la aparición de fatiga psíquica y estrés. Asimismo, el trabajo mal distribuido, puede provocar una alteración en el ritmo laboral y desencadenar episodios de estrés laboral. • El peligro físico en el trabajo. Se ajustaría a la sobrecarga por estrés inherente al desempeño de la labor policial en sí. • El peligro de inestabilidad laboral, la actuación del policía está sujeta a la legalidad y a los jueces. Existe el sentimiento de que todo el mundo es libre de juzgar nuestro trabajo. La denuncia por parte de particulares está a la orden del día y nos vemos observados en cada paso que damos en la calle. Nos convertimos en unos seres cautelosos que miden con lupa sus actuaciones “por si acaso”, lo que supone un aumento del estrés en situaciones ya de por si estresantes porque has de actuar “cubriendo tus espaldas”. Sentimiento de que el “delincuente” está más protegido que el policía, e incluso que el honrado ciudadano. 2. FACTORES DERIVADOS DE LA ORGANIZACIÓN. El burnout se da en aquellas organizaciones excesivamente centralizadas o rígidas en las que prácticamente todo está previamente definido, y las posibilidades de improvisar o de tomar decisiones están muy restringidas. También en estructuras descentralizadas donde la improvisación y el “verlas venir” se impone. 2.1 Función que la persona desempeña en el trabajo. Pueden producirse situaciones nocivas de estrés por dos aspectos fundamentalmente: AMBIGÜEDAD. No está claro lo que se le exige, lo que crea una inseguridad en el trabajo por parte del funcionario y aumento de la carga psíquica. CONFLICTO DE FUNCIONES. Cuando al policía se le plantean exigencias contradictorias, sobre todo en la transmisión de órdenes y en la asignación de tareas, se produce de nuevo inseguridad en cuanto a la forma de actuar, lo que conlleva un aumento de la caga emocional y tensional. 2.2 Responsabilidad sobre la seguridad de otros trabajadores u otras personas. 18 3. FACTORES ASOCIADOS AL DESARROLLO DE LA CARRERA PROFESIONAL. Se deben considerar los siguientes: • Debidos a las consecuencias por ascensos excesivos o insuficientes. • Falta de congruencia en la categoría o status. • Expectativas insatisfechas. FRUSTACION PROFESIONAL. 4. FACTORES DERIVADOS DE LA ESTRUCTURA Y ATMOSFERA DEL TRABAJO. 4.1 Escasa o nula participación en las decisiones sobre como desarrollar la tarea en cuestión. La anulación de la capacidad de poder opinar y participar, provocan frustración, que aumenta el grado de estrés del trabajador. Esto puede ser más significativo incluso en categorías intermedias de la empresa en las cuales, por si, deben asumir ciertos criterios de mando. 4.2 Restricciones en el comportamiento. 4.3 La posibilidad de ser objeto de una investigación interna, de unas normas rígidas y de expedientes disciplinarios cuya justicia en ocasiones es cuestionada. 5. FACTORES ASOCIADOS A LAS RELACIONES PERSONALES. • Relaciones personales entre compañeros, subordinados y superiores. Como en cualquier situación en las que coexisten personas, cuando la relación entre estas es buena, mejora la capacidad de convivencia, y esta mejoría se puede extrapolar al plano laboral. Igualmente, si existen malas relaciones o tiranteces personales, estas se trasladan al campo del trabajo, produciendo una merma en el rendimiento y un peor ambiente del trabajo, que desencadena un incremento de la tensión y del estrés del conjunto. • Hay que considerar en este apartado también, como factor importante en el manejo de las relaciones entre el personal, el estilo de liderazgo, debiéndose encaminar este en el sentido de aglutinar opiniones, y hacer más copartícipes al personal adscrito a las distintas Unidades, para de esta forma, hacerles sentir más parte de la organización, lo que redunda en un incremento en el 19 rendimiento por aumento del grado de satisfacción personal. Un mal liderazgo, separa y disgrega, destruye la estructura de grupo, provocando aumento en los roces. 6. FACTORES EXTERIORES AL TRABAJO A todos los anteriores factores generadores de estrés hay que sumarles otros que emanan del puesto de trabajo que se ocupa pero su influencia se refleja directamente en la vida social y privada del policía, como por ejemplo que en muchas ocasiones los horarios dificultan el mantenimiento de contactos sociales. La imagen negativa del policía. Muchos grupos dentro de la sociedad reaccionan hacía el policía no como un individuo sino como un estereotipo. Incluso fuera del trabajo, el policía debe aceptar prejuicios, miedos, suspicacia y a veces hostilidad de un amplio segmento de la sociedad. Así, el trabajo policial deviene en uno de los pocos trabajos que tiene un efecto negativo que puede abarcar la vida total del trabajador. El policía se percibe como un experto ofreciendo un servicio vital a la comunidad, pero a menudo es tratado como un enemigo del bienestar de la comunidad. Junto a todos estos estresores encontramos que el apoyo administrativo deviene fundamental. Un policía podría ser capaz de afrontar el estrés si siente que sus superiores conocen y comprenden sus problemas. Pero parece que los mandos, desde el punto de vista del agente, en vez de eliminar algunas presiones, con frecuencia les crean presiones nuevas. Además, al policía no se le pide ninguna participación en decisiones y políticas que le afectan directamente. Estos estresores están relacionados con una baja satisfacción laboral, la cual a su vez puede afectar a cómo el policía hace su trabajo. 20 5. ESTRÉS ¿UNA ENFERMEDAD PROFESIONAL? Hay que diferenciar primero que se entiende por enfermedad profesional y accidente de trabajo, según la ley de la Seguridad Social. Enfermedad profesional: “La contraída a consecuencia del trabajo ejecutado por cuenta ajena en las actividades que se especifican en el cuadro que se apruebe por las disposiciones de aplicación y desarrollo de esta Ley, y que ésta proceda por la acción de elementos o sustancias que en dicho cuadro se indiquen para cada enfermedad profesional”. Accidente de trabajo: “Se entiende por accidente de trabajo toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o por consecuencia del trabajo que ejecute por cuenta ajena”. Y el artículo 115.2.e dice que tendrán la consideración de accidente de trabajo “Las enfermedades que contraiga el trabajador con motivo de la realización de su trabajo, siempre que se pruebe que la enfermedad tuvo por causa exclusiva la ejecución del mismo”. Hasta ahora, el estrés laboral no está incluido en el cuadro de enfermedades profesionales, pero va siendo reconocido como accidente de trabajo. Como ejemplos algunas sentencias: A finales de 1999, el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco dictó una sentencia en la que se reconocía el estrés laboral como accidente de trabajo. Aunque en la resolución el tribunal falló a favor de un trabajador en un taller de producción, los razonamientos son extrapolables a diferentes profesiones. En 1998, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León consideró un intento de suicidio como accidente laboral. En este caso, la Justicia consideró que el estrés empujó al trabajador a quitarse la vida. También la Sala Primera del Tribunal Supremo ha dictaminado que un infarto sufrido por estrés en el ámbito laboral está considerado como un accidente de trabajo. El Tribunal Supremo ha considerado, ante la dispersa doctrina en este aspecto, que el estrés laboral es un accidente de trabajo. En organismo ha basado su resolución en que dicha cardiopatía se ha originado en determinadas causas de carácter externo e inmediato, como es el caso del agotamiento físico e intelectual generado por el trabajo. La sentencia del TS considera que el trabajador no padecía enfermedad alguna ni antecedentes antes de iniciar su actividad laboral, y que la principal causa fue el estrés sufrido en su puesto de trabajo que le originó una "cardiopatía isquémica y un síndrome depresivo grave". 21 No debemos confundir accidente laboral con enfermedad laboral. En España sólo se contempla la depresión como la enfermedad más parecida al estrés laboral. Un trabajador puede sufrir estrés laboral, pero para concederle la baja laboral sólo se puede argumentar la depresión como causa de dicha baja. Y a pesar de que el estrés laboral afecta al 28% de los trabajadores de la Unión Europea y es el segundo problema de salud relacionado con el trabajo después del dolor de espalda, en estos momentos no existe una legislación específicamente dedicada a evitar el estrés laboral, ni a escala comunitaria ni tampoco a escala nacional. En España la Ley de Prevención de riesgos Laborales aborda el problema del estrés de una forma parcial. Sin embargo dicha ley no es suficiente, porque sabiendo ya que existe una relación directa entre el estrés y los accidentes laborales, también se sabe que “mientras resulte mas barato un accidente que la prevención, no se acabará tan fácilmente con este problema”. 22 6. LÍNEAS DE INTERVENCIÓN Y TRATAMIENTO. El tratamiento de las enfermedades por estrés laboral deberá siempre dirigirse a erradicarlo a través de controlar los factores o las fuerzas causales del mismo. El criterio general que pretende curar la enfermedad en forma aislada mediante tratamiento de las alteraciones emocionales o reparación de las lesiones orgánicas es sumamente simplista, no se trata de solucionar los resultados del estrés sino las causas que lo provocan. Así, el tratamiento contra el estrés deberá ser preventivo y deberá lograrse ejerciendo las acciones necesarias para modificar los procesos causales. Desde una perspectiva más integradora no deberíamos limitar la responsabilidad del afrontamiento al individuo que padece estrés. En el ámbito laboral hay muchos aspectos que son controlados por la propia organización y ella ha de estar también implicada tanto en la prevención como en el tratamiento del estrés. Aunque determinados aspectos del trabajo policial no puedan ser modificados, es posible establecer un entorno organizacional que suponga una barrera ante el desarrollo del estrés. Una preparación del individuo para la realidad laboral a la que se ha de enfrentarse que le permita desarrollar unos objetivos profesionales más realistas, variedad en las actividades, apoyo organizacional, disponer de medios y equipos suficientes, una cultura que valore al profesional, canales de comunicación efectivos entre los distintos niveles de la organización, etc., son aspectos que han de tenerse presentes en el control del estrés laboral. Como en otras áreas, la mejor línea de intervención parece ser la prevención. Si los policías en su periodo de aprendizaje recibieran formación sobre cómo afrontar la activación emocional que conlleva su trabajo, entonces quizás podrían manejar mejor esas situaciones y consecuentemente evitar el "burnout". Pero ¿Qué hacemos cuando el estrés se ha instaurado ya en nuestra vida?, si la prevención ha llegado tarde y los efectos hacen mella en nuestro organismo, hay que tratar de paliar los daños mediante técnicas que nos permitan controlar los niveles de estrés. Como hemos dicho, el tratamiento ha 23 de basarse en erradicar los elementos causales, pero eso no siempre es posible y pocas veces es inmediato. Por ello es importante conocer y saber aplicar una serie de técnicas que pueden ayudarnos a prevenir que los efectos negativos puedan llegar a enfermarnos. Desde el enfoque biomédico el tratamiento para el estrés es la prescripción de tranquilizantes o ansiolíticos, especialmente las benzodiacepinas, que inciden directamente en las respuestas fisiológicas de estrés. Desde el enfoque psicológico se plantean varias alternativas; todas ellas otorgan gran importancia al control de la ansiedad emocional, así como al aprovechamiento de los recursos del organismo. Para empezar hay que tener en cuenta el tipo de estrés que nos ocupa para poder determinar de que manera abordarlo: Si se trata de un cuadro de estrés agudo, una crisis de ansiedad, depresión, o cualquier otro efecto adverso que interfiera de un modo grave y directo sobre nuestra vida, habrá que acudir a los profesionales de la salud adecuados, para que bien con tratamientos farmacológicos, bien con técnicas de tratamiento psicológico específicas, contengan los efectos adversos y nos devuelvan a un estado en el que seamos capaces de utilizar otros métodos de ámbito psicológico. Si se trata de un estrés crónico, cuyos efectos adversos aún podemos combatir por nosotros mismos, tenemos numerosas técnicas de relajarnos y disminuir nuestro estrés. La relajación podremos obtenerla de muchas maneras, unas mas simples que seremos capaces de auto aplicarnos en cualquier momento y otras que denominaremos instrumentales, en las que es necesario un mayor grado de preparación o la utilización de elementos o instrumentos externos. Técnicas instrumentales: • Kinesiterapia o Masajes terapéuticos. El principal propósito del masaje es mitigar la tensión muscular y aumentar la relajación, pero también puede hacerse para mejorar la función muscular y cutánea, aliviar el insomnio y reducir el dolor. 24 El masaje Shiatsu es un tipo de masaje muy especializado, diseñado para aliviar la tensión muscular y la fatiga. Consiste en la aplicación de un masaje firme pero suave en los puntos de acupuntura del cuerpo por lo que a veces se le denomina acupresión. • Hidroterapia. El estado de ansiedad y el estrés se reduce con la acción relajante de un baño de hidromasaje a presión mínima y a 36 o 38º c. Preferiblemente en días alternos, por la mañana o antes de cenar. Si no se puede ir a un Spá o a una sauna, se puede hacer en casa, procurando buscar un momento en el que sepamos que nadie va a molestarnos. La duración efectiva está entre los 30-45 minutos y seria conveniente añadir al agua del baño sales aromáticas o relajantes para potencia el efecto del baño. • Ejercicios y Ocio: El ejercicio y otras actividades recreativas proporcionan al individuo un escape momentáneo de las tensiones vitales. Al realizar estas actividades el individuo se reconforta física y psicológicamente y a menudo es mas capaz de afrontar las crisis vitales y resolver problemas. La participación en algún deporte, danza, atletismo, natación, bicicleta u otras actividades muy enérgicas pueden ser muy eficaz para mitigar la tensión relacionada con el estrés. Al igual que otras estrategias encaminadas a afrontar el estrés, el ejercicio tiene ventajas tanto fisiológicas como psicológicas. Desde un punto de vista fisiológico, el ejercicio fomenta la resistencia cardiovascular, aumenta la fuerza y el tono muscular, mejora la eficacia del control del oxígeno y reduce la tensión arterial y la frecuencia cardiaca. La estimulación de la producción de endorfinas y encefalinas mitiga el dolor, y provoca una sensación de bienestar. • Acupuntura. Una sola sesión de acupuntura revierte a la normalidad los parámetros sanguíneos alterados por el estrés (cortisol en sangre). Los efectos se mantienen durante al menos un mes, lo que demuestra científicamente la utilidad de esta terapia de la medicina china. Como hemos dicho, existen otra serie de técnicas que son mas sencillas de aplicar y que podemos usar para momentos en que sintamos que nuestro nivel de estrés sube, o cuando queramos relajarnos tras llegar del trabajo a casa. El único secreto de las técnicas de relajación es que necesitan de un entrenamiento mínimo para que sean efectivas y las podamos automatizar y usar en el día a día. 25 5. TÉCNICAS DE RELAJACIÓN Y RESPIRACIÓN. Las Técnicas de relajación y respiración, son uno de los métodos más eficaces para combatir estados de estrés e incluso de ansiedad. Estos métodos en su conjunto, bien entrenados y automatizados pueden hacer que ante una respuesta inadecuada a una demanda externa (estresor), logremos paliar los efectos en el organismo, de modo que no sólo evitemos estresarnos en el momento, sino que los efectos negativos del estrés nos ataquen, con lo cual lograremos darnos tiempo para saber cómo manejar la situación y no acumularemos tensión para la próxima situación. Se trata de no llegar a un estado en el que nos haga falta atención médica para solucionar nuestros problemas, sino poder ayudarnos a nosotros mismos mediante unas sencillas técnicas que podamos aplicar incluso conduciendo, sentados ante un ordenador, viendo la tele, y que no nos ocupen mucho tiempo ni requieran de una especial parafernalia. De este modo y con un poco de implicación inicial, se podrán conseguir resultados de gran relajación en escasos minutos. ENTRENAMIENTO EN RELAJACION. 1.- POSICION Y ENTORNO Antes de comenzar una sesión de relajación hay que tener en cuenta varios aspectos: El lugar ha de ser tranquilo. Hay que prever que no suene el teléfono, no nos abran la puerta de la habitación de forma repentina, etc. Lo ideal es hacer los ejercicios sobre una superficie dura, como un aislante sobre el suelo, por ejemplo, pero puede hacerse también sobre la cama. La postura más adecuada es tumbado sobre la espalda, los brazos extendidos a lo largo del cuerpo y las piernas ligeramente separadas con los pies caídos hacia los lados. El cuerpo ha de quedar lo más horizontal posible, nuca y cuello bien extendidos y rectos. La boca cerrada, pero es muy importante que no se presionen los dientes, que la 26 mandíbula esté relajada. Los ojos, conviene mantenerlos cerrados o semicerrados. La temperatura de la habitación debe ser adecuada. Resultaría muy difícil relajarse en sitios con mucho aire acondicionado o, por el contrario, donde haga un excesivo calor. La luz ha de ser suave, creando un ambiente de semipenumbra. Conviene establecer un horario fijo con el fin de que tanto el cuerpo como la mente se habitúen a esa situación y se facilite así la relajación. La ropa ha de ser sencillamente cómoda, holgada, sin presiones en cintura, pecho, etc. El tiempo que ha de practicarse la relajación puede ser de aproximadamente 15 minutos al principio, pudiéndose aumentar posteriormente con la práctica. Si por alguna circunstancia tiene lugar una interrupción durante la sesión, hay que procurar no levantarse y salir corriendo de una forma brusca, pues esto tendría un efecto pésimo sobre el proceso de relajación. Conviene antes, realizar tres respiraciones profundas, después abrir los ojos, estirar todos los músculos (como desperezarse) y, finalmente, levantarse. Así es como hay que finalizar siempre cada sesión. 2- ENTRENANDO LA RESPIRACION. Algunos estudios recientes han puesto de manifiesto, que la utilización de técnicas respiratorias, puede ser igual o incluso más efectivo, que la técnica de relajación muscular progresiva a la hora de conseguir un control de la activación por parte del sujeto. Evidentemente, la utilización de técnicas respiratorias se convertiría en este caso, en el procedimiento de elección para conseguir reducciones en la activación psicofisiológica, por ser un método más sencillo y fundamentalmente más rápido que las técnicas de relajación. El uso de técnicas respiratorias tiene una gran tradición a lo largo de la historia. El problema que siempre ha prevalecido, ha sido que éstas técnicas no han estado respaldadas por investigaciones controladas que las validen, aunque en la actualidad sí existen ya bastantes estudios controlados que demuestran inequívocamente su eficacia. 27 Ejercicio 1:Inspiración abdominal: El objetivo de este ejercicio es que la persona dirija el aire inspirado a la parte inferior de los pulmones. Para lo cual se debe colocar una mano en el vientre y otra encima del estómago. En el ejercicio debe de percibir movimiento al respirar en la mano situada en el vientre, pero no en la situada sobre el estómago. Al principio puede parecer difícil, pero es una técnica que se controla en unos 15-20 minutos. Ejercicio 2: Inspiración abdominal y ventral: El objetivo es aprender a dirigir el aire inspirado a la zona inferior y media de los pulmones. Es igual al ejercicio anterior, sin embargo una vez llenado la parte inferior se debe llenar también la zona media. Se debe notar movimiento primero en la mano del abdomen y después en la del vientre. Ejercicio 3: Inspiración abdominal, ventral y costal: El objetivo de este ejercicio es lograr una inspiración completa. La persona, colocada en la postura del ejercicio anterior debe llenar primero de aire la zona del abdomen, después el estómago y por último el pecho. Ejercicio 4: Espiración: Este ejercicio es continuación del 3º, se deben realizar los mismos pasos y después, al espirar, se deben de cerrar los labios de forma que al salir del aire se produzca un breve resoplido. La espiración debe ser pausada y controlada. Ejercicio 5: Ritmo inspiración – espiración: Este ejercicio es similar al anterior pero ahora la inspiración se hace de forma continua, enlazando los tres pasos (abdomen, estomago y pecho). La espiración se hace parecido al ejercicio anterior, pero se debe procurar hacerlo cada vez más silencioso. Ejercicio 6: Sobregeneralización: Este es el paso crucial. Aquí se debe de ir utilizando estos ejercicios en situaciones cotidianas (sentados, de pie, caminando, trabajando, etc.). Hay que ir practicando en las diferentes situaciones: con ruidos, con mucha luz, en la oscuridad, con mucha gente alrededor, calor, etc. Un control adecuado de nuestra respiración es una de las estrategias más sencillas para hacer frente a las situaciones de estrés y manejar los aumentos en la activación fisiológica provocados por éstas. 28 3.- TECNICA DE RELAJACION MUSCULAR. Ahora vamos a realizar una técnica de relajación que nos será muy útil en momentos de tensión excesiva, ansiedad, insomnio, depresión, fatiga y siempre que queramos relajarnos. La relajación progresiva de Jacobson está basada en la premisa de que las respuestas del organismo a la ansiedad provocan pensamientos y actos que comportan tensión muscular. La relajación muscular profunda reduce la tensión fisiológica y es incompatible con la ansiedad: El hábito de responder de una forma anula el hábito de responder de la otra. El tiempo necesario para su entrenamiento es de una a dos semanas, a razón de sesiones de 15 minutos diarios. Se recomienda el uso de una grabadora para su práctica y en el fondo de las palabras una música suave y relajante. Los pasos que habría que seguir para aplicarse una técnica de relajación muscular serían los siguientes: Todas las sesiones han de empezarse con tres respiraciones lentas y abdominales. Hay que procurar que la respiración sea algo más lenta de lo habitual, así como que la espiración sea más lenta que la inspiración. La espiración conviene que tenga una duración aproximada del doble a la inspiración. Utilizando la técnica de relajación progresiva de Jacobson resumida, hay que empezar tomando conciencia de la tensión y la relajación de los distintos músculos. La forma más adecuada es tensar y relajar cada uno de los grupos musculares que se enumeran a continuación y, finalmente, realizar una respiración profunda. Como norma general, la tensión durará unos 5-7 segundos a intensidad máxima y la relajación unos 15-20 segundos. Hay que sentir la diferencia entre el músculo en tensión y la sensación agradable cuando lo rejamos. Relajación de cara, cuello y hombros con el orden siguiente: Frente: Arrugar, ejerciendo tensión sobre el puente de la nariz y alrededor de las cejas. 29 Ojos: Abrir y cerrar. Notar la tensión en los párpados y en el exterior de los ojos. Nariz: Arrugar, ejerciendo tensión en el puente y los orificios. Boca: Sonreír ampliamente. Notará la tensión en los labios superior e inferior y en ambas mejillas. Lengua: Presionar la lengua contra el paladar. Mandíbula: Presionar los dientes notando la tensión en los músculos laterales de la cara y en las sienes. Labios: Arrugar como para dar un beso. Cuello y nuca: Hacer movimientos del cuello SI-NO y derecha-izquierda. Hombros y cuello: Elevar los hombros presionando contra el cuello. Relajación de brazos y manos con la siguiente progresión: Contraer, sin mover, primero un brazo y luego el otro con el puño apretado, notando la tensión en brazos, antebrazos y manos. Relajación de piernas: Estirar primero una pierna y después la otra levantando el pie hacia arriba y notando la tensión en piernas: trasero, muslo, rodilla, pantorrilla y pie. Relajación de tórax, abdomen y región lumbar (estos ejercicios se hacen mejor sentado sobre una silla): Espalda: Levantar brazos hasta formar ángulo recto con antebrazo y llevar codos hacia atrás. Notará la tensión en la parte inferior de la espalda y los hombros. Tórax: Inspirar y retener el aire durante unos segundos en los pulmones. Observar la tensión en el pecho. Espirar lentamente. Estómago: Tensar estómago hasta notar dicha tensión en ombligo y alrededores. Cintura: Tensar nalgas y muslos. El trasero se eleva de la silla. 30 Relajación rápida y completa: Consiste en tensar y relajar todos los músculos a la vez. Se puede hacer tumbado o de pie. Requiere una cierta experiencia, pero una vez adquirido se puede conseguir un correcto estado de relajación en tan sólo unos minutos. El último paso después de cada sesión de relajación, es realizar tres o cuatro respiraciones profundas. Antes de dar por finalizada la sesión, conviene dedicar unos minutos para observar nuestra respiración, hasta conseguir que sea constante y regular. Cuando estamos muy bien entrenados en esta técnica de relajación, lo que se consigue realizándola muchas veces, es posible practicar únicamente la parte de la relajación rápida y completa y las respiraciones profundas posteriores, consiguiendo así excelentes resultados. 31 6. Conclusiones El estrés laboral o Burn-Out puede afectar a la actividad y rendimiento del trabajador, con graves consecuencias, tanto a nivel personal, como a nivel profesional, se puede perder la esencia de la profesión. Las personas tenemos unos límites y debemos aceptarlos, no existe la perfección sino las cosas bien hechas. Cuando nos sintamos desbordados tanto físicamente como emocionalmente debemos pedir ayuda. Como dijimos, la profesión de policía se ha evidenciado como una profesión de riesgo para la aparición de estrés. Un estimulo estresor generará un mecanismo de afrontamiento, en función del mayor o menor éxito de ese afrontamiento y control del estrés, se producen determinados resultados y, la mayor o menor duración de los mismos tienen efectos y consecuencias más o menos significativas y duraderas. La profesión de policía, tanto en el ámbito del trabajo operativo, como en el de la organización del trabajo, es muy difícil y nos obliga a mantener una serie de condiciones (físicas, mentales,…) a lo largo de nuestra vida laboral que conllevan más sobrecarga aún. El policía debe estar preparado psicológicamente para enfrentarse a cualquier situación de estrés que se produzca en sus intervenciones policiales. De hecho, el policía que cuente con una adecuada preparación mental estará en una posición más óptima y ventajosa para afrontar el estrés de la intervención policial que otro agente cuya preparación mental sea inferior o menos adecuada. Por ello, todo policía debería ser consciente de esta necesidad y debería fomentar su entrenamiento mental para mejorar su desempeño profesional.