Boletín 59
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A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y En este número: ASOCIACIÓN DE PROFESORES DE LITERATURA DEL URUGUAY Presidenta: Gabriela Sosa Vicepresidenta: Verónica Goroso Secretaria: Victoria Diez Tesorero: Néstor Sanguinetti Vocal: Roxana Rügnitz COMISIÓN DE BOLETÍN Redacción responsable: Gabriela Sosa Corrección: María Emilia Souto BOLETÍN Nº 59 Año XIV, diciembre de 2009. ISNN: O7979177 Reg. Pers. Juríd. M.E.C. Nº 6091 A.P.L.U.: Av. 18 de Julio 1825, Ap. 401 C.P. 11.200 Montevideo, URUGUAY Telefax: (5982) 403 65 06 C.E.: [email protected] [email protected] Pág. Web.: www.aplu.org.uy Editorial..........................................................2 Congreso.........................................................4 Acercamientos a distintos enfoques críticos I.-Una vanguardia en pijamas: la ruptura como permanencia en el discurso de Alfredo Mario Ferreiro Por María José Bon..........................................5 Donaciones a la biblioteca............................ 15 II.-Los Fuegos de San Telmo de José Pedro Díaz A propósito del viaje iniciático del héroe y de la poesía como revelación Por Gabriela Sosa............................................16 Entrevistas Idea Vilariño Por Mario Benedetti.........................................28 reseñas bibliográficas Por Néstor Sanguinetti.....................................38 Actividades académicas.................................40 Impreso en Tradinco S.A. Minas 1367 - Montevideo - Uruguay Tel. 409 44 63. Diciembre de 2009 D.L. 341-575 / 09. Edición amparada en el decreto 218/996 (Comisión del Papel) www.tradinco.com.uy diciembre 2009 - BOLETIN Nº 59 - 1 A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y EDITORIAL El verano se aproxima y con él el descanso y el esparcimiento. Después de un año cargado de trabajo, los integrantes de la Comisión Directiva de la A.P.L.U. saludamos a los socios deseándoles muy felices vacaciones. Ha sido gratificante para nosotros el ejercicio de estos primeros meses de actividad. Agradecemos el apoyo recibido de colegas y estudiantes, el entusiasmo y la colaboración para llevar adelante los nuevos emprendimientos. Queremos expresar un especial agradecimiento al profesor y amigo Gustavo Martínez, por su valioso aporte a las actividades académicas de esta institución. Cuantiosos son los proyectos para el año próximo, entre ellos nuestro interés por retomar la organización del VI Congreso Nacional y V Internacional. Enviamos un cálido abrazo a la Sala de Literatura de Colonia, que manifestó la imposibilidad de hacerse cargo de dicha tarea. Invitamos a los socios a acercarse y formar parte de la Comisión Organizadora, que confiamos inicie su ejercicio a la brevedad. Es tradición en la A.P.L.U. que los Congresos se realicen alternadamente en Montevideo y en el interior. En esta oportunidad el del año próximo se realizará por segunda vez consecutiva en Montevideo. Como es sabido, la organización de una actividad de este tipo exige mucho esfuerzo y no contamos con el tiempo suficiente como para convocar a una Sala para que asuma esta responsabilidad. Consideramos que el Congreso no se puede postergar y más allá del lugar físico en el que se realice, debe ser un espacio de encuentro y crecimiento profesional. No queremos dejar de manifestar el interés de llevar adelante otras actividades en otros departamentos; la A.P.L.U. se pone a disposición de todas aquellas Salas de Literatura de los distintos liceos del país que tengan propuestas y quieran hacernos partícipes de las mismas. Sin más: que el 2010 nos encuentre reunidos nuevamente y con fuerzas para seguir construyendo el país del futuro. Para continuar siendo “militantes de la vida”, como dijera Mario Benedetti. 2 - BOLETIN Nº 59 - diciembre 2009 A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y CONGRESO VI CONGRESO NACIONAL Y V INTERNACIONAL FLORENCIO SÁNCHEZ Montevideo, setiembre de 2010 La propuesta original de la sala de Mercedes y avalada por la de Colonia, suponía partir desde el concepto de fronteras en sus diversos alcances: geográfico, idiomático, generacional, genérico, relativo a otros lenguajes artísticos. Desde esta perspectiva, las ponencias podrán abarcar un amplio espectro de posibilidades temáticas, de autores, de enfoques, abordables desde la crítica literaria o la didáctica. El Congreso llevará el nombre de Florencio Sánchez en homenaje al centenario de su muerte; más allá de las efemérides, es una invitación a revisar y reflexionar sobre la obra de uno de los dramaturgos más importantes de nuestras letras. CONVOCATORIA A PONENCIAS PARTICIPANTES: 1. Podrán participar como ponentes profesores de Literatura y/o de Lengua, investigadores y expertos de cualquier institución educativa de nivel medio básico, medio superior o superior, en actividad o retirados. PRESENTACIÓN: 2. Las ponencias podrán ser individuales o colectivas. 3. Las ponencias escritas deberán tener una extensión de 8 a 10 carillas en hoja A4, equivalentes a una duración máxima de hasta 20 minutos de lectura, fuente Times New Roman, tamaño 12, interlineado 1,5. 4. En la carátula se incluirá: título de la ponencia y enfoque elegido (crítica literaria, didáctico), un resumen de diez renglones y un breve currículum del autor, además de los siguientes datos: nombre, teléfono, correo electrónico e institución en la que trabaja. 5. En caso de que sean necesarios medios auxiliares (proyectores, cañón, reproductor de audio, etc.) para la presentación de la exposición, deberán indicarlo al presentar la ponencia. diciembre 2009 - BOLETIN Nº 59 - 3 A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y 6. Se entregará un original impreso de cada ponencia así como la versión digital en formato .doc u .odf, en un CD identificado con los siguientes datos: Nombre y titulo de la ponencia PLAZOS: 7. Los candidatos a participar como ponentes deberán enviar a la dirección de correo electrónico un resumen del trabajo de no más de 300 palabras, antes del 30 de abril. 8. La ponencia completa – una vez aprobado el resumen – deberá ser enviada a la sede de la A.P.L.U. antes del 30 de julio, en los formatos especificados en el numeral 6. SELECCIÓN DE TRABAJOS 9. Se integrará un Comité Académico de Lectura que determinará la aceptación de las ponencias. La integración definitiva del mismo se dará a conocer en el mes de marzo. 10. No se leerán las ponencias cuyos autores no estén presentes, sí serán incluidas en el CD que se editará con la memoria del Congreso. COSTOS DE INSCRIPCIÓN: Se darán a conocer próximamente Notas 1) Recordamos que para gozar de los beneficios estipulados, en este caso la inscripción al Congreso, los socios deben estar al día con la cuota y tener una antigüedad mínima de seis meses. 2) Los ponentes abonan por persona, no por ponencia. La Lupa libros Para socios de la A.P.L.U. 15% de descuento en todos los libros. Bajos costos de envío al interior del país. Por el mes de diciembre mesa de ofertas de editorial Taschen: arte, fotografía, diseño y arquitectura 20% de descuento, todas las tarjetas, todos lo pagos Para hacer uso de los descuentos se debe presentar el recibo en el que conste el pago de la última cuota de la A.P.L.U. Por informes: Bacacay 1318 bis. Ciudad Vieja Tel. 02 9168574 [email protected] www.lalupalilbros.com.uy 4 - BOLETIN Nº 59 - diciembre 2009 A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y ACERCAMIENTOS A DISTINTOS ENFOQUES CRÍTICOS I.-Una vanguardia en pijamas: la ruptura como permanencia en el discurso de Alfredo Mario Ferreiro Por María José Bon Si se nombra a Alfredo Mario Ferreiro en voz alta, probablemente nuestro interlocutor piense muchas cosas instantáneamente, como por ejemplo “¿quién es?”, “…no es muy conocido”, “fue humorista”, “¿periodista de Marcha?”. Pero ¿en qué porcentaje se piensa en Ferreiro como en uno de los vanguardistas más importantes que dieron las letras uruguayas? No me animo a estimar ningún número. No todos ubican a este escritor dentro de la estética rupturista de los 20 y 30 en América y Uruguay; y Ferreiro, más que cualquier otra cosa, fue poeta y vanguardista, y de los más comprometidos. La vanguardia literaria uruguaya ha sido calificada en algunas oportunidades como “tibia” con respecto a las manifestaciones vanguardistas de otros países europeos y latinoamericanos. Pero para poder aproximarnos a una definición y clasificación de vanguardia uruguaya, debemos recurrir a algunas definiciones que nos permitan identificar y ubicar (o no) a Alfredo Mario Ferreiro dentro de la literatura del veinte. Si hay algo que prevalece en el espíritu de vanguardia es, como sostiene Rama: “[…] la voluntad de ser “nuevos”, de no deberle nada a los antepasados […] y disponer a su antojo del repertorio de una realidad que es la de su tiempo y que por lo tanto nadie le puede disputar” (Las dos vanguardias latinoamericanas, 1998: 59). La voluntad de ruptura es lo que destaca al arte de diciembre 2009 - BOLETIN Nº 59 - 5 A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S vanguardia, la necesidad de ser diferentes es lo que anima a los poetas europeos y es lo que los latinoamericanos descubren que pueden despertar en su continente también. Schwartz maneja tres tesis diferentes con respecto a la definición y delimitación de las vanguardias: por un lado, toma el año 1909 y el manifiesto futurista como comienzo del movimiento vanguardista; como segunda tesis, elige el año 1914 y las incursiones de Huidobro como puntapié inicial de las vanguardias en América Latina; y finalmente, postula el año 1922 como explosión vanguardista tanto en América Latina como en Europa (Las vanguardias latinoamericanas, 1991: 36-37). El año veintidós fue sin duda, un año en el que la nueva estética de la ruptura tuvo su mayor desarrollo y la vanguardia llega definitivamente a América con la Semana del Arte Moderno en Brasil. En Uruguay existieron varios ejemplos de vanguardia que encontraron en el seno de revistas culturales, lugar para la nueva expresión literaria. Los círculos intelectuales se constituyeron en rededor de dos ejemplares fundamentales para las letras uruguayas: La Cruz del Sur y La Pluma. 6 - BOLETIN Nº 59 - diciembre 2009 D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y La nueva generación de intelectuales centrará su visión en el paisaje urbanístico, dejando de lado el rural o por lo menos comenzando a verlo con otros ojos, con ojos nativistas sumamente empapados de ultraísmo. Esta característica es fundamental y hace que la vanguardia nacional se acerque a los movimientos vanguardistas que idolatran la máquina y la tecnología. Varias pueden ser las razones por las cuales nuestros intelectuales se acercaron a esta opción literaria. Vale recordar la llegada de Marinetti a Montevideo, el vínculo con Gómez de la Serna (quien escribiera artículos publicados en las revistas antes mencionadas), la cercanía de Buenos Aires donde se cultivaba el ultraísmo traído por Borges y la comunicación con autores como Girondo y Olivari (especialmente en el caso de Ferreiro) es de destacar. La revista La Cruz del Sur, particularmente, ve con gran entusiasmo la permeable llegada de la modernización europea y la adopta en sus páginas volviendo crucial la presencia de artículos y poemas de escritores europeos de vanguardia. El optimismo es la sensación que demuestran los jóvenes poetas e intelectuales de la época. Optimismo de ver la nueva Montevideo respirando progreso y mecanicismo A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S traducidos en la elevación de rascacielos, el sonido del motor y de una ciudad que regala a los ojos un escenario diferente, nuevo. Es así como llegamos a Alfredo Mario Ferreiro quien tiene dos poemarios en su haber, El hombre que se comió un autobús (1927) y Se ruega no dar la mano (1930). En ambos libros se percibe y respira, verso a verso, quiebre, estética de “lo nuevo”, cambio y compromiso. Si bien su labor poética se concentra en estos dos volúmenes, su obra periodística de estos años suma varios artículos publicados, fundamentalmente, en las revistas La Cruz del Sur y Cartel. En la primera, dirigida por los hermanos Guillot Muñoz, actuó como colaborador y en la segunda tuvo gran ingerencia como director junto a Jaime L. Morenza. Ambas revistas culturales fueron centro de la estética vanguardista y quienes escribían en ellas intentaban crear, de manera original, una forma de comunicación artística que rompiera con los cánones establecidos, sin llegar (como las vanguardias europeas) al parricidio. Es que la vanguardia uruguaya en general, si bien rompe con cánones y proclama una estética nueva y diferente, no deja de reconocer sus antepasados literarios. D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y Ese ánimo de cortar con lo nuevo, de hacer algo original se refleja en los artículos El entrecasa en el arte y Arte en pijama de Ferreiro, artículos que si bien no son manifiestos, perfectamente podrían serlo. En el primero de los artículos mencionados, el poeta sostiene que: Ahora se muestra lo que antes se tuvo por ejercicio, ejercicio preparatorio. Ahora se da para afuera lo que antes se guardó celosamente. Y también en esto, corren parejas el arte con la manera de ser de los hombres (…) Ya no hay borradores (Cartel, Nº 2, 1930: 1). Evidentemente se refiere a que ya no existe la estrategia del cuidado de la formas, de la búsqueda de un lenguaje imbricado o complicado. El arte es aquella manifestación del hombre que se da con total naturalidad tanto en la poesía como en el periodismo y en la cotidianeidad, de allí la idea de que las fronteras entre lo público y lo privado, lo alto y lo bajo se difuminen, desaparezcan. El lenguaje popular es lo que predomina en la poesía y el periodismo de Ferreiro. Lenguaje popular en el sentido de cotidiano, de aquel que se habla de las puertas para dentro, el que se utiliza en el “borrador” de un diciembre 2009 - BOLETIN Nº 59 - 7 A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S escrito que deberá ser luego pulido y publicado. Es ese mismo registro el que encontramos en toda la forma expresiva de Ferreiro, acompañada de un toque de humor (humor “en serio” e inteligente, al decir de Escarpit) que vuelve su producción particularmente distinta. Al respecto del humor en los poetas uruguayos, Eduardo Espina toma su postura en un artículo llamado Vanguardia en el Uruguay: la subjetividad como disidencia y afirma que: “En un país donde el humor es infrecuente, la intención burlona y desacralizante de Ferreiro aún resulta insólita y por tanto original. En uno de sus primeros ensayos, Jorge Luis Borges, después 8 - BOLETIN Nº 59 - diciembre 2009 D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y de afirmar que ‘dos condiciones juveniles –la belicosidad y la seriedadresuelven el proceder poético de los uruguayos’, afirma que ‘el humorismo es esporádico’ y que por esa razón ‘cualquier intensidad, hasta la intensidad de lo cursi, puede valer’”. ( C u a d e r n o s hispanoamericanos, Nº 529/530). Pero como muy bien afirma Espina en el mismo artículo unas líneas más adelante, Ferreiro no cae en la cursilería, sino que por el contrario, lo que hace es utilizar y manejar el humor y el absurdo para plantear un acontecimiento trivial y cotidiano. Borges propone en el Epílogo breve y discutidor la particularidad de la obra de los uruguayos en el sentido de falta de intensidad y la idea de que el humor se da muy pocas veces. Podría decirse que Ferreiro no cumple con estas dos características, por el contrario, es intenso y utiliza el humor. Es intenso en su poesía y sus opiniones periodísticas; utiliza el humor en su poesía, en un artículo crítico y en sus comentarios acerca de las situaciones cotidianas. Ferreiro puede escribir de mil maneras sin perder de vista su objetivo fundamental: el arte; un arte en A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S pijamas o un arte en traje. En un artículo del autor publicado en la revista Cartel sostiene que: “[…] el arte de ahora –digan lo que digan cuatro charlatanes– no se deshumaniza; sino que vuelve a lo humano y de tan humano que es ni lo reconocemos, nosotros que somos los deshumanizados” (Cartel, Nº 1, 1929: 4). Ese arte que humaniza al hombre, muestra en Ferreiro un rasgo marcadamente individual, sin regla estricta, sin “fórmula” (cosa que él critica ferozmente de escritores de su generación). El arte de Ferreiro busca otra salida, y esa salida la logra por medio del guiño cómplice del lector que sabe que el humor también es parte de la poesía, una poesía sin piruetas, sin dobleces. El propio Alberto Lasplaces felicita a Ferreiro en un artículo de la revista La Cruz del Sur en el que afirma que su libro de poemas (hablando de El hombre que se comió un autobús) desde su título es una provocación para aquellos que buscan el arte en los lugares comunes de la lógica y la verdad. En El hombre que se comió un autobús no hay “[…] nada de lugares comunes, de metáforas resobadas, de giros tontos, ni repeticiones, ni material de segunda mano” (La Cruz del Sur, Nº 17, 1927: 24). Allí está la provocación, allí está la trasgresión que toda vanguardia D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y debe tener como característica fundamental, pero como es propio de la uruguaya, la trasgresión se da tímidamente, como forma de provocación pero no de parricidio. En un poema titulado Adiós a mi ropero de su primer libro, se expresa el dolor por la pérdida de un bien material que constituía, para el yo lírico, un bien afectivo. La desolación por la pérdida de este objeto, es manifestada nostálgicamente, pero el lector la recibe con una sonrisa que delata la genialidad. El poema es encabezado por un exergo que establece la pauta de lectura en clave humorística: “(A mi querido ropero de espejo dedico este poema)”; y sigue en sus versos de la siguiente manera: “Se han llevado el ropero de mi cuarto a otro cuarto. Claro está que estos dramas no salen en los diarios. Sin embargo… […] Ayer se lo llevaron por orden de mi madre que entiende de esa cosa que llaman elegancia. ¡Lo pasaron a un cuarto donde va a estar solo…!” Resulta aquí evidente lo que Escarpit maneja como rebote humorístico en el que la risa es diciembre 2009 - BOLETIN Nº 59 - 9 A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S una forma de recibir aquello que admiramos o aquello a lo que le tememos. Es, en cierta medida, algo muy cercano a la retórica irónica: “Junto a la broma dicha con un aire triste, que ya conocemos, está la cosa triste dicha con un aire alegre” (El humor, 1972: 102) y respetando este enunciado, la poesía de Ferreiro acompaña con estilo sublime la descripción o la vivencia de una situación trivial provocando el rebote humorístico en un segundo plano que supera el mero absurdo. Un artículo de la revista Cartel muestra ese rasgo característico del decir en tono serio aquello que disimula la broma. Con motivo del día del niño el editorial de esta revista (de la cual Ferreiro fue director) publicó un artículo en forma de aviso. En éste se destinaban regalos para los escritores que conformaban un círculo intelectual alrededor de la revista. El artículo avisa que Cartel: “Prepara con motivo del Día de los Niños, los siguientes regalos: A FRANCISCO ESPÍNOLA (hijo).- Un automóvil de segunda mano para que venga a menudo de San José. A FERNÁN SILVA VALDÉS, la “maquette” del gringo que 10 - BOLETIN Nº 59 - diciembre 2009 D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y acaba de hacer Pena, y una guitarra sin cuerdas. […] A ALFREDO MARIO FERREIRO, un autobús, línea “D”, para que cumpla su destino de ir lejos. Tenemos otros regalos, corbatas, zapatos, estilográficas, máquinas de escribir que lo hacen sin falta de ortografía, vales para comidas en buenos hoteles, ponchos, chiripás, cuartillas en blanco, que iremos otorgando en números sucesivos a todos aquellos de nuestros colaboradores que garanticen saber leer y escribir” (Cartel, Nº 1, 1929: 4) Ese mismo tono utilizado en el poema antes mencionado, se repite en la revista. El humor se evidencia en su particularidad de estar a medio camino de lo serio y lo no serio. Se da, en este caso, cuando el lector se encuentra con un texto de estas características que le provoca risa porque sabe que el autor no habla en serio, y sabe que es cómplice del “guiño de comicidad” del autor, como dice Escarpit. Lo destacado de este artículo es que detrás de ese tono “no serio”, detrás del guiño, hay una forma diferente de abordar el arte, un A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S arte que respeta el postulado de Ferreiro de un arte en pijama, en el que ya no hay borradores. Así como Ferreiro puede utilizar el humor para poetizar y hacer periodismo, también utiliza la crítica con respecto a aquellos poetas que aún siguen respetando las reglas, los lugares comunes, las fórmulas, como lo manifiesta en un artículo sobre Palacio Salvo de Ortiz Saralegui: “Hay unos cuantos poetas que ya cantan la vida tal como ellos la ven. Frente a este número de cantores sinceros está el grupito -¡tan ridículo!- de los que tienen fórmula. Es decir de los que se han ido pasando unos a otros una recetita, una especie de vidrio de colorinches al través del cual ven la vida. Y la ven igualmente idiota; la ven con las mismas consonantes […] Para ir por sí mismo es necesario tener motor. Ser motor y no acoplado” (La Cruz del Sur, N° 21, 1928: 33) La crítica va dirigida a aquellos que se quedaron mirando hacia atrás, aletargados en el tiempo del esteticismo y el canon. La suya es una crítica dura pero con un lenguaje D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y absolutamente accesible para el público en general y no sólo para ese “grupito” de intelectuales. Ése, es el mismo lenguaje con el que Ferreiro escribe sus poemas y redacta sus artículos periodísticos. Esa idea de ser motor y no acoplado, juega con la impronta vanguardista de exaltar a la máquina como aquella nueva forma de belleza. No ser acoplado y ser motor es ser ágil, es cumplir con la nueva estética, es no responder a reglas, a normas. Ser motor es ser “nuevo”, diferente. No tomar las “recetitas”, es ser independiente y Ferreiro, lo es. El arte, según el poeta pasa por otro lado que no tiene que ver con el uso de un traje almidonado del buen decir. El arte, ahora, es independiente, es “florido” aunque: “Es claro que siempre va a haber quien –a pesar de la belleza indiscutible de las nuevas maneras– va a sentirse cautivado por la pseudo belleza de un mastodonte de piedra del siglo tal o por algún mastodonte de prosa gramática de cualquier sesudo académico, erudito en zonceras eternas” (Arte en pijama, Cartel, Nº 1, 1929). La crítica de Ferreiro no se da sólo a nivel periodístico en las revistas culturales en las cuales diciembre 2009 - BOLETIN Nº 59 - 11 A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S desarrolló su papel reflexivo en cuanto al arte. Desde mi punto de vista sus libros de poemas son pequeñas demostraciones de su pensamiento, de su constante viaje en las letras nuevas. En este artículo de la revista Cartel, el escritor nuevamente hace una demostración de humor y crítica. Utilizando la metáfora de un mastodonte, sugiere que la estética anterior, aquella que se ha quedado en el tiempo, que no coincide con su idea de arte, es pesada, sin belleza, sin profundidad. Sin embargo, es consciente de que aquella sigue siendo la más aceptada y celebrada. Las nuevas formas son livianas y veloces como un automóvil, como un avión. En Ferreiro se resumen todas las tendencias vanguardistas: la ruptura con la rima y las reglas del buen decir, el gusto por la máquina, el enfrentamiento crítico con la estética anterior y el humor. Pero sus técnicas no se quedan en la poesía, por el contrario, traspasan las fronteras entre la prosa y el verso, entre lo público y lo de “entrecasa”. Esa tendencia vanguardista de Ferreiro traducida en una matriz futurista guarda siempre algo de lúdico y humorístico. Cuando él celebra la presencia de la máquina, lo hace desde la alegría. En un poema llamado Loa en Acción de Gracias para mi 12 - BOLETIN Nº 59 - diciembre 2009 D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y Voiturette ‘Buick’, 13-331, Modelo 1927, se celebra la existencia del automóvil por medio de una forma poética destinada a exaltar las características de personajes ejemplares o acontecimientos de gran importancia en tono respetuoso y elevado. Aquí, Ferreiro realiza una loa a su querida Voiturette personificándola, dándole rasgos animados, mostrando una relación de complicidad como si el automóvil tuviera vida propia. “Me sacudió la cola / del escape, y me hizo / tres o cuatro explosiones / para mostrar, sin duda, / su alegría de verme”. Detrás de diferentes figuras retóricas el humor se extiende a lo largo de todo su primer poemario y no creo que con el uso de este recurso Ferreiro intentara realizar una parodia burlesca de la vanguardia futurista, como sostenía Zum Felde. Si la de Ferreiro hubiera sido una burla a las nuevas formas de arte, no hubiera sostenido su discurso favorecedor de lo nuevo en su obra periodística ni en sus dos libros publicados. No es burla, es humor, trasgresión y es independencia poética. En su segundo libro de poemas Se ruega no dar la mano sostiene y defiende la poética que él realiza. Festeja que: “Por suerte, se han acabado los versos. ¡No hay más, señores! Los poetas de A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S ahora hacen poemas […] han pasado [de moda] el laud, el juglar y el tren de las 15 y 2” (Ferreiro, 1930, 1). Si ahora se hacen poemas y antes sólo versos ¿en qué lugar quedan los poetas de antes? Nuevamente la crítica y ahora desde su obra poética. Reconoce la importancia que han tenido “los nuevos” y la molestia que han causado en aquellos intelectuales que siguieron aferrados a las formas anteriores que tomaron a las vanguardias por antiliterarias, sin valor estético alguno. Aquel humor que se expresaba con seriedad en El hombre que se comió un autobús se mantiene en Se ruega no dar la mano sin importar lo que críticos respetados opinen sobre su decir poético. La exaltación de la máquina se sostiene y encontramos aquella misma identificación entre hombre y automóvil. De aquel El dolor de ser Ford se llega a Doloras, un poema en el que el “yo lírico” logra ponerse en el lugar del auto como si lo hiciera de un ser humano igual que él: “Si una hinchazón cualquiera / por pequeña que sea, / duele tanto / ¡cómo debe dolerle al automóvil / la hinchazón del pneumático!”. Se sigue jugando con el humor, con la idea de romper cánones, de terminar con las reglas, de escribir “en nuevo”. La matriz de Ferreiro se repite a cada paso que D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y da sobre su obra periodística y artística. En cada uno de las creaciones la parodia tiene su lugar pero desde la inteligencia, sin nada librado al azar. La poética de Ferreiro sale de lo común. Es independiente a cualquier regla o canon. No puede ser medida con una regla que estipule dónde entra o no entra su estética. Es nuevo, escribe “en nuevo”. La estética anterior responde a una forma pesada y estricta que no logra convencer a Ferreiro. Su estética de pijama, de entrecasa es absolutamente accesible, no se torna difícil de entender y abordar, en ese sentido, también se diferencia de una estética dura e inaccesible. Esta característica es propia de las vanguardias literarias y como partícipe de este tipo de estética, Ferreiro lleva adelante su obra sin miramientos diciembre 2009 - BOLETIN Nº 59 - 13 A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S normativos. De su poesía puede extraerse esa conclusión de poeta trasgresor, “nuevo”, pero hay una característica en Ferreiro que excede el discurso poético, y es su forma de entender y de enfrentarse al arte. Tanto en poesía como en prosa (estrictamente en su prosa periodística) mantiene una visión y un lenguaje que puede llevar a la confusión entre un género y el otro. Resta sólo decir que, Alfredo Mario Ferreiro se instala en medio de los mayores años de producción vanguardista de nuestro país y del Río de la Plata. Dueño de un estilo propio, independiente, rehusó ser objeto de reglas y parámetros que midieran el uso de la novedad y la ruptura en su poesía. Su producción no cuida las formas, no tiene borradores, no se esconde detrás del traje y la corbata. Por el contrario, recorre las calles llenas de novedad, sube a un autobús en pijama sin importarle el “qué dirán” y se arriesga a lo diferente. La división entre lo público y privado no existe en este escritor, la diferencia entre alta y baja cultura no es de importancia porque las fronteras se difuminan y se pierden detrás del humo que emana el caño de escape de algún automóvil en marcha. 14 - BOLETIN Nº 59 - diciembre 2009 D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y Bibliografía Corpus: J2008] De Micheli, Mario. Las vanguardias artísticas del Siglo XX. Madrid: Alianza Editorial, 1966. Escarpit, Robert. El humor. Buenos Aires: Eudeba, 1972. [1962] Espina, Espina.Vanguardia en el Uruguay: la subjetividad como disidencia en: Cuaderno hispanoamericanos. Madrid, Nº 529/530, julio- agosto, 1994: s/d. [ V e r s i ó n d i g i t a l : www.archivodeprensa.edu.uy. Consulta realizada el 14 de noviembre de 2008] Ferreiro, Alfredo Mario. Litterae, en: La Cruz del Sur. Montevideo, Nº 18, julio-agosto 1927: 27. ________. “Raza ciega”, en La Cruz del Sur. 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Olimpia Marcantonis Juliá De la Academia Nacional de Letras Revista –Año 3, nº 5, julio-diciembre 2008 Ricardo Pallares, Jorge Arbeleche, Muestra de la poesía uruguaya actual (2009) (5 ejemplares) De Rebeca Linke Editoras Porzecanski, Teresa —Cosas imposibles de explicar y otros cuentos escogidos. (octubre2008) Grynbaum, Ana—Calidad bajo sospecha, (noviembre 2008) Migdal, Alicia—En un idioma extranjero, (noviembre 2008) González, María de los Ángeles—De España al Río de la Plata: Escritores migrantes del Siglo XX. Colección enfoques, (diciembre 2008) De autor Delbene, Lucía—Garza en garza. (poesía), Ediciones Botella al mar, Punta del Este, julio 2009. Brocco, Oscar—Ciudad de la memoria. (poesía), La canción nuestra, Tacuarembó, 2008 De la biblioteca de la Profesora Graciela Mántaras Recibimos, a través de la señora Esther López vecina y amiga de Graciela Mántaras, casi un centenar de libros y revistas que aún no hemos catalogado. diciembre 2009 - BOLETIN Nº 59 - 15 A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y II.-Los Fuegos de San Telmo de José Pedro Díaz A propósito del viaje iniciático del héroe y de la poesía como revelación por Gabriela Sosa Además de su conocida trayectoria como narrador, poeta y ensayista de nuestra literatura, José Pedro Díaz (1921-2006) es recordado por su desempeño como profesor en Secundaria, profesor de Literatura y Didáctica en el IPA y catedrático de literatura francesa en la Facultad de Humanidades y Ciencias, donde ejerció su actividad docente hasta el año 1998. La inclusión que la crítica ha realizado de este autor dentro de la llamada Generación del 45 motiva en esta oportunidad la publicación del siguiente estudio sobre Los fuegos de San Telmo (1964), quizás su novela fundamental. 1. En Los fuegos de San Telmo 16 - BOLETIN Nº 59 - diciembre 2009 un viejo tío del narrador, ya físicamente muerto pero vivo en los continuos recuerdos de infancia, motiva el viaje iniciático del protagonista hacia el pueblo de Marina di Camerota en Italia donde aquél viviera los años de juventud. Si bien la acción avanza hacia una «verdad» que se torna fracaso (el deseo de encontrar simbólicamente al tío en el pueblo y confirmar en cambio su muerte), la escritura es la verdadera acción que permite avanzar hacia la subjetividad de quien relata. La trama avanza lentamente, no ocurre demasiado en términos narrativos tradicionales, aunque el proceso interior del personaje, su búsqueda iniciática, íntimamente unida al acto creador, son verdaderamente intensas y centrales. Comprobar que el tío no “está” en Marina, que nada de lo que allí habita mantiene vivo el mito forjado en la infancia, y por tanto que Marina es un espacio completamente ajeno al yo-narrador también, abre la revelación de que probablemente sea en el propio relato poético, mítico, donde deba ser encontrado y no fuera de él. El viaje iniciático se origina A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S muchas veces a partir de una figura idealizada, «heroica» desde la mirada subjetiva del relato, ubicado en un tiempo mítico (muchas veces asociado al mundo de la infancia) y que funciona como eje de la búsqueda, pues en él el yo-narrador objetiva sus expectativas de encontrarse a sí mismo. En el caso de la novela de Díaz la idealización del tío Domingo, intacta al inicio de la novela, será la que luego deberá enfrentarse al fracaso de la «realidad», del pueblo tal cual es, con sus prosaicos personajes y situaciones casi grotescas. El narrador busca sin ser del todo consciente de lo que implica: desea encontrar en Marina di Camerota la eterna circularidad del mito y los seres que la habitan a modo casi de ritual sagrado que actualice el relato original del tío, y sin embargo se topa con el paso del tiempo como un camino sin retorno. La confirmación de la muerte inexorable de Domingo cierra la novela y ésta se vuelve la “revelación” no deseada, que cobra casi dimensión filosófica. La producción literaria de José Pedro Díaz, medianamente prolífica y sin embargo tan diversa en sus planteos estéticos, se inicia significativamente con El habitante (1949), segundo texto narrativo del autor, donde casi podría decirse que se incursiona en un D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y tratamiento de lo fantástico más allegado al siglo XIX que a los aportes teóricos contemporáneos en torno al tema; pasando luego por textos genéricamente híbridos como son los Tratados 1 y arribando a Los fuegos de San Telmo (1964), novela que dispara hacia distintos ejes temáticos2 y donde se observa “un realismo propuesto desde una conciencia poética” (Mondragón, 1996: 226); para finalmente llegar a Partes de naufragios (1969), texto complejo por su fragmentarismo y estructuralmente experimental respecto de lo anterior. Lo cierto es que la ruptura de los tradicionales géneros literarios se encuentra, de diversas maneras, presente a lo largo de la obra de José Pedro Díaz. A partir de incipientes esquemas narrativos la mirada rápidamente se deriva hacia cuestiones casi ensayísticas, que no son más que el pretexto para hacer prosa poética. En ese sentido Los fuegos de San Telmo se vincula a lo que se ha dado en llamar “lyrical novel” según la terminología de Ralph Freedman (1963) o “recit poètique” en palabras de Jean-Yves Tadié (1978), en donde la narración distrae la atención hacia su propio diseño, tal como ocurre en la poesía según la definición ya clásica de Roman Jackobson. diciembre 2009 - BOLETIN Nº 59 - 17 A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S Incluir Los fuegos de San Telmo dentro del corpus de las “novelas poéticas” es pues trabajar sobre la base de que el lenguaje mismo es uno de sus temas. 2. La novela poética (Tadié, 1978) parecería tomar del símbolo la fuerza de la plurisignificación, y al mismo tiempo ofrecer el empleo de una estructura narrativa que requiere ser descifrada por el lector; eje paradigmático y eje sintagmático se concilian en un objetivo común. La figura del Tío Domingo cobra relevante significado simbólico desde el inicio de la novela. There was a time when man walked with God and with legend and myth. Domingo had bequeathed the awareness of that time to his great nephew José Pedro. *(Peck, 1974: 25) El tiempo primigenio al que el mito habitualmente hace referencia, se encarna aquí en esta figura central en el texto, la cual sirve a su vez de puente entre la idealización de la infancia ya perdida y un pasado aún más remoto (el tiempo en que Domingo vivía en Marina), mítico, original, construido en el lenguaje. Salvando las distancias entre marcos de referencia * Había un tiempo en el cual el hombre caminaba junto a Dios, la leyenda y el mito. Domingo le había legado la conciencia de aquel tiempo a su sobrino José Pedro. (Traducción de G. S.) 18 - BOLETIN Nº 59 - diciembre 2009 D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y diversos, casi podríamos afirmar que el personaje adquiere características de chamán, pues su función radica en ofrecer al sobrino la sabiduría adquirida en un espacio que discursivamente se sitúa por encima de los dominios humanos. No olvidemos además que el chamán habitualmente no es mero reproductor sino vivo creador y tío Domingo, en relatos como el del pulpo o la pelea de dimensión sobrenatural que disputa con el perro, presenta con claridad esta doble característica. El motivo del viaje, como búsqueda de sí que lleva adelante el narrador hacia el antiguo pueblo del tío se transforma en ese proceso transformador de la iniciación. ¿Se busca la infancia? ¿Al tío ya muerto? ¿La reflexión filosófica acerca de la naturaleza efímera del ser humano? ¿Las raíces culturales de un Uruguay esencialmente heterogéneo? ¿Todas estas cuestiones a su vez, siguiendo la polisemia del texto poético? ¿La intención radica en reconstruir la sabiduría chamánica, el mismo espíritu de búsqueda que años antes había llevado al tío rumbo a Uruguay? Dicha búsqueda, triunfal en la primera experiencia (la del tío), es intento fallido en la segunda (la del sobrino), al encontrarse con un espacio antitético al del mito. En A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S términos de temporalidad, el tiempo de los dioses que recrea el mito contrasta con el mundo sin dioses del hombre moderno. Angustia sobre la cual el propio narrador reflexiona en la novela, confirmando la distancia que lo separa de la actualización ritual del mito y afirmando que el único camino posible que le queda al hombre sin dioses es el acto creador: ¿Lloraba yo entonces realmente dioses perdidos? No. Todavía no. Fue después que aprendí que siempre hay dioses muertos que esperan de nosotros la historia imaginaria de sus encarnaciones sucesivas. Lo que ahora recuerdo como un andar desolado, aquella búsqueda de nada mientras andaba rodeado por una nube de recuerdos y de mitos, era un andar sin dioses. Era una espera que no sabía de sí misma. Nada había alterado todavía el pórtico severo y en el fondo de la gruta, la Sibila dormía. (Díaz, 1979: 4950) El acto de la escritura es la revelación de la irreversibilidad del paso del tiempo (y por lo tanto la obligatoriedad de aceptar la muerte del tío y la pérdida de la infancia), pero también la acept- D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y ación del rito de la creación literaria como nueva forma de crear a Dios luego de su muerte. Abordar esta temática implica combinar la trama narrativa con una suerte de metadiscurso, que propone al lector la dimensión de ser partícipe del propio acto creador. Volviendo al significado del viaje, en el caso concreto del protagonista de Los fuegos de San Telmo, éste “has embarked on a journey in quest of the meaning of man’s existence.”** (Peck: 1974: 178) Dicha afirmación sugiere reflexionar sobre una serie de cuestiones: en primer lugar la conciencia de que la aprehensión del pasado por medio de la memoria es limitada, en tanto se recupera de aquél tan sólo retazos de una experiencia. Esto explicaría precisamente por qué la primera parte de Los fuegos de San Telmo constituye la más fragmentaria del texto: sucesos del pasado conectados entre sí a partir de una figura central que les da sentido (el tío Domingo) aunque temporalmente indepen-dientes, no sucesivos. Es así que el sujeto, limitado en la búsqueda y no pudiendo colmar plenamente las expectativas de encuentro consigo mismo, además de recordar actúa y emprende el viaje rumbo a Marina. El hecho dual de concretar exte**se había embarcado en un viaje en busca del significado de la existencia del hombre. (Traducción de G. S.) diciembre 2009 - BOLETIN Nº 59 - 19 A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S riormente la acción del viaje y a la vez atender el llamado proveniente del interior (del cual se habla en el primer capítulo de la novela y que remite al llamado habitual del viaje iniciático) dan precisamente al protagonista su dimensión heroica. En segundo lugar, el viaje de José Pedro (tomado por supuesto en términos de personaje) quizás pueda entenderse también desde una óptica más sociológica, pues res-ponde a la situación del ser rioplatense que, en su naturaleza compartida de americano y europeo, necesita reafirmar qué hay de lo suyo en Marina, y a la inversa: qué explica el pequeño poblado italiano de su aquí y su ahora. La circunstancia individual del personaje es el camino que se propone para llegar a una verdad que lo trasciende. Base misma de la naturaleza mítica, que recubre de personajes humanos las verdades universales. La subjetividad del yo repercute en una explicación de tipo colectiva que continuamente obliga a la lectura en varios niveles simultáneos. De hecho el viaje iniciático es siempre social – pues se enmarca y regula dentro de costumbres y tradiciones compartidas por la comunidad – y a la vez individual, ya que se centra en el sujeto que modifica su condición particular en el grupo. 20 - BOLETIN Nº 59 - diciembre 2009 D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y Pero estas significaciones acerca del viaje no pueden mirarse sin reflexionar sobre el fracaso al que se enfrenta el protagonista con su arribo a Marina di Camerota. Se va a buscar un mito que no logra encontrarse, una identidad que, aunque en lo universal deba asumir como verdad indiscutible la muerte del tío (y esto de por sí suponga un aprendizaje que deja el rito), en lo personal es una identidad que no encuentra respuestas claras. Inicialmente José Pedro posee el optimismo de embarcarse, pues ha tenido contacto directo con el relato mítico (a través del tío) y esto funciona como empuje, aunque la pérdida del optimismo es inevitable a la hora de confrontar relato y realidad. El misterio A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S de lo que se intuye pero se desconoce (lo que Peck tratará como presencia de “lo otro” dentro de la literatura de Díaz), está presente a lo largo de todo el viaje del protagonista, pues continuamente lo real y lo imaginado tratan de conciliar en una misma mirada: El ruido familiar del motor me había puesto en otro lugar, pero además el mar, visto detrás de aquellos árboles, era también otro.”(…) Hasta creí sentir otros pasos junto a los míos. La desilusión en el orden de lo real deja a la luz el descubrimiento del papel de la escritura como forma de recuperar el discurso mítico. Dos acciones que funcionan como espejos: el tío recuperando su pueblo natal a través de los relatos al sobrino y el narrador recuperando al tío (y con esto en parte su infancia) mediante el acto de la escritura de la novela. El trayecto de Los fuegos de San Telmo se dirige desde la evasión inicial, donde el recuerdo del pasado domina la escritura (y donde ésta funciona como medio para evocar) hacia la experiencia del encuentro con el acto de escribir y su significado. Tal vez el principal aprendizaje de la iniciación. D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y 3. Siguiendo el viaje del héroe que desarrolla Joseph Campbell en El héroe de las mil caras. Psicoanálisis del mito (2006), analicemos en detalle Los fuegos de San Telmo en clave mítica. El mismo autor resume los pasos que el héroe da a los efectos de llevar a cabo su viaje de iniciación: El héroe mitológico abandona su choza o castillo, es atraído, llevado, o avanza voluntariamente hacia el umbral de la aventura. Allí encuentra la presencia de una sombra que cuida el paso. El héroe puede derrotar o conciliar esta fuerza y entrar vivo al reino de la oscuridad (batalla con el hermano, batalla con el dragón; ofertorio, encantamiento), o puede ser muerto por el oponente y descender a la muerte (desmembramiento, crucifixión). Detrás del umbral, después, el héroe avanza a través de un mundo de fuerzas poco familiares y sin embargo extrañamente íntimas, algunas de las cuales lo amenazan peligrosamente (pruebas), otras le dan ayuda mágica (auxiliares). Cuando llega al nadir del periplo mitológico pasa por una prueba suprema y recibe su recompensa. El trinufo puede ser diciembre 2009 - BOLETIN Nº 59 - 21 A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S representado como la unión sexual del héroe con la diosa madre del mundo (matrimonio sagrado), el reconocimiento del padre-creador (concordia con el padre), su propia divinización (apoteosis), o también, si las fuerzas le han permanecido hostiles, el robo del don que ha venido a ganar (robo de su desposada, robo del fuego); intrínsecamente es la expansión de la conciencia y por ende del ser (iluminación, transfiguración, libertad). El trabajo final es el del regreso. (…) El bien que trae restaura el mundo (elíxir). (Campbell, 2006: 223-224) Inicialmente el contenido “heroico” parece centrarse en la figura de referencia y fuente de idealización por parte del narrador: el tío Domingo. Él es “el héroe”, entendido como ser “excepcional” y ejemplar en sus acciones y valores y en cuanto al tiempo pretérito que representa. Aunque desde nuestra opinión la atención de la novela está puesta en el proceso de búsqueda de significados múltiples del propio protagonista, el cual funciona como principal héroe pues ha sido capaz de combatir y triunfar sobre sus limitaciones históricas y personales y locales ha alcanzado las formas humanas generales válidas y normales. (Camp22 - BOLETIN Nº 59 - diciembre 2009 D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y bell, 2006: 26) La dimensión heroica adquiere así independencia del fracaso final del viaje a Marina y lo que allí se encuentra, ya que se vincula sobre todo a una actitud de impulso hacia la verdad. El hombre común es aquel que se resigna a no traspasar el umbral a lo desconocido, ese paso decisivo hacia la revelación. En el caso de Los fuegos de San Telmo el viaje mismo es lo heroico, el hecho de emprender la búsqueda. Resulta curioso que haya una semejanza entre el tío y el narrador protagonista de la novela en este punto, en la medida que aquél también llevó adelante el viaje “de la América”. La búsqueda del tío es en realidad una búsqueda de sí mismo. La antítesis de estos viajes (tío y sobrino) son los habitantes de Marina di Camerota, que viajan a Colombia con propósitos estrictamente materiales. Se parodia con ellos el regreso del héroe que vuelve al mundo para difundir su verdad revelada; estos habitantes han anunciado volver al pueblo para beneficiar económicamente a los familiares que han quedado y el lector intuye que esto no ocurrirá nunca, que abandonar Marina significa nunca más tener el deseo de regresar a ella. Parodia del ansiado paraíso. A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S El esquema se plantea desde una especie de rito iniciático invertido: si en el relato original el llamado a la aventura es angustioso para el héroe por el cambio profundo que gesta hacia un mundo aparentemente oscuro que conduce al abismo (sensaciones que son el resultado del ingreso a lo que no se conoce ni en su naturaleza ni en sus reglas), luego sin embargo esto se ve recompensado por la revelación apoteósica. Por el contrario, en Los fuegos de San Telmo, el narrador se ve inicialmente deslumbrado por el “llamado” del tío y más tarde su impulso hacia el ideal irá fracasando: Hace ya muchos meses que esto dura. Cuando ando por algunos lugares siento con tal intensidad el eco de sus pasos que tengo que volverme hacia el recuerdo, hacia aquel lugar donde permanece todavía la explanada empedrada del puerto, (...) Ahora que ando como perdido por la ciudad, él me acompaña de un modo parecido al de entonces. Y tampoco ahora sé a dónde vamos. (...) Acaso también fue él quien me enseñó a esperar precisamente esto, este llamado suyo de ahora para ir juntos no sé adónde. Por eso me empeño a seguir a D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y aquella borrosa figura pequeña que anda con paso vacilante sobre el empedrado irregular del puerto. (p.78) El llamado inicial es sonoro y también ineludible: el narrador comienza su novela con la expresión “tengo que”, lo cual indica la imposibilidad de escapar del mismo, aunque implique la entrada a un mundo que explícitamente se insiste en que es desconocido. El espacio del puerto montevideano conducirá al otro (en un juego de dobles que aparecerá de manera recurrente) y el mar (que “golpea maderas de barcos o de muelles” de la misma forma que los recuerdos lo golpean a él) simbólicamente es el puente, el viaje que prontamente se iniciará hacia Europa. La primera parte de la novela de titula precisamente El puerto, metáfora del llamado. El mar también representa un mundo interior incierto (Mondragón, 1996). El llamado del tío no deja de ser el pretexto para iniciar un viaje interior que posee intereses personales del protagonista; esto queda claro cuando se expresa al inicio de la novela que “hay siempre algo más que no se alcanza a ver” (p.7), una manera de indicar que la figura recordada es sólo dis- diciembre 2009 - BOLETIN Nº 59 - 23 A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S parador de ese “fondo” al que se quiere llegar. El tío espera desde la eternidad, aunque en realidad será el yo el que decida el momento del despegue. Puerto, mar, ecos; tal como ocurre en el lenguaje mítico los elementos desde el comienzo se leen en clave simbólica. Se observa la arbitrariedad del inicio y el fin del relato, lo cual trae la pluralidad de interpretaciones posibles. Ocurre lo mismo con el motivo del mar, que en su inmensidad pareciera no empezar ni terminar. Esta incertidumbre de enfrentarse a lo desconocido en lugar de funcionar en términos de comienzo y fin intenta unificar espacios (Marina vista desde el relato mítico del tío con la Marina real) y tiempos (la infancia con el viaje; la tradición con el presente). Es la circularidad propia del mito la que queda establecida. La primera parte de la novela constituye un cúmulo discontinuo de instantes privilegiados, cargados de recuerdos de infancia. El niño que pretende recuperarse 24 - BOLETIN Nº 59 - diciembre 2009 D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y por medio de la memoria y su manejo de la temporalidad se oponen a la diacronía clásica, pues aquél vive en la fuerza del instante. No parece casual que esta primera parte, “El puerto”, culmine con un capítulo titulado “Una lucha con lo que no sabemos”, a modo de metáfora de las lagunas dispersas en las páginas precedentes – lagunas materiales en el libro por los espacios en blanco y lagunas mentales por la imposibilidad de la memoria de aprehender la continuidad del tiempo pretérito. Las variaciones discontinuas en el manejo del tiempo se combinan con la concepción del tiempo circular. La narración de los recuerdos remite al tiempo original del relato en boca del tío, y éste a su vez a la antigua vida en Marina, de tal forma que la novela logra la coexistencia poética de tiempos distintos. El acto de la escritura, a la vez ritual y creador, funciona a modo de puente entre el tiempo primigenio y el presente, en una ilusión por recuperar aquél en éste. Pero la llegada a Marina es la forma de comprobar la imposibilidad del retorno fuera del presente escritural. Quizás sea por esto que en la tercera parte titulada “Marina di Camerota” la linealidad es lo que domina el uso del tiempo. Existe un enfrentamiento de dos concepciones difer- A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S entes: el tiempo circular del mito, que mediante el ritual permite el retorno al tiempo y espacio primigenio y que es literatura y poesía, y el tiempo lineal que efectivamente se encuentra en Marina, donde los años han hecho estragos. Ambos se ubican en planos diferentes, luego de haber creído el protagonista que resultaban indiferenciados. Se vuelve imprescindible realizar un breve comentario comparativo entre la novela de Díaz y el mito de Eneas de Virgilio. Gran parte de la literatura latinoamericana ha buscado integrar los legados culturales europeos con una creatividad evidentemente distinta y particular, como la que aquí se observa. En Los fuegos de San Telmo aparece esa mezcla de lo “americano” con lo “europeo”, no sólo porque el motivo del viaje se enmarca de un continente al otro, sino porque también la historia del tío supone un continuo vaivén entre recuerdos de infancia claramente montevideanos en sus costumbres con relatos de Marina y la tradición europea que acompaña al pequeño poblado. El nivel de la tradición oral familiar, que sustenta toda la historia del tío y es base de los recuerdos de infancia se combina con otro en donde la tradición literaria (aquí el autor hace presente su condición de docente y teórico de la lit- D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y eratura) promueve la lectura en clave del primer nivel. Yendo hacia lo mítico, el narrador se vale de intertextualidades europeas – el mito de Eneas, por ejemplo – para dar luz a su historia de inmigrante en busca de raíces. El “territorio de la memoria” (p.47) del que se habla en el capítulo “Mi recuerdo se confunde con sueños y con mitos” funciona a modo de puente entre el personaje y Eneas, enfrentado en su propio viaje al reino de las sombras donde habita el alma de su padre. Ambas historias convergen en la frustración frente a la irreversibilidad del regreso del ser querido: Eneas, con dolor, comprueba la falta de materialidad de su padre (en oposición a sí mismo que se confirma como parte de la vida); José Pedro, de forma análoga, no logra palpar rastros satisfactorios del tío en Marina; pero el primero, representante del tiempo mítico, acepta el hecho de integrar la muerte a la vida (de ahí que pueda llorar frente a su padre); José Pedro en cambio, lejos de esta sabiduría y confirmándose en su potencialidad heroica sin abandonar su condición de hombre común, necesita de la desilusión del viaje para lograr el aprendizaje. Luego del camino de las pruebas, el héroe culmina su viaje encontrándose con la Reina diciembre 2009 - BOLETIN Nº 59 - 25 A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S Diosa del Mundo.3 Creemos que en Los fuegos de San Telmo este papel lo ocupa el acto de la creación literaria. Si por un lado el viaje revela la verdad de que todo retorno a la luz de lo real es una ilusión, por otro lado produce el descubrimiento de que la escritura es la vía por la cual hacer del mito algo vivo. Éste, en su realidad ambigua y poética, en su palabra cargada de contenido simbólico, se resiste al deseo de ser descifrado en el marco de lo real; en oposición a la dicotomía vida-muerte, el mito (la literatura) supera los opuestos y defiende su autonomía respecto del mundo. La tarea del héroe de “volver a nosotros transfigurado y enseñar las lecciones que ha aprendido sobre la renovación de la vida” (Campbell, 2006: 26) es en este caso el camino de la creación artística, la cual deja testimonio del proceso iniciático. Retomando el rol del tío Domingo durante su infancia, el creador revaloriza la poesía como forma autónoma de llegar al conocimiento, lo cual implica la reconciliación de aceptar su muerte física y sobre todo su presencia imperecedera. La literatura es la vía de la trascendencia. El mito despeja de la ignorancia de la vida, por lo cual el sujeto deja de interesar en su individualidad y se erige desde su conocimiento 26 - BOLETIN Nº 59 - diciembre 2009 D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y de una “verdad universal”. ¿No es esta la misión del escritor, después de todo? 4. El hombre moderno ha ido abandonando sus antiguas prácticas grupales en pos de una organización social que ubica al individuo en su centro de atención. Las formas clásicas de adquisición de un lugar en el entramado social (ceremonias tribales de iniciación, matrimonio, adquisición de nuevos roles, etc.) ya no cumplen las funciones de antaño, lo cual deriva en que el sujeto lleve adelante sus procesos rituales y simbólicos de manera solitaria, sin dioses guías. Es pues significativo el hecho de que una novela moderna como Los fuegos de San Telmo haya trasladado el viaje del héroe – experiencia individual pero en el reverso siempre colectiva – a una revelación tan personal como es la toma de conciencia de lo que significa el acto de la creación artística. El camino de la escritura en soledad, el derecho del sujeto a realizarse en mundos propios (la literatura, la poesía) que contradigan la “ausencia de dioses” (p.49-50) es evidencia de una individualidad moderna carente de ritos colectivos. El fracaso del viaje a Marina di Camerota es la comprobación más clara de esta cuestión. 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Todo el proceso de la existencia queda comprendido dentro de su poder, desde el nacimiento, la adolescencia, la madurez, la ancianidad y la tumba.” (p.108) IMPORTANTE Es imprescindible que actualice su correo electrónico. Enviamos información continuamente y el número de rechazos es considerable. diciembre 2009 - BOLETIN Nº 59 - 27 A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y ENTREVISTAS Idea Vilariño En las diez entrevistas que componen Los poetas comunicantes Mario Benedetti y los diez poetas congregados –Roberto Fernández Retamar, Juan Gelman, Nicanor Parra, Ernesto Cardenal, Carlos María Gutiérrez, Roque Dalton, Idea Vilariño, Gonzalo Rojas, Eliseo Diego, Jorge Enrique Adoum– reivindican la gran tradición poética hispanoamericana, evidenciando su voluntad comunitaria y social, su enraizamiento en la historia del siglo veinte. En este caso, Benedetti dialoga con Idea Vilariño sobre su mundo poético y las influencias que ha recibido, la labor del intelectual, el compromiso político y su forma personal de ser en el mundo. (nota de edición) Idea Vilariño: el amor y la muerte, esas certezas1 Con sus ocho libros de poemas (La suplicante, 1945; Cielo Cielo, 1947; Paraíso perdido, 1949; Por aire sucio,1951; Nocturnos, 1955; Poemas de amor, 1958; Pobre mundo,1967; Poesía,1970), Idea Vilariño es sin duda un caso muy curioso de comunicación no buscada; por lo menos si nos atenemos a alguna de las respuestas que aquí formula. 28 - BOLETIN Nº 59 - diciembre 2009 Escribe poesía como “el acto más privado” de su vida, “realizado siempre en el colmo de la soledad y el ensimismamiento, realizado para nadie, para nada”. Y, sin embargo sus poemas LLEGAN por lo general al lector con más intensidad y carga existencial que los de muchos otros que buscan desesperadamente comunicarse. De algunos de sus libros, especialmente Poemas de amor, hay varias ediciones agotadas, y ni qué hablar de sus canciones, que, en boca de los mejores cantantes populares, y del pueblo mismo, tienen hoy una extraordinaria difusión. El secreto de la indudable transmisión de los poemas, quizá resida (además de la calidad literaria y el evidente atractivo rítmico) en el indudable ejercicio de una peculiar sinceridad, a veces desgarradora, pero siempre expresada sin vanos agregados, A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S sin espectacularidad, y sobre todo sin autojustificaciones. Me parece digno de señalarse que ese estilo naturalmente despojado, donde ninguna palabra sobra y ningún alerta falta, crea una sensación extraña y sobrecogedora: pese a tratarse sin ninguna duda del “acto más privado”, Idea consigue (sin proponérselo, claro) un efecto de distanciamiento, en el más brechtiano de los sentidos, que es casi imposible hallar en otros poetas. Yo diría que ese DISTANCIAMIENTO DE LA INTIMIDAD es quizá el rasgo más original de Idea; es, como en otro sentido ella misma lo señala, algo así como mirarse al espejo. Pero tomando distancia (“tampoco yo tengo que ver con nada”), dudando incluso sobre la propia identidad. Esa extraña operación franqueza tiene, indudablemente, un atractivo muy particular para el lector, y no creo que aquí pesen los tan comunes ingredientes de una enfermiza, escudriñante curiosidad: no, simplemente se trata del interés que despierta toda experiencia humana auténtica, incanjeable. Aunque a Idea le provoque violencia y rechazo (y es lógico que así sea) cuando la crítica invade sus fueros más privados, la verdad es que es imposible desligar su obra, sus D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y imágenes, del ser esencial que es su común denominador, su razón de coherencia y de existencia; sobre todo porque Idea generalmente no habla de paisajes, de horizontes lejanos, de presencias meramente exteriores, sino de su mundo, de sí misma. En definitiva, no importa demasiado la explicación. La única verdad es que la poesía de Idea existe no sólo en ella, sino también en su lector. Aunque ella escriba “para nadie, para nada”, hay un lector que de algún modo se inscribe como testigo, casi como destinatario, como interlocutor. Y eso no desmiente sino confirma que esta poesía – como la de todos los creadores en profundidad– lleva en sí misma interrogantes y respuestas que de alguna manera nos conciernen y comprometen, que a todos nos aluden. MB: El volumen titulado simplemente Poesía, que hace algunos meses publicó Arca, comienza con un poema fechado en 1941. Son treinta años de una labor pausada,rigurosa, en la que usted ha sido tremendamente exigente consigo misma y con su instrumento literario; una labor que acaso sólo en ese libro, que es a la vez compendio y cronología, adquiera su plena diciembre 2009 - BOLETIN Nº 59 - 29 A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S dimensión. ¿Le parece una buena ocasión, o por lo menos un aceptable pretexto, para hacer balance? ¿O no le importan los balances? IV: No me había dado cuenta de que eran treinta años. Son muchos. No me importan los balances míos: reuní esta especie de poesías completas incompletas por razones extraliterarias; las feché como condición para incluir los poemas de 1941-1945, ya descartados en el 45, cuando salió el primer cuaderno, La suplicante. MB: La ordenación cronológica de Poesía, que restituye de algún modo cada poema a su circunstancia, ayuda a relevar de entre esos textos a un ser humano que ha permanecido entre fiel a ciertos principios y a ciertos rechazos, pero que sin embargo ha desarrollado, en otros aspectos, cambios sustanciales. ¿Cuáles serían, según usted, esas zonas de fidelidad y esas zonas de transformación? Le aclaro, por las dudas, que no me refiero exclusivamente a la poesía, sino también al poeta que la genera y a la circunstancia que incide sobre el poeta. IV: No hay transformación. A los once años me quedé mirando en un espejo mis ojos serios, adultos. Fue una conmoción profunda saber que yo 30 - BOLETIN Nº 59 - diciembre 2009 D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y estaba ahí –persona, no niña–, como estoy hoy. Los ojos siguen estando. Simplemente, hubo zonas que al ser tocadas se pusieron a vivir. Pero siempre supe todo. Se fueron sumando vida, madurez, el mundo fue cambiando. La mayor parte de sus preguntas son buenas pero muy personales. Ésta lo es en exceso. MB: Es notoria su preocupación por los ritmos, que se refleja en sus estudios sobre este aspecto en la obra de Machado, Herrera y Reissig, etcétera, y por supuesto en su propia obra. ¿Cuáles han sido, en realidad, la esencia y el impulso de esa preocupación? O dicho en otras palabras, ¿qué significado particular tiene para usted el ritmo en relación con el hecho poético? IV:Son dos o tres preguntas. Mi padre era un buen poeta y gran conocedor de formas y de ritmos. Y tal vez el mejor lector de poemas que conocí: hacía oír también el sonido, los acentos. Ambas condiciones fueron una buena escuela desde temprano. Por otra parte diría que tengo algo de eso que llaman “espíritu científico” (pensaba dedicarme a la investigación científica). Quise saber qué pasaba con los versos. Perdí mucho tiempo leyendo acerca de sáficos y anapésticos, A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S de rimas femeninas y masculinas. Luego di con Servien y su método y, aunque él mismo no lo había desarrollado, fue lo que yo estaba buscando. Permite un estudio de los ritmos casi infinito y para mí apasionante. Es lo que sé hacer mejor. Le dije hace poco a Ruffinelli que, si hoy no hubiera otras cosas más urgentes en qué trabajar, habría que pagarme para que me encerrara a trabajar en eso. Tal vez no importa demasiado, hoy importan más, y con sobradas razones, otras zonas del quehacer artístico. Sea como sea, a mí me interesa sobremanera. ¿Qué significado tiene el ritmo? Es fundamental en todo hecho poético. En un poema puede faltar todo lo demás; hasta puede, en determinados juegos, faltar el sentido; nunca el ritmo. Es esencial; por él algo es o no lírico. MB: La crítica ha señalado un par de influencias seguras en relación con su obra, en particular la de la primera etapa: Jiménez, Salinas, Queneau. ¿Está de acuerdo con ese rastreo? Y si es así, ¿hasta qué instante de su producción siguieron pesando en usted? ¿Hubo otras influencias no detectadas por la crítica? Si las hubo, nómbrelas por favor, y si le parece bien, dígame algo sobre D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y cómo y cuándo se produjeron esos encuentros, esos nexos. IV: Han de haberse dejado llevar por la preocupación de comentarlos o traducirlos. Piense en los admirables poemas de amor de Salinas, tan intelectuales; en los juegos inteligentes y llenos de humor de Queneau. ¿Jiménez? No sé; tal vez en los primeros poemas de este libro, pero ésos no los conocían los críticos. No creo; tendría que fijarme. Empecé a hacer versos antes de saber escribir. Tonterías, pero muy cantables. Me parecían admirables los poemas de mi padre. De sobremesa le pedíamos que dijese nuestros favoritos. Julio Herrera: “Junio, el rey más blanco, blanco néctar bebe / bebe blanca nieve; nieve blanca harina...” ¡Almafuerte! Darío: “El olímpico cisne de nieve...”, “Margarita, está linda la mar...” A los diez años ya me sabía de memoria el larguísimo Los motivos del lobo. Pero no creo que hubiera muchos rastros de todo eso en mis malos poemas de entonces ni en los de mi primera adolescencia. Escribir era un acto privado y ni se me ocurría decir lo de otros o mejorar las cosas acordándome de lo que hacían. Si no, tal vez lo hubiera hecho un poco mejor. Tampoco vi en otras admiraciones que vinieron diciembre 2009 - BOLETIN Nº 59 - 31 A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S después, ejemplos sino condiciones –en las vivencias, digo–. Verlaine: “Qu’as tu fait, ô toi que voilà, / pleurant sans cesse, / dis, qu’as tu fait, toi que voilà / de ta jeunesse?” Zonas de Hugo, de Mallarmé, de Leconte de L’Isle: “Moi, je t’envie au fond du tombeau calme et noir / d’être affranchi de vivre et de ne plus avoir / la honte de penser ni l’horreur d’être un homme”, Y Alexandre y Neruda y Jorge Guillén, y los descubrimientos de Quevedo y Yeats y de Vallejo, que leí muy tarde. Y no habría que hablar sólo de los poetas. Supongo que es la historia de todos; supongo que todos nos modifican en alguna medida pero en zonas poco detectables. Tal vez rompen los ojos, pero no veo en mis cosas influencias claras de lo que más me importó. Escribir siguió siendo lo más privado, auténtico, desgarrado mío, desligado, por otra parte, como acto creador, de toda voluntad o actitud “literaria”. Lo que sabía y lo que hubiera incorporado ya eran yo. ¿Yo? Hubo cuatro libros que seguramente me hicieron algo, y son cuatro antologías que llegaron me parece ahora, en un 32 - BOLETIN Nº 59 - diciembre 2009 D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y momento clave: las de poesía española de Diego y de Domenchina, y las de poesía uruguaya de Zum Felde y de Brughetti. De esta última recuerdo ahora los impactos de Vicente Basso Maglio y del primer Juan Cunha. MB: La crítica sobre sus poemas, ¿alguna vez le sirvió de algo? ¿Se reconoce en la Idea que entienden o creen entender los críticos? IV: Así como me importa mucho el juicio moral sobre mi conducta – política, gremial, etcétera – nunca me importó lo que se dijera sobre lo que escribo. Ni nunca me sirvió de nada.A usted tampoco,me parece. Recuerdo haber atendido una observación de Juan Carlos Onetti, otra de Manuel Claps, una de mi hermana Poema. Es todo. La mayor parte de lo que se ha escrito es en extremo comprensivo y generoso, salvo los malentendidos de siempre. Sin embargo, nunca lo miro sino muy rápidamente, y el sentimiento predominante es de violencia, de rechazo, porque están invadiendo mis fueros más privados. Naturalmente que la culpa es mía por publicarlo. La propia índole A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S de lo que escribo lleva al crítico a ocuparse de la persona más que de lo hecho. Y lo lleva a usted a hacerme esta clase de preguntas. No sé si me reconocería por la calle o en cualquier circunstancia. Uno de mis problemas es de identidad. Tal vez porque no se puede ser tantas cosas y en tantos planos como estamos obligados a ser, y seguir sabiendo quiénes somos. Recuerdo que una noche en Cuba me puse a leer mis propios poemas para saber quién era. Yo No sé quién soy. Mi nombre ya no me dice nada. No sé qué estoy haciendo. Nada tiene ya más que ver con nada. Tampoco yo tengo que ver con nada. Digo yo por decirlo de algún modo. MB: ¿Le interesa comunicarse con el lector? Si la respuesta es negativa, ¿por qué? Si la respuesta es positiva, también, ¿por qué?, pero además: ¿siempre fue así?, ¿con qué lector le interesa comunicarse? ¿Está dispuesta a sacrificar algo en beneficio de esa comunicación? IV:No. No. Ya le dije que escribir poesía es el acto más D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y privado de mi vida, realizado siempre en el colmo de la soledad y del ensimismamiento, realizado para nadie, para nada. A menudo, a la mañana siguiente lo olvidé y pueden pasar meses antes que encuentre esas líneas, el poema, escrito de una vez, aunque a veces escrito ocho o diez veces seguidas. Y, por supuesto, salvo raras excepciones, no lo muestro, en algún caso, por años. ¿Por qué he publicado? La poesía puede ser como acto creador algo muy íntimo, pero una vez realizada podría darse la necesidad de comunicación. Bueno, tal vez algo falla, porque tampoco la siento. No tengo en ese campo los reflejos propios de un escritor y que funcionan cuando escribo ensayos, por ejemplo. Pero viviendo entre escritores, siendo yo misma un crítico, vi en algún momento que este o aquel conjunto de poemas – siempre poemas de cierto tiempo, como para poder considerarlos objetivamente, como si fueran de otro, casi – vi que tenían coherencia, que eran un libro. Y entré en el juego. No estoy segura de que ésta sea la explicación correcta u honesta. Hay una evidente dicotomía. Sé que desearía no haber publicado nunca. No me importa ya cuando se trata de reediciones. Pero, dado el carácter de dolorosa intimidad diciembre 2009 - BOLETIN Nº 59 - 33 A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S de la mayor parte de mis poemas, sentí, después, cada libro como un acto de impudicia, de exhibicionismo. Hay poemas que nunca publiqué ni mostré a nadie. Eso debería haber hecho con todos. O casi. A esta altura ya todo eso importa poco. Otra cosa pasa con los poemas de respuesta, con los de carácter político, con las canciones, que buscan naturalmente un público. No creo que se trate de sacrificar sino de escribir en otra tesitura, dando voz a otros, diciendo lo que debe decirse, lo que la gente quiere o necesita oír. MB: Su militancia política, antimperialista y antioligárquica, viene de muy atrás; sin embargo, sólo esporádicamente se ha reflejado en su obra. ¿Por qué? IV:Cuando la lucha contra el Tratado Militar con los Estados Unidos (¿1950?, ¿1951?), publiqué algunos poemas políticos –uno, que nunca más vi, en Marcha; otro, a Guatemala– que no gustaron a nadie. Pero, se acuerda, el Uruguay era otro. Con un poco de distracción todavía eran posibles el individualismo, el retraimiento, el trabajo intelectual reposado Hubo la tarea bastante absorbente de hacer Número, hubo una buena dosis de enfermedad, dificultades, amor. 34 - BOLETIN Nº 59 - diciembre 2009 D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y Por el 60 andaba comenzando mi casa de Las Toscas para retirarme, salirme de todo. Y entonces empezó la lucha por Cuba, y después siguió la nuestra. Entonces la revolución, como toda experiencia auténtica, fue dando sus poemas. MB: En estos últimos tiempos, usted, como tantos otros poetas uruguayos, ha trabajado en letras de canciones políticas. Personalmente, ¿qué la llevó a ese nuevo género? IV: El factor determinante fue, sin duda, la pléyade de excelentes cantores populares militantes y valientes que tenemos. Si no, me hubiera quedado en los poemas políticos. Pero había allí un vehículo inmejorable –llegan a donde nuestros libros no llegaron nunca, a todos– y, además, ellos necesitaban, necesitan, letras. Y la gente necesita oírlos. Por eso –y seguramente usted ha sentido lo mismo con sus Cielitos– me ha dado mucha más alegría oír cantar por ahí, más o menos anónimamente, Los orientales, que la edición de mis poesías completas que ni a mí ni a nadie importó nada. MB: Ya sé que a todos nos importan el amor y la muerte. Pero en su obra aparecen a veces como obsesiones ante una inclemente perspectiva, como condenas a cumplir. ¿Es A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S realmente así? IV: No, no es así. No son obsesiones sino certezas. Y ¿no será la actitud más lúcida, más sana, saber, tener presente que la vida, que el amor se acaban? Ver a los otros y aun mismo caminando a la muerte, vivir el amor a término, tal vez hagan el amor y la vida más terribles y amargos pero, tal vez, también, más intensos, más hondos. Digo. MB: Aunque compartimos la experiencia –por lo menos en su primera etapa– y entre nosotros lo hayamos hablado tantas veces, ¿no cree que al lector le interesaría saber qué piensa de la época de la revista Número, y de lo que ella significó en su momento para todos nosotros y en particular para usted misma? IV: Número. ¿A quién puede importarle hoy? Éramos “escritores”, gente distinta que irrumpía en un especie de vacío literario, y construimos nuestro vehículo. En un país que vegetaba, o se pudría opacamente, y en un medio literario que seguía el mismo camino, teníamos una tarea cultural convencional y alienada, pero necesaria y creadora, entre las manos. Ayudamos a hacer, supongo, esa actitud crítica y rigurosa que saneó el ambiente, a crear un público, a ponerlo un poco al día En la segunda época D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y no quise colaborar, entre otra cosas, porque entonces ya no tenía sentido, me parecía, una tarea puramente literaria, apolítica. Para mí, en aquel entonces, significó bastante: el trabajo en equipo, la obligación de escribir, conocerlo a usted. Ahora me parece cosa de otro mundo. MB: En 1967 y 1968 visitó Cuba. ¿Qué significó esa experiencia para usted? ¿Se reflejó de alguna manera en su visión política de nuestro país? IV: En el 67, como jurado; en el 68, como delegada al Congreso Cultural de La Habana. Eso fue invalorable porque las dos veces recorrí la isla y vi el avance increíble –desde aquí no soñable– que puede hacer un país en un año, en ocho meses. Bueno, sacudió todos mis posibles escepticismos; se me hizo evidente la posibilidad de hacer una revolución con alegría, con articulaciones flexibles; la posibilidad de la recuperación de todo, de la tierra y sus bienes, de los seres humanos. Todo lo que uno sabía, creía, esperaba, recibía allá una hermosa confirmación, una cálida corriente de vida. MB: ¿Cuál debe ser, en su concepto, la situación del intelectual en un contexto diciembre 2009 - BOLETIN Nº 59 - 35 A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S revolucionario? IV: Si me preguntan por el intelectual revolucionario, le contesto con el alfa y omega de las respuestas: el deber de todo revolucionario es hacer la revolución: hacerla antes, construirla después, intelectual o no intelectual. Por otra parte, cuando pensamos en el “hombre nuevo”, lo pensamos también como ser intelectual, y entonces no podemos seguir pensando en los intelectuales como en una pequeña casta, en una elite. Tal vez usted me pregunta por los intelectuales de formación prerevolucionaria en un contexto revolucionario. Por los que limpia y apasionadamente se integran al proceso no hay que preguntar. Pero, ¿qué hacer con el que está demasiado viejo y deformado, con el que no quiere o no puede cambiar en un mundo que ha cambiado? ¿O con el que aprueba que todo cambie con tal que no cambien él, su obra, su circunstancia, la situación del escritor en general? ¿Hacer con él lo que con cualquier otro contra-rrevolucionario? ¿Dejar que su disgusto existencial, su inadecuación, su nostalgia conservadora, su vanidad, sus deformaciones elevadas a la categoría de valores deformen a su vez a los jóvenes? En Cuba, una actitud amplia y comprensiva 36 - BOLETIN Nº 59 - diciembre 2009 D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y logró que al cabo de unos años ingresaran al proceso con felicidad y con fervor algunos escritores valiosos que en un principio se mostraron reticentes pero entretanto se estuvo volcando sobre un público nuevo, ávido, que a menudo agota una edición de 10.000 en uno o o dos días, algunas piezas bastante reaccionarias. Parece difícil encontrar una salida políticamente e intelectualmente correcta. Sé que el escritor no es un privilegiado ni debe serlo. Sé que como en otros planos también en éste habrá que “borrar y empezar de nuevo, / y empezar pese a quien pese”. MB: En su mundo poético, parece evidente una noción pesimista y angustiada de la existencia, reflejada incluso en ese puntual título, Por aire sucio, que no le gusta a Juana de Ibarbourou a pesar de que la estima mucho como poeta. Sin embargo, también en su obra hay claras notas de optimismo, a veces de agresiva esperanza, y éstas casi siempre tienen que ver con perspectivas políticas, revolucionarias. ¿Es realmente así? Y si la respuesta es afirmativa, ¿cómo relaciona usted este optimismo revolucionario con aquel pesimismo existencial? IV: ¿Qué haría yo con mi poesía, con mi visión nihilista y A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S escéptica –más bien que pesimista y angustiada– en medio de una revolución? Tal vez mi actitud más profunda sea un”producto” del sistema, como explicó Enrique Amorim a Ariel Bardano que criticaba a los que llamó mis “Nocturnos para suicidas”. Tal vez, pero sea como sea, ya no tiene remedio. Sin embargo uno es más que su yo profundo, que su posición metafísica; hay otras cosas que cuentan: el dolor por la tremenda miseria del hombre, el imperativo moral de hacer lo posible por que se derrumbe la estructura clasista para dar paso a una sociedad justa. Aun cuando uno sea coherente con su actitud esencial –hay una sola coherencia posible– no puede evitar ver en el dolor, no puede rehuir el deber moral. Y entonces se pone a compartir la lucha, a ayudar la esperanza. Por suerte nadie se acuerda del poema que dediqué a René Zavaleta. MB: En este Uruguay de 1971, donde (como lo dice esa letra suya que cantan Los Olimareños y tanta gente más) “en cada esquina esperan los orientales”, es mucho lo que ha cambiado. ¿Cuál de esos cambios es el que más le importa? IV: El derrumbe del mito “arcádico”, como diría Salazar Bondy; porque es tan D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y estruendoso que por sí solo despierta a muchos, porque ya nadie puede ser, de buena fe, conservador. ¿De qué? Y los muchachos; los muchachos, que hasta hace unos seis o siete años se limitaban a bailar como locos, a enloquecerse con los Beatles, y a llevar BP-Color bajo el brazo porque era “in”. MB: Ese cambio, ¿qué ha hecho cambiar en usted? IV: ¿Quién se suicida, quién se retira del mundo, quién lleva un diario íntimo, quién, ahora? Montevideo, octubre de 1971. 1 BENEDETTI, Mario. Los poetas comunicantes. Montevideo: Biblioteca de Marcha, 1972. diciembre 2009 - BOLETIN Nº 59 - 37 A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y reseñas bibliográficas I.-CIRCE MAIA: EL DES-CUBRIMIENTO DE LA POESÍA Ha pasado medio siglo desde la aparición de un libro que marcaría el comienzo de una de las voces más singulares de la poesía uruguaya. Filosofía y cotidianeidad, experiencia viva y reflexión epistémica se entrecruzan para tejer la poesía de Circe Maia. No es muy frecuente que en Uruguay se agoten las ediciones nacionales, mucho menos las de poesía. Afortunadamente, algunas veces sucede, es el caso de la Obra poética de Circe Maia, editada en 2007 por Rebeca Linke editoras; libro que pronto se reeditará y al que el Ministerio de Educación y Cultura le otorgó recientemente la distinción de Premio Nacional de Poesía. El programa poético que trazó Circe a lo largo de este medio siglo sigue siendo tan coherente como se propuso en aquél libro inaugural. A modo de prólogo, la poeta escribió algunas líneas que abren aquél primer poemario, allí expone su Arte Poética: “La misión de este lenguaje es descubrir, y no cubrir; descubrir los valores, los sentidos presentes en la existencia y no introducirnos en un mundo poético exclusivo y cerrado”. Lejos de convertir a la poesía en un monólogo, en un “perpetuo girar del lenguaje sobre sí mismo”, el yo lírico dialoga con la naturaleza, con los objetos de la vida cotidiana, con la muerte, con el tiempo... Profesora de Filosofía, Circe Maia nos propone un lenguaje sencillo y casi coloquial a través del cual se expresan los más profundos problemas del pensamiento. El punto de partida es siempre lo cotidiano, la experiencia próxima y directa con el mundo; desde allí la poesía nos lleva al cuestionamiento de la existencia de Dios, al pasaje del tiempo, a la inexorabilidad de la muerte. Lo filosófico y lo cotidiano, lo universal y el contacto más puro con el mundo hacen de ésta, una poesía singular dentro de las letras nacionales. Desde esta mirada peculiar, la poeta contempla al mundo intentando trascender la mirada misma para lograr des-cubrir la realidad y hacer evidente lo que puede pasar inadvertido por la proximidad de lo cotidiano. La naturalidad con la que vivimos la vida diaria puede impedirnos el distanciamiento necesario para “ver” nuestro entorno. Resuena en esta concepción el postulado baudeleriano en el que la naturaleza espera una sensibilidad capaz de descifrar los símbolos y las correspondencias de la realidad. En una entrevista realizada por María Esher Gilio, Circe afirmó que “La fuente de la poesía es doble: lo leído y lo vivido”. En sus poemas, y en la poesía toda, resuena el eco de las voces de otros poetas. La poesía 38 - BOLETIN Nº 59 - diciembre 2009 A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y surge de experiencia personal pero también de poesía. “Por detrás de mi voz / - escucha, escucha - / otra voz canta. / Viene de atrás, de lejos; / viene de sepultadas / bocas, y canta.” La voz pronuncia la palabra propia y anuncia la próxima. Esta mirada poética contempla al mundo para describirlo y descubrirlo. Descubrimiento de la realidad que no está hecho de otra cosa más que de lenguaje y poesía. La poyesis, entendida en el sentido más estricto del término: la creación literaria, es inmanente a la palabra. No sólo la poesía está hecha de lenguaje sino que el propio lenguaje es poesía. II.-LAS VANGUARDIAS LATINOAMERICANAS – JORGE SCHWARTZ* En sus orígenes, las vanguardias artísticas se adjudicaron la responsabilidad de dirigir y encauzar la reivindicación política y cultural de la sociedad, asumiendo una actitud decididamente revolucionaria. n el terreno de las letras latinoamericanas, los vanguardistas no se apartaron de la idea de cambio radical como punto de partida hacia sus utopías. La voluntad de construir y moldear una realidad totalmente distinta de la de todas las épocas anteriores se hizo con la exaltación de lo transitorio y volátil por encima del culto a lo eterno e inmutable. De esta forma, en los años veinte se pensó en crear un nuevo lenguaje latinoamericano que aglutinara las peculiaridades lingüísticas del español y del portugués, «una utopía lingüística semejante al esperanto» que liberara las palabras de su pasado ibérico y las vinculara sustancialmente al despliegue del «hombre nuevo» americano. La presente obra muestra una recopilación de ensayos, prólogos, poemas, reflexiones y autoconfesiones en torno a las corrientes denominadas «vanguardistas» del siglo XX latinoamericano, desde el criollismo ultraísta del joven Borges, pasando por el indigenismo de Mariátegui, hasta la glorificación del dinamismo de la ciudad y de la máquina en los manifiestos del brasileño Oswald de Andrade. Sin duda, la lectura de estos textos garantiza una osada exploración del mapa literario que abarca de la urbe a la pampa, cruzando por la orografía del futurismo, el constructivismo, el estridentismo, el surrealismo, la negritud y la raza cósmica. El libro de Jorge Schwartz, profesor de literatura hispanoamericana en la Universidad de San Pablo, autor, entre otros, de Vanguardia y cosmopolitismo en la década del veinte (1993) y organizador del volumen Borges no Brasil (2001), constituye un hito en el campo de la crítica latinoamericana por abordar un fenómeno tan vasto y complejo como las vanguardias del continente desarrollando un perfil insoslayable para futuras investigaciones. * La A.P.L.U. ha adquirido para su biblioteca Las vanguardias latinoamericanas. Textos programáticos y críticos, de Jorge Schwartz, FCE, México,2002. diciembre 2009 - BOLETIN Nº 59 - 39 A S O C I A C I Ó N D E P R O F E S O R E S D E L I T E R A T U R A D E L U R U G U A Y ACTIVIDADES ACADÉMICAS V CONGRESO INTERNACIONAL DE LA LENGUA ESPAÑOLA El V Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) reunirá en marzo de 2010 en Valparaíso (Chile) a unos 200 ponentes de los países hispanohablantes y de otras zonas del mundo, que —bajo el lema América en lengua española— analizarán la situación y retos del español. Se rendirá homenaje a cuatro grandes figuras chilenas: los premios nobeles Pablo Neruda y Gabriela Mistral, y los poetas Gonzalo Rojas y Nicanor Parra. Por más información: www.congresodelalengua.cl UNIVERSIDAD 2010 7mo. Congreso Internacional de Educación Superior La Universidad por un mundo mejor 8 al 12 de febrero de 2010 Palacio de Convenciones de La Habana. Cuba. Por más información: www.universidad2010.cu CONCURSO DE ENSAYOS La Sociedad de Amigos de la Educación Pública llama a participar en un concurso de ensayos con motivo del 140º aniversario de su fundación con un único tema JOSÉ PEDRO VARELA EN EL SIGLO XXI Plazo de entrega : 1º de agosto de 2010 a las 17.00 horas en su sede de Montevideo Maldonado 1381, Escuela y Liceo Elbio Fernández. Informes en dicha sede. 40 - BOLETIN Nº 59 - diciembre 2009