Excelsior Grim era, aparentemente, una humana común y corriente
Transcripción
Excelsior Grim era, aparentemente, una humana común y corriente
Excelsior Grim era, aparentemente, una humana común y corriente, nacida en una familia completamente normal de la Superficie. Tuvo una infancia feliz, era bien cuidada por sus padres y apreciada por su hermano pequeño, ya que ella siempre le había defendido de todo mal. Un día, al cumplir los 12 años, Celsi se precipitó por un barranco escarpado, rasgándose varias zonas de su cuerpo en la caída, provocando así que la pequeña perdiese una gran cantidad de sangre. Excelsior quedó inconsciente a medio camino, así que al llegar al suelo parecía ya muerta… Cuando la familia de la pequeña llegó al cuerpo magullado de Excelsior, pudieron contemplar atónitos como su hija se incorporaba entre espasmos, con los ojos completamente blancos, para pronunciar unas palabras en griego jamás aprendidas por la niña y volverse a desplomar. En cuanto el cuerpo inerte de Excelsior volvió a tomar contacto con el suelo, la sangre que había perdido comenzó a hervir y a revolverse para acabar dando forma a un gigantesco dragón negro de ojos verdes que, sin piedad alguna, les quitó la vida a los padres y al hermano de Celsi, desmembrándolos y lanzando sus cuerpos contra las rocas. Al acabar con la terrible matanza, el dragón se acercó al cuerpo de aquella que había sido capaz de crearle para introducirse de nuevo en ella en forma de sangre, devolviéndole así a la vida. Cuando Excelsior despertó, su primera visión fueron los cuerpos descuartizados de su amada familia, lo cual no pudo más que provocar que la pequeña lanzase un grito desgarrador y que saliese corriendo sin rumbo, tambaleándose por las heridas y con la vista nublada por las lágrimas. Más tarde, todavía en depresión, Celsi pudo verse reflejada en un espejo… ella siempre había tenido los ojos marrones, pero ahora su ojo derecho se mostraba verde. Contemplaba el cambio de color extrañada cuando de pronto todas las imágenes de la muerte de su familia se proyectaron una tras otra en su mente; pero esta vez no hubo grito, no hubo huida, sólo lágrimas que brotaban sin control de sus ojos completamente abiertos, y su peso cayendo sobre sus rodillas… Seis años fueron los que Excelsior pasó en soledad, sobreviviendo como podía, cuidando de sí misma, aterrada ante la posibilidad de que ese dragón volviese a aparecer… No se acercó a nadie nunca, no quería volver a hacerle daño a nadie… A lo largo de esos seis años, Celsi formó una coraza sobre sí misma: no había dolor, ella era fuerte, ella era feliz, siempre sonreiría, nunca se rendiría… Su carácter quedó así para siempre, se convirtió en una mujer dueña de sus emociones, lo que ella sintiese sólo sería revelado si así lo quería. Hacia finales de su sexto año de marginación, con 18 años, Excelsior había ido a parar a un callejón angosto y sin salida, del cual, súbitamente y como de la nada, aparecieron dos licántropos, dispuestos sin duda a acabar con la vida de una simple humana, una simple humana que se veía apetitosa… Los licántropos, con una actitud despreocupada y chulesca, le preguntaron, haciendo mención de su belleza, que cómo se llamaba, y Celsi, al decir en tono firme, dispuesta a defender su nombre y apellido, pudo observar cómo la expresión de la cara de los licántropos cambiaba. Preguntaron asustados si la chica tenía algún parentesco con Eldric Grim, un renombrado nigromante del Submundo; Excelsior, sorprendida de escuchar su apellido en otro nombre, dijo que sí, sin estar muy segura; esto provocó que los licántropos la dejasen en paz murmurando entre dientes que no querían problemas con el nigromante. Una vez sola de nuevo, la chica decidió que, fuese quien fuese ese extraño hombre con su apellido, tenía que conocerlo. Tal vez él tenía respuestas y tal vez podía hasta instruirla para dominar su poder… Así, Excelsior, sirviéndose de su apellido y del reconocimiento que este tenía, encontró formas de acceder al Submundo, pues pudo conocer contactos que venían del Submundo y la llevarían hasta él. Iría dispuesta a dominar por completo esa habilidad de la que tan asustada había estado los últimos seis años.