LAS DICTADURAS EN AMÉRICA LATINA En los años 60
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LAS DICTADURAS EN AMÉRICA LATINA En los años 60
LAS DICTADURAS EN AMÉRICA LATINA En los años 60-70 aparecieron dictaduras militares en casi todos los países latinoamericanos como reacción de las clases dominantes ante la amenaza de los movimientos sociales que habían llegado al gobierno mediante el voto. Característica común de estas dictaduras fue la supresión de los derechos civiles, políticos y sociales. Los dictadores accedían al poder diciendo proteger la democracia, amenazada por la crisis económica y las protestas sociales pero, en su nombre, violaban todos los derechos humanos. En la mayoría de los casos, cuando la Constitución lo permitía, los dictadores se hacían reelegir regularmente, mediante el fraude o la represión de los opositores; en caso contrario, anulaban la Constitución o designaban a algún testaferro. Empezó así un período de represión que consistió, fundamentalmente, en la detención, la desaparición y el asesinato de los opositores al gobierno, incluso de muchos que no lo eran, se eliminó todo derecho a la defensa en juicio. Además se disolvieron los partidos políticos y la tortura se transformó en el método corriente para obtener informaciónes sobre la actividad de los opositores. Por medio del terrorismo de Estado se intentó generalizar el miedo entre la población. LOS DESAPARECIDOS Los desaparecidos constituyen una de las más pesadas herencias dejadas por las dictaduras militares. A diferencia de lo ocurrido con los detenidos y encarcelados, la mayoría de los secuestrados eran encerrados en centros clandestinos de detención, de los cuales se los trasladaba para ser asesinados. A partir de su secuestro, los familiares que comenzaban a solicitar informes a las autoridades, creyéndolos prisioneros en alguna cárcel, encontraban que los miembros de las Fuerzas Armadas siempre negaban tener conocimiento de estas personas y de lo que les había ocurrido. El drama de los desaparecidos es aún hoy una herida abierta que sólo puede cerrar la justicia. Los "vuelos de la muerte" fueron una práctica de exterminio de estas personas en Argentina y Uruguay: miles de personas fueron arrojadas al mar, vivas y anestesiadas, desde aviones militares. En Argentina, las Madres de Plaza de Mayo mantienen viva la memoria de sus hijos desaparecidos pidiendo justicia y verdad por ellos. Ellas se reúnen en esta plaza cada jueves a las 15:30 con sus pañuelos blancos en la cabeza desde 1977. Aunque han perdido la esperanza de encontrar a sus hijos con vida, las Madres de Plaza de Mayo se han convertido en un símbolo de la lucha por encontrar, enjuiciar y encarcelar a los responsables de la “guerra sucia” de los años setenta en Argentina. Este movimiento civil ha recibido el reconocimiento internacional de organizaciones de derechos humanos, y sus integrantes son famosas, como Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación. El Estadio Nacional, el principal recinto deportivo de Chile, es el símbolo del horror de la dictadura de Augusto Pinochet. El estadio fue utilizado como campo de concentración y de torturas de presos políticos desde el 11 de septiembre de 1973, día del golpe que derrocó al presidente Salvador Allende, hasta el 9 de noviembre del mismo año. Según un informe, por el estadio pasaron 40.000 detenidos. De ellos, se calcula que unos 1.850 fueron asesinados y más de 1.300 aún permanecen como desaparecidos. De acuerdo a testimonios de sobrevivientes, en el estadio se torturó a detenidos y se hizo amagos de fusilamientos. Además personas encapuchadas se paseaban entre los detenidos reconociendo a los militantes de partidos de izquierdas que eran perseguidos por el régimen. Algunos de ellos fueron fusilados en el mismo recinto y otros llevados a lugares desconocidos y ejecutados. Esta fue también el destino del cantautor Víctor Jara que murió torturado en el pequeño Estadio de Chile. Por su impacto y la impunidad en que están los culpables, el crimen de Jara es en Chile el equivalente al asesinato de Federico García Lorca en España. Estando preso escribió su último poema y testimonio: Somos cinco mil en esta pequeña parte de la ciudad. Somos cinco mil ¿Cuántos seremos en total en las ciudades y en todo el país? Solo aqui diez mil manos siembran y hacen andar las fabricas. ¡Cuánta humanidad con hambre, frio, pánico, dolor, presión moral, terror y locura!