1 Sikuris de Susques Reseña Por Adriana Luengo SESSA, Martín

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1 Sikuris de Susques Reseña Por Adriana Luengo SESSA, Martín
Sikuris de Susques
Reseña
Cómo citar este artículo: Luengo,
Adriana. 2010 “Sikuris de Susques reseña”. Entremúsicas. Música,
investigación y docencia.
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Por Adriana Luengo
SESSA, Martín: Sikuris de Susques. Con la colaboración de la comunidad aborigen
“Pórtico de los Andes Susques”, Pueblo Aracama. Edición del autor. La Plata. 2009.
ISBN 978-987-05-5720-3. 120 páginas.
Este libro, publicado el año pasado con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes
es el resultado de una investigación realizada por el autor entre los años 2005 y 2008 en
dicha localidad, y que, como aclara en el prólogo, abarcó tanto la lectura de la
bibliografía referente como varias estadías de trabajo de campo. Todo fue posible
gracias a becas de la Universidad Nacional de La Plata.
El autor, Martín Sessa, es Profesor de Armonía, Contrapunto y Morfología
musical egresado de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata,
desempeña en dicha institución el cargo de jefe de trabajos prácticos de la cátedra de
Folklore musical argentino. Trabaja también como docente en la Escuela de Danzas
Tradicionales “José Hernández” de La Plata”. Participó en distintos grupos de música
popular como ejecutante de flauta traversa, y actualmente participa en el proyecto de
música para niños “Hugo Figueras y la banda del vagón” y en el grupo que acompaña a
José Flamenco. Cursó la maestría en Arte Latinoamericano de la Universidad Nacional
de Cuyo, y realizó diversos cursos sobre teoría antropológica, antropología de la música
y metodología de la investigación. Actualmente es profesor en la carrera de
Etnomusicología del Conservatorio Manuel de Falla.
Susques, localidad perteneciente a la provincia de Jujuy, en la frontera
cordillerana con Chile y cuya población originaria fue de origen atacama, revela
también presencia aymara, y a partir de mediados del siglo XV sufrió la expansión
incaica, lo que ha originado una gran complejidad cultural. A esta complejidad se suma
el hecho de que durante su historia fue cambiando de pertenencia política, hasta llegar a
ser parte de Jujuy.
Marginada tradicionalmente de las rutas comerciales, a partir de la creación del
Mercosur y del asfalto del Paso de Jama, ha pasado a ser paso obligado de los camiones
brasileros, chilenos, argentinos y paraguayos que llevan mercadería a Chile, desde
donde parte al Asia (y viceversa), lo que ha contribuído a su complejidad cultural.
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Sessa centró su trabajo, como lo indica el título, en la música de las bandas de
sikuris. En la introducción describe lo que son estas bandas, que vienen desde el
Tahuantisuyu, y que siguen teniendo vigencia como manifestación artística viva en
celebraciones y festividades, y de esta manera desempeñan un papel importante en la
vida social de las comunidades. La introducción muestra también a través de mapas, la
localización de las bandas de sikuris existentes en la actualidad tanto en el departamento
de Susques como en toda la provincia de Jujuy.
El capítulo 1: “La música de sikuris en la historia de Susques” vincula la llegada
de los sikus a Susques con una actividad que se realizaba en la región desde tiempos
prehispánicos: los viajes en caravanas con fines de intercambio entre Susques y Bolivia.
Sin embargo, los primeros datos escritos provienen de los primeros años del siglo XX,
en que el antropólogo sueco Eric Boman visitó la región, dejando en sus textos
numerosas observaciones acerca de la música. Sessa se refiere al eurocentrismo que
surge de los escritos de Boman, pero agradece que haya realizado tantas observaciones
sobre la música. Su otra fuente para esta época es el recuerdo de los sikuristas mas
viejos, que se remonta también a lo que transmitieron los abuelos. Esto es especialmente
interesante porque Sessa relata que en algunos momentos de crisis, la música de sikuris
casi desapareció, especialmente entre los jóvenes, pero a través de las festividades y de
la renovación de las bandas, el interés resurgió, centrado también en el baile.
El capítulo 2: “La celebración de la Virgen de Belén a comienzos del Siglo XX”
refiere a la importancia de Susques como centro de peregrinaciones y celebraciones
religiosas, que servían como centro de la vida social del pueblo, y entre las cuales tiene
una significación especial (como surge ya de los escritos de Boman) la fiesta de la
Virgen de Belén, patrona de Susques, en la que la música y los músicos tenían un rol
fundamental.
En el capítulo 3: “Las bandas de sikuris actuales” Sessa nos cuenta que en la
actualidad hay dos bandas de sikuris en Susques: la de San José y la Santo Domingo.
Antes de referirse a las características particulares de cada una, hace una minuciosa
descripción de los instrumentos y las técnicas de ejecución, mostrando también la
evolución que se ha dado en la fabricación de instrumentos, tanto en los materiales
como en los procedimientos. También menciona el reemplazo, a partir de los años 90,
de instrumentos tradicionales de percusión por los bombos de banda y los redoblantes,
sustitución que los músicos explican porque las fiestas comenzaron a ser
multitudinarias, porque estaban cansados del mantenimiento que había que hacerles a
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los instrumentos tradicionales, y también porque se habían entusiasmado con temas
bolivianos. También en los años 90 cambiaron las cañas, que antes compraban en
Villazón y que actualmente se construyen en el pueblo. Sin embargo, los instrumentos
más antiguos se conservan y se utilizan ocasionalmente en procesiones pequeñas.
Sessa destaca el espíritu comunitario que subyace a la música de sikuris, que se
observa ya en la forma de toque, que debe ser complementario, así como en los viajes,
fiestas, peregrinaciones, etc, que encaran en grupo. También comenta que entre las
bandas locales y de otros lugares existe un fuerte sentido de cooperación, lo que
contrasta con el espíritu de competencia que se da en otros lugares. El libro hace
también un minucioso relato de las ocasiones de ejecución de esta música, los géneros
que se interpretan y los orígenes de las melodías. Pero además hay un corpus de
músicas transcriptas por el autor que enriquecen su valor de referencia para los
interesados en el tema de las bandas de sikuris.
Este capítulo, que es evidentemente el núcleo del libro, finaliza haciendo una
minuciosa descripción del baile que acompaña a la música de sikuris, y describiendo las
características de cada una de las dos bandas actuales. Así nos enteramos que la banda
Santo Domingo concentra a la juventud, pero también conocemos sus historias, sus
trajes, sus características musicales.
El capítulo 4: “La música de sikuris y las fiestas patronales del presente” destaca
la importancia que tienen estas fiestas desde el punto de vista social, tanto por la
participación de las instituciones del pueblo, como de la gente en general, pero también
por el arribo de peregrinos desde distintas localidades de la zona. Sessa nos informa que
en estas fiestas los músicos no son llamados sikuristas sino celebrantes, porque tocan
para celebrar a la Virgen, y están a su servicio, lo que hace que la ejecución musical
tenga un sentido religioso más que festivo. A continuación hace un cuidado relato del
desarrollo de la fiesta a través de los distintos días, mostrando cómo cada evento
necesita la ejecución de un género musical determinado. También realiza una
comparación entre lo que sucede actualmente con lo relatado por Boman y con lo
transmitido por los músicos mas antiguos. Trae también un mapa del pueblo, donde se
marca el recorrido de los músicos por las cuatro ermitas del pueblo. Nos informa
también sobre la organización material de las fiestas, como la provisión de comida y
bebida.
El libro trae un apéndice: “Otras informaciones sobre la música susqueña no
referidas a los sikuris”, que trae otros fragmentos del texto de Eric Boman referentes al
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velorio del angelito, las “señaladas” (ceremonias para marcar el ganado), a la música en
general, los charangos, etc. Luego Sessa relata la música de las señaladas y rodeos, así
como las invocaciones a la Pachamama, y desarrolla dos danzas tradicionales de la
zona: el Pico y la Huareña, que eran muy populares antiguamente, aunque hoy ya casi
no se recuerdan. Finaliza este apéndice con la mención de dos seres misteriosos que aún
aparecen en los relatos susqueños: la sirena y la rivera.
El autor dedica dos páginas a los agradecimientos y culmina el libro con la
bibliografía. El libro se enriquece enormemente con las transcripciones incorporadas,
además de fotos, mapas y las bellas imágenes de un pintor de la localidad: Alejandro
Abraham Soriano.
Quisiera comentar que el año pasado, Martín Sessa dio una charla para los
alumnos de la carrera de Etnomusicología del Conservatorio Manuel de Falla. La idea
era pedirle que centrara su relato en las alternativas, dificultades y logros de su trabajo
de campo, para ofrecer a los alumnos de la carrera una visión directa de lo que significa
encarar un proyecto de investigación de esta magnitud.
El relato fue muy interesante. Sin embargo el aspecto más rico y medular fue el
proceso que siguió a partir del dilema ético que sintió entre el abordaje académico de la
investigación y la necesidad de que el trabajo resultara aprovechable para la comunidad
de Susques. Como dijimos, al comenzar a trabajar en Susques, empezó una serie de
conversaciones con los músicos en torno a la creación de un CD y un libro. Al
comienzo hubo mucha desconfianza de los lugareños, pues tenían la experiencia
negativa de otros investigadores que habían desaparecido sin devolución alguna, pero
poco a poco se fue disipando, sobre todo al comprobar el compromiso del autor con el
proyecto y la comunidad.
En las reuniones fueron surgiendo distintas problemáticas, como el hecho de que
los músicos querían proteger la propiedad intelectual de sus melodías, consideradas
patrimonio ancestral de su comunidad. Luego de arduas negociaciones con abogados e
instituciones, logró inscribir las melodías como recopiladas por la comunidad,
A comienzos del año 2007 dejó un proyecto del libro para ser evaluado por la
comunidad. En noviembre de ese mismo año volvió, y se presentó ante una asamblea con representantes del pueblo, de la comunidad aborigen, escuela, hospital, etc.- y tuvo
una acogida muy favorable. A partir de allí se lograron numerosos acuerdos: inclusión
de partituras con el objeto de poder trabajar en las escuelas con la música de las bandas
de sikuris; encargar a un pintor de la zona que les gustaba mucho el realizar las
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ilustraciones del libro (también con autoría registrada); el registro de la propiedad
intelectual (que ya se relató); la elaboración de un proyecto para conseguir un subsidio
de la Secretaría de Cultura de la Nación –proyecto que se elaboró pero no fue elegido-;
y otros asuntos
Llegaron así finalmente al acuerdo de un libro exento de tecnicismos, que fuera
aprovechado por la comunidad para la difusión y conservación de su música y la
utilización en las escuelas.
Martín manifiesta tener aún algunas dudas con respecto a su trabajo, que resume
en las siguientes cuestiones;
Cómo reflejar las tensiones del proceso.
cómo responzabilizarse por los conflictos que surgen a partir de sus propuestas,
qué visibilidad origina su investigación a la música de la comunidad,
qué conflictos se dan a partir de la presentación del proyecto del subsidio.
El libro de Martín Sessa es una contribución muy valiosa al estudio de la música
de las bandas de sikuris y de la música en general en la Argentina. Es también un
modelo de tratamiento ético de un estudio etnomusicológico, así como un sólido
ejercicio de antropología reflexiva.
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