Dadaísmo y Surrealismo - IES DR. FDEZ. SANTANA
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Dadaísmo y Surrealismo - IES DR. FDEZ. SANTANA
TEMA 27: EL DADAíSMO Y EL SURREALISMO Periodo de Entreguerras El Dadaísmo El Dadaísmo inaugura un nuevo modo de pensar. Se lucha contra todo lo preestablecido, de ahí que sus manifestaciones se denominen antiartísticas. El poeta Tristán Tzará se considera el padre de este movimiento, escribió Siete Manifiestos Dadá. La palabra "dadá" fue hallada por Tzará al abrir al azar un diccionario, y según sus propias declaraciones, no posee ningún significado. Él afirma que el dadaísmo siempre fue una protesta, de ahí que también se le conozca bajo el nombre de arte de repulsa. En la fundación del dadaísmo confluyen la decepción ante la situación mundial, sobre todo las consecuencias de la 1ª Guerra Mundial, el desencanto de pintores escasamente reconocidos y el deseo de llevar la pintura a la destrucción que por entonces asolaba Europa. Prima el azar, aunque éste dé como resultado obras incomprensibles y faltas de un orden aparente. El objetivo era escandalizar a la burguesía. Algunos de sus más importantes representantes son: Francis Picabia, y sus máquinas en que se burla de la ciencia y Marcel Duchamp, cuya principal aportación es el readymade. Éste consiste en sacar un objeto de su contexto para situarlo en otro distinto que pertenece al ámbito de lo artístico. Esto supuso una gran transformación del concepto de arte. Los cimientos en los que se había fundamentado el arte empiezan a resentirse muy seriamente. “La Fuente” es la obra más conocida del artista francés Marcel Duchamp. Fue creada en el 1917. La obra consiste en un simple urinario masculino, de color blanco y con una inscripción en tinta negra corrida, es un ready-made inventado con la intención de crear el "antiarte", rebelándose en contra de las formas artísticas tradicionales. La Fuente fue la primera obra conceptual de la Hª y fue elegida la obra más influyente del s.XX. En la "pintura dadaísta", se incorporan materiales de desecho, así se elevan a la categoría artística todos esos elementos para insertarlos en composiciones. . El Surrealismo. Sus fines son provocar la expresión libre de lo más interno en el hombre: su inconsciente y su imaginación. Para ello, el surrealismo tiene un interés especial en la vía onírica, el sueño, basada en las técnicas del inconsciente de Freud. Nace en Francia finalizada la Primera Guerra Mundial. Surge en el ámbito literario y se extiende al pensamiento, artes plásticas, cine y teatro. El término fue inventado por Apollinaire en 1917 recogió las aportaciones de Breton. En 1924 se produce el primer manifiesto surrealista de Breton. El surrealismo expresa el funcionamiento real del pensamiento, sin control de la razón. Una misma imagen puede ser interpretada de varias maneras (principio de la "discordancia"), por ejemplo, una nube puede parecer la cabeza de un animal o bien otra cosa. Lo paradójico, lo absurdo domina la obra. Finalizada la II Guerra Mundial, el surrealismo como movimiento unitario ya prácticamente había desaparecido. En el campo de las artes plásticas, los pintores surrealistas se manifiestan de dos maneras diferentes, los surrealistas figurativos, interesados por la vía onírica (Magritte, y Dalí) y que se sirven del realismo y de las técnicas y recursos pictóricos tradicionales; y los surrealistas abstractos, que practican el automatismo psíquico puro (Miró). Salvador Dalí (1904-1989). Su obra se pude resumir en surrealismo y provocación. Su obra siempre inquietante, cercana al lenguaje oral poético. Domina el dibujo, se deja influir intencionadamente por el Renacimiento y el Barroco, con una luz limpia y transparente. Pero esta capacidad la utiliza para desarrollar el llamado “método paranoico-crítico” en el que coge elementos tomados de la realidad, pero descontextualizados, modificados o deformados mezclados con otros totalmente irreales, asociados en un ambiente en el que nunca aparecen asociados en la realidad. Algunos temas llegan a ser obsesivos, como las imágenes dobladas o las simbólicas asociadas al sexo. Obras como El gran masturbador (1929), Persistencia de la Memoria. COMENTARIO DE “EL GRAN MASTURBADOR”. Salvador Dalí Óleo sobre lienzo, 1929. Dimensiones: 110x115 cms. Colección particular. Paisaje mental: Estamos ante un “paisaje mental” altamente sofisticado y cuidadosamente estructurado en el que Dalí muestra con increíble impudicia sus temores y obsesiones. Una gran cabeza, amarilla y blanda; con mejillas sonrosadas, larguísimas pestañas y una enorme nariz que le sirve de apoyo en la arena. En lugar de boca tiene un saltamontes o una langosta, insecto que aterrorizaba a Dalí. Su vientre está repleto de hormigas que trepan desde él hasta la gran cabeza. De la cabeza surge una arquitectura modernista sobre la que se apoya “el gran masturbador”, un personaje masculino, del que sólo vemos la parte inferior del tronco, los genitales y los muslos dañados. A sus genitales se aproxima con delicadeza el rostro de una lánguida muchacha y pegado a él un lirio blanco, que parece definir a la masturbación como la relación sexual más pura. Otro símbolo sexual es la cabeza del león bajo el hombro de la figura femenina, que representa la libido, con su grotesca lengua retorciéndose. Atmósfera onírica: Bajo el rostro, en otro plano, hay unos extraños personajes: amantes androides o que se alejan caminando hacia lo que parece una infinita soledad. El dibujo tiene una gran importancia. Dalí formaba parte del grupo de pintores surrealistas que empleaban una figuración de corte tradicional, con mucho detalle, aunque las dimensiones de los objetos, ni sus proporciones, sean reales. Colores y Composición: La luz es clara, mediterránea, casi plana. Un colorido brillante, tonos cálidos, de tierra, arena y roca. Amarillos y ocres en transición a gris verdoso en la parte inferior del cuadro. el suave azul del cielo lo enmarca todo. Desde el punto de vista de la composición vemos una gran línea recta que define el horizonte, muy bajo, razón por la cual sitúa al espectador en una posición elevada. Así el cuadro queda dividido en dos mitades desiguales aunque armoniosas. El resto de las líneas predominantes son curvas, que transmiten sensualidad, abandono y goce erótico.