pdf - Generación en Conquista.

Transcripción

pdf - Generación en Conquista.
Una visión atrevida
Daniel Cipolla
Hoy vamos a hablar acerca de lo que significa una visión atrevida.
Jeremías, capítulo 1. El Espíritu de Dios, toma a Jeremías y le hace un llamamiento para enviarlo a su
misión, de tal manera que lo primero que hace Dios después de llamarlo a Jeremías, es mostrarle una
visión.
Una palabra de Dios puede venir por palabra o por visión.
Dios le muestra a Jeremías una visión y la manera en que Jeremías iba a mirar, a observar, a
comprender, a entender el significado de la visión, sería entonces la clave para que él fuera el
instrumento de Dios que liberara el contenido del mensaje de la visión.
Venía un tiempo de juicio sobre Israel a causa de su alejamiento de Dios, a causa de su pecado. Dios
iba a apresurar su Palabra para ponerla por obra y necesitaba un hombre que viera lo que Dios estaba
viendo y liberara en concordancia con Dios lo que Dios tenía en su mente y en su corazón.
"Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos,
(Es decir que, el ministerio de Jeremías no estaba atado a Jerusalén,
aunque él estuviera en un punto geográfico,
su ministerio afectaría a las naciones, porque Dios lo estaba llamando
con un ministerio trascendente que no tiene que ver con la geografía)
para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.
La palabra de Jehová vino a mí, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías?
Y dije: Veo una vara de almendro. Y me dijo Jehová: Bien has visto;
porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra.
Vino a mí la palabra de Jehová por segunda vez, diciendo: ¿Qué ves tú?
Y dije: Veo una olla que hierve; y su faz está hacia el norte.
Me dijo Jehová: Del norte se soltará el mal sobre todos los moradores de esta Tierra."
Jeremías 1:10-14
Cuando Dios habla con Jeremías, le muestra dos visiones y la manera en que Jeremías vería las
visiones, sería la manera en que Dios actuaría.
Quiere decir que Dios actuaría en concordancia a cómo Jeremías viera la visión, quien determinaba la
visión del mensaje profético determinado y encerrado en esa visión.
No era Dios, era Jeremías.
Porque Dios no le da una palabra, le da una visión; y antes de decirle lo que está viendo le pregunta,
¿Qué es lo que está viendo?
Y una frase fue la que explotó en mi espíritu hace algunos días y fue la siguiente:
“Bien has visto”.
Ahora, alguno dirá, ¿qué significa esta frase, no tiene ningún sentido, no tiene mucha importancia?
Pero todo este mensaje te hará ver la importancia que tiene esta gloriosa frase de la Palabra de Dios,
cuando Dios le dice a un hombre o a una mujer “Bien has visto”.
Dios utiliza una similitud en el lenguaje del hebreo, para hablar del almendro.
¿Por qué Dios le muestra a Jeremías una vara de almendro? Porque la palabra almendro y la palabra
apresurar casi tienen el mismo lenguaje, la misma forma de decirlo en el hebreo: “sahqadh” que
significa “apresurar” y “shaqedh”, significa “almendro”.
¿Por qué Dios usa una vara de almendro? Porque los hebreos saben que el almendro significa “vigilante”, el
almendro es un árbol vigilante que no duerme, porque es el primero que florece y el primero que da fruto de
todos los árboles, florece en enero y da fruto en marzo. Dios le muestra esto porque Jeremías, en su
entendimiento iba a comprender que si le mostraba un almendro Dios estaba apurado.
¿Qué tiene que ver el almendro? Claro que tiene que ver, Jeremías estaba viendo más allá de lo
evidente, más allá de la visión, estaba comprendiendo el correcto mensaje profético que Dios le estaba
dando. Le está diciendo: “Jeremías la primer visión que te estoy mostrando es que Yo apresuro mi
palabra para ponerla por obra”.
Quiero decir que, la visión de Jeremías, es la misma visión a partir de este año 2005 para la Iglesia de
Jesucristo en toda la Tierra: “tenemos una gran vara de almendro porque ha llegado el tiempo, dice
el Señor, de que se apresure su Palabra para ponerla por obra de tal manera que el Reino de los
cielos baje con poder, descienda con poder a través de los hijos del Reino, se arme una
convulsión, una revolución y un establecimiento del Reino de Dios en las naciones antes del gran
día de la venida de nuestro Señor Jesucristo, es el día de la vara de almendro”.
No es el día del sillón cómodo, es el día de la vara de almendro. Tiene que ver bien los tiempos, tiene
que comprender en qué tiempo está viviendo, Dios está apresurando su Palabra para ponerla por obra,
por eso decíamos que era tiempo en que Dios había establecido juicio y la vara de almendro significa
juicio. Todo juicio trae cosas buenas que florecen y cosas malas que caen, siempre; y uno tiene que
glorificar a Dios si eso ocurre, significa que Dios está vivo y operando en las naciones de la Tierra.
Así que Dios, le muestra a Jeremías una vara de almendro y Jeremías era la clave para derramar lo que
Dios veía.
¿Qué hubiese pasado si Jeremías veía mal?
Ah! no hermano Dios igual hubiera liberado el mensaje... No, no es posible, Dios no puede hacer nada
en la tierra sino a través de un hombre, porque Dios no tiene manos, no tiene pies, no tiene ojos. No,
carnales no los tiene, Dios es Espíritu y necesita gente con pies de carne, manos de carne, ojos de
carne, oídos de carne, cabeza de carne, para hacer lo que él tiene que hacer en la Tierra, Dios tiene que
hacerlo a través de los hombres y así lo decidió desde la creación...
El mismo espíritu, que en Jeremías aparece en Jesucristo:
Les dijo también: Mirad lo que oís;
porque con la medida con que medís, os será medido,
y aun se os añadirá a vosotros los que oís.
Marcos 4:24
Jesucristo estaba bajo el mismo Espíritu que Jeremías; no le dice solamente que ponga atención, le está
diciendo ve, cuando oigas a Dios no solamente necesitas verlo, necesitas tener la visión de Dios para
oír a Dios, sea que lo oigas por la palabra, sea que lo oigas por la lectura, sea que lo oigas por el
Espíritu o sea que lo oigas a través de una visión...
Cuando eso ocurre, lo primero que Dios va a determinar para que tú puedas lanzar lo que Dios tiene es,
¿cómo tu lo ves? ¿Lo ves como tú lo comprendes, o lo ves como Dios te lo muestra?
Quiero poner un ejemplo bíblico de mucha importancia, porque lo que Dios me mostró tiene que ver
con una clase de visión de Dios y la visión de Dios es una visión atrevida. No en lo negativo,
irreverente, sino atrevido en lo positivo, y ser atrevido, significa no tener temor, no esquivar lo que
tengo que hacer y decir por temor. Eso es ser una persona de espíritu y visión atrevida. Tengo que
hacer lo que debo hacer, debo decir lo que debo decir porque soy un atrevido en Dios y Dios está
levantando una generación atrevida, por eso déjeme decirle, que no puedo recibir a ninguna persona
que me diga que siendo parte del reino de Dios yo la vea con un espíritu que no tiene atrevimiento,
porque aquí no se trata de cómo es cada uno, no se trata del temperamento, no se trata del carácter, no
se trata de si es flemático o si es lo que sea, se trata de lo que hay de Dios adentro de ti.
—Es que yo soy así...— ¡Mentira! El Cristo que está en ti y en mí, es el mismo, tiene el mismo
temperamento, carácter, tiene una misma violencia, tiene un mismo atrevimiento; quiere decir que
cuando no hay atrevimiento en el Espíritu, no estamos liberando lo que Dios ha puesto adentro, no
estamos viendo la palabra, no la estamos observando adecuadamente y no podemos ser portadores de
liberación del contenido del mensaje que está en la visión.
Aconteció que cuando quiso Jehová alzar a Elías en un torbellino al cielo,
Elías venía con Eliseo de Gilgal. Y dijo Elías a Eliseo: Quédate ahora aquí,
porque Jehová me ha enviado a Bet-el. Y Eliseo dijo: Vive Jehová, y vive tu alma,
que no te dejaré. Descendieron, pues, a Bet-el.
Y saliendo a Eliseo los hijos de los profetas que estaban en Bet-el, le dijeron:
¿Sabes que Jehová te quitará hoy a tu señor de sobre ti? Y él dijo:
Sí, yo lo sé; callad. Y Elías le volvió a decir:
Eliseo, quédate aquí ahora, porque Jehová me ha enviado a Jericó.
Y él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré.
Vinieron, pues, a Jericó. Y se acercaron a Eliseo los hijos de los profetas
que estaban en Jericó, y le dijeron: ¿Sabes que Jehová te quitará hoy a tu señor
de sobre ti? El respondió: Sí, yo lo sé; callad.
Y Elías le dijo: Te ruego que te quedes aquí, porque Jehová
me ha enviado al Jordán. Y él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré.
Fueron, pues, ambos. Y vinieron cincuenta varones de los hijos de los profetas,
y se pararon delante a lo lejos; y ellos dos se pararon junto al Jordán.
Tomando entonces Elías su manto, lo dobló, y golpeó las aguas,
las cuales se apartaron a uno y a otro lado, y pasaron ambos por lo seco.
Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo:
Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti.
Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí.
El le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti,
te será hecho así; mas si no, no.
Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego
con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino.
Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo!
Y nunca más le vio; y tomando sus vestidos, los rompió en dos partes.
Alzó luego el manto de Elías que se le había caído, y volvió,
y se paró a la orilla del Jordán. Y tomando el manto de Elías que se le había caído,
golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías?
Y así que hubo golpeado del mismo modo las aguas,
se apartaron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo.
2 Reyes 2:1-14
La primera pregunta clave de este pasaje es la siguiente: Las tres órdenes que Eliseo recibe, ¿son de
Elías o son de Dios? ¿Quién es el que le ordena a Eliseo quedarse en los tres lugares, Elías o Dios?
El que le ordena quedarse no es Elías, es Dios. Si entiende y mira el pasaje con entendimiento y
discernimiento espiritual se dará cuenta que ningún profeta de Dios vive en ningún otro ámbito que no
sea la presencia de Dios, por lo tanto los profetas de Dios no hacen cosas guiados por su propia
voluntad, salvo que estén fuera del propósito de Dios, como fue Balaam; pero Elías no estaba como
Balaam, Elías no era un terco, él era un hombre de Dios.
La orden de que Eliseo se quedara, era de Dios porque Dios estaba probando a Eliseo a través de Elías,
Dios le estaba ordenando a Elías “dile que se quede”...
¿Qué ocurrió las tres veces? Las tres veces Eliseo fue un hombre atrevido y Elías era su padre
espiritual, porque la Biblia dice que salieron los hijos de los profetas los cuales estaban bajo la
dirección y paternidad espiritual de Elías en muchos lugares, pero Eliseo era el único que estaba al lado
de Elías en ese momento adecuado, porque era el único que tenía una visión y un espíritu atrevido para
hacer lo que ninguno de los cincuenta y ninguno de la multitud de profetas haría: cuando el padre dice
“no vienes” él dice “yo voy”.
¿Irrespetuoso y atrevido?
No. Un atrevido en el espíritu nunca es un irrespetuoso aunque lo parezca. Es un atrevido en el espíritu.
Una vez que hace las tres pruebas, si Elías lo hubiese querido detener, cree que Elías le hubiese dicho
“pide lo que quieras que yo haga por ti”.
Estás leyendo mal las Escrituras, si no tienes visión para leer la Palabra, nunca tendrás el mensaje del
contenido, no importa cuánto la leas, nunca sacarás el mensaje contenido si no tienes visión antes de
leerla. Tienes que ver antes de leer, observar y mirar antes de escudriñar, porque si no lo ves, nunca lo
verás, porque la dimensión espiritual, es la que determina la revelación espiritual que llega a tu vida.
Dios no baja la revelación, tú subes hacia la revelación de Dios.
Siempre la dimensión del Espíritu, el atrevimiento espiritual, es lo que determinara la
comprensión, el entendimiento y la dimensión de revelación que llegue a tu vida y a la mía.
Nunca hubiese sido tan incoherente Elías de decirle “ahora pide lo que quieras”... Es como una
felicitación, —acabas hijo de pasar las tres pruebas, ahora te felicito ¿“Qué quieres que haga por ti”?—
¿Qué le pide Eliseo? Una doble porción de tu espíritu.
¿Sabe qué estaba diciendo?
“Tú tienes muchos hijos espirituales Elías, pero yo quiero ser el primogénito” porque la doble
porción, no le pertenece a otro que no sea el primogénito.
Le dice “yo quiero ser el primogénito”, pero para ser el primogénito, tuvo que ser violento, tuvo que
ser atrevido en el espíritu.
¿Qué le dice Elías? ¡Ah ya pasaste las tres pruebas, te va a ser muy fácil!
¿Cómo? Ese atrevimiento no te alcanza Eliseo. No, mira, si me vieres de nuevo, si me vieres cuando
sea quitado, entonces sí, sino, no.
Dice la Escritura que Elías no le entregó la unción, Elías le dijo una condición, “si me ves, sí, si no me
ves, no.
¡Pero hermano ayuné y leí mucho!
No tiene nada que ver con eso, tiene que ver con visión y atrevimiento divino.
Primera vez en mi vida que yo puedo ver en esta dimensión este pasaje bíblico.
¿Por qué era tan difícil? El Espíritu me dijo: ¿Qué era lo que le estaba pidiendo Eliseo a Elías? La
doble porción.
¿A quién corresponde la doble porción? Al primogénito.
Pero no es por eso, eso no es todo, mira más adelante, me dijo.
¿Cómo le dice Eliseo cuando lo ve en su partida, cómo exclama, cómo grita, qué clama? ¡Padre mío,
padre mío!
¿Por qué clama eso Daniel? Porque está diciendo “yo te vi partir como padre espiritual de un hijo
primogénito, por lo tanto si tú pasas esa cuarta prueba y tienes visión para ver partir esa paternidad
espiritual, cuando venga esa unción de hijo primogénito, vas a pasar de la condición de ser hijo a ser
padre espiritual de muchos”.
Eliseo dejaría de ser hijo, para ser padre.
Esto vengo a desatar, quiero ver atrevimiento, quiero desatar pasión por Dios.
Iglesia quiero ver lo que el Espíritu Santo dice, “quiero ver atrevimiento, atrevimiento...”
No es una cuestión carnal, es una cuestión espiritual, algo que tiene que ser liberado en nuestro espíritu,
por eso con esto va a ser golpeado en su espíritu hasta que el Espíritu Santo lo tenga ahogado del
cuello.
Puede estar cansado, pero no entra a casa, caído, desganado, ¿me está comprendiendo?
“atrevimiento”.
No eran suficientes tres pruebas, las tres pruebas le daban la calidad para poder pedir la doble porción,
y solamente poder pedirla.
Pero la cuarta prueba le daba la calidad para recibir la doble porción y para cambiar de condición de
hijo a padre.
Ahora, el padre espiritual cuando se va Elías, ¿Quién fue? Eliseo. ¿No se necesitaba una visión
atrevida? Ya lo creo y muy atrevida.
“Todavía no vio nada del atrevimiento que usted va a ver en estos próximos años de este equipo,
para que cuando ocurra no digan, se les aflojó algún tornillo, sepa que no vio nada.”
Veamos algo más en la Palabra, un ejemplo negativo para que entendamos en los contrastes, lo positivo
y lo negativo.
Dijo entonces Eliseo: Oíd palabra de Jehová: Así dijo Jehová:
Mañana a estas horas valdrá el seah de flor de harina un siclo,
y dos seahs de cebada un siclo, a la puerta de Samaria.
NVI... Mañana a estas horas, podrá comprarse una medida
de flor de harina con una sola moneda de flor de plata,
y hasta una doble medida de cebada por el mismo precio.
Y un príncipe sobre cuyo brazo el rey se apoyaba, respondió al varón de Dios,
y dijo: Si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto así?
Y él dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de ello.
Y el rey puso a la puerta a aquel príncipe sobre cuyo brazo él se apoyaba;
y lo atropelló el pueblo a la entrada, y murió, conforme a lo que había dicho
el varón de Dios, cuando el rey descendió a él.
2 Reyes 7:1, 2, 17
¿Cuál fue el problema del príncipe?
Los dos fueron a oír la palabra, pero no terminaron igual.
El príncipe cuando fue a ver a Eliseo, ya tenía una visión equivocada de lo que iba a escuchar.
El problema no está cuando escuchamos, el problema está antes que escuchemos, por eso no hemos
aprovechado la Palabra. Estoy leyendo pero ¿Y? ...Pero estoy leyendo tres horas, ¿Y? Eso no significa
nada, si previamente no está la visión correcta para escuchar, lo que vas a escuchar de Dios o vas a leer
de Dios, o vas a recibir de Dios en esa mañana, porque si no entiendes el mensaje contenido, nunca
liberarás lo que hay dentro de ese mensaje.
El problema era que el príncipe, ya fue con una visión y como era derrota, las madres se comían a los
hijos, no tenía una visión muy positiva ¿O sí? No.
Es fácil criticarlo, pero si hoy estuviéramos viendo esto. ¿Tendríamos una visión positiva?
Hay que tener cuidado con eso, porque uno puede morir.
Porque tu visión no la determina ninguna circunstancia, aunque estén matando a millones a cuchillazos,
no lo determina eso.
Ninguna visión determina lo que está aconteciendo o termina de acontecer.
Aunque haya una revolución en el país, no determina mi visión lo que aconteciendo.
Mi visión la determina el Espíritu de Cristo que me habita y yo obedezco y veo por los ojos del Espíritu
que me habita, por lo tanto lo de la carne lo cierro a los ojos del Espíritu.
Los ojos del Espíritu le dan una ceguera a esos ojos, para que yo pueda ver por el Espíritu lo que Dios
está viendo.
El príncipe tuvo un atrevimiento negativo, ser atrevió a decirle, que Dios aunque hiciera ventanas, no
era capaz de hacerlo, se atrevió pero negativamente. ¿Cómo pagó? Con la muerte.
Pero me quedé impactado con algo que recibí: Es un pasaje conocido en el Nuevo Testamento. Vamos
a hablar un poquito de Pedro, un hombre lleno del Espíritu Santo que predicó el primer mensaje más
poderoso que hubo en Pentecostés cuando el Señor mismo añadió tres mil personas a la Iglesia.
Luego de toda esa gloria, con un Pedro apóstol lleno del Espíritu Santo, lleno de gracia, hombre que
resucita muertos. No le estoy hablando de cualquier persona, le estoy hablando de un ungido, de un
hombre que libera lo que tiene adentro, no hablamos de uno que se queda, estamos hablando de uno
que está activando, que está liberando lo que tiene adentro...
Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad,
Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta.
Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo,
le sobrevino un éxtasis; y vio el cielo abierto, y que descendía algo
semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la Tierra;
en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo.
Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come. Entonces Pedro dijo:
Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás.
Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común.
Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo.
Hechos 10:9-16
Si Dios, pues, les concedió también el mismo don que a nosotros
que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios?
Hechos 11:17
La letra y el texto de lo que Dios dice, con el mensaje que Dios me entrega y te entrega, a veces es
radicalmente opuesto. ¿Qué fue lo que le dijo Elías a Eliseo? Quédate aquí.
La pregunta es: ¿Eso era en verdad lo que Dios le estaba diciendo a Eliseo?
Era exactamente lo contrario al texto, eso se llama bibliomanía, era exactamente lo contrario al texto.
Si tú no tienes ojos para ver, verás la letra, te aferrarás a la letra, creerás la letra y te perderás el
mensaje y el contenido, y no serás de ninguna utilidad para Dios.
Me dijo Dios así: “Daniel, estamos hablando de Pedro, ungido, apóstol, lleno del Espíritu Santo,
hombre que resucita muertos y su sombra sana gente.
¿Qué fue lo que vio Pedro? Señor, vio animales inmundos.
¿Qué era lo que Yo le estaba mostrando? A todas las naciones en Cristo.”
¡La letra de lo que Dios le estaba mostrando no era el mensaje, no era el mensaje, no era el mensaje...
Por eso Dios le dijo ¿Por qué llamas tú común a lo que yo limpié? No te estoy mostrando animales
inmundos, ¡animal!, tú eres el animal, no los animales inmundos.
Te estoy mostrando lo que te enseñé cuando estuve contigo tres años y medio y les dije que vayan y
prediquen a todas las naciones...
Te estoy mostrando todas las naciones limpias, en Cristo Jesús!
Pedro tenía una visión equivocada, estaba mirando mal y no era capaz de liberar el mensaje correcto.
¿Por qué miraba mal? Porque no era atrevido, porque atrevimiento es no tener miedo a hacer lo que
debo hacer y a decir lo que debo decir.
¿Cuál era el problema de su miedo? Su miedo era, que si él determinaba y asociaba a esos animales
inmundos con los gentiles y las naciones, entonces tendría que romper los hilos, las cadenas y las
estructuras del judaísmo que determinaba que había cosas inmundas y que había cosas puras.
¿Por qué no tenía atrevimiento? Por su miserable religión evangélica y no me importa a quién ofenda,
es una miserable religión.
Porque ninguna religión, ni llamada evangélica, ni católica, ni ninguna podrá ver jamás el reino de
Dios, pues Jesús dijo: “Desde los días de los profetas”...
¿Cuál fue la ley desde entonces? ¿Qué se anuncia? El reino de Dios”, no la Iglesia evangélica, no los
preceptos de la Iglesia Evangélica, no los preceptos judaicos que tenía adentro Pedro, no todo eso; le
dijo: “Nunca más te atrevas a llamar inmundo lo que yo limpié”.
¿Qué pasó durante el tiempo que él no entendió la visión?
Dos cosas: Se quedó perplejo y atónito y se transformó en un estorbo. Porque él mismo dice: me costó
mucho entender esto a mí.
Es decir, Dios no pudo usar a Pedro hasta que él cambiara la visión, no lo puede hacer.
Si tardo un año o diez, si tardo mil años me moriré sin cambiarla. No es un problema de Dios, es un
problema del hombre.
Tú crees que Dios está diciendo eso y Dios no está diciendo eso, porque tu visión está errada y lo
que determina el mensaje que tú crees, es la visión que tú tienes cuando lees el mensaje.
¿Y si está equivocada? ¿Y te mueres con la visión equivocada, qué va a pasar? Dios dijo, ¿Te acuerdas
de ese mensaje? Señor toda mi vida fue por obedecer ese mensaje...
¡No! cabeza dura, tú estudiabas y entendías, pero nunca lo entendías, tú creías que lo entendías pero
nunca liberaste el verdadero mensaje, porque te ajustaste a la letra y eso no era. Te moriste sin hacer lo
que dije, tú creíste que la letra que leías era el mensaje y no tenía nada que ver, la letra hablaba de
animales inmundos, pero el mensaje hablaba de naciones limpias, hijo no entendiste, hijo yo te recibo
pero, ¡qué lástima! ¡Qué pena me da! ¡Había tanto para ti, pero nunca entendiste!
Pero yo ya tengo sesenta años y tengo como cuarenta años de evangélico, ahora voy a cambiar... Ahora
es tu mejor momento de cambiar, ¿o te quieres morir como un pobre viejo que simplemente tiene un
pobre delirio de que lo reconozcan cuando tenga ochenta y le hagan alguna fiesta de sus cincuenta años
de ministerio?
A mi no me haga ninguna fiesta, porque mi ministerio no acabará por que no acaba en la Tierra, porque
estaré como los ángeles en el cielo, adoraré al Señor por siempre; mi ministerio no acaba, no se le
ocurra ponerle años a mi ministerio y a festejar cuarenta años, ese día me morí, yo no lo festejo lo vivo.
Van a empezar a cambiar muchas cosas y muchos aniversarios, ¡Creo que estamos entendiendo el
mensaje!
Porque estamos celebrando algunas cosas que me parece, que son un folklore evangélico bonito pero
no son de Dios, simplemente es el “statu quo”, lo que dice la “religión organizada”, lo que hicimos
hace cincuenta años los hermanos...
Algunos pensarán que éste viene a destruir todo... No hermano: Vine a hacer lo que dijo el apóstol
cuando oró, yo oigo y veo, si Dios quiere usar mi mano y mi voz para levantar a las naciones y decir se
terminó y esto es lo que viene, que sigan tirando piedras, mientras que vengan en el camino, Dios las
transformará en flores, a mi me llegaran con olor de fragancia a Cristo. Pétalos de Cristo tocarán mi
cara en vez de piedra y eso es lo que le ocurrió a Esteban, porque estaba viendo la Gloria de Dios, a un
hombre que ve la Gloria de Dios usted no lo puede apedrear aunque le tire piedras y no lo puede matar
aunque lo esté matando.
¡Qué tremendo! ¡Cómo que veo la Gloria de Dios! Lo tiraban en una rampa hacia abajo que la persona
no se podía parar, así lo hacían antes de apedrearlo y después lo empezaban a apedrear; o sea que la
persona casi no se podía levantar... No me diga usted cómo levantó la cara, pero Esteban levantó la
cara, eso era muy extraño, porque la posición era importante. Vio la Gloria de Dios, no vio las piedras,
¡que diferente visión!
Lo que determina lo que ocurre no es el acontecimiento. Lo están matando a pedradas pero él estaba
viendo la Gloria de Dios. ¿Quién determinó eso, Dios? Lo determinó Esteban, hombre lleno de fe y del
Espíritu Santo, y grandes milagros y señales eran hechas por su mano, él estaba mirando la Gloria de
Dios. ¡Bien has visto, Esteban! ¡Ven a recibir tu corona!
Mi amado, Dios no podía usar a Pedro hasta que sacara de su mente lo de los animales inmundos y
empezara a ver naciones en Cristo.
Pensar que él tenía las llaves de naciones y él pensaba que tenía la llave del corral, porque lo único que
sentía era olor a excremento de animal, y Dios decía “Yo lo limpié. No solo estás viendo mal, estás
oliendo mal, ahí no hay ningún animal inmundo, tú tienes una llave para abrir la puerta a todas las
naciones de la Tierra, nadie tuvo un privilegio tan grande”.
¿Sabe que a veces, cuando llega la hora de nuestros privilegios no estamos preparados?
Si le ocurrió a Pedro, ¿cree que no nos puede ocurrir a nosotros?
No estaba preparado, porque había estructuras religiosas judaicas que no le permitían ver bien lo que
Dios le estaba mostrando.
Cinco cosas para que Dios nos transforme en una generación que usa para apresurar su Palabra.
El mensaje profético que yo tengo para este día y partir de este día es:
“Mis amados, Iglesia y mundo, escúcheme, Dios ha determinado, apresurar su Palabra para
cumplirla y ponerla por obra.
Dios lo ha determinado y tenemos que ser consientes que, Él lo ha determinado, pero si lo ha
determinado está mostrando esta visión a una cantidad de gente, para que esta gente cuando Dios
le pregunte ¿Qué estás viendo? Le diga veo una vara de almendro, no como aquellos que decían, lo
que éste profetiza es para lejanos tiempos, vaya a saber cuándo ocurre... Y Dios le dijo a
Ezequiel, dile a esos rebeldes que nunca más se atrasarán ningunas de mis palabras, porque ahora
mismo las voy a empezar a poner por obra, Dios solamente necesita una visión que le crea y una
boca que hable lo que él dice, aunque no entienda demasiado”.
Mire no importa si entiende mucho, pero sí importa cuánto usted ve.
Para ir a la dirección correcta, no importa si usted es muy inteligente de mente, pero sí importa si tiene
buena vista, porque si hay un ciego muy inteligente yo no lo pongo a conducir, —está agarrando el
chiste pero no está agarrando el mensaje—.
Lo que estoy diciendo es: La palabra profética, direcciona, es todo un camino, una ruta y para tomar un
camino tiene que ser un buen conductor, un buen piloto que tenga buena vista, no importa si no
entiende mucho, pero yo quiero que usted vea bien, sobre todo en la noche, cuando no hay luces.
En la noche de las naciones cuando no hay luces usted tiene que ver bien, porque usted, ¿cómo se
mira? Como las únicas luminares en el mundo. No está oscuro, porque nosotros lo encendemos.
Espero que esta generación profética haya amarrado 2 Reyes 2.
Esto sucede, cuando Elías está por hacer el mayor portento de su vida.
Entonces Elías dijo a los profetas de Baal: Escogeos un buey,
y preparadlo vosotros primero, pues que sois los más;
e invocad el nombre de vuestros dioses, mas no pongáis fuego debajo.
Y ellos tomaron el buey que les fue dado y lo prepararon,
e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo:
¡Baal, respóndenos! Pero no había voz, ni quien respondiese;
entre tanto, ellos andaban saltando cerca del altar que habían hecho.
Y aconteció al mediodía, que Elías se burlaba de ellos, diciendo:
Gritad en alta voz, porque dios es; quizá está meditando, o tiene algún trabajo,
o va de camino; tal vez duerme, y hay que despertarle.
Y ellos clamaban a grandes voces, y se sajaban con cuchillos y con lancetas
conforme a su costumbre, hasta chorrear la sangre sobre ellos.
1 Reyes 18:25-28
¿Ése es un pusilánime o un atrevido? Está parado ahí y dice ¡Hey, se durmió!
¿Qué pasa brujita, no te contesta, sigue pinchando muñequitos a ver qué pasó, es que no te funciona?
Pincha otra vez hasta que se le salgan las semillitas a ese muñequito, que va a hacer tu dios.
Cree que eso era orgullo, petulancia, irreverencia. Dice la Biblia que cuando ellos terminaron de hacer
todo su circo, vino él (no es petulancia, es espíritu de fe, el espíritu y la visión atrevida de un hombre
que sabe a quién le ha creído) y dijo: “Sea hoy manifiesto que solo tú eres Dios en Israel, que yo soy
tu siervo y que por mandato tuyo estoy haciendo todas estas cosas”.
...Es más, te estoy vacilando y tomándote el pelo por mandato de Dios...
No hermano, está bien que estén equivocados pero no hay que ser irreverente.
Hermano, vengan a orar porque la brujita no sé qué le está haciendo a la foto de la familia.
Hermano, usted tiene que orar mucho por esto...
No hermano, usted está jugando al evangelio, y yo no, no tiene ningún poder sobre mí, porque no tiene
parte en mí, no tiene poder, no es así.
Después de divertirse un rato, hay cinco cosas que Elías apresuró a causa de su visión atrevida.
Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña,
las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja.
Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron:
¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!
1 Reyes 18:38-39
1) En un instante apresuró el regreso de todo un pueblo a Dios.
Quiero que mire por el Espíritu la visión correcta de lo que le voy a decir por el Espíritu Santo, pues
cuando Elías hizo lo que hizo y el portento milagroso, era la época más triste, lúgubre y oscura de todo
Israel; todo el pueblo alejado de Dios, cada uno hacía lo que mejor le parecía y cada uno adoraba a su
dios, y en un instante, no en una hora, ni en cinco, en un instante todo el pueblo, por un acto de un
hombre atrevido, regresó el corazón de todo el pueblo a Dios y se arrodillaron y dijeron, ¡Jehová es el
Dios, Jehová es el Dios!
¡Se acabó en un minuto la idolatría!
Deje de orar por idolatría, por la idolatría no se ora, se la debilita, se la destruye con un espíritu
atrevido, con una visión atrevida, con un reino que sale de tu corazón, y tu eres esa generación, para
apresurar esa palabra y regresar el corazón de la Iglesia de Jesucristo a Dios, ¡deja de orar por la
idolatría, por favor!
Hemos orado hasta ahora y no se ha ido y nosotros también hemos orado y no se ha ido, orar es muy
pasivo, es muy cómodo, estar arrodillado en mi cama es muy cómodo, pero un espíritu atrevido, no es
cómodo, no es orar, es hacer.
Es hacer locuras divinas que funcionan ¿Si Dios te dice a ti, una locura divina, qué vas a hacer?
Hay que mirar bien, apresuró el regreso de todo un pueblo, en un instante se volvió a Dios.
Por lo tanto no pregunte cuándo va a ocurrir, tantos millones sin Cristo, Dios se ríe del cielo y dice ¡Ah
hijo cuándo mirarás correctamente! Tienes que sacar esos anteojos, ve de nuevo al oculista porque algo
anda mal.
2) Apresuró el juicio.
Entonces Elías les dijo: Prended a los profetas de Baal,
para que no escape ninguno. Y ellos los prendieron;
y los llevó Elías al arroyo de Cisón, y allí los degolló.
1 Reyes 18:40
¿Quién fue el que apresuró el juicio sobre los falsos, Dios? No, la actitud, el espíritu y la visión atrevida
de Elías.
3) Elías apresuró el gobierno de Dios sobre reyes.
Entonces Elías dijo a Acab: Sube, come y bebe.
1 Reyes 18:41
¿A quién le está ordenando Elías? Al rey. No está puesto el rey para ordenar, no está como pollito
mojado escuchando las órdenes de este loco que viene vestido de camello y con un cinto de cuero;
sube, come y bebe, porque se viene una gran lluvia.
¿Quién gobernaba sobre quién, quién tenía el sillón? Acab.
El puesto no determina tu autoridad, porque autoridad es un don de Dios delegado a los que le
creen, se atreven y obedecen. A esos, Dios les da autoridad.
Por lo tanto si usted dice: “aquí yo soy el pastor”, mire esto, usted es el pastor pero es un pelele, perdón
pero es así, porque sigue en el trono “de que usted es el pastor”. Hermano, por favor vea bien a Dios,
porque ese puesto de pastor no le da a usted la autoridad. Ninguna autoridad tiene usted por eso. Tiene
autoridad si Dios se la delegó y si Dios no se la delegó y le dice: ¡Hey viejito! ¿Por qué no te corres?
Pues córrase, porque la honra será mayor... Al que le quede el saco, póngaselo, y si le queda grande, le
hago un saco más grande...
¡Entienda el mensaje de Dios y vea bien! Si usted quiere bendición vea bien.
Gobierno sobre reyes. Nosotros vamos a gobernar sobre los reyes de la Tierra, ellos van a obedecer lo
que nosotros digamos ¿Cómo? Sí, no necesita un trono, ni un puesto municipal, ni un puesto en
gobernación, ni ningún lugar, si Dios se lo da esta bien, pero no lo necesita, tendrá igual autoridad.
4) Apresuró la liberación del espíritu correcto en el pueblo.
Acab subió a comer y a beber. Y Elías subió a la cumbre del Carmelo,
y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas.
Y dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el mar.
Y él subió, y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió a decir: Vuelve siete veces.
1 Reyes 18:42-43
El espíritu correcto tiene dos piernas: oración persistente y obediencia perfecta.
Las dos piernas del espíritu correcto.
Elías, ¿qué hacia? Oraba.
El siervo, ¿qué hacía? Obedecía.
Cuando dijo “no hay nada”, le dijo “vuelve siete veces”. No dijo, “de nuevo ahí arriba...”
—Es que ya fui Elías, voy dentro de veinte minutos—...
Porque si no había nada recién ¿A qué vuelvo? No va a haber nada.
El criado dijo: —¿Subir siete veces?—. También hubiera pensado, en vez de subir siete veces, mejor
me quedo. Me quedo todo el rato.
Yo le estoy mejorando a usted la idea. No, no, usted no me mejora nada, yo dije que suba siete veces,
no dije que espere. Subir, significa bajar y volver a subir.
No la mejore, ni la cambie, haga lo que digo, yo estoy orando persistentemente y estoy siguiendo una
dirección, porque Dios me dijo que usted tiene que subir siete veces.
No piense, haga. El espíritu correcto tiene dos piernas, oración persistente y obediencia perfecta,
esto es lo que liberó Elías.
5) Apresuró las señales proféticas.
A la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube
como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y él dijo:
Ve, y di a Acab: Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te ataje.
1 Reyes 18:44
¿Quién dijo? El criado. Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre...
Elías responde, el criado ya vio.
Ahora vea a Elías que dijo: Ve, y di a Acab: Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te ataje.
¿Quiere más claro este mensaje, lo está entendiendo o se está quedando en la letra?
El criado vio una pequeña nube como la palma de la mano, pero el que dimensiona la Palabra de Dios
dice: —agárrate los pantalones porque después de tres años y medio que no llueve, va a caer baldazos
de punta, así que mejor corre porque se va a inundar todo, dile que se apure que unza su carro—.
Ahora, ¿por qué, siete? Siete es número de perfección, de restauración y de algo acabado, siete es la
suma de dos números muy importantes:
El cuatro que representa todo lo creado por Dios en la Tierra, y que siempre está unido al cuatro: cuatro
puntos cardinales, cuatro estaciones, todo lo que tiene que ver con cuatro.
Y el tres, que tiene que ver con Dios, su autoridad y su poder.
Entienda el mensaje detrás de la letra, si cuatro es número que representa a hombre y tres es número
que representa a Dios, y lo sumo y me da siete... ¿Qué significa?
Que la cooperación del hombre con Dios es la que determina la grandeza que los propósitos de
Dios tendrán sobre el mundo, sobre la Tierra.
Dios no ha determinado la grandeza de sus propósitos, el hombre determina la grandeza de los
propósitos de Dios, cuando coopera con Dios.
No es siete, porque es siete, es siete porque es la unidad del hombre con Dios para cumplir sus planes
en la Tierra.
Eso es perfecto, si fuera solo de Dios no alcanzaría la perfección que tiene el siete, porque Dios dijo:
que era bueno en gran manera, cuando hizo... ¿A quién?
—¡Me necesitas Señor, Bendito seas! ¡Cuando me hiciste, hiciste lo mejor, me necesitas!
¡Por eso me quieres en el cielo!—.
¡Usted es más importante que los ángeles! A Dios los ángeles no le agradan tanto como usted, esto es
un secreto de Dios, no se lo diga.
Déjeme decirle un secreto nada más, el problema va a ser cuando me digan como a Pablo “esto lo
sellas” y ni que me digan nada yo me muero con eso:
¿Por qué el hombre es más importante que los ángeles? Porque los ángeles tienen vida celestial, pero
no tienen vida de Cristo, porque para tener vida de Cristo hay que pasar por el nuevo nacimiento y no
hubo ningún ángel que haya pecado para que necesitara nacer de nuevo, por eso la Escritura dice “que
los que predican el evangelio, no son los ángeles, son los seres humanos” porque el evangelio no es un
mensaje para predicar, sino una vivencia que se transmite.
Los ángeles no lo pueden transmitir porque no lo han vivido.
Dios nos hizo como Él para ser dioses, no para ser adorados en la Tierra; nos caímos de ser dioses
cuando obedecimos a Satanás. Llegó Cristo y nos restauró a lugar de dioses, para operar como Él
opera. ¿Por qué? Dios nos necesita.
Y está feliz, cuando usted y yo operamos como él opera, está feliz, porque dice: ¡Esos son mis hijos!
¡De tal palo tal astilla, esos son los míos! ¡Esos gobiernan! ¡Esos tienen autoridad! ¡Esos no se caen
por nada! ¡Esos se levantan ante todo! ¡Esos son!...
En esta quinta cosa que Dios está haciendo, él está apresurando las señales proféticas, es decir, cuando
el otro vio la palma, Elías vio la lluvia.
Ahora te quiero mostrar una señal profética escrita hace siglos, pero creo que hace siglos no hemos tenido
la visión correcta y lo hemos seguido mirando como el criado. Mientras la visión sea una pequeña nube,
Dios nunca lanzará la lluvia aunque ya esté preparada, ya está preparada pero no la lanza...
Porque lo que determina que la lluvia venga no es la nube, es la visión.
Cuando yo entiendo estas cosas me quisiera ir, pero me quedo porque hay mucho que no he visto y
quisiera ver, mucho que no he entendido y quiero entender.
Por favor, le pido a toda la Iglesia que marque esta Palabra que vamos a leer:
Ésta es la Palabra de Dios para usted hoy y a partir de hoy por los próximos años, quiero hacer, quiero
marcarlo y machacarlo hasta que lo entienda, métase en ella mil veces si es necesario, pastores,
predíquenla en las Iglesias si necesita todo el año, pero saque a esta parábola lo que dice.
Entonces Jesús le dijo: Un hombre hizo una gran cena, y convidó a muchos.
Y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los convidados:
Venid, que ya todo está preparado. Y todos a una comenzaron a excusarse.
El primero dijo: He comprado una hacienda, y necesito ir a verla;
te ruego que me excuses. Otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes,
y voy a probarlos; te ruego que me excuses. Y otro dijo: Acabo de casarme,
y por tanto no puedo ir. Vuelto el siervo, hizo saber estas cosas a su señor.
Entonces enojado el padre de familia, dijo a su siervo:
Vé pronto (apresúrate) por las plazas y las calles de la ciudad,
y trae acá a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos.
Y dijo el siervo: Señor, se ha hecho como mandaste, y aún hay lugar.
Dijo el señor al siervo: Vé por los caminos y por los vallados,
y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa. Porque os digo que ninguno
de aquellos hombres que fueron convidados, gustará mi cena.
Lucas 14:16-24
¿Forzar a alguien a hacer algo, es pedirle permiso o es una actitud violenta?
Es una actitud violenta de un espíritu atrevido; me imagino que el siervo cuando vino de que nadie le
tomaba la invitación, vino deprimido y frustrado, y le dijo: Señor cada uno se está excusando, pero el
padre no le dijo tienes razón siéntate un ratito y descansa...
Quiero que entienda lo que estoy diciendo, porque esto ha hecho la Iglesia: Si te frustraste, tienes
razón, hiciste tanto y nadie viene...
El padre le dijo: “¡No! Te levantas ya, te vas por las calles, te vas por las plazas, por las ciudades”.
—Señor, salí y los traje a las patadas, este no quería venir, pero te los traje a las patadas y aquí lo
tengo—. Los trajiste y hay lugar, pues sal de nuevo, a donde no has ido ahora vé, porque mi casa es el
reino de Dios.
La Iglesia tiene que forzarlos a entrar al reino de Dios y Dios los va añadir a la Iglesia, pero esto no ha
ocurrido porque las Iglesias locales han trabajado para tener “prosélitos”, ¡necesitamos más gente!
Somos veinte, somos cincuenta, necesitamos crecer a trescientos, el objetivo va a ser quinientos.
¿Para el Reino? No, para esta iglesia local, así tenemos un ministerio próspero...
¡Maldigo ese espíritu en el Nombre de Jesús! Eso es espíritu de proselitismo.
No, no, no... ¿Que se le llene mi casa? Dice el Señor, Yo quiero que mi reino se llene y cuando tú me
seas obediente y me lo llenes, yo lo voy a llevar a mi Iglesia, que es tu Iglesia, y te lo voy a traer, pero
ya purifique tú corazón.
La Palabra del Señor para ustedes es: Fuérzalos a entrar... Deje de ser tan respetuoso con la gente
cuando se trata del evangelio.
No, es que no hallé el momento, no me parecía la ocasión, es que respeté su creencia y lo estoy
llevando ahí despacito...
Pero te mueres mañana y te vas al infierno, mejor que me hagas caso hoy.
¿Usted sabe que el que se muere sin Cristo se va al infierno?
Yo quiero que usted vuelva a tomar el verdadero evangelio de Jesucristo, la gente sin Cristo se va al
infierno. Muerte eterna, no vuelve más, no hay más posibilidades.
Si esto a usted no lo hace vibrar por dentro, algo está mal en su cristianismo, algo esta mal en su nuevo
nacimiento, algo está mal en su religiosidad, ¡algo está mal!
Dios ha determinado usarlo como una generación que apresura su palabra para forzarlos a
entrar.
Yo sé que encendí algo por dentro con la mecha del Espíritu y usted va a correr como esas cañitas que
va buscando los pies de la gente, donde la gente corre pero la cañita lo va buscando.
Usted se le va a pegar como estampilla a la carta, y dirá éste va a ser de Cristo. Yo lo voy a forzar a
entrar al reino de Dios.
Jesús no está hablando de invitarlo, eso no hace un buen evangélico, fuérzalo a entrar y si quiere
salir agárrale la mano pero no lo dejes salir.
Mejor es adentro salvado que afuera perdido. Probablemente esté enojado, bien pecador también, pero
está dentro, después se va a encargar de prepararlo, de limpiarlo, de equiparlo, de formarlo, pero ahora
mételo, sucio así como está mételo, cojo, manco, ciego...
¿Usted qué cree que esos andaban en carrozas reales? No, me imagino que estaban sucios, pero él dijo:
no importa el vestido de fiesta.
No venían con vestido de fiesta, no, se lo daban adentro.
No es como usted que va vestido de fiesta, a él se lo dan adentro, a él se lo pagan, llegó manco, sucio,
lo metieron a la bañera, le metieron un vestido y ya ni reconocen al manquito... Si no tiene un peso... Es
que no lo pagué, me lo dieron acá.
Entré enojado, pero ahora ya me siento bien, esto me gustó, tiene seda. Esto me gustó...
Mi amado, la palabra de Dios para ti y para mí es:
Fuérzalos a entrar, no sea débil predica la Palabra, no te avergüences de ese evangelio porque
tiene poder, tiene poder siempre y cuando no te avergüences, tiene poder aquello que funciona en
ti, y si funciona en ti va a funcionar en la gente; no prediques lo que no te funciona, porque
tampoco va a funcionar en la gente.
Y si no te funciona, ¿por qué no te arrepientes y te conviertes para que te funciona el Reino?
Porque si no te funciona aunque estés aquí hace siete o diez años, todavía no eres de Cristo,
porque si eres de Cristo esto funciona.
Estoy hablando muy seriamente. ¿Si no te funciona? Hermano, hoy es el día, todavía estas afuera
y crees que estas a dentro.
¿Y qué si te mueres y te vas para abajo en vez de ir para arriba?
Estoy hablando en serio, si este evangelio no te está funcionando en tu vida privada,
probablemente, todavía estés afuera.
Por el Espíritu voy a hacer algo... Siento por el Espíritu de Dios que algunos están dentro de la religión
evangélica, pero no están dentro del Reino.
Le dijo a un escriba, Jesús, “no estás lejos del Reino de Dios” y era un entendido, un hombre de la
Palabra. Pero le dijo “no estás lejos”, no le dijo “estás adentro”.
Hay gente que tiene que entrar adentro del Reino de Dios. En verdad no les está funcionando, tienen
apenas una victoria y porque se esfuerzan mucho y en cualquier área, pero en vez de ir mejor, va peor.
Si no ves la mano de Dios, si sientes que no estás dentro del Reino de Dios, hazlo ahora, lo digo en
serio, quiero orar por ti, esta es la hora, muchos están entrando hoy al Reino de Dios. Los forzamos a
entrar en el Nombre de Jesús.
Te vas a quitar el traje de evangélico que no le sirve a nadie y entrar a la casa de Papá, que es el Reino
de Dios. Dile:
¡Papá!, grítalo, ¡Papá! te doy gracias porque hoy me estás sacando de la religión, de un evangelio
sin sentido que no tiene poder y me estás mostrando el evangelio de tu Reino, un evangelio de
poder, que a partir de este día, funcionará en mi vida, me traerá victoria, caminaré con la frente
levantada, mis pecados perdonados, mi espíritu vivificado, caminaré lleno del Espíritu Santo.
Recibo de ti, la Gracia, el favor y soy hecho hijo, hijo, tú eres mi Papá.
¡Te Bendigo Señor! ¡Aleluya al que Vive y Reina!
Iglesia hoy hay fiesta en el cielo, le aseguro que hoy hay fiesta porque muchos fueron forzados, fueron
golpeados en su pecho para despertar.
Me dice el Espíritu Santo:
“Algunos están rebeldes a las voces de sus pastores, y si estás rebelde a la voz de tus pastores,
todavía no naciste de nuevo. Porque cuando viene el nuevo nacimiento, desaparece la rebeldía.
La rebeldía es parte de la vieja naturaleza y no de la nueva, así que si recibiste una orden de tus
pastores y te enojaste con ellos, tú todavía no naciste de nuevo y te crees cristiano pero estás
afuera.
Así que en el Nombre de Jesús y con violencia en el espíritu, te ordeno arrepentirte ahora, no te
lo pido, te lo ordeno”.
Quiero pedir ahora que todo aquél que reconoce que ha estado rebelde a la voz de sus pastores, ahora se
arrepienta.
Quiero ser muy claro por el Espíritu Santo, si tú sabes que eres ese rebelde y no estás haciendo este
acto de arrepentimiento, Dios va a tratar contigo seriamente y van a venir muchas cosas muy difíciles a
tu vida, a causa de que no acabas de escuchar el llamado del Espíritu de Dios, así que si sabes que estás
en esa condición, mejor es que no dejes pasar este tiempo y no digas después ¿Por qué estoy en esta
condición tan triste?
Estoy haciendo un llamado solamente a aquellos que han sabido que han estado siendo rebeldes a la
voz de sus pastores, no es otro llamado, no suelo hacer esto, salvo una orden del Espíritu Santo.
El que sabe que Dios le está hablando esto, quiero que te ahorres un montón de duros golpes y tomes lo
que Dios tiene para ti. Por favor, no dejes pasar este momento, este momento no va a volver.
En el espíritu, siento una unción de temor de Dios, lo siento “miedo de Dios”.
Toda cosa que tus pastores te dicen es porque te aman, no porque te odian, buscan tu bien y no tu mal,
buscan tu prosperidad y no tu destrucción.
Tu vida no está en tus manos, no pierdas la oportunidad de tu vida, la nueva vida que está en Cristo
Jesús, nos hace libres de la rebelión. Yo sé que nos enseñaron que la rebelión se nos quitaba de a
poquito, ¡mentira! Porque cuando el viejo hombre muere, el nuevo hombre en Cristo ¿Es rebelde?
¿Cómo va a ser rebelde, si es Cristo en mí, esperanza de Gloria?
Así que a partir de ahora, quiero quitarte esa idea de que lo rebelde se te quitará de a poco, ¡no!, se te
quitará de una vez.
¡Que glorioso es el Señor! Es un hacha en la raíz de los árboles.
Dile: Señor, entiendo que luché en mis fuerzas por dejar de ser rebelde y no lo logré, porque nunca
pensé que la rebelión era algo de mi viejo hombre, pero ahora Señor, me reconozco crucificado con
Cristo y resucitado con él, reconozco la vida de Cristo en mí y esa vida es perfectamente obediente, y a
partir de ahora yo alimentaré la vida del Espíritu y sacaré a un lado la vida de la carne, en el Nombre de
Jesús, recibo tu espíritu de obediencia.
Yo declaro que está ocurriendo una revolución en medio de la Iglesia, declaro que muchos de
aquellos que creían que no podían hacer nada, crecerán rápidamente, correrán y no se cansarán,
correrán y superaran a muchos que tienen muchos años dentro, porque su corazón fue
confrontado y dijeron como aquellas prostitutas, “queremos”.
Y digo como Jesús y profetizo:
Porque las prostitutas y los cobradores de impuestos y los estafadores del mundo, irán primero
que ustedes, entrando en el reino de los cielos, dice el Señor, porque cuando yo vine ellos me
creyeron, pero ustedes con tanta Biblia, no me creyeron, así que declaro que lo que la sociedad
determina que es lo peor, será lo mejor para Cristo.
Por eso Señor, creo en el depósito hecho en ellos y declaro que ellos serán hijos brillantes del
Altísimo, brillantes hijos en todo, capacidad, intelecto, mente, facultades, en todas las cosas serán
brillantes en lo que emprendan, porque Cristo los guía.
Gracias, porque hemos quitado esta vieja naturaleza satánica y rebelde y la naturaleza de Cristo
opera ahora con ellos y a través de ellos, con poder en el nombre de Jesús. Amén.
Ministerio Apostólico-Profético "Generación en Conquista"