El conocimiento envanece
Transcripción
El conocimiento envanece
El conocimiento envanece Quiero referirme al conocimiento de las cosas de Dios, no me referiré a la capacitación laboral o profesional. Recomiendo adquirir destrezas y conocimientos para el buen desempeño en el trabajo y ser productivos. No quiero que se me malinterprete lo que expongo a continuación. Yo no soy ignorante según este mundo. Poseo un postgrado pero no confío en el conocimiento profesional en las cosas de fe. Estos conocimiento me son útiles para el trabajo, pero en el servicio al Señor y a los hermanos lo desecho. He leído varias versiones de la Biblia y muchos libros de autores cristianos. Pero no me confío de todo esto. Prefiero confiar en el Espíritu Santo. El Espíritu Santo me recuerda lo que debo decir en el mismo momento. Muchas veces me recuerda de lo que he leído. Si él me da una palabra, la digo. Si no me da alguna palabra, mejor callo. Algunas veces me equivoco pero siendo sincero. Estoy lejos de lo perfecto porque soy un pecador redimido, hombre falible. Pero el que habita en mi es perfecto. El Espíritu de Dios nos da a saber todas las cosas profundas de Dios y revela lo necesario para cada momento. Antes de Jesús los judios estaban bajo la Ley de Moises, el resto de la humanidad estaba sin ley, sin Dios y sin esperanza en el mundo. Para vivir bajo la ley se debía conocer todos los mandamientos, decretos y estatutos para no quebrantar uno solo, más de seiscientos, cosa imposible de guardar para el hombre. Era una opresión. Se escribió en Oseas 4:6 que por falta de conocimiento el pueblo de Dios era destruído. Si no se conocía la Ley se pecaba por ignorancia. Todos estos estaban bajo el antiguo pacto. Los que estaban bajo la ley despreciaban a los que no la conocían. Los fariseos dijeron en Juan 7:49 pero esta multitud que no conoce de la ley, maldita es. Los escribas eran conocedores de las escrituras y quienes las copiaban. Pero no bastaba el conocimiento, no tenían autoridad para enseñarla porque todos la quebrantaban de una manera u otra. Los fariseos eran la secta más estricta entre de los judíos en su intento de observancia y conocimiento de la Ley pero hipócritas en su mayoría. Pero luego que vino Jesús, de que murió y resucitó, quedó establecido el nuevo pacto y el viejo pacto quedó caduco. En el nuevo pacto ya no se vive por observar y conocer mandamientos de una ley externa al hombre, sino por la guía del Espíritu Santo habitando en cada creyente. Y el Espíritu Santo es el maestro que nos enseña acerca de Dios, quien graba los mandamientos internamente en nuestros corazones no en tablas de piedra o libros. El conocimiento viene a ser secundario. Veamos lo que dicen las escrituras del nuevo pacto en este sentido: Hebreos 8:8 Porque reprochándolos, El dice: MIRAD QUE VIENEN DIAS, DICE EL SEÑOR, EN QUE ESTABLECERE UN NUEVO PACTO CON LA CASA DE ISRAEL Y CON LA CASA DE JUDA; Heb 8:9 NO COMO EL PACTO QUE HICE CON SUS PADRES EL DIA QUE LOS TOME DE LA MANO PARA SACARLOS DE LA TIERRA DE EGIPTO; PORQUE NO PERMANECIERON EN MI PACTO, Y YO ME DESENTENDI DE ELLOS, DICE EL SEÑOR. Heb 8:10 PORQUE ESTE ES EL PACTO QUE YO HARE CON LA CASA DE ISRAEL DESPUES DE AQUELLOS DIAS, DICE EL SEÑOR: PONDRE MIS LEYES EN LA MENTE DE ELLOS, Y LAS ESCRIBIRE SOBRE SUS CORAZONES. Y YO SERE SU DIOS, Y ELLOS SERAN MI PUEBLO. Heb 8:11 Y NINGUNO DE ELLOS ENSEÑARA A SU CONCIUDADANO NI NINGUNO A SU HERMANO, DICIENDO: "CONOCE AL SEÑOR", PORQUE TODOS ME CONOCERAN, DESDE EL MENOR HASTA EL MAYOR DE ELLOS. Heb 8:12 PUES TENDRE MISERICORDIA DE SUS INIQUIDADES, Y NUNCA MAS ME ACORDARE DE SUS PECADOS. El Espíritu Santo es quien nos enseña y revela al Padre y todas las cosas: Juan 14:26 Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, El os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho. Juan 16:13 Pero cuando El, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir. El conocimiento envanece, el amor edifica (1 Corintios 8:1). Los fariseos que despreciaban al pueblo por no conocer la ley se ponían a si mismos en un nivel superior en su propia opinión. Estaban envanecidos. El amor de Dios es derramado en el corazón de los creyentes (Romanos 5:5) y el amor a diferencia del conocimiento no envanece: 1Corintios 13:1-9 Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, pero no tengo amor, he llegado a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe. Y si tuviera el don de profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy. Y si diera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me aprovecha. El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante; no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido ; no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero si hay dones de profecía, se acabarán; si hay lenguas, cesarán; si hay conocimiento, se acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; La fe obra por el amor (Galatas 5:6) no por el conocimiento. El conocimiento habita en la mente y ella es contraria a la fe. A la mente le parece insensatez las cosas del Espíritu de Dios. Para obrar en fe es necesario que apagar la computadora que tenemos en la cabeza, la mente. Cuando hay que obrar con fe es la mente la que dice que no se puede, que es imposible, que no es razonable, que rídiculo haré. Y todo lo que se hace dudando y no procede de la fe es pecado (Romanos 14:23). Porque el conocimiento presente en la mente que no viene del Espíritu de Dios, viene del mundo, de la experiencia, de lo aprendido. El conocimiento trae la duda. Los hijos de Dios son los guíados por el Espíritu Santo (Romanos 8:14), no los guiados por el conocimiento. Sorprenden por lo que dicen o hacen, son impredecibles: Juan 3:7-8 No te asombres de que te haya dicho: "Os es necesario nacer de nuevo." El viento sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. El sabio según este mundo tiene conocimiento, sabe mucho. Pero la sabíduría de este mundo es insensatez para Dios y viceversa: 1Co 1:20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el escriba? ¿Dónde el polemista de este siglo? ¿No ha hecho Dios que la sabiduría de este mundo sea necedad? 1Co 3:18 Nadie se engañe a sí mismo. Si alguno de vosotros se cree sabio según este mundo, hágase necio a fin de llegar a ser sabio.