Reportaje Revista Mensaje a Canonización Alfonso María Fusco

Transcripción

Reportaje Revista Mensaje a Canonización Alfonso María Fusco
iVLARIA FUSCO:
Educar, promover,
evangelizar
El pasado 16 de octubre fue canonizado el fundador de la Congregación de las Hermanas de
San Juan Bautista, de arraigada vocación por la
enseñanza y la fornriación en los valores.
E
ntre Ñapóles y Salerno se ubica la pequeña ciudad de
Angri. Allí vivía el matrimonio integrado por Aniello Fusco de Carmine y Josefina Sehiavone de Sabato, quienes
por cuatro largos años esperaron un hijo sin que su oración
fuese escuchada. A inicios de 1838 buscaron el consejo de un
sacerdote redentorista conocido por su santidad y este les dijo:
"Tendrán un hijo y lo llamarán Alfonso. Será sacerdote y vivirá
la vida de san Alfonso".
Él nació un año más tarde, el 23 de marzo de 1839. En un
comienzo sus padres querían llamarlo Carmine —por su abuelo—, pero las expresiones del sacerdote habían sido muy claras
y precisas: así, el día de su bautismo sus padres le dieron el
nombre de Alfonso María, cumpliéndose entonces las palabras
premonitorias del religioso.
El ambiente familiar en el cual creció el niño estuvo lleno de
fe, piedad y servicio, y de amor ardiente por Jesús y María. En
46
i
Lucía Contreras, religiosa C.S.J.B
Las religiosas bautistinas buscan que sus obras
sean una opción apostólica coherente con los desafíos y los signos de los tiempos, promoviendo
especialmente a los más desamparados.
noviembre de 1850 ingresó al seminario de su diócesis en Nocera y fue ordenado sacerdote el 29 de mayo de 1863.
La situación social, política y religiosa de esos años era muy
compleja a raíz de las tensiones derivadas de la unificación
de Italia. Se venía abajo el sistema latifundista y se desencadenaban luchas por las tierras, mientras la sociedad estaba
afectada gravemente por pobreza, hambruna, enfermedades,
analfabetismo, muchos huérfanos y emigración.
En este contexto inquietante, el padre Alfonso maduró su
vocación-misión, que encarnaba un fuerte compromiso social, ético y religioso. Siendo seminarista, reveló: "Soñé con
jesús el Nazareno, quien me dijo: Alfonso, tú tienes que fundar un instituto de hermanas que llamarás del Nazareno, y
un orfelinato masculino y femenino. El terreno ya está listo,
no te queda más que construir. En cuanto seas sacerdote,
tienes que encargarte de ello". Desde entonces, él cultivó
NOVIEMBRE 2016
en su corazón este sueño que no lo dejaba descansar al ver
a huérfanos, mendigos y ladronzuelos: desea sacarlos de
la calle, educarlos, formar sus conciencias y entregarles un
trabajo u oficio. Quiere devolverlos a la sociedad, útiles, productivos y justos.
Mucho de lo espiritual está hecho de atisbos, intentos, olfateos, preguntas, miradas y búsquedas. Así, a través de un
humilde y sincero camino de identificación con el Proyecto de
Dios, el Padre Alfonso descubrió su identidad de persona y de
creyente, su misión en la Iglesia y en el mundo. Su gran fidelidad
a estos descubrimientos lo llevó gradualmente a ser obediente
con su propia intuición, a los sueños que de niño llenaban su
mundo interior para ser y comportarse según el misterioso y
maravilloso Proyecto de Dios sobre él.
Este plan encontró eco en el corazón de Magdalena Caputo
y tres jóvenes más. Al amanecer del 26 de septiembre de 1878
celebró la eucaristía en una improvisada capilla, dando inicio
con muy pocos recursos y en condiciones muy precarias a la
congregación Hermanas de San Juan Bautista.
LOS PILARES DE LA MISIÓN
En esa época el estudio era responsabilidad de los hombres.
La mujer no podía instruirse, sino solo adquirir las nociones
básicas de leer y escribir, y realizar ciertas tareas específicas,
porque su oficio se limitaba al cuidado de los hijos, la casa y
el marido.
El padre Alfonso, desafiando antiguas mentalidades y costumbres, no solo abrió las puertas de la instrucción a las mujeres, sino que también pretendió para las religiosas un diploma
de "Maestras" para enseñar en las escuelas de la Congregación. Esto fue realmente un hecho revolucionario tanto en las
costumbres sociales como en la tradición monástica femenina.
Impartió un tipo de educación con visión de futuro, orientada
al valor de la justicia, la paz, el progreso social, el bien de la
persona humana, el crecimiento del Reino de Dios. Es decir,
fue un promotor social.
Vivió siempre con una gran confianza en la Divina Providencia, buscó siempre la voluntad de Dios. Y a sus "hijas", como
él llamaba a las hermanas, les decía: "Ustedes no han venido aquí a formar una familia cualquiera; ustedes han venido
a formar una familia de santas". Se consagró con generosidad
a fortalecer su obra de caridad y vivió entregado a ella hasta
sus últimos días.
Falleció en Angri el 6 de febrero de 1910. Cuando partió a la
Casa del Padre, sus últimas palabras fueron: "Tengo 71 años.
Señor. Te agradezco por haberme dado tan larga vida". Luego
inclinó su cabeza. Al conocerse la noticia de su muerte, las
personas expresaban: "Ha muerto el padre de los pobres, ha
muerto el santo".
Hoy la Congregación está en diecisiete países: Italia, Polonia, Estados Unidos, Canadá, Brasil, México, Zambia, Malawi,
Sudáfrica, India, Filipinas, Corea del Sur, Camerún, Moldavia,
Rumania, Madagascar y Chile.
NOVIEMBRE 2016
TRABAJAR CON "LOS PEQUEÑOS" Y "LOS ÚLTIMOS"
Fue declarado venerable en 1976 y beatificado en 2001.
Cuando el papa Juan Pablo II se refirió a él en la ceremonia de
beatificación realizada en la Plaza de San Pedro, lo hizo en los
siguientes términos:
"Si tuvierais fe como un grano de mostaza", exclamó Jesús, hablando con sus discípulos (Le 17, 6). Era una fe genuina
y tenaz la que guió el trabajo y la vida del beato Alfonso María
Fusco, fundador de las Hermanas de San Juan Bautista. Desde cuando era un hombre joven, el Señor puso en su corazón
el deseo apasionado de dedicar su vida al servicio de los más
necesitados, especialmente de los niños y jóvenes, que eran
abundantes en su ciudad natal de Angri. Para ello emprendió el
camino del sacerdocio y, en cierto modo, se convierte en el "Don
Desde hace setenta
Bosco del sur de Italia". Desde el
y cinco años las
principio se quisieron involucrar
hermanas bautistinas
en su obra algunas mujeres jovenes que compartían su ideal,
encuentran en
a quienes ofreció las palabras de
Chile, desempeñando
san Juan Bautista. "Preparad el
sus tareas formativas
camino del Señor" (Le 3,4). Conr^r;«^:r^^l^v,«•,f«
c
.
, j- . n
principalmente en
fiando en la divma Providencia,
Alfonso y las hermanas de Juan
colegios Saint
Bautista establecieron una obra
John's Villa Academy
que era superior a sus propias
(La Reina), San Juan
expectativas. Desde una simple
^^^^.^^^ (^3^^,^
casa para la acogida de los jóvenes, surgió toda una congregaJ^an Bautista (Ovalle).
ción que hoy está presente en
diecisiete países y en cuatro continentes para trabajar junto
con quienes son los "pequeños" y los "últimos".
El pasado 16 de octubre fue proclamado santo por el papa
Francisco en una ceremonia en Plaza de San Pedro. En el documento oficial de la canonización, las cualidades del padre
Fusco fueron destacadas de la siguiente manera:
Fue un hombre con visión de futuro, que comprendió la importancia de la educación para la mujer en una sociedad que
en ese tiempo no reconocía su dignidad. El padre Fusco ejerció
su ministerio sacerdotal en la Iglesia local con diligencia y celo.
Se dedicó a escuchar confesiones, a orar, a hacer catecismo y
a acompañar la vida litúrgica de la juventud, así como a evangelizar en el campo. Él fue paciente, humilde y obediente a la
voluntad de Dios, que abrazó amorosamente, incluso en momentos de dificultad. En el centro de su vida y de su misión estaba la eucaristía. En la Santa Eucaristía él encontró su fuerza
y su alegría. Él cultivó un amorfilialhacia María, hacia quien él
se entregó confiadamente ante cada una de sus necesidades.
Como bautistinas, alabamos y bendecimos, junto a todas las
naciones donde se encuentra nuestra Congregación, al Señor
de la Vida por su gran misericordia y su fidelidad infinita para
que en este Año Santo, Año de la Misericordia, nuestro Fundador sea reconocido santo por toda la Iglesia. MSJ
47