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148 3 | |Nov 09 29 Jul || 08 Los datacenter en el nuevo modelo de gestión TI Jorge Montoto* Analista asociado ENTER-IE E l datacenter, entendido como la concentración de recursos que proporcionan el acceso a los servicios TIC, es el más claro paradigma de gestión que debe conciliar la excelencia en la prestación de servicios TIC, en términos de calidad y coste, con la responsabilidad en la eficiencia de los recursos que suponen un impacto medioambiental. Esta Nota Enter expone las características del datacenter eficiente, es decir, aquél que adecúa la eficacia operacional, la inversión de activos y la optimización de los recursos energéticos. Racionalizando la gestión TI ‘Reconocer la ‘comoditización’ de los servicios TI es el primer paso para aplicar a su gestión un modelo de explotación industrial’ En las conversaciones con directores de TI parece que cada vez se habla menos de proyectos de despliegue de nuevas tecnologías, aplicaciones o servicios y más de acciones concretas que permitan recortar costes, principalmente costes de explotación. Y es que la principal preocupación que se pone sobre la mesa es la necesidad de conciliar una demanda creciente para los servicios TI con unos presupuestos que no crecen al mismo ritmo, o que en muchos casos se mantienen fijos o incluso se ven mermados. Las iniciativas más maduras para lograr esta conciliación se basan en reconocer la ‘comoditización’ de los servicios TI y, en consecuencia, aplicar a su gestión un modelo de explotación industrial, aborreciendo el modelo artesanal que aún perdura en muchas organizaciones o en algunas áreas aún ‘no saneadas’. A este respecto, y según los datos presentados en el informe eEspaña 20091 sobre el desarrollo de la sociedad de la información, elaborado por la Fundación Orange, el mercado TIC ha mantenido, a nivel mundial, un ritmo constante de crecimiento en el período 2004-2008, a un ratio de entre un 5% y un 6% anual en volumen de negocio. Y, si bien la crisis económica ha afectado a este sector desde el segundo semestre de 2008, lo ha hecho en menor medida que en otros sectores. Ciertas barreras de entrada se ven eliminadas gracias a, por 1 http://www.fundacionorange.es/areas/25_publicaciones/e2009.pdf * Jorge Montoto es Director de Explotación de Tissat, S.A. Nota Enter | 148 Los datacenter en el nuevo modelo de gestión TI ejemplo, la rebaja en el coste de ancho de banda, al desarrollo del modelo SaaS, o a la integración de las TIC en la electrónica de consumo. En España, aspectos regulatorios como la inminente entrada en vigor de la ley 11/20072 de acceso electrónico de los ciudadanos a los servicios públicos, suponen también un catalizador de esta evolución. Se está en un sector en creciente ‘comoditización’. Al entrar en detalles sobre cómo realizar la transición hacia ese modelo de ‘madurez industrial’ es cuando a los responsables de TI empiezan a surgirles las dudas: por dónde empezar, cuál será el coste del cambio, cuál es el horizonte y los objetivos a satisfacer; todas preguntas que intentan cuantificar y convertir en tangible un esfuerzo difícilmente interpretable si no es mediante un análisis de ROI. En este escenario, existe un factor común para todos los directores de TI que han conseguido la racionalización del modelo, que se podría resumir en el hecho de haber fundamentado el proyecto de mejora en las siguientes tres premisas: 1. Diagnosticar adecuadamente la situación inicial: • Identificar el coste de los procesos y activos TI que son clave para el negocio o actividad de la organización. • Identificar los riesgos, entendidos como las posibles indisponibilidades de dichos procesos / activos, y cuantificar el impacto que pueden tener en caso de que ocurran. 2. Cuantificar el objetivo de mejora: • Por un lado, identificar qué ahorros –medidos en términos porcentuales– se desearían obtener en la ejecución de esos procesos / explotación de esos activos. 2 http://www.boe.es/boe/dias/2007/06/23/pdfs/A27150-27166.pdf 2 • Por otro lado, identificar qué volumen de demanda adicional se espera sobre los mismos. 3. Aplicar el sentido común y altas dosis de realismo al proyecto de mejora: • El coste de realizar una mejora nunca debería superar al ahorro obtenido. Lo más sensato es plantearse resolver las ineficiencias o mitigar los riesgos identificados empezando por los de primer orden. Ya habrá tiempo de plantearse la resolución de los de segundo y tercer orden una vez resueltos los anteriores (entre otras cosas, porque tal vez hayan desaparecido o hayan sido sustituidos por otros). Este planteamiento deberá permitir marcar objetivos tangibles a corto plazo y para cuya consecución el coste de los recursos a emplear debería ser asumible. • Conseguir implantar una sana cultura de autocrítica que permita a la organización cuestionarse recurrentemente el modelo actual y pensar en las mejoras que deberían plantearse. Es decir, arrancar el modelo de mejora continua. No es tan importante si los pasos de mejora que se dan son cortos, como el efectivamente dar esos pasos. Estas premisas permiten a la organización desarrollar un sentido crítico sobre qué es lo que necesita mejorar y cuál es el modo óptimo de conseguir esa mejora, definiendo una personalidad propia que le posibilita establecer su propia racionalización en el modelo de gestión. Dentro del conjunto de servicios TI, no existe seguramente un entorno en el cual todo lo anterior tenga una evidencia tan palpable de aplicación como el datacenter. El datacenter es, sin duda, el mejor escenario en el cual hacer tangible de un modo directo las inversiones orientadas a mejorar la eficiencia y donde más palpable es el esfuerzo por mantener el orden en el modelo de explotación. Nota Enter | 148 3 Los datacenter en el nuevo modelo de gestión TI Pero ¿se tiene claro lo que es el datacenter?. Las TIC ofrecen sus servicios mediante la agregación ordenada de una serie de elementos y subsistemas, desde las aplicaciones software hasta las infraestructuras hardware, pasando por las infraestructuras de conectividad y los sistemas de gestión, que requieren de unas condiciones de operación adecuadas para optimizar su armonización, su rendimiento y su período de vida útil. Dichas condiciones de operación son las que se consiguen dentro de los datacenters o centros de procesos de datos (CPD), principal escaparate de lo que se puede denominar la ‘sala de máquinas’ de los servicios TIC. 47/2007 (certificación de eficiencia energética de edificios de nueva construcción) y 1890/2008 (eficiencia energética en instalaciones de alumbrado exterior) abren la puerta a campos de aplicación de las TIC tanto para la identificación de nuevos modelos de diseño, como para la explotación y control de los mismos. Además, y teniendo en cuenta que los datacenters son responsables del 13,6% del consumo eléctrico de las TIC (porcentaje que se amplía al 24,5% si no se considera la electrónica de consumo), según datos de 2005 publicados por el Bio Intelligence Service, cualquier iniciativa de mejora energética en este sector debe pasar inevitablemente por su aplicación en el CPD. ‘El datacenter es el espejo del alma’ Asimismo, se debe realizar de modo obligado una nueva reflexión: en la actualidad existe información sobre el impacto medioambiental previsto por el crecimiento del sector TIC, que ha generado una serie de recomendaciones y directrices que buscan mejorar la eficiencia energética de las actividades propias del sector, garantizado así que ese crecimiento sea sostenible3. Así, según datos publicados por la Comisión Europea4, los equipos y servicios TIC representan, por sí solos y dentro del marco de la Unión Europea, el 8 % de la energía eléctrica consumida y, aproximadamente, el 2 % de las emisiones de carbono. Las citadas recomendaciones van más allá, identificando al sector TIC como promotor de la mejora en eficiencia energética en otros sectores; así, disposiciones regulatorias en nuestro país como los Reales Decretos 3 http://ec.europa.eu/information_society/activities/sustainable_growth/ docs/com_2008_241_all_lang/com_2008_241_1_es.pdf 4 Datos de Bio Intelligence Service para 2005. Según el informe ftp:// ftp.cordis.europa.eu/pub/fp7/ict/docs/sustainable-growth/ict4ee-final-report_en.pdf, la proyección para 2020 supone que el sector TIC en el marco de la UE 25 será responsable del 10,5% del consumo eléctrico y del 4,2% del total de emisiones de CO2. Así pues, el datacenter es el más claro paradigma del ecosistema que debe conciliar la excelencia en la prestación de servicios TIC, en términos de calidad y coste, con la responsabilidad en la eficiencia de los recursos que suponen un impacto medioambiental. Se podrían clasificar los datacenters en tres tipos: • Caótico: los equipos, canalizaciones, cableados, etc. se desparraman por todas partes y no es que no exista un criterio sobre si la energía se consume de un modo eficiente, sino que ni siquiera se ha planteado esta cuestión. Se asocian a la falta de concienciación sobre lo que supone un problema de disponibilidad del datacenter y a una falta de compromiso de las TI con el negocio. • Ordenado pero ineficiente: son aquellos datacenters en los que, si bien se han cuidado mucho los procesos de explotación, se ha descuidado el control de su consumo energético. Se trata de los datacenters ordenados, generalmente sobredimensionados respecto a la demanda actual, pero muy ineficientes por el alto consumo en climatización innecesaria que asumen. Se asocian a modelos de gestión obsoletos, madurados en épocas pasadas donde el coste de adquisición de los recursos TI superaba con creces al coste de la explotación de esos recursos, cosa que ya no ocurre. • El datacenter del orden eficiente: aquél que, además de tener perfectamente implantado el modelo de las 5 S’s –garantía de orden y control de la entropía–, rea- Nota Enter | 148 4 Los datacenter en el nuevo modelo de gestión TI liza un consumo energético altamente eficiente. Su rendimiento se monitoriza de un modo simple mediante un conjunto mínimo de indicadores básicos y se analizan continuamente las relaciones causa-efecto cuando esos indicadores experimentan alguna variación. ¿Cuánto cuesta una gestión deficiente? ‘La indisponibilidad durante 120 minutos de un servicio de comercio electrónico puede suponer pérdidas de negocio de unos 100.000€, además de las pérdidas intangibles’ La ‘comoditización’ de las TIC va acompañada ineludiblemente de una dependencia creciente del usuario final de las mismas, sea éste una corporación, una administración pública o un particular. Dicha dependencia obliga a garantizar la calidad de los servicios ofrecidos, entendida en términos de continuidad, disponibilidad y capacidad. Por poner un ejemplo, la indisponibilidad durante 120 minutos de un servicio de comercio electrónico que gestione transacciones por valor de 1.000.000€ diarios puede suponer pérdidas de negocio de unos 100.000€. Si sumamos estas pérdidas tangibles a la dificultad que entraña la fidelización de los usuarios de servicios online, las pérdidas pueden crecer exponencialmente por la pérdida de clientes y el impacto en la credibilidad del proveedor. Si esta indisponibilidad se debe a fallos en los servicios del datacenter, que pueden estar proporcionados por un tercero, a las penalizaciones por incumplimiento de los acuerdos de nivel de servicio reflejados en los contratos de externalización se sumarán los impactos económicos derivados de las demandas por daños y perjuicios. Otro aspecto importante, dentro de un entorno de libre mercado, es garantizar la excelencia operativa para conseguir así una eficiencia en costes que permita la diferenciación respecto de la competencia. El continuo escrutinio de los indicadores clave de rendimiento de los procesos de entrega de servicios y de soporte de los mismos permitirá identificar cómo rediseñarlos y adaptar así a un mercado en que la flexibilidad operacional, por la velocidad de los cambios, es uno de los factores críticos de éxito. En el datacenter, aspectos como la automatización de las tareas repetitivas o la eficiencia en el uso de la energía cobran una especial relevancia al tratarse de un entorno en el que la repetitividad de tareas manuales o ineficiencias en el los subsistemas no TI (como alimentación eléctrica o climatización) marcan la frontera de la rentabilidad operativa. ¿Cómo conseguir mejoras reales? ‘Un modelo de gestión como ISO 20.000 permite conciliar calidad de servicio con volumen de demanda’ Conseguir la excelencia operativa que permita eliminar ineficiencias y simultáneamente garantizar la sincronización de las operaciones pasa por la implantación de conjuntos de buenas prácticas adaptados al sector TIC. Es por ello por lo que modelos de gestión como la reciente norma ISO 20.0005 son –una vez implantados– los que permiten conciliar dichas demandas y asegurar el aporte de valor en el proceso de entrega de servicios TIC. En el caso concreto de esta norma, que persigue el cambio cultural hacia un marco global de mejora continua, las ventajas son claras ya que –sin entrar en complejidades que pudieran surgir derivadas del cómo se realizan los procesos– sí permite centrarse en la visión global del qué es lo que la organización debe realizar para arrancar ese ciclo iterativo de mejora continua según el Modelo de Deming. La experiencia práctica de implantación del modelo ISO 20.000 dentro de una organiza5 http://www.aenor.es/desarrollo/inicio/home/home.asp Nota Enter | 148 5 Los datacenter en el nuevo modelo de gestión TI ción que proporciona servicios de datacenter permite concluir que la identificación del objetivo de mejora pasa por realizar un ‘análisis de madurez’ de los procesos actuales mediante el mapeo de los procesos en uso respecto del conjunto de procesos ISO 20.000. La determinación de los factores críticos de éxito en la organización permitirá priorizar las acciones a acometer, disponiendo así de la visión fit/gap que marque la pauta en el proyecto de mejora en el modelo de gestión. ‘El proyecto de optimización de los recursos del datacenter debe primar la disponibilidad del servicio y la explotación eficiente’ De cara a que el ejercicio de racionalización global sea coherente, el proyecto de mejora del modelo de gestión debe ir acompañado de un proyecto de optimización de los recursos que sustentan la prestación de los servicios. Dentro del datacenter, la visión tradicional de la calidad de los servicios, según normas en cierto modo obsoletas pero aún valoradas, como la elaborada por la Telecommunications Industry Association estadounidense TIA-9426, o como la elaborada por la International Computer Room Experts Association, ICREA7, viene marcada por unas pautas que buscan establecer un baremo en función del nivel de disponibilidad que los activos instalados permiten garantizar. Así, para cada uno de los subsistemas en los que –tomando la norma TIA-942– se agrupan tradicionalmente los activos del datacenter (arquitectónico, eléctrico, mecánico y de comunicaciones), las redundancias –por un lado– y el cumplimiento de requisitos en las instalaciones –por otro– permiten clasificar al datacenter dentro de uno de los cuatro niveles TIER en función de su capacidad de sobreponerse a fallos en los activos de cada subsistema o incluso de no sufrir pérdidas ni degradaciones en los servicios ante dichos fallos. Entre el nivel más bajo de disponibilidad (TIER I, para el cual incluso una parada programada supone pérdida de servicio) y el más alto (TIER IV, para el cual se garantiza la continuidad de los servicios incluso ante paradas no programadas –fallos– en recursos de varios subsistemas), el nivel de inversión en recursos cubre un abanico muy amplio. La experiencia práctica en la explotación de un datacenter de TIER III permite concluir que el aspecto principal radica en identificar los servicios críticos para cada uno de los mercados/clientes objetivo y los subsistemas de los que dichos servicios dependen, de modo que las inversiones disponibles se realicen de un modo óptimo. Así pues, si la demanda de servicios exige disponer de n recursos para satisfacerla, el nivel de inversión será muy diferente si se realiza un acopio de capacidad de (n+1) recursos, lo cual proporcionará un nivel de redundancia básico, de si realizamos un acopio de capacidad de 2(n+1) recursos, lo cual nos proporcionará un nivel de redundancia máximo pero también exigirá un alto nivel de inversión. La decisión sobre en qué punto de dicho abanico posicionarse vendrá marcada por la disponibilidad del mercado objetivo a primar la calidad o el coste. La identificación del objetivo de mejora pasa por priorizar las inversiones en nuevos activos o servicios o bien por adaptar los ya existentes, una vez realizado dicho análisis. En cuanto a la optimización del consumo energético, la reciente aparición del ‘Código de conducta para la eficiencia energética en el datacenter’8, promovida por la Unión Europea, permite identificar las mejores prácticas a implantar en este ámbito. Adicionalmente, se identifica la medida del PUE9 (Power Usage Effectiveness) como el estándar de facto para la identificación del nivel de eficiencia del datacenter, al ser un ratio que mide el consumo total en las instalaciones respecto del consumo únicamente en equipamiento TI. Así, frente a un valor del PUE de 1, es decir, una eficiencia máxima, valores del PUE superiores a 2 indican que el nivel de ineficiencia es muy alto y que hay un amplio margen de mejora. El gráfico muestra, para diferentes escenarios de densidad de con8 http://re.jrc.ec.europa.eu/energyefficiency/html/standby_initiative_dc_ participants.htm 6 http://www.tiaonline.org/ 7 http://www.icrea-international.org/ 9 http://www.thegreengrid.org/en/Global/Content/white-papers/TheGreen-Grid-Data-Center-Power-Efficiency-Metrics-PUE-and-DCiE Nota Enter | 148 6 Los datacenter en el nuevo modelo de gestión TI Coste mensual no-TI. Data Center 250 m2. Miles de euros 1,0kw/m2 Miles de euros 1,3kw/m2 1,8kw/m2 20 15 10 5 0 2,5 2,4 2,3 2,2 2,1 2,0 1,9 1,8 1,7 1,6 1,5 1,4 1,3 1,2 PUE (Power Usage Effectiveness) sumo, el ahorro de costes en energía que podemos obtener mediante la mejora del PUE en un datacenter de 250m2. En la optimización de la eficiencia energética, la identificación del objetivo de mejora pasa por monitorizar el consumo en cada uno de los subsistemas y a continuación realizar un análisis realista de los subsistemas sobre/infra-dimensionados respecto de nuestra capacidad presupuestada. El citado ‘Código de conducta’ marca la pauta para realizar dicho análisis bajo los criterios de monitorización y acciones de optimización de la eficiencia energética en las instalaciones. Conclusiones El datacenter, entendido como la concentración de recursos que proporcionan el acceso a los servicios TIC, supone el paradigma de gestión que aglutina todas las demandas anteriormente indicadas en cuanto a eficiencia operacional, adecuada inversión en activos y optimización en el consumo energético. La mejora en la adecuación de dichos recursos requiere un análisis previo que permita identificar, para el mercado objetivo, la situación actual y el posicionamiento de- seado respecto de la evolución del mercado en los siguientes ámbitos: • Eficiencia operacional: tomando como referencia la norma ISO 20.000, se debe realizar un análisis de madurez de procesos, buscando la excelencia operativa mediante la implantación del modelo de mejora continua que incluya indicadores clave de rendimiento por procesos y cuadros de mando de seguimiento. • Calidad de servicio: respecto de referenciales específicos para las infraestructuras de datacenters como TIA-942, se debe identificar el objetivo de mejora para garantizar la disponibilidad de los servicios TIC, priorizado las inversiones a acometer en cada uno de los subsistemas en los que se descompone el servicio. • Eficiencia energética: siguiendo el ‘Código de conducta’ de la Unión Europea para eficiencia energética en datacenters, deberá controlarse el consumo e identificar las actuaciones que permitan optimizarlo de un modo responsable desde un punto de vista medioambiental, incluyendo aquellas inversiones que permitan, tanto a corto, como a medio plazo, beneficiarse de las diferentes disposiciones regulatorias mediante la generación y el consumo de energías limpias.