140323 Al regreso de Roma - Diócesis de Barbastro
Transcripción
140323 Al regreso de Roma - Diócesis de Barbastro
AL REGRESO DE ROMA Como os anuncié en una carta anterior, he estado en Roma realizando la visita ad limina, junto con los demás obispos de las diócesis de Aragón. En aquella carta os expliqué el significado de esta visita; ahora quiero transmitiros el impacto que he recibido, pero presiento que no me va a ser fácil, porque las vivencias han sido muy hondas. Tengo que deciros que en todo momento me he sentido acompañado por vosotros, los diocesanos de esta Iglesia de Barbastro-Monzón. El Obispo va siempre acompañado por su esposa, que es la diócesis, como me lo recuerda el anillo que llevo en mi mano. Estuvisteis conmigo sobre todo en los momentos que viví junto al papa Francisco y en mis visitas a los sepulcros de los apóstoles Pedro y Pablo. En estos lugares sagrados y venerables viví, junto con los demás Obispos, unas celebraciones que nos enraizaron intensamente con las fuentes de nuestra fe y con sus testigos más cualificados, que la testimoniaron con su vida. Gracias a ellos hemos tenido acceso a este gran tesoro, que vivimos con alegría y queremos transmitir a los hombres y mujeres de hoy para que también puedan experimentar el gozo del Evangelio. Particularmente emotiva fue la conversación con el papa Francisco, que se prolongó durante hora y media. Desde el primer momento nos sorprendió su acogida amable y el clima de confianza que creó para hablarle con toda libertad. Con el tono desenfadado que le caracteriza, empezó diciendo: «el balón ya está en la cancha, podemos jugar». A continuación llovieron las preguntas sobre todos los temas que afectan a la vida de la Iglesia y escuchamos sus respuestas, absolutamente transparentes y bien informadas. Yo le hablé de la labor de Cáritas Española. Él ya conocía el prestigio que tiene en nuestro país y nos dio un consejo: «hay que dar de tal manera que quienes reciben la ayuda perciban algo más que la beneficencia». Con ello nos daba a entender que no sólo hemos de dar pan, pues como dijo Jesús: «no sólo de pan vive el hombre». También le hablé de la devolución de las obras de arte retenidas en el Obispado de Lérida, y me sorprendió percibir que conocía este problema. Sabía, además, que por la tarde íbamos a tratarlo con el Secretario de Estado, y nos deseó que la reunión fuera provechosa. En éste y en otros asuntos me vi siempre acompañado y apoyado por los demás Obispos de las diócesis de Aragón. Sus aportaciones fueron valiosas y salimos confortados y con la esperanza de que algo va a moverse en la resolución de este penoso litigio. El Papa nos animó a que los obispos y los sacerdotes estemos cerca del pueblo y le hagamos llegar la comprensión y la misericordia de Dios. En su mensaje final recalcó que «no ahorremos esfuerzos para abrir nuevos caminos al Evangelio, que lleguen al corazón de todos, para que descubran lo que ya anida en su interior: a Cristo como amigo y hermano». Os doy las gracias porque sé que me habéis acompañado en esta visita con vuestra oración. Yo os he tenido también muy presentes en la mía. Con mi afecto y oración. + Alfonso Milián Sorribas Obispo de Barbastro-Monzón