COMO OBSERVAR LA RESPIRACIÓN Respuesta de Sesha a un
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COMO OBSERVAR LA RESPIRACIÓN Respuesta de Sesha a un
COMO OBSERVAR LA RESPIRACIÓN Respuesta de Sesha a un estudiante —Asistente: ¿La respiración, como ayuda inicial a la práctica interior, es válida? —Sesha: Sí, es viable y permitido hacerla. Existen técnicas de pranayama, cuyo fin es preparar, mediante el control adecuado la respiración, estados profundos de Observación, Concentración o Meditación. Evidentemente, la técnica de convertir a la atención en objeto de su propia atención, no es la práctica más frecuente ni la más sencilla de lograr; requiere de un altísimo nivel de control interior. Sin embargo, antes de lograr estados profundos de no-dualidad, los estudiantes suelen necesitar peldaños que les lleven paso a paso al encuentro con el Ser. Normalmente, al inicio de la práctica interna, es dificil disminuir la agitación de los vrittis, de los pensamientos. La mente sumida en la vorágine del pensar y sentir, trae todo tipo de recuerdos que vertiginosamente se confunden los unos a los otros. Para ralentizar la mente se requiere en algunas ocasiones, en los estudiantes que no tienen una estructura mental adecuada, un paso previo de la atención a la respiración; ello calma un poco la mente. Pero ha de entenderse que atender a la respiración es una práctica de meditación externa. Atender la respiración implica activar cualquiera de los cinco sentidos que se requieren para detectarla. Tacto, olfato y gusto son órganos sensoriales externos. Puedes trasladarte al objeto externo de la respiración y estar continuamente atento al flujo respiratorio. Deberás advertir continuamente el aire pasando por tu nariz, notar la expansión de tu pecho al ritmo que acontece en todos los movimientos que provoca. La atención ha de estar en la respiración, jamás en quien respira. Si has optado por una postura que intenta indagar en la meditación interior, entonces finalmente la practica de atender la respiración te llevará la su simetría interior: un lugar donde los pensamientos aparecerán a la distancia; allí notarás el inmenso vacío entre quien observa y lo observado. Dicho cambio es automático, simplemente ocurre. Pasarás de estar muy atento a la respiración a percibir el vacío del no pensar. Lo que sí debes de tener claridad, es sobre los cánones de la práctica meditativa. Cuando realizas la práctica externa, la atención debe posarse sobre los objetos que hacen parte del mundo externo. Es decir, en el caso de la respiración, debes sumirte en el aire y en los componente físicos que se interrelacionan a ella. Debes convertirte en respiración. No debes observarla como un sujeto externo a ella, no. Si observas la respiración incorrectamente y a la distancia, entonces serás proclive a que se produzcan pensamientos; y de allí te perdrás en tu mundo interior de recuerdos sin fin. Cuando estás fuera, en la práctica externa, debe prevalecer el objeto observado; tu atención debe afincarse sobre los objetos del mundo. En la práctica externa lo que vale es el objeto percibido, no la interpretación mental e interna que tienes de él. Si experimentas la respiración, debes abordarla con los cánones establecidos para convertirla en una experiencia estable y firme. Estos cánones implican necesariamente que tú atención ha de depositarse sobre la respiración. Debes seguir el flujo respiratorio, debes notar como entra, baja y sube la corriente de aire. Debes estar atento a los procesos que ahí se dan, pero tienes que estar en esa actividad, en esos procesos que acontecen, ser uno con ellos. No puedes percibir la respiración como si fueras un ente externo que la observa, no. Si estás sumergido, si estás metido en la respiración, ¿cómo puedes pensar en un libro? Debes sumergirte en la respiración como lo haces cuando ves absorto una película, implicado totalmente; ese es el canon de la práctica externa: la prevalescencia del objeto sobre el sujeto. La libertad que da estar afuera implica la ausencia de mí en aquello que hago, percibo o realizo. Si estás realmente sumido en la respiración y te implicas constantemente en ella, lo más seguro es que el estado te traslade a una simetría interior en donde lo que está aconteciendo se refleja en vacío de pensamientos; tras un observador imparcial que goza la infinitud del vacío frente a él.