LEY Y NATURALEZA - Lectura ciceroniana

Transcripción

LEY Y NATURALEZA - Lectura ciceroniana
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LEY Y NATURALEZA - Lectura ciceroniana
SELECCIÓN DE TEXTOS1
* Cicerón, De inventione Rhetorica
- El derecho natural no procede de la opinión sino de cierta
fuerza que ha sido sembrada en la naturaleza2.
* Cicerón, De republica, De legibus
A- Ciertamente, la verdadera Ley es la Recta Razón conforme
a la Naturaleza, diseminada en todos, invariable, eterna; la
que exhorta a lo que ha de hacerse con sus mandatos y aparta
de lo que ha de evitarse con sus prohibiciones ... No es posible
que tal Ley sea abrogada ni derogada, ni en parte ni
totalmente, ni podemos ser librados de esta Ley por el senado
o por el pueblo ... ni habrá otra Ley distinta en Roma o en
Atenas, ni una hoy y otra mañana, sino que se mantendrá para
todos los pueblos y en todo tiempo una Ley eterna e inmutable,
y habrá un solo Dios como Maestro y Soberano de todas las
cosas y promulgador de la Ley3.
1
.- Selección y traducción de textos latinos de Laura Corso de Estrada,
tomados de su: Naturaleza y vida moral. Marco Tulio Cicerón y Tomás
de Aquino. EUNSA, Pamplona, 2008.
2
.- Cfr. De inventione Rhetorica II, 53, 161.
3
.- Cfr. Cicerón, De republica III, 33, 22.
2
B- La Ley es la Razón Suma, ínsita en la Naturaleza, que
ordena lo que debe hacerse y prohibe lo contrario4 ... aquella
Primera y Suprema Ley es el Entendimiento del Dios, que
gobierna sobre todas las cosas; esto es, una ley celeste ... La
verdadera ley, la que tiene la aptitud para ordenar y para
prohibir ... la Recta Razón del Supremo Júpiter5. Por eso, no
hay nada superior a la Razón6.
C.- Este animal capaz de previsión, sagaz, polifacético,
penetrante, dotado de memoria, pleno de razón y de
discernimiento, a quien llamamos hombre, fue generado por el
Supremo Dios con una condición superior. En efecto, entre
todos los géneros de animales y entre los seres de la
naturaleza, sólo él participa de la razón y del pensamiento, en
tanto que todos los demás carecen de esos atributos. Pero ¿hay
algo, no digo sólo en el hombre, sino en la totalidad del cielo y
de la tierra, más divino que la Razón?7
D.- Reconoce a Dios quien de algún modo recuerda y tiene
conciencia de cuál es su origen8
E.- ... eres divino, dado que la divinidad es la que vive, piensa,
la que tiene en mente, provee; la que rige, modera y mueve
este cuerpo en el que ha sido puesta ... y del mismo modo como
el mismo Dios eterno mueve al mundo ... así también el alma
sempiterna mueve al cuerpo perecedero9 .
4
.- Cfr. Cicerón, De legibus I, 6, 18.
.- Cfr. Cicerón, De legibus II, 5, 11.
6
.- Cfr. Cicerón, De legibus I, 7, 22.
7
.- Cfr. Cicerón, De legibus I, 7, 22.
8
.- Cfr. Cicerón, De legibus I, 8, 25.
9
.- Cfr. Cicerón, De republica VI, 24, 26.
5
3
F.- Los hombres guardan con los dioses vínculos de parentesco
y de familia ... el género humano extendido y sembrado a lo
largo de la tierra, fue elevado con el don divino de las almas10.
G.- El hombre que se conozca a sí mismo, en primer lugar
percibirá que posee en sí algo divino ... y siempre realizará
acciones y tendrá pensamientos dignos de un don tan grande
de los dioses; y cuando se examine a sí mismo y se perciba
integralmente, comprenderá de qué modo hemos sido provistos
por la naturaleza al llegar a esta vida11.
H.- Cuando [el hombre] haya examinado el cielo y la tierra,
los mares y la naturaleza de todas las cosas , y comprenda
cuál es el Principio del que éstas han sido generadas y dónde
deben retornar, cuando [conozca] de qué modo han de perecer
y qué hay en ellas de mortal y de perecedero, qué de divino y
eterno ... y advierta que no es el habitante de una región
limitada que se encuentra cercado por los muros de la propia
ciudad, sino un ciudadano del mundo entero ...¡oh dioses
inmortales, cómo será el conocimiento que alcance de sí
mismo! ... ¡cuánto desdeñará, cuánto menospreciará y tendrá
en nada todas aquellas cosas designadas por el vulgo como las
más grandes!12
I.- Nada puede ser superior a esto, que la virtud gobierne en
las cosas públicas13 ... cuando el que gobierna a los otros no es
él mismo esclavo de ninguna ambición [de poder], cuando él
mismo cumple con aquello que establece y con lo que exhorta
a los ciudadanos, cuando tampoco impone al pueblo leyes a
10
.- Cfr. Cicerón, De legibus I, 8, 24.
.- Cfr. Cicerón, De legibus I, 22, 59.
12
.- Cicerón, De legibus I, 23, 61.
13
.- Cicerón, De republica I, 34, 52.
11
4
las que él mismo no obedece, sino que pone ante los
ciudadanos su vida como ley14.
J.- Hemos sido constituidos por naturaleza para participar
unos con otros y para compartir entre todos el mismo derecho.
Y quiero que en todo este debate se entienda que, cuando digo
derecho, denomino al que es tal por naturaleza15.
K.- Hay tanta corrupción por obra de las malas costumbres,
que por ella quedan sofocadas las chispas dadas por
naturaleza [para la vida virtuosa], y se originan y afirman los
vicios contrarios. Porque si los hombres [tuvieran en cuenta]
de qué modo los ha engendrado la naturaleza, acordes en el
juicio de que, como dice el poeta: nada de lo humano tendrán
ajeno a sí, todos honrarían del mismo modo el derecho16.
* Cicerón, De finibus bonorum et malorum
A.- Desde el momento en que el animal ha nacido ... se siente
atraído hacia sí mismo y es conducido a la conservación de sí
y de su constitución, y a inclinarse hacia las cosas que
convienen a la conservación de su constitución y, en cambio, a
apartarse de su destrucción y de lo que parezca conducirlo a
ella. Y lo prueban de la siguiente manera: los niños, antes de
ser afectados por el placer o por el dolor, apetecen las cosas
que provocan bienestar y rechazan lo contrario; lo que no
sucedería si no sintieran una inclinación hacia la constitución
propia y temiesen su destrucción. Pero no podría ocurrir que
14
.- Cfr. Cicerón, De republica I, 34, 52.
.- Cfr. Cicerón, De legibus I, 12,33.
16
.- Cfr. Cicerón, De legibus I, 12, 33.
15
5
apetecieran algo a no ser que tuvieran conciencia de sí y que,
en virtud de ello, sintieran una inclinación hacia sí mismos. De
lo cual debe concluirse que el impulso rector [de la acción] es
el amor de sí mismo17.
B.- Es esencial comprender que la naturaleza hace que los
hijos sean amados por sus padres, a partir de lo cual nos
esforzamos por alcanzar la provechosa sociedad común del
género humano. Lo que debe comprenderse, en primer lugar,
es que en la configuración y en las partes del cuerpo se
manifiesta que el procrear tiene su principio en la naturaleza.
Pero no podrían ser congruentes entre sí el que la naturaleza
quisiera procrear y el que no se ocupase de que los seres
procreados sean objeto de cuidado. Asimismo, incluso, puede
advertirse en las bestias el poder de la naturaleza. Cuando
vemos su solicitud con la prole en el parto y en la crianza, nos
parece oir la voz de la naturaleza misma. Por lo cual, así como
es evidente que la naturaleza nos hace huir del dolor, así
también es manifiesto que por la naturaleza misma somos
impelidos a amar a los que hemos engendrado18.
C.- A lo mismo también obedece que sea común entre los
hombres una natural estimación entre ellos, de tal modo que
un hombre, por el hecho mismo de que es hombre, no deba ser
visto como un extraño por el otro.
D.- El mundo es gobernado por la potestad divina ... es como
la urbe y la ciudad común de hombres y de dioses ... y cada
uno de nosotros es parte del mundo; de lo cual se sigue que
naturalmente antepongamos el beneficio común al nuestro. En
17
18
.- Cicerón, De finibus III, 4, 16.
.- Cfr. Cicerón, De finibus III, 19, 62.
6
efecto, así como las leyes anteponen el bienestar de todos los
ciudadanos al de los particulares, así también el varón bueno y
sabio, el que obedece las leyes y no desoye el deber civil, sirve
al interés de todos más que al de alguien en particular o al
suyo propio19.
E.- De esta disposición de las almas proceden los testamentos
y las recomendaciones de los moribundos. Y así como nadie
querría ir por la vida en total soledad, ni siquiera con una
infinita profusión de placeres, comprendemos sin dificultad
que estamos naturalmente dotados para la relación y la unión
con los otros hombres para constituir una comunidad natural
con todos ellos20.
F.- De este modo no es fácil encontrar a quien no comunique a
otro lo que él mismo sabe; de tal forma que no sólo tenemos la
propensión a aprender sino también a enseñar. De la misma
manera como la naturaleza dotó a los toros para que luchen
contra los leones en defensa de los terneros con suma fuerza e
ímpetu, así también aquellos que poseen grandes recursos y
pueden obrar de la misma manera [en socorro de los otros],
son incitados por la naturaleza para proteger al género
humano21.
* Cicerón, De officiis
A.- La naturaleza ha dotado a todo el género de los vivientes
para que proteja su vida y su cuerpo, y para que se aparte de
todo aquello que le parezca nocivo; para que busque y procure
19
.- Cfr. Cicerón, De finibus III, 19, 64.
.- Cfr. Cicerón, De finibus III, 20, 65.
21
.- Cfr. Cicerón, De finibus III, 20, 66.
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7
todas las cosas necesarias para el vivir, como el alimento, el
refugio, y otras cosas de esta clase22.
B.- Entre el hombre y el bruto se da esta diferencia notable:
los brutos sólo son afectados por lo que concierne a la
sensación, y se aplican sólo a lo que se presenta y a lo que de
un modo inmediato tienen ante sí, con una percepción muy
pobre de lo que ya ha pasado o de lo que ha de venir. Pero el
hombre, que participa de la razón, por la que discierne las
consecuencias de las cosas, ve sus causas y no ignora sus
antecedentes y su procedencia, compara sus semejanzas,
vincula las cosas del presente y las relaciona con las futuras,
percibe con facilidad la totalidad del curso de su vida, y
dispone todas las cosas necesarias para proseguir en ella23.
C.- Debemos seguir a la naturaleza como guía24.
D.- El derecho civil procede de la naturaleza25; o también: la
naturaleza es la fuente del derecho26.
22
23
24
25
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Cfr. Cicerón, De officiis I, 4, 11.
Cfr. Cicerón, De officiis I, 4, 11.
Cfr. Cicerón, De officiis I, 7, 22.
Cfr. Cicerón, De officiis III, 17, 71.
Cfr. Cicerón, De officiis III, 17, 72.

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