2008 LENTEN PENANCE SERVICE_SPANISH_FINAL
Transcripción
2008 LENTEN PENANCE SERVICE_SPANISH_FINAL
SERVICIO DE PENITENCIA CUARESMA DEL 2008 Preparado para la Diócesis de Austin por Rosalind Gutierrez, © Enero 2008. Derechos Reservados CANTO DE ENTRADA: HIMNO CON UN TEMA DE CUARESMA Saludo Después del canto de entrada, el Celebrante saluda a la gente. El significado de la celebración es explicada en las siguientes palabras o similares: SEÑAL DE LA SANTA CRUZ Celebrante: En el nombre del Padre, y del Hijo, + y del Espíritu Santo. Amén. Celebrante: Que la gracia y la paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo que renunció a su vida por nuestros pecados estén con todos ustedes. Todos: Gloria a Él para siempre. Amén. ORACIÓN DE ENTRADA Celebrante: Hermanas y hermanos, Dios nos ha llamado a la conversión; Pidámosle por lo tanto la gracia de un sincero arrepentimiento. (Todos rezan en silencio por un momento) Señor Dios nuestro, tu eres paciente con los pecadores y aceptas nuestro deseo de hacer enmiendas. Reconocemos nuestros pecados y estamos resueltos a cambiar nuestras vidas. Ayúdanos a celebrar este sacramento de tu misericordia para que podamos reformar nuestras vidas y recibir de ti el don del júbilo eterno. Te pedimos esto a través de Cristo nuestro Señor. Amén. LITURGIA DE LA PALABRA Las lecturas deben corresponder a la temporada, así como también ser reflexivas acerca del sacramento que está celebrándose. Por ejemplo, las lecturas de la Misa del día pueden ser las siguientes: Lectura de la carta de San Pablo a los Efesios. 2:1-10 Hermanas y hermanos: Ustedes estaban muertos a causa de las maldades y pecados en los que vivían, pues seguían el ejemplo de este mundo y hacían la voluntad de aquel espíritu que domina en el aire y que anima a los que desobedecen a Dios. De esa manera vivíamos también todos nosotros en otro tiempo, siguiendo nuestros propios deseos y satisfaciendo los caprichos de nuestra naturaleza pecadora y de nuestros pensamientos. A causa de esa naturaleza merecíamos el terrible castigo de Dios, igual que los demás. Pero Dios es tan misericordioso y nos amó tanto, que nos dio vida juntamente con Cristo cuando todavía estábamos muertos a causa de nuestros pecados. Por la bondad de Dios hemos recibido la salvación. Dios nos resucitó juntamente con Cristo Jesús y nos hizo sentar con él en el cielo. Hizo esto para mostrar en los tiempos futuros el gran amor que nos profesa y su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Pues por la bondad de Dios hemos recibido la salvación por medio de la fe. No es esto algo que nosotros mismos hayamos conseguido, sino que nos lo ha dado Dios. No es el resultado de las propias acciones, de modo que nadie puede jactarse de nada pues Dios es quien nos ha hecho, quien nos ha creado en Cristo Jesús para que hagamos buenas obras, según lo que había dispuesto de antemano. Palabra del Señor. O, Lectura del Libro de los Levíticos. 19: 1-2, 11-18 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo: “Dile esto a la comunidad israelita: “No roben. No mientan ni se engañen unos a otros”. “No hagan promesas falsas en mi nombre, pues profanan el nombre de su Dios”. Yo soy el Señor. “No empleen la violencia contra su prójimo ni le arrebaten lo que es suyo”. “No retengan la paga del trabajador hasta el día siguiente”. “No maldigan al sordo”. “No pongan ningún tropiezo en el camino del ciego. Muestra tu reverencia a Dios”. Yo soy el Señor. “No actúen con injusticia cuando dicten sentencia: ni favorezcan al débil ni se rindan ante el poderoso”. “Apégense a la justicia cuando dicten sentencia”. “No anden con chismes entre su gente”. “No tomen parte en el asesinato de su prójimo”. Yo soy el Señor. “No abriguen en su corazón odio contra su hermano”. “Reprendan a su prójimo cuando deban reprenderle”. “No se hagan cómplices de su pecado”. “No sean vengativos ni rencorosos con su propia gente”. “Amen a su prójimo, que es como ustedes mismos”. Yo soy el Señor. Palabra del Señor. Salmo Responsorial. Ejemplo: Salmo 51 o 91. SALMO RESPONSORIAL. Salmos 51:3-4, 5-6, 12-13, 17. (cf. 3ª) Se misericordioso, O Señor, porque hemos pecado. Por tu amor, oh Dios, ten compasión de mí; por tu gran ternura, borra mis culpas. Lávame de mi maldad, Límpiame de mi pecado Se misericordioso, O Señor, porque hemos pecado. Reconozco que he sido rebelde; mi pecado no se borra de mi mente. “Contra ti he pecado, solo contra ti, haciendo lo malo, lo que tú condenas”. Se misericordioso, O Señor, porque hemos pecado. Oh Dios, pon en mí un corazón limpio dame un espíritu nuevo y fiel. No me apartes de tu presencia ni me quites tu santo espíritu. Se misericordioso, O Señor, porque hemos pecado. Hazme sentir de nuevo el gozo de tu salvación; sostenme con tu espíritu generoso, para que yo enseñe a los rebeldes tus caminos y los pecadores se vuelvan a ti. Se misericordioso, O Señor, porque hemos pecado. SALMO RESPONSORIAL. Salmos 91:1-2, 10-11, 12-13, 14-15. (cf. 15b) Permanece conmigo, Señor, cuando estoy en dificultades. El que vive bajo la sombra protectora del Altísimo y Todopoderoso, dice al Señor: “Tú eres mi refugio, mi castillo, ¡mi Dios, en quien confío!” Permanece conmigo, Señor, cuando estoy en dificultades. No te sobrevendrá ningún mal ni la enfermedad llegará a tu casa; pues él mandará que sus ángeles te cuiden por dondequiera que vayas. Permanece conmigo, Señor, cuando estoy en dificultades. Te levantarán con sus manos para que no tropieces con piedra alguna. Podrás andar entre leones, entre monstruos y serpientes. Permanece conmigo, Señor, cuando estoy en dificultades. “Yo lo pondré a salvo, fuera del alcance de todos, porque él me ama y me conoce. Cuando me llame, le contestaré; ¡yo mismo estaré con él! Le libraré de la angustia y le colmaré de honores. Permanece conmigo, Señor, cuando estoy en dificultades. Aclamación Cuaresmal del Evangelio: Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 25:31-46 “Cuando venga el Hijo del hombre rodeado de esplendor y de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones se reunirán delante de él, y él separará a unos de otros como el pastor separa las ovejas de las cabras. Pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Y dirá el Rey a los de su derecha: ‘Vengan ustedes, los que mi Padre ha bendecido: reciban el reino que se les ha preparado desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, fui forastero y me recibieron, anduve sin ropa y me vistieron, caí enfermo y me visitaron, estuve en la cárcel y vinieron a verme.’ Entonces los justos preguntarán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, o sediento y te dimos de beber? ¿O cuándo te vimos forastero y te recibimos, o falto de ropa y te vestimos? ¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?’ El Rey les contestará: ‘Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de estos hermanos míos más humildes, por mí mismo lo hicieron’. “Luego dirá el Rey a los de su izquierda: ‘Apártense de mí, malditos: vayan al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me dieron de comer, tuve sed y no me dieron de beber, fui forastero y no me recibieron, anduve sin ropa y no me vistieron, caí enfermo y estuve en la cárcel, y no me visitaron’. Entonces ellos preguntarán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o falto de ropa, o enfermo o en la cárcel, y no te ayudamos?’ El Rey les contestará: ‘Les aseguro que todo lo que no hicieron por una de estas personas más humildes, tampoco por mí lo hicieron’. Estos irán al castigo eterno, y los justos, a la vida eterna”. Palabra del Señor. O Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 10:25-37 Un maestro de la ley fue a hablar con Jesús, y para ponerle a prueba le preguntó: Maestro, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna? Jesús le contestó: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella? El maestro de la ley respondió: ‘Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y ama a tu prójimo como a ti mismo’. Jesús le dijo: Bien contestado. Haz eso y tendrás la vida. Pero el maestro de la ley, queriendo justificar su pregunta, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? Jesús le respondió: Un hombre que bajaba por el camino de Jerusalén a Jericó fue asaltado por unos bandidos. Le quitaron hasta la ropa que llevaba puesta, le golpearon y se fueron dejándolo medio muerto. Casualmente pasó un sacerdote por aquel mismo camino, pero al ver al herido dio un rodeo y siguió adelante. Luego pasó por allí un levita, que al verlo dio también un rodeo y siguió adelante. Finalmente, un hombre de Samaria que viajaba por el mismo camino, le vio y sintió compasión de él. Se le acercó, le curó las heridas con aceite y vino, y se las vendó. Luego lo montó en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y cuidó de él. Al día siguiente, el samaritano sacó dos denarios, se los dio al posadero y le dijo: ‘Cuida a este hombre. Si gastas más, te lo pagaré a mi regreso.’ Pues bien, ¿cuál de aquellos tres te parece que fue el prójimo del hombre asaltado por los bandidos? El maestro de la ley contestó: El que tuvo compasión de él. Jesús le dijo: –Ve, pues, y haz tú lo mismo Palabra del Señor. O Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 19:16-22 Un joven fue a ver a Jesús y le preguntó: Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para tener vida eterna? Jesús le contestó: ¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Bueno solamente hay uno. Pero si quieres entrar en la vida, cumple los mandamientos. ¿Cuáles? –preguntó el joven. Jesús le dijo: ‘No mates, no cometas adulterio, no robes, no digas mentiras en perjuicio de nadie, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo.’ –Todo eso ya lo he cumplido –dijo el joven–. ¿Qué más me falta? Jesús le contestó: Si quieres ser perfecto, ve, vende lo que tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás riquezas en el cielo. Luego ven y sígueme. Cuando el joven oyó esto, se fue triste, porque era muy rico. Palabra del Señor. Homilía EXAMEN DE CONCIENCIA El celebrante y la asamblea toman asiento en silencio por un momento. Posteriormente, el celebrante se pone de pie y dice: Amigos míos, mientras nos preparamos para renovar nuestras promesas bautismales en esta Cuaresma, llevemos nuestros corazones y mentes ante el Señor. Examinemos nuestras conciencias, recordando que Dios es misericordioso. Un momento de silencio debe ser siempre incluido para que cada persona pueda individualmente examinar su conciencia (Rito de Penitencia, Apéndice II, #59) Sacerdote: ¿Está mi corazón depositado en Dios, de tal manera que realmente lo amo sobre todas las cosas y soy fiel a sus mandamientos, o quizá, estoy más preocupado por las cosas mundanas? ¿Es mi fe en Dios firme y segura? ¿He tratado de crecer en mi fe a través de la oración diaria, leyendo la palabra de Dios y recibiendo los sacramentos? Ofrezco a Dios mis dificultades, mis alegrías y mis penas? ¿He amado y reverenciado a Dios? ¿Mantengo los Domingos y días de fiesta como días santos, tomando parte integra y devotamente en la liturgia y en especial durante la Santa Misa? Todos: Jesús, Cordero de Dios, ten misericordia de nosotros. Sacerdote: ¿Tengo un genuino amor por mis vecinos o los utilizo para mis propios fines, o quizá, les hago lo que a mi no me gustaría que mi hicieran? ¿He demostrado respeto a mis padres? ¿He sido cuidadoso al dar educación cristiana a mis hijos? ¿He sido fiel a mi esposa? ¿Comparto mis bienes con los que menos tienen? ¿Hago lo que más puedo por ayudar a las victimas de la opresión, infortunio y pobreza? ¿Mantengo el Evangelio de Vida? ¿Comparto mi vida y mis talentos con mi parroquia e iglesia local? ¿Colaboro lo más que puedo en el trabajo de la promoción de la justicia, moralidad, armonía y amor en las relaciones humanas? Todos: Jesucristo, ten misericordia de nosotros. Sacerdote: ¿He impuesto mi voluntad a otras personas, sin respetar su libertad y derechos? ¿Utilizo los dones que Dios me ha dado para ser mejor cristiano cada día? ¿He sido paciente al aceptar las penas y decepciones de la vida? ¿He mantenido puro todo mi cuerpo como templo del Espíritu Santo? ¿He deshonrado mi cuerpo físicamente o a través de insanas conversaciones o pensamientos? ¿He contravenido a mi conciencia por miedo o hipocresía? ¿Soy obediente de la voluntad de Dios? ¿Soy agradecido por la dirección que Dios le ha dado a mi vida? ¿Soy fiel a Dios durante los momentos difíciles? ¿Atesoro las relaciones personales que tengo? ¿Reflejo la mente y corazón de Dios a aquellos que se encuentran cerca de mí? Todos: Señor Jesús, ten misericordia de nosotros. Después de varios minutos de reflexión, el Celebrante continúa: Celebrante: Para expresar nuestro dolor por los pecados que hemos cometido, hinquémonos y juntos hagamos un acto de contrición. Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión, por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios Nuestro Señor. INVITACIÓN A LA CONFESION INDIVIDUAL El celebrante se pone de pie, mira a la asamblea y dice: Tomen asiento por favor. Antes de iniciar las confesiones individuales, quiero aprovechar la oportunidad para agradecer a los sacerdotes que nos han acompañado esta noche, así como a cada uno de ustedes que han venido juntos a rezar, buscando la misericordia de Dios. Inmediatamente después de nuestra oración final, nuestros confesores se trasladarán a sus confesionarios. Aquellas personas que estén preparadas esta noche a fin de celebrar el Sacramento de la Penitencia y Reconciliación, las invito para que permanezcan después de nuestra oración final y silenciosamente caminen a uno de los confesionarios. A las personas que esta noche no tomen parte en el sacramento, las invito y exhorto para que regresen a la parroquia a fin de poder confesarse el día ____________________ de las _______ a las ________. PROCLAMACION DE ALABANZA POR LA MISERICORDIA DE DIOS (El celebrante pide a la asamblea se ponga de pie) Celebrante: Oremos. Señor, esta noche hemos recibido tu gran amor y misericordia. Guía nuestros corazones para hacer tu voluntad y ser una señal de paz y sanación para nuestros semejantes. Pedimos esto por medio de Cristo, Nuestro Señor Amén. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén. El Señor este con ustedes. Y con tú espíritu. Cantor: Como comunidad de fe, expresemos nuestra gratitud a Dios por Su incondicional amor, cantando _________________________