¿LA REALIDAD ES TAL COMO YO LA CONOZCO Y LA EXPRESO?
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¿LA REALIDAD ES TAL COMO YO LA CONOZCO Y LA EXPRESO?
¿LA REALIDAD ES TAL COMO YO LA CONOZCO Y LA EXPRESO? Antes de comenzar a escribir sobre este tema, deberíamos paramos a consultar qué nos dice el diccionario acerca del término “realidad”. Según la RAE, realidad es “verdad, lo que ocurre realmente”, a lo que le secunda otro significado: “lo que es efectivo o tiene valor práctico, en contraposición con lo fantástico e ilusorio”. Sin lugar a dudas, esta segunda definición tiene alma pragmática, ya que atribuye utilidad a lo verdadero. Una vez aclarado qué significa “realidad”, podemos pasar a plantearnos qué opinaría un idealista acerca de si conocemos las cosas como son, o si son como las conocemos. Un idealista da prioridad al sujeto y se cuestiona la existencia del mundo. Podríamos tomar el ejemplo de René Descartes y hacer uso de la duda metódica, de forma que alcancemos una verdad absolutamente cierta. Descartes dudó de la existencia de los sentidos y de todo lo que le rodeaba, ya que según los idealistas: “Los sentidos nos engañan”. De esta forma, reflexionó sobre si nuestra realidad no es más que un estado de vigilia. Al final, René concluye afirmando que: “Pienso, luego existo”; es decir, Descartes dudó de todo, excepto del hecho de que estaba dudando, por ello podemos encasillarlo como un optimista epistemológico, cercano al dogmatismo. Por otra parte, un fenomenólogo pretende conocer lo que son las cosas en su puro y simple presentarse a la conciencia; “ir a las cosas mismas”. Como dijo Edmund Husserl: “El mundo nace en nosotros, como Descartes hizo reconocer, y dentro de nosotros adquiere su influencia habitual.”. Un hermeneuta, intenta comprender las acciones humanas y la realidad histórica, y trata de situarse del lado de las interpretaciones, ya que no hay hechos puros. Entonces, podemos considerar que esta tarea es de gran dificultad, ya que está matizada por creencias, tradiciones, prejuicios, valores... Como dijo Gadamer: “Scheremacher, define la hermenéutica como “el arte de evitar el malentendido”, haciendo del malentendido un elemento esencial en toda comprensión, de tal manera que aquí queda contenida en esta expresión negativa, toda la tarea hermenéutica”. Ahora que hemos mencionado a la hermenéutica, me viene a la mente el trabajo de un traductor. ¿Y si en el momento de la traducción se pierde el verdadero significado de la obra? ¿Y si se tergiversa el mensaje que el autor quería compartir con nosotros? A lo que también me asalta otra duda: ¿Y si lo que aprendemos en clase de Historia no son más que mentiras que los ganadores y supervivientes de las guerras acordaron contar? ¿Y si la verdad es otra? Porque, si lo piensas fríamente, la Historia la han escrito los vencedores, y no los asesinados. Por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial, se engañaba a los pueblos, contándoles que todo estaba bien, mientras millones de soldados eran asesinados. Desde mi punto de vista, conocemos las cosas como las conocemos, o dicho de otra forma: conocemos las cosas como nos las muestran, de forma que la gran mayoría de las cosas no las conocemos como son, sino que alguien, a priori, ya las ha manipulado, de forma que tú conozcas lo que se te deja conocer. Siguiendo el hilo de los traductores y de la Historia, pongo otro ejemplo: ¿Crees que los medios de comunicación nos muestran la pura verdad, o por el contrario, previamente modifican la información, de modo que solo conozcas lo que se te permite? ¿Crees que posees el conocimiento de la verdad? Si solo te limitas a creer lo que te cuentan los medios de comunicación, entonces seguramente no conoces las cosas como son, sino como se te presentan. Por eso, todos debemos adquirir un poco de espíritu escéptico y aprender a cuestionar la información antes de creérnosla por completo. Esto me lleva a meditar sobre el pensamiento y el lenguaje. La primera cuestión que me asalta es: ¿Podemos expresar mediante el lenguaje todo lo que pensamos? Para empezar, mi respuesta se verá modificada dependiendo del concepto de lenguaje que se tenga. Si consideramos al lenguaje como capacidad propia del ser humano para expresar pensamientos y sentimientos por medio de la PALABRA, entonces opino que no; que además de por palabras, podemos expresarnos mediante imágenes, símbolos, gestos, sonidos..., que facilitan nuestra comunicación y expresión. Ahora bien, ¿podemos pensar sin palabras? En los inicios de la especie humana, debió haber sido así; primero se pensaba sin existencia de lenguaje hasta que se comenzaron a utilizar palabras. En mi opinión, las palabras son simplemente un modo de expresar una sensación o un sentimiento, de forma que lo podamos compartir con otros humanos mediante el lenguaje oral o escrito. Es por ello que a veces utilizamos la expresión: “me faltan las palabras”, porque en ocasiones, unas cuantas palabras nos parecen insuficientes para expresar aquello que sentimos, y es esto lo que hace tan bello el arte, la música... porque una melodía o una imagen, son capaces de expresar lo que no pueden hacer las palabras. Para finalizar, planteo la siguiente cuestión: ¿Se corresponde nuestro hablar con nuestro pensar? Definitivamente, sí. Pienso que decimos aquello que con anterioridad hemos meditado, y por tanto, consideramos verdadero. En conclusión, todos tenemos distintos puntos de vista, distintas formas de expresarnos y concebimos la realidad de diversas formas, de modo que ninguno de nosotros podemos creernos en posesión de la verdad absoluta. Marga Ruiz Torres 1ºBach C