Maquetaci—n 1
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Maquetaci—n 1
Tecnologías ancestrales y reducción de riesgos del cambio climático Terrazas precolombinas Taqanas Quillas y Wachus 5 EDUARDO CHILON CAMACHO Tecnologías ancestrales y reducción de riesgos del cambio climático Terrazas Precolombinas Taqanas, quiillas y waachus E C C Ministerio de Planificación del Desarrollo Tecnologías ancestrales y reducción de riesgos del cambio climático Terrazas Precolombinas Taqanas Quillas y Wachus Publicación: © PROMARENA, 2 008 Av. 6 de Agosto No. 2570 Tel./Fax: (591-2) 2430503 La Paz, Bolivia www.promarena.org.bo Gestión de: Lic. John Vargas Vega Viceministro de Planificación Territorial y Ambiental Ing. M.Sc Juan Carlos Zapana Coordinador General PROMARENA Ing. César Altamirano Bustillos Responsable del Subcomponente de Apoyo al Manejo de Terrazas Agrícolas Prehispánicas Autor: Ing. M.Scǀ Eduardo Chilon Camacho ȇǀ © Ilustraciones: Ing. Carlos Laruta Vin Primera edición: ȝțțȤ Depósito Legal: ȟǂȜǂȜȞȞȠǂțȤǂ ØƿȝțȜț ØƿǂØ ǀǀ Todos los derechos reservados. Se autoriza la reproducción total o parcial citando la fuente. Prológo Este trabajo es importante en varios sentidos: Es importante porque plantea la recuperación de la tecnología ancestral sin pretender, en ningún momento, un retorno al pasado que implique un retroceso y una negación de los actuales avances de la ciencia y de la tecnología. Implica, más bien, beneficiarse de las prácticas y conocimientos que se tradujeron en la ciencia de la administración del territorio y de las sociedades de las culturas americanas en la región andina que armonizaba profundos conocimientos de ingeniería, agronomía, ecología, astronomía, meteorología, hidráulica y, sobre todo, conocimientos de programación de la producción y de los ciclos ambientales y, por ende, de seguridad alimentaria y económicos. La idea es más bien destacar y obtener el mayor beneficio posible del manejo ecológico y sostenible de los recursos naturales que tuvieron las culturas de estos territorios. Esta investigación, fruto de varios años de trabajo e investigación, también es importante porque encara una genuina preocupación: no considerar la posibilidad de revalorizar con su entendimiento y uso la llamada tecnología ancestral, dice el autor, nos llevará al riesgo que significa no aplicar las respuestas que ya han funcionado y se han ido adaptando en el tiempo en estos espacios y sociedades y caer en la ciega adopción de conocimientos y tecnologías generadas en otras latitudes que responden, usualmente, a medios diferentes en lo geográfico, cultural y socioeconómico y lo que es aún peor: a negarnos a generar conocimiento propio a partir de nuestras realidades y del acervo tecnológico y social local y global. El autor plantea que recuperar, hoy en día, algunas técnicas ancestrales, ya sean canales de riego, herramientas, taqanas, terraplenes o sukakollu, requieren ser estudiadas previamente en lo que fue su contexto estructural e histórico (por ejemplo, abundancia de trabajo comunitario gratuito) y no sólo en sus virtudes tecnológicas intrínsecas. El uso de la ciencia y la tecnología debe incluir los conceptos de viabilidad técnica, social, económica y cosmológica de los tiempos presentes y adaptarse a ellos. Un notable acierto en el trabajo es que se destaca la importancia de lograraplicar los conceptos ecológicos ancestrales desarrollo del área rural del país,reflexionando sobre las acciones cuidadosas de recuperación e incorporaciónde las mismas al saber de las comunidades originarias, y a la experiencia de lostécnicos de campo y profesionales. En esta línea, los miembros de lascomunidades están reforzando sus ¡ƽ oƽƽ Ãǀ Es una grata satisfacción presentar esta publicación porque es, sin duda, un invalorable aporte al conocimiento de las tecnologías ancestrales y, particularmente, de las terrazas agrícolas, sus características, clasificación y posibilidades económicas de valorización, lo cual tiene una gran importancia en el contexto actual de sostenibilidad y uso de las tierras de alta montaña y en la valorización de los activos de los campesinos más pobres de la región andina. Roberto Haudry de Soucy FIDA-AMERICA Prefacio La visión boliviana del desarrollo integral y sostenible, la preservación del medio ambiente, la atenuación de los efectos del cambio climático y la superación de las limitaciones para que los hombre y mujeres vivan bien y en armonía con la naturaleza, tiene que repensar con énfasis la recuperación de los conocimientos y de la ciencia precolombina, desarrollada durante siglos, por las culturas andino-amazónicas Õque se asentaron en el territori nacional y deSudamérica en su conjunto. Las impresionantes tecnologías conservacionistasy productivas inventadas para diversos ecosistemas, permitieron a nuestrosancestros desarrollar unsistema social y productivo sostenible que fue la basede su economía y desarrollo. El desarrollo rural del país y la problemática que plantea el cambio climático requiere ser enfrentada, entre otras alternativas, con la revalorización de las estrategias y tecnologías andino-amazónicas de larga data, que posibiliten la preservación de los recursos naturales a largo plazo, por lo que resulta estratégico recuperar y validar aquel repertorio de conocimientos y tecnologías que todavía subyacen en las comunidades originarias, seleccionando aquellas que respondan al contexto actual y que sean reproducibles en las condiciones actuales. Debe tomarse en cuenta que la recuperación de las alternativas tecnológicas precolombinas, en el contexto actual, se ve facilitada por el rol que están comenzando a ejercitar las comunidades campesinas y los municipios rurales. Esperamos que se les ofrezca el más amplio apoyo para lograr una identidad de conciencia nacional, a partir de nuestra herencia cultural ancestral. Indudablemente que esto implica un cambio en la forma de pensar y actuar que tradicionalmente sólo consideraba la opción de la “tecnificación moderna y mercados” del sector agropecuario; sin embargo, en el marco de las mismas leyes nacionales del cambio, particularmente en los ámbitos educativos, de desarrollo rural y planificación, se puede lograr una conciencia sobre la validez de la revalorización y puesta en vigencia de las tecnologías andino-amazónicas Õancestrales. Adelantándose a estos cambios, desde hace dos décadas, grupos de estudiantes, docentes y técnicos, cobijados en las universidades públicas y privadas, confrontándonos con lo que el sistema vigente imponía, logramos valiosos espacios realizando investigaciones y tesis de grado en tecnología ancestral andino-amazónica, nutriéndonos del saber de las comunidades originarias. También se consiguió la incorporación de materias electivas a los programas de estudios de las Carreras de Agronomía, son los casos de la Universidad Mayor de San Andrés UMSA, la Escuela Militar de Ingeniería EMI, y la creación del Taller de Tecnología Andina que derivó en el Centro de Investigación y Difusión de Alternativas Tecnológicas andino-amazónicas CIDAT en La Paz, también en la Universidad Mayor de San Simón de Cochabamba con un movimiento agroecológico liderizado por AGRUCO. El presente trabajo forma parte de este enfoque de investigación y desarrollo, que es fruto de un proceso de reflexión de docentes, estudiantes y técnicos que paulatinamente va creciendo y que esperamos se consolide con la incorporación del ejército de técnicos y profesionales provenientes de las comunidades, que se han formado en las universidades y particularmente en las Unidades Académicas Campesinas de la Universidad Católica Boliviana, UCB. Se cifra la esperanza que el presente trabajo contribuya a seguir animando a investigadores, estadistas, autoridades municipales, autoridades comunitarias, ejecutores de proyectos y técnicos a dirigir su mirada a las alternativas tecnológicas andino-amazónicas. Estamos seguros que en ellas se puede encontrar muchas respuestas que pueden ser de gran utilidad para resolver los problemas del desarrollo rural y de los que plantea el cambio climático, en el contexto de la Bolivia actual y del mundo. El autor expresa su agradecimiento al PROMARENA por el financiamiento de la publicación así como a las organizaciones campesinas de Yanacachi, Cohoni, Mocomoco, Charazani, Curva, Chuma y Ayata y a todos nuestros hermanos campesinos de las diversas comunidades del país que nos acogieron y compartieron con nosotros sus conocimientos, experiencias y esperanzas. Un reconocimiento especial a Amparo Molina, mi esposa y compañera y a mis queridas hijas Jhoselyne Nadia y Johanna Amparo, por su amor, paciencia, aliento e invalorable apoyo. Ing. M. Sc. Eduardo Chilon Camacho Consultor PROMARENA- Proyecto Manejo de Recursos Naturales Consultor Edafólogo, Desarrollo Rural y RR.NN. Docente Investigador Postgrado CIDES-UMSA Docente UAC Tiahuanaco UCB, EMI Ã Índice Introducción 13 Primera parte Fundamentos de la tecnologia ancestral: El software y el harrdwaree de la tecnología andino–amazónica 15 Antecedentes 15 El software de la tecnología andino-amazónica Construcción del software andino–amazónico Rituales agropecuarios como expresión del software andino-amazónico Destinatarios de los rituales agropecuarios Planificación sistemática andino–amazónica El hardware de la tecnología andino-amazónica Parámetros físicos de funcionamiento de las tecnologías andinas y amazónicas 2.2. Tecnologías ancestrales para la reducción del riesgo de los fenómenos climáticos 17 19 21 25 26 32 A manera de conclusiones 74 Bibliografía 79 1. 1.1. 1.2. 1.3. 1.4. 2. 2.1. 33 40 Segunda parte Terrazas agricolas precolombinas taqanas quillas y wachus 83 Antecedentes 83 Alcances y objetivos del estudio 84 1. 1.1. 1.2. 1.3. 1.4. 2. 2.1. 2.2. 3. 85 85 86 91 92 97 97 99 3.1. 3.2. 3.3. 4. 4.1. 4.2. 4.3. 5. 5.1. 5.2. 6. 6.1. 6.2. 7. 7.1. Las terrazas precolombinas Conceptos y Denominaciones Aspectos Históricos y Cobertura Geográfica de las Terrazas Agrícolas Ciencia Ancestral y Terrazas Precolombinas Principios Físicos del Funcionamiento de las Terrazas Precolombinas Tipología de las terrazas agrícolas precolombinas Terrazas que reducen la pendiente para el control de la tierra y el agua Terrazas con pendiente nivelada para facilitar el riego Importancia de las terrazas precolombinas en la conservación de los suelos y el agua Sobre el control de la Erosión Sobre el drenaje Sobre el mantenimiento de la fertilidad del suelo Terrazas precolombinas de Bolivia: taqanas, quillas y wachus Inventario preliminar de terrazas precolombinas Inventario de terrazas precolombinas en el departamento de La Paz Posibilidades de recuperación de las terrazas precolombinas Clasificación de las terrazas precolombinas de Bolivia Sistema de clasificación de terrazas agrícolas Descripción de las clases de terrazas o taqanas Uso del sistema de clasificación de terrazas precolombinas Terrazas agrícolas de qapana Terrazas agrícolas de ladera Componentes estructurales de las terrazas precolombinas Componentes geométricos de las terrazas o taqanas 101 102 102 103 103 103 107 111 112 113 116 137 137 138 140 140 Estructura de las terrazas o taqanas Quillas de los yungas de Bolivia Estructura de una quilla precolombina Estudios de caso: terrazas precolombinas de los yungas y valles interandinos del departamento de La Paz 9.1. Terrazas precolombinas de yungas. Subcuencas Unduavi y Takesi 9.2. Inventario de taqanas y quillas precolombinas de Yanacachi 9.3. Terrazas precolombinas de valles interandinos subcuenca Cohoni-Tahuapalca 9.4. Inventario de terrazas precolombinas de Cohoni 9.5. Causas del abandono y destrucción de quillas y taqanas en Yanacachi y Cohoni 10. Aprendizaje de experiencias de en rehabilitación y construcción de terrazas 10.1. Experiencias en reconstrucción de taqanas precolombinas 10.2. Aprendizaje de experiencias en construcción de terrazas nuevas 11. Plan de manejo y conservación de taqanas 11.1. Organización comunal para el mantenimiento de las taqanas 11.2. Distribución del tiempo para el mantenimiento de las taqanas 11.3. Períodos de trabajo de mantenimiento de las taqanas 7.2. 8. 8.1. 9. 143 147 148 154 155 172 200 212 23Ȝ 23Ƞ 23Ƞ 24ȡ 2Ƞț 2Ƞț 25Ȝ 25ȝ Conclusiones 25Ȟ Recomendaciones 25ȟ Bibliografía 25ȣ Tercera parte El promarena y la revalorización de conocimientos locales 26ȟ Antecedentes 26ȟ 1. 1.1. 1.2. 1.3. 2. 2.1. 2.2. 3. 3.1. 4. 4.1. 4.2. 4.3. 4.4. 4.5. 4.6. 4.7. 5. Marco institucional y metodológico del PROMARENA 26ȟ Componente manejo de recursos naturales 26Ƞ Componente de servicios rurales no financieros 26ȡ Actividades transversales 26Ȣ Cobertura del PROMARENA 2Ȣț Cobertura nacional 2Ȣț Cobertura de la UTL-Valles Interandinos La Paz 27Ȝ Los concursos y la revalorización de los conocimientos locales UTL-VIA La Paz 27Ȟ Resultados UTL-VIA La Paz 27ȣ Estudio-diagnóstico de las terrazas agrícolas en el área de trabajo 28Ȟ Delimitación espacial y participación 28ȟ Antigüedad de las terrazas agrícolas 28Ƞ Origen de construcción de las terrazas agrícolas 28ȡ Estado de situación de las terrazas agrícolas precolombinas y antiguas 28Ȣ Estado de situación de las terrazas agrícolas de construcción recienteȞțț Recuperación y construcción de terrazas agrícolas 306 Prácticas de manejo y conservación 30ȣ Testimonios de los participantes 3Ȝț Conclusiones 32ȝ Recomendaciones 32Ȟ Bibliografía 32ȟ Introducción La historia de Bolivia ´registra un período precolombinodesarrollado antes de la conquista. Éste echó sus raíces en losǂamazónicos que originalmente se asentaron en el territorio ygran desarrollo cultural, organizativo y político, forjando unØproductivo muy eficiente, fundado en una sólidØposibilitó el desarrollo de tecnoloǂ gías adecuadas pa¡as¡ . Tomaron comoƽ Ãǀcreado se diversificaba en el vientre cósmico que conocemosƽpor lo tanto, la tierra es la generadora de la vida, la que daƽalimenta y protege, es el ente vivo del cual formamos parte, esenergía, por ello desde tiempos inmemoriales se armonizóØnaturaleza en su conjunto. Todo esto fue posible gracias a un trabajo de larga data, que les permitió desarrollar un software1 y un hardware que se expresa en las tecnologías andinoamazónicas en las que se incluyen las taqanas o terrazas agrícolas, las quillas, sukakollu, tarasukas, q´ochas, q´otas, q´otañas, canapas y otras. Todo lo anterior se sustentaba en una cosmovisión holística que involucraba diversos relacionamientos en un conjunto coherente y con una precisa sincronización espacial y cronológica. Sin embargo, desde la conquista se ha sufrido intensos cambios y mestizaje no sólo étnico, sino también cultural, que ha incidido directamente en la desarticulación de la organización social, la forma de organizar la producción y la tecnología empleada. 1 Los conceptos software y hardware, se utilizan en analogía con la informática moderna, para explicar de mejor manera y en lenguaje actual al conjunto de la tecnología andino-amazónica, formada por una parte intangible (cosmovisión y rituales) y otra material (infraestructura física), como la razón de ser de la tecnología ancestral andino-amazónica. 13 En la actualidad y a pesar del tiempo transcurrido, todavía es admirable contemplar, en numerosas comunidades del altiplano, valles, yungas y la llanura amazónica, inmensas áreas cubiertas con terrazas precolombinas, taqanas, sukakollu, q´ochas, sistemas de lomas y drenaje, construidas en tiempos en que aún no se disponía de los conocimientos que hoy existen. Lamentablemente, por múltiples factores, en la actualidad sólo una pequeña proporción de estas tecnologías están en uso, la mayor parte se encuentran abandonadas. Lo que actualmente se observa es un proceso gradual de pérdida de estos conocimientos y sólo un escaso número de prácticas y tecnologías de origen ancestral que progresivamente pierden su carácter integral. Pero nada de esto niega el gran componente indígena presente en nuestra sociedad, el que se expresa con mayor fuerza en el mundo rural de Bolivia. El resultado es un país cuya principal característica es la diversidad cultural, la que al mismo tiempo lo enriquece y lo complejiza. El reto del desarrollo del país es asumir esta realidad como una premisa básica para planificarse, con posibilidades de éxito, políticas de investigación y de desarrollo rural integral. Una racionalidad elemental aconseja hacer una lectura de esta valiosa historia ancestral, para llegar a entender cómo fue posible, cómo se realizó y cómo funcionaron los sistemas de producción agropecuaria andino–amazónicas. En ellas se podría encontrar muchas respuestas que podrían ser de gran provecho en la actualidad y que sean, además, útiles para enfrentar con éxito la problemática del cambio climático y del desarrollo de la Bolivia actual y del mundo. Se tiene que partir del hecho que no es posible definir políticas, estrategias y acciones concretas de desarrollo, sin remitirse a la lectura de la historia de épocas precolombinas, sobre todo del uso del espacio andino– amazónico y de la recuperación y puesta en vigencia de las valiosas tecnologías andino-amazónicas ancestrales. 14 PRIMERA PARTE Fundamentos de la tecnología ancestral: El software y el hardware de la tecnología andino-amazónica1 Antecedentes Una interrogante que tratan de responder insistentemente numerosos investigadores de la ciencia ancestral andina y amazónica es la siguiente ¿Cuál ha sido el software y el hardware que desarrollaron las culturas ancestrales andinas y amazónicas para asegurar una provisión sostenible de alimentos en el tiempo, sin afectar a las bases productivas, y que les permitió sostener a una población numerosa y dispersa sobre un medio fisiográfico contrastante, difícil, complejo y heterogéneo? Las evidencias históricas demuestran que en contraste a la situación actual, en épocas precolombinas en el espacio andino y amazónico, ocupado actualmente por los países de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y parte de Argentina se alcanzó un alto grado de desarrollo, basado en una sorprendente planificación cibernética para el manejo del riesgo, a través de la estructuración de una adecuada organización social y la creación de una tecnología que les permitió el manejo adecuado de los recursos naturales: suelo, agua, vegetación, animales y el clima. El sistema de producción de alimentos en infraestructuras complejas como las terrazas agrícolas precolombinas, los sukakollu, las tarazukas, q’otas, q’otañas, canapas, los campos elevados, sistemas de drenaje en la amazonía y otras, son una prueba fehaciente del software y hardware desarrollado por el hombre andino y amazónico, constituyéndose en tecnologías que representan 1 Parte de este trabajo y en su primera versión se publicó como revista el año 1996, con el título de El software y el hardware de la tecnología andino-amazónica con apoyo de HISBOL y UNIR-UMSA. Sus planteamientos continúan vigentes y hoy se presenta un documento mejorado y aumentado. 15 la más alta expresión de la sabiduría andino-amazónica para manejar espacios geográficos heterogéneos. Estas infraestructuras productivas demuestran que las culturas ancestrales andino-amazónicas fueron capaces de reconocer su medio y adecuarse a él, asegurando una oferta estable de alimentos, manejando racional y adecuadamente los recursos naturales, la biodiversidad, el fraccionamiento y las fluctuaciones temporales y permanentes. En el ámbito productivo agrícola y pecuario, lograron perfeccionar el uso y manejo racional de la tierra, el agua y otros recursos, con el acceso a diversos pisos agroecológicos y el manejo de la biodiversidad; basta señalar que de los 103 ecosistemas existentes en el planeta, 84 están concentrados en el área andino-amazónica de Bolivia. Paralelamente se llegó a un exitoso aprovechamiento de los animales y las plantas mediante la domesticación y el fitomejoramiento. Para tener una idea de la eficiencia y sofisticación agrícola precolombina, el 40% de las plantas que consume la humanidad son producto de la ingeniería genética y de la biotecnología andino-amazónica. Todo lo anterior se sustentaba en una cosmovisión holística que involucraba diversos relacionamientos en un conjunto coherente y con una precisa sincronización especial y cronológica. Sin embargo, desde la conquista se ha sufrido intensos cambios y un mestizaje no sólo étnico, sino también cultural, que ha influido directamente en la desarticulación de la organización social, la forma de organizar la producción, y las tecnologías empleadas. Lo que actualmente se observa es un proceso gradual de pérdida de estos conocimientos y sólo un escaso número de prácticas y tecnologías ancestrales que progresivamente pierden su carácter integral. 16 1. El software de la Tecnología Andino-Amazónica El software de la tecnología andino-amazónica forma parte del pensamiento ancestral que está regido por una visión holística, donde todo en el universo tiene vida, por lo tanto, el espacio es considerado como un sistema vivo e inteligente, en contraposición a los postulados que rigen el pensamiento occidental que considera al espacio como algo solamente material. El software andino-amazónico está reflejado en el pensamiento seminal, que se traduce en que todo tiene su madre, por ello, para el hombre andino-amazónico, los fenómenos naturales aparecen, se desarrollan y desaparecen cuánticamente y no de acuerdo a las leyes inmutables de Newton. (Medina, J., 1995) El software de la tecnología andino-amazónica se sustenta en la cosmovisión ancestral que a su vez se expresa en mitos y rituales que son consubstanciales a la vida cotidiana de los pueblos andino-amazónicos y que son continuamente creados y recreados, desde hace milenios hasta la actualidad, como un modo social de vivir el mundo y sus aconteceres. A diferencia de la homogeneidad relativa de la geografía europea, que se refleja en el modo de pensar y actuar del poblador de estas latitudes, con un pensamiento y planificación lineal, condicionado por tiempos preestablecidos o “planificados”; el hombre andino-amazónico, en cambio, entendió su geografía como un espacio biodiverso, complejo y heterogéneo. En el mismo modeló su forma de actuar y pensar, con una noción de tiempo y espacio muy diferente al del hombre de occidente. Las culturas andino-amazónicas, en su desarrollo, generaron distintas estrategias de relacionamiento con su entorno ambiental, delineando los fundamentos de una visión eco-sistémica para el control, acceso y uso sostenible de los recursos naturales, logrando así una distribución equitativa de la riqueza, que permitió satisfacer las necesidades más sentidas de alimentación, vivienda, seguridad social y educación de todos sus pobladores. De los 103 ecosistemas que hay en el mundo, 84 están presentes en la zona andino-amazónica de Bolivia. Esto fue conocido y manejado por el poblador ancestral y la eficiencia y sofisticación de su agricultura se manifiesta en que el 17 40% de las plantas que consume la humanidad los produjo la ingeniería genética y la biotecnología prehispánica, así como la domesticación de la fauna andina y amazónica2. Es necesario tomar en cuenta esta realidad del país, sobre todo cuando se trata de apoyar y financiar proyectos de desarrollo, de transferencia de tecnología o aplicación de modelos de desarrollo, para mejorar las condiciones de vida del poblador rural del país. Gran parte de los fracasos de los “Programas de ayuda externa” en los últimos años, que sólo están dejando una secuela de “Arqueologías del desarrollo”, se debe a que no se asumió esta realidad del país, como un elemento básico para planear políticas y acciones de Desarrollo Rural (gráfico 1). 2 El aporte de plantas alimenticias al mundo, por parte de las culturas ancestrales andino-amazónicas, está conformado por una variedad de tubérculos, granos, raíces, hojas, plantas medicinales, frutos y semillas que, cultivados en diversos pisos ecológicos, les permitieron una soberanía y seguridad alimentaria. Después de la conquista, muchos de estos cultivos fueron llevados al continente europeo. En la zona altoandina y los valles interandinos se domesticó y cultivó papa (Solanum tuberosum), papalisa (Ullucus tuberosum), oca (Oxalis tuberosum), isaño (Tropaelum tuberosum), quinua (Chenopodium quinoa), kañawa (Crenopodium pallidicaule), tarwi (Lupinus mutabilis), achakana o raíz comestible de altura (Tuber edule), maca (Lepidium meyenii), achira (Bulvucastanum bunium), achojcha (Leonia glycicarpa), aji (Capsicum pubescens), ajipa (Helianthus tuberosus), zapallo (Cucúrbita máxima), calabaza (Lagenaria siceraria), frijol (Phaseolus vulgaris), jat´ataco (Amaranthus blitum), Koimi o millmi (Amaranthus caudadtus), tuna (Opuntia vulgaris), lujma (Cydonia nana), lok´osti (Passiflora maliformis), maíz (Zea mayz), pepino (Cucumus sativus), palto (Inga edulis), pacae (Persea gratissima), tomate (Lycopersicum esculentum), tumbo (Passiflora laurifolia), wakataya (Capraria peruviana). En los Yungas se cultivó amachi peke (Maranta allouya), maní (Arachis hypogaea), camote (Hipomoea batata), coca (Erythroxylum coca), cacao (Theobroma cacao L.), chirimoya (Anona cherimolia), papaya (Carica candins), piña (Ananassa sativa), racacha (Arracacha sculenta), wayaba (Psydium pomiferum), tomate de árbol (Cyphomandra betacea), walusa (Xanthosoma sagillifolia), yacón (Helianthus acuosus), yuca (Mandioca sp). (Cárdenas, M, Gandarillas H., Condarco R. 1984). En la fauna se tiene la llama (Auchenia lama), alpaca (Auchenia pacos), guanaco (Auchenia guanaco), vicuña (Auchenia vicuña), chinchilla (Eyromis manigera), vizcacha (Lagidium sp), pato (Sardionis carunculada), parihuana (Phoenicopterus andina), wallata (Bernicla melanoptera), suri (Pterochemis sp), peces como el ispi (Orestias agassizi), karachi (Orestias neveui), mauri (Trichomycterus rivulatus), suchi (Trichomycterus dispar) (Condarco R., 1970). 18 Gráfico 1: Heterogeneidad agroecológica de Bolivia y homogeneidad europea 1.1. Construcción del software Andino-Amazónico El software de la tecnología andina-amazónica se construyó en base a la lectura profunda de los signos de la naturaleza y del universo, a través de una lectura semiótica, que permitió al hombre andino-amazónico obtener la información necesaria para organizar la mano de obra, la vida familiar, cultural, social y política, puesta directamente al servicio de la producción. Asimismo, le permitió sincronizar las actividades productivas: agricultura, ganadería, piscicultura, artesanía y otras, articuladas e interconectadas en tiempo y espacio, de modo que, con la menor agresión posible a la naturaleza, obtenían el máximo de beneficios, sin hipotecar ni el uso sostenible de los recursos frágiles no renovables y dispersos, ni su producción, a los intereses del momento o mercantilistas. De lo anterior se desprende que el software de la tecnología andinoamazónica tiene que ser entendido como un conjunto de prácticas y tradiciones 19 culturales presentes en los rituales de la producción y desarrolladas para tratar, en un “diálogo recíproco”, con el ambiente físico y biológico, articuladas a un todo que no puede ser visto independientemente del sistema social del que formaba parte, en un momento y en un lugar determinado. El software de la tecnología andino-amazónica está presente y está latente en el ritual de la producción, que proporciona al hombre de un método contemplativo y cuántico de observación, que expresa y estimula la sensibilidad del hombre andino-amazónico hacia la dimensión mistérica de la existencia, de la fertilidad, de la vida y la muerte. El ritual de la producción le confiere al hombre andino-amazónico una confianza saludable para lograr el éxito en un trabajo arriesgado e inseguro, porque realiza sus actividades productivas en un ecosistema difícil y agreste. Sin este resorte espiritual hubiera sido difícil enfrentar el riesgo y la incertidumbre. El desarrollo de este software le permitió al hombre andino-amazónico: acumular conocimiento, sistematizar información, recordar experiencias, valorizar saberes, respetar la naturaleza, integrar el todo, enseñar a todos, aprender de todos y reproducir con todos, el conocimiento, la información y las habilidades técnicas, que finalmente derivó en una verdadera planificación andino-amazónica y en una estrategia agraria. Los juicios acerca de las técnicas en sí mismas, aisladas de su contexto estructural e histórico y por tanto aparentemente susceptibles de ser “rescatadas” y transferidas tal cual, provienen de una concepción de la tecnología sólo como algo material, sólo como un hardware, sea en forma de infraestructuras de sukakollu, canales de riego, herramientas, terrazas o taqanas, es decir, como algo básicamente tangible y material. El concepto de la tecnología andino-amazónica va más allá de esta visión demasiado estrecha, considera un software que incluye aspectos inmateriales como el conocimiento, la experiencia, el compromiso social, los rituales y la cosmovisión que, consecuentemente, articulan y dan la razón de ser a un hardware representando por las infraestructuras materiales como sukakollu, taqanas, q’ochas, campos elevados, sistemas de drenaje, qotañas y otras (gráfico 2). 20 Gráfico 2: El software y hardware de la Tecnología Andino-Amazónica 1.2. Rituales agropecuarios como expresión del software andino-amazónico Resulta complicado presentar un trabajo completo de la descripción, análisis e interpretación de todos los rituales que acompañan a las actividades del ciclo anual agrícola relacionadas con las tecnologías andinas y amazónicas. 21 Sólo referencialmente, con el propósito de contextualizar el software andinoamazónico, mencionaremos algunas cuestiones que incluyen ciertas constantes que se encuentran prácticamente en todos los rituales del mundo andinoamazónico; remarcándose que es en estos rituales agropecuarios, que en la actualidad todavía practican las comunidades andinas y amazónicas, donde subyace el software de la tecnología andina-amazónica. A mediados de febrero o inicios de marzo, los campesinos del altiplano boliviano ejecutan unos rituales sencillos en relación con la marcación de los límites de las nuevas parcelas y con la primera roturación de las aynuqas y de sus qapanas. Las comunidades de Sococoni y Timusí del municipio de Chuma cuentan con riego y realizan un ritual de inicio de la siembra. En el mes de mayo, la comunidad de Moyapampa juntamente con otras parcialidades del cantón Amarete, municipio de Charazani, realiza un ritual agrícola y ganadero en el cerro Isqani –para la salud de las personas, para que sea un año bueno en producción en sus qapanas y que haya armonía en las comunidades– mediante el pago de una cría de alpaca macho. En zonas de valle, en los meses de julio y agosto se lleva a cabo la celebración de la fiesta del agua con la limpieza de estanques o q’otas, y de los canales que posibilitan el riesgo en las taqanas, q’ochas, tarazukas, e inauguran la época de la siembra. La comunidad de Cohoni, a pesar de su cercanía con la sede de gobierno, realiza la fiesta del agua con la limpieza de canales y mantenimiento de su monumental sistema de riego, que se alimenta de los deshielos del nevado Illimani. La fiesta del agua se presenta como un complejo y muy elaborado ritual de ceremonias, que se viene celebrando, cuidadosamente, desde tiempos inmemoriales y constituye en cada celebración una nueva oportunidad para estrechar los vínculos que unen a los comunarios con sus divinidades y antepasados identificados en lugares sagrados. El mes de agosto es considerado como el mes crucial del año, marca el paso del invierno a la primavera. Es el mes en que todos los campesinos están atentos a las señales de la naturaleza para establecer sus pronósticos que orienten el momento más apropiado para empezar la siembra y, a la vez, predecir el resultado de la cosecha de próximo año. Para ello se presentan ofrendas a la 22 Pachamama, a los achachilas y a los espíritus de los productos, para conseguir benevolencia y bendición para una buena cosecha. Las comunidades del municipio de Tiahuanaco se guían por las nubes presentes los primeros tres días del mes para programar sus siembras. En algunas comunidades, como es el caso de Huaraco (comunidad de la provincia Aroma, departamento de La Paz, en el altiplano central de Bolivia), nombran a un kamanaca que, durante el periodo del crecimiento de los cultivos en las taqanas, aynoqas, sukakollu, tendrá la responsabilidad de vigilar las parcelas. Esta persona, ayudada por otros comunarios jóvenes, construye un pequeño montículo en el centro de las parcelas. Allí presenta regularmente ofrendas a los espíritus para que protejan a las plantas y mantengan alejadas de las parcelas, las granizadas y heladas que pueden destruir las plantas tiernas. El mes de octubre está relacionado con los difuntos, probablemente se debe a que es uno de los meses más secos del año por lo que se establece una asociación entre sequía y los huesos secos de los muertos. A los difuntos se les pide también colaborar en la protección de las plantas y en su crecimiento, ellos disfrutan después de los buenos resultados de la cosecha, y es en la fiesta de los difuntos (2 de noviembre) donde se les retribuye con abundante comida. A fines de noviembre se presenta nuevamente un momento crucial del año agrícola, ansiosamente se esperan las lluvias necesarias para fructificar las siembras. Los campesinos ejecutan ritos para obtener lluvias y tener a su favor al espíritu de los granizos. (Van Den Berg, 1987) En muchas comunidades se conserva la costumbre de mantener algunos días de ayuno durante el mes de diciembre. En la madrugada, los comunarios se reúnen, piden perdón por sus pecados, rezan pidiendo que no haya helada ni granizada y que haya buena cosecha. Ofrendan una wilancha (un sacrificio sangriento), un feto generalmente de llama en el centro de las parcelas y el ofrecimiento de una misa (ofrenda dulce). En el mes de enero se intensifican los ritos para conjurar las heladas que suelen presentarse, al mismo tiempo, los campesinos presentan sencillas ofrendas a los espíritus de los productos, antes de ejecutar los aporques. 23 El mes de febrero, a menudo llamado el mes loco, en razón de las precipitaciones pluviales intensas, determina ofrendas que se presentan a la Pachamama, por el alimento que ofrece a las plantas en crecimiento. Mediante estas ofrendas también se llama a los espíritus de las parcelas, llevando a sus casas algunas plantas para festejarlas. Esta tradición se mantiene en la comunidad de Chacarapi. En algunas zonas de Potosí todavía se ajusta esta época a las llamadas batallas rituales; la sangre derramada por los combatientes es considerada como el mejor abono que puede recibir la tierra. Al final de la época de lluvias el peligro de la caída de granizadas es mayor y es por eso que se realizan ritos para apaciguar al espíritu del granizo. La cosecha es celebrada entre mayo y junio, como una fiesta de agradecimiento que se caracteriza por manifestaciones de alegría, mediante libaciones sobre los productos cosechados y mediante danzas antiguas. El mes de julio es aquel en que más celebraciones de matrimonio se realizan, posiblemente porque tiene relación con las cosechas y por ser la época cuando el campesino tiene mayores posibilidades de costear una fiesta. A menudo en está época del año se construyen las nuevas viviendas (Van Den Berg, 1987). En la amazonia se cita el caso de la comunidad de San José de Uchupiamonas, “descubierta” por los conquistadores españoles hace 390 años y habitada por el pueblo indígena amazónico sipiramonas al que los conquistadores sumaron pobladores quechuas, trasladadas desde Apolobamba, dando como resultado la mezcla entre tacanas y quechuas. Sus rituales, costumbres e idioma permanecieron con el tiempo, utilizándose el quechua en sus relaciones de intercambio o trueque y el tacana como lengua de comunicación interna. Francisco Navi, sabio quechua-tacana manifiesta que… “Vivimos en la selva, comemos, nos curamos y nos vestimos con lo que la selva nos da, sabemos que los árboles, las plantas y los animales que hay en ella, están poseídos por seres sobrenaturales que pueden castigarnos…” (Mamani y Limaco, 2006). 24 1.3. Destinatarios de los rituales agropecuarios Los destinatarios de los rituales agrícolas son, en primer lugar, los espíritus protectores del hogar, del corral, de la casa, del terreno y del bosque, a los que se les llama generalmente uywiris. Se distinguen entre uywiri mallku, espíritu protector masculino, y uywiri tayka, espíritu protector femenino. Se habla también de los achachilanaka, los achachilas de la casa. Entre ellos se destaca al kunturmamani, identificado a veces con el fogón de la cocina y que se personifica con el cóndor; ave majestuosa de los Andes que, con sus enormes alas extendidas, vela por la seguridad del hogar. En el espacio ritual de las parcelas está en primer lugar la Pachamama, Madre Tierra, deidad femenina que es considerada como la más importante, por ser la sustentadora de la vida, y por eso es invocada en todo los ritos: “Tierra, mi verdadera madre, tu hijo soy y, como a tal, concédeme buenos y abundantes frutos; haz que tu seno sea pródigo esta vez más y recompense los trabajos y desvelos de quien sólo fía en tu inagotable fecundidad” (Paredes, 1920). La Pachamama está casada con Anata, el protagonista de la gran celebración de la precosecha, el padre de las parcelas, que una vez por año se presenta para recibir su parte de la cosecha. Los hijos espirituales de la Pachamama (y de Anata) son los ispallanaka, espíritus que velan por las parcelas, son como los espíritus de los productos agrícolas. Cada producto agrícola, cada árbol o animal del bosque tienen su propio espíritu. Ellos son los que tienen que ver con la mayor o menor producción de cada una de las especies de los producto. Por último, está el manq’a tatita, el señorcito del alimento, el espíritu vital o el alma de cada producto, íntimamente relacionado con los ispallanka: “… Muchos manifiestan que cuando no se ofrece ningún rito a los espíritus de los productos o que se desprecia a los mismos ya sea desperdiciándolos o no recogiéndolos, cuando éstos se encuentren botados por algún sitio y pisoteados por la misma gente que se alimenta de los productos, entonces Man’qa tiene que reaccionar contra esos malos tratamientos y actúa con los espíritus…”. 25 Los destinatarios de los ritos son también los anchanchus, espíritus de la tierra de carácter maligno, que pueden hacer daño a los cultivos. Por eso, el campesino siempre tratará de estar en buena relación con ellos, ofreciéndoles también obsequios y reconociéndolos en sus oraciones. Otro ritual está completamente dominado por los achachilas, los espíritus de los cerros y de las montañas, a quienes se invoca igualmente en todos los rituales. Ellos controlan el tiempo, los vientos, las nubes, las lluvias y las granizadas. Velan por el bienestar de los hogares y colaboran con la Pachamama y con los espíritus de los productos para que no haya escasez, sino que siempre lleguen los alimentos a ellos (Ochoa, 1976). 1.4. Planificación sistemática andino-amazónica La agricultura andina y amazónica siempre estuvo condicionada por el problema del riesgo ambiental. Se desarrolló en un espacio geográfico contrastante, caracterizado por su diversidad ecoclimática, heterogeneidad de paisajes, con la alternancia de años secos y muy húmedos, con la ocurrencia de heladas, granizadas, plagas, enfermedades, en las tierras altas, e inundaciones y sequías en las tierras bajas. Esta realidad obligó a las culturas andinas y amazónicas a desarrollar un software y un hardware y a una planificación agraria espacial y temporal para el manejo de sistemas altamente complejos, desarrollando un sistema tecnológico andino-amazónico para el manejo del riesgo. Los planificadores andinos y amazónicos desarrollaron conocimientos que están directamente relacionados con el uso de planteamientos cibernéticos que les permitieron la creación e implementación de una estructura agraria autosuficiente y viable. En este contexto, la cibernética3 les facilitó la construcción de un modelo de respuesta a los retos del riesgo climático, que incluyen múltiples y variados sistemas tecnológicos como las taqanas, quillas, sukakollu, tarasukas, q’ochas, 3 La cibernética es la ciencia que estudia el manejo y control de los sistemas probabilísticas complejos. 26 qotañas, campos elevados, sistemas de drenaje y otros, articulados a la programación de los ciclos agrícolas y a la estructura de un sistema astronómico, lo que les permitió contar con mayores opciones para enfrentar el riesgo (gráfico 3). Gráfico 3: Planificación sistémica andino-amazónica 27 1.4.1. Relaciones de reciprocidad y acceso a los recursos naturales La planificación andino-amazónica permitió establecer relaciones de reciprocidad con la naturaleza, con un acceso espacial y temporal a los recursos naturales. Las sociedades prehispánicas andino-amazónicas desarrollaron varios sistemas de acceso simultáneo a la biodiversidad estableciéndose, de esta manera, uno de los sistemas de seguridad alimentaria y social más eficientes de la antigüedad. Sus estrategias fundamentales de acceso a los recursos naturales y las relaciones de reciprocidad con la naturaleza, se basaron en el acceso vertical, el acceso horizontal (Murra, 1970; Condarco, 1970; Medina, 1995) y el acceso transversal a la biodiversidad (Chilon, 1996). El acceso vertical Se refiere al acceso a distintos pisos agroecológicos para lograr un máximo de beneficios sin agresión a la naturaleza. El acceso vertical permitía la utilización y aprovechamiento de los recursos de lugares de poca accesibilidad con pendientes pronunciadas, a zonas medias y bajas en forma simultánea. Este acceso vertical de los pisos agroecológicos les permitió aprovechar simultáneamente sus ventajas relativas. Un ejemplo del acceso vertical todavía subyace en la comunidad de Coscapa, perteneciente a la agencia municipal rural de Zongo, de la Alcaldía de La Paz, provincia Murillo, departamento de La Paz. Esta comunidad se caracteriza por presentar una fuerte tradición ancestral, evidenciada en el acceso a sus pisos ecológicos, conocimiento que se ha preservado en la memoria colectiva y mediante el cual definen los tipos de cultivos y de animales que se tienen que producir en cada ecosistema, lo que les da cierto margen de seguridad alimentaria –cualidad que ya han perdido muchas comunidades andinas y amazónicas (Chilon, 1996). Sin embargo, el sistema está en franco proceso de deterioro por la constante migración a la urbe de La Paz, los problemas fitosanitarios y de sanidad animal, 28 la falta de servicios e infraestructura caminera, que a los productores no les permite insertarse de modo más dinámico a los mercados de La Paz y El Alto. Los agricultores de Coscapa son muy activos en tareas de seleccionar y adaptar cultivos y animales a distintos pisos ecológicos especializados. A pesar de las dificultades actuales, todavía mantienen una fuerte herencia cultural para la adecuación, experimentación, aprendizaje y observación de las condiciones geográficas y ambientales que favorecen a distintos cultivos y animales. Esta habilidad les permite diversificar su autoabastecimiento, aprovechando al máximo todos los ecosistemas ecológicos disponibles para buscar la mejor producción en cada uno de ellos. De modo general se reconocen tres ecosistemas, cada uno de los cuales se subdivide en varios sub-ecosistemas, que son utilizados de modo simultáneo por los comunarios de Coscapa; observándose que en cada uno de ellos se cuenta con abundante dotación de agua. Se reconocen los siguientes ecosistemas: • Parte alta o punta altiplánica. Es un ecosistema propicio para el cultivo de papa amarga y en estos últimos años también de papa dulce, y la crianza de camélidos y ovinos. la agricultura se realiza en sistema de aynuqa4 y en taqanas o terrazas agrícolas de origen precolombino. Es apropiada para la crianza de camélidos andinos y por su ubicación en el contrafuerte de la cordillera oriental de los Andes, cuenta con humedad permanente. En este piso ecológico, todas las familias campesinas tienen acceso a las áreas de pastoreo y a los terrenos agrícolas. • Parte media o cabecera de valle. Esta zona presenta características favorables para el cultivo de papa dulce, variedades sani imilla, tarako, imilla negra y otras. Precisamente por las características de este piso ecológico, especialmente en clima y suelo, Coscapa es una comunidad productora de semilla de papa. Su producción la realizan en sistema de terrazas agrícolas precolombinas y en sistema de aynuqa. También realizan actividades ganaderas, especialmente de 4 Aynuqa, sistema ancestral de rotación tiempo espacio, formado por varias zonas, en la que una se cultiva durante cierto número de años, mientras las otras zonas permanecen en descanso recuperando su fertilidad natural. 29 vacunos, ovinos, presentando una población muy significativa de camélidos, especialmente de llamas, que son utilizadas como animales de carga y como fuente de fibra, carne y cuero. Todos los comunarios tienen acceso a la tierra de este sector. • Parte baja o de yungas. En este piso ecológico con características de clima y suelo de yungas subtropical amazónico, se cultiva maíz duro, maíz choclo, locotos, racacha, walusa y otros cultivos tropicales. Es propicio, además, para la ganadería de vacunos de leche y de carne. Sin embargo, los problemas fitosanitarios y de sanidad animal afectan la producción actual (gráfico 4). Gráfico 4: Acceso vertical a los diversos ecosistemas en la comunidad Coscapa, La Paz 30 El acceso horizontal El acceso horizontal está expresado en el acceso racional y ordenado a los paisajes, suelos, forestación y otros recursos en zonas relativamente homogéneas del altiplano, valles y amazonía con diferentes microclimas a cortas y medianas distancias. Esto permitía establecer una relación de horizontalidad de trabajo en planos geográficos imaginarios, con el acceso a diversos microclimas; que posibilitaba a los pobladores ancestrales acceder racionalmente a los recursos naturales, aprovechando la biodiversidad para minimizar los riesgos climáticos. Un ejemplo del acceso horizontal lo constituye la agricultura en qochas (quechua) o q’otas (aymara), que a modo de grandes hoyos con cierta conexión entre sí, sirvieron para acumular el agua de lluvia posibilitando realizar agricultura, pastoreo o servir como fuentes de agua para consumo humano o abrevadero de animales. Se reporta su presencia en la península de Copacabana, y en las inmediaciones de Calamarca y en Choquenaira en Irpa Grande. El acceso horizontal estuvo caracterizado por los llamados sistemas de descanso o aynuqa, en las que los terrenos son cultivados por un número determinado de años para luego permanecer sin uso por otro período de años, garantizándose la recuperación de su fertilidad natural. Así mismo, se consideraba una serie de combinaciones y prácticas para la restitución de la fertilidad de la tierra, del sistema de cultivo que determinaba el tipo de instrumental agrícola adecuado. Indudablemente, estas combinaciones también se extendían a las otras formas de acceso a la biodiversidad. El acceso transversal El acceso transversal se entiende como una forma de acceso a los recursos hídricos, mediante sistemas hidráulicos complejos y complementarios. Esta transversalidad se manifiesta en el recorrido de las aguas desde sus orígenes en las cordilleras y nevados ubicados en altitudes superiores a los 6.000 msnm hasta las tierras bajas en altitudes menores a los 500 msnm y su desembocadura en los grandes ríos y océanos. 31 El agua, en su recorrido desde las cumbres nevadas hasta su desembocadura en los grandes ríos y mares, generó una integración hidráulica entre comunidades andinas y amazónicas. En este recorrido transversal se va distribuyendo el agua y regando todos los pisos ecológicos, desde los pastizales alto andinos hasta los cultivos de las tierras bajas amazónicas; de este modo los pueblos y la geografía son integrados en una misma unidad (gráfico 5). Gráfico 5: Representación del acceso a los pisos ecológicos 2. El hardware de la tecnología andino-amazónica La planificación sistémica andino–amazónica integra la totalidad del conocimiento o software, que es la razón de ser de la infraestructura material o hardware, que en conjunto permiten la transformación agropecuaria y el acceso a los recursos naturales como un proceso de integración y asimilación de la naturaleza. En la cosmovisión andina y amazónica coexisten el bien y el mal, todo tiene su hembra y su macho, Cachu y Orco, lo que indica que no hay macho o hembra independientemente; y sus vivencias están dentro de la trilogía Alax pacha-aqa pacha-manqha pacha, buscando una manera armónica de vivir con todo lo que los rodea. 32 El hardware de las tecnologías andino-amazónicas se refiere a la parte material de las mismas expresadas en las infraestructuras físicas tales como los sukakollu, las taqanas, la q’ochas o q’otas, tarazukas, q’otañas, campos elevados, sistemas de drenaje y otras, que funcionan exteriorizando tres principios físicos fundamentales: la regulación térmica, la humedad relativa y la turbulencia y el flujo continuo de agua y nutrientes del suelo. Con la finalidad de profundizar el estudio de estos principios básicos de funcionamiento de las infraestructuras productivas andino-amazónicas, se están llevando a cabo trabajos de investigación utilizando técnicas de análisis armónico, en el marco de las actividades del Centro de Investigación y Difusión de Alternativas Tecnológicas Andino-Amazónicas (CIDAT). Se cuenta con resultados de estudios de investigación y de tesis en taqanas y sukakollu, realizados en zonas altiplánicas de Kallutaca, Caquiaviri y Koani-pampa, también el estudio de Terrazas agrícolas precolombinas en Cohoni, comunidad Yanacachi de la Tercera Sección de Sud Yungas. 2.1. Parámetros físicos de funcionamiento de las tecnologías andino-amazónicas 2.1.1. Principio de la regulación térmica Consiste en la acumulación, almacenamiento y conservación del calor del sol durante el día en la infraestructura de piedra y/o tierra, en la humedad y la materia orgánica presente en el suelo. Durante la noche, el calor del sol almacenado y conservado en las rocas, el agua y el humus orgánico del suelo, es irradiado lentamente, produciendo un efecto termorregulador microclimático apropiado, que protege los cultivos de las heladas e incide directamente sobre la dinámica de los microorganismos del suelo (Vant Kesell, 1999). Este principio ha sido verificado en campo, por Chilon, E. Vera, G, Mamani, S. (2008), encontrando un mayor efecto termorregulador del suelo agrícola de la terraza, determinado por sus componentes humus, la actividad biológica y el contenido de humedad, en relación al efecto del muro de piedra. 33 Huanca, R. (1996) en un estudio realizado en la localidad de Kallutaca, –provincia Los Andes, departamento de La Paz–, a una altitud de 3.850 msnm, estableció que la radiación global, respecto a la radiación neta en los sukakollu del Altiplano, tiene la particularidad de mostrar durante la noche un comportamiento variable en relación a la pampa, considerándose que éste es el factor de atenuación de las heladas, cuando las temperaturas descienden por debajo de cero grados centígrados. Asimismo se determinó que la variación de la temperatura a alturas de 10, 50 y 80 centímetros sobre los cultivos de los sukakollu, presenta diferencias de alrededor de un grado centígrado y menores a un grado entre sistemas, observándose también el descenso de los promedios conforme se incrementa la altura, con una amplitud térmica mucho mayor en la pampa. De esta manera se comprueba la regulación térmica en los sukakollu. Por otro lado, las temperaturas diarias mostraron valores interesantes y caprichosos, con valores máximos a nivel del canal de agua de los sukakollu. Las temperaturas mínimas registradas confirmaron las diferencias encontradas por otros investigadores, entre los sukakollu y la pampa: la diferencia está alrededor de un grado centígrado, demostrándose que a mayor profundidad (10, 15 y 30 cm dentro del suelo) la variación es menor (0.07º C), pero la temperatura del agua muestra un comportamiento uniforme sin sufrir fluctuaciones marcadas. Mamani, B. (1996), reportó que el flujo térmico en una sola condición o de testigo, presenta variabilidad, observándose una disminución drástica de la humedad relativa cuando la temperatura alcanzó su máximo valor; las oscilaciones del flujo térmico durante el día son consecuencia de la absorción de la energía solar por la humedad atmosférica. El análisis armónico del flujo térmico presentó un valor promedio de 30.06 w/m2 y un máximo de 120.8 w/m2 a horas 12:30 con una amplitud de 49.5 w/m2. Este comportamiento de las amplitudes es menor en los sukakollu que en la pampa. Fernández, C. (1994) en un estudio realizado en el cantón Caquiaviri de la provincia Pacajes, observó que entre tratamientos de diferentes alturas de 34 tirantes de agua en los canales de los sukakollu en comparación a la pampa, existe una diferencia de temperatura máxima promedio de 0.5º C, con algunas variaciones diarias de más de 1º C entre la pampa y los sukakollu. Durán, A. (1992) encontró diferencias mínimas entre las temperaturas de los sukakollu y la pampa de sólo 0.3º C en la misma región de Caquiaviri. Estas diferencias aparentemente mínimas, favorecen a los cultivos frente a los drásticos descensos de las temperaturas. Martinic, N (1996) introdujo el análisis armónico como una técnica estadística computarizada para facilitar el estudio termodinámico de los sukakollu. Señalando que el calor producido por los camellones tiende a difundirse a lo largo de la atmósfera y que el coeficiente de difusión del aire en el Altiplano sólo se puede estimar debido a la densidad del aire a la altura andina. El modelo de estudio introducido a los sukakollu verifica que las soluciones dejan de ser simples, con la posibilidad de que los coeficientes de atenuación efectivos sean de gran magnitud. 2.1.2. Principio de la humedad relativa y la turbulencia Este principio ocurre cuando las heladas que se originan por el enfriamiento de la capa de aire próxima al suelo, se mezclan y son contrarrestadas por el calor y la humedad relativa irradiados desde las infraestructuras andino-amazónicas por sus componentes piedra, suelo y agua. El rol del suelo es importante y está relacionado con su contenido de humus5, la actividad de los microorganismos y su contenido de humedad, acumulando el calor durante el día e irradiándolo lentamente por la noche, lo contrario ocurre en suelos pobres en humus y secos, que se enfrían rápidamente. 5 El humus presente en el suelo está relacionado con la actividad de los microorganismos responsables de la transformación, síntesis y resíntesis, de la materia orgánica, del intercambio gaseoso, del uso y almacenamiento del agua y de la acumulación e irradiación del calor. Un gramo de suelo agrícola contiene de 50 a 100 millones de microorganismos, por lo tanto la dinámica de la regulación térmica, humedad relativa y el flujo continuo de agua y nutrientes de las infraestructuras precolombinas, depende mayormente de las características del suelo. 35 Resulta de particular importancia el proceso termodinámico relacionado con la humedad relativa, que se incrementa en las horas criticas; fenómeno que es determinante en la protección de las plantas contra la heladas. Huanca, R (1996) verificó que la humedad relativa es el parámetro agroclimático con mayor diferencia entre los sukakollu y la pampa, mostrándose una diferencia de 10% a favor del sistema sukakollu, comprobándose que éste es el factor más importante en la atenuación del efecto pernicioso de las heladas. Sobre la difusión del calor existe una diferencia marcada del coeficiente de atenuación de los sukakollu con respecto a la pampa; la diferencia de atenuación en la pampa es de 6 m, pero en los sukakollu es de 16 m. En consecuencia, se comprueba que existe una atenuación térmica tres veces mayor en los sukakollu en relación a la pampa; demostrándose que existe una capa de aire húmedo más espesa y con mayor capacidad térmica sobre los sukakollu que sobre la pampa. Esta capa de aire húmedo no tiene una estructura lineal, sino que es exponencial y el funcionamiento apropiado de los sukakollu se debe a la posibilidad que la humedad relativa cubra toda la superficie cubierta por estas infraestructuras. Huanca, R. y Mamani, B. (1996), utilizando el análisis armónico, comprobaron que los coeficientes de atenuación son y = 3 m, y =5 m para la pampa y sobre los sukakollu respectivamente. Lo que involucra, de acuerdo al modelo de difusión térmica, que el calor sensible tiende a permanecer adyacente a la superficie del cultivo. Estas observaciones verifican el fenómeno de la turbulencia, provocada por la mezcla del aire frío de la atmósfera con el aire caliente adyacente a la superficie de los sukakollu. Este comportamiento es similar y también ocurre en las terrazas agrícolas precolombinas o taqanas. 2.1.3. Principio del flujo continuo del agua y nutrientes El agua y los nutrientes disueltos imparten la dinámica operacional al sistema suelo-agua-planta-atmósfera, incidiendo directamente en los ciclos vegetativos, 36 microbiológicos, de nutrientes, y en la recuperación de la fertilidad natural del suelo. Esto ocurre porque el agua que llega al suelo se divide en cuatro partes: el agua que corre, el agua que se infiltra, el agua que se evapora y el agua que es utilizada por las plantas. El agua que corre en la superficie por acción de las infraestructuras andinas y amazónicas queda estacionaria favoreciendo su infiltración, además este proceso lleva las partículas finas o coloides arcillosos en forma lenta y gradual hacia las partes bajas por eluviación mecánica. Lo mismo ocurre con los nutrientes que no son utilizados por las plantas, dejando en la superficie un suelo de textura media que favorece una pronta infiltración que en asociación con el humus reduce al mínimo la pérdidas por evaporación. Por otro lado, los nutrientes eluviados son nuevamente transportados hacia las raíces por capilaridad, flujo de masas o difusión. Los nutrientes extraídos por las plantas son reincorporados al suelo como rastrojos o restos de cosechas y como enmiendas orgánicas en la forma de abono verde, compost, estiércol, restituyéndose el ciclo natural de entradas y salidas de los nutrientes. En los sukakollu ocurre un movimiento ascendente, descendente y lateral del agua desde los sukahumas (canales) a los camellones por difusión, flujo de masas y capilaridad y los nutrientes que son lixiviados a los canales de agua llegan a formar parte de la biomasa vegetal que en gran volumen se genera en el agua, para luego ser incorporados a los camellones como abono orgánico. Fernández, C. (1994), instaló diques–vertedero de tepes y tierra, en los canales de agua de los sukakollu, para estudiar el efecto de la altura de tres tirantes de agua, T1 = tirante de agua de 65 cm de altura, T2 = tirante de agua de 50 cm T3 = tirante de agua de 35 cm de altura; encontrando diferencias estadísticas entre tratamiento T1 y T2, sobre todo, en el contenido de humedad del suelo, tanto en el centro como en el borde de los camellones. El potencial hidráulico indicó un movimiento ascendente, descendente y lateral del agua que benefició a los cultivos, especialmente el tirante de agua de 50 cm de alto. Chilon E. (1994), en un estudio preliminar de análisis de agua que ingresa al sistema suskakollu de Koani – Pampa, en relación al agua que sale por el canal de evacuación del sistema, observó que la calidad de agua calificada como buena al ingresar al sistema , mantenía su calidad a la salida de los sukakollu. 37 Esta observación no guarda relación con lo reportado por otros investigadores quienes sostienen que las aguas de evacuación de los sukakollu son de mala calidad, por la alta concentración de sales que arrastran a su paso. La razón de la buena calidad de agua al ingreso y a la salida del sistema Koani–Pampa se debería a que en el complejo de sukakollu, de origen precolombino, se ha logrado un equilibrio en el balance de nutrientes. Otra explicación sería que el análisis que se realizó al final de la temporada de lluvias. Mamani, B. (1996), comprobó la influencia benéfica de la materia orgánica en las propiedades físico–químicas y biológicas del suelo de los sukakollu, sobre todo, en la densidad aparente, la porosidad y la capacidad de retención de agua. Así mismo observó que la conductividad y la acidez del suelo aumentan en el suelo de los sukakollu antes de la siembra en la relación a la pampa, pero disminuye en forma notable después de las cosechas. Los rendimientos obtenidos en los sukakollu, con la dosis alta de materia orgánica (1.5 kg de estiércol/m2) se cosechó 16.5 Tm/ha, con la dosis media equivale a 1 kg estiércol/m2 se obtuvo 9.85 Tm/ha y con la dosis baja (0.5 kg estiércol/m2) un rendimiento de 5.40 Tm/ha y en el testigo sólo 4.95 Tm/ha de papa. Chilon E. (1991), en una investigación realizada en sistema de aynuqa, en condiciones de secano en la comunidad de Huaraco, provincia Aroma, departamento de La Paz, aplicando en banda continua y al fondo del surco estiércol de oveja (1,012% N, 30,42% C), estiércol de llama (1,3% N, 24,5%C) y ambos abonos en mezcla con paja brava (Stipia ichu), con el propósito de evaluar su efecto sobre la capacidad retentiva de humedad del suelo, sobre la estructura, porosidad y el rendimiento del cultivo de papa. Los resultados de la primera campaña mostraron una marcada influencia benéfica sobre las propiedades físicas del suelo y sobre el rendimiento del cultivo. El estiércol de llama más paja, en una dosis equivalente a 100 kg N/ha, dio el más alto rendimiento con 8.4 Tm/ha, explicado por la riqueza de compuestos hormonales y bacterias de este abono, así como a su tratamiento de prehumificación antes de la siembra. En segundo lugar, el estiércol de llama produjo 7.8 Tm/ha; en tercer lugar el estiércol de oveja más paja con 7.6 Tm/ha, y en cuarto 38 lugar el estiércol de oveja que arrojó 6.1 Tm/ha. Los cuatro tratamientos superaron al testigo, verificándose el efecto del humus proveniente de los abonos orgánicos, como una fuente y reserva de nutrientes para las plantas, y su efecto benéfico sobre las propiedades físicas, químicas y principalmente biológicas del suelo. Gráfico 6: El hardware de la tecnología andino-amazónica: los sukakollu 39 2.2. Tecnologías ancestrales para la reducción del riesgo de los fenómenos climáticos La tecnología andino-amazónica está constituida por un conjunto de alternativas tecnológicas, desarrolladas para enfrentar los retos del riesgo climático. Estos múltiples y variados sistemas tecnológicos estuvieron asociados al manejo y conservación del agua, los suelos y la vegetación, de acuerdo a las características ecosistémicas de una determinada zona (cuadro 1). 2.2.1. Tecnologías que permiten ampliar y fomentar la utilización de técnicas que reducen el riesgo climático en las tierras altas Las tierras altas de Bolivia, que incluyen al altiplano norte, central y sur, los valles secos y el chaco, presentan una larga temporada seca que se extiende por casi nueve meses y un corto periodo de lluvias. Las culturas precolombinas que se desarrollaron en estas zonas fueron civilizaciones hidráulicas, que desarrollaron una cultura para contrarrestar la escasez de agua. Las alternativas tecnológicas generadas con esta finalidad se ordenan en los siguientes grupos. a) Tecnologías de cosecha de aguas La cosecha de lluvias permite el aprovechamiento óptimo del agua de lluvias, en períodos relativamente cortos, mediante tecnologías de captación en reservorios rurales o q´otañas, zanjas de infiltración, riego de pasturas naturales y otras tecnologías, con la finalidad de transformar cada gota de agua en gramos de comida y forraje. - Las q’otañas. Son reservorios construidos en el área de recolección de agua de las microcuencas, con la finalidad de “cosechar” el agua de las precipitaciones, para utilizarlas racionalmente en el riego, como abrevaderos y para uso doméstico. Las comunidades aymaras las denominan q´otañas, y son mayormente presas de tierra, que se extienden formando un sistema de espejos de agua que 40 permitían regular térmicamente zonas en pendientes y realizar el riego en zonas alejadas. En algunas comunidades, el propósito principal de construir reservorios es contar con agua para la familia y el ganado durante gran parte del año; su uso es colectivo con lo que se reduce el gasto de energía y el maltrato de los animales, por el traslado desde grandes distancias. - Técnicas forestales de conservación y reproducción de bosques. Consistentes en la reforestación en zanjas de infiltración, como una de las formas más eficientes de cosechar y almacenar el agua en el suelo. Las zanjas de infiltración construidas en curvas a nivel permitían la intercepción del agua de escorrentía, facilitando su infiltración y almacenamiento en el suelo. La práctica de la forestación, reforestación y recuperación de bosques y especies nativas forestales, caso de la kishuara (Buddleja incana), queñua (Polylepis sp), aliso (Alnus jorullensis), y otras, se daba de modo permanente. Relictos de los grandes bosques de kishuara es posible admirar a la entrada de Tacacoma, municipio del mismo nombre en la provincia Larecaja. Esta tecnología puesta en vigencia en la comunidad de Huaraco, en el altiplano central, ha permitido la recuperación y reforestación de 3 hectáreas de suelos sobrepastoreados de laderas. En el primer año de implementación de las zanjas de infiltración se posibilitó la recuperación del 40%, de la cobertura vegetal natural, llegando al 80% al tercer año, así como el prendimiento de numerosas especies forestales nativas y exóticas, plantadas dentro de las zanjas de infiltración (Chilon, E., 1991). El Programa del PAC, con sede en Patacamaya, realizó un trabajo de difusión de zanjas de infiltración, en varias comunidades del altiplano, con la metodología de premiación a la mayor y mejor construcción comunal; se estima que se alcanzó en conjunto un millón de metros lineales de zanjas de infiltración (Aranda, B., 1993). 41 Cuadro 1: SISTEMA ANCESTRAL ANDINO-AMAZONICO Y CHAQUEÑO DE REDUCCION DE RIESGOS DEL CAMBIO CLIMATICO TIERRAS ALTAS Y TIERRAS SEMIARIDAS TIERRAS BAJAS Altiplano norte/central/sur, valles interandinos Valles secos, valles mesotérmicos y chaco Llanura tropical amazónica, Moxos, Cuenca baja ríos Yapacani, Beni, Sub-trópico húmedo, otros Período lluvias CIVILIZACION HIDRAULICA PARA CONTRARRESTAR LA ESCASEZ DE AGUA Período Inundaciones temporales seco Lagunas CIVILIZACION HIDRAULICA PARA CONTRARRESTAR EL EXCESO DE AGUA Largo período seco a) Cosecha de aguas 1. Q´otañas (reservorios) 2. Zanjas de infiltración 3. Forestación y reforestación, conservación y reproducción de bosques 4. Sistemas agrosilvopastoriles 5. Técnicas agrostológicas y de control del pastoreo 6. Manejo de suelos 7. Control de cuencas y microcuencas b) Sistemas Complejos andinos 8. Terrazas agrícolas, taqanas y chullpa tirquis 9. Sukakollu o camellones 10. Tarasukas a) Sistema terraplenes hidráulico de lomas b) Sistema de drenaje a gran escala c) Lagunas artificiales d) Islas artificiales e) Canales y diques f) Manejo adecuado de bosques g) Asentamientos en partes altas h) Clasificación amazónica de suelos y 11. Campos hundidos 12. Q´ochas y q´otas c) Riego ancestral d) Indicadores y pronósticos climáticos e) Clasificación ancestral de suelos Técnicas agronómicas: aynuqa, qapana, milli, lameo, corrales itinerantes, surcos en curvas a nivel, rotación y asociación de cultivos, labranzas adecuadas, herramientas conservacionistas chaqkitaclla, huiso, enmiendas y correctores del suelo, abonamiento orgánico (ccompost, bocashi, estiércol fermentado, abono verde) uso del mulch, otras. Manejo de la biodiversidad y la complejidad: diversificación de las actividades productivas, deshidratación de alimentos, almacenamiento y conservación de alimentos, domesticación y mejoramiento de fauna y flora. Otras tecnologías: Instrumentos de nivelación prehispánicos. FUENTE: Chilon E. 2002 42 - Sistemas agrosilvopastoriles. Son sistemas que combinaban racionalmente actividades de agricultura, silvicultura y pastoreo en un ciclo de extracción y reposición continua de nutrientes. El sistema en sí permite la obtención de cultivos alimenticios, carne, lana, leña y madera de modo simultáneo o gradual. Todavía es posible observar la práctica de estos sistemas, o por lo menos parte de ella en las comunidades de Sorata, Amarete y Charazani. - Técnicas agrostológicas y de control del pastoreo. Consistente en el manejo, establecimiento y recuperación de los pastizales nativos, riesgo de bofedales, técnicas especializadas del pastoreo de camélidos, con el uso de corrales itinerantes, apriscos, descanso y rotación de canapas, parcelas de exclusión para favorecer el semillamiento de pasturas nativas y la recuperación natural de la vegetación. El altiplano boliviano es “potencialmente uno de los terrenos de pastos más rico y productivo del mundo, tanto más que la mejor pradera natural de los Estados Unidos”. Un campo natural de pastoreo (Canapa) en Santiago de Machaca, que fue protegido contra el sobrepastoreo con parcelas de exclusión, resultó producir 6.660 kg de forraje por hectárea, más que cualquier pradera norteamericana. Así mismo, cuando el terreno sobrepastoreado se recuperó, las especies de mal sabor fueron sustituidas por especies apetitosas. Se comprobó que las comunidades naturales de gramíneas del altiplano resultan idóneas para la ganadería de camélidos llama, alpaca, vicuña. - Manejo de suelos. Basado en el mejoramiento de la capacidad retentiva y de almacenamiento del agua por el suelo y en la recuperación y mantenimiento de su fertilidad, mediante la aplicación de fuentes de materia orgánica tales como el compost, abonos verdes y estiércol previamente tratados y pre-humificados, enriquecidos con la aplicación de enmiendas naturales de roca fosfórica, feldespatos, polvo de huesos y cenizas de th’ola. Se dio especial énfasis a la presencia de organismos benéficos como las lombrices, musarañas, ciempiés, bacterias, algas, actinomicetos y hongos benéficos. Sobre la base de estos principios, la Universidad Rural UAC-Tiahuanaco, a una altitud de 4.000 msnm ha logrado un método de elaboración de compost en un tiempo de 2 a 3 meses, utilizando activadores biológicos e insumos locales como estiércol de camélidos, malezas, ceniza y agua. 43 - Control de cuencas y microcuencas. Todas las infraestructuras y medios tecnológicos andino-amazónicos estaban orientados al manejo y control integrado de las cuencas y microcuencas. Mayormente, las poblaciones se ubicaron en las partes altas de las cuencas, la parte media y baja fueron dedicadas a los cultivos y a la ganadería, las partes de los desagües o ríos en su lecho fueron modificados, si no mantenidos en su forma natural. Se dio mucha importancia al mantenimiento de la cobertura vegetal y a la forestación, que estando presentes, actuaban como bombas hidráulicas, regulando los excesos de agua de la época húmeda y la escasez hídrica de la época seca. b) Sistemas complejos - Las terrazas o taqanas. Son infraestructuras productivas construidas en las laderas, constituidas por un muro de contención de piedra, de tierra o vegetación y una plataforma de cultivo, que forman microclimas especiales, permitiendo la protección de los cultivos frente a las heladas y granizadas. Además de resultar una tecnología eficaz para contrarrestar la erosión en las fuertes pendientes, garantiza la conservación de los suelos. Es en las características de construcción de las terrazas agrícolas como son: el corte de la pendiente, los elementos del drenaje, entre otros, donde se encuentran intrínsecas las medidas de conservación del suelo, así como del agua. Con las terrazas o taqanas se resolvieron varios problemas referidos a la conservación de los suelos y del agua: • Sobre el control de la erosión: especialmente la hídrica, se ve disminuida con este sistema, porque el tamaño y la cantidad de material que el agua puede arrastrar o llevar en suspensión dependen de la velocidad con que ésta fluye, la cual, a su vez, es una resultante de la longitud y el grado de pendiente del terreno. Al disminuir estas dos condiciones y cultivar en surcos a nivel se evita la escorrentía del agua superficial, controlando de esta manera el arrastre del material. • Sobre el drenaje: aparte de contar con un número de canales, zanjas y desagües que permiten un eficiente drenaje, la percolación de excedentes de 44 agua, en algunas taqanas se realiza, por las fisuras del muro de contención; pero cuando las terrazas eran muy altas y se calculaba que este drenaje no bastaba, se hacían galerías con lajas de piedra que funcionaban como tubos de concreto. • Sobre la retención de la fertilidad del suelo: al hacer las terrazas a nivel, el agua que corre queda estacionaria, favoreciendo la infiltración; además este mecanismo permite trasladar las partículas finas, lenta y gradualmente, hacia las partes bajas por eluviación mecánica, dejando en la superficie un suelo de textura media que favorece una pronta infiltración y reduce al mínimo las pérdidas por evaporación. Llegada el agua a las partes inferiores y cumplida su función nutritiva, se evacua para ser aprovechada en los planos inferiores llevando a ellos los elementos solubles arrastrados de la terraza superior, principalmente de nutrientes solubles, caso de los nitratos en el suelo. Las características son descritas a detalle en la sección correspondiente a las terrazas precolombinas de Bolivia. - Los sukakollu o camellones. Forman parte del manejo del espacio geográfico, que desarrollaron las comunidades andino-amazónicas, para diversificar la producción agrícola y contrarrestar los riesgos del clima. Los sukakollu se definen como campos elevados cultivables, que se intercalan con canales de agua llamados sukahumas, de diferentes dimensiones dispuestos en patrones geométricos definidos. Sukakollu en aymara significa “plantación encima de elevaciones” y constituye el nombre nativo más antiguo, rescatado hasta el presente, de los avanzados sistemas de producción agrícola que desarrollaron las culturas andino-amazónicas. Los sukakollu son importantes porque permiten aprovechar las tierras marginales inundables de mal drenaje, ubicadas en fisiografías planas; siendo importantes los sistemas de sukakollu, existentes en las zonas aledañas al lago Titicaca, especialmente los de Koani–Pampa y luego aquellas de la pampa amazónica inundable de Mojos, en el departamento del Beni. 45 - Las tarasukas. Son variantes de los sukakollu, consistentes en surcos dobles habilitados en camellones angostos, rodeados de sukahumas o canales de agua, construidos en áreas inundables. - Las q’ochas o q´otas. Son excavaciones geométricas formando grandes hoyos extendidos que posibilitan la cosecha de agua de lluvia y la producción en zonas áridas, minimizando los riesgos de heladas y sequías en el sistema ecológico andino. Fueron utilizadas para el cultivo de tubérculos andinos, pastoreo o como fuentes de agua para consumo humano o abrevadero de animales. Su presencia se evidencia en las cercanías de Kalamarca y en Taraco. - Los campos hundidos. Infraestructuras construidas bajo el nivel del suelo, cuya función era la de atenuar las sequías en el altiplano y valles secos y posibilitar la retención de la humedad permitiendo cultivar vegetales y plantas arbustivas. c) Sistemas de riego ancestral En los sistemas de riego ancestral, el agua es considerada como un ser vivo, como todos los demás miembros que habitan en un determinado espacio, a diferencia de los sistemas de riego convencionales en los que el agua es un simple elemento de la producción agrícola. En este contexto, las sociedades andinas y amazónicas fueron culturas hidráulicas por excelencia y desarrollaron varios sistemas de acceso simultáneo al agua y a la biodiversidad para crear, de esta manera, uno de los sistemas de seguridad alimentaría y social más eficiente de la antigüedad. Como consecuencia de varios siglos de dominación, los usos andinos y amazónicos del agua han sido perturbados y debilitados, dando la impresión, desde fuera, que los conocimientos ancestrales respecto al agua ya no existen. Actualmente todavía algunos sectores de la sociedad formal siguen negando la existencia de estos conocimientos o los consideran ineficientes y entonces optan por transferir tecnologías “modernas” de riego. Los conocimientos ancestrales respecto al riego no sólo existen sino que están vigentes en la actualidad y en uso en varias comunidades andinas, siendo ellas dignas de su recuperación y revalorización, porque el concepto de desarro46 llo andino-amazónico es buscar un bienestar duradero para el conjunto de miembros de la comunidad natural (universo, naturaleza, sociedad y divinidades). El agua es uno de los miembros de esta comunidad viva que coadyuva, bajo múltiples modalidades, al bienestar del conjunto y cada uno de sus miembros. Para la agroindustria occidental, el agua es un elemento universal para la producción agrícola. En situación de los sistemas tradicionales de riego y bajo criterios campesinos, el riego puede distorsionar este concepto, que resulta unilateral y sesgado; sobre todo, en la organización de la distribución de agua por parte de los usuarios y en consecuencia bajar el rendimiento y la eficiencia de los sistemas de riego. En la concepción andino-amazónica, el agua es considerada como un “ser vivo”, como todos los demás miembros que habitan en el espacio y dependiendo del estado de ánimo que tenga, su comportamiento puede ser muy variable, un día bondadoso prodigando favores y otros días malévolo, haciendo daño a los demás, por lo que es necesario establecer una relación de diálogo y reciprocidad para comprenderse y poder vivir juntos. De la misma manera que no hay un ser vivo único, sino un gran número de ellos, no hay un agua única uniforme y constante, sino una gran variedad de aguas para riego. Así las diferentes fuentes naturales de agua producen tipos de agua con características específicas. Hacer fluir el agua hacia abajo podría parecer la cosa más fácil del mundo. Pero cuando un caudal respetable de más de 30 l/seg. debe ser transportado por canales rústicos de fuentes del nevado Illimani, ubicado a 80 km de los campos de terrazas agrícolas en la comunidad de Cohoni, se convierte en una tarea difícil. Éste es esencialmente el problema con el que se enfrentaban los antiguos “ingenieros” de los Andes. En la actualidad asombra la maestría de los comunarios de Cohoni para manejar el agua y realizar el riego en “composturas” en terrazas precolombinas, utilizando una tecnología de riego que se consideraba que existía sólo en la zona sur andina de Perú. En el sector Cuñapata del municipio de Chuma, se encuentra un canal precolombino semi abandonado de 5 km que incluye restos de “estructuras de relleno” como acueductos para salvar las quebradas y taqanas para conducir 47 fácilmente los canales a través de las laderas, y una represa que está taponada con tierra pero factible de recuperarse. El sistema de riego en su mejor momento de uso, se estima que sirvió para irrigar 60 hectáreas de terrazas agrícolas. (Tallacagua S., 1995) El riego campesino actual se define como la totalidad de medidas que permiten al usuario superar el déficit hídrico y establecer su cultivo de agua aducida en forma artificial y en forma óptima, utilizando para ello una amplia gama de conocimientos andino-amazónicos sobre riego que han sido desarrollados y validados durante muchos años. Actualmente, el riego, en el ámbito campesino, consiste en pequeñas obras comunitarias de irrigación con tecnologías de bajo costo y autogestionarias en su administración y manejo (mantenimiento, tarifas). Pero, además, implica la recuperación de todo un sistema tradicional andino-amazónico de tecnología de riego. El sistema de riego campesino es un producto social, históricamente constituido, pero nunca totalmente concluido, que involucra relaciones culturales y étnicas. Aunque el agua de riego sea sometida a las leyes hidráulicas e hidrológicas, cuando la maneja un campesino, obedece más que todo a las leyes y reglas sociales del grupo que la aprovecha. La gestión social del agua descansa, particularmente, sobre un saber hidráulico y agronómico de larga data, desde la evacuación y la captación del recurso hasta su reparto en las parcelas con cantidades y frecuencias adecuadas a los requerimientos de los cultivos. d) Indicadores y pronósticos climáticos El sistema de pronósticos andino-amazónicos y los calendarios ecológicos y astronómicos permitieron adecuar el trabajo agrícola y el pastoreo a las diversas condiciones locales. El sistema de pronósticos climáticos determina las decisiones importantes que todo poblador de la comunidad debe tomar cada año. Si bien no se conoce todavía el fundamento científico de muchos de estos pronósticos, permiten 48 expectativas positivas respecto al éxito de las cosechas y, en parte, contribuyen a la toma de decisiones relacionadas a las fechas de siembra o las variedades que serán utilizadas Los pronósticos climáticos deben entenderse como una respuesta de los comunarios para determinar estrategias de cultivos y de siembras, en relación a sus necesidades de consumo alimenticio y defensa ante los riesgos climáticos. Las fechas de barbecho, de la siembra, del tipo y variedades de cultivo, empadre, separación del ganado, inicio del pastoreo, entre otras, se calculaban y establecían en base a indicadores climáticos botánicos, zoológicos y astronómicos. Los indicadores etnobotánicos permitían, a través de la relación entre los ciclos anuales de determinadas plantas silvestres o domesticadas y sus ritmos biológicos particulares, establecer el tiempo de las actividades agrícolas y pecuarias. En la comunidad de Huaraco, por ejemplo, todavía se planifica las actividades productivas, en base a los siguientes indicadores climáticos: - Si el pájaro leque-leque hace sus nidos en el suelo debajo de las th’olas, el año será seco. Si, por el contrario, hace sus nidos en las partes altas de las th´olas, el año será lluvioso. - Cuando las abejas o ypatas hacen bolsitas en el suelo y están llenas de miel, será un buen año; pero si las abejas llenan las bolsitas con tierra, el año será seco. - Cuando en los campos sale y abunda mucho garbancillo (Astragalus garbancillo) será un año relativamente seco. El mismo pronóstico sirve para la chilca, planta compuesta cuyo nombre científico es Senecio pampae, que cuando florece mucho indica un año seco. - Si los conejos y vizcachas salen de sus cuevas y se trasladan a las zonas altas, será un año lluvioso; si permanecen en las zonas bajas, será un año de sequía (Chilon, E., 1992). Rosales, C. (1992), poblador de la comunidad Huaraco, señala lo siguiente: “En cuanto a los pronósticos del tiempo, en los últimos años las costumbres han cambiado mucho. Existen señales que se pueden ver en los animales, en la 49 tierra y en las plantas. Para los animales, si se observa que el zorrillo excava en busca de larvas en las partes altas el año será lluvioso. Al contrario, si busca su alimento en las partes bajas, húmedas y donde hay inundación, entonces será un año seco. El zorro está en celo en el mes de septiembre, por lo que grita en las alturas indicando que la producción agrícola será mejor en las lomas; cuando grita en las pampas indica que la cosecha será mejor allí. Sin embargo, esta señal se considera menos segura que la del zorrillo. Para la tierra se puede observar el suelo en invierno: cuando el ventarrón lleva el sedimento formando oleadas hacia el sur; significa que habrá bastante lluvia; pero si forma oleadas hacia el este o el oeste, el año será seco”. e) Clasificación andina de suelos El sistema de clasificación andina de los suelos es perceptible en el reconocimiento de las capas u horizontes que conforman el perfil del suelo y se puede comprobar las técnicas de construcción de taqanas o terrazas agrícolas, en los sukakollu, construcción de camellones altos en suelos con un horizonte arcilloso. El sistema representó una de las principales estrategias andino-amazónica que articulaba el conocimiento de la previsión climática y del comportamiento de los suelos cultivados. En el gráfico se muestra la caracterización convencional o científica de un perfil de suelo q’allpa de la comunidad Huaraco, y la denominación campesina, realizada por los kamanacas o “ingenieros originarios”, con lo que se evidencia la existencia de un sistema andino de clasificación y uso de suelos (gráfico 7). 50 Gráfico 7: Perfil de una q´allpa - comunidad Huaraco Chilon, E. (1992) en el estudio de la clasificación andina de suelos, en comunidades tipo del altiplano boliviano, estableció que los comunarios de mayor edad todavía utilizan criterios ancestrales para denominar o clasificar sus suelos, tomándose en cuenta los siguientes criterios: la temperatura del suelo, el color de la capa arable, la profundidad del suelo, el contenido de humedad, la textura, la ubicación fisiográfica, el contenido de sales, su uso, la facilidad para trabajarlos, el contenido de materia orgánica y presencia de organismos, susceptibilidad a la degradación o erosión, y el tipo de tenencia o propiedad. Los comunarios de Huaraco (comunidad ubicada en la provincia Aroma, departamento de La Paz) y de la comunidad Ejra – Huaraca (ubicada en la provincia Pacajes, departamento de La Paz) jerarquizaron los criterios de clasificación de sus suelos, priorizando seis criterios: a) por la textura de la capa superficial y de las capas profundas, b) por el color relacionado con el contenido de materia orgánica, c) por la salinidad, d) por la actividad biológica, e) por sus uso y f) por su comportamiento hídrico. En el gráfico se presenta los criterios de clasificación y los tipos de suelos identificados por los pobladores de las comunidades de estudio, realizándose el 51 trabajo de comparación de estos conocimientos con la caracterización convencional, mediante el análisis de laboratorio de los suelos clasificados por los campesinos (gráfico 8). Gráfico 8: Clasificación andina de suelos Sistemas de producción en Aynuqa y otras práccas agroecológicas que garanzaban la sostenibilidad y protección del medio ambiente. 52 - Clasificación de suelos por su textura • Cha’lla: Suelos arenosos, limosos y areno-limosos que contienen de 60 a 80% de arena. No retienen el agua, se secan rápidamente. La humedad es aprovechada directamente por las plantas, lo que garantiza una germinación rápida. Carecen de materia orgánica, pero son cultivables. Son suelos secos y sensibles a las heladas. • Taquiak’a o japulak’a: Suelos francos, fáciles de trabajar, con regular contenido de humedad, aptos par cultivo de papa, quinua, trigo, cebada. • K’arpa o k’ausa lak’a: Suelos limosos y limo-arcillosos que presentan una estructura más densa, por su elevado contenido de limo y arcilla. Se vuelven compactos y duros al secarse y son difíciles de trabajar. Sirven para fabricar adobes. • Ñiq’i o llink’i: Suelos arcillo-limosos y limosos, que contienen de 35 a 40% de arcilla. A veces resulta difícil distinguirlos de los anteriores. • Jajwi o qalas: Suelos pedregosos que contienen hasta un 90% de gravas angulares y sub-angulares. Esta capa de gravas reduce la incidencia de las heladas y actúa como una superficie de protección frente a la escorrentía y erosión. • Si hay variación textural, los comunarios nombran distintamente las capas u horizontes profundos y las superficiales. Para fines de clasificación de suelos, hacen referencia siempre a la capa superficial y a veces a capas más profundas. - Clasificación según el color y el contenido de materia orgánica • Janqu lak’a: Suelos de color claro, con bajo contenido de materia orgánica, inadecuados para la actividad agrícola. • Phuq’i: Suelos volcánicos de coloraciones blanquecinas, están presentes en las colinas, no sirven para cultivos, sólo crecen algunos pastos nativos; se utilizan para lavar ollas. • Hiji: Suelos de color gris claro y amarillento, arenosos, no aptos para el cultivo por el exceso de limonita. • K’arpa chijjmu: Suelos de color oscuro, rojizos (wila lak´a) y ocres. Son suelos agrícolas con un buen contenido de materia orgánica, buena estructura 53 y alta estabilidad estructural. El color rojizo está generalmente asociado a la presencia de carbonatos y a un pH alcalino. • Ch’iar lak’a: Suelos negros y turbosos. Son suelos de altura y de lugares húmedos, presentan un pH ligeramente ácido (pH = 5 a 6) y una textura franca a franco arcillosa. • Jap´u: Suelos negros, muy orgánicos, francos a franco arenosos, de estructura grumosa. - Clasificación por su contenido de sales • Qullpa: Suelos salinos, caracterizados por presentar eflorescencias salinas. Solamente algunos cultivos tolerantes pueden prosperar, tales como la quinua, el tarwi y la cañahua. • Jayu uma: Son depósitos de salmuera, acumulaciones salinas combinadas con aguas cargadas de cloruros, sulfatos, carbonatos, y otras sales. No son cultivables. - Clasificación por su actividad biológica • Uma k’ata: Suelos con un alto contenido de humus, con presencia de un gran número de organismos y microorganismos tales como lombrices, enquitreídos, hongos, algas, bacterias, actinomycetos. • Jipiña: Designa a un suelo totalmente antrópico, elaborado o “fabricado” por el hombre; tal es el caso de la capa cultivable de las terrazas o taqanas, sukakollu, q’otas y de los campos hundidos. - Clasificación por el uso del suelo • Wawa qari: Suelos que están en descanso por uno a tres años. • Puroma: Suelos que están en descanso por 10 a 20 años, periodo durante el cual recuperan su fertilidad natural y son incorporados al sistema de aynuqa. • Wich’u pampa: Suelos de pastura nativas, aptos para el pastoreo de camélidos, ovinos, vacunos, y otros animales. • Ñak’a k’uchu: Suelos con aptitud forestal que están ubicados, mayormente, en rinconadas húmedas. Son suelos de colores oscuros. 54 • K’ajui o parqi yapu: Suelos gravosos, franco areno-limosos, que sirven para el cultivo a secano. Están ubicados en laderas con pendientes pronunciadas. • S’aja huarancu: Suelos marginales que presentan procesos de erosión irreversible; sólo para protección. - Clasificación por su comportamiento hídrico • Juri lak’a: Suelos con buen contenido de humedad, con propiedades físicas que favorecen el almacenamiento del agua, manteniéndose en capacidad de campo durante periodos significativos de tiempo. Son friables, fáciles de trabajar y roturar. • Waña lak’a: Suelos secos, generalmente arenosos, en los cuales sólo prospera una vegetación natural xerofítica. • Ch’araña lak’a: Son aquellos suelos inundados que están permanentemente saturados con agua y con mal drenaje; ancestralmente han sido utilizados para los sukakollu. • En la clasificación aymara se opone a los suelos húmedos (juri lak´a) los suelos secos (waña lak´a). Estas denominaciones se refieren al contenido de agua que presentan los suelos. En el estudio respectivo se ha comprobado que los suelos descritos por los comunarios, como los más secos (ñiq’i k’arpa, suelo arcilloso) son, desde el punto de vista convencional, aquellos que contienen mayor humedad, del orden del 21% de humedad volumétrica, y los clasificados como los más húmedos por los campesinos (ch´alla, jajwi, suelos franco arenosos) contienen sólo 9 % de humedad volumétrica y son los más secos de acuerdo a la ciencia convencional. Esta calificación campesina de la humedad del suelo demuestra que en el pensamiento andino la humedad del suelo no se refiere a la cantidad total de agua del suelo, sino a la disponibilidad del agua para las plantas en un momento dado. Correlacionando estos conocimientos con la ciencia “moderna” del suelo, se llega a verificar que a su modo y manera, en la ciencia andina se conocía el potencial energético del agua, el potencial mátrico, potencial salino, potencial hidrostático, y otros potenciales del agua. 55 f) Clasificación amazónica de suelos Las comunidades y etnias amazónicas, también desarrollaron criterios de selección de tipos de suelos, construyendo terraplenes de producción agrícola para evitar las inundaciones, así mismo observaron la coloración de los suelos. Los mosetenes introducen a la tierra un objeto metálico como un machete, o una estaca de madera dura, y luego de un tiempo observan el color que se presenta en el objeto, si es ocre o rojizo es buena tierra para el cultivo de yuca, si la coloración es amarillenta, la tierra no es buena y requiere drenaje y abonamiento. Estas observaciones tienen relación con la presencia del hierro en el suelo; la coloración rojiza indica hierro oxidado, y la coloración amarillenta, presencia de hierro reducido por un mal drenaje, exceso de humedad o compactación. En la medida en que se continúen las investigaciones se tendrá una mayor información de la clasificación amazónica de suelos. 2.2.2. Tecnologías que permiten ampliar y fomentar la utilización de técnicas que reducen el riesgo climático en las tierras bajas Las tierras bajas corresponden a las zonas agroecológicas de la llanura tropical amazónica de Bolivia, caracterizadas por inundaciones temporales y formación de lagunas por exceso de agua en la temporada de lluvias. Las culturas andino–amazónicas que se desarrollaron es estas zonas amazónicas fueron civilizaciones hidráulicas, con avanzados conocimientos de ingeniería para contrarrestar el exceso de agua, algunas de las técnicas relacionadas con este manejo son las siguientes: a) Sistema hidráulico de lomas y terraplenes Son colosales obras de ingeniería, realizadas por una civilización precolombina hidráulica, para controlar las inundaciones y las sequías. Fueron construidas en grandes extensiones inundables de la llanura tropical amazónica, 56 constituyendo auténticos sistemas de drenaje y aprovechamiento de zonas inundadas o saturadas de agua. Restos de estas infraestructuras están dispersas en más de 400 mil km2, en los llanos amazónicos de Mojos en el departamento del Beni. Estas lomas artificiales requirieron de un movimiento de tierras equivalente a 3.5 millones de m3 en cada una, y son terraplenes de cientos de kilómetros de longitud que servían como diques de contención y comunicación durante la época de inundaciones. Además, la presencia de lagunas artificiales geométricas, donde se albergaba a peces y plantas acuáticas utilizados en la alimentación y elaboración de abonos orgánicos y una agricultura sofisticada revelan altos conocimientos sobre astronomía, hidráulica y geología. Este sistema hidráulico les permitió contrarrestar las grandes inundaciones cíclicas que caracterizan a la planicie amazónica. Kennet Lee (1977) señala que en este sistema trabajó una enorme población, y se desarrolló entre los años 1.000 a 500 A. de C. para perderse alrededor del siglo XII de nuestra era, constituyendo una civilización precolombina hidráulica, que controló las inundaciones cíclicas y las sequías, para un área de cultivos estimada en 50 mil km2. Como esta cultura amazónica, aparentemente, no conoció los metales ni la rueda, sus obras civiles debieron realizarlas sólo con esfuerzo manual. Pinto Parada (1987) señala que una tinaja desenterrada en 1920 en el Beni, presenta un dibujo de la organización social de esta civilización hidráulica, con hombres jalando cuerdas, que en un extremo arrastran cueros con montones de tierra. b) Sistemas de drenaje Como parte de las lomas y terraplenes en la llanura amazónica, se implementaron sistemas redes de drenaje a gran escala y de cientos de kilómetros de extensión, con la habilitación de subsistemas de drenaje articulados entre sí que permitían el transporte de productos, la comunicación fluvial y la realización de otras actividades como piscicultura, ganadería, producción de abonos orgánicos y el cultivo de plantas alimenticias. 57 c) Lagunas e islas artificiales Estas lagunas e islas artificiales permitían la vida acuática que constituía una fuente importante de alimentos y las islas como plataformas para la construcción de habitáculos o pahuichis que incluso servían como plataformas para cultivos diversificados. d) Canales y diques Canales de cientos de kilómetros de extensión y diques de control de corrientes fluviales que facilitaban el transporte fluvial y el manejo de grandes volúmenes de aguas en áreas extensas. e) Manejo adecuado de bosques Las culturas amazónicas accedieron racionalmente al bosque y a sus recursos, inicialmente con una curiosidad y contemplación, para entender el funcionamiento del bosque natural, y luego llevar lo aprendido a la práctica, en una convivencia y relación armónica con la naturaleza. Perfeccionaron sus sistemas de acceso al bosque amazónico, adoptando la estructura y dinámica de los bosques naturales, extrayendo, recolectando y cultivando, sin afectar al bosque y tampoco sin empobrecer los suelos, aplicando sus conocimientos de la riqueza del bosque y su funcionamiento. Este manejo ancestral del bosque es la base de las tecnologías actuales de los Sistemas Agroforestales Multiestrato (Yana, W.; Weinert, H., 2001). f) Asentamientos en partes altas Las culturas ancestrales de la Amazonia, definieron la ubicación de sus viviendas y de los asentamientos poblacionales en zonas altas naturales o artificiales, para evitar los peligros de las inundaciones y dar cierta seguridad a la familia frente a los fenómenos cíclicos de las inundaciones de la llanura tropical. 58 Mapa 1: Alternativas tecnológicas andino-amazónicas para contrarrestar el riesgo climático en tierras altas 59 Mapa 2: Alternativas tecnológicas andino-amazónicas para contrarrestar el riesgo climático en tierras bajas 60 TESTIMONIOS FOTOGRÁFICOS Qotañas de cosecha de lluvias, Wilacala. Q´ocha en uso cercanía de Kalamarca, La Paz. Terrazas agrícolas en uso, Amarete. 61 Chakitaklla utilizada en la preparación del suelo de las terrazas ancestrales. 62 Zanjas infiltración Comunidad Huaraco Altiplano Central. Uso de mulch en Comunidades de Yungas. Sukakollu Comunidad Koani Pampa cuenca del Lago Titicaca. 63 2.2.3. Técnicas agronómicas que permiten la conservación del suelo y el mantenimiento de su fertilidad a) Sistema aynuqa Son sistemas de cultivo comunitario, pero de utilidad familiar, bajo la modalidad de cultivo y descanso a intervalos de tiempo, con uso agrícola por cuatro a cinco años –de acuerdo a una rotación específica–, seguido de cuatro o más años de descanso, periodo en el cual se facilita la recuperación de la fertilidad natural del suelo. Constituye una forma planificada de uso racional de la tierra de las culturas aymaras, que aseguraron la protección de los recursos naturales, siendo muy distinta a cualquier otra forma de uso intensivo. b) Sistema qapana Son sistemas de manejo ancestral de tierras practicadas por las culturas quechuas que implican una rotación en tiempo y espacio de las zonas de cultivo, similares a la práctica de la aynuqa. Existen varias qapanas cada una con terrazas agrícolas, las cuales se cultivan por periodos tres o más años, y luego se rota a otra qapana, quedando la anterior en descanso, con lo que se garantiza la recuperación de su fertilidad natural. Es una práctica tradicional de la zona de Amarete. c) Sistema milli Es un sistema de cultivo de carácter familiar, conformado por la posesión de terrenos que cuentan con riego y son cultivados inmediatamente de levantada la cosecha precedente. Se ubican en las partes bajas y abrigadas y son aptas para el cultivo de maíz, trigo, papa dulce, hortalizas y árboles frutales. En Sococoni, Chuma, se realiza tres siembras en milli al año. 64 d) Sistema de lameo Es un sistema de aprovechamiento de las lamas contenidas en las aguas turbias de los ríos por inundación, desviando el agua a los campos de cultivo, previamente acondicionado con estacas y ramas, donde la lama constituida por humus, nutrientes y coloides minerales sedimenta, y el agua se infiltra en el suelo; con esta práctica se mejora el suelo al mismo tiempo que se abona. Esta práctica se mantiene en la cuenca alta del río Pilcomayo. e) Las canapas El manejo de los campos naturales de pastoreo Canapas, era una de las principales actividades de las poblaciones que habitaban las partes altas de los Andes. El desarrollo de la ganadería de camélidos se sustentó en las pasturas naturales, que estaban asociadas a técnicas de riego de bofedales, parcelas de exclusión para garantizar el semillamiento de los pastizales, descanso y rotación de los campos de pastoreo. f) Los corrales itinerantes Instalados en terrenos de cultivo, donde se encerraba a los animales por la noche para que dejaran el estiércol y la orina o purina, permitiéndose el abonamiento directo de los terrenos. g) Cultivo en surcos a curvas de nivel Resulta de particular importancia observar que las comunidades campesinas todavía practican el cultivo en surcos que siguen las curvas a nivel, lo que les permitió contrarrestar la erosión en zonas productivas ubicadas en laderas con fuerte pendiente. 65 h) Rotación y asociación de cultivos Los antiguos pobladores andinos y amazónicos comprobaron las ventajas de la asociación de gramíneas con las leguminosas que permitían la fijación del nitrógeno, un ejemplo de ello es la práctica campesina, en zona de valle, de la asociación de los porotos con el cultivo de maíz. Por ejemplo, la secuencia de cultivos en la comunidad de Huaraco es la siguiente: papa el primer año, después quinua durante uno o dos años y finalmente cebada. En casos menos frecuentes se cultiva papalisa u oca en el tercer año, después de un año de cebada. Cuando se pronostica un buen año con bastante lluvia, se puede realizar una campaña de “kutirpo”, los que significa que se cultiva para los dos primeros años aprovechando las bondades agroclimáticas. En la actualidad, en varias comunidades del altiplano se verifica la rotación de cultivos que incluye una leguminosa en toda la campaña agrícola, que puede ser: papa-haba-quinua-cebada; papa-cebada-quinua-haba. i) Prácticas adecuadas de remoción del suelo Es la labranza y las labores culturales de los cultivos, con una mínima remoción de la tierra, con la práctica de la labranza mínima, el descanso de los suelos y la rotación de cultivos. j) Uso de herramientas conservacionistas Como la chaquitaclla y el huiso, tradicionalmente utilizados en las comunidades andinas. En tiempos pasados, el poblador de las comunidades de Amarete, Charazani, Chuma, Huaraco utilizaron estos implementos de labranza o arados de pie, que permitieron el movimiento del suelo sin causar una desagregación destructiva. Además de ser muy útil para el trabajo en laderas con pendientes abruptas, la utilización de estos implementos evita la erosión pronunciada del suelo por los efectos de la poca remoción del suelo, manteniendo una buena agregación en el suelo y facilitando la infiltración del agua, evitando la evapo66 ración del agua capilar. En lo social, permitía el trabajo compartido y el laboreo de terrenos ubicados a grandes distancias. k) Aplicación de enmiendas orgánicas Consiste en aplicar enmiendas naturales al suelo para mejorar sus propiedades físicas, químicas y biológicas. La estructura del suelo y su porosidad se mejoraba aplicando materia orgánica tratada tipo compost enriquecida con ceniza que aportaba potasio y calcio. Su efecto era de generar la floculación de los coloides del suelo y una mayor estabilidad estructural, corrección de la acidez mediante la aplicación de piedra caliza finamente molida, la aplicación de azufre natural hidrotermal para bajar la alcalinidad, y el aporte de apatitas, feldespatos, dolomitas y piroxenas, para contrarrestar las diferencias de fósforo, potasio, magnesio, hierro y de otros nutrientes. l) Abonamiento orgánico El abonamiento orgánico es conocido en los Andes y en la Amazonía desde hace miles de años. Se ha encontrado restos de momias precolombinas que sostenían bolsitas de guano de isla y de materia orgánica humificada. Por otra parte, todavía es posible encontrar en las comunidades algunas técnicas de uso del estiércol, al cual dependiendo de su facilidad de descomposición lo agrupan en “estiércol frío” aquellos de lenta descomposición, como el de llama, y “estiércol caliente” o de rápida descomposición, relacionada con los animales menores, como cuyes y vizcachas, que eran utilizados de acuerdo al ciclo vegetativo del cultivo y en forma anticipada o al momento de la siembra. Es necesario haber referencia a un tipo especial de abonamiento orgánico que todavía se practica en algunas comunidades del altiplano central de Bolivia, particularmente en la comunidad de Huaraco, que resulta en una variante de la “fertilización foliar ancestral”. Los comunarios preparan en una olla de barro, una suspensión de agua y estiércol de llama o de vicuña, que previamente se ha fermentado dentro de las pezuñas de otros camélidos. Al momento de colo67 carlo al depósito dan 21 vueltas en sentido anti horario, y dejan en reposo por 21 días, cuidando de tapar la olla y enterrarlo por ese tiempo en el centro del terreno de cultivo. Luego extraen el abono líquido y lo aplican utilizando ramas de thola al follaje de la papa antes del inicio de la floración. Los resultados en el rendimiento final de tubérculos son bastante significativos, además que, por su fuerte y penetrante olor, previenen los daños al cultivo por los animales especialmente las ovejas. También utilizaron abonos verdes de tarwi y porotos, turba y humus en mezcla, rastrojos de cosecha, y el compost resaltándose la experiencia de la UAC-Tiahuanaco, de producir compost en un máximo de dos y medio meses utilizando activadores biológicos e insumos locales: malezas, estiércol, ceniza y agua, independientemente de la estación del año en un ecosistema altiplánico y a una altitud de 4.000 msnm. m) Uso del mulch El mulch es una cubierta orgánica inerte de protección que preserva al suelo de la erosión. Está formada por restos de cosechas, paja de cereales, rastrojos de leguminosas que se colocan en la superficie del terreno en el espacio libre entre los surcos. Cumple la función de protección del suelo frente al impacto de las gotas de lluvia y de mantenimiento de la humedad del suelo. Los productores de flores de las comunidades del municipio de Yanacachi en Sud Yungas aplican mulch a sus campos de flores, que al estar en pendientes pronunciadas, protegen a los suelos de la erosión hídrica. 2.2.4. Manejo de la biodiversidad y de la complejidad Medina, J. (1995) señala que a diferencia de los planificadores que desde hace 500 años tratan de entender y manejar el territorio boliviano, como si fuese una llanura homogénea, utilizando el concepto de “región”, el hombre andino-amazónico entendió este espacio como biodiverso, complejo y heterogéneo. 68 Es necesaria la referencia que de los 103 ecosistemas existentes en el mundo, aproximadamente 84 se reproducen en la geografía boliviana. A esta heterogeneidad se añade otras variables como la exposición al sol, los cambios bruscos de temperatura, la insolación, granizos, heladas, inundaciones, sequías, entre otros factores. Así se comprende cuán acertados estuvieron los científicos andino-amazónicos para acceder a esta biodiversidad y complejidad, generando cerca del 40% de las plantas que actualmente consume la humanidad, mediante la práctica de la domesticación y el fitomejoramiento en el marco de la ingeniería genética y de la biotecnología andino-amazónica. Debe incluirse también la extraordinaria técnica del manejo de los camélidos y animales menores como cuyes, vizcachas, chinchillas. Baste como ejemplo decir que contaron con más de 6.000 variedades de papa en ocho familias y cerca de 50 variedades de maíz, cultivados y adaptados a los valles interandinos, yungas y trópico, así como también a zonas altoandinas como las islas del Lago Titicaca donde a 4.000 metros de altitud se cultiva un maíz tipo confite. a) Diversificación de las actividades productivas Los pobladores andino-amazónicos combinaron sus principales actividades productivas –agricultura y ganadería–, con la caza, la pesca, recolección de plantas alimenticias y medicinales y con la artesanía, la orfebrería, la peletería, el arte y la música. b) Deshidratación de alimentos Nuestras culturas precolombinas con las técnicas de deshidratación y manejo del frío extremo (heladas), procesaron alimentos caso del charque, chuño, tunta, caya, que además de preservar y conservarlos por largos períodos de tiempo, permitían el transporte a grandes distancias sin sufrir los efectos de alteración, por el contrario, manteniendo sus cualidades nutritivas. 69 Mapa 3: Técnicas agronómicas para la conservación del suelo y su fertilidad natural 70 c) Almacenamiento y conservación de alimentos Las culturas andino-amazónicas precolombinas fueron previsoras en cuanto a almacenar y conservar los alimentos, sobre todo, de los excedentes generados en años de buena cosecha, utilizando los sistemas de tambos y técnicas de almacenamiento. En la actualidad, la comunidad de Chacarapi, Charazani, practica un sistema de almacenamiento de tubérculos bajo sombra y en hoyos del suelo, donde se distribuyen los tubérculos por capas separadas con paja ichu y hojas de muña muña y luego son cubiertas con tierra. Así pueden conservar los alimentos durante cinco años. Los comunarios aseguran que “… puede ocurrir una hambruna, una sequía prolongada, pero nosotros tranquilamente podemos sobrevivir cinco años con nuestros productos almacenados…”. d) Domesticación y mejoramiento genético de flora y fauna Las poblaciones ancestrales andino-amazónicas aprovecharon racionalmente la flora y fauna que le ofrecía cada piso ecológico y, mediante la ingeniería genética, mejoraron especies y variedades, además de realizar la domesticación de plantas y animales que les servían y sirven para enfrentar los riesgos del cambio climático. e) Otras tecnologías ancestrales • Instrumento de nivelación precolombino: Las evidencias históricas demuestran que las culturas andino-amazónicas desarrollaron técnicas topográficas sofisticadas. Mediante la utilización de diversas ciencias es posible reconstruir los instrumentos y técnicas de nivelación prehispánicos, por ejemplo, examinando la cerámica en los museos arqueológicos. Se cuenta con información sobre una cerámica tiwanakota que muestra con cierta claridad lo que vendría a constituir un aparejo topográfico. • Por otro lado, Ortlof (1989) en un estudio realizado sobre figuras que aparecen en un ceramio de la cultura chavín, en el museo de Huaraz, Perú, iden71 tificó un instrumento topográfico formado por un cilindro que tiene un agujero en un lado y una figura en forma de cruz en el lado opuesto, con un cuenco de nivelación sujeto a la parte superior del cilindro. Sobre la base de los estudios de Ortlof, se reconstruyó un sencillo instrumento topográfico consistente en un depósito de calabaza con un agujero en un punto y una figura en cruz en el punto opuesto. Tanto en el brazo vertical como en el horizontal de la cruz se hicieron marcas de graduación y en la cara interna del depósito se fijaron tres marcas, que permiten definir una superficie plana paralela a un tubo hueco de observación, cuando el tubo atraviesa el agujero y el centro de la cruz. Cuando el cuenco se llena de agua y se coloca sobre un recipiente mayor de arena, sujeto sobre un trípode, la posición del cuenco se ajusta hasta que el nivel del agua alcance las marcas interiores del cuenco. La superficie a nivel del agua en el cuenco forma un “horizonte artificial”, o plano superficial absoluto, que corre paralelo al tubo de observación. El tubo se puede mover verticalmente para observar, a través de él, un madero de longitud conocida (H) igual a la altura sobre el suelo del tubo de observación, colocado verticalmente a determinada distancia (L). Calibrando la apertura en cruz, se puede medir el desnivel medio del terreno (O) observando el extremo superior del madero, en razón de que el procedimiento proporciona el ángulo vertical y el ángulo horizontal, es posible determinarlo mediante cálculos bastante sencillos. El instrumento topográfico reconstruido por el Centro de Investigación y Difusión de Alternativas Tecnológicas Andino-Amazónicas CIDAT, bajo los principios de la ciencia ancestral, permitió realizar trabajos bastante precisos en el trazado y nivelación de terrazas agrícolas o taqanas, determinación del talud de los muros de contención, canales de riego, trazo de sukakollu, q’otañas, así como establecer mediciones con mucha precisión. Es posible que con mayor estudio e investigación se encuentren versiones mejoradas y más finamente calibradas que proporcionen mejores resultados que el prototipo reconstruido (gráfico 9). 72 Gráfico 9: Instrumento de nivelación precolombino 73 A manera de conclusiones 1. Sobre la recuperación de la tecnología andino-amazónica La referencia a la recuperación de la tecnología ancestral tiene para muchos una connotación de retroceso, de vuelta al pasado. Con frecuencia se asocia la tecnología andina y amazónica a las condiciones de vida más adversas y rudas en las cuales hay que luchar fuertemente para sólo conseguir subsistir a duras penas. Esto se debe a un malentendido de la historia de Bolivia. No se debe olvidar que un componente esencial de la tecnología andino-amazónica en su momento de mayor esplendor fue la ciencia de la administración estatal que armonizaba profundos conocimientos de ingeniería, contabilidad, agronomía, ecología, astronomía, meteorología, hidráulica y, sobre todo, conocimiento de cibernética y de programación de la producción y distribución, de asignación de recursos y logística. No se pretende negar ni desmerecer a la cosmología occidental moderna ni a la ciencia “convencional”, sino entender sus alcances y limitaciones, sobre todo, cuando se pretende introducir conocimientos y tecnologías generadas en otras latitudes, a un medio completamente diferente en lo geográfico, cultural y socio-económico. 2. Sobre la validez de la tecnología andina-amazónica Una pregunta que siempre estuvo presente en el trabajo de campo de esta investigación fue: ¿Cuál sería el nivel de preparación y de estudios básicos necesarios para diseñar el conjunto de obras hidráulicas de la pampa amazónica de Mojos, de terrazas agrícolas y otras que se observan en zonas altoandinas como en Cohoni y en los Yungas? Resulta difícil establecer que esto fuera posible con el saber científico y técnico actual; mucho más difícil es imaginar que esto fue posible sin estos conocimientos. 74 Las culturas andino–amazónicas, sin utilizar fórmulas y modelos hidráulicos, máquinas, fotografías aéreas, imágenes satelitales, laboratorios y modelos matemáticos, manejaron ecológicamente y de modo sostenible los recursos naturales. El debate se hace necesario porque la pregunta planteada no es un ataque al conocimiento científico actual, todo lo contrario, es un input a animarse y colocarse dentro del problema que tienen nuestras comunidades rurales. La importancia de inventariar y reconstituir un repertorio de alternativas tecnologías de larga data, es similar a las generadas por los sistemas tecnológicos modernos; pero las primeras tienen una gran ventaja, la de utilizar materiales locales y estar sustentadas por cientos de años de aplicación en agroecosistemas determinados. 3. Sobre el cambio tecnológico En gran parte de la literatura existente sobre el cambio tecnológico en las zonas rurales andinas y amazónicas, aparece frecuentemente una contraposición de opiniones que en ciertos casos llega a ser apasionada, entre quienes –sin necesariamente negar la importancia de tecnologías modernas o de “punta”– propugnan la “recuperación y puesta en vigencia en forma masiva” de las tecnologías andino-amazónicas de origen ancestral, frente a quienes consideran prioritaria la introducción de nuevas o tecnologías “modernas” al sector agropecuario. Esta polémica refleja, evidentemente, factores que están más allá de lo puramente tecnológico y tiene connotaciones ideológicas en tanto que alude al proceso histórico que tuvo lugar después de la llegada de los españoles, quienes, por un lado modificaron la agricultura y los sistemas de producción ancestrales y, por otro, cambiaron radicalmente el sistema de organización, imponiendo una cultura distinta, para quienes la afirmación de la inferioridad del “indígena” y de sus tecnologías productivas, sirvió y sirve como justificación para su explotación y marginamiento. 75 Las interpretaciones y estudios que ven positivamente a las tecnologías andino-amazónicas ancestrales y sus posibilidades de “recuperarlas” para su puesta en vigencia hoy en día en mayor escala, se apoyan y, sobre todo, ponen énfasis, en la relación armoniosa y equilibrada que se estableció entre la base ecológica para el manejo y preservación del medio ambiente y las técnicas diseñadas por las culturas andino-amazónicas de larga data, para la transformación y uso productivo de las mismas, lo cual establece el concepto de un “desarrollo sostenible andino-amazónico. 4. Sobre la validación de las tecnologías andino–amazónicas Los juicios acerca de las técnicas en sí mismas, aisladas de su contexto estructural e histórico y, por tanto, aparentemente susceptibles de ser “recuperadas” y transferidas tal cual, provienen de una concepción de la tecnología, sólo como un “hardware”, es decir como algo material, sea en forma de canales de riego, herramientas, taqanas, sukakollu, lomas y terraplenes, es decir, como algo básicamente material, tangible, patente. El concepto de la tecnología andino–amazónica va más allá de esta visión demasiado estrecha y comprende también aspectos inmateriales como el conocimiento, la experiencia, la cosmovisión, los saberes, a lo que denominamos “software”. En una comunidad campesina se debe considerar la existencia de alternativas de desarrollo en el seno de su propia cultura y, mediante la recuperación de sus tecnologías ancestrales, puede establecerse la posibilidad de un modelo de desarrollo comunitario propio. En la actualidad, la investigación sobre las alternativas tecnologías precolombinas es fundamental para el conocimiento de la realidad, sobre todo, si se realiza a través de un enfoque agroecológico participativo y en la misma parcela campesina, con resultados aplicables a la realidad, buscando el óptimo ecológico. Las tecnologías precolombinas juegan un rol muy importante en esta búsqueda. En otros casos es posible que la solución pueda encontrarse en la mezcla intencional de tecnologías ancestral y moderna, que tiene que basarse en una 76 investigación y experimentación científica seria. Sin embargo, no se pueden separar los problemas biológicos del contexto económico-social en el cual se desarrollan las actividades agrícolas. Con este propósito, resulta útil la agroecología andino-amazónica, siendo una ciencia multidisciplinaria, que estudia la agricultura y los sistemas de producción con el enfoque ecológico y con mayor sensibilidad social, centrada no sólo en la producción para el mercado, sino también en la sostenibilidad ecológica del sistema de producción. Además, se trata de la aplicación de conceptos ecológicos al desarrollo de la agricultura nacional, en este caso a las tecnologías productivas, con el propósito de desarrollar una agricultura en amplias zonas rurales del país que sea ambientalmente sana, socialmente justa, económicamente viable y culturalmente aceptada. Bajo estos conceptos se hace necesario incorporar todas aquellas tecnologías validadas, que resulten adecuadas a nuestro medio y a nuestros objetivos de desarrollo, independientemente de su origen, grado de antigüedad o modernidad. 5. Sobre los desafíos del futuro Las tecnologías andino-amazónicas precolombinas que en su mayor parte fueron desarrolladas por culturas de larga data, no deben entenderse como un recetario de propuestas tecnológicas “recuperables” por y en sí mismas; sino que necesariamente requieren de una rigurosa investigación y un proceso participativo de validación para establecer su viabilidad y factibilidad técnica, social y económica en el contexto actual. Recién entonces se podrá definir en repertorio de alternativas tecnológicas productivas sostenibles, aplicables y replicables en condiciones agroecológicas semejantes. La puesta en vigencia de las tecnologías andino-amazónicas constituye un proceso gradual de experiencias compartidas entre todos los actores del desarrollo, principalmente de los pobladores excluidos del área rural, que en el 77 nuevo marco del Estado puede ser dinamizados y hacer realidad un aspiración que sólo es de intelectuales y académicos. 6. Sobre el desarrollo rural En definitiva, el desarrollo rural del país que integre a todos sus actores y componentes, debe estar, necesariamente, vinculado a la sabiduría, valores culturales y tecnologías ancestrales que, sin embargo, requieren ser conjugados con los conocimientos y avances que nos brindan la tecnología y la ciencias actuales, dentro de un diálogo de “tinku” articulado e igualitario, que nos permita lograr un desarrollo humano armónico, equilibrado y permanente. El desarrollo del área rural del país debe ser motivo de cuidadosa acciones, que incorporen la experiencia y el saber de los campesinos, de los técnicos de campo y profesionales con sensibilidad social para que, en un futuro próximo, tengamos la satisfacción de recibir la gratitud y el reconocimiento de nuestros hijos y del país, caso contrario seremos pasibles a demandas que nunca tendrán respuesta. Por lo tanto, es necesario propiciar un programa nacional de recuperación de tecnologías andino-amazónicas, encargado de inventariar, caracterizar, describir y establecer el estado de su situación. Asimismo, fomentar la realización de proyectos regionales de desarrollo rural y de investigación, validación, evaluación, promoción y transferencia de las alternativas tecnológicas andino-amazónicas en la participación plena de las comunidades campesinas. Recomendar a las universidades, centros de investigación y organizaciones privadas de desarrollo, realizar investigaciones multidisciplinarias orientadas a la recuperación de las tecnologías andino-amazónicas que proporcionen información básica, sobre la cual se realicen trabajos de recuperación de tecnologías de origen precolombino. Recomendar a los centros de educación técnica y superior la incorporación en su currícula de planes de estudio de materias y cursos sobre la temática de la revalorización de las prácticas productivas y las tecnologías andino-amazónicas precolombinas. 78 Bibliografía AGRUCO (1992) “Desarrollo y Participación: Experiencias con la revalorización del conocimiento campesino”. Serie Boletines Técnicos, Cochabamba, Bolivia. ALANOCA, María. (1997) “Estudio Comparativo de Asociación papa-tarwi en sistemas tradicionales de uso de tierra Milli y aynoka”. Tesis de Grado Ingeniero Agrónomo, Facultad de agronomía UMSA, La Paz, Bolivia. ALTIERI, Miguel. (1996) “Enfoque agroecológico para el desarrollo de sistemas de producción sostenible en los Andes”, Centro de Investigación Educación y Desarrollo CIED, Lima, Perú. CARDENAS, Martín (1984) “Manual de Plantas Económicas de Bolivia”. Edit. Amigos del Libro, Cochabamba, Bolivia. CONDARCO, Ramiro. (1970) “El Escenario Andino y el Hombre. 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Redujeron la incertidumbre de los riegos del cambio climático a través de la creación y el usoadecuado de tecnologías ancestrales andino-amazónicas, de la ingeniería genética y otras alternativas tecnológicas, lo que les permitió preservar las bases productivas y una variedad de plantas y animales, adaptadas a cada uno de losúltiples pisos ecológicos, que ofrecía y ofrece la geografía del país, asegurandoØǂ cuada de alimentos. Las impresionantes terrazas agrícolas construidas en diversos ecosistemas del país, son una prueba fehaciente del trabajo científico de nuestras culturas ancestrales. Las terrazas agrícolas precolombinas presentes en Bolivia, denominadas taqanas, quillas y wachus son, actualmente, reconocidas como las únicas infraestructuras jamás inventadas por el hombre, para acceder a los ecosistemas de alta montaña, evitando la erosión de los suelos. La actual superficie bajo cultivo del país, estimada en 2.374.605 hectáreas, incluyendo cultivos industriales, no industriales y las tierras en descanso, podría incrementarse en un 25%, con sólo recuperar el 70% del total de las terrazas agrícolas precolombinas abandonadas en diferentes ecosistemas del país. Lamentablemente persiste el prejuicio de los impulsores de la agricultura moderna en señalar como causa de la escasa productividad agropecuaria nacional, a la permanencia de tecnologías ancestrales que estarían condenadas a de83 saparecer. Lo paradójico del caso es observar que la erosión que sufren los suelos agrícolas y la reducción de las áreas productivas son más bien el resultado del abandono de los sistemas de producción andino-amazónicos de larga data, especialmente de los inmensos sistemas de terrazas agrícolas de origen ancestral. Los problemas que enfrenta el área rural del país y la producción agropecuaria nacional no podrán ser completamente resueltos, solamente, con el fomento e introducción de tecnologías de punta o con la capitalización del sector sino, también, recuperando las “antiguas y modestas” tecnologías andino-amazónicas, cuya más alta expresión la constituyen las taqanas, quillas y wachus, que permanecen abandonadas y en proceso de destrucción; pero que, sin embargo, en las pequeñas extensiones en las que todavía están en uso, se comprueba que son sistemas de gran eficacia productiva y social. Alcances y objetivos del estudio En esencia, la presente investigación trata de fundamentar la incorporación, al conjunto de alternativas tecnológicas ecológicamente recomendables, económicamente viables y socialmente aceptadas, de aquellas tecnologías de origen ancestral, jamás concebidas por el hombre para la reducción del riesgo climático y la preservación de las tierras productivas de alta montaña: los sistemas de cultivo en terrazas precolombinas. Éstas reciben diferentes denominaciones en el extenso territorio del país. Son llamadas taqanas en las comunidades aymaras, quillas y wachus en la zona de los yungas y jallpa jarkanas o chullpa-tirquis en la región de los valles donde se asientan las comunidades quechuas de Bolivia. El presente trabajo, como un aporte al estudio de la cantidad, calidad y variedad de tipos de terrazas presentes en el territorio nacional, se planteó como objetivo la realización de un inventario a nivel exploratorio, con alcance nacional y reconocimiento a nivel regional, de las superficies ocupadas por taqanas, quillas y wachus, en la vertiente oriental de la cordillera de los Andes; con especial atención en sus características y tipos existentes, en su estado de conservación, en su uso actual y en sus posibilidades de recuperación para ser incorporadas al actual sistema productivo. 84 Por la amplitud, heterogeneidad y variabilidad de la región andino-amazónica del país, todavía no es posible un estudio detallado de las terrazas agrícolas en todas y cada una de las regiones y subregiones. Para los propósitos del presente trabajo y la validación del Sistema de clasificación de terrazas agrícolas se ha seleccionado comunidades de los valles interandinos de los municipios de Charazani, Curva, Chuma y Mocomoco y, como estudios de caso, dos áreas representativas: Cohoni en los valles interandinos y Yanacachi en los yungas del departamento de La Paz. 1. Las terrazas precolombinas 1.1. Conceptos y denominaciones Las terrazas agrícolas precolombinas existentes en el continente americano tienen diferentes denominaciones que dependen de características étnicas, culturales y ecosistémicas del lugar donde están presentes. Los españoles las denominaron andenes, como una extensión del vocablo Andes, con que designaron a las cordilleras sudamericanas. Para Garcilazo de La Vega, cronista inca, dicho nombre proviene de una provincia situada al este del Cuzco. En la lengua quechua, las andenerías son conocidas con el vocablo de “patillas o patas”. (Guilet, 1981; Del Busto, 1978). El equivalente de terrazas agrícolas o andenes en lengua aymara es taqana, que constituye el nombre generalizado de las terrazas agrícolas en el altiplano y valles de Bolivia, en los yungas se las conoce como quillas, y en las comunidades quechuas de Potosí y Chuquisaca se las denomina chullpa tirquis, chullpa pircas y jallpa jarkanas. (Chilon, 1992) Las taqanas o terrazas agrícolas antiguas precolombinas son estructuras conservacionistas escalonadas construidas sobre las faldas o laderas de montañas empinadas y representan una de las altas expresiones de la tecnología ancestral andino-amazónica. 85 Las taqanas precolombinas están soportadas por grandes paredes de piedra en forma de escalinata que, por lo general, siguen las curvas de nivel y presentan superficies cultivables casi horizontales. Las terrazas agrícolas proporcionan terrenos nivelados y suelos profundos en pendientes que son muchas veces abruptas. La función principal de las taqanas es la de evitar la pérdida de suelo en laderas de fuertes pendientes y facilitar el riego en zonas que presentan declives pronunciados, en virtud del control de la caída de agua en una pendiente y por la distribución del agua de lluvia o de riesgo en la superficie de cultivo. Casi todas las taqanas bajo riego, son regadas mediante sistemas de canales que incluyen zanjas, desagües o sistemas de drenaje. 1.2. Aspectos históricos y cobertura geográfica de las terrazas agrícolas Considerando una cobertura geográfica continental, en América existen numerosos vestigios de terrazas precolombinas, desde el sur de Colorado en los EE.UU., pasando por el noroeste de México, Yucatán, Chiapas, Tehuacán, Centro América en los lugares donde se asentaron los mayas y por toda la región andina, desde Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, hasta el centro de Chile y el noroeste de Argentina. Las culturas que sobresalieron en la construcción de terrazas agrícolas fueron maya, azteca, tiwanaku, chavin e inca. (Condarco, R., 1970; Denevan, W., 1985). En el lejano oriente, especialmente en la China Continental, Vietnam, Laos, Camboya se encuentran terrazas antiquísimas, sobre todo en los complejos arquitectónicos presente en Los Himalayas. En América Latina, las terrazas se remontan hasta los 600 años a.C. en la sierra del Tamaulipas en México; en la sierra central del Perú por lo menos el 50% de las terrazas abandonadas que existen son vestigios de origen precolombino. En el caso de la región altiplánica, valles y yungas de Bolivia, un 70% de terrazas agrícolas serían de origen tiwanacota, mollo, lupaca, pacajes e inca, el restante 30% corresponderían a terrazas agrícolas contemporáneas, 86 construidas en el período republicano y en las últimas décadas con apoyo de numerosas instituciones privadas de desarrollo tales como PROCADE-UNITAS (Programa Campesino Alternativo de Desarrollo - Unión Nacional de Instituciones para el Trabajo de Acción Social), proyectos específicos del Estado como el Programa de Apoyo Campesino (PAC) y el Proyecto de Manejo de Recursos Naturales (PROMARENA), y aquellas construidas por las propias comunidades. Sobre la existencia de terrazas agrícolas o taqanas y canales hidráulicos, en el continente americano, los cronistas españoles como Pedro Cieza de León (1553) y especialmente el Padre Bernabé Cobo (1893), refieren que: “… aprovechaban el agua de los ríos, regando con ellas todas las tierras a donde alcanzaba y admirables que tenían, porque estaban tan bien sacadas y con tanto orden, que admira considerar cómo careciendo de nuestras herramientas las podían abrir y edificar… y no solo las encaminaban por tierra llana, sino también por laderas y cerros altos y fragosos… llevávanla por lugares tan fragosos y difíciles porque no solo regaban la tierra llana, sino también la doblada mediante las terrazas de las laderas sin dejar de perder palmo de tierra…”. Según su antigüedad, Kauffman (1976) menciona que las terrazas mundialmente más antiguas serían las construidas en los Andes aproximadamente 1000 a.C, que corresponden al estadio denominado “Agrícola desarrollado”. Valcárcel (1943), indica que puede ser que las terrazas no sean un elemento cultural originario de Perú y Bolivia, pero su perfeccionamiento no fue alcanzado por ningún otro pueblo en la medida que lo desarrollaron las culturas de estos territorios, especialmente las culturas tiwanacota, chavín e inca. Ballivián, A. (2008) señala que el 98% de las terrazas agrícolas presentes en Bolivia son de origen precolombino y cita a varios autores que han realizado investigaciones sobre la antigüedad de las terrazas agrícolas, tales como: Hastorf (1999), quien estima que la asociación entre asentamientos y terrazas agrícolas 87 y terrazas habitacionales, en la península de Taraco en el Lago Titicaca, ocurrió entre el 1800 a.C. hasta el presente. Albarracín y Jordán (1996) identificaron terrazas en el valle bajo de Tiahuanaco, correspondientes al período cultural Horizonte Medio entre el 600 y 1000 años d.C. Por su parte Lecoq (2002) para el mismo período cultural identificó en Yura, Potosí, diez plataformas de terrazas en laderas, correspondientes a los años 800 a 1000 d. C., Michel López (2008) destaca el establecimiento de terrazas de cultivo, en el sitio Huari de la cuenca sur del Lago Poopó, desarrolladas entre el 300 y 900 d.C., Estévez (1990), respecto a las terrazas presentes en Pasto Grande, señala que se habrían desarrollado entre el 300 y 1050 d.C. El valle de Miguillas de la provincia Inquisive del departamento de La Paz, ubicado en la cuenca del río del mismo nombre, entre la cordillera Quimsa Cruz y la serranía Chokerkamir, presenta áreas de terraza agrícolas que habrían sido construidas por diferentes asentamientos humanos que poblaron la región en diferentes épocas. Las primeras construcciones habrían sido de filiación tiwanacota (Quinta época 750 a 1200 d.C.). Luego intervinieron los señoríos aymaras (Pacajes 1200 a 1425 d.C.) para finalmente verificarse la presencia y desarrollo de esta tecnología por parte del Imperio Incaico con el Inca Tupaj Yupanqui (1471-1493 d.C.) mediante la posible implantación de mitimaes. Huidrobro, J. (2008), cita a Carlos Lemus, sobre los trabajos de prospección y excavación arqueológica realizados juntamente con Claudia Rivera y Karina Aranda, en el área de Kellumani de la zona Achumani de La Paz. El área, en sus inicios, era un complejo agrícola, doméstico y funerario y luego, sucesivos asentamientos explotaron intensivamente el enclave, sobre todo durante la ocupación de los Incas y en la Colonia. Las terrazas agrícolas que todavía se distinguen en el valle y en la meseta de Achumani, dan una idea de las primeras labores de cultivo de la región. La tecnología empleada está muy emparentada con Tiahuanaco, pues las terrazas agrícolas son grandes, amplias y bajas (de muros bajos), típicas de esta cultura, en contraste a las terrazas de los Incas y Pacajes que eran elevadas. Se reporta el hallazgo de una chullpa funeraria afiliada a la cultura Pakasa, que correspondería al período de ocupaciones multiétnicas de 1300 a 1536 d. C. 88 En el caso de Ambaná enclavada en la vertiente oriental de la provincia Camacho, departamento de La Paz, las características de las terrazas denotan una marcada influencia Inca, especialmente de aquellas diseminadas en las laderas de Markapata. Los anfiteatros, ruinas, chullpas y taqanas de Yaskapata verifican esta aseveración. En relación al esfuerzo humano requerido para la construcción de las terrazas agrícolas, Guaman Poma de Ayala, señala que: “… Los indios se ocupaban sobre todo de romper la tierra virgen, hacer andenes en toda la quebrada, cerros y punas, muchas veces se tomaban el trabajo de cernir la tierra para separar los guijarros y piedrecillas a fin de hacer el terreno más cultivable... y que en épocas más recientes procedieron a construir sus andenes llevando tierra cernida para hacer sus cementeras en las punas, llevando agua en cántaros” (Regal, 1970). Con referencia al interés que tuvieron los conquistadores españoles por conservar las estructuras de las terrazas agrícolas, se puede aludir a la ordenanza Nº 25 que fuera expedida por el virrey Don Francisco de Toledo (1569-1581): “… Por cuanto en muchos repartimientos de la sierra, de este reino, hay gran cantidad de chacras de maíz y papas, que están hechas de andenes y cerrados los tales andenes con piedras, y de descuidarse los dueños de ellas de reparar, rezar como es justo que lo hagan, ha resultado que las avenidas de las aguas que han rodado la mayor parte de las chacras. Ordeno y mando que los Alcaldes de tales repartimientos salgan a visitar las chacras de él y harán donde lo susodicho hubiere los daños de ellas, aderecen y reparen cada uno lo que fuese obligado de reparar so pena que del que en esto se desmandase lo manden a su costo a hacer y aderezar y que demás de lo pagar incurra en pena de 6 pesos para el hospital de dicho reparamiento” (Regal, 1970). 89 Mapa 4: Cobertura geográfica de terrazas precolombinas en el continente americano 90 1.3. Ciencia ancestral y terrazas precolombinas Earls, J. (1987) sostiene que el gran laboratorio de experimentación de Moray, ubicado en el valle de Urubamba en el Cuzco, Perú, representa la más alta expresión del desarrollo tecnológico integrado de la ciencia unificada andina. Este complejo considerado como una gigantesca computadora agrobiológica, que analógicamente representa un reloj astronómico incorporado en su estructura, que, entre otras cosas, habría permitido la simulación de la máxima diversidad de efectos microclimáticos y su influencia sobre diferentes cultivos, la compilación de registros de máxima diversidad para la toma de decisiones agronómicas y, por ende, económicas, proporcionar información agrobiológica para la planificación agrícola andina. El sistema de terrazas de Moray, habría constituido una auténtica computadora agrobiológica, construida conforme a una estructura geométrica, que interactuaba físicamente con la naturaleza ambiental, de modo que en 27 metros de escalones de terrazas, se “reproducen”, se “encapsulan” ó “sintetizan” los climas característicos de pisos ecológicos, distribuidos naturalmente sobre unos mil metros verticales. En estos pocos escalones de terrazas se producen diferentes y variadas características ecoclimáticas, que se demuestran al considerar sus características por el número de orden de las terrazas y la dirección del muro respecto al sol. Así mismo, el muro de piedra manifiesta influencias específicas sobre los cultivos en función de la altura del muro, su inclinación al sol en una época del año determinada y su color, que le permitirían producir distintos matices de radiación que inciden sobre las plantas. Por ejemplo, un muro de piedras alto y oscuro para una terraza cuya superficie queda oblicua al sol, en los meses más cálidos de los meses de radiación más intensa, aumenta la incidencia de ondas largas sobre los cultivos. Además, pueden construirse para aprovechar al máximo la radiación solar y generar temperaturas excepcionalmente altas en los suelos. Las terrazas agrícolas precolombinas, según sus diferentes tipos geométricos, pueden comportarse como recolectores solares pasivos con marcadas variaciones en la magnitud de sus oscilaciones térmicas. 91 Investigaciones posteriores han demostrado que toda la estructura de las terrazas agrícolas, muros y suelo de la plataforma de cultivo poseen cualidades excepcionales, que permiten aumentar o disminuir la influencia de uno u otro componente ambiental, dentro de límites amplios; en el caso de las terrazas precolombinas de Bolivia, el complejo de Cohoni de la provincia Murillo, y de Atique y Amarete en la provincia Bautista Saavedra del departamento de La Paz, se comprueba estas cualidades. Se señalaba que el muro de piedra de la terraza agrícola era el principal factor de funcionamiento de la infraestructura (Earls, 1987). Investigaciones de campo han verificado que el suelo de la terraza tiene igual o mayor importancia que el muro de piedra, porque el suelo, como un ser vivo, almacena, difunde y libera calor, atenuando las bajas temperaturas ambientales en horas de la madrugada. Además, es en el suelo donde ocurren los procesos de síntesis, resíntesis y transformación de los nutrientes y compuestos orgánicos, y el intercambio de gases, humedad y energía con el ambiente; un gramo de suelo agrícola de las terrazas, alberga de 50 a 100 millones de microorganismos entre bacterias, actinomicetos, hongos y algas, que son responsables de la dinámica edafológica y de producción de sustancias nutritivas, vitaminas, hormonas y sustancias mucilaginosas que favorecen el crecimiento y desarrollo de los cultivos, lo que guarda relación con el comportamiento térmico del suelo que se incrementa cuando la temperatura ambiental es menor, en cambio el comportamiento térmico del muro de piedra es lineal, calentándose en el día y enfriándose por la noche (Chilon, E. 2008). 1.4. Principios físicos del funcionamiento de las terrazas precolombinas La tecnología andino amazónica se sustenta en una cosmovisión integral, que se exterioriza como un todo y que incluye una parte espiritual o intangible (software) relacionada con la experiencia, conocimientos, cosmovisión, rituales y compromiso social, que dan la razón de ser a la infraestructura material 92 (hardware), por lo que no pueden manifestarse o funcionar separadamente (Chilon, E., 1996). En el capítulo anterior se desarrolló la conceptualización del software y el hardware de la tecnología andino–amazónica. Las terrazas agrícolas precolombinas son estructuras conservacionistas que funcionan exteriorizando tres principios físicos básicos, que también se manifiestan en otras infraestructuras andino-amazónicas: la regulación térmica, la humedad relativa y la turbulencia, y el flujo continuo del agua y nutrientes. 1.4.1. Principio de la regulación térmica de las terrazas El calor del sol que ocurre durante el día es acumulado, almacenado y conservado, en las piedras del muro de contención de las terrazas agrícolas y, principalmente, en el suelo aprovechando su contenido de humus orgánico, su actividad microbiológica y el contenido de agua. Según el tipo de terraza agrícola, durante la noche el calor del sol, almacenado y conservado en las rocas del muro, y en el humus (relacionado directamente con la dinámica de los microorganismos) y la humedad presentes en el suelo agrícola, es irradiado lentamente produciendo un efecto termorregulador microclimático apropiado, que protege a los cultivos de las heladas, generados por los descensos bruscos de la temperatura. Chilon, E., Vera, G. y Mamani S. (2008) utilizando geotermómetros, determinaron la variación térmica de una terraza agrícola cultivada en Amarete, municipio Charazani, encontrando que la temperatura en el muro de piedra sigue un patrón de comportamiento regular y acorde con las leyes de la física, alcanzando su mayor valor a las 12 del día con 16.6º C, enfriándose gradualmente; a las 16 horas se registró 15.5º C, a las 18 horas 14.5º C, a las 22 horas 12.5º C y a las 24 horas 11º C; alcanzando sus menores temperaturas en el nuevo día a partir de las 4 de la madrugada con 10º C y a las 8 de la mañana se registró 9.5º C. Lo sorprendente es que la temperatura del suelo de la terraza presentó un comportamiento atípico; a las 12 del día registró 14º C, a las 16 horas 16º C, a las 18 horas 17º C, a las 22 horas 16.5º C, a las 24 horas 16º C, a las 4 de la madrugada 15º C, y a las 8 de la mañana la temperatura se mantuvo en 15º C. Esta misma 93 temperatura se prolongó hasta las 12 del día. Se evidencia que el suelo y sus características relacionadas con su riqueza en humus, presencia y actividad de microorganismos y su contenido y almacenamiento de humedad son el principal factor operativo de los principios de funcionamiento de las terrazas precolombinas. Estos hallazgos se contraponen a la teoría de Earls (1987), quien manifiesta que los muros de piedra se construyeron para aprovechar al máximo la radiación solar para generar temperaturas excepcionalmente altas en los suelos. Puede ser que el muro de piedra, que cumple un rol importante en la conservación del suelo, coadyuve a la temperatura ambiental, pero se ha demostrado que el suelo enriquecido con materia orgánica, tiene una influencia decisiva en la absorción de la radiación solar, así como en su difusión en horas de la noche y en la madrugada; las observaciones empíricas de los propios productores refuerzan esta aseveración: “…En tiempo de heladas, entre las cinco y seis de la madrugada, el suelo está calientito…” (testimonio de Simón Mamani). Por su parte, Schulte (1996) estudiando el manejo de la diversidad ecológica en Charazani, también logró resultados que contradicen las teorías de Earls. 1.4.2. Principio de la humedad relativa y la turbulencia de las terrazas El aire frío de las heladas que impacta sobre la infraestructura de las terrazas agrícolas, se mezcla con el aire caliente que se irradia desde el muro de piedras y del suelo rico en humus y húmedo, atenuándose la temperatura e incrementándose la humedad relativa, lo que minimiza y controla los efectos negativos de las heladas. Resulta de particular importancia el proceso termodinámico relacionado con la humedad relativa, que se incrementa en las horas críticas, fenómeno que es terminante en la protección de las plantas contra las heladas. Las laderas, cuando están dotadas de infraestructuras de terrazas agrícolas, evitan el enfriamiento rápido de la capa de aire próxima al suelo, debido a que el muro de piedra y el suelo –por el humus, microorganismos y la humedad presentes–, habiendo acumulado suficiente calor del sol durante el día, lo van irra94 diando lentamente durante la noche minimizando y controlando los efectos perniciosos de las heladas sobre los cultivos. Se ha observado que si los suelos de las terrazas son pobres en humus y secos, se enfrían rápidamente debido a la pérdida de calor por irradiación nocturna. 1.4.3. Principio del flujo continuo del agua y nutrientes Este principio está relacionado con el comportamiento del agua, manifestándose como agua que corre por la superficie, agua que se infiltra en el perfil del suelo, agua que se evapora y agua que es utilizada por las plantas. El agua que circula por la superficie, por acción de la infraestructura y las características del suelo de las terrazas, queda estacionaria favoreciendo su infiltración y almacenamiento por la porosidad y los coloides edáficos presentes, además, este proceso lleva las partículas finas o arcillosas en forma lenta y gradual hacia las partes bajas por eluviación mecánica. Los nutrientes eluviados son nuevamente transportados hacia las raíces por capilaridad, flujo de masas o difusión. Los nutrientes extraídos por las plantas son reincorporados al suelo como rastrojos o restos de cosechas y como enmiendas orgánicas en la forma de abono verde, compost, estiércol, restituyéndose el ciclo natural de los nutrientes (Chilon, E., 1989). En las terrazas agrícolas o taqanas, el agua que se infiltra a las partes inferiores y, cumplida su función nutritiva, se evacúa para ser aprovechada en los planos inferiores, llevando a ellos los nutrientes solubles movilizados desde la terraza superior, principalmente aquellos nutrientes móviles dentro del suelo como son los nitratos. Las terrazas agrícolas ubicadas en las partes superiores de una ladera fueron utilizadas para cultivos poco exigentes en nutrientes, instalándose cultivos aportantes de nutrientes, tal es el caso de leguminosas. En las terrazas de la parte media e inferior de la ladera, se cultivaron plantas más exigentes en nutrientes. Esto se evidencia en los análisis físico-químicos de suelos de terrazas agrícolas muestreados a distintas profundidades en el perfil y a distintas altitudes de ubicación en la ladera (gráfico 10). 95 Gráfico 10: Principios de funcionamiento de las taqanas y quillas 96 2. Tipología de las terrazas agrícolas precolombinas Para muchos investigadores, las terrazas agrícolas son parte de una configuración agrícola utilizada desde tiempos ancestrales que requerían de una alta inversión de mano de obra en su construcción y mantenimiento. Generalmente se relacionan con cultivos intensivos y con métodos de mantenimiento de la fertilidad de la tierra y con, por lo menos, poblaciones densas, en los lugares donde se desarrollaron estas infraestructuras ancestrales. Denevan, W. (1994), agrupa a las terrazas agrícolas en dos categorías: 2.1. Terrazas que reducen la pendiente para el control de la tierra y el agua En esta categoría se incluyen los siguientes tipos de terrazas: 2.1.1. Terrazas de barranco Se caracterizan por presentar muros de contención de 0.5 a 2.0 m de alto, generalmente de piedra, construidos en ángulo recto que atraviesan los valles y los arroyos que, por lo general, tienen flujos intermitentes de agua. Los muros están respaldados por superficies de cultivo, las cuales han sido parcial o totalmente aplanadas por la acumulación de sedimentos detrás del muro. Es probable que las plataformas de cultivo de estas terrazas agrícolas se utilicen bajo lluvia temporal o al secano, antes que con la utilización de agua de regadío. También se las conoce como trincheras (en México), muros, presas, weir terraces, terrazas silt-trap (trampas de sedimentos), terrazas de lecho (channel bottom). Por lo general, las paredes de piedra de las terrazas de barranco, no tienen estructuras para la caída del agua al próximo campo sin erosionar el muro. Estas terrazas se encuentran ampliamente dispersas, las hay en el noroeste de México, en el suroeste de EE.UU., en el centro de Yucatán (México), así como 97 en Chiapas, Tehuacan, en Bolivia, Perú y Ecuador, en el norte de Chile y en el noroeste de Argentina. 2.1.2. Terrazas en pendiente Son el tipo de terrazas más comunes; siguen o se aproximan en su forma a las curvas de nivel y se ubican en las laderas de los valles, en vez del fondo de los mismos. La superficie de cultivo tiene pendiente, pero, en la mayoría de los casos, la pendiente natural ha sido reducida mediante la acumulación de suelo detrás del muro de retención, que es de piedra y a veces de tierra. Estas terrazas tienen por función reducir la erosión, profundizar el suelo y controlar el agua de escorrentía. Pocas veces son regadas por canales o zanjas, porque debido a una carencia de superficie plana, no se puede esparcir llanamente el agua. Por consiguiente, las terrazas en campos con pendientes normalmente se observan en zonas con suficiente agua de lluvia. Se presentan en terrenos de piedra caliza en la zona central de Yucatán (México); además se estima que la velocidad de la acumulación de suelo ha sido acelerada por la eliminación de la vegetación, las piedras, o la capa dura, como se hizo en el desierto de Neveg antiguo. Este tipo de terrazas también fueron reportadas en Chile y Argentina. 2.1.3. Terrazas Metepantli Llamadas también semi-terrazas, se caracterizan por presentar un muro de retención, usualmente de tierra, sostenido por las raíces de una fila de plantas de maguey o agave colocadas encima del muro (muro vegetado). Podían tener desagües para prevenir el lavado de la tierra y para recolectar el agua de lluvia. Sus funciones principales son la prevención de la erosión y la retención de la humedad para los suelos. Pareciera que su desarrollo no fue muy marcado en la época precolombina. Se ha descubierto que tienen una antigüedad de 500 a 700 años d.C. y son muy comunes en México. 98 2.1.4. Terrazas aisladas en segmentos Estas terrazas presentan muros de retención o superficies de cultivo que están aislados, dispersos o discontinuos, en contraste con las filas paralelas o apretadas de terrazas que atraviesan una pendiente. La mayoría son terrazas en campos con pendientes y posiblemente son formas nacientes de sistemas de terrazas más complejas, han sido identificadas en la sierra de Perú. Este tipo de terrazas son similares a las terrazas llamadas quntus presentes en Potobamba (Potosí) y Presto (Chuquisaca), Bolivia. 2.1.5. Terrazas cortas de coca Son terrazas pequeñas con superficies de cultivo angostas, dispuestas como las graderías de un estadio, con muros de retención de piedra o tierra, ubicadas en fuertes pendientes y que sirvieron para el cultivo de la coca y para reducir la erosión y aumentar la infiltración del agua de lluvia. Están presentes en la provincia de Sandia, en Perú, donde se las conoce como “gradas”. Estas terrazas son parecidas a las identificadas en los yungas de Bolivia, donde se las denomina quillas y se caracterizan por presentar una plataforma de cultivo angosta, con muros de contención sólidos y duraderos de piedra pizarra con una altura de 0.50 m y que fueron utilizados para el cultivo de la coca. Una variante contemporánea, son los wachus y zanjeos, que presentan muros apisonados de tierra, que se deterioran fácilmente y sirven para el cultivo de coca, la misma que se planta en trinchera entre los wachus. 2.2. Terrazas con pendiente nivelada para facilitar el riego 2.2.1. Terrazas precolombinas de banco Formadas por grandes paredes de piedra en forma de bancos, con superficies horizontales de cultivo que proporcionan terrenos nivelados y suelos muy 99 profundos en pendientes, a veces, muy agudas; en Perú se las denomina andenes. Su función principal es la de facilitar el riego en zonas ubicadas en declive por el control que realiza de la caída de agua en una pendiente y por la distribución del agua en la superficie de cultivo. Casi todas las terrazas de banco son regadas mediante sistemas de canales, zanjas o desagües. Este tipo de terrazas se ve muy bien representado en el conjunto arquitectónico de Pisac en el Cuzco, donde tienen muros de piedra con alturas de 1.20 a 2.00 m, una estrecha y larga senda, en gran parte tallada en la roca sube por entre los andenes, hasta la planicie, donde se ubican los edificios prehispánicos. El siglo pasado, Charle Wiener citado por Ravines (1980) en la revista Alpanchis, señalaba la ya extraordinaria magnitud de la andenería de Pisac que recortaba en escalones de 300 m de longitud, las laderas que cubre totalmente los flancos de la colina, mencionando que “… nada más difícil que franquear las terrazas, que son de 3 a 4 m de altura, y donde los muros que los sostenían están cubiertos de plantas espinosas. Tuvimos que subir 42 de estas gradas, la terraza superior está separada de la plataforma por una pendiente abrupta de más o menos 300 m que con pequeñas interrupciones , tiene un gradiente que varía entre 35º y 45º de inclinación, es aquí donde la ascensión es horriblemente fatigante”. Las terrazas de banco son similares a las taqanas con muro de piedra y la plataforma de cultivo nivelada presentes en la región aymara de Bolivia. 2.2.2. Terrazas en el fondo de los valles Son una variante de las terrazas de banco, con superficies de cultivo anchas y planas (hasta de 100 m o más), y muros de retención comparativamente bajos. Se las observa en los valles anchos y perpendiculares de los ríos o, a veces, en las formaciones sedimentarias en forma de abanico fluvial, en las entradas de los valles más grandes. El flujo de agua por el valle no es interrumpido como en el caso de las terrazas de barranco. El riego de estas terrazas se realiza por las terrazas bajas naturales de los ríos ubicados ladera arriba, y su función principal es la de controlar el agua de riego. 100 2.2.3. Los cuadros Representan un tipo distinto de terrazas presentes en las depresiones naturales de los valles, se caracterizan por ser terrazas cuadradas o rectangulares, miden aproximadamente 5 x 8 m2, aunque algunos son más amplios y están rodeados total o parcialmente, con lomos de piedra o de tierra de 12 a 28 cm de alto. Las depresiones resultantes se inundan con láminas de agua proveniente de inundaciones naturales, o de canales de riego y son protegidos por muros bajos muy consistentes. Aunque se sabe que estas terrazas son muy antiguas, no se ha podido comprobar su posible origen precolombino. Se han identificado en los valles costeros del sur de Perú y en el norte de Chile. Aparte de este tipo de configuración agrícola, Denevan (1994) señala que se tiene otras tecnologías como ser: los campos hundidos, los huertos con bordes de piedras usadas para anclar arena, bordes lineales, canales, acueductos, galerías filtrantes, surcos presas, reservorios, campos de pocitos, pozos, campos elevados, campos con zanjas, diques, represas, sistemas de qotañas, mojones de piedra, montículos, paredes de límite, camellones pequeños, tablones, q’ochas, simp’as (surcos trenzados) y otras tecnologías. Si bien esta tipología responde, en gran medida, a las observaciones y estudios generales de las terrazas presentes en diversas partes de América, muchos tipos locales no son tomados en cuenta, por lo que se propone una clasificación que, considerando diversos criterios, agrupe, si no a todas, a la mayor parte de terrazas precolombinas existentes en Bolivia. 3. Importancia de las terrazas precolombinas en la conservación de los suelos y el agua En los ecosistemas de alta montaña, las medidas de conservación del suelo y del agua se encuentran intrínsecas en las características de construcción de las terrazas agrícolas, como son el corte de la pendiente, los elementos del drenaje, la forma de los muros y la preparación de los suelos de la plataforma de cultivo. 101 3.1. Sobre el control de la erosión La erosión hídrica se ve disminuida y se controla eficientemente con las terrazas agrícolas, porque el tamaño y la cantidad de material que el agua puede arrastrar o llevar en suspensión depende de la velocidad con que ésta fluye, la cual, a su vez, es resultante de la longitud y el grado de pendiente del terreno. Al disminuir estas dos condicionantes y cultivarse en surcos a nivel, se evita la escorrentía del agua superficial, controlando, de esta manera, el arrastre del material. Esto es posible, en primer lugar, porque toda el agua de escorrentía fluirá desde las terrazas hacia los canales, siendo drenada por éstos y, en segundo lugar, porque dado el corte escalonado de las laderas, el agua de escurrimiento no se podrá acumular a todo lo largo de la pendiente, evitándose el aumento de su volumen y velocidad y, con ello, sus daños. 3.2. Sobre el drenaje Las terrazas, aparte de contar con un gran número de canales, zanjas y desagües que permitían un eficiente drenaje, en cada una, muchas veces, el subsuelo era impermeable, por estar construidas sobre una superficie rocosa, por lo que la percolación de los excedentes de agua se realizaba por las fisuras del muro de contención. Pero, cuando las terrazas eran muy altas y se calculaba que este drenaje no bastaba para evacuar los excesos de agua, se diseñaban galerías de piedra laja que funcionaban como tuberías de desagüe. Esta modalidad se ha observado en terrazas ancestrales de Caata y Amarete, en Charazani. La evacuación de estas galerías terminaba en una criba a través del muro de piedra para evitar el escape de las partículas finas y de los nutrientes disueltos en el agua. Por lo tanto se presentaba un máximo aprovechamiento del agua, una distribución más homogénea, un aumento en la infiltración de agua en la terraza inferior aprovechando el agua infiltrada de la terraza superior y la que corre por los canales. Esta óptima utilización del agua influyó directamente en la estabilización de la infraestructura y en la fertilidad del suelo. 102 3.3. Sobre el mantenimiento de la fertilidad del suelo El suelo de la plataforma de cultivo de las terrazas era preparado y enriquecido con materia orgánica, labrado para su aireación adecuada y acondicionado para que el agua, en lugar de correr sobre la superficie, quede estacionaria favoreciendo la infiltración, además que, mediante este proceso, se transporta las partículas finas en forma lenta y gradual hacia las partes bajas, dejando en la superficie un suelo de textura media enriquecido con humus orgánico que favorece el almacenamiento del agua, reduciéndose al mínimo las pérdidas por evaporación. El abonamiento orgánico, además de favorecer la porosidad y formación de agregados del suelo otorgándole una mayor resistencia frente a la acción dispersante de las gotas de lluvia, garantizaba la dinámica de la vida microbial y los procesos de transformación, síntesis y resíntesis en el suelo. 4. Terrazas precolombinas de Bolivia: taqanas, quillas y wachus 4.1. Inventario preliminar de terrazas precolombinas Aproximaciones preliminares sujetas a comprobación, calculadas sobre la base de las proyecciones iniciales de los estudios realizados en zonas representativas del país que, en el pasado precolombino, fueran escenario de una intensa actividad productiva, permiten establecer una superficie de terrazas precolombinas a nivel nacional cercana a las 650.000 hectáreas que se encuentran en diverso estado de conservación, pero con muchas posibilidades de ser recuperadas. Sólo en el departamento de La Paz, utilizándose técnicas de fotointerpretación y comprobación de campo, se ha identificado la existencia de terrazas precolombinas o taqanas, en diverso estado de conservación y en distintas provincias que cubren, aproximadamente, una superficie de 230.000 hectáreas, de las cuales en el presente, sólo un 25% está en uso. 103 Al respecto, Ericsson (2000) citado por Ballivián, J. (2008) estima que las terrazas presentes en los alrededores inmediatos del Lago Titicaca, llegarían a cubrir una superficie de hasta 500.000 hectáreas. Por su parte, Schulte (1996) indicaba que la superficie de terrazas prehispánicas existentes en Bolivia señalada por Chilon E. (1996) de aproximadamente 600.000 hectáreas, estaba sobredimensionada. Con la presente investigación se retomó la discusión sobre estas controversias, con una posición sobre aseveraciones y resultados en esta temática. De acuerdo a los estudios preliminares e información, se reporta la existencia y uso de terrazas precolombinas en varios departamentos del país: • La Paz: en la cuenca del Lago Titicaca, en las laderas de los valles internadinos de las provincias Bautista Saavedra, Franz Tamayo, Muñecas, Camacho, Murillo, Sud Yungas, Larecaja y en las laderas de los ríos de la meseta altiplánica. • Oruro: en las serranías de la cordillera oriental, correspondientes al altiplano central y sur, y en la cuenca del Lago Poopó. • Potosí: en los valles interandinos y altiplano, en las microcuencas de los ríos, en los centros arqueológicos de Yura, Puna y Calcha, en el sendero Turqui– río Pilcomayo1, en Cornelio Saavedra principalmente en Betanzos y en el cantón Potobamba. • Chuquisaca: en los valles interandinos, en las secciones municipales de Presto y Pasopaya, en Tarabuco y Yamparaez. • Cochabamba: en los valles altos, medios y bajos, en la provincia Independencia, en Tapacari, Ayopaya, Mizque y Aiquile y, principalmente, en las laderas de las serranías que limitan con la provincia Inquisivi del departamento de La Paz. • Tarija: en las laderas cordilleranas de la provincia Avilés en varias comunidades de la primera y segunda Sección y en las provincias de Cercado y Méndez. • Santa Cruz en las zonas aledañas a la divisoria de cuencas denominada Siberia, y principalmente en las cercanías de Comarapa, Saipina y el complejo de Samaipata. 104 Estas importantes infraestructuras conservacionistas y productivas, de origen ancestral, siguen un patrón de distribución a lo largo de la Cordillera de los Andes que cruza al país de este a sur oeste y está relacionado con los pueblos andinoamazónicos que se han desarrollado en dos momentos históricos importantes, verificándose que la presencia de las terrazas está ligada con los asentamientos y sistemas productivos de estos pueblos: Los llamados sitios Tiwanaku de mayor relevancia (500 a.C. a 1050 d.C.) cuyos lugares más importantes en La Paz son: Tiawanaku, Lucurmata, Pajchiri, Konko Wankani, Cundisa, Ojje y Chiripa. En Cochabamba: Independencia, Capinota, Piñani, Quillacollo, Pojpo Collo, Arani, Mizque, Aiquile, Omereque, Jarqa Pata (Pocona). Los sitios del Tawantinsuyo Inka desarrollados de 1400 a 1532 d. C. que incluyen los santuarios y centros ceremoniales de la Isla del Sol, Isla de la Luna, Copacabana en el departamento de La Paz y Samaypata en Santa Cruz de la Sierra; los tambos principales y fortalezas ubicadas en Tarija, Potosí, Chuquisaca, Cochabamba, Oruro y La Paz (mapa 5). 1 Ballivián J. (2008) reporta la presencia de terrazas y plataformas agrícolas asociadas con restos de cerámica prehispánica, en el sendero Turqui-Pilcomayo, en las Comunidades de Yocalla, Luqueta, Turqui y Salinas de Yocalla. 105 Mapa 5: Cobertura de terrazas precolombinas en Bolivia 106 4.2. Inventario de terrazas precolombinas en el departamento de la Paz En el departamento de La Paz se ha realizado estudios de reconocimiento con mayor rigurosidad técnica que en otros espacios. Los trabajos de fotointerpretación y comprobación de campo permiten estimar una superficie de terrazas precolombinas de 230.000 hectáreas. Las zonas más representativas de La Paz, con complejos de terrazas son las siguientes: • Provincia Bautista Saavedra, en las zonas aledañas a los poblados actuales de Amarete, Atique, Moyapampa, Tacachillani, Sorapata, Sayhuani, Huato, Chajaya, Charazani, Caata, Chari, Chacarapi, Chullina, Q´asu y Carijana en el municipio de Charazani. En las comunidades de Opinhuaya, Caalaya y Curva del municipio de Curva, existen áreas de taqanas en producción y abandonadas, que sumadas a las zonas de difícil acceso establecen una superficie aproximada de 50.000 hectáreas de terrazas ancestrales2. • Provincia Franz Tamayo, en laderas de valle aledañas a Pelechuco, en laderas de valles interandinos de Antaquilla e Hilo Hilo, y en zonas aledañas a Atén y Apolo se contabilizan unas 4.000 hectáreas de terrazas precolombinas. • Provincia Muñecas, en el Cantón Sococoni, en Timusi, Sococoni y Chajlaya, y en comunidades del cantón Chuma, del municipio del mismo nombre; en el municipio de Ayata en comunidades del cantón Cuibaja, y en el área subtropical del cantón Camata; en el municipio de Aucapata, donde se encuentra el exponente arqueológico más importante de la zona, el complejo agrícola de terrazas precolombinas de Chawarani y Pukarilla, ubicados al noroeste del complejo arqueológico de Cari. Este complejo tecnológico que incluye sistemas hidráulicos en terrazas agrícolas, fue desarrollado por la cultura mollo, cuyos adelantos y destreza en esta tecnología pueden observarse aún en los valles de Llika y Camata. En conjunto se ha logrado establecer una superficie preliminar de 20.000 hectáreas de taqanas. 2 Se incluye el área estudiada a detalle por Apaza J. (2004) en la microcuenca Phinata en Amarete, donde indetificó 598,34 hectáreas de terrazas ancestrales en uso bajo el sistema de qapanas. 107 • Provincia Camacho, en Ambaná, jurisdicción cantonal de más de 40 comunidades y principalmente en la cima y faldas de Markapata, donde se encuentran terrazas, posiblemente incaicas, diseminada en diferentes sitios, muchas de las estructuras de taqanas ubicadas en los valles bajos, están siendo arrasadas por los ríos Rojo y Blanco o Cho´xawaya. También en las laderas de las serranías de Carabuco, y mayormente en Italaque y Mocomoco3, donde se observan laderas cubiertas por terrazas que se extienden desde Huallpacayo hasta los valles bajos aluviales, incluyendo los valles cerrados de Paco y Santa Wara, presentando una superficie estimada en 30.000 hectáreas de terrazas, algunas de ellas en uso y un número no determinado de terrazas abandonadas. • Provincia Manco Cápac, en la península de Copacabana, en las comunidades Titicachi, Zampaya, Chaña, Cusijata, Kopacati, e islas del Sol y de la Luna en el Lago Titicaca y toda el área circunlacustre que abarca parte de las provincias de Ingavi, Los Andes y Omasuyos, presentando una superficie mayor a las 50.000 hectáreas. • Provincia Inquisivi, en áreas aledañas a Quime, Licoma, Choquetanga, Ichoca, Inquisivi y Suri, especialmente en el valle de Miguillas ubicado entre la cordillera Quimsa Cruz y la serranía Chokerkamir que incluye los sitios arqueológicos de Vilkara, Humapalka, Wilawaranka y Chullpamarca; se calcula una superficie de taqanas que sobrepasa las 15.000 hectáreas. • Provincia Sud Yungas, la proyección fotogramétrica permitió calcular una superficie de 20.000 hectáreas entre quillas y taqanas, siendo uno de los exponentes más importantes, las terrazas y quillas ubicadas en la cuenca del río Takesi, especialmente en zonas aledañas al camino precolombino entre la Mina Chojlla, pasando por Yanacachi hasta Puente Villa. En la otra vertiente de la cordillera oriental se identificó la presencia de terrazas entre Lambate y Pasto Grande, en está última zona se tiene el complejo arqueológico de Inkalakaya. 3 Ricerca e Cooperazione (1999) señala que el valle de Mocomoco junto a su vecino Charazani son los lugares más notables en terraceo del país, estimando que el área global de tierra cultivable con terrazas agrícolas en la zona es de 24,000 hectáreas. 108 • Provincia Nor Yungas, en Coripata, Huancané y Tocaña, así como en Coroico se tiene terrazas, incluyendo quillas, wachus y zanejos, cubriendo una superficie aproximada de 18.000 hectáreas. • Provincia Larecaja, en comunidades del municipio de Combaya, Sorata, Quiabaya y en laderas de la vertiente del río Consata, están presentes unas 3,000 hectáreas. • Provincia Pacajes, en las zonas aledañas a Comache, Caquiaviri y el complejo arqueológico de Achiri se tiene una superficie de 2.000 hectáreas. • Provincia Aroma, en lomadas y laderas de las serranías, se observan terrazas a lo largo de la carretera La Paz-Oruro, en una superficie de 3.000 hectáreas aproximadamente. • Provincia Murillo, existen terrazas precolombinas bajo riego en el complejo de Cohoni, abarcando más de 32 comunidades; en el cantón Zongo, principalmente en las comunidades de Coscapa y Chucura, en zonas aledañas a la sede de gobierno en Achumani en el área de Kellumani y en el distrito rural de Hampaturi. En conjunto se encuentra una superficie de taqanas que sobrepasa las 15.000 hectáreas (mapa 6). 109 Mapa 5: Cobertura de terrazas precolombinas en el departamento de La Paz 110 4.3. Posibilidades de recuperación de las terrazas precolombinas Actualmente, en Bolivia se están proponiendo diversos medios para incrementar la producción y productividad, así como para ampliar la frontera agrícola. Se mencionan acciones relacionadas con el riego, tecnificación del agro, programas de desarrollo rural, programas de lucha contra la pobreza y programas de colonizaciones. La mayoría de estos proyectos son de largo y mediano plazo, pues involucran endeudamiento externo, por la gran cantidad de capital y tecnología requeridos, gastos que no se ven reflejados en los beneficios obtenidos. Con una propuesta de rehabilitación y recuperación de terrazas o taqanas ancestrales, se busca desarrollar una agricultura que sea “agronómicamente viable, económicamente rentable y ecológicamente estable”; y si bien las terrazas o taqanas se remontan a siglos atrás, son hasta hoy la única forma eficaz de evitar la erosión indiscriminada en las laderas de las zonas montañosas y contrarrestar los efectos del cambio climático. Se considera que en estas terrazas o taqanas, actualmente en desuso o abandonadas, existe un gran potencial para desarrollar la agricultura recuperando esta tecnología ancestral. El siguiente análisis en base al inventariado preliminar, permite obtener algunos indicadores bastante alentadores, para la recuperación de las terrazas. Del área aproximada total que alcanza las 230.000 hectáreas de terrazas, existentes en el departamento de La Paz, sólo un 25% está en uso, lo que representa aproximadamente 57.500 hectáreas, las restantes 172.500 hectáreas, presentan serias posibilidades de recuperación. Tomando en cuenta, que el área actual cultivada en el departamento de La Paz, es aproximadamente de 400.000 hectáreas, la incorporación de las 172.500 hectáreas de terrazas recuperables, incrementaría en más del 43% la superficie cultivable actual. Bolivia cuenta con una extensión territorial de 1.098.581 km2 de los cuales la superficie efectiva con cultivos no industriales e industriales y tierras en descanso, se estima en 2.374.605 hectáreas4. Esta superficie cultivada, sin tomar en 4 Encuesta Nacional Agropecuaria 2008, INE MDRAyMA, Bolivia. 111 cuenta a las tierras en descanso, podría incrementarse en un 25%, si sólo se recuperara el 70% de las 650.000 hectáreas de terrazas precolombinas, que se encuentran abandonadas y en diversos estados de conservación, en diferentes regiones del país. Una aproximación a los costos y rentabilidades, establecidas en base a las experiencias de reconstrucción en Sud Yungas y en Cohoni por el CIDAT dan, como resultado, una inversión de USD 900 a 2.000/hectárea de taqanas rehabilitadas. En el caso de la construcción de terrazas nuevas, realizada por el PROCADEAROMA, los costos alcanzaron USD 1.800/ha (Marandola, L. 1995). Estos costos resultaron menores a los 2.500 USD/ha de microrriego campesino que ejecutó el Programa Nacional de Riego y Drenaje. El PROMARENA, con su metodología de concursos y movilización de capacidades locales, ha logrado rehabilitar y construir terrazas precolombinas con un costo menor a las proyecciones establecidas, con la ventaja que ha coadyuvado a la revalorizando los activos patrimoniales de las comunidades, impulsando un trabajo por ellos y para ellos mismos. 5. Clasificación de las terrazas precolombinas de Bolivia Como un aporte al trabajo de inventariación de la amplia variedad, tipos y cantidad de terrazas precolombinas, existentes en el territorio nacional, se ha desarrollado un sistema de clasificación, que tomando en cuenta aspectos técnicos relevantes y socio-culturales, agrupa a las terrazas agrícolas en categorías, clases y subclases, con su respectiva nomenclatura. El sistema de clasificación de terrazas agrícolas tiene la particularidad de que una misma terraza agrícola puede corresponder a varias categorías y clases. Así mismo, el sistema toma en cuenta otros criterios de clasificación de terrazas y taqanas, propuestos por meritorios arqueólogos, antropólogos, sociólogos y otros estudiosos de las ciencias sociales (Chilon, E. 1997, 2008). 112 5.1. Sistema de clasificación de terrazas agrícolas La primera versión del sistema de clasificación de terrazas agrícolas, data de 1997, su uso y aplicación ha permitido continuar con el proceso de enriquecimiento y perfeccionamiento del mismo. La segunda versión ajustada corresponde al año 2007 y ha sido aplicada en trabajos de investigación de terrazas precolombinas y tesis de grado. 5.1.1. Categoría de terrazas agrícolas Las terrazas agrícolas se agrupan en ocho categorías de acuerdo a sus cualidades estructurales: por su uso (A), por su acabado (B), por su forma (C), por el régimen de riego (D), por su pendiente o desnivel (E), por su formación y tipo de muro de contención (F), por la altura del muro de contención (G), por el área de la plataforma de cultivo (H). 5.1.2. Clases de terrazas agrícolas Cada categoría o grupo se divide en clases de terrazas agrícolas de acuerdo a sus cualidades y características propias, el detalle se presenta en el cuadro 2. Cuadro 2: Clasificación de terrazas agrícolas CATEGORÍA POR SU USO (A) CLASES DE TERRAZAS Terrazas de experimentación Terrazas agrícolas o de producción permanente Terrazas ceremoniales o funerarias Terrazas de contención y sendas de paso Terrazas para viviendas Terrazas mixtas Terrazas de uso temporal (descanso) Terrazas corral cancha Quillas de producción de coca y otros cultivos Wachus o zanjeos Chullpa tirquis 113 SÍMBOLO A1 A2 A3 A4 A5 A6 A7 A8 A9 A10 A11 CATEGORÍIA POR SU ACABADO (B) POR SU FORMA (C) POR EL RÉGIMEN DE RIEGO (D) POR SU PENDIENTE O DESNIVEL (E) POR SU FORMACIÓN Y TIPO DE MURO DE CONTENCIÓN (F) POR LA ALTURA DEL MURO DE CONTENCIÓN (G) POR EL ÁREA DE LA PLATAFORMA DE CULTIVO (H) CLASES DE TERRAZAS Terrazas ornamentales y vistosas Terrazas semirústicas Terrazas rústicas o de pueblo Terrazas cóncavas en semiluna Terrazas convexas en semiluna Terrazas cóncavas múltiples con un solo vértice Terrazas geométricas rectangulares Terrazas irregulares Terrazas circulares concéntricas Terrazas de riego y drenaje Terrazas de inundación Terrazas de secano Terrazas con plataforma de cultivo nivelada Terrazas con disminución del 50% de la pendiente del suelo SÍMBOLO B1 B2 B3 C1 C2 C3 C4 C5 C6 D1 D2 D3 E1 E2 Terrazas con muro de piedra F1 Terrazas con muros de tierra con talud inclinado F2 Terrazas con muros de contención vegetados F3 Terrazas de formación lenta F4 Terrazas con muros de contención al ras del suelo y plataforma de cultivo con su pendiente original Terrazas con muros de contención al ras del suelo y plataforma de cultivo nivelada Terrazas con muros sobre la superficie del suelo, para la nivelación gradual del suelo Quillas, wachus y zanjeos de coca, con superficie cultivable menor a 10 m2 Chullpa Tirquis, con superficie menor a 20 m2 Terrazas con área cultivable de 10 a 100 m2 Terrazas con área cultivable de 100 a 500 m2 Terrazas con área cultivable de 500 a 1000 m2 Terrazas con área cultivable mayor a 1000 m2 114 G1 G2 G3 H1 H2 H3 H4 H5 H6 5.1.3. Subclases de terrazas agrícolas La sub-clase de las terrazas agrícolas está determinada por su antigüedad, su estado de conservación y por la fertilidad de los suelos de las terrazas. Estos criterios establecen la facilidad o dificultad para la recuperación y uso de las terrazas agrícolas. Por su antigüedad se consideran tres tipos: terrazas ancestrales o precolombinas que son aquellas que fueron contruidas por las culturas ancestrales antes de la conquista, terrazas antiguas o republicanas construidas desde la fundación de la República hasta la Reforma Agraria del año 1953, terrazas modernas o recientes aquellas que fueron construidas después de la Reforma Agraria y con mayor intensidad desde la década de los años 60 hasta nuestros días. Por su estado de conservación se consideran terrazas intactas o en buen estado de conservación, terrazas en estado regular de conservación, terrazas semidestruidas y terrazas destruidas, estas últimas sin posibilidades de recuperación. Por la calidad del suelo se tiene terrazas con alta calidad del suelo evidenciada por su contenido de humus y buena actividad biológica, terrazas de mediana calidad de suelo y terrazas con baja calidad de suelo, estas últimas con posibilidades de recuperación con prácticas de manejo y conservación de suelos. El detalle se presenta en el cuadro 3. Cuadro 3: Subclases de terrazas agrícolas CRITERIOS DE SUBCLASES Antigüedad de las terrazas (o) Estado de conservación de las terrazas (c) Calidad del suelo y estado de su fertilidad (f) TIPO DE SUBCLASES Terraza ancestral o precolombina Terraza antigua o republicana Terraza moderna o reciente Terraza destruida Terraza semidestruida Terraza en estado regular Terraza intacta o buena Terraza con alta calidad de suelo Terraza con mediana calidad de suelo Terrazas con baja calidad de suelo 115 SÍMBOLO op oa om cd cs cr ci fa fm fb 5.1.4. Nomenclatura La nomenclatura utilizada en el sistema de clasificación de las terrazas considera letras mayúsculas y números para nombrar el GRUPO y la CLASE, y la subclase se nombra con letras minúsculas. Nomenclatura: GRUPO (Mayúsculas) y CLASE (Números) Subclase (Minúsculas) 5.2. Descripción de las clases de terrazas o taqanas 5.2.1. Grupo A: Por su uso • A1: Terrazas de experimentación Se caracterizan por su geometría simétrica con patrones de diseño, circulares, trapezoidales, rectangulares o cuadrados que posibilitan la reproducción de diferentes y variados parámetros agroclimáticos, permitiendo aumentar o disminuir la influencia de uno u otro componente ambiental dentro de límites amplios. En esta clase de terrazas las características de las rocas del muro, su altura y su inclinación respecto al sol, así como el contenido de humus y humedad del suelo agrícola, permiten la obtención de diversas longitudes de onda de luz, que influyen sobre los cultivos, constituyendo auténticos laboratorios agrobiológicos para la generación de variedades de cultivos. Un ejemplo de estas taqanas o terrazas son las de Moray en el Cuzco y los complejos arquitectónicos de Pasto Grande, Amarete, Chawarani y Cohoni, en La Paz. • A2: Terrazas agrícolas o de producción permanente Constituyen la clase de terraza más extendida en toda la zona andino–amazónica del continente americano, se caracterizan por presentar muros de contención de piedra, de acabados rústicos pero sólidos y resistentes, y en zonas con suficiente agua presentan canales de riego y desagües. 116 Estas estructuras formaban parte del sistema de producción del pueblo y fueron utilizadas para el cultivo de tubérculos andinos, maíz, granos y leguminosas, con prácticas de rotación de cultivos, descanso y aplicación de abonos orgánicos. Son terrazas de dimensiones heterogéneas, en unos casos largas y anchas, en otros muy cortas. Su superficie es variable desde 2 hasta 1.000 m2, pueden presentar escalinatas de piedras sobresalientes que comunican unas terrazas con otras, el pircado de sus muros no es exacto dado que se han utilizado piedras heterogéneas y los intersticios están rellenados con clastos pequeños, lo que ayuda a la oxigenación del suelo y a la intensificación de la actividad de los microorganismos. En zonas provistas de amplias extensiones de terrazas rústicas agrícolas, están presentes estructuras de protección de lluvias y rayos a manera de habitáculos circulares de piedra; en el caso de los yungas se observan estructuras de armazón de varillas de madera con techos de chala de maíz, que protegen de lluvia y dan sombra en días de fuerte insolación. La mayoría de terrazas identificadas en el departamento de La Paz, corresponde a esta categoría. • A3: Terrazas ceremoniales o funerarias Se caracterizan por su simetría y acabado perfecto, con muros de piedra tallados artificialmente; su diseño y uso está relacionado con actividades místico–religiosas, ceremonias y rituales al sol, la luna y la Pachamama, celebradas por los kallawayas o autoridades religiosas ancestrales. El sistema Macchu Picchu en el Cuzco que representa la más alta expresión de la ciencia unificada Inca, en su mayor parte está constituida por este tipo de terrazas. En esta categoría se incluye el complejo agrícola de taqanas de Chullpaloma en Cohoni, donde se evidencian cámaras funerarias, también Chawarani y Pukarilla en el departamento de La Paz. • A4: Terrazas de contención y sendas de paso Son aquellas terrazas construidas en zonas de fuerte pendiente, en la cabecera de las cárcavas, en cauces naturales, en afloramiento de rocas y zonas 117 con cambio abrupto de pendiente, con la finalidad de controlar derrumbes o deslizamientos y para facilitar la comunicación y transporte entre zonas ubicadas en las altas montañas. Estas terrazas son de estructuras sólidas y firmes, con muros de lajas de piedra, con un ancho superficial de 1 a 2 m y una altura variable de hasta 2 m. • A5: Terrazas o taqanas para vivienda Son las terrazas construidas en las partes más altas de las laderas de montaña, en suelos muy empinados, pedregosos y no aprovechables para la agricultura; estas terrazas cumplían la función de plataforma donde se ubicaban los cimientos y se construían las viviendas, su superficie variaba de 50 a 120 m2. • A6: Terrazas o taqanas mixtas Son terrazas que por su longitud y superficie, cumplían una doble función: para vivienda y para labores agrícolas intensivas, e instalación de huertos frutícolas. En esta clase están comprendidas las terrazas de más 60 m de largo por 30 m de ancho. • A7: Terrazas o taqanas de uso temporal (descanso) Son terrazas o taqanas, ubicadas en zonas áridas o semi–áridas, caracterizadas por su heterogeneidad agroclimática, con sequías cíclicas y otros riesgos climáticos, que solo permiten un cultivo por año y durante el periodo de lluvias estacionales; mayormente se cultivan bajos sistemas de descanso tipo aynuqa y qapana. • A8: Terrazas o taqanas corral-cancha Las terrazas o taqanas corral-cancha, cumplen la función de corrales de encierro, por las noches, de alpacas, llamas y otros animales, y se instalan después de las cosechas; los animales aportan materia orgánica que incrementa la fertilidad de los suelos, favoreciendo al siguiente cultivo programado en el sistema de rotación. 118 • A9: Quillas de producción de coca Las quillas son pequeñas terrazas o taqanitas de plataforma de cultivo angosta, dispuestas estrechamente y muy juntas, con muros de retención de piedra pizarra laminares y alargadas perfectamente entrelazadas y estabilizadas, con muros que miden aproximadamente de 0.40 a 0.80 m de altura y ubicadas en laderas de montañas con pendientes muy pronunciadas, permitiendo reducir la erosión y aumentar la infiltración del agua de lluvia. Las quillas, permitieron dar uso agrícola a laderas muy inclinadas de zonas sub–tropicales de los Yungas, ancestralmente eran utilizadas para el cultivo de la coca, mediante una plantación en trinchera entre las gradas. Recientemente, proyectos de recuperación de quillas, están introduciendo cultivos de café, cítricos, flores, frutales, níspero y pacae. Las quillas son estructuras características de los Yungas del departamento de La Paz, habiéndose identificado extensas áreas de quillas abandonadas pero en buen estado de conservación en la cuenca del Takesi, en el municipio de Yanacahi, provincia Sud Yungas de La Paz. También se reporta su existencia en la provincia de Sandia al sur del Perú, donde se las denomina gradas. • A10: Wachus o zanjeos Son pequeños terraceos o gradas de origen moderno, que se construye en suelos de laderas muy empinadas de los Yungas, formando zanjas con taludes de tierra moldeados por medio de presión con golpes de paletas de madera. Por su rápida implementación son utilizadas en el cultivo de la coca, sin embargo estos wachus y zanjeos se desestabilizan y destruyen con facilidad. • A11: Chullpa–tirquis de producción de quinua Son terrazas pequeñas, áreas de cultivo angostas y muros de poca altura, presentes en laderas de serranías de Potosí y Chuquisaca. Ancestralmente, fueron utilizadas para la producción de quinua y otros cultivos andinos. 119 5.2.2. Grupo B: Por su acabado • B1: Terrazas ornamentales y vistosas Son aquellas terrazas que se caracterizan por presentar muros de piedra con un acabado artístico y están perfectamente alineadas. En su construcción se ha utilizado rocas simétricas, talladas y con un encaje perfecto. Esta clase de terrazas están presentes en los complejos arqueológicos de Cohoni-Chullpaloma, Curva y Amarete, así mismo en el Valle Sagrado de los Incas en el Cuzco. • B2: Terrazas o taqanas semirústicas Se caracterizan por presentar condiciones intermedias en el acabado de sus muros; se presentan en lugares semi–húmedos, por lo que su estructura está asociada a un drenaje interno. • B3: Terrazas o taqanas rústicas o de pueblo Constituyen la mayor parte de las terrazas presentes en el espacio geográfico andino-amazónico. Los muros presentan caras externas irregulares y están hechos de piedras heterogéneas, pero son estructuras sólidas, firmes y resistentes. Son utilizados para la producción de toda la gama de cultivos andino-amazónico, por la mayor parte de la población de las comunidades. 5.2.3. Grupo C: Por su forma • C1: Terrazas o taqanas cóncavas en semi-luna Son terrazas semicirculares cuya curvatura se desarrolla hacia adentro, están construidas en escalones secuenciales una sobre la otra; generalmente están ubicadas en el curso de una quebrada de laderas y lomadas, con el propósito de controlar la erosión y la escorrentía y aprovechar la infraestructura para producir cultivos alimenticios. Presentes en Charazani y Amarete. 120 • C2: Terrazas o taqanas convexas en semiluna Son terrazas semi–circulares cuya curvatura se desarrolla hacia fuera; están construidas secuencialmente siguiendo las curvas de nivel sobre los promontorios casi verticales de una ladera. Presentes en Charazani y Amarate. • C3: Terrazas o taqanas cóncavas múltiples con un solo vértice Son las terrazas cóncavas que nacen de un solo vértice y se extienden como un abanico; las terrazas inicialmente angostas en el vértice común se van ensanchando a medida que se alejan del vértice. Están presentes en Charazani y en las comunidades de Lunlaya y Chari. • C4: Terrazas o taqanas geométricas rectangulares Son las terrazas que presentan muros geométricamente construidos con taludes, ángulos y vértices simétricos. La plataforma de cultivo está perfectamente nivelada y con una distribución uniforme de las terrazas a manera de graderío de un estadio gigante. • C5: Terrazas o taqanas irregulares Son aquellas terrazas que no presentan una forma definida. Generalmente se encuentran aisladas; ni los muros ni las plataformas siguen un patrón de construcción definido. En las comunidades quechuas de Potosí y Chuquisaca se las denomina q’ontos y están formadas por la acumulación de piedras en terrenos de cultivo. • C6: Terrazas o taqanas circulares concéntricas Son las terrazas que se ubican dentro de una colina, son circulares y están construidas en anillos concéntricos de diámetro pequeño en el fondo que va ampliándose a medida que se alcanza la parte superior. Por su forma regular concéntrica habrían sido utilizadas como infraestructuras experimentales que formaban parte de los laboratorios naturales de mejoramiento genético y creación de nuevas variedades de semillas. 121 5.2.4. Grupo D: Por el régimen de riego • D1: Terrazas o taqanas de riego y drenaje Son las terrazas que se caracterizan por presentar canales de riego, partidores de agua, bocas de captación y de desagüe, cuyas dimensiones hidráulicas están determinadas por el agua disponible para el riego. Sus suelos son medianamente profundos y de textura media a fina. Los canales presentan dimensiones variables de 20 a 60 cm de ancho, con tirantes de 15 a 30 cm, con un régimen de flujo y caudal determinado por la destreza de manejo del riego en forma manual. Estas terrazas tienen un drenaje perfecto, constituido por un sistema de cribas subterráneas o galerías de lajas de piedra que se conectan por los desagües a otros canales, posibilitando el transporte de nutrientes, coloides y humus a las terrazas inferiores. Esta clase de taqanas de riego, requiere mayor inversión en recursos de mano de obra para conservarlas en buen estado. • D2: Terrazas o taqanas de inundación Estas terrazas están presentes en suelos bastante profundos, de textura media, con subsuelo arcilloso que, luego de recibir un riego abundante o de inundación, tienen la propiedad de almacenar la humedad durante un buen periodo de tiempo. Actualmente se las observa al pie de monte tropical y son utilizadas en la producción de cultivos como el arroz. • D3: Terrazas o taqanas de secano Son terrazas que presentan plataformas de cultivo sencillas, construidas en zonas de pendientes con déficit hídrico estacional y amplios riesgos climáticos. Su función es la de interceptar el agua de lluvia y facilitar su infiltración, posibilitando la cosecha anual de las aguas de escorrentía. 122 5.2.5. Grupo E: Por su pendiente o desnivel • E1: Terrazas con plataforma de cultivo nivelada Estas terrazas presentan la plataforma de cultivo nivelada, lo que resulta ideal para el mejor aprovechamiento y manejo del agua, porque la humedad que llega al suelo se divide en tres partes: el agua que corre, la que se infiltra y el agua que se evapora. El agua que corre queda estacionaria favoreciendo la infiltración, propiciando la movilización de las partículas finas en forma lenta y gradual hacia las parte bajas, dejando en la superficie un suelo de textura media que favorece una pronta infiltración y reduce al mínimo las pérdidas por evaporación. • E2: Terrazas con disminución del 50% de la pendiente del suelo Son terrazas donde la pendiente original del terreno ha sido disminuida en más de un 50%, posibilitándose una nivelación gradual del suelo, generada por la remoción del suelo, a causa de las labores culturales practicadas en el ciclo de los cultivos. Implica levantar el muro gradualmente de acuerdo a la movilización de tierra. 5.2.6. Grupo F: Por su formación y tipo de muro de contención • F1: Terrazas o taqanas con muros de piedra Son las terrazas o taqanas con muro de contención de piedra ubicado en la parte frontal del mismo, construido a base de rocas de distinto tamaño con una buena cimentación y un empalme en apretadas hileras regulares. Gran parte de las terrazas presentes en el territorio nacional se caracterizan por presentar muros de piedra lo suficientemente sólidos y fuertes para soportar el empuje de una masa de suelo húmedo. Su función principal es la de evitar la pérdida de suelo en laderas de fuertes pendientes y facilitar el riego en zonas con declives. 123 La pared o muro de piedra y el suelo, actúan como recolectores de calor, y tienen influencia sobre los cultivos en función de su altura, su inclinación al sol en una época del año determinada y su color, que le permiten producir distintos matices de radiación que inciden sobre las plantas. • F2: Terrazas con muros de tierra con talud inclinado Se denominan así a las terrazas o taqanas construidas mediante la remoción del suelo, hasta formar escalones con taludes de tierra apisonada. Son de dimensión variable y el muro de tierra presenta una altura desde 0.40 a 0.90 m con un ancho de la plataforma de cultivo de 1 a 5 m. En esta clase se incluyen los wachus o zanjeos, utilizados en el cultivo de coca y café en los Yungas, imitando la construcción de las taqanas. • F3: Terrazas o taqanas con muros de contención vegetados Son terrazas o taqanas, cuyo talud de tierra está cubierto por pastos nativos de enraizamiento denso, tipo Pennicetum cladestinum, Stipia ichu, o Parastrephia sp.; los taludes son de menor altura y con plataforma de cultivos con cierta pendiente. Este tipo de terrazas está siendo replicado y fomentado en comunidades de Comanche y Pacajes por la institución SEMTA. • F4: Terrazas o taqanas de formación lenta Son aquellas terrazas y taqanas que se forman paulatinamente cuando se establecen barreras vegetales densas o un cerco de piedras bien anclado en sentido transversal a la pendiente, donde año tras año, por las labores culturales, el suelo se va desplazando hacia la barrera, permitiendo la formación gradual de la terraza propiamente dicha. Este tipo de terrazas son características de algunas comunidades aymaras de la provincia Aroma, donde se las conoce el nombre de “Campos con cercos de piedra”. En las comunidades quechuas de Potosí se les denomina chharis, y la terraza de formación lenta es con muro de piedras. 124 5.2.7. Grupo G: Por la altura del muro de contención • G1: Terrazas con muros a ras del suelo y plataforma de cultivo con su pendiente original Corresponden a las terrazas o taqanas ubicadas en pendientes abruptas con suelos superficiales, presentan muros piedra y plataformas de cultivo con una inclinación ostensiblemente menor que la pendiente natural de la ladera. • G2: Terrazas con muros a ras del suelo y con la plataforma de cultivo nivelada Son las terrazas o taqanas propiamente dichas, con plataformas de cultivo niveladas que facilitan la infiltración del agua, presentando muros de contención de piedra sólidos y firmes a ras del suelo. • G3: Terrazas con muros sobre la superficie del suelo, para la nivelación gradual del suelo Es una modalidad de terrazas, con muros de piedra sobreexpuestos a la superficie del suelo, con la finalidad de lograr una nivelación gradual, producida por el movimiento de la tierra por las prácticas culturales tales como barbecho, deshierbe y aporque. 5.2.8. Grupo H: Por el área de la plataforma de cultivo • H1: Quillas, wachus y zanjeos de coca, con un área menor a 10 m2 Las quillas, wachus y zanjeos son estructuras cortas y construidas en laderas de pendientes abruptas y empinadas, de dimensiones variables desde 6 m de largo por 0.50 m de ancho, con muros de piedras alargadas, con una altura de 0.40 a 0.80 m. Están presentes cubriendo extensas laderas de montañas empinadas de los Yungas de La Paz. 125 • H2: Chullpa tirquis de producción de quinua, con área menor a 20 m2 Las terrazas ancestrales llamadas chullpa tirquis son plataformas cortas, de muros angostos, presentes en laderas empinadas de zonas de valle. En el caso del cantón Potobamba (Potosí) constituyen auténticos modelos o patrones de construcción de terrazas para las comunidades de la zona. • H3: Terrazas con un área cultivable de 10 a 100 m2 Son las terrazas o taqanas, construidas en zonas de muy fuerte pendiente, principalmente como sendas de paso en cárcavas profundas y para prevenir derrumbes; sus dimensiones varían de 10 a 35 m de largo por 2 a 3 m de ancho. • H4: Terrazas con un área cultivable de 100 a 500 m2 Son aquellas terrazas o taqanas, de dimensiones muy variables, determinadas por las pendientes de las laderas, de 10 a 50 m de largo por 10 a 50 m de ancho; esta dimensión será menor cuanto más pronunciada es la pendiente. • H5: Terrazas con área cultivable de 500 a 1.000 m2 Son las terrazas o taqanas, ubicadas en laderas de pendiente mediana, con longitudes entre 50 a 100 m y un ancho entre 10 a 20 m; son terrazas mayormente rústicas, agrícolas y de riesgo y en menor proporción terrazas de secano. • H6: Terrazas con un área cultivable mayor a 1.000 m2 Corresponden a terrazas o taqanas ubicadas en zonas con escasa pendiente, con una longitud mayor a 100 m y un ancho de 20 m o más donde es posible hacer agricultura intensiva e inclusive utilizar maquinaria agrícola (gráfico 11). 126 Gráfico 11: Clases de terrazas precolombinas de Bolivia Terrazas taqanas A1 de experimentación Terrazas o taqanas A2 de producción 127 Terrazas o taqanas A3 de ceremonias Terrazas o taqanas A4 de contención y vía caminera Terrazas o taqanas A5 de vivienda Terrazas o taqanas A4 de contención y sendas de paso Terrazas o taqanas A5 de viviendas 128 Terrazas o taqanas A6 de uso mixto Terrazas o taqanas A6 de uso continuado Terrazas o taqanas A8 de uso temporal Terrazas o taqanas A7 de uso permanente Terrazas o taqanas A9 de corral-cancha 129 Wachus A11 de uso agrícola en los Yungas Zanjeo A12 de uso agrícola en los Yungas Quillas A10 de producción de coca 130 Terrazas o Taqana B1 ornamentales Terrazas o taqanas B2 semirústicas Terrazas o taqanas B3 rústicas o de pueblo Terrazas o taqanas C1 cóncavas en semiluna 131 Terrazas o taqanas C2 convexas en semiluna Terrazas o taqanas C4 rectangulares Terrazas o taqanas C3 cóncavas múltiples con vértice común 132 Taqana C5 irregular o q´onto Taqana C6 circular concéntrica 133 Taqanas D1 de riego Distribución del agua de riego en una taqana 134 Terrazas o taqanas D3 de secano Terrazas o taqanas F1 con muro de piedra Terrazas o taqanas F2 con muro vegetado de pastos Terrazas o taqanas F3 con muro de tierra y talud inclinado 135 Terrazas o taqanas F5 de formación lenta Terrazas o taqanas F4 con muro de contención vegetado Terrazas o taqanas G2 con muro de contención a ras del suelo y plataforma de cultivo nivelada Terrazas o taqanas G1 con muro de contención a ras del suelo y plataforma con pendiente original Terrazas o taqanas G3 con muro sobre la superficie del suelo 136 6. Uso del sistema de clasificación de terrazas precolombinas 6.1. Terrazas agrícolas de qapana Procedencia: comunidad Atique, cantón Amarete, municipio Charazani, provincia Bautista Saavedra, departamento de La Paz. TERRAZA DE QAPANA: A7 – B3 – C5 – D3 – E2 – F4 – G1 – H4 / op, ci, fm-b GRUPO A CLASE SUB-CLASE A7: Terraza de uso temporal (descanso) B3: Terraza rústica o de pueblo C5: Terraza irregular D3: Terraza de secano E2: Terrazas con disminución del 50% de pendiente del suelo F4: Terraza de formación lenta G1: Terraza con muros a ras del suelo y plataforma con pendiente original H4: Terraza con superficie cultivable de 100 a 500 m2 op: Terraza precolombina ci: Terraza intacta o buena fm-b: Terraza con suelo de fertilidad media a baja Descripción: • Clase A7: Terrazas de uso temporal, se cultivan una vez al año durante el periodo de las lluvias estacionales, siendo característico en todas las qapanas. • Clase B3: Terrazas rústicas o de pueblo, con predominancia de muros con caras externas irregulares, construidas con piedras heterogéneas, son sólidas y resistentes; en la parte baja próxima a la ribera del río se encuentra terrazas con talud de tierra, entremezclada con piedras y vegetales inclinados hacia atrás. 137 • Clase C5: Terrazas irregulares, no presentan una forma definida, la plataforma de cultivo no sigue un patrón de construcción definido, con muros cortos no alineados. • Clase D3: Terrazas de secano, evidenciándose en las entrevistas realizadas que el 100% de las terrazas estudiadas son a secano y no cuentan con sistemas de riego; facilitan la infiltración del agua de lluvia y la conservación de la humedad durante la época de estiaje. • Clase E2: Terrazas con pendiente disminuida, en más del 50%, posibilitando una nivelación gradual del suelo por las labores culturales. • Clase F4: Terrazas de formación lenta, formadas por barreras vegetales densas, o con cercos de piedra en las que, año tras año, por las labores culturales, se va desplazando el suelo hacia la barrera. • Clase G1: Terrazas con muros de contención a ras del suelo y plataforma de cultivo con su pendiente original. • Clase H4: Terrazas con una superficie cultivable de 100 a 500 m2. • Subclase op: Terrazas de origen precolombino, construidas antes de la conquista por los antepasados de los pobladores actuales. • Subclase ci: Terrazas intactas o buenas, con una estructura y barrera de contención estable y en buen estado. • Subclase fm-b: Terrazas con suelos de fertilidad media a baja, con escasa materia orgánica y una textura franco arenosa. 6.2. Terrazas agrícolas de ladera Procedencia: comunidad Chaguaya, municipio Mocomoco, provincia Camacho, La Paz TERRAZA DE LADERA: A7 - B3 - C5 - D3 - E2 - F4 - G3 - H5 / oa, ci, fa 138 GRUPO A CLASE SUB-CLASE A7: Terraza de uso temporal (descanso) B3: Terraza rústica o de pueblo C5: Terraza irregular D3: Terraza de secano E2: Terrazas con disminución del 50% de pendiente del suelo F4: Terraza de formación lenta G3: Terraza con muros sobre-expuestos, nivelación gradual H5: Terraza con superficie cultivable de 500 a 1000 m2 oa: Terraza antigua ci: Terraza intacta o buena fa: Terraza con suelos de alta fertilidad Descripción: • Clase A7: Terrazas de uso temporal, se cultivan una vez al año, durante el periodo de las lluvias estacionales, siendo característico en todas las zonas bajas, intermedias y altas de cada microcuenca. • Clase B3: Terrazas rústicas o de pueblo, con predominancia de muros con caras externas irregulares, construidas con piedras heterogéneas, en otras con tierra labrada, son sólidas y resistentes a la actividad agrícola, con talud de piedra entremezclada con vegetales. • Clase C5: Terrazas irregulares, no presentan una forma definida, la plataforma de cultivo no sigue un patrón de construcción definido, con muros cortos no alineados. • Clase D3: Terrazas de secano, evidenciándose con las visitas in situ y las entrevistas dirigidas que el 100% de las terrazas estudiadas son a secano y no cuentan con sistemas de riego. • Clase E2: Terrazas con pendiente disminuida, en más del 50% del área cultivable, posibilitando la nivelación gradual del suelo por las labores culturales. • Clase F4: Terraza agrícola con muros de piedra, entremezclada con barreras vegetales, donde año tras año, por las labores culturales, se va desplazando el suelo hacia la barrera. 139 • Clase G3: Terrazas con muros de contención sobre el suelo y plataforma de cultivo con su pendiente original. • Clase H5: Terrazas con una superficie cultivable de 500 a 1.000 m2. • Subclase oa: Terrazas antiguas construidas en la época republicana. • Subclase ci: Terrazas intactas o buenas con una estructura y barrera de contención estable y en buen estado. • Subclase fa: Terrazas con un suelo de buena fertilidad, con alto contenido de materia orgánica y una textura franco arcillo arenosa. 7. Componentes estructurales de las terrazas precolombinas Las terrazas precolombinas de Bolivia, se caracterizan por presentar componentes estructurales y geométricos, que caracterizan a su estructura interna y se extienden externamente a la serie sucesiva de plataformas o terraplenes dispuestos en escalones en las laderas de las montañas andinas y amazónicas. 7.1. Componentes geométricos de las terrazas o taqanas • Pendiente longitudinal de las terrazas o taqanas La pendiente longitudinal, define la velocidad de flujo de agua y, ancestralmente, fue establecida con criterios diferentes a la agrimensura convencional, entre otras consideraciones en base a las características de textura del suelo y a la profundidad del perfil; ésta es la razón por la que la altura de los muros, taludes y la superficie de la plataforma de cultivo, no responde a los parámetros matemáticos y técnicos modernos, utilizados en la construcción de las terrazas americanas. • Pendiente frontal Muchas de las terrazas o taqanas presentes en la zona montañosa de Sud Yungas, en La Paz, tienen una pendiente frontal hacia el borde del muro, de aproximadamente 2 a 3%, y un desnivel longitudinal (hacia el desagüe) de hasta el 2%. Las terrazas de Cohoni, con un suelo arable de textura franco ar140 cillo arenoso, presentan una pendiente promedio de 1 a 3% contraria a la pendiente del terreno. Esto permite que el agua que cae sobre la estructura se desplace hacia el talud o pared superior de la terraza en donde se concentra, y por el desnivel longitudinal del 2% de la estructura hacia el desagüe, el agua se evacúa gradualmente del terreno, evitándose concentraciones perjudiciales de agua para el desarrollo de los cultivos. La pendiente frontal de la superficie de cultivo de las terrazas con suelos sueltos o ligeros es a nivel lo que determina que la infiltración y percolación del agua se realice sin dificultad; en terrazas con suelos arcillosos o pesados, la inclinación del terraplén de cultivo puede tener una pendiente suave de 1 a 3%, hasta una pendiente media de 4 a 8%, para mejorar la retención de humedad en época de lluvia y facilitar su permeabilidad. • Talud del muro de contención El talud o inclinación de los muros de las terrazas, depende de la naturaleza del terreno. En tierra firme se tiene un talud de 0.5:1, es decir 0.5 unidades horizontales por 1 unidad vertical, en tanto que en terrazas con suelos más sueltos, los taludes son más suaves de 1:1 ó 1.5:1. Sin embargo, como excepción de la regla, muchas terrazas presentan muros completamente verticales, sin talud. • Altura del muro de contención Los muros de contención presentan de 1 a 3 m de altura, predominando los muros de 1.5 a 2 m, aquellos de alturas mayores a 3 o 4 m, generalmente se encuentran en cárcavas o accidentes pronunciados de la pendiente natural; además ésta altura máxima de los muros está condicionada por el tipo y tamaño de rocas y por la capacidad humana para edificar muros altos. Los muros de contención, fueron construidos magistralmente en base a rocas de diverso tipo, la ligera inclinación de la plataforma de cultivo evita que el agua de lluvia se retenga en la superficie, la nivelación de los bordes impide que el agua escurra de un lado a otro, facilitándose que todo el agua de lluvia caída en la terraza se infiltre uniformemente. Las piedras del muro de contención pueden ser cortadas y encajadas. Estos muros pueden ser de estructuras sólidas de encaje perfecto o de construcción rústica. Los muros 141 más grandes y anchos pueden estar compuestos de más de dos filas de piedra, con las caras planas hacia el exterior sin presentar salientes, separadas y forradas con clastos pequeños. Para cubrir todos los intersticios se acumula material de relleno compuesto de piedras menudas a fin de evitar todo escape posible de material fino de la terraza. El cuerpo del muro es inclinado hacia atrás para lograr un mejor apoyo, su altura y grosor es calculado para una estructura que pueda sostener un relleno saturado con agua. En el complejo agrícola precolombino de Chawarani y Pukarilla en la provincia Muñecas, La Paz y en Cohoni en el complejo ceremonial y funerario de Chullpaloma, se han encontrado muros que miden más de 8 m de alto. • Superficie de las terrazas o taqanas La superficie de las taqanas no responde a un modelo técnico rígido como ocurre con las terrazas modernas, sino que estuvo condicionado en su diseño por factores mágico-religiosos, estéticos, científico-astronómicos, sociales-organizacionales y también por la presencia de causes naturales: afloramientos rocosos y cambios abruptos de la pendiente. En general, la terrazas estudiadas en el departamento de La Paz, presentan una longitud que oscila entre 5 m, para el caso de las quillas, hasta unos 80 m para las terrazas agrícolas, por un ancho que varía desde 0.50 m en las quillas, hasta unos 40 m de superficie cultivable. Excepcionalmente, se puede encontrar terrazas de 1x2 m2 y de 30x100 m2 o más. Los primeros en la zona de los Yungas en laderas muy inclinadas y los otros en Amarete, Charazani y Curva, lugares de pendiente media. • Canales de riego y partidores Muchas terrazas o taqanas pueden incluir muros laterales, canales de riego con partidores de agua, bocatomas y desagües; en el caso del complejo de Cohoni las terrazas de riego presentan canales que conducen el agua a las parcelas con un caudal aproximado de 4 litros/segundo; estos canales están interconectados entre sí, permitiendo el riego de todas las terrazas, de trecho en trecho se ubican partidores de agua y disipadores de energía hidráulica, en sectores donde los canales presentan pendientes muy pronunciadas. 142 • Escalinatas de acceso Algunas terrazas presentan escalinatas de acceso, en forma de gradas dentro de los muros que facilitan el ingreso y en otras, las gradas son formadas al cortar el material de las mismas pendientes sin un muro de retención. Ver gráfico 12. 7.2. Estructura de las terrazas o taqanas Las terrazas observadas en muchas zonas del país constan, en general, de las siguientes partes: • Muro de contención o enchape Es el muro sólido construido de piedra que actúa como soporte o contención del suelo de la plataforma de cultivo; tiene un talud que esta en función de la pendiente del terreno, presentando una cara superficial o externa que en algunos casos es la parte ornamental de la terraza, y puede o no tener canales labrados en el mismo muro o también escalinatas de puntas rocosas. En el caso de las terrazas con taludes vegetados o de formación lenta, el muro de contención está formado por vegetación arbórea y arbustiva, implantada en los bordes del talud. • Cuerpo del muro Es la estructura del muro que se construye a base de piedras de diferente tamaño, tierra húmeda y barro. Los muros de las terrazas precolombinas muestran una destreza excepcional en la construcción con piedras perfectamente colocadas y trenzadas entre sí, que le otorgaban solidez y buena estabilidad. • Cara interna o contraenchape Constituida por la superficie interna del muro de piedras; puede o no estar presente según el tamaño de las piedras utilizadas en el cuerpo del muro y el esfuerzo a soportar. • Cimiento o piso de relleno Son los cimientos sobre los que se asientan el muro de contención y el re143 lleno; está constituido por la acumulación de piedras grandes debidamente acomodadas en una zanja, con una profundidad mayor a 0.5 m de acuerdo a la altura del muro de contención. • Capas de relleno de fondo Formadas por grava angular y fragmentos gruesos que se colocan como relleno del vacío que queda entre el talud de tierra y las primera hileras del muro. • Capas de relleno intermedias Se ubican por encima del relleno de fondo a manera de un estrado intermedio y están constituidas por piedras medianas y pequeñas, arena y arcilla mezcladas, y una capa superior resultante de la mezcla de gravilla y tierra. • Tierra de cultivo Es la capa arable de la terraza conformada por el suelo agrícola y humus, donde se desarrollan las plantas cultivadas. Es en esta capa superficial donde ocurren las relaciones de intercambio de agua, gases y nutrientes entre las raíces de la planta, los microorganismos del suelo y el ambiente. Los microorganismos juegan un rol fundamental en los procesos de transformación, síntesis y resíntesis de la materia orgánica y los nutrientes minerales del suelo, así como en la generación de sustancias mucilagínosas que favorecen la formación de agregados del suelo, y de hormonas y vitaminas que son aprovechadas por las plantas en crecimiento (gráfico 13). 144 145 Gráfico 12: Componentes estructurales de las terrazas precolombinas 1. Pendiente longitudinal 2. Pendiente frontal 3. Talud del muro 4. Altura del muro 5. Canal de riego 6. Separación entre muros 7. Superficie de la taqana 8. Escalinatas de acceso 146 Gráfico 13: Configuración y partes de una terraza precolombina 8. Quillas de los Yungas de Bolivia Las quillas son pequeñas terrazas o taqanitas de origen precolombino, con una plataforma de cultivo angosta de 0.40 m, muros de contención sólidos de piedras laminares y alargadas, principalmente pizarras, que miden de 0.50 a 0.80 m de altura, y longitudes variables de 6 a 20 m. Ancestralmente fueron utilizadas para el cultivo de la coca. Las quillas se disponen estrechamente y muy juntas en forma de escalones continuos, semejantes a las graderías de un estadio y están ubicadas en pendientes muy fuertes y pronunciadas. Las quillas están presentes en extensas laderas de montañas de la provincia Sud Yungas del departamento de La Paz, en su mayoría están abandonadas. Los restos casi intactos de muros de quillas ancestrales, que se observan, permiten comprobar que son las únicas infraestructuras que garantizan la protección de los suelos agrícolas ubicados en fuertes pendientes, ante los peligros de erosión hídrica. Las quillas y taqanas antiguas correspondientes a la época republicana, fueron construidas imitando patrones y modelos precolombinos de los Tiwanacotas e Incas, restos que todavía se pueden observar en la cresta de las montañas, en la ruta llamada Camino del Inca que se extiende desde El Takesi y une la mina La Chojlla, Yanacachi, Villa Aspiazu, Ticuniri, hasta Chulumani, en la provincia Sud Yungas. Sólo los comunarios de mayor edad respetan y construyen sus quillas poniendo en práctica la herencia y aprendizaje de sus abuelos. Lamentablemente, la presión del mercado de la hoja de coca ha obligando a los más jóvenes a construir variantes modernas con la modalidad de cavada, y sólo con un muro de tierra apisonada, llamados wachus y zanjeos, que resultan fáciles de construir y en un tiempo mínimo, pero que definitivamente, al no ser estructuras estables, se desestabilizan a corto plazo, propiciando una mayor pérdida de los suelos, lo que se agrava porque pueden resultar en el origen de cárcavas y deslizamientos. Los wachus, son pequeñas terracitas de origen relativamente reciente, que se realizan en suelos de textura fina, iniciándose la construcción cavando con la picota, para luego amontonar las piedras, que son utilizadas como material para 147 construir y rellenar las gradas. Un trabajador construye seis wachus de 6 m de longitud, en secuencia uno encima del otro, por día. Se observan en el trayecto de la comunidad Chaguara a Puente Villa. En las comunidades ubicadas a menor altura, desde Puente Villa hasta Chulumani y otras zonas de los Yungas, los wachus presentan una variante y toman el nombre de zanjeos. Los zanjeos, son infraestructuras recientes, formadas al hacer una zanja, separando la tierra y las piedras, para luego colocarlas dentro la zanja, moldeándose el muro externo o umacha de tierra apisonada, golpeando con paletas especiales, dejándose libre la zona de trasplante para la coca. En la siembra se remueve la tierra, operación que lo diferencia de la plantación en quillas donde no se remueve el suelo. En todos los casos el cultivo de la coca se inicia con el mallky, que es la operación de trasplante de la coca a la quilla, en jornadas preestablecidas llamadas corte que se define como el área o medida de trabajo que tiene de 5 a 6 m de longitud. Desde el punto de vista de conservación de suelos y aguas, las quillas de origen precolombino, construidas con muros de rocas laminares, estables y sólidos, cumplen y garantizan esta función; en cambio los wachus y zanjeos son desestabilizados, fácilmente, por agentes externos como el clima, las pendientes fuertes, el cultivo intensivo de la coca y el movimiento de tierras, dando como resultado que extensas áreas con wachus y zanjeos abandonados, en la actualidad presenten procesos muy severos de degradación y erosión del suelo. 8.1. Estructura de una quilla precolombina Las quillas de origen precolombino, e identificadas en los Yungas de La Paz, estructuralmente presentan las siguientes partes: • Muro de contención Es el muro de retención del suelo, construido con piedras laminares y alargadas, principalmente pizarras y esquitos, con una altura de 0.40 a 0.80 m, cumplen la función de soporte del suelo, presentando un talud que está en 148 • • • • • función de la pendiente del terreno y una cara superficial externa formada por las piedras laminares entrecruzadas unas con otras. Cuerpo del muro Es la estructura del muro construida con rocas de pizarra alargadas, dispuestas ordenadamente y trenzadas entre sí, lo que otorga solidez y estabilidad al muro. Cara interna o contraenchape Es la superficie interna del muro, conformada por salientes de los fragmentos de rocas que constituyen el muro de la quilla. Cimiento o base Es la base sobre la que se asienta el muro de contención, cuya profundidad y ancho están en función de la altura del muro de contención. Material de relleno Formado por gravas y fragmentos angulares, que se depositan como relleno en el fondo de la quilla, con la finalidad de facilitar el drenaje. Plataforma de cultivo Es la capa de suelo cultivable, enriquecida con humus, presenta un ancho de 0.40 a 0.50 m, donde tradicionalmente se planta la coca en un canal o en trincheras entre las gradas; en esta parte es donde se realiza la dinámica microbiológica, nutrición de las plantas y el intercambio de gases y aprovechamiento del agua, con una notable reducción y control de la erosión hídrica (gráfico 14). 149 Gráfico 14: Configuración y partes de una quilla 150 TESTIMONIOS FOTOGRÁFICOS Terrazas agrícolas tipo semiluna en producción. Terrazas agrícolas del cantón Amarete. Terrazas agrícolas múltiples con vértice común en Charazani. 151 Extensa superficie de terrazas precolombinas de distintos tipos, comunidad Atique Amarete. 152 Modalidad de terraza corral cancha en microcuenca Chacarapi. Terrazas ancestrales comunidad Huatascapa Mocomoco. 153 9. Estudios de caso: terrazas precolombinas de los yungas y valles interandinos del departamento de La Paz Las prácticas productivas relacionadas con la agricultura se realizan desde tiempos inmemoriales en la vertiente oriental de la cordillera de los Andes, por comunidades originarias, comunidades formadas y colonias que se asientan en los valles interandinos, el altiplano y los ecosistemas intermedios y bajos de la región de los Yungas. En las zonas que en la actualidad son ocupandas por las provincias Larecaja, Muñecas, Bautista Saavedra, Sud Yungas, Nor Yungas e Inquisivi, en sus serranías en los siglos XVI y XVII habitaban grupos étnicamente diversos en las provincias de Kallawaya (Larecajas), Chuncho (Lekos, Aguachiles, Arabaonas, Toromonas), Moxos Chachapoyas, y de los indios Yungas que compartían el territorio con grupos Lupaqa y Pacaxa del Omasuyo Qolla Altiplánico5. En esta parte, se expone el resultado de los estudios de cuantificación y caracterización de las terrazas, taqanas, quillas y wachus de dos subcuencas ubicadas en diferentes pisos agroecológicos, realizándose un análisis del estado actual de estas infraestructuras tomando en cuenta las características geográficas, culturales e históricas del pasado y el presente. La zona representativa de los Yungas corresponde a las subcuencas de los ríos Unduavi y Takesi, pertenecientes a la cuenca del río Tamanpaya afluente del río Beni, ubicada en la provincia Sud Yungas. Como zona representativa de los valles interandinos se tomó en cuenta la subcuenca del río Tahuapalca-Cohoni, perteneciente a la cuenca del río La Paz, ubicado en la provincia Murillo, departamento de La Paz. Ambas zonas fueron, en el pasado precolombino, escenarios de una intensa actividad productiva, de comunidades andinas y amazónicas ancestrales organizadas, que generaron y practicaron tecnologías agroecológicas racionales que les permitieron un manejo sostenible de los recursos naturales, principalmente del suelo, agua y la vegetación. 5 Saignes 1985, citado por Ballivián J, 2008. 154 Estos sistemas de terrazas agrícolas habrían sido construidos, inicialmente, por los tiwanacotas, continuados por los pacajes, los mollos y, finalmente, consolidados por los incas, quienes perfeccionaron y utilizaron las ya existentes y ampliaron la superficie de taqanas y quillas de producción agrícola. 9.1. Terrazas precolombinas de Yungas subcuencas Unduavi y Takesi La región de los Yungas, es el área donde las taqanas y las quillas de origen ancestral alcanzaron su máxima expresión como tecnologías para conservar los suelos y producir coca y otros cultivos, en zonas de alta montaña. En la actualidad se puede observar áreas de taqanas y restos arqueológicos, que son una muestra de la magistral técnica empleada en la construcción de quillas y taqanas ancestrales, probablemente de origen Tiwanacota, y cuyo desarrollo habría sido completado y extendido por los Incas. Es admirable observar extensas áreas de taqanas y quillas en toda la región de los Yungas, desde la cresta de las montañas nevadas hasta las zonas bajas de los Yungas, lo que se puede comprobar recorriendo la ruta llamada Camino del Inca que se extiende desde el nevado Takesi, descendiendo a la mina Chojlla y los asentamientos de Yanacachi, Villa Aspiazu, Ticuniri, hasta llegar a Chulumani, en la provincia Sud Yungas del departamento de La Paz. Es posible verificar relaciones de reciprocidad y de producción de esta zona con la otra vertiente yungueña de Lambate, Pasto Grande e Inkalakaya, donde también están presentes y se desarrollaron sistemas de producción en terrazas agrícolas precolombinas. 9.1.1. Ubicación geográfica El área de estudio corresponde a la Tercera Sección Yanacachi, de la provincia Sud Yungas, departamento de La Paz, estando ubicada en las coordenadas geográficas 15º20’ a 16º30’ de latitud sur y 67º20’ de longitud oeste, limitando hacia el norte con la provincia Franz Tamayo, al sur con las provincias Murillo, Loayza e Inquisivi, al oeste con Larecaja, Murillo y Nor Yungas, al este con la 155 provincia Inquisivi y los departamentos del Beni y Cochabamba. Las poblaciones más importantes de la provincia Sud Yungas son Yanacachi, Chulumani, Irupana, Ocobaya, Covendo y Santa Ana. Las subcuencas de los ríos Unduavi y Takesi, comprenden los cantones Yanacachi y Villa Aspiazu y las comunidades más representativas, donde existen terrazas precolombinas, taqanas y quillas son Unduavi, Hierbani, Chaco, Florida, Yanacachi, Chawara, Quisno, Pihuaya, Mokori, Hilumaya, Santa Rosa, Machacamarca, Villa Aspiazu y Suiqui Milamilani. Toda el área se encuentra en las laderas de montañas orientales de la parte norte de la cordillera de los Andes, que atraviesa los departamentos de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. Presenta pendientes escarpadas descendiendo desde aproximadamente los 5.000 msnm proyectándose hasta las planicies amazónicas del Beni a 500 msnm, presentando amplias y variadas zonas de vida, diferenciadas por su altitud, precipitación y vegetación. El área presenta vientos dominantes del norte al noreste, que producen precipitaciones orográficas causadas por procesos adiabáticos en el flanco oriental de la cordillera de los Andes, durante gran parte del año. Los patrones de humedad y temperatura de la altura tienen fuertes efectos sobre la vegetación característica de los yungas, formando tres zonas más o menos definidas: ceja de montaña de los 4.000 a los 3.000 msnm, yungas medio de 3.000 a los 2.000 msnm y yungas verdadero entre los 2.000 y los 800 msnm. El área de estudio está ubicada en la ceja de montaña y los yungas medio. 9.1.2. Características agroecológicas a) Clima: En la zona de estudio, no existen estaciones meteorológicas completas, por tanto, la descripción del clima del área ha sido inferida a partir de los datos proporcionados por las semi estaciones más próximas de Unduavi y Chulumani. La estación de Unduavi sólo cuenta con instrumentos para determinar la cantidad de lluvia, estando ubicada a 16º19´ latitud sur, 67º55´ longitud oeste y a una altitud de 3.022 msnm. La estación meteorológica de Chulumani es más completa y está a 16º32´ latitud sur, 67º32´ longitud oeste, a una altitud de 1.811 msnm. 156 • Temperatura. La parte alta de la cuenca presenta una temperatura promedio estimada de 12º C, con temperaturas mínimas de hasta 0º C en los meses de mayo a junio; la parte más baja de la cuenca, tomando como referencia la estación de Chulumani con datos de 23 años, presenta una temperatura media anual de 21.5º C, con las mayores temperaturas en los meses de octubre a marzo y temperaturas mínimas de 16º C en el mes de julio. Yanacachi, donde se ubica la mayor cantidad de quillas precolombinas, presenta una temperatura promedio de 18º C. Las comunidades de las partes altas de la montaña, caso Unduavi, Tres Marías, Hierbani y Chaco, por la cercanía a los nevados, registran efectos de heladas. Sin embargo, su ocurrencia es menos probable en los Yungas medio Yanacachi, Santa Rosa, Machacamarca y Quisno, y definitivamente en los Yungas verdadero no se presentan heladas. • Precipitación. La parte alta de la cuenca presenta una precipitación anual promedio de 1.990 mm (promedio de 20 años en la localidad de Unduavi), siendo los meses más lluviosos de diciembre a marzo, con un promedio de 288.1 mm y los meses menos lluviosos de abril a noviembre con una precipitación promedio de 104.7 mm, registrándose la precipitación mínima en el mes de julio con 39.45 mm. La parte baja de la cuenca y alrededores registra una precipitación promedio anual de 1.373 mm (promedio de 23 años, estación de Chulumani). Los meses más lluviosos son de noviembre a marzo, con una precipitación promedio de 182.64 mm y los meses menos lluviosos de abril a octubre con una precipitación promedio de 65.7mm. La mayor precipitación en esta época de ausencia parcial de lluvias se registra en el mes de junio con un promedio de 3.12 mm. • Evapotranspiración potencial y balance hídrico. El balance hídrico de la estación de Chulumani indica que la parte baja de la cuenca, casi no presenta déficit de agua, excepto en los meses de mayo a julio, cuya ETP varía de 31.2 a 39.2 mm y el período con exceso de agua se extiende por cinco meses; el tiempo en el cual el suelo recupera la humedad perdida en la época seca se extiende por siete meses. Por observaciones de campo es posible asegurar 157 que la parte alta de la cuenca presenta mayor humedad, debido a la condensación de las neblinas. b) Geología y geomorfología: La Cordillera Oriental de los Andes se originó en una serie de plegamientos que comenzaron a fines del Cretácico, la ocurrencia de una fuerte erosión por acción de los glaciares, dio origen a la formación de profundos valles en la ladera oriental del macizo andino, que con el paso del tiempo conformaron bloques paleozoicos y estratificaciones del cenozoico, con montañas que presentan afloramientos intrusivos de gran magnitud; la erosión geomorfológica propició material de sedimentos que modelaron llanuras bajas, formándose basamentos terciarios subhorizontales. La Cordillera Oriental presenta rocas del sistema silúrico, distribuidas en el flanco occidental, devónico, carbonífero, pérmico y cretácico. c) Fisiografía: La fisiografía del área de estudio es compleja, mediante fotointerpretación se han identificado los siguientes paisajes: • Pie de Monte (MPD). Corresponde al paisaje ubicado en la base de la formación montañosa, y está conformado por abanicos coluvio-aluviales en forma de terrazas altas no inundables, conos de deyección y laderas muy bajas que limitan con el paisaje aluvial. Presentan pendientes variables de 8 a 17%, interrumpidos por quebradas que nacen en la línea de la montaña. Este paisaje está representado por dos subpaisajes: MPDp: Pendiente suave, ligeramente erosionada. MPDe: Pendiente moderada a alta muy erosionada. El subpaisaje MPDe tiene mayor importancia que el MPDp, por cubrir mayor superficie y mayores riesgos de erosión por pendiente y pérdida de cobertura vegetal. • Laderas de montaña (ML). Este paisaje corresponde a las laderas que se encuentran en la parte alta, media y baja de las montañas, como transición de la montaña al fondo aluvial del río. Presenta pendientes que fluctúan desde 158 muy altas, altas, moderadas y suaves, se extiende en el margen derecho del río Unduavi y márgenes derecho e izquierdo del río Takesi. Se distinguen tres subpaisajes: MLs: Laderas de pendientes suaves, poco erosionadas. MLm: Laderas de pendientes moderadas, con mediana y alta erosión. MLa: Laderas de pendientes altas y muy altas, severamente erosionadas. • Montañas estructurales de material metamórfico (ME). Este paisaje esta formado por serranías altas, con pendientes muy pronunciadas y disectadas por ínterfluvios densos. Corresponden a los anticlinales y sinclinales de la Cordillera Oriental y parte del subandino dispuestos casi en forma paralela con rumbo N-S, encerrando a los valles encajonados o muy angostos en el fondo, en la zona de acción de los ríos. Está representado por un solo sub-paisaje que cubre la mayor superficie. MEpi/H: Montañas metamórficas de pizarras, fuertemente disectadas. • Otras unidades: Corresponde a todas aquellas unidades pequeñas, que no son significativas en el área de estudio, caso de las siguientes formaciones: E: Escarpes casi verticales. C: Conos de deyección. d) Caracterización general de los suelos: La descripción, mapeo y clasificación de suelos, se realizó en base a fotointerpretación y ubicación de perfiles de suelos, de acuerdo a los paisajes fisiográficos. • Suelos de pie de monte de montaña. Los suelos del pie de monte, se dividen en subpaisajes en función de la pendiente, relieve y susceptibilidad a la erosión. Agrupándolos por su textura de la forma siguiente: - Suelos de la unidad MPDe. Los suelos de esta unidad de mapeo, taxonómicamente corresponden al orden Entisols, presentando muy poco o ningún desarrollo pedogenético y forman una estrecha asociación con el suborden Orthents, gran grupo Udorthents y subgrupo Andeptic 159 Udorthents. Son laderas de montaña con pendientes moderadas a fuertes, con un material parental de rocas metamórficas pizarrosas; son suelos poco profundos a superficiales, con colores variables. Textura de franco arenoso gravoso a franco gravoso en todo el perfil; estructura de bloques subangulares, consistencia friable, con baja capacidad de retención de humedad. Con un pH regularmente ácido a fuertemente ácido, sin problemas de toxicidad; con una capacidad de intercambio catiónico baja lo mismo que de cationes intercambiables, contenido de materia orgánica de media a baja; los suelos presentan una fertilidad natural calificada como baja. • Suelos de ladera alta. Corresponde a los suelos ubicados en laderas con pendientes moderadas a muy fuertes, que se extienden desde las cumbres hacia las laderas altas. - Suelos de la unidad MLMpm. Los suelos de esta unidad de mapeo, por su taxonomía corresponden al orden Inceptisols, suborden Ochrepts, gran grupo Eutrochrepts y subgrupo Dystic Eutrochrepts. Se caracterizan por un mediano a poco desarrollo genético, con una estrecha asociación con el suborden Ochrepts, gran grupo Eutrochrepts y subgrupo Dystric Eutrochrepts; presentan una topografía en ladera de montaña, ondulada a ligeramente inclinada; el material parental formado por pizarras, textura franco arenosa a franca, infiltración moderada, con alta capacidad de retención de humedad, reacción ligeramente ácida en todo el perfil; una CIC baja y contenido bajo de cationes básicos, contenido de materia orgánica alto a medio, fósforo con un nivel medio, y la fertilidad natural del suelo calificada como media. - Suelos de la unidad MLMpm-a. Los suelos de esta unidad corresponden al orden Entisols, suborden Arents, gran grupo Udalfic y subgrupo Udalfic Arentes. Se caracterizan por presentar una fisiografía de ladera de montaña, con relieve ondulado y pendientes fuertemente empinadas de 50 a 60%, textura franco areno gravoso, con rápida infiltración, de baja a mediana capacidad de retención de humedad. Reacción de fuertemente ácida a medianamente ácida, con una CIC media, bajo contenido de bases cambiables, 160 contenido medio de materia orgánica; fósforo en un alto contenido. Por su fertilidad natural se califican como suelos de fertilidad media. - Suelos de la unidad MLMpa. Los suelos de esta unidad de mapeo, taxonómicamente se clasifican en el orden Entisols, suborden Orthents, gran grupo Udorthents y subgrupo Typic Udorthents, se ubican en laderas de montañas empinadas y chaqueadas con severa erosión; de material parental conformado por pizarras metamórficas, textura de franco areno arcillo gravoso a franco, con buena capacidad de retención de humedad, con una infiltración de moderada a rápida. Su reacción es fuertemente ácida, baja CIC, contenido de alto a medio de materia orgánica, y fósforo en un nivel bajo. Son suelos de baja fertilidad. • Suelos de ladera media. Corresponde a suelos ubicados en laderas, con pendientes moderadas a muy fuertes, extendiéndose gradualmente desde la parte alta de las laderas hasta el límite con el pie de monte y las angostas planicies aluviales. - Suelos de la unidad MLApm.. Los suelos de esta unidad de mapeo, taxonómicamente se clasifican en el orden Alfisols, suborden Udalfs, gran grupo Tropudalfs subgrupo Oxic Tropudalfs. Se ubican en laderas de relieve ondulado y pendientes empinadas, con material parental de pizarras meteorizadas, textura de franco gravoso a arcilloso, con una capacidad media de retención de humedad, infiltración de moderada a lenta, consistencia friable. Reacción fuertemente ácida, con una CIC baja y muy pocos cationes básicos, contenido medio de materia orgánica, fósforo en un nivel alto. Por su fertilidad natural son suelos de mediana a baja fertilidad. - Suelos de la unidad MLApa. Los suelos de esta unidad de mapeo, taxonómicamente se clasifican en el orden Alfisols, suborden Udalfs, gran grupo Hapludalfs y subgrupo Ultic Hapludalfs. Están ubicados en laderas de montaña muy empinadas, con severa erosión, en zonas chaqueadas en descanso, presentan materiales parentales de pizarras coluvio aluviales. Textura franco gravoso a franco arcilloso gravoso, baja retención de humedad, infiltración de moderada a lenta, consistencia friable; reacción 161 medianamente ácida, baja CIC, bajo contenido de materia orgánica. Por su fertilidad natural se califican como suelos de mediana a baja fertilidad. Cuadro 4: CORRELACIÓN DE UNIDADES TAXONÓMICAS DE SUELOS ORDEN SUB ORDEN GRAN GRUPO SUB GRUPO TYPIC UDOR- ORTHENTS UDORTHENTS ENTISOLS THENTS ANDEPTIC UDORTHENTS ARENTS INCEPTISSOLSS ALFISOLS OCHREPTS ARENTS UDALFIC ARENTS EUTROCH- DYSTRIC EU- REPTS TROCHREPTS HAPLU- ULTIC HA- DALFS PLUDALFS TROPU- OXIC TRO- DALFS PUDALFS UDALFS FAMILIA SERIE UNIDAD DE MAPEO Textura media Pichu 2 MLMpa Textura liviana Mokori 1 MPDe Textura liviana Pihuaya 2 MLMpm-a Textura media Yanacachi 2 MLMpm Textura moderad. pesada Hilumaya 3 MLApa Textura moderad. pesada Villa Aspiazu 3 MLApm La FAMILIA se clasifica de acuerdo a su granulometria en: textura liviana, textura media y textura moderada a pesada. La SERIE se clasifica tomando en cuenta el origen o génesis del suelo en: PICHU 2 Suelos de origen coluvio-aluvial sub-reciente YANACACHI 2 Suelos de origen coluvio-aluvial sub-reciente MOKORI 1 Suelo de origen coluvio-aluvial reciente PIHUAYA 2 Suelos de origen coluvio-aluvial sub-reciente HILUMAYA 3 Suelos de origen coluvio-aluvial antiguos VIILA ASPIAZU 3 Suelos de origen coluvio-aluvial antiguo 162 • Clasificación de tierras por su capacidad de uso. Mediante la clasificación de tierras por su capacidad de uso (USDA), en el área de estudio se ha identificado una proporción menor de tierras arables aptas para agricultura de escarda y cultivos que se adaptan a las condiciones del suelo y el clima, pertenecientes a las Clases III y IV. Una gran superficie corresponde a tierras no arables, correspondientes a las Clases V, VI y VII no aptas para cultivos en limpio, excepto para cultivos especiales, están ubicadas en laderas de montañas con pendientes muy empinadas. Las tierras de la Clase VIII no tienen utilidad económica deben ser declaradas zonas de reserva o de protección. Cuadro 5: CLASIFICACIÓN DE TIERRAS POR SU CAPACIDAD DE USO CATEGOSUPERFICIE CLASE RIAS Hectáreas III 453,75 TIERRAS APTAS PARA 886,88 IV CULTIVO 632,53 TIERRAS APTAS SÓLO PARA CULTIVOS ESPECIALES SIN USO TOTAL % 2,86 5,59 4,0 V 632,53 4,0 VI VII VIII 1.220,10 9.250,00 3.423,00 15.866,26 7,70 58,30 21,60 100,00 SUB CLASE IIIs IVse IVsed Vse Vsd Vsed ---- SUPERFICIE UNIDADES % Hectáreas DE MAPEO 453,75 2,86 MLMpm 770,00 4,85 MLMpa 116,88 0,74 MLApm 268,13 1,70 MPDe 137,50 0,87 MLMpm-a 226,90 1,43 MLApa 1.220,10 7,70 QArec 9.250,00 58,30 MPEi 3.423,00 21,60 MPEir 15.866,26 100,00 De acuerdo al USDA, los suelos de las Clases VI y VII no son aptos para cultivos, sin embargo las quillas y taqanas precolombinas, que se esparcen en grandes extensiones de la zona, corresponden a estas clases de tierras; las limitaciones relacionadas con las fuertes pendientes y que se constituye en el factor limitante del sistema convencional, fueron solucionadas por nuestras culturas precolombinas mediante la modificación y adecuación del paisaje con el terraceo intensivo, que les permitió usar productivamente laderas con pendientes mayores a 45º, controlando la erosión hídrica y los frecuentes deslizamientos de las tierras de alta montaña. 163 e) Hidrografía: Los rasgos principales de la hidrografía de la región están visualizados por los ríos del sistema hidrográfico andino-amazónico, que nacen en la cordillera y abren su paso a través de inmensas formaciones geológicas, formando tres ríos importantes, el río Unduavi, río Coroico y el río Tamampaya, afluentes del río Beni, que a su vez desemboca en el río Amazonas. Los ríos Unduavi y Takesi, nacen en los nevados y glaciares de la cordillera y en su recorrido van recibiendo numerosos afluentes, se unen a la altura de Puente Villa y conforman el río Tamampaya. f) Vegetación: En el área de estudio, se reconocen tres fajas altitudinales, la Ceja de montaña situada entre los 4.500 y 3.000 msnm, en esta zona las nubes se acumulan casi diariamente y se producen lloviznas persistentes, presenta un bosque muy denso compuesta por especies vegetales siempre verdes, como Wenmannia microphylla (pucu huaycha), Myrica pubecens (laurel de cera) y Podocarpus spp. (pino del monte). También un elevado porcentaje de epifitas especialmente de musgos, y diferentes tipos de bambú tales como la Chusquea spp. Yungas medio comprendida entre los 3.000 y los 2.000 msnm con un bosque húmedo, una rica flora de árboles, arbustos y helechos arbóreos, cubiertos con musgos, briófitas y plantas epifitas vasculares, principalmente helechos, orquídeas o bromeliáceas. Se observa la presencia de maleza Melinis minutiflora llamada “pasto gordura” que introducida como pasto en poco tiempo degeneró en maleza, actualmente invade grandes extensiones de quillas y wachus aniquilando a las plantaciones de cocales, por su enorme capacidad de competencia. Yungas verdadero se halla entre los 1.700 y los 1.000 msnm, con un clima cálido que en algunos lugares se vuelve tan seco como en las zonas más altas del Altiplano; se caracteriza por presentar un marcado incremento en la diversidad de plantas vasculares. 164 Cuadro 6: VEGETACIÓN PREDOMINANTE EN LOS YUNGAS NOMBRE CIENTÍFICO Sinchona amygdalifolia Ficus bopiana Cecropia spp Aniba coto Guarea membra Alnus jorullensis Sambucus spp Gaiadendron spp Gunneras spp Podocarpus utiliar Weinmannia fagaroides Oreopanax spp Aulomoyrcia leucadendron Pouroma uvifera Melinis minutiflora FAMILIA Rubiaceae Moraceae Moraceae Lauraceae Coranthaceae Anacardiaceae Loranthaceae Halorhagidaceae Poaceae Podocarpaceae Cunoniaceae Aranaceae Myrtaceae Moraceae Graminaceae NOMBRE COMÚN Quina quina Corcho Ambaibo Coto Guapi upa Aliso Sauco Quirusilla Kuri Pino de monte Duraznillo Pumamaqui Sahuinto Uva de monte Pasto gordura g) Fauna: En general, la fauna se encuentra muy empobrecida y alterada por la intervención del hombre, la región de los Yungas es considerada como una zona de transición entre la zona andina y la zona tropical, con la presencia de un hábitat diverso para la fauna, por lo que también existe una variedad de animales, como el oso de anteojos o jucumari (Tremaretos ornatus), primates (Cebus albifrons y Cebus apella), armadillo (Euphractus spp), el oso hormiguero (Tamandua tetradactyla), el lobito de río (Lutra longicaudis) y el guazu (Manzana). Entre los mamíferos pequeños se encuentran Sylvilagus brasilensis, el tapiti y algunas especies de roedores de los géneros Oryzomys y Neacomys. Existe una gran abundancia de murciélagos de los géneros Artibeus, Myotis Tadarida y Molosuss. Es también frecuente la comadreja o carachupa (Didelphys marsupiales). En cuanto a las aves, la zona se caracteriza por la presencia de una multitud de loros, parabas y cotorras, la pava pintada (Penélope jacquacu), el tucán (Ramphastus toco) y el gallito 165 de las rocas (Rupicola peruviana). Reptiles mayormente de la familia Boidae, Colubridae e Iguanidae. Varias de estas especies necesitan de acciones de protección urgentes frente a la caza indiscriminada. 9.1.5. Características económico-productivas y sociales La zona dominada por una geografía de montañas con fuertes pendientes, sólo es apta para la agricultura en aquellas laderas de montañas ligeramente onduladas y con suelos de poca gradiente, mediante la construcción de terrazas agrícolas. Ancestralmente los Yungas formaban parte de la lógica andino amazónica del “Acceso vertical a los pisos ecológicos”. a) Tenencia de la tierra: La distribución de los predios por tamaño de explotación fluctúa entre 0.25 a 10 hectáreas, con un promedio de 2.7 hectáreas, tendiendo a equilibrarse con los predios de 2.25 a 4 hectáreas, un buen porcentaje de predios tiene de 5 a 10 hectáreas. Esta distribución responde a los lineamientos de la Reforma Agraria de 1953, sólo excepcionalmente, donde las haciendas contaban con grandes extensiones, se dotó a los ex colonos con 10 hectáreas de tierra, la mayoría recibió 5 hectáreas, pero por las condiciones de la zona esta dotación es considerada alta, en los hechos, esto es relativo, porque gran parte del terreno está en laderas con fuertes pendientes, que dificultan las actividades agrícolas y pecuarias. b) Sistemas de producción agrícola: Las corrientes migratorias impulsaron el incremento de la producción de coca y maíz aunque este último en menor escala. En cultivos perennes tiene especial importancia la producción de café y cítricos, la producción de variedades mejoradas de plátano y, de modo natural, la producción de níspero cuyo desarrollo es permanente. De acuerdo a las encuestas realizadas, las comunidades del área de estudio tienen el 65% de sus tierras en descanso, el 35% de sus tierras están cultivadas. Del área cultivada el 60% está ocupada por plantas permanentes principalmente cítricos, coca, café y otros frutales, 20% con maíz choclo y el restante 20% con cultivos de raca166 cha, walusa, flores y hortalizas. El volumen de producción alcanza las 18.500 docenas de azucenas y lirio, 900 cestos de coca, 200 quintales de café, 1.000 quintales de maíz, racacha 2.000 quintales, walusa 1.300 quintales, cítricos 1.500.000 unidades, plátanos 600 cabezas, paltos 2.000 unidades. Del total de la producción entre 30 a 40% se pierde por falta de infraestructura caminera, falta de puentes y caminos vecinales, costos elevados de transporte, falta de acceso a los mercados, factores climáticos y problemas de sanidad vegetal. c) Estado actual de las bases productivas: Los pobladores de las comunidades de la Tercera Sección Yanacachi, en su mayor parte, no practican medidas eficientes de conservación de suelos, por desconocimiento de las técnicas de conservación, problemas de tenencia de tierra, ausencia de servicio de capacitación y asistencia técnica, falta de infraestructura y servicios básicos y precios de mercado que no compensan la inversión en semillas y mano de obra. Sus métodos tradicionales, se basan en la agricultura migratoria de “chaqueo”, presionados por la rápida pérdida de la fertilidad de los suelos, lo que ha determinado que en algunos sectores se haya destruido el 70% de la cobertura vegetal natural. La excepción la constituyen esfuerzos aislados, de algunos comunarios que por su origen altiplánico, realizan prácticas conservacionistas mediante la reconstrucción y construcción de terrazas agrícolas, taqanas y quillas. El estado de situación de las bases productivas por comunidad es el siguiente: • Comunidad Hierbani (Anexo comunidad Chaco). Presenta suelos ubicados en laderas extremadamente empinadas y completamente chaqueados, afectados por una severa erosión, sin posibilidades de una ampliación de su frontera agrícola. Los agricultores de la zona se dedican mayormente al cultivo de flores como lirios o manzonia, agapanto, clavel, nardos y su producción la destinan a los mercados de La Paz. Los cultivos alimenticios como la racacha, maíz, rábano, son producidos en pequeña escala sólo para autoconsumo. Sus sistemas de producción son muy susceptibles al ataque de enfermedades, los campos de azucena están siendo diezmados por alternaria y fungosis. • Comunidad Tres Marías (Anexo comunidad Chaco). Sus suelos están en laderas muy empinadas y soportan una erosión severa, la principal actividad 167 productiva es la producción de flores agapanto, nardo, lirio y azucena. Su cultivo es en surcos a nivel, con una producción continua durante 4 a 5 años, después de ese período de agotamiento de la fertilidad de los suelos, las parcelas son dejadas en descanso entre 8 a 10 años, pero aún con este descanso no se logra recuperar su fertilidad natural. La presión del mercado, provoca un agotamiento de las áreas cultivables, y un avance hacia las partes superiores de mayor pendiente. • Comunidad Chaco. Es una de las pocas comunidades, donde es evidente la práctica de medidas de conservación de suelos, con el cultivo en terrazas o taqanas, lo cual repercute en una mayor y mejor producción, con la consiguiente disminución de las pérdidas por erosión. Su aptitud productiva está relacionada con la producción de flores, racacha, durazno, walusa, yuca, amenazados por el ataque de plagas y enfermedades propias de la zona sub-tropical. • Comunidad Pichu. Esta comunidad presenta una extensa área de chaqueo, con la producción de racacha, maíz, zapallo, hortalizas y flores, también frutales como paltos, cítricos y café; el área cultivada con flores principalmente lirios, se incrementa con los años alcanzando de 60 a 80 hectáreas “…porque el maíz en estos terrenos cansados ya no da buen rendimiento…” (comunario Martín Mamani). La memoria colectiva de los pobladores registra que hasta el año 1952, había una buena producción de claveles y de rosas, pero una enfermedad hizo desaparecer estas flores, posteriormente se fomentó el cultivo de lirios y nardos con buenos resultado, pero la presencia de enfermedades hace temer que la catástrofe anterior se repita. Se observa prácticas de descanso, adaptadas del sistema aynuqa, en razón de que muchos comunarios de la zona, son de origen aymara, cultivan sus parcelas de 3 a 4 años, periodo en el cual es notoria la baja en los rendimiento, por lo que se deja en descanso hasta por 10 años. • Comunidad La Florida. Es una comunidad productora de cítricos, con plantaciones carentes de manejo técnico, con severos daños causados por el ataque de enfermedades, presencia de líquenes y musgos, densidad muy alta de plantas en un mismo campo, ausencia de podas y los suelos presentan una gran pérdida de la capa superficial. 168 • Yanacachi: Sus suelos están sometidos a una fuerte erosión, y a una densa presencia de la maleza Melinis minutiflora (pasto gordura), con extensas áreas de frutales afectados por plagas y enfermedades, bajos rendimientos y con el agotamiento de la fertilidad de los suelos por la sobre explotación agrícola. Sólo los campesinos de mayor edad de origen aymara, practican cultivos en taqanas y quillas. • Comunidad Chaguara. Esta zona se caracterizaba por la producción de coca, muy apreciada por su calidad y consistencia, actualmente las áreas de producción han disminuido, así como los niveles de producción, las superficies cultivables soportan severos daños, por erosión y destrucción de grandes áreas de quillas, por la presencia del pasto gordura. • Comunidad Quisno. Es una de las comunidades más afectadas por la erosión y la destrucción y abandono de extensas áreas de quillas y taqanas. La zona era productora de coca con el trabajo continuo de más de 30 familias, pero en la actualidad se ha sufrido un éxodo, la mayoría de las familias, se trasladaron a La Paz y Caranavi, empujados por la baja producción de sus tierras, la represión al cultivo de coca, la falta de vías de comunicación y por la pérdida de las fuentes de agua que se secaron como consecuencia del intenso chaqueo y del sismo ocurrido hace 40 años. • Comunidad Mokori: El problema que afecta a la comunidad es la ocurrencia de deslizamientos y hundimientos de las montañas circundantes, y que requieren contrarrestarse con urgentes medidas de estabilización de taludes. Estos fenómenos tendrían su origen en los movimientos sísmicos, y aunque no existen registros oficiales, los efectos quedaron en la memoria colectiva de los pobladores. Refieren que hace 40 años hubo un temblor muy fuerte y otro en el año 1983 con las mismas características que el primero, que hicieron caer parte de la montaña al río Huacani, causando la destrucción de extensas áreas de quillas y taqanas, todavía se sienten temblores todos los años. Se teme que el hundimiento de la montaña en la parte frontal del río Huacani, sea mayor y genere un represamiento de las aguas de este río y del Takesi, el embalse natural podría poner en peligro a toda la comunidad de la parte baja o de pie de monte. Otro problema es la erosión hídrica y el 169 • • • • intenso chaqueo, los propios comunarios plantean sus soluciones, tales como construcción de zanjas de desviación y drenaje en la parte superior de las laderas afectadas, recuperación de la vegetación natural, utilizando plantas de alta densidad radicular y raíces pivotantes, protección de riberas y el desvío de las aguas del río Huacani, para que no siga socavando la base del cerro. Comunidad Pihuaya: Soporta una alta erosión, agravada por la características de sus suelos superficiales y pedregosos. Sus campos de producción de frutas y cultivos anuales soportan problemas de sanidad animal y daños por aves silvestres. Sus áreas chaqueadas no tienen posibilidades de recuperación. Comunidad Tuymu: Sus suelos están ubicados en zonas de fuertes pendientes, muchos cultivos perennes están abandonados e infestados de plagas y enfermedades; las estructura conservacionistas que antes caracterizaron a la comunidad, están en proceso de destrucción por falta de mantenimiento, limpieza y reparación. Presentan cultivos aislados de nogal, cítricos, café en un estado deplorable de manejo, sin podas y sin práctica de control sanitario. Comunidad Hilumaya. Es una zona con problema de erosión y baja fertilidad de los suelos, se produce cultivos anuales de maíz, maní, racacha, walusa, locoto. Esta producción sólo es de subsistencia, no existiendo incentivo para la producción en escala comercial. El rendimiento de café es de una libra/planta equivalentes a 15 quintales/hectárea, coca 300 libras/cato (1 cato=1/4 hectárea) o 6 taquias/cato con tres cosechas por año. Un problema que aqueja a esta y otras zonas es la invasión del pasto gordura, (Melinis minutiflora) que es considerada como una amenaza para la producción agrícola. “…Cuando era chico no había este pasto gordura, un sanitario de Machacamarca me ha contado que el padre Florencio de Chulumani, es el que ha traído este pasto de otro país para el alimento del ganado, ahora se ha vuelto una maleza difícil de erradicar, su semilla se desparrama como polvo por el viento, y hace perder la coca… el deshierbe no lo afecta…” (comunario Cándido Tarqui). Comunidad Santa Rosa. Es una zona con sobreexplotación agrícola, con un chaqueo intenso y sin posibilidades de extender su frontera agrícola. Los 170 cultivos actuales soportan falta de cuidados culturales y no se realiza prácticas eficientes de rotación o asociación de cultivos. • Comunidad Machacamarca. Es una comunidad con serios problemas de erosión y baja fertilidad de suelos, sus campos están invadidos de pasto gordura; no se realiza prácticas de sanidad vegetal, lo que repercute en la merma paulatina de los rendimientos. Sus cultivos principales son mandarina, naranja, plátano, walusa, maíz y café. • Comunidad Villa Aspiazu: Además del problema de la erosión de los suelos, se presentan problemas de tenencia de tierra, en la comunidad están registradas 21 familias, pero la mayoría de los pobladores vive en la ciudad de La Paz, y retorna por una sola vez al año en las festividades y de vacaciones; los comunarios activos y presentes en la zona solo disponen de 2 a 3 catos para cultivar, los mayores propietarios son los residentes que están asentados en La Paz, los mismos que no quieren alquilar sus tierras abandonadas. Los cultivos que se practican en el lugar son maíz, racacha, walusa y coca. En su anexo de Ticuniri existe una mejor producción de coca y de cítricos. • Comunidad Suiqui Milamilani: Es una zona que produce coca como cultivo principal, flores nardo y azucena, frutales naranja, mandarina, lima, hortalizas repollo, rábano, nabo. En razón del rápido agotamiento de los suelos y los bajos rendimientos agrícolas, año a año se incrementa las áreas cultivadas con la coca. 9.1.6. Formas de organización territorial La Tercera Sección de Sud Yungas se divide en dos cantones, Aspiazu conformado por ocho comunidades y el Cantón Yanacachi que agrupa a quince comunidades, cada una de las cuales cuenta con sus respectivas organizaciones sindicales. Los sindicatos campesinos están conformados por centrales y subcentrales, con una estructura, organización y funciones que data de 1953, y que, en algunos casos, sustituye a las organizaciones tradicionales de los a.yllus, de origen ancestral. En Sud Yungas tiene plena vigencia el sindicato desde que no existen organizaciones ancestrales. La organización sindical se articula desde 171 los niveles comunales, cantonales, provinciales y departamentales, para finalmente integrar la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia con sede en La Paz. 9.2. Inventario de taqanas y quillas precolombinas de Yanacachi El mapeo realizado mediante fotointerpretación del área de estudio y el posterior trabajo de comprobación de campo, permitió la inventariación de 4.378 hectáreas cubiertas con terrazas de diversos tipos, de esta superficie total 714.5 hectáreas corresponden a taqanas y 3.663,5 hectáreas a quillas precolombinas, entre aquellas que están en uso y abandonadas o en descanso. En el cuadro 7, gráfico 15 y en el mapa 7 se presenta y caracteriza las áreas cubiertas con taqanas y quillas. De la superficie total de terrazas inventariadas, están en uso sólo el 15,8% entre taqanas y quillas, correspondiendo a las taqanas el 12,7%, equivalente a 559.5 hectáreas y el restante 3,1% corresponde a las quillas, lo que representa 133.5 hectáreas. La mayor superficie de quillas corresponde a las estructuras abandonadas, representando el 80,6%, equivalente a 3.530 hectáreas; en esta inventariación no se tomó en cuenta aquellas áreas de difícil acceso, por lo que no se realizó comprobación de campo, siendo posible una pequeña variación de la cuantificación consignada. Se evidenció una gran heterogeneidad del estado de conservación de las taqanas y quillas, presentándose estructuras con diferentes grados de aprovechamiento y conservación, desde aquellas en uso, hasta las taqanas y quillas en descanso o abandonadas, las primeras en buen estado o con algún deterioro, y las segundas mostrando diverso grado de deterioro por el estado de abandono desde un estado semiruinoso a ruinoso, hasta aquellas quillas abandonadas casi intactas, en buen estado de conservación. 172 173 Tercera Sección Provincia Sud Yungas Mapa 7: Inventario de Terrazas Precolombinas en Yanacachi 174 COMUNIDAD Hierbani Tres Marías Chaco Pichu Florida Yanacachi Chaguara Quisno Mokori Pihuaya Tuymu Hilumaya Santa Rosa Machacamarca Villa Aspiazu Suiqui Milamilani Nº 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 155 559,5 10 80 15 10 10 30 Descanso o abandonad. 3 3 30 15 110 230 4 2,5 17 16 5 12 2 58 12 40 En uso 714,5 3 3 30 45 110 310 19 2,5 17 26 5 12 2 58 22 50 Total SUPERFICIE DE TAQANAS Has 133,5 3 8 30 4 20 10 30 6 0,5 20 2 En uso 3.530,0 10 35 3000 70 50 80 50 50 15 10 160 Descanso o abandonad. 3663,5 10 40 41 300,5 90 52 80 53 58 45 14 180 Total SUPERFICIE DE QUILLAS Has Cuadro 7: Inventario de taqanas y quillas de Yanacachi 4.378,0 3 3 30 45 120 350 60 3003 107 78 85 65 60 103 36 230 TOTAL TAQANAS Y QUILLAS 175 12.7 559.5 155.0 Has 3.6 % 714.5 Has 16.3 % 133.5 Has 3.1 % 3.530 Has Has Taqanas descanso (4%) Quillas uso (3%) Taqanas uso (13%) % Has 4378,00 Total 100 81 3 133,50 3530,00 4 13 (%) 155,00 559,50 Superficie (Has) Quillas descanso descanso Quillas uso Taqanas uso Taqanas Terrazas % 100,0 TOTAL 80.6 3.663,5 83.7 4.378,0 % Sub Total Gráfico 15: Distribución se taqanas y quilllas en Yanacachi Quillas descanso (81%) % En Uso Descanso o Abandonad Sub Total Descanso o Abandonad Has En uso SUPERFICIE QUILLAS SUPERFICIE TAQANAS Cuadro 8: Resumen inventario taqanas y quillas en Yanacachi 9.2.1. Clasificación y caracterización convencional de una taqana precolombina La taqana tipo, estudiada y clasificada con el Sistema de Clasificación Cultural de Terrazas Agrícolas, está ubicada en la comunidad Pichu, municipio de Yanacachi, en un ambiente subtropical húmedo característico de Yungas. La taqana tiene la siguiente clasificación: TAQ QANA A: A7 – B3 – C1 – D3– E1 – F1 – G1 – H4 / op, ci, fm-b GRUPO A CLASE SUB-CLASE A7: Taqana de uso temporal (descanso) B3: Taqana rústica o de pueblo C1: Taqana cóncava en semi luna D3: Taqana de secano E1: Taqana con plataforma nivelada F1: Taqana con muro de piedra G1:Taqana con muros a ras del suelo y plataforma con pendiente original H4: Terraza con superficie cultivable de 100 a 500 m2 op: Taqana precolombina ci: Taqana intacta o buena fm-b: Taqana con suelo de fertilidad media a baja De acuerdo a la clasificación y caracterización convencional, el suelo de la taqana agrícola tipo, representativa de la zona de estudio, proveniente de la comunidad Pichu, se clasifica como un Typic Udorthents (U.S. Soil Taxonomy), con un perfil antrópico formado sobre material coluvio-aluvial de rocas metamórficas, y establecida en una ladera de montaña, con una profundidad efectiva mayor a un metro; presenta las siguientes características: 176 UNIDAD DE MAPEO MLMpa Comunidad Pichu, cantón Yanacachi, provincia Sud Yungas, La Paz Typic Udorthents Apto para producción de cultivos En estado de “challido” listo para la quema Depósito coluvio-aluvial de pizarras Ladera de montaña Plano (Terraza agrícola) 35% en la ladera, 4 a 5% en la taqana 2.200 msnm 20.4º C 1.989 mm/año Moderadamente rápido Regular En capacidad de campo Rápido, grado 3 No visible Laminar y en surcos Hasta 0.80 m No presente, clase 1 Clase 2 Ing. M.Sc. Eduardo Chilon Camacho 11/05/99 LOCALIZACIÓN CLASIFICACIÓN TAXONÓMICA CLASIFICACIÓN TÉCNICA VEGETACIÓN O CULTIVO MATERIAL PARENTAL FISIOGRAFÍA RELIEVE PENDIENTE ALTITUD CLIMA TEMPERATURA PRECIPITACIÓN PERMEABILIDAD CLASE DE DRENAJE CONDICIÓN DE HUMEDAD ESCURRIMIENTO SUPERFICIAL PROFUNDIDAD NAPA FREÁTICA EROSIÓN DISTRIBUCIÓN DE RAICES SALINIDAD O ALCALINIDAD PEDREGOSIDAD SUPERFICIAL DESCRITO POR a) Características morfológicas Las características morfológicas de los horizontes del perfil del suelo de la taqana son: • A11 (0 a 21 cm) Textura: Franco areno arcilloso gravoso; estructura: granular a bloques angulares, grandes a medianos, débiles; consistencia en húmedo: friable; reacción: regularmente ácido (pH: 5,94); color en seco: 10 YR 3/1, 177 color en húmedo: 2,5 YR 5/1; sin carbonatos; raíces finas, medias y gruesas abundantes (zona de chaqueo); alto contenido de materia orgánica (6,83%); permeabilidad moderadamente rápida; límite de horizonte abrupto. • A12 (21 a 32 cm) Textura: Franco arenoso; estructura: bloques subangulares, medios, débiles; consistencia en húmedo: friable; reacción: fuertemente ácido (pH: 5,49); color en seco: 7,5 YR 4/3, color en húmedo: 10 YR 2/2; ausencia de carbonatos; raíces abundantes finas, medias y gruesas; alto contenido de materia orgánica (5,89%); permeabilidad moderadamente rápida; límite de horizonte gradual. • A13 (32 a 47 cm) Textura: Franco; estructura: bloques subangulares, finos, débiles; consistencia en húmedo: friable; reacción: fuertemente ácido (pH: 4,95); color en seco: 7,5 YR 4/4, color en húmedo: 10 YR 3/3; sin carbonatos; presencia escasa de raíces; contenido medio de materia orgánica (2,83%); permeabilidad moderadamente rápida; límite de horizonte difuso. • A14 (47 a 118 cm) Textura: Franco; estructura: bloques subangulares, finos, débiles; consistencia en húmedo: friable; reacción: fuertemente ácido (pH: 5,17); color en seco: 7,5 YR 6/6, color en húmedo: 10 YR 3/6; ausencia de carbonatos; contenido medio de materia orgánica (2,56%); permeabilidad moderada a rápida. El análisis físico–químico del perfil del suelo de la taqana precolombina, presenta una textura gruesa a media, un pH ácido con aluminio activo en los horizontes inferiores, sin presencia de carbonatos en todo el perfil, contenido de materia orgánica y nitrógeno alto en el horizonte superior, disminuyendo con la profundidad. Presenta un contenido medio de fósforo disponible en el horizonte superficial, el potasio disponible es bajo, un valor de CIC de medio a bajo. El suelo se califica como de mediana a baja fertilidad. 178 9.2.2. Clasificación y caracterización convencional de una quilla precolombina La quilla tipo, seleccionada para validar el Sistema de Clasificación Cultural de terrazas, está ubicada en la comunidad Mokori, en la tercera sección de la Provincia Sud Yungas, departamento de La Paz, y es una zona cuyas características agroecológicas corresponden a un clima sub–tropical húmedo de Yungas. La quilla precolombina presenta la siguiente clasificación cultural: QUILLA A: A9 – B2 – C4 – D3– E1 – F1 – G2 – H1 / op, cr, fb GRUPO A CLASE SUB-CLASE A9: Quilla de producción de coca B2: Quilla rústica o de pueblo C4: Quilla geométrica rectangular D3: Quilla de secano E1: Quilla con plataforma nivelada F1: Quilla con muro de piedra G2: Quilla con muros a ras del suelo y plataforma de cultivo nivelada H1: Quilla con superficie de cultivo menor a 10 m2 Op: Quilla precolombina cr: Quilla en estado regular fb: Quilla con suelo de fertilidad media a baja De acuerdo a la clasificación y caracterización convencional, el suelo de la quilla precolombina, proveniente de la comunidad Mokori, se clasifica como un Andeptic Udorthents (U.S. Soil Taxonomy), con un perfil antrópico estratificado establecido en una ladera de montaña, sobre un material coluvio-aluvial de rocas metamórficas pizarras y esquistos micáceos, con una profundidad efectiva de 0.60 m; presenta las siguientes características: 179 UNIDAD DE MAPEO LOCALIZACIÓN CLASIFICACIÓN TAXONÓMICA CLASIFICACIÓN TÉCNICA VEGETACIÓN O CULTIVO MATERIAL PARENTAL FISIOGRAFÍA RELIEVE PENDIENTE ALTITUD CLIMA TEMPERATURA PRECIPITACIÓN PERMEABILIDAD CLASE DE DRENAJE CONDICIÓN DE HUMEDAD ESCURRIMIENTO SUPERFICIAL PROFUNDIDAD NAPA FREÁTICA EROSIÓN DISTRIBUCIÓN DE RAICES SALINIDAD O ALCALINIDAD PEDREGOSIDAD SUPERFICIAL DESCRITO POR MLMpa Comunidad Mokori, cantón Yanacachi, provincia Sud Yungas, La Paz Andeptic Udorthents Apto para producción de coca Helechos, chume y malezas Depósito coluvio-aluvial de pizarras Ladera de montaña Ondulado (en graderío) 70% en la ladera, 3% en la quilla 1.360 msnm 20.4º C 1.989 mm/año Moderadamente rápido Bueno En capacidad de campo Rápido, grado 3 No visible Laminar y en surcos Hasta 0.60 m No presente, clase 1 Clase 4 Ing. M.Sc. Eduardo Chilon Camacho 1/05/2000 a) Características morfológicas Las características morfológicas de los horizontes del perfil del suelo de la quilla son: • A11 (0 a 16 cm) Textura: Franco arenoso gravoso; estructura: bloques subangulares, medianos a finos, débiles; consistencia en húmedo: friable; reacción: fuertemente ácido (pH: 5,34); color en seco: 10 YR 4/3, color en 180 húmedo: 7,5 YR 3/2; sin carbonatos; raíces finas abundantes, escasas medianas y gruesas; modificador textural: 58,5% de grava laminar fina; contenido medio de materia orgánica (2,72%); permeabilidad moderadamente rápida; límite de horizonte difuso. • A12 (16 a 39 cm) Textura: Franco arenoso gravoso; estructura: bloques subangulares, medios a finos, débiles; consistencia en húmedo: friable; reacción: fuertemente ácido (pH: 4,98); color en seco: 10 YR 4/3, color en húmedo: 10 YR 2/2; ausencia de carbonatos; escasas raíces finas, medias y gruesas; modificador textural: 53,2% de gravas laminares; contenido medio de materia orgánica (2,52%); permeabilidad moderadamente rápida; límite de horizonte gradual. • C (39 a 98 cm) Textura: Franco arenoso gravoso; estructura: bloques subangulares, finos, sueltos a débiles; consistencia en húmedo: suelto; reacción: fuertemente ácido (pH: 5,12); color en seco: 7,5 YR 5/4, color en húmedo: 10 YR 3/3; ausencia de carbonatos; modificador textural: 55,4% de gravas laminares; bajo contenido de materia orgánica (1,3%); permeabilidad moderadamente rápida. El análisis físico–químico, del perfil de suelo de la quilla precolombina en estudio, presenta una textura de gruesa a media, pH ácido con aluminio cambiable en los horizontes inferiores, ausencia de carbonatos, contenido medio de materia orgánica y nitrógeno en el horizonte superior, disminuyendo con la profundidad, contenido medio a bajo de fósforo y potasio, CIC bajo en todo el perfil. El suelo se califica como de baja fertilidad. 181 TESTIMONIOS FOTOGRÁFICOS Wachus de cultivo de coca, Comunidad Machacamarca. Detalle estructural de una quilla ancestral. Gran cantidad de quillas abandonadas con posibilidades de recuperación, Comunidad Quisno. 182 Quillas abandonadas y en proceso de destrucción. Muro de contención de terraza ancestral con requerimiento de limpieza y mantenimiento. Terraza agrícola con modalidad de muro sobreexpuesto en Yungas. 183 9.2.3. Posibilidades de ampliación del área cultivable mediante la recuperación de terrazas agrícolas Las posibilidades de recuperación de las taqanas y quillas abandonadas, en el municipio de Yanacachi, tercera sección de la provincia Sud Yungas, departamento de La Paz, han sido proyectadas, en forma genérica, a partir de las observaciones de campo. Esta apreciación se ha realizado por comunidad en base al estado de conservación de las terrazas, y no se ha tomado referencias sobre taqanas o quillas o grupos de ellas en particular, ni sobre sistemas de riego ni otros detalles específicos. Las comunidades con mayores posibilidades de recuperación de taqanas precolombinas son Yanacachi con 80 hectáreas y la comunidad Pichu que puede alcanzar hasta 30 hectáreas. Las zonas donde existen posibilidades de nuevas construcciones son la comunidad de Suiqui Milamilani con 80 hectáreas, Hilumaya con 60 hectáreas y Chaco que podría habilitar hasta 60 hectáreas. Sobre las posibilidades de recuperación de las quillas precolombinas abandonadas, la comunidad de Quisno presenta un alto potencial de rehabilitación de hasta 980 hectáreas, Tuymu y Suiqui Milamilani con 80 hectáreas en cada una de ellas; en el caso de construcción de nuevas quillas, se estima una construcción de 5 hectáreas de quillas en la comunidad Florida. La superficie total de taqanas y quillas con posibilidades de recuperación, es de 1.956 hectáreas, de las cuales la superficie de taqanas recuperables es de 125 hectáreas que representa el 6,4% y las taqanas nuevas son 396 hectáreas, que significan el 20,2%. La superficie de quillas con posibilidades de recuperación es de 1.430 hectáreas, lo que representa el 73,1%, y la construcción de quillas nuevas sólo alcanzaría 5 hectáreas, constituyendo el 0,3% del total de la superficie recuperable. Si bien las comunidades tienen serias posibilidades de recuperación de las terrazas precolombinas abandonadas, existe una severa limitación referida al 184 escaso número de pobladores que permanecen en las comunidades y al problema de tenencia de la tierra. Por lo que un proyecto de recuperación de terrazas agrícolas y de conservación de suelos, tiene que considerar el diseño de una estrategia, que permita motivar a los pobladores a asentarse en sus comunidades y forjar su propio desarrollo. En el cuadro 9 y el gráfico 16, se observa las hectáreas posibles de incorporar al sistema productivo, mediante la rehabilitación y construcción de taqanas y quillas. 185 186 COMUNIDAD Hierbani Tres Marías Chaco Pichu Florida Yanacachi Chaguara Quisno Mokori Pihuaya Tuymu Hilumaya Santa Rosa Machacamarca Villa Aspiazu Suiqui Milamilani N o. 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 30 50 15 10 10 10 125 80 15 10 10 10 155 Área recuperable 30 Descanso o abandonad. 396 3 3 60 30 10 40 10 30 10 5 5 60 10 10 30 80 Taqanas nuevas SUPERFICIE RECUPERABLE DE TAQANAS Has 521 3 3 60 60 10 90 25 30 10 15 5 60 10 10 40 90 Total 3.530 10 35 3.000 70 50 80 50 50 15 10 160 Descanso o abandonad. 1.430 10 35 980 70 50 80 50 50 15 10 80 Área recuperable 5 5 Quillas nuevas SUPERFICIE RECUPERABLE DE QUILLAS Has Cuadro 9: Posibilidades de ampliación de área cultivable con la rehabilitación y construcción de terrazas agrícolas 1.435 5 10 35 980 70 50 80 50 50 15 10 80 Total 1.956,0 3 3 60 60 15 100 60 1010 80 65 85 110 60 25 50 170 TOTAL TAQANAS Y QUILLAS 187 % 6.4 Has 125 TAQANAS PRECOLOMB 20.2 % 521 Has 26.6 % SUB TOTAL 1.430 Has 73.1 % QUILLAS PRECOLOMB 5 Has 0.3 % QUILLAS NUEVAS 1.435 Has 73.4 % SUB TOTAL SUPERFICIE RECUPERABLE QUILLAS Gráfico 16: Ampliación de áreas de cultivo con la rehabilitación de taaqanaas y quiillas 396 Has TAQANAS NUEVAS SUPERFICIE RECUPERABLE TAQANAS % 100,0 1.956 TOTAL Has Cuadro 10: Resumen ampliación area cultivable con la rehabilitación de taqanas y quillas 9.2.4 Manejo actual de las terrazas agrícolas La tercera región de la provincia Sud Yungas, está constituida básicamente por un territorio de laderas ubicadas en montañas empinadas. La conservación de los suelos y el uso apropiado y óptimo de las tierras de laderas constituyen la base para el desarrollo de esta región. En contraste al estado actual, los pobladores de estas zonas en épocas precolombinas, desarrollaron tecnología altamente conservacionistas del suelo y del agua, tal como lo demuestran los gigantescos restos de taqanas y quillas. Los bosques actuales son solamente los últimos vestigios de aquellos que anteriormente cubrían grandes extensiones de cerros con laderas empinadas, otorgando una protección inmejorable al suelo, contrastando con la situación actual de grandes áreas chaqueadas y sin cobertura vegetal. Toda evidencia demuestra que en la época precolombina, el hombre andino-amazónico y en este caso el hombre yungueño, accedió de modo integral y óptimo a los recursos naturales, minimizando los riesgos de los fenómenos naturales, por lo que se puede decir que fue un geotécnico experto. El manejo de las terrazas agrícolas por comunidad es la siguiente: • Comunidad Hierbani (anexo comunidad Chaco): Los comunarios de Hierbani, manifiestan que para el cultivo de flores hacen taqanas “…porque los suelos son muy pendientes, del suelo sacamos piedras y hacemos cimiento y muramos con piedras, sembramos el nardo, azucena, queda suavito el terreno; eso detiene el suelo que es arrastrado por las lluvias…” (comunario Teófilo Choque). El mismo informante se queja, porque las taqanas no producen como el suelo chaqueado; de su explicación sobre la forma cómo construyen la terraza, se determina la causa “…movemos y sacamos todas la piedras, la tierra de encima que tienen su abono lo mezclamos y colocamos abajo, dentro de la taqana… seguro sacamos la sustancia que tenía la piedra…”. En este caso el problema es técnico, porque al invertir y colocar la capa superficial y fértil del suelo en el fondo o cimiento de la taqana y sacar a la superficie el subsuelo de muy poca fertilidad, los rendimientos son bajos. Este hecho demuestra que falta orientación y asistencia técnica para 188 construir taqanas, no sólo como estructuras anti-erosión, sino también que garanticen la conservación de la fertilidad y propiedades físicas del suelo. • Comunidad Tres Marías (anexo comunidad Chaco): Las flores son cultivadas en taqanas, según los productores para contrarrestar el efecto de las fuertes pendientes. Los cultivos son realizados en surcos en curvas de nivel, lo que es importante como práctica de conservación de los suelos. Los comunarios no se convencen de las ventajas de las taqanas, además se fijan mucho en el esfuerzo y requerimiento de mano de obra para su construcción. • Comunidad Chaco: Es la comunidad donde mejor se practica la reconstrucción y construcción de taqanas, guiados por un productor Santiago Velarde con muchos conocimientos de está tecnología y que tiene sus parcelas llenas de terrazas estables y bien construidas. En su comunidad es llamado Kamanaka (maestro), informa que llegó a la zona en 1942 procedente del Altiplano y que a la fecha ha construido cerca de 10 hectáreas de taqanas en su propia dotación de tierra; critica a sus compañeros que hablan mal de las terrazas agrícolas “…Son flojos, no hacen cavada para el cimiento por eso sus taqanas se caen rápido…”, sus taqanas son recientes, pero fueron construidas en base a los modelos precolombinos. Los comunarios diferencian las taqanas tiwanakotas de las actuales, porque las taqanas precolombinas presentan sus muros estables, conformados por bloques rocosos de gran tamaño, bien amarrados y cruzados, a veces con muros perfectamente tallados y ornamentales, caso las terrazas presentes en la ruta del Takesi; en cambio las terrazas recientes y la de la época de los abuelos, son de piedras pequeñas principalmente de fragmentos de pizarras, de poca estabilidad. Los productores practican un sistema de rotación azucena-maíz-nabo en las terrazas, sin tomar en cuenta a las leguminosas o la aplicación de materia orgánica. Otro ejemplo de rotación es utilizar las taqanas con tres años de nardos y 5 años de descanso. Una taqana tipo de esta comunidad presenta las siguientes características: largo 10 m, ancho 5 m, altura de muro 1.50 m, ancho de muro 0.70 m, inclinación del muro 20%, tipo de piedra lajas de pizarra. Se requiere un trabajo aproximado de 10 jornales, que aumenta o disminuye en función de la existencia de material para hacer el muro. La 189 construcción incluye un cimiento de 50 cm de profundidad, que se construye con piedras grandes y planas, luego se levanta el muro, la nivelación de la plataforma de cultivos se realiza paralelamente con la construcción del muro. En el trabajo participa toda la familia campesina, las mujeres ayudan a recolectar las piedras, los hombres cavan el cimiento y construyen el muro, y las mujeres y los niños van nivelando y rellenando las terrazas con cascajo, grava y tierra. Los comunarios refieren que la construcción de taqanas debe realizarse con piedras “machos” que son de color blanco, sólidas y duras (roca metamórfica tipo gneis), porque las piedras “hembras” (fragmentos de pizarras) no sirven para hacer taqanas por su corta duración. • Comunidad Pichu: Es una comunidad que presenta una experiencia reciente en la construcción de taqanas. La falta de orientación técnica ocasiona desánimo en algunos comunarios porque, al no estabilizar bien el muro de contención y no realizar un cimiento apropiado, la vida útil de la estructura es muy corta. Algunos comunarios de la zona, con la metodología de prueba y error, están demostrando que haciendo un buen cimiento, sobre el cual se construye el muro, utilizando piedras “macho”, la taqana es bastante estable y duradera. Sobre el origen de las taqanas, hacen una diferenciación entre terrazas antiguas de origen precolombino y las actuales. Manifiestan que los tiwanacotas y los incas hacían sus terrazas con piedras muy grandes, amarradas entre sí y por eso duraban muchos años, en cambio las actuales son muy simples y de poca duración, por la falta de piedra apropiada. Una taqana tipo de la comunidad Pichu, presenta un largo de 5 m, ancho de muro 0.60 m, altura de muro 1.20 m, tipo de piedra: fragmentos de pizarras, talud del muro vertical, ancho de la plataforma de cultivo 5 m. En su construcción, si la piedra está disponible, la terraza requiere 5 jornales, la recolección de piedra requiere de 3 a 4 jornales adicionales. Por su cercanía a la comunidad Chaco, es posible mejorar la capacidad técnica, con un intercambio horizontal de productor a productor. Como una innovación se ha observado una modalidad de taqana, con una especie de senda de paso a bajo relieve al borde del muro de contención, que además funciona como canal de evacuación de los excedentes de agua. 190 • Comunidad La Florida: Las taqanas existentes se cultivan intensivamente por 5 a 7 años y luego se dejan en descanso o q’allpa durante 5 a 6 años, durante el cual se cultiva en otras parcelas, retornando después del descanso, pero según los propios comunarios, los rendimientos son más bajos en este segundo período, en comparación al primero; esto se explica porque el suelo no logra recuperar su fertilidad natural. Sobre la presión social al uso de la tierra, se testimonia: “…Cuando terminemos de cultivar las 400 hectáreas que tenemos en conjunto, nos iremos a otras tierras que tenemos en el lugar colindante con Sirupaya… son alrededor de 30 hectáreas que son para los hijos… también tenemos en Monte Redondo unas 20 a 30 hectáreas que son del Estado y es como si nos perteneciera a toda la comunidad… es la única solución que tenemos para nuestros hijos…” (comunario Martín Mamani). • Comunidad Yanacachi: Presenta taqanas y quillas en su mayor parte en descanso o abandonadas, estas infraestructuras son semejantes a las de la comunidad La Florida, tanto en su forma y características, como en su uso y cultivo. • Comunidad Chaguara: En esta comunidad se construyen wachus con la modalidad de cavada, que se diferencian de las quillas precolombinas por su forma de zanjas, empezándose a cavar con la picota, para luego amontonar las piedras, que son utilizadas como material para construir las pircas pequeñas. Respecto a los requerimientos de jornales para su construcción, en lugares pedregosos se puede construir hasta cuatro wachus/día/hombre, en lugares donde no hay material rocoso se construyen 3 wachus/día/hombre. En esta comunidad se ha observado con gran preocupación el derrumbe y abandono de quillas y taqanas, muchas de las cuales presentan posibilidades de recuperación. • Comunidad Quisno: Es una de las comunidades que presenta la mayor extensión de quillas y taqanas abandonadas, con posibilidades físicas de recuperación; pero la limitante radica en la ausencia de población, como resultado de la migración. Respecto al origen y diferencias entre taqanas precolombinas y recientes el siguiente testimonio se constituye en una significativa respuesta: “…los abuelos contaban que los incas jefes hacían construir 191 quillas arreando y azotando a las piedras…así debió ser porque existen quillas en zonas muy pendientes, muy peligrosas para trabajar…” (comunario Pascual Choque). El Secretario General del sindicato agrario por su parte sostiene que las quillas abandonadas de la época de los patrones fueron construidas por los pongos esclavos de las haciendas, porque no se encuentra otra explicación para la construcción de quillas en semejante extensión de tierra. • Comunidad Pihuaya: En esta comunidad, diferencian a las quillas y taqanas por su tamaño y uso, llamando taqanas a las terrazas amplias dedicadas a cultivos perennes y anuales, con las siguientes características: altura de muro 1 m, ancho de muro 0.60 m, tipo de piedras fragmentos de pizarras, talud 25% de inclinación, ancho de plataforma 4 m, longitud de terrazas 30 m. El muro no sólo tiene la función de contener el suelo y evitar la erosión sino que también sirve como lindero y cerco para evitar el daño de los animales; se utilizan para cultivar frutales, plátanos, maíz, cítricos y café. Las quillas son terracitas pequeñas, mayormente utilizadas para el cultivo de coca, presentan un ancho de plataforma de 0.40 m y una altura de muro de 0.50 m. • Comunidad Hilumaya: Construyen y rehabilitan quillas que son utilizadas para el cultivo de coca, también siembran en wachus que son similares a la cavada. Estos wachus son de origen reciente, de la época de los patrones, pero tuvieron como modelo a las quillas y taqanas precolombinas, que se encuentran muy distantes en la cresta de los cerros “…los Incas se metían por todo los sitios…habían sido buenos trabajadores…de ellos hemos aprendido a construir terrazas y quillas…”. (comunario Emerson Mamani). Para los comunarios de Hilumaya, las taqanas son terrazas grandes, con un muro de piedra cuya altura depende de la pendiente; las quillas son terracitas angostas y sólo sirven para la coca. Su técnica de construcción de taqanas es similar a otras comunidades, inicialmente sacan un surco y remueven la tierra para extraer y seleccionar las piedras largas que servirán para el muro, como unión entre piedras se utiliza tierra fresca; se continúa con el volteo de la tierra superficial enterrándola al fondo y sacando el suelo profundo a la superficie, luego realizan la nivelación de la taqana. Desde el punto de vista 192 técnico, esta última operación indica falta de conocimientos y experiencia para construir la taqana, porque al colocar la tierra superficial en el fondo, se pierde la tierra fértil y sus respectivos nutrientes. Una taqana tipo de la comunidad de Hilumaya, presenta las siguientes características: largo 10 m, ancho 5 m, altura de muro 1.50 m, requerimiento de 10 jornales/taqana. Un concepto campesino interesante sobre la terraza como tecnología de conservación es el siguiente: “…La diferencia entre taqana y sólo pendiente está en que no se arrastra la tierra…el abono se conserva allí mismo porque la taqana hace un suelo plano…en la pendiente toda la tierra se va hacia abajo, especialmente la tierra negra…”. • Comunidad Machacamarca: Las características de una taqana tipo de esta comunidad son las siguientes: largo 8 m, ancho 8 m, altura de muro 1.80 m, tipo de piedra fragmentos de pizarra. Un requerimiento de 8 jornales/taqana, siempre y cuando se tenga piedra disponible en el lugar de construcción, si no se incrementa en 2 a 3 jornales para el acarreo de piedra. • Comunidad Villa Aspiazu: Para los comunarios de esta zona las quillas y taqanas actuales se construyeron en base a los modelos precolombinos tiwanacotas, restos de los cuales están esparcidos desde las montañas hasta Yanacachi, Villa Aspiazu, Ticuniri enlazando con Chulumani, a lo largo de la ruta del Takesi, donde además están presentes restos arqueológicos funerarios, templetes, tambos y caminos antiguos. Las taqanas de la comunidad, se utilizan para el cultivo de maíz, papa, maní y flores, y las quillas para el cultivo de coca. Un proyecto de recuperación y construcción de taqanas, quillas y wachus en la zona dependerá de la solución al problema de tenencia de tierras. 9.2.5. Definición campesina de taqanas, quillas y wachus Se presentan las definiciones de los productores de Yanacachi, recogidas en campo, para cada una de las infraestructuras conservacionistas presentes y que todavía se practican en la zona. 193 • Taqana: Son terrazas amplias con muros de piedra, tierra o vegetación, utilizadas para la siembra de diversos cultivos anuales y perennes. • Quillas: Son terracitas angostas conformadas por un muro estable de piedra y que están dedicadas al cultivo de la coca. • Mallky: Es la operación de trasplante de la coca en la quilla, con la modalidad de trinchera. • Wachu: Son pequeñas terrazas, que presentan relleno de cascajo y grava mezclada con tierra, con muros de tierra estabilizados a base de compactación por golpeo con una paleta especial. Se construyen en laderas formando una especie de graderío, con un rendimiento por día, de 6 wachus de 6 metros de longitud por 6 graderíos. Son inestables y de mediana a corta duración. • Zanjeo: Consiste en construir una zanja a nivel en zonas de fuerte pendiente para cultivar coca especialmente donde nunca existieron quillas o taqanas antiguas. El zanjeo comienza de arriba hacia abajo, sacando las piedras que van a constituir la umacha de la zanja; en el zanjeo se remueve la tierra para realizar el trasplante, en la quilla la siembra se realiza sin remover la tierra. • Corte: Se define como el área o medida de trabajo en los cocales, tiene de 5 a 6 m de longitud. 9.2.6. Superficie y distribución de cultivos en las taqanas y quillas en uso actual El área total de taqanas y quillas en uso actual, alcanza una superficie de 693 hectáreas, sin tomar en cuenta las tierras cultivables de lomadas, planicies onduladas y pequeñas áreas aisladas de poca pendiente. El total de la superficie correspondiente a taqanas y quillas abandonadas que suma 3.685 hectáreas, supera ampliamente al área cubierta por estas estructuras conservacionistas en uso. Se agrupan taqanas y quillas en diverso estado de conservación. 194 Los rubros agrícolas más importantes producidos actualmente en las taqanas son: flores, racacha, walusa, maíz, frutales caso plátano, paltos, nísperos, hortalizas, yuca y café, en las quillas en uso se produce mayormente coca, presentándose un proceso reciente del cambio por café y frutales. En el cuadro 11 se registra la superficie y distribución de cultivos en terrazas agrícolas, observándose que las comunidades de Suiqui Milamilani, Mokori, Yanacachi, Florida, Pichu y Chaco presentan las mayores superficies. Cuadro 11: Superficie y distribución de cultivos en terrazas en uso ÁREA EN Nº COMUNIDAD PROD. Has 1 2 3 4 5 Hierbani Tres Marías Chaco Pichu Florida TERRAZAS, TAQANAS Y QUILLAS EN USO Distribución de Cultivos en Has 18 Maíz (15), Racacha (0.5), Flores (1) 15 Maíz (1), Racacha (1.85), Durazno (0.15) 70 Maíz (10), flores (6), racacha (5), Papa/yuca (5), Hortalizas (2), Frutales (2) 100 200 Terraza Descanso/ en uso abandona 3 Flores (10), Cítricos (2), Racacha (0.5), Maíz (1), Maní (0.3), Papa (1) Azucena (20), Cítricos (20), Plátano (20), Café (10), Paltos (5), Racacha (5), Coca (10) 195 3 30 15 120 30 OBSERVACIONES Total 3 Taqanas en uso agrícola sin mantenimiento 3 Taqanas en proceso de deterioro 30 Comunidad con buena aplicación de la tecnología de terrazas 45 Posibilidades de diversificación 120 No se realiza rotación, presencia de plagas y enfermedades ÁREA EN Nº COMUNIDAD PROD. Has 6 7 8 9 Yanacachi Chaguara Quisno Mokori 10 Pihuaya 11 Tuymu TERRAZAS, TAQANAS Y QUILLAS EN USO Distribución de Cultivos en Has 260 Coca (30), Plátano (50), Níspero (50), Cítricos (60), Paltos (15), Racacha (15), Walusa (15), Flores (20), Hortalizas (5) 10 Coca (6), Walusa (0.5), Níspero (3), Varios: Palto, Café (0.5) 4 Paltos (0.5), Cítricos (2), Coca (20)* 60 Cítricos (2), Walusa (2), Coca (20) 18 Cítricos (2), Café (1), Plátano-Papaya (2), Coca (12) 5 Walusa, Yuca, Racacha (3), Café (2) Terraza Descanso/ en uso abandona 260 10 3 37 18 5 196 90 50 3.000* 70* 50* 10** 80* OBSERVACIONES Total 350 Quillas invadidas por la maleza Melinis minutiflora o pasto gordura 60 Taqanas sin mantenimiento. Quillas abandonadas Quillas abandonadas 3.003 cubiertas de malezas 107 Quillas con producción de coca 78 Microclima favorable para frutales 85 Quillas abandonadas pero recuperables ÁREA EN Nº COMUNIDAD PROD. Has 12 Hilumaya 13 Santa Rosa 14 Machacamarca 15 Villa Aspiazu 16 Suiqui Milamilani TERRAZAS, TAQANAS Y QUILLAS EN USO Distribución de Cultivos en Has 15 Frutales varios (5), maíz-maníLocoto (4), Coca (3), Papa (3) 18 Coca (8), Papa (0.5), Racacha (0.5), Frutales (1) 90 Plátano (25), Walusa (13), Racacha (10), Coca (30), Café (10) 19 Cítricos (5), Maíz (4), Walusa (1), Racacha (1), Coca (4), Café (1) 65 Flores (5), Cítricos (20), Coca (20), Walusa (9), Racacha (6) Terraza Descanso/ en uso abandona 15 10 88 16 958 197 50* 50* 15* 10* 10** OBSERVACIONES Total 65 Cultivos sin manejo técnico 60 Quillas invadidas por pasto gordura 103 Cocales deteriorados por maleza pasto gordura 36 Quillas abandonadas cubiertas de malezas Quillas abandonadas, práctica de wachus. 60 160* 10** 230 693 3.685 4.378 9.2.7. Otras medidas de conservación de suelos practicadas en la tercera sección de sud Yungas a) Rotación de cultivos: En la zona de estudio los agricultores no conocen muy bien las ventajas de la rotación de cultivos, cultivan la misma o varias especies que sembraron por largos años y sin embargo lo suficiente, lo cual trae como consecuencia el agotamiento del suelo o sea la pérdida de su fertilidad, que repercute en los bajos rendimientos, tanto en calidad como en cantidad, a esto se suma el ataque creciente de plagas, enfermedades, invasión de malezas, etc. Sin embargo, la rotación de los cultivos en algunas zonas es ejecutada según la topografía, tipo de suelos, problemas tecnológicos y la presión que ejerce la población sobre los terrenos cultivables. En suelos de textura fina (arcillosos) que se encuentran en las partes bajas de las laderas de las comunidades de Santa Rosa y Machacamarca practican las siguientes secuencias: flor – descanso – descanso – descanso; o también maní – yuca – maíz – arveja. En aquellos suelos de textura liviana, (franco arenosos) ubicado en las partes medias de las laderas de montañas de la comunidad La Florida, donde el pH de la capa arable es medianamente ácido, los cultivos se desarrollan secuencialmente, pero no se incluye una leguminosa. Otra forma es la llamada rotación a secano, en la que se consideran cuatro campañas sólo con cultivo de azucena, para luego entrar en descanso. En las otras comunidades del área de estudio no se realiza rotación de cultivos. El descanso de la tierra es variable desde tres hasta diez años, en función de la extensión de tierras disponibles. El problema que se advierte es que la rotación no obedece a consideraciones agronómicas ni culturales, es influenciada fuertemente por la presión ejercitada sobre la tierra, lo que acorta los periodos de descanso y repercute en bajos rendimientos por el empobrecimiento de los suelos, exposición a la erosión hídrica y al ataque de muchos insectos fitófagos. b) Surcos en curvas de nivel: Es una práctica incipiente presente en algunas comunidades productoras de flores y de cultivos anuales. La ventaja de este tipo 198 de práctica es que impide la escorrentía superficial libre, posibilitando la retención del suelo y los nutrientes en los campos de cultivo. c) Uso del mulch: Esta medida es practicada en las comunidades productoras de flores Hierbani, Tres Marías, Chaco y Pichu pero no de manera directa o inducida, sino en forma natural, como producto de la acumulación de restos de hojas y raíces de flores, que hacen las veces de mulch protector del suelo contra la erosión, que a su vez coadyuva en una mayor y mejor producción de flores. d) Descanso y cultivo en sayaña:: La sayaña se define como el sistema de cultivo en parcelas chaqueadas de propiedad individual constituida por la sayaña propiamente dicha y sus anexos o tiscus. Cuando se agotan, la sayaña se deja en descanso por un período de 5 a 10 años, y el agricultor se traslada al tiscu; por lo general un comunario tiene de 2 a 3 sayañas (0.5 a 2 hectáreas). e) Uso de plantas conservacionistas: Es importante la identificación y selección de plantas con características morfológicas como raíces muy densas, de buena cobertura y altamente rústica, que coadyuvan a la protección del suelo. En la comunidad Villa Aspiazu se utiliza el sarakachu, que es una planta palatable como pasto para las mulas, caballos, además se puede utilizar como cercos vegetados para evitar la erosión de los suelos y como protección de taludes de las taqanas. Por otro lado, en las comunidades de la zona alta prolifera gran cantidad de árboles y arbustos nativos, como el aliso (Agnus jorullensi), que son utilizados sólo como leña. Lo que se desconoce es su alto potencial para la conservación de suelos por su capacidad de fijación del nitrógeno, además por su rusticidad utilizada como barreras vivas y cortinas de contención, en actividades de teñido y para la industria de cerillos. 199 9.3. Terrazas precolombinas de valles interandinos subcuenca Cohoni y Tahuapalca Las terracerías que construyeron los antiguos pobladores de Cohoni, en las laderas alto-andinas de las montañas colindantes con el nevado Illimani, son parecidas a las graderías de un gran anfiteatro; en estas infraestructuras conservacionistas desarrollaron la agricultura bajo regadío, utilizando de modo magistral, las aguas provenientes de los deshielos del nevado Illimani. El sistema de terrazas está asociado a un sistema hidráulico precolombino que a manera de las pequeñas venas de un sistema circulatorio, supieron captar el deshiele y aprovecharlo en la producción de cultivos. Muchas de las terrazas, se encuentran abandonadas pero con muchas posibilidades de ser recuperadas y utilizadas en los actuales sistemas de producción. 9.3.1. Ubicación geográfica El cantón Cohoni corresponde a la primera sección Palca, de la provincia Murillo, departamento de La Paz, y limita al este con el valle de Araca, al oeste con Palca y Collana, al norte con Sud Yungas y al sur con la provincia Loayza. Geográficamente se encuentra situado a 16º42’00” latitud oeste y 67º50’15” longitud sur. Las 32 comunidades que integran el cantón Cohoni, ocupan un espacio territorial de serranías que se extienden en laderas de montañas desde los 2.500 hasta los 4.200 msnm. Las comunidades son: Tarujmaña, Choro, Achojpaya, Lurata, Hussi, Chotocollo, Kotaña, Mutuhuaya, Caimbaya, Atahuallani, Tanimpata, Yaricachi, Chaja, Challacirca, La Granja, Pacoya, Chojawaya, Tirata, Huarina, Tamurini, Pucaya, Caripo, Lluquicachi, Cachapaya, Tahuapalca, Khapi, Chañurani, Jalancha, LLujo, Cebollullo, Wichurata y Glorieta. El área de estudio comprende la zona montañosa, en cuyas laderas se asientan las comunidades que desarrollan actividades productivas agrícolas con menores riesgos que en la parte baja y sin problemas de contaminación; las limitaciones 200 están referidas a las fuertes pendientes, la erosión y presencia de suelos superficiales que en gran parte fueron controladas por las poblaciones ancestrales mediante la construcción de terrazas agrícolas precolombinas, llamadas taqanas y sistemas de riego que aprovechaban el agua de los nevados, principalmente del Illimani. En la actualidad se observan impresionantes complejos de taqanas abandonadas con una menor proporción en uso. A diferencia de lo que se observa en la actualidad, estas subcuencas tuvieron una activa ocupación por culturas precolombinas, confirmándose el hecho de que eran unos expertos geotécnicos, ubicaban sus centros productivos y poblaciones en las partes altas de la cuenca, evitando los riesgos de mazamorras y deslizamientos, aprovechando de modo racional y sostenible el agua pura de los nevados y controlando la erosión con los magistrales sistemas de terrazas agrícolas. 9.3.2. Caratecterísticas agroecológicas a) Clima: La caracterización del clima se ha realizado en base a datos parciales e inferidos de la semi-estación de Mecapaca para la parte baja y de la estación de Palca para la parte alta de la cuenca, la zona no cuenta con estaciones meteorológicas establecidas. • Temperatura. La parte alta de la cuenca, donde se encuentran las comunidades con grandes extensiones de terrazas precolombinas, presenta una temperatura promedio anual de 11.0º C, con temperaturas promedio más altas en el verano de noviembre a marzo, llegando a un máximo promedio de 14º C.Los pobladores de la zona informan que en pocas ocasiones se presentan temperaturas mínimas por debajo de 0º C y que en todo caso éstas son atenuadas por las taqanas. En la parte baja de la cuenca, la temperatura promedio anual es de 15.32º C calculado en función del gradiente térmico considerando datos de tres estaciones: Palca, Collana y La Paz. Las temperaturas más altas se registran en el verano de noviembre a marzo, llegando las máximas promedio a 17.3º C. Los pobladores informaron que en escasas oportunidades se registraron temperaturas mínimas inferiores a 0º C. 201 • Precipitación. La parte alta de la cuenca, donde se encuentran grandes extensiones de terrazas precolombinas, presenta una precipitación pluvial promedio anual de 672.7 mm distribuida en el año en dos épocas bien marcadas, la lluviosas que comprende los meses de noviembre a marzo y la época seca de abril a noviembre. La parte baja de la cuenca que corresponde a la llamada ribera de Río Abajo, presenta una precipitación promedio anual de 482.6 mm, la distribución a través del tiempo no es uniforme presentándose una marcada época seca y una época húmeda limitada. La distribución de la precipitación anual comprende el período seco de marzo a diciembre y un período húmedo de diciembre a marzo. En el cuadro 12 se presenta la precipitación promedio de Palca, Cohoni y Quilihuaya. Cuadro 12: Precipitación promedio de la zona MES Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre TOTAL PALCA COHONI QUILIHUAYA PP mm. 97,3 83,1 51,6 22.,1 4,6 2,0 1,4 10,6 29,7 26,1 28,5 52,2 PP mm. 151,4 126,5 95,4 34,2 17,4 8,7 12,7 29,6 42,5 48,5 54,1 77,4 PP mm. 90,6 77,7 46,1 20,6 3,0 1,2 0,0 28,1 28,1 23,3 25,3 49,1 409,1 698,4 373,0 • Evapotranspiración potencial y balance hídrico. La parte alta de la cuenca presenta una evapotranspiración promedio anual calculada de 653.89 mm, comparada con la precipitación promedio anual de 672.7 mm, existe un remanente de 18.81 mm, lo que implica un ligero superávit de humedad en la época de lluvias, en los meses de diciembre a abril. La evapotranspiración 202 promedio anual calculada en la parte baja de la cuenca es de 705.09 mm, que comparada con la precipitación promedio anual de 482.6 mm, se presenta una diferencia de 222,49 mm, como déficit de humedad en los meses de abril a noviembre y por otra parte se presenta un exceso de humedad durante los meses de enero a marzo. b) Geologia y geomorfología: El área de estudio, geológicamente corresponde al borde noreste de la Cordillera Real, constituida por una cadena montañosa cuyas cumbres más elevadas superan los 5.500 msnm de altitud; se caracteriza por la ocurrencia mayoritaria de rocas paleozoicas muy deformadas, además de la presencia de grandes plutones alineados al eje de la cordillera. La actual morfología de la cuenca se debe a la acción fluvial, que presenta el principal proceso erosivo, seguido de la glaciación en épocas anteriores, además de la remoción en masa; todos estos factores fueron más intensos por el clima semiárido propio de la región. La morfología que caracteriza a la cuenca, es la presencia mayoritaria de colinas y montañas sedimentarias e ígneas denudacionales, valles estrechos juveniles, antiguas superficies de erosión y la llanura aluvial del río La Paz que representa un canal encajonado que, localmente, presenta terrazas cíclicas. Por otro lado, también son frecuentes formas glaciarias y de remoción en masa, depósitos coluviales, conos de derrubio y abanicos pequeños. Los sedimentos de la parte alta y baja de la cuenca, especialmente los ubicados en la zona de influencia del río La Paz, pertenecen al cenozoico superior, por lo general son sueltas siendo muy susceptibles a la erosión y proveen el material para las mazamorras. Es frecuente observar procesos de remoción en masa que incluyen flujos rápidos conocidos como torrenteras y mazamorras en dirección a la parte baja de la cuenca, siendo este sector el más afectado por estos procesos. c) Fisiografía. La fisiografía del área de estudio se definió por fotointerpretación, identificándose los grandes paisajes y subpaisajes por las formas y características del relieve, en base a la similitud de aspectos edafogenéticos, geológico y geomorfológicos, que dan lugar a las asociaciones y complejos de suelos que 203 a su vez permiten definir las unidades de mapeo. Los afloramientos rocosos dieron origen a las planicies o llanuras aluviales y los frecuentes ciclos de erosión y sedimentación del cuaternario moldearon el actual relieve. Los paisajes identificados son los siguientes: • Montañas estructurales (ME): Este paisaje está conformado por serranías altas, con pendientes pronunciadas y disectadas por interfluvios densos. Corresponde a los anticlinales de la cordillera oriental, dispuestos así en forma paralela con rumbo N-S, encerrando a los valles angostos en forma de V; este paisaje está representado por dos subpaisajes. - ME Sar/E-H: Laderas de estructuras montañosas sedimentarias de rocas areniscas, fuertemente disectadas. - MEIgr/E-H:: Laderas de estructuras montañosas ígneas graníticas y volcánicas, fuertemente disectadas. Estos subpaisajes, cubren la mayor superficie del área de estudio, el mismo que aparentemente no tiene importancia para el aprovechamiento agrícola, excepto por los magistrales sistemas de terrazas agrícolas precolombinas actualmente abandonadas, pero aquellas que todavía se utilizan para la producción de cultivos, garantizan una inmejorable conservación de los suelos. • Colinas denudacionales (CD): Paisaje conformado por ondulaciones pronunciadas con elevaciones menores a los 300 m sobre el nivel de base local, constituidas por material sedimentario de areniscas y materiales metamórficos de pizarras meteorizadas; se incluye otras intrusiones en menor proporción y en este paisaje se encuentran geoformas de lomadas y colinas. Las colinas altas de cimas redondeadas e irregulares, altamente disectadas presentan divisoria de aguas muy discernible, pendientes medias a escarpadas, presentan erosión en cárcavas; está formada por sedimentos constituidos por areniscas, argilitas y conglomerados. • Planicie coluvio-aluvial (PAc): Conformado por los siguientes subpaisajes: - PAcal/C: Abanicos aluviales moderadamente inclinados, con geoformas producidas por la acción fluvial, con la presencia de materiales heterogéneos, depositados en depresiones y zonas onduladas, por su antigüedad sustentan terrenos en producción actual. 204 - PAccd/C: Conos de deyección moderadamente inclinados, de origen fluvial y que se concentran en la parte final de los sistemas de drenaje; se caracterizan por su textura moderada a gruesa. • Otras unidades: Se tienen como otras unidades o paisajes, a todas aquellas unidades que no son significativas en el área de estudio. - E: Escarpes casi verticales, considerados como áreas de protección, por su pendiente y tipo de suelos. - D: Zonas de deyección reciente (coladas de barro o mazamorras) d) Caracterización general de los suelos: Los suelos de la zona de estudio son de una gran variabilidad tanto en sus propiedades físicas, químicas y biológicas como en su génesis. Los terrenos de las laderas empinadas son superficiales en tanto que aquellos de las terrazas precolombinas presentan una capa arable antrópica de buena fertilidad. Los suelos de la parte intermedia, principalmente aquellos que forman parte de las taqanas o terrazas, son más secos, pero producen buenas cosechas por el riego suplementario que reciben de las aguas del Illimani. e) Hidrografía : Los deshielos del nevado Illimani constituyen la principal fuente de agua del cantón Cohoni, de donde nacen gran número de vertientes que son utilizadas por el sistema hidráulico precolombino para el riego de las terrazas. El sistema hidrográfico no es definido sino que está conformado por una red intrincada de venas de agua que posibilitan el riego de los terrenos agrícolas. En algunas zonas el agua se infiltra y aparece pendiente abajo en forma de manantiales. El caudal de estas fuentes de agua disminuye en los meses de mayo, junio, julio y agosto, por el congelamiento del nevado, lo cual genera un déficit hídrico en las comunidades. Más adelante se desarrolla en detalle las características del sistema hidráulico precolombino de la zona. f) Vegetación: La vegetación del área de estudio está en estrecha relación con las unidades fisiográficas. La parte alta y media de la cuenca corresponde a la formación “Monte espinoso-Subtropical” /Me-ST por las condiciones de clima, 205 se observan más arbustos y árboles nativos caso bosques de queñua, y algunas plantaciones de especies exóticas de eucaliptos y coníferas. La parte baja de la cuenca, que corresponde a la formación “Estepa espinosa-montano bajo subtropical” (ee-MBST), se caracteriza por presentar arbustos de tipo espinoso, cactáceas y árboles de poca altura; en el cuadro 13 se consigna la vegetación más importante de la zona. Cuadro 13: VEGETACIÓN PREDOMINANTE EN COHONI CLASE DE VEGETACIÓN NOMBRE CIENTÍFICO NOMBRE COMÚN HERBÁCEAS Pennicetum clandestinum Cortaderia cubata Atriplex sp. Heterosperma sp. Achirocline alata Adesmia miraflorensis Dondonea viscosa Tecoma cochabambensis Kikuyo Sehuenca Tunu Chamico Wira wira Tagargaya Chacotea Sago sago ARBUSTIVAS Carica lanceolada Spartium junceum Ambrosia arborecena Cassia tormentosa Satureja boliviana Solanum nitidum Karalawa Retama Malco Mutuy C´oa Ñuñumaya ARBÓREAS Acacia sp. Coulteria tintorea Prosopis sp. Schinus molle Salix sp. Eucaliptus globulus Cupresus sp. Pinus radiata Anuchapi Tara Thago Molle Sauce Eucalipto Ciprés Pino CACTÁCEAS Opuntia ficus indica Tuna 206 9.3.4. Características económico-productivas y sociales a) Tenencia de la tierra: La mayor parte de las comunidades del cantón Cohoni remontan sus orígenes a épocas precolombinas, como parte del Ayllu central de Cohoni, conformado por cuatro parcialidades: Aransaya, Tiwanaku, Pucarani y una cuarta que desapareció a causa de un derrumbe provocado por la actividad minera. Durante la colonia, aparecieron muchos patrones que se posesionaron como los nuevos dueños de las tierras, expropiándolas a las comunidades originarias, provocando una grave desestructuración de la organización ancestral en torno al acceso racional a los recursos naturales. Posteriormente, luego de la Reforma Agraria de 1952, en las ex haciendas se formaron nuevas comunidades, con una población inicial de mitayos. En la actualidad existe una creciente parcelación que está ocasionando un minifundio acelerado en las familias que cuentan con pocos terrenos y, lo que es más grave, litigios entre las comunidades que todavía no cuentan con sus documentos de propiedad y los ex patrones; es el caso de las comunidades de Mutuhuaya, Atahuallani y otras. De modo general, se estima que en la parte baja y media de la cuenca la tenencia de la tierra es la siguiente 26% de la población posee hasta dos hectáreas de tierra, el 54% de 3 a 5 hectáreas y el restante 20% una extensión mayor a 10 hectáreas; en la parte alta de la cuenca la distribución es mayor, pero gran parte de estos suelos sólo tienen vocación ganadera. De la superficie total del cantón Cohoni, solo el 40% es cultivable, sin embargo esta porción no es utilizada por factores tales como falta de mano de obra, terrazas abandonadas o en destrucción y descanso de las parcelas; de la superficie en uso sólo un 10% tiene acceso al riego y no por falta de agua sino porque el sistema de riego de origen precolombino no es mantenido adecuadamente. Frente al problema del minifundio, en las comunidades, todavía se practican algunas estrategias de acceso a la tierra, tales como la minka, el arriendo, el waqui y la phaina. Asímismo, los siguientes casos de propiedad: una propiedad familiar denominada qallpa, que es equivalente a una parcela de 50 a 300 m2, y una propiedad comunitaria llamada aynuqa. La qallpa y la aynuqa constituyen una sayaña, que representa la tierra a disposición de la familia para su seguridad alimentaria. 207 Cuadro 14: AYNUQAS POR COMUNIDAD COMUNIDAD Nº AYNUQAS NOMBRE DE AYNUQA Pucaya 3 Williri, Chixipata, Itapalluni Yaricachi 8 Tultutasa, Ojepata, P´isaka Umaña, Pararanipata, Linasa, Ch´uñawi, Putrera Chojawaya 7 Pululuni, Chulpapata, Puní, Estancuni, Tanujumaña, Condorsamana, Umalage 25 Picutani, Churisinpata, Pajonal Mancaja, Pine, Jacha Tanari, Jisca Tamani, Ojicallpa, Lamapata, Lama Winchunca, Ñuñukollu, Altamisani, Huaquipiña, Jacha Pampata, Sequepata, Huacajipiña, Jacha Pampa, Paster Corral, Picotaki, Jachatamani, Jiskatamani, Pacawawachaña, Ojesalpata, Lomapata, arcupunku. 10 Ch´uchijaraña, Pucarapata, Ch´uñawi, Kelluani Cota, Ph´utu Uta, Ch´allapata, Sixillani, Mujuna, Miluaya Moroni 10 Cebaniri, Ullu Ullu, Pueblo, Cirruni, Ovejería, Sank´ayuni, Minsakollu, Quchark´awa, Machacamarca, Cebarriri Caimbaya Atahuallani Tanimpata b) Sistemas de producción agrícola: La economía local se basa en el sistema de producción agrícola en las taqanas, siendo los principales cultivos por su volumen de producción: la papa, el tomate, el durazno, vainita y otras hortalizas; estos cultivos son destinados al mercado, al autoconsumo y en algunos casos al trueque. Es frecuente la asociación de cultivos entre hortalizas y frutales o entre forrajeras y frutales principalmente el durazno, manzano, lujma, tuna, plato, ciruelo, higos y guindas. Sin embargo la utilización excesiva de insumos 208 químicos tales como fertilizantes y plaguicidas para combatir plagas y enfermedades, está generando problemas de contaminación y resistencia a estos productos. Los rendimientos promedio son: haba 6.300 kg/ha, tomate 5.000 kg/ha, papa 5.200 kg/ha, arveja 2.300 kg/ha, vainita 1.000 kg/ha, repollo 8.000 kg/ha, lechuga 9.000 kg/ha y maíz 144 qq/ha. (cuadro 15). c) Sistemas de producción pecuaria: El sistema de producción ganadero está conformado por bovinos, equinos, porcinos, animales menores (gallinas y conejos) y un número muy escaso de llamas. Las fuertes pendientes y la escasez de terrenos condicionan el número de unidades animal, principalmente de los vacunos que son necesarios como fuente de tracción para las tierras, sin embargo son muy propensos a accidentes por embarrancamiento, siendo la principal causa de muerte del ganado; por otro lado las mulas constituyen la población más importante por su utilidad como medios de transporte y carguío. d) Destino de la producción: La producción obtenida en la zona se destina a la comercialización, al autoconsumo y al intercambio o trueque. • Comercialización. Las cosechas son comercializadas en forma directa por la asociación de mujeres vendedoras de Cohoni, en el mercado Rodríguez de La Paz, donde cuentan con un lugar exclusivo para exhibición y venta. La fluctuación de precios y el deficiente embalaje reducen el valor de los productos. Los principales cultivos comercializados en orden de importancia son: durazno, tomate y vainita, haba, arveja, camote, lechuga, cebolla, zapallo, acelga, apio, locoto y rabanito. Los pobladores utilizan tres días en ir y venir de la ciudad para ofrecer sus productos y aprovisionarse de otros alimentos caso de arroz, azúcar y fideos. • Autoconsumo. El cultivo principal de autoconsumo es la papa, también la oca, la papa lisa y algunas hortalizas y frutales. La cosecha es almacenada en ambientes oscuros, en un lugar cercano a la vivienda de los comunarios. El durazno cosechado es, en gran parte, deshidratado y convertido en mocochinche para la elaboración de refrescos, siendo comercializado en la ciudad. • Intercambio o trueque. El trueque es una relación de reciprocidad, de origen 209 ancestral, que todavía se practica entre las comunidades del valle y altiplano, constituyendo un mecanismo que garantiza la vida y el mantenimiento familiar. El trueque o intercambio comunal, se realiza después de la cosecha de los productos, en los meses de mayo a junio principalmente en la feria de Pocota, intercambiándose maíz, papa y durazno por pescado, queso y charqui del altiplano. e) Vías de comunicación: La mayor parte de las comunidades del cantón Cohoni se integran a la ciudad, sede de gobierno, por tres caminos carreteros de Palca, Collana y el camino de las riberas del río La Paz. En la época seca, los medios de transporte se movilizan a través del camino que recorre las riberas del río La Paz, utilizando un tiempo de tres horas para el trayecto La Paz– Cohoni. En época de lluvias, el río La Paz incrementa ostensiblemente su caudal, inundando las zonas agrícolas de Río Abajo e inhabilitando el camino carretero. El transporte se realiza por las carreteras de Palca y Collana, con un recorrido de 5 a 6 horas dependiendo del estado de los caminos. El pueblo de Cohoni, cuenta con servicios de telefonía rural. f) Formas de organización social:: La célula organizativa de las comunidades es el Sindicato Agrario, cuyas autoridades son elegidas anualmente; su composición es la siguiente: Secretario General, Secretario de Relación, Secretario de Justicia, Secretario de Actas, Secretario de Hacienda, Secretario de Deportes, Secretario de Agricultura, Secretario de Ganadería, Secretario de Educación, Vocal, Alcalde Escolar, Presidente de la Junta Escolar. Las autoridades que más responsabilidades tienen son el Secretario General, de Relación y de Justicia; los otros cargos son figurativos pero algunos asumen sus funciones con seriedad. La elección del Secretario General, se realiza por turnos entre aquellos comunarios originarios, que poseen tierra en la comunidad, siendo una norma que todos los comunarios con este estatus asuman en algún momento el cargo. La central de Cohoni está constituida por siete subcentrales. 210 211 Papalisa, papa, oca Haba Maíz Palta Lujma Tuna Agosto a marzo Noviembre a junio (a secano), marzo a abril (choclo) Noviembre a diciembre Enero a marzo Enero a marzo Abril a mayo Preparación del suelo, Siembra agosto a chonteada, khapujeada septiembre, cosecha a y siembra partir de marzo Injerto manzana en pie criollo Secado de hojas por 5 días luego plantación Plantación de los brotes de la raíz Siembra directa de arbolitos Preparación de suelo, riego, surcado y siembra Preparación de suelo, riego, surcado y siembra Noviembre y diciembre Injerto de ciruelo en pie de durazno Ciruelo Manzana Primera cosecha 24 de enero, el resto en febrero y marzo Almácigo y plantación Durazno Responsables Toda la familia y parientes cercanos Toda la familia y parientes cercanos Julio y agosto se planta tomate, la cosecha en diciembre. Lechuga, Toda la familia y vainita, camote y parientes cercanos zapallito, siembra en septiembre, la cosecha a fines de noviembre Almácigo, preparación del terreno, surcado, riego y trasplante, tratamiento de plagas y enfermedades, abonamiento con abono natural Tomate, lechuga, vainita, haba, camote, arveja, zapallito, zapallo, cebolla, perejil, zanahoria, apio, acelga y repollo Época Labor Cultivo Cuadro 15: Labores culturales por cultivo Trabajo familiar Jornales Picotas, chontillas, palas, arado, reja, yugo Trabajo familiar (fabricados localmente Para podas: machetes y tijeras Para cosecha: cuchillos, hacha y Trabajo familiar serrucho. Cajones para chipar (embalar) Transporte con caballos, mulas y asnos Picotas, chontillas, palas, arado, reja, yugo (fabricados localmente), mochilas fumigadoras Herramientas 9.4. Inventario de terrazas precolombinas de Cohoni El estudio de las fotografías aéreas de la zona de Cohoni y la verificación de campo han permitido la identificación de 32 áreas con terrazas precolombinas, distribuidas en las cinco subcuencas que conforman el sistema hidráulico precolombino de Cohoni, con una superficie total cubierta por terrazas de 9.126 hectáreas, incluyéndose terrazas agrícolas en uso actual y aquellas que están en descanso y abandonadas con distinto grado de deterioro. De la superficie total de terrazas inventariadas, está en uso actual sólo el 21% equivalente a 1.923 hectáreas, con la ventaja de que las terrazas agrícolas cuentan con riego complementario, proveniente de los deshielos del nevado Illimani. Las terrazas en uso actual están bien conservadas y mayormente se encuentran ubicadas en la parte intermedia y baja de la cuenca, a una altitud de 2.400 a 3.800 msnm, las comunidades con la mayor superficie de terrazas agrícolas en uso son Cohoni, Khapi, Tarujimaña, Atahuallani, Mutuaya, Kotaña, Tanimpata, Pucaya, Yaricachi y Caimbaya. De acuerdo al testimonio de los comunarios, el área en uso actual es menor que aquella de hace 15 años, como consecuencia de factores históricos, naturales, antrópicos y socioeconómicos que se detallan más adelante. La superficie de terrazas agrícolas en descanso y abandonadas representan el 79% y cubre una superficie aproximada de 7.203 hectáreas, de esta superficie se puede rehabilitar un 53% equivalente a 4.835 hectáreas, con lo cual se podría ampliar la frontera agrícola de Cohoni a 6.758 hectáreas de terrazas agrícolas (mapa N° 8). Las terrazas precolombinas de Cohoni, presentan una amplia variabilidad y complejidad en cuanto a su estructura y estado de conservación, evidenciándose que muchos de los tipos de terrazas del sistema de clasificación, se encuentran presentes en Cohoni; las taqanas con muro de piedra presentan diversas formas y modalidades, también se observan taqanas con muro vegetado o de tierra, taqanas de formación lenta, taqanas de riego, taqanas de secano, taqanas para viviendas, taqanas de sendas de paso, taqanas mixtas, taqanas funerarias y otras, que están presentes y se distribuyen en diferentes altitudes desde 2.400 hasta 4.800 msnm. 212 El complejo arqueológico de Chullpaloma, ubicado frente al nevado Illimani, resulta de particular importancia, no solo por la presencia de taqanas ceremoniales, funerarias, de producción agrícola y otras infraestructuras conservacionistas productivas, que representan una especie de patrón o modelo constructivo, sino también por su significado mágico religioso verificado por los restos arquitectónicos funerarios, llamados por los pobladores de la zona chullpas, siendo un sitio de veneración y respeto, considerado sagrado, que las comunidades organizadas cuidan y resguardan desde tiempos inmemoriales. La ubicación del complejo de Chullpaloma, en la parte alta y sobresaliente de una montaña, en una dirección equidistante y frente al majestuoso Illimani, llama poderosamente la atención, por su similitud de ubicación con otros sitios de veneración precolombina distribuidos a lo largo de la cordillera de los Andes. En el cuadro 16, gráfico 17 y mapa 8 se presenta el inventario de terrazas agrícolas por comunidad. 213 214 Cohoni Provincia Murillo Mapa 8: Inventario de terrazas precolombinas en el cantón 215 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 No. TOTAL Jalancha Tanimpata Pucaya Llujo Cohoni Khapi Yaricachi Caimbaya Atahuallani Tarujimaña Achojpaya Mutuaya Hussi Chocotollo Choro Chañurani Pancoya Caripo Luquicachi Challasirca Pampa Huerta Huarimutuaya Wichurata Cachapaya Cebollullo Chojawaya La Granja Glorieta Kotaña Tahuapalca Tirata Tamurini Murata COMUNIDAD 4.160 3.800 3.680 3.620 3.590 3.500 3.440 3.420 3.340 3.300 3.300 3.260 3.200 3.200 3.200 3.160 3.150 3.120 3.100 3.050 2.960 2.900 2.900 2.840 2.760 2.740 2.590 2.590 2.580 2.360 2.145 2.140 2.000 ALTITUD msnm 27.867,00 170,00 1.158,00 613,00 719,00 980,00 2.670,00 1.038,00 660,00 1.830,00 2.630,00 530,00 2.740,00 1.125,00 982,00 1.110,00 194,00 250,00 722,00 475,00 138,00 420,00 725,00 292,00 275,00 119,00 844,00 344,00 268,00 1.938,00 657,00 538.00 194,00 519,00 SUPERFICIE TOTAL APROX. hectáreas 9.126,00 60,00 350,00 250,00 280,00 650,00 540,00 340,00 290,00 650,00 680,00 230,00 664,00 410,00 320,00 342,00 42,00 95,00 212,00 200,00 30,00 180,00 345,00 132,00 114,00 62,00 420,00 67,00 137,00 640,00 394,00 1.923,00 10,00 45,00 60,00 50,00 162,00 120,00 65,00 70,00 72,00 70,00 120,00 90,00 75,00 80,00 85,00 17,00 25,00 40,00 48,00 9,00 68,00 52,00 50,00 40,00 40,00 71,00 40,00 75,00 84,00 90,00 7.203,00 50,00 305,00 190,00 230,00 488,00 420,00 275,00 220,00 578,00 610,00 110,00 574,00 335,00 240,00 257,00 25,00 70,00 172,00 152,00 21,00 112,00 293,00 82,00 74,00 22,00 349,00 27,00 62,00 556,00 304,00 4.835,00 40,00 200,00 120,00 120,00 350,00 380,00 200,00 190,00 380,00 380,00 70,00 350,00 200,00 150,00 200,00 20,00 40,00 150,00 120,00 15,00 80,00 160,00 60,00 40,00 10,00 260,00 10,00 40,00 300,00 200,00 TAQANAS o TERRAZAS AGRÍCOLAS (hectáreas) DESCANSO TOTAL EN USO RECUPERABLES ABANDONAD Cuadro 16: Inventario de terrazas precolombinas en Cohoni 216 100,00 9.126,00 1.923,00 Has 21,00 % SUPERFICIE TAQ QANASS EN USO 7.203,00 Has 79,00 % SUPERFICIE TAQANA AS DESCANSO/ABANDONAD Hectáreas 4.835 2.368 1.923 9.126 Recuperables No recuperables En uso Total 4.835,00 Has % 100 21,1 25,9 53,0 (%) 53,0 SUPERFICIE RECUPERABLE Posibilidades recuperación Gráfico 17: Posibilidades de recuperación de terrazas precolombinas % Has SUPERFICIE TOTAL TAQANA AS SUPERFICIE TAQANAS (hectáreas) Cuadro 17: Resumen inventario terrazas precolombinas Cohoni 9.4.1. Clasificación y caracterización convencional de taqana precolombina de Cohoni La taqana tipo, estudiada y clasificada con el Sistema de Clasificación Cultural de Terrazas Agrícolas, está ubicada en la comunidad Yaricachi, cantón Cohoni, municipio de Palca, en un ecosistema característico de los valles interandinos. Las taqanas se clasifican en: TAQ QANA A: A2 – B2 – C4 – D3– E1 – F1 – G2 – H4 / op, ci, fm-b GRUPO A CLASE SUB-CLASE A2: Taqana agrícola o de producción permanente B2: Taqana semi rústica C4: Taqana geométrica rectangular D3: Taqana de secano E1 : Taqana con plataforma nivelada F1 : Taqana con muro de piedra G2 : Taqana con muros a ras del suelo y plataforma de cultivo nivelada H4: Terraza con superficie cultivable de 100 a 500 m2 op: Quilla precolombina cr: Quilla en estado regular fb: Quilla con suelo de fertilidad media a baja De acuerdo a la clasificación y caracterización convencional, el suelo de la taqana agrícola precolombina, proveniente de la comunidad Yaricachi, se clasifica como un Typic Ustortheents (U.S. Soil Taxonomy), con un perfil antrópico formado sobre material coluvio-aluvial de rocas ígneas y establecida en una ladera, con una profundidad efectiva de 0.90 m; presenta las siguientes características: 217 CLASIFICACIÓN TAXONÓMICA CLASIFICACIÓN TÉCNICA VEGETACIÓN O CULTIVO MATERIAL PARENTAL FISIOGRAFÍA RELIEVE PENDIENTE ALTITUD CLIMA TEMPERATURA PRECIPITACIÓN PERMEABILIDAD CLASE DE DRENAJE CONDICIÓN DE HUMEDAD ESCURRIMIENTO SUPERFICIAL PROFUNDIDAD NAPA FREÁTICA EROSIÓN DISTRIBUCIÓN DE RAICES SALINIDAD O ALCALINIDAD PEDREGOSIDAD SUPERFICIAL Comunidad Yaricachi, cantón Cohoni, provincia Murillo, La Paz Typic Ustorthents Apto para producción agrícola Maíz, papa, haba, cebada Depósito coluvio-aluvial de rocas volcánicas Ladera de montaña Plano (terraza agrícola) 30% en la ladera, 3 a 5% en la taqana 2.800 msnm 14ºC 698,4 mm/año Moderada Bien drenado, grado 2 En capacidad de campo Rápido, grado 3 No visible (posiblemente 4 a 8 metros) Laminar y en surcos Hasta 0.90 m No presente, clase 1 Clase 0 DESCRITO POR Ing. M.Sc. Eduardo Chilon Camacho 1/05/2000 LOCALIZACIÓN a) Caracteristicas morfológicas Las características morfológicas de los horizontes del perfil del suelo son: • A11 (0 a 19 cm) Textura: Franco; estructura: bloques subangulares, finos, débiles; consistencia en húmedo: friable; reacción: neutra (pH: 7,1); color en seco: 10 YR 5/3, color en húmedo: 10 YR 3/3; sin carbonatos; raíces finas y medias abundantes; alto contenido de materia orgánica (3,76%); permeabilidad moderada a rápida; límite de horizonte difuso. 218 • A12 (19 a 42 cm) Textura: Franco arcillo arenosa; estructura: bloques subangulares, medios moderados; consistencia en húmedo: friable; reacción: neutra (pH: 7,0); color en seco: 10 YR/ 6/3, color en húmedo: 10 YR 4/3; ausencia de carbonatos; raíces finas y medias abundantes; contenido medio materia orgánica (1,99%); permeabilidad moderada; límite horizonte claro. • A13 (42 a 62 cm) Textura: Franco; estructura: bloques subangulares, finos, débiles; consistencia en húmedo: friable; reacción neutra (pH: 7,0); color en seco: 10 YR 5/3, color en húmedo: 10 YR 3/3; ausencia de carbonatos; escasa presencia de raíces finas; contenido medio de materia orgánica (2,15%); permeabilidad moderada; límite de horizonte difuso. • A14 (62 a 90 cm) Textura: Franco arcilloso; estructura bloques subangulares, finos, moderados; consistencia en húmedo: friable; reacción: ligeramente ácida (pH: 6,8); color en seco: 10 YR 3/3; color en húmedo: 10 YR 4/4; ausencia de carbonatos; bajo contenido de materia orgánica (1,64%); permeabilidad moderada; límite de horizonte claro. • Bw (90 a 110 cm) Textura: Franco arcillo limoso; estructura: bloque subangulares, medios, moderados; consistencia en húmedo: friable; reacción: ligeramente alcalina (pH: 7,2); color en seco: 10 YR 6/2; color en húmedo: 10 YR 4/3; trazas de carbonatos; contenido medio de manera orgánica (2,15%); permeabilidad moderada. El análisis físico-químico del perfil del suelo de la taqana precolombina, presenta textura media, pH neutro, sin presencia de carbonatos en todo el perfil, alto contenido de materia orgánica y nitrógeno en el horizonte superior, disminuyendo en profundidad, contenido medio a bajo de fósforo y potasio, un valor medio de CIC en todo el perfil; el suelo se califica como de media a alta fertilidad. Se verifica que el horizonte superior de la terraza, presenta características físico-químicas similares al suelo in situ de la ladera, lo que muestra que no es material transportado y que, por el contrario, los pobladores precolombinos preservaron y cuidaron sus suelos. 219 9.4.2. Caracterización del sistema hidráulico precolombino de Cohoni Las comunidades del cantón de Cohoni, perteneciente a la primera sección de Palca, provincia Murillo, departamento de La Paz, herederas notables de una “Sociedad hidráulica precolombina”, están asentadas en laderas de pendiente pronunciada de la cordillera Oriental de los Andes, en las estribaciones del nevado Illimani; sus antiguos pobladores dependían por completo del riego para producir el alimento necesario para el mantenimiento de la población. Las evidencias de campo demuestran que se convirtieron en expertos ingenieros hidráulicos, capaces de diseñar con gran precisión obras de toma, reservorios, qótas, qotañas, terrazas o taqanas, trazado de canales y de construirlos con una eficiencia digna de admiración. Hacer fluir el agua hacia abajo podría parecer la cosa más fácil del mundo, pero cuando un caudal respetable de más de 140 lts/segundo debe ser transportado por canales rústicos desde las fuentes de deshielos del nevado Illimani, ubicado a más de 50 km de los campos de terrazas agrícolas cultivadas bajo riego, se convierte en una tarea difícil. Éste era esencialmente el problema con el que se enfrentaban los antiguos “ingenieros” de los Andes particularmente los “ingenieros hidráulicos” de Cohoni. Observaciones de campo permiten aseverar que los antiguos pobladores de Cohoni necesitaban todos los conocimientos técnicos a su alcance, porque su entorno se transformaba de modo amenazador para la duración de los canales, por las fuertes pendientes en las que realizaban su agricultura; hoy en día el sistema todavía es utilizando, pero presenta una serie de problemas de filtraciones, derrumbes y la destrucción de amplios tramos de canales. Asombra la maestría de los comunitarios actuales de Cohoni para manejar el agua y realizar el riego en la modalidad de “composturas” en terrazas precolombinas, utilizando una tecnología de riego que se pensaba sólo se practicaba en otras zonas de los países andinos caso Perú y Ecuador. El impresionante sistema hidráulico de Cohoni, presenta restos de estructuras de relleno y acueductos para salvar las quebradas, cárcavas y deslizamientos 220 abiertos por la erosión, así como taqanas y puentes para conducir fácilmente el agua a través de canales, por laderas empinadas y muy accidentadas. La localización de las numerosas compuertas y viaductos precolombinos, en la red física y los puntos de control actuales, ayudan a entender las reglas de distribución del agua, cuyo uso es, fundamentalmente, para la producción agrícola en terrazas agrícolas bajo riego, ubicadas en las partes intermedias de montañas escarpadas, donde se cultiva papa, maíz, calabazas, alfalfa, frutales, cereales y hortalizas. Las comunidades usuarias del sistema hidráulico de Cohoni todavía utilizan estrategias ancestrales para el ordenamiento de uso, calendarios astronómicos y tecnologías tradicionales para organizar la producción, en función de la disponibilidad del agua y de las características socio-espaciales de las comunidades. La mujer juega un rol importante en el riego parcelario, se encarga de ir a la toma del canal principal que transporta el agua de los deshielos a las terrazas agrícolas, encargándose de rodear todo el tramo del canal, en una longitud de más de 10 km y en laderas empinadas, cuidando que el agua no se pierda, reparando los daños menores del canal; cierra la compuerta cuando observa la señal de humo en su parcela, lo que indica que el esposo y la familia han concluido con el riego de sus terrazas agrícolas. (Molina, 2001). El sistema hidráulico de Cohoni está conformado por una red intrincada pero ordenada de acequias sencillas y canales que, a manera de las venas del sistema circulatorio sanguíneo, se entrecruzan y alimentan sistemáticamente, permitiendo el riego de grandes extensiones de terrazas agrícolas. Existen filtraciones y ramificaciones que se desprenden a manera de desagües de los canales principales, que se unen a otros canales aguas abajo, donde son utilizadas para consumo humano y riego, mucha de la humedad aparece en la parte baja como filtraciones y ojos de agua; este fenómeno explica la humedad de los suelos de la comunidad Tahuapalca, así como la formación de su microclima especial. En la actualidad, el riego parcelario es realizado por hombres y mujeres, con una maestría que demuestra que los regantes tienen un amplio conocimiento de las técnicas de riego que sin duda tiene sus orígenes en las culturas precolombinas (gráfico 18). 221 El riego parcelario se realiza en horas de la noche o por la madrugada; en el siguiente cuadro se presentan las principales características del riego parcelario de Cohoni. Cuadro 18: Características del riego parcelario CULTIVOS Papa Haba Maíz PERÍODO FORMA FORMA DE DE DE CULTIVO SIEMBRA RIEGO 0.30 m entre plantas; 0.40 m entre surcos FRECUENCIA DURACIÓN RESPONSABLES/ DE DEL HERRAMIENTAS RIEGO RIEGO En composturas y por surcos 1 vez al mes 2 horas La familia Picotas y palas Tomate Lechuga Vainita 0.30 m Dos veces entre plantas; al año 0.80 a enero0.40 m febrero mayo-junio entre surcos Por surcos y camellones 2 veces por semana 1 hora La familia Picotas y palas Durazno Ciruelos Una vez año al febreromarzo En fosas y por surcos 1 vez por semana 2 horas La familia Picotas y palas Junio y octubre 2.50 m entre plantas 222 223 Gráfica 18: El sistema hidráulico precolombino de Cohoni a) Tomas de captación y caudales El trabajo de campo, en la zona de deshiele del nevado Illimani que forma el sistema hidráulico precolombino de Cohoni, ha permitido identificar cinco subsistemas ancestrales de riego que tienen su inicio en las tomas precolombinas ubicadas en la zona de deshielo. • T´ojra. Es una zona bastante representativa de la “Crianza ancestral del agua”, conformada por numerosos regueros que a manera de pequeñas surcos, conducen el agua de los deshielos a una q´ota o reservorio precolombino, ubicado en una depresión natural de las faldas del Illimani; cuenta con un original sistema de aducción de agua que consiste en un canal cortado en una roca, cuyo caudal es regulado por piedras acomodadas en la garganta del reservorio; el sistema se completa con una segunda q´ota o reservorio contiguo al primero, conectados entre sí por un sifón natural que tiene por función recolectar los excedentes de agua de la primera q´ota, contando con un sistema de salida de agua, en forma de un canal subterráneo empedrado, que a manera de una galería filtrante posibilita la salida del agua 300 metros más abajo, en forma de un manantial que alimenta a los canales que riegan las terrazas de las comunidades de Tanimpata, Pucaya y Huarimutuaya (gráfico 19). • Puente Roto. Es una toma que sirve a las comunidades de los tres ayllus de Tiwanaku en el mismo pueblo de Cohoni. La historia oral refiere que un ayllu fue enterrado por la mina y que antiguamente se contaba con cuatro ayllus, característicos de las culturas andinas. • Jalancha. Está conformado por una caída de agua que forma el río del mismo nombre, las aguas de esta vertiente facilitan el riego en las comunidades de Jalancha, Khapi, Challasirca, La Granja, Cebollullo y Tahuapalca, Chañurani, Cachapaya, Pucarani y Luquicachi. • Mina Urania. Es una fuente de agua que sale de la boca de la mina del mismo nombre y que está en actual explotación; riega las terrazas agrícolas de las comunidades de Yariachi y Cachapaya, los comunarios se quejan por la contaminación que producen esta agua en sus campos. 224 • Misa K´ala. Es una toma de significado místico-religioso, es el lugar donde encuentra la piedra del ritual del agua; esta fuente abastece a las comunidades de Mutuaya y Atahuallani. En todos los casos, en época de congelamiento, el caudal disminuye hasta en un 85%, coincidiendo con la llamada época seca, causando un déficit hídrico que impide la producción de nuevas cosechas y afecta incluso a la dotación de agua para consumo humano. De modo general, el caudal de los canales de riego, en la estación de inicio de los deshielos, medido en el ingreso a los campos de terrazas que abastecen a las comunidades más representativas de Cohoni, se presenta en el siguiente cuadro. Cuadro 19: Caudal de los canales precolombinos Nº 1 2 3 4 5 6 7 8 CANAL CAUDAL l/segundo Canal Tiwanacu Canal Pucaya Canal Huarimutuaya Canal Caimbaya Canal Yaricachi Canal Lukikachi Canal Tanimpata Canal Mutuaya 160 l/seg. 140 l/seg. 160 l/seg. 60 l/seg 60 l/seg. 160 l/seg 40 l/seg. 130 l/seg b) Pecularidades de las tomas y canales precolombinos Para los antiguos pobladores de Cohoni, no se trataba de capturar o represar el agua, tal como ocurre con los sistemas modernos de riego, que se basan necesariamente en la construcción de presas que incluyen sofisticados sistemas de tuberías y llaves para garantizar la eficiencia del manejo del agua. Los ingenieros de Cohoni partieron del hecho de que el agua es un ser vivo al que hay que criar, en la actualidad los pobladores hablan de la crianza del agua, por lo que cada volumen de agua es cosechada del modo más natural posible, con medidas de encauzamiento a regueros y zanjas de conducción. 225 Los canales precolombinos no guardan relación con las recomendaciones de los métodos convencionales y modernos de riego. Los canales principales de origen precolombino, en la toma son angostos y pequeños, y a medida que se alejan de las q´otas y qotañas, van recibiendo volúmenes de carga de numerosas fuentes de agua, que hacen que los canales se vayan ensanchando y profundizando, presentando dimensiones amplias en el sector de ingreso a las parcelas de riego, observándose la maestría en el riego parcelario por parte de actuales pobladores de Cohoni. En los seguimientos de campo a nivel de parcela se puso en evidencia, que la erosión debida al riego es menor a la esperada, aún cuando la agricultura se realiza en laderas muy empinadas, en razón de que el sistema hidráulico precolombino de Cohoni está asociado al sistema de las impresionantes terrazas agrícolas en uso actual. Gráfico 19: Sistema hidráulico de Cohoni y ubicación de tomas de riego 226 c) Confrontación cultural hidráulica ancestral vs. la actual Los primeros en aproximarse a Cohoni fueron algunos meritorios cientistas sociales, pero sus apreciaciones no fueron compartidas con los técnicos de instituciones estatales y privadas de desarrollo, ni menos con los comunarios. Ésta situación generó que los técnicos planteen que el problema del riego es solo falta de agua por la ineficiencia de conducción y que los productores campesinos sigan utilizando el agua que disponen de la mejor manera posible en sus parcelas y territorios. La faceta real del problema, difícilmente aparecía en las solicitudes de apoyo formuladas por la misma comunidad, porque resulta más fácil evaluar las cantidades de cemento y trabajo que requiere el mantenimiento de un canal o la reconstrucción de un reservorio, que realizar una “aprehensión” de su realidad de modo participativo, que incluya aspectos culturales, sociales, económicos y técnicos. El punto de partida de los organismos de desarrollo frente a la demanda de los agricultores, es insuficiente para definir una forma de intervención capaz de resolver los problemas reales. Aún cuando los comunarios manejan su irrigación y perciben bien los problemas, ellos sólo plantean a veces lo que suponen que les interesa a sus interlocutores. Como la producción agrícola se orienta hacia los mercados de la metrópoli de La Paz, la comunidad ha definido que frente a esta demanda, es necesario incrementar los volúmenes de agua de los deshielos rehabilitando los reservorios precolombinos de las alturas, las q´otas y qotañas ubicadas en los campos de cultivos e interconectados a la red hidráulica y la rehabilitación de taqanas y terrazas actualmente abandonadas. d) La fiesta del agua El sistema de crianza y acceso tradicional al agua en Cohoni, alcanza su máxima expresión simbólica en la celebración de la Fiesta del Agua en el mes de 227 agosto; en esta fiesta participativa se manifiesta la gran riqueza de la vida comunal en todos sus niveles: social, económico e ideológico. La fiesta del agua se presenta como un complejo y muy elaborado ritual de ceremonias, que se viene celebrando cuidadosamente desde tiempos inmemoriales y constituye en cada celebración una nueva oportunidad para estrechar los vínculos que unen a los comunitarios con sus divinidades y antepasados, identificados en lugares sagrados. En esta costumbre primero se efectúa una wajta preparada por un yatiri de la comunidad. El acto consiste en brindar una “mesa” al achachila del Illimani de cuyos deshielos mana el agua de la vida. La limpieza de las acequias es organizada por el Secretario General, cada jefe de familia lleva consigo una picota o pala, los jóvenes se organizan con un grupo de música, los niños llevan banderas de Bolivia y blancas. El Secretario de Agricultura disfraza a la ahuila que también es un joven disfrazado de mujer y se fabrica una tejeta (muñeco de trapo), que simboliza la fecundidad. En esta festividad simbólica se resalta cierta pureza de las costumbres que aún se mantienen vigentes a pesar de todos los cambios sociales, económicos, políticos y culturales que han experimentado las comunidades en los últimos años. 228 TESTIMONIO FOTOGRÁFICO - COHONI (VALLES INTERANDINOS) Modalidad de terrazas mixtas vivienda y cultivo en Cohoni. Estudio edafológico de terrazas ancestrales. Terrazas ancestrales en uso zona Chullpaloma en Cohoni. 229 Sistema Hidráulico y terrazas agrícolas de Cohoni, que dependen de los deshielos del nevado Illimani. 230 9.5. Causas del abandono y destrucción de quillas y taqanas en Yanacachi y Cohoni Los principales factores causales del abandono y destrucción de las taqanas y quillas de las zonas de estudio, Yanacachi y Cohoni, son los siguientes: 9.5.1. Factores naturales Están relacionados con los cambios que acontecen en el paisaje, como consecuencia de los procesos geodinámicos internos y externos propios de la corteza terrestre. Por ejemplo, movimientos sísmicos, deslizamientos y otros procesos erosivos, como las mazamorras y torrenteras; tampoco se descarta probables cambios climáticos, a pesar de las discrepancias que puedan existir en cuanto a su época de ocurrencia. La parte andina de Bolivia, se encuentra sujeta a una actividad sísmica que por sus propias características modela el paisaje natural, a la vez que destruye las obras artificiales construidas por el hombre. En el ámbito de la Cordillera Oriental, el servicio geológico de los Estados Unidos de Norte América, ha reportado un total de 501 sismos de magnitud variable entre 5 y más de 6,6 grados de la escala de Ritcher, en un lapso de tiempo comprendido entre los años 1964 a 2004. En el medio rural los efectos de los sismos son generalmente menos apreciables que en el medio urbano, pero en el caso de la infraestructura agrícola como las taqanas, quillas, qotañas y canales de riego se suelen producir deslizamientos y desestabilización de los muros de piedra. En épocas precolombinas, estos daños eran reparados rápidamente en días o semanas, sin embargo en épocas recientes, la reparación no se realiza en forma sistemática, ni en el área estudiada, ni en la región andina en general, y los efectos de tales sismos han quedado en la memoria de los pobladores y han sido registrados en la presente investigación. Aunque en la zona de Sud Yungas en Cohoni no existen registros oficiales, los efectos de los sismos quedaron en la memoria colectiva de los pobladores, 23Ȝ refieren que hace 30 años se presentó un movimiento sísmico muy fuerte y otro que se repitió el año 1983 con la misma intensidad que el primero, que desestabilizó a la montaña que da al río Huancani, parte de la cual se derrumbó, causando la destrucción de extensas áreas de quillas y taqanas en muchas comunidades, particulamente en Mokori e Hilumaya. 9.5.2. Factores antrópicos Son aquellos relacionados con las actividades que realiza el propio hombre, dentro de un complejo marco económico, social, político y cultural, sin dejar de lado las políticas de los gobiernos a través de la historia, los cambios de los patrones de cultivo y la migración de la población, que constituyen las características inherentes a esta problemática. El proceso de destrucción empezó con la llegada de los conquistadores españoles, que iniciaron también un proceso de reducción de la población indígena; en la época republicana el sistema de haciendas con los llamados patrones, incidió directamente en la gravedad de este proceso, y sólo en algunos casos se realizó la construcción de quillas nuevas para el cultivo de coca, lamentablemente la hoja de coca fue y es utilizada para la fabricación de alcaloides, lo que generó una represión a su cultivo, con el abandono sistemático de grandes superficies de quillas. Otros aspectos que contribuyeron con la destrucción de la infraestructura de taqanas y quillas, son las prácticas indiscriminadas del chaqueo y la agricultura migratoria, así como la introducción del ganado exótico representado principalmente por equinos, asnos, vacunos, porcinos y caprinos; especialmente los primeros que por sus hábitos de alimentación, muy devastadores, se asentaron en las laderas empinadas y, en la actualidad, caballos y asnos, pastorean libremente en áreas de quillas abandonadas, agravando el estado de conservación de las taqanas y quillas y del suelo en general. En las laderas de la comunidad Quisno, se observan destrozos de los muros de quillas ancestrales, provocados por los animales de carga (mulas) que pastorean libremente. 23ȝ 9.5.3. Migración definitiva y temporal La migración es un fenómeno social importante que viene acentuándose en las últimas décadas en Bolivia. En las comunidades de la tercera sección de Sud Yungas: Ticuniri, Villa Aspiazu, Hilumaya, Suiqui Milamilani, Chaco, Pichu y Quisno, éste movimiento se origina por la existencia de medios y recursos limitados y deficientes, los mismos que son explotados por la mayoría en forma tradicional; también a las escasas tierras habilitadas caracterizadas por una propiedad de fragmentación parcelaría constante y al abandono de las tecnologías e infraestructuras productivas precolombinas. La progresiva descapitalización y marginamiento de la economía campesina de la zona, sumándose a ello el tipo de suelo con serios problemas de fertilidad y erosión, la falta de vías de comunicación como puentes peatonales y carreteras, restringen las oportunidades de una mayor producción, de ocupación de mano de obra y mayores ingresos económicos; todo ello repercute en la tasa de migración, que en algunos casos se constituye en la única alternativa que tiene el comunario para obtener algún tipo de remuneración para subsistir y paliar sus múltiples necesidades. La migración definitiva constituye la reproducción de la fuerza de trabajo no calificada que se acrecienta cada vez más en las ciudades del país y de otros países vecinos caso Argentina y Brasil. De acuerdo a los resultados de la encuesta, los comunarios y sus familias migran a centros urbanos donde demandan fuerza de trabajo, así como también a departamentos y provincias que han desarrollado una agricultura de tipo capitalista, sumándose a esto algunas familias que migraron definitivamente a valles agrícolas de Chile y la Argentina. La migración temporal o estacional, generalmente la realizan los jefes de familia y en menor proporción las mujeres, con la finalidad de encontrar nuevas fuentes de trabajo por determinados períodos de tiempo, desde una semana a varios meses o por años, en función al calendario agrícola, y también a los fenómenos climáticos, relacionados con altas precipitaciones y en otros a la disposición del tiempo en la utilización de la mano de obra para las labores 23Ȟ agrícolas. En su mayoría, los migrantes temporales no poseen mucha tierra de producción y dejan sus tierras para ser trabajadas por sus familiares, porque al retornar al medio originario, éstos continúan apegados al cultivo de sus tierras. En el caso de Cohoni se presentan tres clases de migración: migración definitiva, migración temporal y migración “golondrina”, esta última se caracteriza por la movilización a otras comunidades donde se requiere mayor mano de obra para las labores agrícolas. 9.5.4. Problemas de tenencia de la tierra Estos problemas están relacionados con el minifundio, tal como se verifica en los Yungas. Esto se complica porque los propietarios de las mayores extensiones de tierra en las zonas de estudio, no viven en las comunidades y prohíben el trabajo en sus propiedades a los escasos pobladores que permanecen en la comunidad; los dueños de las mayores extensiones de tierra sólo retornan para las festividades y de vacaciones. 9.5.5. Cambio de patrones de cultivo La necesidad de producir para el mercado, está ocasionando un desplazamiento de los cultivos tradicionales, lo que a su vez está generando un desmantelamiento de las terrazas prehispánicas. 9.5.6. Presencia de malezas altamente agresivas Un factor que coadyuva a la destrucción de las quillas y taqanas en la zona de los Yungas, es la presencia exuberante del pasto gordura (Melinis minutiflora) que por sus características de maleza de alta competencia por agua y nutrientes, aniquila sistemáticamente a la plantación de cocales; los comunarios de mayor edad sospechan que la introducción del pasto gordura a la zona habría sido para destruir los cultivares de coca. 23ȟ 10. Aprendizajes de experiencias en rehabilitación y construcción de terrazas En el país existen limitadas pero valiosas experiencias de reconstrucción de terrazas de origen precolombino, si bien estos trabajos son puntuales, representan avances en una temática que se hace necesaria abordar con todos los recursos metodológicos y técnicos necesarios. Algunos proyectos del Estado, caso PROMARENA y, sobre todo, organizaciones privadas de desarrollo, llevan a cabo programas de reconstrucción y construcción de terrazas agrícolas; las universidades y centros de investigación del país, caso de la Universidad Católica Boliviana con sus Unidades Académicas Rurales, UMSA, EMI y el CIDAT en La Paz, AGRUCO de la UMSS en Cochabamba, Universidad Tomás Frías de Potosí y la Universidad San Francisco Javier de Chuquisaca, entre otras instituciones, están generando información mediante investigaciones y tesis, sobre la viabilidad de incorporar estas infraestructuras conservacionistas a los actuales sistemas de producción. Como un aporte al aprendizaje de experiencias, se cita información de proyectos que han difundido sus resultados y que permiten establecer las posibilidades de un Programa Nacional de rehabilitación de terrazas. 10.1. Experiencias en reconstrucción de taqanas precolombinas a) El caso Kollasuyo y Yumani – Wiñaymarka Wiñaymarka (1994) reporta que las comunidades de Yumani y Kollasuyo fueron las beneficiarias del proyecto de rehabilitación de taqanas de la península de Copacabana y de la Isla del Sol. En las laderas de los cerros de estas zonas, existes taqanas precolombinas en proceso de destrucción, por los efectos erosivos del viento y la lluvia además del abandono al que fueron relegadas como consecuencia de la quiebra cultural inducida por la conquista. La experiencia de rehabilitación de taqanas, arrojó un impacto positivo y buena 23Ƞ aceptación por parte de los comunarios, sin embargo también se presentaron limitaciones que impidieron una mejor actividad. Los logros en la rehabilitación de la superficie de taqanas en estas dos comunidades son los siguientes, comunidad de Kollasuyo: rehabilitación de 1.43 hectáreas de taqanas con trabajo familiar y 0.24 hectáreas de taqanas con trabajo comunal. Comunidad de Yumani, rehabilitación de 2.98 hectáreas de taqanas con trabajo familiar. Las limitaciones presentadas están referidas al abandono de este sistema de cultivo por un largo período y el cambio de costumbre en el trabajo agrícola por otros sistemas que demandan menor esfuerzo, determinando, en última instancia, que los agricultores muestren desconocimiento y desconfianza en las ventajas de esta tecnología. Un problema frecuente fue la falta de materiales locales, piedra y cascajo durante la ejecución de los trabajos, causada por la movilización y erosión del material original, además de la extracción de las piedras de los muros de contención de las taqanas precolombinas para la construcción de cimientos de las viviendas y muro de delimitación de las parcelas. A esto se suma en gran medida la pérdida del espíritu de trabajo comunal con el consecuente retraso en el avance de las obras de rehabilitación. b) El caso PROMARENA El Proyecto de Manejo de Recursos Naturales (2008), bajo tuición del Ministerio de Planificación, desde el año 2005 a 200Ȥ, propició en su Componente de Manejo de Recursos Naturales la reconstrucción de terrazas precolombinas por las propias comunidades de los municipios de Charazani, Curva, Aucapata, Ayata, Chuma, Mocomoco, Pelechuco, con una metodología de movilización de capacidades locales, basada en concursos comunales y familiares, donde los miembros de la comunidad trabajan por ellos y para ellos mismos y, dependiendo de la calidad y cantidad de las terrazas rehabilitadas, reciben un incentivo económico proveniente de fondos públicos. Los logros: Se rehabilitaron cerca de 102 hectáreas de terrazas precolombinas, además de la construcción de aproximadamente 122,3 23ȡ hectáreas de terrazas nuevas y 84 has de formación lenta, en comunidades de su área de acción del departamento de La Paz, sin incluir aquellas terrazas rehabilitadas y/o construidas por el efecto multiplicador, que triplican esta cantidad. Esta dinámica se presentó en las comunidades del cantón Amarete del municipio Charazani y en las comunidades del municipio de Curva. Las limitaciones: La falta de agua para riego y el cambio notorio de la frecuencia y estacionalidad de las lluvias producto del cambio climático, genera cierta inseguridad, sobre todo en aquellas comunidades que no reciben capacitación y asistencia técnica, para una rehabilitación masiva de las terrazas abandonadas y en descanso. 10.1.1. Metodología de reconstrucción de terrazas precolombinas Inicialmente, la reconstrucción de terrazas precolombinas o taqanas, tiene que constituirse en un trabajo que necesariamente debe ser identificado, generado, planificado y ejecutado por la propia comunidad campesina, con asesoramiento externo. De ninguna manera debe ser una actividad impuesta, sólo así se garantizará que esta labor comunal se convierta en una experiencia masiva, que permita incrementar la producción de alimentos y realizar una experimentación agrícola comunitaria para implementar un Centro de Capacitación para la rehabilitación de los sistemas de taqanas abandonadas constituyendo un referente de validación de la tecnología andino-amazónica. La mano de obra necesaria para la reconstrucción de taqanas precolombinas, está en función del grado de deterioro que presenta, lo que significa la realización de un cuidadoso trabajo previo para evitar su total derrumbamiento y destrucción. El trabajo requiere de varias etapas, los comunarios, debidamente organizados, deben realizar faenas de trabajo, inclusive durante los fines de semana y feriados, así mismo, se requiere la participación de los miembros de la comunidad ya sea formando grupos familiares pequeños o grupos colectivos, siendo necesaria la organización y planificación en la asamblea general de la comunidad, para conformación de grupos de trabajo y la asignación de responsabilidades y tareas concretas. 23Ȣ 10.1.2. Técnica de reconstrucción de taqanas y quillas Tomando en cuenta las experiencias de rehabilitación de taqanas en las comunidades de Yanacachi de la tercera sección de Sud Yungas, Cohoni de la primera sección de la provincia Murillo, Amarete del municipio Charazani, Curva, Aucapata y San Pedro, se sistematiza la tecnología de reconstrucción de taqanas y quillas: 1. Remoción a mano de bloques y piedras provenientes de muros destruidos de taqanas o quillas superiores, materiales que se encuentran diseminados sobre las plataformas derruidas; haciendo uso del barreno o barreta se extraen las piedras angulares y subangulares enterradas, separándolas por tamaños y acumulándolas en los bordes. 2.Se procede a desmontar los restos del muro anterior que presenten signos de inestabilidad, limpieza de gravas y tierra hasta descubrir los antiguos cimientos; esta sección en las taqanas está constituida por grandes bloques. 3.Se levanta la nueva pared o muro con las piedras recolectadas anteriormente, estableciendo los estribos de refuerzo, escogiendo las piedras angulares de mayor tamaño que en lo posible encajen perfectamente con las inferiores; el acarreo de las piedras se realiza, en unos casos por gravedad por el talud de tierra de los muros y en otros con el uso de las andadillas, disponiendo ordenadamente las piedras en capas o hileras en el borde del muro en reconstrucción. 4.El vacío que queda entre el talud de tierra y la primera hilera de piedras, se rellena con gravas, guijarros y piedras chicas hasta alcanzar el mismo nivel. 5.Seguidamente se vuelve a disponer otra capa de piedras, siempre buscando un buen amarre; para el alineamiento e inclinación del talud se hace uso del cordel y, a golpe de combo, se estabiliza y se da la dirección conveniente a las piedras. 23ȣ 6.Sobre esta hilera se dispone nuevamente otra capa de piedras y así sucesivamente hasta que las brechas del muro sean reparadas en su totalidad. 7. Finalmente, se procede a la nivelación de la plataforma de cultivo, moviendo la tierra con el uso de la chaquitaclla o huiso; de esta manera la terraza o taqana queda lista para las labores de labranza. 8. Si se cuenta con agua, el primer riego en las taqanas se aplica con mucho cuidado, para evitar la sobresaturación, la inundación y que se produzcan filtraciones y derrumbes. 10.1.3. Materiales requeridos 10.1.3.1. Herramientas El empleo de herramientas en la ejecución de cualquier obra, determina el nivel de desarrollo de los pueblos. La importancia de los instrumentos de labor en cualquier actividad, especialmente en la reconstrucción de las taqanas, se manifiesta como una extensión de la capacidad de maniobra del hombre andino, que le permita una mayor eficiencia, más allá de su capacidad física. Las familias campesinas dedicadas a la actividad agrícola tienen una variedad de herramientas para la agricultura, algunas de origen precolombino, que se siguen utilizando y otras de tipo moderno de fabricación industrial que se vienen imponiendo en detrimento de las primeras que van desapareciendo paulatinamente. a) Herramientas tradicionales • Chaquitaklla, t’aklla – Huiso Es una herramienta de origen milenario, los cronistas hacen referencia constante a su existencia, su construcción está hecha en base a un madero extraído de un árbol llamado q’olli o aliso, en el que una vez secado al sol, se 23Ȥ coloca la reja conjuntamente con la cinta de cuero de camélidos que se envuelve alrededor del palo logrando formar la tak’lla. La tak´lla es producto de un desarrollo tecnológico autóctono y todavía se utiliza en las comunidades originarias altoandinas. En el pasado llegaron a fabricar grandes cantidades de tak’llas de diversos tamaños. Sus funciones son diversas, pero fundamentalmente se utiliza para la roturación de la tierra, para la extracción de piedras y como apoyo para ayudar a sostener el peso de las rocas durante la construcción de las taqanas. Chilon, E. (1994) señala que el poblador de los valles interandinos y del altiplano, desde tiempos precolombinos, utilizaba como herramienta de labranza la tak´lla o chaquitaklla, que a manera de un arado de pie, permitía el movimiento del suelo, manteniendo y conservando los agregados del suelo (estructura) en su forma natural. Esta herramienta conservacionista evita la erosión pronunciada del suelo, porque limita su remoción a una labranza mínima, manteniendo una buena agregación de los terrones, al mismo tiempo facilita una mejor infiltración del agua, disminuyendo la evaporación del agua capilar del suelo, además, por tratarse de un instrumento sencillo, resulta muy útil para el trabajo en laderas con pendientes medias a fuertes. El uso de esta herramienta contribuye a los lazos sociales, por el trabajo compartido y el laboreo de terrenos ubicados a grandes distancias, así mismo, estos instrumentos de origen mágico espiritual, expresan la concepción armónica de la relación respetuosa al penetrar en la tierra simbolizando un acto de amor sensual para procrear la simiente que se deposita en ella. El hombre andino con la creación de estos instrumentos sólo es un mediador que facilita esta relación (gráfico 20). • La liuq’ana Es otra de las herramientas andinas que consiste en un pequeño palo recto que termina en una curva de 35º aproximadamente, donde se coloca y amarra la reja con una cinta de cuero de llama o de oveja. La liuq’ana es utilizada por la población andina para sus faenas agrícola, especialmente en labores de 2 ȟț extracción de los cultivos (papas, ocas, ollucos, etc.), también es útil en la rehabilitación de taqanas, especialmente para la separación y clasificación de piedras y cascajo de relleno (gráfico 20). • Kupaña La kupaña, llamada también huactana (desterronador), es una herramienta andina utilizada para romper los terrones grandes del suelo, posibilitando su desmenuzación para dejar bien mullido el suelo después de la roturación. Es utilizado en la época de las siembras, además de ser útil en la reconstrucción de las taqanas. En cuanto a su estructura, consta de un madero de un metro de longitud, con un diámetro de 4 cm en su parte final y 8 cm en su cabezal donde lleva una punta de hierro pesado o se amarra una piedra grande para el rompimiento de los terrones. • Andadilla Es una especie de transportador de rocas y tierra, constituido por dos maderos, que sostienen a una tela de lana gruesa que sirve como base para trasladar los materiales y es operado por dos comunarios. • El nivel en “A” Es un instrumento de fácil construcción que permite el trazado de curvas a nivel, para la nivelación de la superficie de cultivo de las taqanas, para establecer el talud o inclinación de los muros de piedra, para la construcción de zanjas de infiltración y canales de riego. Consta de dos maderos delgados de dos metros de largo, un madero delgado de un metro de largo, un cordel o pedazo de hilo, una piedra y un lápiz. Para su construcción se atan o clavan en un extremo los dos maderos largos, el tercer madero se asegura en la mitad de los palos largos de tal manera que forman una “A”. Luego se ata en el extremo superior la pita o cordel y la piedra se ata en el extremo inferior, se calibra y se usa directamente en el campo. 24Ȝ • Instrumentos de nivelación precolombinos Las evidencias históricas demuestran que las culturas andino amazónicas desarrollaron técnicas topográficas sofisticadas; con la intervención de diversas ciencias es posible reconstruir los instrumentos y técnicas de nivelación precolombinos, por ejemplo examinando la cerámica de los museos arqueológicos. Ortlof (1989), reconstruyó un sencillo instrumento topográfico consistente en un cuenco con un agujero en un punto y una figura en cruz en el punto opuesto, tanto en el brazo vertical como en el horizontal de la cruz, se hicieron marcas de graduación y en la cara interna del cuenco, se fijaron tres marcas, que permiten definir una superficie plana paralela a un tubo hueco de observación, cuando el tubo atraviesa el agujero y el centro de la cruz. Gráfico 20: Herramientas de origen precolombino Chaquitaklla Porra de madera liuq’ana liuq’ana Huiso Huiso Lampa 24ȝ b) Herramientas modernas Actualmente las familias de las comunidades, también utilizan herramientas modernas, en combinación con las tradicionales, sobre todo en la construcción de taqanas y quillas. • Picota Es una herramienta que consta de un palo de un metro de largo, en su base lleva un hierro, plano en uno de sus lados y en el otro una punta afilada. Por lo general es utilizada para el roturamiento de la tierra, para la excavación y extracción de piedras utilizadas en la construcción de taqanas. La picota o azadón es utilizado por todas las familias de casi todas las comunidades andinas en sus diferentes actividades agrícolas y de construcción. • Pala Es otra herramienta comúnmente empleada por los agricultores y es un instrumento fabricado de metal, tiene forma de cuchara sujeta por un mango de madera de 80 cm, todas las familias tienen esta herramienta para el levantamiento y volteo de la tierra. • Combo Esta herramienta consta de un cuerpo pesado de metal en forma rectangular que en su parte media lleva introducido un madero de unos 60 cm de largo, que permite el uso por el hombre. Es utilizado para romper y acomodar las piedras, en la construcción del muro de las taqanas. • Carretilla Es una herramienta de menor uso en las comunidades campesinas, sirve para transportar materiales como tierra, piedras, cascajo y otros de un lugar a otro. Esta herramienta utilizada en la construcción de taqanas facilita el acarreo de materiales por una sola persona. 24Ȟ • Cernidor Esta herramienta es utilizada por las familias campesinas para cernir y separar la tierra y las gravas por tamaños y acondicionar la plataforma de cultivo. • Rastrillo El rastrillo es utilizado en las actividades agrícolas para la nivelación y emparejamiento de la tierra y para separar el cascajo sobre la superficie del cultivo. Esta herramienta está hecha de hierro fraccionado en forma de dientes doblados y sujeto a un palo largo para manipuleo por el hombre. • Cordel o lienzo El cordel consta de un hilo grueso manufacturado industrialmente, es utilizado para marcar y delinear desde un punto a otro, tanto el muro de las taqanas, así como la superficie de cultivo en la fase inicial de construcción, y en la culminación de las mismas. • Barreno o barreta Es una herramienta que se utiliza en las zonas andinas, para la reconstrucción y construcción de taqanas. Es una herramienta de forma lineal, constituida en su totalidad por una barra metálica resistente, presentando uno de sus extremos de forma plana y el otro extremo acabado en punta, es utilizado como palanca para acomodar las piedras en los muros de las taqanas. • Rocas de diferentes tamaños Se trata de rocas disponibles en la zona, preferentemente de naturaleza ígnea o metamórfica, por ser más resistentes a la meterorización física y química del ambiente, las rocas recomendables para levantar los muros de las taqanas son granito, cuarcita, gneiss, granodiorita, andesita y pizarra. 10.1.3.3. Fuente de energía Únicamente humana. 24ȟ 10.1.4. Consideraciones para un programa nacional de rehabilitación de terrazas precolombinas El principal sustento de un futuro programa de rehabilitación de terrazas de origen precolombino es esencialmente socio-cultural, porque tiene que ser propuesto por los propios comunarios para que sean ellos mismos, quienes generen su propio desarrollo, lo cual se espera para un mediano plazo, pues 500 años de impacto social, económico, político y cultural no se puede enmendar o remediar en unos cuantos años. El desarrollo rural del país requiere fundamentalmente de la autoconfianza de las comunidades, dar oportunidad a los técnicos locales y una decidida participación del Estado. En este contexto se debe destacar el interés de la mujer campesina por los proyectos de rehabilitación y construcción de terrazas y el desarrollo de su comunidad en general, tal como se evidenció en el proyecto PROMARENA. Las mujeres campesinas tienen ascendencia, espíritu de colaboración y de trabajo, que es múltiple dentro de la comunidad, porque conjugan tareas domésticas, familiares y de liderazgo con las faenas agropecuarias. Las comunidades tienen que ser los usuarios prioritarios de la rehabilitación de tierras y por lo tanto los beneficiarios directos de la rehabilitación de las terrazas ancestrales. Tienen que tener conciencia de las ventajas que representa la rehabilitación de terrazas y, por lo tanto, deben mostrar interés en que esta tarea sea realizada y, de ninguna manera, esta necesidad debe ser impuesta. También debe tomarse en cuenta consideraciones ecológicas y medio ambientales, sobre todo, las características agroecológicas de los diferentes pisos ecológicos donde se encuentran ubicadas las terrazas precolombinas. Se tiene que tomar en cuenta la influencia de la precipitación, temperatura, evapotranspiración, la orientación respecto al sol, pendiente de la ladera, tipo de suelo y disponibilidad de agua para riego. De acuerdo a las observaciones realizadas en Cohoni las terrazas precolombinas que están en uso presentan un buen estado de conservación y se encuentran en la parte media y baja de la cuenca, distribuidas en laderas desde los 2.400 a los 3.800 msnm. Al presente, todavía subyace en la memoria 24Ƞ colectiva de los comunarios un sistema de clasificación de ecosistemas que el CIDAT está investigando, razón por la cual no se presenta la denominación de zonas de vida convencional, frecuentemente utilizada por otros investigadores. Una consideración importante a tomar en cuenta es de orden económico, si bien por el nivel del presente estudio sólo se ha obtenido información económica preliminar relativa a los costos de rehabilitación de las terrazas, es posible establecer que los mismos serán menores que los que demande la construcción de terrazas nuevas. Los mayores costos residen en la reparación de los muros de piedra y en la reparación y limpieza de los canales de riego, todo ello dependiendo del estado en el que se encuentren estas infraestructuras. Muchas comunidades están capacitadas para proporcionar la dirección técnica y la mano de obra, y con un apoyo externo puntual, pueden habilitar fácilmente las tierras de los sistemas de terrazas precolombinas actualmente abandonadas. 10.2. Aprendizaje de experiencias en construcción de terrazas nuevas La construcción de terrazas nuevas se basa en el conocimiento popular de esta tecnología ancestral, aquella que es eficaz y orgánica frente a las necesidades del acceso del hombre a la naturaleza. Los comunarios previamente motivados recobran su memoria colectiva de construcción de taqanas y, lo más importante, vuelven a poner en prácticas esos conocimientos técnicos que paulatinamente permiten volver a utilizar las laderas de cerros antes improductivos, mediante la construcción de terrazas agrícolas productivas. a) El caso de ACLO-Potosí ACLO-Potosí, es una institución privada de desarrollo que trabajó en la microrregión de Potobamba, en Tuero-Saavedra, reporta que los comunarios muestran un interés creciente por los restos de sistemas de terracerías de origen precolombino a los que llaman chullpas o chullpa-tiquis. Los vestigios de sistemas antiguos de cultivos precolombinos abandonados se extienden en laderas empinadas en altitudes que van desde los 2.900 a los 3.500 msnm. En 24ȡ Vila Vila se observa un sistema de terrazas cortas con muros de piedra de 0.40 a 0.60 m de alto, con un ancho de plataforma de cultivo de 1 a 0.80 m. La institución impulsó un programa de manejo y mejoramiento de las bases productivas de la zona, con énfasis en la conservación de los suelos, mediante la construcción de terrazas, aplicando la minka como una forma de trabajo de reciprocidad andina, mediante la cual uno o varios comunarios prestan su trabajo de apoyo a otro, con la condición que éste les devuelva el apoyo en trabajo personal. Logros: Entre los años 1992 y 1995 se ha logrado proteger con terrazas de banco y terrazas de formación lenta 3,71 hectáreas de tierras agrícolas, con la construcción de 2.608,7 metros lineales de muros de piedra. Con el proyecto “Recuperación y estabilización de Bases Productivas” en un período de 6 meses habilitaron 4.2 hectáreas de tierras agrícolas con la construcción de terrazas, en esta superficie se incluye la superficie real recuperada con terrazas de banco y la superficie potencial que se refiere a las tierras habilitadas con terrazas de formación lenta, sumándose a ella, la porción de tierra ubicada en la parte superior de las terrazas de banco. Participaron 81 comunarios, con un promedio de habilitación de 515 m2 de terrazas por usuario, el impacto en términos de superficie agrícola habilitada en un tiempo tan corto alcanza a 173,55 m2 que aproximadamente hacen 17,4 hectáreas. Un 66% de las terrazas nuevas se han construido en suelos agrícolas en descanso, el restante 34% lo fueron en suelos vírgenes denominados localmente suelos purumas. 10.2.1. Metodología de construcción de taqanas nuevas El paisaje andino-amazónico presenta una topografía sumamente compleja y accidentada, en cualquier lugar y en un mismo paisaje se desarrollan infinidad de unidades fisiográficas y diferentes macro y micropaisajes. Esto significa que no existen grandes extensiones de tierras con pendientes uniformes aptas para la agricultura, sino extensiones reducidas, configurando un verdadero mosaico ecológico con un gran número de microclimas. Sus altitudes varían de los 1.000 a los 4.800 msnm, con pendientes mayores a 45º, constituyendo una topografía 24Ȣ que condiciona sólo la aplicación de cierto tipo de tecnologías. Por ello la comunidad tiene que designar el lugar y un determinado número de hectáreas de tierras de laderas para la construcción de las taqanas. • Criterios de ubicación del sitio de construcción La designación del sitio de construcción, tiene que tomar en cuenta ciertos criterios, tales como: - Orientación respecto al sol, que permita una acumulación de radiación e incida en el desarrollo óptimo de los cultivos en las taqanas. - Ubicación del lugar, que sea accesible y que cuente con materiales como piedra y suelos adecuados. - Pendiente, que determina la viabilidad o no de construir taqanas, ciertos lugares muy accidentados no son aptos para la construcción de nuevas taqanas porque su deterioro sería más rápido con el transcurso del tiempo. Los comunarios de las zonas alto andinas, agrupan y tipifican las pendientes de acuerdo a su inclinación y longitud, agrupándolas en cuatro categorías. a) Pendientes de 1 a 15%, baja o moderada, constituida por las parcelas que generalmente contienen terrazas cortas naturales o construidas por el hombre y se ubican en los conos de deyección de las quebradas y en lomadas y llanuras. b) Pendiente de 15 hasta 50%, incluye todas aquellas parcelas ubicadas en las laderas cuya pendiente no es muy pronunciada y los comunarios puede realizar la labranza del suelo, con mediana a alta dificultad. c) Pendientes mayores a 50%, ubicadas en las laderas de montañas muy empinadas, presentando serias dificultan para la labranza, no es posible hacer surcos o curvas de nivel, por ello los aporques se realizan usando únicamente herramientas manuales. Cuando las lluvias son muy intensas estos suelos son afectados por erosión laminar, en surcos y cárcavas. d) Pendientes cercanas y mayores a 100%, que únicamente pueden utilizarse con medidas de conservación de suelos, tales como taqanas y chullpa tirquis, y en casos extremos son lugares destinados sólo como protección y reservas. 24ȣ - Las taqanas técnicamente bien diseñadas y construidas permiten el escurrimiento superficial del agua, evacuando el exceso hídrico hacia otras taqanas. La modificación de la pendiente de las laderas con el terraceo, permite un buen diálogo con el riego o con la lluvia, logrando que el suelo se conserve en buen estado y el microclima mejore y sea más benigno. 10.2.2. Técnica de construcción de taqanas nuevas Una vez definido el sitio para la construcción de taqanas, elegidos los responsables del trabajo y definidas las tareas específicas, los kamanakas o guías forman grupos de trabajo, en base a criterios de afinidad, parentesco y compadrazgo, dando inicio a las labores de construcción; previamente se realiza el ritual de agradecimiento y ofrenda a la Pachamama. 1. El trabajo se inicia con la excavación y amontonamiento de la piedra y la tierra, tarea que es realizada por el grupo, que además tiene que realizar el desmonte de la pendiente, requiriéndose la participación de los varones mayores de edad; la excavación de la tierra y separación de las piedras, se realiza con una técnica sencilla, que consiste en aflojar la tierra y aflojar las piedras, utilizando herramientas como la chaquitaklla, picota y barreno. 2.Clasificación y separación de las piedras por tamaño, y su traslado al sitio de construcción de los muros, utilizando andadillas y carretillas. Acarreo de la tierra, con participación de comunarios de ambos sexos incluyendo los niños. 3.Construcción del muro, con el trazado del cimiento y la nivelación de la superficie utilizando el nivel en “A”, siendo necesario colocar un hilo guía para la colocación en la base de las piedras más grandes, y luego levantar el muro acomodando las piedras con la ayuda de los barrenos y a golpes de combo se asienta y nivela las piedras, quedando firmemente unas sobre otras, formándose el muro de contención. 24Ȥ 4.Relleno del muro y nivelación de la plataforma de cultivo, se debe rellenar los hoyos que quedan entre el suelo y el muro en construcción con mucho cuidado, incorporando una capa de grava en el fondo, para regular la evacuación de las aguas de lluvias en exceso hacia las capas inferiores de la plataforma de cultivo, evitándose el encharcamiento y saturación de agua, que provocaría la desestabilización y derrumbe de las taqanas. 5.Finalmente se realiza el acondicionamiento de la tierra de cultivo con abono y la nivelación de la plataforma de cultivo; la capa cultivable debe ser de la mejor tierra previamente escogida y libre de materiales gruesos, para que reciba a las semillas y proporcione los nutrientes requeridos para lograr una buena cosecha. 11. Plan de manejo y conservación de taqanas Las taqanas son estructuras que requieren cuidados y mantenimiento permanente, para conservar sus características y propiedades, de manera que se eviten los riesgos de desestabilización y derrumbes de los muros de contención y se controle la erosión del suelo provocada por lluvias excesivas y por acción antrópica. Es necesario que los miembros de la comunidad asuman el compromiso de participación en los trabajos de mantenimiento y conservación de las taqanas. 11.1. Organización comunal para el mantenimiento de las taqanas El momento de realizar los trabajos de mantenimiento de las taqanas es definido por acuerdo y decisión comunal, porque es a este nivel que se deciden y coordinan las tareas, así como se definen las qapanas a cultivar en el año. Cada familia asume de modo responsable e independiente el trabajo de limpieza y refacción de los muros, reparación de canales y conductos de drenaje, y el arreglo de la plataforma de las taqanas. Los miembros de la comunidad, saben 2 Ƞț por experiencia el modo de realizar el trabajo de mantenimiento de las taqanas y el tiempo que se requiere para ello. 11.2. Distribución del tiempo para el mantenimiento de las taqanas El calendario para el mantenimiento de las taqanas no es rígido y depende de cada comunidad. Se toma en cuenta la rotación de las qapanas y el estado en que se encuentran las taqanas, porque pueden ser constantemente afectados por factores naturales como lluvias, granizadas, vientos y heladas, y factores antrópicos como el excesivo uso de las terrazas y por los animales que provocan daños y perjuicios tanto en los muros como en la plataforma de cultivo. En el caso de la comunidad de Chacarapi, que cuenta con siete qapanas, se cultiva una qapana por año, por lo que cada qapana queda en descanso por seis años; la siembra en la taqanas de la qapana seleccionada se realiza en los meses de septiembre y octubre y se cosecha entre abril y mayo del siguiente año, paralelamente, en el mes de febrero se realiza el mantenimiento de las taqanas de la qapana a cultivar en la siguiente campaña, con la remoción de la tierra y la extracción de las piedras del suelo, utilizando la chaquitaclla y la refacción de los muros, nivelación de las plataformas y labranza de la tierra conformando surcos entrecruzados y camellones, quedando listos para la siembra que se realiza en septiembre; entre tanto, en los meses de junio y julio se realiza la selección de semillas de oca, papa, papalisa, isaño y papa Luque; en agosto los mayores interpretan los indicadores astronómicos, botánicos y zoológicos y pronostican si las siembras son adelantadas o atrasadas, y presagian en qué sectores de tierras altas o de valle se esperan mejores cosechas y por lo tanto hay que cultivar más. Del 12 al 15 de septiembre se realiza la ceremonia ritual y cultural lu´jchi de pago a la Pachamama, para que se tenga buena cosecha y que las energías cósmicas ayuden a tener un buen año, dándose inicio a las siembras. 25Ȝ 11.3. Períodos de trabajo de mantenimiento de las taqanas El mantenimiento que se da a las taqanas en la zona andina, considera dos épocas o momentos: 11.3.1.Inicio de la estación de lluvias Al inicio de la época de lluvias de septiembre a octubre, las familias realizan la refacción del muro de contención, así como la limpieza general; la refacción y limpieza, de las partes caídas del muro se realiza mediante el recojo y devolución a su lugar pero de una forma más segura, permitiendo así una mejor estabilización. Esta actividad se asocia con las labores culturales de preparación del terreno y la siembra, que incluye el desterroneo y mullido del suelo, apareciendo piedras de diferentes tamaños que son recogidas y llevadas hacia el perímetro del muro, para luego ser acomodadas unas sobre otras. Durante el deshierbe, aporques y cosecha se recolectan las piedras provenientes de derrumbes o de daños causados por los animales, se recogen y colocan en el lugar adecuado del muro de contención. 11.3.2. En la época seca Se puede realizar un mantenimiento constante, porque al ser recolectadas todas las cosechas y dejar en descanso los terrenos, hasta la época de lluvia, se posibilita un reacomodo de toda la estructura. Es recomendable realizar el mantenimiento de las taqanas al finalizar el ciclo agrícola, porque además se cuenta con el tiempo necesario para planificar el arreglo de los sitios dañados durante el ciclo de la producción. 25ȝ Conclusiones • Las terrazas precolombinas de Bolivia llamadas taqanas, quillas y chullpatirquis formaron parte del impresionante sistema de alternativas tecnológicas, concebidas para enfrentar los riesgos climáticos y para el manejo y preservación de los suelos de alta montaña. Forman parte de las terrazas más antiguas que fueron construidas en la cordillera de los Andes, constituyendo parte de un sistema agroecológico creado y recreado por las culturas andinas y amazónicas en un contexto de relación armoniosa con la naturaleza, posibilitando la preservación del medio ambiente, facilitando el acceso a los diferentes y variados sistemas ecológicos, y garantizando la seguridad y soberanía alimentaria de la población. • Una pregunta que siempre estuvo presente en el trabajo de campo de esta investigación fue ¿Cuál sería el nivel de preparación y de estudios básicos necesarios para diseñar el conjunto de terrazas o taqanas, obras hidráulicas y otras de desarrollo agrícola que se observan en diversas zonas del país, particularmente en Yanacachi y en Cohoni? Resultando difícil establecer que esto fuera posible con el saber científico y técnico actual; mucho más difícil es imaginar que esto fuera posible sin estos conocimientos. • Las culturas andino-amazónicas, sin utilizar fórmulas y modelos hidráulicos, maquinaria, fotografías aéreas, imágenes satelitales, laboratorios, modelos matemáticos convencionales, accedieron racional y ecológicamente a los recursos naturales, construyendo infraestructura productiva en lugares calificados actualmente como inaccesibles o de protección. La importancia de inventariar, recuperar y reconstituir los sistemas de producción de terrazas ancestrales y de otras alternativas tecnológicas de larga data, es igual a las generadas por los sistemas tecnológicos modernos; pero las primeras tienen la gran ventaja de utilizar materiales locales y estar sustentadas por cientos de años de aplicación en diversos agroecosistemas del país. • A nivel nacional, la superficie total de terrazas precolombinas se estima en 650.000 hectáreas,, incluyéndose las terrazas en uso actual, las que están en descanso y aquellas abandonadas y en diverso estado de deterioro. La mayor concentración de terrazas ancestrales se localiza en aquellas zonas andino25Ȟ • • • • • amazónicas del país que en el pasado precolombino fueron escenarios de una intensa actividad cultural y productiva. En el departamento de La Paz es donde se han realizado los mayores estudios de reconocimiento, calculándose una superficie de terrazas precolombinas mayor a las 230.000 hectáreas, de las cuales solo un 25% está en uso, el 75% restante presenta muchas posibilidades para su recuperación y reinserción al sistema productivo actual. La actual superficie bajo cultivo del país estimada en 2.374.605 hectáreas que incluye cultivos no industriales e industriales y tierras en descanso, podría incrementarse en un 25% si sólo se recuperara el 70% del total de las terrazas precolombinas abandonadas en diferentes ecosistemas, con la ventaja de garantizar una sostenibilidad productiva y la preservación de los suelos. Las terrazas precolombinas del país, presentan una gran heterogeneidad en formas, modalidades de construcción y usos, por lo que para facilitar su estudio y sistematización se ha propuesto un sistema de clasificación de terrazas precolombinas, que ha permitido la identificación inicial de 38 tipos de terrazas agrícolas. Un tipo importante de terraza precolombina presente en el país, lo constituyen las quillas, que presentan peculiaridades propias y que fueron utilizadas ancestralmente para el cultivo de la coca, tienen la forma de escalones cortos y angostos; su modalidad de construcción con muros de rocas laminares estables y sólidas, garantizó la conservación de los suelos y el manejo del agua en pendientes muy abruptas. Estas quillas fueron construidas ancestralmente en extensas áreas de los Yungas del departamento de La Paz. El área de estudio en los Yungas de La Paz, que abarca las subcuencas de los ríos Unduavi y Takesi en la tercera sección de la provincia Sud Yungas del departamento de La Paz, presenta una superficie cubierta con taqanas y quillas, en uso, en descanso y abandonadas de 4.378 hectáreas de las cuales 714.5 hectáreas corresponden a taqanas y 3.663,5 hectáreas a quillas. De esta superficie están en uso solamente el 15,8% entre taqanas y quillas, correspondiendo a las taqanas el 12,7% (559.5 has) y el restante 3,1% a las quillas que hacen un total de 133.5 has. La mayor superficie de quillas corresponde a aquellas abandonas, que representan el 80,6% equivalente a 25ȟ 3.530 hectáreas; la superficie de taqanas y quillas con posibilidades de recuperación, alcanza a 1.956 hectáreas, correspondiendo 555 hectáreas a taqanas y 1.435 hectáreas a quillas recuperables. • La zona de estudio de los valles interandinos, correspondiente al cantón Cohoni, de la primera sección de Palca, provincia Murillo, departamento de La Paz, presenta una superficie total de terrazas precolombinas de 9.126 hectáreas, incluyéndose terrazas en uso, en descanso y abandonadas con distinto grado de deterioro, localizadas en cinco subcuencas que conforman el sistema hidráulico precolombino del Illimani. De la superficie total, solamente se utiliza el 21% que equivale a 1.923 hectáreas que cuentan con riego del sistema hidráulico precolombino que aprovecha los deshielos del Illimani. Las taqanas en descanso y aquellas abandonadas representan el 79% con una superficie aproximada de 7.203 hectáreas. Se puede rehabilitar un 53% que equivale a 4.835 hectáreas con lo cual se podría incrementar el área bajo cultivo a 6.758 hectáreas de terrazas agrícolas. • Los pobladores de Cohoni han heredado una concepción cultural muy arraigada que relaciona el culto al agua, su crianza y la disponibilidad de este recurso bajo condiciones de estricta reciprocidad. El sistema hidráulico precolombino aprovecha los deshielos del Illimani y cuenta con cinco subsistemas con tomas ancestrales. Los caudales de riego de los canales oscilan entre 40 a 180 l/seg con tiempos de riego que varían de 4 a 8 horas, así como profundidades de lámina de riego entre 20 y 30 cm en cabecera de surco y 30 a 50 cm al final del surco. La siembra de las terrazas se efectúa en surcos perpendiculares a la pendiente, ordenados en composturas que facilitan el riego de los cultivos. • El abandono y destrucción de las taqanas y quillas, está determinado por factores naturales y por la intervención del hombre. Los primeros están relacionados con los procesos geodinámicos internos y externos propios de la corteza terrestre, que han modelado el paisaje natural a la vez que destruyen las modificaciones artificiales; el hombre con sus actividades socio-económicas y culturales, también es un factor contraproducente, con la práctica indiscriminada del chaqueo y la agricultura migratoria, la introducción de pastos exóticos que devinieron en malezas altamente 25Ƞ agresivas, la introducción de ganado exótico, tenencia de la tierra, los cambios de los patrones de cultivo y la migración definitiva y temporal que en las últimas décadas se acentuó como un fenómeno social alarmante. • En el país se están generando valiosas experiencias de reconstrucción y construcción de terrazas precolombinas, llevadas a cabo por proyectos estatales caso PROMARENA, organizaciones privadas de desarrollo, caso UNITAS, y las universidades del país, que son importantes avances en el proceso de enriquecimiento de los recursos metodológicos y técnicos necesarios, para una aproximación con mayor realismo a las tecnologías andino-amazónicas; especialmente para impulsar un proceso de rehabilitación de las terrazas precolombinas sobre bases científicas sólidas, para su vigencia en el nuevo escenario de cambio que plantea la realidad del país. Recomendaciones • Las posibilidades de incrementar la frontera agrícola actual del país son restringidas, sin embargo la política de incremento de la producción no debiera basarse sólo en el aumento de áreas de cultivo y en la introducción de paquetes tecnológicos generados en latitudes y altitudes diferentes a las del país, sino también en recuperar y utilizar tecnologías andino-amazónicas tales como las terrazas agrícolas, que por siglos se practicaron en diversos agroecosistemas del país. • Es necesario propiciar un programa nacional de recuperación de terrazas precolombinas, que se encargue de inventariar, caracterizar, describir y establecer el estado de su situación; así mismo, que fomente la realización de proyectos regionales de rehabilitación que incorporen proyectos de investigación, de validación, de evaluación, promoción y transferencia de conocimientos y tecnología con la participación plena de las comunidades. • Sobre la base del estudio realizado, se recomienda su proyección hacia otras áreas del país, para profundizar el nivel de estudio de manera de contar con información sobre las características de las terrazas de una determinada zona, su extensión, su estado de conservación y sus posibilidades de recuperación. 25ȡ • Los resultados del presente estudio, sobre todo de las subcuencas de Yanacachi en los Yungas y Cohoni en los valles interandinos, establecen la viabilidad de su rehabilitación, no sólo en estas áreas, sino en todo el país, verificándose que puede constituir una alternativa de interés en relación a la habilitación de tierras para ampliar las áreas productivas, bajo un concepto de sostenibilidad. Es necesario considerar criterios de orden cultural, ecológico, socio-económico y de participación efectiva de los comunarios, tanto en la toma de decisiones sobre la recuperación de las taqanas, quillas y chullpa-tirquis, como en el plan de uso, manejo y mantenimiento de las terrazas. • En muchas zonas con terrazas precolombinas se hace necesario evaluar, inventariar y caracterizar los sistemas hidráulicos que estuvieron asociados a la producción bajo riego en las terrazas, que permitan su rehabilitación, ampliación y mejoramiento. • Se recomienda un estudio económico para establecer los costos reales y los costos sombra de la rehabilitación de las terrazas, también se debe tomar en cuenta no sólo el costo/beneficio económico, sino también el costo/beneficio social y ecológico. • Es necesario que las universidades, los centros de investigación y las organizaciones privadas de desarrollo, apoyen la realización de investigaciones multidisciplinarias orientadas a la recuperación de las terrazas pre-colombinas, así como de sus sistemas de producción: abonamiento, rotación de cultivos, labranza, riego parcelario y otros. 25Ȣ Bibliografía ALBÓ, Xavier et al (1989) “Para comprender las culturas rurales de Bolivia”, 1ª edición, HISBOL, La Paz, Bolivia. 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WIÑAYMARCA (1994) “Programa de Rehabilitación de taqanas” Informe técnico, La Paz, Bolivia. 26Ȟ TERCERA PARTE EL PROMARENA y la revalorización de conocimientos locales Antecedentes El Proyecto de Manejo de Recursos Naturales PROMARENA es un proyecto del Estado boliviano y está regido por Ley de la República Nº 2326 de 01 de febrero de 2002 y Convenio de Préstamo 540-BO entre la República de Bolivia y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola-FIDA, depende del Ministerio de Planificación de Desarrollo. Es un proyecto dirigido a las comunidades excluidas de municipios calificados por el mapa de pobreza del país como extremadamente pobres. Inició sus operaciones el año 2004 atravesando una serie de situaciones críticas, el año 2005 logró adecuar el accionar del proyecto a la normativa nacional y los resultados técnicos y sociales comenzaron a ser tangibles desde el año 2006. A mediados del año 2007, la visión, misión y objetivos estratégicos se reajustaron y adecuaron al nuevo escenario nacional y el año 2008, con los resultados logrados, consolida su metodología de trabajo, ocurriendo un proceso paulatino de apropiación por otros proyectos y programas de desarrollo rural, e incluso es tomado en cuenta por las nuevas políticas y estrategias estatales. 1. Marco institucional y metodológico del PROMARENA A mediados de la gestión 2007, la visión del PROMARENA se encamina a constituirse en la “Institución líder que contribuye a la reducción de la pobreza para vivir bien”. Su misión “Mejorar la calidad de vida de las familias rurales”. Su objetivo “Reducción de la pobreza rural a través de la reversión de los procesos de desertificación y mejorar los ingresos de las comunidades campesinas e 26ȟ indígenas del área rural, a partir de la planificación estratégica comunitaria, la movilización de capacidades locales y la transferencia de recursos financieros en concordancia con los Pilares del Plan Nacional de Desarrollo”. El PROMARENA se ejecuta mediante dos componentes: Manejo de Recursos Naturales y Servicios Rurales no Financieros. El ingreso de las comunidades al proyecto es por demanda, es decir, por voluntad propia y, aquellas que cumplan con los requisitos, firman convenios y contratos con el PROMARENA, habilitándose para recibir semestralmente la transferencia de fondos financieros en su cuenta comunal. Estos recursos son destinados a la contratación y pago de los técnicos capacitadores de los concursos familiares, realización de pasantías regionales y para el fondo del pago mensual de los promotores zonales. El primer fondo comunal es transferido a la firma del contrato y los subsiguientes a la presentación de los descargos y conformidad con el uso correcto de los fondos. 1.1. Componente manejo de recursos naturales Promueve la participación de las familias campesinas, hombres y mujeres en el manejo racional y la preservación de los recursos naturales para las futuras generaciones, a través de la revalorización de conocimientos locales y la introducción de innovaciones tecnológicas, con la finalidad de incrementar el valor patrimonial de sus propiedades. Este componente tiene por objetivos: Promover el manejo de los Recursos Naturales en los predios de las familias campesinas a través del auspicio de concursos intercomunales, concursos interfamiliares, concursos de mujeres, concursos escolares y concursos especiales. Propiciar el desarrollo autónomo de las comunidades mediante la transferencia de fondos económicos para el manejo racional de los recursos naturales. 26Ƞ 1.2. Componente de servicios rurales no financieros Su finalidad es atender y satisfacer la demanda de asistencia técnica para resolver problemas productivos, de gestión, transformación y comercialización de productos, mediante la transferencia de recursos financieros a Grupos de Emprendedores de Negocios (GEN), previa aprobación de sus Propuestas de Negocios (PRONE). El Grupo emprendedor perteneciente a una comunidad que tiene convenio y contrato con el proyecto es responsable de la definición del servicio de asistencia técnica, de la contratación del Oferente Técnico y de la conducción y evaluación de las actividades de la asistencia técnica. El objetivo de este servicio es facilitar el acceso de los productores campesinos a los Servicios de Asistencia Técnica para mejorar sus negocios rurales e incrementar sus ingresos. Se financia la asistencia técnica de negocios con identidad cultural, en rubros multisectoriales, turismo, artesanía, cultura, valor agregado, manejo de cuencas, complejos agroproductivos que incluyan los rubros de producción agrícola, producción de semillas, fruticultura, artesanía de tejidos, cerámica, piscicultura, apicultura, producción pecuaria, ganadería de camélidos, bovinos, porcinos y ovinos, ecoturismo vivencial, priorizándose las actividades de transformación y comercialización. La solicitud de asistencia técnica se presenta en un formulario, junto con todos los requisitos, que son sometidos a una evaluación de gabinete y evaluación de campo. Si la propuesta es viable pasa a su aprobación en el Comité de Aprobación de Propuestas, integrado por representantes de la sociedad civil. El Grupo emprendedor, juntamente con su técnico, defiende y explica su propuesta. El financiamiento aprobado y otorgado al grupo de emprendedores es exclusivamente para pagar el servicio de asistencia técnica. 26ȡ 1.3. Actividades transversales El proyecto realiza actividades que son transversales a los dos componentes principales, siendo importantes para la sostenibilidad de las acciones comunales y municipales. 1.3.1. Rutas de aprendizaje Las rutas de aprendizaje constituyen una actividad fundamental de capacitación e intercambio de experiencias entre grupos organizados de usuarios y técnicos que participan en el PROMARENA, con viajes a proyectos de desarrollo rural de otros países como Perú, Ecuador, Colombia, Chile y Argentina. Los participantes en las rutas de aprendizaje tienen la obligación de socializar sus experiencias en talleres comunales y municipales, así mismo mantener contacto con los monitores de la ruta, informando sobre la aplicación de su aprendizaje en el desarrollo de sus proyectos comunales. 1.3.2. Pasantías de intercambio de campesino a campesino También se realizan pasantías como eventos de capacitación e intercambio de experiencias, que incluyen viajes de grupos organizados a comunidades y centros productivos del país y del exterior, con la finalidad de “aprender viendo y haciendo”, y lograr que los pasantes se animen a emprender acciones integrales en manejo de recursos naturales y negocios rurales, así mismo, que repliquen y mejoren los proyectos y actividades que desarrollan en sus propias comunidades. El intercambio horizontal y diálogo entre productores campesinos con realidades y aspiraciones similares, genera en los pasantes un aprendizaje vivencial, pero también los anfitriones reciben lecciones y experiencias; tal es el caso de comunidades nuevas que comienzan sus actividades con el proyecto y las comunidades más avanzadas y desarrolladas. 26Ȣ 1.3.3. Formación de recursos humanos La formación de recursos humanos ocurre como un proceso continuo, principalmente con la formación y capacitación de promotores, jurados y técnicos locales. Los promotores zonales son los responsables de la articulación de las comunidades de un grupo zonal con el proyecto, con las funciones de apoyar y animar la participación de los usuarios en las actividades del proyecto, en la elaboración de informes, descargos y la realización de concursos y negocios rurales. Los recursos humanos locales formados y capacitados por el PROMARENA, son importantes para la sostenibilidad de las acciones del proyecto, así como para la ejecución de otros proyectos de desarrollo rural. 1.3.4. Ferias y ruedas de negocios El Proyecto promociona y financia la organización y participación en ferias locales, regionales y nacionales, y el intercambio de experiencias y ruedas de negocios entre productores, clientes y empresarios. Las ferias locales y regionales, expo-ferias, ruedas de negocios y otros eventos permiten a los emprendedores de negocios mostrar sus productos y comercializarlos, así como también viabiliza el intercambio de experiencias y el aprendizaje horizontal con otros productores, sobre todo, en comercialización y marketing. 1.3.5. Mujer rural La visibilización del rol de la mujer campesina, se realiza mediante el reconocimiento y difusión de sus iniciativas productivas familiares y comunales, sus negocios y emprendimientos a favor de la familia, propiciando su participación en concursos regionales, nacionales y en concursos de mujeres de alcance internacional. 26ȣ 1.3.6. Lucha contra la desertificación Apoyo a la lucha contra la desertificación, como una contribución al conocimiento del proceso de desertificación en Bolivia y de la tecnología desarrollada para combatir la degradación en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas. Más allá del discurso, el PROMARENA realiza en las comunidades rurales acciones concretas de manejo y conservación de suelos, aguas y vegetación, tales como reforestación masiva, rehabilitación y construcción de terrazas agrícolas, manejo integral de microcuencas, recuperación de praderas, cosecha de lluvias, control de cárcavas, educación ambiental en las unidades educativas, revalorización de conocimientos ancestrales y otras acciones. 1.3.7. Campaña de plantación de millones de árboles La campaña de “Plantación de un millón de árboles”, ejecutada el año 200Ȥ, constituye un objetivo estratégico que está relacionado con el propósito nacional y mundial de preservación del medio ambiente y la adecuación al cambio climático, la producción de oxígeno y, además, en el ámbito regional, con la calidad de vida, adecuación del paisaje, mejora del ornato, conservación de los suelos y el agua. La utilidad de una plantación forestal no sólo es económica, sino también por el valor agregado que aporta a la conservación de los recursos suelos y agua, la industria, medicina, flora, fauna, hábitat y otros rubros productivos. 1.3.8. Investigación en manejo de terrazas agrícolas El manejo de terrazas agrícolas, diseñada inicialmente para la investigación y catastro del Centro Arqueológico de “Pasto Grande” y su área de influencia, con los ajustes respectivos se avanzó en la sistematización de procedimientos técnicos de reconstrucción y manejo de terrazas precolombinas. 26Ȥ 1.3.9. Promoción de crecimiento comunitario-desnutrición crónica Apoyo a la disminución de la desnutrición crónica, con el propósito es coadyuvar a los esfuerzos del estado, para disminuir el nivel de desnutrición crónica de los niños de las comunidades rurales. Se seleccionó al Municipio de Luribay, provincia Larecaja, departamento de La Paz, ejecutándose el proyecto de Promoción del Crecimiento Comunitario (PCC). 2. Cobertura del PROMARENA El PROMARENA es un proyecto de alcance nacional que, año tras año, amplía su cobertura de atención a las comunidades más necesitadas de apoyo para su desarrollo, ubicándose en La Paz, Cochabamba, Tarija, Chuquisaca y Santa Cruz. Su experiencia está siendo recogida por otros proyectos y programas públicos relacionados con la lucha contra la pobreza, la desertificación de los suelos y el manejo racional de los recursos naturales. 2.1. Cobertura nacional El proyecto cuenta con cuatro Unidades Técnicas Locales (UTLs), que mediante convenios con los municipios trabajan con las comunidades que demandan su participación; su distribución y cobertura es la siguiente: 2 Ȣț Cuadro 20: Distribución de las UTLs y cobertura de atención Nº Nº GRUPOS Nº Nº MUNICIPIOS ZONALES COMUNID. Valles Interandinos La Paz 21 70 Chaco Tarijeño Chuquisaqueño 9 Valles Altos Cochabamba Norte Integrado Santa Cruz UTL FAMILIAS MUJERES PARTICIP. HOMBRES PARTICIP. 469 6.225 2.490 3.735 29 175 2.174 1.099 1.075 10 35 222 5.376 1.005 4.371 8 25 120 1.400 589 811 FUENTE: Unidad de Seguimiento UEA-PROMARENA, enero 2009. 2.2. Cobertura de la UTL-Valles Interandinos La Paz El ámbito de trabajo de la UTL-VIA La Paz corresponde a comunidades del altiplano, valles interandinos y yungas del departamento de La Paz, y que se ubican en nueve provincias: Bautista Saavedra, Franz Tamayo, Eliodoro Camacho, Idelfonso de las Muñecas, Omasuyos, Larecaja, José Ramón de Loayza, Inquisivi y Sud Yungas. Los municipios en los que se desarrolla el proyecto son 21: Aucapata, Ayata, Combaya, Curva, Charazani, Mocomoco, Pelechuco, Quiabaya, Sorata, Luribay, Sapahaqui, Palos Blancos, Tipuani, Teoponte, Guanay, Achacachi, Cajuata, Licoma, Quime y Colquiri, consolidándose la participación de 469 comunidades. 27Ȝ Cuadro 21: Ámbito de trabajo UTL- VIA La Paz DEPARTAMENTO km2/ PROVINCIA MUNICIPIO Nº COMUNIDADES Municipio Bautista Saavedra Charazani 35 1.616 Curva 8 630 Aucapata 25 1.181 Ayata 14 1.229 Chuma 50 2.555 Mocomoco 61 412 Sorata 32 1.430 Combaya 8 116 Quiabaya 22 294 Teoponte 29 1.550 Tipuani 5 120 Guanay 7 118 Franz Tamayo Pelechuco 21 1.020 Omasuyos Achacachi 4 1.280 Luribay 29 825 Sapahaqui 36 430 Palos Blancos 29 1.600 Cajuata 6 230 Licoma 6 184 Quime 10 278 Colquiri 32 980 21 Municipios 469 Comunidades 18.078 km2 * Muñecas Camacho Larecaja La Paz Loayza Sud Yungas Inquisivi TOTAL 9 Provincias * Dato aproximado Fuente: UTL-Vía La Paz PROMARENA, enero 2009. 27ȝ 3. Los concursos y la revalorización de los conocimientos locales UTL- Valles Interandinos y Yungas La Paz La metodología de trabajo del PROMARENA consiste en la movilización de las comunidades para manejar racionalmente los recursos naturales e incrementar el valor de sus activos patrimoniales, mediante la revalorización de sus conocimientos locales y la introducción de innovaciones tecnológicas. Se basa en un sistema de concursos denominados Pachamama Kausay que significa “La madre tierra es vida”, con una competencia entre comunidades y entre familias y la entrega de incentivos diferenciados de acuerdo al trabajo y resultados logrados por las comunidades participantes, con la condición de que en la calificación superen las metas mínimas establecidas. La democratización de los incentivos, con la premiación de todas las comunidades que superen las metas mínimas, tiene por finalidad animar y alentar su participación, entendiéndose que “el premio es un incentivo por el trabajo realizado en favor de la comunidad misma y de la familia”. De acuerdo a los resultados del concurso, se establece un incentivo económico para comunidades y familias, acorde al trabajo realizado y al cumplimiento de metas mínimas. El trabajo realizado por ellos y para ellos mismos, posibilita la revalorización de sus activos y el manejo apropiado de los recursos naturales. El incentivo que se entrega no constituye un pago en efectivo, porque es mínimo y no alcanza a cubrir los jornales que emplea la familia y la comunidad en la construcción de sus obras físicas; pero este pequeño incentivo resulta un poderoso aliciente para movilizar capacidades locales, animar al trabajo y visualizar a los líderes comunales. Un concurso del PROMARENA tiene similitud con lo que ofrece la vida comunal, por ejemplo, el cargo de Jilakata (autoridad comunal) es el premio que se gana si se cumple con los requisitos y si se demuestra trabajo a favor de la comunidad. En el concurso de construcción de terrazas agrícolas, por ejemplo, la comunidad y la familia participan y construyen sus terrazas. Con estas estructuras, la tierra de las laderas se valoriza y se incrementa los cultivos y rendi27Ȟ mientos, la tierra se conserva y el proyecto, al concluir, no se lleva nada, ni una piedra. La familia tiene “su terraza” y la cultiva y maneja porque primero está su seguridad alimentaria. ¿Acaso esto no es sostenibilidad?. Así mismo, las comunidades tienen la posibilidad de ejercitar el control social, verificando el trabajo realizado por ellas mismas. En conclusión, el incentivo es un aliciente para el trabajo y depende de su forma de uso, siendo evidente que en muchos casos existe la necesidad de adecuarlo a la realidad de las comunidades. Esto sólo se logra cuando comunidades y técnicos están juntos en el campo “hombro a hombro y codo a codo” definiendo y decidiendo las mejores soluciones. El concurso inicial “Diagnóstico y Propuestas de Desarrollo Comunal” consiste en que cada comunidad realiza su autodiagnóstico, utilizando como herramientas los mapas parlantes, reflejando en ellos su pasado, su situación actual y su deseo futuro de desarrollo como comunidad. Complementan el autodiagnóstico con su propuesta de desarrollo comunal a ejecutar a corto, mediando y largo plazo. El PROMARENA apoya con un Consultor de Gestión externo que organiza y capacita a cada una de las comunidades. El producto se constituye en una línea de base realizada por las propias comunidades. Los siguientes concursos comunales y familiares consisten en la realización de trabajos físicos, previo consenso y acuerdo con las comunidades, en obras integrales de manejo y conservación de suelos, manejo y conservación de aguas, manejo y conservación de la cobertura vegetal, producción agrícola, manejo de ganado y otras actividades inherentes a los recursos naturales. En el caso de la UTL-La Paz, se ha ejercitado una planificación secuencial de concursos integrales que se presentan en el diagrama adjunto. El proyecto difunde los concursos mediante afiches y la entrega anticipada de las bases donde se consigna los requisitos de participación, los trabajos a realizar, los criterios de calificación, las metas mínimas a cumplir para aspirar a un premio o incentivo, y el calendario de inicio y culminación del concurso. Así mismo, el PROMARENA financia un consultor externo especialista en el tema del concurso, que en calidad de Asistente Visitante, organiza, capacita, hace seguimiento y califica a cada una de las comunidades. También se programa y realiza concursos familiares, concursos de mujeres, concursos escolares y concursos especiales. 27ȟ TESTIMONIO FOTOGRÁFICO - PROMARENA Terrazas construidas en la comunidad Lampayani, municipio de Quiabaya. Terrazas precolombinas de Patacusi, cantón Tajan, municipio de Mocomoco. Comunarios de Ilave, planifican la recuperación de sus infraestructuras que recibieron de herencia de sus antepasado. 27Ƞ 27ȡ Terraza construída en ladera muy empinada, Comunidad Inca Roca. Habilitación de laderas con la construcción de terrazas agrícolas, comunidad Challapata. La mujer cumple un rol importante en la siembra y manejo de las terrazas agrícolas, Amarete. 27Ȣ 3.1. Resultados UTL-Valles Interandinos y Yungas La Paz El PROMARENA, mediante sus UTLs, recoge las iniciativas comunales del autodiagnóstico y Plan de Desarrollo comunal y, en consenso con las comunidades integrantes de un grupo zonal1, organiza y ejecuta los concursos en temas relacionados con el manejo de los recursos naturales, por ejemplo, terrazas agrícolas en valles, recuperación de praderas naturales en altiplano, reforestación, control de cárcavas, elaboración y producción de abonos orgánicos y muchas otras actividades. Por estar ligada a la temática del presente libro, se tomó como referencia las actividades y trabajos en construcción y reconstrucción de terrazas agrícolas, control de cárcavas, cosecha de lluvias, reforestación y producción de abonos orgánicos, realizadas por las comunidades y familias participantes en la UTL-VIA La Paz, en las gestiones 2006, 2007 y 2008. En el altiplano, se destaca la recuperación de 1.250 hectáreas de praderas naturales y la producción y conservación de forrajes y en los Yungas la producción de 280.000 plantines de cacao, con la plantación inicial de 112.000 plantas injertadas, en sistemas agroforestales ocupando una superficie de 180 hectáreas, acompañada de acciones para la reconstitución de los bosques subtropicales. En los valles interandinos de La Paz, como resultado tangible del trabajo comunal y familiar, se tiene la construcción y rehabilitación de un total de 308,16 hectáreas, de las cuales 122,27 hectáreas corresponde a terrazas construidas lo que representa el 40% del total, incluyéndose 122.284 m3 de muros de contención de piedra, la rehabilitación en qapanas de 101.91 hectáreas de terrazas precolombinas y antiguas representando el 33% y la construcción de 83,98 hectáreas de terrazas de formación lenta que constituyen el 27%. En el cuadro se presenta el detalle por gestiones. 1 Un Grupo Zonal está conformado por seis a ocho comunidades, integradas bajo criterios de cercanía, similitud geográfica y ecológica, facilidad de comunicación y acceso entre ellas. En los valles se integran comunidades con vocación productiva y problemática de conservación y manejo de recursos naturales similares. 27ȣ Cuadro 22: Construcción y rehabilitación de terrazas agrícolas UTL-VIA La Paz Nº TERRAZAS CONSTRUIDAS hectáreas MUROS TERRAZAS GESTIÓN COMUNIDADES Nº FAMILIAS PARTICIPANTES 2006 234 3.092,00 37,33 41.026,00 16,63 30 2007 357 4.284,00 35,5 38.146,00 30,5 7,5 2008 217 2.821,00 49,44 43.112,00 54,78 46,48 TOTAL 808 10.197,00 122,27 122.284,00 101,91 83,98 PIEDRA TERRAZAS CONST. m3 PRECOLOMBINAS TERRAZAS FORMACION LENTA has REHABILITADAS hectáreas TOTAL TERRAZAS CONSTRUIDAS, TERRAZAS REHABILITADAS Y TERRAZAS FORMACIÓN LENTA 308,16 * Fuente: Informes técnicos UTL-VIA La Paz, PROMARENA. (*) Nota: La superficie total de terrazas construidas y rehabilitadas incluye los datos registrados en las planillas de calificación de los concursos comunales y familiares, aquellas de áreas habilitadas con los concursos de mujeres, con la ejecución de Prones de producción y comercialización de papa-semilla, frutilla, plantas medicinales, flores, alfalfa. Adicionalmente, se cita la implementación de medidas mecánicas de control de cárcavas para proteger las laderas en donde se construyeron las terrazas agrícolas y que, en el futuro mediato, éstas puedan ser ampliadas por las mismas comunidades. Se destaca la recuperación de 26 hectáreas de cárcavas con medidas biomecánicas, diques de contención, zanjas de coronación, reforestación y recuperación de la vegetación natural. El detalle de estos trabajos comunales se presenta en el cuadro siguiente: 27Ȥ Cuadro 23: Medidas de control de cárcavas Nº GESTIÓN Nº FAMILIAS PARTICICOMUPANTES NIDADES DIQUES CONTENCIÓN m3 CÁRCAVAS RECUPERADAS has ZANJAS DE CORONACIÓN ml ZANJAS INFILTRACIÓN ml 2006 81 1.140,00 3.940,00 6,00 11.169,00 5.131,00 2007 118 1.416,00 1.911,38 7,70 8.549,15 2.300,00 2008 126 1.890,00 2.440,50 12,30 12.300,00 12.812,00 TOTAL 325 4.446,00 8.291,88 26,00 32.018,15 20.243,00 Fuente: Informes técnicos UTL-VIA La Paz, PROMARENA. Otras actividades y trabajos inherentes a la construcción de terrazas agrícolas corresponden a la construcción de infraestructura de cosecha de lluvias, en lugares adecuados de las microcuencas. En estos reservorios rurales denominados jiskaqotas se almacena el agua de lluvias captada y cosechada por los canales de captación. El aprovechamiento del agua se realiza con los canales de riego que transportan el agua hacia las terrazas agrícolas; las jiskaqotas también cumplen la función de abrevaderos para los animales, mejoran el hábitat y propician el incremento de la fauna. Las comunidades participantes en la UTLLa Paz, han construido cerca de 180 jiskaqotas con un volumen total de captación de 346.579,20 m3 que técnicamente asegurarían el riego de aproximadamente 70 hectáreas de terrazas agrícolas. 2ȣț Cuadro 24: Construcción de infraestructura de cosecha de lluvias Nº GESTIÓN Nº FAMILIAS VOLUMEN CANALES DE PARTICIJISKAQOTAS CAPTACIÓN COMUPANTES ml m3 NIDADES CANALES DE RIEGO CONSTR. ml CANALES DE RIEGO REPARAD. ml 2006 49 70,00 2.179,20 938,50 1.075,30 19.083,00 2007 320 3.492,00 179.508,00 106.858,30 45.681,86 20.603,00 2008 323 3.842,00 164.892,00 78.358,00 38.546,00 17.323,00 TOTAL 692 7.404,00 346.579,20 186.154,80 85.303,16 57.009,00 Fuente: Informes técnicos UTL-VIA La Paz PROMARENA. Como acciones de sostenibilidad productiva, y poniendo en práctica el cuidado y preservación de la Madre Tierra, las comunidades producen compost2 y biol, utilizando recursos locales. Con el producto orgánico humificado obtenido abonan las terrazas agrícolas y utilizan los biocidas para el control biológico de plagas y enfermedades de los cultivos. Por otro lado, las familias implementaron y/o mejoraron sus biohuertos optimizando el espacio de las terrazas agrícolas, realizando el abonamiento con el compost y el biol. 2 El proceso de compostación, data de épocas precolombinas, su efecto benéfico como abono orgánico se evidencia en la formación y estabilización de los agregados del suelo, en el almacenamiento de humedad, en el suministro de energía y nutrientes a los microorganismos, en los procesos edafogenéticos, en la protección del suelo contra la erosión y en mayores y mejores cosechas. La experiencia de compostaje a 4.000 msnm. en la U.A.C. Tiahuanaco de la Universidad Católica Boliviana, estableció que el manejo adecuado de los volteos y aireación, humedad y activadores biológicos, permite obtener un excelente compost en 2.5 meses, independientemente de le época o estación del año. Esta experiencia está siendo transferida masivamente a las comunidades participantes por la UTL-VIA La Paz. 28Ȝ Cuadro 25: Producción de abonos orgánicos y biohuertos familiares Nº Nº FAMILIAS PARTICIPANTES COMPOST BIOL BIOCIDAS PRODUCIDO PRODUCIDO PRODUCIDOS tm litros litros BIOHUERTOS INSTALADOS hectáreas GESTIÓN COMUNIDADES 2006 191 1.733,00 287,30 5.541,00 2.193,00 10,80 2007 178 1.424,00 540,00 9.070,00 3.071,00 6,84 2008 194 1.800,00 850,00 5.200,00 2.500,00 23,00 TOTAL 563 4.957,00 1.677,30 19.811,00 7.764,00 40,64 Fuente: Informes técnicos UTL-VIA La Paz, PROMARENA. La protección de las laderas donde se construyen las terrazas, y el control de las cárcavas es posible con una reforestación intensiva, las comunidades y familias participantes en la UTL-La Paz han realizado, hasta la gestiónȝțțȤƽ una plantación total de Ȟ.ț00.000 arbolitos y la producción en viveros familiares y comunales de 964.000 plantines forestales. Un caso especial es la producción de 280.000 plantines de cacao en los yungas de La Paz, con la plantación de 112.000 plantas injertadas, en una superficie aproximada de 180 hectáreas. Los concursos familiares cumplieron un rol decisivo en la consecución de estos resultados, permitiendo la masificación de la reforestación, con familias que producen sus propios arbolitos y realizan la plantación en sus parcelas, campos con potencial forestal y cabeceras de cárcavas. 28ȝ Cuadro 26: Reforestación, producción y plantación de arbolitos Nº Nº FAMILIAS PARTICIPANTES PLANTINES FORESTALES PRODUCIDOS PLANTINES FRUTALES E INDUSTRIALES PRODUCIDOS ESPECIES ARBÓREAS Y ORNAMENTALES ARBOLITOS PLANTADOS EN CAMPO LA PAZ GESTIÓN COMUNIDADES 2007 9 90 10.000 1.000 1.000 2.000 2008 84 840 500.000 280.000 4.200 320.000 152 1.520 454.000 21.465 1.800 ȝ.ȡ78.000 245 2.450 964.000 302.465 5.200 Ȟ.ț00.000 2009 TOTAL Fuente: Informes técnicos UTL-VIA La Paz, PROMARENA. 4. Estudio-diagnóstico de las terrazas agrícolas en el área de trabajo Para conocer el estado de situación de las terrazas agrícolas en el área de intervención de la UTL-VIA La Paz PROMARENA, se realizó un estudio-diagnóstico recogiendo información en boletas de encuestas, en comunidades de municipios representativos, donde el proyecto, con la metodología de concursos comunales y familiares, ha propiciado la rehabilitación de terrazas precolombinas, así como la construcción de terrazas agrícolas nuevas. Los datos de 82 boletas de encuestas se vaciaron en el software SPSS y luego se realizó el análisis empleando la estadística descriptiva con tablas de frecuencia, diagramas de tortas y barras, cálculo de estadísticos de tendencia central y dispersión (medias, mínimos, máximos). Estos resultados se complementarán con la determinación de un modelo estadístico multivariante o de análisis de correspondencias múltiples entre las clases de terrazas y sus variables categóricas3. 3 Para la determinación de un modelo estadístico multivariante o de análisis de correspondencias múltiples entre las clases de terrazas y las variables categóricas, se está realizando un nuevo trabajo de complementación de datos a nivel de agricultor, con la recolección de información sobre aspectos específicos y en condiciones in situ y en la propia parcela, sobre superficies, cultivos, producción, rotaciones y las categorías y clases de terrazas presentes, con un muestreo estratificado representativo. 28Ȟ 4.1. Delimitación espacial y participación Los municipios participantes en el estudio: Ayata, Charazani, Chuma, Curva y Mocomoco, son aquellos que en el pasado reciente cultural histórico fueron escenario de una intensa actividad de terraceo, presentando grandes áreas cubiertas con terrazas agrícolas precolombinas. El porcentaje de participación de los municipios y comunidades se presenta en el cuadro 27 y gráfico 25. Por municipio se tiene la participación siguiente: Mocomoco 47%, Chuma 26%, Charazani 16%, Ayata 7% y Curva 4%. Respecto a los cantones, las comunidades de Mocomoco alcanzaron el 22,1%, Aucapata 13% y Chuma 11,7%. La investigación se realizó de mayo a octubre de 2008. Cuadro 27: Municipios y cantones participantes en el estudio Zona agroecológica Cantón Nº Ayata Tarisquia 1 1,2 Amarete 6 7,3 Charazani 7 8,5 Cañuhuma 1 1,2 Curva 1 1,2 Opinhuaya 1 1,2 Chuma 11 13,4 Luquisani 4 4,9 Tuiluni 6 7,3 Ilave 5 6,1 Italaque 5 6,1 Mocomoco 18 22,0 Pacobamba 1 1,2 V.Rosario 10 12,2 Camata 5 6,1 82 100,0 Charazani Curva Valles interandinos Chuma Mocomoco Yungas Porcentaje Municipio Ayata TOTAL 28ȟ (%) Gráfico 21: Proporción de participación por municipios 4.2. Antigüedad de las terrazas agrícolas Por el criterio de antigüedad, la clasificación de terrazas agrícolas en subclases, que se detalla en la segunda parte del libro, considera tres tipos: terrazas ancestrales o precolombinas, que son aquellas que fueron construidas por las culturas ancestrales hasta antes de la conquista; terrazas antiguas o republicanas, construidas desde la fundación de la República hasta la Reforma Agraria del año 1953 y terrazas modernas o recientes, construidas después de la Reforma Agraria y con mayor énfasis desde la década de los años 60 hasta nuestros días. De acuerdo a la información recabada en la zona de estudio, el 47,6% corresponde a terrazas ancestrales o precolombinas, el 42,7% a terrazas antiguas o republicanas y sólo el 9,7% a terrazas modernas o recientes. Estos datos evidencian el desarrollo tecnológico de las culturas ancestrales para manejar ecosistemas de alta montaña. 28Ƞ Cuadro 28: Antigüedad de terrazas agrícolas Antigüedad Nº Porcentaje (%) Precolombinas 39 47,6 Antiguas o republicanas 35 42,7 Modernas o recientes 8 9,7 82 100,0 de terrazas Total Gráfico 22: Terrazas agrícolas por antigüedad 4.3 Origen de construcción de las terrazas agrícolas Sobre el origen de construcción de las terrazas agrícolas, el 48,6% de los informantes señala que fueron los “gentiles”, haciendo referencia a los tiahuanacotas, mollos, pacajes y kallawayas, quienes habrían construido los sistemas de terrazas existentes en la zona, el 31,1% señala que fueron los incas, y el 20,3% indica que fueron los abuelos y pobladores actuales, lo que correspondería al período republicano y a épocas recientes. 28ȡ Cuadro 29: Origen de construcción de las terrazas agrícolas Nº Porcentaje (%) Gentiles (Tiahuanacotas, mollos, pacajes, kallawayas) 36 48,6 Incas 23 31,1 Abuelos y pobladores actuales 15 20,3 Total 74 100,0 Constructores de las terrazas agrícolas Gráfico 23: Terrazas agrícolas por su origen de construcción Abuelos Incas Gentiles 4.4. Estado de situación de las terrazas agrícolas precolombinas y antiguas 4.4.1. Estado de conservación de las terrazas antiguas La clasificación de las terrazas en subclases por el criterio de estado de conservación, considera cuatro tipos: terrazas en buen estado de conservación, terrazas en estado regular de conservación, terrazas semidestruidas y terrazas 28Ȣ destruidas, estas últimas sin posibilidades de recuperación. El estado de conservación más frecuente, a criterio de los agricultores, es de conservación regular de las terrazas (41,25%), lo que indica que las comunidades actuales hacen labores de mantenimiento que si bien no son óptimas, garantizan la preservación de las terrazas, el 21,54% corresponde a terrazas en buen estado de conservación, siendo mayormente precolombinas. La presencia de un porcentaje significativo de terrazas en estado semi-destruido (23,53%), pero con posibilidades de ser recuperadas por las propias comunidades, tendría un impacto en la ampliación de la frontera agrícola de los municipios de la zona. Cuadro 30: Estado de conservación de las terrazas antiguas Estado de conservación n Porcentaje (%) Bueno 16 21,54 Regular 31 41,25 Semidestruido 18 23,53 Destruido 10 13,68 75 100,0 Total Gráfico 24: Estado de conservación de las terrazas antiguas Bueno Regular Destruido Semidestruido 28ȣ 4.4.2. Recuperación de las terrazas precolombinas Pocos entrevistados contestaron la pregunta, pero las razones de mayor peso porque no se realiza la recuperación masiva de las terrazas precolombinas en las comunidades de los municipios estudiados, son la falta de orientación y apoyo técnico, la poca de disponibilidad de tiempo en el momento requerido para los trabajos, la baja producción en las terrazas actuales que desaniman a recuperar las terrazas abandonadas, la tenencia de la tierra que es un problema central en las comunidades, porque los residentes en las ciudades no permiten el uso de las terrazas abandonadas y tampoco alquilan las mismas. También se menciona, pero con menor frecuencia, el abandono de las terrazas por la migración estacional de los pobladores, que es una fuente de ingresos, pero influye en la disponibilidad de la mano de obra en el momento requerido, la falta de riego y el respeto a los lugares sagrados o apachetas que de albergar terrazas agrícolas precolombinas no pueden ser tocadas, salvo que se realice un ritual ancestral. Gráfico 25: Razones porque no se recuperan las terrazas antiguas 4.4.3.Riego y mantenimiento de las terrazas precolombinas y antiguas La mayor parte de las terrazas agrícolas precolombinas y antiguas no cuentan con riego, la producción es a secano representando el 94,5%, con lo que se 28Ȥ evidencia que estas infraestructuras, además de conservar los suelos, servían para cosechar las lluvias y almacenar la humedad en el suelo, sólo el 5,5% de las terrazas cuenta con riego. Por otro lado, el 92% de los encuestados manifiesta que realizan prácticas de mantenimiento de las terrazas, lo que indica que estas prácticas son inherentes a los sistemas de producción local, manteniendo en vigencia los sistemas de trabajo y producción de origen milenario. Se debe tomar en cuenta que las instituciones presentes en la zona, entre ellas el PROMARENA, coadyuvan e incentivan estos trabajos de mantenimiento tradicional. Gráfico 26: Prácticas de riego y mantenimiento de las terrazas precolombinas 4.4.4.Organización del mantenimiento de las terrazas antiguas Los trabajos de mantenimiento de las terrazas agrícolas en uso se cumplen anualmente y de acuerdo a la información de los agricultores, el 66.16% de las iniciativas de organización de las actividades y tareas de mantenimiento corresponde a la propia familia, respetando la determinación comunal de la rotación de las qapanas, sayañas o aynuqas; notándose que las formas de trabajo comunal están disminuyendo y, por el contrario, la influencia de otras instituciones, caso de PROMARENA, para la realización de estos trabajos, está aumentado significativamente. 2Ȥț Cuadro 31: Iniciativa de mantenimiento de las terrazas antiguas Organización del trabajo Nº Porcentaje (%) La familia 45 66,18 Apoyo de instituciones 10 14,8 Comunidad 10 14,6 Asociación productores 3 4,42 68 100,0 Total 4.4.5. Época del año en que se reparan las terrazas antiguas La época en que se dedican a los arreglos es variada y depende de la disponibilidad de mano de obra familiar y de otras actividades familiares. En los valles interandinos, los meses más frecuentes de trabajo dedicado a las terrazas son de junio a septiembre (48.6%). En la zona agroecológica de Yungas, la época dedicada al arreglo de terrazas es generalmente en invierno. Cuadro 32: época del año de reparación de las terrazas antiguas Época Dic-Enero Mar-Abril Abr-Junio Jun-Septiembre Octubre Primavera Invierno Rotación Estación de lluvia Antes / época siembra Después cosecha Total Valle interandinos n 3 3 3 36 1 1 2 1 5 14 2 71 (%) 4,2 4,2 4,2 50,7 1,4 1,4 2,8 1,4 7,0 19,7 2,8 100,0 29Ȝ Yungas Nº (%) 4 80,0 1 20,0 5 100,0 4.4.6.Tiempo dedicado al arreglo de las terrazas antiguas De manera similar a la época de reparación de las terrazas, se presenta una gran variabilidad en el tiempo destinado a esta actividad. De acuerdo al criterio de los agricultores en los valles interandinos, varía de 1 a 30 jornales, resaltándose el tiempo continuo de una semana destinada a mantener las terrazas. En el caso de la región agroecológica de Yungas, como el mantenimiento es estacional, principalmente en invierno, dedican de 20 a 40 jornales al acondicionamiento de las terrazas agrícolas. Gráfico 27: Tiempo dedicado al arreglo de las terrazas antiguas 4.4.7. Número de cultivos presentes en las terrazas antiguas El número de cultivos instalados en las terrazas agrícolas antiguas –y en una misma época– varía de 1 a 6 cultivos, estableciéndose una disminución significativa de variedades y especies de plantas cultivadas en una misma época, en relación a la mayor variabilidad de cultivos de épocas precolombinas, posiblemente por influencia del mercado y los efectos del cambio climático. 29ȝ Gráfico 28: Número de cultivos en terrazas antiguas 4.4.8. Frecuencia de cultivos en las terrazas antiguas En los valles interandinos, en orden de frecuencia de los cultivos que determinan su importancia para la seguridad alimentaria y económica de la familia, se tiene, mayormente, el cultivo y producción de papa, maíz, oca, trigo, arveja, haba y cebada y, en menor proporción, avena, papalisa, quinua, hortalizas y cebolla. La zona agroecológica de yungas presenta maíz y locoto como cultivos importantes, destacando cultivos como la caña, frutilla, cítricos, chirimoya, paltos, tomate, ají, camote y café. Cuadro 33: Frecuencia de cultivos por zona agroecológica Zona agroecológica Valles interandinos Cultivo Papa Maíz Oca Trigo Arveja Haba Cebada Avena Papa lisa Quinua Hortalizas Cebolla Fi 46 43 20 19 16 14 10 6 5 3 2 2 Zona agroecológica Zona de Yungas (Camata y Carijana 29Ȟ Cultivo Maíz Locoto Caña Frutilla Cítricos Chirimoya Paltos Tomate Ají Camote Café Fi 3 3 2 2 2 2 1 1 1 1 1 Respecto a los rendimientos, los datos de los informantes fueron diversos, encontrándose dificultades en la estimación de superficies por la diversidad de tamaños y forma de las terrazas agrícolas, con máximos y mínimos extremos para los cultivos tradicionales. Es necesario un estudio más profundo y a nivel de parcela. 4.4.9.Tipología de las terrazas precolombinas y antiguas El estudio permitió verificar la presencia, con mayor o menor frecuencia, de todas las categorías, clases y subclases de terrazas agrícolas establecidas en el Sistema de Clasificación de Terrazas Agrícolas, siendo posible encontrar, con una profundización del estudio de agricultores, otros tipos de terrazas agrícolas que pueden enriquecer el sistema de clasificación. En la categoría de terrazas por su uso, se verificó una mayor presencia de terrazas de producción agrícola permanente (67,1%) lo que indica una significativa presión sobre la tierra y de terrazas de uso temporal (16,4%), y en menor proporción de los otros tipos de terrazas; en la categoría de terrazas por el acabado de su muro, existe una mayor frecuencia de terrazas semi-rústicas (54%) y rústicas (38,5%) y una menor presencia de otras terrazas (Gráfico 29). En la categoría de terrazas antiguas por su forma, se presentan mayormente terrazas geométricas (46,9%) e irregulares (15,6%) y en menor proporción otras formas. Estos datos comprueban el cuidadoso trabajo de construcción que realizaron las culturas ancestrales. En la categoría de terrazas por su régimen de riego, mayormente son de secano. En la categoría de terrazas por su pendiente y desnivel de la plataforma de cultivo, se presentan los dos tipos con la plataforma de cultivo nivelada y con la disminución de la pendiente de la plataforma al 50%. En la categoría de terrazas por el tipo del muro de contención destacan las terrazas con muros de piedra (72,7%) y terrazas con muros de tierra con talud inclinado (12,1%) y en menor proporción los otros tipos de terrazas (Gráfico 30). 29ȟ 29Ƞ Gráfico 29: Tipos de terrazas antiguas por su uso y acabado del muro 29ȡ Gráfico 30: Tipos de terrazas antiguas por su forma y por el tipo de muro En la categoría de terrazas por la altura del muro de contención existe una mayor presencia de terrazas con el muro a ras del suelo y la plataforma con su pendiente original (40,6%), en menor proporción los otros tipos de terrazas. En la categoría de terrazas por la superficie de la plataforma de cultivo, mayormente se presentan terrazas con un área de plataforma de cultivo de 10 a 100 m2 (38,9%), seguido de las terrazas con un área de 100 a 500 m2 y en menor porcentaje los otros tipos. Gráfico 31: Tipos de terrazas por la altura del muro y por el área de la plataforma de cultivo 29Ȣ Cuadro 34: Resumen tipología de terrazas agrícolas antiguas Categorías Fi Porcentaje (%) Por uso Experimentación 2 2,7 Agrícolas o de producción 49 67,1 Mixtas 1 1,4 Uso temporal 12 16,4 Varias categorías (*) 9 73 12,3 100,0 Ornamentales o vistosas 3 4.8 Intermedias o semirústicas 34 54,0 Rústicas o del pueblo 24 38,1 Varias categorías (*) 2 3,2 Total 63 100,0 Cóncavas en semiluna 6 9,4 Convexas en semiluna 8 12,5 Cóncavas múltiples con un solo vértice 2 3,1 Rectangulares (geométricas) 30 46,9 Irregulares 10 15,6 Circulares concéntricas 2 3,1 Varias categorías (*) 6 9,4 Total 64 100,0 De riego y drenaje 16 23,9 De inundación 3 4,5 Secano 47 70,1 Varias categorías (*) 1 1,5 Total 67 100,0 Total Por su acabado Por su forma Régimen de riego (*) Se refiere a la presencia otros tipos de terrazas consideradas en el Sistema de Clasificación, y que se presentan en menor proporción 29ȣ Categorías Fi Porcentaje (%) Pendiente y desnivel Con plataforma de cultivo nivelada 23 39,0 Con disminución del 50% de su pendiente 23 39,0 Ambas categorías (*) 13 22,0 Total 59 100,0 Con muro de piedra 48 72,7 Con muros de contención de tierra con talud inclinado 8 12,1 Con muros de contención vegetados 2 3,0 De formación lenta 2 3,0 Varias categorías (*) 6 9,1 Total 66 100,0 28 40,6 21 30,4 Con muros sobre la superficie del suelo, para nivelación gradual 18 26,1 Varias categorías (*) 2 2,9 Total 69 100,0 5 6,9 10 13,9 28 38,9 19 26,4 9 12,5 1 1,4 72 100,0 Tipo de muro de contención Altura del muro de contención Con muros de contención al ras del suelo y plataforma con pendiente Con muros de contención al ras del suelo con la plataforma nivelada Por área de plataforma de cultivo (m2) Quillas, wachus o zanjeos de cultivo de coca, con un área menor a 10 m2 Chullpa tirquis de producción de quinua, con un área menor a 20 m2 Terrazas con área de 10 a 100 m2 Terrazas con área de 100 a 500 m2 Terrazas con área de 500 a 1,000 m2 Terrazas con área mayor a 1,000 m2 Total (*) Se refiere a la presencia otros tipos de terrazas consideradas en el Sistema de Clasificación, y que se presentan en menor proporción 29Ȥ 4.5. Estado de situación de las terrazas agrícolas de construcción reciente En el grupo de terrazas agrícolas construidas, se considera a las terrazas de construcción reciente con participación del PROMARENA y aquellas terrazas construidas desde la década de los años sesenta hasta nuestros días. 4.5.1. Riego y mantenimiento de terrazas construidas De las terrazas construidas, el 26% cuenta con riego, lo que muestra que se hicieron esfuerzos para ubicar sitios con fuentes de agua donde construir las terrazas, sin embargo, estas infraestructuras, en su mayor parte, se utilizan al secano, aprovechando la estación de lluvias. Respecto a los trabajos de acondicionamiento, en el 95% de las terrazas se realiza el mantenimiento, lo que indica que lo pobladores valoran el esfuerzo que requiere la construcción de terrazas nuevas, asimismo se presenta un proceso paulatino de apropiación de la orientación técnica que ofrecen las instituciones caso PROMARENA, que auspicia concursos comunales, apoyando con técnicos especialistas que capacitan, hace seguimiento y evalúan los trabajos de manejo de las terrazas. Gráfico 32: Labores en las terrazas construidas Ȟțț 4.5.2. Organización del mantenimiento de las terrazas construidas De manera similar a lo que ocurre con el mantenimiento de las terrazas precolombinas y antiguas, la iniciativa para el mantenimiento de terrazas construidas surge de la familia (56,25%), por necesidad y responsabilidad de obtener los alimentos para la subsistencia familiar, así como la generación de excedentes para el intercambio y el mercado. La participación del PROMARENA, con capacitación y orientación técnica para el mantenimiento y acondicionamiento de las terrazas, es significativa (24,5%), esperándose que ésta sea apropiada por la comunidad que retome su rol de organizador de los trabajos y no solo como espacio de acuerdos para la rotación espacial de los cultivos. Cuadro 35: Organización del mantenimiento de terrazas construidas Organización del trabajo Nº Porcentaje (%) La familia 45 56,25 PROMARENA 18 24,50 Comunidad 14 15,50 Asociación de productores 3 3,75 80 100,0 Total 4.5.3. Época del año en que se repara las terrazas construidas La época más frecuente de mantenimiento de las terrazas construidas en los valles interandinos es de julio a septiembre (47,9%) y está en función de la disponibilidad de mano de obra familiar y de otras actividades familiares. En la zona agroecológica de yungas, la época dedicada al arreglo de terrazas es generalmente entre otoño e invierno. 30Ȝ Cuadro 36: Época del año de reparación de las terrazas construidas Época Dic-En Abr-Mar Mar-May May-Jun Jul-Sep Oct-Nov Antes lluvia Antes siembra Después cosecha Invierno Otoño/Invierno Rotación Total Valle interandinos n 3 3 5 5 35 3 4 12 1 1 (%) 4,1 4,1 6,8 6,8 47,9 4,1 5,5 16,4 1,5 1,4 1 73 1,4 100,0 Yungas N (%) 1 20 4 80 5 100.0 4.5.4. Tiempo dedicado al arreglo de las terrazas construidas Se establece la misma tendencia de tiempo invertido en la reparación que se observó en las terrazas antiguas, en los valles interandinos varía de 1 a 30 jornales, y en la región agroecológica de yungas, el mantenimiento se realiza entre otoño e invierno con una inversión de 20 a 30 jornales, por lo que los agricultores dedican más tiempo al arreglo y reparación de las terrazas agrícolas construidas. Gráfico 33: Tiempo dedicado a la reparación de terrazas construidas 30ȝ 4.5.5. Número de cultivos presentes en las terrazas recientes Los cultivos instalados en las terrazas agrícolas construidas, y en una misma época varían de 1 a 4, verificándose una disminución significativa de variedades y especies de plantas cultivadas en una misma época, en relación a la amplia variabilidad de cultivos de épocas ancestrales, esta situación se debería a la influencia del mercado y a los cultivos introducidos de corto período vegetativo Gráfico 34: Número de cultivos en terrazas construidas 4.5.6. Frecuencia de cultivos en las terrazas recientes De acuerdo a la frecuencia de cultivos, de las terrazas construidas en los valles interandinos, que verifica su importancia en la seguridad alimentaria de la familia, se tiene una mayor producción de papa, maíz, oca, haba y cebolla y, en menor proporción, hortalizas, arveja, cebada, quinua, avena y trigo. En la zona agroecológica de yungas destaca como cultivo importante la frutilla, siguiendo en orden de importancia los frutales, locoto, racacha, caña, zanahoria y durazno. 30Ȟ Cuadro 37: Frecuencia de cultivos por zona agroecológica Zona Agroecológica Valles interandinos Cultivo Papa Maíz Oca Haba Cebolla Hortalizas Arveja Cebada Quinua Avena Trigo Fi 51 34 13 11 10 7 6 6 5 4 3 Zona Agroecológica Cultivo Frutilla Frutales (palta, chirimoya, cítricos) Zona de Yungas (Camata y Carijana) Locoto Racacha Caña Zanahoria Durazno Fi 3 2 2 1 1 1 1 4.5.7. Clasificación de las terrazas construidas El estudio diagnóstico verificó la presencia de la mayor parte de las categorías, clases y subclases establecidas en el Sistema de Clasificación de Terrazas Agrícolas, estimándose, con un estudio más detallado de parcelas, encontrar otros tipos de terrazas construidas que pueden enriquecer el sistema. Las terrazas construidas que con mayor frecuencia se presentan en cada categoría del sistema de clasificación son: - Por su uso. Las terrazas de producción agrícola permanente y las terrazas de uso temporal y, en menor proporción, de los otros tipos de terrazas. - Por el acabado del muro. Mayor frecuencia de terrazas semi-rústicas y una menor presencia de otras terrazas. - Por su forma. Terrazas rectangulares geométricas. - Por el régimen de riego. Terrazas de secano y bajo riego en este último caso se evidencia la construcción de terrazas en sitios que tienen o están cercanos a fuentes de agua para riego. - Por su pendiente y desnivel. Terrazas con la plataforma de cultivo nivelada. - Por el tipo de muro de contención. Terrazas construidas con muro de piedra. 30ȟ - Por la altura del muro de contención terrazas con muros de contención a ras del suelo y plataforma de cultivo con su pendiente original. - Por el área de plataforma de cultivo terrazas con una superficie de 10 a 100 m2. En el cuadro 38 se muestra en detalle la clasificación correspondiente. Cuadro 38: Tipología de terrazas agrícolas construidas Categorías Fi Porcentaje (%) Por Uso Experimentación 3 4,1 Agrícolas o de producción 52 70,3 Ceremoniales 1 1,4 Mixtas 2 2,7 De uso temporal 7 9,5 Wachus o zanjeos de producción 2 2,7 Varias categorías (*) 7 9,5 Total 74 100,0 Ornamentales o vistosas 2 3,4 Intermedias o semirústicas 43 72,9 Rústicas o del pueblo 14 23,7 Total 59 100.0 Cóncavas en semiluna 2 3,0 Convexas en semiluna 5 7,5 Cóncavas múltiples con un solo vértice 4 6,0 Rectangulares (geométricas) 48 71,6 Irregulares 4 6,0 Circulares concéntricas 1 1,5 Varias categorías (*) 3 4,5 Total 67 100,0 Por su acabado Por su forma 30Ƞ Categorías Fi Porcentaje (%) Régimen de riego De riego y drenaje 20 31,3 De inundación 2 3,1 Secano 39 60,9 Varias categorías (*) 3 4,7 Total 63 100,0 Con plataforma de cultivo nivelada 29 45,3 Con disminución del 50% de su pendiente 18 28,1 Varias categorías (*) 17 26,6 Total 64 100,0 Con muro de piedra 40 62,5 Con muros de contención de tierra con talud inclinado 11 17,2 Con muros de contención vegetados 3 4,7 De formación lenta ó Cariz 3 4,7 Varias categorías (*) 7 10,9 64 100,0 26 38,8 22 32,8 15 22,4 4 6,0 67 100,0 Pendiente y desnivel Tipo de muro de contención Total Altura del muro de contención Con muros de contención a ras del suelo y plataforma con pendiente Con muros de contención al ras del suelo con la plataforma nivelada Con muros sobre la superficie del suelo, para nivelación gradual Varias categorías (*) Total 30ȡ Categorías Fi Porcentaje (%) Por área de plataforma de cultivo Quillas, wachus o zanjeos de cultivo de coca, con área menor a 10 m2 Chullpa tirquis de producción de quinua, con un área menor a 20 m2 Terrazas con área de 10 a 100 m2 Terrazas con área de 100 a 500 m2 Terrazas con área de 500 a 1,000 m2 Varias categorías Total 4 5,6 3 4,2 32 44,4 21 29,2 10 13,9 2 2,8 72 100,0 (*) Se refiere a la presencia de otros tipos de terrazas consideradas en el Sistema de Clasificación, y que se presentan en menor proporción 4.6. Recuperación y construcción de terrazas agrícolas Sobre los criterios que tienen las comunidades para la recuperación de las terrazas precolombinas y la construcción de terrazas nuevas, en ambos casos los criterios más comunes que dan los informantes son la necesidad de producción de cultivos (45,5%), para satisfacer los requerimientos de la seguridad alimentaria y la generación de excedentes, y la conservación de recursos naturales (37,9%) que involucra a los recursos naturales suelo, agua y planta, lo que también es corroborado con los criterios de las ventajas de la recuperación y construcción de terrazas agrícolas. 30Ȣ Cuadro 39: Resumen de criterios de la recuperación y construcción de terrazas agrícolas Criterio Recuperación de terrazas antiguas n Porcentaje (%) Ampliación terrenos de cultivo Recuperación de conocimientos Conservación de recursos naturales Facilidad de trabajo en laderas Habilitación de tierras en descanso Manejo de suelos Necesidad de ingresos Producción de cultivos Total 1 2 25 3 1 3 1 30 66 1,5 3,0 37,9 4,5 1,5 4,5 1,5 45,5 100,0 1 2 40 1 26 2 72 1,4 2,8 55,6 1,4 36,1 2,8 100,0 Construcción de terrazas agrícolas Ampliación de terrenos de cultivo Conocimientos Conservación de recursos naturales Más cultivos Producción de cultivos Recuperar terrenos desocupados Total Ventajas de las terrazas en actividades productivas Conocimientos Conservación de recursos naturales Manejo de suelos Producción de cultivos Total 15 17 5 27 64 23,5 26,6 7,8 42,2 100,0 4.7. Prácticas de manejo y conservación Las comunidades conocen y practican medidas biomecánicas de conservación de suelos, como resultado de los procesos de capacitación de los programas y proyectos que interactuaron en la zona caso Programa de Apoyo Campesino PAC II, Centro de Educación Técnica y Humanística de Adultos 30ȣ CETHA, Proyecto de Capacitación Campesina PROCAP, Programa Integral de Nutrición PIN, otras ONG, Gobierno Municipal y, con mayor énfasis, el PROMARENA desde 2006, con su metodología de concursos. Todas las prácticas de manejo se realizan con una frecuencia mayor al 50%, destacando las terrazas de formación lenta que es practicada por el 80% de los entrevistados, la rotación de cultivos por el 88% y las zanjas de infiltración practicada por el 84% de los agricultores. Luego se ubican las prácticas de control de cárcavas con diques de contención, surcos en contorno y manejo de pasturas. La totalidad de abonos orgánicos empleados son de origen animal y vegetal, destacando el compost, bocashi, los bioles, abonos verdes y estiércol de vacunos, ovinos, conejos, cuyes, asnos y camélidos. Las prácticas de manejo y conservación de suelos y aguas están asociadas con herramientas apropiadas y conservacionistas. En los valles interandinos se usa chaquitaclla, chontilla, huiso, liucana, picota, cuti, pala, rastrillo, barreta, machete, carretilla y yunta. En los yungas se emplea tajlla, liucana, picota, machete, pala, chontilla, carretilla y azadón. El 90% de los productores entrevistados ha recibido algún tipo de asistencia técnica y sólo el 10% reporta que no fue usuario de proyectos de desarrollo rural. Gráfico 35: Frecuencia de prácticas de conservación aplicadas 30Ȥ 5. Testimonio de los participantes P etrona Flores y Simón Mamani, esposos, líderes locales de la comunidad Moyapampa, Cantón Amarete, municipio Charazani. Petrona es experta en artesanía originaria en fibra de alpaca, Simón es técnico local en crianza de camélidos sudamericanos. Cuentan con la Asociación de Artesanía Originaria Moyapampa, estando en trámite la conformación de su microempresa comunal. “…En nuestra comunidad contamos con terrazas agrícolas muy antiguas, según nuestros abuelos provienen de la cultura mollo, son importantes para atajar la tierra, para que no sea arrastrada por la lluvia hacia las quebradas y ríos, continuamente estamos reparando y rehabilitando de acuerdo a la qapana que nos toque trabajar. Con el PROMARENA también estamos construyendo terrazas en las laderas desnudas. Nuestro sistema de cultivo en qapanas proviene de la antigüedad, antes formábamos un solo ayllu junto a Jotahoco, Takachillani y Sorapata, actualmente contamos con seis qapanas, de las cuales cultivamos tres qapanas al año y las otras tres quedan en descanso. Del 14 al 16 de septiembre se realiza el ritual comunal de la siembra, llamada q´oa a cargo del maestro Wata purichi. En el mes de febrero se realiza el ritual para la buena cosecha inoka, para protección contra las heladas, además es el mes más importante de reparación de las terrazas agrícolas. Con el movimiento de tierra con el huiso, se prepara la tierra en las terrazas de la qapana correspondiente con el surcado. En mayo hay ritual agrícola y ganadero, con el pago de una cría de alpaca macho, en el cerro Isqani. Participan todas las comunidades, pidiendo salud y bienestar para las personas, unidad de las comunidades, la educación de los niños. En agosto se realiza el pronóstico del tiempo, a nivel familiar con la socialización a la comunidad para tomar decisiones y planificar las actividades productivas. En este tiempo ya se siente el cambio climático, porque nuestros pronósticos ya no son como antes. Antes, en las cercanías de la comunidad de Moyapampa, se sembraba papa luqui, ahora con el calentamiento estamos subiendo cada vez más a sembrar en las partes más altas, y en las partes bajas todo es papa dulce, nos damos cuenta que el cultivo en terrazas disminuye este efecto, por ello 3Ȝț estamos construyendo terrazas nuevas para enfrentar el calentamiento. El PROMARENA nos incentivó con los concursos comunales y familiares, ahora estamos construyendo terrazas por nuestra propia cuenta, se tiene cuatro terrazas grandes de dos mil metros cuadrados cada una. Para garantizar y guardar la semilla ahora estamos practicando la siembra chuqui. Como una diversificación productiva hemos conformado la Asociación Integral de Productores de Camélidos y de Artesanía Originaria, con 14 socios y con apoyo de PROMARENA estamos a un paso de constituir nuestra microempresa originaria, con nuestros estatutos y reglamentos y nuestro registro de ventas. PROMARENA nos ayudó en la parte social, nos ha fortalecido en la parte de producción y comercialización, las organizaciones originarias siempre buscamos plata o financiamiento, pero PROMARENA nos ha hecho darnos cuenta que el trabajo estaba en nosotros mismos y la plata en nuestra propia casa, en nuestra propia fibra de alpaca, que regalábamos a precios bajos; se ha valorado a los técnicos locales, lo que ha permitido que entiendan todos los participantes. Hemos aprendido a aportar nuestra contraparte, a controlar el avance de actividades de los técnicos capacitadores, así como a seleccionar y contratar a los técnicos nosotros mismos. Hemos avanzado por fases con el acompañamiento del PROMARENA, a la fecha ya estamos en capacidad de seguir trabajando por nuestra cuenta, buscando exportar nuestros productos de transformación de fibra en artesanías y tejidos originarios, sin descuidar nuestras terrazas agrícolas que nos dan el sustento y preservamos la tierra para nuestros hijos”. J aime Layme Mayhua, líder local de la comunidad Chacarapi, municipio de Charazani, especialista en medicina natural Kallawaya. Ha formado un grupo de negocios en medicina natural Kallawaya, que se moviliza a distintos lugares del país, cuentan con un convenio con la Universidad Mayor de San Simón de Cochabamba donde, además de vender sus medicinas naturales, interactúan con los profesionales médicos. Actualmente están tramitando la 31Ȝ constitución de una microempresa con registro SENASAG, que les permita comercializar y exportar sus medicinas naturales. “… Las terrazas agrícolas existentes en nuestra comunidad son muy antiguas, desde la época de nuestros ancestros Kallawayas, que dominaban el idioma puquina, que actualmente muy pocos dominamos y ya se está perdiendo, sólo existió en Chacarapi, Curva y Chajlaya. Las terrazas están relacionadas con nosotros los Kallawayas, porque no sólo sirven para cuidar la tierra y cultivar nuestros alimentos, sino que en los bordes y entre las piedras del muro crecen las plantas medicinales, que cuando uno no conoce piensa que son malezas, recolectamos las plantas para elaborar las medicinas naturales. Los Kallawayas sólo estamos para hacer el bien, existe el maestro Kallawaya que es el yachaj “El que sabe”, que domina los dos campos, los rituales espirituales y la medicina natural En la comunidad sólo existen dos maestros Kallawayas ancianitos Juan de Dios Layme y Adolfo Llanos, y luego el Kallawaya que domina sólo la medicina natural como es mi caso y el Kallawaya que domina los rituales espirituales, luchamos contra la maldad de los brujos. Contamos con siete qapanas, cada una de las cuales se siembra un año y descansa seis años; los trabajos en la nueva qapana se inicia en febrero, con la reparación de las terrazas agrícolas, removemos la tierra con la chaquitaclla, aflojamos y sacamos las piedras de la tierra, para reparar los muros de las terrazas, nivelamos y removemos, dejamos listo el terreno hasta la siembra en septiembre. Mientras tanto realizamos la cosecha de la anterior qapana entre abril y mayo. De junio a julio realizamos la selección de semilla de papa, oca, papa lisa, isaño, luque en la parte alta; en agosto nuestros dos maestros Kallawayas, que ya son ancianitos realizan los pronósticos climáticos junto a algunos jóvenes, a quienes enseñan sus secretos, observan las estrellas, la posición de las flores de los cactus, si miran al este el clima será bueno en los valles, si las flores miran al oeste no será muy bueno, por lo que hay que asegurar la cosecha sembrando en la altura. En el mes de septiembre del 12 al 15, se realiza la ceremonia ritual y cultural “Lujchi”, para iniciar la siembra y pedir a los achachilas y a la madre tierra una buena cosecha; la cosecha lo esperamos para abril y mayo del siguiente año, y en febrero trabajamos la nueva qapana, iniciando un nuevo ciclo. 31ȝ Con el apoyo del PROMARENA, estamos recuperando nuestras tradiciones y cultura que ya se estaban perdiendo, con los concursos comunales y familiares hemos reconstruido y construido nuestras terrazas agrícolas, tenemos cosechas pero también plantas medicinales, que no sembramos sino que aparecen entre los muros y en las cabeceras de las terrazas; creo que el mejor premio que recibimos no es el incentivo económico, que también es importante, sino la terraza que es nuestra y servirá para cultivar con nuestra costumbre en qapana. Tenía pena porque me estaba quedando solo como kallawaya en medicina natural, porque los jóvenes se están yendo, ahora gracias al PROMARENA tengo un grupo de 12 socios de mi comunidad, que han aprendido a elaborar las medicinas naturales, pomadas, jarabes, parches, infusiones, mates y otros, pero no sólo eso, también a recomendar la medicina adecuada, mediante la observación del paciente y dejándolo hablar sobre su dolencia. Los Prones que nos ha financiado el PROMARENA han ayudado mucho a capacitar y formar nuevos kallawayas naturistas. Los secretos y el conocimiento kallawaya lo trasmitimos de padres a hijos en lengua puquina, no es posible darle a desconocidos o fuera de la comunidad, porque nuestros padres decían que había el riesgo del mal uso de estos conocimientos y, actualmente, nosotros somos celosos para no generar competencia porque ya es un trabajo y nos permite ingresos para mantener nuestras familias”. C leto Marcelino Titirico Kuno, líder local y dirigente de los cantones Sococoni, Timusí y Chajlaya del municipio de Chuma. Impulsor del trabajo del PROMARENA en su zona, portavoz e interlocultor de las comunidades originarias ante las autoridades nacionales. “… Las terrazas existentes en Sococoni son bastante antiguas, probablemente de herencia mollo. Están ubicadas mayormente en las cabeceras de valle, también hay muchas terrazas hechas por las nuevas generaciones, tomando como base los modelos antiguos. Las terrazas antiguas están desparramadas en el camino de Timusí a Cusaguaya y de Timusí a Sococoni, son terrazas con muros perfectamente construidos y el camino también está perfectamente empedrado. Actualmente, donde hay riego las terrazas se cultivan año redondo en milli, y donde no hay agua en aynuqa. Antes, los descansos eran 31Ȟ de cinco años, ahora son sólo de dos. La preparación de tierras y la refacción de las terrazas se realizan en febrero, se usa el huiso y la barreta para remover la tierra, sacar las piedras grandes y reparar los muros de la terraza. En mayo, se realiza siembra con el primer milli, y luego el siguiente; al año se realizan tres cultivos en milli, antes se hacía dormir ahí a los animales de enero a abril para que abonen las terrazas; actualmente esta costumbre está desapareciendo y, más bien, están entrando los fertilizantes químicos. La construcción de terrazas la estamos haciendo impulsados por el PROMARENA, con los concursos comunales y familiares, para lo cual tomamos como modelo las terrazas de nuestros antepasados del complejo de Cuñapata donde están las mejores terrazas y también las terrazas de los chullpares de Chuñumpata. Organizadamente, todas las comunidades cuidamos estos restos históricos y hacemos terrazas largas con muros sobre-expuestos, que con los aporques se va nivelando. Con el PROMARENA, la gente y las comunidades nos hemos dado cuenta que muchas soluciones están en nosotros mismos, por ejemplo, las quebradas que crecen año a año se pueden controlar con diques y forestación, nos faltaba tecnificación para hacer terrazas, viveros, qotañas y plantaciones que ahora ya tenemos; como es valle ahora cultivamos tomate, ají, pimentón, pepino, lacayote. Los incentivos económicos en dinero son beneficiosos, porque cada comunario aprendió a administrar sus recursos, y se ha utilizado de acuerdo al gusto y necesidad de cada uno, en la compra de semillas, para comprar útiles escolares y para la ropita de nuestros hijos. Esto nos agradó porque ya no hay nadie que impone en qué vamos a gastar, además aprendimos a manejar una cuenta bancaria. Ahora una mayoría ya no trabaja por la plata, sino por tener “su terraza”, “sus arbolitos”, “su qotaña”, es cuestión de conciencia”. R ómulo Calle Trigueros, líder local proveniente de la comunidad Sulcatiti, de San Andrés de Machaca, Técnico Superior Agropecuario y Profesor de Religión y Ética Moral, cumple funciones de Asistente Visitante promoviendo la ejecución de los concursos comunales y familiares. “… El PROMARENA me ha permitido, como asistente técnico, transferir mis conocimientos y experiencia a los hermanos de Sococoni, pero también aprender 31ȟ de ellos, depende de ser sociable y utilizar técnicas de animación para interesar a las personas mayores y a las mujeres luego la capacitación se facilita, pero es importante el idioma. La comunidad tiene sus conocimientos previos, los mayores tienen la práctica, y el técnico lo que hace es complementar y enseñar en campo donde es necesario. En el caso de las terrazas de Sococoni, algunas están en uso otras en descanso en qapana. Existen zonas para recuperar terrazas antiguas, los hermanos son conscientes de que las terrazas agrícolas son importantes sobre todo en las laderas que presentan declives. El agua causa erosión lo que se impide con la terraza, además que se mejora el valor de las propiedades de los hermanos, una ladera con terrazas tiene más valor que una ladera pelada…” M ario Callampa Vila, Alcalde del municipio de Curva, Segunda Sección de la Provincia Bautista Saavedra, declarada por la UNESCO como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad la Cultura Kallawaya. “… Las terrazas precolombinas de Curva son de origen muy antiguo desde la época de los Kallawayas, y según los abuelos al llegar los incas respetaron a los sabios y a las tecnologías desarrolladas. Gracias a las terrazas ahora tenemos sayañas donde producir nuestros alimentos, porque la tierra se ha conservado en su lugar y no se ha perdido, cultivamos dos años seguidos en cada sayaña, primero papa y luego oca, con descansos de seis años; para cereales el descanso es sólo de cuatro años. Nuestros kallawayas realizan el ritual de la siembra en septiembre, luego preparamos la tierra y reparamos las terrazas en ayni y minka, la siembra se realiza en octubre y la cosecha de abril a mayo. Durante este tiempo, los Kallawayas recolectan las plantas medicinales que crecen entre los muros y en los bordes de las terrazas, que aparecen como malezas. Recuerdo que al llegar PROMARENA a Charazani, los técnicos me explicaron y rápido entendí cuáles eran los pilares del proyecto, entonces me puse a animar a mis comunidades y en asamblea general acordamos solicitar la inclusión de Curva en el proyecto. Ahora, como autoridad, continúo apoyando la participación comunal porque PROMARENA somos nosotros, y los concursos de rehabilitación de terrazas nos han unido más y nos hacen tomar conciencia de cuidar nuestros recursos, y preservar nuestra cultura y tradiciones. Además, la promoción de 31Ƞ nuestros líderes y técnicos locales es importante para el futuro, porque capacitando a nuestra propia gente podremos ejecutar otros proyectos, sobre todo aquel con el que fuimos premiados por la UNESCO, sobre la inventariación de los conocimientos kallawayas. Con el PROMARENA, las comunidades han aprendido a recibir y descargar fondos públicos, así como a manejar cuentas bancarias, esto nos ha favorecido a las autoridades, porque antes pensaban que el alcalde podía gastar a su gusto la plata. Los premios en forma de incentivos económicos a las comunidades es positivo, porque premia al trabajo que uno realiza en su propio beneficio, la plata del Estado llega directamente a las familias y éstas se animan a hacer obras por cuenta propia, el ser humano siempre necesita de un incentivo, a veces una palmada en el hombro resulta suficiente para emprender grandes obras”. T eófila Pachani Mamani, Técnica Superior Agropecuaria y egresada de la Carrera de Zootecnia, proveniente de la comunidad de Agial Ingas del municipio de Mocomoco, cumple funciones de Asistente Visitante promoviendo la ejecución de los concursos comunales y familiares, así como la formación de microempresarios con grupos de emprendedores de negocios. “… Las comunidades y el PROMARENA me han dado la oportunidad de interactuar con las comunidades y de trabajar compartiendo mis conocimientos y experiencias, así como aprender de mis hermanos de Mocomoco, realizando actividades de capacitación y ejecución de los concursos comunales en manejo integral de microcuencas altoandinas, siendo la obra principal la rehabilitación de terrazas agrícolas. Las terrazas existentes en la zona son de origen muy antiguo, hechas por nuestros ancestros, hay diferentes tipos de terrazas o taqanas y se puede verificar su importancia porque hasta hoy los muros están buenos, las terrazas son la mejor medida de conservación de suelos y es la herencia que nos han dejando nuestros antepasados. En mi trabajo me he dado cuenta que algunas comunidades mantienen la tecnología de manejo y rehabilitación de las terrazas antiguas, pero en otras se han olvidado entonces hay que motivarlos para que recuperen este conocimiento, compartiendo la conjunción de los conocimientos que se aprende de la comunidad y aquellos recibidos en la universidad. 31ȡ El PROMARENA es el primer proyecto en Mocomoco, que ha dado oportunidad a los técnicos locales, sobre todo, a las mujeres. La metodología de concursos y de pasantías nos ha permitido compartir nuestras experiencias y saberes con otros hermanos y proyectos de Italaque, Chuma y de otras provincias, en manejo de los recursos naturales, manejo de las terrazas agrícolas y en los conocimientos de nuestros ancestros sobre la preservación de nuestros recursos genéticos de plantas y animales para que no se pierdan y sirvan para las futuras generaciones”. J imena Blanca Quecaña Quispe, Egresada Técnica Superior Agropecuaria, con experiencia de trabajo en comunidades, en transferencias de tecnología en con institución de desarrollo. Fue seleccionada por las comunidades de Charazani, Curva y Mocomoco para realizar asistencia técnica en recuperación y construcción de terrazas agrícolas y control de cárcavas. “… La institución PROMARENA me dio la oportunidad de mostrar mi experiencia y capacidad de transferencia de conocimiento a los beneficiarios del proyecto; a pesar de que las terrazas agrícolas en el sector eran conocidas por los usuarios, se habían perdido los valores sociales de construir las terrazas, solamente las familias realizan arreglos de terrazas antiguas para las siembras. Este enfoque familiar cambió con el apoyo de la institución PROMARENA, se complementó la revalorización de la tecnología andina por las constantes erosiones de suelos que en momentos las familias perdían la esperanza de recuperar sus terrenos. Con la capacitación cambia la mentalidad de las familias campesinas y aprovechan mejor los espacios de terrenos topográficamente empinados. Por último, estas terrazas han sido cultivadas y producen, por ello están muy agradecidos por el apoyo que se les brinda, con la facilitación de asistentes técnicos para recuperar y aprovechar suelos desertificados y contar con suelos recuperados a favor de las familias de las comunidades de los Grupos Zonales de Tajani en Mocomoco, Isqani en Charazani y en Curva; donde fui testigo de los cambios, donde ahora se acepta la realidad y se encara los trabajos que al final es para los mismos hermanos, y esa es una buena respuesta del desarrollo rural. Además en los trabajos en el sector y otras áreas de intervención, se valora y se incorpora a la mujer como un actor social, asumiendo su responsabilidad en 31Ȣ la lucha contra la pobreza. Recomiendo a los usuarios que no bajen la guardia después de beneficiarse con el proyecto, más al contrario, deben aplicar y compartir los conocimientos adquiridos en campo, apoyando a las comunidades vecinas que no han tenido la oportunidad de participar para que repliquen las técnicas, no deben ser mezquinos y siempre tienen que luchar por el desarrollo y superación de todas las familias rurales. F ortunato Calamani Kuno, Alcalde del municipio de Charazani, Primera Sección de la Provincia Bautista Saavedra, región de los Kallawayas, declarada por la UNESCO 07/11/03, junto a Curva como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad la Cultura Kallawaya. “… Todas la tecnologías y el conocimiento ancestral presente en Charazani, distribuido en su variedad geográfica desde las alturas hasta los valles, es una herencia que nos dejaron nuestros antepasados, es una riqueza cultural invalorable, y constituye un patrimonio de toda la humanidad, tenemos que cuidarlo y preservarlo porque lamentablemente mucho de este conocimiento se está perdiendo, también las forma de trabajo y el respeto a la Pachamama, antes se trabajaba en faenas para mantener la comunidad, ahora sólo por la plata. Es el gran reto de mi municipio, recuperar nuestros valores culturales; pero también la naturaleza está cambiando, se siente el cambio climático, tal vez antes ocurrió, pero nuestros antepasados supieron sobrellevar esto. Desde niño he admirado tantas terrazas en los cerros del valle, es impactante para todo el que llega, pero la altura también tiene sus potencialidades, pero como es pampa no se nota mucho, nuestros antepasados accedían a la altura y al valle, cuidando y manejando bien la tierra. Nuestra estrategia para afianzar nuestro desarrollo en el cambio actual, es lograr la afirmación de la Circunscripción Especial Indígena Nación Kallawaya. Con su presencia, el PROMARENA nos apoya en esta dirección, porque no sólo nos incentivó a recuperar nuestros saberes, sino que también hubo transferencia de conocimientos, y los incentivos que recibimos nos animaron a trabajar para nosotros mismos. El convenio que firmamos ha sido bueno, con la asistencia técnica se mejoró nuestras actividades productivas, artesanales y culturales, pero se requiere continuidad para lograr avances, por ello espero que otros proyectos parecidos al PROMARENA vengan a nuestro municipio”. 31ȣ R ufino Quispe Apaza, líder local de la región Suni Alpaqueros de Charazani, proveniente del Centro de Formación AYNIKUSUM, técnico en manejo de recursos naturales de altura, ha adquirido experiencia en la constitución de microempresas comunales y con apoyo del PROMARENA ha ejecutado dos fases del proyecto de producción y comercialización de charque de alpaca. “… Los saberes locales formaron parte de esos grandes saberes de nuestros antepasados, caso del charque en la altura y las terrazas en los valles, tienen un origen ancestral, y, en el momento, la combinación de estos saberes con los conocimientos científicos tienen que darnos mejores cosas, eso espero, porque antes la sanidad animal y vegetal se daba con extractos de hierbas, ahora eso se ha perdido y todo es inyecciones y fumigaciones. Como estamos hablando de terrazas agrícolas, son muy buenas para evitar que la tierra se lleve la erosión, tiene su manejo que viene de lo antiguo, pero hay secretos que se han perdido, todavía quedan los rituales. En las terrazas se producía maíz y papa y se interrelacionaba con la altura con el intercambio por charque, fibra y abono orgánico, ahora este sistema se está perdiendo, tal vez por nosotros mismos y por el cambio climático, me acuerdo que cuando era niño en la parte alta sólo se cultivaba papa luqui, algo medio raro ahora se da papa dulce, con el tiempo los del valle tendrán que venir por papa a la altura. El PROMARENA con su metodología para el aprovechamiento racional de los recursos naturales y valorar a los técnicos locales, para aprovechar el saber local, pero sin olvidar el conocimiento universal, nos ha hecho abrir los ojos. Tuve la suerte de viajar a Colombia con una pasantía, y aprendí mucho ampliando mi visión, espero que la experiencia PROMARENA se vuelva política regional y nacional. Ahora generamos empleo y autoempleo, con “ALPAQUITA ANDINA” que es una organización emergente de la comunidad Llachuani Ayllu Marka Marka SUNI Alpaqueros. Su objetivo principal es mejorar los ingresos económicos familiares mediante el uso y aprovechamiento de Recursos Naturales Renovables, empleando procesos técnicos y metodológicos de transformación y comercialización de productos camélidos. Con la presencia de PROMARENA se ha afirmado el manejo de nuestros recursos naturales, y el uso y aprovechamiento de los productos camélidos, como fibra en tejidos, carne en 31Ȥ charque, piel en colchas y otros, incorporando técnicas y tecnologías científicas sin perder la identidad cultural, saberes y “haceres” propios de las comunidades. La naturaleza nos ha dotado la sabiduría y capacidad al hombre, éstas hay, lo único es emprender y desafiar con responsabilidad y optimismo, no es quejarse y buscar empleo en la ciudad, hay que crear nosotros mismo los espacios de trabajo, para ello no se necesita ser sabio o político; la asistencia y la bendición de Dios, nada más hacer y hacer conocer nuestro trabajo”. A quilino Yujra Ticona, líder local del cantón Amarete, Presidente del Concejo Municipal de Charazani, comprometido con la revalorización de las tradiciones, costumbres y conocimientos de sus comunidades originarias. “…Nuestros abuelos antiguos tuvieron una buena visión, pensaron en proteger la tierra de la erosión, con algo que parece simple, el pirqueo. Nuestras terrazas de Amarete posiblemente sean de origen inca, porque al viajar a Cuzco hemos visto similitud en los colores de la ropa que vestimos los originarios así como en las terrazas; todavía manejamos de acuerdo a los abuelos en qapana, con rotación y descanso de 4 a 7 años quedando en puruma, cultivamos papa, oca, cebada, arveja y estamos introduciendo alfalfa, un 30% de las terrazas antiguas están abandonadas por la migración campo ciudad. La conservación de las semillas que cultivamos en las terrazas es realizada por cada familia, cuidándolas como un tesoro y en las fiestas se muestra y consume variedades de papa que solo son nuestras y que no van al mercado. El manejo de las terrazas también es familiar, cada zona y las qapana tiene como responsables a las familias originarias del lugar. PROMARENA ha generado un buen cambio en cuanto a la conciencia sobre el manejo racional de los recursos naturales, a la valoración de nuestros conocimientos y herencia local, dar oportunidad a los peritos locales, reforestado nuestros campos, hemos comprometido al municipio a dar contraparte y apoyo directo a las comunidades para nuestros proyectos y hemos manejado nuestros fondos comunalmente; un poco tarde nos damos cuenta que los amareteños no hemos aprovechado todo lo que la institución nos brindaba, pero hemos aprendido que el PROMARENA somos nosotros las comunidades y familias”. 3ȝț Petrona Flores y Simón Mamani Jaime Layme Cleto Titirico Rómulo Calle Triguero Jimena Quecaña Mario Callampa Fortunato Calamani Teófila Pachani Aquilino Yujra Ticona 32Ȝ Conclusiones • La revitalización de los conocimientos y tecnologías locales de larga data, que propicia el PROMARENA, junto con la transferencia de conocimientos universales en un diálogo igualitario, aporta al fortalecimiento de las organizaciones comunales y a los municipios, en la lucha contra la pobreza y en contra de los procesos de desertificación de la tierra. • La metodología de concursos facilita la movilización de las comunidades y familias para el manejo racional de los recursos naturales y el trabajo por ellos y para ellos mismos, lo que posibilita la realización de actividades que dan como resultado el incremento del valor de los bienes patrimoniales de la comunidad y la familia. • Los incentivos económicos que se entrega a las comunidades y familias de acuerdo al trabajo realizado y cumplimiento de metas mínimas no constituyen un pago en efectivo por el monto es mínimo y no cubre los jornales que emplean en la construcción de sus obras físicas de manejo y conservación de recursos naturales. Sin embargo, este pequeño incentivo resulta un poderoso aliciente para movilizar las capacidades locales, animar al trabajo comunal y failiar y reforzar las iniciativas de los líderes locales • En el ámbito de La Paz, las comunidades participantes en el PROMARENA, mediante competencias y concursos integrales, han logrado construir 308.16 hectáreas de terrazas agrícolas, entre terrazas construidas, rehabilitadas y terrazas de formación lenta y, adicionalmente, han controlado cárcavas con medidas biomecánicas y una reforestación masiva, construido infraestructura para cosecha de lluvias y riego de las terrazas, y la producción intensiva y uso de abonos orgánicos, caso compost. • El trabajo de investigación sobre el estado de situación de las terrazas agrícolas precolombinas y aquellas construidas con apoyo del PROMARENA, demostró que para las comunidades es una infraestructura fundamental para la seguridad alimentaria que se tiene que preservar, no sólo como una medida de conservación de suelos, sino también como un patrimonio y herencias cultural dejada por los antepasados precolombinos. 32ȝ • Para los comunarios, la mayor parte de las terrazas son de origen precolombino, con un regular estado de conservación y todavía se mantienen las formas de trabajo y manejo ancestral, presentándose la mayor parte de las categorías y clases del sistema de clasificación. Los miembros de las comunidades conocen varias prácticas de manejo y conservación de suelos y aguas y todas ellas se realizan con una frecuencia mayor al 50%, producto del trabajo del PROMARENA y de otras instituciones. • Los criterios de más alta prioridad para la toma de decisiones en el manejo y uso de las terrazas agrícolas son la conservación de los recursos tierra, agua y vegetación y la producción agrícola, para satisfacer las necesidades los requerimientos de la seguridad alimentaria, lo que determina la necesidad familiar de recuperar terrazas precolombinas o construir nuevas terrazas. Recomendaciones • Propiciar la difusión y transferencia de las experiencias y lecciones de la metodología PROMARENA a otros proyectos y programas de desarrollo rural especialmente de la temática de uso de laderas altoandinas con la recuperación y construcción de terrazas agrícolas, estos avances y logros pueden constituirse en políticas de Estado. • Profundizar los estudios para cuantificar los impactos económicos de la construcción y reconstrucción de terrazas agrícolas, inversión en mano de obra y tiempo de recuperación de la inversión, así como un estudio de costo beneficio ecológico y ambiental. • Aprovechar las capacidades locales de los recursos humanos formados, en la ejecución de proyectos de desarrollo rural, dando oportunidad a los peritos y técnicos con vivencia de campo. 32Ȟ Bibliografía HERNADEZ, Roberto (1999) “Metodología de la Investigación”, 4ta. Edición, Editorial McGraw-Hill, Barcelona, España. PROMARENA (2002) “Documento Ex ante Proyecto PROMARENA”, Fondo Internacional de Desarrollo Agropecuario FIDA-República de Bolivia. PROMARENA (2006) “Informe de Resultados Gestión 2006 UTL-VIA La Paz”, Bolivia. PROMARENA (2007) “Informe de Resultados Gestión 2007 UTL-VIA La Paz”, Bolivia. PROMARENA (2008) “Informe de Resultados Gestión 2008 UTL-VIA La Paz”, Bolivia. PROMARENA (2008) “Revista Institucional”, año 1, Nº 1. La Paz, Bolivia. UTL-La Paz PROMARENA (2006) “Cartilla de difusión Unidad Técnica Local Valles nor La Paz”, Charazani, La Paz, Bolivia. UTL-La Paz PROMARENA (2006) “Informes técnicos UTL-Valles Nor La Paz”, Charazani, La Paz, Bolivia. UTL-La Paz PROMARENA (2007) “Informes técnicos UTL-VIA La Paz”, La Paz, Bolivia. UTL-La Paz PROMARENA (2007) “Bases se concursos intercomunales Unidad Técnica Local Valles Interandinos La Paz”, La Paz, Bolivia. UTL-La Paz PROMARENA (2007) “Bases se concursos interfamiliares Unidad Técnica Local Valles Interandinos La Paz”, La Paz, Bolivia. UTL-La Paz PROMARENA (2008) “Informes técnicos UTL-VIA La Paz”, La Paz, Bolivia. 32ȟ