Simplemente Tony - Cámara Uruguaya del Libro
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Simplemente Tony - Cámara Uruguaya del Libro
prisaediciones.com/uy La biografía de un ídolo Simplemente Tony de Sergio Vasconcelos El arquero acaba de enviar la pelota al córner. Un pequeño capitán, con la número ocho en la espalda, camina lentamente hacia el banderín que une pasiones y clases sociales. La multitud se pone de pie para aplaudirlo. Él se emociona. Besa el escudo de la camiseta con un amor poco habitual en un ambiente muy profesionalizado. Porque Peñarol es su vida y porque nació siendo parte de esa banda. Es el ídolo de más de la mitad. Un ganador. Un ejemplo dentro y fuera de la cancha. Para muchos es Antonio, para otros, Pacheco. Para todos es simplemente Tony. prisaediciones.com/uy Sobre Simplemente Tony “Es un ídolo”, “un gran jugador”, “un símbolo de Peñarol”, “un buen tipo”, “un padre maravilloso”, “un gran hijo”, “un excelente compañero”, “es Peñarol”. Antonio Pacheco es esto para quienes lo idolatran, lo quieren y lo sienten. Es el deportista, es el hombre, es el hijo, padre y hermano, y todo eso se resume a simplemente Tony. Él es un jugador de fútbol, pero todos en su entorno aseguran que tiene algo especial. Uno de ellos está tan convencido de eso que decidió mostrarnos lo que no se ve en la cancha. Sergio Vasconcelos transmite en este libro todo lo que ha sido la vida de Pacheco, los buenos momentos, sus sueños, alegrías y éxitos. Pero también los tiempos difíciles, de dolor y tristeza. Simplemente Tony va desde la infancia hasta el momento difícil que vivió el jugador cuando debió irse de Peñarol. Habla de sus años en Europa y su pasaje por Argentina. Transmite lo que piensan muchos de los compañeros que ha tenido a lo largo de su carrera como futbolista, sus amigos y familiares. Y también los que lo adoran desde las tribunas de los estadios. Vasconcelos entrevistó al jugador durante horas, y esas reuniones que comenzaron siendo extrañas e incómodas para el protagonista, por su humildad y por no sentirse merecedor de un libro, terminaron siendo encuentros entre dos amigos. “Perdoname hermano, juro que me sabía todas las respuestas, pero eso cambió. Yo me quedo con tu imagen en mi corazón. No podré olvidar ese beso al escudo de la camiseta que te ama y que vos tanto amás, que a mí me eriza y que a mi [hijo] Pablo Javier emociona y lo hace pararse en el Centenario y sumarse al coro de “olé, olé, olé, olé. Tony, Tony”. Tampoco podré olvidar este tiempo de conocerte, que me ha obligado a dejar el alma en lo que escribo, a respirar a partir de esto que me ha dado tanta felicidad, porque sentía que no te podía fallar”. SERGIO VASCONCELOS Sobre el autor Sergio Vasconcelos nació en Montevideo el 12 de agosto de 1972. Se inició como escritor en el semanario Desafío y fue columnista de Juventud y Sociedad. Ha escrito artículos para La Mañana, El Día, La República y Últimas Noticias. Trabajó como panelista del programa político Desafío siglo XXI emitido en CX 28 Radio Imparcial. Fue coordinador del programa Tarjeta Joven del Instituto Nacional de la Juventud (INJU) y desde entonces mantiene un vínculo especial con la problemática infantil y adolescente. Trabajó como director del grupo Jóvenes en Acción, cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de los menores en riesgo en barrios carenciados de Montevideo. En 2007 publicó Bengoechea Eterno, una biografía del futbolista. En la actualidad se desempeña en el ámbito público y privado y estudia Ciencias Sociales. Es redactor responsable de la revista Mística. Dos colores, una pasión. prisaediciones.com/uy Fragmentos del libro “Soy un agradecido a la vida, a lo que me ha dado y a lo que vendrá. Y soy un agradecido a la gente de Peñarol, la gente más maravillosa del mundo, única, increíble, irrepetible”. ANTONIO PACHECO “Tony sale de su cuarto con la revista El Gráfico en la mano. Mira el reloj. ‘Mamá, son las nueve. Tengo que comer para acostarme temprano y concentrar’. Los padres se miran. Él vuelve a su dormitorio. Pasión de fútbol, calor de hogar y las cosas claras. Un profesional viviendo en un cuerpo de diez años”. “Pibe, ¿vos querés jugar en Peñarol?’. Por fin comprendió. Fin de semana tras fin de semana recibían en la cancha de la 4 de Julio ofertas para ir a los más diversos equipos del medio, pero nunca la del equipo de sus amores. Tony no quería ponerse otra camiseta y esperaba que algún representante aurinegro fuera a buscarlo. Al día siguiente, el pibe que la rompía en los canteros del Parque Batlle probaría suerte en el club que llevaba en la sangre”. “Wilson Di Cono arma cuatro, cinco equipos de once. Reparte los chalecos y por momentos se siente un líder de multitudes. La centena de niños camina tras él (…) Promedia la tarde y Tony da pasos anónimos, pensando en las probabilidades (…) ‘Tenemos sus teléfonos, los vamos a llamar’. Pero a él no lo nombraron y quedó allí, sentado, solo. Ya era parte de la preséptima de Peñarol y la felicidad lo invadía. Pensaba en todos, en sus padres, sus hermanas y quería abrazarse con cada uno. Tomó un poco de agua, se quitó las canilleras y con las medias bajas rumbeó hacia el vestuario que sería su segunda casa. Antonio, el pequeño Antonio, era jugador de Peñarol. ¿Cómo podía caber tanta felicidad en un cuerpo tan chico?”. “Fue el goleador de todo el fútbol juvenil. Hizo goles de todo tipo y color. Y fiel a su estilo y costumbre le amargó los clásicos al rival de todas las horas. Sin embargo nunca se mareó. Tenía claro que los goles servían si eso era útil al equipo. El 27 de noviembre de 1991 Peñarol goleó a El Tanque Sisley por 12 a 1 y se coronó campeón uruguayo. Antonio hizo 3 y llegó a los 36 en la temporada. Los récords temblaban y caían. Todos los equipos tenían claro que era casi imposible vencer a aquellos chicos”. “Así es Tony, el niño definiendo en la cancha de Unión Vecinal, el adolescente en Las Acacias… Y así será el hombre: aparecerá en los momentos más difíciles, cuando muchos se esconden. Es un amuleto clásico, un diferente que no escapa a sus responsabilidades. Es de esos jugadores que influyen sobre propios y ajenos, porque todos, unos y otros, saben que estando Pacheco en la cancha el partido empieza en el túnel”. “Íbamos desde el aeropuerto, con Salazar, hacia el club para firmar el contrato y se me ocurrió preguntarle de qué color era la camiseta. Cuando me contó que era blanca le dije: ‘Da la vuelta que nos vamos. Yo no firmo’. La verdad es que no tenía idea de eso. Yo conocía poco y nada de Albacete, mucho menos la camiseta. Él me iba contando todo en el camino y para convencerme me dijo: ‘Pero la de alternativa es amarilla y negra’. No podía entender que yo estuviera hablando en serio. Le pedí que me llevara a un hotel y no quería firmar. No podía entender mi fanatismo, pero era verdad. Es increíble el destino, pero el primer gol que hice en Albacete fue con la camiseta de alternativa. Son de esas cosas que pasan. Después hice muchos con la otra también. Pero es verdad que me costó y al principio no quería firmar contrato”. “Tony cumple el ritual de siempre, pero esta vez lleva a su hijo en brazos y por momentos no puede contener la emoción. Su amigo Darío le acomoda el brazalete que lleva el logo de Campeón del Siglo y lo mira, recordando las conversaciones del cuarto de Barros Blancos, donde duermen los tres veteranos de este plantel. Ni bien se habían enterado de la noticia, todos le habían hablado de lo que iba a sentir cuando lo estrenara en la cancha. Ahora aquello se hacía presente. Benja lleva la camiseta número ocho, esa que su padre ha hecho famosa, y duerme mansamente a pesar de la cohetería. Antonio muerde su labio inferior y como puede aguanta las lágrimas, aunque alguna moja el pasto. De inmediato suelta su sonrisa de tipo bueno, esa de siempre. Lleva el orgullo en los ojos. Allí está su hijo, su familia, su gente y sus colores, todo en el mismo lugar. ¿Qué mejor sitio puede haber?”. prisaediciones.com/uy “Yo tengo en mi hermano a un gran amigo y la otra persona que está a ese nivel es Antonio Pacheco (…) Es un símbolo de Peñarol, pero se ha ganado el respeto de los hinchas de todos los clubes, incluso de los de Nacional, algo que no hace más que hablar bien de su persona (…) Tony es un fenómeno. Un ejemplo de trabajo, humildad y éxito, en un país que no siempre protege a sus ídolos (…) Es un ser humano noble que merece este homenaje y muchos más”. ÁLVARO RECOBA “Tony es un referente porque en él se sintetiza la historia de Peñarol. Hoy tengo la fortuna de decir que ya no es un compañero de fútbol con el que comparto cosas. Hoy es uno de mis amigos de verdad y eso representa un orgullo muy grande en lo personal. Es el más amado por la hinchada más linda del mundo y, a la vez, respetado por quienes gritan por otros colores. A nivel local es el ídolo máximo del fútbol”. DARÍO RODRÍGUEZ “Sigue siendo el mismo. Nada lo ha cambiado. Hay ídolos que son producto de un gol histórico o de una victoria clásica, o que lo son por haber ganado varios trofeos en la institución. Pocos, como Tony, encarnan la verdadera concepción del ídolo. Porque él ha complementado el ser un eximio futbolista con una persona de bien que se hizo referente para todo un club. Un club que, por otra parte, ama con el corazón. No todos lo logran, él lo consiguió y lo merece (…) Es un orgullo para mí haber contribuido en algo a su persona y a su profesión. En ambas facetas es un ganador y me siento honrado por la consideración que él me tiene. Es un espejo, un referente, un hombre amado por su gente y respetado por los contrarios… Un verdadero caballero”. GREGORIO PÉREZ “Si tuviera que definirlo con una sola palabra sería nobleza. Es un ser noble, sencillo, leal, amigo de sus amigos. Es de fierro, de esos que siempre están pendientes de todo lo que pasa o deja de pasar. Es excepcional de verdad y yo soy un agradecido a la vida por tener la relación de amistad que tengo con él hoy”. DIEGO ALONSO “Tony molesta y por eso el ciclo debía cerrarse, aunque el pibe del Parque Batlle, ya no tan pibe, hubiera jugado veinte minutos fantásticos en la final de la Copa demostrando su vigencia. La traición llegaba a su punto máximo. El teléfono suena. ‘Tony, te habla Osvaldo Giménez. Mirá, Diego no va a contar más con vos, por lo que quedás libre de hacer lo que entiendas mejor’. Fue de la misma manera en que otros grandes de Peñarol han terminado su ciclo”. “Sergio me ha preguntado muchas veces qué siento cuando voy a tirar un córner y la gente se para y me aplaude, o cuando un estadio entero corea mi nombre. A mí me emociona. No sé si soy merecedor de tanto cariño, pero me da fuerza para seguir buscando la felicidad de todos, al menos la que dependa de esos noventa minutos del deporte más lindo de todos. No me alcanzarían las palabras para decirle al hincha lo que me ha brindado durante mi carrera de futbolista. Siempre lo digo: Peñarol es mi familia, mis amigos, mi sentimiento… Peñarol es mi vida”. ANTONIO PACHECO FICHA DEL LIBRO Título: Simplemente Tony Autor: Sergio Vasconcelos Sello: Aguilar Formato: 22 x 27 cm Páginas: 340 ISBN: 9789974954946 PVP: $ 380.00 Lanzamiento: setiembre de 2011