Personas mayores en riesgo. Detección del maltrato y la

Transcripción

Personas mayores en riesgo. Detección del maltrato y la
2009, 32. 321-323
ISSN: 1577-0338
Personas mayores en riesgo. Detección del
maltrato y la autonegligencia
Carmen Touza Garma (Dir.), M.ª Paz Segura García, Carmen Prado Novoa,
Lluis Ballester Brage, Martí X. March Cerdà.
Universitat de les Illes Balears, Pirámide, 2009
Belén Martínez Fernández
El abuso y los malos tratos hacia las
personas mayores se han convertido
en las últimas décadas un importante
problema para el bienestar social, la salud
pública y la legalidad. Esta relevancia ha
llevado a cambios en su tratamiento desde
las administraciones y las autoridades
responsables. No hay que olvidar que,
independientemente del tipo de abuso
que se esté produciendo, éste siempre
conduce a un sufrimiento innecesario, a
la violación de los derechos humanos y
a una reducción de la calidad de vida de
las personas mayores.
Los elevados porcentajes de mayores de
65 años y su crecimiento previsible en el
futuro han influido en el interés reciente por
el tratamiento inadecuado de las personas
mayores. Debemos tener en cuenta que es
más difícil para estas personas abandonar una relación abusiva o tomar las decisiones
adecuadas, debido a las limitaciones físicas y cognitivas que suelen acompañar al
envejecimiento. Además, las obligaciones de parentesco llevan a que con frecuencia las
personas que maltratan sean los cuidadores y cuidadoras, que son la única fuente de
compañía de las personas mayores, lo que hace que las víctimas sufran en silencio y
necesiten ayuda externa para poner fin a las situaciones de abuso.
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Desde el punto de vista científico, aunque se han realizado escasos estudios
epidemiológicos en el estado Español, los que se han llevado a cabo ponen de relieve la
extensión del problema y la necesidad de prevención. Las cifras varían, pero se habla de
entre 4-6% de víctimas, con la sospecha de que el número real es mucho mayor, debido
a las dificultades metodológicas para hacer visible este tipo de situaciones. Parece que el
abuso sucede en todas las clases sociales, y algunos aspectos como el aislamiento social
de estas personas y el deterioro cognitivo son factores de riesgo para el abuso, así como
los historiales de violencia doméstica.
La nueva publicación de Carmen Touza, M.ª Paz Segura, Carmen Prado, Lluis Ballester y
Martí March «Personas mayores en riesgo. Detección del maltrato y la autonegligencia»,
supone un gran avance en este campo. El proyecto del cual es resultado esta publicación
nace de la necesidad de disponer de instrumentos que ayuden a los profesionales de
los ámbitos sociales a poder sistematizar su sospecha sobre la existencia de malos
tratos. El resultado obtenido han sido las Escalas de detección del riesgo de malos
tratos domésticos y comportamientos autonegligentes en personas mayores (EDMA).
El instrumento desarrollado permite caracterizar diferentes dimensiones de los malos
tratos, incluso la difícil distinción entre la negligencia y la autonegligencia. Los autores
presentan una escala multidimensional con fuertes evidencias de validez. Por otra parte,
el instrumento implica un tiempo relativamente corto para su cumplimentación, lo que
facilita la recogida de datos por parte de las y los trabajadores sociales.
Uno de los principales retos de los profesionales es poder detectar las situaciones de malos
tratos y atender las posibles notificaciones que reciban, ya que son el punto de arranque
para comenzar cualquier proceso de intervención. Nos encontramos ante un problema
que en gran medida permanece oculto, que es difícil detectar o, que en caso de serlo,
puede no ser notificado por diversas razones. Es un fenómeno socialmente poco visible
y en cierta medida justificado u ocultado. Las mismas actitudes sociales que pueden
convertirse en factores de riesgo para la aparición de los malos tratos se convierten en
obstáculos para su detección y notificación. Por otra parte, tanto las víctimas como los
posibles maltratadores tendrían «sus propias razones» para no comunicar su situación.
Para poder detectar, los profesionales necesitan ser conscientes de la existencia del
problema y mantener un alto índice de sospecha, ya que sólo se diagnostica aquello
sobre lo que se piensa. La formación sobre malos tratos domésticos y comportamientos
autonegligentes es un requisito necesario para mantener este «estado de alerta» ante la
posible aparición de casos. También favorece una valoración más precisa: reduce el riesgo
de atribuir, sin más, el estado de la persona mayor a otras circunstancias ajenas a los
malos tratos; de identificar únicamente los casos con los que se está más familiarizado;
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y puede ser útil para modificar ciertas creencias y valores personales que dificultan la
detección (por ej., considerar que las personas mayores no pueden ser víctimas de
abusos sexuales). Hay que tener en cuenta que para detectar malos tratos es necesario
que tenga presente que es una situación que pueden estar viviendo las personas mayores
con las que trabaja. Para tener esta primera sospecha es necesaria una formación previa
sobre el problema a detectar.
Por ello, los autores han dedicado la primera parte de esta publicación a reflexionar
sobre algunos aspectos básicos de los malos tratos hacia las personas mayores: su
conceptualización, sus tipologías, los modelos teóricos que intentan explicarlos, los
factores de riesgo relacionados con ellos, así como los procedimientos utilizados hasta el
momento para su detección.
En resumen, nos encontramos con un valioso instrumento para la detección rápida y
temprana de casos en riesgo de malos tratos de la población de personas mayores, que
tendrá una buena acogida por los profesionales responsables y que será muy útil para la
prevención de este importante problema social.
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