Perspectivas en cirugía ortopédica moderna
Transcripción
Perspectivas en cirugía ortopédica moderna
Perspectivas en cirugía ortopédica moderna Nuevas terapias de reconstrucción tendinosa Michael J. DeFranco, MD, Kathleen Derwin, PhD y Joseph P. Iannotti, MD, PhD Resumen Aunque actualmente se utilizan diversos tipos de injerto, en realidad no existe ningún tratamiento quirúrgico que restablezca la estructura normal de los tendones. Para desarrollar terapias de reconstrucción tendinosa, se están utilizando técnicas de ingeniería tisular. Los andamiajes biológicos y sintéticos pueden reparar defectos tendinosos y mejorar su cicatrización. Ello se logra mediante la regeneración de la biología natural de los tendones, que permitirá restablecer su capacidad mecánica. Dicho proceso puede favorecerse mediante métodos de refuerzo (augmentation), como los cultivos celulares, los factores de crecimiento y la terapia génica. J Am Acad Orthop Surg (Ed Esp) 2004;3:370-376 J Am Acad Orthop Surg 2004;12:298-304 De los casi 33 millones de lesiones musculoesqueléticas que se producen anualmente en Estados Unidos, las lesiones de partes blandas suponen un 45%.1 En este país, se realizan anualmente más de 30.000 reparaciones tendinosas, y el diagnóstico y el tratamiento de las patologías tendinosas suponen un gasto de miles de millones de dólares.2 Historia de los injertos tendinosos Los injertos para reconstrucciones tendinosas se llevan haciendo desde finales del siglo XIV. Para sustituir tendones lesionados o destruidos por diversas enfermedades o afectados por causas congénitas, se han utilizado injertos biológicos o sintéticos. Los injertos biológicos (autoinjertos, aloinjertos y xenoinjertos) se usan para rellenar defectos tisulares. Aunque se suele aceptar que los autoinjertos son un buen método terapéutico, su grado de éxito no se ha demostrado suficientemente.3 Una limitación fundamental es la disponibilidad de tendones del huésped, que tengan tamaños y resistencias adecuadas.3 Además, cuando se usan, hace falta realizar una segunda incisión qui- 370 rúrgica, con las posibles complicaciones que ello supone, como por ejemplo, una menor movilidad en otra articulación. Además, los autoinjertos inicialmente son débiles y necesitan varios meses para recuperar su total resistencia. Por todo ello, algunos cirujanos prefieren utilizar aloinjertos frescos congelados tratados químicamente, aloinjertos frescos congelados o aloinjertos liofilizados.3 En el mejor de los casos, los injertos actúan como andamiajes que permiten un nuevo crecimiento de los tejidos huésped. Sin embargo, su uso, sobre todo en situaciones de emergencia, puede tener problemas, entre los que figura su antigenicidad. Por su fácil acceso y abundante flujo, se está prestando cada vez más atención a los xenoinjertos como andamiajes que reabsorban la neoformación del tejido huésped. Sin embargo, como en los aloinjertos, antes de utilizar los xenoinjertos, hay que tener en cuenta su antigenicidad. Para crear prótesis tendinosas que satisfagan propósitos similares a los de las sustancias naturales, se han utilizado materiales sintéticos (reabsorbibles o no reabsorbiles). Tanto los injertos biológicos como los sintéticos pueden utilizarse para reconstruir lesiones tendinosas habitua- les (tabla 1), aunque con diversos grado de éxito. A pesar de que se han realizado estudios animales y ensayos humanos de los diferentes tipos de injerto, es muy difícil comparar sus resultados. Ello se debe a la diferente extensión de la lesión tendinosa y a los diferentes métodos utilizados para medir los resultados. Si bien existen diversos materiales para los injertos, ningún tratamiento logrará que un tendón recupere su estado normal. Además, todos los métodos tienen sus posibles complicaciones (tabla 2). No obstante, los avances en ingeniería tisular y en el conocimiento de la biología tendinosa han hecho que se desarrollen nuevas terapias de reconstrucción tendinosa. Ingeniería tisular y desarrollo de andamiajes La ingeniería tisular es la aplicación de principios científicos para diseñar, construir, modificar, hacer crecer y mantener los tejidos vivos. Su objetivo es reparar o sustituir un tejido mediante la implantación de células, andamiajes, ADN, proteínas y/o fragmentos de proteínas que sustituyan o reparen los tejidos lesionados o enfermos.4 Esta El Dr. DeFranco es Resident, Department of Orthopaedic Surgery, The Cleveland Clinic Foundation, Cleveland, OH. La Dra. Derwin es Project Staff Scientist, Department of Biomedical Engineering, The Cleveland Clinic Foundation. El Dr. Iannotti es Chairman, Department of Orthopaedic Surgery, The Cleveland Clinic Foundation. Ninguno de los siguientes autores ni los departamentos asociados con ellos han recibido ayudas ni poseen acciones en empresas u organismos relacionados directa o indirectamente con el tema de este artículo: Dr. DeFranco, Dra. Derwin y Dr. Iannotti. Copyright 2004 by the American Academy of Orthopaedic Surgeons. Journal of the American Academy of Orthopaedic Surgeons (Edición Española) 22 Michael J. DeFranco, MD y cols. Tabla 1 Injertos tendinosos Zona de reparación tendinosa Manguito rotador Tendones flexores de la mano Tendón de Aquiles Tipo de injerto Autoinjertos Aloinjertos Sintéticos Tensor de la fascia lata Parche de injerto fascial Ligamento coracoacromial Tendón central del cuádriceps Porción larga del bíceps Tendón rotuliano libre Palmar mayor Plantar Flexor superficial de los dedos, flexor profundo de los dedos, extensor largo de los dedos Extensores de los dedos del pie Fascia lata Semitendinoso Recto interno Tendón rotuliano Flexor largo de los dedos Manguito rotador de cadáver Plantar Fibra de carbono Ácido poliláctico Teflón (DuPont, Wilmington, DE) Marlex (Phillips Sumika, The Woodlands, TX) Dacrón Nylon Palmar mayor Extensores de los dedos del pie Poliacrilamida Silicona Aquiles Ácido poliláctico Marlex Dacrón Fibra de carbono Terilene Poliacrilonitrilo tecnología ha cambiado el concepto del injerto que simplemente rellena los defectos tisulares por otro en el que un implante actúa como andamiaje que participa activamente en la regeneración de una nueva estructura. Un andamiaje es una estructura tridimensional biocompatible, que sirve como implante temporal o permanente. Para la reconstrucción tendinosa, suelen utilizarse materiales biológicos y sintéticos capaces de crear un andamiaje para la misma5 (tabla 3). En general, los andamiajes reabsorbibles se biodegradan, y son sustituidos por tejido natural. En condiciones ideales, dichos andamiajes se degradan a la misma velocidad con que son sustituidos por el tejido huésped, y mantienen por tanto su integridad mientras la remodelación funcional bajo cargas tiene lugar. Por el contrario, los andamiajes no reabsorbibles son estructuras permanentes que per- 23 miten el desarrollo de tejido nuevo dentro de ellos y a su alrededor. matriz extracelular). Se está prestando cada vez más atención a la utilización como andamiaje de materiales de la matriz extracelular natural para la reparación y regeneración de tejidos.6 La matriz extracelular tiene diferentes composiciones en las distintas partes del cuerpo, y está formada por diversas moléculas, como el colágeno, los proteoglicanos y las glucoproteínas.6 La matriz extracelular natural puede servir como andamiaje reabsorbible e inductivo, alrededor del cual se estimula al cuerpo a reconstruir y remodelar tejidos adecuados, funcional y estructuralmente. Teniendo en cuenta que la matriz extracelular natural contiene factores de crecimiento y citocinas unidas pero liberables, estos andamiajes pueden ser inductivos. También pueden proporcionar soporte funcional y propiedades biológicas inherentes, que influyan en la conducta celular y en el desarrollo tisular. El componente más importante de la matriz extracelular referente a la reconstrucción tendinosa es el colágeno tipo I. En general, el comportamiento mecánico y fisiológico del colágeno determina las propiedades de los tendones. El colágeno tipo I es el componente estructural de los tendones, y es responsable de su resistencia mecánica.7 Por ello, en las investigaciones de regeneración del tejido tendinoso, se están utilizando andamiajes basados en el colágeno tipo I. Ejemplos de materiales de andamiaje biológico son la dermis bovina y hu- Materiales biológicos de andamiaje En la reconstrucción de tendones, el objetivo de la ingeniería tisular es la reparación de la estructura dañada con un tejido que tenga las propiedades estructurales y funcionales del tendón natural. Teniendo en cuenta que los tendones manifiestan una cicatrización espontánea limitada cuando se lesionan, la implantación de un andamiaje que estimule su regeneración es un suplemento muy importante para el proceso de cicatrización. Como materiales biológicos de andamiaje pueden utilizarse tejidos naturales y polímeros reconstituidos. Las propiedades físicas de los tejidos biológicos dependen de la composición y estructura del material que rodea a sus células (es decir, la Vol 3, N.o 6, Noviembre/Diciembre 2004 Tabla 2 Complicaciones de los injertos Incapacidad de lograr resultados funcionales Inestabilidad o alteración biomecánica articular Rotura del injerto Formación de adherencias Fracaso del injerto en incorporarse al tejido natural Reacción de cuerpo extraño (p. ej., rechazo inmunológico, antigenicidad) Infección Necrosis Retraso de la cicatrización 371 Nuevas terapias de reconstrucción tendinosa Tabla 3 Materiales de andamiaje5 Biológicos (naturales) Tejidos humanos Dermis Duramadre Tejidos animales Submucosa porcina de intestino delgado Dermis porcina Biopolímeros Colágeno tipo I Sintéticos (fabricados) Reabsorbibles Polietileno Ácido poliglucólico Ácido poliláctico Poli-N-acetil-D-glucosamina (chitin) No reabsorbibles Fibra de carbono Dacrón Nylon Poliacrilamida Silicona Teflón Seda mana, la duramadre humana, la submucosa de intestino delgado (small intestinal submucosa, SIS) porcina y el colágeno de enlaces cruzados tipo I. Dermis humana La dermis humana es una capa resistente, flexible y muy elástica de tejido conectivo, que se encuentra bajo la epidermis y que está compuesta por un estrato capilar y otro reticular (de 1 a 5 mm de grosor). Además de las fibras elásticas, la dermis consta fundamentalmente de colágeno tipo I, aunque también tiene algo de colágeno tipo III. Contiene además proteoglicanos, factores de crecimiento y glucoproteínas, que influyen en la producción de colágeno, en la angiogénesis y en la función celular.8 Su matriz de colágeno proporciona un entramado para la regeneración tisular. El aloinjerto de dermis debe procesarse hasta obtener una matriz dérmica acelular que sirve como andamiaje biológico a la remodelación tisular normal. La utilización de injertos de piel para regenerar tejidos tendinosos no es una novedad. De hecho, fueron utilizados en 1970 para la reparación 372 de tendones de Aquiles, bíceps y lesiones de tendones flexores. Grewal y Mittal9 han utilizado, en un modelo canino, injertos cutáneos de todo su espesor para defectos de tendones de Aquiles. En 8 semanas la función normal se recupera. Dichos autores no pudieron diferenciar los injertos de los tendones tras 2-3 semanas. Biomecánicamente, el nuevo tejido tendinoso fue capaz de soportar la carga parcial después de 3 semanas, y logró una función total tras 7-10 semanas.9 En un estudio reciente, se han utilizado aloinjertos de dermis para reparar defectos de tendones de Aquiles en ratas. Se ha constatado que dichos aloinjertos tienen propiedades histológicas y biológicas suficientes como para poder funcionar como andamiaje de la neoformación tendinosa.10 La dermis también está siendo utilizada para mejorar las reparaciones de los tendones flexores. En un estudio realizado en cadáveres, se han utilizado férulas internas de dermis para potenciar la reparación de los tendones profundos. Con ellas se multiplicó por cuatro la carga hasta el fallo obtenida con las reparaciones estándar de dichos tendones flexores. Aunque los resultados de los estudios mencionados parecen ser prometedores, la utilización de aloinjertos de dermis humana para reparaciones tendinosas todavía está en sus primeras fases de desarrollo. Duramadre humana La duramadre puede actuar como andamiaje biológico, y tiene las ventajas de su resistencia, duración, flexibilidad, tolerancia y disponibilidad. En un estudio publicado, se repararon defectos de tendón de Aquiles de ratas mediante duramadre humana. La duramadre indujo la producción de un tejido fibroso organizado, dando como resultado capas concéntricas de colágeno y fibroblastos alineadas en la dirección de las cargas aplicadas.12 Sin embargo, este estudio no incluyó un análisis biomecánico, que parece esencial antes de que la duramadre se utilice en la práctica. Submucosa porcina de intestino delgado La SIS, que es un biomaterial derivado del yeyuno porcino, suele utilizarse como tejido xenogénico capaz de actuar como andamiaje biológico. Este material debe tratarse mediante un proceso químico, cuyo fin es disminuir su contenido celular antes de utilizarlo como xenoinjerto. Es un tejido fino y translúcido (con una pared de 0,1 a 0,2 mm de espesor), formado fundamentalmente por colágenos de tipos I y II, aunque también incluye otros tipos de colágeno, glucosaminoglucanos, glucoproteínas y factores de crecimiento.13 Como andamiaje, su integridad mecánica y porosidad pueden facilitar un proceso cicatricial reconstructivo que permita el crecimiento y la diferenciación celulares, la difusión de moléculas solubles (es decir, de factores de crecimiento) y la angiogénesis.14 Finalmente, este proceso induce la proliferación del tejido huésped, así como la remodelación y regeneración de estructuras tisulares apropiadas. Globalmente, el proceso regenerativo de la SIS da lugar a un tejido de composición similar al del tendón original. Los estudios animales han demostrado la utilidad de la SIS en problemas musculoesqueléticos, especialmente como andamiaje reabsorbible para la regeneración in vivo de un tejido similar al de los tendones.15,16 En un estudio realizado en perros de reparación de defectos de tendón de Aquiles, se constató que la SIS estimula la rápida aposición de tejido conectivo (formado por colágeno y otros proteoglicanos), que llega a organizarse en la dirección de las líneas de fuerza.15 Tras 12 semanas, los resultados de este estudio indicaron que el nuevo tejido tendinoso es más resistente que la inserción musculotendinosa y que la inserción ósea del tendón. La capacidad frente a cargas tensoras pasó de 130 N a 580 N en 4 semanas, y a más de 1.000 N en 12 semanas.15 En un modelo canino en el que se utilizó SIS para reparar defectos del manguito rotador, el aspecto macroscópico, la continuidad histológica y la forma de fallo de los montajes fueron similares a las de los tendones infraespinosos naturales.16 Sin embargo, la resistencia última del tendón regenerado con SIS fue significativamente menor (p < 0,001) que la de los tendones infraespinosos naturales. Finalmente, la SIS se reabsorbió en la zona de implantación, dejando solamente un tejido de sustitución deriva- Journal of the American Academy of Orthopaedic Surgeons (Edición Española) 24 Michael J. DeFranco, MD y cols. do del huésped, que pareció tener las características funcionales y morfológicas del tendón original.16 Colágeno de enlaces cruzados tipo I Los polímeros naturales como el colágeno son otra fuente de andamiaje biológico para la regeneración tendinosa. La matriz colágena de los tendones humanos y bovinos está formada fundamentalmente por fibras de colágeno tipo I, que pueden aislarse y utilizarse como base de andamiajes biológicos. Las ventajas del colágeno son su resistencia, su capacidad de reabsorción y su capacidad de inducir la alineación del tejido conectivo del huésped. Puede ser procesado en forma de fibras, que pueden entrecruzarse con ciertas sustancias (p. ej., el glutaraldehído o la carboiimida), mejorando su resistencia en estudios in vivo.5,7,17,18 El tratamiento con glutaraldehído produce enlaces cruzados entre los grupos amino, aumentando con ello su resistencia al agua, al calor y a las enzimas proteolíticas. Con el tratamiento mediante glutaraldehído, la resistencia del tejido del injerto mejora y la antigenicidad disminuye. Para reparar defectos tendinosos de tendón de Aquiles en modelos animales, se han utilizado prótesis de fibra de colágeno. La reabsorción protésica implica una respuesta inflamatoria que conduce a la retirada total del dispositivo. La inducción del tejido conectivo implica una maduración progresiva de la matriz extracelular neoformada, incluyendo un aumento de los diámetros de las fibrillas de colágeno y una transición en las interacciones colágeno-proteoglicanos, que da lugar a un nuevo tejido tendinoso bien desarrollado. Goldstein y cols.17 han utilizado colágeno tipo I reconstituido en un modelo de conejo para estimular la rápida formación de nuevo tejido tendinoso. La resistencia y el módulo de los implantes tras 20 semanas fueron similares a los de los injertos tendinosos autógenos desvascularizados. Kato y cols.18 han demostrado que, a las 52 semanas, los implantes de colágeno entrecruzado con carboiimida sustituidos por nuevo tejido tendinoso tienen propiedades estructurales y mecánicas similares, pero no idénticas a las de los injertos 25 tendinosos autógenos. Además, se biodegradan a velocidades similares. Más aún, los implantes entrecruzados con carboiimida llegaron a tener una resistencia del 66% de la de los tendones frescos normales. Con los implantes entrecruzados con glutaraldehído no se obtuvieron resultados similares. Otras fuentes animales de colágeno tipo I son el colágeno bovino y el tejido de colágeno de la cola de canguro.5,17,19 En un estudio se ha señalado que el colágeno bovino tipo I tratado con cloroformo y metanol tiene a las 12 semanas una resistencia biomecánica equivalente a la de los autoinjertos que se utilizaron como controles.7 Se observó una notable respuesta de anticuerpos a tales injertos, pero a los 90 días sus niveles disminuyeron hasta los de los autoinjertos de control. Para la reconstrucción tendinosa con andamiaje de colágeno tipo I, también se dispone de la dermis porcina entrecruzada con hexametileno diisocionato, que previene su rotura por acción de las colagenazas naturales. La resistencia del xenoinjerto del tejido de colágeno de cola de canguro comparada con la de los tendones de Aquiles de conejos normales es del 33,5% a las 10 semanas y del 79,5% a las 14 semanas.19 Histológicamente se constató una infiltración fibrosa de intensidad variable, sin evidencia de rechazo inmunológico. Globalmente, las fibras de colágeno tipo I entrecruzadas son andamiajes ideales, por su baja antigenicidad y resistencia. La biodegradabilidad de dichos andamiajes puede variar según el tipo de sustancias químicas que se utilicen en el proceso de entrecruzamiento.3,7,18 Se están investigando también otros polímeros, como la elastina, los glucosaminoglicanos, los proteoglicanos, las lamininas y las fibronectinas, para su uso en la regeneración tendinosa. Materiales sintéticos de andamiaje Andamiajes sintéticos no biodegradables Los materiales sintéticos se utilizan para reforzar las reparaciones tendinosas primarias y secundarias, así como para sustituir pérdidas tisulares. Para construir tendones sintéticos, se usan muchos tipos de materiales. Los Vol 3, N.o 6, Noviembre/Diciembre 2004 materiales no biodegradables que se emplearon inicialmente fueron el nylon, el Teflón, la silicona, la seda, el carbono y la fibra de poliacrilamida. Los materiales sintéticos son no antigénicos, aunque a veces no son biocompatibles debido a la respuesta de cuerpo extraño del huésped, especialmente a los residuos originados por el desgaste. La incorporación y la remodelación de los materiales sintéticos también pueden ser inadecuadas, y producir un fallo mecánico tardío.15 Las investigaciones actuales han redefinido el injerto sintético mediante la utilización de polímeros sintéticos como andamiajes biodegradables. Andamiajes sintéticos biodegradables Algunos de los polímeros que más se están investigando como posibles andamiajes sintéticos en estudios animales in vivo e in vitro son el ácido poliglucólico (polyglycolic acid, PGA), el ácido poliláctico (polylactic acid, PLA), la poli-N-acetil-e-caprolactona (p. ej., chitin), la poli-e-caprolactona, la polietilén tereftalato y el polipropileno.3,20-23 De ellos, el PGA y el PLA son los materiales quirúrgicamente biodegradables más habituales. Los estudios han demostrado que estos polímeros pueden usarse como andamiajes, como portadores de células y matriz extracelular, y como medio para liberar factores de crecimiento en el proceso reparativo de los tendones.21 Uno de los objetivo de estos parches sintéticos es mejorar la resistencia de las reparaciones de las roturas del manguito rotador. MacGillivray y cols.23 han estudiado los parches de PLA en la reparación de defectos del manguito rotador en cabras. Sus resultados parecen indicar que la reparación de defectos de manguito rotador con andamiaje reabsorbible de PLA no aumenta con el tiempo la resistencia última de carga hasta el fallo. Además, en dicho estudio, la incorporación histológica fue incompleta y la reacción de las células gigantes al parche duró hasta los 6 meses.19 Las prótesis combinadas, como los dispositivos de PGA-Dacrón también han sido utilizados en reparaciones tendinosas.24 Estos dispositivos tienen una resistencia y unas propiedades físicas adecuadas para ser usados en te- 373 Nuevas terapias de reconstrucción tendinosa norrafias primarias, y para puentear defectos tendinosos. Sin embargo, en cuanto a inducir la formación de nuevo tendón en los defectos tendinosos, no tienen ninguna ventaja especial con respecto a otros materiales disponibles. Los diferentes materiales sintéticos han mostrado diversos grados de éxito. Los andamiajes sintéticos biodegradables pueden alterar las propiedades mecánicas de un tendón reparado, aunque también pueden perder resistencia e integridad con el paso del tiempo, tener poco crecimiento tendinoso natural, producir abrasiones en los tejidos circundantes, modificar la respuesta inflamatoria y causar una hiperplasia indeseable del tejido cicatricial que se forma alrededor de la zona de reparación. Por tanto, aunque los montajes sintéticos pueden llegar a ser útiles en las reconstrucciones tendinosas, deben ser mejorados antes de utilizarse como alternativa a los materiales naturales. Refuerzo de los andamiajes Aunque los andamiajes biológicos pueden inducir y apoyar la regeneración de nuevos tejidos similares en su composición y estructura a la de los tejidos naturales, las dudas sobre las propiedades biomecánicas de los tejidos tendinosos neoformados han hecho que se desarrollen técnicas para reforzarlos (augmentation). Estas técnicas pueden permitir una cicatrización y remodelación más rápidas, así como proporcionar una estructura de los componentes más biomecánica. Entre ellas destacan la terapia celular, los factores de crecimiento y la terapia génica. Terapia celular Una nueva técnica que se está investigando para mejorar la composición, la estructura y las propiedades biomecánicas de los nuevos tejidos tendinosos es la liberación de células en la zona de reparación, mediante cultivos in vitro de andamiajes. La incorporación de células en el interior de andamiajes biológicos puede proporcionar las señales necesarias para la regeneración tisular. Mejorando la matriz extracelular o estimulándola mediante un aumento de la actividad celular, se crea un microambiente más dinámico capaz de producir un tejido 374 con suficiente resistencia tensora como para soportar las fuerzas biomecánicas de cargas aplicadas in vivo sobre el mismo. En algunos experimentos, la terapia celular ha mejorado la resistencia biomecánica de los andamiajes y acelerado el proceso reparativo.25 En términos generales, la terapia celular implica la obtención, purificación, cultivo e introducción de células en un portador, para después implantar el montaje en un entorno cicatricial. La reparación tisular es un proceso mediado por células, que puede variar de unos individuos a otros. Esto se debe a las diferentes capacidades que tiene el cuerpo para reunir un número suficiente de células reparadoras. Los investigadores han tratado de resolver este problema mediante la implantación de grandes cantidades de células, comprometidas y no comprometidas, en diferentes formatos, para que asistan al proceso natural y mejoren el resultado de la reparación. En las reconstrucciones tendinosas, se utilizan muchos tipos celulares diferentes a tal fin, entre ellas las células madre mesenquimales (mesenchymal stem cells, MSC), los tenocitos y los fibroblastos. De los muchos tipos celulares que participan en la formación y cicatrización de los tendones, las MSC no comprometidas han demostrado ayudar al proceso de regeneración tendinosa.1,25,26 Las MSC son una fuente importante de células con potencial de regeneración de defectos en los tejidos musculoesqueléticos.27 Son células pluripotenciales presentes en la médula ósea adulta, que pueden replicarse como células indiferenciadas. Además, tienen la posibilidad de diferenciarse en linajes de tejidos mesenquimales, como por ejemplo, los tendones.28 Se han realizado muchos estudios para investigar las propiedades biomecánicas del tejido de reparación resultante de la implantación de MSC en modelos de defectos tendinosos. Award y cols.29 han demostrado que las propiedades materiales de las reparaciones basadas en MSC son un 18% y un 33% mejores que las de los controles que no tenían dichas células. En otro estudio, las reparaciones tendinosas tratadas con MSC lograron duplicar las propiedades estructurales, así como alcanzar un 50-60% de la rigidez y resistencia con respecto a los tendones no tratados con MSC.25 Además, las propiedades materiales de las reparaciones tratadas con MSC se incrementaron en un 37% por encima de lo normal a las 12 semanas de la cirugía.25 Otros estudios también parecen indicar que el tratamiento con MSC mejora la biomecánica, la estructura y la función de los tendones lesionados. Young y cols.26 han publicado unas propiedades materiales relacionadas con la carga significativamente mayores (p < 0,05) en tendones tratados con MSC que en tendones control. En general, añadir MSC a la zona de una herida tendinosa puede mejorar significativamente sus propiedades biomecánicas en tan solo 4 semanas, aunque no produzca mejoras apreciables en su microestructura.29 También se están utilizando otros tipos de células, como los tenocitos y los fibroblastos, por su posible validez como terapia celular.30,31 Factores de crecimiento Los factores de crecimiento son proteínas que estimulan específicamente la migración y proliferación celulares, así como la síntesis de nuevos tejidos.32 Existen varios factores de crecimiento que están específicamente relacionados con el proceso reparativo tendinoso y que tienen efectos beneficiosos sobre la cicatrización tendinosa. La liberación local de factores de crecimiento específicos puede mejorar la cicatrización. La proteína osteogénica-1 estimula la proliferación de las células tendinosas, así como su capacidad de sintetizar y acumular proteoglicanos en la matriz extracelular. En un estudio con ratas, la proteína morfogenética-2 derivada del cartílago (cartilage-derived morphogenetic protein-2, CDMP-2) mejoró la cicatrización tendinosa cuando se inyectó en defectos de tendones de Aquiles.33 En ciertas circunstancias, las CDMP inducen la formación tendinosa. Una inyección de CDMP-2 aumenta la proliferación de la cicatriz tendinosa precoz, haciendo que sea más resistente y rígida en las fases tardías de la reparación, cuando se va acercando a su resistencia normal. La superfamilia del factor β transformador del crecimiento (transforming growth factor-beta, TGF-β), que incluye las proteínas morfogenéticas Journal of the American Academy of Orthopaedic Surgeons (Edición Española) 26 Michael J. DeFranco, MD y cols. óseas (bone morphogenetic proteins, BMP), es una importante reguladora del crecimiento y la diferenciación de varios tipos celulares.34 En un trabajo realizado en corderos, se utilizó una mezcla de factores de crecimiento (desde BMP2 hasta BMP7), TGFs-β (desde el 1 hasta el 3) y factor de crecimiento fibroblástico, para potenciar reparaciones tendinosas de infraespinosos.35 Dicha mezcla hizo que la resistencia del tejido cicatricial formado en la separación entre el tendón y el hueso aumentara de forma significativa (p = 0,02).35 Algunos investigadores han estudiado el papel de los TGF-β 1 y 3 en la producción de colágeno y en la formación de cicatrices.36 Además, el factor de crecimiento derivado de las plaquetas y el factor 1 de crecimiento de la insulina, junto con las cargas mecánicas, pueden estimular la proliferación de células tendinosas.37 Las BMP son importantes en la formación e inducción de diversos tejidos como factores de crecimiento y diferenciación que son. La BMP-12, homóloga humana del factor 7 de crecimiento y diferenciación del ratón se ha utilizado en varios estudios recientes para estimular la cicatrización tendinosa. En un modelo de rata con lesiones del tendón de Aquiles, Hattersly y cols.38 han constatado que el tratamiento con BMP-12 induce la formación de una nueva zona de inserción, caracterizada por una diferente zona fibrocartilaginosa en la interfaz hueso-tendón. Aspenberg y Forslund39 han utilizado un modelo de tendón de Aquiles tomado de ratas, demostrando que los factores de crecimiento y diferenciación 5 y 6 aumentan la resistencia tensora de los tendones regenerados en relación directa con la dosis utilizada. En general se acepta que la liberación de factores de crecimiento aumenta la actividad celular, haciendo mejorar las propiedades biomecánicas de los nuevos tejidos. Sin embargo, hacen falta más estudios para definir su papel en la regeneración tendinosa. Terapia génica Para mejorar la cicatrización tendinosa se está utilizando la transferencia génica. Su objetivo es inducir la producción local de sustancias terapéuticas (p. ej., factores de crecimiento). La 27 terapia génica consiste en la transferencia de un gen determinado al interior del ácido ribonucleico mensajero (ARNm). Después, los ribosomas celulares traducen el ARNm dentro de una citocina (una proteína pequeña que influye en el comportamiento celular).40 En la cicatrización de tendones lesionados son fundamentales la migración y proliferación de las células tendinosas, seguidas de la síntesis y remodelación de la síntesis de la matriz extracelular en la zona lesionada. Los objetivos fundamentales de la terapia génica son la identificación y la liberación de genes que produzcan estas citocinas o influyan en un determinado comportamiento celular. En un estudio reciente41 de liberación de genes in vivo en células implicadas en la regeneración tendinosa, se ha constatado que el plásmido puede transferirse directamente. Las técnicas de transferencia génica también se han utilizado para liberar BMP-12 en células tendinosas de pollo en otros estudios. En ellos, la BMP-12 no sólo estimuló la síntesis de colágeno tipo I, sino que multiplicó por 2 la resistencia tensora y la rigidez de los tendones suturados.43 Aunque los resultados mencionados parecen prometedores, deben llevarse a cabo más estudios para poder determinar los efectos de la transferencia génica sobre el proceso de cicatrización de heridas y sobre la integridad mecánica de los tejidos injertados. Aplicaciones clínicas Las aplicaciones clínicas actuales de los productos de ingeniería tisular para las roturas tendinosas se limitan al aloinjerto de dermis humana y al xenoinjerto de SIS. Sin embargo, no existen publicaciones rigurosamente revisadas que hayan referido la utilización de materiales de andamiaje biológico. Las terapias basadas en células, en factores de crecimiento y en las estrategias de terapia génica todavía no se han utilizado en ensayos clínicos humanos de reparaciones tendinosas. Los andamiajes biológicos Graftjacket (Wright Medical, Arlington, TN) y Restore Orthobiologic Implant (DePuy, Warsaw, IN) se han utilizado para reforzar las reparaciones tendinosas del manguito rota- Vol 3, N.o 6, Noviembre/Diciembre 2004 dor. Estos andamiajes biológicos también se han utilizado para reparar tendones de Aquiles, de cuádriceps y de tríceps. También existen andamiajes de colágeno tipo I con los mismos fines, como son el Permacol (Zimmer, Warsaw, IN) y el OrthoMend (Stryker, Mahwah, NJ). El apoyo la utilización de los mencionados materiales en las reparaciones tendinosas humanas se basa en los resultados de roturas y defectos agudos de estudios animales. La indicación fundamental para utilizar estos productos sería una rotura tendinosa crónica o una rotura cuya reparación inicial haya fallado, y que por tanto tenga un alto riesgo de fracaso en cuanto a la cicatrización. Por ejemplo, en las roturas crónicas del manguito rotador, la incidencia de fracaso de cicatrización del tendón reparado depende de la zona, el tamaño y la antigüedad de la rotura, aunque puede ser de hasta el 20% cuando un solo tendón está afectado y de más de 50% cuando más de un tendón está roto. Aunque los andamiajes biológicos actuales parecen seguros, todavía no se ha terminado ningún ensayo clínico humano referente a su eficacia en mejorar la cicatrización tendinosa en comparación con las reparaciones primarias. Que sepamos, al menos hay en marcha un estudio prospectivo aleatorizado y controlado. Resumen Hasta la fecha, en la mayoría de las ocasiones no es posible sustituir las partes blandas por tejidos idénticos a ellas. Por eso, para lograr un sustituto estructural y funcional para estos tejidos blandos, se han utilizado diversos injertos biológicos y sintéticos. A pesar de que tales injertos se usan en la actualidad, hacen falta nuevas terapias capaces de regenerar la composición biológica natural y la resistencia biomecánica de los tendones. La ingeniería tisular ha permitido desarrollar andamiajes biológicos y sintéticos, así como técnicas de potenciación (la terapia celular, los factores de crecimiento y la terapia génica). Aunque todavía no se han publicado resultados de ensayos humanos con estos andamiajes, los estudios animales parecen apoyar su uso en las reconstrucciones tendinosas. 375 Nuevas terapias de reconstrucción tendinosa Bibliografía 1. Mosca JD, Hendricks JK, Buyaner D, et al: Mesenchymal stem cells as vehicles for gene delivery. Clin Orthop 2000;379(suppl):S71-S90. 2. Langer R, Vacanti JP: Tissue engineering. Science 1993;260:920-926. 3. Parsons JR: Resorbable materials and composites: New concepts in orthopedic biomaterials. Orthopedics 1985;8:907-915. 4. Butler DL, Goldstein SA, Guilak F: Functional tissue engineering: The role of biomechanics. J Biomech Eng 2000;122:570575. 5. Bell E: Strategy for the selection of scaffolds for tissue engineering. Tissue Eng 1995;1:163-179. 6. Badylak S, Arnoczky S, Plouhar P, et al: Naturally occurring extracellular matrix as a scaffold for musculoskeletalrepair. Clin Orthop 1999;367(suppl):S333-S343. 7. Tauro JC, Parsons JR, Ricci J, Alexander H: Comparison of bovine collagen xenografts to autografts in the rabbit. Clin Orthop 1991;266:271-284. 8. Choe JM, Kothandapani R, James L, Bowling D: Autologous, cadaveric, and synthetic materials used in sling surgery: Comparative biomechanical analysis. Urology 2001;58:482-486. 9. Grewal RS, Mittal VK: Repair of tendons with cutis grafts: An experimental study. Int Surg 1970;53:115-118. 10. Chao J: The use of AlloDerm® to repair Achilles tendon defects in rats. Presented at the 69th Annual Meeting of the American Society of Plastic and Reconstructive Surgeons, Los Angeles, CA, October 14-18, 2000. 11. Slade JF III, Lorenze MD, Gutow A, Wolfe SW: Flexor tendon repairs augmented with internal dermal splints. Presented at the 65th Annual Meeting of the American Academy of Orthopaedic Surgeons, New Orleans, LA, March 19-23, 1998. 12. Pessoa de Barros TE, Guarniero R, Chih CL, Choi PS, Rodrigues CJ: Plasty of tendon with dura mater: Experimental study. Arch Orthop Trauma Surg 1990; 109:131-132. 13. Vecchia LD, Engum S, Kogon B, Jensen E, Davis M, Grosfeld J: Evaluation of small intestine submucosa and acellular dermis as diaphragmatic prostheses. J Pediatr Surg 1999;34:167-171. 14. Badylak S, Liang A, Record R, Tullius R, Hodde J: Endothelial cell adherence to small intestinal submucosa: An acellular bioscaffold. Biomaterials 1999;20:22572263. 15. Badylak SF, Tullius R, Kokini K, et al: The use of xenogeneic small intestinal submucosa as a biomaterial for Achille’s tendon repair in a dog model. J Biomed Mater Res 1995;29:977-985. 16. Dejardin LM, Arnoczky SP, Ewers BJ, Haut RC, Clarke RB: Tissue-engineered rotator cuff tendon using porcine small intestine submucosa: Histologic and mechanical evaluation in dogs. Am J Sports Med 2001;29:175-184. 17. Goldstein JD, Tria AJ, Zawadsky JP, 376 18. 19. 20. 21. 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. 30. 31. Kato YP, Christiansen D, Silver FH: Development of a reconstituted collagen tendon prosthesis. J Bone Joint Surg Am 1989;71:1183-1191. Kato YP, Dunn MG, Zawadsky JP, Tria AJ, Silver FH: Regeneration of Achilles tendon with a collagen tendon prosthesis: Results of a one-year implantation study. J Bone Joint Surg Am 1991;73:561-574. Hsu SYC, Cheng JCY, Chong YW, Leung PC: Glutaraldehydetreated bio-prosthetic substitute for rabbit Achilles tendon. Biomaterials 1989;10:258-264. Rey P, Dahhan P, Leandri J, Wierzbicki Z: New fiber for ligament and tendon prosthesis. Trans Am Soc Artif Intern Organs 1985;31:305-307. Athanasiou KA, Niederauer GG,Agrawal CM: Sterilization, toxicity, biocompatibility and clinical applications of polylactic acid/polyglycolic acid copolymers. Biomaterials 1996;17:93-102. Howard CB, McKibbin B, Ráli• ZA: The use of Dexon as a replacement for the calcaneal tendon in sheep. J Bone Joint Surg Br 1985;67:313-316. MacGillivray JD, Fealy S, Koh JL, Nixon A, Warren RF, Terry M: Evaluation of a rotator cuff defect model augmented with a bioresorbable scaffold in goats. Presented at the 19th Annual Meeting of the American Shoulder and Elbow Surgeons, Pebble Beach, CA, October 30November 2, 2002. Rodkey WG, Cabaud HE, Feagin JA, Perlik PC: A partially biodegradable material device for repair and reconstruction of injured tendons: Experimental studies. Am J Sports Med 1985;13:242-247. Butler DL, Awad HA: Perspectives on cell and collagen composites for tendon repair. Clin Orthop 1999;367(suppl):S324-S332. Young RG, Butler DL, Weber W, Caplan AI, Gordon SL, Fink DJ: Use of mesenchymal stem cells in a collagen matrix for Achilles tendon repair. J Orthop Res 1998;16:406-413. Caplan AI: Mesenchymal stem cells and gene therapy. Clin Orthop 2000;379(suppl):S67-S70. Pittenger MF, Mackay AM, Beck SC, et al: Multilineage potential of adult human mesenchymal stem cells. Science 1999;284:143-147. Awad HA, Butler DL, Boivin GP, et al: Autologous mesenchymal stem cell-mediated repair of tendon. Tissue Eng 1999;5:267-277. Awad HA, Butler DL, Harris MT, et al: In vitro characterization of mesenchymal stem cell-seeded collagen scaffolds for tendon repair: Effects of initial seeding density on contraction kinetics. J Biomed Mater Res 2000;51:233-240. Voytik-Harbin SL, Brightman AO, Waisner BZ, Robinson JP, Lamar CH: Small intestinal submucosa: A tissue-derived extracellular matrix that promotes tissue-specific growth and differentiation of cells in vitro. Tissue Eng 1998;4:157174. 32. Lindberg K, Badylak SF: Porcine small intestinal submucosa (SIS): A bioscaffold supporting in vitro primary human epidermal cell differentiation and synthesis of basement membrane proteins. Burns 2001;27:254-266. 33. Forslund C, Aspenberg P: Improved healing of transected rabbit Achilles tendonafter a single injection of cartilagederived morphogenetic protein-2. Am J Sports Med 2003;31:555-559. 34. Inada M, Katagiri T, Akiyama S, et al: Bone morphogenetic protein-12 and -13 inhibit terminal differentiation of myoblasts, but do not induce their differentiation into osteoblasts. Biochem Biophys Res Commun 1996;222:317-322. 35. Rodeo S, Potter H, Jeong KH, Campbell D, Atkinson B, Turner A: Augmentation of rotator cuff tendon-to-bone repair using a mixture of bone morphogenetic proteins in an ovine model. Presented at the 48th Annual Meeting of the Orthopaedic Research Society, Dallas, TX, February 10-13, 2002. 36. Campbell BH, Wang JH: TGF-beta1 and TGF-beta3 differentially induce contraction of human tendon fibroblasts: Implication of improving the quality of healing tendons. Presented at the 48th Annual Meeting of the Orthopaedic Research Society, Dallas, TX, February 1013, 2002. 37. Bhargave M, Hannafin J, Bynum D, et al: Effect of cytokines on the migration of human tendon surface cells and inner fibroblasts. Presented at the 44th Annual Meeting of the Orthopaedic Research Society, New Orleans, LA, March 16-19, 1998. 38. Hattersley G, Cox K, Soslowsky L, et al: Bone morphogenetic proteins 2 and 12 alter the attachment of tendon to bone in a rat model: A histological and biomechanical investigation. Presented at the 44th Annual Meeting of the Orthopaedic Research Society, New Orleans, LA, March 16-19, 1998. 39. Aspenberg P, Forslund C: Enhanced tendon healing with GDF 5 and 6. Acta Orthop Scand 1999;70:51-54. 40. Musgrave DS, Fu FH, Huard J: Gene therapy and tissue engineering in orthopaedic surgery. J Am Acad Orthop Surg 2002;10:6-15. 41. Zhu Y, Voytik S, Badylak S, et al: Direct gene transfer into regenerating Achilles’ tendon. Presented at the 40th Annual Meeting of the Orthopaedic Research Society, New Orleans, LA, February 21-24, 1994. 42. Lou J, Tu Y, Burns M, Silva MJ, Manske P: BMP-12 gene transfer augmentation of lacerated tendon repair. J Orthop Res 2001;19:1199-1202. 43. Harryman DT II, Mack LA, Wang KY, Jackins SE, Richardson ML, Matsen FA III: Repairs of the rotator cuff: Correlation of functional results with integrity of the cuff. J Bone Joint Surg Am 1991;73:982-989. Journal of the American Academy of Orthopaedic Surgeons (Edición Española) 28