tiempo parcial - Campus Digital
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CÓDIGO DE COMPORTAMIENTO DEL PERSONAL ACADÉMICO DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE GUADALAJARA (TIEMPO PARCIAL) CÓDIGO DE COMPORTAMIENTO DEL PERSONAL ACADÉMICO UAG (Tiempo Parcial) Características favorables de un “Buen Docente” Entusiasta y apasionado de su trabajo. Fortaleza y habilidad para realizar simultáneamente varias actividades. Capacidad de control sobre sí mismo en situaciones difíciles. Constructivo y estimulador en sus comentarios y actitudes. Habilidad para dirigir y orientar a sus estudiantes. Sencillo y cordial en la conversación y trato para con los alumnos. Voz y modales agradables y adecuados. Ingenioso y creativo. Interés por los alumnos como personas con necesidad de ser orientadas. Habilidad para hacer que los alumnos utilicen su capacidad para valorar sus propias acciones. Habilidad para reconocer y atender las necesidades individuales de sus estudiantes. Cualidades que debe tener un Docente UAG Capacidad de Adaptación.- El profesor debe ponerse en contacto con el alumno y con su medio y a partir de esta situación, ir elevándolo poco a poco, llevándolo a realizarse de acuerdo con sus posibilidades y las necesidades sociales, teniendo como fin la realización plena del individuo como ser trascendente. Equilibrio Emotivo.- El profesor debe presentar un comportamiento equilibrado y ponderado, de manera que brinde al estudiante un ambiente confortable para propiciar el buen aprendizaje. El educando debe tener en el Profesor una figura de Autoridad que inspire confianza y emulación. Capacidad Intuitiva.- Resulta útil que el Profesor tenga cierta capacidad de intuición, de modo que pueda percibir los datos, movimientos o disposiciones de ánimo de sus estudiantes. La intuición puede llevar al Profesor a aprehender estados de ánimo del alumno no totalmente manifiestos, consiguiendo así, evitar o controlar situaciones que podrían convertirse en manifestaciones desagradables o fuera de control. Sentido del Deber.- Ésta no debería ser una cualidad específica del magisterio, sino de toda persona responsable con un deber que cumplir. Solamente el sentido de responsabilidad lleva a la compenetración con el trabajo desarrollado por el profesor durante el año, obligándolo a una planeación y ejecución adecuada. Es evidente que este sentido se hace extremadamente necesario en el magisterio, si consideramos que el elemento con el que trabaja la escuela es el más precioso y delicado de todos, sujeto incluso a deformaciones insalvables o de difícil recuperación. Capacidad de Conducción.- El educando reconoce sus limitaciones y acepta, aunque veladamente, que la escuela procura conducirlo hacia alguna meta. Esto es más evidente tratándose de adolescentes que se encuentran desorientados y sienten la necesidad de ser socorridos, esclarecidos y orientados. De ahí el imprescindible Liderazgo que tiene que ser ejercido por el Profesor, pues los adolescentes esperan que se les aclaren los caminos, y que se los guíe en su recorrido. Resulta obvio que no cualquier conducción conviene a la escuela media. La conducción dominadora y autoritaria aporta poca ventaja para la educación del adolescente. La que más conviene es la conducción amorosa (según San Juan Bosco), la que aclara, anima y estimula al adolescente a andar y pensar por sí mismos. Por otra parte, la educación debería ser una forma de amparo, pero limitado. Esto es, acogiendo, esclareciendo, estimulando, pero tratando que el alumno se independice del profesor para que, poco a poco, vaya asumiendo la responsabilidad de sus propios actos y de su propia vida encaminándola a alcanzar el último fin para el cual fue creado. Amor al Prójimo.- Sería esta, podríamos decir, la cualidad reveladora de la vocación magisterial. No se entiende que alguien se oriente hacia el magisterio sin que sienta algo hacia el prójimo, con aquella buena voluntad y disposición de ánimo que lleva a una persona a colaborar con otras, estando en constante disposición de ayudar, servir, orientar y guiar. Sinceridad.- Toda acción, para educar, tiene que ser auténtica. La marca de la autenticidad, en este caso, es la sinceridad. El alumno tiene como que un sexto sentido para captar la sinceridad de aquellos que trabajan con él. Toda obra de la educación tiene que ser expresión de la sinceridad. Ésta conduce indefectiblemente a la coherencia. Nada indispone más al alumno contra la acción educadora que la incoherencia. Así que, quien se disponga a ser Profesor, a educar, tiene que ser auténtico, coherente, sincero. Interés Científico, Filosófico, Humanístico, Estético y Religioso.- Dado que despierta al mundo, el educando es susceptible a todos los valores de la cultura, en el sentido científico, filosófico, humanístico, estético y religioso. Ciertamente, el interés mayor por uno u otro grupo de valores es dado por las propias preferencias de los educandos, sin embargo es menester considerar la responsabilidad inherente del Profesor de transmitir todos estos valores en el entendimiento que la educación no sólo es la transmisión de conocimientos, sino la formación integral de los educandos. Espíritu de Justicia.- El educando se impresiona con los actos de justicia. Nada lo desconcierta más que el sentirse víctima de una injusticia. Nada hace crecer más su respeto y admiración por un Profesor que el saberlo justo. De ahí la necesidad que tiene el Profesor de serlo, no sólo por el propio espíritu de justicia, sino para poder captar mejor la confianza y la simpatía de sus alumnos, convirtiéndose en un modelo de Autoridad. La justicia debe ser encarada bajo dos aspectos: Justicia, en el sentido de establecer normas iguales para todos, para eliminar los privilegios. Justicia, en el sentido de ponderar las circunstancias personales que fundamentan el comportamiento del alumno de tal manera que los problemas de cada uno pueden ser comprendidos. Disposición.- Es imprescindible que el Profesor esté dispuesto a escuchar con interés a sus alumnos y atenderlos cuando necesiten ayuda. La disposición es una actitud que consiste en estar siempre en condiciones de detenerse ante un estudiante para aconsejarlo en sus dificultades, creando el ambiente propicio para que manifieste sus preocupaciones. Empatía.- Quiere decir: “estado en el que una persona se identifica en pensamiento y sentimientos con otra persona”. En otras palabras, la empatía es la capacidad de una persona para colocarse en la situación de otra y vivir esa situación. Esta es, pues, una condición básica para el magisterio, ya que hace posible que el Maestro sienta más objetiva y concretamente la situación del alumno, con el fin de orientar mejor su formación y llevarlo a superar sus dificultades. Mensaje.- El Profesor auténtico siente que debe dar algo que lo impulsa a dirigirse a sus semejantes. El mensaje más importante y que se sirve de todas las demás cualidades deberá ser el Amor a Dios y el Amor al Prójimo. Es preciso destacar que, en verdad, todas las cualidades expuestas anteriormente pueden significar muy poco, si no juzgamos realmente fundamental para el ejercicio del magisterio la disposición interior de simpatía y de querer ayudar al prójimo. Todas las demás cualidades se reducen a este amor y su actuación directa. Es necesario agregar, que la docencia es para las personas que, de hecho, sienten que tienen algo que transmitir a sus semejantes. Aparte de esta cualidad, se necesita una preparación técnica en la disciplina que va a ser enseñada, y un conocimiento preciso de los procesos didácticos y tecnológicos (TIC) indispensables para su administración. Funciones Generales del Docente Las funciones básicas del Profesor en la actualidad se resumen en cinco: 1.- Función Técnica De acuerdo con ésta función, el Profesor debe tener suficientes conocimientos relativos a la docencia. La preparación se refiere específicamente a su disciplina o especialización y como complemento, a todas las áreas de conocimientos afines a su especialidad. Además atañe a la cultura general que debe coronar la suma de conocimientos indispensables a todo Profesor. Resulta importante que dichos requerimientos sean atendidos para orientar al estudio y la investigación, a fin de que el diálogo entre el docente y el discente no se diluya. De lo antes dicho, se desprende la necesidad de que el profesor se actualice constantemente, no sólo en su asignatura, sino en todo lo concerniente a hechos y acontecimientos que constituyen la cultura general dinámica de nuestra época. 2.- Función Didáctica El Profesor debe estar preparado para orientar correctamente el aprendizaje de sus alumnos, utilizando para ello métodos y técnicas que exijan la participación activa de los mismos en la adquisición de los conocimientos, habilidades, actitudes e ideales. Así pues, ésta función consiste en orientar la enseñanza de modo tal que favorezca en el alumno a la reflexión, la creatividad y la disposición para la investigación. 3.- Función Orientadora Ésta es una función cuya importancia en la vida profesional del Docente (que es esencialmente un orientador de sus alumnos) se acrecienta cada vez más. En la acción del educador está implícita la preocupación por comprender a los alumnos y a su problemática existencial, a fin de ayudarlos a encontrar respuesta a sus dificultades, a incorporarse a la sociedad de una manera activa y responsable y a realizarse los más plenamente posible para poder alcanzar el fin para el cual fue creado. 4.- Función Directiva El docente no impone directivas de manera autocrática, sino que estimula a los educandos a buscar por sí mismos y de acuerdo a una normatividad fundamentada y amorosa, a lograr las formas de estudio y comportamiento adecuados. Así pues, la función directiva consiste en ayudar a los educandos a estructurar sus conocimientos y formas de conducta con una plena participación personal responsable. Este procedimiento ayuda al alumno a madurar y tomar conciencia respecto de los rumbos a seguir en la vida, con objetividad y responsabilidad. 5.- Función Facilitadora En la función facilitadora, el Profesor no debe solo transmitir conocimientos, sino además, crear y facilitar condiciones para que el educando los obtenga, mediante su propio esfuerzo y voluntad. Los conocimientos pueden transmitirse en situaciones especiales y cuando sean solicitados. El Docente debe sugerir acciones y conducir por los caminos que mejor lleven a la consecución de los objetivos deseados. Responsabilidades Específicas del Docente 1. Conocer, aceptar y divulgar la Filosofía Institucional. 2. Aceptar la asignación de la carga académica que se le otorga, bajo el compromiso de cumplir debida y oportunamente con cada una de las actividades que esto implica. 3. Realizar la Planeación Didáctica, reflejada en la Guía del Estudiante de cada una de sus asignaturas considerando los siguientes aspectos: Tipo de asignatura Tamaño del Grupo Modelo Pedagógico del Plan de Estudios Estrategias de enseñanza acordes a la asignatura Actividades de aprendizaje Sistema de evaluación Recursos didácticos Bibliografía y materiales de consulta Nota.- Esta planeación deberá estar cimentada en el Modelo Educativo Institucional y en el Modelo Pedagógico del Programa Académico, respetando los principios y valores que profesa la Universidad. Así mismo se considerará el estilo personal de cada uno de los docentes, su capacidad de innovación, creatividad y experiencia, respetando de esta manera el principio de Libertad de Cátedra. 4. Docencia de calidad frente a grupo o de manera individualizada. 5. Realizar actividades de generación y aplicación del conocimiento tales como: Preparación de clases, Elaboración de exámenes y banco de preguntas. Corrección de exámenes, Redacción y preparación de material de apoyo a la docencia, Participación en reuniones sobre la problemática de docencia (eventualmente) Presentación de conferencias y seminarios sobre docencia (eventualmente) Formación propia con fines docentes. Realización de proyectos de síntesis del conocimiento, redacción y publicación de libros y artículos resultantes (eventualmente) 6. Actividades de tutelaje a estudiantes como: Revisión de tareas, presentaciones, proyectos y todas las actividades programadas de estudio independiente. Atención especial a estudiantes con dificultades en su conducta o aprendizaje. Reuniones para discutir los problemas comunes identificados en el tutelaje (eventualmente) 7. Realización de una o varias de las siguientes actividades diferenciadas de acuerdo a perfiles, habilidades y competencias de cada uno de los docentes: Participación en comisiones para el diseño, la evaluación y operación de programas educativos, el análisis y diseño de planes de estudio, etc. (Comités curriculares) (eventualmente) Asistencia a seminarios y cursos de desarrollo profesional, disciplinario y pedagógico. (Eventualmente). Participar en actividades específicas asignadas por la Institución. (Eventualmente) Nota.- Todas estas actividades se tomarán en consideración para la Certificación de los profesores. 8. Cumplir debida y oportunamente con el registro, control y entrega de resultados de las evaluaciones parciales y finales de los estudiantes, a ellos mismos y a la secretaria escolar. 9. Conocer, cumplir y hacer cumplir cada uno de los Reglamentos operantes en la Institución. 10. Diseñar y ejecutar un Plan Anual de Trabajo Individual, de acuerdo a los intereses y habilidades propias en concordancia con los requerimientos específicos de la dependencia a la que esté asignado, con el propósito de coadyuvar al desarrollo y crecimiento institucional. (Si desea participar) Lo anterior, permite a los académicos articular la planeación y evaluación de su labor individual con la planeación y evaluación desarrollada por las entidades académicas y en consecuencia, con la planeación y evaluación institucional. Todo esto con el propósito de fortalecer las actividades de manera colegiada y no solamente con el objetivo de cumplir una meta individual. 11. Realizar actividades de capacitación y actualización en las áreas de: Docencia Disciplina Filosofía Idiomas Tecnologías de Información y Comunicación 12. Demostrar en base a logros y evidencias la satisfacción del “Deber Cumplido”, lo cual le permitirá alcanzar la Certificación Docente.