Sra. Cándida Martínez: Soy profesora de educación
Transcripción
Sra. Cándida Martínez: Soy profesora de educación
Sra. Cándida Martínez: Soy profesora de educación secundaria obligatoria, me parece estupendo que se nos tenga en cuenta a la hora de elaborar la Ley de Educación en Andalucía, es realmente democrático. Señora, quisiera hacer referencia a su lindo libro editado por la Junta y que tan amablemente ha distribuido en los centros, además de apreciar la textura satinada de sus páginas. Pero, desearía que no quedara en papel mojado y que las voces fueran escuchadas. La ratio. Hablaré de la ESO, que es de lo que conozco, más concretamente de este centro y para afinar más aún de los cursos que me tocaron impartir. Haciendo cuentas la ratio es de 29,25 alumnos por aula, y según su Consejería en 1997 era de 29,33 y que se ha bajado a 25,78 en el 2006. Algo falla en las cuentas y las matemáticas son exactas. Frente a los derechos de los alumnos se pone la palabra “reconocimiento” del profesorado. Creo que si se hablara del derecho del profesor, se estaría hablando de promover un respeto y una autoridad, que por el momento y a velocidad vertiginosa se está perdiendo. Cuando se habla del derecho del alumno, ¿se tiene en cuenta a ese alumno con capacidad o sin ella pero de buen hacer, que se enfrenta diariamente a largas pausas, que no son sino la aplicación de los derechos de aquellos otros que sólo pretenden pasar el tiempo hasta cumplir los 16 años? Evidentemente algo está fallando en Educación, ustedes lo dicen en su página 34 del libro: “se produce un progresivo deterioro de los resultados escolares… sólo la mitad de la población escolarizada logra superar con la edad adecuada las exigencias académicas al final del segundo ciclo de la educación secundaria obligatoria”. Otro tema a tener en cuenta es lo referente al aumento del profesorado. Cito palabras textuales (página 64, primer párrafo):”el profesorado… se ha incrementado en un 23,14% en los últimos 10 años… Esta importante incorporación al sistema es un indicador de éxito de las políticas educativas”. Estoy segura de que no todos lo vemos igual. Yo creo que el verdadero éxito radicaría en el logro de los objetivos educativos y del bienestar de los trabajadores de su empresa. Según sus datos (página 12, párrafo 4) el incremento ha sido de 20.902 profesores, qué casualidad el mismo numero que de interinos hay ¿acaso es un éxito político tener 20.000 trabajadores con empleo precario e inestable, sólo en Andalucía? Haré referencia a algo que me parece tremendamente peligroso si no queda bien legislado (página 69, párrafo 4) “incentivar de manera especial a los profesores y profesoras que, colegiadamente, contribuyan a la mejora de la enseñanza y de los rendimientos escolares y participen en programas que impliquen una singular dificultad”. Deja la posibilidad de seguir bajando el nivel de la enseñanza y puede crear malestar entre la comunidad educativa. Y ya, para terminar… Le aseguro que leyendo este libro me doy más cuenta de la incongruencia que a veces tienen las palabras, refiriéndome a la lógica. En la página 65 dice: “los centros escolares desarrollan con frecuencia metodologías centradas en procesos de aprendizaje memorísticos que son poco apropiadas para las exigencias educativas de un mundo que requiere personas con iniciativa, polivalentes y con capacidades para resolver problemas interdisciplinares y en situaciones muy diferentes a las que se tenían que enfrentar sus profesores” ¿han usado la palabra tenían? Es increíble. Para unos se puede legalmente cambiar el modo de acceso, SAS… y últimamente Inspección de Trabajo, pero para otros todo es ilegal. Mire señora. Yo ya tengo más de 50 años, me considero capacitada plenamente para desempeñar mi trabajo; es más, ¡me encanta! Me gusta muchísimo el uso de las nuevas tecnologías en el aula, pero me entristece pensar que no tengo ni residencia fija, ni residencia, sería un gasto que no podría soportar. ¿Para qué comprar una casa si no la voy a utilizar? Últimamente se habla de un doble acceso sólo para los interinos del acuerdo. ¿Acaso no somos todos iguales ante la ley?, lo dice la Constitución. Ya es hora de que dejen de enfrentarnos a nuestros compañeros más noveles. En el sistema de oposición actual no hay objetividad, todo esta sujeto al estado de ánimo y conocimiento del compañero que ejerce como tribunal. Además, a mi edad… y mis preocupaciones… toda esta parafernalia me parece una injusticia tremenda. ¿No cree que sería hora de poner sobre la mesa el problema de TODO el colectivo interino? En su libro no he leído nada sobre el modo de acceso, y creo que también es competencia de educación. Deseando que, al estar entre gente de bien, todo se solucione con buena voluntad y prestancia. La saluda atentamente Julia Peñalta Perales