Domingo 2 de adviento - Religieuses de l`Assomption
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Domingo 2 de adviento - Religieuses de l`Assomption
Religieuses de l’Assomption - Assumption Sisters - Religiosas de la Asunción > Prière > Préparer dimanche > Années liturgiques [B] > Année liturgique 2008-2009 [B] > Avent - Adviento > Domingo 2 de adviento Lectio divina - 7 décembre 2008 Domingo 2 de adviento Voz del que clama en el desierto es una expresión que no sólo evoca a Juan Bautista sino toda una actitud bíblica. En la Sagrada Escritura, el heraldo o mensajero es el que anuncia la buena noticia de la victoria del Rey para su pueblo. 2008 Is 40,1-5.9-11 ; 2Pe 3,8-14 ; Mc 1,1-8 Voz del que clama en el desierto es una expresión que no sólo evoca a Juan Bautista sino toda una actitud bíblica. En la Sagrada Escritura, el heraldo o mensajero es el que anuncia la buena noticia de la victoria del Rey para su pueblo. En la lectura de Isaías, la voz del profeta rebosa de entusiasmo : “se revelará la gloria del Señor y toda criatura a una la verá.” “Clama con voz poderosa alegre mensajero para Jerusalén” Estas palabras pronunciadas en el cautiverio de Babilonia, esperan la impaciente espera de la liberación, y convienen a todos los acontecimientos de la salvación. Para algunos Juan Bautista puede parecer un extraño candidato para anunciar una victoria real. Su forma de vida, su modo ascético de alimentarse y de vestirse, para nada se asemeja al de un enviado por el rey tal como lo imaginamos. Sin embargo, los israelitas reconocen en él al mensajero de la Buena Noticia : “Acudía a él gente de toda la región de Judea”. Como fiel heraldo, Juan se reconoce sólo como precursor : Yo os bautizo con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo. El anunciado por Juan el más fuerte ya vino y por su cruz venció a la muerte. La Buena Noticia ha sido anunciada y sin embargo el Evangelio todavía no ha llegado a gran parte de la humanidad. En este tiempo de Adviento, bautizados con el bautismo del que es más fuerte, estamos llamados a ser heraldos de la Buena Noticia para nuestro mundo. Pero esto sólo es posible si estamos atentos al interior, porque lo que debe ser anunciado llega al profeta como Voz proveniente del misterio y de la trascendencia. Juan Bautista se encuentra con Jesús bautizando en el Jordán. Iluminado por Dios comprende que es el Mesías esperado y se alegra con la alegría del amigo del esposo. Sin embargo no todo fue como Juan anunció con las palabras de Isaías. Jesús es el Compasivo, no juzga, no separa justos y pecadores. El que viene es diferente al esperado. En el corazón de Juan surge la duda ¿eres tú el que había de venir o hemos de esperar a otro ? (Lc 7,19) También nosotros nos sorprendemos con frecuencia de que la imagen que nos hacemos de Dios no conviene a la verdad de lo que Dios es en nuestras vidas y en la vida de los otros. Adviento nos invita a convertirnos cambiando nuestra manera de pensar, de mirar e incluso de esperar. En verdad para el Señor un día es como mil años y mil años como un día y cuando sopla el aliento del Señor, el viento cálido del desierto la flor se marchita. Y ¿no nos estará diciendo hoy el profeta que el deseo de Dios y la espera se hacen más hondos cuando aceptamos comer langostas y saltamontes y vestirnos con piel de camello, libres de tantas exigencias sociales que adormecen nuestros sentidos y nuestra capacidad para sorprendernos y para descubrir al que viene ? En este segundo domingo de Adviento de la mano de Juan Bautista somos invitados a allanar el camino que va de Dios al corazón del hombre, invitados a vigilar en los desiertos de nuestro mundo y de nuestra vida, en los desiertos de nuestra impotencia y de nuestra pobreza, donde la gloria de Dios puede revelarse. Ha Beatriz Vilnius http://www.assumpta.org/Domingo-2-de-adviento