Charles Stanley - Iglesia Jesucristo Rey
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Charles Stanley - Iglesia Jesucristo Rey
Charles Stanley. Serie: Tentado, no cedas Jueves 28/4: Atracciones que presenta Satanás Introducción: La meta inmediata de Satanás en el proceso de la tentación es que nosotros llenemos nuestras normales necesidades y deseos por medios que estén fuera de la ley de Dios, fuera de las normas que Él nos ha fijado. Todos nuestros deseos básicos vienen de Dios, la mayor parte de esos deseos reflejan la imagen de Dios en nosotros: el deseo de amor, de aceptación, respeto, los encontramos en Dios a través de todas las Escrituras. Sólo cuando estos deseos se distorsionan se convierten en fuerzas negativas, en tentación, y luego, en pecado. Efesios 6:11 dice “Vestíos de toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las acechanzas del diablo.” Este pasaje claramente infiere que Satanás no actúa al azar, que el tiene un plan que ha ido perfeccionando, un plan que le dio resultado con David, Sansón, Abraham, Jacob, Pedro, y muchos otros. Este pasaje es alarmante porque claramente muestra las intenciones del malo de atacar y destruir a cada creyente. La tentación comienza mucho antes de que nosotros estemos conscientes de que algo está sucediendo, por consiguiente, cuando nos damos cuenta de lo que está pasando es casi demasiado tarde. Digo “casi” porque en ningún punto del proceso de la tentación perdemos nosotros nuestra capacidad de decir “no” a la misma. Proceso de la Tentación Cada vez que tratamos de explicar el proceso de la tentación con alguna fórmula, hay el riesgo de simplificar demasiado el asunto. Solo deseo presentar un cuadro real de lo que está pasando y yo sé por experiencia que no todas las tentaciones caen dentro de una categoría bien definida, pero lo que me propongo hacer es que usted vea en forma detallada el programa de acción que usa Satanás. Es obvio que cada tentación tiene sus propias circunstancias y actores, hay sin embargo ingredientes comunes a cada situación. Estudiaremos el molde, el patrón que usa Satanás al tentar. Nosotros no somos blancos neutrales. Cuando Adán y Eva pecaron en el huerto, toda la raza humana fue contaminada por su pecado. La decisión de Adán de desobedecer a Dios y andar por su cuenta se entretejió en la humanidad, por ello todo el mundo nace propenso a pecar. Los teólogos llaman a esto la depravación del hombre, el pecado original. Es por eso que usted no tiene que enseñarles a sus hijos a pecar, ellos lo hacen por sí mismos. Este mecanismo del pecado que reside en nosotros es lo que la Biblia llama carne. Cuando nos convertimos en creyentes el poder del pecado se destruye, pero la presencia del pecado permanece. Esto no quiere decir que los creyentes tienen excusa y pueden claudicar frente a los deseos pecaminosos, más bien habla que aún sentiremos esos deseos pecaminosos. Al ser tentados, estamos en desventaja pues luchamos con la presencia del pecado en nuestras vidas. Todos nuestros deseos básicos vienen de Dios. La mayor parte de ellos son el reflejo de la imagen de Dios en nosotros: los deseos de amor, aceptación, respeto, los encontramos en Dios a través de todas las Escrituras. Pero Satanás está dispuesto a distorsionar todos estos legítimos anhelos y transformarlos en egoísmo, orgullo, ambición. Dios nos dio otros deseos y necesidades para demostrar nuestra dependencia de Él y para mejorar nuestra relación los unos con los otros (por ejemplo: la necesidad de alimentos y el deseo sexual). Dios no está en contra del sexo como tampoco está en contra del alimento, del amor o del éxito, pero Él está en contra de la satisfacción de esos deseos fuera de los límites, que con amor y sabiduría, Él ha establecido. En 1 Juan 2:15-16 se agrupan todas las falsedades del maligno en tres categorías: “No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo el amor del Padre no está en Él, porque todo lo que está en el mundo: los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanidad de la vida no proviene del Padre sino del mundo”. Cada vez que somos tentados, lo somos a través de estos tres grandes canales de nuestra vida 1) Los deseos de la carne: representan nuestros apetitos, nuestros deseos, nuestra hambre 2) El deseo de los ojos incluye aquello que vemos que despierta nuestros diferentes apetitos y deseos. 3) La vanidad de la vida se refiere a cualquier cosa que promueve nuestra independencia de Dios, cualquier cosa que nos hace sentir como “dioses” y nos empuja a vivir por nuestra cuenta haciendo lo que nos viene en gana. En los 3 casos podemos ver que estas son simplemente falsificaciones de algunos de los dones más preciosos de Dios para nosotros. En Génesis 3 Satanás usó también estos tres canales para engañar a Eva. La narración de la tentación de Eva comienza con Satanás haciendo dudar a Eva de Dios. Veamos el intento de Satanás de falsificar las necesidades dadas por Dios a Eva. Gen. 3:4-6: “Entonces la serpiente dijo a la mujer: no moriréis, sino que sabe Dios que el día que comáis de él serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios sabiendo el bien y el mal, y vio la mujer que el árbol era bueno para comer y que era agradable a los ojos y árbol codiciable para alcanzar sabiduría y tomó de su fruto y comió y dio también a su marido el cual comió así como ella.” 1) (Deseos de la carne): Satanás escogió apelar al orgullo de ella, serán abiertos vuestros ojos, ofreció iluminación, conocimiento, entendimiento. No hay nada de malo en estas cosas. ¿Quién nos puede culpar por tratar de ampliar nuestro conocimiento? El próximo ofrecimiento fue poder y autoridad: seréis como Dios. ¿Que había de malo en esto? Dios nos dio autoridad. Ella tenía razón, pero Satanás estaba empujando ese deseo fuera del límite que Dios les había puesto. Todos eran deseos dados por Dios, pero cuando estos deseos legítimos se satisfacen fuera de los parámetros de Dios, se vuelven destructivos y dañinos. 2) (Deseos de los ojos): y vio la mujer que el árbol era bueno para comer y que era agradable para los ojos. Realmente no sabemos qué fruta era, tiene que haber sido muy especial y apetitoso. No había nada de malo en el apetito de Eva, lo malo fue la manera que escogió para satisfacer su deseo. Reflexiones de las personas: ¿Si Dios no quiere que yo haga tal o cual cosa por qué me siento como me siento? ¿Por qué Dios me da un deseo tan fuerte de hacer una cosa y no quiere que yo lo satisfaga? ¿Qué clase de Dios les da a sus criaturas deseos que no les permite satisfacer? Estas preguntas están formuladas en forma incorrecta. Debieran ser: ¿Cómo quiere Dios que satisfaga mis deseos? ¿Cuándo quiere Dios que lo haga? (Ejemplo de la pareja). Nosotros nos olvidamos que aunque Dios nos dio la capacidad de sentir y desear ciertas cosas, Satanás tiene la posibilidad de manipular y dirigir mal esos sentimientos y deseos, esa es la esencia de la tentación. El llamado de Satanás para usted y para mí es que satisfagamos nuestras necesidades dadas por Dios y las llenemos en la forma más rápida y menos dolorosa. (Ejemplo del amigo con el negocio). Cada tentación es simplemente una invitación a satisfacer nuestros gustos “a mi manera” y no según Dios. Veamos cómo Satanás realiza este procesos: el ocupa sus circunstancias para estimular algún deseo, ya sea de dinero, de aceptación o del sexo. Entonces empieza a trabajar en sus emociones: cuando sus emociones le convencen de que tiene que tener lo que sea, su mente entra en acción y pronto se encuentra trabajando en un plan para satisfacer sus necesidades con las menores consecuencias posibles. Luego, en un instante se decide, y ya nada lo detiene. No importa si el problema es el chisme, los celos, la ira, los juegos de azar, la mentira o la lascivia, todo tiene el mismo patrón de acción. Satanás no ha cambiado su estrategia desde el Edén, funciona. Dio resultado con personas perfectas, en un ambiente perfecto, con una relación perfecta con Dios. Piense cuánto más resultado tendrá con nosotros, especialmente si no estamos conscientes de lo que está pasando y no hemos hecho provisión para detenerlo. Piense por un minuto. ¿Con qué tentación lucha más usted ahora? ¿Qué viene a su mente cuando hago esta pregunta? ¿Puede ver cómo de alguna forma su experiencia sigue el patrón que Satanás siempre ha usado? ¿Qué necesidades dadas por Dios son las que usted se siente tentado a satisfacer fuera de los límites establecidos por Dios? ¿El deseo de ser amado, ser abrazado, ser aceptado? Para seguir adelante tiene que saber las respuestas a estas preguntas. Hay gente que lucha con la tentación pero no tiene idea de por qué hacen lo que hacen, se sienten impulsados. Saben que su pecado no les trae descanso ni satisfacción y sin embargo continúan pecando. (Ejemplo del hombre tacaño cuya necesidad era tener seguridad económica). Conclusión Dios no espera que usted viva una vida llena de desaliento y ansiedad, todo lo contrario. Satanás es el que quiere que su vida esté llena de ansiedades, por eso el siempre está dispuesto a ofrecer sustitutos a las promesas de Dios. El sabe que si usted acepta su oferta, usted pierde le regalo de Dios. (Ejemplo de la pornografía, alcohol y drogas) Estos hombres y mujeres enfrentan a las presiones de la vida huyendo, parece una forma fácil y rápida de resolver la situación pero ustedes saben como yo que esa no es la solución a los problemas de la vida. Dios está buscándoles y atrayéndoles a sí mismo para darles la verdadera solución pero ellos escogieron el camino fácil, el de menor resistencia, el camino de la destrucción. Dios no quiere que usted viva una vida de frustración y ansiedad, Él nos dice a través de Pablo: “por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego con acción de gracias, y la paz que sobrepasa todo entendimiento guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”Fil.: 6-7 Lo interesante de este pasaje es que Dios no promete darle lo que usted le pide, Él no promete satisfacer sus necesidades inmediatamente, lo que Él promete es la paz de Dios, o sea, la fortaleza interior para soportar hasta que sus deseos y necesidades sean satisfechos. El promete la fuerza interior que usted necesita para continuar mientras tanto optando por su paz más bien que por el sustituto de Satanás. Puede estar seguro que cuando llegue la hora para que Dios llene sus necesidades particulares, usted estará listo, este principio se aplica a todo. Dios conoce sus necesidades, Él sabe sus deseos. Jesús dijo: “Si vosotros siendo malos sabéis dar buenas dadivas a vuestros hijos, cuanto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan” Mateo 7:11 ¡Qué verdad y qué promesa más increíble! Jamás he conocido una persona que haya esperado en Dios y lo haya lamentado. Los problemas comienzan el momento que aceptamos el sustituto barato de Satanás. Pídale a Dios que levante la carga e inunde su corazón con la paz que Él ha prometido.