Message de Lourdes_lou153_SP
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Mensaje de Lourdes Carta para el 150 aniversario de las Apariciones A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V X Z M... como Milagros P or lo menos en Francia, quien dice «Lourdes», dice «milagros» y quien dice «milagros», dice «Lourdes». Si alguien se encuentra en una situación sin salida, se dirá sin más que «no tiene más que ir a Lourdes» o sino «haría falta un milagro». El periodismo deportivo utiliza a menudo este vocabulario religioso apartándose de su sentido original. Los evangelios en Lourdes Que se trate de Lourdes o de los evangelios, ¿cómo poner los milagros en su justo lugar? Unos quisieran eliminarlos, o dar a los textos un alcance meramente simbólico. Otros ofrecen la prueba evidente de la divinidad de Cristo y del carácter sobrenatural de las curaciones de Lourdes. En el cincuentenario de las Apariciones, en 1908, en un ambiente muy polémico a causa de la ruptura unilateral de las relaciones entre la Iglesia y el Estado, los que habían sido curados milagrosamente fueron puestos de relieve. Actualmente se tiene más bien la tendencia a ser discretos. Puesto que hemos comenzado a establecer un paralelismo entre Lourdes y los evangelios, continuemos en esta línea, que nos ilumina. Aparecen unas cuantas características en ambos casos. • Cada curación es única: no existe un esquema uniforme. • Las curaciones, sean las de Lourdes o de los evangelios, responden siempre a una oración, pero la oración no procede siempre del enfermo. El criado del centurión no había pedido nada. • El milagro no conduce sistemáticamente a la fe. En Lourdes, Zola constató una curación del todo inesperada. Y no sólo no creyó, sino que escribió un libro diciendo que era superchería. • La curación física es a la vez real y símbolo de otro orden de realidades. La sordera, la parálisis o la lepra no son solamente biológicas. El ciego de Jericó, una vez curado, siguió a Jesús, que subía a Jerusalén para sufrir su Pasión. • El milagro no alcanza su objetivo si la persona curada no cambia nada en su vida, por ejemplo dedicando más espacio a la oración o al servicio de los demás. De los diez leprosos que curó Jesús tan solo uno volvió para darle las gracias. ¿Cuántas curaciones, en Lourdes, no han sido declaradas por los beneficiarios? Separata de la revista Lourdes Magazine - 2007 CONTACTO: Lourdes Magazine - François Vayne (director) - 1, avenue Mgr Théas 65108 Lourdes Cedex (France) - [email protected] Mensaje de Lourdes Signos precursores de la resurrección Los que rechazan el valor histórico de los evangelios se apoyan en el hecho de que fueron escritos después de Pascua y, por tanto, a la luz de la resurrección de Jesucristo. Los milagros serían, pues, un estilo literario para anunciar el feliz desenlace. Esta teoría, que ya no se sostiene actualmente, tiene sin embargo algo justo: los milagros realizados por Jesucristo señalan en dirección a la resurrección. La muerte y la resurrección del Señor son el total cumplimiento de lo que había empezado a vivir durante los años de su vida pública. Durante todo este tiempo fue el blanco de la contradicción, hasta la última contradicción, la del juicio que lo condenó a muerte. Durante todo este tiempo, fue signo de vida hasta que su resurrección manifestó que la muerte ya no tiene la última palabra en la historia de los hombres. Frente a las curaciones de Lourdes, se nos plantea, sin falta, una pregunta: ¿por qué una persona fue curada y otra no? Por otra parte, los primeros que se hacen esta pregunta son los que han sido curados. En el aspecto intelectual, no hay una respuesta satisfactoria. Más vale buscar en otra dirección y relacionar las curaciones con las apariciones. Bernardita fue la única que vio y decía que si la Virgen hubiera encontrado a otra más indigna que ella, habría elegida a esa. Bernardita era la única que veía y oía pero el resplandor de su rostro se reflejaba en los rostros de quienes la rodeaban. Esta luz nos ilumina desde hace 150 años. De la misma manera, la persona curada es una excepción, pero es un testimonio para todos nosotros que estamos condenados al sufrimiento y a la muerte: Dios no nos abandonará en el sufrimiento y en la muerte. Lo mismo que las apariciones son una ventana abierta a la Ciudad celestial, las curaciones son una ventana abierta al Reino de la Resurrección. Unas y otras se nos ejercicio práctico “Porque estás abandonado” “Santísima Virgen María, no te pido la curación, sino la gracia de unirme a los sufrimientos de tu Hijo”. El hombre que pronuncia suavemente estas palabras, mientras se baña en las piscinas de Lourdes, padece una grave enfermedad. Es un padre de familia. Se llama Jacques. Soy su amigo y lo acompaño, desconcertado hasta las lágrimas a causa de su fe. En estas horas de eternidad emana de él una profunda alegría. Nada puede separarnos del amor de Dios manifestado en Jesucristo, ni el sufrimiento, ni la muerte. De este milagro puedo ser testigo en Lourdes, desde hace veinte años. Experimento que el amor de Jesús, en su pasión, hace de nuestra vida una pascua, una fiesta pascual. Tratemos, pues, de unirnos a él en las contrariedades diarias, diciendo, por ejemplo: “Por ti Jesús, porque estás abandonado”. Nuestra noche, poco a poco, se convertirá en luz meridiana. François Vayne M... como Milagros Historia Las curaciones que se realizan en Lourdes son contemporáneas de las apariciones de la Virgen a Bernardita Soubirous, en 1858. El 1 de marzo de aquel mismo año, durante la duodécima aparición, la curación de Catherine Latapie, a la que llamaban «Chouat», del pueblo de Loubajac, a 6 kilómetros de Lourdes. Desde 1856 no podía utilizar una mano, paralizada y con los dedos torcidos por haberse caído de un árbol. Sintió la necesidad de correr a la Gruta de Masabielle y sumergió la mano en el agua fangosa del manantial conseguido por Bernardita el 27 de febrero anterior. Posteriormente, el doctor Douzous, testigo ocular del milagro del cirio encendido que no quemó a la vidente, redactó un informe médico, enviado el 15 de julio de 1858 al canónigo Arnauld Fourcade, vicario general de Mons. Laurence, obispo de Tarbes, quien reconocerá oficialmente esta curación en la carta pastoral del 18 de enero de 1862. El 17 de noviembre de 2005, el número de curaciones reconocidas era de 67 (1). Dom Bernard Billet, monje de la abadía Notre-Dame de Tournay (Altos Pirineos) (1) La Oficina Médica del Santuario de Nuestra Señora de Lourdes y el Boletín de la AMIL 1, avenue Mgr Théas – 65108 Lourdes Cedex – E-mail : [email protected] dan para alimentar quizás más nuestra esperanza que nuestra fe. Los milagros: ¿un desafío a la ciencia? Es el ambiente de los años 1900, el creyente se sentía tentado de lanzar los milagros a los racionalistas como un desafío para que los explicaran. Este tipo de creyentes y de racionalistas existe todavía, pero esta forma de enfrentamiento no corresponde ni al espíritu de la investigación contemporánea, que no excluye nada a priori, ni al espíritu de la fe católica, que no se impone por la fuerza, ni siquiera la intelectual. Las curaciones inexplicadas de ayer y de hoy trazan un camino de esperanza. Una enfermedad, que sigue siendo incurable hoy día, con los medios de que disponemos, quizá no lo sea en sí misma ni para siempre. Hace cien años, la tuberculosis, muy a menudo, era mortal. Hoy puede ser curada eficazmente. Esto no quita nada al carácter milagroso de las curaciones de antaño. Simplemente, Dios que actuó con los medios que conoce, en los casos de curaciones milagrosas, actúa también con la inteligencia siempre insatisfecha de los hombres que creó a su imagen y semejanza. La curación milagrosa repite a los médicos de hoy la palabra de Jesús: «Buscad y encontraréis». Es un reto lleno de esperanza. Mons. Jacques Perrier, Obispo de Tarbes-Lourdes «Mensaje de Lourdes» es difundido también por Internet en la dirección del Santuario Nuestra Señora de Lourdes www.lourdes2008.com www.lourdes2008.com claves Jesús admira al centurión porque se fija en su propia vida para comprender el poder de Jesús. Dice: «Ordeno a mi esclavo y me obedece». Jesús puede ordenar a la enfermedad, y le obedecerá, porque es todopoderoso. Cree sin ver. Jesús, por el contrario, se lamenta: «Como no veáis signos y prodigios, no creéis» (Juan 4, 48). San Juan de la Cruz lo dice claramente: «Y así, no es de condición de Dios que se hagan milagros, que, como dicen, cuando los hace, a más no poder los hace». (Subida del monte Carmelo 3, 31, 9). Los milagros, lo mismo que los prodigios y las apariciones, son como operaciones quirúrgicas: hay que pasar por ellas para sobrevivir, cuando se está en crisis. Tenemos falsas ideas sobre el tema. A Dios no le gustan esas realidades «sobrenaturales». Al diablo le encantan, pues se aprovecha de ellas inmediatamente. En Lourdes se produjeron falsas apariciones después de las verdaderas. Don Bosco decía: «Si tuvierais el poder de hacer milagros, pediríais al Señor que os libre de él.» A Dios le gusta la Sagrada Familia; no los milagros, sino la vida sencilla, la fe y el amor. P. André Doze Alrededor del mundo Lejos de Lourdes se atribuyen milagros a «Lourdes». Están, en primer lugar, los que están vinculados a la invocación a Nuestra Señora de Lourdes. Es normal que María se ocupe de sus hijos, dondequiera que se encuentren, en el mundo. Otros milagros están relacionados con el agua que viene de la Gruta de Lourdes. Se comprende que la gente tome agua para beber y lavarse, pero también para llevarla a otros que no pudieron venir, para que hagan lo mismo. Lo más importante en realidad, no es el agua, sino la puesta en práctica del mensaje que la acompaña. En fin, junto a las reproducciones de la Gruta de Lourdes en tantas partes del mundo, también se dan los milagros. Algunos se constatan en cuanto se establece la devoción. Entonces se da uno cuenta de que todas las grutas dedicadas a Nuestra Señora de Lourdes son lugares de gracia. Otras aparecen durante el tiempo ordinario en que la Iglesia reza allí. Así se toma conciencia de la actualidad del Evangelio. A la Palabra que se proclama la acompañan signos, que llamamos milagros. P. Régis-Marie de La Teyssonnière