rnc volumen 6 nmero 1 enero-marzo 2003
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volumen 6• número 1•enero-marzo, 2003 DIRECTORA EDITORIAL María del Consuelo Velázquez Alva COMITÉ EDITORIAL María de los Ángeles Espinosa Cuevas Martha Patricia Márquez Aguirre Irma Muñiz Viveros Yolanda del Carmen Méndez Romero Alejandra Cisneros García CONSEJO EDITORIAL Juan Carlos de la Cruz Castillo Pineda Alejandro Hidalgo Ponce Víctor Manuel Sánchez Nava Luis Ize Lamache José Antonio Carrasco Rojas Humberto Arenas Márquez Jesús Tapia Jurado Luis Galindo Mendoza Samuel Fuentes del Toro Fernando Molinar Ramos Amado de Jesús Athié Athié Ricardo Murguía Corral Francisco Terrazas Espitia CONSEJO EDITORIAL INTERNACIONAL Stanley J. Dudrick (EUA) Jesús Manuel Culebras Fernández (España) Steven B. Heymsfield (EUA) César Muñoz González (Costa Rica) Lee Varella (EUA) Dan L. Waitzberg (Brasil) Noel W. Solomons (Guatemala) Albert Barrocas (EUA) Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 3 Directorio CURSOS AVANZADOS ASOCIACIÓN MEXICANA DE ALIMENTACIÓN ENTERAL Y ENDOVENOSA, A.C. COORDINACIÓN DEL CURSO DE LA EUROPEAN SOCIETY FOR PARENTERAL AND ENTERAL NUTRITION (ESPEN) EN MÉXICO MESA DIRECTIVA 2003 Dr. Alejandro Hidalgo Ponce PRESIDENTE COORDINACIÓN DE CURSOS DIPLOMADOS Dr. Juan Manuel Mijares García Dra. Yolanda del Carmen Méndez Romero VICEPRESIDENTE COMITÉ EDITORIAL Dr. César Cruz Lozano Dra. María del Consuelo Velázquez Alva Editora de la Revista Nutrición Clínica SECRETARIO Dr. Pedro Espinosa de los Monteros Moranchel TESORERA Enf. Dora Teresa García Alcázar Dra. María de los Ángeles Espinosa Cuevas Dra. Martha Patricia Márquez Aguirre LN Irma Muñiz Viveros Dra. Yolanda del Carmen Méndez Romero Dra. Alejandra Cisneros García COMITÉ DE DIETISTAS VOCAL Dtta. Julieta Velázquez Razo LN Marisela Páez Huerta COMITÉ DE LICENCIADAS EN NUTRICIÓN COMITÉ ORGANIZADOR DEL XIV CONGRESO NACIONAL PUEBLA 2003 LN Alexandra Maurer Pons Dr. Manuel Duarte Mendoza Presidente COMITÉ DE ENFERMERAS L.N. Mónica Reynoso de Amuchástegui Dr. Félix Urbina Hernández Dr. Eduardo Vázquez Valdés Enf. Concepción Isabel Mena Couoh COMITÉ DE EDUCACIÓN QF Ricardo Oropeza Cornejo Dr. Juan Carlos Castillo Pineda Presidente COMITÉ DE ESTUDIANTES COMITÉ DE FARMACÉUTICOS Dra. Tatiana Barbero Becerra CURSOS BÁSICOS COMITÉ CIENTÍFICO COORDINACIÓN DEL PROGRAMA TERAPIA NUTRICIONAL TOTAL (TNT) Dr. Amado de Jesús Athié Athié COORDINACIÓN DEL CURSO INTERDISCIPLINARIO DE NUTRICIÓN CLÍNICA (CINC) L.N. Vanessa Fuchs Tarlovsky COORDINACIÓN DEL CURSO DE NUTRICIÓN PEDIÁTRICA Dra. Martha Patricia Márquez Aguirre 4 Dr. Manuel Duarte Mendoza Dr. Juan Carlos Castillo Pineda Dtta. Julieta Velázquez Razo Dra. Consuelo Velázquez Alva LN Alexandra Maurer Pons Enf. Concepción Isabel Mena Couoh QF Ricardo Oropeza Cornejo Dra. Tatiana Barbero Becerra COORDINACIÓN ADMINISTRATIVA Ma. de los Ángeles Mijares Martínez Nutrición Clínica es el órgano oficial de la Sociedad Mexicana de Alimentación Enteral y Endovenosa, A.C. Revista trimestral, eneromarzo del 2003. Editor responsable: Enrique Nieto R. Reserva de Título de la Dirección General del Derecho de Autor (S.E.P.) núm. 042002-012112330800-102. Certificado de Licitud de Título núm. 11966 y Certificado de Licitud de Contenido núm. 8374 de la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas (S.G.). Publicación realizada por NIETO EDITORES, SA de CV. Domicilio de la publicación: Tzinnias 10, col. Jardines de Coyoacán, México, DF, 04890. E-mail: [email protected] El Contenido de los artículos son responsabilidad de sus autores. Todos los derechos están reservados de acuerdo con la Convención Internacional de Derechos de Autor. Ninguna parte de esta revista puede ser reproducida por ningún medio, incluso elctrónico, ni traducida a otros idiomas sin autorización escrita de sus editores. Todas las solicitudes y otras comunicaciones relacionadas con las suscripciones deben dirigirse a: NIETO EDITORES, SA de CV, Tzinnias 10, col. Jardines de Coyoacán, México, DF, 04890, Tel.: 5678-2811, fax: 5679-6591. Correspondencia: Asociación Mexicana de Alimentación Enteral y Endovenosa, A.C., Insurgentes Sur Núm. 1185-503, 5° piso, Col. Tlacoquemécatl, 03210, México, DF. Tel.: 5575-9916 y 5559-9546, fax: 5559-4793. E-mail: [email protected] Impresa por Marketing y Publicidad de México, Manuel Sotero Prieto núm. 13, Circuito Científicos, Ciudad Satélite, Naucalpan, Estado. de México, CP 53100. Distribuida por NIETO EDITORES, SA DE CV, Tzinnias 10, col. Jardines de Coyoacán, México, DF,Volumen 04890. 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 Nutrición Clínica www.revistasmedicasmexicanas.com.mx volumen 6, número 1, enero-marzo, 2003 ÍNDICE 1 2 9 17 27 36 46 53 EDITORIAL Pedro Arroyo ARTÍCULOS ORIGINALES Aporte dietético de energía y nutrimentos en adultos mayores de México Leticia A. Cervantes Turrubiates, Martha P. Montoya Díaz, Liliana Núñez Núñez, S. Aída Borges Yáñez, Luis Miguel Gutiérrez Robledo, Cristina Llaca Martínez Relación entre el estado de salud bucal y el consumo de alimentos energéticos y nutrimentos en ancianos de tres localidades en México S. Aída Borges Yáñez, Gerardo Maupomé Carvantes, Mario Martínez González, Leticia Cervantes Turrubiates, Luis Miguel Gutiérrez Robledo Estimación de la grasa corporal por absorciometría de energía dual de rayos X y por impedancia bioeléctrica: estudio comparativo en ancianos María Esther Irigoyen Camacho, María del Consuelo Velázquez Alva, Marco Zepeda Zepeda, Ana María Badillo California, Luis Miguel Gutiérrez Robledo, Sergio Ley Acosta Parámetros objetivos regionales de evaluación nutricional en una población de adulto mayor Jesús Tapia-Jurado, Verónica Ramírez-Tort, Haiko Nellen-Hummel, Ricardo Murguía Corral, Gabriel García Correa Factores pronósticos del reingreso y muerte en los pacientes ancianos previamente hospitalizados Emilio José García Mayo, Luis Miguel Gutiérrez Robledo, Armando Villegas Jiménez ARTÍCULOS DE REVISIÓN Los indicadores del estado de nutrición y el proceso de envejecimiento Heliodoro Alemán-Mateo, Flavia A. Pérez Flores ¿Por qué no come el abuelo? Sarcopenia o anorexia INDEX 1 2 9 17 27 36 46 53 EDITORIAL Pedro Arroyo ORIGINAL ARTICLES Energy and nutriments dietary intake in elderly people of Mexico Leticia A. Cervantes Turrubiates, Martha P. Montoya Díaz, Liliana Núñez Núñez, S. Aída Borges Yáñez, Luis Miguel Gutiérrez Robledo, Cristina Llaca Martínez Relation between oral health and energetic food and nutriments intake in elderly people from three zones in Mexico S. Aída Borges Yáñez, Gerardo Maupomé Carvantes, Mario Martínez González, Leticia Cervantes Turrubiates, Luis Miguel Gutiérrez Robledo Estimation of body fat by dual energy X-ray absorptiometry and by bioelectrical impedance: a comparative study in elderly people María Esther Irigoyen Camacho, María del Consuelo Velázquez Alva, Marco Zepeda Zepeda, Ana María Badillo California, Luis Miguel Gutiérrez Robledo, Sergio Ley Acosta Reference values of nutritional assessment parameters in the elderly Jesús Tapia-Jurado, Verónica Ramírez-Tort, Haiko Nellen-Hummel, Ricardo Murguía Corral, Gabriel García Correa Prognostic factors of readmission and death in hospitalized old patients Emilio José García Mayo, Luis Miguel Gutiérrez Robledo, Armando Villegas Jiménez REVIEW ARTICLES Indicators of nutritional status and aging process Heliodoro Alemán-Mateo, Flavia A. Pérez Flores Why does not the grandfather eat? Sarcopenia or anorexia Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 5 ÍNDICE 58 63 70 80 84 89 93 102 105 107 117 Luis Ize Lamache Participación del estado nutricional en la fragilización del individuo Emilio José García Mayo Aspectos demográficos del adulto mayor Hilda Irene Novelo de López Desnutrición en las personas de edad avanzada María del Consuelo Velázquez Alva, Silvia Gabriela Rodríguez Nocedal, Ma. Luisa Hernández Caballero PRÁCTICA DIARIA Hipocolesterolemia: riesgo de mortalidad y su papel en la depresión, el deterioro cognoscitivo, el suicidio y la disminución de la funcionalidad Emilio José García Mayo La importancia de la educación nutricional en los ancianos María del Consuelo Velázquez Alva, Silvia Gabriela Rodríguez Nocedal, Ma. Luisa Hernández Caballero ENSAYOS Inseguridad alimentaria y estrategias nutricionales en personas de edad avanzada: experiencias latinoamericanas recientes José Alberto Rivera Márquez, Elvira Mandujano Candia Cuando el destino nos alcance. Nuestros padres en el proceso de envejecimiento y enfermedad: un testimonio María Eugenia Lage Corona REVISIÓN CRÍTICA DE LA LITERATURA Aspectos nutricionales relevantes en el paciente de la tercera edad Yolanda Méndez Romero DEGUSTANDO EL ARTE Introducción Rosa María Morales D’Herrera La Prehistoria Rosa María Morales D’Herrera POSICIÓN DE LA ASOCIACIÓN DIETÉTICA AMERICANA Alimentos funcionales. Posición de la American Dietetic Association 58 63 70 80 84 89 93 102 105 107 117 Luis Ize Lamache Participation of nutritional status in the individual’s fragility Emilio José García Mayo Demographical aspects of elderly Hilda Irene Novelo de López Malnutrition in elderly María del Consuelo Velázquez Alva, Silvia Gabriela Rodríguez Nocedal, Ma. Luisa Hernández Caballero DAILY PRACTICE Hypocholesterolemia: mortality risk and its role in depression, cognitive deterioration, suicide and reduced functionality Emilio José García Mayo The importance of nutritional education in elderly María del Consuelo Velázquez Alva, Silvia Gabriela Rodríguez Nocedal, Ma. Luisa Hernández Caballero TRIALS Food insecurity and nutritional strategies in elderly people: recent Latin American experiences José Alberto Rivera Márquez, Elvira Mandujano Candia When destiny reach us. Our parents in the aging and disease process: A testimony María Eugenia Lage Corona CRITICAL REVIEW OF LITERATURE Outstanding nutritional aspects in the elderly patient Yolanda Méndez Romero TASTING THE ART Introduction Rosa María Morales D’Herrera The Prehistory Rosa María Morales D’Herrera AMERICAN DIETETIC ASSOCIATION POSITION Functional foods. American Dietetic Association position Alfonso Fajardo Rodríguez, Gabriel González Ávila 6 Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx EDITORIAL nutrición clínica 2003;6(1):1 En México, la disminución de la tasa de natalidad y el envejecimiento poblacional, es decir, el aumento proporcional de la población de mayor edad con respecto a los jóvenes, constituyen los principales y más notables fenómenos poblacionales del presente siglo.1 Las implicaciones sociales, económicas epidemiológicas estos cambios muyaño variaCon esteynúmero, Nutriciónde Clínica inicia suson quinto de das y su efecto es motivo de constante debate entre las autopublicación ininterrumpida. Presentamos el nuevo formato 2 ridades responsables de laeditorial planificación nacional. Elycosto que diseñó nuestra casa (Nieto Editores) que de atención de los problemas de salud que distinguen a los esperamos sea del agrado de nuestros lectores, así mismo, individuos de este segmento poblacional, aumenta en forma informamos que el contenido de cada número aparecerá en constante debido a los costos que su tratamiento y rehabilila portada a partir de este ejemplar. Nos congratula también tación tienen en el modelo de atención a la salud que rige en informar que Nutrición Clínica cuenta ya con una página en la actualidad; además, las oportunidades para prevenir e idenInternet, cuya dirección electrónica es la siguiente: http// tificar problemas de salud en los ancianos son menores, en www:nutricionclinica.entornomedico.org comparación con las de otros grupos poblacionales. Desde este portal de la Web se podrán obtener textos El panorama a futuro, sin embargo, no es tan pesimista. completos de cualquiera de los sanitarias artículos publicados En la actualidad, las autoridades manifiestan desmade inicio de la revista y que sean de interés para los yorelpreocupación por promover un nuevo concepto de lectores. atención al paciente adulto mayor, denominado envejeci3 Desde el número Nutrición Clínica inicio a miento exitoso. Esteanterior, concepto considera que ladio implantauna nueva sección denominada “Guías clínicas”, en que ción de estrategias orientadas a fomentar hábitos delavida se planteanpreviene evidencias científicas relacionadas con el masaludables o retarda la aparición de enfermedades nejo nutricional que de afectan diversas enfermedades y complicaciones la capacidad física,crónico intelecdegenerativas y se hace hincapié en los diferentes aspectual y emocional de los ancianos, con lo que es posible tos relacionados con las modificaciones que sobre el estilimitar el deterioro de la salud durante el envejecimiento. lo de vidatales deben realizar los general, paraensu Cuando estrategias sonindividuos elaboradasen para personas fermas, el efecto negativo del padecimiento se limita y el prevención, y quienes las padecen, para su mejor control. costo sunúmero, atenciónen se la reduce. Lasdeinvestigaciones al resEn de este sección “Guías clínicas”, los pecto señalan queFajardo la nutrición adecuada y laMariel realización de doctores Alfonso Rodríguez y Carla Lara del actividades físicas apropiadas son las estrategias más útiRivero V. presentan una amplia revisión de la intervención 3 les para la promoción del envejecimiento exitoso. nutricional de los enfermos con hipertensión arterial y, con Los enrelacionada esta edición delaNutrición el fin deartículos ampliar lacontenidos información con prescripClínica aspectos. Se hipertensos, trata de un conjunto de ción delabordan ejercicioestos en los pacientes el presente artículos originales, trabajos de revisión y ensayos, realizaeditorial hace una contribución con esta temática, con base doslas en aportaciones torno a la nutrición las personas de edad avanzada. en que elde grupo de Kokkinos y col., de la Estos trabajos fueron expuestos en un Foro organizado Clínica de Investigación en Cardiología e Hipertensión por del la Facultad de Salud Pública y Nutrición de la Universidad Veterans Affairs Medical Center, en Washington DC, ha Autónoma de Nuevo León durante el mes de noviembre del venido realizando en los últimos años.1-4 2002 en la ciudad de Monterrey, Nuevo León. Este foro se La hipertensión arterial (HA) es el principal factor de organizó con el apoyo del Fondo Nestlé para la Nutrición, riesgo para llegar a padecer enfermedad arterial coronaria, de la Fundación Mexicana para la Salud. Los primeros trabajos analizan la evaluación de la alimentación y el estado nutricional de los adultos mayores; en el primero de ellos, Cervantes-Turrubiates y col. presentan información sobre el consumo energético y de otros nutrimentos en los adultos mayores mexicanos. Borges, a su vez, relaciona el consumo de estosrenal nutrimentos con los infarto al miocardio, insuficiencia y enfermedad problemas de salud bucal que distinguen a la vejez. El tercer vascular periférica. Se ha demostrado ampliamente que esta trabajo, realizado por Irigoyen-Camacho y col., compara dos relación es directa, fuerte, consistente, predictiva e indemétodos para la valoración del porcentaje de grasa corporal pendiente. en los pacientes ancianos, en la función de la bien reconocida Desde hace varios años, importancia de prevenir la necesidad de implantar métodos apropiados para la evaluahipertensión arterial y de controlar la presión sanguínea en ción del estado nutricional en este tipo de pacientes; este los pacientes hipertensos se encuentra bien establecida y trabajo se complementa con el realizado por Tapia-Jurado y su logro se ha asociado con la reducción en las tasas de col. Desde el punto de vista clínico, García Mayo informa la morbilidad y mortalidad por enfermedad cardiovascular experiencia del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y (ECV). Nutrición Salvador Zubirán en relación con el riesgo de reEl estudio del en tratamiento la trabajos hipertensión arterialcoha ingreso y muerte ancianos.de Los de revisión mostrado las modificaciones los hábitos mentan unque conjunto de temas de en interés generalnegativos sobre la en el estilo de vida, principalmente la pérdida de peso, desnutrición en los ancianos, los indicadores usados en el la manejo del estrés y el incremento en la actividad física, evaluación del estado nutricional y la relación de este conúltitribuyen al controlentre de laotros. presión sanguímo con elsignificativamente fenómeno de fragilización, Finalmennea. observaciones basan en de loslaresultados de te, losEstas ensayos analizan elseproblema inseguridad estudios controlados de de intervención del ejercicio que han alimentaria y el proceso envejecimiento en sí mismo. mostrado, consistentemente, ejercicio aeróbico reguEn virtud de la calidad deque los el trabajos presentados y la lar, de intensidad leve a moderada, disminuye la presión sandifusión de la revista Nutrición Clínica, estamos seguros de guínea en los pacientes hipertensión conque el contenido de estacon edición elevaráesencial. el nivel 5-10 de La competencia degeneral los profesionales implicados en el la entrenamiento atención de la clusión de estos trabajos es que población en proceso con ejercicio aeróbicode esenvejecimiento. efectivo en la disminución de la presión arterial en los pacientes con hipertensión esencial y Arroyo debe usarse como parte integral delPedro tratamiento Coordinador Técnico, Fondo Nestlé para la Nutrición, antihipertensivo. Fundación Mexicana para Salud El grupo de trabajo del Programa Nacional delaEducación de la Presión Sanguínea11 propuso, desde hace ya REFERENCIAS casi una década, el incremento en la actividad física para el manejo de la hipertensión arterial y esta recomendación 1. Ham-Chande R. El envejecimiento: nuevadedimensión de sigue vigente como coadyuvante una dentro la terapia la salud en México. Salud Publica Mex 1996;38:409-18. farmacológica y no farmacológica de este padecimiento. 2. Lozano-Ascencio R, Frenk-Mora J, González-Block MA. El Por otra el paciente hipertenso obeso representa peso departe, la enfermedad en adultos mayores. Salud Publica Mex 1996;38:419-29. un desafío especial, ya que es probable que este individuo 3. Garry PJ. Aging successfully. A genetic perspective. Nutr también tenga otros factores de riesgo cardiovascular y otras Rev 2001;58:93-101. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 1 Nutrición Clínica 2003;6(1):2-8 Artículo original Aporte dietético de energía y nutrimentos en adultos mayores de México Leticia A. Cervantes Turrubiates,* Martha P. Montoya Díaz,** Liliana Núñez Núñez,** S. Aída Borges Yáñez*** Luis Miguel Gutiérrez Robledo,**** Cristina Llaca Martínez** Resumen Abstract Antecedentes: la población de ancianos es heterogénea, por lo que es necesario y urgente diseñar programas con acciones encaminadas a responder, de manera oportuna, a las demandas de salud y nutrición que implica el proceso de envejecimiento de la población en este siglo. Background: The older population is extremely heterogeneous, therefore it is necessary and urgent to design programs and actions leading to give a timely answer to the request of health and nutrition that the aging process implies in this new century population. Objetivo: comparar el consumo de energía y nutrimentos de los adultos mayores de tres poblaciones de México. Objective: To compare the intake of energy and nutrients of elderly people of three populations in Mexico. Material y método: estudio transversal comparativo en 512 individuos en tres diferentes poblaciones de adultos mayores (dos zonas urbanas y una rural). Se obtuvo el consumo de 17 nutrimentos del Recordatorio de 24 horas. Material and methods: A cross-sectional and comparative study was done in 512 individuals from three different populations (two urban zones and one rural). We obtained the consumption of 17 nutriments from the 24-hour diet recall. Resultados: el mayor consumo de energía se observó en la zona rural con 1,800 kcal, la menor ingestión fue en la zona urbana baja con 1,350 kcal. En cuanto a la distribución de la energía aportada por los nutrimentos se percibió que el mayor consumo de proteínas fue en la zona urbana media con 15%; de hidratos de carbono, en la zona rural con 70% y por último, la mayor ingestión de lípidos fue en la zona urbana media con 35%. Results: The highest energy consumption was noticed in the rural zone with 1,800 calories, the lowest ingest was observed in the urban zone with 1,350 calories. As for the energy distribution provided from the nutriments it was observed that, for proteins, the middle urban zone had the highest consumption (15%), for carbohydrates it was the rural zone (70%) and finally the highest fat consumption was observed in the middle urban zone (35%). Conclusiones: la dieta consumida en la zona rural fue la cercana a las recomendaciones del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. Por otra parte, en la zona urbana media, la dieta de los individuos es alta en proteínas de origen animal y colesterol, baja en fibra e hidratos de carbono complejos, lo que implica un problema serio de salud pública, ya que este tipo de dieta tiene una relación alta con el desarrollo de enfermedades crónico degenerativas, cuya incidencia va en aumento en el país. Conclusions: The diet consumed in the rural zone was closer to the recommendation by the National Institute of Medic Science and Nutrition Salvador Zubiran than the other two populations. Furthermore, the diet in middle urban zone is high in animal proteins and cholesterol and low in fiber and complex carbohydrates, which implies a serious problem in public health, since this type of diet is closely related to the development of chronic degenerative diseases, whose incidence is increasing in our country. Palabras clave: requerimiento de energía, nutrientes, adulto mayor, envejecimiento, dieta, nutrición. Key words: energy requirements, nutrients, elder people, aging, diet, nutrition. Introducción El grupo de individuos mayores de 60 años de edad ha tenido un rápido crecimiento en todo el mundo. En los países en desarrollo existen más de 400 millones de personas con una edad superior a los 55 años, es decir, cerca del 60% de la población se encuentra en este grupo. Para el año 2020 se prevé que dicha proporción aumente a 72% que, en números absolutos, excederá a mil millones de personas de la tercera edad.1 La población de ancianos es heterogénea, por lo que es necesario y urgente diseñar programas con acciones encaminadas a responder, de forma oportuna, a las demandas de salud y nutrición que implica el proceso de envejecimiento de la población en este nuevo siglo.2 Se reconoce que con el aumento de la edad existe una incidencia elevada de enfermedades crónicas y existen pruebas que señalan la importancia de la nutrición en el desarro- 2 Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx APORTE DIETÉTICO DE ENERGÍA Y NUTRIMENTOS EN ADULTOS MAYORES DE MÉXICO llo, la susceptibilidad y el alivio de estas enfermedades. Sin embargo, todavía hay problemas para hacer el diagnóstico del estado nutricional de los adultos mayores, debido a que los cambios físicos y bioquímicos son parte del proceso normal de envejecimiento. Los adultos mayores se consideran un grupo en riesgo de tener problemas nutricionales por una serie de factores, entre los que destacan los físicos, sociales, fisiológicos y socioeconómicos.3 Un buen estado de nutrición y ciertos factores del estilo de vida, como una dieta adecuada y ejercicio razonable, son vitales para asegurar que más adultos puedan continuar con una vida saludable, activa e independiente dentro de la familia y la comunidad. Pero un problema común es la pérdida de peso y la desnutrición, las que no son raras entre los adultos mayores, de hecho, es el factor principal en la disminución de las funciones.4 Saber cómo cambia el comportamiento alimentario en los adultos mayores con el transcurso del tiempo es importante. Estas modificaciones a lo largo de la existencia no necesariamente son perjudiciales. Entre los cambios positivos está el incremento del consumo de preparados polivitamínicos que, en algunos casos y bajo prescripción médica, son benéficos. Existen otras variaciones en los hábitos alimentarios y el estilo de vida que ponen en riesgo la integridad del estado nutricio. El adulto mayor tiende a consumir una menor cantidad de alimentos5 y las razones son múltiples: envejecimiento psicológico, enfermedades concomitantes e interés por cuestiones sociales que muchas veces conduce a los individuos al aislamiento, además, hay quienes consideran a los alimentos como medicamentos. La consecuencia de esto es la autoimposición de dietas restrictivas que provocan desnutrición. * Maestra en salud pública, investigadora, departamento de nutrición aplicada y educación nutricional. Profesora asociada A, Departamento de Atención a la Salud, UAM-Xochimilco. ** Licenciada en nutrición, clínica de geriatría, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. *** Doctora en Odontología, Coordinación de Salud Pública Bucal, Facultad de Odontología, UNAM. **** Jefe de la clínica de geriatría, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. Correspondencia: MSP Leticia A. Cervantes Turrubiates. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. Departamento de nutrición aplicada y educación nutricional. Vasco de Quiroga núm. 15, Col. Sección XVI, 14000, México, DF. Recibido: enero, 2003. Aceptado: febrero, 2003. La versión completa de este artículo también está disponible en internet: www.revistasmedicasmexicanas.com.mx Estudios realizados en diferentes países coinciden en señalar que el consumo energético disminuye con la edad, el decremento es de 2,700 a 2,100 kcal de la energía requerida, entre los 30 y los 80 años de edad, donde 30% se debe a la disminución de la actividad metabólica basal y el resto a la reducción de los requerimientos por actividad física. Si bien el descenso en el requerimiento energético depende sobre todo de la edad, el tipo de nutrimentos que se ingiere lo determinan factores distintos de ésta. Por ejemplo, la tendencia a un mayor consumo de lípidos poliinsaturados, observado en el estudio de Baltimore, obedece a la conciencia que tiene la población en general de los beneficios de este hábito. Diversos estudios indican que el consumo de nutrimentos específicos también disminuye al envejecer. Tal es el caso de la tiamina, vitamina C, calcio, hierro y folatos, entre otros.6 En cuanto al consumo de proteína, hay datos preliminares que permiten suponer que el adulto mayor conserva un balance nitrogenado negativo cuando recibe 0.8 gramos de proteína por kilogramo de peso,7 que es la cifra recomendada. Esto parece responder al hecho de que el consumo de energía que afecta la utilización de proteínas se reduce en forma progresiva al envejecer. Además, el adulto mayor es más susceptible a las enfermedades crónicas que producen un balance nitrogenado negativo por fiebre y anorexia. Todo esto sugiere la necesidad de un mayor aporte de proteínas, que se recomienda, no sea menor de 12% del aporte energético total. Por lo anterior, el objetivo de este estudio fue evaluar el aporte dietético de energía y ciertos nutrimentos en un grupo de población geriátrica en México. Material y método Se realizó un estudio transversal y comparativo de tres poblaciones de adultos mayores (dos zonas urbanas y una rural). Las comunidades seleccionadas fueron las siguientes: 1. El multifamiliar Centro Urbano Presidente Alemán, localizado entre las calles de Avenida Coyoacán y Gabriel Mancera en la colonia Del Valle de la Ciudad de México. Los habitantes de este lugar cuentan con todos los servicios e infraestructura urbana. 2. La colonia Isidro Fabela, ubicada al sur de la Ciudad de México, en la delegación Tlalpan, al igual que en el multifamiliar, sus habitantes cuentan con una infraestructura y Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 3 CERVANTES TURRUBIATES LA Y COL. Tamaño de la muestra y tipo de muestreo El muestreo fue de tipo aleatorio simple a partir de la información de los censos (se agregó un 20% más para compensar pérdidas), con lo que se obtuvo una muestra total de 512 individuos. Se incluyeron todas las personas seleccionadas aleatoriamente a partir de los censos, hombres y mujeres mayores de 60 años de edad que accedieron a participar y vivieran en alguna de las comunidades seleccionadas. Se excluyeron los individuos con problemas de salud mental que les impidieran responder adecuadamente las preguntas formuladas. Se eliminaron las personas que no accedieron a participar, las que fallecieron o cambiaron de domicilio antes de concluir las evaluaciones, así como los adultos mayores que no completaron la evaluación nutricional. Descripción general del estudio Se modificó la encuesta general de CRONOS8 para adecuarla a México. Se incluyó información general, condiciones de vida, conducta social, enfermedades, prácticas de salud autopercibida, estado cognoscitivo, valoración funcional, evaluación nutricional y dietética. La encuesta se validó mediante una prueba piloto. Para el estudio dietario se aplicó, previamente estandarizado, el Recordatorio de 24 horas realizado por una nutrióloga. Análisis estadístico El análisis fue univariado con el objetivo de describir el comportamiento de las variables de estudio en las diferentes comunidades. Se obtuvieron medias y desviaciones estándar para las variables cuantitativas. En una segunda 4 etapa se realizó un análisis bivariado en donde se confrontaron las variables en cuadros de contingencia. Para determinar el aporte calórico y de nutrimentos de cada individuo, así como las adecuaciones correspondientes, se utilizó el sistema computado SCVAN 1.0 (Ávila A y col.), que cuenta con información sobre la composición de los alimentos con base en las recomendaciones del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.11 Se obtuvo el consumo de 17 nutrimentos en el Recordatorio de 24 horas. Para el análisis univariado se usó el programa Microsoft Excel versión 1995. Resultados La energía estimada a partir del Recordatorio de 24 horas se muestra en la figura 1, donde se aprecia que el mayor consumo de energía fue en la zona rural con 1,800 kcal (Solís), la menor ingestión fue en la zona urbana baja (Isidro Fabela) con 1,350 kcal. En cuanto a la distribución de la energía aportada por los nutrimentos (figura 2) se observó que para las proteínas, el mayor consumo fue en la zona urbana media con 15% (Centro Urbano Presidente Alemán), en cambio en hidratos de carbono fue en la zona rural con 70%; por último, para los lípidos la mayor ingestión estuvo en la zona urbana media con 35%. kcal servicios adecuados. Este lugar tiene las características propias de una colonia urbana de bajo nivel socioeconómico. 3. El Valle de Solís en el municipio de Temascalcingo, Estado de México, se encuentra a una distancia de 170 km al noreste de la Ciudad de México. Dispersas en el área de Solís se encuentran 15 comunidades divididas de este a oeste por el curso del Río Lerma. Existen diferencias socioeconómicas y culturales entre ellas; la actividad principal es la agricultura (maíz y frijol); sin embargo, la cría de ganado en pequeña escala se ha incrementado. En 1988 se dotó a todas las comunidades con la red de distribución de agua domiciliaria. A diferencia de las otras dos comunidades seleccionadas, los servicios e infraestructura en esta zona son limitados. 1800 1600 1400 1200 1000 800 600 400 200 0 1800 1600 1350 Urbana media Urbana baja Rural Comunidad Figura 1. Consumo energético promedio diario según la comunidad, CRONOS 1995. El análisis demostró que el mayor consumo de fibra fue en la zona rural con 20 g al día, el menor se registró en la zona urbana media con 9 g promedio al día, como se puede apreciar en la figura 3. En cuanto al consumo promedio de colesterol, la zona urbana baja tuvo la mayor ingestión (241 mg), la zona rural se caracterizó por un menor consumo, con 153 mg (figura 4). Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx APORTE DIETÉTICO DE ENERGÍA Y NUTRIMENTOS EN ADULTOS MAYORES DE MÉXICO Los nutrimentos de mayor consumo por mujeres de la zona urbana media (cuadro 1) fueron: vitamina C con un promedio de 93.39 mg (DE 75.76), cobalamina con 2.57 mcg (DE 1.84) y tiamina con 1.04 mg (DE 0.54), mientras que para la zona urbana baja (cuadro 2) vuelve a aparecer la vitamina C con 71.84 mg (DE 78.24), cobalamina con 1.71 mcg (DE 1.76) y tiamina, 0.77 (DE 0.27); por último, para la zona rural (cuadro 80 59 60 % 70 50 35 40 27 14 15 20 12 18 0 Urbana media Urbana baja Rural Comunidad % hidratos de carbono % proteínas % lípidos Figura 2. Porcentaje de nutrimentos de la energía total diaria ingerida según la comunidad, CRONOS 1995. 20 20 Fibra (g) 15 9 10 10 5 0 Urbana media Urbana baja Rural Comunidad Figura 3. Consumo promedio diario de fibra según la comunidad, CRONOS 1995. 234 241 Colesterol (mg) 250 200 153 150 100 50 0 Urbana media Urbana baja Rural Figura 4. Consumo promedio diario de colesterol según la comunidad, CRONOS 1995. 3) se registró la vitamina C, 70.77 mg (DE 34.76), ácido fólico, 201.45 mcg (DE 191.38) y hierro con 15.84 mg (DE 6.98). Para hombres se estimó que los nutrimentos de mayor consumo fueron: en la zona urbana media, vitamina C con 90.93 mg (DE 78.3), cobalamina, 2.81 mcg (DE 1.77) y tiamina, 1.20 mg (DE 0.61); para la zona urbana baja se reportó la vitamina C con 64.09 mg (DE 70.17), tiamina con 1.00 mg (DE 0.43) y, por último, el hierro con 11.66 mg (DE 3.99). En la zona rural se observó: tiamina con 1.53 mg (DE 0.61), hierro, 20.06 mg (DE 9.63) y vitamina C, 71.15 mg (DE 76.90) [cuadros 1 al 3]. El zinc fue el nutrimento menos consumido en las tres comunidades en ambos sexos. En el grupo de mujeres para la zona urbana media se reportó un consumo de 5.14 mg (DE 3.23) que corresponde a 34.26% de la recomendación diaria, en la zona urbana baja se registró 2.94 mg (DE 1.87) que representa 19.6%; por último, en la zona rural se observó que la ingestión fue de 3.27 mg (DE 2.06) igual a 21.8%. Mientras que para los hombres en la zona urbana media fue de 5.62 mg (DE 3.23) correspondiente a un 37.51%; en la zona urbana baja fue de 3.32 mg (DE 2.04) equivalente a 22.15% y, finalmente, la zona rural con 3.60 mg (DE 2.25) que representó 24.04%. Discusión En las zonas urbanas, el aporte de energía en la dieta se encontró por abajo de las recomendaciones, no así en el área rural, donde el porcentaje de adecuación está dentro de los límites de aceptación del consumo recomendado para este grupo de edad. De acuerdo con el total de energía, la distribución de nutrimentos por comunidad fue la siguiente: en el Centro Urbano Presidente Alemán y en la colonia Isidro Fabela los hidratos de carbono ocupan alrededor del 50% de la energía total diaria; sin embargo, al analizar los resultados de la fibra se advierte que la mayor cantidad de aquéllos proviene de los hidratos de carbono simples; no así en la zona rural, en donde el aporte de los hidratos de carbono ocupa 70%, y el mayor consumo proviene de los hidratos de carbono complejos. En cuanto a la proteína, el comportamiento en el área urbana es muy similar, el aporte energético de este nutrimento equivale a 14%. En Solís el porcentaje es menor. Si se relaciona con la grasa (colesterol) se puede concluir que el tipo de proteína en el área urbana es de origen animal, contrario a lo que sucede en el área rural, en la que es de origen vegetal. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 5 CERVANTES TURRUBIATES LA Y COL. Cuadro 1. Consumo de nutrimentos y porcentaje de adecuación en adultos mayores. Centro Urbano Presidente Alemán, DF, 1995 Nutrimento Recom* Mujeres Consumo Energía (kcal) H C (g) H C (%) Proteína (g) Proteína (%) Lípidos (g) Lípidos (%) Colesterol (mg) Fibra (g) Calcio (mg) Hierro (mg) Zinc (mg) Vit A (mcg) Vit B1 (mg) Vit B2 (mg) Niacina (mg) Vit B6 (mg) Vit B12 (mcg) Ácido fólico (mcg) Vit C (mg) 1,900 286 60 72 15 53 25 300 21 800 15 15 1,000 1 1.3 1.5 1.6 2 200 60 Hombres % adecuación 1,110.19±432.77 185.54±65.28 51±8 52.16±19.12 14±3 53.64±20.40 33±8 181.38±159.44 8.15±3.5 840.06±549.61 9.96±6.43 5.14±3.23 742.83±450.73 1.04±0.44 1.29±0.75 8.26±3.66 0.84±0.41 2.57±1.84 156.23±126.71 93.39±75.76 57.9 64.87 84 72.45 95 101.2 133 60.46 38.84 105 64.42 34.26 74.28 104 99.74 55.06 52.7 128.66 78.11 155.66 Consumo % adecuación 83.79 71.67 83 81.08 95 112.91 134 78.24 45.25 89.09 79.88 37.51 86.94 120.66 95.12 68.66 60.83 140.5 87.34 151.56 1,592.11+577.6 204.98+77.42 50+10 58.38+22.8 14+3 59.84+29.3 33+9 234.72+174.54 9.5 ±281.88 712.77+373.8 11.98 + 5.36 5.62+3.23 869.41+582.37 1.2+0.61 1.23+0.65 10.3+5.22 0.97+0.59 2.81+1.77 174.68+133.69 90.93+78.3 Fuente: Encuesta CRONOS 1995. *Promedios realizados por grupo de edad y sexo a partir de las recomendaciones del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, 1997.9 Cuadro 2. Consumo de nutrimentos y porcentaje de adecuación en adultos mayores. Colonia Isidro Fabela, DF, 1995 Nutrimento Recom* Mujeres Consumo Energía (kcal) H C (g) H C (%) Proteína (g) Proteína (%) Lípidos (g) Lípidos (%) Colesterol (mg) Fibra (g) Calcio (mg) Hierro (mg) Zinc (mg) Vit A (mcg) Vit B1 (mg) Vit B2 (mg) Niacina (mg) Vit B6 (mg) Vit B12 (mcg) Ácido fólico (mcg) Vit C (mg) 1,900 286 60 72 15 53 25 300 21 800 15 15 1,000 1 1.3 1.5 1.6 2 200 60 1,141.313±351.9 168.43±56.06 59±8 38.28±12.42 13±2 35.51±15.96 26±7 136.04±139.62 6.89±2.93 513.55±291.6 8.87±4.40 2.94±1.87 467.38±324.84 0.77±0.27 0.85±0.42 5.72±2.58 0.58±0.32 1.71±1.46 103.48±79.45 71.84±78.34 Hombres % adecuación 62.05 58.89 98 53.16 86 67 106 45.34 32.84 64.19 59.15 19.6 46.73 77.66 65.89 38.17 36.25 85.5 51.74 119.73 Consumo % adecuación 1,339.2±416.72 201.02±74.53 59±12 49.97±17.08 14±5 39.01±15.3 25±8 242.11±204.72 8.43±2.98 502.58±214.94 11.66±3.99 3.32±2.04 448.37±457.34 1.0±0.43 0.95±0.52 7.57±4.25 0.59±0.4 1.34±1.44 130.02±124.43 64.09±70.17 70.48 70.28 98 63.84 93 73.61 102 80.70 40.14 62.82 77.77 22.15 44.83 100.33 73.07 50.46 37.29 67 65.01 106.81 Fuente: Encuesta CRONOS 1995. *Promedios realizados por grupo de edad y sexo a partir de las recomendaciones del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, 1997. 6 Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx APORTE DIETÉTICO DE ENERGÍA Y NUTRIMENTOS EN ADULTOS MAYORES DE MÉXICO Cuadro 3. Consumo de nutrimentos y porcentaje de adecuación en adultos mayores. Valle de Solís, Estado de México, 1995 Nutrimento Recom* Energía (kcal) H C (g) H C (%) Proteína (g) Proteína (%) Lípidos (g) Lípidos (%) Colesterol (mg) Fibra (g) Calcio (mg) Hierro (mg) Zinc (mg) Vit A (mcg) Vit B1 (mg) Vit B2 (mg) Niacina (mg) Vit B6 (mg) Vit B12 (mcg) Ácido fólico (mcg) Vit C (mg) 1,900 286 60 72 15 53 25 300 21 800 15 15 1,000 1 1.3 1.5 1.6 2 200 60 Mujeres Consumo 1,593.26±578.1 263.92±115.51 67±9 49.5±18.2 12±2 27.28±16.06 19±8 131.68±128.46 12.31±9.98 796.21±377.63 15.84±6.98 3.27±2.06 416.46±254.99 1.18±0.52 0.91±0.46 7.80±3.36 0.56±0.35 1.19±1.81 201.45±191.38 70.77±34.56 Hombres % adecuación 81.22 92.27 111 68.75 84 51.47 76 43.89 58.61 99.52 105.6 21.8 41.64 118 70.25 52.02 35.41 59.5 100.72 117.95 Consumo 1,863.12±681.1 331.05±8.81 70±10 57.64±131.1 12±7 33.87±16.98 16±6 154.14±165.65 22.19±10.47 942.60±269.79 20.06±9.63 3.6±2.25 395.7±379.32 1.53±0.61 1.17±0.69 10.19±6.09 0.61±0.38 1.44±1.76 232.88±230.1 71.15±76.9 % adecuación 98.05 115.75 117 80.19 80 63.9 65 51.38 105.66 117.82 133.75 24.04 39.57 153.33 90.51 67.97 38.33 72 116.44 118.58 Fuente: Encuesta CRONOS 1995. *Promedios realizados por grupo de edad y sexo a partir de las recomendaciones del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, 1997. Al analizar las cifras de lípidos en el área urbana media, el consumo corresponde al 33% de la energía para uno y otro sexo, en el área urbana el promedio es del 25.5%, y en el área rural únicamente cubre el 17.5% en promedio. El calcio, al igual que la tiamina, en la zona urbana media tiene un aporte adecuado, debido al consumo de alimentos de origen animal, en el caso de Solís la ingestión también es adecuada, pero la fuente es a través del consumo de otros alimentos, como puede ser la tortilla nixtamalizada. En Isidro Fabela el aporte no es suficiente, debido principalmente al tipo de dieta industrializada que consumen. Las características demográficas y socioeconómicas de estas poblaciones se ven reflejadas en el consumo de nutrimentos, y a diferencia de otros países en los que la alimentación es más deficiente en las zonas rurales,10 en este caso la comunidad de la zona urbana baja que es la que se encuentra en condiciones de mayor desventaja. El porcentaje de adecuación en minerales como el hierro y ácido fólico es muy bajo en las áreas urbanas, por el deficiente consumo de leguminosas y verduras de hoja verde, no así en Solís, en donde el aporte es adecuado debido a que el consumo de éstas es frecuente. El aporte de vitamina C es bueno en las tres zonas por el consumo de frutas cítricas. Ninguna de las tres comunidades cubre el consumo diario recomendado de zinc, ni hombres ni mujeres, dado que los alimentos que lo contienen son de difícil masticación para este grupo de edad.11 Los resultados obtenidos en el presente trabajo muestran que la población estudiada consume menos energía de la recomendada, lo que se debe a diversos factores, como estado emocional, independencia, capacidad económica y salud. No obstante, y contra lo que se esperaba, la dieta consumida en la zona rural fue la que más se acercó a las recomendaciones del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. En el otro extremo, la zona urbana media que cuenta con un ingreso económico mayor, no sólo consume menos calorías al día, sino que su dieta es alta en proteínas de origen animal, colesterol y baja en fibra e hidratos de carbono complejos, lo que señala hasta qué punto los alimentos industrializados (altos en azúcares y grasas) han llegado a desplazar a los alimentos frescos y no refinados, si se toma en cuenta que también es en estas dos comunidades donde se encontró una mayor Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 7 CERVANTES TURRUBIATES LA Y COL. disponibilidad económica, así como más facilidad para ir a los establecimientos comerciales. Lo anterior implica un serio problema de salud pública, ya que esta dieta industrializada tiene una relación importante con las enfermedades crónico degenerativas, con tendencia a aumentar en nuestro país. Cabe destacar que en la zona rural el adulto mayor tiene un papel importante en su comunidad, no sólo es común observar que vive con su familia, sino que se le otorga el papel de consejero, dándole respeto, cuidados y afectos. Esta situación es cada vez más difícil de encontrar en la zona urbana, donde los adultos mayores viven solos, sin ninguna actividad laboral, lo que les provoca sentimientos de angustia, soledad y depresión.12 Los cambios en los últimos años señalan que la gente vive más tiempo; sin embargo, la calidad de vida de los adultos mayores es un aspecto descuidado. Por este motivo, es importante conocer, comprender y analizar sus hábitos alimentarios. Debido a que la técnica de Recordatorio de 24 horas subestima la energía consumida, es necesario realizar estudios más precisos que arrojen una nueva luz en cuanto a la dieta de los adultos mayores y se hagan recomendaciones concretas y prácticas para mejorarla. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. REFERENCIAS 13. 1. 8 Kinsella K, Suzman R. Demographic dimensions of population aging and developing countries. In: Eveleth PB. Research on aging and older persons. Am J Hum Biol 1992;4:3-8. Ham CR. El envejecimiento: una nueva dimensión de la salud de México. Salud Publica Mex 1996;38:409-18. Castro V, Sánchez NJ, Tapia CR. Las enfermedades crónicas en las personas de 60-69 años. Salud Publica Mex 1996;38:438-47. Morley EJ. Anorexia of aging: Physiologic and pathologic. Am J Clin Nutr 1997;66:760-3. De Groot CPGM, Van Staveren WA. Nutrition and the elderly. A European collaborative Study in conjunction with the WHO, Special Programme for Research on Aging and International Union of Nutritional Sciences. Committee on Geriatric Nutrition. Manual of Operations, Wageningen, The Netherlands Euronut Report 11, 1998. Ortega RM, Requejo AM, Andrés P, López-Sobaler AM, Quintas ME, et al. Dietary intake and cognitive function in a group of elderly people. Am J Clin Nutr 1997;66:803-9. 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México: Editorial PAX, 1999. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx Nutrición Clínica 2003;6(1):9-16 Artículo original Relación entre el estado de salud bucal y el consumo de alimentos energéticos y nutrimentos en ancianos de tres localidades en México† S. Aída Borges Yáñez,* Gerardo Maupomé Carvantes,** Mario Martínez González,* Leticia Cervantes Turrubiates,*** Luis Miguel Gutiérrez Robledo*** Resumen Abstract Antecedentes: las alteraciones del estado nutricional de los ancianos se pueden agravar debido a los problemas de salud bucal y a los problemas sociales, económicos y emocionales inherentes a esta etapa. Background: Nutritional diseases may worsen due to oral health conditions and social, economical and emotional problems inherent to aging. Objetivo: evaluar la relación entre el consumo de nutrientes y el estado de salud bucal en ancianos. Objective: To evaluate the relationship between nutritional intake and oral health conditions in old Mexican people. Material y método: se incluyeron 473 personas de 60 años de edad o mayores, residentes de tres localidades con características demográficas y socioeconómicas distintas, a los que se les midió la frecuencia de consumo de varios nutrientes mediante la aplicación de un cuestionario y se les determinó el estado de salud bucal. Material and method: Patients included were 60 years old and over and were residents in one of the three zones chosen based on demographic, social and economical characteristics. Nutritional intake was measured through the application of a questionnaire, and oral health conditions were evaluated too. Resultados: se evaluaron 438 personas: 76 edéntulos, 113 con 1 a 10 piezas dentales, 124 con 11 a 20, y 125 con 21 o más dientes. Trece de los ancianos edéntulos no usaban prótesis dentales. La ingesta calórica y el consumo de nutrientes fueron menores que los valores recomendados para esa población. Las personas sin dientes tienen una menor ingesta calórica y un menor consumo de carbohidratos, proteínas, fibra dietética, calcio, hierro y vitaminas B1 y B3, en comparación con las personas con dientes o las que usan dentaduras artificiales. Results: 438 people were evaluated: 76 were edentulous, 113 had 1 to 10, 124 had 11 to 20 and 125 had 21 or more teeth. 13 edentulous ancient did not use total prostheses. Caloric intake and nutritional consumption were lesser than the recommended values for ancient population. Edentulous people had lesser caloric intake and consumption of carbohydrates, proteins, dietary fiber, calcium, iron and B 1 and B 3 vitamins than people with natural teeth or who used prosthesis. Conclusiones: el estado de salud bucal, particularmente el número de dientes, está asociado con el estado nutricional de los ancianos. Conclusions: Oral health and number of teeth have an influence on nutritional conditions of elderly people. Palabras clave: salud bucal, nutrición, ingesta calórica, ancianos. Key word: oral health conditions, nutrition, caloric intake, elderly people. Introducción El envejecimiento provoca cambios funcionales, psíquicos y sociales en el ser humano que facilitan la evolución de varias enfermedades que finalmente le provocan la muerte. Cuando una persona alcanza la madurez funcional se incrementa la velocidad con la que se manifiestan los cambios degenerativos en todos los órganos y sistemas del cuerpo, este proceso es una cualidad del desarrollo.1 Las personas jóvenes manifiestan más frecuentemente enfermedades agudas y de tipo infeccioso; en contraste, las enfermedades crónicas, degenerativas y debilitantes distinguen a la etapa de la vejez, por lo que sus manifestaciones, complicaciones y secuelas más graves no son una consecuencia de su instalación súbita, sino del desarrollo de los factores de predisposición y del deterioro gradual de las cualidades físicas e intelectuales de estas personas. La muerte, Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 9 BORGES YÁÑEZ SA Y COL. por lo tanto, no es tan grave como la incapacidad total o parcial que provocan estas enfermedades y que influyen negativamente en sus necesidades, su estabilidad económica y su estado emocional.2 En los países en vías de desarrollo, aunque las deficiencias nutricionales de los ancianos constituyen un reflejo de las del resto de la población, tienden a ser más intensas debido a los problemas gastrointestinales, los dentales y a la hiporexia que se manifiestan concomitantemente en la mayoría de ellos. Los nutrientes que con frecuencia se encuentran en concentraciones inferiores a las normales son las vitamina C, E y B12, así como el ácido fólico, el zinc, el hierro y el calcio.3 La hiporexia, la hipogeusia y los problemas dentales, junto con la dificultad para adquirir y preparar los alimentos, el abandono social, la depresión y los limitados recursos económicos con los que cuentan, constituyen los factores que afectan el estado nutricional de estas personas,4 y son los responsables de las complicaciones que manifiestan y de las hospitalizaciones que frecuentemente requieren.5 El envejecimiento afecta al aparato digestivo desde la boca, en la que disminuye la secreción de saliva y el número de papilas gustativas, inicialmente de las que distinguen el sabor dulce y el salado y posteriormente las que distinguen el sabor ácido y el amargo.6 La motilidad del esófago disminuye al igual que la del estómago lo que provoca un retardo en su vaciamiento, además de que la secreción del ácido clorhídrico y del pepsinógeno disminuye. La capacidad de absorción del intestino delgado disminuye por la atrofia de su mucosa y la reducción concomitante de la secreción de las enzimas y proenzimas pancreáticas, a saber, la amilasa, la lipasa y el tripsinógeno. La disminución del peristaltismo en † * ** *** Proyecto financiado por CONACYT proyecto 4323M y OPS (HDP/HDR(DRC/HSD/RG/MEX/93/930). Doctora en odontología, Coordinación de Salud Pública Bucal, División de Estudios de Posgrado e Investigación, Facultad de Odontología, Universidad Nacional Autónoma de México. Kaiser Permanente, USA. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. Correspondencia: S. Aída Borges Yáñez, CD MPH. Doctora en Odontología. Coordinación de Salud Pública Bucal, División de Estudios de Posgrado e Investigación, Facultad de Odontología, Universidad Nacional Autónoma de México, Circuito Exterior s/n, Ciudad Universitaria, CP 04510, México, DF. Tel. 5622-5955. Recibido: noviembre, 2002. Aceptado: enero, 2003. La versión completa de este artículo también está disponible en internet: www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 10 el colon condiciona el estreñimiento, el cual es cinco a seis veces más frecuente en esta etapa. La abrasión de los dientes sucede como consecuencia de su uso, y su pérdida puede ser el resultado de las caries, la enfermedad periodontal, o ambas, aunque la migración dental también puede generar este efecto. La disminución de la capacidad de masticación en un individuo es el resultado de la pérdida de los dientes y aunque se puede corregir con la aplicación de prótesis dentarias, su uso lesiona la mucosa oral.7,8 La relación entre las condiciones de salud bucal, los hábitos dietéticos, el estado nutricional y el estado general de salud de los ancianos es compleja. Después de los 65 años de edad muchas personas, debido a los problemas dentales y a la consecuente disminución de su capacidad de masticación, consumen predominantemente alimentos suaves y eliminan de su dieta a los que son difíciles de masticar lo que, en la mayoría de los casos, significa tener una alimentación deficiente,9 debido a que los alimentos que se evitan con mayor frecuencia son los ricos en proteínas y fibra dietética.10-12 Algunos estudios demostraron que las personas que usan prótesis dentales consumen más carbohidratos y una menor cantidad de los alimentos que contienen vitamina A y fibra dietética,13,14 y que las personas sin dientes que no utilizan prótesis dentales consumen cantidades menores de carbohidratos, calcio, hierro y vitaminas B1, B6 y C.15 En general, se ha observado que los ancianos que conservan sus dientes tienen un mejor estado nutricional que aquellos con pocos dientes o con dentaduras artificiales.16 Otras variables relacionadas con una nutrición deficiente son la educación insuficiente, el ingreso económico familiar bajo, el consumo concomitante de medicamentos, la edad avanzada, el sexo, las condición de vivienda y los hábitos dietéticos.17-19 Los problemas dentales son uno de los principales factores que predicen la pérdida involuntaria de peso entre los ancianos,17 y una pérdida reciente de peso y la disminución de la secreción salival se relacionan con la mala retención de una prótesis dentaria simple en la arcada alveolar superior.20 Los estudios mexicanos realizados previamente indican que la falta de varios dientes y la caries coronal y radicular constituyen problemas serios entre la población de 60 o más años de edad.21,22 En los ancianos, la falta de atención profesional y el cuidado incorrecto de sus prótesis dentales provocan que su uso facilite la lesión de la mucosa oral, lo que a su vez causa dolor y dificultad para ingerir los alimentos. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx RELACIÓN ENTRE EL ESTADO DE SALUD BUCAL Y EL CONSUMO DE ALIMENTOS ENERGÉTICOS Y NUTRIMENTOS Los problemas dentales diagnosticados con mayor frecuencia en los ancianos son la falta de varias piezas dentales, la lesión de la mucosa oral, las caries, la enfermedad periodontal, la xerostomía, las prótesis mal ajustadas, las restauraciones defectuosas y el cáncer oral.23-27 Los problemas de salud bucal se agravan debido a las enfermedades crónicas, el consumo de medicamentos, la xerostomía, el uso de dentaduras artificiales, la incapacidad física y/o mental, el acceso limitado del anciano a los servicios de salud y el bajo ingreso económico de la familia.28,29 Objetivo Evaluar la relación entre el consumo de nutrientes y el estado de salud bucal en las personas ancianas de tres localidades de México. Material y método Se seleccionaron tres localidades con características demográficas y socioeconómicas diferentes: una urbana localizada en la zona centro-sur de la Ciudad de México, una urbana marginal en el sur de la Ciudad de México y una rural en el municipio de Temascalcingo, en el Estado de México. Se incluyeron a personas de 60 o más años de edad que hubieran vivido en la localidad durante al menos los últimos cinco años y que fueran capaces de responder en forma independiente un cuestionario. En cada una de las localidades se realizó un censo para identificar a todas las personas de 60 años de edad o mayores, y los participantes se seleccionaron mediante un muestreo aleatorio simple. Luego de obtener su consentimiento informado, los participantes fueron entrevistados y evaluados por un grupo de profesionistas en las áreas de medicina, nutrición y odontología. A través de una encuesta de recordatorio se obtuvo la frecuencia del consumo de alimentos y la ingesta habitual de proteínas, carbohidratos, colesterol y ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, además de fibra dietética, calcio, hierro, zinc, ácido fólico, retinol, ácido ascórbico y vitaminas de complejo B. Mediante la exploración física se obtuvieron los datos relativos al estado de salud bucal de cada individuo: número de dientes, presencia de caries coronal o radicular, signos de enfermedad periodontal y el uso de prótesis dentales. Los ancianos se agruparon con base en el número de dientes, de acuerdo con los intervalos siguientes: 0, 1 a 10, 11 a 20 y 21 o más; y de acuerdo con el uso de dentaduras artificiales. Al día siguiente, los ancianos fueron entrevistados por un grupo de nutriólogos quienes, mediante el uso de varios modelos de alimentos y un registro de pesas y medidas, cuantificaron el consumo de alimentos y lo analizaron utilizando el software de Cálculo del Valor Nutritivo de la Dieta (SCVAN). Se calculó el porcentaje de pacientes en cada grupo y el consumo promedio de nutrientes en cada uno de ellos. Las diferencias del consumo se identificaron a través de pruebas de variancia y las variables dependientes que no tuvieron una distribución normal se analizaron con el método de Kruskall-Wallis. Resultados Se incluyó un total de 473 ancianos: 179 de la localidad urbana, 139 de la urbana marginal y 155 de la rural. La distribución poblacional por género indica que en las tres comunidades la proporción de hombres corresponde a 30 a 46%. La edad promedio fue menor (p=0.04) en la población urbana marginal (71 años) que en la urbana y rural (73 años) [cuadro 1]. En la localidad rural 71% de los ancianos estaban casados, a diferencia de los habitantes de la comunidad urbana en la que sólo 32% lo estaban. Esta diferencia se puede explicar tomando en cuenta que 47% de los residentes de la localidad urbana eran viudos. Con respecto a la educación, 52 y 40.6% de los ancianos residentes en las localidades rural y urbana marginal, respectivamente, eran analfabetas; en la localidad urbana 42% de las personas tenían estudios correspondientes al nivel medio superior o mayor (cuadro 2). La evaluación dental y nutricional se realizó en 438 (92.6%) de los 473 ancianos y se encontró que 76 (16.3%) de ellos eran edéntulos, de los cuales sólo 13 (18.2%) no usaban prótesis totales. Con base en el estudio del número de dientes, 113 (26%) ancianos tenían entre 1 y 10 piezas, 124 (28%) de 11 a 20, y 125 (28.5%) 21 o más. El consumo promedio de nutrientes y la ingesta calórica en las personas edéntulas y las personas con dientes se muestra en el cuadro 3. La ingestión calórica y de los alimentos que contienen carbohidratos, hierro, vitamina B1 y fibra dietética fue significativamente menor en las personas sin dientes y fue menor que el consumo recomendado por el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán para las personas de 65 años o más. 30 Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 11 BORGES YÁÑEZ SA Y COL. En las personas edéntulas que no utilizan dentadura artificial, la ingestión calórica y el consumo de los alimentos que contienen proteínas, lípidos, retinol y vitaminas del complejo B fue significativamente menor, en comparación con las que usan prótesis dentarias (cuadro 4). En las personas que aún conservaban algunas piezas dentales, independientemente de su número y del uso concomitante de prótesis dentarias, fue mayor la ingesta calórica y el consumo de nutrientes, principalmente de carbohidratos, proteínas, fibra dietética, calcio, hierro y vitaminas B1 y B3 (cuadro 5). Discusión La presente investigación se diseñó para evaluar la relación entre el estado de salud bucal y la ingestión de calorías y nutrientes en las personas ancianas de la población general, por lo que no considera el género ni la localidad de la que proceden. La ingestión calórica y el consumo de nutrientes en esta población fueron menores a los recomendados, en una pro- porción inversa al número de dientes y al uso de dentaduras artificiales, particularmente en el caso de la ingestión calórica y el consumo de los alimentos que contienen vitamina B1. Otros investigadores han reportado disminución del consumo de vitamina B 1.17 Los ancianos con deficiencias nutricionales tienen un mayor riesgo de manifestar desnutrición proteico-calórica, y de que ésta se acentúe debido a sus enfermedades crónico degenerativas concomitantes. Los ancianos edéntulos que no usan prótesis dentarias consumen cantidades menores de los nutrientes evaluados en la presente investigación. Lamya y col.31 reportaron que las personas sin dientes que no usan dentaduras, o que utilizan sólo una prótesis total, obtenían resultados más bajos en la gradación del estado nutricional valorada a través de la aplicación del Mini Nutritional Assessment, en comparación con las que usan dos dentaduras artificiales. Otros investigadores han reportado que el consumo de polisacáridos, proteínas, fibra dietética, calcio y vitaminas C y B3 es significativamente menor en las personas sin dientes.32,33 Cuadro 1. Distribución de la población de estudio en función del género y la localidad de donde proceden. CRONOS, México 1996 Sexo N Masc Fem Total 54 125 179 Urbana % media de edad 30.2 69.8 100 78.8 72.6 73.1* Localidad Urbana-marginal N % media de edad 52 87 139 37.4 62.6 100 70 71.5 70.9* N 71 84 155 Rural % media de edad 45.8 54.2 100 73.4 73 73.2* N 177 296 473 Total % media de edad 37.4 62.6 100 72.3 72.3 72.3 F= 3.2 p=.04. Fuente: directa. Cuadro 2. Distribución de la población en estudio en función del estado civil y la escolaridad. CRONOS, México 1996 Urbana Estado civil Casado Viudo Soltero Divorciado Total Escolaridad Analfabeta Primaria incompleta Primaria completa Secundaria incompleta o completa Preparatoria o estudios universitarios Total Urbana-marginal n % n % 56 83 20 17 176 31.8 47.2 11.4 9.7 100 84 44 1 7 136 6 29 30 39 75 179 3.4 16.2 16.8 21.7 41.9 100 56 47 29 5 1 138 Rural n % 61.7 32.4 0.7 5.1 100 62 23 2 1 88 70.5 26.1 2.3 1.1 100 40.6 34.1 21 3.6 0.7 100 46 38 4 0 0 88 52.3 43.2 4.5 0 0 100 Fuente: directa. 12 Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx RELACIÓN ENTRE EL ESTADO DE SALUD BUCAL Y EL CONSUMO DE ALIMENTOS ENERGÉTICOS Y NUTRIMENTOS Cuadro 3. Ingestión calórica y consumo de nutrimentos en personas edéntulas y con dientes. CRONOS, México 1996 Personas edéntulas IDR 1900 72 286 53 800 15 1000 1.1 1.3 1.5 60 21 300 15 1.7 200 2 media Energía (kcal) 1542 Prot. totales (g) 51 Hidratos de carbono (g) 235 Grasa (g) 43 Calcio (mg) 750 Hierro (mg) 14 Retinol (µg) 573 Vitamina B1 (mg) 1 Vitamina B2 (mg) 1 Niacina (mg) 9 Vitamina C (mg) 75 Fibra dietética (g) 13 Ácidos grasos poliinsaturados (g) 11 Ácidos grasos saturados/monosat. (g) 25 Colesterol (mg) 182 Zinc (mg) 4 Vitamina B6 (mg) 1 Ácido fólico (µg) 169 Vitamina B 12 (µg) 3 No (356) DE mediana 585 20 112 21 431 8 486 1 1 5 80 10 6 14 179 3 0 164 2 Sí (76) media DE mediana 1469 50 211.1 40.4 692.6 11.7 439.9 1.1 1 7.8 43.9 10.1 10.6 23.4 114.6 3.6 0.6 96.5 2.1 1371 48 194 46 725 11 580 1 1 8 85 9 11 28 165 4 1 154 2 515 20 79 25 569 8 362 1 1 4 83 5 7 15 149 3 1 137 2 1363 45.4 194 42.7 621.8 9.7 543.1 0.9 1 6.5 53.9 7.8 11.5 24.6 111.9 3.5 0.7 108.1 1.9 Total (432) media DE mediana 1512 51 227 43 746 13 574 1 1 9 77 13 11 26 178 4 1 166 2 577 20 108 22 458 8 467 1 1 5 81 9 6 14 174 3 1 160 2 1455 49.1 204.5 40.7 686.1 11.1 460.3 1.1 1 7.7 46.6 9.3 10.8 23.7 113.3 3.5 0.6 97.5 2 F p 5.6 .02 1.9 .17 9.2 .007 1.6 .21 0.19 .67 6.8 .01 0.02 .90 4.2 .04 0.52 .47 2.1 .15 0.89 .35 16.6 .001 0.46 .49 2.4 .12 0.51 .48 0.07 .78 1.6 .21 0.57 .951 1.9 .17 Fuente: directa. IDR: ingesta diaria recomendada. Cuadro 4. Ingestión calórica y consumo de nutrimentos en personas edéntulas con y sin prótesis dentales dobles. CRONOS, México 1996 Personas edéntulas Sin prótesis (13) Con prótesis (63) media DE mediana media DE mediana Energía (kcal) Proteínas totales (g) Hidratos de carbono (g) Grasa (g) Calcio (mg) Hierro (mg) Retinol (µg) Vitamina B1 (mg) Vitamina B2 (mg) Niacina (mg) Vitamina C (mg) Fibra dietética (g) Ácidos grasos poliinsaturados (g) Ácidos grasos saturados/monosat.(g) Colesterol (mg) Zinc (mg) Vitamina B6 (mg) Ácido fólico (µg) Vitamina B12 (µg) 1097.1 35.9 171.1 31 480.8 8.7 280.7 0.7 0.7 5.5 46.4 9 9 19.1 112.8 2.9 0.4 92.1 1.2 414.8 21.6 68.4 17.9 589 3.8 161.9 0.3 0.7 2.4 58.6 6.4 6.5 12.1 128.6 4 0.3 89.8 1.4 1215 34.2 176.9 24.6 408.5 8.5 280.4 0.8 0.5 5.3 14.5 5.7 9.4 12.6 46.9 1.7 0.4 51 0.9 1427.2 50.3 198.4 49.3 775 11.5 641.8 1.1 1.2 8.2 92.2 8.7 11.7 29.6 176.6 4.3 0.8 166.3 2.4 518.5 19.2 80.7 24.6 556.2 8.4 361.6 0.5 0.8 4.6 85.4 4.9 7.1 14.9 151.4 2.5 0.5 142.6 1.7 1375 49.4 195.3 45.4 692.4 9.7 591.6 1 1.1 6.7 65.2 8 11.9 26.3 118.1 4.2 0.7 110.6 2 F 4.6 5.8 1.3 6.5 3 1.4 12.3 6.1 5.1 4.4 3.2 0.2 1.6 5.7 2 2.8 8.3 3.2 5.4 Sig. .04 .02 .26 .01 .09 .24 .001 .02 .03 .04 .08 .85 .21 .02 .16 .09 .005 .08 .01 Fuente: directa Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 13 14 Fuente: directa Energía (kcal) Prot. totales (g) Hid. carbono (g) Grasa (g) Calcio (mg) Hierro (mg) Retinol (µg) Vitamina B1(mg) Vitamina B2 (mg) Niacina (mg) Vitamina C (mg) Fibra dietética (g) Ac.gras.poliinsat (g) A. grasos sat/monosat.(g) Colesterol (mg) Zinc (mg) Vitamina B6 (mg) Ácido fólico (µg) Vitamina B12 (µg) 517.9 20.3 79.4 24.7 572.4 7.9 364.4 0.5 0.8 4.4 83.4 5.2 7.1 15 141.8 2.8 0.5 138.2 1.7 1367.6 47.8 193.2 46.1 727 11.1 580.8 1 1.2 7.8 85.7 8.7 11.2 27.7 159.8 4 0.8 154.5 2.2 0 (75) media DE 111.7 3.4 0.7 110.6 1.9 1362 43.5 192.7 42.7 638.6 9.6 548.4 0.9 1 6.4 56.5 7.8 11.4 24.4 mediana 182.8 3.9 0.6 140.6 2.4 1367 45.8 197.5 42.3 639 11.5 544.9 1 1 7.5 74.7 10.1 10.1 25.1 171.6 2.5 0.3 150.7 1.9 444.3 17.3 73.1 20.5 380.6 6.8 421 0.4 0.5 3.6 83.1 6 5.9 13.5 118.3 3.5 0.6 79.6 2.2 1349 43.2 191.5 39.6 617 10.1 412.7 1 1 7.3 40.7 8.3 10.4 23.1 1-10 (113) media DE mediana 169.1 4.5 0.7 168.7 2.6 1551.7 53.5 234.3 42.8 808 13.4 570 1.2 1.1 8.9 71.5 14.1 10.6 25.3 media 188.6 3.3 0.5 155.7 1.7 635.5 21.9 123.4 23.5 494.7 7.9 551.2 0.6 0.7 4.8 76.5 11.2 6.4 16.2 106.8 3.9 0.6 114.4 2.3 1456.5 50.9 204.1 40.2 697.7 10.9 417 1.1 1 8.2 47.8 9.9 10.5 23.4 11-20(120) DE mediana Número de dientes 194.8 3.9 0.8 192.8 2.4 1694.2 54.1 268.5 43 791 15.9 604.4 1.3 1.1 9.3 79.7 15.6 11.3 24.7 media 180.9 2.5 0.5 180.4 1.8 610 19.5 118.5 19.8 388.6 8.3 476.4 0.5 0.6 4.8 81.6 9.9 5.7 12.9 117.4 3.4 0.7 114.3 2 1616.5 51.7 239.8 42.1 768.6 13.6 510.8 1.2 1 8.8 46.1 12.5 10.8 24.5 21+ (122) DE mediana Cuadro 5. Ingestión calórica y consumo promedio de nutrimentos, según el número de dientes presentes. CRONOS, México 1996 0.7 1.3 1.7 2.2 0.8 8.6 4.9 12.4 0.5 3.3 8.5 0.3 7.9 1.3 4 0.5 13.7 0.8 0.8 F .552 .622 .312 .165 .510 .001 .002 .001 .683 .004 .001 .807 .001 .290 .008 .659 .001 .478 .510 p BORGES YÁÑEZ SA Y COL. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx RELACIÓN ENTRE EL ESTADO DE SALUD BUCAL Y EL CONSUMO DE ALIMENTOS ENERGÉTICOS Y NUTRIMENTOS Los resultados de la presente investigación coinciden con los de los estudios mencionados en lo que respecta al consumo de fibra dietética y hierro; sin embargo, a diferencia de ellos, encontramos una disminución significativa de la ingestión calórica y del consumo de los alimentos que contienen carbohidratos y vitamina B 1, lo que se puede explicar en función de las características socioeconómicas de la población estudiada y del tipo de dieta que se consume. Con respecto al consumo de fibra dietética en las personas sin dientes, no se encontraron diferencias significativas entre los ancianos que usan prótesis dentarias en comparación con los que no las utilizan, posiblemente debido a que la dificultad para masticar los alimentos que la contienen es independiente del uso de prótesis, ya que éstas pueden estar en malas condiciones, lo cual dificulta la masticación. Laurin y Brodeur34 demostraron que los pacientes con dentaduras artificiales en mal estado consumen una menor cantidad de fibra que las personas con prótesis dentarias funcionalmente útiles; aunque esto no fue confirmado en el presente estudio. Los hallazgos apoyan la importancia de la adecuación de las prótesis dentarias en las personas ancianas, además, la utilización de una dentadura sustituye efectivamente a los dientes naturales.31 El estado no funcional de la dentadura natural, definido como la presencia de menos de 16 dientes, tiene un efecto negativo sobre la calidad de vida de los pacientes que puede corregirse con el uso de prótesis dentarias.35 En la presente investigación encontramos que la ingestión calórica y el consumo de alimentos con carbohidratos, proteínas, fibra dietética, calcio, hierro y vitaminas B 1 y B 3, fueron mejores en las personas con más de 21 dientes. Este hallazgo ya había sido reportado por Sheiham y col. quienes, además, concluyeron que el número y distribución de los dientes se relaciona con la capacidad para ingerir ciertos alimentos. 15,36 También se ha reportado que el aumento en el número de dientes funcionalmente útiles se relaciona con un incremento en el consumo de micronutrientes; 37 aunque estos reportes no son específicos, coinciden en que entre mayor es el número de dientes útiles, mejor es el estado nutricional de una persona. Las características de las poblaciones evaluadas en estos estudios no permiten extrapolar sus conclusiones a la población anciana de México; sin embargo, los resultados nos muestran el efecto del estado de salud bucal, en parti- cular de los dientes, en la manifestación de los estados de desnutrición en la vejez. Los alimentos con un gran contenido de fibra dietética son difíciles de masticar, pero su consumo tiene efectos positivos en el estado de salud general de los ancianos. Entre los efectos atribuidos a la ingestión regular de fibra dietética destacan la protección contra el cáncer, la disminución de la frecuencia de las enfermedades cardiovasculares y la inhibición de la absorción de colesterol y glucosa.38-40 La desnutrición agrava los problemas de salud que se encuentran frecuentemente en los pacientes ancianos, por ejemplo, la deficiencia de ácido fólico, de los antioxidantes como la vitamina E, y de las vitaminas B6 y B12 influye en la memoria y tiene efecto sobre el deterioro de la capacidad cognitiva. La salud bucal no es el único factor relacionado con la desnutrición de los ancianos, también hay que considerar el efecto del abandono social, la depresión, la cantidad de dinero que pueden destinar para la adquisición de alimentos y el tipo de alimentos que pueden comprar, además del efecto de algunos medicamentos y las restricciones en el consumo de ciertos nutrimentos como parte del tratamiento de varias enfermedades. Aunque la salud bucal no constituye una prioridad para los ancianos, los médicos deben considerar que una dentadura funcionalmente útil aumenta la capacidad para consumir más y mejores alimentos, lo que influye en el estado nutricional de las personas y mejora su calidad de vida. El uso de dentaduras artificiales es una buena estrategia para aumentar la capacidad de masticación de las personas sin dientes, además de que mejora la capacidad fonética y las cualidades estéticas de las personas ancianas. Conclusiones Los ancianos en México consumen una menor cantidad de nutrimentos que la recomendada para los individuos de su edad. Este fenómeno se presenta con mayor frecuencia entre los individuos edentados que no usan prótesis dentarias, particularmente en el caso de los alimentos que contienen grandes cantidades de carbohidratos, proteínas, fibra dietética, calcio, hierro y vitaminas B1 y B3. El estado de salud bucal, particularmente el que concierne a los dientes, tiene una relación directa con la capacidad de consumir ciertos nutrientes en las personas ancianas, lo que se relaciona con el riesgo de manifestar desnutrición. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 15 BORGES YÁÑEZ SA Y COL. REFERENCIAS 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 16 Castañeda M. Envejecimiento: la última aventura. México: Fondo de Cultura Económica, 1994;pp:42-43. Puentes-Markides CJ. Informe final. Reunión de consulta sobre políticas de salud para los ancianos de América Latina y el Caribe. Washington: Organización Panamericana de la Salud, 1992. Ausman L, Russell R. Nutrition in elderly. En: Shils M, Olson J, Shike M, Ross A, editors. Modern nutrition in health disease. 9th ed. Baltimore: Williams & Wilkins, 1999. Saunders MJ. Incorporating the nutrition screening initiative into the dental practice. 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Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx Nutrición Clínica 2003;6(1):17-26 Artículo original Estimación de la grasa corporal por absorciometría de energía dual de rayos X y por impedancia bioeléctrica: estudio comparativo en ancianos María Esther Irigoyen Camacho,* María del Consuelo Velázquez Alva,* Marco Zepeda Zepeda,* Ana María Badillo California,** Luis Miguel Gutiérrez Robledo,*** Sergio Ley Acosta*** Resumen Abstract Antecedentes: gran parte del interés por estudiar la composición corporal en los grupos de población geriátrica se debe a las consecuencias adversas que el aumento de la grasa corporal produce en la salud, y por considerarse que una cantidad elevada de grasa es un marcador de riesgo para la aparición de diversas enfermedades crónico degenerativas. Existen numerosas técnicas para evaluar la composición corporal, aunque su precisión y exactitud varían considerablemente. El análisis de impedancia bioeléctrica (BIA) es un método prometedor, alternativo que tiene una buena aceptación y un costo bajo. Sin embargo, su precisión no ha sido aún suficientemente demostrada. Background: There is an increased interest in body composition in the elderly due to its impact in overall health. There are numerous techniques used to evaluate the body composition, their accuracy and precision vary considerably. Bioimpedance analysis (BIA) is a promising alternative method for the elderly, because it has good acceptance and low cost. However, its accuracy has not been fully explored. Objetivo: comparar las estimaciones del porcentaje de grasa corporal que se obtienen por absorciometría de energía dual de rayos X (DXA) como método de referencia, y el obtenido por BIA y por la suma de cuatro pliegues cutáneos. Material and methods: Body measurements were taken using international recommendations. Body fat percentage was estimated considering the sum of four SF applying the tabulations of Durnin and Womersly. BIA was performed using a leg to leg equipment (Tanita, modelo TBF 305) and DXA equipment (Norland XR-26 Inc.), which provides results derived of the application of an equation developed by Brozek, Siri and the manufacturer. Material y métodos: las mediciones antropométricas se tomaron de acuerdo con las recomendaciones internacionales. El porcentaje de grasa corporal se estimó considerando la suma de cuatro pliegues cutáneos y se utilizaron los valores estimados por Durnin and Womersly. Para determinar la grasa por el análisis de BIA se usó un equipo “pie a pie” (Tanita, modelo TBF 305) y por absorciometría de energía dual de rayos X se utilizó el equipo Norland XR-26 y los resultados se obtienen de la aplicación de las ecuaciones desarrolladas por Brozek, Siri y el fabricante del equipo DXA. Resultados: se estudiaron 29 pacientes mayores de 60 años de edad seleccionados de la Clínica de Geriatría del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán en la Ciudad de México. El promedio de edad fue de 77 años (desviación estándar [DE] 7.3), 56% fueron mujeres. El valor promedio del porcentaje de grasa corporal fue de 27.3% (DE ± 8.9) con el uso de DXA 28.0% (DE ± 13.5) por BIA y 31.5% (8.9) por la medición de pliegues cutáneos. Al aplicar la prueba t de Student pareada no se reportaron diferencias significativas entre el valor encontrado por DXA y por BIA (-0.68, p>0.05). Hubo -3.3 puntos porcentuales de diferencia entre DXA y pliegues cutáneos (p<0.001). Se construyó un modelo de regresión múltiple usando el porcentaje de grasa corporal calculado por DXA como Objective: To compare the estimations of body fat percentage obtained by dual energy X-ray absorptiometry (DXA), as reference method with BIA, and skin folds (SF). Results: Twenty-nine persons, who were older than 60 years, were selected from a Geriatric Clinic in Mexico City. The mean age was 77 (sd 7.3) years, 56% were females. The mean body fat percentage was 27.3% (sd 8.9) using DXA; 28.0 (sd 13.5) by BIA, and 31.5 (8.9) by SF. Applying paired Student t-test, no significant difference was found between DXA and BIA, (-0.68), (p>0.05). There were -3.3 percent points difference between DXA and sum of skin folds (p<0.001). A multiple regression model was constructed using body fat percentage calculated by DXA as dependent variable and BIA and sum of skin folds as independent variables, both contributed to the model: Fat % (DXA) = 0.289xBI + 0.535xSK +2.36, r= 0.94, (p<0.001). Conclusion: A good agreement was found between DXA and BIA in the elderly group studied. Body fat percentage calculated by the sum of skin folds seems to improve the estimation of body fat percentage obtained by BIA. However, cross validation studies are required to assess its validity in other groups. Key words: body fat, dual-energy X-ray absorptiometry, bioelectrical impedance analysis, skin folds, Mexican elderly adults. + Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 17 IRIGOYEN CAMACHO ME Y COL. variable dependiente, y por BIA y pliegues cutáneos como variables independientes; con ambos se obtuvo el siguiente modelo: % grasa (DXA) = 0.289xBIA + 0.535xSK +2.36, r= 0.94, (p<0.001). calculado por la suma de los cuatro pliegues cutáneos parece mejorar la estimación de la grasa corporal obtenida por BIA; sin embargo, se necesitan estudios de validación cruzada para evaluar su utilidad en otros grupos de población geriátrica. Conclusión: se obtuvo una buena concordancia entre el valor de la grasa corporal obtenido por DXA y el derivado del BIA en el grupo de ancianos estudiados. El porcentaje de grasa corporal Palabras clave: grasa corporal, absorciometría de energía dual de rayos X, análisis de impedancia bioeléctrica, pliegues cutáneos, población geriátrica mexicana. Introducción La composición corporal humana cambia con la edad. En numerosos estudios se reporta que la masa grasa aumenta al paso de los años, mientras que disminuye la masa libre de grasa constituida por agua corporal total, tejido mineral óseo y masa del músculo esquelético.1,2 Estos cambios en la composición corporal durante el proceso del envejecimiento, en especial la pérdida ósea u osteopenia y la pérdida de masa muscular o sarcopenia, se asocian con un mayor número de caídas, fracturas y mayor dependencia funcional.3-6 Estas situaciones favorecen el aumento de la morbilidad y mortalidad de estos grupos etarios. Existen algunas controversias y hay quien ha demostrado que la masa grasa es la principal determinante de la densidad mineral ósea en mujeres premenopáusicas,7 aunque antes hubo quien consideró que esa determinante era la masa magra.8 En la actualidad, el interés por estudiar la composición corporal en los grupos de población geriátrica se debe a las consecuencias adversas que produce la grasa corporal elevada en la salud, y porque se considera que esa cantidad de grasa es un marcador de riesgo para la aparición de diversos padecimientos crónico degenerativos, como la obesidad, la diabetes mellitus, la hipertensión arterial y las hiperlipidemias. Existen diferentes técnicas de medición de la composición corporal de acuerdo con tres tipos de métodos utiliza- dos: directos, indirectos y doblemente indirectos.9-11 Entre las técnicas de métodos indirectos está la absorciometría de energía dual de rayos X, (Dual-energy X-ray absorptiometry: DXA), técnica validada contra otros métodos considerados “estándar de oro”, como la hidrodensitometría (peso bajo el agua) y la medición del potasio corporal total.12-13 Con la técnica de absorciometría de energía dual de rayos X pueden determinarse la densidad mineral ósea en el cuerpo humano, la masa libre de grasa y la masa grasa. Para la obtención del porcentaje de la grasa corporal se han utilizado dos fórmulas a partir de la densidad del cuerpo: la ecuación de Siri:14 (Grasa corporal = [(4.95/Dc) – 4.50] x 100) y la ecuación de Brozek:15 (Grasa corporal = [(4.57/ Dc) – 4.142] x 100, donde: Dc = densidad corporal). Estas ecuaciones permiten estimar el porcentaje de grasa corporal con base en un rango de densidades que van desde 1.0300 hasta 1.0900 g/cc y que, supuestamente, proporcionan estimaciones precisas de dicho porcentaje. Entre las técnicas que usan métodos doblemente indirectos se encuentran: el análisis de impedancia bioeléctrica (Bioelectrical Impedance Analysis: BIA) y las mediciones antropométricas. BIA es una técnica relativamente simple, económica, fácil de realizar, no invasora y que involucra el manejo de equipo portátil; es de alta reproducibilidad y tiene aplicación en la práctica clínica y en el campo de la investigación.16-17 Consiste en hacer pasar una pequeña corriente alterna a través del cuerpo y medir la resistencia o impedancia que tiene el tejido corporal.18-19 Una vez conocida la impedancia, se estima la cantidad de agua en el cuerpo y otros componente corporales, como grasa y masa libre de grasa usando ecuaciones de regresión. Entre las mediciones antropométricas está la determinación de los pliegues cutáneos para la estimación de la masa grasa; su precisión se ha cuestionado durante mucho tiempo; sin embargo, en muchos lugares y por falta de otras técnicas, se ha usado para vigilar las capas subcutáneas de grasa de los individuos. Para calcular la masa grasa se utiliza una ecuación, previamente obtenida, que relaciona las mediciones de los * ** *** Departamento de Atención a la Salud, Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco. Departamento de densitometría. Departamento de geriatría. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. Correspondencia: Dra. María del Consuelo Velázquez Alva. Departamento de Atención a la Salud, Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco. Calzada del Hueso 1100, Col. Villa Quietud, México, DF, CP 04960. Tel. 5483-7513, fax: 5483-7218. E-mail: [email protected] Recibido: enero, 2003. Aceptado, febrero, 2003. La versión completa de este artículo también está disponible en internet: www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 18 Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx ESTIMACIÓN DE LA GRASA CORPORAL POR DXA Y POR IMPEDANCIA BIOELÉCTRICA pliegues cutáneos con la cantidad de masa grasa.20 Este tipo de ecuaciones se obtienen por métodos estadísticos utilizando modelos de regresión lineal. Debido a la importancia de proporcionar información acerca de qué técnicas de medición son confiables para la obtención del porcentaje de la grasa corporal en grupos de población geriátrica, el propósito de este estudio fue comparar la estimación de dicho porcentaje obtenido por absorciometría de energía dual de rayos X, como método de referencia, comparado con el obtenido por el análisis de impedancia bioeléctrica y por la suma de los pliegues cutáneos en un grupo de pacientes geriátricos mexicanos. Material y método Se realizó un estudio de tipo transversal, observacional y descriptivo en un grupo de individuos mayores de 60 años de edad, que acudieron por primera vez al servicio de consulta externa de la Clínica de Geriatría del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. A todos se les informó del carácter voluntario de su participación en el estudio y se les explicaron los procedimientos a realizar. En el estudio se incluyeron pacientes de uno y otro sexo sin tomar en cuenta su diagnóstico clínico y su estado nutricional, debían ser autosuficientes físicamente para el sostén y la deambulación. Los criterios de exclusión fueron: pacientes menores de 60 años de edad, con incapacidad para sostenerse de pie por sí solos y no ambulatorios. A cada uno de los participantes se le realizó el estudio antropométrico y de composición corporal (por absorciometría de energía dual de rayos X y por análisis de impedancia bioeléctrica). Las determinaciones se registraron el mismo día y por el mismo observador. Mediciones antropométricas Estas mediciones se tomaron siguiendo los procedimientos internacionales recomendados para estos grupos de edad.21,22 El peso corporal se registró en kilogramos, colocando al paciente de pie en una báscula clínica (Torino), sin zapatos, únicamente con ropa interior y bata clínica (cuyo peso era de 200 gramos, los que se restaron al registro del peso de los pacientes). La medición se registró en kilogramos. La estatura se obtuvo en centímetros, se usó el estadímetro de la báscula clínica; se colocó al sujeto de pie, sin zapatos ni objetos que pudieran modificar la medición. Se cuidó que el individuo separara ligeramente las puntas de los pies y mantuviera los talones juntos. La cabeza, los hombros, las nalgas y los talo- nes debían estar en contacto con un plano vertical (plano de Frankfort). Posteriormente, se procedió a deslizar hacia abajo la parte superior del estadímetro y apoyarlo en el plano superior de la cabeza del sujeto a medir. El índice de masa corporal se calculó con la fórmula sugerida por Quetelet: peso(kg)/talla(m)² y se usó la clasificación propuesta por la Organización Mundial de la Salud.23 Medición de los pliegues cutáneos Para la medición de los pliegues cutáneos se usó un plicómetro (Lange). El observador sostenía el pliegue cutáneo con los dedos índice y pulgar, mientras colocaba el plicómetro a un centímetro por debajo de ellos en un ángulo de 45º. Cada medición se realizó por triplicado y se registró el valor promedio en milímetros. El pliegue cutáneo tricipital se midió en la región posterior del brazo en el punto medio entre el olécranon y el acromion. El pliegue bicipital se tomó en la cara anterior del brazo, en el punto medio, frente a la medición del pliegue tricipital. El subescapular se midió en el vértice inferior de la escápula siguiendo una línea oblicua y el del pliegue suprailiaco, sobre la cresta iliaca en la línea axilar media, siguiendo una línea oblicua. El porcentaje de grasa corporal se estimó con la fórmula propuesta por Durnin y Womersly.21 Determinación de la grasa corporal por absorciometría de energía dual de rayos X La composición corporal se determinó por DXA en cada paciente con un equipo Norland XR-26. A cada participante se le proporcionó una bata clínica y se le pidió se retirara objetos metálicos, prótesis y joyería. El paciente fue colocado en el centro de la mesa posicionándolo en decúbito dorsal, cuidando que se encontrara dentro de los límites de las líneas del scan del equipo. El paciente permaneció con los miembros superiores colocados cómodamente a lo largo del cuerpo y con las palmas de las manos reposando sobre la mesa, con los ojos cerrados y con la certeza de que todo el cuerpo fuera incluido en la adquisición de la información necesaria para la obtención de su composición corporal completa. El equipo fue calibrado diariamente con un phantom de hidroxiapatita de calcio envuelta por acrílico que tiene semejanza morfológica con la columna lumbar. El espesor del phantom es de 2.5 cm. Este diseño permite una mejor verificación de los edge markers (límites entre los bordes óseos y el tejido blando). Los phantoms prueban la precisión a Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 19 IRIGOYEN CAMACHO ME Y COL. largo plazo sufriendo barridos en un mínimo de 10 veces (sin reposicionamiento entre las medidas). El phantom es recomendado por los fabricantes para monitorear el proceso y mantener una calidad constante, lo cual es un requisito para llegar al objetivo. Se utilizaron los cálculos del porcentaje de grasa corporal provenientes de tres estimaciones que provee el equipo: ecuación de Brozek, ecuación de Siri y otra ecuación que se calcula con base en un algoritmo elaborado por los fabricantes del equipo. Estimación de la grasa corporal por el análisis de impedancia bioeléctrica Se utilizó un equipo de análisis de impedancia bioeléctrica “pie a pie”: Body Fat Analyzer TBF-305 (Tanita Corporation).24 El instrumento es de una sola frecuencia eléctrica y cuenta con electrodos (de corriente y sensores) fijos en una plataforma de acero inoxidable en la cual se para el sujeto. La medición se realizó a una frecuencia de 50 kHz con una corriente eléctrica de 500 µA. Cada paciente se colocó en posición vertical y descalzo sobre la plataforma del equipo, de esta forma sus pies estaban en contacto con los electrodos (figura 1). Con la medida de la resistencia (Ω) obtenida se utilizó la ecuación de predicción de la grasa corporal, proveniente del software del equipo. La medición se efectúa por sí sola y rápidamente. Las indicaciones para la determinación de la grasa corporal fueron las siguientes: antes de la prueba: ayuno, vaciamiento de la vejiga, abstención de líquidos (cuatro horas antes) y no haber realizado algún tipo de ejercicio físico vigoroso. Durante la prueba: usar un mínimo de ropa (bata clínica), sin objetos metálicos en el cuerpo (aretes, anillos, cadenas, relojes), clínicamente tener un estado de hidratación normal, no tener retención de líquidos ni fiebre. Lugar de la medición: habitación aislada, adecuada y cómoda. Análisis estadístico Se obtuvieron los valores promedio (X) y de desviaciones estándar (de) de los datos antropométricos, así como de los porcentajes de grasa obtenidos por absorciometría de energía dual de rayos X; se usaron las tres estimaciones que provee el equipo (ecuación de Brozek, Siri y la de los fabricantes). También se obtuvo el promedio del porcentaje de grasa calculado con el análisis de impedancia bioeléctrica y por la suma de los cuatro pliegues cutáneos (Durnin y Womersly). Para detectar las diferencias en los porcentajes 20 de grasa obtenidos con las técnicas seleccionadas, se realizaron pruebas t-Student pareadas, para comparar los resultados generados con la absorciometría de energía dual de rayos X (Brozek) y los del análisis de impedancia bioeléctrica y los pliegues cutáneos en el mismo sujeto. Se obtuvo una correlación de Pearson (r) entre los diferentes métodos de medición de grasa corporal. Con el propósito de detectar un posible error sistemático entre las mediciones con los diferentes equipos se elaboró la gráfica sugerida por Bland y Altman.25 Se construyó un modelo de regresión múltiple para explorar la relación entre el porcentaje de grasa medido con absorciometría de energía dual de rayos X como variable dependiente y como variables independientes los porcentajes de grasa estimados por análisis de impedancia bioeléctrica y por los pliegues cutáneos. Los resultados se registraron en una hoja de cálculo Excel y se usó el programa de estadística JMP/SAS.26 Cuadro 1. Diagnóstico clínico de los pacientes 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. Hipertensión arterial y enfermedad pulmonar obstructiva crónica Insuficiencia venosa periférica Gastritis atrófica Diabetes mellitus tipo 2 e hipertensión arterial sistémica Enfermedad de Parkinson e hipertensión arterial sistémica Diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial sistémica e hipotiroidismo Hipertensión arterial sistémica Diabetes mellitus tipo 2 e hipertensión arterial sistémica Hipertensión arterial y diabetes mellitus Cirugía por trombosis mesentérica y enfermedad vascular cerebral Hipertensión arterial y diabetes mellitus Hipertensión arterial y enfermedad diverticular Hipertensión arterial y gastritis erosiva Hipertensión arterial Hipertensión arterial y enfermedad pulmonar obstructiva crónica Gastritis atrófica Insuficiencia cardiaca congestiva e hipertensión arterial Esofagitis, gastritis y enfermedad pulmonar obstructiva crónica Hipotiroidismo e hipertensión arterial Dislipidemia y hernia hiatal Diabetes mellitus Gastritis atrófica Insuficiencia cardiaca congestiva Esofagitis y hernia hiatal Insuficiencia cardiaca congestiva Diabetes mellitus e hipotiroidismo Hernia hiatal y dislipidemia Hipertensión arterial y diabetes mellitus Enfermedad ácido péptica y depresión Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx ESTIMACIÓN DE LA GRASA CORPORAL POR DXA Y POR IMPEDANCIA BIOELÉCTRICA Figura 1. Equipo de análisis de impedancia bioeléctrica (Tanita, modelo TBF 305). Resultados Se examinaron 29 sujetos, de los cuales 17 (58.6%) fueron mujeres y 12 (41.4%) hombres. En el cuadro 1 se muestra la información relativa al diagnóstico clínico de los pacientes al momento del estudio. El promedio de peso corporal en el grupo de mujeres fue de 55.8 kg (± 14.1) y de 63.5 kg (± 13.1) en el de los hombres. La diferencia en el peso de los hombres y las mujeres no fue estadísticamente significativa (p>0.05). La talla fue superior en los hombres con un promedio de 1.60 m (± 6.3) y en las mujeres fue de 1.48 m (± 6.2) [p<0.01]. El promedio del índice de masa corporal en el grupo de estudio fue de 25.3 kg/m2 (± 5.7). Se observó que en 13.8% de las personas evaluadas el índice de masa cor- poral fue inferior a 18.5, lo que indica bajo peso según los criterios de la OMS. Además, 27.6% de los ancianos estudiados mostró índices superiores a 30, lo que indicó obesidad en esta fracción de sujetos. El cuadro 2 muestra el promedio de las medidas antropométricas seleccionadas en el grupo de hombres y mujeres evaluados. Se observó que el porcentaje de grasa obtenido por la suma de cuatro pliegues cutáneos fue elevado en el grupo de mujeres donde el promedio superó las recomendaciones internacionales. Los hombres tuvieron, en promedio, un valor de porcentaje de grasa ubicado en el rango considerado como normal. El promedio de los valores del porcentaje de grasa corporal obtenidos con los diferentes equipos y ecuaciones se presenta en el cuadro 3. Los promedios de porcentaje de grasa se comparan con el valor obtenido con la ecuación de absorciometría de energía dual de rayos X Brozek, como método de referencia. Se observó que la ecuación del fabricante proporciona los valores más elevados del porcentaje de grasa (más de seis puntos porcentuales) comparados con los obtenidos por la absorciometría de energía dual de rayos X Brozek (p<0.001). La diferencia entre el valor de la absorciometría de energía dual de rayos X (Brozek) y el estimado por el análisis de impedancia bioléctrica, en promedio, fue baja (p>0.05); mientras que con el estimado por la suma de los pliegues cutáneos se detectó una diferencia significativa. Las mediciones de los pliegues cutáneos fueron, en promedio, superiores a las registradas por la absorciometría de energía dual de rayos X (Brozek) [p<0.001]. La figura 2 muestra los valores del porcentaje de grasa corporal obtenidos con las diferentes ecuaciones. Se observó una tendencia hacia valores más elevados cuando Cuadro 2. Mediciones antropométricas en personas mayores de 60 años Indicador antropométrico Peso (kg) Estatura (m) Índice de masa corporal (kg/m2) Pliegue cutáneo bicipital (mm) Pliegue cutáneo tricipital (mm) Pliegue cutáneo subescapular (mm) Pliegue cutáneo suprailiaco (mm) % de grasa (suma de pliegues cutáneos) * Circunferencia de cintura (cm) Circunferencia de cadera (cm) Mujeres X (de) Hombres X (de) 55.8 (14.1) 1.48 (6.2) 25.7 (6.8) 12.4 (7.0) 20.0 (13.7) 18.4 (9.7) 16.6 (8.0) 36.2 (5.8) 91.3 (16.3) 101.2 (14.8) 63.5 (13.1) 1.60 (6.3) 24.7 (4.0) 6.7 (3.9) 12.4 (3.9) 15.3 (7.3) 15.6 (8.5) 24.8 (7.5) 97.8 (13.6) 96.4 (10.2) * Estimación realizada con el uso de la fórmula de Durnin y Womersley. X: promedio; de: desviación estándar. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 21 IRIGOYEN CAMACHO ME Y COL. Cuadro 3. Valor promedio de la estimación del porcentaje de grasa obtenidas por DXA, BIA, PC y sus diferencias en relación con lo encontrado con DXA (Brozek) X* DXA Ecuación con Brozek Ecuación con Siri Ecuación del fabricante BIA Ecuación del fabricante PC Suma de pliegues cutáneos (Durnin y Womersly) (de) Diferencia X** (p)*** 27.3 (8.9) 28.2 (9.6) 33.4 (10.5) 0 (referencia) -0.88 (p<0.001) -6.10 (p<0.001) 28.0 (13.5) -0.68 (p>0.05) 31.5 (8.9) -4.16 (p<0.001) * X: promedio, ** Diferencia promedio, *** valor de p para la prueba de t-Student pareada; de: desviación estándar; BIA: análisis de impedancia bioeléctrica; PC: pliegues cutáneos. 70 60 50 40 30 20 10 0 10 15 20 25 30 35 40 45 % grasa DEXA(Brozek) DEXA (Brozek) DEXA (Siri) DEXA (Fabricante) IBE SPC Figura 2. Valores obtenidos de porcentaje de grasa con DXA, usando tres ecuaciones (Brozek, Siri y del fabricante), con análisis de impedancia bioeléctrica y suma de pliegues cutáneos. se usa la absorciometría de energía dual de rayos X con las estimaciones derivadas de la fórmula del fabricante, seguidos por los de las ecuaciones de Siri y Brozek. Los puntos correspondientes a los valores del análisis de impedancia bioeléctrica y pliegues cutáneos tienen un patrón irregular. 22 Los coeficientes de correlación de Pearson de los porcentajes de grasa derivados de las diferentes técnicas se muestran en el cuadro 4. Se observó una correlación elevada entre los valores del porcentaje de grasa obtenidos por absorciometría de energía dual de rayos X con la ecuación Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx ESTIMACIÓN DE LA GRASA CORPORAL POR DXA Y POR IMPEDANCIA BIOELÉCTRICA Cuadro 4. Correcciones del valor del % de grasa obtenido por DXA (Siri), DXA (Brozek), DXA (ecuación del fabricante), BIA y PC Ecuación DXA (Siri) DXA (Brozek) DXA (fabricante) BIA PC DXA (Siri) DXA (Brozek) DXA (fabricante) BIA PC 1.0000 0.9998 0.9922 0.9123 0.9176 0.9998 1.0000 0.9928 0.9115 0.9193 0.9922 0.9928 1.0000 0.9085 0.9123 0.9123 0.9115 0.9085 1.0000 0.9014 0.9176 0.9193 0.9123 0.9014 1.0000 DXA = absorciometría de energía dual de rayos X; BIA: análisis de impedancia bioeléctrica; PC: pliegues cutáneos (Durnin y Womersly). 20 15 10 1 5 2 0 -5 3 -10 0 10 20 30 40 50 60 (DXA Brozek + AIBE)/2 1: (% grasa BIA– DXA Brozek) – 2 .DE 2: BIA – DXA Brozek 3: (% grasa BIA – DXA Brozek) + 2 DE Figura 3. Gráfica de Bland y Altman que compara las mediciones de DXA (Brozek) y análisis de impedancia bioeléctrica. La línea del centro corresponde a la diferencia entre los dos métodos y las líneas superior e inferior representan el valor de +2 y -2 desviaciones estándar, respectivamente. del fabricante, la de Siri y la de Brozek. La correlación entre las tres mediciones fue del orden de 0.91, similar a las encontradas con el análisis de impedancia bioeléctrica y los pliegues cutáneos. Todas las correlaciones fueron estadísticamente significativas (p< 0.05). La figura 3 muestra el tipo de gráfica sugerido por Bland y Altman, realizada para detectar las posibles diferencias sistemáticas entre las mediciones obtenidas por absorciometría de energía dual de rayos X (Brozek) y por análisis de impedancia bioeléctrica. No se observó un error sistemático en el porcentaje de grasa obtenido por absorciometría de energía dual de rayos X (Brozek) y en el análisis de impedancia bioeléctrica en valores de porcentaje de grasa intermedios, entre 20 y 35%; no obstante, en los extremos del porcentaje de grasa se notó una dispersión mayor en los datos, en particular, cuando los valores del porcentaje de grasa son elevados es posible detectar mayor discrepancia en las mediciones. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 23 IRIGOYEN CAMACHO ME Y COL. Con la finalidad de explorar si alguna variable antropométrica mejoraba la predicción de grasa corporal que se obtiene por análisis de impedancia bioeléctrica, se generó un modelo en el que ambas variables, el porcentaje de grasa por análisis de impedancia bioeléctrica y el de grasa por pliegue cutáneo, se incluyeron como variables dependientes y la absorciometría de energía dual de rayos X (Siri) fue la variable independiente en la construcción del modelo. La ecuación obtenida fue la siguiente: %grasa DXA = 2.36 + 0.535 (%grasa PC) + 0.29 (% grasa BIA) Con esta ecuación se obtuvo un coeficiente de regresión de R2 =0.88 y las variables porcentaje de grasa por la suma de los pliegues cutáneos y el análisis de impedancia bioeléctrica fueron estadísticamente significativos (p<0.01). Es decir, en este caso, la variable pliegue cutáneo contribuyó a la predicción de la grasa corporal. Ninguno de los cuatro pliegues cutáneos por separado fue significativo (p>0.05). Discusión El grupo de ancianos que participó en este estudio tuvo diversas enfermedades sistémicas, la mayor parte de ellas de alta prevalencia. Resulta importante conocer la validez del análisis de impedancia bioeléctrica en la estimación del porcentaje de grasa corporal. Sin embargo, el grupo de estudio fue pequeño, por lo que se debe tener cautela al extrapolar los resultados del presente trabajo. En este estudio no se detectaron diferencias significativas entre el porcentaje de grasa obtenido por absorciometría de energía dual de rayos X y el análisis de impedancia bioeléctrica. En promedio, las diferencias absolutas entre los dos métodos fueron pequeñas (0.2 a 0.67 puntos porcentuales), lo que sugiere un buen nivel entre la absorciometría de energía dual de rayos X y el análisis de impedancia bioeléctrica, en el ámbito grupal. El equipo usado en este estudio para la absorciometría, modelo Norland XR-26, proporciona tres estimaciones del porcentaje de grasa, uno basado en la ecuación de Siri, otro en la de Brozek y uno más obtenido por la ecuación elaborada por el fabricante. Se observaron coeficientes de correlación elevados entre las tres ecuaciones que proporciona el equipo; sin embargo, se advirtió una diferencia significativa entre los resultados derivados de la ecuación del fabri- 24 cante y las otras dos (Siri y Brozek). Se detectó que la ecuación del fabricante proporciona, de manera sistemática, valores de porcentaje de grasa superiores. Estudios realizados con métodos estándar de cuatro compartimentos e hidrodensitometría indican que la absorciometría de energía dual de rayos X subestima el porcentaje de grasa,27-28 por lo que es posible que la fórmula del fabricante haya considerado esta información e incluido una corrección en su ecuación, lo que produce mediciones del porcentaje de grasa más elevadas que con la de Siri o Brozek. En relación con la estimación del porcentaje de grasa obtenido con la suma de los pliegues cutáneos (Durnin y Womersly) comparada con la absorciometría de energía dual de rayos X (Siri y Brozek), se detectó una diferencia estadística significativa, que sugiere ser cuidadoso en el uso de los pliegues cutáneos como estimadores del porcentaje de grasa en personas de la tercera edad con diferentes padecimientos. Aún así, son necesarios más estudios para conocer mejor las limitaciones de los pliegues cutáneos en la estimación de la grasa corporal en diferentes grupos de ancianos. Si bien existe un buen acuerdo en el ámbito grupal entre las mediciones por absorciometría de energía dual de rayos X y el análisis de impedancia bioeléctrica, en lo individual, puede haber variaciones clínicas importantes, como se reporta en otros estudios.29 Con la finalidad de mejorar la exactitud de los resultados se incluyeron, en una misma ecuación de predicción, los valores de porcentaje de grasa obtenidos por análisis de impedancia bioeléctrica y pliegues cutáneos; y, como era de esperarse, se detectó un aumento en el coeficiente de determinación comparado con los resultados de estos dos indicadores tomados por separado y donde ambas variables eran significativas. Se considera que la estimación de la grasa corporal mejora si se usa el valor obtenido a través de los pliegues cutáneos y el estimado a partir del análisis de impedancia bioeléctrica, comparado con el uso de cada indicador por separado. Este hallazgo es similar al reportado recientemente en un grupo de ancianas finlandesas en las que se incluyó, en una ecuación de predicción de la masa libre de grasa, la resistencia obtenida por análisis de impedancia bioeléctrica, el índice de masa corporal y la relación cintura-cadera. En este grupo de mujeres se detectó un error de estimación pequeño (0.5 kg) en la medición de este componente con la combinación del análisis de impedancia bioeléctrica y las mediciones antropométricas.30 Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx ESTIMACIÓN DE LA GRASA CORPORAL POR DXA Y POR IMPEDANCIA BIOELÉCTRICA El uso de la absorciometría de energía dual de rayos X como referencia, a pesar de que es una técnica reconocida y su uso se considera adecuado para población anciana,31 tiene cierta imprecisión. Una de las razones a las cuales puede atribuirse su imprecisión es el estado de hidratación del paciente.32 En esta técnica se asume que la hidratación de la masa libre de grasa es uniforme y fija a 0.73 mL/g, pero este supuesto puede cuestionarse, en particular, cuando se trata de población de la tercera edad. Tothill observó en un estudio que el estado de hidratación de la masa libre de grasa varía entre 68 y 78%;33 aunque en otro trabajo realizado en Guatemala no se detectaron cambios importantes en la hidratación en un grupo de mujeres jóvenes y ancianas.34 De igual manera, el análisis de impedancia bioeléctrica es una técnica en la que la hidratación del paciente es un factor esencial, ya que primero predice la cantidad total de agua y después deduce la masa libre de grasa y la masa grasa, asumiendo un factor de hidratación constante en la primera. Es posible que el error sistemático que se identificó en la gráfica de Bland y Altman en este estudio y que se aprecia en los extremos del porcentaje de grasa se deba, en parte, precisamente a este factor de hidratación. Pese a que ambas técnicas tienen limitaciones se considera que la absorciometría de energía dual de rayos X es una técnica más exacta que el análisis de impedancia bioeléctrica y se ha empleado como método de referencia en numerosos estudios de personas de la tercera edad. El grupo de ancianos que participó en este trabajo tenía padecimientos sistémicos diversos, lo que dificulta la extrapolación de los resultados en ancianos sanos. Otra de las limitaciones es el número reducido de sujetos que participaron en el estudio. Aún se requieren trabajos donde se incluya un mayor número de personas de la tercera edad y de diversas regiones geográficas de México; esto es importante porque, entre otros factores, el grupo étnico al que se pertenece es una variable que influye notablemente en la composición corporal35 y se requiere explorar grupos específicos de población. Una limitación más que debe considerarse es que la ecuación que utiliza el equipo del análisis de impedancia bioeléctrica deriva de modelos de regresión obtenidos de datos de uno o varios grupos de estudio, por lo que es pertinente conocer la validez de estas ecuaciones a través de estudios de validación cruzada. Por último, es importante considerar que las ecuaciones de Siri y Brozek no son específicas para predecir la grasa corporal en los grupos de población geriátrica; sin embargo, a pesar de todas estas limitaciones, se considera útil conocer cuál método puede ser el más apropiado para evaluar la grasa corporal de estos individuos, en quienes existen cambios propios en su composición corporal por el proceso de envejecimiento y, por lo tanto, también deben evaluarse los efectos de los diversos padecimientos sobre la misma. Conclusión Las mediciones realizadas por análisis de impedancia bioeléctrica son estimaciones adecuadas para la obtención del porcentaje de grasa en ancianos, cuando se comparan con las derivadas de la absorciometría de energía dual de rayos X; no obstante, las mediciones individuales pueden tener variaciones importantes que limitan su utilización en la clínica, por lo que este método se recomienda para estudiar grupos de pacientes más que a un individuo en particular. Además, se detectó que la exactitud de la estimación del porcentaje de grasa puede mejorar cuando las mediciones obtenidas por análisis de impedancia bioeléctrica y las derivadas de los pliegues cutáneos se incluyen en una sola ecuación. Dada la sencillez de ambas técnicas resulta interesante estudiar la posibilidad de usar ambos indicadores para mejorar la exactitud de la estimación de la grasa corporal en personas de la tercera edad. Agradecimientos Los autores agradecen a todos los pacientes que colaboraron con interés en la realización de este estudio, así como al doctor Angelo Pietrobelli de la Escuela de Medicina de la Universidad de Verona, Italia, por sus sugerencias y comentarios en la preparación de este manuscrito. REFERENCIAS 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Baumgartner RN, Heymsfield SB, Roche AF. Human body composition and the epidemiology of chronic disease. Obes Res 1995;3:73-95. Nguyen TV, Howard GM, Nelly PJ, Esiman JA. 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Objectives: To determine the distribution of nutritional values: triceps skinfold, serum albumin, total lymphocytes count and hand grip strength, to establish ranks that guide to the diagnosis of nutritional risk in the elderly Mexican patients. Material y métodos: se realizó un estudio descriptivo, transversal, prospectivo y observacional con sujetos de 60 a 90 años de edad que acudieron a la consulta externa de medicina interna, a quienes se les realizó una historia clínica completa y se les midieron los siguientes parámetros: pliegue cutáneo tricipital, concentración sérica de albúmina, cuenta total de linfocitos y fuerza muscular en el brazo no dominante para evaluar su estado nutricional. Material and methods: A descriptive, cross-sectional, prospective and observational study was done. Patients from 60 to 90 years old, who were attended by external doctor’s office of the Department of Internal Medicine, were included. They were classified as “healthy” by its clinical history, physical exploration, and biochemical tests. Resultados: se incluyeron 304 pacientes (220 mujeres y 84 hombres). El pliegue cutáneo tricipital fue mayor en las mujeres. La albúmina y la fuerza muscular fueron mayores en los hombres. No se encontraron diferencias significativas en función del género para la cuenta de linfocitos totales. En ambos sexos, las variables estudiadas disminuyeron en proporción directa a la edad. Conclusiones: hay una diferencia considerable entre los valores reportados en la literatura anglosajona y los obtenidos en la presente investigación. El uso de los valores reportados permitirá una mejor evaluación en estas personas. Results: There were included 304 patients (220 women and 80 men), we found that triceps skinfold was higher in women. Serum albumin and handgrip strength were higher in men. There was no significative difference by gender for total lymphocytes count. The studied parameters in both genders significantly diminished in proportion to age (p<0.05). In all groups of age and gender it was identified percentile 5 of the studied parameters, when compared with international reference values the studied parameters were lower in our study group, triceps skinfold was higher in our study group when compared with other values, but most of the times it was lower. Conclusions: These new values are of great importance in future investigations and they invalid reference values made in other countries. Palabras clave: evaluación nutricional, ancianos. Key words: nutritional assessment, elderly. Introducción El envejecimiento es un proceso gradual que se distingue por la disminución de las funciones corporales en todos los niveles de organización de la materia.1 Los organismos internacionales clasifican como adultos mayores a las personas de 60 y más años de edad. Los ancianos, en comparación con los adultos jóvenes, tienen un mayor riesgo de manifestar deficiencias nutricionales, principalmente cuando coexisten con otras enfermedades, debido a la disminución de las reservas energéticas y, sobre todo, a una inadecuada ingestión de nutrimentos.2 La prevalencia de la desnutrición en los ancianos hospitalizados es del 17 al 65%, esta variación tan amplia se debe posiblemente al método utilizado para su medición.3 En las personas de edad avan- Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 27 TAPIA JURADO J Y COL. zada ocurren cambios en la composición corporal, en el peso y la talla, que se consideran procesos normales de la vejez y cuya magnitud varía en función de diversos factores, entre los que se cuentan los genéticos, los ambientales, los nutricionales, los relativos a la actividad física y los relacionados con la coexistencia de enfermedades.4 Al parecer, una consecuencia inevitable del envejecimiento es la sustitución progresiva de la masa corporal magra por grasa y tejido conjuntivo.5 La grasa en los ancianos se almacena principalmente en la región abdominal y en los espacios intermusculares, a diferencia de los jóvenes cuyo principal depósito lo constituye el espacio subcutáneo.6 La alteración de la composición corporal a expensas de la pérdida de agua, tejido magro y calcio es la responsable de la pérdida involuntaria de peso que se observa en los ancianos, y que normalmente corresponde a la disminución de un kilogramo por década.7,8 La pérdida del calcio óseo provoca alteraciones en la conformación de los huesos vertebrales y, consecuentemente, una cifosis que se manifiesta como pérdida de estatura, por lo general del orden de 1.2 a 4.2 cm por cada 20 años y que puede generar confusión en la evaluación del estado nutricional de este tipo de pacientes, que casi siempre provoca que se les clasifique como obesos de acuerdo con los parámetros tradicionales, sobre todo de la comparación del peso y la talla. 9 La evaluación del estado nutricional de una persona es un proceso complejo y se puede realizar a través de indicadores aproximados e indirectos, que incluyen la medición de parámetros antropométricos, bioquímicos, inmunológicos y funcionales. La medición del pliegue cutáneo del tríceps es un procedimiento de uso común que sirve, además, para predecir las reservas energéticas y eva* Jefe del servicio de apoyo nutricional, Hospital de Especialidades, Centro Médico Nacional Siglo XXI, IMSS, México, DF. ** Egresada de la carrera de Nutrición y ciencias de los alimentos, Universidad Iberoamericana, Plantel Santa Fe, México, DF. *** Jefe del servicio de medicina interna. **** Médico adscrito al servicio de apoyo nutricional. Hospital de Especialidades, Centro Médico Nacional Siglo XXI, IMSS, DF. Correspondencia: Dr. Jesús Tapia Jurado. Rancho la Herradura núm. 113, Fraccionamiento Santa Cecilia, Coyoacán, CP 04930, México, DF. Tel.: 5594-0427. Fax: 5568-4050. E-mail: [email protected] Recibido: enero, 2003. Aceptado: febrero, 2003. La versión completa de este artículo también está disponible en internet: www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 28 luar las respuesta de un paciente hospitalizado a un tratamiento.10,11 En un estudio realizado con pacientes mayores de 65 años se ratificó la utilidad de la medición de dicho pliegue como marcador del estado nutricional y mostró que existe una relación proporcionalmente inversa entre su tamaño y el riesgo de muerte posoperatoria.12 La albúmina sérica constituye un marcador bioquímico de las reservas proteínicas corporales y se utiliza en el establecimiento del diagnóstico y pronóstico de diversas enfermedades.13,14 Además, se ha supuesto que la concentración sérica de albúmina es un indicador pronóstico de la evolución del estado de salud de las personas en determinadas circunstancias;15 los pacientes que tienen una concentración sérica de albúmina menor a 2 g/dL tienen un mayor riesgo de morir.16 La cuenta total de linfocitos es un parámetro inmunológico que mide en forma indirecta el estado nutricional de una persona, aunque su utilidad principal consiste en que permite evaluar el estado inmunológico. 17 La fuerza muscular del antebrazo, medida con un dinamómetro, sirve para evaluar la respuesta de los pacientes ancianos hospitalizados o gravemente enfermos a un tratamiento dietético, dado que su mejoría constituye una de las primeras manifestaciones de una respuesta adecuada.8,19 Otros autores han demostrado que la fuerza muscular sirve, además, como factor pronóstico del riesgo posoperatorio.20 La pérdida de masa muscular y la debilidad que aparece consecuentemente pueden deberse al incremento en la utilización de las reservas proteínicas, sobre todo a expensas del catabolismo de los aminoácidos de cadena ramificada, a través de las rutas gluconeogénicas en los pacientes sometidos a un ayuno prolongado, en los que padecen desnutrición y en los que tienen un aumento del estrés metabólico secundario a procesos sépticos o a la realización de cirugías.21 La facilidad técnica de la medición de la fuerza muscular en el brazo no dominante, junto con su sensibilidad en la detección de los procesos de repleción nutricional, hacen que esta prueba sea muy valiosa en los individuos de edad avanzada. Los resultados de diversos estudios realizados en México, en los que el estado nutricional se evaluaba mediante la medición de parámetros antropométricos y la caracterización de la composición corporal de un grupo de adultos mayores, demostraron que aproximadamente una tercera parte de los individuos que conforman esta población tieNutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx PARÁMETROS OBJETIVOS REGIONALES DE EVALUACIÓN NUTRICIONAL EN UNA POBLACIÓN DE ADULTO MAYOR nen un peso adecuado para su edad, que la mitad tiene problemas de sobrepeso y que alrededor de 13% de estos individuos son obesos.22 En el Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional Siglo XXI del Instituto Mexicano del Seguro Social se realizó un estudio en el que se obtuvo la distribución en percentiles de los valores del pliegue cutáneo, de la concentración sérica de albúmina, de la cuenta total de linfocitos y de la fuerza muscular del brazo de un grupo de donadores de sangre de entre 18 y 59 años de edad, y con base en el análisis de los resultados obtenidos los valores dentro del percentil 5 y por debajo de éste se han considerado factores pronósticos del riesgo de desnutrición en la población general.23 Objetivo Identificar los factores pronósticos de desnutrición en las personas de 60 a 90 años de edad. Material y métodos Se realizó un estudio transversal, descriptivo y prolectivo con pacientes de uno y otro sexo, de 60 a 90 años de edad, que acudieron a la consulta externa del servicio de medicina interna debido a alguna afección leve no sistémica. Los pacientes fueron agrupados se acuerdo con su género y reclasificados en función de su edad en tres grupos: de 60 a 69 años, de 70 a 79 años y de 80 a 90 años de edad. Se les realizó una historia clínica con énfasis en sus hábitos de alimentación, ocupación y condiciones de su vivienda, además de una exploración física completa para descartar la presencia de alguna enfermedad que interfiriera con el objetivo del presente estudio. Los pacientes cuyo índice de masa corporal fue igual o menor a 22 kg/cm2, o mayor o igual a 30 kg/cm2 fueron excluidos.24 A los pacientes incluidos se les realizó un conjunto de pruebas de laboratorio, a saber, biometría hemática, química sanguínea, perfil de lípidos y pruebas serológicas para la detección de brucelosis, hepatitis de los tipos B y C, e infección por VIH. El pliegue cutáneo tricipital se midió un centímetro por arriba del punto medio de una línea imaginaria trazada desde el acromion hasta el olécranon del brazo no dominante, con un plicómetro de la marca Lange que ejerce una presión de 10 g/mm2, y el resultado se registró en milímetros.25,26 La concentración sérica de albúmina se midió con un sistema automatizado modelo SYS 2 BM/Hitachi 717/911 de la marca Hitachi, mediante un método que mide el cambio de color del sistema debido a la formación de complejos entre la albúmina y el reactivo verde de bromocresol cuando se ponen en contacto a un pH de 4.2. El resultado se registró en g/dL.27 El número total de linfocitos en un mm3 de sangre entera se midió con un sistema automatizado de la marca STKS, que se basa en el principio de Coulter.28 La fuerza muscular se midió en el brazo no dominante con un dinamómetro de mano, de longitud ajustable de la marca Takei Kiki Kogyo. El resultado se registró en kilogramos.29 La talla se calculó mediante el método de la brazada, es decir, de la distancia que existe entre la punta del dedo más largo de una a otra mano, sin considerar el tamaño de las uñas, cuando el sujeto al que se le está realizando la medición tiene ambos brazos extendidos a la altura de sus hombros. Para realizar la medición se necesita una cinta métrica de dos metros de longitud, graduada en milímetros. En los ancianos, el error técnico de este tipo de medición es del orden de los 56 mm en los varones y 38 mm en las mujeres.30 El peso se midió con una báscula de pesas con capacidad de 140 kg de la marca Bame. El paciente usaba una bata de hospital, cuyo peso se conocía en forma previa, y estaba descalzo en el momento de la determinación. Para el análisis estadístico se utilizaron medidas de tendencia central y de dispersión debido al tipo de parámetros que se evaluaron. El percentil 5 se estableció como el límite normal, es decir, los resultados iguales o inferiores al valor de dicho percentil se consideraron indicadores del riesgo de desnutrición debido a que, aunque en un estricto sentido dichos valores se consideran normales, el riesgo de desnutrición es más alto dadas las características que distinguen a la etapa de la vejez. Para establecer las diferencias entre los grupos estudiados, se utilizaron las pruebas no paramétricas para muestras independientes, a saber, la prueba de Kruskal-Wallis y la prueba de la U de Mann-Whitney. Resultados Se incluyeron 304 pacientes: 220 mujeres y 84 hombres, de los cuales, 14.8% tenían una catarata en el ojo derecho, 10.9% la tenían en el ojo izquierdo y 10.1% en ambos ojos; 6.6% tenía una hemorragia vítrea en el ojo derecho, 6.3% colecistitis crónica litiásica, 4.9% pterigión, 4.3% degeneración macular del ojo derecho, 3.3% hemorragia vítrea en el ojo izquierdo, 1.6% degeneración macular del ojo izquierdo, Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 29 TAPIA JURADO J Y COL. Cuadro 1. Diferencias de los cuatro parámetros estudiados de acuerdo con el sexo Sig. Asintót. Pliegue cutáneo tricipital .000 Albúmina Cuenta total Fuerza de linfocitos muscular .069 4.8 Albúmina Cuenta total de linfocitos 4.4 4.2 4 3.8 3.6 1,0 Fuerza muscular 2,0 .000 .007 Todos tienen diferencia estadísticamente significativa a excepción de la cuenta total de linfocitos. Prueba de Kruskal-Wallis. En las mujeres, el pliegue cutáneo tricipital fue mayor que en los hombres y aunque el valor de su medición disminuye en función de la edad, esta disminución no fue tan marcada como la que se observó en los sujetos del sexo masculino (figura 1). La concentración sérica de albúmina fue ligeramente superior en los hombres que en las mujeres, y esta tendencia se observó en todos los grupos de edad (figura 2). El número total de linfocitos fue semejante en ambos grupos y su descenso en función de la edad no fue significativo (figura 3). La fuerza muscular fue menor en las mujeres que en los hombres, pero su disminución en función de la edad fue mayor en los sujetos del sexo masculino en comparación con la registrada en las mujeres (figura 4). En el cuadro 3 se presentan los valores correspondientes al percentil cinco, y en los cuadros 4 y 5 se pueden ver 30 Hombres .000 Figura 2. La albúmina sérica fue ligeramente superior en hombres, pero a lo largo del tiempo se comportó de manera similar en ambos sexos. 2500 2000 Linfocitos .001 3,0 Edad Mujeres Sig. Asintót. 3 Figura 1. El pliegue cutáneo tricipital fue mayor en el sexo femenino comparado con el masculino; sin embargo, los valores disminuyeron en forma significativa conforme avanza la edad, con una diferencia mayor en el sexo masculino. .000 Cuadro 2. Diferencias de los cuatro parámetros estudiados de acuerdo con la edad Pliegue cutáneo tricipital 2 Edad Mujeres Hombres 4.6 .000 Todos tienen diferencia estadísticamente significativa a excepción de la cuenta total de linfocitos. Prueba de U de Mann-Whitney. Variable de agrupación = edad 1 Albúmina Variable de agrupación = sexo 20 18 16 14 12 10 8 6 4 2 0 Pliegue cutáneo tricipital y el resto de los pacientes acudían a la consulta externa por otros padecimientos cuya frecuencia fue de 0.3 a 1.3%. Los valores del pliegue cutáneo tricipital, de las concentraciones de albúmina en el plasma y de la fuerza muscular fueron estadísticamente distintos en los hombres con respecto a las mujeres; la cuenta total de linfocitos no mostró ninguna diferencia significativa cuando sus valores se compararon en función del sexo (cuadro 1). Los valores de los parámetros estudiados disminuyeron en todos los sujetos en función directa a su edad, y las diferencias encontradas en este sentido tienen significación estadística (cuadro 2). 1500 1000 500 0 1 2 Edad Mujeres 3 Hombres Figura 3. En ambos sexos la cuenta total de linfocitos mostró un comportamiento descendente de acuerdo con el aumento de edad, pero no significativo. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx PARÁMETROS OBJETIVOS REGIONALES DE EVALUACIÓN NUTRICIONAL EN UNA POBLACIÓN DE ADULTO MAYOR Fuerza muscular 30 25 20 15 10 5 0 1 2 Edad Mujeres 3 Hombres Figura 4. La fuerza muscular fue menor en mujeres y disminuyó en ambos sexos según el paciente envejece, con una diferencia mayor en los hombres. los resultados de la medición de cada parámetro en los diferentes percentiles y en función del género. Discusión Los parámetros utilizados en el presente estudio se escogieron debido a la facilidad con la que se pueden realizar e interpretar en todos los niveles de atención del Sistema Nacional de Salud. El pliegue cutáneo tricipital constituye un parámetro estructural cuya medición es sencilla y económica. En los pacientes con sobrepeso, sin embargo, debe medirse e interpretarse en forma correcta dado que la constitución del paciente puede alterar los resultados. La concentración sérica de albúmina es uno de los factores que se utilizan con mayor frecuencia en la evaluación del estado nutricional de cualquier paciente. Existen otros indicadores bioquímicos, como la prealbúmina, la trasferrina, la ceruloplasmina, la proteína ligada al retinol, la fibronectina y el factor de crecimiento semejante a la insulina cuya medición, además de ser muy costosa, tiene baja especificidad. La cuenta total de linfocitos, a pesar de que constituye en forma primaria un indicador del estado inmunológico, se incluyó en el presente estudio dado que la inmunidad celular requiere concentraciones adecuadas de ciertos nutrimentos, como el ácido fólico y diversos aminoácidos, para mantener la síntesis de receptores, interleucinas y factores estimulantes del crecimiento y diferenciación de otras células inmunológicas, como las de la serie mieloide. La fuerza muscular constituye un reflejo de la masa muscular y de su capacidad de trabajo, además, su medición es Cuadro 3. Valores de referencia de mujeres y hombres para el diagnóstico estructural, bioquímico, inmunológico y funcional de riesgo nutricional Parámetro nutricional Percentil 5 Parámetro nutricional Mujeres 60-69 años Pliegue cutáneo tricipital (mm) Sin sobrepeso Con sobrepeso Albúmina (g/dL) Cuenta total de linfocitos (mm3) Fuerza muscular (kg/F) 70-79 años Pliegue cutáneo tricipital (mm) Sin sobrepeso Con sobrepeso Albúmina (g/dL) Cuenta total de linfocitos (mm3) Fuerza muscular (kg/F) 80-90 años Pliegue cutáneo tricipital (mm) Sin sobrepeso Con sobrepeso Albúmina (g/dL) Cuenta total de linfocitos (mm3) Fuerza muscular (kg/F) Percentil 5 Hombres 10 14 3.3 1,406.5 5.3 7 11 3.2 1,230.8 5 10 15 3.2 1,280.8 7 60-69 años Pliegue cutáneo tricipital (mm) Sin sobrepeso Con sobrepeso Albúmina (g/dL) Cuenta total de linfocitos (mm3) Fuerza muscular (kg/F) 70-79 años Pliegue cutáneo tricipital (mm) Sin sobrepeso Con sobrepeso Albúmina (g/dL) Cuenta total de linfocitos (mm3) Fuerza muscular (kg/F) 80-90 años Pliegue cutáneo tricipital (mm) Sin sobrepeso Con sobrepeso Albúmina (g/dL) Cuenta total de linfocitos (mm3) Fuerza muscular (kg/F) 5 17 3.8 1,347.3 12.7 5 8 3.6 1,140.3 10.1 4.9 11 3.5 1,355.9 7 Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 31 TAPIA JURADO J Y COL. sencilla y económica. La disminución de la masa muscular en las personas ancianas constituye, por lo general, un efecto del aumento de su requerimiento energético que estimula la utilización de los aminoácidos, principalmente de los de cadena ramificada, como sustratos de la vía de la gluconeogénesis. Cuadro 4. Distribución percentilar de parámetros de evaluación nutricia en mujeres mexicanas (adultos mayores) de consulta externa Parámetro nutricional Edad 60-69 Pliegue cutáneo tricipital (mm) Sin sobrepeso Con sobrepeso Albúmina (g/dL) Cuenta total de linfocitos (mm3) Fuerza muscular (kg/F) Edad 70-79 Pliegue cutáneo tricipital (mm) Sin sobrepeso Con sobrepeso Albúmina (g/dL) Cuenta total de linfocitos (mm3) Fuerza muscular (kg/F) Edad 80-89 Pliegue cutáneo tricipital (mm) Sin sobrepeso Con sobrepeso Albúmina (g/dL) Cuenta total de linfocitos (mm3) Fuerza muscular (kg/F) 5 25 50 75 95 10 4 3.3 1406.5 5.3 15 5.5 4.1 1656.7 11 19 8.5 4.5 2021.7 15 22 11.2 4.8 2461.7 18.5 25 14 5.1 2955.6 23 7 11 3.2 1230.8 5 12 16 3.7 1578.1 9.5 15 18.5 4 1896.3 11 18.2 22.2 4.6 2413 16 25 30 5.2 2902.6 20 10 15 3.2 1280.8 7 13 16 3.5 1449 9 15 20 3.9 1834.8 11.5 18 24 4.5 2058.4 14.2 24.2 28 4.9 2830.4 20.3 Cuadro 5. Distribución percentilar de parámetros de evaluación nutricia en hombres mexicanos (adultos mayores) de consulta externa Parámetro nutricional Edad 60-69 Pliegue cutáneo tricipital (mm) Sin sobrepeso Con sobrepeso Albúmina (g/dL) Cuenta total de linfocitos (mm3) Fuerza muscular (kg/F) Edad 70-79 Pliegue cutáneo tricipital (mm) Sin sobrepeso Con sobrepeso Albúmina (g/dL) Cuenta total de linfocitos (mm3) Fuerza muscular (kg/F) Edad 80-90 Pliegue cutáneo tricipital (mm) Sin sobrepeso Con sobrepeso Albúmina (g/dL) Cuenta total de linfocitos (mm3) Fuerza muscular (kg/F) 32 5 25 50 75 95 5 17 3.8 1347.3 12.7 8 17 4.4 1585.4 23.7 13 18 4.7 1939.5 29 15.2 20 5.0 2343.2 32.1 19.9 20 5.3 2785.8 37.7 5 8 3.6 1140.3 10.1 8 9.5 4.1 1391.4 20 13 16 4.6 1682.1 25 15.2 22 4.9 2147.1 30 19.9 29 5.3 2844.4 38.5 4.9 11 3.5 1355.9 7 9 11.2 3.9 1468 10.2 11 13.5 4.6 1830.7 16.5 14 21.7 5 1923.4 22.2 22 24 5.3 2034.9 30 Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx PARÁMETROS OBJETIVOS REGIONALES DE EVALUACIÓN NUTRICIONAL EN UNA POBLACIÓN DE ADULTO MAYOR Aunque existe poca información sobre la relación de estos parámetros con la desnutrición en personas ancianas, se pueden realizar algunas comparaciones con los hallazgos de otras investigaciones. Las valores de referencia del pliegue cutáneo tricipital obtenidos con los datos recolectados en la presente investigación son mayores en las personas con sobrepeso, en comparación con los obtenidos por Chumlea para la misma población.31 Prothro y Rosenbloom elaboraron unas tablas cuyos valores son menores a los encontrados en este trabajo, independientemente del sexo.32 En 1984, Frisancho publicó un artículo en el que los valores obtenidos en la población del sexo femenino fueron menores en comparación con los reportados en la presente investigación,33 en tanto que en 1981 el mismo autor, usando los datos del NHANES 1971-1974, obtuvo valores en los sujetos del sexo masculino que son mayores, excepto los correspondientes al percentil 95, en comparación con los del presente trabajo.34 Velázquez y col., en un estudio realizado con personas mexicanas, encontraron valores mayores a los de la presente investigación, en las poblaciones de ambos sexos, excepto los que corresponden al grupo de hombres de 60 a 69 años de edad con sobrepeso, en quienes los valores obtenidos en el presente trabajo son mayores.35 La hipoalbuminemia, de acuerdo con el criterio de la American Family Physician, se define en función de una concentración sérica igual o menor a 3.5 g/dL, en el presente estudio la concentración media de albúmina en mujeres fue de 3.2 ± 0.1 g/dL y en hombres, de 3.6 ± 0.2 g/dL. Estos valores, sin embargo, disminuyen en función de la edad y conservan la misma tendencia en función del género. El número total de linfocitos que marca el límite entre la normalidad y la linfopenia es de 1500 células en un mm3; sin embargo, de acuerdo con los datos recolectados en la presente investigación, en las mujeres se considera normal un número de linfocitos entre 1200 y 1400 células por mm3, y en los hombres de 1100 a 1350 células por mm3. La fuerza muscular en los ancianos disminuye independientemente del género, aunque esta disminución es más notoria en las mujeres. En ambos grupos, esta disminución es evidente en la población que compone el percentil 25, y este hallazgo es recíproco con los reportes anglosajones.36 La fuerza muscular disminuye en ambos grupos en función de la edad; sin embargo, en la población del percentil 5 esta disminución fue semejante, independientemente de la edad. En comparación con los valores obtenidos en estudios hechos con la población de Estados Unidos e Inglaterra, los obtenidos en el presente trabajo son menores, aunque en el caso de la población masculina, los resultados del percentil 95 son semejantes a los reportados por Andrew en 1989 de un estudio realizado en Londres. En comparación con los valores reportados en las publicaciones de otros países, la concentración sérica de albúmina, la cuenta total de leucocitos, la fuerza muscular y el pliegue cutáneo tricipital reportados en el presente trabajo fueron menores. En el cuadro 6 se muestran las diferencias porcentuales entre los valores obtenidos de la población estudiada en la presente investigación y los reportados en la literatura anglosajona. Cuadro 6. Diferencias porcentuales entre los valores de referencia anglosajones y los encontrados en nuestra población en el percentil 5 o de riesgo Parámetro nutricional Edad Pliegue cutáneo tricipital 60-69 70-79 80-90 60-69 70-79 80-90 60-69 70-79 80-90 60-69 70-79 80-90 Albúmina Cuenta total de linfocitos Fuerza muscular Valor extranjero Valor regional femenino Diferencia en % Valor regional masculino Diferencia en % 10 7 10 3.3 3.2 3.2 1406 1230 1280 5.3 5.0 7.0 -20 -44 -20 -5.7 -8.5 -8.5 -6.3 -18.0 -14.7 -84.5 -85.3 -79.5 5 5 4.9 3.8 3.6 3.5 1,347 1,140 1,355 12.7 10.1 7.0 -60 -60 -61 +8.5 +3.5 0 -10.2 -24.0 -9.7 -73.5 -79.0 -85.5 12.5 mm 3.5 g/dL 1,500/mm3 Femenino: 34 kg Masculino: 48 kg Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 33 TAPIA JURADO J Y COL. Conclusiones Los parámetros evaluados en el presente trabajo son sencillos de medir, fáciles de interpretar y de bajo costo, además, pueden ser realizados por cualquier persona capacitada aunque su interpretación deberá corresponder al nutriólogo y al profesional médico. Los valores obtenidos en el presente estudio difieren de los que se consideran como referencia de acuerdo con las publicaciones extranjeras y reflejan fehacientemente las condiciones nutricionales que imperan en la población mexicana, por lo que su uso deberá constituir una herramienta para la evaluación objetiva de la población anciana en México. Estos valores, sin embargo, deberán interpretarse en forma conjunta con los datos obtenidos a través de un interrogatorio completo y una exploración física adecuada debido a que existen diferencias propias de cada persona que hacen que las recomendaciones de los autores del presente trabajo constituyan un acercamiento a la realidad individual y colectiva de la población mexicana y no necesariamente un sistema inflexible para clasificar la normalidad. La población anciana, dadas sus características, tiene un riesgo mayor de manifestar alteraciones graves del estado nutricional. Considerar que los cambios que tales padecimientos traen consigo corresponden a la evolución natural de esta etapa es un grave y peligroso error. La evaluación metódica del estado nutricional de estas personas es el único método para distinguir los cambios que corresponden a la normalidad y los que constituyen un efecto de la enfermedad. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. REFERENCIAS 23. 1. 24. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 34 Goodhart RS, Shills MR, editores. Modern nutrition in health and disease. 8th ed. Philadelphia: Lea and Febiger, 1994. Kerstetter J, Holthausen B, Fitz P. Malnutrition in the institutionalized older adult. J Am Diet Assoc 1992;92:110916. Dwyer T, Gallo J. Assessing nutritional status in elderly patients. Am Fam Phys 1993;47:613-20. Steen B. Body composition and aging. Nutrition Reviews 1988;46:45-51. Munro HN. Nutrition and ageing. Br Med Bull 1981;37:83-88. Chandra R. The relation between immunology, nutrition and disease in elderly people. Age Ageing 1990;19:25-31. Chumlea WC, Baumgartner R. Status of anthropometry and body composition data in eldery subjects. Am J Clin Nutr 1989;50:1158-66. Master AM, Lasser RP, Beckman G. Analysis of weight and height of apparently healthy population. Ages 65 to 94 years. JAMA 1960;172:367-70. Goodman D, Barrett C. 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Cuotas Antes del 8 de agosto del 2003 Médicos, nutriólogos, químicos Enfermeras, dietistas Residentes, estudiantes A partir del 9 de agosto del 2003 Socios No socios Socios No socios $500.00 $1,000.00 $700.00 $1,200 $400.00 $300.00 $700.00 $500.00 $550.00 $450.00 $850.00 $650.00 Se aplicará un descuento del 33% a los socios de la AMAEE en los cursos TNT y ESPEN. Informes: Asociación Mexicana de Alimentación Enteral y Endovenosa, A.C. Insurgentes Sur 1188 503 Col. del Valle, CP 03210, México, DF. Tel.: (01-55) 5575-9916, 5559-9546, 5575-7880. Fax: 5559-4793. E-mail: [email protected]. Página web: www.amaee.org.mx Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 35 Nutrición Clínica 2003;6(1):36-45 Artículo original Factores pronósticos del reingreso y muerte en los pacientes ancianos previamente hospitalizados Emilio José García Mayo,* Luis Miguel Gutiérrez Robledo,* Armando Villegas Jiménez* Resumen Abstract Antecedentes: en los países desarrollados las personas mayores de 65 años de edad utilizan los servicios de salud con una frecuencia entre tres y cuatros veces mayor que el resto de la población. El pronóstico de la evolución a largo plazo de las personas ancianas hospitalizadas es importante en la práctica médica. Background: People over 65 years old use health services three to four times more frequently than the remaining population of developed countries. Knowledge about long-term evolution is important in medical practice. Objetivo: determinar los parámetros que predicen a largo plazo el reingreso o muerte de las personas mayores de 70 años de edad hospitalizadas. Material y métodos: se realizó un estudio longitudinal, prospectivo y observacional con personas mayores de 70 años, cuyo punto de corte fue el reingreso o la muerte de los sujetos incluidos. El estado mental, la capacidad física y un conjunto de pruebas bioquímicas se evaluaron en cada paciente. Resultados: la edad, el sexo y el motivo de ingreso no sirvieron para predecir el reingreso o muerte de los pacientes, en tanto que ninguna de las variables geriátricas pudo predecir el riesgo de reingreso al hospital. El índice de Katz y la concentración de hemoglobina, prealbúmina y colesterol constituyeron factores útiles para el pronóstico del reingreso hospitalario, en tanto que la concentración de prealbúmina sirvió para predecir el riesgo de muerte a largo plazo. El modelo multivariado, constituido por la concentración de prealbúmina al ingreso y el deterioro del estado mental, tuvo una mayor significación estadística en el pronóstico del riesgo de muerte. Objective: To determine which factors predict long-term outcome defined as readmission and death in patients who are hospitalized. Material and methods: It was performed a longitudinal, prospective and observational study with people older than 70 years. End-points were readmission to the hospital or death. Mental state and physical ability were evaluated, and some biochemical variables were measured too. Results: Age, sex and reason for admission were not found to be predictive of readmission or death at the present study. None of the geriatric variables proved to be predictive of readmission. The Katz index and determination of hemoglobin, prealbumin and cholesterol levels were found to be predictive of readmission, while prealbumin level only was predictive of long-term mortality. In a multivariate model which comprised low prealbumine levels at admission and a Pfeiffer score below 8 the low Pfeiffer levels added statistical power (p = 0.006). Conclusions: Hemoglobin, prealbumin and cholesterol levels, with lymphocytes account and mental state examination were found to be predictive of long-term evolution in hospitalized elderly patients. Conclusiones: la concentración de hemoglobina, prealbúmina y colesterol, junto con el número de linfocitos y la evaluación del estado mental mediante la aplicación del SPMSQ de Pfeiffer, constituyen parámetros útiles para predecir la evolución a largo plazo de los pacientes ancianos hospitalizados. Palabras clave: pronóstico, ancianos, reingreso, muerte. Key words: prediction, readmission, death, elderly. Introducción Desde el inicio del siglo XX han ocurrido cambios impresionantes en el tamaño de la población, su distribución en función de la edad y los perfiles de salud, enfermedad y utilización de los servicios médicos. La población ha envejecido; 15% de la población total de los países industrializados está constituida por perso- nas mayores de 65 años de edad quienes, además, continúan incrementando su número con rapidez, de tal forma que se calcula que para el año 2050 la población de más de 65 años de edad corresponderá al 23% de la población total.1 En México, de acuerdo con los resultados del censo de 1990, existían 3,376,841 personas mayores de 65 años, lo que 36 Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx FACTORES PRONÓSTICOS DEL REINGRESO Y MUERTE EN LOS PACIENTES ANCIANOS PREVIAMENTE HOSPITALIZADOS correspondía al 4% de la población nacional total, y se estimaba que para 1997 representarían casi el 5% de ella, es decir, este grupo aumentó 25% en sólo siete años. El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática calcula que, en el año 2030, la cantidad de gente anciana en México será igual a la de los países industrializados, lo que implicará un aumento de la demanda de atención médica. Las personas mayores de 65 años utilizan con mayor frecuencia los servicios de salud en comparación con el resto de la población; por ejemplo, en los países desarrollados las personas de esta etapa usan estos servicios con una frecuencia entre tres y cuatro veces mayor que la población general, lo que refleja el incremento de las enfermedades y las condiciones de discapacidad que distinguen a los sujetos de edad avanzada.2,3 El costo de los servicios de hospitalización constituye un gasto importante para cualquier persona y especialmente para los ancianos debido a la frecuencia con la que los requieren.4 Las personas mayores de 75 años de edad generan casi cinco veces más días de hospitalización per capita en comparación con los sujetos de 45 a 64 años de edad,5 lo que significa que el pronóstico de la evolución que tendrán los pacientes hospitalizados después de su egreso de un hospital es muy importante. Los estudios que se han realizado al respecto evalúan el pronóstico a corto plazo de un paciente hospitalizado, en función de la duración de su estadía en el servicio médico, la mortalidad durante su hospitalización y su egreso a un asilo. Sin embargo, se han publicado pocas investigaciones que establezcan factores pronósticos de la evolución a largo plazo de los pacientes ancianos hospitalizados, y de ellas, sólo una tuvo una duración mayor de seis meses.6-9 En un artículo en el que se revisaron 14 estudios sobre la predicción a corto plazo del estado de salud de los ancianos hospitalizados, los factores pronósticos de eventos adversos que se utilizan con mayor frecuencia son: la edad avan* Médico adscrito al servicio de geriatría, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. Correspondencia: Dr. Emilio José García Mayo. Servicio de geriatría, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. Vasco de Quiroga núm. 15, Col. Sección XVI, CP 14000, México, DF. Tel.: 5573-1200. E-mail: [email protected] Recibido: enero, 2003. Aceptado: febrero, 2003. La versión completa de este artículo también está disponible en internet: www.revistasmedicasmexicanas.com.mx zada, el deterioro funcional y el deterioro del estado mental.10 Recientemente, un estudio realizado en España, con una duración de seis meses, demostró que el deterioro de la capacidad de una persona para realizar sus actividades cotidianas, evaluado a través del índice de Barthel, junto con la administración concomitante de diversos medicamentos, la desnutrición y la manifestación de úlceras por presión, predicen la posibilidad de reingreso y muerte en esta población.6 Objetivo Determinar los factores pronósticos que predicen a largo plazo el reingreso o muerte de las personas mayores de 70 años de edad hospitalizadas. Material y métodos Diseño del estudio Se diseñó un estudio de tipo longitudinal, prospectivo y observacional, en el que se incluyó a los pacientes mayores de 70 años de edad que fueron hospitalizados en alguno de los servicios del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, en el periodo comprendido entre agosto de 1994 y junio de 1995. Se excluyeron los pacientes hospitalizados en la unidad de terapia intensiva y aquellos cuya estancia hospitalaria fue menor de siete días. Variables geriátricas Durante las primeras 48 horas a partir de su ingreso, se evaluó el estado mental de cada paciente a través de la aplicación del Mini-Mental State Examination de Folstein11 (MMSE), para el cual se consideró deterioro mental con un resultado igual o menor a 19 puntos; y el Short-Portable Mental State Questionnarie de Pfeiffer12 (SPMSQ), con el que el deterioro mental se diagnosticó con la obtención de siete puntos o menos. La capacidad física se evaluó a través de la aplicación del índice de Katz,13 que determina la facultad de un individuo de realizar en forma independiente sus actividades cotidianas, y para el cual se consideró deterioro en las personas que obtenían una puntuación mayor de tres puntos (clase C); y mediante la gradación de la autonomía individual a través de la aplicación de la escala de Lawton,14 que mide la capacidad de las personas de llevar a cabo en forma independiente un conjunto de actividades denominadas instrumentales, para el cual se considera deterioro en las Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 37 GARCÍA MAYO EJ Y COL. personas que obtienen una puntuación menor o igual a cinco puntos. Los pacientes fueron clasificados, en función del motivo de su ingreso al hspital, en pacientes quirúrgicos y no quirúrgicos. Su seguimiento lo realizó su médico tratante. Variables bioquímicas A cada paciente, además, se le realizó un conjunto de pruebas de laboratorio a su ingreso que incluyó la cuantificación de hemoglobina, linfocitos, colesterol, albúmina y prealbúmina. Para la determinación de esta última se utilizó un nefelómetro cinético modelo ARRAY 360 de la marca Beckman, y los valores de referencia obtenidos mediante el análisis de sueros de control diluidos en la proporción 1:36 fueron de 28.6 a 37.8 mg/dL. La cuantificación de hemoglobina y prealbúmina se repitió en todos los pacientes al final de la primera semana de hospitalización. Análisis estadístico El punto de corte del estudio fue el reingreso o la muerte de los sujetos incluidos. Las variables bioquímicas se distribuyeron en terciles para su análisis. Se realizó un análisis univariado y multivariado; para el primero, se utilizó el software estadístico SPSS/PC+ y se determinaron los valores de la chi al cuadrado mediante el método de Pearson y el de Mantel-Haenszel para las relaciones lineales. Se construyeron tablas de supervivencia con base en las cuales se elaboraron curvas de Kaplan-Meier, cuya significación estadística se determinó mediante el método de Wilcoxon (Gehan). Para el análisis multivariado se utilizaron el software EGRET y el análisis de riesgos proporcionales de Cox. Posteriormente, se construyeron modelos multivariados por el método de “paso a paso”. Resultados Se incluyeron 118 pacientes mayores de 70 años de edad, de los que se excluyeron 58: 33 debido a que estuvieron hospitalizados poco tiempo, 7 porque no aceptaron participar en el estudio, 9 a los que no se les repitieron las pruebas de laboratorio al final de la primera semana de hospitalización, y 9 a los que no se les pudo hacer un seguimiento, por lo que el grupo final estuvo constituido por 60 pacientes, aunque únicamente 55 de ellos tenían completos los estudios de laboratorio y la evaluación geriátrica. El seguimiento máximo fue de cinco años y el mínimo de cuatro años y medio o hasta la muerte del paciente. Reingreso Edad, sexo y motivo de ingreso. No existieron diferencias significativas en la frecuencia del reingreso de los pacientes en función de cualquiera de estas tres categorías. La distribución por edad, sexo y motivo de ingreso se muestra en el cuadro 1. Variables bioquímicas y geriátricas. La concentración de hemoglobina menor a 11.8 g/dL al ingreso (p<0.001), menor de 10.6 g/dL al final de la primera semana de hospitalización (p<0.001), de colesterol menor a 158 mg/dL (p=0.033), y de prealbúmina al ingreso menor de 21.1 mg/dL (p=0.025) constituyeron, en forma individual, factores pronósticos del reingreso de los pacientes. Ninguna de las variables geriátricas evaluadas en forma independiente sirvió para predecir el riesgo de reingreso, aunque un índice de Katz menor a tres puntos mostró una tendencia sin significación estadística (cuadro 2). Las figuras 1, 2 y 3 muestran las curvas de Kaplan-Meier elaboradas con base en los valores obtenidos de la cuantificación de hemoglobina al ingreso y al final de la primera semana de hospitalización, así como de los valores de la cuantificación de prealbúmina. Cuadro 1. Análisis univariado de las variables demográficas Variable Edad Sexo Motivo Rango < 75 años > 75 años Masculino Femenino Quirúrgico No quirúrgico Total (%) 27 33 23 37 19 41 (45) (55) (38) (62) (31.6) (68.3) Reingreso Total (%) 8 (29.6) 10 (30.3) 7 (30.4) 11 (29.7) 8 (42.1) 10 (24.3) Pearson M-H 0.95484 0.95522 0.95379 0.95418 0.16363 0.16720 Muerte Total (%) 14 19 13 20 10 23 (51.8) (57.5) (56.5) (54) (52.6) (56) Pearson M-H 0.65750 0.66018 0.85181 0.85304 0.80179 0.80341 M-H: Mantel-Haenszel. 38 Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx FACTORES PRONÓSTICOS DEL REINGRESO Y MUERTE EN LOS PACIENTES ANCIANOS PREVIAMENTE HOSPITALIZADOS Cuadro 2. Análisis multivariado para el pronóstico de reingreso Variable p r IC 95 % Edad* Sexo Motivo Hb1 Hb2 Prealbúmina1 Prealbúmina2 Albúmina Colesterol Linfocitos Índice de Katz Índice de Lowton MMSE de Folstein SPMSQ de Pfeiffer 0.937 0.978 0.280 < 0.001 < 0.001 0.025 0.763 0.232 0.033 0.257 0.181 0.458 0.582 0.904 1.038 0.9871 1.670 4.106 3.288 2.008 1.094 1.425 1.947 1.375 3.988 0.681 0.659 0.925 0.409 0.382 0.658 1.930 1.639 1.089 0.608 0.796 1.055 0.793 0.526 0.247 0.149 0.263 a a a a a a a a a a a a a a 2.632 2.548 4.233 8.733 6.596 3.703 1.968 2.551 3.594 2.385 6.020 1.876 2.905 3.254 * Personas mayores de 75 años contra las menores de 75 años de edad. Hb: hemoglobina al ingreso; Hb: hemoglobina al final de la primera semana de hospitalización; prealbúmina: prealbúmina al ingreso; prealbúmina: prealbúmina al final de la primera semana de hospitalización; MMSE: Mini-Mental State Examination; SPMSQ: ShortPortable Mental State Questionnarie. Cuadro 3. Modelo multivariado para el pronóstico de reingreso Variable p r IC 95% Hb1 Hb2 Prealbúmina1 Índice de Katz 0.061 0.098 0.048 0.091 2.777 2.399 1.841 5.817 0.955 0.850 1.005 0.757 a a a a 8.077 6.775 3.370 4.470 Hb1: hemoglobina al ingreso; Hb2: hemoglobina al final de la primera semana de hospitalización; Prealbúmina1: prealbúmina al ingreso. Cuadro 4. Modelo multivariado para el pronóstico de mortalidad Variable p* r IC 95% Prealbúmina1 SPMSQ de Pfeiffer 0.013 0.010 0.5215 0.3327 0.3123 a 0.8709 0.1445 a 0.7660 Prealbúmina1: prealbúmina al ingreso; SPMSQ: Short-Portable Mental State Questionnaire. p = 0.006. El valor pronóstico del modelo constituido por concentraciones bajas de hemoglobina, en ambas cuantificaciones, y de prealbúmina al ingreso aumentó significativamente (p<0.001) cuando se consideró una puntuación de tres o menor con la aplicación del índice de Katz (cuadro 3). Muerte Edad, sexo y motivo de ingreso. Ninguna de estas variables sirvió para predecir la evolución a largo plazo de los pacientes incluidos (cuadro 1). Variables bioquímicas y geriátricas. Se construyó un modelo multivariado con significancia estadística (p<0.001) para la predicción del reingreso con los valores de hemoglobina, prealbúmina e índice de Katz (cuadro 4). La concentración baja de prealbúmina al ingreso fue un factor pronóstico de mortalidad (p=0.025); empero, aunque la cuantificación de linfocitos mostró una tendencia similar, su significado estadístico fue nulo. La figura 4 muestra la curva de Kaplan-Meier elaborada con estos datos. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 39 GARCÍA MAYO EJ Y COL. La evaluación del estado mental mediante la aplicación del SPMSQ de Pfeiffer, aunque inicialmente mostró cierto valor en la predicción de la mortalidad, al final no tuvo valor estadístico. Los valores de p, de r y los intervalos de confianza se presentan en el cuadro 5. El valor pronóstico de un modelo constituido por la concentración baja de prealbúmina al ingreso y el deterioro mental evaluado a través de la aplicación del SPMSQ de Pfeiffer, tuvo un valor estadístico adecuado (p=0.006), de acuerdo con los datos presentados en el cuadro 4. Cuadro 5. Análisis multivariado para mortalidad Variable p r IC 95% Edad Sexo Motivo Hb1 Hb2 Prealbúmina1 Prealbúmina2 Albúmina Colesterol Linfocitos Índice de Katz Índice de Lowton MMSE de Folstein SPMSQ de Pfeiffer 0.579 0.985 0.784 0.164 0.155 0.025 0.521 0.427 0.107 0.078 0.820 0.218 0.658 0.052 0.821 1.006 0.900 1.341 1.365 1.621 1.164 1.187 1.427 1.589 0.900 1.589 1.225 2.136 0.411 a 1.642 0.500 a 2.024 0.428 a 1.893 0.887 a 2.028 0.888 a 2.098 1.062 a 2.472 0.744 a 1.788 0.778 a 1.811 0.925 a 2.198 0.959 a 2.198 0.336 a 2.213 0.760 a 3.320 0.4982 a 3.012 0.992 a 4.608 * Personas mayores de 75 años contra las menores de 75 años de edad. Hb1: hemoglobina al ingreso; Hb2: hemoglobina al final de la primera semana de hospitalización; prealbúmina1: prealbúmina al ingreso; prealbúmina2: prealbúmina al final de la primera semana de hospitalización; MMSE: Mini-Mental State Examination; SPMSQ: ShortPortable Mental State Questionnarie. 1.0 Reingreso (proporción) .8 Wilcoxon = 0.0002 .6 .4 .2 0.0 0 20 40 60 80 Tiempo (meses) Hb ≤ 11.8 Hb 11.9-14.4 Hb > 14.4 Figura 1. Curva de Kaplan-Meier para reingreso de acuerdo con la cuantificación de hemoglobina al ingreso. 40 Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx FACTORES PRONÓSTICOS DEL REINGRESO Y MUERTE EN LOS PACIENTES ANCIANOS PREVIAMENTE HOSPITALIZADOS 1.0 Reingreso (proporción) .8 Wilcoxon = 0.0022 .6 .4 .2 0.0 -.2 0 20 Hb ≤ 10.5 Hb 10.6-13.6 Hb > 13.6 40 60 80 Tiempo (meses) Figura 2. Reingreso de acuerdo con la cuantificación de hemoglobina a la semana. 1.0 Wilcoxon = 0.0389 Reingreso (proporción) .8 .6 .4 .2 0.0 0 20 Pre-albúmina ≤ 21 Pre-albúmina 21.1-24.8 Pre-albúmina > 24.8 40 60 80 Tiempo (meses) Figura 3. Curva de Kaplan-Meier para reingreso agrupada por prealbúmina al ingreso. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 41 GARCÍA MAYO EJ Y COL. 1.0 .9 .8 Wilcoxon = 0.0473 Sobrevida Supervivencia .7 .6 .5 .4 .3 .2 .1 0.0 0 10 20 30 40 50 60 70 80 Tiempo (meses) Pre-albúmina < 21 Pre-albúmina 21.1-24.8 Pre-albúmina > 24.8 Figura 4. Curva de Kaplan-Meier para mortalidad agrupada por prealbúmina al ingreso. Discusión Reingreso Edad, sexo y motivo de ingreso. Algunos estudios publicados que evaluaron la duración de la hospitalización y la mortalidad a corto plazo encontraron un riesgo mayor en los individuos de sexo masculino de 80 o más años de edad. Alarcón y col.,6 en una investigación diseñada para calcular el riesgo de reingreso al hospital en pacientes ancianos con un punto de corte a seis meses, no encontraron ninguna correlación entre la evolución, el género y la edad del paciente. Los resultados de la presente investigación apoyan estos hallazgos. Variables geriátricas. Ninguna de las variables geriátricas evaluadas mostró tener un valor pronóstico del reingreso hospitalario en la población estudiada. En los estudios publicados previamente, la capacidad física se consideró un factor pronóstico de la duración de hospitalización y de la mortalidad a corto plazo, aunque en las investigaciones cuyo punto de corte fue el reingreso del paciente, el índice de Katz no constituyó un parámetro útil. Los puntajes altos obtenidos con la aplicación del índice de Katz, es decir, los que sugieren un mayor deterioro de la 42 capacidad física en un individuo, se relacionaron con un incremento en la probabilidad de egreso hospitalario (p=0.075), mientras que los puntajes bajos obtenidos en pacientes que tenían concomitantemente concentraciones bajas de prealbúmina y hemoglobina se relacionaron con un aumento del riesgo de reingreso al hospital. Lo anterior sugiere que, si bien la mayoría de los médicos tienden a no hospitalizar a los pacientes que manifiestan un decremento de su capacidad física, las alteraciones bioquímicas constituyen un criterio generalizado, aunque quizá no tan adecuado, para la hospitalización de los pacientes que las manifiestan, independientemente de su capacidad física. La mayor parte de los estudios muestran que el deterioro cognitivo es un factor pronóstico de mortalidad, pero ninguno de ellos había considerado su relación con el riesgo de reingreso, por lo que sus hallazgos no se pueden comparar con los obtenidos en la presente investigación. Los resultados obtenidos por Alarcón y col.,6 que demuestran que la alteración o el deterioro del estado mental no predicen la posibilidad de reingreso, coinciden con los obtenidos en el presente trabajo. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx FACTORES PRONÓSTICOS DEL REINGRESO Y MUERTE EN LOS PACIENTES ANCIANOS PREVIAMENTE HOSPITALIZADOS Variables bioquímicas. La concentración de hemoglobina menor a 11.8 g/dL al ingreso, y menor a 10.6 g/dL al final de la primera semana de hospitalización, constituyeron factores independientes con utilidad en el pronóstico del riesgo de reingreso. Las concentraciones de prealbúmina al ingreso menores a 21 mg/dL y de colesterol menor a 158 mg/dL, cuando se incluyeron junto con las concentraciones bajas de hemoglobina, constituyeron un modelo con significado estadístico mayor para la predicción del riesgo de reingreso hospitalario. En ninguno de los estudios publicados que se revisaron se encontró información acerca de la relación entre la cuantificación de algún parámetro bioquímico y el riesgo de reingreso al hospital. La hipocolesterolemia denota en forma explícita un mayor riesgo de muerte, e implícitamente de reingreso, de acuerdo con los resultados de varios estudios.15,16 Los hallazgos de la presente investigación apoyan esta observación, pero únicamente con respecto al incremento del riesgo de muerte. Los parámetros antes mencionados se relacionan con un incremento de la mortalidad en pacientes geriátricos, dado que todos ellos, en diferente medida, representan marcadores bioquímicos de la desnutrición o la inflamación que son sucesos que se consideran por sí solos factores de riesgo.15-19 Su cuantificación, sin embargo, permite identificar a los individuos con un riesgo elevado de reingresar al hospital y, además, su investigación ulterior permitirá conocer el efecto de intervenciones específicas sobre el riesgo de reingreso y muerte. El modelo pronóstico desarrollado a partir de los datos obtenidos de la cuantificación de hemoglobina, prealbúmina e índice de Katz permite identificar a los individuos que tienen un riesgo elevado de requerir el reingreso al hospital y probablemente sirva para distinguir al anciano frágil que padece varias enfermedades y que manifiesta un deterioro funcional adicional durante la hospitalización. Mortalidad Edad, sexo y motivo de ingreso. El análisis de ninguna de estas variables permitió identificar a los pacientes que tenían un mayor riesgo de morir. En otros estudios, la edad y el género se han considerado factores pronósticos de mortalidad intrahospitalaria.8 Ninguno de los pacientes incluidos en la presente investigación falleció durante su estan- cia en el hospital, ello se debió a que los pacientes que ingresaron al servicio de terapia intensiva fueron excluidos y a que la mayoría de los ancianos prefiere morir en su casa. En un estudio descriptivo con duración de 10 años, Farrow y col.8 encontraron que la edad es un factor de riesgo de reingreso y muerte en los pacientes ancianos, lo que difiere de los hallazgos de la presente investigación. Esta diferencia podría deberse a que Farrow y col. consideraron la edad del paciente al momento de la hospitalización y al momento de su muerte, mientras que los autores del presente trabajo sólo consideraron la del momento de su ingreso. El trabajo publicado por Alarcón y col., cuya metodología fue similar a la de la presente investigación, demostró que la edad, el sexo y el motivo del ingreso, no constituyen factores útiles para la predicción de la mortalidad en los pacientes ancianos. Variables geriátricas. La evaluación del estado mental mediante la aplicación del SPMSQ de Pfeiffer tuvo un valor estadístico significativo para el pronóstico de la muerte de los pacientes cuando se consideró en forma independiente; cuando se incluyó en un modelo pronóstico multivariado su significado estadístico disminuyó. Este hallazgo coincide con los resultados reportados en la mayor parte de los estudios publicados al respecto, es decir, que el deterioro del estado mental denota un mayor riesgo de mortalidad.20 La evaluación del estado mental mediante la aplicación del MMSE de Folstein no mostró ningún valor pronóstico de acuerdo con los resultados obtenidos en la presente investigación, aunque los hallazgos de un estudio realizado en este mismo centro hospitalario sugirieron que existe una relación de casi 1:1 entre las pruebas de Folstein y de Pfeiffer. La diferencia entre los resultados de ambos estudios se podría explicar en función de la puntuación que se eligió en cada prueba para establecer el diagnóstico de deterioro del estado mental, así, con la aplicación del SPMSQ de Folstein el diagnóstico se estableció en los pacientes en los que se obtuvieron menos de 20 puntos, mientras que en el caso de la aplicación del MMSE de Folstein el valor elegido fue de sólo siete o menos puntos, de tal forma que el valor diagnóstico de esta prueba disminuyó y ello provocó que no se pudiera establecer una relación correcta. El deterioro de la capacidad física de un individuo se ha señalado también como un factor de riesgo de muerte en diversos estudios, aunque en la mayor parte de ellos la realización de las actividades cotidianas se investigó al egreso del paciente o se utilizó para su evaluación un sis- Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 43 GARCÍA MAYO EJ Y COL. tema de gradación distinto el utilizado en el presente estudio.9,10 La diferencia en el diseño de estos estudios explica la discordancia entre sus resultados, además de que la mayor parte de estas investigaciones se realizaron en hospitales geriátricos o en centros médicos donde se atienden principalmente personas con enfermedades agudas, lo que no corresponde al perfil de atención del instituto en el que se hizo el presente trabajo. Variables bioquímicas. La concentración de prealbúmina al ingreso menor a 21.1 mg/dL y una cantidad de linfocitos menor a 1,582 células por mm3 constituyeron, en forma independiente, factores pronósticos de mortalidad en los pacientes ancianos; la hipocolesterolemia, a pesar de mostrar la misma tendencia al inicio del estudio, no tuvo un valor estadístico suficiente, lo que contrasta con el reporte de varios estudios que la relacionan con un riesgo mayor de muerte,15,16,21-24 aunque probablemente el tamaño de la población del presente trabajo no permitió demostrar esta relación. En el análisis multivariado, sin embargo, la linfopenia perdió valor estadístico y sólo la concentración baja de prealbúmina mantuvo su poder pronóstico. La concentración baja de prealbúmina y el deterioro del estado mental, evaluado a través de la aplicación del SPMSQ de Pfeiffer, constituyeron un modelo pronóstico con valor estadístico (p=0.006). Estos resultados concuerdan con los que se obtuvieron en un estudio previo que relaciona una baja concentración de prealbúmina con un mayor riesgo de morir durante los siguientes cuatro a cinco años. Las concentraciones bajas de hemoglobina no mostraron valor estadístico para considerarlas factores pronósticos de mortalidad; sin embargo, en un estudio publicado previamente, la anemia, definida como una concentración de hemoglobina menor de 12 g/dL en mujeres y de 13 g/dL en hombres, se relacionó con un incremento del riesgo de muerte a 10 años,12 no obstante, las diferencias demográficas y del diseño de ese estudio y del presente hacen que sus hallazgos no se puedan comparar. Conclusión Las concentraciones de hemoglobina menores a 11.8 g/dL al ingreso, y menores a 10.6 g/dL al final de la primera semana de hospitalización, constituyeron en forma independiente factores útiles para el pronóstico de reingreso y, junto con concentraciones de prealbúmina menores a 21 mg/dL y de colesterol menores a 158 mg/dL, formaron un modelo 44 multivariado útil para la predicción del incremento del riesgo. Sin embargo, los pacientes ancianos no se hospitalizan a causa de un deterioro físico si éste no se acompaña de alteraciones bioquímicas importantes. La concentración de prealbúmina menor a 21.1 mg/dL, el número de linfocitos menor a 1,582 células por mm3 y el deterioro del estado mental evaluado a través de la aplicación de SPMSQ de Pfeiffer constituyeron, en forma independiente, factores pronósticos del incremento del riesgo de muerte en pacientes ancianos, en tanto que la prealbúmina en bajas concentraciones y el deterioro mental, en conjunto, confieren un alto riesgo de mortalidad en pacientes ancianos. REFERENCIAS 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. Department of Health and Human Services 1990. Health United States: DHHS publication 90-1232. Washington: US Government Printing Office, 1989. Anderson G, Knickman JR. Patterns of expenditures among high users of medical services. Med Care 1984;22:143-9. Gruenberg L, Tompkings C, Porell F. The health status and utilization patterns of the elderly: Implications for setting Medicare payments to HMOs. Adv Health Econ Health Serv Res 1989;10:41-73. Zook CJ, Moore F. 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La Sociedad de Nutriología, A.C. invita al curso Nutrición basada en evidencias Auditorio del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán Del 20 al 22 de agosto del 2003 Temas principales: Qué es la medicina basada en evidencias Tipos de estudios científicos Nutrición basada en evidencias para manejo en: Diabetes mellitus Hipertensión arterial Obesidad Dislipidemia Enfermedad renal y muchos más… Costo: Profesionistas Estudiantes Socios SNAC y SLAN $400.00 $300.00 No socios $500.00 $400.00 Informes: 5512-4600 (de 3:00 a 7:00 pm), www.snac.org.mx Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 45 Nutrición Clínica 2003;6(1):46-52 Artículo de revisión Los indicadores del estado de nutrición y el proceso de envejecimiento Heliodoro Alemán-Mateo,* Flavia A. Pérez Flores** Resumen Abstract Con el proceso de envejecimiento ocurren cambios anatómicos en todos los órganos, tejidos y sistemas del cuerpo humano, algunos se acompañan de modificaciones fisiológicas, como alteraciones en el sistema inmunológico, en los indicadores antropométricos y en la composición corporal. Estos cambios durante el envejecimiento afectan el estado de nutrición en los adultos mayores, además de que algunos pueden ser factores de riesgo para diversos padecimientos, por ejemplo, el aumento de grasa corporal puede contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, de igual forma, el aumento de la grasa intraabdominal es un factor independiente de riesgo relacionado con trastornos metabólicos, como dislipidemia y resistencia a la insulina. Aunados a estos cambios existen otros condicionantes, como la enfermedad y otros no biológicos, como la pobreza y el aislamiento social, que contribuyen a la mala nutrición del adulto mayor (obesidad, desnutrición o deficiencia de algún micronutrimento en particular). Se reconoce que la mala nutrición se asocia con una disminución de la resistencia a las infecciones, un pobre estado de salud, complicaciones y mayor tiempo de estancia en el hospital, anemia, hipertensión y enfermedades cardiovasculares, entre otras. Por todo esto es importante que se evalúe el estado de nutrición del adulto mayor; para ello, en este trabajo se revisará si los indicadores que se utilizan para evaluar el estado de nutrición en población adulta se afectan con la edad y cuáles de los indicadores que se utilizan dentro de la evaluación nutricional están relacionados con mayor riesgo de morbilidad y mortalidad en los adultos mayores. Age-related changes in several tissues and systems of the human body can affect the physiological function in the immune system, the anthropometric indicators and body composition. These changes can also affect nutritional status of elderly, and may be a risk factor for several diseases. The increase of body fat is a risk factor for cardiovascular diseases. Particularly, the increase of the intra-abdominal fat is an independent risk factor associated with insulin resistance, which leads to type 2 diabetes and cardiovascular diseases. Respect to the nutritional status, it may be affected by medical (alcoholism, dementia, depression, oral problems, etc.) and psychosocial factors (poverty and social isolation, limitation on ability to shop for, pay for, and prepare food). All these factors can contribute to the malnutrition in elderly (obesity, undernutrition or micronutrient deficiency). Malnutrition may increase the risk for many problems commonly found in elderly persons, for example, decreased resistance to infections, poor wound healing and increased skin friability, osteopenia, anemia, hypertension and cardiovascular diseases. For all these reasons, it is important to assess the nutritional status in elderly. This review focuses on whether the indicators most frequently used to assess nutritional status in elderly are or not affected with age, and also we will review which of them indicate risk for morbidity and mortality in this group of age. Palabras clave: indicadores, envejecimiento, estado de nutrición, evaluación nutricional. Key words: indicators, nutritional status, nutritional assessment, aging. * ** Doctor en ciencias. Investigador Titular A. Nutrición y envejecimiento. Departamento de nutrición humana. Estudiante de maestría. Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, AC, Hermosillo, Sonora, México. Correspondencia: Dr. Heliodoro Alemán Mateo. Dirección de nutrición, Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, AC (CIAD, AC). Carretera a la Victoria km 0.6. Hermosillo, Sonora, México. Apartado Postal 1735, CP 83000. Tel./fax: 01 (6622) 800094. E-mail: [email protected] Recibido: diciembre, 2002. Aceptado: enero, 2003. La versión completa de este artículo también está disponible en internet: www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 46 Introducción Durante el proceso de envejecimiento ocurren cambios en la mayor parte de los órganos, tejidos y sistemas del organismo. En el aparato digestivo suceden cambios fisiológicos y anatómicos, por ejemplo, en el estómago disminuye la síntesis de ácido clorhídrico (aclorhidria) así como la síntesis y secreción del factor intrínseco. Esto altera la digestión de proteínas, la liberación y la absorción de vitamina B12, lo que contribuye a un trastorno en el estado de nutrición en los adultos mayores.1 Hay informes de que el peso de diversos órganos cambia, por ejemplo, el del hígado disminuye ligeramente. En la Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx LOS INDICADORES DEL ESTADO DE NUTRICIÓN Y EL PROCESO DE ENVEJECIMIENTO actualidad, existen controversias respecto a si esta reducción de la masa hepática se acompaña de alteraciones fisiológicas. Fu y Nair 2 demostraron que la síntesis de fibrinógeno desminuye conforme avanza la edad, mientras que la síntesis de albúmina no se modifica. Otro de los cambios que ocurren es la reducción de la eficiencia del sistema inmunológico que se acompaña de alteraciones de la respuesta inmunitaria, por la disminución de linfocitos totales. Es posible que estos trastornos contribuyan a la tasa elevada de enfermedades infecciosas en los adultos mayores.3 La aparición de infecciones puede comprometer el estado de salud y nutrición de los adultos mayores. También se reconoce que en el envejecimiento hay cambios en la composición corporal. La cantidad de tejido magro disminuye (hasta un 30%) conforme aumenta la edad y el graso aumenta en proporción del peso corporal,4 en la región intraabdominal (visceral) se encuentra una mayor cantidad de grasa.5 El aumento de la grasa corporal puede ser un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares y, además, la intraabdominal es un factor de riesgo independiente asociado con alteraciones metabólicas como la dislipidemia y la resistencia a la insulina.6-9 Una de las implicaciones de la pérdida de masa corporal libre de grasa es que la tasa metabólica basal o de reposo se reduce, lo cual, aunado a la disminución de la actividad física, determinan una reducción del requerimiento energético total, lo que implica una menor ingestión de energía.10 El consumo bajo de energía es concomitante con padecimientos, como el alcoholismo, la demencia, las alteraciones del tracto gastrointestinal, las limitaciones físicas, las enfermedades del corazón, los pulmones o el cáncer y se exacerba por problemas no biológicos como la pobreza, el aislamiento social, la depresión y el estado civil. Como consecuencia de todo esto, puede alterarse el equilibrio energético11 y los trastornos comprenden, por un lado, la obesidad y, por el otro, la desnutrición, ambos casos pueden acompañarse de deficiencias de micronutrimentos. Se sabe que las alteraciones del equilibrio energético tienen relación con la disminución de la resistencia a las infecciones, al estado de salud deteriorado, la anemia, la diabetes, la hipertensión y ciertas enfermedades cardiovasculares.12 Por lo anterior, es importante evaluar el estado de nutrición en los adultos mayores para tomar las medidas preventivas pertinentes y disminuir las complicaciones, así como detectar los factores de riesgo de morbilidad y morta- lidad en este grupo. Para ello, es necesario conocer si a los indicadores que por lo común se utilizan para evaluar el estado de nutrición en la población adulta los afecta la edad y saber cuáles de los indicadores se relacionan con un riesgo de morbilidad y mortalidad en los adultos mayores. Indicadores para la evaluación del estado de nutrición Para evaluar las alteraciones del estado de nutrición es importante conocer cuáles son los indicadores que proporcionan información confiable, cuáles reflejan el estado de nutrimentos específicos relacionados con riesgo de morbilidad. Por ejemplo, la homocisteína es un indicador del estado de nutrición de algunas vitaminas13 y de riesgo cardiovascular.14,15 La evaluación del estado de nutrición completa debe incluir historia clínica y examen físico, indicadores antropométricos y composición corporal, determinaciones de albúmina y otras proteínas séricas, perfil de lípidos, cuenta total de linfocitos y evaluación de hipersensibilidad cutánea tardía, datos de ingestión dietaria, aspectos socioeconómicos e indicadores de independencia funcional y actividad física, así como de algunos otros indicadores de riesgo.16 Indicadores antropométricos Los indicadores antropométricos son métodos prácticos y económicos con los que se obtiene una evaluación general de los cambios en las dimensiones corporales, relacionados con la edad, así como su influencia en el estado de nutrición y el riesgo de morbilidad y mortalidad. Talla. La reducción en la estatura es una de las alteraciones más obvias en los adultos mayores; por lo general, se manifiesta a partir de los 50 años de edad y es progresiva de los 30 a los 70 años. En los hombres el promedio de pérdida es de 3 cm y en mujeres de 5 cm; al llegar a los 80 años, en el hombre puede ser hasta de 5 cm y en las mujeres de 8 cm. Esta pérdida de talla tiene implicaciones cuando se calcula el índice de masa corporal y se estima el riesgo. Por lo común, puede sobreestimarse el índice de masa corporal sin un aumento real de adiposidad.1 Es probable que la pérdida de talla se deba a una pérdida de la altura de los discos intervertebrales y de la elasticidad, colapsos osteoporóticos de los cuerpos vertebrales y posiciones anormales de la columna y, concretamente, la cifosis dorsal, que aumenta con la edad.17 Peso. También se ve afectado con el envejecimiento; en general, disminuye después de los 65 ó 70 años de edad. Es Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 47 ALEMÁN MATEO H Y PÉREZ FLORES FA muy importante conocer los cambios en el peso corporal para evaluar un posible riesgo de desnutrición u obesidad (lo cual implica alteraciones del estado de nutrición y salud), por ejemplo, una pérdida involuntaria de 5% del peso corporal en un mes, además de alterar el estado de nutrición y de salud, se asocia cinco veces más con la mortalidad.12 En un estudio realizado en adultos mayores se observó que el promedio de pérdida de peso era por lo menos de 1.6 kg al año. La pérdida de entre 0.7 y 1.6 kg al año y la ganancia de más de 0.5 kg al año, así como un índice de masa corporal menor de 23 kg/m2, se asociaron significativamente con todas las causas de mortalidad. Esto se comparó con un grupo de referencia que tuvo un peso estable, con un índice de masa corporal de entre 23 y 28 kg/m2 y con un cambio de peso entre -0.7 y <0.5 kg al año.18 Índice de masa corporal. Es un parámetro usado habitualmente para clasificar el estado de nutrición. En personas adultas el rango normal se encuentra entre 18.5 y 24.9 kg/m2.18,19 En la actualidad, se reconoce que este indicador cambia con la edad, el rango aún no está bien definido, pero se recomienda entre 23 y 28 kg/m2; sin embargo, lo que sí se definió es que rangos mayores o menores no son recomendables.16 Se reporta que un índice de masa corporal alto o bajo aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y desnutrición, respectivamente,12 elevando en ambos casos el riesgo de morbilidad y mortalidad en adultos mayores.20 Casi 42% de los estadounidenses de uno y otro sexo, entre los 60 y 69 años, y 37% entre los 70 y 79 años de edad, tienen sobrepeso (índice de masa corporal >25). En el caso de los adultos mayores de 80 años, 18% de los hombres y 26% de las mujeres tienen sobrepeso.12 En México, la prevalencia de sobrepeso en hombres y mujeres de entre 60 y 69 años de edad es de 45.3 y 40.1%, respectivamente. Para el caso de la obesidad en los hombres es de 18.2% y en las mujeres de 33.2%.21 La obesidad en los adultos mayores se relaciona con padecimientos cardiovasculares, hipertensión y diabetes tipo 2, así como con enfermedades articulares degenerativas, esteatosis hepática, trastornos de la vesícula biliar, gota, proteinuria, alteraciones de la función pulmonar, algunos cánceres y disfunción inmunológica. Un índice de masa corporal bajo o alto también incrementa el riesgo para la disminución de las funciones, mientras que uno alto predice fuertemente el riesgo de osteoartritis en las rodillas en mujeres ancianas.12 48 Muchos estudios han documentado que la relación de la forma U entre el índice de masa corporal y todas las causas de mortalidad es menos notoria con el envejecimiento.22-24 No obstante, la prevalencia relativamente alta de obesidad en los adultos mayores, en combinación con las tasas elevadas de mortalidad, obligan a que un índice de masa corporal alto se considere un problema de salud pública importante. Como se mencionó, existen datos de que un índice de masa corporal alto, en hombres y en mujeres ancianas, se vincula con daños a la salud, discapacidad y calidad de vida baja por las limitaciones funcionales.25-27 Contorno de cintura y cadera. Durante el envejecimiento la masa corporal grasa aumenta y se redistribuye,18 hay más grasa en la parte central en comparación con la de las extremidades. La causa de esta redistribución aún no se conoce con exactitud.28,29 El contorno de cintura y cadera considerado de riesgo para hombres adultos es >1 y para mujeres adultas es >0.8519 y representa un buen indicador de riesgo de morbilidad y mortalidad en los adultos mayores. Este indicador más que diagnosticar desnutrición, estima la grasa central (obesidad central) y evalúa el riesgo de padecimientos, como hipertensión, intolerancia a la glucosa, enfermedades cardiovasculares, y de mortalidad en adultos mayores. Se considera que el contorno de cintura y cadera o la cintura sola (>102 cm en hombres y >88 cm en mujeres) son mediciones de obesidad central, los cuales parecen ser mejores estimadores que el índice de masa corporal o el porcentaje de grasa corporal para detectar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, hipertensión y mortalidad.12,19 Pliegues cutáneos (bicipital, tricipital, subescapular y suprailiaco). Con la medición de los pliegues se determina la grasa corporal.30 Los depósitos de grasa representan la energía almacenada que también varía con la edad. En algunos estudios se observa claramente que la suma de dos o más pliegues se eleva conforme aumenta la edad.30,31 En los adultos mayores es importante realizar estas mediciones y compararlas con los valores del percentil, para determinar si existe deficiencia o exceso en los depósitos de grasa.32 Circunferencia muscular del brazo. Esta medición evalúa las reservas de energía y proteínica estática,4,32 se reconoce que cerca de 60% del total de la proteína corporal está en el músculo. Es claro que en los varones, a partir de los 50 años, hay una ligera disminución, mientras que en las mujeres aumenta a partir de los 18 hasta los 64 años y después de los 65 años de edad disminuye ligeramente.33 Una baja Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx LOS INDICADORES DEL ESTADO DE NUTRICIÓN Y EL PROCESO DE ENVEJECIMIENTO circunferencia muscular del brazo, por debajo del percentil 25, señala una deficiencia grave de las reservas de proteína en el músculo y predice el riesgo de mortalidad en los adultos mayores.32-33 Composición corporal El peso corporal, los cambios en el peso y el índice de masa corporal reflejan el tamaño corporal y son indicadores del estado de nutrición y de riesgo. Son fáciles de obtener, pero no dan información sobre la composición corporal, en particular, de la cantidad de masa corporal libre de grasa y de masa grasa. Ambos compartimientos son útiles para evaluar el estado de nutrición y el riesgo de mortalidad. En la actualidad, se reconoce que la masa corporal libre de grasa disminuye conforme aumenta la edad, mientras que la grasa corporal se incrementa.34 Recientemente las mediciones de la composición corporal, en especial la masa corporal libre de grasa, se han propuesto como un indicador de desnutrición en los adultos mayores.35 Hasta la fecha, la masa corporal libre de grasa, la masa grasa y el índice de masa corporal se han utilizado como factores de riesgo. Por ejemplo, Heitmann y col., 36 evaluaron a 787 hombres de 60 años de edad, midieron el porcentaje de masa grasa y masa corporal libre de grasa y observaron que la mortalidad total tuvo un aumento lineal en función de una cantidad de grasa elevada y de una cantidad baja de masa corporal libre de grasa. En ese estudio se concluyó que la grasa corporal elevada está más fuertemente ligada con el riesgo de mortalidad que el índice de masa corporal. Indicadores bioquímicos Las pruebas bioquímicas también reflejan cambios en el estado de nutrición. Se reconoce que con el envejecimiento se afectan muchos de los parámetros bioquímicos utilizados para evaluar las alteraciones del estado de nutrición.37 Hemoglobina. Es una proteína importante cuya función principal es transportar oxígeno a todo el organismo. En adultos, el rango normal para hombres es de 12-15 g/dL y de 14-16.5 g/dL para mujeres.38 De acuerdo con los resultados de un estudio, los rangos normales en adultos mayores para mujeres y hombres de la Ciudad de México son de 11.5-16.3 y de 12.2-17.6 g/dL, respectivamente.39 Los valores de hemoglobina se usan para detectar anemia (≤ 12 g/dL) frecuentemente ligada a problemas nutricionales.40 Las concentraciones de hemoglobina disminuyen en los adultos mayores en vida libre, lo que sugiere ajustar los estándares para el diagnóstico oportuno de anemia.40 Albúmina, prealbúmina y transferrina. Son proteínas que sintetiza el hígado.41 La albúmina tiene una vida media aproximada de 20 días, su principal función es regular la presión osmótica del plasma, también transporta hormonas, enzimas, oligoelementos y medicamentos. La prealbúmina tiene una vida media de dos y medio a tres días, su función principal es el transporte de tiroxina sérica y proteína fijadora de retinol.42 La tranferrina es una glucoproteína con una vida media de cuatro a ocho días, su labor principal es ligar y transportar el hierro sérico y algunos elementos traza.42 En los adultos mayores desnutridos existe una escasez proteínica que, por lo general, induce una disminución en las concentraciones de albúmina, prealbúmina y transferrina.43 Esta reducción de proteínas viscerales se relaciona con una mayor morbilidad, como la aparición de infecciones, proceso de cicatrización lento y mortalidad.44 Rudman y col.,45 encontraron una relación positiva entre la mortalidad y la disminución de las concentraciones de albúmina sérica en pacientes adultos mayores desnutridos. En general, se considera que la albúmina es un indicador del estado de salud y nutrición en los adultos,46 las concentraciones menores a 3.5 g/dL son indicadoras de algún grado de desnutrición cuando no se miden otros factores patológicos16 y se asocia con aumento en la mortalidad en pacientes hospitalizados.47 Se han sugerido muchos métodos para evaluar el estado de nutrición en pacientes adultos mayores hospitalizados; sin embargo, la concentración de albúmina sérica es uno de los marcadores más comúnmente obtenidos. La frecuencia de su uso puede atribuirse a su costo relativamente bajo, a su fácil medición y a su inclusión en muchos perfiles químicos; sin embargo, sus concentraciones están influidas por diversos fenómenos clínicos más que por el estado nutricional, por ejemplo, enfermedades crónicas, como cirrosis y síndrome nefrótico, y la ingestión de algunos medicamentos, como los corticoesteroides, que administrados con frecuencia a estos pacientes, disminuyen las concentraciones de albúmina. También se reconoce que ésta se correlaciona inversamente con los marcadores de actividad inflamatoria y puede comportarse como reactante de la fase aguda con concentraciones marcadamente reducidas durante el padecimiento. En contraste, las concentraciones de albúmina en pacientes deshidratados pueden elevarse por hemoconcentración.48,49 Dadas estas limitaciones, es impor- Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 49 ALEMÁN MATEO H Y PÉREZ FLORES FA tante considerar otros indicadores en conjunto con las mediciones de albúmina para evaluar de manera confiable el estado de nutrición de los adultos mayores. Colesterol. Es un lípido que sintetiza el hígado, el intestino y otros tejidos. Es precursor de las sales biliares, las hormonas sexuales y adrenales, la vitamina D y estructuralmente forma parte de la membrana celular. Los valores normales de colesterol en plasma en los adultos mayores son de 168-286 mg/dL.39 Alcanzan sus valores máximos a los 60 años de edad.50 El colesterol influye en las alteraciones del estado de nutrición. Por ejemplo, en las personas desnutridas se observan concentraciones de colesterol (< 160 mg/dL)45 que se relacionan con un riesgo elevado de mortalidad.12 En adultos mayores hospitalizados se ha demostrado cierta relación directa entre hipocolesterolemia (<120 mg/ dL) y complicaciones infecciosas y mayor mortalidad.51,52 Un estudio retrospectivo reveló un aumento en la proporción del colesterol total y las lipoproteínas de alta densidad asociado con mayor riesgo para todas las causas de mortalidad en hombres de más de 65 años de edad.53 Se ha reportado que los adultos mayores con hipocolesterolemia e hipoalbuminemia tienen la proporción más alta de factores funcionales adversos y mortalidad, en comparación con personas que sólo tienen hipoalbuminemia o hipocolesterolemia.46 Por su parte Volpato y col.,54 evaluaron a 4,128 hombres y mujeres (70-103 años), con un seguimiento de 4.9 años; los resultados mostraron que 9.5% de los sujetos tuvieron colesterol bajo (≤ 160mg/dL) y una tasa de mortalidad más alta que las personas con valores normales o con una concentración alta de colesterol. Homocisteína. Es un intermediario en el metabolismo de los aminoácidos azufrados que puede ser remetilado a metionina y requiere ácido fólico y vitamina B 12, o puede ser trans-sulfurado a cistationina, proceso que requiere piridoxina (vitamina B 6).55 Su concentración normal en plasma es alrededor de 5-15 µmol/L. La hiperhomocisteinemia moderada, intermedia y grave se refiere a las concentraciones entre 16 y 30, entre 31 y 100 y mayor de 100 µmol/L, respectivamente.56 Algunas vitaminas funcionan como coenzimas y sustratos en el metabolismo de la metionina y la homocisteína, el ácido fólico y la cianocobalamina (vitamina B12) regulan la ruta metabólica catalizada por la enzima metileno tetrahidrofolato reductasa y metionina sintetasa, respectivamente, mientras que la vitamina B6 es un cofactor para la cistationina sintetasa. 56 Algunos estudios han 50 mostrado una relación inversa entre las concentraciones de homocisteína y las concentraciones séricas de ácido fólico, vitamina B6 y vitamina B12,56 por lo que se sugiere que la homocisteína se considere un índice funcional, dado que proporciona datos de alteraciones del estado de las vitaminas del complejo B, en especial del ácido fólico, la vitamina B6 y B12. Así mismo, algunos estudios han demostrado una relación entre homocisteinemia y riesgo cardiovascular.14,15,57-60 Es importante considerar que la concentración de este aminoácido puede estar afectada por defectos genéticos, edad, hipotiroidismo, alteración de la función renal, lupus sistémico eritematoso y ciertos compuestos, como el ácido nicotínico, la exposición al ácido nitroso, la teofilina, el metotrexato y la L-dopa.56 Indicadores inmunológicos Teóricamente puede usarse un gran número de pruebas de función inmunológica para valorar el estado de nutrición; sin embargo, sólo unas cuantas son sencillas, reproducibles y confiables. Entre estos exámenes están la cuantificación total de linfocitos y las pruebas de hipersensibilidad cutánea. Es importante señalar que otras variables clínicas no relacionadas con el estado de nutrición afectan muchas pruebas inmunológicas. Tal es el caso de: enfermedades específicas, terapias inmunosupresoras, traumatismo accidental o quirúrgico e infecciones. También se sabe que durante el envejecimiento aparecen trastornos del sistema inmunológico, tanto celular como humoral.48,61 Sin embargo, de manera consistente se han mostrado cambios en la respuesta inmunológica en el proceso de desnutrición energética-proteínica y en la deficiencia de nutrientes específicos, lo que plantea la hipótesis de que la cantidad total de linfocitos y las pruebas de hipersensibilidad cutánea se pueden utilizar como un índice funcional del estado de nutrición en la población adulta. Según algunos autores,12,37 estas pruebas no han demostrado su utilidad como marcadores del estado de nutrición en los adultos mayores. Indicadores dietéticos El grupo de adultos mayores es, en particular, vulnerable a comprometer la ingestión de nutrientes por el envejecimiento, ya que las necesidades de energía disminuyen, lo que provoca que el anciano consuma una menor cantidad de alimentos (energía y micronutrimentos). De acuerdo con los resultados del estudio NHANES III, 40% de los adultos mayores consumían menos del 60% de las recomendacioNutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx LOS INDICADORES DEL ESTADO DE NUTRICIÓN Y EL PROCESO DE ENVEJECIMIENTO nes dietarias para energía. También se reporta una deficiencia de ácido fólico, vitaminas B6, B 12, D y calcio.62 La evaluación de la dieta es importante para analizar las asociaciones entre la ingestión de energía, el equilibrio energético y la incidencia de enfermedades, al igual que la estimación de los requerimientos de energía en la población. Es importante señalar que los estudios dietarios no son elementos diagnósticos de desnutrición y obesidad, sólo permiten analizar aspectos cualitativos de la dieta que ayudarán a interpretar mejor los diagnósticos obtenidos con otros indicadores del estado de nutrición. Conclusiones Los indicadores del estado de nutrición comúnmente utilizados en niños y adultos, como los indicadores antropométricos, de composición corporal, bioquímicos e inmunológicos son afectados por la edad. Sin embargo, estos indicadores, en ausencia de enfermedades específicas, pueden ser sumamente útiles para valorar el estado de nutrición en los adultos mayores. Así mismo, es importante mencionar que algunos de los indicadores se relacionan con el riesgo de sufrir enfermedades crónico degenerativas (cardiovasculares). Por último, hay que mencionar que la sola alteración de alguno de los parámetros revisados no resulta suficiente para evaluar el estado de nutrición, por lo que se recomienda utilizar los indicadores más específicos y necesarios para valorar de manera confiable las alteraciones del estado de nutrición en los adultos mayores vulnerables. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. REFERENCIAS 20. 1. 2. 3. 4. 5. 6. Bates CJ, Benton D, Biesalski HK, Staehelin HB, Van Staveren W, Stehle P, et al. Nutrition and aging: A consensus statement. J Nutr Health Aging 2002;6:103-16. Fu A, Nair KS. Age affect on fibrinogen and albumin synthesis in humans. Am J Physiol 1998;275:1023-30. Ritz P. Physiology of aging with respect to gastrointestinal, circulatory and immune system changes and their significance for energy and protein metabolism. Eur J Clin Nutr 2000;3:21-25. Fogt EJ, Bell SJ, Blackburn GL. Nutritional assessment of the elderly. En: Morley EJ, Glick Z, Rubenstein LZ, editores. 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Body fat and skeletal muscle mass in relation to physical disability in very old men and women of the Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 51 ALEMÁN MATEO H Y PÉREZ FLORES FA Framingham Heart Study. J Gerontol 1998;53A: M214-21. 27. Visser M, Langlois J, Guralnik JM, Kronmal RA, Robbins J, Williamson JD, et al. High body fatness, but not low fat-free mass, predicts disability in older men and women: The cardiovascular health study. Am J Clin Nutr 1998;68:584-90. 28. Seidell JC, Deurenberg P, Hautvast JGAJ. Obesity and fat distribution in relation to health-current insights and recommendations. World Rev Nutr Diet 1987;50:57-91. 29. Visser M, Harris TB, Langlois J, Hannan MT, Roubenoff R, Felson DT, et al. Body fat and skeletal muscle mass in relation to physical disability in very old men and women of the Framingham Heart Study. J Gerontol A Biol Sci Med Sci 1998;53:214. 30. Durning JVGA, Womersley J. 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Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx Nutrición Clínica 2003;6(1):53-57 Artículo de revisión ¿Por qué no come el abuelo? Sarcopenia o anorexia Luis Ize Lamache* Resumen Abstract En las próximas décadas la población de adultos mayores aumentará considerablemente debido al incremento de la expectativa de vida. Durante la senectud se producen cambios fisiológicos en todos los órganos y sistemas, hay disminución de las concentraciones de testosterona, de la hormona del crecimiento, leptina y citocinas, que contribuyen a modificar la composición corporal con reducción de la masa libre de grasa y aumento de los depósitos grasos que se acumulan en el abdomen. Aunado a los cambios fisiológicos y hormonales, el adulto mayor experimenta alteraciones psicológicas que incrementan la anorexia, por lo que el abuelo no come o come menos; además, sufre sarcopenia, depresión y agresiones del medio ambiente. In the future decades elderly population will be heightened considerably due to the increase of life expectancy. In elderly, physiological changes at all organs and tissues occur, such as diminishment of hormonal levels of testosterone, growth hormone, leptina and cytokines, that contribute to modify body composition with reduction of fat-free mass and increase of fat-depots that tend to accumulate at abdominal level. Besides physiological and hormonal changes, psychological changes occur in the old patient which increase anorexia already caused by the former. Finally, old subject does not eat or eats lesser due to anorexia, but also to sarcopenia, depression and aggressions from environment. Palabras clave: anorexia, sarcopenia, vejez. Key words: anorexia, sarcopenia, elderly. En la pirámide poblacional mexicana los individuos mayores de 60 años de edad ocupan un lugar cada vez más importante. En el año 2000 existían más de seis millones de personas pertenecientes a la llamada “tercera edad”; cada año ingresan a esta franja de población 400,000 más, por lo que en el año 2010 se integrará por 10 millones de personas. La modificación de la pirámide poblacional, con un ensanchamiento de la cúspide y adelgazamiento de la base, es un fenómeno atribuido al desarrollo del país que viene acentuándose desde hace algunas décadas.1 El aumento en la proporción de ancianos constituye para las autoridades gubernamentales un verdadero reto, ya que 50% sufre enfermedades degenerativas que consumen grandes partidas presupuestales, 42% son mujeres viudas y sólo 18% de los mayores de 60 años de edad recibe una pensión, y en 90% de los casos no mayor a un salario mínimo.2 La pobreza de los ancianos se contrarresta, en la mayor parte de los hogares del país, por la firme pertenencia a un núcleo familiar, en el que se continúa respetándoles; se les asignan tareas domésticas y el cuidado de los niños, labores que tienen aspectos francamente positivos en la conservación de la salud del anciano. Estas características lo hacen un grupo de riesgo, de baja capacidad económica y consumidor de grandes recursos médicos. Para ofrecer a los ancianos una atención de la salud adecuada será necesario destinar mayor proporción de los recursos económicos asignados a este rubro, en un país que todavía no logra resolver las carencias básicas de una población en crecimiento.3 De ello se desprenden dos acciones obligadas: la primera es el estudio de los procesos que pueden deteriorar la calidad de vida del anciano y la segunda, la divulgación de las formas de retrasar el envejecimiento y prevenir sus complicaciones. A lo largo de esta revisión se precisarán algunas definiciones de los términos comunes en gerontología, como anorexia, sarcopenia, caquexia y fragilidad; se analizarán algunos cambios fisiológicos, modificaciones de las concentraciones hormonales y de los mediadores, así como las enfermedades crónicas más comunes y las alteraciones psicológicas que pueden acompañar al envejecimiento; por último, algunos de los fenómenos del medio ambiente que se convierten en agresiones para el anciano. * Médico cirujano. Hospital Ángeles del Pedregal. Correspondencia: Dr. Luis Ize Lamache. Hospital Ángeles del Pedregal, consultorio 209. Camino Santa Teresa núm. 1055, col. Héroes de Padierna, México, DF, CP 10700. Recibido: enero, 2003. Aceptado: abril, 2003. La versión completa de este artículo también está disponible en internet: www.revistasmedicasmexicanas.com.mx Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 53 IZE LAMACHE L 54 dicionada por una enfermedad crónica o una neoplasia y no se corrige ni con el aporte adecuado de macronutrientes. 9 4. Fragilidad: es un término relativamente nuevo y difícil de definir que trata de englobar las alteraciones que sufre el anciano, como la merma de la capacidad para realizar actividades sociales importantes o las tareas cotidianas, el exceso de demanda ante una clara reducción de sus capacidades físicas y mentales, equilibrio precario que se rompe con facilidad, constante riesgo de problemas de salud y vulnerabilidad palpable ante las agresiones del medio ambiente.10 La fragilidad se identifica por la pérdida de peso de 5 kg o más en un año, astenia y adinamia, disminución de la fuerza muscular, de la velocidad en la marcha y de la actividad física en general.11 30 25 kg 20 kg 15 10 5 0 60-69 70-79 80-89 Años Mujer Hombre Figura 1. Disminución de la fuerza con el aumento de edad. Modificado de la referencia 8. 20 18 16 14 12 mm 10 8 6 4 2 0 mm Definiciones 1. Anorexia o falta de apetito en el anciano: se considera un fenómeno fisiológico normal, propio del envejecimiento.4 En realidad esta alteración es multifactorial. La disminución en la agudeza del gusto y del olfato la favorecen, al igual que los cambios hormonales, la reducción de testosterona que aumenta las concentraciones de leptina circulante, mediador que produce, a su vez, saciedad temprana. Las citocinas circulantes, como la interleucina-1 o el factor de necrosis tumoral, que son anorexígenos, se elevan como consecuencia de cualquier trastorno crónico. También participan en la génesis de la anorexia otros fenómenos, como los cambios en los neurotransmisores cerebrales, las variaciones en las concentraciones de los micronutrientes, las alteraciones del vaciamiento gástrico o la depresión que afecta con mucha frecuencia al anciano. 2. Sarcopenia: vocablo griego compuesto por “savy” que significa carne y “penia” desvanecimiento.4 Se caracteriza por disminución de la masa muscular y de la fuerza que puede manifestarse sin cambios en el peso o en la masa grasa.5 Este trastorno aparece, por lo común, en más de un tercio de hombres y mujeres mayores de 70 años de edad,6 causa debilidad, caídas, limitaciones funcionales, inmovilidad y fracturas.7 Su origen es multifactorial: sedentarismo, consumo inadecuado de proteínas y calorías, reducción en las concentraciones de insulina, hormona del crecimiento, factor de crecimiento tipo insulina-1, estrógenos o testosterona, dehidroepiandrosterona, elevación de las concentraciones circulantes de citocinas, de radicales libres producidos por enfermedades crónicas o disminución de las unidades motoras que inervan los músculos.5 El seguimiento de cohortes de ancianos muestra que los pliegues subcutáneos tienden a disminuir pero, sobre todo en el hombre, la grasa total aumenta a expensas de su depósito en el abdomen y disminuye de manera importante en la masa libre de grasa.7 Ramírez-Tort, en un estudio de 304 hombres y mujeres mayores de 60 años de edad, observó este fenómeno con reducción de la fuerza muscular, medida por dinamometría, más notable en los hombres conforme aumenta la edad (figura 1) y disminución en el pliegue tricipital en uno y otro sexo (figura 2).8 3. Caquexia: vocablo griego que significa “mala condición” y se distingue por la pérdida simultánea de masa muscular y grasa, con conservación de agua extracelular, por lo que el peso corporal puede no variar. La caquexia puede acompañarse de una respuesta inflamatoria con- 60-69 70-79 Años Mujer 80-89 Hombre Figura 2. Disminución del espesor del pliegue cutáneo tricipital con la edad (n = 304). Modificado de la referencia 8. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx ¿POR QUÉ NO COME EL ABUELO? SARCOPENIA O ANOREXIA Saciedad, anorexia Saciedad, Anorexia Vago Vago Lesiones bulbo, Lesiones bulbo, Hipocampo, hipocampo, amígdala amígdala Opioides Opioides NPY NPY NO C.C:K. CCK NO Leptina Leptina F.N.T.alfa FNT alfa Relajación ↓ Relajaciónadaptativa adaptativa Contracción ↑ Contracciónantral antral temp. temp. ↓ Velocidadvaciamiento de vaciamiento Velocidad p. papilas, Umbral ↓ Dulce papilas, ↑ umbral y salado dulce y salado Testosterona ↓ Testosterona Figura 3. Cambios fisiológicos del envejecimiento. Con la vejez se producen cambios en los diferentes órganos y sistemas: sistema nervioso central, aparato digestivo, concentraciones de producción hormonal, distribución de grasa, etc. Modificado de la referencia 4. Cambios fisiológicos durante el envejecimiento La edad afecta prácticamente a todos los órganos y sistemas, por ejemplo, en el sistema nervioso central disminuyen las unidades motoras y las concentraciones de los neurotransmisores como el neuropéptido Y, un agente orexigénico, los opioides o el óxido nitroso.4 En el aparato digestivo los cambios son mayores, el número de papilas gustativas se reduce y el umbral de la percepción de lo dulce o salado se incrementa, las encías se atrofian, se inflaman y sangran fácilmente; las prótesis dentales se adaptan mal, por lo que muchos ancianos sólo conservan 25% del poder de masticación, la saliva es escasa y espesa por el alto contenido de mucina (xerostomía), la secreción de ácido clorhídrico en el estómago disminuye y las defensas naturales de la mucosa pierden calidad, lo que propicia erosiones; además, la velocidad del vaciamiento gástrico se reduce y las concentraciones de colecistoquinina (productora de la saciedad en el sistema nervioso central) se elevan; con frecuencia, existe sobrepoblación bacteriana en el intestino delgado y puede haber estreñimiento por atonía colónica (figura 3).4,12 Modificaciones del medio hormonal y de los mediadores Con la edad se modifica de manera importante el medio hormonal, y el anciano tiene una menor secreción de hormona del crecimiento, testosterona o estradiol y aumento de glucocorticoides y catecolaminas. Este cambio en el perfil hormonal reduce el gasto energético, la masa muscular, la tolerancia a los hidratos de carbono y participa en el origen de la anorexia y la saciedad temprana. A su vez, la en- Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 55 IZE LAMACHE L fermedad crónica desencadena aumento de la secreción de mediadores de la inflamación, como las citocinas proinflamatorias (factor de necrosis tumoral, interleucinas 1, 2 y 6) que producen anorexia a nivel central, catabolismo muscular, disminución de la retención de nitrógeno renal, de la síntesis de albúmina y elevación en las concentraciones de leptina circulante, que favorece los depósitos viscerales de grasa y contribuye a la anorexia.4,7,9,11 Enfermedades crónicas En el anciano aparecen en cualquier órgano o sistema y sólo se insistirá en las que, por su naturaleza, afectan sus condiciones de nutrición. En el sistema nervioso central la demencia senil altera el apetito o la saciedad, el interés por los alimentos y hasta la forma de expresar el deseo de alimentarse. Los traumatismos o la enfermedad vascular cerebral contribuyen al desinterés por el alimento. Algunas otras, como la enfermedad de Parkinson, interfieren con la actividad física necesaria para alimentarse.13 En el sistema cardiorrespiratorio la reducción de la disponibilidad de oxígeno en la insuficiencia cardiaca o respiratoria genera anorexia y la disnea dificulta el esfuerzo físico para alimentarse. Muchas otras enfermedades crónicas, como las autoinmunes, las neoplasias o la insuficiencia renal condicionan anorexia y pérdida de peso. En el aparato digestivo el dolor, la disfagia, el vómito o la diarrea interfieren con una buena alimentación y contribuyen a la desnutrición.12,13 Alteraciones psicológicas Uno de los principales síntomas de depresión en el anciano es, precisamente, la anorexia. La causan factores como los cambios hormonales o de mediadores, el aislamiento social por la pérdida de sus amigos o familiares cercanos, las limitaciones físicas que le impiden la deambulación, la audición insuficiente o una visión insatisfactoria. Los brotes de demencia, condicionados por la disminución de la concentración de oxígeno en el cerebro, los cambios en los mediadores o las deficiencias vitamínicas (B1,2,6, folatos) interfieren con su interés por alimentarse y estimulan la dependencia. Estos cambios psicológicos pueden, con facilidad, empujar al sujeto al alcoholismo o a la autoprescripción que, a su vez, perpetúan la depresión y crean un verdadero círculo vicioso en el que cae el anciano que ya no desea más que la muerte. Se hace, entonces, evidente el “decaimiento del viejo”, lo que significa el abandono de la lucha por vivir.13-15 56 Medio ambiente En México, las condiciones de vida y los factores del medio ambiente que rodean al anciano contribuyen a su desnutrición. Sus condiciones económicas no son favorables y no le permiten una buena alimentación. El adulto mayor con limitaciones en la capacidad física acude con dificultad a los centros comerciales, pues representa un gran esfuerzo físico incompatible con sus condiciones. Las calles, banquetas y accesos a las tiendas distan mucho de ser ideales para los discapacitados. En otros países, con mayor cultura, el viejo puede solicitar que le entreguen los alimentos en el domicilio. Además, con frecuencia, el contenido de los envases supera las cantidades que puede o quiere consumir y, por lo tanto, rebasan sus percepciones económicas; aunado a ello, en los pasillos de los supermercados se puede observar a los abuelos que tratan de descifrar las etiquetas de los productos, pues la letra es demasiado pequeña para su agudeza visual o está escrita en términos difíciles de comprender. La ignorancia de los principios fundamentales de una buena nutrición, las limitaciones económicas y muchos prejuicios contribuyen a que los ancianos ingieran una dieta insuficiente o mal equilibrada. Otro de los fenómenos que influye en la baja ingestión de alimentos o líquidos es la falta de servicios sanitarios públicos en nuestras ciudades, ante ésta, el anciano, que debería deambular en las calles para realizar una buena actividad física y estimular su apetito, prefiere quedarse en su domicilio. Aunque, por lo general, en nuestra cultura todavía se respeta y consciente al anciano, existen casos en los que éste puede negarse a comer o limitar su ingestión, como reacción al abuso o a la agresión de familiares o cuidadores que le manifiestan o hacen sentir que es una carga difícil y que su deseo, no expresado, es no tener que cuidarlo más para recibir la herencia lo antes posible. En ocasiones, el médico propicia la anorexia en el anciano al prescribir medicamentos no siempre útiles, que se agregan a la larga lista de los autoprescritos. Los diuréticos, laxantes y ansiolíticos son algunos de los que pueden contribuir a la desnutrición al interferir con la absorción, aumentar la pérdida de electrólitos o inducir mayor grado de depresión y desinterés por la alimentación, lo que merma más la economía familiar. Conclusiones El abuelo sufre anorexia, sarcopenia y las demás circunstancias mencionadas que, en conjunto, interfieren con la Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx ¿POR QUÉ NO COME EL ABUELO? SARCOPENIA O ANOREXIA nutrición y repercuten en disminución de la calidad de vida. El mejor conocimiento de los factores que alteran las condiciones nutricionales del anciano permitirá adoptar las medidas correctivas. 8. 9. 10. REFERENCIAS 11. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Ham-Chande R. 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En los ancianos, la alteración del estado nutricional sucede como consecuencia de la acción conjunta de varios factores, entre los que destacan los estados de inflamación crónica que inducen la síntesis de interleucinas. La malnutrición, por lo tanto, puede ser el origen o la consecuencia de la fragilización. El tratamiento y la prevención de este síndrome se basa en la corrección del estado nutricional y en la realización de actividad física adecuada. Fragility is a physical state found more frequently leading to important morbidity and mortality. In order to explain fragility, some basic concepts have emerged, such as functional reserve, complexity, symmorphosis and sarcopenia. Individual nutrition may play an important role in the fragility’s beginning and maintenance. Nutrition disorders in elderly may have very different origins, since chronic inflammation states, with intervention of interleukins, to drug side effects. Thus, chronic malnutrition may be both origin and consequence of individual fragility and might be an important aspect of intervention as well as physical exercise. Palabras clave: fragilización, nutrición, envejecimiento. Key words: fragility, nutrition, aging. Introducción La fragilidad es una alteración que se encuentra cada vez con mayor frecuencia; sin embargo, aún existen controversias con respecto a su definición. La mayoría de las personas la relacionan con el envejecimiento y la evolución de las enfermedades, empero, no todas las personas adultas mayores son débiles ni todos los pacientes débiles están enfermos, por lo que, como han sugerido algunos investigadores, definir los criterios de fragilidad es una tarea ardua y compleja.1 La importancia de reconocer esta alteración se funda en la morbilidad y la mortalidad que derivan de ella. En estudios comunitarios, 10 a 20% de los individuos mayores de 65 años y hasta 46% de las personas con más de 85 años de edad son frágiles.2 Se calcula que la muerte generada por esta causa ocurre hasta en 40% de los pacientes hospitalizados.3 En los últimos años, los conceptos de reserva funcional, complejidad y adaptación, sinmorfosis y sarcopenia, han servido para entender este proceso y, por lo tanto, en el presente trabajo se identificará el papel del estado nutricional en la fragilización de las personas ancianas a partir del estudio de estos conceptos. * Médico adscrito al servicio de geriatría, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. Correspondencia: Servicio de Geriatría, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. Vasco de Quiroga núm. 15, Col. Sección XVI, CP 14000, México, DF. Tel.: 5573-1200. E-mail: [email protected] Recibido: enero, 2003. Aceptado: febrero, 2003. La versión completa de este artículo también está disponible en internet: www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 58 Reserva funcional El estudio de una gran variedad de órganos y sistemas revela que el umbral de su funcionamiento normal es del 30% de su capacidad funcional máxima, es decir, se puede perder hasta 70% de la capacidad de función de cualquier órgano antes de que se manifiesten los datos de insuficiencia orgánica (figura 1). Esta noción permite extrapolar este valor para considerarlo el umbral de fragilización;5,6 sin embargo, este umbral representa la medida de la posibilidad de falla en un órgano o sistema y no en el individuo en conjunto, es decir, se pueden encontrar personas en las que la capacidad funcional de un órgano o sistema haya disminuido más de 70% y no implica que sea un individuo frágil, por lo que, a Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx PARTICIPACIÓN DEL ESTADO NUTRICIONAL EN LA FRAGILIZACIÓN DEL INDIVIDUO 100% Salud 30% Fragilidad 20% Muerte o alteración grave Figura 1. Umbral de fragilidad. Esquema propuesto para explicar la fragilidad con base en la función de órganos individuales. pesar de que no permite por sí solo definir el estado de fragilización, sirve como un parámetro para ello. Complejidad y adaptación La función normal en un individuo requiere la integración de complejas redes de sistemas de control, tales como sistemas de retroalimentación y otros mecanismos reguladores, que le permitan a un organismo realizar el conjunto de acciones necesarias para su supervivencia. Estos sistemas de control existen a nivel molecular, subcelular, celular, orgánico y sistémico.7 En condiciones normales, la mayor parte de estos sistemas interactúan entre sí en forma compleja para lograr su efecto regulador y le permiten a un organismo generar reacciones de adaptación, es decir, le dan la capacidad de responder adecuadamente a cualquier agresión funcional. Cuando la función de un organismo se altera, la mayor parte de estos sistemas de regulación generan una respuesta de tipo asa cerrada que opera durante un periodo relativamente corto para hacer regresar al organismo al estado previo, es decir, al estado de homeostasia. La alteración transitoria que este proceso genera corresponde a una pauta dominante y menos compleja. El envejecimiento y la enfermedad disminuyen la capacidad del organismo de reaccionar en situaciones de estrés debido a que el número de pautas dominantes de respuesta disminuye, lo que condiciona la pérdida de la capacidad de adaptación de las personas. En lugar de generar diferentes tipos de respuesta frente al estrés, las personas enfermas y los ancianos respon- den en forma estereotipada a la cada vez más grande cantidad de agresiones funcionales que distinguen a esa época, lo que le conduce a un deterioro funcional y, gradualmente, a la fragilización. Un vehículo complejo, por ejemplo, con tracción en las cuatro ruedas, control hidráulico de la dirección, control de tracción, sistema de frenado, aire acondicionado, etcétera, nos permitiría circular en una variedad muy grande de caminos debido a que se adaptaría fácilmente a ellos; sin embargo, para evitar chocar con otro vehículo sólo se requeriría el sistema de frenado y el control de la dirección, aunque una vez superado este evento se utilicen las demás funciones. Si este mismo vehículo se quedara sin frenos y la dirección sólo permitiera manejarlo en línea recta (envejecimiento), no notaríamos la diferencia si el camino fuera recto y sin obstáculos, pero cuando hubiera que conducirlo a través de una curva (enfermedad) seguramente ocurriría un accidente (pérdida funcional). Sinmorfosis La sinmorfosis es el proceso mediante el cual un organismo se adapta estructuralmente como respuesta a un cambio funcional;8 por ejemplo, como respuesta a un cambio en la disponibilidad de energía. Aunque este concepto no se ha comprobado en los seres humanos, parece válido en el caso del aparato respiratorio y digestivo.9,10 Así, por ejemplo, el ejercicio físico incrementa los requerimientos tisulares de oxígeno y, como respuesta, el gasto cardiaco, la densidad capilar muscular, el hematócrito, el número de mitocondrias Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 59 GARCÍA MAYO EJ en las células musculares y la actividad enzimática aumentan en la misma proporción que el requerimiento de oxígeno, lo que se refleja en el aumento concomitante del consumo de oxígeno (VO2); de la misma forma, las enzimas implicadas en los procesos digestivos y metabólicos modifican su actividad en respuesta al aporte de nutrientes.5 La sinmorfosis es una respuesta de adaptación, lo que significa que en el caso de que el aporte de nutrientes disminuya o de que los requerimientos tisulares de oxígeno se reduzcan, el efecto que se genere será el opuesto al descrito anteriormente. 11 Sarcopenia El sistema muscular constituye la reserva más grande de proteínas en el cuerpo y representa 45% del peso corporal total,12,13 por lo que su contribución metabólica y funcional no debe ser menospreciada. La sarcopenia es la disminución del número de células musculares y la alteración de sus principales cualidades, como la inervación, contractilidad, respuesta a la fatiga y metabolismo energético, que suceden en forma inherente al envejecimiento. Las alteraciones neurológicas y musculares, junto con los hábitos de los ancianos, contribuyen a generar este efecto y, aunque su descripción no es el objetivo del presente artículo, el autor sugiere su revisión más extensa y recomienda para ello el artículo escrito por O’Rourke.14 El papel de la actividad física, sin embargo, parece ser relevante y sólo 20 a 25% de los adultos mayores realizan suficiente actividad física de acuerdo con los criterios del Centro para el Control de las Enfermedades de Atlanta, en Estados Unidos. Se calcula que únicamente 5% de los hombres y 2% de las mujeres generan una actividad muscular suficiente para incrementar su masa muscular.10 Los músculos antigravitatorios y los grandes músculos de las extremidades inferiores pierden su fuerza con el doble de la velocidad que los músculos más pequeños.15 Estos cambios disminuyen la reserva proteínica y alteran la capacidad funcional de los músculos, debido probablemente a la sinmorfosis, y algunos investigadores proponen que la sarcopenia es el factor principal en la manifestación de la fragilización.5 Nutrición en el adulto mayor La disminución del apetito que frecuentemente se manifiesta en el adulto mayor, con la pérdida de peso que condiciona, tiene un origen complejo y está determinada por múlti- 60 ples variables.16 Es probable que la palatabilidad disminuya,17 al igual que la capacidad de percepción del olfato y el gusto. La colecistocinina, que sirve como agente mediador de la saciedad, se encuentra en concentraciones mayores en los ancianos lo que, junto con el retardo del vaciamiento gástrico, hacen que las personas en esta etapa disminuyan su consumo de alimentos.18 El retardo del vaciamiento gástrico sucede debido a la disminución de las concentraciones de óxido nítrico como consecuencia de la reducción de la producción de la enzima óxido nítrico sintetasa que, además, se relaciona con disminución de la generación de capilares musculares que se observa en la vejez.15,19 La leptina es uno de los principales agentes reguladores del consumo de alimentos y promueve la síntesis de anorexígenos en el hipotálamo.20 En los hombres ancianos, la disminución de las concentración de testosterona se ha relacionado con aumento en las concentraciones de leptina,17 aunque a largo plazo la disminución de la cantidad corporal de tejido adiposo como consecuencia de la ingestión insuficiente de alimentos, provocaría disminución de las concentraciones séricas de leptina.21 Existen otros factores que intervienen en la hiporexia del envejecimiento, por ejemplo, las concentraciones de interleucina 6 y de factor de necrosis tumoral alfa se encuentran elevadas en las personas ancianas debido a que durante esta etapa se generan procesos inflamatorios crónicos que, aunque no se manifiestan clínicamente, ocasionan la producción de estos agentes y se relacionan con el deterioro funcional y la aparición de hipocolesterolemia.22 Además, la interleucina 6 y el factor de necrosis tumoral alfa tienen un efecto anorexígeno directo y podrían, incluso, suprimir la síntesis de orexígenos, como el péptido Y. 23,24 La participación del estado nutricional en la fragilización La fragilización es un fenómeno que ocurre como consecuencia de la acción conjunta de varios factores, entre los que destacan los genéticos, la enfermedad, el envejecimiento y los factores relacionados con los hábitos de vida de los individuos, particularmente el sedentarismo y la alteración del estado nutricional. Cualquiera que sea la causa inicial, el adulto mayor entra en lo que se ha llamado el ciclo de fragilización (figura 2). La desnutrición crónica produce un balance energético negativo que, junto con los factores anotados en la figura Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx PARTICIPACIÓN DEL ESTADO NUTRICIONAL EN LA FRAGILIZACIÓN DEL INDIVIDUO 2, condicionan la aparición de la sarcopenia a través del proceso de sinmorfosis. La sarcopenia, que se distingue entre otras cosas por la disminución de la fuerza y la resistencia muscular, disminuye el consumo de oxígeno y la tasa metabólica en reposo. Estos cambios implican una disminución de la capacidad para caminar debido al decremento de la fuerza muscular que sucede con mayor intensidad en los miembros inferiores, lo que implica una disminución de la actividad física y del consumo energético y, a través de la sinmorfosis, menor consumo y utilización de nutrientes. Algunos investigadores consideran que la sarcopenia es el punto de partida de este ciclo de fragilización,5 aunque la desnutrición y los procesos de inflamación crónica son considerados por otros autores. En realidad, considera el autor, cualquiera de los mecanismos mencionados con anterioridad podría servir de entrada al ciclo. Fragilización Los cambios analizados disminuyen la reserva funcional y la capacidad de respuesta de los individuos frente a factores endógenos o exógenos que generen estrés. Esta condición definiría al adulto mayor frágil. Aunque la morbilidad y la mortalidad de este síndrome se consideran elevadas, la importancia de caracterizarlo consiste en que, al menos en teoria, su prevención y tratamiento son relativamente sencillos. El diagnóstico de este síndrome se basa en la presencia de tres criterios de una lista de cinco: la fatiga, la pérdida involuntaria de más de 4.5 kg de peso en un año, la falta de actividad física, la disminución de la fuerza de prensión medida a través de dinamometría y la disminución de la velocidad al caminar.25 Sin embargo, hace poco se propuso que la medición de la fuerza de prensión únicamente constituye un método sensible para establecer el diagnóstico. Enfermedad Inflamación crónica Desnutrición crónica ↓ Consumo total de energía Sarcopenia ↓ Tasa metabólica ↓ VO2 Máx ↓ Actividad ↓ Velocidad al caminar ↓ Fuerza y resistencia Figura 2. Ciclo de fragilización. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 61 GARCÍA MAYO EJ La prevención y el tratamiento se llevan a cabo mediante la realización de ejercicio y la corrección del estado nutricional.26 10. 11. Conclusiones El estado nutricional es un factor relacionado, al menos en forma teórica, con la manifestación del proceso de fragilización en las personas de edad avanzada, por lo que su mejoría, junto con la realización de actividad física adecuada, constituye el eje del tratamiento y prevención de esta afección. Se han diseñado pocos estudios para medir el efecto de estos cambios en las personas ancianas; sin embargo, el tratamiento y la prevención de este síndrome tendrán un efecto positivo sobre la salud individual y poblacional. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. REFERENCIAS 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 62 Hazzard RR, Bierman E, Blass J, Ettinger W, Halter J. Principles of Geriatric Medicine and Gerontology. 3rd ed. New York: McGraw Hill, 1994;pp:1149-55. Report of Council on Scientific Affairs. AMA white paper on elderly health. Arch Intern Med 1990;150:2459-72. Winograd CH, Gerety MD, Chung M. Screening for frailty: Criteria and prediction of outcomes. J Am Geriatr Soc 1991;39:778-84. 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The World Health Organization, in the Kiev Agreement, 1979, considered that individuals living in developed countries begin elderly stage at 65 year-old; for developing countries, such as Mexico, the life expectancy is lesser, thus elderly stage is considered to begin at 60 year-old. This article reviews demographic aspects of elderly people in Mexico and in the world. Palabras clave: adulto mayor, aspectos demográficos. Key words: elderly, demographic aspects. ¿De quién hablamos? Hablar de los adultos mayores resulta interesante puesto que todos esperamos llegar a esta edad, si la vida y nuestras acciones nos lo permiten. Definir a qué edad se inicia la etapa de adulto mayor resulta difícil. Tomando en cuenta la esperanza de vida de una población, la Organización Mundial de la Salud, en el acuerdo de Kiev de 1979, consideró que los individuos que viven en países desarrollados inician la etapa de adulto mayor a partir de los 65 años de edad; para los países en vías de desarrollo, como México, la esperanza de vida es menor, se considera a partir de los 60 años de edad. Para dar más solidez a esta clasificación se toma como base el desarrollo biológico del ser humano, lo que permite marcar divisiones sutiles a partir de los 18 años de edad, momento en el que se considera a la persona como adulto joven hasta los 40 años. En esa etapa se hacen notorios los primeros signos de envejecimiento. A partir de esa edad se considera como * Licenciada en nutrición y maestra en Salud Pública. Facultad de Salud Pública y Nutrición, Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, Nuevo León, México. Correspondencia: Lic. Hilda Irene Novelo de López. Facultad de Salud Pública y Nutrición, Universidad Autónoma de Nuevo León. Madero y Gonzalitos s/n, col. Mitras Centro, CP 64460, Monterrey, Nuevo León, México. E-mail: [email protected] Recibido: enero, 2003. Aceptado: febrero, 2003. La versión completa de este artículo también está disponible en internet: www.revistasmedicasmexicanas.com.mx adulto, para denominarse adulto mayor al cumplir los 60 años de edad, cuando se establece plenamente el proceso fisiológico del envejecimiento. Desde luego, se entiende que esta delimitación resulta un tanto artificiosa, ya que una gran cantidad de personas de 60 años de edad tiene sus capacidades físicas y funcionales en total plenitud; mientras que, desde el punto de vista cronológico, personas con menos edad pueden tener, desde la perspectiva biológica, disminución de sus capacidades. Además, en 1994 la Organización Panamericana de la Salud ajustó la edad a 65 años y más, para considerar a los individuos como adultos mayores. Los datos de las tasas de morbilidad y mortalidad del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática separan las edades por décadas de 55 a 64 años y de 65 y más años. Así que la clasificación según la información proporcionada, su finalidad y quién la exprese, puede variar. El envejecimiento histórico y mundial El análisis retrospectivo mundial permite ver que desde siempre el crecimiento de la población ha sido sostenido. A partir del año 1800 y hasta la década de 1950, tomando periodos de 50 años, el crecimiento fue de 0.4, 0.5, 0.6 y 0.8%. En las décadas de 1950 y 1960 el crecimiento fue de 1.8% para alcanzar, en la siguiente década, 2.0%. A partir de 1980 este incremento se estableció en 1.8% por década, aproximadamente y para el año 2000 la tasa total de crecimiento en el mundo es de 1.29% (0.23% para los países desarrollados; 1.4% para los que están en desarrollo y 2.51% para los de Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 63 NOVELO DE LÓPEZ HI bajo desarrollo). En números absolutos, desde la década de 1950, el crecimiento poblacional se ha incrementado, pasando de 2,516 millones de habitantes a 5,295 millones en el decenio de 1990, con una población de personas mayores de 60 años de edad y más, de 200.9 millones al inicio de este periodo y de 489.3 millones en 1990, lo que equivale a 7.98 y 9.24% de habitantes, respectivamente. Según la Organización de las Naciones Unidas, en el año 2000 la población mundial fue de 6,057 millones; la población de 65 años de edad y más fue del 6.9% (14.3% en países desarrollados, 5.4% en países en desarrollo y 3.1% en países de bajo desarrollo). La distribución porcentual de la población mundial, basada en el promedio de las poblaciones 2000-2025 proporcionada por la OMS en la discusión de Ginebra 2000, señala una proyección de 11.955% de la población mayor de 60 años de edad. La ONU publicó que en el año 2000 la población mundial estaba representada por 29.9% de grupos en edad infantil y por 6.9% de grupos en edad avanzada. Así mismo, se reportó que para el año 2050 el grupo infantil disminuirá al 21% y el de personas de 65 y más años aumentará notablemente hasta 15.6%. En síntesis, en el próximo medio siglo, el envejecimiento del mundo se representará con un incremento de 1,041 millones de habitantes de 65 años y más, de los cuales 14% corresponderán a países desarrollados; 77% (800 millones) a aquellos en vías de desarrollo y sólo 9% (95 millones) a los países de bajo desarrollo (cuadro 1). En América Latina y El Caribe existe gran diversidad demográfica, reflejo de las situaciones históricas y socioeconómicas imperantes en cada país; Cuba, Argentina y Uruguay ostentan un marcado envejecimiento poblacional, sobre todo este último país, cuya proporción de personas mayores es similar a la existente en Estados Unidos, mientras que en otras ciudades, como Haití, Bolivia y Guatemala, el crecimiento de este grupo poblacional es mínimo por los altos índices de fecundidad y mortalidad que aún tienen. En Méxi- Cuadro 1. Población e indicadores sociodemográficos por grupos de países del mundo según su nivel de desarrollo, 2000-2050 Nivel de desarrollo Población (en millones) 2000 Mundo1 Desarrollados2 En desarrollo3 Bajo desarrollo4 Mundo1 Desarrollados2 En desarrollo3 Bajo desarrollo4 Mundo1 Desarrollados2 En desarrollo3 Bajo desarrollo4 Población 6,057 1,191 4,208 658 2025 % 100 19.7 69.5 10.8 Población 7,937 1,219 5,532 1,186 Esperanza de vida al nacer (e) 2000 2025 2050 2000 65.5 75.3 66.2 50.9 58 8 53 97 71.9 79.7 72.6 61.7 76.4 82.4 77.0 70.5 % 100 15.4 69.7 14.9 Mortalidad infantil 2025 2050 33 7 29 54 18 6 16 37 2050 Población 9,322 1,181 6,311 1,830 % 100 12.7 19.6 67.7 Tasa global de fecundidad 2000 2025 2050 2.8 1.5 2.7 5.4 2.4 1.7 2.2 3.7 2.1 1.9 2.0 2.7 Pob. ≥ 65 años/pob total (%) Tasa total de crecimiento (%) Pob. 0-14 años/pob total (%) 2000 2025 2050 2000 2025 2050 2000 2025 2050 1.29 0.23 1.40 2.51 0.87 (-) 0.01 0.80 2.11 0.43 (-) 0.20 0.30 1.28 29.9 18.3 31.1 43.1 24.3 15.0 23.5 37.9 21.0 15.6 19.6 29.2 6.9 14.3 5.4 3.1 10.4 21.3 9.4 3.8 15.6 26.8 16.2 6.3 Fuente: Naciones Unidas. World Population Prospects. The 2000 Revision., vol. I. Department of Economic and Social Affairs, Naciones Unidas, Nueva York, 2001. 1 228 países y territorios: 56 en África, 50 en Asia, 47 en Europa, 46 en América Latina y El Caribe, 24 en Oceanía y 5 en América del Norte. 2 55 países y territorios desarrollados: 47 en Europa, 5 en América de Norte, 2 en Oceanía, 1 en Asia. 3 125 países y territorios en desarrollo: 23 en África, 40 en Asia, 45 en América Latina y El Caribe y 17 en Oceanía. 4 48 países y territorios de bajo desarrollo: 33 en África, 9 en Asia, 5 en Oceanía y 1 en América Latina y El Caribe. 64 Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx ASPECTOS DEMOGRÁFICOS DEL ADULTO MAYOR co, en la década de 1940, encontrar por la calle a una persona de edad avanzada, si bien no era inusitado, sí era una situación poco frecuente. En la actualidad, este hecho ha cambiado y basta algo de curiosidad para observar cómo en cualquier sitio el número de adultos mayores aumenta de manera considerable. Así, de una pirámide de base ancha y cúspide progresivamente estrecha hacia su vértice, en los decenios de 1950 a 1970, como resultado de las elevadas tasas de fecundidad (6.5-7.0), al disminuir en las décadas de 1980 a 1990 y en el año de 1996 (4.8, 3.4 y 2.7), al igual que las tasas de mortalidad general e infantil, de 129.9 por cada 1,000 habitantes a 16.9 por cada 1,000 en los mismos periodos; se pasa a una pirámide estrecha en su base por la reducción en la tasa de fecundidad, ampliándose en su parte media y superior, con una clara tendencia al incremento de la población mayor de 60 años de edad, como conse- cuencia de una mayor expectativa de vida, que de 41 años en 1940, se amplía a 73 años en 1996 y a 75.3 en el año 2000. Numéricamente, en la década de 1950 este grupo constituía 5% (1.5 millones) de la población, en el decenio de 1990 la cifra se eleva al 6.3% (5 millones) y en el año 2000 representa 7% con 6.9 millones (figura 1). Al igual que sucede en el mundo, México tiene diferencias regionales en cuanto a la concentración de los adultos mayores se refiere. En el decenio de 1990 el estado de Yucatán reportaba una cifra elevada de personas mayores de 60 años de edad, siguiéndole: Zacatecas, Distrito Federal, Oaxaca y Nayarit. Los estados del norte, como Baja California Norte y Sur, Sonora, Chihuahua, Coahuila y Nuevo León, así como Tabasco, Campeche, Chiapas y Quintana Roo, en el sureste, tienen la proporción de adultos mayores más baja. Las entidades fronterizas y Quintana Roo experimentan una fuerte inmigración 1970 1950 ≥ 85 80-84 75-79 70-74 65-69 60-64 55-59 50-54 45-49 40-44 35-39 30-34 25-29 20-24 15-19 10-14 5-9 0-4 ≥ 85 80-84 75-79 70-74 65-69 60-64 55-59 50-54 45-49 40-44 35-39 30-34 25-29 20-24 15-19 10-14 5-9 0-4 8 6 4 2 0 2 4 6 8 8 6 4 2 0 2 4 6 8 2030 2000 ≥ 85 80-84 75-79 70-74 65-69 60-64 55-59 50-54 45-49 40-44 35-39 30-34 25-29 20-24 15-19 10-14 5-9 0-4 ≥ 85 80-84 75-79 70-74 65-69 60-64 55-59 50-54 45-49 40-44 35-39 30-34 25-29 20-24 15-19 10-14 5-9 0-4 8 6 4 2 0 2 4 6 8 8 6 4 2 0 2 4 6 8 Figura 1. Datos y proyecciones demográficos. Consejo Nacional de Población. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 65 NOVELO DE LÓPEZ HI Figura 2. Proporción de población mayor de 65 años, 2000. Elaboración propia con base en información del Censo General de Población y Vivienda, 2000. Media nacional: 4.87%. La proporción de población mayor de 65 años en los estados sombreados es menor a la media nacional, en el resto del país la proporción es mayor a la media nacional. en décadas recientes, por lo general de personas jóvenes y activas. Aguascalientes, Querétaro y el Estado de México se encuentran también en este grupo (figura 2). El caso de los estados del Sur es de una baja proporción de adultos mayores, ya que se encuentran rezagados en su transición demográfica. Al analizar la distribución de los adultos mayores en relación con el medio en que viven, rural o urbano, se aprecia una mayor concentración de este grupo en el medio urbano con 3.4 millones de personas comparado con 1.5 millones que radican en el medio rural, causado en gran medida por la migración de los más jóvenes que buscan lugares con más oportunidad laboral. De acuerdo con el Décimo Censo General de Población y Vivienda, 49% de las mujeres mayores de 60 años de edad y 30% de los hombres son analfabetas, situación que se acentúa en el medio rural. Además, debido a la menor esperanza de vida del hombre por el estilo de vida y los riesgos a los que se expone a lo largo de la vida; entre los 30 y los 40 años de edad, esta proporción empieza a modificarse en favor de las mujeres, quienes de los 60 años en adelante sobrepasan al hombre en una proporción de 88.97 por cada 100 mujeres, llegando a 63 por cada 100 a los 80 años de edad. Según cifras del INEGI, en el año 2001 se registraron en México 440,664 defunciones (no se incluyó a 2,123 mexicanos que residían en 66 el extranjero), de las cuales 50.68% correspondieron a personas mayores de 65 años de edad, si esta cifra se analiza por género, la cantidad asciende a 57.9% de defunciones para las mujeres y a 44.9% para los hombres del mismo grupo de edad. Transición demográfica y perspectivas En los últimos 30 años del siglo XX la dinámica demográfica se modificó por el gran descenso de la fecundidad y como consecuencia de la estructura de las edades de la población. Es tiempo en que el destino demográfico del mundo va hacia el envejecimiento; en la actualidad, la preocupación por el cambio poblacional apunta a considerarlo como uno de los problemas socioeconómicos trascendentales del siglo XXI. Los países desarrollados continuaron su transición de la mortalidad y de la fecundidad, envejeciendo aún más su población. Los países en desarrollo aceleran su transición de la mortalidad a la fecundidad de manera lenta, rejuveneciendo su población hasta la década de 1970 y de este año hasta el fin del siglo continuó la transición de la mortalidad y se intensificó la baja de la fecundidad, lo que dió inicio al proceso de envejecimiento. Los países con bajo desarrollo tienen condiciones muy diferentes; a partir del decenio de 1950 se observa el comienzo de su transición de la mortaliNutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx ASPECTOS DEMOGRÁFICOS DEL ADULTO MAYOR dad con notable velocidad en los últimos 30 años del siglo. Su alta fecundidad permanece constante y hasta el año 2000 empieza su rejuvenecimiento. De esta forma, los tres conjuntos de países transformaron sus factores demográficos en tiempos y ritmos diferentes. No obstante, se mantienen profundas desigualdades en los aspectos sociodemográficos según su grado de desarrollo; por lo tanto, la población de México está pasando por una fase avanzada de la transición demográfica y se aproxima a la última etapa. Según las proyecciones vigentes del Consejo Nacional de Población se espera que la transición demográfica de nuestro país se complete a mediados del presente siglo. Los habitantes pasarán de casi 100 millones en el año 2000 a más de 130 millones en el año 2050, pudiéndose identificar dos claras diferencias. La primera, de la población infantil y juvenil (0 a 14 años) a la senil, donde el decremento de 13.8 millones en los primeros se equipara con el incremento de 14.1 millones de adultos mayores entre los 65 y 75 años de edad. Segunda, de los individuos de las primeras diecinueve edades activas (15 a 33 años) a la población de las siguientes diecisiete edades laborales (34 a 50 años), donde ahora la pérdida de 8.59 millones de los más jóvenes se ve prácticamente compensada con la ganancia de 8.86 millones de los más viejos. Los adultos mayores tendrán un crecimiento demográfico más dinámico, su monto se multiplicará casi siete veces al aumentar de 4.8 a 32.4 millones e incrementará su participación de 4.8 a 24.6%, es decir, dentro de 50 años, uno de cada cuatro mexicanos pertenecerá a la tercera edad. El proceso de envejecimiento se puede resumir en la duplicación de la edad mediana de la población de nuestro país: de 23.2 años en el año 2000 a 46.3 años en el 2050. La vida media aumentaría de 75.3 años en la actualidad (73.1 para hombres y 77.6 para mujeres) a 83.7 años (82.0 y 85.5, respectivamente) dentro de medio siglo. Impacto del envejecimiento poblacional Desde la perspectiva social y económica se necesitará un cambio gradual en el perfil de los recursos físicos y humanos en rubros como educación, salud y empleo. El mayor impacto social, y tal vez económico del envejecimiento, se desprende de los cambios en el estado de salud que conlleva. Algunos factores determinantes y condicionantes de la salud del adulto mayor son los siguientes: ➢ Individuales: género, edad, economía, educación, nutrición y co-morbilidad. ➢ Intermedios: familia, servicios médico-sociales, pobreza, empleo, vivienda, políticas de vejez. ➢ Remotos: desarrollo, urbanización, patrones culturales, migración y políticas de población. El estado de salud de la población de edad avanzada en su conjunto tiene un peso específico que recae en el sistema de salud, en mayor o menor grado, en función de su eficiencia. En el contexto de la interdependencia, más que los sucesos agudos, está la morbilidad crónica degenerativa y sus consecuencias no mortales, como por ejemplo: la dependencia, que es la de mayor peso. En la actualidad, las causas principales de morbilidad en los individuos mayores de 65 años de edad son las afecciones cardiovasculares, las complicaciones por diabetes mellitus, los traumatismos (en particular, fracturas), la enfermedad cerebrovascular y las neumonías. Se sabe poco acerca de las alteraciones de la nutrición (obesidad), demencia y depresión por falta de un registro adecuado. En un estudio realizado con 622 personas mayores de 60 años de edad en 42 municipios del estado de Nuevo León en el año 2000, se encontró que 64.8% tenían sobrepeso u obesidad. También se informa que no menos de dos millones de mexicanos adultos mayores son dependientes funcionales y que alteraciones como la demencia, son igualmente predominantes en nuestro país como en otros más avanzados, dentro de la transición epidemiológica actual. Las primeras cinco causas más importantes de muerte, en forma descendente durante 1999, de acuerdo con la Secretaría de Salud fueron: diabetes mellitus, infarto, enfermedades pulmonares, insuficiencia cardiaca y neumonía. Estos padecimientos representaron 34.8% de las muertes dentro del grupo de personas mayores de 65 años de edad. Es importante señalar que en la década de 1990 el infarto ocupó el primer lugar y la diabetes mellitus, el segundo; cambiando el orden casi diez años después. Según un análisis, el costo de los servicios de salud en el IMSS a los adultos mayores constituyó 19.4% del ingreso total del Instituto y 26% de sus egresos en 1997. Por ejemplo, de las dos enfermedades crónicas prioritarias en el IMSS, la diabetes mellitus y la hipertensión arterial representaron 280 mil casos de personas de edad avanzada atendidos en la década de 1996 y de 670 mil en el año 2000. Se anticipa un incremento de casos de 1.1 millones en el año 2010 y de 1.5 millones en el 2020. La encuesta sobre salud, bienestar y envejecimiento confirma la hipótesis sobre la gran dependencia de los adultos Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 67 NOVELO DE LÓPEZ HI mayores al apoyo que reciben de sus familiares, por lo que el efecto del inminente descenso de la fecundidad plantea serias interrogantes para el futuro de esa población. Los adultos con menor nivel de estudios residían, con o sin pareja, con sus hijos casados. Se informa que las personas sin pareja que habitan con hijos casados y otros familiares y no familiares, son las que muestran un mayor grado de deterioro, 40%. El futuro es incierto. Los países con niveles bajos de desarrollo que conforman gran parte de la población mundial, 80% en el año 2000 y 87% en el año 2050, durante los 50 años anteriores no resolvieron por completo las carencias básicas de las generaciones y se han incorporado a diferentes etapas de vida bajo regímenes sociodemográficos y políticos cambiantes. La población se enfrenta, desde ahora y cada vez con mayor rapidez, al proceso de envejecimiento que modificará la oferta de recursos humanos, así como de bienes y servicios. Las personas que llegan en la actualidad a los 65 años de edad esperan vivir, en promedio, otros 17 años. Dado que una vida larga amenaza su calidad, una de las preocupaciones decisivas es establecer los programas necesarios para lograr que los adultos mayores disfruten estos años de su vejez con buena calidad de salud y bienestar, libres de enfermedad y discapacidad. Para ayudar a responder a esta preocupación capital de la sociedad, organismos internacionales como la OMS/OPS difunden una propuesta de atención de la salud para el adulto mayor, congruente con los principios y fundamentos de las propuestas de la llamada geriatría social. Entre las medidas de prevención primaria se incluyen, de manera importante, cambios en la actividad física y adecuación de la alimentación, propuestas publicadas en múltiples documentos, como la Carta de Ottawa y la declaración de Jakarta (Manos a la Salud). Con la promoción de la salud se reconoce que los determinantes de la salud están más allá del dominio médico. Sin negar la enorme importancia de que el clínico incorpore estrategias eficaces de prevención y promoción en su práctica individual y rutinaria, el mayor reto está en la necesidad de que los médicos se involucren en el ejercicio de la promoción con un enfoque poblacional y de trabajo dentro de verdaderos “equipos de salud”. En la actualidad, una parte del gremio médico aún es demasiado individualista. Al respecto, debe mencionarse un estudio realizado en España, en una comunidad valenciana, en el año de1999, 68 sobre la hospitalización domiciliaria ante los cambios demográficos y nuevos retos de la salud. Se consideró un grupo de población constituido por 321,361 habitantes, 32.1% mayores de 60 años, de los cuales, 78% con 65 años y más, tenían una edad promedio de 73 años, predominando el género femenino. Se reportó 72.0% de enfermedades crónicas, así como 67.0% de múltiples padecimientos concomitantes. En la investigación se comprobó la existencia de un problema de comunicación importante entre los dos principales niveles de atención (primaria y de hospitalización), que obviamente repercutió entre los pacientes y en la calidad y eficiencia de la asistencia sanitaria. Se destacó la necesidad de crear canales y mecanismos de comunicación interinstitucional que garanticen la continuidad del proceso asistencial, basada en un objetivo inaplazable: la atención integral, adecuada, humanista y oportuna, coordinada entre los dos niveles principales de atención a la salud. Sin duda, aún queda un gran camino por recorrer, debe pensarse en lo que cada uno como personas e instituciones construimos, lo que indudablemente será para nosotros en el futuro. LECTURAS RECOMENDADAS 1. a. b. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/index.htm Fajardo-Ortiz G, Chávez-Samperio J, Lozano-Dávila ME. Transición demográfica: El fenómeno de envejecimiento individual y poblacional. González Molina J. Promoción de la salud y prevención en geriatría. Demos, Carta demográfica sobre México 2001. Instituto de investigaciones sociales UNAM, Fondo de Publicaciones de las Naciones Unidas: INEGI. Ham R, Gutiérrez Robledo LM. El envejecimiento demográfico en México: Importancia económica, social y política. En: Uribe EM, López Cervantes M, editores. Propuesta para un programa sexenal y a largo plazo. México: Panamericana, 2001. SSA, 1999. Morbilidad hospitalaria según causa de egreso. Lista condensada. Sistema Nacional de Salud. Subsistema automatizado de egresos hospitalarios. SSA, 2001. Programa Nacional de Salud 2001-2006, Secretaría de Salud, p:30. Gutiérrez Robledo LM. Relación entre el deterioro funcional, el grado de dependencia y las necesidades asistenciales de la población envejecida en México. En: Hernández H, Menkes C, editores. La población mexicana a fines del siglo XX. México: SOMEDE, CRIM, UNAM,1998. Gutiérrez Robledo LM. Files of 17th World Congress of the International Association of Gerontology, Vancouver, jul 2001. Reyes S. Population ageing in the Mexican Institute of Social Security: Health Policy and Economic Implications. México: FUNSALUD/IMSS, 2001. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx ASPECTOS DEMOGRÁFICOS DEL ADULTO MAYOR 9. 10. 11. 12. 13. OPS/OMS, INSAD, INEGI, SSA, COLEF. Base de datos de la encuesta sobre Salud, Bienestar y Envejecimiento (SABE) en el área metropolitana de la Ciudad de México, levantada en 1999. Canales AI. La población en la era de la información. De la transición demográfica al proceso de envejecimiento. México: El Colegio de México. Estudios demográficos y urbanos, 2001;Núm. 48. Partida Bus V. Perspectivas del cambio demográfico. Monto y estructura de la población en el año 2000 y perspectivas en el 2050. Consejo Nacional de Población. Lozano Cardoso A. Introducción a la geriatría. 2a ed. México: Méndez Editores, 2000. Rodríguez R, et al. Geriatría. México: McGraw Hill-Interamericana, 2000. 14. UANL, FaSPyN, SES, DIFN.L, Caritas Monterrey. Diagnóstico de nutrición de Nuevo León, 2000. 15. Cotta RM, Morales Suárez-Varela M, Cotta Filho JS, Llopis González A, Días Ricos JA, Real ER. La hospitalización domiciliaria ante los cambios demográficos y nuevos retos de salud. Rev Panam Salud Pública 2000; 11(4)253-61. 16. Lara-Rodríguez MA, Benítez-Martínez MG, FernándezGárate IH, Zárate-Aguilar A. Aspectos epidemiológicos del adulto mayor en el IMSS. Salud Publica Mex 1996; (38)6:44857. 17. Estadísticas de morbilidad en México: muertes registradas en el año 2001. Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática. Dirección General de Información y Evaluación del Desempeño. Secretaría de Salud, México. Salud Pública Mex 2002;(44)6. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 69 Nutrición Clínica 2003;6(1):70-79 Artículo de revisión Desnutrición en las personas de edad avanzada María del Consuelo Velázquez Alva,* Silvia Gabriela Rodríguez Nocedal,** María Luisa Hernández Caballero** Resumen Abstract El incremento en el número de personas ancianas ha aumentado el interés de los investigadores en la identificación de los factores que determinan o ayudan a que el proceso de envejecimiento pueda vivirse de forma saludable y activa. Uno de los hallazgos constantes en los estudios sobre nutrición, alimentación y salud en los ancianos es el alto índice de desnutrición y la propensión para su desarrollo. En la mayoría de los casos, la desnutrición se relaciona con condiciones socioeconómicas adversas, estados depresivos permanentes, y ciertos factores fisiológicos y fisiopatológicos. La identificación temprana de la desnutrición en el anciano puede acortar su estancia hospitalaria, así como reducir el riesgo de complicaciones y la tasa de mortalidad. En este artículo se revisan su prevalencia, las principales causas de desnutrición en el anciano, sus consecuencias y se hace una pequeña revisión acerca de la intervención nutricional oportuna. The increased number of elderly people has raised the interest on research for identifying the determining factors of a healthy and active aging process. One of the most constant findings in nutrition, feeding and health studies performed in elderly is the high rate of malnutrition. In most of the cases, malnutrition is found associated to adverse socio-economical conditions, permanent depressive states, and certain physiological and physiopathological factors. The early identification of malnutrition in elderly may shorten the hospital stays, as well as reduce some complications and the death rate. This article reviews the main causes of malnutrition in elderly people, its consequences, as well as the elderly peoplespecific nutritional requirements. Palabras clave: desnutrición, vejez. Key words: malnutrition, elderly. Introducción Uno de los fenómenos relacionados con la transición demográfica es el rápido incremento de la población de edad avanzada. La disminución de la mortalidad y la fecundidad influyen la pirámide de la población, estrechando su base y ampliando su cúspide.1 En los últimos años, la estructura poblacional de México se ha transformado aceleradamente; las tasas de fecundidad y mortalidad han disminuido en forma sostenida desde el final de la década de 1970 como consecuencia del incremento en la supervivencia de la población infantil y del aumento de la esperanza de vida en la población general.2 El incremento de la población anciana * ** Profesora e investigadora de tiempo completo. Pasantes de Servicio Social. Departamento de Atención a la Salud, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco. Correspondencia: Dra. María del Consuelo Velázquez Alva. Departamento de Atención a la Salud, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco. Calzada del Hueso núm. 1100, col. Villa Quietud, México, DF, CP 04960. Tel.: 5483-7513, fax: 54837218. E-mail: [email protected] Recibido: enero, 2003. Aceptado: febrero, 2003. La versión completa de este artículo también está disponible en internet: www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 70 ha aumentado el interés de los investigadores en los factores que condicionan el proceso de envejecimiento y determinan la salud y el bienestar de las personas durante esta etapa de la vida. La desnutrición y el incremento del riesgo de padecerla, son los hallazgos encontrados con más frecuencia en la mayor parte de los estudios sobre el estado nutricional y de salud del paciente anciano confinado en asilos u hospitales, y en los que viven en la comunidad. En la mayoría de los casos, la desnutrición se relaciona con condiciones socioeconómicas adversas, estados depresivos de evolución crónica y con ciertos factores funcionales inherentes al envejecimiento. La detección oportuna de la desnutrición en los ancianos puede limitar su estancia en hospitales y reducir la mortalidad y el riesgo de sufrir ciertas complicaciones. 3 Perspectiva demográfica El envejecimiento poblacional se define como el incremento en la proporción de personas de edad avanzada y la disminución concomitante de niños y jóvenes. La fecundidad, la mortalidad y la migración son factores que influyen en el envejecimiento poblacional; por lo tanto, este comportamiento es diferente en cada región del mundo.4 Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx DESNUTRICIÓN EN LAS PERSONAS DE EDAD AVANZADA De acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud, en el mundo existen aproximadamente 605 millones de personas mayores de 60 años, de las cuales 405 millones viven en países en vías de desarrollo; además, se calcula que para el año 2025 habrá 1,200 millones de personas ancianas en todo el mundo. Actualmente, las personas ancianas representan casi 20% de la población y, para el año 2025, este porcentaje aumentará nueve puntos porcentuales (figura 1).5 De acuerdo con los parámetros de la Organización de las Naciones Unidas, el envejecimiento poblacional no es un Edad (años) problema sólo de México; sin embargo, el rápido aumento de su población adulta indica que pronto lo será. La distribución por grupos de edad de la población mexicana, representada gráficamente en la figura 2, muestra las proyecciones demográficas del comportamiento poblacional hasta el año 2050. En nuestro país, en la actualidad, existen casi cinco millones de personas mayores de 65 años, lo que representa 4.9% de la población total. Todos estos cambios demográficos implican un mayor riesgo de inseguridad alimentaria en los ancianos y una mayor probabilidad para que desarrollen desnutrición. 1999 ≥ 100 90 Hombres 80 Mujeres 70 60 50 40 30 20 10 0 8 6 4 2 0 2 Porcentaje de población Edad (años) 4 6 8 6 8 2050 ≥ 100 90 Hombres 80 Mujeres 70 60 50 40 30 20 10 0 8 6 4 2 0 2 Porcentaje de población 4 Figura 1. La transición demográfica en los países en vías de desarrollo. Cambios en la estructura poblacional entre 1999 y 2050. Tomado de: World Health Organization. Population aging. Génova: WHO, 1999. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 71 VELÁZQUEZ ALVA MC Y COL. Mujeres Figura 2. Proyecciones demográficas para México (2000-2050). Fuente: US Census Bureau. International Data Base. 72 Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www .r e vistasmedicasme xicanas .com.mx www.r vistasmedicasmexicanas xicanas.com.mx DESNUTRICIÓN EN LAS PERSONAS DE EDAD AVANZADA Concepto y prevalencia de desnutrición El estado de salud general de un individuo se relaciona con su estado nutricional, y ambos factores determinan en forma conjunta la aparición de un círculo vicioso, difícil de romper, que se distingue porque los ancianos desnutridos se enferman más, y la desnutrición aparece con mayor frecuencia en los ancianos enfermos.6 La desnutrición es un trastorno corporal producido por un desequilibrio entre el aporte de nutrientes y las necesidades del individuo, originado por un consumo inapropiado de nutrimentos a través de la dieta, o por la utilización orgánica inadecuada de los nutrientes ingeridos. En los ancianos, la desnutrición tiende a provocar un deterioro rápido e importante de su función inmunológica y, consecuentemente, favorece la aparición de diversas enfermedades.6 La desnutrición es el tipo más frecuente de malnutrición en el anciano. Diversos estudios epidemiológicos muestran que entre 5 y 10% de los ancianos que viven en la comunidad se encuentran desnutridos. Los estudios epidemiológicos realizados en hospitales y asilos indican que la desnutrición afecta a 26% de los pacientes internados por padecimientos agudos, y entre 30 y 60% de los ancianos hospitalizados en unidades de cuidados intensivos o que se encuentran confinados en asilos.8 En el cuadro 1 se observa la prevalencia de la desnutrición de acuerdo con los resultados de diversos estudios efectuados con ancianos, y se enumeran los criterios que se usaron para determinarla. La desnutrición disminuye la calidad de vida de quienes la padecen e incrementa en forma independiente la morbilidad general y la mortalidad en dicha población. 9 Cuadro 1. Estudios sobre la prevalencia de desnutrición en los ancianos Referencia Lugar de estudio n Criterios diagnósticos Prevalencia (%) Miller y col. (1991) Estados Unidos Pacientes externos 183 CMB < 26.4 cm. Por debajo del peso ideal 19 11 Abbasi y Rudman (1993) Estados Unidos Pacientes hospitalizados 2,811 Albúmina sérica < 3.0 g/dL Peso < 80 kg Albúmina sérica < 3.5 g/dL 6 12 28 Ponser y col. (1994) Estados Unidos Pacientes externos 1,156 IMC < 22 kg/m2 16 Euronut-SENECA Europa Pacientes externos 2,332 IMC < 20 kg/m2 Anemia Albúmina < 3.5 g/dL 15 5.2-5.7 2 Constants y col. Francia Pacientes hospitalizados 324 CMB < 10 percentil Albúmina < 3.5 g/dL Ambos por debajo 30 (H) 41 (M) 15.6 (H) 21.4 (M) Ritchie y col. (1997) Estados Unidos Pacientes internados 49 (86% AA) IMC < 24 kg/m2 Albúmina < 3.5 g/dL 63 29 20 19 Sullivan y col. (1999) Estados Unidos Pacientes hospitalizados 497 Aporte < 50% del requerimiento diario Alto Riesgo 21 Criep y col. (2000) Bélgica Pacientes internados 81 MNA 37 en riesgo 2 desnutridos (H) (M) (H) (M) AA: africano-americano; CMB: circunferencia media del brazo; IMC: índice de masa corporal; MNA: Mini Nutritional Assessment. Tomado de: Chen CC, Schilling LS, Lyder CH. A concept analysis of malnutrition in the elderly. J Adv Nurs 2001;36:131-42. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 73 VELÁZQUEZ ALVA MC Y COL. Peso corporal reducido Pérdida de masa muscular y fuerza disminuida Capacidades respiratoria y cardiaca disminuidas Adelgazamiento de la piel Tasa metabólica disminuida Apatía Hipotermia Bioquímicos ! Albúmina sérica menor a 3.5 mg/dL ! Prealbúmina sérica menor a 15 mg/dL ! Colesterol menor a 160 mg/dL ! Transferrina menor a 180 mg/dL Funcionales ! Cambios en el estado de independencia del anciano ! Discapacidad física o emocional Dietéticos ! Ingestión de cantidades inadecuadas de alimentos de alta calidad nutricional Sistémicos ! Anorexia del envejecimiento ! Sarcopenia ! Disminución de la calidad de vida Edema Inmunodeficiencia Figura 3. Signos clínicos de la desnutrición de tipo proteico-energética. Tomado de: Hoffer J. Clinical Nutrition: Protein-energy malnutrition in the inpatient. CMAJ 2001;165:1345-9. Indicadores de desnutrición o riesgo de desnutrición en los ancianos Los principales indicadores de desnutrición en los ancianos se enumeran a continuación: Clínicos ! Palidez ! Sequedad de la piel ! Edema ! Deshidratación ! Disminución del apetito Antropométricos ! Pérdida de peso involuntaria correspondiente a 5% del peso normal en un mes, 7.5% en tres meses o 10% en seis meses. ! Peso bajo en función de la talla, menor a 20% del peso ideal ! Índice de masa corporal menor a 22 ! Circunferencia del brazo menor al valor correspondiente al percentil 10 ! Pliegue cutáneo tricipital menor al valor correspondiente al percentil 10 o mayor al del percentil 95.8,10 74 Tipos de desnutrición Desnutrición proteico-energética Las personas ancianas son especialmente susceptibles de manifestar este tipo de desnutrición, que representa uno de los principales problemas de salud pública en la mayor parte de los países.5 En los ancianos hospitalizados, su incidencia varía entre 30 y 65%, mientras que en los que viven en los asilos es de casi 85%. Este tipo de desnutrición se distingue por la pérdida progresiva de la masa magra corporal y del tejido adiposo, y sucede como resultado del consumo insuficiente de energía y, particularmente, de proteínas (figura 3). En las personas de edad avanzada, la desnutrición de este tipo se manifiesta como resultado de la coexistencia de diversas enfermedades de evolución crónica, la soledad y la pobreza que generalmente padece esta población y las alteraciones físicas y mentales que distinguen al envejecimiento, sobre todo las relacionadas con alteraciones de la cavidad oral. En el cuadro 2 se presenta la relación que este tipo de desnutrición tiene con un conjunto de fenómenos negativos inherentes al envejecimiento. La identificación oportuna de este padecimiento influirá en el tiempo de la estancia hospitalaria y en la evolución de las complicaciones que afectan la calidad de vida de estos pacientes. Existen tres tipos de desnutrición proteico-energética: marasmo, kwashiorkor y desnutrición mixta.3,11 Desnutrición crónica o marasmo El marasmo es un síndrome clínico que se distingue por pérdida de peso a expensas de la disminución de la masa Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx DESNUTRICIÓN EN LAS PERSONAS DE EDAD AVANZADA Cuadro 2. Condiciones relacionadas con la desnutrición protéicoenergética en los ancianos 1. Inmunodeficiencia a. Disminución del número de linfocitos T b. Aumento en la incidencia de infecciones 2. Úlceras de presión 3. Anemia 4. Caídas 5. Deterioro cognitivo 6. Osteopenia 7. Disminución de la capacidad orgánica para el metabolismo de fármacos 8. Sarcopenia 9. Disminución de la capacidad ventilatoria muscular y el tejido adiposo. Fundamentalmente, es el resultado de una insuficiente ingestión calórica. En este tipo de desnutrición el músculo esquelético, la grasa corporal y el glucógeno se usan como fuente de energía, mientras que las proteínas viscerales permanecen intactas. La exploración física revela cabello quebradizo, piel seca y fría, sin elasticidad y con manchas de color marrón.12,13 Desnutrición aguda o kwashiorkor Este tipo de desnutrición sucede como consecuencia de la ingestión inadecuada de proteínas y la disminución concomitante de su concentración sérica y tisular, linfopenia, inmunodeficiencia y edema. El escaso tejido adiposo no es utilizado como fuente de energía y, por lo tanto, su cantidad permanece constante. La exploración física revela lesiones cutáneas, como despigmentación, abdomen globoso y alopecia o cabellos finos, secos y quebradizos. En este tipo de desnutrición el peso corporal puede ser normal o ligeramente menor con respecto al valor esperado como resultado de la retención intersticial de agua que se genera como consecuencia de la hipoalbuminemia.11-13 Desnutrición mixta La desnutrición de este tipo aparece como consecuencia de la ingestión de cantidades insuficientes de energía y proteínas; además, es el tipo de desnutrición encontrado con más frecuencia en los ancianos hospitalizados por enfermedades de evolución aguda y desnutrición leve concomitante. Su gravedad depende del avance de la enfermedad, del estado nutricional previo y de las manifestaciones clínicas que, generalmente, son una combinación de las manifestaciones encontradas en los dos tipos de desnutrición antes descritos.11 Causas de la desnutrición Las personas ancianas tienen mayor riesgo de padecer desnutrición debido a la acción conjunta de los procesos físicos, sociales y culturales inherentes al envejecimiento, que condicionan un desequilibrio entre las necesidades energéticas diarias de la persona y su capacidad para satisfacerlas (cuadro 3).9,14,15 Cuadro 3. Principales causas de desnutrición en los ancianos Tipo Causa Sociales Pobreza Discapacidad Soledad Falta de educación nutricional Factores institucionales l Preferencias individuales l Tipos de dieta en las instituciones Demencia Depresión Alcoholismo Anorexia Aburrimiento Polifarmacia Anorexia secundaria a diversos padecimientos Problemas en la masticación Hipermetabolismo Malabsorción intestinal Causas mixtas l Cáncer l Parkinson l Enfermedad pulmonar obstructiva crónica l Caquexia cardiaca Pérdida del poder adquisitivo Incapacidad para preparar y conservar los alimentos Dificultades para la ingestión de los alimentos Inactividad, inmovilidad Psicológicos Médicos Deterioro funcional Tomado de: Morley JE. Anorexia of aging. Physiologic and pathologic. Am J Clin Nutr 1997;6:760-73. Causas sociales La pobreza es el factor social más importante relacionado con la desnutrición del anciano, de acuerdo con los reportes de la mayor parte de los estudios realizados. La pobreza influye directamente en la capacidad del anciano para adquirir alimentos de alta calidad nutricional en las cantidades adecuadas para satisfacer sus requerimientos energéticos diarios. La soledad es otro de los factores implicados en la Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 75 VELÁZQUEZ ALVA MC Y COL. evolución de la desnutrición, debido a que la ingestión de alimentos se limita en las personas que comen solas.13,16 Causas psicológicas Las alteraciones mentales, independientemente de su origen, deben considerarse factores condicionantes de los trastornos nutricionales que distinguen al envejecimiento; por ejemplo, la depresión o la demencia son estados relativamente comunes en los ancianos y condicionan la aparición de desnutrición que, a su vez, complican la evolución de estas enfermedades y empeoran su pronóstico.13 Se ha demostrado que la depresión es una de las principales causas de desnutrición en el anciano.17 Algunas otras condiciones psicológicas relacionadas con la desnutrición son el alcoholismo y cierto tipo de fobias; además, se ha observado que muchos ancianos reducen su ingestión energética desde varios meses antes de su muerte.16 Causas médicas Las enfermedades crónicas que distinguen al envejecimiento son la causa principal de desnutrición en los individuos mayores de sesenta años, debido a que aumentan sus requerimientos nutricionales y disminuyen su capacidad de satisfacerlos. Las enfermedades crónicas que más frecuentemente se relacionan con la aparición de desnutrición son padecimientos cardiacos, respiratorios o digestivos, así como la diabetes, la demencia senil y la artritis reumatoide.18,19 Además, se ha reportado que el uso de ciertos medicamentos influye de manera notable en el estado nutricional del anciano al ser anorexígenos o impedir la absorción de determinados nutrientes, principalmente en los pacientes en los que se administran diversos fármacos en forma concomitante.19 Deterioro funcional La disminución de la actividad física, junto con la reducción del apetito y de la ingestión energética durante la vejez, condicionan la formación de un círculo vicioso de acontecimientos desfavorables; además, los problemas de la cavidad bucal, principalmente los relacionados con la pérdida de piezas dentarias o la aplicación de prótesis mal ajustadas, constituyen un factor que debe considerarse en la evaluación del estado nutricional del anciano. La disminución de los sentidos del gusto y el olfato, así como la reducción de la secreción y la capacidad de absorción del intestino favorecen también la aparición de la desnutrición.13 76 Parámetros indicativos del estado nutricional La evaluación del riesgo nutricional, el establecimiento del diagnóstico de desnutrición y su gradación, y la implantación de estrategias para su tratamiento, son objetivos que deben considerarse en el momento de seleccionar los instrumentos para la valoración del estado nutricional. Los valores considerados normales en los pacientes adultos jóvenes, no necesariamente son aptos para valorar el estado nutricional de los pacientes mayores de sesenta años.9 Las valoración nutricional se realiza mediante la aplicación de tres tipos distintos de pruebas: encuestas dietéticas, determinaciones clínicas y antropométricas, y cuantificación de parámetros biológicos (cuadro 4).20,21 Consecuencias de la desnutrición en los ancianos Entre las principales consecuencias de la desnutrición en los ancianos están: ! Inmunodeficiencia y aumento concomitante de la incidencia de infecciones22 ! Anemia ! Pérdida de tejido muscular (sarcopenia) 23 ! Fragilidad, o menor capacidad de reserva orgánica: inmovilidad, incontinencia, estados de confusión agudos, úlceras de presión y anorexia ! Menor respuesta a los medicamentos ! Ingresos hospitalarios recurrentes ! Estancias hospitalarias prolongadas ! Gran consumo de recursos socio-sanitarios ! Mortalidad aumentada6 ! Desgaste físico y emocional Intervención nutricional en las personas de edad avanzada La intervención nutricional en geriatría debe plantearse de manera individual, en función del estado nutricional de cada paciente, de las enfermedades concomitantes, de los cambios biológicos y de las alteraciones psicológicas y sociales inherentes al envejecimiento, así como de la capacidad funcional y las necesidades nutricionales del individuo. El objetivo de la intervención nutricional es proporcionar todos los nutrientes necesarios en las cantidades suficientes para mantener un estado de salud adecuado. La prevención y la detección de los diversos tipos de desnutrición, así como el control y el seguimiento periódico Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx DESNUTRICIÓN EN LAS PERSONAS DE EDAD AVANZADA Cuadro 4. Parámetros utilizados en la evaluación del estado nutricional Estrategia Componentes Historia dietética Hábitos nutricionales Encuestas dietéticas l Recordatorio de 24 horas l Recordatorio de siete días l Ponderación de los alimentos Peso corporal actual y habitual Pérdida de peso en función del tiempo Talla: altura media o calculada en forma indirecta Índice de masa corporal Circunferencia del brazo, pantorrilla, cintura y cadera Medición de pliegues cutáneos: tricipital, bicipital, subescapular, suprailíaco y de la pantorrilla Masa grasa Masa libre de grasa l Agua corporal total l Músculo esquelético l Densidad mineral ósea Concentración sérica de proteínas, albúmina y transferrina Cuantificación de vitaminas u oligoelementos Determinación de la fuerza muscular a través de dinamometría Determinaciones antropométricas Determinaciones de la composición corporal Determinaciones bioquímicas Pruebas funcionales de las personas de mayor edad, son las estrategias principales que permitirán influir en el estado de salud general de los ancianos y limitar la aparición de enfermedades y sus complicaciones.24 Requerimientos nutricionales específicos en las personas de edad avanzada Los ancianos son particularmente susceptibles de sufrir desnutrición, por lo que la implantación de estrategias adecuadas permitirá disminuir el riesgo de padecerla y limitar la aparición de problemas relacionados; sin embargo, los requerimientos nutricionales específicos de esta población aún no están bien definidos. Debido a que el tejido magro y la tasa metabólica basal se reducen en esta etapa de la vida, los requerimientos de energía de una persona anciana también se reducen; no obstante, algunos investigadores sugieren que es importante consumir cantidades mayores de ciertos nutrimentos durante este periodo debido a que los procesos relacionados con el envejecimiento implican una mayor utilización metabólica de algunos elementos nutricionales.25 cuado de actividad física.26 Los requerimientos energéticos disminuyen con la edad al reducirse gradualmente la actividad física y la masa muscular; por ejemplo, en algunos estudios recientes se ha demostrado una disminución del 10% en dichos parámetros, cada 10 años, a partir de los 60 años de edad; sin embargo, otros estudios efectuados con personas sometidas a ayuno relativo, demuestran que los individuos mayores de 60 años adelgazan más rápidamente que los más jóvenes y que, al cesar la restricción, les resulta difícil incrementar su ingestión calórica para conseguir aumentar un kilo de peso y recuperar el peso perdido.27 El requerimiento energético diario en los ancianos del sexo masculino es de aproximadamente 2,150 kcal, mientras que en las mujeres se calcula que corresponde a 1,680 kcal.28 Sin embargo, no existe aún un consenso para hacer recomendaciones al respecto en función de los diversos factores implicados en el estilo de vida de cada persona de edad avanzada, aunque se considera que un aporte menor a 1,500 Kcal diarias proporciona cantidades inadecuadas de proteínas, vitaminas y minerales, lo que no permite cubrir los requerimientos nutricionales diarios de estos y otros nutrientes.29 Energía El comité de expertos de la FAO/OMS/UNU, definen el requerimiento de energía como la cantidad de calorías necesaria para mantener la salud, el crecimiento y un nivel ade- Proteínas El requerimiento de proteínas en las personas de edad avanzada puede estar influido por algunas de las siguientes variables: Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 77 VELÁZQUEZ ALVA MC Y COL. ! Disminución de la masa muscular que condiciona una menor disponibilidad de aminoácidos ! Ingestión de energía por debajo de los niveles recomendados, que dificulta la utilización eficaz de las proteínas ingeridas ! Coexistencia de infecciones y enfermedades crónicas En resumen, la recomendación sobre el consumo de proteínas para la población geriátrica corresponde al rango de 1 a 1.25 g/kg/día. No obstante, en situaciones especiales, como las infecciones agudas, fracturas o intervenciones quirúrgicas, se pueden recomendar hasta 2 g/kg/día.30 Hidratos de carbono Se recomienda que entre 50 y 60% de los carbohidratos ingeridos sea de tipo complejo. Los carbohidratos simples deben recomendarse en una proporción equivalente al 10% de la ingestión calórica total, debido a la tendencia de las personas mayores a desarrollar resistencia periférica a la insulina.6 La recomendación diaria de fibra para las personas de edad avanzada, según la Asociación Dietética Americana, oscila entre 20 y 35 g/día.31 Lípidos La recomendación para la población geriátrica respecto a la ingestión de grasas es similar a la del resto de la población; es decir, los lípidos de la dieta no deben ser mayores a 30% de la ingestión calórica diaria, pero puede incrementarse hasta 35% en sujetos sin factores de riesgo cardiovascular. En relación con la distribución de los ácidos grasos, los saturados no deben exceder de 7 a 10% y los poliinsaturados no deben sobrepasar de 10%. El resto debe aportarse en forma de ácidos grasos monoinsaturados (10-18%). El consumo de colesterol debe ser inferior a 300 mg/día.6 Cuadro 5. Ingestión recomendada de minerales y oligoelementos Compuesto Recomendación diaria Calcio Cobre Cromo Folato Hierro Magnesio Riboflavina Selenio Vitamina B12 Vitamina A Vitamina C Vitamina D Vitamina E Vitamina K Zinc 800 a 1200 mg 1.3 mg 200 a 250 mcg 100 a 200 mcg 10 mg 225 a 280 mg 1.1 a 1.3 mg 50 a 70 mcg 2.5 mcg 700 mcg de retinol 150 mg 10 a 20 mcg 60 a 400 UI 60 a 90 mcg 5.8 a 12.8 mg Tomado de: WHO. TUFTS University. Keep fit for life: Meeting the nutritional needs of older persons. Geneve: WHO, 1998. te, el conocimiento en materia de nutrición de las personas ancianas aún es limitado; sin embargo, se sabe que la desnutrición proteico-energética en los individuos mayores de sesenta años es la causa principal del deterioro funcional, y que la nutrición influye sustancialmente en el estado de salud general de los adultos mayores; con base en lo cual deben impulsarse las medidas necesarias a nivel de las instituciones, del personal de salud, de los familiares y de los cuidadores de los ancianos, para su prevención y tratamiento oportuno. REFERENCIAS 1. 2. Minerales y oligoelementos El avance en el estudio de las necesidades de nutrientes ha permitido establecer recomendaciones sobre la cantidad de minerales y oligoelementos para las personas de edad avanzada (cuadro 5).6 Conclusión La población geriátrica ha aumentado y la desnutrición en este sector de la población es un problema serio y frecuente. Hoy en día, es indudable que la desnutrición contribuye significativamente al aumento de la morbilidad y la mortalidad en los ancianos.32 En nuestro país, desafortunadamen- 78 3. 4. 5. 6. 7. 8. Consejo Nacional de Población. Envejecimiento demográfico de México: retos y perspectivas. México: CONAPO, 1999. Cervantes L, Avila A, et al. Manual para la alimentación para el adulto mayor. México: INCMNSZ-DIF, 2000. Crogand N, Pasvogel A. The influence of protein-calorie malnutrition on quality of life in nursing homes. J Gerontol A Biol Sci Med Sci 2003;58:159-64. Instituto Nacional de las Mujeres. Dirección General de Evaluación y Desarrollo Estadístico. 28 de Agosto: día de las ancianas y los ancianos. [on line] Disponible en internet vía www. URL:http://www.inmujeres.gob.mx WHO. TUFTS University. Keep fit for life: meeting the nutritional needs of older persons. Geneva: WHO, 1998. Novartis Consumer Health. Importancia de la nutrición en las personas de edad avanzada. Barcelona: Novartis Consumer Health, 2002. WHO. Population Aging 1999. Geneva: WHO, 1999. Enzi G. Clinical aspects of malnutrition. J Nutr Health Aging 2001;5:284-7. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx DESNUTRICIÓN EN LAS PERSONAS DE EDAD AVANZADA 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. Pirlich M, Loch H. Nutrition in the elderly. Baillieres Best Practice Res Clin Gastroenterol 2001;15:869-84. Riobó P, Sánchez O, González N. Nutrición en geriatría. Nutrición Hospitalaria 1999;14:38. Morley JE. Anorexia of aging. Physiologic and pathologic. Am J Clin Nutr 1997;6:760-73. Chen CC, Schilling LS, Lyder CH. A concept analysis of malnutrition in the elderly. J Adv Nurs 2001;36:131-42. Iraizoz I. Valoración geriátrica integral: valoración nutricional y mental en el anciano. [on line]. Disponible en internet vía www. URL:http://www.cfnavarra.es/salud/anales/ default.html Edición: 1999. Chapman KM, Ham JO, Pearlman RA. 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Sin embargo, la hipocolesterolemia no es un padecimiento raro ya que casi 2% de la población la padece.1 No obstante, su impacto en la salud pública no es tan importante como el de la hipercolesterolemia, aunque no es desdeñable.2 Muchos estudios relacionan la hipocolesterolemia con aumento en la mortalidad, así como con mayor frecuencia de problemas cognoscitivos, deterioro de las funciones y trastornos psiquiátricos. En este artículo se analizará, principalmente, la hipocolesterolemia en los adultos. Definición El primer problema que se encuentra cuando se trata de medir el impacto de la hipocolesterolemia es la diversidad en los puntos de corte para definirla. En un estudio longitudinal de cohortes, en el que se consideraron 1,251 personas mayores de 65 años de edad, la hipocolesterolemia se definió como el colesterol sérico total menor de 140 mg/dL.3 Sin embargo, se ha demostrado que concentraciones de colesterol total menores a 182 mg/ dL también se relacionan con aumento de la mortalidad. No obstante, la mayoría de los autores aceptan un punto de corte de 160 mg/dL por debajo del que se consideraría como hipocolesterolemia. * Médico adscrito al servicio de geriatría, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. Correspondencia: Dr. Emilio José García Mayo. Servicio de geriatría, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. Vasco de Quiroga núm. 15, Col. Sección XVI, CP 14000, México, DF. Tel.: 5573-1200. E-mail: [email protected] Recibido: enero, 2003. Aceptado: febrero, 2003. La versión completa de este artículo también está disponible en internet: www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 80 Clasificación En los adultos existen dos clases diferentes de hipocolesterolemia. En la primera, los factores genéticos desempeñan un papel predominante y no está ligada necesariamente a una mayor morbilidad y mortalidad. Las personas en este grupo tienen hipocolesterolemia estable de largo tiempo de evolución con buen estado de salud general. En este tipo de personas la hipocolesterolemia no es un factor de mayor mortalidad.4,5 En contraste, el segundo grupo es el que sufre hipocolesterolemia secundaria como resultado de una enfermedad clínica o subclínica. En apariencia, la hipocolesterolemia en este segundo grupo sería el resultado de una respuesta inflamatoria y de la activación de las citocinas. 6-11 Causas Algunas de sus causas se conocen desde hace mucho tiempo, entre ellas destacan la insuficiencia hepática, el hipotiroidismo, la desnutrición y la mala absorción intestinal. En estos casos, la causa de la hipocolesterolemia es notable. Sin embargo, en otras afecciones la hipocolesterolemia se consideraría un marcador de inflamación, en situaciones agudas y crónicas. En las situaciones agudas la hipocolesterolemia está bien documentada. En este tipo de pacientes el colesterol bajo no puede ser simplemente atribuido a hemodilución secundaria a medidas de reanimación con líquidos intravenosos sino, más bien, a la activación de diferentes factores, notablemente la interleucina 6 y el factor de necrosis tumoral alfa.12-14 Las personas con hipocolesterolemia sufren con más frecuencia enfermedades crónicas en comparación con quienes tienen concentraciones normales, aún más, entre quienes tienen trastornos crónicos, los enfermos con hipocolesterolemia tienen concentraciones de IL-6 y de IL-1B más Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx HIPOCOLESTEROLEMIA altas.15 En apariencia, estas citocinas inducen hipocolesterolemia en situaciones agudas o crónicas mediante diversos mecanismos, como inhibición de la síntesis hepática de lipoproteínas, disminuyendo el contenido de colesterol de las mismas e incrementando su catabolismo.8,9 Hipocolesterolemia y mortalidad Algunos autores sugieren que la relación entre hipocolesterolemia y mortalidad elevada está en la desnutrición premórbida y los factores socioeconómicos. Sin embargo, estos estudios observacionales no dan una explicación convincente sobre la relación causa efecto.16-18 La hipocolesterolemia se vincula de manera consistente con aumento de la mortalidad a corto plazo, por lo que se especula que el colesterol disminuye antes de la muerte.16,19-23 No sólo el valor total del colesterol aumenta la mortalidad, sino que, en apariencia, la velocidad con la que las concentraciones disminuyen desempeña también un papel importante. La disminución “esperada” del colesterol en el adulto mayor es de casi 3 a 4 mg/dL al año, pero ésta no incrementa la mortalidad si las personas tienen un colesterol normal de inicio. Esta reducción “normal” del colesterol podría atribuirse a enfermedades crónicas que activan los mecanismos inmunológicos descritos. En contraste, en las personas con disminución más rápida (45 mg/dL o 20% en un año) el riesgo de mortalidad aumenta entre seis y ocho veces, aun después de ajustar para la comorbilidad. El incremento de la mortalidad también se nota en personas con un descenso no tan importante en la concentración de colesterol.24 En situaciones agudas (trauma, sepsis, urgencias quirúrgicas) en las personas más jóvenes se incrementa la mortalidad relacionada con la hipocolesterolemia y puede elevarse hasta 30%, si la concentración de colesterol está por debajo de 100 mg/dL.12-14 En el adulto mayor con enfermedades crónicas, la hipocolesterolemia no sólo aumenta la mortalidad, sino que puede influir en el deterioro cognoscitivo, la depresión, el suicidio y la disminución de las funciones. Hipocolesterolemia, depresión y suicidio La hipocolesterolemia se relaciona con incremento en la frecuencia de depresión y suicidio. Estudios sobre prevención primaria de la enfermedad isquémica coronaria muestran que la disminución del colesterol mediante dieta, fármacos o ambos métodos, en personas de mediana edad lleva a una reducción del riesgo coronario, pero también a un aumento de la mortalidad por hechos violentos y suicidio.25 Esta idea aún se debate. La relación entre depresión, suicidio y muerte violenta en los adultos mayores se centra en la hipótesis de la serotonina. Una de sus funciones es suprimir los patrones de conducta dañinos. Cuando la neurotransmisión mediada por la serotonina es baja, aumenta este tipo de comportamiento, que se inhibe normalmente.26 En ratones de experimentación, la concentración baja de colesterol en las membranas celulares disminuye la expresión de los receptores de serotonina. En teoría, dado que el colesterol en las membranas celulares está en equilibrio con el colesterol plasmático, una disminución del último llevaría a una reducción de la microviscosidad lipídica de la membrana, lo que ocasionaría una baja en la expresión del receptor de serotonina, provocando disminución en la internalización de la serotonina.26,27 Por supuesto, esta teoría aun está abierta a debate. En este punto es importante reforzar el hecho de que los efectos benéficos de la reducción del colesterol en la enfermedad isquémica coronaria contrarrestan, por mucho, los riesgos teóricos expuestos, al menos en las personas de mediana edad y en los ancianos jóvenes (65-75 años de edad). En pacientes mayores de 75 años de edad iniciar el tratamiento de reducción de colesterol es discutible y los datos apuntan hacia menor efecto benéfico. Hipocolesterolemia y demencia La relación entre hipocolesterolemia y deterioro cognoscitivo se ha demostrado en varios estudios.28-30 Sin embargo, el origen de esta relación no se ha explicado por completo. En realidad, muchos estudios confirman el vínculo entre las concentraciones altas de colesterol y la demencia o las alteraciones cognoscitivas. El colesterol alto es un factor de riesgo bien estudiado de aterosclerosis y, en consecuencia, demencia aterosclerótica.31,32 Es más, existe una relación muy clara entre la demencia de tipo Alzheimer y el alelo epsilón 4 de la apolipoproteína E, que es uno de los determinantes del colesterol plasmático alto.33-35 Por lo anterior, ¿cómo se podría explicar el hallazgo frecuente de hipocolesterolemia en la demencia? Algunos estudios longitudinales muestran una reducción progresiva de la concentración del colesterol con la edad, en particular en los varones. 36 Esta mengua del colesterol podría transferir a los individuos con concentra- Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 81 GARCÍA MAYO EJ ciones altas originalmente, hacia una categoría de concentraciones bajas, lo que podría, al menos en parte, explicar la asociación entre hipocolesterolemia y demencia en los adultos mayores. Al parecer, se trata de un fenómeno paralelo y no uno de causa-efecto; sin embargo, serán necesarios más estudios para responder a esta pregunta. 9. 10. Hipocolesterolemia y deterioro de las funciones En un estudio longitudinal reciente se demostró que padecer hipocolesterolemia e hipoalbuminemia identifica a los adultos mayores con buen estado funcional, pero en riesgo elevado de deterioro de las funciones y muerte. Los pacientes con ambas enfermedades tuvieron un riesgo relativo de 3.82 (IC 95%, 1.59-9.20) de deterioro de las funciones y muerte a los tres años, comparados con quienes tenían concentraciones normales. Esta combinación proporciona un pronóstico más firme que cualesquiera de los dos por separado. Es evidente que estos resultados necesitan confirmarse. 11. Conclusiones La hipocolesterolemia parece ser un marcador bueno y económico de mortalidad elevada y probablemente de morbilidad, e identifica a un subgrupo de pacientes con riesgo alto de desenlaces adversos. Estos enfermos pudieran requerir una evaluación y seguimiento más estricto. 17. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 82 13. 14. 15. 16. 18. 19. 20. REFERENCIAS 1. 12. Glueck CJ, Kelley N, Gupta A, Fontaine RN, Wang P, Gartside PS. Prospective 10-year evaluation of hypobetalipoproteinemia in a cohort of 772 firefighters and cross-sectional evaluation of hypocholesterolemia in 1,479 men in the National Health and Nutrition Examination Survey I. 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Decline in cognitive performance in aging twins. Heritability and biobehavioral predictors from the National Heart, Lung and Blood Institute Twin Study. Arch Neurol 1992;49:476-81. 30. Neshige R, Barret G, Shibasaki H. Auditory long latency eventrelated potentials in Alzheimer’s disease and multi-infarct dementia. J Neurol Neurosurg Psychiatry 1991;51:1120-5. 31. Shimano H, Ishibashi S, Murase T, et al. Plasma apolipoproteins in patients with multi-infarct dementia. Atherosclerosis 1989;79:257-60. 32. Giubilei F, D’Antona R, Antonini R. Serum lipoprotein pattern variations in dementia and ischemic stroke. Acta Neurol Scand 1990;81:84-86. 33. Petersen RC, Smith GE, Ivnik RJ, et al. Apolipoprotein E status as a predictor of the development of Alzheimer’s disease in memory-impaired individuals. JAMA 1995;273: 1274-8. 34. Reiman EM, Caselli RJ, Yun LS, et al. Preclinical evidence of Alzheimer’s disease in persons homozygous for the epsilon 4 allele for apolipoprotein E. 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La Sociedad de Nutriología, A.C. invita al curso Actualidades en orientación alimentaria y educación nutriológica Auditorio del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán Del 4 al 6 de junio del 2003 Temas principales Situación de la orientación alimentaria en México Material didáctico Modelos de alimentos NOM para la orientación alimentaria Papel de las instancias gubernamentales Papel de la industria privada Técnicas de enseñanza y motivación durante el ciclo de vida Situaciones especiales: analfabetas, indígenas, etc. y muchos más… Costo Profesionistas Estudiantes Socios SNAC y SLAN $400.00 $300.00 No socios $480.00 $380.00 Informes: 5512-4600 (de 3:00 a 7:00 pm), www.snac.org.mx Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 83 Nutrición Clínica 2003;6(1):84-88 Práctica diaria La importancia de la educación nutricional en los ancianos María del Consuelo Velázquez Alva,* Silvia Gabriela Rodríguez Nocedal,** María Luisa Hernández Caballero** Promoción de la salud y de la educación La educación nutricional para las personas ancianas ofrece la posibilidad de brindarles conocimientos para seleccionar, conservar y preparar sus alimentos, y les permite consumir dietas equilibradas y saludables.1 El proceso del envejecimiento puede y debe ser una etapa saludable, placentera y productiva de la vida, a condición de que se minimicen los riesgos y se eleven los factores de protección.2 En las décadas recientes, el concepto de promoción de la salud se ha reconocido como parte del cuidado de la salud,3 y entre sus actividades se incluyen cambios personales, del medio ambiente, comunitarios, políticos y sociales que permiten modificar conductas personales a fin de reducir los riesgos de salud. Los factores nutricionales y dietarios tienen un papel importante en la promoción de la salud y en la prevención de enfermedades crónicas, como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes mellitus, algunos tipos de cáncer y la obesidad.4 La realidad demográfica de nuestro tiempo es el crecimiento rápido de los grupos de población mayores de 60 años de edad, por lo que las acciones de prevención, tanto nutricionales como de salud para las personas ancianas, son elementos que en la actualidad deben considerarse. Algunas estrategias para que esto sea posible incluyen mensajes de salud y nutrición en general, como parte de una rutina de cuidado primario.5 * ** Profesora investigadora de tiempo completo. Pasantes del Servicio Social. Departamento de atención a la salud, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco. Correspondencia: Dra. María del Consuelo Velázquez Alva. Calzada del Hueso 1100, Col. Villa Quietud, México, DF, CP 04960. Tel.: 5483-7513, fax: 5483-7218. E-mail: [email protected] Recibido: enero, 2003. Aceptado: febrero, 2003. La versión completa de este artículo también está disponible en internet: www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 84 Los adultos mayores de todos los niveles socioeconómicos están atentos a la posibilidad de adoptar nuevas conductas dietarias, en virtud de que confían en que éstas los ayudarán a vivir de manera independiente, y consideran la nutrición y el ejercicio como dos factores claves de los hábitos saludables que contribuyen a mantener su independencia. Como sucede en cualquier otro grupo de edad, algunos ancianos se podrán resistir a adoptar nuevas conductas que promuevan un estado de salud óptimo; sin embargo, comparados con la gente joven, los adultos mayores están especialmente motivados a seguir con su independencia y mantener sus habilidades; ésta es la razón por la que desean aprender y adoptar conductas y prácticas que contribuyan al mantenimiento de un buen estado de salud.6 Por todo esto, los profesionales de la nutrición deberán jugar un papel importante en la promoción de la salud y en los programas de prevención de enfermedades de estos grupos etarios.4 ¿Qué es la educación nutricional? Se define como el proceso mediante el cual las creencias y las actitudes, las influencias ambientales y los conocimientos sobre los alimentos conducen al establecimiento de hábitos alimentarios científicamente fundados, prácticos y acordes con las necesidades individuales y con la disponibilidad de alimentos. 7 El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos define la educación nutricional como: la provisión de conocimientos, habilidades o asistencia para los adultos mayores que les permitan comer adecuadamente desde el punto de vista nutriticional. Es un proceso de intervención diseñado para modificar los comportamientos que conduzcan al individuo a obtener un buen estado de salud y una mejor calidad de vida. 6 Es, así mismo, un proceso multidisciplinario que involucra la transferencia de información y la sustitución de los hábitos alimentarios actuales por otros más apropiados. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN NUTRICIONAL EN LOS ANCIANOS De acuerdo con la Asociación Dietética Americana (ADA), la educación nutricional se define como: cualquier clase de aprendizaje dirigido a facilitar la adopción voluntaria de conductas alimentarias y otras relacionadas con la nutrición, orientadas a mejorar el estado de salud y el bienestar en general. Las conductas se identifican a través de las necesidades, las percepciones, las motivaciones y los deseos del grupo objetivo, así como de sus metas nutricionales y de salud.8 La educación nutricional es una parte esencial de la educación sanitaria dirigida al mantenimiento de la salud y, aún más, es parte importante de la educación integral del individuo; por lo tanto, debe iniciarse lo más tempranamente posible para lograr un mayor impacto sobre el comportamiento individual. Debe ser continua para incorporar los nuevos conocimientos y los adelantos científicos. Su objetivo universal es la promoción de hábitos alimentarios correctos y sus destinatarios son todos los individuos. La importancia de esta rama de la nutrición consiste en educar a los individuos para que los alimentos que componen su dieta sean los más indicados para mantener su salud.7 La educación nutricional debe centrarse en mensajes positivos apropiados a cada grupo de edad, prácticos y fáciles de comprender. Estos mensajes deben incluir información sobre los beneficios de tener conductas saludables de alimentación.9 Si bien la solución de los problemas de nutrición depende en gran medida de un sólido desarrollo económico y agropecuario del país, y de la cantidad y calidad de los alimentos disponibles a precios razonables, se ha reconocido, en forma general, el hecho de que los hábitos alimentarios y los patrones culturales también influyen en la nutrición.7 Por lo anterior, al brindar información nutricional y apoyo a los familiares y/o cuidadores del paciente geriátrico, es posible mejorar sus condiciones nutricionales.10 En diversas revistas científicas se ha reportado la eficacia de los programas de educación nutricional y algunos autores han encontrado que un buen plan de educación comienza por identificar las necesidades y motivaciones de la población objetivo, para seleccionar las conductas a cambiar, diseñar y establecer los conocimientos y las experiencias que faciliten la adopción de las nuevas, dando apoyo a los aprendices para que identifiquen sistemas de soporte para mantener esas conductas. En 1973 Whitehead reportó estudios realizados desde 1900, y concluyó que muy a menudo los educadores se centran en la difusión de información nutricional sólo espe- rando y no llevando a cabo un cambio de conducta. Johnson y Johnson,11 en 1985, reportaron que entre los factores que influyen en las prácticas nutricionales se encuentran algunos de éstos: hacer un compromiso público, recibir información personalizada, enseñar a otros y tener una motivación continua. Un programa de educación nutricional10 muestra que dicha orientación puede tener éxito en la población de edad avanzada, aunque esos programas necesitan ser cuidadosamente planeados y conducidos para alcanzar los objetivos deseados. Riviere y col.,10 en el 2001, realizaron un estudio cuyo objetivo era determinar si un programa de educación nutricional podía prevenir la pérdida de peso en pacientes con enfermedad de Alzheimer. El grupo de intervención estuvo constituido por 151 pacientes con enfermedad de Alzheimer y sus cuidadores, mientras que al grupo control lo conformaron 74 pacientes y sus cuidadores. Después de un año de seguimiento, la media del peso aumentó en el grupo de intervención, mientras que en el grupo control ésta disminuyó (p<0.005). Asimismo, el estado nutricional se mantuvo en el grupo de intervención, mientras que en el grupo control decreció de manera significativa (p<0.005), por lo que estos resultados sugieren que un programa de educación nutricional dirigido a individuos con enfermedad de Alzheimer y a sus cuidadores puede tener un efecto positivo en el peso y la función cognitiva de los pacientes. Hace poco, Millen y col.12 evaluaron un Programa de Nutrición para el Anciano (PNA) que proporcionaba nutrición preventiva y servicios de salud a las personas mayores. La investigación incluyó una muestra representativa de participantes del PNA y una muestra de no participantes. Las entrevistas incluyeron datos demográficos, de salud y sociales, evaluaciones dietéticas, antropométricas y de funcionamiento físico. El estudio demostró resultados favorables, particularmente en la entrega de comidas balanceadas y en otorgarles a los ancianos en alto riesgo oportunidades de socialización. En comparación con quienes no participaron en el programa, los participantes estaban mejor nutridos (p<0.001). La investigación también demostró que en términos de gasto federal, el Programa de Nutrición para el Anciano es eficiente en cuanto a costo-beneficio. La importancia de la nutrición es la llave del PNA y esto es debido a muchas razones, entre las que destaca el hecho de que la población anciana se encuentra en un alto riesgo nutricional, que puede ser modificado a fin de prevenir enfermedades crónico degenerativas y sus complicaciones. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 85 VELÁZQUEZ ALVA MC Y COL. Los hallazgos sugieren que la integración de nutrición, salud y servicios sociales en este programa puede ofrecer oportunidades considerables dentro de un modelo de prevención para la población anciana. Se concluye que el PNA es un programa federal efectivo, eficiente, con un buen diseño y un buen enfoque, disponible para los nutriólogos y otros profesionales de la salud para que puedan proporcionar a las personas ancianas oportunidades de socialización y de mejorar su estado de salud. La mayoría de los autores coinciden en que los programas basados únicamente en difundir la información no resultan en un cambio de conductas; es decir, que el conocimiento por sí solo no permite adoptar conductas nutricionalmente adecuadas.6 ¿Cómo se constituye un programa eficaz de educación nutricional? El propósito de la educación nutricional es facilitar el desarrollo de prácticas dietarias en una población objetivo. Aprender y mantener nuevas prácticas dietarias requiere que los aprendices integren nuevos conocimientos, habilidades y actitudes; por ello, deben conjugarse cuatro elementos esenciales en el aprendiz: 1. Cognición de los temas que se tratarán 2. Capacidad para llevar a cabo nuevas conductas 3. Compromiso con el cambio 4. Confianza en su capacidad de realizar el cambio (figura 1).6 Metas para los programas de educación nutricional en ancianos Con frecuencia, las personas ancianas se encuentran en riesgo nutricional, y no sólo por problemas de digestión, absorción o utilización de los nutrientes relacionados con enfermedades crónicas, sino también como resultado de factores físicos, socioeconómicos y conductuales, que pueden llegar a limitar la cantidad o la calidad de los alimentos que ingieren. Por esto, los ancianos son un grupo objetivo de alta prioridad para recibir educación nutricional,13 por lo que se han identificado una serie de metas para su educación nutricional (cuadro 1).14 Beneficios de la educación nutricional Existen situaciones en que los adultos mayores no quieren o no pueden modificar sus conductas de alimentación. Sin embargo, la educación nutricional a este grupo de la población es benéfica y, contrariamente a lo que se piensa, los adultos mayores son responsables,14 tanto es así, que existen reportes sobre hombres y mujeres de edad avanzada que realizan cambios en su conducta alimentaria; aunque muchas de las veces lo hacen por razones de salud.13 En la actualidad, continúan los debates sobre la eficacia de los cambios alimentarios y del estilo de vida en el anciano; sin embargo, existen pruebas de que quienes reciben educación nutricional tienen un mejor pronóstico de salud.14 Conclusión Cada vez se reconoce más la importancia de reorientar el estilo de vida de la población geriátrica; su alimentación, sus hábitos y su actividad física con el propósito de lograr una mejor calidad de vida. Las medidas de prevención, como la educación nutricional, deben iniciarse a edades tempranas, aunque esto no necesariamente significa que no sean eficaces en los grupos de edad avanzada. De hecho, proporcionar información nutricional a los ancianos y apoyo a los familiares y/o cuidadores, permitirá mejorar sus condiciones de vida en general. Compromiso Capacidad Cambios en la conducta alimentaria Conocimiento Confianza Figura 1. Elementos esenciales para realizar y mantener cambios en la conducta. 86 Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN NUTRICIONAL EN LOS ANCIANOS Cuadro 1. Metas para los programas de educación nutricional en el anciano • Mantener la actividad física El ejercicio físico es decisivo para la salud de las personas mayores porque una de las características del envejecimiento es la pérdida de músculo (sarcopenia), lo cual sólo se puede frenar con actividad física regular y consistente. La actividad física debe estar sostenida por tres elementos fundamentales: la capacidad del individuo, los intereses y gustos de cada persona y que ese ejercicio pueda hacerse en compañía de otros; es decir, se debe socializar esta actividad. Es óptimo realizar una caminata diaria –comenzando en forma gradual hasta llegar a 30 minutos– durante la mayor parte de los días de la semana. Es necesario mantener niveles leves de actividad física para conservar o incrementar los requerimientos de energía, de esta forma, los requerimientos de nutrientes se cubrirán con mayor facilidad. • Mantener un peso corporal adecuado Reconocer que los beneficios de la reducción de peso en personas ancianas se relacionan con la prevención de otros padecimientos crónico degenerativos. • Mantener una dieta variada El adulto mayor sufre algunos cambios que repercuten en la calidad y cantidad de los alimentos que debe consumir; sin embargo, esto no quiere decir que tenga que suprimir alimentos de alguno de los grupos, más bien, tendrá que cuidar la forma de prepararlos y seleccionar los que mejor se adapten a su condición económica y fisiológica. Es recomendable el consumo diario de vegetales (en especial vegetales verdes), fruta, cereales, productos lácteos (bajos en grasa), carne magra, pescado (2 a 3 veces por semana) y leguminosas, para optimizar la ingestión de nutrientes (calcio, zinc, vitaminas del complejo B, magnesio). • Mantener una ingestión adecuada de líquidos De uno a dos litros de agua diariamente. El agua actúa como medio de transporte de los nutrimentos, constituye parte de las diversas sustancias del organismo y permite, entre otras funciones, eliminar sustancias de desecho a través del riñón. Algunos adultos mayores no toman la suficiente cantidad de agua, o la que necesitan, porque los hace orinar frecuentemente, sin darse cuenta de que al dejar de beberla pueden incrementarse los problemas de digestión e, incluso, pueden deshidratarse, sobre todo en épocas de calor. • Limitar el consumo de sodio Su exceso se relaciona con el aumento de la presión arterial. Es un mineral que se encuentra de manera natural en los alimentos, pero también se encuentra en forma de sal y regularmente se añade al preparar los alimentos o al consumirlos. Se debe limitar el consumo de sodio eliminando alimentos salados. También se encuentra en grandes cantidades en los alimentos industrializados, como los procesados, frituras, embutidos, pescado ahumado y los enlatados; y disminuyendo la cantidad de sal en la preparación de alimentos y dejando de agregar sal a los alimentos ya preparados. • Fomentar la preparación y el consumo de los alimentos en compañía Comer es la actividad social más disfrutada y la participación social fomenta mejores hábitos dietarios en la edad avanzada. Los familiares, cuidadores y amigos deben compartir las horas de los alimentos con los ancianos. La soledad puede reflejarse en pérdida del apetito. Muchas personas no sienten el deseo de preparar una comida para posteriormente comerla a solas. Los cambios en la estructura familiar (la muerte del cónyuge, la independencia de los hijos) comúnmente llevan a la depresión, la soledad y el aislamiento social, lo que resulta, en ocasiones, en un desgano en la alimentación. También puede ocurrir que el anciano elija comidas rápidas con pobre valor nutricional (sodas, galletas). Es importante identificar y resolver estos problemas sociales antes de lograr cambiar efectivamente el patrón nutricional. • No fomentar el uso de suplementos alimentarios Combatir la mala información y los conceptos inadecuados sobre los beneficios de cierto tipo de suplementos alimentarios, particularmente los ricos en fibra. La posición de la Asociación Dietética Americana, en cuanto al uso de suplementos alimenticios, es que comer una variedad de alimentos es la mejor forma de obtener los nutrientes esenciales. Para quienes seleccionen el uso de suplementos, éstos no deben exceder las RDAs.15 • Evaluar los problemas de alimentación Asegurarse que la pérdida del apetito por problemas de salud, uso de medicamentos, alteraciones dentales o pérdida en los sentidos del gusto y olfato, sea valorada por un profesional de la salud. Los ancianos consumen, con frecuencia, varios fármacos, debido a la elevada prevalencia de enfermedades crónicas que sufren. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 87 VELÁZQUEZ ALVA MC Y COL. Los fármacos pueden interferir en el estado nutricional por varios mecanismos que guardan relación con la absorción, el metabolismo o la excreción de distintos nutrientes. Asimismo, la masticación del adulto mayor puede ser problemática por la pérdida de piezas dentarias. Esto se debe, por un lado, a los cambios que van sufriendo la mandíbula y las encías y, por otro, al uso de prótesis dentales mal adaptadas. En estas condiciones no es raro que el adulto mayor pase al estómago alimentos mal triturados o rechace las preparaciones sólidas (en especial las carnes). La difícil masticación se une a la pérdida progresiva de los sentidos del gusto y olfato, lo que limita aún más el gusto por la comida. De igual manera, se pueden agregar sequedad de boca (xerostomía) y enfermedades periodontales. • Grupos objetivos de alto riesgo Éstos incluyen: hombres que viven solos, personas de bajo nivel socioeconómico e individuos física y socialmente inactivos, así como aquellos ancianos con daño cognitivo. REFERENCIAS 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. Bess KM. The nutrition program for older Americans. J Am Diet Assoc 1979;75:5436. Cervantes L, Ávila A. Manual para la alimentación para el adulto mayor. INCMNSZ-DIF, México, DF, 2000. Chernoff R. Nutrition and health promotion in older adults. J Gerontol Ser A Biol Schi and Med Sci 2001;56:47-53. American Dietetic Association. 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María Guadalupe Macedo, autora de Los alimentos funcionales, un reto para el siglo XXI y El yogur: un alimento funcional (Nutrición Clínica 2002;5[3]:121-2, 172-81) es la siguiente: [email protected] 88 Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx Nutrición Clínica 2003;6(1):89-92 Ensayo Inseguridad alimentaria y estrategias nutricionales en personas de edad avanzada: experiencias latinoamericanas recientes José Alberto Rivera Márquez,* Elvira Mandujano Candia** Resumen Abstract La inclusión de los ancianos en los programas sociales de apoyo a la alimentación es uno de los factores más importantes para la disminución de la inseguridad alimentaria en este grupo poblacional. En América Latina, las acciones en materia de política social que favorecen el acceso a los alimentos o que los proporcionan de manera directa al adulto mayor, hablan del compromiso de los gobiernos de la región por el bienestar de quienes se encuentran en etapas avanzadas de la vida. En los últimos años, son varios los programas que incluyen componentes alimentarios o que han sido diseñados específicamente para atender las necesidades nutricionales de las personas de 60 años de edad o mayores. En este trabajo se hace una revisión general de algunos programas de apoyo a la alimentación para los ancianos y, en particular, de las características de dos estrategias implantadas en la zona conurbada de la Ciudad de México. The use and dependence on food programs have been widely acknowledged as leading factors contributing to reduce food insecurity in old people. In Latin America, social policy actions either ensuring access to food or directly delivering food items to the elderly, enlighten local governments commitment towards the well-being of this population group. In recent years, several programs including food components or specifically aiming at meeting food and nutrition needs of Latin American adults aged 60-and-over have been designed. This work provides a broad review of selected food assistance-related programs for the elderly in Latin America, focusing on two large-scale interventions currently running in the Metropolitan Zone of Mexico City. Palabras clave: inseguridad alimentaria, adultos mayores, América Latina, programas de apoyo. Key words: food insecurity, elderly, Latin America, food assistance. Introducción La mayoría de los adultos mayores de América Latina no se alimentan en forma adecuada debido a la falta de oportunidades para generar ingresos que distingue a esta población, lo que repercute en forma negativa sobre su estado nutricional y de salud, concomitantemente con la elevada frecuencia de enfermedades crónicas, la discapacidad y el abandono familiar y social. * ** Licenciado en nutrición. Maestro en medicina social. MPhil in Epidemiology and Population Health. Pasante de la Licenciatura en Nutrición. Departamento de Atención a la Salud. Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco. Correspondencia: José Alberto Rivera Márquez. Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco. Maestría en medicina social. Calzada del Hueso 1100, Col. Villa Quietud, 04960, México, DF. Recibido: noviembre, 2002. Aceptado: enero, 2003. La versión completa de este artículo también está disponible en internet: www.revistasmedicasmexicanas.com.mx La escasez y el desmantelamiento de los programas sociales diseñados para atender las necesidades específicas de los ancianos son otro factor que afecta su calidad de vida y reduce considerablemente sus expectativas de salud. Todos estos factores, en conjunto, disminuyen las posibilidades de los ancianos de alimentarse adecuadamente, sobre todo de aquellos que viven en condiciones de miseria. De acuerdo con el American Institute of Nutrition, la inseguridad alimentaria se define como el acceso deficiente o incierto a los alimentos,1 y puede observarse en regiones enteras, grupos sociales específicos, familias e individuos manifestándose de formas distintas en cada uno de estos grupos. Las personas de 60 y más años de edad tienen mayor riesgo de manifestarla. Diferentes investigadores han realizado importantes estudios sobre la seguridad y la inseguridad alimentaria; sin embargo, poco se sabe sobre la distribución y los factores que determinan la inseguridad alimentaria en los ancianos Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 89 RIVERA MÁRQUEZ JA Y MANDUJANO CANDIA E residentes de las áreas urbanas y rurales de América Latina.2-6 Inseguridad alimentaria durante la vejez Los adultos mayores que viven en condiciones socioeconómicas bajas tienen un mayor riesgo de padecer la inseguridad alimentaria y, consecuentemente, problemas nutricionales de diversos grados. Debido a que en esta etapa la alimentación no está determinada únicamente por los ingresos económicos, diferentes investigadores reconocen que no existen métodos específicos para evaluarla; sin embargo, han propuesto un conjunto de variables que ayudan a interpretar el problema,7-14 y que se resumen en el cuadro 1. Cuadro 1. Variables relacionadas con la inseguridad alimentaria en los adultos mayores • Falta de oportunidades para generar ingresos. • Problemas de salud y discapacidad. • Experiencias previas de inseguridad alimentaria. • Participación en programas alimentarios. • Estrategias para amortiguar un acceso deficiente al alimento. • Contar con familiares y amigos. • Servicios en la comunidad. La atención médica y la discapacidad en los ancianos aumenta sus gastos y disminuye su capacidad de adquisición. El alto costo de los tratamientos en función de las necesidades particulares de esta etapa implica una reducción del presupuesto destinado a la alimentación, mientras que la discapacidad dificulta per se la salida del anciano a los lugares de abastecimiento y limita su capacidad de preparar los alimentos, aunque vivir con su cónyuge o recibir ayuda de familiares o amigos disminuye este efecto. Con frecuencia, las experiencias previas de inseguridad alimentaria hacen que los ancianos prevengan este tipo de situaciones, aunque muchos de ellos no toman ninguna medida precautoria hasta que los alimentos comienzan a escasear y se ven forzados a llevar a la práctica una o varias de las siguientes estrategias: Programación del presupuesto para la compra de alimentos. Compra de productos alimenticios baratos. Limitar la cantidad servida en una ración, para hacer rendir la comida. Almacenar alimentos para utilizarlos en épocas difíciles. 90 Pedir dinero prestado. Aceptar comida como pago por realizar algunas actividades. Otros aspectos, como vivir cerca de tiendas que venden alimentos y productos a bajo precio, y contar con transporte adecuado a las necesidades de movilidad de los ancianos, influyen positivamente sobre la seguridad alimentaria entre los individuos de este grupo. Todas estas variables se relacionan para explicar la elevada frecuencia de la inseguridad alimentaria en las personas de edad avanzada, empero, la inclusión de los ancianos en programas sociales puede influir en la evolución y el resultado final de este problema. El compromiso de los gobiernos de asegurar condiciones de vida óptimas para los adultos mayores se refleja a través del diseño y ejecución de programas alimentarios. Intervenciones nutricionales recientes en América Latina El combate a la inseguridad alimentaria de los adultos mayores no es una actividad reciente en América Latina e incluye diferentes estrategias, como la entrega directa de alimentos y despensas; la provisión de papillas y complementos alimenticios de fácil preparación; el subsidio de productos y servicios que afectan el presupuesto familiar destinado a la adquisición de alimentos; y la asignación mensual de dinero para la compra de alimentos y productos básicos. En el cuadro 2 se anotan algunas características de diferentes programas latinoamericanos cuyo propósito es mejorar la calidad de vida y la alimentación de sus beneficiarios. En Argentina, hasta 1999, a través del programa Apoyo Solidario a los Mayores (ASOMA), los beneficiarios recibían complementos alimenticios, despensas y orientación nutricional. En Chile, en ese mismo año, el Programa del Adulto Mayor comenzó a entregar un complemento alimenticio de la comida y la cena en forma de papilla. En Honduras, el Programa de Asignación Familiar (PRAF) continúa otorgando subsidios a las personas de edad avanzada de todo el país con el objetivo de mejorar sus condiciones de vida. En Montevideo, Uruguay, los ancianos cuentan con una tarjeta con la que obtienen descuentos en centros comerciales y, adicionalmente, la Intendencia Municipal subsidia un conjunto de servicios, que incluyen algunas actividades recreativas para ofrecer al anciano otro tipo de satisfactores diferentes al económico. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx ESTRATEGIAS NUTRICIONALES Y VEJEZ Cuadro 2. Programas de apoyo a la alimentación del anciano en América Latina Programa Objetivos y características principales Beneficiarios Tipo de beneficio Apoyo Solidario a los Mayores, Argentina Mejorar la calidad de vida de adultos mayores de 60 años de edad en condiciones de alta vulnerabilidad social Ancianos identificados como pobres estructurales; sin jubilación o pensión Entrega directa de un complemento alimentario y despensas. Talleres de educación alimentaria Dotación de “Crema Puré Años Dorados”, elaborada a base de cereales y legumbres y enriquecida con diez vitaminas y cinco minerales. Se otorga una tarjeta con la cual se obtienen descuentos en comercios participantes Entrega de vales de despensa. Ofrece subsidios para las personas adultas mayores, con la finalidad de fortalecer su poder adquisitivo Programa del Adulto Dar respuesta adecuada a las necesidades Mayor, Chile nutricionales de las personas mayores de 70 años de edad, con la finalidad de mejorar su calidad de vida. Personas mayores de 70 años de edad inscritas en los consultorios de atención primaria Tarjeta Mayor, Uruguay Mejorar la calidad de vida de los adultos mayores Programa de Asignación Familiar, Honduras Mejorar la calidad de vida de sus beneficiarios Mayores de 60 años sean o no jubilados o pensionistas Las familias, las mujeres y los menores son los beneficiarios principales; sin embargo, existen apoyos al adulto mayor Cuadro 3. Apoyos alimentarios a los adultos mayores de la Ciudad de México y el Municipio de Nezahualcóyotl Objetivos Ciudad de México Nezahualcóyotl Mejorar el gasto destinado a la alimentación de personas adultas mayores de 70 años de edad que viven en condiciones de pobreza Elevar la calidad de vida y la seguridad alimentaria de los beneficiarios Elevar los niveles de nutrición y bienestar de los adultos mayores de 70 años de edad Crear condiciones mínimas necesarias para que los adultos mayores de 70 años de edad vivan en condiciones de dignidad y plenitud, reduciendo la incidencia de enfermedades por desnutrición Proporcionar un ingreso regular para que la falta de recursos económicos no sea un obstáculo para que las personas adultas mayores de 70 años de edad accedan a una alimentación adecuada Beneficio Asignación mensual de $630.00 para la compra de alimentos y productos básicos, a través de una tarjeta electrónica que sólo puede ser usada para realizar pagos en supermercados de las cadenas participantes Dotación mensual de despensas de alimentos a través de un tarjetón que identifica al poseedor como beneficiario Número de beneficiarios actuales Aproximadamente 300 mil 30 mil Selección de beneficiarios a) Personas adultas mayores de 70 años de edad de uno y otro sexo que tengan por lo menos tres años de residencia en el DF b) Que vivan en unidades territoriales del DF clasificadas como moderadamente pobres, pobres y extremadamente pobres a) Personas adultas mayores de 70 años de edad Marzo del 2001 a diciembre del 2006 Julio del 2002 a junio del 2003 (en su primera fase) Duración b) Que residan en el municipio de Nezahualcóyotl y que no sean beneficiarios de ningún otro programa similar Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 91 RIVERA MÁRQUEZ JA Y MANDUJANO CANDIA E En México, el Instituto Nacional de Personas Adultas Mayores (INAPAM) emite una credencial que permite al titular gozar de diversos descuentos y el acceso gratuito a distintos sitios, acontecimientos y servicios públicos. Estos apoyos benefician, sin duda, el presupuesto de los ancianos mexicanos y de sus familias. En la Ciudad de México, las personas a partir de los 70 años de edad que viven en áreas consideradas como pobres, moderadamente pobres y extremadamente pobres, reciben mensualmente un apoyo económico a través del Programa de Apoyo Alimentario a la Personas Adultas Mayores, del gobierno local, para la compra de alimentos y productos básicos. En el municipio de Nezahualcóyotl, en el área conurbada del Distrito Federal, las autoridades locales reparten mensualmente despensas a las personas de ese mismo grupo de edad a través del Programa Municipal de Nutrición para los Adultos Mayores. Las principales características de ambas intervenciones se presentan en el cuadro 3. REFERENCIAS Conclusión Los programas revisados en el presente estudio son sólo algunos ejemplos de los esfuerzos que los gobiernos latinoamericanos están realizando para mejorar la calidad de vida y de la alimentación de la población de edad avanzada. Sin embargo, falta mucho por hacer y aprender en materia de seguridad e inseguridad alimentaria durante la vejez. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) insisten en la importancia de destinar mayores recursos a la caracterización de los problemas derivados de un deficiente acceso a los alimentos en los ancianos. 15 Esta preocupación la comparten quienes reconocen que las personas de edad avanzada constituyen un grupo socioeconómico con alto riesgo de sufrir padecimientos asociados a la alimentación inadecuada que, además, los hacen propensos a otras enfermedades y riesgos para la salud.16-19 Es necesario diseñar instrumentos que midan objetivamente el efecto de las estrategias nutricionales iniciadas por los gobiernos en América Latina de tal forma que los resultados interpretados, junto con las experiencias documentadas, sirvan para definir con mayor precisión el tipo de apoyo que las personas de edad avanzada requieren. 9. 92 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. Anderson SA. 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Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx Nutrición Clínica 2003;6(1):93-101 Ensayo Cuando el destino nos alcance. Nuestros padres en el proceso de envejecimiento y enfermedad: un testimonio Ma. Eugenia Lage Corona* El tema sobre el que trata el presente trabajo es actual y, según creo, común a muchas personas. La dinámica familiar, en particular cuando se tienen hijos adolescentes, cambia en función del envejecimiento de nuestros padres, y se vuelve necesario encontrar un equilibrio que permita satisfacer las expectativas de todos. Muchas mujeres, en la actualidad, retoman sus estudios o su ejercicio profesional después de haberlos interrumpido a causa de las obligaciones y responsabilidades que acompañan al feliz acontecimiento de ser madres. El reto al que nos enfrentamos la mayoría de nosotras es el de encontrar un punto de equilibrio que nos permita cumplir los roles sociales de madre y de esposa sin descuidar nuestra realización profesional. En el caso de la relación conyugal, particularmente, sólo la creatividad y una firme voluntad de seguir adelante permiten mantener el vínculo emocional que la situación requiere. Al mismo tiempo, el inexorable envejecimiento de los padres comienza a manifestarse a través de varias enfermedades y de una disminución gradual de sus facultades y capacidades. En mi familia somos seis hermanos, cada uno ocupado en su propia vida y en sus necesidades, apoyan a mis padres aunque de maneras muy distintas. Las visitas al médico sólo confirman los diagnósticos que son terribles por los efectos que generan sobre toda la familia: la avanzada e irrecuperable pérdida de la visión de uno, la silente enfermedad isquémica cerebral de la otra. Ambos males son el resultado de años de evolución: la una es la secuela de una enfermedad congénita, la otra es la consecuencia del desarrollo gradual de varias placas ateromatosas. Su progresión * Licenciada en Pedagogía (UP), especialidad en Orientación y Desarrollo Humano y en Psicoterapia Gestalt, IHPG, diplomado en adicciones (CAIPA). Correspondencia: Lic. Ma. Eugenia Lage Corona. E-mail: [email protected]. Recibido: noviembre, 2002. Aceptado: enero, 2003. La versión completa de este artículo también está disponible en internet: www.revistasmedicasmexicanas.com.mx fue sencilla, los cambios eran imperceptibles para quienes convivíamos con ellos y de hecho, se retardaron lo suficiente para acostumbrarnos a ellos. Hoy, todos sus hijos los apoyamos, cada uno en la medida de sus posibilidades, y a pesar de ello y de nuestras mejores intenciones, los efectos que sus enfermedades tienen sobre su vida cotidiana no se pueden limitar. Las actividades con las que antes se recreaban, como la lectura, se vuelven cada día más difíciles de realizar; su relación, que durante 53 años se distinguió por su fuerza y estabilidad, hoy se deteriora en la misma medida en la que la impotencia, el coraje y la inseguridad los invade a ellos. Solían administrar un pequeño negocio que, junto con sus pensiones, les daba estabilidad económica; sin embargo, hoy, como corolario de sus padecimientos y del ambiente económico del país, su poder adquisitivo ha disminuido. Sus ingresos ya no son suficientes, su situación actual no les permite generarlos y, sin embargo, la independencia que habían conseguido años atrás, con la misma fuerza que la inercia, los obliga a seguir tomando decisiones: vender su casa y comprar una más pequeña, adquirir otra propiedad que les genere un ingreso fijo a través de su renta, etcétera. Pese a conservar la capacidad para tomar decisiones, sus enfermedades les dificultan afrontar las consecuencias de éstas. La ayuda de mis hermanos, sin embargo, no es la que yo quisiera. Ellos no invierten el tiempo suficiente para tomar conciencia de la situación y yo no he logrado comunicarles de manera clara y efectiva lo que espero de ellos. La tristeza, el dolor, el agotamiento físico y mental que esta situación me produce me está afectado en una forma que jamás sospeché. El límite entre pedir y exigir ayuda no se alcanza a distinguir, y siento que no encuentro un equilibrio entre mis necesidades y las necesidades de los demás. A través de este artículo pretendo hacer un análisis de la forma en la que el envejecimiento y la enfermedad de nuestros padres nos afecta y, mediante la aplicación de los atri- Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 93 LAGE CORONA ME butos que el existencialismo le concede al alma y los objetivos de la terapia gestáltica, propondré una forma más efectiva para afrontar esta situación que será, sin embargo, sólo una descripción y no una técnica. La forma en la que el envejecimiento y la enfermedad trasciende a quienes los viven implica, en primera instancia, un efecto físico y no requiere que intentemos cambiar el curso de las cosas, se trata de una experiencia, un suceso emocional que sólo puede ser observado y descrito. El objetivo del presente trabajo es, pues, que las personas amplíen su conciencia de la situación y puedan, con este nuevo marco de referencia, tomar mejores decisiones para apoyar a sus familiares enfermos, cualesquiera que sean, a la vez que se respeta su capacidad y su necesidad de mantenerse independientes. Cómo experimentan los atributos existenciales las personas que se enfrentan a la enfermedad y el proceso de envejecimiento de sus padres Martínez, en su artículo titulado “Los atributos existenciales como una metaestrategia psicoterapéutica”, nos dice que “… los planteamientos de la filosofía existencial no se encuentran del todo aprovechados por los terapeutas gestálticos ni por muchos otros terapeutas de la corriente humanista, y prestar mayor atención a dichos planteamientos puede potenciar el desarrollo profesional (y personal) de los terapeutas, así como el desarrollo personal de sus clientes... Sirve de apoyo para vivir de una manera más completa, auténtica y plena”. La existencia, desde el punto de vista del existencialismo, implica la conciencia del ser, es decir, la capacidad de una persona de percatarse de su presencia en el mundo y de la forma como se comporta en él. Esta conciencia es una capacidad exclusiva del ser humano que se adquiere de forma gradual. Continúa Martínez: “El ser humano no nace dándose cuenta de su ser en el mundo, sino que va dándose cuenta de su propia existencia paulatinamente y conforme madura psicológicamente; además es un proceso que una vez que inicia nunca termina … llamado despertar existencial. (Además,) durante las primeras etapas de la vida, dado el limitado desarrollo cognoscitivo, un individuo suele únicamente tener una idea vaga de su propia existencia y atributos existenciales ... desde la adolescencia, al obtener la madurez cognoscitiva el individuo tiene la capaci- 94 dad de experimentarse a sí mismo en una forma completamente nueva y diferente; de cuestionarse sobre su vida y descubrir su propio camino”. El despertar existencial es importante para el ser humano ya que a través de él se percata de su personalidad, de las características de su vida, etcétera. Gracias a este proceso las personas adquieren conciencia del qué en sus vidas, lo que corresponde al objetivo gestáltico de “darse cuenta”, por ejemplo, con respecto al envejecimiento de nuestros padres: ¿qué sentimientos produce esta situación única y particular en mi vida? ¿qué experimentan mi cuerpo, mis emociones y mis sentimientos? ¿qué pensamientos me induce a generar? El despertar existencial, por otra parte, nos ayuda a adquirir conciencia con respecto a la forma en la que una misma persona facilita la aparición de factores que influyen en su vida, es decir, le ayuda a descubrir el cómo en su vida y, hecho esto, a adoptar una postura consciente al respecto, lo que corresponde al objetivo gestáltico de “la conciencia del aquí y ahora”, por ejemplo, ¿cómo estoy reaccionando y respondiendo a esta situación? ¿cómo estoy afrontando o evitando esta situación? ¿cómo son los límites que estoy poniendo? El individuo en este proceso puede redefinir sus objetivos, sus motivaciones, sus creencias, etcétera, debido a que el despertar existencial le da la posibilidad de asumir una nueva postura ante su existencia, esto es, el para qué de su vida, lo que corresponde al objetivo gestáltico de “la responsabilidad”, por ejemplo: ¿para qué hago lo que estoy haciendo? ¿qué estoy buscando? ¿qué quiero lograr ? ¿qué me motiva a hacerlo? ¿qué necesito yo y qué necesitan los demás? Los atributos existenciales son las cualidades del ser, es decir, las características de la existencia entendidas desde el punto de vista de la fenomenología y que están presentes en la condición de ser en el mundo. La terapia gestáltica, como una corriente del existencialismo, aborda cinco problemas fundamentales: la muerte, la soledad, la libertad de elección, la responsabilidad y el absurdo. Cuando nos enfrentamos al hecho de que nuestros padres están envejeciendo, enfermando y perdiendo sus capacidades y, consecuentemente, su independencia, ¿en qué forma se viven estos atributos existenciales? Muerte La cualidad finita de la vida es el hecho con el que la muerte nos confronta y genera, básicamente, dos tipos de actiNutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx CUANDO EL DESTINO NOS ALCANCE tud, la que depende de su aceptación y la que le es antagonista. La aceptación de la muerte nos permite valorar el tiempo, las oportunidades y los sucesos de la vida; nos orienta a concentrarnos en el presente y, al mismo tiempo, a aceptar con resignación los sucesos inherentes al envejecimiento, como son la pérdida de fuerza, juventud, salud y la muerte. La negación, en cambio, genera sufrimiento para la persona que la adopta y para quienes la rodean. Ignorar con obstinación la idea de que nosotros o las personas que amamos podemos morir, implica renunciar a la posibilidad de resolver los pendientes de cualquier tipo, de despedirse, de perdonarse, de amarse y de disfrutar plenamente el momento presente. Dice Villanueva, en su libro titulado Más allá del principio de autodestrucción, que “La única forma de trascender la propia finitud es aceptarla; cuando un individuo en realidad le da la bienvenida a ésta, comienza a vivir con verdadera intensidad su vida en el único lugar y momento en que la vida puede vivirse: aquí y ahora; entonces su existencia se torna creativa, productiva, pues el ser se crea y se descubre a sí mismo a cada momento. Así principia una vida llena de riquezas y valores tan inagotables y profundos, que encuentra la eternidad a cada instante; y al despedirse de cada vivencia, encuentra otras nuevas experiencias tan llenas de significado, que entiende el valor de la vida. Sólo aceptando la oscuridad de la noche se pueden descubrir las estrellas. Es por eso que aprender a morir es aprender a vivir, y aprender a vivir es aprender a morir”. Aunque resulte paradójico, la amenaza de la muerte nos ayuda a gozar plenamente la vida en el aquí y el ahora. Abraham Maslow llegó a esta conclusión tras supervivir a un primer infarto cardiaco, la perspectiva que le dio la idea de morir le permitió gozar cada momento de su vida. Soledad La soledad es el sentimiento que sucede al hecho de que cada persona experimenta un mismo suceso de forma distinta y única y, por lo tanto, nadie en el mundo es capaz de entender completamente la experiencia particular de otra persona a un acontecimiento determinado. No implica, desde el punto de vista existencialista, a la soledad física, pero nos confronta con el hecho de que nadie puede sustituirnos y constituye, en el último de los casos, una consecuencia natural de vivir. Al respecto, dice Villanueva que “El sentimiento de soledad proveniente del despertar existencial es, sin duda, uno de los más difíciles de aceptar. Implica que absolutamente nadie en el Universo ve la vida como yo ni la ha experimentado ni experimentará como yo lo hago; por lo tanto, que nadie me puede comprender por completo, ni yo a quienes me rodean. Lo que yo amo y disfruto, lo que temo y repudio, lo que me entristece más y lo que llena mi existencia de luz, todo eso es sólo mío y jamás alguien lo experimentará como yo. Otros, basándose en sus propias vivencias, podrán imaginar lo que me sucede; pero eso será su fantasía sobre mí, porque lo que yo llevo dentro sólo yo lo siento, y ni siquiera las palabras, por más elocuentes que sean, podrán transmitir mi vivencia personal. Ésta es única e irrepetible”. Según Fromm, para escapar del sentimiento de soledad los seres humanos niegan su individualidad, fundiéndose en forma simbiótica con otras personas o grupos a los que les exige que piensen y sientan como él, o bien, se esfuerza por aniquilar su propia verdad interior responsabilizando a los otros y exigiéndoles que quiten de él sus propios sentimientos de soledad o dolor. Lo que intenta es anular su ser en el mundo único e irrepetible y, junto con éste, su soledad. La única opción que tiene para salir de esta encrucijada es reconocer y aceptar su soledad, pues sólo así podrá superarla a través de la fraternidad y el amor genuino, ya que únicamente puede haber una relación amorosa entre dos personas si ambas se aceptan a sí mismas y al otro como entidades distintas e independientes. Libertad de elección El existencialismo propone que la elección es un atributo fundamental e ineludible de la existencia, incluso la negativa de elegir implica ya una elección que, inexorablemente, generará consecuencias de las que tendremos que ocuparnos. De acuerdo con Martínez, “ (la) libertad de la que estamos hablando no implica la ausencia de restricciones… son precisamente (ellas) las que nos llevan a optar y a no poder dejar de hacerlo”. Incluso en las situaciones inevitables, como la enfermedad, la vejez y la muerte, conservamos la libertad de elegir qué tipo de actitud tomaremos cuando nosotros o alguno de nuestros familiares, incluyendo a nuestros padres, nos enfrentemos a ellas. Viktor Frankl nos relata: “Los que estuvimos en los campos de concentración recordamos a los hombres que iban de barracón en barracón consolando a los demás, dándoles el último trozo de pan que les quedaba. Puede que Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 95 LAGE CORONA ME fueran pocos en número pero ofrecían pruebas suficientes de que al hombre se le pueda arrebatar todo excepto una cosa: la última de las libertades humanas, (es decir,) la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino. “El tipo de persona en que se convertía un prisionero era el resultado de una decisión íntima y no únicamente producto de la influencia del campo... La forma en que soportaron su sufrimiento fue un logro interior genuino. Es esta libertad espiritual que no nos pueden arrebatar lo que hace que la vida tenga sentido, propósito.” Muchas personas dejan que otras personas decidan por ellas (confluencia), postergan indefinidamente la toma de decisiones (deflexión) o evitan, incluso, entrar en contacto con nuevas situaciones que requieran tener que decidir algo (fijación). La única solución en estos casos consiste en adquirir conciencia plena sobre la elección implícita en su negativa a decidir. El objetivo de cualquier terapia es liberar a la gente, es decir, desarrollar su capacidad de decidir consciente y responsablemente ante las diversas circunstancias de la vida. Con respecto al envejecimiento de nuestros padres y sus consecuencias inherentes, ¿qué actitud decidiremos tomar? Responsabilidad Se pueden elegir nuestras acciones, pero no sus consecuencias, aun cuando éstas parecían en principio adecuadas, su resultado final no depende completamente de nosotros y se necesita responsabilidad para actuar en consecuencia. Resulta difícil distinguir el límite de nuestra responsabilidad en el momento de apoyar a nuestros padres, otrora independientes, para afrontar el proceso de envejecimiento y de sus consecuencias. La sociedad considera una obligación moral el atender a las personas de edad avanzada, y sin embargo, este concepto no rige la voluntad libre y no hay sanciones para quien decida no hacerlo ni recompensa para quien lo haga. Dice Valencia, con respecto al cuidado de los ancianos: “Nunca dé nada a su ancianito(a) por creencias o presiones religiosas, familiares, económicas, etc. Si decide atender a su ancianito(a) hágalo con convicción. Nada le pasará si se queda solo algunas horas y usted recarga pilas. Sólo entonces los cuidados que le brinde serán de calidad y no por compromiso”. 96 La responsabilidad estriba en decidir con plena conciencia la forma en la que habremos de apoyar a nuestros padres, con respeto y sin menoscabo de su autonomía, y de responder cualesquiera que sean las consecuencias. El absurdo o la ausencia de sentido Martínez, en su artículo, dice que: “Una vez que me doy cuenta que no puedo escapar de la muerte, de que no puedo renunciar a mi libertad ni a mi responsabilidad, y que además estoy solo, comienzo a preguntarme ¿para qué sirve la vida? ¿qué sentido tiene?... Nos encontramos con un gran vacío por respuesta. No existe un sentido dado previamente para la existencia, al menos no uno que podamos conocer sin que se requiera la fe en un precepto religioso”. En la experiencia de la enfermedad y la muerte, el absurdo se presenta en toda su expresión. ¿Cuál es el propósito de estos fenómenos? ¿qué sentido tiene el dolor y el sufrimiento que se generan alrededor de estas experiencias? ¿es necesario pasar por esto? ¿no existe alguna manera de evitarlo? Sea cual fuere la respuesta a estas interrogantes, ninguna sirve para algo más que encontrar consuelo ante lo inevitable. El sentido de la vida, y en última instancia el de la muerte, sólo se entiende en la mayoría de los casos a través de la retrospección que permitirá el crecimiento espiritual del enfermo y de sus familiares. Con respecto a este sin sentido, Viktor Frankl nos dice: “Pero también es positiva la vida que está casi vacía tanto de creación como de gozo y que admite una sola posibilidad de conducta, a saber, la actitud del hombre hacia su existencia, una existencia restringida por fuerzas que le son ajenas. A este hombre le están prohibidas tanto la vida creativa como la existencia de goce, pero no sólo son significativas la creatividad y el goce, sino que todos los aspectos de la vida son igualmente significativos, de modo que el sufrimiento tiene que serlo también. El sufrimiento es un aspecto de la vida que no puede erradicarse, como no pueden apartarse el destino o la muerte. Sin todos ellos la vida no es completa”. Cómo enfrentar la enfermedad en la vejez La enfermedad de uno de sus miembros le impone a la familia mayores problemas, desde los económicos hasta los emocionales, e implica un cambio de las responsabilidades y de las pautas de relación de cada uno de sus integrantes Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx CUANDO EL DESTINO NOS ALCANCE debido a que todos en conjunto constituyen un sistema y, por lo tanto, la afectación de uno influye en los demás. Ser testigo de los efectos que una enfermedad produce en un ser querido es una experiencia dolorosa, pero es importante reconocer que no todo será tristeza. Muchas familias, en medio de la adversidad, experimentan orgullo al redescubrir su capacidad para resolver juntos situaciones difíciles a través del trabajo en equipo de todos sus miembros. Al ayudar, por ejemplo, a una persona con problemas de memoria a disfrutar el mundo que la rodea, es posible que usted renueve su propia alegría y fortalezca su capacidad de disfrutar de las cosas simples de la vida como jugar con un cachorro, disfrutar de las flores, etcétera, y que aumente la confianza en usted, en los demás o en Dios. En el libro Cuando el día tiene 36 horas la doctora Nancy Mace nos habla de lo que sucede en las familias que pasan por esta experiencia y algunos consejos de manejo práctico de la situación. lidad del bienestar familiar y del padre enfermo, un fenómeno llamado inversión de roles, aunque el término cambio de roles y responsabilidades lo describe más adecuadamente. Esta situación es especialmente difícil debido a que, por lo general, implica sentimientos de culpa en los hijos debido al choque que se produce entre las necesidades objetivas captadas por el hijo y las necesidades subjetivas, no siempre consideradas ni satisfechas, del padre enfermo. 3. El familiar enfermo también se debe adaptar al cambio de roles, responsabilidades y expectativas que afecta a la organización familiar en general, lo que implica en la mayor parte de los casos ceder, al menos en forma parcial, su independencia y autoridad. El rol que el enfermo había tenido en la familia hasta antes de su enfermedad influye en su capacidad de adaptarse a su nueva situación, independientemente de la cual se le debe ratificar su importancia como miembro de la familia a través de acciones como consultar su opinión, hablarle, escucharle, etcétera. Cambio de roles Los roles, las responsabilidades y las expectativas de los miembros de una familia cambian cuando uno de ellos se enferma. El rol de una persona dentro de su familia se establece con el tiempo y no siempre resulta fácil de definir, aunque en ocasiones ciertos roles llevan implícitas ciertas responsabilidades, estos conceptos no siempre se correlacionan. El rol es la función que una persona cumple dentro de la organización familiar e influye en la forma como los demás lo ven y en lo que esperan de él; las responsabilidades son las tareas que cada uno tiene asignadas dentro de la organización familiar. En función del cambio de roles y responsabilidades, las expectativas de cada uno de los miembros de la familia y de la organización familiar en conjunto cambian, cuando uno adquiere conciencia de estos cambios y los comprende resulta más sencillo entender los problemas que surgen y resolverlos, en el último de los casos la familia enfrenta situaciones como ésta en diferentes épocas de su evolución, por ejemplo durante la adolescencia de los hijos; sin embargo, se deben tener en cuenta las siguientes situaciones para ajustarse más fácilmente a las nuevas responsabilidades: 1. La relación conyugal cambia cuando uno de ellos enferma. 2. La relación entre un padre enfermo y sus hijos mayores cambia, generalmente el último asume la responsabi- Cómo afrontar los cambios de roles y los conflictos en la familia Cuando la familia no se pone de acuerdo o cuando toda la carga recae sobre una persona, los problemas se incrementan. Atender a un paciente con una enfermedad debilitante suele ser demasiado trabajo para una sola persona, por lo que la colaboración de toda la familia, económica, física y emocional, es necesaria. El primer paso para manejar el cambio de roles y responsabilidades es reconocer que se trata de un proceso inherente al desarrollo familiar y que no es una consecuencia exclusiva de la enfermedad de alguno de sus miembros. Como se analizó antes, ciertos roles llevan implícitas algunas responsabilidades que requieren la modificación de las expectativas y de ciertos aspectos de la vida de la persona a la que se le asigna el nuevo papel, esta renuncia provoca sus propias respuestas emocionales en el individuo y son las responsables de la mayor parte de los problemas que afectan a la familia. Reconocer este mecanismo le ayudará a sentirse menos asustado y le permitirá establecer una comunicación adecuada entre las partes afectadas. Distinga las tareas que el familiar enfermo aún puede realizar, esto, además de simplificar el problema, le permite al paciente reafirmar su independencia y su autoestima. La parte más importante en este proceso consiste en encontrar el equilibrio entre lo que usted espera de su familiar y sus capacidades, piense que no encontrarlo supone un efecto Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 97 LAGE CORONA ME negativo sobre él. Cuando es su mismo familiar el que subestima sus capacidades, simplifique las tareas de modo que él pueda realizar al menos una parte. Intente asistir a grupos de apoyo de familiares de personas con la misma enfermedad que la del suyo, además del apoyo moral que esto implica, resulta más sencillo lograr conciencia plena de su situación, de los cambios que resultan de ella y de la mejor manera de afrontarlos. Las juntas familiares Una de las formas más eficaces de afrontar este tipo de situaciones y determinar claramente las tareas y el dinero que cada uno de los miembros de la familia tendrá que aportar, la constituyen las juntas. Cuando resulte difícil convocar a una puede servirse de un mediador, que podría ser el médico del enfermo o su consejero, de esta manera resulta más sencillo, incluso, definir los acuerdos. Existe un conjunto de reglas básicas que vale la pena definir desde su inicio para que la junta familiar sea exitosa: • Deben asistir todos los miembros de la familia, incluso los niños. • No se interrumpirá a ninguna persona cuando tenga la palabra, aun cuando no se esté de acuerdo con lo que esté diciendo. • Defina claramente el problema que se pretende resolver a través de la junta. • Defina claramente lo que cada uno de los familiares está haciendo en la actualidad, lo que se debe hacer y quién lo hará. • Defina cómo y cuándo se debe apoyar a otro miembro de la familia. • Tome en cuenta las propuestas y los sentimientos de todas las personas. La tranquilidad de su familiar enfermo bien vale la pena olvidar antiguos problemas familiares, tal vez no sea posible llegar a un consenso que satisfaga a todos, pero concéntrese en los acuerdos a los que pudieron llegar, esto los animará y tal vez haga que su próxima reunión tenga más éxito. Qué puede hacer para ayudar cuando usted no es el responsable principal A pesar de sus diferencias, en situaciones como la enfermedad de uno de sus miembros, las familias generalmente logran acuerdos útiles: • Manténgase en contacto con el familiar responsable, lo que le permitirá darse cuenta de los momentos en los que se necesite su ayuda. 98 • Evite la crítica. • Reconozca que el responsable principal tiene la última palabra. • Manténgase informado. Puede ayudar mejor si comprende la enfermedad y las dificultades por las que pasa el responsable. • Haga las tareas que solía hacer el enfermo, como llevar el coche al mecánico, etcétera. • Demuéstrele su apoyo a su paciente a través de detalles como prepararle y llevarle comida, etcétera. • Déle al familiar responsable lapsos en los que pueda descansar y reanimarse. • Consiga ayuda si no puede proporcionarla personalmente. En qué forma le afecta a usted atender a una persona enferma Las personas que atienden a sus familiares enfermos pueden experimentar diversos sentimientos positivos o negativos e incluso una combinación de ambos tipos. Reacciones emocionales Las personas experimentamos de diferentes maneras una misma situación y, dado que la mayor parte de las veces nuestros sentimientos son el producto de este fenómeno, generamos también sentimientos diferentes y de distinta intensidad, con base en lo cual la gente suele pensar que existen sentimientos inaceptables y a nuestro particular conjunto de emociones se agrega la soledad. Los sentimientos adversos son frecuentes, aunque la mayor parte del tiempo no seamos conscientes de ello. A menudo el amor y el desamor, por ejemplo, se experimentan al mismo tiempo con respecto a una misma persona y lo que varía es la intensidad con que uno u otro se manifiestan en el curso del tiempo. Los sentimientos intensos asustan a la mayoría de las personas porque resultan incómodos, los predisponen a reaccionar con vehemencia, o porque les preocupa la opinión que los demás tengan con respecto a su particular forma de sentir. No hay una manera correcta de sentir, si bien, lo importante es reconocer nuestros sentimientos y entender su origen y su propósito debido a que, en la mayoría de las personas, ellos determinan sus pensamientos, sus acciones y sus actitudes. Sin embargo, los sentimientos negados también influyen en la toma de nuestras decisiones, en ocasiones ni siNutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx CUANDO EL DESTINO NOS ALCANCE quiera logramos entender el porqué de nuestros actos. La principal ventaja de reconocer nuestros sentimientos y su origen real estriba en la capacidad que nos da de decidir con plena conciencia la forma en la que habremos de comportarnos ante una situación determinada. En el caso de las conductas irritantes que algunos enfermos tienen, por ejemplo, entender que son una consecuencia de su mismo padecimiento modifica nuestros sentimientos y nuestras actitudes, lo que da pie a que podamos cuidarla eficiente y adecuadamente, aunque cada persona y cada familia son diferentes. Enojo. La enfermedad de su familiar por sí sola le puede provocar enojo, además de todos los otros sucesos que pueden ocurrir concomitantemente con ella, como la falta de apoyo de su familia, la actitud y la conducta del enfermo y particularmente su propia forma de sentir. Enojarse con los médicos y otros profesionistas que colaboran en el cuidado de su familiar genera sentimientos de animadversión que no siempre están justificados. Enojarse con Dios y reclamarle tampoco es una buena estrategia debido a que, una vez tranquilo, su desplante le parece pecado y lo involucra en un círculo vicioso en el que sólo se priva de la fortaleza y el consuelo que requiere en esos momentos de tribulación; sin embargo, este tipo de luchas es parte de la experiencia de la fe. Vergüenza. Las personas que no forman parte de su núcleo familiar generalmente no saben que la actitud y muchas de las conductas de un enfermo son consecuencia de su padecimiento y no de su voluntad, por lo que pueden producirle vergüenza fácilmente. Desesperación. El trato con médicos y otros profesionistas con trato deshumanizado, la falta de información acerca del padecimiento y la imposibilidad de contar con un tratamiento definitivo son factores que conducen a la desesperación. La mayoría de las personas tiene una amplia variedad de recursos para vencer este sentimiento, si bien es imposible que cure a su familiar, está muy lejos de ser impotente. Hay muchas cosas con las que se puede mejorar la calidad de vida de un paciente y, consecuentemente, de su familia, algunas de las cuales se presentan a continuación: • Las cosas a menudo parecen peor de lo que son cuando se les mira en conjunto, concéntrese en cambiar las cosas pequeñas que sean susceptibles de modificarse. • Viva cada día según se presente. • Infórmese acerca de la enfermedad. • Platique con los miembros de otras familias con situaciones similares. • Participe en grupos de intercambio de información, apoye la investigación y haga que otras personas colaboren. • Discuta sus sentimientos con su médico, trabajador social, psicólogo o clérigo. Culpa. El sentimiento de culpa se produce cuando nuestros sentimientos gobiernan nuestros actos y procedemos injustamente contra alguien, cuando contravenimos las órdenes del que en otro tiempo fuera independiente y capaz, o bien cuando incumplimos con un alto, y generalmente exagerado, sentido de responsabilidad del cuidado del familiar enfermo. Manejar este tipo de sentimientos es relativamente sencillo, pero requiere responsabilidad, el primer paso consiste en aceptar que la culpa es un problema, es decir, que su presencia afecta nuestra capacidad de decidir. Cuando el enfermo dice cosas como: “Prométeme que nunca me llevarás a un asilo”, conviene recordar que en ocasiones él no puede tomar decisiones de forma responsable y que, en tal circunstancia, la responsabilidad recae en usted y debe actuar no con base en el sentimiento de culpa, sino en el del bienestar de la persona. Si no se siente cómodo cuando trata de distraerse lejos del enfermo, recuerde que es importante que su propia vida tenga sentido y significado y que no se base únicamente en cuidar de alguien más. En la misma medida en la que usted se sienta animado, descansado y fortalecido, la atención que le dé a su familiar será mejor. Sentirse culpable y atado a ellos a pesar de haber intentado diligentemente todas estas estrategias, puede ser un síntoma de depresión y requiere otras medidas. Duelo. Conforme la enfermedad evoluciona, la persona enferma cambia y este cambio es el presagio inminente de la pérdida del vínculo emocional que se mantenía con esa persona. Se añora el tipo de persona que nuestro familiar solía ser, y se vive continuamente entre la esperanza y la desesperación hasta que una tristeza profunda nos embarga al punto en el que el llanto es la más común de nuestras respuestas. El duelo típicamente se asocia con la experiencia emocional que sucede a la muerte de alguien, pero representa en sí mismo la respuesta a la pérdida, cualquiera que sea su causa, de una persona amada, incluso cuando físicamente está presente. Cuando el duelo sigue a la muerte es un dolor intensísimo que disminuye gradualmente y da paso a la resignación; en cambio, cuando se asocia con una enfermedad debilitante y degenerativa de una persona a la que amamos, parece prolongarse indefinidamente y se incrementa cuando la per- Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 99 LAGE CORONA ME sona enferma percibe su deterioro físico y mental. La esperanza, en tal circunstancia, alterna con la ira y la tristeza que provoca el saber que su condición es irreversible, y justo cuando uno piensa que ha logrado adaptarse al cambio, una nueva crisis sobreviene y ha de experimentar de nueva cuenta el duelo. Ciertos cambios en particular, como los provocados por los padecimientos neurológicos, son más difíciles de aceptar con resignación debido a que afectan directamente aspectos básicos de la personalidad de nuestro familiar, como la toma de decisiones, el trato con la gente, etcétera, e incitan en nosotros estados de tristeza recíprocos al lazo emocional que nos une con esa persona y que la mayoría de las personas no puede entender. El duelo, cuando sigue a la muerte de una persona, es aceptado por la mayoría de la gente, no así el que sucede a la enfermedad de un familiar, que incluso es malinterpretado y subestimado. Nada aminora la experiencia del duelo salvo, probablemente, el compartir nuestra experiencia con los miembros de otras familias que están pasando por situaciones similares. A pesar de que típicamente la gente opta por no compartir su dolor con nadie más que los implicados en él, la perspectiva que brinda su discusión analítica deriva en tranquilidad y fortaleza, ambas necesarias para continuar en el proceso. Depresión. La depresión es un estado de constante tristeza que se prolonga indefinidamente y que se acompaña generalmente de apatía, abulia, ansiedad, disminución del apetito e insomnio. Muchas personas encuentran alivio a través de los grupos de apoyo o mediante la realización de actividades que resultan especialmente agradables. El descanso físico es importante pues el agotamiento incrementa las manifestaciones del estado depresivo, por lo que el apoyo familiar expedito resulta de suma utilidad para la persona que la padece. Reacciones físicas Fatiga. La fatiga y la depresión suelen manifestarse concomitantemente y la una puede ser consecuencia o causa de la otra. La fatiga normalmente aparece en la persona responsable de cuidar al enfermo debido a que, por lo general, no descansa lo suficiente debido al exceso de trabajo. Enfermedades. Las personas cansadas y con alteraciones del ánimo se enferman más frecuentemente que aquellas que no manifiestan estas alteraciones. Cuando la persona responsable del cuidado del paciente se enferma las cosas se complican más, incluso para ella. 100 Haga todo lo posible por descansar lo suficiente, mantenga una dieta equilibrada, haga ejercicio y ceda la responsabilidad del cuidado del enfermo a otra persona a manera de vacaciones. Evite los excesos en la ingestión de alcohol, comida o la administración de fármacos. Consulte periódicamente a un médico para detectar problemas de salud como anemia, hipertensión, etcétera. Generalmente diferimos las actividades que nos permiten conservar la salud debido a la falta de tiempo o a la escasez de dinero; sin embargo, por su propio bien, y en consecuencia, del de su familiar enfermo, haga todo cuanto esté a su alcance para conservarla. El futuro Es importante que haga planes para el futuro que permitan estar preparados para afrontar los cambios que el enfermo experimentará, de tal forma que resulten menos dolorosos. El estado del enfermo cambiará conforme la enfermedad avanza y ello implica que su atención y cuidados también tendrán que modificarse, con base en lo cual será necesario reconocer su capacidad para afrontar estos cambios teniendo en cuenta su estado emocional y las otras obligaciones que tiene, como aquellas con su cónyuge, con sus hijos, en su empleo, etcétera. Tenga presente, además, que cualquier decisión que tome afecta a su familia, independientemente de que sea usted quien asuma la responsabilidad. Considere buscar ayuda profesional e inste a su familia a ayudar física, emocional y económicamente. Es muy importante planear todo lo relacionado con los gastos, especialmente cuando los ingresos son limitados, debido a que la atención de un paciente grave implica gastos mayores. Ayude a su familiar a resolver las cuestiones legales de modo que no queden pendientes, al mismo tiempo, tome usted las precauciones necesarias para que su familiar pueda contar siempre con la ayuda que necesita. Resulta sumamente importante adecuar el lugar de residencia de su familiar a sus condiciones actuales y a aquellas que le depare la evolución de su enfermedad. La ubicación, la conformación y los gastos de manutención que genere son los aspectos principales que debe considerar al respecto. Muerte de la persona a su cargo La muerte es un acontecimiento natural al que, por log eneral, aceptamos, al menos intelectualmente. Cuando la muerte Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx CUANDO EL DESTINO NOS ALCANCE sobreviene a una enfermedad debilitante de larga evolución suele generar, las más de las veces, sentimientos adversos en las personas que estuvieron implicadas en el cuidado del paciente. El duelo y la confortante idea de que, al menos para quien estuvo enfermo el sufrimiento terminó, son los sentimientos que la gente en esta situación experimenta con mayor frecuencia. No existe, y es sumamente importante recordarlo, una manera correcta de sentir la muerte de una persona. El alivio que supone la muerte de una persona cuya enfermedad y deterioro progresivo le han provocado mucho dolor durante mucho tiempo, es un sentimiento común, pero hay quien a pesar de ello sentirán pesar. La conjunción de ambos sentimientos, en intensidades distintas, es lo habitual. En cualquier caso, reconocer y departir estos sentimientos constituye la mejor estrategia para afrontarlos. Sea cual fuere nuestra respuesta emocional ante la muerte de un ser amado, los sentimientos cambian con el paso del tiempo. Cómo cuidarse a sí mismo Los cuidados y atenciones que se le brindan a un enfermo dependen directamente del bienestar de la persona que lo atiende. Es esencial, por lo tanto, encontrar alternativas para procurarse las atenciones necesarias de modo que pueda contar siempre con los recursos emocionales y físicos necesarios para la adecuada atención de su familiar. • Procúrese tiempo libre. • Obséquiese con atenciones o regalos periódicamente. • Fortalezca los vínculos emocionales con su pareja, sus familiares y amigos. • Evite el aislamiento. A lo largo de esta lectura se han hecho varias recomendaciones para enfrentar la enfermedad de alguno de nuestros familiares. La mayor parte de las veces, sin embargo, resulta difícil seguir adelante y la búsqueda de otro tipo de apoyo se hace necesaria. La familia del enfermo, especialmente los miembros implicados directamente en su cuidado, se pueden beneficiar con la terapia psicológica. Uno de sus tipos en particular, la terapia gestáltica, resulta ideal debido a que a través de la descripción de los sucesos y cosas presentes a nuestro intelecto, logra captar su esencia y nos ayuda a ampliar nuestra conciencia holística, es decir, la conjunción de la conciencia intelectual, emocional y organísmica, lo que nos permite responsabilizarnos y tomar decisiones adecuadas que influyen positivamente en el enfermo y la familia. Epílogo La vida ha seguido su curso, desde que comencé este trabajo han pasado aproximadamente seis meses y me pregunto si toda esta información ha tenido algún efecto en mí. Al principio, me sentía muy presionada, igual que si una gran ola estuviera encima de mí, me sentía llena de miedo y con mucha ansiedad. Hoy, sin embargo, puedo aceptar libremente ese miedo y la ansiedad, estoy consciente del efecto que estos sentimientos tienen sobre mí y de esa forma el impacto ha disminuido. Pasé de ser la protagonista de una serie de trágicas fantasías a vivir sólo el momento presente, es decir, de acuerdo con la terapia gestáltica, me di cuenta. El sentido tan exagerado de responsabilidad que me había impuesto cedió cuando fui capaz de mantener una distancia emocional sana y de aclarar los límites de mi capacidad de ayuda. La conciencia plena de lo que puedo y deseo dar me hizo responsable del momento presente, del aquí y ahora de la terapia gestáltica, y al mismo tiempo me permitió tomar decisiones responsables, proactivas y centradas en mi situación personal y en la de mi familia, alcanzando de esta forma el tercer objetivo de la terapia Gestalt. Espero que el presente trabajo sea de ayuda para las personas que están pasando por una situación similar y que aquellas que no la han pasado puedan comprender mejor a quienes la están viviendo. BIBLIOGRAFÍA 1. 2. Estrada LI. El ciclo vital de la familia. México: Grijalvo, 1997. Frankl V. El hombre en busca de sentido. 11ª edición. Madrid: Herder, 1990. 3. Mace Nl. Cuando el día tiene 36 horas. Una guía para cuidar a enfermos con pérdida de memoria, demencia senil y Alzheimer. México: Pax, 1997. 4. Martínez YA. Los atributos existenciales como una meta estratégica psicoterapéutica. Revista Figura Fondo 1999;3:7596. 5. Pérez VV. El hombre y su muerte. Preparación para la vida. México: Grijalvo, 1996. 6. Quitmann H. Psicología humanista. Madrid: Herder, 1986. 7. Rogers CR. El proceso de convertirse en persona. México: Paidós, 1972. 8. Valencia JJ. Los cuidados del anciando. México: Diana, 1998. 9. Villanueva MA. Más allá del principio de autodestrucción. México: El Manual Moderno, 1988. 10. Viorst J. El precio de la vida. Las pérdidas necesarias para vivir y crecer. Buenos Aires: Emecé Editores, 1986. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 101 Nutrición Clínica 2003;6(1):102-4 Revisión crítica de la literatura Yolanda Méndez Romero* Aspectos nutricionales relevantes en el paciente de la tercera edad La ingestión de grandes dosis de vitamina A puede influir en la aparición de fracturas en las mujeres postmenopáusicas. Feskanich D, Singh V, Willett W, Colditz G. Vitamin A intake and hip fractures among postmenopausal women. JAMA 2002;287:47-54. Resumen: La ingestión de cantidades tóxicas de vitamina A afecta la remodelación ósea y genera efectos adversos en el esqueleto. El consumo de grandes cantidades de vitamina A incrementa el riesgo de fracturas. Los resultados de los estudios en animales sugieren que el consumo de ácido retinoico suprime la actividad osteoblástica, estimula la formación de osteoclastos y antagoniza el efecto de la vitamina D para mantener las concentraciones séricas de calcio, lo que acelera la reabsorción ósea y condiciona la aparición de fracturas. En los seres humanos, la ingestión de grandes cantidades de vitamina A ocasiona hipercalcemia y anormalidades óseas, además, en los pacientes con padecimientos dermatológicos tratados con retinoides disminuye la masa ósea y las concentraciones séricas de los marcadores bioquímicos de recambio óseo. Se presume, incluso, que la ingestión de grandes cantidades de vitamina A por periodos prolongados contribuye a la aparición de osteoporosis y a la generación de fracturas de cadera. En este estudio prospectivo se evaluó la relación entre la ingestión de grandes cantidades de vitamina A, sea que se haga a través de la dieta o de suplementos vitamínicos, y el * Médico internista y nutriólogo clínico, Hospital Aranda de la Parra, León, Guanajuato. Correspondencia: Dra. Yolanda Méndez Romero. Centro Oncológico, 1er piso, Hidalgo 327, Zona Centro, León, Guanajuato. E-mail: [email protected] La versión completa de este artículo también está disponible en internet: www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 102 riesgo de fractura de cadera en mujeres postmenopáusicas. El estudio inició en 1980 y tuvo una duración de 18 años, se realizó en varias comunidades de 11 estados de Estados Unidos. Se incluyeron 72,337 mujeres postmenopáusicas de 34 a 77 años de edad, a quienes se les preguntó si habían tenido alguna fractura de cadera antes del estudio y se les aplicaron cuestionarios para la medición semicuantitativa de la frecuencia del consumo de alimentos, complementos vitamínicos y minerales, y el tipo de aceite o margarina que utilizaban. Resultados: del 35 al 43% del valor diario recomendado para la ingestión de ácido retinoico se obtiene a través del consumo de suplementos vitamínicos en la mayoría de las mujeres postmenopáusicas, en tanto que el consumo de hígado fue la principal fuente natural de este nutrimento, aunque entre 1980 y 1994 su ingestión disminuyó y aumentó concomitantemente el consumo de leche y cereales en el desayuno. En el caso de los carotenos, 30 a 41% de su requerimiento diario se obtiene a través del consumo de zanahorias. En 1980, aproximadamente 34% de la población de estudio consumía suplementos vitamínicos y, en 1996, esta cifra aumentó a 53%. Durante todo el estudio, entre 3 y 5% de la población consumía suplementos de vitamina A, en tanto que, entre 1984 y 1992, menos del 3% de las personas consumían suplementos de carotenos, aunque para 1994 este porcentaje se incrementó a 10%. El aporte diario recomendado (RDA) de vitamina A es de 700 mcg, pero se pueden ingerir hasta 3,000 mcg diarios. Durante la investigación, 14% de la población consumía una cantidad menor a la recomendada y 21% la sobrepasaba. En la población estudiada, hubo 603 casos de fracturas no traumáticas, la edad promedio de las personas que las tuvieron fue de 64 años y la frecuencia con la que estas fracturas se manifestaron en las mujeres que consumían cantidades menores de vitamina A fue significativamente menor en comparación con quienes consumían cantidades mayores (RR 1.48, IC 95% 1.05 a 2.07, p=0.003). En las mujeres cuyo consumo excedía el límite recomendado, la frecuencia fue mayor (RR 1.89, IC 95% 1.33 a 2.68, p <0.001). Con respecto al consumo de carotenos no hubo ninguna diferencia en la frecuencia de aparición de fracturas. Las mujeres que consumían hígado y zanahorias una o más veces a la semana no tuvieron un mayor riesgo de maNutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx REVISIÓN CRÍTICA DE LA LITERATURA nifestar fracturas. No se encontraron diferencias significativas entre las mujeres que fumaban y las que no lo hacían, pero la terapia hormonal de reemplazo disminuyó el riesgo. correlacionó con la disminución del riesgo de padecer esta enfermedad (RR 0.82, IC 95% 0.68 a 0.99 y RR 0.82, IC 95% 0.66 a 1, respectivamente). El consumo de antioxidantes disminuye el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer. Engelhart M, Geerlings M, Rutenberg A, et al. Dietary intake of antioxidants and risk of Alzheimer disease. JAMA 2002;287:3223-9. La inseguridad alimentaria en el paciente anciano. Sun LJ, Fronguillo EA. Nutritional and health consequences are associated with food insecurity among US elderly persons. J Nutr 2001;131:15039. Resumen: El estrés generado por el incremento de los agentes oxidantes celulares, denominado estrés oxidativo, contribuye a la evolución de la enfermedad de Alzheimer. En el estudio histopatológico del cerebro de los pacientes con esta enfermedad se pueden observar lesiones que corresponden a su exposición a los radicales libres. El estrés oxidativo en el cerebro de estos pacientes se puede evaluar a través de las concentraciones tisulares elevadas de los agentes endógenos antioxidantes. Los resultados de algunos estudios sugieren que los antioxidantes endógenos reducen la toxicidad de los beta-amiloides que se producen en el cerebro de los pacientes con enfermedad de Alzheimer. El estudio investiga el efecto de la ingestión de nutrientes antioxidantes, como los carotenos, los flavonoides y las vitaminas C y E, en la evolución de la enfermedad de Alzheimer. Se estudió una población constituida por 5,395 pacientes con una edad promedio de 55 años, sin demencia ni alteraciones neurológicas, cardiovasculares, oftálmicas ni de la locomoción, a quienes se les aplicaron encuestas dietéticas y fueron evaluados en forma constante en busca de datos de demencia, con base en los criterios de la tercera edición del Diagnosic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM III R) y del National Institute of Neurological and Communicative Disorders and Stroke y la Alzheimer Disease and Related Disorders Association (NINCDS-ADRDA). Resultados: Las personas incluidas tenían una edad promedio de 67.7 años, la mayoría de las cuales era del sexo femenino. El 23% de ellas fumaban, 12% consumían complementos antioxidantes y 28% tenían el alelo 1 APCE-4. Después de seis años de iniciado el estudio, 197 participantes resultaron con demencia y la enfermedad de Alzheimer se diagnosticó en 146 de ellas. Tras el análisis estadístico y el ajuste de las variables que generaban confusión, el consumo de vitaminas C y E se Resumen: La inseguridad alimentaria afecta a 5.5% de las personas ancianas que viven en pensiones de Estados Unidos, lo que altera su salud y disminuye su calidad de vida. Los problemas psicológicos, sociales y económicos que distinguen a esta etapa se relacionan directamente con el estado nutricional y de salud de este tipo de personas. Los datos recolectados en el Third Health and Nutrition Examination Survey (NHANES III) y el Nutrition Survey of the Elderly in the New York State (NSENY 1994) fueron utilizados en este estudio, junto con los obtenidos de 477 personas ancianas incluidas en la investigación. La inseguridad alimentaria es un efecto de la disponibilidad limitada de alimentos nutritivos, debido principalmente a factores sociales y económicos. En los ancianos incluidos se determinó la cantidad y calidad de los alimentos ingeridos, los datos antropométricos y el estado nutricional y de salud. Las variables que podían generar confusión, como características demográficas, económicas, psicológicas y de salud, fueron controladas. Resultados: En la población incluida en el NHANES III, la edad promedio fue de 70.8 años y sólo 15% de la población era mayor de 80 años. La mayoría (57%) fueron mujeres y sólo 11% de las personas eran de grupos poblacionales minoritarios. Un total de 6,558 ancianos contestaron el cuestionario, 1.7% tenían una alimentación insuficiente y 60% problemas físicos debilitantes, de los cuales, 48% no podían ocuparse de su cuidado personal y 11% no podía vivir en forma independiente. En el estudio NSENY se incluyeron personas con una edad promedio de 67.7 años, 19.9% de las cuales era mayor de 80. La mayoría eran mujeres (61.6 %) y sólo 20.9% de las personas eran de grupos poblacionales minoritarios. Se incluyeron 6,596 ancianos, 42.5% eran viudos y 47% vivían solos y tenían problemas físicos debilitantes, de los cuales, Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 103 MÉNDEZ ROMERO Y 21.9% no podían ocuparse de su cuidado personal y 30.7% no podía vivir en forma independiente. La inseguridad alimentaria se encontró en 53% de las personas de clase económica baja, en 37.4% de los individuos provenientes de grupos poblacionales minoritarios, en 53.7% de los ancianos que viven solos, en 34% de las personas incluidas en los programas alimenticios y en 21.3% de las personas que padecen abandono social. La ingestión insuficiente de alimentos se relaciona directamente con una ingestión calórica insuficiente y un menor consumo de 12 nutrimentos importantes, entre los que destacan las proteínas, el hierro, el zinc, la riboflavina, la niacina y las vitaminas B6 y B12. Las personas que ingieren cantidades insuficientes de alimentos tuvieron una disminución signifi- cativa de la medida de los pliegues suprailiaco y femoral, así como de la suma de los cuatro pliegues medidos. Conclusión: El número de personas en la etapa de la vejez se ha incrementado en los últimos años y, aunque las condiciones económicas y la educación en Estados Unidos son buenas, existen subgrupos con múltiples factores que afectan su estado nutricional y de salud. Este estudio revela que la inseguridad alimentaria es un factor de riesgo relacionado con un estado nutricional y de salud deficientes en las personas de la tercera edad. Los ancianos consumen menos nutrientes y la aparición de la inseguridad alimentaria es independiente de la clase económica, las enfermedades concomitantes, la edad, el género, la raza y el grado de estudios de esta población. La Sociedad de Nutriología, A.C. invita al XVI Simposio Anual Centro de Convenciones, Acapulco, Guerrero 12 de noviembre del 2003 Dentro de las actividades del XIII Congreso Latinoamericano de Nutrición SLAN 2003 Tema principal: La utilidad de la composición corporal como apoyo para el diagnóstico del estado de nutrición en salud y enfermedad Con la participación de grandes personalidades en el ámbito de la composición corporal, como el Dr. Henry Lukaski, Dr. Robert Ross y el Dr. Angelo Pietrobelli, entre otros. Informes: 5512-4600 (de 3:00 a 7:00 pm), www.snac.org.mx 104 Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx Nutrición Clínica 2003;6(1):105-6 Degustando el arte Introducción Rosa María Morales D’Herrera* Desde ahora, Degustando el arte intentará enriquecer culturalmente a la revista que tienen en sus manos a través del análisis cronológico de la relación que hay entre la gastronomía y el arte plástico. Esta nueva sección pretende dar un toque cultural a Nutrición Clínica con el acercamiento entre el arte y la gastronomía. Por este motivo, en cada número aparecerá un artículo con una revisión histórica cronológica del mundo occidental, desde el nacimiento de la gastronomía y el arte plástico, es decir, desde la prehistoria, hasta la actualidad. A simple vista puede pensarse que el arte y la gastronomía no tienen nada en común; sin embargo, son dos disciplinas relacionadas continua y profundamente, y si se busca entender el comportamiento del hombre en un plano sensible podrá encontrarse esta relación estrecha, ya que gran parte de una cultura se refleja en su comida y en sus manifestaciones plásticas. El arte es uno de los elementos más claros que explica el sentir general de una sociedad, ya que por sí mismo lo transmite, mientras que la cocina típica de una comunidad permite adentrarse en sus tradiciones más enraizadas. El arte es un concepto difícil de definir, en la actualidad no existe una forma exacta que lo describa, su significado va transformándose de acuerdo con el tiempo y lugar donde esté presente. Existe una infinidad de definiciones, desde las más teóricas hasta las más abstractas. Es muy complicado delimitar el arte, ya que es ambiguo por naturaleza: es fin y medio a la vez, entendiendo que es el producto de una sociedad, pero al mismo tiempo, ésta se refleja en sus mani* Diplomada en alta cocina internacional y estudiante de la licenciatura en historia del arte de la Universidad de Barcelona. Correspondencia: Rosa María Morales D’Herrera. Petrarca 223102, Col. Chapultepec Morales, CP 11570, México, DF. Tel./fax: 5308-3041, E-mail: rosa_ [email protected] La versión completa de este artículo también está disponible en internet: www.revistasmedicasmexicanas.com.mx festaciones artísticas, por lo que a través de ellas puede comprenderse a la comunidad creadora. Puede decirse que el arte, por sí mismo, es comunicación. Al igual que la escritura o el habla, es una forma de expresión que tiene su propio lenguaje. En pocas palabras, el arte es la producción humana a través de la cual se expresa una comunidad de un cierto tiempo y lugar. Por ello, la historia del arte se considera la ciencia que intenta explicar, ordenar y valorar la expresión artística de cada comunidad de manera cronológica y geográfica. Al intentar definir la gastronomía también nos encontramos con obstáculos, ya que un diccionario podrá definirla como el arte de comer o cocinar. Sin embargo, en este caso, no se toma el concepto de arte como se definió, sino como la habilidad o capacidad de cocinar o comer bien. Desde el punto de vista de un historiador del arte, la gastronomía no entraría en el concepto de arte; sin embargo, el comer o el cocinar no es sólo una habilidad, sino que puede afirmarse que es un tipo de arte efímero. Es decir, es un producto artístico que se realiza para más tarde morir o desaparecer, creado individualmente pero representando a una gran parte de la sociedad de un momento y lugar específico; simplemente por reflejar ciertas costumbres alimenticias que son parte de una cultura. Si se toma la opinión de un chef, un sibarita o un gourmet podrá entenderse que la gastronomía es una de las pocas formas del arte que se pueden apreciar a través de todos los sentidos, tanto la vista, como el olfato y el tacto, principalmente el gusto e inclusive el oído. Un platillo debe conquistar por su presentación y los aromas que emanan de él y, una vez que se prueba, pueda experimentarse todo tipo de texturas, sabores e incluso sonidos. Existe un dicho popular que recita: Dime qué comes y te diré quién eres, así como hay otro que dice: Hablar de la gastronomía de un pueblo es hablar de su historia. Al igual que el arte, la gastronomía sirve, entre muchas otras cosas, para explicar el presente o el pasado. Si realmente se quiere entender por qué hoy el ser humano es como es, hay que remitirse a la herencia que nuestros antepasados nos Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 105 MORALES D’HERRERA RM legaron. Por este motivo, los invito a adentrarnos en la historia del arte y la gastronomía del mundo occidental. Agradecimientos Mi mayor anhelo desde hace varios años era ser escuchada, en este caso leída, por este motivo, el publicar finalmente las investigaciones que he realizado desde hace cerca de tres años sobre la relación entre el arte y la gastronomía es, en verdad, hacer un sueño realidad. Quiero agradecer infinitamente tanto a María de los Ángeles Espinosa como a María del Consuelo Velázquez Alva por darme esta oportunidad. ¡Gracias! Aprovecho también este espacio para ponerme a las órdenes de todos los lectores; cualquier sugerencia, duda o comentario, así sea bueno o malo, será muy bien recibido. Gracias de nuevo y espero que les guste esta nueva sección. CURSOS DE EDUCACIÓN A DISTANCIA EN NUTRICIÓN La Facultad de Medicina, de la Universidad de Chile desarrolla desde 1998 un PROGRAMA DE POSTGRADO DE EDUCACIÓN A DISTANCIA EN ALIMENTACIÓN Y NUTRICIÓN, orientado a profesionales de la salud, fundamentalmente médicos, licenciados en nutrición y enfermeras. Los cursos duran alrededor de 20 semanas e implican una dedicación promedio de 6 a 8 horas semanales, se utiliza material docente diseñado y validado para estimular y desarrollar la autoformación. Se consideran evaluaciones escritas, se exige un promedio final mínimo de 5 puntos (escala de 1 a 7), para recibir la certificación que otorga la Escuela de Postgrado de la Facultad de Medicina. Los cursos se desarrollan bajo dos modalidades: ♦ Con medios impresos (apuntes docentes, guías de trabajo, libros) que se envían al domicilio o lugar de trabajo. Las actividades tutoriales se realizan por correo electrónico, teléfono o fax. ♦ Vía Internet, en que el material docente está disponible en archivos digitales; la comunicación e interacción entre alumnos y docentes se realiza por foros de discusión, charlas en línea (chat), preguntas frecuentes, etc. Curso Tipo Horas de curso Costo* Fecha US$ de inicio Alimentación y nutrición del niño y adolescente Impreso 160 300 Junio Evaluación del estado nutricional: avances, Impreso 160 300 Junio Bases nutricionales para una alimentación saludable Internet 130 276 Mayo Prevención, tratamiento y control de la obesidad Internet 148 320 Mayo análisis e interpretación de datos antropométricos y alimentarios * A cancelar con tarjeta de crédito en 4 cuotas Información e inscripciones: [email protected] [email protected] [email protected] www.medichi.cl Tel.: (562) 678-6130. Fax (562) 735-5581. 106 Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx Nutrición Clínica 2003;6(1):107-16 Degustando el arte La Prehistoria Rosa María Morales D’Herrera* Resumen Abstract Al iniciar el recorrido histórico por el mundo occidental con el nacimiento del arte y la gastronomía, se notan los cambios que sufrió la forma de vida del hombre prehistórico, desde que concebía a la naturaleza como su principal fuente de supervivencia hasta convertirse en un ser productivo al descubrir la agricultura. Al entender el arte prehistórico puede comprenderse la mentalidad de los primeros humanos y su preocupación primordial: la alimentación. Beginning the historical journey through Occident with the birth of art and gastronomy, the changes that human life suffered will be noticed since the prehistoric man conceived nature as his main source of surviving, until he became productive discovering agriculture. Understanding prehistoric art allows the comprehension of the first human beings’ mentality and their principal preoccupation: obtaining food. Palabras clave: pinturas rupestres, naturalismo, abstracción, fuego, caza, agricultura, nomadismo y sedentarismo. Key words: parietal paintings, naturalism, abstraction, fire, hunt, agriculture, nomadic and sedentary life. Los inicios ¿Cómo surgió el hombre? Ésta es aún una de las mayores incógnitas de la vida. Muchos la explican a través de la fe en sus respectivas religiones. Sin embargo, la teoría científica más aceptada es la que planteó Charles Robert Darwin (1809– 1882), naturalista y fisiólogo inglés, quien en el año de 1859 dio a conocer su libro El origen de las especies , y más tarde El origen del hombre. En ambos afirma que el hombre y los grandes monos tienen un antepasado común.1,2 A través de los años la antropología ha sustentado esta teoría. Si en realidad se acepta dicha propuesta, entonces, nuestros ancestros se remontan a aproximadamente 60 millones de años; los cuales, al paso del tiempo, poco a poco, se transformaron de primates a antropoides, se acostumbraron a permanecer en posición erecta y a caminar de pie. Debe tomarse en cuenta que esta evolución fue lenta y progresiva. Así, los primeros hombres fueron capaces de construir herramientas utilizándolas para cazar y comer, lo que los diferenció cada vez más de los otros animales. La cadena de eslabones perdidos, como los llama la ciencia, * Diplomada en alta cocina internacional y estudiante de la licenciatura en historia del arte de la Universidad de Barcelona. Correspondencia: Rosa María Morales D’Herrera. Petrarca 223102, Col. Chapultepec Morales, CP 11570, México, DF. Tel./fax: 5308-3041, E-mail: [email protected] Recibido: enero, 2003. Aceptado: febrero, 2003. La versión completa de este artículo también está disponible en internet: www.revistasmedicasmexicanas.com.mx da finalmente como resultado al homo sapiens; un hombre de la misma subespecie que la humanidad actual.3 A pesar de que el hombre ha existido desde hace millones de años, el arte y la gastronomía empiezan a estudiarse a partir de la Edad de Piedra, debido a que es hasta entonces cuando aparecen restos que permiten realizar una investigación más profunda. Aun cuando la antropología y la arqueología han hecho grandes descubrimientos sobre la forma de vida de los primeros hombres, es gracias al arte prehistórico como puede entenderse más a fondo su mentalidad y sus preocupaciones de subsistencia. El arte prehistórico se conforma principalmente por pinturas rupestres o parietales, es decir, pinturas realizadas directamente sobre piedra (rupa : piedra; parietal : pared) y pequeñas esculturas talladas en hueso o piedra. Sus creadores, los hombres prehistóricos occidentales, se asentaron en la zona cantábrica, que comprende Europa Central y Oriental, así como el noroeste de África y parte del este de Asia. Estas manifestaciones plásticas se dividen en tres periodos artísticos:4 • Paleolítico (Vieja Piedra) 40,000-10,000 aC. • Mesolítico (Media Piedra) 10,000-8,000 aC. • Neolítico (Nueva Piedra) 8,000-3,000 aC. Esta división no tiene una cronología exacta, dado que para ese momento el hombre aún se agrupaba en diversas tribus con niveles de desarrollo distintos, por lo que las fechas son aproximadas y mayoritarias. Se han encontrado muestras de arte paleolítico en años que ya comprendería el Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 107 MORALES D’HERRERA RM Neolítico, todo dependerá de la tribu y el lugar de que se trate. En estos casos, el estilo artístico es lo que permite reconocer a qué periodo corresponde cada representación. Antes que nada debe entenderse qué significa el naturalismo y la abstracción, ya que son el punto de partida para determinar los estilos artísticos. Mientras que el naturalismo busca la imitación de la naturaleza, lográndose a través de la percepción sensitiva, es decir, por medio de los sentidos, de lo tangible, visible, audible, etcétera; la abstracción, como su nombre lo indica, es abstraer una idea, disociar las partes del todo. Si se observa un dibujo infantil podrá entenderse que sus representaciones son abstractas, ya que el niño plasma la idea que tiene de un objeto dado a través de los elementos indispensables que permitan comprender qué es lo que pretende dibujar.5 Una expresión abstracta logra transmitir su significado incluso con formas muy simples; en cambio, una representación naturalista plasma hasta los aspectos más detallados, ya que son los que provocan la semejanza con el natural. Erróneamente puede valorarse más el naturalismo que la abstracción, o viceversa, al creer que uno es mejor que otro por la habilidad de plasmar hasta el más mínimo detalle o bien, por la capacidad de representar algo con tan sólo una línea; sin embargo, no debe cuestionarse qué es mejor, ya que ambos son válidos como medio de expresión, tanto la abstracción como el naturalismo tienen sus propias dificultades. Debe entenderse que no son opuestos, sencillamente son distintos, y en muchas ocasiones, podrán verse mezclados en una misma obra. Comprender estos conceptos es indispensable, ya que el naturalismo y la abstracción surgen con el nacimiento mismo del arte, en la Prehistoria, pero se encuentran a lo largo de toda la historia del arte. Las pinturas del Paleolítico muestran enormes animales con un gran naturalismo, pero el hombre aún no se representa a sí mismo en manifestaciones plásticas; es hasta el Mesolítico cuando comienza a observarse la presencia del hombre en el arte. El periodo Mesolítico es un momento de transición, una época de cambio para el hombre prehistórico. Puede considerarse como uno de los momentos más importantes de la humanidad, ya que es cuando el hombre toma mayor conciencia sobre sí mismo, se da cuenta de que no sólo depende de la naturaleza que lo rodea, sino también de sus propias habilidades. A pesar de la gran importancia que tiene este periodo, el resultado de la transición mesolítica puede apreciarse mejor durante el neolítico. 108 En materia de gastronomía, el arte neolítico es más claro que el paleolítico, ya que se muestran las primeras actividades realizadas por el humano para producir su alimento. En este caso, las pinturas rupestres muestran un estilo mucho más abstracto, pero se identifican notoriamente las representaciones antropomorfas, es decir, formas humanas. Hacia finales del Neolítico, las tribus se desarrollaron cada vez más hasta dar origen a las primeras civilizaciones occidentales: Egipto y Mesopotamia, las que fueron capaces de crear la escritura, dando comienzo así a la Historia y dejando atrás la Prehistoria. Paleolítico Imaginemos estar parados frente a un animal diez veces mayor en tamaño que nosotros, ya muerto, tirado en el suelo después de haberlo cazado; puede ser un bisonte, mamut, caballo salvaje, tigre o bien un venado... estamos, entonces, frente a lo que será nuestra comida. Pintura rupestre del toro salvaje. Paleolítico. Lascaux, Francia. Llevamos varios días con el estómago casi vacío, con sólo unas cuantas bayas y hierbas silvestres; lo único que deseamos es comer algo más sustancioso. Nos disponemos a morder un trozo de carne cruda, probablemente aún sigue caliente porque el animal acaba de morir o tal vez ya está fría y rancia porque lleva varios días muerto. Aún así, ¡necesitamos comer! Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx LA PREHISTORIA Nos situamos entre los años 40,000 y 10,000 aC, en la zona cantábrica, territorio que ahora ocupa parte de Europa Central y Oriental, el noroeste de lo que hoy conocemos como África y parte del este de Asia.6 Época perteneciente al periodo prehistórico artístico denominado Paleolítico, momento en que se crearon las más antiguas representaciones plásticas, es decir, las pinturas parietales plasmadas en cuevas o abrigos rupestres. Los principales motivos del arte paleolítico son las figuras de animales de gran tamaño, aisladas o en grupo, como los bisontes, los ciervos, los caballos y otros, casi siempre pintadas en colores ocres, rojizos y negros. Estas primeras formas de expresión artística contienen un naturalismo sorprendente, es decir, realmente son el resultado de la observación de la naturaleza. Los contornos, las proporciones y los volúmenes creados tanto a través del colorido como del aprovechamiento de la roca misma que sirve de fondo, permiten ver que el hombre tenía un contacto total con el medio que lo rodeaba, permitiéndole captar la esencia y la forma de lo que su ojo percibía.4 El primer arte parietal es de los pocos elementos con que se cuenta para estudiar la forma de alimentación o inicio gastronómico de la época. Gracias a éste pueden conocerse las principales actividades del hombre prehistórico, que eran básicamente de supervivencia; preocupándose tan sólo por plasmar sobre las paredes lo que hacía para continuar en este mundo: cazar y recolectar, medios que le permitían alimentarse y sobrevivir. Transportémonos en el tiempo, regresemos a esos años lejanos y en vez de observar una pintura, imaginemos ver al animal vivo, es el momento de cazarlo, para después consumirlo. Tenemos únicamente los escasos instrumen- Representación parietal del caballo prehistórico atacado. Paleolítico. Lascaux, Francia. tos de la época, piedras afiladas después de tallarlas, intentamos que sean cuchillos o lanzas o, bien, con herramientas hechas de madera, hueso o cuerno. Conseguido el objetivo: matarlo, llega el momento de destazarlo. Podrá ser el alimento para ese día o para varios, ya que no sabemos cuándo habrá un nuevo encuentro. Una vez que la parte del animal se ha asignado, ganado o peleado, ya sea una de las patas, un pedazo del lomo o incluso la cabeza, iniciamos el siguiente procedimiento de preparación, quitar la piel. Después, habrá que separar la grasa, la carne y los huesos. Una vez hecho esto, se debe transportar el alimento a un lugar seguro o donde se encuentra el resto de la comunidad. Imaginemos la belleza del planeta de esos días, haciendo recorridos por las estepas, praderas o montañas solitarias, donde aún no existía ninguna huella de la civilización, sólo la naturaleza que nos rodea. Tal vez para nosotros, hombres del siglo XXI, sería una maravilla, pero para nuestros ancestros fue un verdadero peligro. Debían estar siempre preparados, en cualquier momento podía salir a su encuentro un animal salvaje que los atacara, otra tribu que quisiera pelear por su comida, un abismo o un río difíciles de atravesar. Por ello, debían cargar siempre con sus armas, mismas con las que cazaban. Por último, llegaban con su tribu después de algunas horas e inclusive días; este sitio sería tal vez alguna cueva o refugio donde prepararían su alimento. Se cree que el hombre descubrió el fuego hacia el año 400,000 aC; sin embargo, en el Paleolítico aún existían muchas tribus que no lo utilizaban, ya fuera porque lo desconociesen o porque no pudieran controlarlo.3 Por este motivo, las batallas entre los clanes no eran sólo por el alimento, sino también para robar el fuego y así mejorar su forma de vida. El clan que conocía y controlaba el fuego podía aprovechar mejor las piezas cazadas, ya que el proceso de elaboración era más complejo que el usado por el resto de las hordas, es decir, la cocción del alimento. Es en ese momento que nace la cocina. Cocinar los alimentos fue un descubrimiento de capital importancia para la humanidad. Es seguro que el hombre prehistórico se sorprendió al ver los cambios que sufrían las carnes y plantas al someterlas a esa candente flama amarillenta. ¡Cómo transforma el fuego todo, dándole mejor sabor y consistencia! Con los vagos conocimientos de la época, el fuego era sumamente importante. Procuraba calor, luz y una alimentación de más fácil masticación y mejor digestión. Pero eso no fue lo único que le dio el fuego al hombre, Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 109 MORALES D’HERRERA RM probablemente sin su existencia y uso hoy no seríamos lo que somos. Debe hacerse hincapié en este punto porque muchos estudiosos plantean que gracias al fuego y la cocción de los alimentos, se da la evolución del hombre. Al cocer las carnes, las frutas, los vegetales o las bayas se facilitó su masticación, lo que hizo posible que se redujera el tamaño de los músculos faciales, que a su vez permitió un mayor espacio a la cavidad craneana y, por consecuencia, un aumento en el volumen de la masa encefálica.7 Gracias al fuego se da la evolución intelectual y física de ciertos clanes. Es el punto de partida para el nacimiento simultáneo del arte y la gastronomía. Sin esta fuente de energía no se habrían realizado pinturas en las cavernas oscuras, así como tampoco existiría el arte de cocinar. Las técnicas de cocción variaban dependiendo de los experimentos y gustos de cada tribu, por lo que algunas eran más elaboradas que otras. Se cree que las primeras formas de cocinar fueron el caldo o sopa, introduciendo todo tipo de ingredientes en agua caliente; así como los asados, que se lograban poniendo los alimentos directamente sobre el fuego. Otro procedimiento consistía en colocar la flama debajo de una losa de piedra, permitiendo que se calentara para colocar sobre ella la carne. Según el clan del que se tratase y su grado de evolución se encuentran pocas y rudimentarias prácticas culinarias de este periodo. Una de ellas se llevaba a cabo cubriendo un trozo de carne con varias capas de hojas o plantas recolectadas, ya fueran terrestres o marinas, lo que le daba un sabor distinto y conservaba sus jugos. Esta técnica se ubica aproximadamente en el año 25,000 aC.8 No debe olvidarse que dentro de la misma época hubo tribus con distinto nivel de desarrollo; por ello, algunas contaban con una mayor habilidad para crear instrumentos, tanto de cacería como de cocina; lo que hace suponer que utilizaban huesos puntiagudos o las mismas lanzas para colocar y voltear los ingredientes sobre las llamas o piedras calientes. Estas prácticas culinarias no sólo se realizaban con carne de caza, sino que también algunas tribus desarrollaron la pesca, gracias a herramientas, como lanzas, arpones o una especie de cañas hechas con hilos que tejían con fibras vegetales, tendones o pelo de los animales.9 A mediados del periodo Paleolítico, cerca del año 25,000 aC, la pesca evolucionó, ya que los hombres dedicados a ella, principalmente los ubicados en el valle europeo del Dordoña, hoy Francia, fabricaron anzuelos cortos que se atoraban en un 110 ángulo de las fauces de los peces; cuando la línea, hecha de fibras de plantas se jalaba hasta tensarse, se obtenía la presa.8 Además de la caza y pesca, otra forma de alimentación era la recolección, ya que entonces no se había establecido la agricultura, por lo que los hombres exploraban los alrededores en busca de comida. Este método de abasto perduró por muchos años, pero es indispensable mencionar dos de sus principales dificultades: el hecho de que al paso del tiempo se acabaran los suministros naturales cercanos al asentamiento humano, lo que trajo como consecuencia la necesidad de buscar un nuevo lugar para habitar y tener suministros. Y, por otro lado, el grave riesgo que se corría al comer alimentos nuevos encontrados a su paso. Se cree que eran comunes los casos de envenenamiento e intoxicación e incluso la ingestión de algunos de ellos llegaba a producir la muerte. Otra de las necesidades principales era el líquido; el agua se obtenía de ríos, lagos, estanques y manantiales cercanos o por el deshielo de las montañas, este elemento motivaba la búsqueda de sitios cercanos a las zonas acuíferas para su asentamiento, y así saciar la sed fácilmente. Era una sociedad que basaba la supervivencia en lo que el entorno le ofrecía, es decir, con todo aquello que el medio ambiente le proporcionaba, por lo que era totalmente nómada. Los grupos más atrasados se limitaban a imitar las ideas y prácticas de las demás hordas. Algunos de estos clanes eran parásitos que se alimentaban de los restos de caza encontrados, otros simplemente herbívoros o, bien, peregrinos cerca de ríos y mares. Pero una constante general para todos los hombres prehistóricos, sin importar su nivel de desarrollo, es que comían lo que encontraban a su paso, como frutos, ya fueran dátiles o moras, hierbas, raíces, nueces, legumbres y granos silvestres. Por este motivo se le ha llamado a esta época la edad de oro de la nutrición, porque la combinación de carbohidratos, vitaminas y proteínas fue muy equilibrada. Sin embargo, no debe pasarse por alto que nuestros antepasados buscaban como ingrediente principal para su comida la carne, lo que se ve claramente en el arte parietal. Al analizar las primeras pinturas rupestres se puede entender y ubicar al hombre paleolítico en su momento, ya que las manifestaciones plásticas son expresiones de los cazadores primitivos que vivían en un nivel económico, en cierta forma, improductivo y limitado, ya que sólo recogían o capturaban su alimento, no lo producían ellos mismos. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx LA PREHISTORIA Las pinturas paleolíticas, a pesar de no representar al hombre, hablan de su comportamiento, el cual según todas las apariencias, vivía dentro de moldes sociales inestables, desorganizados o en pequeñas hordas aisladas, en una fase de primitivo individualismo;10 en esta forma de vida puramente práctica, era obvio que todo girase en torno a la ruda consecución del sustento. Es difícil pensar en otras causas que justifiquen el arte del Paleolítico, ya que todo indica que su fin era plasmar la forma de procurarse el alimento. Sin embargo, existen teorías que afirman que las pinturas rupestres de esta época tuvieron también fines mágicos o rituales, pero siempre ligados a la supervivencia. No puede hablarse de religión, pero sí de un tipo de creencia mágica o ritualista, mezclada en la creación del arte parietal paleolítico. Esta premisa surge porque el motivo principal de las pinturas es la caza, aun cuando existían otras actividades. Para el hombre paleolítico, la caza representaba la tarea más difícil de realizar y el mayor peligro a enfrentar, ya que en cualquier momento podía ser presa del animal al que se intentaba matar. Un bisonte o un mamut era, al mismo tiempo, su medio de supervivencia y su peor enemigo; el animal representaba su mayor anhelo a conseguir y, a su vez, le provocaba el miedo más terrible que pudiera sentir. Por este motivo, se cree que las pinturas paleolíticas estaban cargadas de un simbolismo mágico, creadas a través de un acto ritual, en el cual al pintar la figura del animal se pensaba que se volvería una presa más fácil. Se han encontrado varias representaciones correspondientes a diversas épocas, plasmadas en un mismo sitio, sobrepuestas unas en otras,11 por lo que muy probablemente se creía que ciertas zonas de una misma caverna tenían mayor energía y lograban una caza exitosa. Se pintaban también lanzas o flechas atacando al animal, pensando así que el animal real sufriría esa misma muerte, como si la representación contuviera a la presa. De este modo, el acto de pintar a la presa significó poseerla, era, al mismo tiempo, la representación y la cosa representada; el deseo y la satisfacción del deseo a la vez.10 Se llega a esta conclusión por el extremo naturalismo que muestran las pinturas paleolíticas. La importancia que se dio a los rasgos, los colores, las texturas y los detalles lograron una copia fiel del animal, incluso en el tamaño. Al entender que los encargados de realizar las pinturas, o bien, quienes las observaban, estaban muchas veces sumidos en trances por la falta de alimento o la ingestión de sustancias que alteraban el espíritu; y se adentraban en las cavernas con antorchas cuyas llamas alumbraban parcialmente las húmedas pa- redes, podrá comprenderse por qué las pinturas tenían un simbolismo mágico; por que parecían reales. La temblorosa iluminación del fuego y la intensa semejanza a los animales, con texturas, claroscuros y gestos provocaban todo tipo de sensaciones en el hombre paleolítico, haciéndole creer que en realidad estaba frente a su próxima presa. Pintura prehistórica del bisonte. Paleolítico, Lascaux, Francia. A pesar de lo anterior, algunos teóricos afirman que las pinturas paleolíticas no son arte, sino que simplemente formaban parte del proceso técnico que se debía realizar para conseguir alimento, sin que sus creadores pretendieran manifestarse artísticamente, ya que ni siquiera existía en su mente el concepto de arte como forma de expresión. Sin embargo, se entiende que el hambre y la necesidad de supervivencia son, sin duda, las sensaciones más fuertes que un ser vivo puede experimentar, y el hombre paleolítico fue capaz de plasmar estas preocupaciones vitales, por lo que puede afirmarse que las pinturas rupestres son efectivamente arte, ya que surgen de una inquietud general que requería representarse. Dentro de la historia de la gastronomía sucede algo similar en el estudio de la alimentación paleolítica, ya que para algunos este periodo carece de relevancia, dado que el comer se reducía a satisfacer una necesidad, sin que se buscara un gusto especial. No importaba el sabor, consistencia u olor que tuviera el alimento, lo que realmente interesaba era comer.9 Sin embargo, sin un inicio no hay resultados, por lo que no puede negarse la gran importancia del Paleolítico en materia gastronómica, a fin de cuentas, fue en ese momento cuando se comenzó la experimentación culinaria. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 111 MORALES D’HERRERA RM El Paleolítico es, sin duda, el periodo en el que la relación entre el arte y la gastronomía es más fuerte en la historia de la humanidad, ya que ambas disciplinas demuestran, de una u otra manera, la preocupación general y principal; la supervivencia a través de la alimentación. Al llegar a este punto nos topamos no sólo con las pinturas rupestres de animales, sino también con las pequeñas esculturas de figuras femeninas conocidas como venus prehistóricas. Venus de Willdendorf. Piedra tallada. Paleolítico. Willdendorf, Austria. En general, talladas en hueso o piedra, las venus prehistóricas representaban a mujeres sumamente gordas, de senos y caderas claramente desproporcionadas. La protuberancia de sus formas no reflejaba el físico real de la época, el que sería imposible por el tipo de alimentación y vida nómada, sin olvidar que la columna vertebral sería incapaz de soportar el peso de miembros tan grandes. La anatomía de la mujer paleolítica definitivamente no fue así, como se ha comprobado por los hallazgos de esqueletos humanos. En realidad, la representación exagerada de las características sexuales femeninas simbolizaba la fertilidad.4 Dado que la mayor preocupación de los primeros hombres era la supervivencia, buscaron representar la fertilidad de la tierra y la continuidad de la vida de su entorno a través de la mujer. La apariencia de las venus sugiere la fecundidad, y se crearon para enriquecer o asegurar la abundancia,13 en- 112 tendiendo así que la subsistencia del hombre dependía de aquello que la tierra les regalara. De esta forma se desarrolló el ser humano durante el Paleolítico, en la creencia de que la naturaleza era la que suministraba la vida. Poco a poco nuestros ancestros tuvieron conciencia de sí mismos, hasta llegar a darse cuenta de que ellos mismos podían procurarse el alimento a través de sus acciones. Este gigantesco cambio en la forma de pensar le permitió modificar su sistema de vida, lo que dio inicio al sedentarismo. Es claro que esta transición no se dio en un día ni en un año, sino a través de miles de años. Este periodo conocido en la historia del arte como Mesolítico comprende del 10,000 al 8,000 aC. En este tiempo el hombre comenzó a plasmar su figura en las manifestaciones plásticas que realizaba, de esta forma dio a conocer que estaba consciente de la importancia de su presencia en la Tierra.4 El arte mesolítico tiene un estilo intermedio entre el paleolítico y el neolítico, ya que conjunta el naturalismo y la abstracción, mezcla representaciones animales y antropomorfas. Pero por ser un arte transitorio es difícil estudiarlo y ubicarlo, y los cambios que sufre dificultan el entendimiento de estas manifestaciones plásticas en el Neolítico, las cuales mostrarán la nueva forma de vida del hombre al convertirse en autosuficiente. Menú del Paleolítico: • Ensalada de hierbas silvestres. • Pata de buey envuelta en hojas asada a fuego directo, acompañada de granos de trigo primitivo. • Dátiles, moras y nueces. • Agua totalmente pura. Neolítico Continuemos con nuestro viaje por el tiempo. Supongamos que pertenecemos a una de las hordas paleolíticas que se desarrolló poco a poco y, sin saberlo, haremos uno de los descubrimientos más importantes de la humanidad, provocando una transformación de tal dimensión que aún 10,000 años más tarde, seguirán hablando de nosotros. Controlamos el fuego, practicamos la caza, pesca y recolección, pero aún nos mantenemos recorriendo las montañas y praderas en busca de nuevos lugares donde asentarnos por un tiempo. No llevamos la cuenta de los días, tan sólo sabemos que contamos con luz cuando el Sol brilla en lo alto del cielo y oscuridad cuando desaparece, haciendo surgir en el firmamento las estrellas y la Luna. Tratamos de avanzar lo más posible mientras poNutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx LA PREHISTORIA demos ver con claridad, pero no tenemos un horario establecido para comer o dormir. Tan sólo vivimos, tratando de sobrevivir. Nuestro clan lo dirige el hombre más fuerte, líder de los jóvenes que proveen el alimento a todos los demás por su capacidad para enfrentarse a aquellos animales gigantes, feroces e incontrolables. A los más viejos se les deja atrás al igual que a los enfermos, quienes ya no pueden caminar o son demasiado débiles para seguirnos. No podemos detenernos por unos cuantos, puesto que afectaría al resto de la horda. Así funcionamos, es parte de nuestras costumbres que, aunque son pocas, nos recuerdan a nuestros ancestros, a aquellos que también sufrieron y lucharon permitiéndonos ser hoy la gran tribu que somos. Nos protegemos del frío con las pieles obtenidas de nuestra caza. Vivimos en cuevas o al aire libre donde el clima lo permite. El círculo que se forma alrededor del fuego es nuestro principal punto de reunión, ahí repartimos la comida y el agua que acarreamos de los ríos cercanos. Las mujeres y los niños son los encargados de buscar hierbas, bayas y frutos, además de proteger el fuego, fuente de calor, luz y supervivencia. Hemos recorrido la Tierra por miles de años, pero finalmente, un día descubrimos que no tenemos por qué seguir peregrinando. En una de las zonas en las que nos establecimos por algún tiempo, sin saber si fueron meses o años, lo descubrieron las mujeres. Fue algo increíble, al principio nadie daba crédito a lo que veíamos. Tal vez gracias a la fertilidad de la mujer se logró el milagro. Ellas, mientras los hombres cazaban, descubrieron que ya no tenían que salir a recolectar. Podían hacer crecer las hierbas de las que nos alimentábamos justo al lado del sitio donde nos habíamos establecido temporalmente. Así nació la agricultura. La rotura entre los periodos Paleolítico y Neolítico fue probablemente la mayor revolución en toda la historia de la humanidad. El fenómeno provocado por el descubrimiento de la agricultura es uno de los eventos más importantes en la evolución de la especie humana. Si se piensa que hasta nuestros días es una actividad básica podrá entenderse su importancia capital; casi 10,000 años de práctica continua han permitido la subsistencia del hombre. Este giro tan drástico, llamado La revolución neolítica trajo un enorme cambio en la forma de vida del hombre.10 En primer lugar, da paso al sedentarismo, aunque no fue instantáneo este nuevo sistema de vida. El asentamiento en un lugar dependía de cada tribu, durante muchos años convivieron nómadas y sedentarios. Algunos grupos sembraban en sus alrededores por un tiempo y después de la cosecha se retiraban en busca de otro sitio. Sin embargo, los que más practicaban la agricultura la desarrollaron a tal punto que lograron transformar sus aldeas en pequeños pueblos, teniendo una vida más fácil y organizada. Se dio la revolución también en un plano más profundo, proyectado en sus creencias y en la concepción del hombre mismo. Comienza el florecimiento de ritos mágico-religiosos o totemismo,5 es decir, surge un conjunto de costumbres, supersticiones y leyendas referentes al tótem: animal, planta u objeto que por ser considerado sagrado, es venerado. Surge la creencia de un orden, de un ser superior debido a una nueva organización de la vida. Se inicia la observación de los astros y de las estaciones del año, actividad indispensable para saber cuándo era el momento de sembrar, cosechar y reservar alimento. Es así como se da una medida al tiempo, se diferencia el día de la noche, se hacen conscientes los ciclos, aún no por días, meses o años, pero sí con un carácter más ordenado que durante el Paleolítico. Nace la concepción del tiempo, misma que se tiene hasta la fecha, es decir un tiempo lineal, donde existe un pasado, un presente y un futuro.5 Además, el hombre tiene conciencia de la gran importancia de sí mismo. Antes era parte de un todo, un elemento más del medio ambiente. La naturaleza le daba incluso la vida, por lo que no se percibía como un ser individual. Gracias a la capacidad de raciocinio desarrollada en el Neolítico por un nuevo orden, el ser humano se ve a sí mismo como un ser creador, productivo, logra ubicarse de manera particular y no como parte de un todo. Al observar las manifestaciones artísticas neolíticas puede apreciarse este cambio en la mentalidad de la humanidad. El hombre se preocupa por representarse a sí mismo, ya no es la naturaleza la que ocupa el primer lugar en su mundo, sino es él. Si se comparan estilísticamente las pinturas paleolíticas con las neolíticas se verá una diferencia radical. En las primeras era indispensable plasmar de manera sumamente naturalista lo que veían sus ojos; mientras que en las representaciones neolíticas no se busca una copia fiel de las formas, no tiene que ser una imitación perfecta de la naturaleza, lo que importa es el concepto, la idea. Las figuras antropomorfas de las pinturas paleolíticas son claramente abstractas, donde no tiene tanta importancia la proporción de los miembros o la posición adquirida al Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 113 MORALES D’HERRERA RM realizar una acción.4,14 La esencia del arte neolítico es representar la actividad que se lleva a cabo, donde el hombre es el protagonista principal. Es, precisamente, en las representaciones plásticas donde se comprende el cambio radical que sufre el hombre durante el Neolítico. Se sabe que fue la mujer quien descubrió la agricultura y se dedicó a ella, entre otras fuentes, al arte de la época. Se cree que los primeros cultivos se dieron en el norte de África, por una pintura de las cuevas de Tassili,14 donde se representan varias mujeres agachadas, apoyadas en una sola pierna, recogiendo la siembra; incluso se muestra el uso de la hoz, instrumento compuesto por una hoja acerada, curva, con dientes agudos y cortantes en la parte cóncava, utilizada para segar plantas y hierbas. el cercano Oriente, la región de los Balcanes, Crimea, las zonas correspondientes a Asia Menor, el Cáucaso, Palestina y Persia.7 No es coincidencia que las primeras civilizaciones fueran Egipto y Mesopotamia, ya que desde el periodo Neolítico se asentaron comunidades que practicaron la agricultura. En estas zonas se dio el cultivo de azada, utilizaban una pala cuadrangular de hierro, sujeta a un mango y que sirve para cavar tierra blanda o el cultivo hortense. En estos casos, el suelo se trabajaba y después de dos o tres temporadas se abandonaba para buscar otro nuevo.8 Otros productos cultivados a lo largo de Europa, Medio Oriente y el norte de África fueron el mijo, la avena, la espinaca, la col, el chícharo, el haba, la lenteja; frutas como la vid, el higo, la manzana, la pera, la ciruela, el melón y la cereza.7,8,9 Junto con las frutas, la miel fue un ingrediente que proporcionó el sabor dulce a las comidas. Puede verse la recolección de este producto en la representación plástica de una mujer rodeada de abejas acercándose a un panal. Pintura rupestre de la agricultura; se identifica la hoz en manos de la mujer de la esquina superior derecha. Neolítico. Tassili, Argelia. También en África, específicamente en Egipto, hacen su primera aparición los ancestros del trigo, conocidos como hierbas de la montaña: el alforfón (planta forrajera, de fruto oscuro, también conocida como trigo sarraceno; de sus semillas se extrae harina comestible) y la escanda silvestre (especie de trigo, propia de terrenos pobres y cuyo grano se separa con dificultad).8 El trigo y la cebada fueron los principales cultivos neolíticos de temporada, lo que permitía dedicarse a otras actividades mientras no era tiempo de siembra, desyerbe o cosecha. Estos cereales originaron las bases gastronómicas de las futuras civilizaciones de la cuenca del Mediterráneo, 114 Escena de recolección de miel, con las abejas revoloteando alrededor. Neolítico. Bicorp, Valencia, España. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx LA PREHISTORIA Además de la agricultura, otra actividad muy importante fue la domesticación de los animales. Se dio por una severa crisis climática que provocó cambios en la relación entre los hombres y los animales. Fue una gran época de sequías y unos y otros se encuentran cara a cara cerca de los oasis.3,8 La diferencia entre el hombre paleolítico y el neolítico es que el segundo ya estaba preparado, además de tener alimento almacenado para sí mismo, podía compartirlo con las bestias, lo que permitió una convivencia distinta. Al ser agricultor, podía ofrecer a los animales el grano sobrante o los restos del lugar de cultivo. Con el paso del tiempo, los habitantes del Neolítico se acostumbraron a tener ciertos animales cerca. Después de observar y analizar sus características y actitudes, se encontró la manera de aproximarse a ellos hasta lograr que crecieran mansamente, adaptándose a la presencia del hombre. El primer animal domesticado fue el reno, con sus huesos se fabricaron herramientas, la piel se usó para abrigarse y la carne para nutrirse; el perro también se domesticó pronto; se cree que se acercó al hombre porque el fuego lo atrajo. Desde entonces fue un compañero fiel que colaboraba durante la caza. A través de los años se domesticó por completo a la vaca, la cabra, la oveja y el cerdo y, un tiempo después, a las aves de corral.7,8,9 Incluso existen representaciones plásticas de avestruces a las que están amarrando con lazos. Poco a poco, el hombre aprovechó todos los elementos que los animales le proporcionaban, obviamente la carne y los productos derivados de cada uno, como la leche o los huevos; la piel y el pelo como vestimenta; el estiércol como fertilizante y en el trabajo pesado de la agricultura, jalando el arado. Aun con la domesticación, el hombre neolítico no hizo a un lado la caza, sino que la perfeccionó con la ayuda de nuevas herramientas, como arcos, flechas con puntas metálicas y mazos resistentes. La representación de esas herramientas, así como de la hoz utilizada en la agricultura, muestra en la siguiente pintura a las tribus creadoras, pertenecientes a la Edad de los Metales. El hombre neolítico usó también largas lanzas con picos metálicos que facilitaban la pesca, practicada en balsas, lo que dio inicio, aunque de forma primitiva, a la navegación. Lo anterior permite hablar del origen de una pequeña industria en diversas áreas con una división de labores organizada y definida.3,10 Según las cualidades particulares de cada individuo se designaba a unos para la caza y la pesca, otros para la agricultura o bien para el trabajo de los meta- les, la madera y los textiles, los cuales variaban según lo que se daba en cada lugar, como el lino, el algodón o la lana si se contaba ya con la cría de ovejas. Así mismo, se desarrolló la cerámica con la arcilla o el barro, lo que hace suponer que el antepasado del guisado surgió en esos años por la creación de las vasijas. En estos recipientes resistentes al fuego se trituraban algunas verduras junto con un poco de agua y se cocinaba la carne.7,9 De este modo se desarrolló una colectividad asentada, que creó las construcciones necesarias para el trabajo, graneros destinados a conservar los frutos de la actividad agrícola, establos para los animales y espacios destinados para habitar. Representación rupestre de cazadores neolíticos con arcos y flechas. Neolítico. Valltorta, España. Imaginemos de nuevo que retrocedemos en el tiempo. Ahora somos habitantes neolíticos de las aldeas colectivas surgidas. Practicamos la agricultura, protegiéndola de no ser pisoteada por los animales o, bien, robada por tribus más atrasadas, las cuales piensan que hacemos crecer las plantas por la magia e, incluso, saquean nuestras comunidades buscando el gran secreto. Contamos con instrumentos metálicos moldeados al fuego y herramientas de piedra pulida y cortante, así como vasijas de arcilla que mantienen calientes los alimentos y líquidos. Cultivamos los campos a mano o con la ayuda Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 115 MORALES D’HERRERA RM de animales que nos facilitan la labor, garantizando con reservas el abasto de comida para los malos tiempos. Nuestra dieta se compone de carnes rojas y blancas, frutas, verduras, cereales y leche, además de utilizar algunas hierbas aromáticas que crecen cerca de la aldea como condimento. Si en realidad tuviéramos la oportunidad de viajar en el tiempo y llegar al Neolítico, seguramente sería una experiencia increíble observar y participar de la forma de vida de esos hombres, entendiendo el arte y probando la gastronomía compuesta ya por ciertos métodos culinarios. Pero a nuestro paladar y gusto actual, sin duda alguna, no le parecería sabrosa su alimentación, tanto por la inexistencia de higiene como por el exceso de grasa, la dureza de la carne y las mezclas de escasos ingredientes, entre otras cosas. Sin embargo, el hombre neolítico ya tenía definidos ciertos sabores de su preferencia, pues el gusto se constituye culturalmente, es decir, a través de las costumbres. Al alimentarse continuamente de las mismas viandas una y otra vez se creó una gastronomía propia de cada región, aun cuando fuese en forma rudimentaria. Al igual que en la alimentación, poco a poco, con el tiempo, surgieron formas específicas para ciertas actividades en cada comunidad, lo que dio origen a las tradiciones, a la creación de una cultura. Al comportarse el hombre dentro de un orden establecido y organizado con una identidad definida, se logró la creación de las primeras civilizaciones. Menú del Neolítico: • Sopa de haba. • Ensalada de col y espinacas. 116 • Guisado de carne de avestruz con chícharos. • Frutas de la región: manzanas, peras e higos. • Agua 100% natural. Recomendaciones La guerra del fuego. En esta película se puede tener una visión del comportamiento del hombre prehistórico en torno al fuego y los didistintos niveles de desarrollo de las tribus. REFERENCIAS 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. Darwin, C. El origen de las especies. Madrid: Sarpe. 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Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx Nutrición Clínica 2003;6(1):117-29 Posición de la Asociación Dietética Americana Alimentos funcionales. Posición de la American Dietetic Association J Am Diet Assoc 1999;99:1278-85. Traducción: Roberto Rivero Revisión: María del Consuelo Velázquez Alva y María de los Ángeles Espinosa Cuevas Autorización: Cathy Devlin,* American Dietetic Association (noviembre, 2002) Resumen Abstract La posición de la American Dietetic Association (ADA) es que los alimentos funcionales, incluidos los integrales y fortificados, enriquecidos o mejorados, tienen un efecto potencialmente benéfico cuando se consumen en forma regular como parte de una dieta variada y en cantidades adecuadas. La Asociación apoya actividades de investigación con el fin de tener una mejor definición de los beneficios y los riesgos a la salud que trae consigo cada alimento funcional, así como sus componentes fisiológicamente activos. Los profesionales de la dietética seguirán trabajando junto con la industria de alimentos, el gobierno, la comunidad científica y los medios de comunicación para garantizar que el público reciba la información exacta referente a esta área en evolución de la ciencia de los alimentos y de la nutrición. Conocer la función de los componentes fisiológicamente activos de los alimentos, tanto los fitoquímicos como los zooquímicos, ha cambiado el papel de la dieta en la salud. Los alimentos funcionales evolucionan a medida que la ciencia de los alimentos y de la nutrición avanza más allá de la atención de los síndromes ocasionados por deficiencias hasta la reducción del riesgo de contraer enfermedades. Esta posición revisa la definición de los alimentos funcionales, su reglamentación y la prueba científica que respalda esta nueva área de los alimentos y de la nutrición. Ya no bastará con evaluar los alimentos tomando en cuenta sólo la ingestión de macronutrientes y micronutrientes, sino que ahora será necesario analizar el contenido de otros componentes fisiológicamente activos. La existencia de alimentos funcionales promotores de la salud en la dieta de los estadounidenses redundará en una población más sana; sin embargo, será necesario valorar cada alimento funcional con base en una prueba científica para garantizar su integración correcta en una dieta variada. American Dietetic Association says that functional foods, including integral and fortified, enriched or improved foods, have a potentially beneficial effect when are consumed regularly as part of a varied diet and in effective levels. This Association supports research activities in order to have a better definition of benefits and risks for health of each functional food, as well as its physiologically active compounds. Dietetic professionals will be working with food industry, government, scientific community and media, for guaranteeing people receive exact information about this emerging area of food and nutrition science. The knowledge of the function of physiologically active compounds of foods, both phyto-chemical and zoo-chemical, has changed the role that diet plays in health. Functional foods have evolved while food and nutrition science has advanced beyond the treatment of deficiency-caused syndromes, until the reduction of risk of some diseases. This position reviews functional foods' definition, its regulation and the scientific evidence supporting this emerging area of foods and nutrition. To assess foods, taking into account only the intake of macro and micronutrients will not be enough anymore, but now it is necessary to analyze the content of other physiologically active compounds. The fact that the existence of functional health-promoters foods in the American diet will have the ability to have a healthier population. However, it will be necessary to assess each functional food based on a scientific evidence for guaranteeing its correct integration into a varied diet. Palabras clave: alimentos funcionales, Asociación Dietética Americana (ADA). Key words: functional foods, American Dietetic Association. Saber más sobre los componentes fisiológicamente activos de los alimentos, tanto de fuentes vegetales (fitoquímicas) como animales (zooquímicas), ha cambiado de manera significativa la función de la dieta en la salud. El desarrollo de los “alimentos funcionales” ha evolucionado a medida que la ciencia de los alimentos y la nutrición ha ido más allá del tratamiento de los síndromes ocasionados por deficiencias primarias.1 * RD, Manager, HOD, Governance, American Dietetic Association. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 117 ALIMENTOS FUNCIONALES. POSICIÓN DE LA AMERICAN DIETETIC ASSOCIATION Aunque las reglamentaciones estadounidenses actuales sobre alimentos no tienen una definición de los alimentos funcionales, por lo general, se entienden como cualquier alimento o ingrediente potencialmente saludable que aporte algún beneficio para la salud más allá de su contenido nutricional tradicional.2 El término funcional implica que el alimento tiene un valor identificado que se traduce en beneficios para la salud, incluyendo la reducción de los riesgos de contraer enfermedades. Debido a que la industria de los alimentos está respondiendo a la demanda de los consumidores de contar con comestibles más saludables, la variedad de alimentos funcionales disponible ha crecido enormemente y comienzan a representar un porcentaje cada vez más alto entre todos los productos de alimentos nuevos.3 Los profesionales de la nutrición con amplia capacitación y experiencia tendrán un papel clave para interpretar la ciencia y, a su vez, educar a los consumidores a integrar de la manera más adecuada los productos de alimentos funcionales en un plan de alimentación variado y saludable. Declaración de su posición La posición de la American Dietetic Association (ADA) es que los alimentos funcionales, incluyendo los alimentos integrales, fortificados, enriquecidos o mejorados, tienen un efecto potencialmente benéfico cuando se consumen regularmente como parte de una dieta variada y en cantidades adecuadas. La ADA apoya las actividades de investigación con el fin de tener una mejor definición de los beneficios y riesgos a la salud que trae consigo cada alimento funcional, así como de sus componentes fisiológicamente activos. Los profesionales de la dietética seguirán trabajando junto con la industria de los alimentos, el gobierno, la comunidad científica y los medios de comunicación para garantizar que el público reciba la información exacta referente a esta área en evolución de la ciencia de los alimentos y de la nutrición. Definición de los alimentos funcionales No existe una definición universalmente aceptada de los alimentos funcionales; sin embargo, algunas organizaciones han intentado definir esta categoría de alimentos en evolución. El Consejo Internacional de Información sobre Alimentos (IFIC) define los alimentos funcionales como los que proporcionan beneficios a la salud sobre sus compo- 118 nentes nutricionales básicos.2,3 Esta definición es similar a la del Instituto Internacional de las Ciencias de la Vida de Norte América (ILSI), que describe los alimentos funcionales como aquellos que por sus componentes fisiológicamente activos, proporcionan beneficios para la salud, por encima de sus nutrientes básicos.4 El Instituto de Medicina de la Academia Nacional de las Ciencias limita los alimentos funcionales a aquellos en los que las concentraciones de uno o más ingredientes se han modificado para mejorar su contribución a una dieta saludable.5 Según estas definiciones, los alimentos integrales no modificados, como frutas y hortalizas, representan el ejemplo más sencillo de un alimento funcional. Es decir, el brócoli, las zanahorias o los jitomates podrían considerarse alimentos funcionales por su contenido rico en componentes fisiológicamente activos como sulforafanos, beta carotenos y licopenos, respectivamente. Los alimentos modificados, incluyendo los que se han fortificado con nutrientes o mejorado con fitoquímicos o elementos botánicos, también están en la categoría de alimentos funcionales. Adicionalmente, la biotecnología en alimentos proporcionará nuevos caminos para el desarrollo de los alimentos funcionales. El cuadro 1 muestra un listado breve de algunos alimentos funcionales seleccionados disponibles en los mercados de Estados Unidos. Aunque el término alimentos funcionales quizá no sea el ideal para describir esta categoría en evolución de los alimentos, la investigación de mercado en grupos focales realizada por el IFIC demostró que dicho término se reconocía con mayor facilidad y era el que preferían los consumidores en comparación con otros términos utilizados de manera cotidiana como “nutracéuticos” o “alimentos de diseño”.6 El amplio y reciente uso y aceptación del término alimentos funcionales por los medios de comunicación, científicos y consumidores ha llevado a la ADA a trabajar en ese aspecto en lugar de introducir un término nuevo y más descriptivo, por la preocupación de que el uso de términos nuevos pudiera confundir más a los consumidores. Como la mayor organización de profesionales de la dietética, la ADA clasifica todos los alimentos como funcionales a cierto nivel fisiológico.7 El término alimento funcional no deberá utilizarse para designar que hay alimentos buenos y malos. Todos los alimentos pueden incorporarse en un plan dietético saludable, la clave, por supuesto, es la moderación y la variedad. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx ALIMENTOS FUNCIONALES. POSICIÓN DE LA AMERICAN DIETETIC ASSOCIATION Cuadro 1. Alimentos funcionales selectos, componentes clave, beneficios potenciales para la salud, prueba científica y clasificaciones reguladoras Alimento funcional Componente(s) clave Beneficios potenciales para la salud Prueba científica Clasificación reguladora Bajos en grasas como parte de una dieta baja en grasas (ejemplo: queso, alimentos para colación, carnes, pescado, lácteos) Bajos en grasas totales o grasas saturadas Reduce el riesgo de cáncer, cardiopatía coronaria Ensayos clínicos Leyenda sanitaria aprobada por la FDA Que contienen alcoholes de azúcar en lugar de azúcar (goma de mascar, dulces, bebidas, alimentos para colación) Alcoholes de azúcar Reduce el riesgo de caries dentales Ensayos clínicos Leyenda sanitaria aprobada por la FDA Avena, salvado de avena, productos de avena integral Fibra soluble beta-glucano Reduce el colesterol Ensayos clínicos Leyenda sanitaria Aprobada por la FDAa Leche (baja en grasas) Calcio Reduce el riesgo de osteoporosis Ensayos clínicos Leyenda sanitaria aprobada por la FDAa Frutas y vegetales Vitaminas, fitoquímicos, fibra Reduce el riesgo de cáncer y de cardiopatías Estudios epidemiológicos, en animales Leyenda sanitaria aprobada por la FDAa Cereal con ácido fólico adicionado Ácido fólico Reduce el riesgo de defectos en el tubo neural Ensayos clínicos Leyenda sanitaria aprobada por la FDAa Jugo, pasta, arroz, barras para colación y otros alimentos con calcio Calcio Reduce el riesgo de osteoporosis Ensayos clínicos Leyenda sanitaria aprobada por la FDAa Productos que contienen Fibra de psyllium psyllium (ejemplo: pasta, pan, alimentos para colación) Reduce el riesgo de cardiopatía coronaria Ensayos clínicos Leyenda sanitaria aprobada por la FDA a Pan con grano integral/cereales con alto contenido de fibra Fibra Reduce el riesgo de ciertos tipos de cáncer y de cardiopatías Ensayos clínicos Notificación de la FDA de acuerdo con la FDAMAa Alimentos para colación con equinácea Equinácea Ayuda dietética para el sistema inmunológico No hay evidencia directa FDCA. Leyenda de estructura/función Goma de mascar con fosfatidil serinab Fosfatidil serina Mejora la concentración No hay prueba directa FDCA. Leyenda de estructura/función Bebidas con antioxidantes Vitaminas E y C, beta caroteno Mejoran la salud en general. Ayudan a la función normal, saludable cardiovascular No hay prueba directa FDCA. Leyenda de estructura/función Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 119 ALIMENTOS FUNCIONALES. POSICIÓN DE LA AMERICAN DIETETIC ASSOCIATION Alimento funcional Componente(s) clave Beneficios potenciales para la salud Prueba científica Clasificación reguladora Dulces con antioxidantes, extractos de vegetales y frutas b Nutrientes antioxidantes, fitoquímicos Ayudan a la salud general y del corazón No hay prueba directa FDCA. Leyenda de estructura/función Bebidas con aditivos de hierbas Variedad: equinácea, gingko, kava, ginseng, palmito Saw Variedad de beneficios para la salud Datos sobre ciertos botánicos (no como alimentos funcionales) FDCA. Leyenda de estructura/función Uvas, jugo de uva Fenoles, resversatrol Ayuda a la función normal, saludable cardiovascular Estudios epidemiológicos FDCA. Leyenda de estructura/función Productos de margarina modificados Esteroles de plantas y ésteres y estanoles de plantas Ayudan a las concentraciones normales, saludables del colesterol Ensayos clínicos FDCA. Leyenda de estructura/función Alcachofas de Jerusalén, raíz de achicoria, plátanos, ajo Fructooligosacáridos Ayudan a la microflora intestinal normal, saludable Estudios en animales; ensayos clínicos FDCA. Leyenda de estructura/función Sopas con aditivos de hierbasb,d Equinácea Mejora la función inmunológica Reduce la depresión No hay prueba directa FDCA. Leyenda de estructura/función Soya Proteína de soya Reduce el riesgo de cardiopatía coronaria Ensayos clínicos Zanahorias Beta caroteno Reduce el riesgo de cáncer Estudios epidemiológicos Petición de leyenda sanitaria pendiente ante la FDA No se entregó petición de leyenda sanitaria Brócoli Sulforafano Reduce el riesgo de cáncer Datos en animales; estudios epidemiológicos No se entregó petición de leyenda sanitaria Productos de jitomate Licopeno Reduce el riesgo de cáncer de próstata, infarto de miocardio Estudios en animales (cáncer), epidemiológicos No se entregó petición de leyenda sanitaria Té verde o negro Caquetinas (EGCG) Reduce el riesgo de cardiopatía coronaria, cáncer gástrico, esofágico y de piel Ensayos clínicos y estudios epidemiológicos No se entregó petición de leyenda sanitaria Pescado Ácidos grasos ω−3 Reduce el riesgo de cardiopatía coronaria Estudios epidemiológicos (pescado); ensayos clínicos (ácidos grasos ω−3) No se entregó petición de leyenda sanitaria 120 Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx ALIMENTOS FUNCIONALES. POSICIÓN DE LA AMERICAN DIETETIC ASSOCIATION Alimento funcional Componente(s) clave Beneficios potenciales para la salud Prueba científica Clasificación reguladora Res, lácteos, cordero Ácido linoleico conjugado (ALC) Reduce el riesgo de tumores de mama Estudios en animales No se entregó petición de leyenda sanitaria Productos lácteos fermentados Probióticos Reducen el colesterol, el riesgo de cáncer. Control de patógenos entéricos Estudios epidemiológicos, ensayos clínicos No se entregó petición de leyenda sanitaria Huevos con ácidos grasos ω-3 Ácidos grasos ω-3 Reducen el colesterol Ensayos clínicos No se entregó petición de leyenda sanitaria Ajo Compuestos organosulfurados Reducen el riesgo de cáncer, cardiopatía coronaria. Controlan la hipertensión Estudios epidemiológicos y en animales, ensayos clínicos No se entregó petición de leyenda sanitaria Barras medicinales para colación con argininac L-arginina Mejora la salud vascular Ensayos clínicos Leyenda sanitaria de alimento medicinal Barras medicinales para colaciónc medicinal Sucrosa, proteína, almidón de maíz no cocido Controla la glucosa de la sangre de un día para otro; previene la hipoglucemia Ensayos clínicos Leyenda sanitaria de alimento a Las clasificaciones citadas no son necesariamente exclusivas de otras leyendas aprobadas por la FDCA. No hay prueba del uso de dicho alimento; sin embargo, puede haber prueba del ingrediente “funcional”. c Alimento medicinal se define como aquel alimento que “…está formulado para consumirse o administrarse bajo supervisión médica y su uso es para manejo específico de la dieta o enfermedad…” d Este alimento es polémico. FDAMA: Ley de Modernización de la FDA. FDCA: Ley Federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos. b Lógica El desarrollo de los productos de alimentos funcionales seguirá creciendo durante el siglo XXI a medida que la demanda del consumidor predomine. Los factores que contribuirán a la redefinición de la oferta serán, entre otros: • una población que envejece, • mayores costos de atención médica, • autoeficacia y autonomía en la atención médica, • el avance de la prueba científica que demuestre que la dieta puede modificar la prevalencia y progresión de enfermedades,8 y • el más importante, los cambios en la reglamentación de los alimentos. A los componentes alimentarios nutritivos y no nutritivos siempre se les ha relacionado con la prevención y/o tratamiento de enfermedades crónicas como el cáncer, las cardiopatías coronarias, la diabetes, la hipertensión y la osteoporosis.9 A medida que aumenten los datos que respaldan el papel de la dieta en la promoción de la salud y en la prevención de enfermedades, es probable que la cantidad de alimentos mejorados crezca sustancialmente. Los alimentos funcionales son una opción disponible para los estadounidenses que buscan un cuidado accesible y un mejor estado de salud, por lo que la oferta de estos alimentos se seguirá transformando. Reglamentación de los alimentos funcionales La reglamentación de los alimentos funcionales sigue siendo confusa.10 En el entorno regulador actual, los alimentos o componentes funcionales pueden colocarse en varias categorías: alimentos convencionales, aditivos alimenticios, suplementos dietéticos, alimentos medicinales o alimentos para uso dietético especial. Estas categorías están en la Ley Federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos de 1938 (FDCA), según enmienda, y de las reglamentaciones de la FDA de Estados Unidos. La categoría en la que se defina un alimento o ingrediente funcional específico dependerá de la Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 121 ALIMENTOS FUNCIONALES. POSICIÓN DE LA AMERICAN DIETETIC ASSOCIATION manera en que el fabricante posicione y comercialice el producto para su uso intencionado, así como de las leyendas en las etiquetas respectivas. El enfoque mejor establecido y con base científica para etiquetar y comercializar un alimento funcional es utilizar las leyendas sanitarias aprobadas por la FDA en la Ley de Etiquetado y Educación sobre Nutrición establecidas por ley (NLEA) de 1990.11 Las leyendas sanitarias autorizadas por la NLEA son enunciados que describen la relación entre una sustancia alimenticia y una enfermedad (una relación de reducción de riesgos). La ley exige que la leyenda para las etiquetas de los productos regulados por la FDA sólo se podrá autorizar cuando exista consenso científico entre los expertos calificados sobre la validez de la relación que se describe en dicha leyenda. Basadas en la Ley de Etiquetado y Educación sobre Nutrición las compañías solicitaron a la FDA considerar nuevas leyendas sanitarias con la creación de reglas. Como se indica en el cuadro 1,11 ya existen leyendas sanitarias de la NLEA autorizadas por la FDA, aunque sigue en espera de la autorización final una leyenda sanitaria sobre la relación que existe entre la proteína de soya y la reducción de riesgos de contraer cardiopatías coronarias.12 Una parte importante del paquete de peticiones de las compañías a la FDA son los hallazgos clínicos sustanciales y la documentación. Por ejemplo, en la petición para la leyenda de la soya entregada a la FDA, se incluyeron 43 pruebas de intervención clínica en humanos.13 Con base en el fundamento científico de las disposiciones de las leyendas sanitarias de la Ley de Etiquetado y Educación sobre Nutrición, la ADA apoya el uso de las leyendas preautorizadas en los productos alimentarios, incluyendo los alimentos funcionales. Una cláusula en la Ley de Modernización de la FDA de 1997 (FDAMA) agregó un proceso adicional para que los fabricantes utilicen las leyendas sanitarias, si dichas leyendas se fundamentan en las declaraciones actuales, publicadas por las autoridades de ciertos órganos científicos federales. Éstas incluyen sólo aquellas con “responsabilidad oficial de la protección de la salud pública o investigación referente a la nutrición humana”, como los Institutos Nacionales de Salud, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades y la Academia Nacional de las Ciencias.14 Apoyados en esta ley, los fabricantes deben notificar a la FDA con 120 días de anticipación sobre el uso de cualquier leyenda en especial. Dicha notificación debe describir la declaración y proporcionar la redacción específica de la leyenda. Durante un periodo de 120 días la FDA revisa la notificación y, según 122 se aplique, prohíba o modifique la leyenda, cuando no hay indicaciones por parte de la FDA, la leyenda se autoriza por estatutos. El propósito de estas disposiciones es agilizar el proceso para que los fabricantes puedan utilizar leyendas sanitarias. El 6 de julio de 1999 se autorizó la primera leyenda sanitaria por la FDAMA referente a la relación que existe entre los cereales integrales y la reducción del riesgo de contraer cardiopatías coronarias y cáncer.15 La FDA emite algunas directrices para la industria sobre las disposiciones para las leyendas del contenido de nutrientes y sanitarias de la FDAMA y realiza numerosas reuniones con los involucrados en el tema;16,17 sin embargo, las reglas finales para las disposiciones de la FDAMA para las leyendas todavía no se publican. La ADA intervino en las conversaciones para la aprobación de la FDAMA y sigue apoyando la necesidad de que dichas leyendas se fundamenten en un consenso científico, sin importar si han sido o no autorizadas a través del proceso de petición de la Ley de Etiquetado y Educación sobre Nutrición o del de notificación de la FDAMA.18 Con la promulgación de la Ley de Educación y Salud de Suplementos Alimenticios (DSHEA) de 199419 se benefició al mercado de los alimentos y los componentes funcionales. La DSHEA exenta a los suplementos dietéticos de la estricta aprobación requerida para el uso de los aditivos alimenticios. Esta legislación permite el uso de leyendas sobre “estructura/función” del suplemento dietético sin la autorización previa de la FDA. Estas declaraciones describen cómo un componente o ingrediente alimenticio afecta la estructura y/o función del cuerpo (el calcio hace huesos fuertes), sin que se relacione con una enfermedad específica. Debido a que estas declaraciones se pueden utilizar sin la autorización previa de la FDA, muchas compañías comercializan los alimentos funcionales como suplementos dietéticos, lo que representa un resquicio legal permisible, siempre y cuando la compañía notifique a la FDA en los siguientes 30 días de la primera venta del producto con dicha leyenda. La etiqueta con la leyenda debe incluir la siguiente declaración de exoneración: “La presente declaración no ha sido evaluada por la Food and Drug Administration. El objetivo de este producto no es diagnosticar, tratar, mitigar, curar o prevenir ninguna enfermedad”.19 Aunque los fabricantes deben notificar a la FDA dentro de los siguientes 30 días posteriores a la comercialización del producto, en la actualidad no existe ningún requerimiento para que el paquete de notificación incluya la base científica que respalde la leyenda de “estructura/función”. Por lo tanto, el fundamento científico de dichas leyendas, por lo geneNutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx ALIMENTOS FUNCIONALES. POSICIÓN DE LA AMERICAN DIETETIC ASSOCIATION ral, es inaccesible y potencialmente disputable. Así mismo, hay muy poca investigación de mercado sobre el impacto de las leyendas de estructura/función en el conocimiento del consumidor y en los comportamientos de compra. Hasta que se cuente con dicha información y hasta que exista una garantía total de que las leyendas de estructura/función tienen un consenso científico, los profesionales de la nutrición y los consumidores deberán ser cautelosos con dichas leyendas. Un ejemplo de un alimento funcional comercializado como suplemento dietético es la sopa con la solución de St. John o equinácea, que dice mejorar el estado de ánimo y la inmunidad, respectivamente; sin embargo, la FDA notificó al fabricante que dicha sopa no es un suplemento dietético legítimo y no debía venderse y etiquetarse como tal, ya que este producto es un alimento convencional.20 También se hicieron intentos para comercializar un producto untable como un suplemento dietético que baja el colesterol, hasta que la FDA informó al fabricante que los ésteres y etanoles de las plantas contenidos en el producto, eran aditivos alimenticios no aprobados;21 por lo tanto, se solicitó al fabricante que demostrara a la FDA, con documentación científica suficiente, que esos aditivos se reconocían de manera general como inocuos (GRAS), antes de comercializar el producto como alimento en Estados Unidos. Otros productos también han utilizado las leyendas de estructura/función con la finalidad de comercializarse (cuadro 1), con o sin la prueba científica. La ADA recomienda hacer una evaluación cuidadosa de la eficacia clínica de cada producto antes de recomendar su uso como promotor para obtener cierto beneficio en la salud. La proliferación de leyendas sobre una variedad de productos ha creado un entorno de confusión y desconfianza entre los profesionales de la salud y los consumidores.22 Otra ruta para comercializar los productos funcionales que los fabricantes de alimentos están utilizando es la publicidad, regulada por la Comisión Federal de Comercio (FTC), y que tiene un estándar más flexible para usar las leyendas sobre la relación dieta-enfermedad que la FDA para el etiquetado de los alimentos. Por lo tanto, existe el potencial para que la publicidad permita que se haga una asociación entre un alimento y la prevención de una enfermedad. Un buen ejemplo es la publicidad que apareció en diferentes revistas hace algunos meses diciendo que: “el licopeno (contenido en productos de tomate) podía ayudar a reducir el riesgo de cáncer de próstata y cervical”. La FDA hubiera rechazado dicha leyenda en una etiqueta hasta que la prueba científica fuera sustancial y avalada por un número suficiente de ensayos controlados de intervención clínica, que aún no existen. La American Dietetic Association (ADA) apoya los esfuerzos realizados para contar con una base científica y consistente para el desarrollo de mensajes al consumidor sobre la dieta y la salud y, por tanto, recomienda que haya colaboración entre la industria de los alimentos, los profesionales de la salud y las dependencias gubernamentales para difundir los beneficios para la salud que traen consigo los alimentos funcionales específicos. La ADA apoya la necesidad de regular todos los alimentos y suplementos dietéticos, incluyendo los alimentos funcionales, para garantizar que los productos sean inocuos, se hayan fabricado con control de calidad y que las leyendas en las etiquetas sobre la salud, el contenido nutritivo y la estructura/función sean fidedignas, claras y tengan un sólido consenso científico. A través de la reglamentación de los alimentos funcionales como tales, se protegerá a los consumidores. Las leyendas en las etiquetas serán informativas y con solidez científica, lo que mejorará la selección de los alimentos y mejorará potencialmente el bienestar. Este enfoque también proporcionará a la industria de alimentos los lineamientos específicos que, a su vez, dirigirán la investigación y el desarrollo de alimentos funcionales futuros. Los alimentos funcionales actuales y futuros se deberán etiquetar con información específica referente a cualquier ingrediente (nutriente, fitoquímico, zooquímico o botánico) utilizado para comercializar el producto, así como la cantidad específica disponible en cada porción promedio. Si dicha información no se da a conocer, los consumidores y los profesionales de la nutrición y de la salud no podrán evaluar adecuadamente el uso del producto. La reglamentación de los alimentos funcionales, como se mencionó, garantizará que dicha información se dé a conocer de manera rutinaria. Esta reglamentación es ambigua y requiere aclararse a través de los esfuerzos de colaboración entre la FDA, la Comisión Federal de Comercio, la industria de los alimentos, los profesionales de la salud y los consumidores. Los profesionales de la nutrición están en posición de tomar el liderazgo en el proceso y en la difusión de la información sobre la inocuidad y eficacia de los alimentos funcionales, al público. Investigación científica La prueba científica de los alimentos funcionales y sus componentes fisiológicamente activos se puede clasificar en cuatro áreas diferentes: Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 123 ALIMENTOS FUNCIONALES. POSICIÓN DE LA AMERICAN DIETETIC ASSOCIATION a) ensayos clínicos b) estudios con animales c) estudios de laboratorio experimentales in vitro, y d) estudios epidemiológicos. Gran parte de la prueba actual de los alimentos funcionales carece de ensayos clínicos bien diseñados; sin embargo, los datos proporcionados a través de otros tipos de investigación científica es sustancial para algunos de los alimentos funcionales y sus componentes promotores de la salud. En el cuadro 1 se muestra un resumen de los alimentos funcionales seleccionados y la prueba científica que apoya sus beneficios para la salud. Aquí, sólo se presenta un panorama general de la investigación. La prueba científica de eficacia clínica más fuerte es sobre los alimentos funcionales que están disponibles o que se han desarrollado de acuerdo con los lineamientos de la Ley de Etiquetado y Educación sobre Nutrición (NLEA) sobre las leyendas sanitarias preaprobadas, como se mencionó. Para dichos alimentos existe un consenso científico sustancial que indica que hay una relación entre la dieta y la enfermedad. El apoyo científico de la NLEA incluye todo tipo de investigación, desde ensayos in vitro, aleatorios, clínicos controlados y se enfoca en la reducción de enfermedades crónicas comunes en Estados Unidos. Algunos ejemplos básicos de los alimentos funcionales de esta área son alimentos naturalmente ricos en fibra soluble, como el salvado de avena o psyllium, que se relaciona con la reducción de la cardiopatía coronaria.23 Otro ejemplo serían las frutas y hortalizas y la relación de su alto consumo con la reducción de riesgo de contraer cáncer24 o cardiopatía coronaria.25 Uno más es la proteína de soya; sin embargo, la FDA aún no ha emitido la reglamentación final que autorice la leyenda sanitaria referente a la ingestión de proteína de soya y su relación con la reducción del riesgo de cardiopatía coronaria.12 Otros alimentos funcionales pueden tener un apoyo científico sustancial, pero en la actualidad carecen de una leyenda sanitaria aprobada por la FDA, ya que la industria de alimentos no la ha solicitado. Algunas muestras incluyen al ajo26 y los ácidos grasos ω-3 contenidos en el pescado,27 de los cuales se ha demostrado a través de ensayos clínicos que reducen las concentraciones del colesterol sérico en las personas con concentraciones elevadas. Entre este grupo de alimentos funcionales también están productos nuevos como la planta enriquecida con estanol o los productos tópicos enriquecidos con esterol, de los cuales ensayos clínicos han demostrado que reducen significativamente las 124 concentraciones del colesterol en las personas con hiperlipidemia ligera a moderada.28 En una tercera categoría se incluyen los alimentos funcionales fortificados para mejorar el nivel de cierto nutriente o componente relacionado con la prevención o el tratamiento de una enfermedad. Muchos de estos productos llevan leyendas sanitarias autorizadas para su venta. Se incluyen productos como el jugo de naranja fortificado, la pasta o el arroz fortificados con calcio para mantener la salud ósea y la disminución del riesgo de padecer osteoporosis, así como las barras con fibra o los cereales enriquecidos con folato para colación. Hasta el momento existen muchos alimentos funcionales más en esta categoría que carecen de las pruebas suficientes para garantizar una leyenda sanitaria autorizada. Es el caso de bebidas adicionadas con vitamina E para reducir el riesgo de infartos cardiacos y los aderezos para ensalada con ácidos grasos ω-3 para disminuir la respuesta inflamatoria de las enfermedades reumatoides. Una cuarta categoría de alimentos funcionales incluye los productos integrales que se relacionan con la reducción del riesgo de contraer enfermedades. Para estos alimentos se hace investigación in vitro, in vivo o epidemiológica que respalda los beneficios de dichos alimentos, pero aún no existen leyendas sanitarias, en parte por los datos limitados, los ensayos clínicos mal diseñados o la falta de consenso científico que respalde la prueba. Esta categoría incluye: • los productos de jitomate ricos en licopeno, un carotenoide, cuyo consumo se asocia con las tasas bajas de cáncer en los estudios epidemiológicos,42 • los huevos con ácidos grasos ω-3 que disminuyen potencialmente las concentraciones del colesterol,43 • el té negro y verde, ricos en polifenoles, se relacionan en experimentos y estudios con humanos con la prevención y control del cáncer, 29 • los oligosacáridos no digeribles (prebióticos), en especial los fructanos que potencialmente pueden proporcionar beneficios en la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares e infecciones intestinales,37,38 • los productos lácteos fermentados (probióticos) que han demostrado mejorar la salud gastrointestinal;44 y • los productos lácteos y la carne roja con ácido linoleico conjugado que puede alterar la carcinogénesis del cáncer.45 En cada uno de ellos se observa una asociación con la reducción de contraer enfermedades, pero no se ha llegado a ningún consenso científico. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx ALIMENTOS FUNCIONALE. POSICIÓN DE LA AMERICAN DIETETIC ASSOCIATION Por último, existe una creciente selección de componentes de alimentos funcionales que se comercializan con el nombre de suplementos dietéticos. En la mayor parte de estos productos la prueba de sus leyendas de estructura/función es limitada, incompleta y sin sustento. Algunos ejemplos incluyen las bebidas o dulces enriquecidos con antioxidantes, la goma de mascar con fosfatidilserina y las barras con cromo para colación. Esta categoría también incluye un gran número de productos enriquecidos con hierbas que utilizan una gran variedad de leyendas de estructura/funcionales. Algunos ejemplos incluyen el cereal fortificado con ginkgo biloba que se comercializa afirmando que reduce los síntomas de la demencia, o jugos con equinácea, para reforzar el sistema inmunológico. Ambas leyendas tienen sustento en ensayos clínicos controlados.46,47 Otras pruebas de los productos enriquecidos con botánicos han mostrado resultados contradictorios en los ensayos clínicos como el uso de la equinácea para reducir los síntomas de la gripe y el resfriado48,49 o el kava para reducir la ansiedad.50 Aun así, otras leyendas de estructura/función no tienen una eficacia terapéutica clara, como el uso de goldenseal para el mejoramiento inmunológico o el gingseng para proporcionar energía o mejor desempeño físico;51 otros, como el ma huang, pueden ser nocivos.52 Desde el punto de vista histórico, la prueba de la eficacia clínica de algunas plantas botánicas se ha visto limitada básicamente por un mal diseño de investigación (inconsistencia en la forma o cantidad de las dosis, un número de muestra pequeño, mala frecuencia, falta de control de los placebos, en parte como resultado de financiamiento reducido para la investigación en este ámbito), aun así, muchos de estos botánicos se están ofreciendo, a veces de manera irresponsable, como alimentos funcionales. La American Dietetic Association debe alentar a la industria para que financie más investigación en esta área en evolución. Es necesario realizar una evaluación de la eficacia de cada alimento funcional utilizando un modelo de riesgobeneficio científicamente válido que valore de manera cuidadosa todos los efectos fisiológicos, tanto positivos como negativos. Es esencial hacer una revisión de los datos de los estudios in vitro, en animales, epidemiológicos y clínicos antes de comercializar los alimentos funcionales resaltando sus propiedades para mejorar la salud.53 El valor de una dieta variada La importancia de la prueba científica indica que el enfoque óptimo para obtener un beneficio en la salud a partir de la ingestión de nutrientes y otros constituyentes fisiológicamente activos, es a través del consumo de una dieta variada, rica en vegetales. En realidad, cada hortaliza contiene distintas cantidades de numerosos nutrientes y fitoquímicos, hecho biológico que, en la actualidad, no se puede replicar en una pastilla. Adicionalmente, el supuesto de que una combinación de constituyentes vegetales naturales se mantiene en cifras equivalentes a la actividad biológica cuando se extraen, se secan y se compactan en una pastilla, no tiene bases. La industria farmacéutica ha aislado muchos componentes alimenticios en forma de suplementos, como sulfuros de alilo, genisteína, antocianina (extracto de arándano) y glicirricina (dulce de regaliz) para mencionar sólo unos cuantos. En Estados Unidos se gastan miles de millones de dólares al año en suplementos dietéticos.54 El incremento rápido de los alimentos funcionales se puede considerar como la respuesta de la industria de alimentos al aumento en las ventas de suplementos dietéticos. Los suplementos pueden aportar nutrientes y otros componentes fisiológicamente activos en una forma desequilibrada y concentrada, lo que es totalmente diferente a la utilizada en los estudios de investigación. Los nutrientes y otros componentes alimenticios bioactivos que están en los alimentos de manera natural actúan en sinergia con otros elementos dietéticos, como la fibra, para promover la salud. La industria de alimentos y los profesionales de la nutrición tienen la oportunidad única de promover los alimentos integrales como una alternativa de los suplementos dietéticos, al integrar los alimentos funcionales adecuados al variado plan dietético de los consumidores. Además, al utilizar la prueba científica se desarrollarán productos de alimentos funcionales que mejoren aún más los beneficios para la salud que aportan los alimentos. Niveles óptimos de consumo Cuando se evalúen los alimentos funcionales en el contexto de una dieta saludable, será necesario valorar las cantidades de consumo seguras. En la mayor parte de los estudios de investigación aún no se determinan los niveles óptimos de los nutrientes y de otros componentes fisiológicamente activos en los alimentos funcionales. La investigación en animales ha dado indicios de la ingestión deseable, pero es difícil extrapolar los datos a los requerimientos de la dieta humana. El cuadro 2 enumera las porciones aproximadas de ingestión de ciertos nutrientes fitoquímicos y otros constituyentes alimentarios para promover la salud.24,27,29-41 Sin embargo, los Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 125 ALIMENTOS FUNCIONALES. POSICIÓN DE LA AMERICAN DIETETIC ASSOCIATION niveles exactos de la ingestión recomendada de los alimentos funcionales podrán establecerse cuando se hayan documentado los ensayos clínicos en la literatura científica. Muchos alimentos funcionales o sus componentes requerirán investigación continua in vivo e in vitro, así como estudios farmacocinéticos para determinar los niveles específicos en las investigaciones de ensayos clínicos. Una vez terminados éstos se podrán formular más recomendaciones. Además, una gran cantidad de datos sobre la dieta, recopilados históricamente, proporciona información limitada sobre la ingestión exacta de los componentes fisiológicamente activos, debido a que se han desarrollado muy pocas bases de datos de los componentes alimentarios no nutritivos. Las herramientas actuales para medir la dieta tienen pocos datos sobre la ingestión de hierbas, especias, condimentos y/o saborizantes, aunque varios componentes fisiológicamente activos se han encontrado en estos alimentos. La cantidad adecuada de ingestión de nutrientes y otros componentes fisiológicamente activos en los alimentos debe incluir una evaluación de los alimentos (hierbas, especias), así como de la interacción entre los distintos nutrientes y componentes bioactivos en la dieta. Parece que los constituyentes actúan en sinergia para mejorar la absorción de los nutrientes o componentes fisiológicamente activos. Un ejemplo es el licopeno de los jitomates y la manera en que mejora su absorción cuando se consume con grasa.55 Las cantidades de ingestión específicas recomendadas para reducir el riesgo de contraer enfermedades en una población sana pueden alterarse con alguna enfermedad como el cáncer o las enfermedades cardiovasculares. Por lo tanto, la asesoría dietética sobre las cantidades aproximadas de ingestión de alimentos funcionales y sus componentes necesitará evaluarse de acuerdo con la información científica vigente dentro del contexto de cada población o variabilidad individual. Función y responsabilidades del profesional de la nutrición A través de un estudio de mercado cualitativo con grupos focales se demostró el conocimiento e interés del consumidor en los alimentos funcionales y sus beneficios asociados con la salud.6,56 Los datos indican que los consumidores cada vez conocen más acerca de los alimentos funcionales y apoyan esos productos, en especial, si pueden obtener beneficios para la salud al consumir alimentos tradicionales. Los consumidores identificaron a los medios masivos de comunicación como la fuente principal de información sobre la nutrición, los fitoquímicos y los alimentos funcionales. Di- Cuadro 2. Porciones aproximadas de ingestión de alimentos funcionales seleccionados o componentes para promover el estado de salud óptimo Alimento/componente alimentario Porción de consumo Relación con la enfermedad Té verde o negro 4-6 tazas/d Reduce el riesgo de cáncer gástrico o esofágico29,30 Proteína de soya 25 g/d 60 g/d Reduce el colesterol de lipoproteínas de baja densidad, lipoproteínas de no alta densidad31 Reduce los síndromes de la menopausia 32 Ajo 600-900 mg/d (aproximadamente 1 diente fresco/d) Reduce la presión sanguínea.33 Reduce el colesterol sérico34,35 Vegetales y fruta 5-9 porciones/d Reduce el riesgo de cáncer (colon, mama, próstata)24 y la porción sanguínea36 Fructooligosacáridos 3-10 g/d Reduce la presión sanguínea.37 Efecto benéfico para el metabolismo de los lípidos, mejora la salud gastrointestinal y reduce el colesterol sérico37,38 Pescado rico en ácidos grasos ω−3 >180 g (6 oz)/semana Reduce el riesgo de cardiopatías27 Jugo de uva 8 a 16 oz/d Reduce la agregación de plaquetas39-41 Vino tinto 8 oz/d Reduce la agregación de plaquetas39-41 126 Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx ALIMENTOS FUNCIONALES. POSICIÓN DE LA AMERICAN DIETETIC ASSOCIATION cha observación resalta la importancia que tiene la participación de los profesionales en nutrición en los informes que se presentan a los medios en este campo. Es claro que los expertos en dietética ya no deben evaluar los alimentos sólo en relación con la ingestión de macro y micronutrientes, sino que será necesario que consideren el contenido de los componentes fisiológicamente activos para analizar el beneficio general para la salud de determinado alimento. En el futuro, quizá se “receten” ciertos alimentos para mejorar la salud, lo que representa un cambio del enfoque más tradicional de la educación en nutrición, que se centraba en limitar la ingestión de alimentos altos en componentes “no saludables” como grasa y colesterol. Los profesionales de la nutrición tienen una sólida formación en el área de alimentos y nutrientes, así como experiencia clínica para hacer recomendaciones sobre la ingestión diaria recomendada de alimentos funcionales en el contexto de una dieta saludable. En los últimos años, los programas académicos para los profesionales de la nutrición han empezado a integrar la investigación y la información de los alimentos funcionales en los cursos de nutrición clínica y comunitaria. La educación continua en dietética también se ha expandido a esa área importante. A medida que la práctica de la nutrición evolucione deberá darse más relevancia a dichos temas en los programas de capacitación. La American Dietetic Association (ADA) ha demostrado su apoyo a esta área de la ciencia de los alimentos y la nutrición en evolución. Los profesionales de la nutrición tienen la oportunidad única de desempeñar un papel importante en la evaluación y aplicación de los estudios de investigación relacionados con los alimentos funcionales y sus componentes fisiológicamente activos. Los expertos en dietética deberán traducir los hallazgos de la investigación en información práctica para los consumidores. Las funciones adicionales que deberán desempeñar incluyen las siguientes: • Asesorar a los consumidores sobre la ingestión adecuada de alimentos funcionales y la mejor manera de lograr una dieta saludable, para optimizar la salud y reducir potencialmente el riesgo de contraer enfermedades prevenibles. • Participar en la investigación de este campo en evolución. • Contribuir con su experiencia práctica en la industria de los alimentos para el desarrollo de alimentos funcionales futuros. • Impartir educación a los profesionales de la salud, al público, a la industria de alimentos y a los generadores de políticas sobre la función de los alimentos funcionales en la promoción de la salud y en la prevención de enfermedades. • Trabajar en colaboración con las organizaciones de alimentos y nutrición, así como con los gobiernos, para desarrollar y mejorar las normas reguladoras de los alimentos funcionales a fin de que establezcan que dichos alimentos son inocuos y las leyendas en las etiquetas tengan bases científicas. • Ser un recurso para los medios de comunicación a medida que la investigación avance y, de manera específica, proporcionar orientación sobre la integración de los alimentos funcionales en una dieta variada y equilibrada. Los miembros de la ADA deben tomar decisiones informadas sobre los alimentos funcionales en relación con los hallazgos disponibles de las investigaciones con base científica. Hoy y en el futuro, se recurrirá a los profesionales de la nutrición para que desarrollen los programas dietéticos y para que indiquen los cambios que favorezcan la ingestión de alimentos funcionales cuando sea necesario. Los practicantes de la dietética necesitarán evaluar cada alimento funcional y conocer su función en la prevención y tratamiento en las personas sanas y con padecimientos clínicos. La respuesta de los profesionales de la nutrición a las preguntas relacionadas con los alimentos funcionales deberá ser contundente sobre los resultados óptimos en la salud individual y pública. Resumen Nunca antes el interés en los beneficios para la salud había sido tan grande. La filosofía de que los alimentos pueden promover la salud más allá de su valor nutricional tradicional está cobrando aceptación entre los científicos y los profesionales de la salud.57-61 Los profesionales de la nutrición están calificados y en la posición necesaria para traducir la prueba científica en aplicaciones dietéticas prácticas para los consumidores, y proporcionar a la industria de alimentos, a los creadores de políticas y a los medios de comunicación una valiosa aportación, una gran experiencia para investigaciones futuras, desarrollo de productos, reglamentaciones y comunicación sobre los alimentos funcionales. Incrementar la disponibilidad de los alimentos promotores de la salud en la dieta de los estadounidenses ayudará a garantizar una población más saludable. Los profesionales de la nutrición deben ser los dirigentes de esta área de los alimentos y la nutrición en evolución. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 127 ALIMENTOS FUNCIONALES. POSICIÓN DE LA AMERICAN DIETETIC ASSOCIATION REFERENCIAS 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. National Academy of Sciences, Institute of Medicine. Dietary reference intakes, thiamin, riboflavin, niacin, vitamin B6, folate, vitamin B 12, pantothenic acid, biotin and choline. Washington, DC: National Academy Press, 1998. Backgrounder. Functional foods. En: Food insight media guide. Washington: International Food Information Council Foundation, 1998. Food Institute Report No. 33. August 23, 1999;pp:6. Clydesdale FM. ILSI North America food component reports. CRC Crit Rev Food Sci Nutr 1999;39(3):203-316. Committee on Opportunities in the Nutrition and Food Sciences, Food and Nutrition Board, Institute of Medicine. Thomas PR, Earl R, eds. 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POSICIÓN DE LA AMERICAN DIETETIC ASSOCIATION 39. 40. 41. 42. 43. 44. 45. 46. 47. 48. 49. 50. 51. 52. 53. 54. 55. oligosaccharide administration dose-dependently increases fecal bifidobacteria in healthy humans. J Nutr 1999;129(1): 113-6. Folts JD. Antithrombotic potential of grape juice and red wine for preventing heart attacks (human studies). Pharm Biol 1998;36:1-7. Stein JH, Keevil JG, Wiebe DA, Aeschlimann S, Folts JD. Purple grape juice improves endothelial function and reduces the susceptibility of LDL cholesterol to oxidation in patients with coronary artery disease. Circulation 1999;100:1050-5. Keevil JG, Osman HE, Reed JD, Folts JD. Grape juice, but not orange or grapefruit juices, inhibit human platelet aggregation. J Nutr (en prensa). Giovannucci E. Tomatoes, tomato-based products, lycopene and cancer: Review of the epidemiologic literature. J Natl Cancer Instit 1999;91:317-31. Farrell DJ. 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La ADA autoriza la publicación de su Posición, en su totalidad, siempre y cuando se otorgue el crédito total y correspondiente. Para solicitar el uso de las partes de su Posición, dirigirse a las oficinas centrales de la ADA llamando al 800/877-1600, ext. 4896, o [email protected]. Agradecimientos Autores: Cyndi Thomson, PhD, RD, FADA (University of Arizona, Arizona Prevention Center, Tucson); Abby S. Bloch, PhD, RD, FADA (Private Nutrition Consultant, New York, NY); Clare M. Hasler, PhD (University of Illinois, Functional Foods for Health Program, Urbana and Chicago). Revisores: ADA Government Relations Team (Tracy Fox, MPH, RD); ADA Scientific Affairs (Kathryn Carroll, PhD); Pamela Anderson (Ross Products Division/Abbott Laboratories, Columbus, Ohio); Phyllis E. Bowen, PhD, RD (University of Illinois at Chicago, Chicago, Ill); Yvonne M. Catty, MSc, RD (Michels Warren Strategic Communications Solutions, North Sydney, Australia); Winston Craig, PhD, MPH, RD (Andrews University, Berrien Springs, Mich); Christine J. Lewis, PhD, RD (US Food and Drug Administration, Washington, DC); John A. Milner, PhD (Pennsylvania State University, University Park); Linda Nebeling, PhD, MPH, RD (National Cancer Institute, Bethesda, Md); Cheryl L. Rock, PhD, RD, FADA (University of California-San Diego). Miembros del Grupo de Trabajo del Comité de Posición de la Asociación: Karen Kubena, PhD, RD; Robert Earl, MPH, RD; Joan Heins, MA, RD. El Comité Editorial de Nutrición Clínica agradece su apoyo a Cathy Devlin para obtener el permiso de la Asociación Dietética Americana para traducir y publicar este trabajo. Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 129 CURSO INTERDISCIPLINARIO DE NUTRICIÓN CLÍNICA (CINC) La Federación Latinoamericana de Nutrición Parenteral y Enteral (FELANPE) está conformada por las Asociaciones Nacionales y Sociedades de Nutrición Parenteral y Enteral de América Latina. FELANPE ofrece un curso interdisciplinario a profesionales de la salud implicados en la terapia nutricional clínica con el fin de incrementar el conocimiento y el uso apropiado de la nutrición clínica en Latinoamérica. Objetivos generales de la FELANPE: Promover el uso apropiado de la terapia nutricional por medio de la utilización racional y eficaz de los recursos disponibles en cada hospital. Estimular y fomentar la terapia nutricional en equipos interdisciplinarios para mejorar la atención del paciente. Estimular la investigación en el área de la terapia nutricional clínica. Características generales del curso: Curso interdisciplinario de nutrición ofrecido a profesionales de la salud especializados en terapia nutricional clínica. Dirigido a: Nutriólogos, enfermeros dietistas y farmacéuticos. Objetivos del curso: Al finalizar el programa los participantes tendrán la capacidad de: Reconocer el riesgo de la desnutrición y sus consecuencias. Identificar los cambios de las necesidades nutricionales en los diferentes estados de la enfermedad. Seleccionar e indicar la terapia nutricional apropiada. Identificar las vías y elementos de acceso a la terapia nutricional. Reconocer y elegir las fórmulas enterales y mezclas parenterales adecuadas. Reconocer y manejar las complicaciones relacionadas con la terapia nutricional en el hospital o domicilio. Identificar las características principales de la terapia nutricional pediátrica. Reconocer el papel y responsabilidades de los miembros del equipo interdisciplinario de nutrición clínica. Metodología de la enseñanza: El aprendizaje está basado en el método interactivo interdisciplinario de resolución de problemas. El curso consta de cuatro módulos: Desnutrición y evaluación nutricional Terapia nutricional Indicadores de calidad, vigilancia y control Terapia nutricional domiciliaria Cada módulo incluye casos clínicos, revisión de temas, lecturas, conferencias, discusión y talleres y será impartido por un profesional del área. Calendario CINC Fecha Mayo 23 y 24 Julio 23 y 24 Septiembre 8 y 9 Octubre 24 y 25 Ciudad México, DF. Guadalajara, Jal. Puebla, Pue., Congreso Monterrey, NL. Costo: $600.00 Informes: Asociación Mexicana de Alimentación Enteral y Endovenosa A.C. (AMAEE), tel.: (01-55) 5559-9546 y 5575-9916. Fax: 5559-4793. E-mail: [email protected], [email protected] 130 Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx TERAPIA NUTRICIONAL TOTAL Versión 2.0 Programa de educación en nutrición clínica para médicos Moderno curso interactivo de posgrado con duración de dos días que incluye: conferencias, talleres, discusión de casos clínicos ¡Ven y conoce la nueva versión actualizada de este exitoso programa de educación! Más de 8000 médicos en América Latina lo han comprobado. Informes: AMAEE, tel.: 5559-9546 y 5575-9916. Fax. 5559-4793 Costo para médicos especialistas $1200.00 Costo para socios AMAEE y residentes $800.00 Núm. Fecha Ciudad Sede Director 1 2 3 4 Mayo 30 y 31 Junio 20 y 21 Julio 4 y 5 Agosto 8 y 9 México, DF México, DF Monterrey, NL México, DF Promeca Hospital Angeles del Pedregal Hospital San José –Tec. MTY Hospital Militar Dr. Amado de Jesús Athie Dr. José Antonio Carrasco R. Dr. Víctor M. Sánchez Nava Dr. Francisco Takao Kaneko Wada 5 Agosto 15 y 16 Guadalajara, Jal. Hotel Holiday Inn Select Dr. José Luis Gutiérrez de la Rosa 6 7 Septiembre 8 y 9 Octubre 10 y 11 Puebla, Pue. Celaya, Gto. Hotel Camino Real Hospital General Celaya Dr. Amado de Jesús Athie Dr. Alejandro Flores Viladroza 8 9 Octubre 27 y 28 Noviembre 14 y 15 Veracruz, Ver. Guadalajara, Jal. Congreso De Cirugía General Dr. Amado de Jesús Athie Dr. José Luis Gutiérrez de la Rosa 10 11 Diciembre 5 y 6 Diciembre 12 y 13 Monterrey, N. L. México, D.F Hospital Promeca Dr. Víctor Manuel Sánchez N. Dr. Juan Manuel Mijares García Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 131 XIII Congreso Latinoamericano de Nutrición Simposium: La formación del médico en nutrición Lunes 10 de noviembre, 2003 Sede: Centro de Convenciones, Acapulco, Guerrero 10:00 – 10:30 Introducción y objetivos del simposio La enseñanza de la nutrición en la carrera de medicina en México: tendencias recientes Pedro Arroyo, FUNSALUD 10:30 – 11:00 La formación del médico: tendencias recientes de la enseñanza de la medicina Mario Mandujano, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco 11:00 – 11:30 La enseñanza de la nutrición en la carrera de medicina: tendencias recientes Lisa Hark, Escuela de Medicina, Universidad de Pennsylvania 11:30 – 12:00 RECESO 12:00 – 12:30 El fortalecimiento de la enseñanza de la nutrición en escuelas de medicina de Estados Unidos Darwin Denn, Colegio de Medicina Albert Einstein, Nueva York 12:30 – 13:00 Discusión 13:00 – 13:30 Un modelo de enseñanza de nutrición basado en problemas Víctor Hernández Escalante y Hugo Laviada Molina, Universidad de Yucatán 13:30 – 14:00 Disponibilidad de apoyos didácticos para la enseñanza de la nutrición en el Internet Jeanette Pardío, FUNSALUD 14:00 – 15:00 RECESO 15:00 – 15:30 La formación de recursos humanos para la enseñanza de la nutrición: la interfase médico-nutriólogo Hilda Irene Novelo Huerta y Juan Antonio Martínez segura, Facultad de Salud Pública y Nutrición, Universidad Autónoma de Nuevo León 15:30 – 16:30 Mesas de discusión coordinada: 1 Las materias básicas y la enseñaza de la nutrición 2 La enseñanza de la nutrición clínica basada en casos 3 La integración de la nutrición en las residencias troncales: pediatría, medicina, cirugía y ginecología y obstetricia 16:30 – 17:00 Resumen y conclusiones Nutrición Clínica Volumen 6, Núm. 1, enero-marzo, 2003 www.revistasmedicasmexicanas.com.mx 133