Antofagasta, ¿la nueva Dubai?

Antofagasta, ¿la nueva Dubai?
Jorge Albarracín Herrera
Reflexiones
Escrito: Febrero/2015
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ANTOFAGASTA, ¿LA NUEVA DUBAI?
El Boom de Antofagasta
La bonanza de la explotación minera en el
presente
siglo,
produjo
un
explosivo
crecimiento poblacional, atrayendo a personas
de
Chile
y
el
extranjero.
Siendo
los
altos
sueldos,
bonos
desmesuradamente elevados para miles de trabajadores mineros de la
segunda región y las pocas o nulas exigencias profesionales para
optar a un tentador trabajo en minería, el atractivo para que chilenos,
bolivianos, ecuatorianos, peruanos, colombianos, haitianos, entre
otros, vivieran en Antofagasta una "Fiebre del cobre", análogamente a
la "Fiebre del oro" acaecida en California en el año 1848. En la última
década, la población de Antofagasta creció en un 20% (Censo 2012),
superando a las ciudades de Viña del Mar, La Serena, Concepción,
Valparaíso y Temuco. Donde el comercio del Retail, las automotoras y
las
inmobiliarias
obtuvieron
jugosas
ganancias,
tanto
por
el
crecimiento de la demanda, como por el poder adquisitivo que poseían
quienes laboran, principalmente, en empresas mineras. Hasta el 2014,
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se pudo observar el cenit del boom de Antofagasta, con calles
atestadas de vehículos del año y de elevado valor, viviendas o
departamentos de 2 mil o más UF de valor totalmente vendidas y el
comercio con importantes ventas en electrónica sofisticada.
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Boom de Antofagasta sólo asociada a la
minería
Desafortunadamente, el Boom de Antofagasta
genera una falsa sensación de ostentación de
dinero, proyectando una imagen en que cada uno de los ciudadanos
de Antofagasta y la Segunda Región, obtienen elevados sueldos. En
vastos sectores de la ciudad de Antofagasta es muy evidente la
carencia económica, en donde la desigualdad y la delincuencia son
parte de la realidad diaria. Estas familias que viven en precarias
condiciones, están sometidas a un espiral de desvaloración,
obligándolos a una educación pública que desarrolla jóvenes que
difícilmente podrán optar a una elevada formación profesional, con
ciudadanos que deben recurrir a una salud pública con graves
carencias en infraestructura, tecnología y profesionales idóneos que
logren superar dolencias y enfermedades propias de una difícil
existencia. Además, un mayoritario porcentaje de las personas que
viven en Antofagasta y en las ciudades de la segunda región, son
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empleados en el sector del comercio, educación, salud, transporte,
construcción y empresas proveedoras de la minería, los cuales en
muchos casos están obligados a embarcarse en el círculo vicioso de la
legal usura que promueven los Bancos, Financieras y Cajas de
compensación, para mantener con un sueldo de empleado la imagen
de crecimiento y ostentación que genera el Boom de Antofagasta,
destinando en muchos casos más del 40% del ingreso familiar para
cubrir las elevadas mensualidades asociadas a los créditos solicitados.
A la vez, la educación es un potente extractor de recursos económicos
para éstas familias, siendo ellos conscientes de la relevancia de una
educación de calidad para sus hijos e hijas, que generalmente se
asocia a la educación privada, donde la educación subvencionada es
una opción poco deseada, al estar levemente por sobre la educación
pública (Simce, 2012). Además, en la necesidad de solicitar una Salud
de calidad, estas familias orientan los esfuerzos económicos hacia la
Salud privada, principalmente situada en la capital de Chile, con
elevados costos que deben ser cubiertos por la venta de uno o más de
sus bienes u optar necesariamente al círculo vicioso de la legal usura.
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El 2015 y el punto de inflexión
La
explotación
minera,
principalmente
relacionada con la extracción del cobre, es la
más importante generadora de ingresos para
Chile y una relevante fuente de empleo que
favorece a miles de trabajadores y sus familias que viven en
Antofagasta y otras comunas de la segunda región. El inicio del año
2015, ha traído incertidumbre frente a las fluctuaciones del precio del
cobre
y
su
tendencia
a
la
baja.
Incertidumbre
que
afecta
principalmente a quienes laboran en la empresa minera, dado a los
públicos anuncios de masivos despidos de trabajadores que laboran
en la gran, mediana o pequeña minería de la segunda región. La
nueva realidad que se está forjando para el sector minero, afecta no
solamente a los trabajadores y sus familias, sino que también a todo el
encadenamiento productivo asociado con éste sector, así como, al
comercio, automotoras, inmobiliarias y proyectos de inversión
público/privado.
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Antofagasta depende de la minería
Antofagasta y las comunas de la segunda
región, históricamente han sustentado su
desarrollo en la explotación de recursos no
renovables, en guaneras, salitreras y minería metálica. Hasta el año
2014, el futuro de Antofagasta era auspicioso, con ambiciosos
proyectos energéticos, viales, urbanísticos, entre otros. Pero, tal como
ha acontecido con otras ciudades que florecen lentamente entorno a
años de explotación minera, y se marchitan en muy poco tiempo al
ritmo de la triste contingencia técnico/económica de la minería que la
sustenta, Antofagasta hoy esta lentamente despertando de su largo
sueño, y observando lo débil de sus bases conformadas por la
explotación no renovable de minerales metálicos.
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Futuro de Antofagasta
Basta con conocer el nacimiento, desarrollo y
abandono
de todos
aquellos
pueblos
y
ciudades que han nacido bajo el alero de la
explotación de su minería aledaña, para
pronosticar el futuro de Antofagasta, así como, de varias comunas que
se sustentan en la explotación minera. Esto desafortunadamente es
una tendencia normal, en donde las numerosas señales que se están
emitiendo, con el cierre de importantes yacimientos mineros en la
segunda región, la baja de ley en otros yacimientos que obligan a
modificar el sistema de explotación de cielo abierto a subterráneo, el
aviso público de miles de despidos de trabajadores de la minería,
además de la contingente fluctuación con tendencia a la baja del
precio del cobre. Conforman, específicamente para Antofagasta, un
cuadro poco auspicioso para el mediano y largo plazo. La comodidad
que ha generado la dependencia del crecimiento de Antofagasta en el
desarrollo de proyectos mineros, por más de un siglo, ha situado a las
diferentes autoridades de Antofagasta en una posición de resistencia
al cambio, centrando su accionar a una labor reactiva y de
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mantenimiento de la comuna, con débiles acciones proactivas que
genere el nacimiento de un nuevo polo de desarrollo económico para
la ciudad, relacionado por ejemplo, con el turismo, la pesca, la
agricultura, etc. Alejándose de otras realidades comunales, por
ejemplo, como el gran desarrollo urbanístico, vial y de infraestructura
que hoy presenta Iquique, o el desarrollo turístico que presenta La
Serena. Las autoridades actuales y futuras deben embarcarse en un
efectivo y ambicioso programa de largo plazo de desarrollo comunal
para Antofagasta, que considere planes para la proyección de nuevos
polos de desarrollo económico, que respondan a la interrogante ¿qué
sucederá con Antofagasta cuando la minería sucumba? En este
eventual escenario de cambio, ¿quién se atreverá a dar el primer
paso?
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Bibliografía.
http://www.capital.cl/negocios/2013/06/03/070654-antofagasta-o-lanueva-dubai
http://www.cochilco.cl/
http://www.subdere.gov.cl/sites/default/files/documentos/articles82942_recurso_1.pdf
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