La Ofrenda vegetal de las primicias. Lev 2:14 “Si ofrecieres a
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La Ofrenda vegetal de las primicias. Lev 2:14 “Si ofrecieres a
Levítico: El manual de los sacerdotes UN ESTUDIO DEL LIBRO DE LEVITICO IV La Ofrenda vegetal de las primicias. Lev 2:14 “Si ofrecieres a Jehová ofrenda de primicias, tostarás al fuego las espigas verdes, y el grano desmenuzado ofrecerás como ofrenda de tus primicias”. La ofrenda vegetal de las primicias consistía en cabezas trituradas de grano tostado al fuego. Esto habla del Señor como el grano de trigo que cayó en la tierra y murió, luego volvió a la vida y fue aceptable para Su Padre. Jesús dijo en Juan 12:24 “De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto”. De igual manera, tenemos que “morir cada día” (1 Co. 15:31), para llegar a ser hijos de Dios maduros que den fruto a ciento por uno. Que las espigas de trigo tuvieran que secarse al fuego es representativo de que todas las relaciones son probadas como por fuego con el fin de purificarnos del afecto humano, debido a que éste nunca será capaz de resistir las pruebas de la vida. El Señor Jesús, quien cumplió todos estos sacrificios, fue el mejor de los trigos. Su vida puede compararse con un manojo de trigo que alcanzó la madurez y produjo mucho fruto. Lev 2:15 “Y pondrás sobre ella aceite, y pondrás sobre ella incienso; es ofrenda”. El aceite simboliza al bendito Espíritu Santo, el Espíritu de paz y unidad que fluye entre los hermanos. El incienso representa la fe de Dios, la cual nos capacita para soportar la purificación y la prueba de nuestro amor. Todas nuestras obras serán probadas por el santo fuego que arde constantemente delante de Su majestad en los Alto. Iglesia Cristiana “Luz de Cristo” www.iglesialuzdecristo.org 1 Levítico: El manual de los sacerdotes Lev 2:16 “Y el sacerdote hará arder el memorial de él, parte del grano desmenuzado y del aceite, con todo el incienso; es ofrenda encendida para Jehová”. Esta ofrenda puede ser presentada al Señor y será aceptada por Él. Nunca debemos olvidar, al estudiar estas ofrendas, que aunque hablen acerca del supremo sacrificio de Cristo, también tienen aplicación a nuestras propias vidas. La Ofrenda de Paz. Lv. 3:1-17 Esta ofrenda tiene traducciones diversas: de paz, de reconciliación (DHH), de comunión (NVI), de prosperidad, ofrenda voluntaria de gratitud, ofrenda de compañerismo u ofrenda compartida. Todas las definiciones son aceptables porque, en cierto sentido, resumen el término más utilizado “de paz”. Donde hay paz, también hay prosperidad y una actitud general de gratitud. El propósito de esta ofrenda es llevarnos a la paz y unidad y los hombres. Solamente el Señor Jesús pudo lograr esto. El castigo de nuestra paz fue sobre Él, como señala Isaías 53:5 “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llega fuimos nosotros curados”. Para que haya paz, alguien tiene que pagar el precio. Jesús es nuestra paz y Él cumplió con la ofrenda de paz por medio de Su muerte en la cruz, como se detallas en Efesios 2:14-18: “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre”. Iglesia Cristiana “Luz de Cristo” www.iglesialuzdecristo.org 2 Levítico: El manual de los sacerdotes Lv. 3:1 “Si su ofrenda fuere sacrificio de paz, si hubiere de ofrecerla de ganado vacuno, sea macho o hembra, sin defecto la ofrecerá delante de Jehová”. Ahora vemos los requisitos para la ofrenda de paz que Jesucristo cumplió en la cruz para llevarnos a la unidad con Dios y la iglesia. El requisito principal era que la ofrenda no podía tener ningún tipo de imperfecciones. Sea lo que fuere que ofrezcamos a Dios, debe ser sin mancha. Este es Su principio para la Iglesia, como vemos en Efesios 5:27 “a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha”. Por supuesto, sabemos que Cristo fue nuestra ofrenda de paz sin mancha. 1 Pe. 1:19 dice: “Sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación:” Lev 3:2-5 “Pondrá su mano sobre la cabeza de su ofrenda, y la degollará a la puerta del tabernáculo de reunión; y los sacerdotes hijos de Aarón rociarán su sangre sobre el altar alrededor. Luego ofrecerá del sacrificio de paz, como ofrenda encendida a Jehová, la grosura que cubre los intestinos, y toda la grosura que está sobre las entrañas, y los dos riñones y la grosura que está sobre ellos, y sobre los ijares; y con los riñones quitará la grosura de los intestinos que está sobre el hígado. Y los hijos de Aarón harán arder esto en el altar, sobre el holocausto que estará sobre la leña que habrá encima del fuego; es ofrenda de olor grato para Jehová”. La ofrenda de paz se describe teniendo en cuenta los intestinos, o sea, la parte interior. Dios quiere buscar en cada rincón de nuestro corazón y limpiarnos de los pecados y ataduras ocultas. David abrió todo su corazón al Señor, cuando oró en Salmos 139:2324: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébanos y conoce mis pensamientos; y ve su hay en mi camino de perversidad, y guíame en el camino eterno”. Iglesia Cristiana “Luz de Cristo” www.iglesialuzdecristo.org 3 Levítico: El manual de los sacerdotes Lev 3:6-11 “Mas si de ovejas fuere su ofrenda para sacrificio de paz a Jehová, sea macho o hembra, la ofrecerá sin defecto. Si ofreciere cordero por su ofrenda, lo ofrecerá delante de Jehová. Pondrá su mano sobre la cabeza de su ofrenda, y después la degollará delante del tabernáculo de reunión; y los hijos de Aarón rociarán su sangre sobre el altar alrededor. Y del sacrificio de paz ofrecerá por ofrenda encendida a Jehová la grosura, la cola entera, la cual quitará a raíz del espinazo, la grosura que cubre todos los intestinos, y toda la que está sobre las entrañas. Asimismo los dos riñones y la grosura que está sobre ellos, y la que está sobre los ijares; y con los riñones quitará la grosura de sobre el hígado. Y el sacerdote hará arder esto sobre el altar; vianda es de ofrenda encendida para Jehová”. La ofrenda de paz tenía que ser un animal sin mancha tomado del rebaño, que no debía tener defecto alguno. Obviamente, ero era necesario porque a un Dios santo no le puede satisfacer algo que sea menos que perfecto. El acto ceremonial de poner la mano sobre la cabeza del animal tenía el propósito de que la persona que presentaba la ofrenda se identificaba con este. El animal era un sustituto por la persona que merecía la muerte a causa de sus hechos pecaminosos. Debemos identificarnos con el Señor Jesucristo, quien murió en nuestro lugar. Nosotros somos los que tendríamos que haber muerto en la cruz, pero Aquel que “no conoció pecado” tomó nuestros pecados y murió en nuestro lugar. Pablo dijo en 1 Co. 15:3: “Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras”. Iglesia Cristiana “Luz de Cristo” www.iglesialuzdecristo.org 4 Levítico: El manual de los sacerdotes Leemos en Gálatas 1:4 “el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre”. Esto también se dice claramente en 1 Pe. 2:24: “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados”. La grasa, que habla de la fuerza, se sacaba de la columna vertebral del sacrificio animal. Esto representa la “fuerza de la carga” o “llevar carga”. En Efesios 4:3, Pablo habla acerca de mantener la paz: “Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz”. La palabra traducida como “solícitos” significa que debemos intentar mantener la paz con nuestras fuerzas. La grasa se quemaba luego sobre el altar como olor grato para el Señor (Lv. 3:5). El motivo por el cual se hacía esto es que la fuerza se encuentra en la grasa, que ha sido totalmente consumida en el servicio al Señor. Por lo tanto, es preciosa ante los ojos de Dios. El Señor dijo en Isaías 49:4: “Pero yo dije: Por demás he trabajado, en vano y sin provecho he consumido mis fuerzas; pero mi causa está delante de Jehová, y mi recompensa con mi Dios”. El Señor usó toda Su fuerza para hacer la voluntad de Su Padre y por eso la vida de Jesús fue olor grato para el Padre. Queremos usar toda nuestra fuerza y energía en la tarea del Evangelio de la misma manera que Pablo, quien dijo en 1 Co. 15:10: “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo”. 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