publico - 6-10-2009

Transcripción

publico - 6-10-2009
PÚBLICO
MARTES, 6 DE OCTUBRE DE 2009
7
«Todo lo que vive, no vive solo, ni para sí mismo»
WWW.PUBLICO.ES
–William Blake–
Fuera de la UE hace mucho frío
Fuego amigo
MANUEL
SACO
Dominio público
JOAQUÍN
ROY
¿Mensaje
político
o puro ‘spam’?
Catedrático Jean Monnet y director
del Centro de la Unión Europea
de la Universidad de Miami
C
L
as cifras son incuestionables. El voto favorable de
este segundo intento irlandés en aprobar por referéndum el Tratado de Reforma, o de Lisboa (llamado así por la capital donde se firmó a finales de 2008,
en el cierre de la Presidencia portuguesa) superó las expectativas de los más
optimistas: el 67,1%. En 2008 fue de
un 32,9%. Entre los factores que posiblemente han contribuido a este ascenso espectacular está el hecho de la
alta participación del 59%, o sea, seis
puntos más que en 2008. En junio de
2008, el 53,4% votó no.
Más interesantes resultan algunos
aspectos del contexto en que se han
celebrado estos especiales comicios
y cuáles serán sus consecuencias. Pero, sobre todo, conviene meditar sobre qué lecciones conviene derivar para que los errores que se han sucedido
desde que se puso en marcha el proceso constitucional al principio de la década no se repitan.
La Unión Europea (UE) tiene una
larga historia de aprender de sus propios fallos. Es notoria su insistencia en
buscar una solución alternativa. Todo
parece haber comenzado cuando en
1954 se descarriló el proyecto de una
Comunidad Europea de Defensa (precisamente por rechazo de la Asamblea de Francia, fundadora de la Comunidad Europea del Carbón y el Acero en 1951) y el liderazgo respondió
con la puesta en marcha de la Comunidad Económica Europea en 1957.
El largo periodo de letargo euroesclerótico amenazaba con enterrar
el proceso europeo en marcha, lo que
se convertiría en la Unión Europea en
los noventa. Jacques Delors, el presidente de la Comisión más influyente
desde el fundador Jean Monnet, pisó
el acelerador forzando la redacción del
Acta Única de 1986, que proporcionó
cohesión al entonces caótico mercado
común del Tratado de Roma.
El fenecido proyecto de Constitución, después del rechazo de los electorados francés y holandés en 2005,
se rescató en su esencia mediante la redacción del Tratado de Lisboa. Pero, al
término de todas las ratificaciones parlamentarias (método rápido elegido
por 26 de los miembros), los votantes
irlandeses amenazaron con mandar a
la tumba todo intento de reforma de
las instituciones.
La diferencia fundamental de ambos ejercicios es que en 2008 la escueta mayoría de votantes irlandeses (de
la mitad que podían hacerlo) emitieron su veredicto sobre un documen-
asi el 90% del spam lo
envían automáticamente robots que inundan
con millones de mensajes maliciosos los ordenadores del
planeta. Cuando uno recibe un
mensaje de spam (“certificamos
con nuestro método un alargamiento de pene de 8 centímetros”,
o bien “gane 3.000 euros sin moverse de casa”) piensa inmediatamente que hay que ser muy tonto
para tragarse semejante mentira,
o que el remitente es mucho más
tonto por pensar que alguien va a
caer en su trampa.
Lo bueno que tienen los robots
es que no se ponen colorados, envían los mensajes como autómatas que son, aunque hagan promesas delirantes (¡ocho centímetros más, por dios, se sabría!). Al
parecer no importa la calidad (ni
el tamaño) de la mentira, a veces
plagada de faltas de ortografía, sino la cantidad, la repetición hasMIKEL CASAL
El recuerdo de que la
prosperidad irlandesa
se debía a la pertenencia
europea y el aislamiento
influyeron en el voto
No debiera darse
luz verde a ninguna
ampliación sin reformas
previas. Esto incluye
a Croacia e Islandia
to que no habían leído y que, de hacerlo, no habrían entendido. Esta vez,
dos de cada tres votantes efectivos han
apostado en realidad por algo más importante: permanecer en la UE. El recuerdo de que la hasta ahora espléndida prosperidad irlandesa se debía a la
pertenencia europea y la sensación incómoda de aislamiento jugaron su influencia. Como dijo muy bien el desaparecido ministro de Asuntos Exteriores de España, Francisco Fernández
Ordóñez, “fuera de la Unión Europea
hace mucho frío”. El viento gélido del
invierno islandés se cernía ominosamente en el horizonte.
Las tres principales lecciones que se
derivan de este casi fiasco es que, en
primer lugar, no se puede seguir con
el sistema de la unanimidad para la reforma de los tratados, que en realidad
son unas enmiendas de los textos fundamentales (el de Roma y el de Maastricht). Con una mayoría cualificada
de los países y su población bastaría.
En segundo término, no se debe jugar
con las ampliaciones apresuradas. En
tercer lugar, es evidente que la UE está
desprotegida por carecer de un procedimiento de castigo con los socios que
no se comporten adecuadamente y no
se pueda acudir a la solución final de
su expulsión. Con el Tratado de Lisboa
esa opción de salida está más delineada, pero su aplicación práctica todavía
es incierta.
Con el nuevo siglo se combinaron el
entusiasmo europeísta y la necesidad
de ejercer un acto de justicia política
en admitir de golpe a ocho países que
se habían pasado cuatro décadas bajo yugo soviético y dos pequeñas islas
mediterráneas (una con graves problemas, Chipre). Pero no se reparó en
que la casa que los debía cobijar no estaba preparada. Sin tocar los cimientos, se decidió proceder a las reformas
de la morada, añadir nuevas habitaciones, cambiar la instalación eléctrica
y agregar líneas telefónicas y de Internet, una vez los nuevos inquilinos ya
habían invadido la propiedad. La lección es clara: no debiera darse luz verde a ninguna ampliación sin reformas
previas. Esta advertencia incluye los
casos de Croacia e Islandia, de los que
Suecia fuerza ahora su entrada antes
de que fenezca su Presidencia de la UE
a fin de año. De momento, se aconseja
que ni hablar de Turquía.
La gran ampliación de 2004 se
convirtió en presa fácil de los inconfesables egoísmos nacionales. La UE
vive bajo la cimitarra del chantaje nacionalista. Pero no hay todavía reglas
para la exclusión de un socio desleal
o carente de voluntad de compromiso. El resultado es la parálisis, una
euroesclerosis del siglo XXI.
La Presidencia española en el primer semestre de 2010, cuando pueda entrar en vigor el Tratado de Lisboa, debiera pedir al Parlamento que
exija al nuevo presidente de la UE
que proponga unas precisas cláusulas de salida o suspensión de derechos de los socios impresentables. Es
injusto que el bloqueo gratuito (como el del presidente checo) no tenga
un coste como en las demandas judiciales consideradas frívolas.
La experiencia también debiera
generar una advertencia al posible
futuro Gobierno británico que, antes
de cumplir con sus amenazas de referéndum que frenara a Lisboa, debiera considerar la salida elegante por el
foro. En este escenario de desfachatez, desdeñando el euro y fuera del
acuerdo de Schengen, solamente falta la campaña para convertir a Tony
Blair en primer presidente permanente del Consejo. Se le debiera indicar que la mansión de la UE no es como Downing Street y que no está preparada para tan insólito huésped.
Creo haber dado
con la clave de
los mensajes
disparatados del PP
ta la saciedad, hasta que un incauto con la guardia baja conteste al correo.
Pensando, pensando, creo
haber dado con la clave de los
mensajes disparatados del PP:
son puro spam. Hay un gabinete que elabora varios de ellos al
día, para que unos robots con forma de Rajoy o de Cospedal, o de
Arenas, o de Camps lo expandan
machaconamente. Los cerebros
de la población se ven así tentados de abrir un mensaje que dice, por ejemplo: “La crisis se acabaría con una bajada de impuestos”. Lo abres, ¿y qué te encuentras? Pues toda la trama Gürtel de
corruptos y cajas B.
El último spam que acabamos
de recibir hace referencia al secuestro de nuestros pescadores
en Somalia. “La culpa es de ZP por
no prever la catástrofe del Alakrana”. Lo abres, ¿y quién te lo envía?
El que no supo prever la catástrofe del Prestige. Pero como es un robot, pues no le da ni pizca de vergüenza. Es lo bueno del spam.
PARTICIPA EN:
PARTICIPA EN:
blogs.publico.es/dominiopublico
blogs.publico.es/manolosaco