Ideal 15-07-2014 - Asociación Granadina de Amigos del Ferrocarril
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Ideal 15-07-2014 - Asociación Granadina de Amigos del Ferrocarril
14 Martes 15.07.14 IDEAL GRANADA PAISAJES CON HISTORIA Martes 15.07.14 IDEAL GRANADA 15 TREN AÉREO A LA COSTA La línea Cuando a Motril llegaba el ‘cable’ Los restos del teleférico que unió Granada con la Costa aún resisten ocultos entre la vegetación de espacios naturales Restos de la estación del cable a Órgiva. :: J. E. GÓMEZ La estación de Rules era el punto de confluencia con las líneas mineras de Órgiva y la sierra de Lújar Carlos Peña, Francisco Moral y Francisco J. Calvo Poyo, muestran los restos de la estación central de Rules, desde la que se divisa la autovía de la Costa. :: J. E. GÓMEZ Junto a Tablate, Rules y La Gorgoracha esperan el reconocimiento de haber sido el primer medio de transporte ecológico entre el puerto y la ciudad, y el tren aéreo más largo de la península Ibérica GRANADA. Al extremo oeste del puerto de Motril, a poniente, le han llamado siempre la playa del Cable, una denominación que responde a que era el punto al que llegaban las vagonetas del único ferrocarril aéreo público de la historia de España, un teleférico que se convirtió durante 25 años en el principal eje de comunicaciones entre la ciudad y la Costa, un ‘tren’ de mercancías en el que era posible llegar desde Granada a Motril en seis horas y media de viaje. Un medio de transporte ecológico que algunos se atreven a soñar para el siglo XXI y que ya fue una realidad en la primera mitad del XX. Entre la vegetación de pinar y monte bajo de la sierra de Lújar, sobre la presa de Rules, dos grandes tocones de hierro, viejos railes ya oxidados, sobresalen sobre una plataforma de piedra y cemento. Mar- JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE [email protected] [email protected] can la dirección por la que se desplazaba un larguísimo cable de acero de casi 40 kilómetros de largo y que comenzaba en Dúrcal para llegar al puerto de Motril y volver de nuevo a su punto de partida. Desde esos dos viejos testigos del único teleférico granadino, se divisa la línea serpenteante de la autovía de la Costa. Dos sistemas de comunicación separados por menos de medio centenar de años. No es fácil encontrar los restos de la que fue una de las grandes obras de ingeniería ferroviaria de los años treinta. «El valor económico del metal y los elementos conductores de electricidad, provocaron el desmantelamiento casi total de las instalaciones del cable de Motril pero, a pesar de ello, todavía podemos contemplar restos de estaciones, puntos de paso de vagonetas e, incluso, edificaciones que se utilizaban para el traspaso de mercancías y también centrales de transformación eléc- ‘Puente de Lata’. Allí, eran descargadas y pasaban a las vagonetas del ferrocarril aéreo, que comenzaba su andadura suspendido de ese larguísimo cable movido por grandes motores situados en diferentes puntos del trayecto, en estaciones y secciones ubicadas en Dúrcal, Tablate, Rules, La Gorgoracha y la azucarera del Pilar de Motril, para terminar en la playa de poniente. En la carretera hacia Lanjarón, a unos doscientos metros después del puente de Tablate, una construcción semiderruida es lo que queda de la primera de las estaciones de lo que ingenieros ingleses de la época bautizaron como ‘Railes in the wind: Dúrcal-Motril’. «Desde este punto, en el que todavía se encuentran parte de los pilares de hierro que sustentaban el cable, la línea comenzaba un recorrido que tenía que salvar enormes dificultades orográficas y larguísimos vanos sin posibilidad de pilares intermedios», afirma el profesor Calvo Poyo. A una velocidad de algo más de seis kilómetros por hora, el trayecto entre Dúrcal y el puerto de Motril era lento, pero más seguro que circular por las carreteras de la época y similar en cuanto a duración. El cable recorría 33,4 kilómetros en 5,5 horas a las que había que sumar dos horas de manipulación de la mercancía en Granada, otra hora de manejo en Dúrcal y otra más del Silos para las vagonetas en la Estación de Rules. :: J. E. GÓMEZ viaje en tranvía entre la capital y el inicio del cable», afirma Francisco Javier Calvo. La estación de Tablate comunicaba con la de Rules, que unos años después se convirtió en el punto de confluencia de toda la red de teleféricos mineros que desde Órgiva y la sierra de Lújar, con las minas del Conjuro, hacían llegar sus vagonetas hasta el puerto motrileño. En la carretera entre Vélez de Benaudalla y Órgiva, se encuentra una gran construcción abandonada, con grandes túneles y hangares que era el lugar donde confluían los cables antes de enlazar con la estación central de Rules, de la que solo quedan vestigios de pilares de hierro y los huecos que a modo de silos servían para cargar y descargar las vagonetas. Desde allí, el cable continuaba su lento periplo hacia La Gorgoracha, donde aún hay elementos del viejo ferrocarril aéreo junto al túnel de la primitiva carretera de la costa. Funcionamiento: Se inauguró el 17 de abril de 1926 y estuvo en explotación hasta 1948. Fue cancelado en 1953. Recorrido: Salía desde Dúrcal para llegar a la playa de Poniente. Con 34,5 kilómetros de recorrido y 39 de longitud de cable, fue el más largo de España. Tiempo: El trayecto de las mercancías comenzaba en Granada con dos horas de preparación. Seguía en tranvía hasta Dúrcal (una hora) y 5,5 horas en llegar a Motril. El total era de 8,5 horas. Transporte: El volumen transportado en la época de más actividad era de algo más de 210 toneladas diarias de mercancías. época, camiones con combustibles fósiles poco depurados. Salto de Dúrcal: Fue el salto de agua de la estación hidroeléctrica de Dúrcal construida para abastecer el tren aéreo. Público: Fue el único ferrocarril aéreo de uso público que funcionó en España, ya que el resto formaban parte de compañías mineras. Ecológico Motores: El cable era movido por motores eléctricos de gran potencia que obtenían la energía de centrales hidroeléctricas situadas en puntos estratégicos donde saltos de agua generaban la electricidad necesaria que era transformada en instalaciones situadas en las estaciones principales. Energía limpia: Este tipo de medio de transporte no producía emisiones contaminantes, ya que su funcionamiento era eléctrico, en contraste con el resto de sistemas de transporte de la El viaje. De Granada a Dúrcal se hacía en tranvía hasta llegar a la estación de esa localidad. Desde allí a Tablate (9,09 km), para seguir hasta la Estación Central de Rules (6,8 km) con conexión de los cables de Órgiva y el Conjuro. De allí a la Gorgoracha (11,3 km) para seguir hasta la azucarera del Pilar en Motril (3,5 km) y desde ese punto al puerto (2,6 km). En la playa Luis Antelo, un empresario granadino, recuerda que el cable no solo era una forma de transportar mercancías al puerto, sino que también servía para llevar enseres a los veraneantes. «Mi padre, durante los veranos, nos mandaba cosas desde Granada en el cable y nosotros íbamos a recogerlas a la estación al lado del puerto». Afirma que durante años, y hasta hace poco tiempo, en la que llamaban la playa del cable, hubo un bar construido en la vieja estación que mantenía algunos restos de los rotores y elementos de una obra de ingeniería con título de novela de ciencia ficción: ‘El tren aéreo hacia mar’. 1. Línea del ferrocarril aéreo a su paso entre Tablate y Rules. 2. Instalaciones de conexión de cables cerca de Rules. 3. Vagonetas en las proximidades de Motril. 4. Estación Central de Rules. :: FOTOS: AGRAF 1 Restos de la estación transformadora que formaba parte de la estación de Tablate. :: J. E. GÓMEZ trica», afirma el presidente de la Asociación Granadina de Amigos del Ferrocarril, Carlos Peña Aguilera, que junto al tesorero de esa organización, Francisco Moral García-Montes, y el profesor de Ferrocarriles de la Escuela Superior de Ingenieros de Caminos, Francisco Javier Calvo Poyo, han localizado algunos de los vestigios más significativos de lo que fue el ferrocarril aéreo granadino, y que permanecen en lugares situados junto a las principales carreteras actuales y pasan completamen- te desapercibidos a quienes circulan junto a ellos. Fue en 1924 cuando la Compañía de Tranvías Eléctricos de Granada (Tecsa), que funcionaba en la ciudad y parte del Área Metropolitana desde 1903, decidió poner en marcha el teleférico con la costa como primer paso a un ferrocarril convencional hacia el puerto de Motril y aprovechar la salida natural al mar desde el interior provincial, para la que se materializó el primer tramo entre Granada y Dúrcal, inaugura- do en 1924. Un año después todo estaba en marcha, y en 1926 el cable aéreo hacia Motril era una realidad con seis tramos que funcionó hasta el año 1950, fecha en la que se cerró por falta de rentabilidad económica. El viaje en cable desde Granada a la costa se realizaba en dos tipos de transporte. Entre la capital y Dúrcal las mercancías viajaban en tranvía eléctrico, que llegaba hasta la estación de esta localidad tras circular por el que ahora se denomina ‘Paisajes con Historia’, una serie para el verano Iniciamos hoy una serie de reportajes que se publicarán hasta final de agosto cuatro días a la semana: martes, jueves, sábado y domingo. Serán temas con un denominador común: naturaleza, paisaje, biodiversidad e historia. Mostraremos detalles y rutas para conocer espacios naturales y parajes ocultos y sugerentes en la provincia y también la capital. 2 3 4