Descargar - Latin American Journal of Aquatic Research
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www.lajar.cl Latin American Journal of Aquatic Research ISSN 0718 -560X www.scielo.cl CHIEF EDITOR Sergio Palma Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile [email protected] ASSOCIATE EDITORS Cristian Aldea Universidad de Magallanes, Chile José Angel Alvarez Perez Universidade do Vale do Itajaí, Brasil Patricio Arana Pontifícia Universidad Católica de Valparaíso Chile Claudia S. Bremec Instituto de Investigación y Desarrollo Pesquero Argentina Ronaldo O. Cavalli Universidade Federal Rural de Pernambuco, Brasil Enrique A. Crespo Centro Nacional Patagónico, Argentina Patricio Dantagnan Universidad Católica de Temuco, Chile Enrique Dupré Universidad Católica del Norte, Chile Diego Giberto Instituto de Investigación y Desarrollo Pesquero Argentina César Lodeiros-Seijo Instituto Oceanográfico de Venezuela Universidad de Oriente, Venezuela Beatriz E. Modenutti Universidad Nacional del Comahue, Argentina Luis M. Pardo Universidad Austral de Chile, Chile Guido Plaza Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile Jesús T. Ponce Universidad Autónoma de Nayarit, México Ricardo Prego Instituto de Investigaciones Marinas, España Erich Rudolph Universidad de Los Lagos, Chile Nelson Silva Pontificia Universidad Católica de Valparaíso Chile Oscar Sosa-Nishizaki Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada, México Ingo Wehrtmann Universidad de Costa Rica, Costa Rica Financiamiento parcial de CONICYT obtenido en el Concurso “Fondo de Publicación de Revistas Científicas año 2014” Escuela de Ciencias del Mar, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso Casilla 1020, Valparaíso, Chile - Fax: 56-322274206, E-mail: [email protected] INVITED REVIEWERS IN REGULAR ISSUES OF VOLUME 42 (2014) Leonardo Abitia-Cárdenas Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas, La Paz, México Enzo Acuña Universidad Católica del Norte, Coquimbo, Chile Ramón Ahumada Universidad Católica de la Santísima Concepción Concepción, Chile Carlos Alvarez Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa, México José Alvarez Universidade do Vale do Itajaí Itajaí, Brasil Atanásio Alves do Amaral Instituto Federal de Educação, Ciência e Tecnologia do Espírito Santo, Espírito Santo, Brasil Humber Andrade Universidade Federal Rural de Pernambuco, Pernambuco, Brasil Patricio Arana Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso, Chile Marcelo Araneda Centro de Investigación y Transferencia Acuícola Aquainnovo Puerto Montt, Chile Iván Arismendi Oregon State University, Oregon, Estados Unidos José Arredondo Universidad Autónoma de Aguascalientes Aguascalientes, México Francisco Arzola Universidad de Sinaloa, Sinaloa, Brasil Miguel Avendaño Universidad de Antofagasta, Antofagasta, Chile Pedro Báez Museo Nacional de Historia Natural, Santiago, Chile Ania Banaszak Universidad Nacional Autónoma de México, D.F. México Roberto Bao Universidad de Coruña, Coruña, España Ricardo Barra Universidad de Concepción, Concepción, Chile Eduardo Barros Instituto de Estudos do Mar Almirante Paulo Moreira Río de Janeiro, Brasil Claudia Bas Universidad de Mar del Plata, Buenos Aires, Argentina Helen Beggs Centre for Australian Weather and Climate Research Docklands, Australia Mauro Belleggia Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero Buenos Aires, Argentina Cesar Berlanga Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo Sinaloa, México Martin Bessonart Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile Crispina Binohlan The FishBase Information and Research Group, Philippines Roberta Borda Soares University of Recife, Recife Brazil Ricardo Borghesi Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria Corumbá, Brasil Luis Bravo Universidad Autónoma de Ciudad Juárez Chihuahua, México Patricia Briones-Fourzán Universidad Nacional Autónoma de México Ciudad de México, D.F., México Marco Cadena Universidad Autónoma de Baja California Sur, México Bernardita Campos Universidad de Valparaíso, Valparaíso, Chile Marcela Cantillánez Universidad de Antofagasta, Antofagasta, Chile André Carrara Morandini Universidade São Paulo, São Paulo, Brasil Leonardo Castro Universidad de Concepción, Concepción, Chile René Cerda Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso, Chile Rosario Cisneros Instituto del Mar del Perú, Callao, Perú Marco Cisternas Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso, Chile Valter J. Cobo Universidade de Taubaté, Taubaté, Brazil Mauricio Coelho Universidade do Estado de Santa Catarina, Santa Catarina, Brasil Nelson Colihueque Universidad de los Lagos, Osorno, Chile Gonzalo Collado Universidad de Chile, Santiago, Chile Wilfrido Contreras Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, Tabasco, México Marcela Cornejo Universidad de Concepción, Concepción, Chile Jorge Cortés Universidad de Costa Rica, San Jose, Costa Rica Lluisa Cros Institut de Ciències del Mar, Barcelona, España José Cuesta Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Cádiz, España Oscar Chaparro Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile Javier Chong Universidad Católica de la Santísima Concepción Concepción, Chile José Francisco da Silva Empresa Brasileira de Pesquisa, Río Grande del Sur, Brasil Jennifer Davis Monash University, Victoria, Australia Jordi Delgado Universidad de Coruña, Coruña, España Humber Agrelli de Andrade Universidad Rural de Pernambuco, Recife, Brasil Marcos De Donato Universidad de Oriente, Cumaná, Venezuela Patricio De Los Ríos Universidad Católica de Temuco, Temuco, Chile María Do Carmo Universidade de São Paulo, São Paulo, Brasil Jorge Dresner Universidad de Concepción, Concepción, Chile Enrique Dupré Universidad Católica del Norte, Coquimbo, Chile Francisco Encina Universidad Católica de Temuco, Temuco, Chile Cesar Marcial Escobedo Instituto Politécnico Nacional, Sinaloa, México Rubén Escribano Universidad de Concepción, Concepción, Chile Graciala Esnal Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina Elaine Espino Instituto Nacional de Pesca, Benito Juárez, México Marco Espino Instituto del Mar del Perú Callao, Perú Ana Farías Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile José Miguel Fariña Pontificia Universidad Católica, Santiago, Chile Daniel Figueroa Universidad Nacional de Mar del Plata, Mar del Plata, Argentina Héctor Flores Universidad Católica del Norte, Coquimbo, Chile Juan Flores Universidad de Guadalajara, Guadalajara, México María del Carmen Franco Universidad de Guadalajara, Guadalajara, México Carlos Gallardo Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile José Gallardo Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso, Chile Jorge García Universidad de Puerto Rico, Lajas, Puerto Rico Manuel García-Ulloa Universidad Autónoma de Guadalajara, Guadalajara, México Gabriel Genzano Universidad Nacional de Mar del Plata, Mar del Plata, Argentina Luis Giménez Bangor University, United Kingdom Alan Giraldo Universidad del Valle, Cali, Colombia Alessio Gomiero Consiglio Nazionale delle Ricerche, Roma, Italia Exequiel González Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso, Chile Katerina Gonzales Universidad Católica de Temuco, Temuco, Chile María González Sagrario University of Washington, Seattle, USA Atila E. Gosztonyi Centro Nacional Patagónico, Puerto Madryn, Argentina Florencia Grandi Centro Nacional Patagónico, Puerto Madryn, Argentina Günter Gunkel Technical University of Berlin, Berlin, Alemania Walter Helbling Estación de Fotobiología Playa Unión, Argentina Daniel Hernández Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Morelos, México David Harnández Universidad Nacional del Nordeste, Corrientes, Argentina Mario Herrera Tecnos Ambientales Ecología Limitada, Viña del Mar, Chile Sebastián Horta Universidad de la República, Montevideo, Uruguay José Luis Iriarte Universidad Austral de Chile, Puerto Montt, Chile Hugh Kirkman Fauna & Flora International, Seaholme, Australia Julio Lamilla Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile Mauricio Landaeta Universidad de Valparaíso, Valparaíso, Chile Fabiola Lango Instituto Tecnológico de Boca del Río, Boca del Río, México Vicenzo Landi Universidad de Córdoba, Córdoba, España Antonio Luna Instituto Politécnico Nacional Ciudad de México, D.F., México Sasa Maric University of Belgrade, Belgrade, Serbia Adrián Márquez Universidad de Oriente, Cumaná, Venezuela Fernando Márquez Universidad Autonoma de Sinaloa, Sinaloa, México Luis Martínez Universidad de Sonora, Sonora, México Silvio Maurano Universidade de Recife, Recife, Brasil Marianela Medina Universidad Arturo Prat, Iquique, Chile Paola Mejía Fundación SQUALUS, Cali, Colombia Vianey Méndez Universidad Autónoma de Baja California, Baja California, México Manuel Mendoza Universidad Nacional Autónoma de México Ciudad de México, D.F., México Luis Mercado Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso, Chile Thaisa S. Michelan Universidade Estadual de Maringá Maringá, Brazil Andrés Milessi Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero Mar del Plata, Argentina Rodrigo Moncayo Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional, Michoacán, México Armando Mujica Universidad Católica del Norte Coquimbo, Chile Roberto Munehisa Universidad de São Paulo, São Paulo, Brasil Praxedes Muñoz Universidad Católica del Norte, Antofagasta, Chile Renato Nagata Universidad de São Paulo, São Paulo, Brasil Miodeli Nogueira Jr. Universidade Federal do Paraná, Paraná, Brasil Inés O´Farrell Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina Jaime Orellana Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso, Chile Miguel Olvera Instituto Politécnico Nacional, Mérida, México José Palazón Universidad de Oriente, Cumaná, Venezuela Ferran Palero Institute of Science and Technology Austria, Austria Álvaro Palma Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile Sergio Palma Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso, Chile Silvio Pantoja Universidad de Concepción, Concepción, Chile Jorge Paramo Universidad de Magdalena, Santa Marta, Colombia Luis Pardo Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile Germán Pequeño Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile Carlos Pérez Universidad Federal de Pernambuco, Pernambuco, Brasil Eduardo Pérez Universidad Católica del Norte, Antofagasta, Chile Juan Pérez El Colegio de la Frontera Sur, Chiapas, México Gerardo Perillo Instituto Argentino de Oceanografía, Buenos Aires, Argentina Paulo Pezzuto Universidade do Vale do Itajaí, Itajaí, Brasil Le Hong Phuoc Research Institute for Aquaculture, Bac Ninh, Viet Nam Jorge O. Pierini Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca, Argentina Miguel Planas Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Vigo, España Guido Plaza Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso, Chile Luis Poersch Mineiro Universidade Federal Do Rio Grande, Rio Grande, Brasil German Poleo Universidad Lisandro Alvarado, Barquisimeto, Venezuela Jesús Ponce Universidad Autónoma de Nayarit, Nayarit, México María Eliana Portal Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso, Chile Ricardo Prego Instituto de Investigaciones Marinas, Vigo, España Dante Queirolo Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso, Chile Javier Quiñones Universidad de Concepción, Concepción, Chile Ilie Racotta Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, La Paz, México Carlos Ramírez Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile Charrid Resgalla Jr. Universidade do Vale do Itajaí, Itajaí, Brasil Paulo Ribeiro Grupo de Investigación y Educación en Temas Ambientales Mar del Plata, Argentina David Rincón Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado Barquisimeto, Venezuela Ramiro Riquelme-Bugueño Universidad de Concepción, Concepción, Chile Victor Rivera Universidad de Louisiana, Louisiana, Estados Unidos Gabino Rodríguez Universidad Autónoma de Nuevo León San Nicolás de Los Garza, México Uriel Rodriguez-Estrada Research and Development Center São Paulo, Brasil María Alejandra Romero Universidad Nacional del Comahue, Bariloche, Argentina Vinicios Ronzani Universidad Federal de Santa Catarina, Florianópolis, Brasil Ricardo Roth Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero Mar del Plata, Argentina Erich H. Rudolph Universidad de Los Lagos Osorno, Chile Raquel Salazar Universidad de Oriente, Cumaná, Venezuela Laura Sánchez Instituto Politécnico Nacional, Ciudad de México, D.F., México Paula Sánchez-Marín Universidad de Vigo, Vigo, España Rebeca Sánchez Centro regional de Investigaciones Pesqueras, La Paz, México Aurelio San Martin Universidad de Chile, Santiago, Chile Francisco Santaclara Instituto de Investigaciones Marinas, Vigo, España Agustin Schiariti Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero Mar del Plata, Argentina Rodolfo Serra Instituto Fomento Pesquero, Valparaíso, Chile Walter Sielfeld Universidad Arturo Prat, Iquique, Chile Claudio Silva Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso, Chile Nelson Silva Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso, Chile Carlos Smith Universidad de Concepción, Concepción, Chile Oscar Sosa Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada, Ensenada, México Oscarina Sousa Instituto de Ciencias do Mar Fortaleza, Brasil Sergio Stampar Universidade de São Paulo, São Paulo, Brasil Wolfgang Stotz Universidad Católica del Norte, Coquimbo, Chile Eduardo Tarifeño Universidad de Concepción, Concepción, Chile Richard Taylor New Zealand Ecology and Conservation, Leigh, New Zealand Felipe Toledo Universidade de São Paulo, São Paulo, Brasil María Isabel Toledo Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso, Chile Pedro Toledo Agüero Universidad Católica del Norte, Antofagasta, Chile Jorge Toro Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile Arturo Tripp Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas, La Paz, México Carolina Trochine Universidad Nacional del Comahue, Bariloche, Argentina Eduardo Uribe Universidad Católica del Norte, Antofagasta, Chile Rodrigo Valdes Universidad de Talca, Talca, Chile Carlos Vale Instituto Português do Mar e da Atmosfera, Lisboa, Portugal María Vega Instituto Politécnico Nacional, Yucatán, México Rolando Vega Universidad Católica de Temuco, Temuco, Chile Gonzalo Velasco Universidad Federal de Rio Grande, Porto Alegre, Brasil Marcelo Vianna Universidad Federal de Río de Janeiro, Río de Janeiro, Brasil Enrique Villa El Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas, La Paz, México Harold Villegas Universidad de Girona Girona, España Domenico Voltolina Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, Sinaloa, México Rodrigo Wiff Universidad de Concepcion, Concepción, Chile Federico Winkler Universidad Católica del Norte, Antofagasta, Chile Gabriel Yany Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso, Chile Horacio Zagarese Instituto Tecnológico de Chascomús, Buenos Aires, Argentina Manuel Zetina-Rejón Instituto Politécnico Nacional, Baja California Sur, México Sergio Zúñiga Universidad Católica del Norte, Antofagasta, Chile Escuela de Ciencias del Mar, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso Casilla 1020, Valparaíso, Chile-Fax: (56-32) 2274206, E-mail: [email protected] LATIN AMERICAN JOURNAL OF AQUATIC RESEARCH Lat. Am. J. Aquat. Res., 42(5) 2014 CONTENTS Reviews Luisa E. Delgado, Antonio Tironi, Irma Vila, Gabriela Verardi, Carlos Ibáñez, Belén Agüero & Víctor H. Marín El humedal del Río Cruces, Valdivia, Chile: una síntesis ecosistémica. The Río Cruces wetland, Valdivia, Chile: an ecosystemic synthesis...…...………………………………………………………………………..…….…………..……………..…..937-949 Wilfrido Argüello-Guevara, Milton Bohórquez-Cruz & Alfonso Silva Malformaciones craneales en larvas y juveniles de peces cultivados. Cranial malformations in larvae and juveniles of reared fish...…...………………………………………………………………………..…...…………..…………….………………950-962 Research Articles Rodrigo J. Gonçalves, Rodrigo D. Hernández-Moresino & Mariela L. Spinelli Short-term effect of UVR on vertical distribution of Cyrtograpsus altimanus and Alexandrium tamarense from Atlantic Patagonia. Efectos a corto plazo de la RUV en la distribución vertical de Cyrtograpsus altimanus y Alexandrium tamarense de la Patagonia Atlántica...…...………………………………………………………………………………....…....………....………963-970 Dennis Tomalá, Johnny Chavarría & Beatriz E.A. Escobar Evaluación de la tasa de consumo de oxígeno de Colossoma macropomum en relación al peso corporal y temperatura del agua. Evaluation of oxygen consumption rate of Colossoma macropomum regarding the body weight and water temperature................................…...………………………………………………………………………………....…...…..………..….…971-979 Luciana A. de Mattos, Luziane M.D. Mendes, Luciane M. Bedê, Tiago V. da Costa & Lidia M.Y. Oshiro Influence of environmental variables on the distribution of intertidal porcellanid crabs in Sepetiba Bay, Rio de Janeiro, Brazil. Influencia de las variables ambientales sobre la distribución de cangrejos porcelánidos de la zona intermareal de la Bahía de Sepetiba, Rio de Janeiro, Brasil………………………………………………………………....…...…………….……980-988 Pablo M. Rojas & Mauricio F. Landaeta Fish larvae retention linked to abrupt bathymetry at Mejillones Bay (northern Chile) during coastal upwelling events. Retención de larvas de peces asociada a una batimetría abrupta en Bahía Mejillones (norte de Chile) durante eventos de surgencia costera…………….……………………………………………………………………….……....…...….………..…….…989-1008 Jaime Gómez-Gutiérrez, René Funes-Rodríguez, Karmina Arroyo-Ramírez, Carlos Armando Sánchez-Ortíz, Juan Ramón Beltrán-Castro & Sergio Hernández-Trujillo, Ricardo Palomares-García, Octavio Aburto-Oropeza & Exequiel Ezcurra Oceanographic mechanisms that possibly explain dominance of neritic-tropical zooplankton species assemblages around the Islas Marías Archipelago, Mexico. Procesos oceanográficos que posiblemente explican la dominancia de asociaciones de especies de zooplancton nerítico tropical alrededor del archipiélago de Islas Marías, México……..…..…1009-1034 Gloria E. Sánchez, Carina B. Lange, José-Abel Flóres, Magaly Caniupán & Frank Lamy Cocolitóforos en sedimentos marinos frente a la entrada occidental del Estrecho de Magallanes (53°S) revelan cambios en la productividad durante los últimos 30.000 años. Cocolithophores in marine sediments off the western entrance of the Strait of Magellan reveal changes in productivity over the past 30,000 years…………….……....…....…………..…..1035-1049 Sylvia Sáez & Germán Pequeño Cephalic sensorial pores in galaxiid fishes from Chile (Osmeriformes: Galaxiidae). Poros cefálicos sensoriales en peces galáxidos de Chile (Osmeriformes: Galaxiidae) …………………………………….……............…………..…………....….1050-1055 Ariany Rabello da Silva & Mário Roberto Chim Figueiredo Effect of temperature on the predation rate of the pearl cichlid (Geophagus brasiliensis) on the channeled applesnail (Pomacea canaliculata). Efecto de la temperatura sobre la tasa de depredación de la castañeta (Geophagus brasiliensis) en el caracol manzana (Pomacea canaliculata) …………………………………………………….…….............…………..…..1056-1062 www.scielo.cl/imar.htm www.lajar.cl Antonio Aranis, Gonzalo Muñoz, Juan C. Quiroz, Rodrigo Wiff, Alejandra Gómez & Mauricio A. Barrientos Identificación de rasgos morfológicos para una rápida diferenciación de sardina austral (Sprattus fuegensis) y sardina común (Strangomera bentincki). Identification of morphologic traits for a rapid differentiation of Patagonian sprat (Sprattus fuegensis) and Chilean herring (Strangomera bentincki) …………………………………….…….............…………..…….1063-1071 Christian Villamarín, Narcís Prat & María Rieradevall Caracterización física, química e hidromorfológica de los ríos altoandinos tropicales de Ecuador y Perú. Physical, chemical and hydromorphological characterization of Ecuador and Perú tropical highland Andean rivers………..…….1072-1086 Felipe Quezada & Jorge Dresdner The behavior of hake prices in Chile: is the world market leading? El comportamiento del precio de la merluza común en Chile: ¿Es el mercado mundial el líder?……………………………………………………………………...…………...…..…1087-1098 Elena Solana-Arellano, Héctor Echavarría-Heras, Cecilia Leal-Ramírez & Kun-Seop Lee The effect of parameter variability in the allometric projection of leaf growth rates for eelgrass (Zostera marina L.). Efectos de la variabilidad paramétrica en la obtención de tasas de crecimiento foliar en Zostera marina L. mediante métodos alométricos…………………………………………………………………….…….…………………………...…………..…..…1099-1108 Mónica E. Barros, Sergio Neira & Hugo Arancibia Trophic interactions in northern Chile upwelling ecosystem, year 1997. Interacciones tróficas en el ecosistema de surgencia del norte de Chile, año 1997……………………………………….…….…………………………...……..…...…..…..1109-1125 Andrés Ligrone, Valentina Franco-Trecu, Cecilia Passadore, María Nube Szephegyi & Alvar Carranza Fishing strategies and spatial dynamics of artisanal fisheries in the Uruguayan Atlantic coast. Estrategias de pesca y dinámica espacial de las pesquerías artesanales en la costa atlántica uruguaya……………………...…….……..…..….1126-1135 David R. Hernández, Juan J. Santinón, Sebastián Sánchez & Hugo A. Domitrovic Estudio histológico e histoquímico de la organogénesis del tubo digestivo de Rhamdia quelen en condiciones de larvicultura intensiva. Histological and histochemical study of Rhamdia quelen digestive tract organogenesis under intensive larviculture conditions……………………..………………………………….…….…………………………...……..…..…………1136-1147 Abel Betanzos-Vega, Sarah Rivero-Suárez & José M. Mazón-Suástegui Factibilidad económico-ambiental para el cultivo sostenible de ostión de mangle Crassostrea rhizophorae (Güilding, 1828), en Cuba. Environmental economic feasibility for sustainable culture of the mangrove oyster Crassostrea rhizophorae (Guilding, 1828), in Cuba…………………………….………………….…….…………………………...…….…..………...…1148-1158 José Cristóbal Román-Reyes, Dulce Olivia Castañeda-Rodríguez, Hipólito Castillo-Ureta, René Bojórquez-Domínguez & Gustavo Alejandro Rodríguez-Montes de Oca Dinámica poblacional del rotífero Brachionus ibericus aislado de estanques para camarón, alimentado con diferentes dietas. Population dynamics of rotifer Brachionus ibericus isolated from shrimp ponds, fed with different diets….…....1159-1168 M. Angélica Garrido-Pereira, Michael Schwarz, Brendan Delbos, Ricardo V. Rodrigues, Luis Romano & Luís Sampaio Probiotic effects on cobia Rachycentron canadum larvae reared in a recirculating aquaculture system. Efectos probióticos sobre las larvas de cobia Rachycentron canadum criadas en un sistema de recirculación de agua…………......…1169-1174 Sergio Palma, Pablo Córdova, Nelson Silva & Claudio Silva Biodiversity and spatial distribution of medusae in the Magellan Region (Southern Patagonian Zone). Biodiversidad y distribución especial de las medusas en la región Magallánica (Zona Patagónica Austral) ……………………………...1175-1188 www.scielo.cl/imar.htm www.lajar.cl Short Communications Dante Queirolo & Erick Gaete Experimental study of ghost fishing by gillnets in Laguna Verde Valparaíso, Chile. Estudio experimental de pesca fantasma por redes de enmalle en Laguna Verde Valparaíso, Chile………………………………………..…………………..1189-1193 Antonio C. Marques, Vidal Haddad Jr., Lenora Rodrigo, Emanuel Marques-da-Silva & André C. Morandini Jellyfish (Chrysaora lactea, Cnidaria, Semaeostomeae) aggregations in southern Brazil and consequences of stings in humans. Agregaciones de medusas (Chrysaora lactea, Cnidaria, Semaeostomeae) en el sur de Brasil y consecuencias de picaduras en humanos……………..………………….………………….…….………………………….....….…..………..……1194-1199 Francisco Santa Cruz, Ciro Oyarzún, Gustavo Aedo & Patricio Gálvez Hábitos tróficos de la reineta Brama australis (Pisces: Bramidae) durante el periodo estival frente a Chile central. Southern ray´s bream (Brama australis) summer feeding habits off central Chile………………...…….…..…………..…1200-1204 Paola Palacios-Barreto, Andrea Ramírez-Hernández, Oscar Uriel Mendoza-Vargas & Andrés F. Navia Primer registro del tiburón mako Isurus oxyrinchus (Lamniformes: Lamnidae) en la costa de La Media Guajira, Caribe colombiano. First record of mako shark Isurus oxyrinchus (Lamniformes: Lamnidae) off the coast of La Media Guajira, Colombian Caribbean……..…………………………….………………….…….…………………………...…….…..………..………1205-1209 www.scielo.cl/imar.htm www.lajar.cl Lat. Am. J. Aquat. Res., 42(5): 937-949, 2014 DOI: 10.3856/vol42-issue5-fulltext-1 Modelo ecosistémico del humedal del Río Cruces 937 Review El humedal del Río Cruces, Valdivia, Chile: una síntesis ecosistémica Luisa E. Delgado1, Antonio Tironi1, Irma Vila2, Gabriela Verardi3, Carlos Ibáñez3 Belén Agüero3 & Víctor H. Marín3 1 Fundación CTF, Padre Mariano 391, Oficina 704, Providencia, Santiago, Chile 2 Laboratorio de Limnología, Departamento de Ciencias Ecológicas, Facultad de Ciencias Universidad de Chile, P.O. Box 653, Santiago, Chile 3 Laboratorio de Modelación Ecológica, Departamento de Ciencias Ecológicas, Facultad de Ciencias Universidad de Chile, P.O. Box 653, Santiago, Chile RESUMEN. En este artículo se hace una revisión de la información científica disponible respecto del ecosistema del Humedal del Río Cruces en Valdivia, Chile, en el período 2004-2014. Esta se emplea en la generación de un modelo conceptual del ecosistema, que a su vez es usado para generar una hipótesis sintética respecto del cambio de estado experimentado por el humedal durante el 2004/2005. El modelo se basa en la concentración de sólidos en suspensión en el humedal como variable controladora la que es afectada por procesos de la cuenca geográfica (e.g., tala rasa de zonas forestales) y procesos de re-suspensión de sedimentos en el humedal afectados por la presencia o ausencia de macrófitas. Palabras clave: Egeria densa, cisne de cuello negro, humedal Río Cruces, sólidos en suspensión, tala rasa, modelo conceptual, Chile. The Río Cruces wetland, Valdivia, Chile: an ecosystemic synthesis ABSTRACT. We review in this article the 2004-2014 scientific information on the Río Cruces wetland ecosystem, Valdivia, Chile. This information is used in the generation of a conceptual ecosystem model, which is used in turn to generate a synthetic hypothesis about the regime shift during 2004/2005. The model is based on the concentration of suspended solids in the wetland as controlling variable, affected by watershed processes (e.g., clear-cut forestry) and re-suspension of sediments in the wetland affected by the presence or absence of macrophytes. Keywords: Egeria densa, black-necked swans, Río Cruces wetland, suspended solids, clear-cut forestry, conceptual model, Chile. ___________________ Corresponding author: Víctor H. Marín ([email protected]) INTRODUCCIÓN El diccionario de la lengua de la Real Academia de España en su edición 22 del año 2001, define síntesis como “composición de un todo por la reunión de sus partes”. Si se considera que la definición original de ecosistema propone que este corresponde a “el conjunto de organismos y la totalidad de los factores físicos” (Golley, 1993), entonces se podría concluir, por cierto que erróneamente, que el título de este artículo es de suyo redundante. Sin embargo, la conceptualización ecosistémica actual es derivada de la Teoría General de Sistemas (Von Bertalanffy, 1976) y del pensamiento sistémico (Edson, 2008), donde estos se definen como un conjunto de componentes interactuantes. Por tanto, una síntesis ecosistémica se puede definir como la composición de un todo, el ecosistema, por medio de la reunión de sus partes y de las interacciones entre ellas. Una de las metodologías empleadas para tal composición es la generación de modelos conceptuales (Marín & Delgado, 2008). Estos corresponden a expresiones simbólicas de los mecanismos que se propone regulan el sistema bajo estudio y que pueden ser clave para entender procesos complejos que de otra forma no serían aparentes (Parysow & Gertner, 1997). Por ejemplo, Gómez-Sal et al. (2003) usan modelos conceptuales para analizar alternativas de manejo del paisaje; Delgado et al. (2009) generan modelos conceptuales, usando una aproximación participativa, orientados al manejo de ecosistemas; González et al. 938 Latin American Journal of Aquatic Research (2011) proponen un modelo conceptual para explicar las principales características de la mancha café en el agua del humedal del Río Cruces, Valdivia, Chile; Stuardo-Ruiz et al. (2014) desarrollan un modelo conceptual para el manejo integrado del estuario del río Maullín en Chile. Hace ya una década, en el 2004, se produjo un cambio en un componente biológico de un ecosistema acuático que generó, a su vez, uno de los mayores conflictos socio-ambientales recientes de los que se tenga registro en Chile: la emigración y muerte de cisnes de cuello negro (Cygnus melancoryphus) en el Humedal del Río Cruces, o Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter (Marín & Delgado, 2013). El conflicto se originó debido a la correspondencia en el tiempo de los cambios con el inicio de las operaciones de una planta de celulosa 25 km aguas arriba del humedal. Con posterioridad a este evento, que significó una reducción local en la población de cisnes de cuello negro cercana al 96,4% en un período de seis meses (Delgado et al., 2009), se han publicado varios artículos referidos a la ecología del humedal y su cuenca hidrográfica. Sin embargo, no existe una síntesis ecosistémica y en su ausencia la generación de estrategias de manejo para el humedal podrían ser basadas en información parcial (e.g., Díaz et al., 2006). El principal objetivo de este artículo es la presentación y discusión de tal modelo conceptual. MATERIALES Y MÉTODOS Un modelo conceptual, así como cualquier otro tipo de modelo referido a un sistema ecológico, se construye a partir de preguntas específicas (Delgado et al., 2009). Alternativamente, si se usa una aproximación clásica de sistemas dinámicos, el propósito de construir un modelo es estudiar el comportamiento del sistema identificando un conjunto mínimo de componentes que expliquen el “grueso de su comportamiento”, lo que reemplaza a dichas preguntas específicas (van den Belt, 2004). Sin embargo, tal conjunto mínimo es “observador dependiente”, por lo que cualquier modelo de un sistema complejo refleja solo un subconjunto de todas las posibles interacciones al interior del sistema (Marín & Delgado, 2008; Giampietro, 2002). Para los propósitos de este artículo, el modelo conceptual generado se basó en la pregunta: ¿Que componentes y procesos del ecosistema del humedal del Río Cruces y su cuenca hidrográfica pueden explicar su estado ecológico actual y sus transiciones en la última década? Como parte del proceso de responder esta pregunta se han incluido forzantes provenientes del uso antropogénico del ecosistema (e.g., planta de celulosa, desarrollo forestal, agricultura, etc.). Se considera a estos elementos como forzantes pues la interacción es de una sola vía, del forzante al ecosistema, sin posibilidad de revertir su dirección (i.e., el ecosistema no influye en el forzante). El modelo se construyó usando el programa Stella Research 10, mediante el cual se definieron variables de estado, procesos que las relacionan y que definen sus interacciones, así como forzantes externos al ecosistema. Las interacciones entre forzantes, procesos y componentes se implementaron por medio de flechas desde el elemento que produce el efecto a aquél que lo recibe. La información científica usada para la generación del modelo conceptual tuvo dos orígenes: (I) artículos publicados entre 2004 y 2014, (II) datos colectados en el humedal entre 2011 y 2013 como parte del proyecto Fondecyt-Chile Nº 1110077 (LME, 2014). Respecto de la literatura publicada, se revisaron tres bases de datos: ISI Web of Knowledge (http://apps.Webofknow ledge.com/), Scientific Electronic Libray Online (http://www.scielo.cl) y Scopus (http://www.scopus. com), donde se buscó artículos usando como palabras clave “Rio Cruces” y “Santuario Carlos Anwandter”. Una vez obtenidos, se contactó a los autores con el propósito de consultar respecto de nuevos artículos (e.g., en prensa). Esta revisión generó un total de 17 artículos (Tabla 1). Respecto de los datos colectados en el humedal, una parte ha sido publicada en dos artículos (Marín et al., 2014; Delgado & Marín, 2013). La metodología de toma de muestras y análisis se especifican en Marín et al. (2014) publicado en esta revista. En este artículo se incorporan, a las variables ya analizadas, otras cinco variables medidas en las mismas estaciones (Fig. 1): velocidad de la corriente, oxígeno disuelto, concentración de aluminio total, concentración de fitoplancton y concentración de Fe+2. La velocidad de la corriente y la concentración de oxígeno fueron medidas con una sonda Aanderaa Seaguard RCM SW por 20 a 30 min en cada estación. La velocidad se midió mediante un correntómetro Doppler y la concentración de oxígeno con un sensor óptico. Las muestras para determinar la concentración de aluminio total, fijadas con ácido nítrico, se tomaron en la superficie con un balde de plástico desde la proa de la embarcación una vez que esta se orientó respecto de la corriente dominante. La concentración de aluminio se determinó mediante los procedimientos APHA (2005). El fitoplancton se analizó en muestras superficiales de 1 L con un micros-copio invertido. Adicionalmente, durante diciembre 2012 se tomaron muestras de 1 L en tres estaciones (Puente Cruces en la desembocadura del Río Cruces; frente a Punucapa y en la desembocadura del Río Pichoy), para realizar un análisis granulométrico de las partí- Modelo ecosistémico del humedal del Río Cruces 939 Tabla 1. Artículos científicos publicados en el periodo 2004-2014 relacionados con la ecología del ecosistema Humedal del Río Cruces. Referencia Delgado & Marín (2013) Gonzalez & Farina (2013) Hauenstein (2004) Lagos et al. (2008) Lopetegui et al. (2007) Marín et al. (2009) Marin et al. (2014) Palma et al. (2013a) Palma et al. (2013b) Palma-Fleming et al. (2013) Pinochet et al. (2005) Ramirez et al. (2006) Risk et al. (2008) San Martín et al. (2010) Schaefer & Einax (2010) Schwarz et al. (2012) Yarrow et al. (2009) Tema principal Cambios en el área del hábitat de los cisnes de cuello negro comenzaron antes del 2004. No existe suficiente información para inferir relaciones causa-efecto. Especula sobre la drástica disminución de los cisnes de cuello negro citando a UACH (2005). Aumento en la turbidez del agua y disminución de la cobertura de Egeria densa comenzaron el 2004, cuando se detectó una disminución en el flujo del río Cruces. Los autores concluyen que los cambios podrían relacionarse a la nueva planta de celulosa. Se infiere que un exceso de aluminio generado por la planta de celulosa contribuyó a la precipitación de hierro y metales pesados, produciendo la muerte de Egeria densa. Se propone que un evento climático (ausencia de precipitaciones) durante mayo 2004 redujo los niveles de agua produciendo la muerte de Egeria densa por desecación. La condición ecológica actual del humedal es entre eutrófica e hiper-eutrófica y el régimen ecológico es intermedio entre aguas turbias y claras. Se falsea la hipótesis respecto de los efectos del clorato sobre Egeria densa, mostrando que la macrófita tolera altas concentraciones del mismo. Se describen experimentos sobre el efecto de la desecación y exposición al clorato en Egeria densa, y se concluye que el primero es el que genera las condiciones más negativas para la macrófita. Se propone al monoterpeno “-pinene” como trazador de los efluentes de la planta de celulosa y que su distribución solo en la zona del humedal solo se explica debido al efecto de la misma en el ecosistema Se concluye que altas concentraciones de Fe fueron la causa de la disminución de abundancia de Egeria densa. Se hipotetiza respecto del efecto de la radiación UV-B como factor en la desaparición de E. densa. Se analiza el contenido de metales traza en conchas de bivalvos del humedal, concluyendo que no hay evidencias de derrame químico en el año 2004. Se concluye que la radiación UV no es la causa de la mortalidad de Egeria densa, pero que la que radiación solar intensa reduce su contenido de clorofila. Se analiza muestras químicas de agua y sedimentos, concluyendo que el emisario de la planta de celulosa no es lo suficientemente contaminante como para ser una influencia negativa en el humedal. Se analiza la capacidad de los sedimentos del humedal para reducir el clorato a cloruro y concluyen que estos pueden hacerlo con independencia de la existencia de la planta de celulosa. Se realiza una revisión de la biología de Egeria densa, poniendo una nota de precaución respecto de considerarla como un invasor exitoso. culas correspondientes a los sólidos en suspensión. Estas muestras se analizaron con un Elzone 282 PC Coulter counter. Las muestras para la determinación de Fe+2 se trataron con ácido clorhídrico y clorhidrato de hidroxilamina y luego se determinaron por espectrofotometría usando una solución de 1-10-fenantrolina a pH 3 (APHA, 2005). Los datos se analizaron en forma exploratoria mediante análisis de componentes principales usando el programa SYSTAT 12. RESULTADOS Y DISCUSIÓN Los sólidos en suspensión como variable controladora Los sólidos en suspensión en cuerpos de agua conti- 940 Latin American Journal of Aquatic Research Figura 1. Distribución de las estaciones de muestreo en el humedal del Río Cruces, Santuario Carlos Anwandter (área sombreada en el detalle). nentales han sido identificados como una de las principales variables, o variable controladora, respecto de la calidad del agua y la productividad biológica (Bilotta & Brazzier, 2008; Jones et al., 2012). Su distribución tiende a estar relacionada con la estructura hidrológica de estos ecosistemas la cual es modificada por la presencia o ausencia de vegetación acuática como macrófitas. Para el humedal del Río Cruces existe suficiente información respecto de su importancia. Lopetegui et al. (2007) proponen que la interacción entre el luchecillo Egeria densa y los sedimentos en la columna de agua es importante para entender el ecosistema y sus cambios; Lagos et al. (2008) muestran que las aguas café, que corresponden a aquellas con alta concentración de sólidos en suspensión, aparecen principalmente en primavera-verano en los sectores norte y central del humedal; Marín et al. (2009) incluyen el efecto de los sólidos en suspensión en el modelo de crecimiento de E. densa considerando la información disponible en la literatura (Yarrow et al., 2009). Finalmente, Marín et al. (2014) analizando muestras del humedal encuentran una relación lineal entre la concentración de sólidos en suspensión y la de macronutrientes (fósforo y nitrógeno). El análisis de componentes principales de los datos colectados en el humedal, mostró que los dos primeros componentes (PC1 y PC2) explican el 58% de la varianza y que el fósforo total, nitrógeno total, clorofila-a y fitoplancton se asocian a los sólidos en suspensión formando el grupo con mayor peso en el primer componente en contraposición a la profundidad del disco de Secchi (Fig. 2). Por tanto, se puede interpretar el primer componente (PC1), que explica el 42% de la varianza, como transparencia y nutrientes en la columna de agua asociada principalmente a la distribución de sólidos en suspensión (Fig. 3). Estos resultados concuerdan con el análisis factorial de Schaefer & Einax (2010) respecto de la importancia de la materia suspendida en el humedal del Río Cruces; en su caso el primer componente, que explica el 35,6% de la varianza, corresponde a parámetros relacionados con la materia en suspensión. Estos autores enfatizan además que el Río Pichoy aparece como un elemento importante en el sistema relacionado con la presencia de materia suspendida y hierro. La distribución espacial de los sólidos en suspensión en nuestros muestreos nuevamente concuerda con lo encontrado por dichos autores, donde los mayores valores se encontraron en la desembocadura del Río Pichoy (Estación D2-3; Fig. 4) y aguas abajo de la misma en el humedal (Estación D21; Fig. 4). Finalmente, aun cuando casi todas las mediciones de hierro soluble quedaron por debajo de los límites de detección (0,039 mg L-1) o cuantificación (0,168 mg L-1), la única muestra positiva (0,35 ± 0,02 Modelo ecosistémico del humedal del Río Cruces Figura 2. Gráfico de las correlaciones entre las variables analizadas en el humedal del Río Cruces y los dos primeros componentes (Análisis de Componentes Principales, Systat 12). Secchi: profundidad de disco de Secchi, PH: pH, O2: concentración de oxígeno disuelto, VEL1: módulo de velocidad de la corriente, Al: concentración de Al total, FITO: abundancia de fitoplancton, STS: sólidos totales en suspensión, P_TOTAL= P total, N_TOTAL: N total, CLA: clorofila-a, TEMP: temperatura. mg L-1) se encontró en noviembre de 2013 en la desembocadura del Pichoy. De igual interés es el peso 941 del aluminio en el PC1 (Fig. 2) que aparece positivamente correlacionado con ese factor y por tanto a los sólidos en suspensión. De hecho la correlación entre ambas variables, estimada por medio del coeficiente de Pearson (r = 0,6), fue altamente significativa (P < 0,01). Sobre esta base se definió los sólidos en suspensión como la variable controladora en torno a la cual se construyó el modelo conceptual del ecosistema. Respecto de sus fuentes de origen, la literatura muestra que las zonas aledañas al humedal se caracterizan por la presencia de suelos rojos arcillosos y suelos conocidos como “trumaos”, que también corresponden a los sedimentos del fondo del humedal (Ellies, 1995; Reinhardt et al. 2010). Una de las características de los trumaos es que tienden a perder estabilidad cuando son sujetos a uso intensivo (Roberts & Díaz-Vial, 1960; Peña, 1985; Ellies, 1995). Las zonas cercanas al humedal con intenso uso agrícola y ganadero, corresponden a este tipo de suelos (Nissen & Hoffmann, 1998). Por tanto, aumentos en el uso de los suelos en la subcuenca del humedal pueden aumentar el transporte de sedimentos hacia este. Otra fuente de sólidos en la columna de agua corresponde a la resuspensión de sedimentos desde el fondo. Al respecto, existen suficientes antecedentes que avalan el efecto hidrodinámico de la vegetación acuática especialmente macrófitas (Franklin et al., 2008). De hecho, los resul- Figura 3. Relación entre la concentración de sólidos en suspensión y profundidad de disco de Secchi para el humedal del Río Cruces. Los datos fueron colectados entre noviembre 2011 y noviembre 2013. 942 Latin American Journal of Aquatic Research Figura 4. Distribución de la concentración de sólidos totales en suspensión (Box-Plot; Systat 12) en las estaciones de muestreo (ver Figura 1 la localización geográfica). tados de un modelo numérico hidrología-sedimentos del humedal del Río Cruces, construido por medio del sistema de modelación MOHID (Marín et al. 2013; Tironi et al., en prensa) y en el cual se incorporaron polígonos que simulan la presencia de vegetación acuática por medio de un aumento en el coeficiente de resistencia al flujo de agua (drag coefficient; Sand- Jensen, 2003), muestran que en presencia de macrófitas los sólidos en suspensión disminuyen desde valores >30 mg L-1 (sin macrófitas) a <15 mg L-1 (Marín, datos sin publicar). Aquí se produce un circuito de retroalimentación negativa: Egeria densa es afectada negativamente por el aumento de sólidos en suspensión y al morir favorece la re-suspensión de los mismos (Yarrow et al., 2009). En resumen, los sólidos en suspensión aparecen como una de las variables más importantes respecto del ecosistema del humedal del Río Cruces. Su origen se relaciona a la estructura del suelo en la sub-cuenca del humedal, influenciada por la agricultura, ganadería y silvicultura y a la interacción entre la velocidad de la corriente y los sedimentos del fondo del humedal, que genera re-suspensión, y se ve modificada por la presencia de macrófitas que contribuyen a aumentar la sedimentación y disminuir la re-suspensión. El uso del suelo en la subcuenca del humedal del Río Cruces El análisis de las partículas de sólidos en suspensión del humedal (Fig. 5) mostró que corres-ponden a limo (diámetro promedio = 4 µm), característico de la fracción fina de los trumaos. Estos suelos poseen niveles extremadamente bajos de P aprovechable (IREN, 1978) por lo que el desarrollo agrícola y forestal en la zona de estudio se ha sustentado en gran medida Figura 5. Relación entre la concentración de sólidos totales en suspensión y abundancia de partículas medidas durante diciembre 2012. La línea corresponde al ajuste de una curva de regresión (ecuación de potencia) con un valor r 2 = 0,93. Modelo ecosistémico del humedal del Río Cruces en el uso de fertilizantes fosfatados (e.g., superfosfato triple; Agüero, 2014; Ibañez, 2014). Adicionalmente, una característica de los trumaos es su alto contenido de Al y Fe especialmente en la superficie (IREN, 1978). Por tanto, la información analizada apoya la hipótesis que uno de los orígenes de los sólidos en suspensión del humedal son los trumaos de la subcuenca, que a su vez mantienen al ecosistema en una condición eutrófica; esto es concentración de clorofila-a >8 µg L-1, concentración de P > 35 µg L-1 y transparencia de disco de Secchi < 3 m (Marín et al., 2014). Desde esta perspectiva, cambios en el uso del suelo de la subcuenca pueden gatillar bruscas alteraciones del estado ecológico del humedal, desde aguas claras a aguas turbias. Un aumento en la erosión (e.g., debido a tala rasa de zonas forestales y/o cosecha de grandes extensiones agrícolas; Echeverría et al., 2007; PeñaCortés et al., 2011; Soto, 2011), puede incrementar el arrastre de sedimentos finos hacia los ríos los que pasan a ser sólidos en suspensión en el humedal, disminuyendo la disponibilidad de luz para la fotosíntesis e incrementando la concentración de macronutrientes y Al en el agua (Lagos et al., 2008; Marín et al., 2009; Verardi, 2013; Agüero, 2014; Marín et al., 2014). De hecho, la información obtenida indica una correlación negativa altamente significativa (P < 0,001) entre disponibilidad de la luz y concentración de sólidos en suspensión en el humedal (Figs. 2 y 3). Los cambios en el uso del suelo y en la cobertura vegetal de la subcuenca del humedal han sido estudiados por Verardi (2013) y Agüero (2014). Verardi (2013) compara los usos del suelo por medio de la clasificación supervisada de una imagen Landsat 7 ETM+ de enero 2011, con los datos generados por CONAF en el período 1994-1997 y 2006. Sus resultados muestran un aumento en la superficie de plantación forestal entre el período 1994-97 y 2006 de 75 km2 (24,5%) para luego disminuir entre 2006 y 2011 en 55 km2. En este último período hubo además un aumento de la superficie de bosque nativo en la subcuenca de 107,4 km2 (15,9%). Sin embargo, pese a dicho aumento, la subcuenca presenta de alta a muy alta vulnerabilidad de erosión del suelo en un 40% de su superficie. Agüero (2014) por otra parte, analiza las tendencias interanuales, entre 1998 y 2005, de la cobertura vegetal de la subcuenca por medio del índice NDVI (Normalized Difference Vegetation Index), calculado para imágenes Landsat 5 y 7. La subcuenca se dividió en cuatro zonas (Fig. 6): una correspondiente al área aledaña (122,7 km2) al Parque Oncol (área silvestre protegida privada de 7,5 km2); dos zonas para el área del río Pichoy, una correspondiente a la zona agrícola (Pichoy Agrícola, 391,1 km2) y otra a la zona forestal (Pichoy Bosque, 648,4 km2) y finalmente, una 943 zona correspondiente al área del río Cayumapu (366,4 km2). Los resultados muestran que en el período febrero 1998-octubre 2001 no hubo variaciones interanuales significativas en el NDVI para las cuatro zonas. Sin embargo, entre noviembre 2001 y febrero 2005 hubo una tendencia significativa a la disminución del NDVI en Pichoy Bosque, Cayumapu y el área aledaña al Parque Oncol. Durante ese período, el intervalo enero 2003- agosto 2004 correspondió al de mayores disminuciones del índice. Es decir, la biomasa vegetal disminuyó significativamente en las tres zonas de la subcuenca con explotación forestal durante, al menos, un año previo a que se produjeran los cambios en el humedal del Río Cruces. Consecuentemente, Delgado & Marín (2013) muestran que con posterioridad al 2003, la vegetación del humedal mostró su primera disminución en superficie durante enero 2004. El factor planta de celulosa Resulta imposible analizar el ecosistema del humedal del Río Cruces sin incluir, aunque en breves palabras, a la Planta Valdivia en San José de la Mariquina, propiedad de la empresa Celulosa Arauco y Constitución. Las hipótesis respecto del efecto que pudo haber tenido esta planta en la transición de aguas claras a aguas turbias del humedal en el período 2004/2005 han sido analizadas en distintos artículos, alguno de los cuales se citan en la Tabla 1. Además se puede consultar el documento UACH (2005) y los artículos de Delgado et al. (2009) y Marín & Delgado (2013). Para los propósitos de este artículo, se analiza la Planta Valdivia como un potencial forzante del ecosistema desde dos perspectivas: (1) efectos directos sobre el humedal, (2) efectos indirectos a través de la modificación de otros forzantes. Respecto de la primera perspectiva, los artículos de Lopetegui et al. (2007) y Lagos et al. (2008) infieren que la Planta Valdivia podría haber sido la causante de las modificaciones observadas en el humedal durante el período 2004-2005 (Tabla 1). Con posterioridad, Schaefer & Einax (2010) basados en muestras tomadas en febrero 2007, concluyen que el efluente de la Planta Valdivia no es lo suficientemente contaminante, sobre la base de los parámetros analizados, y que por tanto una influencia negativa sobre el ecosistema no se puede probar. Así, la información disponible no permite establecer con suficiente certeza si la Planta Valdivia tuvo un efecto directo en el humedal, condición que ya había propuesto la misión Ramsar el 2005 (Di Marzio & McInnes, 2005), pero bajo las condiciones actuales ese efecto parece poco probable. Respecto del posible efecto indirecto, este puede conceptualizarse argumentando que la presencia de una planta de celulosa en la región pudo haber intensificado la tala de zonas foresta- 944 Latin American Journal of Aquatic Research Figura 6. División de la subcuenca del humedal del Río Cruces en zonas (ver texto para detalles). les (Ibañez, 2014). Ello podría, en parte, explicar el aumento de la superficie de plantaciones forestales en el período 1994-1997 y 2006 (Verardi, 2013) y la disminución del NDVI especialmente en el período enero 2003- agosto 2004 en zonas forestales de la subcuenca (Agüero, 2014). Dinámica del humedal Existen múltiples formas de analizar un ecosistema, especialmente cuando se intenta generar un modelo conceptual. El modelo generado busca responder la pregunta planteada en la Metodología. Desde esta perspectiva, es importante destacar que, basados en el último muestreo disponible (Marín et al., 2014), el humedal se encuentra en un estado eutrófico a hipereutrófico y su régimen ecológico es intermedio entre aguas claras y turbias. Por otra parte, Delgado & Marín (2013) muestran que la vegetación del humedal y la abundancia de cisnes de cuello negro comenzaron a aumentar a fines de 2011. Sin embargo, observaciones realizadas durante los muestreos realizados entre 2011 y 2013 sugieren que, a diferencia de lo observado con anterioridad al 2004, Egeria densa es abundante solo en zonas someras del humedal (≤1 m) y que en zonas más profundas (profundidades de 1-3 m) tiende a ser reemplazada por Potamogeton sp., género más resistente a condiciones turbias (Tironi, 2012). La teoría ecológica actual propone que las transiciones entre aguas claras y turbias son, por lo general, gatilladas por un aumento en la concentración de P que produce un brusco aumento de fitoplancton, limitando la luz a las macrófitas (Scheffer, 2004). Sin embargo, para el humedal del Río Cruces ese no parece ser el principal mecanismo. En este caso los sólidos en suspensión y las anomalías climáticas parecen haber jugado un rol preponderante. Lagos et al. (2008) proponen que aumentos en la turbidez jugaron un rol importante en la disminución de la cobertura de E. densa; Marín et al. (2009) por medio de un modelo numérico y experimentos en laboratorio (ver también Palma et al., 2013b) sugieren que la desecación de los sectores más someros del humedal habría provocado la muerte de la macrófita produciendo un aumento en la concentración de sólidos en suspensión que afectó al resto del humedal. Finalmente, el cisne de cuello negro es una especie nómade con capacidad de migrar entre diversos humedales en relación a la disponibilidad de alimento y procesos de gran escala como El Niño Oscilación del Sur (Flores, 2004; Delgado & Marín, 2013). Por tanto, Modelo ecosistémico del humedal del Río Cruces 945 Figura 7. Modelo conceptual ecosistémico del humedal del Río Cruces. SS: sólidos en suspensión, SF: sedimentación de fitoplancton. Todas las interacciones (flechas) son positivas a no ser que se indique lo contrario de manera explícita (-). desde una perspectiva local, una disminución en la disponibilidad de alimento (e.g., macrófitas como E. densa y Potamogeton sp.; Corti & Schlatter, 2002) pudo haber generado la emigración de esta especie. Mientras que cambios en la abundancia relativa de ambas especies de macrófita parece tener efectos en la ca- 946 Latin American Journal of Aquatic Research a b Figura 8. Re-colonización de Egeria densa en el humedal del Río Cruces (20 noviembre 2013). a) Zona somera frente a Punucapa, la vegetación en la superficie del agua corresponde a E. densa, b) zona somera de la desembocadura del Río Cayumapu en el humedal, la vegetación en la superficie del agua corresponde a E. densa en floración (Fotografías: V. Marín). pacidad reproductiva del cisne (González & Fariña, 2013). En resumen, el ecosistema del humedal del Río Cruces presenta una dinámica trófica compleja que depende en alto grado de la concentración de sólidos en suspensión. Aún más, si se considera que existe una relación entre estos, macronutrientes y la extinción de la luz, entonces se puede hipotetizar que la dinámica de los cambios de estado del humedal depende de los sólidos en suspensión como variable controladora ecosistémica. Modelo conceptual ecosistémico del humedal y su cuenca hidrográfica La información disponible, analizada y discutida en las secciones anteriores, se resumió en un modelo conceptual ecosistémico del humedal del Río Cruces y su cuenca hidrográfica (Fig. 7). Este modelo representa una síntesis, desde la perspectiva de los autores, respecto de los componentes y procesos que regulan la condición trófica del humedal y sus cambios de estado ecológico, así como los forzantes externos e interacciones entre el humedal y su cuenca incluyendo las acciones de la sociedad humana. Los componentes abióticos corresponden a los sólidos en suspensión (SS) y los nutrientes en la columna de agua y los sedimentos del fondo. Los componentes bióticos por otra parte, corresponden al fitoplancton, dos especies de macrófitas (E. densa y Potamogeton sp.) y los cisnes de cuello negro. Los procesos abióticos más importantes son la sedimentación de los sólidos en suspensión desde la columna de agua al fondo del humedal y la resuspensión de los sedimentos. Este último proceso influye también en la eutroficación del humedal debido a la carga de nutrientes de los sedimentos. Los procesos biológicos son el crecimiento y mortalidad de cada uno de los componentes bióticos además de la emigración de los cisnes de cuello negro. Este último concentra las dos interacciones negativas definidas para el ecosistema. Esto es, un aumento en la abundancia de las macrófitas disminuirá la emigración y viceversa. El efecto en el humedal de los procesos naturales y antropogénicos, de la cuenca hidrográfica se resume en un componente (suelos trumaos) y dos procesos (estabilización y erosión). La estabilización de los trumaos se ve favorecida por el bosque nativo, mientras que la erosión aumenta con el uso intenso (ganadería, agricultura y silvicultura). En este último proceso además influye la fertilización fosfatada la que genera, por tanto, sólidos con alta concentración de P que llegan al humedal generando eutroficación. Los potenciales efectos de la Planta Valdivia aparecen en el modelo, de dos formas: (1) como un efecto directo, no comprobado, en la mortalidad de E. densa, y (2) como un efecto indirecto a través de la intensificación de la tala de zonas forestales de la cuenca. Finalmente, el modelo puede ser utilizado para proponer una explicación ecosistémica al evento 20042005: la intensificación de la tala de plantaciones forestales, en el período 2003-2004, habría expuesto los trumaos y suelos rojos arcillosos a una mayor erosión lo que habría aumentado los sólidos en suspensión en el humedal. Ello unido al evento climático de mayojulio 2004 (Marín et al., 2009) habría a su vez aumentado la mortalidad de E. densa, provocando un subsecuente aumento en la re-suspensión de sedimentos finos del fondo del humedal, generando un proceso de retroalimentación positiva (sólidos en suspensión-mortalidad de E. densa) que terminó con la brusca disminución de la macrófita dominante. Esto provocó la emigración de cisnes de cuello negro debido a la baja en su alimento. Con posterioridad y debido a la alta concentración de sólidos en suspensión, el Modelo ecosistémico del humedal del Río Cruces humedal mostró un aumento en la abundancia de Potamogeton sp., macrófita más adaptada a condiciones turbias (Carpenter et al., 1998; Tironi, 2012) pero de menor valor alimenticio para los cisnes. El aumento de esta macrófita habría permitido, luego de un tiempo que puede estimarse a partir de Delgado & Marín (2013) en ocho años (2004-2012), la recolonización de E. densa en las zonas someras del humedal, proceso que continuó hasta el último muestreo (noviembre 2013; Fig. 8). Esta explicación podrá parecer muy compleja a algunos y demasiado simple a otros. Sin embargo, parafraseando a Holling (2001): si los elementos usados en la explicación de un fenómeno son muy pocos, entonces su comprensión es demasiado simplista, en tanto si son muchos, esta es innecesariamente compleja. Por otra parte, en palabras de Westley (2002) “En sistemas adaptativos complejos, el desequilibrio y las sorpresas son la regla,…”. Es por ello que el desarrollo de este modelo ecosistémico del humedal del Río Cruces es una forma de integrar el conocimiento actual sobre el mismo. No obstante, se deben continuar los esfuerzos por mejorarlo con nuevos datos e incluir otras perspectivas. AGRADECIMIENTOS Este trabajo fue financiado por CONICYT-Chile (Proyecto Fondecyt Nº 1110077). REFERENCIAS Agüero, B. 2014. Análisis temporal de los cambios en el uso del suelo en la sub-cuenca del Humedal del Río Cruces, Valdivia. Seminario de Título de Biólogo mención Medio Ambiente, Universidad de Chile, Santiago, 60 pp. American Public Health Association (APHA). 2005. Standard methods for the examination of water. American Public Health Association, Washington D.C., 1368 pp. Bilotta, S.A. & R.E. Brazier. 2008. Understanding the influence of suspended solids on water quality and biota. 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Res., 42(5): 950-962, 2014 DOI: 10.3856/vol42-issue5-fulltext-2 Malformaciones craneales en peces cultivados 950 1 Review Malformaciones craneales en larvas y juveniles de peces cultivados Wilfrido Argüello-Guevara1, Milton Bohórquez-Cruz2 & Alfonso Silva3 Doctorado en Acuicultura, Departamento de Acuicultura, Facultad de Ciencias del Mar Universidad Católica del Norte, Larrondo 1281, Coquimbo, Chile 2 Magister en Acuicultura, Departamento de Acuicultura, Facultad de Ciencias del Mar Universidad Católica del Norte, Larrondo 1281, Coquimbo, Chile 3 Departamento de Acuicultura, Facultad de Ciencias del Mar, Universidad Católica del Norte Larrondo 1281, Coquimbo, Chile 1 RESUMEN. Las malformaciones óseas en peces cultivados representan un gran problema en acuicultura, no sólo por las pérdidas económicas que puede generar el mantenimiento de peces que no serán utilizados, sino también por las complicaciones a nivel fisiológico y morfológico que sufren los peces a lo largo de su ciclo de vida. Estas malformaciones pueden tener inicio desde los primeros estados de desarrollo y estar asociadas a una degeneración de las estructuras óseas con la edad, o a factores genéticos, nutricionales, ambientales, de manejo o una interacción entre éstas, haciéndose difícil la determinación de un solo agente causal. La presente revisión resume la información existente sobre la tipología, momento de aparición y posibles factores causales asociados a las malformaciones esqueléticas con particular énfasis en las malformaciones a nivel craneal. Palabras clave: malformaciones craneales, genética, nutrición, factores abióticos, acuicultura. Cranial malformations in larvae and juveniles of reared fish ABSTRACT. Skeletal malformations in farmed fish are a major problem in aquaculture, not only for economic losses that can generate the maintenance of deformed fish, but also by the physiological and morphological implications in fish along life cycle. These malformations may be starting from the earliest stages of development and be associated with a degeneration of the bone structure with age, or genetic, nutritional, environmental factors and management, or relate to each other, making difficult to determine a single causative agent. The present critical review summarizes existing information on type, occurrence and possible causative factors associated with skeletal malformations with particular emphasis on cranial malformations. Keyword: cranial malformations, genetics, nutrition, environmental factors, aquaculture. ___________________ Corresponding author: Wilfrido Argüello-Guevara ([email protected]) INTRODUCCIÓN El principal objetivo de la acuicultura es obtener máximos rendimientos (tasas de crecimiento y supervivencia) mediante la aplicación de condiciones óptimas de cultivo durante los ciclos larvales y engorde de peces. Sin embargo, según Barahona-Fernandes (1982) estas condiciones óptimas reducen la selección natural y dan paso a la aparición de gran número de anomalías o malformaciones pocas veces observadas en la naturaleza, lo que conlleva a consecuencias negativas en el desarrollo, comportamiento biológico y bienestar del animal en cultivo y posteriormente, a pérdidas económicas por la reducción del valor del producto e imagen de comercialización de los individuos deformados que alcanzan tallas comerciales. Las malformaciones esqueléticas, especialmente craneales y a nivel del eje vertebral, han sido reportadas en casi todas las especies de peces de cultivo con variada incidencia y severidad (Georgakopoulou et al., 2007), desarrollándose, principalmente durante la ontogenia hasta la metamorfosis. Entre las causas a las que se ha asociado la aparición de malformaciones esqueléticas se encuentra la intensificación de los cultivos, condiciones abióticas desfavorables, desbalances nutricionales, enfermedades y factores genéticos (Andrades et al., 1996; Cahu et al., 2003; Fraser & de Nys, 2005; Georgakopoulou et al., 2007; Verhaegen et al., 2007; Izquierdo et al., 2010). El objetivo de la presente revisión bibliográfica, es 2951 Latin American Journal of Aquatic Research resumir la información existente sobre las características y las causas de las malformaciones craneales en larvas de peces cultivados. Momento de aparición y frecuencia de malformaciones craneales en larvas de peces cultivados En los peces cultivados a nivel comercial, e inclusive en las especies candidatas potenciales para acuicultura, las malformaciones esqueléticas craneales ocurren en diferentes estados de desarrollo de cada especie (Fraser & de Nys, 2005) y su detección durante los primeros estados de desarrollo larval, parece estar ligada al grado de severidad de dichas malformaciones (BarahonaFernandes, 1982; Matsuoka, 2003) y a las técnicas de detección temprana que se apliquen (Morel et al., 2010), siendo obvias en peces más grandes (Norcross et al., 1996; Gjerde et al., 2005) lo que se asocia a una degeneración de los huesos con la edad (Van Den Avyle et al., 1989) sin que se descarte su presencia desde el inicio del periodo de cultivo (Haga et al., 2003; Lewis-McCrea & Lall, 2006; Bardon et al., 2009; Georgakopoulou et al., 2010). Para Kadry (2012), la mayoría de las malformaciones esqueléticas presentes en peces marinos cultivados se desarrollan durante los estados larvales y juveniles. Mientras que, según Boglione et al. (2013a) las malformaciones esqueléticas severas pueden ocurrir a lo largo del ciclo de vida de los peces, pero su desarrollo a menudo comienza con leves aberraciones de los elementos internos. Generalmente, las malformaciones morfológicas no son comunes en poblaciones naturales; sin embargo, la incidencia de malformaciones en larvas de peces, no sólo está relacionada con la domesticación de la especie en ambientes de cultivo controlados. Así, en poblaciones naturales de Plecoglossus altivelis se ha reportado una frecuencia de malformaciones (craneales y vertebrales) de 0,15%, aunque este valor es significativamente menor a los 70,1% encontrados en ambientes controlados (Komada, 1980). En juveniles silvestres de Pagrus major se registró un promedio de 0,2 huesos anormales por espécimen, mientras que los peces cultivados tuvieron un promedio de 2,01 a 2,14 huesos anormales (Matsuoka, 2003). BarahonaFernandes (1982) por su parte, señaló que aproximadamente el 90% de los especímenes de Dicentrarchus labrax cultivados, presentaron malformaciones operculares. En el cultivo intensivo de Latris lineata se ha observado altos porcentajes de malformaciones mandibulares durante la post-flexión de las larvas y a una longitud estándar de 10 mm (Cobcroft et al., 2001). Por su parte, en el cultivo de Sparus aurata, el momento más temprano de aparición no ha sido precisamente detectado, pero se piensa que puede ser durante la deshabituación y/o fase de pre-crecimiento (Koumoun- douros et al., 1997). En la Tabla 1 se presenta una revisión del momento de aparición y frecuencia de malformaciones craneales reportadas en larvas y juveniles de peces cultivados. Tipos de malformaciones craneales El término malformaciones morfo-anatómicas se utiliza para describir alguna desviación de la morfología externa, el cual usualmente está asociado a defectos en la anatomía interna (Koumoundouros, 2010). Estas malformaciones son desviaciones irreversibles naturales o inducidas de la morfología estándar y fisiología de los peces silvestres tomados como referencia (Beraldo et al., 2003). Aunque se ha observado que a pesar de severas malformaciones, en algunos casos, se puede recuperar la integridad anatómica del complejo opercular (Beraldo & Canavese, 2011). De acuerdo a Divanach et al. (1996), las principales malformaciones morfológicas en peces se pueden agrupar en cinco categorías principales dependiendo del aspecto involucrado; forma, pigmentación, nivel, estructura y vejiga natatoria, pudiendo ser clasificadas como morfológicas y estructurales, que negativamente afectan las funciones biológicas. En este sentido por ejemplo, la respiración puede verse afectada por la reducida eficiencia del bombeo bucal y las branquias expuestas pueden ser más susceptibles a daños físicos (estrés) y a infección de hongos, bacterias y parásitos (Galeotii et al., 2000). Además, la supervivencia de larvas deformes se puede ver afectada directa o indirectamente por el reducido crecimiento y un subsecuente incremento del canibalismo por los individuos más grandes de la población (Georgakopoulou et al., 2010). Las malformaciones a nivel cefálico, se desarrollan principalmente en la cubierta de las branquias (complejo opercular) –que pueden ocurrir a niveles superiores al 80%–, mandíbulas y arco hioideo, con una gran variabilidad e intensidad (Koumoundouros, 2010). La anomalía más frecuente es la reducción de la cubierta de las branquias, que es inducida principalmente por un doblamiento interior del opérculo y sub-opérculo durante el estado larval temprano (Koumoundouros, 2010). Algunas características de las malformaciones del complejo opercular han sido descritas por Beraldo et al. (2003) de la siguiente forma: i) un plegamiento del opérculo dentro de la cámara branquial, iniciando en la esquina superior de la hendidura branquial y extendiéndose hacia abajo al tercio inferior; ii) depresión externa cóncava en el complejo opercular con una consecuente regresión del borde suelto del opérculo con un ensanchamiento de la hendidura braquial en el tercio medio superior y una posible exposi- Tabla 1. Momento de aparición, tipo y frecuencia de malformaciones craneales reportadas en peces cultivados. dpe:días post-eclosión, nm: no menciona. Malformaciones craneales en peces cultivados 9523 4953 Latin American Journal of Aquatic Research ción de las branquias; iii) carencia parcial del opérculo con una regresión del borde suelto extendido hacia abajo al tercio inferior; y iv) una carencia parcial del opérculo o un pliegue de este hacia dentro como en (i), principalmente en el tercio inferior, junto con una hipogenesia o excesivo plegamiento de los rayos branquioestegales. En un estudio con Sparus aurata, se señalaron cuatro tipos de huesos del complejo opercular comprometidos con malformaciones, rayos branquioestegales, opérculo, sub-opérculo y pre-opérculo. Estos huesos aparecen plegados hacia el interior o exterior del cuerpo, con talla normal o reducida y en algunas ocasiones con desplazamientos o fusiones (Koumoundouros et al., 1997). Además, se han definido 13 distintos tipos de complejos operculares anormales (Koumoundouros et al., 1997). Las malformaciones a nivel de la membrana branquioestegal también pueden inducir deformaciones a nivel del opérculo, puesto que sin la membrana, el complejo de huesos operculares puede ser fácilmente deformado mecánicamente durante el crecimiento y desarrollo (Hilomen-García, 1997; Galeotti et al., 2000). En Seriola lalandi se han registrado reducciones del arco hioideo, rompimiento del cartílago de Meckel y posicionamiento anormal de la mandíbula inferior en larvas cultivadas de 4, 8 y 16 días de edad (Cobcroft et al., 2004). Larvas con saco vitelino de Hippoglossus hippoglossus también mostraron una malformación similar, antes de la alimentación exógena (Morrison & MacDonald, 1995). Las malformaciones mandibulares son comunes pero se manifiestan en diferentes formas (Cobcroft et al., 2004). En el trabajo de Fraser & de Nys (2005) con larvas de Lates calcarifer se describió por primera vez una malformación a nivel mandibular no encontrada en otras especies, a la cual los autores denominaron “pinched” (mandíbula apretada). En Latris lineata las malformaciones mandibulares se han caracterizado por la apertura de la mandíbula y la alineación dorsoventral de la maxila y pre-maxila, con el elemento anterior del arco hioideo posicionado en forma ventral (Cobcroft et al., 2001). En Pagrus major la mandíbula superior acortada no es una malformación observada frecuentemente, mientras que son más comunes las malformaciones a nivel de los elementos de la mandíbula inferior (Matsuoka, 2003). Para Haga et al. (2003) existe un desarrollo diferencial entre la mandíbula superior y la inferior. Varias formas de malformaciones a nivel bucal han sido reportadas en peces, incluyendo: mordida en cruz, boca en forma de ventosa, elongación y reducción de la mandíbula inferior (Barahona-Fernandes, 1982), síndrome de la deformidad de la mandíbula inferior (Sadler et al., 2001) y síndrome de la boca abierta, caracterizada porque en la mandíbula inferior, incluyendo el cartílago de Meckel, los huesos angulares y dentarios se doblan ventral-temporal-lateralmente quedando la boca permanentemente abierta con una estrecha abertura dorso-ventral (Morrison & MacDonald, 1995; Cobcroft et al., 2001). Así mismo, la compresión antero-posterior de la región etmoidal y maxilar superior conocida como “pugheadness” ha sido reportada en varias especies (Barahona-Fernandes, 1982; Hilomen-García, 1997; Koumoundouros et al., 2004). En poblaciones naturales y de cultivo de Plecoglossus altivelis se ha encontrado que las malformaciones de la forma de la boca y el síndrome de la boca abierta fueron las más frecuentes (Komada, 1980). Por otro lado, en la carpa común Cyprinus carpio, se codificaron las malformaciones según la capacidad para cerrar la boca cuando presentaron la deformidad (Kocour et al., 2006). Este tipo de malformaciones afectó significativamente el crecimiento y peso corporal del pez, debido a la dificultad para ingerir alimento (Pittman et al., 1989). Según Koumoundouros et al. (1997) se requiere un mejor entendimiento del desarrollo normal y la caracterización del desarrollo anormal como primer paso para solucionar la incidencia de malformaciones a nivel cefálico. En Seriolella violacea, especie candidata para acuicultura en la zona norte de Chile, se ha observado que existe incidencia de malformaciones a nivel cefálico (Fig. 1), sin que existan datos específicos al respecto. Actualmente, en el laboratorio de peces marinos de la Universidad Católica del Norte (Chile) se está trabajando para determinar la ocurrencia, tipo y causas de las malformaciones en esta especie. Factores causales de malformaciones craneales en peces La ontogenia de las malformaciones craneales puede tener numerosos orígenes. Sin embargo, según Boglione et al. (2013b) la determinación del factor causal es complicada por las siguientes observaciones: i) diferentes factores no genéticos pueden inducir la misma anomalía en diferentes especies; ii) el mismo factor puede inducir diferentes malformaciones en diferentes especies de peces; iii) las malformaciones son inducidas por diferentes factores en diferentes cohortes de la misma especie; iv) la sensibilidad del pez a un factor causal puede cambiar dramáticamente durante la ontogenia; v) la acción de un simple factor causal puede ser compensada por un factor diferente; vi) factores particulares muestran una alta correlación con malformaciones en una región particular del cuerpo en algunas especies, pero no en otras especies, y vii) el mismo factor causal puede provocar una alta incidencia de malformaciones en algunos elementos esqueléticos, Malformaciones craneales en peces cultivados a c e 954 5 b d f Figura 1. Ejemplares de Seriolella violacea cultivados en el Laboratorio de Peces Marinos de la Universidad Católica del Norte, Coquimbo, Chile. a) Juvenil de 105 días post-eclosión (dpe) con severo acortamiento de opérculo y branquias expuestas, b) juvenil de 94 dpe con opérculo acortado, c-d) juvenil de 60 dpe con mandíbula inferior corta y torcida, huesos dentarios dispuestos de forma asimétrica, e) larva de 8 dpe, cartílago de Meckel curvado hacia abajo formando un ángulo de 86 grados, f) larva de 8 dpe, con asimetría en los arcos branquiales, desplazados hacia un costado y cartílago de Meckel con forma irregular. pero no en otros con el mismo tipo de hueso y osificación en el mismo individuo. En la Tabla 2 se indican algunos tipos de malformaciones craneales con el factor causal asociado. Factores genéticos Los factores genéticos pueden ser causales de aparición de malformaciones esqueléticas (Aluko et al., 2001; Gjerde et al., 2005; Bardon et al., 2009), mientras que en algunos casos han sido considerados marginales (Afonso et al., 2000; Kocour et al., 2006; Taylor et al., 2011), en este último caso, el origen de las deformidades deberá correlacionarse como consecuencia de factores externos (Matsuoka, 2003, Castro et al., 2008). No obstante lo anterior, la literatura disponible en relación a los factores genéticos como causal de malformaciones esqueléticas, en su mayoría corresponde a deformidades y anomalías del eje vertebral o estructuras apendiculares, deformidades no incluidas en la presente revisión. En Salmo salar se ha determinado que la triploidía es propensa a una alta prevalencia de malformaciones a nivel de la cubierta de las branquias y de la mandíbula inferior, pudiendo ser letales (Sadler et al., 2001). Mientras que, las mutaciones de genes pueden causar reducción en los elementos de los arcos branquiales anteriores en Danio rerio (Piotrowski et al., Tabla 2. Factores causales de malformaciones craneales evaluados en peces de cultivo. 6955 Latin American Journal of Aquatic Research Malformaciones craneales en peces cultivados 1996). Además, en el trabajo de Beraldo et al. (2003), se determinó que las malformaciones presentes a nivel del complejo opercular encontrados en Sparus aurata no fueron producto de la herencia genética debido a la aleatoria e independiente posición de irregularidades operculares (en uno o ambos lados), variación de la incidencia, rareza de anomalías de los huesos en el opérculo y la variedad de formas presentes. Estudios en malformaciones operculares en S. aurata han concluido que la deformación unilateral es independiente del lado, mostrando un modelo de asimetría fluctuante (Galeotti et al., 2000; Beraldo et al., 2003). Verhaegen et al. (2007), sugieren un modelo de asimetría unidireccional en la misma especie, relacionado como un factor heredado, mientras que la asimetría fluctuante es atribuido a factores ambientales y su efecto en la inestabilidad del desarrollo durante los primeros estados de vida (Barahona-Fernandes, 1982). Así mismo, Kocour et al. (2006), estimaron la heredabilidad y correlación genética para deformidades de la boca, de progenies de carpa común (C. carpio) obtenidas de cruces de 147 machos con 8 hembras, y concluyeron que no existió un control genético de las malformaciones. Sin embargo, el peso del cuerpo y la longitud estándar de la progenie, se vio afectada significativamente por la severidad de la malformación bucal, indicando otras posibles causas como las condiciones del cultivo o la infestación por patógenos. Según Bardon et al. (2009), uno de los principales problemas para estimar los parámetros genéticos en peces, es la inhabilidad de etiquetar las larvas y consecuentemente la necesidad de cultivar por separado las familias hasta alcanzar tallas posibles de etiquetar, lo cual puede sesgar o parcializar la precisión de los parámetros estimados. Además, varios estudios parecen estar de acuerdo en una base genética para malformaciones esqueléticas, aunque esta predisposición es expresada solamente cuando ocurren condiciones ambientales excepcionales (fallas de energía, cambios de temperatura en el cultivo, etc., Boglione et al., 2013a). Factores nutricionales La nutrición larval, particularmente ácidos grasos o niveles de ciertas vitaminas y minerales, también ha sido implicada en la ocurrencia de malformaciones craneales (Gapasin et al., 1998). Malformaciones en larvas de Latris lineata pueden estar relacionadas a un alto requerimiento de una relación DHA: EPA (ácidos docosahexaenoico y eicosapentaenoico, respectivamente), mayor a 2:1 (Sargent et al., 1999) especialmente alrededor de la etapa de flexión (Cobcroft et al., 2001). Así mismo, la incidencia de ciertas malformaciones craneales en larvas de peces como por ejemplo la malformación de la mandíbula de 956 7 Plecoglossus altivelis ha sido relacionada a la insuficiente inclusión de fosfolípidos en la dieta (Kanazawa et al., 1981) y la malformación del opérculo de Chanos chanos ha sido relacionada a la insuficiencia de ácidos grasos altamente insaturados o vitamina C (Gapasin et al., 1998). Los ácidos grasos altamente insaturados, actúan en el genoma a través de receptores nucleares específicos, así como receptores de peroxisoma-proliferador activado que junto con el receptor X retinoide (RXR) están involucrados en el desarrollo esquelético durante la ontogénesis (Cahu et al., 2003). Las vitaminas también juegan un rol importante en la aparición de malformaciones. En Paralichthys olivaceus las malformaciones encontradas han sido asociadas con niveles de deficiencia o exceso de vitamina A (VA) (Dedi et al., 1995; Takeuchi et al., 1998; Haga et al., 2002). El ácido retinoico (AR; vitamina A) está involucrado en la diferenciación, crecimiento y desarrollo de las células y tejidos durante el desarrollo embrionario y post-embrionario (Mazurais et al., 2009). El ácido retinoico, ejerce su efecto a través de la unión de los receptores RARs y RXRs que pueden ser modulados por niveles de inclusión de ácidos grasos poli-insaturados y VA en la dieta (Villeneuve et al., 2005). Existe una correlación lineal entre los niveles dietéticos de la VA en tejidos larvales y la incidencia de desórdenes esqueléticos que han sido asociados a la modificación de varios receptores nucleares de AR así como modelos de expresión de RXR, RAR y RAR. Además, debido a las altas tasas de crecimiento de las larvas pueden tener altos e inusuales requerimientos de VA, siendo la relación VA e incidencias de malformaciones craneales muy común (Boglione et al., 2013a). En el estudio de Mazurais et al. (2009), en lubina europea (Dicentrarchus labrax), la inclusión de bajos niveles de ácido retinoico en la dieta (5-10 mg kg-1) dieron como resultado la menor incidencia de malformaciones craneales en relación a otros niveles de inclusión (1570 mg kg-1). Así mismo, en Sparus aurata se ha encontrado que la mayor frecuencia de malformaciones mandibulares y opérculos anormales se registró cuando se incluyeron altas dosis de VA (188 y 723 ng VA total mg-1 de peso seco) en la dieta (Fernández et al., 2008). Sin embargo, estos autores indican que los niveles óptimos de AR para esta especie dependerá en gran medida de los elementos esqueléticos a considerar. El ácido ascórbico (vitamina C) en la dieta es ampliamente reconocido como un factor que influye en el desarrollo de las malformaciones esqueléticas en teleósteos juveniles y adultos (Dabrowski et al., 1988; Chávez de Martínez, 1990; Gapasin et al., 1998; Cahu et al., 2003), siendo esencial para la producción de colágeno para la correcta formación de las estructuras óseas y cartílagos de soporte (Gapasin & Duray, 2001). Así mismo, la irregular mineralización por deficiencias 8957 Latin American Journal of Aquatic Research nutricionales y las alteraciones del metabolismo de sales de calcio/vitamina D que provocan debilidad y plegamiento del opérculo, pueden ser causas principales de estas malformaciones. Peces teleósteos marinos tienen grandes reservas de vitamina D3 (1, 25dihidroxi vitamina D), y existe evidencia de una posible interacción entre vitamina D con el metabolismo del calcio, ligados indirectamente al fósforo y metabolismo óseo. Así mismo, se ha demostrado una interacción de AR y calcitriol (metabolito polar formado por hidroxilación de la vitamina D3, Boglione et al., 2013a), mientras que el AR inhibe la formación de la matriz ósea, también parece activar a los genes involucrados en la mineralización de la matriz, y la supresión de niveles de calcitriol en el plasma puede explicar parcialmente los efectos de la VA en los huesos de Salmo salar (rnsrud et al., 2009). Sin embargo, es necesario un mejor entendimiento del rol de la vitamina D en el metabolismo de tejidos esqueléticos y sitios de acción de los metabolitos (Lall & Lewis-McCrea, 2007; Darias et al., 2011). Los minerales como calcio y fósforo también han sido evaluados como posibles causas de malformaciones craneales, por su importante rol dentro del crecimiento y la mineralización ósea. En este sentido, niveles deficientes de fósforo en dietas para Paralichthys olivaceus han dado como resultado el incremento de opérculos deformados, alteración en la ultra-estructura ósea y retardo en el crecimiento, excluyendo este último, la principal patogénesis de la deficiencia del fósforo dietario es la falla en la mineralización de tejidos duros como huesos y cartílagos (Uyan et al., 2007). A pesar que las deficiencias de calcio no son comunes en peces, su rol es importante por su estrecha relación con el P en el desarrollo y el mantenimiento del sistema esquelético, una óptima relación de Ca y P dietarios ha sido reportado para S. aurata y Anguilla japonica en 1:2 y 1:1, respectivamente (Lall & LewisMc Crea, 2007). En general, las funciones principales de los macro- y micronutrientes en vertebrados, involucran transducciones estructurales, catalíticas y de señalización (Lall & Lewis-Mc Crea, 2007). Por otro lado, Abdel et al. (2004) concluyeron a priori que factores nutricionales no son responsables para la aparición de malformaciones en D. labrax, debido a que las larvas fueron alimentadas ad libitum con dietas estándares capaces de suplir los requerimientos nutricionales de esta especie. No sólo la alimentación y nutrición durante el desarrollo larval debe ser considerada como factor causal de malformaciones en los peces cultivados. La presencia de deformaciones mandibulares en etapas tempranas de desarrollo (4 dpe: días post-eclosión) en Seriola lalandi sugiere que la nutrición de los reproductores y las reservas endógenas de la yema del huevo pueden estar involucrados en la malformación mandibular, sin descartar los factores ambientales y nutrición de las larvas (Cobcroft et al., 2004). Factores ambientales La influencia de componentes abióticos sobre las malformaciones craneales en peces también ha sido evaluada. Se acepta generalmente, que las malformaciones esqueléticas pueden ser medioambientalmente inducidas por dos vías; 1) alteración de procesos biológicos necesarios para mantener la integridad bioquímica de los huesos, y 2) efectos neuromusculares que lideran a malformaciones sin un cambio en la composición esquelética (Van Den Avyle et al., 1989). Entre estos factores causales, la temperatura del agua de cultivo ha sido sugerida como uno de los más importantes, a causa de su rol crucial en la ontogenia, control del crecimiento, desarrollo y supervivencia de animales exotérmicos (Koumoundouros et al., 2001; Georgakopoulou et al., 2007). La temperatura del agua, especialmente en los estados de desarrollo temprano de las larvas, puede ser responsable de malformaciones morfológicas (Polo et al., 1991) y afectar la ontogenia esquelética (Blaxter, 1992). Las temperaturas apropiadas de cultivo redujeron las malformaciones craneales en Hippoglossus hippoglossus (Lein et al., 1997) y en D. labrax (Georgakopoulou et al., 2007). Por otro lado, se ha reportado que la temperatura del agua durante las fases embrionarias y larvales tiene un efecto significativo en la deformación de los rayos branquioestegales, pero no de la boca y aletas. De acuerdo a esto, larvas de D. labrax mantenidas a 15ºC mostraron entre el 27,2 y 33,4% de los rayos branquioestegales con forma y/u orientación anormal, mientras que a 20ºC esta deformidad tuvo una frecuencia de 4-14% (Georgakopoulou et al., 2007). El opérculo y subopérculo también han sido reportados como estructuras afectadas por la influencia de la temperatura en S. aurata durante la metamorfosis (Georgakopoulou et al., 2010). La tipología de malformaciones esqueléticas y la forma en que cada estructura es afectada por la temperatura parece ser especie y estado-específica (Dionisio et al., 2012). Baeverfjord et al. (1999), mencionaron que la etiología para las deformaciones parece ser más compleja que una simple relación con la temperatura del agua durante la incubación de huevos en Salmo salar, por lo que no se puede subestimar la influencia de otros factores. Así por ejemplo, bajas salinidades (<33), incrementaron la incidencia de malformaciones de la mandíbula en larvas de A. japonica, probablemente por la presencia de edemas pericárdicos que empujaron la mandíbula hacia abajo (Okamoto et al., 2009) y de Ophiodon elongatus por la alta demanda de energía para la osmoregulación de los huevos incubados en condi-ciones sub-óptimas de Malformaciones craneales en peces cultivados salinidad (Cook et al., 2005). En estudios con Solea senegalensis, se ha registrado una mayor proporción de malformaciones mandibulares asociadas a diferentes condiciones de luz, que cambian el comportamiento de las larvas en respuesta a la luz y que generan daños en los tejidos de la mandíbula por el contacto con la pared del tanque, comportamiento que se explica en el siguiente apartado (Blanco-Vives et al., 2010). Por su parte, Villamizar et al. (2009) reportaron que a pesar de obtener mejor supervivencia en larvas de D. labrax a los 40 dpe, también existió una mayor frecuencia (38%) de individuos con mandíbula elongada cuando se cultivó con un régimen de 24 h luz. Otros factores Algunos trabajos sostienen que las malformaciones operculares y mandibulares pueden ser resultado de las actividades de manejo de los cultivos en condiciones de laboratorio y su efecto indirecto sobre el comportamiento de los peces. Así, las malformaciones craneales pueden ser causadas por estrés mecánico, especialmente durante la colección de huevos, transporte u operaciones de rutina en los laboratorios (Hilomen-García, 1997). La intensificación de los sistemas de cultivo también parece influir en la incidencia de malformaciones esqueléticas craneales (Roo et al., 2010). El comportamiento larval de acercarse a la pared, aparentemente buscando alimento y que es conocido como comportamiento “wall-nosing” (husmeando la pared), asociado con el color del tanque, tiene el potencial de herir a las larvas que nadan vigorosamente (Cobcroft et al., 2004) y provocar una alta incidencia de malformaciones mandibulares en L. lineata a los 29 dpe (Cobcroft et al., 2012). Según Cobcroft & Battaglene (2009), existe una correlación positiva de este comportamiento con las anomalías asociadas a la mandíbula, debido probablemente a la abrasión mecánica que se genera por chocar con la pared del tanque que pueden dañar los elementos esqueléticos que conforman la mandíbula y estos daños a su vez, asociarse con infección de agentes patógenos que no permiten el normal desarrollo de la mandíbula o que incrementan la severidad de las malformaciones. De esta forma, modificando las condiciones de luz junto con el uso de la técnica de cultivo de aguas verdes (adición de microalgas a los sistemas) puede reducir este comportamiento (Bristow & Summerfelt, 1994; Cobcroft & Battaglene, 2009). Sin embargo, en Epinephelus marginatus se ha demostrado, que ni la reducción de las densidades de cultivo o diferentes metodologías utilizadas (aguas verdes) parecen tener efecto sobre la incidencia y tipología de malformaciones, requiriéndose más estudios sobre las causas de las malformaciones en esta especie (Boglione et al., 2009). Los juveniles de D. labrax exhibieron un alto 9589 nivel de malformación (81%) probablemente debido a la intensa actividad natatoria de los peces durante el crecimiento (Bardon et al., 2009). Los contaminantes pueden ser otra de las causas de aparición de malformaciones. En reservorios naturales la contaminación ambiental es frecuentemente responsable de la incidencia de peces deformes debido a concentraciones de contaminantes. Sin embargo, la ausencia de contaminantes en los tejidos del cuerpo de especímenes deformes de Micropterus dolomieui descarta esta posibilidad (Van Den Avyle et al., 1989). Se ha reportado que la presencia de tributiltina (TBT), un compuesto orgánico del estaño, puede inducir malformaciones esqueléticas craneales y mandíbulas inferiores cortas en el pez de roca (Sebastiscus marmoratus), mediante la alteración de la expresión de genes codificantes para RARs y RXRs (Zhang et al., 2012). El incremento de fenotipos desviados del patrón normal bajo condiciones ambien-tales adversas se ha observado también por Graham et al. (1993), quienes encontraron una alta frecuencia de malformaciones en la mandíbula inferior en pobla-ciones de pez dorado en lagos contaminados mientras que en lagos no contaminados no se registró un patrón anormal de crecimiento. Por último, no se debe subestimar la incidencia de malformaciones debido a la presencia de agentes patógenos. Así, un anormal desarrollo mandibular en H. hippogossus parece estar asociada al desgaste de la cabeza y la invasión por organismos extraños (Morrison & MacDonald, 1995). Es evidente que un enfoque multifactorial sería necesario para determinar si un simple parámetro de cultivo es el agente causal de las malformaciones o es el efecto de una interacción de los parámetros físicos y químicos de cultivo. CONCLUSIONES A pesar que en los últimos años, las investigaciones se han enfocado hacia los factores causales de malformaciones esqueléticas y se han mejorado las prácticas de cultivo, estas malformaciones aún están presentes. Las malformaciones craneales, dependiendo de su severidad, son externamente observadas en especímenes en etapa juvenil y adulto, pero es posible que estos rasgos estén presentes desde el inicio del desarrollo larval. Son varios los factores que se han asociado como causas de malformaciones, como factores genéticos, ambientales, nutricionales y de manejo. Sin embargo, las conclusiones no son precisas y deberán ser determinadas, considerando que algunos, sino todos estos factores podrían estar correlacionados entre sí, por lo que el uso de modelos multiparamétricos de evaluación podrían ser más adecuados para identificar las causas de su aparición. 959 10 Latin American Journal of Aquatic Research AGRADECIMIENTOS W. Argüello-Guevara, agradece a la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación de Ecuador (SENESCYT) por el financiamiento de la beca para cursar el programa de Doctorado en la Universidad Católica del Norte, Chile. REFERENCIAS Abdel, I., E. 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Spinelli3,4 Estación de Fotobiología Playa Unión (EFPU), P.O. Box 15, U9103ZAA Rawson, Chubut, Argentina 2 Centro Nacional Patagónico (CENPAT), Puerto Madryn, Argentina 3 Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET, Argentina) 4 Instituto de Biodiversidad y Biología Experimental Aplicada Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad de Buenos Aires (IBBEA-UBA, Argentina) 1 ABSTRACT. Many marine species spend part of their development in upper layers of the water column, where they may be exposed to solar ultraviolet radiation (UVR). For many of these species, light is one of the key environmental clues which triggers behaviorally-mediated adjustments in vertical distribution. We incubated planktonic larvae of the crab Cyrtograpsus altimanus in column-like aquaria to study their responses with/without UVR (under a solar simulator) and with/without a potential prey (the dinoflagellate Alexandrium tamarense). Their vertical distribution was recorded and used to evaluate the combined effects of UVR and the presence of the dinoflagellate on larval behavior. When UVR was absent, most larvae showed a tendency to swim upwards and to aggregate near the surface, regardless of the dinoflagellate presence. However, UVR inhibited this tendency and induced a repellent effect, which resulted in a more homogeneous vertical distribution of larvae. A. tamarense did not affect the vertical distribution of larvae. These results suggest that UVR-triggered, quick adjustments in vertical distribution might be an important strategy for C. altimanus larvae to cope with high solar radiation, which typically occur during the hatching season. Keywords: Cyrtograpsus altimanus, Decapoda, crab larvae, ultraviolet radiation (UVR), vertical distribution, Atlantic Patagonia. Efectos a corto plazo de la RUV en la distribución vertical de Cyrtograpsus altimanus y Alexandrium tamarense de la Patagonia Atlántica RESUMEN. Muchas especies marinas pasan parte de su ciclo vital en las capas superficiales de la columna de agua, donde pueden estar expuestas a radiación ultravioleta (RUV). En muchos casos la luz constituye el factor ambiental que provoca ajustes del comportamiento en la distribución vertical. Se incubaron larvas planctónicas del cangrejo Cyrtograpsus altimanus en acuarios verticales para estudiar sus respuestas con/sin RUV y con/sin una potencial presa (el dinoflagelado Alexandrium tamarense). La distribución vertical de los plancteres fue registrada y se usó para evaluar el efecto combinado de la RUV y la presencia del dinoflagelado en el comportamiento larval. Cuando la RUV estaba ausente, las larvas de C. altimanus tendieron a nadar hacia arriba y agregarse cerca de la superficie, independientemente de la presencia del dinoflagelado. Sin embargo, la RUV inhibió esta tendencia e indujo un efecto repelente que llevó a una distribución vertical de larvas mucho más homogénea. Las larvas no parecieron ser afectadas en ningún caso por la presencia de A. tamarense. Los resultados sugieren que C. altimanus podría ajustar rápidamente su distribución vertical en respuesta a RUV, lo cual sería una estrategia importante para hacer frente a los altos niveles de radiación solar que típicamente ocurren durante sus primeros estadios de desarrollo. Palabras clave: Cyrtograpsus altimanus, Decapoda, larvas de cangrejo, radiación ultravioleta (RUV), distribución vertical, Patagonia Atlántica. ___________________ Corresponding author: Rodrigo J. Gonçalves ([email protected]) INTRODUCTION Zooplankton vertical distribution has profound ecological consequences for the whole pelagic realm, both in oceans and lakes. Many planktonic organisms may adjust their vertical distribution (hereafter referred to as VD) in response to different environmental cues. Usually vertical distribution of zooplankton is the result 964 Latin American Journal of Aquatic Research of conflicting factors such as solar radiation, food and predators (Speekmann et al., 2000; Boeing et al., 2004; Fischer et al., 2006; Cooke et al., 2008; Hylander & Hansson, 2010). Larvae of virtually all decapods control to some extent their VD (Queiroga & Blanton, 2005) and the same happens with several phytoplankton species (e.g., Richter et al., 2007a). In planktonic larvae of meroplanktonic organisms, this behavioral trait maximizes dispersion/retention of individuals into favorable areas/layers to enhance recruitment. A number of species-specific patterns of VD have been observed, related to different, sometimes interactive, factors such as tide phase, temperature, food conditions, predation pressure, etc. (Sulkin, 1984; Cohen & Forward Jr., 2009). Many crab larvae remain near the surface during certain periods, sometimes including daytime when they may be exposed to sunlight (Morgan & Christy, 1996). Solar radiation reaching the surface of the water column includes visible light (PAR, wavelengths between 400 and 700 nm) and ultraviolet radiation (UVR, 280-400 nm) which in turn comprises ultraviolet A (UVA, 315-400 nm) and ultraviolet B (UVB, 280-315 nm) radiation. In general, UVR has detrimental effects on plankton (Gonçalves et al., 2010; Llabrés et al., 2013) and several species are able to detect and avoid high-UVR surface waters (Speekmann et al., 2000; Richter et al., 2007a; Cohen & Forward Jr., 2009). An exposure of a few hours under UV radiation may produce negative effects on crab larvae (Morgan & Christy, 1996; Hovel & Morgan, 1999; Hernández-Moresino & Helbling, 2010; Hernández-Moresino et al., 2011). Therefore, a quick downward migration response in the presence of UVR would be a selective advantage for crab larvae, especially in mid-latitude areas with high solar UVR like Atlantic coast of Patagonia (which may be exposed to low-ozone events, e.g., Orce & Helbling, 1997). Regardless of the ultimate causes of crab larvae vertical distribution, light and tidal factors act as major proximal cues (Cohen & Forward Jr., 2009), which makes larval photobehavior an important trait among meroplanktonic species. However, very little is known about the short-term effects of UVR on VD of crab larvae. Another important factor which may affect VD of zooplankters is food availability (Lindley et al., 1994), as they are able to remain within patches of phytoplankton (Leising & Franks, 2002). In the case of potentially toxic species such as Prorocentrum sp. or Alexandrium sp., crab larvae may instead show avoidance by means of downward migration (Sulkin et al., 2003). Therefore, a trade-off between UVR and the potentially toxic prey in the larval VD could be expected. Given the myriad of potentially confounding factors affecting VD in the field (Queiroga & Blanton, 2005), laboratory experiments improve our mechanistic understanding of larval behavior. Thus, the aim of this study was to experimentally evaluate the short-term (i.e., h) responses of larvae of the common shore crab Cyrtograpsus altimanus when exposed to a combination of UVR and a potentially toxic prey (the dinoflagellate Alexandrium tamarense). C. altimanus (Rathbun, 1914) is a common species along the South Atlantic Ocean (Spivak, 1997); its hatching season coincides with high UVR levels, when daily doses of UVB at the sea surface often exceed 30 kJ m-2 (Villafañe et al., 2004). During this period, blooms of potentially toxic dinoflagellates such as A. tamarense (Lebour) are common (Gayoso & Fulco, 2006). Our working hypothesis is that VD of larvae will be affected by both UVR and the presence of A. tamarense. The dinoflagellate will act either as repellent (toxic cells) or attraction (palatable cells) factor in the water column. MATERIALS AND METHODS Ovigerous females of C. altimanus were collected in intertidal rocky pools at Puerto Madryn, Argentina (Atlantic Patagonian coast, 42°47’S, 65°00’W) and kept in aquaria (19-20°C; 12:12 h photoperiod) until their embryos hatched. Newly-hatched larvae (<24 h) from one female at the time were used in each experiment. A. tamarense was obtained from own cultures at EFPU. Three independent experiments were done with different females and in different dates to cover the extension of the hatching season for this species. In each experiment we used six glass aquaria (8x15x61 cm; length x width x depth) containing ~6100 mL of sterilized seawater. The contents of the six aquaria were: two with crab larvae only, two with dinoflagellates only, and two with crab larvae together with dinoflagellates. Each pair of aquaria represented the two radiation levels (with-without UVR). Crab larvae (400 individuals) were added to four aquaria. Dinoflagellates (final concentration 2500 cel mL-1) were added also to four aquaria to have two levels (with-without A. tamarense). The water column was gently homogenized before starting the exposure to ensure a uniform vertical distribution as the initial state. All aquaria were simultaneously exposed under a solar simulator (Hönle, Sol 1200). The irradiances at the water surface (70 cm from the lamp) were 166.3, 64.4, and 1.58 W m−2 for PAR, UVA radiation (315400 nm) and UVB (280-315 nm), respectively. The UVR effects in vertical distribution of crab larvae exposure time of 240 min under these conditions resulted in a sublethal UVB dose of 22.8 kJ m−2. Thermocline formation (i.e., due to heat from the UV lamp) was prevented using air refrigeration, keeping the temperature stable at 18°C in the whole water column. Aquaria were exposed in a homogeneous horizontal radiation field using a rotating platform (Fig. 1). Differences in vertical attenuation of UVR and PAR in aquaria from all treatments (i.e., including aquaria with phytoplankton) were negligible, as measured with a high-resolution spectrometer (optic fiber, HR2000 CG-IV-NIR, Ocean Optics, USA). Larvae were inspected 24 h after the end of the exposure to record mortality. The two levels of the radiation factor were a) PAR+UVR: aquaria covered with Ultraphan 290 filter -Opak Digefra-, so samples received PAR, UVA and UVB, and b) PAR: aquaria covered with Ultraphan UV filter, organisms received only PAR. This statistical factor applies to both dinoflagellates and crab larvae. The other factor was the presence of predators or prey (when VD of dinoflagellate or crab larvae, respectively, was considered). The levels of this factor are simply “with” and “without” the presence of the corresponding organism. Therefore, each of the six aquaria represented a combination of radiation and presence/ absence of the dinoflagellate and crab larvae. Due to the lack of space under the solar simulator, and in order to keep a homogeneous radiation field, only six aquaria were fit under the solar simulator in each experiment. This precluded the use of replicates (i.e., more aquaria at the same time); however, exactly the same experiment was independently conducted three times under the same conditions, and each aquarium from each experiment was considered a replicate. Using marks on the outer walls, aquaria were divided into four equal depth intervals. Vertical distribution of plankters was recorded every 1 h during 240 min. High-resolution, digital images were taken at each depth interval, from where crab larvae were counted using the software ImageJ (Abràmoff et al., 2004). Dinoflagellate cells were counted under a microscope from samples collected using a device with four syringes and four silicon tubes -one for each depth level- operated from above the aquaria. Samples were ca. 5 mL in order to prevent changes in the total volume of aquaria. The syringes were operated very gently to avoid generating mixing/turbulence in the water column. Average and standard error of plankters concentrations are reported using experiments as replicates. Data is expressed as percentage of individuals or cells (for larvae or dinoflagellate, respectively) at each interval (100% being the whole aquarium). Based on 965 preliminary trials, the concentration (stable after 180 min of exposure) of individuals or cells was used as the dependent variable, while radiation and presence of A. tamarense (or C. altimanus) were the factors when evaluating vertical distribution of crab larvae (or the dinoflagellate). Since the total concentration of larvae and dinoflagellate cells was limited by the initial number of organisms at the beginning of the exposure, their concentration at a given depth level is not independent from the other depths. Therefore a twoway, repeated measures ANOVA test was used to determine interactions between depth, radiation and presence of larvae/ dinoflagellate for both organisms. Concentrations at each level were the “repeated measures” of the dependent variable. Data were arcsine-transformed to meet ANOVA assumptions of homoscedasticity (Zar, 1999). When significant differences were found, post-hoc (Tukey HSD) pairwise comparisons were calculated. Significance level was P < 0.05. RESULTS After starting with an initially homogeneous vertical distribution (VD), larvae started moving randomly at the beginning of the exposure under PAR + UVR. This was translated into initial fluctuations during the first 120 min (data not shown), while from 180 to 240 min, larvae showed a stable distribution. Therefore we used data from 180 min of exposure as it was the minimum time required to reach a stable VD under experimental conditions. Mortality 24 h after the end of each exposure was in all cases less than 6%. There were differences in VD of larvae between PAR+UVR and PAR treatments (P = 0.037, Table 1). When UVR was absent, larvae showed a clear tendency to swim upwards and stay near the surface (under PAR treatment, an average of ca. 60% of individuals remained in the upper depth interval, Figs. 2a-2c). However, under PAR + UVR this tendency was inhibited and larvae were distributed more homogeneously (Fig. 2a). When the dinoflagellate was present (Fig. 2c), there was not a clear tendency to stay in or avoid the upper layers (P = 0.564, Table 1). Overall (with and without dinoflagellates), the tendency of crab larvae to swim upward and stay near the surface was inhibited when UVR was present, when the average presence of larvae in the upper level was almost half (34%) compared to PAR treatment. Therefore the presence of dinoflagellates cells had no significant effect on VD of crab larvae. As revealed by visual inspection, the downward response of larvae was either by active swimming or longer periods of sinking in the typical ‘hop-and-sink’ locomotion pattern. Conversely, 966 Latin American Journal of Aquatic Research a b c Figure 1. Schematic drawing of the experimental setup. a) Exposure setup, with glass columns on a rotating platform, b) detail of each column with the radiation filter (yellow), tubes and syringe for phytoplankton sampling, c) detail of one depth level used to quantify concentration of free-swimming crab larvae. Table 1. Two-way repeated measures ANOVA for vertical distribution of larvae of the crab C. altimanus a) and the dinoflagellate A. tamarense, b) after 180 min of exposure to UVR. The experiment was replicated three times. Significant differences (P < 0.05) indicated in bold. a) C. altimanus (crab larvae) Intercept Radiation Dinoflagellate Radiation x Dinoflagellate Error Depth Depth x Radiation Depth x Dinoflagellate Depth x Radiation x Dinoflagellate Error b) A. tamarense (dinoflagellate) Intercept Radiation Larvae Radiation x Larvae Error Depth Depth x Radiation Depth x Larvae Depth x Radiation x Larvae Error SS d.f. MS F P 38984.3 7.85 0.75 1.16 65.51 3171.12 1476.59 309.46 116.04 3565.28 1 1 1 1 8 3 3 3 3 24 38984.3 7.85 0.75 1.16 8.19 1057.04 492.2 103.15 38.68 148.55 4760.55 0.96 0.09 0.14 <0.001 0.356 0.770 0.716 7.12 3.31 0.69 0.26 0.001 0.037 0.564 0.853 SS d.f. MS F P 40905.42 1.21 0.07 0.91 27.35 1226.94 37.22 185.52 349.20 1783.36 1 1 1 1 8 3 3 3 3 24 40905.42 1.21 0.07 0.91 3.42 408.98 12.41 61.84 116.40 74.31 11965.92 0.36 0.02 0.27 <0.001 0.568 0.886 0.619 5.50 0.17 0.83 1.57 0.005 0.918 0.489 0.223 UVR effects in vertical distribution of crab larvae 967 Figure 2. Vertical distribution (VD) of larvae of the crab C. altimanus (% of individuals) and the dinoflagellate A. tamarense (% cells) after 180 min of exposure under PAR (white bars) or PAR+UVR (grey bars). a) VD of larvae when incubated without dinoflagellates, b) VD of dinoflagellates when incubated without crab larvae, c) VD of larvae when incubated together with dinoflagellates, d) VD of dinoflagellates when incubated with larvae. Error bars denote one standard error. the VD of the dinoflagellate A. tamarense was not significantly affected by the presence of larvae or UVR (Figs. 2b-2d, Table 1). As mentioned, VD of crab larvae was not significantly affected by the presence of A. tamarense. This allowed us to pool these data (i.e., concentration of larvae with and without A. tamarense) together for each depth interval, so only radiation treatments were compared (Fig. 3a). Similarly, the dinoflagellate A. tamarense was not affected by radiation or larval presence, so these data (i.e., concentration of cells of A. tamarense with and without UVR, with and without crab larvae) were also pooled for each depth interval (Fig. 3b). HSD tests confirmed the overall pattern that a most larvae receiving only PAR remained near the surface, while larvae receiving PAR+UVR were more homogeneously distributed (Fig. 3a). Differences in VD of A. tamarense were only related to depth, as the general tendency of the dinoflagellate was to migrate downwards in all cases (Fig. 3b) irrespective of larvae or radiation (P = 0.489 and P = 0.918, respectively; see Table 1). DISCUSSION Ontogenetic vertical migration is common in decapods, where the planktonic larvae hatch from bottomdwelling females, feed at surface and subsequently return to the bottom at settlement. At population level, changes in vertical distribution are considered to affect larval dispersion/retention to enhance recruitment. However, in order to better understand the processes involved, one must consider how physical environment affects biological variables such as behavior (Queiroga & Blanton, 2005). Most decapod larvae can exert some degree of behavioral control on their vertical distribution in response to a number of factors. Light is a proximal cue in marine environments and can trigger vertical movements in planktonic larvae. In laboratory conditions, many decapod larvae display positive 968 Latin American Journal of Aquatic Research Figure 3. Pooled data showing only factors with statistically significant effects. a) Concentration of larvae of the crab C. altimanus (% of individuals) combining data of aquaria with and without dinoflagellates (i.e., only the significant factor; radiation is shown), b) A. tamarense (% cells) at each depth interval, combining all radiation and larvae presence treatments (both factors were statistically non-significant; hence one line groups all the data). Lowercase letters next to symbols indicate Tukey HSD similarities (P < 0.05 in all cases) between the concentration individuals at different depth intervals and radiation levels a) or depth intervals, b) error bars denote one standard error. phototaxis (Forward Jr., 1989; Queiroga & Blanton. 2005; Cohen & Forward Jr., 2009), which means that larvae would aggregate near the surface. However, this is rarely observed in nature. This may be due to the spectral composition of light sources: when illuminated only with visible light (PAR) C. altimanus did aggregate at the surface, but when spectral composition of light was closer to sunlight (i.e., it included UVR) then this positive phototaxis was much weaker (Fig. 2a). Our results suggest that all other factors remaining equal, UVR may have its own short-term effect on VD of larvae of C. altimanus. To our best knowledge, there are no previous studies specifically evaluating the short-term effects of UVR on vertical distribution of marine zooplankton species in Patagonia or in Argentina. The more homogeneous distribution of crab larvae after a period of UVR exposure in principle agrees with the light-dependent negative feedback model of depth regulation formulated by Sulkin (1984) and modified by Forward Jr. (1989). However, if UVR is absent (PAR treatment), the model does not apply, and distribution is more concentrated near surface as it has been observed for crab larvae of several species (Morgan & Christy, 1996). Our results suggest that larvae are able to detect UVR, although it is not clear how UVR inhibits the upward-swimming tendency observed in the PAR treatment. Crayfishes (presumably adults) (Cummins & Goldsmith, 1981), and megalopae of at least two species of crabs (Cronin & Forward, 1986; Miner et al., 2000) have chromatophores which absorb in the UVR range. If this is the case of C. altimanus, then UVR may be part of the proximal cues for its short-term regulation of VD. The general pattern of downward migration of A. tamarense may indicate a reaction to high PAR intensities. Although the reaction seems to be stronger in presence of a potential predator (compare Figs. 2b, 2d), the statistic support is too weak (maybe due to low sample size) so we refrain from further speculation on this. Regarding their response to light conditions, it has been shown that some species of phytoplankton change their gravitaxis from negative to positive when exposed to high irradiances (Richter et al., 2007a, 2007b). Contrary to our expectations, the presence of A. tamarense did not show any effect on the VD of larvae. Brachyuran zoeae may ingest several species of Alexandrium sp., even toxic ones (García et al., 2011) but A. tamarense is not the preferred (Perez & Sulkin, 2005). Therefore, our results may simply reflect the poor palatability of this dinoflagellate, and at the same time an apparent non-toxicity given the lack of avoidance reaction. Another alternative could be that C. altimanus needs a higher concentration of A. tamarense to show significant avoidance. However, higher cell numbers of the dinoflagellate are not common in nature, and in our experiments it would have affected the attenuation coefficient in the experimental columns, somewhat confounding the observed behavior. UVR effects in vertical distribution of crab larvae As with any laboratory results, caution is needed to extrapolate these findings to the field, as behavior of crab larvae in laboratory is often simpler (Cronin & Forward, 1986). However, precisely due to the very complex nature of these responses, our experimental approach is useful to pursue a mechanistic underpinning of the photo behavior of C. altimanus, whose hatching season coincides with high daily doses of solar radiation (Villafañe et al., 2004), with UVB levels similar to the one used in our study. ACKNOWLEDGMENTS This work was supported by PICT 2010-2438 and Cooperativa de Rawson (Argentina). I. Albarracín maintained the algae culture. M. Valiñas, V. Fiorda and S. Strauch assisted in sampling/measurements. W. Helbling and V. Villafañe provided advice and support. This is EFPU contribution Nº143. REFERENCES Abràmoff, M.D., P.J. Magalhães & S.J. Ram. 2004. Image processing with Image J. Biophot. Int., 11: 36-42. Boeing, W.J., D.M. Leech, C.E. Williamson, S. Cooke & L. Torres. 2004. Damaging UV radiation and invertebrate predation: conflicting selective pressures for zooplankton vertical distribution in the water column of low DOC lakes. Oecologia, 138: 603-612. Cohen, J.H. & R.B. Forward Jr. 2009. Zooplankton diel vertical migration: a review of proximate control. In: R.N. Gibson, R.J.A. Atkinson & J.D M. Gordon (eds.). Oceanogr. Mar. Biol., Ann. Rev., 47: 77-110. Cooke, S.L., C.E. Williamson, D.M. Leech, W.J. Boeing & L. Torres. 2008. Effects of temperature and ultraviolet radiation on diel vertical migration of freshwater crustacean zooplankton. Can. J. Fish. Aquat. Sci., 65: 1144-1152. Cronin, T.W. & R.B. Forward. 1986. 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A nivel de laboratorio, se determinó la tasa de consumo de oxígeno (CO) en metabolismo de rutina de C. macropomum a diferentes pesos corporales: 40, 60, 90, 140 y 250 g (expresados por unidad de masa corporal) y temperatura del agua de 21, 26 y 31°C. El experimento se diseñó completamente al azar en arreglo factorial (5x3x3), utilizando un respirómetro de 20 L y una bomba de recirculación de agua. Las mediciones del CO fueron realizadas cada 5 min mediante el uso de un oxímetro digital. Los resultados indican que el CO mantiene relación directa con la temperatura del agua e inversa con el peso corporal de los organismos (P < 0,05). Las regresiones entre las variables independientes y el CO se ajustaron a ecuaciones potenciales: CO = 2844,9 P-0,734, CO = 2555,9 P-0,624 y CO = 1945,4 P-0,507 a 21, 26 y 31°C respectivamente; donde P se expresa en kg, obteniéndose altos coeficientes de correlación y determinación. La ecuación resultante del análisis multivariado de regresión lineal múltiple fue: CO = 4,839 (0,708* P) + (9,106* T). Los resultados ofrecen información para estimar la capacidad de un ambiente acuícola en base a la demanda de oxígeno de C. macropomum, aportando al desarrollo de una acuicultura con mayor sustento técnico. Palabras clave: Colossoma macropomum, consumo de oxígeno, peso, temperatura, respirómetro, acuicultura. Evaluation of oxygen consumption rate of Colossoma macropomum regarding the body weight and water temperature ABSTRACT. Colossoma macropomum is a species in the Amazon region pertaining to the greatest diversity of freshwater fish family Characidae. At the laboratory level, the rate of oxygen consumption of (CO) was determined in a routine metabolism at different body weights: 40, 60, 90, 140 and 250 g (expressed per unit of body mass) and water temperature of 21, 26 and 31°C. The experiment was design as a completely randomized factorial arrangement (5x3x3), using a respirometer of 20 L and a water recirculation pump. CO measurements were recorded every 5 min by using a digital oximeter. It was shown that the CO maintains interaction with body weight (P) and water temperature (T) (P < 0.05). The results indicate that CO remains directly related to water temperature and inversely with body weight of the organisms. The regression between independent variables and CO were adjusted to potential equations: CO = 2844.9 P-0.734, CO = 2555.9 P-0.624 and CO = 1945.4 P-0.507 for 21, 26 y 31°C respectively; where P expressed in kg, yielding high coefficients of correlation and determination. The resulting equation of the multivariate regression analysis was: CO = 4.839 - (0.706* P) + (9.106* T). The results provide information to estimate the capacity in an aquaculture environment based upon the oxygen demand of C. macropomum, contributing to the development of aquaculture with greater technical support. Keywords: Colossoma macropomum, oxygen consumption, weight, temperature, respirometer, aquaculture. ___________________ Corresponding author: Dennis Tomalá ([email protected]) 971 972 Latin American Journal of Aquatic Research INTRODUCCIÓN La gamitana Colossoma macropomum es una especie endémica de la cuenca amazónica del grupo de los Carácidos, perteneciente a la familia Characidae, la de mayor diversidad de especies de peces de agua dulce en Sudamérica (Aliaga, 2004), conocida como “gamitana” en Perú, “cachama” en Venezuela y Ecuador, “cachama negra” en Colombia y “tambaqui” en Brasil (Pineda et al., 2004 en Vinatea, 2005). Actualmente, constituye una especie de valor comercial en la acuicultura de países de Sudamérica, siendo considerada una especie resistente al manejo y enfermedades (Dañino & Nash, 2008). En el cultivo de peces, el oxígeno disuelto es el factor más importante de la calidad del agua, ya que en bajas concentraciones puede causar pérdidas económicas considerables, debido a sus efectos negativos sobre la ganancia de peso y conversión alimenticia, siendo la causa más frecuente de muerte repentina en organismos cultivados (Valbuena et al., 2006; Valbuena-Villareal & Cruz-Casallas, 2007). Boyd (1990) considera que la deficiencia de oxígeno disuelto en el agua puede ser responsable de pérdidas de más del 60% en cultivos de tilapia. El conocimiento de las variaciones del consumo de oxígeno con cambios de temperatura, constituye una herramienta valiosa para establecer la tasa de renovación de agua y densidades de cultivo máximas, debido a que la temperatura mantiene influencia sobre las actividades metabólicas de los organismos como la tasa de respiración, eficiencia en la alimentación y asimilación, crecimiento, comportamiento y reproducción, así como su distribución en los ecosistemas (De la Gándara, 2003; Ferreira et al., 2009; Poleo et al., 2011). Por lo tanto, la estimación de los requerimientos de oxígeno de los peces se convierte en una variable fundamental en la acuicultura (Merino et al., 2009, 2011). Numerosos estudios han sido realizados para estimar el consumo de oxígeno utilizando respirómetros o cámaras respirométricas, entre ellos los de: Parma de Croux & Lorenzatti (1981) en Pimelodus maculatus, Parma de Croux (1983) en Hoplias malabaricus, Saint-Paul (1983) en Colossoma macropomum, Fidhiany & Winckler (1995) en Cichlasoma nigrofasciatum, Cerezo-Valverde & García-García (2004) en Dentex dentex, Valbuena et al. (2006) en Brycon amazonicus, Peñuela-Hernández et al. (2007) en Piaractus brachypomus, Valbuena-Villareal & Cruz-Casallas (2007) en Oreochromis sp., Ferreira et al. (2009) en Cyprinus carpio y Nerici et al. (2012) con Seriolella violacea. De ellos ~85% se realizó bajo condiciones de metabolismo de rutina, los peces permanecen inactivos y en ayuno (Nerici et al., 2012). De la Gándara (2003) sostiene que los datos del metabolismo de rutina son considerados la mejor aproximación de lo que sucede en la naturaleza, ya que representa los costos metabólicos asociados a procesos diarios y actividades de la vida normal y parecen ser más precisos para la acuicultura con fines de producción (Nerici et al., 2012). Boyd (1990) expresa que la cantidad de oxígeno requerido por los animales acuáticos es variable y depende de la especie, talla, alimentación, actividad, temperatura del agua, concentración de oxígeno disuelto, en referencia a la investigación temprana de Clauden (1936), que señaló que ocho especies de peces de agua dulce tuvieron tasas de consumo de oxígeno que fluctuaron entre 205 y 500 mg O2 kg-1 pez h-1 bajo las mismas condiciones ambientales y grado de actividad. Con estos antecedentes, el objetivo de este estudio consistió en evaluar el consumo de oxígeno en C. macropomum a diferentes temperaturas (21, 26 y 31°C) y pesos corporales (40, 60, 90, 140 y 250 g), como una herramienta que contribuya con información específica de la especie para el desarrollo de una acuicultura amazónica con mayor sustento técnico. MATERIALES Y MÉTODOS La investigación se desarrolló en el Laboratorio de Acuicultura de la Facultad de Pesquería de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), ubicado en La Molina, Lima-Perú, (12º05’06”S, 76º57’00”W), aproximadamente a 241 m.s.n.m. La temperatura promedio anual del sitio es de 18,5 a 19°C con un máximo anual de 29°C, humedad atmosférica promedio anual de 81% y precipitación total anual de 10 mm. Diseño experimental Se utilizó un diseño completamente al azar (DCA) en arreglo factorial con tres repeticiones (5x3x3). Los factores a analizar fueron organismos con un peso corporal de 40, 60, 90, 140 y 250 g y temperatura del agua a 21, 26 y 31°C. El análisis factorial constó de 15 experimentos con tres réplicas por cada tratamiento, generando 45 experimentos. Unidades experimentales Respirómetro: se construyeron dos respirómetros que consistieron en una cámara de vidrio con un volumen de 20 L de agua, sellada con tapa hermética y una cubeta exterior de 16 L de capacidad. La medición del consumo de oxígeno se realizó con un oxímetro YSI 550A DO (550A, Dissolved Oxygen, Yellow Springs Consumo de oxígeno de Colossoma macropomum a c 973 b d Figura 1. Unidades experimentales: a-b) respirómetros y equipos, c) juvenil de gamitana Colossoma macropomum, d) aclimatación de organismos. Instruments) y una bomba de recirculación de agua con filtro sumergible Sea Star HX con un caudal de 300 L h-1 (Fig. 1). Material biológico: se utilizaron 48 ejemplares con un peso entre 40 y 250 g provenientes del Centro de Investigación Piscícola-CINPIS de la UNALM (Lima) y de la Granja Acuícola San Jorge (Tarapoto). Los organismos fueron transportados vivos al laboratorio, aclimatados, mantenidos en acuarios de 60 L, con recirculación de agua. La alimentación se efectuó dos veces al día (09:00 y 16:00 h). Previo a la etapa de experimentación, se suspendió la alimentación. Análisis estadístico La información fue procesada en Excel Microsoft Office versión 2010 y Minitab® 16 Statistical Software. Los datos fueron sometidos a un análisis de varianza (ANOVA) seguido de la prueba de comparación de medias muestrales de Tukey. Se obtuvieron curvas de regresión para establecer la relación del consumo de oxígeno con el peso corporal y temperatura del agua. Adicionalmente, se aplicó un análisis multivariado mediante el programa estadístico IBM® SPSS® Statistics 19 para determinar la contribución de las variables en los resultados. Determinación del consumo de oxígeno La metodología empleada es una adaptación y modificación realizada a partir de los trabajos de Parma de Croux & Lorenzatti (1981), Montagna & Parma de Croux (2001), Sastre et al. (2004), Valbuena-Villareal & Cruz-Casallas (2007) y Peñuela-Hernández et al. (2007), y se aplicó el siguiente procedimiento: 1. Calibración del oxímetro: se realizó según los valores de altitud del lugar y salinidad del agua. 2. Respirómetro: se instaló el sensor del oxímetro y la bomba sumergible de recirculación de agua, y se llenó el respirómetro con agua filtrada. 3. Oxígeno: se suministró oxigenación mediante piedras difusoras procurando mantener el mayor porcentaje de saturación. 4. Peces: se introdujo los organismos de acuerdo a la biomasa estipulada para cada experimento. Para todos los grupos de peces, se procuró trabajar con 250 g de peso en el respirómetro. 5. Aclimatación: el período de adaptación y aclimatación fue de 1 h aproximadamente. 6. Temperatura: se controló mediante la adición de hielo o agua caliente en la cubeta exterior. La temperatura al interior de los respirómetros se mantuvo a 21 0,13°C; 26 0,12°C y 31 0,08°C. 974 Latin American Journal of Aquatic Research 7. Cerrado del sistema: se llenó el volumen faltante con agua, se retiró la oxigenación del sistema y se cerró el sistema herméticamente. 8. Determinación de consumo de oxígeno: se registró datos cada 5 min hasta sobrepasar el nivel mínimo de consumo definido como 2 mg L-1, concentración que se alcanzó en un intervalo comprendido entre 70 min (tiempo mínimo) y 620 min (tiempo máximo), dependiendo de las condiciones experimentales. Para el cálculo del CO total se utilizó la ecuación presentada por Cerezo-Valverde & García-García (2004). El volumen de agua se renovó una vez concluida la determinación del consumo de oxígeno de los peces. O i O2 f V = Consumo mg O2 kg 1 L1 2 tB donde O2i - O2f: diferencia de concentraciones de oxígeno inicial y final (mg O2 L-1); V: volumen del respirómetro (L); t: tiempo (h) y B: biomasa (kg). RESULTADOS Los resultados obtenidos indican que los especímenes de gamitana C. macropomum de mayor peso consumieron menor cantidad de oxígeno por unidad de peso corporal y viceversa, esta relación se presentó para cada temperatura, como una relación inversa entre el consumo de oxígeno y peso corporal (Tabla 1, Fig. 2). Los animales sometidos a temperatura de 21°C tuvieron un menor consumo comparado con las temperaturas de 26 y 31°C. De este modo, a 31ºC los organismos presentaron un mayor consumo de oxígeno. Si bien en la mayoría de los casos se observó que difieren estadísticamente, los individuos con pesos de 40 y 60 g no mostraron diferencias significativas. Se obtuvo una relación positiva obtenida entre la temperatura y el consumo de oxígeno (Fig. 3) que expresa que a medida que aumentó la temperatura se incrementó el consumo de oxígeno, para cada grupo experimental, reflejándose como una relación directamente proporcional para el rango de temperaturas estudiadas. En la Fig. 4 se presenta la relación entre el consumo de oxígeno disuelto (mg O2 kg-1 h-1) y peso corporal (g) a temperaturas de 21, 26 y 31ºC con las respectivas ecuaciones potenciales y coeficientes de determinación. Se comprueba que organismos de mayor peso registraron menores tasas de consumo a las tres temperaturas, lo que indica que existe una disminución en el metabolismo respecto a organismos con pesos inferiores. De manera similar se observó una variación del consumo de oxígeno en todos los pesos en función a la temperatura, existiendo en el rango de temperaturas estudiadas, una relación directa, tal como ha sido señalado para otras especies de peces. Cerezo-Valverde & García-García (2004) describen la existencia de una relación común entre el consumo de oxígeno (CO) y el peso de los organismos del tipo CO = aPb, similar a lo obtenido en el presente estudio, donde los datos ajustaron a curvas de regresión potencial que se caracterizaron por altos coeficientes de determinación (R2). De este modo, se obtuvo las siguientes ecuaciones: 21ºC: CO = 2844,9 P-0,734 (R2 = 0,955) 26ºC: CO = 2555,9 P-0,624 (R2 = 0,964) 31ºC: CO = 1945,4 P-0,507 (R2 = 0,983) donde, CO: consumo de oxígeno (mg O2 kg-1 h-1); P: peso corporal (g) y R2: coeficiente de determinación. Para comprobar la hipótesis, los datos fueron analizados mediante ANOVA y permiten afirmar que existe interacción entre las variables de estudio (peso corporal y la temperatura del agua) en la determinación del consumo de oxígeno disuelto con un nivel de significancia del 95% (P = 0,024). Luego se efectuó la prueba de Tukey para establecer comparaciones entre las relaciones de peso y temperatura. La mayoría de las comparaciones evaluadas fueron significativas. Tabla 1. Tasas de consumo de oxígeno disuelto en gamitana (Colossoma macropomum), obtenidos en metabolismo de rutina a 21, 26 y 31°C. Peso corporal (g) 40 60 90 140 250 Consumo de oxígeno disuelto (mg O2 kg-1 h-1) 21°C 26°C 31°C 184,55 ± 5,89 241,47 ± 8,49 281,92 ± 17,41 162,6 ± 11,85 227,99 ± 13,37 254,37 ± 14,57 96,07 ±11,76 142,06 ± 5,91 208,43 ± 14,37 66,73 ± 0,32 115,17 ± 8,53 160,33 ± 15,47 53,98 ± 4,02 82,82 ± 4,57 114,17 ± 12,24 Consumo de oxígeno de Colossoma macropomum 975 350 a Consumo de oxígeno mg O2 kg-1 h-1 300 200 a a a 250 a b 40 g 60 g c a b 150 100 d c b 140 g d c d 90 g 250 g 50 0 21 26 Temperatura (°C) 31 Figura 2. Consumo de oxígeno disuelto (mg O2 kg-1 h-1) en gamitana (Colossoma macropomum) bajo tres condiciones de temperatura del agua. Las barras indican el error estándar (n = 3). Dentro de cada temperatura, barras con diferentes letras indican diferencias significativas (P < 0,05) como resultado de la comparación de medias muestrales de Tukey. 350 c Consumo de oxígeno mgO2 kg-1 h-1 300 200 c b 250 a b c 21°C c a b 150 100 a 50 c b a b 26°C 31°C a 0 40 60 90 140 Peso corporal (g) 250 Figura 3. Consumo de oxígeno (mg O2 kg-1 h-1) en gamitana (Colossoma macropomum), bajo diferente peso corporal a temperaturas experimentales. Las barras indican el error estándar (n = 3). Dentro de cada temperatura, barras con diferentes letras indican diferencias significativas (P < 0,05) como resultado de la comparación de medias muestrales de Tukey. Adicionalmente, con el análisis multivariado de regresión lineal múltiple se obtuvo una ecuación en que se relacionan ambas variables: CO = 4,839 - (0,708* P) + (9,106* T) donde P = peso (g); T = temperatura (ºC). Esta expresión permite estimar el consumo de oxígeno disuelto en un rango de peso entre 40 y 250 g a temperaturas entre 21 y 31°C. DISCUSIÓN Jover (2009), Puente (2009) y Merino et al. (2009), entre otros autores, mencionan diferentes clasifica- ciones para identificar el estado metabólico de los peces. En el presente trabajo, se consideró el metabolismo de rutina como la tasa metabólica de los peces cuando se está realizando una actividad espontánea normal y en ayuno según Waller (1992) en Cerezo-Valverde & García-García (2004) y Brett & Groves (1979). Los resultados muestran una relación inversa entre el consumo de oxígeno y el peso corporal, de manera similar a lo obtenido para Piaractus brachypomus (Sastre et al., 2004), Dentex dentex (Cerezo-Valverde & García-García, 2004), Oreochromis sp. (ValbuenaVillareal & Cruz-Casallas, 2007) y Bycon amazonicus (Valbuena et al., 2006; Peñuela-Hernández et al., 2007). 976 Latin American Journal of Aquatic Research Consumo de oxígeno (mg O2 kg-1 h-1) 300 300 21°C 250 250 200 200 150 150 100 100 50 50 0 26°C 0 0 40 80 120 160 200 240 280 Peso corporal (g) Consumo de oxígeno (mg O2 kg-1 h-1) 300 0 40 80 120 160 200 Peso corporal (g) 240 280 31°C 250 200 150 100 50 0 0 40 80 120 160 200 Peso corporal (g) 240 280 Figura 4. Relación entre el consumo de oxígeno disuelto (mg O2 kg-1 h-1) y peso corporal (g) de gamitana (Colossoma macropomum) para las condiciones de temperaturas experimentales, sin alimentación. En este contexto, los resultados permiten inferir que organismos con pesos corporales mayores a 250 g podrían tolerar un mayor tiempo de exposición a bajas concentraciones de oxígeno como lo señala Barbosa et al. (2009), Carvalho & Rodrigues (2009), Val (1996), Lacerda et al. (2010), FONDEPES (2004), Brauner & Val (2006) y Centeno et al. (2007). Val (1996) y Brauner & Val (2006) sostienen que la temperatura acelera en general, las reacciones químicas, trayendo consigo el incremento del consumo de oxígeno en los seres vivos. FONDEPES (2004) reporta que la temperatura óptima para el cultivo de gamitana oscila entre 25 y 30°C; los cultivos se verían afectados por eventos de friaje, existiendo reportes de temperaturas de 21ºC y temperaturas aun más bajas, que han afectado a la región amazónica (Rodríguez, com. pers.). Saint-Paul (1983) reportó valores de consumo de oxígeno disuelto de C. macropomum correspondientes a 103,7; 191,5; 289,7 y 212,4 mg O 2 kg-1 h-1 a temperaturas de 20, 25, 30 y 35ºC respectivamente, con tendencia al ascenso en las tres primeras temperaturas y descenso a 35ºC. Puente (2009), coincidiendo con este resultado, menciona que todos los organismos tienen un rango de temperatura en el cual desarrollan sus funciones de manera óptima, pero a medida que la temperatura se aleja de este rango, dichas funciones se ven afectadas hasta que dejan de realizarse a determinadas temperaturas extremas. Comparando los datos coincidentes de Saint-Paul (1983) con los obtenidos en el presente trabajo, se observa que el comportamiento del CO es similar en los dos casos, aunque se observan diferencias en los valores absolutos, probablemente debidas a las diferentes condiciones experimentales a las que fueron sometidos los organismos o a diferencias poblacionales. No obstante, esto indica que bajo condiciones próximas a 35ºC los resultados no serían aplicables, puesto que Saint-Paul (1983) observa una caída en el CO a los 35ºC, lo cual sugiere que esas temperaturas podrían ser extremas o letales para la gamitana. Parma de Croux & Lorenzatti (1981), Montagna & Parma de Croux (2001), De La Gándara (2003) y Dias de Oliveira (2003) indican que la tasa metabólica ha sido utilizada como una medida cuantitativa para Consumo de oxígeno de Colossoma macropomum evaluar la actividad general de los peces encontrándose diferentes respuestas para una misma especie. Esto se debe a que los organismos están expuestos a diferentes condiciones ambientales tales como: temperatura del agua, tamaño, peso, estado fisiológico animal y metodología empleada en experimentos de laboratorio. Esto indica que las condiciones ambientales influyen en el metabolismo de los organismos. A pesar del proceso de aclimatación, los organismos consumieron más oxígeno durante un corto período luego de cerrar la cámara respirométrica. PeñuelaHernández et al. (2007) indican que la demanda de oxígeno se atribuye al déficit causado por el ejercicio aerobio durante la manipulación y adaptación a un nuevo entorno. Por consiguiente, en los experimentos, luego del cierre del respirómetro, el contorno de la cámara fue cubierto con plástico oscuro para evitar el estrés a los animales. La metodología utilizada y el diseño de los respirómetros permitieron obtener datos confiables para la estimación de las tasas de consumo de oxígeno de gamitana, lo que se verificó estadísticamente. En investigaciones realizadas en trucha arco iris por Schroeder (1975) y Muller Feuga (1978) citados en Boyd (1990); en cachama blanca por Sastre et al. (2004) y Peñuela-Hernández et al. (2007) y en tilapia roja por Valbuena & Cruz-Casallas (2007), independiente que sean especies de aguas frías o cálidas, el CO se ajustó a ecuaciones logarítmicas y potenciales. En la presente investigación los datos ajustaron mejor a curvas de regresión potencial que se caracterizaron por presentar un alto coeficiente de determinación (R2). Por su parte, la ecuación producto del análisis multivariado guarda relación con la ecuación que describen Andrews & Matsuda (1975) en Boyd (1979) en trabajos de respiración de bagre de canal desarrollando expresiones multivariadas de la forma: CO = a + bP + cT, que permiten estimar el consumo de oxígeno a partir de las dos variables, peso y temperatura, señalando que los datos se aplican a condiciones específicas del experimento, pudiendo ser utilizados para obtener valores aproximados para el consumo de O2 por los peces en el estanque. Andrews & Matsuda (1975) en Buentello et al. (2000) señalan que en el bagre de canal la tasa de consumo de oxígeno en función de la alimentación puede variar incrementándose 1,45 veces en peces de 100 g. Además, Andrews & Matsuda (1975) en Boyd (1990) reportaron que el bagre de canal bajo condiciones ambientales constantes disminuyó su tasa de respiración después de la alimentación como sigue: inmediatamente después de la alimentación 520 mg O2 kg-1 h-1; 1 h después de la alimentación, 680 mg O2 kg1 -1 h , ayuno nocturno 380 mg O2 kg-1 h-1; ayuno de tres 977 días 290 mg O2 kg-1 h-1; ayuno de nueve días 290 mg O2 kg-1 h-1. Es decir, la tasa de respiración aumenta con el incremento de la actividad; mientras que a medida que se prolonga el ayuno el consumo de oxígeno disminuye. Estos resultados nos permiten recomendar que en una siguiente fase de experimentación se debiera realizar el estudio bajo condiciones de alimentación (metabolismo de actividad); para estimar el consumo de oxígeno en condiciones prolongada de ayuno tal como el reportado en bagre de canal. No obstante la interpretación del consumo de oxígeno y su aplicación en una acuicultura más intensiva dependerá de la tasa de alimentación en los cultivos. AGRADECIMIENTOS El primer autor agradece a la Secretaría Nacional de Educación Superior Ciencia Tecnología e Innovación del Ecuador (SENESCYT), por el financiamiento de la beca que condujo a esta investigación; a la Universidad Estatal Península de Santa Elena del Ecuador, por su apoyo económico; a las profesoras Jessy Vargas y Elsa Vega de la Universidad Nacional Agraria La Molina por el soporte logístico y técnico brindado en el Laboratorio de Acuicultura; al Profesor José Carlos Gastelú por la logística en el transporte de los organismos y a los evaluadores del trabajo por sus valiosos aportes. REFERENCIAS Aliaga, C. 2004. Variabilidad genética de Colossoma macropomum y Piaractus brachypomus en la región del Alto Madera (Amazonía Boliviana) para el análisis del polimorfismo de la longitud de secuencias intrónicas (EPIC-PCR). 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Oshiro1,4 1 Estação de Biologia Marinha, Universidade Federal Rural do Rio de Janeiro Rua Sereder s/n, CEP 23860-000, Itacuruçá, Mangaratiba, RJ, Brazil 2 Programa de Pós-graduação em Biologia Animal, Departamento de Biologia Animal Instituto de Biologia, Universidade Federal Rural do Rio de Janeiro, RJ, Brazil 3 Instituto de Ciências Sociais, Educação e Zootecnia, Universidade Federal do Amazonas Parintins/AM, Brazil 4 Departamento de Produção Animal, Instituto de Zootecnia, Universidade Federal Rural do Rio de Janeiro Rodovia BR 465, km 7, CEP 23897-000, Seropédica, RJ, Brazil ABSTRACT. This study aims to assess the distribution patterns of porcellanid crabs in the intertidal zone of Sepetiba Bay, Rio de Janeiro, Brazil, identifying the abiotic determinants. Samples were collected seasonally (dry and rainy seasons) from January 2005 to August 2007, during low tides in external, intermediate and internal sectors. The crabs were hand caught in consolidated substrates with sampling effort of two people in three different flood zones (lower, medium and higher) for 30 min. Water temperature, salinity, accumulated rainfall, the physical and chemical variables of sediment were analyzed concerning interaction in the distribution patterns of the species. A total of 3,389 crabs, belonging to five genera and eight species, were obtained. With the exception of Petrolisthes armatus, found throughout the intertidal range, all species inhabited the intertidal bottom of Sepetiba Bay exclusively. Favorable environmental conditions of the Sepetiba Bay enabled the success of colonization of several porcellanid species which are a refuge and feeding environment of the Marambaia Island and continental (Junqueira and Ibicuí) of the outer zone. The number of species recorded in this study supporting the hypothesis that features of substratum and the availability of food and refuges are factors limiting the establishment of this family in Sepetiba Bay. Keywords: porcellanids, crustaceans, intertidal zone, organic matter, sediments, Sepetiba Bay, Brazil. Influencia de las variables ambientales sobre la distribución de cangrejos porcelánidos de la zona intermareal de la Bahía de Sepetiba, Rio de Janeiro, Brasil RESUMEN. Este estudio tiene como objetivo evaluar los patrones de distribución de cangrejos porcelánidos y sus determinantes abióticos en la zona intermareal de la Bahía de Sepetiba, Río de Janeiro, Brasil. El muestreo se realizó estacionalmente (temporadas secas y lluviosas) entre enero de 2005 y agosto de 2007, durante las mareas bajas en sectores externos, intermedios e internos. Los cangrejos fueron capturados manualmente en sustratos consolidados con dos colectores en tres diferentes zonas de inundación (inferior, medio y superior) por 30 min. Se analizó la temperatura del agua, salinidad, precipitación acumulada y parámetros físicos y químicos de los sedimentos para estudiar la interacción en los patrones de distribución de las especies. Durante el período se analizaron 3.389 ejemplares pertenecientes a cinco géneros y ocho especies de crustáceos de porcelánidos. Con excepción de P. armatus, que se encontró en toda la zona intermareal, las demás especies habitaron exclusivamente el intermareal inferior de la Bahía de Sepetiba. Diversas especies de porcelánidos encuentran refugio y alimentación en el medio ambiente de la isla Marambaia y en la parte continental (Junqueira and Ibicuí) perteneciente a la zona externa de la Bahía de Sepetiba. El número de especies registradas en este estudio apoya las hipótesis que las características del sustrato, disponibilidad de alimentos y refugios son factores que limitan el establecimiento de esta familia en esta bahía. Palabras clave: porcelánidos, crustáceos, zona intermareal, materia orgánica, sedimentos, Bahía de Sepetiba, Brasil. ___________________ Corresponding author: Luciana A. de Mattos ([email protected]) 2981 Latin American Journal of Aquatic Research INTRODUCTION Zoobenthos form an extremely rich and diverse set of animals belonging to various zoological groups (Soares-Gomes et al., 2002). Among these are the mesobenthic crustaceans living in interstitial spaces of sedimentary grains and small cracks of rocks, as is the case of porcellanid crabs. The representatives of the family Porcellanidae are crustaceans very common and abundant on rocky habitats in the intertidal zone, sheltering under rocks among algae and establishing commensally relationships with some another species of the hard bottoms, such as sea anemones, and starfishes. However, these porcellanid crabs are rarely found at depths of over 150 m (Silva et al., 1989). The success of this group colonization can be attributed not only to the high ecological potential, but to dispersion, primarily attributed to the larva. Such success explains the cosmopolitan distribution of this family, composed by 17 genera and about 230 species (Rodriguez, 1980). According to Melo (1999), 23 species of porcellanid crabs in seven genera are found in Brazilian waters, of these, 13 are known from the coast of the state of Rio de Janeiro. Porcellanid crabs represent an important part of the decapods fauna living in intertidal and shallow-water zones. However, for this group life in the intertidal zone demands adaptations related to desiccation, temperature and salinity tolerance, and the capability to withstand environmental variations (Jensen & Armstrong, 1991; Stillman & Somero, 1996; Yaikin et al., 2002). Most ecological studies aim to explain patterns of spatial-temporal distribution as a function of environmental variables. According to Giere (1993), the main abiotic factors influencing the distribution of mesobenthic fauna are: structure of sediment, grain size, temperature, dissolved oxygen, pH, and salinity. In order to fill this gap, this study proposes to assess the distribution patterns of porcellanid species in the intertidal zone of Sepetiba Bay, identifying their main abiotic variables. MATERIALS AND METHODS This study was conducted in Sepetiba Bay, located in the southeastern coast of Brazil, in the south littoral of the State of Rio de Janeiro (22°54'S-23°05'S, 43°34'W44°10'W). Sampling sites were selected according to the sediment granulometry, hydrodynamics and environmental pollution, as distributed among the following sectors: external; intermediate; and internal. The Sepetiba Bay is delimited on the west by the Bay of Isla Grande, north of the Serra do Mar; to the east by the tidal plain of the Barra de Guaratiba and south along the Sandbank of Marambaia. The continental margin is characterized as a zone of a few beats, featuring a mostly silt substrate, with formations of silt, clay, and few areas of sand and gravel (Araujo et al., 1997; SEMADS, 2001). The tide enters the bay through a single channel and finds a strong depth gradient, causing a significant phase difference between the mouth and the background, which reflects in higher speeds of the tidal current (DHN, 2006). This bay is located in one of the largest industrial centers in the state of Rio de Janeiro, which is a favorable region for environmental pollution from liquid effluents. These effluents cause contamination by heavy metals originating from industries and organic pollution incurred from domestic effluents (SEMADS, 2001; Amado-Filho et al., 2003). The external sector of the bay is composed by Marambaia Island, Junqueira Beach, and Ibicuí Beach; the intermediate sector is composed by Laje do Lopes, and Itacuruçá Island (Prainha); and the internal sector by Itacuruçá Beach, and Barra de Guaratiba (Fig. 1). Sample collections were carried out from January 2005 to August 2007, during receding high tides, covering the rainy and dry periods (Table 1). In this bay, the rainy season occurs from November to early April and the dry season from April to October (Barbiére & Kronemberger, 1994). The crabs were hand caught in consolidated substrates in the intertidal zone (under stones and logs, among algae, shells, oysters, sponges and bryozoans, and in cracks between boulders). A vertical transect was drawn perpendicular to the waterline, determining three areas in the intertidal zone, corresponding to the smaller, intermediate and higher flood regions. The sampling effort consisted of two people in each intertidal zone area, during 30 min. The specimens caught were taken to the laboratory of the Marine Biology Station (EBM), of the Federal Rural University of Rio de Janeiro (UFRRJ), in labeled containers, where they were identified according to Melo (1999). Subsequently, the samples were conserved in 70% ethanol and deposited in the collection of EBM. Water temperature and salinity were recorded at each sampling, using, respectively, a digital thermometer and an optical refratometer. The accumulated rainfall data (monthly) were obtained from the National Institute of Meteorology (INMET)-Rainfall Network of Military Firefighters Force of the State of Rio de Janeiro (CBMERJ). 9823 Distribution of intertidal porcellanid crab in Spetiba Bay, Brazil Figure 1. Map of Sepetiba Bay indicating the sampling sites. 1: Marambaia Island, 2: Junqueira, 3: Ibicuí, 4: Lage do Lopes, 5: Prainha, 6: Itacuruçá, 7: Barra de Guaratiba. Table 1. Sampling chronogram for Sepetiba Bay and the total number of samples collected in the dry and rainy seasons from January 2005 to August 2007. Sector External Intermediate Internal Sites Marambaia Junqueira Ibicuí Lage do Lopes Prainha Itacuruçá Barra de Guaratiba For obtaining the sediment at each sampling, we used a polyethylene container, collecting 10 samples of surface sediment in the three areas of the intertidal zone. After the homogenization of the samples, we withdrew a portion of approximately 200 g in order to assess grain size, levels of organic carbon, and total phosphorus. The granulometric study included the mechanical analysis of sediments according to the Wentworth scale and entire diameter (phi) intervals. A sub-sample of 200 g was placed in a Petri dish and taken to the greenhouse at a temperature of 80°C for 24 h in order to remove all moisture (Suguio, 1973). After drying, 100 g of this sub-sample were weighted in an accuracy scale (Bel Engineering), and subsequently submitted to a ro-tap type shaker (Produtest), for about 15 min, where the entire phi fractions were separated: 2.0, 1.0, 0.5, 0.25, 0.09, and 0.063 mm, respectively; corresponding to gravel, coarse sand, medium sand, fine sand, very fine Period/sampling Apr/06 to Feb/07 Jul/05 to Mar/07 Jul/06 to Jul/07 Aug/05 to Mar/07 Aug/06 to Aug/07 Jan/05 to Sep/06 Mar/05 to Mar/07 Dry (N) 4 2 6 2 6 2 2 Rainy (N) 4 2 6 2 6 2 2 sand, and silt/clay. For the classification of sediment in each sector we used the SYSGRAN 2.2 software. In order to quantify two important chemical parameters of the sediment, organic carbon and total phosphorus, the following techniques were employed: the volumetric method by potassium dichromate for content of organic matter (%), and the spectrophotometry technique, adapted for use with resin extracts in sodium chloride, for assessing the total phosphorus content (mg L-1) (EMBRAPA, 1997). Comparison of temperature, salinity and accumulated rainfall records between sectors of the bay was held using unifactorial variance analysis (ANOVA, α = 0.05), complemented by Tukey's test (α = 0.05), and the seasonal comparison of these variables within each sector was carried out using Student's t-test (α = 0.05). In order to assess the influence of sediment physical parameters and the other environmental parameters (water temperature, salinity, accumulated rainfall), and 4983 Latin American Journal of Aquatic Research the interaction of these parameters within the species distribution patterns (except for accidentals), we carried out the canonical correspondence analysis (CCA) using the CANOCO for Windows 4.0 statistical program. The degree of dependency between the distribution of species and chemical variables of the sediment was evaluated using Spearman correlation index (α = 0.05). RESULTS Water temperature in the bay ranged from 17.1 to 29.0°C, with an average of 24.3 ± 2.8°C. This variable was virtually constant between sectors (P = 0.4765). Seasonally, there was an intra-sectorial difference, with higher temperatures in the internal sector during the rainy season (P = 0.0137) (Table 2). Salinity of the bay ranged from 28 to 35, with an average of 33.5 ± 1.4, and we did not find differences between sectors (P = 0.6392). The intermediate sector showed different salt concentrations between the dry and rainy seasons (P = 0.0037) (Table 2). Accumulated rainfall ranged from 18 to 345 mm, with an average of 115.8 ± 86.3 mm, and we did not observe sectorial differences (P = 0.4355). Despite the high rainfall in the rainy season, mainly in the external sector, no seasonal difference were observed in any of the sectors (P = 0.4567) (Table 2). The sediments sampled were predominantly composed by sand (76.1 ± 13.1%) and gravel (22.5 ± 12.8%), occurring some differences in the granulometric fractions between sectors of the bay. There was a greater degree of grains selection in the intermediate sector (0.722 ), dominated by gravel and coarse sand. The more heterogeneous sediments were collected in the internal sector, being formed by a mixture of gravel, coarse sand, medium sand, and silty sand (Fig. 2). The levels of organic carbon showed an increase in the intermediate sector of the bay (0.64 mg L-1), especially due to the sampling from Lage do Lopes, decreasing in the sampling from Itacuruçá in the internal sector (0.32 mg L-1) and raising again in Guaratiba (Fig. 3a). High phosphorus levels were observed in the internal (5.5 mg L-1) and external (4.0 mg L-1) sectors, especially regarding the samples from Itacuruçá and Marambaia Island, respectively. However the sampling Ibicuí phosphorus content was zero (Fig. 3b). During the period of study, we caught 3,389 porcellanid specimens, being recorded eight species; among them, four are accidental or absent in all sectors (Pachycheles monilifer, Megalobrachium mortenseni, Megalobrachium soriatum and Minyocerus angustus), with low frequencies. Petrolisthes armatus was the most abundant, for all sectors sampled, while Megalobrachium roseum, Pisidia brasiliensis and Pachycheles laevidactylus showed the lowest abundances, with a narrow range of distribution, occupying the external and/or intermediate sectors (Table 3). The CCA showed values of 0.313 and 0.187 for the first two axes, explaining the total variance of 49 and 29%, respectively. The correlation between the abiotic variables and the species was 0.666 for axis 1 and 0.679 for axis 2, reflecting the importance of each variable in the composition of the species. Axis 1 corresponded mainly to gradients of sand and gravel, observing a positive correlation with this first variable and negative with the second. On the other hand, axis 2 was negatively correlated with accumulated rainfall (Table 3). The presence of a small vector for salinity indicated a lower influence of this factor on the distribution of the species (Fig. 4). Considering the low abundance and/or absence in some sampling points, the distribution patters of porcellanids P. monilifer, M. mortenseni, M. angustus and M. soriatum could not be statistically analyzed in this study. The porcellanid M. roseum was positively correlated with the gravel fraction and negatively correlated with sand. Pisidia brasiliensis showed positive correlation not only with the fine sediment, but with the accumulated rainfall as well, while P. laevidactylus was positively correlated with temperature and sandy sediment (Fig. 4). The species P. armatus was excluded from the bidimensional space of the CCA. Chemical variables of sediment proved to influence the distribution of M. roseum and P. laevidactylus, and they were positively correlated with organic carbon levels (P = 0.0042) and phosphorous (P = 0.0134), respectively. DISCUSSION Important factors such as temperature, salinity, currents, depth and bottom types showed to be the pricipal responsible for distribution of marine fauna and, particularly, crustaceans (Gore et al., 1978). Since the average salinity did not differ between the sectors of Sepetiba Bay, it could not be considered a limiting factor to the distribution of porcellanid species, according to CCA results. In addition, as well as P. armatus, a species characterized as euryhaline (Coelho 1963, 1964; Werding, 1978; Micheletti-Flores & Negreiros-Fransozo, 1999), the other porcellanid species occurring in this bay may have certain tolerance to this environmental variable. Distribution of intertidal porcellanid crab in Spetiba Bay, Brazil 9845 Table 2. Seasonal values (dry and rainy seasons) of abiotic variables recorded in Sepetiba Bay from January 2005 to August 2007. SD: standard deviation. Sector External Range 𝑋 ± SD Intermediate Range 𝑋 ± SD Internal Range 𝑋 ± SD Water temperature (oC) dry rainy 19.0-29.0 21.5-28.0 23.1 ± 2.9 25.5 ± 2.0 17.1-27.5 22.0-28.5 22.2 ± 3.7 25.3 ± 2.4 20.0-28.0 24.0-28.0 24.8 ±3.6 26.0 ± 1.8 Salinity dry 32.0-35.0 34.0 ± 1.0 33.0-35.0 34.0 ± 1.0 33.0-35.0 34.0 ± 0.8 rainy 28.0-35.0 33.2 ± 2.0 31.0-34.0 32.3 ± 1.0 32.0-35.0 33.0 ± 1.4 Accumulated rainfall (mm) dry rainy 24.8-345 30.4-270.0 111.0 ± 85.1 158.9 ± 89.1 24.8-160.8 30.4-271.0 74.9 ± 51.0 117.8 ± 98.9 22.0-189.0 18.0-200.0 92.0 ± 73.7 133.9 ± 83.0 Figure 2. Percentage of size fractions within Phi ( ) range found in the sectors of Sepetiba Bay (January 2005 to August 2007). -1.5: gravel, 0: very coarse sand, 1: coarse sand, 2: medium sand, 3.5: fine sand, 4: very fine sand, and 5: silt/clay. The porcellanids P. monilifer, M. mortenseni, M. soriatum and M. angustus with low frequency or absence of occurrence in the intertidal of Sepetiba Bay are considered by Werding et al. (2003) sublittoral species, which possibly have narrow habitat requirements. According to Jackson (1974) and Reaka (1980) the most of the inhabitants of the deep waters is less tolerant to environmental conditions and are therefore considered estenotopics species. The fact that these species are accidentally captured in the intertidal region of Sepetiba Bay excluded the possibility that they are correlated with the measured environmental variables. The size and the nature of sediment are determining factors in the selection of habitats by crustaceans (Teal, 1958; Cobb, 1971). The presence of biotopes with large amount of gravel in the external and intermediate sectors proved to be essential for the occurrence of M. roseum, this may be considered eurytopic specie, due to its ability to settle in diverse habitats such as boulders, corals, algae banks on hard substrates, as well Figure 3. Organic carbon levels. a) Organic carbon variation, b) total phosphorus found in the sectors of Sepetiba Bay from January 2005 to August 2007. Maramb: Marambaia Island, Junq: Junqueira, Ibic: Ibicuí, Lopes: Lage do Lopes, Prain: Prainha, Itacur: Itacuruçá, Guarat: Barra de Guaratiba. as in communities of deep water porifers (Veloso & Melo, 1993; Werding et al., 2003). On the north coast of São Paulo, the porcellanid Pisidia brasiliensis is often found in the subtidal zone, living in association with the bryozoan Schizoporella unicornis (Johnston, 1874) and reefs of Phragmatopoma lapidosa Kinberg, 1867 (Micheletti-Flores & Negreiros-Fransozo, 1999). Unlike in Sepetiba Bay, the species was positively correlated with the fine sediment, having been collected under boulders seated 6985 Latin American Journal of Aquatic Research Table 3. Porcellanid species collected in Sepetiba Bay from January 2005 to August 2007. Absolute abundance (N) is presented for each sector. Species Petrolisthes armatus Gibbes (1850) Megalobrachium roseum Rathbun (1900) Pisidia brasiliensis Haig (1968) Pachycheles laevidactylus Ortmann (1892) Pachycheles monilifer Dana (1852) Megalobrachium mortenseni Haig (1962) Minyocerus angustus Dana (1852) Megalobrachium soriatum Say (1818) External 1790 128 297 39 4 1 N Intermediate 890 14 30 2 2 - Internal 192 - Total 2872 142 327 39 4 2 2 1 Figure 4. Canonical correspondence analysis (CCA) between porcellanid species collected in Sepetiba Bay, RJ. Mrose: M. roseum, Msori: M. soriatum, Mmorten: M. mortenseni, Mangus: M. angustus, Pbrasil: P. brasiliensis, Pmonil: P. monilifer, Plaevid: P. laevidactylus. upon silty sand in the external sector, which in lower face (in contact with water) have porifers, tubicolous polychaetes and macro algal. Veloso & Melo (1993) also reported the occurrence of P. brasiliensis in shallow water, on sandy bottoms and under stones. This species was correlated not only with the fine sediment, but the accumulated rainfall at the entrance of the bay. The correlation of both parameters suggests that P. brasiliensis requires large amount of suspended food particles, which can be absorbed by the dense tuft of bristles present on the ventral face of the propodus of the minor chelae. Such additional feeding method has been reported for Petrolisthes cabrilloi (Gabaldon, 1979). In spite of the narrow distribution of P. laevidactylus, captured only in the external sector of Sepetiba Bay, its sampling (39 individuals) allowed the correlation with environmental variables obtained in this sector of the bay. Moreover, unlike the accidental species listed for this bay, this is considered by Werding et al. (2003) as an intertidal species. Pachycheles laevidactylus was considered the dominant porcellanid of Sabellariidae reefs on Paranapuã Beach (Micheletti-Flores & NegreirosFransozo, 1999). On the coast of the State of Santa Catarina, Brazil, the species was recorded on ropes for mussels' cultivation, being an important contributor to the total biomass of associated decapods (Macedo et Distribution of intertidal porcellanid crab in Spetiba Bay, Brazil al., 2012). In contrast, in Sepetiba Bay, this species occurs only in the external sector, an area that showed a predominance of coarse sand and high temperatures during the rainy season. The constant presence of P. armatus in all sectors of Sepetiba Bay reveals the absence of ecological restrictions, which in fact was proven with its disposal in the bidimensional space of the CCA. This suggests its characterization as a cosmopolitan and eurytopic species, which allows its wide distribution in Sepetiba Bay and denotes its high ecological value. In addition, other studies have reported the euryhaline character in the larval (Carvalho et al., 2013) and adult forms (Coelho, 1963, 1964), eurythermic characteristics (Stilman & Somero, 2000), and the use of different strategies by the species. Among those strategies, it is worth mentioning the escape mechanism (Wasson & Lyon, 2005) and the commensally interaction between post-planktonic stages and gastropod Crucibulum spinosum (Sowerby, 1824), reducing the risk of desiccation at low tides and minimizing the pressure by predation during high tides (Campos-Gonzáles & Macías-Chávez, 1987). A positive association between filter-feeding porcellanid (M. roseum and P. laevidactylus) and chemical variables of sediment demonstrates that both species need waters with high concentration of nutrients, which are distributed in the intermediate sector of the bay, where high concentration of organic carbon was recorded, and the external sector, an area with high levels of phosphorus. The organic carbon occurs in coastal aquatic ecosystems as part of the biomass, detritic (usually bioclastic) and in dissolved form (Pereira et al., 2006). Increased levels of organic carbon in the intermediate sector may be associated with a greater biomass of mollusks and echinoderms, which are the main producers of carbonates of benthic macrofauna (Brusca & Brusca, 2007). While in the internal sector the high percentage of this component organic sedimentary can be explained by the intense continental dredging, standing out the Guandu River as the main material supplier (SEMADS, 2001). The cycling of phosphorus starts up not only through the weathering of phosphoric minerals of continental rocks, but also by anthropogenic sources such as lixiviation from cultivated soils and effluent emissions, in the form of detergents and industrial waste (Chester & Riley, 1978). Therefore, the high concentration of total phosphorus in Marambaia Island may be related to the development of mariculture, as it in this region cultivation macroalgae occurs, while in the internal sector the high concentration of phos- 9867 phorus is probably associated to intensification of agricultural activities (SEMADS, 2001). During the austral winter, cold waters derived from the Falklands currents penetrate through deep channels in the west area of Sepetiba Bay. These waters are warmed inside the bay and become superficial at the mouth of the Guandu River, bypassing the entire bay and returning by the same input channels, generating a superposition of currents (Stevenson et al., 1998). Such changes produce greater quantity of particles in suspension, favoring the active filtration by the specimens (Mantelatto et al., 2004). The influence of the Falklands currents and upwelling phenomena of water masses on the continental shelf (South Atlantic Central Water) shelf have been demonstrated not only of Sepetiba Bay as well as in nearby, the Grande Island Bay (Ikeda et al., 1989), further increasing the seasonal availability of nutrients in the study area. Sediment texture and the amount of organic matter are determining factors in the distribution and maintenance of anomuran populations (Negreiros-Fransozo et al., 1997), and organic matter can be deposited between particles of sediment or on the substrate, as a kind of mantle. Both forms are food resources available to benthic organisms including epifauna, infauna and meiofauna (Fransozo et al., 1998). The favorable environmental conditions found in Sepetiba Bay, such as sediment texture, organic matter content, water temperature and accumulated rainfall, as well as a sharp spatial heterogeneity in the intertidal zone, enabled successful colonization of at least four species (P. armatus, P. brasiliensis, M. roseum and P. laevidactyus), which found an appropriate environment for refuge, food and reproduction, especially in island and continental regions of the external sector of the bay. The other species porcellanid that present lowest frequency accounted for 50% of all species porcellanid collected, may be evidence of marked spatial heterogeneity at the entrance of this bay. The number of species recorded in this study is about 35% of the total number of species recorded for the Brazilian coast, and 62% of the total richness recorded for the coast of Rio de Janeiro, supporting the hypothesis that features of substratum and the availability of food and refuges are factors limiting the establishment of this family in the region. However, studies that include capturing the subtidal zone and measurement of other environmental variables in this region may contribute to the spread of information about the distribution of Porcellanidae in Sepetiba Bay. Such information is essential once it is a region with numerous human interventions (tourism, fishing, aquaculture practice, ore maritime terminal, a harbor 8987 Latin American Journal of Aquatic Research and a large steel company) that can cause the loss of biodiversity recorded in this study. ACKNOWLEDGMENTS We would you like to thank Training Center of Marambaia Island for the logistical support and FAPERJ for the PhD scholarship granted to the first author. REFERENCES Amado-Filho, G.M., M.B.B.B. Barreto, B.V. Marins, C. Felix & P.P. Reis. 2003. Estrutura das comunidades fitobentônicas do infralitoral da Baía de Sepetiba, RJ, Brasil. Rev. Bras. Bot., 26: 329-342. Araújo, F.G., A.G. Cruz-Filho, M.C.C. Azevedo, A.C.A. Santos & L.A.M. Fernandes. 1997. Estrutura da comunidade de peixes jovens da margem continental da Baía de Sepetiba, RJ. Acta Biol. Leolp., 19: 61-83. Barbiére, E.B. & D.M. Kronemberger. 1994. Climatologia do litoral sul-sudeste do Estado do Rio de Janeiro (um subsídio à análise ambiental). Cad. Geociênc., 12: 5773. Brusca, R.C. & G.J. Brusca. 2007. Invertebrados. Guanabara Koogan, Rio de Janeiro, 968 pp. Campos-González, E. & L.J. Macías-Chávez. 1987. 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Res., 42(5): 989-1008,Fish 2014larvae retention and bottom topography at Mejillones Bay, Chile DOI: 10.3856/vol42-issue5-fulltext-6 989 Research Article Fish larvae retention linked to abrupt bathymetry at Mejillones Bay (northern Chile) during coastal upwelling events Pablo M. Rojas1 & Mauricio F. Landaeta2 División de Investigación en Acuicultura, Instituto de Fomento Pesquero P.O. Box 665, Puerto Montt, Chile 2 Facultad de Ciencias del Mar y de Recursos Naturales, Universidad de Valparaíso P.O. Box 5080, Reñaca, Viña del Mar, Chile 1 ABSTRACT. The influence of oceanic circulation and bathymetry on the fish larvae retention inside Mejillones Bay, northern Chile, was examined. Fish larvae were collected during two coastal upwelling events in November 1999 and January 2000. An elevated fish larvae accumulation was found near an oceanic front and a zone of low-speed currents. Three groups of fish larvae were identified: the coastal species (Engraulis ringens and Sardinops sagax), associated with high chlorophyll-a levels; larvae from the families Phosichthyidae (Vinciguerria lucetia) and Myctophidae (Diogenichthys laternatus and Triphoturus oculeus), associated with the thermocline (12°C), and finally, larvae of the families Myctophidae (Diogenichthys atlanticus) and Bathylagidae (Bathylagus nigrigenys), associated with high values of temperature and salinity. The presence of a seamount and submarine canyon inside Mejillones Bay appears to play an important role in the circulation during seasonal upwelling events. We propose a conceptual model of circulation and particles retention into Mejillones Bay. The assumption is that during strong upwelling conditions the flows that move along the canyon emerge in the centre of Mejillones Bay, producing a fish larvae retention zone. Understanding the biophysical interactions responsible to trap and/or concentrate particles is essential to protect these fragile upwelling ecosystems. Keywords: bottom topography, fish larval assemblages, coastal circulation, northern Chile. Retención de larvas de peces asociada a una batimetría abrupta en Bahía Mejillones (norte de Chile) durante eventos de surgencia costera RESUMEN. Se analiza la influencia de la circulación oceánica y batimetría en la retención de larvas de peces en Bahía Mejillones. Las larvas de peces fueron recolectadas durante dos eventos de surgencia costera, en Noviembre 1999 y Enero 2000. Se encontró una alta acumulación de larvas de peces cerca de un frente oceánico y una zona de baja velocidad de corrientes. Se identificaron tres grupos de larvas de peces: las especies costeras (Engraulis ringens y Sardinops sagax), asociadas con valores altos de clorofila-a; larvas de las familias Phosichthyidae (Vinciguerria lucetia) y Myctophidae (Diogenichthys laternatus y Triphoturus oculeus), asociados con la termoclina (12°C); y larvas de las familias Myctophidae (Diogenichthys atlanticus) y Bathylagidae (Bathylagus nigrigenys), asociadas con altos valores de temperatura y salinidad. La presencia de un monte y cañón submarino al interior de Bahía Mejillones parece jugar un rol importante en la circulación durante eventos de surgencia estacional. Se propone un modelo conceptual de circulación y retención de partículas para Bahía Mejillones. Éste asume que durante condiciones intensas de surgencia, los flujos que se mueven a lo largo del cañón emergen en el centro de Bahía Mejillones, produciendo una zona de retención larval. La comprensión de las interacciones biofísicas responsables de atrapar y/o concentrar partículas es esencial para proteger estos frágiles ecosistemas de surgencia. Palabras clave: topografía de fondo, asociaciones de larvas de peces, circulación costera, norte de Chile. ___________________ Corresponding author: Pablo M. Rojas ([email protected]) 990 Latin American Journal of Aquatic Research INTRODUCTION The dynamics of the physical components play an important role to explain the spatial variability of pelagic fish in the environment (Bertrand et al., 2008; Lee et al., 2009). Oceanographic research have shown that several physical processes are key factors. For example, transport (Vikebø et al., 2005; Christensen et al., 2007), stability of the water column (Coyle et al., 2008), mesoscale eddies (Allen et al., 2001; Logerwell & Smith, 2001; León-Chavez at al., 2010), coastal upwelling (Mann & Lazier, 1991), internal waves (Pineda, 1999), tidal currents (Le Fevre, 1986) and the interaction between waves and bathymetric features (e.g., submarine canyons) (Kunze et al., 2002). Canyons are abrupt, bounded depressions crossing wide continental slopes also are places where exchanges frequently occur between the shelf and open sea (Genin, 2004). Some fish larvae aggregations over abrupt topographies are associated with local upwelling (Sabatés et al., 2004), whereby enhanced phytoplankton growth propagates up the food web generating local patches of herbivorous zooplankton and possibly predators. This feature linked with coastal upwelling may have important implications for the structure and dynamics of planktonic communities and therefore in the spatial distribution of fish larval communities (Bosley et al., 2004). The coastal upwelling is one of the major oceanographic processes generating filaments of cold water rich in nutrients in Ecosystems Currents Eastern Boundary (Strub et al., 1998). The spatial variability of this process is affected by the coastline geometry and bathymetry, producing highly heterogeneous environments (Strub et al., 1991). The upwelling ecosystems are able to sustain large populations of pelagic fish. These ecosystems show strong variability in fish population abundance, mainly explained by changes in recruitment (Hutchings et al., 1995; Rojas et al., 2002; Rojas, 2014). Of the many processes that affect the recruitment, the loss of eggs and larvae by advection seems to be one of the main oceanographic processes which explain the spatial distribution of adult fish (Hutchings, 1992; Bakun, 1996). Thus, upwelling events in the coastal environment may have potential consequences on the ecology of fish larvae, particularly coastal retention and larval feeding success (Dower et al., 1997; MacKenzie, 2000; Porter et al., 2005). Several mechanisms that minimize the effects of offshore transport (e.g., diel vertical migration and/or ontogenetic migration) have been described for zooplankton living in coastal upwelling zones (Wing et al., 1998; Pringle, 2007). However, this vertical movement of zooplankton is affected, among other factors, by displacement of the oxygen minimum zone (OMZ, <0.5 mL L-1) within the euphotic zone establishing a strict physiological limit of vertical movement (Morales et al., 1996; González & Quiñones, 2002) forcing the aggregation of planktonic organisms above 50 m depth (Escribano & Hidalgo, 2000). An alternative mechanism for retention would be the result of the spatial and temporal variability on the nearshore circulation. For example, the flowstructures known as "upwelling shadows" have been proposed as an important flow-dependent retention mechanism (Graham & Largier, 1997; Wing et al., 1998; Marín et al., 2003). Mathematical simulation studies have investigated the dispersion/retention particles in the oceans. From hydrodynamic models have been simulating the processes that control larval transport toward coastal area (Parada et al., 2003; Vaz et al., 2007; Brochier et al., 2008). Península de Mejillones (Chile) is an upwelling center located in the northern Humboldt Current System (HCS) (Marín et al., 1993). The mesoscale studies, especially the processes and coastal circulation patterns are scarce at northern Chile. This ecosystem is dominated by small pelagic fishes such as sardine (Sardinops sagax) and anchovy (Engraulis ringens), which spawn at nearshore areas (Loeb & Rojas, 1988; Rojas et al., 2002; Rodriguez-Graña & Castro, 2003). Off northern Chilean coast presence of dense abundances of phyto- and zooplankton near surface and nearshore during the spawning period (austral winter) could facilitate a successful larval feeding (Escribano, 1998; Escribano & Hidalgo, 2000; Herrera & Escribano, 2006). However, the cross-shelf currents derived from the upwelling process may cause significant offshore transport of fish eggs and larvae as well as mortality due starvation in fish larvae advected to oceanic waters (Pizarro et al., 1998). At mesoscale, changes in bathymetry and coastal geometry may play an important role in the creation of recirculation zones, which will have a significant effect on the meroplankton distribution and retention (Palma et al., 2006). The concentrating around shallow topographies of planktonic organisms in coastal upwelling are related to biophysical coupling (Dower & Brodeur, 2004) that compensated the loss of organisms due to horizontal offshore transport (i.e., by the Ekman layer; Sinclair, 1988; Pringle, 2007), that ensures the recruitment/settlement of individuals inside a nursery area (Landaeta & Castro, 2006; Palma et al., 2006). In upwelling areas, diel vertical migration (DVM) of fish larvae may increase coastal retention over the onshore nursery areas (Landaeta & Castro, 2002; Parada et al., 2008). Off the Peninsula de Mejillones, DVM partially explain a nearshore larval Fish larvae retention and bottom topography at Mejillones Bay, Chile retention of myctophids during a coastal upwelling event (Rojas et al., 2002; Rojas, 2014). However, little is known about the mechanisms that favour the nearshore fish larvae retention during upwelling events off northern Chile. Our hypothesis suggests that mesoscale physical structures (e.g., eddies, fronts and upwelling shadows) occurring during upwelling events and the presence of two bathymetric structures (e.g., seamount and submarine canyon) may favour larval fish retention into Mejillones Bay. The aim of this study is to investigate the interaction of the circulation with bathymetry and its potential role in the ichthyoplankton retention and assemblages structure inside Mejillones Bay, northern Chile. MATERIALS AND METHODS Study area The area of Mejillones Bay (23°29’S, 70º59’W), northern Chile (coastal zone of the Atacama Desert), is an upwelling centre situated in a transition zone between southward flowing equatorial waters and northward flowing subantarctic waters, (Strub et al., 1998; Rojas et al., 2011). Has a relatively homogenous topography with a length of 37 km and a 15 km wide continental shelf. The seamount (7 km wide, 150 m deep) is located on the northern side of the bay, while the submarine canyon with a maximum depth of ~1000 m, rises to a depth of ~150 m oriented in NW-SE direction towards Mejillones Bay (Fig. 1). Sampling design and collection of samples Oceanographic data and plankton samples were collected inside Mejillones Bay during two surveys, November (7-8) 1999 (austral spring) and January (1516) 2000 (austral summer), on board the R/V “Purihaalar” from the Universidad de Antofagasta. In both cruises, we used a grid of 27 stations, covered over 26 h (Fig. 2). At each station, vertical temperature profiles (ºC), salinity (SA) and dissolved oxygen (mL L-1) were made from surface to ~150-200 m depth with a SeaBird SBE-19 conductivity temperature depth (CTD) device, equipped with a calibrated YSI Beckman oxygen sensor. In addition, fluorescence profiles were obtained from 100 m to surface, using a Wetstar fluorometer attached to an Ocean Sensor CTD. Current profiles were measured with the vessel anchored at each station using a Doppler sensor current meter (Aanderaa RCM-9). Fluorescence units were converted to Chl-a concentration through a linear algorithm derived from an in situ calibration (Escribano & McLaren, 1999). For plankton sampling, we used 27 fixed stations in the area of influence of upwelling filaments (Lutjeharms & 991 Stockton, 1987), where six stations cover different mesoscale physical structures such as upwelling shadow, fronts (oceanic and coastal) and upwelling filament center (Fig. 2); in accordance with satellite NOAA images of sea surface temperature (SST) obtained on November 6 (1999) and January 14 (2000), respectively, one day before sampling begun. Detailed information on satellite-derived SST is described in Marín et al. (2001). The following two days after the oceanographic grid was finished, zooplankton samples were collected using a vertically towed Hensen net with 0.5 m opening, 200 µm mesh, equipped with a double opening-closing system, and a calibrated General Oceanic flowmeter during day and night-time along two days. All plankton samples were preserved in 4% buffered formalin. This design considered the spatial variability introduced by the presence of physical structures derived from the upwelling process. Changes in the vertical distribution patterns were evaluated by sampling three depth strata each time: 200-80, 80-20 and 20-0 m. According with Escribano et al. (2001), during upwelling events the upper 20 m of the water column represent the Ekman layer, the 80-20 m stratum shows a reversal flow, and the 200-80 m stratum is a deep and more stable layer. To confirm the presence of cold upwelling filaments or plumes into the study area, regression analyses were applied using sea surface temperature and dissolved oxygen values. In the laboratory, all fish larvae were removed for counting and identified to the lowest taxonomic level using descriptions by Fisher (1958, 1959), Moser & Ahlstrom (1970, 1974, 1996), Balbontín & Garretón (1977), Brownell (1979), and Orellana & Balbontín (1983). Larvae were separated into three ontogenetic groups according to the notochord flexion state (preflexion, flexion and postflexion) and classified as coastal or oceanic (coastal, epipelagic, mesopelagic, epi-mesopelagic and demersal) according to the adult fish habitat following the classification given by Moser & Ahlstrom (1996). The number of individuals collected in the different sampling strata was standardized to a number per unit of filtered water volume (densities): 1000 m3 for fish larvae (densities) for comparisons in the vertical axis (mean depth). The integrated abundance of larvae in the water column (larvae 10 m-2) was also estimated for each sampling station to compare the ichthyoplankton composition between mesoscale physical structures into Mejillones Bay irrespective of the sampled strata. Data analysis The weighted mean depth (WMD) of the vertical distributions of fish larvae at each station was calculated as the centre of density (centroid): 992 Latin American Journal of Aquatic Research Figure 1. Three-dimensional view of bathymetry into Mejillones Bay. Data: Bathymetric chart SHOA 2005; Datum: WGS84; Scale: 1:50.000. Figure 2. Satellite NOAA image of SST of Peninsula de Mejillones at northern Chile illustrating the cold upwelling filament on 14 January 2000, also location oceanography stations (physical/biological) and depth contours into Mejillones Bay. The box indicates six stations covering mesoscale physical structures, where station 1: Upwelling shadow, station 2: Coastal front, stations 5, 13 and 16: Upwelling filament centre, station 19: Oceanic front. Fish larvae retention and bottom topography at Mejillones Bay, Chile n n WMD pi Z i C Z i 1 i 1 n i i C i 1 i where pi and Ci are, respectively, the proportion and the concentration of fish larvae (number 1000 m-3) in the ith stratum, and Zi is the mid-depth of the ith stratum (e.g., Gronkjaer & Wieland, 1997). The effect of physical mesoscale structures, generated by a complex bathymetry during upwelling events, on fish larval abundance was analyzed by means of an one-way ANOVA and Tukey test multiple, over [log10(x+1)] transformed data to homogenize variances, level of significance α = 0.05. To investigate the relationship between fish larvae distribution and oceanographic variables (i.e., Chl-a max., Sea Surface Temperature (SST), Tº thermocline, salinity and superficial oxygen) a non-metric multidimensional scaling (nMDS) ordination from statistical package PRIMER was used (Cox & Cox 2000). Goodness of fit was determined by a stress coefficient. Only species with a relative abundance of more than 5% in each cruise were considered for the analysis (nMDS). The Spearman´s R correlation test (Hays, 1981) was used to investigate the relationship between the mean depth of the different species of fish larvae with the depth of maximum fluorescence (Chl-a max.), thermocline and minimum oxygen zone. All statistical analyses were carried out using software package STATISTICA 7.0 and contour maps were constructed with the software SURFER 8.0. RESULTS Oceanographic conditions Sea-surface temperature maps showed well-developed upwelling filaments during both surveys, and the upwelling focus occurred off Punta Angamos (Fig. 3), as consequence of seasonal variations in the intensity (~3-5 m s-1) of southwest wind components (Marín et al., 2003). The area of low temperature (<18°C) inside Mejillones Bay for both periods was consistent with current measurements indicating presence of upwelling filaments and agrees with the hypothesis that the upwelling was related with bathymetry along the major axis of the submarine canyon. The upwelling filaments defined two frontal zones, a coastal front and an oceanic front both associated with upwelled cold-waters (Fig. 3b). High concentrations of chlorophyll (6.0-8.5 mg L-1) were found only nearshore during both periods (Fig. 3). Patches of Chl-a were found (Figs. 3c-3d), two of them located inside Mejillones Bay, the other patch was 993 located northeast of the bay. Low dissolved oxygen concentrations were found in one nearshore location during both cruises (Fig. 3); significant relationships (r = 0.97, P < 0.05) were detected between the distribution of dissolved oxygen and temperature of the upwelling filaments. Coastal circulation in Mejillones Bay The current vector diagrams during November 1999 and January 2000 showed the area was dominated by a poleward flow (~0.2-0.3 m s-1; Fig. 4). The combined effect of the coastline geometry and bathymetry on the upwelling circulation was observed above (Fig. 4a) and below 20 m depth (Figs. 4b-4c) in both cruises. Currents over the canyon showed a divergence associated with upwelling waters that moved through the canyon. Indeed, although the main flow was poleward, the flow within the bay was mostly coastward. At surface, lowest speeds were found over the canyon (<0.1 m s-1, Fig. 4a), while the highest speeds (>0.3 m s -1, Fig. 4a) were seen in the northern sector of the seamount, gradually decreasing towards the bottom. In general, the values of the circulation fields at different depths in both periods showed lowspeed areas (~0.03-0.1 m s-1) influenced by the presence of a seamount and a submarine canyon (Figs. 4a, 4b, 4c). Vertical and horizontal distribution of fish larvae During the oceanographic surveys, 150 positive samples of fish larvae were collected with a frequency of occurrence of 92.6%. A total of 885 larvae were separated, 14 taxa identified, representing 88.9% of total larvae (Table 1). The most abundant species (six) were well represented throughout sampled water column; however, these taxa were dominated in the mid-depth stratum (20-80 m) (Table 2). The small pelagic larvae (E. ringens and S. sagax) showed mean depth distribution (~30-40 m) restricted to welloxygenated waters (5-6 mL L-1) above the thermocline in both periods. Some meso-bathypelagic fish larvae (B. nigrigenys and V. lucetia, respectively) and epimesopelagic (D. laternatus and T. oculeus) habits were associated with intermediate oxygen values (3-4 mL L-1) below the thermocline (~30-50 m; Fig. 5). Larvae exhibited an heterogeneous distribution, forced mainly by the presence of a low-speed zone (i.e., retention area) in the surface (~6 m), as well as by frontal zones formed during upwelling active phase near Mejillones Bay (Fig. 6); no significant relationships were detected between larval abundance and current velocity during November (r = 0.27, P > 0.05) or January (r = 0.11, P > 0.05). The distribution of the six most abundant species was as follows (Fig. 6). 994 Latin American Journal of Aquatic Research Figure 3. Spatial distribution of sea-surface temperature (ºC), Chlorophyll-a (mg L-1) and dissolved oxygen (mL L-1) into Mejillones Bay in November 1999 and January 2000. Circles indicate location of Hensen net and CTD stations. Vinciguerria lucetia larvae (41.1%) showed a wide distribution in November 1999 and limited by oceanic fronts derived from the upwelling process in January 2000. The Diogenichthys laternatus larvae (18.2%) showed a heterogeneous distribution covering continental shelf, associated with upwelled coldwaters, and with high levels of Chl-a (>9.5 mg L-1). Anchovy larvae (E. ringens) (14.4%) aggregated near coastal and oceanic fronts formed inside Mejillones Bay. Bathylagus nigrigenys larvae (7.6%) were associated mainly with warmer waters outside bay, while Sardinops sagax larvae (5.0%) showed a distribution mainly associated with the intrusion of upwelled cold-water inside Mejillones Bay. Finally, the Fish larvae retention and bottom topography at Mejillones Bay, Chile 995 Figure 4. Two-dimensional current vectors at different depths into Mejillones Bay during November 1999 and January 2000. Average velocity field for the 0-20 m, 20-80 m and beyond 80 m water column, respectively. Current profiles were measured using a Doppler sensor current meter (Aanderaa RCM-9). myctophid Triphoturus oculeus (4.8%) showed a spatial distribution restricted by oceanic fronts. Mesoscale structures (i.e., upwelling shadow (US), coastal front (CF), retention area (RA), cceanic front (OF)) explained a significant part of the spatial distribution of all ichthyoplankton (r = 0.4, F[3,20] = 3.70, P < 0.05) collected during both surveys in Mejillones Bay (Fig. 7). However, in November 1999 and January 2000 the mesoscale structures do not significantly explained the patterns seen for each taxon (Table 3). Influence of mesoscale structures on circulation and vertical location of larval fish assemblages Changes in the vertical location of fish larvae were detected in Mejillones Bay during austral spring and Table 1. Total fish larvae collected inside Mejillones Bay in November 1999 and January 2000. The number corresponds to larvae per 10 m2. Occurrence corresponds to the proportion of samples where the species were found. Habitats, C: coastal, B: bathypelagic, D: demersal, BD: bathydemersal, EM: epimesopelagic, MB: meso-bathypelagic. 996 Latin American Journal of Aquatic Research Fish larvae retention and bottom topography at Mejillones Bay, Chile 997 Table 2. Location of dominant fish larvae groups per strata depth (m) in November 1999 and January 2000. The abundance corresponds to abundance (N) expressed as ind 1000 m3 and occurrence (%) represents the number of cases (samples = 81) in which the species was present. November 1999 Strata (m) 0-20 20-80 80-200 Species Engraulis ringens Sardinops sagax Diogenichthys laternatus Triphoturus oculeus Vinciguerria lucetia Bathylagus nigrigenys Engraulis ringens Sardinops sagax Diogenichthys laternatus Triphoturus oculeus Vinciguerria lucetia Bathylagus nigrigenys Engraulis ringens Sardinops sagax Diogenichthys laternatus Triphoturus oculeus Vinciguerria lucetia Bathylagus nigrigenys n 136 45 201 34 773 257 134 290 40 269 200 121 163 147 432 73 % 4.0 2.6 4.0 6.0 4.0 4.7 5.3 5.3 2.7 2.0 5.3 4.0 3.3 6.0 4.0 4.0 January 2000 n 248 85 225 239 66 297 156 330 175 1539 144 141 72 345 157 153 % 5.3 5.3 3.3 1.3 5.3 4.7 3.3 3.3 2.7 6.0 4.7 2.7 1.3 6.0 4.7 4.0 Figure 5. Mean position of fish larvae associated with hydrographic condition of water column during November 1999 and January 2000. The open circles indicate the location of the depth centroid of dominant taxa associated with dissolved oxygen values. summer (Fig. 8). Fish larvae collected in stations into Mejillones Bay (Fig. 2) were captured near surface associated to northward currents in both periods (Fig. 8). In November 1999 and January 2000 the vertical current speed section in the surface (~4-9 m) showed average values fluctuating between ~0.2-0.3 m s-1 north- 998 Latin American Journal of Aquatic Research Figure 6. Spatial distributions of dominant fish larvae into Mejillones Bay in November 1999 and January 2000. The lines indicate depth contours. ward, while southward currents fluctuated between ~0.4-0.6 m s-1. On the coast, the first four stations, were influenced by northward surface coastal currents, while the other two stations influenced by the dominant southward flow (Fig. 8). Early stages of fish related to mesoscale physical structures Early life stages of fish showed a distribution forced by the physical structure in both periods. Mesoscale structures explained a significant (F [3,123] = 4.08, P < 0.05) fraction of the preflexion larval abundance in November 1999 (Fig. 9a). Higher abundance of fish larvae found at upwelling shadow (P = 0.005; Tukey post-hoc) explained the difference. On the contrary, neither flexion (F [3,49] = 1.74, P > 0.05) nor postflexion (F [3,54] = 0.93, P > 0.05) larval abundance were affected by mesoscale structures. However, presence of upwelling shadow and oceanic front explained partially the pattern (Figs. 9b, 9c). In January 2000, mesoscale structures showed significant effect (F [3,109] = 4.66, P < 0.05) over preflexion larval abundance (Fig. 9d). The pattern may be explained by differences in current speeds (i.e., retention area, P = 0.005, Tukey post-hoc). As well as the previous cruise, upwelling mesoscale structures did not show significant effects on flexion (F [3,35] = 1.62, P > 0.05) and postflexion (F [3,24] = 1.84, P > 0.05) larval abundance. However, for both cases highest abundances were found at retention area (Figs. 9e, 9f). Fish larvae related with oceanographic variables In November 1999, the nMDS ordination plots of similarities between fish larvae distribution and oceano- Fish larvae retention and bottom topography at Mejillones Bay, Chile 999 Figure 7. Fish larvae of six species dominant associated with different physical structures inside Mejillones Bay during November 1999 and January 2000. US: Upwelling shadow, CF: coastal front, RA: retention area, OF: oceanic front. Tabla 3. One-way ANOVA test results between different taxa and physical structures in November 1999 and January 2000. * Not significant. November 1999 Source/Taxa E. ringens Physical structures Error S. sagax Physical structures Error T. oculeus Physical structures Error D. laternatus Physical structures Error B. nigrigenys Physical structures Error V. lucetia Physical structures Error January 2000 SS df MS F-ratio P-level SS df MS F-ratio P-level 7.14 18.38 3 9 2.38 2.04 1.16 >0.05* 6.39 29.07 3 9 2.13 3.23 0.66 >0.05* 1.46 7.25 3 9 0.49 0.81 0.60 >0.05* 3.85 13.27 3 9 1.28 1.47 0.87 >0.05* 3.05 13.16 3 9 1.02 1.46 0.69 >0.05* 3.30 8.19 3 9 1.10 0.91 1.21 >0.05* 7.99 17.60 3 9 2.66 1.96 1.36 >0.05* 6.00 10.91 3 9 2.00 1.21 1.65 >0.05* 3.08 16.21 3 9 1.03 1.80 0.57 >0.05* 3.70 8.29 3 9 1.23 0.92 1.34 >0.05* 3.37 16.81 3 9 1.12 1.87 0.60 > 0.05* 1.66 4.97 3 9 0.55 0.55 1.00 >0.05* 1000 Latin American Journal of Aquatic Research Figure 8. Vertical section with average values of current velocity (both cruises) affected by mesoscale physical structures and bathymetry within Mejillones Bay. Black circles and crosses, respectively, indicate the location of the depth centroid of fish larval assemblages on November 1999 and January 2000. The transect direction is northward (from station 1 to station 19). Data: Bathymetric chart SHOA 2005, Datum: WGS84, Scale: 1:50.000. graphic variables defined two groups (Fig. 10). Larval of South American pilchard (Sardinops sagax, coastal epipelagic) was associated with four oceanographic variables (i.e., SST, Chl-a max, T° thermocline and superficial oxygen). The second group was composed by larval Myctophidae (i.e., D. laternatus, D. atlanticus, T. oculeus) and fish larvae from Engraulidae and Phosichthyidae (i.e., E. ringens and V. lucetia) were associated with values of superficial salinity. In January 2000, the nMDS plots showed two groups between oceanographic variables and larval fish assemblages (Fig. 10). Fish larvae from Clupeidae and Myctophidae (i.e., S. sagax and D. atlanticus) were associated with temperature values of the thermocline. The second group was formed by larval Myctophidae (i.e., D. laternatus and T. oculeus) and fish larvae from Engraulidae and Phosichthyidae (i.e., E. ringens and V. lucetia) were associated with values the sea surface temperature (SST), salinity and superficial oxygen. The Spearman´s R correlation analysis revealed a significant and positive relationship between mean depth from assemblages with the depth of the oxygen minimum zone (OMZ; Table 4). Mean depth for V. lucetia showed a positive and significant correlation with depth values of three physical variables (i.e., Chla max; thermocline and OMZ), however, only the relationship with the latter two variables showed a high correlation coefficient (r = ~0.7). These statistically significant relationships involve 41% of total fish larvae from assemblage. The anchovy larvae (E. ringens) showed a significant and negative correlation with depth values of the three physical variables (i.e., Chl-a max.; thermocline and OMZ); S. sagax larvae showed negative associations (r = ~-0.4) and significant relationships only with thermocline depth and OMZ. Mean depth for myctophid T. oculeus showed a significant and positive relationship with the thermocline depth values and oxygen minimum zone, however this relationship should be considered with caution since only 4.8% of the total larvae was represented by this analysis. This consideration should be also applied to the correlation found between the mean depth for S. sagax with the thermocline depth values and oxygen minimum zone. DISCUSSION Community structure and distribution of fish larvae assemblages The persistent aggregation of plankton inside Mejillones Bay, suggest the presence of physical processes favoring retention of planktonic organisms. Previous Fish larvae retention and bottom topography at Mejillones Bay, Chile 1001 Figure 9. Early life stages of fish in relation to physical structures inside Mejillones Bay during November 1999 and January 2000. US: upwelling shadow, CF: coastal front, RA: retention area, OF: oceanic front. Figure 10. Projection of the physical variables with different taxas through the non-metric multidimensional scaling (nMDS) between fish larvae distribution and oceanographic variables during November 1999 and January 2000. SST = sea surface temperature, Chl-a max: maximum fluorescence, Sal 0 m: superficial salinity, Oxygen 0 m: superficial oxygen. 1002 Latin American Journal of Aquatic Research Table 4. Correlation coefficients R Spearman between weighted mean depths (WMDs) of single fish larval species and fish larval assemblages with the maximum fluorescence (Chl-a max) depth, thermocline depth and oxygen minimum zone (OMZ) depth. *P < 0.05. WMD E. ringens S. sagax D. laternatus D. atlanticus V. lucetia T. oculeus B. nigrigenys Lampanyctus sp. D. theta M. nitidulum G. tenuiculus Fish larval assemblages Chl-a max. depth -0.57* -0.06 0.31 -0.06 0.46* 0.05 0.16 0.27 0.24 -0.05 0.03 Thermocline depth -0.69* -0.44* 0.26 0.12 0.77* 0.55* 0.14 0.04 0.08 0.22 0.10 OMZ depth -0.61* -0.43* 0.32 0.07 0.79* 0.60* 0.18 -0.01 0.13 0.25 0.06 0.24 0.36 0.50* studies in other upwelling areas show the presence of thermal fronts that retain water masses near coast (Graham & Largier, 1997), double layer circulation allowing compensatory flows in the vertical plane (Wroblewski, 1982; Peterson, 1998), and eddies induced by the coastal morphology (Hutchings et al., 1995; Wing et al., 1998). Only one of these processes has been studied in Mejillones Bay (Marín et al., 2003), even so, our data suggests that the continuing influence of an active upwelling center into the bay might be key in the formation of a retention zone of holo- and meroplanktonic populations. Thus, the community structure and fish larvae distribution found within Mejillones Bay may be explained as the result of specific interactions between reproductive tactics and environmental conditions. For example, dominant species in adult stage shown different reproductive tactics; nearshore (E. ringens and S. sagax) and offshore spawning (D. laternatus, T. oculeus, V. lucetia and B. nigrigenys) were the more usual (Loeb & Rojas, 1988; Rodríguez-Graña & Castro, 2003). The combined effects of coastline and bathymetry on the upwelling circulation may generate a spatially structured coastal habitat where three types (coastal, mesopelagic and bathypelagic) of fish larval assemblages can coexist. The hypothesis of feeding at rest suggests that planktivorous fish (juveniles and adults) may benefit from strong currents in locations with broad refuges during resting periods or when they are feeding passively (McFarland & Levin, 2002). This mechanism would be capable of generating ''trophic focus'' through a process where different preys accumulate or are trapped in big water volumes in a relatively small area. Thus, an increase in the suspended particulates concentration inside Mejillones Bay due to the entrance of deep-flows through the submarine canyon (Allen & Durrieu de Madron, 2009) as well as a marked increase in food availability during upwelling events might provide a favourable habitat for food and/or refuge not only to adult fish but also to ichthyoplanktonic communities present. The many fish larvae with bathy-mesopelagic and epi-mesopelagic habits associated with warm waters formed a particular pattern whose limit was the frontal zone of the upwelling filament. For the same area, Rojas et al. (2002) found that myctophids larvae were associated with non-upwelling waters. The fish larvae distribution patterns would be the result of ecological preferences favoured by the formation of physical structures generated by upwelling circulation. Despite the high environmental heterogeneity linked to the upwelling circulation within Mejillones Bay, the distribution patterns of the coastal pelagic fish larvae in northern Chile usually show a direct relationship with high chlorophyll concentrations, since it shows high concentration (5 mg m-3) from coast to 20 km offshore (Yuras et al., 2005), in the same areas where spawning of clupeiform fishes occur (Morales et al., 1996). This spatial pattern may explain the reduced starvation mortality estimated for anchovy larvae detected by Pizarro et al. (1998). The distribution of early life stages inside Mejillones Bay was forced by the formation of physical structures resulting from upwelling circulation, facilitating the aggregation of preflexion fish larvae because of their lesser swimming ability. The fish larvae permanence in more advanced stages (i.e., flexion and postflexion) is likely to be the result of ontogenetic migrations and/or advection processes. Fish larvae retention and bottom topography at Mejillones Bay, Chile However, the energetic cost to maintain its position implies the use of several food resources found in the shelf and shelf-break (Landaeta & Castro, 2002). For example, Vikebø et al. (2007) documented that survival of cod larvae would be directly related to the physical structures formation derived from oceanic circulation, as well as from changes during its ontogenetic development. Effect of physical variables in the fish larvae vertical distribution Larval fish have behavioural mechanisms that allow them to alter their position at the water column to address environmental gradients, selecting the most favourable (i.e., turbulence avoidance, vertical migration; Olla & Davis, 1990). The vertical distribution of fish larvae has often been linked to the thermal stratification of the water column (Roepke et al., 1993; Boehlert & Mundy, 1994; Moser & Pommeranz, 1999). The thermocline is considered important as a barrier (Smith & Suthers, 1999) or as an indirect measurement of the offshore Ekman layer, that acts above or below in the vertical distribution of some fish larvae (Coombs et al., 1981; Davis et al., 1990; Olla & Davis, 1990; Rojas, 2014). The significant correlations found between the depth values of physical variables with the vertical position of some fish larvae having bathy-mesopelagic (V. lucetia) and epimesopelagic (T. oculeus) habits, suggest that location of the thermocline and oxygen minimum zone may have a large influence on the vertical distribution of these species. In contrast, the coefficients found for coastal pelagic larvae (E. ringens and S. sagax) suggest that the depth of the different physical variables may have a lesser effect on the vertical distribution, being forced mainly by the oceanographic conditions in the area. It should be noted that into Mejillones Bay potential investment flows due to variability of the upwelling focus, is more relevant in the upper layer (>40 m), affecting the vertical distribution of small pelagic that spawn nearshore (E. ringens and S. sagax) unlike to those species that spawn offshore where vertical distribution is influenced by strongly stratified water column. Short, shelf-break canyons are shown to have a substantial influence on local water properties and zooplankton distribution. The observed aggregation of these planktonic organisms in November 1999 and January 2000 appears to be linked to their ability to remain at specific depths combined with advection by horizontally convergent flows in the eddy (Allen et al., 2001). However, changes in tidal mixing could play an important role in the vertical distribution of fish larvae inside Mejillones Bay in both periods. 1003 Bathymetry influences fish larvae retention The spawning of many fish species generally occurs near eddies, upwelling areas, or other directional circulations that are frequently associated with higher currents systems (Allain et al., 2001; Hutchings et al., 2002; Avendaño-Ibarra et al., 2013). This is an important feature because these species fix the direction of larval drift and the nursery area. Thus, the directions of larval drift as well as the nursery zone are determined by regular current systems. In the Humboldt Current System of northern Chile, the spawning of several groups of epipelagic fish is carried out in zones where the coastal geometry and topographic features could reduce the offshore transport, facilitating the nearshore retention of eggs and larvae. Moreover, the reduced wind stress and eddy kinetic energy between 20° and 30°S reduce the offshore transport along northern Chile, increasing coastal retention (Hormazábal et al., 2004). Similarly, for the coastal area of Senegal, Roy (1998) suggested, using a double-cell circulation model, that retention of particles in coastal areas is the result of the interaction between upwelling circulation and bottom topography. According to this approach we generated a three dimensional conceptual model of circulation and particles retention during the upwelling season at Mejillones Bay (Fig. 11). This model assumes that circulation in the area is dominated by a southward flow, which reverses in the presence of strong upwelling conditions (Marín et al., 2001; Escribano et al., 2004). Flows 1 and 2 represent currents that move along the canyon (i.e., flow 1) and due to the coastal boundary, emerge in the centre of the bay. The variation in the location of focus and upwelling fronts can, according to the topographic effect (Wolanski & Hammer, 1988), induce changes in the interaction flow/reflux water and its properties within Mejillones Bay as shown in the current velocity vectors, producing a low-speed zone (i.e., retention zone). This retention area inside Mejillones Bay is protected from the prevailing equatorial ward winds and is also the site where the filaments of coastal upwelling generated at Punta Angamos (Flow 3) are presented. The upwelling of cold-water due to flows 1 and 3 generated a thermal front, which separated the coastal upwelling water from the oceanic warm-water. This upwelling front represents an obstacle to the larvae from Phosichthyidae and Myctophidae, whereas the adjacent coastal area to the upwelling front may be dominated by coastal pelagic species, particularly Engraulis ringens, as well as by epi-mesopelagic fish larvae retained in a low-speed currents zone in Mejillones Bay. 1004 Latin American Journal of Aquatic Research Figure 11. Conceptual model three-dimensional of coastal circulation and fish larvae retention into Mejillones Bay during November 1999 and January 2000. The different physical structures in Mejillones Bay showed a high accumulation of fish larvae particularly near an oceanic front and a low-speed currents area, possibly as a result of the encounter between flows derived from the upwelling circulation and flows entering through the submarine canyon, affected by the presence of a seamount (Figueroa & Moffatt, 2000; Sobarzo & Djurfeldt, 2004; Morales et al., 2007; Sobarzo et al., 2007). The fish larvae associated with upwelling shadows inside Mejillones Bay confirms the important role of these structures in the accumulation of the planktonic organisms during upwelling events in spin-up phase off Punta Angamos (Marín et al., 2003). The interaction between the current regime during upwelling events and the bathymetry, as well as the high primary productivity inside Mejillones Bay, may be responsible for the creation of a habitat that potentially increases the survival of several planktonic groups (Marín et al., 2001; Escribano et al., 2004). For example, Uda & Ishino (1958) suggest that bathymetry effect induces upwelling of deep water that favours the increase of primary production and biomass consumption on seamounts. The theory predicts that the encounter of flows with a seamount produces currents around the mountains which induce upwelling water. This reduction of flows and the change in potential vorticity, favours the formation of an anticyclonic semi-stationary eddy (e.g., Taylor column) able to trap and retain particles above the seamount for some time (Huppert, 1975; Huppert & Bryan, 1976). Therefore, the occurrence of seasonal blooms and long residence time of upwelling waters are theoretically possible conditions to form a highly structured habitat. From an ecological perspective, the different spatial patterns observed at early life stages of fish larvae would be explained by fluctuations in the oceanographic conditions, and its interaction with reproductive tactics, behavioural adaptations, and differences in the survival of different developmental stages (Palma & Silva, 2004; Landaeta et al., 2006; Yannicelli et al., 2006). Our data suggest that the pattern of distribution observed can be partially explained as the result of "specific groups" due to the interaction between the bathymetry and strong upwelling conditions, forming a complex system that including transport, retention and accumulation of fish larvae as a meso-scale. By understanding the biophysical interactions that regulate production and/or particle retention and its consequences in fish larval assemblages in these fragile upwelling ecosystems from northern Chile, we can learn to protect them from adverse antrophic effects in the future. CONCLUSIONS The analysis of the distribution and ichthyoplankton communities composition in Mejillones Bay (northern Chile) showed that the relationship between bathymetry and mesoscale structures during strong upwelling conditions in November 1999 and January 2000 affect the spatial distribution of the fish larvae assemblages. The fish larvae taxa showed different aggregation pattern into Mejillones Bay as a consequence of the coupling between a complex bathymetry and the coastal circulation during upwelling condition. In Fish larvae retention and bottom topography at Mejillones Bay, Chile January 2000, the influence of an upwelling filament into Mejillones Bay revealed a pattern of distribution more clearly unlike November 1999. This heterogeneous distribution may be explained due to the unique characteristics for refuge and feeding that provides Mejillones Bay to populations of adult fish and their early stages. The main conclusions derived from this research are as follows: 1) The conceptual model proposed provides important evidence about the influence of bathymetry and its role in the creation of areas of recirculation into Mejillones Bay during strong upwelling condition. 2) The spatial distribution of ichthyoplankton in both periods was strongly related to the mesoscale physical structure into Mejillones Bay. 3) The presence of mesoscale physical structures in November 1999 and January 2000, favours the fish larvae retention inside Mejillones Bay during upwelling conditions. 4) The small coastal species E. ringens and S. sagax is found more disperse in November 1999, while in January 2000 fish larvae were concentrated mainly in a zone of low-speed currents (retention area) within Mejillones Bay. 5) The presence of frontal zones limited of horizontal distribution of mesopelagic species D. laternatus and T. oculeus during both study period, while the presence of a marked thermocline has a significant effect on the vertical position of the larval myctophid fishes. ACKNOWLEDGEMENTS The authors thank the crew from “Purihaalar” for work conducted in field during oceanographic surveys in 1999 and 2000. We also thank the anonymous reviewers for the contribution realized to the manuscript. This work has been funded by FONDECYT-Chile, Grant 198-0366 adjudicated to R. Escribano and V. Marín. REFERENCES Allain, G., P. Petitgas & P. Lazure. 2001. The influence of mesoscale ocean processes on anchovy (Engraulis encrasicolus) recruitment in the Bay of Biscay estimated with a three-dimensional hydrodynamic mode. Fish. Oceanogr., 10(2): 151-163. Allen, S.E & X. Durrieu de Madron. 2009. A review of the role of submarine canyons in deep-ocean exchange with the shelf. Oceanogr. Sci., 5: 607-620. 1005 Allen, S.E., C. Vindeirinho, R.E. Thomson, M.G.G. Foreman & D.L. Mackas. 2001. Physical and biological processes over a submarine canyon during an upwelling event. Can. J. Fish. Aquat. Sci., 58: 671684. Avendaño-Ibarra, R., E. Godínez-Domínguez, G. AcevesMedina, E. 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Res., 42(5): 1009-1034, 2014 Zooplankton at Islas Marías Archipelago, Mexico DOI: 10.3856/vol42-issue5-fulltext-7 1009 Research Article Oceanographic mechanisms that possibly explain dominance of neritic-tropical zooplankton species assemblages around the Islas Marías Archipelago, Mexico Jaime Gómez-Gutiérrez1, René Funes-Rodríguez1, Karmina Arroyo-Ramírez1,2 Carlos Armando Sánchez-Ortíz3, Juan Ramón Beltrán-Castro1, Sergio Hernández-Trujillo1 Ricardo Palomares-García1, Octavio Aburto-Oropeza4 & Exequiel Ezcurra5 1 Instituto Politécnico Nacional, Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas Av. Instituto Politécnico Nacional s/n, Col. Palo de Santa Rita, CP 23096 La Paz, Baja California Sur, México 2 Instituto Tecnológico Superior de Mulegé, Loma de Los Frailes s/n, Col. Centro Santa Rosalia, CP 23920, Baja California Sur, México 3 Departamento de Biología Marina, Universidad Autónoma de Baja California Sur Carretera al Sur Km 5.5, La Paz, Baja California Sur, CP 23081, México 4 Center for Marine Biodiversity and Conservation, Scripps Institution of Oceanography La Jolla, California, USA 5 Department of Botany and Plant Sciences, University of California Riverside CA 92521-0147, USA ABSTRACT. The nearshore zooplankton species assemblage, identified per taxonomic groups (20) and per species for 12 selected groups, was analyzed from samples collected during November 2010 at four volcanic islands of the Islas Marías Archipelago (IMA), located 90-120 km offshore Nayarit, Mexico. From chlorophylla concentration and zooplankton biovolume perspective mesotrophic conditions prevailed in comparison with the Gulf of California during November. Crustaceans numerically dominated the zooplankton assemblage (92.3%) [Copepoda (79.2%), Decapoda larvae (4.7%), Cladocera (3.7%), Mysidacea (2.7%), and Euphausiacea (2.0%)]. The other 15 taxonomic groups (7.7% combined) accounted each one less than 1.5% of the relative abundance. Species richness of selected taxa (56%) included 259 taxa (121 identified to species, 117 to genus, and 21 not identified). Tropical species from neritic affinity clearly dominated zooplankton assemblage around IMA. Five tropical Copepoda species [Calanopia minor (Dana), Clausocalanus jobei Frost & Fleminger, Acrocalanus gibber Giesbrecht, Canthocalanus pauper (Giesbrecht), and Centropages furcatus (Dana)], a cladoceran Pseudevadne tergestina (Claus), and a Mysidacea species (Mysidium reckettsi Harrison & Bowman) dominated the zooplankton assemblage (accounting about 55% of total abundance of the identified species). Except C. furcatus, all these species are not abundant at oceanic regions of the central and northern Gulf of California. The similarity of multiple neritic and tropical species in the zooplankton assemblage from IMA and Cape Corrientes suggests strong coastal-insular plankton connectivity. Episodic current plumes associated with anomalous intense rivers discharge during rainy years, eddies generated by coastal upwelling event that move offshore, and northward regional oceanic circulation are the most likely mesoscale oceanographic processes that cause costal tropical zooplankton drift enhancing coastal-Archipelago species connectivity in this region. Keywords: zooplankton, assemblage, zooplankton biovolume, neritic, tropical, Islas Marías Archipelago, Mexico. Procesos oceanográficos que posiblemente explican la dominancia de asociaciones de especies de zooplancton nerítico tropical alrededor del archipiélago de Islas Marías, México RESUMEN. Se estudió la estructura comunitaria de zooplancton de 20 grupos taxonómicos (12 de los cuales fueron identificados a nivel de especie) recolectados en el archipiélago de Islas Marías (IMA), ubicado a 90-120 km de la costa de Nayarit, México, durante noviembre 2010. Desde la perspectiva de la concentración de clorofila-a y el biovolumen de zooplancton prevalecen condiciones mesotróficas en comparación con el resto del golfo de California durante noviembre. El zooplancton fue numéricamente dominado por crustáceos (92,3%) [Copepoda (79,2%), larvas de Decapoda (4,7%), Cladocera (3,7%), Mysidacea (2,7%) y Euphausiacea (2,0%)]. 1010 Latin American Journal of Aquatic Research Los otros 15 grupos taxonómicos (7,7% combinados) representaron cada uno menos del 1,5% de la abundancia relativa. La riqueza de especies de los taxa seleccionados (~56%) incluyó 259 taxones (121 identificados a nivel de especie, 117 a nivel de género y 21 no identificados). Las especies tropicales de afinidad nerítica claramente dominaron la estructura de la comunidad de zooplancton. Cinco especies de copépodos tropicales [Calanopia minor (Dana), Clausocalanus jobei Frost y Fleminger, Acrocalanus gibber Giesbrecht, Canthocalanus pauper (Giesbrecht) y Centropages furcatus (Dana)], un cladócero Pseudevadne tergestina (Claus), y una especie de Mysidacea (Mysidium reckettsi Harrison & Bowman) dominaron en abundancia la asociación del zooplancton insular (55% del total de las especies identificadas). A excepción de C. furcatus, todas éstas especies no son particularmente abundantes en las regiones oceánicas del centro y norte del Golfo de California. La presencia de múltiples especies neríticas de zooplancton de afinidad tropical entre las asociaciones de zooplancton de IMA y la costa del Cabo Corrientes sugiere una intensa conectividad de plancton entre los ambientes costero e insular. Los procesos oceanográficos de mesoescala más probables que favorecen esta conectividad son las episódicas plumas asociadas con anomalías de intensa descarga de los ríos durante los años lluviosos, los remolinos generados por surgencia costera que se mueven hacia aguas oceánicas y la circulación hacia los polos de esta región. Palabras clave: zooplancton, asociación, biovolumen zooplanctónico, nerítico, tropical, archipiélago Islas Marías, México. ___________________ Corresponding author: Jaime Gómez-Gutiérrez ([email protected]) INTRODUCTION Offshore zooplankton assemblages from the mouth of the Gulf of California and coastal Cape Corrientes region have been studied focused only on specific taxonomic groups, such as Copepoda (Chen, 1986; Jiménez-Pérez & Lara-Lara, 1988; Hernández-Trujillo & Esquivel-Herrera, 1989; Gómez-Gutiérrez & Hernández-Trujillo, 1994; López-Ibarra, 2008; Palomares-García et al., 2013), Euphausiacea (krill) (Mundhenke, 1969; Brinton, 1979; Brinton & Townsend, 1980; Gómez-Gutiérrez & HernándezTrujillo, 1994; Färber-Lorda et al., 2010; AmbrízArreola et al., 2012), Amphipoda (Siegel-Causey, 1982; Gasca & Franco-Gordo, 2008; Gasca et al., 2012), Mysidacea (Harrison & Bowman, 1987; Price, 2004), Decapoda larvae (Naranjo et al., 2006), Chaetognatha (Alvariño, 1963, 1969; RuizBoijseauneau et al., 2004), and ichthyoplankton (fish larvae) (Franco-Gordo et al., 1999, 2002, 2004; Aceves-Medina et al., 2003, 2004; Siordia-Cermeño et al., 2006; Silva-Segundo et al., 2008; Vilchis et al., 2009; León-Chávez et al., 2010, Avendaño-Ibarra et al., 2013, 2014). The rest of the zooplankton taxonomic groups are generally little known for Mexican waters (Brinton et al., 1986). Most recent efforts to understand the zooplankton assemblages have only identified relative abundance of broad zooplankton taxonomic groups or few selected species in the central and southern Gulf of California region (Siordia-Cermeño & Sánchez-Velasco, 2004, 2006; Vicencio-Aguilar & Fernández-Alamo, 2005). Fernández-Álamo & FärberLorda (2006) published the so far most comprehensive review about zooplankton biovolume, zoogeography, ecology, and species composition from the offshore Tropical Eastern Pacific zoogeographic region (TEP); they made emphasis on the lack of zooplankton information from tropical Mexican islands. The zooplankton assemblage represents a prominent food source for many benthic and demersal planktophagous predators that inhabit along the coastal habitats of Islas Marías Archipelago (IMA), including rocky and coral reefs, rhodolith beds, rocky pinnacles, and soft-bottom embayments (Erisman et al., 2011). Embryonic and larval stages of numerous invertebrates and bony fish assemblages disperse and inhabit as merozooplankton and thychoplankton around the IMA. The Islas Marías Archipelago includes four volcanic islands (María Magdalena, María Cleofas, Isla Madre, and San Juanito) located near the slope of the continental shelf, about 90-120 km offshore the coast of Nayarit state, Mexico. The Equatorial waters and water properties from the Gulf of California influence the insular waters from this Archipelago. The oceanic circulation around the islands is associated to episodic current plumes from the continental margin (MartínezFlores et al., 2011), large cyclonic and anticyclonic eddies from Cabo Corrientes region (Kurczyn et al., 2012; Pantoja et al., 2012), bottom topography (Kurian et al., 2011), local wind-forcing (Pares-Sierra et al., 1993), coastal trapped waves of equatorial origin (Zamudio et al., 2001, 2007) and oceanic currents (Lavín et al., 2006). These processes also modify local production and may influence retention and transport of zooplankton in the TEP region (Färber-Lorda et al., 2004, 2010; Fernández-Álamo & Färber-Lorda, 2006; Zooplankton at Islas Marías Archipelago, Mexico León-Chávez et al., 2010). Because the IMA lies near the intersection of the Cortez and the Panamic biogeographic provinces (Robertson & Cramer, 2009; Erisman et al., 2011) featured with mesotrophic conditions throughout the year (<0.7 mg Chl-a m-3 and low zooplankton biovolume <100 mL 1000 m-3) (Fernández-Álamo & Färber-Lorda, 2006; LópezSandoval et al., 2009), it is expected that tropical zoogeographic affinity dominate these islands, but its oceanic or neritic origins still remains unknown. The present study includes two objectives: 1) to describe, for the first time, the IMA near-shore zooplankton assemblage as identified per taxonomic groups and per species for 12 selected groups for which their taxonomy is relatively well known for the TEP [Copepoda, Decapoda, Cladocera, Decapoda, Euphausiacea, Mysidacea, Amphipoda, Siphonophora, Chaetognatha, Pteropoda, Appendicularia, Cephalopoda, and Pisces (fish larvae)] and 2) to compare zooplankton species structure from IMA with offshore waters of the Gulf of California mouth and the continental coast of Cape Corrientes zooplankton species, to infer if the zooplankton of the island is numerically dominated by oceanic or neritic affinity species, and also to speculate about the potential connectivity processes that maintains benthic and neritic fauna in the Archipelago. Thus, we did the characterization of the most abundant species and community structure outlining a baseline for further use as inventory of zooplankton fauna from the Islas Marías Archipelago. This is relevant because in 2000 the Islas Marías Archipelago was declared a Biosphere Reserve and in 2007 the UNESCO included it as a Natural World Heritage Serial Site (Erisman et al., 2011); thus a zooplankton checklist, zooplankton biovolume, and understanding how the zooplankton assemblages are structured, may be useful for conservation and management purposes for this archipelago. MATERIALS AND METHODS During a cruise for censing the communities of reef fish and benthic invertebrates of IMA, carried out in November 2010 (Erisman et al., 2011), we collected zooplankton samples to investigate the zooplankton species composition from the four volcanic islands. Performing biological studies in the IMA is difficult because it requires government permission given the restricted access and no commercial fishery in the region due to the presence of a Federal Prison colony in Isla Madre (established since 1905). Thus, this study represents an outstanding opportunity to explore zooplankton diversity around the Islas Marías Archipelago. 1011 Satellite sea surface temperature and chlorophyll-a concentration Satellite 7-days sea surface temperature composite obtained from MODIS-Terra (Moderate Resolution Imaging Spectral-Radiometer), with a 9 km spatial resolution (http://oceandata.sci.gsfc.nasa.gov/MODI SA/Mapped/) and satellite 7-days composite sea surface chlorophyll-a concentration (mg m-3) images from SeaWiFS with 4 km resolution maps (http:// oceancolor.gsfc.nasa.gob/SeaWiFS) were used to create SST and Chl-a distribution maps around IMA region (13-19 November, 2010). Zooplankton sampling As part of a diving census survey and collections of coastal benthic, demersal, and pelagic fishes (Erisman et al., 2011), and benthic invertebrate community structure (mainly Octocorallia, Echinodermata, Mollusca and Crustacea: mostly Decapoda and Stomatopoda) (Sánchez-Ortíz et al., unpublished data), the zooplankton community structure of 11 sampling sites was studied at at Islas Marías Archipelago, during November 13-21, 2010 (Fig. 1). Near sea surface zooplankton samples (<2 m depth) were collected in rocky reefs, rhodolith beds, and sandy bottom habitats, with seafloor depth ranging typically between 15-30 m. Near-surface epipelagic zooplankton was collected with a conical zooplankton net (0.6 m ring diameter; 333 µm mesh net) fitted with a General Oceanic digital flow meter to estimate water volume filtered by the net (Smith & Richardson, 1977). The cruise was done with the touristic vessel Rocío del Mar and the net was towed with a Zodiac boat, following a wide semicircular trajectory during 10 min. The location of the zooplankton samples was determined with a GPS. Zooplankton samples were preserved with 96% ethanol with a complete ethanol replacement after 24 h of preservation. Zooplankton biovolume was determined using the volume displacement method (Smith & Richardson, 1977). For comparative purposes, the zooplankton biovolume collected at IMA during November 2010 was compared with near surface zooplankton tows collected on board the R/V El Puma (UNAM) with the collection method using 333 and 500 µm mesh net during 2005 (November 19-26), and 2007 (January 13-27; July 20 through August 2) at the central and northern Gulf of California regions (26-30ºN) (Tremblay et al., 2010) (Table 1). Sample analysis Fish eggs and larvae (ichthyoplankton) was sorted out, counted and analyzed from the entire zooplankton sample. The rest of the zooplankton taxonomic groups 1012 Latin American Journal of Aquatic Research Figure 1. Surface zooplankton sampling stations collected during November 2010 at Islas Marías Archipelago in the Mexican Tropical Pacific, Mexico. Table 1. Comparison of zooplankton biovolume (mL 1000 m -3) collected with surface horizontal tows at Islas Marías Archipelago (IMA) during November 2010 and samples collected in the central and northern part of the Gulf of California during November 2005, January and July-August 2007. Regions Dates Mesh net Sample size (n) Average Minimum Maximum Standard deviation Standard error Gulf of California/IMA biovolume ratio IMA 14-23 Nov 2010 333 μm 11 62.9 28.0 159.4 36.9 11.7 were sorted, identified, and counted from 10 mL aliquots obtained with a calibrated Hensen Stempel pippette from a standard 240 mL bottle. We first identified all the zooplankton per large taxonomic groups (typically Order), and later several taxonomic experts helped us to identify species for the 12 selected zooplankton groups: Copepoda, Cladocera, Decapoda, Euphausiacea, Amphipoda, Mysidacea, Siphonophora, Chaetognatha, Pteropoda, Appendicularia, Cephalopoda, and Pisces (fish larvae). A second 10 mL aliquot Central and northern part of the Gulf of California (26-30ºN) 19-26 Nov 2005 333 μm 23 138.4 6.3 522.8 142.0 29.6 2.2 13-27 Jan 2007 333 μm 505 μm 29 27 1095.2 377.4 52.6 35.8 3903.1 1108.3 1107.1 344.8 205.6 66.3 17.4 5.9 20 Jul - 02 Aug 2007 333 μm 505 μm 21 24 368.0 176.5 28.3 22.9 1454.9 671.4 365.8 177.4 79.8 36.2 5.8 2.7 was analyzed to count zooplankton per taxonomic groups. The abundance of organisms detected in the second aliquot, not observed in the first 10 mL, was standardized to a total 20 mL aliquot size sample. The abundance of each taxonomic zooplankton group and each species identified was standardized to number of individuals per 1000 m-3 using standard methods (Smith & Richardson, 1977). Twelve zooplankton taxonomic groups were identified at the species level using as principal sources, Zooplankton at Islas Marías Archipelago, Mexico but not exclusively, standard taxonomic keys for Copepoda (Palomares-García et al., 1998; Razouls et al., 2005-2012, http://copepodes.obs-banyuls.fr/en/), Euphausiacea (Baker et al., 1990; Brinton et al., 2000), Mysidacea (Tattersall, 1951; Ii, 1964; Mauchline, 1980; Harrison & Bowman, 1987; Deprez et al., 2005; NeMys webpage http://nemys.ugent.be/; Murano & Fukuoka, 2008), Decapoda (Williamson, 1957a, 1957b, 1960, 1962, 1967, 1983; MacDonald et al., 1957; Pike & Williamson, 1972; Fichman & Williamson, 1978; Albornoz & Wertmann, 1997; Anosov, 2000; Dos Santos & Lindley, 2001; Puls, 2001; Dos Santos & González-Gordillo, 2004), Chaetognatha (Alvariño, 1963, 1967; Casanova, 1999), Pteropoda (Seapy, 1990; Spoel, 1996; Spoel et al., 1997; Angulo-Campillo, 2009), Hyperiid amphipods (Vinogradov et al., 1996; Zeidler, 2006), and ichthyoplankton (Brogan, 1992; Moser, 1996; Beltran-León & Rios-Herrera, 2000). A relative large proportion of specimens, particularly fish and decapod larvae, were not identified to species, because their larvae have not been described yet. Abundance per taxonomic group, and abundance per species was log10 (x+1) transformed to decrease abundance variability for statistical analysis (McCune et al., 2002). To detect spatial community structure similarities among zooplankton samples per sampling station and presence/absence of each species, a Hierarchical two-way Cluster Analysis was done using the Bray Curtis link method and Flexible Beta distance (selected value -0.250) (using a matrix coding of relative abundance per species) calculated with the PCORD software (version 6.0; http://home.centurytel. net/~mjm/pcordwin.htm) (McCune et al., 2002). RESULTS Satellite sea surface temperature and chlorophyll-a concentration During November 2010, sea surface temperature (SST) was relatively warm (25-26.6ºC) and showed a clear longitudinal gradient with the highest SST along the Southwest coast of the Islas Marías Archipelago (IMA) and the lowest at the Northeast area of María Madre Island (Fig. 2a). Sea surface chlorophyll-a (Chl-a) concen-tration was considerably low (<0.42 mg m-3) at all the study area; showing the relatively the lowest concentration offshore along the western coast of the IMA and high values along the eastern coast of the archipelago (Fig. 2b). These relatively high SST and low Chl-a concentrations represent mesotrophic conditions. Zooplankton biovolume Near surface zooplankton biovolume (ZB) was <159 mL 1000 m-3 with relatively small spatial variability 1013 (Mean = 63 mL 1000 m-3; standard error = 12 mL 1000 m-3, map not showed) during November 2010 in the Islas Marías Archipelago. IMA near surface zooplankton biovolume ranged between 2.2 and 17.4 times lower than those collected in the central and northern regions of the Gulf of California during November 2005 and January and July 2007 (Table 1). These comparisons, indicate that the near-shore habitat of the IMA could be considered as a mesotrophic coastal habitat during the sampled period. Zooplankton identified per taxonomic groups Zooplankton assemblage in the near-shore habitat of IMA included 13 holoplanktonic and 7 meroplanktonic taxonomic groups. Crustaceans, numerically dominated total zooplankton abundance (92.3%) (Fig. 3a, Table 2). Copepoda alone accounted for 79.2% of the total zooplankton abundance. Other crustacean groups recorded with high relative abundance were Decapoda (4.7%), Cladocera (3.7%), Mysidacea (2.7%), and Euphausiacea (2.0%). Fish eggs accounted for 1.5% of total abundance, indicating the relevance of the nearshore habitat for fish reproduction during November. Appendicularia (Order Copelata) and Chaetognatha, each one had 1.4% of total relative abundance. The rest of the 12 taxonomic groups accounted individually <0.6%, accumulating only 3.4% of the total abundance (Fig. 3a, Table 2). Zooplankton identified per species From 12 selected taxonomic groups a total of 259 taxa were identified in the near-shore zooplankton assemblage. Fish larvae showed the highest taxa number (107 taxa ranging from family to species) decreasing with Decapoda (56), Copepoda (35), Thecosomata (17), Amphipoda (15), Siphonophora (10), Chaetognatha (7), Euphausiacea (6), Cladocera (2), Mysidacea (2), Appendicularia (1), and Cephalopoda (1) (Table 3). Copepoda, Euphausiacea, Amphipoda, and Cladocera are relatively well-known species in the central Mexican Pacific region. The tropical Copepoda Calanopia minor A. Scott, Clausocalanus jobei Frost & Fleminger, Acrocalanus gibber Giesbrecht, Canthocalanus pauper (Giesbrecht), and Centropages furcatus (Dana) had abundances between 7.5 and 10.1%, all them accounting for 36% of the identified species total abundance (Fig. 3b, Table 3). None of them are numerically dominant in the central and northern Gulf of California or in offshore waters from the TEP regions. The tropical copepods Centropages furcatus (Dana) (5.2%) and Oncea venusta Phillippi (4%) also are relatively abundant in the central and north of the Gulf of California during summer. 1014 Latin American Journal of Aquatic Research Figure 2. Satellite a) sea surface temperature (°C) MODIS and b) chlorophyll-a concentration SeaWIFS (mg Chl-a m-3) recorded during November 2010 at the Islas Marías Archipelago. Figure 3. Relative abundance of near-shore zooplankton identified per a) zooplankton groups and b) selected numerically dominant zooplankton species that could be the most trophically relevant zooplankton species from the Islas Marías Archipelago recorded during November 2010. The Cladocera, Pseudevadne tergestina (Claus) was also abundant (6.5%). Euphausiacea, mostly as larvae and juvenile phases, were relatively scarce in the IMA near-shore habitat, The TEP endemic species: [Euphau- siacea distinguenda Hansen, 1908 (3.4%) and Euphausiacea lamelligera Hansen, 1911 (2.3%)] (Fig. 3b). The most abundant species from Chaetognatha (<2.3%, Flaccisagitta enflata (Grassi)), Decapoda Table 2. Zooplankton abundance (ind. 1000 m-3) identified per taxonomic groups collected during November 2010 in the Islas Marías Archipelago. In bold are showed the taxonomic groups that were further identified to family, genus or species level. Zooplankton at Islas Marías Archipelago, Mexico 1015 Table 3. Systematic species composition, relative abundance, mean, and standard deviation abundance (ind 1000 m -3) of selected holozooplankton and merozooplankton taxonomic groups collected at Islas Marías Archipelago during November 2010. SD: standard deviation. 1016 Latin American Journal of Aquatic Research Zooplankton at Islas Marías Archipelago, Mexico 1017 1018 Latin American Journal of Aquatic Research Zooplankton at Islas Marías Archipelago, Mexico 1019 1020 Latin American Journal of Aquatic Research Zooplankton at Islas Marías Archipelago, Mexico 1021 1022 Latin American Journal of Aquatic Research Zooplankton at Islas Marías Archipelago, Mexico 1023 1024 Latin American Journal of Aquatic Research (<1.7%, Uca sp.), Amphipoda (<1.1%, Lestrigonus bengalensis Giles), Mysidacea (<0.4% Mysidium ricketsi Harrison & Bowman), Pteropoda (<0.3%, Creseis virgula virgula Rang), and Siphonophorae, had considerably low abundance. However, they were relatively widely distributed in the IMA near-shore habitat (Fig. 3b, Table 3). Decapoda larvae from Mexican waters are highly diverse but poorly known; they were identified typically family- genus level using taxonomic keys mostly from the California Current and the Atlantic and Mediterranean Sea (Table 3). A large number of fish larvae (75 taxa) were not possible to identify at the species level (31 to genera and 44 to family level, or morphotype) belonging to benthic cryptic and reef habitat associated tropical taxa. The fish families with larger number of species were Dactyloscopidae (19 taxa), Labrisomidae (16), Tripterygiidae (8), Haemulidae, Chaenopsidae, and Gobiesocidae (7 taxa each one). Scombridae (Auxis sp., 205 larvae 1000 m-3) and Tripterygiidae [Enneanectes sp. 2 with 139.6 larvae 1000 m-3 and Enneanected carminalis (Jordan & Gilbert) with 82.5 larvae 1000 m-3] were the most abundant fish larvae detected in this study. Although IMA is located near and east the shelf break, zooplankton assemblage was clearly outnumbered by tropical species from the neritic habitat, mostly crustaceans (copepods, cladocera, and mysids) suggesting a close connectivity of this archipelago with the coastal habitat from Cape Corrientes region (Table 4). Zooplankton two-way cluster analysis Cluster analysis applied to the 20 taxonomic groups (fish eggs and larvae were here considered as different groups) showed three groups of stations segregating two groups that separate southwest and northeast of the Archipelago (Groups 1 SW, 2NW) and a third group that includes stations from southeast and northwest (Group 3 SE-NW) (Fig. 4a). The cluster analysis for zooplankton groups showed three groups ordered from high abundance (Group 1, with 12 taxonomic groups Copepoda-Mysidacea) to medium (Group 2 SalpidaOstracoda), and low abundance (Group 3 CephalopodaCirripedia) (Fig. 4a). Cluster analysis applied to 69 of the most abundant taxa (identified down to genus and species) showed also three groups of stations segregating two groups that separate west and south of the archipelago (1 W, 2 S) and a third group that include stations from northwest (3 NW) of the IMA (Fig. 4b). Cluster analysis was used to determine species assemblages (120 species, excluding those identified only to genus family taxonomic level) at 25% of similarity (dashed line) showed four species groups (Groups 1-4). Species Table 4. Fish larvae (ichthyoplankton) taxonomic assemblage collected at the Mexican Tropical Pacific, Gulf of California and California Current System. nd: no data available, *: Juvenile and adult fish checklist investigation carried out diving during November 2010 survey (Erisman et al., 2011). Zooplankton at Islas Marías Archipelago, Mexico 1025 of Group 1 (12 taxa; Acartia lilljeborgii Giesbrecht– Grapsus sp.) were located mostly along the west coast of the archipelago. The Group 2 (7 taxa; Pagurus sp. 1– Muggiaea atlantica Cunningham) along the west coast of the archipelago. Species of Group 3 (43 taxa; Canthocalanus pauper (Giesbrecht)-Diphyidae sp.) was the most diverse and widely distributed in all the IMA including most of the numerically dominant copepod species in the zooplankton samples present in the four islands. The last Group 4 [7 taxa with very low abundance; Euphausia eximia Hansen–Planktomya henseni Simroth] had a very patchy distribution pattern. Overall, the species group assemblages at IMA showed a geographical separation (mostly a longitudinal cline likely enhanced by the presence of the shelf-break at the west of IMA) on moderates and low abundance taxa but not for species highly abundant and widely distributed among the four islands (Figs. 4a-4b). DISCUSSION Islas Marías Archipelago species assemblage (neritic vs oceanic affinity) Our zooplankton assemblage study provides an emerging view about how the IMA show large proportion of a diverse tropical-neritic species dominated by 12 holoplanktonic taxa (mostly crustaceans) and, in less proportion, eight meroplanktonic taxa (fish eggs and larvae were here considered as separated groups), inhabiting a relatively mesotrophic habitat featured with low Chl-a concentration and low zooplankton biovolume (López-Sandoval et al., 2009; FernándezÁlamo & Färber-Lorda, 2006). Comparing IMA zooplankton community structure from IMA with those collected at offshore waters of the Gulf of California and coastal region of Cabo Corrientes we found a more similar zooplanktonic fauna with the tropical coastal species assemblage previously detected along Cape Corrientes coast, Jalisco, Mexico. For example, Islas Marías Archipelago fish larvae species, family composition, and abundance, were similar to those detected during another zooplankton survey carried out during October 2002 in 12 sites at Isabel Island, located ~27 km offshore Nayarit coast and ~70 km East from IMA (Funes-Rodríguez et al., unpublished data) (Table 4). This dominant species composition is consistent with other ichthyoplanktonic studies carried out along the continental shelf of the Cabo Corrientes region, where most specious families were flatfishes (Franco-Gordo et al., 2002) and reef fishes (Silva-Segundo et al., 2008). One interesting exception of this pattern observed in the present study was the presence of Auxis sp. (Scombridae), as the relatively most abundant fish larvae recorded near the 1026 Latin American Journal of Aquatic Research Figure 4. a) Map with station sampled, Two-way cluster analysis of zooplankton identified per b) taxonomic group, and c) dominant zooplankton species during November 2010 at Islas Marías Archipelago. coast of IMA, because tuna are a well-known oceanic affinity species in the TEP region. Without this exception, the rest of the IMA fish larvae species were of neritic affinity (different to fish larvae typically observed at offshore regions of the mouth of the Gulf of California) numerically dominated by the tropical mesopelagic, like Benthosema panamense (AcevesMedina et al., 2004; González-Armas et al., 2008; León-Chávez et al., 2010). In the TEP assemblages, the tropical mesopelagic Vinciguerria lucetia and Diogenicthys laternatus (Garman) species dominate the transition region in winter; while the neritic pelagic, Bregmaceros bathymaster, dominates the “coastaloceanic” assemblage in autumn at Cabo Corrientes region (León-Chavez et al., 2010), near the coasts of Jalisco and Colima States (Siordia-Cermeño et al., 2006), and at Gulf of Tehuantepec (López-Chávez et al., 2012). Near shore IMA region showed relatively low copepod diversity (35 species) of tropical affinity that contrasts with the about 480 copepods species recorded for the TEP region (Central America, Galapagos, Northern Perú) (Razouls et al., 2005-2012; Suárez- Morales & Gasca, 1998) and 130 species in the Gulf of California (Brinton et al., 1986, Hernández-Trujillo & Esquivel-Herrera, 1989; Palomares-García et al., 1998, 2013). This low Copepoda diversity at IMA is likely related with the shallow and coastal sampling done in the present study. Five species (Calanopia minor, Clausocalanus jobei, Acrocalanus gibber, Canthocalanus pauper, and Centropages furcatus) accounted for about 43% of total abundance of all the 259 identified species. As far as we know, this is the first record of Calanopia elliptica and Acrocalanus gibber in Mexican waters according with species detected in three exhaustive free-living marine Copepoda checklists (Palomares-García et al., 1998; Suárez-Morales & Gasca, 1998; Razouls et al., 20052012). These five copepod species are tropical and subtropical neritic species that have not been recorded or detected in very low abundances at offshore regions of the TEP, where are numerically dominated by species of oceanic affinity, like Subeucalanus subtenuis (Giesbrecht) (33.5%), Subeucalanus subcrassus (Giesbrecht) (12.8%), and Rhincalanus nasutus Giesbrecht (9.5%) from a copepod assemblage of 63 Zooplankton at Islas Marías Archipelago, Mexico species (Chen, 1986). Palomares-García et al. (2013) detected 53 Copepoda species in the central and northern Gulf of California showing different dominant species during winter [Pleuromamma gracilis Claus, Calanus pacificus Brodsky, R. nasutus, and Scolecithrix danae (Lubbock), summing 65%] than during summer [Centropages furcatus, Clausocalanus furcatus (Brady), and R. nasutus 24%]. Except Canthocalanus pauper that also was numerically dominant during summer at northern latitudes from the Gulf of California (Palomares-García et al., 1998) and at IMA region, the numerically dominant copepod species composition reported in IMA were not dominant at offshore epipelagic habitats from the central and northern regions of the Gulf of California suggesting that IMA has a different zooplankton assemblage (Jiménez-Pérez & Lara-Lara, 1988; Hernández-Trujillo & Esquivel-Herrera, 1989; Palomares-García et al., 1998, 2013; Suárez-Morales et al., 2000; Siordia-Cermeño & Sánchez-Velasco, 2004; Lavaniegos et al., 2012). At IMA we detected only two mysid species, Mysidium rickettsi, that was moderately abundant but with a patchy distribution pattern in the archipelago (63% of frequency of occurrence), and Syriella pacifica, detected only in one zooplankton sample in very low abundance. Harrison & Bowman (1987) described M. rickettsi from specimens collected by Rickets & Steinbeck in 1940 at Port Marcial, Baja California Sur and Bahía Ohiura, Sonora, and from specimens obtained in the 1980 decade through manta ray gut contents from four localities near Bahía de La Paz B.C.S. collected by Notarbartolo-di-Sciara (1988) (in fact M. rickettsi was the second most abundant prey from manta ray just after the euphausiid Nyctiphanes simplex Hansen). The presence of M. rickettsi at IMA is the southernmost record for this species expanding ~400 km its distribution range from previous reports (Harrison & Bowman, 1987; Notarbartolo-di-Sciara, 1988). This is also relevant evidence that IMA represents a neritic habitat suitable for mysids (mysids are not detected in offshore oceanographic cruises) even than this Archipelago is located 70-90 km offshore from Cabo Corrientes coast. Euphausiids also suggest a neritic tropical habitat because were detected larvae and juveniles of two endemic neritic TEP krill species that dominate Cabo Corrientes region: Euphausia distinguenda and with less abundance E. lamelligera. Both species are well known from previous studies at the central Mexican Pacific coast (Mundhenke, 1969; Brinton, 1979), the mouth of Gulf of California (Färber-Lorda et al., 2004, 2010) and along the Jalisco-Colima coast where E. distinguenda (88-90%) outnumbers E. lamelligera 1027 (7%) (Ambríz-Arreola et al., 2012). This abundance pattern contrast with offshore waters where E. lamelligera is considerably more abundant than E. distinguenda (Brinton, 1979; Brinton & Townsend, 1980; Brinton et al., 1986; Farber-Lorda et al., 2010). Because we sampled only near-shore shallow seafloor (10-40 m depth) we expected to find only larvae and juvenile, since adult’s distribution is related with deeper seafloor as they do large daily vertical migrations (Lavaniegos, 1996; Tremblay et al., 2010). The amphipods Lestrigonus bengalensis and Hyperioides sibaginis (Stebbing) were the most abundant of 15 Amphipoda species collected at IMA. L. bengalensis is the most abundant amphipod in the entire Gulf of California, particularly in neritic waters, while H. sibaginis is considered uncommon in the gulf, but relatively abundant at IMA region (Siegel-Causey, 1982; Brinton et al., 1986; Gasca & Franco-Gordo, 2008; Gasca et al., 2012). Along the coast of Cape Corrientes, occurs a considerably more diverse amphipod assemblage (80 species, 3-48 species per oceanographic station), but also overwhelming numerically dominated by these two amphipod species (both accounting 79% of the total Hyperiidae amphipod abundance). However, H. sibaginis (65%) is typically more abundant than L. bengalensis (14%) throughout the year in Cape Corrientes (Gasca & Franco-Gordo, 2008; Gasca et al., 2012). If amphipod species per se does not give a clue about if IMA is a neritic or oceanic habitat maybe their abundances can do. Hyperiidae, particularly the most numerically dominant species, are typically more abundant inshore (1432 ind 1000 m-3, 68 species) than offshore (736 ind 1000 m-3, 77 species) (Gasca et al., 2012). This explains the relatively low mean abundance of hyperiid amphipods (917 ind 1000 m-3) at IMA as an amphipod coastal-oceanic species diversity gradient, although does not explain the relatively low amphipod species richness (15 species) (sampled at locations <30 m depth). However, it is clear that Islas Marías amphipods were clearly dominated by tropical-neritic amphipod species typical from the Panamic region (Valencia & Giraldo, 2009), being considerably different from California and Baja California peninsula regions, the Gulf of California, and Central region of Mexican Pacific (Lavaniegos & Ohman, 2003; Lavaniegos & Hereu, 2009). At IMA and Banderas Bay coast (Cape Corrientes) the Chaetognatha Parasagitta euneritica (Alvariño) (84%) and Flaccisagitta enflata (Grassi) (8.3%) were the most abundant and widely distributed species from the 7 species of Chaetognatha detected near the coast (Ruiz-Boijseauneau et al., 2004). P. euneritica is a coastal epiplanktonic species distributed along the coastal waters of the eastern Pacific Ocean, from 45N 1028 Latin American Journal of Aquatic Research to Baja California and inside the Gulf of California (Bieri, 1957, 1959; Alvariño, 1965, 1969; HernándezTrujillo & Esquivel-Herrera, 1989; Ruiz-Boijseauneau et al., 2004; Cota-Meza, 2011). Through the Gulf of California four [F. enflata, Sagitta minima (Grassi), P. euneritica (Alvariño), and Decipisagitta decipiens (Fowler)] of the 17 Chaetognatha species are widely distributed in the region while Flaccisagitta hexaptera (D´Orbigny), Aidanosagitta neglecta (Aida), Zonosagitta bedoti (Beraneck) (all them originally included in the genus Sagitta), and Krohnitta pacifica Ritter-Záhony of tropical affinity were detected only in the mouth of the gulf (Alvariño, 1969). At Banderas Bay, located south of IMA region, the most common Chaetognatha species were P. euneritica, A. neglecta, F. enflata, Z. bedoti, Serratosagitta pacifica (Tokioka), S. minima, and K. pacifica. Thus, with few exceptions, most of the taxonomic species group defines IMA zooplankton species assemblage as a neritic tropical habitat. However, IMA insular waters seem to have mesotropic conditions proper of offshore waters rather than relatively more productive coastal waters from Cape Corrientes coast because tropical waters from the TEP influenced the IMA region. Zooplankton biovolume at IMA (mean 63 mL 1000 m-3) was comparable with the zooplankton biovolume range 50-100 mL 1000 m-3 throughout the year reported from oceanic epipelagic waters of the TEP from a comprehensive large-scale integration of historical data set (1955-2000) (Fernández-Álamo & Färber-Lorda, 2006). We sampled during the summerautumn period (November 2010), when Islas Marías Archipelago usually have the lower phytoplankton biomass productivity (López-Sandoval et al., 2009) and considerably lower zooplankton biovolume values than those recorded from the central Gulf of California during November 2005, and January and July 2007 (Table 1, same plankton sampling method) or from the mouth of the Gulf of California and off Cape Corrientes (>300 mL 1000 m-3) observed during November 2005 and March 2007 (collected with Bongo oblique tows) (León-Chávez et al., 2010). Oceanographic processes that enhance coastalinsular zooplankton connectivity Although the IMA is located relatively offshore (90120 km), this is still located over the continental shelf near and east of the shelf-break. The similarity of multiple neritic and tropical species in the zooplankton assemblage from IMA and Cape Corrientes suggests strong coastal-insular zooplankton connectivity. However, which oceanographic processes enhance this possible coastal-insular plankton connectivity? An extensive literature review suggests that at least three mesoscale oceanographic processes could be involved in episodic events of continental-archipelago zooplankton population connectivity: 1) Intense river’s plumes occurring during the hurricane season (August-October) affect the turbidity and increase Chl-a concentration (probably also detected with surface salinity), modifying also other physical and chemical characteristics (Martínez-Flores et al., 2011) and, more interestingly, sporadically transporting plankton from Cape Corrientes coast toward offshore waters. Thus, this process may facilitate the colonization of meroplanktonic organisms in the IMA benthic and demersal habitats. For example, a plume of river's discharges originated from Acaponeta, San Pedro, Santiago, and Ameca, detected in August 2004, covered an area of 44,000 km2 reaching offshore regions, as far ~300 km offshore from the Nayarit coastline surrounding the IMA and Isla Isabel (Martínez-Flores et al., 2011). 2) Although it is unlikely that the IMA region becomes influenced by the regular seasonal coastalupwelling activity detected off Cape Corrientes region (Ambríz-Arreola et al., 2012), because it is located far beyond the 60-km distance of influence that typically coastal upwelling events have (Bakun, 1996); recently it was proposed, with an altimeter merged data series of 18 years (October 1992October 2010), a close connection of coastal windforced upwelling with the generation of large cyclonic and anticyclonic eddies (>10 weeks duration, mostly cyclonic) in the Cape Corrientes region that travel offshore with southwest direction in the TEP (Kurczyn et al., 2012). Mesoscale eddies in this region also can be formed through baroclinic instabilities of the near-coastal currents (Pantoja et al., 2012), interaction of the large-scale circulation with the bottom topography (Kurian et al., 2011), local wind-forcing (Pares-Sierra et al., 1993), or coastally trapped waves of equatorial origin (Zamudio et al., 2001, 2007). These long-lived eddies were mainly nonlinear and therefore can redistribute coastal waters relatively far into the open ocean. Cyclonic and anticyclonic eddies in TEP region influence retention and transport of zooplankton offshore (Fernández-Álamo & FärberLorda, 2006), like fish larvae (León-Chávez et al., 2010) and krill species assemblages (Färber-Lorda et al., 2004, 2010). 3) Another seasonal process that can strongly influence IMA insular zooplankton is a summer intense coastal poleward current of 90-180 km wide and 250-400 m deep with surface speed between 0.15 and 0.35 m s-1 (Lavín et al., 2006). This process Zooplankton at Islas Marías Archipelago, Mexico may explain why zooplanktonic fauna at IMA region during November 2010 was mostly formed by tropical affinity species, rather than having a large proportion of fauna from the northern subtropical Gulf of California (Mundhenke, 1969; Brinton, 1979; Brinton et al., 1986; FernándezÁlamo & Färber-Lorda, 2006). All these three oceanographic processes might explain why insular plankton have a large component of neritic tropical zooplankton rather than typically oceanic plankton affinity that usually occur at region >70 km offshore in the Gulf of California. Potential methodological biases Although the present study was far to be comprehensive (11 samples collected only during November 2010), this was done in the IMA restricted access zone (a really difficult site to sample due the existence of a Federal Prison at Isla Madre) and provided an interesting new perspective about the zooplankton neritic and tropical affinity (due the uncommon effort to gather taxonomic experts on 12 taxonomic zooplankton groups). However, the present study has several methodological limitations that must be taken into account. 1) It is evident that seasonal contrasting sampling must be done if we want to understand seasonal community structure variability, reproductive periods, as well as population attributes of zooplankton fauna that interact with near-shore benthic and nektonic fauna that inhabit the Islas Marías Archipelago. 2) Near-surface plankton net tow sampling effort likely underestimate relative abundance and species diversity of epibenthic plankton like mysids. During several scuba diving carried out in rocky and rhodolith seafloor in November 2010, we observed dense epibenthic mysid swarms that seem to play a relevant trophic function for demersal and benthic local zooplanktophagous predators. 3) The IMA fish larvae species and morph composition must be biased toward a seasonal reproductive of some fish species. Even though, this study provided evidence that may complement other studies done in this archipelago in the future. It was interesting that several fish species recorded in the present study as larvae were not included in the juvenile and adult species checklist from Islas Marías (Erisman et al., 2011). The present work increased the fish species list in the IMA with larvae of the families: Clupeidae (Opisthonema sp. 1); Phosichthyidae [Vinciguerria lucetia (Garman)]; Myctophidae [Benthosema panamense (Tåning)]; Bregmacerotidae (Bregmaceros bathymaster Jordan & Bollman); Serranidae (Ephinephelus analogus Gil, Paralabrax loro Walford, Paranthias colonus Valenciennes); Ammodytidae [Ammodytoides gilli (Bean)]; Tripterygiidae [Enneanectes nigricaudus 1029 (Allen & Robertson), E. reticulates Allen & Robertson, E. sexmaculatus (Fowler)]; Dactyloscopidae [Dactyloscopus pectoralis Gill, Gillellus semicinctus Gilbert, Heteristius cinctus (Osburn & Nichols)]; Labrisomidae [Dialommus macrocephalus (Günther)]; Chaenopsidae (Acanthemblemaria crockery Beebe & Tee-Van), Scombridae (Auxis sp. 1); Nomeidae (Psenes sio Haedrich), and Paralichthydae (Citharicthys platophrys Gilbert). Clearly, these differences obey that adults of such species typically inhabit meso-pelagic, neritic, bentho-pelagic, or oceanic habitats not covered observed during the diving surveys reported in Erisman et al. (2011). Although estimate species diversity is one of the most common topics in marine ecology this endeavor requires an enormous amount of taxonomic expertise knowledge to identify the entire community of organisms that interact each other in this habitat. In the present study we attempted, from a modest sample size, identify as precise as possible most of the zooplankton assemblage of the tropical Islas Marías Archipelago. As a region not previously studied we found a large proportion of fish larvae not previously observed at ichthyoplanktonic surveys done along the west coast of Baja California Peninsula, Gulf of California, or Cape Corrientes regions during the more three decades of research (1980 to 2014) (Aceves-Medina et al., 2003, 2004; Franco-Gordo et al., 1999, 2004; Aceves-Medina et al., 2003, 2004; Funes-Rodríguez et al., 2011; SilvaSegundo et al., 2008; León-Chávez et al., 2010; FunesRodríguez et al., 2011; Avendaño-Ibarra et al., 2013, 2014). These are most likely fish larvae of benthic or demersal coastal fish species, which larval description and taxonomy is still highly fragmented (Brogan, 1992; Moser, 1996). Fish larvae descriptions from species distributed in the Colombian Pacific were particularly useful in the present study (Beltran-León & RíosHerrera, 2000), indicating the tropical zoogeographic affinity of ichthyoplanktonic fauna collected at IMA. This lack of taxonomic knowledge is prevalent in numerous taxonomic groups in Mexican waters (particularly in tropical habitats) like Decapoda, Mysidacea and all eight taxonomic groups not identified here to species level (Table 2). Therefore, define precisely the zooplankton assemblage at IMA, or in general in the Mexican TEP region, is currently an enormous scientific and taxonomic challenge if we want to understand how this small tropical Archipelago interact with processes responsible of self-maintained productivity and plankton population connectivity of this Archipelago with coastal and offshore ecosystems. CONCLUSIONS Insular near-shore zooplankton fauna from Islas Marías Archipelago (IMA) is dominated, in November, by 1030 Latin American Journal of Aquatic Research species not typically captured in offshore regions of the central and northern Gulf of California regions, but they seem to be quite similar to coastal zooplankton assemblage from Cape Corrientes region. These results suggest that IMA has considerably zooplankton connectivity with the Mexican mainland coast. The most likely mesoscale oceanographic processes responsible of this coastal-insular plankton connectivity could be episodic plumes from river runoff during the seasonal hurricane season, during rainy years, eddies generated by coastal upwelling, and coastal polarward currents that result in an overall plankton drift from Cape Corrientes coast toward offshore waters. Five tropical and neritic copepod species and a Cladocera, Pseudoevadne tergestina dominate zooplankton species assemblage suggesting these species have a relevant tropho-dynamic role at coastal and insular habitats being available for planktophagous predators from the islands. Because ichthyoplankton (egg and larvae), mollusks and Decapoda taxonomy is poorly known in a taxonomic perspective, this represent an interesting investigation field to discover and describe the diverse cryptic, demersal, and benthic species community reported from this tropical Archipelago. ACKNOWLEDGEMENTS Instituto Nacional de Ecología (INE), Mexico, Fondo Mexicano and an anonymous donor funded IMA research cruise on board Rocío del Mar Liveaboard. Scripps Institution Oceanography (SIO) Marine Vertebrate Collection, SIO Center for Marine Biodiversity and Conservation A.C., Universidad Autónoma de Baja California Sur, and Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (Instituto Politécnico Nacional, SIP-IPN 20100173) also provided additional financial support. We thank facilities for research collection and permission to do this research at Islas Marías Archipelago authorized by Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), México (Oficio NUM. F000526). We thank scientists and crew of the ship ‘Rocío del Mar’ for their valuable help during zooplankton collection. We thank to Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), Secretaria de Gobernación de México and penitentiary colony at Isla María Madre and Secretaria de Marina for their logistical facilities. We deeply thank to the following taxonomic experts for their valuable help in the identification and literature provided of several zooplankton groups collected at IMA Archipelago: Dr. Rebeca Gasca (Colegio de la Frontera Sur, Chetumal) for Amphipoda; M.Sc. Arturo Ruíz-Villanueva (Instituto Nacional de Ecología, Veracruz) for Siphonophora; M.Sc. María Soledad Cota-Meza (CICIMAR-IPN) for Chaetognatha, Dr. Orso Juan Angulo Campillo (CIBNOR, La Paz) for Pteropoda, Dr. Wayne Price (University of Tampa) and Dr. Leonardo Kenji Miyashita (University of São Paulo, Brazil) for Mysidacea, and Biol. Eduardo AnayaGodínez for ichthyoplankton. We thank to Biol. Minerva Maldonado and Dr. Carlos J. Robinson (Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, Universidad Nacional Autónoma de México) for their help to obtain satellite images of sea surface temperature and chlorophyll-a concentration from IMA region. REFERENCES Aceves-Medina, G.A., S.P.A. Jiménez-Rosenberg, A. Hinojosa-Medina, R. Funes-Rodríguez, R.J. Saldierna-Martínez, D. Lluch-Belda, P. Smith & W. Watson. 2003. Fish larvae from the Gulf of California. Sci. Mar., 67: 1-11. Aceves-Medina, G.A., A. Hinojosa-Medina, S.P.A. Jiménez-Rosenberg, R. Funes-Rodríguez & R.J. Saldierna-Martínez. 2004. Fish larvae assemblages in the Gulf of California. J. Fish. Biol., 65: 1-16. 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Se presenta un nuevo registro de producción exportada de cocolitóforos (cocolitos) durante los últimos 30.000 años, basado en el estudio de un testigo de sedimento marino obtenido frente a la entrada occidental del Estrecho de Magallanes (testigo MD07-3128; 53°S, 75ºW). Este testigo reveló la presencia de una asociación compuesta por trece taxones de cocolitóforos dominada por Gephyrocapsa “small” (representando en promedio >80% de la asociación total) y acompañada, en menor proporción (1-10%), por dos morfotipos de Emiliania huxleyi, Coccolithus pelagicus y Calcidiscus leptoporus. La concentración de cocolitos se correlacionó positivamente con el contenido de CaCO3 (P << 0.01; R2 = 0,63). En general, ambos registros estuvieron en fase con la temperatura superficial del mar derivada de alquenonas (Caniupán et al., 2011), donde los valores máximos en el CaCO3 (>30%) y la abundancia de cocolitos (~109 cocolitos g-1 sedimento seco) coincidieron con periodos relativamente cálidos (e.g., el Holoceno). Se hallaron marcadas diferencias al comparar estos datos con el registro de cocolitos de Saavedra-Pellitero et al. (2011) para el sitio ODP 1233 a los 41°S: en el sitio ODP 1233 la producción de cocolitóforos fue máxima durante el Último Máximo Glacial en respuesta a la advección hacia el norte de las aguas ricas en macronutrientes de la corriente Circumpolar Antártica. En contraste, el sitio MD07-3128 experimentó al mismo tiempo una baja en productividad de cocolitóforos probablemente relacionada al efecto negativo ejercido por un alto aporte de material terrígeno y agua de deshielo proveniente del gran casquete de hielo patagónico. Palabras clave: cocolitóforos, Último Máximo Glacial, Holoceno, sur de Chile. Cocolithophores in marine sediments off the western entrance of the Strait of Magellan reveal changes in productivity over the past 30,000 years ABSTRACT. We present a new record of coccolithophore (coccoliths) export productivity for the past 30,000 years based on the study of a marine sediment core collected at the western entrance of the Strait of Magellan (Core MD07-3128; 53°S, 75ºW). This sediment core revealed the presence of an assemblage composed by thirteen coccolithophore taxa, dominated by small Gephyrocapsa (>80% of the total assemblage on the average) and accompanied, in less proportions (1-10%), by two morphotypes of Emiliana huxleyi, Coccolithus pelagicus and Calcidiscus leptoporus. Coccolith concentration and CaCO3 content were strongly correlated (P << 0.01; R2 = 0.63). In general, both records were in phase with alkenone-derived sea-surface temperature (Caniupán et al., 2011) where maximum values of CaCO3 (>30%) and coccolith abundance (~109 coccoliths g-1 dry sediment) coincided with relatively warm periods (e.g., the Holocene). We found marked differences when comparing our data with a coccolith record published by Saavedra-Pellitero et al. (2011) for ODP Site 1233 at 41°S: At ODP Site 1233, coccolithophore production was maximal during the Last Glacial Maximum in response to the northward advection of macronutrients by the Antarctic Circumpolar Current. In contrast, site MD07-3128 experienced a reduction in coccolithophore production at the time, probably related to the negative effect exerted by the high inputs of terrigenous material and meltwater from the then nearby located large Patagonian Ice Sheet. Keywords: coccolithophores, Last Glacial Maximum, Holocene, southern Chile. ___________________ Corresponding author: Carina B. Lange ([email protected]) 1035 1036 Latin American Journal of Aquatic Research INTRODUCCIÓN Los cocolitóforos pertenecen a un grupo de algas unicelulares de la clase Prymnesiophyceae que se caracterizan por generar delicadas placas de carbonato de calcio (CaCO3) denominadas “cocolitos” (Billard & Inouye, 2004). Son un componente importante del fitoplancton marino y junto a los foraminíferos son los mayores productores de CaCO3 (Paasche, 2002), cumpliendo un rol clave en el ciclo del carbono en el océano (Moore et al., 2012). Los cocolitóforos son potencialmente susceptibles a los cambios climáticos, especialmente a la acidificación del océano, e.g., cambios en el pH oceánico y química de los carbonatos producto del incremento en los niveles del CO 2 (Poulton et al., 2013). Los cocolitóforos descienden desde la zona fótica hasta el fondo marino dentro de agregados (e.g., “nieve marina”) o pellets fecales (e.g., Honjo, 1976), acumulándose así en el fondo y constituyendo rocas sedimentarias (De Vargas et al., 2007). Las asociaciones de cocolitos en los sedimentos y sus patrones de distribución permiten inferir la dinámica de las aguas superficiales, la circulación oceánica y los gradientes de productividad (e.g., Brummer & Van Eijden, 1992; Kinkel et al., 2000), así como también en reconstrucciones de la temperatura superficial del mar (TSM) basada en alquenonas que son compuestos lipídicos producidos por algunas especies de cocolitóforos (e.g., Brassell et al., 1986; Prahl et al., 1988; Müller et al., 1998). Actualmente existen alrededor de 195 taxones de cocolitóforos, de los cuales Emiliania huxleyi es la especie más abundante (Brand, 1994). La distribución de los cocolitóforos en la columna de agua y de las asociaciones de cocolitos en los sedimentos ha sido escasamente estudiada en el Pacífico suroriental. Beaufort et al. (2008) estudiaron la producción de calcita por cocolitóforos en la columna de agua a lo largo de un transecto desde el Archipiélago de las Marquesas (10ºS, 140ºW) hasta el sistema de surgencia de Perú-Chile (36ºS, 73ºW). Este estudio reveló que las concentraciones de cocolitóforos fueron relativamente bajas (en promedio 4.000 cél L-1) y se observó que desde 100°W hasta la zona de surgencia costera, el género Emiliania dominó las comunidades de cocolitóforos. En aguas costeras frente a Concepción (∼36°S) también se observaron abundancias bajas (<1000 cél L-1) con un dominio de Emiliania huxleyi (E. Menschel, datos no publicados). En Patagonia sur cerca de la entrada occidental del Estrecho de Magallanes (53ºS), los cocolitóforos alcanzaron densidades de 10 5 cél L-1 durante el verano de 1991 identificándose en diferentes estaciones del Estrecho las especies E. huxleyi y Calciosolenia murrayi (Zingone et al., 2011). Más al sur, desde el Paso de Drake a la Península Antártica se reportaron nueve especies y en todas las estaciones la especie dominante fue E. huxleyi que alcanzó su máximo en el Frente Subantártico (Charalampopoulou, 2011). También en el Océano Austral (55°-70°S, 117°-68°W), Gravalosa et al. (2008) identificaron 15 especies de cocolitóforos hasta los 63°S con abundancias máximas en la zona Subantártica y el Frente Polar (105 cél L-1), que decrecen drásticamente hacia el sur. Este patrón también fue observado por otros autores en el sector Australiano (Findlay & Giraudeau, 2000). Los estudios de asociaciones de cocolitos en los sedimentos del Pacífico suroriental son muy escasos. Los trabajos de Saavedra-Pellitero et al. (2010, 2011) entregan información acerca de i) la distribución biogeográfica de cocolitos en sedimentos superficiales colectados entre ∼15°-51ºS y ∼71º-95ºW, y ii) una reconstrucción de la TSM derivada de la asociación de cocolitos, las abundancias relativas de las especies encontradas y las tasas de acumulación en el Sitio ODP 1233 ubicado a los 41°S, 74°W, abarcando los últimos ∼27.000 años antes del presente (AP). Combinando la información de datos de abundancia y distribución de cocolitos y condiciones oceanográficas de la zona, Saavedra-Pellitero et al. (2010) determinaron, mediante un análisis multivariado, tres factores que asocian las masas de agua y especies de cocolitóforos características de las mismas. Adicionalmente, Saavedra-Pellitero et al. (2011) vincularon las temperaturas más frías del Último Máximo Glacial (UMG) con una mayor productividad de cocolitóforos en el margen continental chileno a 41°S, que estaría asociado a un incremento en la advección de macronutrientes dado el desplazamiento de 5-6° de latitud hacia el norte de los Vientos del Oeste y de la Corriente Circumpolar Antártica (CCA). En contraste, las TSM más cálidas registradas durante el Holoceno temprano se asociaron a una menor productividad de cocolitóforos sugiriendo un desplazamiento hacia el sur del sistema oceánico/atmosférico. Estos patrones de productividad concuerdan con estimaciones previas para las zonas norte y centro de Chile (e.g., Mohtadi & Hebbeln, 2004). El Sitio ODP 1233 ha ofrecido una oportunidad única de conducir estudios paleoceanográficos y paleoclimáticos desde el último periodo glacial hacia el presente, incluyendo aparte de los ya mencionados de Saavedra-Pellitero et al. (2010, 2011), reconstrucciones de la TSM basada en alquenonas (Lamy et al., 2004, 2007; Kaiser et al., 2005), diversidad de cistos de dinoflagelados (Verleye & Louwye, 2010) y registros de polen y radiolarios (Heusser et al., 2006; Pisias et al., 2006). Más al sur, los sedimentos colectados a los Cocolitóforos del Estrecho de Magallanes 46ºS (MD07-3088) también revelan un aumento en la abundancia de cocolitos y foraminíferos durante el UMG y Duchamp-Alphonse et al. (2013) sugieren que este aumento estuvo ligado al fortalecimiento de la surgencia impulsada por el viento. Dos sitios cercanos a la entrada oeste del Estrecho de Magallanes (∼53°S) presentan nuevos registros de TSM derivada de alquenonas y/o acumulación de algunos componentes biogénicos que abarcan los últimos ∼60.000 años AP (testigo MD07-3128, Caniupán et al., 2011) y ∼13.000 años AP (testigo PC-03, Harada et al., 2013). El estudio de Caniupán et al. (2011) revela un enfriamiento regional que culmina durante el UMG y estaría asociado a la cercanía del testigo al gran casquete de hielo de la Patagonia (Patagonian Ice Sheet, PIS por sus siglas en inglés) que cubría los Andes entre ∼38°S y ∼56°S (e.g., Glasser & Jansson, 2008) durante el último periodo glacial y a su deshielo que explicaría las bajas TSM locales y las salinidades superficiales reducidas. Bajo este escenario cabe preguntarse ¿qué influencia tuvieron los cambios ambientales descritos sobre la productividad marina y en particular sobre la comunidad de cocolitóforos en la zona más meridional de la Patagonia chilena? Para dar respuesta a este interrogante, se propuso como objetivo estudiar los cocolitos (abundancia absoluta, tasas de acumulación y diversidad) preservados en los sedimentos marinos del testigo MD07-3128 a los 53°S (Figs. 1a-1b), concentrándose en los últimos ~30.000 años AP. Estos datos se combinan con los datos de paleo-temperaturas del mismo testigo (Caniupán et al., 2011) y se comparan con los publicados por Saavedra-Pellitero et al. (2011) a los 41°S (Sitio ODP 1233), entregando así información nueva y relevante para el conocimiento de este grupo de nanoplancton en la región. MATERIALES Y MÉTODOS Área de estudio Oceanográficamente, la costa oeste del continente sudamericano se encuentra bajo la influencia de la Corriente de Deriva del Oeste que al chocar con el continente se divide en dos ramas, la Corriente PerúChile (CPC) que fluye hacia el norte y la Corriente del Cabo de Hornos (CCH) hacia el sur (Silva & Neshyba, 1979); ambas corrientes transportan Agua Subantártica (Fig. 1a). Las aguas transportadas por la CCH se mezclan con aguas provenientes de los canales patagónicos en su flujo hacia el sur, conformándose el agua Subantártica Modificada con menor salinidad (Valdenegro & Silva, 2003). Esta corriente se une a la Corriente Circumpolar Antártica (CCA) en el Paso de Drake. 1037 La geometría de la costa hacia el sur de ~43°S es muy compleja, estando integrada por fiordos, islas, canales y archipiélagos (Antezana, 1999). Los fiordos y canales reciben grandes cantidades de agua dulce proveniente de ríos locales, escorrentía superficial y subterránea que son alimentados por fuertes lluvias y presencia de glaciares (ver artículos en Pantoja et al., 2011). Esta incorporación de agua dulce determina condiciones estuarinas y la columna de agua presenta una estratificación en dos capas (Silva et al., 1995; Sievers & Silva, 2008). El movimiento neto en la capa superficial es hacia el océano adyacente mientras que la capa profunda fluye hacia los fiordos transportando macronutrientes desde el mar costero (i.e., Agua Subantártica). La capa superficial (primeros 20-30 m de columna de agua) tiene muy baja salinidad (Silva & Neshyba, 1979; Iriarte et al., 2007) y se profundiza costa afuera (Pickard, 1971; Strub et al., 1998; Dávila et al., 2002). La interacción entre las aguas Subantárticas y las aguas diluidas de los fiordos define un frente salino costero entre 42° y 56°S (Silva & Neshyba, 1979; Dávila et al., 2002; Acha et al., 2004). La Patagonia es la región del planeta más próxima a la Antártida y está directamente vinculada con el clima global a través de los Vientos del Oeste (SWW, por sus siglas en inglés) cuya posición e intensidad varían estacionalmente dependiendo de la ubicación del cinturón subpolar de baja presión así como de la fuerza y posición del Anticiclón del Pacífico Subtropical. Las variaciones en la intensidad de los SWW afectan directamente el régimen de precipitación (Aceituno, 1988). En la actualidad, el núcleo de los SWW se localiza a 50°S. En el invierno austral, los SWW se extienden hacia el norte aumentando la precipitación en el centro-sur de Chile (33°-40ºS), mientras que los vientos zonales se debilitan en su núcleo en el extremo sur (50°-55ºS); durante el verano austral, los vientos zonales están más restringidos latitudinalmente y los SWW se intensifican alcanzando su máxima actividad en el extremo más austral del país (e.g., Lamy et al., 2010). El área de estudio frente al Estrecho de Magallanes, se encuentra a ∼5º de latitud hacia el norte del actual Frente Subantártico (FSA) (Orsi et al., 1995). En esta zona la TSM promedio anual es de ~8ºC y el rango estacional es de ~3ºC mientras que más al norte, en la ubicación del Sitio ODP 1233 la TSM promedio anual es de 12,6ºC y el rango estacional de ~3ºC (World Ocean Atlas, 2009) (Fig. 1a). Muestreo El testigo de sedimento utilizado (MD07-3128; 30,33 m de largo) fue obtenido a ~60 km al noroeste de la entrada occidental del Estrecho de Magallanes (52°39,57'S, 75°33,97'W; 1.032 m profundidad de columna de agua) con un sacatestigo a pistón Calypso 1038 Latin American Journal of Aquatic Research Figura 1. a) Ilustración esquemática de la circulación superficial moderna en el Pacífico suroriental (Strub et al., 1998) con el promedio anual de la temperatura superficial del mar (World Ocean Atlas 2009). Ubicación del sitio de muestreo (MD073128, círculo rojo) y del sitio ODP 1233 (círculo verde) utilizado en las comparaciones. CCA: Corriente Circumpolar Antárctica; CPC: Corriente Perú-Chile; CCH: Corriente del Cabo de Hornos; FST: Frente Subtropical; FSA: Frente Subantártico. Los Vientos del Oeste se representan en forma esquemática con flechas grises, b) ubicación del testigo MD073128 (círculo rojo) cercano a la entrada oeste del Estrecho de Magallanes en relación a la batimetría (en metros), c-e) características generales del testigo MD07-3128 abarcando 60.000 años de edad antes del presente (60 Kaños AP), c) tasas de sedimentación en cm Kaño-1. Los triángulos representan datos de radiocarbono, el diamante la excursión paleomagnética de Laschamp, y los cuadrados las edades extrapoladas basadas en los puntos de ajuste entre el registro de temperatura superficial del mar del testigo MD07-3128 con el del sitio ODP 1233 (tomado de Caniupán et al., 2011), d) contenido de carbonato de calcio (CaCO3%), e) abundancia de cocolitos en número de cocolitos por gramo de sedimento seco. durante el crucero IMAGES (International Marine Past Global Changes Studies) XV-Pachiderme MD-159 (Febrero 2007) a bordo del buque francés R/V Marion Dufresne (Fig. 1). De acuerdo al modelo de edad publicado por Caniupán et al. (2011) y adoptado en este trabajo, el testigo cubre los últimos ∼60.000 años de sedimentación. El testigo MD07-3128 fue submuestreado cada 12 cm para los análisis geoquímicos, equivalente a una resolución temporal de ∼2.800 años en el Holoceno, ∼200 años en el intervalo correspondiente al estadio isotópico marino Marine Isotope Stage (MIS) MIS 2 y ∼230 años al intervalo correspondiente al MIS 3. Para el análisis de los cocolitos el testigo fue submuestreado Cocolitóforos del Estrecho de Magallanes cada 2 o 4 cm desde la superficie hasta 400 cm de profundidad (hasta los ~20 Kaños AP), luego cada 50 cm hasta los 2846 cm (~55 Kaños AP) y la parte final del testigo cada 12 cm. Análisis geoquímicos y micropaleontológicos El contenido de carbono total (CT) fue determinado en el analizador elemental CNS Vario EL III y el carbono orgánico total (COT) con un LECO CS-125 CarbonSulfur Analyzer. Previo a los análisis las muestras fueron liofilizadas y homogeneizadas utilizando un mortero de ágata. El carbonato de calcio se calculó de acuerdo a: CaCO3 = (CT – COT) × 8,333, donde CT es el contenido de carbono total en las muestras no acidificadas y COT es el contenido de carbono orgánico total en las muestras acidificadas con HCL 1M. Los análisis de CT y COT se realizaron en el Alfred Wegener Institute (Bremerhaven). Para el estudio de los cocolitos, 200 mg de sedimento liofilizado fueron procesados según la metodología de Flores & Sierro (1997); este procedimiento se realizó en el laboratorio de Micropaleontología de la Universidad de Salamanca. Las placas fueron montadas en portaobjetos y selladas con bálsamo de Canadá. El estudio de los cocolitos se realizó en un microscopio de luz polarizada (MLP) Olympus CX31, con platina giratoria, a 1000X aumentos. En todos los casos se contó un mínimo de 400 cocolitos por placa (Fatela & Taborda, 2002). La abundancia absoluta fue calculada como N = (n×R 2×V) / (r2×g×v), donde N = número de cocolitos por gramo de sedimento seco; n = promedio basado en el número total de cocolitos contados dividido por el número de campos visuales utilizados en el recuento; R = radio de la cápsula de Petri usada; V = volumen de agua adicionada al sedimento seco en el frasco; r = radio del campo visual utilizado en el recuento; g = gramos de sedimento seco y v = volumen de la mezcla tomada con la micropipeta. Los datos de abundancia (N) fueron transformados a tasas de acumulación (TAC) de cocolitos, según la fórmula: TAC = N×S×ρ, donde S es la tasa de sedimentación y ρ la densidad del sedimento seco (Flores & Sierro, 1997). Los datos de tasas de sedimentación y densidad del registro sedimentario se obtuvieron de Caniupán et al. (2011). Los cocolitos preservados en el sedimento se fotografiaron con una cámara digital unida a un microscopio de luz polarizada Nikon Eclipse 80i a 1000X aumentos y en el microscopio electrónico de barrido (MEB) Hitachi S3000N de la Universidad de Alicante. La preparación de las muestras para MEB siguieron el procedimiento descrito por Backman & Shacketon (1983) y mejorado por Andruleit (1996). La identificación a nivel de género y especie se basó en los 1039 trabajos de Cros & Fortuño (2002), Young et al. (2003), Jordan et al. (2004) y Kleijne & Cros (2009). Se calculó el índice de diversidad Shannon-Weaver (H´) como H´ = –Σ (Ni/Nt × ln (Ni/Nt)), donde Ni = número de individuos correspondientes a la especie i y Nt = número total de individuos en la muestra (Zar, 1974). Además, se calculó el Indice CEX’ (Boeckel et al., 2006) utilizado para estimar el efecto de la disolución del carbonato sobre la asociación de cocolitos. Este índice compara dos especies de cocolitóforos con placolitos pequeños y delicados, i.e., Emiliania huxleyi y Gephyrocapsa, con una especie con calcificación robusta, Calcidiscus leptoporus (Boeckel & Baumann, 2004). Se consideraron valores de 1 como representantes de sin o muy baja disolución y valores menores a 0,6 con un ambiente depositacional por debajo de la lisoclina (Boeckel & Baumann, 2004). En este trabajo se calculó el CEX’ acorde con Saavedra-Pellitero et al. (2011) como: Índice CEX’ = (% E. huxleyi + % Gephyrocapsa “small”) / (% E. huxleyi + % Gephyrocapsa “small” + C. leptoporus). Adicionalmente, se agruparon algunas especies de acuerdo a su hábitat: Gephyrocapsa muellerae y Coccolithus pelagicus fueron incluidas dentro del grupo de especies indicadoras de aguas frío-templadas, mientras que Helicosphaera carteri, Gephyrocapsa oceanica, Syracosphaera sp., Umbilicosphaera sibogae, Umbilicosphaera foliosa, Umbellosphaera tenius, Calciosolenia sp. y Rhabdosphaera clavigera fueron incluidas en el grupo de especies de condiciones cálidas. Estas categorías se basaron principalmente en información publicada por Winter & Sieser (1994) y Findlay & Flores (2000). RESULTADOS Características generales del testigo MD07-3128 El modelo de edad del testigo MD07-3128 cubre los últimos 60 mil años antes del presente (Kaños AP) (Fig. 1c-1e). Las tasas de sedimentación alcanzaron valores máximos durante el MIS3 (∼333 cm Kaño-1) y el UMG (99-136 cm Kaño-1) después del cual descienden abruptamente a valores <20 cm Kaño-1 durante la Deglaciación y el Holoceno (Fig. 1c). El contenido de CaCO3 osciló entre 0,5 y 53%, manteniendo valores bajos (∼4% en promedio) durante largos períodos de tiempo antes de 18 Kaños AP, con algunos pulsos positivos y breves a los 26 Kaños AP (7%), 27 Kaños AP (17%) y 54 Kaños AP (13%) (Fig. 1d). El contenido de CaCO3 presentó un rápido y pronunciado aumento a partir de la Deglaciación (~5% en promedio), alcanzando los valores mayores en el Holoceno (31% en promedio). El patrón de la 1040 Latin American Journal of Aquatic Research abundancia de cocolitos (número de cocolitos g-1 sed. seco) coincidió con el del CaCO3 (P <<0,01; R2 = 0,63) (Fig. 1e). Asociación de cocolitóforos y diversidad Se presenta los resultados de los últimos ~30 Kaños AP, que comprende el período MIS 3, MIS 2 (UMGDeglaciación) y el Holoceno (Fig. 2). La abundancia de cocolitos fue baja durante el MIS 3 y el UMG (promedio 4,5×107 cocolitos g-1 sed. seco), para luego incrementar en un orden de magnitud (promedio 8,3×108 cocolitos g-1 sed. seco), alcanzando un máximo de 1,6×109 cocolitos g-1 sed seco a los 6 Kaños AP (Fig. 2a). Dada la posición austral del sitio MD07-3128, la diversidad de cocolitos (H’) fue baja pero variable, oscilando entre 0,07 y 1,20. Se determinó una tendencia al aumento de la diversidad desde la Deglaciación hacia el Holoceno temprano, mientras que el periodo entre 8 Kaños AP hacia el presente se caracterizó por cambios abruptos en diversidad (Fig. 2b). Trece taxones componen la asociación de cocolitos representantes de las familias Rhabdosphaeraceae, Syracosphaeraceae, Calciosoleniaceae, Noëlaerhabdaceae, Calcidiscaceae, Coccolithaceae, Helicosphaeraceae, Pontosphaeraceae y Braarudosphaeraceae (Tabla 1). Los taxa identificados fueron, en orden decreciente de abundancia, Gephyrocapsa sp. “small” (≤3 µm) (aportando ~88% en promedio durante todo el periodo de estudio), Emiliania huxleyi (incluyendo dos morfotipos, <4 µm ~6% y >4 µm 1%), Calcidiscus leptoporus (~3%), Coccolithus pelagicus (1,2%), Gephyrocapsa oceanica (0,9%), Helicosphaera carteri (0,9%), Gephyrocapsa muellerae (<0,5%), Syracosphaera spp. (<0,5%), Braarudosphaera bigelowii (<0,01%) y Calciosolenia murrayi (<0,01%). En la Figura 2 se muestra la abundancia relativa de las principales especies y en las Figuras 3-4 se muestra su registro fotográfico. La asociación estuvo dominada por el morfotipo Gephyrocapsa “small”, cuyo aporte relativo alcanzó el 99% del total en sedimentos más antiguos de ∼18 Kaños (Fig. 2d), si bien estos sedimentos se caracterizan por ser pobres en densidad total de cocolitos (Fig. 2a) y contenido de CaCO3 (Fig. 1d). Esta especie estuvo acompañada por Emiliania huxleyi cuya abundancia relativa fluctuó entre ~1 y 25%, haciendo el mayor aporte los ejemplares <4 µm (Fig. 2e). El patrón general de Calcidiscus leptoporus fue de bajas abundancias relativas durante MIS 3 y MIS 2 (1,8% en promedio, salvo un único máximo de ∼27% a los 20 Kaños AP) y altas abundancias pero con marcadas fluctuaciones en el Holoceno (Fig. 2f). Si bien en el testigo no se han diferenciado los tres morfotipos de esta especie, la mayoría de los especímenes se encontraron dentro del rango de 5-8 µm correspondiente a la forma de tamaño intermedio que ha sido considerada como la más abundante frente a Chile (Saavedra-Pellitero et al., 2010). Contrario al patrón de C. leptoporus es el de Coccolithus pelagicus cuyo aporte a la asociación total fue relativamente más alto y muy variable durante ∼18-30 Kaños AP (∼2% en promedio, con pulsos de ∼7% a los 20 Kaños AP y >10% a los 27-29 Kaños AP) y prácticamente, desapareció durante la Deglaciación y el Holoceno (Fig. 2g). El índice CEX’ varió entre 0,71 y 1,00 (Fig. 2c); desde MIS 3 hasta finales de la Deglaciación los valores fueron cercanos a 1, excepto por un punto (0,7 a los 19,9 Kaños AP), que fue afectado por una baja pronunciada en la abundancia relativa de Gephyrocapsa “small” y un concomitante aumento en C. leptoporus (Figs. 2d y 2f). Entre ∼19 y 30 Kaños AP la asociación de cocolitos estuvo dominada por Gephyrocapsa “small” volviéndose casi monoespecífica en ciertos intervalos al mismo tiempo que el contenido de CaCO3 y la abundancia total de cocolitos fueron muy bajas (Figs. 1d, 2a y 2d). Durante el Holoceno, si bien el CEX’ presentó fluctuaciones, los valores se mantuvieron ≥0,8. Tasas de acumulación Se convertió el contenido de CaCO3 y el número de cocolitos por gramo de sedimento seco a tasas de acumulación (Figs. 5a, 5b). La tasa de acumulación de CaCO3 (TACaCO3) fluctuó entre ~2 y ~30 g cm-2 Kaños-1 (salvo un máximo de 125 g cm-2 Kaño-1 a los ∼27 Kaños). El patrón de CaCO3 se correlacionó positivamente con las tasas de sedimentación (P << 0,01; R2 = 0,82), con valores altos en MIS 3 y durante 18-22 Kaños AP (Figs. 1c, 5a). Mientras que la tasa de acumulación de los cocolitos difiere de este patrón siendo muy baja entre ∼20-30 Kaños AP (1.8×108 cocolitos cm-2 Kaños-1) e incrementando abruptamente a 1010 cocolitos cm-2 Kaños-1 al final del UMG y comienzo de la Deglaciación (Fig. 5b). Salvo un decrecimiento de un orden de magnitud entre los 16,4 y 17,7 Kaños AP, la tasa de acumulación de los cocolitos vuelve a alcanzar valores de 1010 cocolitos cm-2 Kaños-1 y a partir del Holoceno temprano hacia el presente disminuye, pero sin alcanzar los niveles mínimos registrados durante el UMG y MIS 3 (Fig. 5b). DISCUSIÓN Asociación de cocolitóforos y diversidad La comunidad de cocolitóforos encontrada en sedimentos del testigo MD07-3128 muestra baja diversidad Cocolitóforos del Estrecho de Magallanes 1041 Figura 2. Testigo MD07-3128, resultados de los últimos ~30 Kaños AP. a) Abundancia de cocolitos (cocolitos g-1 sed. seco), b) diversidad Shannon-Weaver (H´), c) índice CEX’ (calculado de acuerdo a Saavedra-Pellitero et al., 2011), d-g) variación temporal en las abundancias relativas de las especies que caracterizan los sedimentos del testigo MD07-3128 (aquellas que aportan en promedio ≥1% de la asociación total). (13 taxones, H’ = 0,07 - 1,20; Fig. 2b) y corresponde a la asociación subpolar transicional (40ºS a 60ºS) (Saavedra-Pellitero et al., 2007) dominada por Gephyrocapsa “small” (representando en promedio >80% de la asociación total) y acompañada, en menor proporción (1-10%), por dos morfotipos de Emiliania huxleyi, Coccolithus pelagicus y Calcidiscus leptoporus (Fig. 2). Esta asociación corresponde en gran medida con los factores 2 (dominante) y 3 de SaavedraPellitero et al. (2010) quienes incluyen en el factor 2 las especies E. huxleyi, Gephyrocapsa sp. “small” (<3 μm), C. pelagicus y Gephyrocapsa muellerae mientras que C. leptoporus y Helicosphaera carteri pertenecen al factor 3, asociado principalmente al sistema de surgencia del norte de Chile. El factor 2 ha sido vinculado por estos autores a aguas costeras frías que reciben flujos de agua dulce y adición de micronutrientes así como también macronutrientes provenientes de la CCA. La dominancia del factor 2 en el sitio MD07-3128 concuerda con su cercanía al frente Tabla 1. Clasificación taxonómica de los cocolitóforos encontrados en el testigo MD07-3128, basada en los trabajos de Cros & Fortuño (2002), Young et al. (2003), Jordan et al. (2004) y Kleijne & Cros (2009). 1042 Latin American Journal of Aquatic Research Figura 3. Microfotografías en microscopio de luz de varias especies de cocolitóforos presentes en sedimentos del testigo MD07-3128: a) Gephyrocapsa “small” (≤3 m), b) Emiliania huxleyi, c) Calcidiscus leptoporus, d) Coccolithus pelagicus, e) Syracosphaera sp., f) Helicosphaera carteri. Escala a-b (2 µm), c-f (5 µm). Figura 4. Microfotografías en microscopio electrónico de barrido de varias especies de cocolitóforos presentes en sedimentos del testigo MD07-3128: a) Gephyrocapsa muellerae, b) Emiliania huxleyi, c) vista proximal de Syracosphaera sp. y d) vista distal de Syracosphaera sp., e) Helicosphaera carteri, f) Calcidiscus leptoporus, g) Coccolithus pelagicus. Escala a (1 µm), b-f (2 µm), g (5 µm). Cocolitóforos del Estrecho de Magallanes 1043 Figura 5. a) Tasa de acumulación de carbonato de calcio (TA CaCO3 en g cm-2 Kaño-1) durante los últimos 30.000 años AP en testigo MD07-3128, b-c) comparación entre las tasas de acumulación de cocolitos (TAC en cocolitos cm -2 Kaño-1) del testigo MD07-3128 (b, 53°S) y el sitio ODP 1233 (c, 41°S; tomado de Saavedra-Pellitero et al., 2011). Los triángulos representan datos de radiocarbono del testigo MD07-3128 (Caniupán et al., 2011). costero de baja salinidad que se da por la interacción entre las aguas frías subantárticas y las aguas diluidas provenientes de los fiordos, que se extiende entre 42° y 56°S (e.g., Acha et al., 2004). Si bien este mismo tipo de asociación de cocolitos (factores 2 y 3) también caracterizan al Sitio ODP 1233 a los 41°S, la diversidad es mayor en el sitio ODP 1233, oscilando en general entre ~1.4 y ~2.1 (con excepción de un mínimo a comienzos de la Deglaciación; Saavedra-Pellitero et al., 2011). La disminución general de la diversidad de cocolitóforos de N a S, desde 41°S (ODP 1233) hacia los 53°S (MD07-3128), concuerda con observaciones previas sobre cambios en la diversidad de estos organismos en sentido latitudinal: alta diversidad en aguas cálidas y oligotróficas como los giros centrales subtropicales y baja diversidad en aguas costeras y altas latitudes (e.g., Winter et al., 1994; Baumann et al., 2005; Gravalosa et al., 2008; Charalampopoulou, 2011). Otra diferencia entre los sitios ODP 1233 y MD07-3128 se relaciona con la presencia de Florisphaera profunda en el testigo ODP 1233 y ausencia de ella en nuestras muestras. Esta especie se caracteriza por vivir en la parte inferior de la zona fótica entre 60 y 180 m de profundidad y es indicadora de aguas oligotróficas (Okada & Honjo, 1973) y su abundancia se ha relacionado también con la transparencia de la columna de agua en el Pacífico noroccidental (Ahagon et al., 1993). Paleo-productividad La reconstrucción de la abundancia absoluta y la tasa de acumulación de cocolitos en sedimentos del testigo MD07-3128 indica valores reducidos durante el último periodo glacial, entre 30 y ∼19 Kaños AP (≤107 cocolitos g-1 sedimento seco y ~109 cocolitos cm-2 Kaño-1, respectivamente) en comparación con la Deglaciación y el Holoceno. Si se asume que las fluctuaciones en los cocolitos a lo largo del testigo representan la producción calcárea exportada a los 53°S, se puede inferir que, en ausencia de disolución u otros factores, la productividad de cocolitóforos fue menor en el MIS 3 y el UMG incrementándose a partir de ∼19 Kaños AP hacia el presente (Figs. 2a, 5b). Este patrón así como los valores absolutos son diferentes al 1044 Latin American Journal of Aquatic Research del Sitio ODP 1233 donde los máximos (≥109 cocolitos g-1 sedimento seco y ≥1012 cocolitos cm-2 Kaño-1) se registraron durante el UMG (Fig. 5c) infiriendo así una mayor productividad de cocolitóforos para esta época (Saavedra-Pellitero et al., 2011). Sin embargo, la abundancia de cocolitos en sedimentos, aparte de reflejar la producción de cocolitóforos en la columna de agua, también está controlada por dilución por parte de otros componentes sedimentarios biogénicos y terrígenos, por transporte lateral y/o por procesos de disolución (e.g., Boeckel & Baumann, 2004). En el testigo MD07-3128 las altas tasas de sedimentación hacia fines del MIS3 y durante el UMG (Fig. 1c) podrían deberse a un alto suplemento de material terrígeno hacia nuestro sitio de muestreo, incluyendo pulsos de derrubios glaciares provenientes del gran casquete de hielo patagónico PIS, particularmente entre 30 y 18 Kaños AP (Caniupán et al., 2011), explicando así una dilución de material calcáreo durante este intervalo de tiempo. De hecho, aunque el contenido de CaCO3 (%) y la densidad de cocolitos están en fase (Figs. 1d y 1e), al calcular las acumulaciones estas dos variables presentan un patrón inverso (Figs. 5a-5b) donde se evidencia que son las altas tasas de sedimentación (Fig. 1c) las que conducen a la alta tasa de acumulación de CaCO3. Los modelos del PIS estiman un volumen >500.000 km3, un agua almacenada equivalente a 1,2 m de nivel del mar global y una extensión hacia el oeste que alcanzaba el margen de la plataforma continental al sur de los 43°S durante el UMG (e.g., figura 2 en Hulton et al., 2002). Adicionalmente al factor dilución, una reducción en la salinidad de la columna de agua superior dada la cercanía del MD07-3128 al PIS durante el MIS 3/UMG (Caniupán et al., 2011) podría haber afectado la producción de estos organismos. Con respecto a la preservación, de acuerdo a los valores del índice CEX’ (superiores a 0,7 y manteniéndose con valores cercanos a 1 desde el MIS3 hasta finales de la Deglaciación, Fig. 2c), el testigo MD07-3128 revelaría buenos niveles de preservación por encima de la lisoclina de cocolitos (Boeckel & Baumann, 2004). Durante el Holoceno, el CEX’ presenta fluctuaciones donde los decrecimientos en el índice coinciden con incrementos en Calcidiscus leptoporus (Figs. 2c, 2f), una especie resistente a la disolución (McIntyre & McIntyre, 1970). Sin embargo, la interpretación de este índice en términos de preservación/disolución resulta difícil, en especial para aquellos sedimentos más antiguos de 18-19 Kaños AP, dada la pobreza en el contenido de CaCO3 (<8%, Fig. 1d) y cocolitos (Figs. 2a y 5b). Movimientos de los SWW y frentes oceanográficos Las reconstrucciones paleo-climáticas a lo largo de Chile basadas en archivos marinos y terrestres, a menudo se han interpretado en relación a cambios latitudinales en la posición de los SWW en el pasado, infiriéndose un desplazamiento hacia el Ecuador de los SWW de al menos 5º de latitud durante el UMG, acompañado por los frentes oceánicos (e.g., Frente Subantártico y Frente Polar) permitiendo así la mayor influencia de las masas de aguas frías Subantárticas y el enfriamiento de las latitudes medias del Pacífico suroriental (Lamy et al., 2004; Kaiser et al., 2005; ver síntesis en Kohlfeld et al., 2013). Ho et al. (2012) estimaron un desplazamiento hacia el Ecuador de la CCA y los frentes oceanográficos asociados a ella durante las épocas glaciales de los últimos 700 Kaños AP (7° para el FSA y de 9° para el Frente Polar), sugiriendo un enfriamiento de las regiones subantárticas y subtropicales. Mohtadi & Hebbeln (2004) basándose en un enfoque multi-proxy para varios testigos recolectados entre 24ºS y 33ºS, demuestran que la productividad marina fue mayor durante el UMG que durante el Holoceno. El aumento de productividad se habría debido a la advección hacia el norte de las aguas ricas en macronutrientes de la CCA, las cuales actualmente constituyen la principal fuente de nutrientes en esta región (ver Ayers & Strutton, 2013, y referencias citadas). Para el Sitio ODP 1233 (41°S), Verleye & Louwye (2010) y Saavedra-Pellitero et al. (2011) también infieren una mayor productividad de dinoflagelados y cocolitóforos durante el UMG, cuando las TSM más bajas estuvieron acompañadas por asociaciones dominadas por especies típicas de aguas frías. Considerando que durante los periodos glaciales los frentes oceanográficos se desplazaron hacia el Ecuador, el FSA (Fig. 1a) pudo haber estado en inmediaciones o incluso al norte de la zona de estudio durante el UMG. Para separar el efecto de las tasas de sedimentación, la posible dilución de material calcáreo por aporte terrígeno (ver sección anterior) y facilitar la comparación con el Sitio ODP 1233, se analizó la razón entre el grupo de especies indicadoras de condiciones fríotempladas y condiciones cálidas para ambos sitios. En términos generales, una razón frío-templadas/cálidas alta coincide con las TSM-alquenonas bajas desde el MIS 3 hasta los comienzos de la Deglaciación (Fig. 6). Esto estaría en concordancia con una mayor influencia de aguas frías subantárticas durante este intervalo glacial debido al desplazamiento hacia el norte de los SWW y los frentes oceanográficos como ha sido postulado por otros autores para el centro-sur de Chile (e.g., Lamy et al., 2004; Kaiser et al., 2005). Es interesante destacar que el patrón de la razón frío-tem- Cocolitóforos del Estrecho de Magallanes 1045 Figura 6. a) Reconstrucciones de la temperatura superficial del mar (TSM) basada en alquenonas del sitio ODP 1233 a los 41°S (Lamy et al., 2004, 2007) y los testigos PC-03 (Harada et al., 2013) y MD07-3128 (Caniupán et al., 2011) ambos a 53°S, b-c) razón asociación de especies aguas frío-templadas/cálidas en el testigo MD07-3128 (este estudio) y el sitio ODP 1233 (Saavedra-Pellitero et al., 2011). La flecha vertical a la izquierda se refiere al movimiento N-S de los Vientos del Oeste (SWW) y el Frente Subantártico (FSA) (ver Discusión). Los triángulos representan datos de radiocarbono para MD07-3128 (Caniupán et al., 2011). pladas/cálidas en el sitio MD07-3128 no es continuo, a diferencia del Sitio ODP 1233 donde la razón se mantiene alta entre 19 y 26 Kaños BP (Fig. 6c), y presenta reducciones marcadas a los ~26-24 y ~21 Kaños AP (Fig. 6b). Probablemente durante MIS 3 tardío y el UMG, el desplazamiento hacia el norte de los SWW habría permitido el desplazamiento de témpanos de hielo y agua fría de derretimiento glaciar hacia nuestro sitio de muestreo (Caniupán et al., 2011; Kilian et al., 2013) afectando negativamente la productividad de cocolitóforos (Figs. 2a, 5b) como se ha mencionado en la sección anterior. Durante la Deglaciación entre ∼18 y 12 Kaños AP, los SWW migran hacia el sur (e.g., Toggweiler et al., 2006) al mismo tiempo que se da el calentamiento deglacial del hemisferio sur (Fig. 6a) y los SWW se intensifican sobre Patagonia sur en el Holoceno temprano (Lamy et al., 2010). La Deglaciación en el testigo MD07-3128 se caracteriza por pulsos marcados en la razón especies frío-templadas/cálidas, especialmente entre 13 y 19 Kaños AP (Fig. 6b), probablemente relacionados a los varios avances y retrocesos glaciares de la época (McCulloch et al., 2000; Kilian & Lamy, 2012; Boex et al., 2013). Durante el Holoceno se reduce al mínimo la importancia del grupo de especies frío-templadas en ambos sitios (razón <1 en MD07-3128 y ~2 en ODP1233; Fig. 6) en concordancia con una menor influencia de aguas frías desde el sur y probablemente una intensificación de la CHC (Lamy et al., 2012). CONCLUSIONES La composición de cocolitos preservados en sedimentos del testigo MD07-3128 colectado al noroeste de la entrada occidental del Estrecho de Magallanes corres- 1046 Latin American Journal of Aquatic Research ponde a una asociación subpolar transicional, constituida por trece taxa de los cuales la especie más abundante fue Gephyrocapsa sp. “small” acompañada por dos morfotipos de Emiliania huxleyi, Coccolithus pelagicus y Calcidiscus leptoporus. El patrón de la abundancia de cocolitos (número de cocolitos g-1 sed. seco) coincide con el del CaCO3 (P <<0.01; R2 = 0,63). La abundancia de cocolitos fue baja durante MIS3 y el UMG (entre 30 y ∼19 Kaños AP: promedio 4,5×107 cocolitos g-1 sed. seco), aumentando en promedio hasta un orden de magnitud durante el Holoceno (8,3×108 cocolitos g-1 sed. seco). Al comparar ambas variables (cocolitos y CaCO3) con la TSM reconstruida mediante alquenonas (Caniupán et al., 2011) se destaca que periodos cálidos tales como el Holoceno se corresponden con aumentos en el CaCO3, en la abundancia absoluta de cocolitos y en la contribución de especies de aguas cálidas. El periodo frío desde MIS 3 tardío hasta comienzos de la Deglaciación se caracteriza por una asociación de cocolitos de aguas frío-templadas y una menor producción exportada de cocolitóforos. Aunque el índice CEX’ revela buenos niveles de preservación (valores entre 1 y 0,7) resulta difícil su interpretación en especial para sedimentos más antiguos de 18-19 Kaños AP, dada la pobreza en el contenido de CaCO3 y cocolitos. Existe dilución del material calcáreo debido a un alto suplemento de material terrígeno desde el gran casquete patagónico PIS hacia el sitio MD07-3128 durante MIS 3 y el UMG. AGRADECIMIENTOS Agradecemos al Sr. José Ignacio Martín Cruz del Laboratorio de Geología, Universidad de Salamanca por su entrenamiento en la metodología para el estudio de cocolitóforos. Al Capitán y la tripulación del RV Marion Dufresne durante el crucero IMAGES XVPachiderme MD-159. Este trabajo se ha beneficiado de los comentarios y correcciones de dos revisores anónimos a quienes agradecemos su labor. Diversas fuentes de financiamiento hicieron posible este trabajo desde la toma de muestras hasta la elaboración del manuscrito: Proyecto de Postdoctorado Fondecyt Nº 3120079 (GES); Centro COPAS (FONDAP 15010007) y su programa COPAS Sur-Austral (Basal PFB-31) de la Universidad de Concepción (CBL); Proyecto PASUR, CGL2009-08651 (subprograma BTE del Ministerio de Economía y Competitividad de España, JAF); y proyectos LA1273/3-2, LA1273/5-1 y LA12 73/7-1 (Deutsche Forschungsgemeinshaft, FL). REFERENCIAS Aceituno, P. 1988. On the functioning of the southern oscillation in the South American sector, Part I: surface climate. Mon. Weather Rev., 116: 505-524. Acha, E.M., H.W. Mianzan, R.A. Guerrero., M. Favero & J. Bava. 2004. Marine fronts at the continental shelves of austral South America, physical and ecological processes. J. Mar. Syst., 44: 83-105. Ahagon, N., Y. Tanaka & H. Ujiié. 1993. 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Res., 42(5): 1050-1055, 2014 DOI: 10.3856/vol42-issue5-fulltext-9 Cephalic sensorial pores in galaxiid fishes 10501 Research Article Cephalic sensorial pores in galaxiid fishes from Chile (Osmeriformes: Galaxiidae) Sylvia Sáez1 & Germán Pequeño1 Instituto de Ciencias Marinas y Limnológicas, Universidad Austral de Chile P.O. Box 567, Valdivia, Chile 1 ABSTRACT. The number and arrangement of the cephalic pores of the lateral line in Chilean fishes of the family Galaxiidae, were studied. The study showed that Brachygalaxias differs from Galaxias, in the absence of mandibular pores and in pore number reductions in the preopeopercular series. The most important variations were recorded in Galaxias globiceps and G. platei. The former species differed from the other species in the absence of a pore in the preopercular series, while in G. platei the supraorbital pore situated behind the eye was the main distinctive feature observed, in contrast to the upper position observed in the other species studied. A taxonomic key using cephalic sensory pores is proposed. These results indicate that the cephalic sensorial pores of the lateral line are a useful taxonomic character in the improvement of the diagnosis of galaxiid fishes -and in taxonomic and systematic studies among family Galaxiidae members. Keywords: Galaxiidae, morphology, lateral line, cephalic pores, taxonomy, Chile. Poros cefálicos sensoriales en peces galáxidos de Chile (Osmeriformes: Galaxiidae) RESUMEN. Se estudió el número y distribución de los poros cefálicos sensoriales de la línea lateral en peces chilenos de la familia Galaxiidae. Los análisis indicaron que Brachygalaxias se diferencia de Galaxias, por la ausencia de poros mandibulares y por presentar un poro menos en la serie preopercular. Las principales variaciones se registraron en G. globiceps y G. platei. La primera especie, se diferencia del resto por la ausencia de un poro en la serie preopercular, mientras que G. platei se caracteriza por la posición del poro supraorbital localizado detrás del ojo, en contraste con la ubicación superior en el resto de las especies estudiadas. Se propone una clave taxonómica de géneros usando los poros cefálicos sensoriales. Los resultados obtenidos dejan en evidencia que los poros cefálicos sensoriales de la línea lateral, son un carácter útil para mejorar la diagnosis de los peces galáxidos y para estudios taxonómicos y sistemáticos entre los integrantes de la familia Galaxiidae. Palabras clave: Galaxiidae, morfología, línea lateral, poros cefálicos, taxonomía, Chile. ___________________ Corresponding author: Sylvia Sáez B. ([email protected]) INTRODUCTION Galaxiid fishes are characterized by having an elongated body lacking scales and a lateral line without canals, formed by a series of superficial neuromasts that run from the upper opercular opening to the tail base (McDowall, 1970, 1997; McDowall & Frankenberg, 1981; Nelson, 1994). In the head region these fishes have similar body neuromasts arranged in a recognized pattern of linear rows, which constitute the cephalic sensorial pores (McDowall, 1970). In contrast to other morphological (body morphology, fin kind, teeth, etc.) and meristic characters (radii number, spines, vertebrae, etc.), in galaxiid fishes the cephalic pores have been poorly studied (McDowall, 1970, 1971; Nelson, 1972, 1994). In other fish taxa these structures are a relevant taxonomic character for species identifi- cation, determination of intra and interspecific relationships and characteristics of large taxa such as genera, family and suborders (Jakubowski, 1970; Balushkin, 1989, 1996; Jansen & Corcoran, 1998; Webb, 1989; Wicht & Northcutt, 1995; Northcutt, 1997; Schaefer & Aquino, 2000; Voronina, 2002; Kasumyan, 2003; Tarby & Webb, 2003). In this sense, the Chilean galaxiid fishes are an example where the cephalic sensory pores have not been described or considered, despite their recognized taxonomic relevance. In Chile, the family Galaxiidae is represented by Brachygalaxias bullocki (Regan, 1908), B. gothei Busse, 1982; Galaxias globiceps Eigenmann, 1927, G. maculatus (Jenyns, 1842) and G. platei Steindachner, 1898 (McDowall, 1971; Pequeño, 1989; Azpelicueta et al., 1996; Cuevas et al., 1999; Dyer, 1051 2 Latin American Journal of Aquatic Research 2000; Jara-Seguel et al., 2008a, 2008b; Habit & Victoriano, 2012; Habit et al., 2012). In this study we describe the morphology (pore distribution and arrangement) and meristics (pore count) of the sensorial cephalic pores in Chilean Galaxiidae. Comparative analyses of these sensorial structures among galaxiid fishes were also carried out. The results obtained in this study may offer a starting point to know more about these structures and their potential usefulness in taxonomic and systematic studies, and considered also as tools for comparative analyses among other Osmeriformes in the future. MATERIALS AND METHODS Material examined Institutional abbreviation: IZUA PM Instituto de Zoología, Universidad Austral de Chile, MNHNC Museo Nacional de Historia Natural de Chile. The samples examined in this study were: - Brachygalaxias bullocki: six specimens, MNHNC (uncatalogued) Cruces River (Valdivia), 11/01/2006. - Brachygalaxias gothei: 35 specimens MNHNC (uncatalogued), Cruces River, 12/01/2006. - Galaxias maculatus: two specimens, IZUA PM 463, Quellón Viejo, 25/4/1975, 24 specimens, IZUA PAD 1887, Riñihue Lake 14/1/1976, 18 specimens IZUA PM 628, Lingue River, 16/3/1977, four specimens, IZUA PAD 3992, Chamiza Bajo River, 22/9/1980. - Galaxias globiceps: three juvenile specimens MNHNC P. 6860, Avellano River (Puerto Montt), 27/11/1992. - Galaxias platei: one specimen, IZUA PAD 3295, one specimen IZUA PAD 2832, Tepu River 22/9/1982, three specimens IZUA PAD 2627, one specimen IZUA PAD 3449, Tepu River 22/2/1983, 10 specimens IZUA PAD 4394 Pescado River, 19/3/1991. Methodology Measurements (expressed in mm): total length (TL), standard length (SL) and head length (HL) were made on each specimen. The number, morphology and arrangement of sensorial pores were observed in the cephalo-caudal direction following the methods of McDowall (1970). Cephalic pore abbreviations are: SOP supraorbital pores, infraorbital pores, iOP interorbital pores. MP mandibular pores, PPP preopercular pores, INOP interorbital pores (Figs. 1-3). RESULTS Morphometric traits The morphometric ranges observed were: Brachygalaxias bullocki TL = 19-35 mm, SL = 7-29 mm, HL = 4-8 mm; B. gothei TL = 24-36 mm, SL = 21-27 mm, HL = 4-7 mm; G. maculatus TL = 48-122 mm, SL = 42-107 mm, HL = 9-24 mm; G. globiceps TL = 23-26 mm, SL = 21-24 mm, HL = 5-6 mm; G. platei TL = 48-215 mm, SL = 41-185 mm HL = 16-39 mm. Morphological study In Brachygalaxias and Galaxias species, five cephalic regions with sensorial pores were observed: a) Supraorbital series: this series originates from the anterior margin of the nasal bone (Figs. 1, 3). b) Infraorbital series: anterior branch that arises from the dorsolateral continuation of the supraorbital series, directed posteriorly bordering the eye and curving centrally (Figs. 1-2). c) Interorbital series: situated above the supraorbital pores (Figs. 1, 3). d) Preopercular series: this series is originated from the preopercular bone. The same series is deflected and joined at the mandibular series; it gives rise to the preoperculo-mandibular series (Figs. 1-2). e) Mandibular series (absent in Brachygalaxias specimens): this series is situated at the mandibular bone (Fig. 2). Particular morphology descriptions of each taxon follows: - Genus Brachygalaxias Cuvier, 1816 In both species of this genus, B. bullocki and B. gothei, a pattern without variations in its form, extension and arrangement, was observed in all cephalic pores (Figs. 1a-1b). - Genus Galaxias Eigenmann, 1928 A difference was found in the supraorbital pore series in G. platei specimens in which the supraorbital series begins behind the eye (Fig. 3a), while in the rest of species the supraorbital series is situated above the orbit (Fig. 3b). Cephalic pores meristics - Genus Brachygalaxias Cuvier, 1816. In Brachygalaxias bullocki and B. gothei there is one pore less than in the other specimens of the genus Galaxias here studied (Table 1). The numbers of pores in B. bullocki and B. gothei, were: five preopercular, three infraorbital, two supraorbital and three interorbital 10523 Cephalic sensorial pores in galaxiid fishes Figure 1. General scheme of number and arrangement of sensorial cephalic pores observed in Brachygalaxias bullocki and B. gothei: a) Lateral view, b) dorsal view (Modified from McDowall, 1971 and Nelson, 1972). IOP: Infraorbital pores series, PPP: Preopercular series pores, SOP: supraorbital pores. MP IOP a PPP PPP b c Figure 2. Lateral view of the arrangement and number of pores observed in specimens of the genus Galaxias of Chile: a) Infraorbital pores series (IOP) and mandibular pores (MP) of G. globiceps, G. maculatus and G. platei, b) preopercular series pores (PPP) of G. maculatus and G. platei, c) preopercular series observed in G. globiceps and in some specimens of the sample of G. maculatus (N = 4) and G. platei (N = 2) (Modified from McDowall, 1971). (Figs. 1a-1b). The absence of mandibular pores was the principal feature in this taxon. - Genus Galaxias Eigenmann, 1928 In all G. globiceps, G. maculatus and G. platei specimens studied showed six preopercular, two mandibular, three infraorbital, two supraorbital and three interorbital pores (Figs. 2a, 2b, 3b). However, one pore less in the preopercular series was observed in three specimens of G. globiceps, four specimens of G. maculatus and two specimens of G. platei (Fig. 2c, Table 1). Taxonomic key based on cephalic sensory pores of the Chilean Galaxiid fish genera 1a. MP absent. Five PPP. Last pore (in cephalic direction) of the INOP arranged in parallel row with respect to the SOP….…Genus Brachygalaxias (Fig. 1). 1b. MP present. Six (sometimes five) PPP. Last pore (in cephalic direction) of the INOP arranged diagonally with respect to the SOP……...Genus Galaxias (Fig. 3). DISCUSSION The morphological and meristic study of cephalic sensorial pores of Chilean galaxiid fishes showed that the main differences are located in the preopercular and mandibular pore series. The observations indicated that Brachygalaxias differed from Galaxias because of the absence of mandibular pores and pore number reductions in the preopercular series. Such morphological and meristic traits represented the main difference among Brachygalaxias specimens, as described by McDowall (1971). This author confirmed that the absence or disappearance of mandibular pores 1053 4 Latin American Journal of Aquatic Research iOP SOP SOP iOP a Dorsal View Lateral view b Figure 3. Arrangement of the sensorial pores of the supraorbital (SOP) and interorbital (INOP) series in: a) G. platei. b) G. maculatus and G. globiceps. The arrows indicate the different pores position, in the arragement within the system (Modified from McDowall, 1970). Table 1. Number of preopercular sensorial pores in fishes of the family Galaxiidae of Chile. Species Brachygalaxias bullocki Brachygalaxias gothei Galaxias globiceps Galaxias maculatus Galaxias platei Total number of specimens 6 35 3 48 16 is common in several galaxiid species (R.M. McDowall, pers. comm.). In the preopercular series, the Brachygalaxias specimens present one pore less than the Galaxias specimens, reflecting a second relevant difference among the specimens of the genera. It should be pointed out that our results for B. bullocki differ from previously published data (McDowall, 1971). This difference was observed in the infraorbital pore series, where all the specimens analyzed showed an absence of one pore, but not four pores as described by Nelson (1972). In B. gothei no data for comparison with our results are available. The morphological and meristic characteristics of cephalic sensorial pores in B. gothei are described and illustrated for the first time in this study. With reference to the genus Galaxias, the count and arrangement of the cephalic pores were similar to those described in the literature (McDowall, 1970, 1971; McDowall & Frankenberg, 1981). However, in some Number of preopercular pores series 5 6 6 0 35 0 3 0 4 44 2 14 specimens of G. maculatus, G. platei and in the complete sample of G. globiceps, the absence of one pore in the preopercular series was recorded. We believe that in the case of G. platei, this meristic variation could be explained only through intraspecific variation (Milano et al., 2006), however, it is necessary to have more specimens from different localities to corroborate this suggestion. In the particular case of G. globiceps, further samples of this taxon are required for more accurate interpretation of this assumption. It should be also noted that G. globiceps is considered as a scarce, vulnerable and rare species (Murillo & Ruiz, 2002; Habit et al., 2006; SUBPESCA, 2011). The latter is a difficult issue to manage, and for the present it is an obstacle to obtaining more specimens. Another important aspect to be considered refers to the complete sample of G. platei. The arrangement of the preopercular pore series was localized behind the eye. This observation constitutes a distinctive specific Cephalic sensorial pores in galaxiid fishes characteristic compared to the upper disposition shown in the other members of this genus. The cephalic sensory pores of the specimens studied are relevant because they allow distinguishing between the genera Brachygalaxias and Galaxias, as shown by the taxonomic key here generated. However, the scarce information on cephalic sensorial pores of body lateral line, transforms an exhaustive comparison in a difficult issue to be achieved, as compared to that described in the present study. Therefore, this study is aimed initiate the morphological and meristic comparative descriptions of these sensorial structures, which can later be used as a distinctive feature in the improvement of the diagnosis of galaxiid fishes and in future taxonomic and systematic studies of Galaxiidae taxa. ACKNOWLEDGMENTS The authors are grateful to the Dirección de Investigación y Desarrollo (DID) of Universidad Austral de Chile for supporting our projects, to Gloria Arratia (Lawrence, Kansas, USA), the late Robert M. McDowall (Christchurch, New Zealand) and Richard L. Haedrich (Newfounland, Canada), for their valuable ichthyologic literature contribution. Klauss Busse (Bonn, Germany) kindly helped with valuable comments. This are partial results of the Project FIP-2013-29 enrolled in Dirección de Investigación y Desarrollo de la Universidad Austral de Chile. REFERENCES Azpelicueta, M., A. Almirón, A. López-Cazorla & J. Casciotta. 1996. 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The snails were selected (up to 3 mm) and distributed among the tanks (n = 32 per tank). The period of exposure to predation was 18 h, and the index of predation was significantly lower at 18°C. Temperatures between 26 and 34 did not result in significant differences in predation. It was conclude that the pearl cichlids prey efficiently on snails at temperatures of 26°C and above. Keywords: Geophagus brasiliensis, Pomacea canaliculata, flooded rice pests, biological control, fish. Efecto de la temperatura en la tasa de depredación de la castañeta (Geophagus brasiliensis) sobre el caracol manzana (Pomacea canaliculata) RESUMEN. Se realizó un experimento para evaluar el efecto de la temperatura sobre la intensidad de depredación de caracoles. Las pruebas experimentales se realizaron durante 60 días, dentro de 15 estanques de cemento llenas con agua a diferentes temperaturas, 18, 22, 26, 30 y 34°C, en un diseño de distribución completamente aleatorio, con tres réplicas. Las castañetas (n = 4 por estanque) fueron distribuidas en estanques con calentadores, lo que aumentó la temperatura del agua en 1°C h-1, en una habitación a 17°C. También, se seleccionaron los caracoles (hasta 3 mm) y fueron distribuidos en los estanques (n = 32 por estanque). El período de exposición a la depredación fue de 18 h, observándose que, el índice de depredación fue significativamente inferior a una temperatura de 18°C, mientras que a temperaturas entre 26 y 34°C no se encontraron diferencias significativas. Se concluye que las castañetas se alimentan de manera eficiente de los caracoles a temperaturas de 26°C o más. Palabras clave: Geophagus brasiliensis, Pomacea canaliculata, arroz irrigado, plagas, control biológico. ___________________ Corresponding author: Ariany Rabello da Silva ([email protected]) INTRODUCTION Rice cultivation is one of the main economic activities of Rio Grande do Sul State, which is the largest producer and exporter of this grain, being responsible for 67% of Brazilian rice production (approximately 7.3 million ton in 2011/12), from an area of more than 1.17 million ha (IBGE, 2013). It is estimated that this production corresponds to R$5 billion (approximately US$2.5 billion) annually. Rice cultivation in southern Brazil is conducted through flooding of the crop, and many rice farmers adopt the technique of seeding pre-germinated rice. This type of cultivation increases the occurrence of pests and consequently requires chemical control (Martins et al., 2005). The principal pests found in pre-germinated rice fields include Pomacea sp. snails (Magalhães Jr. et al., 2005). The snail Pomacea canaliculata (Lamarck, 1822) (Gastropoda, Ampullariidae), known as "channeled applesnail" presents a large shell, which is rounded and light brown in color with brown stripes, and exhibits high reproducibility rate. In southern Brazil (known as "aruá"), oviposition occurs from August through May (Martins et al., 2005). During the first few days after hatching, the snails feed on micro-algae as well as waste and residues of animal and plant origin. After one week, small snails feed on higher plants (Yusa & Wada, 1999). 1057 2 Latin American Journal of Aquatic Research The damage to rice seedlings caused by snails with shells measuring more than 25 mm can reach 100% (Sin, 2003). Total devastation occurs mainly on pregerminated rice system containing snails with shells measuring more than 10 mm (Hickel et al., 2012). Snails have become pests in rice, and their natural predator, the snail hawk Rosthramus sociabilis, does not control their populations (Magalhães Jr. et al., 2005). In rice-growing areas, the habitat of this hawk is damaged by the removal of all woody vegetation in which the bird could land to prepare its attack on Pomacea. In addition, the height of rice plants makes it difficult to locate these snails and hinders their predation by the bird (Silva et al., 2005). The most effective methods to snails control are the application of molluscicides or snail repellents (Yusa & Wada, 1999), but they cause risk to human health and can contaminate the water on rice fields and springs around. Water resources act as integrators of all biogeochemical processes. Thus, surfaces or underground, are the main destinations of chemicals when applied in agriculture. The more sustainable agriculture development, without disorders in human health and in the environment, depends of the farm workers training (Ribas & Matsumura, 2009). An alternative method to biological control of snails is rice-fish culture. The common carp Cypinus carpio is a fish commonly used as a snail predator (Ichinose et al., 2002). However, the trophic opportunism of Geophagus brasiliensis (Quoy & Gaimard, 1824), which is indicated to be omnivorous, suggests that pearl cichlids can also be used as snail predators. The diet of this fish consists mainly of fruits, seeds, debris, sediment, aquatic invertebrates and fish scales. It consumes a wide variety of foods at the bottom, including snails, which are crushed in its mouth in a protractile manner (Abelha & Goulart, 2004). This is an important factor in the success of this species in colonizing disturbed environments, such as those characteristically associated with rice crops. The variation of body temperature in fish influences numerous physiological functions, such as oxygen consumption, feeding and digestibility (Evans & Claiborne, 2006), and affects functional aspects such as growth and reproductive fitness (Ham et al., 2003; Imholt et al., 2011; Ostrowski et al., 2011; Santos et al., 2013). Different species of fish display different preferable temperature ranges (Baldisserotto, 2002; Bicego et al., 2007). In the case of G. brasiliensis (Perciformes, Cichlidae), the minimum and maximum lethal temperature is 9°C and 36°C, respectively (Rantin, 1980). In southern Brazil, the climate is subtropical, and a wide range of temperatures is observed, including in the water. The temperature can reach 32°C in summer and fall below 9°C in some cities in the winter (Sartori, 2003). G. brasiliensis inhabits lakes and shallow waters of South America, from the Amazon Basin to northern Argentina and Uruguay (Rantin & Petersen, 1985), being found under different thermal regimes and showing increased movement in the presence of light (Kadry & Barreto, 2010). Data regarding water temperatures collected in several cities in Rio Grande do Sul from 1996 to 2004 show that the temperature ranged from 16 to 28°C in summer, 17-25°C in autumn, 14-17°C (up to 9°C in the coldest months) in winter and 14-21°C in spring (Garcia et al., 2008). This study aimed to evaluate which water temperature, established in laboratory, serves as one greater stimulus to predation of P. canaliculata by G. brasiliensis. This study objective yet is to get information on the potential use of predators as agent's alternative for pest's control, which can be obtained by means of the rice-fish consortium. MATERIALS AND METHODS Location The experiment was carried out in the Laboratório de Aquacultura Continental (LAC), Instituto de Oceanografia, Universidade Federal do Rio Grande (FURG), near Lagoa dos Patos, in Rio Grande, RS (32°01'40"S, 52°05'40"W), Brazil. The site belongs to the State Foundation for Agricultural Research of Rio Grande do Sul (FEPAGRO), ceded to FURG for research in aquaculture. Organisms Fishes The pearl cichlids (G. brasiliensis; known as "cará" or "acará-diadema" in Brazil) were captured from the sandbanks of Patos Lagoon, in Rio Grande, RS, Brazil (31°59.235'S, 052°14.634'W), using cast nets, dip nets and trawls, under a license from the System for Authorization and Information Biodiversity-SISBIO, No. 35308-1. In this environment, a salinity of 6, water temperature of 14°C and dissolved oxygen content of 10.1 mg L-1 were recorded. Using a shipping box equipped with oxygen cylinder, the fish were transported to the LAC and stored in polyethylene tanks (200 L). The fishes had an average weight of 49.54 ± 6.72 g and an initial length of 11.70 ± 0.39 cm. At the LAC, the fish were maintained at a starting temperature of 20°C under constant aeration in circular tanks (250 L). The total biomass in the four tanks was 4 kg m-3, and the water was diluted slowly from a Biological control of the channeled applesnail by the pearl cichlid salinity of 6 to 0 (zero). The tanks were cleaned daily via siphoning, and the same volume of water was replaced at the same temperature as the withdrawn water. Renewal of water was performed twice a week at a ratio of 1/3 of the volume of the tank. The fishes were fed with Guabi® (Campinas, São Paulo, Brazil) pelleted rations (between 2.5 and 3.2 mm in diameter) containing 40% crude protein (CP), following the recommendations of Amaral Jr. et al. (2011), at a rate of 5% of the fishes’ biomass. Snails Nests of P. canaliculata collected from localities with rice paddies were transported to the laboratory and distributed among 6 tanks (45 L). The water was maintained at a depth of 10 cm, avoiding direct contact of the water with the spawning snails by depositing them on rock structures obtained from local creeks. The environment was maintained at 20°C with constant aeration until larval hatching. The newly hatched larvae were stored in tanks at a density of 30 larvae L -1, and the water depth was increased gradually to reach a volume of 45 L. The tanks holding P. canaliculata were cleaned via siphoning, and the same volume of water was replaced at the same temperature as the removed water. Plant material (2:1 lettuce: spinach) was liquefied together with 5 mL of molasses and 250 mL of water. After the larval stage, the provided food was no longer liquefied. The same proportions in the initial diet were maintained until the snails reached 3-5 mm. In the growth phase, the snails were fed until to reach the satiety and confined in density of 20 juveniles L-1. The snails received aeration in the environment, enriched with minerals from broken shells of marine mollusks, until they reach the desired size for the experiment. Abiotic variables The pH (Solar®, SL110), dissolved oxygen (Lutron®, DO-5519), temperature (Lutron®, DO-5519) and salinity (Alfakit®) of the water in the tanks holding fish and snails were measured daily. In each tank containing snails, 5 g of lime (limestone 0.1 g L-1) was added. Water samples were collected twice a week for analysis of nitrogen (ammonia and nitrite) via the colorimetric method (spectrophotometer UV Biospectro® SP-22). Experimental design Fifteen cement tanks (45 L), in which the water was heated to 18, 22, 26, 30 or 34°C, were used in the experiment under a completely randomized design with three replications. The room temperature was maintained at 17°C (one degree below the lowest temperature tested). 10583 Sixty G. brasiliensis (n = 4 per experimental unit) were randomly allocated to the experimental treatments from an initial temperature of 20°C. The fishes were starved for 24 h before receiving the snails. Initially, the fishes were weighed on an electronic scale with a precision of 0.01 g (Bioprecisa ®, JH2102) and measured using a fish meter, registering their weight and total length. The biomass of the fish in each tank was 3.46 kg m-3. Individual heaters coupled to thermostats increased the water temperature in each experimental unit gradually (at 1°C h-1). Soon after the temperature stabilized at the desired level, juvenile P. canaliculata snails were selected based on their size (up to 3 mm) and distributed (32 per tank), totaling 480 snails distributed among the 15 experimental units. After 18 h of exposure of P. canaliculata snails to predation by pearl cichlids, G. brasiliensis, at the experimental temperatures under a 14:10 h (light/dark) photoperiod, according to Moraes et al. (2004), all of the water in the tank was passed through a sieve (mesh = 1 mm) to count the remaining snails. The number of consumed snails was calculated based on the difference from the initial numbers, and the rate of predation (PI) was determined using the following formula: PI = (number of snails predated x 100) / number of snails offered Proximal analysis Surplus snails reared under the same conditions were transported to the Laboratory of Food Technology, FURG, after cooling, to analyze the chemical composition of the organisms ingested by pearl cichlids. Two treatments were applied in triplicate in the proximal analysis. In the first treatment, the snails were liquefied with the remaining waste in samples collected from the cultivation environment (T1). In the second treatment, the snails were washed (T2) with 0 (zero) salinity water. The results were expressed on a dry matter (DM) basis. All determinations were performed in triplicate, following AOAC International (2002). The analysis of lipid content was based on the cold fat extraction method using a mixture of three solvents: chloroform, methanol and water, in proportions at which they form a homogeneous solution. Ash analyses were performed via incineration in a muffle furnace, in which all organic matter was burned. Each sample was placed in a porcelain crucible with a weight that had previously been registered and held in the oven (550 ± 5°C) for 4 h. Protein analyses were performed using the Kjeldahl method, which determines the nitrogen content of 41059 Latin American Journal of Aquatic Research organic origin, subjecting a 0.3 g sample to digestion. The procedure was based on the digestion of the sample with a sulfuric acid catalyst mixture containing copper sulfate and potassium sulfate. Moisture was determined by drying in an oven (105 ± 5°C) based on the removal of water by heating. The carbohydrate content was determined based on the difference. Statistical analysis The predation index was analyzed via one-way ANOVA, and the means were subsequently compared using the Tukey test, at the 95% confidence level. Data were tested through regression. The quadratic regression was calculated, and the temperature at which maximum predation occurred was estimated by deriving the regression equation. Proximal composition data were analyzed with the same statistic test. RESULTS In tanks used for the storage of fish after reaching salinity equal to zero, they were maintained throughout the experimental period. The dissolved oxygen content was 5.38 ± 0.9 mg L-1, and the pH was 6.5 ± 0.6. The salinity in the tanks holding the snails remained equal to zero throughout the experiment. The dissolved oxygen content in the tanks was 6 ± 0.5 mg L-1, and a pH of 6.7 ± 0.4. The temperature was maintained at 25°C. The temperature of 18°C resulted in the lowest rate of predation (Fig. 1). At 22ºC, the index was increased to 61.18% and reached 95.8% at 26ºC, both of which represented a significant difference. The PI observed at 26°C indicated Figure 1. Predation index (PI) of pearl cichlid Geophagus brasiliensis on the snail Pomacea canaliculata at different temperatures (°C). The small vertical bars represent the standard deviations, and the values at the top of the black bars are the average PI values. The letters indicate the differences according to the Tukey test (P < 0.05). thermal comfort for G. brasiliensis, which exerted predation on P. canaliculata. At 30°C and 34°C, the PI (nearly 100%) was slightly greater, though this difference was not significant relative to a temperature of 26°C. The PI's obtained at temperatures from 26 to 34°C were significantly greater than the PI observed at 18 and 22°C. The following equation describes the distribution of the PI (Predation Index) adjusted for a quadratic model, and, R² values: Y = -0.2724x² + 17.839x – 190.36 R² = 0.9461 The distribution of the PI data was adjusted for a quadratic model (Y = - 0.2724 x2 + 17,839 x - 190.36, R2 = 0.95), where Y = PI, and x = T°C, and the curve generated for PI was more appropriate to show the influence of temperatures over the predation activity. The pearl cichlids G. brasiliensis preyed efficiently on the snails at temperatures of 26°C and above. However, by deriving the regression equation, it was estimated that the highest efficiency of predation by the pearl cichlid on the snail P. canaliculata would be obtained at 32.8°C. It was observed that temperatures between 18 and 22°C resulted in proportionately significant differences in the PI (P < 0.05), whereas at 18°C, this index was less than 50% (45.9%). Conversely, the PI showed no significant differences (P > 0.05) for the temperatures of 26, 30 and 34°C, where it remained above 95% (minimum, 95.83%). There is a significant difference between the PI at 22ºC and the PI above 26ºC. The P. canaliculata offered as food to pearl cichlid displayed an average protein content of 17.85%, both with and without washing, resulted in no significant difference (Table 1). Instead, a high content of ash was observed (mean 68.74%), which was significantly higher in the T2 snails. The fat content was significantly higher in the T1 snails. The data obtained in this study reveal that the predation index at temperatures of 26, 30 and 34°C is close to 100% for snails with a size of 3-5 mm. These temperatures are commonly observed and are very close to the records of García et al. (2008) in the hottest period of the year in some cities of Rio Grande do Sul. Thus, it can be inferred that the snails on the rice crop will be preyed upon by pearl cichlids when their shells measure 3-5 mm, i.e., before reaching a size at which they are able to promote greater devastation in cultivated rice, which only occurs when the snails have measured more than 25 mm (Sin, 2003). While the fish primarily feed to meet their energy needs (Pereira-Da-Silva et al., 2004), the voluntary intake of food can be influenced by the amount of energy in the diet. Lipids are good energy source for Biological control of the channeled applesnail by the pearl cichlid 1060 5 Table 1. Proximal composition (dry matter) of the P. canaliculata snails, analyzing protein, fat, ashes and nitrogen free extract (NFE). Different letters beside the averages in the same column indicate significant differences according to the Tukey test. (*) = T2 with prewash; = T1 without washing, with the biofilm attached. Snails* T1 T2 Humidity 87.96a 91.50a Proximal composition on a dry basis Protein Fat Ashes NFE 17.33 ± 2.36a 0.97 ± 0.68a 71.07 ±0.11a 10.66 ±2.44a 18.37 ± 1.04a 3.17 ± 0.10b 66.41±0.16b 12.05 ±2.32a fish, containing 2.25 times more energy than carbohydrates. Using the presented equation, a curve was obtained showing probable meeting points between the temperatures and the calculated PIs. The generated R² (0.95) demonstrates the strong influence of temperature on the consumption of P. canaliculata by G. brasiliensis. DISCUSSION The range of thermal tolerance in waters inhabited by fish is from 4 to 25°C, which is greater than the range observed for fish in a tropical climate (25-28°C) or cold waters (4-15°C) (Frascá-Scorvo et al., 2001). G. brasiliensis is a species that shows good adaptability to the variety of climates found in Brazil. However, it was evident that the snail P. canaliculata was subject to greater predation at higher temperatures. García et al. (2008) reported that the water temperature in the period from 1996-2004 ranged from 16 to 28°C in summer (below 9°C in the coldest months in winter and between 14 and 21°C in spring). Predation of P. canaliculata by G. brasiliensis was stimulated by elevated temperatures, and a satisfactory rate of predation was achieved in the treatment with a temperature of 26°C. The low external temperature maintained during the course of this experiment had no effect because the tests were performed in an airconditioned environment and because the water temperature did not change during the 18 h of observation. However, at a treatment temperature of 18°C, the interest of the pearl cichlid on the provided food (snail) did not appear to be stimulated, thus resulting in a low rate of predation. The interest of the fish in predation increased slightly at a temperature of 22°C, though remaining significantly lower than that observed above 26°C, where the PI approached 100%. Based on tests conducted at the LAC, the activity of G. brasiliensis as a biological control agent preying on P. canaliculata rice pest might be effective because the rice-planting period coincides with temperatures that are conducive to the consumption of snails by fish, or to temperatures of 14 to 28°C, as reported by García et al. (2008). Despite increasing levels of productivity of rice in Rio Grande South, the planting season is one of the practices which play a role featured in obtaining high and stable levels of productivity, because increasing the chances that the critical stages of plant escape the adverse and/or coincide with favorable climatic conditions (SOSBAI, 2007). The development of rice growing, early-stage irrigation until early forming the panicle is affected more by water temperature that the air because of the yolks responsible for the development of leaves, tillers and panicles remain under water. Higher temperatures will cause damage to seedling with pre-germinated seeds, seedlings as not complete the germination process at elevated temperatures (>36°C). In this case, it is recommended the application of small water depths, more frequently, to reduce the temperature of the soil and stagnant water. Low temperatures (<20°C) impair early seedling development and the development of culture in the vegetative and reproductive stages (SOSBAI, 2010). The data obtained in this study reveals that the predation index at temperatures of 26, 30 and 34°C is close to 100% for snails with a size of 3-5 mm. These temperatures are commonly observed and are very close to the records of García et al. (2008) in the hottest period of the year in some cities of Rio Grande do Sul. Thus, it can be inferred that the snails on the rice crop will be preyed upon by pearl cichlids when their shells measure 3-5 mm, i.e., before reaching a size at which they are able to promote greater devastation in cultivated rice, which only occurs when the snails have measured more than 25 mm (Sin, 2003). While the fish primarily feed to meet their energy needs (Pereira-Da-Silva et al., 2004), the voluntary intake of food can be influenced by the amount of energy in the diet. Lipids are good energy source for fish, containing 2.25 times more energy than carbohydrates. However, the snails used in the experiment constitute a food with low lipid content in relation to the quantity required for omnivores, as demonstrated 61061 Latin American Journal of Aquatic Research in studies on trout, salmon and catfish. In nature, the amount of fat in the diets of these fish varies from 2 to 20% (Santos, 2003). In the proximate analysis, it was found that P. canaliculata contains 0.97 to 3.17% lipids (Table 1) via the method of cold fat extraction using solvents (AOAC International, 2002). It can be inferred that the observed responses of G. brasiliensis regarding its rate of predation were conditioned by the stimulatory effects of the temperatures at which the fish were held, rather than a potentially greater need to consume energy. CONCLUSION To decrease the incidence of P. canaliculata snails as pests in rice plantations, it is recommended the use of G. brasiliensis as a biological predator in the period when temperatures are above 26°C (rate = 95.8% predation on snails measuring 3-5 mm); which coincides with the temperatures recorded at the time of planting rice in southern Brazil. The predation rate decreases at lower temperatures, as occurs at 22°C and 18°C. Evans, D.H. & J.B. Claiborne. 2006. The physiology of fishes. CRC Press, Boca Raton, 601 pp. Frascá-Scorvo, C.M.D., D.J. Carneiro & E.B. Malheiros. 2001. Feeding behaviour of “matrinxã” (Brycon cephalus) during the period of lower temperatures. Bol. Inst. Pesca, 27(1): 1-5. Garcia, L.O., C.E. Copatti, F. Wachholz, W. Pereira-Filho & B. Baldisserotto. 2008. Freshwater temperature in the state of Rio Grande do Sul, southern Brazil and its implication for fish culture. Neotrop. Ichthyol., 6(2): 275-281. Ham, E.H.V., M.H.G. Berntssen, A.K. Imsland, A.C. 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Barrientos5 1 División de Investigación Pesquera, Instituto de Fomento Pesquero (IFOP) A. Blanco 839, Valparaíso, Chile 2 Institute for Marine and Antarctic Studies (IMAS), University of Tasmania Private Bag 49, Hobart, Tasmania 7001, Australia 3 COPAS Sur-Austral, Departamento de Oceanografía. Universidad de Concepción Barrio Univesitario S/N, Concepción, Chile 4 Center of Applied Ecology and Sustainability (CAPES), Pontificia Universidad Católica de Chile Av. Alameda 340, Santiago, Chile 5 Instituto de Matemáticas, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso Blanco Viel 596, Cerro Barón, Valparaíso, Chile RESUMEN. La pesquería artesanal de cerco multiespecífica que opera en aguas interiores de Chiloé captura sardina común (Strangomera bentincki) y sardina austral (Sprattus fuegensis) al mismo tiempo y en la misma área. Debido a la gran similitud morfológica externa que presentan estas dos especies de peces óseos, la identificación específica en terreno es difícil, aún para observadores científicos experimentados. Por lo tanto, el objetivo de este trabajo es proponer cual o cuales rasgos morfométricos externos debiesen ser considerados para una rápida identificación de estas especies en terreno. Se analizaron 60 ejemplares de sardina común y 79 de sardina austral. Se identificaron los ejemplares a nivel de especie y se registraron las siguientes medidas: longitud total, longitud de la cabeza, preórbita, órbita y posórbita. Todas las medidas morfométricas fueron estandarizadas para evitar colinealidad. Las diferencias en las medidas morfométricas entre especies fueron probadas mediante métodos estadísticos multivariados que incluyen el análisis de componentes principales, análisis de varianza y covarianza (ANOVA y ANCOVA), análisis multivariado de covarianza (MANOVA) y análisis lineal discriminante. La medida posórbita fue el rasgo morfométrico que presentó mayor diferenciación entre especies. Se concluye que la medida de posórbita es por sí sola un carácter morfométrico externo que permitiría una rápida identificación de estas especies en terreno. Los resultados de esta investigación pueden ser tomados como línea base para la generación de guías de campo que apoyen el trabajo de identificación de especies de los observadores científicos. Palabras clave: Strangomera bentincki, Sprattus fuegensis, identificación de especies, rasgos morfométricos, análisis multivariado, zona austral, Chile. Identification of morphologic traits for a rapid differentiation of Patagonian sprat (Sprattus fuegensis) and Chilean herring (Strangomera bentincki) ABSTRACT. The artisanal purse seiner multispecies fishery operating in the interior waters of Chiloe Island captures Chilean herring (Strangomera bentincki) and Patagonian sprat (Sprattus fuegensis) at the same time in the same area. These species have very similar external morphology, difficulting the species identification in the field, even for an experience scientific observer. Therefore, the aim of this work is to propose the external morphologic traits to be considered for a rapid identification of these species in the field. 60 specimens of Chilean herring and 79 Patagonian sprat were analyzed. Individuals collected were identified at the level of species and the following measurements were recorded: total length, head length, snout, eye orbital and postorbital. Before the analysis, all measurements were standardized to avoid collinearity. Using multivariate statistics including principal component analysis, analysis of variance and covariance (ANOVA and ANCOVA), multivariate analysis of covariance (MANOVA) and linear discriminant analysis, we found that the post-orbital measurement is the morphological trait which shows the largest differentiation between species. We concluded that the post-orbital measurement is the single external morphological trait which enables a rapid identification 1064 Latin American Journal of Aquatic Research of these species in the field. The results of this research can be taken as a baseline analysis upon the generation of field guides, and thus, supporting the species identification by scientific observers. Keywords: Strangomera bentincki, Sprattus fuegensis, species identification, morphometric traits, multivariate analysis, Chilean austral zone. ___________________ Corresponding author: JC Quiroz ([email protected]) INTRODUCCIÓN La pesca de pelágicos es altamente multiespecífica, donde diversas especies son capturadas durante la misma operación de pesca (Escribano et al., 2003; Aranis et al., 2011a). Esta multiespecificidad genera problemas asociados a la identificación y estimación de la proporción de especies en las capturas, que es relevante en la determinación de la mortalidad por pesca especie-específica para un adecuado manejo de los recursos pesqueros. En Chile, la pesquería de pequeños pelágicos es una de las actividades más importantes, tanto para el sector industrial como para el artesanal, destacando entre las principales especies capturadas la sardina común (Strangomera bentincki), anchoveta (Engraulis ringens), jurel (Trachurus murphyi), pejerrey de mar (Odontesthes regia) y recientemente sardina austral (Sprattus fuegensis). Esta última ha sido capturada como especie objetivo por la flota de cerco artesanal que opera en aguas interiores de Chiloé (41º30’-42º39’S, 72º30’-73º45’W), que tiene como puerto de desembarque las zonas de Calbuco y Chinquihue en la región de Los Lagos, Chile. Desde el año 2005, la proporción de sardina austral en las capturas artesanales se ha incrementado, inclusive ha sobrepasado las proporciones de sardina común (Aranis et al., 2011b). Este incremento en las proporciones de captura, sumado a una elevada similitud morfológica entre la sardina común y la sardina austral, ha ocasionado deficiencias en los sistemas de monitoreo que intentan determinar la proporción de especies para cuantificar la captura y tomar posibles acciones de manejo (Aranis et al., 2007, 2011a). Aranis et al. (2007) realizaron una exhaustiva descripción de características morfológicas claves en sardina común y sardina austral concluyendo que, debido a sus similitudes corpóreas, las capturas más recientes de sardina austral han sido confundidas por sardina común. Sobre la base de las clasificaciones taxonómicas de Whitehead (1985) para pequeños clupeidos, Aranis et al. (2007) describieron al menos cuatro caracteres morfológicos que no se encuentran en la sardina común y que permitirían identificar la sardina austral. Estos rasgos están principalmente asociados a las características morfológicas de la cabeza: i) ausencia de una bulla timpánica (elevación sobre el piso de la fosa pre-epiótica), ii) mandíbula inferior ligeramente proyectada, iii) dientes sobre la lengua y raramente sobre el vómer (si están presentes 1 o 2) y iv) vientre con quilla formada por escudetes óseos. Si bien estas diferencias morfológicas son suficientes para la identificación en condiciones de laboratorio, son inviables de cotejar durante los desembarques realizados en los puertos o durante las operaciones de pesca, incluso para observadores científicos altamente calificados (Aranis et al., 2011b). Aunque la calidad del monitoreo biológico de sardina austral se ha visto reforzado debido al rápido crecimiento de esta pesquería, posibilitando el desarrollo de investigaciones orientadas a describir la historia de vida de esta especie (Aranis et al., 2011b; Leal et al., 2011), la identificación de sardina austral y sardina común en las capturas aún sigue siendo un tema complejo y que potencialmente podría incluir sesgos en las estimaciones de abundancia de ambas especies. Bajo este marco, el principal objetivo de este trabajo es detectar mediante técnicas estadísticas multivariadas diferencias morfológicas fácilmente visibles en la cabeza de sardina austral y sardina común, que permitan la identificación rápida y confiable de estas dos especies durante las operaciones de pesca. MATERIALES Y MÉTODOS Muestreo Entre el 7 y 21 de abril de 2008, se analizaron 60 ejemplares de sardina común y 79 de sardina austral en los puertos de desembarque de Calbuco y Chinquihue, región de Los Lagos, Chile. Los individuos muestreados provinieron de faenas de pesca de cerco artesanal realizadas en aguas interiores de la Isla de Chiloé, entre 41º30' y 43º30'S. Este muestreo se enmarcó en el programa de monitoreo biológico-pesquero efectuado por el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP), bajo un diseño de muestreo de tipo estratificado simple. Para mayor detalle sobre el diseño de muestreo ver Young et al. (2003). Los peces analizados fueron medidos en fresco y conservados enteros en contenedores con formalina al 10%. Los individuos analizados fueron clasificados a nivel de especie usando las claves de reconocimiento Identificación morfológica de sardina austral y sardina común de sardinas: (Norman, 1937; Fowler, 1951; Whitehead, 1985). Posteriormente, a todos los ejemplares se le realizaron las siguientes mediciones con 1 mm de precisión: longitud de la cabeza (lc), preórbita (po), órbita (o) y posórbita (poso) (Fig. 1). Análisis estadísticos Para comparar las medidas lineales (lc, po, o, poso) entre especies, se implementaron cuatro análisis estadísticos multivariados sobre el conjunto de medidas observadas y estandarizadas. La estandarización de las medidas lineales po, o y poso, corresponde al cociente entre éstas y la longitud de la cabeza del pez (es decir, po/lc, o/lc y poso/lc), mientras que la estandarización de la longitud de la cabeza (lc) se realizó primeramente con la incorporación de la longitud total (lc/lt). Esta estandarización tiene la finalidad de comparar las medidas lineales en términos proporcionales a cada individuo y evitar confusión debido a la variabilidad específica de cada medida. Un proceso similar de estandarización fue realizado por Paramo & Saint-Paul (2010) al utilizar la longitud corporal de un camarón como pivote para el proceso de estandarización de diferentes medidas lineales, que posteriormente fueron empleadas para discriminar unidades poblacionales. Debido a que las medidas lineales de la cabeza presentan una alta correlación intra-específica (Tabla 1), se utilizó un análisis de componentes principales (ACP). Las dos primeras componentes principales fueron retenidas para el análisis posterior. Complementando el ACP, se implementó un análisis de varianza multivariado (MANOVA) y un análisis de covarianza (ANCOVA). El MANOVA fue implementado utilizando a la especie como variable respuesta (en este caso una variable predicha dicotómica) y a las medidas lineales estandarizadas como variables dependientes, Figura 1. Mediciones morfométricas craneales tomadas en sardina común y sardina austral. Rasgos morfométricos: longitud de la cabeza (lc), preórbita (po), órbita (o) y posórbita (poso). 1065 posibilitando explorar posibles diferencias en las medidas lineales que sean explicadas por la categoría especie. Paralelamente, se utilizaron análisis univariados de varianza (ANOVA, prueba-F) sobre los valores propios del MANOVA para discriminar que conjunto de medidas lineales son explicadas con mayor significancia estadística por el predictor lineal, en este caso la categoría especie. Para explorar posibles cambios en las medidas lineales a través de los tamaños de los peces, se implementó un segundo MANOVA que incorporó como predictor lineal la longitud de los peces en forma de categoría de tamaños. Por otra parte, el ANCOVA se utilizó para predecir los cambios en la longitud total (lt) del pez utilizando como predictores la categoría especie y la medida lineal poso. Finalmente, por medio de un análisis discriminante lineal (ADL) se exploró las diferencias dentro y entre la categoría especie explicadas por las medidas lineales estandarizadas. El desempeño del ADL fue evaluado por un proceso de validación cruzada que utiliza un remuestreo Montecarlo de las medidas lineales estándarizadas. Se utilizó un conjunto de 70 medidas lineales (aprox. 50%) para predecir la clasificación de las medidas no incluidas en el remuestreo, evaluando 5.000 realizaciones. RESULTADOS La inspección visual en los tamaños de los peces (lt), muestra sobreposición en las medidas lineales entre especies (Fig. 2), lo que supone un adecuado balance en las muestras en términos de la longitud total de los peces. Conjuntamente, las medidas lineales de la cabeza en ambas sardinas mostraron similares rangos de tamaños, con medianas muy próximas y rangos intercuartiles sobrepuestos, exceptuado la medida poso (Fig. 2). El ACP de las mediciones lineales estandarizadas (Fig. 3) mostró que la primera componente principal (CP1), que explicó un 59% de la varianza entre mediciones, desagregó dos grupos de observaciones y se explicó por la correlación negativa (-0,985) con la medida poso y las correlaciones positivas con las medidas o (0,757) y po (0,860). Aunque las primeras dos componentes principales (CP1-CP2) explicaron un 76% de la varianza total, el largo de la cabeza (lc) mostró una baja correlación con CP1 y CP2, indicando que no es una medida relevante para explicar la segregación a lo largo del CP1 (Fig. 3). Si bien el objetivo principal del ACP es reducir la dimensionalidad y colinealidad de variables, los puntajes factoriales (Fig. 3) mostraron importantes evidencias de que al menos tres de las medidas lineales de la cabeza 1066 Latin American Journal of Aquatic Research Tabla 1. Matriz de correlación de las medidas lineales por especies. Rasgos morfométricos: longitud total (lt), longitud de la cabeza (lc), preórbita (po), órbita (o) y posórbita (poso). S. común / S. austral Lt Lc Po O Poso lt lc po o poso 1,00 0,97 0,90 0,87 0,94 0,99 1,00 0,90 0,88 0,96 0,97 0,95 1,00 0,89 0,86 0,94 0,93 0,93 1,00 0,82 0,91 0,93 0,84 0,79 1,00 Figura 2. Gráfico de cajas para la longitud total (izquierda) y medidas lineales (derecha) obtenidas en sardina común y sardina austral. Se sobrepone para cada medida las observaciones expresadas en milímetros (mm). lt: longitud total, lc: longitud cabeza, po: preórbita, o: órbita y poso: posórbita. Figura 3. Dispersión de los puntajes de los dos primeros componentes principales (izquierda) y vectores propios estandarizados para las cuatro medidas lineales (derecha). lc: longitud cabeza, po: preórbita, o: órbita y poso: posórbita. Identificación morfológica de sardina austral y sardina común (poso, o, po), pueden ser utilizadas como descriptores para la diferenciación de las dos especies de sardinas. Esto es respaldado por los resultados del MANOVA, que indicaron que el promedio y varianza de las medidas lineales fueron significativamente diferentes entre especies (Pillai = 0,85; F = 171,7; P < 0,05; Tabla 2). Los análisis ANOVA univariados de las cuatro medidas lineales incorporadas en el MANOVA, cuyo objetivo es discriminar en cual especie y medida lineal se concentran las diferencias, mostraron que las medidas poso y po son altamente significativas (mayor valor-F), mientras que las medidas o y lc sugieren una menor evidencia para la diferenciación de especies (Tabla 3). Una categorización cada 20 mm de la longitud total de los peces (catL) incorporada como predictor del MANOVA, muestra que efectivamente la interacción entre especie y catL detecta diferencias significativas (Pillai = 1,29; F = 6,79; P < 0,05; Tabla 2), indicando que los cambios en las medidas lineales a través del tamaño del pez son diferentes entre especies. La Figura 4 muestra las diferencias entre especies para las medidas lineales poso y po estandarizadas al tamaño de la cabeza (poso/lc y po/lc) y a lo largo de las categorías de tamaños (catL). Las medidas lineales muestran que los cuartiles de la medida po se sobreponen levemente y existe una notoria separación en el caso de la medida poso, consistente con los resultados del MANOVA al detectar que estas medidas entregan la mayor significancia estadística para discriminar entre especies. Por otro lado, la Figura 4 muestra que no existen cambios sistemáticos a través de catL que hagan suponer un efecto ontogénico en la variabilidad de las medidas lineales y descartando las medidas poso en las categorías de tamaños intermedios (catL = 3-4) realizadas en la sardina austral, los cuartiles de las medidas po y poso a través de catL se aprecian estables. Respaldando a la medida poso como rasgo morfométrico adecuado para la diferenciación entre especies, los resultados del ANCOVA sugieren que las diferencias en la tasa de cambio de la longitud del pez (lt) son significativas a medida que varía la medida poso (F = 467,3; P < 0,0001), como también, la interacción entre los predictores muestra que la longitud promedio del pez cambia significativamente (F = 4,48; P < 0,05) entre especies y frente a cambios en la medida poso (Tabla 4, Fig. 5). Complementariamente, los resultados del ADL respaldan las diferencias entre especies al separar a lo largo de los valores discriminantes dos grupos (Fig. 6), que corresponden a sardina austral (valores negativos) y sardina común (valores positivos). Un pequeño grupo de sardina austral, con baja densidad de clasificación, es erróneamente asignado por el ADL debido a que muestra similitudes en las medidas poso y po en 1067 categorías de tamaños intermedios, resultados que son consistentes con las técnicas multivariadas anteriores. El éxito de clasificación del ADL (Tabla 5) indica una fuerte separación entre especies, con un valor F en la prueba -Wilk altamente significativo (P < 0,01). Los resultados desde el remuestreo Montecarlo muestran un éxito de clasificación en el caso de la sardina común cercano al 99%, mientras que en el caso de sardina austral, se reduce a 89%. El número de individuos de sardina austral erróneamente clasificados fue de 9, los cuales cubren un rango de longitud total entre 98 y 116 mm (media = 108 mm). DISCUSIÓN Es esperable que la utilización de una medida lineal evidentemente identificable y a la vez clave en la identificación de especies agilice los procesos de muestreo e identificación de especies en lugares como, por ejemplo: sitios de descarga, cubierta de embarcaciones, bodegas de almacenajes, entre otras, donde la viabilidad de aplicar claves de discriminación taxonómica es extremadamente baja. Bajo esta premisa, el principal objetivo de este trabajo fue la identificación y posterior diferenciación de caracteres morfológicos que ayuden a la diferenciación en terreno de la sardina común y sardina austral. La diferenciación en terreno de estas especies es compleja ya que ambas co-ocurren en los lances de pesca en diferentes proporciones, las estructuras de tallas tienen un alto grado de sobreposición y son muy similares morfológicamente (Aranis et al., 2007, 2011a). Desde el conocimiento práctico de los observadores científicos, fue posible detectar que la morfología de la cabeza contiene caracteres externos que permitirían una rápida diferenciación de estas especies en terreno. Los resultados indican que, de todas las categorías lineales analizadas, la categoría poso muestra diferencias proporcionales en términos del tamaño de la cabeza entre las dos especies (ver Fig. 2), y por tanto, potencialmente puede ser utilizada para la identificación a nivel de especie en las capturas de sardinas. Además, el énfasis en el proceso de estandarización de las medidas morfométricas se focalizó en las diferencias entre especies y la proporcionalidad de las medidas a través de la ontogenia, en contraste a otros procesos de estandarización donde el foco de estudio se centra en las diferencias de rasgos demográficos intra-especies, que por ejemplo justifiquen unidades poblacionales (Paramo & Saint-Paul, 2010). Por tanto, es esperable que la medida poso sea un rasgo clave en la identificación bajo diferentes condiciones demográficas. 1068 Latin American Journal of Aquatic Research Tabla 2. Resumen estadístico del MANOVA aplicado sobre cuatro medidas lineales (lc, po, o, poso) de la cabeza de sardina común y sardina austral. gl: grados de libertad, Pillai: valor del test estadístico. F-aprox: aproximación del test-F, gl-num: grados de libertad del numerador, gl-den: grados de libertad del denominador, Pr(>F): valor P. CatL: corresponde a la clasificación de lt cada 20 mm. Categorías Especie Especie: catL Residuales gl Pillai F-aprox gl-num gl-den Pr(>F) 1 9 128 0,846 1,293 171,754 6,796 4 36 125 512 <2,2e-16 <2,2e-12 Tabla 3. Resumen estadístico del ANOVA univariado aplicado sobre los valores propios de las cuatro medidas lineales (lc, po, o, poso) obtenidas desde el MANOVA. gl: grados de libertad, SumC: suma de cuadrados residual, ProC: promedio de cuadrados residuales, Pr(>F): valor P. Poso Especie Residuales o Especie Residuales po Especie Residuales lc Especie Residuales gl SumC ProC valor-F Pr(>F) 1 137 0,282 0,155 0,282 249,863 <2,202e-16 1 137 0,022 0,061 0,022 49,672 <8,098e-11 1 137 0,081 0,050 0,081 221,422 <2,112e-16 1 137 0,007 0,018 0,007 51,738 <3,757e-06 Figura 4. Gráfico de cajas para las medidas lineales poso y po estandarizadas por el largo de la cabeza (x:poso/lc - x:po/lc) para el total de las muestras (izquierda) y a lo largo de categorías de tamaños (derecha). La longitud total (mm) fue categorizada (catL) como 1: <70, 2: 70-90, 3: 90-110, 4: 110-130, 5: 130-150, 6: >170. Identificación morfológica de sardina austral y sardina común 1069 Tabla 4. Resumen estadístico del ANCOVA aplicado sobre la categoría especie con medidas lineales lt y poso (en escala logarítmica) usadas como variables predictoras. gl: grados de libertad, SumC: suma de cuadrados residual, ProC: promedio de cuadrados residuales, Pr(>F): valor P. Categorías log(poso) Especie log(poso):especie Residuales gl 1 1 1 135 SumC 62562 27139 600 18073 ProC 62562 27139 600 134 F 467,31 202,71 4,4815 Pr(>F) <2,2e-16 <2,2e-16 0,0361 Figura 5. Relación entre las medidas lineales poso y lt resultantes del ANCOVA aplicado a la sardina común y sardina austral. Figura 6. Densidad de los valores de la función discriminante desagregadas por especies obtenidas por el Análisis Discriminante Lineal (ADL). Se sobrepone una curva representativa del total de densidad a través de la función discriminante. 1070 Latin American Journal of Aquatic Research Tabla 5. Matriz de clasificación (en proporciones) construida por remuestreo Montecarlo de las predicciones del Análisis Discriminante Lineal (ADL). Las observaciones se encuentran en las filas y las predicciones en las columnas. n es el tamaño de muestra por especie. Observación/Predicción S. austral S. común n S. austral S. común 0,885 0,013 0,115 0,987 79 60 Si bien, se identificó un pequeño conjunto (9 individuos) de sardina austral que de acuerdo al ADL no fue clasificado correctamente (Tabla 5), el patrón general detectado por los métodos multivariados sugiere que la medida lineal poso es de menor magnitud en la sardina austral y representa en promedio un 40% de la longitud de la cabeza, en contraste con la sardina común donde la medida poso bordea un 50% de la longitud cefálica (Fig. 4). Si bien, se detectó que los cambios en las medidas lineales a través del tamaño del pez son diferentes entre especies, la estabilidad en la medida poso a lo largo de los tamaños (Fig. 4) y el asertivo nivel de clasificación (Tabla 5), sugieren descartar que las medidas lineales cambien a través de la ontogenia de ambas sardinas, por ejemplo, como consecuencia del crecimiento alométrico. El análisis de covarianza mostró una baja pero significativa interacción entre la medida poso y la categoría especie (Tabla 4), respaldando la idea que la tasa de cambio en la medida lineal posórbita varia a través de las dos sardinas. No obstante, es necesario continuar investigando estos resultados, para describir con mayor precisión estadística el efecto que podría tener el crecimiento en las medidas lineales como discriminadores de especies. Se entiende que la identificación en terreno de estas sardinas es difícil y este artículo pretende proporcionar herramientas basales para la posible elaboración de guías de campo y entrenamiento para observadores científicos, con fines de mejorar los programas de monitoreo en la flota de cerco artesanal que opera en aguas interiores de Chiloé. Estos resultados no pretenden reemplazar las claves disponibles para fines de discriminación taxonómica de ambas sardinas (e.g., Whitehead 1985; Cousseau & Perrota 1998; Aranis et al., 2011a), más bien, son una contribución a las actividades de muestreo durante los procesos de identificación de especies. En términos prácticos para el trabajo en terreno de los observadores científicos, los resultados indican que la medida lineal poso, que corresponde a la distancia entre el borde interno del ojo y el opérculo, es mayor en la sardina común y contiene al menos dos medidas de la órbita del ojo. Luego, es preponderante la construcción o modificación de protocolos de muestreos que incorporen criterios como los explorados en este trabajo, ayudando al proceso de identificación de ambas sardinas en las faenas de pesca en aguas interiores de la Isla de Chiloé. AGRADECIMIENTOS Se agradece al Instituto de Fomento Pesquero, especialmente el apoyo de los observadores científicos de Base de Calbuco y Puerto Montt. Se agradece al Dr. M. Lamboeuf por autorizar previamente el uso de la figura de Whitehead (1985). Deseamos expresar también nuestros agradecimientos a dos revisores anónimos cuyos comentarios y sugerencias enriquecieron una versión preliminar de este artículo. R Wiff fue financiado por el proyecto CONICYT/FONDECYT post doctoral número 3130425. REFERENCIAS Aranis, A., A. Gómez, L. Caballero, M. Ramírez, G. Eisele, M. González, F. Cerna, V. Bocic, A. López, C. Machuca, F. Espíndola, C. Vera, Z. Young & S. Mora. 2011a. 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Chirocentridae, Clupeidae and Pristigasteridae. FAO Fish., 125(7): 1-303. Received: 15 April 2013; Accepted: 18 August 2014 1071 Young, Z., J.C. Saavedra, H. Miranda, L. Caballero, A. Aranis & M. González. 2003. Determinación de tamaños de muestra en la pesquería pelágica, zona centro-sur. Proyecto investigación situación pesquería pelágica zona centro-sur. Documento Técnico, IFOPSUBPESCA, 21 pp. Lat. Am. J. Aquat. Res., 42(5): 1072-1086,Caracterización 2014 de los ríos altoandinos tropicales de Ecuador y Perú DOI: 10.3856/vol42-issue5-fulltext-12 10721 Research Article Caracterización física, química e hidromorfológica de los ríos altoandinos tropicales de Ecuador y Perú Christian Villamarín1,3, Narcís Prat1 & María Rieradevall1,2 Grup de Recerca Freshwater Ecology and Management (FEM), Departament d’Ecologia Universitat de Barcelona, Av. Diagonal 643, 08028 Barcelona, España 2 Institut de Recerca de Biodiversitat (IRBio) de la Universitat de Barcelona Av. Diagonal 643, 08028 Barcelona, España 3 Centro de Investigación, Estudio y Desarrollo de Ingeniería (CIEDI). Ingeniería Ambiental Universidad de Las Américas. C/ José Queri s/n, Quito, Ecuador 1 RESUMEN. Para comprender la variabilidad física, química e hidromorfológica de los ríos en la zona altoandina tropical (sobre los 2000 msnm) se muestrearon 123 ríos de ocho cuencas hidrográficas de Ecuador y Perú, seleccionados según criterios de distribución en latitud y altitud, así como el grado de alteración antrópica. Los muestreos se realizaron entre octubre 2007 y octubre 2008, coincidiendo con la época seca en ambos paises. En cada localidad se midieron tanto parámetros físicos y químicos (i.e., temperatura, oxígeno disuelto, conductividad, fosfatos, nitritos, nitratos, amonio, etc.) como hidromorfológicos (i.e., altitud, índice de calidad riparia (QBR), calidad y naturalidad de la cubierta vegetal de la ribera, naturalidad del canal fluvial, índice del hábitat fluvial (IHF), frecuencia de rápidos, composición del sustrato). A nivel regional (entre cuencas) la mineralización, las características hidromorfológicas y la heterogeneidad del hábitat mostraron ser los factores de mayor importancia para explicar la variabilidad encontrada. La temperatura, oxígeno disuelto y heterogeneidad del hábitat fueron los parámetros relevantes en el gradiente altitudinal, mientras que la mineralización lo fue en el gradiente latitudinal. La significación o importancia de un factor u otro parecen estar determinados en gran medida por el nivel espacial estudiado (localidad, cuenca, región). Sin embargo, se determinó que a nivel regional la altitud y las variables que cambiaron con ella, como temperatura y oxígeno disuelto, son siempre significativas independientemente de la ubicación latitudinal de la cuenca. Palabras clave: ríos altoandinos tropicales, altitud, latitud, variables físicas y químicas, variables hidromorfológicas, Perú, Ecuador. Physical, chemical and hydromorphological characterization of Ecuador and Perú tropical highland Andean rivers ABSTRACT. To understand the physical, chemical and hydromorphological variability of tropical highland Andean rivers (2000 m.a.s.l.), 123 localities in eight river basins in Ecuador and Perú were sampled. The sites were selected according to their latitude, altitude, and impairment degree. The samples were taken between October 2007 and October 2008 coinciding with the dry season at both countries. In each locality both, physical and chemical (i.e., temperature, dissolved oxygen, conductivity, phosphates, nitrites, nitrates, ammonia, etc.) and hydromorphological (i.e., altitude, riparian quality index (QBR), degree of vegetal cover in the stream zone, riparian cover structure and quality, naturalness of the stream channel, aquatic habitat quality index (IHF), substrate composition, rapids frequency, elements of heterogeneity) variables were measured. At regional level (between basins), the mineralization, the hydromorphological features and the aquatic habitat heterogeneity were the most important factors explaining environmental variability. Meanwhile the temperature dissolved, oxygen and habitat heterogeneity parameters were shown to be relevant in the altitudinal gradient, while the mineralization was it in the latitudinal gradient. The importance of each factor is related to the spatial scale studied (site, basin, region). However, the altitude and variables changing with it, as temperature and dissolved oxygen, shown similar patterns regardless of the latitudinal location of the basin. Keywords: tropical Andean rivers, altitude, latitude, physical and chemical variables, hydromorphological variables, Peru, Ecuador. ___________________ Corresponding author: Christian Villamarín ([email protected]) 1073 2 Latin American Journal of Aquatic Research INTRODUCCIÓN La Cordillera de Los Andes atraviesa el continente sudamericano de norte a sur y es considerada como una zona donde se concentran una alta heterogeneidad ambiental y una elevada diversidad biológica (Young, 2011). La elevada altitud y complejidad fisiográfica de esta cadena montañosa influyen en la circulación del aire y condicionan el clima (Emck et al., 2006; Young, 2011), influenciando de forma importante los regímenes hidrológicos de sus ríos (Montgomery et al., 2001; Argollo, 2006). Estas particularidades de la zona andina explican la complejidad ecosistémica existente (Hedin & Hetherington, 1996; Jacobsen et al., 1997; Gaston, 2000; Jacobsen, 2003; Corigliano et al., 2005; Argollo, 2006; Ellenrieder, 2007; Jacobsen, 2008; Palma & Figueroa, 2008). Con respecto a los ecosistemas fluviales, si bien los estudios que se han realizado para caracterizar los ríos andinos son escasos (Domínguez-Granda et al., 2005; Segnini & Chacón, 2005), los datos publicados indican que los ríos altoandinos son muy variables y muestran fluctuaciones importantes en sus características físicas y químicas (e.g., caudal, temperatura, oxígeno disuelto, pH, conductividad) (González et al., 2004; Jacobsen, 2004; Jacobsen & Brodersen, 2008), tanto a nivel espacial como temporal, incluyendo la fluctuación diaria extrema en algunos de ellos. El fuerte gradiente altitudinal de Los Andes se ha señalado como el factor más importante y determinante de la variabilidad de las características físicas y químicas de los ríos altoandinos (Jacobsen et al., 1997; Carrera & Gunkel, 2003; Jacobsen, 2003, 2004). Se ha insistido especialmente en la importante disminución de la concentración de oxígeno y de la temperatura a medida que aumenta la altitud (Jacobsen, 2003; Jacobsen et al., 2003; Corigliano et al., 2005; Ellenrieder, 2007; Jacobsen et al., 2007). La variabilidad natural puede estar adicionalmente modificada por la actividad humana que afecta en mayor medida al pH, conductividad, oxígeno disuelto, concentración de fosfatos, nitritos, nitratos, amonio y metales pesados, así como a las características hidromorfológicas de los ríos (Maddock, 1999; Buytaert et al., 2006; Acosta, 2009; Acosta et al., 2009; Prat et al., 2009), siendo más frecuentes las actividades de la reducción de vegetación en la cuenca y en la ribera, los aportes de materia orgánica de origen doméstico, la explotación agrícola y ganadera, y la explotación minera (Carrera & Gunkel, 2003; Segnini & Chacón, 2005; Mena & Hofstede, 2006; Prat et al., 2009). Los estudios realizados sobre las características ambientales de los ríos altoandinos se han limitado a una sola cuenca o a pocas cuencas de un mismo país (Rivera et al., 2002; Jacobsen, 2003; Moya et al., 2003; Segnini, 2003; Días-Quirós, 2004; Jacobsen, 2004; Segnini & Chacón, 2005; Jacobsen, 2008). Por consiguiente, con los estudios actuales es difícil comparar datos entre ríos de diferentes países y latitudes, ya que muchas veces no se analizaron los mismos parámetros o los métodos no fueron los mismos, y no siempre se estudiaron a la vez los parámetros físicos, químicos e hidromorfológicos, dificultando en gran medida la interpretación de los patrones de cambio de las variables ambientales a nivel regional. La importancia de conocer la variabilidad de los factores físicos y químicos de los ríos radica en la influencia de estos sobre la biodiversidad a diferentes niveles espaciales (Gaston, 2000; Jacobsen, 2008) y la falta de este conocimiento dificulta la identificación de los patrones de distribución de los organismos. Estos aspectos son aún más importantes de conocer en los ríos tropicales altoandinos donde, como se mencionó anteriormente, los estudios a gran escala son escasos. Así, en el gradiente latitudinal el decrecimiento en la productividad, temperatura o incidencia de la luz han sido señalados como los factores determinantes en los cambios de la biodiversidad (Gaston, 2000; Willig et al., 2003), mientras que en el gradiente altitudinal han sido la disminución de la productividad, el oxígeno y la temperatura (Jacobsen et al., 1997; Jacobsen, 2004; Lujan et al., 2013). Sin embargo, en los ríos altoandinos tropicales estos factores podrían o no ser determinantes especialmente si se habla de un área tan grande, donde la escala espacial podría jugar un papel muy importante en la variabilidad de los factores ambientales. La primera hipótesis es que debería haber diferencias en las características ambientales de los ríos tropicales altoandinos a diferentes escalas espaciales de estudio, especialmente en las cuencas y en las secciones de los Andes que se encuentran separadas por una mayor distancia geográfica. Una segunda hipótesis es que al estar todos los ríos de este estudio en la zona tropical, el decrecimiento de la temperatura a medida que aumenta la latitud, quizás no es un factor tan relevante a escala regional, aunque sí sería un factor clave para entender los cambios altitudinales. La tercera hipótesis es que, los factores que actúan a un nivel más local como la heterogeneidad de hábitats y la calidad de la ribera pueden cambiar los patrones generales derivados de la latitud y altitud. Por todo ello es de esperar una alta variabilidad en los factores físicos y químicos en el área estudiada, que sería consecuencia de la interacción entre los cambios debido a las tres escalas estudiadas (local, latitudinal y altitudinal). Caracterización de los ríos altoandinos tropicales de Ecuador y Perú MATERIALES Y MÉTODOS Área de estudio Se muestrearon 123 localidades en cuatro cuencas del Ecuador y cuatro cuencas del Perú, entre octubre 2007 y octubre 2008, de las cuales la mitad pertenecen a la vertiente del Pacífico (Mira, Guayas, Santa y Colca) y la otra mitad son afluentes del Amazonas (Aguarico, Pastaza, Mosna y Urubamba) (Fig. 1). En cada cuenca se tomaron muestras de 14 a 16 localidades situadas a lo largo de un gradiente altitudinal desde 2000 a 4800 msnm. Además, se procuró incluir tanto localidades sin perturbación humana como localidades con diferentes afectaciones antrópicas, incluyendo contaminación orgánica, minera o agropecuaria, así como con cambios hidromorfológicos en la ribera. Dada la complejidad geomorfológica de Los Andes, y los importantes gradientes que se puede encontrar en la región andina estudiada, para sintetizar las características ambientales y facilitar la interpretación de los resultados se ha utilizado la clasificación de Los Andes propuesta por Argollo (2006), basada en la distribución de las formaciones vegetales. Éste autor divide Los Andes en tres grandes secciones (Andes Norte, Andes Centrales y Andes Sur) según sus características ambientales, de vegetación y climáticas (Argollo, 2006). Con esta propuesta de clasificación las cuencas de los ríos Mira, Aguarico, Guayas y Pastaza en Ecuador pertenecen a los Andes Norte, mientras que las cuencas de los ríos Santa, Mosna, Colca y Urubamba pertenecen a Los Andes Centrales. Las dos últimas cuencas se sitúan en una zona algo distinta, considerada como la subdivisión Altiplano-Puna. Así, para analizar el gradiente latitudinal se usarán estas tres subdivisiones. Para señalar las discontinuidades altitudinales se usa, complementariamente, el análisis de agrupaciones de las localidades según la importancia de la cobertura vegetal tanto de su cuenca como de la ribera. Por un lado están las localidades ubicadas en el rango altitudinal entre 2000 y 3500 msnm, donde el estado natural del bosque de ribera está bien desarrollado con arbustos y árboles (Pourrut, 1995; Winckell et al., 1997), zona denominada “Bosque montano”. Por otro lado están las localidades situadas por encima de los 3500 msnm, que corresponden a “Páramo-Puna”; en este rango altitudinal la vegetación de ribera (y de la cuenca en general) es escasa y generalmente, dominada por especies herbáceas o arbustos de tamaño reducido (García & Beck, 2006; Mena & Hofstede, 2006). Aunque se puede encontrar pequeños remanentes arbóreos en esta zona, estos han quedado reducidos a relictos ubicados en quebradas o laderas debido a la presión antrópica o por las características ambientales 10743 naturales (Pourrut, 1995; Winckell et al., 1997; García & Beck, 2006; Mena & Hofstede, 2006). Estas clasificaciones tanto a nivel latitudinal como altitudinal se utilizan para agrupar las localidades en los análisis y facilitar la interpretación de los resultados. Muestreo Los muestreos se realizaron coincidiendo con la época seca de la zona donde se encuentra la cuenca a muestrear (Mira y Aguarico: febrero 2008, Guayas y Pastaza: agosto 2008, Santa y Mosna: octubre 2007, Colca y Urubamba: octubre 2008). En todas las cuencas se muestrearon entre 14 y 16 localidades en un periodo de cuatro días consecutivos (las fechas se especifican en el Anexo 1). Los muestreos se realizaron en este periodo debido a la baja accesibilidad de muchos ríos en la época de lluvias y a que en la época seca la concentración de los contaminantes es más alta debido a la reducción en el caudal (Jacobsen, 1998; Villamarín et al., 2013). Para calcular el caudal, se midieron el ancho del río y la profundidad en varios transeptos, así como la velocidad del agua con un correntómetro MiniAir. Desde el punto superior del tramo se midió la pendiente con un clinómetro, intentando estar lo más cerca del suelo. Se consideró como punto de medición al punto inferior del tramo y se calculó el porcentaje de la pendiente del mismo desde el punto inicial. El pH y la conductividad se midieron in situ con una sonda YSI63, mientras que el oxígeno disuelto (en mg L-1 y % de saturación) y la temperatura se determinaron con un oxímetro YSI-550. Por otra parte, se tomaron dos muestras de la superficie del agua para ser procesadas en el laboratorio. Una muestra de 500 mL de agua se refrigeró durante un máximo de 48 horas para el análisis de amonio, nitritos, nitratos, fosfatos, cobre, plata, zinc y hierro, con un espectrofotómetro portátil Hach Lange DR2800. La segunda muestra de agua (50 mL) se congeló y utilizó para análisis de cationes (sodio, magnesio, calcio y potasio) y aniones (cloruros y sulfatos) que se realizaron en los Servicios CientíficoTécnicos de la Universidad de Barcelona. Para la descripción y evaluación de las características de hábitat fluvial se aplicó el índice IHF adaptado a zonas andinas (Acosta et al., 2009). Este índice evalúa el estado general del hábitat fluvial en las localidades muestreadas especialmente en los aspectos que pueden influir en la composición de las comunidades bióticas (Pardo et al., 2002), mediante la observación de siete grupos de variables. Por otra parte, las características y la calidad de la zona riparia de los ecosistemas fluviales se midió con el índice QBR-And (Acosta et al., 2009). Este índice evalúa el bosque de 1075 4 Latin American Journal of Aquatic Research Figura 1. Localización geográfica de las cuencas hidrográficas de ríos altoandinos tropicales estudiadas en Ecuador (MI: Mira, AG: Aguarico, GU: Guayas, PA: Pastaza), y en Perú (SA: Santa, MO: Mosna, CO: Colca, VS: Urubamba). ribera en cuatro apartados: 1) grado de cobertura de la zona de ribera, 2) estructura de la cubierta vegetal, 3) calidad de la cubierta vegetal, y 4) grado de naturalidad del canal fluvial. Este índice ha sido adaptado para las zonas altoandinas especialmente en dos aspectos: Por una parte el apartado de Calidad de la Cubierta fue modificado completamente para los lugares donde existe bosque (<3500 msnm), debido a las diferencias de las formaciones vegetales neotropicales altoandinas con las comunidades de ribera europeas para las cuales se desarrolló el índice QBR (Munné et al., 2003). En las localidades de muestreo 3500 m de altitud la vegetación consiste en las formaciones herbáceas o de matorral propias de la puna o el páramo, sin cobertura arbórea de forma natural. En este sentido, Acosta et al. (2009) propusieron excluir el apartado de Estructura de la Cubierta, por lo que el valor máximo del índice en estas áreas es de 75 puntos. Para comparar entre los datos de QBR-And de los páramos y punas con el resto de formaciones vegetales se aplicó una corrección y se estandarizaron todos los valores obtenidos del índice a una escala de 0 a 1 (Acosta, 2009). Análisis de datos Para el análisis de los patrones y variabilidad ambiental de los ríos altoandinos se realizaron agrupamientos de las localidades en diferentes niveles de estudio: cuenca, latitud y altitud. El primer nivel de estudio es la cuenca hidrográfica a la que pertenecen, lo que permite entender la variabilidad ambiental comparando las diferentes cuencas muestreadas. En segundo lugar, para analizar la importancia de la latitud, se agruparon las localidades según al dominio morfotectónico al que pertenecen según la descripción de Argollo (2006), sea este Andes Norte, Andes Central o Altiplano-Puna. Finalmente, se agruparon las localidades según la formación vegetal a la que pertenecen, refiriéndose como bosques montanos a las localidades <3500 msnm con bosque de ribera bien desarrollado, y a páramos y punas a las localidades 3500 msnm con vegetación ribereña poco desarrollada o carente de ella como se explicó en al área de estudio. Para determinar si existen diferencias significativas de las características ambientales entre los grupos de cada nivel de estudio, se realizó un Análisis de Caracterización de los ríos altoandinos tropicales de Ecuador y Perú Similaridades (ANOSIM) usando todas las variables ambientales (físicas, químicas e hidromorfológicas) mediante el programa PRIMER versión 6 (Clarke & Warwick, 2001). Este análisis, indica la semejanza entre los grupos, siendo los valores altos de R global los que indican la existencia de menor similitud y viceversa (Clarke & Warwick, 2001). Para definir cuáles de los parámetros ambientales de los ríos altoandinos presentan una mayor variabilidad, se realizó un Análisis de Componentes Principales (ACP). Este análisis agrupa las variables según la longitud del gradiente ambiental dando una idea de la heterogeneidad ambiental presente, y ordena las variables por su importancia (Cáceres et al., 2003). Previo al desarrollo del ACP, se realizó una correlación de Pearson con las variables ambientales, para identificar las variables redundantes (r > 0,8) y disminuir su número. Posteriormente, para analizar las tendencias presentes en los datos de las variables seleccionadas se realizó el ACP con las variables no redundantes. Este análisis fue realizado con el programa Ginkgo (Cáceres et al., 2003). En el caso de las variables hidromorfológicas, siguiendo el ejemplo de trabajos anteriores (Acosta, 2009), se ha usado tanto el valor global de los índices aplicados (QBR e IHF) como el valor parcial de cada uno de sus apartados, por la información que aportan sobre el cauce y la ribera. RESULTADOS Características ambientales de los ríos altoandinos Las variables físicas, químicas e hidromorfológicas analizadas presentaron valores muy diferentes entre unos ríos y otros, corroborando la heterogeneidad de los ríos altoandinos estudiados (Ver Anexo 1). Las características hidromorfológicas mostraron valores que diferencian los ríos de cabecera de los de altitudes menores, y, como es de esperar, el caudal, ancho y profundidad mostraron valores mayores en las localidades de menor altitud. Entre las variables físicas y químicas, el oxígeno disuelto mostró una tendencia a valores bajos en las localidades que presuntamente tenían contaminación orgánica y en localidades que se encuentran a mayor altitud. El pH mostró valores cerca de la neutralidad o ligeramente alcalinos en todas las cuencas a excepción de dos localidades de la cuenca del río Santa en Perú donde fueron bajos. La mineralización mostró sus valores más altos en la cuenca del Urubamba, en cuatro localidades de la cuenca del Colca, en una localidad de la cuenca del Pastaza y en otra localidad en la cuenca del Mira. 10765 Los datos de nitritos y nitratos presentaron en general valores bajos, 0-0,23 mg L-1 y 0-3,30 mg L-1 respectivamente. El nitrógeno en su forma amoniacal presentó valores de 0-3,76 mg L-1. Los de fosfatos variaron de 0-4,06 mg L-1. Los metales pesados disueltos fluctuaron de 0-4,66 mg L-1 para el cobre, 00,52 mg L-1 para la plata, 0-0,9 mg L-1para el zinc, 02,14 mg L-1para el hierro y de 0-0,3 mg L-1 para el plomo; todos ellos relativamente bajos. De acuerdo a la descripción y caracterización del hábitat fluvial altoandino, la composición del sustrato fue mayoritariamente de cantos y gravas, seguido por bloques y piedras en la mayoría de las localidades; los substratos restantes (arenas, limo y arcilla) se ubicaron en pocas localidades. Estos sustratos se encuentran poco fijados (porcentaje de inclusión bajo) en el 25% de las localidades, mientras que sólo en el 13,8% los sustratos estaban muy fijados. Coherentemente con estos resultados, el 80,6% de las localidades presentó una alta frecuencia de rápidos en relación al ancho del río. Respecto a los regímenes de velocidad en relación a la profundidad, el 67,4% de las localidades presentó las cuatro categorías (lento-profundo, lento-somero, rápido-profundo y rápido-somero), 21,1% presentó dos de las cuatro categorías, 9,7% presentó tres de las cuatro categorías y solo 1,6% presentó una de las cuatro categorías. En relación a la exposición a la luz, expresada como porcentaje de sombra en el cauce, 47,1% de las localidades estaba expuesto, 30,8% mostró grandes claros y 21,9% de las localidades correspondieron con el ítem sombreado con ventanas. Los elementos de heterogeneidad dominantes en todas las localidades fueron presencia de troncos y ramas, seguidos por hojarasca. Por último, en cuanto a la cobertura de la vegetación acuática, el plocon y los briófitos fueron dominantes, mientras que el pecton y las fanerógamas fueron raros. El valor global del índice de hábitat fluvial mostró, de acuerdo con los valores establecidos por Pardo et al. (2002), que el 35,7% de las localidades se encontraba con un hábitat fluvial adecuado (>60 puntos), un 59,3% con hábitat con algunas limitaciones (40-59 puntos) y 4,8% con hábitat que puede limitar la presencia de algunos taxa de macroinvertebrados (<40 puntos) (Tabla 1). Con respecto a la calidad del bosque de ribera (QBR), en las zonas de páramo el 48,1% de las localidades mostró una cubierta vegetal de la ribera 80% (entendiéndose como cobertura vegetal de páramo a las gramíneas, matorral, almohadillas o arbustos), 11,1% presentó una cubierta vegetal de ribera <10%, mientras que el 40,7% de localidades tenía una cobertura vegetal entre 11 y 79% de la ribera. En general, se puede considerar que la calidad de la vegetación de ribera es buena, ya que en el 85,2% de 1077 6 Latin American Journal of Aquatic Research Tabla 1. Número de estaciones de cada una de las categorías de calidad de los índices de QBR e IHF. Los valores de QBR son los estandarizados según la propuesta QBR-And (Acosta et al., 2009). Indice IHF QBR Rango de calificación Calificación ≥60 40-60 ≤40 ≥0,95 0,75-0,9 0,55-0,7 0,3-0,5 ≤0,25 Adecuado Con limitaciones Limitado Muy Buena Buena Intermedia Mala Pésima las localidades la ribera está poblada con especies autóctonas, 11,1% presentó algunas especies introducidas y 3,7% mostró un alto porcentaje de especies introducidas. Así mismo, la naturalidad del canal fluvial no estaba alterada en el 77,8% de las localidades muestreadas, mientras que el resto mostró algún tipo de modificación. En las zonas de menor altitud, que deberían tener un bosque de ribera bien desarrollado, solo el 23,9% de localidades presentó un alto porcentaje de cubierta de árboles, mientras que en un 39,6% la cobertura fue <10%. Respecto a la estructura de la cubierta, el 25% de las localidades presentó un bosque de ribera con coberturas de árboles <10%, mientras que en el 19,8% el recubrimiento de árboles fue 75%. Según la calidad de la cubierta, en el 23,9% de las localidades la comunidad fue de árboles de ribera autóctonos y en el 19,8% más del 51% de las especies fueron introducidas. Por último, el 62,5% no mostró alteraciones en el canal fluvial, mientras que el resto de localidades presentó algún tipo de modificación. La valoración general de la calidad del bosque de ribera, con los criterios de Acosta et al. (2009) es de 23,5% de calidad muy buena, 17,8% con calidad buena, 21,9% con calidad intermedia, 19,5% con calidad mala y 17% con calidad pésima (Tabla 1). Importancia de los niveles de estudio Los resultados del análisis de similaridad mostraron que en los tres niveles de estudio analizados los ríos son significativamente diferentes entre ellos (Tabla 2). De los tres, la formación vegetal presentó un valor estadístico global mayor (R = 0,284; P < 0,001), lo que indica que la presencia o no de vegetación de ribera sea a mayor o menor latitud tiene un mayor peso sobre las características físicas, químicas e hidromorfológicas de los ríos altoandinos que la altitud o la cuenca. Formación vegetal Bosque montano 35 57 4 18 13 22 22 21 Páramo y Puna 9 16 2 11 9 5 2 0 El nivel de estudio de cuenca hidrográfica, mostró los ríos que pertenecen a la cuenca del Aguarico (en el norte) y Colca (en el sur) como los que tienen mayores diferencias en sus características ambientales (R = 0,37; P < 0,001), lo que coincide con una mayor distancia geográfica entre ellos. Las cuencas hidrográficas con menores diferencias estadísticas fueron las de los ríos Mira y Aguarico (R = 0,08; P = 0,047) situadas al norte del Ecuador. Por su parte, las cuencas de los ríos Guayas y Pastaza en el sur del Ecuador (R = 0,04; P = 0,069), las cuencas de los ríos Santa y Mosna en el norte del Perú (R = 0,05; P = 0,102), y las cuencas de los ríos Colca y Urubamba en el sur del Perú (R = 0,13; P = 0,002), no mostraron diferencias entre ellos (Tabla 2). En relación a los dominios morfotectónicos, Los Andes del Norte y Los Andes Central son los que mostraron mayor similitud (R = 0,063; P = 0,102), mientras que Los Andes del Norte y el Altiplano-Puna presentaron las mayores diferencias (R = 0,465; P < 0,001) en sus características ambientales (Tabla 2). Estos valores muestran la misma tendencia que a nivel de cuenca en relación a la cercanía geográfica y variabilidad ambiental local. Clasificación y ordenación de las localidades El Análisis de Componentes Principales (ACP) realizado para determinar cuáles de las variables ambientales e hidromorfológicas fueron más relevantes para la clasificación y la diferenciación de las localidades fluviales analizadas en cada uno de los tres niveles propuestos, mostró que los tres primeros ejes explicaron el 37,2% del total de la varianza acumulada (Tabla 3). La mineralización fue el componente más significativo en el primer eje. El QBR, IHF y la hidromorfología fueron las variables principales en el segundo eje, siendo los apartados del QBR, grado de la Tabla 2. Valores de R global y P-value resultantes del ANOSIM para los grupos y entre los componentes de cada grupo estudiados. En negritas se encuentran los valores que son estadísticamente significativos y que tienen valores de R global altos. ns: no significativo, *: significativo. Caracterización de los ríos altoandinos tropicales de Ecuador y Perú 10787 cubierta, calidad de la cubierta y grado de la naturalidad del canal las variables más importantes; mientras que en el caso de los apartados del IHF, frecuencia de rápidos, regímenes de velocidad/profundidad, porcentaje de sombra y los elementos de heterogeneidad presentaron un mayor peso (Tabla 3, Fig. 2a). El ACP de la distribución de las localidades agrupadas por cuenca hidrográfica (Fig. 2b), las cuencas del Urubamba y Colca presentaron cierta discriminación del resto de las localidades, lo cual se explicó por los altos valores de conductividad que presentó la mayoría de las localidades de estas dos cuencas hidrográficas. Así, las localidades del Urubamba y diversas del Colca se ubicaron a la derecha del primer eje (rombos en la Fig. 2 correspondientes a las zonas más mineralizadas), mientras que en el sector izquierdo se situaron las localidades de mineralización débil de todas las cuencas, habitualmente de cabecera. En el segundo eje, en la parte negativa se ubicaron las localidades más alteradas en su bosque de ribera o en su hábitat fluvial, indicando una perturbación antropogénica importante (PA-08, PA-13, MI-15, PA-04, AG05, MI-06). El gráfico de la distribución de las localidades agrupada por dominios morfotectónicos (Fig. 2d), al igual que el gráfico anterior, discriminó las localidades pertenecientes al Altiplano-Puna, donde se registraron los mayores valores de mineralización respecto a las demás localidades. Finalmente, al analizar las variables ambientales agrupadas según la formación vegetal (Fig. 2c), se observó cierta agrupación de las localidades de Páramo y Puna hacia la parte superior del gráfico, mientras que las localidades de bosque montano se situaron preferentemente hacia el sector inferior. Aunque la discriminación de las localidades no es muy clara, ya que en la parte positiva del segundo eje se sitúan las localidades tanto de páramo como de zonas con bosque con un alto grado de conservación del bosque de ribera (Fig. 2c). DISCUSIÓN Los estudios realizados sobre los ríos altoandinos se han incrementado en los últimos años (Segnini & Chacón, 2005; Jacobsen, 2008), pero todavía quedan muchos aspectos por dilucidar. Uno de esos aspectos es conocer la variabilidad de los factores ambientales (físicos, químicos e hidromorfológicos) y su relevancia para la organización de las comunidades de organismos acuáticos que habitan estos ríos. La mayoría de los estudios realizados en la zona altoandina se han centrado en el análisis de las características ambientales de zonas poco extensas que se localizan a diferentes latitudes y altitudes (Rivera et al., 2002; Jacobsen, 2003; 1079 8 Latin American Journal of Aquatic Research Tabla 3. Variables más importantes con su peso respectivo en cada uno de los ejes del Análisis de Componentes Principales. Variable % Varianza total % Varianza acumulada Físicas y químicas Hidromorfológicas Eje 1 17,5 17,5 Conductividad T° Ca (mg L-1) Na (mg L-1) Mg (mg L-1) Cobre (mg L-1) K (mg L-1) Pendiente (%) Heterogeneidad % Sombra Índice IHF Eje 2 0,34 0,29 0,29 0,28 0,27 0,24 0,24 -0,21 -0,23 -0,21 -0,21 11,8 29,3 Altitud (msnm) Índice QBR Cubierta ribera Calidad cubierta Naturalidad canal Composición sustrato Eje 3 0,28 0,41 0,37 0,36 0,33 -0,23 7,9 37,2 Altitud (msnm) Cobre (mg L-1) Ca (mg L-1) Estructura cubierta Índice IHF % Sombra Heterogeneidad Frecuencia rápidos -0,27 0,23 0,22 0,39 0,37 0,32 0,25 0,24 Figura 2. a) Representación de los resultados para las dos primeras dimensiones del Análisis de Componentes Principales de las variables ambientales de los ríos altoandinos de Ecuador y Perú, b) distribución de las localidades en el espacio bidimensional agrupados según cuenca hidrográfica, c) formación vegetal, d) dominios morfotectónicos. Caracterización de los ríos altoandinos tropicales de Ecuador y Perú Moya et al., 2003; Segnini, 2003; Días-Quirós, 2004). En su mayoría coinciden en que la mineralización, altitud y conservación del hábitat ribereño determinan las características ambientales del medio e influyen en la composición de las comunidades de organismos acuáticos (Rivera et al., 2002; Jacobsen, 2003; Moya et al., 2003; Segnini, 2003; Días-Quirós, 2004). De acuerdo a la primera hipótesis, se determinó que existe una gran variabilidad en las características de los ríos altoandinos de las cuencas estudiadas y los factores que la explican fueron esencialmente la mineralización, temperatura y oxígeno disuelto, las características hidromorfológicas locales y heterogeneidad del hábitat. Otros factores que se esperaba fuesen importantes, como la contaminación, no aparecieron como explicativos de la variabilidad en los análisis realizados para el conjunto de las 123 localidades estudiadas. Los tres gradientes espaciales incluidos en el estudio (latitud, altitud y factores locales) son determinantes, en diferente grado, de la variabilidad encontrada. El gradiente altitudinal parece ser más relevante que el latitudinal para entender la variabilidad de los factores ambientales, de modo que ni las diferencias entre los dominios morfotectónicos descritos por Argollo (2006), ni los cambios en las características climáticas de Los Andes a lo largo del gradiente latitudinal (Emck et al., 2006), se reflejan en los cambios de las características ambientales de los ríos altoandinos tropicales estudiados. Más bien, en los niveles de cuenca hidrográfica y de dominios morfotectónicos, la variabilidad local de los factores ambientales y la distancia de las cuencas o dominios entre sí parece ser más importante que el hecho de pertenecer a un dominio o a una cuenca. Supuestamente, la orografía y las diferencias de humedad de los dominios morfotectónicos debería influir en la variación térmica ambiental (Emck et al., 2006; Buytaert et al., 2006) y del agua. Sin embargo, no se detectan diferencias entre los ríos estudiados en el gradiente latitudinal, salvo para los valores de conductividad debidos a la geología. La influencia de las barreras geográficas parecen ser en este sentido más relevante (Prat et al., 2013), como es el caso de la Depresión de Huancabamba, que ha sido mencionada como límite en la distribución de los organismos de norte a sur y viceversa en Los Andes (Duellman & Pramuk, 1999; Weigend, 2002; Maldonado et al., 2011; Prat et al., 2013). La mineralización del agua de los ríos está principalmente relacionada con el clima y la geología del terreno (Segnini & Chacón, 2005), así como, en ocasiones, con las actividades antrópicas. Las localidades con valores medios o bajos de conductividad presentan una composición litológica mayoritaria de 10809 granitos, andesitas y rocas duras que son resistentes a la erosión (Toro et al., 2002; Segnini & Chacón, 2005) y se hallan distribuidos en toda la zona. En el área de estudio algunas localidades de la cuenca del Colca y todas las localidades de la cuenca del Urubamba (situadas a mayor latitud) muestran valores altos de conductividad. La composición geológica de la zona donde están estas localidades está constituida principalmente por calizas, areniscas rojas, limonitas, conglomerados, etc., donde predominan los carbonatos (Segnini & Chacón, 2005), que son sustratos más solubles y que incrementan la concentración de iones que determinan los valores de la conductividad. Asimismo, dentro de las localidades con altos valores de conductividad hay dos localidades en Ecuador que se sitúan en cuencas donde el sustrato era granítico y deberían presentar valores bajos de conductividad. Las dos ciudades cercanas a las localidades muestreadas basan su economía en la curtiembre y manufactura del cuero, por lo que estas actividades son el origen del incremento en la conductividad en estas localidades debido a los vertidos realizados por esta industria en ríos de caudal mediano (Alzate & Tobón, 2004; Lalanne & Carsen, 2005; Kato, 2006), lo que explica su desviación del patrón esperable por la composición litológica de la cuenca y restan peso a la mineralización como factor explicativo de la variabilidad física y química a nivel latitudinal. En la segunda hipótesis se planteaba si el cambio de temperatura con la latitud podría tener un peso relevante en la variabilidad de las características físicas y químicas. En este estudio la temperatura no aparece como importante a nivel de la región altoandina tropical pero es importante a un nivel más local (ríos en una misma latitud). Esto concuerda con los numerosos estudios donde el gradiente altitudinal ha sido considerado como un factor importante en la determinación de las características ambientales de los ríos andinos (Jacobsen et al., 1997; Jacobsen, 2004, 2008; Lujan et al., 2013). Se ha demostrado repetidamente que la presión atmosférica, oxígeno disuelto y temperatura decrecen cuando la altitud incrementa (Illies, 1964; Jacobsen, 2003; Jacobsen et al., 2003; Jacobsen & Brodersen, 2008). Estos cambios definen la distribución de las comunidades vegetales y animales en el gradiente altitudinal (Kessler, 2001; Sanders, 2002), tal es el caso de zonas de bosque montano y, de páramos y punas de la zona altoandina. Si bien en estudios ecológicos se le ha dado a la altitud una gran importancia como factor determinante, este factor es el resultado de la influencia de diversas variables ambientales que actúan conjuntamente (Carrera & Gunkel, 2003; Jacobsen, 2003, 2009; Jacobsen et al., 2003; Molina et al., 2008). Tal es el caso de este estudio, donde se determinaron diferencias 1081 10 Latin American Journal of Aquatic Research significativas en la temperatura y oxígeno disuelto en el gradiente altitudinal, registrándose los valores más bajos en zonas de mayor altitud. Este estudio muestra que los parámetros relacionados con el hábitat y la ribera son muy importantes en la diferenciación de los ríos independientemente de su latitud y altitud y por lo tanto la tercera hipótesis que aseguraba que los factores locales podían cambiar los patrones a mayor escala es cierta. Este resultado, es relevante ya que no había sido reportado en estudios anteriores, incluyendo la revisión de Jacobsen (2008). De esta forma, nuevos estudios que se realicen de los ríos altoandinos deberían considerar la influencia del hábitat y el bosque de ribera como un factor clave. Así, el QBR-And (Acosta et al., 2009) aplicado en la zona de estudio muestra grandes cambios en la calidad del bosque de ribera, tanto en los ecosistemas de altura (páramos y punas) como en los de zonas bajas. Las localidades de la zona alta (páramos y punas) muestran una mayor proporción de lugares con valores altos de calidad del bosque de ribera. Debido a los fuertes cambios diarios de temperatura, elevada humedad, alta radiación solar y pluviosidad, la explotación agrícola en la zona del páramo-puna ha sido limitada, mientras que en las zonas de características ambientales más estables como los bosques montanos, la importancia de la acción del hombre es mucho mayor, lo que explica las diferencias en los valores de calidad de la ribera entre las dos zonas. Sin embargo, los valores del índice del hábitat fluvial indican que la mayoría de localidades de la zona alta tienen hábitat con alguna limitación lo que parece contradecir otros resultados, debido a las características propias de este tipo de ecosistema, con una composición del lecho del río poco diversa de forma natural, lo que hace que la heterogeneidad del hábitat sea menor y por ello el índice IHF tiene más valores bajos. Por otra parte, las zonas de menor altitud muestran peores valores de calidad del bosque de ribera que los que se determinaron para la zona alta, esto se debería a la explotación agrícola y ganadera existente en esta zona (con acceso directo del ganado a las vertientes), que produce una fuerte degradación de las riberas (Buytaert et al., 2006). En este estudio, el porcentaje de la cubierta vegetal, calidad de la misma y naturalidad del canal fueron los aspectos de la ribera más modificados, esto indujo a que los valores obtenidos de la calidad del bosque de ribera fueran bajos. La degradación del bosque de ribera en la zona andina se ha producido principalmente por cambios de la vegetación natural que ha sido substituida por cultivos, árboles exóticos (eucalipto o pino), por la acción del ganado o por la eliminación del bosque de ribera por otras actividades humanas (ECOLAP & MAE, 2007; Acosta, 2009; Acosta et al., 2009). Por el contrario, los valores del índice del hábitat fluvial fueron mayores en estas localidades respecto al páramo-puna, ya que la diversidad en la composición del sustrato del lecho del río, así como la presencia de hojarasca, ramas y raíces expuestas es potencialmente mayor. Esto ayuda a que las puntuaciones del índice del hábitat fluvial sean mayores a pesar que la calidad del bosque de ribera sea menor, de todas formas el IHF detectó bien los cambios producidos por la alteración humana en el hábitat fluvial. Cabe señalar que en los ríos estudiados donde en la cuenca se desarrolla la agricultura pero la ribera estaba relativamente natural, el efecto de las actividades antropogénicas (esencialmente la presencia de contaminantes) sobre las comunidades de macroinvertebrados podría ser mitigado por la presencia de las riberas. Consecuentemente, la importancia del hábitat y el bosque de ribera se debería considerar como un aspecto relevante para la gestión y conservación de los ríos en la zona altoandina. En conclusión, en este estudio se logró describir la variabilidad física, química e hidromorfológica de los ríos altoandinos. Si bien la altitud (y en menor importancia la latitud) se revelaron como factores importantes en los cambios físicos y químicos, la calidad del bosque de ribera y heterogeneidad del hábitat fluvial parecen factores claves y deberían ser considerados al tratar de explicar la influencia de los factores ambientales en la composición y estructura de las comunidades de organismos. AGRADECIMIENTOS Este estudio es resultado de los proyectos “CERA: Evaluación del estado ecológico de cuencas altoandinas de Ecuador y Perú. Herramientas de gestión” financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia de España (CGL2006-04333), y del proyecto FUCARA: Funcionalidad y calidad ecológica de los ríos altoandinos. Reforzamiento del laboratorio de ecología acuática de la USFQ (Universidad de San FranciscoQuito). D/011294/07 (Acción Integrada-PCI Iberoamérica- AECI 2007- Ministerio de Asuntos Exteriores); así como de la beca de doctorado a C.V. (FPI) del Ministerio de Educación. Agradecemos a las entidades gubernamentales de cada país donde se realizó el trabajo de campo (Ministerio del Ambiente de Ecuador e Instituto de Recursos Naturales del Perú) las facilidades dadas para los muestreos. A la Dra. Clorinda Vergara del Museo de Entomología de la Universidad Nacional Agraria “La Molina” y a la Dra. Andrea Encalada del Laboratorio de Ecología Acuática de la Universidad San Francisco de Quito por las Caracterización de los ríos altoandinos tropicales de Ecuador y Perú facilidades logísticas y el espacio en sus laboratorios. Núria Sánchez-Millaruelo, Raúl Acosta, Manuel Andía, Carolina Arroyo, Fernanda Gonzáles y Karla Jiménez quienes colaboraron tanto en los muestreos como en el trabajo de laboratorio. Así mismo agradecer distintos tipos de ayuda a lo largo del estudio a todos los miembros del grupo de investigación F.E.M. (Freshwater Ecology and Management) de la Universidad de Barcelona. REFERENCIAS Acosta, R. 2009. 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Tests for weak exogenous variables, causality, and significance of different variables were performed, and a parsimonious version of the model was selected. The results obtained in this paper outline a price determination process that, in the end, is governed by world market conditions. Moreover, the diverse links in the hake market chain seem to be well integrated, which implies that there is little room for domestic price determination. Keywords: hake, fish price determination, time series, market chain, cointegration, market integration, Chile. El comportamiento del precio de la merluza común en Chile: ¿Es el mercado mundial el líder? RESUMEN. En este estudio se analiza la determinación de precios a través de la cadena de comercialización de merluza chilena. Para analizar la relación entre los diferentes precios que participan en esta cadena, se estimó con éxito un modelo VECM. Se identificó un vector de cointegración. Se realizaron pruebas para las variables exógenas débiles, causalidad, y significancia de diferentes variables, y se seleccionó una versión parsimoniosa del modelo. Los resultados obtenidos describen un proceso de determinación de precios que, al final, se rige por las condiciones del mercado mundial. Por otra parte, los diversos eslabones de la cadena de comercialización de merluza parecen estar bien integrados, lo que implica que hay poco espacio para la determinación de los precios internos. Palabras clave: merluza común, determinación de precios, series de tiempo, cadena de comercialización, cointegración, integración de mercado, Chile. ___________________ Corresponding author: Jorge Dresdner ([email protected]) INTRODUCTION Prices are important for fishermen, since they determine both their income and production costs. Moreover, the information conveyed by prices is essential for the decisions they must make, such as which species to target, with what fishing equipment use, and who to sell the catch to, among others. Although fishermen usually want higher product prices and lower input prices, most often they have no power to determine or influence the level of these prices. Sometimes they do not understand how prices are set up and think that some special economic agents have the power to determine prices. Therefore, one occa- sionally hears pleas to the authorities, especially from artisanal fishermen, to control price setting as a way of improving their income. In the public discussion on marine resource price determination, the idea that some agents are setting prices in some link of the marketing chain is recurrent (e.g., that the processing plants managers fix ex-vessel prices) or that it is possible to remove intermediaries that set abusive prices, and in that way improve the life conditions of artisanal fishermen (e.g., some people believe that by eliminating market chain links the prices received by the artisanal fishermen will be higher). The economic literature includes studies about temporal price behavior as a way of understanding how 1088 Latin American Journal of Aquatic Research the market functions and how prices are determined (e.g., Asche et al., 2005; Nielsen, 2005; Tveteras & Asche, 2008; Nielsen et al., 2009; Garcia & Salayo, 2009). A central focus has been to analyze the relation between different prices throughout the market chain, to understand how integrated the market is and how causality runs between prices. These studies have also addressed if buyers or sellers can affect prices, if domestic conditions affect prices set by the market, how do world market prices and the exchange rate intervene in the price setting process, and which prices condition or are conditioned by other prices. Within this framework, one central concern has been to test for market integration and price transmission between different links in the market chain using the variability of prices over time (Asche et al., 2007). While market integration analysis is primarily concerned with determining the market’s boundaries, by looking at the behavior between potentially connected prices, price transmission analysis focuses on which prices lead price determination and how demand and supply shocks are transmitted through the market chain. However, the test of relevant issues in this literature has sometimes been blurred by the non-stationary behavior of price series. In this case, traditional econometric approaches are no longer valid. An alternative approach, based on cointegration analysis techniques, has been developed and used to test for causality, market integration and the so called “Law of One Price” (Asche et al., 2004) In this study, we analyzed price determination throughout the Chilean hake market chain. The basic motivation is to characterize the way prices are determined along this chain. This characterization implies identifying the causality direction of prices between ex-vessel prices, fresh fish consumers prices, and export prices; the integration level of prices along the market chain; and the extent of domestic influence on price determination. Although sometimes in the public discussion of price determination in this market in Chile it is assumed that the “small country” assumption is valid, meaning that prices are directly and fully determined by world market prices, this hypothesis has never been tested rigorously. We present results that test this hypothesis. Moreover, the information obtained from this study is important for the design of management policies toward hake fisheries in Chile, and especially for rejecting the design of policies that attempt to control prices in an administrative way. Hake fisheries in Chile (Merluccius gayi gayi) have been operating for a long time and are considered an emblematic fishery (SUBPESCA, 2010). The geographic distribution of this species is located in maritime zones between the Coquimbo (29º10’S) and the Los Lagos regions (42º00’S), mainly near the coast, from depths of 50 to 500 m (SUBPESCA, 2012). From 2004 to present day, hake has shown a spawning biomass lower than what is considered to be biologically sound; thus, it has been declared in a state of overexploitation and depletion (SUBPESCA, 2012). The maximum extraction level was attained in 2004, when approximately 120,000 ton were landed. However, in recent years the extraction level has gone down to 45,000 tons. Hake fisheries are an important source of employment, concentrated primarily in the Biobío region (36º46’S). On the average, the industrial sector generates 3,500 jobs, fundamentally in the processing industries, while employment in the artisanal sector involves up to 11,000 people. In recent years approximately 50% of the landings have been directed to human consumption goods for exports, generating a value of nearly US$30 million per year (SUBPESCA, 2012). The rest is consumed domestically. The hake market chain in Chile is composed of several links. This market’s productive base is determined by fish harvesting. Merluccius gayi gayi is captured by an heterogeneous fleet, where the industrial fleet (vessel length over 18 m) and artisanal fleet (vessel length ≤18 m) are easily distinguished. However, regardless of the vessel’s size, all captures have three possible uses: to be sold for direct human consumption on the beach, to be sold as raw material for plant processing, and to be sold at the Metropolitan Fish Market (MFM). This market, located in Santiago de Chile, is the main market for fresh fish in Chile. The MFM, in turn, sells fish to wholesale and retail traders for domestic fresh consumption. The plants process the fish for human consumption and then sell their production to foreign markets and domestic retail traders. Thus, we have a mix of price transmission issues, as a result of the different market links, and of integration issues due to the different market segments, all of which are connected by the sole basic input. The principal links in this market chain are depicted in (Fig. 1). Thus, we can distinguish between four final destinations for hake captures: fresh consumption (through the MFM); exports (through the processing plants); domestic processed consumption (through the processing plants); and direct human consumption (through sales at the beach). However, due to information availability, in this study, we only analyzed three of these destinations, domestic consumption through the MFM, exports to foreign markets and direct fresh consumption. These are the main components of the Chilean hake market chain. Unfortunately, there was no periodical, reliable price information for the The behavior of hake prices in Chile 1089 Harvesting Metropolitan Fish Market Fresh Consumption Processing Plants Foreign Markets Direct Human Consumption Domestic Retail Figure 1. The Chilean hake market chain. other component (domestic retail). One would suspect that this unobserved price would very closely follow the prices for which we do have information. Moreover, the percentage of hake landed that could potentially be exchanged in this market fluctuated between 8 and 15% of total landings in the 2006-2009 periods, depending on the estimation year. The prices with available information included ex-vessel prices, MFM prices and FOB export prices. For this study, the FOB export price for frozen hake fillet is used as the relevant world market price for Chilean international hake transactions. Actually, one can find different international prices in world markets depending on the product exchanged and the characteristics of the buying and selling countries. So, it should clear that when we talk of the world market price this is a simplification. However, the FOB export price for frozen hake fillet, the main hake export product from Chile, should to a great extent reflect the international demand conditions that Chilean hake meets at the world market relevant for Chile. Nevertheless, since the FOB prices are in foreign currency (US$), we also included the exchange rate of Chilean pesos (CLP) for US dollars (US$) in the analysis. Thus, we analyzed four prices in all. In Fig. 2 the monthly development of these four prices for January 2002 to May 2011 is depicted. At first sight, it seems that the domestic prices (exvessel prices and MFM prices) follow each other relatively closely, while this does not seem to be the case for international prices or exchange rates. However, partial correlation analysis between individual prices does not consider the possibility that more than two prices can interact. Therefore, to disentangle the relationship between all prices a more solid analysis is required. MATERIALS AND METHODS Analyzing the relationship between prices to test for market integration is a well-established practice in economics (Asche et al., 2007). When markets are integrated the price development in one market chain is reflected in the prices of other market chains. The socalled “Law of One Price” is a special extreme version of this notion, where the price levels between different market chains are equal, except when a markup reflecting value is added (absolute version), or the rate of change in prices is equal (relative version). This means that different prices in an integrated market follow one other over time. However, if substitution or complementary possibilities are less than perfect, price deviations can be found. Moreover, market power, if used with discretion, can break the temporal relation between prices, as it does when it is used to avoid or increase the price changes generated in a preceding link of the market chain. From an empirical point of view, the following basic relation helps to clarify the basic ideas: ln pAt ln pBt t (1) where pA and pB are two different prices in the market chain, is a stochastic variable, and are parameters, and the subscript t indicates the time period. Parameter captures transport costs and quality transformations in the product. The relationship between prices is captured by parameter . If =0, there is no relation. If = 1, the “Law of One Price” is valid, if 0< <1 then the goods are imperfect substitutes. Thus, the whole discussion of the degree of market integration can be concentrated on the value of . One question that arises when considering a price relation like the one depicted in eq. (1) is which direction does price determination occur? Does pA determine pB, or is it the other way around, or are both prices simultaneously determined? If one price is exogenously determined with respect to the other, then one can infer that there is a unilateral determination from the first price to the second. Thus, one price leads to the other. In this case, what is required to settle this issue is an exogeneity test applied to both prices. 1090 Latin American Journal of Aquatic Research 1600,00 3,50 1400,00 3,00 2,50 1000,00 2,00 800,00 1,50 600,00 Price (US$) Price (CLP$) 1200,00 1,00 400,00 200,00 0,50 0,00 0,00 Ex-vessel Price MFM Price Exchange Rate FOB Price (US$) Figure 2. Price development in the Chilean hake market chain (January 2002-May 2011). The left hand axis shows prices for the ex-vessel price per landed kilogram of hake, the Metropolitan Fish Market (MFM) price per kilogram of hake, and the US$ exchange rate, all in CLP. The right hand axis shows the FOB average price per each exported kilogram of frozen hake fillet in US$. Of course, eq. (1) is a simple and stylized way of looking at price relations. Eq. (1) assumes that there are only two prices that participate in the market chain and that price adjustments occur in the same time period. In practice, more than two prices can participate in the market chain and time adjustment costs might exist. In this case, instead of a one equation system we can have a multiple equation system and the effects between different prices can become apparent throughout different time periods. This has implications for the methodology used to test for market integration and price leadership, but the basic notions embedded in eq. (1) remain valid. That is, the relationship between different prices shall be reflected in the parameters associated with each price and if the “Law of One Price” is valid, in the long run, the sum of the value of these parameters should equal one. This guarantees that relative prices remain constant. Moreover, exogeneity tests in a multivariate framework are necessary to test for price leadership. The refusal to reject weak exogeneity can be interpreted as a leading price in the long run (Asche, 2007). An additional issue that emerges when dealing with temporal price series is that frequently these series are not time stationary, which implies that traditional econometric methods used to empirically analyze price relations, is no longer valid (Engle & Granger, 1987). A suitable approach to treat non-stationary series in a multivariate context is the vector autoregressive model (VAR) with cointegration analysis (Johansen & Juselius, 1990). This approach can deal with nonstationary price series, allowing for the inclusion of lags in the price interactions, and solving the simultaneity determination of different price variables. It also allows for the analysis of short and long run price responses, permitting the formal testing for price leadership (exogeneity tests) in a multivariate framework. The model can formally be established as: k Z t At Z t i D t (2) t 1 or in its error correction form (VECM) as: k 1 Zt i Zt i Zt k D t (3) i 1 i=1 where Z t is a (n x 1) vector of (price) variables, t is the subscript that denotes the time period, and n is the number of variables in the model. Ai is a matrix of coefficients of dimension (n x n), D is a matrix of deterministic variables, is the corresponding parameter vector, µt is a column vector of (n x 1) random errors (innovations), and k is the number of lags included in the VAR model. is the difference operator; Гi = -I + A1 + A2 +…..+ Ai, with I as an identity matrix of order n and = (I - A1 - A2 -…..- Ai). In the present case, vector Z t is the following: The behavior of hake prices in Chile Zt' pE ,t , pM ,t , pX ,t ,et (4) where pE,t is the ex-vessel price in CLP, pM,t is the MFM price in CLP, pX,t is the FOB export price in US$, and et is the exchange rate, measured as CLP/US$. For conformity with the empirical section, all of these variables are expressed in natural logs. That is, x = ln(X), where X is the relevant variable in levels. The model in eq. (3) includes an error correction mechanism (ECM), which allows for the separation of the long and short run relationships. Short run relations are associated with the i matrices, while the long run relations are associated with the matrix. Therefore, the first step is to determine the number of cointegration vectors, r , associated with the long run relations. The procedure used to determine r is known as the method of the reduced rank (Johansen, 1988). Then, it is necessary to test whether the obtained cointegration relations correspond with the expected theoretical values. To accomplish this, the following steps were followed: - Identify the integration order of the variables. - Specify the VAR model (lag order, introduction of non-stochastic components). - Identify the number of cointegration vectors (restricted rank tests). - Compare the estimated vectors with economic theory. - Develop tests of weak exogeneity. When 0 < r < n, r cointegrating vectors exist. In this case, at most, three cointegration vectors may exist (long run relations). When this happens, one can factor such that ’where both and are (n x r) matrices. Matrix contains the cointegrating vectors or the long-run relationships and encompasses the adjustment parameters. This model also allows for a short run analysis. This analysis is important to understand how the price variables adjust in the short run. Once the long run relations are identified, eq. (3) can be estimated as follows: k 1 Zt i Zt i ˆ ' Zt k D t i 1 (5) where ˆ ' Zt k corresponds to the estimated cointegration vectors, previously identified. All variables included in eq. (5) are stationary. Thus, classic econometric tests (t- distribution, F distribution) can be used confidently. That is, once eq. (5) has been estimated, one can test for the significance of the parameters associated with the lagged variables Zt i . This allows for the presentation of a parsimonious VAR 1091 model (PVECM), where all non-significant parameters have been excluded. Within this framework, testing for Granger causality is possible. Granger non-causality, loosely speaking, implies that the prediction of a variable yt+h, h=1,…n, based on the information set t, does not improve if one includes the behavior of variable xs, s ≤ t in the information set (Granger, 1969). In this context, one says that “x does not Granger cause y”. If, on the other hand, when the reverse test between these two variables is carried out and we cannot reject the null that “y does not Granger cause x”, then we can conclude that there is causality between y and x, in the described sense. Testing for Granger causality allows us to understand the interactions between the different variables in the model. The test for Granger noncausality within the VECM model framework implies a specific joint test for the parameters in and related to the potentially non-causal variable in Z. The specific test procedure can be found, e.g., in Lűtkepohl & Krätzig (2004). Information sources The price series used in this study were obtained from official sources. The price series for ex-vessel prices was acquired from the National Fisheries Service’s database (SERNAPESCA in its Spanish acronym). The MFM price series came from the Agrarian Studies and Policies Office’s database (ODEPA in its Spanish acronym). The export prices were obtained from the Superintendent’s Office of Customs and the market US$ exchange rate from the Chilean Central Bank. Our information sample was limited in its timespan, since MFM prices (pM) were available only from the year 2000, and FOB prices (pX) were available starting in the year 2002. Moreover, our research had an upper time limit of May 2011, due to the availability of collected MFM prices (pM). This gave us a maximum length in the monthly samples of 113 observations for all variables, between January 2002 and May 2011. To build the database for estimation purposes, we had to process the original data in different ways and make some assumptions. The ex-vessel price series is based on artisanal prices. The industrial fleet is wellintegrated with the processing industry, and thus, their transfer prices for landings are not known, nor are they publicly registered. We assumed that the prices based on artisanal transactions were a good indicator of total ex-vessel prices. Moreover, we had to carefully review the database obtained from SERNAPESCA since several prices were entered incorrectly into the database. In those cases we felt confident we corrected the figures. For instance, we found cases were the reported prices were ten times higher than those in neighborhood 1092 Latin American Journal of Aquatic Research fishing coves, and ten times more than prices for the same fishing cove in consecutive months. The MFM prices are collected on a weekly basis as maximum and minimum prices. We took the simple average of the maximum and minimum price for each week and then averaged them over the weeks in the month to build a monthly average price estimate. The export prices are average prices for exports of freeze fillet. This corresponds to the most important commodity exported, in terms of hake. In the last years, this product, on average, makes up 87.3% of total processing plant production. All final prices were expressed in kilograms. Table 1 shows some basic information about the data used. The average ex-vessel price was lower than the MFM and export price (in CLP), as expected, since the commodities higher up in the market chain include additional production, transportation, marketing, and conservation costs. Moreover, the foreign market variables showed a relatively lower volatility than the domestic ones. RESULTS The first step was to analyze stationarity in the time series. To test for stationarity, we used different methodologies and specifications. We used the Augmented Dickey-Fuller test (Dickey & Fuller, 1981), the Phillips Perron test (Phillips & Perron, 1988), and the Dickey Fuller Generalized Least Squares test (Graham et al., 1996). Moreover, we ran these tests in levels, logs, first differences and log first differences. Finally, we tried different specifications for the deterministic components in the test equations, including non-deterministic components, a constant term, a trend term, seasonal dummies, and all the relevant combinations of these components. The results seemed very stable between different specifications and methods. Thus, in the following, we only show results for the more popular Augmented Dickey Fuller (ADF) tests. In Table 2 the results for the Augmented Dickey Fuller (ADF) tests in log levels for the four variables in the vector for the period January 2002-May 2011 are presented. The optimum lag length for these tests was selected with the Bayesian Minimum Criterion (also called Schwarz criterion). The ADF test has a null hypothesis of unitary root. The rejection of the null hypothesis indicates stationarity in the variable. The evidence obtained on stationarity for the logs of the ex-vessel and MFM prices was not conclusive. When a constant term, or other deterministic variables, was added to the specification, we could reject the null hypothesis of unitary root. These results were also found for other tests not reported here. They seemed to be solid. If one contemplates the series in Fig. 1, it is apparent that neither series shows a clear trend over time except the first months, in the sample period, where an upward drift is clear. Therefore, the results obtained by these tests simply represent this behavior. In contrast, the logs of the export price and exchange rate did show a clear trend: the first was positive and the second negative over the sample period. This was captured by the ADF test results. In both cases the unitary root null was not rejected. However, to be able to determine the integration level of these variables it was necessary to look at the results for the ADF test in log differences. These results, for the same variables and period, are presented in Table 3. As can readily be seen in this table, the null hypothesis of unitary root was rejected in all cases at very low significance levels for all of the specifications. Thus, this confirms that the log of the export price and the log of the exchange rate are I(1) variables, while the evidence for the log of the ex-vessel price and the log of the MFM price is less compelling. However, the Johansen test for cointegration allows us to deal with variables of different orders of integration (Lűtkepohl & Krätzig, 2004). To specify the optimal number of lags for the VECM, we used different criteria. According to the Akaike Information criterion, the Final Prediction Error and the Hannan-Quinn criterion, the optimal number of lags in first differences should be one. However, according to the Schwarz criterion this should be zero. Given these results, we made the specification tests for models with lag length one and zero. Finally, based on the specification tests’ results, we chose to continue working with the specification with one lag. We estimated different versions of the model and controlled for their statistical specifications. We used a battery of specification tests for normality, autocorrelation, and autoregressive conditional heteroskedasticity. Finally, we selected a model that included one lag in the VECM, a constant term restricted to the cointegration space, one cointegration vector, centered seasonals, and two impulse dummies in the periods October 2008 and June 2009. All univariate tests suggest that the residuals comply with white noise errors (Table 4). Table 5 reports the results for the multivariate tests. They show, in general, that the specification was in line with expected results. The system autocorrelation tests show diverging results. While the Lagrange Multipliertest indicates autocorrelation, the portmanteau test indicates no autocorrelation. Nonetheless, the graphical inspection of the residuals suggests that this potential autocorrelation was not evident. The behavior of hake prices in Chile 1093 Table 1. Data description (2000-2011) of different prices (in kg). 1Free market US$ exchange rate, in Chilean pesos per US$ (CLP/US$); 2Period January 2000-December 2011; 3Period January 2000-May 2011; 4Period January 2002-December 2011. Variable Ex-vessel price in CLP (PE) MFM price in CLP (PM) Export price in CLP (PX) Export price in US$ (PX) Exchange rate (e)1 N° of observations 1442 1373 1204 1204 1442 Average value 486.33 626.66 1302.14 2.34 571.07 Standard deviation 250.88 205.94 197.34 0.48 75.07 Minimum Maximum 111.26 273.13 987.70 1.54 442.94 1276.00 1239.50 1972.60 3.29 745.21 Table 2. Augmented Dickey-Fuller tests for variables in log levels (January 2002-May 2011). Numbers in parentheses indicate optimum lag length, selected with Bayesian Minimum Criterion (BIC). *The null hypothesis of unitary root is rejected at 1% significance; **The null hypothesis of unitary root is rejected at 5% significance; ***The null hypothesis of unitary root is rejected at 10% significance; PE: Ex-vessel price; PM: MFM price; PX: export price; e: exchange rate. No constant Constant Trend Seasonal dummies + trend Seasonal dummies PE 0.5918 (4) -3.3404** (1) -3.5042** (1) -3.1254 (1) -3.0175** (1) PM 0.6647 (1) -2.6913*** (1) -2.7432 (1) -2.5354 (1) -2.5532 (1) PX 0.6487 (1) -1.3484 (1) -2.8598 (1) -2.5743 (1) -1.2948 (1) e -0.8777 (1) -1.7620 (1) -2.8555 (1) -2.6770 (1) -1.6547 (1) Variable Table 3. Augmented Dickey-Fuller tests for variables in log differences (January 2002-May 2011). Numbers in parentheses indicate optimum lag length, selected with Bayesian Minimum Criterion (BIC). *The null hypothesis of unitary root is rejected at 1% significance; **The null hypothesis of unitary root is rejected at 5% significance; ***The null hypothesis of unitary root is rejected at 10% significance; pE:=ex-vessel price; pM: MFM price; pX: export price; e: exchange rate. Variable PE PM PX e No constant Constant Trend -9.0518* (3) -15.4790* (0) -15.8533* (0) -7.0771* (0) -9.0600* (3) -15.4699* (0) -15.8901* (0) -7.1173* (0) -9.1775* (3) -15.4233* (0) -15.8159* (0) -7.0839* (0) Table 4. Univariate tests with 12 lags. 1Non-autocorrelation test; 2Normality test; 3Non-autoregressive heterocedasticity test. *Probability of not rejecting the null hypothesis. Residuals pE pM pX e Portmanteau1 Jarque Bera2 ARCH-LM3 P-value* P-value* P-value (χ2)* 0.8159 0.8740 0.6484 0.7305 0.3255 0.8272 0.5891 0.8910 0.9758 0.3783 0.8587 0.4202 To model the deterministic components in the VECM model, we tested for reduced rank simultaneously with Seasonal dummies + trend -8.4911* (3) -14.9167* (0) -14.7825* (0) -6.4821* (0) Seasonal dummies -16.7356* (0) -14.9556* (0) -14.8545* (0) -6.5154* (0) the specification of the deterministic components in the VECM. In Table 6 we present the results for Johansen’s cointegration test with the Trace and Max Eigenvalue statistics for three specifications of the deterministic components: constant only in the cointegration relation (Model 2), constant in the cointegration relation and in the first difference model component (Model 3); and constant and trend in the cointegration relation and constant in the first difference component of the error correction model(Model 4). All specifications included centered seasonals, one lag in the VECM, and two impulse dummies in the periods October 2008 and June 2009. The results were mixed. While the Trace statistic suggests that the proper model could have zero or one 1094 Latin American Journal of Aquatic Research Table 5. Multivariate tests. *Probability of not rejecting the null hypothesis. Test Test statistic Autocorrelation Portmanteau 177.73 LM 235.81 Normality tests Joint test 3.90 Skewness only 1.41 Kurtosis only 2.48 Autoregressive heteroscedasticity ARCH-LM 409.79 P-value* 0.366 0.017 0.866 0.842 0.647 0.357 cointegration vector, the Max eigenvalue statistic suggests that it should have zero contegration vectors. Finally, based on the specification tests we chose to work with model 2. This left us with one cointegration vector, as previously discussed in the model specification. The estimated cointegration and adjustment vectors are presented in Tables 7 and 8, respectively. We carried out different tests on the cointegration space. First, we tested whether the log of the exchange rate (e) could be excluded from the cointegration vector. This amounts to testing the null hypothesis that e = 0. Secondly, we added the hypothesis that the parameter for the log of the metropolitan market price (pM) could equal unity. Third, we tested instead if the log of the FOB price of frozen hake fillet (pX) could equal unity. And finally, we tested all these hypotheses simultaneously. The results are presented in (Table 9). In all cases, the null hypothesis could not be rejected. Thus, the final specifications of the restricted cointegration vector chosen are as presented in (Table 10). We tested for weak exogeneity. This test is interesting from the perspective of analyzing price determination since the refusal to reject weak exogeneity can be interpreted as a leading price (Asche, 2007). The weak exogeneity test consisted of testing the null of zero coefficient for the alpha coefficients in the adjustment vector for each variable. We tested for each equation and then for several equations simultaneously (Table 11). We could not reject the null hypothesis that changes in the log of the metropolitan market price (pM), the log of the export price (pX) and the log of the exchange rate (e) since they were all simultaneously weak exogenous to the determination of the cointegration vector. Thus, we were able to model the error correction model for the log of the ex-vessel price excluding the determinants of these other variables without any loss of information (Johansen, 1991). We tested for a parsimonious version of the error correction model. Finally, we ended with a small model, where a likelihood ratio test for 59 excluded variables was not rejected. The likelihood ratio statistic was 54.40, with a P-value of 0.6455. The results for the parsimonious model are presented in Table 12. Implicitly, a Granger causality test between the different variables in the cointegration relation was completed when we tested for this reduced model. Basically, the coefficients of the lagged variables z1 in equation (2) should not be significantly different from zero in the equation of the z2 variable, given that the variable is weak exogenous. The results show that the log of the exchange rate variable was independent of the rest of the variables. It did not Granger cause and it was not caused by any other variable. In contrast, there is some evidence indicating that the log of the export price, pX, Granger caused the log of the ex-vessel price, pE. This evidence is not very strong, but the results indicate that pE did not cause pX, and that pX could cause pE. Finally, the log of the metropolitan market price pM was independent of pX, but not independent of pE. The relation between pM and pE was of mutual interactions. Table 6. Johansen’s cointegration test (95% confidence). Model 2: Constant restricted to the cointegration relation, Model 3: Constant unrestricted; Model 4: Trend restricted to the cointegration relation and unrestricted constant. *Significant result. Trace r 0 1 2 3 Model 2 57.26916 33.34085* 12.98659 6.44954 Model 3 51.64930 27.82307* 7.47754 0.94167 Max eigenvalue Model 4 58.15164* 32.68615 12.24747 5.69463 Model 2 23.92831* 20.35427 6.53705 6.44954 Model 3 23.82623* 20.34552 6.53588 0.94167 Model 4 25.46549* 20.43868 6.55285 5.69463 The behavior of hake prices in Chile Table 7. Cointegration (β) vector. Parentheses indicate Pvalues and square brackets indicate t-values. pE t-1 1.000 (0.000) [0.000] pM t-1 -1.209 (0.000) [-5.268] pX t-1 -0.950 (0.021) [-2.313] et-1 -0.452 (0.505) [-0.666] Constant 5.321 (0.313) [1.010] Table 8. Adjustment (α) vector. Parentheses indicate Pvalues and square brackets indicate t-values. ∆ pE t -0.444 (0.000) [-4.139] ∆ pM t 0.081 (0.105) [1.623] ∆ pX t 0.018 (0.390) [0.859] ∆ et -0.002 (0.753) [-0.315] Table 9. Tests on the cointegration space. The lowercase letters indicate free parameter values. The column χ2 corresponding to the likelihood ratio statistic. 1Indicates the probability of not rejecting the null hypothesis. 2The order of the variable in the vector is: pE, pM, pX, e, constant. Null hypothesis P -value1 Restriction 1: (1,a,b,0,c)2 Restriction 2: (1,-1,a,0,b) Restriction 3: (1,a,-1,0,b) Restriction 4: (1,-1,-1,0,a) 0.4435 0.9506 1.1815 1.3248 0.5054 0.6217 0.5539 0.7232 DISCUSSION A VECM model was estimated to analyze the relation between different prices participating in the hake market chain in Chile. These prices are the log of the ex-vessel price (pE), the log of the domestic metropolitan market price (pM), the log of the export price for the main export commodity (pX) and the log of the exchange rate (e). The model was successfully estimated and the specification tests suggest that it was a good approximation to the data generation process. One cointegration vector was identified and a parsimonious version of the model was selected. Moreover, the test procedure allowed us to identify weak exogenous variables and causality between different variables. The cointegration vector established a long run statistical relation between different variables. After applying some tests on the cointegration space and on the adjustment vector of coefficients, we concluded that this cointegration vector could be interpreted as a long run relation between pE, pM, and pX. The exchange rate did not participate in this relation. This result indicates 1095 Table 10. Restricted cointegration vector. Parentheses indicate P-values and square brackets indicate t-values. pE t-1 1.000 (0.000)1 [0.000]2 pM t-1 -1.000 (0.000) [0.000] pX t-1 -1.000 (0.000) [0.000] e t-1 - Constant 1.136 (0.000) [22.644] Table 11. Adjustment vector in the Error Correction Model (α). Parentheses indicate P-values and square brackets indicate t-values. LR-test statistic (H1: unrestricted model) is 2.4658 with P-value (χ2) = 0.4815. ∆ pE t -0.509 (0.000)1 [-4.805]2 ∆ pM t ∆ pX t ∆ et - - - that changes in the log of the exchange rate did not affect these variables relationship in the long run. Moreover, the weak exogeneity tests suggest that both the pM, and pX worked as leading prices in this relation. That is, they induced the changes in the pE in the long run. Finally, the tests for over-identifying restrictions show that the impact of changes both in international as well as domestic prices upstream the market chain were fully transmitted to changes in the ex-vessel price in the long run. This is not the traditional test of the “Law of One Price”, which requires a n -1 cointegration vector to be able to test for this hypothesis in a multivariate framework (Nielsen et al., 2009), but it does show that there was perfect integration in the different markets. Moreover, this result also suggests that there was no evidence of the exertion of market power on price determination for the price received by fishermen in the long run. It could be argued that this result is simply a reflection of the customary rule used by plant owners to determine ex-vessel prices by considering a fixed percentage of previous months FOB export prices. However, to the best of our knowledge, there is no rigorous evidence that this is the way ex-vessel prices are determined for hake landings in Chile. Even if this were the case, the results presented here show a completely different relation than the one implicit in this customary rule. First of all, the cointegrated vector shows that the relation is between the three principal prices in the hake market chain (pE, pM, and pX) and the pM price is not even included in the customary rule previously mentioned. Secondly, it points to a long run relation between these three prices that excludes the exchange rate. The customary rule, obviously, includes changes in the exchange rate since the ex-vessel price 1096 Latin American Journal of Aquatic Research Table 12. Parsimonious VECM Model (January 2002-May 2011). *Significance at the 1%; **Significance at the 5%; ***Significance at the 10%; Brackets indicate t-values. Variable ∆ pE t-1 ∆ pM t 0.059 [1.589] -0.395* [-4.513] - ∆ et-1 ∆ pE t -0.187*** [-1.954] -0.375** [-1.994] -0.576 [-1.408] - ∆ pX t - ∆ et - - - - -0.400* [-4.959] - October 2008 - - - June 2009 - - S2t - - S5t - - -0.242* [-3.998] 0.040*** [1.912] - S6t - - - ∆ pM t-1 ∆ pX t-1 paid to fishermen is expressed in Chilean pesos (CLP), but the cointegration relation is governed by changes in the relevant prices in the long run. Therefore, this relation does not consider short run changes in the exchange rate. In this sense, we are confronted with a totally different relation than that inherent in the customary rule. Third, both pM, and pX changes are leading and fully reflected in the pE price. This means that changes in domestic conditions also affect and induce changes in ex-vessel prices, which is also not considered in the customary rule. Finally, if the customary rule is not completely stable and changes over time, e.g., by changing the percentage charged on FOB prices, then this should affect the long run relation between prices. Informal conversations with fishermen suggest that this has been the case. On the contrary, our results do not show this, as the leading prices transmit all changes to the ex-vessel prices. Another way to interpret the stable long run relation between prices is to consider that the different prices are balanced because price arbitrage is at work between the international and domestic markets. This idea is embedded in the single identified cointegration vector where all three prices participate. Basically, the system 0.330* [4.561] 0.149* [6.665] 0.015** [2.021] 0.021* [2.713] should be governed by the international price given the “small country” characteristics of the Chilean supply in the world market for fish fillets. The “small country assumption” in international trade means that domestic conditions are not relevant in the world market for price determination (see e.g., Dornbusch, 1980). This price should be transmitted to the domestic market through price arbitrage. If domestic prices are lower than world market prices this should induce a shift in the supply of hake landings from domestic to international buyers. In contrast, if domestic prices are higher than world market prices, this should increase the supply for domestic markets. However, domestic demand restrictions should lead, in due time, domestic prices to converge with the international ones. Thus, the fact that this cointegration exists, and its properties, suggests that the different markets for hake in Chile are integrated and that prices adjust to excess demand conditions, at least in the long run. If we look at the estimations for the short run component of the VECM (Table 12), it is apparent that the international price did not interact with other prices in the short run. Moreover, the causality tests provided some evidence that the pX Granger caused the pE. All of The behavior of hake prices in Chile this evidence is consistent with the arbitrage story and the international price determination of the system. Although there was determination from the international market to the ex-vessel price, there were no feedbacks from domestic conditions to the world market. In contrast, in the short run there was mutual interaction between the pE and the pM variables. Thus, causality ran in both directions, although the link from pE to pM was not very statistically strong. However, this link could provide us with a clue about how international prices affect domestic metropolitan market prices in the short run through the supply price of hake landings. Higher ex-vessel prices in the short run should signal changes in international prices, which would, in turn, affect domestic markets. As it can be seen, export prices did not directly affect the metropolitan prices in the short run. But to the degree that they did affect ex-vessel prices, they also, in turn, affected metropolitan prices, thus, there is a short run link between the world market price and the domestic metropolitan market price. Of course, this link is not necessary for the long run story to hold. One should presume that most transactions between extractive and domestic marketing firms should take place at prices that already include the world market price. The results obtained in this paper outline a price determination process that, in the end, is governed by world market conditions. Moreover, the different links in the hake market chain seem to be well integrated. This implies that there is little room for domestic price determination, which suggests that the presence of domestic monopolistic or oligopolistic price setting in this market, as sometimes feared by fishermen, should not be a major concern. To the extent that the market functions well, all attempts to extract monopoly profits should fail in the long run. At the same time, these results preclude the use of non-market mechanisms to artificially increase (or reduce) ex-vessel prices. That is to say that the claim for public price fixing should prove to be equally ineffective at permanently affecting prices. Thus, the only way left for fishermen to increase their income per ton landed would be by increasing the value of landings and final products added. ACKNOWLEDGEMENTS Dresdner acknowledges gratefully partial financial support from Iniciativa Científica Milenio of the Chilean Ministry of Economics, Promotion and Tourism, under project NS 100007 and from CONICYT/FONDAP/15110027. Quezada gratefully acknowledges a grant from Iniciativa Científica Milenio 1097 of the Chilean Ministry of Economics, Promotion and Tourism, under project NS 100007. REFERENCES Asche, F., D. Gordon & R. Hannesson. 2004. Tests for market integration and the law of one price: the market for whitefish in France. Mar. Resour. Econ., 19: 195210. Asche, F., S. Jaffry & J. Hartmann. 2007. Price transmission and market integration: vertical and horizontal price linkages for salmon. Appl. Econ., 39(19): 2535-2545. Asche, F., A.G. Guttormsen, T. Sebulonsen & E.H. Sissener. 2005. Competition between farmed and wild salmon: the Japanese salmon market. Agr. Econ., 33(3): 333-340. Dickey, D.A. & W.A. Fuller. 1981. Likelihood ratio statistics for autoregressive time series with a Unit Root. Econometrica, 49: 1057-1072. Dornbusch, R. 1980. Open economy macroeconomics. Basic Books, New York, 293 pp. Engle, R.F. & C.W.J. Granger. 1987. 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Nº 215/2012, Subsecretaría de Pesca, Valparaíso, 43 pp. Tveteras, S. & F. Asche. 2008. International fish trade and exchange rates: an application to the trade with salmon and fishmeal. Appl. Econ., 40(13): 1745-1755. Lat. Am. J. Aquat. Res., 42(5): 1099-1108, 2014 Allometric assessment and eelgrass growth DOI: 10.3856/vol42-issue5-fulltext-14 1099 Research Article The effect of parameter variability in the allometric projection of leaf growth rates for eelgrass (Zostera marina L.) Elena Solana-Arellano1, Héctor Echavarría-Heras1 Cecilia Leal-Ramírez1 & Kun-Seop Lee2 1 Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, Km. 107 Carretera Tijuana Ensenada, CP 22860, Apdo. Postal 360, Ensenada, B.C., México 2 Department of Biology, Pusan National University, Pusan, Korea ABSTRACT. Restoration of eelgrass Zostera marina meadows from harmful anthropogenic influences has made it essential to evaluate these efforts by using non-destructive assessments. Allometric methods provide a convenient framework for the derivation of reliable indirect assessments of leaf biomass and leaf growth of eelgrass. Invariance of the involved parameters could grant truly nondestructive assessments because previously fitted values could be used to produce consistent estimations. In order to explore this property we analyzed data from two natural eelgrass populations in the East Pacific (México), as well as populations in the West Pacific (two natural in Korea and one mesocosm in Japan). When we compared observed leaf growth rates with those projected allometrically by using parameter values fitted at different sites, we found that only parameter values fitted at sites within the same geographical region can produce consistent results. Therefore if this restriction holds previously fitted parameters can indeed be used to produce reliable non-destructive assessments of eelgrass leaf growth rates. Keywords: Zostera marina, foliar growth, eelgrass meadow, allometric modeling, restoration evaluation. Efectos de la variabilidad paramétrica en la obtención de tasas de crecimiento foliar en Zostera marina L. mediante métodos alométricos RESUMEN. La restauración de praderas de Zostera marina que han sido dañadas por influencia antropogénica, ha hecho necesaria la evaluación de estos esfuerzos mediante métodos no destructivos. Las metodologías alométricas proporcionan un marco formal que favorece la obtención de estimaciones indirectas de biomasa y tasas de crecimiento foliar. La invariancia de los parámetros asociados asegura la obtención de técnicas de estimación no destructiva de gran confiabilidad, puesto que, parámetros previamente ajustados podrían usarse para producir estimaciones consistentes. Para investigar la existencia de esta propiedad se analizan datos provenientes de dos poblaciones naturales de Z. marina en el Pacífico oriental (México) así como también poblaciones en el Pacífico occidental (dos naturales en Corea y una cultivada en laboratorio en Japón). Al comparar valores observados de tasas de crecimiento foliar con aquellos obtenidos alométricamente, utilizando parámetros ajustados en sitios indistintos, se observó que únicamente cuando los parámetros provienen de una región geográfica equivalente se pueden producir resultados consistentes. Por lo tanto, tomando en cuenta esta restricción parámetros alométricos previamente ajustados pueden, en efecto, producir evaluaciones no destructivas y fiables de tasas de crecimiento de las hojas de Z. marina. Palabras clave: Zostera marina, crecimiento foliar, fanerógama marina, modelación alométrica, evaluación restauración. ___________________ Corresponding author: Héctor Echavarría-Heras ([email protected]) INTRODUCTION Eelgrass (Zostera marina L.) is an intertidal or sub-tidal marine angiosperm that grows in temperate estuaries. Eelgrass meadows are ecologically important because they provide phytoremediation of contaminated sediments (Williams et al., 1994). Furthermore, since eelgrass beds are highly productive communities they also play a fundamental trophic role by provisioning the shallow-water food web with substantial organic material 1100 Latin American Journal of Aquatic Research (Jacobs, 1979), furnishing at the same time a structural assemblage that provides habitat or shelter for many fishes, fish larvae, attached algae and epifauna (McRoy, 1966; Thayer et al., 1984; Heck et al., 1995). Therefore the measurement of biomass and its variability is fundamental for assessing the overall values of eelgrass populations. Moreover, in restored areas, determinations of leaf-growth rates are fundamental to the assessment of the re-establishment of ecological functioning. Scaling relationships of the form 𝑌 = 𝛽𝑋 𝛼 (1) with the parameter α known as the allometric exponent and 𝛽 commonly referred as the normalization constant are widely utilized in many types of biological studies (Savage et al., 2004; Marquet et al., 2005; West & Brown, 2005; Harris et al., 2006; Filgueira et al., 2008; Kaitaniemi, 2008). In functional-structural plant models, for example, they can be used for estimating unmeasured plant traits 𝑌 based on some easily measurable traits 𝑋, such as the length or diameter of structures. Duarte (1991) assembled an extensive compilation of data on architecture and growth of different seagrass species, and found consistent fittings of models of the form (1) for several pairs of representative variables 𝑋 and 𝑌. These models were used to examine the implications of differences in module size to account for differences in productivity among species. For eelgrass in particular, the results presented in McRoy (1970) and Jacobs (1979) exemplify how similar scaling equations can be used in biomass and productivity studies. Furthermore, Hamburg & Homann (1986) and Solana-Arellano et al. (1991, 1998, 2003) identified bivariate allometric models to represent leaf biomass in terms of leaf length and width. These results show that allometric models provide convenient non-destructive surrogates for conventional leaf-biomass assessments. Additionally the scaling of eelgrass leaf and sheath biomasses in terms of matching lengths using equation (1) led to allometric methods for the non-destructive estimation of above-ground biomass (Echavarría-Heras et al., 2011). If, at a time 𝑡, eelgrass individual leaf biomass is denoted through 𝑤(𝑡) and corresponding length by means of 𝑙(𝑡) then, assuming that leaf biomass can be allometrically scaled in terms of matching length in the form given by equation (1) we will have 𝑤(𝑡) = 𝛽𝑙(𝑡)𝛼 , (2) and if 𝑤𝑠 (𝑡) denotes total blade biomass in a representative shoot 𝑠 then using equation (2) to obtain the biomass of each individual leaf in the shoot, we will have 𝑤𝑠 (𝑡) = ∑𝑙(𝑠) 𝛽𝑙(𝑡)𝛼 , (3) where ∑𝑙(𝑠) indicates summation of the leaves that the shoot, 𝑠, holds. Moreover, if ∆𝑤 stand for the biomass increment gained by an individual leaf over the interval [𝑡, 𝑡 + ∆𝑡], then denoting by means of 𝐿𝑠𝑔 (𝑡, ∆𝑡) the average growth rate of leaves on a shoot 𝑠 over the same time interval we then have 𝐿𝑠𝑔 (𝑡, ∆𝑡) = ∑𝑙(𝑠) ∆𝑤 (4) ∆𝑡 and correspondingly, if 𝐿𝑔 (𝑡, ∆𝑡) denotes the linked average rate of leaf growth per shoot-day then we have 𝐿𝑔 (𝑡, ∆𝑡) = ∑𝑁𝑆(𝑡,∆𝑡) 𝐿𝑠𝑔 (𝑡,∆𝑡) 𝑁𝑆(𝑡,∆𝑡) (5) , where ∑𝑁𝑆(𝑡,∆𝑡) indicates summation of the shoots collected over the marking interval [𝑡, 𝑡 + ∆𝑡] being 𝑁𝑆(𝑡, ∆𝑡) their number . Following Echavarría-Heras et al. (2010), we can use equation (2) in order to derive an allometric approximation for 𝐿𝑠𝑔 (𝑡, ∆𝑡) which we here denote through the symbol 𝐿𝑝𝑠𝑔 (𝛼, 𝛽, 𝑡, ∆𝑡) and formally expressed by ∑𝑠 𝛽𝑙(𝑡+∆𝑡)𝛼 𝛿(𝑡,∆𝑡) , (6) 𝛿(𝑡, ∆𝑡) = (1 − (1 − 𝑙(𝑡+∆𝑡)) ) . (7) 𝐿𝑝𝑠𝑔 (𝛼, 𝛽, 𝑡, ∆𝑡) = ∆𝑡 where the factor 𝛿(𝑡, ∆𝑡) is given by ∆𝑙 𝛼 Similarly, if 𝐿𝑝𝑔 (𝛼, 𝛽, 𝑡, ∆𝑡) denotes the associated proxy for 𝐿𝑔 (𝑡, ∆𝑡) this will be given by 𝐿𝑝𝑔 (𝛼, 𝛽, 𝑡, ∆𝑡) = ∑𝑁𝑆(𝑡,∆𝑡) 𝐿𝑝𝑠𝑔 (𝛼,𝛽,𝑡,∆𝑡) 𝑁𝑆(𝑡,∆𝑡) . (8) The appropriateness of the allometric method of equation (8) for providing accurate and truly simplified assessments of observed leaf growth rates 𝐿𝑔 (𝑡, ∆𝑡) given by equation (5) depends on a highly consistent fitting of the model of equation (2) and on the invariance of the associated parameters (EchavarríaHeras et al., 2010, 2011). The evaluation of the last matter is an important research problem which we address here. To that aim, we assembled data collected on four different natural eelgrass populations and a mesocosm, resulting in a total of 6751 complete leaves. All five data sets exhibited consistent fittings for the allometric scaling of leaf biomass in terms of length, and comparisons among data sets showed that the associated parameters can be considered as invariant within a given region. Moreover, allometrically projected leaf-growth rates that were obtained using equation (8) and available leaves data showed a remarkable correspondence with observed values calculated by means of equation (5) even when these proxies were obtained by using allometric parameters Allometric assessment and eelgrass growth fitted to data collected during a different year or at a different site within a given geographical region. MATERIALS AND METHODS For this study, we analyzed leaf biomass and length data from two natural eelgrass populations in the East Pacific, Punta Banda estuary and San Quintín Bay (México), and Kosung Bay and Jingdon Bay (Korea) and one mesocosm (Japan) populations in the West Pacific (Table 1). For each site, monthly means for total biomasses of complete leaves in shoots were obtained. For Punta Banda following the Kentula & McIntire (1986) technique we marked shoots at a time 𝑡 and retrieved the remaining ones at a time 𝑡 + ∆𝑡 with ∆𝑡 fixed at two weeks. For each leaf on a sampled shoot, the corresponding length values were obtained by measuring the distance between the reference point placed at the top of the sheath and the leaf tip. The associated leaf width was obtained using the criteria in Echavarría-Heras et al. (2011). Leaf elongation increments ∆𝑙 = 𝑙(𝑡 + ∆𝑡) − 𝑙(𝑡) were measured for each leaf; these are given by the displacement of the marking point from the reference point. The biomass ∆𝑤 associated with a leaf length increment ∆𝑙, was obtained using ∆𝑙, the measured leaf width and the bivariate model of Solana-Arellano et al. (1998). Linked biomasses for the portions 𝑙(𝑡 + ∆𝑙) − ∆𝑙, were obtained in like manner. These values were used to estimate the observed overall rates of leaf growth using equation (5). The matching allometrically projected values 𝐿𝑝𝑔 (𝛼, 𝛽, 𝑡, ∆𝑡) of equation (8) were also calculated. Widely used fitting approaches utilize logtransformation of the basic model of equation (1) to obtain the allometric parameters 𝛼 and 𝛽. The reluctance of many authors to acknowledge the worth of this kind of transformation is concisely described by Packard et al. (2010), who argued that equation (1) is intrinsically non-linear and disagreed with the logarithmic transformation approach to obtain a linearized form by pointing out that equivalent models fitted in arithmetic and logarithmic domains do not have equivalent least-square solutions. They also asserted that a lack of homoscedasticity and normality in the original data would be eliminated after logarithmic transformation and therefore, transforming data would generate a new distribution for the observed measurements. This new distribution should conform better than the original to the assumptions of parametric statistical tests, but the viability of back-transformed data it is not always possible (Glass, 1969; Packard, 2009). This back-transformation depends on the variability in the original response variable at each level 1101 for the transformed independent variable. They claim, moreover, that small recorded deviations that do not fall on the line tend to be over weighted. Zostera marina shoots have leaves with large variability in length and thus of biomass. A standard shoot can have leaves measuring between 7 and 1500 mm, so dry weights can also have a wide range. Therefore, due to the observed variability on individual leaf lengths and biomasses (Table 2) following Packard et al. (2010) for the Baja California and mesocosm data sets, which contained measurements of both leaf length and biomass of individual leaves, we were able to fit equation (2) in its non-linear form instead of the traditional approach of linearizing the equation through a logarithmic transformation. Moreover, the logarithmic transformation approach could not be achieved for Kosung Bay and Jingdon Bay data sets, because leaf biomasses were aggregated at the shoot level, and so individual leaf dry weights were not available. Nevertheless, the dry weight of each leaf in a given shoot can be considered to be a random variable and can thus be expressed in terms of the model of equation (2) then following Echavarría-Heras et al. (2011) and Solana-Arellano et al. (2012) we fitted the several-variables version given by equation (3), and for comparison among the different sites we also used non-linear regression in these fittings. After fitting the appropriate model for each site (i.e., model (2) or model (3)), we verified that the requirements of randomness normality, homoscedasticity and independence of residuals were satisfied (Seber & Wild, 1989), and then compared the obtained parameters using a Student t test (Table 4). Finally, to assess reproducibility of observed values through allometric proxies we used 𝜌̂ values, the Concordance Correlation Coefficient (CCC) (Lin, 1989 and 1992), to evaluate the reproducibility (Table 3). In order to provide a better understanding of the CCC as a measure of reproducibility we estimated the uncertainties of the point estimates of 𝜌̂ by obtaining confidence intervals. Because the point estimate of CCC is not normal, in a similar way, as in making inferences for the Pearson correlation coefficient, we normalized 𝜌̂ values by using the Z-transform (inverse hyperbolic tangent) of Fisher. Also, we used the corrected formula for the variance of 𝜌̂ (Steichen & Cox, 2002). RESULTS To facilitate recognition of the fitted parameter values we used subscripts to identify each site; for instance 𝛼𝑀 and 𝛽𝑀 respectively label the values of the parameters 𝛼 and 𝛽 fitted for the mesocosm study. In like manner, the initials of a site are used as a subscript for the corresponding parameter. The allometric parameters 1102 Latin American Journal of Aquatic Research Table 1. Location and sampling protocols for the Zostera marina leaf-length and biomass data sets used in this study. Site Geographic coordenates Japan mesocosm Jindong Bay Korea 35º13.7′N, 139º43.2′W 35º06′N, 128º32′W Kosung Bay Korea 34º54′N, 128º20′W Punta Banda México 31º43-46′N, 116º 37-40′W San Quintín México 30º24’-30º 37′N, 115º56’-116º01′W Sampling protocol Duration Monthly, 3×2 m pool Monthly, 4-6 random, 0.35 × 0.35 m quadrats Monthly, 4-6 random, 0.35 × 0.35 m quadrats Biweekly, 20 previously marked shoots Monthly, random two 20×20 cm quadrats Jul. 05-Sept. 06 Jan. 08 -Dec. 09 Total leaves 247 917 Jul. 07-May 08 432 Jan. 99 -Dec. 99 3000 Nov. 92-Nov. 93 2020 Table 2. Basic statistics for observed leaf weight (w) and length (l) values. Site Japan (mesocosm) Jindong Bay Kosung Bay Punta Banda Estuary San Quintín Bay Variable w l w l w l w l w l Mean 162.93 541 1.1 349.3 0.75 421.9 0.011 156.8 0.015 169.9 Minimum 1 17.7 0.3 1 0.24 8 0.00005 11 0.00002 10 Maximum 780.2 1827.7 2.5 1149 2.63 1931 0.06 540 0.15 976 Variance 25636.2 151475.8 0.3 52137.4 0.3 7733.3 0.0001 8946.6 0.004 28367.7 Table 3. Values of estimates of allometric parameters (α, β), determination coefficients of the fitting (R2) (cf. Eqs. (2) and (3)) for different sites, and Z-transform values of the concordance correlation coefficient with 0.95 confidence interval (𝜌̂). Samples Dates Jul 2005-Sep 2006 Jan 2008-Dec 2009 Jun 2007-May 2008 Jan 1999-Dec 1999 Nov 1992-Nov 1993 Site 𝛽 𝛼 𝑅2 𝜌̂ mesocosm Jindong Bay Kosung Bay Punta Banda San Quintín 0.0001 4E-5 0.000172 58E-6 0.000087 46E-6 0.000007 4E-12 0.000009 0.0 1.164 0.057 1.21 0.054 1.205 0.079 1.43 0.013 1.41 0.012 0.74 0.77 0.72 0.84 0.92 0.76 (0.63,0.92) 0.83 (0.72,0.93) 0.80 (0.70,0.85) 0.85 (0.75,0.97) 0.90 (0.75,0.97) Table 4. Comparisons of allometric parameter values 𝛼 and 𝛽 obtained at the different sites. Site comparisons Mesocosm vs Jingdon Bay Mesocosm vs Kosung Bay Mesocosm vs Punta Banda Estuary Mesocosm vs San Quintin Bay Jingdong Bay vs Kosung Bay Jing-dong Bay vs Punta Banda Jindong Bay vs San Quintin Bay Kosung Bay vs Punta Banda Estuary Kosung Bay vs San Quintin Bay Punta Banda Estuary vs San Quintin Bay 𝛼 𝑡 -0.587 -0.4187 -4.555 -4.221 -0.051 -3.9609 -3.614 -2.771 -2.5372 -1.070 𝛽 P-level 0.29 0.31 0.008 0.001 0.48 0.005 0.0007 0.03 0.01 0.24 𝑡 -1.01 0.22 2.27 2.22 1.15 2.847 2.81 1.74 1.69 -0.71 P-level 0.15 0.58 0.01 0.01 0.13 0.003 0.002 0.05 0.045 0.39 Allometric assessment and eelgrass growth were identified using the model of equation (2) for the mesocosm, Punta Banda and San Quintín studies, but this identification was performed by means of equation (3) for the Kosung and Jindong data. For the mesocosm data we obtained αM = 1.16, βM = 0.0001 and a determination coefficient of. R2 = 0.74. Although the residuals show a lack of homogeneity of variances, their normality was corroborated (P > 0.05). It is worth pointing out that for this data set, the log-transformation of equation (2) eliminates the lack of homogeneity of residuals, giving a larger determination coefficient (R2 = 0.91) but different values than 𝛼𝑀 and 𝛽𝑀 for the resulting fitted parameters. For the Punta Banda data, fitted parameter values were αPB = 1.43 and βPB = 0.000007 with a determination coefficient of, R2 = 0.84, meanwhile for San Quintín Bay values were respectively αSQ = 1.41 and βSQ = 0.000009 with R2 = 0.92. A good disposition of residuals was observed for both the Punta Banda and San Quintín fittings; that is, residuals were normally distributed with a mean of zero and a constant variance (P > 0.05). For Jindong Bay, values of fitted parameter were αJB = 1.21 and βJB = 0.000172. A determination coefficient of R2 = 0.77 was obtained, and testing of residuals showed normality and homogeneity of variances (P > 0.05). For Kosung Bay the fitting produced αKB = 1.205 and βKB = 0.000087 with a value of the coefficient of determination of R2 = 0.72, and testing for normality and homogeneity of variances gave values of (P > 0.05) and (P = 0.04) respectively. The associated CCC values (𝜌̂) for reproducibility of the observed leaf biomasses by means of the applicable allometric proxies were also obtained (Table 3). Comparisons for differences in the fitted allometric parameters between sites showed no significant differences between the mesocosm allometric exponent 𝛼𝑀 and the value 𝛼𝐽𝐵 fitted for Jindong Bay (P = 0.29) (Table 4). Similarly non-significant differences between 𝛼𝑀 and 𝛼𝐾𝐵 were found (P = 0.31). Likewise, the allometric exponents 𝛼𝐽𝐵 and 𝛼𝐾𝐵 were statistically equivalent (P = 0.48). Also, the Mexican data sets revealed no significant differences in their allometric exponents 𝛼𝑃𝐵 and 𝛼𝑆𝑄 (P = 0.24). Significant differences were found in the values of 𝛼 fitted for populations in Korea and Japan, relative to those values fitted for populations in Baja California (P < 0.01). However, significant differences were also found in the fitted values of the normalization constant 𝛽 between the Eastern and Western Pacific (P > 0.05), while the regional values were not (𝛽𝑃𝐵 vs 𝛽𝑆𝑄 (P = 0.39), 𝛽𝑀 vs 𝛽𝐽𝐵 (P > 0.15), 𝛽𝑀 vs 𝛽𝐾𝐵 (P = 0.58) and 𝛽𝐽𝐵 vs 𝛽𝐾𝐵 (P = 0.13). In order to show the performance of allometric methods we provide the dynamics of observed and allometrically projected shoot biomasses 1103 and leaf growth rates. In Fig. 1, we present comparisons of observed and allometrically projected (cf. eq. 3) monthly means for total biomasses of complete leaves in shoots for each site. For the Punta Banda data set the calculated annual average of observed monthly growth rates 𝐿𝑔 (𝑡, ∆𝑡) was 0.049 g month-1. We used the parameters 𝛼𝑃𝐵 and 𝛽𝑃𝐵 fitted at the site and then calculated the related projected values 𝐿𝑝𝑔 (𝛼𝑃𝐵 , 𝛽𝑃𝐵 , 𝑡, ∆𝑡) of equation (8). The average value of projected values was 0.0452 g month-1. Fig. 2 presents a comparison of observed and projected values. To evaluate the effects of differences in allometric parameters on allometric projections of leaf growth rates we calculated projected values 𝐿𝑝𝑔 (𝛼, 𝛽, 𝑡, ∆𝑡) produced by equation (8) and the Punta Banda individual leaf data but using different combinations of the values of the parameters 𝛼 and 𝛽 fitted in this study. In forming these parametric combinations, we also considered 𝛼𝐴𝑉 and 𝛽𝐴𝑉 , the respective averages of the presently fitted values of 𝛼 and 𝛽.For the projected leaf growth rates, 𝐿𝑝𝑔 (𝛼𝑃𝐵 , 𝛽𝑃𝐵 , 𝑡, ∆𝑡) the value of 𝜌̂ was 0.79. Linear regression analysis showed, moreover, that observed rates 𝐿𝑔 (𝑡, ∆𝑡) can be isometrically scaled in terms of the projected values 𝐿𝑝𝑔 (𝛼𝑃𝐵 , 𝛽𝑃𝐵 , 𝑡, ∆𝑡) with a normalization constant of 1.05. The determination coefficient was, R2 = 0.97, with good behavior of the residual. The annual average of observed 𝐿𝑔 (𝑡, ∆𝑡) rates was 0.049 g month-1 and the annual average for the 𝐿𝑝𝑔 (𝛼𝑃𝐵 , 𝛽𝑃𝐵 , 𝑡, ∆𝑡) values was 0.0452 g month-1. Moreover, we found non-significant differences in the values of 𝛼 and 𝛽 fitted at Punta Banda and at San Quintín Bay (Table 4). When projected leaf growth rates using both allometric parameters were fitted at San Quintín Bay, the concordance correlation coefficient between observed 𝐿𝑔 (𝑡, ∆𝑡) and projected 𝐿𝑝𝑔 (𝛼𝑆𝑄 , 𝛽𝑆𝑄 , 𝑡, ∆𝑡) rates was of 𝜌̂ = 0.69 and the isometric scaling of observed versus projected values was also consistent. This produced a normalization constant of 1.05 with a value of R2 = 0.97 for the determination coefficient and a fair distribution of residuals. The annual average for 𝐿𝑝𝑔 (𝛼𝑆𝑄 , 𝛽𝑆𝑄 , 𝑡, ∆𝑡) values calculated for Punta Banda was 0.0453 g month1 . No significant differences between this average, the average of 𝐿𝑝𝑔 (𝛼𝑃𝐵 , 𝛽𝑃𝐵 , 𝑡, ∆𝑡) values and that of observed leaf growth rates 𝐿𝑔 (𝑡, ∆𝑡) were found (𝑑𝑓2,33 , F = 0.599, P = 0.55) showing that we can exchange allometric parameters between Punta Banda and San Quintín Bay to obtain consistent reproducible observed leaf growth rates by means of the related projections. We did, however, observe significant differences between the values of 𝛼 and 𝛽 fitted at Punta Banda and those fitted at the Korean and mesocosm studies. We 1104 Latin American Journal of Aquatic Research Figure 1. Observed and allometrically predicted monthly means for total biomasses of complete leaves in shoots for each site. Dashed lines for observed values and continuous line for predicted. a) Jingdon Bay, b) Kosung Bay, c) mesocosm, d) Punta Banda Estuary e) San Quintín Bay. Sampling times are months. For initial and final months of data collecting at each site the reader is referred to Table 3. can therefore expect that projections using values of 𝛼 and 𝛽 fitted at these sites would induce greater deviations between observed rates than those projected using 𝛼 and 𝛽 fitted at San Quintín Bay. In fact the values of the concordance correlation coefficient corroborate that, among combinations formed with both allometric parameters fitted at a different site than Punta Banda estuary, the projections obtained using 𝛼 and 𝛽 fitted at San Quintín Bay performed relatively better for reproducing variability of observed leaf growth rates (Table 5). This points to the importance of local and regional factors in the determination of the values of the allometric parameters involved, and consequently in the reproducibility of leaf growth rates derived through the allometric proxy considered here. For mixed parametric combinations, we can detect a penalty on the value of the concordance correlation coefficient associated with the 𝐿𝑝𝑔 (𝛼𝑃𝐵 , 𝛽𝑃𝐵 , 𝑡, ∆𝑡) values, which is attributable to changes in 𝛼𝑃𝐵 and 𝛽𝑃𝐵 for projection purposes (Table 5). DISCUSSION The allometric exponent 𝛼 (cf. eq. 1) has been the focus of theoretical and empirical studies because it often seems to have a constant value specific to a particular Allometric assessment and eelgrass growth Figure 2. Projected vs observed leaf growth rate for Punta Banda Estuary data. In these projections we used equation (8) and the allometric parameters fitted at the site. Dashed lines for observed values and continuous line for predicted. Sampling times indicate successive biweekly intervals. For initial and final dates of collecting data the reader is referred to Table 3. biological relationship (e.g., Winter, 1976; Bernard, 1983; Jones et al., 1992; Enquist et al., 1998; Niklas & Enquist, 2001; West et al., 2002). On the other hand, several studies have provided evidence that support a certain variability in the exponent of allometric scaling laws (e.g., Riisgård, 1998; Atanasov & Dimitrov, 2002; Bokma, 2004; Muller-Landau et al., 2006; Reich et al., 2006; White et al., 2006). Accordingly, the value of the normalization constant 𝛽 is considered to be characteristic of species or populations (Niklas, 1994). And the variability observed in the normalization constant, moreover, has been explained as a differential response to environmental conditions (Winter, 1976; Bernard, 1983; West et al., 1997; Gillooly et al., 2001; Brown et al., 2002). Kaitaniemi & Lintunen (2008) demonstrated that by using a theoretically predicted fixed value for the exponent instead of an empirical value determined by regression, it is possible to make the normalization constant 𝛽 suitable for biological interpretation in terms of a dynamically changing environment. In our scaling, we observed (Table 3) deviations among numerical values of 𝛼 that are comparatively smaller than those obtained for 𝛽 values. We observed that absolute numerical differences between 𝛼𝑃𝐵 and each of the remaining fitted values for the allometric exponents are bounded by 0.19 𝛼𝑃𝐵 . Meanwhile, taking now 𝛽𝑃𝐵 as a reference, the bound for the corresponding absolute deviation between this parameter and the other fitted normalization constant values increased to 23.57 𝛽𝑃𝐵 . This could be interpreted as a result of relatively greater local influences in the determination of the 𝛽 value, 1105 these influences likely being linked to environmental factors. Interestingly, the maximum absolute deviation from 𝛽𝑃𝐵 was attained by 𝛽𝐽𝐵 . Hence our results support the view that the scaling relationships addressed here can be viewed as static relationships in which both the scaling exponent 𝛼 and the normalization constant 𝛽 obtain empirical values that are fixed within a single set of data (Kaitaniemi & Lintunen, 2008). Nevertheless our results suggest that values of the allometric parameters 𝛼 and 𝛽 can be considered statistically similar within a given geographical region. The elucidation of this hypothesis, however, requires a more extensive data set than the one used here. Using equation (8) we projected leaf-growth rates for Punta Banda estuary using measured leaf lengths and the parameters 𝛼𝑃𝐵 and 𝛽𝑃𝐵 fitted at the site, and comparison of projected and observed values calculated using equation (5) showed consistent results (see Fig. 2). The possibility of projecting leaf-growth rates using values of 𝛼 and 𝛽 that were fitted for different eelgrass populations and over different periods of time lies at the core of a universal property for the allometric parameters. But allometric scaling relationships, like that given by equation (1), are markedly sensitive to variation in the parameters involved. Although statistical differences between allometric parameters fitted at two regionally equivalent sites were not significant, there are necessarily differences in numerical values among fitted parameters. Even slight numerical differences in fitted values for these allometric parameters, along with errors of aggregation in calculating growth rates through equation (8), could induce important deviations between the observed and projected rates. This can be readily illustrated by the values of the concordance correlation coefficient (Table 5). Since a wide range of variation in 𝜌̂ is observed, our results show that local influences which determine the static nature of the values of 𝛼 and 𝛽 are such that an invariant value for each one of these parameters would fail to consistently reproduce the dynamics of observed leaf-growth rates through the allometric device of equation (8). Moreover, among pairs of allometric parameters fitted at sites in the West Pacific, the combination formed by 𝛼𝐽𝐵 and 𝛽𝐾𝐵 recorded the smallest Euclidean distance relative to the ordered pair formed by 𝛼𝑃𝐵 and 𝛽𝑃𝐵 (see shaded row in Table 6), even though, 𝐿𝑝𝑔 (𝛼𝐽𝐵 , 𝛽𝐾𝐵 , 𝑡, ∆𝑡) values produced a low concordance correlation coefficient value of 𝜌̂ = 0.09. Meanwhile, in Table 6 we can observe that the Euclidian distance between allometric parameters fitted at San Quintin Bay and those fitted at Punta Banda was the smallest and in correspondence 1106 Latin American Journal of Aquatic Research Table 5. Isometric relationship between observed growth rates and those projected allometrically through different combinations of estimated parameter. 𝛼 and 𝛽 stand for allometric parameters and 𝑐 for the isometric normalization constant. 𝑅2 determination coefficient, 𝜌̂: Z-transformed concordance correlation coefficient of reproducibility with the corresponding 0.95 confidence interval. 𝛼 𝛼𝑃𝐵 𝛼𝑆𝑄 𝛼𝑃𝐵 𝛼𝑆𝑄 𝛼𝐾𝐵 𝛼𝐴𝑉 𝛼𝑀 𝛼𝐾𝐵 𝛼𝐽𝐵 𝛼𝐽𝐵 𝛼𝐴𝑉 𝛼𝐽𝐵 𝛼𝑀 𝛼𝑃𝐵 𝛼𝑃𝐵 𝛼𝑃𝐵 𝛽 𝛽𝑃𝐵 𝛽𝑆𝑄 𝛽𝑆𝑄 𝛽𝑃𝐵 𝛽𝑃𝐵 𝛽𝑃𝐵 𝛽𝑀 𝛽𝐾𝐵 𝛽𝐾𝐵 𝛽𝑃𝐵 𝛽𝐴𝑉 𝛽𝐽𝐵 𝛽𝑃𝐵 𝛽𝐾𝐵 𝛽𝑀 𝛽𝐽𝐵 𝑐 1.05 1.05 1.12 1.06 4.70 2.12 0.42 0.39 0.37 4.60 0.2 0.19 5.90 0.11 0.09 0.06 Table 6. Euclidian distance values 𝛿𝑃𝐵 (𝛼, 𝛽) between the fixed pair (𝛼𝑃𝐵 , 𝛽𝑃𝐵 ) and different combinations (𝛼, 𝛽) obtained using the values of the allometric parameters fitted at the different site. Rounding off was avoided in order to show differences in 𝛿𝑃𝐵 (𝛼, 𝛽) values. 𝛼 𝛼𝐽𝐵 𝛼𝑀 𝛼𝑆𝑄 𝛼𝐾𝐵 𝛼𝐽𝐵 𝛼𝑀 𝛼𝑆𝑄 𝛼𝐾𝐵 𝛼𝐽𝐵 𝛼𝑀 𝛼𝑆𝑄 𝛼𝐾𝐵 𝛼𝐽𝐵 𝛼𝑀 𝛼𝑆𝑄 𝛼𝐾𝐵 𝛽 𝛽𝐽𝐵 𝛽𝐽𝐵 𝛽𝐽𝐵 𝛽𝐽𝐵 𝛽𝑀 𝛽𝑀 𝛽𝑀 𝛽𝑀 𝛽𝑆𝑄 𝛽𝑆𝑄 𝛽𝑆𝑄 𝛽𝑆𝑄 𝛽𝐾𝐵 𝛽𝐾𝐵 𝛽𝐾𝐵 𝛽𝐾𝐵 𝛿𝑃𝐵 (𝛼, 𝛽) 0.220 0.266 0.020 0.225 0.220 0.266 0.020 0.225 0.220 0.266 0.020 0.225 0.220 0.266 0.020 0.225 𝐿𝑝𝑔 (𝛼𝑆𝑄 , 𝛽𝑆𝑄 , 𝑡, ∆𝑡) values produced for 𝜌̂ a consistent value of 𝜌̂ = 0.69 (Table 5). This suggests that, in order to obtain reasonable allometric estimations of observed leaf growth rates at a given site, the involved para- 𝑅2 0.97 0.97 0.98 0.98 0.98 0.98 0.98 0.98 0.97 0.97 0.95 0.98 0.97 0.98 0.88 0.97 𝜌̂ 0.75 (0.44,0.87) 0.69 (0.35,0.80) 0.70 (0.46,0.84) 0.67 (0.39,0.83) 0.034 (0.013,0.054) 0.15 (0.08,0.20) 0.10 (0.08,0.14) 0.10 (0.06, 0.12) 0.09 (0.03,0.14) 0.034 (0.012,0.06) 0.03 (0.015, 0.044) 0.03 (0.005,0.07) 0.024 (0.008,0.04) 0.017 (0.006,0.03) 0.014 (0.004,0.023) 0.007 (0.002,0.013) meters should be interchangeable among regionally equivalent sites. Our analysis showed that no universal value can be found for the allometric exponent 𝛼 in equation (2). Although our results suggest that the scaling relationship addressed here might be considered static, thus implying that local factors determine the actual values of fitted parameters, we did not find significant differences at the regional level. We also analyzed data previously collected over different complete annual cycles and found time invariance of allometric parameters for the bivariate scaling of eelgrass leaf biomass in terms of length and width at San Quintín Bay (Solana-Arellano et al., 1998) and for the scaling of leaf biomass and length at Jindong Bay (EchavarríaHeras et al., 2011). And using data collected from April 1998 to May 1999 as well as the data set presented here, we further verified this property for the allometric parameters 𝛼 and 𝛽 at Punta Banda estuary. But the time-invariance property could not be tested for the present Kosung Bay or mesocosm studies because we lack data for different annual cycles. If time invariance of the allometric parameters can be statistically demonstrated for eelgrass at a given site, this implies that values previously fitted there -or at a regionally equivalent site- can be expected to produce accurate non-destructive leaf-biomass assessments by means of equation (8). We must, however, stress that only when data on leaf lengths and leaf-length increments over Allometric assessment and eelgrass growth marking intervals can be obtained without removing shoots, previously fitted and time-invariant values for the allometric parameters 𝛼 and 𝛽 can be used to produce, through equation (8), reliable cost-effective and non-destructive assessments of leaf growth rates. ACKNOWLEDGEMENTS We are indebted to Dr. Shinya Hosokawa for providing the mesocosm data. Our thanks to Carlos CabreraRamos and Olga Flores-Uzeta for technical assistance in the laboratory work, and also to José Maria Domínguez and Francisco Ponce for the art work in Figures. Two anonymous reviewers provided valuable comments which greatly improved our final presentation. REFERENCES Atanasov, A.T. & D.B. Dimitrov. 2002. Changes of the power coefficient in the ‘metabolism-mass’ relationship in the evolutionary process of animals. BioSystems, 66: 65-71. Bernard, F.R. 1983. Physiology and mariculture of some northeastern Pacific bivalve molluscs. Can. Spec. Pub. Fish. Aquat. Sci., 63: 1-24. Bokma, F. 2004. Evidence against universal metabolic allometry. Funct. Ecol., 18: 184-187. Brown, J.H., L. Gupta, B.L. Li, B.T. Milne, C. Restrepo & G.B. West. 2002. The fractal nature of nature: power laws, ecological complexity and biodiversity. Phil. Trans. R. Soc. Lond. B, 357: 619-626. Duarte, C.M. 1991. Allometric scaling of seagrass form and productivity. Mar. Ecol. Prog. 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The model is built using the Ecopath with Ecosim software version 6.4, and encompasses 21 functional groups, ranging from primary producers (phytoplankton) to top predators (birds and marine mammals), the principal fishing resources and the fishery. Input parameters required to build the model were gathered from specialized literature, grey literature and our own estimates. The results indicated that the total biomass (BT) was estimated at 624.7 ton km-2. The combined biomass of small pelagic fish represented 26% of BT, while the combined biomass of demersal fish represented only 0.1% of BT. These results highlight the importance of pelagic fish in this system. Predation mortality resulted to be the main source of mortality. Nevertheless, fishing mortality was important in anchovy, mackerel, common dolphinfish and jack mackerel. The mean trophic level of the fishery was estimated as 3.7, with landings sustained mainly by anchovy. Primary production required to sustain the landings (PPR) was estimated at 7.5% of calculated total net primary production, which is lower than PPR estimates in other upwelling ecosystems. The average trophic transfer efficiency was 18%, which is in the range (10-20%) informed for marine ecosystems. Results indicate that in 1997 the northern Chile marine ecosystem was characterized for being a system far from maturity, dominated in terms of biomass and flows by the pelagic realm. Keywords: upwelling, trophic level, trophic interaction, Ecopath, Ecosim, northern Chile. Interacciones tróficas en el ecosistema de surgencia del norte de Chile, año 1997 RESUMEN. Se construye un modelo de trama trófica para describir las interacciones predador-presa, estructura comunitaria y flujos tróficos en el ecosistema de surgencia del norte de Chile (18º20’S, 24ºS), en el año 1997. El modelo se construye utilizando el programa computacional Ecopath con Ecosim versión 6.4, y considera 21 grupos funcionales que abarcan desde productores primarios (fitoplancton) hasta predadores tope (aves y mamíferos marinos), incluyendo los principales recursos pesqueros y la pesquería. Los parámetros de entrada requeridos para implementar el modelo fueron obtenidos de literatura especializada, literatura gris y estimaciones propias. Los resultados indican que la biomasa total del sistema (BT) se estimó en 624.7 ton km-2. La biomasa combinada de pelágicos pequeños representó 26% de BT, mientras que la biomasa combinada de peces demersales representó sólo 0,1% of Bt. Estos resultados realzan la importancia de los peces pelágicos en este sistema. La mortalidad por depredación resultó ser la principal fuente de mortalidad en el sistema. Sin embargo, la mortalidad por pesca fue importante en anchoveta, caballa, palometa o dorado de altura y jurel. El nivel trófico promedio de la pesquería fue estimado en 3.7, con desembarques sustentados principalmente por anchoveta. La producción primaria requerida para sustentar los desembarques (PPR) se estimó en 7,5% de la producción primaria neta calculada, que es inferior a estimados de PPR en otros sistemas de surgencia. La eficiencia promedio de transferencia de energía fue 18%, que se encuentra en el rango (10-20%) informado para ecosistemas marinos. Los resultados indican que en 1997, el ecosistema marino del norte de Chile se encontraba en condición alejada de la madurez, dominado en términos de biomasa y flujos por el ambiente pelágico. Palabras clave: surgencia, nivel trófico, interaccion trófica, Ecopath, Ecosim, norte de Chile. ___________________ Corresponding author: Mónica E. Barros: ([email protected]) 1109 1110 Latin American Journal of Aquatic Research INTRODUCTION In the last three decades scientists and managers have been recognizing the need for incorporating wider ecosystem considerations into fisheries management (FAO, 2003; Parsons 2005; Constable 2011). The necessity of an ecosystem approach to fisheries (EAF) results from i) the increasing knowledge on stock dynamics and their relationships with their physical and biological environment (Pauly et al., 1998; Neira & Arancibia, 2002; Shannon & Cury, 2003), and ii) the pervasive negative impacts of fishing on target species and their ecosystems (Pauly et al., 2000; Shannon & Cury, 2003; Heymans et al., 2004). Multispecies, community and ecosystem models are expected to complement the traditional fisheries management based only on single-species models, and then increasing societal capacity to attain sustainable fisheries (Bostford et al., 1997). Several modelling platforms have been developed and applied to marine ecosystems with the aim of better understanding their structure and function, and to support EAF (Plaganyi, 2007). Among them, the Ecopath with Ecosim approach (EwE) is a useful family of models that allow the analysis of trophic interactions in aquatic systems (Polovina, 1984; Christensen & Pauly, 1992; Walters et al., 1997; Christensen & Walters, 2000). EwE is useful and practical for summarizing information about the main components in a system and their trophic relationships, allowing descriptions and comparisons among ecosystems (Christensen & Pauly, 1993; JarreTeichmann & Christensen, 1998; Jarre-Teichmann et al., 1998; Shannon & Jarre-Teichmann 1999; Neira, 2003; Neira & Arancibia, 2004; Arancibia et al., 2010). The upwelling ecosystem off northern Chile (UENCh) sustains an important purse-seine fishery targeting anchovy (Engraulis ringens), sardine (Sardinops sagax), mackerel (Scomber japonicus) and jack mackerel (Trachurus murphyi). However, in the 90’s decade, landings of these pelagic species exhibited a sustained declining trend (Fig. 1). This situation has strongly impacted the local economy in northern Chile, with a series of fusions (first) and closing (more recently) of several fishing companies, which resulted in a noticeable contraction of the fleet (Aliaga et al., 2001; Cañón, 2004). Fluctuations of fish populations can be explained by several factors such as fishing pressure, trophic interactions and environmental variability such as intensity of the upwelling front and temperature change produced by El Niño Southern Oscillation (ENSO) events, among others (Serra, 1986; Bernal, 1990; Yáñez et al., 2001; Blanco et al., 2002). The interannual variability in the oceanographic and atmos- pheric conditions in the UENCh are determined by large-scale events such ENSO (Montecinos et al., 2003), which presents a warm phase (known as El Niño) and a cold phase (known as La Niña). In the Chilean coast, the warm phase of ENSO is determined mostly by ocean-atmosphere processes, allowing the transport of equatorial waters towards the south (Thomas et al., 2001; Ulloa et al., 2001). However, fisheries studies carried out in northern Chile do not normally assess ecological interactions among populations or the effects of the physical environment on the dynamics of target species. On the other hand, it is necessary to advance our understanding on the trophic relationships of target species, the community structure in which they inhabit, and the potential effects of the fishery on target species in this system. Medina et al. (2007) modelled the pelagic food web in the upwelling ecosystem of northern Chile (18º20’24º00’S), to describe trophic interactions and energy flows among 13 functional groups during 1989, a period of rather normal oceanographic conditions (i.e., non ENSO). In this paper we built a model representing the same food web in year 1997, which is a period characterized by the presence of ENSO (McPhaden, 1999; Escribano et al., 2004). The aim of this paper is to describe prey-predator relationships, community structure and trophic flows in the UENCh in 1997 and compare these system features with those in year 1989 informed by Medina et al. (2007). MATERIALS AND METHODS Study area and study period The study area corresponds to the upwelling ecosystem in northern Chile (UENCh) that extends from 18º20’S to 24º00’S, and from the coastline to 60 nm westward, encompassing a total surface area of 65,000 km2 (Fig. 2). This area has been delimited considering the distribution of the fishing fleets (Serra, 1986), and the influence of the coastal upwelling (Thiel et al., 2007). The oceanography of the study area is influenced by the Humboldt Current System, which is characterized by high biological and fish production (Carr, 2002). This is also the main fishing area for the industrial and artisanal purse-seine fleets targeting pelagic fish such anchovy, mackerel, jack mackerel and sardine (Castillo et al., 1997, 1999; Braun et al., 1999). In year 2011, the UENCh provided about 31% of total fish landings in Chile (www.sernapesca.cl). The main oceanographic features in the study area are low turbulence, a quasi permanent positive anomaly of the sea surface temperature with a narrow coastal band of cold water (Bernal, 1990; Cubillos et al., 1998), Trophic interactions in northern Chile upwelling ecosystem 1111 300 1000 800 200 600 150 400 100 Total landing (ton x104) Landings (ton x104) 250 200 50 0 0 1980 1985 Anchovy 1990 Sardine 1995 2000 Year Mackerel 2005 Jack mackerel 2010 Total Figure 1. Landings of the main pelagic resources in the upwelling system of northern Chile (18º20’-24º00’S). First axis: total north Chile landings for anchovy, sardine, mackerel and jack mackerel. Secondary axis: total landings Chile. low frequency events (ENSO) with inter-annual periodicity (Fuenzalida, 1992), while high frequency events (e.g., upwelling) are permanent throughout the year (Fuenzalida, 1990, Shaffer et al., 1999; Blanco et al., 2001). In this paper we selected the year 1997 to build the food web model because of the presence of a strong ENSO conditions in the whole area. However, considering that the snapshot model corresponds to one year, we assume steady-state conditions and massbalance for all functional groups (sensu Christensen & Pauly, 1993). Describing the food web model for northern Chile EwE is an ecotrophic model that incorporates interactions among functional groups in an ecosystem. It is based in two main equations focusing on (1) the usage of the production, and (2) the mass-balance of each group included in the model. The production of each group i can be split in the following components: Production = catches + predation mortality + biomass accumulation + net migration + other mortalities The mathematical equation is: Figure 2. Study area corresponding to the upwelling system of northern Chile from 18º20’S to 24º00’S, and from the coastline up to 60 nm towards the west. Pi Yi Bi M 2i Ei BAi Bi (1 EEi ) (1) where: Pi is total production rate for group i; Yi is total catch for i; Bi is total biomass of i; M2i is predation 1112 Latin American Journal of Aquatic Research mortality of for i; Ei is the net migration rate for i (emigration minus immigration); BAi is the biomass accumulation for i; Pi (1-EEi) = BM0i is other mortalities for i, those independent from predation and catches. Equation (1) can be re-expressed as: n P Q P Bi B j DCij Bi 1 EEi Yi Ei BAi 0 B i j 1 B i B i (1a) where (P/B)i is the production to biomass ratio equal to total mortality (Z) under steady-state conditions (sensu Allen, 1971); (Q/B)i is consumption to biomass ratio; DCji is the fraction (in weight) of the prey i in the diet of the predator j; EEi is the ecotrophic efficiency of i that corresponds to the fraction of the production of group i that is utilized within the system as predation and/or catches; Ei corresponds to the exports of i (either as emigration or catches). The mass-balance for each group is given by: Q=P+R+U (2) where Q is prey consumption, P is production, R is respiration, U is unassimilated food. This equation defines the consumption as the sum of gonadal and somatic growth, metabolic costs and excretion products. Building the food web model The model considers 21 functional groups from primary producers to top predators. The model is focused on target species and their main prey and predators. The groups are: phytoplankton, microzooplankton, mesozooplankton (copepods), macrozooplankton (euphausiids), gelatinous zooplankton (siphonphores and salps), mackerel (Scomber japonicus), sardine (Sardinops sagax), anchovy (Engraulis ringens), mesopelagic fish (Myctophidae), jack mackerel (Trachurus murphyi), demersal fish (black cusk-eel Genypterus maculatus and Genypterus chilensis red cusk-eel (check www.fishbase.org); southern grut Cilus gilberti and rock seabass Paralabrax humeralis), jumbo squid (Dosidicus gigas), palm ruff (Seriolella violacea), Eastern Pacific bonito (Sarda chilensis), common dolphinfish (Coryphaena hippurus), swordfish (Xiphias gladius), pelagic sharks (short fin mako Isurus oxirynchus and blue shark Prionace glauca), sea lions (Otaria flavescens), cetaceans (small cetaceans and dolphins), marine birds (guanay cormorants Leucocarbo bougainvilli, Peruvian booby Sula variegata and pelicans Pelecanus thagus), and detritus. The model was built using available information on landings, life history parameters and biomass assessments for each functional group in the ecosystem model. The information was obtained from published literature, reports and thesis. We estimate some para- meters using empirical equations that integrate information reported for the study area. Table 1 presents the corresponding source and estimation method for input parameters in each functional group. When parameters were unknown, they were calculated by solving equations 1 and 2 under the assumption that EEi = 0.999. The above implies that EwE calculates the unknown parameter (e.g., Bi, P/Bi, Q/Bi) for each i assuming that M0 for that group is 0.001. The mass-balance assumption for each group was verified considering: i) that 0< EEi <1; and that ii) the gross food conversion (GEi = Pi/Qi) was 0.1<GE<0.35 (Christensen & Pauly, 1992). When either EE or GE was beyond the accepted range, we performed changes in inputs parameters (B, P/B, Q/B and DC) following criteria proposed by Christensen et al. (2005). Network analysis routines proposed by Ulanowicz (1986, 1995) and Ulanowicz & Kay (1991) included in EwE were run to calculate ecological indicators and flow indices based on theoretical concepts developed by Odum (1969) and Ulanowicz (1986). With these routines we calculated and compared the distribution of biomass and flows by aggregated trophic level and the trophic transfer efficiency between trophic levels. We quantified and compared the total system flow (FT), the Finn’s cycling index (FCI), which corresponds to the fraction of FT used for cycling (Finn, 1976 fide Christensen & Pauly, 1992), and the connectance index (CI), which is the ratio between the actual trophic unions in the model and the maximum theoretical number that could be realized. The mixed trophic impact routine (MTI) included in EwE was used to quantify direct and indirect interactions among functional groups (ITC), including the fishery (Ulanowicz & Puccia, 1990). Results of this model were compared with results obtained by Medina et al. (2007) that represent a different state of the same system, i.e., a sardine dominated non-ENSO period (Medina et al., 2007) versus an anchovy dominated ENSO period (this study). RESULTS Table 2 shows input parameters and those estimated using EwE for each functional group in the balanced model for the UENCh in year 1997 and the Table 3 shows the diet composition (in weight) for predators in the same model. In general terms, total biomass (BT) (i.e., system biomass excluding detritus) sustained by the UENCh was estimated at 624.7 ton km-2. Overall, pelagic species such as mackerel (11.01 ton km-2), jack mackerel Table 1. Functional groups included in the model representing the upwelling system of northern Chile, year 1997, and the source of input parameters. B: biomass, P/B: production to biomass ratio, Q/B: consumption to biomass ratio, Y: total catch, EE: ecotrophic efficiency = 0.999, DC: fraction (in weight) of the prey in the diet of the predator, assuming that the functional group is highly predated and/or exploited by the fishery. Trophic interactions in northern Chile upwelling ecosystem 1113 1114 Latin American Journal of Aquatic Research Table 2. Input parameters and outputs (bold) of the balanced model representing the food web in the upwelling system of northern Chile in 1997. TL: trophic level, B: biomass, P/B: production to biomass ratio, Q/B: consumption to biomass ratio, F: fishing mortality, Y: catches, EE: ecotrophic efficiency and GE: gross efficiency. Group name TL 1. Phytoplankton 2. Microzooplankton 3. Mesozooplankton 4. Macrozooplankton 5. Gelatinous zooplankton 6. Mackerel 7. Sardine 8. Anchovy 9. Mesopelagic fish 10. Jack mackerel 11. Demersal fish 12. Jumbo squid 13. Palm ruff 14. Eastern pacific bonito 15. Common dolphinfish 16. Swordfish 17. Pelagic sharks 15. Sea lions 19. Cetaceans 20. Marine birds 21. Detritus Total 1 2.21 2.48 2.75 3.42 4.19 3.49 3.57 3.53 4.38 4.88 4.68 3.86 4.11 4.95 5.23 5.21 4.85 5.03 4.92 1 B P/B Q/B F Y (ton km-2) (yr-1) (yr-1) (yr-1) (ton km-2) 319.68 17.48 47.02 68.51 6.90 11.01 26.88 39.09 67.31 15.39 0.57 3.60 0.30 0.26 0.00 0.42 0.06 0.09 0.06 0.06 1 624.70 120.00 482.00 45.00 13.00 0.58 1.20 1.46 2.01 1.20 0.36 0.31 3.50 1.46 0.99 1.20 0.44 0.49 0.30 0.15 0.10 1928.00 128.57 31.71 2.45 7.00 17.60 21.90 12.00 8.12 4.12 8.64 4.20 5.50 5.60 7.20 6.10 20.00 10.00 62.00 0.25 0.01 0.55 0 0.11 0.01 0 0.03 0.02 0.50 0 0.10 0.03 - 2.766 0.139 21.387 0 1.618 0.006 0 0.009 0.004 0.001 0.001 0.006 0.003 25.94 (15.4 ton km-2), sardine (26.9 ton km-2), anchovy (39.1 ton km-2), and mesopelagic fish (67.3 ton km-2) dominated the system (Table 2), representing 26% of BT, while the combined biomass of demersal fish represented 0.1% of BT. Table 2 presents the production/biomass ratio (P/B = Z) for all groups and fishing mortality (F) for target species. Fig. 3 shows the contribution (percentage) in which each mortality coefficient (F; M2 and M0) contributes to Z. Fishing mortality is important in species such common dolphinfish (42%), jack mackerel (30%), anchovy (27%), mackerel and pelagic sharks, both with 21%. In groups such Eastern Pacific bonito, mesopelagic fish and demersal fish, the main source of mortality is predation (M2) exceeding 90%; the coefficient of other mortalities (M0) is important in sardine and swordfish, also about 90%. Overall, in 1997 predators consumed more production of functional groups than the fishery (Fig. 3). Fig. 4 shows the main flows in the UENCh in year 1997 and the distribution of the functional groups according to their trophic level (TL), from TL = 1 (phytoplankton and detritus) up to apical predators with EE GE 0.70 1.00 1.00 1.00 0.31 0.88 0.10 0.94 1.00 0.41 1.00 0.50 0.41 1.00 0.42 0.00 0.21 0.10 0.00 0.00 0.28 0.25 0.35 0.41 0.239 0.171 0.083 0.092 0.1 0.044 0.075 0.405 0.348 0.179 0.214 0.061 0.08 0.015 0.015 0.002 - TL > 4.0 such jumbo squid (TL = 4.68), sea lions (TL = 4.85), marine birds (TL = 4.91), common dolphinfish (TL = 4.95), cetaceans (TL = 5.0), pelagic sharks (TL = 5.2) and swordfish (TL = 5.2). The most important flows of consumption occur between primary producers (phytoplankton) and plankton invertebrates (micro-, macro- and mesozooplankton), and from the latter groups towards small pelagic fish (anchovy and sardine). Other important flows occur from mesozooplankton towards mesopelagic fish, and from anchovy and sardine towards predators such demersal fish, jumbo squid, sea lions and marine birds. The 21 functional groups in the model representing the UENCh were grouped into seven discrete trophic levels, with discrete TL I and discrete TL II concentrating the bulk of total flows. Just like in other upwelling systems (e.g., Jarre-Teichmann & Christensen, 1998; Neira & Arancibia, 2004), the UENCh exhibited a decline in flows (Ft) and biomass (Bt) towards higher trophic levels (Table 4). This is related to the rather low trophic transfer efficiency (TTE) calculated for aggregated trophic levels higher than TL IV. However, TTE was higher in TL II (TTE = 11.8%), TL III (TTE = Table 3. Diet composition of the predators included in the balanced model representing the food web in the upwelling system of central Chile, year 1997. Trophic interactions in northern Chile upwelling ecosystem 1115 1116 Latin American Journal of Aquatic Research 100 Z (%) 80 60 40 20 Pelagic sharks Swordfish Common dolphinfish Eastern Pacific bonito Palm ruff Jumbo squid Demersal fish Jack mackerel Mesopelagic fish Anchovy Sardine Mackerel 0 Figure 3. Mortality coefficients (as percentage of total mortality) for target species in the upwelling system of northern Chile, year 1997. Z: total mortality, F: fishing mortality (grey), M2: predation mortality (dotted), M0: other mortalities (white). Figure 4. Flow diagram representing trophic flows among functional groups in the food web model representing the upwelling system in northern Chile in year 1997. P: production, Q: consumption, and B: biomass. Flows are expressed in ton km-2 yr-1. Trophic interactions in northern Chile upwelling ecosystem 1117 Table 4. Total biomass (Bt), total catches (Yt), total flows (Ft) and trophic transfer efficiencies (TTE) by discrete trophic level in the model representing the upwelling system of northern Chile, year 1997. Trophic level (TL). TL I II III IV V VI VII Total Bt (ton km-² yr-1) 320.0 83.7 129.0 74.2 16.8 1.6 0.1 625.4 Yt (ton km-² yr-1) 28%) and TL IV (TTE = 17.8%). These results differ from what occurred in 1989 (Medina et al., 2007), when TTE was high in TL II (TTE = 65.2%) and TL III (TTE = 9.5%), and the fishery was sustained by both anchovy and sardine. During 1997, instead, the fishery was sustained by functional groups located at TLs III and IV, including anchovy (84% of total landings), jack mackerel (11% of total landings), mackerel (6% of total landings) and sardine (0.5% of total landings). Fig. 5 shows the mixed trophic impacts (MTI) between functional groups including the industrial and artisanal fleets operating in the study area in 1997. Overall, predators have direct negative impacts on prey, while preys have positive direct impacts on predators. Some MTIs can be highlighted from this figure. For example, the negative impact of cannibalism in jumbo squid and the negative MTIs of predators such jack mackerel, palm ruff, common dolphinfish, pelagic sharks and sea lions on anchovy. The industrial fleet showed a negative impact on jack mackerel and positive impact on gelatinous zooplankton because fishing removes biomass of predators of this group. On the other hand, the artisanal fleet impacted negatively dolphinfish, sea lions and pelagic sharks with positive impact on demersal fish because this fleet removes biomass of their predators. The two fleets also impacted indirectly and positively some fishery resources (especially anchovy). This is the case of the positive impact of the artisanal fleet on demersal fish and palm ruff, which resulted from the fishing removal of sea lions and pelagic sharks. Mesopelagic fish showed an indirect negative impact on gelatinous zooplankton since both groups share mesozooplankton as preferred prey. The impacts of species such palm ruff, Eastern Pacific bonito and common dolphfish on other groups are almost unnoticeable. 0.5 12.9 9.5 2.9 0.2 0.0 25.9 Ft (ton km-² yr-1) 58802.0 32676.3 4353.6 1184.0 195.3 12.7 97058.0 TTE (%) 11.8 28.0 17.6 7.1 5.4 1.4 17.8 Fig. 6 shows the trophic level (TL) calculated for the main predators in the UENCh model in 1989 (Medina et al., 2007) and 1997 (this study). A noticeable difference in the magnitude of individual TL between the two periods is observed. In 1989, for instance, the most of the groups exhibited a TL < 4.0, with the exception of pelagic sharks. On the other hand, in 1997 most of the groups exhibited TLs > 4.0. Table 5 presents network indices for the food web in the UENCh. The mean trophic level of the fishery (TLm) as a whole was estimated at 3.7. When examined by fleets, TLm of the artisanal fleet (TLm = 3.6) was slightly lower than the industrial fleet (TLm = 3.7). This is because both fleets caught mainly anchovy and sardine. The primary production required to sustain landings (PPR) was estimated at 2979.5 ton km-2 yr-1, corresponding to 7.5% of the calculated net primary production of the system. The flows related to total transfers and total biomasses are indicators for the size of the ecosystem. The total transfers correspond to the sum of all flows in the system (consumption, exports, respiration and flow to detritus) and were estimated at 83,204 ton km-2 yr-1. The main component resulted to be the consumption flow with 43% of total transfers. Total biomass without detritus was estimated at 624.7 ton km-2. One of the indicators to characterize system maturity is the primary production to respiration ratio (PP/R), which should approach to 1 in mature systems (Christensen & Pauly, 1992; Christensen et al., 2005). In 1997, PP/R was estimated at 1.61 yr -1 meaning that this system was far from maturity or in an early stage of development. Other indicator of system maturity is the primary production to total biomass ratio (PP/BT), which in mature ecosystems is low and in the UENCh was estimated at 61.40 in 1997. 1118 Latin American Journal of Aquatic Research Figure 5. Mixed trophic impacts between the functional groups in the food web model that represents the upwelling system in of central northern Chile, in year 1997. Impacting groups are aligned in the "x" axis whiles impacting groups in the "y" axis. Figure 6. Trophic level of predators in the food web model representing the upwelling system in northern Chile, in years 1989 and 1997. Data on TL for 1989 are from Medina et al. (2007). Trophic interactions in northern Chile upwelling ecosystem 1119 Table 5. Ecosystem indicators that describe the model representing the upwellig system of northern Chile, in year 1997 and its comparison to Medina et al. (2007) model representing the system in 1989. Parameter System size Sum of all consumption (ton km-2 yr-1) Sum of all the respiration flows (ton km-2 yr-1) Sum of all flows to detritus (ton km-2 yr-1) Total system flows (ton km-2 yr-1) Total biomass (without detritus)(ton km-2) Total catch (ton km-2 yr-1) System maturity Sum of all the production (ton km-2 yr-1) Calculated net primary production (PPT) (ton km-2 yr-1) Total primary production/total respiration (PP/R) Total primary production /total biomass (PP/BT) Trophic transfer efficiency (%) Finn’s cycling index (IF) (%) Fishing impact Mean trophic level of the catch Primary production required to sustain landings PPR (ton km-2 yr-1) (PPR) (%) DISCUSSION The model representing the UENCh in 1997 includes eight additional groups compared to the model built by Medina et al. (2007) for the same area in year 1989. These groups are microzooplankton, mesozooplankton, macrozooplankton, gelatinous zooplankton, demersal fish, jumbo squid, common dolphinfish, and swordfish. In addition, both models represent two different conditions: i) during non-ENSO conditions (year 1989) and ii) during ENSO conditions (year 1997). Regardless the difference in model structure and system conditions, comparing indicators derived from both models is still valid and interesting. Moreover, if more predators are included in a new, updated model, then the predation mortality in a prey group will be higher than the previous model. Even in heavily exploited upwelling systems, predation mortality (M2) is the main source of mortality for fish species (Jarre-Teichman et al., 1998; JarreTeichman & Christensen, 1998; Neira & Arancibia, 2004; Neira et al., 2004). Results of our work are in agreement with this observation and M2 explained the most of Z, meaning that the most of the production of functional groups in the UENCh was removed by predators and secondarily by fishing. However, Medina et al. (2007) informed that in 1989 the main source of mortality in the system was fishing and not predation. This may be explained by the increase in fishing effort 1989 Year 1997 13091.8 4244.0 12060.2 38674.0 707.7 91.0 44326.8 24744.3 20954.6 106447.0 645.4 26.1 19684.0 13452.8 3.2 19.0 9.8 8.81 50030.7 38362.1 1.6 61.4 17.8 8.75 2.7 1321.4 6.7 3.7 2834.4 7.3 from 1985 onwards after anchovy recovery, likely driven by strong recruitments (Aliaga et al., 2001). The highest Z values in the 1997 model were found in anchovy and jumbo squid. This is explained because both species have low longevity and high productivity, and are also important prey items in the diet of several predators. For example, anchovy is the main prey for jack mackerel, horse mackerel, palm ruff, Eastern Pacific bonito, pelagic sharks, sea lions and cetaceans. Anchovy sustained also the fishing landings in 1997. In turn, jumbo squid is important prey for cetaceans, dolphinfish, swordfish, and exhibits strong cannibalism (Table 3). In the 1997 model, predators exhibited TL > 4.0. When comparing this result with the 1989 model (Medina et al., 2007) (Fig. 6), we observed an increase in TLs from one period to another (Fig. 6). A switch in sardine and anchovy diet may explain this change. During 1989, anchovy diet was based on zooplankton (85%) and phytoplankton (15%) (Alamo et al., 1997) and the diet of sardine on zooplankton (26%) and phytoplankton (74%) (Oliva et al., 1987 fide Medina et al., 2007). In 1997, a dramatic change in the diet of both species occurred, with zooplankton being the most important prey in both species (>97%). This value was obtained considering the diet (numbers) informed by Alamo et al. (1997); Alamo & Espinoza (1998) and the carbon contents of each prey item expressed in percentage of fish total wet weight obtained from 1120 Latin American Journal of Aquatic Research Espinoza & Bertrand (2006). During ENSO, a marked decline in the abundance of phytoplankton and a concomitant increase in the abundance of zooplankton have been observed (González et al., 1998; Daneri et al., 2000), and this could explain the change in the diet of small pelagic fish. However, Espinoza & Bertrand (2006) monitored the gut content of 21,203 anchovies from acoustic surveys conducted in Peru from 1996 to 2003, reporting that zooplankton (mainly euphausiids and copepods) is the main component in anchovy diet, in opposition to previous studies by Pauly et al. (1998), Jarre et al. (1991) and Jarre-Teichman et al. (1998) who indicate a similar importance of phytoplankton and zooplankton in the diet of anchovy. Nevertheless, Espinoza & Bertrand (2006) highlight that their study was based on qualitative descriptions, i.e., frequency of occurrence and percentage in number of the items, rather than stomach content expressed in weight. Therefore, the increase in TL in anchovy and sardine, which in turn are the main prey for predators and the bulk of the catch in the UENCh in 1997, resulted in an increase in trophic level of the fishery as a whole with TLm > 3. In this year the landings of anchovy reached 27 ton km-2 yr-1, and was higher than the landings of the same species in 1989 (Medina et al., 2007), when the fishery had a TLm = 2.7 and landings were sustained mostly by sardine (26 ton km-2 yr-1). In the decade of 1990s, landings of sardine progressively declined and in 1997/1998 with an El Niño, landings have the lowest values. In 1982/1983 a strong ENSO event affected the study area (Aceituno, 1988), negatively impacting anchovy and horse mackerel (Braun et al., 2000). However, landings of sardine were not affected by this condition (SERNAPESCA, 1980-1990). In this context, the impact of the ENSO 1997/1998 on fish stocks in the Humboldt Current System is not yet clear, since for example, the fisheries of anchovy and sardines in Peru were not noticeably affected by the 1982/1983 ENSO (Arntz & Fahrbach, 1996). Therefore, it is suggested that the strong decline in the landings/biomass of sardine during the 1990s could result from recruitment overfishing (Serra, 1986; Aliaga et al., 2001; Cubillos & Arcos, 2002) and predation and in a minor degree to ENSO. Unfortunately, the model representing the system in 1989 (Medina et al., 2007) did not include some important predators of anchovy and sardine, such demersal fish, jumbo squid, swordfish, dolphinfish and cetaceans. This shortcoming impedes observing which groups predated on these small pelagic fish in 1989 and quantifying the strength of this trophic interaction. This is the importance of including these groups in the 1997 model. The mixed trophic impacts (MTI) allowed assessing the influence of direct and indirect trophic interactions (including food competition) in the UENCh. MTI was also useful in identifying strong and weak interacting groups in the food web. For example, anchovy, mesopelagic fish and jack mackerel are strong interactors impacting positively and negatively many groups in the systems. On the other hand, palm ruff, Eastern Pacific bonito and common dophinfish are weak interactors with little impacts on other groups in the system. The primary production required to sustain fishery landings (PPR) is an ecological indicator to track the ecological cost of fishing in an ecosystem during a time period, along years and/or compare the ecosystem effect of fishing in different ecosystems (Pauly & Christensen, 1995; Jarre-Teichman et al., 1998). During 1997, the fishery removed only a small fraction (i.e., 7.5%) of total primary production in the UENCh. This value is slightly higher compared to the value (PPR = 6.7%) informed by Medina et al. (2007) for 1989, but much lower than the PPR = 68.7% informed by Cubillos et al. (1998) for 1997, both for the same area. PPR in the UENCh in 1997 was also lower than the PPR = 15% informed by Neira & Arancibia (2004) for central Chile, and the global estimate for upwelling areas PPR = 25.1% (Pauly & Cristhensen, 1995). However, the value 7.4% is in the minimum range reported by Jarre-Teichmann et al. (1998), who compared the upwelling systems from Peru, South Africa, Namibia and California, with PPR ranging from 4 to 15% of net production. In this work we obtained seven discrete trophic levels, while (Medina et al., 2007) reported five. This is due to the most of the species that are present in the 1997 model but not in the 1989 model are in high trophic levels (cetaceans, swordfish, dolphinfish and jumbo squid). In fact, the mean trophic transfer efficiency among trophic levels was relatively high (18%) in the 1997 model. Nevertheless, TTE in the UENCh is in the range informed for aquatic systems 10-20% (Christensen & Pauly, 1993; Lalli & Parsons, 1993), but it is higher than the 10-15% reported for upwelling systems (Pauly & Christensen, 1995). After analysing the food web and the fisheries in the UENCh, we consider that there is still necessary to advance our knowledge on biological parameters for species that are not target species (it might became in the future), but play an important role as prey or predators in the ecosystem. Some of the groups could reach high biomass levels in the system, e.g., mesopelagic fish. In this study the biomass of this group was estimated under the assumption that EE = 0.999, and reached 67.3 ton km-2, which is almost two Trophic interactions in northern Chile upwelling ecosystem times the biomass estimated by Braun et al. (2000) for this group in 1998 (i.e., 33.7 ton km-2). The difference between the mesopelagic fish biomass estimated by Braun et al. (2000) and this work could be methoddependent, i.e., acoustic underestimates the biomass in relation to Ecopath. Results of our study confirm conclusions by Medina et al. (2007) related to the low maturity (in terms of structure and flows) of the UENCh. However, in theoretical terms the system in 1997 seems to have been in a situation closer to maturity (sensu Odum, 1969) compared to 1989. This can be inferred from the PP/R values estimated at 1.60 yr-1 in 1997 (this study) and 3.2 yr-1 in 1989 (Medina et al., 2007). Another indicator that support the previous conclusion is the Finn’s cycling index (IF), which indicate the fraction of total transfers that are cycled in the system (Christensen & Pauly, 1992) with more cycling related to higher system maturity (Odum, 1969). The IF in the USNCh was higher in 1997 model (8.75%) compared to 1989 (2.80%), and the IF obtained in central Chile (8.97%) (Neira & Arancibia, 2002). In 1997 flows related to total transfers indicated that the system presented more flows (106,447 ton km-2 yr-1) compared to 1989 (38,674 ton km-2 yr-1) (Medina et al., 2007), which seems reasonable considering that the 1997 model includes more groups than the 1989 one. However, in 1989 total biomass (707.7 ton km-2) and total landings (91 ton km-2) were higher than the same parameters in 1997. The impact of the 1997/1998 ENSO on fishing resources is not clear, and results of this study allow hypothesising that the strong decline in landings and biomass of pelagic resources, especially sardine and anchovy in the USNCh, might have resulted from a combination of overfishing (affecting recruitment) (Serra, 1986; Aliaga et al., 2001; Cubillos & Arcos, 2002), in addition to predation, and secondarily to the effects of ENSO. Therefore, we suggest a combined analysis of the effect of fishing (F), predation (M2) and the environment (changes at ENSO scale), on sardine and anchovy that allow identifying the strength of each factor and their combined effects on the dynamics of these important fish species. AKNOWLEDGEMENTS Authors are thankful to two anonymous reviewers whose comments greatly improved the final version of this manuscript. SN acknowledges financial support from Project FONDECYT Nº11110545, the COPAS Sur Austral Program and the INCAR Centre. 1121 REFERENCES Aceituno, P. 1988. On the functioning of the Southern Oscillation in the South America sector. Part I. Surface climate. Mon. Weather Rev., 116: 505-524. Alamo, A. & P. Espinoza. 1998. Variaciones alimentarias en Engraulis ringens y otros recursos pelágicos durante invierno-primavera de 1997. Inf. Inst. Mar Perú, 130: 45-52. Alamo, A., P. Espinoza, P. Zubiate & I. Navarro. 1997. Comportamiento alimentario de los principales recursos pelágicos peruanos en verano y comienzos de otoño 1997. Inf. Inst. Mar Perú, 127: 82-89. Aliaga, B., D. Gómez & S. Neira. 2001. Análisis de la pesquería de sardina (Sardinops sagax) y anchoveta (Engraulis ringens) de la zona norte de Chile. Invest. Mar., Valparaíso, 29(2): 15-23. Allen, K.R. 1971. Relation between production and biomass. J. Fish. Res. Board Can., 28: 1573-1581. Arancibia, H., S. Neira, V. Christensen, R. 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Res., 42(5): 1126-1135, 2014 Strategies of marine artisanal fisheries in Uruguay DOI: 10.3856/vol42-issue5-fulltext-16 11261 Research Article Fishing strategies and spatial dynamics of artisanal fisheries in the Uruguayan Atlantic coast Andrés Ligrone1,2, Valentina Franco-Trecu1, Cecilia Passadore1 María Nube Szephegyi1 & Alvar Carranza2,3 1 Proyecto Franciscana, Sección Etología, Facultad de Ciencias, Universidad de la República Iguá 4225, 11400 Montevideo, Uruguay 2 Área Biodiversidad y Conservación, Museo Nacional de Historia Natural 25 de Mayo 582, 11000, Montevideo, Uruguay 3 Departamento de Ecología y Evolución, Centro Universitario Regional Este (CURE) Universidad de la República, Tacuarembó s/n, 20000, Maldonado, Uruguay ABSTRACT. Artisanal fisheries in Uruguay involve directly or indirectly more than 5000 people and constitute the main source of income in several coastal communities. However, and despite its economic and environmental importance, this activity is poorly documented. As such, this scarcity of information constrains the understanding and effective management of artisanal fisheries. This study aims to characterize different strategies of marine artisanal fisheries on the Uruguayan Atlantic coast and describe the spatial distribution of fishing effort. Based on a Principal Components Analysis we identified four fishing strategies targeting different species (mainly whitemouth croaker Micropogonias furnieri, narrownose smooth-hound shark Mustelus spp., angel shark Squatina spp. and Brazilian codling Urophycis brasiliensis), exhibiting different seasonal patterns and fishing gear usage. Finally, the above outlined strategies showed differences in spatial utilization of the fishing area. Our results provide a spatially explicit framework for the management of Uruguayan marine artisanal fisheries. Keywords: artisanal fisheries, fishing strategies, management, spatial dynamic, catch composition, Uruguayan Atlantic coast. Estrategias de pesca y dinámica espacial de las pesquerías artesanales en la costa atlántica uruguaya RESUMEN. En Uruguay las pesquerías artesanales involucran, directa e indirectamente, a más de 5.000 personas, constituyendo la principal fuente de ingresos en varias comunidades costeras. Sin embargo, a pesar de su importancia económica y ambiental, dicha actividad está muy poco documentada. De esta forma, la falta de información restringe la comprensión y el manejo efectivo de las pesquerías artesanales en el país. Los objetivos de este trabajo son caracterizar las diferentes estrategias de la pesquería artesanal de la costa atlántica uruguaya y describir la distribución espacial de su esfuerzo pesquero. En base a un Análisis de Componentes Principales se identifican cuatro estrategias de pesca dirigidas a diferentes especies objetivo (principalmente corvina Micropogonias furnieri, gatuzo Mustelus spp., angelito Squatina spp. y brótola Urophycis brasiliensis), que presentan diferentes patrones estacionales y del tipo de arte utilizado. Finalmente, las estrategias anteriormente descritas muestran diferencias en el uso espacial de las áreas de pesca. Los resultados proporcionan un marco espacialmente explícito para el manejo de las pesquerías artesanales en la costa atlántica de Uruguay. Palabras clave: pesquerías artesanales, estrategias de pesca, manejo, dinámica espacial, composición de la captura, costa atlántica de Uruguay. ___________________ Corresponding author: Andrés Ligrone ([email protected]) INTRODUCTION Worldwide, fisheries capture approximately 90 million ton of fish per year and generate ca. 38 million of direct jobs (FAO, 2012), with artisanal fisheries being responsible for 45% of global landings and employing about 90% of direct labor of all the world fisheries (Berkes et al., 2001; FAO, 2012). In Uruguay, the 1127 2 Latin American Journal of Aquatic Research artisanal fisheries census of 2007 recorded a total of 726 vessels for Río de la Plata Estuary and the Atlantic coast (AC hereafter; Puig et al., 2010). This activity involves directly or indirectly more than 5000 people and constitutes the main source of income of several coastal communities (GEO Uruguay, 2008; Defeo et al., 2009). However, and despite its significant socio-economic and ecological importance, artisanal fishing is often neglected or poorly regulated by management agencies (Berkes et al., 2001; Puig, 2006; Defeo et al., 2009). Further, the main marine artisanal fisheries resources in Uruguay are fully exploited or show signs of overexploitation, calling for an urgent improvement in fisheries management (Defeo et al., 2009). This is, however, hindered by the scarcity of information on catch composition, fishing effort and spatial patterns of the artisanal fleet. In addition, Uruguayan coastal artisanal fishers utilize a not yet fully characterized diversity of fishing gear and operational strategies, according to targeted species, season and/or market opportunities. Insights on the complexity of this activity may result in an improvement of management schemes (Puig, 2006; Defeo et al., 2009). In order to enhance the quality of the information available to managers, it is critical to characterize the different fishing strategies, catch composition and spatio-temporal dynamics of these fisheries (Blaber et al., 2000; Salas & Gaertner, 2004; Tzanatos et al., 2005). However, knowledge on the dynamics of the Uruguayan coastal artisanal fisheries has been historically impeded by the high variety of fishing strategies deployed, the number of target species and the mobility of fishermen which shifts between different coastal areas according to the season (Norbis & Verocai, 2001; Spinetti et al., 2001; Franco-Trecu et al., 2009). Further, available data obtained by the National Direction of Aquatic Resources (DINARA) are sometimes incomplete due to the low return on catch reports and their unreliability (Delfino et al., 2006; Puig et al., 2010). Consequently, the precise characterization of fishing strategies and associated catch has been little developed so far. According to Delfino et al. (2006), few studies assessed variability, catch composition or landings for the artisanal fleet. Although recently Horta & Defeo (2012) reported CPUE (kg/boat/month) in a port basis estimated from monthly information on landings, there is no spatially explicit analysis of the fishing grounds used by Uruguayan artisanal fleet. Current available information on artisanal fishing effort is insufficient or inadequate for 76% of the species caught on the AC (Defeo et al., 2009). In this vein, it is necessary to take into consideration the spatial dynamics of the fishing fleet in order to improve the design of management measures, such as artisanal exclusive-use zones and spatio-temporal management windows (Defeo et al., 2009, 2011; Horta & Defeo, 2012). In this context, and taking into consideration the pressing needs for the development of more effective management schemes, this paper aims to 1) characterize the different fishing strategies of the artisanal fisheries in the main ports of the Uruguayan Atlantic coast, and 2) report on the spatial distribution of fishing effort associated with each strategy. MATERIALS AND METHODS Study area The study area is located in the southwestern Atlantic coast (Fig. 1). This region is dominated by the dynamic of the Brazil-Malvinas confluence, and the presence of coastal waters and freshwater discharge of the Río de la Plata Estuary. Wind regime, freshwater discharge and the seasonal migration of the confluence zone generates a high seasonal variation. Winter is characterized by the presence of subantarctic, cold and nutrient rich waters, while the summer is dominated by warm and nutrient poor subtropical waters (Piola et al., 2000; Ortega & Martínez, 2007). The confluence of these different waters generates one of the most productive aquatic systems in the world, used by many demersal fish for spawning and nursing (Jaureguizar et al., 2004), and sustains several artisanal and industrial fisheries (Guerrero et al., 1997; Lopes et al., 2006; Ortega & Martínez, 2007). Artisanal fisheries of the Atlantic coast Uruguayan AC marine artisanal fisheries (i.e., defined as vessels with <10 Gross Registered Tonnage by DINARA) use almost exclusively gillnets and longlines. These fisheries operate between the coast and 15 nm offshore, in vessels from 4 to 10 m in length ( = 7.5 m), powered by outboard engines ( = 48 HP), with a small crew ( = 3 people) and low levels of technology and capital investment per fishermen (Puig, 2006; Puig et al., 2010; DINARA, 2012). Eleven artisanal ports are located in the Uruguayan AC, registering 82 artisanal fishing vessels (DINARA, 2012). Currently, La Paloma port is the most important with about 62% of total artisanal AC catches and about 30 (37%) artisanal fishing vessels (Defeo et al., 2009). Fishing vessels operating from this port are typically larger than the ones from other ports, with lengths up to ca. 10 m (Delfino et al., 2006). The gillnet panels used are 50 or 60 m long, from 1.8 to 5.0 m in height and the mesh sizes range from 11 to 40 cm, depending on the Strategies of marine artisanal fisheries in Uruguay 1128 3 Figure 1. Study area. Fishing area (dark gray) of the main artisanal fleets in the Uruguayan Atlantic coast and location of the ports included in the present study (black dots). 1: La Paloma, 2: Cabo Polonio. targeted species. Longlines consist of a main line 80 to 100 m long; with branch lines placed every one meter, each one containing a 5 cm hook. These fisheries operate on a multispecies basis (i.e., more than 20 species), targeting mainly narrownose smooth-hound shark Mustelus spp., tope shark Galeorhinus galeus, angel shark Squatina spp., rays Sympterygia spp., Atlantoraja spp. and Rioraja agassizi, whitemouth croaker Micropogonias furnieri, king weakfish Macrodon atricauda, stripped weakfish Cynoscion guatucupa, Argentine croaker Umbrina canosai, bluefish Pomatomus saltatrix and Brazilian codling Urophycis brasiliensis (Defeo et al., 2009; Franco-Trecu et al., 2009). Data collection A total of 21 fishermen, each fisherman was in charge of at least one vessel, operating from La Paloma and Cabo Polonio ports (Fig. 1) were visited on a monthly basis, between January 2006 and December 2009. A logbook was given to each fishermen, where they recorded, aided with GPS and echosounder, the following data for each fishing event: geographic position, bearing angle from port to fishing ground, distance to port and coast, depth, date, type and characteristics of fishing gear (nets or longlines, number and size of nets and longlines used), soaking time, and catch (kg of each species). Fishermen kept these logbooks in their homes or boats throughout the study period, which facilitated our access to the data. “Failed” fishing events (little or none catch) were excluded from the analysis because they do not represent a common event, as fishermen use repeated and brief soaks of few nets (3 or 4) to probe the fish abundance of the fishing spot and decide whether or not to set the gear. These data were derived from a six year project (2004-2009) originally directed to evaluate incidental catches of the endangered franciscana dolphin Pontoporia blainvillei. During the first stages of the project we worked basically on trust building and pilot surveys to enhance onboard logbook filling. The systematic survey was developed with those fishermen who showed commitment with the logbook fulfillment and the project itself and implied not only monthly visits but also workshops to analyze data together and to discuss about fisheries. After this period, researchers, fishermen and their families created a strong bond based on mutual trust, a fact reflected in the quality and detail of the data included in the logbooks, rarely available to fisheries management agencies. Data analysis Identification of fishing strategies In this study, a fishing strategy is considered as a type of fishing actions based on targeted species and fishing gear and its use. Based on field observations and previous knowledge, gillnets were grouped according to their mesh size (knot distance) into three categories: "small mesh gillnet" (11 to 12 cm), “medium mesh 1129 4 Latin American Journal of Aquatic Research gillnet” (13 to 18 cm) and "large mesh gillnet" (more than 19 cm). Identification of the different fishing strategies was based on the associations between types of fishing gear and catch composition. We performed a Principal Component Analysis (PCA) (Clarke & Warwick, 1994) on a matrix which entries were centered using catches per species (rows) for every fishing gear combination (variables). Variable contributions to each principal component and species scores on each component determined gear and catch associations, finally classified into fishing strategies. Further, for each fishing strategy thus recognized by the PCA, we analyzed temporal (monthly pooled) patterns of a) total number of nets or longlines used and b) total soaking time (hours). This allowed the temporal characterization of the fishing strategies. This analysis was performed with the princomp function of the free software R (R Development Core Team, 2011). Spatial distribution of fishing strategies The spatial distribution of the effort of each fishing strategy identified was represented using the spatial interpolation tool (Kriging) of ArcMap 9.2 software. This tool generates a continuous softened representation of fishing effort as the number of events per quadrant of 0.025 decimal degrees. RESULTS Fishing gear usage Participation of fishermen throughout this study generated a database of 3256 fishing events. We identified the use of 10 gear or gear combinations: small mesh gillnet (57%), longline (17%), large mesh gillnet (16%), medium mesh gillnet (3%), medium and large mesh gillnet (2%), small mesh gillnet and longline (2%), medium mesh gillnet and longline (1%), large mesh gillnet and longline (1%), and medium, large mesh and longline and small and large mesh represented less than 1% each (Table 1a). Catch description A total of 26 fish species were caught during the study period (Table 1b). Some species were grouped due to their very low overall representation or to reflect fishermen categorization, resulting in 14 categories. Most representative species were narrownose smoothhound shark, whitemouth croaker, angel shark, argentine croaker, Brazilian codling, stripped weakfish, tope shark, bluefish, flounder and leatherjack. The remaining represented less than 0.5% each, and were grouped into the categories "Other bony fishes" or "Other elasmobranchs”. Identifying fishing strategies The PCA allowed the reduction from 10 variables (fishing gear or combinations) to three components, which accounted for 99.9% of the variance of the data set (Fig. 2). The first component was highly correlated with the use of small mesh gillnets -component loading of 0.999- and explained 94.5% of the total variance (Fig. 2a). Species associated with the use of small mesh gillnets (i.e., with highest scores on the first component) was represented mainly by narrownose smooth-hound shark and whitemouth croaker. The second component explained 4.2% of the total variance and was highly correlated with the use of large mesh gillnets - component loading of 0.993 (Fig. 2a). Capture associated with large mesh gillnets was related mainly with angel shark. Even though the third component accounted for only 1.3% of the variance of the data set, it was still considered due to its relevance, as it was the only one strongly associated with the use of longlinescomponent loading of 0.994 (Fig. 2b). Catch associated with longlines was composed mainly by Brazilian codling, followed by narrownose smooth-hound shark. As described above, the PCA allowed the identification of three main fishing gear-species associations (i.e., small mesh gillnet, narrownose smooth-hound shark and whitemouth croaker; large mesh gillnet and angel shark; and longline and Brazilian codling). Based on operational differences regarding narrownose smooth-hound shark and whitemouth croaker fishing (i.e., the former is found via brief “test” soakings, while the latter is located using an echosounder device) we classified these two associations as separate fishing strategies. Thus, the following four fishing strategies were identified: “large mesh fishing” (mainly targeting angel shark), “longline fishing” (mainly targeting Brazilian codling), “croaker fishing” (small mesh gillnets targeting whitemouth croaker) and “shark fishing” (small mesh gillnets targeting narrownose smoothhound shark). Temporal dynamics of fishing strategies Fishing strategies identified by the PCA showed differential monthly effort distribution throughout the study period (Fig. 3). Based on the nº of gear used (relative to maximum value), the fishing effort was higher from November to February for large mesh fishing, from October to March for the longline fishing, and from April to November for the shark fishing. Croaker fishing showed a multimodal irregular pattern on its temporal effort distribution during winter and autumn, with very low to no effort during spring and summer (September through January). Regarding monthly soaking time distribution (relative to maximum 1130 5 Strategies of marine artisanal fisheries in Uruguay Table 1. a) Registered fishing gear used, b) species caught by the artisanal fleet during the study period. Some species were grouped due to their very low overall representation or to reflect fishermen categorization. Overall percentage of total landing weight is shown. a) Fishing gear (or combination) Overall percentage Small mesh gillnet (S) Longline (Lg) Large mesh gillnet (L) Medium mesh gillnet (M) M+L S + Lg M + Lg L + Lg M + L + Lg S+L 57% 17% 16% 3% 2% 2% 1% 1% <1% <1% b) Species registered Overall percentage Narrownose smooth-hound shark (Mustelus spp.) Whitemouth croaker (Micropogonias furnieri) Angel shark (Squatina guggenheim, S. occulta and S. argentina according to Domingo et al. (2008) Argentine croaker (Umbrina canosai) Brazilian codling (Urophycis brasiliensis) Stripped weakfish (Cynoscion guatucupa) Tope shark (Galeorhinus galeus) Bluefish (Pomatomus saltatrix) “Mix 1” (Brazilian codling and flounder, Paralichthys spp.) “Mix 2” (Stripped weakfish and whitemouth croaker) Flounder (Paralichthys spp.) Leatherjack (Parona signata) 40% 25% 11% "Other bony fishes": white and guri sea catfish (Genidens spp.), Argentine hake (Merluccius hubbsi), South American silver porgy (Diplodus argenteus), black drum (Pogonias cromis), wreckfish (Polyprion americanus), Brazilian menhaden (Brevoortia aurea) and southern kingcroaker (Menticirrhus americanus). "Other elasmobranchs": dogfish (squalus spp.), sand tiger shark (Carcharias taurus), hammerhead sharks (Sphyrna spp.), narrowmouthed catshark (notorhynchus cepedianus), southern eagle fish (Myliobatis spp.) and “skates” (Sympterygia spp., Atlantoraja castelnaui, Rioraja agassisi, according to Defeo et al. (2009)). <1% mum value), it was only possible to differentiate a clear pattern for large mesh fishing effort distribution, which supported the observations outlined above. Spatial distribution of fishing strategies Among the 3256 fishing events analyzed, 69% were reported with geographic location. Fifty two percent of these were recorded by fishermen with GPS, 33% were 6% 5% 3% 2% 2% 2% 1% 1% 1% <1% calculated from information of vessel bearing and distance to port (measured with on board GPS), while 15% were obtained from a map based on information on the bearing angle, distance from shore and depth. The accuracy of the calculated locations was considered good enough given the spatial scale of our analysis. The distribution of the four strategies recognized showed a differential use of the Uruguayan 1131 6 Latin American Journal of Aquatic Research Figure 2. Biplot of the Principal Component Analysis showing associations between species and each fishing gear or combination (variables): a) components 1 and 2, b) components 1 and 3. Total variance percentage explained by each component is shown in parentheses. Component variables (i.e., gear combinations, top and right axes) are represented with a line from origin and a cross: S: small mesh nets, L: large mesh nets, Lg: longlines. Species (bottom and left axes) are represented by blue dots: SS: narrownose smooth-hound shark, AS: angel shark, WC: whitemouth croaker, BC: Brazilian codling, AC: Argentine croaker. Remaining species and gear combinations are not shown due to high overlapping. AC as fishing grounds (Fig. 4). Large mesh fishing events (Fig. 4a) and shark fishing events (Fig. 4b) were equally distributed around and to the southwest of La Paloma port. While the former also presented a high concentration in the coast around Cabo Polonio port, the latter strategy showed a second “hotspot” located 12 nm to the southwest off that port. Croaker fishing (Fig. 4c) and longline fishing events (Fig. 4d) showed clear trends on their spatial distribution, being directed mostly westward La Paloma port. DISCUSSION The present work characterizes artisanal fishing strategies in the Uruguayan Atlantic coast, showing a high intra-annual variability in strategies used and species captured. The strong relationship between fishing gear categories and PCA components allowed a sound differentiation of four fishing strategies, whereas spatial analysis showed differences in their usage along the fishing area. Based on these two aspects and qualitative field information, we characterize each fishing strategy identified for La Paloma’s and Cabo Polonio’s artisanal fisheries. Large mesh fishing strategy occurred mainly during summer (between October and February) and was directed mainly to angel shark. Spatial distribution of fishing events was concentrated around La Paloma and Cabo Polonio ports. As registered during field visits, when using this strategy fishermen select the fishing grounds based on local knowledge and short term previous experience, soaking the nets between 24 to 92 h. Shark fishing targeting narrownose smooth-hound shark occurred mostly between April to October around La Paloma port and 12 nm from Cabo Polonio port, which could be suggesting an area of high abundance of sharks during that period. In this strategy, soaking place is decided based on short trials, consisting of repeated 15 min soaks of few nets, to locate the shoals. Croaker fishing, targeting whitemouth croaker, occurred during autumn and winter (February to August). This trend is consistent with the reported whitemouth croaker migratory and reproductive events (Jaureguizar et al., 2003; Norbis & Verocai, 2005). Most of these fishing events were concentrated to the west of La Paloma port (Fig. 4c). This strategy is based on the use of an echosounder to locate specific shoals. Once located, nets are soaked for a short period, generally less than an hour, enough for the fish to get entangled. Longline fishing was mainly related to the extraction of Brazilian codling, and occurred on summer (October to February). Regarding its spatial distribution, a higher concentration of fishing events was observed on the west side of La Paloma port (Fig. 4d). In this strategy, longlines are soaked right above the shoal, and settled for periods that generally do not exceed 7 h and last in average 3 h. Our results suggest that, at least regarding the biological system, these fisheries deserve more attention from management agencies. First, the diversity of fishing strategies characterized adds complexity to this multispecies system, thus posing new management challenges (Berkes et al., 2001). This may be exacerbated by the recognized interdependencies between these and industrial fisheries. The four strategies here depicted share their main targeted species sequentially, and often spatially, with industrial Strategies of marine artisanal fisheries in Uruguay 11327 Figure 3. Intra-annual dynamics of fishing effort for each identified strategy, measured as number of gear used (red squares) and as total soaking time (blue triangles). Values of the two categories were divided by their respective overall maximum for comparison purposes while preserving original relationships. fisheries, broadening the influence of the artisanal sector (Defeo et al., 2009; Horta & Defeo, 2012). Second, our results pointed out the importance of resource conservation planning at this small-scale level. According to the resource exploitation status described by Defeo et al. (2009), 28% and 43% of total landings reported here correspond to fully-exploited and overexploited species, respectively. These include angel sharks and narrownose smooth-hound shark, classified as Endangered by the IUCN (Massa et al., 2005; Vooren & Chiaramonte, 2006; Chiaramonte & Vooren, 2007) and tope shark, classified as Vulnerable (Walker et al., 2006). Moreover, these aspects are of regional relevance, as most of these species are also exploited by the neighboring countries Argentina and Brazil (Nion, 2010), making conservation a more challenging goal, especially when the understanding of each fishery is limited. Finally, spatial distribution of fishing effort showed to be highly convergent with Cabo Polonio and Rocha Lagoon protected areas (Fig. 4). Disentangling operational and spatial patterns for these fisheries is a critical step towards protected area co-management (Berkes et al., 2001; Hilborn et al., 2004). Further, this kind of information may facilitate the understanding of population dynamics of species with conservation priorities such as angel sharks, narrownose smoothhound shark and tope shark. In this scenario, the present work should support the generation of local and regionally relevant management tools, favoring the comprehension of the fishery system and the proper definition of management units, which should include operational, spatial and temporal patterns of fishermen activities (Berkes et al., 2001). In this vein, this work allows the development of differen- 1133 8 Latin American Journal of Aquatic Research Figure 4. Spatial representation (Kriging) of the fishing effort, i.e. total number of fishing events for the study period, for the strategies: a) large mesh fishing, b) shark fishing, c) croaker fishing, d) longline fishing. The outer limit is given by 15 nm line. In each case, extreme colors were set to fit maximum and minimum interpolated values; therefore, absolute values of fishing effort are represented in different scales among fishing strategies (see text for details). tial regulatory measures for each strategy and/or season, of high relevance in multispecies systems (Hilborn et al., 2004). As an example, if a management objective is to reduce narrownose smooth-hound shark mortality (e.g., CTMFM, 2013), there would be no need to spend resources monitoring the number of large mesh gillnets on boats, nor to limit the number of small mesh gillnets on summer. As repeatedly observed by our group during the study period, this kind of inefficient regulatory measures negatively affects fishermen and their relationship with state agencies, probably making more difficult the proper implementation of the measure (as suggested by Salas & Gaertner, 2004). Further, in line with the broadly recognized global pattern, Uruguayan artisanal fisheries management is in need of more and better data sources (Defeo et al., 2009). Results presented here promote the involvement of fishermen as data collectors as well as the use of official data sources from these fisheries, such as reported landings and fishing effort (e.g., Branch et al., 2006). If this kind of information is to be used, it is of utmost importance to understand the basic operational functioning of the fishery. As an example, in the context of Maximum Sustainable Yield (MSY) assessments, knowledge on which strategy will better inform about the dynamics of a certain species population is crucial, as reported Catch per Unit of Effort used to calculate MSY should not include fishing effort not directed to that species. To conclude, we stress that in the context of comanagement and sustainable production of artisanal fisheries it is critical to develop this level of detailed knowledge of the targeted socio-ecological system, as well as to establish two-way interactions between involved stakeholders and managers (Puig et al., 2010; Gutiérrez et al., 2011; FAO, 2012; Trimble & Berkes, 2013). Strategies of marine artisanal fisheries in Uruguay ACKNOWLEDGEMENTS We are indebted to the fishermen and their families who are part of this work and provided invaluable assistance in data collection and interpretation. We thank Carolina Abud, Caterina Dimitriadis, Paula Costa, Paula Laporta, Erika Görke and Rosina Piriz for being part of Franciscana Project, from which the gathered data came, and for field assistance. We also thank Philip Miller, Silvana González and Camila de Mello for field assistance. M. Arim, Fabrizio Scarabino and anonymous reviewers provided comments that helped us improve this paper. The National Directorate of Aquatic Resources of Uruguay (DINARA) provided logistic support. This research was supported by grants from Yaqu-pacha, The Rufford Maurice Laing Foundation, Cetacean Society International and the Columbus Zoo and Aquarium Conservation Fund. REFERENCES Berkes, F., R. Mahon, P. McConney, R. Pollnac & R. Pomeroy. 2001. Managing small-scale fisheries. Alternative methods and directions. International Development Research Centre, Ottawa, ON, Canada. Available at: http://www.idrc.ca/booktique. Blaber, S.J.M., D.P. Cyrus, J.J. Albaret, C.V. Ching, J.W. Day, M. Elliott, M.S. 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El desarrollo del tracto digestivo en larvas de Rhamdia quelen y su cronología de diferenciación fue estudiado histológicamente desde el nacimiento hasta los 20 días posteriores a la eclosión (dpe) con 530 unidades térmicas acumuladas (UTA). Las larvas se mantuvieron en condiciones de larvicultura intensiva, alimentadas con nauplios de Artemia. La diferenciación anatómica e histológica del tracto digestivo fue un proceso asíncrono, con un tubo recto e indiferenciado a 1 dpe (4,87 mm), mientras que al inicio de la alimentación exógena, se organizó en cuatro zonas histológicamente diferenciadas: cavidad bucofaríngea, esófago, estómago incipiente e intestino. A los 15 dpe (397,5 UTA), la organización fue semejante a la de los adultos. Al nacimiento, se observaron corpúsculos gustativos en los barbillones y cavidad bucofaríngea, distribuidos entre un epitelio estratificado con células mucosas. En el esófago, al inicio de la alimentación exógena, se observó epitelio estratificado con células mucosas de secreción neutra y ácida. En el estómago, las glándulas gástricas comenzaron a hacerse visibles entre 8 y 10 dpe (212 a 265 UTA), siendo completamente activas a 20 dpe. El primer día de vida, el intestino presentó el epitelio cilíndrico simple sin características de actividad absortiva evidente, mientras que a 4 dpe (106 UTA) se observaron microvellosidades en la región apical y una importante acumulación de lípidos y proteínas intra-citoplásmicas en el intestino anterior y posterior, respectivamente. En este órgano, las células mucosas fueron ácidas y neutras, siendo ambos tipos los más abundantes en la región distal. Los resultados histológicos indican que las larvas de R. quelen son capaces de digerir y absorber eficientemente el alimento desde los primeros días de vida. Palabras clave: Rhamdia quelen, desarrollo, histología, larva, tubo digestivo, Argentina. Histological and histochemical study of Rhamdia quelen digestive tract organogenesis under intensive larviculture conditions ABSTRACT. The development and the chronological differentiation of the digestive tract in Rhamdia quelen larvae were histologically studied from hatching up to 20 days post-hatch (dph) with 530 accumulated thermal units (ATU). Larvae were kept under intensive larviculture conditions and fed with Artemia nauplii. The anatomical and histological differentiation of the digestive tract was an asynchronous process with an undifferentiated straight tube at 1 dph (4.87 mm). Whereas, at the onset of feeding it was organized into four different histological regions: oropharyngeal cavity, oesophagus, incipient stomach and intestine. At 15 dph (397.5 ATU), the organization was similar to that found in adults. At hatching, taste buds were observed in barbels and oropharyngeal cavity, distributed among a stratified epithelium with mucous cells. A stratified epithelium with mucous cells secreting neutral and acid mucopolysaccharides was observed in the esophagus at the onset of feeding. In the stomach, gastric glands became visible between 8-10 dph (212 a 265 ATU), being entirely active at 20 dph. On the first day of life, the intestine showed a simple columnar epithelium without evident characteristics of absorptive activity, whereas 4 dph (106 ATU) microvilli on the apical region and a significant accumulation of intracytoplasmic lipid and protein in the anterior and posterior intestine were observed, respectively. In the intestine, the mucous cells were acid and neutral, being both types of cells most abundant in the distal region. Histological results indicate that R. quelen larvae are able to efficiently digest and absorb food from the first days of life. Keywords: Rhamdia quelen, development, histology, digestive tract, larvae, Argentina. ___________________ Corresponding author: David R. Hernández ([email protected]) 1137 2 Latin American Journal of Aquatic Research INTRODUCCIÓN En peces teleósteos, los mecanismos de desarrollo del sistema digestivo son similares a pesar que existen considerables variaciones interespecíficas respecto al momento de la diferenciación y la funcionalidad de los diferentes órganos (Treviño et al., 2011), relacionadas principalmente con los procesos de digestión, absorción y asimilación de nutrientes (Dabrowski, 1984). Conocer los cambios que ocurren en el tracto digestivo durante el desarrollo ayuda a comprender la fisiología de la nutrición en larvas y a elegir el momento óptimo para iniciar la alimentación con raciones balanceadas, evitando altas mortalidades que ocurren cuando se suministran alimentos artificiales a ejemplares que no pueden asimilarlos (Person-Le Ruyet et al., 1993; Gisbert et al., 2004; Micale et al., 2006; Hamza et al., 2007). En este sentido, los estudios histomorfológicos durante la ontogenia del sistema digestivo son una herramienta fundamental para evaluar la potencial utilidad de diferentes dietas para larvas, así como para dilucidar relaciones funcionales entre los diferentes órganos envueltos en los procesos digestivos (Hamza et al., 2007; Önal et al., 2008; Gisbert et al., 2009; Treviño et al., 2011). A pesar de los progresos recientes en nutrición de larvas de peces, en la mayoría de las especies la primera alimentación sigue basándose en alimento vivo, ya que independientemente de su valor nutritivo, es fácilmente detectado, capturado y altamente digestible (Conceição et al., 2009). Si bien, numerosos trabajos fueron orientados a reemplazar el alimento vivo por dietas formuladas desde el inicio de la alimentación exógena, en muchas ocasiones no se obtuvieron buenos desempeños, principalmente en peces marinos (Cahu & Zambonino-Infante, 2001). Tales fracasos fueron atribuidos a un sistema digestivo inmaduro, rápido tránsito intestinal, baja capacidad enzimática, o a la inhabilidad de las larvas para reconocer el alimento, localizarlo e ingerirlo (Kolkovski, 2001; Kowalska et al., 2006). Estudios actuales buscan identificar la presencia y actividad de las enzimas digestivas desde el momento de apertura de la boca (Hamza et al., 2007; Ribeiro et al., 2008; Gisbert et al., 2009) así como la diferenciación celular en células absortivas (enterocitos), mucosas y endocrinas a nivel intestinal, las que cumplen importantes funciones, como absorción y digestión citosólica, defensa, osmoregulación e integración neuroendocrina, modulando los procesos digestivos y la toma de alimentos, entre otros (Mola et al., 2004; Mangetti, 2006; Micale et al., 2006; Önal et al., 2008; Yang et al., 2010). En Rhamdia quelen se realizaron estudios del desarrollo embrionario y larvario, centrando su atención en las etapas tempranas de desarrollo (Cussac et al., 1985; Matkovic et al., 1985; Boiani et al., 2003; De Amorim et al., 2009). La propuesta de este trabajo es la descripción de los cambios histológicos e histoquímicos y ultraestructurales del tracto digestivo en larvas de R. quelen hasta los 20 días posteriores a la eclosión (dpe) bajo larvicultura intensiva y la discusión de los resultados en vista a una alimentación práctica. MATERIALES Y MÉTODOS Este trabajo se realizó en un sistema de larvicultura intensiva bajo condiciones controladas de laboratorio en las instalaciones de piscicultura experimental del Instituto de Ictiología del Nordeste (INICNE) de la Facultad de Ciencias Veterinarias-UNNE (Corrientes, Argentina). Las larvas de R. quelen se obtuvieron mediante cruzamientos entre ejemplares adultos (peso corporal 450-500 g), por inducción artificial con extracto de hipófisis de Prochilodus lineatus. La incubación duró 24 h a 22ºC. Posteriormente a la eclosión (longitud = 4,87 mm, peso = 0,66 mg), se colocaron 700 larvas en acuarios de 23 L, utilizados como unidades experimentales, abastecidos con agua de perforación y aireación forzada, con sustitución de agua continua a una tasa de 0,4 l min-1 durante 12 h al día para la eliminación de residuos. Durante el período experimental, las larvas se alimentaron cuatro veces al día (8, 12, 16 y 20 h) con nauplios de Artemia no enriquecidos hasta saciedad aparente. La experiencia tuvo una duración de 20 días, con temperatura promedio de 26,5°C, pH 7,0; oxígeno disuelto 6,0 mg L-1 y conductividad de 129,43 mS cm-1. Con el registro diario de la temperatura del agua se calcularon las unidades térmicas acumuladas (UTA o ºC día -1) transcurridas desde la eclosión. Histología e histoquímica Se colectaron diariamente 10 larvas hasta 20 dpe. El material obtenido fue fijado en formol 10%, deshidratado e incluido en bloques de parafina. Posteriormente, se realizaron cortes seriados de 3 μm de espesor. Los cortes se colorearon en forma rutinaria con la técnica de hematoxilina y eosina (HE), además de otras técnicas especiales de coloración, como: ácido peryódico de Schiff (PAS), azul alcian (AA pH 2,5) y PAS/AA pH 2,5, para la observación de las mucosustancias (Culling, 1974). Las microfotografías de las larvas se obtuvieron con cámara digital asociada a lupa binocular y microscopio. Desarrollo histológico del tubo digestivo de Rhamdia quelen Microscopía electrónica de barrido (MEB) Los segmentos del tracto digestivo destinados para MEB se fijaron en formol al 10%, realizándose un corte longitudinal para exponer la mucosa. Los mismos, se observaron por el método del punto crítico y se metalizaron con oro-paladio en un vaporizador en frío (Goldstein et al., 2003). Las muestras se montaron y observaron en un microscopio electrónico de barrido JEOL 5800LV del Servicio de Microscopía Electrónica de la Secretaría de Ciencia y Técnica (UNNE). RESULTADOS Al nacimiento, el tracto digestivo fue identificado como un tubo recto, histológicamente indiferenciado, ubicado sobre el saco vitelino. Dentro de los dos primeros días de vida (53 UTA) se produjeron rápidos procesos de diferenciación del mismo, identificándose tres segmentos: i) Intestino cefálico (cavidad bucofaríngea), ii) Intestino medio (esófago y primordio del estómago), e iii) Intestino posterior (tubo digestivo posterior o intestino propiamente dicho) (Fig. 1a). A 6 dpe (159 UTA), el tubo digestivo posterior se diferenció en un intestino anterior y otro posterior (Fig. 1d), mientras que a 15 dpe (397,5 UTA), se plegó dentro de la cavidad permitiendo diferenciar intestino anterior, medio y posterior (Fig. 1e). Posteriormente a esta edad, el tubo digestivo adquirió características de adulto (Fig. 2). Cavidad bucofaríngea Luego de la eclosión, la cavidad bucal estaba revestida por un epitelio cúbico simple rodeado por una delgada capa de tejido conectivo: cambiando a epitelio estratificado de manera paulatina. Corpúsculos gustativos y células mucosas globosas fueron evidentes a partir de 4 dpe (106 UTA) en los barbillones y entre las células epiteliales de la cavidad bucofaríngea, respectivamente (Figs. 3a, 3c). La cantidad y tamaño de ambas estructuras aumentaron, a medida que las larvas avanzaron en edad. Entre 3 y 4 dpe (79,5 y 106 UTA), coincidiendo con la finalización del período de alimentación endógena, se observaron dientes que emergían desde el tejido subyacente entre el epitelio de la cavidad bucal y faríngea. Estos aumentaron en número con la edad, especialmente hasta 12 dpe (318 UTA), donde ya estaban completamente constituidos como dientes faríngeos (Fig. 3d). Esófago A partir de 2 dpe (53 UTA) un corto y rudimentario esófago comunicó la cavidad bucofaríngea con la 1138 3 porción anterior del tubo digestivo posterior (primordio de estómago) a través de un lumen estrecho. La mucosa del esófago presentó un epitelio estratificado con escasa cantidad de células mucosas, las que fueron más abundantes a partir de 4 dpe (106 UTA). Las células mucosas del tercio proximal fueron escasas y de morfología globosa, mientras que las del tercio distal fueron prismáticas y más abundantes. Al final del período evaluado (20 dpe), se observó un tercer tipo celular constituido por células eosinófilas grandes ubicadas en la porción media del epitelio. Entre 8 y 10 dpe (212 a 265 UTA), se observaron importantes cambios en el esófago, que se alarga y expande con pliegues complejos y ramificados con proyecciones hacia la luz del órgano. Al tercer día, una capa de tejido conectivo laxo separó al epitelio de una túnica muscular escasamente formada. De 3-4 dpe (79,5-106 UTA) se apreció una túnica muscular de músculo estriado esquelético de disposición circular. Luego la túnica muscular se constituyó como una delgada capa de tejido muscular estriado esquelético de disposición circular interna y longitudinal externa (Fig. 5d) y la túnica adventicia rodeó al órgano con una fina capa de tejido conectivo laxo. Estómago Entre 2 y 3 dpe (53 y 79,5 UTA), el estómago consistió en un tubo corto y sacular, de paredes delgadas y pliegues mucosos cortos, haciéndose visible como una dilatación en la porción posterior del esófago y revestida por epitelio cúbico simple (Figs. 1b-1c). Posteriormente, el epitelio consistió en células cilíndricas mucosecretoras asentadas sobre un escaso tejido conectivo sub-epitelial (propia-submucosa), al tiempo que la túnica muscular presentó una delgada capa de fibras musculares lisas, que se hizo más espesa en la región pilórica acompañando el crecimiento de la larva. A partir de 10 dpe (265 UTA) el estómago adquirió forma de “J” ocupando gran parte de la región central de la cavidad abdominal. En este momento, el estómago estaba separado hacia la región proximal del esófago mediante una escasa constricción de la mucosa, mientras que en distal se separó del intestino a través de una espesa capa muscular a modo de esfínter pilórico (Fig. 1f). La túnica serosa formada por tejido conectivo laxo y mesotelio, rodea al órgano y lo separa del hígado y páncreas (Figs. 1e-1f). Entre 8 y 10 dpe (212 a 265 UTA) se identificaron algunas glándulas gástricas en la lámina propia (Fig. 4a), mientras que a 20 dpe presentaron un desarrollo completo (Fig. 4b). Las mismas consistieron en glándulas tubulares rectas donde las células oxintopépticas fueron el único tipo celular identificado. 41139 Latin American Journal of Aquatic Research Figura 1. Larva de R. quelen de 3 (a-c), 6 (d) y 15 (e-f) días de vida. a) corte sagital de una larva previa a la alimentación exógena donde se observan las diferentes porciones del tracto digestivo, b) magnificación del recuadro de a, donde se observa el estómago (Est) delimitado en proximal por el esófago (ES) y en caudal por el tubo digestivo posterior (TDp), c) alta magnificación del recuadro de b, donde se observa el epitelio cúbico mucosecretor ( ) del estómago incipiente. El asterisco (*) marca el tejido conectivo laxo rodeado por una capa muscular (→), d) la flecha (→) muestra la separación del intestino anterior del posterior por medio de una válvula (V), e) vista general de las diferentes porciones del tubo digestivo totalmente desarrollado en una larva de 15 dpe, f) corte sagital del estómago (Est) e intestino anterior (IA), separados por un esfínter pilórico (recuadro), g) separación del intestino anterior del intestino medio (IM). gg: glándulas gástricas, h: hígado, IP: intestino posterior, P: páncreas. Barras: a = 200 µm, b = 50 µm, c = 25 µm, d = 250 µm, e = 500 μm, f-g = 200 μm. Desarrollo histológico del tubo digestivo de Rhamdia quelen 1140 5 Figura 2. Esquematización de los cambios más importantes en la disposición del tubo digestivo en larvas de R. quelen a medida que efectúa su metamorfosis a juvenil, culminando a 20 dpe con un tubo digestivo similar al adulto. e: esófago, e 1: estómago, I: intestino, Ia: intestino anterior, Im: medio, Ip: posterior, Id: intestino descendente, Ic: intestino convoluto, R: recto. a b c d e f g IA Figura 3. Microscopía electrónica de barrido de los barbillones (a-b), cavidad bucofaríngea (c-d) e intestino (e-g) en larvas de 7 dpe. a) superficie ventrolateral de un barbillón donde se observan corpúsculos gustativos (→), b) extremo de un barbillón donde se observan células mucosas ( ) y corpúsculos gustativos (→), c) corpúsculo gustativo en la cavidad faríngea ( ), d) dientes faríngeos emergiendo entre las células epiteliales (→). Además, se observa un corpúsculo gustativo en la proximidad ( ), e) superficie del epitelio intestinal, f) inserción de alta magnificación donde se observan microvellosidades de la superficie apical de los enterocitos, g) epitelio intestinal. Barras en: a-e = 20 µm, b = 10 µm, c-d = 2,5 µm, f = 1 µm, g = 3 µm. 1141 6 Latin American Journal of Aquatic Research Figura 4. Imagen comparativa de los diferentes tipos de vesículas en los enterocitos del intestino anterior (IA) e intestino posterior (IP) en larvas de R. quelen de 8 y 20 dpe. a-b muestran la pared del estómago con glándulas gástricas. a) glándulas escasas y poco diferenciadas, b) buen desarrollo glandular, formadas por un único tipo celular “oxintopéptica”. En c-d se observan las vesículas lipídicas (→) al interior de los enterocitos del intestino anterior, e-f se observan vesículas eosinofílicas en los enterocitos del intestino posterior ( ). Barras en: a y b = 50 μm, c-f = 10 μm. Intestino En el primer día de vida, las larvas presentaron un intestino primordial de aspecto tubular aparentemente cerrado en toda su longitud con excepción de la porción posterior al saco vitelino, donde se observó una luz estrecha. Entre 5 y 6 dpe (132,5 y 159 UTA), se diferenció una válvula intestinal, manifestando una separación en un intestino anterior (pre-valvular) y otro posterior (post-valvular) (Fig. 1d). A 10 dpe (265 UTA), el intestino experimentó una inclinación de 180º curvándose hacia craneal y adquiriendo una posición antero-derecha dentro de la cavidad abdominal desplazando el estómago hacia medial de la cavidad. Asimismo, se apreció que el intestino también se pliega por detrás del estómago, diferenciándose en intestino medio. De esta manera, a 15 dpe (397,5 UTA) el intestino se encontró dividido en tres porciones morfológicas distintas, intestino anterior, medio y posterior (Fig. 1e). Una vez que se inició la alimentación exógena (2-3 dpe) (53 a 79,5 UTA), el epitelio intestinal consistió en una capa simple de células prismáticas de superficie regular, y a 4 dpe (106 UTA) se constató la formación de microvellosidades en la frontera absortiva (Figs. 3e3g). Además, se identificaron vacuolas translúcidas intracitoplásmicas supra e infranucleares en los enterocitos del intestino anterior (Figs. 4c-4d), mientras que en los enterocitos del intestino posterior se observaron solamente vacuolas eosinofílicas supranucleares (Fig. 4e). Estas vacuolas intracelulares eosinofílicas se presentaron durante todo el período larval, siendo prominentes desde 8 dpe (212 UTA) hasta la aparición Desarrollo histológico del tubo digestivo de Rhamdia quelen de las glándulas gástricas, donde disminuyeron paulatinamente del día 12 al 15 (318 a 397,5 UTA), para casi no ser identificadas a 20 dpe (Fig. 4f). Entre 3 y 10 dpe (79,5 y 265 UTA), se observaron células mucosas entre los enterocitos, aumentando en número con la edad y adquiriendo una forma de cáliz con acúmulo de vesículas de secreción en la parte central y apical. A partir de 12 dpe (318 UTA), algunos pliegues mucosos, con un delgado eje de tejido conectivo laxo, se extendieron a corta distancia de la luz intestinal. Posteriormente, los pliegues comenzaron a hacerse más numerosos y, a su vez, más largos y ramificados, principalmente en el intestino anterior. Histoquímica Las células mucosas del sistema digestivo de las larvas mostraron distintas mucosustancias durante los primeros 20 dpe (neutras, ácidas o mixtas), siendo las neutras el tipo más común (Fig. 5). Las células mucosas epiteliales del tracto digestivo fueron fuertemente PASpositivas, especialmente en esófago y estómago, las que presentaron mucinas neutras dando una reacción de color rojo. Por su parte, las células mucosas que manifestaron color azul con AA pH 2,5 indicando la presencia de mucinas ácidas. Las secciones del tracto digestivo teñidas con AA pH 2,5 fueron esófago, estómago e intestino, siendo en el primer y segundo caso, fuertemente ácidas dentro de la primera semana de vida. En esófago, se identificaron tres tipos de células mucosas: de formas alargadas, redondeadas o de copa secretoras de mucinas neutras, ácidas y mixtas. Con base en las observaciones, se determinó que entre los 8-10 dpe (212-265 UTA) las células mucosas del tercio anterior del esófago permanecen fuertemente ácidas y negativas hacia el tercio posterior. Este cambio comenzó a ocurrir en el momento en que aparecieron las glándulas gástricas (Figs. 5e-5h). En el estómago se detectó un gran número de células mucosas de forma columnar secretoras de mucinas neutras y ácidas, mientras que durante el período de diferenciación de las glándulas gástricas (8-15 dpe) (212-397,5 UTA), las mucinas ácidas fueron menos frecuentes hasta ser negativas a los 15 días de vida (Fig. 5f). A lo largo del intestino, las células mucosas presentaron forma columnar o de copa, siendo de secreción neutra, ácida o mixta, que incrementaron en número desde 12 dpe (318 UTA) hasta el final del período en estudio. Sin embargo, la primera porción del intestino presentó menor número de células mucosas con mucosustancias neutras y ácidas respecto a la porción posterior. 1142 7 DISCUSIÓN Durante el primer día de vida, el tracto digestivo en larvas de R. quelen es un tubo recto indiferenciado en toda su longitud, ubicado en la parte dorsal del saco vitelino similar a lo descrito en otras especies (Gisbert et al., 2004; Micale et al., 2006; Önal et al., 2008). Al inicio de la alimentación exógena se diferenciaron cuatro zonas histológicamente distintas: cavidad bucofaríngea, esófago, estómago incipiente e intestino, mientras que luego de los 20 dpe presenta un tubo digestivo morfológicamente similar al del adulto (Hernández et al., 2009). De manera diferente, las larvas de salmónidos nacen con los órganos del tracto digestivo altamente diferenciados (Takahashi et al., 1978), como ocurre en otros peces de ontogenia directa (Green & McCormick, 2001), teniendo, al inicio de la alimentación exógena, un estómago funcional. En la mayoría de las especies con ontogenia indirecta y escaso vitelo, el inicio de la alimentación exógena se realiza sin tener un desarrollo importante del sistema digestivo y posiblemente ineficiente como para digerir dietas complejas (Boiani et al., 2003; Civera-Cerecedo et al., 2004), observándose altas mortalidades en larvas de muchas especies, alimentadas exclusivamente con dietas formuladas (Dabrowski, 1984). La presencia de barbillones y corpúsculos gustativos en larvas de R. quelen, presentes antes de la alimentación exógena, les permitiría evaluar la palatabilidad del alimento al momento de ingerir la dieta (Boglione et al., 2003). Micale et al. (2006) observaron que los corpúsculos gustativos en larvas de Pagellus erythrinus aparecen recién a 17 dpe, momento en que ellas son capaces de decidir si aceptar o rechazar el alimento. Asimismo, Baskerville-Bridges & Kling (2000) evaluaron la palatabilidad en larvas de Gadus morhua con seis alimentos (cuatro dietas experimentales, una comercial y un control con alimento vivo) y observaron que las dietas experimentales mostraron menor palatabilidad. Estos autores comprobaron que como resultado de ello, el desarrollo de las larvas llevó más tiempo y verificaron una mayor mortalidad en estos grupos. En este estudio, se distinguieron diferencias morfológicas de las células mucosas distribuidas en dos zonas del esófago, que presentó células globosas en el tercio proximal y células alargadas en la porción distal. Diferenciaciones similares fueron halladas en otras especies (Baglole et al., 1997; Mangetti, 2006; Jaroszewska & Dabrowski, 2008). En el epitelio del esófago de otras especies se observaron células mucosas conteniendo mucinas neutras, ácidas y mixtas (Sarasquete et al., 1995; Ostaszewska, 2005; Yang et 81143 Latin American Journal of Aquatic Research PAS AA a b ES ES 3 dpe Est * Est * IA IA d c Est 5 dpe ES ES * Est * IA IA e f 15 dpe ES * * Est h g 20 dpe ES Est *Est ES * ES Est Figura 5. Imagen comparativa de la reactividad histoquímica (PAS y AA) de las células mucosas del esófago (ES) y estómago (Est). a-h) las flechas (→) indican células mucosas intensamente coloreadas. e-g las cabezas de flecha ( ) indican una débil coloración en el tercio distal del esófago, en f-h) indican coloración nula en el tercio distal del esófago. Los asteriscos (*) muestran reactividad en estómago a los colorantes, excepto a AA en larvas luego de 15 dpe. IA: intestino anterior. Las líneas discontinuas (- - - -) demarcan la zona de transición entre esófago y estómago. Barras en: a-d = 50 μm. e-h = 200 μm. al., 2010). En R. quelen, las células mucosas mostraron una reacción fuertemente neutra y ácida en la porción anterior del órgano, siendo leve en la porción posterior. Pasando 10 dpe, sólo las mucinas neutras se encontraron en la porción posterior, siendo el tipo de mucina más abundante en toda la longitud. De manera contraria, Ostaszewska (2005) observó que las células mucosas en el esófago de larvas de Sander lucioperca producen más mucinas ácidas que neutras, principalmente en la porción posterior. Estas células juegan un importante rol en la lubricación y protección del ataque de microorganismos (Zimmer et al., 1992; Gisbert et al., 2004), así como una posible participación en la digestión pregástrica (Baglole et al., 1997). El desarrollo de las glándulas gástricas y de un estómago funcional sugiere una transición de la etapa larval a juvenil (Kolkovski, 2001; Lo & Weng, 2006). La presencia de las glándulas gástricas permite la digestión de una mayor variedad de alimentos, pudiendo pasar de un alimento vivo a una dieta formu- Desarrollo histológico del tubo digestivo de Rhamdia quelen lada, reduciendo los costos de producción (Önal et al., 2008). Boiani et al. (2003) evaluaron el desarrollo histológico del tubo digestivo en larvas de R. quelen alimentadas con ración balanceada y nauplios de Artemia, y observaron que a 15 dpe (aproximadamente 310 UTA) las glándulas gástricas aún no se encontraban desarrolladas, mientras que en el presente estudio, la diferenciación de las glándulas gástricas se registró entre 8 y 10 dpe (212 a 265 UTA), diferencia que podría relacionarse con la temperatura de cultivo en que se realizaron ambos estudios. En este sentido, cabe mencionar que Boiani et al. (2003) criaron las larvas entre 19º y 22ºC, mientras que en el presente estudio se trabajó con temperaturas promedio de 26,5ºC, valor muy próximo al óptimo sugerido para la cría de esta especie (27ºC, Forgati et al., 2007), lo que permite suponer que el desarrollo de los peces pudo verse favorecido. Tal apreciación coincide con los resultados obtenidos por Elbal et al. (2004), quienes mencionan que las condiciones de cría (temperatura o fotoperiodo), pueden afectar más el desarrollo de los peces que el tipo de alimentación. En Amphiprion percula se observó que las glándulas gástricas aparecen en diferentes momentos, a 5 dpe (Gordon & Hecht, 2002) 11 dpe (Önal et al., 2008), diferencias que también serían atribuibles a la temperatura y fotoperiodo. Ostaszewska et al. (2005a) no encontraron diferencias en el desarrollo del estómago y en la presencia de las glándulas gástricas en larvas de S. lucioperca alimentadas con Artemia y cuatro raciones formuladas hasta 21 dpe, aunque al final de la experiencia solamente las larvas alimentadas con Artemia y dos iniciadores comerciales mostraron un desarrollo glandular normal. Esto indica que la aparición de las glándulas gástricas se debe a una condición genética y ambiental más que a la respuesta a un factor nutricional, aunque este último influenciaría una rápida diferenciación y un desarrollo completo a temprana edad. Las mucinas neutras en el estómago podrían ejercer una función de cooperación en la digestión enzimática de los alimentos y su transformación en quimo, así como un efecto amortiguador sobre el contenido ácido del estómago y podrían promover el transporte y absorción de macromoléculas en la membrana plasmática (Petrinec et al., 2005; Cao & Wang, 2009). Por lo tanto, la presencia de mucinas neutras en larvas de R. quelen desde el inicio de la alimentación exógena y su permanencia junto al completo desarrollo de las glándulas gástricas sugiere que poseen la capacidad de proteger y a la vez facilitar la digestión y absorción de los alimentos ingeridos, tal como fue señalado en otras especies (Gisbert & Doroshov, 2003; Gisbert et al., 2004). De la misma manera, las mucinas ácidas observadas en el estómago en el presente trabajo, 11449 podrían tener un efecto en la neutralización de microorganismos (Gisbert et al., 2004) o la participación en algún tipo de digestión ácida hasta la formación de las glándulas gástricas (Baglole et al., 1997), momento en que desaparecen. Mangetti (2006) observó cambios similares en la secreción de las mucinas ácidas en el epitelio del estómago en larvas de Pseudoplatystoma coruscans. Asimismo, el desarrollo del esfínter pilórico durante este período prolongaría el tiempo de retención del alimento en el estómago, que posible-mente mejoraría la digestión y asimilación de los nutrientes conforme a lo propuesto para larvas de Pelteobagrus fulvidraco por Cao & Wang (2009). En este estudio, entre 4 y 6 dpe se observaron los primeros signos de absorción intestinal identificados como vacuolas lipídicas en los enterocitos del intestino anterior y gránulos eosinófilos en intestino posterior. Similares observaciones fueron efectuadas por diferentes investigadores en otras especies (Mangetti, 2006; Micale et al., 2006; Önal et al., 2008; Yang et al., 2010). En coincidencia con De Amorim et al. (2009), en el presente estudio no se observaron vesículas de absorción en los enterocitos durante el período de alimentación endógena. A 8 dpe se comprobó una diferenciación del segmento intestinal en dos porciones, intestino anterior y posterior. El intestino anterior está implicado en la absorción de lípidos y se caracteriza por la presencia de inclusiones lipídicas en los enterocitos, considerado como lugar de almacenamiento temporal (Elbal et al., 2004; Kowalska et al., 2006). Varios investigadores indican que dietas con alto contenido lipídico, ya sea de origen animal o vegetal, pueden alterar la funcionalidad de los enterocitos por la acumulación de lípidos en la región supranuclear, principalmente del segmento intestinal anterior (Caballero et al., 2003; Ostaszewska et al., 2005b; Morais et al., 2006, 2007). Esto se manifiesta por el aumento en el tamaño del enterocito acompañado por una vacuolización excesiva como consecuencia del almacenaje de lípidos y/o de la inhibición de la nueva esterificación de los ácidos grasos. Así, la menor cantidad de estas vesículas podría sugerir una correcta absorción, síntesis y transporte de lipoproteínas a la circulación general (Ostaszewska et al., 2005a). Similares observaciones fueron señaladas por Baskerville-Bridges & Kling (2000) en larvas de Gadus morhua alimentadas con rotíferos. También, Ostaszewska et al. (2005b) indican que en los enterocitos de larvas de Chondrostoma nasus alimentadas con nauplios de Artemia se observa una acumulación de vacuolas lipídicas, estimando que esto pueda deberse a un desequilibrio en los ácidos grasos presentes en este tipo de alimento, el cual no es el alimento natural de estos peces. 1145 10 Latin American Journal of Aquatic Research La absorción de proteínas fue evidenciada como vesículas supranucleares eosinofílicas presentes en las células epiteliales del intestino posterior en larvas de R. quelen, mostrando una disminución paulatina de las mismas a medida que ocurrió la diferenciación de las glándulas gástricas. Observaciones similares fueron descritas en larvas de otras especies de peces (Luizi et al., 1999; Mai et al., 2005; Önal et al., 2008). La captación de macromoléculas por pinocitosis y su posterior digestión intracelular en el intestino posterior fue propuesta como el principal mecanismo de absorción de proteínas en ausencia de un estómago funcional (Govoni et al., 1986). Además, este evento es marcado por la eficiencia en la digestión citosólica, manifestado por la abundancia de enzimas en el citoplasma del enterocito que, posteriormente, disminuyen en cantidad al ir diferenciándose y al aumentar la cantidad de enzimas en las microvellosidades, hecho considerado como una transición hacia la digestión de adulto (Zambonino-Infante & Cahu, 2001). Este acontecimiento es apreciado después del desarrollo de las glándulas gástricas (inicio de la digestión ácida y enzimática de las proteínas en estómago) manifestado por una disminución paulatina de la ocurrencia de las vesículas eosinofílicas en intestino posterior (Halver & Hardy, 2002). En larvas de R. quelen, dentro del período estudiado, se observó un incremento gradual en la longitud de los pliegues intestinales hasta 15 dpe. Sin embargo, posteriormente se produjo un rápido incremento en la longitud de los mismos. Kowalska et al. (2006) efectuaron un ensayo de co-alimentación en larvas de S. lucioperca con nauplios de Artemia y ración comercial y observaron pliegues intestinales superiores en larvas que recibieron solamente Artemia por una semana, comparado con las que fueron co-alimentadas por dos o tres semanas. Los autores opinan que un aumento en el tamaño de los pliegues intestinales provocó un aumento en el tamaño de la superficie del aparato digestivo y, en consecuencia, mayor exposición y absorción de nutrientes. Se sugiere que las mucosustancias presentes en intestino poseen un rol en los mecanismos de digestión y asimilación de los nutrientes, además de proteger a la mucosa intestinal (Grau et al., 1992; Domeneghini et al., 1998). Ostaszewska (2005) reporta un aumento considerable en el número de células mucosas en el intestino de S. lucioperca luego de 20 dpe, las que fueron más numerosas en intestino posterior que en anterior. Concordando con este autor, en el presente trabajo el número de células mucosas en intestino de larvas de R. quelen se incrementó hacia el final de la experiencia, siendo mayor en intestino posterior que en anterior. Baglole et al. (1997) y Yang et al. (2010) obtuvieron resultados similares en larvas de Pleuronectes ferruginea y P. fulvidraco, respectivamente. Según Domeneghini et al. (1998) y Shi et al. (2007) las mucinas en el intestino posterior, principalmente las ácidas, facilitarían la defecación. Kowalska et al. (2006) observaron que en larvas de S. lucioperca co-alimentadas con Artemia por una semana y dieta comercial durante todo el período experimental, el crecimiento fue menor y el número de células mucosas fue el más alto al compararlas con los grupos que recibieron un mayor período de co-alimentación. Los autores sugieren que el aumento de las mucinas en estos individuos es un esfuerzo fisiológico para mejorar la digestibilidad y absorción del alimento. En el presente estudio se pudo constatar que el desarrollo del sistema digestivo de larvas de R. quelen alcanza la características de juveniles entre 12 y 15 dpe. Las observaciones histológicas demostraron que los patrones de desarrollo fueron similares a otros teleósteos. REFERENCIAS Baglole, C.J., H.M. Murray, G.P. Goff & G.M. Wright. 1997. Ontogeny of the digestive tract during larval development of yellowtail flounder: a light microscopic and mucous histochemistry study. J. Fish Biol., 51: 120-134. Baskerville-Bridges, B. & L.J. 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Se analizaron dos variantes en la producción de ostión de mangle Crassostrea rhizophorae en Cuba: 1) extracción pesquera tradicional (EP) en bancos naturales, apoyada en menor grado con acuicultura artesanal por agregación de colectores de mangle suspendidos en el manglar, y 2) cultivo artesanal (CA), obteniendo semillas del medio natural en colectores de “concha madre”, con engorde y cosecha en el mismo colector y en canastas o cajas ostrícolas. Se determinó la factibilidad económico-ambiental de ambas variantes proyectadas a cinco años, a partir del análisis de costo-beneficio económico basado en datos de operación pesquera y se incluyeron costos estimados por daño ambiental. La variante extractiva (EP) mostró una rentabilidad negativa durante el periodo proyectado (US$-1.388,39 en el quinto año), con impacto negativo sobre el ecosistema de manglar. La variante productiva (CA) mostró ganancias a partir del tercer año y una rentabilidad positiva durante el periodo proyectado (US$731,78 al quinto año), con reducción de daños al ecosistema de manglar. De acuerdo a estos resultados, se recomienda desarrollar el cultivo y manejo sustentable de la ostra nativa C. rhizophorae en Cuba. Palabras clave: Crassostrea rhizophorae, ostión de mangle, cultivo, rentabilidad, acuicultura, Cuba. Environmental economic feasibility for sustainable culture of the mangrove oyster Crassostrea rhizophorae (Guilding, 1828), in Cuba ABSTRACT. We analyzed two variants in producing mangrove oyster Crassostrea rhizophorae in Cuba: 1) traditional fishery (EP) at natural beds partially supported by aggregating suspended collectors in the mangrove, and 2) artisanal farming (CA) totally supported by spat from the wild, settled in artificial collectors and "mother shell" strings, farming and harvesting on the same artifact and oyster boxes. We determined the economic and environmental feasibility of both variants projected to a five year period from cost-benefit analysis based on production data. Tax on total income established in Cuba was included, as well as estimated costs for environmental damage. Traditional fishery (EP) presents negative net profit in a five years period (with return value US$-1388.39 at fifth year), as well as being environmentally costly by the negative impact on the mangrove ecosystem. Artisanal farming (CA) provides positive return from the third year and positive net profit (US$731.78 at fifth year), reducing environmental damage to mangrove ecosystem and allowing a substantial increase in oyster production. We recommend actions to achieve aquaculture and sustainable management of the native oyster C. rhizophorae in Cuba. Keywords: Crassostrea rhizophorae, mangrove oyster, profitability, aquaculture, Cuba. ___________________ Corresponding author: José M. Mazón-Suástegui ([email protected]) INTRODUCCIÓN El cultivo de ostras es uno de los más desarrollados a nivel mundial, generando alrededor de 4,5 millones de ton en 2010, cifra solo superada por un grupo multiespecífico de almejas, berberechos y arcas, cuya producción en 2010 fue de ~4,9 millones de ton (FAO, 2012). La ostra de mangle Crassostrea rhizophorae, es la única especie comercial en Cuba y su cultivo se desarrolló de forma comercial desde 1970, con desembarques netos por acuicultura que aportaron entre 30 y 50% de la producción ostrícola nacional, que llegó a superar las 3000 ton anuales de ostra fresca en su concha (Baisre, 2004). La ostricultura artesanal en 1149 2 Latin American Journal of Aquatic Research Cuba es pionera en Latinoamérica y el Caribe (Lagos et al., 2007) y se basa principalmente en la colecta de semilla silvestre utilizando sustratos colectores como ramas terminales de mangle, manufacturas de alambre de aluminio encalado y conchas de ostión. Además, se han utilizado canastas ostrícolas para engorde de semilla suelta o individual, producida en centros de desove o laboratorios de producción tecnificada en ambiente controlado, que estuvieron localizados en diferentes regiones del país y en su momento operaron de manera regular (Zayas & Frías, 1989; Baisre, 2004). En la actualidad, la ostricultura es realizada por diez empresas extractivas, que en 2012 obtuvieron una captura total nacional de 1555,60 ton de ostión en concha. La mayor parte de la actividad ostrícola reciente está vinculada casi exclusivamente a la extracción pesquera directa en los bancos naturales, utilizando una unidad pesquera formada por una embarcación mayor a motor, una embarcación intermedia y dos embarcaciones menores individuales que permiten al pescador ingresar al manglar (Fig. 1a). La extracción de ostión es una actividad ecológicamente agresiva hacia el manglar, ya que provoca el corte de algunas ramas y raíces para acceder al recurso, y porque al utilizar utensilios para el corte del manglar como el machete y hachuela, se desprenden trozos de la corteza de la planta (Fig. 1b), favoreciendo el desarrollo de fitopatógenos que perjudican su salud y desarrollo normal (Mazón-Suástegui et al., 2011). A largo plazo, este tipo de extracción, sumado a diversos factores medioambientales, ha incidido en la disminución de la producción ostrícola nacional (Baisre, 2004; Betanzos & Arencibia, 2010; Betanzos & Mazón-Suástegui, 2014). Por diversas razones, en un momento determinado se inició una falta de atención y/o una desactivación progresiva de las granjas ostrícolas, así como el cierre o re-orientación de los centros de desove existentes, que en su momento producían semilla suelta de C. rhizophorae para el cultivo artesanal tecnificado. Esta difícil decisión se basó en tres consideraciones: dos de tipo económico y una de tipo ambiental. Las primeras estuvieron asociadas al (1) incremento en los costos de producción y disminución en los precios de venta del ostión, y (2) déficit generalizado de recursos materiales para el cultivo, con agravamiento durante la década de 1990 debido a una crisis económica nacional. La consideración de tipo ambiental estuvo asociada a los (3) impactos negativos derivados de la contaminación costera y el represamiento de aguas fluviales (Baisre, 2004; Betanzos & Arencibia, 2010; Rivero-Suarez, 2012), que fue pertinente e indispensable para impulsar la producción agropecuaria de alimentos. A pesar que en la región norcentral de Cuba se alcanzaron producciones anuales superiores a las 700 ton de ostión en concha, en los últimos años no se superan las 100 ton anuales (Betanzos & Arencibia, 2010), por lo que es indispensable reactivar su producción. El presente estudio ha tenido como objetivo principal, reunir elementos para demostrar la factibilidad económica y ambiental de re-introducir y generalizar el cultivo ostrícola artesanal en la bahía de Sagua la Grande (Figs. 1c-1d), con énfasis en la eliminación progresiva de los colectores de ramas de mangle sustituyéndolos por colectores de concha del mismo ostión (Figs. 1e-1f). Como herramienta de trabajo se utilizó el análisis de costo-beneficio en dos variantes productivas: extracción pesquera (EP) y cultivo artesanal (CA), considerando costos e ingresos por daño y beneficio al ecosistema de manglar, indispensable para el desarrollo natural de C. rhizophorae. MATERIALES Y MÉTODOS Descripción del área de estudio El área de estudio se localiza al noroeste de los cayos de La Enfermería (Fig. 2), formando un polígono de 158 ha, en aguas marinas someras de 1 a 3 m de profundidad. Estos cayos forman parte de un conjunto de islillas ubicadas en la bahía de Sagua la Grande, al norte de la provincia de Villa Clara, Cuba. La bahía recibe la influencia del río del mismo nombre, lo que favorece la ocurrencia de bancos naturales de la ostra C. rhizophorae en diversos cayos que se inundan en marea alta y están cubiertos de mangle, con predominio del mangle rojo Rhizophora mangle (Alcolado et al., 1999). Los cayos forman un cordón exterior que funciona como frontera entre la bahía y las aguas oceánicas del canal de San Nicolás. Las áreas donde ocurren bancos naturales de ostión están delimitadas operacionalmente en cuatro zonas de producción ostrícola y una de ellas corresponde al área de estudio. Variantes de producción evaluadas Para los fines del presente estudio se evaluaron dos actividades productivas, la extracción pesquera tradicional (EP) con machete y hachuela, y el cultivo artesanal (CA) de tipo intermareal, que se utilizó en el área de estudio cuando existían granjas de cultivo en Cuba (Nikolic & Alfonso, 1968; Baisre, 2004). La zootecnia de cultivo de C. rhizophorae incluyó: (1) colocación de colectores artificiales (de concha de ostión o sustratos cubiertos de cal), suspendidos en el manglar durante los meses de máxima reproducción y desove, para obtener “fijaciones” como resultado de un proceso natural; (2) traslado a granjas de engorde cuan- Factibilidad económica/ambiental del cultivo de ostión en Cuba a b c d e f 1150 3 Figura 1. a) Unidad operativa pesquera en la zona de estudio, b) descortezado del mangle durante la pesca tradicional, c) granja ostrícola tradicional, d) colectores de ramas terminales de mangle, e) colectores de concha madre, y f) producto deseable: ostión individual de cultivo. do más del 60% de los ostiones presentaron tallas ≥20 mm, quedando sumergidos o expuestos al aire conforme al régimen de marea; (3) engorde en el mismo sustrato colector y cosecha cuando el ostión alcanzó la talla mínima legal en Cuba (≥40 mm), entre 6 y 8 meses de edad (Bosch & Nikolic, 1975; Rivero-Suárez, 2012). Para incluir en el análisis de costo-beneficio, se agregó a esta metodología la utilización de cajas ostrícolas previamente utilizadas en Cuba durante los años 1970 (Nikolic et al., 1976). En la variante CA, estas cajas o canastas fueron utilizadas para engorde de ostiones que no alcanzaron la talla comercial después de cosechar el producto en los sustratos colectores; también para engorde de semilla suelta (≥20 mm) despegadas de los colectores, e incluso, para una posible producción de semilla individual producida en un Centro de Desove o Laboratorio Ostrícola (MazónSuástegui et al., 2011). Análisis de factibilidad económico-ambiental La obtención de datos requeridos para el estudio de factibilidad se realizó en agosto 2012, durante un cruce- 1151 4 Latin American Journal of Aquatic Research Figura 2. Principales áreas ostrícolas operadas por la empresa pesquera de Isabela de Sagua; en recuadro rojo el área de estudio en la zona de cayos de la Enfermería, Cuba. ro de prospección de cuatro días a la zona de estudio en una embarcación ostionera tradicional. Se realizaron estimaciones de área en los bancos naturales y de las zonas de corte de ramas para manufactura de colectores de mangle. Se utilizó un equipo GPS Garmin 48 de 12 canales, para geo-referenciar los puntos extremos de las áreas y se calculó área en m2 con el programa MapInfo versión 8. Se cuantificó la extensión de bancos naturales alrededor de los cayos del sector noroeste de La Enfermería (Fig. 2), equivalente a 3.150 m lineales de manglares de borde, con una distancia promedio de 2,5 m desde la "pared" del manglar hasta el extremo exterior de las ramas y raíces. Se calculó la magnitud de dicha franja costera del bosque de manglar, determinando un área de 7.875 m2 (0,79 ha), donde pueden encontrarse fijaciones naturales de ostión en cantidad importante. En opinión de los pescadores ostioneros que operan en la zona, dicha franja aporta entre 5.000 y 6.000 kg anuales de ostión en concha como promedio, aplicando la técnica de corte y descortezado de raíces y ramas (Figs. 1a-1b). Se calculó, además, un área de 2,2 ha en la zona de mangle rojo (R. mangle), donde se realizó el corte de ramas terminales o de follaje (año 2012), para la confección de 7.000 colectores que se agregaron al manglar. Lo anterior, considerando una longitud de 220 m de línea de costa x 100 m de ancho o profundidad hacia el interior del bosque de manglar. Con estos datos se estimó un área total de impacto al ecosistema de manglar, en la zona de la Enfermería, equivalente a 3 ha, producto de sumar 0,79 ha utilizadas para recolecta directa de los bancos naturales de ostión y 2,2 ha para corte de ramas de mangle y manufactura de 7.000 colectores. De acuerdo a estadísticas de la empresa extractiva, estos colectores aportaron una cosecha promedio anual de 15.000-19.000 kg de ostión en concha, que sumados a los 5.000-6.000 kg anuales de la pesca con machete y hachuela, aportaron una captura anual de 22.500 ± 2.500 kg. Para los fines del presente estudio, esta variante productiva se denominó extracción pesquera (EP). Como referente para una segunda variante productiva, denominada cultivo artesanal (CA), se obtuvieron los datos de una Granja Ostrícola Experimental que se desarrolló en la zona de estudio (proyecto GEF/PNUD 51311) y ha operado desde el año 2010, con 10 tendales o unidades de engorde construidas cada una con 11 pares de postes en formación lineal (Figs. 1c-1d). La distancia entre postes fue de 1 m y de 2,5 m entre pares de postes que dieron soporte en su parte superior, a varas paralelas donde se colgaron los colectores. Se colgó un total de 100 Factibilidad económica/ambiental del cultivo de ostión en Cuba colectores de mangle y de concha de ostión por unidad, a razón de 10 colectores entre pares de postes (5 por vara). Cada tendal ocupó un área de 25 m2, de manera que la granja en su conjunto, con 10 tendales, ocupó un área de 250 m2 con capacidad para 1.000 colectores. Las unidades fueron colocadas de forma paralela a una distancia de 5.5 m entre sí, para permitir el paso de embarcaciones menores e intermedias (Fig. 1a), para limpieza y cosecha. La granja ostrícola ocupó un área marina total de 0,1375 ha. Para complementar la información anterior, se obtuvo las estadísticas y bases de datos históricos de la pesca y el cultivo de ostión para el área de estudio, la ficha de costos de las operaciones pesqueras de una embarcación ostionera tipo en el área de estudio y la información disponible sobre estudios medioambientales y de evaluación/selección de sitios para el cultivo de ostión en la zona (Betanzos et al., 2009). Se recopiló información sobre los antecedentes de la actividad ostrícola y su relación con la situación actual del recurso (Baisre, 2004; Rivero-Suárez, 2012), así como los impactos naturales y antrópicos que han incidido en la producción de ostión en la región (Betanzos & Arencibia, 2010). Análisis de variabilidad de la captura anual y su potencialidad Para estimar la potencialidad ostrícola de la bahía de Sagua la Grande, se obtuvo información sobre calidad de las aguas en función de los requerimientos de la especie, a partir de estudios previos desarrollados en la región (Betanzos et al., 2009; Perigó et al., 2010; Rivero-Suárez, 2012); se utilizaron datos estadísticos (históricos) de producción, considerando desembarques totales anuales de ostión en concha, de 1959 a 2012. Con esta información se elaboró un gráfico de variabilidad interanual de la producción y se determinaron las tendencias en la actividad ostrícola. Análisis económico-ambiental Flujo de caja Para la evaluación económica y ambiental de la actividad ostrícola, se realizaron análisis de costobeneficio, en las dos variantes productivas (EP y CA), a partir de flujos de caja, desglosando costos e ingresos, y determinando costos operacionales según ficha de costo (FC). Se definieron como gastos por inversión ambiental (GPIA), aquellos relacionados con recursos, acciones o inversiones (colectores de concha madre o artificiales, granjas ostrícolas), necesarios para sustituir las prácticas actuales no amigables con el medio ambiente. Se definieron como costos por daño ambiental (CPDA), los montos por afectaciones al ecosistema de manglar debidos al corte y descortezado 11525 de ramas y raíces, calculados de acuerdo a un valor estimado en US$500 ha-1 año-1 por Beneficio Bruto Mínimo derivado de las funciones del manglar (Gómez-País, 2006). Se definieron los ingresos por beneficio ambiental (IPBA), en función de un valor derivado del beneficio ambiental obtenido por la no utilización del manglar (preservación), al sustituir el uso de sus componentes por otros, no relacionados con el manglar. Se incluyeron como indicadores productivos, el peso de la captura entregada a proceso (kg ostión en concha) y el peso de producto terminado (kg ostión en masa), así como los ingresos por venta de producto terminado (IVPT). Para el análisis de la viabilidad o factibilidad económica de ambas variantes, se calcularon los ingresos totales (IVPT+IPBA), los costos totales (FC+CPIA+CPDA) y el beneficio bruto (BB), se obtuvo a partir de la diferencia entre los costos de ingresos totales para cada variante productiva (EP y CA). Análisis de rentabilidad Para calcular la ganancia neta o rentabilidad (R) se consideró la diferencia entre beneficio bruto (BB) e ingresos totales (IT) después del impuesto (35%) sobre ingresos totales, que es el gravamen impositivo sobre ventas establecido en Cuba para las empresas estatales autofinanciadas, R = IT - (0,35BB). Determinación de costos de operación Ficha de costos Para la variante EP, la ficha de costo se obtuvo según gasto medio anual en equipo y tripulación de la embarcación utilizada (US$2.497,65), requerido para garantizar las operaciones relacionadas con la actividad ostrícola, específicamente en los cayos de La Enfermería, tomando como referente el costo promedio anual durante el periodo 2003-2012. La ficha de costo se refiere a los gastos anuales derivados de la operación ostrícola, que incluyen adquisición de materiales, costo por tiempo y recursos invertidos en operaciones pesqueras y de mantenimiento, combustibles, salario básico de tres pescadores, otros gastos de fuerza de trabajo, depreciación, amortización y contribución a la seguridad social. Aunque estos gastos son variables, se consideraron como gastos fijos anuales para el análisis del flujo de caja proyectado a cinco años en la variante EP; debido a un presupuesto anual similar para gastos operacionales (US$2.497,65), con un esfuerzo máximo de pesca de 240 días-mar y captura media anual de ~22.500 kg. Para la variante acuícola CA, se consideró la cantidad de granjas ostrícolas que se pueden construir en un año, según financiamiento disponible por el proyecto GEF/PNUD 51311 para promover el desarro- 61153 Latin American Journal of Aquatic Research llo ostrícola en la zona de La Enfermería, aplicando técnicas amigables con el medio ambiente. De acuerdo a costos y recursos disponibles, se consideró la construcción de cuatro granjas con enfoque demostrativo y potencialidad para una producción total de ~21.000 kg de ostión en concha, asumiendo que el costo de las granjas que se construyan en los años subsiguientes, deberá ser asumido por la empresa pesquera respectiva. Para CA se utilizó el mismo monto total de la ficha de costo de la variante EP (US$2.497,65), considerando que se podría utilizar la misma embarcación ostionera y su tripulación, un mismo fondo de tiempo e igual cantidad anual de días de operaciones ostrícolas (240 días-mar), y presupuesto económico similar para insumos de operación. La mayor diferencia en los costos totales de ambas variantes estuvo relacionada con los costos adicionales propios de las granjas de cultivo, incluyendo colectores de concha (o artificiales de costo similar), cajas ostrícolas, así como su mantenimiento, que en este análisis se contabilizaron aparte de la ficha de costo. En ninguna de las dos variantes evaluadas se incluyeron incrementos de salario y/o estimulación salarial en función de reparto de utilidades por resultados productivos. En ambos casos se utilizó como única referencia el salario básico relacionado con la actividad ostrícola. Análisis de costo-beneficio económico y ambiental, según variantes de producción Para el análisis económico-ambiental de la variante EP, se evaluó el método más generalizado en la región, asociado a la explotación directa de bancos naturales con machete y hachuela (Fig. 1b) y la instalación de colectores de ramas terminales de mangle (Fig. 1d). A partir del segundo año se consideró un gasto adicional (GPIA), para confección de 1.000 colectores anuales de concha madre de ostión (Fig. 1e), como medida para reducir el impacto al manglar propio de la variante EP. Se consideró que dichos colectores “artificiales” deben sustituir igual cantidad de colectores “naturales” de ramas de mangle. Para efectos del análisis, esta acción permite sustituir 4.000 colectores en cinco años, lo que se tradujo en ingresos por beneficio ambiental (IPBA), bajo el criterio de que todo lo que se invierte para preservar el manglar se retribuye como beneficio ambiental (IPBA). El costo por confección de 1.000 colectores anuales de concha de ostión fue de US$70. Por cada 1.000 colectores de mangle sustituidos se protegieron ~0,60 ha de mangle, con un beneficio ambiental de US$300 considerando un valor mínimo estimado de US$500 ha-1, correspondiente a las funciones naturales del manglar. En lo que respecta al análisis de indicadores productivos de la variante EP, para calcular el peso (kg) por producto terminado (ostión en masa = carne), se consideró una relación en rendimiento medio de 4,5% de masa de ostión, respecto al peso total de ostión en concha entregado. Este porcentaje promedio es considerado por la industria ostrícola cubana, como el rendimiento mínimo aceptable. En el análisis económico-ambiental de la variante CA, se contabilizó como gasto adicional por preservación ambiental (GPIA), la adquisición de recursos materiales para la construcción inicial de cuatro granjas de cultivo, con una producción esperada de ~21.000 kg de ostión en concha, a partir de un total de 3.900 colectores de concha madre, además de 50 cajas ostrícolas tipo Nestier™, con fines demostrativos. Según los requerimientos de las cuatro granjas, se estimó para el primer año un monto de US$1.835,71, con gastos posteriores de inversión ambiental de US$323,51 anuales para la construcción de una granja anual durante el resto de los años proyectados. Esta meta productiva se definió así para que fuera cercana a la captura anual que se obtiene en la variante EP (22.500 kg), evitando una disminución de la producción y de los ingresos para estimular el desarrollo del cultivo. Se estimó una producción ~5 000 kg/granja, a partir de un rendimiento medio de 5 kg de ostión/ colector de concha madre y de 8 kg de ostión/caja ostrícola (Zayas & Frías, 1989; Lagos et al., 2007). Con las anteriores consideraciones se estimó una producción total esperada de ~42.000 kg para los cinco años proyectados en la variante CA, duplicando así la producción inicial. Para el análisis de indicadores productivos en el cultivo, se consideró una relación de rendimiento de 5,5% de masa de ostión respecto al peso total con concha, tomando como referencia la eficiencia productiva terminal en diferentes técnicas de ostricultura intermareal, que tienen este valor como rendimiento promedio (Nikolic et al., 1976; Zayas & Frías, 1989; Lagos et al., 2007). Una referencia importante fueron los resultados obtenidos en la granja experimental ubicada en los cayos de La Enfermería (Rivero-Suárez, 2012). Finalmente, para la variante CA se catalogó como ingreso anual por beneficio ambiental (IPBA), un valor equivalente al costo por daño a las funciones del manglar (CPDA) en la variante EP, cuyo valor económico de Beneficio Bruto Mínimo fué estimado en US$500 ha-1 año-1 por Gómez-País (2006). RESULTADOS Variación interanual de la captura de ostión de mangle en la bahía de Sagua la Grande El análisis de los volúmenes de extracción ostrícola registrados durante las décadas de 1960 y 1970, así Factibilidad económica/ambiental del cultivo de ostión en Cuba como su variabilidad interanual (Fig. 3), confirman que la región sostuvo una alta productividad con desembarques anuales superiores a las 700 ton de ostión en concha. Rendimientos en las variantes de producción evaluadas Para obtener las 7.000 unidades colectoras funcionales de ramas de mangle que permiten incrementar la producción pesquera en la variante EP, se realizaron 8.000 a 9.000 cortes de ramas, y sólo fueron utilizables las que teniendo una dimensión de 60 a 80 cm, no hubiesen perdido la corteza y tuvieran varias ramificaciones. La producción obtenida en esos 7.000 colectores de mangle (15.000-19.000 kg año-1), fue superior a la extracción con machete y hachuela en bancos naturales (5.000-6.000 kg año-1), con un rendimiento medio de 2,14-2,71 kg de ostión/colector. Esto confirma que la acuicultura es un soporte fundamental en la variante extractiva EP. En la granja ostrícola experimental se obtuvo en promedio 255 ostiones/colector de mangle y 304 ostiones/colector de concha madre confeccionados en forma de sarta o collar con ~70 conchas de ostión limpias e intemperizadas como sustrato útil para fijación. Según datos estadísticos de captura durante 2011 se produjeron 4.852 kg de ostión en concha, con un rendimiento medio de 4,9 kg/colector. Por esta razón, para el análisis de flujo de caja en la variante CA, se consideró un rendimiento medio de 5 kg de ostión en concha/colector. Se determinó que los colectores de concha madre tienen una vida útil de una a dos cosechas, pudiendo ser utilizados durante dos años si las conchas se cubren con una mezcla de cemento, arena fina y cal. 1154 7 Análisis económico-ambiental de la variante extracción pesquera De acuerdo con el análisis del flujo de caja de la variante EP, el beneficio bruto y la rentabilidad resultaron negativos en los 5 años, al haber incluido el costo por daño ambiental y el 35% de gravamen impositivo (Tabla 1). La afectación al manglar fue de US$1.500 para el primer año, por daño a 3 ha de manglar (CPDA) y aunque se previó una sustitución anual de 1.000 colectores de mangle por colectores de concha (IPBA), la afectación se mantiene. De acuerdo con los indicadores productivos, en esta variante se obtienen 1.012,50 kg de producto terminado (ostión en masa o desconchado), con un rendimiento medio de 4,5% de masa con respecto al producto entregado (22.500 kg de ostión en concha). Los ingresos por venta, equivalentes a US$1,06 por kg de ostión en masa, que es la única forma de comercialización en Cuba, no presentaron variación durante los 5 años del análisis, debido a que se mantuvo la cantidad de producto entregado (22.500 kg de ostión en concha). Análisis económico-ambiental de la variante cultivo artesanal En el análisis del flujo de caja de la variante acuícola CA, el mayor gasto ocurre durante el primer año debido al costo de las cuatro granjas ostrícolas requeridas para equiparar la producción de cultivo con la de extracción pesquera (US$1.835,71), y por la adquisición de una unidad auxiliar (bote de remos). En ese primer año, la producción objetivo se alcanzó y sobrepasó en producto terminado (1.160 kg de ostión en masa o desconchado), mientras que la producción disminuyó en términos del producto entregado (21.100 kg de ostión en concha), Figura 3. Variabilidad interanual y tendencia de la captura anual de ostión C. rhizophorae, en áreas de la bahía de Sagua la Grande, plataforma nor-central de Cuba, según datos estadísticos de la empresa pesquera de Isabela de Sagua (1959 a 2011). 1155 8 Latin American Journal of Aquatic Research Tabla 1. Flujo de caja en la variante EP (US$). Rendimiento obtenido de 2,14 a 2,71 kg de ostión por colector de mangle, y 4, 5% de peso promedio de ostión en masa respecto al peso total del ostión en concha. Concepto/año 1er año 2do año 3er año 4to año 5to año Ficha de costo (gastos operativos) 2.497,65 2.497,65 2.497,65 2.497,65 2.497,65 Costos e ingresos ambientales Gastos por inversión ambiental (GPIA) 70,00 70,00 210,00 70,00 Costo por daño ambiental (CPDA) 1.500,00 1.200,00 900,00 600,00 300,00 Ingresos por beneficio ambiental (IPBA) 300,00 600,00 900,00 1.200,00 Indicadores productivos Ostión en concha (kg de producto entregado) 22.500,00 22.500,00 22.500,00 22.500,00 22.500,00 Ostión desconchado (kg de producto terminado) 1.012,50 1.012,50 1.012,50 1.012,50 1.012,50 Precio de venta de ostión desconchado/kg 1,06 1,06 1,06 1,06 1,06 Ingresos por venta producto terminado (IPVT) 1.075,78 1.075,78 1.075,78 1.075,78 1.075,78 Viabilidad económico-ambiental Ingresos totales 1.075,78 1.375,78 1.675,78 1.975,78 2.275,78 Costos totales 3.997,65 3.767,65 3.467,65 3.307,65 2.867,65 Beneficio bruto -2.921,87 -2.391,87 -1.791,87 -1.331,87 -591,87 Evaluación económica Rentabilidad -3.298,39 -2.873,39 -2.378,39 -2.023,39 -1.388,39 que es el indicador por el cual se paga el salario a los pescadores. Durante los primeros tres años la rentabilidad resultó negativa, pero a partir del cuarto año se tornó positiva, con ganancias de US$731,78 al quinto año proyectado, considerando una producción estimada de 42.200 kg de ostión en concha y 2.321 kg de masa de ostión. En la variante CA no hay costos por daño ambiental, debido a un cese total de la actividad extractiva sobre los bancos naturales, lo cual se tradujo en un beneficio ambiental (IPBA). Tal como se muestra en el flujo de caja (Tabla 2), el beneficio ambiental se incrementó proporcionalmente al incremento en la cantidad de granjas ostrícolas. Se estimó que con las 8 granjas previstas al finalizar los 5 años proyectados, se evitaría el daño a unas 6 ha de manglar (0,75 ha/granja), cuyo beneficio se estimó en US$3.000. DISCUSIÓN Las variaciones anuales en la captura de ostión de mangle en la región de estudio muestran una brusca tendencia a la disminución a partir de 1980. Esto ha sido relacionado con diversos factores, entre los que se incluye la ampliación de la capacidad de embalse de aguas fluviales (represamiento), asociada a un incremento de la salinidad y a una disminución de nutrientes inorgánicos terrígenos en el agua de mar en la zona costera. Otros factores adversos identificados son la contaminación ambiental, incremento en la frecuencia e intensidad de perturbaciones ciclónicas en el periodo 1995-2008, y un mal manejo de la actividad pesquera/ostrícola, agravado por la desatención y la disminución en número de las granjas de cultivo (Baisre, 2004; Betanzos & Arencibia, 2010). No obstante, existe un potencial productivo recuperable en dependencia de la selección de sitios, reintroducción del cultivo y aplicación de medidas de manejo sostenible. Este potencial se fundamenta en evaluaciones recientes de la calidad física, química e hidrobiológica de las aguas de la bahía de Sagua la Grande y de otras zonas ostrícolas, del estudio de parámetros biológicos de la especie, y de la relación entre la distribución espaciotemporal, abundancia y talla del ostión de mangle con las variables ambientales (Betanzos et al., 2009, 2010; Rivero-Suárez, 2012; Betanzos & Mazón-Suástegui, 2014). Por otro lado, debido a la capacidad de carga de sus ecosistemas costeros y oceánicos adyacentes, a la infraestructura instalada, y a la disminución progresiva de la contaminación costera, el país podría elevar su producción en el orden de miles de toneladas anuales de productos marinos (200 ton km-2 año-1), mediante el cultivo de ostión y de otros moluscos filtroalimentadores (Perigó et al., 2010). Actualmente, la actividad ostrícola en la bahía de Sagua la Grande es mayoritariamente extractiva, lo que implica un esfuerzo pesquero mayor sobre los bancos naturales para alcanzar una extracción mayor que satisfaga los planes o metas de captura previamente establecidos. Desafortunadamente, algunos planes no prestan la atención debida a la biomasa existente y a su potencial reproductivo (Betanzos & Arencibia, 2010; Rivero-Suárez, 2012). Esto puede producir un desbalance irreversible entre la extracción y el reclutamiento, que según Urbano et al. (2005) puede condu- Factibilidad económica/ambiental del cultivo de ostión en Cuba 1156 9 Tabla 2. Flujo de caja en la variante CA. Rendimiento estimado de 5 kg de ostión por colector de concha madre, 8 kg por caja ostrícola, y un estimado de 5,5% de peso promedio de ostión en masa respecto al peso total del ostión en concha. Concepto/año 1er año 2do año 3er año 4to año 5to año Ficha de costo (gastos operativos) 2.497,65 2.497,65 2.497,65 2.497,65 2.497,65 Costos e ingresos ambientales Gastos por inversión ambiental (GPIA) 1.835,71 323,51 323,51 323,51 323,51 Costo por daño ambiental (CPDA) 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 Ingresos por beneficio ambiental (IPBA) 1.500,00 1.875,00 2.250,00 2.625,00 3.000,00 Indicadores productivos Ostión en concha (kg producto entregado) 21.100,00 26.375,00 31.650,00 36.925,00 42.200,00 Ostión desconchado (kg producto terminado) 1.160,50 1.450,63 1.740,75 2.030,88 2.321,00 Precio de venta de ostión desconchado/kg 1,06 1,06 1,06 1,06 1,06 Ingresos por venta producto terminado (IPVT) 1.233,03 1.541,29 1.849,55 2.157,80 2.466,06 Viabilidad económico-ambiental Ingresos totales 2.733,03 3.416,29 4.099,55 4.782,80 5.466,06 Costos totales 4.333,36 2.821,16 2.821,16 2.821,16 2.821,16 Beneficio bruto -1.600,33 595,13 1.278,39 1.961,65 2.644,90 Evaluación económica Rentabilidad -2.556,89 -600,57 -156,45 287,66 731,78 cir a la sobreexplotación de los bancos naturales del ostión de mangle C. rhizophorae. Tanto el método extractivo actualmente dominante (EP), como el método alterno de cultivo propuesto (CA), fueron evaluados según análisis de costobeneficio económico-ambiental, y los resultados son claros pues la pesquería con machete y hachuela, que tiene un alto impacto ecológico, debe sustituirse progresivamente por la acuicultura tecnificada basada en la obtención de semilla silvestre en colectores artificiales y en la producción de semilla en laboratorios o centros de desove. La pesca per-se no permitirá un incremento en la producción, porque depende de la biomasa natural existente en los bancos naturales, sujetos a una máxima explotación que al parecer está sobrepasando la capacidad de carga del ecosistema (Mazón-Suástegui et al., 2011). La variante pesquera EP no puede sostenerse sin el aporte de los 7.000 colectores de mangle (2,14-2,71 kg de ostión/colector), para tener un rendimiento anual de 22.500 ± 2.500 kg, bastante cercano al proyectado para el primer año de la variante acuícola CA (21.100 kg). Sin embargo, la variante 100% acuícola solo requiere 3.900 colectores y genera mayores rendimientos (>4.9 kg de ostión en concha/colector), de manera que al disponer de cuatro granjas más en los próximos cinco años, se podría duplicar la producción actual obtenida mediante la actividad pesquera tradicional EP. Los resultados del análisis son determinantes dado que la mayor potencialidad productiva corresponde a la variante CA, considerando que existe una gran superficie marina utilizable para el engorde de ostión en sistemas suspendidos fuera del manglar (Betanzos et al., 2009; Mazón-Suástegui et al., 2011; Rivero-Suárez, 2012). El cultivo tecnificado fuera de la zona de manglar es viable si se asegura la producción en laboratorio de semilla suelta, en concha madre o en sustrato artificial. La producción de semilla en laboratorio ofrece ventajas operativas, como planificar la siembra y la cosecha, inclusive “fuera de estación”, porque en ambiente controlado se puede madurar sexualmente reproductores a lo largo del año (MazónSuástegui et al., 2011). En función de la calidad del sitio de cultivo, proceso de engorde aplicado, tipo de semilla y/o colector utilizado, se podrían lograr dos o más cosechas al año, utilizando semilla triploide. Las granjas de cultivo han sido proyectadas para alcanzar unas 42 ton de ostión en concha en un periodo de cinco años y aun cuando se perdiera la mitad de la cosecha por problemas de manejo o causas ambientales, seguiría siendo más rentable el cultivo artesanal que la extracción pesquera. Por otro lado, está demostrado que el ostión cultivado puede alcanzar mayor rendimiento de masa post-desconche y mayor beneficio nutricional que el de captura (Sáenz, 1965; Milano et al., 2005), ya que en la acuicultura se programan las siembras y las cosechas para optimizar estos rendimientos. Algunos métodos de colecta/engorde de semilla aplicados en Cuba han demostrado mayor rendimiento por colector, utilizando el método de marea baja (colectores totalmente sumergidos y expuestos a la intemperie por 24 h cada 5-6 días). Por ejemplo; un colector de alambre de aluminio manufacturado en forma de sombrilla y cubierto con cemento, arena fina 1157 10 Latin American Journal of Aquatic Research y cal, con vida útil de hasta 20 años, puede captar 400500 semillas y producir 6-8 kg de ostión (Zayas & Frías, 1989; Lagos et al., 2007). A pesar que el costo de este colector es muy superior al de concha madre, y que el método de marea baja requiere mayor atención y jornadas-hombre, el uso combinado de este colector y la zootecnia de cultivo podría ser económicamente viable en el mediano y largo plazo. A partir de los resultados de este trabajo y la información obtenida de la empresa y pescadores involucrados durante la prospección realizada en 2012, se confirma que la actividad ostrícola actual en el área de estudio no es económica ni ambientalmente viable. La variante extractiva EP provoca un daño directo al ecosistema de manglar y un daño indirecto a sus funciones y beneficios ambientales. En contraparte, la variante productiva CA es más factible desde el punto de vista económico y ambiental. Este análisis confirma la pertinencia de introducir mecanismos financieros con enfoque ecosistémico para una mejor administración, aprovechamiento y conservación de C. rhizophorae y de otros recursos naturales en Cuba. Es necesario propiciar una nueva tradición de otorgar valor económico a los bienes y servicios ambientales del manglar, y generar mecanismos para incorporar este valor al sistema de evaluación económica de actividades acuícolas y pesqueras en Latinoamérica y el Caribe, como instrumentos para la toma de decisiones de mediano y largo plazo (Barzev, 2008; FAO, 2012). Asumiendo que será la acuicultura y no la pesca, quien aportará en el futuro los alimentos de origen acuático que requiere la humanidad, es necesario introducir nuevas concepciones de sostenibilidad. La bahía de Sagua la Grande tiene potencial para, al menos, duplicar la producción ostrícola actual, que ha sido inferior a las 100 ton en los últimos años. La reimplementación y generalización del cultivo ostrícola artesanal en Cuba, incrementará la rentabilidad económica y social de las pesquerías en su conjunto, ya que se beneficiarían todos los recursos biológicopesqueros asociados al manglar, generando mayores ingresos económicos y fortaleciendo la autogestión en las poblaciones ribereñas y su sentido de pertenencia a su entorno ecológico primigenio (Mazón-Suástegui et al., 2011). El cultivo tecnificado permitirá certificar y etiquetar el producto final, como económica y ecológicamente sostenible, con todas sus implicaciones productivas, sociales, ambientales, económicas y comerciales, considerando potenciales nichos ecoturísticos en futuros mercados (Mazón-Suástegui et al., 2011). AGRADECIMIENTOS A la dirección del Proyecto GEF/PENUD51311 “Protección al ecosistema Sabana-Camagüey” de la Agencia de Medio Ambiente de Cuba, por su apoyo financiero y capacitación en economía ambiental. Al Centro de Investigaciones Pesqueras de Cuba. Al proyecto Ciencia Básica SEP-CONACyT Nº129025 ”Diversidad Microbiana Asociada a Moluscos Ostreidos de Cultivo e Interacción Molecular BacteriaHospedador”, del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S.C., La Paz, México. REFERENCIAS Alcolado, P.M., E. García & N. Espinosa. 1999. Protección de la biodiversidad y desarrollo sostenible en el ecosistema Sabana-Camagüey. Proyecto GEF/ PENUD Sabana-Camagüey CUB/92/G31, CESYTA SL, Madrid, 145 pp. Baisre, J.A. 2004. La pesca marítima en Cuba. Instituto Cubano del Libro. Editorial Científico-Técnica, La Habana, 372 pp. Barsev, R. 2008. Mecanismos financieros para la conservación de recursos naturales: guía métodológica. Editorial Academia, La Habana, 95 pp. Betanzos, A. & G. Arencibia. 2010. Tensores naturales y antrópicos al norte de Villa Clara, Cuba: efectos en la producción de ostión Crassostrea rhizophorae, Güilding, (1828). Mem. VI Taller Internacional CONyMA, La Habana, Cuba, ISBN 978-959-300008-6. Disponible en el sitio http://www.oceandocs. org/handle/1834/3628, 8 pp. Betanzos, A. & J.M. Mazón-Suástegui. 2014. Hidrodinámica y producción de ostión de la laguna El Cheve, sur de Pinar del Río, Cuba. Rev. Cub. Invest. Pesq., 31(1): 47-56. Betanzos, A., C. Siam & G. Arencibia. 2010. Variación de la salinidad y su relación con la distribución por talla del ostión de mangle, Villa Clara, Cuba. Rev. Cub. Invest. Pesq., 27(1): 41-46. Betanzos, A., G. Arencibia, G. Delgado & R. Nodar. 2009. Caracterización de la calidad del agua al norte de Villa Clara, Cuba, para definir zonas de cultivo del ostión de mangle (Crassostrea rhizophorae, Güilding, 1828). Rev. Arg. Ecotoxicol. Contamin. Ambient., 1(4): 1-9. Bosch, A. & M. Nikolic. 1975. Algunas observaciones sobre el reclutamiento, crecimiento y mortalidad de ostiones Crassostrea rhizophorae Güilding, cultivados experimentalmente. Centro de Investigaciones Pesqueras, Instituto Nacional de Pesca, La Habana, 2: 96-100. 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La producción de microalgas vivas para cultivar rotíferos constituye uno de los mayores costos de operación en la larvicultura de peces, por lo que se están desarrollando sustitutos comerciales de microalgas para la alimentación y producción de rotíferos. Se desconoce el efecto que tienen las formulaciones comerciales sobre la dinámica poblacional de rotíferos nativos del noroeste de México y en este estudio se evaluó el efecto de cuatro dietas comerciales (Espirulina, RotiMac®, Nanno 3600®, RotiGrow-Plus®) y la microalga viva Nannochloropsis sp., sobre el crecimiento poblacional y fecundidad del rotífero Brachionus ibericus (GenBank KJ949043), aislado de una granja de camarón blanco (Litopenaeus vannamei). Se realizaron cinco réplicas por tratamiento alimenticio utilizando recipientes con volumen de 12 L de agua, con temperatura de 29 ± 1°C y salinidad de 35 ± 1, respectivamente. Los resultados mostraron que durante los periodos experimentales, las dietas probadas resultaron adecuadas para alimentar a B. ibericus, con tasas de crecimiento, tiempos de duplicación, densidades máximas y fecundidades que fluctuaron entre 0.20 a 0.27 rotíferos día-1, 2.60 a 3.42 días, 215 a 344 rotíferos mL-1 y de 0.16 a 0.39 huevos hembra-1, respectivamente. Las diferencias entre tratamientos fueron significativas (P < 0.05); los menores tiempos de duplicación y las mayores tasas de crecimiento, fecundidad y densidad poblacional fueron obtenidas con RotiGrow-Plus®, pero el tiempo de duplicación y la tasa de crecimiento con RotiGrow-Plus® no fueron significativamente diferentes (P > 0.05) a las obtenidas con Nanno 3600®. Palabras clave: Brachionus ibericus, Nannochloropsis, rotíferos, dinámica poblacional, dietas comerciales. Population dynamics of rotifer Brachionus ibericus isolated from shrimp ponds, fed with different diets ABSTRACT. The production of live microalgae to cultivate rotifers is one of the largest operating costs in fish hatcheries. Commercial substitutes of microalgae are being developed to feed and produce rotifers. The effect of commercial formulations on the population dynamics of native rotifers of northwestern Mexico is unknown, so in this study the effect of four commercial diets (Spirulina, RotiMac®, Nanno 3600®, RotiGrow-Plus®) was evaluated as well as the live macroalgae Nannochloropsis sp., on the population growth and fecundity of the rotifer Brachionus ibericus (GenBank KJ949043), isolated from a white shrimp farm (Litopenaeus vannamei). Five replicates per dietary treatment were performed using 12 L containers with temperature of 29 ± 1°C and salinity of 35 ± 1 respectively. The results showed that during the experimental period, the diets tested were suitable to feed B. ibericus, with mean growth rates, duplication times, maximum densities and fecundities that ranged from 0.20 to 0.27 rotifers day-1, 2.60 to 3.42 days, 0.16 to 0.39 eggs per female and 215.4 to 357.0 rotifers mL-1, respectively. Differences between treatments were significant (P < 0.05); lower doubling times and higher growth rates, fecundities and population densities were obtained with RotiGrow-Plus®; however, duplication times and growth rates observed in rotifers fed RotiGrow-Plus® were not significantly different (P > 0.05) to values observed with Nanno 3600®. Keywords: Brachionus ibericus, Nannochloropsis, rotifers, population dynamics, commercial diets. ___________________ Corresponding author: Gustavo Rodríguez ([email protected]) 1160 Latin American Journal of Aquatic Research INTRODUCCIÓN Los rotíferos del género Brachionus constituyen el alimento vivo imprescindible para la primera alimentación larvaria de muchas especies marinas, principalmente larvas de peces y han sido ampliamente estudiados debido a su importancia para el escalamiento acuícola comercial y como herramienta en numerosos campos de investigación (Kostopoulou et al., 2012). Su utilización en la acuicultura mexicana ha permitido el éxito del cultivo larvario de muchos peces de interés para la acuicultura y se espera que en el futuro inmediato contribuyan de manera significativa en la diversificación acuícola en el noroeste de México. Durante su cultivo, los rotíferos requieren grandes cantidades de microalgas vivas para su alimentación, pero los altos costos asociados a su producción, riesgo de contaminación y variaciones temporales en su valor alimenticio constituyen problemas inherentes para cualquier operación acuícola y limitan la producción de rotíferos (Lavens & Sorgeloos, 1996). Para contrarrestar estos problemas, existe la tendencia de sustituir microalgas vivas con dietas comerciales en diferentes presentaciones, ya sea como complemento o como principal fuente de alimento (Seychelles et al., 2009). Recientemente han aparecido en el mercado varias dietas comerciales a base de microalgas concentradas, pastas congeladas de microalgas, microalgas secas en polvo o liofilizadas que se están utilizando para bioenriquecer rotíferos con altos niveles de HUFA´s (ácidos grasos poli-insaturados) o como dieta única para cultivo intensivo para reducir los costos de producción en los criaderos e incrementar los niveles de producción en la larvicultura de peces marinos (Önal et al., 2010). En la literatura existen numerosos estudios para determinar el efecto de diferentes microalgas vivas y condiciones ambientales sobre las características biológicas y bioquímicas de rotíferos (Jeeja et al., 2011). Los trabajos más recientes que describen las tasas de crecimiento, tiempos de duplicación, densidades máximas y fecundidad de diferentes variedades del complejo de Brachionus plicatilis son: Sarma et al., (2005); Hagiwara et al. (2007); Yin & Zhao (2008); Viayeh et al. (2010) y Jeeja et al. (2011). En general, los autores mencionan que las características biológicas varían dependiendo del morfotipo estudiado, por lo que es necesario caracterizar las variedades endémicas para entender su biología y potencial de cultivo. Se carece de información biológica sobre las especies endémicas del noroeste de México; particularmente, no se tienen estudios sobre el efecto que causan las formulaciones comerciales sobre la dinámica poblacional de rotíferos nativos. Para entender cómo responden a diferentes condiciones de cultivo y asegurar su disponibilidad y valor nutritivo, es necesario conocer la dinámica poblacional de estos rotíferos, puesto que son relevantes para la transferencia de energía y la producción larvaria de especies acuícolas de la región. En este sentido, la evaluación de cómo las formulaciones comerciales afectan la dinámica poblacional de los rotíferos nativos, puede indicar que el uso de dietas comerciales como sustitutos de microalgas vivas puede ser una alternativa potencialmente efectiva en la reducción de costos de producción, para optimizar la producción de alimento vivo y abastecer de manera continua la demanda de rotíferos en los sistemas de producción de juveniles de peces marinos de importancia comercial, considerados de alto potencial acuícola en la región del noroeste del océano Pacífico mexicano. MATERIALES Y MÉTODOS Obtención de los organismos experimentales El rotífero utilizado en esta investigación fue aislado después de la eclosión de huevos en diapausa presentes de forma natural en el sedimento de los estanques de cultivo de camarón blanco L. vannamei de una granja local del sur de Sinaloa, México (23°9'10,54”N, 106°18'22,84”W). Dicho sedimento fue colectado durante el secado de los estanques (enero-febrero de 2012), de donde se seleccionaron 3 kg de sedimento (como reservorio de quistes) proveniente de los primeros 10 cm de profundidad y se depositaron en estanques de 500 L de capacidad, llenados con agua de mar filtrada, esterilizada con filtros UV y fertilizada con urea, ácido fosfórico y salvado de trigo, de acuerdo a las proporciones recomendadas por Dhert et al. (1997) y Ludwig et al. (1998), para inducir la productividad primaria, en condiciones de temperatura ambiente. Una vez que los rotíferos de diversos géneros que eclosionaron de las muestras de sedimento presentaron la máxima producción, se seleccionaron hembras adultas portadoras de huevos mícticos que pasaron por el tamiz de 200 µm y que presentaron la mayor abundancia, para obtener rotíferos con tamaños apropiados (<150-200 µm) considerado un tamaño adecuado para la alimentación de larvas de peces de boca pequeña. Considerando este criterio, se separaron los rotíferos del complejo Brachionus de menor tamaño utilizando tubos capilares bajo un estereoscopio para trabajar con cultivos mono-específicos (Jung et al., 1997), con agua de mar filtrada y esterilizada con filtros UV, a 29°C y alimentados con la microalga Nannochloropsis sp. a una concentración de 1x106 cél. mL-1. Los rotíferos aislados fueron caracterizados morfológicamente utilizando la metodología descrita Dinámica poblacional del rotífero Brachionus ibericus por Fu et al. (1991) y Hagiwara et al. (1995), correspondiendo preliminarmente al género Brachionus (Koste, 1978; Segers, 1995), que registró una longitud y ancho de lórica de 193,8 ± 19,2 y 140,9 ± 12,1 µm (media ± DE) respectivamente y posterior-mente para identificar la especie utilizada se efectuó un análisis molecular, mediante la secuenciación de un fragmento del gen de citocromo oxidasa I (COI) del ADN mitocondrial. A través del programa BLAST® se procedió a alinear con secuencias del taxón Rotífera, identificando la especie Brachionus ibericus. La secuencia fue depositada en la base de datos Genbank® con el código de acceso (KJ949043). La cepa se encuentra disponible en el Laboratorio de Reproducción y Cultivo de Peces de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad Autónoma de Sinaloa, en Mazatlán, Sinaloa, México. Diseño experimental Se utilizaron cuatro dietas comerciales (Espirulina, RotiMac®, RotiGrow-Plus® y Nanno 3600®) y una dieta control con microalga viva Nannochloropsis sp. Siendo Espirulina (Prilabsa Inc., Mazatlán, México) y RotiMac (Biomarine Aquafauna Inc., Hawthorne, CA, USA) mezclas de microalgas secas para alimentar rotíferos y los productos RotiGrow-Plus y Nanno 3600 (Reed Mariculture Inc., Campbell, California) mezclas de microalgas concentradas con presentación en pasta. Los experimentos de alimentación se realizaron por quintuplicado. En cada experimento se administró la ración diaria de alimentación recomendada por el fabricante, que se realizó manualmente a intervalos de 6 h, durante 12 h. Para el caso de Nannochloropsis sp., se suministró dos raciones diarias a una concentración de 3x106 cél. mL-1 para una densidad de 200 rotíferos mL-1 (Aoki et al., 1995; Hino et al., 1997). Antes de iniciar los experimentos, los rotíferos fueron aclimatados a los tratamientos experimentales durante al menos cinco días y posteriormente se ajustó la densidad inicial a 10 rotíferos mL-1 en cada una de las réplicas de cada tratamiento. En todos los experimentos, la temperatura se mantuvo constante (29°C), utilizando calentadores termoregulados, y agua marina bombeada de la bahía de Mazatlán (salinidad de 34-36 ups), previamente tratada con un sistema de filtración en serie con cartuchos de 20, 10, 5 y 1 µm y esterilizada con filtros UV. El cultivo de rotíferos se realizó en garrafones transparentes de 12 L de volumen útil por un total de 13 días. En cada experimento se utilizaron mangueras de aireación para mantener la concentración de oxígeno superior a los 4 mg L-1, mientras que el pH se mantuvo a 8.0 ± 1.0 utilizando gotas de una solución de ácido clorhídrico (HCL) comercial. La temperatura y el 1161 oxígeno disuelto fueron monitoreados diariamente en todos los experimentos, utilizando un medidor óptico de oxígeno disuelto YSI modelo 550A y el pH fue medido con un potenciómetro Hanna HI 98128W modelo pHep. Determinación de la dinámica poblacional de rotíferos (tasa de crecimiento, tiempo de duplicación, densidad máxima y fecundidad) La densidad de los organismos experimentales se determinó en base al promedio de muestras triplicadas de 1 mL-1, tomadas de la unidad de cultivo con una pipeta y colocadas en una cámara Sedgwick-Rafter para el conteo de zooplancton. Los organismos se fijaron con una solución de Lugol y posteriormente contados con un microscopio estereoscópico. La tasa de crecimiento (r) fue calculada utilizando la ecuación sugerida por Oie et al. (1994): r = (lnNt - lnNo)• t-1, dónde No es la concentración inicial de organismos experimentales, Nt es la concentración de individuos al tiempo t y t es el periodo de cultivo en días. El tiempo de duplicación de la población se determinó mediante la función Td = ln2 r-1. La densidad máxima (Dmax) se estimó utilizando la máxima abundancia obtenida después de un tiempo t de cultivo y para la fecundidad se determinó el número de hembras portadoras y se reportó la proporción de huevos producidos por hembra (fecundidad) como un indicador de la estabilidad de los cultivos. Determinación del peso seco y el contenido orgánico de rotíferos Para determinar el peso seco y orgánico de rotíferos se tomaron muestras de 150 mL con una densidad de 200 rotíferos mL-1, los cuales se concentraron en filtros de fibra de vidrio Whatman GF/C de 47 mm de diámetro, previamente calibrados en una balanza analítica semimicro con precisión de 0,01 mg. Durante la concentración de las muestras, se eliminaron los residuos de sales marinas con una solución acuosa de formiato de amonio al 4%. Posteriormente, las muestras se secaron en periodos sucesivos de 24 h, en una estufa de convección a 60ºC, hasta obtener un peso constante en la balanza analítica semi-micro. Finalmente, las muestras se incineraron en una mufla a 450°C durante a lo menos 12 h, verificando nuevamente el peso constante. El valor obtenido representa el contenido inorgánico de las muestras y el contenido de biomasa orgánica se calculó por diferencia entre el peso seco total y peso de las cenizas. Procesamiento y análisis de los datos El efecto de los tratamientos sobre la biomasa seca y orgánica, tasa de crecimiento, tiempo de duplicación, 1162 Latin American Journal of Aquatic Research densidad máxima y proporción de huevos por hembra de los rotíferos, fueron contrastados mediante la técnica de análisis de varianza (ANDEVA) de un factor. Previamente, los datos fueron sometidos a las pruebas de normalidad de Lilliefors y homogeneidad de varianzas de Bartlett (Zar, 1999). Dado que las variables de respuesta cumplieron con estas condiciones, se aplicó procedimientos paramétricos (Estadístico F). Cuando los análisis ANDEVA resultaron significativos (P < 0,05), se aplicaron pruebas de comparaciones múltiples de Tukey. RESULTADOS Características bioquímicas de las dietas experimentales utilizadas como alimento La Tabla 1 muestra las características bioquímicas proximales (proteínas, carbohidratos y lípidos) de las dietas experimentales, en términos de porcentajes relativos a la biomasa seca (%BS) y el contenido energético en Jouls mg-1 de biomasa seca (J mg-1 BS). Los valores de la composición proximal de las dietas comerciales fueron las reportadas por los fabricantes, mientras que los de la microalga viva Nannochloropsis sp. se obtuvieron de Martínez-Brown (2001). El contenido energético se calculó a partir de la composición proximal utilizando los equivalentes calóricos de Brett & Groves (1977), como se muestra en la Tabla 1, la cual describe el contenido de proteínas de las dietas en orden de importancia descendente, como sigue Espirulina > RotiGrow = Nanno 3600 > RotiMac > Nannochloropsis sp., mientras que el contenido de carbohidratos fue, en el mismo orden, RotiMac > RotiGrow = Nanno 3600 > Espirulina > Nannochloropsis sp. Los lípidos estuvieron presentes en el siguiente orden descendente RotiGrow = Nanno 3600 > Nannochloropsis sp. > RotiMac > Espirulina. El contenido energético de las dietas Nannochloropsis sp., RotiGrow, Nanno 3600, Espirulina y RotiMac fueron respectivamente de 25,9; 22,7; 22,7; 21,1 y 19,2 J mg-1 BS. Contenido de biomasa seca (BS) y biomasa orgánica (BO) de los rotíferos alimentados con las dietas experimentales La Figura 1 muestra los valores promedio (± DE) de la biomasa seca (BS) y la biomasa orgánica (BO) de los rotíferos alimentados con las diferentes dietas. El análisis de varianza indicó un efecto significativo de las dietas sobre la biomasa seca de rotíferos (ANDEVA, F0.05,4 = 15,63, P < 0,05). Las comparaciones múltiples de Tukey indicaron que los rotíferos alimentados con RotiMac registraron la menor BS (0,10 ± 0,01 µg rot-1), pero no fue significativamente diferente (P > 0,05) de la registrada con Espirulina (0,15 ± 0,03 µg rot -1). Cuando los rotíferos se alimentaron con Nanno 3600, la BS mostró un incremento importante (0,21 ± 0,02 µg rot-1), pero las comparaciones múltiples indicaron que no fue diferente (P > 0,05) a la biomasa seca registrada para los rotíferos alimentados con Espirulina 0,15 ± 0,03 μg rot-1). RotiGrow (0,19 ± 0,04 µg rot-1). La dieta a base de la alga viva Nannochloropsis sp. originó la mayor biomasa seca de rotíferos (0,26 ± 0,06 µg rot -1), pero no fue estadísticamente diferente de la registrada en los rotíferos alimentados con Nanno 3600 (comparaciones múltiples de Tukey, P > 0,05). Con respecto al promedio de la biomasa orgánica (BO) de los rotíferos alimentados con las diferentes dietas, los análisis estadísticos mostraron un efecto significativo (ANDEVA, F0.05,4 = 40,56, P < 0,05). Los valores menores se registraron en los rotíferos alimentados con RotiMac (0,07 ± 0,1 µg rot -1) y Espirulina (0,09 ± 0,02 µg rot-1) y no fueron estadísticamente diferentes (P > 0,05). Los valores mayores y similares fueron obtenidos con Nannochloropsis sp. (0,20 ± 0,02 µg rot-1) y Nanno 3600 (0,19 ± 0,01 µg rot-1), mientras que cuando los rotíferos se alimentaron con RotiGrow se registró una BO intermedia (0,15 ± 0,03 µg rot-1) y fue estadísticamente diferente del resto de los tratamientos (comparaciones múltiples de Tukey, P < 0,05). Tasa de crecimiento poblacional y la fecundidad (proporción de huevos por hembra) En la Figura 2 se muestran los análisis que denotan las diferencias entre tasas de crecimiento y fecundidad de los rotíferos alimentados con las diferentes dietas durante 13 días de cultivo. El análisis indicó que hubo un efecto significativo de las dietas sobre la tasa de crecimiento de rotíferos (ANDEVA, F0.05,4 = 70,01, P < 0,05). Las comparaciones múltiples señalaron que los rotíferos alimentados con Nannochloropsis sp. y RotiMac presentaron las menores tasas de crecimiento (0,20 ± 0,01 y 0,21 ± 0,01 rot día-1, respectivamente) y no fueron estadísticamente diferentes (Tukey, P > 0,05), mientras que cuando se alimentaron con Nanno 3600 y RotiGrow se registraron las mayores tasas de crecimiento (0,27 ± 0,01 y 0,26 ± 0,01 rot día -1, respectivamente), sin ser estadísticamente diferentes. Se presentó una tasa de crecimiento intermedia cuando los rotíferos se alimentaron con Espirulina (0,23 ± 0,02 rot día-1) y fue diferente al resto de los tratamientos. Los valores promedio de la fecundidad fueron significativamente diferentes cuando se alimentaron con dietas comerciales y Nannochloropsis sp. (ANDEVA, F0.05,4 = 54,39, P < 0,05) (Fig. 2). Las comparaciones múltiples indicaron que el valor significativamente menor se registró con Espirulina (0,16 ± 0,01 huevos Dinámica poblacional del rotífero Brachionus ibericus 1163 Tabla 1. Características bioquímicas en porcentaje de biomasa seca (%BS) y contenido energético (J mg-1 BS) de las dietas experimentales. *Energía calculada a partir del contenido proximal, utilizando los equivalentes calóricos de Brett & Groves (1977) mediante la ecuación Energía total = (P*23,86)+(C*17,16)+(L*36,42), donde P, C y L son la proporción de proteínas, carbohidratos y lípidos de la muestra, respectivamente. Dieta Espirulina Nannochloropsis sp. RotiMac RotiGrow Nanno 3600 Proteínas 65,0 25,3 37,4 58,6 58,6 Carbohidratos 17,5 8,2 35,0 20,0 20,0 Lípidos 7,0 15,8 11,7 14,5 14,5 Energía* 21,1 25,9 19,2 22,7 22,7 Figura 1. Valores promedio ± DE de la biomasa seca (BS, µg rot-1) y biomasa orgánica (BO, µg rot-1) de los rotíferos alimentados con dietas experimentales. Esp: Espirulina y Nanno: Nannochloropsis sp. Letras iguales o comunes en la parte superior de las columnas indican que no hay diferencias significativas entre tratamientos. Figura 2. Valores promedios ± DE de la tasa intrínseca de crecimiento (r) (rot día-1) y la fecundidad (huevos hembra1 ) de rotíferos alimentados con dietas experimentales. Esp: Espirulina y Nanno: Nannochloropsis sp. Letras iguales o comunes en la parte superior de las columnas indican que no hay diferencias significativas entre tratamientos. hembra-1), mientras que el valor promedio significativamente mayor se obtuvo cuando se suministró RotiGrow (0,39 ± 0,03 huevos hembra-1). El resto de los tratamientos no fueron estadísticamente diferentes con valores promedio de 0,23 ± 0,03; 0,25 ± 0,02 y 0,27 ± 0,03 huevos hembra-1 para los rotíferos alimentados con RotiMac, Nanno 3600 y Nannochloropsis sp., respectivamente. tratamientos (P < 0,05; comparaciones múltiples de Tukey). Los tiempos de duplicación de los rotíferos alimentados con Nannochloropsis sp. y RotiMac no fueron estadísticamente diferentes; sin embargo, con estas dietas tardaron más tiempo en duplicarse con valores de 3,34 ± 0,09 y 3,42 ± 0,04 h, respectivamente. Tiempo de duplicación Cuando los rotíferos fueron alimentados con las diferentes dietas se detectó un efecto significativo sobre el tiempo de duplicación (ANDEVA, F0.05,4 = 54,50; P < 0,05) (Fig. 3). Las dietas con las que se duplicó con mayor rapidez la población fueron RotiGrow (2,6 ± 0,04 h) y Nanno 3600 (2,7 ± 0,05 h) y no fueron estadísticamente diferentes (P > 0,05; comparaciones múltiples de Tukey); mientras que cuando se suministró Espirulina se obtuvo un tiempo de duplicación de (3,02 ± 0,23 h) y fue estadísticamente diferente a todos los Densidad máxima La Figura 4 muestra la densidad máxima de los rotíferos alimentados con las diferentes dietas, con resultados que indicaron diferencias estadísticas entre tratamientos (ANDEVA, F0.05,4 = 53,22, P < 0,05). Las comparaciones múltiples mostraron que las menores densidades se registraron en los rotíferos alimentados con Espirulina (215 ± 20,3 rot mL-1) y RotiMac (217 ± 7,3 rot mL-1) sin presentar diferencias estadísticas (P > 0,05). En el resto de los tratamientos, las densidades máximas resultaron estadísticamente diferentes (P < 0,05) con valores en orden ascendente de 255 ± 12,9, 290 ± 16,4 y 344 ± 22,0 rot mL-1 para los rotíferos ali- 1164 Latin American Journal of Aquatic Research Figura 3. Valores promedios ± DE del tiempo de duplicación (Td, h) de rotíferos alimentados con dietas experimentales. Esp: Espirulina y Nanno: Nannochloropsis sp. Letras iguales o comunes en la parte superior de las columnas indican que no hay diferencias significativas entre tratamientos. Figura 4. Valores promedios ± DE de la densidad máxima (Dmax, rot mL-1) de rotíferos alimentados con dietas experimentales. Esp: Espirulina y Nanno: Nannochloropsis sp. Letras iguales o comunes en la parte superior de las columnas indican que no hay diferencias significativas entre tratamientos. mentados con Nannochloropsis sp., Nanno 3600 y RotiGrow, respectivamente. detritos (Yin et al., 2013), incluso de alimentos artificiales (Jeeja et al., 2011), microalgas en pastas congeladas (Guevara et al., 2011) y liofilizadas (RuedaJasso, 1996). Sin embargo, el efecto de la dieta sobre las características de la dinámica poblacional de los rotíferos estudiados, confirma que la dieta es considerada como el criterio más importante que en general, afecta su crecimiento y máxima densidad poblacional (Srivastava et al., 2006). DISCUSIÓN El valor nutricional de los rotíferos depende de su biomasa seca, contenido calórico y composición química (Lubzens et al., 1989). La biomasa seca de los rotíferos alimentados con dietas monoalgales y enriquecidos con productos comerciales contiene aproximadamente 25-63% de proteínas, 6-36% de lípidos y 6-15% de carbohidratos (Cariç et al., 1993; Rueda-Jasso, 1996; Sayegh et al., 2007; Conceição et al., 2009; Demir & Dicken, 2011; Jeeja et al., 2011). Los resultados muestran que la composición proximal de los rotíferos estudiados se encontró en el intervalo descrito en la literatura. La variabilidad observada apoya la conclusión de que las proporciones de estos nutrientes cambian cuando los rotíferos son alimentados con diferentes especies de microalgas o dietas enriquecidas artificialmente (Sayegh et al., 2007); mientras que el contenido energético estuvo comprendido en el intervalo de 16 a 27 J mg-1 de biomasa seca, reportados por Theilacker & McMaster (1971) y Yúfera et al. (1997). Por otra parte, los resultados indicaron que los rotíferos tuvieron la capacidad de aclimatarse y crecer en todas las condiciones experimentales probadas, pero su dinámica poblacional fue dependiente de la dieta utilizada. Lo anterior no es raro, pues muchos trabajos de investigación han demostrado que los rotíferos del género Brachionus se alimentan de microalgas vivas, levadura de pan y de cerveza, protozoarios, bacterias y Un indicador confiable del estado de salud de los cultivos de rotíferos, es la proporción de huevos por hembra (fecundidad) (Snell et al., 1987). Sarma et al. (2005), reportaron que en condiciones sin estrés, la proporción de huevos por hembras puede variar de 0,22,5, dependiendo de la especie y el estado de crecimiento de la población. Snell et al. (1987) mencionan que si la proporción de huevos por hembra es <0,13 las condiciones del cultivo son adversas, con la consecuente disminución de la población. La variabilidad observada durante el periodo de cultivo, mostró que los rotíferos alimentados con RotiGrow registraron la mayor fecundidad promedio (0,39 huevos hembra-1) y los alimentados con Espirulina la menor (0,16 huevos hembra-1), mientras que el resto de las dietas presentaron valores promedio similares entre 0,23 y 0,27 huevos hembra-1. Esto indica que los rotíferos alimentados con Espirulina estuvieron en condiciones menos favorables durante el periodo experimental, que también se reflejó en las bajas tasas de crecimiento, mayor tiempo de duplicación, menor densidad máxima y menor biomasa seca y orgánica, esto último, asociado probablemente con la baja fecundidad, puesto que existe correlación positiva entre Dinámica poblacional del rotífero Brachionus ibericus la fecundidad y peso seco de los rotíferos (Yúfera et al., 1993). Rosas et al. (1998) también reportaron que las dietas secas pulverizadas de Espirulina indujeron bajas tasas de crecimiento en rotíferos. Jabeur et al. (2013) le atribuyen este efecto al tamaño de la microalga, ya que los rotíferos no pueden filtrar partículas >18 µm, por lo que a pesar de la pulverización fina de Espirulina, probablemente tuvo mayor tamaño. Además, aunque la Espirulina pulverizada es muy rica en proteínas y vitaminas, posee cantidades reducidas de los aminoácidos metionina, cisteína y lisina, y carece de suficiente grasa (Babadzhanov et al., 2004; Masha et al., 2013) como para sustentar adecuadamente el crecimiento de rotíferos. Otra dieta que fue precursora de valores inferiores en la densidad máxima y en la biomasa seca y orgánica de los rotíferos, fue RotiMac que es una dieta enriquecida con emulsiones comerciales, que cuando se utilizó como alimento, se observó ocasionalmente la aparición de colonias bacterianas (con una tonalidad rosa) en el fondo de los recipientes de cultivo. Esto puede explicar el efecto poco favorable de esta dieta enriquecida sobre la dinámica poblacional de rotíferos. Al respecto, Cisneros (2011) menciona que es común utilizar emulsiones para enriquecer rotíferos con proteínas y ácidos grasos, pero durante periodos de enriquecimientos largos con frecuencia se produce la acumulación de grasa, afectando negativamente la calidad sanitaria de los cultivos. En este sentido, Haché & Plante (2011) demostraron que después de un proceso de enriquecimiento de rotíferos con emulsiones comerciales, se incrementó el número de colonias bacterianas. La tasa de crecimiento poblacional (r) es una variable que integra supervivencia, fecundidad, tiempo de desarrollo y reproducción (Viayeh et al., 2010), por lo tanto no es sorprendente que los tipos de dietas hayan tenido influencia sobre esta variable poblacional de rotíferos. Suantika et al. (2003) mencionan que (r) es un buen indicador de la dinámica poblacional de rotíferos, así como para la evaluación de la producción de rotíferos en los sistemas de cultivo; incluso se utiliza para estimar el tiempo de duplicación de la población (Theilacker & McMaster, 1971). En este estudio, (r) fue sensible como un índice central para evaluar la conveniencia relativa de diferentes dietas experimentales, los valores promedio obtenidos fluctuaron entre 0,20 y 0,27, con las mayores tasas de crecimiento en los rotíferos alimentados con Nanno 3600 y RotiGrow. Las tasas de crecimiento (r) reportadas para las especies de Brachionus, en diferentes condiciones de cultivo, fluctúan entre 0,2 y 1,0, y en unos pocos casos llegan hasta 2,0 (Miracle & Serra, 1989). En el presente estudio, los valores de (r) para la especie 1165 analizada se encontraron en el límite inferior del intervalo reportado en la literatura, pero la comparación es complicada debido a las diferentes condiciones experimentales en que fueron determinadas y a que algunos valores de (r) son reportados sólo en la fase de crecimiento exponencial. Algunos estudios comparables, fueron los realizados por Theilacker & McMaster (1971) con valores de 0,62 a 0,82 día-1; Sarma & Nandini (2002) con dos especies de Brachionus con valores entre 0,06 y 0,2 día-1; por Hotos (2003) en rotíferos alimentados con microalgas vivas en salinidades de 30 ups, con valores de (r) en el intervalo de 0,43 a 0,61 día-1; por Yin & Zhao (2008) quienes estudiaron el crecimiento de seis variedades de Brachionus plicatilis, con valores de (r) <1,0 día-1, y finalmente por Cisneros (2011) con rotíferos alimentados con diferentes enriquecedores, que obtuvo valores entre 0,02 y 0,38 día-1. Yin & Zhao (2008) mencionan que la salinidad tiene un efecto notable sobre la tasa de crecimiento de los rotíferos, y que además el efecto es clon-específico. Con respecto a la especie estudiada, no se tiene información específica sobre el efecto de la salinidad, pero pudo haber sido un factor de variabilidad, sobre la dinámica poblacional, como ha sido reportado para otras especies del género Brachionus. La densidad máxima de la población indica la abundancia que puede ser soportada por las condiciones de cultivo probadas y refleja la reproducción y supervivencia de las especies del zooplancton y resume la historia de aclimatación de la población a condiciones experimentales (Krebs, 1985). En cambio, el tiempo de duplicación, permite predecir la abundancia de rotíferos en cualquier punto de la curva de crecimiento y es un concepto similar al tiempo generacional (tiempo promedio entre el nacimiento de los padres y el de los descendientes) (Gillooly, 2000). En este estudio, el tiempo de duplicación indicó que el tiempo generacional fue más largo para los rotíferos alimentados con RotiMac y Nannochloropsis sp., intermedio para los alimentados con Espirulina y muy corto para RotiGrow y Nanno 3600. El tiempo de duplicación de rotíferos alimentados con diferentes dietas, reportadas en la literatura, varía de 1,43 a 5,97 h (James et al., 1983), mientras que en el presente trabajo estuvo entre 2,5 y 3,4 h. Por lo tanto, los valores obtenidos se encuentran dentro del intervalo registrado para distintas cepas del complejo de B. plicatilis. Las diferencias estructurales y bioquímicas de las dieta también pudieron haber afectado la dinámica poblacional de los rotíferos estudiados. La microalga viva Nannochloropsis sp. es utilizada ampliamente en los laboratorios y en los criaderos comerciales para alimentar rotíferos, debido a su adecuada calidad 1166 Latin American Journal of Aquatic Research nutricional (Zou et al., 2000). Sin embargo, demostró ser una dieta inferior que RotiGrow, en términos de tasas de crecimiento, fecundidad, tiempos de duplicación y densidades máximas, induciendo valores de fecundidad y de biomasa seca y orgánica similares a los obtenidos con Nanno 3600. RotiGrow y Nanno 3600 son pastas de Nannochloropsis sp. congelada, enriquecida con ácidos grasos altamente insaturados, ácido eicosapentaenoico, ácido araquidónico y vitaminas, con mayor proporción en RotiGrow. Alternativamente, como lo indican los datos de la composición proximal y contenido energético de las dietas; las semejanzas registradas, pudieron deberse al contenido de cantidades similares de lípidos y energía, mientras que las discrepancias se debieron probablemente a las diferencias en el contenido de proteínas, con mayor énfasis en la razón proteínas/lípidos, puesto que Øie & Olsen (1997) reportaron que existe correlación positiva entre la tasa de crecimiento y el contenido de proteínas y la razón proteínas/lípidos de los rotíferos. Adicionalmente, las dietas Espirulina y Rotimac son microalgas secas que tuvieron menores valores en los valores de dinámica poblacional, lo cual es coincidente con los resultados encontrados en otros trabajos, donde reportan que las dietas secas inducen bajas tasas de crecimiento (Mostary et al., 2010). CONCLUSIONES Las mayores tasas de crecimiento, fecundidad y densidades máximas, así como los menores tiempos de duplicación de Brachionus ibericus, se obtuvieron con la dieta comercial RotiGrow, seguido por Nanno 3600, superando en ocasiones a las obtenidas con Nannochloropsis sp. Los resultados indicaron que RotiGrow y Nanno 3600 pueden ser utilizados como sustitutos para alimentar y crecer la cepa de rotíferos estudiada, con resultados más satisfactorios que con Nannochloropsis sp. Finalmente, los estudios de dinámica poblacional son particularmente útiles debido a que los rotíferos pueden tener características cepa-específica en su potencial de crecimiento. En el caso de B. ibericus, es relevante debido a que esta especie es nativa de la región y no hay antecedentes de estudios anteriores. La significancia de este experimento es que la cepa de rotíferos analizada constituye una especie nativa potencialmente viable para la producción de biomasa para la alimentación larvaria, debido a su tamaño pequeño con longitud y ancho de lórica de 193,8 ± 19,2 y 140,9 ± 12,1 µm (media ± DE), respectivamente; y a que presenta altas tasas de crecimiento en varias condiciones de alimentación. AGRADECIMIENTOS Agradecemos el financiamiento otorgado por el Programa de Fomento y Apoyos a proyectos de Investigación (PROFAPI2011/155) de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Se agradece las facilidades de obtención del sedimento al B.A. Jorge Watson de Acuícola San Jorge S.A. de C.V. REFERENCIAS Aoki, S., J. Kanda & A. Hino. 1995. Measurements of the nitrogen budget in therotifer Brachionus plicatilis by using 15N. Fish. Sci., 61: 406-410. Babadzhanov, A.S., N. Abdusamatova, F.M. Yusupova, N. Faizullaeva, L.G. Mezhlumyan & M. Malikova. 2004. 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Rodrigues1, Luis Romano1 & Luís Sampaio1 1 Universidade Federal do Rio Grande, Instituto de Oceanografia, CP 474, Rio Grande, RS, Brazil 2 Virginia Tech, Virginia Seafood Agricultural Research and Extension Center 102 S King Street, Hampton, VA, 23669, USA ABSTRACT. Cobia (Rachycentron canadum) is a marine finfish with good potential for mariculture. This study analyzes the effects of probiotic Bacillus spp. on the performance of cobia larvae reared in a recirculating aquaculture system (RAS). Larvae were stocked into two independent RAS for 26 days after hatching. One of the systems (Probiotic treatment) received the addition of a commercial probiotic consisting of B. subtilis, B. licheniformis and B. pumilus directly into the water and by live feed. Survival, final weight and water quality were not affected by probiotics. Results showed larvae of the probiotic treatment demonstrated a greater resistance to salinity stress. Immunohistochemical analysis showed a higher expression of CD4 in probiotic treatment. These results suggest that Bacillus spp. probiotics used in RAS have a potential stimulating impact on immune system differentiation and increases salinity stress resistance of cobia larvae. Keywords: Rachycentron canadum, cobia, Bacillus, aquaculture, immunostimulation, immunohistochemistry, mariculture. Efectos probióticos sobre las larvas de cobia Rachycentron canadum criadas en un sistema de recirculación de agua RESUMEN. Cobia (Rachycentron canadum) es una especie de pez marino con buen potencial para la maricultura. Este estudio analiza los efectos del probiótico Bacillus spp. sobre el desempeño de las larvas de cobia criadas en un sistema de recirculación de agua (RAS). Las larvas fueron sembradas en dos RAS independientes durante 26 días después de la eclosión. Uno de los sistemas (tratamiento experimental) recibió la adición de un probiótico comercial que consiste en B. subtilis, B. licheniformis y B. pumilus directamente en el agua y por alimento vivo. La sobrevivencia, peso final y calidad del agua no se vieron afectados por los probióticos. Los resultados mostraron que las larvas del tratamiento probiótico presentaron una mayor resistencia al estrés por estrés salino. El análisis inmunohistoquímico mostró una mayor expresión de CD4 en el tratamiento probiótico. Estos resultados sugieren que estos probióticos utilizados en las larvas de cobia en RAS tienen un potencial impacto estimulante sobre la diferenciación del sistema inmunológico y aumenta la resistencia al estrés de las larvas de cobia. Palabras clave: Rachycentron canadum, cobia, Bacillus, acuicultura, inmunoestimulación, inmunohistoquímico, maricultura. ___________________ Corresponding author: M. Angélica Garrido-Pereira ([email protected]) INTRODUCTION Cobia (Rachycentron canadum) is a marine finfish that has an emerging global potential for mariculture due to its extraordinary growth rate (Sampaio et al., 2011) and overall aquaculture performance (Holt et al., 2007). Aquaculture environments can be stressful, triggering high mortality, especially during larval rearing (Avella et al., 2010). Typical intensive larviculture production protocols can cause disease by opportunistic pathogens (Hansen & Olafsen, 1999) and in order to avoid these potential diseases and antimicrobial drugs, the use of probiotics in aquaculture is suggested (Gatesoupe, 1999; Velmurugan & Rajagopal, 2009). Bacillus spp. probiotics are commonly used in animals and the beneficial roles of Bacillus spore applications 1170 Latin American Journal of Aquatic Research in the aquaculture field are well established (Queiroz & Boyd, 1998). Probiotics can be defined as live microbial feed supplements that can improve host intestinal microbial balance of the host and in turn its health (Gatesoupe, 1999). It has also other beneficial effects, as improvement of water quality (Wang et al., 2008). In aquaculture, probiotics can be inoculated into the rearing water or incorporated into the dry or live feed (Taoka et al., 2006). Several positive effects of probiotics in fish culture have been demonstrated, such as higher survival (Velmurugan & Rajagopal, 2009), faster growth (Aly et al., 2008), improved stress tolerance (Rollo et al., 2006), immune system enhancement (Picchietti et al., 2009; Cha et al., 2013), and general welfare (Silvi et al., 2008). These multiple effects of probiotics confirm their successful use in fish husbandry areas including nutrition, environmental control and immunity (Lazado & Caipang, 2014). The effects of probiotics on immune response include the enhancement of non-specific immune responses (Taoka et al., 2006) and increase of T-cells (Picchietti et al., 2009). Some immunohistochemical markers can be used to study leukocyte populations, like the T-cell co-receptors CD3 and CD4 that are essential for cell-mediated immunity (Laing et al., 2006). The CD4 co-receptor occurs in T-helper cells, which play a central role in the immune system (Romano, 2010). Immunohistochemistry is an important technique that can be used to evaluate fish immunity although most studies on probiotics in fish culture focus on pathogen challenge (Picchietti et al., 2007). Recirculating systems can be used to maximize biosecurity and seasonal environmental influences (Lyndon, 1999) in marine larviculture. However, few studies have evaluated the use of probiotics in these systems (Chen & Chen, 2001; Taoka et al., 2006). Thus, this study aims to examine the effects of a probiotic composed of three Bacillus strains on survival, growth, immunostimulation, and resistance to a salinity stress challenge in cobia larvae reared in a RAS. MATERIALS AND METHODS The experiment was conducted at Virginia Tech's Virginia Seafood Agricultural Research and Extension Center (VSAREC) (Hampton, VA, USA). Two independent RAS were used in this experiment, each comprised of three tanks (300 L each) (Holt et al., 2007). The probiotic treatment and the control were randomly assigned to one recirculation system each (n = 3); because of the nature of the study, tanks could not be randomized among systems. Fertilized cobia eggs were transported from Trout Lodge Marine Farms (Vero Beach, FL, USA) to the VSAREC. Eggs were incubated until hatching and newly hatched larvae were stocked into the experimental tanks at a density of 15 larvae per liter. Larvae were produced according to standard larviculture production protocols (McLean et al., 2009). They were maintained in a green water system, by algal paste additions (Instant Algae Nanno 3600, Reed Mariculture, Campbell, CA, USA) in a concentration of 106 cells mL-1. L-type rotifers were enriched for 6 h with Protein Selco Plus (INVE, Salt Lake City, UT, USA) and were fed from 2 through 9 dph. Newly hatched AF Artemia (INVE, Salt Lake City, UT, USA) were fed from 7 through 10 dph and enriched GSL Artemia (INVE, Salt Lake City, UT, USA) were fed from 10 through 23 dph. Artemia were enriched for 24 h with DC DHA Selco (INVE, Salt Lake City, UT, USA). Co-feeding of larvae with Otohime Marine Larvae Weaning Diets (Reed Mariculture, Campbell, CA, USA) began on 15 dph, weaning protocols began on 21 dph, and all fish were fully weaned and Artemia discontinued by 23 dph. Flow rate in the RAS was maintained at 60 L h-1 from stocking through 9 dph. On 10 dph, flow increased to 90 L h-1; on 12 dph, flow was increased to 120 L h-1; on 13 dph, flow increased to 180 L h-1; on16 dph, flow was increased to 240 L h-1 and on 18 dph flow increased to 300 L h-1 and remained there for the rest of the study. The photoperiod was maintained at 24 h light using fluorescent light banks. Initial system salinity was 35 g L-1, which was reduced 1 g L-1 per day until a final salinity of 22 g L-1 was achieved at 13 dph. At the end of the experiment (26 days post hatch), 150 fingerlings were randomly sampled from each tank to determine final individual weight. All remaining larvae from the six experimental tanks were counted to determine survival. A commercial Bacillus mixture provided by INVE Technologies (Belgium) was used. It is composed of B. subtilis, B. pumilus and B. licheniformis (1x1010 CFU g-1). Each Probiotic treatment tank received a daily probiotic dose of 5 g m-³ directly into the water (5x104 CFU mL-1), equally divided into four applications. Live feeds for this treatment were also enriched with the probiotic, adding 0.5 g L-1 of enrichment medium 6 h prior to harvesting, according to the manufacturers specifications. Temperature, salinity, pH, dissolved oxygen, alkalinity, total ammonia-nitrogen (TAN), nitrite (NO2), and Probiotic effects on cobia Rachycentron canadum larvae nitrate (NO3) were monitored daily. Water temperature ranged from 27.9-28.5°C, dissolved oxygen concentration was maintained above 6.1 mg L-1 and pH was 7.9 ± 0.1. Alkalinity ranged from 142-186 mg L-1. Water samples for microbial analysis were taken daily and determined by plating 1 mL water sample from each tank. The culture medium Trypticase™ Soy Agar 2% NaCl was used for total spore-forming bacteria abundance after sample pasteurization in order to eliminate non-spore-forming vegetative cells (Miskin et al., 1998), assuming that most of the sporeforming cells were Bacillus. For total Vibrio, the samples were placed on Thiosulfate Citrate Bile Salt Sucrose agar. Abundance was expressed in colonyforming units per mL (CFU m L-1) according to Banwart (1989). After 26 days, a stress challenge was carried out according to Dhert et al. (1992). Ten fish per tank were transferred to 2 L-beakers at 60 ppt salinity and survival was monitored at 5-min intervals until mortality reached 100%. The sensitivity to the stress of salinity was expressed by the Stress Sensitivity Index (SSI), which was calculated as the sum of cumulative mortality observed over the test period (Dhert et al., 1992). The higher numeric value of the index indicates greater mortality of the larvae, which denotes that they were less able to tolerate the stress of the salinity shock. At the completion of the study ten fish per tank were sampled for immuno histochemical analysis of the thymus. They were fixed in 10% buffered formalin, embedded in paraffin and sections stained with haematoxylin and eosin. In addition histological sections were also stained using immuno histochemical procedures, according to a modified avidin-biotinperoxidase complex technique (Hsu et al., 1981; Prophet et al., 1992). This involved tissue slides being deparaffinised, rinsed with xylol and then rehydrated with alcohols of different grades (absolute ethanol, 90, 80, 70, 50%). The endogenous peroxidase activity was blocked by incubating the slides for 20 min in 0.3% H2O2 in a 5% methanol solution. After washing the slides in water and PBS/0.05%-Tween 20 solution, they were incubated in normal 1/100 serum (Vectastain Universal Elite, BC Kit, Vector) in a 10% PBS bovine serum albumin (BSA) solution at normal temperature for 30 min in a humid chamber. After incubation, the primary anti- CD3 a CD4 antibody (Dako, Argentina) was added at a dilution of 1:200 in PBS-BSA 10%, and the slides were incubated overnight at 41°C in humid chamber. This was followed by rinsing and incubation for 7 min in a 50 mL 30.3-diaminobenzidine (DAB, Sigma-Aldrich) solution containing 1% PBS-BSA in 50 mL H2O2. Counterstaining was then performed with haematoxylin. The CD3 and CD4 receptors were 1171 submitted to quantitative analysis of phenotype expression percentage per square millimeter of tissue (Romano et al., 1996) using the software Bioscan OPTIMAS® 6.1 (Weibel, 1979). All data was compared using a Student’s T test with Statistica® 7.0 (StatSoft, Inc., Tulsa, OK, USA). Differences were considered significant at P < 0.05. RESULTS Throughout the experimental period all water quality parameters were maintained within suitable ranges for cobia. There were no significant differences (P > 0.05) in survival, final weight, water quality and total Vibrio counts between treatments. Nevertheless, total count of spore-forming bacteria in the probiotic treatment differed statistically, with a higher concentration in the probiotic treatment (P < 0.05) (Table 1). In the stress challenge, the probiotic treatment had lower Stress Sensitivity Index than the control (P < 0.01) (Fig. 1). The expression of CD3 in thymus tissue showed no statistical differences between groups. However, CD4 expression was significantly higher (P < 0.01) in the probiotic treatment (43.7 ± 6.2% CD4 cell mm-²) than in the control (25.4 ± 3.5% CD4 cell mm-²) 7 (Fig. 2). DISCUSSION The use of Bacillus species as a probiotic in aquaculture is common (Gatesoupe, 1999). For example, it has been shown that Bacillus subtilis can improve the immune conditions, growth and survival of Oreochromis niloticus (Aly et al., 2008), Ictalurus punctatus (Queiroz & Boyd, 1998) and shrimp Penaeus monodon (Rengpipat et al., 2000). Due to the addition of commercial Bacillus strains into probiotic treatment, total spore-forming bacteria counts were higher in this group. The water exchange rate in the RAS tanks is increased as fish grow larger to maintain homogeneous fish and live feed distribution (Holt et al., 2007). This practice makes water recirculate faster in the system filters, mechanically removing probiotics, and it increases the flow of water into the UV sterilizer. In open aquaculture systems such as ponds and tanks, probiotics are added after each water exchange. However, in RAS the appropriate frequency of probiotics addition has not been determined and would likely differ from that recommended by the manufacturers for open systems (Garrido-Pereira et al., 2013). The presence of sporeforming bacteria in control may be explained by the presence of different bacteria sporulating in marine water (Tarasenko et al., 2012). 1172 Latin American Journal of Aquatic Research Table 1. Survival (SR), final weight (FW), total ammonia (TAN), nitrite (NO2), nitrate (NO3), total Vibrio (TV) and total spore-forming bacteria (TSB) of cobia larvae reared for 26 days. Values represent mean ± standard deviation of two treatments from triplicate tanks. Values in the same column with different superscript are significantly different from each other (P < 0.05). Treatment SR (%) FW (mg) Probiotic Control 14.9 ± 2.4a 15.1 ± 0.9 a 170 ± 10a 160 ± 10a TAN (mg L-1) 0.13 ± 0.04a 0.12 ± 0.03a Figure 1. Stress Sensitivity Index of cobia larvae reared with or without probiotic at the end of experimental period. Vertical bars represent one standard deviation and asterisk shows statistically significant difference (P < 0.01). Vibrio spp. are normally present in larval gut flora and in the live feed, and they usually cause disease under sub-optimal culture conditions (Decamp et al., 2008). Several authors (Moriarty, 1998; Gatesoupe, 1999; Chen & Chen, 2001; Vaseeharan & Ramasamy, 2003) reported an inhibitory effect of circulating Bacillus on Vibrio loads. In our trial Vibrio counts were apparently not affected by probiotic bacteria, but fish showed no sign of vibriosis or other diseases. Larvae reared with probiotic during this trial showed greater resistance to the stress test, suggesting that larvae supplemented with Bacillus spp. have better quality than those reared without probiotic. According to Dhert et al. (1992), when organisms are exposed to different treatments they will first undergo some physiological changes, which will inevitably affect their resistance, before the impact on growth and survival may be noticed. Survival is commonly used as a sole indicator in determining larval quality, however it can be influenced by many parameters and it does not reveal the actual condition of the fish. Immuno histochemistry analysis confirmed CD3 and CD4 thymocytes at 26 dph in cobia, suggesting that NO2 (mg L-1) 0.05 ± 0.03a 0.04 ± 0.02a NO3 (mg L-1) 2.99 ± 0.81a 2.93 ± 0.70a TV (CFU mL-1) 3366 ± 522a 4964 ± 902a TSB (CFU mL-1) 901 ± 88 a 61 ± 24 b Figure 2. CD3 and CD4 expression (%/mm²) in thymus of cobia larvae reared with or without probiotic. Vertical bars represent one standard deviation and asterisk shows significantly statistic difference (P < 0.01). critical events of differentiation of T lymphocytes could occur before weaning in this species. The thymus plays a pivotal role in the adaptive immune system and the CD3 complex is a co-receptor that serves as a marker for general T cell identification in fish (Øvergård et al., 2009). One of the major subclasses of T cells is CD4expressing cells called T helper, which is originally a CD3-expressing lymphocyte that receives a CD4 receptor during the process of maturation (Laing et al., 2006). This type of lymphocyte stimulates the secretion of cytokines that produce antibody responses or lead to macrophage activation (Buonocore et al., 2008). In present work there was no increase in the number of T lymphocytes in general, but there was an increase of T helper type in the probiotic treatment. This demonstrates the stimulation of T cells differentiation into T helper achieved by Bacillus spp. in the probiotic treatment, since the expression of CD4 was higher in this group. Olafsen (2001), Picchietti et al. (2007) and Guzmán-Villanueva et al. (2014) reported the use of live feed cultured with selected bacterial strains to improve immunity, growth and survival. The ingestion of live feed containing probiotics may have been Probiotic effects on cobia Rachycentron canadum larvae crucial in this trial, since RAS have equipments that can hamper the positive effects of probiotic bacteria added into the water (Garrido-Pereira et al., 2013). Further investigations must be conducted to evaluate optimal probiotic doses for RAS. In conclusion, the probiotic bacteria (B. subtilis, B. pumilus and B. licheniformis) tested in this trial stimulated the immunological system by T-cells differentiation in cobia larvae and improved their salinity stress tolerance although it had no noticeable effect on survival or growth. ACKNOWLEDGEMENTS The authors wish to acknowledge the support of this project from the VSAREC, the International Initiative for Sustainable and Biosecure Aquafarming (IISBA) and Dr. Jesse Trushenski for statistical counseling. M.A. Garrido-Pereira and R.V. Rodrigues are supported by Brazilian CNPq. L.A. Sampaio is a research fellow of Brazilian CNPq (# 308013/2009-3). Partial fundings for this study were provided by MCT/CNPq/CT-Agronegócio/MPA (Edital 036/2009, # 559741/ 2009-0) and EMBRAPA. REFERENCES Aly, S.M., Y.A. Ahmed, A.A. Ghareeb & M.F. Mohamed. 2008. Studies on Bacillus subtilis and Lactobacillus acidophilus, as potential probiotics, on the immune response and resistance of tilapia nilotica (Oreochromis niloticus) to challenge infections. Fish Shellfish Immunol., 25: 128-136. Avella, M.A., G. Gioacchini, O. Decamp, P. Makridis, C. Bracciatelli & O. Carnevali. 2010. Application of multi-species of Bacillus in sea bream larviculture. Aquaculture, 305: 12-19. Banwart, G.J. 1989. 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A total of 27 species of medusae were identified (25 hydromedusae and 2 scyphomedusae). Twelve medusae species were recorded for the first time in the Magellan region. Six dominant species were found: Clytia simplex (19.8%), Rhopalonema funerarium (16.2%), Aurelia sp. (15.9%), Bougainvillia muscoides (15.5%), Proboscidactyla stellata (8.9%), and Obelia spp. (6.0%). The horizontal distribution of all these species, except Obelia spp., showed the highest abundances to the south of 54°S, particularly in the Almirantazgo and Agostini fjords and in the Beagle Channel. Most of the dominant species were collected in shallow strata (0-50 m), with less saline waters (<30), except for R. funerarium, which was mainly collected above depths deeper than 25 m in more saline waters (30-33). These results confirm the success of several species in the colonization of the inland waters of the Southern Patagonian Zone. Keywords: medusae, horizontal distribution, vertical distribution, Magellan Region, Southern Patagonian Zone, Chile. Biodiversidad y distribución especial de las medusas en la región Magallánica (Zona Patagónica Austral) RESUMEN. Se analizaron las medusas epipelágicas colectadas en la región Magallánica (Zona Patagónica Austral) durante la primavera de 2009. Se identificó un total of 27 especies of medusas (25 hidromedusas y 2 escifomedusas). Se registraron 12 especies de medusas por primera vez en la región Magallánica. Se determinaron 6 especies dominantes: Clytia simplex (19,8%), Rhopalonema funerarium (16,2%), Aurelia sp. (15,9%), Bougainvillia muscoides (15,5%), Proboscidactyla stellata (8,9%) and Obelia spp. (6,0%). La distribución horizontal de las especies dominantes, a excepción de Obelia spp., mostraron las mayores abundancias al sur de los 54°S, particularmente en los fiordos Almirantazgo y Agostini, y Canal Beagle. La mayoría de las especies dominantes se colectaron en la capa superficial (0-50 m), de menor salinidad (<30), excepto R. funerarium que se colectó principalmente bajo los 25 m de profundidad en aguas de mayor salinidad (30-33). Estos resultados confirman el éxito de varias especies de medusas en la colonización de las aguas interiores del extremo sur de la Patagonia chilena. Palabras clave: medusas, distribución horizontal, distribución vertical, región Magallánica, Patagonia austral, Chile. ___________________ Corresponding author: Sergio Palma ([email protected]) INTRODUCTION Over the last three decades, frequent jellyfish blooms have been recorded in the oceans, resulting from population increases of cnidarians and ctenophores (Mills, 2001; Purcell et al., 2007; Brotz et al., 2012). The Subantarctic Waters (SAAW) of the Humboldt Current System (HCS) that bathe the Chilean coast have also been affected by these population increases and in several coastal areas of high biological productivity, such as Antofagasta, Valparaíso, and Concepción, high densities of gelatinous organisms (medusae and siphonophores) have occurred (Palma, 1994; Palma & Rosales, 1995; Palma & Apablaza, 2004; Pavez et al., 2010). In summer periods, the medusae are very abundant, particularly in northern Chile (Iquique and Antofagasta), where the scyphomedusa Chrysaora plocamia have a high impact on 1176 Latin American Journal of Aquatic Research fisheries and tourism activities (Mianzan et al., 2014) and show predatory behavior over Engraulis ringens eggs and copepods (Riascos, 2014). To date, 93 species of medusae have been registered along the Chilean coast (Oliveira et al., in press). In recent years, high densities of gelatinous cnidarians have been also registered in the Patagonian Fjord Ecosystems of southern Chile, sometimes having a negative impact on aquaculture activities, particularly salmon farming (Palma et al., 2007a; Mianzan et al., 2014). Moreover, cnidarian population increases over time were found in several fjords and channels, showing an increase of three orders of magnitude in the abundance of several species of siphonophores between the Penas Gulf (48°S) and the Trinidad Channel (50°10’S) (Palma et al., 2014). Biogeographically, the southern zone of Chile comprising the area between Puerto Montt (41°S) and Cape Horn (55°S), is subdivided by Viviani (1979) into three regions, where there have been several studies on jellyfish: a) the Northern Patagonian Zone, from Puerto Montt (41°S) to the Taitao Peninsula (46°-47°S) (Galea, 2007; Galea et al., 2007; Palma et al., 2007a, 2007b; Villenas et al., 2009; Bravo et al., 2011), b) the Central Patagonian Zone to the Magellan Strait (52°30’S) (Häussermann et al., 2009), and d) the Southern Patagonian Zone to Cape Horn (56°S) (Pagès & Orejas, 1999). The Southern Patagonian Zone (52°30’-56°S) or Magellan region is characterized by its geographical and oceanographic complexity. The most important geographical feature of this area is the Magellan Strait, where the bathymetry is irregular due to the presence of several micro basins located along its length of 550 km (Antezana et al., 1992; Valdenegro & Silva, 2003). The intrusion of subantarctic waters may be limited by physical barriers such as the shallow shelf (30-50 m) at the Atlantic entrance and the shallow sill (20-50 m) at the Pacific entrance (Guglielmo & Ianora, 1997; Valdenegro & Silva, 2003). On the Pacific coast, there are several oceanic channels (i.e., Cockburn, Ballenero, Beagle) which allow the entry into the interior zone of subantarctic waters of the Cape Horn Current. These oceanic waters mix with freshwater from precipitation, fluvial contributions and icemelt from the Darwin Mountain Range Glaciers, generating an interior estuary system. In the Magellan region, the pattern of the general circulation has a two-layer structure: a surface layer (025 m) of estuarine waters (6-7°C, salinity 10-31, dissolved oxygen 6-7 mL L-1) that flow towards the open ocean, and a subsurface layer (25 m to bottom) of subantarctic waters (6-7°C, salinity 31-34, dissolved oxygen 5-6 mL L-1) that enter to the interior zone; these are separated by a “strong” halocline (Silva & Valdenegro, 2003). This two-layer structure is a common pattern of all Patagonian channels and fjords, affecting the biodiversity and vertical distribution of zooplankton populations (Palma et al., 2007a, 2011, 2014; Villenas et al., 2009; Bravo et al., 2011). In the past two decades, the knowledge of zooplankton populations in the Magellan region has increased due to the work of Guglielmo & Ianora (1995, 1997), Pagès & Orejas (1999); Palma & Aravena (2001), among others. However, studies on jellyfish are limited exclusively to the work of Pagès & Orejas (1999), who identified 31 species of medusae in this area: 29 hydromedusae and 2 scyphomedusae. Consequently, the aim of the present study is to improve our knowledge of the biodiversity, abundance, geographical distribution and vertical distribution of jellyfish and their relation to oceanographic features in this region, where there is a confluence of water masses from the Pacific, Atlantic and Southern oceans, and where the latter is part of the Antarctic ecosystem. MATERIALS AND METHODS Oceanographic data and zooplankton samples were obtained at 40 oceanographic stations distributed throughout the Magellan Strait and in the adjacent channels and fjords (52º-56°S) during the CIMAR 16 Fiordos cruise which took place between 11th October and 19th November 2010 on board the R/V Abate Molina. All 40 stations were used to perform the analysis of medusae biodiversity and abundance. Of these, 22 stations were selected to construct two transects for the analysis of the oceanographic characteristics and vertical distribution of medusae: Transect 1: Magellan Strait-Almirantazgo Fjord (13 stations), and Transect 2: Balleneros-Beagle Channels (9 stations) (Fig. 1). During the oceanographic cruise, temperature and conductivity profiles were recorded with a CTD Seabird model SBE 19. Water samples for dissolved oxygen were taken with a 12 L Niskin bottle Rosette, at standard depths (0, 2, 5, 10, 25, 50, 75, 100, 150 and 200 m) depending on the bottom depth. Dissolved oxygen samples were fixed and analyzed on board, in accordance with Carpenter (1965). Oxygen saturation values were computed in accordance with Weiss (1970). CTD salinity records were corrected using the results of bench Salinometer analysis of discrete samples collected in the water column during the CTD casting. Zooplankton samples were collected by oblique tows at three strata: surface (0-25 m), middle (25-50 m) and deep (50-100 or 200 m, depending on the bottom depth), during day and night. The strata were selected considering the two-layer oceanographic structure cha- Biodiversity and spatial distribution of medusae in the Magellan region 1177 Figure 1. Geographical position of zooplankton sampling stations in the Magellan region (CIMAR 16 Fiordos cruise). Red line: Transect 1 (Magellan Strait-Almirantazgo Fjord), blue line: Transect 2 (Ballenero-Beagle Channels). racterizing the interior region of the fjords and channels located in the Magellan region (Valdenegro & Silva, 2003). The sampling gear was a Tucker trawl net (1 m2 mouth opening and 350 m mesh aperture), which included a three-net system fitted with a digital flowmeter in order to estimate the volume filtered by each net. Zooplankton samples were fixed immediately after collection and preserved in 5% formalin buffered with sodium borate. All medusae were sorted, identified and counted from the original samples. The taxonomic identification of medusae species followed the work of Kramp (1961, 1965, 1968) and Bouillon (1999). Zooplankton abundance was standardized to individuals per 1000 m-3 using the volume of water filtered by the nets. The average volume filtered for the different strata were 49.8 m3 (0-25 m), 54.5 m3 (25-50 m), 111.6 m3 (50-100 m) and 273.1 m3 (50-200 m). Only dominant species (>5% of the total collected specimens) were considered to describe horizontal and vertical distribution patterns. For multivariate analysis, zooplankton abundance was transformed with fourth root. Analysis of Similarities (ANOSIM) was used to test whether any differences occurred between stations based on their faunal composition (Clarke & Green, 1988). The significance was set at P < 0.05. ANOSIM analyses were performed using the computer software package PRIMER 6.1.6 (Plymouth Routines in Multivariate Ecological Research) (Clarke & Warwick, 2001). As the gradient length obtained in the Detrended Canonical Analysis (9.82 SD units) was higher than would be the case for a complete species turnover (3.0 SD units; Leps & Smilauer, 2003) unimodal ordination methods (Canonical Correlation Analysis, CCA, Ter Braak & Verdonschot, 1995) were used as non-linear responses were expected along such a gradient. The relationship between the distribution patterns of medusae abundance levels and oceanographic physical and chemical features over the sampling stations were explored using a CCA analysis. Prior to CCA analysis, environmental variables were square-root transformed whenever data were moderately skewed in distribution. The level of significance was set at P < 0.05. Initial analysis included abundance data for jellyfish species and environmental variables (depth strata, temperature, salinity and dissolved oxygen). The Monte Carlo permutation test (with 999 unrestricted permutations) was used to determine the significance of faunaenvironment relationships. The CCA analysis was performed using XLStat software (version 2011.4.04, Addinsoft). RESULTS Oceanographic characteristics The surface layer (~50 m) temperatures in the Transect 1 (Magellan Strait-Almirantazgo Fjord), and in the Transect 2 (Ballenero-Beagle Channels) were low and around 6.5-7.5°C, except at the western end of the 1178 Latin American Journal of Aquatic Research Magellan Strait, where the temperature was the highest (~8°C) and at the head of the Almirantazgo Fjord where the temperature was the lowest (~5.5°C) (Figs. 2a-2b). The surface salinity layer in the Transect 1 presented its lowest values (<30) close to the western end of the Magellan Strait and at the head of the Almirantazgo Fjord and almost homogeneous salinities (30-31) at its center (Figs. 2c-2d). The highest surface salinity values (>32) were present at the Pacific end of this transect (Sta. 14-15). The Transect 2 showed its lowest surface layer salinity values (<31) at its western end and the highest at its eastern end (>32) (Fig. 2d). In both transects, below the surface layer the salinity increased steadily up to 33 at the western end and up to 30-32 at the eastern end. A halocline was present in the western side of both transects, and it was stronger in the Transect 1 (0.04 m-1) than in the Transect 2 (0.02 m-1). In the surface layer, dissolved oxygen concentrations in both transects, were almost homogeneous (>7 mL L–1) and close to saturation values (i.e., 95-105%) (Figs. 2e2f). Below this well oxygenated surface layer, the dissolved oxygen decreased slowly to concentrations less than 6.5 mL L–1. At the head of Almirantazgo Fjord and at the western entrance of the Ballenero Channel, the dissolved oxygen concentrations diminished to less than 5.5 mL L–1 (<60% saturation). Jellyfish species composition A total of 27 species of jellyfish were identified: 25 hydromedusae and 2 scyphomedusae. Twelve jellyfish species (11 hydromedusae and 1 scyphomedusae) were recorded for the first time in the Magellan region (Table 1). The dominant species were Clytia simplex (19.8%), Rhopalonema funerarium (16.2%), Aurelia sp. (15.9%), Bougainvillia muscoides (15.5%), Proboscidactyla stellata (8.9%) and Obelia spp. (6.0%). In decreasing order, the most commonly occurring species were C. simplex (92.3%), P. stellata (84.6%), B. muscoides (82.1%), Aurelia sp. (76.9%) and Obelia spp. (71.8%). Horizontal distribution patterns of jellyfish The jellyfish were found in all sampled stations throughout the study area, and the total abundance ranged from 37 ind 1000 m-3 at Station 1 and 27,336 ind 1000 m-3 at Station 51, and the average was 2865 ± 4832 ind 1000 m-3. The highest abundance of medusae was found in interior waters, particularly in the Almirantazgo and Agostini fjords, and the Beagle Channel. In general, the pattern of horizontal distribution showed an increase of the abundance in a north-south gradient. The most abundant species was Clytia simplex, which was widely distributed throughout the Magellan region; the horizontal pattern of distribution showed an increase of abundance in the southern sector of the Magellan region, at south 54°S, mainly in the Almirantazgo Fjord where it reached 4972 ind 1000 m-3 at Sta. 53, and in the Beagle Channel (Fig. 3a). Rhopalonema funerarium is widely distributed throughout the study area, but it is scarcer at most stations, except in semi-closed areas such as Otway Sound and the Almirantazgo Fjord, where the densities were the highest, with a maximum of 15082 ind 1000 m-3 at Sta. 51 (Fig. 3b). The jellyfish of Aurelia sp. was widely distributed in the study area. Like C. simplex, the horizontal distribution showed an increase in abundance to the south of 54°S, where the highest densities occurred in the Beagle Channel and its surroundings, with a maximum of 4194 ind 1000 m-3 at Sta. 49 (Fig. 3c). Bougainvillia muscoides showed its highest densities in the central sector of the Magellan Strait (4700 ind 1000 m-3 Sta. 8), the Jerónimo Channel (1788 ind 1000 m-3 Sta. 25), and the Almirantazgo Fjord (2854 ind 1000 m-3 Sta. 51). Lower densities were registered in the eastern sector of the Magellan Strait and in the Transect 2 (Fig. 3d). Proboscidactyla stellata was widely distributed throughout the study area, except in the eastern sector of the Magellan Strait. Higher densities were registered at the head of the Almirantazgo Fjord (1498 ind 1000 m-3 at Sta. 51) and in the Beagle Channel (1476 ind 1000 m-3 at Sta. 41) (Fig. 3e). Finally, the species of genus Obelia, were found in lower densities in the Magellan region and only present two nucleus of greater abundance in the Jerónimo Channel (Sta. 22 and 25), with a maximum of 2057 ind 1000 m-3 at Sta. 25 (Fig. 3f). Vertical distribution patterns of jellyfish All dominant species did not show significant differences in their vertical patterns distribution in both transects (Table 2, P > 0.05) and were collected throughout the entire water column (Figs. 4-5). C. simplex was found mainly in the first 50 m, and only at stations 8, 7, 35, 39 and 51 was it found at depths of up to 200 m (Figs. 4a-4b). R. funerarium was collected only at 50% of stations; with greater frequency in Transect 1, where it was mainly found below 25 m (Figs. 4c-4d). Aurelia sp. was concentrated in the first 50 m, except for stations 8, 9, 39 and 52, where it reached depths of up to 200 m (Figs. 4e-4f). B. muscoides were found in both transects and throughout the water column (0-200 m). The highest densities were obtained in the first 50 m, with a preference for the surface layer (0-25 m), particularly in Transect 1 (Figs. 5a-5b). P. stellata showed a widely vertical distribution (Figs. 5c-5d). Finally, Obelia spp. showed a higher frequency in Transect 1 and was generally caught in the first 50 m, except at the western mouth of 1179 Depth (m) Depth (m) Depth (m) Biodiversity and spatial distribution of medusae in the Magellan region Figure 2. Vertical distribution of the oceanographic parameters in the Transect 1 (Magellan Strait-Almirantazgo Fjord) and Transect 2 (Ballenero-Beagle Channels) for spring 2010. a-b) temperature, c-d) salinity, e-f) dissolved oxygen. The station numbers are indicated in the top of each plot. the Magellan Strait, where it was collected below depths of 50 m (Sta. 13) (Figs. 5e-5f). Relationships between jellyfish species and oceanographic conditions The relation between the station patterns of the most abundant medusae species (dominance >1%) and the environmental variables (temperature, salinity, dissolved oxygen and depth) are presented by the CCA triplot (Fig. 6). The Monte Carlo permutation test indicated a significant ordination diagram (F ratio = 3.43; P < 0.001) in which the two first axes explained 90.2% of the total variance (60.3% on the first axis and 29.9% on the second axis). Axis 1 was positively correlated with oxygen and negatively correlated with temperature and depth strata. This can be interpreted as a decrease in oxygen and an increase in temperature and depth strata, from right to left of the diagram (Fig. 6). The species associated with shallower strata, lower temperature and higher dissolved oxygen were Bougainvillia muscus, Leuckartiara octona and B. macloviana (Fig. 6). The majority of dominant species, 1180 Latin American Journal of Aquatic Research Table 1. Summary of basic statistics for the medusae species. Total number of individuals, range of abundance, average per station, dominance and occurrence. Abundance is expressed as ind 1000 m-3. Bold letters indicate the dominant species and asterisks indicate the species registered for the first time in the Magellan region. Species Hydromedusae Clytia simplex Rhopalonema funerarium* Bougainvillia muscoides* Proboscidactyla stellata* Obelia spp. Bougainvillia macloviana Proboscidactyla mutabilis Solmundella bitentaculata Proboscidactyla ornata* Bougainvillia muscus* Leuckartiara octona Laodicea undulata* Hydractinia borealis* Laodicea pulchra Euphysa aurata Amphogona apicata Halopsis ocellata Hybocodon chilensis* Rathkea formossisima Coryne eximia* Modeeria rotunda Sminthea eurygaster* Sarsia coccometra* Non identified Scyphomedusae Aurelia sp. Chrysaora plocamia (ephyrae)* Total number Range of non-zero abundance Average Dominance (%) Occurrence (%) 22081 18051 17323 9963 6746 4376 3494 3432 1728 1446 1085 943 935 661 605 428 89 80 69 59 46 26 12 74 14-4972 5-15082 4-4701 13-1498 3-2057 3-2013 5-887 4-2765 9-438 3-612 3-377 4-412 5-569 10-301 3-108 24-310 3-30 4-65 11-26 8-29 1-46 10-16 1-12 4-41 566.2 462.8 444.2 255.5 173.0 112.2 89.6 88.0 44.3 37.1 27.8 24.2 24.0 16.9 15.5 11.0 2.3 2.1 1.8 1.5 1.2 0.7 0.3 1.9 19.76 16.15 15.50 8.91 6.04 3.92 3.13 3.07 1.55 1.29 0.97 0.84 0.84 0.59 0.54 0.38 0.08 0.07 0.06 0.05 0.04 0.02 0.01 0.07 92.3 46.2 82.1 84.6 71.8 46.2 64.1 30.8 53.8 38.5 53.8 20.5 23.1 20.5 48.7 7.7 23.1 7.7 10.3 10.3 2.6 5.1 2.6 10.3 17722 228 9-4194 4-60 454.4 7.1 15.86 0.25 76.9 28.2 Clytia simplex, Aurelia sp., Bougainvillia muscoides, Proboscidactyla stellata, P. ornata and P. mutabilis were located in the center of the diagram; therefore they are not associated to any stratum, temperature, salinity or dissolved oxygen, because they were found throughout the water column. In the deepest strata Rhopalonema funerarium and Solmundella bitentaculata were found associated to higher salinity and lower dissolved oxygen. The second axis explained a lower portion of the total variance and was mainly positively correlated with temperature. DISCUSSION The Chilean Southern Patagonian Zone is characterized by high oceanographic variability due to the influence of the Pacific, Atlantic and Southern oceans, whose more saline waters mix with freshwater (FW) from precipitation, fluvial contributions and ice-melt from the Darwin Mountain Range Glaciers, generating a large interior estuary system (Valdenegro & Silva, 2003; Silva & Palma, 2008). The Subantarctic Waters (SAAW), from the adjacent Pacific Ocean penetrates, into the different channels, fjords and micro-basins, through the western entrance of the Magellan Strait and several channels located along the western coastal border of this Patagonian area, giving the marine characteristics to the deeper layers. The SAAW from the adjacent Atlantic Ocean makes a lesser contribution to this estuary system due to the narrow and shallow eastern entrance of the Magellan Strait. As the SAAW spreads into the strait, channels and fjords, it mixes in different proportions with FW flowing ocean-ward (Valdenegro & Silva, 2003). Depending on the intensity of this mixing process, two types of water masses arise: a) waters with salinities between 31 and 33, known as Modified Subantarctic Water (MSAAW), and b) waters with salinities between 2 and 31, known as Estuarine Water (EW) (Sievers & Silva, 2008). The EW remains on the surface layer, but the MSAAW fills most of the subsurface and deeper layers Biodiversity and spatial distribution of medusae in the Magellan region 1181 Figure 3. Horizontal distribution of dominant species of jellyfish in the Magellan region in spring 2010. a) Clytia simplex, b) Rhopalonema funerarium, c) Aurelia sp., d) Bougainvillia muscoides, e) Proboscidactyla stellata, f) Obelia spp. of the Southern Patagonian micro-basins, while the SAAW (>33) fills only the western end of the Magellan Strait and the deep western part of the Beagle Channel (Figs. 2b, 2e). This general circulation pattern generates a two layer water column: a) a surface layer (0-50 m) with comparatively lower salinity but higher dissolved oxygen, and b) a deep layer (50 m-bottom) with com- paratively higher salinity, but lower dissolved oxygen (Fig. 2). This circulation and vertical structure pattern are permanent features of this area, since they have been observed during other cruises performed in the region (Valdenegro & Silva, 2003; Palma & Silva 2004; Sievers & Silva 2008). 1182 Latin American Journal of Aquatic Research Table 2. Summary of basic statistics for species abundance (ind 1000 m -3) between the Transect 1 (Magellan StraitAlmirantazgo Fjord) and Transect 2 (Ballenero-Beagle Channels). Range of non-zero abundance, average per station, dominance and occurrence. Significance level (P < 0.05) 0.814 0.022 0.064 0.976 0.869 Depth (m) Depth (m) Depth (m) Strata Statistic values Magellan Strait-Almiranztago Fjord Transect 1, 2 -0.032 1, 3 0.101 2, 3 0.065 Ballenero-Beagle Channels Transect 1, 2 -0.115 1, 3 -0.114 Figure 4. Vertical distribution of jellyfish and dissolved oxygen in the Transect 1 (Magellan Strait-Almirantazgo Fjord) and Transect 2 (Ballenero-Beagle Channels) for spring 2010. a-b) Clytia simplex, c-d) Rhopalonema funerarium, e-f) Aurelia sp. Grey boxes: diurnal tows; black boxes: nocturnal tows. The station numbers are indicated in the top of each plot. 1183 Depth (m) Depth (m) Depth (m) Biodiversity and spatial distribution of medusae in the Magellan region Figure 5. Vertical distribution of jellyfish and dissolved oxygen in the Transect 1 (Magellan Strait-Almirantazgo Fjord) and Transect 2 (Ballenero-Beagle Channels) for spring 2010. a-b) Bougainvillia muscoides, c-d) Proboscidactyla stellata, e-f) Obelia spp. Grey boxes: diurnal tows; black boxes: nocturnal tows. The station numbers are indicated in the top of each plot. According to Guglielmo & Ianora (1995), in an environment with such high heterogeneity the specific adaptations of the plankton communities determine the richness of species diversity and dominance, as well as the energy flow within the community. In this sense, in semi-closed areas with higher vertical stability, such as the Otway, Almirantazgo and Agostini fjords, characterized by lower salinities in the upper layer (<30 at Almirantazgo Fjord and <31at Ballenero-Beagle Channels) due to permanent ice-melt from the adjacent Darwin Mountain Range Glaciers and subsurface penetration of more saline SAAW (>33), the highest phytoplankton concentrations (>1000 cell mL-1; Avaria et al., 1999), and the highest densities of the jellyfish dominant species (Fig. 3), have been registered in several station of this semi-closed area. This high trophic availability supports the highest values of zooplankton biomass registered in the same fjords, where Palma & Aravena (2001) have been recorded highest densities of eudoxids (siphonophore reproductive phase). 1184 Latin American Journal of Aquatic Research Figure 6. Canonical Correspondence Analysis (CCA) triplot based on data from spring 2010 showing scores of sampling stations by depth strata of the most abundant medusae species (dominance >1%) and oceanographic variables. 1: Aurelia sp., 2: Bougainvillia macloviana, 3: B. muscoides, 4: B. muscus, 5: Clytia simplex, 6: Leuckartiara octona, 7: Obelia spp., 8: Proboscidactyla mutabilis, 9: P. ornata, 10: P. stellata, 11: Solmundella bitentaculata, 12: Rhopalonema funerarium, Z: depth strata, Temp: temperature; Sal: salinity; Oxy: dissolved oxygen. This association between the spring blooms of phytoplankton and the different components of zooplankton has also been reported for the same area by Mazzochi & Ianora (1991), who concluded that increases in phytoplankton are responsible for the increase in abundance and diversity of copepods in the Magellan region. Subsequently, Antezana (1999) and Hamamé & Antezana (1999) also found an association between phytoplankton blooms and the abundance of holo- and meroplanktonic larvae. By contrast, the lowest densities of phytoplankton (Avaria et al., 1999), zooplankton (Palma & Aravena, 1999) and jellyfish were registered in the areas with higher contribution of SAAW to the interior region through the western mouth of the Magellan Strait and the numerous oceanic channels (i.e. Cockburn, Ballenero and Beagle channels), which connect the adjacent Pacific with the interior waters. The results obtained here show a level of species richness of jellyfish (27 species) very similar to that recorded previously for the same geographic area (29 species) (Pagès & Orejas, 1999). However, we have found an increase in jellyfish biodiversity, as we have identified 12 species not previously recorded in this area. This difference may explain why our sampling covered a wider geographical area than Pagès & Orejas (1999). Consequently, the number of jellyfish registered in the Magellan region has now increased to 41 species. The medusae abundance levels indicate the presence of six dominant species, representing good repartition of habitat in the Magellan region. Of this group of jellyfish, the most abundant species was Clytia simplex (19.8%), which is very frequent and abundant in the Chilean Patagonian ecosystem from Puerto Montt to Cape Horn, mainly in the surface layer (0-50 m) (Galea, 2007; Palma et al., 2007a, 2007b, 2011; Villenas et al., 2009; Bravo et al., 2011). In the Magellan region, C. simplex was found in areas with water temperatures associated to SAAMW, and its abun- Biodiversity and spatial distribution of medusae in the Magellan region dance in low-salinity interior waters suggests a marked euryhaline nature. Pagès & Orejas (1999) show that C. simplex is one of the three most abundant species in the Magellan region. In southeastern Pacific Ocean, this species has a wide geographic distribution in the Humboldt Current System (HCS) where it is very common and frequent in coastal waters, mainly in upwelling areas, such as those of Antofagasta, Valparaíso and Concepción (Fagetti, 1973; Palma, 1994; Palma & Rosales, 1995; Pagès et al., 2001; Palma & Apablaza, 2004; Apablaza & Palma, 2006; Pavez et al., 2010). Rhopalonema funerarium (16.2%) was collected for the first time in interior waters of Chilean Patagonia. In the HCS this species was recorded for the first time near the Juan Fernández Archipelago (Fagetti, 1973). R. funerarium is widely distributed in the Atlantic and Indian oceans, and more scattered in the Pacific Ocean (Kramp, 1965). Aurelia sp. is one of the most widely distributed scyphozoan genera, ranging from 70°N and 55°S (Dawson & Martin, 2001); however, in the southern Pacific Ocean it is only recorded in inland waters of southern Chile (Pagès & Orejas, 1999; Häussermann et al., 2009). Recently, Häussermann et al. (2009) identified the jellyfish and polyps of Aurelia sp. in different stations located in the Messier Channel at the Central Patagonian Zone (47°58’-49°08’S) and Pagès & Orejas (1999) did not found this jellyfish in the Magellan region. Therefore, it is very is important to highlight the abundance of the moon jelly Aurelia sp. (15.9%) in the same area. Bougainvillia muscoides (15.5%) has been collected mainly in the Chilean Patagonian interior waters (Galea, 2007; Galea et al., 2007; Palma et al., 2007a, 2007b, 2011; Bravo et al., 2011). In the Magellan region, this species was not collected by Pagès & Orejas (1999), and this therefore constitutes the first record in this region. In other marine regions B. muscoides has been recorded in Northwestern Europe, North Pacific, Gulf of Siam, Bismarck Sea and New Zealand (Bouillon, 1995). Proboscidactyla stellata (8.9%) has mainly been collected in inland waters of the Chilean Patagonian ecosystem (Galea, 2007; Galea et al., 2007; Palma et al., 2007a, 2007b, 2011; Bravo et al., 2011). In the HCS, P. stellata was recorded only off Antofagasta (23°S) by Palma & Apablaza (2004). In the Magellan region, this species were not collected by Pagès & Orejas (1999), therefore the numerous individuals collected in this study constitute the first record in this southern region. P. stellata has been recorded from the North Atlantic Ocean, Southeast Atlantic, Indian and Pacific oceans (Kramp, 1961, 1968; Bouillon, 1999). 1185 Finally, Obelia spp. (8.5%) was also found in areas with water temperatures associated with SAAMW, and its abundance in low-salinity interior waters suggests a marked euryhaline nature. In the Chilean Patagonian Ecosystem it is widely distributed from Puerto Montt to Cape Horn, mainly in the surface layer (0-50 m) (Galea, 2007; Palma et al., 2007a, 2007b, 2011; Villenas et al., 2009; Bravo et al., 2011). In the Magellan region, Pagès & Orejas (1999) showed that C. simplex and Obelia spp. were two of the most abundant species and these authors show that the specimens of Obelia spp. that were collected probably correspond to O. geniculata or O. bidentata. In the southeastern Pacific Ocean, Obelia spp. is widely distributed in the HCS as C. simplex, mainly in coastal waters in upwelling areas, such as those of Antofagasta, Valparaíso and Concepción (Fagetti, 1973; Palma, 1994; Palma & Rosales, 1995; Pagès et al., 2001; Palma & Apablaza, 2004; Apablaza & Palma, 2006; Pavez et al., 2010). Jellyfish of the Obelia genus are very frequent, abundant and widespread medusae. Bouillon & Boero (2000) recognized five species of Obelia distributed throughout the world (O. bidentata, O, geniculata, O. dichotoma, O. fimbriata, O. longissima); however, the medusae of this genus are all very similar in morphology, such that connection with their hydroid stage is almost impossible and often unreliable. In general, most of the non-dominant medusae species occurred in low quantities, which is very common in zooplankton communities. Dominance by a few and highly aggregated species is considered typical of zooplankton communities, and it is also a common characteristic in the inland waters of the Chilean Patagonia (Guglielmo & Ianora, 1995, 1997; Palma & Silva, 2004). Most jellyfish species identified in the Magellan region are common in the Chilean Patagonian ecosystem, which spans slightly more than 1000 km in a straight line from Puerto Montt (41°30’S) to Cape Horn (ca. 56°S) (Galea, 2007; Palma et al., 2007a, 2007b, 2011; Villenas et al., 2009; Bravo et al., 2011). The vertical patterns distribution of the dominant species: Clytia simplex, Aurelia sp., Bougainvillia muscoides, Proboscidactyla stellata, showed that their presence and higher abundance occurred throughout the water column in association with all strata. CCA plots showed that these species were located in the center of the diagram, indicating that a relatively large proportion of station-to-station variances in the abundance of these species were associated with the different conditions represented by the environmental variables measured. Obelia spp., another dominant species, was collected mainly in the upper layer (0-50 m), was negatively correlated with depth and salinity, and positively correlated with dissolved oxygen. 1186 Latin American Journal of Aquatic Research Rhopalonema funerarium, also a dominant species, was positively correlated with depth strata and temperature, and negatively with salinity and dissolved oxygen (Fig. 6). Finally, in general, we found the highest abundance of jellyfish in some semi-closed areas of lower temperature and salinity, i.e., the Almirantazgo and Agostini fjords (Valdenegro & Silva, 2003), where the majority of dominant species showed high population densities, such as Clytia simplex, R. funerarium, B. muscoides and Obelia spp. (Fig. 3). This suggests that these areas can be considered important in the reproduction and retention of organisms, because they have high phytoplankton productivity (Avaria et al., 1999), which favors food availability (copepods, and larvae) for these gelatinous carnivores. Palma & Aravena (2001) also found high concentrations of eudoxids (reproductive phase) of siphonophores in the same areas. ACKNOWLEDGEMENTS The authors would like to thank the Comité Oceanográfico Nacional for financing Project CONAC16F 10-06 granted to S. Palma and Project CONAC16F 10-08 granted to N. Silva; the Captain and crew of B/I Abate Molina of the Instituto de Fomento Pesquero. The authors thank Dr. Leonardo Castro, who facilitated the sampling of zooplankton. We also thank María Inés Muñoz, who was in charge of all zooplankton sampling at sea, as well as Paola Reinoso and Gresel Arancibia for their help in sea water collection and dissolved oxygen analyses on board. The valuable comments by three anonymous reviewers are also appreciated. REFERENCES Antezana, T. 1999. Plankton of souththern Chilean fjords: trends and linkages. In: W.E. Arntz & C. Ríos (eds.). Magellan-Antarctic: ecosystems that drifted apart. Sci. Mar., 63(Suppl. 1): 69-80. Antezana, T., L. Guglielmo & E. Ghirardelli. 1992. Microbasins within the Strait of Magellan affecting zooplankton distribution. In: V.A. Gallardo, O. Ferretti & H. Moyano (eds.). Oceanografia in Antartide. ENEA, Italy-Centro EULA Chile, Ediciones Documentas, Santiago, pp. 453-458. Apablaza, P. & S. Palma. 2006. Efecto de la zona de mínimo oxígeno sobre la migración vertical de zooplancton gelatinoso en la bahía de Mejillones. Invest. Mar., Valparaíso, 34(2): 81-95. Avaria, S., C. Cáceres, P. Castillo & P. Muñoz. 1999. Distribución del microfitoplancton marino en la zona estrecho de Magallanes-Cabo de Hornos, Chile, en la primavera de 1998 (Crucero Cimar 3 Fiordos). Cienc. Tecnol. Mar, 26(2): 79-96. 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The first experiment was aimed to identify and quantify the number of captured specimens in intentionally abandoned gillnet between 45 and 86 m depth, which were periodically checked up to 156 days after being abandoned. In this experiment, 912 specimens of 12 taxa were caught, mostly invertebrates such as Cancer porteri (81.6%) and Platymera gaudichaudii (9%). After the abandonment, the fish caught were only registered until day 63, while benthic species were captured during all the experiment. The second experiment consisted of checking and registering periodically the loss of height of an abandoned gillnet at 34 m depth in order to determine the reduction of the fishing capacity of the net. After 19 days of abandonment, the functional area of the net was reduced to 40% of the original area, reaching nearly zero after 155 days of abandonment. In order to estimate the potential effect of lost or abandoned gillnets in Chilean hake fisheries (Merluccius gayi gayi), an additional information-collecting process must be carried out, mainly in terms of frequency of gillnets losses. Keywords: ghost fishing, gillnet, artisanal fishery, Chile. Estudio experimental de pesca fantasma por redes de enmalle en Laguna Verde Valparaíso, Chile RESUMEN. Se realizaron dos experimentos en 2010 para estudiar la pesca fantasma que generan las redes de enmalle luego de ser perdidas o abandonadas. El primer experimento tuvo por objetivo la identificación y cuantificación de ejemplares retenidos en redes abandonadas intencionalmente entre 45 y 86 m de profundidad, las que fueron revisadas periódicamente hasta 156 días luego de su abandono. En este experimento se capturó un total de 912 ejemplares pertenecientes a 12 taxa, en su mayoría invertebrados como Cancer porteri (81,6%) y Platymera gaudichaudii (9%). Sólo se registró la captura de peces hasta el día 63 luego del abandono, mientras que especies bentónicas fueron capturadas durante todo el experimento. Por su parte, el segundo experimento consistió en revisar y registrar periódicamente la pérdida de altura de una red de enmalle abandonada a 34 m de profundidad para conocer la reducción de la capacidad de pesca de la red. A los 19 días luego del abandono, el área funcional de la red se redujo al 40% del área original, y llegó prácticamente a cero al cabo de 155 días de abandono. El levantamiento de información adicional debe ser realizado para estimar el efecto potencial de las redes perdidas o abandonadas en la pesquería de merluza común (Merluccius gayi gayi), especialmente en términos de la frecuencia de pérdida de las redes de enmalle. Palabras clave: pesca fantasma, enmalle, pesca artesanal, Valparaíso, Chile. ___________________ Corresponding author: Dante Queirolo ([email protected]) Gillnets are considered as an environmentally friendly fishing gear due to its proper size selectivity (He & Pol, 2010). However, they can have a negative impact on other vulnerable species and produce ghost fishing due to lost or abandoned gillnets (Rihan, 2010). In this sense, ghost fishing is a global concern since lost or abandoned fishing gear can keep generating unquantified mortality during weeks, months or even years depending on the construction of nets, operational depth and environmental conditions (Tschernij & Larsson, 2003; Matsuoka et al., 2005; Brown & Macfadyen, 2007; Suuronen et al., 2012). Due to the negative impact on species and environment, the FAO's code of conduct for responsible fisheries points out that states should cooperate to develop and apply technologies, materials and operational methods that reduce fishing gear losses and the ghost fishing effects of lost or abandoned fishing gear. 1190 Latin American Journal of Aquatic Research In this way, Matsuoka et al. (2005) suggest that the change of the mortality in time due to ghost fishing after nets have been lost or abandoned should be examined. Accordingly, different authors have experimentally quantified ghost fishing in gillnets (e.g., Erzini et al., 1997; Santos et al., 2003, 2009; Tschernij & Larsson, 2003; Akiyama, 2010), through which they have estimated retention equations according to the time nets have been in the sea. In the Chilean hake (Merluccius gayi gayi) artisanal fishery is mainly carried out using gillnets at depths between 25 and 200 m (Queirolo et al., 2013). In 2012, more than 900 vessels participated in this fishery between the regions of Coquimbo and Los Lagos (29º02’-41º28.6’S), where 90% were boats and 10% were small-decked vessels. The total number of registered vessels in fishery is 2445 (SUBPESCA, 2011). However, there are no surveys to know the existence of lost or abandoned nets, nor about the potential effect of ghost fishing of nets among other species. In this fishery, 24 taxa have been identified as by-catch of Chilean hake in gillnet, mainly crustaceans such as crabs and squat lobster (Queirolo et al., 2014). Based upon the foregoing, the objective of this investigation consisted of quantifying the capture produced by a lost gillnet and calculating the rate of decline in its fishing capacity over time in the coast of central Chile. In this way, two experiments were carried out in the area of Laguna Verde (33º06’S, 71º41’W) in the region of Valparaíso. The first experiment consisted of quantifying the capture in abandoned nets in the sea. Five 63 m experimental gillnets were constructed and deployed perpendicular to the coast, between 45 and 86 m of depth and separated 250 m each. The nets were randomly lifted up at different periods of time after being abandoned, over a total period of 156 days. Two nets were reused during the experiment after quantifying their capture and being completely cleaned, starting again from zero the abandonment time of deployment. All specimens caught in each net were classified and quantified in number. The second experiment consisted of checking and registering periodically the height of an abandoned gillnet. This information was used as a proxy value to calculate the reduction in the fishing capacity of the net. In this case, an individual net was deployed at 34 m depth to allow for inspection through diving and underwater filming. This net was abandoned in the sea during 115 days, and it was inspected approximately every 20 days. During each diving, the general condition of the net was checked and its height was calculated in various sections, approximating in this way the functional area in relation to the original area. All gillnets used in both experiments were constructed according to the features of the nets used by artisanal fishermen of Valparaíso in daily fishing, with the exception of the total length, which was restricted to 63 m to avoid excessive mortality. The length of the commercial nets is normally between 400 and 1200 m. In the construction, 52 mm mesh size net of green polyamide monofilaments and 0.3 mm diameter were used. The height of the nets was 50 meshes. Flotation was provided by floats pieces and ballast by 35 weights of 130 g each. The hanging ratio, that is, the relation between the length of the headline and the length of the stretched mesh, was 0.5. The capture of the abandoned gillnets was registered seven times (t = 13, 42, 52, 63, 106, 116 and 156 days of abandonment in the sea), obtaining a total of 912 specimens of 12 taxa. The highest proportion (n = 879; 84.7%) corresponded to invertebrates (crustaceans n = 851; mollusks n = 24; order Pantopoda n = 4) while fish represented a lower portion (n = 33; 15.3%) (osteichthyes n = 30; chondrichthyans n = 3) (Table 1). By taxa, the most abundant were Cancer porteri (n = 744; 81.6%), Platymera gaudichaudii (n = 82; 9.0%), Merluccius gayi gayi (n = 25; 2.7%) and Aeneator sp. (n = 24; 2.6%). The capture was notoriously reduced in time, decreasing from 279 caught specimens at 13 days of abandonment to 25 specimens at 156 days of abandonment. Only during the first part of the experiment fish capture was registered (until 63 days of abandonment), while during the second part, only the capture of crustaceans and mollusks was reported. Exponential curves were adjusted to the data of the total capture and to the capture of the most abundant species (C. porteri) (Fig. 1) showing the reduction of the effect of abandoned nets according to the time. During second experiment, five diving immersions were carried out after the abandonment of the gillnet (t = 1, 19, 42, 64 and 115 days in the sea). After 19 days of abandonment, the functional area of retention reduced to 40% of the original area, decreasing to 25% after 42 days of abandonment. After 64 days, the functional area did not exceed 10% of the original area, practically reaching zero after 115 days of abandonment. In this way, according to the time, a reduction of the height of the net was verified, from where it was possible to fit an exponential curve that represents the loss of the relative capture efficiency of the net (Fig. 2). Although the fits show the existence of an exponential reduction on captures and on the relative capture efficiency, the time during the nets continued their action showed some difference. The nets deployed in deeper areas (Experiment 1) showed the capture of specimens during a longer time and the projection shows Study of ghost fishing by gillnets 1191 Figure 1. Capture of the lost gillnets during a period of 156 days and fitted models in terms of the number of specimens. Figure 2. Relative catching efficiency of lost gillnets estimated from the functional area observed by underwater filming records. that after 300 days, the capture would be less than 1% in comparison to a recently deployed net. On the other hand, the deployed net in a shallow area (Experiment 2) lost capture efficiency faster. This difference can be explained by the higher presence of particulate material and detritus in shallow waters and the high influence of the bottom currents (Erzini et al., 1997; Santos et al., 2009), which contributes to increase the weight of the net and its hydrodynamic resistance compared to deeper areas. In comparison, the results of this investigation show that the reduction of the capture rate in time (e-0.0154*t) is similar to the one reported by Ayaz et al. (2006) and Akiyama (2010) in monofilament gillnets, corresponding to e-0.0127*t and e-0.0158*t, respectively, ratifying that lost or abandoned gillnets in the sea produce a decreasing mortality of different species during almost a year. Nevertheless, the nets loss height and increase their visibility due to fouling, then the capture of pelagic and demersal species decreases gradually, cap- 1192 Latin American Journal of Aquatic Research Table 1. Number of specimens caught by taxa in the experimental gillnets. Taxa Chondrichthyes Schroederichthys chilensis Osteichthyes Thyrsites atun Ophichthus remiger Prolatilus jugularis Merluccius gayi gayi Congiopodus peruvianus Mollusks Aeneator sp. Crustaceans Cancer porteri Homalaspis plana Platymera gaudichaudii Pleuroncodes monodon Pycnogonida Order Pantopoda Total Time after abandonment (days) 13 42 1 52 106 116 156 2 13 1 2 1 25 1 10 1 2 252 137 18 41 17 209 turing at the end, only benthic species (Ayaz et al., 2006; Santos et al., 2009). In order to reduce the ghost fishing, some alternatives have been proposed, such as the use of biodegradable materials in some sections of the fishing gear to partially disable gillnets (Matsushita et al., 2008). In particular, the most viable is for floats to be united to the headline using cotton threads, being essential to know the degradation rate of the fiber. Depending on the scale of the problem, other more complex measures such as restricting the size of the nets and reducing the deployment time should also be considered, in order to mitigate the ghost fishing (Santos et al., 2009). However, it is recognized that the best solution is to avoid the loss or abandonment of gillnets, or to take the proper measures promptly to obtain a fast recuperation (Suuronen et al., 2012). The Chilean hake corresponds to an overexploited resource with a high risk of stock depletion (CCTRDZCS, 2013), so it is recommended to carry out a detailed information-collecting process about the frequency and quantity of annually lost or abandoned nets in fishing areas in order to estimate the ghost fishing generated over the target species and associated species. In this way, the operation regime can be one of the most relevant variables that affect the risk of loss fishing gears. Queirolo et al. (2011) indicate that undecked boats usually stay in the fishing area from the setting to hauling, and the soak time of the nets is less Total 3 1 2 1 2 1 1 279 63 21 24 744 8 82 17 124 8 7 115 59 54 3 2 1 12 1 2 143 1 130 60 66 25 4 912 than two hours, therefore there is a low probability of loss. However, in the southern area of the fishery operate small-decked vessels using longer gillnets, which are left in the sea bottom for about 24 h unsupervised, increasing the risk of losing them. Due to the above, an information-collecting process aimed to solve this problem and also to conduct experiments in other representative areas and depths of the fishery are recommended. REFERENCES Akiyama, S. 2010. Prolonged change of fishing ability in experimentally lost gillnet. Nippon Suisan Gakk., 76: 905-912. Ayaz, A., D. Acarli, U. Altinagac, U. Ozekinci, A. Kara & O. Ozen. 2006. Ghost fishing by monofilament and multifilament gillnets in Izmir Bay, Turkey. Fish. Res., 79: 267-271. 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Res., 42(5): 1194-1199, 2014 Jellyfish aggregations and stings in southern Brazil DOI: 10.3856/vol42-issue5-fulltext-23 1194 1 Short Communication Jellyfish (Chrysaora lactea, Cnidaria, Semaeostomeae) aggregations in southern Brazil and consequences of stings in humans Antonio C. Marques1,2, Vidal Haddad Jr.3, Lenora Rodrigo4 Emanuel Marques-da-Silva4 & André C. Morandini1 1 Departamento de Zoologia, Instituto de Biociências, Universidade de São Paulo Rua do Matão, Trav. 14, Nº101, Cidade Universitária, São Paulo, SP, 05508-090, Brazil 2 Centro de Biologia Marinha, Universidade de São Paulo, SP, Brazil 3 Departamento de Dermatologia, Faculdade de Medicina de Botucatu, Universidade Estadual Paulista Rua Dr. José Barbosa de Barros 1780, Vila dos Lavradores, Botucatu, SP, 18610-307, Brazil 4 Departamento de Vigilância em Saúde Ambiental, Superintendência de Vigilância em Saúde Secretaria de Estado da Saúde do Paraná, PR, Brazil ABSTRACT. The frequency of jellyfish blooms is generating a world-wide discussion about medusae population explosions, mainly those associated with stings. We report over 20,000 envenomations caused by Chrysaora lactea (Scyphozoa) in the State of Paraná (southern Brazil) during the austral summer of 2011-2012. Envenomations were considered mild, but almost 600 cases were treated in emergency services, with either toxic and allergic reactions, some with systemic manifestations. We proposed non-exclusive hypotheses to explain this large number of cases. Keywords: Chrysaora lactea, Scyphozoa, jellyfish, envenomation, public health, stings, Paraná, Brazil. Agregaciones de medusas (Chrysaora lactea, Cnidaria, Semaeostomeae) en el sur de Brasil y consecuencias de picaduras en humanos RESUMEN. La frecuencia de ‘blooms’ de medusas está generando debate a nivel mundial sobre los incrementos de poblaciones de medusas, sobre todo lo relacionado con picaduras. Se reportan más de 20.000 envenenamientos ocasionados por Chrysaora lactea (Scyphozoa) en el Estado de Paraná (sur del Brasil) durante el verano austral 2011-2012. Los envenenamientos fueron considerados leves, pero cerca de 600 casos fueron tratados en los servicios de emergencia, ya sea con reacciones toxicas o alérgicas, algunas de ellas con manifestaciones sistémicas. Se proponen hipótesis no excluyentes para explicar este gran número de casos. Palabras clave: Chrysaora lactea, Scyphozoa, medusas, picaduras, salud publica, Paraná, Brasil. ___________________ Corresponding author: André C. Morandini ([email protected]) Jellyfish are planktonic, free-swimming, sexually reproducing stages of some cnidarians (animals with unique microscopic intracellular structures called cnidae), collectively named Medusozoa (Marques & Collins, 2004; Collins et al., 2006; Van Iten et al., 2006). Ecological understanding of jellyfish populations is still in its early stages in Brazil (Migotto & Marques, 2006; Haddad & Marques, 2009). Around 100 species (polyps and medusae) are reported from the state of Paraná, of which 89 are hydrozoans (including hydromedusae, solitary and colonial hydroids), nine are scyphozoans (typical jellyfish) and two are cubozoans (box jellyfish) (Marques et al., 2003; Oliveira et al., in press). Medusae populations may suddenly grow rapidly (blooms) and do so frequently among the planktonic cnidarians, but why this happens is poorly understood. A “true” ‘bloom’ is an abnormal increase in seasonal populations and might have several causes (Graham et al., 2001; Purcell, 2012). However, the term ‘bloom’ has become vernacular and has changed from its original biological meaning (Miranda et al., 2012). In the vernacular, the bloom concept is usually applied to events that include problems for humans that may be 1195 2 Latin American Journal of Aquatic Research health (stings), economic (fisheries, energy, tourism) or environmentally (becoming a huge biomass) related. However, this convenient terminology is scientifically incorrect and not biologically based (Miranda et al., 2012). Recently, the frequency of blooming is generating a world-wide discussion about medusae population explosions in all oceans (Brotz et al., 2012; Schrope, 2012; Condon et al., 2013). Yet, in many cases these bloom events are incorrectly classified, because they are consequences of oceanographic factors that may concentrate a population, thereby giving the false impression of an abnormal population increase (Graham et al., 2001; Miranda et al., 2012). Thus, the relationship between blooms and stings is difficult to decipher. Envenomations with cnidarians occur in all oceans. In Brazil, hydrozoans (Freitas et al., 1995; Marques et al., 2002; Haddad Jr., 2008), scyphozoans (Haddad Jr. et al., 2002) and cubozoans Haddad Jr. et al., 2010) have all been documented as culprits in stings with humans. During the hotter months in 2011-2012 (December to February) many stings involving swimmers and jellyfish were reported from in the state of Paraná (southern Brazil). Here, we identify the causal agents and describe the cases and offer explanations for why this year had more stings than previous years. Stings were surveyed by the 8th Firemen Brigade of the State of Paraná and personnel from the State Secretary of Health in Paraná. They worked at 101 coastal locations from 12 December 2011 to 26 February 2012. The survey was carried out when swimmers who were stung looked for first aid from the lifeguards and were then asked to fill out a questionnaire after being treated. On 28 January 2012 we visited two beaches (Matinhos, 25º48’35”S, 48º31’50”W, and Caiobá 25º50’51”S, 48º32’18”W) to interview local people and fishermen as well as to collect specimens. Animals were collected while they were swimming in near shore waters or alive and stranded on the beach. Samples for molecular studies were preserved in ethanol 90% and for morphological analyses in 4% formaldehyde solution in seawater. Morphological examination and identification of the specimens followed the recent literature (Morandini & Marques, 2010). Specimens collected and observed in the area of the stings were identified as the scyphomedusa Chrysaora lactea Eschscholtz, 1829 (Scyphozoa, Discomedusae, Pelagiidae) (Fig. 1). Between 17 December 2011 and 26 February 2012, a conservative estimate of the number of stings in this area was 20,471 incidents reported by the Firemen. The Paraná branch of the National Information System for Diseases and Accidents Figure 1. A medusa of Chrysaora lactea Eschscholtz, 1829. This animal was collected in situ. where accidents had been reported. Umbrella diameter ~7 cm. (SINAN is the Brazilian acronym) reported 21,343 accidents. These records are the greatest number of stings involving jellyfish, and also they are nearly 40 times greater than the number of stings ever reported (309 accidents in 2007-2008, 300 in 2008-2009, 241 in 2009-2010 and 541 in 2010-2011). The largest number of stings of the 2011-2012 season occurred between 19 January and 7 February, then again during Carnival, when many Brazilians are vacationing on the beach (19-23 February, Fig. 2). Stings did not seem to be concentrated in any particular area and were reported from the entire coast of Paraná, including the counties of Antonina (23 and 13 cases reported by the Firemen and the SINAN, respectively), Guaraqueçaba (63, SINAN only), Guaratuba (6,746 and 6,970), Matinhos (9,817 and 13,431), Paranaguá (3,885 and 866) (Fig. 3). Jellyfish stings were considered mild, with instantaneously mild to moderate local pain and a burning sensation, with erythema and edema, occasionally forming lesions. Skin lesions varied in shape (rounded, ovoid, irregular, elongated) and some patients had dotted linear lesions up to 20 cm in length, caused by 1-3 tentacles. Most minor cutaneous markings disappeared 30-120 min after contact. A total of 592 cases were treated in emergency services, with Jellyfish aggregations and stings in southern Brazil 11963 Figure 2. Daily number of stings due to the medusa Chrysaora lactea (from 12 December to 26 February 2012). Data from the firemen's records. Note the increasing numbers beginning on 19 January 2012. either toxic and allergic reactions. About 36% of these cases had systemic manifestations. Males were stung more often (55%), as well as younger people and children, who spend more time in recreational activities in the water. A single lesion was the only consequence of accidents in 77% of the patients, while other patients had four or more lesions in more than one area of the body. Lesions on the legs (36%) and arms (36%) were most common, followed by chest and abdomen (21%), face (5%) and neck (2%). In spite of several co-occurring species, including Olindias sambaquiensis, Physalia physalis, Stomolophus meleagris, Lychnorhiza lucerna, Chiropsalmus quadrumanus, the jellyfish Chrysaora lactea was the only clear cause of the stings during the summer of 2011-2012 in Paraná. The reasons for this assumption are: C. lactea was observed in enourmous numbers; the majority of the stings was mild and not presenting a clear pattern like for other species (see Haddad Jr. et al., 2002). The only two cases of stings with C. lactea in the scientific literature were by researchers themselves who intentionally handled the animals. Those were mild and symptoms disappeared within an hour or so (Mianzan & Cornelius, 1999; Nogueira Jr. & Haddad, 2006) and similar to most reported here (also see Haddad Jr. et al., 2010). However, the more serious stings may, in part, have been due to other species that are also in the area (Nogueira Jr. & Haddad, 2006) or due to allergic reactions (Haddad Jr. et al., 2010). Chrysaora lactea is one of the most common jellyfish along the entire Brazilian coast and adjacent countries (Mianzan & Cornelius, 1999; Morandini & Marques, 2010). It is not a strong swimmer and usually passively travels with the current, but can move up and down in the water column while foraging (Morandini, pers. obs.). The C. lactea cnidome (the set of nematocysts of a species) is well-known (Morandini & Marques, 2010) although there are no toxicological studies for this species. Some other members of the same family (Pelagiidae), which have similar cnidomes, have strong toxins [e.g., Pelagia noctiluca (Mariottini & Pane, 2010); Chrysaora plocamia (Vera et al., 2005); Chrysaora quinquecirrha (Šuput, 2009)]. Several non-exclusive hypotheses for the large number of cases in 2011-2012 are possible. First, perhaps that year was the most efficient year to date for data collecting by the firemen and the health department. If so, then the true number may have not been reported in previous years. Next, more attention about stings may have appeared in the media that year and so people were more inclined to look for help when stung. Third, the season is the peak of summer vacation in Brazil, including Carnival, and the consequently increasing of bathers is expected. Finally, there is the possibility that this was a jellyfish bloom or an accumulation of jellyfish due to environmental causes (wind, tides, etc.). There are many environmental factors that can explain the greater concentration of jellyfish near the beach (see mainly Graham et al., 2001); but in the case reported here it may be explained by environmental factors such as winds and currents -like described for scyphomedusae in Uruguay by Olagüe et al. (1990), pushing more oceanic waters shoreward, causing the aggregation. Also, the number of the very common C. 1197 4 Latin American Journal of Aquatic Research Figure 3. Map of the coast of Paraná State showing municipalities where stings were reported (arrows point to the county seats) followed by the number of recorded stings. Note that the number of stings decreased in the counties inside the Paranaguá Bay (see text for details). lactea in Paraná is naturally larger than those of the other species (Nogueira Jr. & Haddad, 2006) and is more numerous than the same species in other regions, including the conterminous state of São Paulo (Morandini, pers. obs.). We suggest that, in fact, there is no evidence of a bloom, or an otherwise abnormal abundance in the shallow waters during the time period in question. Fishermen reported that the species was common farther from shore, although large numbers are less frequent near shore. In a qualitative survey of the fishermen, we found a unanimous opinion that, just prior to and at the time of the stings, winds were from the east. Navy wave data from January 2012 (350 km south of the area) also showed, at this time, long sequences of days with onshore waves. If similar wave movement was occurring in Paraná, we suggest that the jellyfish would have been pushed towards shore and thus concentrated at the time of the envenomations. This natural phenomenon is an apparent bloom caused by the environment (Graham et al., 2001; Miranda et al., 2012), in which a normal population is redistributed and concentrated, rather than a true bloom, which is due to rapid population growth. Also, it is important to note that the number of cases of stings were associated with a larger number of tourists in an area with environmental concentration of jellyfish. The daily reduction in the number of cases (Fig. 2) is probably more likely to be due to weather and a reduced number of tourists (and even fewer entering the water) rather than dispersal of the jellyfish. A large incidence of stings may occur again in the future if environmental conditions coincide with the vacations for many people. To prevent similar numbers of envenomations, a program that monitors jellyfish abundance should be developed, along with a system for monitoring oceanic conditions that may cause aggregations of jellyfish, and together, they can establish an early alert system so that vacationers can be informed of sting risk. Better forecasting of jellyfish aggregations in tourist regions is probably the simplest, most cost-effective way to reduce the number of stings, especially when compared with the probably impo- Jellyfish aggregations and stings in southern Brazil ssible option of biological control of jellyfish populations. ACKNOWLEDGMENTS We thank the Secretaria do Meio Ambiente and Instituto Ambiental do Paraná for logistic support, and the firemen (Grupamento de Bombeiros do Paraná) for providing open access to the data. We also thank MSc R.M. Nagata for help with the map. This study was supported by CNPq (Proc. 304720/2009-7, 562143/ 2010-6, 563106/2010-7, 564945/2010-2, 301039/20135, and 458555/2013-4) and by Grants 2003/02432-3, 2004/09961-4, 2010/50174-7, 2011/50242-5, 2013/504 84-4 of the São Paulo Research Foundation (FAPESP). This is a contribution of NP-BioMar, USP. James J. Roper revised the English in the entire manuscript. REFERENCES Brotz, L., W.W.L. Cheung, K. Kleisner, E. 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Res., 42(5): 1200-1204, 2014 DOI: 10.3856/vol42-issue5-fulltext-24 Hábitos tróficos de reineta en periodo estival 12001 Short Communication Hábitos tróficos de la reineta Brama australis (Pisces: Bramidae) durante el periodo estival frente a Chile central Francisco Santa Cruz1, Ciro Oyarzún2, Gustavo Aedo2 & Patricio Gálvez3 Programa de Magíster en Ciencias mención Pesquerías, Universidad de Concepción P.O. Box 160-C, Concepción, Chile 2 Sección Pesquerías, Departamento de Oceanografía, Universidad de Concepción P.O. Box 160-C, Concepción, Chile 3 Departamento de Evaluación de Pesquerías, Instituto de Fomento Pesquero Manuel Blanco Encalada 839, Valparaíso, Chile 1 RESUMEN. La reineta Brama australis es un importante recurso pesquero artesanal en la zona central chilena, incorporado en los programas de seguimiento biológico, pero con escasas evaluaciones de sus aspectos tróficos. Para actualizar el estado del conocimiento, se analizó su dieta durante el verano austral época de mayor disponibilidad de este recurso en la zona central de Chile, mediante el análisis del contenido gástrico de 300 ejemplares capturados entre noviembre 2011 y marzo 2012. Se identificó una dieta dominada por Euphausia mucronata (IIR = 92,33), aunque a escala mensual se identificó una dieta mixta de E. mucronata durante noviembre, diciembre 2011 y marzo 2012, además de Pterygosquilla armata y anfípodos hipéridos durante enero y marzo 2012. No se encontró diferencias significativas entre ambos sexos (P > 0,01). Estos resultados demuestran y corroboran que B. australis es un depredador pelágico con un reducido espectro trófico en el litoral de Chile central. Palabras clave: Brama australis, reineta, caracterización trófica, verano austral, Chile central, Pacífico suroriental. Southern ray´s bream (Brama australis) summer feeding habits off central Chile ABSTRACT. The southern ray´s bream Brama australis is an important artisanal fishery resource in the coast of central Chile, included into biological monitoring programs, but with few evaluations of its trophic aspects. In order to update the state of knowledge, its diet was analyzed during the austral summer (time of greater availability of this fish in the central coast of Chile). By means of stomach contents analysis of 300 specimens captured between November 2011 and March 2012. A diet dominated by Euphausia mucronata (IIR = 92.33%) was identified, although on a monthly scale a mixed diet of E. mucronata was identified during November, December 2011 and March 2012, beside Pterygosquilla armata and hyperiid amphipods during January and March 2012. A comparison by gender revealed no significant differences. These results demonstrate and confirm that B. australis is a selective pelagic predator of reduced trophic spectrum in the coast of central Chile. Keywords: Brama australis, southeastern ray bream, trophic characterization, austral summer, central Chile, southeastern Pacific. ___________________ Corresponding author: Francisco Santa Cruz ([email protected]) La reineta (Brama australis Valenciennes, 1838) es una especie epi-mesopelágica de distribución circumglobal en el océano Pacífico sur, presente en aguas chilenas de Coquimbo (29º57’S) a Magallanes (53º09’S), siendo un importante recurso para la flota artesanal de Chile central (Pavlov, 1991; Pavez et al., 1998; Last & Moteki, 2001; Espinoza et al., 2002; Watanabe et al., 2006), durante el periodo de primavera y verano, épocas de mayor disponibilidad en dicha zona (Gálvez et al., 2013). Así como muchas especies de peces, consideradas como importantes recursos pesqueros, no está considerada la evaluación sistemática de la ecología alimentaria, lo que no permite la generación de información pertinente para su administración, o para la determinación de variaciones espacio-temporales. 1201 2 Latin American Journal of Aquatic Research La dieta de esta especie ha sido analizada a partir de ejemplares capturados como fauna acompañante de jurel (Trachurus murphyi), por la flota que opera entre Constitución y Puerto Saavedra (Muñoz et al., 1995), ejemplares obtenidos por la flota artesanal en la región de Valparaíso (Pavez, 2002) e individuos capturados por la pesquería artesanal que tiene a esta especie como recurso objetivo en el golfo de Arauco (García & Chong, 2002). Estos estudios establecen un reducido espectro trófico, dominado principalmente por eufáusidos, y ocasionalmente por peces y calamares, lo que impide verificar las potenciales variaciones temporales, sexuales u ontogenéticas. El presente estudio tiene por objetivo actualizar el estado de conocimiento sobre la alimentación de B. australis capturada por la pesquería artesanal de la región del Biobío y determinar variaciones en la composición de la dieta durante el periodo estival en la zona central de Chile. La dieta fue caracterizada a partir de 300 estómagos de individuos capturados por la flota artesanal que opera en el litoral de Chile central, cuyas actividades se concentran en el verano austral, dada la alta estacionalidad de esta pesquería por disponibilidad del recurso. Las muestras fueron recolectadas al momento del desembarque en el puerto de Lebu, de noviembre 2011 a marzo 2012. Estas muestras provienen de operaciones comerciales localizadas en el área comprendida entre 37°21’S y 38°00’S, de 5 a 30 mn y en un rango de profundidad entre 30 y 60 m. A cada individuo se le determinó el sexo, longitud de horquilla (LH, cm) y peso total (PT, g), mientras que los estómagos se preservaron en formalina al 10%. En el laboratorio, los estómagos se abrieron y se identificó bajo lupa estereoscópica los ítems presa hasta el nivel taxonómico más bajo posible. Aquellos ítems con alto grado de digestión fueron agrupados en la categoría “restos de presa”, debido a la dificultad de su identificación. Las presas identificadas fueron contadas y pesadas (± 0,1 g). Para determinar si el número de estómagos era suficiente para describir la dieta de B. australis, se aplicó una curva acumulada de diversidad de presas de Shannon-Weaver (H') en función del número de estómagos con contenido (H' = -Σ (Pi log2 [Pi])) (fide Berg, 1979). La descripción de la dieta, se realizó utilizando los métodos numérico (%N), gravimétrico (%P), frecuencia de ocurrencia (%O) y el Índice de Importancia Relativa (IIR) (Pinkas et al., 1971; Hyslop, 1980), expresado de manera porcentual (Cortés, 1997), y determinada a nivel estacional (verano austral), mensual y por sexo. Se evaluó diferencias significativas en la dieta por sexo mediante la prueba estadística no paramétrica de Kruskal-Wallis (Zar, 1999). El rango de tamaño fluctuó entre 35 y 51 cm LH, con una moda en 40 cm LH. De los 300 estómagos, 128 presentaron algún tipo de contenido gástrico (42,6%), identificándose 10 ítems presa. De acuerdo al resultado de la curva acumulada (Fig. 1), se observó que el carácter monoespecífico en la dieta durante el periodo analizado influyó en un bajo valor de H', con una estabilización del tamaño de muestra a partir de los 20 estómagos con contenido. El análisis de la dieta global indica que Euphausia mucronata fue el principal ítem presa, dominando tanto en número (%N = 79,27), peso (%P = 64,19), frecuencia de ocurrencia (%O = 74,22), como en importancia relativa (%IIR = 92,33). El resto de las presas presentaron muy baja representatividad en la dieta, identificándose Strangomera bentincki (IIR = 2,46%), anfípodos hipéridos (IIR = 1,91%) y Pterygosquilla armata (IIR = 1,46%) (Tabla 1). En el nivel mensual, E. mucronata fue la presa principal en noviembre y diciembre 2011, y febrero 2012, que se reflejó en un alto valor del %IIR (>90%). Sin embargo, su importancia en los contenidos estomacales fue menor en enero y marzo 2012, con valores del IIR de 55,5% y 32,4%, respectivamente, debido a un aumento de P. armata en enero (33,9%) y marzo (19,3%), y de anfípodos hipéridos en febrero (6,87%) y marzo (46,4%) (Fig. 2). La comparación por sexos no reveló diferencias significativas (X2 = 0,9657; P > 0,01), observándose una alta dominancia de E. mucronata tanto en hembras (IIR = 96,4%) como en machos (IIR = 85,3%) (Fig. 3). Durante el periodo y zona de estudio, B. australis presentó un reducido espectro trófico, dominado en más de un 90% por eufáusidos, patrón concordante con los descrito previamente para esta especie (Muñoz et al., Figura 1. Curva acumulada de presas de Brama australis. 12023 Hábitos tróficos de reineta en periodo estival Tabla 1. Porcentajes en peso (%P), número (%N), frecuencia de ocurrencia (%O) e índice de importancia relativa porcentual (%IIR) por ítem presa de reineta durante el periodo estival 2011-2012. Grupo Crustacea Mollusca Pisces Item presa Euphausia mucronata (Em) Pterygosquilla armata (Pa) Hyperiidae (Hy) Larvas zoea (LZ) Galatheidae (Ga) Restos de crustáceos (RC) Cephalopoda (Ce) Strangomera bentincki (Sb) Restos de peces (RP) Larva de Scorpaenidae (LS) %P 64.19 5.40 3.79 0.22 0.13 6.76 0.65 12.93 5.90 0.03 %N 79.27 8.92 9.65 0.99 0.46 0.00 0.07 0.50 0.11 0.02 %O 74.22 11.72 16.41 7.81 0.78 10.94 3.91 21.09 21.09 0.78 %IIR 92.33 1.46 1.91 0.08 0.00 0.64 0.02 2.46 1.10 0.00 Figura 2. Porcentajes en peso (%P), número (%N), frecuencia de ocurrencia (%O) e índice de importancia relativa porcentual (%IIR) mensual por ítem presa de reineta (Ver Tabla 1 para la simbología). 1995; García & Chong, 2002; Pavez, 2002), y asemejándose a sus congéneres de otras latitudes, a los que se les ha descrito una alimentación selectiva sobre estos componentes del zooplancton (Watanabe et al., 2003, 2006; Vaske-Junior et al., 2008; Babaran et al., 2009). Muñoz et al. (1995), definieron a esta especie como un depredador oportunista, debido a que aprovecha la disponibilidad y abundancia de los recursos alimentarios presentes en el ambiente. De acuerdo con esta afirmación, el análisis mensual mostró una fuerte incorporación de otros ítems, como estomatópodos y anfípodos hipéridos, presas recurrentes en la alimentación de otras especies presentes en la zona, como merluza común o jurel (Arancibia & Meléndez, 1987), que eventualmente podrían aumentar su disponibilidad en distintos periodos de la época estival. Como resultado contrastante con antiguas publicaciones, difiere la contribución de peces en su patrón de alimentación. En particular, García & Chong (2002), indican la presencia de E. ringens (hasta un 25,4% IIR), 41203 Latin American Journal of Aquatic Research Figura 3. Porcentajes en peso (%P), número (%N), frecuencia de ocurrencia (%O) e índice de importancia relativa porcentual (%IIR) por ítem presa de reineta por sexo (Ver Tabla 1 para la simbología). pero dicho ítem no apareció en el presente estudio, encontrando por el contrario un aporte de S. bentincki, que puede estar relacionado con la importante disminución de la biomasa de E. ringens en la zona centro-sur de Chile (SUBPESCA, 2014). Además, los individuos de S. bentincki encontrados en los estómagos analizados, presentaron una longitud en torno a los 7 cm LT, talla que ha dominado la estructura de tamaños de la sardina durante el periodo de estudio en la zona (SUBPESCA, 2012). Es importante considerar el alto porcentaje de estómagos vacíos, que puede estar asociado al aparejo utilizado para capturar a esta especie (espinel), ya que este se basa en un sistema de carnadas para tentar al individuo que se encuentra alimentándose en el lugar y donde los individuos capturados presentan estómagos vacíos o con escasa cantidad de alimento, factor que puede haber influenciado en esta característica. Otro componente, que puede ser relevante, es la influencia de la variabilidad diaria y el posible efecto de los ciclos lunares que afectan la distribución vertical y disponibilidad de los diferentes grupos zooplanctónicos (Horn et al., 2013). Ambos factores deben ser considerados al establecer diseños de muestreo en futuros estudios de alimentación en esta especie. Del mismo modo, es importante considerar la variabilidad espacial a mayor escala de la alimentación de esta especie, para lo que sería importante extender la cobertura espacial de la obtención de muestras, incorporando la pesquería de la zona sur austral, que en los últimos años ha tomado mayor relevancia. REFERENCIAS Arancibia, H. & R. Meléndez. 1987. Alimentación de peces concurrentes en la pesquería de Pleuroncodes monodon Milne-Edwards. Invest. Pesq., 34: 113-129. Babaran, R., C. Selorio, K. Anraku & T. Matsuoka. 2009. Comparison of the food intake and prey composition of payao-associated and free-swimming bigtooth pomfret Brama orcini. Fish. Res., 95(1): 132-137. Berg, J. 1979. Discussion of methods of investigating the food of fishes, with reference to a preliminary study of the prey of Gobiusculus flavescens (Gobiidae). Mar. Biol., 50: 263-273. Cortés, E. 1997. 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Res., 42(5): 1205-1209, Primer2014 registro del tiburón mako en La Media Guajira, Caribe colombiano DOI: 10.3856/vol42-issue5-fulltext-25 1205 Short Communication Primer registro del tiburón mako Isurus oxyrinchus (Lamniformes: Lamnidae) en la costa de La Media Guajira, Caribe colombiano Paola Palacios-Barreto1, Andrea Ramírez-Hernández1 Oscar Uriel Mendoza-Vargas2 & Andrés F. Navia1 1 Fundación Colombiana para la Investigación y Conservación de Tiburones y Rayas, SQUALUS Carrera 60A Nº 11-39, Cali, Colombia 2 Posgrado en Ciencias Biológicas, Universidad Nacional Autónoma de México Av. Universidad 3000, Ciudad Universitaria, 04510, Ciudad de México, D.F., México RESUMEN. Se registra la presencia del tiburón mako Isurus oxyrinchus, capturado por pescadores artesanales con palangre tiburonero frente a la costa de La Media Guajira. Constituye el primer registro de I. oxyrinchus para esta zona costera, con lo cual se amplía su distribución geográfica a la zona costera del mar Caribe colombiano. Palabras clave: Isurus oxyrinchus, Lamnidae, características dentarias, tiburones, La Media Guajira, Caribe colombiano. First record of mako shark Isurus oxyrinchus (Lamniformes: Lamnidae) off the coast of La Media Guajira, Colombian Caribbean ABSTRACT. The occurrence of the shortfin mako Isurus oxyrinchus, caught by artisanal fishermen using a longline shark fishing, was recorded off the coast of Media Guajira. This is the first record of I. oxyrinchus in this area, which extends its geographic distribution into the Colombian Caribbean Sea. Keywords: Isurus oxyrinchus, Lamnidae, dental characteristics, sharks, La Media Guajira, Colombian Caribbean. ___________________ Corresponding author: Paola Palacios-Barreto ([email protected]) En la actualidad, el género Isurus comprende dos especies: Isurus paucus e Isurus oxyrinchus. I. paucus es una especie oceánica de aguas tropicales y profundas (Compagno et al., 2005), frecuente en los océanos Atlántico occidental y Pacífico central; aunque su distribución y hábitat son poco conocidos (Compagno, 2002; Compagno et al., 2005). I. paucus cuenta con escasos registros en el mar Caribe (Cervigón & Alcalá, 1999) y en Colombia su presencia sólo se confirmó en el año 2012 (Gámez-Barrera et al., 2012). Por su parte, I. oxyrinchus se distribuye en todos los océanos tropicales y templados, siendo más abundante en aguas templadas <16ºC (Applegate, 1977; Stevens, 1983; Heist et al., 1996; Mollet et al., 2000), encontrándose desde la superficie hasta ~600 m de profundidad (Compagno, 2001, 2002). En el Océano Atlántico se distribuye desde Canadá hasta el sur de Brasil y probablemente norte de Argentina (Compagno, 2001; Castro, 2011). Esta especie no es abundante en el Caribe continental colombiano, existiendo registros no confirmados en Bocas de Ceniza, Cartagena y Santa Marta (Martínez, 1978; Grijalba-Bendeck et al., 2009). Según Mejía-Falla et al. (2007) se encuentra en aguas insulares del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, posteriormente confirmada por Ballesteros & Castro (2006). Por tanto, este estudio reporta por primera vez la presencia de I. oxyrinchus en La Media Guajira, con lo cual se amplía su rango de distribución en el mar Caribe colombiano. En el presente estudio, se examinó la mandíbula de una hembra de aproximadamente 2 m de longitud total y 35 kg de peso sin cabeza y eviscerada, obtenida en enero de 2012 en faena de pesca artesanal con palangre tiburonero, con 40 anzuelos calibre Nº1 unidos con cables de acero (guayas), calado a 40 brazas de profundidad frente a Musichi (Municipio de Manaure, La Media Guajira) (Fig. 1). Para su identificación se utilizaron los dientes como carácter taxonómico distintivo, considerando características dentarias externas relacionadas con la posición y tamaño de cada diente, forma e inclinación de la corona, 1206 Latin American Journal of Aquatic Research Figura 1. Registros previos de localidades y años de captura de I. oxyrinchus en aguas oceánicas del Caribe Colombiano (●, ■, ▲) y nueva localidad reportada en este estudio ( ). presencia o ausencia de aserraduras, cúspides laterales y fórmula dental. Estas características son importantes para la diagnosis taxonómica, haciéndola más detallada (Shimada, 2002, 2005) y han sido de utilidad como carácter diagnóstico en las descripciones taxonómicas y sistemáticas actuales y fósiles de tiburones (EspinosaArrubarrena, 1987; Compagno, 2001; Compagno et al., 2005; Castro, 2011). La sínfisis de la mandíbula superior estudiada presenta dos dientes anteriores (A), uno intermedio (I), siete laterales (L) y cuatro posteriores (P), mientras que en la mandíbula inferior tiene tres anteriores, siete laterales y tres posteriores (Fig. 2). La fórmula dental de la mandíbula analizada fue: Sínfisis = A2 Int1 L7 P4 A3 L7 P3 que coincide con la fórmula dental reportada para I. oxyrinchus por diferentes autores (EspinosaArrubarrena, 1987; Compagno, 2001, 2002; Heim, 2005; Santana-Morales, 2008). Esto permitió identificar el espécimen como I. oxyrinchus, siendo carácter determinante para su identificación los dos dientes anteriores, a cada lado de la sínfisis que según Castro (2011), sirven para distinguirlo de I. paucus. Los dientes en ambas especies del género Isurus son delgados, largos, de bordes lisos, con una sola cúspide (Compagno, 2001, 2002). La diferencia de las denticiones está en la forma de los dientes anteriores (Heim, 2005). Tanto la raíz como la corona en los dientes anteriores de la mandíbula superior de I. paucus son más anchos y largos que los de I. oxyrinchus. En la mandíbula superior e inferior los dientes anteriores de I. oxyrinchus son curvos lateral y medialmente, en I. paucus no. Los dientes en ambas especies están orientados hacia atrás, pero en I. oxyrinchus están flexionados en su base con las puntas revertidas en sentido contrario, por lo que al tacto, un diente de I. paucus se siente plano y delgado, en comparación con los de I. oxyrinchus (Fig. 3). Debido a que los elasmobranquios tienen bien diferenciados sus dientes en forma y tamaño, esta característica se puede utilizar de manera confiable en algunas especies para su identificación a nivel de géne- Primer registro del tiburón mako en La Media Guajira, Caribe colombiano 1207 Figura 2. Serie dental superior e inferior derecha de I. oxyrinchus. a) Vista lingual, b) Vista labial. Figura 3. Diente de I. oxyrinchus desde una perspectiva lateral, cúspides flexionadas, puntas revertidas. ro y especie (Naylor & Marcus, 1994). Sin embargo, aunque la disposición de los dientes se ha utilizado como función diagnóstica para diferenciar las especies del género Isurus, Bustamante et al. (2009) argumentan que en individuos de gran tamaño, los dientes se vuelven semejantes en ambas especies. Según Santana-Morales (2008), a partir del análisis de regresión lineal entre las longitudes corporales y las mediciones dentales, se puede calcular la talla de los organismos de I. oxyrinchus. En este caso, la talla estimada a partir de los dientes fue de 2 m Lt. De acuerdo con Mollet et al. (2000) y Castro (2011) una hembra de esa talla, es sexualmente inmadura, por lo que sigue siendo viable la identificación a partir de sus características dentales. El presente registro confirma la presencia de I. oxyrinchus en aguas costeras del Caribe colombiano y amplía considerablemente su rango de distribución en el país (Fig. 1). Sin embargo, esto no altera el hecho que I. oxyrinchus es considerada como una especie poco frecuente en el Mar Caribe, lo que junto a amenazas antrópicas como la pesca intensiva ha llevado a su incorporación en la lista roja de UICN como Vulnerable (Cailliet et al., 2009). Al respecto, Acero y colaboradores (datos sin publicar), en un ejercicio de evaluación de estados de conservación nacional, de acuerdo a los criterios y categorías de amenaza de la UICN, estiman que I. oxyrinchus debe ser considerada 1208 Latin American Journal of Aquatic Research como Datos Deficientes para Colombia. Por ello, este reporte incrementa el conocimiento disponible sobre su distribución geográfica, facilitando el posterior cálculo de la extensión de la presencia y su volumen de ocupación, dos criterios importantes en la asignación de categorías de amenaza UICN (UICN, 2001). AGRADECIMIENTOS Los autores agradecen al Sr. Eduardo Fierro quien aportó la información de la captura y proporcionó la mandíbula del tiburón mako. REFERENCIAS Applegate, S.P. 1977. A new record-size bonito shark, Isurus oxyrinchus Rafinesque, from southern California. Calif. Fish Game, 63: 126-129. Ballesteros, C. & E. Castro. 2006. La pesquería industrial de tiburones en el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina: una primera aproximación. Secretaría de Agricultura y Pesca, de Colombia. 44 pp. Bustamante, C., F. Concha, F. Balbontín & J. Lamilla. 2009. Southernmost record of Isurus paucus (Gitart Manday, 1966) (Elasmobranchii: Lamnidae) in the southeast Pacific Ocean. Rev. Biol. Mar. Oceanogr., 44(2): 523-526. Cailliet, G.M., R.D. Cavanagh, D.W. Kulka, J.D. Stevens, A. Soldo, S. Clo, D. Macias, J. Baum, S. Kohin, A. Duarte, J.A. Holtzhausen, E. Acuña, A. Amorim & A. Domingo. 2009. Isurus oxyrinchus. In: IUCN 2013. IUCN Red list of threatened species. Version 2013 .2. 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