Dimensiones y Consciencia
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Dimensiones y Consciencia
LAS DIMENSIONES Y LA CONSCIENCIA Desde mi infancia (y ya ha llovido lo suyo) había venido escuchando a diferentes personas, adultos y mayores que yo, al principio, más jóvenes ahora, que solo “creían en lo que veían”, es decir manifestaban su desapego por las cosas espirituales arguyendo la consabida frase: yo solo creo en lo que veo o puedo tocar. Siempre me llamaba la atención esta aseveración, incluso ahora me sigo admirando de la facilidad con que despachan su ignorancia algunos haciendo gala de su negación de la existencia no solo de Dios sino también de lo espiritual, hasta de lo sobrenatural o intangible. En ocasiones en mi inocencia infantil les solía preguntar, como el que quiere aprender, que si sus afirmaciones significaban que no creían en el centro de la tierra, en la cara oculta de la luna, en sus propios pensamientos o en cualquier otra cosa que se me ocurriera para incidir en contra de tan infundada afirmación. Las respuestas que iba recibiendo fueron cambiando a lo largo de los años; actualmente ya no hay respuestas porque cuando alguien me afirma la susodicha frase, o la más moderna y equivalente, 'solo creo en lo que la ciencia puede demostrar', procuro hacer oídos sordos y no preocuparme por las tendencias espirituales inexistentes en mis interlocutores. Interiormente me quedo apenado cuando conozco a alguno que esté tan super-enterado, como se dice hoy día, de cualquier evento relacionado con el fútbol, los cantantes, las modas o cualquier otra cosa mundana y no hayan sido capaces de gastar ni un solo minuto de sus vidas en analizarse a sí mismos. El aforismo griego, conócete a ti mismo, parece que llega a convertirse en una absoluta pérdida de tiempo con algunos. ¿O será quizás que ciertas personas prefieren seguir la estrategia del avestruz de no ver para no pensar: “no pensando no tengo que responsabilizarme”?. En cualquier caso no pretendo sermonear a nadie por sus creencias o descreencias. Tan solo me gustaría aportar un poco de reflexión sobre el mundo que nos rodea partiendo de hechos que son admitidos como ciertos y tratar de llegar por inducción a conclusiones que implican que hay cosas que podemos negar por no verlas y sin embargo seguir estando ahí. Hay una tendencia a creer que el pensamiento, la memoria, la voluntad, etc., es decir la consciencia, es fruto del cerebro y tiene un origen meramente material: 'cuando uno se muere se acabó todo', suelen decir algunos. Pues bien, esta que sigue es una reflexión posible, que supongo que habrá quien decida que también es discutible. Yo no pretendo tener razón y por lo mismo adelanto desde este mismo momento que se trata de una visión personal y particular del tema que expongo sin pretensiones de debatir ni discutir sobre el particular; si Ud no está de acuerdo lo comprendo pero no voy a litigar al respecto. Si lo que les cuento les resulta provechoso, me alegraré profundamente de haberles sido útil. Y estas son mis reflexiones: Por definición un punto es una porción de espacio infinitamente pequeña, tanto que se acepta que carece de dimensión. Pues bien, si un observador se situara en un punto, o sea si hacemos abstracción e imaginamos que un observador, es decir su consciencia, esta situada en un punto, deberemos admitir que no podría observarse a si mismo. Es decir, abreviando, un punto no puede verse a si mismo. Para ver un punto, la consciencia tiene que observar desde otro punto; pero dos puntos definen una recta y una recta define una dimensión. Resumiendo: para ver un punto (sin dimensión) necesitamos que el observador este situado en una dimensión que contenga al punto observado o lo que es lo mismo, que se esté observando desde la dimensión siguiente a la del objeto o punto, observado (1ª dimensión). La dimensión susodicha, o sea la recta definida, no puede ser observada desde ninguno de los puntos de la misma: un observador desde la 1ª dimensión no puede ver la propia dimensión, o sea la recta. Para ver la recta el observador ha de estar en un punto situado fuera de la misma: pero una recta y un punto exterior definen un plano el cual constituye un espacio de dos dimensiones. Por consiguiente, para ver algo de la 1ª dimensión, es necesario que el observador esté en una 2ª dimensión que contenga a la primera. Si seguimos en este camino inductivo, nos fijaremos que cualquier punto dentro del plano (2 dimensiones) no puede ver al propio plano, solo a las lineas (1dimensión) contenidas en el mismo. Para poder observar el plano se requiere que el observador esté situado en un punto fuera del plano. Pero un plano y un punto exterior definen un espacio de tres dimensiones, el mundo material en el que nos desenvolvemos. Por lo dicho, se puede obtener algo en común, una regla: para ver una dimensión cualquiera, el observador debe estar situado en un punto de una dimensión superior a la observada. ¿Que significa esto?. Sencillamente, para ver la tercera dimensión, es necesario que el observador esté fuera de la misma, en una 4ª dimensión; en caso contrario no podría verse a si mismo como elemento de tres dimensiones (coloquialmente, una caja no puede observarse a si misma; para ver una caja hay que estar fuera de ella) Sé que alguien dirá que vemos con los ojos y el cerebro; pero les invito a pensar que el observador no es ni los ojos ni el cerebro; el observador es la consciencia. Ni los ojos ni el cerebro pueden ver por si solos, solo son los instrumentos usados por la consciencia para observar, mientras la consciencia ha de estar fuera del espacio de tres dimensiones, en la cuarta dimensión, es decir en la dimensión siguiente a la observada. Si admitimos que la cuarta dimensión es el tiempo, como se suele afirmar, tendremos que concluir que la consciencia está situada en un punto temporal (quizás ayude esto a entender por qué vivimos en un aparente presente continuo, es decir en el punto infinitesimal de separación de la dualidad temporal pasado-futuro). El conjunto de todos los puntos temporales de observación de todos los observadores (no solo los seres humanos) se mueven al unísono; esto nos indicaría que juntos seguimos la misma línea temporal. Y llegados hasta aquí, me veo con grandes dificultades para seguir imaginando, aunque intuyo que si la consciencia llegara a situarse sobre un punto de la 5ª dimensión (según el método de inducción seguido, esta quinta dimensión podría ser considerada como un plano temporal), sería capaz de ver todas las líneas temporales de la cuarta, el pasado y el futuro como un presente global, es decir, podría ver al mismo tiempo el pasado y el futuro de cualquier persona. Como digo, esto para mi es una hipótesis, pero me ayuda a entender como alguien puede profetizar o averiguar el pasado de otros. Simplemente, si es capaz de elevar su consciencia hasta la quinta dimensión; y no me pregunten cómo. Dejo a la imaginación del lector seguir reflexionando según el método comentado. Mi intención era solo llegar al punto en que se puede deducir que la consciencia se encuentra fuera del espacio de tres dimensiones, es decir, la consciencia se encuentra fuera de la materia física; no tiene más remedio que estar fuera pues si estuviera en el cerebro, los nervios o en cualquier otra parte física del cuerpo, no podría observar el mundo tridimensional ni a si mismo (cuerpo), según las conclusiones del método comentado. Para concluir este ejercicio de reflexión, me gustaría añadir que si la consciencia está fuera de las tres dimensiones corporales, cuando el cuerpo material fenece no implica que fenezca también la consciencia inmaterial, pues estando fuera del cuerpo no debería ser afectada por aquel, solamente quedaría separada de aquel. Quiero con esto invitar a los escépticos que dicen que cuando el cuerpo muere todo acaba, que reflexionen sobre esta cuestión si consideran que las opiniones aquí vertidas pueden tener al menos un poquito de sentido según se han expuesto a su criterio. Gracias por su paciencia si han llegado hasta aquí y ruego su comprensión si continúan en desacuerdo.