La propuesta metodológica feminista
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La propuesta metodológica feminista
La propuesta metodológica feminista Walda Barrios-Klee1 Asociación de Estudios Feministas (AMEF). Resumen Desde los años 70 las académicas feministas han propuesto formas distintas de aproximarse a la realidad y a las sujetas de estudio que rompen con la epistemología tradicional, por lo que se ha recibido la crítica de falta de cientificidad. En esta ponencia se destacan los aportes y los nudos de este debate teórico metodológico. L a presente ponencia es una revisión de algunas de las aportaciones fundantes que permiten hablar de una propuesta de metodología feminista. Se elaboró a partir de la revisión bibliográfica de las principales autoras anglosajonas y los planteamientos de Eli Bartra, quien fue la introductora en la academia mexicana del pensamiento no traducido al castellano de estas pensadoras. Voy a dejar de lado la academia española que es prolífica en el tema y tiene abundantes desarrollos, tanto desde el punto de vista científico como el de la implementación práctica de políticas. En España las políticas de igualdad de género son una realidad así como la reflexión académica profunda, los post grados y la producción de textos es prolífica. Pero, por ser este un coloquio, en dónde debemos acotar la reflexión me referiré a los principales aportes de 5 autoras anglosajonas y desde luego a nuestra maestra y amiga Eli Bartra. Como una invitación a la posterior indagación y profundización. La propuesta metodológica feminista. A partir de 1970 las académicas feministas han planteado formas distintas de aproximarse a la realidad, desde el clásico texto de María Miess (1998) en dónde señala una serie de pautas para la epistemología feminista, hasta otras más contemporáneas (Donna Haraway [1989, 1991]; Sandra Harding, Smith Doroty [1974]) que han revisitado la relación entre mujeres y ciencia; todas estas autoras han sido criticadas por romper con los cánones de la epistemología tradicional y se ha negado el carácter de científico a sus aportes. Todas ellas han planteado que el conocimiento se produce por seres humanos y personas concretas que se desenvuelven en contextos históricos, que tienen emociones, necesidades, intereses, socialmente determinados, de allí que Donna Haraway (1991) sostiene que el 1 Coordinadora del Programa de Género de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO, sede aca- démica Guatemala. 46 conocimiento es siempre situado. Del carácter situado se deriva la conexión entre conocimiento y poder. Por su parte María Miess, señala que la investigación feminista busca el cambio social, recupera los saberes de las sujetas de investigación; estableciendo un compromiso con ellas; se enmarca dentro del paradigma de la investigación acción. Planteando el concepto de parcialidad consciente, que implica la decisión deliberada de posicionarse del lado de las mujeres. Antes de continuar con la reseña de las autoras que desde la academia norteamericana han sentado las bases de la ciencia feminista haré una breve referencia a Guatemala. En Guatemala, Ana Silvia Monzón (2009) y las colegas Aura Cumes, Ana Lucía Ramazzini, Guisela López y Lily Muñoz, intentan aproximarnos al recorrido histórico de las ciencias sociales feministas en la academia guatemalteca. Un camino espinoso que se ha dado en distintos espacios, tanto en la única universidad pública que existe en Guatemala, como en otros centros de estudios superiores como la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. El texto compilado por Ana Silvia Monzón marca un hito en la aproximación a la epistemología desde distintas miradas feministas, con las tensiones que implica presentarnos públicamente como productoras de conocimiento. En él Ana Lucía Ramazzini plantea la pedagogía de la subordinación de las mujeres, enfatizando cómo todo el proceso de socialización busca finalmente la domesticidad de las mujeres. Entendida por la condición de seres relegados al espacio de la casa, crianza y educación de la prole. En Guatemala, hemos avanzado, tenemos logros, pero todavía nos falta mucho por construir, los espacios académicos siguen siendo patrimonio casi exclusivo de los hombres, especialmente en aquellos en dónde se toman decisiones. Las feministas hemos estado bregando desde estos espacios, para ser reconocidas como productoras de conocimiento situado, y reivindicar que el papel de las mujeres en la ciencia no es marginal. Lo que ha sucedido es que ha sido poco recogido por la historia. En la educación superior hay que destacar el papel que ha tenido el Instituto Universitario de la Mujer (IUMUSAC), fundado en 2004, poco después que en 2001 FLACSO hiciera el Primer Encuentro Mesoamericano de Estudios de Género, en dónde ya había un área de estudios de las mujeres y las relaciones de género desde 1996. Las dificultades para que las mujeres accedamos a la academia y la ciencia, se encuentran en la histórica división sexual del trabajo y la separación que el patriarcado ha hecho de las actividades en públicas y privadas, dejándonos confinadas a las mujeres a la esfera doméstica. Si bien, esto se ha estado revirtiendo ha sido en forma muy paulatina. Al hablar de metodología feminista podemos remitirnos a dos grandes vertientes, la pionera corriente anglosajona que inicia en Europa con el clásico artículo ya referido de María Miess (1970), y en América Latina en la academia mexicana con la compilación realizada por Eli Bartra (1998) docente 47 de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco, que sirvió de punto de partida para los análisis tanto en México, como en la primera cohorte de la especialización en estudios de género y feminismo que se impartió en FLACSO Guatemala en 2003, en dónde tuvimos el privilegio de contar con Eli Barta como docente. Eli Barta al retomar el postulado metodológico que “la investigación social desde un punto de vista feminista se hace a partir de las experiencias de la persona o grupo investigado y en función de las experiencias de las mujeres investigadas, si ese es el caso” (Bartra 1998:143), encuentra el problema que los marcos teóricos y el debate provienen de Europa y Estados Unidos entonces las académicas feministas latinoamericanas “hemos tenido que aprender a ver cuáles cuestiones teóricas nos sirven y cuáles no” (Bartra 1998:143) Bartra señala “en términos generales hay consenso entre las académicas feministas de que existe algo que se llama investigación feminista (o de género, como le denominan últimamente de una manera un tanto aséptica)” (Bartra 1998:145) Se le puede llamar también método no sexista o androcéntrico; pero metodología feminista expresa de manera explícita la relación entre política y filosofía. “La deconstrucción es parte nodal del método feminista. En su forma más simple significa el análisis meticuloso de cuanto conocimiento existe sobre el tema que se trabaje para descubrir los sesgos sexistas e intentar corregirlos. Significa ir desarticulando las diversas disciplinas por su marcado androcentrismo, e intentar la construcción de conceptos nuevos, no sexistas y no androcéntricos.” (Bartra 1998:148) En general la metodología ha planteados tres fases o etapas: la investigadora, la de sistematización y la fase expositiva. Por ejemplo en la fase investigadora, la observación deberá realizarse siendo lo que Eli Bartra llama “el punto de vista feminista”, porque existen diferentes formas de ver la realidad que priorizan algunos aspectos. La síntesis de las autoras anglosajonas la voy a empezar con Dorothy Smith, que si bien nació en Inglaterra emigró hacia Estados Unidos en 1955 para estudiar su doctorado en la Universidad de California en Berkeley, en 1967 se traslada a Canadá. Desarrolló una visión de la sociología que recupera el punto de vista de las mujeres, desarrollando categorías de análisis que integren la experiencia cotidiana y de la vida diaria. De esta forma se rompe la lucha ideológica de las disputas profesionales entre la vida y la ciencia social. De fuerte raigambre marxista propuso las relaciones de control, entendidas como el conjunto de actividades sociales complejas que intentan controlar la producción social humana. Estas se acompañan de los textos impersonales (contratos, informes policiales, certificados médicos, etc.) que configuran y traducen la experiencia individual específica de la vida real a un lenguaje aceptable para las relaciones de control. Esto conduce a la bifurcación de la experiencia, separación socio científica de la experiencia de las personas para que la experiencia vivida por las mujeres coincida con los tipos ideales 48 patriarcales que se utilizan para describirla y la experiencia vital de éstas El concepto de bifurcación de la experiencia, implica el desdoblamiento de las personas, al no concebirlas como una unidad, sino de manera fragmentada, para poder ejercer el control social, a través de los textos impersonales, entre otros medios. (cfr. Smith 1989). En el rescate del punto de vista de las mujeres y sus experiencias coincide con Sandra Harding, y otras epistemólogas feministas, como Helen Longino que argumenta que la objetividad de la ciencia está mediada por valores sociales que son parte del contexto humano, el escrutinio colectivo de quienes poseen diversos valores apoya la posibilidad de la objetividad científica. Quizás, el aporte mas revolucionario es el de Donna Haraway en su Manifiesto Cyborg (1991), ella define al Cyborg como “un organismo cibernético, un híbrido de máquina y organismo, una criatura de realidad social y también de ficción.” “El Cyborg es una criatura en un mundo post genérico. No tiene relaciones con la bisexualidad, ni con la simbiosis pre edípica, ni con el trabajo no alienado u otras seducciones propias de la totalidad orgánica” Un ser no atado a ninguna dependencia, son los hijos ilegítimos del militarismo y del capitalismo patriarcal, por no mencionar el socialismo de Estado. En Haraway el Cyborg es una metáfora. Cuando se lee el Manifiesto Cyborg, es imposible no evocar a Molly, la micro chip inteligente, que aparece en el libro de María Suárez Toro: Mujeres: metamorfosis del efecto mariposa (2008)2. La mujer robot de voluminosos senos, tacones altos y largo cabello rubio, pone en evidencia que las tecnologías no son neutrales, como tampoco lo es la ciencia sustentada en esa tecnología. La micro chip inteligente se rebela contra el sistema, desobedece órdenes impuestas, se niega a ser “la mujer ideal”: hermosa, callada, sumisa y obediente, aunque así la hayan programado, y se autonombra: “Celeste Brava y Fuerte”. Esta ciencia ficción que empieza a invadir las relaciones sociales y el mundo cotidiano que nos plantea Haraway (1991), tiene una expresión cinematográfica en la película de Steven Spielberg (2001) A.I. Inteligencia Artificial.3 Al contrario de la micro chip inteligente del libro de María Suárez que representa el estereotipo de la mujer ideal, el Cyborg de Haraway es asexuado. En esto discrepa Haraway con MacKinnon, quien sostiene que la mujer no existe fuera del deseo masculino. El deseo masculino nos cosifica y transforma en objetos sexuales, sola para el placer de los hombres. MacKinnon, como abogada se dedicó a la denuncia de la pornografía y del 2 El libro de María Suárez Toro fue adaptado a una obra de teatro titulada El Laberinto de las mariposas, que pone en escena a algunas de las principales personajes del texto, entre las que se encuentra Molly, la micro chip inteligente. La obra es dirigida por Aylin Morera, también responsable de la dramaturgia. Se ha presentado en varios países del mundo. Participan las actrices: Raquel Hernández Castro, Alejandra Solórzano, María Fernanda Campos, y Andrea Oryza Porras. 3 Sinopsis: En un mundo futuro en dónde los avances científicos hacen posible la existencia, los humanos comparten todos los aspectos de sus vidas con sofisticados robots denominados Mecas. La emoción es la última y controvertida frontera en la evolución de las máquinas. Pero cuando un avanzado niño robótico llamado David es programado para amar, los humanos no están preparados para las consecuencias. David se encuentra solo en un extraño y peligroso mundo (FILMAFFINITY) Se dice que está basada en un proyecto que quiso llevar a cabo Stanley Kubrick,. 49 acoso sexual, como formas de discriminación hacia las mujeres y a partir de allí el planteamiento de las mujeres como objetos sexuales. punto de vista, que es algo mucho más complejo que una simple opinión, es parte de la reflexividad de las ciencias sociales. Según Haraway, MacKinnon pierde de vista las estructuras materiales de dominación masculina, de clase y de raza. Valora la estructura sexo/ género por encima de la clase, de dónde el interés de los hombres es la apropiación sexual de las mujeres. Define a la teoría del punto de vista feminista, como una teoría que “empieza por la vida de las mujeres para identificar en qué condiciones, dentro de las relaciones naturales y / o sociales, se necesita investigación y qué es lo que puede ser útil (para las mujeres) que se interrogue de esas situaciones.” (Harding, 2000:33). Se trata de “empezar por la vida de las mujeres.” Harding que fue la primer directora del Centro de Estudios de la Mujer de la Universidad de California, Los Angeles (1996-2000), y co directora de la prestigiosa revista feminista publicada por University of Chicago Press, Signs: Journal of Women in Culture and Society (2000-2005), es una de las principales exponentes de la teoría del Harding sostiene que hay tres características fundamentales que caracterizan a la investigación feminista: 1) Nuevos recursos empíricos y teóricos: las experiencias de las mujeres Cuadro No. 1 Nombre Profesión País y año de nacimiento Aportes centrales Dorothy E. Smith Socióloga Inglaterra, 1926 Punto de vista Etnografía institucional Sandra Harding Filósofa Phd. New York (1973) 1935 Filosofía de la ciencia. Epistemología feminista Teoría post colonial Donna Haraway Zoóloga y filósofa (Colorado, 1966) Filosofía de la evolución (París, 1971) Dra. En biología (Yale, 1972) Denver, Colorado 1944 Post moderna Argumenta contra el esencialismo Manifiesto Cyborg (1985) Helen Longino Filósofa de la ciencia 1944 Los valores son parte del contexto humano de la ciencia Catharine A. MacKinnon Abogada Smith College (1968) Phd. Yale (1977 1946 Acoso sexual, como forma de discriminación por sexo. Pornografía Feminismo radical Fuente Elaboración Propia 50 2) Nuevos propósitos para la ciencia social: estar a favor de las mujeres. 3) Nuevo objeto de investigación: situar a la investigadora en el mismo plano crítico que el objeto explícito de estudio. (cfr. Harding, 2000: 19 a 26) Las académicas anglosajonas que estamos analizando responden al mismo clima intelectual, por eso a pesar de algunas divergencias (caso Haraway / MacKinnon), lo normal es que en sus planteamientos existan coincidencias, y son estas las que han permitido construir un corpus teórico propio, que permita hablar de un método, metodología y epistemología feministas.4 1) Rescatar el punto de vista de las mujeres, lo que da lugar al conocimiento situado y a la teoría del punto de vista (Smith, Harding, Haraway, Bartra). 2) La objetividad de la ciencia pasa por los valores sociales (Longino, Smith, Haraway, Bartra). 3) El esfuerzo por ampliar el horizonte de las ciencias sociales a las naturales, generando discusiones que han aportado a la filosofía feminista de la ciencia (Haraway 1978; Harding 1996). Haraway ha buscado entender la biología como un discurso de control de mandos cibernéticos y los organismos como “objetos técnicos naturales del conocimiento.” Me gustaría concluir refiriendo a Har- ding cuando escribe que los hombres pueden hacer contribuciones importantes a la investigación y a la academia feminista (Harding, 2000:28) porque “es evidente que ni la habilidad ni la disposición de contribuir con el pensamiento feminista son rasgos asociados con el sexo” (Harding, 2000:29). Y continúa “lo que yo afirmo es que la designación de ‘feminista’ puede aplicarse a los hombres que satisfacen cualquiera de las normas a las que las mujeres deben ajustarse para obtener dicho calificativo.” (Harding, 2000:32) En esto coincide con lo que se acordó en el V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe celebrado en San Bernardo, Argentina (1990), en dónde se dijo que era feminista toda persona que lucha por los derechos de las mujeres y que no exista opresión de un género sobre el otro. Quizás, en lugar de este breve repaso, hubiera sido mejor concentrarme en Donna Haraway y su Manifiesto Cyborg, espero que esta reseña sirva de motivación para leer y profundizar en esta especialidad de las ciencias sociales contemporáneas. Bibliografía Bartra, Eli, (compiladora) 1998 Debates en torno a una metodología feminista. Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, México. 1ª edición. 4 Retomando a Harding: “Método de investigación es una técnica para recabar información (o una manera de proceder para recabarla).” (2000:11) “Una metodología es una teoría de los procedimientos que sigue o debería seguir la investigación y una manera de analizarlos.” (2000:12) “Una epistemología es una teoría del conocimiento. Responde a la pregunta de quién puede ser sujeto de conocimiento (¿pueden serlo las mujeres?) (2000:13) 51 Harding, Sandra 1996 La cuestión de la ciencia en el feminismo. Madrid: Ed. Morata 2000 ¿Existe un método feminista? En Debates en torno a una metodología feminista. Eli Bartra, comp. México: Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, México, 1ª re impresión. pp 9-34 Harding, Sandra, 1996 La cuestión de la ciencia en el feminismo. Ed. Morata, Madrid, titulo original en inglés The Science Question in Feminism (1986) Haraway, Donna 1991 Manifiesto para cyborgs: ciencia, tecnología y feminismo socialista a finales del siglo XX., En Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza. Cátedra, Madrid. androcéntricos. En Mujeres, ciencia e investigación. Miradas críticas. Ana Silvia Monzón, comp. Colección Cuadernos de Docencia. Guatemala: USAC, Dirección General de Docencia, Ministerio de Educación. ob. Cit (p. 43-84 ) Smith, Dorothy 1989 The Every Day World As Problematic: A Feminist Sociology (Northeastern Series on Feminist Theory) Mar 2 1989. Canadá: University of Toronto Press. Spielberg, Steven, dir. 2001 A.I. Inteligencia Artificial. 145 min. Warner Bros. Pictures & Dreamworks Pictures. Suárez Toro, María: 2008 Mujeres: metamorfosis del efecto mariposa. Colombia: Grupo Editorial Norma., Colombia, mayo 2008. Haraway, Donna 1978 Animal Sociology and a Natural Economy of Body Politic. Signs: Journal of Women Culture and Society 4(1), apartado 2. Longino, Helen E. 1986 Can There Be Feminist Science? Working Paper no. 163., EEUU: Wellsley College. Miess, Maria 1998 ¿Investigación sobre las mujeres o investigación feminista? El debate en torno a la ciencia y la metodología feministas. En Debates en torno a una metodología feminista. Eli Bartra, comp. México: Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco. Monzón, Ana Silvia, comp. 2009 Mujeres, ciencia e investigación. Miradas críticas. Colección Cuadernos de Docencia. Guatemala: USAC, Dirección General de Docencia, Ministerio de Educación. Ana Lucía Ramazzini 2009 Hacia la democracia cognitiva en la academia: crítica a los saberes sexistas y 52