aventura en los 2 gran erg ( ﻕﺮﻋ ) de marruecos

Transcripción

aventura en los 2 gran erg ( ﻕﺮﻋ ) de marruecos
AVENTURA EN LOS 2 GRAN ERG ( ‫ ) ﻋﺮﻕ‬DE MARRUECOS
(BAJADAS A MARRUECOS)
20, abril
No sé que tiene ni que elixir invisible genera, es pequeño, enrevesado, nos hace trabajar y provoca
averías en nuestros coches, difíciles de reparar, pero nos atrae como nada: El Erg Chebbi un cordón
de dunas Marroquí de apenas 20 kms de largo y 5 de ancho.
1ª Aventura: Merzuga El Erg Chebbi - Zagora
En nuestro último viaje a Marruecos, pasamos un par de días muy entretenidos en Merzuga.
Empezamos la jornada con una rotura de caja de cambios y terminamos con un calentón de motor,
pero no perdimos la sonrisa de oreja a oreja que se te pone en la cara en cuanto pisas la primera
duna.
Al día siguiente después de estar parte de la noche reparando nuestros coches, volvemos a las
dunas un ratito y partimos en dirección a Zagora por la famosa “pista prohibida” que linda con la
frontera Argelina.
J.J. decide ir por carretera ya que el discovery tiene el vaso de expansión tocado y pierde un poco
de agua. Tiene un buen viaje, ya que por asfalto son 380 kms y las carreteras de este país son muy
complicadas.
Nos despedimos y quedamos en el hotel de Zagora, el primero en llegar prepara unas cervecitas
fresquitas para el resto.
Comenzamos la pista y, por unos momentos nos creemos pilotos de raids y recorremos los ríos
secos y las planicies y hamadas como alma que lleva al diablo, eso si, manteniendo las mecánicas
ya que tenemos por delante 280 kms de pistas sin ninguna población intermedia.
El paisaje es espectacular y pasamos de las dunas a las planicies y de éstas a las Hamadas sin
perder mucho tiempo porque anochece muy pronto y conducir de noche por el campo puede ser
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muy peligroso, máxime si no se conoce la ruta.
En las grandes llanuras rodamos en paralelo para no tragar el polvo del que va delante, El Disco 3
se comporta de maravilla y el Defender achaca las tremendas ruedas que tan bien se han
comportado en las dunas pero que en las pistas de piedras nos penalizan mucho.
A mitad de camino paramos a comer a la vera de un cordón de dunas. Nos creemos estar solos en
la inmensidad del paisaje pero no tarda en pasar una moto con dos lugareños que nos sorprende
ya que la población más cercana en ambos sentidos, está a más de 120 kms. Es increíble la
paciencia que tienen y lo bien que tratan los vehículos para sacarles en máximo partido posible.
Nos fijamos bien, y tienen hasta un carrilito para circular con la moto que sin duda se ha hecho
después de tanto pasar.
El día anterior, nos contaba Mohammed, uno de los del albergue, que tienen una filosofía de vida
muy tranquila, y nosotros les dábamos cierta pena porque tenemos la cabeza llena de cosas y
tenemos que trabajar mucho para poder hacer este viaje que estábamos haciendo. Nos contaba
también que ellos se conformaban con trabajar lo justo para vivir, y que en su familia, de siete
miembros, con 10€ diarios tienen para ropa, comida, casa y gastos de la casa y que no precisaban
de más. Que envidia, poder vivir sin prejuicios ni egoísmos. Ya sabemos: No es más rico el que más
tiene sino el que menos necesita.
Comemos rápido ya que se nos echa la noche encima y nos queda por recorrer la mitad del
camino. A eso de las cinco y media se hace de noche y estamos a más de 100 kms de terminar la
ruta, por lo que bajamos el ritmo y nos concentramos al 100% en el camino. El resto de la ruta
pierde toda su belleza ya que es noche cerrada y parece que la noche se come el resplandor de
nuestras luces. A eso de la nueve de la noche llegamos a Zagora y nuestros amigos tan solo habían
llegado media hora antes por la carretera.
Llevamos los coches a nuestro amigo Mohammed “el gordito” para que nos sople los filtros de aire
y le pegue un apretón a todos los bajos de los coches ya que al día siguiente pretendemos llegar al
lago Iriki y nos esperan muchos kms de hamadas.
2ª Aventura: Lago Iriki - Erg Ghegaga
Nos levantamos todo lo temprano que el cansancio del día anterior nos permite. Preparamos los
coches aunque hoy llevamos poco equipaje ya que tenemos que regresar a dormir al mismo hotel
de Zagora. Tenemos por delante 180 kms de ida y otros tantos de vuelta de los cuales 200 son de
pistas y arenales.
La carretera es decente y con poco tráfico y no tardamos en llegar a Mhamid donde nos
aprovisionamos de bebida y comenzamos la pista en dirección al famoso lago Iriki.
El comienzo es muy divertido por un cordón de dunas paralelo al río, nos encendemos un poco y
pasamos un buen rato jugueteando entre las dunas. De repente una gran mole naranja se
aproxima hacia nosotros pasando las dunas como si no existieran, se trata de un MAN 6x6 con
vivienda a cuestas, impresionante. Tiene matrícula holandesa, casi nada, tan solo a un “tiro de
piedra” de casa. Continuamos, y lo que hasta ese momento era divertido, se torna en un infierno de
hamadas con piedras de un tamaño, que fácilmente podríamos organizar con ellas un trial 4x4.
Como el avance es lento, decidimos dejar a los 2 Discoverys por el camino y tomamos una
alternativa con el defender, no menos divertida. Terminamos en medio de un río seco donde tan
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solo el mero hecho de intentar salir de él se tornó en una prueba de resistencia tanto para nosotros
como para la mecánica de nuestro Defender. Pero allí estábamos, a dos mil y pico kms de casa
poniendo a prueba los recorridos de suspensión y los bloqueos. Con mucho esfuerzo y una técnica
de trial extremo, conseguimos ascender una loma pedregosa que nos da salida al camino y
descubrimos que nuestros compañeros de viaje tan solo están 500m. por delante de nosotros.
Por fin llegamos a la entrada del lago, pero ya son las tres de la tarde y decidimos comer a las
faldas del gran Erg Ghegaga que es bastante más grande que el Erg Chebbi y con unas dunas de
una altura impresionante. Terminamos y decidimos emprender el regreso sin poder llegar al centro
del lago para disfrutar de las vistas ya que nos queda tan solo una hora de luz y 180 kms de
regreso. Tomamos otra ruta que tiene menos piedras y es más divertida ya que la gran parte es un
río de arena tremendamente juguetón.
El Discovery 200 pincha una rueda que reparamos sin problemas y el Defender, parte un
amortiguador trasero que solventamos poniendo un limitador de extensión para que no se salga el
muelle de su sitio. El Disco III parece que nos mira por encima del hombro, sin roturas ni averías,
pero no tarda en darnos un buen susto al ponerse la centralita en modo de emergencias por avería
en la caja de cambios automática. Conectamos la máquina de auto diagnosis que siempre llevo
conmigo y ni siquiera nos deja leer las averías. Una gota de sudor frío recorre mi frente ya que la
electrónica es la que se encarga de gestionar todo el coche y si no somos capaces de resetearlo,
tendremos complicado sacarlo de aquí. Afortunadamente, después de ir borrando un sin fin de
fallos que tenia memorizados del ABS y la suspensión neumática, consigo entrar en la caja de
cambios que tan solo se había bloqueado por problemas de temperatura en el aceite. Dejamos que
se enfríe, reseteamos, y continuamos camino. Es noche cerrada y si creíamos que por campo lo
pasaríamos mal, por la carretera es aún peor. Cuando no es una manada de camellos es una moto
sin luces o un gran camión que ocupa toda la calzada y nos deslumbra.
Al fin después de una conducción nada cómoda, llegamos al hotel de Zagora, exhaustos por el
cansancio.
Podéis ver todas las imágenes del viaje pinchando aquí:
http://www.todox4.es/galeria-de-fotos/Photos/listing/marruecos-2010-105/1
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