Teología y Vida 4-2014 - Facultad de Teología
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2014 / 4 Teología y Vida Vol. LV Director: Joaquín Silva Consejo de Redacción: Mariano de la Maza, Geraldo De Mori, Margit Eckholt, Anneliese Meis, Eduardo Pérez-Cotapos, Juan Francisco Pinilla, Rodrigo Polanco Jefe de Redacción: Cristián Sotomayor Colaboración: Cecilia Ramírez Javiera Bravo Asistente de Publicaciones: Claudia Mejías ([email protected]) Redacción y Administración: . Av. Vicuña Mackenna 4860, Campus San Joaquín. CP 7820436, Macul, Santiago, CHILE LA REVISTA TEOLOGÍA Y VIDA ESTA INDIZADA EN LAS SIGUIENTES BASES DE DATOS: - Dialnet - Directory of Open Access Journals (DOAJ) - Francis - Fuente Académica Premier - Index Theologicus - L'Année philologique - Scielo - Scopus - Web of Science (ISI) - WorldCat AGENCIAS SUSCRIPTORAS EN EL EXTRANJERO: - Otto Harrassowitz GmbH&Co. KG. Adresse Postale: 65174 Wiesbaden. Alemania - EBSCO Industries, Inc. P.O. Box 1943, Birmingham, Ala. 35201, U.S.A. - Swets Information Services B.V. P.O. BOX 830, 2160 SZ Lisse. 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Reflexión filosófico-teológica sobre la inexorable acción de cargar con la realidad ................................................................... 631 Gregorio Guitián La economía y las finanzas en Evangelii gaudium: una reflexión sobre algunas reacciones en Estados Unidos desde la Doctrina Social de la Iglesia........................ 653 María Alejandra Carrasco Rescate y adopción de embriones criopreservados: ¿solidaridad o encarnizamiento reproductivo? ................................... 681 Crónica Fernando Berríos - Rodolfo Núñez Formación de personas para la transmisión de la fe: logros y desafíos de un currículum de teología pastoral ..................... 721 Reseñas Allan Bornapé JULIO TREBOLLE y SUSANA POTTECHER. Job ........................................ 737 T A B L E O F C O N T E N T S Studies Rubén Peretó Acedia as cause of the fall of nous in Origen and Evagrius Ponticus....................................................................... 581 José Luis Narvaja Ireneus' reception in he Middle Ages: Adversus Haereses in british libraries .................................................. 595 Mariano Troiano On the nature of the devil. Origen on the dynamics of the valentinian three natures system ............................................. 607 Lorena Zuchel Ignacio Ellacuría, christian philosopher. Philosophical and theological thought on the need of being responsible for reality .............................................................. 631 Gregorio Guitián Church Social Teaching reflection on US critical observations on economics and finance in Evangelii gaudium ............................... 653 María Alejandra Carrasco Rescue and adoption of frozen embryos: solidarity or reproductive stubbornness? ........................................... 681 Chronicle Fernando Berríos - Rodolfo Núñez Personal formation for the communication of faith: Achievements of and challenges to pastoral theological curriculum... 721 Book Reviews Allan Bornapé JULIO TREBOLLE y SUSANA POTTECHER. Job ......................................... 737 Teología y Vida, 55/4 (2014), 581-593 581 La acedia como causa de la caída del nous en Orígenes y Evagrio Póntico Rubén Peretó UNIVERSIDAD NACIONAL DE CUYO [email protected] Resumen: Henri Crouzel, en su ya clásico libro sobre Orígenes, menciona al pasar, cuando trata acerca de la caída de las almas, que el motivo podría deberse, según el Alejandrino, a la acedia entendida como disgusto por la contemplación (Origène, [P. Lethielleux, Paris, 1985], 273). Es esta la conclusión a la que se arriba luego de la lectura del pormenorizado análisis de Marguerite Harl acerca de la expresión κόρον λαβεῖν en el De principiis, F. L. Cross (ed.), Studia Patristica VIII, Texte und Untersuchungen 93 [Akademie Verlag, Berlin, 1966] 373-405). La propuesta de este trabajo es revalidar algunas de las observaciones de Harl en el trabajo mencionado y confrontarlas con la obra de Evagrio Póntico quien, en Kephalaia gnostica, replica lo afirmado por Orígenes. Pero, en este caso su afirmación adquiere una nueva dimensión debido a la profunda y completa teorización que posee Evagrio sobre la acedia. Palabras clave: Evagrio Póntico, Orígenes, Acedia, Negligencia. Abstract: Henri Crouzel, in his classical book on Origen, says that the fall of souls was caused by acedia as displease for the contemplation (Origène, [P. Lethielleux, Paris, 1985], 273). Marguerite Harl analyses deeply the expression κόρον λαβεῖν in the De principiis, in F. L. Cross (ed.), Studia Patristica VIII, Texte und Untersuchungen 93 [Akademie Verlag, Berlin, 1966] 373-405). This paper aims to ratify some of the Harl’s assertions and compare them with Evagrius Ponticus’ works who, in Kephalaia gnostica, repeats Origen’s assertion. The deep and complete Evagrius’ theorization on the sloth adds interesting nuances to the discussion. Keywords: Evagrius Ponticus, Origen, Acedia, Sloth. 582 Rubén Peretó INTRODUCCIÓN Henri Crouzel, en su ya clásico libro sobre Orígenes, menciona al pasar, cuando trata acerca de la caída de las almas, que el motivo de esta podría deberse, según el Alejandrino, a la acedia entendida como disgusto por la contemplación1. Es esta la conclusión a la que se arriba luego de la lectura del pormenorizado análisis de Marguerite Harl acerca de la expresión κόρον λαβεῖν en el De principiis 2. Sería entonces una situación de acedia la que provocó la caída de los noein de la Unidad original y su conversión en almas. La propuesta de este trabajo es revalidar algunas de las observaciones de Harl en el trabajo mencionado y confrontarlas con la obra de Evagrio Póntico quien, en las Kephalaia gnostica, replica lo afirmado por Orígenes3. Pero, en este caso su afirmación adquiere una nueva dimensión debido a la profunda y completa teorización que posee Evagrio sobre la acedia. Son las condenas antioriginistas del año 553 las que aportan la expresión κόρον λαβεῖν τῆς θεωρίας, la cual no aparece en la obra de Orígenes. El texto de la primera anatema afirma: “Si alguno dice que el conjunto de todos los seres racionales eran intelectos incorpóreos e inmateriales [...] y que, hartados de la contemplación divina, se volvieron hacia lo peor…”4. La causa que aquí se aduce para explicar la caída es el hartazgo o la saciedad –κόρος– de la contemplación5. En Evagrio y en el De principiis, en cambio, la causa que se alega es la negligencia 6. A continuación, analizaré el tema de la caída en la literatura patrística anterior a Orígenes, en la obra de este autor y, finalmente, en Evagrio Póntico, a fin de 1 2 3 4 5 6 Cf. H. CROUZEL, Origène (P. Lethielleux, Paris 1985), 273. Cf. M. HARL, «Recherches sur l’origénisme d’Origène; La «satiété» de la contemplation comme motif de la chute des âmes», F. L. Cross, Studia Patristica VIII, Texte Und Untersuchungen 93 (Akademie Verlag, Berlin 1966), 373-405. Cf. EVAGRIO PÓNTICO, Les six centuries des Képhalaia Gnostica d´Évagre le Pontique. A. Guilleaumont, ed. (Brepols, Turnhout 1958), I, 49; III, 28. MANSI, SCC, IX, 396. En esto punto podría ponerse la objeción que, si bien la expresión aparece en las condenas, no necesariamente debe asumirse que la misma pertenezca a Orígenes. Sin embargo, el artículo menciona de M. Harl despeja esa duda. Cf. especialmente, pp. 375-376. Orígenes, Traités des príncipes II, 9, 2, H. CROUZEL Y M. SIMONETTI, edd. (Sources Chrétiennes 252; Cerf, Paris 2008) 354, 43-45. La acedia como causa de la caída del nous en Orígenes y Evagrio Póntico 583 concluir mostrando la complementariedad de los conceptos de hartazgo y negligencia, por una parte y, de este último, con el de acedia. I. LA CAÍDA EN LA LITERATURA ANTERIOR A ORÍGENES La idea de que las almas de los hombres han “caído” de un estado superior en el que han sido creadas y, como resultado de esa caída, habitan los cuerpos, encuentra uno de sus principales exponentes en Platón quien le da forma en su mito de las almas aladas7. Escribe: “Pero cuando (el alma), por no haber podido seguirlo (a lo divino), no lo ha visto, y por cualquier azaroso suceso se va gravitando llena de olvido y dejadez, debido a este lastre, pierde las alas y cae a tierra”8. El análisis de este conocido texto permite identificar tres elementos: el alejamiento de lo divino provoca que el alma se torne pesada y se llene de olvido (λήθη) y dejadez (κακία). La caída se produce, como en los cuerpos físicos, por efecto de la gravedad: el alma se vuelve grávida o pesada y, entonces, naturalmente cae del estadio elevado de contemplación de lo divino9. El motivo por el cual se produce esta gravidez o situación de pesadumbre es el olvido y la dejadez. El volver la mirada de las realidades superiores para dirigirla al mundo inferior, provoca necesariamente no solo la distracción con respecto a la contemplación de Dios, sino también la desidia o relajamiento. La expresión que utiliza el Fedro para explicar una de las dos causas de la caída es κακία. Varias versiones a lenguas contemporáneas han tra7 8 9 Cf. Platón, Fedro 245c-248c. Fedro 248c. Traducción de C. GARCÍA GUAL – M. MARTÍNEZ HERNÁNDEZ – E. LLEDÓ ÍÑIGO (Gredos, Madrid 1982), 346. Resulta por demás significativo que filósofos medievales como Alejandro de Hales (Alejandro de Hales, Summa Theologica II pars, II libri, inq. III, tract. IV, sect. II, quaest. I, tit. IV, cap. 1 - 559; ed. B. Marrani, t. III (Ex Typographia Collegii S. Bonaventurae, Ad Claras Aquas 1930) y Alberto Magno (Alberto Magno, II Summae Theologiae, tract. XVIII, q. 118, a.1, ad ultimum. ed. Borgnet (L. Vivès, Paris, 1895), t. 33, p. 370), califiquen a la acedia como tristia aggravans, es decir, tristeza que apesadumbra o vuelve pesada a la persona que la soporta. Toman este concepto de la traducción que hace Burgundio de Pisa del De fide orthodoxa de San Juan Damasceno (Juan Damasceno, De fide orthodoxa. Versions of Burgundio and Cerbanus, ed. E. M. Buytaert (Franciscan Institute Publications. Texte Series 8; The Franciscan Institute, New York 1955), c. 28, p. 121). Cf. R. Peretó Rivas, «La recepción del concepto de acedia en la obra de Alberto Magno», en Scripta Mediaevalia 6 (2013), 127-138. 584 Rubén Peretó ducido esta expresión como maldad, vicio o incompetencia. Sin embargo, considero que es apropiado, en este caso, traducirla por desgano, apatía, desinterés o, incluso, acedia. Es este el modo en el cual traduce la versión española de García Gual, y en el mismo sentido lo hace la alemana de Schleiermacher que escribe Trägheit 10. Por otra parte, E. des Place considera que la primera acepción de este término griego es lâcheté, es decir, dejadez o falta de energía moral para acometer el propio deber11. Platón, por tanto, considera que es el estado de indolencia y desánimo el que, junto al olvido, tornan a las almas pesadas provocando que caigan de la unidad y de la contemplación de Dios. Dicho de otro modo, las almas se “aburren” de la contemplación de las realidades superiores y, por ese motivo, se precipitan hacia las inferiores. Y propongo en este caso la concepción etimológica del aburrimiento, es decir, ab horrere o rechazo u odio hacia algo. No aparece en el caso del texto platónico la idea de saciedad. Sin embargo, esta podría ubicarse en los orígenes de la dejadez. Es decir, el nous comienza a experimentar la dejadez debido a un hartazgo o saciedad. Κόρος, en este caso, podría adquirir incluso la connotación de insolencia puesto que, una vez saciado, al nous ya no le importa alejarse o ser negligente con respecto a la contemplación. Este es el sentido de la expresión κόρος que aparece, por ejemplo, en las Odas Olímpicas de Píndaro por lo que sería una acepción posible12. Filón de Alejandría utiliza con cierta frecuencia la expresión κόρος. Es la falta propia de quienes carecen del dominio de sí, ὕβρις, y, también, el entumecimiento del intelecto que ocurre cuando los sentidos se han hartado de las cosas sensibles. Se trata de la torpeza que se apodera del hombre a raíz de la pereza de los sentidos, o de su negligencia. De este modo, κόρος no es solamente κόρος - ὕβρις, ὕπνος sino también κόρος ὕπνος; no solo lo que excita sino también lo que adormila13. 10 11 12 13 Cf. PLATÓN, FEDRO. Traducción de C. García Gual (Gredos, Madrid 2007), 346. Cf. Platon, Werke. Traducido por F. Schleiermacher, vol. I (G. Reimer, Berlin 1855), 80. Cf. E. DES PLACES, Lexique de la langue philosophique et religieuse de Platon (Les Belles Lettres, Paris 1964), 275 (Platon, Oeuvres complète, t. XIV). «ἀλλ᾽ αἶνον ἐπέβα κόρος οὐ δίκᾳ συναντόμενος» («Más el hartazgo se lanza contra su alabanza no acompañándola de justicia…»). PÍNDARO, Odas Olímpicas II, 95. Traducción de E. Suárez de la Torre (Sociedad Griega de Tipografía, Atenas, 2004), 26-27. Cf. FILÓN, De agricultura 3. J. Pouilloux, ed. (Cerf, Paris 1961). Sobre este tema, además del artículo citado de M. Harl, puede verse, G. Bostock, «The Sources of La acedia como causa de la caída del nous en Orígenes y Evagrio Póntico 585 En relación al mito del Fedro, Filón atribuye el descenso de las almas a la imposibilidad de soportar el κόρος de los bienes divinos14. Es decir, reemplaza la idea de impotencia de las almas que aparece en el texto de Platón, por el de una falta de las almas que recibe de la tradición platónica. Y esta falta se produce, como lo señala el mito, en un festín con abundancia de alimentos lo cual se asocia fácilmente al tema de la saciedad o κόρος. Pero el motivo concreto por el cual se produce esta caída admite tres posibilidades. Podría ser que las almas cayeron debido a que no pudieron soportar la borrachera que les produjo el festín de los dioses, tratándose en este caso de una falta de ὕβρις, o bien cayeron como consecuencia del embotamiento producido por el hartazgo de los bienes divinos o, en tercer lugar, debido a que son incapaces de soportar la plenitud sin embriagarse y entonces no podrían tampoco saciarse de los bienes de los dioses sin emborracharse y caer15. Sea cual fuere el caso, es posible comprobar que antes de Orígenes el término κόρος era de uso en el ámbito escolar y filosófico poseyendo siempre el significado de exceso y saciedad y aplicado, en muchos casos, al motivo de la caída de la almas. II. LA CAÍDA EN ORÍGENES Afirma Orígenes en el capítulo 44 del Contra Celsum que el bien se comunica a las criaturas a través de la alimentación con el pan vivo y la bebida verdadera; pero si a alguna de ellas le falta ese alimento por su propia negligencia, pierden sus alas y caen16. Los seres generados necesitan, para conservar su vida, alimentarse, lo cual es su responsabilidad. Es decir que, si dejan de hacerlo, son ellos responsables de la consecuencia que esto acarrea: la caída, o bien, la imposibilidad de elevarse con sus alas a la contemplación por la sencilla razón de que las han perdido. Esta irresponsabilidad toma el nombre, en este caso, de negligencia o descuido. Orígenes utiliza el término ῥᾳθυμήσαντος que posee la idea de 14 15 16 Origen’s Doctrine of Pre-Existence» en L. Lies, ed., Origeniana Quarta: Die Referate Des 4. Internationalen Origenskongresses (Innsbruck-Vienna 1987), y algunos títulos más en D. T. Runia, Philo of Alexandria. An Annotated Bibliography 19871996 (Vigileae Christianae; Brill, Leiden 2001). Cf. FILÓN, Quis rerum divinarum heres sit 240. M. Harl, ed. (Cerf, Paris 1966). Cf. M. Harl, «Recherches sur l›origénisme…», 380. ORÍGENES, Contra Celse VI, 44. M. Borret, ed., vol. III (Sources Chrétiennes 147. Cerf, Paris 1969), 286. 586 Rubén Peretó indiferencia, aletargamiento o dejadez. La misma idea aparece en el capítulo siguiente pero, en este caso, utiliza un vocabulario diverso. Afirma que algunas criaturas espirituales cayeron debido a su “negligencia con respecto a la belleza” (δι᾽ ἀμέλειαν τοῦ καλοῦ)17. Como observa Harl, la metáfora de la alimentación de las almas a través de la contemplación que utiliza Orígenes, deja lugar en otras de sus obras a expresiones más abstractas, en las que “alimentarse” es “volverse” hacia Dios, y no alimentarse es “desviarse” de Dios18. Sin embargo, el vocablo que utiliza con más frecuencia es el de tensión del alma hacia Dios siendo, de este modo, el motivo de la caída un relajamiento o un cesar en esa tensión. En el Comentario al Evangelio de Juan, por ejemplo, afirma que si el Hijo forma parte de la divinidad, es porque “persiste sin ninguna interrupción en la contemplación de la profundidad paternal”, es decir, está en continua tensión hacia el Padre19. Y en el Comentario al Evangelio de Mateo, explica que si las almas se clasifican en diferentes “razas” esto es debido al modo en que tienden o relajan su voluntad con respecto a Dios20. Si caen o descienden, es como consecuencia de un descuido o de una ignorancia con respecto a lo bello21. En última instancia, se trata del mismo concepto de fondo: la negligencia del nous que se concretiza en el abandono de su nutrición que se realiza en la contemplación, o en el relajamiento de su tensión con respecto a Dios o con respecto a lo bello. En De principiis, Orígenes trata de un modo más directo la caída de las almas. En II, 9 propone un relato de este acontecimiento cuando trata acerca de la creación del mundo material. Allí dice: “…sed desidia et laboris taedium in servando bono et aversio ac neglegentia meliorum initium dedit recedendi a bono”22. Estos serían los motivos posibles de la falta que originó la tragedia de las almas: la desidia, el relajamiento en el trabajo de conservar el bien, el rechazo y la negligencia del bien. El 17 18 19 20 21 22 ORÍGENES, Contra Celse VI, 45; p. 290. Cf. M. HARL, «Recherches sur l›origénisme…», 389. ORÍGENES, Commentaire sur saint Jean II, 2,18. C. Blanc, ed. (Sources Chrétiennes 120-bis; Cerf, Paris 1966). ORÍGENES, Commentaire sur l’Évangile selon Matthieu XI, 17. R. Girod, ed. (Sources Chrétiennes 162; Cerf, Paris 1970). ORÍGENES, Contra Celse VII, 69. ORÍGENES, Traités des principes II, 9, 2. H. Crouzel y M. Simonetti, edd. (Sources Chrétiennes 252, Cerf, Paris 2008), 354, 43-45. La acedia como causa de la caída del nous en Orígenes y Evagrio Póntico 587 rechazo, o aversio, en realidad no es un motivo sino más bien la descripción de un hecho. De los tres restantes, la negligentia meliorum podría ser la traducción de Rufino de la expresión griega ἀμέλεια κρειττόνων; desidia y labores taedium designan ideas semejantes: el abandono del esfuerzo debido a la pereza o laxitud, o bien, el relajamiento de una tensión previa. La expresión labores taedium podría expresar el concepto griego de κόρον λαβεῖν en el sentido de “tener demasiado de” –en este caso–, conservar el bien23. En el libro I, 3,8 del mismo tratado, Orígenes vuelve a referirse al tema. Lo que allí quiere demostrar es que la acción continua de Dios debe corresponderse a la recepción continua, por parte del hombre, de esta acción. Escribe: “…ita perdurare debemos (sanctam et beatam vitam), ut nulla umquam nos boni illius satietas capiat,… Si autem aliquando satietas cepit aliquem…, sed revocare pedem et redire ad statum suum…”24. “…debemos perdurar (en la vida santa y bienaventurada) sin que nunca nos atrape la saciedad del bien… Y si algún día la saciedad atrapa a alguno… este podrá reformar su camino y volver a su estado…”. En este caso, los dos conceptos –saciedad y negligencia–, aparecen asociados a la misma idea que quiere transmitir Orígenes. Se trata de un relajamiento en el bien, siendo el alma responsable del mismo. Aparece un abandono progresivo de la tensión, que se manifiesta ya no como un disgusto por el bien, sino como un abandono progresivo de la tensión al bien. Es por eso que se trata de una suerte de fatiga o negligencia. Y así, el motivo de la culpa es el abandono de la tensión, la detención en el movimiento o la distensión en la vigilancia25. III. LA CAÍDA EN EVAGRIO PÓNTICO Las referencias más importantes de Evagrio al motivo que ocasiona la caída del nous aparecen en las Kephalaia gnostica, texto que posee características especiales. Debido a las condenas origenistas del siglo VI, 23 24 25 Cf. M. HARL, «Recherches sur l’origénisme…, p. 392. ORÍGENES, Traités des principes I, 3, 8. Sobre el significado del κόρος en Orígenes, puede verse: N. JOSEPH TORCHIA, «Satiety and the Fall of Souls in Origen’s De Principiis», en E. A. Livingstone, ed. (Studia Patristica 18,3, the Second Century, Tertullian to Nicea in the West, Clement and Origen, Cappadocian Fathers; Cistercian Pub. - Peeters Press, Kalamazoo, Michigan; Leuven 1989). 588 Rubén Peretó se conservan solo fragmentos del texto griego dispersos en florilegios y en obras de otros autores. El texto completo solamente se encuentra en dos versiones siríacas y una armenia. Según la teoría de Guillaumont, la primera versión siríaca, del siglo V, reproduce el escrito evagriano pero con muchas correcciones destinadas a eliminar o atenuar las posturas más origenistas, y es esta la versión que reproduce el texto armenio. La segunda versión siríaca, compuesta en el siglo VI, en cambio, toma a la anterior pero la corrige a fin de hacerla más fiel al original26. Casiday, en cambio, considera que la versión más cercana al original evagriano es la primera27. Evagrio, cuando hace referencia a la deflexión del nous habla de “movimiento” más bien que de “caída”. Esta última expresión la utiliza para referirse a las consecuencias del movimiento. Es decir, primero se habría dado un movimiento que originó la caída cósmica28. Se trata de una situación que no debe ser ubicada en el tiempo. Como explica Bunge, Evagrio habla de realidades metahistóricas con un lenguaje radicado en el espacio y el tiempo, es decir, con el único lenguaje que poseemos para hablar de esas realidades. Como afirman los Capítulos de los discípulos de Evagrio, el nous preexiste al cuerpo “pero no en el tiempo, porque el tiempo pertenece a la naturaleza corporal”29. La referencia a los motivos de este primer movimiento del nous aparece en dos capítulos diversos de las Kephalaia gnostica. En I, 49 escribe: “…(el nous), por su negligencia, aparta su mirada de ella (la Unidad), 26 27 28 29 La edición de la primera versión siríaca, en adelante S1, fue realizada en 1912 por W. Frankenberg, Evagrius Ponticus (Abhandlungen der Königlichen Gesellschaft der Wissenschaften zu Göttingen. Philologisch-Historische Klasse, Waidmannsche Buchhandlung, Berlin 1912). Una nueva edición con la versión S1 y S2 y traducción al francés es la ya citada en nota 3. Sobre las Kephalaia gnostica también puede verse: A. Guillaumont, Les «Kephalaia Gnostica» d´Évagre le Pontique et l´histoires de l´Origénisme chez les grecs et chez les syriens (Patristica Sorboniensia 5; Cerf, Paris 1962) y Un philosophe au désert. Évagre le Pontique (Vrin, Paris, 2009), 102-105. Cf. A. CASIDAY, Reconstructing the theology of Evagrius Ponticus. Beyond heresy (Cambridge University Press, Cambridge 2013). Cf. M. TOBON, Apatheia in the Teachings of Evagrius Ponticus (University College, London 2010), 18-19. [EVAGRIO PÓNTICO], Chapitres des disciples d’Évagre, c. 25. P. Gehin, ed. (Sources Chrétiennes 514; Cerf, Paris 2007). Cf. G. Bunge, Evagrios Pontikos: Briefe aus der Wüste (Beuroner Kunstvlg, Trier 1985), 396: 52. La acedia como causa de la caída del nous en Orígenes y Evagrio Póntico 589 y por el hecho de estar privado de ella, engendra la ignorancia”30. Ambas versiones siríacas son idénticas en este caso. El segundo kephalaion donde se menciona la caída es III, 28 y, en este caso, sí hay una diferencia importante entre ambas versiones. La S1, o versión larga, dice: “El alma pecadora es el nous puro que, por su negligencia, cayó de la contemplación de la Unidad santa y tiene necesidad de obtener, por un gran trabajo, la imagen perfecta de la Trinidad santa, de la cual cayó”. La S2, o versión breve, en cambio, dice: “El alma es el nous que, por negligencia, cayó de la unidad y que, por su descuido, descendió al rango de la praktiké ”. En ambos casos el texto siríaco utiliza la misma palabra: ( ܗܐܩܙܚܡܗܡmahmānūwāta), es decir, negligencia. También hay coincidencia en ambos textos en cuanto al proceso que indica Evagrio: el nous se aparta de la Unidad debido a su negligencia. La referencia es a un cambio del estado original del nous, previo a la caída, la cual es provocada por una acción voluntaria, la negligencia. Por eso, Evagrio considera que se trata de un alma pecadora ( ܐܬܝܜܚ- hatāyāta), con lo cual indica el carácter voluntario de esa caída. Evagrio, además, utiliza en este kephalaion dos términos distintos según se trate del estado de los seres racionales antes o después de la caída. Ellos son ( ܐܢܘܗhawea) nous, y ( ܐܫܦܢnapshāa) alma. El nous es “el que ve a la Trinidad santa”31, y ha sido creado intemporalmente32. Es la imagen de Dios en el hombre y el centro de su identidad personal. Persiste a través de los juicios sucesivos, a diferencia de los otros componentes que están formados por los cuatro elementos, tales como el cuerpo, las emociones o las aptitudes33. Pero el movimiento rompió la paz en la que se encontraban los noein: “El movimiento primero de los seres racionales es la separación del nous de la Unidad que estaba en él”34. Y, una vez producida esa separación o caída, el nous se convirtió en alma35. De aquí la definición de alma que introduce Evagrio en el texto de la Kephalaia gnostica que analizamos: el nous caído. 30 31 32 33 34 35 EVAGRIO PÓNTICO, Les six centuries des Képhalaia Gnostica d´Évagre le Pontique, 41. KG III,30. Cf. KG VI,9. Cf. L. DYSINGER, Psalmody and Prayer in the Writings of Evagrius Ponticus (Oxford University Press, Oxford 2005), 177. KG III,22. EVAGRIO PÓNTICO, Letter to Melania. M. Parmentier, ed. (Garland, New York, 1995), 43. 590 Rubén Peretó Sin embargo, para los objetivos de este trabajo resulta fundamental determinar el significado que Evagrio le otorga al concepto negligencia y que es la causa de la caída de los noein. Mi hipótesis es que se trata de un concepto asimilable al de acedia, tal como lo desarrolla en varias de sus obras. Son tres los puntos de apoyo sobre los cuales el Póntico caracteriza a la acedia en el Tratado práctico. Afirma que la acedia (1) inspira al monje aversión por el lugar en el que se encuentra, (2) provocando que comience a desear otros lugares y (3) poniendo ante sus ojos la fatiga de la ascesis36. En primer lugar, vemos que el fenómeno de la acedia se estructura claramente como un dis-gusto del estado presente que se manifiesta como un deseo de cambio. La propia vida que el monje ha elegido y en la que se encuentra, despierta en él un rechazo que no produce, al menos en lo inmediato, una rebelión violenta, sino más bien una desidia o descuido de los deberes inherentes a la vida monástica. Explica Evagrio que el monje pasa sus horas parado junto a la ventana de su celda esperando ver pasar a alguien para distraerse, o buscando pretextos –que en apariencia son muy santos, tales como visitar a un enfermo o hablar con algún hermano que pasa– para alejarse de su lugar. Es decir, en sus inicios al menos, la acedia no provoca el deseo de abandonar la vida monástica, sino más bien el deseo de buscar otros lugares, o dejar de ser lo que se es para ser otra cosa. La aversión de la celda es también uno de los modos que utiliza Evagrio para definir a la acedia en otro de sus tratados –el De vitiis quae opposita sunt virtutibus–, en el que dedica el capítulo IV a tratar este logismos. En este caso, comienza ofreciendo una serie de definiciones descriptivas de la acedia. En una de ellas dice que es κέλλης μῖσος, es decir, “odio a la celda”37. El autor ubica en el corazón mismo de la acedia, o señala que su esencia es un odio, es decir, la reacción de la afectividad frente a un mal presente, siendo este mal su propia celda. Resulta difícil pensar que la referencia sea exclusivamente a un lugar físico –las paredes que constituyen el hábitat del monje– sino que más bien se señala que ese mal presente objeto del odio es un estado de vida que se sintetiza en la celda. La vida de los monjes del desierto egipcio transcurría de modo casi ininterrumpido en su celda. 36 37 EVAGRIO PÓNTICO, Traité pratique, 6. A. et C. Guillaumont, ed. (Sources Chrétiennes 171; Cerf,. Paris 1971), 520-527. EVAGRIO PÓNTICO, De vitiis quae opposita sunt virtutibus, IV. PG 79, 1144C. La acedia como causa de la caída del nous en Orígenes y Evagrio Póntico 591 El motivo que aduce Evagrio para que el monje experimente esta situación de aversión a su celda es la fatiga que le provoca la vida ascética que aún deberá soportar y que se le presenta anticipadamente a su vista. El autor utiliza en este caso el término πόνος, que posee una dualidad de significados38. Por una parte, hay en él una fuerte referencia al trabajo duro y cansador pero también posee la idea de tedio o de una labor que se hace a disgusto. Así, lo que aparece en la imaginación del monje acedioso es un futuro sin sabores, sin variaciones y aburrido. Es la monotonía cierta de su vida, y que se percibe en su totalidad, la que le provoca la fatiga o el tedio de la permanencia en su elección. Aparece también aquí una coincidencia que es importante señalar. Cuando Evagrio habla de aversión por el lugar en el que se encuentra el monje, utiliza le expresión griega μῖσος que significa tanto odio como un fuerte disgusto39. Se trata de una idea análoga a πόνος, en tanto que si bien esta connota el rechazo u odio hacia algo, también está presente la idea de un intenso disgusto. Pareciera, entonces, que la acedia no implica una suerte de rechazo aguerrido o violento, sino más bien una disminución del afecto, o de la actividad, que antes se poseía o se realizaba y que conlleva, sí, una suerte de aversión pero signada por el descuido o carencia de energía. La acedia, entonces, esconde en el fondo la negligencia en la propia actividad y en el bien que se eligió en su momento. Como vimos, se trata de un bien que está simbolizado en la celda que, para Evagrio y para los Padres del desierto egipcio, es mucho más que un lugar. Es la expresión de la unidad del alma con Dios y de la perseverancia en la elección primera y fundante de la propia vida del monje. Abandonar la celda, o ser negligente y descuidado en su observancia, es decir, ser acedioso, conduce, en última instancia, al abandono de la propia vida y a la transformación progresiva en lo que no se era y en lo que no se debía ser. En otras palabras, conduce a la perdición. De aquí entonces que el logismos de la acedia sea señalado por Evagrio con mucha insistencia como uno de los más peligrosos. Finalmente, es relevante también señalar una imagen que aparece en la primera parte del capítulo que Evagrio dedica a la acedia en el Tratado práctico y en torno a la cual se estructura su desarrollo: el sol. Allí 38 39 “…τοὺς τῆς ἀσκήσεως πόνους φέρων πρὸ ὀφθαλμῶν”. EVAGRIO PÓNTICO, TRAITÉ PRATIQUE 12, 526, 20-21. EVAGRIO PÓNTICO, TRAITÉ PRATIQUE, 6, 522, 9. 592 Rubén Peretó se dice que al monje atacado por la acedia le parece que el sol se mueve muy lentamente, o está inmóvil, y que el día tiene cincuenta horas. Y, enseguida, agrega que mira continuamente a través de la ventana de su celda, observando el sol a fin de descubrir cuánto falta para que llegue la hora novena40. Esta descripción del estado interior del monje atacado por la acedia que realiza Evagrio puede ser sintetizada con un solo término: tedio. De hecho, es el concepto al que recurren otros Padres y autores medievales para caracterizar a la acedia. Pero ¿qué es el tedio? En primer lugar, es una falta de gusto, o disgusto, hacia la propia vida, o mejor, hacia aquello que es debido. La persona asaltada por el tedio ya no experimenta placer por hacer lo que debe hacer, o por cumplir con su deber que es, para ella, el bien. En este sentido, el tedio es el relajamiento en la búsqueda del bien, que es el modo en el que muchos medievales caracterizarán a la acedia. Situada la persona en tensión hacia un bien arduo que debe alcanzar, y habiendo mantenido durante un tiempo esa tensión, se relaja porque ya no encuentra gusto en ella. El tedio es la manifestación de un quiebre en la decisión del monje que deja de empeñarse en la búsqueda del fin, aunque esa decisión no implique necesariamente una suerte de rebeldía o de violencia. Más bien, se trata de un negligente “dejar de hacer” o un relajamiento en relación al propio deber. O, también, un cansancio de tender al bien. Deja de desear lo que deseaba y comienza a buscar otros objetos de deseo. Utilizando una imagen preciada por los Padres, se enfría en el amor. La caracterización que Evagrio Póntico realiza de la acedia puede, entonces, ser asimilada a la idea de negligencia y, de ese modo puede sostenerse que, en el pensamiento de este autor, es la acedia la causa de la caída de los noein o, en otras palabras, de la tragedia cósmica. El nous, antes de su caída, ha comenzado también, como el monje, a “buscar otros lugares”. La perfecta monotonía de su “estar” en la Unidad se le presenta como tediosa y, por ese motivo, relaja su tensión hacia el bien. Se ha hartado de permanecer en la invariabilidad de su vida de 40 Cf. EVAGRIO PÓNTICO, Traité pratique 12, p. 520-522. La hora novena era el momento en el que habitualmente se tomaba la única comida del día. Ver: Apopththegmata Patrum, Antonio 34; Macario 33, etc. Ver también L. Regnault, La vie quotidienne des Pères du Désert en Égypte au IV siècle (Hachette, Paris 1990), 77-79. La acedia como causa de la caída del nous en Orígenes y Evagrio Póntico 593 contemplación del Uno; se ha apoderado de él el κόρον λαβεῖν o hartazgo de la propia vida. Pero la rebelión del nous no es una rebelión violenta contra el Uno, sino una desidia o negligencia, provocada por el hartazgo con respecto a su deber o, más bien, a su vida misma que consiste en permanecer en la Unidad originaria. Y así, el nous deja de ser quien es; su existencia se transforma puesto que deja de ser quien es –nous–, para transformarse en otro –psique–, ya que se enfrió en el amor41. 41 “Sicut ergo Deus ignis est, et angeli flamma ignis, et sancti quique spiritu ferventes: ita e contrario hi, qui deciderunt a dilectione Dei, sine dubio refrixisse in caritate eius ac frigidi effecti esse dicendi sunt”. ORÍGENES, DE PRINCIPIIS II, 8, 3; 156, 22-25. Teología y Vida, 55/4 (2014), 595-606 595 Recepción de Ireneo en la Edad Media: el Adversus Haereses en las bibliotecas de Inglaterra José Luis Narvaja FACULTADES DE FILOSOFÍA Y TEOLOGÍA DE SAN MIGUEL (BUENOS AIRES) [email protected] 0. INTRODUCCIÓN El manuscrito latino 12264 de la Bibliothèque Nationale de France conserva, entre los folios 158ra y 262va, la única copia de una obra de la que no consigna ni su título ni su autor1. Se trata del Liber de sectis haereticorum et orthodoxe fidei dogmata de Balduino, arzobispo de Canterbury, obra que, por otra parte, los estudiosos de Balduino durante mucho tiempo consideraron perdida2. Entre los muchos aspectos interesantes que esta obra ofrece a la investigación y que ya han merecido la atención de la crítica 3, 1 2 3 Cf. L. DELISLE, Inventaire des manuscrites conservés à la Bibliothèque Impériale sous les N os 11504-14231 du Fonds Latin (Paris 1868) 64; C. SAMARAN - R. MARICHAL, Cataloque des manuscrits en écriture latine portant des indications de date, de lieu ou de copiste. III. Bibliothèque National, Fonds Latin Nos 8001 à 18613 (Paris 1974) 649, donde se describe esta obra como una “miscellanea” y C. SAMARAN - A. VERNET, “Les livres de Thomas Basin (1412-1490)”, en Latomus. Revue d’études latines 145 (1976) 331-332, donde se describe el manuscrito con mayor detalle, en que se da el título de la primera parte a toda la obra y se añade: “Compilation non identifiée”. Cf. D. BELL: “Introducción”, en BALDUINUS CANTUARIENSIS ARCHIEPISCOPUS, Opera, p. VI y J.L. NARVAJA, “El Liber de sectis hereticorum et ortodoxe fidei dogmata: el hallazgo de una obra perdida de Balduino de Canterbury”, en Stromata 64 (2008) 263-288. El primer estudio que pone su atención en nuestro manuscrito fue F. DVORNÍK, Le schisme de Photius: histoire etlégende (Paris 1950), en el contexto del cisma de Focio. También Hermann-Josef Sieben, a partir de su interés por la idea de “concilio” a lo largo de la historia, ha dedicado una serie de estudios al Liber de sectis hereticorum: a la idea de concilio subyacente, H.-J. SIEBEN, “Der ‘Liber de sectis haereticorum’ und sein 596 José Luis Narvaja encontramos una particular recepción del Adversus Haereses de Ireneo de Lyon4. A partir de este tema de la recepción de Ireneo por Balduino se nos abren tres ámbitos a la investigación: 1. En primer lugar, si tenemos en cuenta el contenido de la obra, podemos preguntarnos acerca del lugar que Ireneo ocupa en ella. Es la forma más evidente de recepción, y su estudio se interesará por las citaciones y por la presencia de los conceptos teológicos de Ireneo. 2. Una segunda forma de recepción nos hace trascender el contenido de la obra y nos lleva a preguntarnos acerca de aspectos que conforman su contexto. En nuestro caso será interesante preguntarnos si es posible identificar el manuscrito que utilizó Balduino, manuscrito del que nos queda testimonio en las citas de su obra. Esta pregunta presupone, en segundo lugar, un estudio de la tradición manuscrita y 4 Beitrag zur Konzilsidee des 12. Jahrhunderts”, en Annuarium Historiae Conciliorum 15 (1983) 262-306; a la incorporación de la traducción latina de una sinopsis conciliar griega, H.-J. SIEBEN, “Der ‘Tractatus de septem conciliis generalibus’ (Ms. Paris, Bibl. Nat. 12264). Eine griechische Konzilssynopse in lateinischer Übersetzung des 12. Jahrhunderts”, en Annuarium Historiae Conciliorum 16 (1984), 47-58, reimpreso en H.-J. SIEBEN, “Der ‘Tractatus de septem conciliis generalibus’ (Ms. Paris, Bibl. Nat. 12264). Eine griechische Konzilssynopse in lateinischer Übersetzung des 12. Jahrhunderts”, en Studien zur Gestalt und Überlieferung der Konzilien (Paderborn 2005) 189-202; y a la recepción de Ireneo, en H.-J. SIEBEN: “Irenäus im Mittelalter. Ein neues Zeugnis im Liber de sectis haereticorum”, en Theologie und Philosophie 62 (1987) 73-85. Luego de la identificación del autor en J.L. NARVAJA, “El Liber de sectis hereticorum et ortodoxe fidei dogmata: el hallazgo de una obra perdida de Balduino de Canterbury”, en Stromata 64 (2008) 263-288, he retomado los temas de H.-J. Sieben y he escrito sobre la idea de concilio en J.L. NARVAJA “La idea de concilio en el “Liber de sectis hereticorum et orthodoxe fidei dogmata”de Balduino de Canterbury como argumento antiherético”, en Patristica et Mediaevalia 29 (2008), 21-32. y sobre la recepción de Ireneo, J.L. NARVAJA, “Recepción de Ireneo de Lyon en el siglo XII: el Liber de sectis hereticorum et orthodoxe fidei dogmata” (en imprenta). Véanse los mencionados artículos: H.-J. SIEBEN, “Irenäus im Mittelalter. Ein neues Zeugnis im Liber de sectis haereticorum”, en Theologie und Philosophie 62 (1987) 7385, ha estudiado la recepción de Ireneo en nuestra obra antes de la identificación del autor; y en J.L. NARVAJA, “Recepción de Ireneo de Lyon en el siglo XII: el Liber de sectis hereticorum et orthodoxe fidei dogmata” (en imprenta). La identificación ofrece un dato indispensable para la contextualización de la obra. Recepción de Ireneo en la Edad Media... 597 de la presencia de los códices del Adversus Haereses en las bibliotecas inglesas. 3. Por último, un estudio del testimonio textual nos permitirá identificar el lugar que dicho códice ocupa dentro de la genealogía manuscrita, enriqueciendo, de esta manera, el stemma con un nuevo testimonio. 1. IRENEO EN LA OBRA DE BALDUINO He dedicado un trabajo anterior al estudio del primer aspecto de esta investigación, es decir, a la valoración de la presencia de Ireneo en la obra de Balduino5. Nos bastará, por tanto, una presentación sintética de los resultados de ese estudio. Ireneo influye sobre el Liber de sectis hereticorum et orthodoxe fidei dogmata tanto material como formalmente. 1.1. La influencia material de Ireneo en la obra de Balduino Ireneo le ofrece a Balduino, en primer lugar, información acerca de las herejías desde Simón Mago hasta Valentino y Marción. El interés de Balduino no es histórico, sino teológico. Por eso va a hacer una exégesis de los textos patrísticos que toma de sus fuentes de manera que le permitan refutar las herejías de su tiempo. Balduino va a atacar en concreto el error de los nihilianistas y la herejía de los cátaros. Por este motivo no realiza una copia textual del material que le ofrecen sus fuentes, sino que se sirve de ellas en la medida en que preparan el desarrollo de su argumentación. El caso más importante de esta reelaboración efectuada por Balduino lo encontramos al principio de la obra cuando Balduino presenta la primera herejía, la de Simón Mago. El material que Balduino toma de Ireneo no conforma una unidad en el Adversus Haereses, sino que Balduino organiza el texto de la fuente teniendo en cuenta el desarrollo de su propia argumentación. 5 J. L. NARVAJA, “Recepción de Ireneo de Lyon en el siglo XII: el Liber de sectis hereticorum et orthodoxe fidei dogmata” (en imprenta). 598 José Luis Narvaja Balduino divide el material que toma de Ireneo acerca de Simón Mago en tres párrafos, intercalando entre ellos sus propias “explicaciones”. La intervención de Balduino sobre el texto de Ireneo consiste precisamente en la inversión del orden de los párrafos. Su interés primero está en la información contenida en los números 27-28 del libro I del Adversus Haereses, en los que Ireneo señala una relación entre Simón Mago, el primer hereje, y todas las herejías que le siguen. Esta relación es doble, pues Simón es padre de todos los herejes y su herejía madre de todas las que le siguieron. Dice Balduino al final de su “explicación”: “Y en todos uno fue tal principio de los errores y uno el príncipe de los que estaban en el error”6. Esta afirmación de Balduino indica que nuestro autor encuentra una influencia de Simón Mago sobre la sucesión de las herejías. Lo declara con precisión, cuando dice: “Los discípulos de Simón el mago, quien en el nuevo testamento fue el primero de los herejes, mantenían una parte de la doctrina del maestro [...] Toda su diversidad fue transmitida a partir de la única doctrina de Simón como de una raíz a través de distintas ramas”7. A partir de las citas de Ireneo Balduino, desarrollará, luego, su concepto de genealogía de los herejes, y de aquí pasará a lo que he llamado influencia formal de Ireneo. 1.2. Influencia formal de Ireneo en el Liber de sectis hereticorum et orthodoxe fidei dogmanta Balduino es muy meticuloso y preciso en el uso de las fuentes. Antes de utilizar una nueva fuente, detiene el curso de la obra para presentarla brevemente. En el caso de Ireneo se sirve de la información que le ofrece 6 7 “Et in omnibus unum fuit tot errorum principium et unus princeps erroneorum”, BALDUINUS, Liber de secis hereticorum, 33, 13-14. “Discipuli Symonis magi qui in nouo testamento primus hereticorum fuit, doctrinam magistri ex aliqua parte tenebant [...]. Tota autem eorum diuersitas ab una Simonis doctrina quasi ab una radice per diuersos ramos traducta est”, BALDUINUS, Liber de secis hereticorum, p. 33, 2-3 10-11. Recepción de Ireneo en la Edad Media... 599 Jerónimo en el De viris illustribus8. La presentación del Adversus hereses, en cambio, la hace con sus propias palabras. Dice: “Ireneo obispo de Lyon escribió cinco libros contra los herejes, en el primero de los cuales distingue y ordena la diversidad de los herejes y de las herejías. En los otros cuatro destruye a los herejes y añade los dogmas eclesiásticos”9. Según Balduino, Ireneo realiza dos procesos, cada uno de los cuales es, a su vez, doble: “En primer lugar, distingue y ordena la diversidad de los herejes y de las herejías; luego destruye a los herejes y expone los dogmas eclesiásticos”. Esto es precisamente lo que se propone Balduino en el Liber de sectis hereticorum et orthodoxe fidei dogmata. La obra de Balduino está compuesta de las dos partes que menciona su título: 1. En la primera parte –el Libro de las sectas de los herejes– distingue Baldunio a los herejes (en las que llama “distinciones de los herejes”) y ordena las herejías estableciendo una genealogía que se contrapone a la genealogía de la ortodoxia, constituida por la sucesión de los concilios y de los romanos pontífices. 2. En la segunda parte –los Dogmas de la fe ortodoxa– refuta a los herejes a partir de las “confesiones” de dichos concilios y romanos pontífices y de las propias “explicaciones” de Balduino. Dice así: “La doctrina de los santos concilios y de los Padres ortodoxos que escribieron acerca de la fe de manera tan perfecta, declararon con tanta fuerza sus distintos puntos, que pueden ser suficientes para el conocimiento de cada uno de ellos. En primer lugar para el conocimiento de la verdad y la religiosa confesión de la piedad. Pero también para la destrucción de todos los errores y la refutación de los herejes blasfemos”10. 8 9 10 Cf. HIERONYMUS, De viris illustribus, 35, 128-129. “Hireneus Lugdunensis episcopus scripsit quinque aduersus hereses libros in quorum primo diuersitates hereticorum et heresium digerit et distinguit. In aliis quatuor easdem hereses destruit et ecclesiastica dogmata annectit”, BALDUINUS, Liber de secis hereticorum, 32, 3-6. “Doctrina sanctorum conciliorum et orthodoxorum patrum, qui de fide scripserunt tam perfecte, tam ualide suis partibus absoluitur, ut in utramque plene partem sufficere possit, primum quidem ad ueritatis agnitionem et religiosam pietatis 600 José Luis Narvaja De esta manera vemos la íntima influencia de Ireneo en Balduino, quien le ofrece, primero, el material para la descripción histórica de las herejías; segundo, el concepto teológico de la genealogía de los herejes contrapuesta a la sucesión de la autoridad eclesial; y tercero, un método y estructura para su obra. Esta última influencia nos permite, además, afirmar la unidad del Liber de sectis hereticorum et orthodoxe fidei dogmata, unidad que no siempre ha sido reconocida, ni en los catálogos medievales11 ni por la crítica moderna12. 2. IRENEO EN LAS BIBLIOTECAS DE INGLATERRA La segunda pregunta acerca de la identificación del ejemplar del Adversus Haereses que pudo haber usado Balduino, nos introduce en el problema de la tradición manuscrita de Ireneo. Sabemos que la traducción latina del Adversus Haereses es anterior al año 422, pues Agustín en su obra contra Juliano cita dos pasajes de la misma traducción que nosotros conocemos13. Sabemos también que en el s. VI Gregorio Magno buscó en vano una copia del Adversus Haereses14. Desde entonces los pocos autores que citan a Ireneo no lo hacen a partir de la traducción latina conocida15. 11 12 13 14 15 confessionem, deinde uero ad omnium errorum subuersionem et blasphemantium hereticorum confutationem”, BALDUINUS, Liber de secis hereticorum, 84, 3-7. J. PITS, Relationum Historicarum de Rebus Anglicis Collectanea (Paris 1616) 259260 separa las dos partes e invierte su orden; lo mismo sucede con la mención de R. SHARPE, A Handlist of the latin writers of Great Britain and Ireland before 1540 (Turnhout 1997) 67. Cf. H.-J. SIEBEN, “Der ‘Liber de sectis haereticorum’ und sein Beitrag zur Konzilsidee des 12. Jahrhunderts”, en Annuarium Historiae Conciliorum 15 (1983) 263. Cf. AUGUSTINUS, Contra Iulianum, I III 5, 447, donde cita IRENAEUS, Adversus Haereses, IV 2 7, 412; y V 19 1, 248-250. “Gesta vel scripta beati Irenaei iam diu est, quod sollicite quaesivimus, sed hactenus ex eis invenire aliquid non valuit” (cf. Ep. 56, MGH. EP 2,314) citado en H.-J. SIEBEN, “Irenäus im Mittelalter. Ein neues Zeugnis im Liber de sectis haereticorum”, en Theologie und Philosophie 62 (1987) 73. Esta búsqueda en los archivos romanos tuvo lugar por el pedido de un ejemplar de la obra de parte de Aetherius de Lyon. Agobard de Lyon († 840) no cita el Adversus Haereses a partir de la antigua traducción latina, sino que toma algunos extractos de la Historia Eclesiastica de Eusebio (Harnack 279), citado en H.-J. SIEBEN, “Irenäus im Mittelalter. Ein neues Zeugnis im Liber de sectis haereticorum”, en Theologie und Philosophie 62 (1987) 73. Recepción de Ireneo en la Edad Media... 601 Algo semejante sucede en el Oriente. Luego de que Focio describiera en su Biblioteca el contenido del Adversus Haereses –estamos en el siglo IX–16, se pierde todo rastro del texto griego17. De esta manera pareciera que no es posible constatar una recepción de Ireneo en los siglos X y XI y solo en el siglo XII la crítica ha vuelto a encontrar, en ambiente alemán, una cierta influencia de la teología de Ireneo18. Ante este creciente olvido del obispo de Lyon, resalta la contundente recepción que hemos visto en Liber de sectis haereticorum et orthodoxe fidei dogmata, de Balduino. La identificación del autor nos permite ahora desplazar nuestra atención desde el ambiente alemán donde la crítica había detectado una influencia de Ireneo en Rupert von Deutz y en Hildegard von Bingen, al ambiente inglés, donde trataré ahora de identificar el ejemplar del que se pudo haber servido Balduino para escribir su obra. Afortunadamente tenemos una serie de informaciones que nos permitan rastrear esta presencia de Ireneo en las bibliotecas de Inglaterra durante la Edad Media. Entre los años 1540 y 1546 John Leland, el “Anticuario Real” de Enrique VIII hizo su famoso viaje recorriendo todas las bibliotecas de Inglaterra19. Las notas que resultaron de estos seis años de trabajo nos conservan la noticia de dos ejemplares del Adversus Haereses. Un ejem- 16 17 18 19 Focio († 891) atestigua su presencia y nos presenta un contenido del Adversus Haereses en su Bibliotheca (cod. 120), citado en H.-J. SIEBEN, “Irenäus im Mittelalter. Ein neues Zeugnis im Liber de sectis haereticorum”, en Theologie und Philosophie 62 (1987) 73. En 1640 Melitón Syrigos debe traducir un fragmento del latín en griego porque no tiene el original citado en H.-J. SIEBEN, “Irenäus im Mittelalter. Ein neues Zeugnis im Liber de sectis haereticorum”, en Theologie und Philosophie 62 (1987) 73. Arduini encuentra rastros de la teología de Ireneo en Hildegarda de Bingen y en Ruperto de Deutz. Véase M.L. ARDUINI, Note alla ricerca di un Ireneo medievale (Studi Medievali, 3a serie, XXI, Spoleto 1980); Eadem, “Probabile influenza di Ireneo di Lione in alcuni autori medievali”, en Studia Patristica 18 (1982) 615-625. Describe el trabajo que realizó durante su viaje en una carta enviada a Enrique VIII, New Year’s Gift for Henry VIII, véase J. LELAND: The laboryouse journey & serche of John Leylande, for Englandes antiquitees geuen of hym as a newe years gyfte ti Kynge Henry the VIII. the in XXXVII. yeare of his reygne, ed. JOHN BALE (London 1549). 602 José Luis Narvaja plar estaba en la biblioteca de los carmelitas de Oxford. El otro pertenecía a la biblioteca de Christ Church en Canterbury. Según la crítica, estos son los dos únicos ejemplares del Adversus Haereses de los que tenemos noticia en Inglaterra20. Parece evidente que se deba identificar el manuscrito que usó Balduino con el que Leland vio en Canterbury. Sin embargo, estas noticias nos presentan algunos problemas. La situación se complica, además, si tenemos en cuenta que ninguno de estos dos manuscritos está en el mismo lugar donde fueron vistos por Leland y probablemente ninguno de los dos haya sobrevivido hasta nuestros días. Veamos más de cerca las noticias que tenemos de estos dos códices para hacernos una idea acerca de la migración de manuscritos en la Edad Media y especialmente de la presencia del Adversus Haereses en las bibliotecas inglesas en el período que nos interesa. 2.1. El manuscrito de Oxford Leland anota sobre el manuscrito de Oxford: “Apud Carmelitas Oxonii. [...] Hyrenaei, episcopi Lugdunensis, libri quinque contra omnes haereses”21. Es el manuscrito inglés sobre el que estamos mejor informados. Sabemos que en el año 1494, Laurent Bureau, visitador de los carmelitas en Inglaterra, se llevó de Oxford, como regalo, para el convento carmelita de París, tres manuscritos22, entre los que se encuentra uno que contiene el Adversus Haereses de Ireneo. Aunque algunos estudiosos consideran que el visitador se llevó el antiguo manuscrito que poseía la biblioteca, dejando una copia23, es más 20 21 22 23 Dice E. Köstermann: “die Codices in Oxford und Canterbury sind die einzigen Iren.-Hss in England, von denen wir überhaupt Kunde erhalten”, E. KÖSTERMAN: “Neue Beiträge zur Geschichte der lateinischen Handschriften des Irenäus”, en Zeitschrift für die Neutestamentliche Wissenschaft 36 (1937) 7. J. LELAND, Antiquarii De Rebus Britannicis Collectanea, I-VI, ed. TH. HEARNIUS (Oxford 1715) IV, 59. Se trata de nuestro Vossianus latinus F 33, del Parisinus 2046 y del Parisinus 2473, cf. B. HEMMERDINGER: “La tradition latine”, en IRENAEUS Adversus Haereses (Sources Chrétiennes 100) 19. Véase F. LOOFS, Die Handschriften des lateinischen Übersetzung des Irenäus und ihre Kapitelteilung (Leipzig 1888) 12-13 y E. KÖSTERMAN: “Neue Beiträge zur Recepción de Ireneo en la Edad Media... 603 lógico pensar con Rouseau y Doutreleau –los responsables de la edición del Adversus Haereses en Sources Chrétiennes– que el visitador se llevó la nueva copia del manuscrito, de manera de no privar al convento de Oxford de su preciado tesoro. Esta copia de fines del siglo XV es en efecto el códice Vossianus latinus F 3324, que contiene el texto integral del Adversus Haereses, incluso los últimos capítulos del libro V, que faltan en el manuscrito de Corbie del siglo IX, que perdió el último quaternión. Sabemos también que en el año 1510 se hace una nueva copia a partir de este códice: es manuscrito H (Petavianus 132/Holmiensis A)25. Por último, sabemos que desde el año 1575 el códice Vossianus estaba en manos de Jean de Saint-André, canónigo de Notre-Dame de París. Fue él quien lo puso a disposición de Feu-Ardent, quien en 1596 publicó una edición del Adversus Haereses en la que completaba los capítulos finales del libro V faltantes en la edición de Erasmo de 1526. El manuscrito que quedó en Oxford, modelo del Vossianus, no ha llegado a nosotros. 2.2. El manuscrito de Canterbury El segundo manuscrito que vio Leland es el de Canterbury. La noticia que nos ha dejado en su Collectanea, dice: “Cenobium Christicolarum. [...] Irenaeus contra omnes haereses. Simon Mepeham, archiepiscopus Cant. monachis dono dedit”26. Si este manuscrito, como nota Leland, fue una donación de Simon Mepeham, quien fuera arzobispo entre los años 1328 y 1333, no es posible que Balduino se hubiera podido servir de él. 24 25 26 Geschichte der lateinischen Handschriften des Irenäus”, en Zeitschrift für die Neutestamentliche Wissenschaft 36 (1937) 7. Dice en el fol. 1v: “hos libros ex anglia in librariam conventus parisiensis advexit doctor theologus frater laurentius burellus de divione prior provincialis narbone sacri ordinis matris dei de monte carmeli”. Cf. B. HEMMERDINGER: “La tradition latine”, en IRENAEUS Adversus Haereses (Sources Chrétiennes 100) 20-21. J. LELAND, Collectanea, IV, 10. 604 José Luis Narvaja Pero tenemos otra noticia de este manuscrito. En el catálogo de la biblioteca de Christ Church, compuesto durante el priorato de Henry de Eastry (entre 1284 y 1331), se nos informa: “Hyreneus contra omnes hereses, libri v”27. Como vemos, aquí no se habla de donación, omisión curiosa, pues el catálogo refiere constantemente el nombre de los donantes y, además, porque Simon Mepeham era arzobispo en el momento de la composición de dicho catálogo. Uno de los editores de este catálogo, Montague Rhodes James, considera errónea la noticia de Leland, afirmando que el catálogo de libros de Christ Church es un poco anterior al arzobispo Simon. Afirma, en segundo lugar, que el códice debe ser el Arundelianus, al que le ha sido cortado el primer folio que lleva las marcas de propiedad y los datos de la donación. En tercer lugar, sostiene que Leland debió haber visto en el folio hoy faltante la inicial del nombre y debe haber resuelto por cuenta propia la inicial28. Podemos responder inmediatamente a la segunda de estas afirmaciones de James, pues según el estado actual de la investigación el manuscrito de Christ Church no puede ser el Arundelianus, manuscrito que ha sido copiado en Alemania y pertenece a la familia lyonesa29. No tenemos elementos suficientes para desestimar las afirmaciones de Leland, por 27 28 29 Este catálogo está en los ff. 128-147 del volumen Galba E. IV de la Cottonian Colection, escrito a tres columnas, por una mano de principios del siglo XIV, cf. James (1903), p. xxxv. Hay dos ediciones de este catálogo: la referencia que nos interesa está en HENRY OF EASTRY, Catalogue: Tituli librorum de libraria ecclesiae Christi Cant., et contenta in eisdem libris, tempore Henrici de Estria prioris, en E. EDWARDS, Memoirs of Libraries: including a handbook of library economy (London 1859) 142 y HENRY OF EASTRY Catalogue: Tituli librorum de libraria ecclesiae Christi Cant., et contenta in eisdem libris, tempore Henrici de Estria prioris, en M.R. JAMES, The ancient libraries of Canterbury and Dover. The Catalogues of the Libraries of Christ Church Priory and St Augustine’s Abbey at Canterbury and of St Martin’s Priory at Dover. Now first collected and published with an introduction and identifications of the extant remains (Cambridge 1903) 37. Cf. M.R. JAMES, The ancient libraries of Canterbury and Dover. The Catalogues of the Libraries of Christ Church Priory and St Augustine’s Abbey at Canterbury and of St Martin’s Priory at Dover. Now first collected and published with an introduction and identifications of the extant remains (Cambridge 1903) XL. Cf. B. HEMMERDINGER: “La tradition latine”, en IRENAEUS, Adversus Haereses (Sources Chrétiennes 100) 21-23. Recepción de Ireneo en la Edad Media... 605 tanto deberemos buscar otro camino para resolver las dificultades que nos ofrece la noticia. 3. RESULTADO DE LA INVESTIGACIÓN SOBRE LOS CÓDICES PRESENTES EN INGLATERRA Pareciera, por tanto, que nuestra investigación ha encontrado más problemas de los que ha resuelto. Resumiendo, vemos que en el s. XII no había muchas posibilidades de que Balduino tuviera en sus manos un ejemplar del Adversus Haereses. Las resumiría en tres: – Una posibilidad estaría en que uno de los manuscritos que conocemos, el códice antiguo de Oxford o el códice que según Leland el arzobispo Simon regaló a Christ Church, estuvieran durante el siglo XII en otras manos o en otras bibliotecas. – La segunda posibilidad sería que existieran en el siglo XII otras copias del Adversus Haereses de las que no ha quedado noticia. El stemma nos habla de la existencia de muchos otros manuscritos que han desaparecido30. – Una última posibilidad estaría en que Balduino hubiera tomado sus notas del Adversus Haereses en un códice durante un viaje fuera de Inglaterra. El hecho de que Balduino trate dos herejías –el nihilianismo y el catarismo– que no tienen fuerza en Inglaterra, podría hacer suponer una estadía de Balduino en Francia, donde la acción de estos grupos heterodoxos era más virulenta. Contra esto habla, sin embargo, la noticia que nos conserva Gervasio de Canterbury en su Crónica de que el capítulo cisterciense del año 1177 recibe una carta informando acerca de la herejía cátara y su acción en Francia31. Quiero decir con esto que es posible que también en Inglaterra hubiera interés por combatir la herejía de los cátaros. 30 31 Cf. F. LOOFS, Die Handschriften des lateinischen Übersetzung des Irenäus und ihre Kapitelteilung (Leipzig 1888) 80; E. KÖSTERMAN: “Neue Beiträge zur Geschichte der lateinischen Handschriften des Irenäus”, en Zeitschrift für die Neutestamentliche Wissenschaft 36 (1937) 34; B. HEMMERDINGER: “La tradition latine”, en IRENAEUS Adversus Haereses (Sources Chrétiennes 100) 17. GERVASIUS CANTUARIENSIS, Chronica, 270. 606 José Luis Narvaja Esta triple posibilidad que ha resultado de nuestra investigación de los códices nos abre el camino hacia el tercer ámbito de nuestra investigación sobre la recepción de Ireneo, a saber: el estudio de la tradición textual. Pues en este momento el único camino que nos queda para resolver el problema de la identificación del manuscrito del que Balduino es testigo, es el estudio de las variantes y semejanzas de su texto con el de los manuscritos conocidos. Pero esto supera ya el límite que me había propuesto para este trabajo. Referiré en otro trabajo el resultado de este tercer paso de la investigación. Teología y Vida, 55/3 (2014), 607-629 607 De la substancia del diablo. Orígenes y la dinámica del sistema valentiniano de las tres naturalezas Mariano Troiano UNIVERSIDAD NACIONAL DE CUYO [email protected] Resumen: En el Tratado de los Principios I, 8, 2 Orígenes refuta explícitamente la doctrina de la existencia de tres naturalezas (φύσις) humanas que él atribuye a los valentinianos. La doctrina de las diferencias naturales entre los hombres, provenientes de la acción de diversos creadores y determinantes de su destino final, es una de las afirmaciones más fuertemente instaladas por los adversarios de los autores gnósticos. Dichas afirmaciones han implicado una de las críticas más recurrentes hacia los textos gnósticos; críticas que incluso perduran entre los estudiosos actuales. Así, el objetivo final de nuestro trabajo es demostrar que la antropología valentiniana de las tres naturalezas no implica una doctrina determinista y estática, sino un sistema dinámico, donde el individuo, y no solo la humanidad, se encuentra tensionado entre sus tres naturalezas y donde incluso el elemento espiritual es impelido a buscar la salvación. Palabras clave: Gnosticismo, Demiurgo, Naturaleza humana, Orígenes, Tratado Tripartito,Valentinismo. Abstract: In Origen’s On First Principles I, 8, 2, the Alexandrian explicitly refutes the doctrine of the existence of three human natures (φύσις) which he attributes to the Valentinians. The doctrine of the natural differences between men, due to the action of various creators and decisive on their final destination, is one of the claims most heavily installed by the opponents to the Gnostic authors. Such claims have involved one of the most recurring critics to the Gnostic texts; critics that persist even among modern scholars. Thus, the ultimate goal of our work is to demonstrate that the Valentinian anthropology of three natures does not imply a deterministic and static doctrine, but a dynamic system, where the individual, not only the humanity as category, is stressed between the three natures and where even the spiritual element is urged to seek salvation. Keywords: Gnosticism, Demiurge, Human Nature, Origins, Tripartite Treaty, Valentinianism. 608 Mariano Troiano INTRODUCCIÓN En el Tratado de los Principios I, 8, 2 Orígenes refuta explícitamente la doctrina de la existencia de tres naturalezas humanas que él atribuye a los autores gnósticos valentinianos. La siguiente cita sintetiza su crítica a tales posturas: “No hay entonces naturaleza incapaz de recibir el bien o el mal, si no es la de Dios, fuente de todos los bienes, y la de Cristo […] Pero toda otra naturaleza que es santa […] no la posee por naturaleza, sino de manera accidental, ahora bien, aquello que es accidental puede perderse”1. Confirma tal afirmación lo expuesto en su Comentario sobre el Evangelio de Juan donde confronta al valentiniano Heracleón2 quien, nos transmite Orígenes, sostiene que las naturalezas que dividen a los hombres (material, psíquica y espiritual) son inmutables3. De manera tal que la doctrina de las diferencias naturales entre los hombres, provenientes de la acción de diversos creadores y determinantes de su destino final, es una de las afirmaciones más fuertemente instaladas por los adversarios de los autores gnósticos y ha implicado una de las críticas más recurrentes hacia sus textos. Críticas que incluso perduran entre los estudiosos actuales, tal como lo expone y refuta Karen L. King4 analizando el ejemplo expuesto por el texto gnóstico del Libro 1 2 3 4 H. CROUZEL - M. SIMONETTI (eds.), ORÍGENES, Peri Archôn I, 8, 3 (SC 252) (Paris 1978) 228-229. Heracleón, nos informa Clemente de Alejandría, fue uno de los discípulos más eminentes (Οὐαλεντίνου σχολῆς δοκιμώτατος) de Valentín. CLEMENTE DE ALEJANDRÍA, Stromata IV, 9, 71, 1, ed. A. VAN DEN HOEK- trad. C. MONDÉSERT (SC 463), Paris, 2001, 172-173. Ver también el capítulo 1 de la obra de T. J. PETTIPIECE, Heracleon: Fragments of early Valentinian exegesis. Text, translation, and commentary (2002). Theses and Dissertations (Comprehensive). Paper 130. Wilfrid Laurier University, 4-16. ORÍGENES, In Jo. XIX, XIV, 90, ed. C. BLANC (SC 290) (Paris 1982) 102-103. K. L. KING, What Is Gnosticism? (Cambridge, Mass. London 2003) 202-205 y 330, nota 39. La autora centra incluso su análisis en obras que se ocupan del supuesto determinismo valentiniano y expone los nuevos enfoques aportados a partir del estudio profundo de los textos descubiertos en Nag Hammadi. K. L. KING, What Is ... 206-208. Afirma que los textos de Nag Hammadi no observan al cuerpo y al mundo como malvados per se, pero solo como el campo de batalla donde se libra la lucha entre el bien y el mal. «Nor does it regard the body and the world as evil per se, but only as the battleground on which the struggle between good and evil is waged». K. L. KING, What Is ... 200. De la substancia del diablo. Orígenes y la dinámica del sistema valentiniano... 609 de Tomás: “El Salvador ofrece claramente dos opciones e insiste en que la gente haga una elección. Uno es salvado no por naturaleza sino por seguir la luz y comprometerse con prácticas ascéticas”5. En este marco, nuestra intención no es refutar las interpretaciones transmitidas por Orígenes, más aún siendo el Padre de la Iglesia fuente indispensable para abordar el pensamiento de Heracleón, importante discípulo de Valentín y redactor, hacia el tercer cuarto del siglo II, del primer comentario al Evangelio de Juan conocido hasta el momento6. Sin embargo, consideramos al igual que la autora mencionada, que el descubrimiento de los textos de Nag Hammadi permite el acceso a fuentes directas que aportan una nueva perspectiva sobre las ideas que los autores gnósticos presentan sobre la composición del hombre. En este sentido, nuestro trabajo intentará confrontar las afirmaciones vertidas por Orígenes en su Comentario sobre el Evangelio de Juan, pero principalmente en el Tratado de los Principios, sobre la concepción gnóstica de las diferentes naturalezas humanas, con el análisis que sobre dicha concepción se puede realizar gracias a uno de los escritos valentinianos más notables como es el caso del Tratado Tripartito (NH I, 5). Asimismo, no desdeñaremos los aportes explicativos que sobre este tema expone la lectura de los Extractos de Teódoto. 5 6 «The Savior offers two clear alternatives and insists that people make a choice. One is saved not by nature but by following the light and engaging in ascetic practices». K. L. KING, What Is ... 196. T. J. PETTIPIECE, Heracleon ..., 4. De todas maneras, sobre los fragmentos rescatados gracias a Orígenes, el autor nos previene que solo una cita (In Jo. XX, XX, 168) es introducida por las palabras: «El dice en sus propios términos» lo cual nos indica que las restantes no son citas textuales. Incluso el editor, Cécile Blanc afirma: «No siempre es fácil de ver dónde termina el texto de Heracleón y donde comienza el comentario de Orígenes» («Par ailleurs, il n’est pas toujours facile de voir où cesse le texte d’Héracléon et où commence le commentaire d’Origène»). ORÍGENES, In Jo, ed. C. BLANC (SC 120 bis), Paris (1966) 1996, 16. Ver también lo expuesto por Pettipiece sobre el estado fragmentario de la transmisión del comentario de Orígenes mismo en T. J. PETTIPIECE, Heracleon ..., 158-159. Sin embargo, es claro que para Orígenes Heracleón fuerza y mal interpreta intencionalmente los textos sagrados (In Jo. II, XIV, 100-101). Orígenes, por su parte, afirma la regla de fe: Cristo, hijo de Dios, siendo la verdadera transmisión de sus palabras a través de los apóstoles y conservadas por la Iglesia Peri Archôn I, 3 (SC 252), 79. En cuanto a la validez metodológica de los fragmentos ver ORÍGENES, Peri Archôn, 8-9. 610 Mariano Troiano El objetivo final de nuestro trabajo, en sintonía con lo expuesto por Einar Thomassen en sus notas a la edición francesa de los textos de Nag Hammadi7, es demostrar que la antropología valentiniana de las tres naturalezas no implica una doctrina determinista y estática, sino un sistema dinámico, donde el individuo y no solo la humanidad se encuentra tensionado entre sus tres naturalezas y donde incluso el elemento espiritual debe buscar la salvación8. A. ORÍGENES Y LA CONCEPCIÓN VALENTINIANA DE LAS TRES NATURALEZAS Dentro de la antropología valentiniana contra la cual polemiza Orígenes, se destacan dos aspectos fundamentales. Por un lado, la división radical del género humano en individuos compuestos por alguna de las tres naturalezas: materiales o terrestres, psíquicos y espirituales. Por otro, el destino final inmutable de cada uno de estos grupos. Como hemos expuesto, en el libro del Tratado de los Principios (I, 8, 2), Orígenes asocia la concepción de las naturalezas espirituales diferentes (naturas spiritales diuersas), tanto entre los seres humanos como entre los seres celestiales producto de creadores diferentes, a los pensadores valentinianos9. Así para estos existirían los hombres materiales o hílicos excluidos de toda vida espiritual y para los cuales la salvación no tiene ningún sentido; los psíquicos capaces de obtener una salvación de segundo orden; y los espirituales salvados por naturaleza. Por su parte, Orígenes acepta la diferencia entre los seres pero la atribuye no a creaciones disímiles sino a la fidelidad de sus movimientos con respecto a su origen divino10. Este busca refutar dicha interpretación 7 8 9 10 E. THOMASSEN - L. PAINCHAUD, “Traité Tripartite” en EcrGnos (175-176, nota 105) 29-32. Existen, por supuesto, otras corrientes gnósticas (los llamados “textos setianos” o la gnosis basilidiana) que presentan diferencias doctrinales con respecto a la concepción valentiniana del hombre. Sin embargo, dado el tiempo destinado a nuestra comunicación centraremos nuestro análisis en la ya de por sí compleja concepción valentiniana. ORÍGENES, Peri Archôn (SC 252), 223. Ver también ORIGÈNES, In Jo. (SC 120 bis), 15. ORÍGENES, Peri Archôn I, 8, 2 (SC 252), 225. Orígenes reprocha a los valentinianos el considerar a Pablo y a Pedro como espirituales siendo que en las escrituras son evidentes sus faltas. La postura del alejandrino argumenta contra los gnósticos quienes indican que tanto Pablo como Pedro estarían habitados por otro ser. ORÍGENES, Peri Archôn, 225. De la substancia del diablo. Orígenes y la dinámica del sistema valentiniano... 611 defendiendo al mismo tiempo la existencia de un creador único, justo y bueno, y la libertad del hombre, responsable ante Dios de sus actos11. En el Comentario sobre el Evangelio de Juan nos informa sobre la inmutabilidad de las distintas naturalezas humanas expuestas por Heracleón12. Esta inmutabilidad es debida, en el caso de los materiales, a que comparten la naturaleza más corrompida del demiurgo, la materia. El discípulo de Valentín imputa a los judíos que acusan y no aceptan las palabras de Jesús (Jn 8, 43-44) el poseer dicha naturaleza. Orígenes nos dice: “Pero ahora él (i. e. Heracleón) afirma, es evidente, que ciertos hombres son consustanciales (ὁμοούσιος)13 al diablo ([vosotros sois] de la substancia del diablo (ἐκ τῆς οὐσίας τοῦ διαβόλου) siendo, como lo piensan sus discípulos, de una substancia (οὐσία) diferente de aquellos que ellos llaman psíquicos o espirituales (ψυχικούς ἤ πνευματικούς)”14. Un poco más adelante Orígenes aclara que los materiales serían para Heracleón hijos por naturaleza (τοὺς φύσει τοῦ διαβόλου υἱούς, τοὺς χοϊκούς) del Diablo, mientras que los psíquicos habrían devenido hijos del diablo por adopción: “Él dice que es porque ellos han amado los deseos (ἐπιθυμία) del diablo y que los llevan a cabo, que estos devienen criaturas del diablo, aunque no lo son por naturaleza (φύσει)”15. Orígenes rechaza tal idea de una generación diferenciada entre los seres que integran el cosmos y manifiesta que toda creación proviene de un mismo creador16. Así, Dios ha creado en un comienzo todas las almas 11 12 13 14 15 16 ORÍGENES, In Jo. (SC 120 bis), 26. ORÍGENES, In Jo., XIX, XIV, 90, ed. C. BLANC (SC 290) (Paris 1982) 102-103. Sobre la concepción origeniana de la consubstanciación ver ORÍGENES, In Jo. (SC 290), 233, nota 4. ORÍGENES, In Jo., XX, XX, 168-169 (SC 290), 240-241. En este sentido es interesante comparar con lo expuesto en In Jo. XX, XXVIII, 252-253 (SC 290), 280-283. ORÍGENES, In Jo., XX, XXIV, 213-214 (SC 290), 262-263. Cf. J. D. DUBOIS, “La Sotériologie valentinienne du Traité Tripartite” (NH I, 5), en L. PAINCHAUD - A. PASQUIER (dir.) Les textes de Nag Hammadi et le problème de leur classification, eds. (Québec-Louvain-Paris, 1995) 226. Es interesante remarcar que Heracleón parece utilizar indistintamente el concepto “naturaleza” (φύσις) y “consubstancia” (ὁμοούσιος). En este sentido Pettipiece afirma: “If, however the “pneumatic” or “spiritual” individual (πνευματικός) is capable of passing from a state of darkness to a state of light, then the state of “earthly” person (χοϊκός) becomes rather ambiguous in any theory of natures” T. J. PETTIPIECE, Heracleon ..., 40. «Dios bueno y Padre benévolo del universo y la potencia bienhechora y demiúrgica, es decir aquella de hacer el bien, de crear y de proveer». ORÍGENES, Peri Archôn I, 4, 3 (SC 252), 169. 612 Mariano Troiano similares, igualmente dotadas de libertad y las invita a seguirlo. Pero mientras que unas eligen por decisión propia la imitación de su creador y progresan; otras caen en la negligencia. Es según el mérito de cada una que Dios organiza un universo harmónico donde las reparte entre los diferentes seres17. Sin embargo, si la creación tiene un origen único, Orígenes reconoce tres categorías de seres: celestes, terrestres e infernales, para los cuales la bondad no es substancial sino accidental y quienes poseen la libertad de permanecer o alejarse de ese origen divino inicial empujados por los movimientos de su inteligencia y su voluntad18. Tal es la caída, el apartarse del estado beatífico inicial, donde el orden de los seres celestes es el más próximo al origen y el que instruye sobre el camino de retorno. El género humano compone un orden apartado pero no de manera irremediable. El último orden lo componen el Diablo y sus secuaces, indignos de la formación aportada por los seres celestiales; son adversarios de los hombres y buscan alejarlos de las enseñanzas salvadoras19. En el Comentario, el alejandrino insiste que la substancia que compone a los seres celestiales no es diferente de la del hombre (ὦν τὸ ὑποκείμενον οὐκ ἄλλο τί ἐστιν ἤ ἄνθρωπος)20: “Como Pablo quien siendo tinieblas, es capaz de devenir luz en el Señor (Ef. 5, 8), así aquel que sea tinieblas en cualquier momento (puede devenir luz) […] es posible entonces que las tinieblas cambien en luz”21. Así es, según su malicia, que ciertas almas caídas devienen demoníacas y otras humanas. El alma, en su preexistencia absolutamente espiritual, estaba unida plenamente a Dios y a su Palabra antes de su descenso22. 17 18 19 20 21 22 Y hace de ellas «vasijas de oro, de plata, de madera o de arcilla, unas para un uso honorable, otras para un uso despreciable, utilizando estas diversas vasijas que son las almas o las inteligencias». ORÍGENES, Peri Archôn II, 9, 6, eds. H. CROUZEL y M. SIMONETTI (SC 253), París, 1978, 366-367. ORÍGENES, Peri Archôn I, 6, 2 (SC 252), 199 ORÍGENES, Peri Archôn I, 6, 3 (SC 252), 201-203. ORÍGENES, In Jo., II, XXIII, 144 (SC 120 bis), 308-309. ORÍGENES, In Jo., II, XX, 134-136 (SC 120 bis), 300-301. En el libro XX, se mencionan las semillas que las almas traen con ellas, sean semillas justas o injustas: «Sin embargo, no hemos venido todos al mundo con semillas parecidas e idénticas, pero ninguno ha venido desprovisto de semillas salvadoras y santas […]». In Jo XX, V, 38 (SC 290), 174-175. In Jo XX, XIX, 162. De la substancia del diablo. Orígenes y la dinámica del sistema valentiniano... 613 Estas afirmaciones del Comentario plantean dos puntos fundamentales: primero, las almas comienzan la adquisición de semillas justas o injustas antes de su encarnación y es según su mérito que el Creador les designa su función entre la jerarquía de los seres. Tal interpretación nos conduce a un segundo elemento central en la polémica con los autores valentinianos: la polémica sobre la salvación de las almas. Es concluyente para Orígenes, que Dios ha creado a todos los seres racionales con una misma substancia, la substancia razonable23 «y son las causas antecedentes (i.e. a la encarnación) que han destinado unas al honor y otras al deshonor»24. Y él afirma: “[Contra] aquellos que inventan la doctrina de las naturalezas (φύσεις) […] de una sola pasta provienen los perdidos y los salvados, y que hay un mismo creador (δημιουργός) para los perdidos y los salvados, si es bueno aquel que hace no solamente a los espirituales (πνευματικός) sino también las terrestres (χοϊκός) –esto se sigue de aquello– es posible seguramente que aquel que es ahora una vasija de honor […] sea (si no actúa luego de la unión con el cuerpo conforme a su dignidad de vasija de honor) en otro siglo una vasija de deshonor y viceversa”25. En el pensamiento origeniano toda naturaleza es susceptible de recibir tanto el bien como el mal y todo ser, gracias a su libre albedrío, adhiere ya sea al bien ya sea al mal (Peri Archôn I, 8, 3). Es Dios quien designa el lugar de cada alma según su progreso. Así, la función de los seres celestiales les viene según sus méritos y los demonios, obtienen sus grados en la maldad, según sus progresos en el crimen. De tal manera 23 24 25 En este sentido el alma es (νοῦς) es decir, principio de la vida racional y principio vital del cuerpo. ORÍGENES, Peri Archôn III, 1, 22, eds. H. CROUZEL y M. SIMONETTI (SC 268), París, 1980, 138-139 ORÍGENES, Peri Archôn III, 1, 23 (SC 268), 142-143. Todas las almas, dice Orígenes, santas o malvadas, han sido creadas y son de naturaleza incorpórea. ORÍGENES, Peri Archôn I, 7, 1 (SC 252), 209. Henri Crouzel y Manlio Simonetti interpretan que para Orígenes si bien toda alma es incorpórea en sí misma, ella está siempre revestida de un cuerpo, burdo en el caso de los hombres y etéreo en el caso de los ángeles, los resucitados y los demonios (Cf. Peri Archôn I, pref. 8). ORÍGENES, Peri Archôn (SC 252), nota 4, 105. En esta afirmación de un solo creador, Henri Crouzel y Manlio Simonetti ven una afirmación antignóstica ya que para los valentinianos la esencia espiritual o pneumática no ha sido creada sino emanada. ORÍGENES, Peri Archôn (SC 252), nota 3, 105. 614 Mariano Troiano que la ausencia de conversión no proviene de su naturaleza sino principalmente de su voluntad que se delecta con el mal26. El género humano, por su parte, progresa hasta el orden celeste o se precipita27. El concepto del libre albedrío (τὸ αὐτεξούσιον) es clave en el sistema salvífico del alejandrino. Los diferentes grados de naturalezas provienen justamente de la facultad del libre albedrío otorgada a los seres racionales y su voluntad de progresar hacia la imitación divina o de caer como consecuencia de su abandono28. De esta libertad de los seres racionales, como hemos dicho, se deriva la diversidad del universo29. Orígenes polemiza entonces con aquellos que suprimen “[…] el libre albedrío sosteniendo que hay naturalezas perdidas incapaces de salvación y otras salvadas que son incapaces de perderse […]”30. En el libro III (1, 3) del Tratado, Orígenes define el libre albedrío centrando sus argumentos en los seres dotados de razón (λόγος)31. La razón, explica el alejandrino: “posee en su naturaleza los medios de ver el bien y el mal, que utilizamos para ver el bien y el mal y así elegir el bien o rechazar el mal […]”32. Así, el hombre no se encuentra sometido a impulsos exteriores sino a una elección de la razón para examinar la influencia exterior33. 26 27 28 29 30 31 32 ORÍGENES, Peri Archôn I, 8, 4 (SC 252), 231. ORÍGENES, Peri Archôn I, 8, 4 (SC 252), 231-233. Así, el universo tiene un origen único pero su diversidad proviene del alejamiento de los seres de la bondad inicial por sus agitaciones y deseos de sus intelectos. ORÍGENES, Peri Archôn II, 1, 1 (SC 252), 236-237. ORÍGENES, Peri Archôn II, 9, 6 (SC 252), 364-365. ORÍGENES, Peri Archôn II 9, 6 (SC 252), 366-367 (Cf. Con la Degradación de la inteligencia del alma en Peri Archôn II, 8, 3-4 y 9, 2) ORÍGENES, Peri Archôn III, 1, 8 (SC 268), 48-49. Negar el libre albedrío, afirma Orígenes, tal cual lo hacen los seguidores de «Marción, Valentín y Basílides» para quienes las diferencias existentes en el universo no se condicen con un único creador sino con diferencias originarias esenciales, es aceptar que todo es regido de antemano por el azar. De aceptar esta solución no solo el mundo no ha sido hecho por Dios, sino que no está regido por la providencia y por ende no se puede esperar el juicio divino. ORÍGENES, Peri Archôn II, 9, 5 (SC 252), 361-365. Para el uso del término λόγος, ver ORÍGENES, Peri Archôn eds. H. CROUZEL y M. SIMONETTI (SC 269), París, 1980, nota 12, 19. (Ὅθεν ἐπεὶ ἐν τῇ φύσει τοῦ λόγου εἰσὶν ἀφορμαὶ τοῦ θεωρῆσαι τὸ καλὸν καὶ τὸ αἰσχρὸν, αἶς ἑπόμενοι θεωρήσαντες τὸ καλὸν καὶ τὸ αἰσχρὸν αἱρούμεθα μὲν τὸ καλὸν ἐκκλίομεν δὲ τὸ αἰσχρὸν). ORÍGENES, Peri Archôn III, 1, 3 (SC 268), 22-23 33 ORÍGENES, Peri Archôn III, 1, 5 (SC 268), 33. En el libre albedrío reside entonces la posibilidad de vencer las tentaciones: «Esta posibilidad que nos es dada de poder De la substancia del diablo. Orígenes y la dinámica del sistema valentiniano... 615 En el sistema origeniano la naturaleza divina está exenta de todo cambio y toda degradación y por ende, estar dotado exclusivamente de una naturaleza divina, como sería el caso de los espirituales dentro de la concepción gnóstica, implicaría la incapacidad de pecar por lo cual no haría falta la misericordia de Dios34. En un argumento equivalente, Orígenes incluso mantiene latente la respuesta sobre la posibilidad de la salvación de los seres infernales35. En el libro IV del Tratado encontramos la concepción de Orígenes sobre el hombre “compuesto de un alma, un cuerpo y un espíritu de vida”36. Para el pensador alejandrino existe una sola alma disputada entre la carne y el espíritu37. Si hay una sola alma ella es a la vez principio de la vida racional y principio vital del cuerpo. La carne que desea contra el espíritu no es otra cosa que el alma atraída por las necesidades corporales de las cuales obtiene un placer malsano. Así debemos entender la diferencia que Orígenes establece en su exégesis de Génesis 1, 26-27 entre “su imagen” (cf. Col. 1, 15) reservada en sentido estricto a Cristo, el Logos o incluso la Sabiduría, y “según la imagen” correspondiente al alma, al hombre interior (ἔσω ἀνθρώπῳ) y no al cuerpo, ni incluso a un compuesto de alma y cuerpo38. En una línea filoniana, Orígenes, pone el acento en el Verbo, “imagen” invisible “del Dios invisible” (Peri Archôn II, 6, 3 cf. Col. 1, 15) en su generación eterna, y en su rol de creador y revelador 39. En consecuencia, aquel pri- 34 35 36 37 38 39 vencer, según la facultad del libre albedrío, o bien la empleamos con diligencia y vencemos o bien con pereza y somos derrotados» ORÍGENES, Peri Archôn III, 2, 3 (SC 268), 167. Ver también ORÍGENES, In Jo XIII, 11, ed. C. BLANC (SC 222), París (1975) 2006, 67-74. ORÍGENES, Peri Archôn I, 6, 3 (SC 252), 203. La salvación proviene de la instrucción de los seres celestes que permiten a cada alma de pasar de un orden al siguiente ya que «cada ser, a causa de la facultad del libre arbitrio, es susceptible de progreso o de decadencia, según sus movimientos y sus propios esfuerzos». Peri Archôn I, 6, 3 (SC 252), 205. ORÍGENES, Peri Archôn III, 4, 1 (SC 268), 201. Ver también Peri Archôn (SC 269), nota 2, 85. ORÍGENES, Peri Archôn III, 4, 4-5 (SC 268), 208-215. M. BORRET (éd.) ORÍGENES, Contra Celso VI, 63 (SC 147) (París, 1969) 334-339. Ver también C. Celso IV 83, VII, 66 y In Jo. , VI, XLIX, 252. M. ALEXANDRE, Le commencement du livre Genèse I-V (París, 1988) 243. 616 Mariano Troiano vado del espíritu divino se vuelve terrestre (I Cor 15, 47) y es el espíritu quien da vida al alma40. En el caso de las almas más degradadas, si bien todas han sido creadas por Dios con la misma substancia, cuando una se somete a las pasiones de la carne ella no percibe lo espiritual y es en este sentido que ella se «vuelve carne» (Cf. Rom 8, 7)41. B. TEXTOS GNÓSTICOS El Tratado Tripartito (NH I, 5) Para poder entender la complejidad de la antropogonía valentiniana debemos abordar brevemente el relato exegético de la generación del hombre. De acuerdo con el Tratado Tripartito, texto de ochenta y ocho páginas que data de principios del siglo III, atribuido a un autor cristiano de la escuela de Valentín, el mundo existe en función del hombre y gracias a la providencia de Dios, para fomentar el crecimiento espiritual del primero. “Todo el edificio del la creación (ⲧⲥⲁⲉⲓⲱ) imágenes, representaciones e imitaciones ha llegado a la existencia para aquellos que necesitan instrucción, enseñanza y formación, para que lo pequeño crezca poco a poco [...] Por esto, en efecto, plasmó al hombre (ⲛ̄ⲧⲁϥⲧⲥⲉⲛⲟ ⲙ̄ ⲡⲣⲱⲙⲉ) al final, habiendo previamente preparado y con anterioridad provisto para él lo que había creado por su causa”42. El término utilizado para describir la creación ⲧⲥⲁⲉⲓⲱ (embellecer, adornar, ordenar) proviene del verbo ⲥⲁⲉⲓⲉ en el sentido de algo bello 40 41 42 ORÍGENES, In Jo., XIII, XXIV, 141-142 (SC 222) 106-109. ORÍGENES, Peri Archôn III, 4, 5 (SC 268), 215. Descubrimos aquí una posible interpretación de un término gnóstico. En el texto la Pensée Première à la triple forme (NH XIII, 1) aparece el concepto de «alma hílica» (ⲛ̄ⲯⲩⲭⲏ […] ⲛ̄ϩⲩⲗⲓⲕⲏ), oxímoron que indica la condición mortal de las almas corrompidas. PrôTri 35, 18. P. H. POIRIER, La Pensée première à la triple forme (BCNH 32), Québec-Louvain-Paris-Dudley, 2006, 132-133. TrTrip 104, 18-30. F. GARCÍA BAZÁN, “Tratado Tripartito NHC I 5”, Textos Gnósticos I (Madrid, 2000) 193. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, «Traité Tripartite», EcrGnos, 174. Aussi E. THOMASSEN, Le Traité Tripartite (BCNH 19), 178-179. Sobre el origen estoico de esta idea según la cual es en función del hombre que el mundo existe por la providencia ver E. THOMASSEN, Le Traité Tripartite, 402, comentario 104, 18-30. De la substancia del diablo. Orígenes y la dinámica del sistema valentiniano... 617 (attr.) hermoso43, lo cual aproxima, por un lado, la concepción valentiniana del concepto griego de cosmos (cf. LXX Gen. 2, 1), y por otro, muestra claramente la visión positiva que estos autores tienen sobre la creación. Concepción compartida también por Orígenes quien afirma que el universo fue creado para y a causa del hombre44. En el texto valentiniano, la creación del hombre se realiza gracias al Logos y por intermedio del demiurgo. Hay una multitud de entidades que participan de ella: “La Creación del Hombre (ⲡⲧⲥⲉⲛⲟ ⲙ̄ⲡⲣⲱⲙⲉ) ocurrió como la de lo demás: el Logos espiritual lo puso invisiblemente en movimiento, pero lo completó por medio del demiurgo y de sus ángeles servidores, al que se han asociado en la plasmación (πλάσσειν), el antes mencionado pensamiento con sus arcontes”45. El Tratado Tripartito resume las diversas creaciones de las almas de la siguiente manera: el Logos espiritual produce, mediante el demiurgo, el alma del primer hombre, por su parte, el demiurgo y entidades del 43 44 45 W. E. CRUM, A Coptic Dictionary (Oxford, 1962²) 315a y 434a; P. CHERIX, Lexique Copte, Copticherix, UniGe (2007) 50a. Planteamos la hipótesis de una relación semántica establecida por al autor gnóstico con el sustantivo ⲥⲁ que indica “aquel que hace algo”, que “fabrica algo”. W. E. CRUM, A Coptic…, 315a; P. CHERIX, Lexique…, 36b. ORÍGENES, Homélies sur la Genèse I, 12, éd. H. DE LUBAC - trad. L. DOUTRELEAU (SC 7 bis) (Paris, 1976) 54-55. En el Comentario sobre el Evangelio de Juan, Orígenes afirma la perfección original de la creación y argumenta que la deficiencia del mundo material es el resultado del abandono por parte del hombre, de las realidades superiores. La creación sensible es producto de la caída, ya que el mundo devino material a causa de los hombres que tenían necesidad de vivir en medio de la materia luego de su desobediencia a los mandamientos divinos (ORÍGENES, In Jo., XIX, XX, 132 (SC 290), 126-127). El universo material es un lugar de aflicción dónde cae Adán, expulsado del paraíso y arrojado en «un mundo hundido en la materia». “[…] ὃσω διαφέρει γυμνὸς πάσης ὕλης τοῦ ὅλου κόσμου λογος τοῦ ἐνύλου κόσμου […]”. ORÍGENES, In Jo., XIX, XXII, 147 (SC 290), 136-137. TrTrip 104, 30-105, 3. E. THOMASSEN - L. PAINCHAUD, “Traité Tripartite”, EcrGnos, 174-175. E. THOMASSEN, Le Traité Tripartite (BCNH 19), 178-181. “El pensamiento mencionado más arriba y sus arcontes”, se trata del pensamiento presuntuoso del Logos, del cual él se deshizo (90, 18-19) y los arcontes del orden de la imitación o «la izquierda». Este mismo pensamiento presuntuoso es la disposición mental que une el orden de los psíquicos o «la derecha» a la materia, y que permite la interacción de dos órdenes (psíquico y material) con el fin que el mundo sea producido. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, “Traité Tripartite”, EcrGnos, 168, nota 98, 27-99, 4 y 174, nota 104, 9-17. 618 Mariano Troiano orden de la izquierda también producen almas de su propia sustancia. Sin embargo, el texto precisa que: “[...] el creador (ⲡⲓⲣⲉϥⲥⲱⲛⲧ i.e. el demiurgo) pensó que ella (i. e. el alma del primer hombre) era suya, puesto que desde él viene, igual que sucede con una cánula a través de la que se sopla”46. Sin embargo, la chispa espiritual es siempre una semilla del Logos. Una de las interpretaciones extraídas por Einar Thomassen de este texto, concierne los tres niveles o tipos del alma humana. Dice el Tratado: “La sustancia espiritual es un [nombre] (ⲟⲩ[ⲣ]ⲉⲛ) y una sola representación (ⲟⲩⲉⲓⲛⲉ ⲛ̄ⲟⲩⲱⲧ) [y su en]fermedad (ⲡⲓ]ϣⲱⲛⲉ) es su condición de [multi]forme. Sin embargo, la constitución de la sustancia de los psíquicos es doble, ya que tiene (el) conocimiento de lo Eminente y lo confiesa (ⲑⲟⲙⲟⲗⲟⲅⲓⲁ), y se inclina al mal también a causa de (la) inclinación del pensamiento.47 Finalmente, la sustancia material, su tendencia es opuesta y multiforme”48. Thomassen interpreta que el primer hombre consta de dos sustancias, ya que no tiene componente psíquico independiente (cf. TrTrip 105, 22-32); lo material resultante de la unión de las órdenes psíquico y material y el alma espiritual embrionaria aportada por el Logos49. De hecho, el texto afirma: 46 47 48 49 TrTrip 105, 32-35. F. GARCÍA BAZÁN, “Tratado Tripartito NHC I 5”, Textos Gnósticos, 194. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, “Traité Tripartite”, EcrGnos, 176. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Traité Tripartite (BCNH 19), 182-183. Thomassen afirma que el Tratado Tripartito establece una revisión de la doctrina valentiniana original según la cual una semilla espiritual es sembrada por Sofía en el alma del primer hombre producida esta por el demiurgo y no, como lo afirma el Tratado, que el alma del hombre espiritual es una creación del Logos. Sin embargo, es nuestra opinión que en ambos casos el elemento espiritual es siempre una semilla del Logos. La verdadera diferencia se manifiesta por el hecho de que en otros textos como el Libro de los Secretos de Juan el demiurgo consigue robar una partícula de luz perteneciente a Sofía, mientras que aquí el arconte parece no tener ningún contacto, e incluso ningún contacto ningún conocimiento de la existencia, de las realidades superiores. Pensamiento presuntuoso, pasión del Logos que da origen al mundo sensible. TrTrip 106, 6-18. F. GARCÍA BAZÁN, “Tratado Tripartito NHC I 5”, Textos Gnósticos, 194. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, E, Le Traité Tripartite (BCNH 19), 182-185. Aceptamos las conjeturas propuestas por Thomassen sobre los términos inciertos. Idem, 406. Voir aussi, L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, «Traité Tripartite», EcrGnos, 176. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, “Traité Tripartite”, EcrGnos, 176, nota 106, 23-25. De la substancia del diablo. Orígenes y la dinámica del sistema valentiniano... 619 “El primer hombre es de hecho una modelación (ⲟⲩⲡⲗⲁⲥⲙⲁ) y plasmación mixta, y un depósito de los de la izquierda y de los de la derecha, así como de un Logos espiritual, por lo que su propósito se divide (ⲡⲏϣ) entre cada una de las dos sustancias (ⲁⲡⲉⲥⲛⲉⲩ ⲧⲟⲩⲉⲓⲉ ⲧⲟⲩⲉⲓⲉ ⲛ̄ⲛⲓⲟⲩⲥⲓⲁ), de las que deriva su existencia”50. Thomassen explica la omisión del texto respecto de la sustancia espiritual: “Las ‘dos sustancias’, en realidad, tres sustancias, han sido mencionadas anteriormente; lo que proviene de lo espiritual, sin embargo, no está probablemente incluido aquí; la noción de mezcla, se aplica específicamente a la unión de lo psíquico y lo hílico”51. Por nuestra parte, consideramos que el texto se refiere bien a la sustancia espiritual, ya que la tensión al interior del hombre se produce en un sistema dinámico que comprende las tres sustancias que lo componen: espíritu-alma-materia. Explicitaremos a continuación dicho sistema. Nuestra hipótesis es confirmada por el Tratado Tripartito, ya que la parte espiritual queda sometida y no tiene el suficiente poder para resistir a las condiciones impuestas por las sustancias psíquicas y materiales: “La nobleza de la sustancia superior que residía (ⲉⲧⲥⲁⲧ̄ⲡ̄ⲉⲧϣⲟⲟⲡ) en el hombre era muy alta; sin embargo, participó en la creación (ⲁⲧⲥⲉⲛⲟ) sin chocar con ellos”52. La sujeción de la parte espiritual es una experiencia ordenada por la economía salvífica. El hombre espiritual se encuentra tensionado entre el espíritu, el alma y el cuerpo por la economía del Padre, pero al final será reunido, cuando los miembros del cuerpo de la Iglesia sean restaurados en el Pleroma53. 50 51 52 53 TrTrip 106, 18-25. F. GARCÍA BAZÁN, “Tratado Tripartito NHC I 5”, Textos Gnósticos, 194. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, “Traité Tripartite”, EcrGnos, 176. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Traité Tripartite (BCNH 19), 184-185. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Traité Tripartite (BCNH 19), 407. TrTrip 106, 31-35. F. GARCÍA BAZÁN, “Tratado Tripartito NHC I 5”, Textos Gnósticos, 195. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, “Traité Tripartite”, EcrGnos, 177 y nota 106, 31-34. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Traité Tripartite (BCNH 19), 184-185. Ver el comentario de L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Traité Tripartite (BCNH 19), 407, nota 106, 31-35. TrTrip 106, 31-107, 35 y en un marco más amplio hasta 123, 24. F. GARCÍA BAZÁN, “Tratado Tripartito NHC I 5”, Textos Gnósticos 195 y 205. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, «Traité Tripartite», EcrGnos, 192-193. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Traité Tripartite (BCNH 19), 222-225. Ver también ApocSant 12, 3-4. 620 Mariano Troiano Entonces, el Logos modela al hombre a través del demiurgo, pero se trata de una forma deficiente (ϣⲧⲁ) que no se parece (ⲛⲁⲥⲉⲓⲛⲉ ⲁⲣⲁϥ) al Logos, ya que es producida en un estado de ignorancia, para que el hombre haga la travesía de los padecimientos sensibles y la búsqueda de realidades superiores. En efecto, el primer hombre recibe el espíritu, pero todavía tiene que sufrir las enfermedades traídas por las potencias psíquicas y materiales. Es el estado de la primera forma (ⲛ̄ϯϣⲣ⳯ⲡ⳯ ⲙ⳯ⲫⲟⲣⲙⲏ TracTrip 61, 2)54, que todavía no ha recibido la gnosis, la formación en el conocimiento. El hombre es, en este sentido, semejante al demiurgo. E. Thomassen remarca en las líneas siguientes que hacen referencia al “aliento de vida (ⲛⲓϥⲉ ⲛ̄ⲱⲛ⳯ϩ⳯)”, un elemento que viene del eón invisible, el alma viviente que “da vida a la sustancia que anteriormente estaba muerta”. Es el alma “vivificante” que será formada en el conocimiento y que permanece oculta en esta existencia, donde prima la ignorancia. Este “aliento de vida” reinterpreta aquel de Génesis 2, 7 donde el demiurgo (=Dios del Antiguo Testamento), cree que fue él quien lo produjo, pero el autor valentiniano revela que es obra del Logos espiritual55. Esta alma-espíritu, todavía en estado seminal56, tiene que sufrir el ataque y asedio de las sustancias psíquicas y materiales que también conforman el ser humano57. E. Thomassen ve en otras fuentes valentinianas la implantación de una semilla espiritual, sembrada por Sofía y/o el Salvador, sin el conocimiento del demiurgo y de los ángeles, en el hombre psico-ctónico. Sin embargo, dice el autor: “La versión del Tratado Tripartito [...] es más elaborada que aquella que encontramos en los testimonios de los Padres de la Iglesia, y ella adopta una perspectiva diferente al afirmar que los elementos provenientes del Logos se encarnan esencialmente con el objeto de desarro54 55 56 57 L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Traité Tripartite (BCNH 19), 296-297. “[...] el alma del primer hombre (ⲛ̄ⲧⲯⲩⲭⲏ ⲙ⳯ⲡϣⲁⲣ⳯ⲡ⳯ ⲛ⳯ⲣⲱⲙⲉ) provino del Logos espiritual (ⲡⲓⲗⲟⲅⲟⲥ ⲙ⳯ⲡⲛⲉⲩⲙⲁⲧⲓⲕⲟⲥ), aunque el creador (ⲡⲓⲣⲉϥ ⲥⲱⲛⲧ) pensara que era suya”, ya que ella salió de él. TrTrip 105, 30-35. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Traité Tripartite (BCNH 19), 182-183. También, L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, “Traité Tripartite”, EcrGnos, 175-176, note 102, 7-11. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, “Traité Tripartite”, EcrGnos, 175-176, note 105, 29-32. TrTrip 106, 35-107, 1. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Traité Tripartite (BCNH 19), 182-183. También, L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, “Traité Tripartite”, EcrGnos, 176. Ver ORÍGENES, In Jo., XIII, XX, 120 y XXV, 149 (SC 222), 94-95 y 112-113. De la substancia del diablo. Orígenes y la dinámica del sistema valentiniano... 621 llarse e instruirse, el autor hace hincapié en el hecho que ellos deben pasar por las mismas enfermedades que aquellas experimentadas por el Logos en tanto que partes integrantes del mundo del demiurgo, y la descendencia del Logos debe pasar a través de la condición imperfecta de este mundo para llegar al conocimiento de lo que es superior”58. Se dijo en los párrafos anteriores que la doctrina dinámica a la cual se refiere E. Thomassen incluye, en nuestra opinión, las tres sustancias que componen al hombre: espíritu-alma-materia y esta afirmación de Thomassen permite aclarar nuestro propósito. El alma espiritual embrionaria está sometida a los otros dos órdenes (psíquico y material) y esta situación es querida por el Padre para que el hombre haga la experiencia de los sufrimientos que componen el mundo sensible. Incluso Orígenes parece reconocer en Heracleón una concepción similar donde los espirituales también deben ser salvados. En su refutación al comentario del valentiniano sobre Juan 2, 14, Orígenes afirma: “[…] él (i.e. Heracleón) piensa que es para que no se fuera a imaginar que solo los llamados, privados del Espíritu, reciben la ayuda del Señor”59. Esta afirmación es confirmada por la interpretación, también aportada por Orígenes en In Jo XIII, X-XI, XV, XX, XXV, donde Heracleón expone sobre el diálogo con la Samaritana (Jn 4, 7-25): “[…] y él piensa que aquel a quien el Salvador llama el marido de la Samaritana, es su pleroma (πλήρωα), de manera que, viniendo con él junto al Salvador, ella podrá recibir la fuerza, la unión, la intimidad con su pleroma […]”60. Aquí la Samaritana representa, la semilla espiritual, prisionera del cosmos arcóntico, ella debe recibir entonces la gnosis de parte de su marido61, ya que, dice Heracleón, y cito “no conocía a su propio marido, en sentido espiritual, sino en sentido más simple, ella se avergonzaba de confesar que tenía un amante y no un marido […]”62. 58 59 60 61 62 L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Traité Tripartite (BCNH 19), 404. ORÍGENES, In Jo X, XXXIII, 211, ed. C. BLANC (SC 157), Paris, 1970, 510-511, ver nota 1. ORÍGENES, In Jo XIII, XI, 67 (SC 222), 66-67. Sobre los diferentes niveles de interpretación ver T. J. PETTIPIECE, Heracleon..., 26 y principalmente 86. Esta interpretación, sobre una contradicción aparente en las afirmaciones de Hercleón donde la samaritana “espiritual” debe ser salvada ya que ha sido prostituida, es también enunciada por Orígenes en ORÍGENES, In Jo XIII, XI, 73-74 (SC 222), 70-71 ORÍGENES, In Jo XIII, XI, 69 (SC 222), 66-69. El tema de la necesidad de la salvación de la mujer “espiritual” se continúa en In Jo XIII, XV, 92 (SC 222), 78-81. La metáfora de la mujer prostituida por sus amantes, recuerda aquella presentada por 622 Mariano Troiano Por lo tanto, el demiurgo y las potencias psíquicas y materiales colaboran en la formación del alma humana, aportando cada una, una parte que se le asemeja63. Como resultado, la creación del hombre sigue el mismo orden jerárquico que define la fidelidad de las emanaciones y que las sitúa según los tres niveles: el orden espiritual, o el de las imágenes (ⲛⲓϩⲓ̈ⲕⲱⲛ), el orden psíquico o el de las representaciones (ⲛⲓⲉⲓⲛⲉ) y el orden material o el de las imitaciones (ⲛⲓⲧⲁⲛⲧ⳯ⲛ)64. Los dos términos coptos ⲉⲓⲛⲉ y ⲧⲁⲛⲧ⳯ⲛ reenvían al griego ὀμοίωσις65 que tiene para los exégetas bíblicos un valor más cercano al modelo. De hecho, para los Padres la similitud es más cercana a la figura del creador, ya que representa a Cristo66. Filón (Opif. 71), también cree que la “representación” aumenta la fidelidad de la “imagen” porque la imagen (εἰκών) no es fiel al modelo arquetipo (ἀρχετύπῳ παραδείγματι). Es el término “representación” que especifica la precisión relativa al modelo. El autor gnóstico del Tratado Tripartito propone, para la exégesis de Génesis 1, 26, una interpretación que considera la imagen como la más fiel al modelo. En efecto, el hombre no solo es la causa de la creación del universo, porque todo fue hecho por él, sino que incluso contiene en sí mismo un microcosmos a la imagen del macrocosmos67. Ha sido 63 64 65 66 67 el texto de Nag Hammadi, llamado «La Exégesis del Alma» NH II, 6. Ver también, T. J. PETTIPIECE, Heracleon..., 86 y principalmente 88. “El creador también envió hacia abajo almas salidas de su propia sustancia (ⲧⲉϥⲟⲩⲥⲓⲁ), puesto que también él tiene poder para engendrar, porque es una existencia derivada de la representación del Padre. También produjeron los de la izquierda hombres a la manera propia, puesto que tienen la imitación (ⲙ⳯ⲡⲧⲁⲛⲧⲛ̄ⲉ) de <...>”. TracTri 105, 35-106, 5. F. GARCÍA BAZÁN 194. E. THOMASSEN, Le Traité Tripartite (BCNH 19), 184-185. Aussi, L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, “Traité Tripartite”, EcrGnos, 177. “Pues la preparación completa de la disposición de las imágenes (ⲛⲓϩⲓ̈ⲕⲱⲛ), representaciones (ⲛⲓⲉⲓⲛⲉ) e imitaciones (ⲛⲓⲧⲁⲛⲧ⳯ⲛ) ha llegado a la existencia a causa de los que necesitan instrucción, enseñanza y formación (ⲛⲛⲟⲩ ⲥⲁⲛⲉϣ ⲙⲛ⳯ⲛ ⲟⲩⲥⲃⲱ ⲙⲛ⳯ ϯⲙⲟⲣⲫⲏ) (i.e. el hombre), para que lo pequeño (ϯⲙⲛ⳯ⲧ⳯ϣⲏⲛ) crezca poco a poco”, TracTri 104, 18-31. F. GARCÍA BAZÁN, “Tratado Tripartito NHC I 5”, Textos Gnósticos, 193. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Traité Tripartite (BCNH 19), 178-179. Sobre la organización del cosmos ver F. GARCÍA BAZÁN, “Tratado Tripartito NHC I 5”, Textos Gnósticos, 143. W. E. CRUM, A Coptic..., 80b y 420 b; P. CHERIX, Lexique..., 11b y 48b. IRÉNÉO DE LION, Adversus haereses V , 16, 1-2; CLÉMENT D’ALEXANDRIE, Stromata II , XXII, 131, 5-6; ORIGÈNE Peri Archôn , III, 6, 1. Ver F. GARCÍA BAZÁN, “Tratado Tripartito NHC I 5”, Textos Gnósticos, 145. De la substancia del diablo. Orígenes y la dinámica del sistema valentiniano... 623 compuesto por los tres órdenes que componen el universo (imágenes, representaciones e imitaciones); y que se consideran reflejos de realidades superiores. Cada uno de estos órdenes ha sido producido por el Logos en un momento diferente de su división y de su redención. De la emisión inferior del Logos proviene el orden de la imitación, las sombras y semejanzas (78, 29-36). Del recuerdo de las realidades superiores, el Logos emitió el orden del recuerdo o las representaciones. Entonces, de la manifestación del Salvador y de la formación espiritual del Logos, proviene el orden espiritual, “a imagen del pleroma (ⲕⲁⲧⲁ ⲧϩⲓ̈ⲕⲱⲛ ⲇⲉ ⲙ⳯ⲡⲗⲏⲣⲟⲩⲙⲁ),” imágenes de cada uno de los eones (ⲕⲁⲧⲁ ⲧϩⲓ̈ⲕⲱⲛ ⲙ⳯ⲡⲟⲩⲉⲉⲓ ⲡⲟⲩⲉⲉⲓ ⲛ̄ⲛⲁⲓⲱⲛ)68. Así, cada orden aporta al hombre su propia sustancia: falsificación material para el orden de la izquierda o imitaciones, representación psíquica para el orden de la derecha e imagen espiritual de parte de las imágenes de los eones. En consecuencia, podemos leer en el texto: “La humanidad llegó a ser de tres tipos esenciales (ϣⲟⲙⲛ⳯ⲧ⳯ ⲛ⳯ⲣⲏⲧⲉ ⲕⲁⲧⲁ ⲟⲩⲥⲓⲁ), el espiritual (ϯⲡⲛⲉⲩⲙⲁⲧⲓⲕⲏ), el psíquico (ϯⲯⲩⲭ<ⲓⲕ>ⲏ) y el material (ϯϩⲩⲗⲓⲕⲏ), reproduciendo el modelo (ⲧⲩⲡⲟⲥ) de la triple disposición del Logos, por la que, sin embargo, se produjeron los materiales, los psíquicos y los espirituales”69. El sistema dinámico consiste en la instrucción gnóstica para desligar la semilla luminosa de su sometimiento. Dicho sistema, existe desde la creación del hombre, pero es la venida del Salvador quien trae al cosmos el conocimiento de su jerarquización: “Cada una de las esencias de las tres razas (ⲛ⳯ⲅⲉⲛⲟⲥ) se conoce por su fruto y, sin embargo, no fueron conocidas de entrada, sino solo con la venida del Salvador (ⲡϭⲛ⳯ⲉⲓ ⲙ⳯ⲡⲥⲱⲧⲏⲣ), que iluminó a los santos y reveló que cada uno era”70. Los Extractos de Teódoto Expondremos en este último tramo las precisiones aportadas por un texto perteneciente a otro de los seguidores de Valentín. Los Extractos 68 69 70 TrTrip 94, 10-12 et 34-35. F. GARCÍA BAZÁN, “Tratado Tripartito NHC I 5”, Textos Gnósticos, 186. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Traité Tripartite (BCNH 19), 154155. También, L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, “Traité Tripartite”, EcrGnos, 164. TrTrip 118, 14-21. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Traité Tripartite (BCNH 19), 212-213. También, L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, “Traité Tripartite”, EcrGnos, 188. TracTri 118, 21-28. F. GARCÍA BAZÁN, “Tratado Tripartito NHC I 5”, Textos Gnósticos, 202. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Traité Tripartite (BCNH 19), 214-215. También, L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, “Traité Tripartite”, EcrGnos, 188. 624 Mariano Troiano de Teódoto, son escritos de un maestro valentiniano transmitidos por Clemente de Alejandría hacia fines del siglo II y principios del siglo III. El Extracto 51 explicita la división dinámica valentiniana del hombre: “Hay, entonces, el hombre en el hombre (Ἄνθρωπος γοῦν ἐστιν ἐν ἀνθρώπῳ), el “psíquico” (ψυχικός) en el “terrestre”(χοϊκός) (= la carne), no como una parte que se agrega a una parte, pero como un todo uniéndose a un todo. [...] para el alma “divina” [= psíquica] el alma “material” (ὑλική) era como una “carne” (σάρξ)»71. El alma psíquica está escondida dentro del alma material, que es el cuerpo de la primera. Es de esta alma material de la cual hay que deshacerse. Los tres elementos están íntimamente relacionados, y en un tercer nivel: “Adán poseía, plantado en su alma por Sabiduría, sin saberlo, la semilla espiritual (τὸ σπέρμα τὸ πνευματικόν). Por lo tanto, Sabiduría emitió la semilla espiritual que es la médula de los huesos representados por el alma psíquica y el hombre es movido secretamente por ella, como el demiurgo es impulsado en secreto por la Sabiduría”72. Hay, entonces, continúa el escrito: “tres naturalezas (τρεῖς φύσεις), la irracional (ἄλογος), la razonable (λογική) y la justa (δικαία), que representan «el hombre terrestre que es “ a la imagen”; el psíquico “a la semejanza “ de Dios y el “ espiritual” que es “en sí mismo”(κατ ἰδίαν). Sobre Adán, además de estos tres elementos (τοῖς τρισὶν ἀσωμάτοις) el hombre es revestido con “túnicas de piel”73. Sin embargo, en los Extractos de Teódoto, el concepto de “imagen” es el de un producto inferior resultante de la ruptura de la pareja pleromática: “Así, mientras la unidad existe en el Pleroma, cada uno de los eones tiene su propio “pleroma”, su pareja (συζυγία); todo lo que viene, de uno solo es “imagen” (εἰκών)”74. En el Tratado Tripartito el hombre fue plasmado por el Logos convertido pero todavía no redento, y por lo tanto el concepto de imagen presente en los Extractos es también aplicable al tratado de Nag Hammadi. Así, en la frase siguiente los Extractos vuelven sobre el sentido positivo de la imagen: “Esta es la razón por la cual Teódoto llama a Cristo, que proviene de la idea (ἔννοια) de la Sabiduría, 71 72 73 74 F. SAGNARD (éd.) CLÉMENTE DE ALEJANDRIA, Extr. Teod . 51, 1-2 (SC 23), éd. (SC 23) (París, 1970) 164-165. Ver también ApocrJn NH II , 18, 34. CLÉMENTE DE ALEJANDRIA, Extr. Teod . 53, 2-5 (SC 23), 168-169. CLÉMENTE DE ALEJANDRIA, Extr. Teod . 54, 1-55, 1 (SC 23), 170-171. CLÉMENTE DE ALEJANDRIA, Extr. Teod. 32, 1 (SC 23), 128-129. De la substancia del diablo. Orígenes y la dinámica del sistema valentiniano... 625 una «imagen» del pleroma (εἰκόνα τοῦ πληρώματος)”75. Así, la jerarquía valentiniana del Tratado Tripartito no es modificada sino enriquecida por este nuevo texto. Los Extractos conciben en la pareja (συζυγία) un nivel superior, más perfecto, el producto completo contrario a la “imagen”, que vale solo en relación con el prototipo de quien ella es como un reflejo. Es la semilla espiritual despertada de su letargo por la gnosis aportada por su cónyugue. Por otra parte y volviendo al Tratado Tripartito, la aceptación valentiniana del cuerpo como un elemento material que contribuye también a la economía salvadora, se manifiesta a propósito del cuerpo del Salvador. El Salvador se encarnó para aquellos a quienes vino a salvar, aquellos que han devenido carne y alma (ⲛ⳯ⲥⲁⲣⲝ ϩⲓ̈ ⲯⲩⲭⲏ), sujetos a la corrupción: “No solo él (i.e. el Salvador) asumió por ellos la muerte de los que pensó salvar, sino que tam[bién] su pequeñez (ⲙⲛⲧϣⲏⲙ), a la que han descendido cuando nacieron en cuerpo y alma (ⲡⲥⲱⲙⲁ ⲙ⳯ⲛ⳯ ⲧⲯⲩⲭⲏ), la asu[mió] igualmente para esto, porque permitió ser concebido y engendrado como un infante en cuerpo y alma”76. Esta idea se refleja también en los Extractos de Teódoto 31 y 31 donde el Salvador y el Pleroma empatizan (ἔπαθεν) con la pasión de Sofía (πάθος)77. CONCLUSIÓN En la primera parte de nuestro trabajo hemos expuesto la posición de Orígenes y sus críticas a las ideas valentinianas sobre la concepción del hombre y su salvación. Para el alejandrino, Dios busca solamente el bien del hombre, pero el hombre dotado de libre albedrío puede reaccionar favorablemente o no a la iniciativa divina, haciendo el bien o el mal. No existe imposición alguna sobre el destino humano y esta afirmación gnóstica indigna al Padre de la Iglesia. 75 76 77 Extr. Teod . 32, 2. Extr. Teod., 130-131. TrTrip 115, 4-11. F. GARCÍA BAZÁN, “Tratado Tripartito NHC I 5”, Textos Gnósticos, 200. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Traité Tripartite (BCNH 19), 204-205. También, L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, “Traité Tripartite”, EcrGnos, 184-185. Sin embargo, el cuerpo que encierra el alma no será resucitado al fin de los tiempos. La carne no heredará el reino de Dios nos dice el Evangelio de Felipe (EvFlp. 56, 26-34). Cf. I Co 15, 50. Ver el artículo de J. D. DUBOIS, “La Sotériologie valentinienne du Traité Tripartite (NH I, 5)”, 221-232. 626 Mariano Troiano Nuestro análisis de los textos valentinianos intenta describir la complejidad del sistema que no se resume a una división entre tres naturalezas inmutables predestinadas a la condena o la salvación. La mezcla y la tensión consecuente, expuestas por E. Thomassen en su afirmación sobre “las dos sustancias”, se manifiesta claramente en el Tratado Tripartito: los dos órdenes (derecha e izquierda, psíquicos y materiales) luchan, pero también se unen. Tanto el orden malvado (ⲉⲧⲑⲁⲩ) comienza a hacer el mal, imitado por el orden sensato (ⲙ⳯ⲛ⳯ⲧ⳯ϩⲏⲧ), tanto este último hace el bien para ser imitado por el primero78. De manera tal que estas dos naturalezas se encuentran íntimamente relacionadas. Dicha relación, tal cual lo expone el Tratado Tripartito y lo explicitan los Extractos de Teódoto, se reproduce al interior del hombre e implica una cierta influencia sobre el elemento espiritual. Sin embargo, y esto es un punto esencial para entender el sistema dinámico valentiniano, la tensión que esta triple relación conlleva es necesaria a la economía salvífica establecida por el Padre. Por lo tanto, aceptamos la afirmación de Francisco García Bazán: “Hay tres tipos de hombres y el gnóstico los comprende a los tres”79, pero la ampliamos al preguntarnos si el sistema valentiniano presenta la posibilidad de que la conversión hacia la gnosis sea asequible a todos los hombres según su compromiso con la revelación salvífica80. O como afirma Jean-Daniel Dubois: “entre los gnósticos valentinianos, el sufrimiento del Salvador sobre la cruz sirve de explicación del sufrimiento humano en general; y más precisamente, la pasión del Salvador es una metáfora del combate gnóstico contra la deficiencia y las pasiones de la condición humana”81. Repensamos entonces la interpretación de Einar Thomasen quien en su lectura de TraTrip 109, 24-112, 9 afirma: “Los griegos y los bárbaros son pueblos materiales, cuya ciencia y filosofía no van más allá de su propia esfera. Los cristianos no valentinianos y los judíos, progenie del demiurgo, tienen un grado más 78 79 80 81 TracTri 108, 23-35. F. GARCÍA BAZÁN, “Tratado Tripartito NHC I 5”, Textos Gnósticos, 196. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Traité Tripartite (BCNH 19), 188-191. También, L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, “Traité Tripartite”, EcrGnos, 179. F. GARCÍA BAZÁN, “Tratado Tripartito NHC I 5”, Textos Gnósticos, 145. Ver F. GARCÍA BAZÁN, La Gnosis Eterna I, Madrid-Barcelona, 2003, 13. J. D. DUBOIS, Jésus Apocryphe, Paris, 2011, 103. Ver TrTrip 119, 24-27. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, “Traité Tripartite”, EcrGnos, 189, nota 119, 24-27. De la substancia del diablo. Orígenes y la dinámica del sistema valentiniano... 627 elevado de conocimiento religioso, pero este está contaminado por el materialismo griego. […] La tercera clase está formada por todos aquellos que han recibido la semilla espiritual con la cual se identifican los valentinianos mismos”82. En otras palabras, debemos preguntarnos dónde ubicarían los autores gnósticos valentinianos el llamado de Pablo a la conversión de los gentiles (Hch 16, 32, 17, 22-34 Cf. Gal. 4, 10, 6, 12)83. Y en este sentido se plantea la interpretación del fragmento de Heracleón presente en In Jo XIII, XXXVIII, 248: “Él decía (i.e. Heracleón) que la voluntad del Padre es que los hombres conozcan al Padre y sean salvados, lo cual era la obra propia del Salvador, enviado con este objetivo a Samaria, es decir al mundo (κόσμος)”84. Planteamos nuevamente la pregunta en palabras de Timothy Pettipiece refiriéndose al mismo fragmento del maestro valentiniano: “Esto parece indicar una posición teológica más inclusiva tomada por Heracleón, ya que él no dice que la voluntad del Padre es que solo los seres humanos pneumáticos deben ser salvados, sino que simplemente los seres humanos en general debe ser salvados. Esta es, sin embargo, una citación aislada; basados en otra evidencia (como el fragmento 46), parece claro que existen al menos algunos individuos a quienes Heracleón considera más allá de la salvación”85. 82 83 84 85 L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN “Traité Tripartite”, EcrGnos , 114. Cf. lo afirmado por Heracleón en In Jo XIII, XVI, 95-96 (SC 222), 80-83. En referencia a los psíquicos, entre los cuales Heracleón parece considerar a los judíos, leemos una interpretación del Alejandrino sobre el comentario del valentiniano de Jn 4, 23 referido por Orígenes en In Jo XIII, XIX, 115. “Él explica que, en sentido espiritual, la salvación viene de los Judíos, porque ellos son considerados como imágenes de aquellos que están al interior mismo del pléroma”. “Il explique que, au sens spirituel, le salut vient des Juifs, parce qu’ils sont considérés comme des images de ceux qui sont à l’intérieur même du plérôme”. In Jo XIII, XIX, 115 (SC 222) 92-93. ORÍGENES, In Jo XIII, XXXVIII, 248 (SC 222), 162-165 y Cf. con nota 5, 163-164. «This seems to indicate a more inclusive theological position taken by Heracleon, since he does not say that the will of the Father is that only «pneumatic» human beings should be saved, but simply that human beings in general should be saved. This, however, is only an isolated citation; based on other evidence (such as Fragment 46), it seems clear that there are at least some individuals whom Heracleon considers beyond redemption». T. J. PETTIPIECE, Heracleon..., 115. Un poco mas adelante Pettipiece afirma con respecto al fragmento de In Jo XIII, XLIV, 294: “In other words, those that are «fit» to be harvested are those individuals who recongnize their «pneumatic» nature”. Heracleon..., 119. Ver también Heracleon..., 124. 628 Mariano Troiano De esta forma, tal cual señalamos, el elemento material participa también de la dinámica de la salvación, es en este sentido que el cuerpo físico es la prisión del alma. Él implica el ataque de las pasiones y las sensaciones sobre el espíritu y el alma, él representa el riesgo de apartarse del objetivo salvador y el olvido de los orígenes86. Es así como no hay determinismo en el sistema valentiniano, tal cual lo expone claramente el Tratado Tripartito y cito expresamente el texto: “es por el fruto (ⲡⲉⲥⲕⲁⲣⲡⲟⲥ) que se reconoce la esencia de cada una de las tres razas (ⲡⲓϣⲟⲙⲛ⳯ⲧ⳯ ⲛ⳯ⲅⲉⲛⲟⲥ)”87. El hombre debe aprehender la revelación aportada por el Salvador para liberarse de las cadenas arcónticas, ya que nos es la naturaleza del hombre la que legitima el comportamiento, sino el comportamiento el que revela la naturaleza (TrTrip 118, 24-119, 21)88. 86 87 88 Afirmación paralela a la concepción plotiniana del cuerpo tal cual es descripta por Pierre Hadot: Plotino no rechaza el cuerpo en sí, sino las cosas sensibles que impiden prestar atención a la vida espiritual. P. HADOT, Plotin ou la simplicité du regard, Paris, Gallimard, 1997, 37. Es así como el cuerpo representa una imagen ligada a la muerte, la muerte espiritual. Ver también lo expuesto por Elaine Pagels en E. PAGELS, The Johannine Gospel in Gnostic (Nashville & New York, 1973) 99-104. TrTrip 118, 21-23. F. GARCÍA BAZÁN, “Tratado Tripartito NHC I 5”, Textos Gnósticos, 202. L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, Le Traité Tripartite (BCNH 19), 212-213. También, L. PAINCHAUD - E. THOMASSEN, “Traité Tripartite”, EcrGnos, 188. Resulta interesante detenerse en los términos utilizados por Heracleón para definir a los hombres que pertenecen al mundo material tal cual han sido recogidos por Pettipiece: “At the other end of the spectrum in Heracleon’s classification of human beings are those who are immersed in the «lower regions of the world» (τά ἔσχατα τοῦ κόσμου) (Fragment 11, CJ 10. 48) and who are most strongly associated with its material aspects (τὰ ὑλικά) (Fragment 11, CJ 10.48). These individuals, whom Heracleon identifies as the «earthly» (χοϊκοὶ) (Fragment 46, CJ 20. 213), are characterized by qualities such as ignorance (ἂγνοια) (Fragment 40, CJ 13. 416; 41, CJ 19.89; 47, CJ 20.252), sin (ἁμαρτία) (Fragment 40, CJ 13.416, 420; 41, CJ 19.89), faithlessness (ἀπιστία) (Fragment 41, CJ 19.89), the «flesh» (σάρξ) (Fragment 8, CJ 6.198; 22, CJ 13.117; 24, CJ 13.148; 30, CJ 13.226), and are even condemned as «children of the devil» (τοὺς… τοῦ διαβόλου υἱούς) (Fragment 46, CJ 20.213). In an intereseing early use of the term, this class of individuals is described by Heracleon as being «co-substantial» (ὁμοουσίους) with the devil (Fragment 44, CJ 20.170), and is related to him «nature» (Fragment 46, CJ 20.213). As such, Heracleon is clear that these individuals are of «adifferent substance than those who are called psychics or pneumatics» (Fragments 44, CJ 20.170)”. T. J. PETTIPIECE, Heracleon..., 163-164. Remarcamos por nuestra parte como la mayor parte de los términos usados tienen un carácter ético. En palabras de Michael Williams, «If it should be true that some writers and readers of these demiurgical texts did think De la substancia del diablo. Orígenes y la dinámica del sistema valentiniano... 629 Los espirituales reconocen al Salvador, aceptan la gnosis y reciben una salvación completa. Mientras que los materiales son «extraños (ϣⲙ⳯ⲙⲟ) bajo todo aspecto»89, refractarios a la instrucción y recibirán la destrucción absoluta. Sin embargo, dichas categorías se manifiestan una vez que la gnosis ha sido revelada y su interiorización aceptada o rechazada por los individuos. Por su parte, los psíquicos dudan en aceptar el conocimiento dado que «su constitución es doble de acuerdo con su disposición tanto para el bien como para el mal»90. Sin embargo, una vez aceptada la gnosis dice el texto: «Se salvarán totalmente [a causa] del pensamiento salvífico (ⲡⲓⲙⲉⲩⲉ ⲛ⳯ⲛⲟⲩϫⲁⲉⲓⲧⲉ)»91. Ellos manifiestan claramente la dinámica del sistema92, dinámica que implica e incluye al elemento espiritual pero también al elemento material. 89 90 91 92 of themselves as belonging to a «spiritual» elite destined for salvation, there still is little evidence that such people as a result tended to consider ethics to be irrelevant. As the study of various predestinarian religious traditions shows, where proper behaviour is understood to be the very sign of membership in the group destined for salvation, such behaviour can be all the more indispensable and therefore and ethical ideal providing an all-consuming motivation»; “Si es verdad que algunos escritores y lectores de estos textos demiúrgicos pensaban en sí mismos como perteneciendo a una élite «espritual» destinada a la salvación, existe todavía poca evidencia que como resultado de ellos tales personas tendían a considerar la ética como irrelevante. Como el estudio de varias tradiciones religiosas predestinatarias muestra, el buen comportamiento es entendido como un signo importante de membresía al grupo destinado a la salvación, tal comportamiento puede ser de lo más indispensable y por lo tanto un ideal ético proporciona una motivación esencial”. M. Williams, Rethinking «Gnosticism»., New Jersey, 1996, 193. TrTrip 119, 10. F. GARCÍA BAZÁN, “Tratado Tripartito NHC I 5”, Textos Gnósticos, 202 y nota 87. TrTrip 119, 22-23. F. GARCÍA BAZÁN, “Tratado Tripartito NHC I 5”, Textos Gnósticos, 202 TrTrip 119, 32. F. GARCÍA BAZÁN, “Tratado Tripartito NHC I 5”, Textos Gnósticos, 202. Ver IRÉNÉO DE LION, Adversus haereses I, 6, 1. Teología y Vida, 55/4 (2014), 631-651 631 Ignacio Ellacuría, filósofo cristiano. Reflexión filosófico-teológica sobre la inexorable acción de cargar con la realidad Lorena Zuchel UNIVERSIDAD TÉCNICA FEDERICO SANTA MARÍA VALPARAÍSO, CHILE [email protected] Resumen: El presente artículo expone propuestas ético-biológicas de I. Ellacuría: cargar, hacerse cargo y encargarse de la realidad, que forman parte de una reflexión filosófica en diálogo con X. Zubiri. Se les sumará la reflexión teológica de Sobrino de dejarse cargar por la realidad, que emana del diálogo con Ellacuría sobre la verdad de los pueblos latinoamericanos en construcción de un Reino, Civilización o Vida nuevos. Será un recorrido por las tesis que muestran el interés radical por la Verdad, cuestión que atraviesa ejes filosóficos y teológicos, en el caso de Ellacuría, pero sobre todo con sentido ético, que permitiría la concreción real de posibilidades humanas, que por ser humanas, sobrepasan racionalidades que limitan los desafíos vitales de liberación propios del pensamiento ellacuriano. Palabras clave: Filosofía, Teología, Política, Ética, Sujeto de la historia, Realidad, Verdad. Abstract: This article presents ethical and biological proposals of I. Ellacuría: to take responsibility and give account of reality. The latter part of a theological is discussion with X. Zubiri. In addition, the text includes the theological reflection put forward by Sobrino letting oneself flow with reality. This emanates from the dialogue with Ellacuría about the truth of Latin-American peoples regarding the construction of a new Kingdom, Civilization or Life. We will review those theses that show the radical interest for Truth, that, in Ellacuría’s case, cuts across philosophical and theological key concepts. It relates to an ethical sense that would allow the concrete realization of human possibilities which, precisely due to its human nature, transcend rationalities that might hinder the vital liberation challenges dear to ellacurian thought. Keywords: Philosophy, Theology, Politics, Ethics, Historical Subject, Reality, Truth. 632 Lorena Zuchel 1. INTRODUCCIÓN Poco se conoce a Ignacio Ellacuría (1930-1989) como filósofo de la liberación; es en su faceta de teólogo jesuita, o como discípulo de Xavier Zubiri como principalmente se le recuerda. Quizá su precipitada muerte (asesinado el 16 de noviembre de 1989 a los 59 años, junto a cinco sacerdotes jesuitas, a una trabajadora del hogar y a la hija de esta) lo dio a conocer en América Latina, que ya llevaba otras tantas vidas cercenadas1. Pero habrá que decir también, que son esas décadas –en las que tantos teólogos alzan palabras por los oprimidos de las regiones más pobres– las que vuelven la filosofía latinoamericana fértil y auténtica, en un proceso de autoemancipación y liberación de las naciones y de sus gentes, que vuelven el largo trascurso histórico de esclavitudes e independencias, momento culmen en el que la propia filosofía ellacuriana se destaca, en intercomunicación liberadora con pensamientos foráneos, y en intercomunión con otras disciplinas, como la literatura, el arte, la pedagogía, la teología. Por ello, es necesario entender a Ellacuría como aquel pensador en el que entreveran distintos espacios del conocimiento, y en especial, la filosofía y la teología, con un evidente trasfondo ignaciano, que hacen de su existencia, discernimiento sobre la vida, muerte y resurrección de Jesús de Nazareth, como de sus opciones por la liberación de los pobres de la tierra2. 1 2 El 12 de marzo de 1977 es asesinado el sacerdote jesuita, párroco de Aguilares, Rutilio Grande García; el 11 de mayo de 1977, es asesinado el párroco de la Colonia Miramonte de San Salvador, el padre Alfonso Navarro Oviedo; el 28 de noviembre de 1978 es asesinado el sacerdote Ernesto Barrera Motto, que realizaba labores de pastoral obrera en Ciudad Delgado; el 20 de enero de 1979, el sacerdote Octavio Ortiz es asesinado en una casa de retiros en San Antonio Abad, junto a 4 jóvenes laicos que participaban de un retiro vocacional; el 20 de junio de 1979 es asesinado en santa Tecla el sacerdote Rafael Palacios; el 4 de agosto de 1979 es asesinado el sacerdote Alirio Napoleón Macías; el 24 de marzo de 1980 es asesinado el Arzobispo metropolitano de San Salvador, monseñor Óscar Romero; en marzo de 1989, es asesinado el sacerdote jesuita, columnista de El Diario de Hoy, Francisco Peccorini Letona; el 2 de diciembre de 1980, las religiosas norteamericanas de Maryknoll, Ita Ford, Maura Clarke, Dorothy Kazel y Jean Donovan, son violadas y asesinadas. Cf., J. SOBRINO, “«El Ellacuría olvidado». Lo que no se puede dilapidar”, en J.A. SENENT DE FRUTOS, J. MORA GALIANA, Ignacio Ellacuría 20 años después. Actas del Congreso Internacional (Instituto Andaluz de Administración Pública, Sevilla 2009) 319-342. Ignacio Ellacuría, filósofo cristiano... 633 A continuación, se trabajarán estas dos influencias en Ellacuría, la filosofía y la teología, para mostrar cómo su pensamiento no es dicotómico, y están unidos por unos mismos desafíos y exigencias; cómo su filosofía queda incompleta si se le entiende divorciada de algunas formulaciones propiamente cristianas como la de la praxis evangélica de Jesús de Nazareth. Acudiremos, para ello, a dos autores que encausarán nuestras formulaciones, y que estuvieron muy presentes en su vida: El filósofo Xavier Zubiri, quien fue su maestro, pero también una persona que se dejó enseñar por aquel discípulo inquieto; y Jon Sobrino, compañero de congregación religiosa, de ciudad3, y cómplice en la causa de la liberación. 2. EN DIÁLOGO CON XAVIER ZUBIRI El término Hacerse cargo de la Realidad es un término propiamente zubiriano. En su libro Estructura dinámica de la realidad, Xavier Zubiri expresa con él la evolución de la vida humana dentro de la escala zoológica, y manifiesta lo que constituye al ser humano en animal de realidades. Para Zubiri, hacerse cargo de la realidad constituye un cierto dinamismo de suidad, en donde retoma la relación entre inteligencia y sentido, pues involucra un estímulo de hiperformalización que destaca en el hombre, animal de realidades, la posibilidad de continuar con la especie de una forma original y fundamental, al convertir, desde el nacimiento, lo meramente estimúlico (conexión animal de estímulo y respuesta) del medio en mundo. Y dice: “[Esto significa] primero que el hombre es radical y constitutivamente una esencia abierta. Abierta precisamente al carácter de realidad de las cosas. No está pendiente de la cualidad de los estímulos, sino que está en principio, por lo menos, abierta a la realidad de las cosas. Y, ni qué decir tiene, abierta en primera línea a su propia realidad. No da sus respuestas únicamente en virtud de la talidad de las suscitaciones, sino que da esas respuestas haciéndose cargo de la realidad, y de lo que a él realmente le va a acontecer. Estructuralmente, el hombre –digo– es un animal de realidades”4. 3 4 Los dos nacidos en Bilbao, ciudad del País Vasco, comunidad autónoma de España, y entonces hermanados por una historia común su pueblo y nación; y avenidos también por el deporte, el Athletic de Bilbao, club de fútbol de su ciudad natal que les permitía compartir momentos de mucha cotidianidad. X. ZUBIRI, Estructura dinámica de la realidad (Alianza Editorial y Fundación Xavier Zubiri, Madrid 1989) 206. 634 Lorena Zuchel Ser animal de realidades es, según Zubiri, una responsabilidad enorme para el ser humano, para el viviente humano que no podrá vivir si no está abierto intelectivamente a la realidad5, pues más allá de ser un sustantivo de suyo se vuelve dueño de las acciones que ejecuta cotidianamente en la realidad; el viviente humano no es simplemente algo que “funciona” en la vida (en función de la vida), sino que es algo para lo que la vida está funcionando (la vida en función de la realidad). De esta forma, pasa de ser, el viviente humano, un de suyo a un ser suyo, vale decir, ser una realidad suya. A esta forma de realidad Zubiri le llama persona. Lo que quiere decir que estructuralmente es el ser humano un animal de realidades, y modalmente es persona6. En la identificación de la persona, tal como desde la avanzada modernidad se ha reiterado, Zubiri descarta la idea de unidad e identidad cerrada consigo misma, y considera todas aquellas realidades que dificultan la aprehensión de la individualidad, precisamente por su condición siempre abierta. La persona es aquella esencia abierta, y abierta principalmente “a su propia realidad, y en ella a la realidad de las demás cosas precisamente en tanto que reales”7. El ser viviente entonces vive para la realidad, y en el acto tiene que hacerse cargo de ella. Ya nos decía Ortega y Gasset, con quien este filósofo dialoga, que tener vida no es acto vacío, como tampoco es recibir toda nuestra existencia y comportamientos ya grabados, sino que esta se resuelve en trabajo y creación: “Esa vida que nos es dada, nos es dada vacía y el hombre tiene que írsela llenando, ocupándola. Estas son nuestras ocupaciones. Esto no acontece con la piedra, la planta, el animal. A ellos les es dado su ser ya prefijado y resuelto. A la piedra, cuando empieza a ser no le es dada solo su existencia, sino que le es prefijado de antemano su comportamiento –a saber, pesar, gravitar hacia el centro de la tierra. Parejamente al animal le es dado el repertorio de su conducta, que va, 5 6 7 Zubiri dirá más adelante que una especie de idiotas es inviable, la capacidad instintiva no es suficiente para su pervivencia. X. ZUBIRI, Estructura dinámica…, 213. X. ZUBIRI, Estructura dinámica..., 207. Agregaremos a esto que, para Zubiri, el ser humano, que en su inteligencia sentiente se hace cargo de la realidad, es, en el acto, cuando es más plenamente persona; acto personal que tiene un doble aspecto, a saber, el del acto determinado por la razón del objeto, y por otro lado, el que, en el mismo acto, constituye una manera propia de estar en la realidad; en efecto, este último aspecto es el que lo hace ser personal. Cf., X. ZUBIRI, “La dimensión histórica del ser humano”, en Realitas (1973) 14. X. ZUBIRI, “La dimensión histórica…” 14 Ignacio Ellacuría, filósofo cristiano... 635 sin su intervención, gobernada por sus instintos. Pero al hombre le es dada la forzosidad de tener que estar haciendo siempre algo, so pena de sucumbir, mas no le es, de antemano y de una vez para siempre, presente lo que tiene que hacer. Porque lo más extraño y azorante de esa circunstancia o mundo en que tenemos que vivir consiste en que nos presenta siempre, dentro de su círculo y horizonte inexorable, una variedad de posibilidades para nuestra acción”8. Ocuparse de las cosas del mundo pueden darnos diariamente innumerables posibilidades de acción, mas son nuestras elecciones, y las acciones que al fin efectuamos, las que van haciendo que en la realidad nuestra vida esté conectada con las cosas, esté en la realidad de las cosas y se enfrente con ellas como realidad. Dicho de otro modo: No nos queda otra que hacer algo con las cosas de este mundo, no podemos cerrar nuestros ojos y creer que en el acto estamos haciendo nada con nosotros mismos; pues algo hacemos con la venda, con la oscuridad y con los objetos y sujetos que deseamos no ver. Por tanto, no nos queda otra que elegir, y de elegirnos a nosotros mismos. Esta exigencia biológicaexistencialista que es acto primero en el ser humano fue tratada por Ellacuría del siguiente modo: “El animal de realidades al tener que abrirse a la realidad, a lo que son ‘de suyo’ las cosas más allá de la pura determinación estimúlica, al tener que optar tendencialmente en un mundo de posibilidades, al enfrentarse consigo mismo y con las cosas como realidad, se constituye formalmente en realidad moral. En este sentido, el hombre no está ‘por-bajo-de’ algo que se le impone, sino que está ‘por-encima-de’ sus condicionamientos naturales. Resulta así que la posibilidad fundamental del hombre, que hace positivamente posibles todas las demás posibilidades estriba en este ‘tener-que’ abrirse a la realidad. Esta forzada apertura a la realidad se constituye así en principio de posibilidad de la Ética y en fundamento de toda ulterior determinación ética”9. Posibilidad ética que se ha comprendido con la idea de cargar con la realidad. 8 9 J. ORTEGA Y GASSET, El Hombre y la gente, en Obras completas, Vol. VII (Alianza Editorial-Revista de Occidente, Madrid 1983) 101. I. ELLACURÍA, “Fundamentación biológica de la ética”, en Revista de Estudios Centroamericanos (ECA) 369 (1979) 422. 636 Lorena Zuchel 3. CARGAR CON LA REALIDAD José Ellacuría, hermano de Ignacio, nos cuenta que un día su hermano estaba discutiendo con Zubiri sobre su filosofía esencial cuando le dice a su maestro que su pensamiento era como el de Heidegger, muy teórico, muy puro, que si no le parecía mejor darle un enfoque sociopolítico10. José explica que para Ignacio, la filosofía “debe interpretar los signos que nos permiten entender lo que ocurre e influir en los acontecimientos para hacer que la historia vaya no hacia una catástrofe, sino hacia una utopía en términos civiles, hacia el Reino de Dios en términos teológicos”11, y Zubiri hace suya estas convicciones, de tal modo que juntos deciden plasmar aquellas ideas sobre inteligencia sentiente en las máximas de hacerse cargo de la realidad, cargar con la realidad y encargarse de la realidad, dimensión noética, ética y práctica, respectivamente. Es así como en los escritos ellacurianos destaca esa síntesis teórica-práctica, o filosófico-política que bebe del pensamiento zubiriano y con Zubiri mismo, pero que a la vez es capaz de independizarse y responder a un contexto en el que la vida de Ignacio Ellacuría echa raíces: Latinoamérica. Este esfuerzo de Ellacuría por hacer de su pensamiento un lugar de encuentro filosófico político que considere la realidad latinoamericana, no se vuelve, eso sí, respuesta regionalista, sino búsqueda apasionada por la verdad de la realidad, y por tanto de carácter universal. Por eso mismo es que tampoco se vuelve una politización del pensamiento zubiriano, sino afán de procurar el equilibrio entre teoría y práxis que todo pensamiento filosófico, precisamente por ser filosófico, debe realizar. Bajo la idea de cargar con la realidad encontramos una clave en la definición misma de ética, del griego ethos, que, aunque menos estudiada su versión etimológica, es, según antiguos poetas griegos, la madriguera de los animales, su morada; la que más adelante se llegó a convertir en la morada del ser humano; vale decir, ethos es el lugar en donde vivimos y desenvolvemos variadas actividades. Esta comprensión de la ética nos podría ayudar a entender esto de hacer la realidad y cargar con ella; pues es el ser humano mismo el que construye el lugar en el que habita, lo transforma en función de sí mismo, y de sus propios objetivos, empero 10 11 Cf. J. ELLACURÍA, “trabajando por la paz desde la universidad” [Fecha de consulta: marzo de 2014]. Disponible en: http://www.redescristianas.net/2007/11/18/ trabajando-por-la-paz-desde-la-universidadjose-ellacuria/ Cf. J. ELLACURÍA, “trabajando por la paz…”. Ignacio Ellacuría, filósofo cristiano... 637 ocupándose también de los problemas y dificultades que pueda significar el vivir en comunidad12. En efecto, el animal de realidades, asume cargar sobre sus hombros la realidad, y la acepta sobre su propia existencia. Sobre esto nos recuerda el filósofo salvadoreño, Héctor Samour, que “[...] se presenta éticamente como la necesidad de encargarse de la realidad para que sea lo que debe ser; que se haga con la realidad lo que se debe hacer; la realidad ha de irse realizando y esa realización le compete al hacer humano; la realidad no va a ser lo que debe ser respecto del hombre, si el animal de realidades no se encarga positivamente de ella; supone, por tanto, una praxis responsable que supera la pura estimulidad cerrada y se alza hasta la realidad abierta, dirigida a una estricta y formal realización”13. Encargarse de la realidad quiere decir, entonces, comprender el paso de un momento noético, de intelección de una realidad biológica, a uno ético, de compromiso con el lugar que habitamos; y de este ético, que es compromiso, a otro práxico, que se vuelve momento constitutivo de acción. Y encargarse positivamente de la realidad, quiere decir, simplemente, hacer de la realidad una realidad humana; que responda a un principio de liberación y no a uno (otro14) de opresión y de alienación; como, igualmente, tener en cuenta que la praxis histórica no es liberadora en sí misma, sino que debe obedecer a los signos de los tiempos, pues ningún modelo de liberación es válido para todo tiempo y lugar15. Para ello, la filosofía debe relacionarse debidamente con el sujeto de la liberación, debe hacerse con y desde el sujeto. Veamos en qué consisten estas dos ideas. 12 13 14 15 Como ocurre con nuestras casas (permítaseme un ejemplo): las preparamos para nuestro agrado, y como nosotros, el vecino, que martilla a la hora de nuestra siesta la lata que se ha desprendido de su techumbre. H. SAMOUR, Voluntad de liberación, La filosofía de Ignacio Ellacuría (Comares, Granada 2003) 94. Este carácter humano no debe hacerse con menoscabo de la animalidad, pues ella forma parte siempre presente del ser humano; por ello Ellacuría nos invita a potenciar, a través de ella, a un ser más humano, en vez de negar que somos, al fin, también animal. “La apertura al carácter de realidad con el que se presentan los estímulos al animal humano, es lo que le va a permitir en principio ir progresando en su humanización”. Otro en cuando se concede que la humanidad ha posibilitado hasta ahora una realidad histórica alienante y opresiva. Sobre esto ver: J. MORA GALIANA, Ignacio Ellacuría, filósofo de la liberación (Nueva Utopía, Madrid 2004) 100 ss. 638 Lorena Zuchel 3.1. A la altura de los tiempos Referirnos a los signos de los tiempos, o a la altura de los tiempos, da cuenta de la edad histórica a la que nos enfrentamos; pero no solo a una edad biológica, que como con los seres humanos trae consigo inexorablemente el hecho de la muerte, sino a una edad abierta a la vida y con ella a nuevas posibilidades de empezar de nuevo o de elegir un rumbo nuevo tras claros fracasos históricos. Ante esto, Ellacuría trabaja en Filosofía de la Realidad Histórica precisamente el término zubiriano de la altura de los tiempos, con el cual se permite la posibilidad de nuevas etapas de la historia, en las que se conjugan una variedad de elementos en los nuevos sistemas operantes, que dan pie a que en determinadas edades un mismo objeto o un mismo hecho, sea evaluado de manera distinta. Lo dice de la siguiente manera: “Hay una edad paleolítica porque se utiliza la piedra y sus transformaciones como útil fundamental. Pero, a su vez, utilizar hoy un instrumento de piedra tiene una realidad completamente distinta, precisamente, porque tiene lugar en otra edad: puede constituirse en una acción deportiva lo que en otro tiempo fue una estricta acción de subsistencia”16. De esta suerte todo lo que constituye la realidad histórica, “todo lo que vive envuelto en la realidad”17 inclusive, nos dice, el ser histórico, el cuerpo social, que se apropia del sistema propio de cada edad, de tal forma que la edad pasa a ser rasgo propio de aquella sociedad, de su figura histórica. Ahora bien, puede ser que en un momento cronológico se topen distintas realidades, con desigual procesos históricos; de ello, que los tiempos son plurales18, y por la misma razón, la historia no puede ser contada desde una sola perspectiva. Ellacuría se abre a la posibilidad de estas distintas lecturas, como nosotros podemos entrar a reflexionar críticamente la construcción de una sola línea periódica como comprensión unilateral de la historia. Hay países y continentes enteros que no tuvieron Edad Media –por ejemplo–, lo que no quiere decir que no existían en ese tiempo. Esta apertura 16 17 18 I. ELLACURÍA, Filosofía de la Realidad Histórica (Trotta y Fundación Xavier Zubiri, Madrid 1991) 351. I. ELLACURÍA, Filosofía …353 I. ELLACURÍA, Filosofía …, 353. Ignacio Ellacuría, filósofo cristiano... 639 a la pluralidad del tiempo nos abre a la aceptación de la diversidad y de la lectura y enseñanza de múltiples historias. Pues bien, “[…] la edad coloca así a los hombres en la línea de la coetaneidad y no simplemente en la línea de la contemporaneidad. Si no fuéramos más que contemporáneos unos de otros, poco importarían el tiempo y la historia; pero, si somos coetáneos, no se trata de nada extrínseco, sino de una determinación física de lo que somos precisamente por pertenecer a una misma altura de los tiempo, que cuenta forzosamente con una figura temporal configuradora a su vez de lo que son los hombres”19. En efecto, el reloj biológico de los pueblos abre la posibilidad de hacer notar un nacimiento, desarrollo y muerte, pero la historia entera de la humanidad es abierta e indefinida20, por lo que Ellacuría insiste que no es esta la que acaba con las civilizaciones, sino su gente misma que no está a la altura de los tiempos. Es así como el autor insiste en que la historia, aunque antigua, no tiene por qué ser vieja (como el viejo que se prepara a la muerte), y aunque nueva, no tiene por qué ser jovial. Justamente, así como podemos encontrar a un niño sin fuerzas ni deseos de correr, reír, salir a la calle y de proyectarse, y podemos encontrar a abuelos gozando de la vida y planificando cada semana con alegría y esperanza, así también podemos encontrar pueblos y civilizaciones maduras a pesar de su corta edad, y frescos, a pesar de lo antiguos que puedan ser: “La edad histórica no sigue la pauta de la edad biológica, sino que se mide según la altura de los tiempos y la figura temporal de un sistema de posibilidad, sistema que puede ser rehecho incesantemente, puede enriquecerse o degradarse”21. 3.2. Con el sujeto de liberación Encargarnos positivamente de ella también trae de la mano hacerlo con el sujeto y desde el sujeto, y tal como hemos agregado anteriormente, con y desde el sujeto de liberación. ¿Qué significa esto? Primera cosa a decir. Para Ellacuría el sujeto de la historia es un sujeto histórico, y el sujeto histórico es quien se afecta históricamente por 19 20 21 I. ELLACURÍA, Filosofía …, 354. Cf. I. ELLACURÍA, Filosofía …, 355. I. ELLACURÍA, Filosofía …, 355 640 Lorena Zuchel la historia22. Segunda cosa, ¿de qué manera los sujetos se involucran con la historia de tal modo que se afectan por ella, se sientan parte y lugar de ella? Aunque suene redundante, Ellacuría incorpora esta observación al entender la afección histórica no como una mera acumulación de acciones humanas sino como la actualización de aquellas acciones como posibilidades23. De aquí que es central que se den las posibilidades para que se constituya un sujeto de la historia; que se den las posibilidades de formación de las personas como autores de la historia, y no como simples arrojos, en quehacer alienante, sin la actualización consciente de las posibilidades de acciones de los mismos. Sobre las condiciones para permitirse hablar de posibilidades históricas, Ellacuría nos dice que primero debe haber posibilidades en la realidad, es decir, que lo posible se dé como un hecho en la realidad, y no tan solo como una contradicción metafísica, abstracta. En segundo lugar, que lo posible no conlleve una configuración fija; y aunque así lo sea –insiste, Ellacuría– que esto no quitaría el hecho de la novedad de los procesos lineales evolutivos: “No solo el árbol y el fruto son una novedad respecto de la semilla, sino sobre todo un paso evolutivo sobre el anterior […]. Las teorías de Darwin y Lamarck pueden ilustrarnos al respecto”24. Pero aquí, al margen de la novedad dada en la realidad –que podría ser incluso configurada desde la no dependencia de un sujeto intramundano–, es menester poner el acento en la novedad creativa que se puede dar solo insistiendo en una cierta anticipación del futuro, como requisito previo. Sobre esto nos dice el autor que: “futuro es aquello que es posible sin estar pre-dado (no futurible), de modo que es realizable pero a modo de creación. La creación misma de posibilidades, el hacer un poder, es una forma suprema de creación humana. No solo se llega creativamente a un futuro que es estrictamente tal, sino que se llega a crear poderes nuevos para futuros nuevos”25. Esto no obsta para que las realidades posean sus propias condiciones posibilitantes, y es más, son estas condiciones las que dan una eficacia 22 23 24 25 I. ELLACURÍA, “El sujeto de la historia”, en Cursos Universitarios (UCA Editores, San Salvador 2009) 320. Cf. I. ELLACURÍA, Filosofía …, 420. I. ELLACURÍA, “El sujeto…” 311. I. ELLACURÍA, “El sujeto…” 313. Ignacio Ellacuría, filósofo cristiano... 641 real y material en la historia, las que podrán limitar y demorar su materialización, pero de las que dependerá su realización real, ya no como necesidades puramente naturales o imaginadas26. Para Ellacuría era central mostrar a las personas de El Salvador, universitarias, pobladoras, que la historia no estaba preescrita, y que con ellos podía direccionarse hacia un futuro más humano; por eso, que las mínimas posibilidades existentes debían ser apropiadas políticamente para hacerse cargo de ella. La cuestión de las posibilidades no es nada fácil de considerar, sobre todo cuando la realidad material muestra un entramado de coerciones que impiden llevar la vida con una verdadera capacidad de elección; sin embargo, Ellacuría vio en los pobres de América Latina, a los que llamaba mayorías populares, sujetos históricos que todo cuanto puedan trocar y aprehender es liberador para ellos mismos y para la historia, ya que (parafraseando la idea heideggeriana que él mismo utilizó en otro momento) la nada y no el ser había sido quien golpeara insistentemente sus puertas27, y desde ahí, el futuro que soñaran traería ser, realidad con sentido, llevada hacia adelante desde sus más profundas experiencias de olvido. 3.3. Desde una triple definición de filosofía e inteligencia Hasta aquí nos hemos aproximado a una comprensión de las posibilidades históricas que nos enseñarían el siguiente desafío ético: “aprehender la realidad y enfrentarse con ella”28. Empero estas comprensiones, como ya hemos sugerido, se pueden desplegar en tres dimensiones distintas, que además estarían íntimamente relacionadas con los tres conceptos de Filosofía de Xavier Zubiri, rescatados por el propio Ellacuría en una conferencia, “Filosofía y Política”29, en la Universidad Pontificia de Comillas: 26 27 28 29 Cfr. I. ELLACURÍA, “El sujeto…” 313. Sobre esto, reconoce Ellacuría, más adelante, compartir la definición de posibilidades elaborada por E. BLOCH en su obra Principio esperanza. Cf. I. ELLACURÍA, “Función liberadora de la filosofía”, en Veinte años de historia en El Salvador (1969-1989) 1 (UCA editores, San Salvador 1991) 101. Impreso originalmente en ECA 435-436 (1985) 45-64. I. ELLACURÍA, “Hacia una fundamentación filosófica del método teológico latinoamericano”, en ECA 322-323 (1975) 419. I. ELLACURÍA, “Filosofía y política”, en Veinte años de historia en El Salvador (19691989 I (UCA editores, San Salvador 1991) 56. Impreso originalmente en ECA 284 642 Lorena Zuchel “En el curso de la historia nos encontramos con tres conceptos distintos de la filosofía, que emergen, en última instancia, de tres dimensiones del hombre: 1º La filosofía como un «saber» de las cosas. 2º La filosofía como una «dirección» para el mundo y la vida. 3º La filosofía como una «forma de vida», y, por tanto como algo que acontece. En realidad, estos tres concepciones de la filosofía, que corresponden a tres concepciones distintas de la inteligencia [teórica, práctica e histórica], conducen a tres formas absolutamente distintas de intelectualidad”30. En lo relativo a que la filosofía sea un saber acerca de las cosas, Ellacuría abre paso a la filosofía como contemplación, por sobre lo operativo, o por sobre la praxis transformadora. Aunque nos comenta que también es cierto que la historia nos ha mostrado que los filósofos de la antigüedad, con una erudición impecable, han participado de la orientación de la polis, convirtiendo también a este aspecto de la filosofía en una forma imprescindible para la configuración de la sociedad31. Respecto del comprender la filosofía como dirección para el mundo y la vida, aclarará que es un concepto “ya [...] formalmente político. Se trataría de un saber, pero un saber rector del mundo y de la vida”32. Pues las cosas, más allá de entenderlas como un objeto alejado de nosotros, de observarlas como cosas en sí, son en cuanto entran en nuestra vida, se relacionan con ella y son públicas o, de otro modo, políticas33. Finalmente, en lo relativo al concepto de filosofía como una forma de vida, señala que es evidente que sea también esencialmente político; pues lo histórico, como dinamismo de la vida humana, permite que la filosofía pueda ser plenamente ella, considerando todas aquellas situaciones en las que la vida se instala, y que con la inteligencia dan ocasión al filosofar mismo. 30 31 32 33 (1972). La triple definición de filosofía es Teoría o la pregunta sobre qué son las cosas, Práctica, dirección para la vida y el mundo, e Histórica, filosofía como modo de vida o acontecer. X. ZUBIRI, Naturaleza, historia y Dios (Alianza y Fundación Zubiri, Madrid 1974) 110. I. ELLACURÍA, “Filosofía y política” 56. I. ELLACURÍA, “Filosofía y política” 56. I. ELLACURÍA, “Filosofía y política” 57. Ignacio Ellacuría, filósofo cristiano... 643 En efecto, podemos ver que la filosofía y el ser humano están implicados vitalmente, pero aquella implicación responde a una triple dimensión del ser humano, o más bien de la inteligencia, que lo conducen a otras tres formas distintas de intelectualidad, que se ejercitarán dependiendo de cada época y persona, y jugándose, al fin, el para qué de la inteligencia y de la vida34. Filosofía como saber desplegará el sentido predominantemente contemplativo de la inteligencia, una inteligencia teórica: “La inteligencia es para saber, y el saber es un valor en sí que da el supremo valor a quien se dedica a él. De este saber se desprenderán forzosamente influjos, incluso sobre la configuración de la ciudad y, desde luego, de la vida de los ciudadanos”35. La filosofía como dirección del mundo y de la vida pertenece a un sentido activo y rector de la inteligencia, una inteligencia práctica, una actividad transformadora, una inteligencia activa que es techné, o técnica, en sentido aristotélico. No se trataría tanto de un saber cerrado sobre sí capaz de dirigir la acción una vez lograda la teoría, sino más bien de un dirigir sabio, en el sentido de que solo en la dirección activa se encontraría el campo y las direcciones del saber, al tiempo que la dirección no podría ser realmente dirección sin el debido saber36. La filosofía como forma de vida, entonces, corresponde a un sentido de la inteligencia como inteligencia histórica; que a su vez es una inteligencia situada, “es decir una inteligencia que sabe que no puede entrar al fondo de sí misma más que situadamente y pretendiendo entrar al fondo de la situación tomada en su totalidad”37. La inteligencia, sin más, cobra entonces una vital importancia, pues además de lo ya planteado, Ellacuría ha heredado de Zubiri una versión que, si bien puede expresarse de las tres maneras que hemos descrito, se relaciona directamente con el sentir, y esto, de una manera tal, que solo en su estricta unidad puede aprehender la realidad. El inteligir es, entonces, un modo de sentir y el sentir un modo de inteligir38. Con ello además se negaría toda posibilidad de dualidad como la que sobrepone 34 35 36 37 38 I. ELLACURÍA, “Filosofía y política” 59. I. ELLACURÍA, “Filosofía y política” 59. Cf. I. ELLACURÍA, “Filosofía y política” 59. I. ELLACURÍA, “Filosofía y política” 59. Cf. I. ELLACURÍA, “La nueva obra de Zubiri: inteligencia sentiente”, en Escritos filosóficos III (UCA, San Salvador 2001) 310. Impreso originalmente en Razón y fe 203/995 (1981) 126-139. 644 Lorena Zuchel (o antepone) a una de la otra, separando y estratificando grados de acceso a la realidad. Que la sensibilidad sea el acceso a la realidad verdadera, no es puesto en duda como lo hicieron tantos racionalistas modernos; y es que la cuestión para Zubiri y Ellacuría es clara: que la aprehensión de la realidad solo puede ser inteligida y pensada si es sentida, cuestión que, además, hace que la formalidad de la realidad esté realmente presente, y no solo conceda la complicación del contenido (como lo hicieron los empiristas), pues esta nos muestra “los distintos y complejos modos de inteligir”39, que son modos propios y no ya un de suyo vacío y abstracto. Es por ello que podemos relacionar la triple definición de filosofía con tres modos distintos de inteligir, pues no existe un único modo de acceso a las cosas, como intelección sentiente, dada la diferencia de las funciones de los órganos que tiene nuestro cuerpo humano. En efecto, nos recuerda Ellacuría que “[...] no solo ofrece contenidos propios (colores, sabores, frío, calor, etc.) sino modulaciones propias de la formalidad de realidad. Me presenta la realidad de modo distinto (ante mí, en, hacia, etc.). De suerte que si se carece radicalmente de un sentido, se carece de un modo específico de intelección, y no solo de un contenido específico”40. Y es a través de estos modos desde donde surge la mayor riqueza de aprehensión de la realidad, pues a través de ellos se pone en ejercicio lo que Ellacuría llama realidad verdadera, que abarca “[…] la trascendentalidad de la realidad, la respectividad de lo real y la actualización de la respectividad mundanal que es el ser. Por el sentir intelectivo no solo estamos abiertos a la realidad y al ser, sino impulsados irresistiblemente a navegar sin fin por todo tipo de realidad y toda forma de ser”41. La filosofía, entendida desde estos autores, entonces, se sitúa en la realidad de la manera más omnicomprensiva que puede alcanzar la inteligencia humana, cuestión fundamental para la constitución de cualquier empresa filosóficas y en especial para una que, concretamente, no quiere dejar de lado ningún mundo de vida. 39 40 41 I. ELLACURÍA, “Filosofía y política” 60. I. ELLACURÍA, “Filosofía y política” 60. I. ELLACURÍA, “La superación del reduccionismo idealista en Zubiri”, en ECA 477 (1988) 649. Ignacio Ellacuría, filósofo cristiano... 645 De estos tres modos de entender lo que es la filosofía, se pueden comprender con mayor precisión las dimensiones intelectivas, éticas y práxicas que hemos comentado anteriormente. Estas tríadas se ejercitarán dependiendo, igualmente, de cada época (altura de los tiempos), de la persona (sujeto histórico), y jugándose, al fin, el para qué de la inteligencia y de la vida (la liberación)42. Sin embargo a estas dimensiones Jon Sobrino ha incorporado una cuarta dimensión: La dimensión de gracia o de dejarse cargar por la realidad, la cual –creemos– se vuelve fundamental para comprender la obra ellacuriana toda. 4. DEJARSE CARGAR POR LA REALIDAD La idea de dejarse cargar por la realidad, presentada por Jon Sobrino, es, según el teólogo, fruto del diálogo e interacción con Ignacio Ellacuría. Sobrino lo explica después de la muerte de su compañero como propio del pensamiento ellacuriano, pues emerge desde el impacto que le produjo ver en Ellacuría un énfasis por encargarse de la realidad, pero aún más por tener que cargar con ella. Sobre esto escribe: “Viniendo de otros lares, suponía una novedad total escuchar –y percibirlo en la persona de Ellacuría– que la inteligencia «no se ha dado al hombre para evadirse de sus compromisos reales, sino para cargar sobre sí con lo que son realmente las cosas y con lo que realmente exigen». Esto quiere decir que no se puede inteligir adecuadamente la realidad sin cargar con lo oneroso de ella, lo cual, pienso, no es muy tomado en cuenta hasta el día de hoy”43. A esto agrega –incorporando el suelo nutricio desde el que reflexiona nuestro autor– que Ellacuría se hizo cargo de la realidad como pueblo crucificado, que con distinta historia de crucifixión, pero como siempre, es despojado de todo, tal como el siervo de Yahvé, hasta de la vida44. El pueblo crucificado, que en Ellacuría se representa en las mayorías populares, se explica desde su adjetivo; pues se vivifica en él la vida de 42 43 44 I. ELLACURÍA, “Filosofía y política” 59. J. SOBRINO, “’El pueblo crucificado’ y ‘la civilización de la pobreza’. ‘El hacerse cargo de la realidad’ de Ignacio Ellacuría”, en J. A. NICOLÁS y H. SAMOUR, Historia, ética y ciencia. El impulso crítico de la filosofía de Zubiri (Comares, Granada 2007) 431. J. SOBRINO, “’El pueblo crucificado’...” 432. 646 Lorena Zuchel cruz. Tanto Ellacuría como Sobrino se caracterizaron por pertenecer a una corriente de teólogos llamados de la liberación, quienes dedicaban sus reflexiones sobre Dios haciendo principal énfasis a la figura de Jesús de Nazareth, y desde una apuesta radical por los pobres, como opción preferencial 45. La cruz representa para ellos un símbolo de dolor y sufrimiento en los que Jesús de Nazareth padece la muerte, tras injusta sentencia, y la dificultad de una vida en pobreza, discriminación y tentaciones, entregada hacia la transformación de la misma. Pero también como signo de esperanza, pues para estos teólogos cristianos es Dios mismo el que se abaja, y se encarga de la realidad, para asegurar a los pobres una buena noticia. Desde aquí, es necesaria su muerte, pero solo entendida como una necesidad histórica, como una realidad naturalizada y no natural46. Es así como Ellacuría nos exhibe la imagen de Jesús de Nazareth, humillado hasta la muerte, en analogía al pueblo crucificado, las mayorías, que hoy viven esa muerte, como el resultado de acciones históricas, que se le presentan como el único todo real que le toca vivir. Es precisamente esta paradoja, de vida y muerte, de ser y nada, la que resalta Sobrino de la filosofía de nuestro pensador; pues cuando Ellacuría comenta de Martín Heidegger la cuestión de su famosa interrogante: por qué hay más bien ente que nada, él plantea que debió haberse preguntado “por qué no hay nada –no ser, no realidad, no verdad, etc.– en vez de ente”47. Mas aquella negatividad no es según Sobrino cualquier teoría filosófica de contrarios y leyes abstractas explicadas en algún macrosujeto, sino que, la profundidad de estas proposiciones, solo se puede revelar desde aquel pueblo crucificado que “[vive] una muerte histórica que toma la forma de crucifixión, asesinato, activa privación histórica de la vida, lenta o rápidamente. A esa muerte, producto de la injusticia, acompaña la crueldad, el desprecio y, por otra parte, el encubrimiento. A esto suelo añadir que al pueblo crucificado, además, se le niega palabra y hasta nombre, y con ello se le niega existencia. El pueblo crucificado no ‘es’, y el mundo de abun- 45 46 47 Cf. I. ELLACURÍA, Mi opción preferencial por los pobres (Nueva Utopía, Madrid 2009). Cf., I. ELLACURÍA, “El pueblo crucificado. Ensayo de soteriología histórica”, en Cruz y Resurrección. Presencia y anuncio de una iglesia nueva (Soto, México 1978) 58. Cf. . I. ELLACURÍA, “Función liberadora…” 101. Ignacio Ellacuría, filósofo cristiano... 647 dancia impide o dificulta que ‘llegue a ser’. Así puede desentenderse –sin mala conciencia– de lo que ocurre a esas mayorías”48. No es nihilismo, empero, lo que anima a estos vascos, sino la esperanza que nace de la cruz como una segunda oportunidad. Pues insistirán que luz y esperanza tienen y pueden ofrecer los pueblos periféricos al mundo. La salvación, para Ellacuría, viene desde abajo, desde los que no tienen nada, nada que temer ni perder. Viene desde los que siempre han caminado cargando la cruz impuesta por la realidad. Siempre, como nos recalca Jon Sobrino, aunque con distintos rostros, que siguen presenciando diferencias extremas y escandalosas, y en ella, a la muerte49. Con todo, a pesar de la muerte –insistirá Sobrino– ellos no mueren; por lo contrario, se levantan cotidianamente y soportan, trabajan, esperan. De esto trata el dejarse cargar por la realidad. Pues el pueblo crucificado carga con nosotros, “y lo hace de diversas formas: nos da nuevos ojos para ver, nos da manos nuevas para trabajar, nos da espaldas amplias para soportar. Y nos da esperanza”50. En Ellacuría, el hacerse cargo de la realidad tiene entonces también un elemento de gracia51. Pues quien se hace cargo, iluminado por el propio pueblo sufriente, amenazado y humillado, responde y corresponde, se deja cargar por la realidad. Aquí hemos llegado a una cuestión clave en el pensamiento de Ignacio Ellacuría, y es que, el que haya sido sacerdote (y religioso), fue marcando una visión particular de ver las cosas, teñida por la imagen de Cristo crucificado y resucitado. Que haya experimentado dentro de las obediencias de su Congregación una experiencia encarnada de la fe, lo obligó a distanciar su mente de libros y dogmas y ver participativamente una realidad que estaba siendo (seinde), y haciendo, de una determinada 48 49 50 51 J. SOBRINO, “’El pueblo crucificado’...” 433. Cf. J. SOBRINO, “’El pueblo crucificado’...” 437. J. SOBRINO, “’El pueblo crucificado’...” 439. Sobre la “graciosidad” del pueblo nos recuerda Sobrino las siguiente palabras de Enrique Gómez García: “La ‘graciosidad’ que encierra la realidad, y que solo el hombre con espíritu es capaz de percibir como la presencia providente de Dios en su creación, encuentra su desarrollo más explícito en la comprensión zubiriana del poder de lo real, que propicia la dimensión de fundamentalidad”. En E. GÓMEZ GARCÍA, “De la ‘espiritualidad de lo real’ a la ‘filosofía de la realidad’. Aportes de Xavier Zubiri a la espiritualidad de la liberación”, en Revista de Espiritualidad 63 (2004) 548 ss. 648 Lorena Zuchel forma. Desde aquí podemos decir que no fue Zubiri y Ortega, aunque también; que no fue Hegel y Marx, aunque también; que no fue Rahner y Sobrino, o monseñor Romero, aunque también, sino que fue su formación religiosa, como discípulo de Jesús, la que hizo madurar una sensibilidad que no solo le fue adiestrando en su propio conocimiento interno, de discernimiento continuo de su vida como es fundamental para los ignacianos, sino también circunscrito en entrega generosa, dispuesta y abierta a la realidad. Fue formado para ser seguidor de Jesús de Nazareth, mártir de los pobres, pero la más profunda lección se la dio el propio pueblo crucificado. Ellacuría fue asumiendo una fe lúcida (examinadora), en la que se empapó de la vida salvadoreña, con las dificultades que le toca vivir a sus ciudadanos, por ello es que la idea de Dejarse cargar por la realidad, que le propuso Sobrino a su desafío de la realidad histórica, fue bien aceptado; pues, aunque no lo abordó con esas palabras en sus artículos52, estaba ya expuesta en la imagen con la que ejemplificaba muchos de sus escritos, sobre todo en sus artículos teológicos. En uno de estos lo presenta así: “Es fácil ver a los oprimidos y necesitados como aquellos que requieren ser salvados y liberados, pero no lo es el verlos como salvadores y liberadores […]. Resulte o no escandaloso proponer la pasión y la crucifixión de Jesús y del pueblo como centrales para la salvación del hombre, la pasión de Jesús, precisamente por su propia inverisimilitud salvífica, ilumina la inverisimilitud salvación de la crucifixión del pueblo mientras que esta evita una lectura ingenua o ideologizada de aquella”53. Para Ellacuría, es el pueblo sufriente, entonces, el lugar de salvación; desde él emana la vida y la esperanza. El pueblo sufriente, tal como –dirá– el siervo de Yahvé para los cristianos, es la kénosis actual del Dios que muestra a los hombres y mujeres la verdad. Siervo de Yahvé54 es la figura bíblica que utilizó Ignacio para mostrar, tal como lo entendieron las primeras comunidades cristianas, la muerte de Jesús; como también para mostrar la muerte de nuestros pueblos. 52 53 54 Cf. J. SOBRINO, “’El Ellacuría olvidado’. Lo que no se puede dilapidar”, en J. A. SENENT DE FRUTOS Y J. MORA GALIANA, Ignacio Ellacuría 20 años después. Actas del Congreso Internacional (Instituto Andaluz de Administración Pública, Sevilla 2009) 319-342. I. ELLACURÍA, “El pueblo crucificado…” 121. Cf. I. ELLACURÍA, “El pueblo crucificado…” 125 ss. Ignacio Ellacuría, filósofo cristiano... 649 Con ella ilustra además esa unión y pacto entre Dios y la Historia. Así se describe en Isaías (el segundo Isaías) donde se revela a un siervo elegido que trae luz y poder a las naciones, y que además, les trae el perdón de sus pecados. Ahora bien, aunque paradójico, aquel elegido lejos estaba del uno y del otro, del poder y del pecado. Sin embargo así, sufriente y humillado, cumplió su destino, el que con él, Dios mismo, incluso, estaba asumiendo. Por ello, el siervo acepta este plan injusto, y salva, a través de su sufrimiento, a quienes son los propios causantes de él. Después de esto, siervo de Yahvé será todo aquel que enfrente este destino: el de cargar injustamente con los pecados de los seres humanos. Por estas razones, Ellacuría actualiza esa idea diciendo que son las mayorías populares (con sus diferentes rostros), que aunque no sepan universitariamente lo que significa Jesús o el Reino, hoy son Juez; aunque no formulen juicio teológico, por oposición posibilitante que da salvación a lo que se hace mal, son exigencia posibilitadora, universal y sentenciadora de la propia historia. El pueblo crucificado, entonces, es víctima del pecado y salvación del mundo, aunque Ellacuría nos agrega que esta es solo una primera etapa, pues queda otra: “no hay salvación por el mero hecho de la crucifixión y de la muerte: solo un pueblo que vive, porque ha resucitado de la muerte que se le ha infligido, es el que puede salvar al mundo”55. Así lo podemos leer también en el término del Cuarto poema al siervo de Dios en el mismo Isaías, en donde se muestra la respuesta a la alianza hecha entre Dios y su siervo: “Después de una vida de amarguras verá la luz, comprenderá su destino. Mi siervo, el justo, traerá a muchos la salvación cargando con las culpas de ellos. Por eso, le daré un puesto de honor entre los grandes, y con los poderosos participará del triunfo, por haberse entregado a la muerte y haber compartido la suerte de los pecadores. Pues él cargó con los pecados de muchos e intercedió por los pecadores”56. Y de ello sigue “canta de alegría, rompe a cantar”. ¿Qué significa ese canto alegre, que es salvífico? Para dar respuesta es indispensable explicitar la característica central del pobre que hemos venido esbozando como sujeto de liberación: En Ellacuría, se trata del pobre con espíritu; del pobre que es capaz de levantarse a pesar del dolor, de aguantar, que 55 56 I. ELLACURÍA, “El pueblo crucificado…” 129. ISAÍAS 53,11-12. 650 Lorena Zuchel no busca acomodarse personalmente en el banquete de este mundo, de lo contrario, que se compromete con la desaparición de las condiciones reales de despojo violento. Desde aquí, el pobre con espíritu, y el pueblo con espíritu es a quienes debemos dejarnos cargar. Leemos entonces que el pobre no es a quien le ha ido mal en el juego del quién gana más, que caracteriza nuestros días; sino a aquel que alejado de estas prácticas y del sistema que ha alzado al Capital como único dios, es capaz de tener esperanza en que la realidad abierta tome nuevos rumbos, con trabajo y solidaridad. Y decimos solidaridad, porque para Ellacuría era fundamental la labor de la comunidad, de las mayorías populares, haciéndose cargo de la realidad, para lanzar la historia hacia otra dirección, mas ahora sabemos que no se trata solo de mayorías populares, tan solo por ser populares, sino porque ellas son ejemplo de lucha y esperanza. Se trataría, según nuestro autor, de comunidades que quieren anunciar y realizar el Reino de Dios a todos los hombres y mujeres de la tierra. Se trataría, además, de una organización política, del pueblo que hace Iglesia57. 5. CONCLUSIONES La relación indisoluble de Dios con su pueblo se manifiesta en la teología de nuestro autor claramente como aquel canto de esperanza. Empero, la cuestión de Dios y el pacto, también están presente, como nos dice Sobrino, de manera detallada en su filosofía58. Fueron variadas las versiones de una propuesta filosófica en la que se arrojó al tema de la liberación; pero sobre todo como posibilitante de la realización de un mundo que pudiera garantizar la existencia verdadera (no alienada) y digna, de todos los seres humanos, y compatibles con la naturaleza. Y es que, su lugar de enunciación, San Salvador, la Compañía de Jesús, y el momento histórico que le tocó vivir en las décadas previas a su muerte, le mostraron a Ellacuría aquellas cuestiones que debían tomar urgencia en sus reflexiones; de este modo, haciéndose cargo de su realidad histórica, él asume el desafío de cargar con ella y encargarse positivamente 57 58 I. ELLACURÍA, Mi opción preferencial por los pobres (Editorial Nueva Utopía, Madrid 2009) 137. J. SOBRINO, “Ignacio Ellacuría, el hombre y el cristiano”, en I. ELLACURÍA, J. SOBRINO, R. CARDENAL, Ignacio Ellacuría, el hombre el pensador y el cristiano (EGA, Bilbao 1994) 53. Ignacio Ellacuría, filósofo cristiano... 651 de ella; pero esto, con los pobres de El Salvador, bebiendo de ellos su obstinada capacidad de lucha diaria y alegría, dejándose cargar por ellos. Hasta aquí hemos querido mostrar cómo esa actividad inexorable de cargar sobre los hombros nuestra realidad se puede convertir en desafíos de toda ética, y en especial de una ética de la liberación; es decir, de aquella que, a través de una praxis transformadora, vaya permitiendo la posibilitación de un lugar futurible que troque los llantos en cantos de alegría triunfal. Pensar esta realidad para todos los seres humanos del planeta significa asumir una tarea radical, que en otros escritos, Ellacuría reclama a través de un giro antropológico para la construcción de una Civilización de la Pobreza59. Esta alternativa comporta una suerte de crítica al estado de desarrollo establecido en nuestras sociedades, pero sobre todo, ofrece la posibilidad de lanzar la historia hacia otra dirección, desde la convicción de que ella misma es realidad siempre abierta. Esta labor, tal como se ha insinuado en este escrito, no es misión de un pensamiento ideologizado, sino precisamente lo contrario, desvelamiento de la verdad de la realidad, desde un filosofar auténtico. 59 I. ELLACURÍA, “Utopía y profetismo desde América Latina; un ensayo concreto de soteriología histórica”, en Revista Latinoamericana de Teología 17(1989) 141-184. Reimpreso en I. ELLACURÍA. – J. SOBRINO (Comps.), Mysterium Liberationis 1 (Trotta - Fundación Xavier Zubiri, Madrid 1990) 393-442. Teología y Vida, 55/4 (2014), 653-680 653 La economía y las finanzas en Evangelii gaudium: una reflexión sobre algunas reacciones en Estados Unidos desde la Doctrina Social de la Iglesia Gregorio Guitián FACULTAD DE TEOLOGÍA UNIVERSIDAD DE NAVARRA [email protected] Resumen: La Exhortación Apostólica Evangelii gaudium (EvG) ha sido recibida positivamente por la opinión pública. Sin embargo los pasajes de sobre la economía han suscitado algunas reacciones críticas en Estados Unidos. La tendencia a leer en clave política el magisterio sobre cuestiones sociales, un problema particular en la traducción del texto y el estilo y finalidad del documento son algunos factores que han influido de diverso modo en la comprensión de esos pasajes. En este trabajo se expone, en el marco de la Doctrina Social de la Iglesia anterior, los aspectos principales del mensaje de EvG sobre el sistema económico actual y, desde ahí, se presentan y analizan algunas reacciones al documento en Estados Unidos. Por último, el autor extrae cinco conclusiones. Palabras clave: Evangelii gaudium, Doctrina Social de la Iglesia, Capitalismo, Justicia social, inclusión social de los pobres, Estados Unidos de América. Abstract: The Apostolic Exhortation Evangelii gaudium (EvG) has been positively received by public opinion. However, the paragraphs on Economy have raised some critizism in the United States. A tendency to make a political reading of the magisterium on social issues, a particular problem with the translation, and the stile and aim of the document are some of the factors which have influenced in various ways the understanding of those paragraphs. This article presents the main points of the message of EvG on the current economic system in light of previous Catholic Social Teaching. Then some reactions to this document in the United States are presented and analyzed. Finally, the author draws five conclusions. Keywords: Evangelii gaudium, Catholic Social Teaching, Capitalism, Social justice, inclusion of the poor in society, United States of America. 654 Gregorio Guitián INTRODUCCIÓN El 24 de noviembre de 2013, el día de la clausura del Año de la fe, el papa Francisco firmaba la Exhortación Apostólica Evangelii gaudium (EvG), sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual. No era el primer gran documento magisterial de Francisco, puesto que pocos meses antes había publicado la encíclica Lumen fidei, pero captó la atención de los medios de comunicación y generó un debate en el ámbito académico y en la opinión pública como no se había visto desde hacía tiempo. Las reacciones han sido de diverso grado en función de los países. Por ejemplo, en la opinión pública española, poco acostumbrada a una reflexión de calado sobre las intervenciones del magisterio pontificio, el eco ha sido escaso y, salvo excepciones, más bien superficial; mientras que en el ámbito académico ha destacado el vivo debate entre profesores de diversas universidades españolas en el seno de la Asociación para el Estudio de la Doctrina Social de la Iglesia (AEDOS), sobre todo a través del intercambio de notas y de dos seminarios especiales dedicados a ese documento. Sin embargo y en el conjunto, nos ha llamado la atención el impacto que han causado en Estados Unidos los pasajes de la Exhortación sobre la economía y las finanzas, hasta el punto de que el mismo Presidente de la nación citó expresamente un pasaje del documento en un discurso importante sobre la desigualdad, y el propio Francisco respondió indirectamente en una entrevista a ciertos comentarios realizados en Estados Unidos. Este es el contexto de este trabajo, que tiene por objetivo presentar una reflexión sobre el contenido económico de EvG desde la perspectiva de la Doctrina Social de la Iglesia y en diálogo con algunas reacciones provocadas por el documento en Estados Unidos. En primer lugar nos detendremos en las características del documento, que son particulares, después nos fijaremos en lo que la DSI ha afirmado sobre las cuestiones económicas mencionadas por el papa Francisco en la Exhortación. A continuación expondremos el núcleo central de los números del documento que se refieren a cuestiones económicas para luego señalar y comentar algunas reacciones significativas en Estados Unidos. Por último presentamos cinco conclusiones extraídas del análisis realizado. EL DOCUMENTO Y SU CONTEXTO Como es sabido EvG es la exhortación apostólica que sigue al Sínodo sobre la nueva evangelización celebrado en Roma en octubre de 2012. La economía y las finanzas en Evangelii gaudium... 655 Benedicto XVI había creado en septiembre de 2010 el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización porque consideraba que ese es un reto importante para la Iglesia actual: la situación de los países de honda tradición cristiana que, sin embargo, han ido perdiendo paulatinamente su identidad cristiana debido a un agudo proceso de secularización. En ese contexto Benedicto XVI convocó un sínodo para reflexionar sobre la nueva evangelización y, todavía siendo él Romano Pontífice, presidió el sínodo y recibió de este 58 proposiciones finales como resultado de la reflexión de los participantes en el sínodo1. Ese material llegó al papa Francisco, que aceptó la petición de los padres sinodales de redactar una Exhortación Apostólica, “sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual”. EvG es un largo documento dirigido fundamentalmente a espolear el afán evangelizador de toda la Iglesia, no solo de la jerarquía2. Se diría que Francisco quiere hacer ver a todos los católicos –y a los cristianos– el tesoro que tienen entre manos, y cómo ese tesoro no puede quedar encerrado en los muros de los edificios de culto: ha de llegar al mundo porque la alegría del Evangelio es para todo el mundo. Por eso desde el primer momento predomina el tono animante y positivo, de manera particular en el impresionante comienzo (EvG 1-13) donde Francisco presenta, a modo de pórtico de lo que quiere transmitir, la potencia, la fuerza que tiene el Evangelio para iluminar y alegrar la vida de la humanidad. Describe así, repasando el Antiguo y Nuevo Testamento, cómo la alegría ha sido siempre el signo de la presencia de Dios en el mundo, y cómo Jesucristo ha traído, con su presencia y el anuncio de su Evangelio, la fuente de la alegría al mundo. El esquema de la Exhortación, dividida en cinco capítulos, da cuenta de la amplitud temática y pone de relieve en primer lugar que EvG no es un documento magisterial destinado a formar parte del magisterio social o DSI: a) la reforma de la Iglesia en salida misionera (la Iglesia debe “salir” al mundo); b) las tentaciones de los agentes pastorales y un repaso de la situación extraeclesial; c) la Iglesia entendida como la totalidad 1 2 La Santa Sede publicó la versión inglesa de las proposiciones: cfr. http://www.vatican. va/news_services/press/sinodo/documents/bollettino_25_xiii-ordinaria-2012/02_ inglese/b33_02.html - FINAL_LIST_OF_PROPOSITIONS (accedido en marzo de 2014). El documento tiene cerca de 53.000 palabras distribuidas en 288 números. 656 Gregorio Guitián del Pueblo de Dios que evangeliza, donde el Papa pone énfasis en que no puede haber auténtica evangelización sin la proclamación explícita de que Jesús es el Señor; d) la homilía y su preparación; e) la inclusión social de los pobres y la dimensión social de la evangelización; f ) la paz y el diálogo social; el bien común y la paz social, y g) las motivaciones espirituales para la tarea misionera. Como se ve, aunque indudablemente toca temas de la DSI, como en la sección sobre la dimensión social de la evangelización3, el conjunto del documento se mueve más en el terreno pastoral. La segunda característica, que a nuestro entender influye notablemente en algunas reacciones al documento, es el estilo o registro lingüístico que emplea el papa Francisco. A lo largo del documento se pueden encontrar frases vigorosas, redondas, expresivas, que buscan llegar de manera directa al interlocutor, incluso creando cuando es necesario nuevos términos4. Junto a las expresiones que se refieren a los números que tratan sobre la economía y las finanzas, tales como “no a una economía de la exclusión” (EvG 53), “no a la nueva idolatría del dinero” (55), “no a un dinero que gobierna en lugar de servir” (57), “no a la inequidad que genera violencia” (59), “ya no podemos confiar en las fuerzas ciegas y en la mano invisible del mercado” (204), etc., encontramos también 3 4 De entre las 58 proposiciones de los padres, una, la 24ª, hace referencia a la DSI: “Con el fin de promover una nueva evangelización en la sociedad, la mayor atención se debe dar a la doctrina social de la Iglesia, entendiendo que se trata de un anuncio y el testimonio de la fe, un medio insustituible de la educación en la fe (cf. Caritas in veritate, 15). Este abrazo de la doctrina social de la Iglesia debe estar presente en el contenido de la catequesis, la educación cristiana, la formación de los seminaristas y religiosos, la formación permanente de los obispos y de los sacerdotes y sobre todo la formación de los laicos. El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia es un recurso muy valioso en el logro de esta formación continua”. Además, la proposición 31 se refería a la nueva evangelización y la opción por los pobres, subrayando que los más afectados por la crisis económica son los sin-techo, los abandonados y los inmigrantes. “La opción preferencial por los pobres nos lleva a buscar a los pobres y trabajar en su nombre para que se sienta como en casa en la Iglesia. Ambos son destinatarios y actores de la Nueva Evangelización”. Esta es la única referencia a la economía, y como se ha visto, Francisco se ha ocupado expresamente de este tema en la Exhortación Apostólica. Por ejemplo “primerear”, que se refiere a adelantarse, tener iniciativa: “la Iglesia en salida es la comunidad de discípulos misioneros que primerean, que se involucran, que acompañan, que fructifican y festejan. «Primerear»: sepan disculpar este neologismo” (EvG 24). La economía y las finanzas en Evangelii gaudium... 657 abundantes ejemplos en otros contextos5. Muchas de esas expresiones son palmarias y no necesitan explicación alguna; otras, en cambio, si se toman aisladamente, pueden dar lugar a algún equívoco. EL MARCO DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA QUE SITÚA LOS NÚMEROS DE EVG SOBRE LA ECONOMÍA Pocas semanas después de la publicación de EvG, el Papa afirmaba en una entrevista que “en la Exhortación no hay nada que no se encuentre en la Doctrina social de la Iglesia”6. Por eso, y a la vista de algunas reacciones al documento, es importante exponer de manera breve y sintética lo que la DSI ha dicho a propósito del libre mercado. En distintos documentos, pero de manera especial en la encíclica Centesimus annus, la DSI ha elogiado abiertamente lo que llama “economía de mercado o simplemente economía libre”7, así como el libre mercado por ser, en la práctica, “el instrumento más eficaz para colocar 5 6 7 “Los evangelizadores tienen así «olor a oveja»” (24); “constituyámonos en todas las regiones de la tierra en un «estado permanente de misión»” (25); “sin «fidelidad de la Iglesia a la propia vocación», cualquier estructura nueva se corrompe en poco tiempo” (26); “sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo” (27); “prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades” (49); “estamos llamados a ser personas-cántaros para dar de beber a los demás” (86); “la inequidad es la raíz de los males sociales” (202); “nos entretenemos vanidosos hablando sobre “lo que habría que hacer” –el pecado del «habriaqueísmo»”– (96); “tampoco creo que deba esperarse del magisterio papal una palabra definitiva o completa sobre todas las cuestiones que afectan a la Iglesia y al mundo” (16); “no es conveniente que el Papa reemplace a los episcopados locales en el discernimiento de todas las problemáticas que se plantean en sus territorios. En este sentido, percibo la necesidad de avanzar en una saludable «descentralización»” (16); “una pastoral en clave misionera no se obsesiona por la transmisión desarticulada de una multitud de doctrinas que se intenta imponer a fuerza de insistencia” (35); “si un párroco a lo largo de un año litúrgico habla diez veces sobre la templanza y solo dos o tres veces sobre la caridad o la justicia, se produce una desproporción donde las que se ensombrecen son precisamente aquellas virtudes que deberían estar más presentes en la predicación y en la catequesis” (38), etc. Cfr. FRANCISCO, “Jamás tener miedo a la ternura”, en La Stampa 14-12-2013. (http://www.lastampa.it/2013/12/14/esteri/vatican-insider/es/jams-tener-miedoa-la-ternura-r8lpFUAxsH2v9Ypu21FPeI/pagina.html. Accedido marzo 2014). JUAN PABLO II, Enc. Centesimus annus, 42 (AAS 83 [1991] 793-867). En adelante CA. 658 Gregorio Guitián los recursos y responder eficazmente a las necesidades”8. De ahí que el Compendio reconozca que “históricamente, el mercado ha dado prueba de saber iniciar y sostener, a largo plazo, el desarrollo económico”9. En conjunto “la doctrina social de la Iglesia aprecia las seguras ventajas que ofrecen los mecanismos del libre mercado, tanto para utilizar mejor los recursos, como para agilizar el intercambio de productos: estos mecanismos, sobre todo, dan la primacía a la voluntad y a las preferencias de la persona, que, en el contrato, se confrontan con las de otras personas” (CDSI 347). Además, y este es un punto importante, la DSI es consciente de que “un mercado verdaderamente competitivo es un instrumento eficaz para conseguir importantes objetivos de justicia: moderar los excesos de ganancia de las empresas; responder a las exigencias de los consumidores; realizar una mejor utilización y ahorro de los recursos; premiar los esfuerzos empresariales y la habilidad de innovación; hacer circular la información, de modo que realmente se puedan comparar y adquirir los productos en un contexto de sana competencia” (CDSI 347). De modo particular, se reconoce bajo estas condiciones la capacidad del mercado de responder a las exigencias de la justicia conmutativa10. Sin embargo la DSI ha sido igualmente clara respecto a las limitaciones del mercado, que no es un instrumento perfecto al que se le pueda pedir solución para todos los problemas económicos. Juan Pablo II apuntó agudamente que el mercado da una respuesta adecuada “solo para aquellas necesidades que son «solventables», con poder adquisitivo, y para aquellos recursos que son «vendibles», esto es, capaces de alcanzar un precio conveniente. Pero existen numerosas necesidades humanas que no tienen salida en el mercado. Es un estricto deber de justicia y de verdad impedir que queden sin satisfacer las necesidades humanas fundamentales y que perezcan los hombres oprimidos por ellas” (CA 34). 8 9 10 CA 34. PONTIFICIO CONSEJO JUSTICIA Y PAZ, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (BAC-Planeta, Madrid 2005) 347. En adelante CDSI. Cfr. BENEDICTO XVI, Enc. Caritas in veritate, 35 (AAS 101 [2009] 641-709). En adelante CV. La economía y las finanzas en Evangelii gaudium... 659 Se trata de un punto delicado. Por una parte, hay importantes necesidades humanas que no se le pueden pedir al mercado: uno puede comprar una casa pero no puede comprar un hogar, ni tampoco se puede comprar el amor que toda persona necesita. Del mismo modo, tampoco el mercado es capaz de dar respuesta a todas las necesidades de índole espiritual, por mencionar algunos ejemplos. Por otra parte, aquellas personas que sin culpa propia no tienen la capacidad adquisitiva para participar en el mercado, por ejemplo porque a causa de un accidente han perdido su trabajo o ya no tienen posibilidad de encontrar uno nuevo, quedan excluidas de ese ámbito y pueden llegar a carecer incluso de lo necesario para vivir. No se trata simplemente de una situación triste sino también de una injusticia. En concreto, la justicia social, es decir, la justicia del bien común, la que se refiere al deber de contribuir al bien común según sus posibilidades, exige que esas personas no queden excluidas de la sociedad. Cuando a una persona sin culpa propia le falta lo necesario para sobrevivir, queda excluida no solo del mercado sino también de la sociedad, y se le niega la dignidad de poder participar del bien común que supone vivir en sociedad, la dignidad de poder contribuir a ese bien común. Por justicia social una sociedad debe poner los medios para que esas personas no queden excluidas. Un primer paso es que puedan tener lo más básico para no perecer, pero el verdadero objetivo es cómo ayudarlas para que sean capaces de contribuir al bien común cumpliendo con sus deberes, cómo crear oportunidades para esas personas. Como tal y por sí mismo, el mercado no sabe hacer eso porque no es capaz de responder a las exigencias de la justicia social y por eso necesita algo más11. Esa corrección, ese complemento, es orientación al bien común, y eso es lo que hace notar la DSI, que 11 Un ejemplo significativo es el origen de los microcréditos. Como es sabido Yunus se dio cuenta de que no pocas mujeres que trabajaban fatigosamente en la elaboración y venta de manufacturas sencillas difícilmente podían sostener a sus familias por tener que hacer frente a los considerables gastos de la exigua financiación que obtenían de particulares para poder llevar a cabo ese trabajo. El margen que les quedaba para vivir era muy reducido. No podían acudir a la banca comercial por carecer de aval o garantía porque, básicamente, no tenían nada. No tenían capacidad de acceder al mercado. Desde el punto de vista de la justicia social en ese punto existía un problema. Yunus introdujo la figura del microcrédito, que en esencia concedía la financiación sin garantía, fiándose del trabajo de esas personas y con un interés menor. De ese modo fueron capaces de sacar adelante sus negocios (y sus familias) más dignamente. (cfr. P. ROSAMUNDE, El banquero de los pobres: los 660 Gregorio Guitián “[...] no ha dejado nunca de subrayar la importancia de la justicia distributiva y de la justicia social para la economía de mercado, no solo porque está dentro de un contexto social y político más amplio, sino también por la trama de relaciones en que se desenvuelve. En efecto, si el mercado se rige únicamente por el principio de la equivalencia del valor de los bienes que se intercambian, no llega a producir la cohesión social que necesita para su buen funcionamiento. Sin formas internas de solidaridad y de confianza recíproca, el mercado no puede cumplir plenamente su propia función económica” (CV 35). Por este motivo también la DSI ha llamado a la intervención de quienes tienen una especial responsabilidad respecto al bien común. Sin embargo la DSI, porque subraya igualmente la importancia del principio de subsidiaridad, sabe también que la autoridad pública, el Estado, no es la primera instancia que debe solucionar esos problemas, sino cada ciudadano y las asociaciones intermedias, como sucede en el caso de la aparición de los microcréditos o en otras iniciativas que operan dentro del mismo mercado, como las empresas de Economía de Comunión a las que se refiere “Caritas in veritate” (cfr. CV 46)12. Como síntesis, el Catecismo de la Iglesia señala que las críticas al sistema capitalista se refieren a excesos que se dan en su “práctica” como el hacer de los beneficios el fin último, el individualismo o el tratar el trabajo humano como si fuera una mera mercancía. Y por otra parte, el Catecismo critica también algunas deficiencias respecto a la justicia social que exigen un marco ético y jurídico en vistas al bien común: “Toda práctica que reduce a las personas a no ser más que medios con vistas al lucro esclaviza al hombre, conduce a la idolatría del dinero y contribuye a difundir el ateísmo. «No podéis servir a Dios y 12 microcréditos y la batalla contra la pobreza en el mundo (Paidós, Barcelona 2006). Yunus introdujo una modificación en el mercado, modificación que responde a lo que hoy llamaríamos la lógica del don o de la gratuidad (formas de confianza que abren posibilidades nuevas). Por sí mismo el mercado, que se rige por la justicia conmutativa, no era capaz de dar respuesta a esa situación. Yunus, con mucho esfuerzo y tras salvar numerosos obstáculos de tipo legal o institucional, logró mejorar la situación desde el mismo mercado. Este ejemplo muestra los límites del mercado y, al mismo tiempo, la realidad de que el Estado no es necesariamente el único cauce para solucionar los problemas de justicia social. Cfr. V. PELLIGRA, Economía de comunión. Una nueva cultura (Ciudad Nueva, Madrid 2006); L. BRUNI (coord.), Economía de comunión. Por una nueva cultura económica centrada en la persona (Ciudad Nueva, Madrid 2001). La economía y las finanzas en Evangelii gaudium... 661 al dinero» (Mt 6, 24; Lc 16, 13). […] La Iglesia ha rechazado [...] en la práctica del «capitalismo» el individualismo y la primacía absoluta de la ley de mercado sobre el trabajo humano (cf CA 10. 13. 44). La regulación de la economía […] únicamente por la ley de mercado quebranta la justicia social, porque «existen numerosas necesidades humanas que no pueden ser satisfechas por el mercado» (CA 34). Es preciso promover una regulación razonable del mercado y de las iniciativas económicas, según una justa jerarquía de valores y con vistas al bien común” (CEC 2424-5)13. LOS PASAJES SOBRE LA ECONOMÍA DE EVANGELII GAUDIUM Los pasajes que más atención han recibido han sido precisamente los quince números o párrafos que hacen referencia a la economía y las finanzas (EvG 53-60 y 202-208). Sin embargo, lo primero que hay que decir es que esos párrafos son secundarios respecto a la temática principal de la Exhortación, que es el anuncio del Evangelio. Ese anuncio tiene sin duda una dimensión social importante porque el amor de Dios se traduce necesariamente en el amor a los demás, en la preocupación por la buena marcha de la sociedad y, en particular, en el compromiso con quienes están más necesitados (cfr. EvG 186ss). En ese contexto los números dedicados a la economía señalan, en síntesis, una preocupación de fondo del Papa: el sistema económico y financiero actual no está suficientemente orientado a la persona, no está suficientemente informado por la ética y tiene una carencia antropológica seria. Esa carencia se traduce en que lo que gobierna es el dinero, con consecuencias deshumanizadoras como la exclusión, la inequidad, el consumismo, etc. (EvG 57-58, 203). Se trata, por tanto, de que quienes tienen capacidad de decisión en el ámbito político y económico inicien un proceso para cambiar desde su raíz esta situación (EvG 203 y 205). 13 Y más recientemente el Compendio afirma: “la idea que se pueda confiar solo al mercado el suministro de todas las categorías de bienes no puede compartirse, porque se basa en una visión reductiva de la persona y de la sociedad. Ante el riesgo concreto de una «idolatría» del mercado, la doctrina social de la Iglesia subraya sus límites, fácilmente perceptibles en su comprobada incapacidad de satisfacer importantes exigencias humanas, que requieren bienes que, «por su naturaleza, no son ni pueden ser simples mercancías», bienes no negociables según la regla del «intercambio de equivalentes» y la lógica del contrato, típicas del mercado” (CDSI 349). 662 Gregorio Guitián La primera referencia (EvG 53-60) se encuentra en la sección dedicada a los desafíos extraeclesiales y la segunda dentro de una sección titulada “la inclusión social de los pobres”, más en concreto en el apartado “economía y distribución de ingreso”. El marco de la inclusión social de los pobres es muy importante para entender todo lo que se dice sobre la economía porque es ese el objetivo y la razón por la que el Papa se adentra en las cuestiones económicas. De hecho los párrafos sobre economía dentro de la sección dedicada a los desafíos extraeclasiales también están centrados en el problema de la exclusión social de los pobres. Por otra parte es igualmente importante señalar que ambos pasajes están flanqueados por dos afirmaciones que son clave para entender la intención del Pontífice y lo que se puede encontrar en los párrafos sobre la economía. La primera es que “no es función del Papa ofrecer un análisis detallado y completo sobre la realidad contemporánea, pero aliento a todas las comunidades a una «siempre vigilante capacidad de estudiar los signos de los tiempos»” (EvG 51). En esa misma línea afirma que cuando describe la situación “solo pretendo detenerme brevemente, con una mirada pastoral, en algunos aspectos de la realidad” que influyen en la misión evangelizadora de la Iglesia. La segunda afirmación está relacionada con el enfoque pastoral de lo que el Papa dice sobre la economía: “Si alguien se siente ofendido por mis palabras, le digo que las expreso con afecto y con la mejor de las intenciones, lejos de cualquier interés personal o ideología política. Mi palabra no es la de un enemigo ni la de un opositor. Solo me interesa procurar que aquellos que están esclavizados por una mentalidad individualista, indiferente y egoísta, puedan liberarse de esas cadenas indignas y alcancen un estilo de vida y de pensamiento más humano, más noble, más fecundo, que dignifique su paso por esta tierra” (EvG 208). Como resultado de ambas afirmaciones en la Exhortación encontramos dos tipos de frases claramente diferenciados: a) por un lado, frases de tipo analítico donde Francisco describe algunos aspectos de la situación socioeconómica actual. Estos pasajes, como él mismo afirma, no constituyen un análisis ni detallado ni completo y aparece orientado hacia las consecuencias pastorales. La economía y las finanzas en Evangelii gaudium... 663 b) Por otro lado frases de tipo exhortativo, porque el Papa quiere incidir en las personas que, de un modo u otro, están involucradas en esos campos14. En ambos tipos de frases el Papa emplea en ocasiones el estilo propio que antes hemos mencionado. Este marco indica que no puede esperarse de esos párrafos un tratamiento sistemático y preciso de las gruesas cuestiones apuntadas en ellos. Perder de vista este condicionamiento ha llevado fácilmente a interpretaciones parciales y a leer en un número reducido de frases más de lo que podían dar de acuerdo con la propia intención del Romano Pontífice. En el conjunto de los quince números se detectan dos grandes ideas de fondo que están presentes en las dos secciones que hablan de economía. a) El problema de la exclusión social La atención mediática y gran parte de los comentarios aparecidos en Estados Unidos se han concentrado en gran medida en algunas frases de los números 53 y 54. En esas frases Francisco denuncia la exclusión e inequidad que provoca en la práctica el sistema económico actual. Por ejemplo, la frase “no puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa. Eso es exclusión”, fue citada expresamente por el Presidente de los Estados Unidos en un importante discurso sobre desigualdad económi14 Cfr. EvG 57, 58 y 205. “Animo a los expertos financieros y a los gobernantes de los países a considerar las palabras de un sabio de la antigüedad: “No compartir con los pobres los propios bienes es robarles y quitarles la vida. No son nuestros los bienes que tenemos, sino suyos” (57); “el Papa ama a todos, ricos y pobres, pero tiene la obligación, en nombre de Cristo, de recordar que los ricos deben ayudar a los pobres, respetarlos, promocionarlos. Os exhorto a la solidaridad desinteresada y a una vuelta de la economía y las finanzas a una ética en favor del ser humano” (58); “¡pido a Dios que crezca el número de políticos capaces de entrar en un auténtico diálogo que se oriente eficazmente a sanar las raíces profundas y no la apariencia de los males de nuestro mundo!” (205); “¡Ruego al Señor que nos regale más políticos a quienes les duela de verdad la sociedad, el pueblo, la vida de los pobres! Es imperioso que los gobernantes y los poderes financieros levanten la mirada y amplíen sus perspectivas, que procuren que haya trabajo digno, educación y cuidado de la salud para todos los ciudadanos. ¿Y por qué no acudir a Dios para que inspire sus planes? Estoy convencido de que a partir de una apertura a la trascendencia podría formarse una nueva mentalidad política y económica que ayudaría a superar la dicotomía absoluta entre la economía y el bien común social” (205). 664 Gregorio Guitián ca15. Pero más allá de ese ejemplo gráfico, que Francisco había utilizado ya meses antes16, la cuestión principal es que “hoy todo entra dentro del juego de la competitividad y de la ley del más fuerte, donde el poderoso se come al más débil. Como consecuencia de esta situación, grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas: sin trabajo, sin horizontes, sin salida. […] con la exclusión queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive” [...] (EvG 53). Sin embargo, acompaña a esta consideración el párrafo que ha inflamado el debate en los Estados Unidos y en otros países, y que se refiere todavía al problema de la desigualdad y la exclusión: “En este contexto, algunos todavía defienden las teorías del “derrame”, que suponen que todo crecimiento económico, favorecido por la libertad de mercado, logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión social en el mundo. Esta opinión, que jamás ha sido confirmada por los hechos, expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico y en los mecanismos sacralizados del sistema económico imperante. Mientras tanto, los excluidos siguen esperando” (EG 54). En cuanto al problema de la exclusión, a la luz de cuanto ha venido enseñando la DSI, las afirmaciones del papa Francisco no son ninguna novedad. El Pontífice está señalando que el mercado no está siendo capaz de dar respuesta a las necesidades básicas de quienes no son capaces de entrar en su órbita y, como consecuencia, quedan excluidos de la misma sociedad. Aunque no mencione expresamente la justicia social, en realidad subyace ese problema. Nuestra sociedad no puede ser indiferente a una situación que deja fuera a muchos que tienen derecho a la sociedad por ser humanos, y el libre mercado experimenta un límite en relación con ese problema. 15 16 THE WHITE HOUSE, Remarks by the President on economic mobility, December 4th, 2013 (http://www.whitehouse.gov/the-press-office/2013/12/04/remarks-presidenteconomic-mobility. Accedido en marzo 2014). FRANCISCO, Audiencia general, 5 de junio de 2013: “que algunas personas sin techo mueren de frío en la calle no es noticia. Al contrario, una bajada de diez puntos en las bolsas de algunas ciudades constituye una tragedia. Alguien que muere no es una noticia, ¡pero si bajan diez puntos las bolsas es una tragedia! Así las personas son descartadas, como si fueran residuos”. La economía y las finanzas en Evangelii gaudium... 665 La segunda afirmación ataca la posición que considera que, sin ninguna medida adicional, el crecimiento económico en un contexto de libre mercado es capaz por sí solo de incluir a los que están excluidos. Aunque más adelante volveremos sobre esta cuestión, aquí hemos de señalar que en la DSI anterior no se encuentra una referencia específica a esta teoría, y el mismo Papa señaló posteriormente, en la entrevista antes mencionada, lo siguiente: “La única cita específica fue sobre las teorías de la «recaída favorable», que suponen que todo crecimiento económico, favorecido por la libertad de mercado, logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión social en el mundo. Se prometía que, cuando el vaso hubiera estado lleno, se habría desbordado y los pobres se habrían beneficiado. En cambio sucede que, cuando está lleno, el vaso, por arte de magia, crece y así nunca sale nada para los pobres. Esta fue la única referencia a una teoría específica”17. En cambio, como hemos visto en la DSI –concretamente lo recoge el Catecismo– sí se encuentra el rechazo de la regulación de la economía “únicamente por la ley del mercado” (CEC 2425) y la llamada a orientar el mercado al bien común con un marco jurídico y ético adecuados (cfr. también CA 42). Eso supone una intervención que no solo se refiere a la autoridad que tiene una especial responsabilidad respecto al bien común, sino también a los propios agentes del mercado y a la misma sociedad civil como corresponde al principio de subsidiaridad. Como apuntábamos más arriba, la cuestión de la exclusión y la desigualdad tiene su correlato en el segundo grupo de números dedicados a la economía (EvG 202-208). Allí, y es también otro pasaje que ha levantado ampollas, Francisco señala que “ya no podemos confiar en las fuerzas ciegas y en la mano invisible del mercado. El crecimiento en equidad exige algo más que el crecimiento económico, aunque lo supone” (EvG 202). Cuanto hemos señalado sobre la necesidad de orientar el mercado al bien común por ser una dimensión más de la vida en sociedad explica lo que se afirma en este último número. Por eso, más allá de la cita específica de las teorías del derrame, nos parece que el fondo de la observación que hace el Papa tampoco es una novedad en la DSI. En conjunto estos números responden a la intención analítica del Papa: son un análisis breve y no detallado de un problema serio de la 17 FRANCISCO, “Jamás tener miedo ...”, entrevista en La Stampa, 14-12-2013. 666 Gregorio Guitián sociedad actual a escala global. Lo que Francisco invitaba a llevar a cabo a la Iglesia –“estudiar los signos de los tiempos” (EvG 51)– es lo que él mismo hace aquí. En sus propias palabras, y excepción hecha de la referencia a las teorías del derrame, “no hablé desde un punto de vista técnico, traté de presentar una fotografía de lo que sucede”18. Como se ve es la necesidad de incluir en la sociedad a los pobres la que guía la denuncia del pontífice y es este punto también el que ha de orientar la reflexión y la respuesta a esta interpelación. b) Problemas estructurales del sistema económico actual La segunda gran cuestión planteada por el Papa se refiere a los problemas estructurales que acarrea el sistema económico y financiero actual. En este caso las ideas al respecto se encuentran distribuidas en las dos secciones dedicadas a la economía. Uno de los problemas estructurales señalados por el Papa es precisamente el de la violencia, pero guarda relación con la exclusión, la desigualdad y lo que sucede en la práctica en el sistema económico actual. En palabras de Francisco, “[...] hasta que no se reviertan la exclusión y la inequidad dentro de una sociedad y entre los distintos pueblos será imposible erradicar la violencia” (EvG 59). La razón es clara: “cuando la sociedad abandona en la periferia una parte de sí misma, no habrá programas políticos […] que puedan asegurar indefinidamente la tranquilidad” (EG 59). La raíz de la violencia es la injusticia y en la mente del Papa esta tiene dos manifestaciones arraigadas en el momento presente: la primera, como se ha visto, es la exclusión y la inequidad que generan violencia; la segunda apunta grosso modo al sistema social y económico: “[...] el sistema social y económico es injusto en su raíz. Así como el bien tiende a comunicarse, el mal consentido, que es la injusticia, tiende a expandir su potencia dañina y a socavar silenciosamente las bases de cualquier sistema político y social por más sólido que parezca. Si cada acción tiene consecuencias, un mal enquistado en las estructuras de una sociedad tiene siempre un potencial de disolución y de muerte. Es el mal cristalizado en estructuras sociales injustas, a partir del cual no puede esperarse un futuro mejor” (EG 59). 18 FRANCISCO, “Jamás tener miedo ...”, entrevista en La Stampa, 14-12-2013. La economía y las finanzas en Evangelii gaudium... 667 Aunque no menciona expresamente las “estructuras de pecado”, el análisis del Papa apunta claramente en esa dirección. La cuestión es: ¿cuál es la injusticia o el mal que se encuentra en la raíz del sistema económico propiamente dicho? La respuesta se encuentra en dos frentes, siempre dentro de la perspectiva analítica antes mencionada: a) “Los mecanismos de la economía actual promueven una exacerbación del consumo” (EvG 60) y esto por “la grave carencia de su orientación antropológica que reduce el ser humano a una sola de sus necesidades: el consumo” (55). Así se puede explicar que incluso “perdemos la calma si el mercado ofrece algo que todavía no hemos comprado” (54). Es decir, el consumismo es, a efectos prácticos, un problema estructural del sistema económico actual, que por una visión materialista de la vida cifra la felicidad en un consumo exacerbado que deshumaniza. Se entiende que este problema ha de ponerse en relación con la cuestión de la inequidad y la exclusión, pues el consumismo convive con los ejemplos gráficos de exclusión e inequidad descritos en el n. 53. b) “Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz. Este desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera. De ahí que nieguen el derecho de control de los Estados, encargados de velar por el bien común” (EvG 56). Este pasaje, que como veremos ha levantado ampollas, tiene de nuevo su correlato en el segundo grupo de números dedicados a la economía. Se trata, por tanto, de otra idea de fondo que recorre el pensamiento del Papa: “mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres, renunciando a la autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera y atacando las causas estructurales de la inequidad, no se resolverán los problemas del mundo” (EvG 202). En este caso el Papa entiende que la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera es otra de las injusticias “radicales” que se encuentra en la base de los problemas del mundo. Nótese que el problema apunta a la ideología que niega todo derecho de intervención por parte del Estado. Como hemos visto la Iglesia es contraria a esa posición pero el Papa emplea la palabra “control”, que tiene una connotación colectivista que no ha pasado desapercibida. Por lo demás, que el Estado 668 Gregorio Guitián tenga el encargo y deber de velar por el bien común es una afirmación absolutamente clásica de la DSI19. Esa es la función teórica de la autoridad, confiando en que lo sea en la práctica y lamentando también los casos en que de hecho no lo es. ALGUNAS REACCIONES AL DOCUMENTO EN ESTADOS UNIDOS La crisis económica ha puesto una vez más de manifiesto lo que desde hace tiempo numerosos académicos vienen señalando: el sistema económico que de hecho tenemos necesita una revisión profunda pues, entre otros motivos, las concepciones antropológicas y éticas que lo sustentan son claramente insuficientes20. Por eso las enseñanzas de Francisco son bienvenidas por muchos porque aportan luces y enriquecen la reflexión sobre un problema serio que importa a todos. También en Estados Unidos la aportación del Papa es bien recibida por muchas personas, incluida la primera autoridad del país. Sin embargo, de entre las numerosas reacciones aquí nos vamos a fijar solo en algunas que, bien por su autor o por el medio en que han aparecido, pueden tener una mayor influencia. Hay algo que sorprende en no pocos de los comentarios sobre EvG en Estados Unidos: con bastante frecuencia los pronunciamientos magisteriales que se refieren a cuestiones de DSI tienden a ser vistos en clave política. Así, una afirmación es de corte republicano o demócrata, es liberal o izquierdista o es conservadora. Ya en el terreno de la economía, las afirmaciones tienden a ser vistas en clave capitalista o colectivista, y entonces parece que irremediablemente uno ha de situarse a favor o en contra de la DSI. En ese contexto no sorprende que Rush Limbaugh, quizá uno de los locutores radiofónicos más conocidos del país, dijera que las afirmaciones del Papa son “puro marxismo”21. Es a este comentario al que parecía responder el Papa cuando afirmaba en la entrevista 19 20 21 Cfr. CDSI 168; CEC 1910; JUAN XXIII, Enc. Pacem in terris, 54 (AAS 55 [1963] 257-304); LEÓN XIII, Immortale Dei, 2 (AAS 18 [1885] 161-180); LEÓN XIII, Enc. Rerum novarum, 23 (AAS 23 [1890-1891] 641-670): “el Estado debe velar por el bien común como propia misión suya”. Cfr., por señalar tan solo algún ejemplo, S. ZAMAGNI, Por una economía del bien común (Ciudad Nueva, Madrid 2012); R. F. CRESPO, Filosofía de la economía (Eunsa, Pamplona 2009). “This is just pure Marxism coming out of the mouth of the pope” (R. LIMBAUGH, It’s Sad How Wrong Pope Francis Is [Unless It’s a Deliberate Mistranslation By Leftists], November 27th, 2013. (http://www.rushlimbaugh.com/daily/2013/11/27/it_s_ La economía y las finanzas en Evangelii gaudium... 669 mencionada: “no hablé como técnico, sino según la Doctrina social de la Iglesia. Y esto no significa ser marxista”22. Por su parte, la revista First Things, un importante referente del pensamiento cristiano en Estados Unidos, publicaba un editorial a propósito de EvG. En ella, Russell Ronald Reno, actual editor de la revista, decía que “desafortunadamente, las abarcantes generalizaciones de Francisco sobre la economía son imprecisas e incluso irresponsables”23. El problema que señala Reno es que el Papa “ignora la manera en que las economías dominadas por el Estado espolean la corrupción y con frecuencia hacen más profunda la pobreza en vez de aliviarla, mientras que señala las teorías del derrame con una dura crítica”. Como se ve, Reno asume que el Papa propone el dominio de la economía por parte Estado, y eso es lo que le parece irresponsable. Sin embargo con esta afirmación va más allá de lo que el Papa dice en su texto y parece etiquetar las palabras de Francisco conforme a una estructura bipolar: si no es capitalismo, es economía estatal. En este contexto se entiende perfectamente que Juan Pablo II recordara en aquel conocido pasaje de Sollicitudo rei socialis que “la doctrina social de la Iglesia no es, pues, una «tercera vía» entre el capitalismo liberal y el colectivismo marxista, y ni siquiera una posible alternativa a otras soluciones menos contrapuestas radicalmente, sino que tiene una categoría propia. […] no pertenece al ámbito de la ideología, sino al de la teología y especialmente de la teología moral”24. 22 23 24 sad_how_wrong_pope_francis_is_unless_it_s_a_deliberate_mistranslation_by_ leftists. Accedido abril 2014). FRANCISCO, “Jamás tener miedo a la ternura”, Entrevista en La Stampa,14-12-2013. R. R. RENO, “Francis and the market” en First Things February 2014, 3-7; 3-4: “Good questions [What’s to be done about wage competition between workers in Bangalore, India, and Youngstown, Ohio? About the migration of people in search of economic opportunity? How will global finance be regulated? Pollution and climate change? And then there’s the mother of all questions, the one Francis brings to the fore: How can we include as many people as possible in the prosperity being created by the capitalist revolution sweeping the globe?], but unfortunately Francis’s sweeping generalizations about economics are inaccurate, and even irresponsible. He ignores the ways in which state-dominated economics encourage corruption and often deepen rather than alleviate poverty while singling out trickle-down theories for harsh criticism”. JUAN PABLO II, Enc. Sollicitudo rei socialis, 41 (AAS 80 [1988] 513-586). A este propósito cfr. A. BELLOCQ, “Qué es y qué no es la Doctrina Social de la Iglesia”, en Scripta Theologica 44/2 (2012) 337-366. 670 Gregorio Guitián Robert Sirico, cofundador y presidente del Acton Institute –un think-tank de inspiración católica que defiende el libre mercado en un contexto informado por los valores morales– realizó unas declaraciones en un vídeo tres días después de la publicación de EvG. Además de alabar el documento, hacía notar con tono elegante –y es algo que muchos comentarios han repetido de un modo u otro– que es un hecho incontestable que la economía basada en el mercado global ha reducido la pobreza como no lo ha conseguido nunca ningún otro modelo de organización económica. Por otra parte Sirico lanza una serie de preguntas: ¿dónde es el mercado absolutamente autónomo? ¿Quién está defendiendo un mercado desconectado de la moralidad, de la ley, de la cultura? Existe una conciencia general de la necesidad de leyes o reglas adecuadas para que los mercados puedan funcionar. Sirico se pregunta también si hay diferencia entre lo que dice Juan Pablo II sobre el mercado en “Centesimus annus” y la experiencia que puede tener Francisco de un capitalismo de compadreo (crony capitalism) o un capitalismo de Estado (State capitalism), como el que Francisco puede haber visto en Argentina o el que se da en otros lugares de Latinoamérica25. En un artículo titulado “Coincidiendo con el papa Francisco”26, Michael Novak señala que una exhortación no es un documento que destaque por un cuidadoso argumento, pues eso es más bien el trabajo de una encíclica. Según Novak una exhortación apostólica es una ocasión algo informal para que el Papa exponga su visión de pastor; es como un sermón u homilía27. Novak se muestra de acuerdo con el Papa porque le parece que el capitalismo que el Papa tiene en mente es el que proviene de su experiencia en Argentina. No obstante considera que la Exhortación 25 26 27 R. SIRICO, Comments on the economics view of Pope Francis in Evangelii gaudium (cfr. http://blog.acton.org/archives/63186-video-rev-robert-sirico-responds-popefrancis-economic-views-evangelii-gaudium.html. Accedido abril 2014). M. NOVAK, “Agreeing with Pope Francis”, en National Review Online December 7th, 2013 (http://www.nationalreview.com/article/365720/agreeing-pope-francismichael-novak. Accedido en marzo de 2014). “An exhortation is not so much a teaching document laying out a careful argument — that is the task for an encyclical. Rather, it is more like a sermon, a somewhat informal occasion for the pope to set out his vision as a pastor, and to present it as an invitation to deeply felt piety and devotion” (M. NOVAK, “Agreeing with Pope Francis”…). Sin embargo eso no es exacto. Bastaría poner los ejemplos de “Christifideles laici” o “Evangelium nuntiandi”, que no son sermones y tienen una cuidada argumentación. La economía y las finanzas en Evangelii gaudium... 671 contiene una serie de afirmaciones altamente partidistas y tendenciosas, que “parece que están fuera de la normal tranquilidad y generosidad de espíritu de este Papa”. En concreto se refiere a expresiones como “trickledown theories”, la alusión a la “mano invisible”, la expresión “idolatría del dinero” o aquella otra de “confianza en el Estado «encargado de velar por el bien común»”28. De la expresión “idolatría del dinero” solo se puede decir que, además de estar recogida hace años en el Catecismo (cfr. CEC 2425), está tranquila y establemente asentada en el pensamiento del Papa, pues en seis meses la usó tres veces y la de EvG fue la tercera29. Respecto a la función del Estado de velar por el bien común, además de que el Papa no dice que haya que confiar en el Estado, ya se apuntó más arriba que es doctrina fuertemente arraigada en el magisterio social desde León XIII. Distinto es el caso de la primera de las expresiones. Novak sostiene –y en esto como veremos le sigue Chafuen– que traducir “teorías del derrame” por trickle-down theories no hace justicia al texto. Según Novak hubiera sido mejor emplear el término spill-over porque trickle-down theory es la manera peyorativa e irónica que usan y usaban quienes se oponían al capitalismo y a las reformas de la era Reagan para desautori- 28 29 “About six of his swipes are so highly partisan and biased that they seem outside this pope’s normal tranquillity and generosity of spirit […] Among these are “trickledown theories”, “invisible hand”, “idolatry of money”, “inequality”, and “trust in the state «charged with vigilance for the common good»” (M. NOVAK, “Agreeing with Pope Francis”…). Las dos anteriores fueron, además, intervenciones orales: FRANCISCO, Encuentro con el mundo laboral, Cagliari, 22 de septiembre de 2013: “[la falta de trabajo es] Un sufrimiento […] que te lleva –perdonadme si soy un poco fuerte, pero digo la verdad– a sentirte sin dignidad. Donde no hay trabajo, falta la dignidad. Y esto no es un problema solo de Cerdeña […] es la consecuencia de una elección mundial, de un sistema económico que lleva a esta tragedia; un sistema económico que tiene en el centro un ídolo, que se llama dinero. Dios ha querido que en el centro del mundo no haya un ídolo, sino que esté el hombre, el hombre y la mujer, que saquen adelante, con su propio trabajo, el mundo. Pero ahora, en este sistema sin ética, en el centro hay un ídolo y el mundo se ha vuelto idólatra de este «dios-dinero». Manda el dinero”. Cfr. también FRANCISCO, Discurso a un grupo de nuevos embajadores, 16 de mayo de 2013 (Disponible en: http://www.vatican.va/holy_father/francesco/speeches/2013/may/documents/ papa-francesco_20130516_nuovi-ambasciatori_sp.html). 672 Gregorio Guitián zarlas (según Novak, los demócratas contra los republicanos30). De ese modo la traducción inglesa transmite un tono “politizado” que no tiene el supuesto original español. Seguramente se trata de una apreciación justa y muestra una vez más la importancia del trabajo de traducción de los documentos magisteriales31. En todo caso la idea que quiere transmitir Novak, y que es ya clásica en sus trabajos, es que el capitalismo ha hecho lo que no ha conseguido ningún otro sistema: mayores tasas de empleo, mayores salarios, gran cantidad de nuevas empresas e iniciativas personales, posibilidades de movilidad social ascendente sin paralelo, oportunidades de salir de la pobreza en menos de diez años para muchos inmigrantes, etc32. Por eso, según Novak, el comentario de que esas teorías no se han demostrado nunca se comprende en un lugar como Argentina, donde las posibilidades de movilidad social ascendente son mucho más reducidas, pero en otros países las cosas no son como dice el Papa. Novak defiende que “América ha sido más «inclusiva» del pobre que ninguna otra nación en la tierra”. Aquí sin embargo la cuestión sería más bien si esa inclusión o esas posibilidades de movilidad social se han dado únicamente por el “derrame” del crecimiento económico desde los estratos superiores o también en conjunción con otro tipo de medidas, sea por parte de la sociedad civil, o de una intervención legislativa favorable o de políticas económicas o sociales33. Más allá de si esa teoría se verifica o no –tarea que corresponde dilucidar a los economistas– el hecho es que, como se ve en el comentario de Novak, estas frases de EvG han llevado a no pocos en Estados Unidos a 30 31 32 33 El mismo Obama habla de trickle-down ideology en el discurso en que cita al Papa (cfr. THE WHITE HOUSE, Remarks by the President on economic mobility, December 4th, 2013). Realmente recoger las polémicas ocasionadas por las traducciones de los documentos del Magisterio a lo largo de la historia daría lugar a un largo estudio. Cfr. M. NOVAK, “Agreeing with Pope Francis”; M. NOVAK, El espíritu del capitalismo democrático (Tres Tiempos, Buenos Aires 1984). En la visión de Novak las cosas han sucedido así: “The upward movement promoted by certain capitalist systems is the experience –not a “crude and naïve trust”– of a large majority of Americans. Trickle-down is not an apt description of what has happened here; rather, what has been experienced is wealth “welling up from below.” Exactly this is what continues to attract millions of immigrants into our economy” (M. NOVAK, “Agreeing with Pope Francis”). El sueño americano, en una palabra. La posibilidad que existe allí de progresar desde abajo. La economía y las finanzas en Evangelii gaudium... 673 pensar que se trata de una crítica al sistema capitalista en cuanto tal y no tanto a sus excesos. Por eso Novak insiste en los logros innegables que ha producido ese modo de organizar la economía. En contraste, Novak resalta que donde ha prevalecido una torpe intervención estatal –para él es el caso de Argentina– las posibilidades de movilidad social ascendente se han esfumado y la pobreza se ha enraizado fuertemente34. Con todo, Novak se queda sobre todo con la intención del documento, que se propone romper la última vuelta de las cadenas de la pobreza: todavía quedan mil millones de personas encadenadas y los judíos, cristianos y humanistas –dice Novak– han de llevar a cabo esta tarea. Por último, Novak supone que puesto que EvG es un documento más bien informal, en el futuro el Papa desplegará totalmente sus argumentos sobre la política económica que mejor puede ayudar a los pobres a salir de su situación. Para eso, concluye, “solo puedo imaginar que el Papa ya habrá comenzado a consultar sobre esta materia”. Sin embargo, difícilmente puede esperarse de un Pontífice políticas económicas para ayudar a los pobres a salir de su situación. Las orientaciones de la DSI no deben descender a detalles técnicos, pues esa es tarea que corresponde a los profesionales de esos campos, a los fieles laicos. Alex Chafuen, presidente de Atlas Economic Research Foundation, critica en Forbes 35 la traducción de “teorías del derrame” por “trickledown theories”, expresión que se utiliza normalmente para denigrar el libre mercado. También le parece que spill-over es mejor pero señala que en realidad la palabra “derrame” quiere reflejar lo que Adam Smith dijo en su libro La riqueza de las naciones: la gran multiplicación de la pro34 35 “As the 20th century began, Argentina was ranked among the top 15 industrial nations, and more and more of its wealth was springing from modern inventions rather than farmland. Then a destructive form of political economy, just then spreading like a disease from Europe –a populist fascism with tight government control over the economy– dramatically slowed Argentina’s economic and political progress. Instability in the rule of law undermined economic creativity. Inflation blew to impossible heights. (I brought home from Argentina in the early 1980s a note for a million Argentine pesos that had declined in worth to two American pennies). Over three generations, very little of the nation’s natural wealth and opportunity for social advancement has overflowed into the upraised buckets of the poor” (M. NOVAK, “Agreeing with Pope Francis”). A. CHAFUEN, “Pope Francis and the economists”, en Forbes.com December 4th, 2013 (http://www.forbes.com/sites/alejandrochafuen/2013/12/04/pope-francisand-the-economists-2/. Accedido abril 2014). 674 Gregorio Guitián ducción como consecuencia de la división del trabajo “da lugar a esa opulencia universal que se extiende [derrama] a los estratos más bajos de la población” en una “sociedad bien gobernada”36. Chafuen apunta que Smith jamás defendió la autonomía absoluta del mercado porque ponía como condición de ese “derrame” el que la sociedad estuviera “bien gobernada”. Como se ve el presidente de ATLA quiere introducir una precisión en una expresión y en una teoría que, como la de la mano invisible, ha sido interpretada con un sentido particular a lo largo de la historia. Chafuen quiere aclarar lo que en realidad dijo Smith pero, más allá de eso, está poniendo de manifiesto un problema subyacente: nos encontramos con expresiones que, ya antes de que las utilice el papa Francisco, son objeto de interpretaciones distintas. Como consecuencia, el Papa, al usarlas, incorpora a su texto ese debate. Por último, según Chafuen la visión que expresa el Papa en EvG cuando se refiere a trickle-down theories está bajo la influencia del pensamiento de algunos de los economistas que colaboran con el Vaticano, en concreto en la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, y cita expresamente a Joseph Stiglitz. Chafuen invita a otros economistas partidarios del libre mercado a ganarse un puesto en esos ambientes para influir con sus verdades y termina con una frase de un profesor suyo: “si los economistas no saben economía, ¿cómo puedes recriminar a los obispos por su economía?”37. Aunque la suposición de Chafuen se apoya en la arena movediza de la especulación, en el fondo pone de manifiesto que nos encontramos ante visiones económicas que son objeto de discusión y por eso generan controversia. El Papa, por su parte, reconoce en la entrevista que esa mención fue la única cita de carácter técnico en la exhortación, por lo que se puede comprender también que en el ámbito de la economía haya quien reaccione a ese pasaje concreto. Por lo demás, el mismo Chafuen sostiene en este artículo que es fácil encontrar países donde coexisten un notable crecimiento económico, la injusticia y la exclusión. China o India serían un ejemplo. Sin embargo, para Chafuen la libertad de mercado es el mejor antídoto contra la corrupción, 36 37 A. CHAFUEN, “Pope Francis and the economists” (derramar proviene de spread, extender). “If economists do not know economics, how can you blame the bishops for their economics?” (A. CHAFUEN, “Pope Francis and the economists”). La economía y las finanzas en Evangelii gaudium... 675 y donde hay menos libertad hay mucha más corrupción. De nuevo nos encontramos con el debate entre más libertad o mayor intervención del Estado en economía. En un artículo publicado en el National Catholic Reporter38, Andrew Abela, decano de la facultad de económicas y empresariales de la Catholic University of America, señala que la esencia del mensaje del Papa es que la alegría que supone el encuentro con Jesucristo ha de traducirse en la expansión de la evangelización, con un esfuerzo renovado de servir a los pobres. El Papa pide pequeños gestos diarios de solidaridad pero también esfuerzos para eliminar las causas estructurales de la pobreza y promover el desarrollo de los pobres (EvG 188). ¿Cuáles son esas causas estructurales? Para Abela se trata de la absoluta autonomía de los mercados (202). El Papa no está condenando el capitalismo y proponiendo el socialismo en su lugar porque eso supondría separarse de la DSI. Tampoco está condenando la mítica economía de laissez faire porque el Papa sabe que como tal no existe en ningún lugar; ni tampoco condena los mercados como tales, porque sabe igualmente que han sido alabados por la DSI. Según Abela, lo que Francisco critica es la ideología según la cual cuando los hombres son dejados a sí mismos a la hora de establecer contratos libres con los demás el resultado será el mejor mundo de entre los posibles. La idea es buena –el libre mercado produce los mejores resultados–, el problema es que esa idea se extienda a todo lo demás. Sin reglas claras para la actividad económica, sin comportamiento honesto de parte de quienes interactúan en el mercado, no habrá eficiencia ni justicia. Por tanto, se hace necesaria la orientación del mercado hacia el bien común. Para Abela los problemas se están produciendo en las situaciones a que alude el Papa. En primer lugar, cuando se da un capitalismo de compadreo o amiguismo –crony capitalism–, donde las empresas dependen más de sus contactos políticos que de su actuación en los mercados. Allí la autonomía absoluta reina en cuanto lleva a hacer presión mediante lobbies para cambiar el marco jurídico y obtener así favores especiales (nuevas normas que inhiben la competencia, etc). El segundo ejemplo 38 A. ABELA, “The economic message of Pope Francis’ «Evangelii Gaudium»”, en National Catholic Reporter December 9th, 2013 (http://www.ncregister.com/dailynews/the-economic-message-of-pope-francis-evangelii-gaudium/. Accedido en abril 2014). 676 Gregorio Guitián que pone Abela es el fenómeno llamado “el mercado me hizo actuar así”. Es decir, la competencia en el mercado me fuerza a actuar de esta o aquella manera. Algunas veces es así pero, según Abela, otras veces responde a la falta de imaginación por parte de los directivos de las empresas, que no se plantean distintas alternativas porque dan por supuesto que hay que funcionar así. Por contraste, hay empresas que se han tomado el trabajo de mejorar las capacidades de los trabajadores para que sean más productivos y puedan recibir mayores salarios. Un tercer ejemplo de causa estructural de la pobreza es la idolatría del dinero. Dejamos que el consumismo guíe nuestro comportamiento y se pierde de vista el destino universal de los bienes. La conclusión que saca Abela es doble: EvG llama a ser creativos para buscar la manera de incluir a los pobres en la actividad económica y exhorta a que rechacemos el consumismo y el desgaste y debilidad que engendra. Entonces –explica Abela– serviremos al Señor con alegría y crearemos más prosperidad económica para todos porque la inequidad y pérdida de productividad de tanta gente pobre es, además de todo, un lastre para el crecimiento de la economía global. Si Novak acababa imaginando que el Papa estará trabajando ya en un documento para precisar más la política económica que ayudará a erradicar la pobreza, Abela termina imaginando más bien lo que mil doscientos millones de católicos pueden hacer si trabajan diaria y diligentemente para mejorar la vida de los pobres. Finalmente, James Pethokoukis, del “American Enterprise Institute” –un conocido think-tank asentado en Washington que defiende la libertad, mayores oportunidades para el individuo y el fortalecimiento de la libertad de empresa– escribe un breve comentario en el National Review Online 39. Básicamente, Pethokoukis considera que aunque los logros del capitalismo son innegables tampoco cabe un triunfalismo porque queda mucho por hacer. Por eso, los partidarios del libre mercado no deberían sorprenderse porque Francisco llame al esfuerzo para erradicar la exclusión y la inequidad o afirme que el mero crecimiento económico no es 39 J. PETHOKOUKIS, “What should a Pope say about capitalism?”, en National Review Online December 2nd, 2013 (http://www.nationalreview.com/article/365192/whatshould-pope-say-about-capitalism-james-pethokoukis. Accedido en abril 2014). La economía y las finanzas en Evangelii gaudium... 677 suficiente40. Más allá de esto, el comentario refiere los pasajes que han gustado a quienes son de izquierdas y los que en cambio han parecido bien a los conservadores. Aunque Pethokoukis señala que el centro del mensaje de EvG es Cristo mismo, el comentario en su conjunto refleja la tendencia extendida en estos ámbitos a leer los documentos en clave política. OBSERVACIONES CONCLUSIVAS Por último, una vez analizados algunos comentarios significativos en Estados Unidos, ofrecemos algunas observaciones finales sobre la Exhortación agrupadas en cinco puntos. 1. En el conjunto, las observaciones del Papa sobre la economía reflejan la constante preocupación de la DSI por los bienes y exigencias implicados en la justicia social y por la necesidad de que la economía, como la política, estén realmente orientadas al servicio a la persona humana y de manera particular hacia aquellos que han quedado excluidos de la sociedad. En este sentido la sustancia del mensaje de Francisco no supone novedad alguna en el contexto de la DSI, como por otra parte señaló el propio Papa en la entrevista posterior a la publicación del documento. 2. En las reacciones a EvG en Estados Unidos analizadas concurren distintos factores: por un lado, salvo alguna excepción, están moduladas por la asentada tendencia a leer en clave republicana o demócrata, izquierdista o conservadora, capitalista o comunista, las intervenciones del Magisterio. Por otro lado, utilizando la expresión trickle-down theory, la traducción inglesa ha promocionado, reforzado y contribuido a la lectura política del documento y, en consecuencia, a la mayor viveza de la controversia. En tercer lugar, aun contando con que el Papa quisiera expresar una idea precisa, los términos o ideas que emplea (“teorías del derrame”, “mano invisible”) están de suyo sujetos a discusión o a diferente interpretación por parte de los profesionales del campo de la economía, de forma que el uso de esas expresiones 40 Cfr. J. PETHOKOUKIS, “What should a Pope say about capitalism?”: “Pro-market advocates need to consider that faster GDP growth may be necessary but not sufficient, that a rising tide may not lift all boats if accelerating automation means a vast swath of workers face unemployment or stagnant wages, as some economists on the left and right warn”. 678 Gregorio Guitián genera controversia independientemente de la intención del Papa. En cuarto lugar, el registro que emplea el Papa y su intención expresa de no ofrecer un análisis completo sobre estas cuestiones ha hecho también que los comentarios se afanen en la interpretación sobre qué ha dicho o a qué se refiere en concreto el Romano Pontífice en uno u otro lugar, o sobre las precisiones o correcciones que deberían hacerse para hacer justicia a la realidad completa. En este sentido, se observa una dificultad en el ámbito académico para integrar el tipo de registro de la Exhortación en el tratamiento y reflexión sobre las cuestiones económicas. 3. Dicho lo anterior, cabe el riesgo de quedarse en la discusión acerca de lo que ha querido decir el Papa y si sus argumentos sobre los asuntos económicos son acertados o no. Sin embargo atascarse en esa discusión sería un error porque supone perder de vista lo que sin duda es un punto esencial pretendido por el Papa cuando se adentra en cuestiones económicas: EvG es una llamada positiva a la acción impulsada por el Evangelio para lograr la inclusión social de los pobres. Se trata de hacer más porque muchas personas se están quedando atrás. Más allá de la denuncia de la situación a corregir, el documento invita a la acción por superación que sirva a la justicia social. Preocupa al Papa que se pongan los medios efectivos para cambiar la situación y por eso los pasajes exhortativos buscan mover a la acción inteligente a quienes tienen capacidad de decisión. Francisco señala el fin a conseguir, que es integrar de nuevo a quienes quedan excluidos, o con otras palabras, la creación de oportunidades: “decisiones, programas, mecanismos y procesos específicamente orientados a una mejor distribución del ingreso, a una creación de fuentes de trabajo, a una promoción integral de los pobres que supere el mero asistencialismo” (EvG 202). Por emplear una imagen, el Papa señala que hay que cruzar al otro lado del río. Se puede discutir si el mejor modo de hacerlo es construyendo un puente, haciendo un túnel, por barco, por aire o a nado; pero si la discusión termina en que de hecho no pasamos al otro lado porque no nos ponemos de acuerdo en cómo hacerlo, hemos errado el punto y, por supuesto, “mientras tanto, los excluidos siguen esperando”. 4. En esta misma línea vale la pena prestar atención a una idea que, aunque aparece en otro lugar del documento, influye en los pasajes sobre La economía y las finanzas en Evangelii gaudium... 679 la economía y constituye a mi entender una valiosa orientación para la acción. Se trata de la importancia de “iniciar procesos” (EvG 223): “[...] trabajar a largo plazo, sin obsesionarse por resultados inmediatos. [...] Se trata de privilegiar las acciones que generan dinamismos nuevos en la sociedad e involucran a otras personas y grupos que las desarrollarán, hasta que fructifiquen en importantes acontecimientos históricos. Nada de ansiedad, pero sí convicciones claras y tenacidad (EvG 223). A veces me pregunto quienes son los que en el mundo actual se preocupan realmente por generar procesos que construyan pueblo, más que por obtener resultados inmediatos que producen un rédito político fácil, rápido y efímero, pero que no construyen la plenitud humana” (EvG 224). Desde ahí puede entenderse que en la parte dedicada a la economía el Romano Pontífice invite a crear con valentía “procesos” (EvG 202) que conduzcan al fin deseado. Por otra parte, es interesente llamar la atención sobre el tipo de procesos que tiene en mente el Papa: han de ser procesos bien pensados, y en concreto que superen “el mero asistencialismo”. Con otras palabras, los procesos han de ser conformes al principio de subsidiaridad, porque no se trata de que los excluidos esperen pasivamente en la orilla a que alguien les lleve al otro lado, sino de que también puedan ser incluidos en el mismo esfuerzo por lograr la solución41. Por otra parte, se quiera o no, el hecho de la globalización hace difícil crear un proceso que no necesite o implique a otros países y por eso el tipo de acción que el Papa tiene en mente apunta en una dirección concreta: “[...] cada vez se vuelve más difícil encontrar soluciones locales para las enormes contradicciones globales, por lo cual la política local se satura de problemas a resolver. Si realmente queremos alcanzar una sana economía mundial, hace falta en estos momentos de la historia un modo más eficiente de interacción que, dejando a salvo la soberanía de las naciones, asegure el bienestar económico de todos los países y no solo de unos pocos” (EvG 206). En realidad, estos procesos requieren de un modo u otro una conversión porque el Papa señala problemas de calado como el consumis41 En este sentido Francisco es neto: “estoy lejos de proponer un populismo irresponsable” (EvG 204). 680 Gregorio Guitián mo, las desigualdades escandalosas, la exclusión, etc., que de hecho se dan en la realidad económica actual y requieren cambios personales y colectivos. 5. Por último, nos ha llamado la atención que ningún comentario se ha ocupado expresamente del sistema financiero como tal. El Papa hace dos referencias expresas a la especulación financiera como uno de los males estructurales de la práctica del sistema económico actual pero sorprendentemente nadie ha dicho nada a ese respecto. En vista del perfil financiero de las crisis económicas de las últimas décadas, es urgente analizar qué sucede allí42. En ese análisis, además de estudiar el funcionamiento de los mercados y agentes económicos es igualmente o incluso más importante prestar atención a la conducta, decisiones y presupuestos de funcionamiento de los gobiernos. Si se trata de iniciar procesos, nos parece que el primer ámbito por el que habría que comenzar es el ámbito financiero. *** Comprobar que una intervención del Romano Pontífice sirve para hacer pensar, para espolear las conciencias y poner sobre la mesa cuestiones muy importantes para la sociedad es sin duda una realidad positiva. Por encima de las discusiones sobre los pasajes de EvG que se ocupan de la economía, vale la pena considerar que es ante todo una invitación a colaborar con nuestra acción inteligente y conforme a nuestras posibilidades en el proyecto divino para el mundo. Esa tarea es sin duda una consecuencia importante del anuncio del Evangelio, es ocasión de encuentro con Jesucristo y por eso fuente de auténtica alegría. 42 Cfr. G. GUITIÁN, “¿Son las finanzas una «estructura de pecado»?”, en Scripta Theologica 45/2 (2013) 301-334. Teología y Vida, 55/4 (2014), 680-719 681 Rescate y adopción de embriones criopreservados: ¿solidaridad o encarnizamiento reproductivo? María Alejandra Carrasco FACULTAD DE FILOSOFÍA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE [email protected] Resumen: En este artículo postulo que, analizado a la luz de las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia, tanto el llamado rescate como la adopción de embriones criopreservados abandonados debe considerarse una acción moralmente ilícita, al margen de la buena intención de las rescatistas y las trágicas circunstancias de los embriones. A diferencia de otros autores que se oponen por razones prudenciales o la relación de esta adopción con los bienes del matrimonio, yo propongo que el objeto de esta acción, la transferencia heteróloga de un embrión criopreservado, es en sí una violación a la dignidad del embrión y en cuanto tal un mal intrínseco. Este es uno de los difíciles casos en que el respeto a la dignidad de la persona obliga a respetar su muerte antes que empeñarse por cualquier medio por salvar su vida. Palabras clave: Adopción prenatal, rescate de embriones, embriones criopreservados, dejar morir, dignidad de la persona. Abstract: In this paper I propose that, when analyzed according to the teachings of the Church, both prenatal adoption and the so-called rescue of frozen embryos should be considered as morally impermissible. The good intentions of the rescuers and the tragic circumstances of the embryos don’t change the intrinsic evil of the object of this action, i.e. a heterologous transfer. Unlike other commentators, my argument is not related to prudential reasons or the sanctity of marital intercourse, but exclusively to the violation of the embryo’s dignity. This is one of the difficult cases in which respect for human dignity requires to respect its death rather than commit oneself to any means to save its life. Keyword: Prenatal adoption, rescue, frozen embryos, letting die, human dignity. 682 María Alejandra Carrasco Los rápidos avances de la ciencia y de la biotecnología apremian a la Teología y a la Filosofía para establecer la licitud moral de sus intervenciones. Las crecientes posibilidades técnicas para intervenir la vida humana obligan a profundizar en la reflexión acerca de la naturaleza del ser humano y el significado de las acciones del hombre. Solo mediante una profunda comprensión antropológica es posible determinar cuándo las diversas técnicas biomédicas son moralmente permisibles y cuál es el fundamento último de ese juicio. Así fue como, por ejemplo, el descubrimiento de la píldora anticonceptiva y luego la posibilidad de la Fecundación in Vitro (FIV) llevaron a una intensa reflexión acerca del significado de la sexualidad y del amor humano, hasta llegar a ver que la donación mutua de un hombre y una mujer solo se completa y hace plenamente humana cuando no separa sus dos fines esenciales, el unitivo y el procreativo. Esos descubrimientos científicos y tecnológicos fueron los que, en última instancia, indujeron a un discernimiento más acabado del valor antropológico de la sexualidad y del amor esponsal, a poner ante los ojos su dinámica interna y mostrarse como el único lugar verdaderamente digno para el origen de una nueva persona1. La comprensión más lúcida de la especificidad de esta acción humana llevó a que el Magisterio condenara tanto la píldora anticonceptiva como la FIV. En otros casos, como la posibilidad técnica para realizar trasplantes de órganos, también produjeron debates que fueron aclarando los bienes en juego. A diferencia de la píldora y la FIV, en esta materia se concluyó que esta intervención era moralmente lícita e incluso a veces supererogatoria2. En este último tiempo se ha generado una fuerte controversia en torno a una nueva posibilidad que las técnicas biomédicas ofrecen: El llamado rescate y la adopción de embriones criopreservados que han sido 1 2 En este artículo usaré indistintamente los términos ser humano y persona, sin entrar en el debate contemporáneo al respecto y asumiendo que todo ser humano es persona desde el momento de la concepción. La discusión se refería a si los trasplantes constituían una mutilación o no. Tras debatirlo se concluyó que en este caso había que aplicar el principio de solidaridad, en el que aun admitiendo una mutilación objetiva se debe ponderar la acción en su totalidad y considerar que se hace en beneficio de otro. Este caso es interesante pues hay autores que afirman el paralelismo este análisis y el apropiado para el rescate y/o adopción prenatal. Rescate y adopción de embriones criopreservados... 683 abandonados por sus padres genéticos3. Se discute si esta(s) práctica(s) son acciones lícitas o si por el contrario constituyen un mal moral. Las opiniones son tan diversas que van desde quienes las consideran acciones supererogatorias que como los trasplantes son un testimonio de solidaridad; hasta quienes piensan que son prácticas intrínsecamente malas y deben ser prohibidas por la Iglesia, pues representan un nuevo intento del hombre por hacerse dueño y controlador de la vida, un “encarnizamiento reproductivo”4. En este artículo discutiré la moralidad de estas prácticas a la luz de las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia5. Comenzaré con el llamado rescate, aunque luego también mostraré por qué el análisis puede hacerse extensivo a la adopción prenatal6. Por rescate entenderé ‘la acción 3 4 5 6 Se entiende por adopción la de una mujer (o pareja) que decide embarazarse con un embrión criopreservado abandonado y brindarle una familia; y por rescate el de una mujer que decide embarazarse con un embrión criopreservado abandonado para luego darlo en adopción. El término lo utiliza L. M. PASTOR (“Análisis y comentario ético del documento Dignitas Personae: Desde la continuidad a la novedad” en Cuadernos de Bioética XXII [2011/1] 29) sugiriendo una analogía con el llamado encarnizamiento terapéutico o las intervenciones médicas desproporcionadas que se empeñan en evitar la muerte de enfermos terminales aun a costa de la violación de su dignidad. Me apoyaré fundamentalmente en las encíclicas Veritatis Splendor (1993. En adelante VS), Evangelium Vitae (1995. En adelante EV), y las Instrucciones Pastorales Donum Vitae (1987. En adelante DV) y Dignitas Personae (2007. En adelante DP). Inicialmente centraré el análisis en el rescate para no confundir mi argumentación con las interpretaciones que se dan de DP 19 donde, aunque se condena explícitamente la adopción prenatal y algunos autores lo entienden como una condena general (cf. PASTOR, p. 39), muchos piensan que el texto es ambiguo. La Instrucción afirma que: “Para dar la oportunidad de nacer a tantos seres humanos [criopreservados] se ha planteado la idea de una ‘adopción prenatal’. Se trata de una propuesta basada en la loable intención de respetar y defender la vida humana que, sin embargo, presenta problemas éticos no distintos a los ya mencionados” (DP 19). Los “ya mencionados”, según dice el párrafo anterior, son “las mismas razones que hacen ilícita tanto la procreación artificial heteróloga como toda forma de maternidad subrogada; esta práctica [poner a los embriones criopreservados abandonados a disposición de parejas estériles] implicaría además otros problemas de tipo médico, psicológicos y jurídicos”. Más adelante explicaré estas razones. Por ahora baste recordar que tanto la fecundación artificial heteróloga como la maternidad subrogada son declaradas como acciones intrínsecamente malas (DV II.A.2 y DV.II.A.3 respectivamente) pues “[o]fende[n] la dignidad y el derecho del hijo a ser concebido, gestado, traído al mundo y educado por los propios padres; 684 María Alejandra Carrasco de transferir y gestar un embrión criopreservado abandonado en el útero de una mujer que no es su madre genética para salvarle la vida’7. Mi tesis será que, a pesar de su apariencia de bondad, el rescate no es ni nunca podrá ser una alternativa éticamente aceptable puesto que constituye una acción intrínsecamente mala. En general, los autores que se oponen al rescate (y/o adopción) aducen razones prudenciales (que no convierten a la acción mala en sí misma) o señalan que este violaría los bienes propios del matrimonio. Sin embargo, mi argumento será que, al margen de cualquier otro aspecto que se pueda agregar, la acción del rescate es intrínsecamente mala en primerísimo lugar por cuanto ofende la dignidad del embrión. Todos los otros aspectos agravan o atenúan esta calificación, pero no la cambian. En la Primera Parte del artículo daré las razones de la maldad intrínseca de la acción del rescate y concluiré explicando por qué, por extensión, estas también se aplican a la adopción prenatal. En la Segunda Parte refutaré algunos de los argumentos más habituales que apoyan el rescate y/o la adopción prenatal, considerándolo un acto heroico e incluso una “obligación de misericordia cristiana”8. PRIMERA PARTE Criterios de valoración moral Un problema no zanjado: Embriones abandonados Actualmente hay millones de embriones criopreservados en el mundo (solo en Estados Unidos se calculan más de 600.000), muchos de ellos abandonados por sus padres. Por lo general, pertenecen a una pareja que se sometió a una FIV y decidió mantener congelados a los embriones 7 8 instaura, en detrimento de la familia, una división entre los elementos físicos, psíquicos y morales que la constituyen” (DV II A 3). De lo anterior se sigue que el Magisterio declararía ilícita la adopción prenatal (o al menos alguna de sus formas) “por las mismas razones” que afirma la maldad intrínseca de la fecundación artificial heteróloga y maternidad subrogada. La adopción prenatal es la acción de transferir y gestar un embrión criopreservado abandonado en el útero de una mujer que no es su madre genética para salvar su vida y/o para formar una familia. G. GRISEZ, “Should a woman try to bear her dead sister’s frozen embryo?” en The way of Lord Jesus, vol. 3 (Franciscan Press, Illinois, 1997) 239-244. Rescate y adopción de embriones criopreservados... 685 que no fueron implantados pensando en un eventual embarazo futuro, que nunca llegó a realizarse. Estos embriones quedaron sumergidos en nitrógeno líquido, en un estado de “animación suspendida”9 que les impide tanto morir como crecer y desarrollarse de modo natural. Si no son implantados en el útero de una mujer, su destino es el desecho o bien su uso para la investigación. Ambas opciones implican su muerte. Esta tragedia es la que ha llevado a proponer como la única solución posible que alguna mujer, distinta a la madre, acepte gestarlos y darles la oportunidad de nacer. Dentro de la Iglesia y entre pensadores cristianos se discute la licitud moral de este tipo de embarazo heterólogo. Hay quienes consideran que sería un gesto heroico de la mujer, un acto supererogatorio que daría un testimonio claro del valor y respeto a la vida. Otros piensan que tal acción sería moralmente ilícita10. En el segundo grupo hay quienes señalan que sería una acción intrínsecamente mala y otros la rechazan por razones prudenciales, como el riesgo de un tráfico de embriones o una eventual cooperación material al mal. En el caso del rescate también se rechaza por el abandono en que volvería a quedar el niño tras su nacimiento, y en el de la adopción, porque al no poder proporcionar una familia adecuada se podría terminar aceptando el embarazo de mujeres solteras, parejas de mujeres lesbianas, etc.11. En 1997 la Instrucción Donum Vitae señaló que los embriones sobrantes de la FIV “quedan expuestos a una suerte absurda, sin que sea posible ofrecerles vías de supervivencia seguras y lícitamente perseguibles” (DV I 5)12; y posteriormente la Dignitas Personae repite que estos embriones, y en particular los criopreservados, son puestos en “una situación de injusticia que es de hecho irreparable” (DP 19). Pero quie9 10 11 12 El término lo utiliza E. BONET FARRIOL en “El debate teológico sobre el destino de los embriones humanos criopreservados” (http://dspace.unav.es/dspace/ bitsteam/10171/6702/1/ENRIQUE%20BONET%20FARRIOL.pdf ). Para un catálogo de autores y sus posiciones, cf. Bonet, “El debate…”, 497-500. Por ejemplo, entre los defensores de esta práctica se encuentran G. Grisez, C. Brugger y G Miranda; y entre sus oponentes, C. Young, N. Tonti-Filippini y M. Geach. Estas razones las analizaré en la Segunda Parte de este artículo. Nótese que el autor no considera la transferencia al útero de otra mujer. Posteriormente, la DP 19 cita a Juan Pablo II diciendo que no existe salida moralmente lícita para los embriones criopreservados y tampoco plantea la transferencia del embrión a otra mujer, aunque en ella sí se alude al tema de la adopción prenatal. 686 María Alejandra Carrasco nes defienden la licitud e incluso heroísmo de la disponibilidad de una mujer para rescatar al embrión abandonado y permitirle vivir, arguyen que esta opción abriría una luz de esperanza ante la sentencia de muerte que pesa sobre estos seres humanos inocentes. El argumento decisivo para quienes defienden esta postura es el respeto a la vida desde su concepción hasta su muerte natural13. Sin duda este es un argumento muy potente que, en principio, sobrepasa todas las razones prudenciales para oponerse al rescate. Por ello lo que corresponde analizar primero no son las consecuencias ni los posibles riesgos a los que puede llevar el rescate de embriones, sino el objeto mismo de la acción: Discernir, a fin de cuentas, si embarazarse de un embrión abandonado es o no una acción intrínsecamente mala, “a la luz de una concepción antropológicamente correcta de la sexualidad y del matrimonio” (DV Conclusión); fiel a la que propone el Magisterio en sus diversos documentos. La calificación moral La ciencia y la tecnología, en sí mismas, no poseen calificación moral. De acuerdo con el Magisterio, el valor ético de las intervenciones biomédicas debe ponderarse en referencia tanto (1) al respeto incondicional debido a cada ser humano en todos los momentos de su existencia como (2) a la tutela de la especificidad de sus actos personales, como por ejemplo aquellos que transmiten la vida (cf. DP 10). Una intervención médica es lícita cuando busca ayudar a que las personas realicen esos actos que les son propios. Pero al contrario, se pervierte y atenta contra la dignidad humana cuando altera la naturaleza de esos actos, cuando su fin no es ayudar sino obstruir el cumplimiento de su fin natural, o bien sustituir esos actos por técnicas artificiales que le quitan su sentido humano (cf. DP 12)14. 13 14 E. FURTON, “On the disposition of frozen embryos” en Ethics and Medics 26 (2001) 2. El autor señala que “entregarlos para la adopción es muy preferible a dejarlos morir”. A pesar de que DP 12 se refiere a las técnicas de fertilización artificial, la razón que da para sostener este criterio (“su relación con la dignidad de la persona”) permite extenderlo a cualquier intervención que no respete la especificidad y significado de las acciones humanas y viole con ello la dignidad de la persona. Ver también DP 4. Rescate y adopción de embriones criopreservados... 687 Este es el criterio con el que Magisterio valora éticamente los diversos procedimientos biomédicos que van surgiendo, alabándolos cuando están al servicio de la vida y el bien humano integral, y condenándolos cuando se oponen e impiden que la persona alcance su plenitud y el fin que le es propio. Peligros culturales Con todo, y a pesar de la claridad del criterio señalado, la reflexión filosófica que busca ser consistente con las enseñanzas de la Iglesia está expuesta a un permanente peligro. El contexto cultural y el paradigma de conocimiento eficientista de nuestra sociedad nos induce muchas veces y de modo inconsciente a juzgar con los criterios propios de la mentalidad técnica de nuestra época, ponderando entre sí los valores que se persiguen para obtener un bien mayor (proporcionalismo ético), o juzgando como moralmente lícitas aquellas conductas que produzcan un mejor estado de mundo o la maximización de los efectos buenos para el mayor número de personas (consecuencialismo moral) (cf. VS 74,75). Las éticas que respaldan estos tipos de deliberación adquieren fuerza persuasiva por su afinidad con el pensamiento cientificista imperante, pero no son fieles a la doctrina de la Iglesia, en cuanto creen poder justificar comportamientos “contrarios a los mandamientos de la ley divina y natural” (VS 76); esto es, contrarios a la naturaleza humana. El peligro es aun mayor en la reflexión acerca de los orígenes de la vida, en particular al pensar en los embriones humanos. Muchas veces, siguiendo el paradigma de conocimiento imperante, tendemos sin percatarnos a considerarlos como objetos entre objetos y no como sujetos con dignidad. El problema puede deberse a algo tan simple como a que no vemos, ni en su figura ni en sus capacidades actuales, ninguna semejanza con las personas que conocemos; y requerimos de un razonamiento para darnos cuenta de que poseen igual dignidad y merecen el mismo respeto que un adulto plenamente desarrollado15. A pesar de nuestro convencimiento de su igual dignidad, si no estamos alerta, intuitivamente tendemos a razonar respecto de ellos de un modo distinto a como lo haríamos, por ejemplo, respecto de un niño. Así, si bien nos opone15 El caso es análogo al del aborto. Sin ver cómo se mata a una persona, resulta psicológicamente más fácil aceptar ese matar deliberado de un inocente que cualquier otro asesinato que se realice frente a nuestros ojos. 688 María Alejandra Carrasco mos con la mayor convicción al desecho de embriones, no sentimos la misma violencia que si viéramos una eliminación masiva de niños pequeños, ni sentimos la misma repulsión hacia los médicos y tecnólogos que realizan esos procesos que la que tendríamos hacia el genocida que mata niños frente a nuestros ojos. Respeto a la vida, respeto a la dignidad La vida es siempre un bien y es deber de todos protegerla, más aun cuando se trata de la vida de un ser humano inocente. Pero, ¿qué hace que la vida sea un bien? La Evangelium Vitae profundiza en esta verdad afirmando que la vida es siempre un bien porque “al hombre se le ha dado una altísima dignidad que tiene sus raíces en el vínculo íntimo que lo une a su Creador: En el hombre se refleja la realidad misma de Dios” (EV 34. Cursivas mías). Esta dignidad, por su parte, implica la indisponibilidad de las personas, quienes a diferencia de animales y cosas no pueden ser sometidas al dominio de nadie (cf. EV 19)16. En otras palabras, que una persona sea indisponible (o sujeto de dignidad) significa que no puede ser cosificada, manipulada, tratada como un inferior. Nadie tiene derecho a tratar a otra persona como si fuera un objeto, a disponer de ella a voluntad. De aquí se sigue que el valor de la vida se fundamenta en la dignidad de la persona humana. “La inviolabilidad del derecho a la vida del ser humano inocente es un signo y una exigencia de la inviolabilidad de la persona” (DV Introd. 4. Cursivas mías). La vida se respeta porque se respeta la dignidad de la persona. Si “nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho a matar de modo directo a un ser humano inocente” (EV 53), es porque ello sería disponer del otro, tratarlo como un inferior, ofender su dignidad. Por esto es que “el respeto a la vida exige que la ciencia y la técnica [y toda acción de una persona respecto de otra] estén siempre ordenadas al hombre y a su desarrollo integral […] a promover la dignidad de cada persona humana, en todo momento y condición de vida” (EV 81. Cursivas mías). Para el análisis del rescate de embriones es fundamental tener presente que el respeto a la vida se funda en el respeto a la dignidad de la persona; 16 La indisponibilidad es una verdad accesible a la razón natural, un dato de la experiencia reconocido universalmente. De hecho, toda la doctrina de los derechos humanos se sustenta en ella (cf. EV 34 y EV 19). Rescate y adopción de embriones criopreservados... 689 que el respeto a la vida no es absoluto17 mientras que “las exigencias absolutamente irrenunciables son las de la dignidad del hombre” (VS 96). Ahora bien, como el respeto a la vida es una manifestación del respeto a la dignidad de la persona, no es siempre fácil discernirlos. Pero hay algunos casos en que parecerían colisionar (aunque como veremos no es una colisión sino otro modo de manifestar el respeto), y entonces sí se ve con claridad cuál es el fundamento y cuál su consecuencia. Por consiguiente, si en alguna situación hubiera que optar entre “salvar una vida” o “respetar la dignidad de la persona”, habría que elegir el respeto a la dignidad. Vale decir, siempre se debe resguardar el bien de la vida salvo que sea a costa de violar la dignidad de esa persona. Qué es el respeto a la dignidad La acción que respeta la dignidad es aquella que se ordena al verdadero bien de la persona; y este bien “es establecido, como ley eterna, por la sabiduría de Dios, que ordena todo ser a su fin. Esta ley eterna es conocida tanto por la razón natural del hombre (y, de esta manera, es ‘ley natural’), cuanto, de modo integral y perfecto, por medio de la revelación sobrenatural de Dios (y por ello es llamado ‘ley divina’)” (VS 72). En consecuencia, “el obrar humano no puede ser valorado moralmente bueno solo porque sea funcional para alcanzar este o aquel fin que persigue, o simplemente porque la intención sea buena […] Si el objeto de la acción concreta no está en sintonía con el verdadero bien de la persona, la elección de esa acción hace moralmente mala a nuestra voluntad [… y] nos pone en contradicción con nuestro fin último, el bien supremo, es decir, Dios” (VS 72). De aquí se sigue que el respeto a la dignidad de la persona es el respeto a su verdadero bien, que se expresa en su naturaleza específica; el verdadero bien de la persona es “una verdad de carácter ontológico” (DP 5), “está inscrita en la naturaleza, y sus leyes siguen siendo norma no escrita a la que todo debe remitirse” (DP 6). Solo las acciones que se conforman a esa norma salvaguardan la dignidad de las personas. En definitiva, el respeto a la dignidad significa salvaguardar la especificidad de los actos 17 “Ciertamente la vida del cuerpo en su condición terrena no es una valor absoluto para el creyente” (EV 47), y “La vida física, por la que se inicia el itinerario del ser humano en el mundo, no agota en sí misma, ciertamente, todo el valor de la persona, ni representa el bien supremo del hombre llamado a la eternidad” (DV Introd 4). 690 María Alejandra Carrasco humanos; por lo que la antropología o la adecuada comprensión de la naturaleza humana termina siendo la única referencia cierta para el juicio moral (cf. DV Introd.). En concreto, en lo que se refiere a las acciones relativas a la trasmisión de la vida, el respeto a la dignidad implica tanto “el respeto incondicional debido a cada ser humano” como “la tutela de la especificidad de los actos humanos que transmiten la vida” (DP 10). De aquí que los procedimientos e intervenciones biomédicas reciban su valoración moral por su relación con la dignidad de la persona (cf. DP 12), lo que en la práctica significa que solo serán lícitas las técnicas que ayuden o faciliten a que el acto específicamente humano llegue a realizarse; y no serán lícitas cuando, por el contrario, sustituyan o impidan la realización de ese acto (cf. DV B 6). Cuando el acto humano es pervertido o reemplazado por medios técnicos, “la procreación queda privada de su perfección propia” (DV B 4) y se viola la dignidad de la persona. Matar y dejar morir La vida es siempre un bien y nadie puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente. La razón última de esta norma moral es que matar a una persona inocente es el mayor atentado a su dignidad, es disponer de ella como de un objeto; tratarla como un inferior y decidir de modo voluntarista cuándo y cómo poner fin a su vida. En otras palabras, el respeto que se debe a su vida se funda en el respeto que se debe a su dignidad. La relación entre estos dos objetos se aprecia a la luz del debate respecto de la eutanasia. La reflexión bioética ha mostrado que matar no es lo mismo que dejar morir, y que si bien matar se califica siempre como una acción moralmente mala, dejar morir no es siempre un mal moral18. Al contrario, existen circunstancias en las que el respeto a la dignidad se manifiesta, precisamente, en permitir que la persona muera, en “la renuncia a medios extraordinarios [… que] expresa la aceptación de la condición humana ante la muerte” (EV 65). 18 No pretendo hacer aquí una analogía entre dejar morir a los embriones criopreservados y dejar morir a un enfermo terminal. Por el momento solo busco mostrar que existen casos en el respeto a la dignidad implica no salvar la vida; es decir, que el Magisterio ya ha advertido que la vida no es un bien absoluto que deba protegerse a cualquier costo. Rescate y adopción de embriones criopreservados... 691 La distinción entre matar y dejar morir se ha profundizado en los últimos años con el análisis del llamado encarnizamiento terapéutico, o aquellas intervenciones médicas ya no adecuadas para la situación real del enfermo (EV 65) y que reflejan una mentalidad que “recurriendo a cualquier forma de tecnología se afana por programar, controlar y dominar el nacimiento y la muerte” (EV 22). Paradójicamente, el intento voluntarista de determinar el momento de la muerte de una persona es una violación al respeto a la vida que se debe a todo ser humano desde su concepción hasta su muerte natural: Es un atentado contra la dignidad de esa persona cuya misma muerte está siendo dispuesta (decidida) por un tercero. Este caso muestra que, en el fondo, el respeto a la vida nunca se opone propiamente al respeto a la dignidad. Aunque en apariencia pudiera parecer que es así, la misma dignidad es la que exige que en algunas ocasiones a una persona se la deba dejar morir. En estas situaciones se sigue respetando la vida; en concreto, se respeta su término natural, y no se busca extenderla de modo artificial hasta que un tercero determine su final. Por consiguiente, omitir salvar una vida que naturalmente está muriendo, y que no puede ser salvada si es que no es a través de medios extraordinarios y desproporcionados, no es una falta al respeto a la vida de esa persona sino una afirmación del respeto a su dignidad: a su indisponibilidad19. Rescate de embriones Teniendo ya el criterio seguro para analizar la licitud moral del rescate de embriones criopreservados a la luz de las enseñanzas del Magisterio, es necesario definir el objeto, fin y circunstancias de esa acción. El objeto es el elemento central para determinar la licitud moral de una acción, y 19 Una omisión se da cuando un agente puede cambiar y no cambia el curso natural de los acontecimientos. La omisión puede ser culpable, cuando se omite algo que se puede y se debe hacer, en cuyo caso dejar morir equivale a matar (cf. R.G. FREY, “Acts and Omissions” en L. BECKER y C. BECKER (eds.): The enciclopedia of ethics [Garland, NY, 1992] 14). Por ejemplo, el curso natural de los acontecimientos lleva a que un niño que está creciendo, en la medida en que se nutre, siga creciendo. Si es posible darle de comer y no se hace (se omite dar de comer y se deja que muera de inanición), la acción es moralmente ilícita. Si, por el contrario, el curso natural de los acontecimientos lleva a que un niño con una grave enfermedad esté muriendo, y no es posible evitar su muerte (salvo alguna intervención que viole la dignidad del niño), esa omisión no solo no es culpable sino que constituye un deber moral. 692 María Alejandra Carrasco este se define como el “fin próximo” de la acción (VS 78), aquello que se está haciendo propiamente: la intención que informa tales o cuales movimientos externos de un agente. El objeto no es un proceso o un evento de orden físico solamente, que se valora en cuanto origina un determinado estado de cosas en el mundo exterior (cf. VS 78), sino que corresponde a la acción que se está realizando, es el qué se está haciendo, el significado de esos movimientos intencionales20. La intención (o fin) es el para qué se realiza la acción, el estado de cosas deseado o el motivo último de ella. Una mala intención del agente convierte en ilícita cualquier acción; pero una buena intención no cambia el valor moral de la misma. Una acción mala –con un objeto ilícito– no deja de ser mala porque se pretendan las mejores consecuencias (cf. VS 72). Las circunstancias son los diversos elementos contingentes que caracterizan a una acción particular, tanto respecto de quién es el agente, de qué modo moral actúa, el contexto en qué lo hace, etc. Por último, como ya vimos, solo se ordena al verdadero bien de la persona aquello que respeta los elementos esenciales de la naturaleza humana (cf. VS 78); y se considera un mal intrínseco, no ordenable a Dios, todo lo que no da el respeto debido a la persona, “todo lo que ofende su dignidad humana” (VS 80). La FIV Evaluación moral El Magisterio ha condenado la FIV por la separación del significado unitivo y procreativo del acto sexual, que traiciona la naturaleza del amor y viola la dignidad del niño que “tiene derecho a ser concebido, llevado en las entrañas y traído al mundo y educado en el matrimonio” (DV A 1). La separación de esferas es solo un aspecto del mal de la FIV puesto que, al tiempo que sustituye la especificidad de un acto humano por una acción técnica, viola también la dignidad del embrión desde que su concepción tiene lugar “por medio de gestos de terceras personas, cuya competencia y 20 A. GÓMEZ-LOBO habla del “fin central inmediato”, el objetivo central de los movimientos. Por ejemplo, si un médico está operando una apendicitis y se le pregunta “qué estás haciendo” no dirá: “estoy cortando la piel”, ni tampoco “estoy devolviéndole la salud a esta persona” sino “estoy haciendo una apendicectomía” (Los Bienes Humanos [Mediterráneo, Santiago de Chile, 2006] 74). Rescate y adopción de embriones criopreservados... 693 actividad técnica determina el éxito de la intervención; confía la vida y la identidad del embrión al poder de los médicos y los biólogos, e instaura un dominio de la técnica sobre el origen y sobre el destino de la persona humana. Una tal relación de dominio es en sí contraria a la dignidad y a la igualdad que debe ser común a padres e hijos” (DV II B 5). Además, y “[m]ás allá del hecho de que [las técnicas de fecundación artificial sean] moralmente inaceptable[s] desde el momento en que separa[n] la procreación del contexto integralmente humano del acto conyugal”, ellas dan pie a “nuevos atentados contra la vida”. Por ejemplo, cuando proporcionan embriones supernumerarios para que sean utilizados en investigación y, con ello, “reduce[n] en realidad la vida humana a simple material biológico del que se puede disponer libremente” (cf. EV 14). Por consiguiente, junto con la perversión de la especificidad del acto sexual humano y la violación de la dignidad en el momento de la concepción de una persona (en cuanto es tratada como un objeto, un inferior respecto de los técnicos que lo producen), la FIV también expone a los embriones a nuevos abusos puesto que tras producir un embrión in vitro se debe hacer algo con él. Es decir, esa persona deberá necesariamente volver a ser tratada como un objeto, ya que de acuerdo con la voluntad arbitraria de un tercero será implantada, desechada, criopreservada, eventualmente después rescatada… Esto es lo que genera una situación aporética, en la que no hay salidas lícitas para la supervivencia del embrión, y en la que las “técnicas de reproducción artificial, que parecían puestas al servicio de la vida y que son practicadas no pocas veces con esta intención, en realidad dan pie a nuevos atentados contra la vida” (DP 14). En síntesis, la razón última por la que el Magisterio condena la FIV es porque no respeta la dignidad de las personas. No respeta la de los padres, al pervertir la especificidad de la unión sexual plenamente humana, ni tampoco respeta la dignidad del hijo concebido ya que “nadie puede subordinar la llegada de un niño al mundo a condiciones de eficiencia técnica mensurables bajo parámetros de control y dominio” (DV B 4). La FIV atenta flagrantemente contra la indisponibilidad de la persona humana. El proceso de la FIV En general, cuando se habla de la FIV se menta al proceso completo que implica la concepción de una persona in vitro y su transferencia al 694 María Alejandra Carrasco útero materno. Para efectos de claridad, sin embargo, aquí hablaré de la “FIV en sentido estrecho” para referirme a la fertilización in vitro propiamente; y del “proceso de la FIV”, que incluye una serie de acciones sucesivas y distintas entre sí en cuanto están conformando un único plan intencional. Las acciones que constituyen este proceso, y que son por separado acciones plenas, también pueden darse fuera del proceso y pueden, en consecuencia, ser evaluadas independientemente de acuerdo con su propio objeto, fin y circunstancias. Por ejemplo, la obtención artificial de gametos no requiere que estos luego se unan en una probeta; la fecundación y generación de embriones (FIV en sentido estrecho) tampoco está intrínsecamente unida a la transferencia al útero materno –los embriones obtenidos pueden también ser desechados, implantados en terceras personas, etc.–; y la transferencia tampoco requiere, como condición necesaria, un embrión producido por FIV21. Naturalmente, cuando todas estas acciones están conformando un único proceso basta que una de ellas sea mala para que el proceso se vicie por completo, aun si las otras acciones que lo constituyen fueran indiferentes. Dos acciones de este proceso interesan particularmente para el análisis ético del rescate de embriones: la unión de gametos (la FIV en sentido estrecho) y la transferencia del embrión al útero de una mujer. Estas acciones son distintas e independientes entre sí, y cada cual puede juzgarse de acuerdo con su propio objeto. La primera es la que el Magisterio ya ha sancionado como intrínsecamente mala por la separación de los aspectos unitivo y procreativo del acto sexual, así como por la violación a la dignidad del niño concebido. Pero la segunda acción es la que más importa para dilucidar la licitud moral del rescate, puesto que este es precisamente ‘la acción de transferir y gestar un embrión criopreservado abandonado en el útero de una mujer que no es su madre genética’. En primer lugar hay que notar que la transferencia no ayuda o facilita la implantación de un embrión concebido en el útero materno, sino que sustituye el movimiento natural con el que la implantación se realiza. En el caso del llamado rescate debe, en primer lugar, existir un embrión no propio congelado. Luego, en sustitución a su movimiento por la trompa de Falopio hacia útero, un técnico lo debe sacar del congelador, descongelarlo e introducirlo en el útero de una mujer que no es su madre. 21 No es impensable que, en el futuro, se pueda transferir un embrión concebido naturalmente desde el útero de la madre al de otra mujer para que lo geste. Rescate y adopción de embriones criopreservados... 695 La transferencia, en sí misma, no busca ayudar a que una persona (el embrión en este caso) siga el curso natural de su desarrollo –que es el estándar para establecer la licitud moral de una técnica biomédica– sino que es una nueva manipulación de la persona22. La persona (el embrión) debe ser “cogida” del hábitat antinatural en que fue puesta (congelador), descongelada y depositada en el útero de una mujer que no es su madre para ser gestada por esa persona extraña. Esta es la situación aporética a que se ve expuesto un embrión criopreservado abandonado, pues solo podría salvar su vida si nuevamente se viola su dignidad, si se vuelve a disponer de su persona: ser trasladado o no según la voluntad deliberada de un tercero desde el congelador al útero de una mujer que no es su madre. Este es un atentado a la indisponibilidad de una persona, un ejemplo de tratarla como cosa. La decisión de transferir (que es su única opción de vida), cuándo hacerlo, cómo hacerlo, y a quién implantárselo, está en manos de un igual que se pone en el lugar de un superior para definir el destino de ese ser humano23. En consecuencia, el objeto de la acción de la transferencia es distinto al de la “FIV en sentido estrecho”, pero es igualmente ilícito ya que 22 23 H. Watt dice que la transferencia es semejante a un embarazo ectópico en el que el médico debe intervenir técnicamente para “poner” al embrión en el útero (H. WATT, “Are there any circumstances in which it would be morally admirable for a woman to seek to have an orphan embryo implanted in her womb?”, citada por BONET, “El debate”, 512). Sin embargo, a mi entender la analogía se equivoca. En el segundo caso sí se ayuda o facilita (no se sustituye) a que el embarazo natural siga su curso. Watt afirma que en el rescate el embrión es fabricado (acción ilícita), es congelado (acción ilícita) y luego “es puesto en el útero”. Como identifica este “poner” con el procedimiento que se realiza en un embarazo ectópico, considera que la transferencia es una acción lícita. El técnico que realiza materialmente la transferencia se pone en una posición de superioridad respecto del embrión, como también la mujer (o pareja) que decide rescatarlo o adoptarlo “para salvarle la vida”. Estas personas, a pesar de su buena intención, se transforman en sus benefactores o salvadores, y rompen así la igualdad esencial entre ellos y el niño. Su buena voluntad es la que da la opción de vida a esa persona, la que quedará para siempre en deuda con sus rescatistas. El caso es análogo a la adopción de niños ya nacidos “por razones humanitarias” que –como se estudia en psicología– se sienten inevitablemente como “niños en peligro”, y tanto su identidad como su autoimagen son amenazadas por esa sensación de inferioridad y deuda (cf. P. EGENAU y otros, El proceso de ser padres adoptivos [Editorial Nueva Patris, Santiago de Chile, 2013] 72). 696 María Alejandra Carrasco también viola la dignidad de una persona. Y si el objeto de la acción es ilícito, la acción es intrínsecamente mala. Por cierto, si el embrión no es transferido el embrión muere; razón por la cual muchos estudiosos afirman que hay que optar por el mal menor. No obstante, en esto la doctrina de la Iglesia es clara: Jamás se puede optar por un mal menor porque eso significa intencionar un mal: Elegir deliberadamente hacer un mal, una acción contraria a la naturaleza del hombre y no ordenable a Dios (DP 21). Existen al menos dos causas que inclinan a aprobar este procedimiento. Una de ellas es que el mal menor es uno de los elementos esenciales de las éticas proporcionalistas y consecuencialistas que priman en nuestra cultura y que muchas veces, sin que nos percatemos, permean nuestros juicios. Y la segunda es la gran fuerza psicológica que impone el respeto a la vida. No obstante, aquí nos encontramos frente a otro de esos casos en los que se debe distinguir entre el respeto a la vida, entendido como el imperativo de salvarla a cualquier precio, y el respeto a la dignidad; y en los que se debe recordar que el primero no es absoluto mientras que el segundo es irrenunciable. En la EV se afirma que Dios dio al hombre “el dominio confiado” de la creación, pero este “no es un poder absoluto. La limitación impuesta por el mismo Creador desde el principio, [fue] expresada simbólicamente con la prohibición de ‘no comer del fruto del árbol’ [del bien y del mal]” (EV 42). Es decir, el hombre no puede arrogarse el derecho a decidir cuál es el bien o el mal, sino que debe seguir el orden establecido por Dios, el de la ley natural que refleja la ley divina: Jamás será lícita (ni siquiera en cuanto menos mala) una acción que realiza directamente un mal. Por tanto, si la transferencia del embrión es una acción ilícita, la conclusión es que la única acción moralmente lícita frente a los embriones criopreservados abandonados es no transferirlos y no volver a violar su dignidad24. Si esto nos parece contraintuitivo es porque no nos resulta evidente que esos embriones sean personas, y la mentalidad eficientista 24 “No transferirlos” significa dejarlos morir. En la Segunda Parte discutiré por qué este no es un dejar morir ilícito (una acción intencional que equivale a matar directamente). Por el momento, baste pensar en que se les puede dejar morir dentro del congelador en que otros los pusieron, solo esperando que esa vida que está artificialmente “suspendida” pueda al fin terminar (cf. T. PACHOLCZYK, “What should we do with the frozen embryos?” en http://www.catholiceducation.or/ articles/medical_ethics/me0137.htm, 2). También se podrían establecer criterios de muerte presunta para sacarlos del tanque en que están injustamente sumergidos. Rescate y adopción de embriones criopreservados... 697 de nuestro tiempo nos lleva a verlos como “cosas” que podríamos llevar a buen término. Pero como todo niño “tiene el derecho […] a tener un origen plenamente humano, adecuado a su naturaleza personal de ser humano” (DV I 6, n.32), y la violación de su indisponibilidad implica pervertir ese origen y su dignidad, si verdaderamente creemos que el embrión es una persona humana no podemos sino admitir que no existe ninguna vía moralmente lícita para su supervivencia25. Criopreservación Un embrión producido vía FIV puede ser implantado, desechado, usado en investigación o criopreservado. Si no es implantado de modo inmediato, la criopreservación es la única alternativa que salva la vida del embrión, manteniéndolo en un congelador en caso de que sus padres decidan, al cabo de un tiempo, tener otro hijo. Como las opciones son la muerte o la vida del embrión se podría volver a pensar en la doctrina del mal menor. Pero en este caso, y a diferencia con el rescate (y/o adopción prenatal), existe un amplio consenso entre quienes respetan la dignidad de la persona desde su concepción hasta su muerte natural en rechazar este procedimiento. En esta técnica se percibe con nitidez la violación de la dignidad de la persona del embrión, de quien se está disponiendo de un modo patente: Se le impide su desarrollo, se le pone en un habitat totalmente ajeno a su naturaleza humana, y se decidirá arbitrariamente por la voluntad de terceros cuándo podrá nacer –si acaso ello se le permite26–. La criopreservación es otra de las situaciones en las que el respeto a la vida y el respeto a la dignidad parecen separarse. Y quienes condenan 25 26 Se puede pensar en un ejemplo que pone en evidencia la importancia de la dignidad. Si un niño de dos años tiene una enfermedad que necesariamente lo llevará a la muerte salvo que, durante un mes, sea sistemáticamente violado por un grupo de pedófilos. Incluso si al niño se lo anestesia para que no se dé cuenta de lo que está pasando, difícilmente aceptaríamos una violación tan grande a su dignidad, aun si ello implicase dejarlo morir. Mattheeuws señala que al criopreservar se priva a los embriones de una cualidad inherente a su naturaleza humana: la temporalidad (y, con ella, la capacidad de desarrollarse). Los embriones quedan removidos del universo y de toda relación humana; su vida está detenida y “su estado, por naturaleza frágil, es fijado en esa fragilidad” (A. MATTHEEUWS, “The freezing, implantation and adoption of embryos”, http://www.lifeissues.net/writters/matt/matt_01adopembryos.html, 2-3). 698 María Alejandra Carrasco esta práctica no lo hacen por desconsideración al respeto debido a la vida de un ser humano inocente sino porque, al menos intuitivamente, comprenden que la violación a la dignidad sobrepasa cualquier otro derecho. Al respecto, y particularmente iluminador para el análisis del rescate de embriones criopreservados abandonados, la Donum Vitae señala: “aunque se realice para mantener en vida al embrión … constituye una ofensa al respeto debido a los seres humanos, por cuanto les expone a graves riesgos de muerte o de daño a la integridad física, les priva al menos temporalmente de la acogida y de la gestación materna y les pone en una situación susceptible de nuevas lesiones y manipulaciones” (DV I 6. Cursivas mía). En este pasaje se afirman dos elementos que serán centrales para argumentar la ilicitud moral del rescate: Primero, la DV ratifica que el bien de la vida no es absoluto y no puede mantenerse a costa de la dignidad de una persona. La dignidad es el único bien irrenunciable frente a los que cualquier otro bien, incluso el de la vida, debe ceder. Por esto es que aunque se podría pensar que comparada con “desechar” la criopreservación es un mal menor, como el objeto de la acción es ilícito la acción se vuelve intrínsecamente mala. Segundo, en este pasaje la DV explicita que lo adecuado o lo que corresponde al embrión humano –aquello de lo que es injusto privarle– es la gestación materna, i.e. la gestación del embrión en las entrañas de su madre genética (hasta el momento de su criopreservación no hay ninguna otra mujer a la que se la pudiera también llamar madre). La DV no habla genéricamente de que se “les priva de ser gestados”. Es más, en el mismo acápite se condena la gestación de embriones humanos en úteros animales así como “la construcción de úteros artificiales para el embrión humano” porque “estos procedimientos son contrarios a la dignidad de ser humano propia del embrión y, al mismo tiempo, lesionan el derecho de la persona a ser concebida y a nacer en el matrimonio y del matrimonio” (DV I 6). En consecuencia, de lo anterior se puede concluir que, para el Magisterio, (a) “salvar la vida” no es suficiente razón para violar la dignidad de un embrión; y también que (b) esa dignidad se vería lesionada en una gestación heteróloga, es decir, cuando no es la propia madre quien gesta al embrión. Si la DV no condenara la gestación heteróloga no habría razón para reprobar la gestación del embrión por algún otro medio que Rescate y adopción de embriones criopreservados... 699 le proporcione el soporte o las condiciones físicas adecuadas para su desarrollo prenatal27. El rescate: objeto, fin y circunstancias El rescate de los embriones criopreservados es una acción totalmente diversa de las otras acciones involucradas en el proceso de la FIV. Esta además se realizaría por quienes se oponen tanto a al FIV como a la criopreservación, y su intención sería rectificar en la medida de lo posible todas las violaciones a la dignidad a las que el embrión se ha visto sometido. Las mujeres que se embarazan de estos embriones abandonados no han participado ni aprueban la FIV que los concibió, y su motivación es salvarles la vida; ofrecerles, en un acto de solidaridad, la única posibilidad que tienen para nacer28. En esta acción el fin (la intención de las rescatistas) es el respeto debido a la vida de todo ser humano inocente. Las circunstancias incluyen el que estos son embriones abandonados, que de otro modo serán desechados, que se está violando su dignidad y, en suma, todos los aspectos contingentes que caractericen la situación particular en la que se tome la decisión de embarazarse con alguno(s) de ellos. Y el objeto de la acción es la transferencia y gestación de un embrión criopreservado abandonado en el útero de una mujer que no es su madre genética. En otras palabras, una mujer decide deliberadamente transferir y gestar en su propio útero un embrión heterólogo para salvarle la vida. Como ya vimos que el objeto de la acción de la transferencia es intrínsecamente malo en cuanto viola la dignidad del embrión, el rescate también debe calificarse como intrínsecamente malo29. Por tanto, y a pesar de la buena intención de las rescatistas, su acción es moralmente ilícita. 27 28 29 En DP 18 la doctrina se reafirma al declarar la incompatibilidad de la criopreservación con el respeto debido al embrión, y se repiten los argumentos insistiendo en hablar de gestación materna. Para recomponer un mal que ya se hizo se apela a una evaluación global de la acción y al principio de solidaridad. Aunque el rescate pueda también entenderse como un proceso que implica una serie de acciones, basta que una de las acciones que componen el proceso sea intrínsecamente mala para que el proceso entero sea moralmente ilícito (es decir, la posible bondad de las otras acciones no anula la maldad de la transferencia). 700 María Alejandra Carrasco Por otro lado, en el rescate de embriones el mal de la acción de la transferencia aumenta en cuanto es un embarazo heterólogo. El Magisterio condena explícitamente la fecundación heteróloga, arguyendo que “el hijo tiene derecho a ser concebido, llevado en las entrañas, traído al mundo y educado en el matrimonio [ya que] solo con esa referencia conocida y segura a sus padres pueden los hijos descubrir la propia identidad y alcanzar la madurez humana” (DV A 1). Pero esta sentencia es lógicamente extensible a todo embarazo heterólogo puesto que ser “llevado en las entrañas, traído al mundo y educado” trasciende el momento exacto de la fecundación. Además, cuando la DP condena la adopción prenatal lo hace por “las mismas razones que hacen ilícita tanto la procreación artificial heteróloga como toda forma de maternidad subrogada” (DP 19). Y lo que estas tres prácticas tienen en común es, precisamente, el embarazo heterólogo, que “manifiesta una ruptura entre la paternidad genética, la gestacional y la educativa. Esta alteración de las relaciones personales en el seno de la familia tiene repercusiones en la sociedad civil: lo que amenace la unidad y la estabilidad de la familia constituye una fuente de discordias, desórdenes e injusticias en toda la vida social” (DV II A 2)30. Sobre este punto, L. M. Pastor comenta que en DP 19 se empieza a ver el desarrollo de un tema nuevo, a saber, el deber de la no disyunción entre la maternidad genética y biológica o “la existencia de un bien primario de carácter antropológico al cual toda mujer estaría ligada: la de solo ser gestante de aquel ser humano generado de su propio marido y que ha sido engendrado en ella misma. Estaríamos ante dos dimensiones o aspectos de la maternidad esenciales que conformarían un bien que la mujer debe respetar siempre y que además supone una exigencia respecto del propio cónyuge”31. En otras palabras, Pastor vislumbra en este pasaje de la DP la explicitación de un nuevo criterio moral, análogo al deber de la no disyunción de las esferas unitiva y procreativa del acto sexual, al que el Magisterio estaría llegando ante el desafío que estas nuevas posibilidades biomédicas ofrecen. Y aunque Pastor centra este criterio en un bien propio de la madre, su contracara obviamente es el 30 31 Se debe recordar que el rescate no es lo mismo que la adopción prenatal, pero en ambos casos se da una ruptura entre la paternidad genética y la gestación, con iguales consecuencias. L. M. PASTOR, “Análisis…”, 40-41. Rescate y adopción de embriones criopreservados... 701 bien del embrión, y su derecho de ser engendrado y gestado en las entrañas de su propia madre. De esto se sigue que el rescate de embriones criopreservados es una acción intrínsecamente mala, tanto por la violación de la indisponibilidad de la persona del embrión que se da en la transferencia como, para mayor abundamiento, porque por definición implica un embarazo heterólogo. Ambos aspectos transgreden “el legítimo … derecho del niño a tener un origen plenamente humano a través de la concepción adecuada a la naturaleza personal del ser humano” (DV I 6 n32). Estas dos características, que se funden en la definición del objeto de la acción del rescate, son contrarias al bien integral de la persona y no se pueden ordenar a Dios. Por tanto, el rescate no es una práctica que se pueda permitir. Su objeto es malo, viola la dignidad de una persona, y la buena intención de la mujer que está dispuesta a gestarlo no cambia la calificación moral del hecho. Finalmente, esta conclusión acerca del rescate de embriones criopreservados es extensible a la adopción de los mismos, puesto que si bien hay diferencias en las circunstancias y, eventualmente, en el fin o intención de los adoptantes (salvar una vida y/o formar una familia), el objeto de la acción (la transferencia y gestación de embriones criopreservados abandonados en el útero de una mujer que no es su madre genética) sigue constituyendo la misma ofensa en contra de la dignidad de los embriones. SEGUNDA PARTE A pesar de que una acción intrínsecamente mala no puede volverse buena por una buena intención ni ningún tipo de circunstancias, es útil conocer los argumentos que se dan para apoyar el rescate y/o adopción de embriones criopreservados y establecer sus problemas. Lo primero que hay que destacar es que, como ya se dijo, este no es un debate zanjado dentro de la Iglesia, lo que permite que existan posturas contrapuestas con argumentos que aluden a diversos aspectos de esas prácticas para defender o rechazar su licitud moral. Este tipo de discusiones resulta muy conveniente para ponderar con la mayor inteligencia y claridad el significado antropológico de ciertas prácticas, y discernir si están o no en consonancia con la especificidad de los actos humanos y si hacen justicia a la dignidad de la persona. 702 María Alejandra Carrasco Muchos pensadores cristianos defienden la licitud de este tipo de gestación heteróloga. Algunos piensan que la adopción prenatal es la única alternativa moralmente aceptable para los embriones criopreservados abandonados; otros creen que como la adopción y el “dejar morir” son alternativas inaceptables desde una perspectiva católica, solo quedaría el rescate; y finalmente, muchos se inclinan por la adopción aunque admiten también la posibilidad del rescate como una última opción frente a la muerte del embrión. En esta Segunda Parte revisaré los argumentos de estos autores para defender la licitud moral de estas prácticas. De acuerdo con mi análisis existen tres aspectos que presentarían problemas. El primero se relaciona con el respeto a la vida, que es la principal razón por la que defienden la licitud del rescate/adopción prenatal pero que terminan subordinándolo a otras consideraciones. El segundo es una mala identificación del objeto de la acción del rescate/adopción prenatal, de lo que naturalmente se siguen conclusiones erradas. Y por último, el proporcionalismo ético que subyace en muchos razonamientos. El respeto a la vida El argumento central de estos autores para defender el rescate/adopción prenatal es el respeto que se debe a la vida de todo ser humano inocente. Afirman, por una parte, que el derecho a la vida es el principal derecho de toda persona32 y una verdadera fuente de obligatoriedad y eticidad33, y que este tipo de gestación heteróloga protegería la vida más que violarla34. También señalan que salvar a estos embriones tendría un valor testi- 32 33 34 Lucas dice que “el criterio que rige es el bien primario y principal: la vida del embrión” (R. LUCAS, “La criopreservación de embriones: Una interferencia abusiva”, Alfa y Omega, 24.07.2003); Furton también señala que la adopción sería “en algún sentido la única opción moral” (“On the disposition…”, 2). Cf. M. COZZOLI, “L’embrione umano: aspetti ético-normativi”, en AA.VV. Identità e statuto dell’embrione umano (Librería Editrice Vaticana, 1997), 237-273. El autor defiende la adopción prenatal afirmando que “La verdad de la persona del embrión humano es fuente de eticidad” (nótese que, precisamente por la misma razón, en la Primera Parte he argumentado que toda gestación heteróloga –incluyendo el rescate/adopción– es ilícita). G. GRISEZ, “Should a woman…”, 242. El autor continúa: “Puesto que una nueva persona ya existe, no violaría la trasmisión de la vida”. Sin embargo, mi argumento es que si bien no la viola en cuanto a la FIV en sentido estrecho, la acción de Rescate y adopción de embriones criopreservados... 703 monial: mostrar al mundo el valor de una vida humana35. Sin embargo, no todos coinciden respecto de cuál es el mejor modo de honrar el bien de la vida. Hay tres opciones: a) Solo adopción: Quienes se inclinan por la adopción prenatal afirman que dado que estos embriones ya existen, se debe encontrar “la mejor imitación al modelo natural”36. Asimismo, hay autores que señalan la obligación de adoptar en cuanto la adopción exalta el sentido humano como apertura a la vida37. Por otro lado, estos autores rechazan el rescate afirmando que este produciría un mal al embrión. Ya habiendo sido abandonados por sus padres genéticos, volver a ser abandonados por su madre gestacional sería profundizar en el mal que ya sufrieron. Rescatar sin adoptar implicaría dar a luz niños huérfanos. b) Solo rescate: Otro grupo de autores piensa que la adopción no puede ser lícita en cuanto podría constituirse en una “vía católica para las parejas infértiles”38, que es precisamente lo que no admite DP 19. Por esto se distingue la transferencia de embriones para salvar una vida de la transferencia 35 36 37 38 la trasferencia y gestación heteróloga siguen siendo parte del proceso de rescate/ adopción, y sí viola la dignidad del embrión. Cf. E. BONET, “El debate…”, 499: “El deshacerse indiscriminado de miembros de nuestra especie, tendría un impacto negativo en la percepción social del valor de la vida humana”. Esta posición, en este lugar atribuida a otros autores, es suscrita también por él en págs. 534-535. Así lo sentencia el Comitato de Bioética de Verona, 2000; citado por BONET, “El debate…”, 504. Cf. M. FAGGIONI: “Una vez que los embriones son concebidos in vitro, existe por cierto la obligación de transferirlos a la madre y solamente ante la imposibilidad de hacerlo de inmediato se podrían congelar, siempre con la intención de transferirlos apenas se hayan presentado las condiciones” (M. FAGGIONI, “La cuestión de los embriones congelados: Una lógica de muerte”, L’Osservatore Romano, 23.07.1996. Cf. http://www.arbil.org/(32)embr.htm, 4). Cf. C. M. YOUNG, “The ethics of frozen embryo transfer. A moral study of embryo adoption”, Universitá Della Santa Croce, Roma, 2005, citada por BONET, “El debate…”, 515. De acuerdo con Young (y otros autores como M. Geach) aceptar la licitud de la adopción prenatal, i.e. embarazarse de un embrión criopreservado abandonado con una intención reproductiva, se podría convertir en una técnica de reproducción artificial legitimada por la Iglesia (o, al menos, podría parecer tal). 704 María Alejandra Carrasco de embriones para superar la infertilidad 39, aceptando solo la primera alternativa. c) Adopción o rescate: Finalmente, la mayoría de los autores se inclinan por la adopción, pero admiten que el rescate sería la extrema ratio40. Si la mujer que gesta al niño no puede hacerse cargo de él, no sería ilícito que lo diera en adopción. Sin ser lo ideal, no es tampoco la mejor opción. Discusión Estas tres opciones de justificación de gestación heteróloga presentan problemas. El más importante, que atañe a las dos primeras, se relaciona precisamente con el “bien primero y principal” que se busca defender y el “valor testimonial” que tendría este tipo de prácticas. En efecto, si el valor de la vida es “primero y principal”, no es lógico que deba supeditarse a la posibilidad de que la persona que se ofrece para gestarlo se comprometa a darle una familia bien constituida (i.e. que no se permita el rescate) o a la de que, por el contrario, la persona que se ofrece para gestarlo se comprometa a no quedarse con él (i.e. que no se permita la adopción). Si el argumento para aceptar este tipo de embarazo heterólogo es el de su valor testimonial –en cuanto honraría el valor de la vida– las restricciones a quienes pueden embarazarse lo devaluarían. En otras palabras, si la vida es primero, las otras consideraciones deberían subordinarse a ella y no al revés. Cuando se salvaguarda la vida solo en la medida en la que no se violen otros bienes, el bien de la vida deja de ser el principal argumento para promover este tipo de embarazos. El tercer grupo de autores piensa que la adopción de embriones criopreservados abandonados por parte de familias bien constituidas es lo ideal pero que, en última instancia, también se podría aceptar que 39 40 Discutiendo este argumento, Bonet comenta que el hecho de que la gestación adoptiva incluya el deseo reproductivo no la hace ilícita, diciendo que la supuesta ilicitud provendría del “sentido generativo” de la reproducción (la FIV) y no su “sentido adoptivo” (“El debate…, 540). Lo fundamenta en las alabanzas que el Magisterio hace de la adopción convencional. Sin embargo, habría que confrontar con DP 19 y su condena explícita de la adopción prenatal de embriones donados, lo que claramente implica que no fueron encargados. Es decir, DP 19 no puede estar condenando exclusivamente la concepción por encargo. M. FAGGIONI, “Una lógica…”, 5. Rescate y adopción de embriones criopreservados... 705 otras mujeres (solteras, parejas lesbianas, parejas infértiles…) rescataran/ adoptaran a esos embriones. Afirman que aunque estos casos son desaconsejables y podrían ser imprudentes, ante la escasez de parejas bien constituidas habría que permitir que estos embriones vivieran a pesar de no poder darles una familia adecuada. Esta postura es más consistente que las dos anteriores respecto del valor principal que se le da a la vida de los embriones, sin embargo, si se analiza a la luz de las enseñanzas del Magisterio se ve que también conlleva problemas –que son, precisamente, los que las otras dos posturas intentan evitar. En primer lugar, si se da el caso de la adopción, se estaría aceptando la “intención reproductiva” que es explícitamente rechazada por DP 19. Y en segundo lugar, si se da solo el rescate, se estaría aceptando que al embrión que ya se le privó del derecho a “ser concebido en el matrimonio y dentro del matrimonio”, se le prive ahora también de los derechos a “ser llevado en las entrañas, dado a luz y educado en el matrimonio y dentro del matrimonio”. Finalmente esta última posición evidencia el problema de fondo en toda defensa de esta clase de gestación heteróloga. Si la vida es el bien que se debe preservar a toda costa, ¿cómo se explica el rechazo explícito del Magisterio a la gestación del embrión en, por ejemplo, úteros artificiales? Incluso si esos embriones ya hubiesen sido adoptados antes de comenzar a desarrollarse en un útero artificial, la Iglesia condena esa práctica41. La vida no es un bien que haga ceder a cualquier otro. Descongelar: Matar o dejar morir Si el embrión criopreservado no es transferido al útero de una mujer (o eventualmente a un útero artificial) ese embrión muere, pues todavía no tiene la capacidad de crecer y desarrollarse por sí mismo. De ahí que cuando se defiende el derecho a la vida de todo ser humano inocente surja naturalmente la discusión sobre si la muerte de ese embrión sería un caso de matar o de dejar morir. Como ya se adelantó, en las últimas décadas ha habido un extenso desarrollo de la distinción de estas nociones dentro del ámbito de la bioética, en particular en torno al debate sobre la eutanasia. Esta pre41 E. Bonet afirma que “una vez co-creada la persona en el ámbito de una donación conyugal, [la gestación] pertenece al ámbito del necesario soporte físico y nutritivo para el crecimiento del embrión” (“El debate…”, 534). Esta afirmación es difícil de conciliar con la condena de la Iglesia a los úteros artificiales. 706 María Alejandra Carrasco cisión conceptual permite distinguir y evaluar de manera diferenciada cuándo a un paciente con una enfermedad terminal se le mata (eutanasia) y cuándo simplemente se le deja morir para evitar, por ejemplo, un encarnizamiento terapéutico. Pero la distinción trasciende el ámbito de los enfermos terminales y sus opciones terapéuticas. Su alcance es más amplio que el de lo propiamente médico. Discutiendo la diferencia entre matar y dejar morir, y aunque su análisis se dirige en última instancia al mismo debate de la eutanasia, D. Sulmasy da definiciones lo suficientemente generales como para que puedan aplicarse a diversos casos. Este autor señala que matar es “el acto por el que un agente origina un [nuevo] estado letal, con la intención específica de causar con este la muerte de una persona”42. Matar implica poner a una persona que no está necesariamente muriendo en un estado en el que sí morirá y hacerlo con la intención de que muera43, por lo que, de acuerdo con las enseñanzas del Magisterio, la acción se calificaría como intrínsecamente mala (cf. EV 53). Obviamente es posible que alguien mate a los embriones criopreservados si los saca del congelador con la intención de desecharlos o usarlos para investigación o experimentación. Ahora bien, ¿es posible aplicar la noción de dejar morir a los embriones criopreservados? Y si así fuera, ¿sería un dejar morir culpable (i.e. equivalente a matar) o un dejar morir no culpable (no objetable moralmente o incluso obligatorio)? Una definición amplia de dejar morir dice que ello consiste en “un acto que un agente realiza una acción que remueve una intervención que previene o mejora una condición fatal preexistente, o bien se refrena de realizar una acción que habría impedido o mejorado una condición fatal, con la intención específica de que su acción provoque la muerte de la persona o sin la intención de que produzca la muerte de la persona”44. En este caso, el dejar morir es culpable cuando la intención del agente es que la persona muera, y no es culpable cuando el agente no intenciona (aunque prevea) la muerte de la persona45. 42 43 44 45 D. SULMASY, “Killing and allowing to die”, Journal of Law Medicine Ethics 26 (1998) 57. Por ejemplo, disparar en la cabeza a una persona que goza de buena salud. D. SULMASY, “Killing…”, 58. Hay que recordar que la acción se juzga por su objeto, lo que el agente pretende lograr con los movimientos externos que está realizando; la intención que está Rescate y adopción de embriones criopreservados... 707 Aplicadas estas definiciones al caso de los embriones criopreservados, hay quienes dicen que no transferirlos al útero de una mujer (no salvar su vida) es una omisión culpable, puesto que los embriones no están muriendo como un enfermo terminal46. Pero aunque es cierto que los embriones congelados no son enfermos terminales, la noción de dejar morir es más amplia que su aplicación a la medicina. Por ejemplo, un astronauta perfectamente saludable pierde su tanque de oxígeno en una caminata espacial: El astronauta no está enfermo y sin embargo se encuentra en una situación fatal. Si nadie lo auxilia, el astronauta morirá. En segundo término, aunque los embriones criopreservados no están muriendo como un enfermo terminal, tampoco están desarrollándose como corresponde a un embrión humano. El enfermo ya no puede realizar las operaciones vitales que le son propias para continuar su desarrollo, pero el embrión criopreservado tampoco puede realizar sus operaciones propias y nunca podrá hacerlo, ni dentro ni fuera del estanque de nitrógeno en el que fue puesto. Así, aunque el embrión criopreservado no está muriendo como un enfermo terminal, su situación se acerca más a esa que a la de un embrión que se desarrolla. Y aunque todavía no se sepa cuánto tiempo puede resistir en condición de “animación suspendida”, sí se sabe que muchos embriones criopreservados están ya muertos y que mientras más tiempo permanezcan en el congelador aumentan las posibilidades de que mueran (por ello algunos recomiendan que se vayan rescatando en el mismo orden temporal en que se fueron congelando). De ahí que se pueda decir que si bien su situación no es (necesariamente) terminal, sí están directamente orientados a la muerte: Si el embrión no es transferido al útero de una mujer, al cabo de los años (sean 50, 500 o 5.000 años) dejará de vivir sin nunca haber podido desarrollarse. Aunque no es un “estar muriendo” en el sentido habitual, lo que definitivamente no es es “estar desarrollándose”. 46 informando la acción concreta que ejecuta y no las consecuencias que prevea ni los estados disposicionales subjetivos con los que la realiza. D. Sulmasy afirma que si bien la medicina prohíbe intencionar la muerte de un paciente, no implica con ello que deba convertirlos en prisioneros de la tecnología que solo “prolonguen su ‘estar muriendo’” (“Killing…”, 58-59). De acuerdo con A. Cioffi, “descongelar embriones humanos sin el propósito de implantarlos es moralmente equivalente a matarlos activamente” (cf. A. CIOFFI (http:// www.hayalternativas.org/Documentos/quehacerconlosembrionescongelados.doc). 708 María Alejandra Carrasco Por último, solo hay omisiones culpables cuando estas cumplen ciertas condiciones, entre las que se cuenta que exista la obligación de actuar y no se actúe47. Si transferir el embrión criopreservado al útero de una mujer fuera una obligación moral, la acción de rescatar/adoptar no sería heroica o supererogatoria sino solo justa. Sí es importante notar que la situación en que se encuentran los embriones criopreservados no es análoga a lo que se llama encarnizamiento terapéutico, ya que los embriones no están ni enfermos ni sometidos a una terapia. Sin embargo que no sea encarnizamiento terapéutico no implica que la transferencia heteróloga sea moralmente lícita. Cada acción debe valorarse de acuerdo con su objeto, y el objeto de acuerdo con el bien integral de la persona. Así, la razón última de la ilicitud del encarnizamiento terapéutico es la violación de la dignidad de la persona (cf. EV 65). Pero la dignidad no es solo la piedra de toque de las terapias curativas, sino también “[s]i un programa de cuidados paliativos mina la dignidad intrínseca que da la fuerza vinculante al imperativo moral de otorgar cuidados paliativos, entonces existe un deber de obligación perfecta de no seguir con ese plan”48. Del mismo modo, sin ser encarnizamiento terapéutico, si la transferencia de un embrión criopreservado al útero de una mujer que no es su madre genética viola la dignidad del embrión, la obligación moral es justamente la de no realizar esa transferencia. De lo anterior se sigue que dejar morir al embrión (previendo pero no intencionando su muerte) no es una omisión culpable. Al contrario, es la dramática pero única opción que existe para respetar su dignidad: librarlo de la prisión técnica, devolverlo a la dimensión del tiempo y permitir que su vida termine naturalmente. Y si la opción de sacarlo del tanque de nitrógeno que le retiene en una situación inhumana despertase todavía dudas sobre si es matar, queda la alternativa de no hacer nada y esperar a que muera dentro del mismo congelador49. 47 48 49 Cf. R. G., FREY, “Acts…”, 14. D. SULMASY, “Death, dignity and the theory of value”, Ethical Perspectives 9/2-3 (2002), 20. T. PACHOLCZYK, “What should…”, 2. A pesar de que esta alternativa pudiera parecer menos violenta, podría también interpretarse como una omisión culpable, ya que pudiendo liberarlos de la situación injusta en que se los ha puesto se omite hacerlo. Es la “situación absurda” en que se los puso, la “injusticia irreparable” que sufrieron. Rescate y adopción de embriones criopreservados... 709 El objeto de la acción La calificación moral de una acción depende primariamente de su objeto; ni una intención buena ni unas circunstancias trágicas pueden volver lícita una acción con un objeto malo. El objeto de la acción es, exactamente, esa acción que se está realizando. Y si la acción lesiona la dignidad de una persona, si no es ordenable a Dios, es una acción intrínsecamente mala y siempre, bajo cualquier circunstancia, prohibida. De ahí que sea tan importante acertar en la identificación y la descripción del objeto de la acción realizada: Qué se está haciendo. En el debate acerca del rescate/adopción de los embriones criopreservados abandonados se ha tendido a confundir el objeto de esa acción con la intención (salvar una vida); a dar una descripción parcial (gestar un embrión heterólogo) e incluso a definirlo en términos negativos, i.e. lo que no es (no es subrogación; no es procreación, no separa los aspectos unitivo y procreativo de la unión sexual). Estos últimos son precisamente los tres puntos que C. Brugger afirma que se deben examinar para establecer la licitud de esta práctica, es decir, revisar si el rescate/adopción prenatal respeta la prohibición de la subrogación; si protege los bienes propios de la unión marital, y si protege los de la procreación humana50. Y como el rescate/adopción prenatal no atenta contra ninguno de estos bienes ni viola las normas que los resguardan, Brugger concluye que sería una acción lícita. Sin embargo, de que estos bienes estén protegidos no se sigue que el objeto específico del rescate/adopción prenatal sea bueno. Según lo que aquí he expuesto el objeto de la acción del rescate (y que, poniendo entre paréntesis la intención del agente, describe también la adopción prenatal) es ‘la transferencia y gestación de un embrión criopreservado abandonado en el útero de una mujer que no es su madre genética’. El fin del agente es salvar una vida (en el caso de la adopción puede ser también formar una familia); y las circunstancias incluyen la existencia de embriones criopreservados abandonados, la capacidad de una mujer de embarazarse, las posibilidades técnicas, tal vez la convicción de estar haciendo un bien, etc. Sin embargo, ni el fin loable, ni las circunstancias trágicas, ni la falta de advertencia o eventual ignoran50 C. BRUGGER, “Rescuing frozen embryos: Is adoption a valid moral option?”, Culture of Life Foundation. Briefs. March 19, 2010, 5 (http://www.lifeissues.net/ writers/bru/bru_14frozenembryos.html). 710 María Alejandra Carrasco cia invencible de una persona pueden volver una acción materialmente mala en una acción buena51. La relación con el acto conyugal Uno de los argumentos que más se repiten en la discusión sobre la licitud del rescate/adopción prenatal es el referido a los bienes propios del matrimonio. Quienes se oponen a esta(s) práctica(s) afirman que ella(s) “desnaturalizaría(n) el acto conyugal”52. Señalan que la acción es ilícita en cuanto ofende la dignidad del matrimonio puesto que “la mujer solo puede ser madre a través de su marido”53 y no puede ser embarazada fuera de esa unión. Y concluyen que tanto el rescate como la adopción serían faltas a la castidad, infidelidad e incluso adulterio. El argumento es que existe una unidad indiscernible entre la procreación y la gestación, y que el acto conyugal en el que marido y mujer se entregan mutuamente para concebir un hijo es más amplio que la mera acción física. De ahí que el rescate/adopción prenatal atentaría contra la especifidad de este acto humano y sería inmoral. Por su parte, los que defienden el rescate/adopción discuten esta tesis afirmando que procreación y gestación son dos momentos independientes por lo que no cabe aplicar a los rescatadores la inmoralidad de la FIV, tal como nadie imputa a los padres adoptivos la inmoralidad del abandono. La perversión del acto conyugal ya tuvo lugar, y la gestación heteróloga no disocia los fines unitivo y procreativo del acto sexual. De aquí concluyen que no sería una acción intrínsecamente mala54. 51 52 53 54 La advertencia implica el saber si la acción que realiza es buena o mala. La ignorancia invencible significa que la persona no sabe que una acción es mala y no tiene ninguna posibilidad de salir de su error. Cuando esto sucede, aunque la persona no es culpable de la acción que realiza pues no sabe ni tiene cómo saber que está haciendo un mal, la acción sigue siendo mala. Entre estos autores destaca N. TONTI-FILIPPINI, “The embryo rescue debate: Impregnating women, octogenesis and restoration from suspended animation”, National Catholic Bioethics Quarterly 3 (2003), 111-137. Cf. Familiaris Consortio 14 y 41; DP 12. Por ejemplo, C. Brugger dice “El mal se realizó en la creación, en la FIV; no es la transferencia” (“Rescuing…”, 4), y Miranda, “El mal ya está hecho, ahora hay que evitar un mal mayor” (G. MIRANDA, “¿Se pueden adoptar los embriones congelados?”, http://es.catholic.net/sexualidadybioetica/347/2675/articulo.php?id=8168, 3). Rescate y adopción de embriones criopreservados... 711 Pues bien, al margen de si la gestación forma parte o no de la procreación, es cierto que la culpa moral no se traspasa desde quienes realizaron la FIV en sentido estrecho a quienes la rechazan pero buscan actualmente salvar la vida de los embriones abandonados. Asimismo, si procreación es solo el momento de la unión de gametos, también parece claro que el rescate/adopción prenatal es un suceso completamente ajeno a la separación de los aspectos unitivo y procreativo del acto sexual. Sin embargo, el rechazo al rescate/adopción prenatal se debe a que su propio objeto es ilícito, y no a la ilicitud del objeto de la FIV en sentido estrecho. Aunque la transferencia y gestación heteróloga no se relacionaran con el acto conyugal, sí violan la dignidad del niño y eso es lo que lo hace éticamente condenable. Del mismo modo, tampoco se puede concluir que el rescate/adopción prenatal es lícito porque no lesiona el acto conyugal o resguarda los bienes del matrimonio. El rescate y la adopción prenatal son acciones distintas a la FIV en sentido estrecho, y su objeto se debe juzgar de modo independiente. Sea para declararlo lícito o ilícito, su relación con la licitud de la FIV en sentido estrecho y los bienes del acto conyugal no acierta con el verdadero objeto de esta otra acción, y el argumento con ello equivoca el punto. Tal como se dijo en la Primera Parte, podría pensarse en una transferencia de embrión y embarazo heterólogo de un embrión concebido naturalmente y dentro del matrimonio; y en un caso como este no cabría argumentar que esta práctica es lícita porque no lesiona el acto conyugal. Su ilicitud proviene de la violación de la dignidad de la persona del embrión, de quien se dispone (se viola su indisponibilidad) al transferirlo e implantarlo en una mujer que no es su madre genética. Subrogación y adopción Otro argumento que se repite en este debate es si el rescate/adopción prenatal es equivalente a la subrogación (“madre de alquiler”) y condenable por las mismas razones. G. Grisez afirma que si no es inmoral que un niño sea alimentado por una nodriza, incluso pagándole, mucho menos sería que una mujer generosamente se embarazara de un embrión heterólogo para darle la oportunidad de vivir e, incluso, una familia55. 55 El argumento lo desarrolla en “Should a woman…”. Miranda también lo aprueba y hace la analogía con los trasplantes o intervenciones que se justificarían por el principio de solidaridad (“¿Se pueden…”, 2). 712 María Alejandra Carrasco Para este autor, la diferencia entre esta práctica y la subrogación es que en la primera no existe contrato de por medio ni tampoco una relación entre la producción del embrión y la mujer que lo gestará. Con todo, cabría preguntarse si la principal razón por la que la Iglesia condena la subrogación es que exista un contrato. Aunque esto sin duda agrava la falta, cuando la DP señala que la adopción prenatal de embriones donados por parte de parejas infértiles es condenable por las mismas razones que la subrogación (cf. DP 19), no se está refiriendo ni al contrato ni a la estrecha relación entre la FIV y la madre de alquiler. Ninguno de estos dos elementos está presente en la adopción prenatal. De hecho, lo único que sí tienen en común estas prácticas es la transferencia y gestación de un embrión heterólogo, por lo que una interpretación correcta de este pasaje debería identificar esos elementos comunes y concluir a partir de ellos la ilicitud de estos casos56. En consecuencia, si bien el rescate/adopción prenatal son acciones muy diversas a la subrogación, su objeto es también malo y debe considerarse ilícita. ¿Y por qué no se condena a una nodriza? Probablemente por las mismas razones por las que no se puede equiparar una adopción prenatal con la adopción de un niño ya nacido –aunque quienes defienden la primera también utilizan este argumento–. En una adopción convencional existe un niño que está naturalmente vivo y que si se permite que la naturaleza siga su curso (si no se interviene en sentido contrario) seguirá desarrollándose y creciendo. El caso de los embriones criopreservados es exactamente opuesto: En relación con ellos, si no se interviene en sentido contrario el embrión terminará muriendo –o al menos “suspendido–”. Además, en el caso de la nodriza la ‘intervención’ no viola la dignidad del niño (al contrario, no alimentarlo es una omisión culpable), mientras que la transferencia de un embrión criopreservado al útero de una mujer extraña sí es una manipulación o cosificación de la persona. Además, si bien es cierto que el niño tiene derecho a ser engendrado, gestado, dado a luz y educado en el seno de una familia (cf. DV A 1, 56 Este pasaje se inserta en el acápite en el que se condena toda procreación heteróloga. Esto reafirma mi conclusión ya que el único elemento que comparten la procreación heteróloga, la subrogación y la adopción prenatal es la transferencia y gestación heteróloga. Todas sus otras características son distintas (contrato, relación directa con la FIV, intención, etc.). Rescate y adopción de embriones criopreservados... 713 DV A 3), y que en el caso de las adopciones convencionales esta continuidad se rompe entre la gestación y la crianza; no es posible concluir sin más que escindir el proceso ahí o entre la concepción y la gestación es lo mismo. En primer lugar, las condiciones en que está la persona (naturalmente creciendo o “suspendida”) son diversas. Y en segundo lugar, siguiendo la interpretación de Pastor, en la DP se ve incoada la explicitación de un nuevo criterio moral, producto de la profundización en la reflexión antropológica que estos adelantos biotecnológicos han impulsado: El deber de la no disyunción entre la maternidad genética y la gestacional 57. Tonti-Filippini también se refiere a este punto al decir que durante la gestación el embrión está “en casa”; i.e. la gestación no se reduce a proporcionar nutrientes y soporte físico al que está por nacer, sino a una unidad biológica y espiritual, a una dependencia e interrelación dinámica entre madre e hijo que no es delegable58. PDE Otro argumento que se ha dado para defender el rescate/adopción prenatal es el de que la acción debería evaluarse moralmente con el Principio de Doble Efecto. Este principio se aplica cuando una acción produce dos efectos, uno bueno, que es el que se intenciona, y otro malo, que no se quiere pero se tolera porque está inevitablemente unido al primer efecto; es decir, es imposible obtener el efecto bueno sin que se produzca también el malo. Para que este principio pueda aplicarse deben cumplirse otras condiciones: que el objeto de la acción sea bueno o indiferente; que la intención sea buena; que el efecto malo sea posterior o al menos simultáneo al bueno (i.e. que el fin no justifique los medios) y que haya proporcionalidad entre ambos (que el efecto bueno sea tan importante que se justifique tolerar, sin desear, el malo)59. Al respecto, señala W. E. May que en el rescate/adopción prenatal “la mujer [que] opta por transferir el embrión desde el tanque de nitrógeno a su matriz, por amor a él, no está escogiendo ninguna acción mala en sí. Como consecuencia de esta elección, permite ser embarazada y prevé 57 58 59 L. M. PASTOR, “Análisis…”, 40. N. TONTI-FILIPPINI, “The embryo…”, 119, también señala que la gestación aporta un cambio ontológico en el que se crea una nueva relación: la maternidad. Cf. A. GÓMEZ-LOBO, Los bienes…, 107. 714 María Alejandra Carrasco que quedará encinta. Pero esta no es la primera acción que realiza, ni lo que libremente escoge”60. De acuerdo con el análisis de la Primera Parte este planteamiento tiene problemas. El objeto que identifica May sí es (al menos parcialmente) correcto. La diferencia es que, según mi interpretación, ese es precisamente el objeto intrínsecamente malo, pues comporta una violación a la indisponibilidad del embrión. La intención “por amor a él” es una intención buena. Pero los dos efectos que el autor señala –permite ser embarazada y quedar encinta– parecen de hecho ser un único fenómeno, pues ser embarazada y quedar encinta son dos modos de decir lo mismo, salvo que ser embarazada se entienda como la trayectoria e implantación del embrión en el útero, en cuya caso sería sinónimo de la transferencia, que es lo que identificó como objeto. Los efectos de la acción de rescate/adopción prenatal son el embarazo heterólogo y salvar una vida. El efecto malo es el embarazo heterólogo pues comporta una violación a la dignidad del embrión, y el efecto bueno es salvar la vida del mismo. Estos dos efectos pueden entenderse como simultáneos. Pero aunque la intención sea buena y el efecto malo no sea la causa del bueno (condiciones 2 y 3 del Principio de Doble Efecto), entre los dos efectos no existe proporcionalidad (condición 4), puesto que el respeto a su dignidad de la persona es un bien irrenunciable que sobrepasa incluso la promoción de la vida. En consecuencia, al menos dos de las condiciones no se cumplen (licitud del objeto y proporcionalidad), por lo que el PDE no puede justificar esta acción. M. Migliorino utiliza el mismo PDE para mostrar que la única alternativa moralmente lícita es descongelar y dejar morir a los embriones abandonados61. Dice que sacarlos del congelador tiene dos efectos: liberarlos de la injusticia en que están sometidos (efecto bueno y deseado) y la muerte de los embriones (efecto malo, no deseado pero previsto). El objeto de la acción (sacarlos del congelador) no es malo en sí mismo; la intención es buena (traerlos a la dimensión de la temporalidad y permitir que mueran naturalmente); el efecto bueno (liberarlos de la 60 61 W. E. MAY, “Catholic bioethics and the gift of human life” en Our Sunday Visitor Publishing, Huntington, 2000, citado por BONET, “El debate…”, 526. M. MIGLIORINO, “Adopting embryos: Here is why not”. NCRegister.com May 24-30, 2009, 3 (http://www.prolifesociety.com/prolifesociety/pagesArticlesAndPublications/ AdoptingEmbryos.pdf ). Rescate y adopción de embriones criopreservados... 715 injusticia) es previo al malo (su muerte), y hay proporcionalidad (se vela por la dignidad del embrión protegiéndolo de futuros manipulaciones). En este caso se probaría, a través del PDE, la licitud de descongelarlos para dejarlos morir naturalmente. Pendiente resbaladiza Muchos defensores del rescate/adopción prenatal advierten que si estas prácticas se aprueban existe el riesgo de la llamada pendiente resbaladiza, o el habitual fenómeno de que tras permitir la realización de determinada acción, el juicio (o la legislación) se vaya progresivamente relajando hasta aceptar la realización de otras acciones que se consideran imprudentes o incluso ilícitas. Algunos autores intentan prevenir este fenómeno poniendo condiciones a la práctica del rescate/adopción prenatal62, pero condiciones que son bastante utópicas (como que se prohíba la criopreservación) o bien contradictorias con el principio de solidaridad que considera como un bien primario y principal salvar la vida del embrión. Por ejemplo, en relación con las prácticas imprudentes o desaconsejables que podrían ir legitimándose, Bonet señala que si se aprueba la adopción prenatal sería difícil prohibir luego el rescate, que es desaconsejable en cuanto somete al niño que está por nacer a un quiebre entre lo biológico y lo social. No obstante, “no se trataría de una acción mala en sí, porque salva la vida, pero es desaconsejable”63. Luego podría también comenzar la adopción por parte de mujeres solteras, divorciadas o lesbianas, “que privaría al embrión de una familia bien constituida”. Tanto en el rescate como en estos casos nos encontramos con el problema de que si salvar una vida es lo que justifica esta práctica, el derecho a la familia o el desaconsejar salvar una vida por no proporcionar una familia, parece 62 63 Un ejemplo es M. LÓPEZ-BARAHONA, “Adopción prenatal: Una alternativa legítima para los embriones congelados” (http://www.bioeticaweb.com/content/ view/109/49/). Dice que se debe comenzar por prohibir la generación de más embriones de los que serán transferidos en la FIV; que habría que conocer el número de embriones criopreservados en cada clínica; obtener el consentimiento informado de los padres genéticos; descongelar cronológicamente; prohibir el diagnóstico prenatal; la maternidad subrogada; considerar los criterios de idoneidad de los padres adoptivos, etc. E. BONET, “El debate…”, 544. 716 María Alejandra Carrasco ser una contradicción en cuanto otro bien sobrepasaría a el que se supone justifica esta práctica64. Otras consecuencias indeseables que se podrían seguir de declarar la licitud del rescate/adopción de embriones podrían ser, según estos autores, la comercialización de embriones, en la que afirman sería lícito participar por “la importancia del bien que se defiende” o “en beneficio de una vida que es tomada en serio”65. Sin embargo, si la Iglesia no admite siquiera el embarazo con embriones donados (cf. DP 19), mucho menos podría admitir el comercio de los mismos66. La vida no puede estar por sobre la dignidad. Una acción ilícita Finalmente hay otras dos razones que muestran por qué el rescate/adopción prenatal se opone a las enseñanzas del Magisterio. Una es la cooperación material al mal. Los autores que defienden estas prácticas afirman que ellas no constituyen cooperación al mal –que está explícitamente prohibida– (DP 35). Arguyen que los rescatistas/adoptantes no tienen responsabilidad por la FIV67; que pagar a las instituciones que criopreservan podría restringirse a pagar al personal que realiza la transferencia para que el pago no fuera importante68; que si bien podría implicar selección de embriones esta se realizaría con un criterio terapéutico69, etc. 64 65 66 67 68 69 La contradicción es más clara respecto del rescate/adopción por parte de mujeres consagradas, al que Bonet se opone diciendo es distinto al caso de mujeres solas o lesbianas porque su condición de consagradas vuelve imposible un proyecto familiar (“El debate…”, 536). Es decir, la vida cede ante la familia. Cf. E. BONET, “El debate…”, 541. Si la mediación de un contrato es un agravante para la subrogación, es precisamente porque convierte a las personas (los embriones) en bienes transables, i.e. exactamente lo opuesto a un bien indisponible. C. BRUGGER, “Rescuing…”, 4. Cf. E. BONET, “El debate…”, 541. Cf. E. BONET, “El debate…”, 543. El autor señala que la situación sería análoga a un trasplante en el que solo hay un órgano y varias personas que lo requieren. En este caso los médicos deben elegir a quién operarán, tomando en consideración distintas variables como, por ejemplo, la posibilidad de éxito. Con los embriones criopreservados se tendrían que descongelar y transferir aquellos que se estimen viables. Esto contrasta con la opinión de López Barahona, quien pone como condición que los embriones se vayan descongelando cronológicamente para evitar, precisamente, una selección que podría llegar a ser eugenésica. Rescate y adopción de embriones criopreservados... 717 No obstante, aunque todas estas razones fueran verdaderas y no existiese cooperación material al mal, la DP afirma que “el criterio de independencia no es suficiente” (DP 35)70. Y agrega: “Cuando el delito está respaldado por las leyes que regulan el sistema sanitario y científico, es necesario distanciarse de los aspectos inicuos de esos sistemas, a fin de no dar la impresión de una cierta tolerancia o aceptación tácita de acciones gravemente injustas. De lo contrario se contribuiría a aumentar la indiferencia, o incluso la complacencia con que estas acciones se ven en algunos sectores médicos y políticos” (DP 35). Después, para subrayar que estos principios no son se reducen a la práctica que allí se discute, afirma que este deber “deriva de la obligación de separarse, en el ejercicio de la propia actividad de investigación, de un marco legislativo gravemente injusto y de afirmar con claridad el valor de la vida humana. Esto vale también en ausencia de cualquier conexión próxima de los investigadores con las acciones de los técnicos e la procreación artificial…” (DP 35)71. El otro argumento que se repite para legitimar esta práctica es el del mal menor. Se reconoce, por ejemplo, que existe cierta instrumentalización de la mujer, pero se afirma que es tan grande el bien que se persigue que esta, aun siendo mala, se tolera. También se dice que “el mal ya está hecho y solo queda optar por lo menos malo” y que “se puede realizar el mal en razón de una necesidad imperante”72. Al respecto hay que tener muy claros los criterios de evaluación moral. De acuerdo con el PDE, hay circunstancias en que es lícito y necesario tolerar algún mal (aquel que está inevitablemente unido al bien que se persigue). Pero tolerar no significa, en ninguna circunstancia, realizar o intencionar el mal. La Iglesia afirma que jamás se puede intencionar un mal, ya que en ese caso la acción no es ordenable a Dios, lo que implica que viola la ley natural 70 71 72 La DP discute el tema en la sección dedicada al uso de material biológico humano de origen ilícito, pero aclara expresamente que “conviene enunciar los principios generales a partir de los cuales quienes actúan en recta conciencia puedan evaluar y resolver…” (DP 34. Cursivas mías). Aunque estas indicaciones se dirigieran solo a profesionales del ámbito biomédico, basta pensar que si ellos estén moralmente impedidos para realizar el procedimiento este no se puede llevar a cabo. Cf. E. FURTON en “On the disposition…” y declaraciones de R. George en B. CAULFIELD, “Pregnant Pause: Where do frozen embryos belong?”, Human Life Review, verano 2001. http://www.humanlifereview.com/index.php/archives/152001-summer/26-pregnant-pause-where-do-frozen-embryos-belong). 718 María Alejandra Carrasco constituyendo una violación a la dignidad de la persona, el único bien irrenunciable. Ahora bien, quienes intentar justificar el rescate/adopción prenatal con la doctrina del mal menor están, implícitamente, reconociendo que el rescate/adopción prenatal es un mal, menor que otros, pero un mal. En segundo término, el rescate/adopción prenatal es una acción que la persona intenciona y realiza. No es un efecto que se tolere, sino un mal que se está intencionando directamente, por lo que no existe modo de eludir la responsabilidad moral de realizarlo. La doctrina del mal menor contraría las enseñanzas del Magisterio. CONCLUSIÓN Cuando la DV afirma que los embriones sobrantes viven una situación absurda y que no existen vías lícitas de supervivencia (cf. DV I 5), no se equivoca. Tal como sucede con la fecundación artificial, en que debido a la manipulación que se hace de la persona y su disconformidad con los actos específicamente humanos “la procreación queda privada de su perfección propia” (DV B 4), la gestación heteróloga también implica la manipulación de una persona, la violación de su dignidad y, con ello, queda privada de su perfección propia. Todo niño tiene el derecho a tener un origen plenamente humano, adecuado a la naturaleza personal del ser humano. Tanto el aborto, en un extremo, como el encarnizamiento reproductivo, en el otro, se oponen a este derecho. La “dinámica de violencia y dominio” a la que conduce la mentalidad abortista de nuestra época y que hace que “el hombre se [haga] dominador de la vida y de la muerte” (DV I 5) es la que, en ambos casos, está operando73. Esta mentalidad tan difundida puede también, en un primer momento, contaminar la mirada de quienes son contrarios a estas prácticas, y no dejarles advertir que bajo la loable intención de salvar una vida se está violando la dignidad de una persona. ¿Pero qué se hace entonces con los miles de embriones criopreservados? Los embriones criopreservados son embriones sobrantes, a quienes se les mantiene artificialmente con vida por medio de un procedimiento 73 Y que es también la misma que informa tanto la eutanasia como el encarnizamiento terapéutico. Como dice EV 22, “[r]ecurriendo a cualquier forma de tecnología, [el hombre] se afana por programar, controlar y dominar el nacimiento y la muerte”. Rescate y adopción de embriones criopreservados... 719 indigno (congelados), a la espera de que eventualmente los “usen”. Es decir, son personas a las que no se las deja morir74. En efecto, si no se impidiera el curso natural de los acontecimientos, estos embriones no implantados morirían. Pero se dispone de ellos y se detiene su vida a la espera de que un tercero, por una decisión arbitraria, vuelva a disponer de ellos para implantarlos en el momento que ese tercero decida. A estos embriones sobrantes se les impide su proceso de muerte natural a la espera de que se vuelva a violar su indisponibilidad, su dignidad; y se les vuelva a tratar como objetos, como inferiores a merced de quienes sean sus dueños. En consecuencia, y a pesar de lo doloroso que resulta comprobar que efectivamente a través de la FIV se realiza una “injusticia irreparable”, la única posibilidad digna para estos embriones, estas personas, es dejarlas morir. La Iglesia defiende la vida desde la concepción hasta la muerte natural (cf. DV III), y la defiende por la dignidad de cada persona humana. Mantener a una persona artificialmente viva –como los embriones congelados– es moralmente condenable. Y disponer de ella, transfiriéndola en el momento en que un tercero decida desde el congelador a un útero desconocido, es una nueva violación a la dignidad de esa persona. La medida para la evaluación moral no es otra que la verdad ontológica de la persona (cf. DP 5), la que se descubre en un análisis antropológico que logre ver la especificidad de las acciones humanas. Todo juicio moral debe remitirse a “esas normas no escritas” (DP 6) que están inscritas en nuestra naturaleza y que constituyen la piedra de toque del respeto a nuestra dignidad. Y tanto el llamado rescate como la adopción prenatal contradicen la especificidad de la procreación humana, lo que lo convierte en una acción inmoral. 74 El “encarnizamiento reproductivo” que se daría en la criopreservación puede considerarse incluso más violento que el encarnizamiento terapéutico. En este último las intervenciones médicas se empeñan (aunque excesivamente) en ayudar a que el enfermo siga realizando las operaciones que le son propias. Dentro del tanque de nitrógeno, en cambio, la tecnología impide que los embriones realicen las operaciones que les corresponde en cuanto seres humanos vivos, se les fuerza a inhibir su actividad natural y se silencia la manifestación de su naturaleza. Agradezco este comentario al profesor Antonio Amado. Teología y Vida, 55/3 (2014), 721-735 721 Formación de personas para la transmisión de la fe: logros y desafíos de un currículum de teología pastoral Fernando Berríos - Rodolfo Núñez FACULTAD DE TEOLOGÍA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE [email protected] − [email protected] Los días 27 y 28 de agosto de 2014 se llevó a cabo en Santiago, en las dependencias de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el 3er Coloquio Internacional de Teología Pastoral. Se trata de una instancia de encuentro y reflexión que surgió en el marco de la creación y desarrollo de un currículum pastoral en esta facultad, y que se ha caracterizado desde sus orígenes por la búsqueda de un intercambio fecundo de experiencias y conocimientos entre académicos de diversas latitudes. El primer coloquio se llevó a cabo el año 2010, sobre el tema del estatuto epistemológico específico de la teología práctica en el conjunto de los saberes y disciplinas universitarias, y contó con la participación de representantes de los centros teológicos más importantes de América Latina: Pontificia Universi- dad Javeriana (Bogotá), Instituto Santo Ignacio-Facultad Jesuita de Teología (Belo Horizonte), Facultad Católica de Fortaleza-Brasil e Instituto Superior de Estudios Teológicos (Lima), además de profesores de nuestra Facultad. El segundo coloquio se realizó en 2011, sobre el tema del método de la teología pastoral en su cometido central de una lectura teológica de la realidad, y contó esta vez con aportes de especialistas de los ya mencionados centros teológicos latinoamericanos, como también del Instituto Católico de París. En esta tercera ocasión quisimos vincular de un modo más específico la teología pastoral con el tema de la catequesis de iniciación cristiana como acción fundamental de la Iglesia para la transmisión de la fe. De singular relevancia ha sido en esta oportunidad la participación de un grupo de jóvenes 722 Fernando Berríos M. - Rodolfo Núñez H. académicos y doctorandos de diversas facultades teológicas de Alemania, bajo la guía del Prof. Dr. Albert Biesinger, ex profesor de la Universidad de Tübingen y gran especialista en el tema de la catequesis. En este marco de intercambio y de diálogo se inscriben las siguientes reflexiones a partir de una experiencia concreta de formación de personas para la transmisión de la fe, en el contexto de una carrera de pregrado de teología pastoral. *** En una reflexión anterior sobre las experiencias iniciales en teología pastoral en la Pontificia Universidad Católica de Chile, los entonces directores del currículum de Estudios Pastorales utilizaban la imagen del ascenso de una montaña. Los tópicos principales eran el trabajo en equipo, el rol de cada uno de la cordada y, sobre todo, la existencia de un plan ideal previo que “luego debe someterse a la realidad del ascenso, integrando las sinuosidades del camino y el ritmo de las personas”, para llegar a ser “el plan que, de hecho, se ejecuta en el ascenso (y) que se enriquece de la experiencia atravesada y de las peripecias enfrentadas. Para este último plan –concluía esta reflexión− es clave lo que significó la travesía. Eso permite el traspaso de experiencias para otros grupos que deseen emprender el ascenso”1. Precisamente en esta senda queremos ponernos en esta ocasión y específicamente en el ejercicio de hacer una necesaria pausa en el ascenso, para revisar el camino andado y preguntarnos en qué medida lo que hemos planeado para la continuación del camino es acertado. Aquella primera reflexión tomaba, en efecto, en cuenta la experiencia fundante, pero poniendo acento en las opciones epistemológicas que había sido necesario tomar en ese momento. Es una reflexión, por tanto, que pone especial atención en la perspectiva teológica que constituye el punto de partida de este proyecto, para luego subrayar el carácter interdisciplinar de la teología pastoral y la dimensión comunicacional de su metodología. Pero al final los autores proponen algunas “propuestas para continuar el camino”2, en la línea específica de una “in1 2 Todas las citas tomadas de R. NÚÑEZA. TOUTIN, “«Hoy ha llegado la salvación a esta casa» (Lc 19, 10). Aproximación dialogal e interdisciplinar a la complejidad del hoy: reflexiones acerca del núcleo de la teología práctica”, en Teología y Vida, 53/3 (2012) 373-395. 373. R. NÚÑEZ-A. TOUTIN, “«Hoy ha llegado la salvación…”, 393-395. Crónicas 723 telección del reinado de Dios”3. Tres aspectos se plantean como fundamentales para ese propósito: 1) una confrontación del hoy con la praxis de Jesús que considere de un modo prioritario “las condiciones de posibilidad espirituales” del sujeto humano para sintonizar con esa praxis en su significación salvífica; 2) el rol de la Iglesia como “sacramento”, es decir, en su carácter siempre referencial al único autor de la salvación que es Jesucristo; y 3) por último, la pregunta sobre la credibilidad de la Iglesia en cuanto a su capacidad de hacer una mediación del proyecto del Reino en Jesucristo para el mundo. Recogiendo estos aspectos, quisiéramos hacer ahora un ejercicio distinto de balance y de bosquejo de grandes perspectivas para el desarrollo de un currículum de Teología Pastoral en nuestra facultad. Lo diverso de este nuevo balance radica en que su punto de partida no es ya de carácter epistemológico sino experiencial, tal como esta experiencia se refleja en el conjunto de las “evaluaciones tempranas” de los cursos que hemos venido haciendo en diálogo 3 R. NÚÑEZ-A. TOUTIN, “«Hoy ha llegado la salvación…”, 393, nota 28, citando a F. de Aquino Júnior, “O reinado de Deus como assunto da teología cristã”, en REB 71 (2011) 54. con los estudiantes en cada uno de los semestres. Las “evaluaciones tempranas” se desarrollan como un diálogo entre los estudiantes de un mismo grupo-curso con todos los profesores de su nivel y la metodología se basa en una invitación a conversar, con toda trasparencia y en un clima de respeto, acerca de lo que los estudiantes y sus profesores consideran como fortalezas o debilidades en cada una de las asignaturas que se están desarrollando en el semestre. Por ser “tempranas”, estas evaluaciones permiten a profesores y estudiantes corregir defectos o potenciar fortalezas en el tiempo restante del período académico. Se trata, pues, de un tipo de evaluación que no tiene como finalidad hacer un juicio sobre algo ya concluido, sino revisar, como decíamos al comienzo, los avances logrados o las dificultades experimentadas en la implementación del plan inicial de cada curso frente a “las sinuosidades del camino y el ritmo de las personas”. El ejercicio de recoger aquí los resultados de estas evaluaciones nos permitirá, además, mostrar cuán importantes son ellas en esta facultad para la concreta organización académica de esta carrera. En otro ámbito, queremos aprovechar también esta ocasión 724 Fernando Berríos M. - Rodolfo Núñez H. para revisar un aspecto fundamental de nuestro proyecto, a saber, las dificultades y los logros experimentados en el complejo camino del diálogo interdisciplinar como dimensión esencial de la teología pastoral, y de un modo especial en los “talleres” de síntesis que se realizan en cada semestre. En general, es nuestra intención que estas reflexiones puedan ser una oportunidad para compartir una experiencia académica relevante y contribuir así a otros centros teológicos interesados en el desarrollo de esta disciplina teológica particular. 1. LOGROS Y DESAFÍOS PENDIENTES: LA VOZ DE NUESTROS ESTUDIANTES ¿Qué nos han dicho en los últimos años las “evaluaciones tempranas” acerca de lo que nuestros estudiantes valoran como logros o dificultades de la reflexión teológicopastoral en nuestra carrera y más específicamente en el aula? Logros Partamos por los logros, considerándolos como indicadores de aspectos que habría que cultivar y profundizar en nuestro quehacer teológico. 1. Espacios de reflexión y diálogo. En diversas asignaturas se valora y se agradece especialmente cuando los docentes logran articular el trabajo de aula y el estudio personal, más que como mera transmisión de contenidos e informaciones, como un espacio para la confrontación de ideas, la crítica y la autocrítica sobre la Iglesia, la teología y las prácticas pastorales, y para el planteamiento de buenas preguntas sobre estas y otras temáticas relevantes. 2. Metodologías activas y participativas. Un enfoque crítico y autocrítico del quehacer teológico y de las prácticas pastorales se traduce necesariamente en metodologías de enseñanzaaprendizaje basadas en la construcción de un pensamiento autónomo, aunque desde el diálogo y la confrontación con otros. El trabajo de aula basado en este principio, favorece en el desarrollo de un pensamiento personal que no eluda la responsabilidad de una fundamentación sólida, en diálogo con perspectivas diversas o complementarias a las propias. 3. Bases sólidas para la articulación de teoría y práctica. Se busca con ahínco evitar una dicotomía entre estos dos ámbitos. La práctica pastoral no se concibe como un espacio de mera “aplicación” de ideas concebidas a Crónicas 725 priori y de modo abstracto. El pensamiento teológico-pastoral se concibe, por el contrario, como algo que se construye desde la realidad misma, con ella y desde ella, haciendo el esfuerzo de articular categorías teológicas en diálogo con categorías de otras disciplinas. 4. Esfuerzo de síntesis a partir de los contenidos abordados en las diversas asignaturas. Se valora que con esto se busque evitar que los saberes particulares sean considerados como apartamentos estancos y que se busque más bien identificar sus puntos de contacto, en función de una mirada integradora sobre el ser humano, el cristianismo y la Iglesia en el mundo. Este esfuerzo de síntesis los alumnos suelen destacarlo en alguno de los Talleres, pero también en varias de las asignaturas. En varias ocasiones los estudiantes utilizan la expresión “eje articulador”, como elemento que integra entre sí diversas aproximaciones dentro de un mismo semestre; por ejemplo, el eje “antropología relacional” o el eje “pueblo de Dios” en el tercer semestre. Idealmente, este esfuerzo de síntesis debería reflejarse también, como un logro importante del estudiante, en el examen final de grado. Este as- pecto, que los estudiantes destacan en diversas asignaturas, está también relacionado con un esfuerzo metodológico tendiente a superar la dispersión y a establecer, por el contrario, nexos internos que permitan pensar con coherencia. Un desafío importante vinculado a este aspecto es que la ayuda que den los profesores para este fin, debe hacerse de tal manera que los estudiantes puedan hacer su propia sistematización y no se limiten, por tanto, a reproducir la que aquellos reflejan en su labor docente. 5. Pastoralidad del quehacer teológico. Este aspecto es el que da su impronta a esta carrera. No siempre, pero en ciertos momentos se logra esta pastoralidad, sobre todo cuando en el aula se dan orientaciones que ayudan a los estudiantes a hacer síntesis y sistematizaciones que vinculan los contenidos de las asignaturas con su propia práctica pastoral. Por ese camino se alcanza un doble propósito fundamental de esta carrera: por una parte, avanzar hacia una práctica pastoral basada en una reflexión teológica sólida; y por otra, aprender a reflexionar teológicamente desde y para la existencia cristiana y la práctica pastoral. Cuando los estu- 726 Fernando Berríos M. - Rodolfo Núñez H. diantes experimentan que el estudio no es un distractor sino un aliado de la acción pastoral, entonces esta carrera comienza a mostrar su sentido. La interdisciplinariedad, si se la quiere practicar con seriedad y rigor, no es fácil, pues exige progresar en el conocimiento de la propia disciplina –en este caso, la teología− a la par que en el conocimiento de las lógicas y las categorías básicas de otras ciencias. 6. La importancia del fundamento eclesiológico de la teología pastoral. Más exactamente, el conocimiento a fondo de la eclesiología del Concilio Vaticano II, sobre todo en la clave del pueblo de Dios, permite comprender más cabalmente el desafío de la teología pastoral como una reflexión compleja que trasciende el terreno de las simples estrategias y que solo es posible como tarea abierta para el conjunto de la Iglesia, con su diversidad de carismas y ministerios, en su inserción en el mundo. La teología pastoral supone así, como una auténtica condición de posibilidad, la superación de toda concepción jerarcológica de la Iglesia. 8. Dominio y solidez de los conocimientos disciplinares de los docentes. En varias ocasiones, en las evaluaciones tempranas los estudiantes destacan especialmente el amplio y profundo conocimiento de sus profesores en sus respectivos campos. A veces la valoración de las capacidades didácticas de los profesores por parte de los estudiantes, no va a la par. Con todo y aunque esto indica también una debilidad, es destacable la importancia que tiene para nuestros estudiantes la preparación científica de sus docentes. 7. La conciencia creciente acerca de la necesidad y también de la complejidad del diálogo interdisciplinar. En esta carrera los estudiantes han podido experimentar esta doble convicción: la teología pastoral solo puede llevarse a cabo desde la interdisciplinariedad; pero no es menos cierto que este es un desafío mayor y difícilmente realizable. 9. La importancia de la didáctica en el aula y en los procesos de aprendizaje individuales. Este punto es la contracara del anterior. Se destaca especialmente cuando el docente, además de conocimientos amplios y sólidos y de una actitud de apertura y diálogo (que se subraya como lo más importante para el proceso de enseñanza-aprendizaje) Crónicas 727 logra también una adecuada organización de los contenidos del curso y sabe recurrir a adecuadas y diversas estrategias para el intercambio de conocimientos y reflexiones. Parte importante de estas estrategias son aquellas que ponen a nuestros estudiantes en contacto directo con expresiones de la cultura, tales como la prensa escrita, la literatura, el teatro o el cine. Desafíos pendientes Nuestros estudiantes han destacado también los siguientes aspectos entre las principales limitaciones por superar. Los tres primeros son de índole metodológica. 1. Exceso de información en las clases. Este aspecto denota una falta de conciencia acerca de las características culturales de la “sociedad de la información” en la que vivimos en la actualidad. La mayoría de los profesores fuimos formados en nuestras respectivas disciplinas en un tiempo previo al explosivo desarrollo de las tecnologías de la información. Por ello, a veces todavía nos comportamos como si parte importante de nuestro rol sea la transmisión material de la información, obviando el hecho de que nuestros estudiantes tienen múltiples formas de acceder a ella. Es necesario que los docentes, en general, avancemos en un rol de orientadores para la obtención y el procesamiento personal de esa información, y que en consecuencia privilegiemos en el aula un trabajo de análisis y de reflexión a partir de la misma, más que de su transmisión. 2. Criterios y formas de evaluación inadecuados. Este aspecto es, probablemente, una consecuencia de lo anterior. Es necesario privilegiar la evaluación de procesos cognitivos (tales como la reflexión, la capacidad de síntesis, la relación) más que del acopio de información. Nuestras estrategias de evaluación deben ser más coherentes con los objetivos del currículum, que da especial importancia a los diagnósticos y a la propuesta de acciones pastorales apropiadas al medio diagnosticado. 3. Insuficiente participación en la evaluación de los trabajos finales de investigación, por parte de los responsables de los ambientes pastorales (parroquias, colegios, movimientos, etc.) en que esos trabajos son elaborados. Dado que uno de nuestros requisitos para la obtención del grado académico es una investigación con implicancias propiamente 728 Fernando Berríos M. - Rodolfo Núñez H. pastorales, debería adjuntarse al trabajo final un informe elaborado por el responsable de la pastoral en que este fue llevado a cabo. El informe debería dar indicaciones acerca de la pertinencia del tema y de la metodología del trabajo para la acción pastoral en función de la cual fue realizada. Finalmente, nuestros estudiantes han señalado algunos temas de fondo que habría que profundizar o corregir en un currículum de esta índole: 4. Herramientas todavía insuficientes para incentivar, sostener y evaluar la calidad del trabajo en equipo. Este aspecto se capta tanto en ciertas actividades grupales de las asignaturas, como de un modo especial en los trabajos de los Talleres. La teología pastoral se ordena en gran medida a insertar a las personas en dinámicas comunitarias de crecimiento y desarrollo; pero no debe obviarse que este esfuerzo lo hacemos en un contexto cultural que por todas las vías promueve más bien la búsqueda de éxitos individuales. Por lo mismo, no han sido escasas en nuestra carrera experiencias poco satisfactorias de trabajo en equipo, y ello debe llamar a una reflexión que toca a un aspecto esencial de nuestro proyecto. 5. Déficit filosófico y de conocimiento de otras ciencias humanas. Dado que es posible que alumnos ingresen a la carrera sin una formación filosófica básica, esto se convierte en un déficit muy difícil de superar y que afecta también al quehacer del docente y de los estudiantes que sí tienen esa formación. Influye sobre todo en el nivel de profundidad que se pueda alcanzar en muchos temas de importancia, y sobre todo en las posibilidades reales de un diálogo interdisciplinar. 6. Todavía escasa contextualización latinomericana de los contenidos. En rigor, este es un problema que no se da solo en nuestro currículum, sino en general en las carreras de teología en Latinoamérica. Dado el criterio ampliamente extendido de que en el pregrado es necesario privilegiar una visión de conjunto sobre los diversos tratados teológicos, muchas veces por razones de escasez de tiempo la toma de contacto con las perspectivas específicas de la reflexión teológica y del Magisterio latinoamericanos es escasa o superficial. Consideramos que este no es un tema cerra- Crónicas 729 do y que es necesario y prioritario dar con buenas fórmulas para una mejor integración de lo latinoamericano en nuestro currículum. Otro gran ámbito en que es importante hacer un balance es en el terreno del trabajo interdisciplinar, sobre todo en los Talleres semestrales. A continuación nos referiremos brevemente a este tema. 2. EL ARDUO CAMINO DE LA INTER- DISCIPLINARIEDAD EN UN CURRÍCULUM PASTORAL En el proceso de pensar la elaboración y la gestión de nuestra carrera de Licenciatura en Estudios Pastorales, ha ido surgiendo de un modo progresivo la necesaria diferenciación entre el pensar teológico y el fenómeno religioso. Ya no se trataba –al menos, no exclusivamente− de aproximarse a estudiar lo religioso como una dimensión de la conducta humana, sino de hacerse cargo de la comprensión de lo religioso por parte de una disciplina cuyos supuestos ontológicos y epistemológicos generan un paisaje de posibilidades distinto a las ciencias humanas. La teología católica desde su núcleo duro razona desde el dato-experiencia de la fe en Dios manifestado en Jesucristo, por su Espíritu, para la salvación de la humanidad. Pero elabora sus afirmaciones desde soportes deudores del pensamiento filosófico, produciéndose así una alta exigencia al momento de construir y establecer los puentes con otras disciplinas. El discurso de las ciencias humanas, cuyo horizonte apunta a la comprensión del quehacer humano desde su condición intrasíquica, pasando por sus dinámicas interaccionales y alcanzando sus producciones globales en el plano de la cultura, habitualmente aborda lo religioso como una manifestación −entre otras− de la condición humana y su existencia. Eso incluye al núcleo del pensamiento teológico, que es asumido como una manifestación cultural. Esto se entiende en el contexto de una concepción, ya consagrada, de la autonomía de los saberes científicos con respecto a la cosmovisión o la antropología que pueda estar vinculada a la fe religiosa en cuanto tal. Para poner un ejemplo, este encuentro de modelos de realidad que se da entre la teología y las ciencias humanas ha tenido momentos muy difíciles con los modelos psicoanalíticos, que han terminado patologizando la comprensión religiosa, o con la sociología marxista, para la cual lo religioso termina siendo un instrumento más para la opresión ejerci- 730 Fernando Berríos M. - Rodolfo Núñez H. da por las clases dominantes. Solo en los últimos cuatro decenios en la psicología se vislumbran líneas de encuentro, en particular con la denominada psicología transpersonal4. En este campo del conocimiento la dimensión espiritual aparece como una posibilidad de desarrollo humano desde lo comprendido como los fenómenos de expansión de conciencia. Proposiciones comprensivas del tipo “el gran nido del ser”5, marcan un punto de inflexión en los presupuestos ontológicos y epistémicos con los cuales se ha desenvuelto el pensar humanista en Occidente. De otra parte, en las ciencias humanas se registra la irrupción del paradigma constructivista que propone nuevas aproximaciones a temas como visión del mundo, concepción del conocimiento, cri4 5 Esta aproximación de la psicología es de fines de la década del 60 y se aboca al estudio de los denominados “fenómenos de expansión de conciencia”, en donde tienen cabida las experiencias referidas situaciones gestacionales y de parto y a contactos con mundos espirituales. Cf. S. GROF, El Poder curativo de las crisis (Ed. Kairós, Barcelona, 1993); S. GROF, Psicología Transpersonal: nacimiento y muerte en psicoterapia (Ed. Kairós, Barcelona, 2001); S. KRIPPNER, La experiencia mística (Ed. Kairós, Barcelona, 1992); K. WILBER, Breve historia de todas las cosas (Ed. Kairós, Barcelona, 2000). Cf. K. Wilber, Breve historia… terios para validar el conocimiento y visión del ser humano6. Esto crea una gran posibilidad de diálogo con el pensamiento teológico, no porque valide particularmente sus proposiciones, sino más bien porque no las invalida a priori y en esa medida es capaz de establecer opciones de diálogos cooperativos, cuyo gran caudal de posibilidades está por venir. Perspectivas Nuestra impresión es que es posible establecer estos vínculos, en la medida en que se tome conciencia de los límites y puntos de contacto entre las disciplinas. Es posible formular opciones de trabajos conjuntos, pero para lograrlo se deben escoger los enfoques de las ciencias humanas con los cuales este diálogo resulta posible. Esto implica que ambos dialogantes deben ser permeados por las propuestas que aportan a una aproximación a la realidad humana, tanto en sus coordenadas psíquicas como socioculturales y espirituales. Se debe buscar un dinamismo conversacional en donde las disciplinas no se estén permanentemente demandando “cartas de ciudadanía”, para 6 Para mayores antecedentes sobre este punto, cf. L. BOTELLA Y G. FEIXAS, Teoría de los constructos personales: Aplicaciones a la práctica psicológica (Editorial Laertes, Barcelona, 1998). Crónicas 731 referirse al objeto de estudio, sino que se reconozcan mutuamente en su validez e intercambien sus caudales interpretativos. Resultaría del todo conveniente trabajar en la elaboración de categorías conceptuales comunes, que permitan la producción de conocimientos útiles para ambas líneas disciplinarias, como resulta ser, por ejemplo, la categoría persona en el encuentro entre la filosofía y la teología. La elaboración de este tipo de categorías compartidas permitiría la reflexión del evangelio desde una realidad psicosocio histórico y cultural y la comunicación del evangelio al hombre y sus circunstancias, pues desde este lugar se posibilita el encuentro en donde la relación del hombre con Dios es comprendida desde los diversos planos analíticos aportados por las ciencias humanas y estas desarrollan sus hipótesis interpretativas considerando activamente la experiencia de la fe. Ahora bien, supuesta la posibilidad de creación de categorías comprensivas comunes, esto se puede llevar adelante en una forma de encuentro colaborativo, evitando que se convierta en una suerte de reduccionismo en donde una disciplina termine explicándose por la otra, o una simple “traducción” de categorías que solo implicaría un intercambio de “diccionarios”. La idea es más bien apuntar a una forma de reinterpretación, asumiendo como posibilidad razonable el contenido de las aseveraciones formuladas por ambas dimensiones del saber. De este modo podremos superar también un antagonismo estéril, en que los peligros tienen que ver con las posibles descalificaciones mutuas o el reduccionismo de un modelo en el otro. Hablamos de alcanzar una forma de trabajo en donde la relación del hombre con Dios se lleve adelante enfatizando el conocimiento de las condiciones de posibilidad en el ser humano para escuchar y acoger una posible comunicación de Dios para él. Nuestra experiencia de interdisciplinariedad en los Talleres Los denominados Talleres de nuestro currículum pastoral aparecen como una expresión empírica de este encuentro conceptual. En ellos se refleja un esfuerzo por crear dichos diálogos y avanzar en estas fórmulas desde una lógica inductiva, aprendiendo de los buenos resultados y de lo que ha ido apareciendo como menos logrado. Los Talleres son dirigidos por dos profesores, uno de la especialidad de las ciencias humanas que interese abordar y otro de la especialidad de la teología con la cual resulta de mayor pertinen- 732 Fernando Berríos M. - Rodolfo Núñez H. cia articular las conversaciones. Los equilibrios en el diálogo entre disciplinas se producen en dos momentos: inicialmente, en la planificación del programa y en la planificación de cada una de las clases. Allí se dan las conversaciones que construyen el encuentro entre modalidades comprensivas y performativas de la realidad, como resultan ser las ciencias humanas y la ciencia teológica en su expresión de teología pastoral. Un segundo momento se presenta durante la ejecución de las clases mismas, en donde la exposición de uno u otro docente es constantemente complementada con la mirada que surge desde la otra disciplina. Esto exige un ambiente de confianza mutua entre los profesionales a cargo y una competencia suficiente de cada uno en el campo del otro, para poder hacer de contraparte informada y articular así, en tiempo real, el diálogo entre dos formas de conocimiento. En el primer Taller, denominado Estudio y aprendizaje significativo en teología, trabajan en conjunto un docente de la psicología educacional y un teólogo. Su propósito general es avanzar en la construcción de buenas opciones para enseñar el Evangelio, haciendo uso de las proposiciones de la psicología y permitir así el aprendizaje significativo en las personas. De este modo se busca llegar a propuestas concretas para una mejor comunicación del Evangelio a las personas hoy. El segundo Taller, que tiene como tema la Dimensión personal de la acción pastoral, pretende llevar a los participantes a la exploración del origen de los comportamientos de fe, profundizando en los factores que intervienen en su desarrollo y en su madurez y construyendo categorías para mejor intervenir en dichas conductas. La lectura teológica se hace desde Teología fundamental y la Antropología cristiana. En el tercer Taller, sobre la Dimensión comunitaria de la acción pastoral, se incorpora el trabajo con las categorías de la realidad social en la comprensión de la fe. La creencia es vista como un fenómeno social, con las dinámicas propias que esto implica y es complementada con las comprensiones teológicas que surgen de la fe, es decir, con una dimensión comunitaria que le es propia. Lo social y lo eclesial se iluminan recíprocamente para llevar así adelante este ejercicio de encuentro entre la sociología y la teología. En el cuarto taller, que aborda la Dimensión comunicacional de la acción pastoral, los estudiantes deben aprender la lógica opera- Crónicas 733 cional de los medios de comunicación masivos. Para ello, deben ejercitarse muy concretamente en la elaboración de trabajos en la técnica de algunos de estos medios (radio, televisión, internet u otros). El propósito de superar un entrenamiento meramente técnico se logra mediante un enfoque teológico trinitario. En el quinto taller, la Dimensión cultural de la acción pastoral, en la forma específica de una antropología cultural, entra en diálogo con la teología fundamental y con el Magisterio, preparando así al estudiante para reconocer las variables que cada realidad humana incorpora en la interpretación del Evangelio. Además, aquí se inicia el proyecto de investigación sobre una realidad pastoral que los estudiantes deberán llevar adelante en el semestre siguiente. Finalmente, en el sexto taller de Investigación pastoral los futuros teólogos deben llevar a cabo una investigación sobre un tópico pastoral relevante para su formación profesional. Luego de escoger el tema y utilizando una metodología cualitativa, deben explorar la realidad para contrastarla con categorías del pensar teológico. De ese modo, deben convertir el conocimiento producido en una he- rramienta útil para intervenciones teológico-pastorales. Principales logros de la metodología interdisciplinar de los Talleres 1. En general ha ayudado a los estudiantes aprender a mirar la realidad en la que realizarán su trabajo teológico pastoral con categorías disciplinarias complementarias a las teológicas, que apuntan a un fin semejante, a saber, comprender lo humano para intervenir procurando su máximo desarrollo. 2. Ha entregado a los estudiantes criterios que le permitirán justificar la realización (o la inhibición) de determinadas prácticas en el trabajo con personas y con comunidades. Esto ha sido posible gracias a que las ciencias humanas pueden aportar indicadores de eficiencia y eficacia de las tareas que se emprenden. 3. Ha aportado un lenguaje novedoso y habilitante para el teólogo pastoral, que le permitirá intercambiar comprensiones y criterios de acción con otros profesionales del ámbito del trabajo con personas, comunidades u organizaciones. 4. Ha contribuido también a aprender a mirar la realidad desde otras perspectivas analíticas. Esto, ciertamente, facilita el des- 734 Fernando Berríos M. - Rodolfo Núñez H. centramiento y la flexibilidad de las comprensiones propias de la mirada eclesial y teológica y otorga así una mayor profundidad y potencial de adaptación en función de los objetivos propios de la teología pastoral. Dificultades y desafíos pendientes de disciplinas diversas− como con los alumnos. Cuando esto no se logra, la calidad del taller se resiente significativamente. El esfuerzo de diálogo interdisciplinar no se puede falsear y se encuentra siempre expuesto a una comprobación inmediata en el aula. 1. Al importante esfuerzo intelectual que implica para el estudiante de teología el aprendizaje de una epistemología distinta, se debe agregar la no menor tensión conceptual que conlleva el diálogo con supuestos ontológicos y antropológicos que contradicen o cuestionan directamente aquellos que son propios del modelo cristiano-católico. 4. El ideal del Taller, que apunta a alcanzar al menos una cierta síntesis de los contenidos centrales de los diversos cursos del semestre en que se dicta, no se ha podido lograr hasta ahora de una forma óptima, debido, sobre todo, a que no se cuenta aún con las redes conceptuales y las didácticas que permitan una integración bien lograda al respecto. 2. Además de asumir nuevos horizontes analíticos, se debe sumar el aprendizaje de “nuevos diccionarios”, propios de cada disciplina. Esto tiene una condición ambivalente, pues por una parte enriquece la perspectiva del estudiante, pero al mismo tiempo lo somete, en un lapso más bien breve, al aprendizaje de “lenguas novedosas”, con la alta exigencia que esta tarea demanda. 5. No se ha logrado tampoco, hasta ahora, una suficiente estabilidad del cuerpo docente a cargo de los Talleres. Esta estabilidad mínima aparece como una condición de posibilidad para ir construyendo soluciones didácticas verdaderamente adecuadas a las exigencias del trabajo interdisciplinar en que estos talleres están basados. 3. Los docentes a cargo de los talleres deben mostrar un alto grado de sintonía, tanto entre ellos –en cuanto representantes A MODO DE CONCLUSIÓN: LECCIONES PARA SEGUIR EN CAMINO De todo lo anterior queda claro que nuestro currículum pastoral se Crónicas 735 ha desplegado como un esfuerzo formativo con un doble propósito: por una parte, avanzar hacia una práctica pastoral basada en una reflexión teológica sólida; y por otra, ayudar a aprender a reflexionar teológicamente desde y para la existencia cristiana y la práctica pastoral. Ello nos exige seguir avanzando en el desarrollo de un pensar teológico que articule vínculos colaborativos de calidad con las ciencias humanas y cultive adecuadas estrategias didácticas. Para avanzar de un modo certero en esa dirección es necesario mantenerse activos en la potenciación de las duplas pedagógicas a cargo de los talleres. La experiencia nos ha mostrado que del éxito de este ejercicio pedagógico depende la posibilidad de desarrollar modelos de comprensión y de articulación de la interdisciplina en función de las prácticas de evangelización. Junto a lo anterior, en el plano estrictamente teológico no hay que claudicar en el esfuerzo por hacer aplicable la reflexión a los contextos, en todo el proceso for- mativo. Esto quiere decir que cada uno de los cursos debería plantearse, por parte del docente y de los estudiantes, en la perspectiva que los contenidos fundamentales puedan tener una relevancia directa o indirecta para el quehacer pastoral y que, en consecuencia, pueda ser efectivamente posible su comunicación en ambientes no académicos. De un modo especial, aparece como un gran desafío pendiente el incorporar con mayor claridad y con mayor certeza metodológica las perspectivas de la teología que se articula desde el contexto latinoamericano. Un progreso en esta línea favorecerá la identificación de nuestros estudiantes con su realidad próxima y facilitará así la vinculación de los contenidos de los estudios con la realidad sociocultural en que se despliega o se desplegará la acción pastoral. Un complemento importante de este aspecto será una más clara y vigorosa vinculación del proceso formativo de nuestro currículum con los ambientes pastorales que frecuentan nuestros estudiantes. Teología y Vida, 55/4 (2014), 737-739 737 JULIO TREBOLLE y SUSANA POTTECHER. Job. Madrid: Editorial Trotta, 2011. ISBN: 978-84-9879-197-6. pp. 256. Del libro de Job dijo J. W. Goethe que “funda poesía, religión y filosofía”. Para Lord Byron es el “primer drama del mundo”. G. K. Chesterton, a propósito del carácter alegórico de toda gran literatura, escribió: “La Ilíada es grande solo porque toda vida es una batalla, la Odisea porque toda vida es un viaje, el libro de Job porque toda vida es un enigma”. Y, más contemporáneamente, también se han referido al libro de Job estudiosos de la literatura como George Steiner: “Job el edomita grita pidiendo sentido… Pide a Dios que se dé sentido a Sí mismo”; y N. Iyre: “Quien se interese por la Biblia y la literatura acabará dando vueltas en torno al libro de Job como un satélite”. Con estas y muchas otras apreciaciones más, los autores de la presente obra que aquí reseñamos nos ofrecen un fascinante y atractivo recorrido por el libro de Job, con impecable lucidez y amplísimas perspectivas, logrando una investigación bellamente escrita, a la altura de la mejor lírica hebrea y sus profundos temas espirituales. El libro se divide en dos grandes apartados: la primera consta de una traducción realizada por los propios autores (11-84), donde se destaca una restauración del texto en un castellano moderno, atento a las convenciones literarias del Próximo Oriente Antiguo, con sus ricas expresiones simbólicas, en cifra poética, y con numerosos comentarios a pie de página, proporcionando al lector un camino más aparejado al interior de las recurrentes complejidades del lenguaje jobano: “su escritura parece tocada de la rebeldía de su personaje, o del poeta que ha forzado la gramática y la sintaxis hasta los límites que lo hacen a menudo incomprensible…” (173). La segunda parte del libro (85246), nos presenta una interesante exposición de las diferentes interpretaciones a las cuales ha estado sujeto el libro de Job, un viaje por sus distintos senderos donde nos encontramos con los siguientes subtítulos: I. El personaje; II. El libro y sus géneros; III. Job frente a Dios. Dios frente al Leviatán; IV. La recepción de Job en la tradición religiosa; V. Job en la literatura, la filosofía y el arte; VI. Lo poético y lo sagrado; VII. Traducir Job. A continuación tomemos tres ejemplos representativos de la significancia de la presente obra. El primero versa sobre el papel del motivo de la creación en Job como clave hermenéutica. Además de los himnos a la creación (pp. 126-128), doxologías a menudo entrecruzadas con trágicas expresiones de lamento e imprecaciones (como en Jeremías), al inicio de la segunda parte del libro reseñado la primera afirmación fundamental e iluminadora es que “para Adán el castigo es la muerte. Para Job es la vida. Su primer soliloquio o lamento (Job 3) es una reescritura del relato de la creación en Génesis” (87). Motivos 738 Recensiones como el Caos y sus representaciones mitológicas (p. ej. Tiamat del Enuma Elish babilónico), ajenas al primer capítulo de Génesis, son patentes en el libro de Job, como también monstruos primordiales y apocalípticos (Leviatán, Behemot o Rahab); los contrastes entre luz y tinieblas (Job 3); la figura de la serpiente y el Satán; la muerte (el Seól bíblico), dan cuenta de cómo Job subvierte y deconstruye tanto la creación como la historia de la salvación, convirtiéndolas en una condena (88). En el capítulo “Job desde Auschwitz” (208-210), los autores nos revelan la especial incidencia que la figura de Job ha tenido en el judaísmo contemporáneo, como no podía ser menos ante los pogroms de la Rusia zarista y el Holocausto nazi: “el judaísmo ha cumplido la dura misión de desenmascarar la confusión entre lo divino y lo satánico que alentaban las ideologías y los poderes totalitarios de la primera mitad del siglo XX” (209). Obras como las de Joseph Roth, “La novela de un hombre sencillo”, que rehace de manera paródica la trayectoria de Job, junto a otros autores como la poeta judía Margarete Susman (“El problema de Job en Kafka”, 1929; y “El libro de Job y el destino del pueblo judío”, 1946); Nelly Sachs, premio Nobel de Literatura en 1966, y a otros como Martin Buber, Elie Wiesel, Marc Chagall, quienes ven en la persona de Job al arquetipo de un doloroso destino, que ya “había llorado todas las vigilias de la noche”, pero también que “la constelación de su sangre estaba haciendo palidecer todo sol naciente” (Buber, 210). En un último ejemplo de esta obra, en el capítulo “El Job del siglo de la razón” (193-196), autores como Pascal, Voltaire, Racine, Kant, Goethe y Blake son invocados, como habiendo compartido un entusiasta interés por el poema jobano. En sus Pensamientos, Pascal escribió: “Salomón y Job son los que mejor han conocido y hablado de la miseria del hombre: el uno, el más dichoso, y el otro, el más desgraciado; el uno, conociendo la vanidad de los placeres por experiencia; el otro, la realidad de los males” (193). Voltaire escribió tres cuentos filosóficos de inspiración oriental a la zaga del relato bíblico de Job, en especial su obra Zadig (1747; del hebreo tsedeq). También su obra Cándido (1758), escrita tres años después del gran terremoto de Lisboa, evento que le dejó una poderosa impresión. Basado en este acontecimiento Voltaire escribió su famoso “Poema sobre el desastre de Lisboa”, donde su pluma descarga todo su sarcasmo, como Job frente a sus amigos, indignado contra un Dios impotente (195). Se nos dice también que, entre los filósofos, Kant leía el libro como un tratado de “auténtica teodicea” (Sobre el fracaso de todos los ensayos filosóficos de teodicea, 1791). Y finalmente, tenemos al poeta y grabador William Blake, que en sus Iluminaciones del libro de Job, estructura su obra en tres partes, siete en cada una, tituladas “Caos”, Lucidez” Recensiones 739 y “Resolución”. La portada del libro que reseñamos lleva una de sus ilustraciones (Job Laughed to Scorn). Solo hay una crítica que podríamos hacer sobre esta obra finalmente. Es cierta falta de análisis exegético sobre algunos pasajes clave del libro de Job. Si bien se entiende el propósito general de los autores de no escribir un comentario sobre cada pasaje (el libro no es un comentario en el sentido clásico), por causa de su complejidad poética, con un riquísimo manantial de figuras de lenguaje, como también por enfrentar las más insoldables oscuridades y dolores del ser humano, la relación de Dios y el sufrimiento y, sobre todo, la verdad teológica de un conflicto entre el bien y el mal, justifican, siempre, un intento paciente y audaz en mayor profundidad de este gran poema (aquí, los textos de Edward Greenstein son fundamentales, “Truth or Theodicy? Speaking Truth to Power in the Book of Job”, The Princeton Seminary Bulletin 27 (2006): 236-358; “The problem of evil in the Book of Job”, en Mishneh Todah; Studies in Deuteronomy and Its Cultural Environment, in Honor of Jeffrey H. Tigay. Edited by Nili Sacher Fox, David A. Glatt-Gilad, and Mi- chael J. Williams. Winona Lake, Indiana; Eisenbrauns, 2009, 333-362). En suma, como puede apreciarse, el libro de Julio Trebolle y Susana Pottercher es portador de una riqueza inestimable, tanto por su calidad reflexiva y también por el vasto conjunto de temáticas en que sitúan el libro de Job y sus intérpretes a lo largo de la historia. Resulta ser, sin duda alguna, una obra imprescindible para el estudio de la antigua poética hebrea para el lector de habla castellana. En conclusión, afirmamos, en las palabras de los propios autores: “Job hoy sigue dispuesto a remover las conciencias tranquilas, las mentalidades imperantes, las certezas adquiridas, tanto de quienes se profesan creyentes como agnósticos. Sus palabras interpelan, queman, hieren; hablan tanto de juicio como de misericordia, de violencia extrema como de absoluta quietud, de mentira como de verdad. Proclaman que el bien no es lo mismo que el mal y que el hombre, aunque se lo crea, no es señor del bien y del mal, y ni siquiera el conocimiento de lo que es bueno o malo. Job no se deja domesticar por los domadores de conciencias de cualquier poder o ideología” (218). Allan Bornapé M. Universidad Diego Portales Teología y Vida, 55/4 (2014), 741 Orientaciones para los colaboradores La revista Teología y Vida es un órgano de difusión propio de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Como tal, está al servicio de la búsqueda de una comprensión cada vez más profunda de la Palabra de Dios transmitida por la Tradición viva de la Iglesia en comunión con el Magisterio y en el contexto de la específica libertad de investigación del teólogo (cf. Donum veritatis, N° 6 y 12). Nuestra revista está destinada a la comunidad teológica internacional, es decir, a un público especializado. Publica solo artículos inéditos que, fruto de la propia investigación, puedan aportar al debate teológico actual. Los idiomas aceptados para publicación de trabajos son: castellano, inglés, alemán, francés, italiano, portugués o latín. 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