Ponente principal: Dra.C. Iliana Artiles Olivera Institución
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Ponente principal: Dra.C. Iliana Artiles Olivera Institución
Ponente principal: Dra.C. Iliana Artiles Olivera Institución: Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas Ciudad: Santa Clara País: Cuba Cargo: Asesora del Vicerrectorado Docente Correo Electrónico: [email protected] Título: Prácticas evaluativas mediadas por las tecnologías de la información y la comunicación: una mirada para la formación pedagógica del profesor universitario Resumen: El trabajo promueve el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones, al dotar al profesor de nuevas e ingentes capacidades, al ser un recurso que favorece el desarrollo de las prácticas evaluativas, centradas en nuevas maneras del trabajo conjunto, de generar la comunicación, la relación entre otros, el aprender e incluso el pensar. Para ello, se direcciona en torno a la formación pedagógica del profesor universitario para la mejora de la práctica evaluativa mediada por la tecnología multimedia y el internet, cobrando especial vigencia a partir de los profundos cambios que se asumen en la formación continua de los profesionales para el logro de las demandas sociales contemporáneas. La exploración realizada, justificó la insuficiente formación pedagógica del profesor con respecto a la evaluación del aprendizaje y limitado dominio sobre su enfoque formativo con el auxilio de las tecnologías de la información y de la comunicación, evidenciada en la práctica evaluativa tradicional que ejecutan. Basados en esta afirmación, el trabajo tiene como propósito, proponer un esquema teórico de análisis del proceso de formación pedagógica del profesor universitario para la mejora de la práctica evaluativa mediado por las tecnologías multimedia e internet en la Universidad cubana. Palabras claves: prácticas evaluativas, tecnologías de la información y la comunicación, formación pedagógica. Ponentes adicionales: MSc. Juan Luis Valdés Francisco Institución: Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas Ciudad: Santa Clara País: Cuba Cargo: Profesor de la Facultad de matemática, Física Computación y del Centro de Estudios de Informática. Correo Electrónico: [email protected] Lic. Kengana Sebastião André João Institución: Escuela Superior Pedagógica de Bengo Ciudad: Luanda País: Angola Cargo: Jefe de Departamento de Ciencias Exactas Correo Electrónico: [email protected] Dr. Carlos Alexander Mendoza Jacomino Institución: Universidad Nacional Agraria Ciudad: Managua País: Nicaragua Cargo: Asesor Pedagógico de la Dirección de Docencia Correo Electrónico: [email protected] Introducción. La universidad del nuevo siglo exige del profesor y del estudiante nuevos roles que se expresan en la condición del profesor como orientador y del estudiante como sujeto en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Es indudable la necesidad de formar pedagógicamente al profesor universitario para el ejercicio de su nuevo rol y potenciar su desarrollo profesional, a partir de la reflexión crítica y comprometida con la calidad de su desempeño en un ambiente participativo y dialógico. En este sentido, juega un papel decisivo las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), las cuales han sido siempre, en sus diferentes estadios de desarrollo, instrumentos utilizados para pensar, aprender, conocer, representar y transmitir a otras personas y otras generaciones los conocimientos y los aprendizajes adquiridos desde la práctica educativa. Acentuar, que es sobre todo el impacto de este nuevo paradigma tecnológico sobre la educación el que interesa destacar, al contribuir a transformar los planteamientos, los escenarios y las prácticas educativas. La centralidad de la educación, junto con las nuevas posibilidades de acceso a la información y el conocimiento que ofrecen las TIC, ha llevado a profesores, en general a señalar, cada vez con mayor insistencia, la necesidad de una revisión en profundidad del papel, las funciones de los procesos educativos y formativos. El aprendizaje, a su vez, se identifica prácticamente, en este marco, con el e-aprendizaje, entendido como la utilización de las nuevas tecnologías multimedia (enriquecen los contenidos de aprendizaje y se facilita su comprensión) e Internet (facilita el acceso a recursos y servicios educativos, estimula la colaboración entre agentes educativos y aprendices y permite el establecimiento de intercambios remotos), con el fin de promover y mejorar la calidad del aprendizaje. La utilización combinada de las tecnologías multimedia e Internet hace posible el aprendizaje en prácticamente cualquier escenario. En síntesis, la importancia del aprendizaje a lo largo de la vida, la aparición de nuevas necesidades formativas, la ubicuidad de las TIC, la necesidad de adquirir competencias estrechamente vinculadas a nuevos espacios personales e institucionales son, todos ellos, factores estrechamente relacionados con la transformación de los espacios educativos tradicionales a los que estamos asistiendo en la actualidad, así como con la aparición de otros nuevos, de ahí el reto de cambiar las prácticas educativas que hoy se ejecutan en el espacio áulico. En esta dirección y a escala mundial, existe el reconocimiento generalizado de la importancia de la formación pedagógica del profesor, por constituir el personal especializado para llevar a cabo los procesos de instrucción y educación auxiliados de las TIC, por ser la formación el modo singular de cómo se logra la realización humana y la configuración de un estilo de saber, ser, pensar, actuar y su compromiso de realización, y como resultado de este proceso, un modelo de pensamiento-acción, crítico y eficiente (Iglesias, 2002). En el contexto universitario se le otorga significación a la formación pedagógica del profesor para el perfeccionamiento de su desempeño profesional. Autores como: Barrios, (2006); Noguera, (2007); De Tezanos, (2008); Artiles, (2010); Bauté, (2011); Punceles, (2012), entre otros, consideran que es necesario seguir prestando atención a las concepciones sobre la formación pedagógica continua del profesor como agente clave para lograr los cambios. En consecuencia, la formación continua del profesor universitario precisa de una coherencia en el proceso formativo, donde los contenidos pedagógicos, sean puntos de análisis en las agendas de los directivos y en los programas de formación, si se cuenta con un claustro que en su gran mayoría carece de formación pedagógica. Al respecto, Artiles Olivera (2007) reconoce que dentro de los contenidos menos abordados en el proceso de formación pedagógica del profesor universitario y su apoyo con las TIC, se encuentran los referidos a los enfoques, modelos, alternativas y concepciones sobre la evaluación del aprendizaje, elementos tan necesarios para operar con las transformaciones esperadas en el modelo actual de universidad, máxime si la evaluación es la piedra angular donde descansa en buena parte todo cambio y toda innovación educativa, de cualquier modelo pedagógico. Y, al mismo tiempo sigue siendo una de las actividades docentes que más planteamientos, dificultades y dudas continúa generando. En consonancia con las ideas anteriores, y teniendo en cuenta el impacto que tienen los resultados de la evaluación para el estudiante, para el profesor, para la institución educativa, para la familia y para la sociedad, su dimensión con respecto a las demás categorías didácticas debiera ser considerada como más relevante, y por tanto, ser más atendida en el campo de la teoría y la práctica educativa, y su consiguiente sistematización desde la preparación. Estudios diagnósticos realizados por los autores revelan que en la práctica evaluativa está matizada por las siguientes manifestaciones: Las funciones relacionadas con una evaluación sumativa aún se imponen. El profesor universitario precisa del análisis y transformación de los instrumentos de evaluación mediados por las TIC, como una vía de perfeccionar la práctica evaluativa. Las evaluaciones se conciben como una forma para medir resultados, detectar el fracaso escolar, acreditar o excluir al estudiante, los nuevos espacios favorecidos por las TIC, abre brecha a lo colaborativo. En algunos espacios de retroalimentación, se les informa a los estudiantes de los errores cometidos en forma punitiva, después de haber sido penalizados ya por medio de la calificación. Estas prácticas son manifestaciones de poder, inhiben la adecuada comunicación en la evaluación, entorpecen el aprendizaje del estudiante e incluso el desarrollo de su personalidad. Insuficiente precisión de los criterios de evaluación, que da lugar a las arbitrariedades en la evaluación; los alumnos no disponen de orientación suficiente para poder autoevaluar su desempeño, las TIC es una vía para potenciarlo. Es preciso incorporar al estudiante como agente de su propia evaluación en el proceso de enseñanza-aprendizaje, pues se subutilizan en la actividad evaluativa todos los agentes educativos involucrados en el proceso. La rápida toma de decisiones que hay que ejecutar en la dinámica de los procesos educativos y en la práctica de la evaluación, demanda el uso de las TIC que le impriman una rapidez, confiabilidad, disponibilidad y capacidad, entre otras facilidades, a la formación pedagógica del profesor a través de los recursos informáticos. Otras de las realidades presentes en el estudio diagnóstico es con respecto a la formación pedagógica de los profesores mediante herramientas tecnológicas para la dirección de la práctica evaluativa, lo que aún no alcanza los niveles deseados en correspondencia con las exigencias del modelo actual de la universidad cubana. Al respecto, las manifestaciones se dirigen a: El limitado conocimiento y visibilidad de la heterogeneidad de los recursos tecnológicos existentes, su naturaleza y características. El uso desigual de su potencialidad como herramientas de comunicación y de transmisión de la información. Insuficiente uso efectivo de estos recursos por profesores en clase y en la formación pedagógica del profesor por parte de los formadores. Disparidad en los diferentes planteamientos pedagógicos y didácticos en los que se enmarcan las reflexiones para su uso efectivo en las prácticas evaluativas. La formación pedagógica del profesor se circunscribe a programas formales, cursos planificados con elementos teóricos abstractos que prácticamente no ayudan al profesor a ejecutar de forma permanente su autoformación didáctica, mediados por las nuevas tecnologías, como punto de partida para la transformación pedagógica de este. Se impone la necesidad de concebir la formación pedagógica del profesor universitario referida a la práctica de la evaluación del aprendizaje desde un pensar diferente al acostumbrado; en este sentido, mediado por las TIC (nuevas tecnologías), que se estructure a través de acciones colaborativas y convenidas entre las partes implicadas, que se erija de manera flexible, en función de la realidad y las verdaderas demandas de la Universidad. Para ofrecer solución a las manifestaciones planteadas y teniendo en cuenta las ventajas, tanto pedagógicas como económicas, que tiene el uso de la Tecnología de la Información y las Comunicaciones en la optimización de la formación pedagógica de los profesores universitarios, se define como objetivo de este trabajo: Proponer un esquema teórico de análisis del proceso de formación pedagógica del profesor universitario para la mejora de la práctica evaluativa mediado por las tecnologías multimedia e internet en la Universidad cubana. Desarrollo. La incorporación de las TIC práctica evaluativa que desarrollan los profesores ebn clase, devienen en realidad a menudo un axioma que, o bien no se discute, o bien encuentra su justificación última en las facilidades que ofrecen estas tecnologías para implementar metodologías de enseñanza o planteamientos pedagógicos previamente establecidos y definidos en sus lineamientos esenciales. Ante esta dificultad, algunos autores han propuesto centrar los esfuerzos en el estudio de cómo la incorporación de las TIC al proceso de formación pedagógica del profesor, pueden modificar, y modifican de hecho en ocasiones, las prácticas evaluativas. Esta propuesta tiene ventajas innegables en la medida en que, por una parte, orienta la investigación al estudio de los usos que profesores hacen de las TIC en el transcurso de las actividades evaluativas, y por otra, vincula las posibles mejoras en el aprendizaje de los alumnos a su participación e implicación en el proceso de evaluación de los aprendizajes, en las que la utilización de las TIC es sólo uno de los muchos aspectos relevantes implicados. De acuerdo con este planteamiento no es en las TIC, sino en las actividades que llevan a cabo los profesores en sus prácticas evaluativas, gracias a las posibilidades de comunicación, intercambio, acceso y procesamiento de la información que les ofrecen las TIC, donde hay que buscar las claves para comprender y valorar el alcance de su impacto sobre la formación pedagógica, incluido su eventual impacto sobre la mejora de los resultados del proceso de evaluación del aprendizaje. Para desarrollar y fundamentar esta afirmación, es necesario plantearse e intentar responder dos preguntas nucleares que servirán además como guía a lo largo del presente trabajo: • ¿Qué características de las TIC, especialmente de las tecnologías multimedia y de Internet, avalan su potencial para transformar las prácticas evaluativas y el proceso de formación pedagógica del profesor universitario? • ¿Qué aspectos o ingredientes de las prácticas evaluativas formales son susceptibles de experimentar cambios significativos como consecuencia de la incorporación de las TIC y desde la formación pedagógica al profesor universitario? El análisis de las prácticas evaluativas desarrolladas por el profesor universitario, es decir, los esfuerzos dirigidos a describir, comprender y explicar los factores y procesos implicados en la planificación y desarrollo de actividades evaluativas, exige la adopción de una mirada multidisciplinar que integre las aportaciones de las diferentes disciplinas y ámbitos de conocimiento. El hecho de que las prácticas evaluativas que son objeto de análisis incorporen recursos propios de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación no supone, para estos efectos, ninguna salvedad. Más bien al contrario, obliga en buena lógica a ampliar aún más, si cabe, el horizonte de la mirada, con el fin de incluir las aportaciones provenientes del análisis tecnológico en sus diferentes vertientes. En efecto, el profesor universitario, como profesional de la educación, requiere más que cualquier otro profesional de una fuerte etapa de formación dirigida particularmente a alcanzar las competencias pedagógicas demandadas para la ejecución exitosa de sus complejas tareas en torno al proceso de evaluación del aprendizaje. En este sentido, es la formación pedagógica continua al profesor la que encierra acciones formativas para garantizar un mejor desempeño profesional, incluyéndose para ello diferentes formas y vías para lograrla (Medina, 1999). La formación pedagógica del profesor universitario es definida por Iglesias (2002) como “proceso continuo, que atendiendo a diferentes etapas organizadas en su práctica docente, facilitan iniciar, adiestrar, formar y perfeccionar a los profesores en el dominio de los contenidos de la didáctica de la Educación Superior con el propósito de incidir en la calidad de la formación de los estudiantes”. En síntesis, la formación pedagógica de los profesores universitarios de manera permanente, constituye una vía esencial en la actualización y búsqueda de soluciones acertadas y creadoras a los disímiles problemas profesionales que tienen que resolver en el contexto de la formación de los futuros educadores. De la formación pedagógica de los profesores depende la calidad de las acciones que desarrollan, encaminadas a transformar los modos de actuación de los estudiantes para que estos logren la profesionalidad que se necesita. El desafío consiste en prepararse para diseñar nuevas tecnologías para estimular el papel activo de sus alumnos en el proceso de evaluación del aprendizaje, al pasarse de un modelo unidireccional de formación, donde profesor es el portador fundamental de las acciones, a otros más abiertos, en donde parte de la información la puede encontrar en grandes bases compartidas para todos, y a su vez, preparar a los educandos para adaptarse a los cambios de manera rápida y efectiva para la toma de decisiones y la regulación de su aprendizaje, mediante el empleo de alternativas de evaluación. Con la llegada de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones a los centros educacionales, se garantiza la aplicación de estos medios dotados de múltiples aplicaciones, los cuales, si se usan convenientemente, pueden constituir una herramienta útil a todas las materias docentes y en particular a la institución misma (Coll, 2002). Su repercusión en el ámbito educativo universitario está dirigida fundamentalmente a: 1. La formación pedagógica continua de los profesores: dada tanto por las exigencias derivadas de los cambios en los entornos sociales como también para hacer frente a los cambios continuos del propio sistema educativo, con énfasis en la retos para la práctica evaluativa, esta con enfoque formativo, basada en alternativas de evaluación. 2. La educación informal a través de los medios de comunicación social, y muy especialmente las tecnologías multimedia y el internet. Aunque los conocimientos adquiridos ocasionalmente a través de estos medios muchas veces resultan desestructurados y poco precisos, la cantidad de tiempo que las personas les dedican y las infinitas posibilidades de acceso a atractivas informaciones multimedia que proporcionan (periódicos y revistas, películas, programas de TV, informativos de actualidad, reportajes, todo tipo de páginas web, juegos...) hacen de ellos una de las principales fuentes de información. Resulta particularmente interesante el incremento de las tecnologías multimedia y el internet para esta finalidad, por ser uno de los principales soportes de transmisión de información. En este sentido, cuando se analizan las TIC desde esta perspectiva, lo primero que llama la atención es la familiaridad de los recursos semióticos que ponen a disposición del aprendiz durante la formación pedagógica. En las pantallas de los ordenadores que tienen ante sí alumnos de postgrado que trabajan en el aula con su formador, pueden encontrar los mismos recursos semióticos que aparecen a menudo en un aula convencional: letras y textos escritos, imágenes fijas o en movimiento, lenguaje oral, sonidos, datos numéricos, gráficos... En otras palabras, las TIC ofrecen a los usuarios una serie de recursos semióticos para representar y transmitir la información que, aisladamente considerados, no suponen ninguna novedad en relación con los habitualmente utilizados en otros tipos de entornos. En este sentido, el desarrollo de las TIC no supone de hecho una novedad en cuanto al tipo de signos o de sistemas simbólicos que ponen al servicio del usuario. La novedad reside más bien en el hecho de que, a partir de la integración de los sistemas simbólicos clásicos (lengua oral, lengua escrita, lenguaje audiovisual, lenguaje gráfico, lenguaje numérico, etcétera), las TIC crean condiciones totalmente inéditas para operar con la información, representarla, procesarla, acceder a ella y transmitirla. Son estas condiciones, atribuibles al entorno semiótico que conforman más que las características concretas de los sistemas simbólicos con los que operan, las que confieren a las TIC potencialidades específicas como instrumentos psicológicos en el sentido vigotskiano, es decir, como mediadores de los procesos intramentales e intermentales implicados en el aprendizaje (Coll, 2003). Las reflexiones anteriores, instan a hacer mención de algunas propiedades de los entornos simbólicos basados en las TIC en los que suele apoyarse la valoración de las potencialidades de estas tecnologías para el aprendizaje. Características de los entornos simbólicos basados en las TICy sus potencialidades para el aprendizaje (Coll, 2003). Formalismo Implica previsión y planificación de las acciones. Favorece la toma de conciencia y la autorregulación. Interactividad Permite una relación más activa y contingente con la información. Potencia el protagonismo del aprendiz. Facilita la adaptación a distintos ritmos de aprendizaje. Tiene efectos positivos para la motivación y la autoestima. Dinamismo Ayuda a trabajar con simulaciones de situaciones reales. Permite interactuar con realidades virtuales. Favorece la exploración y la experimentación. Multimedia Permite la integración, la complementariedad y el tránsito entre diferentes sistemas y formatos de representación. Facilita la generalización del aprendizaje. Hipermedia Comporta la posibilidad de establecer formas diversas y flexibles de organización de las informaciones, estableciendo relaciones múltiples y diversas entre ellas. Facilita la autonomía, la exploración y la indagación. Potencia el protagonismo del aprendiz. Conectividad Permite el trabajo en red de agentes educativos y aprendices. Abre nuevas posibilidades al trabajo grupal y colaborativo. Facilita la diversificación, en cantidad y calidad, de las ayudas que los agentes educativos ofrecen a los aprendices. Estas características pueden llegar a incidir de forma importante tanto en las relaciones entre el formador y los contenidos, como en las relaciones entre profesores en formación y contenidos. Todas ellas son susceptibles de tener un impacto sobre la transposición didáctica de los contenidos, incidiendo en su selección y organización, los formatos utilizados para su presentación, y el modo y la secuencia de acceso a ellos por parte de los profesores. Destacar entre las características anteriores sin demeritar las demás, que la confluencia de la interactividad y la conectividad, tiene importantes repercusiones potenciales para la planificación y el desarrollo de las prácticas evaluativas en los entornos basados en las TIC. Dos de ellas merecen, a nuestro juicio, atención especial. En primer lugar, las facilidades que ofrecen estos entornos para diversificar y ajustar al máximo, en cantidad y calidad, los apoyos y las ayudas mediante los cuales los formadores promueven y orientan el aprendizaje de los profesores, es decir, para ejercer una acción educativa respetuosa con el principio de atención a la diversidad. Y en segundo lugar, e igualmente como resultado en buena medida de dicha confluencia, las facilidades que ofrecen para el diseño y la puesta en práctica de entornos de trabajo y aprendizaje colaborativo. La toma en consideración de estas características permite caracterizar las TIC como posibles instrumentos pedagógicos, sin embargo, no hay que olvidar que se trata únicamente de eso: una potencialidad que puede hacerse o no efectiva en función del uso, o mejor de los usos, que se haga de ellas en las prácticas evaluativas. Consecuencia de los análisis anteriores, acentuar que la gran cantidad de propuestas y experiencias existentes de innovación en el proceso de evaluación del aprendizaje basadas de una u otra manera en el uso de las TIC, la rápida evolución de estas tecnologías, la continua aparición de nuevos recursos y dispositivos tecnológicos o tecnológico-didácticos, y la ausencia de una terminología estable y consensuada, complican de forma considerable cualquier intento de describir de forma sistemática los usos de las TIC en la formación pedagógica del profesor universitario y su impacto sobre las prácticas evaluativas. Todo ello hace que los criterios empleados para clasificar y describir estos usos sean de una gran diversidad y remitan a aspectos tan distintos entre sí como, por ejemplo, los siguientes: (Castells, 2000). El equipamiento tecnológico utilizado: ordenadores aislados, ordenadores conectados entre sí configurando redes cerradas, ordenadores conectados a Internet, equipos multimedia, etcétera. El software y las aplicaciones utilizadas: correo electrónico, listas de correo, grupos de noticias, tableros electrónicos, chats, audioconferencia, video-conferencia, etcétera. La finalidad educativa que se persigue: buscar información, contrastarla, organizarla, compartirla, asegurar mayor y más amplia e inmediata comunicación entre formador y profesor y entre profesores, posibilitar el trabajo en grupo, etcétera. La mayor o menor amplitud y riqueza de la interacción y de la comunicación que permiten entre formador y profesores y entre profesores: carácter síncrono a asíncrono, inmediatez, retroalimentación, comunicación uno a uno, uno a todos, todos a uno, todos a todos, etcétera. El carácter presencial, a distancia o mixto (combinación de actividades cuyo desarrollo implica, en proporciones diversas, la interacción cara a cara y la interacción en línea) de los procesos evaluativos. Las concepciones implícitas o implícitas del aprendizaje y de la enseñanza que las sustentan: transmisiva, objetivista, cognitivista, constructivista, distribucionista, situada, sociocultural, etcétera. Éstos y otros criterios mencionados, constituyen intentos de clasificación de los usos de las TIC en la formación pedagógica del profesor universitario, son sin duda relevantes, en la medida en que llaman la atención sobre algunos aspectos o ingredientes de las prácticas evaluativas susceptibles de experimentar modificaciones en profundidad como consecuencia de la incorporación de estas tecnologías. Resumir, desde la perspectiva anterior que no sólo porque la incorporación de las TIC a las prácticas evaluativas acaba concretándose de hecho en una variedad considerable de usos posibles sino también y sobre todo porque la transformación de estas prácticas como consecuencia de dicha incorporación depende en buena medida del uso, o de los usos, que finalmente se hace de estas tecnologías en la actividad conjunta que formador y profesores despliegan en torno a los contenidos de aprendizaje sobre la evaluación como componente didáctico. A continuación se expresa, algunos usos de la TIC durante la formación pedagógica del profesor universitario para la transformación de sus prácticas evaluativas en el espacio áulico, esta a partir de alternativas diversas basadas en las tecnologías multimedia y el internet. Auxiliares o amplificadores de la actuación docente durante la práctica evaluativa: Las TIC se utilizan fundamentalmente como herramientas que permiten al profesor apoyar, ilustrar, ampliar o diversificar sus explicaciones, demostraciones o actuaciones en general. Algunos ejemplos de alternativas para evaluar oralmente son el uso de Internet o de un CD en el aula para ilustrar una explicación dialogada o apoyarla con la presentación de imágenes, documentos, mapas conceptuales, gráficos, simulaciones, etc. Sustitutos de la práctica evaluativa: La actuación docente durante la práctica evaluativa es totalmente asumida por las TIC, mediante las cuales se proporciona a los estudiantes la totalidad de los contenidos de aprendizaje y las pautas para la realización de las actividades previstas para su aprendizaje y evaluación. Los tutoriales y los materiales educativos multimedia autosuficientes son ejemplos de este tipo de uso. Instrumentos de seguimiento y control de las actuaciones de los participantes durante la formación pedagógica: Se utilizan las TIC para hacer un seguimiento de la participación y las actuaciones de los participantes en su formación. En función de las características de los recursos tecnológicos utilizados, el seguimiento puede más o menos exhaustivo, llegando en ocasiones a ofrecer registros e informes detallados de quién hace, qué, cuándo, cómo y durante cuánto tiempo; o de quién se comunica con quién, cuándo, cómo, a propósito de qué y durante cuánto tiempo. Instrumentos alternativos para evaluar los aprendizajes: Las TIC se utilizan para realizar un seguimiento del proceso de aprendizaje de los participantes, obtener información sobre los progresos y dificultades que van experimentando y establecer procedimientos de revisión y regulación de sus actuaciones. Este uso puede referirse al seguimiento del proceso de aprendizaje de los estudiantes y a su regulación por parte del profesor; al seguimiento y autorregulación por los alumnos de su propio proceso de aprendizaje; o al seguimiento y regulación tanto del proceso de aprendizaje de los alumnos como de la actuación docente del profesor. Desde el punto de vista tecnológico o tecnológicodidáctico, los recursos técnicos asociados a este uso suelen ser similares a los de otros usos de las TIC (portafolios electrónicos, mapas conceptuales, solución de problemas, casos prácticos, basados en la colaboración, comunicación e interacción continua). Las pruebas o controles pueden situarse en diferentes momentos del proceso de enseñanza y aprendizaje, al inicio, al final o en puntos intermedios. Pueden ser pruebas o controles de heteroevaluación, autoevaluación o coevaluación y adoptar formatos diversos: preguntas cerradas de elección múltiple, preguntas de si o no, preguntas abiertas con espacio limitado de respuesta, elaboración de esquemas, definición de términos, resolución de problemas, ensayos de extensión y complejidad variable, etcétera. Asimismo, pueden ir acompañados o no de una retroalimentación, que puede ser o no automática y más o menos inmediata. Herramientas de comunicación entre los participantes durante la formación pedagógica: Se utilizan las TIC para potenciar y extender los intercambios comunicativos entre los participantes, estableciendo entre ellos auténticas redes y subredes de comunicación. Pueden utilizarse recursos idénticos o diferenciados para la comunicación entre el formador y profesor y para la comunicación de los profesores entre sí. Los recursos pueden estar diseñados con el fin de permitir una comunicación unidireccional (por ejemplo, del formador a los profesores) o bidireccional (del formador a los profesores y de los profesores al formador), de uno a todos, de todos a uno o de todos a todos. Asimismo, los recursos pueden permitir una comunicación en tiempo real (sincrónica) o en diferido (asincrónica). Algunos recursos tecnológicos o tecnológico-didácticos típicamente asociados a este uso son el correo electrónico, los grupos de noticias, las listas de distribución, los foros, los tableros electrónicos, los chats, las audioconferencias, las videoconferencias… Herramientas de colaboración entre los participantes: Las TIC se utilizan para llevar a cabo actividades y tareas cuyo abordaje y realización exigen las aportaciones de los participantes para ser culminadas con éxito. Este uso de las TIC se sitúa en continuidad con el anterior en el sentido de que la comunicación entre los miembros de un grupo es una condición necesaria, aunque no suficiente, para que puedan llevar a cabo un trabajo auténticamente cooperativo. No puede haber colaboración sin comunicación, pero la comunicación no conduce necesariamente a la colaboración. La mayoría de los recursos tecnológicos o tecnológico-didácticos asociados a un uso de las TIC como herramientas de comunicación pueden ser utilizados también para un uso colaborativo. Existen también, sin embargo, recursos específicos diseñados para el uso colaborativo de las TIC como, por ejemplo, los editores cooperativos, los espacios de trabajo compartido o las pizarras cooperativas. Repositorios de contenidos de aprendizaje como parte de la autopreparación del profesor: Se utilizan las TIC para almacenar, organizar y facilitar el acceso de formador y preofesores a los contenidos. Los repositorios pueden ser más o menos completos, en el sentido de que pueden incluir la totalidad de los contenidos o sólo una parte de ellos. También pueden ser abiertos, cuando incluyen accesos a otros repositorios de contenidos, o cerrados. Los cursos en línea en los que una parte o la totalidad del material de trabajo está “colgado en la red” son un ejemplo de este tipo de uso. Contenidos de aprendizaje para evaluar: Es el caso, por ejemplo, de los procesos educativos orientados a promover el aprendizaje del funcionamiento de los ordenadores, de sus utilidades y aplicaciones; de las características y utilización de Internet; del manejo de redes de trabajo con ordenadores; etc. En efecto, la posibilidad que ofrecen estas tecnologías de combinar espacios de trabajo presencial, con espacios de trabajo en línea o “virtual”, en los que se rompe la unidad espacial de las relaciones y, a menudo, también la temporal. Por tanto, el impacto de las TIC sobre las prácticas evaluativas no depende tanto de la naturaleza y las características de las tecnologías concretas que se utilizan, como del uso pedagógico que se hace de ellas. A este respecto, la experiencia muestra que a menudo las TIC se utilizan simplemente para reforzar, apoyar o poder llevar a la práctica planteamientos, modelos o metodologías pedagógicas preexistentes en el proceso de evaluación del aprendizaje. El carácter más o menos tradicional o innovador de los planteamientos y prácticas sobre los que se proyecta la incorporación de las TIC y que estas tecnologías contribuyen a reforzar o a llevar a la práctica evaluativa no supone una diferencia de fondo para el argumento que nos interesa subrayar aquí. El diseño tecnopedagógico, constituye sin embargo sólo un referente a partir del cual el formador y los profesores van a implicarse efectivamente en el desarrollo del proceso formativo y, como tal referente, está inevitablemente sujeto a las interpretaciones que de él hacen los participantes. Estas interpretaciones afectan a todos los elementos del diseño tecnopedagógico, incluyendo por supuesto las actividades de enseñanza y aprendizaje previamente planificadas y el uso que estaba previsto hacer de los recursos tecnológicos en la realización de las mismas (Díaz, 2006). La incorporación de recursos tecnológicos al diseño de una práctica evaluativa conlleva siempre de forma explícita una serie de procedimientos y normas de uso de estos recursos para el desarrollo de actividades de enseñanza y aprendizaje. Estos procedimientos y normas, junto con el potencial semiótico de los diferentes sistemas de representación de la información o lenguajes asociados a los recursos tecnológicos, pueden condicionar, e incluso forzar en ocasiones, la adopción de determinadas formas de organización de la actividad conjunta de los participantes durante la formación pedagógica. Sin embargo, al igual que sucede con el resto de prácticas evaluativas, también en este caso los participantes recrean la potencialidad y los procedimientos y normas teóricas de uso de los recursos tecnológicos a partir de su historia personal, sus conocimientos previos, el contexto institucional y socioinstitucional en el que tiene lugar el proceso formativo durante a formación y, muy especialmente, la propia dinámica interna de la actividad conjunta que despliegan en torno a los contenidos y tareas de aprendizaje. En síntesis, el interés de una aproximación al estudio de las prácticas evaluativas que incorporan las TIC durante la formación pedagógica al profesor universitario, donde prima la actividad conjunta de los participantes como el escenario en el que dicha potencialidad se concreta haciendo, abre nuevas perspectivas para la elaboración de instrumentos dirigidos a valorar la calidad de este tipo de prácticas. Es importante señalar que las tecnologías de multimedia y el internet se utilizan en función de la formación pedagógica del profesor para la mejora de la práctica evaluativa desarrollada en el espacio áulico, recursos donde se revelan los usos didácticos que pueden tener estos, combinado con las exigencias didácticas de una fo9rmació que instruya, eduque y desarrolle a la vez, constituye un rasgo distintivo de este sitio y deviene en principio para el funcionamiento del mismo. Como las prácticas evaluativas universitarias no se perfeccionan al mismo ritmo de las transformaciones educacionales en el proceso formativo de los alumnos lo cual significa que la vida en el aula debe desarrollarse de modo que estas puedan vivenciarse e induzcan a la colaboración, la experimentación compartida y, en relación con el conocimiento, estimulen la búsqueda, el contraste, la crítica y la iniciativa en el colectivo, los autores proponen nuevas tecnologías para la formación pedagógica del profesor universitario en evaluación formativa. El profesor, en este escenario, constituye el principal mediador: es el experto que plantea retos, ofrece modelos de actuación, sugerencias; propicia la retroalimentación, la ayuda individualizada, y es quien estimula y guía paulatinamente la ampliación de las zonas de desarrollo potencial. Por ello debe estar preparado para enfrentar estos retos y contar con herramientas que incentiven la búsqueda, la indagación por saber desde la autogestión del aprendizaje. La formación pedagógica del profesor universitario mediado por la tecnología multimedia y el internet para la práctica de la evaluación puede contribuir a que mejore esta, matizada por el sello tradicional. Conclusiones. La formación pedagógica de los profesores mediada por las tecnologías de multimedia y el internet, se convierte en una de las vías que contribuyen a su preparación para lograr la mejora de las prácticas evaluativas en el espacio áulico, ya que actualizan constantemente sus potencialidades, su implicación personal en las actividades y la inserción en una red de relaciones vinculadas al proceso enseñanza-aprendizaje que favorecen su desarrollo en el desempeño docente. El diagnóstico del estado actual de la formación pedagógica de los profesores con respecto a la práctica de la evaluación, en el contexto universitario actual, demostró el bajo nivel de preparación teórica metodológica de estos y la carencia de herramientas tecnológicas que promuevan la autopreparación. Sin embargo, se considera muy positivo en los profesores el reconocimiento de la necesidad que tienen de prepararse y la disposición para contribuir a la mejora de la práctica de la evaluación. El impacto de las TIC sobre las prácticas evaluativas no depende tanto de la naturaleza y las características de las tecnologías concretas que se utilizan, como del uso pedagógico que se hace de ellas. La tecnología multimedia y el internet, ofrecen facilidades para diversificar y ajustar en cantidad y calidad, los apoyos y las ayudas mediante los cuales los formadores promueven y orientan el aprendizaje de los profesores, de igual manera la puesta en práctica de entornos de trabajo y aprendizaje colaborativo. Bibliografía. 1. Artiles Olivera, I. (2007): “Programa de superación a profesores adjuntos para transformar el componente evaluativo en el proceso de universalización“. Tesis en opción al título de máster en Ciencias de la Educación Superior. Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas. 2. Artiles Olivera, I. (2010): “Modelo pedagógico para la preparación del profesor en la transformación de las prácticas evaluativas en formativas en el contexto de la Filial Universitaria Municipal“. Tesis en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Pedagógicas. UCLV, Cuba. 3. Barrios, O. (2006). La Formación Docente: Teoría y Práctica. Recuperado en agosto de 2007, 4. Bauté, L. M. 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