ESPACIO NEGATIVO/TERRENO NYORQUINO Galería Nacional
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ESPACIO NEGATIVO/TERRENO NYORQUINO Galería Nacional
Selecciones de una artista One artist’s choice The artists’ works chosen by the curator—intricate images of extravagantly empty, infinite spaces—relate to her viewpoint as an artist working from the dizzying architecture of Lower Manhattan, New York. Collectively the abstractions of this group of artists selected by Lawton offer views of spaces which, like New York’s maze of steel and glass, overwhelm and focus on fragments without end. In these works, the spaces in–between, or negative spaces, are given weight and presence, a thread connecting the works visually to the curator/artist’s motif. In Lawton’s own work she specifically captures elements of the bending grid and the oscillations of fragmentary architecture as seen in window facades in downtown Manhattan and in reflecting pools of architecture in Spain and Italy. The wavering grids of artists Stephen Westfall and Maureen McQuillan, the exuberant insistence of Tom Butter’s colorful lyricism, the oscillating cosmoses of Pat Adams, and the multiplying adornments of William Crow’s playful constructions can all be seen as the desire of each artist, in the face of the overwhelming plurality of contemporary life in New York, to express a partial space that alludes to infinity and to absence. The present exhibition captures some of the chaotic moments lived in this city, and constitutes a convincing testimony of the living reality. Ms. Lawton was previously an artist–in–residence at the World Trade Center through the Lower Manhattan Cultural Council, and her exhibition relates directly to that experience. By painting where the Towers once stood she alludes to their absence. Como directora de la Galería Nacional del Centro Costarricense de Ciencia y Cultura, me enorgullece presentar un selecto grupo de artistas residentes en Nueva York, seleccionados por la artista y curadora Pamela Lawton. Esta exposición colectiva titulada Espacio Negativo/Terreno Nyorquino se presentará concurrentemente con Upward Fall, una muestra personal de obra reciente de Pamela Lawton. U P WA R D FA L L pamela lawton Art can be the best medium to move people nearer and transmit their experiences, their inquietudes and aspirations. Its power of evocation is infinite, as well as its capacity to stimulate the imagination and to produce multiple sentiments of pleasure, pain, repudiation, anguish and hope. That is why the presence in this exhibition of these internationally recognized artists contributes to the cultural enrichment of our nation and also permits the translation of their New York experience to our ambiance. E S P A C I O N E G AT I V O / T E R R E N O N YO R Q U I N O curadora: pamela lawton Without doubt their contribution to our national art enviroment is valuable, as it gives us the opportunity to know firsthand some actual graphic techniques and concerns from their megacity and offers us the influence and energy of such a vital and dynamic city as New York. pat adams tom butter Enjoy the art. Dunia Molina Directora Galería Nacional william crow San José, Costa Rica, 2004 5 – 27 octubre 2004 As director of the National Gallery of the Costarrican Center of Science and Culture, I am proud to introduce a group of artists from New York, selected by guest artist and curator Pamela Lawton. The group exhibition Espacio Negativo/Terreno Nyorquino runs concurrently with the exhibition Upward Fall, featuring Pamela Lawton’s own recent work. maureen mcquillan Galería Nacional / Museo de los Niños San José, Costa Rica stephen westfall Las obras elegidas por la curadora —intrincadas imágenes de vacíos, infinitos e íntimos de espacios extravagantes— se relacionan con su propio punto de vista como artista, trabajando con los vertiginales edificios de la arquitectura del Bajo Manhattan, Nueva York. Esta colectiva de abstracciones, de este grupo de artistas, ofrece vistas de espacios que, como los laberintos de hierro y vidrio neoyorquinos, abruman y concentran la mirada en interminables fragmentos. En estos trabajos el espacio intermedio, o espacio negativo, tiene peso y presencia, un hilo conductor une visualmente los motivos de la curadora/artista. La obra propia de Lawton captura específicamente elementos de la plegable cuadrícula y oscilaciones de la fragmentada arquitectura vistas en ventanas y frentes arquitectónicos en el centro de Manhattan y en los reflejos de luz en la arquitectura en ciudades de España e Italia. Las onduladas cuadrículas de Stephan Westfall y Maureen McQuillan, la exuberante insistencia lírica en los colores de Tom Butter, el vibrante cosmos de Pat Adams, y los excesivos adornos y lúdicas construcciones de William Crow pueden verse en las ansiedades de cada artista frente a la gran pluralidad en la vida contemporánea de Nueva York para expresar ese espacio parcial que alude a infinito y ausencia. La presente muestra gráfica capta algunos momentos caóticos que vivió esta ciudad y constituye un convincente testimonio de la realidad vivida. Previamente Pamela Lawton fue artista en residencia en una de la torres del Centro Mundial de Comercio invitada por el Concilio Cultural del Bajo Manhattan, y su exposición se relaciona directamente con esa experiencia. Al haber pintado donde estuvieron las torres, ella alude a su ausencia. El arte es el mejor medio de acercar a los pueblos y transmitir sus experiencias, sus inquietudes y sus aspiraciones. Su poder evocador es infinito, así como su capacidad de estimular la imaginación y de hacer reproducir sentimientos múltiples como el placer, el dolor, el repudio, la angustia, la esperanza y otros mas. Por eso, la presencia en esta exposición de estos artistas de trayectoria internacional viene a contribuir con el enriquecimiento cultural de nuestra nación y también nos permite trasladar la experiencia de los neoyorquinos a nuestro ámbito. Sin duda su aporte al medio artístico nacional es muy valioso, pues nos da la oportunidad de conocer algunas tendencias gráficas de actualidad existentes en esa mega–ciudad, y nos ofrece la influencia y energía de esa vital y dinámica metrópoli que es Nueva York. Disfruten ustedes, del arte Dunia Molina Directora Galería Nacional San José, Costa Rica Pat Adams Desde 1954 ha expuesto cada dos años en la Galería Zabriskie, Nueva York. Colecciones públicas incluyen: Berkshire Museum, Hirshhorn Museum, New Britain Museum of American Art, Philadelphia Museum of Art, Whitney Museum of American Art, Yale Art Gallery, Nacional Academy of Design, y Brooklyn Museum. Ha recibido un Fullbright Fellowship, para una pasantía en Francia. Premios: National Council for the Arts, National Endowment for the Arts, College Art Association Distinguished Teaching of Art, y tres American Academy and Institute of Arts and Letters. Ha enseñado en el Bennington College y Yale. www.zabriskiegallery.com Tom Butter Ha expuesto su obra en Nueva York y nacional e internacionalmente desde 1981. Su escultura está incluida en las colecciones del Museo de Arte Metropolitano, la Galería Albright Knox y el Centro Walker de Arte. Ha enseñado en Yale, Harvard, la Escuela de Diseño Rhode Island, la Universidad de las Artes y la Escuela de Arte Tyler. Actualmente es coordinador del Programa MFA de la Escuela de Diseño Parsons. www.tombutter.com William Crow Ha expuesto en la Galería PS122, Bronx Museum of Art, Islip Art Museum, Galería Cynthia Brown, Galería Florence Lynch, y recientemente en White Columns, todas en Nueva York. Residencias: LMCC World Views en el World Trade Center, Bronx Council on the Arts Longwood Arts Center Cyber Residency Program, y como McClennen Fellow, Millay Colony of the Arts. Actualmente es educador asistente del Metropolitan Museum of Art, e instructor adjunto del programa de estudios mediáticos de la New School University. www.willcrow.com Pamela Lawton Ha expuesto en la Galería White Box´s The Annex, National Academy of Design, Galería James Corcoran, Galería Tibor De Nagy, Galería DFN, todas en Nueva York. Galería Isabel Ignacio, España; Galería Emmanuel Seller, Israel; Galería Charles More, Philadelphia; The Artists’ Museum, Polonia; Kultur Banhauf, Alemania. Residencias: The Millenium Hilton, New York Marriott Financial Center Hotel, World Trade Ceneter a través del Bajo Manhattan Cultural Council. Colecciones públicas y privadas en EEUU y en Europa. Ha enseñado en William Patterson University y American University y actualmente es parte de la Facultad de la New School University. www.pamelalawton.com Maureen McQuillan Es representada por MCkenzie Fine Arts, Nueva York. Exposiciones personales en el Museum of Outdoor Arts, Colorado, McKenzie Fine Arts y Galería Graham, Nueva York, y Galería Hines, San Francisco. Ha recibido mención en publicaciones como el New York Times, Artnews, Time Out NY, y Art on Paper. Colecciones públicas: Goldman Sachs, Estée Lauder, Pfizer Inc., Jackson Laboratory. Colecciones privadas: EE.UU., Europa, Japón. www.mckenziefineart.com Stephen Westfall Su obra es representada por la Galería Lennon, Weinberg de Nueva York, la Galería Wilma Locke en Suiza, la Galería Zurcher en París y la Galería Paal en Munich. Ha recibido premios y subsidios de NEA, NYSC y la Academia Americana de Artes y Letras. Su obra está incluida en el Museo de Louisiana en Dinamarca, el Museo Albertina en Viena, el Museo de Arte de Baltimore y el Museo de Arte de la Universidad de California en Santa Bárbara. Ha enseñado en el Programa MFA del Bard College y la Escuela de Artes Visuales de Nueva York. Además de artista es un respetado crítico de arte y escribe para la revista Arte en América, entre otras. [email protected] David Shaphiro En el 2002 publicó Interior en llamas, su noveno libro de poesía. Ha recibido numerosos premios incluyendo NEH, NEA, Merrill, Graham Foundation y de la Fundation for Contemporary Performance Arts. Escribió el primer monograma sobre John Ashbery, el primer estudio crítico acerca de los dibujos de Jasper Johns y una pionera monografía sobre los estudios de flores de Mondrian. Ha enseñado en Columbia University, Princeton, Bard, Cooper Union y William Paterson University. [email protected] Pat Adams Exhibited biennially since 1954 at Zabriskie Gallery, New York. Public collections: the Berkshire Museum, the Hirshhorn Museum, the New Britain Museum of American Art, the Philadelphia Museum of Art, the Whitney Museum of American Art, the Yale Art Gallery, the National Academy of Design, and the Brooklyn Museum. Recipient of Fulbright Fellowship to France, National Council for the Arts Award, National Endowment for the Arts Award, the College Art Association Distinguished Teaching of Art Award, and three American Academy and Institute of Arts and Letters Awards. Taught at Bennington College and Yale. Residence: Vermont. www.zabriskiegallery.com Tom Butter Tom Butter has been showing his work in NYC, nationally, and internationally since 1981. His sculpture is included in the collections of the Metropolitan Museum of Art, the Albright Knox Gallery, and the Walker Art Center. He has taught at Yale, Harvard, Rhode Island Sschool of Design, University of the Arts, and Tyler School of Art. Currently, he is the coordinator of the MFA Program, Parsons School of Design. www.tombutter.com William Crow Exhibits in New York include PS122 Gallery, The Bronx Museum of Art, the Islip Art Museum, Cynthia Broan Gallery, Florence Lynch Gallery and most recently a solo exhibition at White Columns. Residencies include LMCC World Views in the World Trade Center, The Bronx Council on the Arts Longwood Arts Center CyberResidency Program, and as the McClennen fellow, Millay Colony of the Arts. Crow is Assistant Museum Educator at The Metropolitan Museum of Art, and is an adjunct instructor of graduate Media Studies at The New School. www.willcrow.com Pamela Lawton Exhibits: White Box Gallery ‘s The Annex, The National Academy of Design, James Cohan Gallery, Tibor De Nagy Gallery, DFN Gallery in New York City. Galería Isabel Ignacio, Spain; Emmanuel Heller Gallery, Israel; Charles More Gallery, Philadelpia; The Artists’ Museum, Poland; Kultur Banhauf, Germany. Residencies include The Millenium Hilton, New York Marriott Financial Center Hotel, The World Trade Center through the Lower Manhattan Cultural Council. Has taught at William Patterson University and American University and is currently on the Faculty of New School University. Public and private collections in US and Europe. www.pamelalawton.com Maureen McQuillan Maureen McQuillan is represented by McKenzie Fine Art, NY. Solo exhibitions include: the Museum of Outdoor Arts in Colorado, McKenzie Fine Art and Graham Gallery in New York, and Haines Gallery, San Francisco. She has received mention in such publications as The New York Times, Artnews, TimeOut NY, and Art on Paper. Public collections include Goldman Sachs, Estée Lauder, Pfizer Inc. and The Jackson Laboratory. Private collections: US, Europe, Japan. www.mckenziefineart.com Stephen Westfall Represented by Lennon, Weinberg Gallery in New York, Galerie Wilma Locke in Switzerland, Galerie Zurcher in Paris, and Galerie Paal in Munich. Awards and grants: the NEA, NYSCA , The American Academy of Arts and Letters. Collections: the Louisiana Museum in Denmark, the Albertina Museum in Vienna, the Baltimore Museum of Art, and the University Art Museum, Santa Barbara. Teaching: MFA program, Bard College ; School of Visual Arts in New York. A respected critic as well as painter, Westfall’s articles appear in Art in America, among many other magazines. [email protected] David Shapiro Recently published his ninth book of poetry, A Burning Interior, 2002. He has received numerous awards including NEH, NEA, Merrill, Graham Foundation, and from The Foundation for Contemporary Performance Arts. He wrote the first monograph on John Ashbery, and the first critical study of Jasper Johns’s drawings, as well as the pioneering monograph on Mondrian’s flower studies. He has taught at Columbia University ,Princeton, Bard, Cooper Union, and William Paterson University. [email protected] Selecciones de una artista One artist’s choice The artists’ works chosen by the curator—intricate images of extravagantly empty, infinite spaces—relate to her viewpoint as an artist working from the dizzying architecture of Lower Manhattan, New York. Collectively the abstractions of this group of artists selected by Lawton offer views of spaces which, like New York’s maze of steel and glass, overwhelm and focus on fragments without end. In these works, the spaces in–between, or negative spaces, are given weight and presence, a thread connecting the works visually to the curator/artist’s motif. In Lawton’s own work she specifically captures elements of the bending grid and the oscillations of fragmentary architecture as seen in window facades in downtown Manhattan and in reflecting pools of architecture in Spain and Italy. The wavering grids of artists Stephen Westfall and Maureen McQuillan, the exuberant insistence of Tom Butter’s colorful lyricism, the oscillating cosmoses of Pat Adams, and the multiplying adornments of William Crow’s playful constructions can all be seen as the desire of each artist, in the face of the overwhelming plurality of contemporary life in New York, to express a partial space that alludes to infinity and to absence. The present exhibition captures some of the chaotic moments lived in this city, and constitutes a convincing testimony of the living reality. Ms. Lawton was previously an artist–in–residence at the World Trade Center through the Lower Manhattan Cultural Council, and her exhibition relates directly to that experience. By painting where the Towers once stood she alludes to their absence. Como directora de la Galería Nacional del Centro Costarricense de Ciencia y Cultura, me enorgullece presentar un selecto grupo de artistas residentes en Nueva York, seleccionados por la artista y curadora Pamela Lawton. Esta exposición colectiva titulada Espacio Negativo/Terreno Nyorquino se presentará concurrentemente con Upward Fall, una muestra personal de obra reciente de Pamela Lawton. U P WA R D FA L L pamela lawton Art can be the best medium to move people nearer and transmit their experiences, their inquietudes and aspirations. Its power of evocation is infinite, as well as its capacity to stimulate the imagination and to produce multiple sentiments of pleasure, pain, repudiation, anguish and hope. That is why the presence in this exhibition of these internationally recognized artists contributes to the cultural enrichment of our nation and also permits the translation of their New York experience to our ambiance. E S P A C I O N E G AT I V O / T E R R E N O N YO R Q U I N O curadora: pamela lawton Without doubt their contribution to our national art enviroment is valuable, as it gives us the opportunity to know firsthand some actual graphic techniques and concerns from their megacity and offers us the influence and energy of such a vital and dynamic city as New York. pat adams tom butter Enjoy the art. Dunia Molina Directora Galería Nacional william crow San José, Costa Rica, 2004 5 – 27 octubre 2004 As director of the National Gallery of the Costarrican Center of Science and Culture, I am proud to introduce a group of artists from New York, selected by guest artist and curator Pamela Lawton. The group exhibition Espacio Negativo/Terreno Nyorquino runs concurrently with the exhibition Upward Fall, featuring Pamela Lawton’s own recent work. maureen mcquillan Galería Nacional / Museo de los Niños San José, Costa Rica stephen westfall Las obras elegidas por la curadora —intrincadas imágenes de vacíos, infinitos e íntimos de espacios extravagantes— se relacionan con su propio punto de vista como artista, trabajando con los vertiginales edificios de la arquitectura del Bajo Manhattan, Nueva York. Esta colectiva de abstracciones, de este grupo de artistas, ofrece vistas de espacios que, como los laberintos de hierro y vidrio neoyorquinos, abruman y concentran la mirada en interminables fragmentos. En estos trabajos el espacio intermedio, o espacio negativo, tiene peso y presencia, un hilo conductor une visualmente los motivos de la curadora/artista. La obra propia de Lawton captura específicamente elementos de la plegable cuadrícula y oscilaciones de la fragmentada arquitectura vistas en ventanas y frentes arquitectónicos en el centro de Manhattan y en los reflejos de luz en la arquitectura en ciudades de España e Italia. Las onduladas cuadrículas de Stephan Westfall y Maureen McQuillan, la exuberante insistencia lírica en los colores de Tom Butter, el vibrante cosmos de Pat Adams, y los excesivos adornos y lúdicas construcciones de William Crow pueden verse en las ansiedades de cada artista frente a la gran pluralidad en la vida contemporánea de Nueva York para expresar ese espacio parcial que alude a infinito y ausencia. La presente muestra gráfica capta algunos momentos caóticos que vivió esta ciudad y constituye un convincente testimonio de la realidad vivida. Previamente Pamela Lawton fue artista en residencia en una de la torres del Centro Mundial de Comercio invitada por el Concilio Cultural del Bajo Manhattan, y su exposición se relaciona directamente con esa experiencia. Al haber pintado donde estuvieron las torres, ella alude a su ausencia. El arte es el mejor medio de acercar a los pueblos y transmitir sus experiencias, sus inquietudes y sus aspiraciones. Su poder evocador es infinito, así como su capacidad de estimular la imaginación y de hacer reproducir sentimientos múltiples como el placer, el dolor, el repudio, la angustia, la esperanza y otros mas. Por eso, la presencia en esta exposición de estos artistas de trayectoria internacional viene a contribuir con el enriquecimiento cultural de nuestra nación y también nos permite trasladar la experiencia de los neoyorquinos a nuestro ámbito. Sin duda su aporte al medio artístico nacional es muy valioso, pues nos da la oportunidad de conocer algunas tendencias gráficas de actualidad existentes en esa mega–ciudad, y nos ofrece la influencia y energía de esa vital y dinámica metrópoli que es Nueva York. Disfruten ustedes, del arte Dunia Molina Directora Galería Nacional San José, Costa Rica Selecciones de una artista One artist’s choice The artists’ works chosen by the curator—intricate images of extravagantly empty, infinite spaces—relate to her viewpoint as an artist working from the dizzying architecture of Lower Manhattan, New York. Collectively the abstractions of this group of artists selected by Lawton offer views of spaces which, like New York’s maze of steel and glass, overwhelm and focus on fragments without end. In these works, the spaces in–between, or negative spaces, are given weight and presence, a thread connecting the works visually to the curator/artist’s motif. In Lawton’s own work she specifically captures elements of the bending grid and the oscillations of fragmentary architecture as seen in window facades in downtown Manhattan and in reflecting pools of architecture in Spain and Italy. The wavering grids of artists Stephen Westfall and Maureen McQuillan, the exuberant insistence of Tom Butter’s colorful lyricism, the oscillating cosmoses of Pat Adams, and the multiplying adornments of William Crow’s playful constructions can all be seen as the desire of each artist, in the face of the overwhelming plurality of contemporary life in New York, to express a partial space that alludes to infinity and to absence. The present exhibition captures some of the chaotic moments lived in this city, and constitutes a convincing testimony of the living reality. Ms. Lawton was previously an artist–in–residence at the World Trade Center through the Lower Manhattan Cultural Council, and her exhibition relates directly to that experience. By painting where the Towers once stood she alludes to their absence. Como directora de la Galería Nacional del Centro Costarricense de Ciencia y Cultura, me enorgullece presentar un selecto grupo de artistas residentes en Nueva York, seleccionados por la artista y curadora Pamela Lawton. Esta exposición colectiva titulada Espacio Negativo/Terreno Nyorquino se presentará concurrentemente con Upward Fall, una muestra personal de obra reciente de Pamela Lawton. U P WA R D FA L L pamela lawton Art can be the best medium to move people nearer and transmit their experiences, their inquietudes and aspirations. Its power of evocation is infinite, as well as its capacity to stimulate the imagination and to produce multiple sentiments of pleasure, pain, repudiation, anguish and hope. That is why the presence in this exhibition of these internationally recognized artists contributes to the cultural enrichment of our nation and also permits the translation of their New York experience to our ambiance. E S P A C I O N E G AT I V O / T E R R E N O N YO R Q U I N O curadora: pamela lawton Without doubt their contribution to our national art enviroment is valuable, as it gives us the opportunity to know firsthand some actual graphic techniques and concerns from their megacity and offers us the influence and energy of such a vital and dynamic city as New York. pat adams tom butter Enjoy the art. Dunia Molina Directora Galería Nacional william crow San José, Costa Rica, 2004 5 – 27 octubre 2004 As director of the National Gallery of the Costarrican Center of Science and Culture, I am proud to introduce a group of artists from New York, selected by guest artist and curator Pamela Lawton. The group exhibition Espacio Negativo/Terreno Nyorquino runs concurrently with the exhibition Upward Fall, featuring Pamela Lawton’s own recent work. maureen mcquillan Galería Nacional / Museo de los Niños San José, Costa Rica stephen westfall Las obras elegidas por la curadora —intrincadas imágenes de vacíos, infinitos e íntimos de espacios extravagantes— se relacionan con su propio punto de vista como artista, trabajando con los vertiginales edificios de la arquitectura del Bajo Manhattan, Nueva York. Esta colectiva de abstracciones, de este grupo de artistas, ofrece vistas de espacios que, como los laberintos de hierro y vidrio neoyorquinos, abruman y concentran la mirada en interminables fragmentos. En estos trabajos el espacio intermedio, o espacio negativo, tiene peso y presencia, un hilo conductor une visualmente los motivos de la curadora/artista. La obra propia de Lawton captura específicamente elementos de la plegable cuadrícula y oscilaciones de la fragmentada arquitectura vistas en ventanas y frentes arquitectónicos en el centro de Manhattan y en los reflejos de luz en la arquitectura en ciudades de España e Italia. Las onduladas cuadrículas de Stephan Westfall y Maureen McQuillan, la exuberante insistencia lírica en los colores de Tom Butter, el vibrante cosmos de Pat Adams, y los excesivos adornos y lúdicas construcciones de William Crow pueden verse en las ansiedades de cada artista frente a la gran pluralidad en la vida contemporánea de Nueva York para expresar ese espacio parcial que alude a infinito y ausencia. La presente muestra gráfica capta algunos momentos caóticos que vivió esta ciudad y constituye un convincente testimonio de la realidad vivida. Previamente Pamela Lawton fue artista en residencia en una de la torres del Centro Mundial de Comercio invitada por el Concilio Cultural del Bajo Manhattan, y su exposición se relaciona directamente con esa experiencia. Al haber pintado donde estuvieron las torres, ella alude a su ausencia. El arte es el mejor medio de acercar a los pueblos y transmitir sus experiencias, sus inquietudes y sus aspiraciones. Su poder evocador es infinito, así como su capacidad de estimular la imaginación y de hacer reproducir sentimientos múltiples como el placer, el dolor, el repudio, la angustia, la esperanza y otros mas. Por eso, la presencia en esta exposición de estos artistas de trayectoria internacional viene a contribuir con el enriquecimiento cultural de nuestra nación y también nos permite trasladar la experiencia de los neoyorquinos a nuestro ámbito. Sin duda su aporte al medio artístico nacional es muy valioso, pues nos da la oportunidad de conocer algunas tendencias gráficas de actualidad existentes en esa mega–ciudad, y nos ofrece la influencia y energía de esa vital y dinámica metrópoli que es Nueva York. Disfruten ustedes, del arte Dunia Molina Directora Galería Nacional San José, Costa Rica David Shapiro 3001 Henry Hudson Parkway Riverdale NY l0463 Pamela Lawton 61 Duke Ellington Boulevard New York, NY 10025 Querida Pamela, Tú has creado un pequeño libro de ventanas: un sueño de arte borgesiano sin límites. Me intriga la idea de que tus fracturas y facturas sean el trabajo de distinguidos artistas que no pueden soportar un ambiente casi como el sentido de sensación de corrupción Tang, pero que recurren a materiales, diríamos honestos y casi con implicaciones infinitas, presentando una visión cambiante. Mallarmé dijo que el universo existía para concluir en un libro, pero cuál es el libro del siglo XX y cuál es nuestro pequeño y oscuro comienzo del meollo del siglo XXI. La obra hace una pregunta que es extremadamente Mallarmiana: no pregunta qué es la obra de arte, sino dónde está la obra de arte de nuestros tiempos. En Mallarmé el énfasis se convirtió en abismo profundo entre palabras. El espacio entre las palabras fue nuestro abismo simbolista privilegiado, con el que hemos viajado. Lo que me conmueve en tu trabajo es la premisa de espacio peligroso, un espacio indefendible, de una arquitectura que nos conduce después de todo, hacia un desastre que ya conocemos —a un patetismo trágico— y hacia un futuro que estamos tratando de comprender o asimilar. Aun así tu trabajo permanece en el presente: el uso es el testigo inquebrantable, y tú has integrado esta región vívida junto con sus barreras. Sin el artista, simplemente estaríamos recogiendo los fragmentos de nuestra Roma. Estamos acostumbrados a contar el arte, la poesía hace que suceda poco, pero ese poco es la diferencia que hay entre la arquitectura y las ruinas, entre las ruinas y la runa, entre ruinas y cataclismo. Nuestros ajustes dóciles, dijo Hart Crane: son la gracia de un sacrificio Chaplinesco. Este espacio consciente, conocido, negativo–positivo es nuestro eco. El siglo concluye con una imagen de un espacio donde pudiera ser que nos hayamos ahogado pero donde logramos actos de reparación, actos de casi desesperada reparación. No es porque sí que tú continúas UPWARD FALL ESPACIO NEGATIVO / TERRENO NYORQUINO 1 trabajando en el espacio de las Torres, y para aquellos como nosotros que nunca estuvimos enamorados de ellas mientras existían, ahora podemos inclinarnos en una elegíaca oración a lo que no–tan–definitivamente sugieren para siempre. ¿Por qué una carta o una epístola para esta distinguida exhibición? Creo que la carta es una de nuestras maneras de insistir en la inclinación “personalista” de Frank O’Hara, que insistió que aun el poema podría ser, después de todo, una especie de llamado telefónico al “lector”, al amado, al destinatario. La obra de Tom Butter, por ejemplo, está llena de un celo decorativo que está casi al borde del análisis científico del cosmos o del huevo. Hay algo de júbilo en el estar vivo. Fue O’Hara, en sus odas, que inspirado por las “odas a un reloj en la noche” de Pablo Neruda se inclinó a celebrar las pequeñas cosas. En las afirmaciones de Butter, vemos que nuestra sobrevivencia depende del coraje que tengamos para conseguir felicidad en esta era del horror. Matisse fluye en nuestras venas y aun antes de Matisse, el turismo aventurero de Gauguin. Si estuviéramos avergonzados del pillaje, la prostitución y el paganismo de Gauguin tanto peor para nosotros. El poeta St. Jean Perse, tuvo ese coraje, remarcado por el neoyorquino Kenneth Koch. No pueden ser debates todas nuestras alegorías. Debemos cantar. Y aun si muriéramos cantando sería llamada la mejor muerte. William Crow agrega algo a nuestro sentido del cada día, pero también lo hace agregando, coleccionando, controlando el ensamblaje en el corazón mismo de sus afirmaciones humorísticas. Los trabajos se derraman y están abiertos a todo tipo de separación, la separación que él escribe “entre narrativa y significado”. Los ensamblajes nos recuerdan a las primeras sepulturas, sobre las cuales Meyer Schapiro dijo haber estado siempre impresionado por el exceso, por los pequeños pedacitos de comida inútil agregada. Ese exceso es arte, es ese carnaval de conjuntos y proporciones, de réplica. Es por eso que la ventana y la puerta no son meramente canónicos o adornos clásicos. Los “adornos diarios” de Crow y de Westfall, como las ventanas infinitas de Lawton, son formas de jugar en un relicario de refracciones y reflejos. Niegan lo finito. Yo se que al nominalista que hay dentro de mi le gusta convertir lo interminable en final, lo infinito en particular, y de alguna manera uno sigue anhelando la llegada de aquella otra parte de la antinomia Kanteana —aquella todavía tiene una refracción más, una reflexión, o el vértigo de experimentar. En las mejores obras de Crow, Westfall, Adams y McQuillan, uno recibe un buen infinito, uno con 2 UPWARD FALL el que podríamos vivir así como a través del amor de Adorno a lo negativo. El pensamiento crítico debe incluir esta afirmación o no ser convulsivo. Todo el arte presente aquí ha combinado cubismo y surrealismo dentro de una serie de extravagancias. Binswanger lo llamó “caída ascendente”. Sabemos cómo sufrimos y también sabemos que tenemos la dignidad de la gravedad, pero en estas obras también tenemos la contragracia de una señal repetida en forma espontánea. Estos artistas luchan por permiso. Ni siquiera sabemos, como en el caso de Crow, cómo llamar su cuaderno de apuestas. En algún lugar, en la danza de las cosas, escultura y pintura, la acumulación ha sido sanada y templada. ¿Es una carta una prosa–poema, una lectura didáctica, o un cuaderno de apuntes, con aforismos como si éstos fueran calcomanías? La carta vuelve para advertirnos del espacio más allá de las ventanas y los reflejos. La carta también es como un buen ladrillo para la novelística, lo cual comparten todos estos artistas. Pat Adams insiste sobre una diversidad de materiales, y estos hacen su superficie de una manera tan extraña como un collar de objetos metálicos encontrados. De este modo su resistencia a las superficies simples ceden a una superficie de multiplicidad, de mica y de otro material, de tergiversaciones de tinta. El aspecto global de su imaginería ha sido tratado como una “matriz y óvulo”, pero porqué no solamente dejarlo ser al sueño y escorzar las interpretaciones, como lo ha venido proponiendo el sabio judío Rodger Kamenetz. Quizás el sueño es más sagrado que su interpretación. Quizás la interpretación debería comenzar con el sueño. Las ideas sobre los sueños de Kamenetz contribuyen a un excelente entendimiento de cómo “dejar a solas” el feroz y sutil trabajo de Pat Adams. Están aquellos que siempre preferirían tener una simplificación del significado de un código, como en los viejos diccionarios de interpretación de sueños. Nos encontramos con una artista que describe el sueño y perfora el resto con un Objeto A no revelado, no el objeto perdido de la escuela de relaciones de objetos, sino la imagen hallada, la imagen profunda amada de Lorca, aquel poeta solitario en Nueva York. Querida Pamela: No lo llamaremos pintura, porque en parte esta es un exhibición de la pulpa del color de Westfall, como un jugo, de la extraordinaria normalidad de las colecciones de Crow, y de los descabellados cables de McQuillan. Y más allá de las definiciones locales de grabado y papel, de pulpa y alfileres y de provocaciones, lo que ESPACIO NEGATIVO / TERRENO NYORQUINO 3 todavía permanece es el himno a la pintura, como un arte arcaico que ata lo sensual a lo que es inteligible (Levi–Strauss dijo esto sobre el cocinar y la poesía, sobre la geología y el psicoanálisis). No entramos a la obra de McQuillan más de lo que entraríamos a una buena carta. En esta carta no hay disculpas. Hay una descarada música a través del discurso de McQuillan, y ahí está el cable a la manera de una cuerda que hace vibrar todo el mundo de McQuillan como lo haría una nueva teoría sobre el todo. El espacio negativo y el positivo se enredan, como si estuviéramos en lo que se llama la cuna estelar, donde nacen los agujeros negros. Sabemos que la proporción de ciencia y arte no es uno a uno. Sabemos que la carta es personal, vívidamente emotiva y que no puede ser rescatada por positivismo y por contexto. ¡Pero mira! Aquí en el génesis de la línea, nos parece sentir que tenemos casi la grácil ilustración de nuestro Pitagoranismo contemporáneo. No necesitamos más color para mantenernos. No necesitamos nada excepto las formas labradas en un bloque de madera hecho de electrones. Mira como esta carta se nos dirige con la modestia de un Dickinson, pero esta modestia es eléctrica y engañosa. Esta afirmación aquí es sobre el control sobre el espacio y sobre las ganas de zambullirse. Mi madre pedía cartas noticiosas. Westfall nos da noticias sobre sus tramas; Butter nos da información y recuerdos; y tú viste en el trabajo de McQuillan algo oscuro y factual, como en la autobiografía de un buril. Querida Pintora: Te has parado en el lugar donde nuestra historia comienza y pareciera temblar. Trabajaste en las Torres y las odiaste, casi. Me has hablado muchas veces de la fuerza del viento y del peligro. Hablaste, como si hubiera sido una carta confidencial, sobre nuestras pérdidas en ese lugar. Milagrosamente, te has salvado y tu relación con el edificio continúa. Pintando desde otro espacio, ves el edificio así como lo ve el poeta —no como el loco minimalismo de los que lo hicieron. No como el espacio de avaricia o de sangre espesa. Tampoco como un cementerio o ni siquiera como un sudario sagrado de luz. Lo ves con tu calma y con una calma profética, en la cual tú puedes extraer lo mejor de un trabajo a través de su negativo y de su ausencia. Tus trabajos podrían ser meras elegías pero finalmente se vuelven el homenaje exacto a este principio de ser y de borrar. Hemos perdido partes de Estados Unidos, pero tú nunca cediste a la serena sensación de que reconstruir es simple. No pides edificios más altos y más grandes, con un blanco en la punta, como en una 4 UPWARD FALL oportunidad mi hijito me dijo bromeando y gritando “Atáquenos aquí”. Este trabajo es importante y tú sondeaste un profundo desgarre y ausencia que nunca podrán ser soldadas como en un ensamblaje. En realidad tu trabajo no tiene final. Te has inspirado en un teatro de sombras, al estilo de Platón, sobre nuestras paredes y ríos de vidrio. Y al final este teatro de sombras se convierte en una carta desde nuestro interior, desde lo profundo de nuestro Infierno, desde lo que era supuesto a ser un Paraíso para los pintores. No es raro sino absoluto que ahora vivimos en el espacio negativo de las Torres. No hay nadie hoy, ni siquiera existe entre nosotros o en mí el esteta más atenuado, ni tampoco el defensor más intenso del escape, nadie puede eliminar nuestra tarea de trazar una y otra vez lo que nos conduce hacia y lejos del pomposo odio que aniquiló nuestro lugar y confort. Estuvimos aquí y fuimos muy lejos, éstas son las dos maneras de contar una historia según Benjamín. Sufrimos, estuvimos allí, y también hemos ido y venido, y aun así tenemos la sutil severidad de Westfall, que no puede dejar de pensar en su arte filosófico. No hay “una vuelta a la representación” ni en Westfall ni en tu trabajo, querida Pamela. Estos reflejos, estas refracciones, estas repeticiones son nuestra manera de construir una catedral de símbolos, y a través de éstos no esperamos conquistar más. Lo que esperamos es crear una imagen de esperanza, y como dijo Bloch no podemos seguir sin ella. Predicamos sobre adornos diarios. Nuestro feriado es el día entresemana. La pintura, el grabado, el dibujo son todos parte del final del siglo, tal vez en aquella carta que siempre me conmueve muchísimo, en la cual Glen Gould y Bach están haciendo un giro dirigido a otros lectores. Pero aun en una revolución, acaso no se puede mantener la sagacidad y el humor, me lo murmuró una vez Kenneth Koch. Permitámonos esperar que cada uno pueda sentir el plácido buen humor, la sagacidad articulada de tus artistas y de tu arte. Como siempre tuyo, David PD: Este arte, el arte salvaje de Adams, las perspectivas eclécticas de Butter, las tramas de Westfall y tus vistas de fracturas, las vibraciones de McQuillan y los no–ensamblajes de Crow, no son un pretexto, pero sí son lo que estoy tratando ESPACIO NEGATIVO / TERRENO NYORQUINO 5 de re–presentar. No como en algunas críticas positivistas, en las cuales Don Judd me habla heroicamente de las pulgadas y del material, aunque esa persuasión me encanta. No como seguidillas de guirnaldas de fi losofía o poesía alrededor de tus terrenos y tus faenas. He tratado de ser un partidario de la atención y la persona, del remitente y del destinatario, y del giro rotatorio dinámico entre todo lo que Jacobson consideró como los ejes de la estética. Por supuesto que omití muchas cosas. Ninguna carta es definitiva. El correo electrónico requiere un estilo de espacio negativo. Una editora me dijo una vez que yo debo haber confundido la crítica con el enamoramiento. Le dije que Baudelaire consideraba la crítica tan apasionada como un acto de devoción. ¿Está mal finalizar la carta con un beso? D. 6 UPWARD FALL David Shapiro 3001 Henry Hudson Parkway Riverdale NY l0463 Pamela Lawton 61 Duke Ellington Boulevard New York, NY 10025 Dear Pamela, You have created a little book of windows: a Borgesian dream of art without limits. I am intrigued by the notion that your fractures and factures are the work of learned artists who cannot stand the atmosphere of an almost T’ang sense of corruption, but who turn to materials, honest as we say and almost infinite in implication, to present a wavering vision. Mallarmé said the universe existed to end in a book, but what is the book of the 20th century and our little dark beginning nub of the 21st. The work asks a question that is extremely Mallarmean: not what is the work of art, but where is the work of art in our time. In Mallarmé, the emphasis became the plunging abyss between words. The space between words was our privileged symbolist abyss, with which we traveled. In your work, I am taken by the premise of dangerous space, of indefensible space, of an architecture that leads us, after all, to a disaster we already know—a tragic pathos—and to a future we are trying to comprehend or assimilate. And yet your work remains in the present tense: the unwavering witness is use, and you have compiled this vivid region and its barriers. Without the artist, we would simply be picking up the fragments of our Rome. We are always used to saying the art, the poetry makes little happen, but that little is the difference between architecture and ruin, between ruin and rune, between ruin and cataclysm. Our meek adjustments, Hart Crane said, are the grace of a Chaplinesque sacrifice. This conscious, learned, negative–positive space is our echo. The century concludes in an image of space where we might have drowned, but where we accomplish acts of reparation, acts of almost desperate reparation. It ESPACIO NEGATIVO / TERRENO NYORQUINO 7 is not for nothing that you still work in the space of the Towers, and those of us who were never in love with them during their solidity can now bend in an elegiac prayer to what they not–too–finally suggest forever. Why a letter, or the epistolary style for this late, learned show? I think the letter is one of our ways to insist on the “personalist” bias of Frank O’Hara, who insisted that even the poem could be, after all, a kind of telephone–call to the “reader,” lover, addressee. The works of Tom Butter, for example, are filled with a decorative zeal that is just at the edge of a scientific analysis of cosmos or egg. There is something jubilant in being alive. It was O’Hara, in his odes, who turned to the celebration of small things inspired by Neruda’s “odes to a watch in the night.” Here, in Butter’s affirmations, we see that our survival depends upon the courage to pursue happiness in the age of terror. Matisse flows in our veins still, and even, before Matisse, the adventurous tourism of Gauguin. If we are ashamed of the pillage, the prostitution, and the paganism of Gauguin, so much the worse for us. The poet St. Jean Perse had this courage, underlined by New Yorker Kenneth Koch. All our allegories cannot be disputations. We must sing. And even when we die singing, it will be called the best death. William Crow adds to our sense of the everyday, but also adds by placing addition itself, collecting, controlling the ensemble at the heart of his humorous affirmations. The works spill out and are open to all gaps, the gap he writes “between narrative and meaning.” The ensembles remind us of the first graves, where Meyer Schapiro said he was always impressed by the excess, by the little bits of additional useless food. Art is this excess, this carnival of ensembles and ratios, of replication. That is why the window and the door are not merely canonic or classical adornment. The “ordinary adornments” of Crow and Westfall, like the infinite windows of Lawton, are ways of playing in a reliquary of refraction and reflection. They deny finitude. I know that the nominalist within me likes to change every endlessness to an ending, every infinite to a particular, and somehow one still longs for that other part of the Kantian antinomy—that one has still one more refraction, reflection, or vertigo to undergo. In the best works of Crow, Westfall, Adams and McQuillan, one is given a good infinity, one we can live with as through Adorno’s love of the negative. Critical thinking must include this affirmation or not be convulsive. The sufficient art here has com8 UPWARD FALL bined cubism and surrealism into a serial extravagance. Binswanger called it “the upward fall.” We know how we both suffer and have the dignity of gravity, but in these works we also have the counter–grace of a repetition sign that is unconstrained. These artists fight for permission. We do not even know, as with Crow, what to call his “scrapbook” wagers. Somewhere, in the dance of things, sculpture, painting, collection has been healed and annealed. Is the letter a prose–poem, a didactic lecture, or a scrapbook, with aphorisms as stickers? The letter comes back to warn us of the space beyond the windows and reflections. The letter is also a good building–block for the novelistic, which all these artists share. The insistence of Pat Adams is on a diversity of materials, and these render her surface as strange as a necklace of found metal objects. Thus, the resistance in her to single surfaces yields to a surface of multiplicity, of mica and other matter, of tergiversations of inks. The global aspect of her imagery has been discussed as “womb and ovum,” but why not just permit the dream and foreshorten the interpretations, as the Jewish scholar Rodger Kamenetz has been suggesting. Perhaps the dream is more sacred than the interpretation. Perhaps interpretation must begin within the dream. Kamenetz’s dream ideas make for a fine understanding of how to “leave alone” Pat Adams’ ferocious and subtle work. There are those who would always rather have a reduction in meaning to a code, as in the old dream dictionaries. Here is an artist who depicts the dream and punctures the rest with an undisclosed Object A, not the missing object of the object relations school but the found image, the deep image beloved of Lorca, that lonely poet of New York. Dear Pamela, We will not call this painting, because in part this is a show of the pulp of Westfall’s color, like a juice, of the extraordinary ordinariness of Crow’s collections, and of the wild wires of McQuillan. And yet, beyond the local definitions of print and paper, pulp and pins and provocations, what remains is still the hymn to painting, as an archaic art that binds the sensuous to what is intelligible (Levi– Strauss says this of cooking and poetry, of geology and psychoanalysis.). We do not enter McQuillan’s work any more than we enter a good letter. The letter here is without apology. There is a shameless music throughout McQuillan’s address, and there is the wire as string that makes her whole world vibrate like a new theory of everything. The negative space and the positive jangle together, as if we were at the ESPACIO NEGATIVO / TERRENO NYORQUINO 9 so–called stellar nursery where the black holes are born. We know that science and art do not have a simple one–to–one ratio. We know the letter is personal, vividly emotional, and cannot be rescued by positivism and context. But look! Here in this genesis of the line, we seem to feel that we have almost the graceful illustration of our contemporary Pythagoreanism. We do not need more color for sustenance. We do not need anything but the carved–out shapes of a woodblock made of electrons. See, how this letter addresses us with the modesty of a Dickinson, but the modesty is electric and deceptive. The assertion here is of control over space and of a willingness to dive in. My mother asked for “newsy letters.” Westfall gives us the news about his grids; Butter gives us information and recollection; and you have found in Maureen McQuillan’s work some darkly factual work, like the autobiography of a burin. Dear Painter, You have stood in the place where our history begins and seems to tremble. You worked in the Towers and hated them, almost. You told me many times of the wind–force and the danger. You spoke, as in a private letter, about our losses there. Miraculously, you survived and your fellowship with the building continues. As you paint, from another space, you see the building as the poet sees it—not as the mad minimalism of its makers. Not as the place of greed or gore. Not as a graveyard or even as a holy shroud of light. You see it in this calm and patient prophetic mode, in which you can distill the best from a work by its negative and by its absence. Your works would be mere elegies, but they become finally the strict homage to this principle of being and erasure. We have lost parts of America, but you never give in to the gliding sense that rebuilding is simple. You do not ask for taller and bigger buildings, with a target on top, as my little son once joked, crying Hit us Here. This work is serious and you plumb a profound tear and absence that can never be soldered like an assemblage. Your work is actually without an end. You were inspired by shadow–play of Plato’s kind upon our walls and rivers of glass. And, in the end, this shadow–play became a letter from our depths, from our Hell, from what was supposed to be a Paradise for painters. It is not odd but it is absolute that we now live in the negative space of the Towers. There is no one today, not the most attenuated aesthete among us or in me, not the most vivid proponent of escape—no one can delete the task, which is ours to trace again 10 UPWARD FALL and again what leads to and away from the pompous hate that annihilated our space and comfort. We were here, and we went far away—the two ways to tell a story says Benjamin. We suffered, we were there, and we also have gone back and forth—and thus we have the subtle severity of Westfall, who cannot stop thinking in his philosophical art. There is no “return to representation” in Westfall or in your work, dear Pamela. These reflections, these refractions, these repetitions are our way of constructing a cathedral of signs, and through these signs we no longer hope to conquer. What we hope for is to create an image of hope, as Bloch said we could not proceed without it. We preach ordinary adornments. Our holiday is the weekday. The painting, print–making, drawing here is all part of the century’s conclusion—perhaps in that letter that always moved me too much—in which Glen Gould and Bach are making a gyre toward other readers. But even in a revolution, can’t you maintain wit and humour, sighed Kenneth Koch to me once. Let us hope that everyone can feel the quiet good humor, the articulate wit of your artists and your art. Yours, as ever, David PS This art, the wild art of Adams, the eclectic perspectives of Butter, Westfall’s grids and your vistas of fracture, McQuillan’s vibrations, and Crow’s non–assemblages, are not a pretext, but what I am trying to re–present. Not as in some positivist criticism, where Don Judd heroically tells me the inches and the material, though I love that persuasion. Not as by trailing wreaths of philosophy or poetry around your grounds and grinds. I have tried to be a partisan of attention and the person, of the addresser and the addressee, and the dynamic rotating spin between all of what Jacobson regarded as the axes of the aesthetic. Of course, I leave out too much. No letter is final. E–mail demands a style of negative space. One editor once told me I might have confused criticism with a valentine. I told her Baudelaire did think of criticism as passionate and an act of devotion. Is it wrong to end with xo. D ESPACIO NEGATIVO / TERRENO NYORQUINO 11 UPWARD FALL 12 Fontana de las Ranas, 2002 Fontana de las Ranas, 2002 Collage (papel cebolla pentagrama, acuarela, gouache, papel de acuarela sobre papel pentagrama) 17,1 x 16,5 cm Collage (onion skin music paper, watercolor, gouache, watercolor paper on music paper) 6.75" x 6.5" Here I observe the fragility of solid structures—architecture reflected in water. By bending music paper lines and through collage I explore the interruptions of light and movement. Parque María Luisa, 2003 Parque María Luisa, 2003 Collage (papel cebolla pentagrama, acuarela, gouache, papel de acuarela sobre papel pentagrama) 17,8 x 17,8 cm Collage (onion skin music paper, watercolor, gouache, watercolor paper on music paper) 7" x 7" Observo aquí la fragilidad de las estructuras sólidas —arquitectura reflejada en el agua. Al doblar las líneas del papel pentagrama y por medio del collage, exploro las interrupciones de luz y movimiento. Pamela Lawton 13 14 Decires del sonido ensanchado, 1987 Say of: Sound Widening, 1987 Monotipia 63,5 x 91,4 cm (suite de 4, #1) Monotype 25" x 36" (suite of 4, #1) Estas obras son simples ofrendas: sin mensaje, una herida directa a la materia, sus propiedades y relaciones estructurales. Estas obras permiten el goce del discernimiento y la diferenciación de reiteración y ritmo, con el cual uno puede auto–consultarse, demostrar afecto, escrutinar lo que despierta en uno y seguir la autoayuda de las direcciones inherentes. These works are simple offerings: message free, a direct cut into materia, properties, structural relationships. They afford the pleasurings of discernment and differentiation, of reiteration and rhyme, by which self may consult with self, acknowledge affect, scrutinize the particulars aroused, and follow the self-furthering directions therein. ESPACIO NEGATIVO / TERRENO NYORQUINO Variante #3, 2002 Variant #3, 2002 Monotipia 76,2 x 55,9 cm Monotype 30" x 22" Pat Adams 15 La ruta, 2002 16 Monotipia 52,1 x 35,2 cm The Way, 2002 Monotype 20.5" x 13.875" Me gusta la rapidez con que se puede realizar una monotipia y la forma en que el dibujo termina sobre la misma superficie, a pesar de la transparencia y la sobreposición. Me interesa la interacción de dos entidades y el resultado de su relación. I like the speed of monotype, and the way all the drawing ends up on the same surface, in spite of transparency and overlap. In these, I am interested in two entities interacting and what comes out of their meeting. ESPACIO NEGATIVO / TERRENO NYORQUINO Fortuna, 2002 Monotipia 35,2 x 52,1 cm Fortune, 2002 Monotype 13.875" x 20.5" Tom Butter 17 Adornos diarios, 2003–2004 18 Collage (papel tapiz, color–aid, acuarela, gouache, tinta sobre cartón). Tamaños variables. Ordinary adornments, 2003–2004 Collage (wallpaper, color–aid, watercolor, gouache, ink on 2–ply museum board). Variable sizes. Mi obra artística es la del coleccionista, intérprete y organizador. Al mostrar imágenes fragmentadas de la realidad diaria y de reposicionarlas en nuevas relaciones, investigo su naturaleza y significado asociativo, para crear otra composición con personalidad propia. My work as an artist is one of collector, interpreter and organizer. By gleaning fragmented images from daily experiences and re–positioning them into new relationships I investigate the associative nature of meaning and create a personalized, composite whole. ESPACIO NEGATIVO / TERRENO NYORQUINO Adornos diarios, 2003–2004 Collage (papel tapiz, color–aid, acuarela, gouache, tinta sobre cartón). Tamaños variables. Ordinary adornments, 2003–2004 Collage (wallpaper, color–aid, watercolor, gouache, ink on 2–ply museum board). Variable sizes. William Crow 19 Sin título, 1999 Tinta y resina sobre papel 50,2 x 50,8 cm Colección Privada, NY. Untitled, 1999 Ink & resin on paper 19.75" x 20" Private Collection, NY. I am fascinated by the seemingly endless possibilities of line, and how I can evoke phenomena of the natural, virtual and artificial worlds via a simple, open, and performative process. 20 ESPACIO NEGATIVO / TERRENO NYORQUINO Sin título, 2003 Tinta y polímeros acrílicos sobre papel 30,5 x 29,2 cm Courtesía de la artist y McKenzie Fine Art, NY. Untitled, 2003 Ink & acrylic polymers on paper 12" x 11.5" Courtesy the Artist and McKenzie Fine Art, NY. Me fascinan las aparentemente infinitas posibilidades de la línea y cómo puedo invocar fenómenos de mundos naturales, virtuales y artificiales por medio de un proceso simple, abierto y representativo. Maureen McQuillan 21 Sin título, 1995 Monotipia sobre papel Twinrocker hecho a mano. 53,3 x 53,3 cm 22 Untitled, 1995 Monotype on Twinrocker handmade paper. With these prints I was trying to make structures to hang light on. 21" x 21" ESPACIO NEGATIVO / TERRENO NYORQUINO Sin título, 1995 Monotipia sobre papel Twinrocker hecho a mano. 53,3 x 53,3 cm Untitled, 1995 Monotype on Twinrocker handmade paper. Con estas monotipias quería hacer estructuras para colgar luz. 21" x 21" Stephen Westfall 23 Acknowledgments The artists would like to thank Dunia Molina, Director and Rolando Castellón, organizer of the show, for the opportunity to exhibit at the Galería Nacional and for bringing their work to the attention of the people of Costa Rica. A special thanks to Rolando Castellón for his invaluable contributions and his assistance. Traducción / traduction: Veronica Mijelshon, Nueva York Diseño gráfico / graphic design: Gloriana Espinosa, Costa Rica [email protected] 24 UPWARD FALL The artists would also like to thank Rico Espinet of Bruno Marina Gallery, David Lasry of Two Palms Press, Amy Yee, Jill Weinberg Adams and Thomas Adams of Lennon Weinberg Gallery, Alexis Dean and Virginia Zabriskie of Zabriskie Gallery, Charles More of the More Gallery, master printers Sarah Amos and Greg Gonez of the Vermont Studio Center and the Maryland Art Institute of Art, Valerie McKenzie and Jim Dingilian of McKenzie Fine Art, Scott McDonald, Deborah Brown & Dr. Eric Ploumis, Kim Wauson and Stephen R. Jones, Veronica Mijelshon, Colleen Keegan, Gloriana Espinosa Wilson, Philip Kain, Brendan Connelly, Pamela Lawton, Fay and Powell Lawton, Jenny Grassl and Tom Lawton, for their generosity and support. ESPACIO NEGATIVO / TERRENO NYORQUINO Selecciones de una artista One artist’s choice The artists’ works chosen by the curator—intricate images of extravagantly empty, infinite spaces—relate to her viewpoint as an artist working from the dizzying architecture of Lower Manhattan, New York. Collectively the abstractions of this group of artists selected by Lawton offer views of spaces which, like New York’s maze of steel and glass, overwhelm and focus on fragments without end. In these works, the spaces in–between, or negative spaces, are given weight and presence, a thread connecting the works visually to the curator/artist’s motif. In Lawton’s own work she specifically captures elements of the bending grid and the oscillations of fragmentary architecture as seen in window facades in downtown Manhattan and in reflecting pools of architecture in Spain and Italy. The wavering grids of artists Stephen Westfall and Maureen McQuillan, the exuberant insistence of Tom Butter’s colorful lyricism, the oscillating cosmoses of Pat Adams, and the multiplying adornments of William Crow’s playful constructions can all be seen as the desire of each artist, in the face of the overwhelming plurality of contemporary life in New York, to express a partial space that alludes to infinity and to absence. The present exhibition captures some of the chaotic moments lived in this city, and constitutes a convincing testimony of the living reality. Ms. Lawton was previously an artist–in–residence at the World Trade Center through the Lower Manhattan Cultural Council, and her exhibition relates directly to that experience. By painting where the Towers once stood she alludes to their absence. Como directora de la Galería Nacional del Centro Costarricense de Ciencia y Cultura, me enorgullece presentar un selecto grupo de artistas residentes en Nueva York, seleccionados por la artista y curadora Pamela Lawton. Esta exposición colectiva titulada Espacio Negativo/Terreno Nyorquino se presentará concurrentemente con Upward Fall, una muestra personal de obra reciente de Pamela Lawton. U P WA R D FA L L pamela lawton Art can be the best medium to move people nearer and transmit their experiences, their inquietudes and aspirations. Its power of evocation is infinite, as well as its capacity to stimulate the imagination and to produce multiple sentiments of pleasure, pain, repudiation, anguish and hope. That is why the presence in this exhibition of these internationally recognized artists contributes to the cultural enrichment of our nation and also permits the translation of their New York experience to our ambiance. E S P A C I O N E G AT I V O / T E R R E N O N YO R Q U I N O curadora: pamela lawton Without doubt their contribution to our national art enviroment is valuable, as it gives us the opportunity to know firsthand some actual graphic techniques and concerns from their megacity and offers us the influence and energy of such a vital and dynamic city as New York. pat adams tom butter Enjoy the art. Dunia Molina Directora Galería Nacional william crow San José, Costa Rica, 2004 5 – 27 octubre 2004 As director of the National Gallery of the Costarrican Center of Science and Culture, I am proud to introduce a group of artists from New York, selected by guest artist and curator Pamela Lawton. The group exhibition Espacio Negativo/Terreno Nyorquino runs concurrently with the exhibition Upward Fall, featuring Pamela Lawton’s own recent work. maureen mcquillan Galería Nacional / Museo de los Niños San José, Costa Rica stephen westfall Las obras elegidas por la curadora —intrincadas imágenes de vacíos, infinitos e íntimos de espacios extravagantes— se relacionan con su propio punto de vista como artista, trabajando con los vertiginales edificios de la arquitectura del Bajo Manhattan, Nueva York. Esta colectiva de abstracciones, de este grupo de artistas, ofrece vistas de espacios que, como los laberintos de hierro y vidrio neoyorquinos, abruman y concentran la mirada en interminables fragmentos. En estos trabajos el espacio intermedio, o espacio negativo, tiene peso y presencia, un hilo conductor une visualmente los motivos de la curadora/artista. La obra propia de Lawton captura específicamente elementos de la plegable cuadrícula y oscilaciones de la fragmentada arquitectura vistas en ventanas y frentes arquitectónicos en el centro de Manhattan y en los reflejos de luz en la arquitectura en ciudades de España e Italia. Las onduladas cuadrículas de Stephan Westfall y Maureen McQuillan, la exuberante insistencia lírica en los colores de Tom Butter, el vibrante cosmos de Pat Adams, y los excesivos adornos y lúdicas construcciones de William Crow pueden verse en las ansiedades de cada artista frente a la gran pluralidad en la vida contemporánea de Nueva York para expresar ese espacio parcial que alude a infinito y ausencia. La presente muestra gráfica capta algunos momentos caóticos que vivió esta ciudad y constituye un convincente testimonio de la realidad vivida. Previamente Pamela Lawton fue artista en residencia en una de la torres del Centro Mundial de Comercio invitada por el Concilio Cultural del Bajo Manhattan, y su exposición se relaciona directamente con esa experiencia. Al haber pintado donde estuvieron las torres, ella alude a su ausencia. El arte es el mejor medio de acercar a los pueblos y transmitir sus experiencias, sus inquietudes y sus aspiraciones. Su poder evocador es infinito, así como su capacidad de estimular la imaginación y de hacer reproducir sentimientos múltiples como el placer, el dolor, el repudio, la angustia, la esperanza y otros mas. Por eso, la presencia en esta exposición de estos artistas de trayectoria internacional viene a contribuir con el enriquecimiento cultural de nuestra nación y también nos permite trasladar la experiencia de los neoyorquinos a nuestro ámbito. Sin duda su aporte al medio artístico nacional es muy valioso, pues nos da la oportunidad de conocer algunas tendencias gráficas de actualidad existentes en esa mega–ciudad, y nos ofrece la influencia y energía de esa vital y dinámica metrópoli que es Nueva York. Disfruten ustedes, del arte Dunia Molina Directora Galería Nacional San José, Costa Rica Selecciones de una artista One artist’s choice The artists’ works chosen by the curator—intricate images of extravagantly empty, infinite spaces—relate to her viewpoint as an artist working from the dizzying architecture of Lower Manhattan, New York. Collectively the abstractions of this group of artists selected by Lawton offer views of spaces which, like New York’s maze of steel and glass, overwhelm and focus on fragments without end. In these works, the spaces in–between, or negative spaces, are given weight and presence, a thread connecting the works visually to the curator/artist’s motif. In Lawton’s own work she specifically captures elements of the bending grid and the oscillations of fragmentary architecture as seen in window facades in downtown Manhattan and in reflecting pools of architecture in Spain and Italy. The wavering grids of artists Stephen Westfall and Maureen McQuillan, the exuberant insistence of Tom Butter’s colorful lyricism, the oscillating cosmoses of Pat Adams, and the multiplying adornments of William Crow’s playful constructions can all be seen as the desire of each artist, in the face of the overwhelming plurality of contemporary life in New York, to express a partial space that alludes to infinity and to absence. The present exhibition captures some of the chaotic moments lived in this city, and constitutes a convincing testimony of the living reality. Ms. Lawton was previously an artist–in–residence at the World Trade Center through the Lower Manhattan Cultural Council, and her exhibition relates directly to that experience. By painting where the Towers once stood she alludes to their absence. Como directora de la Galería Nacional del Centro Costarricense de Ciencia y Cultura, me enorgullece presentar un selecto grupo de artistas residentes en Nueva York, seleccionados por la artista y curadora Pamela Lawton. Esta exposición colectiva titulada Espacio Negativo/Terreno Nyorquino se presentará concurrentemente con Upward Fall, una muestra personal de obra reciente de Pamela Lawton. U P WA R D FA L L pamela lawton Art can be the best medium to move people nearer and transmit their experiences, their inquietudes and aspirations. Its power of evocation is infinite, as well as its capacity to stimulate the imagination and to produce multiple sentiments of pleasure, pain, repudiation, anguish and hope. That is why the presence in this exhibition of these internationally recognized artists contributes to the cultural enrichment of our nation and also permits the translation of their New York experience to our ambiance. E S P A C I O N E G AT I V O / T E R R E N O N YO R Q U I N O curadora: pamela lawton Without doubt their contribution to our national art enviroment is valuable, as it gives us the opportunity to know firsthand some actual graphic techniques and concerns from their megacity and offers us the influence and energy of such a vital and dynamic city as New York. pat adams tom butter Enjoy the art. Dunia Molina Directora Galería Nacional william crow San José, Costa Rica, 2004 5 – 27 octubre 2004 As director of the National Gallery of the Costarrican Center of Science and Culture, I am proud to introduce a group of artists from New York, selected by guest artist and curator Pamela Lawton. The group exhibition Espacio Negativo/Terreno Nyorquino runs concurrently with the exhibition Upward Fall, featuring Pamela Lawton’s own recent work. maureen mcquillan Galería Nacional / Museo de los Niños San José, Costa Rica stephen westfall Las obras elegidas por la curadora —intrincadas imágenes de vacíos, infinitos e íntimos de espacios extravagantes— se relacionan con su propio punto de vista como artista, trabajando con los vertiginales edificios de la arquitectura del Bajo Manhattan, Nueva York. Esta colectiva de abstracciones, de este grupo de artistas, ofrece vistas de espacios que, como los laberintos de hierro y vidrio neoyorquinos, abruman y concentran la mirada en interminables fragmentos. En estos trabajos el espacio intermedio, o espacio negativo, tiene peso y presencia, un hilo conductor une visualmente los motivos de la curadora/artista. La obra propia de Lawton captura específicamente elementos de la plegable cuadrícula y oscilaciones de la fragmentada arquitectura vistas en ventanas y frentes arquitectónicos en el centro de Manhattan y en los reflejos de luz en la arquitectura en ciudades de España e Italia. Las onduladas cuadrículas de Stephan Westfall y Maureen McQuillan, la exuberante insistencia lírica en los colores de Tom Butter, el vibrante cosmos de Pat Adams, y los excesivos adornos y lúdicas construcciones de William Crow pueden verse en las ansiedades de cada artista frente a la gran pluralidad en la vida contemporánea de Nueva York para expresar ese espacio parcial que alude a infinito y ausencia. La presente muestra gráfica capta algunos momentos caóticos que vivió esta ciudad y constituye un convincente testimonio de la realidad vivida. Previamente Pamela Lawton fue artista en residencia en una de la torres del Centro Mundial de Comercio invitada por el Concilio Cultural del Bajo Manhattan, y su exposición se relaciona directamente con esa experiencia. Al haber pintado donde estuvieron las torres, ella alude a su ausencia. El arte es el mejor medio de acercar a los pueblos y transmitir sus experiencias, sus inquietudes y sus aspiraciones. Su poder evocador es infinito, así como su capacidad de estimular la imaginación y de hacer reproducir sentimientos múltiples como el placer, el dolor, el repudio, la angustia, la esperanza y otros mas. Por eso, la presencia en esta exposición de estos artistas de trayectoria internacional viene a contribuir con el enriquecimiento cultural de nuestra nación y también nos permite trasladar la experiencia de los neoyorquinos a nuestro ámbito. Sin duda su aporte al medio artístico nacional es muy valioso, pues nos da la oportunidad de conocer algunas tendencias gráficas de actualidad existentes en esa mega–ciudad, y nos ofrece la influencia y energía de esa vital y dinámica metrópoli que es Nueva York. Disfruten ustedes, del arte Dunia Molina Directora Galería Nacional San José, Costa Rica