ESPACIO NEGATIVO/TERRENO NYORQUINO Galería Nacional

Transcripción

ESPACIO NEGATIVO/TERRENO NYORQUINO Galería Nacional
Selecciones de una artista
One artist’s choice
The artists’ works chosen by the curator—intricate images of extravagantly empty, infinite spaces—relate to her viewpoint as an
artist working from the dizzying architecture
of Lower Manhattan, New York. Collectively
the abstractions of this group of artists selected by Lawton offer views of spaces which,
like New York’s maze of steel and glass, overwhelm and focus on fragments without end.
In these works, the spaces in–between, or
negative spaces, are given weight and presence, a thread connecting the works visually
to the curator/artist’s motif. In Lawton’s own
work she specifically captures elements of the
bending grid and the oscillations of fragmentary architecture as seen in window facades
in downtown Manhattan and in reflecting
pools of architecture in Spain and Italy. The
wavering grids of artists Stephen Westfall and
Maureen McQuillan, the exuberant insistence
of Tom Butter’s colorful lyricism, the oscillating cosmoses of Pat Adams, and the multiplying adornments of William Crow’s playful
constructions can all be seen as the desire of
each artist, in the face of the overwhelming
plurality of contemporary life in New York,
to express a partial space that alludes to infinity and to absence. The present exhibition
captures some of the chaotic moments lived
in this city, and constitutes a convincing testimony of the living reality.
Ms. Lawton was previously an artist–in–residence at the World Trade Center through the
Lower Manhattan Cultural Council, and her
exhibition relates directly to that experience.
By painting where the Towers once stood she
alludes to their absence.
Como directora de la Galería Nacional del
Centro Costarricense de Ciencia y Cultura, me
enorgullece presentar un selecto grupo de
artistas residentes en Nueva York, seleccionados por la artista y curadora Pamela Lawton.
Esta exposición colectiva titulada Espacio
Negativo/Terreno Nyorquino se presentará concurrentemente con Upward Fall, una
muestra personal de obra reciente de Pamela
Lawton.
U P WA R D FA L L
pamela lawton
Art can be the best medium to move people
nearer and transmit their experiences, their
inquietudes and aspirations. Its power of
evocation is infinite, as well as its capacity
to stimulate the imagination and to produce
multiple sentiments of pleasure, pain, repudiation, anguish and hope.
That is why the presence in this exhibition of
these internationally recognized artists contributes to the cultural enrichment of our nation and also permits the translation of their
New York experience to our ambiance.
E S P A C I O N E G AT I V O / T E R R E N O N YO R Q U I N O
curadora: pamela lawton
Without doubt their contribution to our national art enviroment is valuable, as it gives
us the opportunity to know firsthand some
actual graphic techniques and concerns from
their megacity and offers us the influence
and energy of such a vital and dynamic city
as New York.
pat adams
tom butter
Enjoy the art.
Dunia Molina
Directora
Galería Nacional
william crow
San José, Costa Rica, 2004
5 – 27 octubre 2004
As director of the National Gallery of the
Costarrican Center of Science and Culture, I
am proud to introduce a group of artists from
New York, selected by guest artist and curator
Pamela Lawton. The group exhibition Espacio Negativo/Terreno Nyorquino runs concurrently with the exhibition Upward Fall,
featuring Pamela Lawton’s own recent work.
maureen mcquillan
Galería Nacional / Museo de los Niños
San José, Costa Rica
stephen westfall
Las obras elegidas por la curadora —intrincadas imágenes de vacíos, infinitos e íntimos
de espacios extravagantes— se relacionan
con su propio punto de vista como artista,
trabajando con los vertiginales edificios de la
arquitectura del Bajo Manhattan, Nueva York.
Esta colectiva de abstracciones, de este grupo de artistas, ofrece vistas de espacios que,
como los laberintos de hierro y vidrio neoyorquinos, abruman y concentran la mirada en
interminables fragmentos. En estos trabajos
el espacio intermedio, o espacio negativo,
tiene peso y presencia, un hilo conductor une
visualmente los motivos de la curadora/artista. La obra propia de Lawton captura específicamente elementos de la plegable cuadrícula
y oscilaciones de la fragmentada arquitectura
vistas en ventanas y frentes arquitectónicos
en el centro de Manhattan y en los reflejos de
luz en la arquitectura en ciudades de España
e Italia. Las onduladas cuadrículas de Stephan
Westfall y Maureen McQuillan, la exuberante
insistencia lírica en los colores de Tom Butter,
el vibrante cosmos de Pat Adams, y los excesivos adornos y lúdicas construcciones de
William Crow pueden verse en las ansiedades
de cada artista frente a la gran pluralidad en
la vida contemporánea de Nueva York para
expresar ese espacio parcial que alude a infinito y ausencia. La presente muestra gráfica
capta algunos momentos caóticos que vivió
esta ciudad y constituye un convincente testimonio de la realidad vivida.
Previamente Pamela Lawton fue artista en residencia en una de la torres del Centro Mundial de Comercio invitada por el Concilio Cultural del Bajo Manhattan, y su exposición se
relaciona directamente con esa experiencia.
Al haber pintado donde estuvieron las torres,
ella alude a su ausencia.
El arte es el mejor medio de acercar a los pueblos y transmitir sus experiencias, sus inquietudes y sus aspiraciones. Su poder evocador
es infinito, así como su capacidad de estimular la imaginación y de hacer reproducir sentimientos múltiples como el placer, el dolor,
el repudio, la angustia, la esperanza y otros
mas.
Por eso, la presencia en esta exposición de estos artistas de trayectoria internacional viene
a contribuir con el enriquecimiento cultural
de nuestra nación y también nos permite
trasladar la experiencia de los neoyorquinos
a nuestro ámbito.
Sin duda su aporte al medio artístico nacional
es muy valioso, pues nos da la oportunidad
de conocer algunas tendencias gráficas de
actualidad existentes en esa mega–ciudad, y
nos ofrece la influencia y energía de esa vital y
dinámica metrópoli que es Nueva York.
Disfruten ustedes, del arte
Dunia Molina
Directora Galería Nacional
San José, Costa Rica
Pat Adams
Desde 1954 ha expuesto cada dos años en la Galería
Zabriskie, Nueva York. Colecciones públicas incluyen:
Berkshire Museum, Hirshhorn Museum, New Britain Museum
of American Art, Philadelphia Museum of Art, Whitney
Museum of American Art, Yale Art Gallery, Nacional Academy
of Design, y Brooklyn Museum. Ha recibido un Fullbright
Fellowship, para una pasantía en Francia. Premios: National
Council for the Arts, National Endowment for the Arts,
College Art Association Distinguished Teaching of Art,
y tres American Academy and Institute of Arts and Letters.
Ha enseñado en el Bennington College y Yale.
www.zabriskiegallery.com
Tom Butter
Ha expuesto su obra en Nueva York y nacional e
internacionalmente desde 1981. Su escultura está incluida
en las colecciones del Museo de Arte Metropolitano,
la Galería Albright Knox y el Centro Walker de Arte. Ha
enseñado en Yale, Harvard, la Escuela de Diseño Rhode
Island, la Universidad de las Artes y la Escuela de Arte Tyler.
Actualmente es coordinador del Programa MFA de la Escuela
de Diseño Parsons. www.tombutter.com
William Crow
Ha expuesto en la Galería PS122, Bronx Museum of Art,
Islip Art Museum, Galería Cynthia Brown, Galería Florence
Lynch, y recientemente en White Columns, todas en Nueva
York. Residencias: LMCC World Views en el World Trade
Center, Bronx Council on the Arts Longwood Arts Center
Cyber Residency Program, y como McClennen Fellow, Millay
Colony of the Arts. Actualmente es educador asistente
del Metropolitan Museum of Art, e instructor adjunto
del programa de estudios mediáticos de la New School
University. www.willcrow.com
Pamela Lawton
Ha expuesto en la Galería White Box´s The Annex, National
Academy of Design, Galería James Corcoran, Galería Tibor
De Nagy, Galería DFN, todas en Nueva York. Galería Isabel
Ignacio, España; Galería Emmanuel Seller, Israel; Galería
Charles More, Philadelphia; The Artists’ Museum, Polonia;
Kultur Banhauf, Alemania. Residencias: The Millenium
Hilton, New York Marriott Financial Center Hotel, World
Trade Ceneter a través del Bajo Manhattan Cultural Council.
Colecciones públicas y privadas en EEUU y en Europa.
Ha enseñado en William Patterson University y American
University y actualmente es parte de la Facultad de la New
School University. www.pamelalawton.com
Maureen McQuillan
Es representada por MCkenzie Fine Arts, Nueva York.
Exposiciones personales en el Museum of Outdoor Arts,
Colorado, McKenzie Fine Arts y Galería Graham, Nueva
York, y Galería Hines, San Francisco. Ha recibido mención en
publicaciones como el New York Times, Artnews, Time Out
NY, y Art on Paper. Colecciones públicas: Goldman Sachs,
Estée Lauder, Pfizer Inc., Jackson Laboratory. Colecciones
privadas: EE.UU., Europa, Japón.
www.mckenziefineart.com
Stephen Westfall
Su obra es representada por la Galería Lennon, Weinberg
de Nueva York, la Galería Wilma Locke en Suiza, la Galería
Zurcher en París y la Galería Paal en Munich. Ha recibido
premios y subsidios de NEA, NYSC y la Academia Americana
de Artes y Letras. Su obra está incluida en el Museo de
Louisiana en Dinamarca, el Museo Albertina en Viena,
el Museo de Arte de Baltimore y el Museo de Arte de la
Universidad de California en Santa Bárbara. Ha enseñado
en el Programa MFA del Bard College y la Escuela de Artes
Visuales de Nueva York. Además de artista es un respetado
crítico de arte y escribe para la revista Arte en América, entre
otras. [email protected]
David Shaphiro
En el 2002 publicó Interior en llamas, su noveno libro
de poesía. Ha recibido numerosos premios incluyendo
NEH, NEA, Merrill, Graham Foundation y de la Fundation
for Contemporary Performance Arts. Escribió el primer
monograma sobre John Ashbery, el primer estudio crítico
acerca de los dibujos de Jasper Johns y una pionera
monografía sobre los estudios de flores de Mondrian. Ha
enseñado en Columbia University, Princeton, Bard, Cooper
Union y William Paterson University. [email protected]
Pat Adams
Exhibited biennially since 1954 at Zabriskie Gallery,
New York. Public collections: the Berkshire Museum, the
Hirshhorn Museum, the New Britain Museum of American
Art, the Philadelphia Museum of Art, the Whitney Museum
of American Art, the Yale Art Gallery, the National Academy
of Design, and the Brooklyn Museum. Recipient of Fulbright
Fellowship to France, National Council for the Arts Award,
National Endowment for the Arts Award, the College Art
Association Distinguished Teaching of Art Award, and three
American Academy and Institute of Arts and Letters Awards.
Taught at Bennington College and Yale. Residence: Vermont.
www.zabriskiegallery.com
Tom Butter
Tom Butter has been showing his work in NYC, nationally,
and internationally since 1981. His sculpture is included in the
collections of the Metropolitan Museum of Art, the Albright
Knox Gallery, and the Walker Art Center. He has taught at
Yale, Harvard, Rhode Island Sschool of Design, University
of the Arts, and Tyler School of Art. Currently, he is the
coordinator of the MFA Program, Parsons School of Design.
www.tombutter.com
William Crow
Exhibits in New York include PS122 Gallery, The Bronx
Museum of Art, the Islip Art Museum, Cynthia Broan Gallery,
Florence Lynch Gallery and most recently a solo exhibition
at White Columns. Residencies include LMCC World Views
in the World Trade Center, The Bronx Council on the Arts
Longwood Arts Center CyberResidency Program, and as the
McClennen fellow, Millay Colony of the Arts. Crow is Assistant
Museum Educator at The Metropolitan Museum of Art, and is
an adjunct instructor of graduate Media Studies at The New
School. www.willcrow.com
Pamela Lawton
Exhibits: White Box Gallery ‘s The Annex, The National
Academy of Design, James Cohan Gallery, Tibor De Nagy
Gallery, DFN Gallery in New York City. Galería Isabel Ignacio,
Spain; Emmanuel Heller Gallery, Israel; Charles More Gallery,
Philadelpia; The Artists’ Museum, Poland; Kultur Banhauf,
Germany. Residencies include The Millenium Hilton, New
York Marriott Financial Center Hotel, The World Trade Center
through the Lower Manhattan Cultural Council. Has taught at
William Patterson University and American University and is
currently on the Faculty of New School University. Public and
private collections in US and Europe. www.pamelalawton.com
Maureen McQuillan
Maureen McQuillan is represented by McKenzie Fine Art,
NY. Solo exhibitions include: the Museum of Outdoor Arts
in Colorado, McKenzie Fine Art and Graham Gallery in New
York, and Haines Gallery, San Francisco. She has received
mention in such publications as The New York Times,
Artnews, TimeOut NY, and Art on Paper. Public collections
include Goldman Sachs, Estée Lauder, Pfizer Inc. and The
Jackson Laboratory. Private collections: US, Europe, Japan.
www.mckenziefineart.com
Stephen Westfall
Represented by Lennon, Weinberg Gallery in New York,
Galerie Wilma Locke in Switzerland, Galerie Zurcher in
Paris, and Galerie Paal in Munich. Awards and grants: the
NEA, NYSCA , The American Academy of Arts and Letters.
Collections: the Louisiana Museum in Denmark, the Albertina
Museum in Vienna, the Baltimore Museum of Art, and the
University Art Museum, Santa Barbara. Teaching: MFA
program, Bard College ; School of Visual Arts in New York.
A respected critic as well as painter, Westfall’s articles appear
in Art in America, among many other magazines.
[email protected]
David Shapiro
Recently published his ninth book of poetry, A Burning
Interior, 2002. He has received numerous awards including
NEH, NEA, Merrill, Graham Foundation, and from The
Foundation for Contemporary Performance Arts. He wrote
the first monograph on John Ashbery, and the first critical
study of Jasper Johns’s drawings, as well as the pioneering
monograph on Mondrian’s flower studies. He has taught at
Columbia University ,Princeton, Bard, Cooper Union, and
William Paterson University. [email protected]
Selecciones de una artista
One artist’s choice
The artists’ works chosen by the curator—intricate images of extravagantly empty, infinite spaces—relate to her viewpoint as an
artist working from the dizzying architecture
of Lower Manhattan, New York. Collectively
the abstractions of this group of artists selected by Lawton offer views of spaces which,
like New York’s maze of steel and glass, overwhelm and focus on fragments without end.
In these works, the spaces in–between, or
negative spaces, are given weight and presence, a thread connecting the works visually
to the curator/artist’s motif. In Lawton’s own
work she specifically captures elements of the
bending grid and the oscillations of fragmentary architecture as seen in window facades
in downtown Manhattan and in reflecting
pools of architecture in Spain and Italy. The
wavering grids of artists Stephen Westfall and
Maureen McQuillan, the exuberant insistence
of Tom Butter’s colorful lyricism, the oscillating cosmoses of Pat Adams, and the multiplying adornments of William Crow’s playful
constructions can all be seen as the desire of
each artist, in the face of the overwhelming
plurality of contemporary life in New York,
to express a partial space that alludes to infinity and to absence. The present exhibition
captures some of the chaotic moments lived
in this city, and constitutes a convincing testimony of the living reality.
Ms. Lawton was previously an artist–in–residence at the World Trade Center through the
Lower Manhattan Cultural Council, and her
exhibition relates directly to that experience.
By painting where the Towers once stood she
alludes to their absence.
Como directora de la Galería Nacional del
Centro Costarricense de Ciencia y Cultura, me
enorgullece presentar un selecto grupo de
artistas residentes en Nueva York, seleccionados por la artista y curadora Pamela Lawton.
Esta exposición colectiva titulada Espacio
Negativo/Terreno Nyorquino se presentará concurrentemente con Upward Fall, una
muestra personal de obra reciente de Pamela
Lawton.
U P WA R D FA L L
pamela lawton
Art can be the best medium to move people
nearer and transmit their experiences, their
inquietudes and aspirations. Its power of
evocation is infinite, as well as its capacity
to stimulate the imagination and to produce
multiple sentiments of pleasure, pain, repudiation, anguish and hope.
That is why the presence in this exhibition of
these internationally recognized artists contributes to the cultural enrichment of our nation and also permits the translation of their
New York experience to our ambiance.
E S P A C I O N E G AT I V O / T E R R E N O N YO R Q U I N O
curadora: pamela lawton
Without doubt their contribution to our national art enviroment is valuable, as it gives
us the opportunity to know firsthand some
actual graphic techniques and concerns from
their megacity and offers us the influence
and energy of such a vital and dynamic city
as New York.
pat adams
tom butter
Enjoy the art.
Dunia Molina
Directora
Galería Nacional
william crow
San José, Costa Rica, 2004
5 – 27 octubre 2004
As director of the National Gallery of the
Costarrican Center of Science and Culture, I
am proud to introduce a group of artists from
New York, selected by guest artist and curator
Pamela Lawton. The group exhibition Espacio Negativo/Terreno Nyorquino runs concurrently with the exhibition Upward Fall,
featuring Pamela Lawton’s own recent work.
maureen mcquillan
Galería Nacional / Museo de los Niños
San José, Costa Rica
stephen westfall
Las obras elegidas por la curadora —intrincadas imágenes de vacíos, infinitos e íntimos
de espacios extravagantes— se relacionan
con su propio punto de vista como artista,
trabajando con los vertiginales edificios de la
arquitectura del Bajo Manhattan, Nueva York.
Esta colectiva de abstracciones, de este grupo de artistas, ofrece vistas de espacios que,
como los laberintos de hierro y vidrio neoyorquinos, abruman y concentran la mirada en
interminables fragmentos. En estos trabajos
el espacio intermedio, o espacio negativo,
tiene peso y presencia, un hilo conductor une
visualmente los motivos de la curadora/artista. La obra propia de Lawton captura específicamente elementos de la plegable cuadrícula
y oscilaciones de la fragmentada arquitectura
vistas en ventanas y frentes arquitectónicos
en el centro de Manhattan y en los reflejos de
luz en la arquitectura en ciudades de España
e Italia. Las onduladas cuadrículas de Stephan
Westfall y Maureen McQuillan, la exuberante
insistencia lírica en los colores de Tom Butter,
el vibrante cosmos de Pat Adams, y los excesivos adornos y lúdicas construcciones de
William Crow pueden verse en las ansiedades
de cada artista frente a la gran pluralidad en
la vida contemporánea de Nueva York para
expresar ese espacio parcial que alude a infinito y ausencia. La presente muestra gráfica
capta algunos momentos caóticos que vivió
esta ciudad y constituye un convincente testimonio de la realidad vivida.
Previamente Pamela Lawton fue artista en residencia en una de la torres del Centro Mundial de Comercio invitada por el Concilio Cultural del Bajo Manhattan, y su exposición se
relaciona directamente con esa experiencia.
Al haber pintado donde estuvieron las torres,
ella alude a su ausencia.
El arte es el mejor medio de acercar a los pueblos y transmitir sus experiencias, sus inquietudes y sus aspiraciones. Su poder evocador
es infinito, así como su capacidad de estimular la imaginación y de hacer reproducir sentimientos múltiples como el placer, el dolor,
el repudio, la angustia, la esperanza y otros
mas.
Por eso, la presencia en esta exposición de estos artistas de trayectoria internacional viene
a contribuir con el enriquecimiento cultural
de nuestra nación y también nos permite
trasladar la experiencia de los neoyorquinos
a nuestro ámbito.
Sin duda su aporte al medio artístico nacional
es muy valioso, pues nos da la oportunidad
de conocer algunas tendencias gráficas de
actualidad existentes en esa mega–ciudad, y
nos ofrece la influencia y energía de esa vital y
dinámica metrópoli que es Nueva York.
Disfruten ustedes, del arte
Dunia Molina
Directora Galería Nacional
San José, Costa Rica
Selecciones de una artista
One artist’s choice
The artists’ works chosen by the curator—intricate images of extravagantly empty, infinite spaces—relate to her viewpoint as an
artist working from the dizzying architecture
of Lower Manhattan, New York. Collectively
the abstractions of this group of artists selected by Lawton offer views of spaces which,
like New York’s maze of steel and glass, overwhelm and focus on fragments without end.
In these works, the spaces in–between, or
negative spaces, are given weight and presence, a thread connecting the works visually
to the curator/artist’s motif. In Lawton’s own
work she specifically captures elements of the
bending grid and the oscillations of fragmentary architecture as seen in window facades
in downtown Manhattan and in reflecting
pools of architecture in Spain and Italy. The
wavering grids of artists Stephen Westfall and
Maureen McQuillan, the exuberant insistence
of Tom Butter’s colorful lyricism, the oscillating cosmoses of Pat Adams, and the multiplying adornments of William Crow’s playful
constructions can all be seen as the desire of
each artist, in the face of the overwhelming
plurality of contemporary life in New York,
to express a partial space that alludes to infinity and to absence. The present exhibition
captures some of the chaotic moments lived
in this city, and constitutes a convincing testimony of the living reality.
Ms. Lawton was previously an artist–in–residence at the World Trade Center through the
Lower Manhattan Cultural Council, and her
exhibition relates directly to that experience.
By painting where the Towers once stood she
alludes to their absence.
Como directora de la Galería Nacional del
Centro Costarricense de Ciencia y Cultura, me
enorgullece presentar un selecto grupo de
artistas residentes en Nueva York, seleccionados por la artista y curadora Pamela Lawton.
Esta exposición colectiva titulada Espacio
Negativo/Terreno Nyorquino se presentará concurrentemente con Upward Fall, una
muestra personal de obra reciente de Pamela
Lawton.
U P WA R D FA L L
pamela lawton
Art can be the best medium to move people
nearer and transmit their experiences, their
inquietudes and aspirations. Its power of
evocation is infinite, as well as its capacity
to stimulate the imagination and to produce
multiple sentiments of pleasure, pain, repudiation, anguish and hope.
That is why the presence in this exhibition of
these internationally recognized artists contributes to the cultural enrichment of our nation and also permits the translation of their
New York experience to our ambiance.
E S P A C I O N E G AT I V O / T E R R E N O N YO R Q U I N O
curadora: pamela lawton
Without doubt their contribution to our national art enviroment is valuable, as it gives
us the opportunity to know firsthand some
actual graphic techniques and concerns from
their megacity and offers us the influence
and energy of such a vital and dynamic city
as New York.
pat adams
tom butter
Enjoy the art.
Dunia Molina
Directora
Galería Nacional
william crow
San José, Costa Rica, 2004
5 – 27 octubre 2004
As director of the National Gallery of the
Costarrican Center of Science and Culture, I
am proud to introduce a group of artists from
New York, selected by guest artist and curator
Pamela Lawton. The group exhibition Espacio Negativo/Terreno Nyorquino runs concurrently with the exhibition Upward Fall,
featuring Pamela Lawton’s own recent work.
maureen mcquillan
Galería Nacional / Museo de los Niños
San José, Costa Rica
stephen westfall
Las obras elegidas por la curadora —intrincadas imágenes de vacíos, infinitos e íntimos
de espacios extravagantes— se relacionan
con su propio punto de vista como artista,
trabajando con los vertiginales edificios de la
arquitectura del Bajo Manhattan, Nueva York.
Esta colectiva de abstracciones, de este grupo de artistas, ofrece vistas de espacios que,
como los laberintos de hierro y vidrio neoyorquinos, abruman y concentran la mirada en
interminables fragmentos. En estos trabajos
el espacio intermedio, o espacio negativo,
tiene peso y presencia, un hilo conductor une
visualmente los motivos de la curadora/artista. La obra propia de Lawton captura específicamente elementos de la plegable cuadrícula
y oscilaciones de la fragmentada arquitectura
vistas en ventanas y frentes arquitectónicos
en el centro de Manhattan y en los reflejos de
luz en la arquitectura en ciudades de España
e Italia. Las onduladas cuadrículas de Stephan
Westfall y Maureen McQuillan, la exuberante
insistencia lírica en los colores de Tom Butter,
el vibrante cosmos de Pat Adams, y los excesivos adornos y lúdicas construcciones de
William Crow pueden verse en las ansiedades
de cada artista frente a la gran pluralidad en
la vida contemporánea de Nueva York para
expresar ese espacio parcial que alude a infinito y ausencia. La presente muestra gráfica
capta algunos momentos caóticos que vivió
esta ciudad y constituye un convincente testimonio de la realidad vivida.
Previamente Pamela Lawton fue artista en residencia en una de la torres del Centro Mundial de Comercio invitada por el Concilio Cultural del Bajo Manhattan, y su exposición se
relaciona directamente con esa experiencia.
Al haber pintado donde estuvieron las torres,
ella alude a su ausencia.
El arte es el mejor medio de acercar a los pueblos y transmitir sus experiencias, sus inquietudes y sus aspiraciones. Su poder evocador
es infinito, así como su capacidad de estimular la imaginación y de hacer reproducir sentimientos múltiples como el placer, el dolor,
el repudio, la angustia, la esperanza y otros
mas.
Por eso, la presencia en esta exposición de estos artistas de trayectoria internacional viene
a contribuir con el enriquecimiento cultural
de nuestra nación y también nos permite
trasladar la experiencia de los neoyorquinos
a nuestro ámbito.
Sin duda su aporte al medio artístico nacional
es muy valioso, pues nos da la oportunidad
de conocer algunas tendencias gráficas de
actualidad existentes en esa mega–ciudad, y
nos ofrece la influencia y energía de esa vital y
dinámica metrópoli que es Nueva York.
Disfruten ustedes, del arte
Dunia Molina
Directora Galería Nacional
San José, Costa Rica
David Shapiro
3001 Henry Hudson Parkway
Riverdale NY l0463
Pamela Lawton
61 Duke Ellington Boulevard
New York, NY 10025
Querida Pamela,
Tú has creado un pequeño libro de ventanas: un sueño de arte borgesiano sin
límites. Me intriga la idea de que tus fracturas y facturas sean el trabajo de distinguidos artistas que no pueden soportar un ambiente casi como el sentido de sensación de corrupción Tang, pero que recurren a materiales, diríamos honestos y casi
con implicaciones infinitas, presentando una visión cambiante. Mallarmé dijo que
el universo existía para concluir en un libro, pero cuál es el libro del siglo XX y cuál
es nuestro pequeño y oscuro comienzo del meollo del siglo XXI. La obra hace una
pregunta que es extremadamente Mallarmiana: no pregunta qué es la obra de arte,
sino dónde está la obra de arte de nuestros tiempos. En Mallarmé el énfasis se convirtió en abismo profundo entre palabras. El espacio entre las palabras fue nuestro
abismo simbolista privilegiado, con el que hemos viajado. Lo que me conmueve
en tu trabajo es la premisa de espacio peligroso, un espacio indefendible, de una
arquitectura que nos conduce después de todo, hacia un desastre que ya conocemos
—a un patetismo trágico— y hacia un futuro que estamos tratando de comprender
o asimilar. Aun así tu trabajo permanece en el presente: el uso es el testigo inquebrantable, y tú has integrado esta región vívida junto con sus barreras.
Sin el artista, simplemente estaríamos recogiendo los fragmentos de nuestra
Roma. Estamos acostumbrados a contar el arte, la poesía hace que suceda poco,
pero ese poco es la diferencia que hay entre la arquitectura y las ruinas, entre las
ruinas y la runa, entre ruinas y cataclismo. Nuestros ajustes dóciles, dijo Hart
Crane: son la gracia de un sacrificio Chaplinesco. Este espacio consciente, conocido, negativo–positivo es nuestro eco. El siglo concluye con una imagen de un
espacio donde pudiera ser que nos hayamos ahogado pero donde logramos actos de
reparación, actos de casi desesperada reparación. No es porque sí que tú continúas
UPWARD FALL
ESPACIO NEGATIVO / TERRENO NYORQUINO
1
trabajando en el espacio de las Torres, y para aquellos como nosotros que nunca
estuvimos enamorados de ellas mientras existían, ahora podemos inclinarnos en
una elegíaca oración a lo que no–tan–definitivamente sugieren para siempre.
¿Por qué una carta o una epístola para esta distinguida exhibición? Creo que
la carta es una de nuestras maneras de insistir en la inclinación “personalista” de
Frank O’Hara, que insistió que aun el poema podría ser, después de todo, una
especie de llamado telefónico al “lector”, al amado, al destinatario. La obra de
Tom Butter, por ejemplo, está llena de un celo decorativo que está casi al borde del
análisis científico del cosmos o del huevo. Hay algo de júbilo en el estar vivo. Fue
O’Hara, en sus odas, que inspirado por las “odas a un reloj en la noche” de Pablo
Neruda se inclinó a celebrar las pequeñas cosas. En las afirmaciones de Butter,
vemos que nuestra sobrevivencia depende del coraje que tengamos para conseguir
felicidad en esta era del horror. Matisse fluye en nuestras venas y aun antes de Matisse, el turismo aventurero de Gauguin. Si estuviéramos avergonzados del pillaje,
la prostitución y el paganismo de Gauguin tanto peor para nosotros. El poeta St.
Jean Perse, tuvo ese coraje, remarcado por el neoyorquino Kenneth Koch.
No pueden ser debates todas nuestras alegorías. Debemos cantar. Y aun si
muriéramos cantando sería llamada la mejor muerte. William Crow agrega algo
a nuestro sentido del cada día, pero también lo hace agregando, coleccionando,
controlando el ensamblaje en el corazón mismo de sus afirmaciones humorísticas.
Los trabajos se derraman y están abiertos a todo tipo de separación, la separación
que él escribe “entre narrativa y significado”. Los ensamblajes nos recuerdan a las
primeras sepulturas, sobre las cuales Meyer Schapiro dijo haber estado siempre
impresionado por el exceso, por los pequeños pedacitos de comida inútil agregada.
Ese exceso es arte, es ese carnaval de conjuntos y proporciones, de réplica. Es por
eso que la ventana y la puerta no son meramente canónicos o adornos clásicos. Los
“adornos diarios” de Crow y de Westfall, como las ventanas infinitas de Lawton,
son formas de jugar en un relicario de refracciones y reflejos. Niegan lo finito. Yo
se que al nominalista que hay dentro de mi le gusta convertir lo interminable en
final, lo infinito en particular, y de alguna manera uno sigue anhelando la llegada de aquella otra parte de la antinomia Kanteana —aquella todavía tiene una
refracción más, una reflexión, o el vértigo de experimentar. En las mejores obras
de Crow, Westfall, Adams y McQuillan, uno recibe un buen infinito, uno con
2
UPWARD FALL
el que podríamos vivir así como a través del amor de Adorno a lo negativo. El
pensamiento crítico debe incluir esta afirmación o no ser convulsivo. Todo el arte
presente aquí ha combinado cubismo y surrealismo dentro de una serie de extravagancias. Binswanger lo llamó “caída ascendente”. Sabemos cómo sufrimos y también sabemos que tenemos la dignidad de la gravedad, pero en estas obras también
tenemos la contragracia de una señal repetida en forma espontánea. Estos artistas
luchan por permiso. Ni siquiera sabemos, como en el caso de Crow, cómo llamar su
cuaderno de apuestas. En algún lugar, en la danza de las cosas, escultura y pintura,
la acumulación ha sido sanada y templada. ¿Es una carta una prosa–poema, una
lectura didáctica, o un cuaderno de apuntes, con aforismos como si éstos fueran
calcomanías? La carta vuelve para advertirnos del espacio más allá de las ventanas
y los reflejos. La carta también es como un buen ladrillo para la novelística, lo cual
comparten todos estos artistas.
Pat Adams insiste sobre una diversidad de materiales, y estos hacen su superficie de una manera tan extraña como un collar de objetos metálicos encontrados.
De este modo su resistencia a las superficies simples ceden a una superficie de
multiplicidad, de mica y de otro material, de tergiversaciones de tinta. El aspecto
global de su imaginería ha sido tratado como una “matriz y óvulo”, pero porqué no
solamente dejarlo ser al sueño y escorzar las interpretaciones, como lo ha venido
proponiendo el sabio judío Rodger Kamenetz. Quizás el sueño es más sagrado que
su interpretación. Quizás la interpretación debería comenzar con el sueño. Las
ideas sobre los sueños de Kamenetz contribuyen a un excelente entendimiento de
cómo “dejar a solas” el feroz y sutil trabajo de Pat Adams. Están aquellos que siempre preferirían tener una simplificación del significado de un código, como en los
viejos diccionarios de interpretación de sueños. Nos encontramos con una artista
que describe el sueño y perfora el resto con un Objeto A no revelado, no el objeto
perdido de la escuela de relaciones de objetos, sino la imagen hallada, la imagen
profunda amada de Lorca, aquel poeta solitario en Nueva York.
Querida Pamela:
No lo llamaremos pintura, porque en parte esta es un exhibición de la pulpa del
color de Westfall, como un jugo, de la extraordinaria normalidad de las colecciones de Crow, y de los descabellados cables de McQuillan. Y más allá de las definiciones locales de grabado y papel, de pulpa y alfileres y de provocaciones, lo que
ESPACIO NEGATIVO / TERRENO NYORQUINO
3
todavía permanece es el himno a la pintura, como un arte arcaico que ata lo sensual
a lo que es inteligible (Levi–Strauss dijo esto sobre el cocinar y la poesía, sobre la
geología y el psicoanálisis). No entramos a la obra de McQuillan más de lo que
entraríamos a una buena carta. En esta carta no hay disculpas. Hay una descarada
música a través del discurso de McQuillan, y ahí está el cable a la manera de una
cuerda que hace vibrar todo el mundo de McQuillan como lo haría una nueva teoría sobre el todo. El espacio negativo y el positivo se enredan, como si estuviéramos
en lo que se llama la cuna estelar, donde nacen los agujeros negros. Sabemos que
la proporción de ciencia y arte no es uno a uno. Sabemos que la carta es personal,
vívidamente emotiva y que no puede ser rescatada por positivismo y por contexto.
¡Pero mira! Aquí en el génesis de la línea, nos parece sentir que tenemos casi la
grácil ilustración de nuestro Pitagoranismo contemporáneo. No necesitamos más
color para mantenernos. No necesitamos nada excepto las formas labradas en un
bloque de madera hecho de electrones. Mira como esta carta se nos dirige con
la modestia de un Dickinson, pero esta modestia es eléctrica y engañosa. Esta
afirmación aquí es sobre el control sobre el espacio y sobre las ganas de zambullirse. Mi madre pedía cartas noticiosas. Westfall nos da noticias sobre sus tramas;
Butter nos da información y recuerdos; y tú viste en el trabajo de McQuillan algo
oscuro y factual, como en la autobiografía de un buril.
Querida Pintora:
Te has parado en el lugar donde nuestra historia comienza y pareciera temblar.
Trabajaste en las Torres y las odiaste, casi. Me has hablado muchas veces de la fuerza del viento y del peligro. Hablaste, como si hubiera sido una carta confidencial,
sobre nuestras pérdidas en ese lugar. Milagrosamente, te has salvado y tu relación
con el edificio continúa. Pintando desde otro espacio, ves el edificio así como lo ve
el poeta —no como el loco minimalismo de los que lo hicieron. No como el espacio
de avaricia o de sangre espesa. Tampoco como un cementerio o ni siquiera como
un sudario sagrado de luz. Lo ves con tu calma y con una calma profética, en la
cual tú puedes extraer lo mejor de un trabajo a través de su negativo y de su ausencia. Tus trabajos podrían ser meras elegías pero finalmente se vuelven el homenaje
exacto a este principio de ser y de borrar. Hemos perdido partes de Estados Unidos, pero tú nunca cediste a la serena sensación de que reconstruir es simple. No
pides edificios más altos y más grandes, con un blanco en la punta, como en una
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UPWARD FALL
oportunidad mi hijito me dijo bromeando y gritando “Atáquenos aquí”. Este trabajo es importante y tú sondeaste un profundo desgarre y ausencia que nunca podrán
ser soldadas como en un ensamblaje. En realidad tu trabajo no tiene final. Te has
inspirado en un teatro de sombras, al estilo de Platón, sobre nuestras paredes y ríos
de vidrio. Y al final este teatro de sombras se convierte en una carta desde nuestro
interior, desde lo profundo de nuestro Infierno, desde lo que era supuesto a ser un
Paraíso para los pintores. No es raro sino absoluto que ahora vivimos en el espacio
negativo de las Torres. No hay nadie hoy, ni siquiera existe entre nosotros o en mí
el esteta más atenuado, ni tampoco el defensor más intenso del escape, nadie puede
eliminar nuestra tarea de trazar una y otra vez lo que nos conduce hacia y lejos del
pomposo odio que aniquiló nuestro lugar y confort. Estuvimos aquí y fuimos muy
lejos, éstas son las dos maneras de contar una historia según Benjamín. Sufrimos,
estuvimos allí, y también hemos ido y venido, y aun así tenemos la sutil severidad
de Westfall, que no puede dejar de pensar en su arte filosófico. No hay “una vuelta
a la representación” ni en Westfall ni en tu trabajo, querida Pamela. Estos reflejos,
estas refracciones, estas repeticiones son nuestra manera de construir una catedral
de símbolos, y a través de éstos no esperamos conquistar más. Lo que esperamos es
crear una imagen de esperanza, y como dijo Bloch no podemos seguir sin ella. Predicamos sobre adornos diarios. Nuestro feriado es el día entresemana. La pintura,
el grabado, el dibujo son todos parte del final del siglo, tal vez en aquella carta que
siempre me conmueve muchísimo, en la cual Glen Gould y Bach están haciendo
un giro dirigido a otros lectores. Pero aun en una revolución, acaso no se puede
mantener la sagacidad y el humor, me lo murmuró una vez Kenneth Koch. Permitámonos esperar que cada uno pueda sentir el plácido buen humor, la sagacidad
articulada de tus artistas y de tu arte.
Como siempre tuyo,
David
PD:
Este arte, el arte salvaje de Adams, las perspectivas eclécticas de Butter, las
tramas de Westfall y tus vistas de fracturas, las vibraciones de McQuillan y los
no–ensamblajes de Crow, no son un pretexto, pero sí son lo que estoy tratando
ESPACIO NEGATIVO / TERRENO NYORQUINO
5
de re–presentar. No como en algunas críticas positivistas, en las cuales Don Judd
me habla heroicamente de las pulgadas y del material, aunque esa persuasión me
encanta. No como seguidillas de guirnaldas de fi losofía o poesía alrededor de tus
terrenos y tus faenas. He tratado de ser un partidario de la atención y la persona,
del remitente y del destinatario, y del giro rotatorio dinámico entre todo lo que
Jacobson consideró como los ejes de la estética. Por supuesto que omití muchas
cosas. Ninguna carta es definitiva. El correo electrónico requiere un estilo de espacio negativo.
Una editora me dijo una vez que yo debo haber confundido la crítica con el
enamoramiento. Le dije que Baudelaire consideraba la crítica tan apasionada como
un acto de devoción. ¿Está mal finalizar la carta con un beso? D.
6
UPWARD FALL
David Shapiro
3001 Henry Hudson Parkway
Riverdale NY l0463
Pamela Lawton
61 Duke Ellington Boulevard
New York, NY 10025
Dear Pamela,
You have created a little book of windows: a Borgesian dream of art without
limits. I am intrigued by the notion that your fractures and factures are the work
of learned artists who cannot stand the atmosphere of an almost T’ang sense of
corruption, but who turn to materials, honest as we say and almost infinite in
implication, to present a wavering vision. Mallarmé said the universe existed to
end in a book, but what is the book of the 20th century and our little dark beginning nub of the 21st. The work asks a question that is extremely Mallarmean: not
what is the work of art, but where is the work of art in our time. In Mallarmé, the
emphasis became the plunging abyss between words. The space between words
was our privileged symbolist abyss, with which we traveled. In your work, I am
taken by the premise of dangerous space, of indefensible space, of an architecture
that leads us, after all, to a disaster we already know—a tragic pathos—and to a
future we are trying to comprehend or assimilate. And yet your work remains in
the present tense: the unwavering witness is use, and you have compiled this vivid
region and its barriers.
Without the artist, we would simply be picking up the fragments of our Rome.
We are always used to saying the art, the poetry makes little happen, but that little
is the difference between architecture and ruin, between ruin and rune, between
ruin and cataclysm. Our meek adjustments, Hart Crane said, are the grace of
a Chaplinesque sacrifice. This conscious, learned, negative–positive space is our
echo. The century concludes in an image of space where we might have drowned,
but where we accomplish acts of reparation, acts of almost desperate reparation. It
ESPACIO NEGATIVO / TERRENO NYORQUINO
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is not for nothing that you still work in the space of the Towers, and those of us
who were never in love with them during their solidity can now bend in an elegiac
prayer to what they not–too–finally suggest forever.
Why a letter, or the epistolary style for this late, learned show? I think the letter
is one of our ways to insist on the “personalist” bias of Frank O’Hara, who insisted
that even the poem could be, after all, a kind of telephone–call to the “reader,”
lover, addressee. The works of Tom Butter, for example, are filled with a decorative zeal that is just at the edge of a scientific analysis of cosmos or egg. There is
something jubilant in being alive. It was O’Hara, in his odes, who turned to the
celebration of small things inspired by Neruda’s “odes to a watch in the night.”
Here, in Butter’s affirmations, we see that our survival depends upon the courage
to pursue happiness in the age of terror. Matisse flows in our veins still, and even,
before Matisse, the adventurous tourism of Gauguin. If we are ashamed of the
pillage, the prostitution, and the paganism of Gauguin, so much the worse for
us. The poet St. Jean Perse had this courage, underlined by New Yorker Kenneth
Koch.
All our allegories cannot be disputations. We must sing. And even when we
die singing, it will be called the best death. William Crow adds to our sense of the
everyday, but also adds by placing addition itself, collecting, controlling the ensemble at the heart of his humorous affirmations. The works spill out and are open
to all gaps, the gap he writes “between narrative and meaning.” The ensembles
remind us of the first graves, where Meyer Schapiro said he was always impressed
by the excess, by the little bits of additional useless food. Art is this excess, this
carnival of ensembles and ratios, of replication. That is why the window and the
door are not merely canonic or classical adornment. The “ordinary adornments” of
Crow and Westfall, like the infinite windows of Lawton, are ways of playing in a
reliquary of refraction and reflection. They deny finitude. I know that the nominalist within me likes to change every endlessness to an ending, every infinite to a
particular, and somehow one still longs for that other part of the Kantian antinomy—that one has still one more refraction, reflection, or vertigo to undergo. In the
best works of Crow, Westfall, Adams and McQuillan, one is given a good infinity,
one we can live with as through Adorno’s love of the negative. Critical thinking
must include this affirmation or not be convulsive. The sufficient art here has com8
UPWARD FALL
bined cubism and surrealism into a serial extravagance. Binswanger called it “the
upward fall.” We know how we both suffer and have the dignity of gravity, but
in these works we also have the counter–grace of a repetition sign that is unconstrained. These artists fight for permission. We do not even know, as with Crow,
what to call his “scrapbook” wagers. Somewhere, in the dance of things, sculpture,
painting, collection has been healed and annealed. Is the letter a prose–poem, a
didactic lecture, or a scrapbook, with aphorisms as stickers? The letter comes back
to warn us of the space beyond the windows and reflections. The letter is also a
good building–block for the novelistic, which all these artists share.
The insistence of Pat Adams is on a diversity of materials, and these render
her surface as strange as a necklace of found metal objects. Thus, the resistance in
her to single surfaces yields to a surface of multiplicity, of mica and other matter,
of tergiversations of inks. The global aspect of her imagery has been discussed as
“womb and ovum,” but why not just permit the dream and foreshorten the interpretations, as the Jewish scholar Rodger Kamenetz has been suggesting. Perhaps
the dream is more sacred than the interpretation. Perhaps interpretation must begin within the dream. Kamenetz’s dream ideas make for a fine understanding of
how to “leave alone” Pat Adams’ ferocious and subtle work. There are those who
would always rather have a reduction in meaning to a code, as in the old dream
dictionaries. Here is an artist who depicts the dream and punctures the rest with
an undisclosed Object A, not the missing object of the object relations school but
the found image, the deep image beloved of Lorca, that lonely poet of New York.
Dear Pamela,
We will not call this painting, because in part this is a show of the pulp of
Westfall’s color, like a juice, of the extraordinary ordinariness of Crow’s collections, and of the wild wires of McQuillan. And yet, beyond the local definitions
of print and paper, pulp and pins and provocations, what remains is still the hymn
to painting, as an archaic art that binds the sensuous to what is intelligible (Levi–
Strauss says this of cooking and poetry, of geology and psychoanalysis.). We do
not enter McQuillan’s work any more than we enter a good letter. The letter here is
without apology. There is a shameless music throughout McQuillan’s address, and
there is the wire as string that makes her whole world vibrate like a new theory of
everything. The negative space and the positive jangle together, as if we were at the
ESPACIO NEGATIVO / TERRENO NYORQUINO
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so–called stellar nursery where the black holes are born. We know that science and
art do not have a simple one–to–one ratio. We know the letter is personal, vividly
emotional, and cannot be rescued by positivism and context. But look! Here in this
genesis of the line, we seem to feel that we have almost the graceful illustration
of our contemporary Pythagoreanism. We do not need more color for sustenance.
We do not need anything but the carved–out shapes of a woodblock made of electrons. See, how this letter addresses us with the modesty of a Dickinson, but the
modesty is electric and deceptive. The assertion here is of control over space and of
a willingness to dive in. My mother asked for “newsy letters.” Westfall gives us the
news about his grids; Butter gives us information and recollection; and you have
found in Maureen McQuillan’s work some darkly factual work, like the autobiography of a burin.
Dear Painter,
You have stood in the place where our history begins and seems to tremble.
You worked in the Towers and hated them, almost. You told me many times of
the wind–force and the danger. You spoke, as in a private letter, about our losses
there. Miraculously, you survived and your fellowship with the building continues.
As you paint, from another space, you see the building as the poet sees it—not
as the mad minimalism of its makers. Not as the place of greed or gore. Not as
a graveyard or even as a holy shroud of light. You see it in this calm and patient
prophetic mode, in which you can distill the best from a work by its negative and
by its absence. Your works would be mere elegies, but they become finally the strict
homage to this principle of being and erasure. We have lost parts of America, but
you never give in to the gliding sense that rebuilding is simple. You do not ask for
taller and bigger buildings, with a target on top, as my little son once joked, crying Hit us Here. This work is serious and you plumb a profound tear and absence
that can never be soldered like an assemblage. Your work is actually without an
end. You were inspired by shadow–play of Plato’s kind upon our walls and rivers
of glass. And, in the end, this shadow–play became a letter from our depths, from
our Hell, from what was supposed to be a Paradise for painters. It is not odd but
it is absolute that we now live in the negative space of the Towers. There is no
one today, not the most attenuated aesthete among us or in me, not the most vivid
proponent of escape—no one can delete the task, which is ours to trace again
10
UPWARD FALL
and again what leads to and away from the pompous hate that annihilated our
space and comfort. We were here, and we went far away—the two ways to tell a
story says Benjamin. We suffered, we were there, and we also have gone back and
forth—and thus we have the subtle severity of Westfall, who cannot stop thinking in his philosophical art. There is no “return to representation” in Westfall or
in your work, dear Pamela. These reflections, these refractions, these repetitions
are our way of constructing a cathedral of signs, and through these signs we no
longer hope to conquer. What we hope for is to create an image of hope, as Bloch
said we could not proceed without it. We preach ordinary adornments. Our holiday is the weekday. The painting, print–making, drawing here is all part of the
century’s conclusion—perhaps in that letter that always moved me too much—in
which Glen Gould and Bach are making a gyre toward other readers. But even
in a revolution, can’t you maintain wit and humour, sighed Kenneth Koch to me
once. Let us hope that everyone can feel the quiet good humor, the articulate wit
of your artists and your art.
Yours, as ever,
David
PS
This art, the wild art of Adams, the eclectic perspectives of Butter, Westfall’s
grids and your vistas of fracture, McQuillan’s vibrations, and Crow’s non–assemblages, are not a pretext, but what I am trying to re–present. Not as in some positivist criticism, where Don Judd heroically tells me the inches and the material,
though I love that persuasion. Not as by trailing wreaths of philosophy or poetry
around your grounds and grinds. I have tried to be a partisan of attention and the
person, of the addresser and the addressee, and the dynamic rotating spin between
all of what Jacobson regarded as the axes of the aesthetic. Of course, I leave out too
much. No letter is final. E–mail demands a style of negative space.
One editor once told me I might have confused criticism with a valentine. I
told her Baudelaire did think of criticism as passionate and an act of devotion. Is
it wrong to end with xo. D
ESPACIO NEGATIVO / TERRENO NYORQUINO
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UPWARD FALL
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Fontana de las Ranas, 2002
Fontana de las Ranas, 2002
Collage (papel cebolla pentagrama, acuarela, gouache,
papel de acuarela sobre papel pentagrama)
17,1 x 16,5 cm
Collage (onion skin music paper, watercolor, gouache,
watercolor paper on music paper)
6.75" x 6.5"
Here I observe the fragility of solid structures—architecture reflected in water. By bending music paper lines and
through collage I explore the interruptions of light and movement.
Parque María Luisa, 2003
Parque María Luisa, 2003
Collage (papel cebolla pentagrama, acuarela, gouache,
papel de acuarela sobre papel pentagrama)
17,8 x 17,8 cm
Collage (onion skin music paper, watercolor, gouache,
watercolor paper on music paper)
7" x 7"
Observo aquí la fragilidad de las estructuras sólidas —arquitectura reflejada en el agua. Al doblar las líneas del papel
pentagrama y por medio del collage, exploro las interrupciones de luz y movimiento.
Pamela Lawton
13
14
Decires del sonido ensanchado, 1987
Say of: Sound Widening, 1987
Monotipia
63,5 x 91,4 cm
(suite de 4, #1)
Monotype
25" x 36"
(suite of 4, #1)
Estas obras son simples ofrendas: sin mensaje, una
herida directa a la materia, sus propiedades y relaciones
estructurales. Estas obras permiten el goce del
discernimiento y la diferenciación de reiteración y ritmo,
con el cual uno puede auto–consultarse, demostrar
afecto, escrutinar lo que despierta en uno y seguir la
autoayuda de las direcciones inherentes.
These works are simple offerings: message free, a direct
cut into materia, properties, structural relationships.
They afford the pleasurings of discernment and
differentiation, of reiteration and rhyme, by which self
may consult with self, acknowledge affect, scrutinize
the particulars aroused, and follow the self-furthering
directions therein.
ESPACIO NEGATIVO / TERRENO NYORQUINO
Variante #3, 2002
Variant #3, 2002
Monotipia
76,2 x 55,9 cm
Monotype
30" x 22"
Pat Adams
15
La ruta, 2002
16
Monotipia
52,1 x 35,2 cm
The Way, 2002
Monotype
20.5" x 13.875"
Me gusta la rapidez con que se puede realizar una
monotipia y la forma en que el dibujo termina sobre
la misma superficie, a pesar de la transparencia y
la sobreposición. Me interesa la interacción de dos
entidades y el resultado de su relación.
I like the speed of monotype, and the way all the
drawing ends up on the same surface, in spite of
transparency and overlap. In these, I am interested in
two entities interacting and what comes out of their
meeting.
ESPACIO NEGATIVO / TERRENO NYORQUINO
Fortuna, 2002
Monotipia
35,2 x 52,1 cm
Fortune, 2002
Monotype
13.875" x 20.5"
Tom Butter
17
Adornos diarios, 2003–2004
18
Collage (papel tapiz, color–aid, acuarela, gouache, tinta
sobre cartón). Tamaños variables.
Ordinary adornments, 2003–2004
Collage (wallpaper, color–aid, watercolor, gouache, ink
on 2–ply museum board). Variable sizes.
Mi obra artística es la del coleccionista, intérprete
y organizador. Al mostrar imágenes fragmentadas
de la realidad diaria y de reposicionarlas en nuevas
relaciones, investigo su naturaleza y significado
asociativo, para crear otra composición con
personalidad propia.
My work as an artist is one of collector, interpreter
and organizer. By gleaning fragmented images from
daily experiences and re–positioning them into new
relationships I investigate the associative nature
of meaning and create a personalized, composite
whole.
ESPACIO NEGATIVO / TERRENO NYORQUINO
Adornos diarios, 2003–2004
Collage (papel tapiz, color–aid, acuarela, gouache, tinta
sobre cartón). Tamaños variables.
Ordinary adornments, 2003–2004
Collage (wallpaper, color–aid, watercolor, gouache, ink
on 2–ply museum board). Variable sizes.
William Crow
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Sin título, 1999
Tinta y resina sobre papel
50,2 x 50,8 cm
Colección Privada, NY.
Untitled, 1999
Ink & resin on paper
19.75" x 20"
Private Collection, NY.
I am fascinated by the seemingly endless possibilities of line, and how I can evoke phenomena of the natural, virtual
and artificial worlds via a simple, open, and performative process.
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ESPACIO NEGATIVO / TERRENO NYORQUINO
Sin título, 2003
Tinta y polímeros acrílicos sobre papel
30,5 x 29,2 cm
Courtesía de la artist y McKenzie Fine Art, NY.
Untitled, 2003
Ink & acrylic polymers on paper
12" x 11.5"
Courtesy the Artist and McKenzie Fine Art, NY.
Me fascinan las aparentemente infinitas posibilidades de la línea y cómo puedo invocar fenómenos de mundos
naturales, virtuales y artificiales por medio de un proceso simple, abierto y representativo.
Maureen McQuillan
21
Sin título, 1995
Monotipia sobre papel
Twinrocker hecho a mano.
53,3 x 53,3 cm
22
Untitled, 1995
Monotype on Twinrocker
handmade paper.
With these prints I was trying to make structures to hang light on.
21" x 21"
ESPACIO NEGATIVO / TERRENO NYORQUINO
Sin título, 1995
Monotipia sobre papel
Twinrocker hecho a mano.
53,3 x 53,3 cm
Untitled, 1995
Monotype on Twinrocker
handmade paper.
Con estas monotipias quería hacer estructuras para colgar luz.
21" x 21"
Stephen Westfall
23
Acknowledgments
The artists would like to thank Dunia Molina, Director
and Rolando Castellón, organizer of the show, for the
opportunity to exhibit at the Galería Nacional and
for bringing their work to the attention of the people
of Costa Rica. A special thanks to Rolando Castellón
for his invaluable contributions and his assistance.
Traducción / traduction:
Veronica Mijelshon, Nueva York
Diseño gráfico / graphic design:
Gloriana Espinosa, Costa Rica
[email protected]
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UPWARD FALL
The artists would also like to thank Rico Espinet of
Bruno Marina Gallery, David Lasry of Two Palms
Press, Amy Yee, Jill Weinberg Adams and Thomas
Adams of Lennon Weinberg Gallery, Alexis Dean
and Virginia Zabriskie of Zabriskie Gallery, Charles
More of the More Gallery, master printers Sarah
Amos and Greg Gonez of the Vermont Studio
Center and the Maryland Art Institute of Art,
Valerie McKenzie and Jim Dingilian of McKenzie
Fine Art, Scott McDonald, Deborah Brown & Dr. Eric
Ploumis, Kim Wauson and Stephen R. Jones, Veronica
Mijelshon, Colleen Keegan, Gloriana Espinosa Wilson,
Philip Kain, Brendan Connelly, Pamela Lawton, Fay
and Powell Lawton, Jenny Grassl and Tom Lawton,
for their generosity and support.
ESPACIO NEGATIVO / TERRENO NYORQUINO
Selecciones de una artista
One artist’s choice
The artists’ works chosen by the curator—intricate images of extravagantly empty, infinite spaces—relate to her viewpoint as an
artist working from the dizzying architecture
of Lower Manhattan, New York. Collectively
the abstractions of this group of artists selected by Lawton offer views of spaces which,
like New York’s maze of steel and glass, overwhelm and focus on fragments without end.
In these works, the spaces in–between, or
negative spaces, are given weight and presence, a thread connecting the works visually
to the curator/artist’s motif. In Lawton’s own
work she specifically captures elements of the
bending grid and the oscillations of fragmentary architecture as seen in window facades
in downtown Manhattan and in reflecting
pools of architecture in Spain and Italy. The
wavering grids of artists Stephen Westfall and
Maureen McQuillan, the exuberant insistence
of Tom Butter’s colorful lyricism, the oscillating cosmoses of Pat Adams, and the multiplying adornments of William Crow’s playful
constructions can all be seen as the desire of
each artist, in the face of the overwhelming
plurality of contemporary life in New York,
to express a partial space that alludes to infinity and to absence. The present exhibition
captures some of the chaotic moments lived
in this city, and constitutes a convincing testimony of the living reality.
Ms. Lawton was previously an artist–in–residence at the World Trade Center through the
Lower Manhattan Cultural Council, and her
exhibition relates directly to that experience.
By painting where the Towers once stood she
alludes to their absence.
Como directora de la Galería Nacional del
Centro Costarricense de Ciencia y Cultura, me
enorgullece presentar un selecto grupo de
artistas residentes en Nueva York, seleccionados por la artista y curadora Pamela Lawton.
Esta exposición colectiva titulada Espacio
Negativo/Terreno Nyorquino se presentará concurrentemente con Upward Fall, una
muestra personal de obra reciente de Pamela
Lawton.
U P WA R D FA L L
pamela lawton
Art can be the best medium to move people
nearer and transmit their experiences, their
inquietudes and aspirations. Its power of
evocation is infinite, as well as its capacity
to stimulate the imagination and to produce
multiple sentiments of pleasure, pain, repudiation, anguish and hope.
That is why the presence in this exhibition of
these internationally recognized artists contributes to the cultural enrichment of our nation and also permits the translation of their
New York experience to our ambiance.
E S P A C I O N E G AT I V O / T E R R E N O N YO R Q U I N O
curadora: pamela lawton
Without doubt their contribution to our national art enviroment is valuable, as it gives
us the opportunity to know firsthand some
actual graphic techniques and concerns from
their megacity and offers us the influence
and energy of such a vital and dynamic city
as New York.
pat adams
tom butter
Enjoy the art.
Dunia Molina
Directora
Galería Nacional
william crow
San José, Costa Rica, 2004
5 – 27 octubre 2004
As director of the National Gallery of the
Costarrican Center of Science and Culture, I
am proud to introduce a group of artists from
New York, selected by guest artist and curator
Pamela Lawton. The group exhibition Espacio Negativo/Terreno Nyorquino runs concurrently with the exhibition Upward Fall,
featuring Pamela Lawton’s own recent work.
maureen mcquillan
Galería Nacional / Museo de los Niños
San José, Costa Rica
stephen westfall
Las obras elegidas por la curadora —intrincadas imágenes de vacíos, infinitos e íntimos
de espacios extravagantes— se relacionan
con su propio punto de vista como artista,
trabajando con los vertiginales edificios de la
arquitectura del Bajo Manhattan, Nueva York.
Esta colectiva de abstracciones, de este grupo de artistas, ofrece vistas de espacios que,
como los laberintos de hierro y vidrio neoyorquinos, abruman y concentran la mirada en
interminables fragmentos. En estos trabajos
el espacio intermedio, o espacio negativo,
tiene peso y presencia, un hilo conductor une
visualmente los motivos de la curadora/artista. La obra propia de Lawton captura específicamente elementos de la plegable cuadrícula
y oscilaciones de la fragmentada arquitectura
vistas en ventanas y frentes arquitectónicos
en el centro de Manhattan y en los reflejos de
luz en la arquitectura en ciudades de España
e Italia. Las onduladas cuadrículas de Stephan
Westfall y Maureen McQuillan, la exuberante
insistencia lírica en los colores de Tom Butter,
el vibrante cosmos de Pat Adams, y los excesivos adornos y lúdicas construcciones de
William Crow pueden verse en las ansiedades
de cada artista frente a la gran pluralidad en
la vida contemporánea de Nueva York para
expresar ese espacio parcial que alude a infinito y ausencia. La presente muestra gráfica
capta algunos momentos caóticos que vivió
esta ciudad y constituye un convincente testimonio de la realidad vivida.
Previamente Pamela Lawton fue artista en residencia en una de la torres del Centro Mundial de Comercio invitada por el Concilio Cultural del Bajo Manhattan, y su exposición se
relaciona directamente con esa experiencia.
Al haber pintado donde estuvieron las torres,
ella alude a su ausencia.
El arte es el mejor medio de acercar a los pueblos y transmitir sus experiencias, sus inquietudes y sus aspiraciones. Su poder evocador
es infinito, así como su capacidad de estimular la imaginación y de hacer reproducir sentimientos múltiples como el placer, el dolor,
el repudio, la angustia, la esperanza y otros
mas.
Por eso, la presencia en esta exposición de estos artistas de trayectoria internacional viene
a contribuir con el enriquecimiento cultural
de nuestra nación y también nos permite
trasladar la experiencia de los neoyorquinos
a nuestro ámbito.
Sin duda su aporte al medio artístico nacional
es muy valioso, pues nos da la oportunidad
de conocer algunas tendencias gráficas de
actualidad existentes en esa mega–ciudad, y
nos ofrece la influencia y energía de esa vital y
dinámica metrópoli que es Nueva York.
Disfruten ustedes, del arte
Dunia Molina
Directora Galería Nacional
San José, Costa Rica
Selecciones de una artista
One artist’s choice
The artists’ works chosen by the curator—intricate images of extravagantly empty, infinite spaces—relate to her viewpoint as an
artist working from the dizzying architecture
of Lower Manhattan, New York. Collectively
the abstractions of this group of artists selected by Lawton offer views of spaces which,
like New York’s maze of steel and glass, overwhelm and focus on fragments without end.
In these works, the spaces in–between, or
negative spaces, are given weight and presence, a thread connecting the works visually
to the curator/artist’s motif. In Lawton’s own
work she specifically captures elements of the
bending grid and the oscillations of fragmentary architecture as seen in window facades
in downtown Manhattan and in reflecting
pools of architecture in Spain and Italy. The
wavering grids of artists Stephen Westfall and
Maureen McQuillan, the exuberant insistence
of Tom Butter’s colorful lyricism, the oscillating cosmoses of Pat Adams, and the multiplying adornments of William Crow’s playful
constructions can all be seen as the desire of
each artist, in the face of the overwhelming
plurality of contemporary life in New York,
to express a partial space that alludes to infinity and to absence. The present exhibition
captures some of the chaotic moments lived
in this city, and constitutes a convincing testimony of the living reality.
Ms. Lawton was previously an artist–in–residence at the World Trade Center through the
Lower Manhattan Cultural Council, and her
exhibition relates directly to that experience.
By painting where the Towers once stood she
alludes to their absence.
Como directora de la Galería Nacional del
Centro Costarricense de Ciencia y Cultura, me
enorgullece presentar un selecto grupo de
artistas residentes en Nueva York, seleccionados por la artista y curadora Pamela Lawton.
Esta exposición colectiva titulada Espacio
Negativo/Terreno Nyorquino se presentará concurrentemente con Upward Fall, una
muestra personal de obra reciente de Pamela
Lawton.
U P WA R D FA L L
pamela lawton
Art can be the best medium to move people
nearer and transmit their experiences, their
inquietudes and aspirations. Its power of
evocation is infinite, as well as its capacity
to stimulate the imagination and to produce
multiple sentiments of pleasure, pain, repudiation, anguish and hope.
That is why the presence in this exhibition of
these internationally recognized artists contributes to the cultural enrichment of our nation and also permits the translation of their
New York experience to our ambiance.
E S P A C I O N E G AT I V O / T E R R E N O N YO R Q U I N O
curadora: pamela lawton
Without doubt their contribution to our national art enviroment is valuable, as it gives
us the opportunity to know firsthand some
actual graphic techniques and concerns from
their megacity and offers us the influence
and energy of such a vital and dynamic city
as New York.
pat adams
tom butter
Enjoy the art.
Dunia Molina
Directora
Galería Nacional
william crow
San José, Costa Rica, 2004
5 – 27 octubre 2004
As director of the National Gallery of the
Costarrican Center of Science and Culture, I
am proud to introduce a group of artists from
New York, selected by guest artist and curator
Pamela Lawton. The group exhibition Espacio Negativo/Terreno Nyorquino runs concurrently with the exhibition Upward Fall,
featuring Pamela Lawton’s own recent work.
maureen mcquillan
Galería Nacional / Museo de los Niños
San José, Costa Rica
stephen westfall
Las obras elegidas por la curadora —intrincadas imágenes de vacíos, infinitos e íntimos
de espacios extravagantes— se relacionan
con su propio punto de vista como artista,
trabajando con los vertiginales edificios de la
arquitectura del Bajo Manhattan, Nueva York.
Esta colectiva de abstracciones, de este grupo de artistas, ofrece vistas de espacios que,
como los laberintos de hierro y vidrio neoyorquinos, abruman y concentran la mirada en
interminables fragmentos. En estos trabajos
el espacio intermedio, o espacio negativo,
tiene peso y presencia, un hilo conductor une
visualmente los motivos de la curadora/artista. La obra propia de Lawton captura específicamente elementos de la plegable cuadrícula
y oscilaciones de la fragmentada arquitectura
vistas en ventanas y frentes arquitectónicos
en el centro de Manhattan y en los reflejos de
luz en la arquitectura en ciudades de España
e Italia. Las onduladas cuadrículas de Stephan
Westfall y Maureen McQuillan, la exuberante
insistencia lírica en los colores de Tom Butter,
el vibrante cosmos de Pat Adams, y los excesivos adornos y lúdicas construcciones de
William Crow pueden verse en las ansiedades
de cada artista frente a la gran pluralidad en
la vida contemporánea de Nueva York para
expresar ese espacio parcial que alude a infinito y ausencia. La presente muestra gráfica
capta algunos momentos caóticos que vivió
esta ciudad y constituye un convincente testimonio de la realidad vivida.
Previamente Pamela Lawton fue artista en residencia en una de la torres del Centro Mundial de Comercio invitada por el Concilio Cultural del Bajo Manhattan, y su exposición se
relaciona directamente con esa experiencia.
Al haber pintado donde estuvieron las torres,
ella alude a su ausencia.
El arte es el mejor medio de acercar a los pueblos y transmitir sus experiencias, sus inquietudes y sus aspiraciones. Su poder evocador
es infinito, así como su capacidad de estimular la imaginación y de hacer reproducir sentimientos múltiples como el placer, el dolor,
el repudio, la angustia, la esperanza y otros
mas.
Por eso, la presencia en esta exposición de estos artistas de trayectoria internacional viene
a contribuir con el enriquecimiento cultural
de nuestra nación y también nos permite
trasladar la experiencia de los neoyorquinos
a nuestro ámbito.
Sin duda su aporte al medio artístico nacional
es muy valioso, pues nos da la oportunidad
de conocer algunas tendencias gráficas de
actualidad existentes en esa mega–ciudad, y
nos ofrece la influencia y energía de esa vital y
dinámica metrópoli que es Nueva York.
Disfruten ustedes, del arte
Dunia Molina
Directora Galería Nacional
San José, Costa Rica