Tierra Blanca 02-4, Spanish

Tierra Blanca
Parroquia San Marcos Evangelista, Tierra Blanca, Sayaxche, Peten, Guatemala, C.A.
Misionaros of Jesús
ŽůĞơŶD ŝƐŝŽŶĞƌŽ
Feliz Pascua de
Resurrección
Volumen 2, Número 4
Abril 2012
Un Encuentro Con Jesús Resucitado
Jorge Aguilar
nía en mi mente.
Artículo:
 Un encuentro con
Jesús Resucitado
Los Misioneros de
Jesús es una comunidad religiosa misionera internacional y multicultural.
Fue fundada en Las
Filipinas por un
grupo de hombres
guidados por el Espíritu Santo e inspirados por la humanidad y misión de
Jesucristo que nos
llama “hacer discípulos de entre las
naciones” (Mt
28,18)
Tengan la bondad
de ayudarnos
sostener nuestro
trabajo misionero
en Tierra Blanca.
Envíen su donación dirigido a:
Missionaries of
Jesus. La dirección
se encuentra
atrás de esta
página. Escriban
una nota: “para la
misión de Tierra
Blanca”. Agradecemos su generosidad.
Jóvenes de la Aldea Santa Marta dramatizan la pasión de Jesús.
Llegué a la comunidad de Santa Marta con
la intensión de mostrarles la forma adecuada de
realizar los rituales litúrgicos que corresponden
a la Semana Mayor. Mientras iba por el camino
montado en la motocicleta de Don Hermelindo,
planificaba en mi mente todas las actividades
que podría realizar. En mi mente tenía esquematizado poner en práctica lo que había aprendido en el seminario.
Pero en el trascurso del
camino la motocicleta de
Don Hermelindo se apago
porque ya es muy vieja. Él,
preocupado por su motocicleta que es el único medio
de transporte que tiene, se
bajó a intentar repararla. En
ese momento se acercaron
unos niños hacia mí. Andaban sin zapatos y corrían
alegremente sobre las piedras sin expresar mayor dolor. Algunos tenían su estomago bien grande y sus
cuerpos pequeños y delgados. A pesar que su cara es-
En la comunidad de Santa
Marta escuchaba a lo lejos la
bulla de los monos. En la tarde
miraba al cielo, viendo como las
aves buscaban sus nidos en los
árboles, cada quien en armonía
con la naturaleza. Cuando bajé
la vista observé las casas de la
gente hechas de madera. Algunas casas tenían sus tablas podridas a punto de caerse. A través de las tablas se pueden ver
las señoras torteando y cociendo
los frijoles para darle de comer a
sus hijos. Las familias no pueden remplazar la madera de sus
hogares porque hace varios
años, empresarios poderosos y
millonarios les obligaron a vender sus tierras por lo cual ahora
los campesinos deben rentar las
tierras que en algún tiempo les
pertenecieron.
Tuve la oportunidad de entrar a la casa de Don Manuel,
que tiene 48 años pero aparenta
tener 65. Desde los ocho años
trabajó labrando la tierra. La
exposición al sol le ha causado
taba manchada con frijol
se marcaba una alegre
sonrisa en su
rostro. Se acercaban a mí para saludarme,
extendiéndome
su manita manchada con tierra. Ellos sin
darle mayor
importancia
permanecían
alegres. Luego,
olvidé en ese
momento los
Dramatización de la última Cena.
planes que te-
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quemaduras en su rostro, pero Se sintió aleel ya no siente dolor.
gre y sonriendo. Regresó a
Don Manuel cuando me vio
su hamaca
entrar en su casa se levantó de
para seguir
un salto de la hamaca, en la
descansando
cual descansaba. Me saludo,
tranquilamensoltando una carcajada de la
te.
alegría que había llegado a saludarlo. Yo me quede sorprenEse día me
dido cuando vi la situación en acosté bien
que vive y se reía libremente
noche. La casin importar mostrar las enci- ma que me
llas, puesto que también se le
Una anciano descansa en su humilde casa. Mienhabían arrehan caído los dientes.
glado para
tras cuida un niño suspendido cerca de ella.
que durmiera
Yo no podía comprender
nía el Cirio Pascual mientras
era hecha de madera y las
porque las personas estaban
oraba. La luz que irradiaba
pitas que tenía ya estaban
tan felices en esa comunidad.
del Cirio iluminaba el rostro
podridas. Pero no le puse
Al siguiente día fuimos a
mayor importancia, puesto del anciano. Aproveché ese
momento para contemplar
visitar a Don Crisanto, un an- que no lograba cambiar la
ciano de 80 años. Hace diez
imagen de Don Crisanto de su rostro. Su rostro arrugado
por el paso de los años exprehabía contraído una extraña
mi mente.
saba la experiencia del sufrienfermedad, según la gente.
Por fin llegó el Sábado de miento de todos aquellos
Un joven se acercó a mí y me
Gloria. Yo estaba cansado y campesinos sufrientes, victidijo que posiblemente era un
el intenso calor que hacía
mas de tantas injusticias de
trabajo de brujería que le hame causó un fuerte dolor de los propios hombres.
bían practicado. Cuando entracabeza. Los ancianos se
mos vi que estaba sentado en
Fue después de la contemreunieron y junto con ellos
una hamaca. Íbamos muchas
todos los feligreses. Eran las plación que me di cuenta que
personas. A pesar del ruido que
ocho de la noche y la oscuri- yo estaba con los ojos abierhicimos él no se movió porque
dad se apoderaba de todos. tos pero no miraba. Me sentí
no podía escuchar. Sus ojos
Hasta que los ancianos en- como María Magdalena (Jn
estaban cerrados por una en20,14) puesto que yo había
cienden el Cirio Pascual y
fermedad que no habían sabido
todos los que acompañába- estado hablando con Jesús
que era. No lo había asistido un
pero no lo había reconocido.
mos encendimos nuestra
Somos enviados en
situaciones fronterizas de la misión
para dar testimonio y proclamar a
todas las naciones
la presencia y la
venida del Reino de
Dios.
Niños se refrescan del calor tremendo de abril en el río.
médico. Yo me quede sin palabras ante el panorama que estaba observando. Cautivado
por el rostro de Don Crisanto,
me recordé el pasaje del profeta Isaías, su rostro desfigurado
no tenía aspecto de hombre,
comparando con el rostro de
Jesús. Después de saludar a
Don Crisanto, oramos y le entregamos algunos alimentos.
candela, fabricada con
cera de abeja.
Los ancianos iniciaron la
oración a los cuatro puntos
cardinales y todo el pueblo
seguían sus pasos. Yo aun
fatigado por mi dolor de
cabeza, cerré mis ojos por
un momento. Cuando los
abrí, centré mi mirada en el
rostro del anciano que soste-
Al principio yo
pretendía hacerles
conocer la resurrección de Jesús a
todas las personas
de la comunidad
Santa Marta, pensando que en mi
estaba Cristo resucitado. Pero Jesús
me descubrió, manifestándose en el
rostro de estas personas. Viviendo alegres a
pesar de sus necesidades y
sin preocuparse por las cosas
materiales, simplemente viviendo una verdadera unión
con Dios.
Jorge Aguilar es un
seminarista guatemalteco de los Misioneros de Jesús.