Confusión - CNE – Centro Para Una Nueva Economía
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Confusión - CNE – Centro Para Una Nueva Economía
VOCES 92 EL NUEVO DÍA 93 endi.com EL NUEVO DÍA MIÉRCOLES, 25 DE ABRIL DE 2007 DESDE WASHINGTON Consulte el weblog de José A. Delgado que responde al título de “Deshojando margaritas”. MIÉRCOLES, 25 DE ABRIL DE 2007 EDITOR: FRANCISCO VACAS [email protected] MIGUEL A. SOTO CLASS DIRECTOR EJECUTIVO DEL CENTRO PARA LA NUEVA ECONOMÍA Confusión G ran parte del trabajo del Centro para la Nueva Economía en los últimos meses ha sido presentarle al público la realidad sobre las finanzas del Gobierno de Puerto Rico. Nuestra intención en ese proceso es que logremos aceptar que tenemos un serio problema de tal manera que podamos, con generosidad y sabiduría, enfrentarlo y desarrollar acciones concertadas para solucionarlo de una vez y por todas. No es fácil llevar a cabo esta iniciativa. Resulta incómodo en un ambiente tan politizado como el nuestro, llevar la contraria cuando lo que quisiéramos es ampliar la información, explicarla mejor. Nuestros números irremediablemente no se explican igual que los oficiales y tenemos que mostrarlo así. Resulta imperativo explicar por qué estamos en la misma situación en esta época que el año pasado. Después de doce meses, el IVU, la reforma contributiva y todo lo demás, no hemos logrado mucho. Estamos donde mismo empezamos. De hecho, peor. Más aún, enfrentamos ahora una serie de improvisaciones de nuestros políticos para tratar de subsanar el embrollo en el que se encuentran. El deterioro en la situación económica ha sido acelerado. Se han conjugado varios elementos, la mayoría de los cuales han sido autoinfligidos, para posicionarnos en la crisis actual. La realidad es que no estamos pensando a largo plazo. Estamos en un proceso de sobrevivir año a año y así no se dirige un país. El cuco aquí no es un posible cierre del Gobierno. La verdadera tragedia es la impunidad con la cual se ha llevado a Puerto Rico a la crisis actual. ¿Qué será diferente el año que viene? Si no logramos controlar los gastos, el problema seguirá. Si no dejamos de aumentar los impuestos y contribuciones, el problema seguirá. Y si no empezamos a ser transparentes con las finanzas del país, el problema seguirá y empeorará. ¿Realmente será el gobierno compartido responsable del fiasco fiscal en el que nos encontramos? ¿Acaso no habitarían las mismas fallas en una administración donde el partido de Gobierno arropara la Legislatura? ¿Acaso siendo así, nos enteraríamos de muchas menos cosas porque no habría a quien culpar? Tampoco creo que el problema sea una falta de ideas y estrategias. Puerto Rico es el país más estudiado. Se han sugerido un sinnúmero de iniciativas para lidiar con la crisis sin poner parchos. Nosotros publicamos el año pasado una lista de recomendaciones para subsanar la crisis fiscal. Algunas de las mismas se adoptaron, pero para comenzar en el 2009. Otras se ignoraron. Entonces, ¿cual es el problema? A mi entender el problema es que al momento no hay ninguna razón que obligue a los políticos a cambiar su actitud. Como los temas económicos son inherentemente difíciles de entender, proveen una excelente oportunidad para distorsionar y opacar. Y al fin y al cabo, nadie entiende nada, todo se queda igual y resolvemos un tiempo en lo que se “resuelven” las elecciones. Si no fuera por las agencias clasificadoras de crédito, como Moody’s y Standard & Poor’s, nunca nos enteraríamos de la condición fiscal de país. Eso no debe ser así. Aunque estas agencias clasificadoras juegan un rol importante en nuestra economía, debería ser a nosotros los ciudadanos a quienes se le rindan cuentas, y nosotros los que le diéramos una clasificación al Gobierno. Es por esa razón que el Centro para la Nueva Economía ha decidido viabilizar un nuevo programa con dos objetivos principales que muy pronto se dará a conocer. Primero, será un organismo permanente para analizar y fiscalizar las finanzas de Puerto Rico y desarrollar estrategias y soluciones a los retos que enfrentamos. Segundo, será una iniciativa que incluirá en su misión la educación al público sobre los temas económicos y fiscales, de tal manera que sea el propio pueblo el que le exija a su Gobierno las acciones necesarias para crear una economía saludable. Ahora Puerto Rico contará con una fuente de información independiente, confiable y de alto rigor empírico. Ahora nadie podrá confundir al pueblo. ■ LO DIJO ASÍ “Soy conocida por cambiarles los nombres a mis estudiantes. a Juan, desde el primer día de clases, lo llamé Ángel. Y es que era un ángel” DOMINIQUE FORINA PROFESORA DE ITALIANO Y HUMANIDADES DE LA UNIVERSIDAD POLITÉCNICA Al recordar al estudiante puertorriqueño de esta institución hasta el 2005 Juan Ramón Ortiz, abatido en la matanza de Virginia Tech. “Rechazaré con fuerza cualquier cronograma artificial para el retiro y que los políticos de Washington intenten decirles a los que usan uniforme cómo tienen que hacer su trabajo” GEORGE W. BUSH PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS Al reaccionar al anuncio del líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, de que el cuerpo se apresta a emitir legislación para la evacuación de tropas de Irak. Aumento injusto JOSÉ LORENZO HERNÁNDEZ CATEDRÁTICO DE LA UPR L a UPR evalúa un alza permanente de matrícula que impactará su política de accesibilidad y gravará a las nuevas generaciones. En el 2004, matricularse a quince créditos costaba $970 anuales, tres años después pagamos $1,344 (un incremento de $374 que equivale al 39%). Con la fórmula propuesta, en siete años pagaremos el doble, $1,920 (un 98% más que en 2004). Además hay que contar con que el 9.6% de nuestras contribuciones se destinan a la UPR. Para una estudiante que se hospeda con estrechez, el costo de estudios (libros y otros gastos) es de $11,000 anuales. Si es muy pobre, la Beca Pell le provee $4,050, y sus padres tendrán que completar con $7,000. Por ello, la fórmula del alza tronchará las posibilidades de miles de jóvenes talentosos que no podrán costear la matrícula de la universidad pública. Esto hace que el alza sea contraria a la misión social de la UPR según consagrada en la ley de la institución. En el 1966 el ELA consagró una porción fija de sus recaudos para el sostenimiento de la universidad “para que toda la población apta… pueda recibir educación de la mejor calidad… al menor costo posible” (Exposición de motivos, Ley #2 del 1966). Las aportaciones que el Estado destina para que la universidad provea una educación de excelencia, accesible para todos y “al menor costo posible” han ido aumentando de 7.80% en 1968 hasta 9.6% en 1995. Esto ha permitido que el sistema amplíe sus ofrecimientos y mantenga su competitividad académica. Asimismo, como ilustra el Informe del Comité Asesor (CAFI), la aportación gubernamental aumentó 8% en el 2004, y un 9% en el 2005. Esto amortigua el impacto inflacionario, a pesar de que éste es menor del 5% en la principal materia prima de la educación, el personal. No se justifica, pues, el alza permanente en la matrícula. Radicación electrónica BRIAN HARRISON TEÓLOGO CATÓLICO JUAN A. NAZARIO CPA ¿Uniones compartidas? L os señores obispos católicos de Puerto Rico han presentado una propuesta innovadora para la revisión del Código Civil: sustituir las “uniones de hecho”, previstas en el actual borrador, por el nuevo concepto jurídico de “unión compartida”, definida como “dos o más personas que residan bajo un mismo techo, existiendo entre ellas un conjunto de derechos y deberes que nacen de la vida en común o de un pacto expreso”. Tales “uniones compartidas” gozarían de algunos nuevos derechos y beneficios, pero no tantos como los proyectados hasta ahora para las “uniones de hecho”. La primera ventaja anticipada por nuestros obispos sería la protección del justo y necesario status privilegiado del matrimonio. Además, se evitaría toda clase de discriminación injusta, ya que los nuevos (pero menos extensos) derechos para “uniones compartidas” serían concedidos no sólo a parejas “afectivas” sino también a dos o más personas unidas por el simple parentesco, amistad o fraternidad. Muy bien. Pero ciertas preguntas ya están circulando entre muchos católicos y otros ciudadanos. Por ejemplo, ¿cuántos y cuáles serían los nuevos derechos y beneficios a ser concedidos a toda “unión compartida”? ¿No existe el pe- L ligro de que cualquier nuevo beneficio sustancial otorgado a parejas afectivas no casadas (heterosexual u homosexual), aunque fuera extendido simultáneamente a otras “uniones” moralmente rectas, pudiera sentar un precedente para la futura reclamación de otros beneficios? ¿Y ese proceso no llevaría poco a poco el concubinato y a las relaciones homosexuales -y hasta polígamas- hacia el mismo status social y legal del matrimonio? Dado que la conservación íntegra del status privilegiado de dicha institución es el objetivo primordial de nosotros los católicos (y de muchos otros creyentes en la ley natural), ¿no sería más lógico y eficaz perseverar con nuestra estrategia existente, abogar tenazmente por la simple retención de la ley vigente, oponiéndonos a toda clase de nuevo beneficio legal para personas no casadas viviendo juntos (sin o con intimidad sexual)? Una vez conseguido dicho objetivo, ¿no desaparecería automáticamente toda necesidad de reconocer “uniones compartidas”? Pues no existiría entonces ninguna “discriminación” contra personas unidas bajo el mismo techo por el simple parentesco, amistad, etc. (Bajo la ley vigente, tales grupos no se están quejando de injusticias ni reclamando nuevos derechos de clase alguna). SAMUEL GONZÁLEZ EX DIRECTOR DE PARQUES NACIONALES El cuco C uando era pequeño los adultos tenían un personaje para intimidar a los niños. A ese personaje, nunca le conocimos rostro ni sus características físicas. Si era negro o blanco, alto o bajo, flaco o gordo. La mera evocación de que por ahí viene o se acerca, era suficiente para hacernos entrar a la casa. Nunca vi el tan temido cuco. Era otro Puerto Rico, una vida distinta en el barrio con un pobre alumbrado. La oscuridad y el respeto eran aliados perfectos para darle credibilidad a la palabra y sentir el miedo o simplemente vivir una de las etapas más hermosas, la inocencia. Por años pensé que el cuco ya era cosa del pasado. Sin embargo, en los últimos años lo he visto resucitar. O, mejor dicho, encarnarse en otros personajes. O, pensándolo bien, posiblemente sea algún pariente o descendiente de él. Ese pariente ha sido bautizado como la crisis fiscal, descuadre en el presupuesto hasta el cierre gubernamental. En el pasado, la existencia del cuco se garantizaba con la oscuridad y la inocencia. Hoy sus parientes se mantienen vivos por el abuso y la politiquería. Pero también hay otras diferencias, aquellos que nos asustaban con el cuco, nos querían, protegían y convivían con nosotros. Hoy los que nos asustan, intimidan con los parientes del cuco, nos saquean y viven en un mundo distinto al del trabajador, al ciudadano que ve cerrar su fábrica, al de la madre desesperada que necesita miles de dólares para la operación de su hijo. Un mundo distinto al del anciano abandonado, al del paciente de Centro Médico sin cuarto. Es cierto, ya no existe la oscuridad, por la ausencia de lumbreras o faroles que había en mi vecindario. Hoy el miedo llega por la oscuridad del desconocimiento, producto de la ignorancia y del estrabismo de nuestra realidad social que provoca el fanatismo político. Confío que el próximo viernes, el Gobernador en su mensaje no me hable más del cuco. • Para que la colaboración de un lector sea evaluada para publicarse en la sección “Voces” no debe superar las 300 palabras. • Enviar por fax: (787) 641-3147 • Por e-mail: fvacas@ elnuevodia.com perspectiva@ elnuevodia.com uego del proceso de planillas, algunos contribuyentes han expresado insatisfacción con el proceso de su radicación electrónica. La radicación electrónica depende de dos procesos completamente independientes: la transmisión desde el programa utilizado para preparar su planilla y la recepción de la planilla en Hacienda. Para que exista una radicación efectiva, ambos componentes deben estar operacionales. También el contribuyente debe cumplir con unos requisitos establecidos por Hacienda. En caso de que el servicio de recepción en Hacienda no permita radicar electrónicamente, el programa le permite al usuario imprimir la forma para radicarla en papel. Aunque este año Hacienda certificó varios programas para la radicación electrónica, TaxMania es el único que trabaja 100% a través de Internet. O sea, que no hay que hacer ningún tipo de “download” para utilizarlo. Ya desde el 2001, Computer Expert Group había desarrollado el programa de “Planillas en línea” que proveía Hacienda y que fuera utilizado los años contributivos 2002, 2003 y 2004. Aunque existe un acuerdo entre Hacienda y los proveedores certificados para proveer la planilla corta libre de costo a los contribuyentes, TaxMania permite a los usuarios de planillas largas evaluar el producto antes de comprarlo. Durante el periodo contributivo, TaxMania estuvo operacional el 100% del tiempo gracias a la infraestructura provista por el Data Center de Centennial Business Solutions. Para el año contributivo 2006, TaxMania satisfizo las necesidades de más de 10,000 usuarios. Más de la mitad utilizaron el programa libre de costo y más de 2,000 usuarios radicaron exitosamente sus planillas electrónicamente. Para apoyo técnico, TaxMania le facilita al usuario ayuda con el producto desde la misma página del programa. Además, CEG proveyó asistencia vía email y teléfono en horario extendido durante el periodo contributivo hasta la medianoche del día de radicación.