Cultura/s, La Vanguardia, 157, 2005, Barcelona. 4-5.
Transcripción
Cultura/s, La Vanguardia, 157, 2005, Barcelona. 4-5.
La falta de correspondencia entre la imagen que uno se fabrica de sí mismo y su biografía real aún causa escándalo. Pero la manipulación de la identidad, el actuar como un psicótico, es casi una exigencia del nuevo capitalismo ¿Por qué actuamos como psicóticos? RENATA SALECL Y HENRIETTA L. MOORE Renata Salecl es profesora en la London School of Economics e investigadora en el Instituto de Criminología de la Universidad de Ljubljana Henrietta L. Moore es ‘pro-Director’ de la London School of Economics y profesora de Antopología Social espués de pasar unos días en París, nos desconcierta descubrir que algunos psicoanalistas franceses tienen una visión lúgubre del futuro. Cada vez se encuentran con más psicóticos en la consulta y en los libros que escriben hablan de nuevos individuos sin gravedad, de que la sociedad carece de límites y de que la psiquiatría se convierte en un nuevo sistema carcelario que sepulta a todo el que es mínimamente molesto. ¿Debemos ser tan pesimistas acerca de nuestro futuro y el de nuestras sociedades? ¿Debemos creer la afirmación de que este cambio de personalidad está producido por el consumismo y el capitalismo tardío? Los psicóticos son personas que tienen su visión muy especial de la realidad y que, según la famosa formulación de Freud, no aceptan dar algo para formar parte de la sociedad. Tales individuos a menudo funcionan a la perfección durante largos períodos hasta que un pequeño acontecimiento en su vida desencadena un auténtico delirio. Como el caso de Schreber, estudiado por Freud , un juez respetable hasta que fue elegido presidente del Tribunal Supremo y empezó a desarrollar la idea de que se convertía en una mujer en contacto directo con Dios. Los psicoanalistas franceses están rescatando la idea de Helen Deutsch de las llamadas personalidades como si, personas que quizá no desarrollen una auténtica psicosis como Schreber, pero que tienen una estructura psicótica. Algunos analistas llaman a esos casos psicosis corriente o psicosis blanca. Lo que distingue a esos individuos de los neuróticos es que a menudo expresan una enorme certeza con respecto a su percepción de la realidad. Son personas que no dudan. Un psicoanalista francés describe el caso de un paciente que ha realizado a lo largo de su vida varias carreras con éxito. De joven hizo amistad con un abogado de una importante compañía y se convirtió también él en abogado de éxito. Luego conoció en la calle a un marinero y lo siguió a la marina mercante. Más tarde conoció a un empresario y entró con éxito en los negocios. A diferencia de Schreber, no se trata de una forma de- D lirante de psicosis desencadenada por un acontecimiento concreto. Se trata, más bien, de una serie de identificaciones logradas, donde el paciente no sólo imita a otros individuos, sino que usa esas poderosas identificaciones con personas encontradas al azar para transformar por completo su vida sin experi- mentar aparentemente angustias ni dudas sobre el rumbo elegido. Cuando el psicoanalista le preguntó por qué, dado su éxito, había considerado necesario iniciar un análisis, contestó: “Me ha dicho mi mujer que lo haga”. De modo nada sorprendente, tuvo mucho éxito como paciente. Uno de los rasgos de los psicóticos es que están obsesionados con la imitación, con moldearse de acuerdo con un conjunto de ideas, que luego abandonan con igual rapidez. El capitalismo tardío prospera en este proceso, no sólo en lo mercantil, sino en el plano de las identificaciones y las relaciones sociales. ¿No estamos todos bajo la impresión de que podemos tenerlo todo, de que no hay necesidad de reconocer limitaciones? ¿No creemos todos en cierta medida que podemos hacer de nuestra vida lo que queramos, crearnos a nosotros mismos e incluso evitar la mortalidad? Una portada reciente de la revista Cosmopolitan capta el mensaje: “Sé tú, sólo que mejor”. O como dicen que afirmó el presidente Bush: “Sé quien soy, y quiero convertirme en quien soy”. El yo es algo a lo que se aspira, como la última moda o el último objeto de consumo. La aspiración al yo y el yo creado son seductores. La ganadora de la última edición del concurso Gran Hermano en el Reino Unido es un transexual portugués, Nadia Almanda. Cuando supo que había ganado, exclamó: “Ahora me veo reconocida como mujer”. Cabe preguntarse por qué encontró Nadia tal popularidad entre el público televisivo británico. Al parecer, a muchos votantes les pareció seductor el proyecto de un viaje del yo, la realización de un deseo de hacer algo completamente diferente con uno mismo. Con su autotransformación, Nadia parecía encarnar a los ojos del público la ideología de la autocreación que subyace en la sociedad de consumo actual. Quizá no constituya sorpresa alguna que los psicoanalistas señalen que encuentran muchas personas que llegan al análisis pidiendo: “Quiero inventarme a mí mismo”. En el capitalismo tardío, el verdadero yo es cada vez más algo que uno mismo crea, un proyecto individual incluso. En los ochenta y los noventa, a partir de los escritos de Foucault, las teorías subrayaron la importancia de la construcción social del yo. Sin embargo, ahora la construcción del yo se ha convertido en un imperativo cultural de Occidente, y el énfasis no está en las determinaciones sociales, sino en el proyecto individual de autocreación. Esto se relaciona con lo que Ulrich Beck y otros autores han llamado individualización. Aunque la individualización adopta muchas formas, siempre implica una feti- Somos aparentemente libres para convertirnos en quienes decidamos ser, pero la existencia de tantas posibilidades también es una tiranía chización del yo autónomo, una fetichización que se niega a reconocer la idea de que la sociedad puede establecer límites a la aspiración del yo. Paradójicamente, la ideología de un mundo sin límites es en sí un producto del capitalismo tardío y del incesante impulso de la sociedad de consumo, con su énfasis en la infinitud de las elecciones y las posibilidades. Ahora bien, el mundo de la elección no es necesariamente un mundo cómodo. En un mundo en que somos aparentemente libres para convertirnos en quienes decidamos ser, la existencia de tantas posibilidades es una especie de tiranía. ¿Cómo decidimos y qué pasa cuando lo hacemos mal? Sin embargo, esta ideología sea eficazmente promovida por la mercadotecnia de masas y la afiliación a las marcas. ¿Es verdaderamente cierto que en el mundo no hay más autoridades que el yo individual? Parece claro que esta ideología según la cual no hay autoridades se basa en nuevas autoridades, como las empresas. Sin embargo, ¿son las únicas autoridades? ¿Es el mundo tan diferente del pasado? ¿Vivimos de verdad en un mundo sin límites? Tenemos estados cada vez más intervencionistas y dirigentes con inclinaciones autoritarias como Bush y Blair, así como muchas otras autoridades bajo la forma de gurúes de la autoayuda, líderes religiosos y similares. En tal estado de cosas, ¿por qué la ideolo- TRADUCCIÓN: JUAN GABRIEL LÓPEZ GUIX TEMA Miércoles, 22 junio 2005 gía del yo del capitalismo tardío nos alienta a vivir como si no tuviéramos límites, como si fuéramos en realidad libres? ¿Se encuentra el yo moderno disociado de la realidad, delirando en cierto sentido? ¿Podemos afirmar que el capitalismo tardío está produciendo más psicosis, como afirman algunos psicoanalistas? Se trataría de una conclusión simplista y pesimista. Hay sin duda pruebas de la creciente plasticidad en las formas de identificación. Los aficionados a los juegos por internet rara vez aparecen como ellos mismo, prefieren en muchos casos cambiar no sólo de género y orientación sexual, sino también de raza, religión y edad. No hay nada nuevo en la fantasía de ser otra persona, pero las tendencias modernas sugieren algo más profundo. En el grupo de edad de 18-25 años en el Reino Unido, más jóvenes afirman haber tenido una experiencia sexual con una persona del mismo sexo y del sexo opuesto, pero se muestran reacios a clasificar o categorizar su sexualidad sobre la base de su práctica sexual. La distinción homo-hétero parece gozar de poco predicamento entre esos jóvenes en lo que se refiere al modo de categorizarse a sí mismos y categorizar a otros. “La homosexualidad se ha acabado”, afirmó alguien. Sin embargo la negativa a las categorizaciones y el juguetear con nuestra identidad sexual no es en modo alguno lo mismo que el delirio de Schreber de convertirse en mujer. Schreber no tenía dudas acerca de su transformación física. Tampoco es lo mismo que la imitación en el caso del paciente con éxito descrito antes cuyas transformaciones no le provocaban angustia ni incertidumbre. En cambio, aquellos de nosotros que nos rehacemos constantemente en el momento contemporáneo tenemos muchas dudas y podemos sentirnos a menudo abrumados por el miedo al fracaso. Nuestro juego con las identificaciones es muy diferente de la imitación del psicótico. Su certeza está sustituida en el momento contemporáneo por algo que parece más como la celebración de la indecisión. Sin embargo, esa indecisión está atrapada en unos circuitos capitalistas como se pone de manifiesto por el auge –y el consiguiente márketing– de lo metrosexual. Lo metrosexual, más que una identidad sexual, es un conjunto de identificaciones de consumo. De modo que bajo el capitalismo tardío, los desplazamientos de la identidad –y, en realidad, las identificaciones– son celebradas como la nueva boga y se transforman en beneficio. Sin embargo, a pesar de este proceso, hay pocas pruebas de que la sociedad contemporánea se vuelva cada vez más psicótica. Las personas siguen muy preocupadas por la cuestión de quiénes son para otros y de cómo interactuar con otros. Una razón, quizá, por la que presenciamos una creciente obsesión por los libros de autoayuda. No cabe duda de que vivimos en un mundo que está centrado en el yo y que nos alienta a amarnos a nosotros mismos. Ahora bien, seguir este imperativo no es una cuestión sencilla y por ello constituye un negocio lucrativo encontrarle una respuesta. Una simple búsqueda en Amazon.com nos informa de que hay 138.987 libros que intentan que uno se ame a sí mismo. Incluido el título Learning to love yourself workbook (Aprender a amarse uno mismo. Libro de ejercicios), que muestra que el trabajo es una parte tan importante como siempre del capitalismo. | Culturas La Vanguardia Phil Collins Britney, (2001-2002) Los grafitis y exabruptos inscritos sobre el rostro de Britney Spears son el leitmotiv de esta serie. Phil Collins refotografía los carteles de la cantante en las calles de Nueva York. La violencia de los mensajes anónimos modula el rostro impasible e idéntico. La exposición pública de la misma imagen acaba produciendo una multiplicidad de Britneys. En estas imágenes se visualiza la degradación y la instrumentalización de la insípida psicología adolescente y norteamericana. Aunque también pueden leerse como un comentario a la manipulación propagandística de una América que en esos momentos lleva a cabo empresas bélicas fuera de su territorio 3 la elección es una quimera porque, aunque nuestra vida ya no parezca sometida a las formas tradicionales de autoridad, como la familia, la iglesia y la comunidad, nuestra moldeación del yo depende muchísimo de la identificación con nuevas formas de autoridad. Entre ellas sobresalen los famosos. ¿Qué explica, por ejemplo, la popularidad de David Beckham, por más que ya haya dejado atrás su mejor momento? Podría parecer que estamos aquí ante un caso de alguien capaz de extraer algo de sí mismo y trascender los límites de su origen y su educación. La imagen andrógina, la provocativa decoración corporal y los múltiples cambios de imagen parecen algo así como la última expresión de la libertad para crear la propia identidad. Por lo tanto, Beckham es más que un hábil futbolista, es un hombre hecho a sí mismo, literalmente su creación principal. Ahora bien, ¿ha engendrado de verdad Beckham a Beckham? En cierto sentido, es evidente que no. Beckham no hace a Beckham, de eso se encarga por él un equipo de relaciones públicas y las compañías que participan en sus contratos publicitarios. Es, en muchos modos, dejando de lado su talento, uno de los individuos que menos se han hecho a sí mismo del Reino Unido. El capitalismo temprano celebró el hombre hecho a sí mismo que asumía un riesgo empresarial por medio de la explotación de su (sic) talento. El capitalismo tardío ha ido un paso más allá y ha convertido el hombre hecho a sí mismo en una mercancía. Dentro de esta lógica no es sorprendente que las personas que no saben quiénes son (¿y quién lo sabe?) puedan, previo pago de una cantidad, obtener una respuesta acerca de sus verdaderos yos en internet, donde abundan sitios web de astrología y autoayuda. Por 25 euros es posible comprar a través de la red un informe sobre el yo real que nos dice cuáles son nuestros puntos fuertes y débiles, y cómo tener éxito en la vida. Existe sin duda una pequeña ironía en el hecho de que Edward L. Bernays, el sobrino de Freud, fuera una de las principales figuras de las relaciones públicas modernas a principios del siglo pasado, hasta el punto de que es conocido como el padre de la comunicación. Uno de sus grandes logros fue introducir a las mujeres en el hábito de fumar promoviendo la idea de la libertad femenina. Sin embargo, él creía que las personas sólo compran algo porque una autoridad con la que se identifican posee ese objeto. El márketing contemporáneo se basa en la premisa de que uno crea su propio estilo, que uno encuentra en la moda una expresión particular del yo. Por ello, no deja de ser paradójico que TEMA Neonarcisismo La opresión del lujo PATRÍCIA SOLEY-BELTRAN Dada la importancia que han adquirido en las últimas décadas el cuerpo y la apariencia física como herramientas para la construcción y comunicación de la identidad, las industrias de la moda y el lujo se han convertido en una nueva forma de autoridad generadora de normas y deseos que regulan la moldeación del yo. La moda como autoridad normativa efectúa un salto cualitativo en los 80 con el estallido del lujo y la aparición de las supermodelos como nuevas celebridades a imitar. Coincidiendo con la concentración económica de las antiguas maisons de alta costura en manos de poderosos grupos multinacionales, se produce un aumento de marcas de lujo de diversos niveles y se difuminan las fronteras que separan las marcas de gama alta de las de distribución masiva. Como señala el copresidente de las Galeries Lafayette de París, el lujo deja de ser la cotidianeidad de la élite para convertirse en la excepción de la masa. En efecto, según un estudio de Eurostaf, en el año 2000 la industria del lujo movió 90 millardos de euros –sin contar con la industria automovilística de gama alta. La democratización del lujo viene arropada por el dreamketing, la mercantilización de sueños, mediante el cual se crea un deseo obsesivo de consu- mo reforzado por el miedo del cliente a llegar demasiado tarde. Se alienta el afán por un futuro novedoso convertido en objeto que nunca llega a alcanzarse, con la consiguiente aceleración del tiempo y aparición de una indiferencia blasée. Como apunta Lipovetsky, las “nupcias entre el lujo y el individualismo liberal” proclaman el “derecho” a las cosas superfluas. Así pues, la sobra- damente conocida paradoja de aspirar a un estilo de vida e identidad personal a través del consumo de identidades ficticias producidas para la promoción masiva de marcas es casi una exigencia para la integración social, ya que ser una mujer Chanel, un hombre Armani o un joven Diesel o hip-hop está al alcance de todos. El dreamketing promueve el neonarcisismo contemporáneo, el deseo de admirarse y disfrutar de sí mismo, junto con la búsqueda de emociones y sensaciones personales. Las expectativas del Los beneficios de la manipulación Múltiples de uno CARLES GUERRA La falta de correspondencia entre la imagen pública de alguien y su identidad real todavía es causa de escándalo. El caso de Enric Marco, el falso deportado español, lo puso de relieve hace unas semanas. La mayoría condenó su impostura y la consideró intolerable. Desde 1978 había falseado su biografía. Sin embargo, Rosa Torán, presidenta de Amical Mauthausen, la asociación que con tanta abnegación ha representado Enric Marco, reconoció que “lo que él ha hecho por Amical no lo ha hecho nadie”. El señor Marco sería un mentiroso, pero su eficiencia nadie la ha puesto en duda. Su representación fue, a juzgar por algunos comentarios, una farsa solvente. Al margen de los matices del caso, la supremacía de lo falso hace su aparición de nuevo. El argumento que pone sobre la mesa plantea que hace falta fingir para parecer auténtico. Abandonar la personalidad real y alterar la imagen natural nos acerca a los otros. A fin de cuentas, nadie se conoce a sí mismo sino es a través de la mirada ajena. consumidor se han desplazado desde los años ochenta durante los cuales bastaba el logo para significar la identidad y la distinción de clase, real o simbólica. Actualmente las marcas enfatizan la creación de vínculos emocionales intensos con sus clientes para satisfacer las nuevas expectativas en el consumo de productos de prestigio: expresión personal, búsqueda de autenticidad y sentido, El ‘dreamketing’, la mercantilización de los sueños, promueve el deseo de admirarse y disfrutar de sí mismo, la búsqueda de emociones y sensaciones personales; un deseo que es posible alcanzar a través del consumo obsesivo 4 Culturas La Vanguardia Miércoles, 22 junio 2005 Patrícia Soley-Beltran trabajó como modelo profesional y actriz durante diez años. Doctorada en Sociología del Género por la universidad de Edimburgo, es investigadora en la Science Studies Unit de dicha universidad Entonces las múltiples imágenes de uno mismo dejan de suponer un problema moral. A partir de ahora están justificadas económicamente. En un entorno capitalista son la garantía de una transacción feliz. Damos lo que nos piden. Y lo que nos exigen es flexibilidad para adaptarnos a circunstancias variopintas, capacidad de reproducir sólo aquellos aspectos de nosotros mismos que resultan acertados (con la consiguiente eliminación de los rasgos infelices), así como una disposición a la ubicuidad. De modo que para estar aquí y allí, como se dice a menudo, hace falta reproducir y multiplicar la imagen propia. Sin duda quienes mejor representan esta forma de trabajar son aquellos que explotan su imagen pública. En principio pensaríamos que se trata de actores y famosos, profesionales de la comunicación. Pero en realidad nos afecta más de lo que imaginamos. La voz que atiende al otro lado de la línea telefónica, el maestro o maestra que se exponen diariamente al alumnado, el vendedor o vendedora que se esfuerzan por seducir, son ejemplos me- compartir emociones intensas y adhesión a una ética. Aunque se reduce la importancia de la clasificación social, prosigue la necesidad de diferenciarse a través de la promoción de una imagen personal. El marketing de la trasgresión propone destacarse exhibiendo una imagen provocadora, de libertad, aunque no conlleve un verdadero desafío al status quo. Un ejemplo es la ubicua moda de los pantalones bajos, ya que la gran mayoría de sus usuarios ignoran que dicho estilo se origina en la prohibición de llevar cinturón en las cárceles. Su difusión se realizó a través de los hermanos pequeños de presos negros americanos que imitaban el estilo de sus mayores internos como signo de identificación y protesta. Sin embargo, su popularización hip-hop ha borrado casi por completo toda señal antirracista. Los individuos siguen preocupados por cómo interactuar con otros, pero siempre que éstos sean de su mismo entorno social. El modelo de individuo que proponen las industrias de la moda y el lujo encarnado por las/os modelos se caracteriza por su autosuficiencia, autonomía, maleabilidad y fluidez. Se premia el camaleonismo (físico, social y emocional) como estrategia de adaptación a las cambiantes exigencias del mercado y una identidad fluida, no comprometida y sin ataduras se presenta como una opción vital deseable. La fragmentación psíquica y alienación corporal que potencialmente atenaza al ideal de sujeto fluido y transparente se diluye en promesas de éxito. Se promueve también la transparencia en la comunicación a través, por ejemplo, de la libre expresión de los estados de ánimo en la superficie corporal y su escenificación en el espacio público. En busca de una imagen más individual se cambian las reglas clásicas del vestir yuxtaponiendo estilos, jugando con las apariencias, teatralizando el ser. Cuanto más heterogénea es la moda, más importancia cobra la adecuación del cuerpo a los modelos de belleza hegemónicos, convirtiéndolos así en la base del consenso estético. El proyecto de la libre autoconstrucción del yo que nos propone el mercado promete trascender los límites que imponen las normas de convivencia social y la materialidad de nuestros cuer- TEMA cias de la modernidad tardía tales como la esquizofrenia (Deleuze y Guattari), el narcisismo (Lasch, Lipovetsky), la manía depresiva con su característica alternancia entre la euforia y la depresión (Massumi), o la inacción desesperanzada bajo el peso de un falso sentido de responsabilidad producido por la pérdida de referentes limitadores (Feher-Gurevitch), por citar algunos. Cabe preguntarse si la apología del deseo como proyecto vital y la promesa de su gratificación inmediata en las sociedades de consumo no conlleva a su banalización. ¿Puede la entronización de la libre expresión del deseo convertirnos en personalidades psicóticas esclavas de nuestras pulsiones? ¿Somos no sólo prisioneros de nuestros propios deseos, sino también ignorantes de nuestra penosa condición? ¿Será que, ante el constante aguijoneo de estímulos que padecemos, con- Miércoles, 22 junio 2005 ¿Somos no sólo prisioneros de nuestros deseos, sino también ignorantes de nuestra penosa condición? Culturas La Vanguardia fundimos la capacidad de consumo con un índice de libertad personal? ¿En qué reside entonces el verdadero lujo? Quizás en emanciparse de la tiranía del consumo, en aprehender el presente y resistirse a la aceleración, en luchar por espacios inmanentes para la reflexión y la esperanza, en conocer dialógicamente la alteridad, en reconocer los propios límites y aceptar la frustración, en generar vínculos engendrando afecto y dejándose afectar… | 5 pos. La ficción plástica se arropa en el consumo de diversas tecnologías corporales: productos cosméticos, working out, dietas, implantes, técnicas antiaging, cirugía, endocrinología, ingeniería genética, etc. El importante aumento de intervenciones de cirugía plástica atestigua del auge de los valores conquistadores de apropriación del cuerpo y del yo, así como de la creciente sacralización del cuerpo joven y bello según los patrones normativos. Así pues, se consolida una aproximación construccionista a la identidad y el cuerpo, expansiva heredera del individualismo del self-made man. De la teoría del yo-actor de Erving Goffman de los 70, a la teoría performativa de la identidad de género de Judith Butler de los 90, se observa una evolución de los modelos sociológicos de conceptualización de la persona y adquisición de identidad. El extendido error de interpretación de Butler como una propuesta conceptual de identidad de género caracterizado por su inmediata plasticidad puede entenderse, como ella misma señala, como síntoma de la aspiración colectiva a liberarse de las rígidas categorías identitarias. Raudo, el mercado nos propone la identidad como juego con la aparente difuminación de las categorías de clase o género. En realidad, la consigna parece ser “todo vale… si podemos hacer dinero con ello” mientras las desigualdades estructurales de raza y género siguen dolorosamente presentes a escala local y global, a la vez que crece la intolerancia a la alteridad y la pobreza. Se impone una reflexión sobre los efectos de la mercantilización de la identidad y del deseo. Pensadores y psicoanalistas alertan de preocupantes tenden- nos glamurosos pero igual de pertinentes. Todos ponen su imagen a trabajar. En definitiva, pronto se llega a la conclusión de que rechazar la oportunidad de hacer más óptimo el instrumento de trabajo iría contra las leyes del capitalismo. Si algo se puede mejorar, debe hacerse. Es cuestión de ética. Pero, ¿es lícito hacer las modificaciones oportunas, manipular? ¿Aunque se trate de algo tan intangible y difícil de corregir como la personalidad? Las leyes del capitalismo dicen que sí. Si es rentable lo demás no importa. Las dudas morales pueden soslayarse. Los beneficios derivados de la manipulación biográfica no esperan. Desde este punto de vista, géneros co- La subjetividad es un bien preciado. No acompaña a la mercancía, sino que es la mercancía misma mo la autobiografía pueden llegar a parecer obsoletos. La intrusión de la ficción debilita el mito de la autenticidad y la sinceridad está fuera de lugar. No es, ni de lejos, tan excitante como la producción de la identidad en directo. Una identidad que cada vez más se fabrica como un adiestramiento televisual, sujeto a los deseos de una audiencia. Véase Gran Hermano y programas similares, cuyos protagonistas llegan, por lo general, vacíos de contenido. La identidad la adquieren emisión tras emisión, como quien adopta una pose. Lo que confirma aquella máxima de Andy Warhol, al que le gustaba decir que él no tenía memoria: “Dime qué quieres que responda y te lo repetiré”. Lo sorprendente y paradójico es que el deseo generalizado consista en ver cómo los famosos hacen las mismas cosas que el resto de los mortales. No es casual que las fotos mejor pagadas sean aquellas que muestran a las estrellas en sus tareas cotidianas, instantes robados a una intimidad prosaica: Cameron Diaz hace fotocopias en una tienda cercana a su domicilio o Madonna cae de la bicicleta en la calle. Nada excepcional. Se dice, por eso, que los paparazzi que operaban en los alrededores de Via Veneto solían ir de dos en dos. El primero disparaba el flash a bocajarro y el segundo recogía la reacción furibunda del famoso en cuestión. Lo importante no era conseguir la primera foto, sino la segunda. Esa que reflejaba una imagen distinta del sujeto sonriente, amable, dispuesto y seguro de su ficción. Sin embargo, la toma indiscreta y accidental, conseguida a través del teleobjetivo, hoy se lee como propia de un repertorio de ficción. La actitud escurridiza de esos que son fotografiados contra su voluntad indica que se sienten portadores de un valor añadido. Se irritan cuando otros se lucran con su trabajo. Es decir, con su imagen. Tal como decíamos, esa diferencia entre verdad y ficción se ha neutralizado. La economía tiene la culpa. Cada uno de nosotros representa un pequeño empresario que invierte en su subjetividad, algo equivalente a un capital inicial que desarrolla y vende. La subjetividad es un bien preciado. No acompaña a la mercancía, sino que es la mercancía misma. ¿Nadie va a escandalizarse por ello? | A la izquierda, ‘Autoportraits’ (2001), de Martin Parr, que utilizó esta serie de autorretratos múltiples para anunciar su restrospectiva en International House of Photography, Deichtorhallen Hamburgo, 2004 ESCRITURAS ESCRITURAS Miércoles, 22 junio 2005 Culturas La Vanguardia 6 Antiguo Egipto Desvalijadores de tumbas, ladrones de obeliscos y traficantes de momias han dejado su sello sobre los restos arqueológicos de Egipto. Brian Fagan, profesor emérito de Antropología en la Universidad de California, realiza un amplio repaso en su libro ilustrado ‘El saqueo del Nilo’ (Crítica) PATROCINADO POR Policiaco Selección de las últimas novedades y descubrimientos en el mundo del thriller, con sus ladrones, maltratos raciales y huellas del pasado Felices y negras vacaciones LILIAN NEUMAN Éste ha sido –y es– un espléndido año negro en el mundo editorial. Es de esperar que este 2005 pueda el lector volver de sus vacaciones con sanas adicciones. Que, por ejemplo, regrese adicto –si no lo es– al comisario Jaritos, a Kinsey Millhone o a la inspectora Petra Delicado. Puede que estas vacaciones el lector decida no leer los periódicos. No importa, los autores de novela negra que les recomiendo en este artículo los leen, y a fondo. Puede el lector llevarse en la maleta los títulos de Ediciones B, con autores como Petros Markaris, creador del comisario Jaritos –Suicidio perfecto–, y del francés Thierry Jonquet. En el caso del primero, quien no conoce a este comisario ateniense, sepa que es un pariente directo de Pepe Carvalho, también amante de la buena cocina. En el caso del segundo, recomiendo leer de una sola vez Tarántula –cuyos derechos han sido comprados por la productora de Pedro Almodóvar–, una breve y estremecedora historia que deja al lector con la boca abierta y sutilmente perturbado. Pero además de estos autores conocidos y consagrados –Donna Leon y su comisario Brunetti, en la serie publicada por Seix Barral, los casos de Petra Delicado de Alicia Giménez Bartlett (Planeta), Shutter island de Dennis Lehane (RBA), R de rebelde de Sue Grafton (Tusquets), Loco por Donna de James Ellroy (Ediciones B)– existe hoy en librerías una zona de ilustres y seriamente recomendables desconocidos. Argentina y Cuba Patagonia chu chu (VII premio de narrativa Francisco García Pavón) sucede casi por entero en el Raúl Argemí Patagonia chu chu ALGAIDA 222 PÁGINAS 17 EUROS Leonardo Padura La neblina del ayer TUSQUETS 358 PÁGINAS 18 EUROS Marco Vichi Un asunto sucio Traducción de Cristina Zelich TROPISMOS 263 PÁGINAS 16 EUROS Valerio Varesi El río de las brumas Traducción de Elena de Grau POLIEDRO 285 PÁGINAS 18 EUROS Walter Mosley Muerte escarlata Traducción de Juan Gabriel Vásquez ROCA EDITORIAL 302 PÁGINAS 20 EUROS El hombre del sótano Traducción de Héctor Febles POLIEDRO 253 PÁGINAS 18 EUROS Charlotte Carter El dulce veneno del jazz Traducción de María Corniero SIRUELA 195 PÁGINAS 18,90 EUROS interior de un tren que ya no existe, de los llamados de trocha angosta (una locomotora diminuta y dos vagones). En él sus pocos viajantes se unen al calor de una estufa improvisada, en la que de paso cocinan un asado, para amenizar las enormes distancias del solitario sur argentino. Su autor, Raúl Argemí (La Plata, 1946), fue periodista y, mucho antes, un hombre profundamente comprometido con la realidad de su país, lo que le valió la cárcel durante diez años, gracias a la dictadura de Videla. Hoy es un narrador de talante negro, aventurero también, divertido y desenfadado. Argemí es capaz de concebir una divertida aventura con pintorescos personajes. Esto si se lee la novela superficialmente. Pero el caso es que estos dos maleantes de poca monta no son más que dos supervivientes de un país que privatiza y se vende por parcelas –gracias a Menem–, dos locos que se creen Sundance Kid, dispuestos a robar, pero no tanto cuando se enteran de que ese saco contiene el miserable salario de unos operarios de ferrocarril, y que los pasajeros son más aliados que rehenes. Entre ellos se cuenta un policía de sabiduría especial y el hermano de uno de los dos asaltantes, que ha sufrido irremediables heridas psíquicas y físicas en la prisión. Singular y vitriólico thriller, que transcurre en un país del que se dice: “Acá todo tiene futuro. Lo que no tiene es presente”. Subiendo en el mapa, en La Habana sucede la última novela de Leonardo Padura. Este prolífico caballero, que no es un ilustre desconocido, es autor de la serie Las cuatro estaciones, protagonizada por el detective Mario Conde, o el Conde. La obra de Padura ha recibido numerosos premios internacionales, y en ella describe la vida y evolución de este hombre que pasa de policía a buscador y vendedor de libros antiguos. En este último libro el Conde hace un par de incursiones en los más bajos y horribles fondos de la ciudad, en el mundo de los que, más que marginados, pasan a ser suicidas. A la vez, es un romántico capaz de obsesionarse con la legendaria figura de una cantante de boleros que en su día hechizó a muchos y tuvo un final similar al de Marilyn. Las piezas de esta intriga que hace historia desde antes de la Revolución, y muestra en el presente qué ha sido de ella, encajan perfectamente, incluso aquella muerte que será al fin aclarada. El Conde enamora al lector. Es de esos que, en medio de la secular escasez y racionamiento, cuando recibe un fajo de dólares que no ha visto en su vida, es capaz de gastárselos en conseguir buen ron y buen café, y dilapidarlo con los La vida según Rip Kirby La buena sorpresa del último Saló del Còmic fue para un servidor el encuentro con la reedición completa de las tiras de Rip Kirby en la Biblioteca Grandes del Cómic de Planeta DeAgostini. Esta obra maestra de Alex Raymond es mucho menos conocida en España que su otra gran creación, Flash Gordon, pero en cambio en EE.UU. goza de una consideración como mínimo similar. En mi opinión la supera con mucho (y constituye, después del Tintín de Hergé, la obra más redonda de la historia del género). En España Rip Kirby circuló de la mano de la madrileña Editorial Dolar, en unos cuadernillos con reborde azul que mi padre compraba puntualmente y que aún conservo. Raymond, que desde los años 30 gozaba de fama internacional, creó a su héroe al volver de la Segunda Guerra Mundial, donde había combatido en los Marines, un pasado que decidió compartir con Kirby. Lo dibujó con inmenso éxito entre 1946 y 1956, año de su muerte en accidente automovilístico cuando probaba el deportivo de un dibujante amigo. La edición de Planeta DeAgostini recoge en seis volúmenes las 36 aventuras publicadas por Raymond en ese periodo. A su muerte, John Prentice se haría cargo del personaje durante dos décadas Desde Italia Coinciden este año dos autores italianos, traducidos por primera vez al castellano. Los dos han creado personajes comprometidos con la historia pasada, exactamente la Segunda Guerra Mundial. Marco Vichi (1957) dedica sus libros a su padre, quien desde pequeño le contó sus historias de la guerra, su experiencia con los partisanos, sus enfrentamientos con los nazis. Su protagonista, el comisario Bordelli, dice cosas de esta clase: “Cuando regresé de la guerra tenía la esperanza de haber contribuido a liberar Italia de la mierda, pero en cambio no dejo de ver montones de mierda por todas partes” y “detesto este país borracho de sueños que cree en el Fiat 1100”. Estamos hablando de Italia en los años sesenta, con la memoria de la lucha muy fresca, como muy fresco el deseo de olvidar y sepultar. Bordelli tiene amigos excepcionales, digamos que colecciona a gentes con tendencia a la excentricidad y la marginalidad. En Un asunto sucio se enfrenta a un asesino de niñas, y se enfrenta a la memoria de la guerra otra vez. También Valerio Varesi (1959), en un caso actual, protagonizado por el comisario Soneri, apela a la memoria histórica. Dos hombres viejos, en distintos lugares y casi simultáneamente, mueren en lo que suele llamarse extrañas circunstancias. Uno de ellos ha desaparecido con su barca. El otro pudo ser arrojado por una ventana. Cuando en esta trama nostálgica y de ritmo lento y seguro (novela negra y thriller no tienen por qué ser lo mismo, aunque a menudo se las confunda) va abriendo espacios entre la espesura, sale a relucir una importante coincidencia. Estos dos hombres eran hermanos, y ambos habían sido famosos por sus hazañas cuando eran miembros del bando fascista. En este libro aparecen personajes en los que la cruenta historia pasada ha dejado huellas visibles, se habla de rojos y camisas negras, y de sostenidos rencores. Soneri y Bordelli ratifican la caracterización que ha hecho el griego Petros Markaris de los novelistas negros mediterráneos: los dos son amantes de la buena mesa. Jazz, encierro, locura y muerte Walter Mosley es el creador del investigador privado Easy Rawlins. En Muerte escarlata se remonta a las revueltas de Watts, que enfrentaron violentamente a negros y blancos en Los Ángeles en agosto de 1965. Rawlins debe resolver un caso de asesinato, a la vez que vive hechos increíbles, como que por primera vez un policía le pida un favor. Mosley consigue una intriga perfecta y una descripción detallada del estado de las cosas en tiempos de la guera de Vietnam. Easy Rawlins encarna la memoria de una raza que desde que tiene memoria sólo ha conocido la discriminación. La novela se introduce en los conflictos internos de los negros y la relación de estos con el poder blanco, sea el blanco un ciudadano de a pie que insulta a Rawlins por la calle, o un representante de la ley. En El hombre del sótano –libro extraño y sorprendente– se trata de la vida de Charles Blakey, un muchacho negro que cae en lento y seguro descenso a la nada. Hasta que un día se le presenta un hombre pequeño, blanco, de mirada penetrante, que lo sabe todo sobre él. Y hasta parece saber todo lo que él hará. Porque, en efecto, Charles acabará aceptándolo como inquilino. La relación entre los dos supera cualquier previsión, por tenebrosa que fuera. Y responde a una lógica secreta que de a poco Charles entenderá: dentro de ese pequeño y viciado mundo, ese inquilino lleva al lector a Dos líneas detectivescas están dando sus frutos: la de los comisarios mediterráneos y los que vienen de América un lugar muy incómodo. Aquí se habla de la culpa, de la responsabilidad invididual y colectiva. Y se habla claro. En un tono muy diferente, pero a menudo lacerante, se encuentra Nanette, una saxofonista apasionada del jazz, negra, calva y provocativa, con vocación de detective. Esta heroína creada por Charlotte Carter mal lo tiene cuando debe denunciar la existencia de un cadáver en su pequeño piso. Porque las fuerzas del orden no dudan en ponerla en el lugar de la asesina: al fin y al cabo es una negra de m... Detrás del aparente jolgorio y la ironía de esta muchacha se despliega un mundo difícil: la mafia y sus centros de poder –y decadencia–, la sordidez del mundo de la música y de los clubs privados, la corrupción policial, el maltrato a los negros (tan vejatorio aparece aquí como una resonancia de los tiempos de Easy Rawlins). Una nueva protagonista en este universo de autores empeñados en contar los males del mundo, para que en las vacaciones se abstenga el lector de leer los periódicos. Lo dicho, ya lo hacen ellos, y muy bien. | Kirby resuelve el enigma de los rubíes Bandar en un episodio de 1948 El novio de Dulce Dorian ¿En qué radica el especial encanto de Rip Kirby? En primer lugar hay que señalar que constituye la encarnación de un ideal clásico por excelencia, el de ‘mens sana in corpore sano’. Kirby es un detective americano y por tanto hombre de acción. Pero también es una autoridad en química, un buen pianista y un hombre sensible; en suma, un metrosexual ‘avant la lettre’. Kirby es un elegante que se codea con la buena sociedad y rastrea sus insanias, al tiempo que se enfrenta a los más taimados profesionales de la delincuencia: sus andanzas dibujan un gran fresco social. Su novia es una modelo, con el nombre imposible de Dulce Dorian; juntos configuran una pareja bastante liberal para los estándares de la época. Su paisaje más usual es un estilizado Nueva York que parece sacado de películas como ‘Sueño de amor eterno’, pero sus indagaciones llevan a Kirby por todo EE.UU., Europa y un ancho mundo por aquel entonces en fase de reconstrucción. Magníficos secundarios, como el mayordomo Desmond; guiones muy notables que combinan misterio y humor (no en vano Raymond comenzó trabajando con Dashiell Hammett y sabía cómo abastecerse de buenas tramas) y un dibujo perfecto completan las virtudes de este cómic con glamour por excelencia, que en la nueva edición viene comentado por Alvaro Pons, Antoni Guiral y otros analistas Cunningham, de Woolf a Whitman Está claro que a Michael Cunningham su novela de 1998 ‘Las horas’ le trajo suerte, al aportarle entre otras cosas un premio Pulitzer y una versión cinematográfica interpretada por Meryl Streep, Nicole Kidman y Julianne Moore bendecida a su vez con un Oscar y varias nominaciones. Tal vez por eso, en su libro más reciente el novelista ha repetido dos de los ingredientes que dieron forma al que le hizo famoso. En ‘Specimen days’ presenta de nuevo un esquema de tres episodios, en cada uno de los cuales algún personaje es reflejo del protagonista de algún otro. Y si en ‘Las horas’ las tres historias compartían a Virginia Woolf como referencia literaria, ahora ocurre lo mismo con respecto a Walt Whitman. La novedad es que si en el libro premiado las tres historias se centraban en el mundo de los sentimientos, aquí cada una recrea un género diferente: el cuento de fantasmas, la ciencia ficción y el thriller. El experimento, sin embargo, no ha funcionado al completo, si hemos de creer la crítica publicada en ‘The New York Times’ por Michiko Kakutani, que si bien reconoce la habilidad de Cunningham en el manejo de los personajes le acusa de usar al autor de ‘Hojas de hierba’ de forma arbitraria y pretenciosa 7 amigos de siempre. Padura vive en La Habana y nada de lo que critica suena a queja, sino a verdadera novela negra. Culturas La Vanguardia LUISA VERA ESCRITURAS SERGIO VILA-SANJUÁN Miércoles, 22 junio 2005 Latidos ESCRITURAS Narrativa En plena revalorización de Roberto Bolaño (1953-2003) se reedita ‘La literatura nazi en América’, un ocurrente catálogo ficticio de escritores filonazis a imitación de los diccionarios de literatura Imaginación erudita Roberto Bolaño La literatura nazi en América SEIX BARRAL 254 PÁGINAS 17 EUROS 8 Culturas La Vanguardia Miércoles, 22 junio 2005 J. A. MASOLIVER RÓDENAS Manifestación nazi en Chicago contra la población de raza negra en América (1966) ARCHIVO A los dos años de su muerte el prestigio de Roberto Bolaño (Santiago de Chile, 1953-Barcelona, 2003) ha ido creciendo a un ritmo vertiginoso, para alcanzar esta fama surgida de la convicción, de la independencia y de una pasión por la literatura y por la vida que marca su obra desde sus más oscuros orígenes hasta “la cumbre de toda buena fortuna”, pasando por los muchos años y los muchos títulos de cuentos y de novelas en los que fue considerado como un verdadero escritor de culto, fácilmente identificable e idetificado con Enrique Vila-Matas. Y no deja de ser significativo que la Historia abreviada de la literatura portátil, publicada en 1985, abra el camino a lo que va a ser un lento y finalmente acelerado proceso de reconocimiento como lo es para Bolaño La literatura nazi en América. Ambas marcan el principio de este rasgo peculiar en ambos escritores y que tiene su más brillante antecedente en Borges: el de convertir en sus libros la literatura en parte de la vitalidad narrativa. Una vocación de enciclopedismo y la consolidación coherente de una estética que borra la barrera entre la realidad y la invención. Algo que ocurre ya en otro libro eminentemente borgesiano, Don Quijote de la Mancha. La literatura nazi en América es un amplio catálogo de poetas y novelistas surgidos en el continente americano en los años del fascismo y del nazismo. Son inventados pero podrían ser reales y volveremos a encontrar este tipo de escritor en el libro de ensayos y artículos En- tre paréntesis, en algunos de los cuentos más brillantes de Putas asesinas o en El gaucho insufrible y, por descontado, en las páginas de sus dos novelas más celebradas, Los detectives salvajes y 2666. Aquí nos encontramos pues con un libro que a la luz de todo lo que ha escrito luego leemos con todas las claves a la vista y con la impresión de originalidad, ex- Los personajes no son detestables, porque aparecen como víctimas de sus atavismos y de sus contradicciones, ajenos a cualquier ideología Narrativa A los 30 años ya se creen perdedores. En una recopilación de relatos primerizos, Chabon retrata la juventud de clase media norteamericana ¡Bienvenidos al club! IÑAKI ELLAKURÍA Michael Chabon Jóvenes hombres lobo Traducción de Javier Calvo MONDADORI 234 PÁGINAS 18 EUROS En Jóvenes hombres lobo se recogen algunos de los relatos primerizos de Michael Chabon (Washington, 1963), la mayoría de ellos publicados en la revista The New Yorker y que le hicieron ganarse el favor de la crítica y convertirse así, para algunos, en la gran esperanza blanca de las letras norteamericanas y, para otros, en un escritor pretencioso y de escaso talento. En este sentido, destacada fue su polémica con David Foster Wallace (otra primera espada de eso que se llamó Next Generation y que englobó a una serie de jóvenes escritores de Estados Unidos). Juntos protagonizaron un enfrentamiento dialéctico más propio del romanticismo (cuando aún por unos versos había gente dispuesta a partirse travagancia y humor poderosamente reforzados. En el Epílogo para monstruos se nos dice, a propósito de El Cuarto Reich Argentino, que es “sin duda una de las empresas editoriales más extrañas, bizarras y obstinadas de cuantas se han dado en el continente americano, tierra abonada para empresas al borde de la lo- la cara) que de este mundo mercantilizado de la literatura del siglo XXI en el que los libros son un complemento más: bolso de Prada, zapatos Manolo Blahnik, y la última novela de Dan Brown o Paulo Coelho. Michael Chabon despuntó en 1984 como escritor con Los misterios de Pittsburgh, novela que presentó como trabajo final en la universidad de dicha ciudad donde cursó los estudios de Literatura y por la que recibió un avance por su publicación de 155.000 dólares. Después llegarían sus relatos cortos publicados en las más prestigiosas revistas del país, hasta conseguir el éxito de público con la novela Chicos prodigiosos (Anagrama, 2000), llevada al cine por Curtis Hanson y con Michael Douglas como prota- gonista. Chabon obtuvo el reconocimiento definitivo de la crítica con Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay (Mondadori, 2002), ganadora del premio Pulitzer 2001. Mientras muchos de sus coetáneos se declararan deudores de los escritores posmodernos (Don Delillo, Pynchon, Vonegut...), Chabon ha sido considerado el más clásico de los nuevos narradores de Estados Unidos y alumno aventajado de Scott Fitzgerald, John Cheever o Truman Capote. Una comparación que aceptó con agrado pero que le ha creado (además de su fama de soberbio y arrogante) más de una enemistad con sus compañeros de profesión. Pero Chabon no sólo bebe de las fuentes de los clásicos norteamericanos, sino también de la cultura pulp, principalmente de los cómics y del cine. Al respecto, cabe destacar la participación del escritor en la elaboración del guión del filme X-Men, dirigido por Brian Singer, y que adaptaba una de las más célebres historias de superhéroes. En Jóvenes hombres lobo, Chabon disecciona sin piedad la clase media norteamericana. En la mayoría de estos relatos primerizos está presente directa o indirectamente el fin de una relación sentimental. Jóvenes matrimonios que conviven entre el odio y la indiferencia (marcada por la falta de sexo) sin saber muy bien cómo y por qué llevan tanto cura, la legalidad y la simpleza”. En estas palabras está compendiado el espíritu de este libro, novela que se sale de los cánones de la novela, documento imaginario pero no falso, puesto que refleja perfectamente este delirio americano que nada tiene que ver con el delirio más tradicional de civilización frente a barbarie. O aquí la barbarie es parte integrante de la civilización. Civilización doblemente bárbara, por americana y por abrazar unas ideas que nos remontan a lo más siniestro de la barbarie europea. No estamos aquí ante un moralista sino ante el testigo de la locura de un siglo. Los personajes no son en ningún momento detestables, porque aparecen en todo caso como víctimas de sus atavismos y de sus contradicciones, ajenos a cualquier ideología. A Bolaño lo que le interesa es lo que hay de aventura tal como la entendiera Apollinaire (“esta larga querella de la tradición y la invención / del Orden y la Aventura”). Son seres casi todos ellos tocados por un destino desdichado, autores de éxito clamoroso pero efímero o sin la mínima proyección o afectado por el mal de Montano. Poseen una personalidad muy marcada pero dentro de una cadena de relaciones para crear un verdadero universo literario e histórico no paralelo sino integrado al real, donde aparecen autores que reaparecerán en otras obras de Bolaño, entre otros, por supuesto, Neruda y Nicanor Parra, cara y cruz de la poesía chilena. Con referencias al nazismo, al estalinismo o a la Falange y la División Azul, con Dionisio Ridruejo y un Muñoz Grandes que se pone a llorar porque sabe de inmediato que la poetisa mexicana Irma Carrasco nunca será suya. Autores que si no son reales merecen serlo. Con agudos juicios críticos por parte de Bolaño, dueños de una prosa contundente y de un humor que no oculta sin embargo una extraña ternura ante una galería de personajes que viven la historia como un delirio y acaban por ser sus víctimas. Estamos ya en compañía del mejor Bolaño. | tiempo juntos; adolescentes que se refugian (como en el relato que da título al libro) en sus mundos de fantasía, lleno de hombres hormiga y pistolas de plástico rosa, para no ver así cómo se desmorona alrededor suyo el mito fundacional de la sociedad occidental: la familia. Pero, sobre todo, Chabon nos presenta la desazón de unos personajes que rondan los 30 años en una sociedad que cada día venera más a la juventud y que ya los considera viejos, cuando apenas han en- Baluarte de las nuevas letras estadounidenses, la cultura ‘pulp’, los cómics y el cine son algunas de sus fuentes trado a formar parte en el mundo de los adultos. Una paradoja que los convierte en seres desencantados ante una realidad que dista mucho de sus sueños de adolescencia. Pero ellos no saldrán a la calle a protestar, nunca lo han hecho. Continúan con sus vidas aunque sin nada a que aferrarse, ni un mísero clavo ardiendo. Son unos zombies posmodernos paralizados por el miedo y la resignación (como el protagonista del relato Zapatillas de clavos) a verse abocados a formar parte del club con más socios del mundo: el de los perdedores. | ROBERT SALADRIGAS VERGARA 470 PÁGINAS 22 EUROS Manuel Francisco Reina La coartada de Antinoo En las ‘Memorias de Adriano’ de Marguerite Yourcenar, el emperador recapitula su vida en una larga epístola a su sucesor Marco Aurelio. Manuel Francisco Reina remeda el recurso y en su primera novela deja que Antinoo, el joven efebo amado por Adriano, interpele a su señor y le confíe la intensidad de su vida y su amor por él. En suma, un inteligente ‘pastiche’ histórico, evocador y sensual Zoë Heller Diario de un escándalo Traducción de Isabel Ferrer y Carlos Milla ROCA EDITORIAL 272 PÁGINAS 17 EUROS EL TERCER NOMBRE 265 PÁGINAS 18 EUROS Henry James El mentiroso Estupenda novela corta de Henry James, escrita en su etapa de plenitud –1888– y en la que, con su habitual ironía y refinamiento, traza la historia de un complejo ‘menage à trois’. Un pintor ‘mondain’, Oliver Lyon, se afana en retratar al marido de su antigua amada, con la idea de desenmascararlo ante ella como un mentiroso y un farsante FUNAMBULISTA 176 PÁGINAS 7,95 EUROS Amira Hass Crónicas de Ramala “Nuestro trabajo es vigilar al poder.” Con esta divisa, la periodista israelí Amira Hass ejerce un periodismo de denuncia valiente y alerta. Instalada en Gaza y Cisjordania, ha vivido desde dentro la realidad de la comunidad palestina y en estas crónicas da testimonio del alto índice de jóvenes dispuestos a suicidarse, de la muerte de niños a manos de francotiradores israelíes o de la demolición de casas GALAXIA GUTENBERG / CÍRCULO DE LECTORES 238 PÁGINAS 14,90 EUROS C. B. Mary Kay Letourneau y Vili Fualaau contrajeron matrimonio el pasado mes de mayo en Estados Unidos. La novela de Zoë Heller se ha inspirado en esta historia AP Es pura evidencia que la fuente de inspiración de Zoë Heller (Londres, 1965) para escribir su novela Diario de un escándalo, finalista del Booker Prize 2003, fue el caso de la profesora norteamericana Mary Kay Letourneau y las relaciones sentimentales con su alumno Vili Fualaau cuanto éste tenía 12 años. Al ser descubiertos, el asunto alcanzó dimensiones de cataclismo. Los medios de comunicación, siempre al acecho de la carnaza, se ensañaron con la pareja, sobre todo cuando uno y otro se empecinaron en no reconocerse culpables del delito de amarse y pese a la diferencia de edad y sobreponiéndose a las presiones insoportables siguieron adelante. Ella, la mujer, fue condenada de antemano al ostracismo social y más tarde cumplió siete años de cárcel. A mediados de mayo de este año, hace apenas una semanas, Mary Kay y Vili, ya legalmente liberados de toda responsabilidad penal y en legítimo uso de su albedrío, se casaron. Los hábitos morales en materia sexual no han evolucinado en la Norteamérica de Bush Jr., más puritana y crispada que nunca, pero hay cosas que en el mundo de las calles resultan imparables y lo demuestra la conclusión feliz de la tremenda aventura –ahora romántica tras ser consagrada por la ley– vivida y sufrida a fondo por esa testaruda pareja de apestados. No estoy seguro que airear el modelo real de la historia que cuenta Zoë Heller haya beneficiado a su novela. En mi opinión, Diario de un escándalo se propone y consigue rebasar la crónica de una transgresión moral y social. Desde el mismo arranque se anuncia el tramado de matices y sentidos que dimensionan el texto. Quien escribe es Barbara Covett, profesora de Historia de unos 60 años, soltera, culta, erosionada por la soledad y el vacío de tantas frustraciones encadenadas, que tras veintiún años de enseñanza en el instituto Saint George de Archway, zona obrera del norte de Londres, ha sido inducida a jubilarse por prestar su apoyo a Sheba Hart, la causante del escándalo. Sheba, de clase alta, treinta y tantos años, enseñante de artes plásticas en la misma escuela, inmadura, casada con un profesor de teoría de la comunicación, madre de una adolescente rebelde y un disminuido mental, profundamente infeliz, es tentada por un alumno de 15 años, Steve Connolly, de familia proletaria, con el que se entrega a una ciega y trémula pasión que marca su apogeo como mujer. Cuando por una indiscreción de Barbara Covett se descubre la relación transgresora y estalla la pirotecnia sensacionalista, los medios de comunicación asedian y crucifican sin más a la obsesiva seductora, hacen escarnio de sus sentimientos, le niegan toda credibilidad, provocan la ruptura con su familia, la sentencian incluso antes de que lo haga la justicia: se convierte así en la persona más detestada de Gran Bretaña. Nosotros la conocemos a través de las palabras de Barbara escritas en el momento en que ambas ocupan la casa prestada por el hermano de Sheba –nadie consiente en alquilarles un piso–, tras haber salido de la cárcel en libertad condicional y a la espera del juicio definitivo que sin duda será condenatorio. En este instante Sheba Hart aparece derrumbada, un animal acosado al que se ha desposeído de su dignidad no ya por el delito cometido sino por la insolencia de no admitir su culpabilidad ni ¿Por qué ese arrogante código social que no comprende la relación de una mujer con un menor, pero sí al revés? entender la magnitud del escándalo. ¿Acaso un muchacho de 15 ó 16 años no puede relacionarse con una mujer de más edad sin salir emocionalmente dañado de la aventura? ¿Tan difícil es suponer que quizá sea ella, la mujer supuestamente violadora, la que resulte malherida por el abuso de poder, la frivolidad o la inconsistencia sentimental del joven seducido? ¿Por qué ese arrogante e injusto código social que por ley considera execrable la relación de una mujer ESCRITURAS Miércoles, 22 junio 2005 La caída de Sheba Hart Culturas La Vanguardia Henri Troyat Catalina la Grande Catalina la Grande, nacida en Pomerania en 1729, ocupó a los 36 años el trono de Rusia, y desde entonces se convirtió en una zarina de irresistible personalidad que acercó a los rusos al resto del mundo. El biógrafo Henri Troyat retrata a esta déspota ilustrada que aunó una fuerte voluntad con un amor sincero por las ideas liberales con un menor, cuando sin embargo comprende que se dé entre un hombre maduro y una Lolita? ¿Dónde está la abominación en un caso que no sea válida para el otro? Desde tal punto de vista es comprensible que Sheba Hart no se reconozca culpable de abuso criminal aunque, visto desde la orilla, su error al ceder al instinto de su femenidad exacerbada pueda resultar moralmente condenable. ¿Quién garantiza el rígido autocontrol de los sentimientos? No sabemos cuál será el futuro más que incierto de Sheba, pero con toda certeza no acabará casada con Steve Connolly siguiendo el desenlace de Mary Kay y Vili. Yendo más allá de su anécdota y las reflexiones que sugiere, la novela de Zoë Heller tamiza el conflicto de las diferencias no sólo de edad entre Sheba y Steve, sino de clase entre Sheba por un lado, personificación de los rasgos burgueses y su lenguaje de casta implícito en alguien no leído, y Barbara y Steve por el otro que perciben el trecho que los separa. Pero además Diario de un escándalo desnuda la rastrera interioridad del claustro de profesores de un instituto londinense a finales de los noventa y, lo que es un elemento inquietante pero decisivo para adivinar la complejidad de la historia, Zoë Heller nos conduce a la sospecha de que el respaldo aparentemente incondicional de Barbara a Sheba en los momentos difíciles, el afán de protegerla haciéndose imprescindible sin justificar el comportamiento de la amiga y aún a costa de compartir los efectos de su brutal degradación, oculta un motivo de revancha social y a la vez un inconfesable sentimiento cuyo sórdido aleteo se nota como algo insano, recóndito pero determinante. No, no me parece que Diario de un escándalo deba leerse como la mera recreación británica de un morboso asunto explotado hasta la fatiga por los medios de difusión de medio mundo. Más que eso, es para mí una novela fresca, sólida, escrita desde el alma femenina, cuyas pulsiones internas es de suponer que las lectoras van a comprender mejor que nadie. O al menos lo imagino. | 9 Novela Inspirada en el caso real de una profesora enamorada de un alumno, Zoë Heller maneja con talento el tema de la diferencia de edad en el amor Otras lecturas ESCRITURAS Documento La última lección del maestro La invasión de Iraq desencadenó una ruptura entre la vieja Europa y la Norteamérica de Bush. En la imagen, una manifestación en Barcelona en febrero del 2004 ROSER VILALLONGA 10 Culturas La Vanguardia Miércoles, 22 junio 2005 MARC SOLER Ha Jin Yang, el boig Traducción de Ramon Folch i Camarasa LA CAMPANA 403 PÁGINAS 21 EUROS La historia se sitúa en los días que preceden a los sucesos de la plaza Tiananmen y concluye con la trágica jornada habida en ese fatídico lugar de la capital china. El gran timonel Mao Tse Tung ya hace diez años que ha muerto. El brillante profesor Yang del Departamento de Literatura, director de licenciaturas y de una revista semestral, antiguo represaliado de la Revolución Cultural, sufre una embolia a consecuencia de la cual fallecerá. Durante su ingreso en el hospital el profesor, que ha perdido cualquier atisbo de lucidez, explicará a retazos lo que ha callado durante toda su vida. Su alumno más brillante, además de futuro yerno, es el encargado de cuidar al enfermo. Así deviene el principal receptor de la confesión de su maestro, en principio desconcertante en tanto que desvela una doble vida o una vida en contradicción con sus verdaderas creencias. A la postre este discurso deslavazado del profesor enfermo se convertirá en la última lección que imparta a su alumno y gracias a ella el rumbo preestablecido de su vida dará un vuelco radical. Los estragos del régimen Pero si los fragmentos de la historia que corresponde al relato del profesor pueden parecer inconexos y carentes de sentido, fruto de la deriva de un cerebro dañado de forma irreversible, hay otra parte de la narración que se alterna con la anterior y que va descubriendo la verdad que encierran las palabras del profesor agonizante. Ese otro apartado desvela los tejemanejes de la vida académica, los intereses personales disfrazados de querellas ideológicas o la ideología convertida en instrumento arrojadizo en manos de oportunistas sin escrúpulos. Aparecen en estas páginas la impregnación burocrática y el férreo control ideológico de un régimen sobre el pensamiento y cómo y de qué manera se llega a mediatizar la vida de los individuos. Desde este punto de vista el autor desnuda y describe con precisión el alma metálica que cubre la institución universitaria y muestra los instrumentos y métodos de los que se sirve para el control, y llegado el caso aniquilamiento, de quienes resultan demasiado quisquillosos –en otras palabras: contrarrevolucionarios– u obstaculizan intereses inconfesables. Para el alumno modélico que nunca se había metido en política, figura pasiva y sujeto principal de la intriga, la experiencia le empuja, entre sorprendido y admirado de sus ingenuidades, a descubrirse como un hombre libre. El autor imprime a la historia un ritmo que va acrecentándose a medida que avanza y se vislumbra el final. Su habilidad para establecer los tiempos de la intriga y navegar por los entresijos de la misma haciendo emerger de esta trama el contexto histórico sin hacer novela histórica no es poco mérito. Estamos ante un libro que arrastra al lector y se hace leer con gusto; uno de esos libros gracias a los cuales la palabra entretenimiento adquiere o recupera significados como son la nobleza y la inteligencia. | Ensayo Un Occidente libre exige la recomposición de relaciones entre EE.UU. y Europa tras el desencuentro que ha supuesto Iraq Premisas razonables para una tarea urgente Timothy Garton Ash Mundo libre Traducción de Sara Barceló TUSQUETS 376 PÁGINAS 22 EUROS ÀNGEL DUARTE El 11 de septiembre del 2001 marcó el devenir de las relaciones transatlánticas. Tras un breve refuerzo de la afinidad entre Europa y Estados Unidos vino el desencuentro. Suele ocurrir cuando la emoción sustituye a la argumentación. La invasión de Iraq –una cuestión pendiente en la agenda americana desde el fin de la primera guerra del Golfo– activó el distanciamiento y la ruptura, más o menos teatral por parte de todos los actores, con la vieja Europa. Occidente, en suma, se escinde. O, lo que no sería menos dramático, lo aparenta. Para Timothy Garton Ash, Occidente es una categoría precisa, un nosotros sólido como cualquier otra identidad. Su operatividad trasciende el uso que se le dio en una Guerra Fría concluida en otro otoño, el de 1989. Tiene sus orígenes en el Londres de mediados del siglo XVII al alzarse voces que exigen un gobierno por consentimiento y la igualdad de derechos políticos para todos los ciudadanos. Occidente es el cúmulo de Ensayo Simplicidad, sabiduría, vida Pierre Hadot Plotino o la simplicidad de la mirada Traducción de Maite Solana ALPHA DECAY 231 PÁGINAS 23 EUROS JAVIER PALACIO Acaso no resulte tan habitual como debiera encontrar libros de filosofía escritos desde el entusiasmo, la claridad y la brevedad, sin renunciar por supuesto al rigor intelectual. Justamente éste dedicado a Plotino pertenece a esa rara categoría, convirtiendo en apasionante y cercana la obra de aquel autor del siglo III que supo engarzar la especulación mística con el goce de lo real. El responsable de este logro es Pierre Hadot (París, 1922), helenista y filósofo cuya apuesta por una filosofía entroncada de manera radical con la vida influiría sobre Foucault, y autor de otros notables ensayos como ¿Qué es la filosofía antigua? o Exercices spirituels et philosophie antique. Lo cierto es que Plotino o la simplicidad de la mirada –curioso éxito de ventas en Rusia, como se informa en una de las pestañas– nos hace soñar en una filosofía que instruyera a moverse entre la belleza y el desorden del mundo en lugar de enfrascarse en querellas conceptuales reservadas a especialistas. Nacido seguramente en Egipto y trasladado a Roma, Plotino se consagra desde muy joven a la filosofía tal como se entendía en la antigüedad, es decir, como estilo de vida, llevando una existencia sencilla y contemplativa y ocupándose de formar discípulos. Pero no se trata tanto de un profesor como de un director de conciencia que inicia a los jóvenes en la sabiduría, en la manera en que el alma puede perfeccionarse, purificarse, simplificarse: una forma de educación integral que apunta tanto al intelecto como al espíritu. Sus lecciones y tratados fueron editados bajo el título de Enéadas. Destaca en su biografía el in- El filósofo Plotino ARCHIVO Plotino parece a veces avanzarse varios siglos a las enseñanzas zen tento truncado de fundar una ciudad, Platonópolis, volcada al estudio y a los placeres elevados según el modelo de la República de Platón. La filosofía de Plotino puede resumirse en la búsqueda del éxtasis, en la unidad del alma con Dios, con el Pensamiento divino. Es la contemplación del universo sensible, con sus espléndidas formas, lo que nos conduce a la visión de la Belleza y del Bien supremos, puesto que De la crítica a los tópicos Ash transita a una segunda cuestión: ¿qué posibilidades hay de que volvamos a ver un Estados Unidos que trate a los europeos como socios plenos y serios en una iniciativa común? Ash cree, no sin fundamento, que la elección del candidato demócrata John Kerry hubiese facilitado las cosas. Pero no es el caso. Sólo cabe, pues, abordar la política norteamericana en su pluralidad, tener presentes la coexistencia, entre otros, del idealismo wilsoniano como creencia en la difusión Dentro de la mejor tradición del ensayo político anglosajón, ‘Mundo libre’ no aporta recetas simples de la democracia con un legado jacksoniano que prioriza la defensa de la seguridad física y el bienestar económico del pueblo americano. Y también repensar una identidad europea como no-Estados Unidos en cuestiones como la religión, el papel del Estado, la manera de concebir las desigualdades sociales o la relación con el medio ambiente, el principio de soberanía nacional o la actitud frente a la pena de muerte o la posesión de armas. Con esos mimbres, Europa debería proceder a forjar un nuevo consenso ciudadano en torno a una posición común euroatlantista. Mundo libre no aporta, sin embargo, recetas simples. En la mejor tradición del ensayo político anglosajón, aquél en el que la biografía se entrecruza con el acontecimiento, Ash nos propone examinar los horizontes de las sociedades democráticas, orientar las iniciativas en el sentido de abatir muros y, con ello, ampliar la libertad humana. | no existe separación entre nuestro orbe y el de la divinidad: entre ambos hay continuidad, identificación a pesar de operar en diferentes niveles. Hadot propone así la fórmula simplicidad de la mirada para explicar la mística plotiniana: saber inmediato que alcanza sin esfuerzo la perfección, supresión de todo cálculo, proyecto o reflexión (Plotino produce a veces la extraña impresión de adelantarse varios siglos a las enseñanzas de los maestros zen). Hadot no deja de subrayar que la experiencia plotiniana se imbrica con lo cotidiano, con lo concreto, despreciando toda ascética excesiva o enfermiza. De este modo se manifiesta en el trato delicado con el otro, en una sabiduría benevolente, en esa singular dulzura existencial que proviene del profundo conocimiento del Bien. La actitud del sabio nada tiene, pues, de evasión ante la vida, sino de compromiso extremo con ella. Aceptar las distintas dimensiones de la conciencia humana, tanto su anhelo de lo trascendente como su impulso hacia los disfrutes materiales, constituye según Hadot la gran aportación de Plotino a nuestra escindida contemporaneidad; otra, percibir el misterio, lo inefable, en lo más humilde y sencillo, en el inextinguible fulgor del presente. Uno de los mejores ensayos filosóficos que puedan leerse en este momento. | SALVADOR LLOPART Richard Dawkins El capellán del diablo GEDISA 348 PÁGINAS 22 EUROS “Querida Juliet... ¿Alguna vez te has preguntado cómo sabemos lo que sabemos? ¿Cómo sabemos, por ejemplo, que las estrellas que parecen minúsculos alfilerazos en el cielo son inmensas bolas de fuego, como el Sol, y están muy lejos de nosotros? La respuesta a esas preguntas es que lo sabemos mediante pruebas.” Efectivamente, pruebas. No hay más. Contra las medias verdades, mucho más peligrosas en su opinión que las mentiras completas, Richard Dawkins (Nairobi, 1941) siempre antepone las pruebas. O en su defecto, las observaciones contrastadas: eso que hemos dado en llamar ciencia o, con más exactitud, el método científico. Dawkins, reconocido divulgador científico, gran valedor de la teoría darwinista desde la aparición a mediados de los setenta de su libro El gen egoísta, habla aquí directamente a su hija Juliet, quien a la sazón contaba diez años cuando le escribió esta carta abierta, un emotivo texto que cierra su nueva colección de artículos reunidos en El capellán del diablo. facilidad ante la manipulación, y ahí sus críticas al posmodernismo, signifique lo que signifique posmoderno, a la medicina alternativa o a los abusos de la genética. Es la suya una actitud, no exenta de ironía, que lo ha singularizado a lo largo de los años por su conocimiento de la ciencia, especialmente de la biología, y por la divertida e inteligente utilización de sus enciclopédicos conocimientos de todo tipo, tal como muestran los textos reunidos en El capellán del diablo, artículos, prólogos y obituarios realizados a lo largo de los últimos 25 años. Una treintena larga de trabajos, muy diferentes entre sí, que tienen en común el rechazo de las fantasías consoladoras. Y que comparten además el convencimiento de que la naturaleza es ciega como ese relojero del que habla uno de sus libros más famosos, El relojero ciego (1986). Un convencimiento atemperado y matizado por otro no menos importante: el de que los seres humanos, libres de la naturaleza, son dueños de su destino. Acérrimo darwinista, de hecho, el mejor y más reconocido divulgador de la ESCRITURAS Miércoles, 22 junio 2005 Esa verdad que la entiende un niño Nuevo consenso ciudadano Culturas La Vanguardia Documento El científico Richard Dawkins reflexiona sobre la esperanza, la mentira, la ciencia y la religión en una nueva recopilación de artículos terior que Londres no consigue igualar desde hace cincuenta años y a la que no se acerca ni de lejos ninguna otra capital europea, y Bruselas, la capital de la Unión Europea, menos que ninguna”. 11 valores de libertad, democracia representativa, mercado e imperio de la ley que los emigrantes europeos tuvieron la oportunidad de proyectar en Nueva Inglaterra. Es ese patrimonio común el que no consigue resistir el embate del desacuerdo. Los gobiernos que desean mantener abierto el puente entre ambas orillas del Atlántico ven como éste cede ante el empuje de unas opiniones públicas hostiles a la guerra como método de resolución de conflictos. El pacifismo, la ojeriza al personaje Bush y a su cohorte de asesores neoconservadores o el antiamericanismo se mezclan para justificar el desencuentro. El fiasco de la posguerra iraquí mantendría abierta la herida. Mundo libre, escrito en este contexto, responde a una inquietud legítima. Una vez pasada la resaca de emociones, la realidad se impone y el futuro exige la recomposición de relaciones en la comunidad transatlántica. La tarea es urgente pero en extremo intrincada. Y no sólo por lo acaecido. En la agenda común se acumulan problemáticas frente a las que se trazan estrategias contrapuestas: Irán, Israel-Palestina, China, Tribunal Penal Internacional o Kioto. Para sustentar su propuesta de recomposición, Ash recorre tanto las tradiciones políticas como las percepciones del otro con las que se ha tejido la cooperación occidental. En Churchill y De Gaulle se encuentran las premisas de los esfuerzos de Blair o Jacques Chirac por construir alternativas desde el descalabro europeo. Pues al fin y al cabo de eso se trata: de la impericia de la Unión Europea ampliada por establecer, más allá del estereotipo y en un escenario globalizado y presidido por la movilidad de personas, informaciones y bienes, una relación libre de complejos que favorezca los intereses comunes. La labor requiere, incluso, tener que advertir algo tan evidente como que “Washington, a través del gobierno y los think tanks, universidades y medios de comunicación, tiene a su disposición una cantidad y profundidad de información y análisis de política ex- Los hombres y los monos, ¿tendrían que compartir derechos? Quizá por eso, por su carácter de texto infantil, Dawkins utiliza un tono ligeramente diferente al suyo habitual en este escrito, una epístola que gira alrededor de todo lo que él considera importante, y que se puede resumir en el valor de plantar cara a los peligros de la tradición, de la conformidad y de la mixtificación, incluida por supuesto la mixtificación de la ciencia. En plantar cara a las artimañas de El capellán del diablo. En general Dawkins suele hacer gala de una altanería ausente también en el texto a su hija Juliet, esa altanería propia de quien está convencido de que las leyes de la naturaleza son impersonales, y de que tales leyes no conceden un estatus especial a los seres humanos. De que la verdad puede ser triste o alegre, depende de quién la cuente y cómo le afecte, pero que, como subraya Serrat en una de sus canciones, “lo que no tiene es remedio”. El científico británico –su nacimiento en África, asegura, fue un feliz accidente– suele, además, crisparse con REUTERS Para Dawkins, aunque la naturaleza es ciega como la evolución, los humanos tienen el destino en sus manos teoría darwinista tras la muerte de Stephen Jay Gould, su cordial adversario, al que dedica todo un apartado de El capellán del diablo, Dawkins afirma: “Soy un apasionado antidarwiniano en lo que se refiere a política y ante como deben manejarse los asuntos humanos”. Miscelánea de su pensamiento, El capellán del diablo trata de asuntos tan diferentes como la religión y la esperanza, y aborda también asuntos más prosaicos como el de los derechos de los chimpancés o el valor de un jurado, examinado todo ello –no podía ser de otra forma– desde la perspectiva de la evolución y la lucha por la supervivencia. | ESCRITURAS Poesía Poesía Breves postales sin sello Poetas en el Barrio Chino Antología poética del Barrio Chino Prólogo de Ferran Aisa 12 Culturas La Vanguardia Miércoles, 22 junio 2005 Mª ÁNGELES CABRÉ Marguerite Yourcenar Los treinta y tres nombres de Dios Traducción y prólogo de Silvia Baron Supervielle REVERSO EDICIONES 78 PÁGINAS 14 EUROS Desde que Adolf Loos propugnara aquello de menos es más en su lucha contra el ornamento gratuito, la sobriedad reina en las formas de la modernidad. Ustedes se preguntarán a santo de qué viene hablar de arquitectura en relación con Marguerite Yourcenar, nacida Marguerite de Crayencour en la Bruselas de 1903, por mucho que hacia 1944, mientras pasaba el verano en la isla de Monts-Deserts, en Maine, la autora de Memorias de Adriano comenzara un ensayo sobre las edificaciones de Nueva Inglaterra, que décadas atrás tanto habían interesado a Edith Wharton. La Yourcenar no llegó a consumar su estudio pero sí siguió la consigna de Loos en el que fuera su último poemario, Los treinta y tres nombres de Dios, que no llegó a ver publicado y viene ahora de la mano de la jovencísima Reverso Ediciones. Alejado de Las caridades de Alcipo y otros poemas, la antología que hasta la fecha era la única traza en nuestras librerías del quehacer poético de esta gran dama de las letras, y que también tradujo Silvia Baron Supervielle, poeta argentina residente en París, este libro de senectud tiene la apariencia de un volumen de haikús o de tankas. Pero la Yourcenar, a pesar de su orientalismo, ni se ciñe a las diecisiete sílabas en tres versos del haikú ni a los cinco de las tankas, y libre como siempre fue, ofrece treinta y tres pinceladas que van del verso único a la poesía visual. PARSIFAL 208 PÁGINAS 9 EUROS JULIÀ GUILLAMON Sebastià Sànchez Juan (Barcelona 19041974) fue un personaje desconcertante, vanguardista programático y poeta de suburbio, uno de los pocos escritores catalanes que en los días de la Guerra Civil –era muy católico– tomó partido por Franco. El 12 de enero de 1939 (catorce días antes de la entrada en Barcelona de los nacionales) publicó Prismes. Antologia poètica 1924-1931. Me contó Palau i Fabre que durante la guerra pasó tantas miserias que tenía una obsesión con la comida. Un día se presentó en su casa y le leyó un poema dedicado al chocolate, con versos de pura hambruna: “J'aime le chocolat à la française, deux oeufs inclus”. La edición de Prismes que manejo yo (la segunda, apud autorem, de 1957), se abre con un estudio preliminar en la que el autor de Fluid expone sus teorías acerca de la creación poética. “Les condicions mínimes de tota obra d'art”, escribe en el Resum anticipat, “són el bon gust i la secció d'or”. Y más adelante: “La vida en si es defineix per ella mateixa –sense desacord amb la definició augustiniana de la bellesa– com una unitat en la varietat. Quan la vida renyeix amb la bellesa, i amb la veritat i amb la bondat, cau, rompuda, en el no-res”. Para mostrar la validez de sus teorías, arremetía precisamente contra Palau, contra el Idilli de Poemes de l'alquimista, aquel poema prostibulario en el que después de un coito sacrílego, el tipo “el fal·lusdesinfecta” y ella “orina estrepitosa com els muls”. “El mal gust es revela en el nostre Idil·li, no precisament pel tema”, escribe Sánchez Juan, “sinó per la limitació amb què és enfocat i pels detalls tinguts a tot arreu com a repulsius”. Es realmente raro que alguien con estas ideas pudiera publicar en 1948 una Antología poética del Barrio Chino, que alterna la obra de poetas catalanes y españoles con los versos de clásicos (de Baudelaire a Paul Eluard y Francis Carco) que de forma más o menos vaga conectan con el tema. La selección incluye poemas de Maragall, Carner, Sagarra, Guerau de Liost, Salvat-Papasseit, Tomàs Garcès o Joan Teixidor (en 1943 el editor Cruzet consiguió editar las Obras completas de Verdaguer pero, cuatro años más tarde, Sagarra publica una selección de los artículos de L'Aperitiu con falso pie de imprenta de 1936). Sánchez Juan los edita como si nada. El núcleo duro lo forma una heteróclita selección de poemas non sanctos, con sórdidas descripciones de callejuelas impías y cafés cantantes en los que abunda el lenguaje trallero (“facha de cadáver”, “clavel payés”, “burrango”) y el morbo de lo que Josep Maria de Sucre llamaba “la internacional masoquista”. En castellano y catalán Una viajera impenitente No fue el azar el que puso al alcance de Baron Superville esta su postrera incursión en el género. En el verano de 1983, la que sería su traductora viajó a Estados Unidos invitada por la autora para revisar la traducción de unas piezas teatrales. Al cabo, la Yourcenar se marchó a India en compañía de su amigo Jerry, ese acompañante joven y homoerótico que tanto recuerda al Yann Andréa de su tocaya Duras. Tres años después llegó a París el original de Los treinta y tres nombres de Dios con la petición de que Baron Supervielle los tradujera y los publicara en la revista N.R.F. de Gallimard. Aparecieron en La Nación de Buenos Aires con motivo del fallecimiento de la autora, acaecido en 1987. Se diría que se trata de poemas que son a su vez esquemas de poemas, palabras con las que la autora retiene instantes de vida vivida. Como viajera impenitente que fue, los paisajes fueron una de sus declaradas fuentes de inspiración y en ellos buscó alimento literario desde que fuera una poeta en agraz. O así lo cuenta Michèle Goslar en la biografía que le dedicó (Qué aburrido hubiera sido ser feliz): cuando la escritura se bloqueaba, el viaje se erigía en almacén de imágenes que al regreso a casa fluían sobre el papel. Así nació Una vuelta por mi cárcel en la prosa y así se alumbraron también estas breves postales sin sello enviadas a un ignoto destinatario. | Prostituta en el Barrio Chino barcelonés en la década de los cincuenta JOAN COLOM Ferran Aisa recuerda en el prólogo que Sánchez Juan trabajaba en la Dirección Provincial de Educación Popular y que debió utilizar sus influencias para colar el libro en la censura. Yo soy más mal pensado. La Guerra Civil había cambiado por completo el imaginario social. La Barcelona de los años treinta, retratada por Sebastià Gasch y Josep Maria Planes, ya no existía, y en su lugar surgía una realidad más sórdida, que no alcanzaría carta de naturaleza hasta mucho más tarde con las fotografías de Joan Colom, el cine amateur de Ripoll-Freixes y Josep Maria Ramon, los libros de Gil de Biedma y Juan Goytisolo. Al situar poetas de distintas generaciones en una línea ininterrumpida, Sánchez Juan creaba una ficción de continuidad. Resulta muy sintomática la selección de sus propios poemas, alternando versos en catalán y en castellano. Contrariamente a lo planeado, el libro demuestra la existencia de dos culturas. Una catalana, menestral y realista. Y otra española, de postal, exótica y truculenta. La Antología poética del Barrio Chino es una rareza, un libro para leer de un tirón y volver a él muchas veces, entrelazando un poema con otro como quien come cerezas de un cesto. Entre odas y cuplés me dan las tantas. Como en la Estampa lírica del Paralelo de A. Molina Manchón (el pintoresco autor del Soneto a la Bodega Bohemia), yo también siento la llamada de Morfeo. Bona nit! | MOLL 64 PÁGINAS 7,50 EUROS Escenas de la vida de Moisés (1481-1482), fresco de Sandro Botticelli en la Capilla Sixtina ANTONI CLAPÉS El poeta mallorquín Gabriel de la S. T. Sampol ofrece al lector su segundo libro de poemas, después de haberse revelado como una de las voces más sugestivas y originales de la nueva poesía en lengua catalana con el espléndido Difícil naufragi (1997). Vulgata es un volumen de doce poemas de extensión media en los que Sampol desgrana su discurso sobre los interrogantes que acechan al hombre contemporáneo (el sentido de la vida, la existencia de un más allá, etcétera), cuya única respuesta posible parece se la duda. Y lo hace a través de la reescritura –un palimpsesto sui géneris– de ciertos pasajes del libro de los libros, la Biblia. La opacidad del lenguaje (“que tenebrós ha de néixer / el mot que val en mi alguna cosa!”, escribió Segimon Serrallonga), que se manifiestará como uno de los grandes atractivos del libro, no permitirá conocer el sujeto de Vulgata. Éste es su enigma y, a la vez, la seductora propuesta que el poeta hace al lector: que con su lectura, lo reescriba. Que devenga el actor/autor. Cada uno de los poemas va encabezado por una cita (en el latín de san Jerónimo, como no podía ser de otra forma) que posiblemente es el leitmotiv que lo ha desencadenado. Así, el primer poema parte del inicio del Génesis, y el poeta escribe: “El cel, la terra / aquest fou el principi. / No és, però, el principi d'aquest llibre, / que sorgeix d'una matèria que s'hi oposa”. De ahí arranca una relectura parcial de la historia de Moisés, justo hasta que éste asciende al Monte Nebo y vislumbra a sus pies la Tierra Prometida, a la que jamás entrará, condenado por Dios a esperar allí su muerte: tantálico castigo. Moisés reflexiona sobre su destino y se pregunta si no hubiera sido mejor regresar a Egip- Poesía Contener la respiración Lala Blay Plec de claror PROA 72 PÁGINAS 11 EUROS PREMIO JOSEP M. LÓPEZ-PICÓ 2004 JORDI GALVES Gabriel Ferrater sostenía, parafraseando a Goethe, que las cuestiones de estilo sólo preocupan a las señoritas aficionadas a todo eso: “Ben poca cosa és un poeta si no és capaç de redactar sense angoixes, pas a pas i en qualsevol moment, amb una assegurada eficàcia estilística, qualsevol motiu que hagi arribat a concebre amb claredat. Òptimament, tot poema hauria d'ésser clar, sensat, lúcid i apassionat, és a dir en una paraula, divertit”. La diversión –que no la comicidad, con la que no hay que confundir, como George Gershwin tampoco se confunde con los desternillantes Gilbert y Sullivan– no parece muy valorada en la lírica catalana más allá de buenos y amenos poetas como Enric Casasses, Albert Roig, Dolors Miquel, Josep Pedrals y compañía. El tradicional locus amoenus –o lugar ameno o agradable con el que el espíritu debe abordar lo poético y que, por eso, la iconografía nos lo representa como un apacible jardincillo donde uno lo pasa bien– suele ser tirando a poco amoenus y acaba resultando bastante tostón. No parece probable que una enésima y cansina repetición de lo ya manido resulte demasiado poética, ni tampoco que el reescribir bonito –o reescribir rarito, para el caso es igual– ayude al lector a ser lector o al poeta a convertirse en poeta. La poesía de certamen puede acabar desarrollando un mimetismo estéril, unos movimientos reflejos innecesarios, fatales. Baste recordar que el provenzal de los trovadores –u occitano, como se le conoce hoy–, tras el desastre de la cruzada, intentó refugiarse, sobrevivir alrededor de la Sobregaya companhia dels set trobadors de Tolosa. Excepto raras excepciones como Guilhem Moliner, los poemas de concurso se fueron acumulando, año tras año, todos parecidos entre sí, ilegibles, soporíferos. El aburrimiento y la desidia de los occita- nos hizo tanto daño al provenzal como la mismísima guerra de los franceses. Lala Blay (Barcelona, 1968) es una buena poetisa, un nombre prometedor a pesar de su juventud y de sus, hasta ahora, escasas publicaciones. Tiene una gran habilidad para evocar, describir, la difícil experiencia de los sentimientos a través de un lenguaje de gran plasticidad, economía y sugerentes implicaciones. El territorio que nos presenta aparece desangelado; la amplitud de horizontes demuestra sólo que vivimos a la intemperie, en un descampado o cerca de una construcción desvencijada. “La porta no ha trobat mai més / el galze, sovint la sento batre”. Diríase que esa puerta que el viento intenta infructuosamente cerrar marca el ritmo de la experiencia interior de la poetisa. La puerta a merced del viento desvela una Lala Blay sabe evocar la difícil experiencia de los sentimientos a través de un lenguaje de gran plasticidad, economía y sugerentes implicaciones ESCRITURAS Desde el agnosticismo, Sampol habla a Dios con el lejano ‘vós’, un Dios que el poeta identifica con la Nada los dos ejes que dibujan nuestro tiempo: la dificultad de creer en un más allá y la problemática del lenguaje, manifestada la imposibilidad de decir nada. Después de Nietzsche, el lenguaje es pura negación: si Dios ha muerto ya no es posible un lenguaje positivo, y sin él no hay referente para la analogía. ¿Cómo recomponer la unidad perdida del lenguaje? ¿Cómo refundarlo? La única manera, y éste es un elemento clave en el discurso del arte y de la literatura del siglo XX, es liberarlo de la esclavitud de la representación: la búsqueda de un lenguaje nuevo, alejado de toda mimesis. Tan sólo desde el fragmento, la intertextualidad y la abstracción –puras metáforas de un mundo desvertebrado–, se pueden recomponer los hilos del discurso roto. Y Vulgata es una fehaciente prueba de ello. El último poema, de tono marcadamente apocalíptico, muestra al hombre contemporáneo frente al sinsentido de su vida: únicamente le queda el recuerdo de lo vivido (o lo soñado), de lo escrito. Y esperar, sentado frente al mar, a tomar una decisión. Sin saber cuál: el enigma. Y es que, en definitiva, la poesía –parafraseando la epístola paulina a los corintios– siempre debe ofrecérsenos “de manera oscura, en un espejo poco claro”. | melancólica vibración ante lo vivido, como en la triste y maravillosa película de Wim Wenders París, Texas. La práctica del sexo conjura el sentimiento de pérdida y de desasosiego, y el mutuo deseo de los amantes por las concavidades anatómicas se torna una metáfora del anhelo femenino por un techado, por una casa, por un hogar con lumbre donde resguardarse de todo mal: “L'espluga és tendra i càlida i humida / i al fons hi ha llum”. Junto a este importante ejercicio de escritura, Blay también se deja llevar peligrosamente por pobres juegos lingüísticos, falsas paradojas, inercias que sólo logran sobrevivir en el invernadero de los certámenes y justas poéticas: “La gramàtica en va / procurava donar-te / un sentit entre ells...” (la semántica no es la gramática) o “Psicòlegs compren / al preu més baix / la teva llum / (la meva)” o incluso “Per un instant / es vessa en mi / la teva sang”. El escritor puede hacer lo que le plazca, retorcer la lengua, puede destruir el sentido, caer en el tópico más socorrido pero siempre será como contener la respiración: antes o después deberá volver al buen sentido si no quiere ahogarse. “Per a la longitud d'aquest dolor, / per l'aguda duresa de l'espina / que cus la nit / i per l'amor, i per la fina / línia que divideix / raó i deliri / la doble lluna del meu pit.” Aquí el lector no se queda sin aire y el poema resulta muy bueno, magnífico. | Miércoles, 22 junio 2005 Gabriel de la S. T. Sampol Vulgata esta ruptura haya significado para él crisis o enfrentamiento alguno: una relación que habrá sido como “moltes de visites de malalts / o d'endolats, que callen però hi són”. Dios es, pues, invocado –interpelado– como alguien a quien hablar pero a quien no se sabe exactamente qué decir, acaso porque no hay nada que decir. Y aquí Sampol subraya Culturas La Vanguardia En un espejo poco claro to; pero decide quedarse, acomodarse a la situación y hacer del Nebo su particular paraíso: “Va aconseguir fer-lo a imatge i semblança seva. / En féu una terra que regalimava calvados / i, malgrat la insistència de la pèrfida esperança, / a la seva manera hi era feliç”. En el sexto poema, encabezado por el primer versículo del salmo XIV (“piensan para sí los insensatos: Dios no es nada”), Sampol escribe su propio Cant espiritual, insertándose en una tradición que, entre otros, nos ha legado los profundos textos de Ausiàs March y Palau i Fabre. Pero si March escribió su Cant como plegaria y contrición de quien se sabe pecador ante un Dios irascible –a la vez que justo y misericordioso– a quien recurrir en busca del auxilio, y Palau hace lo propio desde un ateísmo existencialista (“no crec en tu”) que sigue teniendo necesidad de hablar e implorar a un dios deseado (“quin mal em fa no poder dir-te: crec”), Sampol escribe desde el puro agnosticismo. Habla a Dios con el lejano vós, un Dios que el poeta identifica con la Nada (el no-Res), que acaso es la Plenitud. Un Dios con el que hace tiempo ha dejado de creer, pero sin que 13 Poesía ‘Vulgata’, reescritura de algunos pasajes de la Biblia, confirma la proyección del poeta mallorquín Gabriel de la S. T. Sampol ESCRITURAS Portugal en el diván ¿Cómo son realmente los portugueses? Un ensayo, inédito en España y que ha causado sensación en su país, los disecciona. José Gil es, según ‘Le Nouvel Observateur’, uno de los 25 filósofos más influyentes de la actualidad 14 Culturas La Vanguardia Miércoles, 22 junio 2005 El miedo a la crítica y al cambio José Gil Filósofo portugués (Mozambique, 1939), es autor de una quincena de ensayos con la imagen social del cuerpo humano como tema principal. Doctorado en la Sorbona y catedrático en Lisboa, ha escrito casi todos sus libros en francés y está traducido al portugués y al italiano. Es inédito en España JORDI JOAN BAÑOS Los portugueses se han sobresaltado al saber que uno de sus conciudadanos, José Gil, era “uno de los 25 pensadores más importantes del mundo”, según un reciente especial de Le Nouvel Observateur. En cuestión de semanas, este catedrático de Filosofía con una quincena de libros a sus espaldas, mayoritariamente de estética, ha dejado de ser leído sólo por especialistas para convertirse en el autor más vendido en su país, gracias a Portugal Hoje. O medo de existir (Portugal hoy. El miedo de existir). Un ensayo providencial, dada la crisis política y económica en la que se encuentran embarrancados nuestros vecinos, aunque Gil va más allá de la actual coyuntura para explicar las raíces de la actual situación. Una sensación de zozobra que diagnostica desde la antropología, desde la psicología social o la crítica de moeurs, sin reducirla a una mera crisis de identidad. Porque Gil no ve la idiosincrasia como una fatalidad, sino como un punto de partida, ya que lo que le interesa es el movimiento. Por ello no ha querido escribir un tratado sobre el carácter nacional autocomplaciente o victimista, tan al uso en estos pagos, aunque bastantes de sus conclusiones pudieran ser igualmente válidas para Catalunya o España. Según José Gil, he aquí un nuevo pequeño catálogo de vicios portugueses: No inscripción En Portugal nada de lo que sucede marca verdaderamente lo real. Ni siquiera la muerte conlleva un luto como el que es de rigor en otras culturas mediterráneas. Hay una ausencia de la muerte en la vida de los vivos, que evita una mayor conciencia vital. La vida portuguesa no comporta auténtica tragedia, ni auténtica alegría. Gil corrobora lo que escribió Pessoa, autor, por cierto, al que dedicó un libro: los españoles son intensos y los portugueses no, víctimas de una mayor cerrazón de las mentes y de los cuerpos. Tampoco el arte consigue entrar en la vida, modificarla. Finalmente, la glorificación de la Revolución de los Claveles evitó la inscripción de los 48 años de dictadura salazarista y de las traumáticas guerras coloniales. Ciudadanía incompleta El 25 de abril no habría traído ni ciudadanía ni civismo. Las formas de solidaridad dentro de la familia habrían servido de colchón a la anulación o restricción de la democra- El filósofo portugués José Gil cia en los ámbitos públicos. Entre los vicios heredados de la dictadura, o de tiempos aún más lejanos, estarían la burocracia, el pequeño despotismo, el juridismo, el compadreo y la impunidad de clase. Por otro lado, habría una escasa comunicación entre capas sociales y pocos esfuerzos de vulgarización del conocimiento. Según Gil, el 25 de abril no RELÓGIO D'ÁGUA EDITORES rompió la jerarquía del poder-saber que Salazar promovió, cuya otra cara sería el binomio pobreza-ignorancia. En cualquier caso, la sociedad portuguesa carecería de espíritu crítico, amordazado además por un espacio público exiguo, incapaz de producir sentido nuevo. Las manifestaciones son rarísimas, la sociedad civil es débil y en la creación de opi- Entrevista a José Gil “Somos arcaicos posmodernos” J. J. B. Después de escribir serios tratados sobre estética de la percepción, el lenguaje del salazarismo, la danza contemporánea o la imagen social del cuerpo humano, el filósofo portugués José Gil ha conseguido, a los 65 años, convertirse en uno de los pensadores ibéricos de mayor proyección internacional y, a la vez, ser profeta en su tierra. En su ático de Lisboa, el filósofo de la carne –discípulo de Gilles Deleuze– reconoce que los medios ya no le llaman para hablar de su libro, sino del éxito de su libro. Al tratar sobre su país, obtenemos un retrato con sombras del carácter luso. ¿Portugal es un país en el diván? Se podría decir que, como Sigmund Freud, he pretendido sacar a la superficie los miedos que la sociedad –en este caso portuguesa– esconde. ¿Hay déficit democrático? En Portugal hay una relación de sumisión al Estado, considerado como una entidad trascendente, muy por encima del pueblo. Hay un déficit de ciudadanía y de conocimiento de derechos, a lo que hay que añadir que la opinión pública tiene muy poca fuerza. ¿En Portugal ‘nada muda’? Cuando de joven recorrí Portugal (había nacido en Mozambique en 1939), era un país profundamente atrasado. Cuando volví de nuevo hace 22 años, de Francia (se formó en la Sorbona), me satisfizo ver que en la universidad portuguesa había una avidez por el saber. Pero he visto como esa especie de función ritual, de iniciación a la edad adul- ta que era el periodo universitario, se ha ido perdiendo. ¿Por qué la suya es una sociedad tan dual? En Portugal hay una cesura entre los que están instruidos y los que no. El pueblo siempre ha tenido otra cultura, otros ritos y otro lenguaje. En Portugal se han preservado ritos de Pascua, como la medida de las almas, que desaparecieron en el resto de Europa... ¡en el siglo VIII! Portugal y Rumanía deben ser los países más arcaicos del continente, aunque sus rasgos desaparecen a gran velocidad. Diría que los portugueses somos arcaicos posmodernos. Mi temor es que cuando desaparezca la cultura popular no tengamos una cultura de sustitución, porque la fuerza de la cultura autóctona viene del pueblo. ¿Por qué, según afirma, no existe una alta cultura portuguesa? En Francia se formó una cultura de elite por el número y la fuerza de un grupo social, la burguesía, que conquistó un espacio de creación y de afirmación de códigos. Mientras que en Portugal la burguesía no desarrolló un código autónomo fuerte, fue inundada por el lenguaje del pueblo. ¿Los síntomas que describe en su ensayo pueden ser encontrados en la literatura portuguesa contemporánea? No pueden ser leídos en general. Tal vez en algún escritor como Rui Nunes o en ciertos artistas visuales como Helena Almeida. De hecho, aunque toda la literatura portuguesa ha sido siempre de crítica de moeurs, un Samuel Beckett era inimaginable, porque sólo se podía Sin caer en la autocomplacencia o el victimismo, bastantes de sus conclusiones pudieran ser igualmente válidas para Catalunya o España gracias al dogma de la competitividad. De cualquier modo, se mantendría un fondo tosco e inacabado en la cultura portuguesa, un poso de barbarie envuelto por innumerables capas de cultura correspondientes a los varios pueblos asentados en su territorio a lo largo de tres mil años. Cortoplacismo Gil critica la ausencia del largo plazo en la mentalidad portuguesa, lo que conlleva, entre otras cosas, que los gobiernos no gobiernen. La misma dictadura hacía de los portugueses seres aplazados. Hay una amnesia sobre aquel pasado reciente, y a la vez, el pasado lejano y mítico ya no fertiliza el presente. Por eso su análisis no recurre a claves literarias o legendarias –el sebastianismo, etcétera– para desentrañar el carácter portugués, como hacía, por ejemplo, Eduardo Lourenço en el clásico O laberinto da saudade. Pequeñez La pequeñez o el síndrome de Liliput es la estrategia portuguesa para seguir siendo niños. José Gil mete en el mismo saco la vieja obsesión nacional por ahorrar: ¿qué es el ahorro sino la restricción del deseo? En este sentido, subraya el cambio cultural que supuso el enriquecéos de Cavaco Silva, a finales de dar en una sociedad superdesarrollada. Quizás ahora podría imaginarse en la cultura portuguesa una obra como El extranjero de Albert Camus. Pero la locura y el absurdo, tan importantes en la formación de la cultura europea moderna –en Artaud, Kafka, Woolf, etcétera–, en que el hombre deja de tener un rostro, en que se relata la experiencia de la inacción, no pasaron por la cultura portuguesa. Nuestro malaise (malestar), que se iba a hacer psicosis, fue atrapado por la neurosis, que no revienta en la cabeza ni divide al sujeto. ¿Y en otras artes? Tampoco pasamos por la modernidad. No tuvimos un Egon Schiele. Aun así considero que la pintura es una de las áreas con más fuerza en la actual cultura portuguesa, junto a la arquitectura. Pero no hay producción de lenguajes nuevos. Tanto Vieira da Silva, primero, como Paula Rego, después, tuvieron que hacer su carrera pictórica fuera. ¿La cultura y la crítica han fracasado en su propósito de transformar la vida? Hay un hiato entre cultura y vida. Ni si- place en dar saltitos entre pequeñas cosas, afirma. Asimismo, las experiencias límite no tendrían en Portugal una expresión cultural que les diera sentido. Lentitud Es otra de las caras de este pueblo de brandos costumes, según reza la tradición, o con tendencia a la inacción y a la sumisión, según Gil. Sería una estrategia para no dejarse sorprender por lo imprevisto; una resistencia pasiva a la entrada de Europa en los hábitos lusos y a inscribir las culturas extranjeras en la propia. Una de las manifestaciones más elaboradas de la lentitud, en alianza con la pasión normativa, es la burocracia, que sirve para aplazar y paralizar la acción, al tiempo que dá la falsa impresión de que los asuntos avanzan. Miedo Portugal es, en apariencia, una sociedad no violenta. El portugués no sólo no mata al toro en la plaza, sino que rehúye el conflicto público en general. Por sus maneras indirectas se les puede considerar los chinos de Occidente. La contrapartida es un miedo diseminado y una gran violencia doméstica, de la que son víctimas la mujer y la infancia. “Somos niños grandes”, escribe Gil, “con el miedo y la irresponsabilidad de los niños, heredados de la dictadura”. | quiera hay propiamente comunidades culturales o artísticas. Las corporaciones viven aisladas, en espacios cerrados. Por otro lado, vivimos una situación de pobreza crítica, pero no por falta de inteligencia, sino porque la crítica se ejerce de manera atópica, no desde un país y un momento histórico determinados. De esta manera, la crítica no contribuye a articular la cultura con la vida, que era uno de los supuestos de la modernidad, ni aporta nada a una nueva manera de ver o de sentir. Hay, además, una fulanización de la crítica: se habla más de los autores que de los productos. ¿Acaso van todos los artistas a la vez a la Bienal de Venecia? Pues sin canon, sin apuesta por pocos, toda promoción surte efectos contrarios No son pocos los que han calificado de absurda o estúpida la polémica alrededor de la Feria del Libro de Frankfurt, donde la cultura catalana es la invitada especial en el 07. Si fuera tan absurda, pronto se acabarían los artículos y discusiones sobre el mejor modo de aprovechar la oportunidad, o los peores de desaprovecharla. Pero apostad diez a uno que el tema seguirá vivo durante meses y hasta años. En este caso, habrá que considerarnos tontos partidarios del absurdo a todos los que participamos en ella, incluidos los que dedican artículos a demostrar que es estúpida, o bien concluir que se trata de un asunto de veras crucial en el futuro de nuestra cultura, y que tanto por sus aspectos simbólicos como prácticos es, con todo merecimiento, el centro de nuestro debate cultural y literario. Aunque bien podríamos ser nosotros estúpidos y la polémica pertinente. Es buena prueba de ello la sarta de tonterías que se han escrito y se escribirán al respecto. Desde quien, desde la más supina ignorancia, se despacha diciendo que a Frankfurt deben ir los editores –que nunca han dejado de ir, mientras lo de la cultura invitada es una guinda, para llamar la atención sobre los mejores autores de una literatura–, hasta las sandeces con las que el conseller Bargalló intentaba, en artículo remitido a ‘La Vanguardia’, contradecir la posición de su partido. Mantengo que el Institut Ramon Llull no tiene nada que discutir sobre el caso con nuestros editores. Un presupuesto extraordinario para ayudar a los que, de entre ellos, presenten un plan de presencia extraordinaria, sin la menor limitación en cuanto a lengua, calidad de sus autores, etcétera, y sanseacabó. Lo que se discute y debe discutirse hasta la saciedad son las actuaciones oficiales. Y en este sentido, de Guadalajara a la Feria de Madrid, vamos de fracaso en fracaso en cuanto a resultado de lo que se supone es una proyección extraordinaria, y ni que fuera ordinaria, de nuestra literatura. En una las mesas redondas supuestamente promocionales de nuestros autores convocadas por la Generalitat en Madrid, la mezcla era tal que algunos de mis amigos –están en todos los cánones a pesar de ir escasos de traducciones– se negaron a asistir. “Si me juntan con tal y tal y tal”, argumentaban con sobrada razón, “mi presencia allí no tiene el menor valor.” Otro que está asimismo en todos los cánones sí fue, pero me llamó la noche de autos, perpetrado el acto, en un estado que no le conocía, más allá del desaliento y próximo a la desesperación. “Estamos acabados, he dedicado mi vida a una literatura que, como tal, ha dejado de existir, mientras tú sigues diciendo que el catalanismo es motor de este país, no hay futuro ni nada que se le parezca”, y mil jeremiadas por el estilo. “Haber hecho como tal o tal y, en las condiciones de la propuesta, no haber ido”, le espeté. Estos autores, los mejores, los de más sólida obra, deben promocionarse de modo individual. En vez de llamarles a sentarse junto a media docena de nombres escogidos aleatoriamente, procedía montar sendas mesas redondas con su obra como única protagonista. No es que los demás participantes no tengan derecho a ir y soltar lo que tengan que decir. Es que meter a los indiscutidos como mejores entre los de en medio, es lo peor que se puede hacer para promocionar al conjunto de una literatura. ¿En punta de lanza, tanto cuesta de entender? Por mi parte, fui convocado a una reunión sobre Frankfurt, “del todo informal”, me aseguró y recalcó la persona que llamaba en nombre de Xavier Folch, junto a seis u ocho escritores más, sin que conste que, salvo uno, hayan dedicado jamás un minuto a la organización de la cultura, a la política cultural o a la promoción de la cultura. Me negué en redondo, sin denostar a nadie, pero asegurando que tales reuniones deberían ser formales, y levantarse acta, además de aducir que en el ‘Cultura/s’ dejo escrito lo que tengo que decir. ¡Qué mal lo estamos haciendo! ¿Su libro es el ejemplo más elaborado del masoquismo que denigra? No, porque es una crítica que pretende contribuir al movimiento, salir del impasse, mientras que el lamento es paralizante, pretende mantener el statu quo. ¿Cómo sobrevive un filósofo al éxito de masas? Estoy a punto de publicar una recopilación de mis textos de crítica de arte y estoy escribiendo un libro sobre problemas de filosofía trascendental. | No acuden todos los artistas a la vez a la Bienal veneciana CHRIS HELGREN / REUTERS ESCRITURAS XAVIER BRU DE SALA Miércoles, 22 junio 2005 Horror vacui Gil le da la vuelta al mito de la saudade: el portugués es tan sensible a las ausencias que ansía la plenitud. De este modo, es incapaz de producir el vacío imprescindible para la creación. El pueblo portugués actúa poco y es a la vez un pueblo agitado: su cabeza se com- Canon y Frankfurt Culturas La Vanguardia Entre lo viejo y lo nuevo En Portugal se habría producido un salto de lo premoderno a lo posmoderno, por lo que Gil crea para sus compatriotas el calificativo de arcaicos posmodernos. Se habría pasado directamente de una sociedad disciplinar a las nuevas formas de control de una sociedad tecnológica. Como en todo el mundo postindustrial, el miedo ya no se desplaza piramidalmente, sino horizontalmente, entre iguales, los ochenta. Un fenómeno amplificado por los cambios espaciales, de la mano de nuevas infraestructuras y de operaciones urbanísticas como la Exposición Universal de Lisboa: espacios físicos abiertos para superar unidades mentales encogidas. Entre las pequeñeces del alma o mezquindades, añade el lamento, la envidia, el complejo de inferioridad y la falta de auténtica admiración, más allá de las fórmulas estereotipadas. 15 nión se encuentra siempre “las mismas voces, los mismos tonos”. En consecuencia, se ha consolidado como sucedáneo una cultura de la queja, falsamente democrática por lo que tiene de universal, y que no hace otra cosa que mantener el statu quo. PATROCINADO POR Es un ciclo comisariado por Mery Cuesta. Título: ‘4 jinetes’. Ubicación: Entrada de Can Ricart, en Poblenou (Barcelona). Autores: El Edu & JLoca Coste de producción: 49'90 (Bote de pintura plástica: 9'95, Sprays hasta completar los 50). Honorarios de los artistas: 230. Honorarios de la comisaria: 200 8.000 PELAS PRODUCCIONES DE BAJO PRESUPUESTO DOCUMENTAL DOCUMENTAL Miércoles, 22 junio 2005 Culturas La Vanguardia 16 El Edu & JLoca (Barcelona, 1975 y 1976, respectivamente). Viven y trabajan en Barcelona. Artistas multidisciplinares (tatuaje, pintura, dibujo...). Trabajan juntos desde el 95. Pese a sus diferencias de estilo, a menudo la gente cree que son la misma persona. Sus obras decoran diferentes locales de ocio y comercios. Han grafiteado en múltiples ciudades europeas. Edu es tatuador profesional y JLoca expone actualmente en la Montana Gallery (Barcelona) Otras reconversiones Además del reforzamiento de este paseo de los museos en Madrid, se han realizado otras intervenciones sumamente representativas. La más significativa es la llamada Casa Encendida, que se inauguró a finales del año 2002, promovida por Caja Madrid, según proyecto de Carlos Manzano, reconvirtiendo el edificio eclecticista proyectado por el arquitecto Fernando Arbós (inaugurado en 1902), en un centro dedicado a diversos contenidos multidisciplinares, artísticos y ecológicos dirigidos a un público amplio. En el caso de la Casa Encendida, la intervención arquitectónica es de escaso interés; lo que destaca es el contraste entre el edificio eclecticista y la fuerza e innovación de las actividades que allí se desarrollan. La Casa Encendida se encuentra en la Ronda de Valencia, en la prolongación suroeste del eje de los museos de Madrid que, desde la Plaza de Cibeles, llega hasta el Reina Sofía. Toda esta serie de concursos y proyectos –además de los citados, la remodelación del Museo Arqueológico Nacional (2001), las dos convocatorias del concurso para el Museo de las Colecciones Reales (1999 y 2002) y la feliz conversión de la antigua fábrica de cervezas El Águila en Centro Documental de la Comunidad de Madrid (1994-2002) según proyecto de Tuñón y Moreno Mansilla– hablan de las dificultades de intervenir en la ciudad y de remodelar y actualizar los museos. Una dificultad generalizada que en una ciudad cortesana y menestral, en una capital en la que domina la burocracia, el centralismo y la inercia administrativa, y en la que la vanguardia no ha encontrado casi nunca lugares idóneos para insertarse, se ha convertido en un proceso difícil y conflictivo. Salvo excepciones, como la Casa Encendida por su museografía y programa de actividades y el Centro Documental en El Águila por su situación y por la calidad de la intervención en un complejo industrial, la renovación arquitectónica de los museos de Madrid ha ido dirigida a reforzar la idea de capitalidad, concentrándolos a lo largo y cerca de la avenida más representativa, el eje monumental del Paseo de la Castellana. La mayoría se han planteado como representativos museos dentro de una concepción académica del arte, la cultura y la museología. Ha predominado la vieja idea de monumentalidad y de museo convencional, en las antípodas de las corrientes de la nueva museología, de los ecomuseos y de los pequeños museos dignificando las periferias o los perímetros verdes de las ciudades. Parece como si Madrid intentase consolidar su capitalidad cultural y artística, tal como hizo París después de la Revolución Francesa y durante la época napoleónica, convirtiendo en museos antiguos palacios y viejas iglesias y monasterios, incluyendo ahora también industrias y edificios del siglo XIX y principios del siglo XX. Una ambición napoleónica que quiere culminar dos siglos más tarde. | MARC RECHA L es llibreries de vell estaven concentrades al llarg d'un carrer força transitat. Refugiar-se en aquells establiments era com ficar-se uns taps a les orelles. De sobte, tot el desori de l'exterior desapareixia. Ara sentíem la respiració dels qui remenaven llibres. Vaig trobar edicions exhaurides, biografies d'anarquistes, molta cosa sobre l'època del populisme més estripat a la Barcelona dels anys vint i trenta. De quina manera hauria arribat aquell material a DF? En alguns llibres encara podies llegir una signatura o potser una dedicatòria que em varen fer pensar amb les que havia vist als llibres de les golfes de casa els avis. En un racó d'una de les llibreries vaig fullejar exemplars escrits en català. Endinsar-se en aquells magatzems era com si tot d'una haguéssiu anat a parar en una excavació arqueològica. Aquelles tombes del laberint de l'exili republicà deixaven entreveure una cara de la diàspora dels oblidats. Una part de la memòria deliberadament bandejada, arraconada, sepultada entre quilos de pols. Enmig de tot allò, aliena a la mínima espurna de curiositat, vàrem veure una dependenta protegida amb una mascareta. Semblava avorrida de passar-se el dia arrossegant els peus entre prestatgeries insulses. Era evident que per a aquella noia submergir-se en aquells centenars de volums plens d'àcars esdevenia un desafiament a l'al·lèrgia, però per al passavolant, si trobaves més o menys el que buscaves, no tenia preu. Esgotàvem els últims minuts a DF, l'avió no tardaria a enlairar-se. Ara sí que el viatge s'acabava. De camí a l'aeroport provàrem d'evocar l'allau d'imatges que havien marcat aquesta aventura a la deriva. Impossible. Els tequiles que liquidàrem en un bar de la terminal ens estovaren els sentits. Així que sense gairebé adonar-nos ja estàvem anxovats al mamut volador i una hostessa molt tibada ens digué en francès que ens cordéssim el cinturó. Benvinguts a Europa! Rendits ens passàrem tot el viatge dormint. L'arribada a l'aeroport del Prat va ser freda, més aviat magre. Faltaven tres dies per deixar el 2004 i a Barcelona la gent anava atrafegada pels carrers humits, altres passejaven aquell cofoisme desesperant que s'havia començat a gestar en l'època de les olimpíades. Bufava un ventet glacial, però hi havia riuades de gent escarxofada a les terrasses dels cafès. Badocs impenitents, vagarívols eterns, despistats, macarres desocupats, especuladors granítics, revolucionaris de pa sucat amb oli, somiatruites enfonsats, moderns prefabricats, displicents de tota mena, tots solitaris recalcitrants, plenipotenciaris de la xafarderia. Amb prou feines vam tenir forces per agafar el cotxe. Quan enfilàvem cap a casa em vaig adonar que l'activitat als carrers i places de Barcelona ens havia fet entrar d'una clatellada a la roda inexorable d'una nova experiència. L'excitació engrescadora de clavar-nos en un altre sidral posà un pessic de pebre al trajecte de tornada Miércoles, 22 junio 2005 ESPACIOS Després de voltar durant un mes per Mèxic, d'assaborir la llum de Oaxaca, de veure la nit a Pátzcuaro, d'airejar-nos a Veracruz, capbussar-nos al Pacífic i flairar la cendra d'un volcà a Colima; entrar en una llibreria de vell del DF se'ns presentava com un aperitiu d'una altra aventura Culturas La Vanguardia El proyecto de Moneo, pensado desde la mentalidad del museo-museo, se ha convertido en un conjunto escalonado, un sistema de edificios relacionados entre ellos que albergan partes distintas del museo. El edificio Villanueva y el edificio de los Jerónimos estarán unidos por una galería subterránea que actuará como entrada principal y auténtico punto neurálgico del sistema de museos. Sin embargo, la enorme dificultad de la ampliación y los fuertes desniveles están produciendo una intervención dispersa y vacilante que no sabe medirse con la calidad del edificio Villanueva. La fachada del edificio de los Jerónimos, que expondrá la escultura renacentista en el claustro totalmente reconvertido y que posee un gran volumen nuevo para las exposiciones temporales, ha sido resuelta con una columnata historicista poco justificada. EMILIA GUTIÉRREZ Els oblidats 23 DIES DEL CEL Centro de Documentación de la Comunidad de Madrid ALBERTO VELASCO El hombre con atributos Ödön Von Horváth Amor Fe Esperanza MERCAT DE LES FLORS BARCELONA Dirección: Carlota Subirós Traducción: Feliu Formosa Del 28 de junio al 3 de julio Festival Grec 2005 www.barcelonafestival.com 24 Culturas La Vanguardia Miércoles, 22 junio 2005 EN DIRECTO EN DIRECTO Von Horváth Muy representado en Europa, el Grec ofrece una obra de este autor, prototipo de escritor centroeuropeo de entreguerras Ödön Von Horváth fue el primer hijo del diplomático esloveno Edmund Josip Von Horváth y de la transilvana Maria Hermine Prenhal. Nació en Fiume (actual Rijeka, Croacia), cuando ésta ciudad adriática pertenecía al imperio austro-húngaro; luego fue parte del estado italiano (1924-1947), yugoslavo (19471991) y, finalmente, croata. Era un hijo, pues, de la Mitteleuropa, ese territorio Metternich que nos resulta tan difuso y desconocido desde el sur. Un austriaco de origen húngaro que, primero por avatares de la profesión de su padre, y después por las circunstancias de la suya propia, se pasó la vida de ciudad en ciudad: antes de los veinte años ya había vivido en Belgrado, Budapest, Munich, Bratislava, Viena y de nuevo Munich, si bien fue en Berlín donde empezó a publicar sus primeras obras importantes. Se trata de un Berlín, el de mediados de los años veinte, que es el termómetro de las convulsiones sociales y políticas de un país sumido en una crisis permanente desde el fin de la Primera Guerra Mundial. Pero una crisis fértil, porque en esa Alemania aparecen algunos de los personajes y movimientos creativos Barcelona 1929 según Horváth XAVIER CERVERA Cathy Claret ‘La chica del viento’, que así tituló uno de sus discos, en una de las pocas oportunidades de oirla en directo en Barcelona. Si antes se alió a nombres como Raimundo Amador o Pascal Comelade, en ‘Sambisarane’, su nuevo trabajo, lo hace con el productor Henrik Takkenberg. Rumba con aires de bossa y chanson, flamenco naif y esa voz que susurra. Pocketclub, 24 de junio, www.pocketbcn.com EDUARD MOLNER En 1929, Horváth visitó Barcelona y su Exposición Internacional. La novela ‘El eterno burgués’ (en alemán, Ed. Suhrkamp) incorpora esa experiencia, de la que surge un retrato de la ciudad, excepcional en la literatura europea de la época. Traducimos unos fragmentos seleccionados por Michi Strausfeld más interesantes de todo el siglo XX. Los dramas El ferrocarril de montaña, de 1926 y Sladek o el ejército negro de 1928, sitúan a Horváth en el panorama teatral y en el mercado editorial. En 1929 se estrena La ópera de cuatro cuartos de Bertolt Brecht, y Mies van der Rohe construye su pabellón para la República alemana en la Exposición Universal de Barcelona. El autor visitará España y la Exposición, testimonio de ello es la novela El eterno burgués (1929), ambientada en el evento. Una Alemania que, capaz de lo mejor, engendra también lo peor: en febrero de 1931 Horváth se ve sorprendido en el asalto nazi a una reunión del partido socialdemócrata; pese a no militar en ninguna formación recibe el impacto de la violencia de la intolerancia organizada. En esa atmósfera de ascenso imparable del nazismo conoce el éxito con el estreno de Historias de los bosques de Viena (1931), un exponente de la tradición germánica del Volkstsstück (teatro popular), y escribe también Noche italiana (1931), Casimir y Karolina (1932) y Amor Fe Esperanza (1932). Una tradición que Horváth supo transformar situando los sujetos dramáticos entre los miembros de la pequeña burguesía y la clase obrera, pero también introduciendo elementos del Zeistück (teatro de actualidad), como la justicia social o la extensión del Crítica con su presente, su obra es más auténticamente revolucionaria que la de Bertolt Brecht Ödön Von Horváth irracionalismo. Aunque su renovación no acaba aquí. Adan Kovacsis, traductor al catalán de Historias de los bosques de Viena en la versión que dirigió Pep Munné en 1994, señalaba en un artículo publicado en la revista Pausa (Sala Beckett) que quizás la innovación más importante de Horváth fue la introducción en los escenarios de la lengua realmente hablada en la calle, con frases hechas, tópicos y refranes que “encubren el vacío que se manifiesta continuamente en la verdadera marca de la dramaturgia de Al llegar a Barcelona se alojaron todos en un hotel que era casi un rascacielos, un objeto de especulación erigido en las cercanías de la Exposición Universal, un edificio muy frágil; a buen seguro sólo tenía que mantenerse en pie mientras durara la exposición. Se encontraba en una ancha avenida con un nombre de resonancias argentinas, la calle Cortes. En la recepción del hotel la saludó el intérprete, un antiguo representante de aceites de Praga. Dos porteros les dieron la bienvenida con una leve reverencia. “La ‘señorita’ trae dos baúles de viaje, tres maletas grandes y cuatro pequeñas”, le dijo el intérprete en español a los dos porteros. “Seguramente el ‘caballero’ mayor es un redactor, y el ‘caballero’ joven o es hijo de padres ricos o un don nadie. O lo paga todo o nada.” Ambos porteros discutieron sobre si debían sonsacarle ocho o diez pesetas al caballero Schmitz; al final acordaron que fueran diez, ya que en realidad no se trataba de una habitación, sino de un cuarto sin ventana, sin armario, sin silla, sólo con una cama y un lavamanos de hierro. (...) Cuando por fin Rigmor acabó de emperifollarse, se encaminaron de inmediato hacia la Exposición Universal, que les causó una honda impresión. Rigmor leyó su catálogo en voz alta: “Bajo la protección de S. M. el Rey de España y con la colaboración del gobierno real español, la ciudad de Barcelona organiza una gran Exposición Universal con una inversión de cien millones de marcos de oro”. “¡Cien millones! –pensó Schmitz–. ¡Pero si esto no lo vale!” Rigmor siguió leyendo: “Barcelona es la ciudad industrial y comercial más grande e importante de toda España: su número de habitantes alcanza el millón y, por consiguiente, es la mayor ciudad del Mediterráneo.” “Todo esto no es más que un alarde político –la interrumpió Schmitz– para que veamos que España ha despertado de su letargo.” Rigmor siguió leyendo: “Mediante esta magnífica empresa, Barcelona quiere mostrarle al mundo el impulso de la ciudad y del país. Sin duda alguna, tras la Guerra Mundial ningún país podía organizar una exposición tan grandiosa, lo que ha provocado que la ciudad de Barcelona se sintiera motivada a ello, animada por el deseo de apropiarse de los variados e incesantes progresos de la era moderna.” “¡Voilà!”, dijo Schmitz. Primero entraron en el pabellón del Automóvil, donde sólo había automóviles. Al pasar ante un descapotable con asiento supletorio plegable, a Kobler le vino de repente a la cabeza el señor Portschinger de Rosenheim: “Y así ocurre también con la política –pensó–, uno le vende a otro su descapotable, Alemania, Francia, España, Inglaterra y qué sé yo... Todos se compran unos a otros los descapotables. Sí, si todo fuera estrictamente honesto, entonces esto sería una Paneuropa ideal, pero de momento los alemanes nos vemos engañados por el resto de naciones, del mismo modo que yo he engañado a Portschinger. De este modo la Paneuropa no llegará a ser real. ¡No es el verdadero espíritu de Locarno!” En el pabellón del Real Ministerio Español de la Guerra, Kobler siguió pensando: “Si Alemania también tuviera aún un ejército así, con esos cañones, esos tanques y esas flotas de submarinos, todavía podríamos reconquistar fácilmente nuestra hegemonía (...)” Después entraron en el pabellón de alinean frente al público, mientras Collet canta a Fabrizio De André (‘Per i tuoi larghi occhi’): “Non pensarlo perché/ tutto quel che ricordo di te/ di quegli attimi amari/ sono i tuoi occhi chiari”. Ojos claros, los de Elisabeth, que persiguen a todos en el recuerdo, por su insobornable transparencia, por esa honestidad profunda que nada tiene que ver con las leyes. Ojos que permanecen para acusarnos de la cobardía de parapetarse tras el sistema para vengarse, o para no comprometerse. Así es como resulta sobrecogedora la descarada danza de Maria Ribera, un streeptease a la inversa, poniéndose los guantes de forense mientras dirige al grupo un índice acusador. Un silencio ilustrado de Horváth. E. MOLNER la Aviación, donde sólo había aviones. Luego en el pabellón de la Seda, donde sólo había sedas, lo cual emocionó muchísimo a Rigmor. Y después también en el pabellón de Italia, donde no había más que Mussolini. A continuación visitaron el de Rumania, después el de Suecia y el pabellón Meridional, detrás del estadio, donde había de todo. Luego entraron en el gigantesco pabellón Nacional de España, donde en realidad no había nada, pues tan sólo era una sala vacía con capacidad para veinte mil personas, “de estilo káiser Guillermo II”, como constató Schmitz. “Y con aburridas pinturas al óleo”, señaló Kobler. “¡Yo quiero que vayamos de una vez al pabellón de las Misiones!”, prostestó Rigmor. El pabellón de las Misiones era muy interesante, pues se trataba de una original exposición del Vaticano. Había que pagar una entrada adicional, y además de eso le mendigaban a uno a cada paso, de forma muy conveniente, tal como suelen hacer todos los representantes del más allá. Sin embargo, allí uno veía algo a cambio de su dinero: lo que los misioneros les habían robado o sacado con mentiras a los pobres pueblos primitivos ‘ad maiorem gloriam’ del método de producción burgués. Después de esa bendita muestra se dirigieron en autobús al restaurante Miramar, en lo alto de Montjuic, con una vista espectacular sobre la ciudad y el Mediterráneo. Se trataba de un establecimiento muy distinguido, y Rigmor parecía sentirse como en casa. A Schmitz, por el contrario, pareció molestarle que cuatro camareros a la vez quisieran colocarle la silla bajo las posaderas, y Kobler palideció de repente al echar un vistazo a los precios de la carta. “En el catálogo –comentó Rigmor– dice que, según la leyenda, aquí es donde Satán trajo al Señor cuando quiso tentarlo con las delicias terrenales.” Kobler no contestó nada, pero sí pensó algo sobremanera descortés. Schmitz le leyó el pensamiento y se limitó a decir: “¡Pidan lo que quieran!” En ese celestial restaurante, aparte de ellos, había una docena de distinguidos clientes dispuestos a que los sablearan, y es que el sitio era una preciosidad. En el horizonte se vislumbraban las montañas de la fortaleza del Santo Grial; a la izquierda, más abajo, se veía la estatua de Colón sobresaliendo de entre el barullo de la gran ciudad... y, si le apetecía a uno, también se podía contemplar la laboriosidad con que se trabajaba en el puerto. Desde allí arriba se podía observar a todos esos trabajadores, miles y miles de ellos, increíblemente diminutos, como si fuera uno el buen Dios en persona. Al anochecer, Rigmor quiso volver a montar en la montaña rusa a toda costa. Así pues, los dos caballeros y la dama se dirigieron de nuevo hacia el parque de atracciones y atravesaron una zona verde, creada por el arte de los jardineros y favorecida por la indulgencia del clima, llena de charcos. Enseguida se hizo de noche. Entre los arbustos casi exóticos, los distinguidos visitantes vieron a lo lejos, ante el pabellón Nacional, las espléndidas fuentes luminosas; eso sí que era un progreso hacia la era moderna. Ante las puertas de la Exposición Universal se agolpaba la gente que no podía pagar la entrada y que contemplaba ese progreso desde fuera, aunque la policía no hacía más que dispersarla porque impedía el paso a los coches. EN DIRECTO Elisabeth es Clara Segura en la propuesta de ‘Amor Fe Esperança’, en versión catalana de Feliu Formosa, que Carlota Subirós estrenará en el Mercat de les Flors, dentro de la programación del Festival Grec 2005. Gran elección: si tenemos una actriz en nuestro teatro capaz de cambiar en su rostro la presencia del amor, de la fe y de la esperanza por su ausencia absoluta, esa es Clara Segura. Pero Clara está rodeada de estupendos actores. Subirós ha logrado reunir un grupo muy potente para el proyecto: Jordi Collet es el amante policía de Elisabeth-Clara Segura, junto a ellos valores seguros como Muntsa Alcañiz, Jordi Benacolocha, Àngels Poch y Jordi Serrat, y los jóvenes Ernesto Collado, Xavier Ripoll y Maria Ribera. Todos se En las fotos, tres instantes de la obra que se verá en el Mercat FOTOS XAVIER CERVERA Miércoles, 22 junio 2005 Amor Fe Esperanza no se pudo estrenar en el Berlín de 1933, en el que ya había ardido el Reichstag. Sus obras se desprogramaron de los teatros alemanes. Horváth cambió de registro en El divorcio de Fígaro (1936) y Don Juan vuelve a la guerra (1936), entre otras piezas, escritas en forma de parábola. Incluso trabajó como negro escribiendo diálogos para el cine alemán. Instalado en Austria, escribió en 1937 dos novelas, Juventud sin Dios y Un hijo de nuestro tiempo, que tuvieron que ser publicadas en Amsterdam. Juventud sin Dios, casi una novela negra, narra la contraposición entre un profesor, representante del pensamiento ilustrado, liberal y humanista, y su alumnado adolescente, adscrito sin fisuras al nacionalsocialismo. Un hijo de nuestro tiempo, es la historia de un soldado voluntario, un hombre que se refugia en el ejército huyendo de la marginación, abdicando de su individualidad, de su humanidad, para disolverse en un magma orgánico capaz de tomar todas las decisiones en su propia vida. En los dos casos las circunstancias arrojan a los protagonistas a resolver sus contradicciones, que Horváth recrea con una hábil transcripción de sus pensamientos. De nuevo, como en su mejor teatro, lo que no se dice, tiene una importancia decisiva. Ödön Von Horváth fue víctima de una muerte absurda en París al recibir el impacto de una rama arrancada por el viento de los enormes árboles de los Campos Elíseos. Salía de una entrevista con Robert Siodmak para producir en el cine Juventud sin Dios. Era una tormentosa tarde de junio de 1938. Una muerte estúpida para una existencia valiosa; parafraseando e invirtiendo el título de Musil, la suya fue la historia de un “hombre con atributos”. | Explica Horváth en una nota al margen de la obra ‘Amor Fe Esperanza’, subtitulada ‘Una pequeña danza de muerte’ que un reportero le contó que los auténticos dramas se encuentran en los pequeños delitos, juzgados a millares en los tribunales. Su origen, dijo, se encuentra a menudo en la ignorancia, y sus consecuencias suelen destruir vidas, como lo harían una condena a muerte o a cadena perpetua. Elisabeth, una joven pobre, miente para conseguir el dinero de una multa que le evitará la cárcel. Descubierta, es denunciada y condenada. Marcada pues, con antecedentes penales, vuelve a mentir para ocultarlos y vivir una historia de amor. Pero el sistema, implacable, no le permite ni ese mínimo de intimidad. Culturas La Vanguardia Lo que no se dice Una pequeña danza de muerte 25 Horváth: el silencio. La verdad está en el silencio.” Alejado del didactismo de Brecht, en sus obras se ven individuos, personas, no modelos o estereotipos: la suya no es una obra para empujar a la revolución, sino simplemente crítica con su presente, y, en este sentido, más auténticamente revolucionaria. TRADUCCIÓN LAURA MANERO Y ROBERT FALCÓ PANTALLAS PANTALLAS Miércoles, 22 junio 2005 Culturas La Vanguardia 01 02 Teleperiodismo Credibilidad, rigor, veracidad... características propias del negocio informativo que cada vez están más debilitadas por una realidad que se crea como ficción de la no-ficción (o así) Mentiras, mentiras... MIKE IBÁÑEZ 26 Ahora va la RAI 2 y emite un reality donde absolutamente TODO es teatralizado, o sea, falso. Estamos en un momento mediático que pide impugnar del todo el mesianero y granhermanesco slogun del que tiraba Tele-5 durante la 2ª Guerra del Golfo (GW2): “Buscamos la verdad”. ¡Para nada! Dado el talante que está tomando la mediasfera y sus productos, mejor “Buscamos la mentira”. O la Media Mentira. Aquí la detectamos; la identificamos. La buscamos y la encontramos: Michael Born, Pete Arnett, Dan Rather… Credibilidad, rigor, veracidad, son características propias del negocio informativo que cada vez están más debilitadas. La realidad como ficción de la no-ficción (o así). ‘C.S.A.’ DOCU-FICCIÓN Un género o degénero que va a más en las televisiones de algunos países (Francia o Italia) es la así llamada Docu-Fiction, es decir, un documentaloide, un híbrido entre lo real y lo ficticio: un documental al que se completa con partes ficcionadas, imágenes crea- ‘Confederate States Of America (CSA)’, dirigida por Kevin Willmott y producida por Spike Lee, es un falso documental que juega con una inquietante premisa: la Guerra de Secesión norteamericana la ganaron los Estados Confederados, con lo que el esclavismo y, por supuesto, el racismo serían consustanciales a los Estados Unidos de hoy día. El filme, proveniente de Sundance, se presentó en la pasada edición del Festival de Sitges mos imágenes nos las inventamos, recreamos la realidad, la espectacularizamos. A finales de abril la prensa francesa recogió que Charles Villeneuve, conductor de Le droit de savoir, un espacio de reportajes de la TF1, había propuesto a los dos periodistas raptados en Iraq, Christian Chesnot y Georges Malbrunot, hacer una docu-ficción sobre su cautiverio, su liberación, etc. La cosa no prosperó, supongo que fue algo así como un rumor, o quizás a Chesnot y Malbrunot les pareció excesivo salir por la tele haciendo la mona. Si hubiera prosperado, quizá alguien hubiera acabado pensando que lo que había visto era la realidad. La mediasfera está cada vez más saturada, y estos efectos hipotéticos no son descartables. Imaginad una docuficción sobre el Holocausto dirigida y montada por Hit & Go!, la productora joint venture de Hitler y Goebbels. El lema de la docu-ficción depravada sería: allí donde no llegue la verdad, que llegue la realidad. Todas las imágenes son ontológicamente reales. Un efecto pernicioso es la perdida de señas del do- El lema de la docu-ficción depravada sería: allí donde no llegue la verdad, que llegue la realidad. Todas las imágenes son ontológicamente reales 01 Edward Moss, doble de Michael Jackson BRANDON HICKMAN/AP 02 El auténtico Jackson KIMBERLY WHITE/AP das ex profeso. El término docu-ficción en sí ya es contradictorio. Lo que es docu no puede ser ficción. El documental por definición obvia lo ficticio, se basa en hechos veraces y contrastados, y no tiene por qué narrar. La así llamada docu-ficción tiene una vertiente histórica: recrear los últimos días de Pompeya o el desembarco de Normandía, el D-Day del siglo XX. Y se han emitido en primetime, funcionando. El riesgo puede estar en que dejemos Pompeya o Normandía y vayamos a cosas más contemporáneas a las que aplicar la táctica: si no tene- cumental: veracidad, no-ficción. Género toxificado. La realidad acabará siendo algo basado en hechos irreales. TELE-AGITACIÓN Y ahora, un producto mentira al que gente se empeña en darle verosimilitud. El canal iraní Sahar 1 TV estrenó el pasado enero Por ti Palestina, también conocida como Los ojos azules de Zahra, una TV-serie : la historia de un alto oficial israelí que organiza el robo masivo de ojos de niños palestinos para transplantes a judíos. (¿?). Amén de ser un producto de culto –ha dirigido Al no estar permitidas las cámaras, el juicio de Michael Jackson, y su veredicto, se recreaba cada día en el canal E! la serie un ex ministro de Educación iraní, Ali Derakhshni– y de haber propiciado un incidente diplomático al haber vetado Francia su recepción a través del satélite Eutelsat, la serie también ha propicidado, a lo que vamos, declaraciones como las que hizo a la propia cadena Sahar uno de sus editores de noticiarios, Muhammad Shamas, declarando que lo de robar ojos de niños palestinos simplemente está retratando “LA VERDAD que hay detrás de la tortura cotidiana del pueblo palestino”. Hombre, la verdad la verdad... Quizá de aquí a un tiempo lo de robar ojos a niños puede acabar siendo una leyenda en el orbe islámico. E! JACKO Y mientras todo esto pasa por el Planeta, en los USAs se ha declarado inocente a alguien realmente de otro planeta, stranger than fiction: Michael Jacko Jackson. Como las cámaras no tenían acceso al interior de la sala del juicio, el canal televisivo E! ha estado dando cada día a las 7,30 de la tarde –y los sábados, resumen– recreaciones basadas en hechos reales –transcripciones, declaraciones…– de lo que pasaba: la realidad teatralizada, como tableau vivant, con Edward Moss, imitador profesional de Jacko, como Jacko. Who's Bad? Tal como está el patio, ¿en qué genero placeamos algo así? O mejor –o peor–: ¿El juicio real no habrá sido el perpetrado cada día en E! y el veredicto lo habrán dado los televidentes? Es la realidad que imita a la ficción que imita a la realidad que imita… | También existe otro cine argentino Familia rodante (Producción de Argentina y Brasil) 2004 Dirigida por Pablo Trapero Con Liliana Capurro, Graciana Chironi y Ruth Dobel ÀNGEL QUINTANA Desde que en 1991, José Sacristán se infiltró en el universo de Adolfo Aristarain y nos mostró que, a pesar de la caída del muro de Berlín, para los desheredados de la izquierda aún había Un lugar en el mundo, el cine argentino ha pasado a convertirse en un paisaje habitual de las carteleras españolas. El público ha transformado el cine argentino en el pariente próximo del cine español, en la cinematografía más vista después de la americana. Los distribuidores han buscado en los productos procedentes del hemisferio sur, un reflejo conformista de los modelos más adocenados de la cinematografía ibérica. Así hemos visto como al cine de José Luis Garci le ha salido un pariente argentino llamado Juan José Campanella que deslumbró con una película tan rancia y mecánica como El hijo de la novia. Pero también hemos visto como el realismo tímido del cine español reciente ha encontrado su fotocopia porteña en productos tan complacientes como Buena vida (delivery) de Leonardo de Cesare, El cielito de Maria Victoria Menis, No sos vos soy yo de Juan Tarauto o la multipremiada El crecia Martel y con Mundo Grúa y El Bonaerense de Pablo Trapero. Estas tres obras clave empezaron ha diseñar otro modelo fílmico marcado por la descripción de submundos sórdidos y poblado por personajes excluyentes que deambulaban por un paisaje decadente en el que la cámara observaba el vacío generado por un entorno fragmentado. Estas películas, que llegaron a estrenarse don discreción en España, exploraban una esté- ‘Familia rodante’ es un ejemplo de ese otro cine argentino que, sin rechazar al público, es capaz de decir cosas nuevas con ingenio y brillantez tica que oponía el silencio a la verborrea y la opacidad a la clarividencia. El grupo no tardó en ampliarse con otras propuestas más radicales como Los rubios de Albertina Carri o el díptico de Lisandro Alonso formado por La libertad y Los muertos. Cannes y Venecia reconocieron la operación y en el 2004 en su sección oficial estuvieron presentes, respectivamente, La niña santa de Lucrecia Martel y Familia rodante de Pablo Trapero. Mientras todo esto ocurría, en los el deseo de búsqueda de una acción capaz de aglutinar un grupo de personajes bastantes transparentes, mientras se lleva a cabo una exploración de unos sentimientos concretos y la búsqueda constante de las pequeñas contradicciones del alma humana. Trapero sitúa su cámara en la diáfana frontera que separa la ficción construida –la familia– con la realidad –el paisaje y la experiencia del tiempo– para acabar construyendo una historia entrañable sobre las contradic- cines de Buenos Aires triunfaba el sentimentalismo rancio de Luna de Avellaneda, mientras que el rigor de Los muertos era marginado a ser exhibido con una sola copia. El estreno en Argentina de Familia rodante de Pablo Trapero despertó una cierta polémica. Mientras la prensa oficial destacaba el cambio de rumbo que el director había tomado con una compleja comedia coral, otros sectores consideraban que las tensiones individuales que emergían de sus dos óperas primas –Mundo Grúa y El Bonaerense– quedaban más difuminadas en beneficio de una obra, quizás, más complaciente. Es cierto que Familia rodante no es la soñada película radical de un cine argentino contrario a los postulados del neoclasi- ciones que rodean las diferentes edades de la vida. El accidentado viaje no está pensado en clave sociológica, sino en una clave más interiorizada para poder analizar las contradicciones de los personajes y mostrar como surgen deseos reprimidos entre cuñados o como dos jóvenes adolescentes ven como su sexualidad despierta en contacto con la naturaleza. La puesta en escena no juzga, observa con naturalidad, pero con una clara voluntad de no darlo todo por hecho, centrándose sobretodo en la búsqueda del detalle revelador, de ese momento que puede llegar a mostrar la complejidad de los sentimientos. Familia rodante revela que otro modelo de cine argentino, construido con sensibilidad e inteligencia, también es posible. | 27 Sorprende la credibilidad otorgada a mucha cabeza parlante, a mucho talking head que presenta los Informativos TV. Choca también lo serio que se suelen tomar a sí mismos y lo en serio que muchos los toman. Nunca nadie le pondrá risas de lata a un Telenoticidio porque no quedaría serio y sería como si Moisés, arriba en el monte, oyendo los Mandamientos, al final de cada uno oyera risas de lata . Los Telenoticidios son Sagrados, hay que creer en ellos... Los informativos televisivos son por definición la no-ficción depurada, el sitio donde ciertos valores (rigor, veracidad, etc.) deberían de tener su feudo. Pero por lo que parece, tampoco, y en los noticiarios catódicos hay de todo: la información y la mentira o las manipulaciones. Recientemente se han publicado libros donde la información TV y la mentira tienen su chance. El primer caso sería las memorias de U.R.D.A.C.I., para muchos una especie de simpsoniano Smithers, el pelota, el correveidile de Aznar. Publica Días de ruido y furia (Plaza y Janés) y la anécdota da el tenor del personaje: cuela en el texto una trufa sobre algo que Fernando Delgado dijo en la Cadena SER, en su programa de radio. Y que, claro, nunca dijo. Para colar esto y creer que nadie se dará cuenta hay que ser muy torpe o que PRISA hubiera sobornado a U.R.D.A.C.I. para que colara la trola y así ponérselo a huevo para poder desprestigiarlo un poco más; a él y a Aznar. U.R.D.A.C.I. también tiene protagonismo en otras memorias, las de Angela Rodicio, la corresponsal de Televisión Española en Oriente Medio fulminada por unos presuntos malgastos. En Acabar con el personaje (Plaza y Janés), Angela dará su versión de todo, le da cera al U.R.D.A.C.I. y de paso nos explica anécdotas trapaceras de otro figura: Arturo ‘Turi’ Pérez Reverte. ‘Las historietas de Turi podrían llenar una enciclopedia sobre el camelo’. Una: en Beirut pagó a unos milicianos para que pegasen tiros mientras el hacía su crónica para dar sensación peliculera de combate, de riesgo… Mariola Cubells le entra a los telenoticidios en su ‘Mentiras en directo’ (Península), tras echar la TeleBasura al ‘cubell’, al cubo de la basura en su anterior libro ‘Mírame tonto’, o sea: una arrepentida más, alguien que se lo ha llevado crudo y luego “se ha salido", que "se ha quitado" de la Telebasura (como si la tal fuera una secta o heroína) y nos cuenta enormidades basura. Ahora, con su estilo fallero (mascletás, ninots) nos cuenta las más variadas manipulaciones deshonestas de la realidad en los informativos, desde la papada de Zaplana en el Canal 9 al DesPrestige en la tele gallega, los tejemanejes de Antena-3 o TVE. Por último, pero no ‘lo último’, ni mucho menos, la mentira está presente en otro título: Xavier Mas de Xaxás ha publicado ‘Mentira. Viaje de un periodista a la desinformación’ (Destino). Un trip reflexivo por el oficio de periodista en la actualidad, con todo lo que supone hoy manejar información (Internet por ejemplo está cambiando de un modo drástico el tráfico de información y de ‘verdad’). En uno de los apéndices nada lírico del libro, X M de X nos da la información valiosa: un listado de grandes conglomerados mediáticos, tanto nacionales como internacionales. Ahí esta la verdad PANTALLAS M.I. cismo sentimental, pero si que funciona, en cambio, como una obra más compleja de lo que aparenta, rodada con un sentido impecable de la puesta en escena y con un claro deseo de utilizar el costumbrismo como coartada para revelar un universo lleno de contradicciones vitales. Familia rodante es una película que puede alzarse en ejemplo de la existencia de otro cine argentino que sin rechazar al público es capaz de decir cosas nuevas con ingenio y brillantez. Familia rodante funciona como una road movie en la que doce integrantes de una familia numerosa van a realizar un viaje de mil dos cientos kilómetros –desde Buenos Aires hasta Misiones– a bordo de una casa rodante Chevrolet Viking del 1958. El motivo del viaje es el deseo de la abuela de 84 años –Graciana Chironi, la abuela real del director– de poder ser la madrina en la boda de su sobrina. Filmada de manera cronológica, con una curiosa mezcla de actores y de no actores, la película pone en evidencia Miércoles, 22 junio 2005 Familia rodante El nuevo filme de Pablo Trapero se mueve entre la realidad y la ficción Culturas La Vanguardia Telenoticidios Fotograma de ‘Familia rodante’, con la familia al completo abrazo partido de Daniel Burman. Los distribuidores y los festivales han apostado por la operación Argentina, han impuesto un modelo de cine tan adocenado formalmente como el cine institucional español, han conquistado un modelo de público y han acabado creando un star system, capitaneada por la figura de Ricardo Darín. ¿Es este cine argentino que puebla las carteleras el único cine argentino posible? ¿Existen alternativas capaces de generar una disidencia contra este modelo? No hace mucho, algunas revistas de cine argentinas como El amante o la electrónica Otro campo empezaron a hablar de un relevo generacional en el cine argentino. Este nuevo cine argentino hacía su aparición con La ciénaga de Lu- PANTALLAS Miércoles, 22 junio 2005 Culturas La Vanguardia 28 Certamen El Festival de Cine Judío de Barcelona se centra este año en el fenómeno de la diáspora judía y sus consecuencias a lo largo del tiempo Otras butacas Panorámica de la dispersión ¡Queremos tanto a Coppola! Ahí está, para demostrarlo, las sesiones que la Filmoteca de Catalunya dedica estos días al director de ‘La conversación’(1974), ‘Apocalypse now!’ (1979)’ y la saga de ‘El padrino’, por citar sólo tres títulos suyos. En la sala de Barcelona, la Filmo ofrecerá, hasta el 17 de julio, toda la producción de Coppola como director –una veintena de largometrajes– y buena parte de su trabajo como productor. Entre éstas últimas estarán ‘Las vírgenes suicidas’ (11 y 12 de julio) y ‘Lost in traslation’ (16 y 17 de julio), ambas de su hija Sofia, y también la reciente ‘Kinsey’, dirigida por Bill Condon ¡Aunque no dirija más! Efectivamente, Francis Ford Coppola (Detroit, 1939) no dirige desde ‘Legítima defensa’ (1997). Vive prácticamente retirado tras el fracaso de la puesta en marcha de la producción de ‘Megalópolis’, un proyecto de ciencia ficción que tenía que ser algo así como su testamento. A sus 64 años, parece que prefiere sus viñedos, sus negocios en el sector de la alimentación y su revista ‘All Story’ consagrada a los relatos cortos. Vive pues lejos de la dirección, pero no lejos del cine ya que sus legendarios estudios Zoetrope sigue implicados en diversas producciones. En cuanto a largometrajes, por ejemplo, participa Zoetrope en la preparación de ‘El buen pastor’, la nueva incursuión en la dirección de Robert De Niro, una historía de la C.I.A. contada por un veterano agente, el propio De Niro. Y por supuesto en ‘Maria Antonieta’, la inminente nueva película de su oscarizada hija Sofia. Pero es en la tele, con una labor más callada pero no menos rentable –artística y economicamente– donde Coppola está arriesgando más. Zoetrope está, por ejemplo, detrás de la serie ‘Los 4.400’, que va por su segunda temporada en Estados Unidos. Definida como un cruce entre ‘Encuentros en la tercera fase’ y ‘X-Men’, ‘Los 4.400’ parte de la supuesta vuelta a la tierra de los hombres y mujeres abducidos por los extraterrestes en los últimos cincuenta años, esos 4.400 de los que habla el título. Una serie ‘de personajes’ con un innegable aire fantástico, y que desafortunadamente todavía no tiene fecha de emisión en España SALVADOR LLOPART 01 Festival de Cinema Jueu de Barcelona VII edición Proyecciones en el Institut Francès de Barcelona DEL 27 DE JUNIO AL 3 DE JULIO 01 Fotograma de ‘The burial society’, thriller del canadiense Racz premiado en Milán y Nueva Orleans 02 ‘Desmemorias’, de Paola Perkal MERCEDES CEBRIÁN Por chocante que resulte, las trenzas rastas y los tirabuzones de los judíos ortodoxos proceden de la misma prescripción bíblica que figura en el Levítico: “No cortaréis circularmente los extremos de vuestras cabezas, y no estropearás la punta de tu barba”. Otros nexos de unión entre la religión más antigua del planeta y el movimiento que venera al emperador etíope Haile Selassie se dejan ver y escuchar con banda sonora reggae de fondo en el documental Awake Zion de Monica Haim. Este tipo de hallazgos, tan cercanos al espíritu Fòrum prueban una vez más que la tan deseada multiculturalidad está sucediendo ahora mismo, probablemente en el portal de al lado, y que sus participantes hemos de ser tanto los que permanecemos en el lugar donde nacimos como los que abandona sus lugares de origen con el tiempo justo para coger el cepillo de dientes. El Festival de Cinema Jueu de Barcelona se hace eco de ello al dedicar su VII edición a la Diáspora, palabra hipertextual como pocas, que nos remite a otras como memoria, identidad o convivencia. La diáspora judía, como todo movimiento migratorio, ha marcado poderosamente las biografías de sus protagonistas dotándolas de un bagaje complejo y rico en transnacionalidad, de ahí que las experiencias vitales de un grupo diaspórico generen un material aptísimo para ser filmado. Buena muestra de ello dan algunos de los documentales que se proyectarán en el festival: además del arriba citado Awake Zion, se podrá ver Kiddush with Cachaça, sobre los judíos sefarditas en Brasil. o Welcome to the Waks family, una incursión granhermanista en el día a día de una pintoresca familia jasídica australiana. De otras convivencias, esta vez más cercanas al espíritu del chalet adosado, nos habla Wondrous Oblivion (2004), la película británica que abre esta edición del festival. Paul Morrison, su director, ambienta esta tragicomedia en la Inglaterra de los sesenta y la pulveriza con un leve aroma a Quiero ser como Bec- kham, aunque en esta ocasión no sea el fútbol sino el blanco y pulcro cricket el que sirve de unión entre dos familias vecinas –una de jamaicanos y otra de judíos polacos– que han de hacer frente a su mutua desconfianza y al tufillo a racismo a su alrededor. Parece casi obligado que un festival de cine judío dedique un porcentaje de su programación a sobrevolar de alguna manera el tema del Holocausto, ya sea en formato documental o mediante la recreación de historias reales. Así ocurrirá en esta séptima edición del festival barcelonés: el documental Desme- que unos realizadores rindan tributo, se pregunten o traten de explicar unos acontecimientos que les superan. La cifra y la inicial se refieren en esta ocasión al 18 de julio de 1994, día en el que una bomba estalló en la sede porteña de la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina) cobrándose 87 víctimas. ¿Pero y el humor, dónde está ese humor judío tan codiciado como las trufas o las hebras de azafrán? en su modalidad más negra se dejará ver en The Burial Society (2004). Premiado en Milán y Nueva Orleans, el thriller del canadiense Nicholas Racz nos permite asomar- La diáspora judía, como todo movimiento migratorio forzado, ha marcado poderosamente las biografías de sus protagonistas morias de Paola Perkal y Olga, del brasileño Jayme Monjardim, basada en la trágica biografía de la alemana Olga Benario Prestes, servirán como preámbulo a la proyección de la madre de todos los documentales sobre el Holocausto: Shoah, de Claude Lanzmann. Nueve horas y media de testimonios sin imágenes de archivo proyectadas un mismo día tal como pide su director. Y es que si de algo no sufre el mundo judío es de amnesia. “Sin memoria es imposible construir el futuro”, dice la voz en off de Norma Aleandro al inicio de la película argentina 18-J. El largometraje, heredero directo de 11`09``01, es un espacio para 02 nos por el ojo de la cerradura a costumbres como la de las Chevrah Kadishas o sociedades funerarias judías. Y ya puestos a asomarnos: todo lo que siempre quiso saber sobre el judaismo ortodoxo se lo contará el rabino David Libersohn con motivo de la proyección del corto Shabbos Goy (2004) de Rachel Ann Pearl, una visión jocosa de las consecuencias de la observancia religiosa extrema. Y extramuros habrá también cine al aire libre, música en vivo y comida típica de alguno de los miles de lugares de acogida de askenazíes y sefarditas: un aleph borgiano de bolsillo durante una semana. | Archer Prewitt Wilderness Sam Prekop Who's Your New Professor THRILL JOCKEY / GREEN UFOS Pop Compañeros desde hace años en las filas de The Sea and Cake, Sam Prekop y Archer Prewitt vuelven a probar suerte fuera del grupo y estrenan nuevos trabajos en solitario. En ‘Who's Your New Professor’, Sam Prekop vuelve a echar mano de la fórmula que tan bien le funcionó en su debut (editado hace ya cinco años) y que consiste en añadir al sonido siempre sofisticado y exquisito de The Sea and Cake unas buenas dosis de ritmos tropicales y melodías de coctelera. Una vez más, como ya sucedía en su primer disco, Jobim y Bacharach vuelven a merodear a lo largo de los once nuevos temas de Prekop. Por su parte, Archer Prewitt sigue la estela del Jim O'Rourke cantautor y apuesta en ‘Wilderness’ (su cuarto disco) por unas canciones de acabado impecable y con regusto a éxito radiofónico añejo, repletas de arreglos ampulosos e instrumentaciones coloristas. Ligero y sensual el primero, efectivo y voluptuoso el segundo, Prekop y Prewitt logran sus objetivos respectivos y firman dos discos de pop resplandeciente, totalmente distintos entre si pero igualmente apacibles y hedonistas ARNAU HORTA VV. AA. Rock the kasbah EMI Etno-tecno, rock La versión que Rachid Taha ha hecho del ‘Rock the casbah’ de los Clash sirve de recurrente leivmotiv para esta compilación dedicada a la memoria de Joe Strummer y que recoge himnos de combate de músicos de Asia, Oriente Medio y África, ya sea exiliados en la diáspora o luchando para hacerse escuchar en países poco receptivos a las disidencias. El lote incluye a Asian Dub Foundation, Fun<da>mental –en remezcla de Jesus & Mary Chain–, Alpha Blondy, Khaled, R. Taha & Faudel, Cheb Mami con el rapero K-mel y el ‘Redemption song’ en versión de Joe Strummer & The Mescaleros, pero lo mejor es poder descubrir a músicos iraníes, egipcios, sirios, pakistaníes, libaneses, malasios y sudafricanos que trabajan en la misma longitud de RAMON SÚRIO onda Sleater-Kinney The Woods SUB POP / HOUSTON PARTY Rock El impactante retorno de este veterano trío de féminas, que por mucho que no quieran saber nada de las ‘riot grrrls’ vociferan endiabladamente bien, tiene el aliciente de contar con la producción del perfeccionista Dave Fridmann –Mercury Rev, Flaming Lips–, encargado de dar a la turgencia de sus guitarras un barniz que se sale del proto-punk. Así, ‘What's mine is yours’ suena como si Patti Smith hubiera caído en las garras de Sonic Youth; en cambio, ‘Jumpers’ alterna candor melódico con saturado desenfreno y ‘Modern girl’ queda en puro pop. Un pequeño remanso antes de volver a la tónica que marca ‘Entertain’, con unas guitarras que son un chorro de denso fluido eléctrico en agudo contraste con sus punzantes voces R. S. Clásica El gran éxito obtenido en el Gran Teatre del Liceu confirma –en otro registro– la calidad y excepcionalidad de las interpretaciones del joven tenor mexicano Rolando Villazón, que aborda en este CD una serie de imponentes arias de ópera francesa. Acompañado de la Orquesta Filarmónica de Radio France con Myung-Whun Chung. propone a través de una voz privilegiada, con cuerpo, fortaleza en el agudo y una gran capacidad de matices, arias de ‘Le Cid’, ‘Manon’, ‘Werther’, ‘Le Roi de Lahore’, ‘Griselidis’, ‘Roma’ y ‘Le Mage’, de Massenet y de ‘Romeo y Julieta’, ‘Polyeucte’, ‘La Reina de Saba’, ‘Mireille’ y ‘Fausto’, de Gounod. Sorprende, como en sus actuaciones recientes, la capacidad de comunicación. Nuevamente el artista habla al oyente, hace por emocionarle y vibra en consonancia JORGE DE PERSIA Fairuz The lady and the legend MANTECA / NUEVOS MEDIOS Fairuz, una de las figuras indiscutibles de la canción árabe nacida en un poblado cerca de Beirut en 1935, lleva medio siglo cantando al amor, a la juventud perdida, al dolor... En ese período de tiempo ha sabido Canción RAFA MARTÍNEZ Gertrudis Gertrudis MASS RECORDS La rumba catalana se resite a desaparecer, y para demostrarlo está Gretrudis, septeto de La Garriga (Barcelona) que firma este homónimo segundo CD. Su rumba, en catalán y castellano, sin perder las esencias, anda cada día más lejos de la ortodoxia y se tinta, aquí y allá, de ritmos de procedencia diversa, ya sea a base de son o guanguancó cubanos, de samba o de hip hop. Es una rumba que vive no sólo de ‘ventilador’, que tiene ‘tumbao’ y unos muy felices arreglos que empiezan a ser ya –ese violín– ‘marca de la casa’. Una rumba que transita –y ensancha– el camino que trazó el Gran Gato (Pérez), pero que no olvida a los mayores (Peret) IGNASI MOYA Rumba REGISTROS Serge Gainsbourg D'autres nouvelles des etoiles Jacques Brel Comme quand on était beau ANDRÉS HISPANO Aún quedan algunos lugares en los que hallar los ‘piratas’, o ‘bootlegs’, de toda la vida: aquellos discos que servían para saciar la sed de los fans inconsolables de un determinado artista, ofreciendo grabaciones, en directo o de estudio, no editadas oficialmente. Una de las modalidades recientes de estos discos y DVD consiste en recopilaciones de apariciones en programas o conciertos televisados. Del mismo modo que Pearl Jam, por ejemplo, combatió los ‘bootlegs’ editando un disco de cada uno de los conciertos de su gira, ahora aparecen algunas antologías que recopilan a granel grabaciones de un determinado artista para ofrecerlas a manera de retales sin costuras ni recursos que las hilvanen histórica ni artísticamente. Los packs que Universal ha editado dedicados a Jacques Brel y Serge Gainsbourg son un sorprendente y extremado ejemplo de lo expuesto. El pack de Brel, tres discos conteniendo casi siete horas y media de material, ofrece unas noventa canciones a las que se suman fragmentos de entrevistas, especiales de televisión y grabaciones inéditas de todo tipo. Noventa y cinco cortes grabados entre 1958 y 1977, sin una palabra introductoria. Menos mal que los libretos ofrecen créditos de cada corte. Y poco más. En el caso del pack dedicado a Gainsbourg son dos discos DVD con ochenta canciones y numerosos fragmentos de entrevistas, documentales y especiales de televisión, comprendiendo el periodo 1958-1986. Por mucho que extrañe la parquedad con que se presentan estas exhaustivas antologías, es desde luego preferible a una voz en off con mal guión o a un tipo de montaje que se ‘comiese’ los principios y finales de las canciones. La parte buena es la esencial: los temas están completos, la calidad es la mejor posible teniendo en cuenta las fuentes, y el talento está ahí, intacto e incuestionable para viejas y nuevas generaciones. Son verdaderos ‘bootlegs’ oficiales, destinados a sesiones maratonionanas con las que chutarse sustancia pura, sin aditivos, aunque con algunos documentos arañados por el tiempo o el olvido, rescatados in extremis de algún archivo personal, como el emocionante cortometraje ‘Quand maman reviendra’ que nos muestra a un Brel en la intimidad, relajado y tarareando constantemente. Aunque se trata de ediciones francesas, están disponibles en nuestro país. Y no, el pack de Gainsbourg no incluye ‘Je T'aime...moi non plus’. Curiosamente Miércoles, 22 junio 2005 VIRGIN CLASSICS Culturas La Vanguardia Rolando Villazón Arias acercarse a géneros como el jazz o la banda sonora, aunque, en esencia, la música de Fairuz se apoye en sus raíces árabes. En este disco se han reunido algunas de las piezas más significativas de sus últimos años de carrera. Su título, que pudiera parecer algo pretencioso, da cuenta en verdad de la posición que ha logrado esta mujer en el mundo de la canción árabe, de tal manera que en esta suerte de homenaje velado podemos adivinar el porqué de esta posición de privilegio: una voz sugerente, de esas que quedan en el imaginario colectivo 29 REGISTROS DVD CD RECICLAJE RECICLAJE Elegancia futbolera Paolo Hewitt y Mark Baxter The fashion of football Con fotografías de Terry O'Neill MAINSTREAM 256 PÁGINAS 20 EUROS 30 Culturas La Vanguardia Miércoles, 22 junio 2005 Fútbol y moda La estética callejera y el deporte rey se influencian mutuamente en Inglaterra desde los tiempos de George Best hasta hoy KIKO AMAT Detesto el deporte. Como al protagonista de Decadencia y caída de Evelyn Waugh, “no conozco ninguna diversión que me llene de mayor repugnancia que una competición de atletismo, ninguna..., salvo, quizás, los bailes populares”. Y, a pesar de eso, no encuentro inconveniente en admirar los frecuentes cruces que se realizan entre el deporte (fútbol y básquet, mayormente) y otros segmentos de la cultura popular, desde la estética callejera a la música. Recuerdo que hace un año, por ejemplo, recorté una noticia del periódico inglés The Guardian que me parece un magnífico ejemplo de ello: A una mujer se le negó la entrada en un pub, alegando normas de la casa, por llevar ropa de la marca Burberry. Cuando el hecho y las quejas llegaron a los medios, el dueño del bar declaró: “Burberry es ahora el sello del gamberrismo”. The Guardian siguió la noticia y llegó a la conclusión de que, además de ser una marca asociada a la clase media madura de la Inglaterra rural, Burberry es una de las prendas identificativas de los hooligans. Este hecho sólo puede explicarse con el riquísimo tejido que conforma la cultura de las gradas inglesas. El amor hacia la liturgia tribal de los jóvenes de clase obrera ingleses y su necesidad de desarrollar una estética definitoria, unido a la peculiar relación de intercambio que se mantiene allí entre seguidores y futbolistas (Burberry era entonces una marca de moda entre los segundos), debió provocar en el caso mencionado un efecto copycat de imitación. Además de, por supuesto, la descontextualización de la prenda; como había pasado antes con las botas Martens o los polos Fred Perry de tenista, la ropa Burberry adoptaba ahora una nueva función de vínculo subcultural. Elegantes sin mácula El mencionado intercambio entre subcultura popular inglesa e iconografía mainstream no es patrimonio del fútbol, aunque sí es en ese campo donde se han vivido algunas de las conexiones más obvias. Es indudable que la fértil cultura callejera de Inglaterra es la responsable de algunos de sus más importantes cambios sociales; de ella surgirían grupos musicales, estéticas y cultos que serían el antecedente de muchos de los que lograron ascender a la cultura mayoritaria. En pocas palabras, en Inglaterra muchos futbolistas (y actores, y músicos, y periodistas...) venían del mismo lugar, de las mismas bandas y ritos, que sus seguidores. Me dirán que aquí pasaba lo mismo, y se equivocarán; sencillamente, no es lo mismo. Quizás aquel jugador del Betis, Cardeñosa (¿Por qué habré pensado en él?) surgía del mismo terruño que muchos de los hinchas de su equipo, pero no arrastraba consigo un puñado de referenciales estéticos perfectamente identificables por los estilistas de gang de las gradas. Y, antes de que lo diga alguien, el Amor de madre y otras muescas del patíbulo no cuentan. Un libro que explora con bastante acierto esos campos es Football & Fashion, de Paolo Hewitt y Mark Baxter. Con un subtítulo que reza: De Best a Bec- kham, de mod a esclavo de las marcas, el libro excava en la relación fútbol-moda/moda-fútbol que ha impregnado el deporte inglés desde que, a principios de los 60, la FA (Football Association) aprobó la transferencia de jugadores entre clubes y abolió el sueldo máximo. Gracias a ambos sucesos, los jugadores empezaron a vestirse como estrellas del pop y a pasear sus modelitos de uno a otro equipo, influyendo así en la estética de los hinchas y –en más casos de los que imaginan– al revés. El libro nos habla, por ejemplo, de Gordon Smith, un futbolista del Hibernian escocés de los 50 al que los autores definen como el primer metrosexual por su afición a los perfumes y los peinados; de Jim Baxter, otro jugador escocés aficionado a los abrigos de cuero negro con sombreros trilby a juego, como la versión futbolística de un detective pop; del hilarante caso de Steve Perryman, de los Spurs, que se cortaba el cabello en una barbería de boxeadores y al que los skinheads consideraban uno de los nuestros (ésta era la época en que todos los jugadores llevaban el cabello largo); de la elegancia de Alan Hudson, compañero de Terry Venables en el Chelsea, que admite en el libro haber formado parte de la escena mod de su barrio. También se describen con detalle dos de los iconos del futbolista elegante inglés: Bobby Moore y George Best. Al primero, estrella del West Ham y legendario capitán de la selección inglesa, se le definía a menudo como inmaculado, obsesivo con sus camisas e incluso la única persona del mundo que sale del baño seca; Moore, con sus trajes a medida y sus jerséis de cachemira, era el epítome de la elegancia formal inglesa e incluso en un momento de su vida tuvo unas cuantas boutiques bajo su nombre. George Best, que también probaría fortuna con marcas y tiendas de ropa, era su cara opuesta; aficionado al color y enemigo de los trajes enteros, Best definía su elegancia con polos y pantalones de cintura baja, cinturones y complementos, hasta tal punto que los periódicos le llamaban El Quinto Beatle. Partiendo de ambos y acabando en Beckham (al que se describe acertadamente como una percha de Versace, pero siempre a la última moda), el libro traza una línea que nos lleva a través de las marcas italianas, los mejores sastres y las estrellas del rock más futboleras, con el viejo Rod Stewart encabezando la lista. Y todo, todito, es obsesividad inglesa tan pura que hace que, por un momento, incluso el fútbol parezca algo genial. | 01 David Beckham, con un traje de William Hunt 02 George Best, en su tienda EMPICS 01 02 5 10/3 Julian Barnes, Anagrama. Once historias teñidas de humor sutil sobre la vejez y la muerte 8/38 6/13 2/83 4/14 Emili Rosales, Proa. Carlos III proyecta hacer una gran ciudad en el delta del Ebro 5 Sang a les pedres N/– 6 L'ombra del vent 7/127 7 Solitud N/– sobre la fuerza de una mujer para romper convenciones 8 Entre el roig i el negre 6/4 Miquel Mir Serra, CCG Ed. El legado de un patrullero de la FAI exiliado en Inglaterra N/– Donna Leon, Seix Barral. El comisario Brunetti investiga entre los inmigrantes ilegales 10 Pasión india 4 La ciutat invisible Víctor Català, Ed. 62. El clásico Dan Brown, Umbriel. Una novela de aventuras alrededor del secreto de la Mona Lisa 9 Piedras ensangrentadas 2/10 Sándor Márai, Edicions 62 / Salamandra. Tres monólogos crean una historia de pasiones Carlos Ruiz Zafón, Planeta. Intriga literaria en la Barcelona de los años 40 y 50 Sándor Márai, Salamandra. Tres monólogos crean una historia de pasiones 8 El código Da Vinci 3 La dona justa Donna Leon, Edicions 62. El comisario Brunetti investiga entre los inmigrantes ilegales Dan Brown, Umbriel. Aventuras alrededor de un grupo conspirador contra el Vaticano 7 La mujer justa 2 El curiós incident del gos 3/38 a mitjanit. Mark Haddon, La Magrana. Un niño autista investiga la muerte de un perro Salamandra. Un niño autista investiga la muerte de un perro 5 canciones para llorar bastante 4 4/14 3 La sombra del viento 3/159 Carlos Ruiz Zafón, Planeta. Intriga literaria en la Barcelona de los años 40 y 50 7/25 4 El curioso incidente del perro... Mark Haddon, 6 Ángeles y demonios 1/13 Dan Brown, Empúries. Intrigas en torno al presidente de EE.UU. y la investigación espacial Javier Cercas, Tusquets. La relación entre un profesor y un ex combatiente del Vietnam 5 La mesa limón 1 El gran engany 9 La vella escola 5/3 Tobias Wolff, La Magrana. En un selecto colegio, un alumno recurre a un fraude literario –/14 10 Àngels i dimonis Javier Moro, Seix Barral. Historia novelada de la boda de una bailarina española y un maharajá Dan Brown, Empúries. Aventuras de un grupo conspirador contra el Vaticano No ficción castellano No ficción catalán SEMANA ANTERIOR / SEMANAS EN LISTA SEMANA ANTERIOR / SEMANAS EN LISTA 1 El vendedor de tiempo 2/11 Fernando Trías de Bes, Empresa Activa. Una sátira sobre el sistema económico 2 La fuerza del optimismo 1/7 Luis Rojas Marcos, Aguilar. La importancia de ser positivo para estar más sano y feliz 3 Paracuellos-Katyn 6/11 César Vidal, Libros Libres. Estudio de los crímenes cometidos desde la izquierda 4 ¿Dónde se encuentra la –/3 sabiduría? Harold Bloom, Taurus. Las claves que da la literatura para entender la vida 5 La inteligencia fracasada 5/24 J. A. Marina, Anagrama. Las razones de las torpezas de la inteligencia humana 6 Los masones 7/18 César Vidal, Planeta. La presencia de esta sociedad secreta en la política española 7 Vitalidad crónica 8/5 Manuela de Madre y Gemma Sardà, Planeta. La experiencia de una enferma de fibromialgia 8 Elogio de la lentitud 4/15 Carl Honoré, RBA. Consejos para tomarse la vida tranquilamente y ser feliz 9 Déjame que te cuente –/121 Jorge Bucay, RBA. El poder curativo de los relatos literarios 10 La buena suerte 10/61 Àlex Rovira y Fernando Trías de Bes, Empresa Activa. La suerte en la vida y en el trabajo 1 Prohibit als pares 8/38 1/9 Josep Lobató, La Magrana. Extractos de un programa de radio para adolescentes 2 Cuina x solters 2. La cuina de mercat. Ismael 8/11 Prados y otros, La Magrana. Más recetas para jóvenes 3 L'instint de la seducció 4/27 Sebastià Serrano, Ara Llibres. Estrategias comunicativas para conseguir lo deseado 4 La bona sort 5/64 Àlex Rovira y Fernando Trías de Bes, Empresa Activa. La suerte en la vida y los negocios 5 Felip V contra Catalunya 3/7 Josep M. Torras i Ribé, Dalmau. Testimonios de la represión catalana entre 1713 y 1715 6 Els viatges Ibn Battuta, Proa. Edición completa de los viajes del llamado Marco Polo árabe 7 El teló 2/3 6/2 Milan Kundera, Tusquets. Ensayo en defensa de la literatura de calidad 8 Bon dia mandra 9/22 Corinne Maier, Edicions 62. Cómo triunfar en el trabajo sin dar ni golpe 9 Israel, el somni i la tragèdia. Joan B. Culla, –/26 La Campana. Extenso estudio sobre el conflicto palestino-israelí 10 Serrat, material sensible David Escamilla, Mina. Charlas, canciones y recorridos por la biografía del cantante Portada: Detalle de una imagen del filósofo Plotino (Escrituras, página 11) cultura/s. Edita: La Vanguardia Ediciones, SL. Imprime: Mateu Press. Depósito legal: B-35030-2002 Miércoles, 22 junio 2005 2 La velocidad de la luz 1 Las terrazas ¿Resistirán las iras de los vecinos? 2 Los best sellers ¿Resistirán una relectura en otoño? 3 La sangría ¿Resistirán las gastroenteritis? 4 Las familias ¿Resistirán 30 días juntos? 5 Las bicicletas ¿Resistirán el carril bus? 3 1/5 Dan Brown, Umbriel. Intrigas en torno al presidente de EE.UU. y la investigación espacial Para el verano: 2 SEMANA ANTERIOR / SEMANAS EN LISTA 1 La conspiración 1 W.A. Mozart El Wunderkind por excelencia. Su padre, un violinista del montón, supo sacar partido del pequeño Wolfi y su hermana Nannerl organizándoles giras por las cortes europeas 2 Shirley Temple Oscarizada simbólicamente a los seis años por su papel en ‘Bright Eyes’, logró sobreponerse a la fama infantil ejerciendo como diplomática en Checoslovaquia y Ghana 3 Niños cantores de Viena Coro de voces blancas fundado en 1498 por Maximiliano I. Una vez que emiten los primeros gallos, sus integrantes deben abandonar la coral no sin antes devolver el traje de marinerito entregado el primer día 4 Ricky Schroder Niño-estrella en películas como ‘Campeón’. Representante de la estirpe de niños rubios que pueblan la historia del cine familiar. Hoy, hecho un hombre, es miembro de la Liga del Rifle 5 ‘El Piraña’ de Verano Azul Entrañable personaje fruto de unos tiempos en los que el colesterol infantil aún no suponía un problema del que debíamos concienciarnos 1 Ficción catalán SEMANA ANTERIOR / SEMANAS EN LISTA Culturas La Vanguardia POR MERCEDES CEBRIÁN Ficción castellano 31 Estrellas de brillo infantil POR KIKO AMAT Hüsker Dü: ‘Hardly getting over it’ Hay que tener mala leche para incluir las frases ‘murió de un infarto’ y ‘la abuela está enferma y va a morir’ en una canción. El ruidoso trío lo hizo en esta balada ideal para sollozar con desenfreno Jerry Butler: ‘I don't want to hear it anymore’ Las paredes son finas, los vecinos hablan alto, y lo que el cantante oye son las infidelidades de la pendona de su señora. Otro lamento soul para ponerse perdido de mocos Walter Jackson: ‘It's an uphill climb to the bottom’ O, dicho de otra manera, el camino al abismo es cuesta arriba, y hundirse es también un esfuerzo. Uno de los pensamientos más deprimentes de la historia Billy Bragg: ‘Levi Stubbs' tears’ Hasta en el título hay lágrimas. Vidas condenadas, catástrofe working class y una metáfora en el estribillo que cita a Levi Stubbs, el cantante de ojos húmedos de los 4 Tops The Moods: ‘Rainmaker’ Aunque el ritmo soul es vagamente bailable, no se dejen engañar. La historia del tipo más gafe del mundo (“una nube negra en mi cabeza”) les hará derramar ríos y lagos mientras se deslizan por la pista N: LIBRO NUEVO EN LA LISTA ESTABLECIMIENTOS CONSULTADOS: BADALONA DAINA BARCELONA ÁNCORA Y DELFÍN, CASA DEL LLIBRE, CATALÒNIA, LA CENTRAL, EL CORTE INGLÉS, FNAC, LAIE, ONA, PROA ESPAIS FIGUERES MASDEVALL GIRONA EMPÚRIES, LLIBRERIA 22 MATARÓ ROBAFAVES OLOT DRAC SABADELL LA LLAR DEL LLIBRE TARRAGONA ADSERÀ RANKINGS Los libros más vendidos ANNA BELIL RANKINGS Juego de medidas N/–