Apuntes sobre el discurso y el procesamiento judicial contra negros

Transcripción

Apuntes sobre el discurso y el procesamiento judicial contra negros
ISSN 0864-0769,
NÚMERO
21,
ENERO-DICIEMBRE
2013,
PP.
117-124.
Apuntes sobre el discurso y el procesamiento
judicial contra negros y mestizos cubanos entre
finales del siglo XIX y la primera década del XX
Al día siguiente de la instauración
de la República en Cuba, el 21 de
mayo de 1902, fueron arrestadas
cincuenta y siete personas negras
y dos blancas, cuando realizaban,
según los alegatos, una iniciación
de nuevos ñáñigos en una casa particular en La Habana. En los meses subsiguientes continuaron los
arrestos a personas presuntamente
implicadas en casos de «ñañiguismo». En 1903, sesenta negros y mulatos fueron detenidos en Pinar del
Río por similar causa, cuando rendían culto a un santo1. Así, con cierta regularidad, en los primeros años
del siglo XX cubano se abrieron a la
luz pública una serie de procesos
judiciales, que tenían como elemento común el color de la piel de los
implicados, y con éste, la intención
gubernamental y de las élites del
poder de mantener bajo control la
expresión cultural de una parte de
nuestra población.
Las raíces de ese fenómeno, que
se manifestó en la naciente República cubana, se encuentran en el
periodo colonial. La expansión de la
producción y exportación del azúcar
y el café, pero fundamentalmente la
plantación azucarera,2 demandó la
importación a gran escala de africanos esclavizados como mano de obra.3
Desde esa época el racismo contra
los negros y mestizos se fomentó e
instituyó en la sociedad como necesidad para lograr su dominación. La
violencia como mecanismo de control
social fue utilizada en no pocas ocasiones, siendo muestra fehaciente de
ello la ola represiva acontecida en el
año 1844, conocido también como el
«año del cuero».
Es así, que la consolidación del
trabajo esclavo como base de la economía cubana se vinculó estrechamente con la implementación de
mecanismos represivos, que garantizaran el sometimiento del gran número de africanos introducidos en
la Isla. Lo anterior se «justificó» en la
aparente inferioridad de estos y las
constantes manifestaciones de rebeldía ante la desmedida explotación a
que estaban expuestos. Entonces, el
discurso sobre la delincuencia desde la perspectiva racial, se desarrolló principalmente en torno al papel
* Licenciado en---.Investigador. Archivo Nacional
de la República de Cuba. [email protected]
1
HELG, Aline: Lo que nos corresponde. La lucha
de los negros y mulatos por la igualdad en Cuba
1886-1912, p. 15. Ediciones Imagen Contemporánea, La Habana, 2000.
2
3
El período de fundación de la plantación en Cuba
constituye una verdadera Edad de Oro, lo cual se
reflejó en el optimismo que caracterizó el pensamiento económico cubano entre 1790-1830.
Además, se produce la contratación de ciento
veinticinco mil chinos a partir de 1847.
Vázquez Maya, Iván Dalai: “Apuntes sobre el discurso y el procesamiento judicial contra negros y mestizos
cubanos entre finales del siglo XIX y la primera década del XX”. Boletín del Archivo Nacional, enero-diciembre
2013, pp. 117-124, La Habana, Cuba.
Lic. Iván Dalai Vázquez Maya*
117
APUNTES
SOBRE DISCURSO Y EL PROCESAMIENTO JUDICIAL CONTRA NEGROS Y MESTIZOS CUBANOS ENTRE
FINALES DEL SIGLO XIX Y LA PRIMERA DÉCADA DEL XX
de los negros y mestizos, esclavos y
libres, en la sociedad. En este sentido, se propiciaron debates en la
medicina, la jurisprudencia y en algunas instituciones cubanas del siglo XIX― como lo fue la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba― que
contribuyeron a la criminalización
de la población negra en términos
sociales, culturales y biológicos.
Antes de implementarse el primer
Código Penal en Cuba, el orden y la
organización jurídico penal de la
Colonia se regulaban a través de los
Bandos de Buen Gobierno y Policía,
los cuales no brindaban muchas
especificidades sobre el tratamiento a la población «de color» respecto
al delito y la criminalidad. En esos
tiempos los propietarios de esclavos
cumplían la doble función de «dueños y ejecutores de la ley».4
En 1879, a partir de la implantación del Código Penal, los negros debían recibir un tratamiento similar
al resto de la población, en materia
de delito. No obstante, se mantuvo
la visión hacia ellos como portadores
de actitudes negativas, propensos a
delinquir y ser violentos, lo cual se
reflejó en la rigurosidad de los procesos judiciales contra los negros.
Investigaciones precedentes, realizadas sobre la base de los datos
que aportan las Hojas Histórico Penales contenidas en el Fondo Cárceles y Presidios del Archivo Nacional
de Cuba,5 evidencian que la delincuencia no era privativa de la pobla4
5
118
DÍAZ MARTÍNEZ, Yolanda: Delitos y delincuentes:
entre lo oficial y lo real. Cuba en los finales del
XIX e inicios del XX, versión digital.
Conclusiones a las que arriba la investigadora
Yolanda Díaz Martínez, en: Delitos y delincuentes: entre lo oficial y lo real. Cuba en los finales
del XIX e inicios del XX.
ción «de color». Un significativo por
ciento de la población blanca incurría en actividades delictivas y eran
sentenciados por ello. Por lo tanto,
es necesario tener en cuenta que la
mayoría de las personas que califican como delincuentes, a expensas
del color de su piel, formaban parte de los sectores más humildes de
la sociedad y por lo general estaban
desempleados o sólo tenían acceso a
los trabajos menos remunerados.6 La
percepción de un mayor nivel delictivo en la población negra respecto a
la blanca, estaba matizada por la intención oficial de criminalizar al negro y de visualizar más sus delitos.
Otro aspecto a considerar, antes
y después de la abolición de la esclavitud en Cuba, es el hecho de que
además de la pobreza y la falta de
oportunidades que caracterizó a la
mayor parte de la población negra
y mestiza, esta se vio expuesta a la
represión abierta de algunas de sus
formas más importantes de asociación en el siglo XIX: las sociedades
secretas Abakuá y los Cabildos; en
lo cual tuvieron una participación
directa el sistema judicial colonial y
la policía.7
La realidad cubana respecto a la
situación de los negros y mulatos
adquirió un nuevo matiz a través del
desarrollo de las gestas por la independencia nacional, especialmente
por la Guerra Necesaria iniciada en
1895. No obstante, durante este proceso bélico se producen conflictos y
contradicciones por la pervivencia de
6
7
Trabajadores de campo, jornaleros, cigarreros,
carretoneros, entre otras ocupaciones.
HEVIA LANIER, Oilda: Otra contribución a la historia de los negros sin historia. Tesis de Maestría,
1997-1998.
APUNTES
SOBRE DISCURSO Y EL PROCESAMIENTO JUDICIAL CONTRA NEGROS Y MESTIZOS CUBANOS ENTRE
FINALES DEL SIGLO XIX Y LA PRIMERA DÉCADA DEL XX
conductas y visiones discriminatorias hacia los cubanos no blancos.
El término de la última de las luchas armadas contra el colonialismo
español sorprendió a los cubanos
con la intervención de los Estados
Unidos en 1898, dando paso a la
primera ocupación militar norteamericana de nuestro país entre 1899 y
1902. La discriminación y marginación de la población cubana de piel
oscura, se propició como resultado
de la confluencia entre la noción
de superioridad racial anglosajona
―traída por los interventores― y la
tradición de discriminación racial
proveniente del sistema colonial esclavista español.
El 1ro de enero de 1899, el gobernador militar de Cuba rubricó
la Proclama por la cual dispuso la
vigencia del Código Civil y el Criminal, existentes antes de finalizar la
soberanía española en la Isla, modificándose estos en el tiempo según fuera necesario para el mejor
gobierno.8 Y en efecto, desde esa fecha se emitieron órdenes militares,
leyes, decretos, reglamentos, acuerdos y tratados, referentes todos ellos
a diversos temas que interesaban el
ámbito económico, político y social
de la nación. Fueron recurrentes,
entre muchas otras, la promulgación de normas jurídicas referidas
a la amnistía de los individuos que
participaron en la Guerra del 95; la
creación del Tribunal Supremo; se
fijaron la organización y atribuciones de las Audiencias de la Isla de
Cuba; se dictaron nuevas reglas de
8
BORGES, Milo A.: Compilación Ordenada y Completa de la Legislación Cubana de 1899 a 1950,
p.33, segunda edición, volumen I. Editorial Lex,
La Habana, 1952.
procedimiento criminal; se encargó
a las autoridades municipales todo
lo relacionado con el sostenimiento del orden público, la administración de la policía, la reglamentación
de los espectáculos públicos, así
como la autorización de procesiones,
asambleas y reuniones públicas; se
organizaron los Juzgados Correccionales, los Juzgados de Primera
Instancia e Instrucción y los Municipales; y se estableció el recurso de
Habeas Corpus.
Sin embargo, en los primeros
años del siglo XX, aunque existió al
menos una iniciativa legal desde el
Congreso de la República para prohibir las manifestaciones públicas
de los cultos religiosos,9 en el compendio legislativo de este período no
fue recurrente la presencia de disposiciones que se destinaran explícitamente a dar un tratamiento jurídico especial a las manifestaciones
culturales o formas de asociación de
origen africano: «[…] La libertad de
religión y la libertad de asociación
pacífica sin armas, con fines legales,
estaban garantizadas por la Constitución».10
Por su parte, el primer gobierno
cubano en la República bajo la presidencia de Tomás Estrada Palma,
prosiguió la política de discriminaGuillermo Rodríguez Rivera en su artículo “Los
Independientes de Color, a cien años de la masacre”, hace mención de la obra La isla que se
repite, de Antonio Benítez Rojo, en la cual se
expresa que en 1900 la alcaldía de La Habana
prohibió “el uso de tambores africanos en toda
clase de reuniones” y que en 1903, bajo la presidencia de Tomás Estrada Palma, quedó prohibida la sociedad secreta Abakuá.
10
HELG, ALINE: Lo que nos corresponde. La lucha
de los negros y mulatos por la igualdad en Cuba
1886-1912, p. 150. Ediciones Imagen Contemporánea, La Habana, 2000.
9
119
APUNTES
SOBRE DISCURSO Y EL PROCESAMIENTO JUDICIAL CONTRA NEGROS Y MESTIZOS CUBANOS ENTRE
FINALES DEL SIGLO XIX Y LA PRIMERA DÉCADA DEL XX
ción racial. Se limitó el acceso de
los ciudadanos negros al empleo en
el Ejército, la Guardia Rural, la Policía, el comercio, los bancos y los
cargos públicos en general. Asimismo, se promovió el «blanqueamiento
de Cuba» a través de la inmigración
blanca, fundamentalmente española, a lo que se sumó el desarrollo de
campañas para la represión de las
tradiciones de origen africano.11
En este contexto, desempeñó un
papel fundamental la prensa de alcance local y sobre todo nacional,
con su labor de reproducción de un
discurso prejuiciado en términos
raciales, que se valía de editoriales,
artículos y caricaturas. Una parte
considerable de los medios de publicación periódica, retomaron las
campañas acometidas durante la
dominación colonial española para
presentar a los negros y mestizos
como inferiores e incivilizados, con
la finalidad de justificar su posición más baja en la sociedad. En la
República, como en la Colonia, recibían gran publicidad las noticias
relacionadas con crímenes, en las
cuales siempre se mencionaban el
color de la piel, si el culpable era
negro o mulato y se le omitía regularmente si el individuo era blanco,
lo cual trasmitía una imagen de las
personas de piel oscura como predispuestas a delinquir.12
Los funcionarios de la Policía,
principales participantes en el enfrentamiento al delito, en no pocas
Principalmente contra las sociedades secretas
Abakuá y las prácticas religiosas de origen africano.
12
ALINE HELG: Lo que nos corresponde. La lucha de
los negros y mulatos por la igualdad en Cuba.
1886-1912, pp. 148-149. Ediciones Imagen
Contemporánea, La Habana, 2000.
11
120
ocasiones eran portadores de una
visión conservadora sobre la «procedencia racial» del delincuente. Algunos de ellos, en su discurso, estereotipaban a los negros y algunas de
sus prácticas asociativas religiosas
y de hermandad como: «inmundas,
salvajes y homicidas». Este enfoque se evidencia en algunos textos,
entre los cuales se encuentra: Los
criminales de Cuba, publicado en
1882.13 La obra narra los servicios
prestados por José Trujillo y Monagas en el Cuerpo de Policía de La
Habana, así como la historia de los
individuos apresados por él. El autor dedicó un capítulo a los ñáñigos
particularizando sus características, organización, lenguaje, simbología y cantos, entre otros aspectos;
revelando en otro momento, el procesamiento penal de personas blancas por «ñañiguismo».
Además, en 1908, Rafael Roche
Monteagudo publicó su libro La policía y sus misterios. En este texto se
exponen de forma general diversos
temas relacionados con la actividad desplegada por esa institución
represiva en la época, dedicando
especial atención a las figuras delictivas, los principales delitos, las
instituciones y los funcionarios judiciales, y el desempeño del autor
de este texto como policía. Es necesario observar cómo se dedica una
parte importante de la obra al supuesto carácter delictivo-criminal
nato de los miembros de las sociedades Abakuá, de «la brujería»; y a
las causas relacionadas con el negro
13
URRUTIA Y BLANCO, CARLOS: Los criminales de Cuba
y D. José Trujillo. Establecimiento Tipográfico de
Fidel Giró, Barcelona, 1882.
APUNTES
SOBRE DISCURSO Y EL PROCESAMIENTO JUDICIAL CONTRA NEGROS Y MESTIZOS CUBANOS ENTRE
FINALES DEL SIGLO XIX Y LA PRIMERA DÉCADA DEL XX
Domingo Boucourt y el crimen de la
niña Zoila, y con el negro Sebastián
Fernández (alias Tin Tan) y el asesinato de la niña Celia.
Sobre los ñáñigos, Roche Monteagudo expresa:
«[…] Nuestro trabajo tiende a que
siendo de dominio público sus prácticas, se proceda, excogitando los
medios más adecuados, a la completa extinción del Ñañiguismo, que
ha venido y viene infiriendo gravísimo agravio a nuestra cultura.
Tiempo es ya de procurar la regeneración de las bajas capas sociales del país, destruyendo esos
antros do se engendra el crimen
nacido de las supersticiones importadas y después aumentadas
en un medio ambiente delictuoso y
abyecto, que pugna con la actual
civilización.»14
ciales participantes en el proceso
investigativo de la Causa No. 261 de
1910, por asociación ilícita relacionada con la práctica de ritos africanos. El 22 de abril del propio año,
el capitán Félix Pereira, dirigió un
informe al juez actuante para expresarle el resultado de su pesquisa y
su juicio en torno al caso, manifestándole:
« […] he logrado recoger la versión
de que en ese antro de incomprensibles aberraciones y (en) el que se
confunden la suciedad y la más
rara esplendidez, se predican y
proclaman doctrinas absolutamente contrarias a la decencia, a la moral contemporánea y a la paz de los
hogares. En él, como en todos los
de su clase, se dan normas de conducta y se proporcionan instrucciones tendentes a facilitar el adulterio, la mancebía, el aborto […]
Mi opinión personal es la de que
estas agrupaciones inmorales y
funestas constituyen un baldón de
la moderna civilización y un peligro incesante para la tranquilidad
privada y pública.»16
En otro de los capítulos, dedicado a «la brujería», refiere:
«[…] se ha conseguido descubrir
muchos de sus misteriosos procedimientos, cuyo salvajismo ha puesto al desnudo, gracias a la persecución que se les hace, sin que en
manera alguna pueda afirmarse
que no ejercen una idolatría contraria a la moral y a la civilización
actual, cometiéndose a la sombra
de un rito que nada tiene de humano, caníbales crímenes, que han
conmovido a esta sociedad, y cuya
desaparición debe llevarse a cabo
sin tregua ni consideraciones.»15
Otro ejemplo de la visión conservadora y prejuiciada de algunos
agentes de la Policía, resultan los
pronunciamientos de uno de los ofiROCHE Y MONTEAGUDO, Rafael: La policía y sus misterios, p. 13. Imprenta La Prueba, La Habana,
1908.
15
Ibídem, p. 65.
14
Igualmente, en relación a los estudios sobre la delincuencia y la criminalidad en nuestro país, Fernando
Ortiz e Israel Castellanos, publicarían
obras coincidentes en la existencia
de razas inferiores, aseverando que
el negro curro, brujo y ñáñigo era la
trinidad del hampa afrocubana. Si
bien Ortiz evolucionó posteriormente
en su percepción sobre la criminalidad, llegando a comprender que el
hampa era reflejo de las condiciones
socio-políticas y económicas del medio donde se desempeñaba el indivi16
Archivo Nacional de la República de Cuba, Audiencia de la Habana, L 205-10, 1ra Pieza.
121
APUNTES
SOBRE DISCURSO Y EL PROCESAMIENTO JUDICIAL CONTRA NEGROS Y MESTIZOS CUBANOS ENTRE
FINALES DEL SIGLO XIX Y LA PRIMERA DÉCADA DEL XX
duo; Castellanos persistió en identificar al negro en su condición de
delincuente, y propuso como solución al delito el castigo severo, que
tiene su mayor expresión en la pena
capital.17
Los antecedentes científicos de
esta percepción delictivo-criminal
sobre el negro en Cuba, tuvieron
sus principales fundamentos en la
influencia de las ideas provenientes de la Escuela Positivista Criminológica, cuyos exponentes fueron:
César Lombroso, Enrico Ferri y Rafael Garófalo. Ellos explicaban el
determinismo de algunas personas
a delinquir por una predisposición
biológica,18 por lo tanto, percibían
la criminalidad asociada a la inferioridad intelectual y sustentan el
comportamiento criminal como de
origen patológico que, según esta
corriente, se reflejaba en la apariencia exterior del delincuente. De esta
forma, aislaban al individuo del contexto en el que vivía como miembro
de una sociedad específica.19
En 1904, dos hechos de marcado dramatismo por su naturaleza y
por la cobertura que le dio la prensa durante varios meses, reforzaron el temor a la «barbarie negra»: el
intento de violación y asesinato de la
niña Celia, y el secuestro y asesinato
de la menor Zoila. En ambos casos
las victimas fueron niñas blancas y
los presuntos responsables, hombres
negros. Los implicados, en procesos
judiciales marcados por la debilidad y
acentuada subjetividad de las pruebas y testimonios presentados, bajo
la influencia de una generalizada indignación popular, recibieron como
sentencia la pena de muerte para
algunos y largas condenas de reclusión para otros. La severidad de la
actuación judicial en estos casos,
aún sin la existencia de pruebas suficientes20, dejó la sensación ante la
opinión pública de «haberse hecho
justicia», de «haberse recibido un
castigo ejemplar». Sin embargo, los
hechos revelaron la predisposición
por el color de la piel ante sucesos
delictivos de ésta u otra tipología,
que continuaron aconteciendo en
menor o mayor medida durante los
primeros años del siglo XX.
El rigor evidenciado en las causas
contra negros,21 anteriormente mencionadas, se relaciona como tendencia con la represión experimentada
por el Partido Independiente de Color (PIC) a lo largo de su breve pero
fecunda existencia.22 Esta agrupa-
DÍAZ MARTÍNEZ, Yolanda: La peligrosa Habana.
Violencia y criminalidad a finales del siglo XIX,
pp. 5-6. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2005.
18
César Lombroso establece la teoría del criminal
nato.
19
DÍAZ MARTÍNEZ, Yolanda: Criminalidad y violencia
en la urbe habanera de fines del XIX. Precisiones
necesarias al respecto. En: Rabida, p. 3, No. 22,
Huelva, 2003. Esta tendencia desempeñó un papel relevante, para su época, pues independiza
la criminología como ciencia y establece su relación con el derecho penal; busca en la fisonomía
del delincuente y los problemas de conducta de
tipo patológicos, la respuesta al comportamiento trasgresor.
20
17
122
HELG, Aline: Lo que nos corresponde. La lucha
de los negros y mulatos por la igualdad en Cuba
1886-1912, pp.154. Ediciones Imagen Contemporánea, La Habana, 2000.
21
Principalmente en las causas judiciales por secuestro, violación y/o asesinato.
22
Algunas de las ideas más importantes contenidas en el programa de esta agrupación, son las
relativas a los derechos de los obreros y los ciudadanos; así como algunos aspectos jurídicos,
la instrucción pública, y el problema de la tierra
y los campesinos. Al contrario de lo esgrimido
por las campañas de opinión pública contra este
partido y su membresía, el programa de los Independientes de Color no era racista, su contenido no proponía beneficiar solo a los cubanos
APUNTES
SOBRE DISCURSO Y EL PROCESAMIENTO JUDICIAL CONTRA NEGROS Y MESTIZOS CUBANOS ENTRE
FINALES DEL SIGLO XIX Y LA PRIMERA DÉCADA DEL XX
ción política fundada en 1908, fue
víctima de campañas de oposición,
descrédito y satirización, que desde
los diarios de la llamada gran prensa habanera y los de las principales
capitales provinciales del país, se
desataron contra ellos. Aunque en
ocasiones se publicaban artículos
que planteaban la posibilidad de la
existencia del PIC y su participación
en la vida política y el ámbito electoral nacional, como norma, en el
debate general se sostenía una visión negativa sobre la agrupación.
Esto se tradujo en la aprobación de
la mano dura utilizada por el gobierno de José Miguel Gómez, fundamentalmente en medio del enfrentamiento contra la protesta armada
de 1912, que derivó en masacre de
una cifra considerable de miembros
y simpatizantes del Partido.23
Durante los períodos de mayor
represión contra el PIC, se pusieron en práctica mecanismos para
anular y desmembrar la actividad
política, el discurso y la dirigencia
de los Independientes. En el mes
de febrero de 1910, se apeló al recurso legislativo desde el Congreso
de la República, con la aprobación
de la Enmienda Morúa, la cual los
ilegalizó como entidad política con
derecho a concurrir a elecciones.
negros y mestizos, sino a todos los sectores desposeídos de nuestro país dentro de los cuales se
encontraban sobre-representados los integrantes de la llamada “raza de color”.
23
FERNÁNDEZ ROBAINA, Tomás: “El Partido Independiente de Color en la prensa y en la realidad cubana de hoy.”, en: Cuba. Personalidades en el
debate racial, p.86. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2007. Por otra parte, debemos
tener en cuenta que también fueron víctimas de
la masacre ciudadanos comunes, principalmente trabajadores del campo, que por ser negros o
mulatos se vieron involucrados en la represión
contra el PIC en 1912.
Asimismo, entre febrero y abril del
propio año, se abrieron causas judiciales que culminaron con registros
y detenciones contra sus líderes y
miembros bajo acusaciones de «injurias a la autoridad», «asociación
ilícita» y «conspiración para la rebelión». En 1912, la actuación jurídico
penal contra los independientes de
color se visualizó nuevamente en la
apertura de causas por «conspiración» y «rebelión».
La experiencia del Partido Independiente de Color, corrobora la
pervivencia en la República de la visión hacia el negro heredada de la
colonia. Su existencia estuvo vinculada por lo general al borde del «delito
y la ilegalidad», hecho propiciado en
cierta medida por las élites políticas
e intelectuales de su época. La posibilidad de una nueva intervención
militar norteamericana,24 fue argumento «suficiente» para reprimir desmedidamente la protesta armada del
PIC y desatar la violencia contra los
negros y mestizos. La masacre, amparada por la suspensión de las garantías constitucionales, contó con la
aprobación del presidente y del Congreso de la República.
La tergiversación de estos acontecimientos revivió el miedo al negro y revitalizó la identificación de
los cubanos «de color» como seres
24
Nos referimos a las conversaciones diplomáticas
entre los gobiernos de estados Unidos de América y Cuba, en torno a la posibilidad de intervenir
militarmente -los primeros- en la protesta armada de los Independientes de Color para garantizar, entre otros asuntos, “la seguridad de las propiedades norteamericanas”; y el debate que estos
acontecimientos suscitaron en Cuba. Además,
es necesario expresar que en el transcurso de la
protesta armada hubo presencia militar efectiva
estadounidense- fundamentalmente naval- en
Santiago de Cuba y Guantánamo, hecho que no
derivó en intervención político-militar oficial.
123
APUNTES
SOBRE DISCURSO Y EL PROCESAMIENTO JUDICIAL CONTRA NEGROS Y MESTIZOS CUBANOS ENTRE
FINALES DEL SIGLO XIX Y LA PRIMERA DÉCADA DEL XX
bárbaros, violentos e inferiores, ya
entrada la segunda década del siglo
XX. De esta forma se pone en entredicho la posibilidad de inclusión y
realización socio-política y económica plena de este sector de nuestra
sociedad, en el contexto de una República que, bajo la máxima de la
igualdad de derechos para todos los
cubanos, protagonizaba hechos tan
lamentables como los acontecidos
durante la masacre de 1912.
Aproximarnos al estudio del problema racial en Cuba desde la práctica jurídico penal y el discurso, entre los últimos años del siglo XIX y la
primera década del XX, resulta necesario por la impronta que este tema
ha tenido en la vida de muchos cubanos a lo largo de la historia, y por
la relación que guarda la lucha contra la discriminación racial con los
ideales de nación y justicia social. En
este sentido se pone de manifiesto
que, durante el período de estudio, la
apertura de un número considerable
de las causas judiciales contra negros
y mestizos cubanos, estuvo matizada
por la existencia de perjuicios raciales
heredados de la etapa colonial, que
igualmente trascendieron al discurso
sobre el delito y la criminalidad.
Contiene documentación referente a las funciones
directivas, administrativas, y económicas de los
diferentes términos municipales y de la provincia,
relacionadas con decretos, resoluciones, certificaciones, procedimientos contencioso-administrativos de empleados y funcionarios provinciales,
entrega de órdenes y condecoraciones, gastos e
ingresos, ejecución de leyes, mantenimiento del
orden público, protección de las personas y cuantas diligencias ordenasen los jueces y tribunales
del Ministerio Fiscal, así como las funciones inherentes a los servicios brindados a la población,
fomento de los intereses morales y materiales y la
construcción de caminos, parques edificaciones,
carreteras y puertos.
124