Apuntes sobre el discurso y el procesamiento judicial contra negros
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Apuntes sobre el discurso y el procesamiento judicial contra negros
ISSN 0864-0769, NÚMERO 21, ENERO-DICIEMBRE 2013, PP. 117-124. Apuntes sobre el discurso y el procesamiento judicial contra negros y mestizos cubanos entre finales del siglo XIX y la primera década del XX Al día siguiente de la instauración de la República en Cuba, el 21 de mayo de 1902, fueron arrestadas cincuenta y siete personas negras y dos blancas, cuando realizaban, según los alegatos, una iniciación de nuevos ñáñigos en una casa particular en La Habana. En los meses subsiguientes continuaron los arrestos a personas presuntamente implicadas en casos de «ñañiguismo». En 1903, sesenta negros y mulatos fueron detenidos en Pinar del Río por similar causa, cuando rendían culto a un santo1. Así, con cierta regularidad, en los primeros años del siglo XX cubano se abrieron a la luz pública una serie de procesos judiciales, que tenían como elemento común el color de la piel de los implicados, y con éste, la intención gubernamental y de las élites del poder de mantener bajo control la expresión cultural de una parte de nuestra población. Las raíces de ese fenómeno, que se manifestó en la naciente República cubana, se encuentran en el periodo colonial. La expansión de la producción y exportación del azúcar y el café, pero fundamentalmente la plantación azucarera,2 demandó la importación a gran escala de africanos esclavizados como mano de obra.3 Desde esa época el racismo contra los negros y mestizos se fomentó e instituyó en la sociedad como necesidad para lograr su dominación. La violencia como mecanismo de control social fue utilizada en no pocas ocasiones, siendo muestra fehaciente de ello la ola represiva acontecida en el año 1844, conocido también como el «año del cuero». Es así, que la consolidación del trabajo esclavo como base de la economía cubana se vinculó estrechamente con la implementación de mecanismos represivos, que garantizaran el sometimiento del gran número de africanos introducidos en la Isla. Lo anterior se «justificó» en la aparente inferioridad de estos y las constantes manifestaciones de rebeldía ante la desmedida explotación a que estaban expuestos. Entonces, el discurso sobre la delincuencia desde la perspectiva racial, se desarrolló principalmente en torno al papel * Licenciado en---.Investigador. Archivo Nacional de la República de Cuba. [email protected] 1 HELG, Aline: Lo que nos corresponde. La lucha de los negros y mulatos por la igualdad en Cuba 1886-1912, p. 15. Ediciones Imagen Contemporánea, La Habana, 2000. 2 3 El período de fundación de la plantación en Cuba constituye una verdadera Edad de Oro, lo cual se reflejó en el optimismo que caracterizó el pensamiento económico cubano entre 1790-1830. Además, se produce la contratación de ciento veinticinco mil chinos a partir de 1847. Vázquez Maya, Iván Dalai: “Apuntes sobre el discurso y el procesamiento judicial contra negros y mestizos cubanos entre finales del siglo XIX y la primera década del XX”. Boletín del Archivo Nacional, enero-diciembre 2013, pp. 117-124, La Habana, Cuba. Lic. Iván Dalai Vázquez Maya* 117 APUNTES SOBRE DISCURSO Y EL PROCESAMIENTO JUDICIAL CONTRA NEGROS Y MESTIZOS CUBANOS ENTRE FINALES DEL SIGLO XIX Y LA PRIMERA DÉCADA DEL XX de los negros y mestizos, esclavos y libres, en la sociedad. En este sentido, se propiciaron debates en la medicina, la jurisprudencia y en algunas instituciones cubanas del siglo XIX― como lo fue la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba― que contribuyeron a la criminalización de la población negra en términos sociales, culturales y biológicos. Antes de implementarse el primer Código Penal en Cuba, el orden y la organización jurídico penal de la Colonia se regulaban a través de los Bandos de Buen Gobierno y Policía, los cuales no brindaban muchas especificidades sobre el tratamiento a la población «de color» respecto al delito y la criminalidad. En esos tiempos los propietarios de esclavos cumplían la doble función de «dueños y ejecutores de la ley».4 En 1879, a partir de la implantación del Código Penal, los negros debían recibir un tratamiento similar al resto de la población, en materia de delito. No obstante, se mantuvo la visión hacia ellos como portadores de actitudes negativas, propensos a delinquir y ser violentos, lo cual se reflejó en la rigurosidad de los procesos judiciales contra los negros. Investigaciones precedentes, realizadas sobre la base de los datos que aportan las Hojas Histórico Penales contenidas en el Fondo Cárceles y Presidios del Archivo Nacional de Cuba,5 evidencian que la delincuencia no era privativa de la pobla4 5 118 DÍAZ MARTÍNEZ, Yolanda: Delitos y delincuentes: entre lo oficial y lo real. Cuba en los finales del XIX e inicios del XX, versión digital. Conclusiones a las que arriba la investigadora Yolanda Díaz Martínez, en: Delitos y delincuentes: entre lo oficial y lo real. Cuba en los finales del XIX e inicios del XX. ción «de color». Un significativo por ciento de la población blanca incurría en actividades delictivas y eran sentenciados por ello. Por lo tanto, es necesario tener en cuenta que la mayoría de las personas que califican como delincuentes, a expensas del color de su piel, formaban parte de los sectores más humildes de la sociedad y por lo general estaban desempleados o sólo tenían acceso a los trabajos menos remunerados.6 La percepción de un mayor nivel delictivo en la población negra respecto a la blanca, estaba matizada por la intención oficial de criminalizar al negro y de visualizar más sus delitos. Otro aspecto a considerar, antes y después de la abolición de la esclavitud en Cuba, es el hecho de que además de la pobreza y la falta de oportunidades que caracterizó a la mayor parte de la población negra y mestiza, esta se vio expuesta a la represión abierta de algunas de sus formas más importantes de asociación en el siglo XIX: las sociedades secretas Abakuá y los Cabildos; en lo cual tuvieron una participación directa el sistema judicial colonial y la policía.7 La realidad cubana respecto a la situación de los negros y mulatos adquirió un nuevo matiz a través del desarrollo de las gestas por la independencia nacional, especialmente por la Guerra Necesaria iniciada en 1895. No obstante, durante este proceso bélico se producen conflictos y contradicciones por la pervivencia de 6 7 Trabajadores de campo, jornaleros, cigarreros, carretoneros, entre otras ocupaciones. HEVIA LANIER, Oilda: Otra contribución a la historia de los negros sin historia. Tesis de Maestría, 1997-1998. APUNTES SOBRE DISCURSO Y EL PROCESAMIENTO JUDICIAL CONTRA NEGROS Y MESTIZOS CUBANOS ENTRE FINALES DEL SIGLO XIX Y LA PRIMERA DÉCADA DEL XX conductas y visiones discriminatorias hacia los cubanos no blancos. El término de la última de las luchas armadas contra el colonialismo español sorprendió a los cubanos con la intervención de los Estados Unidos en 1898, dando paso a la primera ocupación militar norteamericana de nuestro país entre 1899 y 1902. La discriminación y marginación de la población cubana de piel oscura, se propició como resultado de la confluencia entre la noción de superioridad racial anglosajona ―traída por los interventores― y la tradición de discriminación racial proveniente del sistema colonial esclavista español. El 1ro de enero de 1899, el gobernador militar de Cuba rubricó la Proclama por la cual dispuso la vigencia del Código Civil y el Criminal, existentes antes de finalizar la soberanía española en la Isla, modificándose estos en el tiempo según fuera necesario para el mejor gobierno.8 Y en efecto, desde esa fecha se emitieron órdenes militares, leyes, decretos, reglamentos, acuerdos y tratados, referentes todos ellos a diversos temas que interesaban el ámbito económico, político y social de la nación. Fueron recurrentes, entre muchas otras, la promulgación de normas jurídicas referidas a la amnistía de los individuos que participaron en la Guerra del 95; la creación del Tribunal Supremo; se fijaron la organización y atribuciones de las Audiencias de la Isla de Cuba; se dictaron nuevas reglas de 8 BORGES, Milo A.: Compilación Ordenada y Completa de la Legislación Cubana de 1899 a 1950, p.33, segunda edición, volumen I. Editorial Lex, La Habana, 1952. procedimiento criminal; se encargó a las autoridades municipales todo lo relacionado con el sostenimiento del orden público, la administración de la policía, la reglamentación de los espectáculos públicos, así como la autorización de procesiones, asambleas y reuniones públicas; se organizaron los Juzgados Correccionales, los Juzgados de Primera Instancia e Instrucción y los Municipales; y se estableció el recurso de Habeas Corpus. Sin embargo, en los primeros años del siglo XX, aunque existió al menos una iniciativa legal desde el Congreso de la República para prohibir las manifestaciones públicas de los cultos religiosos,9 en el compendio legislativo de este período no fue recurrente la presencia de disposiciones que se destinaran explícitamente a dar un tratamiento jurídico especial a las manifestaciones culturales o formas de asociación de origen africano: «[…] La libertad de religión y la libertad de asociación pacífica sin armas, con fines legales, estaban garantizadas por la Constitución».10 Por su parte, el primer gobierno cubano en la República bajo la presidencia de Tomás Estrada Palma, prosiguió la política de discriminaGuillermo Rodríguez Rivera en su artículo “Los Independientes de Color, a cien años de la masacre”, hace mención de la obra La isla que se repite, de Antonio Benítez Rojo, en la cual se expresa que en 1900 la alcaldía de La Habana prohibió “el uso de tambores africanos en toda clase de reuniones” y que en 1903, bajo la presidencia de Tomás Estrada Palma, quedó prohibida la sociedad secreta Abakuá. 10 HELG, ALINE: Lo que nos corresponde. La lucha de los negros y mulatos por la igualdad en Cuba 1886-1912, p. 150. Ediciones Imagen Contemporánea, La Habana, 2000. 9 119 APUNTES SOBRE DISCURSO Y EL PROCESAMIENTO JUDICIAL CONTRA NEGROS Y MESTIZOS CUBANOS ENTRE FINALES DEL SIGLO XIX Y LA PRIMERA DÉCADA DEL XX ción racial. Se limitó el acceso de los ciudadanos negros al empleo en el Ejército, la Guardia Rural, la Policía, el comercio, los bancos y los cargos públicos en general. Asimismo, se promovió el «blanqueamiento de Cuba» a través de la inmigración blanca, fundamentalmente española, a lo que se sumó el desarrollo de campañas para la represión de las tradiciones de origen africano.11 En este contexto, desempeñó un papel fundamental la prensa de alcance local y sobre todo nacional, con su labor de reproducción de un discurso prejuiciado en términos raciales, que se valía de editoriales, artículos y caricaturas. Una parte considerable de los medios de publicación periódica, retomaron las campañas acometidas durante la dominación colonial española para presentar a los negros y mestizos como inferiores e incivilizados, con la finalidad de justificar su posición más baja en la sociedad. En la República, como en la Colonia, recibían gran publicidad las noticias relacionadas con crímenes, en las cuales siempre se mencionaban el color de la piel, si el culpable era negro o mulato y se le omitía regularmente si el individuo era blanco, lo cual trasmitía una imagen de las personas de piel oscura como predispuestas a delinquir.12 Los funcionarios de la Policía, principales participantes en el enfrentamiento al delito, en no pocas Principalmente contra las sociedades secretas Abakuá y las prácticas religiosas de origen africano. 12 ALINE HELG: Lo que nos corresponde. La lucha de los negros y mulatos por la igualdad en Cuba. 1886-1912, pp. 148-149. Ediciones Imagen Contemporánea, La Habana, 2000. 11 120 ocasiones eran portadores de una visión conservadora sobre la «procedencia racial» del delincuente. Algunos de ellos, en su discurso, estereotipaban a los negros y algunas de sus prácticas asociativas religiosas y de hermandad como: «inmundas, salvajes y homicidas». Este enfoque se evidencia en algunos textos, entre los cuales se encuentra: Los criminales de Cuba, publicado en 1882.13 La obra narra los servicios prestados por José Trujillo y Monagas en el Cuerpo de Policía de La Habana, así como la historia de los individuos apresados por él. El autor dedicó un capítulo a los ñáñigos particularizando sus características, organización, lenguaje, simbología y cantos, entre otros aspectos; revelando en otro momento, el procesamiento penal de personas blancas por «ñañiguismo». Además, en 1908, Rafael Roche Monteagudo publicó su libro La policía y sus misterios. En este texto se exponen de forma general diversos temas relacionados con la actividad desplegada por esa institución represiva en la época, dedicando especial atención a las figuras delictivas, los principales delitos, las instituciones y los funcionarios judiciales, y el desempeño del autor de este texto como policía. Es necesario observar cómo se dedica una parte importante de la obra al supuesto carácter delictivo-criminal nato de los miembros de las sociedades Abakuá, de «la brujería»; y a las causas relacionadas con el negro 13 URRUTIA Y BLANCO, CARLOS: Los criminales de Cuba y D. José Trujillo. Establecimiento Tipográfico de Fidel Giró, Barcelona, 1882. APUNTES SOBRE DISCURSO Y EL PROCESAMIENTO JUDICIAL CONTRA NEGROS Y MESTIZOS CUBANOS ENTRE FINALES DEL SIGLO XIX Y LA PRIMERA DÉCADA DEL XX Domingo Boucourt y el crimen de la niña Zoila, y con el negro Sebastián Fernández (alias Tin Tan) y el asesinato de la niña Celia. Sobre los ñáñigos, Roche Monteagudo expresa: «[…] Nuestro trabajo tiende a que siendo de dominio público sus prácticas, se proceda, excogitando los medios más adecuados, a la completa extinción del Ñañiguismo, que ha venido y viene infiriendo gravísimo agravio a nuestra cultura. Tiempo es ya de procurar la regeneración de las bajas capas sociales del país, destruyendo esos antros do se engendra el crimen nacido de las supersticiones importadas y después aumentadas en un medio ambiente delictuoso y abyecto, que pugna con la actual civilización.»14 ciales participantes en el proceso investigativo de la Causa No. 261 de 1910, por asociación ilícita relacionada con la práctica de ritos africanos. El 22 de abril del propio año, el capitán Félix Pereira, dirigió un informe al juez actuante para expresarle el resultado de su pesquisa y su juicio en torno al caso, manifestándole: « […] he logrado recoger la versión de que en ese antro de incomprensibles aberraciones y (en) el que se confunden la suciedad y la más rara esplendidez, se predican y proclaman doctrinas absolutamente contrarias a la decencia, a la moral contemporánea y a la paz de los hogares. En él, como en todos los de su clase, se dan normas de conducta y se proporcionan instrucciones tendentes a facilitar el adulterio, la mancebía, el aborto […] Mi opinión personal es la de que estas agrupaciones inmorales y funestas constituyen un baldón de la moderna civilización y un peligro incesante para la tranquilidad privada y pública.»16 En otro de los capítulos, dedicado a «la brujería», refiere: «[…] se ha conseguido descubrir muchos de sus misteriosos procedimientos, cuyo salvajismo ha puesto al desnudo, gracias a la persecución que se les hace, sin que en manera alguna pueda afirmarse que no ejercen una idolatría contraria a la moral y a la civilización actual, cometiéndose a la sombra de un rito que nada tiene de humano, caníbales crímenes, que han conmovido a esta sociedad, y cuya desaparición debe llevarse a cabo sin tregua ni consideraciones.»15 Otro ejemplo de la visión conservadora y prejuiciada de algunos agentes de la Policía, resultan los pronunciamientos de uno de los ofiROCHE Y MONTEAGUDO, Rafael: La policía y sus misterios, p. 13. Imprenta La Prueba, La Habana, 1908. 15 Ibídem, p. 65. 14 Igualmente, en relación a los estudios sobre la delincuencia y la criminalidad en nuestro país, Fernando Ortiz e Israel Castellanos, publicarían obras coincidentes en la existencia de razas inferiores, aseverando que el negro curro, brujo y ñáñigo era la trinidad del hampa afrocubana. Si bien Ortiz evolucionó posteriormente en su percepción sobre la criminalidad, llegando a comprender que el hampa era reflejo de las condiciones socio-políticas y económicas del medio donde se desempeñaba el indivi16 Archivo Nacional de la República de Cuba, Audiencia de la Habana, L 205-10, 1ra Pieza. 121 APUNTES SOBRE DISCURSO Y EL PROCESAMIENTO JUDICIAL CONTRA NEGROS Y MESTIZOS CUBANOS ENTRE FINALES DEL SIGLO XIX Y LA PRIMERA DÉCADA DEL XX duo; Castellanos persistió en identificar al negro en su condición de delincuente, y propuso como solución al delito el castigo severo, que tiene su mayor expresión en la pena capital.17 Los antecedentes científicos de esta percepción delictivo-criminal sobre el negro en Cuba, tuvieron sus principales fundamentos en la influencia de las ideas provenientes de la Escuela Positivista Criminológica, cuyos exponentes fueron: César Lombroso, Enrico Ferri y Rafael Garófalo. Ellos explicaban el determinismo de algunas personas a delinquir por una predisposición biológica,18 por lo tanto, percibían la criminalidad asociada a la inferioridad intelectual y sustentan el comportamiento criminal como de origen patológico que, según esta corriente, se reflejaba en la apariencia exterior del delincuente. De esta forma, aislaban al individuo del contexto en el que vivía como miembro de una sociedad específica.19 En 1904, dos hechos de marcado dramatismo por su naturaleza y por la cobertura que le dio la prensa durante varios meses, reforzaron el temor a la «barbarie negra»: el intento de violación y asesinato de la niña Celia, y el secuestro y asesinato de la menor Zoila. En ambos casos las victimas fueron niñas blancas y los presuntos responsables, hombres negros. Los implicados, en procesos judiciales marcados por la debilidad y acentuada subjetividad de las pruebas y testimonios presentados, bajo la influencia de una generalizada indignación popular, recibieron como sentencia la pena de muerte para algunos y largas condenas de reclusión para otros. La severidad de la actuación judicial en estos casos, aún sin la existencia de pruebas suficientes20, dejó la sensación ante la opinión pública de «haberse hecho justicia», de «haberse recibido un castigo ejemplar». Sin embargo, los hechos revelaron la predisposición por el color de la piel ante sucesos delictivos de ésta u otra tipología, que continuaron aconteciendo en menor o mayor medida durante los primeros años del siglo XX. El rigor evidenciado en las causas contra negros,21 anteriormente mencionadas, se relaciona como tendencia con la represión experimentada por el Partido Independiente de Color (PIC) a lo largo de su breve pero fecunda existencia.22 Esta agrupa- DÍAZ MARTÍNEZ, Yolanda: La peligrosa Habana. Violencia y criminalidad a finales del siglo XIX, pp. 5-6. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2005. 18 César Lombroso establece la teoría del criminal nato. 19 DÍAZ MARTÍNEZ, Yolanda: Criminalidad y violencia en la urbe habanera de fines del XIX. Precisiones necesarias al respecto. En: Rabida, p. 3, No. 22, Huelva, 2003. Esta tendencia desempeñó un papel relevante, para su época, pues independiza la criminología como ciencia y establece su relación con el derecho penal; busca en la fisonomía del delincuente y los problemas de conducta de tipo patológicos, la respuesta al comportamiento trasgresor. 20 17 122 HELG, Aline: Lo que nos corresponde. La lucha de los negros y mulatos por la igualdad en Cuba 1886-1912, pp.154. Ediciones Imagen Contemporánea, La Habana, 2000. 21 Principalmente en las causas judiciales por secuestro, violación y/o asesinato. 22 Algunas de las ideas más importantes contenidas en el programa de esta agrupación, son las relativas a los derechos de los obreros y los ciudadanos; así como algunos aspectos jurídicos, la instrucción pública, y el problema de la tierra y los campesinos. Al contrario de lo esgrimido por las campañas de opinión pública contra este partido y su membresía, el programa de los Independientes de Color no era racista, su contenido no proponía beneficiar solo a los cubanos APUNTES SOBRE DISCURSO Y EL PROCESAMIENTO JUDICIAL CONTRA NEGROS Y MESTIZOS CUBANOS ENTRE FINALES DEL SIGLO XIX Y LA PRIMERA DÉCADA DEL XX ción política fundada en 1908, fue víctima de campañas de oposición, descrédito y satirización, que desde los diarios de la llamada gran prensa habanera y los de las principales capitales provinciales del país, se desataron contra ellos. Aunque en ocasiones se publicaban artículos que planteaban la posibilidad de la existencia del PIC y su participación en la vida política y el ámbito electoral nacional, como norma, en el debate general se sostenía una visión negativa sobre la agrupación. Esto se tradujo en la aprobación de la mano dura utilizada por el gobierno de José Miguel Gómez, fundamentalmente en medio del enfrentamiento contra la protesta armada de 1912, que derivó en masacre de una cifra considerable de miembros y simpatizantes del Partido.23 Durante los períodos de mayor represión contra el PIC, se pusieron en práctica mecanismos para anular y desmembrar la actividad política, el discurso y la dirigencia de los Independientes. En el mes de febrero de 1910, se apeló al recurso legislativo desde el Congreso de la República, con la aprobación de la Enmienda Morúa, la cual los ilegalizó como entidad política con derecho a concurrir a elecciones. negros y mestizos, sino a todos los sectores desposeídos de nuestro país dentro de los cuales se encontraban sobre-representados los integrantes de la llamada “raza de color”. 23 FERNÁNDEZ ROBAINA, Tomás: “El Partido Independiente de Color en la prensa y en la realidad cubana de hoy.”, en: Cuba. Personalidades en el debate racial, p.86. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2007. Por otra parte, debemos tener en cuenta que también fueron víctimas de la masacre ciudadanos comunes, principalmente trabajadores del campo, que por ser negros o mulatos se vieron involucrados en la represión contra el PIC en 1912. Asimismo, entre febrero y abril del propio año, se abrieron causas judiciales que culminaron con registros y detenciones contra sus líderes y miembros bajo acusaciones de «injurias a la autoridad», «asociación ilícita» y «conspiración para la rebelión». En 1912, la actuación jurídico penal contra los independientes de color se visualizó nuevamente en la apertura de causas por «conspiración» y «rebelión». La experiencia del Partido Independiente de Color, corrobora la pervivencia en la República de la visión hacia el negro heredada de la colonia. Su existencia estuvo vinculada por lo general al borde del «delito y la ilegalidad», hecho propiciado en cierta medida por las élites políticas e intelectuales de su época. La posibilidad de una nueva intervención militar norteamericana,24 fue argumento «suficiente» para reprimir desmedidamente la protesta armada del PIC y desatar la violencia contra los negros y mestizos. La masacre, amparada por la suspensión de las garantías constitucionales, contó con la aprobación del presidente y del Congreso de la República. La tergiversación de estos acontecimientos revivió el miedo al negro y revitalizó la identificación de los cubanos «de color» como seres 24 Nos referimos a las conversaciones diplomáticas entre los gobiernos de estados Unidos de América y Cuba, en torno a la posibilidad de intervenir militarmente -los primeros- en la protesta armada de los Independientes de Color para garantizar, entre otros asuntos, “la seguridad de las propiedades norteamericanas”; y el debate que estos acontecimientos suscitaron en Cuba. Además, es necesario expresar que en el transcurso de la protesta armada hubo presencia militar efectiva estadounidense- fundamentalmente naval- en Santiago de Cuba y Guantánamo, hecho que no derivó en intervención político-militar oficial. 123 APUNTES SOBRE DISCURSO Y EL PROCESAMIENTO JUDICIAL CONTRA NEGROS Y MESTIZOS CUBANOS ENTRE FINALES DEL SIGLO XIX Y LA PRIMERA DÉCADA DEL XX bárbaros, violentos e inferiores, ya entrada la segunda década del siglo XX. De esta forma se pone en entredicho la posibilidad de inclusión y realización socio-política y económica plena de este sector de nuestra sociedad, en el contexto de una República que, bajo la máxima de la igualdad de derechos para todos los cubanos, protagonizaba hechos tan lamentables como los acontecidos durante la masacre de 1912. Aproximarnos al estudio del problema racial en Cuba desde la práctica jurídico penal y el discurso, entre los últimos años del siglo XIX y la primera década del XX, resulta necesario por la impronta que este tema ha tenido en la vida de muchos cubanos a lo largo de la historia, y por la relación que guarda la lucha contra la discriminación racial con los ideales de nación y justicia social. En este sentido se pone de manifiesto que, durante el período de estudio, la apertura de un número considerable de las causas judiciales contra negros y mestizos cubanos, estuvo matizada por la existencia de perjuicios raciales heredados de la etapa colonial, que igualmente trascendieron al discurso sobre el delito y la criminalidad. Contiene documentación referente a las funciones directivas, administrativas, y económicas de los diferentes términos municipales y de la provincia, relacionadas con decretos, resoluciones, certificaciones, procedimientos contencioso-administrativos de empleados y funcionarios provinciales, entrega de órdenes y condecoraciones, gastos e ingresos, ejecución de leyes, mantenimiento del orden público, protección de las personas y cuantas diligencias ordenasen los jueces y tribunales del Ministerio Fiscal, así como las funciones inherentes a los servicios brindados a la población, fomento de los intereses morales y materiales y la construcción de caminos, parques edificaciones, carreteras y puertos. 124