Quechua de Chiquián-Cajatambo (Grupo I)

Transcripción

Quechua de Chiquián-Cajatambo (Grupo I)
Quechua de Chiquián-Cajatambo
Población: 15,000
(Grupo I)
Ubicación: La región suroriental del
departamento de Ancash, en las provincias de Bolognesi y la parte occidental de Ocros, y la región nororiental del
departamento de Lima, en la provincia
de Cajatambo
L
a leyenda de Pisanamaría forma parte de
la tradición de los
quechuas de Chiquián. Dicen que
en 1650 a los pobladores de Matara
les llegó la noticia de una mujer loca y
mal vestida llamada Pisanamaría, que
estaba pasando por las comunidades
de Jatunhuaranga. Mientras barría las
calles de esas comunidades con una escoba, decía cosas horribles y las asolaba. Dicen que era la personificación de
una enfermedad muy contagiosa que
producía una fiebre alta y que mataba
dentro de pocas horas (posiblemente
era una viruela hemorrágica conocida
como viruela negra). Un día Pisanamaría llegó a Matara con su escoba cantando una extraña canción. La gente
gritaba: “¡La enfermedad, la enfermedad!” y trataba de apedrearla. Escapando a una parte alta de la comunidad, Pisanamaría los maldijo con
mortandad y luego desapareció en
un torbellino. En seguida, los pobladores cayeron enfermos y sólo algunos
sobrevivieron. Huyeron a una nueva
comunidad llamada Chaupihuaranga,
conocida en la actualidad como Chiquián.
Durante
la
agitación social de las décadas de los ochenta
y los noventa, muchas personas huyeron de la sierra
a la costa o fueron
a las ciudades más
grandes de la sierra.
Mientras estaban lejos de sus comunidades de origen, no sólo
aprendieron castellano sino que también
empezaron a abandonar su lengua mater-
30
na. Aunque la mayoría entiende el quechua, sólo la gente mayor lo habla en
público. Se habla el quechua en el hogar. Sin embargo, ya no se enseña a los
niños el quechua. Como consecuencia, muchos no son competentes
en ninguna lengua para expresar
los sentimientos y los pensamientos más profundos, ni para aprender
ideas nuevas.
Carecen de una fuerte identidad cultural y lingüística por
estar inmersos entre dos mundos. La promoción del uso del quechua
en público a través de la radio, videos,
casettes y material impreso sea tal vez
la ayuda necesaria para revalorar la herencia cultural y para restaurar la identidad de la población quechua de Chiquián.
El mundo espiritual es muy
real. Hay muchas normas
que rigen la vida cotidiana. La gente tiene mucho temor a los
espíritus que habitan en la naturaleza
que rodea a los riachuelos, las cuevas,
los cerros, el arco iris y el viento. To-
Quechua de Chiquián-Cajatambo
dos ellos pueden producir enfermedades. Los ruidos repentinos, las caídas y
el mal de ojo pueden separar el alma
de un niño de su cuerpo y causarle una
enfermedad. Hasta las emociones fuertes como el miedo, la tristeza, la cólera
y la envidia producen enfermedades.
Aunque el cristianismo fue introducido por la iglesia católica y por algunos
grupos evangélicos, la mayor parte de
la población tiene creencias animistas
y está controlada por los temores tradicionales.
Los quechuas de Chiquián tienen
la costumbre de que al día siguiente
del entierro de un ser querido, llevan
todas sus cosas al río para lavarlas. Todos los miembros de la familia participan en el lavado de la ropa y la ropa
de cama del difunto. La ropa se seca
colgándola en las ramas o en la hierba. Al fin del día, los deudos juegan
un juego llamado burcu cay ‘que seas
el burro’. Los hombres cogen un palo
largo y en él cuelgan toda la ropa y la
ropa de cama del difunto. Se escoge a
los hombres solteros para llevar el palo
a la casa. Fingen ser un burro salvaje
y las mujeres tratan de hacerlo regresar a casa con sogas que utilizan como
látigos. El burro se va por otro camino, o se pone terco y no quiere
avanzar, obligando a las mujeres a trabajar mucho para que
el burro llegue a casa. Este juego es un
breve tiempo de esparcimiento para los
que están tristes por la pérdida de un
ser querido.
por los cerros, se prepara
una sopa deliciosa llamada pari. Esta sopa de papas, zanahorias, habas, y
carne de chancho y cordero se cocina en un fogón
de leña. Al costado, se calientan piedras del tamaño
de un puño, especialmente
recogidas de la orilla del río.
Cuando la sopa está casi
lista, se vacía en grandes
tazones. Antes de servirla,
se echa en cada uno de
los tazones una o dos piedras calientes que al chisporrotear sueltan minerales, dan un sabor especial a la sopa y la hacen hervir de
nuevo.
Un estudio lingüístico realizado
por el ILV a fines de los años
noventa mostró que aunque
los niños y los jóvenes están aprendiendo el castellano, todavía hay un
gran sector de la población cuya
lengua que mejor entiende es el
quechua que está estrechamente relacionado con el quechua de Huamalíes.
Sin embargo, los rasgos distintivos de
esta variedad quechua probablemente
exijan la preparación de materiales de
lectura especiales para cada una de estas dos variedades.
Uno de los retos para producir
materiales para los quechuas
de Chiquián-Cajatambo es que
hay cambios de sonidos en casi
todas las comunidades a medida
que se avanza hacia el sur. En el quechua oral los cambios de sonidos no
son muy problemáticos. Sin embargo,
es preciso hacer decisiones sobre la mejor manera de escribir el quechua para
que todos puedan leerlo con la menor
dificultad posible, especialmente para
los nuevos lectores. Por ejemplo, obsérvese la manera en que cambian los sonidos en la frase ‘él entró’: yaycamorga,
yayquiamorga, yaytyamurja, yaychamurja, yayyämurja.
E
l ILV ha asignado un equipo para
¿Qué es la “sopa de piedras”? En la
iniciar un programa lingüístico y de
comunidad de Huayllapa, comunidad traducción de porciones de las Sagrarodeada por las sombras proyectadas das Escrituras.
31
en proceso
video de la
vida de Cristo
padre
madre
tierra
agua
fuego
sol
luna
casa
hombre
mujer
niño
tayta
mama
pasa
yacu
nina
inti
quila
wayi
nuna
warmi
wamra
¿Cómo estás?
¿Alilacu caycanqui?