José Joaquín Blanco. La subversiva lectura**1
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José Joaquín Blanco. La subversiva lectura**1
171 VÍCTOR DÍAZ ARCINIEGA* José Joaquín Blanco. La subversiva lectura**1 1. Perspectiva social y La Jornada, en el suplemento La Cultura en México de la revista pre! y en y después en algunas otras publicaciones periódicas y hasta la fecha, José Joaquín Blanco ha venido realizando una importante contribución al análisis crítico de nuestra sociedad, nuestra literatura y entorno literario mundial; sus muy abundantes colaboraciones periodísticas como cronista, ensayista y crítico las ha reunido en más de una docena de libros y en ellos sobresale el espíritu y la conducta subversivas. Más que una rebeldía, la suya ha sido una permanente disidencia, porque desde sus tempranas colaboraciones, y hasta hoy día, ha venido cuestionando sistemáticamente los esquemas de valores que norman nuestra visión de mundo y conducta. Aunque formalmente no ha ejercido la docencia, desde la prensa cotidiana ha desplegado una estimulante inconformidad contra las inercias. En las siguientes páginas atenderé su compilación de ensayos y crónicas ,2 porque esos 60 textos periodísticos breves y un ensayo largo muestran con enorme elocuencia el vigor y suspicacia intelectual y la fuerza y creatividad literaaños de edad. Esta selección la tomo como ejemplo, porque entre * Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco, Departamento de Humanidades. ** 1 2 Texto presentado en una primera versión en las “Jornadas de periodismo y cultura Fernando Benítez”, dedicadas al trigésimo aniversario de la publicación de Las batallas en el desierto de José Emilio Pacheco y al sexagésimo aniversario de José na, Unidad xochimilco. José Joaquín Blanco, . 172 Fuentes Humanísticas 45 > Mirada crítica > VÍCTOR DÍAZ ARCINIEGA sobre la cultura mexicana justo en el momento coyuntural cuando la generación emergente hace acto de presencia mediante su parbién desarrolló en media docena de novelas y relatos tan incisivos como sus crónicas y ensayos. I. En función de los contextos, aquí no me ocuparé de las caracterísde Echeverría Álvarez, pero sí aludiré al contradictorio ambiente entre la pregonada apertura y la soslayada intransigencia. Por un lado se puede ilustrar con el apoyo decisivo para la creación de instituciones de educación media y superior en todo México, incluida nuestra Universidad Autónoma Metropolitana, más las vinculadas al Instituto Nacional de Bellas Artes y al Instituto Nacional de Antropología e Historia ocupadas en la investigación, preservación y difusión de la cultura; así como, del patrimonio histórico y arqueológico. Por el otro, debo referir los diversos mecanismos del control hegemónico de las ideas y conductas sociales, políticas y económicas, para lo cual se echó mano de los poderes institucionales del gobierno y de los poderes fácticos de los medios, con la excepción del periódico , entonces dirigido por Julio Scherer García. 4 Vicente Leñero en su libro Los periodistas consignó los detalles de la burda maniobra política que condujo a la destitución del director de ; también describió cómo lo mejor de sus colaboradores dimitieron como acto solidario. No obstante la trascendencia del episodio, creo que todavía no se ha escrito la crónica o el estudio de esos meses que condujeron a la creación de nuevos órganos de comunicación impresa y al inicio de la apertura de los medios electrónicos, principalmente la radio. En otras palabras, del mal derivado del autoritarismo gubernamental vino el 4 La vida es larga y además no importa Calles como incendio Mátame y verás los relatos reunidos en Recordemos que los poderes empresariales hacia mediados del sexenio de Luis Echeverría Álvarez comenzaron a presionar al gobierno por sus estrategias populistas, y en la segunda mitad se opusieron abiertamente al régimen, al punto de la confrontación encabezada por el Consejo Coordinador Empresarial. Entre las excepciones, no pierdo de vista a la revista , con su suplemento cultural México en la Cultura entonces dirigido por Carlos Monsiváis, y en el cual José Joaquín Blanco desde pocos años atrás colaboraba con regularidad. 173 Fuentes Humanísticas 45 > Mirada crítica > VÍCTOR DÍAZ ARCINIEGA ta Proceso, a la que se sumarían otras revistas: Vuelta y Fem, y un año después y , más el periódico dirigido por Manuel Becerra Acosta con el suplemento cultural bajo la conducción de Fernando Benítez. resultó propicio para aquel joven José Joaquín Blanco, quien sig- pasado como del presente cultural y literario mexicano, además de las expresiones literarias del ámbito mundial. A su manera, en lo una revaloración del canon narrativo y poético, sobre todo el ya establecido como paradigmático. Beligerante, Blanco participaba en la discusión pública y cuestionaba el orden institucional, principalmente dentro de las dinámicas culturales y literarias, incluidos los emergentes grupos de poder de la política intelectual, como ilustró la elocuente y ahora representativa polémica sostenida en Proceso entre Octavio Paz y Carlos Monsiváis, y otros más, quienes intelectual correspondiente a ese México de pregonadas abundancias.5 es todo esto y más, mucho más: es una incisiva crítica a la moral pública, que José Joaquín Blanco analiza a través de sus múltiples manifestaciones expuestas por él de cuerpo entero, aunque a esa moral no la nombra como tal. La versión entre el ensayo “Ojos que da pánico soñar”, con el cual cierra el libro.6 En aquel entonces, cuando los mexicanos nos estábamos preparando para “administrar la abundancia” a la que nos ilusionó el presidente 5 José Joaquín Blanco, notas de su participación en la polémica, junto con el largo ensayo sobre Fuentes que apareció en Cultura y dependencia ensayos, en el que destaca “Lecturas de Los de abajo también publicó: sobre literatura mundial, ca La Cultura en México poesía mexicana 6 José Joaquín Blanco, ; un año después tuvo una segunda edición en la misma editorial y una tercera dentro de la colección Lecturas Me- 174 Fuentes Humanísticas 45 > Mirada crítica > VÍCTOR DÍAZ ARCINIEGA López Portillo, esas notas periodísticas nos permitían a sus lectores contar con un punto de referencia, a veces para disentir de sus análisis y muchas otras para fortalecer nuestra perspectiva crítica, pues sus escritos sembraban inquietudes que considerábamos en la conversación cotidiana. Estas conversaciones ocurrían por dos motivos esenciales. Por un lado, como cabeza visible de la generación emergente post 68, en su visión de la sociedad clasemediera urbana nos reconocíalenguaje directo, ambos muy acordes con aquel nuevo periodismo impulsado por el , generaba una estrecha empatía, porque nos apelaba directamente como lectores para sacarnos de nuestra receptiva pasividad. Repito, el de Blanco era punta de lanza del periodismo nuevo, voluntariamente combativo contra la hegemonía de la mediocridad complaciente de los medios impresos y electrónicos en complicidad con el poder político y económico; el suyo y el del era un diarismo que pretendía una comunicación horizontal, lo cual por principio rompía con el autoritarismo de la comunicación vertical vigente desde los años cuarenta. Es decir, se estaba emprendiendo el derrumbe del monolito autoritario. buenas causas, así enlistadas por él: ecología, feminismo, gimnasia para nacional, libertad de expresión, lucha contra el autoritarismo, paternidad responsable, protección al salario, anticorrupción pública, boicot al plástico y otros materiales no-destructibles, conservación al amor libre y a la homosexualidad; estos como los más relevantes y que eran indicios de un inducido cambio en el esquema de valores. Por lo anterior, él consideró a casi todos los temas como motivo de análisis por la alharaca publicitaria y demagógica que se hacía desde el gobierno y a través de los medios. Sin duda, su percepción era certera: todas esas buenas causas poseen en sí mismas una densa carga moral, muy por encima de los obvios propósitos ideológicos y políticos, siempre tan contradictorios: en el ámbito gubernamental, ¡nunca coincidían los dichos con los hechos! Visto con atención, el repertorio de temas y su tratamiento analítico –artículos de opinión o ensayos breves con ribetes de crónica, principalmente–, colocaban a ese joven periodista en el centro de la discusión pública, porque en el ambiente cultural todos eran temas nuevos y él con su sensible intuición estaba marcando guías 175 Fuentes Humanísticas 45 > Mirada crítica > VÍCTOR DÍAZ ARCINIEGA de sentido para la interpretación de nuestra realidad inmediata, que atravesaba por una imperceptible transformación de sus paradigmas axiomáticos. Es decir, con sus notas semanales estaba enseñando a ponderar nuestro emergente entorno clasemediero con todas sus rutinas, prejuicios y pretensiones; naturalmente, en sentido inverso, su perspectiva también estaba sesgada por sus propios prejuicios y pretensiones. Esta cualidad permitía incorporar sus artículos a la conversación, los cuales a veces funcionaban como una confrontación. Así, como disidente, José Joaquín Blanco cumplía su propósito: rompía la pasividad, cuestionaba y sacaba de las inercias para formularnos problemas, y de esta manera incitaba a la (auto)crítica y fortalecía nuestro criterio. II. En las cuatro partes de , José Joaquín ca unitariamente dentro de los cuatro grandes asuntos que más le interesaban analizar.7 En “El alambrado”, aborda los agentes del control hegemónico y sus mecanismos operativos. Para esto incorporación de capitales privados, propósitos hegemónicos de de una conducta crítica ante el pasado y transformadora hacia el futuro, que chocaba frontalmente con las inercias de poderes y privilegios consolidados.8 En el segundo apartado, “Botín con ajetreo de víctima”, describe al principalísimo objeto de sus consideraciones críticas: a nosotros, aquellos clasemedieros urbanos dentro de dinámicas 7 8 Aunque sea evidente, debo recordar que sus análisis eran los naturales a la brevedad de las notas periodísticas: en ellos no hay desarrollos ni ejemplos y en su versión original se publicaron en fechas esparcidas a lo largo de poco más de dos años; en el libro es donde se percibe el afán de integración temática. También describe las estrategias de la opresión mediante los “Legados de la Humanidad” para intimidar, el “atarugamiento” de la inteligencia para anularla, descafeinada, el autoritarismo “oligofrénico y ciego” de Díaz Ordaz, las virtudes de la Universidad Nacional Autónoma de México en su cincuentenario de la autonomía y la cerrazón del rector Soberón, la visita del papa Pablo útil para fortalecer el control episcopal sobre el Consejo Episcopal Latinoamericano, la función de los profesionales del elogio en los medios de comunicación para frágil y peligroso ejercicio de libertad de expresión en la literatura y el periodismo independientes, porque siempre pende la cuerda del ahorcado ante sus ojos. 176 Fuentes Humanísticas 45 > Mirada crítica > VÍCTOR DÍAZ ARCINIEGA rutinarias, con abigarrados y contradictorios escenarios urbanos, con hábitos de diversión y consumo, con pretensiones para dejar de ser lo que éramos y convertirnos en ese siempre único deseo: abandonar lo jodido de la vida diaria de nuestra clase, y así pasarla chera de la ilusión frustrada, porque el éxito prometido por López Portillo se convirtió en fracaso. En “El íntimo transar del corazón” aborda el tercero de los asuntos: nuestras clasemedieras vidas que analiza a partir del eje mas e incuestionadas maneras de ser [:] en los gustos, en los apetitos, en las atracciones y rechazos que creemos espontáneos e individualísimos, como lo que llamamos atracción sexual.” La variedad de los teman considerados comprende desde los patrones de conducta sexual o amorosa de los individuos y las familias, hasta los problemas sociales y económicos implícitos en la aprobación legal o no del aborto; desde las contradictorias dinámicas de las relaciones de pareja subordinadas a los hábitos de consumo, a los estereotipos de belleza o de virtudes, a las prácticas de conducta autoritarias o liberales, hasta las demandantes conductas de la mujer en sus roles de madre, esposa y proveedora del hogar; las hipócritas normas de la salud que ocultan su autoritario moralismo, el cual inhibe y logra cancelar el libre curso de la vida con el pretexto de no correr riesgos. libro, se convierten en el mejor y casi obligado encuadre del cuarto de ellos, cifrado en el ensayo “Ojos que da pánico soñar”. Aquí, su propósito es exponer públicamente algunos de sus personales puntos de vista sobre la homosexualidad para, de esta manera, por un lado invitar a romper con los estigmas que aquejaban la vida xión para analizar –repito y subrayo– las condiciones de vida del homosexual en México. Como en los anteriores tres asuntos, también aquí centra su atención en los clasemedieros, hace una sucinta historia del simbólico lugar que los homosexuales han ocupado en México, observa su condición de elementos disolventes dentro del sistema, describe críticamente las sociedades de clanes, y reconsidera el sentido y alcance de la noción sobre José Joaquin Blanco, op. cit., p. 115. 177 Fuentes Humanísticas 45 > Mirada crítica > VÍCTOR DÍAZ ARCINIEGA las preferencias sexuales diferentes dentro de la sociedad, con lo que confrontó la “realidad del sexo sin subterfugios”.10 Hasta aquí , en cuyo alcance reconozco el magisterio que José Joaquín Blanco ejercía sobre algunos de sus lectores, como yo típico clasemediero pequeño burgués con pretensiones: él, quien nos estaba enseñando a leer nuestra realidad más inmediata y cotidiana, la cual él estaba percibiendo con sagaz intuición, aguda sensibilidad y rotundo escepticismo. Por otro lado, con la crítica –por momentos deudora de la beligerante militancia típica de la izquierda radical de entonces– de sus “ensayos de literatura cotidiana” no dejaba títere con cabeza y en todas partes encontraba el pelo en la sopa. En otros términos, con la trascendencia de esas muchas menudencias cotidianas que nos pasan inadvertidas; nos instaba a romper estereotipos e inercias y sobre todo a cambiar nuestra disposición mental ante la realidad, considerada en los órdenes más aparentemente irrelevantes. III. La dimensión moral referida al inicio de estas páginas subyace denso y generalizado movimiento social, en sentido estricto, como más profunda y sólida es moral y surge de la acumulación, de eso, que ahora genéricamente se denomina y que entonces correspondía a la suma de carencias y frustraciones derivadas de las políticas públicas y económicas estatales y al acaparamiento del poder por el sector privado o, en otras palabras: la suya es la conciencia íntima del desengaño ante la irremediable cancelación de un porvenir, el entonces pregonado y prometido de la abundancia intuitivamente él estaba describiendo de manera literaria y alegóride la prepotencia autoritaria hegemónica del partido único. Desde otra perspectiva, en la suma de artículos y crónicas reunidas en , José Joaquín Blanco, dibuja neto el fenómeno social de la transformación de las clases medias 10 Es conveniente no perder de vista que, de manera oblicua, con este ensayo Blan, La Cultura en México, promovido por Nancy Cárdenas, Carlos Monsiváis y Luis González de Alba. 178 Fuentes Humanísticas 45 > Mirada crítica > VÍCTOR DÍAZ ARCINIEGA dentro de sus manifestaciones culturales: ahí está la detenida descripción de cómo desaparecía el sueño de esa tumultuosa generación de padres que inmigraron de la provincia a la ciudad durante los modernizadores años del alemanismo y, simultánea y enfáticamente, también está la descripción pormenorizada de cómo los hijos de esos inmigrantes ya nacidos en la ciudad se encontraron ante la ilusoria realidad de aquella publicitada modernidad. A muchos nos habían preparado y aun responsabilizado para alcanzar el éxito clasemediero ofrecido para materializar los deseos paternos del éxito, pero en lugar de eso la doble moral en la que fuimos educados revelaba su tan hipócrita como corrupta esencia. Blanco nos ayudó a cuestionar nuestro lugar en esa realidad y a revalorar nuestras vías de realización dentro de nuestro propio entorno.11 Bibliografía Blanco, José Joaquín. . . Puebla, Universi- Clavijero. Serie Mayor) . . Puebla, Univer- Clavijero. Serie Mayor) . Guadalajara, Departa- . México, Fondo Cultura Leñero, Vicente. Los periodistas Pacheco, José Emilio. Las batallas en el desierto Hemerografía Arciniega, Víctor Díaz. “Entre perpetrar y perpetuar”. 11 . Coincidentemente, aunque con la incisión crítica de la narrativa, en Las batallas en el desierto que se desarrolla la acción de la novela.