Utilidad de la ecografía en ni˜nos con dolor en la fosa ilíaca derecha
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Utilidad de la ecografía en ni˜nos con dolor en la fosa ilíaca derecha
Documento descargado de http://zl.elsevier.es el 14/08/2014. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Radiología. 2012;54(2):137---148 www.elsevier.es/rx ACTUALIZACIÓN Utilidad de la ecografía en niños con dolor en la fosa ilíaca derecha L. Raposo Rodríguez a,∗ , G. Anes González a , J.B. García Hernández a y S. Torga Sánchez b a b Servicio de Radiodiagnóstico, Hospital Universitario Central de Asturias, Oviedo, Asturias, España Servicio de Radiodiagnóstico, Hospital El Bierzo, Ponferrada, León, España Recibido el 14 de febrero de 2011; aceptado el 23 de mayo de 2011 Disponible en Internet el 22 de diciembre de 2011 PALABRAS CLAVE Ecografía abdominal; Fosa ilíaca derecha; Pediatría; Abdomen agudo; Apendicitis; Enfermedad de Crohn Resumen El dolor agudo en la fosa ilíaca derecha es un cuadro frecuente en la infancia. Su origen puede ser secundario a un amplio abanico de procesos gastrointestinales y genitourinarios que constituyen el diagnóstico diferencial de la apendicitis aguda. En el presente artículo se describen los hallazgos ecográficos más representativos de tales procesos, insistiendo en las características que permiten diferenciarlos de la apendicitis aguda. © 2011 SERAM. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. KEYWORDS Usefulness of ultrasonography in children with right iliac fossa pain Abdominal ultrasonography; Right iliac fossa; Pediatrics; Acute abdomen; Appendicitis; Crohn’s disease Abstract Acute pain in the right iliac fossa is common in children. It can arise from a wide variety of gastrointestinal and genitourinary processes that make up the differential diagnosis with acute appendicitis. In this article, we describe the most representative findings of these processes on ultrasonography. We emphasize the characteristics that enable these processes to be differentiated from acute appendicitis. © 2011 SERAM. Published by Elsevier España, S.L. All rights reserved. Introducción El dolor agudo en la fosa ilíaca derecha (FID) es muy frecuente en el paciente pediátrico. Si bien la apendicitis aguda (AA) y la invaginación intestinal constituyen su causa clásicamente, también puede ser originado por múltiples afecciones gastrointestinales y genitourinarias que ∗ Autor para correspondencia. Correo electrónico: [email protected] (L. Raposo Rodríguez). representan los principales diagnósticos diferenciales de la AA. La ecografía se presenta como la técnica diagnóstica idónea para realizar en niños con dolor abdominal. Su excelente resolución anatómica en la población infantil ha permitido reducir la tasa de apendicetomías negativas1 . Los avances tecnológicos en el campo de la ecografía posibilitan el estudio de las capas intestinales y del mesenterio circundante con una alta resolución espacial, permitiendo nuevas aplicaciones clínicas, como son: la valoración de la actividad inflamatoria aguda, de la respuesta al tratamiento y las complicaciones en la enfermedad de Crohn, el control ecográfico 0033-8338/$ – see front matter © 2011 SERAM. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. doi:10.1016/j.rx.2011.05.016 Documento descargado de http://zl.elsevier.es el 14/08/2014. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 138 L. Raposo Rodríguez et al Figura 1 A) Imagen ecográfica de la fosa ilíaca derecha normal, en la que se observa el psoas y los vasos ilíacos. B) Corte ecográfico axial del apéndice que muestra la correlación del patrón pentaestratificado normal con sus correspondientes capas histológicas. Las capas hiperecogénicas se corresponden a la superficie mucosa (m), submucosa (sb) y adventicia (a), mientras que las hipoecoicas representan la mucosa (mm) y la muscularis propia (mc). en las apendicitis agudas recurrentes, el seguimiento de la afectación intestinal en la púrpura de Scholein-Henöch, la valoración de la viabilidad prequirúrgica en los casos de torsión ovárica o el apoyo a la decisión de tomar una biopsia en la enfermedad celíaca. El objetivo de este trabajo es describir los hallazgos ecográficos y los hallazgos diagnósticos claves de las afecciones que pueden cursar con dolor agudo en la FID en la población pediátrica, haciendo hincapié en la AA, ya que es la afección quirúrgica más frecuente en el niño2,3 y la que más errores diagnósticos origina. Técnica La técnica de compresión gradual, introducida en 1986 por Puylaert, se basa en que una compresión progresiva sobre la pared anterior del abdomen elimina el gas y el líquido intraluminal de las asas intestinales, reduce la distancia entre transductor y el apéndice y desplaza al intestino fuera de la FID4 . Esta compresión permite visualizar los vasos ilíacos y el músculo psoas, a las que el apéndice es anterior (fig. 1A). La compresión rápida, además de ser ineficaz y dolorosa, puede romper un apéndice con riesgo de perforación2 . El estudio se realiza en los planos longitudinal y transversal. La imagen muestra el colon ascendente como una estructura sin peristalsis, con líquido y gas en su interior. Inferiormente se identifica el íleon terminal, compresible y con peristalsis. Entre 2 y 3 cm por debajo, se encuentra la base del ciego, donde se origina el apéndice. Aunque la base es relativamente fija, la punta del apéndice se mueve libremente, por lo que su localización es muy variable, sin que esto se traduzca en una diferencia estadísticamente significativa en la tasa de apendicitis5,6 . La topografía de los vasos mesentéricos superiores y su relación con la aorta y la vena cava inferior debe ser identificada sistemáticamente. FID normal El tubo digestivo está constituido por cuatro capas concéntricas histológicamente diferenciadas. Estas capas son, de dentro hacia fuera: la mucosa ---compuesta de un epitelio con lámina propia y muscularis mucosa---, la submucosa, la muscular propia y la adventicia. La ecografía muestra un patrón ecográfico pentaestratificado, en el que las capas primera (superficie mucosa), tercera (submucosa) y quinta (adventicia) son hiperecogénicas y la segunda (mucosa) y la cuarta (muscular propia) son hipoecoicas6---8 (fig. 1B). En adultos, el grosor de la pared de cualquier segmento del tubo digestivo es igual o inferior a 3 mm. En niños oscila entre 1,5-3 mm en el íleon terminal y menos de 2 o 3 mm en el colon, según la edad8 . Las válvulas conniventes tienen menos de 2 mm de ancho y miden entre 2 y 5 mm de largo; su número es mayor en el yeyuno (dos o tres por cm) que en el íleon (dos por cm). Debido a su origen intestinal, el apéndice presenta las mismas características que el tubo digestivo, por lo que en un plano transversal no debe medir más de 6 mm de diámetro y su pared no debe superar los 3 mm3,4,6,9 . No obstante, es posible encontrar apéndices histológicamente normales mayores de 6 mm, por acumulación de secreciones en su luz, hiperplasia o impactación fecal10 . El apéndice normal es de forma ovoidea en el plano axial y se comprime con la presión. En las apendicitis, en cambio, sus paredes están inflamadas y rígidas, y no pueden comprimirse. Su luz puede contener aire o líquido, o estar colapsada, con las capas de mucosa adheridas, creando una línea central ecogénica. Por último, el mesenterio es ligeramente ecogénico. Apendicitis aguda La AA es la afección quirúrgica más frecuente en el niño y la que más errores diagnósticos origina. Clásicamente se Documento descargado de http://zl.elsevier.es el 14/08/2014. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Utilidad de la ecografía en niños con dolor en la fosa ilíaca derecha 139 Figura 2 Apendicitis: A) Corte ecográfico transversal de apéndice inflamado con aumento de calibre y de grosor de sus paredes, e hiperecogenicidad de la grasa periapendicular. B) Imagen longitudinal ecográfica de un apéndice inflamado en modo Doppler color que muestra una hiperemia de su pared. ha descrito que la AA resulta de la obstrucción de la luz apendicular por material fecal o apendicolitos, seguida habitualmente de infección. Hoy se sabe que la AA no siempre es secundaria a una obstrucción, y sus causas pueden ser varias: obstrucción de la comunicación cecoapendicular por hiperplasia de folículos linfoides, inflamación de estos folículos en los cuadros infecciosos, presencia de cuerpos extraños, o traumatismos. Estos factores desencadenan una inflamación con el consiguiente aumento de la presión intraluminal, por lo que el apéndice se agranda produciendo cambios inflamatorios en los tejidos circundantes, como la grasa pericecal y el peritoneo2 . Finalmente se produce isquemia y, eventualmente, una perforación. La sensibilidad y la especificidad de la ecografía para el diagnóstico de AA son muy variables según las series (hasta del 100 y el 98%, respectivamente)2---12 . El diámetro apendicular se considera el criterio morfológico de mayor importancia (sensibilidad > 98%) y tradicionalmente ha permitido hacer el diagnóstico de apendicitis cuando excede de 6 mm. En las imágenes transversales, el apéndice aparece fijo, no comprensible y redondo. Con frecuencia se advierte hiperecogenicidad de la grasa pericecal, que puede aumentar de volumen y rodear al apéndice, lo que representa al epiplón inflamado que migra hacia la zona ante la posibilidad de perforación (fig. 2A). El líquido libre y las adenopatías mesentéricas son frecuentes pero inespecíficas. Hasta en el 30% de los casos se describe la existencia de un apendicolito en la luz apendicular2 . La señal Doppler varía en función del estadio evolutivo de la enfermedad. Aunque puede aumentar en fase aguda (fig. 2B), puede disminuir cuando el apéndice se perfora2---4,9 , por lo que, aisladamente, no es un dato fiable para distinguir un apéndice normal de otro patológico. Se sospechará la perforación ante la presencia de irregularidades del contorno del apéndice, líquido o colecciones y asas dilatadas con paredes engrosadas2---4,7,10,13 (fig. 1E). Cuando la perforación tiene lugar, es frecuente que el apéndice se descomprima. En estos casos solo se visualiza en el 30-60% de los casos4,9,13 . El dolor intenso, la presencia de gas o una obesidad extrema pueden también imposibilitar la visualización del apéndice. Por tanto, no ver el apéndice no permite descartar la apendicitis aguda, aunque en las primeras etapas de los estudios ecográficos fuera interpretado como criterio de exclusión5 . Cuando no se ve, el valor predictivo negativo de su ausencia de visualización por un ecografista experimentado es del 90%2,10 . Únicamente la objetivación de un apéndice normal y hasta su extremo distal, permite descartar con seguridad AA, ya que algunas son focales, limitadas a la punta2,4,5 . El rango de detección de un apéndice sin alteraciones varía entre el 40 y el 82% de las exploraciones, según la experiencia del operador y las características del paciente5,6,10 . Apendicitis aguda recurrente En un 10% de los pacientes con AA, los síntomas y signos remiten espontáneamente tras un periodo de entre 12 y 48 horas para reaparecer posteriormente10,14 . Se cree que tal fenómeno, etiquetado como «apendicitis de resolución espontánea», se debe al cese de la causa de la obstrucción. En estos casos las ecografías de seguimiento muestran una disminución gradual del diámetro apendicular10,14 . El control ecográfico en casos de AA, realizado entre 6 y 36 horas después del primer examen, constituye una herramienta diagnóstica útil que complementa el control clínico y permite disminuir el número de exámenes de TC en niños. La tasa de recurrencia está relacionada con la existencia o inexistencia de adenomegalias mesentéricas. En un estudio de 60 pacientes realizado por Cobben et al., el subgrupo de pacientes masculinos sin adenopatías tuvo una tasa de recurrencia del 60%, lo que parece ser una indicación justificada de cirugía. Al contrario, la presencia de ganglios mesentéricos aumentados fue asociada a una menor tasa de recurrencia14 . La denominación de esta entidad patológica también genera controversia. Algunos autores utilizan el término «enfermedad apendicular» en pacientes con clínica de larga Documento descargado de http://zl.elsevier.es el 14/08/2014. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 140 L. Raposo Rodríguez et al evolución, aunque se trata de una entidad que no ha sido descrita satisfactoriamente hasta la fecha. Fibrosis quística En los pacientes con fibrosis quística (FQ) suelen identificarse apéndices marcadamente distendidos por la presencia de secreciones espesas y esta distensión se relaciona con el dolor15 . Estos casos no deben confundirse con una AA, ya que los apéndices están distendidos pero no inflamados. Presentan una pared de grosor normal y su estructura en capas intacta, sin inflamación de la grasa mesentérica16,17 (fig. 2E). Se ha sugerido que estas secreciones protegen de la AA, ya que su incidencia en pacientes con FQ (1-2%) es menor que en la población general (7-8%)14,16 . Sin embargo, en estos pacientes la tasa de perforaciones y de formación de abscesos es mayor, probablemente debido al retraso en el diagnóstico, ya que los síntomas están a menudo enmascarados por el uso de antibióticos16,17 . Mucocele apendicular El mucocele apendicular consiste en una dilatación del apéndice producida por acumulación intraluminal de moco. Hasta la fecha se han descrito cuatro procesos patológicos que pueden ocasionarlo: la obturación de la comunicación cecoapendicular, la hiperplasia mucosa, el cistoadenoma mucinoso y el cistoadenocarcinoma mucinoso. Ecográficamente se identifica un apéndice distendido cuya pared no está engrosada, sin signos inflamatorios regionales, con abundante contenido ecogénico en su interior y con estructura en «capas de cebolla»18---20 . Éste es un dato característico que representa al material mucoide y que permite el diagnóstico diferencial con los abscesos apendiculares21 (fig. 3). Hiperplasia linfoide viral La hiperplasia folicular linfoide es un hallazgo anatomopatológico, basado en el agrandamiento de los folículos linfoides de la lámina propia de la mucosa apendicular, sin infiltración de polimorfonucleares. Es habitual en la infancia, y según algunos autores puede ser responsable de dolores agudos en la FID en el niño7 . También se relaciona con invaginación intestinal. Solo en contadas ocasiones la ecografía posibilita diagnosticar esta afección. En estos casos, los hallazgos característicos son: dilatación del apéndice y engrosamiento de su mucosa y de la válvula ileocecal, por la presencia de nódulos hipoecogénicos. Las adenopatías mesentéricas son una constante. El ciego, la ecogenicidad del mesenterio y la movilidad del íleon distal son normales7 . Adenitis mesentérica La adenitis mesentérica (AM) es una entidad cuestionada, a cuyo diagnóstico se recurre con frecuencia cuando se ha extirpado un apéndice normal. Se emplea para referirse al aumento de volumen de algunos ganglios mesentéricos, acompañado o no de ileítis9,10 . Sin embargo, existen Figura 3 Mucocele. Masa hipoecoica dependiente del ciego, con una estructura interna en capas de cebolla (*), de paredes finas, sin cambios inflamatorios asociados. publicaciones que describen la presencia de adenomegalias mesentéricas (> 10 mm de eje corto) en niños asintomáticos22 . Puede observarse un aumento de la señal Doppler en los vasos mesentéricos y mínima cantidad de líquido libre (fig. 3E). La no visualización del apéndice inflamado es más indicativa de AM que de AA9 . Gastroenteritis aguda La gastroenteritis aguda (GEA) es la enfermedad inflamatoria más común en niños. Generalmente es de origen vírico, y la región ileocecal es la más frecuentemente afectada. En su presentación clásica no precisa pruebas de imagen. La ecografía muestra asas dilatadas, de paredes finas, rellenas de líquido, con episodios de hiperperistaltismo, en los que no es infrecuente observar invaginaciones transitorias9 (fig. 4E). Ileítis o cecoileítis infecciosa Algunos gérmenes ---como la Salmonella, el Campylobacter jejuni, la Yersinia y, más raramente, la micobacteria tuberculosa---, tienen gran afinidad por el tejido linfático del íleon terminal, y dan lugar a enteritis que clínicamente puede simular una AA. Los hallazgos ecográficos son: pared intestinal engrosada e hipoecogénica ---generalmente con indemnidad de la estratificación---, la hipervascularización transmural o de la mucosa y las adenopatías mesentéricas9,10 . A diferencia de lo que ocurre en la AA, el mesenterio es normal y las asas engrosadas no forman un conglomerado inflamatorio alrededor del apéndice. La ileítis tuberculosa es rara en los países desarrollados. Se manifiesta como engrosamiento asimétrico, no Documento descargado de http://zl.elsevier.es el 14/08/2014. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Utilidad de la ecografía en niños con dolor en la fosa ilíaca derecha 141 Figura 4 A y B) Paciente con enfermedad tuberculosa y dolor en fosa ilíaca derecha. A) La radiografía de tórax muestra lesiones parcheadas, de características alveolares, de distribución bilateral, y difusa en relación con bronconeumonía tuberculosa. B) Los cortes ecográficos del vacío derecho muestran engrosamiento difuso e hipoecoico, con pérdida de la estratificación normal, en relación con una ileítis tuberculosa. Nótese la semejanza con el engrosamiento que aparece en la enfermedad de Crohn (imágenes 5A y B). estratificado, de las paredes de la región ileocecal23---25 (fig. 4A, B). Cursa clínicamente como una enfermedad crónica. Las imágenes son similares a las de la enfermedad de Crohn, pero el compromiso cecal es siempre muy importante9 . El bacilo desencadena un proceso de inflamación que termina ulcerando y luego cicatrizando la mucosa, así como una infiltración extensa del peritoneo, el epiplón y el mesenterio coexistiendo con adenopatías con centro hipodenso24---26 . No existe ningún hallazgo patognomónico. La colonoscopia con toma de biopsias y cultivo de las lesiones es la técnica diagnóstica de elección, si bien la falta de confirmación histológica no excluye la tuberculosis26 . Enfermedad de Crohn En el 25% de los casos la enfermedad de Crohn (EC) se presenta en la infancia, y en el 55% de ellos compromete la región ileocecal8 . Su presentación como cuadro abdominal agudo que simula AA no es excepcional. La EC produce una inflamación transmural del intestino, que se extiende hasta el mesenterio circundante. Ecográficamente se traduce en un engrosamiento circunferencial de la pared intestinal, segmentario o multifocal, y finalmente, en una pérdida de su estratificación8---10,27,28 . La pared se muestra hipoecoica, con una línea central ecogénica que representa la superficie mucosa (fig. 5A y B). El mesenterio es hiperecogénico y las asas no se movilizan al presionarlas con el transductor10 . Existen adenopatías en aproximadamente el 15% de los pacientes29 . La EC se asocia con neovascularización intestinal. En la fase activa, a diferencia de lo que ocurre con las zonas fibrosas cicatriciales, se observa hipervascularización mesentérica y el «signo del peine», indicativo de un incremento del flujo sanguíneo de los vasos rectos (fig. 5B). Este dato puede ayudar a diferenciarla de ileítis infecciosa, eosinofílica, o la asociada a la púrpura de Scholein-Henöch (PSH), en las que la proliferación de la vascularización no es tan prominente. La densidad de los vasos, valorada con el Doppler en las asas afectadas, se correlaciona con la actividad de la enfermedad y se utiliza como una prueba no invasiva para monitorizar su curso y la respuesta al tratamiento8,28,30 . Se clasifica en baja, moderada y alta, según se detecten de 0 a 2, de 3 a 5, o más de 5 señales Doppler por cm2 respectivamente30 . El 23% de los casos de EC presentan afectación del apéndice e hiperemia apendicular similar a la que aparece en la AA. Sin embargo, en la EC se asocia a engrosamiento mural mayor de 5 mm e hiperemia del íleon. Los hallazgos ecográficos del ciego y del apéndice son similares en ambas entidades, por lo que no son útiles para su diferenciación28 . Púrpura de Schonlein-Henöch La PSH es una vasculitis de pequeño vaso que puede afectar al tubo digestivo. En algunos pacientes (10-30%) la afectación intestinal puede preceder a las lesiones cutáneas simulando una AA. Los episodios de dolor paroxístico son debidos al edema de la subserosa y submucosa y a la infiltración hemorrágica8,31 . Lo característico en la ecografía es el engrosamiento difuso y circunferencial de la pared intestinal, con hematomas focales intramurales que aparecen como áreas hiperecogénicas, y que le confieren al engrosamiento un aspecto irregular2,8,31 . A menudo se asocia con adenopatías Documento descargado de http://zl.elsevier.es el 14/08/2014. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 142 L. Raposo Rodríguez et al Figura 5 Enfermedad de Crohn. A) Corte ecográfico en modo Doppler color que muestra un marcado engrosamiento de las paredes del íleon terminal a expensas fundamentalmente de la submucosa hiperecogénica, hallazgo característico de la enfermedad de Crohn y una hipervascularización mural. B) Se observa la presencia de múltiples adenopatías mesentéricas de aspecto inflamatorio (*) e hiperecogenicidad e hipervascularización del mesenterio. mesentéricas y líquido libre. El duodeno y el yeyuno son los lugares preferentes de compromiso inicial pero, con cada crisis, la afectación va extendiéndose hacia el íleon. Enfermedad celíaca Hasta el 25% de los niños con enfermedad celíaca (EC) debuta con un cuadro de abdomen agudo, y la ecografía puede aportar los primeros datos que orienten al diagnóstico y a la instauración temprana de un tratamiento adecuado. Característicamente las asas están anormalmente dilatadas, llenas de líquido y se invierte el patrón de pliegues yeyunoileal. El 82% de los casos presenta hiperperistaltismo y mínima ascitis32,33 . La invaginación intestinal es una complicación frecuente, por lo que su recurrencia debe incitar a investigar una posible EC subyacente. En pacientes adultos con EC y abdomen agudo se debe sospechar además yeyunoileítis ulcerativa34 . Los datos obtenidos con la ecografía pueden confirmar la necesidad de biopsia35 . (mayor de 3 mm) preferentemente hiperecogénico y heterogéneo con áreas de distinta ecogenicidad por necrosis o hemorragia, y mucosa redundante (fig. 6). En la mayoría de los casos el Doppler muestra hipervascularización y cambios inflamatorios circundantes, así como líquido libre36---38 . En ocasiones, junto a los hallazgos compatibles con la tiflitis, puede encontrarse engrosamiento del apéndice, posiblemente debido a las mismas causas que la tiflitis, por lo que la cirugía podría no estar justificada. Este hecho, unido a que los pacientes oncológicos pediátricos, no son, generalmente, buenos candidatos a la cirugía, hace que el manejo de estos niños, con engrosamiento del apéndice y dolor en FID, sea controvertido39 . Tiflitis La tiflitis es una alteración típica de pacientes hematológicos que padecen neutropenia grave secundaria a la quimioterapia. En pediatría, se ve con mayor frecuencia en la preadolescencia, en leucemias agudas de estirpe mieloide. Las porciones más afectadas son el ciego y el colon ascendente ---de ahí el término tiflitis--- pero puede encontrarse afectación de cualquier segmento del tracto digestivo, por lo que existe consenso en que el término más correcto es el de enterocolitis neutropénica. Histológicamente lo característico es la necrosis y hemorragia de la pared, sin infiltrado inflamatorio o tumoral. Se manifiesta como un engrosamiento asimétrico de las paredes del ciego Figura 6 Tiflitis en niño de 8 años tratado por leucemia, con dolor en FID y fiebre. Imagen ecográfica axial de la FID en la que se observa engrosamiento anormal de la pared del ciego (flechas gruesas), con pérdida de la estratificación, y en menor medida, del íleon terminal (i). El apéndice es de calibre normal (flecha). Documento descargado de http://zl.elsevier.es el 14/08/2014. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Utilidad de la ecografía en niños con dolor en la fosa ilíaca derecha 143 Diverticulitis de Meckel El divertículo de Meckel, relacionado con la persistencia del conducto onfalomesentérico, se sitúa en el borde antimesentérico del íleon. Es un divertículo verdadero que contiene todas las capas del intestino. Se debe sospechar en niños con sintomatología inflamatoria en la FID, en los que se visualiza el apéndice normal y una lesión conectada al íleon terminal de apariencia similar a la de una AA2,5,10,45 . Diverticulitis derecha Figura 7 Imagen axial ecográfica de una invaginación ileocólica. Se identifican tres paredes de asas y el mesenterio. El asa receptora o intussuscipiens es la pared más externa. Contiene el segmento del intussusceptum que entra (i) localizado en el centro junto al mesenterio (M) arrastrado con algunas adenopatías (*). El asa receptora contiene además al asa que regresa, de mayor grosor y juntas componen el anillo hipoecoico externo del donut (flechas). Invaginación Es la introducción de una parte del intestino hacia la luz de un segmento intestinal inmediatamente distal. La mayoría de las invaginaciones son idiopáticas, relacionadas con hipertrofia de tejido linfoide, secundaria a infección vírica. El 90% de los pacientes es menor de dos años3 . Los hallazgos en la radiografía de abdomen pueden ser inespecíficos y el uso del enema convencional como método diagnóstico actualmente ya no está justificado3 . La ecografía es la prueba más adecuada, ya que tiene una exactitud diagnóstica del 97-100%, permite detectar causas, factores predictivos de irreductibilidad, y es útil en el seguimiento y tratamiento40 . El 90% de las invaginaciones son ileocólicas. La imagen diagnóstica de la invaginación se sitúa donde está el asa receptora, lo que explica que la lesión no se detecte habitualmente en la FID, sino en la región subhepática (fig. 5E). El signo del «donut» hace referencia a la sección transversal de la invaginación, en la que se identifica un anillo grueso hipoecoico y un centro ecogénico9,41 . El signo de la diana consiste en múltiples anillos concéntricos hipo e hiperecogénicos, cuyo número varía según la extensión del edema (fig. 7). El signo del pseudorriñón hace referencia a la la apariencia reniforme de un asa dentro de otra, en un corte longitudinal (fig. 5E), que suele superar los 5 cm de largo42 . Entre los signos ecográficos predictivos de irreductibilidad e isquemia destacan: presencia de líquido atrapado en la invaginación43 , falta de flujo en ultrasonografía Doppler, adenopatías, mayor grosor del anillo externo del donut y presencia de gas en el intussuceptum3,44 . La diverticulitis derecha es una entidad inflamatoria infrecuente que puede simular una AA. Debe considerarse en pacientes jóvenes con dolor en FID y apéndice normal. Los divertículos de colon derecho son verdaderos divertículos, con todas las capas de intestino, frecuentemente congénitos y solitarios. El diagnóstico ecográfico de diverticulitis derecha incluye la visualización directa del divertículo en la pared derecha del colon, engrosamiento focal de la pared del colon a nivel del divertículo e inflamación de la grasa adyacente10,25,46,47 . Usualmente estos procesos son autolimitados, y no precisan cirugía48 . Quistes de duplicación entéricos Los quistes de duplicación son una anomalía del desarrollo embrionario debida a la duplicación del asa entérica normal. Normalmente se localizan a lo largo del borde mesentérico del intestino, más frecuentemente en el íleon. Su pared contiene todas las capas normales y la mayor parte no se comunican con la luz del tubo digestivo. Pueden contener mucosa gástrica ectópica o tejido linfático. La ecografía muestra una masa tubular o esférica, bien definida, rellena de líquido con una capa interna ecogénica, correspondiente a la mucosa49 (fig. 8). En ocasiones el contenido es heterogéneo, como consecuencia de una hemorragia o de la presencia de material espeso en su interior. Linfoma de Burkitt El linfoma de Burkitt es el tumor intraabdominal más frecuente entre los 5 y 12 años. La localización más común es el íleon terminal. Consiste en engrosamiento localizado de la pared intestinal, transmural, muy hipoecogénico, con pérdida de la estratificación normal50 . La ascitis y las adenopatías mesentéricas son frecuentes. Apendicitis epiploica La apendicitis epiploica (AE) es una causa rara de abdomen agudo en la edad pediátrica. Es una afección benigna y autolimitada, secundaria a la torsión o trombosis espontánea de las venas de drenaje de los apéndices epiploicos. Como consecuencia, se produce una necrosis isquémica de la grasa, con irritación peritoneal. La ecografía muestra una masa ovalada hiperecogénica de 1,5 a 5 cm. de diámetro, no compresible, rodeada de un fino halo hipoecogénico, en contacto con el colon (fig. 6E)11,51---53 . El estudio con Documento descargado de http://zl.elsevier.es el 14/08/2014. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 144 L. Raposo Rodríguez et al y no presenta halo53 . Tanto la AE como el infarto omental son procesos autolimitados que generalmente no requieren cirugía11,53 . Linfangioma El linfangioma es un tumor quístico benigno, generalmente multiloculado, que se origina en el endotelio de los vasos linfáticos y contiene líquido seroso o quiloso49,54 . Los linfangiomas mesentéricos son raros y generalmente constituyen un hallazgo incidental. Si sufren ruptura, torsión, infección o hemorragia (fig. 7E), pueden tener una presentación aguda. Torsión de ovario Figura 8 Quiste de duplicación de íleon. Visión transversal de la FID que muestra una masa hipoecoica con una capa interna ecogénica que representa la mucosa, rodeada de una capa externa hipoecoica que representa la pared muscular. Doppler color muestra ausencia de flujo central; a diferencia del aumento de flujo que suele revelar en la apendicitis. Infarto omental Es una causa poco frecuente de dolor abdominal en niños. Puede ser primario o secundario a torsión del omento, traumatismo, vasculitis o hipercoagulabilidad. La apariencia ecográfica típica es la de una masa ovoidea hiperecogénica y no compresible, en el flanco derecho inmediatamente posterior a los rectos anteriores. Esta masa es de mayor tamaño que las visualizadas en AE, no depende del colon En niñas con dolor en FID la torsión ovárica es el diagnóstico alternativo al de la AA, que se plantea más frecuentemente5 . Generalmente es unilateral, con predilección por el lado derecho. Aunque se relaciona con una excesiva movilidad del ovario, se puede asociar con tumores o quistes de ovario (en niñas, teratomas benignos)54---56 . La ecografía, TC y RM muestran hallazgos comunes e inespecíficos, que varían según la duración de la torsión y la presencia o no de masa subyacente (fig. 9A, B y C). El hallazgo más constante es el de un ovario aumentado de tamaño, heterogéneo por el edema y la hemorragia55,57 . En el 74% de los casos la ecografía muestra múltiples pequeños quistes en la periferia del ovario55,56 . Este dato, aisladamente, no es diagnóstico de torsión, ya que puede observarse en los ovarios poliquísticos o incluso en ovarios normales de mujeres fértiles; pero sí lo es en un contexto de dolor con agrandamiento unilateral del ovario. La presencia de nivel líquido-sangre ha sido descrita como específica de torsión55,56,58 . Otros hallazgos son: engrosamiento de la trompa, líquido en el fondo de saco de Douglas, desviación uterina hacia el lado torsionado y engrosamiento mural de la masa, si coexiste55,56,59 . El Doppler color no siempre es una herramienta útil para establecer el diagnóstico56 . Aunque puede mostrar ausencia Figura 9 A, B y C) Torsión de ovario. A) Imagen ecográfica axial de FID de recién nacida en la que se aprecia una estructura quística con nivel líquido-líquido (flechas), muy sugestiva de torsión de ovario secundaria a la presencia de un quiste complicado. Vejiga (V). B) En la RM realizada al día siguiente obteniendo secuencias ponderadas en T2, sin y con supresión grasa, no se logra identificar el ovario derecho y se observa que la tumoración quística se encuentra en el vacío izquierdo. La movilidad de la lesión es un dato que va a favor de su origen ovárico y que fue confirmado en la cirugía. C) El ovario izquierdo era de morfología y localización normal en pelvis (flecha). Documento descargado de http://zl.elsevier.es el 14/08/2014. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Utilidad de la ecografía en niños con dolor en la fosa ilíaca derecha 145 Figura 10 Persistencia del uraco. Niño con dolor abdominal, fiebre y síndrome miccional. Estructura tubular ecogénica conectada al ombligo (*) en contacto con la cúpula vesical (v). de flujo arterial, hasta el 60% de los ovarios torsionados presentan ondas arteriales normales55 , debido a que la trombosis venosa produce síntomas antes de que ocurra la obstrucción arterial. Por otra parte, el flujo arterial persiste debido al aporte arterial doble del ovario desde la arteria ovárica y desde las ramas de la arteria uterina60 . El hallazgo más frecuente es la disminución o ausencia del flujo venoso56 . La principal utilidad del Doppler color radica en la determinación de la viabilidad preoperatoria del ovario, que se asocia a la presencia de un flujo venoso central mientras que la ausencia del mismo se asocia con ovarios no viables56,61 . El signo del remolino es la imagen en Doppler color de los vasos del pedículo torsionado. No es visible en todos los casos, pero cuando está presente sugiere que el ovario es aún viable56,62 . Quiste ovárico hemorrágico Los quistes ováricos pueden causar dolor debido a hemorragia o rotura9 . El aspecto típico es el de una lesión avascular, compleja y quística, con patrón reticular fino, niveles líquido-detritus y/o áreas hiperecogénicas en relación con sangre coagulada (fig. 8E)9 . La ausencia de afectación de la grasa adyacente facilita la diferenciación con un absceso. Frecuentemente se observa líquido libre intraperitoneal. Tumores ováricos La mayoría de tumores ováricos en niñas son benignos e indoloros, aunque en ocasiones provocan dolor, por compresión de estructuras adyacentes o por incremento en su tamaño. El tumor más frecuente es el teratoma quístico. Su apariencia ecográfica es la de una masa compleja sólido-quística, con componentes variables ecogénicos e hipoecogénicos, dependiendo de la cantidad de grasa, líquido o calcio (fig. 9E)55,63 . El resto de los tumores ováricos benignos son normalmente cistoadenomas. La mayoría son grandes lesiones quísticas uniloculares, con finos tabiques, que pueden presentar polos sólidos. Pielonefritis aguda En la mayoría de los casos de pielonefritis aguda la ecografía es normal, aunque puede producirse un agrandamiento focal o generalizado del riñón, áreas de ecogenicidad disminuida o incrementada (fig. 10E), pérdida de la diferenciación córtico-medular, engrosamiento del urotelio de la pelvis, y/o de los uréteres y/o cambios inflamatorios perirrenales9,64 . Los hallazgos en Doppler color de una pielonefritis aguda son un descenso del flujo sanguíneo cortical65 . Anomalías del uraco Se deben a la obliteración incompleta de su luz. El sinus uracal hace referencia a la persistencia del uraco en su extremo umbilical. Al igual que la persistencia del uraco, se trata de una estructura tubular de pequeño calibre, que se ve como un tubo alargado relleno de líquido o como un cordón ecogénico (fig. 10). El divertículo y el quiste son masas líquidas cerradas, en comunicación o no con la vejiga respectivamente. Si están infectados, se pueden distinguir ecos internos66 . Además de la pielonefritis aguda y las anomalías del uraco, otras afecciones urinarias como la ureterohidronefrosis (fig. 11E) y el reflujo, también son causa de dolor abdominal agudo e intermitente9 . Por eso el aparato urinario debe evaluarse al realizar la ecografía. Documento descargado de http://zl.elsevier.es el 14/08/2014. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 146 L. Raposo Rodríguez et al Diagnóstico diferencial del dolor agudo en fosa iliaca derecha en la edad pediátrica PATOLOGÍA UROLÓGICA Pielonefritis aguda dcha Quiste de uraco infectado Ureterohidronefrosis Reflujo vesicoureteral PATOLOGÍA ILEOCECAL Enfermedad de Crohn Ileitis infecciosa Tiflitis Linfoma de Burkitt Invaginación Quiste de duplicación PATOLOGÍA DE ASAS Schonlein-Henoch Gastroenteritis aguda enfer enfermedad celiaca Diverticulitis dcha PATOLOGÍA MESENTERIO/OMENTO Adenitis mesentérica Linfangioma Infarto omental Apendangitis Divertículo de Meckel PATOLOGÍA APENDICULAR Apendicitis aguda Mucocele Dilatación por fibrosis quística Hiperplasia linfoide Figura 11 PATOLOGÍA GINECOLÓGI GINECOLÓGICA Torsión de ovario Quiste hemorrágico Tumores ovárico Esquema de la anatomía de la FID y de las posibles afecciones derivadas de sus estructuras. Conclusión Bibliografía La ecografía es una técnica muy útil para evaluar el dolor agudo en la FID en la población infantil. Este dolor puede ser ocasionado por múltiples afecciones (fig. 11). La alta resolución espacial de la ecografía en niños, superior incluso a la de la TC, permite obtener datos relevantes propios de cada una de ellas y realizar un diagnóstico de confirmación o de exclusión de apendicitis aguda, o bien un diagnóstico alternativo, sin necesidad de estudios más invasivos. 1. Hernández JA, Swischuk LE, Ángel CA, Chandler R, Lee S. Imaging of acute appendicitis: US as the primary imaging modality. Pediatr Radiol. 2005;35:392---5. 2. Rybkin AV, Thoeni RF. Current concepts in imaging of appendicitis. Radiol Clin North Am. 2007;45:411---22. 3. Vasavada P. Ultrasound evaluation of acute abdominal emergencies in infants and children. Radiol Clin North Am. 2004;42:445---56. 4. Sivit C, Siegel M, Kimberly E, Applegate K, Newman K. When appendicitis is suspected in children. 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