¿Ahora viene lo peor? - ABCD On Line / Winisis On Line
Transcripción
¿Ahora viene lo peor? - ABCD On Line / Winisis On Line
Clarín Deportes 46 16/4/2003 VIOLENCIA EN EL FUTBOL | TEMEN UNA ESCALADA DE AGRESIONES ¿Ahora viene lo peor? Tras el ataque de la barra de Platense a los chicos de Almirante Brown, fuentes policiales admiten la posibilidad de una venganza. A los juveniles de Platense les suspendieron la actividad hasta el lunes. -------------------------------------------------------------------------------Gustavo Flores y Daniel Avellaneda El ataque del domingo de los barrabravas de Platense a los jugadores de inferiores de Almirante Brown y a sus parientes se metió en la historia negra del fútbol argentino. Y mientras los heridos están fuera de peligro (José Morales, el más afectado, espera su operación de triple fractura del maxilar en el Hospital Pirovano), la vieja frase que afirma que la violencia engendra violencia, parece que volverá a cumplirse. "Habrá vendetta", aseguran fuentes policiales. Y así lo hicieron sentir los barras de Almirante, quienes anoche se acordaron de Platense con cánticos amenazantes, en el partido que el equipo de Isidro Casanova le ganó a Argentino de Quilmes 1 a 0. Platense y Almirante jugarán el 17 de mayo en Vicente López y se teme lo peor. La historia de nunca acabar, ¿seguirá acabando con las mejores cosas del fútbol? En la Comisaría 49 de Capital Federal se informó que se tienen los identikits de los imputados, con sus apodos. En la denuncia presentada por los dirigentes de Almirante Brown figuran como cabecillas de la agresión los barras conocidos como "Juan El Karateka" (algunas fuentes señalaron que enseña artes marciales en Platense), "Malena", "El Santiagueño", "El Japonés Insaurralde" y "Luca". Esa lista fue armada también con la ayuda de allegados a Platense que estaban en el lugar. ¿Ahora viene lo peor? Las amenazas arrancaron en Internet (ver aparte), siguieron anoche en la cancha de Almirante Brown y la represalia está latente. "Le pegas a los pibes, les pegas a los viejos, cuando ves a la banda, salen todos corriendo..."; "Sólo tiran piedras, son los putos de Saavedra...", fueron algunos de los cánticos que entonó la hinchada de Almirante. Lo sucedido el domingo en el predio de Parque Sarmiento, donde juegan las inferiores de Platense, seguramente superó lo imaginable, aún en las mentes más violentas. Unos 30 barras de Platense arrasaron con todo: le pegaron a mansalva a jugadores cuarta, quinta y sexta división de Almirante, a sus padres y madres, tajearon a un chico, se robaron camisetas y botines, rompieron los micros. Se asegura que todo fue por una "venganza" de un ataque anterior de barras de Almirante, que habían baleado el sábado 5 el frente del estadio Vicente López. Allí fue herido en su pierna izquierda un menor que hace deportes en Platense. Los testigos aseguran que hubo de todo: desde ladrillazos y palos hasta armas blancas. Y no perdonaron a nadie. La peor parte, además de José Morales, el padre del arquero de la 4ª de Almirante, se la llevaron el delegado Daniel González (ocho puntos de sutura en la cabeza, le pegaron con un cricket de auto) y el chico Claudio Narváez, quien es jugador de la sexta división (cortado en un dedo, lo atacaron con un cuchillo). Dicen en Almirante. "Fueron 40 minutos terroríficos. Estaba todo organizado para pegarnos y robarnos. Hasta el bufetero del club gritaba, 'A estos hay que darles con todo'. Nosotros hicimos la denuncia y le dimos una lista a la policía con todos los barras de Platense que encabezaron la agresión", aseguró Rubén Lafuente, presidente del fútbol amateur de Almirante Brown. "No queremos sanciones para Platense. Queremos que detengan a los asesinos. No estamos hablando de una muerte sólo de pura casualidad. Hay que parar con esto, están identificados con nombre y apellido", aseguró el vicepresidente de Almirante Brown, Jorge Lampa. Sin embargo, el equipo de Vicente López sería sancionado y no jugaría en su cancha frente a Cambaceres, el martes. La causa la sigue el fiscal José María Campagnoli, en el Juzgado de Instrucción N° 9 a cargo del doctor Otero. Mientras tanto, una gran incógnita da vueltas en medio del espanto. Como en todos los partidos de inferiores había dos policías a cargo de la seguridad. Pero en la Comisaría 49, que tiene bajo su circunscripción el predio de Platense, no fue registrado ningún servicio para dicho evento deportivo. ¿Casualidad o causalidad? Dicen en Platense. El entrenador de la cuarta, Claudio Giani, se mostró extrañado por los hechos. "Fue gente que no es del club. Yo estoy en el club hace muchos años y conozco a todo el mundo. No eran de la barra. Acá estuvo todo armado, no sé de dónde viene la mano. Y en Platense todos queremos saber quienes fueron". El bufetero del predio, Daniel Di Francesco negó las acusaciones de los dirigentes de Almirante y aseguró que "lo único que hice fue proteger a la gente haciéndola entrar a la confitería. Tengo mucho miedo y más ahora que no hay actividad", dijo. Miedo también pareció ser la sensación anoche en el predio de Parque Sarmiento, mientras se entrenaban los infantiles del club. A raíz de lo que sucedió, todas las inferiores de Platense quedaron en receso hasta el lunes. La Comisión Directiva anoche permanecía reunida analizando los lamentables hechos. Por lo bajo, todos están a la expectativa de alguna represalia. Y la violencia del fútbol se respira ahora también en las divisiones inferiores. "Ellos llegaron con la intención de matarnos" -------------------------------------------------------------------------------Claudio Narváez, jugador de la sexta de Almirante Brown, tiene 16 años y el domingo, dice, sufrió uno de los sustos más grandes de su breve vida. Ese día casi pierde el dedo índice de su mano derecha. Setenta y dos horas después, sentado junto a su papá Omar, quien precisamente no es el famoso boxeador, repasa ante Clarín esos cuarenta y cinco minutos de horror que soportó en la cancha de Platense. Por el rostro tierno de este pibe, vestido con un jogging azul oscuro, todavía transita el miedo. No puede disimularlo. "Ellos llegaron con la intención de matarnos. Y cuando vi que le querían partir un fierro en la cabeza a mi viejo, salté (sic) a defenderlo, quizá sin pensar en lo que me podía pasar", dice con la voz apagada pero firme, reconstruyendo la escena en el bar que tiene su padre frente al estadio Fragata Sarmiento, sobre la calle José Ignacio Rucci, sede de tertulias de los colectiveros de la zona. Y exhibe su mano derecha, ésa en la que no puede verse el dedo herido porque está cubierta con una venda. "Me pegaron un fierrazo cuando intercedí por mi viejo. Tenía el dedo hinchado y me brotaba mucha sangre. Por suerte llegó una ambulancia del SAME y me llevaron al hospital Pirovano. Apenas recibí un punto de sutura", cuenta. Su papá, que dice haber recibido un golpe en la cabeza que ya le duele menos, denuncia con vehemencia: "Esto estaba orquestado. Los palos y los fierros estaban dentro del bufet. Nunca tuvimos un inconveniente similar. Es más, el domingo llevé a mi hijita de cinco años que se salvó porque se escondió debajo del asiento del micro". Narváez radicó la denuncia en Isidro Casanova. Intervino el Juzgado de Instrucción número 9, a cargo del doctor Otero y el fiscal de la causa es José María Campagnoli. "Fueron cuarenta y cinco minutos de furia. ¿Podés creer que no apareció un solo policía?", afirma Omar, aún con incredulidad, pero agradecido. Porque su hijo está a su lado para poder escucharlo. OPINION Habrá que ir con custodia -------------------------------------------------------------------------------Marcelo Adá La terrible agresión que sufrieron los chicos de Almirante Brown no es un hecho aislado. Cada vez que un equipo de las inferiores de la Primera B juega fuera de su casa ocurren problemas. Aunque todavía no se había llegado a semejante salvajismo. Pero si esto sigue así, ¿cuánto va a pasar hasta que los pibes sufran alguna tragedia? Uno no sabe como manejar estas situaciones. Porque siempre hay insultos, siempre hay inconvenientes para salir de algunas canchas... Pero nunca se vio algo igual en las divisiones menores. Hay que tratar de encontrar una solución. Por este tema la comisión directiva de Tigre, encabezada por Rodolfo Bianchi, está analizando la posibilidad de enviar a los chicos con custodia privada cuando jueguen de visitante. A ellos este tema los toca de cerca. No son indiferentes a la cuestión. Y muchas veces les da miedo. Porque todos saben que hay que ir a jugar. Pero, ¿quién les garantiza la seguridad si a un grupo de vándalos, como los barrabravas de Platense, se les ocurre pegarles? Se puede hablar con los padres. Pero nada parece suficiente. Lo que más preocupa es que la violencia de los grandes se está metiendo en la piel de los chicos. Es decir: si la violencia de arriba comienza a germinar abajo, estamos en enormes problemas. Y alguien tiene que parar esta locura. VIOLENCIA EN EL FUTBOL | MENSAJES CON INSULTOS EN LAS PAGINAS DE AMBOS CLUBES La guerra también llegó a Internet -------------------------------------------------------------------------------Las repercusiones entre los hinchas de Almirante Brown y de Platense no se hicieron esperar. Se escucharon anoche, en Isidro Casanova, cánticos agresivos de los hinchas del equipo aurinegro (ver página 46). Y también se produjo una guerra cibernética en las páginas de Internet de los dos clubes. Desde ayer, en la web de ambos equipos (Clarín consultó www.almirantepasion.com.ar y www.platenselocura.com.ar) existen amenazas cruzadas. Y también hay apoyo de los simpatizantes de otros clubes, condenando la actitud de los barrabravas de Platense que atacaron el domingo a los chicos de Almirante. Los mensajes son, en algunos casos, impublicables. Los de Almirante, además de insultos, hablan de "romper los códigos" por agredir a los pibes. Otros, los de Platense, hablan de venganza por lo que ocurrió el 5 de abril en la General Paz y aseguran preparar una "bienvenida" cuando los equipos se enfrenten en Saavedra. Pero no todos los hinchas son parte de este mundo enfermo. Vale la pena, entonces, destacar un mail que dejó Matías, un hincha de Platense, en la página de Almirante: "Comentario Hinchas de Almirante (pero hinchas de verdad, esos que lo llevan en el corazón). Soy de Platense y voy siempre a la cancha. Hoy abrí el diario y no podía creer lo que estaba leyendo, no puedo entender cómo puede haber gente tan enferma (...) les quiero hacer llegar las disculpas de la gente que fue agredida". Una condena -------------------------------------------------------------------------------El Tribunal Oral 2 de San Martín condenó ayer a Daniel Autiero a tres años y dos meses de reclusión por matar a balazos a Nelson Galarza, de 10 años, al disparar contra hinchas de fútbol que apedrearon su casa en Caseros, tras Estudiantes de Buenos AiresDeportivo Merlo. Para el tribunal, Autiero cometió homicidio en estado de emoción violenta el 20 de mayo de 2002. Pero en el proceso de instrucción un fiscal y un juez consideraron que Autiero efectuó un homicidio calificado, que se castiga con reclusión perpetua. /// La Nación Deportiva 8 17/4/2003 Informe especial La pesadilla del pibe Después de la salvaje agresión de la barra brava de Platense a los chicos de las divisiones inferiores de Almirante Brown y sus padres, se abrió una veta sin antecedentes en nuestro fútbol: el sueño de jugar a la pelota ahora está condicionado por el temor a violencia sigue metiéndose en el cuerpo del fútbol. Hay sectores que ya están acostumbrados a los golpes de la locura, como si uno se hubiese hecho a la idea, resignado, de que no queda más que convivir con este flagelo. Sin embargo, tan profundo fue el último estiletazo en una zona descuidada, impensada, que le llegó al alma, a lo más puro del deporte más popular del mundo: el fútbol amateur, el fútbol de los chicos. Los gravísimos hechos sucedidos el domingo último en el predio que Platense tiene en Saavedra, cuando una veintena de barrabravas del club de Vicente López golpeó salvajemente a jugadores de las inferiores de Almirante Brown y a sus padres, deja una sensación: lo que era el Sueño del Pibe se transformó, de repente y sin aviso, en la Pesadilla del Pibe. Al hombre se le humedecen los ojos, mira un punto fijo, buscando alguna explicación lógica a un hecho que no la tiene. Muestra los rastros de una golpiza feroz, recuerda, pero también piensa en el futuro. "Soy gomero, tengo un domingo libre cada dos semanas y, ese día, cuando juega mi pibe, lo usamos con la familia para estar todos juntos, para pasar un día de placer. Después de esto, después de que nos pudieron haber matado, no sé cómo seguir, no sé si seguir mandando al pibe al club para que juegue al fútbol o que se quede en casa", dice Omar Narváez. Su hijo, Claudio, tiene 16 años, juega en la sexta división de Almirante Brown y recibió un cuchillazo en la mano derecha al intentar proteger a su padre de la agresión cobarde de los barras. El pibe habla, se traba, su rostro delata que los días pasaron, pero el miedo sigue presente: "Esto me hace replantear un montón de cosas. Más allá del sueño de jugar en primera, lo que pasó me hizo muy mal. No sé si quiero seguir jugando al fútbol o los domingos quedarme en mi casa comiendo un asado con mi familia. La gente por ahí no tiene idea de lo que pasó, pero esos tipos nos quisieron matar... Esperaron su momento, estuvieron ahí desde una hora antes y planificaron todo... A un pibe le tiraron dos puñaladas. Fue una pesadilla". Daniel González trabaja en la subcomisión del fútbol amateur de Almirante Brown. Recibió ocho puntos de sutura en la cabeza. Le pegaron con un cricket. Todavía está schockeado por lo que pasó: "Más allá del dolor físico por los golpes, estoy muy mal porque yo soy el responsable de los pibes. Después de lo que pasó, ¿qué le puedo decir a un padre que me para y me dice "Che viejo, cómo puede ser que pasen estas cosas, que los chicos tengan que vivir situaciones semejantes, yo no lo mando más", como ya me pasó en estos días? No tengo respuestas, porque tienen razón. Esto fue el colmo. Los pibes no tienen nada que ver con lo que pasa entre las barras. Cada fin de semana, para nosotros es un encuentro familiar, en el que los chicos pueden hacer deportes, alejarse de las cosas malas de la calle... Es lo más sano del fútbol y le llegó la violencia". El vicepresidente de Almirante Brown, Jorge Lampa, mostró su preocupación: "Esto no puede quedar impune. Por la gravedad de los hechos en sí mismos, pero también porque puede quedar como un antecedente peligroso. Estos sinvergüenzas tienen que ir a la carcel, porque si no pasa nada, los violentos pueden entender que es una modalidad viable meterse con el fútbol amateur. Hasta ahora, las cosas pasaban arriba, en primera, en el ascenso... Pero ahora llegó a lo más bajo: a los chicos". Platense, por temor a represalias, suspendió las actividades del fútbol amateur hasta el lunes próximo y los dirigentes ya expresaron su miedo por lo que suceda de aquí en más en los partidos de los chicos. Los hechos fueron gravísimos, por la violencia, por lo que significan. Una demostración de que el Ojo por Ojo, de a poco, nos va dejando ciegos. Una tarde de locura "Ya nos íbamos. En eso, vemos que le pegan con un fierro en la cabeza al delegado del club, que quedó tendido. Le seguían pegando, fuimos a separarlos y nos empezaron a pegar a nosotros", cuenta Omar Narváez sobre los hechos del último domingo. Y sigue: "Nos metimos en el bar y cerramos la puerta, pero el encargado (éste lo negó) las abrió. Ahí agarraron cuchillos; los palos y los fierros ya los tenían. Les pegaban a todos y decían que era por lo que había pasado en la semana". La locura siguió. "Como estábamos todos dispersos, el tema duró como 40 minutos. Nos pegaban, agarraban a otro grupo... Al principio había dos policías, pero cuando arrancó el ataque, ya no estaban. Como pudimos, nos escapamos. A unos pibes los siguieron en una moto con palos y uno amagó con sacar un revólver. Por suerte, un vecino los metió en su casa", agregó Narváez. El día de los chicos sin público El 9 de noviembre del año último, las divisiones inferiores de Huracán y San Lorenzo se midieron en Parque Patricios a puertas cerradas y con custodia policial, en un hecho sin antecedentes en nuestro fútbol. Las autoridades policiales y los dirigentes decidieron esto por temor a que la hinchada de San Lorenzo intentara una venganza por el robo de banderas que había sufrido (aparentemente a manos de la barra de Huracán) en su club una semana antes. Sigue la investigación, pero no hay detenidos "Ayudados por testimonios de varios testigos la policía está en la etapa de investigación para identificar a los agresores", comunicó José María Campagnoli, el fiscal de la causa por el ataque a los chicos de la cuarta, quinta y sexta división de Almirante Brown. Una de las personas más afectadas por la agresión fue José Felipe Morales, el padre de uno de los chicos, que sigue internado en el hospital Pirovano, por fractura del maxilar superior. Aunque todavía no hay detenidos, la Seccional 49a, a cargo del subcomisario Pablo Franchino, trabaja en conjunto con la División de Eventos Deportivos de la Capital Federal, que cuenta con informes de los integrantes de las barras bravas de todos los clubes, por lo que en los próximos días podría haber novedades. En el informe que Jorge Lampa, vicepresidente de Brown, elevó al Secretario de Seguridad Interior, Ricardo Colombo, figuran los siguientes apodos: Malena, Juan El Karateca (enseñaría artes marciales en Platense), Luca, el Santiagueño y el Japonés Insaurralde. En la policía existe preocupación porque en el partido de anteanoche, entre Almirante Brown y Argentino de Quilmes, hubo cánticos de los simpatizantes de Isidro Casanova prometiendo venganza contra los de Platense. Además, en varias páginas de Internet identificadas con los dos equipos también se incluyeron amenazas por este caso. El reglamento de la AFA exige que los partidos de juveniles tengan la custodia de dos policías, que estuvieron, pero que se habrían ido antes del ataque. Además, no existe una acta policial con la presencia de policías en el predio de Platense en el Barrio Saavedra. Según comentaron algunos simpatizantes de Platense, la historia habría comenzado el miércoles último, cuando desde un automóvil en el que viajaban hinchas de Brown, salieron disparos hacia la cancha de Platense. . Por Hernán Finessi De la Redacción de LA NACION